• libro visiones en la niebla - Jose Sanchez San Martin

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    Ayer enterramos a Jeronimo. Fue una de esas tardes grises y desapacibles que no se olvidan. La niebla se filtraba por los intersticios del cuerpo y el viento imponia su sonido sibilante sobre el gimoteo de los allegados y las herramientas de los obreros. Mientras asistia a la inhumacion, pense que el dia era apropiado para tal fin. Como si el lo hubiera elegido a proposito. Le agradaba inmiscuirse en medio de la voragine invernal, para desafiar a los elementos e imponer su presencia sobre ellos. Era asi de intempestivo y osado. Doblegarse significaba para el tanto como perder su intrinseca estima personal. En una de esas frases pretenciosas que a veces le gustaba citar y a mi me enervaban decia que preferia soportar la adversidad antes que ceder en las convicciones personales. Una solemne tonteria. Como si la vida, en su inherencia, no tendiera espontaneamente a la permisividad y la componenda. Quien no lo conociera podia pensar, oyendole hablar asi, que era un hombre incapacitado para aceptar la vida tal como es; pero creo que, en el caso de Jeronimo, habria que interpretar su enfatica declaracion como un reconocimiento explicito de ingenita tenacidad que le inhabilitaba para aceptar el estado natural de las cosas y le compelia a la busqueda de un ideal perfectivo. Digo esto porque, debido a esa terquedad suya en no ceder ante las conveniencias, hubo de soportar muchos contratiempos, entre ellos, el ultimo y definitivo, que le llevo a la tumba. No seria por no haberselo advertido. --Jeronimo, no fumes. Asumes un riesgo innecesario para tu salud, ademas de practicar un habito insipiente, anacronico y vulgar. Mi consejo era sincero, aunque no del todo desinteresado. Miraba por mi salud tanto como por la suya. El humo que expulsaba con pertinaz insistencia por boca y nariz me hacia toser y lagrimear, ademas de impregnar ropas y pelo de un nauseabundo olor a combustion. Mis advertencias jamas hicieron mella en el. En aquella epoca, llevar el pitillo en la boca era signo destacado de hombria, como sujetarlo entre los dedos resultaba un elemento de distincion. A nadie, ni siquiera a los medicos, se le ocurria pensar en la nocividad del tabaco. A mi tampoco, pero la vision de una chimenea ennegrecida por el humo me sugeria la idea aterradora del mal. Como reaccion a mis jaculatorias preventivas, Jeronimo expelia con virulencia el humo sobre mi rostro y me miraba con fingida lastima, esperando la asfixia momentanea. Yo hacia aspavientos para dar a entender que, en efecto, estaba a punto de quedarme sin aire, lo que motivaba sus carcajadas por la hazana. --!Aprende a fumar y actua como un hombre! --me decia con sarcasmo. Yo me apartaba con repugnancia del cerco humeante, pero el me perseguia arrojandome su vaho con pertinaz insistencia. Pese a esta pugna cotidiana a cuenta del tabaco, Jeronimo y yo nos entendiamos a la perfeccion. El solia comentar, con no poca admiracion, la buena amistad que manteniamos desde tantos anos ha. Era verdad, a pesar, anadia yo, picajoso, del obstaculo inevitable que interponia el tabaco. Jeronimo, como prueba irrefutable de que este nunca nos podria separar, echaba mano al bolsillo del pantalon, extraia el paquete de cuarteron y comenzaba a fumar, mientras ratificaba esa buena relacion entre nosotros. A veces, cuestionabamos en que podia fundamentarse tal amistad, considerando el divergente modo de ser y de pensar de cada uno: yo amaba la regularidad, el orden, la habitualidad; el, por el contrario, sentiase bohemio hasta el tuetano, gustaba del desorden, la diversidad, la ocasion excepcional. Yo era puntual, pacifico, disciplinado, ahormado en la moral imperante y sumiso al compromiso social. El buscaba el enfrentamiento para demostrar su superioridad, asumia la rebeldia como el mejor modo de asentar su personalismo y era tan reacio a cualquier moral como renuente al orden establecido. Tales contrastes de personalidad debieran habernos alejado el uno del otro, pero acontecio lo contrario, que nos ahormaron hasta hacernos inseparables. Jeronimo decia que precisamente lo que nos faltaba a cada uno era lo que servia para unirnos, complementandonos mutuamente. Asi debio de ser, cuando nos permitio fraguar una solida amistad que perduro para siempre. Con Ramiro, el tercer miembro del grupo, la amistad, aunque sincera, no tenia la misma intensidad. El se parecia en muchos aspectos a mi, y eso, quieras que no, siempre originaba controversias por cualquier tiquismiquis. Ambos pretendiamos imponer nuestro criterio, evidenciar la respectiva preparacion cultural o la agudeza de nuestro pensamiento. Hasta en lo fisico pretendiamos imponernos el uno al otro, aunque teniamos practicamente la misma estatura y una efigie mas bien vulgar. Con Jeronimo, sin embargo, todas estas prevenciones y piques estaban de mas. Asumiamos de principio que sus peculiares prendas fisicas, su acusada masculinidad, le hacian superior a nosotros. Tanto a Jeronimo como a Ramiro los conoci en el instituto, cuando estudiabamos el bachillerato. Eramos companeros de curso, aunque apenas si habiamos intercambiado media docena de palabras. Fue una manana de noviembre de aquel lejano tiempo cuando nuestros destinos se unieron. A la entrada en clase nos comunicaron la ausencia del profesor y nos dieron tiempo libre durante dos horas. Este era un lapso enorme para nosotros, que intentamos aprovechar a discrecion. A sugerencia de un companero, decidimos hacer una excursion a lo largo del cauce fluvial, no lejos de donde se ubicaba el centro docente. Deambulamos sin prisa, con descuido, a traves del camino de sirga. Ibamos en pandilla, aunque la estrechez del sendero nos permitio formar grupos de tres o cuatro chicos. En uno de ellos coincidi con Jeronimo. Intercambiamos pocas palabras, intrascendentes, como para quejarnos del intenso frio reinante o alabar la belleza del rio en aquel paraje que transitabamos. Ambas constataciones, por mas que evidentes y manidas, eran certeras. Recien salidos de los Santos, ya el frio novembrino se dejaba sentir como anticipo del invierno al que nos abocabamos. La humedad que se desprendia del rio acrecia esa sensacion de malestar y nos hacia apretar el abrigo contra el cuerpo, en una instintiva actitud de defensa. La andadura, no obstante, reactivaba la sangre y nos hacia reaccionar contra el frigido elemento. Eramos jovenes y el ejercicio nos servia para actualizar nuestra energia vital. Surgieron las primeras bromas y las risas afloraron con facilidad. Hubo amagos de empujar a alguno y arrojarlo al agua, lo que ocasiono pugnas apasionadas entre los que empujaban y los que resistian, con general jolgorio. La manana, ciertamente, resultaba desacostumbrada para nosotros. A esa hora debieramos estar enclaustrados en un aula, escuchando con gesto aburrido y displicente las explicaciones del profesor de turno. Pero con la oportuna e inesperada ausencia de este, nos propiciaba una excursion insolita, a traves de parajes exoticos y bellisimos. Lo que mas apreciabamos en ese momento era la inmediata sensacion de libertad que nos acuciaba. El grupo abigarrado de cincuenta muchachos disfrutabamos de la excepcionalidad de una escapada insospechada, a traves de un mundo novedoso y primordial. La constatacion de ese particularismo servia de acicate a nuestra despreocupacion y permitia aflorar nuestro mejor talante. El mismo aire que respirabamos, cargado de sutiles aromas campestres, nos permitia interiorizar la vivencia unica que disfrutabamos. Aspirabamos con delectacion esa atmosfera perfumada con los sutiles aromas de bosques y humedales, como si quisieramos saturar nuestro organismo con esas esencias de la naturaleza, para que perduraran en nosotros. Las conversaciones joviales, el retoce juvenil y las risas faciles, propensas a la escandalera, no nos impedian ponderar la apabullante belleza del paisaje que contemplabamos. El rio en aquella zona que transitabamos se expandia con ampulosidad al discurrir por tierras bajas y sin obstaculos, lo que propiciaba que las aguas fluyeran tranquilas, parsimoniosas. Mostrabase asi el cauce fluvial, al fondo de los ribazos, como un inmenso espejo, cuyos bordes fueran escrupulosamente vigilados por nucleos de chopos centenarios. El leve tintineo de sus hojas, a impulsos del suave cefiro, ponia contrapunto al contenido murmullo del agua en su lento discurrir. La epoca otonal en que nos encontrabamos tenia con patina dorada parte de las masas arboreas, propiciando, junto al cristal purisimo del rio, una conjuncion cromatica, subyugante y venusta, de naturaleza inmaculada, como recien surgida del halo magico de la creacion. Era facil extasiar la vista por ese escenario natural y admirar la serenidad y plenitud formal de un mundo magnificente, que parecia puesto a proposito para nuestro disfrute. Para influir mas en nuestro sobrecogido animo y darle un toque de misterio e irrealidad al apabullante paisaje, estaba la niebla. No tenia la densidad de los dias de invierno, cuando cae sobre nosotros como un manto pesado, oclusivo, que entorpece la vista e invade nuestra intimidad con sus vapores sinuosos. En aquella manana excepcional, nos envolvia una bruma sutil, ligera, que apenas sobresalia un metro por encima del suelo, suficiente para darnos la sensacion de que caminabamos entre algodones y de que los arboles que nos flanqueaban, asi como el terroso camino serpenteante, o todos los demas elementos que nos rodeaban, carecian de base y flotaban ingravidos sobre el lecho nebuloso. Pero la sensacion mas asombrosa procedia de la vision que ese espacio espectral nos sugeria. Ante su percepcion global, la realidad del paisaje se difuminaba para ser sustituida por el simbolismo de un mundo magico, preternatural, recien creado con retazos de cielo, tierra y agua, para nuestra contemplacion y deleite. He visto despues, a lo largo de mi vida, muchos parajes hermosos; pero la vision paradisiaca de aquel mundo primigenio y sublime permanece en mi recuerdo a traves de los anos como la idealizacion de un orbe sin macula, formado a imagen y semejanza de nuestra exultante juventud. No duro mucho aquel extasis natural, quiza para que aprendieramos a asumir que los momentos de exaltacion de la belleza no se prodigan y, en su oportunidad, deben ser apurados al maximo. Nuestra andadura continuaba en progresion indefinida, hasta que una de las corrientes tributarias del caudaloso rio nos hizo desviar el rumbo. Atravesabamos ahora tierras labrantias, alternantes con campillos y rozas de gleba, dejando a nuestra espalda el cauce fluvial. Pasado el instante de encantamiento, regresaron las bromas zafias y las risas prontas. Tan pronto pisoteabamos surcos perfectamente delineados en espera de la sembradura, como nos adentrabamos en tierras esteriles, de cascajal. El acicate de nuestra andanza residia en la carencia de rumbo; avanzabamos a donde nos conducian nuestros pasos, conscientes de que era el viaje mismo quien motivaba nuestro entusiasmo. No pretendiamos llegar a ninguna parte; solo deambular y descubrir lo que la andadura nos propiciaba, a traves de aquellas tierras llanas, sin alcores a la vista. El tiempo parecia desaparecido de nuestras vidas. Asumiamos con toda naturalidad que nos habiamos constituido en seres privilegiados, recien asomados a la pletorica pubertad, y disfrutabamos plenamente de nuestra privilegiada condicion. En medio de la inmensa paramera que ahora atravesabamos, gozabamos de nuestra juventud, liberados de la prision del tiempo, errantes por mundos ineditos sin un destino fijo. En cierto momento de nuestro nomadismo, uno de los companeros creyo reconocer el paraje por donde a la sazon transitabamos. Segun el, nos encontrabamos cerca del lugar donde antano hubiera un ventorro famoso, muy visitado en las epocas veraniegas y ahora medio en ruinas. Acuciados por la curiosidad de ver ese arcaico establecimiento, nos dejamos guiar por el chico que nos informara. Atravesamos ejidos y pisoteamos cornijales en erratica marcha, cual formas fantasmagoricas pululantes en medio de la tenue neblina. El improvisado guia parecia bastante desorientado y retrocediamos o ladeabamos el rumbo segun la ocasional inspiracion de aquel. En un determinado momento se detuvo y miro alrededor. Era evidente su confusion, lo que motivo que le arrojaramos gruesas pullas y lo avergonzaramos por su ineptitud. Hacia tiempo que el poderoso murmullo del rio se habia mitigado y un silencio forzado, de naturaleza muerta, se imponia en el ambiente. Hicimos un alto forzados por la desorientacion, mientras nuestro companero-guia daba cortos paseos de un lado a otro. Segun el debiera estar alli el objeto de nuestro interes, mas ninguna obra de hombre se veia a nuestro alrededor. Estabamos en medio de una amplia meseta, de suelo desigual, formado a base de canto y tierra. En el extremo de la irregular perspectiva el terreno se elevaba ligeramente para formar un monticulo rocoso. Era una zona extremadamente lata y arida, sin restos de yerbajos o ratizos. Para descansar de la caminata, nos sentamos un momento mientras reelaborabamos sugestiones e iniciativas. Nuestra incipiente aventura se frustraba y los animos se enfriaban a la vez que los ateridos cuerpos. Permaneciamos todavia sentados sobre el frio suelo, ajenos a la incomodidad, como si el tiempo se hubiese inmovilizado y nosotros estuvieramos cautivos de el. Nadie acerto a definir un proyecto que nos sedujera, por lo que nos incorporamos y enfilamos el camino de regreso. Estabamos lejos de sospechar que esa andadura aparentemente residual nos conduciria directamente a lo que, para Jeronimo y para mi, constituiria, muchos anos despues, un destino inesquivable, plagado de sugestiones, incertidumbres y sobresaltos. El punto de encuentro con el se encontraba en las afueras mismas de la ciudad, no muy lejos de nuestro instituto. Se trataba de un viejo, aunque robusto, edificio, construido en piedra, de amplias dimensiones, cuya fachada principal, sobria, sin aditamentos, estaba horadada por sendas aberturas sin trazos decorativos. Solo el vano de la puerta, en forma semiesferica, se permitia un cierto ornato, al rodearla con una linea de impostas, como si la forma curva pudiera provocar osada perturbacion en la tarea contemplativa, y se quisiera paliarla con el simbolico e inmediato cerco de lineas rectas, hechura de una existencia que no se permite la duda. Todos los vanos estaban oportunamente cegados. Incluia el edificio en uno de sus laterales airosa torre de tres cuerpos, el superior de los cuales aparecia trepanado a cada lado por una ventana, de dimensiones mas pequenas que las de la fachada. Quiza en tiempos pasados la atalaya rematara en forma de terraza almenada, pero ahora mostraba cubierta de teja, con la indudable finalidad de dar servicio a ese espacio suplementario. La singularidad del accesorio fue la que dio nombre al edificio, que en la ciudad se conocia popularmente como <>. Estaba rodeada por un amplio terreno, ahora arenoso, con un exiguo resto de miseros arbustos, que en tiempos debio de constituir el jardin de la peculiar mansion. Cercano a la edificacion se encontraba un pozo de amplia embocadura, hermeticamente protegida con tapa metalica, oportunamente candada. Sobre el brocal, se erigia un arco de hierro, en funciones de cigonal, que remataba airosamente el circulo de piedra. El senorial conjunto estaba resguardado por un tapial de mamposta, como de metro y medio de altura, sucio, destrozado en varios puntos, con apenas restos de su antiguo enlucido. La cancela de hierro que ocluia el lugar, de planchas en la parte inferior y de verja en la superior, rematada a modo de lanzas que apuntaban al cielo, estaba oxidada, con costurones como cicatrices que hendian la ferrea piel y mostraban sin piedad los desgarros seculares. A saber cuando dejo de cumplir su funcion la cerradura que aparecia medio desencajada del cuerpo de la cancela. Tal era el estado de abandono que, cuando pretendimos mover la pesada puerta para acceder al interior, los agarrotados goznes se negaban a girar; solo despues de un vigoroso esfuerzo conjunto conseguimos entreabrirla, entre el agudo rechinar del mecanismo, quejoso del imprudente trato. El companero que propuso adentrarnos en los terrenos de la obsoleta mansion hizo saber que estaba deshabitada desde muchos anos antes y que podiamos deambular por alli sin cuidado alguno, como si estuvieramos en la calle. Asi lo hicimos, intentando abrir la tapa del pozo para husmear en su interior, pero el grueso candado impidio nuestros propositos. Nos acercamos al palacete y tocamos con admiracion sus grandes sillares, heridos en varios puntos por la inclemencia del tiempo. Los mas cercanos al suelo eran los que mostraban mas desperfectos, habiendo perdido parte de su volumen, desmoronandose con facilidad en cuanto se hurgaba en ellos. Fue en este curioseo cuando descubrimos que, en la parte posterior del edificio, una de las piedras limitrofes con el suelo estaba desencajada y dejaba una hendidura, estrecha y oscura. Del inquieto grupo estudiantil surgio al instante la impertinente pregunta acerca de que habria en el interior. --Eso lo podemos saber ahora mismo. El que hablo fue Jeronimo, y su iniciativa nos permitio conocer su audacia y decision. Aparto a los que estabamos cerca de la abertura siniestra y la observo con detenimiento. Jeronimo era muy alto, con estructura fisica atletica y rasgos de cara armonicos y finamente delimitados. Me repugnaba apreciar la belleza masculina, asi que preferi pensar que las mujeres considerarian a Jeronimo como un hombre muy guapo. Se peinaba con raya al lado, en una epoca en que los chicos soliamos dirigir el pelo hacia atras. Como marca visible, mostraba en la mejilla izquierda, junto a la patilla, un lunar en forma ovalada, como de un centimetro y medio de largo; lo que en otro hubiera quiza supuesto un defecto natural, constituia en el un motivo mas de atraccion. Sin decir palabra alguna, se despojo del abrigo, que me alargo para que lo sostuviera. No tenia importancia aquel gesto, ya que era el companero mas cercano; pero me lleno de orgullo, porque, de algun modo, me hacia participe de la aventura que iba a protagonizar. Despues rebusco en los bolsillos y extrajo una caja de cerillas, que tambien me dio, con el encargo de que se la facilitara cuando estuviera dentro. Su voz era suave, agradable, sin rastro de nerviosismo o vacilacion. La decision de Jeronimo nos parecia a todos, mas que valerosa, temeraria. Causo tal impacto en mi que solo me atrevi a decirle que tuviera cuidado. Era tanto como animarle a seguir, para que no se frustrara nuestra curiosidad. Jeronimo, con admirable tranquilidad, introdujo las piernas en el agujero, ocupando totalmente el perimetro de este. Era imposible que el ampuloso pecho de Jeronimo cupiera por alli. ?Y si el valiente companero quedaba ocluido en medio del orificio, sin poder entrar ni salir? Este pensamiento me agobio durante un momento, el preciso en que Jeronimo, con admirable flema, dijo: <>. Expulso el aire para comprimir el torax y dio un fuerte impulso hacia abajo. Acontecio lo que me temia: pese a su prevision contractora, el pecho ocupaba todo el escueto espacio y no era posible deslizarse por el. Fueron unos segundos comprometidos, en los que algunos cambiamos angustiosas miradas, que traslucian el pensamiento aterrador de que nuestro companero quedara eternamente aprisionado. No seria el primer caso. Recorde, al efecto, la fachada sur de nuestro templo catedralicio, en una de cuyas ventanas, escueta y cegada, sobresalia el busto en piedra de una figura humana. Segun la leyenda, se trataba de un intruso que se introdujo en el templo con intencion de robar. Al ser descubierto, quiso huir por la escueta ventana, pero su fuerte complexion corporal le impidio traspasarla, quedo atrapado y, como castigo divino, convertido en piedra. Era una leyenda que a los muchachos nos espantaba, sin que prejuzgaramos el hecho sorprendente de que la carnalidad de un hombre fuera trastocada en petrea materia. !Pero si lo decian nuestras madres es que era verdad! En la ocasion presente, viendo a Jeronimo aprisionado en el agujero, sin posibilidad de moverse, recorde la siniestra leyenda catedralicia y me horrorice. Como portavoz autorizado por el hecho de sostener el abrigo de nuestro heroe, di un paso adelante y grite con desesperacion: --!Hay que hacer algo, antes de que se convierta en piedra! Los demas companeros me miraron estupefactos, sin comprender lo que queria decir. Tambien Jeronimo, desde su incomoda postura, me dirigio una mirada intencionada, cargada de ironia. Era evidente que conocia la leyenda del ladron, porque me dijo: --No te preocupes, que yo no me voy a quedar aqui eternamente. Lo expreso con desparpajo, como si estuviera disfrutando con la situacion. Tan pronto como termino de hablar, extendio los brazos hacia arriba para facilitar el resbalamiento, dio un fuerte impulso hacia abajo y desaparecio bajo tierra. A partir de ese momento, se produjo entre los que estabamos fuera un silencio respetuoso, como si temieramos que el companero hubiera desaparecido para siempre, devorado por las fauces siniestras de algun monstruo subterraneo. A impulso del miedo y la curiosidad, me acerque a la siniestra boca. Solo veia oscuridad. En esa posicion indagatoria y temerosa estaba cuando del antro surgio una garra, seguida de un grunido sobrecogedor: Lance un alarido de terror y pedi auxilio a los companeros, con voz angustiosa. Antes de que pudieramos reaccionar, se escucho una risita sarcastica y la voz de Jeronimo en tono de guasa: --Soy yo, hombre. No seas cobardica. Acercate y dame las cerillas. Fingi suficiencia y valor, como si mis anteriores palabras hubieran sido tambien expresion de broma. Pero mi corazon latia todavia sobresaltado. Introduje la mano en el orificio con la cajetilla. Al instante, senti como me la arrebataba Jeronimo desde dentro para, a continuacion, tirar con fuerza de mi brazo. Yo solte una risa forzada, aunque interiormente no las tenia todas conmigo.

