• llamando a las puertas de la revolucion - Karl Marx

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  • Llamando a las puertas de la revolución | Penguin Libros

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    Llamando a las puertas de la revolución. Antología. Karl Marx · PENGUIN CLÁSICOS , septiembre 2017. Los mejores libros jamás escritos.

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    Coleccion del libro: Sin Colección. Idioma: Inglés. Traductor/a: BÉRTOLO, CONSTANTINO. Número de páginas: 928. Dimensiones: 190 cm × 125 cm × 0 cm.

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    LLAMANDO A LAS PUERTAS DE LA REVOLUCIÓN (ANTOLOGÍA), MARX, KARL (1818-1883), 13,95€. Los mejores libros jamás escritos.«El sistema actual de subordinación .

  • Llamando a las Puertas de la Revolución: Antología

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    24 ene 2019 — KARL MARX · Librería Berlín (Valencia, España) · Nº de ref. del artículo: 648dc0ae3a084bcec9bfbf4366526424 ; MARX, KARL · Hilando Libros (Madrid, ...

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  • Bebo, luego existo de Roger Scruton

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    Una copa de vino al dia, segun muchos medicos, es bueno para la salud. Mas de una, puede llevarnos a la ruina. Sea dudoso o no el consejo para la salud del cuerpo, defiende Scruton, es indudablemente bueno para la salud del alma. Y no hay mejor acompanamiento que el vino cuando se trata de filosofar. La filosofia, con una copa en la mano, no solo ensena a beber pensando, sino a pensar bebiendo. Con sentido del humor, el autor ofrece un antidoto ante tantos disparates que hoy se escriben sobre el vino, y defiende con contundencia una bebida que esta en el fundamento mismo de nuestra civilizacion. In vino veritas.

  • Un amor cualquiera de Jane Smiley

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    Hace ahora justo veinte anos, los Kinsella eran, en apariencia, una familia idilica y feliz. De un dia para otro, el marido de Rachel vendio sin avisarle la casa en la que vivian y se llevo a los cinco ninos al extranjero. Hace ahora justo veinte anos de la ruptura, este preciso fin de semana en que tres de los hijos de Rachel, ya adultos, cada uno de ellos sumido en su particular crisis personal, se han reunido en la casa materna. Con esos recuerdos tan vivos para Rachel, no es de extranar que una conversacion casual, en el porche, despues de cenar, derive en una confesion sobre los acontecimientos que propiciaron aquella ruptura; lo que sin duda ella no espera es que sus hijos tengan tambien algo que contarle...

  • Una vida sin ti de Andrea Valenzuela Araya

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    Nadie puede saber como reaccionara ante una perdida, hasta que no se encuentre frente a ella.
    La muerte de un hijo, indudablemente, es la perdida mas devastadora que pueda existir. Tu vida cambia para siempre desde ese momento, pero no significa que todo haya terminado.
    Es que un hijo jamas deberia partir de este mundo antes que sus padres. Eso dice la logica de la vida, pero. ?Que ocurre cuando esa logica se rompe en su totalidad?
    A un ano y medio de la muerte de su hija, Manuela Fernandez toma la decision mas importante y drastica de su existencia, la de sobrevivir y reconstruirse. Y frente a ello, opta por regresar a una ciudad muy especial, creyendo ingenuamente que en ese lugar podra encontrar lo que el destino, un dia, le arrebato de tan nefasta manera de sus brazos.
    Entre canales y fiordos, entre un clima agreste y una naturaleza indomita, el destino de Manuela ?conseguira sacudirla con todas sus fuerzas, para que logre darse cuenta que el tiempo que le queda no es para malgastarlo?
    Una vida sin ti.
    Porque al fin y al cabo, todo fin siempre sera un nuevo comienzo.

  • El secreto de Marrowbone de Sergio G. Sanchez

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  • Sonreir jugando al poker de R. Freire

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    Las dos tenian claro que su encuentro estaba destinado a ser un romance fugaz y sin importancia: vivian en ciudades distintas, tenian edades diferentes y ataduras sentimentales imposibles de olvidar. Si se trataba solo de sexo sin compromiso, ?que las llevaba a mantener el contacto desde la distancia, a concertar siempre una ultima cita donde ninguna se atrevia jamas a decir adios? ?Puede el miedo a confesar la verdad arruinar nuestra vida para siempre?

  • Ni la muerte nos puede separar de Mano Book

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    Edward Mu es el soltero mas codiciado de la ciudad, nacido en una familia rica, nunca supo lo que era el amor, algo que jamas obtuvo de sus padres. Rocio era una mujer especial. Como una coronel del ejercito, estaba acostumbrada a llevar una vida dura y sacrificada, sin embargo, su principal objetivo era luchar como madre soltera por criar al hijo que tuvo con Edward seis anos atras y del quien el ni siquiera conocia la existencia. Un dia, finalmente, ella decidio reaparecer en su vida con el pequeno… Pero lo que no esperaba era que esa decision transformaria por completo la vida de los tres. Cautivado por esta mujer tan especial, esta vez Edward la amaria con locura. ?El destino les daria una nueva oportunidad?

  • El ano de Simon de Altea Morgan

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    Con dos prometidos muertos y uno fugado, la mala suerte persigue a Meredith.

  • Esta no es una cancion de amor de Alessandro Robecchi

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    Volcado en exhibir los disparates e indignidades que la gente normal es capaz de hacer por amor, Carlo Monterossi, alma del reality televisivo <>, se ha propuesto desvincularse del programa pese al dinero y la fama que le reporta. Una noche, al hilo de su decision, recibe la visita de un sicario en su domicilio milanes, encuentro del que sale vivo de milagro, habida cuenta de que otras dos personas no han tenido la misma suerte y han acabado con una bala del calibre 22 en la frente.

  • A Sexy Berling Christmas (Sexy Berling 1), Maya Blair de Maya Blair

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  • El eco de la esperanza de Brianne Miller

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    Alex es un hombre al que lo unico que le preocupa es sacar adelante a su hijo, hasta que Elena se cruza en su camino. A partir de ese momento sus preocupaciones crecen, ya que tiene que mantenerla a salvo de su oscuro mundo mientras lucha contra la atraccion que surge entre ellos. ?Sera capaz de salvarla para descubrir lo que pueden tener juntos o su esperanza se convertira en un eco de sus deseos?

  • Navidad. y algo mas de Priscila Serrano

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    Erase una vez una noche estrellada, una noche repleta de luces de colores... En cada esquina, la gente cantaba la misma cancion: Navidad, Navidad, dulce Navidad. ?En serio? O sea, ?no hay mas repertorio? A veces pienso que se quedaron anclados en esa cancion. Menos mal que en mi casa se saben mas. Me encuentro en un atasco con el coche, esperando pasar el maldito semaforo que se ha puesto en verde cuatro veces y todavia sigo aqui, sin poder avanzar por la cantidad de vehiculos que hay a esta hora. A este paso, me comere las uvas aqui y eso que aun estamos a veintitres de diciembre. Mi mania de dejarlo todo para ultima hora... Todavia me faltan por comprar algunos regalos de Papa Noel para mis sobrinos, unos sobrinos que piden demasiadas cosas y encima muy caras. Creo que al final comprare lo que me salga de las narices y santas pascuas. Cuando por fin cruzo el semaforo, estoy a solo cinco minutos del centro comercial. Aunque claro, ahora la cola para entrar sera incluso mas larga. Dios mio, el ano que viene empiezo a comprar los regalos en verano. Casi una hora despues, consigo aparcar el coche y me bajo con la clara intencion de correr como si se me fuera la vida en ello. Voy tan rapido que parece que estoy en una maraton. Miro el reloj de mi muneca justo cuando entro en el centro comercial y compruebo que son casi las nueve de la noche. Pronto cerraran asi que tengo muy poco tiempo. Encima aqui hay mucha gente. Me estoy agobiando. Camino sorteando a las personas y me dirijo hacia la tienda de juguetes. Espero tener suerte y encontrar algo que les guste a Paula y Julia. Mis sobrinas han sido muy claras en su carta a Papa Noel, quieren la misma muneca. Exactamente la misma y su madre, es decir, mi hermana, no la ha encontrado. Suerte que mi amiga Susana me ha dicho que esta manana habia visto cinco munecas aqui. Comienzo con la busqueda loca y tras sortear a muchas personas en el camino, veo a lo lejos la estanteria donde se suponia que debian estar las cinco munecas, pero solo quedan tres. Entonces veo a camara lenta como una senora coge una. Me quedo expectante, rezando para que no coja ninguna mas y la veo marcharse con la munequita de los... <>, me digo a mi misma justo cuando emprendo camino hasta esas perfectas munecas que parecen sonreirme desde sus cajas rosadas y llenas de brillos. No pueden ser mas feas pero claro, si mis ninas las quieren, la tita Julia se las consigue. Cojo la primera y me la llevo al pecho como si hubiese conseguido el premio a la mejor tia del ano y justo cuando toco la segunda, alguien agarra el otro lado de la caja y mis manos comienzan a temblar. Miro a la persona que esta quitandome lo que llevo buscando mas de diez minutos y nos quedamos congelados. <>, pienso. --?Julia? --Su voz me pone la piel de gallina. Es esa misma voz que tantas veces me susurraron palabras bonitas hace mas de un ano. --David... Hola --titubeo, nerviosa--. Cuanto tiempo. ?Que tal? Sonrie al percatarse de mi nerviosismo y no le culpo, se me nota tanto que hasta siento como arden mis mejillas. --Bien, muy bien. No sabia que estuvieras en Madrid --dice sin soltar la muneca, cosa que yo tampoco hago. Me quedo pensativa unos segundos, los mismos en los que el no me quita la vista de encima. Es mas, incluso me ha repasado de arriba abajo, aunque no haya mucho que ver con tanta ropa. El polar que llevo me llega hasta las rodillas y ni que decir de lo gordo que es; hasta podria pasar por una embarazada. Dios me libre, ya tengo suficiente con mis sobrinas. --Eh, si. Llevo viviendo aqui cinco meses, pense que era buena idea volver a casa. --Agacho la cabeza un poco avergonzada. Nuestra historia de amor fue la mas bonita que he vivido en toda mi vida. No hay dia que no recuerde todos los momentos que pasamos juntos en Canarias. Nos fuimos a vivir alli tras dos anos de novios porque me habia salido un trabajo. El trabajo de mi vida, en realidad. Eramos felices, el tambien habia conseguido un buen empleo, pero no fue suficiente. Al menos no para el. Entonces, una noche decidio por los dos y se marcho dejandome alli sola, sin familia ni amigos. No llevabamos tanto tiempo en Canarias como para tener un vinculo con otras personas y me dolio que me dejase tirada cuando teniamos tantos planes. --Me alegro de que hayas vuelto --responde sincero. --Gracias, yo tambien. Nos quedamos un momento en silencio y tiro de la muneca, pensando que la va a soltar pero no lo hace. Es mas, el tira tambien. Alzo una ceja incredula, pues de verdad pensaba que iba a dejar que me la llevara. No, por lo visto no sera asi. --Eh... Necesito esa muneca --le digo con calma. --Yo tambien y mucho --replica aferrandose a ella. --No lo entiendes, necesito las dos munecas. Ya sabes que tengo dos sobrinas y las dos quieren la misma muneca. Y no hay mas en ninguna parte. --Yo tambien tengo una sobrina a la que no veo desde hace mas de cinco meses y es la unica que queda. Vamos, no seas egoista, ya tienes una. Comienzo a negar, poniendome mas roja aunque no por verguenza sino por el cabreo que esta creciendo en mi interior, lenta y dolorosamente. Creo que David no recuerda como me pongo cuando me enfado y hoy va a ver la peor parte de mi como no suelte la dichosa muneca. --Espera, pensemos con claridad, por favor --refiere pasandose la mano que tiene libre por su precioso y sedoso cabello negro. No puedo dejar de observarle--. Echemoslo a cara o cruz. ?Te parece? --Alzo una ceja con altaneria y a la misma vez enseno mi preciosa mueca de desconcierto que tanta gracia suele hacer pero que a el, por increible que parezca, le resulta tierno. --Sigues siendo la misma --murmura de pronto. Abro los ojos desorbitadamente y me muerdo el labio inferior justo cuando se acerca unos milimetros. Ha sido un leve movimiento que he notado al oler mas de cerca su colonia. <>, pienso mirandole a los ojos. David sonrie dulcemente y yo creo que pronto caere al suelo hecha gelatina. Es tan guapo, siempre lo ha sido. Niego desechando cualquier pensamiento sobre el hombre que me dejo tirada solo por no ser capaz de vivir con su novia en otro lugar y crear su propio hogar. No fue capaz de luchar. --?Sabes? Dejare la muneca con una condicion --propone. --?Que condicion? --Que cenes conmigo esta noche. --Trago saliva nerviosa, muy nerviosa y me quedo sopesando su propuesta. Como si fuera posible aceptarla como si nada... --Lo siento pero no puedo --respondo sin titubear. --Entonces, dame la muneca que tengo que irme. --No te la vas a llevar, yo la he visto antes. No es justo que vengas ahora y me la quites, asi como... --?Asi como que? ?Que ibas a decir, Julia? --Me interrumpe, sabiendo que si no llega a hacerlo, podria haber dicho algo de lo que despues me arrepentiria. Y la verdad es que necesito gritarle algunas cosas que tengo atascadas en la garganta desde que lo vi marcharse, desde que salio por la puerta aquella noche en la que creia que me esperaba con una cena romantica. Era nuestro aniversario y al final fue nuestro ultimo dia juntos. Es todo tan surrealista. --Nada, sera mejor que me vaya. --Me giro, dejandole la muneca. Ya buscare otra. Camino con la unica muneca que he conseguido entre los brazos, como si quisiera llenarlos de algo que no sea soledad. Luego la pego a mi pecho, ahi donde aun sigue doliendo. Donde, a pesar del tiempo, sigue latiendo por la unica persona que he amado en mi vida. Pero fue tan cobarde, tan egoista. Llego hasta la caja y pongo la muneca sobre la cinta para pagarla y asi irme de una maldita vez para volver a mi casa, de donde no saldre hasta manana a las nueve de la noche. Tengo el dia libre asi que me hundire en mi miseria con el fin de que algun dia pueda volver a salir del pozo con una sonrisa y gritando que lo he superado. Lo mas gracioso de todo es que pensaba que asi era, que habia superado la ruptura, el abandono, pero ahora que he vuelto a verle, me siento incluso peor que antes. Sobre las once de la noche, llego a mi apartamento y tras dejar la muneca y mi bolso en la entrada, me quito el polar para dejarlo sobre la silla de comedor. En seguida enciendo la calefaccion y las luces del arbol de navidad. No es que me guste, en realidad creo que es mas por costumbre que otra cosa; mis padres siempre me han ensenado lo valioso de esta epoca, lo bonito que es pasarlo con la familia y amigos, con el amor... No tengo de eso, no hay amor por ninguna parte. Voy hasta la cocina y me preparo un chocolate caliente para despues sentarme en el sofa con la manta que me regalo mi hermana el ano pasado, es de borrego y muy calentita. Aqui en Madrid hace demasiado frio, tanto que no soy capaz de desnudarme para ponerme el pijama hasta que la casa este caldeada. Enciendo la tele y busco una pelicula en Netflix, justo cuando escucho unos toques en la puerta. Me pongo nerviosa, no suelo recibir visitas a esta hora. En realidad, no suelo recibir visitas, soy algo solitaria. Me levanto y arrastro los pies hasta la puerta. --?Quien es? --Pregunto asustada. --Soy David. ?Me abres la puerta? Apino los labios y frunzo el ceno. ?Que hace aqui? Me pongo de espaldas a la puerta y echo la cabeza sobre ella. Me quedo asi unos segundos, pensando si abrir o no. Suspiro un par de veces cuando vuelvo a escuchar su voz. --Julia, por favor. Necesito hablar contigo --suplica y escuchar asi su voz, no hace mas que hacerme mas dano. Se lo que quiere decirme, como tambien se lo que puedo llegar a sentir cuando lo escuche. Tambien se que sigo enamorada y que mi vuelta ha sido por el y nada mas que el. Eso no lo sabe, no he llegado a decirselo porque cuando llegue, David no estaba. Estuvo fuera un tiempo, segun su madre necesitaba pensar y este no era el lugar. La verdad es que no sabia que tambien habia regresado a Madrid. --Yo, sigo queriendo... --Lo escucho suspirar--. Te he traido una cosa. --Dejalo en la puerta y vete, David. No es el momento de hablar algo que podrias haberme dicho en otra ocasion, en otro lugar --esto ultimo lo digo mas para mi que para el, aunque estoy segura de que me ha escuchado. --No pienso irme hasta que me abras y me dejes hablar contigo. Solo cinco minutos y si despues de eso sigues sin querer verme, me ire y no te molestare mas. Sin mas, abro la puerta y me mira. --Solo cinco minutos, es lo maximo que te doy. Tu a mi no me diste ni un minuto para poder hacer que... No termino la frase cuando sus labios chocan con los mios. Siento la calidez de sus manos cogiendo mis mejillas para apresarme mas a su boca, para no dejarme ir. Por un momento intento escapar de el, de este beso que hara estragos en mi, que hara que vuelva a caer en sus brazos como si no me hubiesen soltado nunca. Nos separamos unos milimetros con la respiracion agitada. David pega nuestras frentes para despues clavar sus ojos verdes en los mios y suspira. --No sabes lo que he necesitado este beso, lo que he sonado con este momento --declara con la voz cargada de agonia. --Si no me hubieras dejado alli, no habria sido un sueno --respondo, demostrandole cuan dolida estoy. --Perdoname, no tenia que haberte dejado. No sabes lo que me arrepiento. --Se separa de mi --. Pense que yo seria una piedra en tu camino, en esa vida que tanto te habia costado conseguir. Ser la jefa de recursos humanos en esa empresa fue siempre tu sueno y yo no queria que lo dejaras por mi, porque yo no era feliz alli. Crei que hacia lo mejor para ti... --Pero no fue asi, rompiste mi corazon en mil pedazos y me convertiste en lo que ves ahora; una mujer dolida que no es capaz de ser feliz y mucho menos confiar en nadie --le interrumpo dandome la vuelta para ir hasta el sofa y volver a sentarme. Hundo la cara entre mis manos a la vez que siento las suyas cogerlas para hacer que lo mire. Esta de rodillas frente a mi y creo que esta noche sera mi fin, lo estoy viendo venir. --?Que era lo que me traias? --Intento relajar el ambiente con una pregunta que no viene al caso. Sonrie de lado y coge la bolsa que traia en las manos y que no habia visto hasta ahora. Saca la muneca y yo alzo ambas cejas, sorprendida. Me la tiende para que la coja. --Es tuya. --?Por que? --Porque no tengo nada. Todo lo que soy, lo que tengo... lo que ves, es tuyo Julia y quiero que siempre sea asi. --Vuelve a agacharse frente a mi--. Te quiero mucho mas que aquella noche en la que me equivoque, la noche que no logro olvidar porque no soy capaz de sacarte de mi mente. Te quiero mucho mas que cuando te vi la primera vez en esa gasolinera. --Me regala una sonrisa sincera y tierna--. Te quiero incluso mas que cuando me tiraste aquel vaso de agua en la cara cuando intente pedirte una cita. Pero es que estaba tan loco por ti que no era capaz... No puedo seguir escuchando sus palabras porque ya han calado hondo en mi pecho, mucho mas hondo que cuando comenzamos con este amor que no morira jamas. Lo beso con todo el amor que soy capaz de sentir por el, con el mismo amor que he intentado esconder y no he podido. David me abraza, me encierra entre sus brazos a la vez que me levanto para poder abrazarle. Subo mis manos hasta su cuello y entrelazo mis dedos en su nuca, buscando mas profundidad en este beso que marcara un antes y un despues en nuestra historia. Estamos tan absortos en nosotros mismos que no nos damos cuenta de que un movil comienza a sonar hasta pasados unos segundos. No es el mio, como va a serlo si yo odio ese villancico: Navidad, Navidad, dulce Navidad. Que alegria en este dia hay que celebrar. Me separo de el y alzo una ceja para despues mirarle a los ojos. Reprimo la carcajada porque se que no es el momento. --?En serio? --Pregunto. Mas el no responde--. Odio esa cancion. --Lo se, por eso mismo la he puesto de tono de llamada. --Arrugo la frente--. Me recordaba a ti. Estallo en una estruendosa carcajada que hace que el se una a mi. Ambos nos reimos sin motivo aparente y sin embargo, no podemos parar. --Feliz Navidad, dulce Navidad, Julia --murmura cerca de mi boca. --Feliz Navidad, dulce Navidad, David. Nos besamos para sellar nuestro amor, para demostrar que ni el tiempo y mucho menos la distancia es capaz de acabar con algo tan poderoso como es el amor verdadero. Despues de esto, amare el villancico y lo cantare todas las Navidades que pase junto a el porque se que esta vez, sera para siempre.

