• libro visiones en la niebla - Jose Sanchez San Martin

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    Ayer enterramos a Jeronimo. Fue una de esas tardes grises y desapacibles que no se olvidan. La niebla se filtraba por los intersticios del cuerpo y el viento imponia su sonido sibilante sobre el gimoteo de los allegados y las herramientas de los obreros. Mientras asistia a la inhumacion, pense que el dia era apropiado para tal fin. Como si el lo hubiera elegido a proposito. Le agradaba inmiscuirse en medio de la voragine invernal, para desafiar a los elementos e imponer su presencia sobre ellos. Era asi de intempestivo y osado. Doblegarse significaba para el tanto como perder su intrinseca estima personal. En una de esas frases pretenciosas que a veces le gustaba citar y a mi me enervaban decia que preferia soportar la adversidad antes que ceder en las convicciones personales. Una solemne tonteria. Como si la vida, en su inherencia, no tendiera espontaneamente a la permisividad y la componenda. Quien no lo conociera podia pensar, oyendole hablar asi, que era un hombre incapacitado para aceptar la vida tal como es; pero creo que, en el caso de Jeronimo, habria que interpretar su enfatica declaracion como un reconocimiento explicito de ingenita tenacidad que le inhabilitaba para aceptar el estado natural de las cosas y le compelia a la busqueda de un ideal perfectivo. Digo esto porque, debido a esa terquedad suya en no ceder ante las conveniencias, hubo de soportar muchos contratiempos, entre ellos, el ultimo y definitivo, que le llevo a la tumba. No seria por no haberselo advertido. --Jeronimo, no fumes. Asumes un riesgo innecesario para tu salud, ademas de practicar un habito insipiente, anacronico y vulgar. Mi consejo era sincero, aunque no del todo desinteresado. Miraba por mi salud tanto como por la suya. El humo que expulsaba con pertinaz insistencia por boca y nariz me hacia toser y lagrimear, ademas de impregnar ropas y pelo de un nauseabundo olor a combustion. Mis advertencias jamas hicieron mella en el. En aquella epoca, llevar el pitillo en la boca era signo destacado de hombria, como sujetarlo entre los dedos resultaba un elemento de distincion. A nadie, ni siquiera a los medicos, se le ocurria pensar en la nocividad del tabaco. A mi tampoco, pero la vision de una chimenea ennegrecida por el humo me sugeria la idea aterradora del mal. Como reaccion a mis jaculatorias preventivas, Jeronimo expelia con virulencia el humo sobre mi rostro y me miraba con fingida lastima, esperando la asfixia momentanea. Yo hacia aspavientos para dar a entender que, en efecto, estaba a punto de quedarme sin aire, lo que motivaba sus carcajadas por la hazana. --!Aprende a fumar y actua como un hombre! --me decia con sarcasmo. Yo me apartaba con repugnancia del cerco humeante, pero el me perseguia arrojandome su vaho con pertinaz insistencia. Pese a esta pugna cotidiana a cuenta del tabaco, Jeronimo y yo nos entendiamos a la perfeccion. El solia comentar, con no poca admiracion, la buena amistad que manteniamos desde tantos anos ha. Era verdad, a pesar, anadia yo, picajoso, del obstaculo inevitable que interponia el tabaco. Jeronimo, como prueba irrefutable de que este nunca nos podria separar, echaba mano al bolsillo del pantalon, extraia el paquete de cuarteron y comenzaba a fumar, mientras ratificaba esa buena relacion entre nosotros. A veces, cuestionabamos en que podia fundamentarse tal amistad, considerando el divergente modo de ser y de pensar de cada uno: yo amaba la regularidad, el orden, la habitualidad; el, por el contrario, sentiase bohemio hasta el tuetano, gustaba del desorden, la diversidad, la ocasion excepcional. Yo era puntual, pacifico, disciplinado, ahormado en la moral imperante y sumiso al compromiso social. El buscaba el enfrentamiento para demostrar su superioridad, asumia la rebeldia como el mejor modo de asentar su personalismo y era tan reacio a cualquier moral como renuente al orden establecido. Tales contrastes de personalidad debieran habernos alejado el uno del otro, pero acontecio lo contrario, que nos ahormaron hasta hacernos inseparables. Jeronimo decia que precisamente lo que nos faltaba a cada uno era lo que servia para unirnos, complementandonos mutuamente. Asi debio de ser, cuando nos permitio fraguar una solida amistad que perduro para siempre. Con Ramiro, el tercer miembro del grupo, la amistad, aunque sincera, no tenia la misma intensidad. El se parecia en muchos aspectos a mi, y eso, quieras que no, siempre originaba controversias por cualquier tiquismiquis. Ambos pretendiamos imponer nuestro criterio, evidenciar la respectiva preparacion cultural o la agudeza de nuestro pensamiento. Hasta en lo fisico pretendiamos imponernos el uno al otro, aunque teniamos practicamente la misma estatura y una efigie mas bien vulgar. Con Jeronimo, sin embargo, todas estas prevenciones y piques estaban de mas. Asumiamos de principio que sus peculiares prendas fisicas, su acusada masculinidad, le hacian superior a nosotros. Tanto a Jeronimo como a Ramiro los conoci en el instituto, cuando estudiabamos el bachillerato. Eramos companeros de curso, aunque apenas si habiamos intercambiado media docena de palabras. Fue una manana de noviembre de aquel lejano tiempo cuando nuestros destinos se unieron. A la entrada en clase nos comunicaron la ausencia del profesor y nos dieron tiempo libre durante dos horas. Este era un lapso enorme para nosotros, que intentamos aprovechar a discrecion. A sugerencia de un companero, decidimos hacer una excursion a lo largo del cauce fluvial, no lejos de donde se ubicaba el centro docente. Deambulamos sin prisa, con descuido, a traves del camino de sirga. Ibamos en pandilla, aunque la estrechez del sendero nos permitio formar grupos de tres o cuatro chicos. En uno de ellos coincidi con Jeronimo. Intercambiamos pocas palabras, intrascendentes, como para quejarnos del intenso frio reinante o alabar la belleza del rio en aquel paraje que transitabamos. Ambas constataciones, por mas que evidentes y manidas, eran certeras. Recien salidos de los Santos, ya el frio novembrino se dejaba sentir como anticipo del invierno al que nos abocabamos. La humedad que se desprendia del rio acrecia esa sensacion de malestar y nos hacia apretar el abrigo contra el cuerpo, en una instintiva actitud de defensa. La andadura, no obstante, reactivaba la sangre y nos hacia reaccionar contra el frigido elemento. Eramos jovenes y el ejercicio nos servia para actualizar nuestra energia vital. Surgieron las primeras bromas y las risas afloraron con facilidad. Hubo amagos de empujar a alguno y arrojarlo al agua, lo que ocasiono pugnas apasionadas entre los que empujaban y los que resistian, con general jolgorio. La manana, ciertamente, resultaba desacostumbrada para nosotros. A esa hora debieramos estar enclaustrados en un aula, escuchando con gesto aburrido y displicente las explicaciones del profesor de turno. Pero con la oportuna e inesperada ausencia de este, nos propiciaba una excursion insolita, a traves de parajes exoticos y bellisimos. Lo que mas apreciabamos en ese momento era la inmediata sensacion de libertad que nos acuciaba. El grupo abigarrado de cincuenta muchachos disfrutabamos de la excepcionalidad de una escapada insospechada, a traves de un mundo novedoso y primordial. La constatacion de ese particularismo servia de acicate a nuestra despreocupacion y permitia aflorar nuestro mejor talante. El mismo aire que respirabamos, cargado de sutiles aromas campestres, nos permitia interiorizar la vivencia unica que disfrutabamos. Aspirabamos con delectacion esa atmosfera perfumada con los sutiles aromas de bosques y humedales, como si quisieramos saturar nuestro organismo con esas esencias de la naturaleza, para que perduraran en nosotros. Las conversaciones joviales, el retoce juvenil y las risas faciles, propensas a la escandalera, no nos impedian ponderar la apabullante belleza del paisaje que contemplabamos. El rio en aquella zona que transitabamos se expandia con ampulosidad al discurrir por tierras bajas y sin obstaculos, lo que propiciaba que las aguas fluyeran tranquilas, parsimoniosas. Mostrabase asi el cauce fluvial, al fondo de los ribazos, como un inmenso espejo, cuyos bordes fueran escrupulosamente vigilados por nucleos de chopos centenarios. El leve tintineo de sus hojas, a impulsos del suave cefiro, ponia contrapunto al contenido murmullo del agua en su lento discurrir. La epoca otonal en que nos encontrabamos tenia con patina dorada parte de las masas arboreas, propiciando, junto al cristal purisimo del rio, una conjuncion cromatica, subyugante y venusta, de naturaleza inmaculada, como recien surgida del halo magico de la creacion. Era facil extasiar la vista por ese escenario natural y admirar la serenidad y plenitud formal de un mundo magnificente, que parecia puesto a proposito para nuestro disfrute. Para influir mas en nuestro sobrecogido animo y darle un toque de misterio e irrealidad al apabullante paisaje, estaba la niebla. No tenia la densidad de los dias de invierno, cuando cae sobre nosotros como un manto pesado, oclusivo, que entorpece la vista e invade nuestra intimidad con sus vapores sinuosos. En aquella manana excepcional, nos envolvia una bruma sutil, ligera, que apenas sobresalia un metro por encima del suelo, suficiente para darnos la sensacion de que caminabamos entre algodones y de que los arboles que nos flanqueaban, asi como el terroso camino serpenteante, o todos los demas elementos que nos rodeaban, carecian de base y flotaban ingravidos sobre el lecho nebuloso. Pero la sensacion mas asombrosa procedia de la vision que ese espacio espectral nos sugeria. Ante su percepcion global, la realidad del paisaje se difuminaba para ser sustituida por el simbolismo de un mundo magico, preternatural, recien creado con retazos de cielo, tierra y agua, para nuestra contemplacion y deleite. He visto despues, a lo largo de mi vida, muchos parajes hermosos; pero la vision paradisiaca de aquel mundo primigenio y sublime permanece en mi recuerdo a traves de los anos como la idealizacion de un orbe sin macula, formado a imagen y semejanza de nuestra exultante juventud. No duro mucho aquel extasis natural, quiza para que aprendieramos a asumir que los momentos de exaltacion de la belleza no se prodigan y, en su oportunidad, deben ser apurados al maximo. Nuestra andadura continuaba en progresion indefinida, hasta que una de las corrientes tributarias del caudaloso rio nos hizo desviar el rumbo. Atravesabamos ahora tierras labrantias, alternantes con campillos y rozas de gleba, dejando a nuestra espalda el cauce fluvial. Pasado el instante de encantamiento, regresaron las bromas zafias y las risas prontas. Tan pronto pisoteabamos surcos perfectamente delineados en espera de la sembradura, como nos adentrabamos en tierras esteriles, de cascajal. El acicate de nuestra andanza residia en la carencia de rumbo; avanzabamos a donde nos conducian nuestros pasos, conscientes de que era el viaje mismo quien motivaba nuestro entusiasmo. No pretendiamos