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  • Lady Elyse de Sophie Saint Rose

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    Era el momento mas importante para una dama de alcurnia. Habia llegado su presentacion en sociedad y Lady Elyse estaba mas nerviosa que en toda su vida por la reaccion de la gente al verla por primera vez. Iba a tener que enfrentarse a las miradas de pena que la habian acompanado casi toda la vida y eso la horrorizaba. Solo queria un hombre al que amar y que la amara por ella misma sin importar su inmensa fortuna o su apariencia. Su pasado siempre se reflejaria en su presente, pero sonaba con que no destrozara su futuro.

  • Un Mal Nombre (Dos amigas 2) de Elena Ferrante

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  • Una vida sin ti de Andrea Valenzuela Araya

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    Nadie puede saber como reaccionara ante una perdida, hasta que no se encuentre frente a ella.
    La muerte de un hijo, indudablemente, es la perdida mas devastadora que pueda existir. Tu vida cambia para siempre desde ese momento, pero no significa que todo haya terminado.
    Es que un hijo jamas deberia partir de este mundo antes que sus padres. Eso dice la logica de la vida, pero. ?Que ocurre cuando esa logica se rompe en su totalidad?
    A un ano y medio de la muerte de su hija, Manuela Fernandez toma la decision mas importante y drastica de su existencia, la de sobrevivir y reconstruirse. Y frente a ello, opta por regresar a una ciudad muy especial, creyendo ingenuamente que en ese lugar podra encontrar lo que el destino, un dia, le arrebato de tan nefasta manera de sus brazos.
    Entre canales y fiordos, entre un clima agreste y una naturaleza indomita, el destino de Manuela ?conseguira sacudirla con todas sus fuerzas, para que logre darse cuenta que el tiempo que le queda no es para malgastarlo?
    Una vida sin ti.
    Porque al fin y al cabo, todo fin siempre sera un nuevo comienzo.

  • Grande y fabulosa de Larissa De Silva

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    “Tienes que decirme como estuvo”, dijo mi mejor amiga. Ella me miraba fijamente. Habia sido una noche tranquila en la sala de emergencias y nos habiamos entretenido con las historias de nuestros antiguos novios, incluyendo a nuestros companeros de la escuela de medicina, cuando no estabamos actualizando los historiales o revisando a los pacientes. No es que ninguna de las dos hubiera tenido mucho tiempo para salir con exito con alguno de nuestros companeros. Ellos estaban ocupados y nosotras tambien, y la mayor parte del tiempo, estabamos demasiado ocupadas para salir o tener aventuras de una noche con nuestros companeros. Las cosas no estaban tan agitadas despues de graduarnos, pero no se hicieron mucho mas faciles. Finalmente estaba saliendo de nuevo y me resultaba dificil mantener el contacto con algunos de los hombres que me interesaban. Al menos ellos parecen estar interesados en mi, lo cual era agradable, pero apenas podia recordar sus nombres. No queria nada serio, no tenia tiempo para nada serio, pero me gustaba pasar tiempo con algunos de ellos. No es que hubiera encontrado a alguien que pudiera recordar tan bien. Ella me pincho en el hombro. “Hola”, dijo. “?Vas a decirmelo o que?” Le sonrei. “Eso es inapropiado, Dra. Comely”. Levanto las cejas. “Oh, ?asi es como estamos haciendo esto?” Me rei, sacudiendo la cabeza. “No”, respondi. “Desafortunadamente, no hay mucho que informar. Fue amable y me hizo reir, pero no se, faltaba alguna chispa”. Bajo su voz a un susurro mientras se acercaba un poco mas a mi. “?Asi que no te acostaste con el?” Abri los ojos en un simulacro de shock. “No lo hice”, respondi. “Queria hacerlo, pero me acobarde. No quise llevarlo a mi casa, porque, ?y si fuera un asesino o algo asi?” “Pero no te preocupaste por eso antes de tu cita”. “Si, lo hice”, dije. “No pense exactamente que me iba a asesinar delante de todos los demas en un restaurante. Eso definitivamente haria que la gente dejara de comer”. a “Y crees que a un asesino le importaria eso”, dijo. Me rei. Estabamos sentadas en la parte de atras de Urgencias y ella habia subido la cortina a nuestro alrededor. Las pequenas salas de consulta que teniamos estaban frecuentemente sobrecargadas y aunque el hospital habia estado hablando de construir una nueva ala de urgencias durante anos, parecia que nunca se llegaba a hacer por una razon u otra. Por eso teniamos estas improvisadas y anticuadas bahias de cortinas. No proporcionaban mucha privacidad, pero eran mejores que nada en una crisis. Afortunadamente, nada parecido a una crisis parecia estar sucediendo en esa tranquila noche de miercoles. Cam miro su tablet y suspiro. “?Sabe lo que le paso al Sr. Hysinger?” “Si”, dije. “Lo transfirieron a urologia”. “Huh, extrano. Creo que hay un problema con…” La interrumpieron los fuertes pasos de alguien que se acercaba a nosotros. Ambas nos dimos la vuelta para ver a la enfermera de turno, una mujer mayor blanca de pelo negro azabache y cejas finas. La mirada de Teri se interpuso entre nosotros antes de decidir que no le importaba. “Acaba de entrar un joven”, dijo. “Las constantes vitales estan bien, pero fue apunalado en el brazo y el cuchillo esta… en movimiento”. Levante las cejas. “?Lo esta moviendo?” “No”, dijo. “Se esta moviendo, como, cuando mueve su cuerpo. No creo que sea profundo, pero no quiero…” “Entiendo”, dije. “?Algo mas?” “Debe tener entre veintitantos y treinta anos, esta lucido, creo que hay otras lesiones porque debe haberse metido en una pelea, pero no me dejo examinarlo a fondo”, dijo. “Le pedi que se quitara la ropa, pero no quiso hacerlo”. “Vaya”, dije. “Bien”. Gracias, Teri.” “De nada, Dra. Meyer”, dijo, mostrandome una pequena sonrisa, que era la mayor aprobacion que iba a obtener de ella. “Esta en la habitacion tres”. Asenti con la cabeza. Camine hasta la habitacion, mirando mi tablet para ver el historial del paciente. Mis ojos pasaron por alto su nombre mientras miraba sus signos vitales, su edad y la descripcion de su condicion. Llame a la puerta. “Pasa”, dijo una voz masculina apagada. Abri la puerta y mire hacia arriba desde la tablet. Inmediatamente, senti que el suelo se habia movido y que iba a ser tragada por la tierra. Nunca habia sido una buena actriz, asi que estaba haciendo todo lo posible para fingir que todo estaba bien, aunque definitivamente no todo lo estaba. Este no era un paciente. No era un paciente cualquiera, era alguien que conocia, alguien que habia intentado olvidar. Y se veia mejor que nunca. Solo tuve un segundo para decidir como iba a reaccionar al hecho de que Jody Banks estaba sentado en una silla azul en un rincon de la habitacion, el era el chico con el que habia salido en la secundaria. El que me habia roto el corazon. En esa epoca era delgado, alto y guapo, con hombros anchos y una complexion atletica facil. Todavia era delgado, alto y hermoso, pero habia trabajado en esculpir esos musculos en una obra de arte, tenia un tatuaje negro envuelto alrededor de su brazo como una vid, hasta su cuello, y desaparecia en la parte de atras de su camisa. Parecia mas alto tambien, pero podia decir que era solo porque estaba sentado derecho. Tambien me miraba a mi, con unos curiosos ojos abiertos que no dejaban de moverse. Se lamio los labios cuando me acerque a el, mi mirada se dirigio hacia el suelo. No queria mirarlo y no queria necesariamente que pensara que lo reconocia. Aunque yo era una mala actriz y lo sabia, las posibilidades de que me reconociera eran muy altas. “?Sr. Banks?” Pregunte cuando me acerque a el. “Puedes llamarme Jody”, dijo. Podia oir la risa en su voz. “?Como debo llamarte?” “Dra. Myer”, respondi, mirandolo a los ojos por primera vez mientras dejaba la tabla en la mesa de al lado. “?Que le paso?” “Me cai en el estante de los cuchillos”, dijo, mostrandome una sonrisa. Me fije en sus dientes. No habian sido arreglados, y sus caninos, que siempre habian sobresalido un poco, eran quizas mas visibles ahora que habia crecido. “Es un problema. Dra. Myer.” “Se cayo en el estante de los cuchillos”, repeti, lentamente. “?Como?” Parpadeo. “?Como que como?” “?Se resbalo?” “Yo… si, claro”, dijo. “Me resbale”. “?Y por que sobresalia el cuchillo?” Pregunte. “Bueno, me cai, tirandolo, y luego… ya sabe, cayo al suelo, y estaba sobresaliendo, y no pude detenerme, asi que me apunalo. ” Me mordi los labios. “?Sabes por que se cayo?” “Porque me resbale”, dijo. “El suelo de la cocina estaba resbaladizo”. “?Estaba cocinando?” Penso por unos segundos. “Si”, dijo, eventualmente. “Lo hacia”. “Genial”, dije. “Voy a mandarle a hacer una radiografia. No hay muchas venas o arterias donde usted, uh, cayo en su cuchillo, exactamente, pero me gustaria descartar cualquier cosa que pueda significar que necesita cirugia.” Hizo un gesto de dolor, y por primera vez desde que lo vi en la oficina, parecia asustado. “?Cree que necesitare cirugia?” Hice lo que pude para mantener mi voz neutral. “Es una posibilidad”, dije. “Pero es muy pequena. Solo quiero estar segura. Los accidentes de cocina no son una broma”. Asintio con la cabeza. “Bien”. “Me gustaria examinarlo”, dije. “O puedo buscar que lo haga otra persona, si se siente mas comodo con eso. Sus heridas podrian ser un poco peores de lo que parecen a primera vista. ” “?Quiere examinar mi brazo?” “Toda la parte superior de tu cuerpo”, dije. “?Puede quitarse la camisa?” Parpadeo. “Claro”, dijo. “Quiero decir, supongo.” “?Puede hacerlo?” Se miro a si mismo y sacudio la cabeza. “No”, dijo. “No puedo”. “Bien”, respondi. “Normalmente, nuestros paramedicos la cortarian, pero…” “Esta camisa es cara.” “Entiendo”, dije. “Tendre cuidado, entonces.” Me acerque para enfrentarlo. La camisa parecia cara, una camisa de manga corta azul bebe y verde ceruleo claro con botones blancos que se ajustaban a su cuerpo. La camiseta blanca de cuello en V debajo de ella al menos hacia las cosas un poco menos incomodas, aunque no lo suficiente. Agarre el cuello de su camisa con la punta de los dedos y respire profundamente mientras me concentraba en la camisa y no en el hombre que la llevaba puesta. Intentaba ser lenta, delicada, porque no queria tirar del cuchillo o empeorar su herida. Era dificil hacer algo asi con cuidado, especialmente cuando podia sentir la mirada de Jody sobre mi. Me miraba fijamente, sin dejar de hacerlo nunca, mi calma fabricada no era rival para su tranquila pero resuelta intensidad. Pense que probablemente era mejor romper la tension y admitir finalmente que nos conociamos. De esa manera, al menos las cosas podrian ser un poco mas… manejables. Tal vez no, pero valia la pena intentarlo. “Entonces”, dije mientras desabrochaba el boton superior de su camisa, mirando directamente a sus ojos verde avellana. “?Como esta tu madre?” “Esta bien”, dijo. “Bien, pero decepcionada”. “Me alegro de oirlo. ?Y tu hermano?” “Esta bien”, respondio. “Ahora vive en Japon, ensenando ingles a los ninos de las zonas rurales.” Sonrei. “Bien”, dije. “Eso parece el tipo de cosa que le vendria bien. ?Es feliz?” “Esta feliz porque esta lejos de aqui”, respondio, encogiendose ligeramente de hombros, lo que hizo que mis dedos resbalaran un poco, y termine tocando su piel por una fraccion de segundo. Me aleje, sintiendo las puntas de mis dedos como si me hubiera quemado. No queria que me tocara, sobre todo cuando parecia tener tanto efecto en mi. Pense que no lo haria… habia superado lo de Jody Banks, habia intentado toda mi vida olvidarme de el. Y, en su mayor parte, lo habia hecho. Pero el estaba sentado frente a mi, vulnerable y con mejor aspecto que nunca y yo… Dios, yo era inutil frente a el, aunque el era el paciente, y aunque el era el que estaba sentado en la mesa del paciente y tenia un cuchillo en el brazo. Tosi y me aleje de el. “?Estarias mas comodo si otro medico hiciera esto?” Sonrio, su mirada se encontro con la mia. “No dejaria que nadie mas hiciera esto”, dijo. “Asi que no”. Casi habia terminado. Su camisa estaba abierta y tuve que tirar de su manga para que no tocara el cuchillo, que sobresalia de su brazo. Extendio su brazo izquierdo, ileso, para que yo pudiera quitarle la manga. Me puse detras de el para tener una mejor vista de lo que estaba haciendo. La tela de la manga se habia recogido detras del boton, lo que significaba que iba tener que ser muy cuidadosa para bajarla sin hacerle dano. Eso era bueno, al menos, porque no queria tirar del cuchillo y hacer que su herida fuera peor de lo que ya era. Camine a su alrededor, hacia su brazo derecho, y tire de su camisa y la aleje, sacando la tela de su cuerpo y luego lenta pero seguramente empujandola hacia abajo y alejandola de el. Finalmente la aleje de su brazo lo suficiente como para evitar el cuchillo. Contuve mi respiracion mientras el se agarraba la manga y tiraba hacia abajo tan fuerte como podia. Cuando la camisa aterrizo en el suelo de baldosas delante de nosotros, senti que podia respirar de nuevo

  • En nuestro proximo destino de Carolina Munoz Fuentes

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    Te conozco desde antes. ?lo sabes?
    Despues de un accidente, Teresa se enfrenta a una serie de enigmaticos recuerdos, los cuales entrecruzan su vida en dos epocas diferentes: 1940 y 2017. En medio del vacio y la confusion, comienza una importante busqueda que se vuelve cada vez mas compleja, traspasando incluso la barrera del tiempo.