  • Tu eres lo que deseo de Moruena Estringana

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    Kennan y Bell han sido amigos desde la infancia. Su amistad fue siempre prohibida, marcada por una diferencia de clases sociales. Pero aquello no impidio que cayeran presos de un amor adolescente que no pudieron confesarse antes de que la vida los separara. Anos mas tarde, en el momento en el que Bell descubre que su marido la engana con otra, Kennan regresa. La vida de Bell se trastocara por completo: el recuerdo de su amor de juventud vuelve con fuerza, aunque al mirar a los ojos a Kennan no vea reflejado al dulce chico que la enamoro. Ella necesitara averiguar que le paso, por que ha cambiado tanto.

  • Romance Inolvidable de Stefania Gil

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    Emerick y Alexandra Eldridge se incorporaron al grupo que se convertiria, durante los proximos treinta dias, en lo mas cercano a una familia. No era la primera vez que salian de casa para divertirse en algun campamento de verano, pero si era la primera vez que estarian lejos de sus padres durante tanto tiempo. Era normal para los Eldridge tomar un descanso familiar durante el verano que les permitiera compartir momentos que dejarian gratos recuerdos en la vida de todos. Por ello siempre buscaban campamentos que fuesen aptos para padres e hijos, si bien les separaban en algunas actividades para que cada grupo pudiera tener un poco de libertad y vivir experiencias acordes a sus respectivas edades. Ese verano seria diferente para todos. Abie y Baltashar Eldridge decidieron enviar a sus hijos lejos de casa para poder hablar con mayor libertad sobre el divorcio. Las peleas constantes entre ellos y la falta de armonia en el hogar que alguna vez fue <>, estaba haciendo la vida de los chicos un infierno y ellos no querian hacerles sufrir mas. Para nadie era un secreto que Baltashar fue el culpable de que las cosas llegaran al punto de no retorno gracias a que mezclo placer y trabajo con una de sus pasantes. Baltashar nunca habia enganado a su mujer, ni siquiera con la excusa de lo mal que estaba su matrimonio y que apenas si se hablaban. Pero aquella vez, se dejo llevar por sus instintos viscerales y cuando quiso deshacer lo ocurrido, la pasante ya tenia las piernas abiertas y el tenia una ereccion que dificilmente cederia ante su <>, sobre todo despues de haber estado un buen tiempo sin tener sexo ni con su mujer ni con nadie mas. Y ese error de momento, le llevo a ponerle punto y fin a casi veintidos anos de matrimonio. Por esa razon, mientras ellos se comian vivos a reclamos y gritos en casa, Emerick y Alexandra disfrutarian de treinta dias al aire libre con chicos de su edad; y Calvin, el primogenito de los Eldridge, a pesar de haber hecho hasta lo imposible por quedarse en casa para hacer el papel de mediador entre sus padres, estos se negaron y lo subieron obligado al avion que le llevaria junto con sus companeros de clase al tan esperado viaje de fin de curso en Los Angeles. Los chicos salieron de casa cabizbajos, sabiendo que al regresar, la casa, todo dentro de ella y hasta sus propias vidas, estarian divididas. Incluso alcanzando la mayoria de edad, seguirian divididos entre padre y madre. Alexandra lo tenia mas que claro, su padre, la persona que mas admiraba en la vida; su heroe, la habia decepcionado. Mas alla de la infidelidad, Alexandra sentia que Baltashar los defraudo a todos actuando como siempre dijo que no se debia actuar la vida. Era el quien siempre decia que los enganos, las mentiras y las trampas solo dejaban malas experiencias. Sabia que su madre no era una mujer de facil caracter, tambien tendria parte de culpa en todo lo ocurrido y le parecio justo que ella misma se lo confirmara en la conversacion <> que tuvieron antes de que ella y Emerick partieran al campamento. Su madre le pidio que, por favor, le diera la oportunidad a Baltashar de explicarle lo ocurrido porque a fin de cuentas, lo que llego a su final fue el matrimonio de ellos y que el seguiria siendo su padre y le debia un minimo de respeto y consideracion. Sin embargo, Alexandra pensaba lo contrario. No podia tener un minimo de respeto y consideracion por alguien que no le respetaba a ella. ?Acaso no fue su padre quien le enseno que lo mas importante que siempre tendra un ser humano seran sus principios? ?Y que la tranquilidad depende solo de la consciencia? Crecer y convertirse en adulto era detestable. Su hermano la abrazo. --La vamos a pasar genial, ya veras. Quita esa cara y deja de pensar en papa y mama. --Deben estar cruzados de brazos, negandose a cederle al otro la casa. Emerick respiro profundo. No podia evitar sentir compasion por su hermana. Su padre lo era todo para ella y la noticia de la traicion la lastimo mucho. Emerick le hacia honor a las teorias sobre el hijo del medio. Era un ano mayor que su hermana y un ano menor que Calvin, recibia la atencion de ambos padres por igual mas no con la misma devocion con la que la recibian Alexandra por parte de su padre y Calvin por parte de su madre. No se sentia mal por ello, a pesar de que se daba cuenta de que sus padres tenian preferencias por sus hermanos, el sabia muy bien que ellos le amaban tanto como a los otros dos. Solo que cada quien tiene sus personas preferidas en la vida, como le ocurria a el con Alex. Guardaba recuerdos en su memoria de la primera vez que cargo a Alex, aun cuando el era tan pequeno que ni siquiera hablaba bien. Ese recuerdo lo tenia grabado en su memoria como el mejor del mundo porque su madre le permitio cargar a su pequena hermanita y desde que la colocaron en sus brazos, tan calentita y blandita, Emerick supo que serian inseparables el resto de la vida. Era tan hermosa que quiso protegerla desde entonces y se ponia como un demonio si alguien, daba igual si era su padre o su madre, la lastimaba. --Escucha, Alex --la vio a los ojos--. Nada va a cambiar lo que ocurra entre ellos. Papa nos fallo a todos, y algun dia deberas hablar de eso con el porque no puedes pasarte toda la vida molesta por lo que hizo. Todos cometemos errores y tal como te lo dijo mama, el siempre sera nuestro padre --Sabia que Alex no iba a ceder con tanta facilidad pero debia encontrar la forma de que ella dejara de pensar en lo que ocurria en casa en ese momento y por los siguientes treinta dias. Odiaba saber que estaba triste--. Ahora es nuestro momento de divertirnos porque podremos culpar a nuestros padres de nuestro mal comportamiento. Ella sonrio a medias. --No me voy a comportar como una delincuente porque mis padres se esten divorciando. Emerick levanto los hombros al tiempo que la veia con picardia. --No exageremos, no voy a permitir que te conviertas en una delincuente, quiero que te diviertas y dejes de pensar en ellos. --?Que te parece si me voy de fiesta con un chico? Emerick hizo una mueca de disgusto. --Me parece que entonces yo me convertiria en un asesino porque le arrancaria la cabeza si intenta tocarte. Ya tuvimos esta conversacion en casa, con respecto a los chicos y el campamento y creo que lo dejamos claro. Ella le sonrio divertida. --Me escapare por las noches cuando ya estes dormido. Emerick vio a su alrededor. --A ver, pequena Alex, no hay ningun chico que valga semejante esfuerzo. Ademas, yo no duermo. Soy un vampiro y te protejo de los monstruos a los que les temes, ya te lo he dicho antes. --Me lo estas repitiendo desde que tenia cinco anos y le tenia miedo a los monstruos que podian salir del armario. Lo que aun no alcanzo a entender es ?como sobrevives sin sangre? --Es que soy un vampiro bueno y me alimento de animalitos para que la gente no sospeche de mi. --En ese caso, espero que mi pequena Sasi no aparezca muerta en medio del bosque porque voy a tener que dejarte al sol o clavarte una estaca, lo que sea que resulte contigo --dijo un chico que estaba junto a ellos y que inevitablemente escucho toda la conversacion--. Soy Blake, por cierto. Y ella es Sasi --levanto la jaula para dejar ver a una linda conejilla de indias. Emerick lo vio de arriba a abajo con cara de pocos amigos. Debia admitir que sentia un poco de respeto hacia el chico por atreverse a interrumpir una conversacion privada con un chiste. Lo vio con los ojos entrecerrados. El chico tambien lo inspeccionaba pero no podia evitar que sus ojos se desviaran hacia Alex que le mostraba una gran sonrisa. De no haber sido por esa mirada que clavo en Alex y que Emerick reconocia porque el tambien veia asi a algunas chicas, hubiese pensado que el tal Blake preferia a los chicos. ?Quien diablos a esa edad tenia una conejilla de indias por mascota y ademas, la llamaba Sasi? ?Que clase de nombre era ese? --Es hermosa --respondio Alex con interes. Su hermana tenia interes por cualquier animal. Levanto la vista y sus ojos se clavaron en los de Blake. Emerick tuvo el presentimiento de que ese chico se quedaria sin cabeza al finalizar el verano. Y su modo de hermano protector se activo de inmediato. --Vamos, que el guia nos esta llamando --tomo a su hermana de un brazo y la fue alejando del intruso. --Nos veremos luego. Yo me encargare de que mi mascota no se coma a la tuya --dijo Alex a Blake en tono divertido. --Te lo agradezco, me alivia saber que tendre una aliada en la lucha contra mal.

  • Angel negro de Laura Cruz

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    Noche se habia desempenado como el rey de la oscuridad durante dos siglos continuos, y durante todo su mandato, se habia encargado de que el dios devastador de universos, Erebo siempre estuviese contento. Como monarca de la absoluta penumbra, este se habia destacado por llevar a cabo algunos sacrificios que eran una ofrenda directa al maestro y mentor. El dios Erebo, siempre se habia manifestado como un ser impaciente, ansioso y con la constante amenaza latente de dejar caer toda su brutalidad y violencia sobre la tierra. De alguna u otra forma, Noche se habia mantenido como un muro de contencion, ya que, amaba a los humanos, y les brindaba la calma durante la oscuridad. El dia, era lo suficientemente abrumador para someterlos a un estado de tension y presion constante, pero durante el periodo de 12 horas, Noche se encargaba, junto a su esposa Luna, de entregar calma algunos, y oportunidades a otros. La noche, a pesar de su tranquilidad, paz y misterio, siempre se habia prestado para actos muy horrendos, y aunque el corazon de Noche siempre habia estado caracterizado por la piedad, anualmente, debia llevarse a cabo el sacrificio que mantendria a su lider, contento y satisfecho. En esta oportunidad, se reunen en un templo antiguo, Noche es el maestro de ceremonia de un sacrificio, que tendra como protagonista a una hermosa joven de 19 anos de edad. No hay mayores caracteristicas para escoger quien se convertira en la siguiente ofrenda, parece ser una seleccion aleatoria de entre todos los habitantes de la tierra, y en aquella oportunidad, habia salida seleccionada Sharon Lynch. Esta joven chica, simplemente era una universitaria estudiante del segundo ano de medicina. Con un rendimiento excelente en sus estudios y una mente brillante, habia logrado adelantarse significativamente, y con 19 anos de edad, era la estudiante mas joven de la Universidad de Nueva York en ir tan avanzada. Su desaparicion, habia generado reacciones instantaneas en los medios, los cuales, relataban y una y otra vez las diferentes hipotesis que tenian las autoridades con respecto a su desaparicion. Nadie se hubiese imaginado que todo esto tenia una connotacion sobrenatural y contaba con la participacion de los dioses oscuros. Todos acusaban al ex novio de Sharon, otros, simplemente habian asegurado que esta habia huido. Ya que, no habia dejado ningun tipo de senales acerca de la existencia de algun problema o situacion irregular. Sharon se habia esfumado como si se tratara de niebla. Esta, cierto dia, tras salir de la universidad y caminar a casa, tan solo a unas seis calles del lugar, habia sido interceptada por un hombre alto, imponente, e inevitablemente hermoso. Este, le habia preguntado sobre una direccion, sobre la cual, Sharon no sabia absolutamente nada. Fue el gancho que la habia atrapado. Estuvieron conversando durante algunos minutos, una sonrisa cautivadora de aquel sujeto, le habia generado a la chica cierta confianza, parecia que no habia escuchado bien las advertencias de sus padres y no hablar con extranos, le hubiese salvado la vida. Pero habia que aceptarlo, Sharon ya habia sido seleccionada por Hayden, quien, en medio de su observacion constante del comportamiento de los humanos, solia elegir a chicas solitarias, jovenes y hermosas. Esta habia sido su tarea durante los ultimos anos, como mano derecha del rey Noche, quien de alguna u otra forma, lo veia como su subdito, aprendiz y quiza, el siguiente en asumir el trono en algunas decadas. La relacion de amistad existente entre Hayden y el rey Noche, era bastante cercana, era tan fuerte y solida, que, en ocasiones, esto le generaba algunos celos a la hija unica de la pareja real. Noche y Luna, habian dado vida a la razon de su existencia, una hija virgen cuyo nombre habia sido Elvira. Ella es la princesa sombrilla, quien de alguna u otra forma, sera la encargada de mantener el trono de la oscuridad en alto. Pero esta, no se ha involucrado demasiado en las acciones de su padre, no parece sentir un interes fuerte por asumir el trono en el futuro. En muchas oportunidades, Elvira habia demostrado que su unica intencion, era disfrutar de la libertad leve que su padre le proporcionaba, y ascendiendo al trono, se llenaria de responsabilidades tan abrumadoras, que pasaria la eternidad lidiando con los protocolos de ser la reina. Cuando su padre la amenazaba con que el trono seria absorbido por Hayden en un futuro, esto poco le importaba a la chica, quien sentia cierto alivio, al saber que habia una posibilidad alternativa antes de escogerla a ella. Elvira tiene cierto conocimiento acerca de estos sacrificios, pero no se ha involucrado demasiado, ya que, no esta de acuerdo con la forma en que operan. Matar a una persona aleatoriamente, simplemente por ofrecer su sangre y su virginidad al rey Erebo, le parece algo nefasto. Pero en su silencio, prefiere hacer caso omiso, y entender que esta en medio de una situacion comprometedora, donde su familia, es lo mas importante. Siempre ha sido muy caprichosa y exigente, absolutamente todo lo que ha querido siempre le ha sido proporcionado. Deseada por muchos y pocos son los que han podido acercarse a ella, su virginidad, es su tesoro mas preciado, y ha sido protegida por su padre para evitar que los oportunistas trataran de seducirla para ganar algo de ventaja y posicionamiento en la monarquia de la oscuridad. Siempre habia contado con el amor absoluto, el apoyo, la abnegacion y dedicacion de sus padres, de esto, no podria haber una sola discusion en contra. Elvira era profundamente amada, y no habia un solo dia en el que el Luna y Noche, no le demostraran cuan significativa era para ellos. La naturaleza malevola de todos estos personajes, era simplemente una razon para existir, era su objetivo. Su unico trabajo, era mantener a la oscuridad en alto, funcionando como lo habia venido haciendo desde el principio del universo. Alli estaban imperceptibles ante los humanos, operando desde las sombras, mientras se llevaba a cabo una batalla entre la luz y la oscuridad, lo que habia terminado en una tregua que gradualmente se estaba convirtiendo en una desventaja. La luz habia tratado de imponerse muchas veces, extendiendo su duracion mucho mas de las 12 horas correspondientes a cada uno. El dia, iniciaba sus operaciones antes de que la noche pudiese culminar sus 12 horas, generalmente, se extendia mas de la cuenta, y esta batalla, se desarrollaba durante todo el ano. A veces, la balanza se inclinaba a favor de uno y en otras ocasiones a favor del otro, pero ya la batalla, estaba por generar un punto de quiebre, y la oscuridad, parecia haber ganado la ventaja en caso de una guerra. Muchos de los soldados del ejercito de la oscuridad, habian criticado seriamente la forma en que el rey Noche se manejaba. Decian que era pasivo, otros, asumian que sus politicas eran absurdas y flacidas, que no llevarian al reino a la evolucion. Pero durante siglos, este se habia mantenido estable en el trono, y nadie habia podido hacer estremecer las bases de esta monarquia. Mientras la ceremonia se prepara, todos los asistentes, llevan tunicas oscuras, solo el rey Noche, lleva una tunica de color violeta oscuro, como el color del cielo mientras las estrellas se encuentran adornando con su intermitencia hipnotizante. El rey camina directamente hacia el centro de una sala, esta rodeado por un grupo de subditos, los cuales, cubren sus rostros con estas vestimentas extranas, las cuales no permiten ver la identidad de nadie. La acustica del lugar, es bastante significativa, hay una gran cupula en la parte superior, y esto, amplifica notablemente los gritos de la joven Sharon, la cual, se encuentra atada de manos sobre su cabeza con una cuerda. Estas inmovilizan sus munecas mientras esta cuelga completamente desnuda tocando apenas con las puntas de sus dedos de sus pies, el suelo frio y pulcro.