llegar a ninguna parte; solo deambular y descubrir lo que la andadura nos propiciaba, a traves de aquellas tierras llanas, sin alcores a la vista. El tiempo parecia desaparecido de nuestras vidas. Asumiamos con toda naturalidad que nos habiamos constituido en seres privilegiados, recien asomados a la pletorica pubertad, y disfrutabamos plenamente de nuestra privilegiada condicion. En medio de la inmensa paramera que ahora atravesabamos, gozabamos de nuestra juventud, liberados de la prision del tiempo, errantes por mundos ineditos sin un destino fijo. En cierto momento de nuestro nomadismo, uno de los companeros creyo reconocer el paraje por donde a la sazon transitabamos. Segun el, nos encontrabamos cerca del lugar donde antano hubiera un ventorro famoso, muy visitado en las epocas veraniegas y ahora medio en ruinas. Acuciados por la curiosidad de ver ese arcaico establecimiento, nos dejamos guiar por el chico que nos informara. Atravesamos ejidos y pisoteamos cornijales en erratica marcha, cual formas fantasmagoricas pululantes en medio de la tenue neblina. El improvisado guia parecia bastante desorientado y retrocediamos o ladeabamos el rumbo segun la ocasional inspiracion de aquel. En un determinado momento se detuvo y miro alrededor. Era evidente su confusion, lo que motivo que le arrojaramos gruesas pullas y lo avergonzaramos por su ineptitud. Hacia tiempo que el poderoso murmullo del rio se habia mitigado y un silencio forzado, de naturaleza muerta, se imponia en el ambiente. Hicimos un alto forzados por la desorientacion, mientras nuestro companero-guia daba cortos paseos de un lado a otro. Segun el debiera estar alli el objeto de nuestro interes, mas ninguna obra de hombre se veia a nuestro alrededor. Estabamos en medio de una amplia meseta, de suelo desigual, formado a base de canto y tierra. En el extremo de la irregular perspectiva el terreno se elevaba ligeramente para formar un monticulo rocoso. Era una zona extremadamente lata y arida, sin restos de yerbajos o ratizos. Para descansar de la caminata, nos sentamos un momento mientras reelaborabamos sugestiones e iniciativas. Nuestra incipiente aventura se frustraba y los animos se enfriaban a la vez que los ateridos cuerpos. Permaneciamos todavia sentados sobre el frio suelo, ajenos a la incomodidad, como si el tiempo se hubiese inmovilizado y nosotros estuvieramos cautivos de el. Nadie acerto a definir un proyecto que nos sedujera, por lo que nos incorporamos y enfilamos el camino de regreso. Estabamos lejos de sospechar que esa andadura aparentemente residual nos conduciria directamente a lo que, para Jeronimo y para mi, constituiria, muchos anos despues, un destino inesquivable, plagado de sugestiones, incertidumbres y sobresaltos. El punto de encuentro con el se encontraba en las afueras mismas de la ciudad, no muy lejos de nuestro instituto. Se trataba de un viejo, aunque robusto, edificio, construido en piedra, de amplias dimensiones, cuya fachada principal, sobria, sin aditamentos, estaba horadada por sendas aberturas sin trazos decorativos. Solo el vano de la puerta, en forma semiesferica, se permitia un cierto ornato, al rodearla con una linea de impostas, como si la forma curva pudiera provocar osada perturbacion en la tarea contemplativa, y se quisiera paliarla con el simbolico e inmediato cerco de lineas rectas, hechura de una existencia que no se permite la duda. Todos los vanos estaban oportunamente cegados. Incluia el edificio en uno de sus laterales airosa torre de tres cuerpos, el superior de los cuales aparecia trepanado a cada lado por una ventana, de dimensiones mas pequenas que las de la fachada. Quiza en tiempos pasados la atalaya rematara en forma de terraza almenada, pero ahora mostraba cubierta de teja, con la indudable finalidad de dar servicio a ese espacio suplementario. La singularidad del accesorio fue la que dio nombre al edificio, que en la ciudad se conocia popularmente como <>. Estaba rodeada por un amplio terreno, ahora arenoso, con un exiguo resto de miseros arbustos, que en tiempos debio de constituir el jardin de la peculiar mansion. Cercano a la edificacion se encontraba un pozo de amplia embocadura, hermeticamente protegida con tapa metalica, oportunamente candada. Sobre el brocal, se erigia un arco de hierro, en funciones de cigonal, que remataba airosamente el circulo de piedra. El senorial conjunto estaba resguardado por un tapial de mamposta, como de metro y medio de altura, sucio, destrozado en varios puntos, con apenas restos de su antiguo enlucido. La cancela de hierro que ocluia el lugar, de planchas en la parte inferior y de verja en la superior, rematada a modo de lanzas que apuntaban al cielo, estaba oxidada, con costurones como cicatrices que hendian la ferrea piel y mostraban sin piedad los desgarros seculares. A saber cuando dejo de cumplir su funcion la cerradura que aparecia medio desencajada del cuerpo de la cancela. Tal era el estado de abandono que, cuando pretendimos mover la pesada puerta para acceder al interior, los agarrotados goznes se negaban a girar; solo despues de un vigoroso esfuerzo conjunto conseguimos entreabrirla, entre el agudo rechinar del mecanismo, quejoso del imprudente trato. El companero que propuso adentrarnos en los terrenos de la obsoleta mansion hizo saber que estaba deshabitada desde muchos anos antes y que podiamos deambular por alli sin cuidado alguno, como si estuvieramos en la calle. Asi lo hicimos, intentando abrir la tapa del pozo para husmear en su interior, pero el grueso candado impidio nuestros propositos. Nos acercamos al palacete y tocamos con admiracion sus grandes sillares, heridos en varios puntos por la inclemencia del tiempo. Los mas cercanos al suelo eran los que mostraban mas desperfectos, habiendo perdido parte de su volumen, desmoronandose con facilidad en cuanto se hurgaba en ellos. Fue en este curioseo cuando descubrimos que, en la parte posterior del edificio, una de las piedras limitrofes con el suelo estaba desencajada y dejaba una hendidura, estrecha y oscura. Del inquieto grupo estudiantil surgio al instante la impertinente pregunta acerca de que habria en el interior. --Eso lo podemos saber ahora mismo. El que hablo fue Jeronimo, y su iniciativa nos permitio conocer su audacia y decision. Aparto a los que estabamos cerca de la abertura siniestra y la observo con detenimiento. Jeronimo era muy alto, con estructura fisica atletica y rasgos de cara armonicos y finamente delimitados. Me repugnaba apreciar la belleza masculina, asi que preferi pensar que las mujeres considerarian a Jeronimo como un hombre muy guapo. Se peinaba con raya al lado, en una epoca en que los chicos soliamos dirigir el pelo hacia atras. Como marca visible, mostraba en la mejilla izquierda, junto a la patilla, un lunar en forma ovalada, como de un centimetro y medio de largo; lo que en otro hubiera quiza supuesto un defecto natural, constituia en el un motivo mas de atraccion. Sin decir palabra alguna, se despojo del abrigo, que me alargo para que lo sostuviera. No tenia importancia aquel gesto, ya que era el companero mas cercano; pero me lleno de orgullo, porque, de algun modo, me hacia participe de la aventura que iba a protagonizar. Despues rebusco en los bolsillos y extrajo una caja de cerillas, que tambien me dio, con el encargo de que se la facilitara cuando estuviera dentro. Su voz era suave, agradable, sin rastro de nerviosismo o vacilacion. La decision de Jeronimo nos parecia a todos, mas que valerosa, temeraria. Causo tal impacto en mi que solo me atrevi a decirle que tuviera cuidado. Era tanto como animarle a seguir, para que no se frustrara nuestra curiosidad. Jeronimo, con admirable tranquilidad, introdujo las piernas en el agujero, ocupando totalmente el perimetro de este. Era imposible que el ampuloso pecho de Jeronimo cupiera por alli. ?Y si el valiente companero quedaba ocluido en medio del orificio, sin poder entrar ni salir? Este pensamiento me agobio durante un momento, el preciso en que Jeronimo, con admirable flema, dijo: <>. Expulso el aire para comprimir el torax y dio un fuerte impulso hacia abajo. Acontecio lo que me temia: pese a su prevision contractora, el pecho ocupaba todo el escueto espacio y no era posible deslizarse por el. Fueron unos segundos comprometidos, en los que algunos cambiamos angustiosas miradas, que traslucian el pensamiento aterrador de que nuestro companero quedara eternamente aprisionado. No seria el primer caso. Recorde, al efecto, la fachada sur de nuestro templo catedralicio, en una de cuyas ventanas, escueta y cegada, sobresalia el busto en piedra de una figura humana. Segun la leyenda, se trataba de un intruso que se introdujo en el templo con intencion de robar. Al ser descubierto, quiso huir por la escueta ventana, pero su fuerte complexion corporal le impidio traspasarla, quedo atrapado y, como castigo divino, convertido en piedra. Era una leyenda que a los muchachos nos espantaba, sin que prejuzgaramos el hecho sorprendente de que la carnalidad de un hombre fuera trastocada en petrea materia. !Pero si lo decian nuestras madres es que era verdad! En la ocasion presente, viendo a Jeronimo aprisionado en el agujero, sin posibilidad de moverse, recorde la siniestra leyenda catedralicia y me horrorice. Como portavoz autorizado por el hecho de sostener el abrigo de nuestro heroe, di un paso adelante y grite con desesperacion: --!Hay que hacer algo, antes de que se convierta en piedra! Los demas companeros me miraron estupefactos, sin comprender lo que queria decir. Tambien Jeronimo, desde su incomoda postura, me dirigio una mirada intencionada, cargada de ironia. Era evidente que conocia la leyenda del ladron, porque me dijo: --No te preocupes, que yo no me voy a quedar aqui eternamente. Lo expreso con desparpajo, como si estuviera disfrutando con la situacion. Tan pronto como termino de hablar, extendio los brazos hacia arriba para facilitar el resbalamiento, dio un fuerte impulso hacia abajo y desaparecio bajo tierra. A partir de ese momento, se produjo entre los que estabamos fuera un silencio respetuoso, como si temieramos que el companero hubiera desaparecido para siempre, devorado por las fauces siniestras de algun monstruo subterraneo. A impulso del miedo y la curiosidad, me acerque a la siniestra boca. Solo veia oscuridad. En esa posicion indagatoria y temerosa estaba cuando del antro surgio una garra, seguida de un grunido sobrecogedor: Lance un alarido de terror y pedi auxilio a los companeros, con voz angustiosa. Antes de que pudieramos reaccionar, se escucho una risita sarcastica y la voz de Jeronimo en tono de guasa: --Soy yo, hombre. No seas cobardica. Acercate y dame las cerillas. Fingi suficiencia y valor, como si mis anteriores palabras hubieran sido tambien expresion de broma. Pero mi corazon latia todavia sobresaltado. Introduje la mano en el orificio con la cajetilla. Al instante, senti como me la arrebataba Jeronimo desde dentro para, a continuacion, tirar con fuerza de mi brazo. Yo solte una risa forzada, aunque interiormente no las tenia todas conmigo.