  • El camarero de El gato que ladra de Elena Camacho Rozas

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    Subi al cabrete con la intencion de cambiar mi camisa de cuadros por la blanca, y la chupa de cuero por la chaquetilla negra que junto al pantalon a juego, de caduco estilo, componian mi uniforme de guerra. Me habia puesto esa manana una corbata negra, la que compre para el entierro de mi abuela, con el fin de ahorrarme un paso, quiza un minuto, en la transformacion de mi aspecto: de joven semidesalinado a profesional del duro curro de la hosteleria. Asi vestido, mi juventud en retirada se amilanaba, y las incipientes entradas que solia disimular con el largo corte de pelo y los rizos desplomandose sobre ellas me revestian de una cierta solemnidad. Con esta presuncion de entendido en nada e inocente en todo, dia si y dia tambien un espontaneo o un asiduo me confesaba algun cataclismo interior, algun miedo, algun yerro, alguna duda. Todo se repetia una y otra vez. Desde el insistente dolor de pies que tanto paseillo entre las mesas y la barra me dejaba al acabar la jornada hasta las habituales bromas de los parroquianos. Sin embargo, aparte de esto, lo identico se difuminaba y ninguna jornada era igual a otra mas alla de las pequenas semejanzas. Las diferencias se multiplicaban y no se limitaban a algun que otro servicio inusual. Los semblantes cambiaban como la luz a lo largo del dia. Las conversaciones asomaban con nuevas y secretos. Personas nunca vistas se sumergian en sus pensamientos, solas y acodadas en la barra o dejando ir la imaginacion en una mesa incompleta. Grupos aqui y alla que habian quedado en el local se palmeaban la espalda o se saludaban con distintos grados de calidez, salvo fortuitos desencuentros. Los desconocidos arribaban por casualidad a El gato que ladra con sus propias aspiraciones y necesidades y yo jugaba a desvelarlas como quien gusta de rellenar un sudoku. Los de siempre nunca hacian exactamente lo de siempre, sino que o llegaban a deshora o marchaban antes de tiempo o mostraban un gesto extrano que apartaba lo diario de lo cotidiano. A veces, las caras de quienes vienen y van son perfectamente intercambiables. Otras, algunas poseen un aire inconfundible que las hace unicas. A estas es a las que miro con disimulo, a las que no puedo dejar de mirar, las que nunca empachan mi retina, las que siempre muestran una leccion que dar, un secreto que confesar, una mania que esconder o un misterio que indagar. Lo mismo me ocurre con las palabras. Todos mis clientes suelen usar el mismo idioma, este bar no esta en la ruta de las visitas turisticas. La mayoria se expresa como seres de pensamiento clonico y usa metaforas manidas, expresiones hechas, burlas sin novedad, chistes archiconocidos… Entonces, me desconecto y aprovecho para hojear el periodico del dia entre la intermitente peticion de consumiciones. Los menos, con identicas letras y distintas entonaciones, crean mensajes del todo impares. Es entonces cuando mis oidos hacen frente comun con mis ojos y, entre ida y vuelta, escucho conversaciones deshilvanadas a las que mi curiosidad o mi invencion dan textura. Ya me dijo el jefe en una ocasion que no hay mejor psicologo que un buen barman. Y tendra sus rarezas, pero es un tipo honesto que sabe de lo que habla, por algo lleva casi medio siglo al frente del negocio. Supongo que no se ha jubilado aun porque El gato le da vidilla, y no le resta la suficiente para imponerse actividades que nunca ha hecho. Tambien supongo que por su edad tiene que estar cansado del trajin, los madrugones y los borrachos, y que por eso cada vez delega mas en mi, su mano derecha a falta de hijo que herede su pasion por el bar. Es curioso como pasa el tiempo y nos hermana a quienes antes veiamos con edad de abuelos. Cuando yo llegue a su vida, el tendria diez u once anos mas que yo ahora y lo veia como a un anciano o un dinosaurio a punto de extinguirse. 2 Mas domingo 22-6-2014 Los dialogos de los clientes escogidos rara vez me resultan tediosos. Algunos son triviales y otros serios. Unos dramaticos y otros jocosos. A veces incongruentes y otras la mar de formales. Pero nunca aburridos como para no escucharlos al pasar igual que quien se deja aturdir por un aroma. De ayer, sin ir mas lejos, recuerdo retazos de dos de ellos. --?Tu crees que nos llamaran? --preguntaba un muchacho a su acompanante, con aspecto de treintanero como yo. Le habian quitado el puesto a mi diosa, Z, sentados en la primera mesa. Me he acostumbrado a escribir sobre la mujer de blanco, una asidua intermitente que siempre se sienta donde ellos estaban hoy, designandole con esa unica grafia, como si fuera una incognita. --A ver, si por la calidad fuera, seguro, pero date cuenta de que la competencia es atroz y el nivel estaba muy alto. --Bueno, sonar es gratis --susurro el primero. --Con esa actitud no vamos a ninguna parte. A la inspiracion hay que pillarla trabajando, ?quien lo decia? Fue un artista, un escritor o un pintor, ?o seria un filosofo? --y se veia que queria impresionar al joven sentado enfrente, a pesar de hablar de oidas--. Debes mantener la moral alta, y que no falten el rigor y la preparacion. Solo el fuerte convence y gana. --Es que no me voy a hacer pajas mentales, que luego me ocurre como a la lechera del cuento. *** --Te he dicho que ya no aguanto mas. --Pero ?por que? ?Que nos ha pasado? Antes de convertirnos en pareja fuimos los mejores amigos... --Quiza sea esa la cuestion. No debimos haber cambiado de estado. Como amigos eramos perfectos, pero... --Ya. Como amantes, no. Eso quieres decir. --No exactamente, no me malinterpretes, no me refiero a cuestiones amatorias. O al menos no solo a eso. Eres... demasiado puntilloso y yo... no estoy acostumbrado a que me controlen ni se irriten por cada paso que doy. --Que necesitas espacio, vam... --... --... <>, pense. Tras servir a los de la tercera y ver como intercambian un par de intervenciones mas, me di prisa en volver a pasar por su mesa. Aun regrese a tiempo de escuchar algunas frases sugerentes mientras limpiaba con la bayeta amarilla la numero uno. --?...mos compatibles? --No lo entiendo. ?Antes congeniabamos a las mil maravillas y ahora no somos compatibles? --se resistia uno de ellos a admitir la derrota--. Algo no me cuadra... --Quedemos simplemente como amigos --le suplico el primero--. Si no..., tendremos que cortar por lo sano... y eso si que nos danaria a los dos. *** --Te esta sonando el movil. Mira a ver... --sugirio el mayor. --?Tan pronto? !Imposible! Me pregunte si esperaban la resolucion de una entrevista de trabajo o la respuesta a la participacion en un casting. Pero... ?en domingo? !Cualquiera sabe! Sus caras anodinas no me aportaban datos con los que deducirlo. Recuerdo que reflexione sobre las aspiraciones de la gente, y que llegue a la conclusion de que tener las esperanzas puestas en una llamada de movil no era loable sino insensato. --?Ves? --senalo hacia la pantalla--. Numero desconocido. Igual... --Igual es alguien que me quiere vender algo. Hasta las narices me tienen. Pero no se hizo de rogar demasiado. --?Si? --espero un momento y acto seguido insistio--. ?Digame? El joven miro el aparato de frente como si este le fuera a contestar y se lo volvio a colocar sobre la oreja antes de repetir la pregunta. Tras un breve silencio... --Se ha confundido. --Seria un pesado. ?Sabes?, antes, como me daban pena los que trabajan de teleoperadores -- retomo la conversacion su acompanante--, era educado con ellos. Ahora les contesto que no me viene bien atenderlos, que estoy trabajando, o me invento otra excusa. Si insisten, me deshago de ellos sin contemplaciones. --!Viva la asertividad! --Claro, si no me interesa lo que me van a ofrecer, vamos, lo habitual, y siguen dando la barrila... pues yo les cuelgo. Que aprendan a respetar el oro ajeno, el tiempo, digo --y se reia de su propia ocurrencia con una risa que no sabria calificar si era ratonil o de hiena. --Yo he desarrollado un sistema que no falla. Ademas me sirve para meterme en la piel de otros, ya sabes, en plan personaje... --?Y en que consiste? --Me enrollo con las maravillas de tal o cual servicio, o pretendo venderles yo otra cosa. Acaban por colgar ellos --se carcajearon al unisono.

  • Lo que aprendemos de los gatos de Paloma Diaz-mas

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    Pasaron por nuestras vidas cautelosos como quien pisa sobre almohadillas de algodon; capaces de andar sobre vidrio sin quebrarlo, de rozar una copa sin derramar una gota siquiera. Sabios en escoger en verano la sombra mas fresca, en invierno, el calor de nuestros cuerpos dormidos. Andaban por la casa dejando una estela de inaprensibles briznas de oro o nacar. Cuantas veces nos quitaron nuestro sitio, que era tambien su lugar favorito, y nosotros, reyes destronados y enormes, fuimos a acomodarnos --es un decir-- en el mas incomodo asiento de la casa. Cuantas veces sosegaron nuestra angustia con ese rumor que vibra en su garganta. Les dimos cuanto quisieron; lo aceptaron ellos con la majestad de quien nada ha pedido. Y a veces nos poseia la extraneza de haber metido en casa una fiera terrible, una fiera armada de garras y de dientes que con lengua de lija peina su seda al sol. Al fin murieron: apenas un suspiro y quedo de ellos un jiron de piel suave, casi nada, sigilosos y dignos en la muerte como en la vida. Asi fueron nuestros gatos y aun ahora, muchos meses despues, de vez en cuando, encontramos un pelillo de seda en nuestras ropas. ESTEBAN VILLEGAS, Vida cotidiana, 1995 Un gato En el jersey negro que acabo de ponerme he encontrado uno, dos hilillos de oro. Tomo uno de ellos entre los dedos --no me resulta facil porque, pese a su delicadeza, la fibra se adhiere con fuerza a la lana del jersey, como si estuviera entrelazada con ella-- y lo observo. Si mi vista fuese mejor o pudiera observarlo con una lente de aumento, ya se lo que veria con toda nitidez: la fibra dorada no es de un solo color, sino que tiene tres tonos, el rubio dorado oscuro, el blanco y, entre uno y otro, un suave color crema tan delicado que resulta dificil distinguirlo. Son las rayas que tenia Tris-Tras, que murio hace ya cuatro meses. Su capa de gato europeo dorado aparentaba estar hecha de pelos de distinto color pero, en realidad, cada uno de sus pelillos repetia en miniatura el dibujo de la piel del gato entero. Cada dos por tres encontramos, todavia, sus huellas por la casa: un pelo que se adhiere a nuestra ropa o que aparece en un cojin del sillon; el enganchon que hizo con sus unas en la mejor colcha de nuestra cama, una colcha que ella mullia como quien ordena, antes de dar tres vueltas sobre si misma y acomodarse en la parte mas confortable; la aparente suciedad de la parte baja de la mesa resulta ser la marca de la grasa de su pelaje y, de repente, la recordamos frotando su mejilla, su cuello y su lomo contra esa pata del mueble, marcando el territorio que ella tenia como suyo, un territorio en el cual nosotros viviamos de prestado, como huespedes bienvenidos o, mejor dicho, bien tolerados. La primera vez que paso esto fue en un viaje transoceanico. Llegue al hotel por la tarde, aproximadamente a la misma hora en que habia salido del aeropuerto de origen (el avion habia luchado infructuosamente contra los husos horarios y nos encontrabamos en el mismo punto de partida de un dia larguisimo), y al abrir la maleta lo primero que vi fue una hebra de oro incrustada en mitad de la solapa del traje de chaqueta que pensaba ponerme en la reunion de trabajo mas formal de mi estancia. Me hizo gracia que Tris-Tras, que se habia quedado en casa, me hubiese acompanado hasta el otro lado del Atlantico, representada por aquella hebra que parecia de seda. Tome el pequeno filamento y lo deposite con cuidado en un pliegue de los gruesos cortinones de cretona que cerraban la ventana: queria dejar ahi aquel recuerdo de un animal que alli nunca estuvo ni estaria, una presencia virtual. Tal vez siga aun en el mismo sitio. A lo largo de los anos, hemos ido sembrando el mundo con menudos rastros de Tris-Tras. Los hemos llevado encima sin sentirlos y los hemos diseminado por aviones, trenes y autobuses, en nuestro coche, en la calle, en los comercios, en las butacas de los cines y en los sofas de las casas de nuestros amigos; desde alli un ejercito de desconocidos los transportaron consigo, sin darse cuenta, hasta muy lejos, a unos lugares en donde nunca estuvimos; algunas hebras doradas han llegado hasta el mar, otras se han perdido en los bosques por cuyos senderos hemos paseado sus portadores. Las hebras sedosas --cada una de las cuales tiene tres colores sutiles, como tenidos a proposito-- se habran esparcido por rincones lejanos de un mundo globalizado. Es lo que queda de Tris-Tras, ahora que ella ya no esta. Ese animal se marcho dejando el mundo lleno de pelos. Seguimos repitiendo, sin querer, los viejos gestos, ahora innecesarios: dejar todas las puertas un poco entreabiertas para que Tris-Tras pueda circular libremente por la casa, porque los gatos no soportan verse encerrados en una habitacion. Tener cuidado de cerrar bien las ventanas, no sea que se vuelva a precipitar desde un segundo piso, como ya paso una vez; y nos da un vuelco el corazon cuando pensamos que ahora ya podemos tener las ventanas abiertas de par en par: esa libertad nuestra recien adquirida nos deja una sensacion de vacio y un regusto triste. A la hora de costumbre pensamos <>, para caer en la cuenta de que no hay ya a quien dar de comer ni de beber. Y a veces, cuando pasamos ante la puerta de cualquier habitacion, echamos una ojeada para comprobar donde esta el gato, que ya no esta.

  • El alfabeto alado de Mario Satz

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    Entre el alma humana y las mariposas existe un estrecho parentesco: lo que en una es oscilacion y ascenso en las otras es aleteo y color. Aristoteles fue el primero en acunar la palabra “psique” para designar ese nexo, y, tras el, poetas y pintores representaron el alma alada, fragil e inasible pero hermosa. Hoy es la fotografia la que documenta la vida de estos esplendidos insectos, cuya milagrosa existencia muestra a su vez cuan volatil y extraordinaria es la vida humana. Breves e intensos, los relatos que Mario Satz reune en este bellisimo libro dan cuenta de las aventuras y desventuras de esas joyas aladas que han dado lugar a tantos mitos, leyendas y fabulas dignos de ser recordados.

  • Jardin de invierno, Kristin Hannah de Kristin Hannah

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    Una gran historia de amor ambientada en la Segunda Guerra Mundial de Kristin Hannah, la autora de El Ruisenor.