  • El anonimo de Natasha Preston

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  • Y en nosotros nuestros muertos (Nena Castelao 1) de Ana Medrano

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    Madrid, abril de 2012. La desaparicion de un espejo en el taller de restauracion donde ha fallecido recientemente su padre es el detonante para que Nena -Magdalena Castelao- consiga convencer a sus amigos y a un inspector de la policia de que sus sospechas sobre la naturaleza criminal de esa muerte son fundadas.
    Gracias al hallazgo de una carta, fechada en el ano 1935, dirigida a su abuelo por el entonces parroco de San Tirso de Boveda (Lugo) y de la ayuda del actual sacerdote a cargo de esa parroquia, la investigacion ira desentranando una trama organizada en torno al expolio y la venta fraudulenta de patrimonio artistico espanol.
    A medida que la investigacion avanza Nena descubrira que la verdad no siempre te devuelve la paz.

  • La receta del amor en pareja de Victoria Cardona

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    ?Como animar y revitalizar el amor para que perdure una union profunda, la correspondencia de sentimientos y asi alcanzar la felicidad? Las claves para un amor en pareja que perdure las encontramos en las demostraciones de carino, la entrega total con ternura y pasion, el respeto por la autonomia y promocion de la personalidad del conyuge, la comunicacion sincera y el buen humor ante les dificultades.

  • !O no hay trato! de Carolina Gattini

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    El destino y la mala suerte llevan a Miriam a la desesperacion. No es capaz de pagar sola el alquiler al que se habia comprometido con su reciente ex, las deudas la ahogan y finalmente decide vivir en un lugar con todas las comodidades, "comodos" sofas, bano y ducha, salas de reuniones…, es decir, la oficina donde trabaja.
    Miguel Garmendia esta a punto de perder lo unico que tiene, la empresa que levanto desde joven porque precisamente dedico su vida a trabajar, en lugar de disfrutar de ella como hicieron sus amigos y hermanos. Confiar en la persona equivocada, su contable, le ha llevado practicamente a la quiebra. Sin embargo hay una esperanza, conseguir la herencia de su madre, bajo la condicion de casarse. Claro que, no es tan facil encontrar a una mujer que quiera casarse con un hombre como el y renunciar a una vida normal, aunque sea por unos meses. O tal vez si… El unico problema es que esa mujer es adicta al sexo y la abstinencia de ese matrimonio no es compatible con ella… Asi las cosas… Miriam tendra que establecer sus propias condiciones… !O no habra trato!

  • El ritual de los muertos de Nagore Suarez

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    --Ahi fuera yo soy bueno. ?Entiendes? Soy una buena persona, alguien cualquiera. Pero cuando entro en este cuarto, entonces dejo de ser yo. Entro en otro mundo. Aqui ya no soy el mismo. Aquellas palabras le provocaron nauseas. O quiza fuera la vision del cuerpo de Lucia, que yacia con el craneo aplastado a menos de un metro de ella. El pelo rubio tenido ahora se habia convertido en una marana rojiza, y el suelo de cemento estaba encharcado de sangre. Sentia que la cabeza le daba vueltas. ?Que habia tomado antes? No lo recordaba. Las ultimas horas se confundian entre ellas, se hacian indistinguibles. Solo podia pensar en el martillo impactando en la cabeza de su amiga, destrozando el hueso, liberando trozos de masa encefalica, despues de que hubiera intentado pelear, escapar. Ella no tenia fuerzas para tanto. Intuia que ella era el verdadero objetivo, pero Lucia se habia negado a despegarse de su lado. Por eso habia acabado alli, en aquel infierno. El aire estaba viciado, el olor a putrefaccion y el humo inundaban el ambiente. Un aroma dulzon y repulsivo que se le pegaba a la piel y le hacia aun mas dificil respirar. La estancia era un museo de los horrores: mirara a donde mirase tan solo veia muerte. La luz de las velas iluminaba el rostro del hombre que estaba frente a ella. Tenia los ojos brillantes, la frente cubierta de sudor y la camiseta llena de salpicaduras de sangre. Parecia estar casi en trance, en extasis. Intento soltarse las munecas sin exito, sentia el cuerpo paralizado por el panico. Sabia que era lo que venia despues. No habia escapatoria posible. La puerta y las ventanas estaban cerradas, nadie oiria sus gritos a traves de las paredes de piedra. Rezo, lloro y suplico, pero nada surtio efecto. --Algun dia Dios te castigara… --susurro mientras el la agarraba del pelo y sostenia su cabeza hacia atras. El cuchillo atraveso piel, musculo y cartilago, mientras ella, aun consciente, observaba la sangre abandonar su cuerpo. --Gracias a ti, no me castigara nadie --respondio el. 1 Animas Dicen que todas las leyendas esconden algo de realidad. Aquella tarde de principios de febrero, mientras la lluvia caia suavemente sobre las lapidas del cementerio, me vino a la mente una de las mas populares de Becquer, que habia leido varias veces en el instituto: <>. Segun contaba, la Noche de Difuntos, templarios y nobles, muertos tiempo atras en una lucha inutil, se levantaban de sus tumbas y vagaban por el monte envueltos aun en los jirones de sus sudarios. Y entonces, doblaban solas las campanas de la capilla y el lugar se volvia intransitable para los humanos; cualquiera que pusiera un pie alli no regresaria a su casa con vida. Me pregunte cuantos curiosos se acercaban todavia en la noche del 1 de noviembre a aquel paraje, con la esperanza --y el temor-- de encontrarse con las animas de los muertos y quiza, quien sabe, con los mismisimos Beatriz y Alonso, los desdichados protagonistas de la historia del escritor romantico. No fue casualidad que me acordara en ese momento de Becquer y de su monte de las animas. Esa manana, cuando conducia por la autovia, habia pasado por Soria. No habia llegado a entrar en la ciudad, ya que mi camino se desviaba antes hacia la sierra de Cameros. Para llegar hasta el pueblo --sin pagar peaje-- hacia falta atravesar una estrecha carretera de doble sentido llena de curvas que discurria entre montanas rojizas dignas del lejano Oeste --buitres incluidos--, bosques ahora casi desnudos, un embalse y pequenos pueblos junto al rio Iregua. Era la primera vez que tomaba aquella ruta, y, como habia salido muy pronto de Madrid, habia aprovechado para hacer un par de paradas. Desayune un cafe y un cruasan de tamano considerable en un bar de Villanueva de Cameros, al lado de una pequena gasolinera y de una ermita escondida entre unos arboles, a la que se llegaba bajando unas escaleras. Mas tarde, pare a un lado de la carretera en una fuente de piedra llamada Los Eros, donde llene la botella de agua helada, saque a Dali a hacer pis y estuve a punto de pisar a unos agradables limacos, una especie de babosas negras gigantes, que se arrastraban placidamente cerca del pilon cubierto de verdin. En realidad, si hacia balance, aquella habia sido una manana bastante intensa. El dia anterior habia recibido una llamada de Paloma para contarme que el padre de Abel, despues de un par de meses luchando contra un repentino cancer de colon, habia fallecido. Asi que habia preparado mi habitual maleta llena de <> y habia partido en direccion al pueblo. No habia podido estar alli durante el tiempo en el que habia estado ingresado en el hospital y, justo por eso, no queria faltar a su funeral. --?Crees que queda mucho? --me susurro Paloma. A lo lejos se escuchaban las palabras del cura, amortiguadas por el sonido de la lluvia. Intente mover la mano con la que sujetaba el paraguas, pero hacia tanto frio que, aunque llevaba guantes, apenas sentia los dedos. Por lo visto, habia llegado una borrasca con nombre de senora, que amenazaba con equiparar las temperaturas de Navarra a las de Finlandia. --Espero que no --respondi yo en el mismo tono--. Me estoy congelando. Paloma saco un panuelo de papel usado del bolsillo para limpiarse la nariz. --?Estas segura de que vas a dormir en tu casa? Te vas a morir de frio. --Tranquila, Rogelio ha puesto la calefaccion esta manana, y encendere la chimenea del salon. --Entonces soy yo la que se va a dormir contigo…, no creo que aguante a mi hermana tanto tiempo --contesto bajando aun mas la voz. Mire hacia mi derecha. Pude ver a Irene, la hermana mayor de Paloma, junto a Carmen, su madre, a unos metros de nosotras. Por suerte, no parecia habernos oido. Las hermanas no podrian ser mas diferentes: mientras que Paloma habia heredado el pelo extremadamente rubio y la altura de su madre, Irene apenas rozaba el metro sesenta y tenia el pelo y los ojos castanos. Pero habia un rasgo que si compartian: la misma naricilla afilada de elfo. Segui recorriendo el cementerio con la mirada. Habia mucha gente reunida alli, medio pueblo habia acudido al entierro. El padre de Abel era toda una institucion --el dueno de las bodegas mas importantes de la zona-- y todo el mundo habia querido hacer acto de presencia. Busque entre la multitud alguna cara familiar, pero reconoci a pocos: el camarero de El Guacamayo, la panadera… Algunos me miraban con desconfianza o cuchicheaban entre ellos. El impacto de lo ocurrido el verano pasado aun no habia desaparecido, y eso que no conocian ni la mitad de la historia. --Esta alli --dijo Paloma senalando un punto a la izquierda, cerca de la puerta. --?Que? ?Quien? --pregunte desconcertada. --Gabriel Palacios. No disimules, estabas intentando localizarle. Mire fijamente al suelo. Paloma tenia razon, en el fondo tenia la esperanza de descubrirle entre la gente, aunque no sabia muy bien por que. --Mierda… No quiero que me vea. --Un poco tarde. Pero, tranquila, no creo que vaya a venir a saludarte. No podia contradecirla. De hecho, tal como habian acabado las cosas entre nosotros, lo mas probable era que Gabriel no fuera a saludarme en un tiempo. Y lo cierto era que me lo habia ganado a pulso. Habian pasado casi siete meses desde que volviera a la casa indiana de mi abuela con la intencion de pasar el verano y asistir a un festival de musica. Siete meses desde que aparecieran unos huesos en el jardin, que resultaron estar relacionados con mi madre y lo que ocurrio en el pueblo durante el verano de 1978, cuando ella aun era una adolescente. Desde entonces, las cosas habian cambiado mucho. Regrese a Madrid y, despues de pasar unas semanas en casa de mi madre, donde recibi mas cuidados --aunque quiza peor comida-- que en un hospital, volvi a mi microscopico apartamento en La Latina. Me acostumbre rapido a la rutina acelerada de la ciudad y, sin embargo, nada volvio a ser lo mismo. Y no por las pesadillas o las pastillas para calmar la ansiedad, que me ponia bajo la lengua cuando sentia que no podia respirar. Habia algo mas, algo que aun no conseguia identificar. Una sensacion de miedo y, a la vez, la necesidad de volver alli, al lugar donde empezo todo. Pero siempre ganaba el miedo. Habia pensado en ir de visita, claro. Varias veces, de hecho. Pero despues buscaba alguna excusa, algun plan que surgia el fin de semana o trabajo pendiente. Y, poco a poco, fui distanciandome de todo lo que tuviera que ver con el pueblo. Era mas comodo asi, aun no me sentia preparada. En Madrid todo parecia mas lejano, mas irreal… La casa, el verano, el festival… eran como un sueno, un escenario de una vida pasada. Al principio, hablaba con Gabriel casi a diario: mensajes, alguna llamada…, la promesa constante de que volveria pronto siempre flotaba entre nosotros. Y despues, poco a poco, deje de contestar. Las conversaciones se volvieron cada vez mas cortas, cada vez menos frecuentes, hasta que un dia: silencio. No hubo ninguna explicacion --ni el me la pidio--, ningun drama, ninguna discusion. Simplemente, igual de rapido que habia empezado todo, se termino. O, mejor dicho, lo termine. --Vamos, tenemos que ir a dar el pesame. Ya han acabado --me apremio Paloma, empujandome ligeramente por la espalda. La segui hacia la cola de gente que se acercaba a Abel y a su madre, intentando no sacarle un ojo a nadie con el paraguas. El cementerio no era muy grande: un rectangulo de muros de cemento rodeado por unos cipreses un tanto mustios. La pared del fondo estaba llena de nichos y el resto eran tumbas con lapidas de piedra, algunas de las cuales tenian fotos; otras, pequenas estatuas… Solo habia dos panteones modestos y, evidentemente, uno de ellos pertenecia a los Arbaiza. --Lo siento mucho --le susurre a Abel mientras le abrazaba cuando, por fin, llegamos hasta ellos. --No tenias que haber venido, esto esta muy lejos --respondio. --!No tiene nada mejor que hacer! Trabaja desde casa --intervino Paloma acercandose para abrazarle. Abel no pudo evitar sonreir por un momento. Paloma tenia ese don: su eterno buen humor era contagioso, hasta en situaciones como aquella. --Nos vemos antes de que me vaya, ?vale? --le dije a modo de despedida a Abel. El asintio antes de girarse para seguir atendiendo al resto de los familiares y amigos de su padre. La cola parecia interminable. --Lo tiene que estar pasando fatal. Perder a tu padre y ademas asi, en tan poco tiempo --le comente a Paloma mientras saliamos del cementerio. --Un cancer fulminante… Aunque Abel llevaba ya un tiempo raro, desde antes de lo de su padre. --?Que quieres decir? --pregunte extranada. Mi relacion con Abel no era tan estrecha como con Paloma. --No se… quiza me equivoque, pero no lo he visto mucho ultimamente. Hace ya un tiempo que ha empezado a frecuentar unas companias digamos… diferentes. --?Diferentes? ?A que te refieres? Paloma abrio la puerta de su Golf y cerro el paraguas. Practicamente habia dejado de llover. --?Por que no me invitas a un vino en esa mansion tuya y me ahorras tener que asfixiar a mi hermana con una almohada? --Me parece bien, no quiero mas muertes por hoy. Pero cuando lleguemos me sigues contando. Deje a Paloma para ir a mi coche, que estaba aparcado unos metros mas atras, en un camino de tierra. El cementerio estaba en las afueras del pueblo, rodeado de huertas y de algunos arboles que hacian compania a los cipreses. En ese momento vi a Gabriel, junto a la tapia, hablando con un matrimonio de unos sesenta anos que deduje serian sus padres. Desvie la mirada rapidamente, pero sabia que me habia visto. No me sentia capaz de acercarme, ni mucho menos de mirarle a los ojos. Quiza fuera mejor asi. Me sentia bastante avergonzada por como habia terminado mi relacion con el. Entre en el coche y, mientras me alejaba del cementerio, volvi a pensar en la leyenda de Becquer. En las animas que revivian en la Noche de Difuntos. ?Por que nos daban tanto miedo los muertos? ?Que era lo que nos asustaba tanto de los cementerios, lo que nos aterrorizaba cuando de ninos jugabamos a ver quien de nosotros conseguia acercarse mas a la puerta de entrada? ?Eran los difuntos o era, quiza, la posibilidad de unirnos a ellos bajo tierra? 2 Hogar Lo primero que hicimos al entrar en la casa --despues de rascarle las orejas a Dali-- fue encender la chimenea del salon. Rogelio habia puesto la calefaccion por la manana, pero calentar minimamente aquella mole requeria muchas mas horas. Ni Paloma ni yo teniamos mucha practica, asi que el proceso fue mas largo de lo esperado y estuvo a punto de costarle a mi amiga las pocas cejas que tenia. Cuando por fin conseguimos mantener un fuego decente, nos dejamos caer en el sofa lo mas juntas posible --como hacen los pinguinos emperador cuando hace frio--, nos tapamos las piernas con una manta de ganchillo y abrimos una botella de Baron de Ley que cogi del mueble de las bebidas. --Menos mal que no he tenido que bajar a la bodega --suspire aliviada. La bodega estaba en el sotano y era --obviamente-- el lugar mas frio y humedo de toda la mansion. En realidad, la Casa del Mexicano era mucho mas agradable en la epoca estival. Entonces se agradecia el frescor que proporcionaban los muros de mas de cien anos de antiguedad. --?Que sientes al estar otra vez aqui? --me pregunto Paloma mientras se llenaba la copa de vino. Me encogi de hombros. --No se. Por un lado, tengo la sensacion de que ha pasado mucho tiempo y, por otro… --Y por otro lado parece que todo pasara antes de ayer --dijo terminando mi frase. --Si, supongo que si --reconoci. --Pero te ha dado tiempo a cambiar de trabajo y hasta de novio --comento con una sonrisa que dejaba al descubierto sus dientecitos de vampiro. --Eso no es del todo verdad… --me defendi. Era cierto que a los dos meses de volver a Madrid --despues de mucho bucear en LinkedIn -- habia encontrado trabajo en una pequena revista digital de Lifestyle. Lo bueno era que trabajaba desde casa, por un sueldo precario pero aceptable. Lo malo, que el noventa y cinco por cierto de los articulos que escribia eran recopilaciones de consejos, curiosidades, recomendaciones de restaurantes, recetas o incluso contenido patrocinado por marcas. Cualquier cosa que fuera jugosa en las redes sociales y consiguiera atraer visitas a la pagina web de la revista. No obstante, teniendo en cuenta la situacion del mercado laboral para los jovenes, que incluia practicas apenas remuneradas que se extendian durante anos o trabajos de falsos autonomos, y a pesar de que aquel puesto estaba muy lejos de la idea que tenia cuando deje mi trabajo en la agencia de comunicacion, la verdad es que no podia quejarme… Respecto a lo del cambio de novio, Paloma estaba completamente equivocada. --?Asi que ahora me vas a decir que Oier y tu no estais juntos? --insistio. --Nos estamos conociendo --puntualice. --Pense que ya os conociais --sonrio.