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  • Presentación de la novela "VISIONES ... - Confidencial Digital

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  • Triste Destino El Destino Que Nos Toco de Yume Castro

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    ?Que paso? ?En donde estoy? -me despierto me encuentro tirada en el suelo estoy algo mareada al intentar levantarme me doy cuenta que me encuentro atada. ?Que significa esto? ?Que rallos pasa? No ultimo que recuerdo es que estaba con mis amigas bailando !haaaa! no recuerdo nada mas. -lucho para poder soltar las cuerdas que sujetan mis manos y pies con mucho esfuerzo logro sentarme y llevo la cuerda que ata mis manos a mi boca para tratar de soltarla y sin percatarme que no me encuentra sola en la aquella habitacion. -de pronto escucho un sonido que llama mi atencion. -Observo en silencio y digo: ?Quien esta hay? ?Ya despertaste?-me responde alguien desde la oscuridad en un pequeno susurro. ?Quien es? ?Quien esta hay? Suuuuuu !silencio no grites nos pueden oir! Me llamo Laura y tu. ?Como te llamas? Me llamo marcela. -?Que sucede? ?Porque estamos aqui? ?Quien nos tiene aqui? – No lo se?. Yo desperte aqui al igual que tu y ellos me han tenido aqui encerrada desde entonces – ?Ello? ?Quienes son ellos? -Los hombres que nos trajeron y nos tienen encerradas a las dos aqui – ?Pero por que nosotras? ?Que quieren de nosotras? -!No se yo tambien quisiera saber!- le responde Laura -!Escucha! Parece que se acerca alguien silencio. Dice marcela Mi corazon late tan fuerte que parece que fuera a salirse de mi pecho tengo tanto miedo; que siento que mi cuerpo se paraliza. Escucho pasos que se acercan poco a poco Estan abriendo la puerta! ?Quien es? No logro verle bien la luz de afuera me siega -Y ?Como estan nuestras invitadas? No vallan a intentar nada estupido pues estan bien custodiadas ja ja ja dice elsecuestrador Aqui esta su exquisita comida espero sea de su agrado. – ?Quien eres? ?Por que nos tienes aqui? Le pregunto a ese sujeto -Ja ja tu solo preocupate por comer porque si te enfermas no me servirias para nada voy a soltarles las manos para que puedan comer y ya saben si quieren seguir vivas es mejor que se porten bien. -Senor se lo suplico por favor sueltenos no nos haga dano si nos deja ir no se lo diremos a nadie. Le suplica Laura -Ja ja ja ja tu si que me haces reir, de verdad crees que te soltare. Despues que nos tomanos el trabajo de traerte aqui. Nos dice ese hombre mientras se rie ironicamente – Si es dinero mi papas se lo pueden conseguir solo dejeme llamarlos si por favor. Le digo a ese hombre con esperanza que nos deje ir. -Te equivocas no es el estupido dinero de tus papis el que quiero hay alguien que me pagara mas por ustedes mucho mas solo tengo que traer a otra chica mas y estaremos listos para irnos. – ?Otra persona que persona? ?Por favor digame? Mis padres le pueden conseguir le el dinero solo digame Sueltame sueltame sueltame !Por favor no quiero estar aqui! -Por mas que suplique solo se dio vuelta y se marcho Solo veo como se cierra la puerta frente a mi si poder hacer nada. Laura me dice – ?Que vamos hacer ? Tengo mucho miedo que nos iran hacer porque tenia que pasarme esto, yo no le echo nada a nadie ?Por que? Lo cual yo le respondo que por ahora lo unico que podemos hacer es comer como el dijo – ?como puedes comer? !Es que no te das cuenta lo que esta pasando! Me responde Laura molesta – claro que me doy cuenta pero necesitamos tener fuerzas para escapar no crees! Si no comemos nos vamos a debilitar y por eso tienes que comer. Le respondo tratando de tranquilizarla pues ella esta algo exaltada. si tienes razon y dime ya pensaste la manera de escapar de aqui. Me pregunta Laura -!no! Pero estoy segura que conseguiremos escapar de aqui tenemos que escapar. -si tienes razon ?pero no tienes miedo que le hayan echado algo a la comida? – no lo creo, pues ese hombre dijo que nos necesitaban sanas. -Y dime ?de donde eres? - le pregunto a Laura mientras comemos -Yo vivo en los apartamentos que se llaman las colinas cerca del puente que queda cerca de la avenida ?sabes donde es? – si creo saber donde queda, y ?vives sola? -no. - vivo con mis abuelos mis padres murieron en un accidente cuando yo era pequena eso me dijeron mis abuelos la verdad es que yo no me acuerdos de ellos. Solo se lo que mis abuelos me cuentan de ellos. – lo siento mucho – no tranquila eso ya paso ase mucho y ?tu? – yo vivo con mis padres al sur del centro ja que ironia sali de casa molesta con mis papas porque yo queria que me dejaran tranquila queria salir con mis amigas sin que ellos me molestaran yo les decia que estaban paranoicos porque siempre pensaban que mi iba a pasar algo por estar afuera asta tan tarde ja ahora mirame aqui. -despues de esas ultimas palabras hubo un silencio Laura y yo solo seguimos comiendo en silencio.

  • La formula del amor de Rafael Belda Ros

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    ?Y si tu vida sentimental no tuviera sentido? Tal vez, tendrias que empezar a escribir las paginas en blanco de tu vida para descubrir hacia donde serias capaz de llegar. Descubriras lo que en realidad esconde la formula del amor.

  • Tropiezos con el deseo de Esther Valentin

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    Nunca he sido la tipica chica que se lia con el primero que se le cruza.
    La virginidad la perdi con un novio que aun cree que estamos juntos a pesar de llevar casi un ano separados.
    No creo en el sexo sin amor y a pesar de eso me encuentro con un hombre que ni siquiera recuerdo el nombre en un callejon, el entre mis piernas y yo entregandole mi cuerpo.

  • Muchas mentiras y unas cuantas verdades de Olga Hermon

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    No existen las mentiras grandes ni pequenas, tampoco las blancas, grises o negras, pero si las mentiras obligadas.

  • Pecados Ardientes de Ariel Omer

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    Todos tenemos un amor al cual nos aferramos, un amor verdadero que jamas vamos a olvidar.

  • No estabas en mi agenda de Dina Reed

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    Despues de una decepcion amorosa y profesional, Jessica Cooper regresa a Manhattan y necesita trabajar como sea. Asi que acepta sin pensarlo el puesto de secretaria en la compania de Chris Swift, mas conocido como el Lobo, a pesar de que todo el mundo le advierte de que hasta el momento ninguna secretaria ha aguantado mucho en el puesto.Y es que el Lobo es insufrible, por su ambicion sin limites, su alto nivel de exigencia y su caracter implacable y duro: siempre va derecho a la yugular y no se conforma con nada que no sea ganar.Nadie quiere tenerlo de enemigo y casi todas suspiran por el, no en vano es un multimillonario irresistible, guapo, sexy y carismatico.

  • La sirena que se atrevio a amar a un hombre de Brian Lopez

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    En un mundo donde la masculinidad esta prohibida y cuyo sistema politico oprime al pueblo y limita las libertades individuales, es inevitable que tarde o temprano las fricciones acaben apareciendo y generando divisiones, y mas aun cuando el amor hace acto de presencia.
    Desafio, amor, odio, traicion, ambicion y mentiras son los componentes de esta historia en la que Liria, movida por su curiosidad y sus sentimientos, desobedece al sistema y se convierte en un ejemplo real a seguir por todas aquellas sirenas que ansian por encima de todo la libertad.

  • La polilla en la casa del humo de Guillem Lopez

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    Bienvenidos al pozo, una caverna insondable con mil galerias y tuneles, fortalezas petreas cerca de la superficie y barrios profundos de nichos cavados en la roca. Este es el escenario, brutal y despiadado, en el que habita Veintiuno, un joven que pasa las horas envuelto en una nube de bok en la casa del humo, desde donde interpreta sus posibles destinos: entregar su cuerpo al dios de la mecanica y ser util en una excavacion sin fin, convertirse en un paria o, finalmente, ascender a traves de los bajos fondos, pero debera pagar un alto precio por medrar.

  • El ultimo gran unicornio de Clara Tahoces

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    Un cuento que narra el despertar de un unicornio en un mundo totalmente desconocido. Toma la decision de buscar a su madre recorriendo un camino real y, al mismo tiempo, de superacion y autoconimiento. En su viaje encuentra personajes que le regalan pildoras informativas que le ayudaran a seguir adelante, cambiar estereotipos, afrontar acontecimientos, cometer errores y aprender de ellos, transformar sus sentimientos negativos en perdon... en definitiva, a madurar. Al final aprendera, que el camino, la vida, es tan importante como la meta.

  • Las cosas buenas de verdad solo me pasan de noche de Begona Araez

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    Rafa es un tio de lo mas normal, impulsivo, torpe, algo obsesivo. Como el mismo dice “un poco pringao”. Una serie de malas decisiones le lleva a tirar su vida por la borda: un matrimonio reciente con Eva, con la que ha tenido un hijo, Samuel. Y un trabajo fijo en un hotel de prestigio.