  • Tormenta en La Habana, Clive Cussler de Clive Cussler

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    Dirk Pitt regresa en esta nueva y emocionante novela del maestro de la aventura, el autor superventas mundial Clive Cussler.

  • Olivia y su caos de Christian Martins

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    La vida de Olivia Simmons es perfecta hasta que su nuevo vecino, el <>, se traslada al piso de enfrente. Desde entonces, todo se convierte en un verdadero caos.

  • Las brujas del este de Jorge Sevillano Gonzalez

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    Elisabeth Martin, Lisa, se despierta con la noticia de la muerte de su amiga Nastya. Su cuerpo ha aparecido en el Parque del Ebro, en la ciudad de Logrono, sobre una cama de ramas junto a gran cantidad de dinero.
    Los inspectores Daniel Garrido y Manuel Tomas llevan la investigacion de un caso que el Departamento de Policia y los politicos locales quieren cerrar cuanto antes a falta de pocos dias para las elecciones.
    Un joven con problemas mentales y la tenacidad de Lisa haran que sea ella quien inicie una investigacion paralela en busca de la verdad sobre el asesinato de su amiga. Pronto, los investigadores sufriran presiones para dejar el caso, costandole incluso el trabajo a Garrido.
    La amistad y el deber se unen para que Lisa y Garrido no desistan en su busqueda del verdadero asesino que se esconde en Logrono.

  • Siempre fuiste Tu (Sin Mirar Atras 4) de Daniela Alessandra

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    Christian Bosch es un arquitecto de mas de 30 anos a quien conquistar mujeres siempre se le dio bien; incluso estando casado.
    Alejandra es una psicologa amante de los libros, la musica y el pastel de chocolate. Con una relacion de mas de 4 anos que le da seguridad, siente que ha encontrado al hombre ideal.
    Christian y Alejandra son amigos desde ninos y fueron inseparables hasta que un fin de semana cambio por completo sus vidas.
    Atrapados por un sentimiento del pasado, Alejandra luchara por conservar su relacion sin tener que perder otra vez a su mejor amigo, pero Christian no quiere fingir mas y hara hasta lo imposible por recuperar a la mujer que le robo el corazon 13 anos atras.

  • Amor entre jefes (Los jefes 3) de Victoria Quinn

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    Esta postrada de rodillas.

  • Mauks. Una bicicleta para dos de Gema Samaro

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    Bruno es un atractivo empresario y un novio desastroso que no tiene mejor ocurrencia para retener a su novia que regalarle una bicicleta holandesa y rosa.
    Pero el regalo no llega por culpa de Macarena, la duena de la tienda, una chica de armas tomar que esta loca por quitarse de encima a un cliente tan terco y arrogante como Bruno.
    Desesperado y harto, Bruno le pide a su hermano Guido que es un genio, porque trabaja como tal en el musical de Aladino, que llame a la tienda para presionar mas a la duena. Sin embargo, quien responde a la llamada es Rocio, la dulce hermana de Macarena, quien se enamora perdidamente de la voz de Guido y viceversa.

  • Flores para la senora Harris de Paul Gallico

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    La senora Harris, una viuda de cierta edad que se dedica a limpiar casas de la clase alta londinense, descubre un buen dia, en el armario de una de sus mas ricas clientes, un par de vestidos de Dior que la dejan cautivada. Contra todo pronostico, decide que ella quiere [?]necesita[?] uno de esos vestidos, aunque nunca vaya a tener ocasion de llevarlo. Cuando se entera del precio, en lugar de desistir, empieza a ahorrar para alcanzar su sueno e inicia asi un largo proyecto que, al cabo de mas de dos anos, acabara llevandola a Paris. Sus aventuras en la casa Dior, de la mano de madame Colbert, el joven contable Fauvel y la bella modelo Natasha, y sus inopinados atisbos del gran mundo parisino la guiaran por un camino en el que no faltaran el escarnio ni el desprecio ni finalmente la amistad. Flores para la senora Harris (1958) tuvo tanto exito en su dia que su autor, Paul Gallico, llegaria a dedicar al singular personaje tres novelas mas. Esta fabula sobre el deseo y el entusiasmo, y tambien sobre su otra cara, la frustracion, tiene desde luego mucho de cuento de hadas, pero es asimismo una aguda y divertida comedia social.

  • Casarse con el misterioso CEO de Sheila Gates

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    “Jane, esta es mi tarjeta bancaria, la contrasena es 131224. Lo que necesitas anadir en casa, lo miras. ” Han pasado unas horas, y la oreja de Jane siempre recuerda a lo que dijo su nuevo marido cuando le entrego una tarjeta bancaria antes de salir por la manana. Para ser honesto, ella sabe muy poco sobre este hombre como su marido. Ella no sabia nada de el, excepto que el le habia dicho su apellido, Qin, que ella no estaba segura, y que ella no estaba segura de quien era el en su familia. Jane no sabia de donde venia del coraje y un hombre que solo se habia reunido dos veces para casarse. Hace diez dias, con la entusiasta ayuda de Yu Meiling Feiling, Jane primero puso un pie en el camino de las citas, conocio a un hombre llamado Qin Yue. Ella no tenia ninguna esperanza, despues de todo, despues de ser incriminada hace tres anos, no estaba calificada para ser exigente, solo otros para recogerla. Debido a que ya no podia seguir con otros, llego quince minutos antes el dia de la cita. En sus propias condiciones no pueden aprovechar, solo puede ser mejor en otros aspectos, con la esperanza de dejar una buena impresion en el otro lado. Si puedes conocer al hombre adecuado para casarte, pero tambien puedes dejar que los padres se sientan a gusto. El hombre con el que salia llego temprano, no demasiado tarde. El traje de hombre es muy formal, deja que la gente sienta que le da gran importancia a esta fecha, a la primera sensacion mas intuitiva de Jane es muy buena. Su forma de” decir hola tambien se comparte: “Hola, senorita Jane! Soy Qin Yue. ” Palabras prevalentes, solo porque su voz es muy magnetica para que Jane se sienta inusualmente bien, la impresion de este hombre anadio un punto. Despues de la comunicacion regular y directa de los hombres, educadamente dejaron sus numeros de telefono y se fueron. El numero de citas mas, Jane no se tomo esta cita en serio. Penso que esta fecha seria la misma que antes, pero dos dias despues recibio una llamada de Qin Yue. Su voz sigue siendo educada: “Senorita Jane, ?esta libre por la noche? ” Esa noche, Qin Yue le pidio que comiera en un restaurante de Sichuan. Jane no le gusto una ocasion tan incomoda, las palabras de la mesa son muy pocas, una comida un poco mas reservada tambien no comio mucho. Inicialmente queria encontrar una razon para salir primero, en el medio, Qin Yue tomo la iniciativa para hablar: “Miss Jane, estoy libre el proximo miercoles, ?que tal si vamos a la licencia de matrimonio? ” “?Que certificado obtienes?” Jane se sorprendio por el comentario de Qin Yue. “Certificado de matrimonio. “Repitio, en un tono solemne, no como una broma en absoluto. ” ?Licencia de matrimonio? ” Jane todavia no esta muy segura de lo que oyo, puso su mano en el muslo, y pellizco duro, para asegurarse de que no esta sonando. Qin Yue tiene un par de cejas de espada muy gruesas, ojos brillantes, la cara es tan guapa como una pintura. Es el tipo de persona perdida en la multitud que se puede encontrar de un vistazo. Su mirada era seria, no parecia una persona impulsiva, y esta fue la segunda vez que se conocieron, y dijo que se iba a casar con ella? Entonces la voz magnetica baja del hombre volvio a alcanzar sus oidos: “Pense que la senorita Jane, como yo, queria formar una familia, casarse y tener hijos, y vivir una vida que otros pensaban que era ‘normal’. ” “Si, creo que si, pero despues de todo, nos conocimos por segunda vez, ?no crees que es demasiado pronto? “Jane dijo lo que pensaba, queria tener una familia propia, pero no queria ser tan apresurada. ” Es un poco rapido. “El aspecto de Qin Yue era aburrido y plano”, “Regrese a dos dias despues de la primera reunion. Jane me dio una excelente primera sensacion, personalmente siento que los dos no entramos en conflicto con el personaje, asi que quiero intentarlo. ” Jane fruncio el ceno y era un poco infeliz: “El matrimonio no es un juego de ninos en mi mente. ?Probarlo? Si no lo intentas bien, ?quieres …” Antes de terminar, Qin Yue interrumpio sus palabras: “Senorita Jane, todos somos adultos, naturalmente no esperequen que no haya amor, ambos tenemos muy claro lo que nuestros corazones quieren”. Jane no respondio a las palabras, fija a la cara de Qin Yue. Desde la superficie del hombre, tranquilo y discreto, parece ser un objeto apropiado de matrimonio. Pero, ?realmente puede poner el resto de su vida en manos de un hombre que solo se ha conocido dos veces? ?Esta realmente bien? Veala vacilantes, Qin Yue dijo: “Tal vez estoy demasiado ansioso, no tuve en cuenta sus sentimientos.” Jane cree que estoy bien, vuelve y piensalo, y esperare tu llamada. ” Cuando llego a casa ese dia, Jane estaba pensando en ello toda la noche. Admite que hay puntos especificos que ella y Qin Yue comparten, como el amor que simplemente no existe. Despues de estar tan profundamente herida, ya no creia que habia el llamado amor en el mundo. Sin dormir toda la noche, a la manana siguiente llamo brevemente el telefono de Qin Yue, prometio su “propuesta”. Esa manana, Jane tomo la tarjeta de identificacion.con Qin Yue, juntos al registro matrimonial. Cuando ella y Qin Yue, junto con un certificado de matrimonio de la Oficina de Asuntos Civiles, hay un sentimiento en su corazon no puede decir. Todo lo que dice que el matrimonio es la segunda vida de una mujer, ahora parece ser tan simple, nueve piezas de certificado de nueve collares en su vida talladapertenecen a la huella exclusiva de Qin Yue. Ayer fue el dia en que Jane se mudo al apartamento de Qin Yue. Anoche Qin Yue tambien actuo muy caballeroso, tomando la iniciativa de dejar el dormitorio principal a ella sola para descansar. Estaba en otro dormitorio. Jane no penso que el primer dia que se mudo a la casa, Qin Yue le dara la tarjeta bancaria. Ella y el no se conocen, ?como puede estar seguro de que toda la propiedad de la familia en sus manos? “Jane, los reporteros de los principales medios de comunicacion, estan esperando alli. La gente de la junta y el nuevo presidente vendran pronto. “La voz severa del gerente de relaciones publicas Xu Ai interrumpio la gira de Dios de Jane, rapidamente se retracto de sus pensamientos, actitud correcta: “Xu gerente, lo siento, voy a prestar atencion.” Xu, tono duro: “Jane, aunque eres el personal del departamento de negocios, tu gerente te envio a ayudar a nuestro departamento de relaciones publicas, me das un espiritu, no me des un lastre”. Jane sonrio y asino con la nalga: “Administrador Xu, no volvera a suceder.” Xu Friendly volvio a mirar los ojos de Jane antes de mover los ojos, llamando a varios de los mismos empleados del departamento responsables de la recepcion. “Todos jugaron cien mil puntos de espiritu por venir, la conferencia de prensa de hoy debemos hacer lo mejor, absolutamente no podemos cometer un pequeno error. Xu discurso amable al mismo tiempo, ojos serios barridos a traves de las manos de cada miembro del personal. Capitulo 2 Jefe Misterioso “Si. El departamento de relaciones publicas encargado del trabajo de recepcion se hizo eco de los colegas que habian sido enviados temporalmente para apoyarlos. Los ojos de Xu finalmente cayeron sobre Jane: “Jane, escuche que eres el mejor empleado de tu vendedor”. Despues de un tiempo, estaras con el nuevo presidente, a cargo del nuevo presidente, y no tienes que preocuparte por otras cosas. ” Jane asino con la nalina, todavia no ha respondido. El personal de relaciones publicas Ma Dana mostro una mirada feliz: “Jane ah, si nuestro nuevo presidente sigue soltero, usted tendra la oportunidad de acercarse al nuevo presidente” Xu mirando a Ma Dana: “Hoy puede estar relacionado con todos nosotros en el futuro, todos ustedes me dan un punto severo.” Jane en silencio tomo un respiro y trato de llegar a lo mejor del trabajo habitual. Justo cuando la multitud pensaba que todo en la compania estaba tranquilo, la junta de repente dio la noticia de que el presidente tomaria el relevo como una nueva persona. Sin embargo, el jefe entrante es misterioso, los jefes de varios departamentos a traves de varios canales de investigacion, pero no oyo nada sobre el. Jane no es generalmente una persona feliz, en este momento no se puede estirar el cuello mirar la entrada quiere ver este gran BOSS es precisamente lo que es sagrado? “Aqui vamos, los directores y el nuevo presidente estan aqui. La voz de la recepcionista se transmitia desde el walkie-talkie a los oidos de todo el personal. Los colegas no pueden evitar manejar su ropa y permanecer respetuosamente en sus puestos. Jane siguio el traspaso cercano de Xu para cumplir con el tan esperado “misterio gran BOSS.” A pocos pasos, vi a un hombre alto con un traje gris plateado, rodeado de varios hombres con trajes negros, marchando a un ritmo exquisito hacia la sala de lanzamiento. El hombre alto que camino frente a la multitud con un traje gris plateado era claramente su nuevo marido, Qin Yue! “Imposible! Jane penso que era una ilusion,e inmediatamente cerro los ojos ysacudio la cabeza para despertarse rapidamente. Pero cuando abri los ojos y mire de nuevo, la apariencia del hombre se mantuvo sin cambios. Si fuera otra persona, podria admitirlo, pero este es su nuevo marido, no puede admitirlo. Como una cara perfecta como un cuchillo, la altura completa de un metro ocho y una buena figura, asi como caminar inadvertidamente revelo la noble elegancia. El hombre mostro que cualquiera de ellos coincidia perfectamente con su nuevo marido. “Qin, Qin Yue? ” Jane miro al hombre. Parece oir su voz, los ojos del hombre ligeramente, atrapados en su cuerpo. En sus ojos, Jane estaba tan nerviosa que estaba a punto de olvidar su aliento. ?Como no haber pensado que su nuevo marido “ordinario” se convertiria en el nuevo presidente de su propia empresa? Ella lo miro, con la cabeza zumbando como una flor abierta. Los ojos del hombre en su cuerpo por un momento se alejaron inmediatamente, frio como si no la conociera tal persona. Indiferencia hacia ella, el corazon puro se hundio rapidamente. Es claramente Qin Yue, es su nuevo marido, ?por que usar una mirada tan fria a ella? Pero por un momento, el corazon de Jane habia brillado todo tipo de ideas. Lo mas parecido a la realidad es que ella piensa que este momento es un sueno, un objetivo irreal. Qin Yue esa persona es siempre suave y elegante charla ingerida y hacer las cosas son muy educados, nunca la veo todavia pretender no saber. Rapidamente se pellizco dos veces con la mano, y saco las comisuras de su boca con dolor, solo para descubrir que no era un sueno, sino lo que estaba experimentando ahora.

  • Sweet Spot (Traduccion), Stella Rhys [PDF] de Stella Rhys

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    Nuestro primer encuentro como vecinos fue jodido desde el principio.El era caliente. Yo estaba sin ropa. Y no tuvimos ninguna oportunidad en el infierno de ser platonicos.

  • El ascenso de las dos serpiente de Max Gladstone

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    Una plaga de demonios han saboteado las reservas de agua de Dresediel Lex. Para averiguar quien esta detras y reparar el dano, el Rey de Rojo envia a Caleb Altemoc, hijo de Temoc, el ultimo de los sacerdotes de los antiguos dioses y protagonista de La primera y ultima nieve, un joven especializado en gestion de danos, que tambien se saca algo de dinero apostando. Una vez alli, Caleb se encuentra con Mal, una saltadora de tejados de la que queda inmediatamente prendado. Desde el principio, Caleb y Mal estan unidos por el deseo, la magia y el azar, atrapados en un juego peligroso donde dioses y humanos son meros peones. Ambos yacen en el agua y bailan sobre el fuego, mientras las dos serpientes que duermen bajo la tierra empiezan a despertarse. y estan hambrientas.

  • Mas que amigos, el final 2 de Carolina Salvo

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    Estuve siete dias sin hablar, siete dias odiandome por tomar aquella tortuosa y masoquista decision, y estuve siete dias ignorando los mensajes de Tobias que no dejaban de llegar a mi celular. Siete dias.

  • Tu eres mi hogar (California 3) de Blanca Tunez Navarro

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    Despues de varios anos, Meredith aun no ha conseguido superar ese momento traumatico que marcaria su vida para siempre. Ser cirujana pediatrica en Minnesota le absorbe mucho tiempo, a eso se le unen las horas de gimnasio y su negativa a darse otra oportunidad porque no se siente preparada.Nick continua cerca, expectante a cualquiera de sus movimientos para tener la oportunidad de hacerle cambiar de opinion respecto a los hombres y, sobre todo, de si misma.Danny, el hermano de Nick, tiene que hacer frente a una serie de acontecimientos que se desencadenaran a raiz de conocer a Megan, esa mujer de ojos castanos que no saldra de su mente con facilidad.?Sera Meredith capaz de afrontar el pasado y mirar hacia el futuro? ?Formara Nick parte de ese futuro?