  • Los muertos no se ahogan de Alberto Meneses

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    La vida de Roberto esta en un pozo del que parece imposible salir. Suspendido de empleo y sueldo en la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, cada noche le asalta el mismo sueno, en el que una joven se arroja por un acantilado. Nada parece tener sentido, hasta que su jefe le pide que regrese al pueblo en el que nacio para ayudar en la investigacion de una extrana muerte. Una joven a la que no conoce se ha suicidado lanzandose por un acantilado y dejando en su telefono movil una nota dirigida a el. Obligado a volver al lugar del que huyo en el pasado y al que juro no regresar jamas, Roberto descubrira que Nueva de Llanes esconde oscuros secretos y, si no logra encontrar pronto al asesino, la muerte de la joven no sera la ultima. Los muertos no se ahogan es la primera incursion en el genero del thriller y la novela policiaca de Alberto Meneses, escritor con mas de una decena de libros publicados y miles de ejemplares vendidos.

  • Cuando un hombre ama (Gillander’s Whisky 1) de Eleanor Rigby

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    Vuelve Eleanor Rigby con una nueva serie que tiene de todo: amor, intriga y mucha mucha pasion, ambientada en la regencia inglesa.

  • Tormenta inesperada: Ahora que haras? de Miriam Magana Pimientel

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    A muchos de nosotros, nos ha sucedido de pronto vivir una tormenta.
    Este libro es como el abrazo y el consejo de una amiga, que necesitas en estos momentos de dudas.
    Sus lineas dejaran una esperanza en tu corazon.
    La meta es ser feliz, asi que no te arrepientas de nada, cuando estes al final del camino,
    de lo unico que te arrepentiras es de las cosas que no hiciste cuando podias. !A un estas a tiempo!
    Puedes empezar ahora, a formar un nuevo inicio.

  • Amores que matan de Rosa Beltran

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    Aqui se convoca la narrativa breve de una de las escritoras mas destacadas de la literatura mexicana contemporanea.

  • Bruja Urbana de Daniel Santos

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    Agatha era una Bruja Moderna del Siglo XXI.
    Descendiente del honorable linaje de Salem.
    Y una universitaria en Nueva York.
    Una combinacion peligrosa hoy dia.

  • Cancion de las Tierras Altas de Tanya Anne Crosby

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    Gavin Mac Brodie teme convertirse en el hombre que era su padre. El chico se atiene al voto de castidad y jura no casarse jamas, llevado por la soledad y las visiones de lo que nunca sera y nunca podra tener. Sin embargo, el soltero de oro de los Brodie esta a punto de encontrarse con un poco de magia de las Tierras Altas…

  • Bajo la lupa de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle

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    Seleccion, traduccion y notas de Rodolfo Martinez
    Si Edgard Allan Poe inventa el relato policiaco con “Los crimenes de la calle Morgue“, es Arthur Conan Doyle quien lo convierte en un genero maduro y adulto con el que es, sin duda, el mejor detective consultor del mundo: Sherlock Holmes, residente en Baker Street, Londres.
    En esta seleccion, Rodolfo Martinez recopila y traduce sus dieciseis relatos favoritos de Conan Doyle protagonizados por Holmes. En ellos el lector podra encontrar algunos de los mas brillantes momentos del detective junto con el retrato, impresionista pero certero y agudo, de una epoca y una sociedad. Cada historia ha sido elegida atendiendo no solo a los elementos policiacos del caso, sino al propio interes de este, ya sea literario, de estudio de personajes o de analisis social, cuando no de los tres.
    Sin duda una seleccion imprescindible para conocer a fondo a Sherlock Holmes, su mundo y su epoca.
    El signo de los cuatro
    Escandalo en Bohemia
    Un caso de identidad
    El detective moribundo
    El interprete griego
    El hombre del labio retorcido
    EL tratado naval
    La caja de carton
    El problema final
    La casa vacia
    Los planos del Bruce-Partington
    Los bailarines
    Charles Augustus Milverton
    El problema del puente de Thor
    La melena de leon
    Su ultima reverencia

  • La decadencia de la mentira de Oscar Wilde

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    La decadencia de la mentira (1898) no es solo uno de los dialogos de mayor alcance teorico de Oscar Wilde, sino que representa su manifiesto antinaturalista y una contribucion tan notable como polemica, aun hoy, al debate sobre el valor del arte. Para Wilde, cuando se exige al arte que renuncie a la bellezala mas elevada aspiracion humanaen pos de la verdad, se sacrifica una de las capacidades mas extraordinarias del ser humano: la de transformar la realidad. Crear significa urdir maravillosas mentiras para convertir el mundo en un lugar digno de nuestro asombro. Y cuando el Arte consigue liberarse de las cadenas del realismo, no solo no imita a la Naturaleza ni a la Vida, sino que se convierte en el modelo de ambas.

  • Mi primer amor era una bruja de Fernando Cereto Castro

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    Una pareja inicia un idilio de cine que, tras un ano, se rompe. Tras la ruptura el protagonista descubre que no puede volver a amar y que su exnovia, Alicia, ha desparecido.

  • La conquista de Laura (Steel 3) de Rose Gate

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    Laura se ha reencontrado con Marco y parece que todo ha quedado aclarado. El se ha propuesto conquistarla, recuperarla para formar junto a ella y sus hijos su ansiada familia. Pero ella esta renuente a abandonar Noruega y volver a Barcelona. Marco tiene un mes para demostrarle que es un hombre distinto y que confia plenamente en ella ?Sera capaz de hacerlo? Laura no puede evitar que todo lo que siente por Marco la envuelva en un remolino de deseo y amor. Quiere volver a creer que lo suyo es posible y que tienen una oportunidad, decide aceptar la proposicion de Marco para vivir un mes con el y tomar una decision que puede cambiarles la vida a ambos sin saber que el destino va a ponerles a prueba de nuevo. ?Sera capaz Laura de abandonarlo todo para volver a los brazos del hombre que ha traicionado su corazon? ?Seran capaces de superar todos los obstaculos que intentaran distanciarlos? ?Triunfara el amor frente a los celos y la desconfianza? ?Lograra Marco su anhelado felices para siempre?

  • Ahora que lo dices de Kristan Higgins

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    Bienvenidos a las complicaciones de la vida, a la familia, al amor… Y a la realidad de que, a veces, das un paso adelante… y luego dos atras.
    Un paso adelante. Dos atras. La beca Tu que puso a Nora Stuart en el camino de convertirse en medico especialista fue un paso adelante. Que la atropellaran y darse cuenta de que su novio flirteaba con la doctora cuando la creyo moribunda fueron dos pasos atras. Y menudos dos.
    Destrozada, Nora siente que su vida, esa vida que ha levantado con tanto cuidado, se agrieta. Solo hay un sitio adonde ir: a casa. Pero la pequena comunidad de Maine que dejo hace quince anos no es que la reciba con los brazos abiertos. En cada esquina se topa con alguien que la culpa de algo sucedido hace anos en el pequeno pueblo de la isla Scupper.

  • Un ano de amor contigo. 365 historias de amor de David Alfaro

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    Este es un libro lleno de amor. Literalmente. Contiene 365 historias de amor. Algunas son de una frase, otras tienen mas de dos mil palabras, las hay de ficcion y tambien reales; las hay comicas, dramaticas, emotivas, absurdas, cotidianas y excepcionales. Pero todas tienen un denominador comun: el amor. A la pareja, a los hijos, a los animales, a uno mismo… Amor, a fin de cuentas. En su vertiente mas amable y tambien en su cara mas oscura, la del desamor. Este libro deberia durar exactamente un ano desde el momento en que empieces a leerlo; cada dia tendras una nueva historia que echarte a los ojos, debidamente fechada. Si lees cada una en su dia correspondiente, llegara a durarte 365 dias. Siempre que seas capaz de dosificar el amor.

  • La pasion de Vangelis (Mon 3) de Cristo Alcala

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    Vangelis Coppola. Empleada, de una de mis empresas. Mi rayo de sol. Mi nena. Simple, graciosa y algo torpe. La mujer a la que le pido casamiento y la muy cabrona me rechaza. Si, lo se…porque mis propuestas apestan. Bonita. Testaruda. Jodidamente, testaruda. Y la duena absoluta, de mis anginas de pecho obsesas. ?Yo? Heronimo Mon. El senor oscuro. Dueno de las metalurgicas, mas grandes del mundo.El rey del acero.Arrogante.De humor acido. Y con un vocabulario 90% sarcastico, temperamento controlador y 10% oso de peluche.Esta, es la continuacion de nuestra historia hasta el final. En directo, dura y sin algodones de azucar.Desde el punto de vista de mi nena, con algo de humor y desde el mio, con mi caracter de un T-Rex con picazon en la entrepierna. Nuestra historia de amor verdadero, natural y sexualmente directa.?Pueden dos personas, que viven y ven la vida de perspectivas diferentes, despues de haber afrontado y luchado juntos con los demonios del pasado, vivir sus felices para siempre? Vas a reir. Vas a llorar. Y te vas a emocionar… ?Dije, que vas a reir? Porque, nuestra historia es especial…

  • La voz del Faquir de Harkaitz Cano

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    Un joven militante de la cancion utiliza su don para intentar cambiar el mundo. Imanol Lurgain abraza su guitarra y pone su enorme chorro de voz al servicio de la lucha de una ETA embrionaria que nace para combatir la dictadura. Apodado el Faquir, Imanol fue un hombre significado politicamente, amado y odiado a partes iguales cuando su conciencia y un hecho atroz le hicieron tomar partido por la vida y contra la violencia de la organizacion en la que una vez milito.
    Esta es la novela de una revolucion sonada; la historia de un artista que quiso dar voz a su epoca y a sus ideales, de las mujeres que conocio y los musicos que le fueron fieles; de las canciones que creo y del publico que acabo dandole la espalda. Y es, ante todo, una novela sobre la libertad y el compromiso con uno mismo.

  • Honoria y la Obligacion Familiar de Alicia Cameron

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    ?Que sucede cuando se mezcla a dos bellas hermanas y tres posibles enamorados, y se anade una pequena confusion sobre cual hermana es cual? El resultado es esta brillante historia de amor.
    Honoria normalmente es la hermana timida. ?Como pudo terminar en un embrollo tipico de algo que haria la audaz Serena?
    El Sr. Allison, uno de los solteros mas codiciados de la sociedad, llega a la Mansion Fenton para pedirle matrimonio a Honoria, pero ella tiene un pequeno dilema. No se recuerda de la apariencia de su futuro prometido. Agobiada por la timidez, ella casi no pudo verle la cara cuando se conocieron durante su primera temporada en Londres. Pero el hablo con su papa, dispuesto a proponerle matrimonio. Sus hermanos, Serena y Benedict piensan que es muy divertido, pero despues de escuchar una conversacion entre sus padres sobre la situacion financiera de la familia, Honoria se da cuenta que debe casarse con el Sr. Allison. Este entendimiento la deja infeliz y sin poder compartir sus sentimientos.
    Cuando el Sr. Allison llega a la Mansion Fenton, hay otro problema, y este involucra a la hermana de Honoria, Serena. El Sr. Allison no cumple su cometido y deja la casa inesperadamente, pero invita a la familia para que lo vayan a visitar a su casa, Bassington Hall. Su gentileza con toda la familia no le da una excusa legitima a Honoria para rechazar la futura propuesta de matrimonio. El Sr. Scribster, el amigo feo, grosero y sin sentimientos del Sr. Allison ve mas alla de la mascara que Honoria se ha puesto para enfrentar la situacion, y le ofrece una manera de poder expresar su frustracion y disgusto.
    Al mismo tiempo, Benedict tiene su propia aventura, con la ayuda de su tio Wilbert, para salvar a su amiga de la infancia y vecina Genoveva Horton, quien ahora es la triste Lady Sumner. Al desarrollar unas habilidades algo escandalosas, Benedict tiene la esperanza de darle ciertas opciones a la persona que tiene el papel mas limitado de toda la alta sociedad, la esposa infeliz.
    Cuando la vida de Benedict se encuentra en peligro, las vidas de los personajes principales se mezclan y cambian para siempre, hasta el momento en que la marana de mentiras de omision y verdades a medias al fin se resuelve.