  • Alex (Los hijos de monica amder 2) de Erina Alcala

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    La madre de Alex Ponce siempre estuvo enamorada desde que tuvo 12 anos del padre de Alex, Nolan Wilson, su vecino del rancho de al lado, pero este, unos anos mayor que ella nunca se fijo en esa chica seria, timida pequena y callada que fue. A parte de tener novia desde el instituto, Pam, la chica rubia, animadora y guapa. Su madre, Monica Ponce, habia nacido en Malaga, Espana, de padre malagueno y madre americana, cuyo abuelo, el bisabuelo de Alex, tenia un rancho en Dubois, un pueblo del estado de Wyoming y cuando este murio, los padres de su madre tuvieron que irse desde Malaga a hacerse cargo del rancho. Y su abuelo lo hizo prospero. Sin embargo, la noche de la fiesta de graduacion del instituto, sus padres lo concibieron. Sin saberlo, su abuelo, el padre de su madre quiso que su madre Monica, estudiara en la universidad de Malaga y asi estar con sus abuelos paternos. Y alli nacio Alex, al que su madre le puso su apellido y nunca, ni su abuelo ni su padre supieron de el hasta que su madre, regreso al rancho seis anos despues. El era pequeno y recordaba poco, recordaba haber conocido a su padre en el rancho cuando volvieron de Espana, poco tiempo, pero tambien recordo que su padre iba a tener otra hija con su novia que se habia ido a California y habia vuelto embarazada, llevandose a su padre consigo. Sin embargo, la novia de su padre perdio a su hija en el parto. Pero se caso con ella, meses despues y el siguio con su madre que tuvo que hacerse cargo del rancho y ponerlo a punto al morir su abuelo. Recordaba como estuvieron los dos solos y como su madre trabajo e iba de un lado a otro hasta dejar el rancho precioso. Contrato a trabajadores y se enamoro del cocinero, un chico de Montana, West y al que quiso mas que a su propio padre que no fue a verlo nunca mas, salvo llamarlo por telefono y mandarle dinero mensualmente. No lo volvio a ver hasta los 17 anos. Sin embargo, si recordaba irse al rancho de al lado de pequeno y hasta los 17, con sus abuelos, los padres de su padre que lo querian mucho. Su padre nunca le puso el apellido y su madre no quiso que West, su marido, le pusiera el suyo, para no hacer dano a su verdadero padre Nolan, y paso a llamarse Alex Ponce, el apellido de su madre que siempre tuvo y no quiso cambiarlo. Su madre tuvo dos gemelos de su padre West, el que lo habia criado con amor y lo queria como su propio hijo, y a los gemelos les puso su segundo apellido para que todos sus hijos tuvieran el suyo, Ponce, asi sus hermanos a los que llevaba siete anos, West y John, se llamaban Amder Ponce. Cuando Alex acabo el instituto, tanto sus abuelos paternos como su madre, vendieron sus ranchos y se fueron a Nueva York. Su madre le dijo que iban a cumplir el sueno de su padre West. West era un tipo alto, mas que su padre, guapo y fuerte de ojos negros profundos como sus hermanos. Era de Montana y tenia un rancho, que su hermana mayor, le hizo vender cuando murio su padre. Y aun conservaba la mitad del dinero de su rancho, pero al ver el anuncio de su madre buscando cocinero anos atras, fue a Dubois y nunca se arrepintio. Anos atras habia estado cuatro anos en Nueva York haciendo un curso extenso de chef, pero dejo su sueno de montar un restaurante por su madre. Se enamoro perdidamente de ella y nunca habia visto una pareja que se amara mas que sus padres. Siempre se lo decia a su madre, que queria un amor como el de ellos y una mujer como su madre, que se amaban tanto. El no veia que discutieran sino por tonterias y su padre cogia a su madre en alto y se le quitaba el enfado, y siempre estaba cogiendola y besandola y ella a su padre igual. Siendo el pequeno, participaba en esos juegos. En la adolescencia, le parecian pesados, pero despues eran una envidia para todo el mundo. Eran su media naranja, el amor de su vida cada uno. Cuando se fueron a Nueva York, compraron un apartamento enorme y precioso y sus padres montaron una cafeteria justo en el bajo del apartamento. El edificio tenia gimnasio y piscina. Y su madre siempre era la madre generosa que no queria que no le faltara nada a sus hijos, y su padre era mas recto y lo respetaban y querian y West, se emocionaba a veces, sin disimular nada. Justo el ano que se cambiaron a Nueva York, Alex recibio una beca para estudiar en Harvard, habia solicitado Derecho y alli, conocio a su mejor amigo, de Wyoming, de Cheyenne, la capital y durante los seis anos que permanecieron en la universidad, fueron los mejores amigos. Iban juntos a todos lados, estudiaban, salian con chicas. Mas un tonteo que otra cosa los primeros anos, pero el cuarto ano de universidad, Alex creyo enamorarse de una chica que en una de las fiestas que hicieron, chocaron y ella le echo su refresco encima. Tenia 21 anos y cuando miro la cara de esa chica asustada y preciosa, supo que habia tenido la mayor suerte del mundo. --!Ay Dios! Lo siento, siento haberte echado... --No pasa nada, ha sido un accidente --Dijo el casi encantado. -- Lo siento de verdad --Dijo de nuevo la chica. --Te lo perdono si vienes a que me cambie. --?A tu habitacion? --No te voy a comer. --?Que estudias? --Derecho ?y Tu? --Le pregunto Alex. --Yo tambien. --?Que ano? --Cuarto. --Yo tercero --Dijo ella. --Pero no eres de aqui por el acento, digo... --No, soy espanola, de Malaga. Marbella en concreto. --?En serio? --Si, ?Por que? --Yo naci alli, mi abuelo tambien lo era y mi madre, pero me viene a los casi seis anos a Wyoming a nuestro rancho, ahora vivimos en Nueva York --Le contaba mientras caminaban hacia su dormitorio. --!Que casualidad! Yo soy de Marbella y mis padres quisieron que estudiara en esta universidad. --?Tienes beca? --No, ?Tu si? --Si --Dijo Alex. --!Que suerte! --?Como te llamas? --Sofia ?Y tu? --Alex encantado, ya llegamos y me cambio. --Vale. Y lo acompano a traves del campus y se metio en el bano y se cambio. --Bueno, ya esta. ?Volvemos a la fiesta? --Si. --?A que se dedican tus padres? --Mi padre es medico y mi madre tambien. --?Son ricos? --No demasiado, solo que ganan bien y mis abuelos me dan algo para la universidad. --?Tienes mas hermanos? --Si, tengo uno mayor. Julio. Es policia en Malaga, pero ya es independiente. --?Que edad tienes? --20, pronto cumplire 21 en marzo. --Yo 21. Y cumplire en unos meses 22. Nunca te he visto por aqui --Siempre estoy en la habitacion o en la biblioteca. Tengo que estudiar, no puedo dejar que mis padres se sacrifiquen y no aprobar los examenes. A partir de esa noche, Alex, un chico de 1,85, de ojos verdes, pelo oscuro y cuerpo formandose, se creyo enamorado de Sofia, pequena como su madre, si pasaba de 1,60, con unos ojos castanos claros y un pelo castano por media espalda que era su debilidad, tenia un cuerpo precioso. Y cada vez que tenian un rato libre estaban juntos. Eran inseparables, asi como su amigo Jim de Wyoming que se echo otra novia Karen de Nueva York. Iban los cuatro a la biblioteca, a comer y cenar y salian por Cambridge. Y dos meses despues de conocerse, hicieron el amor en un hotel de Cambridge un fin de semana que se quedaron solos. El, ya se habia acostado con algunas chicas en tonteos los anos anteriores. Pero para Sofia era su primera vez y fue muy especial para los dos. Fue intenso y estaban enamorados como adolescentes. El adoraba a esa chica buena que lo adoraba a el. No habia otra. No se lo quiso contar a sus padres hasta que esa relacion tuviera mas tiempo, y ademas no queria preocuparlos y que pensaran que no estudiaba y estudiaba mas con ella. Alex era muy carinoso, y lo que aprendio de su padre West, lo ponia en practica, la cogia al vuelo, la besaba siempre, la tocaba y era su pequena espanola. Asi estuvieron un ano y medio, saliendo. Y cuando Alex empezo el master, justo a la mitad del primer ano de los dos que hizo de master, y cuando Sofia, terminaba la carrera, los padres de Sofia murieron en un accidente de coche y tuvo que volver a Espana para no volver mas. Y aquello fue muy duro para ambos que estaban tan enamorados. Alex recordaba como lloraban el dia que ella tomo el tren para irse al aeropuerto de Nueva York. Era el fin de todo. Alex se hundio en los libros y su amigo Jim, hacia lo que podia porque sabia lo enamorado que estaba de ella. Hablaban por Skype, pero sabia que eso no llevaba a ningun lado y ella no queria sufrir mas de que ya sufria por la muerte de sus padres, y dejo de hablar con el. Le dijo que se buscara otra chica y la olvidara. Alex termino su master, pero nunca olvido a Sofia, estuvo dos anos en casa de sus padres y lo llamaron para trabajar en un bufete, y a los 26 anos, se independizo, tenia trabajo, un apartamento situado en la misma avenida que vivian sus dos padres, y que le pagaron y decoraron entre ambos padres, y ademas tenia dinero. Sus abuelos cuando vendieron el rancho le habian dado un millon de dolares que su madre junto con lo que le habia ido dando su padre Nolan a lo largo de los anos, recibio. Y su cuenta fue aumentando con los dos anos que vivio en casa de sus padres y que no quisieron cobrarle nada. Vivia feliz, tenia todo, chicas no le faltaban y a veces veia a su amigo Jim que se mudo a Nueva York y seguia con Karen y cuando los veia juntos, se acordaba de Sofia, pero eso ya no podria ser. Sin embargo, ninguna chica fue como Sofia en esos anos. Sofia por su parte, al ano siguiente y con uno de retraso, tuvo que repetir curso en Malaga, el ultimo de Derecho, en cambio el master duraba un ano alli, asi que cuando acabo tenia 24 anos y vivia con sus abuelos. No habia olvidado a Alex y nunca mas salio con otros chicos. Queria ir a Nueva York, pero ?Como encontrarlo?, quiza tuviera novia, quiza... Pero iria. Asi que una noche cuando habia acabado su master quiso irse a Nueva York y asi se lo dijo a sus abuelos que, acongojados, no querian perder a su nieta. Su hermano en cambio le dijo que si ese era su deseo, se fuera y probara, si no, que volviera. Era su vida. --Pero abuelo, esta mi hermano Julio, he hablado y con el y con Manuela. --?Y que te ha dicho tu hermano y tu cunada? --Que haga mi vida. Hemos repartido el dinero y vendido la casa de mis padres. --?Y cuanto tienes hija? --Despues de pagar el master, casi 500.000 euros, seran mas en dolares, alquilare un apartamento en Manhattan. Donde vivia Alex con la intencion de verlo. Esa era la unica intencion, encontrar trabajo tambien, pero verlo...

  • El caso Demichellis de Francisco Marin

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    Un intenso thriller que se desarrolla en las calles y juzgados de Ibiza y que atrapara al lector desde las primeras paginas.
    Eduardo Ribas es juzgado y condenado por el homicidio de una enfermera (Ana Lopez Demichellis). Ni Raul Ballesteros, un prestigioso abogado politicamente incorrecto, ni la hermana de la victima (Raquel), una bella y sensual joven, estan convencidos de la culpabilidad del hombre que acaba de ser condenado. Ambos deciden contratar a un extravagante detective pero dotado de grandes facultades deductivas para intentar esclarecer los hechos.
    Una vez iniciada las investigaciones, la primera circunstancia que llama la atencion del detective (Alex Zarco) es el hecho de que el ultimo paciente de Ana, enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos, fue un hombre tiroteado.
    Dos crimenes violentos en una isla tranquila como Ibiza en invierno parecen demasiada coincidencia. ?Tendran alguna relacion o sera pura casualidad?

  • El precio de la sangre 1 de Antonio Romero Soto

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    ?Cual es el precio de la SANGRE? ?Cual es el precio del MAL? ?Somos impunes a cualquier tipo de dano o hay un fin justiciero que lo equilibra todo? Mike Clifford, un chico con un caracter problematico, tendra que enfrentarse a su pasado para conocer los detalles de la muerte de su padre y, segun el, experimentar el mejor sentimiento de todos, la venganza. Primer titulo de la saga “El Precio de la Sangre” donde Mike Clifford, deseoso de sangre y venganza por la brutal muerte de su padre, armara una trepidante lucha contra aquellos que asesinaron brutalmente a Jeff Clifford, cuando su hijo aun era un nino. Muerte, odio, venganza y sangre marcan la tendencia de un thriller trepidante donde nadie se encuentra a salvo.

  • Laura en las Highlands (Julia y amigas 2) de Kate Dawson

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    Laura ha cambiado de empleo y ahora trabaja en un periodico de los grandes.
    Por eso no es nada facil que su jefe acepte que se marche unos dias a Escocia, para la boda de Julia.
    Laura no se ha enamorado nunca, al menos no como para estar segura de haber encontrado al hombre de su vida.
    ?Y como saber si es el hombre de tu vida?
    ?Y si el hombre de tu vida aun no ha nacido?
    ?Y si el hombre de tu vida vive en la otra parte del mundo?
    Pensandolo bien, quiza sea mas sencillo dejar que el te encuentre a ti.