  • 29 de febrero, Juan Genoves Timoner & Montserrat Valls Giner de Juan Genoves Timoner

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  • Callame con un beso (Canciones para Paula 3) – Blue Jeans de Blue Jeans

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    El final de la trilogia no deja indiferente a nadie. Paula se marcha a Londres a estudiar y afronta con muchas dudas una relacion a distancia. No sera facil elegir que camino tomar con el que cree que es el chico de su vida: Alex. El escritor ha abierto un biblio-cafe y tiene en una de sus clientas a una de sus mayores admiradoras. Las Sugus, por su parte, se han separado y entre ellas las cosas ya no son lo que eran. Miriam se ve inmersa en una relacion toxica, Cristina ha encontrado el amor y Diana, sigue siendo Diana, aunque ha madurado con Mario a su lado. Fue el desenlace mas esperado de la primera historia que paso de las Redes Sociales al papel.

  • La astronauta de S.k. Vaughn

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    La astronauta May Knox flota en el espacio, va a la deriva. Solo una persona puede salvarla: el hombre al que rompio el corazon. Pero esta a un millon de kilometros.

  • El cazador de fantasmas de Arlette Geneve

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    Rachel es una medium sensitiva que ayuda a espiritus a mantener un ultimo contacto con sus familiares vivos, tambien a desenmascarar a falsos clarividentes, pero todo cambia cuando en una sesion para mostrar un fraude, un espectro peligroso contacta con ella. Rachel se encuentra ante un peligro muy real, y por eso busca la ayuda del unico que puede darsela.

  • Las mariposas de Victoria de Veronica Rosi Kar

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    Debido a la triste perdida que le atane a la protagonista Victoria; las mariposas se convierten en un simbolo constante en el reencuentro consigo misma.
    Compara todos sus conflictos personales y emocionales con la metamorfosis que sufre una oruga hasta salir de su crisalida y volar en plena libertad. Pero, para darse cuenta de ello, realizara un viaje que le cambiara su vida y le dara pie a transformarse en lo que realmente esta destinada a ser. Una novela romantica e intimista que hace que empatices con Victoria y la acompanes en su camino.

  • Muerte de un rey pirata 4 de Josh Lanyon

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    La carrera como escritor del librero gay y, muy a su pesar, detective aficionado Adrien English de repente comienza a despegar. El actor de Hollywood Paul Kane, cuya fama es de sobra conocida, ha comprado la opcion por los derechos de su primera novela, El crimen siempre es descubierto.

  • Nunca olvides que te quiero de Mar Vaquerizo

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    Nick O'Connor, Delta Force de las fuerzas armadas estadounidenses, esta en Espana colaborando con una Unidad de Operaciones Especiales de los SEALS, mientras busca pruebas para emprender la mision mas importante de su carrera: el amor de su vida esta en grave peligro.
    Valeria Devereux nunca quiso casarse con Mark, pero las circunstancias familiares la arrastraron a un matrimonio concertado para salvarlos a todos. Una decision que le alejo de Nick, a quien no ha dejado de amar nunca.
    Han pasado los anos y, convencida de que la ambicion de su marido la llevara a la muerte, tiene que buscar la forma de ponerse a salvo.
    El equipo SEAL esta dispuesto a ayudar a su hermano de armas, pero necesitan informacion comprometida para lograrlo.
    ?Podran cazar al objetivo? ?Conseguiran Valeria y Nick sobrevivir a la mision mas dificil de sus vidas?

  • Los cielos de carbon, Gonzalo Arjona de Gonzalo Arjona

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  • Esto que aqui ves de Monica Carrillo

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    Si alguien me hubiera preguntado, le habria dicho que naci cerca de La Sepultura, donde los dias y las noches eran tristes, igual que hoy, donde la neblina lo cubria todo hasta llegar al pensamiento. Meciendose en las entranas como un canto lugubre y lastimero. Impregnando a cada paso los recuerdos de por si ya confusos. Esa neblina dolorosa que con solo respirar iba humedeciendo cada poro por donde pasaba con una melancolia infinita. Si alguien me hubiera preguntado, le habria dicho que ese constante frio se me fue clavando desde que tengo memoria y ahora regresa todo, de golpe, como un punetazo en la cara que el destino hubiera deseado asentarme desde hace muchos anos. Tu estas ahi, a un paso de la sepultura, pero decidiste consumir tu cuerpo para que nadie te detenga, para volverte parte del aire. Yo me quedo pensando con detenimiento en las esperas, en todo lo que vendra despues, cuando ya nada tenga la huella de tu mano y cada resquicio de ti se encuentre suspendido entre las cenizas. Este que soy, espera ansioso a saber cuando podra decirte de nuevo que eres el otro Uno que le complementa, que le da sentido. Este que soy ahora, resquebrajado y taciturno por el paso de los anos que no se portaron igual con ninguno de los dos. Porque cada golpe de ausencia me recordara que tu te fuiste antes, y yo no se que hacer con tanto tiempo por venir y que no percibo. Porque el cosmos, las palabras, el espacio, se han quedado suspendidos sin una boca perfecta y virtuosa que les pronuncie. Porque recuerdo bien, a cada gota de silaba, que por tu voz fue que yo vi nacer el mundo. Si alguien me hubiera preguntado, si alguien me preguntara ahora, le diria que con gusto volveria a La Sepultura con tal de irme contigo. Estoy cansado. Agrietado y solo. Vuelvo a ser un Uno sin proposito. UNO Hubiera sido mas facil zafarse de este asunto. Digo, pero el siempre estuvo ahi, claro. No habia necesidad de que esto se prolongara tanto. Ya vas a empezar a quejarte, Lilith... me diria ella. Su palido semblante dentro del feretro rosado luce tranquilo ahora, al menos eso alcanzo. Mama lleva en las manos el collar de cuentas del Tibet, que el le trajo, en alguna de sus multiples desapariciones, su cadena con dijes al cuello y los aretes que yo le regale. No puedo comprender lo absurdo que es el amor, la costumbre o lo que sea. Porque ni siquiera se si eso fue amor alguna vez. No, no lo entiendo. Tampoco se si valio la pena su esfuerzo. Acabar asi en esta vida sin sentido le quita a uno las ganas de seguir viviendo. Tuvo muchas oportunidades y las dejo ir. Todos estamos atados a algo. Paseo la vista por este sitio. Paredes frias y grises, muebles burdos. Candelabros, iconografias religiosas, sobrios floreros llenos de plastico. Y la gente. !Ay, la gente! Es algo que no soporto. El olor a velas me produce jaqueca. Los otros floreros, los que estan junto al feretro, unicos con flores naturales, despiden su olor dulzon y agrio a la vez, tan desagradable. Y lo peor es que seguiran llegando las malditas flores. Manana olera peor. No, esta de mas, no lo soporto. Me se de memoria todos y cada uno de los detalles de la vida de Katy porque lo que no vivi me lo platico. El resto lo lei en sus diarios. No se si haya algo que deba aprender o solo terminar de saludar a tanta gente y esperar a que se marchen para cerrar este capitulo y regresar a mi vida. Sigo dandole la mano a cuanto anciano se acerca: Si senora Equis, gracias senora Ye, no senora Zeta, mama se fue tranquila senor Eme, muy amable senor Pe. Esto esta llenisimo, me falta el aire. Salgo. Me veo afuera mirando a lo lejos y encendiendo un cigarro. Maldicion, se me hacen bolas los nombres y ya me dolio la cabeza. !Si al menos se hubiera alejado! No me gustan los sepelios, madre, pero hay que estar aqui y seguir saludando gente, recibiendo el pesame, atendiendo personas o como se diga. Si por lo menos me hubieras dado hermanos, con alguien compartiria esto. ?Que se supone que haga? ?Llorar? Claro, es lo que todos esperan. Pero yo aguardare hasta estar sola, de lo contrario no podria seguir con esto, de pie, con tantas almas en torno mio. Ellos ya lloran bastante, algunos como si de siempre te hubieran conocido. Para mi no son mas que extranos. Tal vez no se me da llorar porque estoy demasiado incomoda, muy molesta. Fumo. Miro tu ataud desde aca. !Cielos, cuanta gente en verdad! Donde estuvieron todos esos cuando la pasaste tan mal. Cuando estuviste sola y con problemas. Donde estuvieron tu madre y tu hermana cuando todo paso, como aquello de que te cambiaste de ciudad y de trabajo, no se por que. No, Katy, no, no y no. Esa no fue forma de vivir ni de morir. Y ese hombre, por Dios, que avejentado esta. Y haciendo guardia en la puerta como si no supiera que no tolero ni verlo. !Ese tipo insoportable ya esta aqui! --Necesitas ayuda... Le dijo el joven a Katy que, con sus veintitantos anos, bajaba un mueble del pequeno coche compacto que le prestaron para la mudanza. En la radio del auto se escuchaba Billy Jean, lo mas sonado del ano, pero lo tuvo que apagar sin ganas para atender al recien llegado. Se sacudio los pantalones relavados y rotos que ahora estaban llenos de tierra al igual que sus choclos converse, los ultimos que compro en El Paso. Se le dificultaba oirlo porque de pronto hablaba muy bajo. El clasico ?perdon ? lo hizo repetir la frase. Ya lo conocia, lo habia visto en la oficina, ella llevaba tres meses ahi. Era habil para hablar y diestro en convencer a las personas por telefono, como si todo lo supiera de memoria, pero retraido y serio en el trato cuando alguien le abordaba de frente. Es trabajo, a fin de cuentas, penso. Tenia ese extrano movimiento, ella ya lo habia notado, una mania rara de inclinar la cabeza hacia su hombro derecho con frecuencia y entornar los ojos como si alguien lo estuviera observando. Un tic, una actitud, una extrana manera de ser que le distinguia de los aguerridos vendedores que eran sus companeros, aquellos con una soltura desparpajada a la hora de hacer su funcion, y capaces de decir cualquier clase de ocurrencia con tal de concretar una venta telefonica. Le dijo que no, pero eso no impidio que el delgado --y algo desarrapado-- individuo tomara un extremo del mueble. No habia sido un ofrecimiento, no habia sido una pregunta. El dijo necesitas ayuda, fue una afirmacion. Un juicio concreto que ejecuto mentalmente y procedio en seguida a ayudarle. No se percato del asombro de la muchacha ni de su mohin de descontento, enfrascado en la tarea de transportar de la manera mas eficiente el voluminoso objeto. Ni siquiera espero a que ella respondiera cuando dijo: ?Puedo?, antes de meterse a la casa con todo y carga. A la chica no le quedo mas que sostener la puerta de malla porque el ya estaba casi dentro. Lo llevo, lo acomodo, lo situo donde le parecio que la joven le indicara con la vista y evaluo, con una precision milimetrica, la ubicacion con el resto del mobiliario. Ella permanecio de pie a una distancia prudente intentando negarse al favor con frases cordiales que, al margen de serle chocantes, para el no parecian tener significado. A la media tarde de ese sabado le sentaba bien el brillo armonioso del sol de primavera. Un cielo celeste definido y limpio se extendia alimentandose del amarillo refulgente de la luz. Esa sensacion de infinitud esparcida en el horizonte era lo que mas le habia gustado a la hora de tomar la decision. En la casa usada que Katy recien habia comprado, a las afueras de la gran ciudad, aun faltandole todo, se respiraba un aire de frescura. Pisos y paredes lavados, cocina pasada por lejia, banos al cloro y aceite de pino para meter sus escasas cosas. La hierba descuidada del jardin emitia su olor humedo emanado del verde tierno. Plantas ajadas a falta de una mano prolija, pintura descolorida cubriendo las paredes.

  • A La Sombra Del Ombu, Santa Montefiore de Santa Montefiore

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  • El regreso de !Y tenia que ser mi jefe! 5 de Monica Hoff , Norah Carter

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    La felicidad cuesta y no es eterna. Eso lo descubre Davinia tres anos despues de su idilica vida junto a Peter.