  • Lazos de hielo 2 de Maria C. Garcia

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    ?Podras controlar la pasion?
    Nadia es una joven estudiante que acaba de terminar su carrera y busca su primera oportunidad laboral, pero todo su mundo cambiara cuando sea contratada en una de las empresas mas exitosas de la ciudad.
    Marco es un abogado de exito que esconde algunos secretos, lo que le ha llevado convertirse en un hombre solitario. Sin embargo, en cuanto conoce a Nadia, su vida repleta de misterios empezara a conducirse por el deseo, algo muy peligroso en su mundo, sobre todo cuando una amenaza inesperada surja de entre las sombras sin que el sea consciente de ello…

  • Ciudad espejo de Jose A. Bonilla Hontoria

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    --?Donde esta el nino? La mujer tenia la cara desencajada, el corazon en un puno. Su marido habia empalidecido, su rostro transformado en una enfermiza luna como la que se aferraba al cielo aquella noche, mas alla de la cima de los titanicos edificios que los rodeaban. Sus labios temblaban, la voz entrecortada, sus pupilas vibrantes, desesperadas, buscando sin encontrar... ?El nino? ?Donde estaba el nino? El nino habia desaparecido. Clavados al suelo, enraizados a la angustia, se miraban sin comprender lo sucedido, procurando una exigua explicacion que no hallaban. Debia de estar con ella. Debia de estar con el. Pero no estaba con ninguno de los dos. Un oceano de gente pasaba a su lado sin prestarles la menor atencion, una riada humana cargada de bolsas y paquetes que discurria por las aceras, cerca de los luminosos aparadores engalanados para las fiestas navidenas, yendo y viniendo, con los bolsillos cada vez mas vacios, pero con las ilusiones llenas. Faltaban apenas tres dias para Navidad, los comercios hervian de actividad y los villancicos que salian de algunas de las tiendas, o que proyectaban altavoces estrategicamente colocados en las calles, recordaban de forma machacona que era tiempo de compras, de dispendio, de regalos, de obligada felicidad... --!Tenia que estar contigo! --le recrimino la mujer, las lagrimas rodando por sus encendidas mejillas, fuera de si, temblando de rabia y temor. --Pen... pensaba lo mismo. Se separo de mi mano y crei... crei que iba hacia ti. De verdad, ha sido tan solo un segundo. Un miserable segundo… --Solo eso es suficiente, ?no lo entiendes? Un maldito segundo. Un segundo...-- Sus ojos no dejaban de escudrinar entre la muchedumbre buscando a su pequeno, pero no veia mas que perfiles desconocidos, caritas sonrientes y luminosas que no eran las de su hijo. Sentia una fuerte opresion en el pecho, el corazon golpeando con fuerza contra su esternon, galopando desbocado. No podia sufrir uno de sus ataques de ansiedad, no en aquellos momentos. Su hijo la necesitaba. La necesitaba mas que nunca. Tenian que buscarlo, tenian que encontrarlo. Probablemente estaria con la naricilla pegada a uno de los escaparates de los alrededores, contemplando con los ojos repletos de emocion sus juguetes preferidos, si, seria eso, seguro que era eso, tenia que serlo. Por favor, que lo fuera. --!Marc! !Marc! Marc, ?donde estas? --Su voz fue ahogada por los acordes navidenos de All I want for Christmas is you de Mariah Carey que comenzaron a vomitar unos potentes altavoces colgados en una farola. No recordaba que aquella cancion le hubiera resultado otras veces tan irritante, tan agobiante; le estaba crispando sus ya de por si alterados nervios. --!Marc, hijo! !Marc! --Su marido se abria paso entre los viandantes a base de codazos, de premura, de urgencia. Los transeuntes le dedicaban miradas desagradables, acompanadas de muecas de sorpresa y enfado. No entendian lo que sucedia y el no tenia tiempo de dar explicaciones. No podia perder ni un suspiro, ni un latido, ni un halito de su vida en hacerlo. Tan solo habia sido un segundo... !Joder! No podia andar muy lejos. Jamas habia rezado a nadie, pero, en aquellos instantes, la plegaria que se repetia como un perverso soniquete en su cabeza era ferviente y devota. Si existia un dios al menos que no se hiciera el sordo, que escuchara sus suplicas, luego ya arreglarian cuentas. ?Donde estas, hijo? ?Donde? Aun podia recordar las yemas de sus deditos desprendiendose de los suyos, creyendo que iba en busca de su madre, a escasos metros de el, como tantas veces hacia, entretanto el decidia que ordenador portatil comprarse entre los expuestos en el escaparate de la tienda. Y ya esta. Habia sido suficiente. Un parpadeo y el nino se habia sumergido en una marea humana que lo habia devorado, engullido para siempre, arrastrado al olvido igual que la putrefacta tabla de un naufragio. ?Por que pensaba aquellas cosas? !No, no, Marc tenia que estar cerca, muy cerca! Lo peor es que habian perdido unos valiosisimos segundos antes de darse cuenta de lo que sucedia, unos alarmantes momentos que ahora se le antojaban simas abismales imposibles de superar. Entre la muchedumbre, sus ojos tropezaron con una pareja de la policia local. Su corazon le dio un brinco en el pecho. Ellos podrian ayudarlos. Corrio hacia los agentes mientras su mujer seguia gritando a los cuatro vientos, cada vez mas angustiada, el nombre de su hijo. Paraba a los peatones y, con atropelladas palabras, les preguntaba si habian visto a su pequeno. La mayoria la esquivaban asustados, otros le dedicaban duras miradas de indiferencia y, los que menos, negaban con la cabeza huyendo lejos de los problemas, como si aquella mujer pudiera trasmitirles un contagioso virus. No, no lo habian visto. La calle estaba llena, repleta de ninos que iban de las manos de sus padres, de sus abuelos, de sus familiares, no sabian a cual de ellos se referia, y tampoco deseaban saberlo, continuando su camino, cabizbajos, procurando olvidarla cuanto antes y dejandola sin esperanzas, arrancandole un pedazo mas de vida. El hombre, afligido, al borde del llanto, les comunico a los policias lo que habia sucedido. Los agentes avisaron por radio de inmediato a sus companeros de la patrulla movil, que se encontraba cerca del lugar, dandoles una breve descripcion del nino para que procedieran a vigilar la zona e identificar cualquier actividad sospechosa. Al verlos llegar con su marido, la mujer, con el rostro contraido en una mueca descompuesta y el maquillaje convertido en dramaticos tizonazos trazados por las lagrimas, corrio hacia ellos como si fueran su ultima salvacion. Su esposo sintio una punzada de dolor cuando paso por su lado sin dirigirle una misera mirada complice, agarrando del brazo a uno de los agentes, una mujer que debia tener mas o menos su edad, y a la que, vomitando su dolor, le explico lo sucedido. El se acerco para arroparla, para proporcionarle un atisbo de consuelo, pero fue respondido con un frio y brusco gesto de desprecio. Y entonces supo lo que eso significaba. El era el culpable de la perdida de su pequeno. El, y unicamente el, habia permitido, con su torpe y egoista negligencia, que la oleada humana se lo llevara, que su hijo se encontrara solo y perdido en aquella marabunta carente de alma y de corazon. Y no se lo perdonaria. Jamas. Alli, aquella maldita noche del recien inaugurado invierno, se rompia su proyecto en comun, su matrimonio, su amor. Nada seria capaz de compensar lo que habia sucedido, nada seria capaz de reparar su imprudencia, ni tan siquiera el encontrarlo sano y salvo. O quizas eso si. Quizas, despues de todo, aun existia una posibilidad de enmendar su error. Y eso le acongojo todavia mas. ?Y si no lo encontraban? ?Que sucederia con Marc? ?Que seria de ellos, de sus vidas? No queria ni imaginarselo. Pensarlo le colapsaba los sentidos, abotargaba sus sentimientos, provocandole un terror desconocido y feroz que le destrozaba por dentro. Nunca habia experimentado un miedo tan atroz, tan salvaje, tan violento, un miedo que te anulaba, que te impedia pensar, actuar, que te inhabilitaba como persona. !Tenia seis anos recien cumplidos, por el amor de Dios! ?Como habia sido capaz de perderlo?, se volvio a preguntar, flagelandose, asumiendo toda la culpa de su desdicha. ?Como no habia reaccionado a tiempo y le habia dejado marchar sin comprobar que acabara en manos de su madre? Ella tenia razon, se merecia cuanto le sucediera, pues el era el responsable de que la sangre de su sangre se hubiera desvanecido ante sus ojos. Estaba helado y no era precisamente por el frio. La sensacion de perdida, de impotencia y vacio era una astilla gelida recorriendo el interior de sus arterias y venas, desgarradora y cruel. Podia comprenderla. ?Como no iba a hacerlo? Pero ella debia de darse cuenta de un detalle que parecia habersele olvidado, que parecia haber pasado por alto. El era su padre y amaba a Marc como a nadie en el mundo. Su llegada le habia devuelto las ganas de vivir, le habia convertido en el hombre que era. Y... y... y, despues de todo, tambien le habria podido suceder a ella, ?verdad? ?O no? Sabia la respuesta. Y eso le resulto aun mas doloroso. Incapaz de contenerse, empezo a temblar, y las lagrimas, que durante los ultimos minutos habian enturbiado su vision, quemandole como acido, comenzaron a derramarse por sus mejillas, calcinando sus ultimas esperanzas. Marc, hijo, ?donde estas? PROLOGO Marc sintio que tiraban de el. Supuso que era su madre, que queria ensenarle uno de los juguetes que habia pedido para Navidad, uno de tantos que se exponian en aquellas enormes tiendas repletas de colores y luces que llenaban la calle en la que se encontraban. Por eso se dejo separar de su padre, por eso dejo de sentir el contacto de sus dedos con los de el y por eso se habia dejado llevar. Mas, tras aquel suave tiron de su bracito, no estaba su madre, sino una senora a la que no conocia. Entrecerro los ojos y penso en llamar a su mama, pero dudo unos instantes y la senora aprovecho para apartarle a un lado, haciendose paso entre la gente, agachandose y poniendose a su altura. Busco a su alrededor. No vio a sus padres cerca. ?Donde se habian metido? Mama siempre le decia que no debia perderlos de vista, para evitar extraviarse. Pero en realidad no lo habia hecho, estaba alli con aquella senora que, por otro lado, a primera vista, le resulto bastante agradable. --Hola, pequeno, ?te gustan los perritos? ?Te gustaria ver uno? ?Ver un perrito? !Eso era mejor que los juguetes de las tiendas! Le encantaban los perros, sobre todo si se dejaban acariciar. Era muy gracioso cuando movian la colita y empezaban a saltar a tu alrededor, ladrando contentos, su lengua rebotando descolocada. Si, claro que le gustaria verlo. Por supuesto. Pero sus padres le habian advertido que no debia irse con desconocidos. Que habia gente mala. Claro que… ver un perro no podia considerarse nada muy terrible. Aun asi, no estaba muy convencido de querer aceptar la proposicion de aquella senora a la que le brillaban intensamente los ojos. --Mis papas dicen que no debo hablar con desconocidos --dijo el, con firmeza y rotundidad. --Tus papas tienen toda la razon del mundo. Me llamo Carla, ?y tu? --Yo me llamo Marc Isern Garcia. --Ahora ya nos conocemos, Marc. --Sonrio--. Te he visto hace un rato. Eres muy guapo. Y... he pensado que quizas te apeteciera ir a ver a mi cachorrito. ?Que te parece? Marc inclino la cabeza hacia un lado, pensativo. Aquella mujer se llamaba Carla y tenia un cachorro que le queria ensenar. Nunca la habia visto, pero le habia dicho su nombre. Ademas, no pensaba tardar. Le diria a aquella senora que le trajera al mismo sitio y asi sus padres no se preocuparian. Si, podia ir a ver al perrito, decidio. ?Por que no? Ademas, le hacia una ilusion barbara. Y, si le gustaba mucho, aun tenia tiempo de escribir a Santa Claus y pedirle que le trajera uno por Navidad.

  • Lagrimas de angel (Serie Extrarradio, #1), Juani Hernandez de Juani Hernandez

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  • Amor y vino de Erina Alcala