  • El hijo del jefe 1 de Sierra Rose

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    Britt Collier estaba, peligrosamente, a punto de volverse loca. Ella era la unica contable contratada actualmente, y aunque no le importaba contestar preguntas relevantes, no necesitaba a su adulador jefe apoyado sobre su escritorio. Obviamente estaba estirando el cuello para conseguir ver algo debajo de la blusa. Como esta tactica le era familiar, ella llevaba la blusa abrochada hasta arriba y un chaleco de punto sobre ella, para que incluso en caso de un catastrofico accidente con los botones, ella estuviera aun protegida de sus ojos fisgones. Si la pequena empresa tuviera un departamento de Recursos Humanos, habria presentado una queja por acoso sexual. Tal y como estaba, la gerente de contratacion era tambien la asistente del COO, asi que tampoco seria novedad para ella. El COO, tambien llamado director general de operaciones, es un puesto en lo mas alto del ranquin de puestos ejecutivos en una organizacion. Quiza algun dia ella tambien alcanzaria lo mas alto de la escalera corporativa. Una chica siempre puede alcanzar el cielo, ?no? De hecho, Britt estaba bastante convencida de que la asistente habia conseguido ese doble titulo gracias a una entrevista horizontal con el Senor Freeman en persona. A Britt le habria gustado imaginarse a si misma como una mujer sensata, una feminista que no era prisionera de nadie. Sin embargo, se desplomo sobre su escritorio sin decir nada mientras el senor Freeman se acercaba a ella senalando a su monitor. El no podia dejar de mirarle el pecho. Ella se aparto del escritorio deslizandose con su silla de oficina con ruedas. -Es suficiente -dijo. - ?Disculpe, senorita Collier? -dijo el alzando las cejas. -Explique todo esto en mi correo electronico. Asi que si no le importa, tengo cuentas de gastos que actualizar. -Por supuesto. Se lo ocupada que esta. -Si me disculpa. El sonrio. Ella salio de su pequeno cubiculo y fue al bano de chicas, simplemente para estar lejos de el. Desearia poder haberle dicho algo mas astuto e inteligente, algo que humillara sus intentos de rozarse con sus pechos igual que eso la humillaba a ella. Para sentirse mejor, miro la fecha en su telefono. Seis dias mas, se dijo a si misma asintiendo. Britt consiguio acabar la ultima hora de trabajo rapidamente comprobando hojas de calculos y tachando tareas de su lista de cosas por hacer. Acabo todo diez minutos antes de las cinco, con tiempo suficiente para ordenar su escritorio y hacer su lista de tareas para el dia de trabajo de manana. En cuanto la manecilla de los minutos llego al doce, se levanto, bolso en mano. Bajo en el ascensor desde el undecimo piso, donde se encontraba la Consultoria Creativa, y llego al vestibulo justo cuando Marjorie, su mejor amiga, salia de las escaleras. Marj estaba entrenando para una media maraton y opinaba que los ascensores la debilitarian. Se dirigieron por acuerdo mutuo hacia Joe's Java la cafeteria a la vuelta de la esquina de la oficina. Tuvieron su habitual quedada de los jueves para el cafe de despues del trabajo. Sentadas en un reservado al lado de la ventana, Britt dio un sorbo a su cafe con caramelo y suspiro aliviada. Se estaba tranquilo alli, pero no el tipo de tranquilidad que tenia ella en la oficina, con ese molesto zumbido de las luces fluorescentes sobre su cabeza y ese expectante silencio como el de un tiburon en el agua mientras ella se esforzaba por escuchar si Freeman se acercaba. En realidad, no era un tiburon, razono ella, era mas bien como un pulpo con todos esos brazos y manos. Marjorie se pidio algo con soja y proteina en polvo que tenia un aspecto verdoso. -Eso parece pintura. Pintura fea. Como la de la sala de espera del medico. -Gracias. Pero esta bueno. Agua de coco y repollo con polvo de proteina… -Suena como al paraiso -gimio Britt. -No, el paraiso seria tres semanas en Bali con Ryan Gosling. - ?Aun con Ryan Gosling? ?Podemos pasar pagina, por favor? -Jamas. Yo soy muy fiel. - ?Con cuantos chicos has quedado este mes, senorita Fiel? - dijo Britt de broma. -Eso es quedar. Ryan Gosling y yo, eso es amor verdadero. - ?Sabe el algo de todo esto? -No, es mejor asi. No quiero quitarle la ilusion. -Oh, que generoso por tu parte. Freeman estuvo en mi oficina esta tarde senalando a mi monitor. -Uh. ?Tiro algun boli para asi echarle un vistazo a tu falda? -Llevo pantalones por algo. -Asi que se fue directamente a por las tetas. Te escucho… -dijo Marj con arrepentimiento. -En una semana estara jubilado y haciendose un hueco entre jugadores de bingo sin suerte en la residencia de ancianos. - ?Tiene pinta de que le guste el bingo? -No, tiene pinta de que pasara el rato en clubs de strippers e insistira en cambiar los tangas. -Eh, si. Pero bueno, al menos no le tendremos respirando detras de nuestros cuellos. -Querras decir respirando profundamente detras de nuestros cuellos. Es tan pervertido. -Creeme que no pienso echar una sola lagrima cuando se vaya, pero, ?y si el que viene es incluso mas mamon? - ?Pero eso es posible? Quiero decir, Hitler esta muerto, ?no? -Si, pero hay un monton de cerdos machistas en el mundo en puestos de altos directivos. Les gustan los puestos de autoridad cuando no estan tomando el sol en una comoda roca. -Cierto. Bueno, dejame ver las casas. -Apartamentos. He encontrado propiedades de entre las que elegir. Estoy deseando ensenarselos a Kevin esta noche. -Seis meses es mucho tiempo. ?Donde lo vais a celebrar? -Acaban de reabrir Tamarind despues de remodelarlo. Nos morimos de ganas de probarlo. -Britt dijo emocionada -Me he comprado un vestido y todo. - ?Has ido de compras? Debes de estar emocionadisima. -Bueno, nos mudamos juntos despues de todos estos meses. Estoy deseandolo. Ya no vere mas capitulos de Esta Casa es una Ruina porque estoy sola y aburrida. Estaremos juntos y realmente empezaremos nuestra vida. Yo queria coger algun sitio que pudieramos arreglar juntos, hacerlo nuestro, pero a Kevin no le va mucho lo de hacerlo nosotros mismos. - ?Hacerlo vosotros mismos? A ti eso tampoco te va. -Seamos justos, no, no tengo muchas habilidades para arreglar cosas en casa, pero me gustaria aprender. He visto algun tutorial de como lijar y pintar un banco del mercadillo y me gustaria probar. - ?Ves videos de bancos? Cielo, necesitas hacer algo mejor. - ?Que me sugieres que haga? -Encuentra algun video chulo en el que salga Ryan Gosling. -Estas imposible -dijo Britt moviendo la cabeza mientras se acababa el cafe. -Me gusta este primero. -A mi tambien pero creo que la cocina es demasiado pequena. ?Y si tengo que preparar una lasana o algo? No hay espacio suficiente en la encimera.

  • La ultima linea del espejo de Gema Samaro

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    La manana era tan perfecta que ni nos inmutamos cuando un tipo con una bolsa de papel de una hamburgueseria en la cabeza salio a nuestro paso: --Fjewisfgielikie --dijo el tio de la bolsa. Eva y yo nos miramos y soltamos una carcajada. El senor se habia hecho dos agujeros para los ojos y habia abierto una ranura para la boca, pero la bolsa se habia ladeado de tal forma que no se le entendia nada. --?Podemos ayudarle en algo? --pregunto Eva, sin poder contener la risa. --Kefjeiwsfejiowe. --Disculpe, ?se podria quitar la bolsa? Es que no le oimos --propuse llevandome el dedo indice a la oreja. El hombre se ajusto la bolsa para que coincidiera la abertura con la boca y, de nuevo, se dirigio a nosotras: --Buenos dias, senoras --solto con una inclinacion de cabeza que por poco hizo que la bolsa saliera disparada. Nosotras rompimos a reir, mientras el tipo volvia a ajustar la bolsa a la cabeza. --Buenos dias. --Logramos decir al fin. --No quiero asustarlas... --No, tranquilo. No nos asusta --replique sin poder reprimir la carcajada. Era un tipo alto, atletico, joven a tenor de su voz, de sus manos y de su vestimenta, una camiseta de rayas y unos pantalones vaqueros desgastados. --Siento abordarlas de esta forma, pero no me queda mas remedio que hacerlo asi. --No se preocupe. ?Que vende? ?Ofertas de dos por una? --pregunto Eva, con los ojos achinados por la curiosidad y la risa. --No, no vendo nada --respondio encogiendose de hombros--. Estoy aqui por otra razon. Era primavera, la vida estallaba por todas partes, incluidas nosotras que estabamos exultantes, eramos primavera, dos flores que no podiamos mas que imaginar razones de lo mas creativas para explicar lo que estabamos viviendo: --Teatro de calle, es usted actor. Esto es una performance comercial financiada por la marca de las hamburguesas --deduje mirando a mi alrededor, convencida de que publico y actores en breve nos rodearian para disfrutar del espectaculo. --Esto es la vida --repuso muy serio y ofendido, dando un paso atras dramatico, como un actor de cine mudo. Era una pena que el pobre hombre estuviera tan perjudicado como para plantarse en la calle con una bolsa de Burger King en la cabeza a las ocho de la manana. No parecia borracho, mantenia bien la verticalidad y hablaba estupendamente. Posiblemente seria un trastornado: --?Donde vive? --Quise saber para devolverle a su casa. --!A usted que le importa! --?Tiene familia? --!Oiga, dejeme en paz! --protesto dando un manotazo al aire--. No soy un perturbado. --Entonces, ?quien es? --inquiri mordiendome los labios. --Alguien que necesita saber muchas cosas... --?Y por que lleva el rostro tapado con esa bolsa ridicula? --pregunto Eva retirandose un mechon de pelo detras de la oreja. --Me compre un pasamontanas en un chino y lo he perdido. Soy un desastre. No tenia nada mas a mano para cubrirme y me he colocado esta bolsa. --?Por que se cubre? ?Le conocemos? --dije intentando reconocer su mirada, unos ojos verdes, que brillaban de un modo especial. --Dejense de preguntitas y vayamos al grano. --El tipo se echo la mano a la espalda y saco una especie de punal. Cuando la primavera arranca con toda su fuerza, cuando la vida despierta, cuando el sol reina en lo alto de un cielo perfecto, lo que menos esperas es que esa maravilla se malogre por culpa de un atracador con una bolsa de papel en la cabeza. Respire hondo y tome a Eva por el brazo. Estaba embarazada de cinco meses y esos sustos podian resultar mas que peligrosos. Sin embargo, mi amiga estaba encantada. --!Que maravilla! --exclamo Eva, contemplando extasiada el arma--. !Es una daga de vela, de acero, hierro y madera, espectacular! !Del XVII! ?Me equivoco? --Se equivoca. Es del XVI. --Vi hace poco una asi en el Museo Lazaro Galdiano. --Esta es mia --informo el hombre agitando la daga al aire--. Lleva toda la vida conmigo, es una preciosidad --susurro mirandola fascinado. --!Es una joya! --grito Eva. --Cuidela mucho. Nosotras tenemos prisa. !Buenos dias! --me despedi tirando de Eva para salir pitando de alli. --!No tan deprisa! --El tipo nos corto el paso empunando la daga. Mire a derecha y a izquierda y por alli, a escasos veinte metros de la farmacia, no habia mas que un gato parduzco indolente cruzando la calle. Lo mejor era terminar aquello cuanto antes: abri mi bolso, cogi mi cartera, saque el DNI que luego renovarlo era un fastidio, y se lo tendi al atracador. --Tenga. Y dejenos marchar. --?Para que quiero yo esa cartera tan horrible? --replico mirando con desden mi cartera maravillosa roja, de hace mil anos, y a la que tengo tantisimo carino. --!Quien va a hablar! !El encapuchado de la bolsa de papel! !Tiene usted tanto estilo atracando! --A mi, la verdad, que tu cartera tambien me parece un pelin de abuela --comento Eva llevandose la mano al pecho. --No tienes ni idea, Eva. Y usted... Si no quiere dinero, ?que quiere? --dije molesta por lo que habia dicho de mi cartera y guardandola con mimo en el bolso. Eva metio la mano en su bolso, extrajo un bote de repelente de insectos y, apuntando a la cara del hombre, hablo con la serenidad propia de la mala de la pelicula: --Si lo que busca es sexo, preparese porque con esto... --Senora, no me ofenda, se lo ruego. Ni soy un agresor sexual ni un mosquito tigre. !Ande, guarde eso! --Como que, si lo fuera, me lo iba a decir... --Soy un hombre de palabra. Puede confiar en mi --confeso solemne, con una leve inclinacion de cabeza. --Dejese de pamplinas y no nos haga perder mas tiempo. ?Que quiere? ?Pasarse la manana vacilandonos? --El tio me estaba sacando de mis casillas. --Me cuesta muchisimo hacer esto --explico el tipo, moviendo la daga a un lado y a otro, con un movimiento zigzagueante de la muneca--. Pero la vida nos obliga a veces a hacer cosas que atentan contra nuestros principios y kdfeiofaejfeifeofejek. --No se esfuerce, que no se le entiende nada --le corte muy borde. El hombre se coloco la bolsa de nuevo para que pudieramos escucharlo y siguio: --Decia que lamento mucho lo que voy a hacer, pero no me queda otra para recuperar lo que es mio. --?De que habla? !Nosotras no tenemos nada suyo! --espete con un gesto de desprecio. --No estoy tan seguro, por eso es mejor hacer cierta comprobacion --informo el embozado trazando con la daga circulos en el aire. No tenia miedo. Y no porque fuera inmortal y supiera que no podia pasarme nada, es que la situacion era tan absurda que cualquier mortal no habria sentido mas que bochorno ante semejante espectaculo. --Deje de hacer el idiota y guarde esa daga --le ordene sin pestanear, como la mama le exige al nino que deje de jugar con las cerillas. --Solo sera un momento, senora. --!No hay momentos que valgan! Tome a Eva nuevamente del brazo y cuando apenas habiamos dado un paso, el hombre se dirigio a mi amiga diciendo: --Senora, ?ve aquello de alli? --Y senalo con el dedo indice a algo que estaba detras de nosotras. --?El que? --pregunto mi amiga. --Eso de ahi, grande, de lunares, con ojos grandes, dientes afilados, cola, cuernos... --!Que bobadas dice! --solte indignada. --Eso solo puede ser una jirafa --dedujo Eva entre risas. Las dos nos dimos la vuelta y al hacerlo el tiparraco aprovecho para gritar: <> y largarle una cuchillada a mi amiga en el culo, rauda y traicionera, que la hizo caer de rodillas al suelo. --!Rata inmunda! --le chille a la cara--. ?Que ha hecho? --Lo... lo... puedo explicar... Veran... yo... yo... tengo la profunda conviccion... --Antes de que el vil y rastrero energumeno terminara la frase, le arrebate la daga y se la puse en el cuello. --!Como le suceda algo al bebe que espera mi amiga, voy a convertir su vida en una perpetua agonia! --le amenace rabiosa, yo creo que hasta me salio espuma por la boca. Mis amenazas le resbalaron. Insensible, cruel y frio, el siguio a lo suyo: --?Por que solo le preocupa el bebe y no su amiga si le he propinado una punalada de picaro en el trasero? Mire a Eva, tenia la tela de su vestido blanco y las piernas banadas en sangre. Sin embargo, su rostro no mostraba ni el mas leve indicio de dolor, solo incredulidad y asombro. Las dos sabiamos que faltaban apenas unos segundos para que su herida cicatrizara y empezaramos a tener serios problemas ante un tipo demasiado curioso. --!Marchese de aqui! --le exigi a voz en grito. --Senora, lamento profundamente haberle dado este susto en su estado, pero no tengo otra forma de saber si usted es una de los nuestros. --!Majadero! --grite empunando la daga a un centimetro de su nariz--. Larguese si no quiere que le deje el cuerpo como un colador. --Haga lo que quiera, no pienso irme. Necesito comprobar como evoluciona esa herida -- replico el tipo, flematico, senalando con el dedo indice a mi amiga.