  • El Club Rojo de Rocio Verdejo

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    Alexa, no discutas, te guste o no te guste voy a ampliar tu seguridad. Puedo ceder en muchas cosas, pero no en eso. -- Por favor papa, lo menos que quiero es andar por la vida con dos nineras. Tengo veinticuatro anos, soy una mujer. -- Ya te lo dije no quiero hablar mas del asunto. He dicho que a partir de hoy te acompanaran Bruno y Jorge. No quiero correr ningun riesgo contigo. La chica no discutio mas con su padre sabia que cuando se ponia en ese plan era dificil convencerlo de nada. Esa discusion era comun entre Alexa y Gonzalo. Ambos tenian un caracter muy dificil, y la mayor preocupacion del hombre era la seguridad de su unica hija, pero tambien el tenerla vigilada. Gonzalo Martin Casado era un abogado y politico muy importante, perteneciente a una de las familias mas ilustres de Espana. Habia desempenado los mas diversos cargos dentro del gobierno, todos de gran importancia, habia sido ministro, diputado, e incluso habia llegado a ser asesor del Presidente de Gobierno. Tenia setenta anos, pero muy bien llevados, el estilo de vida que habia tenido le habia permitido mantenerse asi. Nacido en una cuna de oro, nunca habia tenido que trabajar fuerte, era el encargado junto con su hermano de los negocios de su familia. Pero la carga mayor la habia llevado Pablo, su hermano menor, porque Gonzalo desde muy joven se dedico a la politica, esa era su verdadera vocacion. Era un hombre muy respetado y muy influyente entre los miembros del partido, y en general en todo el pais. Se habia casado hace treinta y cinco anos con Ana Velazquez De Los Rios, por supuesto, tambien de una de las mejores familias de Madrid, ella con sesenta anos tambien aparentaba muchos menos, siempre se ha dedicado a ser la esposa perfecta. Siempre vestida de manera muy elegante, con excelente educacion y unos modales exquisitos, habian sido perfectos el uno para el otro, ella lo habia ayudado a escalar posiciones dentro del partido, era muy lista y siempre habia motivado a su marido a asumir retos. En realidad, ella era el cerebro y el el ejecutor, pero de cara a la sociedad ella era una esposa florero. Se habian casado muy enamorados, el con 35 anos ella con diez menos, por supuesto querian tener familia, necesitaban un heredero, perpetuar el apellido Martin. Pero se les hizo muy dificil, luego de diez anos de incontables tratamientos se rindieron. Pero ocurrio el milagro, quedo embarazada, y el dia de su aniversario de bodas numero once, nacio Alexa Martin Velazquez, una hermosa nina que llego a completar la felicidad de la pareja. Luego por mas que lo intentaron no pudieron tener mas hijos, pero para ellos la dicha de tener a su preciosa hija era mas que suficiente. Durante su ninez, Alexa vivio entre algodones y lujos, habia ido a los mejores colegios del mundo, sus amistades o mejor dicho conocidos pertenecian a la realeza y a las mas altas esferas sociales. Habia viajado por todo el mundo, con veinticuatro anos seguia siendo la nina mimada de papa. Tambien tenia una ventaja adicional, era una verdadera belleza, cuerpo de modelo, delgada, alta, una cabellera negra como el azabache, los ojos grises como un cielo tormentoso, labios carnosos y cara de muneca. Nunca habia trabajado a pesar de tener una carrera de leyes, estudio en Oxford como su abuelo, su padre, su tio y uno de sus primos. Todo por complacer a su padre, la chica era inteligente y no tuvo dificultad ninguna en terminar con buenas calificaciones la carrera. No tenia ningun interes en ejercer, aunque no tenia duda que mas pronto que tarde tendria que hacerlo. Su familia tenia, entre otros negocios un despacho de abogados, uno de los mejores de Madrid, pero iba a retrasar lo mas posible esa situacion. Afortunadamente su tio Pablo no tenia intenciones de retirarse y para beneficio de ella tenia dos hijos que si querian dedicarse a esto. Ella tenia otros intereses, o por lo menos eso le hacia creer a todos, era fiestera, compradora compulsiva, caprichosa, era una referencia en cuanto a vestir. La prensa de cotilleo la seguia por todas partes, era habitual en desfiles de modas, inauguraciones de restaurantes, discotecas, y todos los mejores sitios de la ciudad. Eso era lo que se esperaba y por supuesto lo cumplia a cabalidad. Todo el mundo queria estar cerca de Alexa, eso era sinonimo de estatus, pero no era tonta, no confiaba en nadie, simplemente les seguia el juego. Sus unicos y verdaderos amigos eran Brad y Sofia. La Alexa que ellos conocian era la real, la que conocian los demas era un personaje, ella solo interpretaba un papel. A Brad Taylor lo habia conocido en Oxford, era ingles, ambos empezaron a estudiar el mismo dia. Era muy guapo, alto, rubio, ojos azules, delgado, pero con musculos definidos, y lo mejor de todo era encantador, tanto, que Alexa perdio la virginidad con el a los dieciocho. Pero luego de un tiempo se dieron cuenta que funcionaban mejor como amigos que como novios. El chico era de una excelente familia de Londres, era el primer abogado, su padre era medico, pero el no tenia esa vocacion. Cuando Gonzalo lo conocio, le agrado, pero nada mas, para el, Alexa estaba prohibida para todos. No queria que nadie se le acercara con otras intenciones. Cuando terminaron la carrera, Alexa lo invito una temporada a Espana, y le habia gustado tanto que se quedo. Luego de unos meses comenzo a trabajar en el despacho de abogados de la familia Martin. Sofia Jimenez y Alexa eran amigas desde que eran ninas porque ella era hija de una de las mejores amigas de su madre y apenas se llevaban un ano de diferencia, asistieron a los mismos colegios, y siempre habian sido inseparables. Ella estudio veterinaria, tenia una clinica pequena, pero se sentia muy orgullosa de ella. A pesar de que su familia tenia dinero habia querido comenzar por algo pequeno. Igual que Alexa, iba a los mejores sitios, pero ella era diferente a su amiga, su familia la habia dejado hacer siempre lo que quisiera, no era asidua a las compras, ni tampoco se aguantaba a nadie que no le agradara, y no le gustaba seguir esos estupidos codigos sociales. Era una rebelde, pero en el buen sentido de la palabra. Ahora le habia dado por ponerse el cabello azul, tenia piercings en "sitios divertidos", como decia ella, y unos cuantos tatuajes. Pero era una chica bastante centrada, que amaba a los animales, y se involucraba en organizaciones que los defendian, amaba tambien la naturaleza y sobre todo amaba su cuerpo. Era vegetariana, hacia muchos ejercicios, nunca habia usado drogas, no bebia casi alcohol, aunque con semejantes amigos, en ocasiones no podia negarse a esto ultimo. Los tres a pesar de ser muy diferentes, eran los mejores amigos, y disfrutaban mucho estando juntos. Y sobre todo eran amigos incondicionales. Alexa tambien tenia intereses profesionales, pero nada que ver con las leyes, a ella le gustaban los negocios, y sobre todo lo relacionado con los inmuebles. Le encantaba el diseno de interiores su sueno siempre habia sido dedicarse a eso, y de hecho estaba buscando la manera de hacerlo. Con el dinero que su padre le asignaba, compro un pequeno departamento, en Malasana, lo iba a remodelar y luego lo venderia. Pero necesitaba dinero para eso, le gustaban mucho ese tipo de proyectos y tenia talento para ello, le habia decorado en su totalidad la clinica de Sofia y el resultado habia sido maravilloso. Pero si su padre lo supiera estaria en problemas. Estaba empenado en controlarle la vida, en todos los aspectos, profesional, sentimental, y su propia privacidad ya que estaba segura que no solo era vigilada por Bruno y Jorge, su padre nunca estaria tranquilo solo con ellos dos. Debian estar siguiendola por lo menos tres o cuatro personas mas. Esas ultimas semanas habia estado mas paranoico que nunca. Ella desconocia la causa, pero estaba muy molesta por ello. Pero ella siempre optimista le veia el lado bueno a todo, Bruno su guardaespaldas estaba para comerselo, era un mulato, muy guapo, era de Brasil, experto en artes marciales y experto en armas tambien. Por lo menos tenia algo agradable que admirar. -- Alexa, ?como piensas comenzar con el proyecto de Malasana con esos dos siguiendote a todos lados? -- Le pregunto Sofia, mientras revisaba un gatito que le habian traido a consulta. -- No tengo ni idea… Con Jorge podia, porque se quedaba en el coche y yo tenia un poco mas de libertad de movimiento, pero Bruno no se me despega. Ahora mismo esta plantado en la puerta de entrada. -- Le respondio Alexa con cara de hastio. -- Si ya lo vi, pero que suerte tienes amiga, ese Bruno esta guapisimo y tiene cara de ser un semental. Y la reputacion que tienen los brasileros es que son muy calientes y sexuales. ?Porque no te lo ganas a fuerza de polvos? -- Dijo Sofia sonriendo. -- No creas que no lo he pensado, pero estoy esperando para hacer mi jugada. Tiene muy pocos dias en el puesto. -- Dijo Alexa mirando por la ventana, hacia donde estaba su guarda espaldas. -- Asi voy a matar dos pajaros de un tiro. Le doy a mi cuerpo alegria y de paso consigo algo de libertad de movimiento. -- Eres una perra maquiavelica, pobre tipo. -- No te hagas la inocente, tu misma me has dado la idea. -- Si, pero del dicho al hecho… -- Dijo Sofia. -- Y acerca de eso de darle alegria a tu cuerpo, ?no saliste el sabado con Ricardo? -- Si, pero no terminamos enrollados. Ese hombre es insipido, sali con el solo porque mi padre me lo pidio, y para no tener problemas acepte. Ambas familias tienen negocios y tienen la falsa ilusion de que podamos llegar a mas. Pero creo que la misma noche de bodas me moriria del aburrimiento. -- Pero es guapo, tampoco seria mucho sacrificio. -- Le dijo Sofia, mientras terminaba con su paciente felino. -- Creeme si es un sacrificio, el chico no tiene ni idea de lo que hace, es puro estuche, la unica vez que nos acostamos intento hacerme sexo oral, y mientras lo hacia casi que me pongo a limarme las unas. Ambas soltaron una carcajada, el pobre Ricardo habia sido un tema de conversacion muy divertido. Cuando Alexa salio Bruno la siguio de manera automatica, aprovechando la oportunidad se contoneo mas de la cuenta, necesitaba comenzar a trabajarlo. Mientras lo hacia miro de reojo y vio que el moreno estaba muy concentrado y no precisamente en la seguridad. Ya habia plantado el gusanito, aunque todavia no estaba segura de que esa fuera una buena opcion, lo que menos queria era perjudicar a nadie, y si su padre se enteraba lo despediria de inmediato. Luego de salir de la clinica de Sofia fue a su departamento, habia conseguido mudarse sola, muy a disgusto de Gonzalo, la unica condicion es que estuviera cerca de su casa, en el Barrio Chamberi. A ella no le importo, de momento eso serviria. Esa noche tendrian una cena en el club social donde asistian, la familia Martin tenia una de las membresias mas antiguas y esa noche era el aniversario. Afortunadamente para Alexa, Sofia y Brad tambien asistirian. Por lo menos no se iba a aburrir. Para esa noche se decidio por un vestido verde esmeralda, bastante discreto, era largo, con un drapeado hasta la cadera que le hacia un cuerpo precioso. Alexa era delgada, pero con unas formas perfectas, se hizo un recogido que la hacia lucir bastante elegante, y un maquillaje muy suave, pero con los labios rojos, siempre los llevaba de ese color cuando salia por la noche. Sus padres pasaron por ella en la limusina, les gustaba mucho alardear de lo que tenian. Se saludaron como siempre y Gonzalo lleno de cumplidos a las dos mujeres mas importantes de su vida

  • Atentamente, tu asesino de Zid Castaneda

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    Linda es una mujer exitosa, felizmente casada y forjandose una carrera en el area gubernamental, pero un dia comienza a ser acosada y observada por un hombre obsesionado, un poeta retorcido que cae en la psicopatia.

  • Cuando ya te habias ido – Rafael Alcolea Harold de Rafael Alcolea Harold

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    ?Que ocurriria si descubrieses que todo lo que sabes de tu vida fuese una gran mentira…?
    A los 18 anos Sara debe renunciara a su felicidad al lado de su primer amor, Javier, para tratar de salvar a su familia de la ruina. Es empujada a casarse con un hombre mayor que ella, rico, a quien no conoce, e irse a vivir a Inglaterra, lejos de todo lo que conoce.
    Resignada a vivir como una marioneta, el caprichoso destino hara que ese amor de juventud reaparezca en su vida para remover los secretos e intrigas que la rodean.
    Un historia repleta de intriga, romance, secretos y emocion hasta el final.

  • La aventura de sonar despiertos de Silvia Sancho

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    Todos me advirtieron de que no debia enamorarme de Sergio: nuestros amigos comunes, mi propia experiencia, hasta el mismo. Sergio llevaba la palabra <> escrita en los caracteristicos frunces de su ceno. Era un espiritu libre, indomable, salvaje. Su magnetismo era tan grande como su falta de compromiso. Con Sergio parecia imposible alcanzar la estabilidad que tanto habia buscado, mi sonado final feliz. El solo estaba dispuesto a ofrecerme dudas, calor entre las piernas y un empleo en su agencia, uno que nunca debi aceptar. No era una buena idea entregar mi corazon a un hombre asi, pero el resto del cuerpo. ?Es de ilusos creer que una aventura puede cambiarte la vida por completo?

  • Los Hijos del Tiempo de Chaiene Santos

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    Vencedor del Premio Wattys, casi dos millones de lecturas con la trilogia en portugues en Wattpad.
    Premisa: Un joven estudiante salva a una princesa de un perverso enemigo en un exoplaneta – y el mundo de cambios en el pasado del planeta Tierra.
    ?Que misterios se ocultan mas alla de las estrellas?
    Mientras la mayoria de los jovenes se preocupa con la facultad, amistades e incluso novias, Nicolas pasa sus horas con la cabeza fuera de orbita; literalmente. El nunca tuvo un padre y por eso se siente triste. Su mayor deseo es conocer el espacio. Haciendo el curso de Astronomia, el se siente mas a gusto entre cuerpos gaseosos, supernovas y agujeros negros, sonando en un dia desvendar los grandes enigmas del Universo. Hasta que una misteriosa chica entra en el aula…

  • Nada es Igual (Sobrevivire 2) de Gianna Gabriela

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    ?OYE, MAMA, QUE ES ESTO? --PREGUNTO, SOSTENIENDO UNA PEQUENA BOLSA DE PLASTICO. LA encontre dentro de uno de sus zapatos en el armario cuando estaba jugando a las escondidas con Ethan--. ?Azucar? Tal vez ella olvido que estaba alli. Se que planea hacer limonada hoy. --?Donde encontraste eso, Aron? --pregunta. Parece que esta enojada, pero no entiendo por que; ella suele ponerse feliz cuando encuentro cosas. --Estaba... Ella corre hacia mi, apartando la bolsa de mi mano. --?Donde lo encontraste? --grita y mi labio inferior comienza a temblar. Miro hacia abajo para ver que hay un poco de sangre en mi mano. Creo que me aruno cuando me arrebato la bolsa. Las lagrimas comienzan a correr por mi cara. --Estaba en tu... --murmuro, sin entender lo que hice para que mi madre se enojara tanto. --?Donde? --grita y yo me estremezco. --En el armario --respondo. Ethan se quedo en la habitacion. Se esconde hasta que voy y lo encuentro. Me alegra que no este aqui para verme llorar. --!No te metas ahi otra vez! --Estabamos jugando a las escondidas --le digo. Ella me da una mirada que me dice que estoy en problemas. --No vuelvas a hacerlo --dice cada palabra lentamente y yo asiento en respuesta, mis labios siguen temblando mientras gruesas lagrimas caen por mis mejillas. No se que hice para hacerla enojar. No suele molestarse asi conmigo. Desearia que mi papa estuviera aqui. Ella nunca se enojaba cuando el estaba aqui. 1 NO DEBERIA SER YO QUIEN TERMINA DE CRIAR A SU HIJO. Cinco anos despues ENTRO EN MI CASA, ENOJADO Y LISTO PARA ENFRENTAR A MI MADRE POR DEJAR A ETHAN EN LA escuela por dos horas despues de su salida. Se supone que debe recogerlo cuando yo tengo entrenamiento de futbol. Ese es su unico trabajo, la unica cosa que le he pedido que haga, pero incluso falla en eso. Cuando me presente, el director me miro con los ojos llenos de lastima y mi hermano menor me dio un abrazo. Ethan estaba asustado. Habia estado llorando y solo podia imaginar cuantos escenarios pasaron por su cabecita, ninguno de ellos cercano a la realidad con la que me encuentro. Tal como lo sospeche, y la razon por la que le dije a Ethan que me esperara en su habitacion, mi madre esta sentada en la mesa de la cocina con el polvo blanco extendido en la superficie frente a ella. --?Que estas haciendo? --pregunto con disgusto. La he pillado haciendo esto suficientes veces para saber exactamente que es, pero le pregunto de todos modos, esperando que la respuesta sea diferente esta vez. --?Que estas haciendo tu aqui? Pense que tenias practica --pregunta, cambiando de tema. Dejo caer mi bolsa de gimnasio en el suelo. La decepcion que siento deberia ser obvia para ella, pero creo que ya no se da cuenta o quizas ya esta acostumbrada. La veo tratar de recoger el resto de su porqueria blanca. La evidencia de su fechoria, nuevamente en la bolsa. --Yo tenia entrenamiento. --?Entonces, por que no estas alli ahora? --Su tono es acusatorio. Solo mi madre se atreveria a cuestionar mis acciones cuando las que ella hace se alejan bastante de lo que esta bien. Pone la pequena bolsa dentro del bolsillo de sus jeans. --La escuela llamo --le digo, contando los segundos hasta que se de cuenta de lo que hizo esta vez. Diez segundos. !Diez segundos! --!Mierda, Ethan! --dice, acordandose finalmente. La ira corre por mi sangre. --Se suponia que debias recogerlo hace dos horas. Mira por encima de mi hombro. --?Donde esta? --Arriba haciendo la tarea, no es que realmente te importe. --!Me importa! --grune en respuesta. La miro fijamente. --?De verdad te importa? ?Desde cuando? --escupo. No deberia ser yo quien crie a mi madre. Se suponia que este no era mi trabajo. --Soy tu madre --argumenta debilmente. Bufo. No ha sido una madre para nosotros en anos. Tuve que criarme y a Ethan tambien. --?Es asi como te quieres llamar ahora? Porque parece que estas olvidando cual es tu papel. De repente contrita, ella se acerca a mi, enmarcando mi cara con sus palmas. --Lo olvide, ?de acuerdo? --dice suavemente. Coloco mis manos sobre las de ella, separandolas de mi cara. No le dare la absolucion que busca. --Si, asi fue. --Olvido que es madre, que tiene hijos, que no debe consumir drogas. No puedes olvidar a tu hijo en la escuela durante dos horas porque estas demasiado ocupada drogandote. Estas son todas las cosas que quiero decirle, pero no. Porque ya lo dije todo en vano. Supongo que ella tambien ha olvidado como escuchar. --!AMIGO, NO PUEDES DEJAR EL EQUIPO! --GEORGE DICE MIENTRAS EMPACO MIS COSAS DEL vestidor de hombres. Suelto un suspiro. Mi madre se ha olvidado de recoger a Ethan no una vez, sino todos los dias de esta semana. No puedo seguir saliendome del entrenamiento temprano para ir a buscarlo. --No tengo otra opcion. Se que el entrenador entiende, ya que el es el unico que tiene una idea vaga de como es mi vida en casa, pero no puedo seguir haciendole esto al equipo. Un mariscal de campo es una de las piezas realmente importantes en el tablero, una pieza que debe permanecer constante. --Eres el mariscal de campo --dice Tyler. No entiende mi situacion, probablemente porque no he dicho nada. A nadie. Estoy muy avergonzado. Sacudo la cabeza --Ya no. --?Que pasa con la beca para la universidad? --pregunta George--. Tendre que apuntar a una por merito. La verdad es que una beca universitaria no importara porque de ninguna manera se me permitira llevar a Ethan a los dormitorios conmigo. Y no puedo vivir con el en el campus mientras voy a la escuela. Lo mejor que puedo hacer es graduarme del bachillerato y conseguir un trabajo para poder alquilar un lugarcito para nosotros. Quizas cuando Ethan termine el bachillerato y vaya a la universidad, pueda yo pensar en la universidad para mi. --?De verdad, una beca de merito? --Tyler dice, riendo. Lo golpeo en el hombro--. Tengo puras... --Amigo, cuidado con el brazo. Puede que hayas terminado con el futbol, pero yo no puedo lastimarme si vamos a intentarlo y no nos maten esta temporada debido a que jugaremos con el segundo mariscal de campo con el que nos dejas. --No es tan malo --les digo. Tyler y George abren sus casilleros al unisono, mirandome incredulos. --?No tan malo? --dice George--. !El tipo no puede completar un pase! --El tipo se asusta cuando ve a los jugadores corriendo hacia el --agrega Tyler. --Ningun mariscal de campo quiere que lo agarren --le digo. Es verdad. Ni tampoco quieren recibir un golpe. Miro mi uniforme, mi numero y mi apellido en la parte de atras. Voy a extranar hacer esto. Jugar al futbol fue mi refugio del caos que es mi vida, pero es hora de crecer. Tengo a alguien mas que tengo que proteger. Aunque amo el futbol, amo a mi hermano mucho mas. --Solo digo que estamos a punto de empezar un periodo de sequia --dice George y todos nos reimos. No es que hayamos ganado todos los juegos; somos un oponente digno, pero lejos de tener una temporada perfecta. --Esperemos que sea corto --dice Tyler, levantando su bolso del banco y tirandolo en su casillero. --?Entonces, no te quedas a entrenar hoy con nosotros? --pregunta George. Cierro mi casillero. --Amigo, ya no voy a jugar. ?Por que razon me quedaria? --Miro mi reloj. Tengo que estar en la escuela de Ethan en unos minutos. Tyler empuja a George y le da una mirada de ?es en serio? --Me tengo que ir --les digo. --Echaremos de menos jugar contigo --dice Tyler, sin miedo a expresar sus pensamientos. --Todavia somos amigos --les aseguro. --Como somos amigos, hare una fiesta el proximo fin de semana. Mis padres estaran fuera. Podemos celebrar o compadecernos del hecho que dejas el equipo. !Mas te vale que estes alli! -- George dice. --Intentare ir por un par de horas --le digo, sabiendo que no sucedera. No hay forma de que deje a Ethan solo con mama para poder irme de fiesta. 2 ELLA NO PREGUNTA COMO ESTOY YO. HA PASADO UNA SEMANA DESDE QUE DEJE EL FUTBOL Y LO EXTRANO MUCHO. ERA MI UNICA SALIDA y ahora se ha ido. En cambio, tengo que mitigar el impacto que el habito de las drogas de mi madre tiene en la vida de mi hermano menor. Cuando llego a casa, puedo escuchar el sonido de los muebles que se mueven o son tirados al piso. --?Que hiciste? --Richard me ladra en el mismo momento que abro la puerta. Lo miro con desden. --?De que estas hablando? --pregunto, pretendiendo no tener ni idea. El cierra la distancia entre nosotros un paso a la vez. --Tu sabes de que estoy hablando. Lo desafio porque si no fuera por el, probablemente no estariamos en este lugar en este momento, mi madre no estaria asi como esta. Me encojo de hombros casualmente. --No, no tengo idea. --Me doy la vuelta y me dirijo a mi habitacion, pero no doy dos pasos antes de que me golpeen contra la pared. Richard se inclina cerca de mi oreja, su antebrazo en la parte posterior de mi cuello me sujeta en su lugar. --?Donde las pusiste? --Exige en un tono lento. Cuando me quedo en silencio, me agarra del hombro y me da la vuelta. Atrapado entre el y la pared, siento la furia golpeando mi sangre. Y quiero romperle la cara a punos. Pero me contengo. --?Donde? --grita. Richard me mira con los ojos enrojecidos. Aun asi, no digo nada. Con un grunido frustrado, lleva sus dos manos a mi garganta, envolviendo sus dedos con fuerza hasta que corta el aire. Jadeo fuertemente, mi respiracion apenas un susurro mientras digo--: En la basura. --?Las tiraste a la maldita basura? El me suelta y se dirige hacia la cocina. Lo escucho volcar la bolsa de basura, buscando las drogas responsables de destruir a mi familia. Jodida mierda. Me acerco a donde esta, observando mientras busca algo que no encontrara. --?Donde estan? --grita, volviendose brevemente hacia mi antes de regresar a su busqueda. Miro hacia el patio a traves de la ventana de la cocina. Richard sigue mi mirada. --Maldita sea --grune. No se por que sigo parado aqui, mirandolo mientras escarba. Puede que esto no termine bien para mi, pero no me importa.