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    Papa -le dijo Gino a su padre en su casona de la Toscana. -?Que pasa hijo? -He conseguido una importante venta a Estados Unidos, una red de restaurantes nuevos, en todo el pais, sobre todo en Nueva York. -Eso es estupendo, hijo, este ano nos viene mejor que nunca Gino. Tenemos excedente de cosecha que no vamos a poder vender. -Tu lo has dicho, pero hay un problema. -?Que problema si has encontrado donde introducir nuestros excedentes? -Lo seria si no nos faltara produccion. -Ahora te introduces en el mercado americano y vas a vender, no solo lo que nos sobra, sino lo que nos falta, que no tenemos y a ver de donde lo sacamos. Pero ?Por que has hecho eso? Eres demasiado impulsivo y competitivo, tenias que vender lo que nos sobra. Nada mas. -Me han pedido mas y no he querido decir no, porque perderiamos todo. ?Y si se echan para atras? -Pero hijo, si este ano ha sido muy buena la cosecha, -decia el padre sentado en la puerta, debajo de una gran parra que daba frescor al porche de piedra de la gran casona. Te has metido en un buen lio, a ver como salimos de el y donde encontramos unos vinos como los nuestros. El padre de Gino, Gaspare Santoro, habia sufrido una ciatica en la pierna y no podia moverse. Los dolores eran insoportables y ademas habia tenido una caida y el medico le recomendo reposo absoluto, pero Gaspare Santoro, no queria estar acostado, y lo tenian en su mecedora con la pierna en alto en el porche de la gran casona de piedra. Alli estaba bien. Y al frescor de la tarde. Cuando su hijo salio a hablar con el desde el despacho, se lo dijo. Y ambos estaban preocupados. El despacho lo tenia en pleno ventanal, desde donde veia todo el vinedo que tenian en la Toscana, un lugar maravilloso a las afueras de Grosseto, una ciudad antigua de mas de 81.000 habitantes, con un rio precioso, el Ombrone, a pocos kilometros de la costa del mar Tirreno. Gino se habia comprado una casa fabulosa cerca del rio, un barco pequeno y un jet no demasiado grande, pero iba todos los dias a los vinedos de su padre, donde trabajaba. A veces, se quedaba a dormir con sus padres y la abuela que aun vivia, en la gran casona que dominaba los vinedos interminables. Las bodegas, estaban situadas a la derecha de la casona, a un kilometro de ella. Desde que Gino salio de la universidad y antes, le habia encantado el campo, la bodega, los vinedos... Comprarse la casa, fue un lujo para llevar a chicas y tener algo propio en la ciudad. Era joven y queria algo suyo, y tenia mas que cualquier chico de su edad, claro que eran ricos. Eran uno de los bodegueros mas famosos de la Toscana, tambien los mas ricos. Y de la mitad de Italia. Tenian coches, para el campo, para salir... Gino tenia un BMV y hasta un pequeno avion privado que usaba cuando tenia que ir a ver clientes fuera del pais, donde exportaban mayoritariamente o dentro del pais, pero lejos. Y ahora acababa de introducirse en el mercado americano, con un problemilla por resolver. -?Y que piensas hacer Gino? Hijo eres impulsivo. No puedes ofrecer lo que no tienes, aunque te lo pidan. Le repetia el padre machaconamente. -Buscar un vino parecido al nuestro, este ano ha sido un ano de produccion para todo el mundo. -Pero ninguno es como el nuestro, lo sabes y no pues mandarle un vino diferente al que les has ofrecido, a ver donde vas a buscarlo hijo. ?Te has comprometido? -Si, lo he hecho porque si no, no sacamos nuestro excedente y el mercado americano es el que mas paga. -Pero Gino, yo jamas he hecho eso en mi vida. -Voy a solucionarlo, no te preocupes, tengo un mes para eso, mes y medio para enviarles los vinos aparte de a nuestros clientes habituales. Eso ya lo estan embotellando y metiendo en cajas en la bodega y enviandose. Mateo esta en ello con los trabajadores. Y yo tengo que ir a Espana. -A Espana, si, me voy esta noche en el jet. -Pero a Espana ?Por que? -Hay una ciudad en el sur, bueno, un pueblo grande, Jerez de la Frontera y espero no equivocarme. Un pueblo bodeguero por excelencia. Alli hay un vinedo, sus vinos son iguales a los nuestros. Y se que tienen excedentes suficientes, los que nos faltan y no tienen donde venderlos. -?Estas seguro? -Lo estoy, nuestro sumiller los ha probado, toma... -Y le puso dos copas delante.-El padre los probo. -No bebas demasiado con las medicinas. Solo probarlos. -Son iguales Gino. Bueno, un poco... -Son practicamente iguales. -Si, iguales del todo. Eso no es normal. ?Y conoces la bodega? -He estado estudiandola. Se llama Casa de la Marquesa. La lleva un tal Juan Luis Perez con sus hijas Soledad y Elvira. Perez, es viudo, Elvira se encarga de los vinedos y Soledad de la bodega, y las ventas y supongo que todo lo relacionado con el despacho. Con ella es con la que tengo que tratar. Estos son-y le enseno las fotos de padre y de sus hijas en la bodega. -!Que guapas son! Son chiquitas como me gustan. ?No te gusta alguna Gino? -!Papa!... Estamos en otra cosa. -Eres un soso. No te gustan sino esas con las que sales. Guapas, si pero no son mujeres para el campo. Y Gino no queria iniciar una y otra vez a misma conversacion con su padre. Vivia bien, mejor que queria, tenia todo en la vida y el trabajo que le encantaba. Le gustaba vestir bien cuando volvia de los vinedos e ir a sitios exclusivos. Para ellos trabajaba como un mono durante la semana y habia hecho de los vinedos lo que eran y su padre estaba muy orgulloso de el, pero en ese aspecto... -Ademas -continuaba Gino-puedo dejar el jet en el pueblo, tiene un pequeno aeropuerto. Ya hemos hablado con el aeropuerto. -Pero Gino, ?Sabes si tiene produccion para venderte? ?Has hablado con ellos? -No, ire directamente. -?Y si lo tiene vendido a otras personas? -De momento no, por eso nos vamos esta noche. -Bueno tu veras, pero ir sin llamar ni avisar me parece el factor sorpresa. -A ver si te vas a llevar tu la sorpresa y tienen vendidos los vinos... -Lo se de buena tinta. Les va a sobrar, y sera nuestra, se la compraremos. Han tenido demasiada produccion para los vinos jovenes como los nuestros. No tienen suficientes clientes. No es una gran bodega como la nuestra a gran escala. Asi que le haremos una oferta que no podran rechazar. -A ver si no vamos a ganar nada. -Vamos a ganar, ?Cuando has visto que tu hijo pierda algo? -Nunca, la verdad. Deberia retirarme en cuanto tenga bien la pierna. Tu madre me lo dice. -No digas tonterias papa, tienes 60 anos, y las bodegas te necesitan si no quieres ir al campo, solo echas un vistazo y a la bodega. -Bueno, ?Llevas dinero? -Claro. -?Cuanto piensas comprarles? -Todo lo que les sobre. Lo necesitamos. -Bueno, espero que tengas suerte. ?Cuando sales? -A las seis, tardaremos unas tres horas. Nos quedaremos en un hotel y manana por la manana les hago una visita, alquilo un coche. -Me llamas. -Claro que si papa. Dame un abrazo, me despido de mama, me tengo que ir, me llevo a Marco, viene conmigo, y Mauro el piloto. Y Virginia. -Tened cuidado. -Lo tendremos. El tiempo es bueno. -Suerte. Ya me cuentas. Y Gaspare Santoro, penso que le hubiese gustado tener el arranque de su hijo, pero su hijo habia comprado tierras aqui y alla y habia conformado uno de los vinedos mas grandes de lo que el jamas habia sonado. Era un buen hijo y estaba orgulloso de lo que habia conseguido en esos siete anos. En la bodega La Marquesa De Jerez, Soledad hablaba con su padre en el cortijo que tenian en el vinedo, la decima parte o mucho menos que el vinedo de Gino. Solo exportaban vino dentro de Espana, tenian sus clientes principalmente en Andalucia, el sur, pero ese ano la produccion era excesiva y Soledad, su hermana Elvira y su padre, estaban preocupados por ver a quienes vendian su excedente. Soledad buscaba a diario, pero nada, no habia manera. -Papa, ha habido demasiada produccion y no puedo sacarla toda. Vamos a tener un excedente sin poder sacarlo-le decia Soledad. -No te preocupes, -le dijo el padre -sigue llamando a clientes y les ofreces mas, busca clientes, restaurantes en el norte. -?Crees que no lo he hecho? llevo una semana y me temo que vamos a perder un buen dinero si no encuentro quien nos compre la cosecha. -Bueno, deja ya eso, es de noche, -su hermana Elvira-vamos a cenar y manana ya veremos con mas claridad, Soledad. Soledad, era la menor de las hermanas. Se llevaba 3 anos con su hermana, se preocupaba mucho por la Hacienda, llevaba todo, excepto los vinedos que esos eran de Elvira y habia trabajado bien ese ano, tanto que tenian vino de sobra. Soledad, echaba una ojeada a la bodega y llevaba las cuentas y ventas. Su padre era mas del campo. Pero ella habia estudiado en la universidad y habia hecho un curso de sumiller que le sirvio de mucho para su bodega. Tenian un vino tinto y otro dulce, pero su fuerte, era el vino blanco. La super produccion le preocupaba porque no tenia donde ubicarlo. Era una pena que tuviera una buena cosecha y se desperdiciara. Soledad era pequena, le pelo largo, unos ojos verdes grandes, de largas pestanas y un cuerpo bien proporcionado, con una trenza o una cola alta siempre para el trabajo, unas botas, vaqueros y camisetas, era lo que mas utilizaba. Su hermana Elvira era un poco mas alta que ella, pero eran guapas ambas, los ojos marrones como su madre, que les falto cuando Elvira tenia 10 anos y Soledad de 7, de un cancer. Si salian, se vestian como jovenes que eran con 24 anos Soledad y 27 Elvira. Trabajaban tanto que no salian apenas. Desde que su madre murio hacia unos anos, estuvieron cuidando de su padre y Soledad, terminaba la carrera y el curso, e iba todos los fines de semana a casa desde Sevilla donde estudiaba Administracion de Empresas. Y en ese tiempo fue Elvira la que con su padre se encargaba de todo, hasta que Soledad volvio y le descargo trabajo a su hermana. No tenian tiempo de nada, entre la enfermedad de su madre, su muerte, cuidar a su padre, no tenian tiempo para chicos ni para salir, ademas sus amigas estaban en Sevilla, las de las dos que habian estudiado alli. Sin embargo, ya estaba empezando a salir porque Elvira decia que eran jovenes y debian salir los fines de semana, que tenian hombres que se encargaban del campo y de la bodega y Maria que cuidaba la casa, le podia echar un ojo a su padre, porque ultimamente se desorientaba mucho. Estaba como en su mundo. Fue progresivo desde que murio su madre, pero le habian aumentado las ausencias. Lo bueno es que vivian en el cortijo que estaba a cinco kilometros de Jerez. A la manana siguiente, llego al cortijo y coche negro impresionante, como de ejecutivos. Pero ella sabia que era un coche alquilado del aeropuerto, los conocia, por otros clientes que iban al cortijo. Estaba saliendo de la bodega y se acerco a la casa donde paro el coche. Su padre estaba en el campo con Elvira y Maria, que se encargaba de la casa, salio a recibir a esos dos hombres impresionantes y elegantes. Y Soledad vio como Maria la senalaba. Cuando se acerco, los saludo. -!Hola! Soy Soledad Perez, duena de esta bodega, bueno mi padre es el dueno y ustedes son... dandoles la mano, primero al que parecia llevar la batuta en la conversacion y que era un modelo de tio bueno y moreno con unos ojos verdes de muerte. -!Hola! Senorita Perez. -Y le apreto la mano como hacen los ejecutivos, ni lacia ni demasiado fuerte, con entusiasmo. -Soledad por favor. -Entonces me llama Gino, Gino Santoro y el es mi secretario Marco. -?Son italianos? -Somos italianos, si senorita. De la Toscana. -?Y que hacen en mi bodega y en mi casa desde tan lejos? -Negocios.- Contesto Gino con firmeza y esa voz preciosa y susurrante que tenia como si te hiciera el amor, mirandola de arriba abajo. -?Nos sentamos, por favor? ?Quieren cafe, limonada, cerveza... Si no han desayunado Maria puede prepararles algo. -Gracias, cafe solo. Hemos desayunado. Se lo agradecemos. Y Soledad, le dijo a Maria que trajera cafe y leche y unas pastas. Les senalo el sitio en la gran mesa que a Gino le recordo a la que tenian en sus vinedos. Y se sentaron uno a cada lado de Soledad. -Habla bien espanol. -Si, gracias. -Hablo unos cuantos idiomas, ?y usted? -Ingles, italiano y Castellano simplemente. No me exigian mas en la carrera y no he tenido tiempo. Llevo esto casi sola. Pero, llamame, Soledad y te llamare Gino, eres joven -dijo ella alegremente. Era alegre y simpatica, una buena anfitriona. -Gracias, mejor asi, Soledad. Al menos nos entendemos, si no en castellano, en italiano. -Bueno, mi padre esta dando una vuelta al campo, aunque yo tomo las decisiones, pero puedes decirme mientras viene, que te trae desde tan lejos. Asi que usted dira, Gino Santoro. -Y Gino le sonrio.

  • El jardin de los secretos de Ivan Soler Real

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    Aquella manana, la inspectora Robin comenzaba su rutina como si se tratara de un dia cualquiera. El aroma del cafe recien hecho ayudaba a sus sentidos a irse despertando. Como cada manana, una casa sobria y vacia le daba los buenos dias; el tipo de vida que habia elegido no le dejaba mucho tiempo para conocer a nadie. Tras una ducha rapida, se dirigio a su puesto de trabajo en la Brigada de Patrimonio Historico de la Policia Nacional. Pero este no seria un dia mas, de camino recibio una llamada telefonica, uno de los cuadros mas importantes del Museo Nacional del Prado en Madrid habia sido sustraido. Debia dirigirse al lugar inmediatamente, el director del museo requeria su presencia. De un volantazo, cambio el rumbo de su vehiculo y se dirigio hacia el lugar de los hechos. En la puerta su companero, el subinspector Gonzalez, la esperaba impaciente fumando un cigarrillo. La prensa no tardaria en enterarse y su comisario necesitaba material para poder afrontar ese cumulo de preguntas al que se enfrentaria. --Buenos dias jefa, el director del museo nos esta esperando. --?Donde esta el fuego? No se a que vienen esas prisas --contesto la inspectora con su habitual mal humor matutino. El museo permaneceria cerrado al publico ese dia. Al acceder por la puerta principal, un empleado ataviado con traje y corbata hizo un gesto a los agentes para que le siguieran. Atravesaron varias salas y pasillos hasta llegar a un gran despacho de aspecto senorial. En el fondo quien parecia ser el director del museo. --Buenos dias agentes, tenemos que actuar con velocidad, El Jardin de las Delicias ha sido robado. --?El Jardin de las Delicias? --repitio el subinspector Gonzalez. --Es un cuadro de El Bosco, si no me equivoco, --contesto Robin. --Efectivamente. Es la obra maestra mas importante que pinto el autor, y una de las piezas mas preciadas de nuestro museo --puntualizo el director. --Pero ?Como han podido burlar las medidas de seguridad de este museo?, y ?como demonios no se han dado cuenta de la sustraccion hasta ahora? --Bien inspectora, ha sido un cumulo de circunstancias. El cuadro fue llevado a los sotanos del museo para realizarle labores de conservacion. Lo que en principio se trataria de un par de dias, se convirtio en una semana debido a que los dos expertos restauradores que debian realizar esas labores contrajeron una enfermedad, creo que gripe, y no vinieron a trabajar durante varios dias. Esta manana iban a volver a colocar el cuadro en la exposicion y los encargados del transporte se percataron de que ya no se encontraba alli. --?Que dicen las camaras de seguridad? --pregunto la inspectora. --Los vigilantes han estado revisando las camaras y no han visto nada anormal. --Pues caso cerrado, el cuadro se ha volatilizado --dijo Robin sarcasticamente. --Inspectora, esto es muy serio. Esta manana he hablado con el Ministro de Cultura, el cual, a su vez, ha telefoneado a su Comisaria General, este caso es de maxima importancia -- comento el director del museo con voz amenazante. Robin sabia de primera mano que cuando los politicos se inmiscuyen en el trabajo policial, siempre es para empeorar la situacion. La burocracia y la eficacia rara vez van de la mano. Asi que intentaria recuperar esa obra maestra antes de que ningun jefe pudiera meter las narices en su trabajo. Despues de la interesante conversacion con el director, Robin fue guiada hasta el lugar de los hechos, los sotanos del majestuoso Museo del Prado, los cuales albergan una de las mayores colecciones de arte del mundo. La seguridad parecia ser impenetrable, puertas blindadas, camaras de seguridad, sensores de movimiento, guardias armados; parecia imposible que algo pudiera salir de alli sin ser detectado. Al llegar a los accesos del cuarto donde debia de estar la pieza sustraida, pudieron ver como el equipo de Policia Cientifica aguardaba la llegada de los investigadores. La inspectora comenzo a repartir tareas. --Podeis empezar con la inspeccion ocular, extraer cualquier huella o muestra genetica que pudiera haber en esta habitacion, no importa donde se encuentre ni a quien pertenezca. Gonzalez, quiero los nombres de los restauradores que debian haber trabajado estos dias y no lo hicieron. Disculpe director, necesitaria los nombres de todos los empleados que tienen acceso a esta camara, asi como los vigilantes de seguridad que estuvieron anoche de servicio. Les tomare declaracion a todos ellos. Tambien necesitaria las imagenes de todas las camaras de seguridad de todo el Museo referente a las ultimas veinticuatro horas. Un cuadro de dos metros de alto por dos metros de ancho no puede haber desaparecido sin dejar rastro. --Disculpe inspectora, pero por motivos de seguridad no le puedo facilitar todas las grabaciones de las camaras. Piense que en este lugar hay obras de un valor incalculable. Cada empleado tiene una serie de claves unicas de acceso, y nuestro sistema de seguridad es uno de los mejores del mundo, considerado de alto secreto. Si le entregase las imagenes seria una intromision en nuestra seguridad. --Si su sistema de seguridad fuera tan bueno yo no estaria aqui. Si no me las facilita voluntariamente volvere con una orden judicial. Usted preocupese por su trabajo que yo hare el mio. Tras unos segundos de silencio, el director del museo puso cara de pocos amigos mientras contestaba. --Hable con mi ayudante, el le facilitara todo lo que necesite. Tras esas palabras, se dio la vuelta y abandono la estancia sin despedirse. Se veia a primera vista que aquel hombre no estaba acostumbrando a recibir ordenes, y menos provenientes de una mujer veinte anos mas joven. El cerebro de la inspectora comenzaba a funcionar a toda velocidad. Habia aun muchas dudas que despejar. ?Por que ese cuadro? Una vez en el interior, los ladrones podrian haberse llevado lo que hubieran querido. ?Por que ese en especial? Quizas algun comprador estuviese interesado especificamente en esa obra. Habia mucho trabajo que hacer. El resultado de la inspeccion ocular fue negativo. Ni huellas, ni vestigios, ni nada por donde empezar a tirar del caso. Parecia ser obra de un fantasma. Algo no encajaba en ese robo. Eso no se parecia a ninguno de los casos que habia dirigido la inspectora. Normalmente, la mayoria de los robos de obras de arte se producian en iglesias o museos con pocas medidas de seguridad. Incluso los lardones de guante blanco dejaban alguna pista, una imagen, una huella de pisada, trazos de herramientas en puertas forzadas, algun testigo presencial, algo por donde empezar a investigar; las cosas no desaparecian por si solas, y menos una obra maestra sustraida del interior de la camara acorazada que el Museo del Prado tiene por sotano. La teoria de que el autor pudiera ser alguien de dentro cada vez cobraba mas fuerza. Todos los trabajadores que tuvieron acceso a esos sotanos fueron pasando por la oficina de la inspectora uno por uno; todos ellos fueron interrogados. Las tarjetas de seguridad de los empleados dejaron constancia electronica de todos y cada uno de los movimientos que hicieron. Las entradas y salidas, los dias y las horas, el tiempo que estuvieron, nada se salia de lo normal. Mas tarde, los vigilantes de seguridad que custodiaron el recinto esa noche dieron su version de lo sucedido. Nadie vio nada; todos hicieron las rondas establecidas, nadie falto a su puesto de trabajo. Los ultimos en ser oidos en declaracion fueron los dos expertos restauradores encargados de realizar los trabajos de conservacion de la pintura. Ambos habian caido enfermos en circunstancias similares. Segun ambas versiones, hacia cinco noches salieron con un grupo de empleados del museo para celebrar la jubilacion de uno de ellos. Estuvieron cenando en un restaurante de Sushi y algo les provoco una fuerte intoxicacion. Permanecieron en cama con gastroenteritis aguda hasta el dia en el que ocurrieron los hechos. Esa manana, tras obtener el alta medica, los expertos realizaron los debidos cuidados y procedieron a la limpieza de la obra en cuestion, abandonaron los sotanos del museo a las 17:05 horas, juntos y con las manos vacias. Nada parecia sospechoso. Este caso iba a provocar mas dolores de cabeza de lo esperado. Despues de una larga jornada de trabajo, Robin dejo irse a casa a los miembros de su grupo y se quedo sola en la oficina. Queria saber algo mas acerca del cuadro sustraido. El Jardin de las Delicias era una obra maestra realizada por el pintor holandes Jheronimus Bosch, conocido en el mundo del arte como "el Bosco". El cuadro, pintado al oleo, era lo que se denominaba un "triptico", hecho en tres laminas, una central y mas grande, y otras dos laterales que se cierran, a modo de puertas, sobre la tabla del medio. El contenido del cuadro habia sido siempre polemico, habiendo diferentes teorias en cuanto a lo que representaba. La principal era que la obra pretendia mostrar la historia del mundo, desde su nacimiento, hasta el apocalipsis. Cuando el triptico permanecia cerrado, el cuadro dejaba ver un planeta oscuro y sin vida; sus tonos grises y vacios daban un aire tetrico a las tablas. Pero abierto, la pintura arrojaba una explosion de color y alegria que lo inundaba todo. En el panel izquierdo se observaba un mundo verde y con fauna animal y tres personas en el; al parecer representaba el paraiso. El panel central y mas grande, mostraba una amalgama de personas y animales realizando diversas actividades, al parecer unicas, todos estaban completamente desnudas y parecian disfrutar de lo que hacian. La pintura central daba a Robin una sensacion extrana de sobrepoblacion. Por ultimo, la tabla de la derecha mostraba la decadencia del mundo; muertos y heridos se agolpaban por todos los lados proyectando en ese lateral un aire siniestro. Ese cuadro le resulto interesante a la inspectora Robin. Se trataba de una de esas piezas, repletas de detalles, que se puede estar mirando durante dias y siempre se descubre algo nuevo.

  • Sangre de fuego (Sangre de hielo 2) de Elly Blake

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    Descubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.