  • Despues del monzon de Africa Ruh

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    Quiso robarle un diario y le robo el corazon.

  • Jazmines y peinetas de Clotilde Sanchez

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    Cordoba 1918
    Maria Cristina Rojas,perteneciente a una familia de la alta burguesia cordobesa,se despide del internado donde ha estado residiendo desde nina.Su nueva vida comienza en una Andalucia repleta de senoritos, cortijos y poder.En ese entorno nuestra protagonista conocera la amistad,el amor y la traicion.
    Con personajes ilustres de la epoca y lugares emblematicos,la inocente Maria Cristina descubrira una sociedad arcaica y conservadora en esa Cordoba siempre magica y misteriosa.
    Marcada por la perdida de su madre desde nina,viajara hasta Cuba para conocer a Valdivia, un pariente que guarda un doloroso secreto.
    A su regreso,cuando la muchacha cree encauzada su vida, descubrira que el hombre con el que se ha casado no es el marido enamorado y galante que ella creia.Un desgraciado episodio la obligara a huir con su familia a los Valles Pasiegos del norte.
    Pasara de una vida acomodada como duena de un cortijo a convertirse en una pasiega que tendra que trabajar duro para sobrevivir en las frias cabanas de los montes nortenos.
    Alli entre montanas y valles surgira una nueva Maria Cristina,arrojada,luchadora,empoderada y valiente.Dispuesta a buscar su ansiada felicidad.

  • Multimillonario Intrepido. Zane de J. S. Scott

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  • Amame una noche mas de Alexandra Black

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    Londres, 1847 --Es evidente que las mentes femeninas son debiles e incapaces de asimilar cualquier aprendizaje. --Malcom Sedford, conde de Tamworth, hincho el pecho, orgulloso de si mismo por haber expresado aquellas palabras--. De hecho, basta con ensenarles a leer y escribir. Un aprendizaje mas amplio podria ser perjudicial para ellas. John River, sentado al otro lado de la sala, lo miro con incredulidad. ?Como podia hablar de aquel modo y mostrarse tan satisfecho despues de haber dicho semejante barbaridad? --?Esta diciendo que todas las mujeres son estupidas? --pregunto doblando el periodico--. ?O lo que quiere decir con sus palabras es que prefiere a una mujer tonta a su lado porque asi no se notara su propia estupidez? Lord Tamworth abrio la boca para contestar, la cerro de nuevo porque no encontraba las palabras adecuadas para hacerlo y la abrio otra vez, aunque su respuesta no fue ni todo lo ingeniosa que le habria gustado ni todo lo confiada que tendria que haber sido. --?Me esta llamado tonto, senor River? John enarco una ceja en un gesto burlon que no paso desapercibido para ninguno de los presentes. Todo el mundo conocia la mala relacion entre los dos hombres, asi que no era raro que se enzarzasen en alguna disputa de la que el conde jamas salia airoso. --En absoluto, milord. ?Acaso le ha dado esa impresion? El tono utilizado y la expresion socarrona sacaron de quicio a lord Tamworth, que estuvo a punto de abalanzarse sobre el. Si no lo hizo, fue porque sabia que saldria perdiendo en la contienda. Todos alli conocian la habilidad del senor River con los punos. Hubiese aprendido donde hubiese aprendido, no habia sido en un club de caballeros, pues era capaz de volar por el aire y golpear a sus oponentes desde posiciones imposibles. Las malas lenguas decian que lord Mersett habia sido su maestro, pero nadie podia afirmarlo con seguridad. Las burlas de John River hacia lord Tamworth eran habituales y, a pesar de ello, este era incapaz de defenderse en condiciones. Aunque, en opinion de los presentes, el mismo conde se buscaba aquello, pues sus disertaciones sobre distintos temas solian ser tan pretenciosas como erradas. Aunque eso no queria decir que no estuviesen de acuerdo con el en cuestiones como las relacionadas con las mujeres. De hecho, solo el senor River parecia creer que estaba equivocado. --?Que tipo de mujer querria usted a su lado, senor River? --pregunto lord Seth Brangwen, futuro cunado del conde de Tamworth. John se volvio hacia el y sonrio. --Solo quiero a alguien que camine a mi lado y con quien pueda compartir mi dia a dia. Una mujer inteligente que no tenga miedo de mostrar su valia frente a mi. No soportaria que ocultase su inteligencia o sus capacidades solo para evitar que yo me sienta estupido. --Miro a lord Tamworth con sorna--. Valoraria sobremanera a una mujer asi. Un murmullo de desaprobacion recorrio la sala. --Cada vez que habla me hace pensar que cree que las mujeres pueden ser iguales que nosotros --respondio el joven--. Es un pensamiento peligroso, pues ellas mismas podrian creer que algun dia llegaran a serlo. --Me parece mucho mas peligroso negar la evidencia, milord. Creer que todas las mujeres son estupidas para enaltecer su propio ego es tan injusto como absurdo. Pero peor me parece obligarlas a vivir en un estado de infancia perpetua y hacerlas creer que son incapaces de valerse por si mismas cuando no es asi. Otro murmullo de desaprobacion recorrio el salon. Nadie estaba de acuerdo con el, pero aquello no era una sorpresa. Estaba acostumbrado a ver aquellas expresiones horrorizadas, como si sus palabras fuesen capaces de abrir un agujero en el suelo que los conduciria directamente a un averno dominado por mujeres dispuestas a hacerlos pagar por sus pecados en la tierra. --Digame entonces, senor River, ?como podrian defenderse unas criaturas tan delicadas en un mundo tan peligroso como este? John se volvio hacia el hombre que le habia hablado y sonrio con amargura. --Lord Bromley, nosotros somos el mayor peligro para ellas, asi que el primer paso seria dejar de comportarnos como bestias y empezar a respetarlas. El segundo, dejar de tratarlas como criaturas delicadas. No son ninas, no son objetos fragiles y no necesitan nuestra proteccion constante. Al final lo que hacemos es protegerlas de otros hombres. ?Acaso no advierte a sus hijas de lo peligroso que es para ellas quedarse a solas con un hombre? ?No les ha explicado que deben ir siempre acompanadas y que nunca, jamas, deben salir a la calle de noche y mucho menos solas? ?Lo hace acaso por los peligros que representan la luna o las estrellas? ?O lo hace porque teme la posibilidad de que un hombre les haga dano? Lord Bromley se sonrojo, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a ceder. ?Peligrosos ellos? Ellos no representaban ningun peligro para las mujeres, pues eran hombres honrados. Mas horas antes los mas jovenes del grupo habian hecho una apuesta sobre quien seria el que conseguiria los favores de una joven debutante que parecia muy receptiva a las atenciones masculinas. Era asqueroso. Mientras ellos debatian con enojo sus palabras, John regreso a la lectura del periodico, ajeno a lo que sucedia a su alrededor. Estaba acostumbrado a que se alterasen los animos cuando hablaba, asi que le importaba mas bien poco el resultado de todo aquello. Herir su fragil ego era como un deporte para el y lo que sucediese despues era irrelevante. Mientras desplegaba el diario, lanzo una mirada al conde de Tamworth. El solia ser el objeto de sus burlas, aunque le aburria sobremanera que no fuese capaz de rebatir sus argumentos. Se indignaba, gritaba, lo senalaba con el dedo... Era un autentico memo que habia tenido la suerte de nacer en una buena familia, porque de haber tenido que vivir lo que el habia vivido, se habria muerto de hambre. John despreciaba a buena parte de aquellos nobles porque le parecia que su simple existencia era un desperdicio de espacio en el mundo. Vivian para gastar el dinero de sus familias sin preocuparse de nada mas que de si mismos. Tamworth, por ejemplo, estaba comprometido con lady Skye Brangwen, la hermana pequena de lord Seth Brangwen. Tras casi seis anos de compromiso, todavia seguia evitando dar el paso definitivo porque mantenia una relacion con una mujer casada. Ambos esperaban el fallecimiento del esposo de esta, para lo cual faltaba mas bien poco, pues era casi cuarenta anos mayor que ella. En cuanto eso sucediese, no dudaria en romper el compromiso, lo que pondria en una situacion muy complicada a lady Skye. Si ya se habian esparcido todo tipo de rumores debido al hecho de que todavia no hubiesen puesto fecha para la boda, no se queria imaginar en que situacion quedaria ella por culpa de aquel descerebrado. La dama tenia veintitres anos ya y, si seguia posponiendo el momento, nadie la querria, por mas que fuese una de las herederas mas cotizadas del pais. A John le resultaba muy dificil entender por que los condes de Ryedale permitian que Tamworth tratase de ese modo a su hija. Habia algunos nobles en el grupo a los que respetaba, pues no era dado a generalizar. El conde de Waverley, por ejemplo, era un hombre serio y sensato que no se dejaba llevar por la estupidez de sus amigos. Siempre se mostraba respetuoso con los demas y ayudaba a su padre a gestionar las propiedades de la familia. Su hermano, en cambio, era un cabeza hueca que no sabia ni atarse los cordones de los zapatos. --Senor River. --John alzo la cabeza para mirar al hombre que le habia hablado. Lord Seth Brangwen se sento a su lado tras mirar a su alrededor. Nadie les prestaba atencion, pues estaban demasiado ocupados discutiendo sobre asuntos triviales como para fijarse en ellos--. Senor River, ?sentia de verdad las palabras que dijo antes? Despacio, John plego de nuevo el periodico y se volvio a mirarlo, interrogante. --Asi es. --?Y si la mujer fuese mas rica que usted? ?La valoraria igual? --John asintio--. ?Y si fuese una gran aficionada a la lectura? --La valoraria mas todavia. --?Y a una mujer torpe con la aguja? --John asintio--. ?Y si tuviese tendencia a discutir con usted? --Mientras no sea una mujer pendenciera y maliciosa, si la valoraria. Seth sonrio, divertido. --Tengo la impresion de que, si piensa de ese modo, nunca encontrara a una mujer con la que formar una familia. John le devolvio la sonrisa. --Si es asi, entonces estare mejor solo, milord. Si quiero un florero bonito que adorne mi casa, comprare uno. No necesito a una mujer que no me aporte nada ocupando espacio en mi hogar. ?De que me serviria? Si no puedo compartir con ella mis penas y mis alegrias y ni siquiera puedo escuchar las suyas, ?para que quiero una esposa? Para eso una pared sirve perfectamente. El joven se echo a reir y sacudio la cabeza. --En verdad me gustaria verlo casado con su mujer ideal. Estoy seguro de que, a los dos dias, la consideraria un fastidio. John penso en los condes de Mersett y la maravillosa relacion que mantenian y nego con la cabeza. --Cuando un hombre piensa que su esposa es un fastidio por manifestar sus opiniones, es porque ni la quiere, ni la respeta. Sin afecto ni respeto, la frustracion en ambos ira en aumento hasta que no se soporten. Nadie quiere eso en su vida. --Sus ideas, senor River, son tan peculiares que me asustan. ?De verdad cree que las mujeres pueden valerse por si mismas? Usted sabe tan bien como yo que es imposible, pues no son mas que criaturas desvalidas. Le concedo, sin embargo, que de cuando en cuando hay alguna mujer destacable. No voy a negar ese hecho, seria absurdo. Sin embargo, son casos excepcionales. --Mis ideas, milord, no son nada nuevo. Mary Wollstonecraft ya las mencionaba en la Vindicacion de los Derechos de la Mujer, yo solo me he apropiado de algunas de ellas y las he adaptado a mi conveniencia. Seth lo miro horrorizado. --!Incluso ha leido algo asi! John se echo a reir. --?Por que no deberia hacerlo? --Mi madre encontro esa aberracion en el cuarto de mi hermana y la quemo. Debo decir que los azotes que recibio fueron mas que merecidos. La expresion de John se endurecio. --?La azotaron por una simple lectura? --Una lectura peligrosa que no la beneficiaba en nada. Mis padres no podian permitir que perdiese el camino de ese modo. Por suerte ya ha recuperado el sentido comun. John lo fulmino con la mirada. --?De verdad cree que el caracter de una persona puede cambiarse con golpes? --Si se ha desviado del camino correcto, si.