  • Flores al cielo (Los dias robados 1) de Luna Duenas

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    Romance, misterio e intriga se unen y dan lugar a esta maravillosa nueva novela de Luna Duenas.

  • Bombay sin salida de Alfredo De Braganza

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    Nada igual le habia sucedido en el pasado. El corazon le palpitaba dolorosamente. Sintio un agudo pinchazo en el pecho. Laura Garcia sabia que iba a morir. --Mierda, me muero --mascullo con el sudor provocado por el panico, victima del proceso conocido como <>. --Te pondras bien --le dijo David apretando con fuerza la herida del costado. Tenia las manos manchadas de sangre. La garganta de Laura emitio un ruido al tragar saliva. La tapiceria del asiento estaba llena de cristales rotos. David habia tenido que romper la ventana para amedrentar al tembloroso conductor de que o los llevaba al hospital o se quedaba sin vehiculo. Laura asintio al tiempo que se puso a temblar, pero empalidecio todavia mas. Trago otra vez saliva con dificultad. --Lo siento. --Habia un deje quejumbroso en su voz. Tenia los ojos anegados en lagrimas, los latidos del corazon le resonaban con fuerza en la cabeza y en el pecho--. No debi haberte llamado. --No es un tema para tratar ahora. Te pondras bien. David Ribas conocia la ciudad de Bombay como la palma de su mano. Con aspavientos, iba dirigiendo desde el asiento trasero al asustado conductor del taxi que camino tomar por las callejuelas intrincadas formadas a base de improvisacion en una ciudad superpoblada. Se encontraron de frente con una inesperada fila de vehiculos obstaculizando el trafico. Ninos, bicicletas y un vendedor de cacahuetes tostados pasaban junto a ellos bajo el calor humedo. David fruncio el ceno en gesto reflexivo. Miro por las ventanas laterales, buscando una salida. No la habia. --!Vamos! --ordeno a gritos antes de quedar taponados--. !Atras, atras! El conductor dio marcha atras, se oyo un sonoro ruido en la caja de cambios y la rodadura del neumatico quedo marcada en el asfalto. Dos motocicletas se apartaron para dejarle paso. El coche dio la vuelta por completo y, cuando lo tuvo enderezado hacia la direccion contraria, piso el acelerador a fondo. A punto estuvieron de que un camion colisionara brutalmente con ellos. Si no sucedio fue gracias a la pericia del conductor del camion, que consiguio esquivarlos en el ultimo momento. Cuando giro bruscamente de nuevo saltandose la mediana, metio tercera y se salto un semaforo el rojo. El coche apestaba a liquido de embrague chamuscado. --!A la derecha! --le grito David indicando la direccion con el brazo extendido hacia un lado. Cruzaron la interseccion Chapekar Chowk para adentrarse en una serie de calles estrechas, haciendo caso omiso de indignados bocinazos. Del Consulado de Espana, situado en la zona de Nariman Point, al hospital mas cercano la distancia no era mucha, pero aquel mediodia Marine Drive, el paseo maritimo tambien conocido como <> (cuando se ve por la noche desde un punto elevado en cualquier lugar a lo largo del malecon, las luces de la calle se asemejan a un collar de perlas) estaba bloqueado por el trafico. Hacia pocos minutos que la explosion por el atentado habia sumido en un autentico caos las inmediaciones y los accesos por carretera de Bombay, capital financiera de la India, ya de por si sujeta a las molestias del crecimiento, asi como a la alterada vision de la incomoda convivencia de la riqueza con la inmensa pobreza, de lo moderno con lo viejo. Tras las rapidas indicaciones del espanol, el conductor entro en una amplia avenida. De repente, dio un volantazo para esquivar a un vendedor ambulante de fruta que pretendia cruzar la carretera empujando su carro lleno de mercancias. Despues, enfilo en direccion recta con un rugido. A David le vino a la memoria algo curioso que habia aprendido en los inicios de su estancia en la India: por reaccion automatica e inconsciente una persona, en caso de emergencia, siempre tiende a desviarse hacia la izquierda. Por este motivo conducir en la India es mas seguro que en otros paises, ya que el conductor con prisas y panico que se sale de la carretera va al arcen; de lo contrario, ocasionaria una colision frontal. Tras indicarle a voz en grito que direccion tomar, el conductor hindu, empapado en sudor y empujado por el nerviosismo, obedecio virando a la derecha, saltando de nuevo otra mediana, internandose en direccion contraria y haciendo posteriormente un giro hacia una calle perpendicular a velocidad supersonica. Intimidados por esta agresiva forma de conducir, los vehiculos que venian de frente se apartaban. Los ojos del conductor pasaban continuamente del frente al retrovisor interior y al lateral. Al entrar en una calle de un solo sentido se toparon con la comitiva de una boda. Frente a ellos, a escasos metros, el novio iba a lomos de un caballo enjaezado. Habia musica y bailes al ritmo estridente de una cancion popular de Bollywood. La gente tiraba petardos, cantaba y bailaba al son de la musica. El aire caliente y humedo que se colaba por las ventanillas del coche olia a humo de polvora a causa de los petardos. Sin tiempo para pensarselo dos veces, la decision fue instintiva. David grito al conductor: --!Atras, atras! !Rapido! A velocidad vertiginosa, el vehiculo retrocedio hasta dar la vuelta por completo y, tras un derrape en el que perdio el tapacubos de una rueda, se impulso hacia delante y tomo una calle paralela de dos direcciones, donde les recibieron bocinas atronando y conductores que agitaban violentamente los punos y les insultaban desde las ventanillas. El nervioso conductor del taxi recitaba en voz alta un rezo en sanscrito al tiempo que tocaba con una mano las coloridas figuras de las deidades hindues pegadas en el salpicadero para llevarse rapidamente los dedos a la altura del corazon y a los labios. Laura Garcia estaba tumbada sobre el regazo de David. Le miro asustada y solto un grunido. --Aguanta… --La beso en la coronilla. --Perdoname --respondio sosteniendo un sollozo ahogado. --Hiciste lo que debias hacer --repuso el acariciandole el pelo. Tenia la frente perlada de sudor. Desde la distancia se escuchaba el ulular de las sirenas. Dos ambulancias cruzaron en sentido contrario. --?Como supiste que habia venido a Bombay a matarte? --pregunto Laura. En su boca tenia un extrano regusto metalico y por experiencia propia sabia que era el sabor del miedo. David la observaba detenidamente y aguardo un instante. --La experiencia... Siguiendo las indicaciones de su pasajero, el conductor atraveso una mediana entre chirridos de neumaticos y mas estruendo de bocinas del trafico que circulaba en sentido contrario. Luego hizo girar en redondo el coche haciendo un torpe cambio de sentido, saliendo a una carretera mas estrecha y de un solo sentido. Gotas de sudor en las sienes, ojos inquietos, aspecto de nina indefensa. Asustada. --Y aun sabiendo que ibas a morir viniste a verme. --Cada palabra caia lentamente como pesadas piedras. David la escuchaba, pero mantenia la vista al frente, controlando las direcciones que el conductor indio iba tomando. --Si. --Lo unico que deseaba era que sucediera algo que pudiera impedirmelo. --Pues mira que suerte la tuya, yo me muero --mascullo angustiada y temblorosa. --No, no te vas a morir. No lo voy a permitir. --La voz de David temblo por la intensidad de las emociones que lo abrumaban. Antes de cruzar la interseccion con Queen's Road estuvieron a punto de golpear a un vendedor ambulante que empujaba su carro lleno de verduras. --Estamos ya en el hospital --dijo David alzando la voz--. Vamos a conseguirlo. Te pondras bien. !Aguanta! Con el grito, Laura abrio los ojos de par en par. --Escuchame... Escuchame... --dijo tan despacio y tan debil que David se vio obligado a inclinarse hasta que sus narices casi se rozaron--. Eres encantador. El se dio cuenta de que su rostro empalidecia. Tenia los ojos hundidos y los labios de color violeta. Entraron a gran velocidad en el parking del Bombay Hospital & Medical Research Centre. Los viandantes saltaban a los lados al tiempo que el conductor golpeaba insistentemente el claxon y soltaba improperios por la ventanilla. El vehiculo paro frente al porche, en un lugar exclusivo para ambulancias. Un enfurecido guardia de seguridad salio corriendo, apresurandose a llamar la atencion al conductor, pero al ver al pasajero banado en sangre sacando el cuerpo de una mujer, a toda vista extranjera y blanca, corrio de vuelta al interior del edificio pidiendo ayuda a gritos. --!Aguanta! --le grito David al tiempo que subia los escalones con rapidez, sujetando en brazos su cuerpo. Laura esbozo una leve sonrisa y alzo la mano para tocarle la mejilla. David miro alrededor mientras seguia caminando y pedia ayuda en marati y en ingles. Un grupo de enfermeros llego empujando una camilla. Le quitaron de los brazos a Laura y la tumbaron. Mientras uno de ellos empujaba, otra persona pinchaba una bolsa de suero y la conectaba a la via del brazo para aumentar el fluido en su sistema circulatorio y reponer la sangre perdida. David los siguio sujetando la mano de Laura. Las brillantes luces de los plafones del techo robaban todo el color a su rostro y le daban una apariencia espectral. Un medico llego corriendo. Mientras los enfermeros empujaban la camilla por el pasillo, uno de ellos le puso al corriente del estado de la paciente. --Quiero inmediatamente dos vias intravenosas de alto flujo y dos litros de suero salino. !Ya! --grito antes de acercar su rostro a Laura--. Aguante, que ya estamos. --Dirigiendose a David, anadio con seriedad--: Vamos a llevarla de inmediato a la planta superior. Frente a ellos aparecio el rotulo luminoso rojo de <>. Un enfermero detuvo a David, que intento entrar en el ascensor con ellos. --Usted quedese en la sala de espera de la segunda planta --dijo poniendole la mano en el pecho--. Alli tendra que rellenar los formularios pertinentes. David sentia las piernas temblorosas, flojas. Queria aferrarse a ella como un clavo ardiendo, pero se quedo de pie, parado en medio del pasillo, con la ropa banada en sangre y sudor. La rabia le subio por la garganta, pero trago saliva para controlarla. Frente a el, la puerta del ascensor se cerro. Primera Parte Vivir o Morir 1 David Ribas estaba encaramado en lo alto de un andamio hecho con palos de bambu y cuerdas. Sentado a horcajadas, divisaba el parque publico situado a escasos metros, donde unos ninos jugaban alegremente al criquet. Hacia un calor y una humedad poco habituales para aquel mes del ano, y se alcanzaban los niveles de una sauna a vapor. Treinta y siete y subiendo, y todavia no eran ni las doce del mediodia. Se limpio el sudor de la frente con la palma de la mano y, dando martillazos a los tablones de madera, se dispuso a reanudar la tarea de reconstruir el techo del colegio. El propietario, llamado Manjit, que ejercia a la vez de director, no pudo contratar a un equipo de expertos. El colegio no pertenecia al gobierno, ya que, de hacerlo, y debido a las trabas administrativas, acabaria corrompiendose, y llegaria a tener que pagar sobornos hasta para conseguir permisos de luz a ciertas horas o incluso por la distribucion del agua. David llamo a sus hombres y bajo del precario andamio para tomar un vaso de lassi [1] que les ofrecia Manjit en una gran jarra de barro. Entre sorbos, el espanol le dijo a Manjit que estaba convencido de que conseguirian terminar antes de que los jovenes estudiantes comenzaran el nuevo curso escolar. Faltaba un mes hasta que se reanudasen las clases. Ya se imaginaba el tejado restaurado y a prueba de goteras para cuando llegara el monzon. Para terminar el trabajo de remodelacion del techo, David se habia traido a cuatro albaniles que eran unos manitas, pues sabian de fontaneria, carpinteria y pintura. Era todo cuanto necesitaba para ayudar al director a reconstruir su colegio para los ninos de primaria y secundaria que vivian en el cercano barrio de chabolas. No habia hecho falta comprar nada, ya que habia obtenido todo el material gracias a los contactos de Hassena, jefa del crimen organizado en Bombay y protectora del espanol. David Ribas habia llegado a la India hacia anos. Su mujer murio asesinada por terroristas islamistas que asediaron el hotel Taj Mahal Palace, donde se hospedaban. El fue rescatado y devuelto a la vida por Hassena, y desde entonces se habia convertido en su esbirro. Hassena le habia dicho que emplease su tiempo libre en otros menesteres, que ya se encargaria ella de mandar a un equipo de profesionales, pero el espanol queria hacerlo por si mismo. Le caia muy bien el propietario del colegio. Manjit era un hombre de unos sesenta anos que aparentaba ochenta, conocido por su labor altruista, sobre todo en su completa dedicacion a la educacion gratuita para ninos. Uno de los ninos que jugaban al criquet, llamado Sameer, siempre estaba ojo avizor. Era un pequeno desgarbado de unos doce anos, --ni el mismo sabia con exactitud su edad--, con pantalon corto roido y camiseta gris de tirantes. Dejo lo que estaba haciendo y salio discretamente corriendo hacia el colegio. A fuerza de ir andando todo el dia descalzo, tenia las plantas de los pies tan duras como las suelas de unas sandalias. Con sonidos guturales, se acerco llamando la atencion del espanol sentado en lo alto del andamio. Desde abajo, realizo signos con sus manos al aire en direccion al tejado. Con movimientos rapidos de sus dedos, el nino mudo le advirtio de que un hombre permanecia escondido dentro de un vehiculo y tomando fotos en su direccion. David le respondio con signos, dandole las gracias, y le pidio que volviese a reanudar el juego con sus amigos. Antes de salir corriendo, Sameer se volvio y solto un gemido hacia el espanol, moviendo con frenesi de nuevo los dedos. Desde el andamio, David le sonrio y respondio que tendria cuidado, que nada malo le iba a pasar. David lanzo una fugaz mirada mas alla, a la sombra de un gran arbol. Alli, en el interior de un vehiculo, vio a un hombre agazapado. Sabia que debia extremar la precaucion desde ese momento. Por la noche, cuando hubo terminado de trabajar, despues de despedir a sus ayudantes y quedar con Manjit para el dia siguiente, decidio irse a cenar a su puesto de comida preferido, un restaurante de comida tipica india a pie de calle. Tras una rapida aunque concienzuda inspeccion de su motocicleta Royal Enfield, concluyo que nadie la habia manipulado. Metio las llaves en el contacto y salio disparado con su inconfundible motor ronroneando, sumergiendose en el atolondrado trafico. Encorvado sobre la moto, zigzagueaba entre el trafico modificando la velocidad. Aparco a cierta distancia y camino hasta el puesto de comida callejera, uno de los muchos que solia frecuentar. Conocia al detalle lo mejor de cada uno y sus horarios. Incluso en horas tan intempestivas como la madrugada, sabia que establecimiento estaria abierto y cual era la especialidad. Caminaba hacia el local aparentemente sin mirar a nadie, pero en realidad no dejaba de observar a cualquier transeunte que estuviera dirigiendo indebidamente la atencion hacia el. El Coromandel presentaba sus clientes habituales sentados en butacas de colores y sillas de plastico. Eran jovenes estudiantes, empleados mal pagados y explotados en centros de llamadas internacionales, popularmente conocidos como call centers. Tambien habia un grupo familiar con sus ruidosos ninos correteando por el local. El camarero iba sirviendo las mesas con agilidad al tiempo que tomaba nota. David tomo asiento en una mesa apartada y, mientras esperaba su pedido, se quedo escuchando las noticias nacionales en lengua marati que proyectaba un raido televisor de pantalla plana colgado de la pared. A pocos metros de distancia, en el interior de una furgoneta Omni, tres hombres contemplaban varias fotografias de David Ribas ampliadas a veinte por veinticinco. Eran instantaneas poco recientes, de su vida anterior en Espana. Las compararon con las imagenes digitales que acababan de captar al sospechoso entrando en el local y las tomadas previamente, mientras trabajaba en la construccion del tejado del colegio. Habia perdido peso, tenia el pelo mas canoso y desalinado, ahora llevaba barba poblada y antes estaba completamente rasurado; sin embargo, la frente y nariz eran las mismas. ?Podia ser el hombre que realmente buscaban? Desde un pequeno ordenador portatil enviaron las fotografias a traves de archivos jpg a un destinatario. No tardaron mucho en recibir respuesta. Las imagenes habian sido sometidas al maximo escrutinio tecnologico y confirmaban que aquel hombre era el espanol David Ribas, dado por muerto hacia anos en el atentado terrorista contra el hotel Taj Mahal Palace de Bombay. 2 Al salir del local despues de cenar, no se fijo en nada en concreto. Sin embargo, seguia asimilandolo todo: transeuntes, coches aparcados y vehiculos que pasaban por la calzada. Un conductor de autorickshaw se aproximo. --?Quiere que le lleve? --le pregunto en ingles con un marcado acento tipico indio. --Donde quiera que me diga, le llevo. Cobro muy barato. El espanol sabia que le habia tomado por un gora [2] , un extranjero mochilero de aspecto hippy. Iba a alzar la mano para indicarle su negativa cuando observo un movimiento por un lateral. --Si quiere fijamos un precio --insistio el conductor al tiempo que manejaba su vehiculo de forma paralela.