  • El hilo de sangre de Ernesto Mallo

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    Ernesto Mallo, figura insoslayable del panorama negro-criminal, cierra poderosamente la serie dedicada a su mitico investigador.<>. JUSTO NAVARRO, BabeliaUn inesperado giro del destino ha hecho subitamente rico al Perro Lascano: el comisario ha recuperado el amor de Eva y se ha jubilado de su puesto en la policia. Su vida se ha vuelto previsible, tranquila y segura. Pero, siendo desde siempre un hombre de accion, el Perro no sabe aburrirse. Por eso, cuando un criminal que agoniza en un hospital penitenciario dice saber quien asesino a los padres de Lascano cuando este era solo un nino, el excomisario se embarca de inmediato en una obsesiva persecucion entre Buenos Aires y Barcelona, poniendo asi en peligro cuanto ama, para despejar la incognita que lo ha acompanado toda la vida. Pero la verdad que le aguarda sera muy distinta de cuanto hubiera podido imaginar…Intenso, emocionante y conmovedor, el ultimo caso del ya mitico investigador creado por el argentino Ernesto Mallo es mucho mas que una novela policiaca. Se trata de un relato certero y desnudo sobre la condicion humana, construido como un preciso mecanismo de relojeria que, a la vez que tensa y pone en guardia todos los sentidos del lector, fascinado y temeroso por lo que pueda acontecer a continuacion, lo empuja inevitablemente a volver la pagina y dejarse arrastrar de lleno por la inigualable potencia de lo narrado.

  • Lynnae de Margotte Channing

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    Groenlandia, ano1113
    Gunnar, hijo menor de Erik e Yvette, y BERSERKER, decide abandonar el hogar familiar para luchar como mercenario del rey Filip Halstensson. Ante los demas, se va porque quiere labrarse un futuro, pero en realidad, siente que la bestia que hay en su interior cada vez es mas fuerte, y teme hacer dano a su familia, por eso decide abandonarles, lo que provoca una fuerte discusion con su padre.

  • La ultima cripta de Fernando Gamboa

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    Atrevete con esta increible aventura que ya suma mas de 200.000 lectores en todo el mundo, y descubre por que se ha convertido en la novela mas vendida en la historia de Amazon Espana.

  • Inapropiadamente hermosa (Confesiones en la noche 1) de Marion Marquez

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    Incapaz de regirse a las normas de la sociedad de Londres de 1835, Lady Emmeline Laughton estaba lejos de ser la dama apacible y docil que todos esperaban, pero con su caracter dulce y atrevido era capaz de entrar hasta en el corazon mas duro. Con su constante ceno fruncido y sus modales perfectos, Joseph Whitemore, Marques de Thornehill, era el hombre mas enigmatico que ella hubiese conocido. Emmeline se ve inmediatamente tentada a averiguar quien es el hombre que se esconde detras de todo el misterio, sin saber que en el proceso, podria terminar develando el secreto de su propio pasado.

  • Malditas las rosas de Sofia Ortega Medina

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    Rico, poderoso y dueno de un imperio de cosmetica, el gran senor Echevarria no dudara en acabar con cualquiera que se atreva a alterar sus planes.

  • Cartas de Veronica al atardecer de Sara M

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    Veronica una nina que se siente sola,perdida,desprotegida y desconsolada. Su unico momento de paz lo encuentra los domingos por la tarde,cuando se queda sola en la casa y puede escribir estas desgarradoras cartas en las que habla de su dia a dia ,del dolor, de las ausencias,de la guerra,del hambre…

  • Un escoces despistado para la chica de al lado (Adonis tours 4) de Sandra Bree

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    Vengo de Inverness, en Escocia. Bueno, mas bien de un sitio muy cercano que ni siquiera aparece en los mapas. De hecho, el senor Google, cuando le pregunto mi direccion --porque si, lo he hecho en alguna ocasion, me gusta charlar con Google y a veces hasta discutimos-- me dice que no existe. Me llamo Sean McArthur, y en otro tiempo mi clan fue muy poderoso. <>. En cambio, ahora estamos todos muy desperdigados. Tanto que no se ni donde viven mas de la mitad de mis parientes. !Pero para el caso que nos hacemos...! Tenemos un grupo de WhatsApp --?que familia no lo tiene?-- y ahi cada uno ve los mensajes cuando le sale de la gaita. Y hablando de gaitas, ahora que he sacado el tema, soy fan, muy fan de tocarla. Si hay algo que tengo muy claro en esta vida, es que la mujer que me quiera a mi debe de querer a mi gaita. ?Por que digo esto? Pues porque a la ultima que le dije --me habia enamorado de verdad-- que la amaba tanto como a mi gaita, se enfado y no volvio a hablarme nunca mas. Supongo que se puso celosa y por eso no quiso saber nada mas de mi. Reconozco que lo pase muy muy muy mal cuando se marcho. Fueron un par de horas bastantes jodidas. Pero, como dice mi abuelo, el laird de los McArthur --titulo que le otorgamos los nietos para hacerle ver que es un dictador--, <>. No es que sea una frase de grandes y poderosos sabios, pero hay que admitir que tiene su verdad. Tras mi desengano amoroso, decidi que tenia que salir de mi fortaleza --que quede claro que no exagero. Vivo en un castillo que necesita mas reparaciones que la ciudad de Nueva York despues de ser atacada por los alienigenas de la pelicula de Independence Day--. Mi abuelo y mis padres estan empenados en restaurarlo para convertirlo en algo parecido a un museo. De momento han permitido que rodasen alli algunas escenas de peliculas. Por casualidad cayo en mis manos una oferta de trabajo en Espana. Cumplia con los dos requisitos mas importantes: hablar perfectamente el castellano y medir mas de 1,80. Mido 1,93 y el idioma lo domino fenomenal. Siempre me ha llamado mucho la atencion ese pais, que encima presumia de sus mujeres morenas de ojos oscuros y cuerpos de guitarra. Unas verdaderas bellezas. La agencia Adonis Tours me acepto y, aunque no sabia muy bien de que iba aquel trabajo, con mi maleta en una mano y mi gaita colgada del hombro, sali de Escocia. El viaje no se me hizo muy largo. Fue vuelo directo a Madrid. Sin embargo, reunirme con mi jefe, Anthony --un tio que, sin exagerar, su cabeza me llegaba por el torso-- y con los otros Adonis que, como yo, llegaban en diferentes vuelos, fue una completa odisea. Todo gracias a mi gran facilidad para perderme, porque hay dos cosas que me definen muy bien: mi sentido de orientacion funciona como el culo, y tengo panico a todas las cosas que sean paranormales. Si alguien quisiera torturarme, no tendria mas que hacerme ver una pelicula de terror con espiritus o regalarme una guija. Durante un buen rato estuve deambulando por la terminal, hasta que escuche por los altavoces que me llamaban y me daban un punto de encuentro. Sin embargo, yo no encontre ni punto de encuentro ni nada. De hecho, casi estuve a punto de embarcarme otra vez --por error. Se me ocurrio que, si me escuchaban tocar la gaita, ellos me encontrarian a mi. Y no solo me encontraron, sino que la gente, muy amable, me regalo dinero por haberlos deleitado con tan bonitas canciones regionales. Ese dia conoci a los Adonis. Eramos un grupo de lo mas variopinto y, por que no decirlo, de lo mas sorprendente. La gente nos miraba con curiosidad, y no era para menos. Los cinco teniamos una altura considerable. De los que no necesitamos subir a una escalera para cambiar una bombilla. Aunque obvio, en mi fortaleza usabamos andamios para hacerlo, por eso dejabamos que se fundiesen unas cuantas antes de reponerlas. De los cinco Adonis, se encontraba Dase, un etiope tan negro como el ebano y, aunque este mal admitirlo por eso de ser tio y esas cosas, tengo que reconocer que era un joven muy atractivo, de boca ancha y expresivos ojos negros. Vestia de manera muy elegante y costosa. Despues estaba Erik, el noruego, un tipo que me recordaba a algun dios nordico, todo rubio de melena larga y que llevaba ropas de lenadores --en las peliculas suelen vestir asi--: camisa de franela de cuadros y jeans con botas altas, de esas que tienen un doblez superior y se ven forradas de lana de cordero. Y luego Tane, el surfero maori, una mole de tio que media al menos dos metros, con un cuerpo capaz de ocupar tres plazas en un autobus. Por ultimo estaba Stefano, el italiano. Era de Verona. Al principio pense de el que era un hombre con mala memoria. Apuntaba en una libreta todo cuanto ocurria a nuestro alrededor, sin embargo, luego supe que era escritor de novela romantica, conocido en el gremio por Steve Norton, su seudonimo. Desde el aeropuerto, nos trasladamos todos juntos en la furgoneta de la empresa hacia nuestra residencia, situada en el barrio de La Latina. Durante el viaje me habia hecho a la idea -- supongo que al igual que mis companeros-- de que se trataria de un sitio chulo y luminoso, con ventanales enormes en el dormitorio y bano tipo spa. Con piscina y solarium, eso venia escrito en el contrato ?O era en el mismo folleto? El caso es que, cuando llegamos, todo fue muy diferente. El lujo y el glamour que habia esperado eran inexistentes. De hecho, la piscina era de esas desmontables situada en la terraza, y antes de entrar en ella debiamos ducharnos con una manguera verde, que tambien servia para regar las macetas. Luego estaba el tema de la lavanderia. Ahora me atrevo a entrar con un poco mas de seguridad, pero los primeros meses era capaz de dar dinero para que me hicieran la colada. Es mas, alguna vez se la habia dado a Dase para que la llevase a la lavanderia a la que el solia acudir. Y es que Dase era un poco especial con la ropa --ya lo he dicho antes--, siempre va que parece un maniqui de escaparate. O como se dice aqui en Espana, como un pincel. La lavanderia o, para no andarme por las ramas, el lugar donde se encuentra la lavadora, es un sotano lugubre y humedo que me recordaba a un deposito de cadaveres. La luz del techo parpadeaba cada vez que la encendiamos, y la lavadora, cuando centrifugaba, se desplazaba unos metros hacia cualquier lado. Por si eso fuera poco, el ascensor subia y bajaba cuando le daba la gana. Mi dormitorio estaba en frente del de Tane --en realidad su nombre es Tangaroa Evaristo Waititi Lopez. Desde luego, sus padres se vengaron de el al nacer--. Ambos eramos los unicos que teniamos balcones al exterior. A mi porque me toco, en cambio, Tane lo pidio porque es un poco... curioso. Se siente mas cerca de la gente asomado a la calle con los brazos cruzados sobre la balaustrada. Y es que le encanta estar al aire libre y, como no, oler el aroma a queso que ascendia del local que habia abajo. Una tienda donde se podia encontrar cualquier clase de queso, desde un cabrales, pasando por la burrata, hasta un buen roquefort. Y Tane perdia el sentido por este alimento y por la duena de la boutique, por supuesto. Su novia Olivia. Stefano, por eso de que necesitaba escribir en silencio, se habia quedado con la alcoba que estaba mas cerca de la escalera y cuya ventana daba a un cochambroso patio interior. Dase y Erik se habian pillado los que quedaban en medio. A pesar de que la residencia no era lo esperado, muy pronto los cinco nos adaptamos a ella. Y de ser simples companeros de trabajo, nos convertimos en grandes amigos --ahora no me refiero a nuestra altura. Me daba cosilla pensar que era lo que iba a pasar una vez que se nos acabara el contrato, aunque aun quedaba tiempo, y quiza, solo quiza, algunos querriamos prorrogar. Capitulo 1 Finales de octubre Siempre me despertaba antes de que sonase el despertador. Me gustaba levantarme temprano y ser uno de los primeros en meterme debajo de la ducha, aunque la goma que la sostenia soltaba mas chorros que la propia alcachofa. Tambien me levantaba pronto porque, al dormir en una habitacion exterior, escuchaba todas las mananas como subian los cierres de los negocios y los saludos exagerados de los porteros que limpiaban sus portales. Eran tan escandalosos como los Celtic de Glasgow cuando el equipo ganaba. Ahora ya estaba acostumbrado a estas cosas pero, al principio, me daba la sensacion de que subian hasta mi dormitorio para dar voces. Por otro lado, es que yo tengo un oido muy fino. El laird decia que yo dormia con un ojo cerrado y otro abierto como los conejos, y debia de ser verdad, porque gracias a ese oido portentoso habia ayudado a descubrir que, en la residencia, entre nosotros, habia un okupa. Y cuando digo okupa, ni me equivoco ni exagero. En varias ocasiones he tenido que sacarlo de mi cama cuando alguna noche he llegado algo tarde. Se trata de un antiguo Adonis llamado Arnold que, en mas de una ocasion, nos robo la comida. Aunque eso habia sido lo de menos, lo importante es que me tenia acojonado. Habia pensado que una presencia extrana y sobrenatural convivia entre nosotros; abria y cerraba grifos, el ascensor se movia solo, se zampaba nuestra comida, dejaba fria el agua de la ducha, movia cosas de un lado a otro... Fruto de esa obsesion habia llegado a colgar una ristra de ajos junto a la puerta. Stefano decia que los ajos eran para ahuyentar a los vampiros pero, por si acaso, no pensaba quitarlos. El caso es que ahuyentaran a algo. De todas maneras, ya le habia advertido al tipo en cuestion que, como volviese a coger algo sin permiso, le iba a arrancar la piel a tiras. De momento no habia vuelto a meter sus zarpas en mis natillas de chocolate. Ni sus pudorosas partes en mi cama. Abri la persiana y me asome al balcon. Estuve a punto de tragarme a un sujeto que estaba enganchando las luces de Navidad en la fachada del edificio. El hombre tuvo la suerte de reaccionar con rapidez, cual Spiderman, y de la impresion se aferro a la barandilla de hierro. Se quedo colgando en el vacio, con los pies en el aire. Observe que llevaba unos guantes de lana, de esos que si coges nieve --que no habia todavia-- se empapan, o si se agarran a una barandilla de hierro, resbalan. --Buenos dias --le dije, amable. El alzo la vista hasta la mia. Era la misma mirada que la de mi primo cuando necesitaba pasar al bano e iba diciendo que tenia la tortuguita fuera del caparazon--. ?Necesita ayuda? El sacudio la cabeza. Bueno, en realidad sacudio todo su cuerpo. !Era increible la fuerza que hacia el hombre para sostenerse sin caer en el abismo! --?Y que? ?Estan poniendo las luces de Navidad? --pregunte para entablar conversacion. Uno no se encontraba todos los dias a alguien dentro de su casa. --?Que pasa? Buenos dias. --La voz de Tane llego desde su balcon. Con seguridad habia escuchado ruidos tambien y habia salido a ver que estaba ocurriendo--. ?Has visto que tienes a un tio colgando de la barandilla? --Si, estan adornando las calles. Espero que estas luces no vengan acompanadas de esa musiquilla que entonan villancicos a todas horas. --Le ensene el brazo--. Mira, tengo los pelos como escarpias. Estoy emocionado, van a ser mis primeras Navidades en Espana. --Oye --Tane senalo al operario--, creo que te esta diciendo algo. Era verdad, el tipo me miraba fijo y susurraba. Agitaba las piernas y el tronco de un modo convulso. --No le escucho bien --le dije acercandome un poco mas e inclinandome hacia el. Lei en sus labios que formaba la palabra <>. --!Por todos los demonios del infierno! !Se esta electrocutando! --mire a Tane--. ?Que hago? ?Lo suelto para que caiga abajo? --!No! !Si lo tocas a ti tambien te dara un tabardillo! --me grito haciendome dar un ligero brinco. No sabia que era un tabardillo, pero me sonaba a mosquito gigante. Me puse nervioso. El hombre era capaz de morirse delante de mis narices. ?Y si lo empujaba con el pie? Era probable que se rompiese las piernas, las costillas, los brazos... pero quiza le salvaba la vida. Por suerte para ese pobre hombre, se fue de repente la luz de todo el distrito. Por suerte para el y para mi, que ya habia llevado el pie hasta los dedos de su mano. Esa situacion era menos graciosa que estornudar con cagalera. En ese momento, Tane llego corriendo para ayudarme a subirlo y meterlo en mi dormitorio. Lo tumbamos sobre mi cama. Yo di un paso atras cuando vi que el operario tenia todo el pelo revolucionado y, aunque me parecia increible --porque crei que solo pasaba en los dibujos animados--, su cara estaba manchada de negro como si le hubiese explotado una bombilla en la cara. --?Estas viendo eso, Tane? --Creo que voy a llamar a una ambulancia --dijo sacando su movil. Mientras el llamaba a emergencias, yo palmee el rostro del hombre. Tenia los ojos abiertos y me miraba como si yo hubiese tenido la culpa de aquello. --Me quiero marchar de aqui --dijo con voz ronca. --Tranquilo, no pasa nada --lo veia tan asustado que me hice el gracioso--, nadie te obliga a estar aqui conmigo. Si te quieres ir, ahi tienes la puerta, rompe el candado, saca las cadenas, cruza la fosa con cocodrilos, salta la reja electrica y... --!Sean! --Tane fruncio el ceno--. Electrica no, macho. El hombre gimio. De repente, mi dormitorio se empezo a llenar de gente. Entraron los companeros de luces del afectado; Marisa, encargada de la oficina de los Adonis; Duscha, una rusa que se dedicaba a la limpieza y el mantenimiento de la residencia; Dase, que miraba a todos con una toalla colocada en sus hombros, y por fin, los del Suma. --?Que ha pasado? --pregunto Dase. Tane se encogio de hombros. --Que se ha ido la luz. --Pero ?usted lleva mucho tiempo trabajando en esto? --le pregunto uno del Suma al paciente. --Unos meses --susurro con voz temblorosa. --Ay, ya lo dice el laird --solte sin pensar--: <>. --Salgan de la habitacion todos --ordeno un enfermero. Todos le hicieron caso y yo me senti muy aliviado, con tanta gente en mi espacio vital empezaba agobiarme. --Usted tambien --me senalo con el dedo. Sacudi la cabeza. Soy escoces, pero no gilipollas. --Este es mi dormitorio y aqui estan todas mis cosas, no les voy a dejar solos. --Para demostrarles que hablaba en serio, me cruce de brazos con las piernas ligeramente abiertas, a ver si tenian lo que debian tener para sacarme de alli. Era como el juego aquel del rey de la montana, en el que, si me querian desterrar, debia ser empujandome a la fuerza. Ellos se lo pensaron mejor y dijeron: --De acuerdo, puede quedarse, pero guarde silencio. --No van a saber que estoy aqui. Vi que colocaban al operario una via en el brazo, mientras otro le tomaba la tension. Rece para que no le pasase nada, sobre todo para que no muriese en mi dormitorio. Habia oido decir que las almas se adherian al lugar donde el individuo fallecia, y no estaba dispuesto a compartir cama con un fantasma. *** Carolina cruzo los brazos sobre el pecho. Suspiro con disimulo, cansada de escuchar a sus amigas que no dejaban de hablar de hombres de ciencia ficcion. Tal vez ellas no se daban cuenta, pero segun los describian, parecia que se trataba de superhombres con poderes. Que si. Que Carolina comprendia que les pudiesen gustar las novelas romanticas y, sobre todo, eso que ellas decian, los highlanders. Al principio tardo en descubrir que esos hombres eran escoceses. El nombre highlander le sonaba a marca de robot de cocina. Pero, obviando ese hecho, los escoceses que ella habia visto en television eran tipos normales y corrientes, puede que mas blanquitos de piel de lo acostumbrado y que abundasen sus cabelleras color zanahoria --aqui, en Espana, los hombres tenian fama de morenos, bajitos y regordetes--. Y luego los cuerpos, pues eso, habia de todas clases: altos, bajos, gordos y delgados. Pero highlander como tal, como ellas los describian, eran todos musculados, duros, altos, atractivos, fuertes, de piel bronceada que daba ganas de lamer, chupar, morder y succionar. !Vamos, que no! Que Carolina no tenia ningun interes en ver a un tipo con falda por muy buenas piernas que tuviese. De hecho, nunca se habia fijado en las piernas de un tio. Preferia un buen torso y un culo firme. Marta la observo frunciendo el ceno. --?Te estamos aburriendo, Carol? --Mas que ver una carrera de berberechos. --Sacudio la cabeza arrepentida--. Quiero decir, no, repasaba en mi cabeza la lista de la compra. Beatriz sonrio, divertida --Yo creo que, para que nos entiendas, deberias leerte un libro de highlanders. Vas a fliparlo. Los labios de Carolina compusieron un gesto hastiado. Leer no era uno de sus hobbies favoritos. --O puedes ver una pelicula --anadio Marta. --Ya vi una hace tiempo. Braveheart, y lo que mas recuerdo de todo es que los hombres se ponen a ensenar culos, ademas, que Mel Gibson puede que fuese un galan en su epoca, pero a mi... --Carolina chasqueo la lengua-- no me va mucho. --Intenta leerte un libro --le suplico Beatriz buscando algo dentro de su bolso. Carolina tenia que haber imaginado que aquellas dos forofas de la lectura llevaban siempre libros consigo--. Ten. Es Tierra audaz. Si esta novela no te engancha, no lo hara ninguna otra. Carolina cogio el libro y le echo un vistazo por encima. --!?Trescientas treinta y ocho paginas?! --Se leen en nada --insistio Beatriz--. Lo intentas, y si ves que no puedes, me lo devuelves. Carolina se rindio. --De acuerdo. Beatriz saco una libreta pequena, busco el boligrafo y, a medida que anotaba, iba diciendolo en alto. --Dejo la novela de Jude Deveraux, serie de Los Audaces, a Carol. --?Por que hace eso? --le pregunto Carolina a Marta. --Yo tambien lo hago. La gente tiende a devolver cualquier cosa que pide, excepto libros. No se por que, pero a mi me han desaparecido unos cuantos, y me duelen no por el gasto que conlleva, sino por lo hermosa que es la historia. --?No me digas que te lees los libros mas de una vez? --!Hombre, claro que si! Carolina deslizo los ojos sobre la portada de la novela. Un hombre rubio sobre un caballo blanco estaba inclinado para besar a una mujer de larga capa roja que parecia que le agarraba la pierna con desesperacion. Leyo: <>. Volvio a suspirar, esta vez de forma audible.