  • El Angel de los barrios pobres de Annemarie Brear

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    Huerfana, Victoria Carlton, fue adoptada por su tio, un banquero, para que fuera una dama y tuviera un buen matrimonio. Sin embargo, a ella le atrae ayudar a las familias de bajos recursos en los barrios pobres, algo que a su familia le disgusta. Cuando su tio muere repentinamente, su prima Victoria la culpa y la hecha de la casa sin nada. Victoria huye a la parte pobre de York para empezar nuevamente en un mundo lleno de obstaculos. Para lidiar con la idea de que su familia la ha dejado, se hace amiga de una mujer y unos ninos en el barrio. Sin embargo, con ello vienen enfermedades, la pobreza y la amenaza de un hombre brutal le podria costar todo.

  • Las mutaciones de Jorge Comensal

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    Ramon Martinez es un abogado de exito, un ateo convencido y un padre de familia como otro cualquiera. Pero todo cambia el dia que Ramon tiene que ser operado y pierde la lengua -y con ella la capacidad de hablar- y comienza para el una silenciosa tragicomedia. Carmela, la mujer de Ramon, comenzara a tener discusiones diarias con un marido que no puede contestarle; Paulina y Mateo, sus hijos adolescentes, tendran que afrontar la nueva situacion mientras lidian con sus propias obsesiones (la obesidad y el onanismo). Elodia, la asistenta supersticiosa, busca una cura milagrosa para su jefe, que acude a terapia con Teresa, una psicoanalista, que cultiva marihuana en su atico. En medio de todo este barullo, Benito es el nuevo miembro de la familia: un loro de una especie en peligro de extincion con el que, paradojicamente, Ramon se comunica mejor que con sus seres queridos y que es capaz de blasfemar y gritar todo lo que Ramon no puede.
    Contada con un humor tierno y a veces un poco negro, esta tragicomedia nos muestra una familia como todas: con su dia a dia, con sus problemas, con su dosis de amor y de risas, y tambien, como en la vida misma, con su dosis de mala suerte y de lagrimas. Y con un loro.

  • Amame sin mas (Contemporanea) de Loles Lopez

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    Paro el coche cerca de la revuelta; desde el interior se veia a una veintena de jovenes manifestandose delante del Ministerio de Educacion. Pablo miro con resignacion a su amigo e inseparable companero; aquello no era de su competencia, pero los altos cargos no querian llamar a los de antidisturbios, para no crear mas animadversion hacia los politicos. Aunque el, y seguro que tambien su companero, estaba de acuerdo con lo que aquellos chicos reclamaban a gritos, no podia hacer nada al respecto. Ellos acataban ordenes y esta era muy explicita: debian disolver aquella marcha lo antes posible y sin incidentes. No estaban solos, tres coches mas de la Guardia Civil aparcaron a su lado. --!No nos moveran! !No a los recortes en educacion! --vociferaron al unisono los jovenes. Los transeuntes se arremolinaban ante los gritos de aquellos universitarios. Varias chicas alli reunidas no dudaron en despojarse de sus camisetas y ensenar sus atributos a la gente; querian que les hicieran caso y esa era otra manera de llamar la atencion. Los sargentos Medina y Rovira vieron aquella exhibicion y, con sonrisas contenidas, fueron al maletero a coger varias mantas para taparlas. --!La educacion es el poder, no nos despojeis de el! --seguian cantando llenos de frustracion ante los recortes que iba a realizar el gobierno. --Ya esta bien, chavales. Debeis marcharos --anuncio el sargento Rovira, mientras sus companeros hacian lo mismo, al tiempo que se acercaban por distintos puntos para rodearlos. --Venga, chicas, se acabo. Os teneis que ir de aqui, no teneis permiso para hacer esta manifestacion --explico el sargento Pablo Medina aproximandose a una de ellas; era rubia, con un bonito cuerpo. --!Quieto! --exclamo Elisabeth fuera de si, al ver que se acercaba a ella con la manta. --Vamos, rubita, ya se han enterado los del ministerio. Ya saben lo que quereis; ahora tapate, que tenemos que dar un paseo hasta el cuartel -- susurro en tono tranquilo. No era la primera vez que disolvia manifestaciones y sabia que debia mantener la calma. --!No me voy a mover de aqui! --grito Elisabeth, mirando de reojo como a una de sus amigas se la llevaba un uniformado y maldiciendo interiormente; esto se les habia escapado de las manos. --Yo acato ordenes y nos han dicho que os teneis que marchar. Tu eliges: ?por las buenas o por las malas? --comento en tono serio mientras abria la manta para intentar tapar el torso desnudo de aquella muchacha. Pablo Medina la observo, era una preciosidad: tenia los ojos claros, a esa distancia parecian grises; su piel era muy blanca, parecia albina, y sus pechos eran perfectos, ni muy grandes ni muy pequenos, como a el le gustaban. Desecho esos pensamientos de un plumazo y se centro en su tarea, que era sacar a aquellas chicas del centro de las miradas de los transeuntes. --!Tendras que llevarme a rastras! --amenazo ella con rabia sin achantarse--. Yo de aqui no me muevo --exclamo intentando huir de aquel hombre. --Luego no me digas que no te di a elegir... --suspiro lleno de frustracion. Rapidamente el sargento Medina corrio en busca de la joven y la agarro; Elisabeth intento zafarse, pero el era mucho mas fuerte y no pudo evitar que le colocara la manta alrededor del cuerpo, atrapando tambien sus brazos; no podia moverse. Comenzo a gritar que la soltara y, con una seguridad aplastante, Pablo Medina la apoyo en su hombro aferrandola por las piernas; la cabeza de ella colgaba por la espalda del sargento, que sonreia satisfecho de su buen hacer; entre insultos y patadas de ella, se la llevo al interior del coche, para conducirla ante su superior. El camino se le hizo eterno; sentada junto a su amiga Yolanda, en la parte de atras del vehiculo verde y blanco, no dejaba de pensar en las consecuencias de aquel acto. No hablaron en todo el trayecto, no queria que sus palabras pudiesen ser usadas para incriminarlas mas. Al llegar al cuartel de la Guardia Civil, los hicieron pasar a todos juntos a una sala de espera vigilada por varios de los uniformados que los habian llevado alli. Poco a poco los iban llamando para que entrasen en el despacho del teniente, quien les hacia varias preguntas rutinarias y los fichaba. --Elisa, estoy muerta de miedo... Como se entere mi padre, me mata --sollozo Yolanda. Seguian tapadas con las mantas; las camisetas habian desaparecido misteriosamente. --No te preocupes, ya veras como no se entera... --susurro Elisabeth mirando de reojo a los sargentos. --Yo no queria que pasara esto --murmuro su amiga con lagrimas en los ojos. --Yoli, no te angusties ahora. Seguro que todo sale bien --musito ella esperando que asi fuera. --La cara de esa chica me suena mucho, pero no la ubico --susurro Rovira a su buen amigo Medina, que se encontraba apoyado en una pared. --?Cual de ellas? --pregunto mirandolas una a una; habia siete en la sala. --La rubita. El sargento Pablo Medina la volvio a mirar; desde que habian entrado en el cuartel, sus ojos, instintivamente, se dirigian a esa muchacha tan peculiar. Le gustaba la frialdad de su mirada y el aspecto de dura que tenia; le encanto su osadia al enfrentarse a el, como peleaba por no ser arrestada. Nunca antes una chica tan joven se habia rebelado contra su cargo y contra el. Era decidida y fuerte. Lo habia impresionado. --Que pase el siguiente --se oyo desde dentro del despacho, mientras salia un chico con una sonrisa dirigida a sus companeros, que aun aguardaban a ser llamados. Poco a poco fueron pasando todos, uno a uno; al acabar, se iban hacia sus casas. La sala, gradualmente, se fue vaciando; en ella quedaron solo las dos chicas: Elisabeth y Yolanda. --Que pase el siguiente --se oyo de nuevo desde dentro. Yolanda se levanto y, timidamente, entro. Elisabeth observo aquella sala fria de colores tristes, y se topo con la mirada del guardia civil que la habia cogido. Era alto, moreno y con los ojos oscuros, muy atractivo; enseguida desvio la vista. No comprendia por que estaban alli, no habian hecho nada malo, unicamente reivindicar sus derechos. Al poco salio del habitaculo una llorosa Yolanda. Elisabeth se levanto corriendo para abrazar a su amiga.

  • Tu (Fall Away de Penelope Douglas

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    ?Has estado alguna vez tan enfadado que eso de ponerte a golpear las cosas te relajaba? ?O tan ciego que te creias que eras mas cuando no lo eras? En los ultimos anos yo me he sentido asi. Viajando entre la furia y la indiferencia sin paradas intermedias.
    Hay quienes me odian por eso y a los demas les doy miedo por el mismo motivo. Ya nadie puede herirme, nada me importa, nadie me importa.
    Salvo Tatum.
    La quiero tanto que la odio. Hubo un tiempo en que eramos amigos, pero me di cuenta de que no podia confiar ni en ella ni en nadie.
    Asi que le hice dano. La aparte de mi.
    Pero sigo necesitandola. Cuando la veo me centro y lanzo todo el odio que siento sobre ella. Me gusta meterme con ella, retarla, acosarla. lo necesito como el comer, como el aire, como si eso fuera la ultima parte de mi que hace que siga sintiendome humano.
    Hasta que un dia se fue. Se fue a Francia durante un ano, y cuando volvio ya no era la misma.
    No, ahora, si le doy, me la devuelve.

  • La sombra de una venganza de Delfina Farias

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    Atras quedaron los enganos, amarguras y tristezas del pasado. Manuel, Davy y Sofi viven felices junto a su numerosa familia. Cuando sus negocios se lo permiten, viajan por el mundo perdiendose en paises increibles y disfrutan su gran amor. Una duda atormenta al gallego Manuel Ocampo Falcao todos los dias de su vida, sera aun mas fuerte con la llegada de Lucio el ingeniero, porque sacara a la luz una gran mentira que hara temblar hasta su cordura. Un enemigo se agazapa en las sombras tratando de destruir su felicidad y quebrar la paz familiar. !Los Falcao estan mas vivos que nunca y juntos enfrentaran a un nuevo enemigo! ?Lograran a pesar de todos los problemas encontrar la paz y tranquilidad que consiguieron a traves de los anos? ?Sera el mas temible o el mas siniestro? Mil preguntas y solo una respuesta… Descubre que se oculta en La sombra de una venganza

  • La fragancia de lo infinito de Rosa Alcantara Menendez

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    ?Hay algo mas irresistible que el amor?