  • Secretos de hielo de Marta Sebastian Perez

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    ?Puede cambiarte la vida en 15 dias?

  • La muerte de Ulises (Detective Kostas Jaritos 1) de Petros Markaris

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    La noticia llego mientras saboreabamos el cafe de la manana, ritual que Guikas habia inaugurado recientemente. Como se ha pasado media vida entrando y saliendo de los despachos ministeriales de todo tipo de partidos y autoridades politicas, en algun momento se entero de que los primeros ministros empiezan siempre su jornada laboral con un cafe y se apresuro a emular la costumbre. Para ser sincero, no tengo la menor idea de lo que hablan los jefes politicos con sus ayudantes mientras toman el famoso cafetito, pero nosotros hablamos de gilipolleces. De cara a la galeria, se supone que aprovechamos la coyuntura para dar un repaso a los asuntos y documentos de la vispera y trazar nuestros planes de accion para el dia en curso, pero la mayor parte de las veces perdemos el tiempo escuchando los recuerdos archivados en la cabeza de Guikas. Asi que, cuando sono el telefono y Guikas descolgo el auricular y me dijo: <>, tuve un presentimiento, que Vlasopulos me confirmo en el acto. --Se ha producido un asesinato, senor comisario. --?Se conoce la identidad de la victima? --Por supuesto. Es el escritor Lambros Spajis. La mujer de la limpieza ha encontrado su cadaver esta manana en su despacho. --?Y tu sabias que ese tal Spajis era un escritor famoso? -- pregunto extranado, porque a mi el nombre no me dice nada. --Yo tampoco lo sabia, pero he buscado en la Wikipedia y he encontrado su biografia. <>, me digo para mis adentros. <> --?Donde vivia la victima? --En la calle Romano el Meloda, que parte de la circunvalacion de Licabetos. --Bajo enseguida. Vlasopulos esta esperandome en el coche patrulla delante de la entrada de Jefatura. --He avisado a los de la Cientifica y al forense. Tambien he enviado un coche patrulla para que vigile la casa. La victima vivia sola. La casa de Spajis, una vivienda de tres plantas, debio de construirse mas o menos en los anos treinta. A la izquierda, segun se entra, hay una sala de estar llena de muebles antiguos y recuerdos de familia, sobre todo viejas fotografias. En un amplio sillon con apoyabrazos de madera torneada esta sentada una cincuentona de cabello negro y nariz aguilena, que permanece inmovil y con la cara hundida en las palmas de las manos. Enseguida veo que es extranjera, aunque no acierto a adivinar su nacionalidad. El agente joven encargado de custodiarla esta de pie junto a la ventana, fumando y admirando el paisaje. La cocina se encuentra justo enfrente de la sala de estar. A su lado, una escalera de madera conduce a las plantas superiores. Primero echo un rapido vistazo a la cocina. Los armarios estan cerrados y en el fregadero hay una pila de platos amontonados de cualquier manera. La nevera esta llena de frutas y verduras. En la segunda planta me esperan dos dormitorios. Entre uno y otro, un pasillo estrecho conduce al cuarto de bano. La victima debia de dormir en la habitacion de la izquierda, ya que alli los armarios estan llenos de trajes y ropa interior masculina. En la mesilla de noche hay un libro junto a un par de gafas. El segundo dormitorio, en cambio, da la impresion de que no lo utilizaban. Seguramente hacia las veces de habitacion de invitados. En el unico balcon de la casa malviven unas plantas canijas que, sin lugar a dudas, provocarian escalofrios a mi mujer. La tercera y ultima planta esta ocupada en su totalidad por un enorme despacho lleno de estanterias que cubren las paredes hasta el techo. Seguro que a Guikas le daria envidia, no por la gran cantidad de libros sino por las vistas, ya que a traves de las dos amplias ventanas se divisan Atenas y la Acropolis como servidas en bandeja. La luz que inunda el despacho presta un aspecto acogedor a todo lo que hay en el, salvo al cadaver, que esta tendido de bruces delante de la ventana izquierda con el craneo destrozado. La sangre ha creado un charco alrededor de la herida y ya aparece seca en las orejas de la victima y en el cuello de su camisa. No hay senales de lucha en la habitacion, cosa que significa que la victima conocia al asesino, que era persona de su confianza: por eso este ultimo pudo pillarlo por sorpresa y golpearle la cabeza mientras miraba por la ventana. No veo que mas puedo hacer en el despacho de Spajis, asi que decido bajar para interrogar a la mujer de la limpieza y dejo las demas tareas en manos de la Cientifica y el forense. En mitad de la escalera me topo con Stavropulos, el medico forense. --?Que tenemos? --me pregunta. --Un muerto con el craneo hecho pedazos. A la victima la golpearon por la espalda mientras miraba por la ventana. No he visto senales de lucha en ninguna parte, asi que el asesino debe de ser alguien conocido, teniendo en cuenta, ademas, que Spajis lo recibio en su despacho y no en la sala de estar. Quien lo mato no entro para robar. Vino para hacerle una visita. Stavropulos se ahorra todo comentario y sigue subiendo la escalera mientras yo me acerco a la mujer de la limpieza, que permanece en una posicion similar a como la deje hace un rato. Ahora apoya la cabeza en una mano mientras en la otra aprieta un panuelo de papel. --?De donde eres? --pregunto. Los funcionarios tienen que acreditar sus bienes, los inmigrantes tienen que acreditar su procedencia. --De Armenia. --?Llevas muchos anos al servicio del senor Spajis? --Nueve anos. Pobre senora Urania aun vivir. --?A que hora has llegado esta manana? --A las nueve, como siempre. --?Vienes todos los dias? --No. Dia si, dia no. Voy primero cocina. No espero encontrar platos sin fregar. Senor Lambros fregarlos siempre, porque el monte Licabeto estar cerca y haber hormigas. Despues me sorprendo mas. --?Por que? --Porque subir habitacion y ver cama hecha. --?El no se hacia la cama? --No, hacerla yo cada dos dias. Empezar a llamar su nombre: <>. Nada. Luego subir despacho y... !verlo! Se echa a llorar de nuevo y se seca las lagrimas con el panuelo de papel. --Muy bien, ahora vete a casa a descansar --le digo--. Manana pasa por Jefatura, en la avenida Alexandras, para prestar declaracion oficial. --Senor Lambros muy buena persona --dice ella mientras se pone de pie con esfuerzo--. Lastima morir asi. Mucha lastima. La dejo y subo a la tercera planta para ver que ha averiguado Stavropulos. Entretanto, los de la Cientifica han puesto manos a la obra. Stavropulos ha terminado el examen del cadaver y ya esta recogiendo sus instrumentos. --No puedo decirte gran cosa --explica--. La muerte debio de ocurrir entre las diez de la noche y la una de la madrugada. El craneo muestra senales de golpes reiterados con un objeto pesado. Probablemente, alguna bandeja o recipiente metalico, ya que encima del escritorio estan desparramados alfileres, sujetapapeles y gomas elasticas que Spajis debia de guardar en su interior. En cualquier caso, el asesino se llevo el arma del crimen. No la hemos encontrado en ninguna parte. --Registrad el escritorio y el ordenador --digo a Sfakianakis, de la Cientifica. El me mira sorprendido, porque acabo de mandarle hacer lo que es evidente. Vlasopulos sube jadeando la escalera. --Tiene una sobrina por parte de su mujer, que vive en Patras. No tenia mas familia. Era un hombre tranquilo. Parece que se mostraba abierto y amigable con todo el mundo. --?Algun testigo ha visto al asesino entrar en casa? --No. Claro que el hecho de tratarse de una vivienda unifamiliar complica las cosas, porque no hay vecinos inmediatos. --Muy bien. Avisad a Patras para que nos manden a la sobrina en un coche patrulla. Vamonos ya. De momento, aqui no podemos hacer nada mas. Y dudo mucho de que se encuentre nada que nos sea util.

  • A veinte anos, Luz de Elsa Osorio

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    Luz sospecha que no es hija de Mariana, esa mujer desamorada, que hace comentarios despectivos sobre ella y que solo respeta a su padre, el teniente coronel Alfonso Dufau. Pero no se trata de una fantasia adolescente. En la Argentina de los anos noventa, muchos jovenes se vieron abrumados por la duda de haber nacido en cautiverio durante la ultima dictadura militar y de estar viviendo con sus apropiadores. Madres y abuelas se han organizado en su busqueda. ?Hasta donde se atrevera a llegar Luz para develar el secreto de su origen? Fortalecida por su propia experiencia de madre, remontara los veinte anos que la separan de su nacimiento. En un laberinto de voces, Luz habra de construir su identidad.

  • Bajo la lupa de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle

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    Seleccion, traduccion y notas de Rodolfo Martinez
    Si Edgard Allan Poe inventa el relato policiaco con “Los crimenes de la calle Morgue“, es Arthur Conan Doyle quien lo convierte en un genero maduro y adulto con el que es, sin duda, el mejor detective consultor del mundo: Sherlock Holmes, residente en Baker Street, Londres.
    En esta seleccion, Rodolfo Martinez recopila y traduce sus dieciseis relatos favoritos de Conan Doyle protagonizados por Holmes. En ellos el lector podra encontrar algunos de los mas brillantes momentos del detective junto con el retrato, impresionista pero certero y agudo, de una epoca y una sociedad. Cada historia ha sido elegida atendiendo no solo a los elementos policiacos del caso, sino al propio interes de este, ya sea literario, de estudio de personajes o de analisis social, cuando no de los tres.
    Sin duda una seleccion imprescindible para conocer a fondo a Sherlock Holmes, su mundo y su epoca.
    El signo de los cuatro
    Escandalo en Bohemia
    Un caso de identidad
    El detective moribundo
    El interprete griego
    El hombre del labio retorcido
    EL tratado naval
    La caja de carton
    El problema final
    La casa vacia
    Los planos del Bruce-Partington
    Los bailarines
    Charles Augustus Milverton
    El problema del puente de Thor
    La melena de leon
    Su ultima reverencia

  • Manual del terror de Paul Van Loon

    https://gigalibros.com/manual-del-terror.html

    ?Como saber si alguien es un vampiro?
    ?Existen los zombis de verdad… Y las brujas?
    ?Como se convierte alguien en hombre lobo?
    ?Donde estan las casas encantadas mas famosas del mundo?

  • Un Vaquero Leal (Rancho Atkins 1), Tess Curtis de Tess Curtis

    https://gigalibros.com/un-vaquero-leal-rancho-atkins-1-tess-curtis.html

  • Mapamundi de Christophe Paul

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    Cuando Natalia le dice a su amiga Zi, que desde hace dos dias unos hombres estan vigilando su calle camuflados en un coche, los acontecimientos se precipitan. Escapan milagrosamente de un secuestro y huyen sin saber por que. Una huida hacia lo desconocido, en la que se mezclan un enigmatico mapamundi robado, la sombra del emperador Alejandro Magno y poderosos intereses…

  • Savanna, tentadora Obsesion (Bilogia; Los chicos Bradford 2), Mar Fernandez de Mar Fernandez

    https://gigalibros.com/savanna-tentadora-obsesion-bilogia-los-chicos-bradford-2-mar-fernandez.html

  • Una influencer en apuros (Influencer 1) de Hugo Sanz

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    Chloe es una joven y afamada influencer britanica, que saborea las mieles del exito. En un viaje familiar conoce a Nelson, novio de una de sus odiosas primas, que irrumpe con fuerza en su corazon. No obstante, la protagonista decide apartarlo de su existencia, dadas las circunstancias, pese a que sus sentimientos por el siguen intactos.

  • Comandante (La Casa Blanca 2) de Katy Evans

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    La pasion de Matt y Charlotte llega a la Casa Blanca
    Nos enamoramos en la campana electoral.
    Y eso solo fue el principio.
    Ahora el es el presidente de Estados Unidos.
    Y me desea. Desea mi cuerpo.
    Mi corazon. Mi alma.
    Y me quiere a su lado.
    En la Casa Blanca.

  • La voz del silencio de Kelly Dreams

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    Kara R. Marzoa siempre cumplia sus promesas, incluso las hechas a los muertos. Descendiente de una antigua estirpe, habia heredado el don de la vision, lo que le permitia comunicarse con los espiritus. Asi que, cuando su abuela dejo precipitadamente este mundo, hizo suya su ultima voluntad; viajar a Escocia para devolver a su lugar de origen una reliquia familiar. Una tarea en apariencia sencilla, termino por convertirse en un viaje lleno de obstaculos, uno en el que descubriria que su don no era mas que un grano de arena en una inmensa montana de acontecimientos que traerian consigo la revelacion de inesperados secretos y el resurgir de un pasado enterrado tan profundamente que solo ella podia escuchar su voz.
    Como draoidh, Broderick Campbell habia nacido con un unico cometido, mantener el equilibrio de su tierra natal, una tarea que habia desempenado sin problemas hasta que aparecio ella. Ironica y problematica, tenia el poder suficiente para desestabilizar su mundo y poner patas arriba su propia tranquilidad. Durmientes que despiertan, encuentros con la muerte, asesinatos rituales, un pasado enterrado. Kara hace que todo cambie a su alrededor y que el infierno amenace con desatarse bajo sus pies, una amenaza demasiado peligrosa como para que pueda permitirse perderla de vista.

  • Porque lo dice Low (Sea Breeze 2), Abbi Glines de Abbi Glines

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