  • Manual de la casa limpia y ordenada de Pepa Tabero

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    El estado de nuestra casa influira de manera determinante en nuestro animo y en el de nuestra familia. Si queremos que la vida resulte mas facil y fluida, hemos de mantener el orden pero sin estresarnos. Para ello, la autora de este practico manual nos ofrece un sistema inteligente que nos ensenara a:

  • El amor siempre va en decadencia de C.r. Narvaez

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    Juno es un joven de diecisiete anos, es hispano y no sabe hablar muy bien el ingles. El llega a esta nueva escuela donde todos son bilingues y millonarios. Vladimir Walsh y Aixa Walsh son los gemelos fraternos mas apuestos y los unicos pelirrojos de toda la escuela. Conocen a Juno Cruz y deciden darle una oportunidad de ser parte del grupo. Lo que Juno no sabe es que terminaria enamorado de ambos y tendria una lucha interna de saber con quien desea pasar el resto de su vida. Lo que Juno tampoco sabe es que Vladimir y Aixa esconden un secreto, el secreto que mantiene la economia de la cuidad de manera ilegal. Ahora Juno le toca una fuerte decision, seguir amandolos sin importar que o contarles a todos todo el dano que ellos causaron en el, contarle al pueblo todos los secretos de los Walsh. ?Podra Juno contra su corazon o dejara que los Walsh lo controlen a el?

  • No estaras sola de Licena Tuero

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    ?Alguna vez sintieron ganas de dejar todo atras, huir a algun lugar, donde nadie nos conozca, y empezar de nuevo? Fara es una chica de veinticinco anos, cargada de tristezas, errores y decepciones, que ha renunciado al amor. Bautista es el tipico hombre del que te enamorarias a primera vista. Guapo, irresistible, seductor.

  • Imperfecta rara avis, M. C. Gomez de M. C. Gomez

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    Para Daniela, su existencia consiste en trabajar incansablemente, por ello olvida cosas tan importantes en la vida de una persona como la amistad y el amor, hasta que conoce a Carlos Claiser, su nuevo jefe, y poco tiempo despues este le pide que se case con el.
    Pero el destino es incierto y a veces traicionero, Daniela comienza a tener dudas, se siente desbordada y en su afan de escapar de si misma experimenta ausencias que borran periodos de tiempo de su dia a dia. Es entonces cuando sin saber como ha llegado, aparece en un curioso lugar, El Cafe Canalla; local regentado por Jupiter, un hombre carismatico que desde un primer momento causa en Daniela sentimientos contradictorios.
    Desde ese mismo instante la vida de Daniela se transforma radicalmente, los acontecimientos se precipitan y no puede quitarse de la cabeza a Jupiter.
    Todo seria perfecto, como a ella le gusta hacer las cosas, si no fuera por lo que el destino tiene preparado para ella.
    Daniela aprendera a valorar muchos aspectos olvidados en su vida, y las circunstancias pondran en tela de juicio su cordura, ?verdad?, ?mentira?

  • La Otra Gente de C. J. Tudor

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    Lo primero en lo que se fijo fue en los adhesivos que bordeaban la luneta del coche y recubrian el parachoques: <>. <> <> <> <> Vaya batiburrillo de mensajes. Aunque una cosa quedaba meridianamente clara: el conductor era un capullo. Gabe habria apostado lo que fuera a que llevaba una camiseta con un eslogan y tenia en la oficina una foto de un mono con las manos en la cabeza y el letrero: <>. Le sorprendia que el tipo pudiera ver algo entre tantas pegatinas. Por otro lado, al menos proporcionaba material de lectura a la gente durante los atascos. Como aquel en el que se encontraban atrapados en ese instante. Una larga fila de vehiculos avanzaba a paso de tortuga a causa de las obras en la autopista; daba la sensacion de que se habian iniciado en algun momento del siglo anterior y que durarian hasta bien entrado el milenio siguiente. Gabe suspiro y tamborileo con los dedos sobre el volante, como si asi pudiera aligerar el trafico o hacer que apareciera una maquina del tiempo. Ya casi iba con retraso. No del todo. Aun no. Todavia estaba dentro de los limites de lo posible que llegara a casa a tiempo. Pero no albergaba muchas esperanzas. De hecho, las esperanzas lo habian abandonado cerca de la salida 19, como a todos los conductores lo bastante espabilados para confiarse a su GPS y tomar un desvio por una carretera comarcal. Lo mas frustrante era que ese dia habia conseguido salir a buena hora. Habria podido llegar sin problemas a las seis y media, a tiempo para la cena y para acostar a Izzy, como le habia prometido --prometido de verdad-- a Jenny que haria esa noche. <> Eso le habia dolido. Ella queria hacerle dano. Por supuesto, Gabe habria podido replicar que era el quien habia preparado a Izzy para el colegio por la manana, mientras Jenny salia pitando para reunirse con un cliente. Era el quien habia consolado a su hija y le habia aplicado crema antiseptica en el menton cuando el temperamental gato de la familia (adoptado por Jenny) la habia aranado. Pero no le ha dicho nada, porque ambos sabian que eso no compensaba todas las ocasiones perdidas, los momentos en que el no habia estado alli. Jenny era una mujer bastante razonable, pero en lo que a asuntos familiares se referia, tenia los limites bien marcados. Si alguien los traspasaba, ella tardaba mucho tiempo en dejarlo volver al redil. Era una las cosas que el amaba de ella: su devocion inquebrantable hacia su hija. La madre de Gabe habia sido mas devota del vodka barato, y el nunca habia conocido a su padre. Juro que el seria distinto, que siempre estaria al lado de su pequena. Y sin embargo alli estaba, atrapado en la autopista, con muchos numeros de llegar tarde. Otra vez. Jenny no se lo perdonaria. No queria pensar demasiado en las posibles consecuencias. Habia intentado llamarla, pero habia saltado el buzon de voz. Ahora le quedaba menos de un uno por ciento de bateria en el movil, que se apagaria en cualquier momento, y justo ese dia, como no podia ser de otra manera, Gabe se habia dejado el cargador en casa. No podia hacer otra cosa que permanecer sentado, luchando contra el impulso de pisar el acelerador a fondo y llevarse por delante los demas vehiculos, tabaleando sobre el volante con agresividad mientras contemplaba al puto don Pegatinas que tenia delante. Muchos de los adhesivos parecian viejos, pues estaban descoloridos y arrugados. Por otro lado, era un coche antiguo. Un Cortina, o algo por el estilo. Estaba pintado con un espray de aquel color tan de moda en los anos setenta: una especie de dorado sucio. Platano mohoso. Crepusculo contaminado. Sol moribundo. El inestable tubo de escape escupia de forma intermitente un turbio humo gris. El parachoques entero estaba salpicado de herrumbre. Gabe no alcanzaba a ver el distintivo de la marca. Seguramente se le habia caido, junto con media matricula. Solo quedaban las letras <>, <>, y parte de un numero que podia ser un 6 o un 8. Fruncio el ceno. Estaba convencido de que aquello no era legal. Seguro que el cacharro de mierda no estaba ni en condiciones de circular, ni asegurado, ni en manos de un conductor cualificado. Mas valia no acercarse demasiado. Estaba planteandose cambiar de carril cuando el rostro de la nina aparecio tras la luneta, justo en el centro del marco formado por los adhesivos medio despegados. Parecia tener unos cinco o seis anos, cara redonda, mejillas sonrosadas y el fino cabello rubio recogido en dos coletas en lo alto de la cabeza. Lo primero que le paso a Gabe por la cabeza fue que ella deberia llevar puesto el cinturon de seguridad. Lo segundo que penso fue: <>. La nina clavo la vista en el. Se le desorbitaron los ojos. Abrio la boca, dejando al descubierto el diente delantero que le faltaba. Gabe recordaba haberlo envuelto en un panuelo de papel antes de colocarlo debajo de la almohada para que lo recogiera el Ratoncito Perez. Sus labios formaron la palabra <>. En ese momento, una mano procedente del asiento delantero la agarro del brazo y tiro de ella hacia abajo con brusquedad. Ella desaparecio de la vista. Se esfumo. Ya no estaba. Gabe se quedo contemplando el espacio vacio tras el parabrisas. <> Imposible. Su hija estaba en casa, con su madre. Probablemente viendo el Disney Channel mientras Jenny preparaba la cena. No podia ir en el asiento de atras del coche de un desconocido, en direccion a Dios sabe donde y sin el cinturon de seguridad abrochado. Las pegatinas le impedian ver al conductor. A duras penas alcanzaba a vislumbrarle la cabeza por encima del <>. A la mierda. Toco el claxon de todos modos. Luego hizo senales con las luces. Parecio que el cacharro aceleraba un poco. Las obras de la autopista terminaban unos metros mas adelante, y las senales de ochenta kilometros por hora cedian el paso a las que indicaban el limite de velocidad nacional. <> Piso el acelerador. Su coche era un Range Rover nuevo. Tiraba como una bestia. Aun asi, el viejo y destartalado monton de chatarra que tenia delante se alejaba. Apreto el pedal con mas fuerza. El velocimetro subio poco a poco, a ciento diez, ciento veinte, ciento treinta y cinco… Cuando empezaba a ganar terreno, el automovil de delante se paso de golpe al carril central y adelanto varios coches. Gabe lo siguio con un viraje brusco, cerrandole el paso a un camion de alto tonelaje. El estruendoso bocinazo estuvo a punto de dejarlo sordo. El sentia que el corazon estaba a punto de reventarle el pecho como un puto alien. El coche de delante zigzagueaba peligrosamente entre los demas vehiculos. Gabe se vio acorralado por un Ford Focus, a un lado, y un Toyota, delante. Mierda. Echo una ojeada al retrovisor y se desvio al carril lento antes de colarse rapidamente delante del Toyota. En ese instante, un Jeep que se incorporaba desde el carril de adelantamiento le rozo el capo. Gabe freno en seco. El conductor del Jeep puso las luces de emergencia y le mostro el dedo medio. --!Que te den, gilipollas de mierda! El monton de chatarra, que le sacaba ya varios coches de ventaja, continuo serpenteando entre el trafico hasta que las luces traseras desaparecieron a lo lejos. Gabe no podia seguirle el ritmo. Era demasiado peligroso. Ademas, se dijo, sin duda se habia confundido. Por fuerza. No podia tratarse de Izzy. Era imposible. ?A santo de que iria montada en ese coche? Se sentia cansado, estresado. Estaba oscuro. Debia de tratarse de una ninita que se parecia a Izzy. Una ninita que se le parecia un monton, que tenia la misma cabellera rubia recogida en coletas, la misma mella entre los dientes delanteros. Una ninita que lo habia llamado <>. Mas adelante una senal luminosa rezaba: <>. Podia parar alli y llamar a casa para quedarse mas tranquilo. Pero ya iba a llegar tarde; mas valia que siguiera adelante. Por otro lado, ?que importaria si se retrasaba unos minutos mas? Se aproximaba a la salida. <> En el ultimo momento, dio un volantazo a la izquierda y piso las bandas sonoras blancas, provocando un concierto de bocinazos. Acelero por la rampa y llego a la estacion de servicio. Gabe casi nunca paraba en estaciones de servicio. Le parecian deprimentes, llenas de infelices que habrian preferido estar en otra parte. Perdio unos minutos valiosos corriendo de un lado a otro entre los diversos establecimientos de alimentos en busca de un telefono publico, hasta que al fin encontro uno medio escondido cerca de los aseos. Un unico aparato. Ya nadie usaba telefonos publicos. Perdio varios minutos mas buscando suelto hasta que cayo en la cuenta de que aceptaba pago con tarjeta. Se saco la de debito de la cartera, la introdujo y marco el numero de casa. Jenny nunca lo cogia al primer timbrazo. Siempre estaba ocupada haciendo algo con Izzy. A veces decia que le habria gustado tener ocho pares de manos. El deberia pasar mas tiempo en casa, penso. Echarle una mano. --?Diga? Era la voz de una mujer, pero no de Jenny. La voz de una desconocida. ?Se habria equivocado de numero? No lo marcaba muy a menudo. Culpa de los moviles, tambien. Comprobo el numero en la pantalla. Era el del telefono fijo de su casa, sin asomo de duda. --?Diga? --repitio la voz--. ?Es usted el senor Forman? --Si, soy el senor Forman. ?Y usted quien cono es? --Soy la inspectora de policia Maddock. --Una inspectora de policia. En su casa. Atendiendo su telefono--. ?Donde esta usted, senor Forman? --En la M1. Es decir, en una estacion de servicio. De camino de vuelta del trabajo. Balbuceaba. Como si fuera culpable de algo. Aunque en realidad lo era, ?no? Culpable de un monton de cosas. --Tiene que volver a casa, senor Forman. Lo antes posible. --?Por que? ?Que pasa? ?Que ha pasado? Una larga pausa. Un silencio denso, opresivo. Uno de aquellos silencios prenados de palabras sobrentendidas, penso el. Palabras que estaban a punto de joderle la vida por completo. --Se trata de su esposa… y de su hija.