  • Cada segundo de Patricia Geller

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    Violeta Meyer es una joven que necesita liberarse de las imposiciones familiares y ha tomado la decision de romper con su pasado, ofreciendose como chica de compania. Ella no imagina que, adentrandose en un mundo tan superficial, sentira un placer diferente, conocera a hombres que estaran dispuestos a todo por tenerla y descubrira emociones insospechadas.

  • Un ano en Roma de Anthony Doerr

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    Un ano en Roma es el hermoso y delicado relato autobiografico del Premio Pulitzer Anthony Doerr sobre su experiencia viviendo en la Ciudad Eterna.

  • Secretos, Christian Martins de Christian Martins

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    A falta de unos dias para dar el “si, quiero”, Julia decide mandar todo a paseo y comenzar una vida de cero. Para hacerlo, toma la decision que disfrutar en solitario del viaje que tenia programado para la luna de miel, sin saber lo que encontrara en este.

  • La historia de una criatura de la lluvia de Luz Ros

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    Vas a conocer enseguida a Monica y La Vintage, una cafeteria especial y casi magica. Vas a tener que descubrir a Ela, dudar a veces y sentir casi siempre, hasta que su incognita se desvele hacia el final de la historia..., o no. Y, sobre todo, te aseguro que te engancharas hacia la pagina... Pero vamos a empezar por el principio, ?no crees? Iban dos y se cayo el del medio. <>, te preguntaras. Pues algo, pero muy poquito, la verdad. Pero por algo hay que empezar... Iban dos y se cayo el del medio. Que si. Que el del medio se cayo. El caso es que <> se cayo... Una caida de esas de ir al hospital y analisis y placas y horas y horas y todo eso. !Ah! Por cierto, el del medio era la del medio. Y se cayo. --?De donde cayo?, ?del segundo piso? --Pues un poco mas alto, mas arriba. --?Del sexto? --En realidad, cayo del cielo. --?Que? --Que cayo del cielo. Con la lluvia, exactamente. ?Que si es un angel? Pues no, la verdad, de eso no entienden arriba ni yo tampoco. Los angeles suenan a buenos y santurrones... Tecnicamente, se trata de una criatura de la lluvia. --?Y eso que es? Pues eso es lo que vamos a contarte: la historia de una criatura de la lluvia. Principios de agosto, tras un mes de julio pesado, pesado de calor. Monica va por la calle sudando y de repente se forma una tormenta. Y cae una criatura de la lluvia. Pero, claro, eso Monica aun no lo sabe. Me refiero a que no sabe que ha caido ni que es una criatura de la lluvia. Lo tipico..., hadas, duendes, elfos, sirenas..., cosas de esas. Bueno, y tambien vampiros y hombres lobo, por tanto, libro crepuscular. ?Que? ?Que quieres saber que es? Pues, querido lector, vas a tener que esperar, porque toda historia comienza por el principio, que puede ser lo mejor... o no, igual que el final. Capitulo 1 Todo comienza Voy de camino a la cafeteria donde trabajo como camarera, cocinera, limpiadora, psicologa, cajera, reponedora, contable... Si, mi nombre es Monica y soy la senora duena del local, con sus pros y tooodos sus contras. Para que te voy a contar como estamos los autonomos en Espana..., pero, en fin, no me quiero quejar, que tampoco se como estan en otros lares. Como decia: primeros de agosto y yo de camino a la cafeteria, pensando en que estos zapatos me van a molestar de aqui a un rato. !Inocente de mi! Que ese fuera el mayor de los problemas. Aquel mes de agosto no tenia ni idea de lo que me esperaba, ni lo que me esperaba tenia idea de mi. Ela cayo cual pesado fardo en medio del trocito de cesped que habia en el parque infantil de las afueras. En un primer momento disfruto del color verde del cesped, de su textura, de como guardaba las gotas de lluvia, la humedad de la tierra, esponjoso, frio, fuerte y delicado..., hasta que todo el cuerpo le empezo a doler dolorosamente amargamente profundamente, sin saber que parte del cuerpo era la que no dolia, porque no parecia que hubiera alguna que no doliera o fuera a doler. Anadamos, ademas, que experimentar un cuerpo nuevo de esta forma, asi tan de golpe y golpes, es una de las peores maneras de empezar. Aunque, desde luego, le hizo notar cada una de las partes de aquel delicado cuerpo. Coger aire, suspirar, gemir de dolor. Asi no habia pensado Ela empezar en la tierra. Ella queria que sus primeros sonidos fueran dulces, ?angelicales?, equilibrados, armoniosos..., al menos al principio, porque con la practica ya veria como cambiar las cosas..., jejeje. Pero no, solo salian lamentos y parecia mas un perro apaleado que ninguna otra cosa. Cruzo la calle y... !vaya! O !caramba! Ahi estaba el hospital. --!Que casualidad! --dijo mirando hacia arriba hacia el cielo o mas alla, pero enseguida bajo la mirada por el dolor que le supuso estar en esa postura. Bueno, tampoco era momento de despreciar la ayuda. Horas despues, estaba en la puerta con unos cuantos papeles, un brazo enyesado, moratones en las piernas y una tirita en la cara. No habia mas que pensar que era su dia de suerte. Aunque Ela no tenia experiencia en caidas desde arriba ni sabia de nadie que hubiera caido con anterioridad, decidio mirar las cosas con optimismo, concluyendo en pensar que el comienzo habia ido muy bien. Pero, dado que era inquieta, sentia en su interior que ya llevaba bastantes horas quietecita, sin hacer nada. Y esa desazon tenia que calmarla, porque no era buena. No, nada buena. Un toquecito y el semaforo se pondria en verde y, !oh!, los peatones pasando. Frenazos, pitidos, gritos, ofensas. Ji, ji. Ya empiezo a pasarlo bien. Un poco de diversion, por favor. Y, mientras decidia el siguiente paso que daria, volvio al parque, a desembarazarse de vendas, potingues, papeles, moratones, dolores grandes y pequenos..., hasta volver a ser ella misma. La cafeteria La Vintage luce una decoracion muy cuidada con base vintage parisina, londinense y de casino espanol, con elementos eclecticos que la hacen muy especial. Vamos, un mezclaillo con mucho encanto. ?Recuerdas los carteles donde se ponia el menu en la puerta de los bares, que imitaban a un cocinero con su gorro, casi a tamano real? !Pues uno de esos tengo yo! A mi me recuerda a sitio turistico de los setenta, veraneo familiar, olor a salitre y bronceador de zanahoria..., a sensaciones de mucha vida. Me costo encontrarlo, pero ahora lo tengo aqui, junto a uno de los bojs que flanquean la puerta de madera acristalada, a la entrada de La Vintage. Entras en La Vintage y entras a otro mundo donde todo tiene cabida, donde cabe relajarse, hablar con los amigos, disenar un videojuego, montar un club de lectura, jugar a la Play... o tomar el te. Un gran espacio con secciones diferenciadas. Una gran biblioteca de suelo a techo, repleta de libros de todo tipo, en el rincon junto a la cristalera de la entrada, con sofas, butacas y lamparas de lectura. Junto a este rincon, escritorios antiguos de madera, restaurados; y, sobre ellos, los ordenadores mas modernos y potentes que pude conseguir. Sillones, sillas de colores, sofas, mesas y mesillas distribuidas por todo el local, donde cada grupo es un mundo, o un submundo, en el que se respira distinto, se crea, se transforma, se rie, se llora, se lee, se investiga, se siente..., se vive. Y lo mas emocionante es ver a un joven de veintipocos anos disfrutar comentando un libro con una senora de sesenta, que no solo esta disfrutando, esta ganando vida. O ver al tipico friqui (cara al ordenador) que no se da cuenta de que le sonrie la timida muchacha del fondo, que ha venido con sus amigas a tomar un batido. Los ruidosos de todas las tardes, pero con esa energia que dan los diecisiete, dieciocho o mas, que nunca se tiene bastante, que se quiere mas, se vive mas, se rie mas fuerte y mas alto, se exagera, que son buena gente y animan hasta al mas grunon. No puedo olvidarme de mis clientes fijos del cafe de la manana. Cada uno (!que curioso!) tiene su sitio. Es como una tradicion o un habito sentarse cada dia cada uno en su sitio. Si, alguna vez, por lo que sea, esta ocupado, se quedan unos segundos indecisos, fuera de lugar, sin saber que hacer o donde sentarse, desubicados totalmente, porque aun no han comprobado que ver el mundo desde otra perspectiva, desde otro punto de vista, en otro entorno, te abre los ojos y la mente y puede que hasta el corazon. Hasta a mi me descoloca que alguien nuevo ocupe un sitio <>. Pero me coloco mi mejor sonrisa, porque un cliente nuevo no solo es un cliente nuevo, es una oportunidad unica de tener esa primera impresion que dicen que nunca se pierde. Y yo, lo siento, pero disiento completamente, porque si las personas tenemos capacidad de cambiar, ?como no van a cambiar nuestras actitudes y las impresiones que nos hacemos de otras personas que, a su vez, tambien pueden cambiar? Como decia William Blake, <>. Pues eso. Y, la verdad, crecemos constantemente, no solo cuando somos ninos, de mayores tambien estamos creciendo, aunque siempre tan ocupados que no nos damos cuenta. Ya, ya lo se. Vuelvo al tema. Estabamos con un nuevo cliente. Un nuevo cliente que aun no sabe que saludar es gratis, que la sonrisa es gratis y que ser amable es gratis, que te pregunta que que se puede comer... con sus ojillos de nuevo, con su nariz de nuevo, su boca de nuevo, su pelo o su no pelo de nuevo..., y que no es consciente de todo lo nuevo que es; no sabe todavia que al entrar en La Vintage todo puede ocurrir, lo imaginable y lo que no todo el mundo es capaz de imaginar, porque La Vintage no es tan solo una cafeteria, es... algo mas. Y ya no volvera a ser un cliente nuevo, porque aprendera y aprenderemos de el, porque formara parte de este espacio y de este tiempo.

  • Solo si es contigo de Maria Garel

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    Devastada por la traicion de su recien esposo, Nuria decide subirse en un crucero que la llevara a reencontrarse con Matias, el amor de su vida. Durante quince dias, viviran encuentros apasionados y aventuras que la haran creer nuevamente en el amor. Pero los secretos del pasado les pasaran factura, y junto con un tormentoso divorcio, las mentiras, abusos y chantajes de Roberto y Raquel, pondran a prueba este amor por el cual tendran que luchar contra viento y marea.

  • Country Love – ERIKA MARC de Erika Marc

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    A los catorce anos y de forma fortuita, Marianne Phillips y Michael Keeps se conocieron en el rancho Phillips, ubicado en las inmediaciones de la ciudad de Bristol (la llamada <>), en el estado de Tennessee.
    La antigua rivalidad entre sus familias los obligo a separarse, pero diez anos despues, un evento desafortunado los hizo coincidir nuevamente. Lo que acontece en adelante les confirmara que el sentimiento que los unio nunca murio, sino que el tiempo lo fortalecio.
    Sin embargo, en el presente nada sera sencillo.
    ?Podran vencer los obstaculos y, finalmente, lograran unir sus vidas?
    ?O una terrible verdad oculta los separara definitivamente?
    Descubre si Marianne y Michael lo conseguiran, siguiendo esta historia juvenil cargada de amor, musica country y country pop.

  • Dulce sangre mia (Cronicas del Supramundo 1) de John Corwin

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    ?DE CERO A LA IZQUIERDA A HEROE?

  • Buena chica de Jana Aston

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    Romper las reglas nunca fue tan divertido

  • Cada dia mas de Sophie Saint Rose

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    Laura es una mujer de exito. Al fin llegaba a lo mas alto de su carrera por la confianza de su jefe, pero alguien no la dejaba disfrutar de ese momento como debia. Arnold Weixler era un triunfador al que le volvian loco las faldas. Tenia tantas conquistas que Laura habia perdido la cuenta y aunque ya se habia acostado con el, estaba deseando repetir.

  • Crimenes Dramaticos de Adrian Aragon

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    Una novela negra de suspense e intriga

    La conocida actriz Sandra Alvares es encontrada muerta en un callejon aledano a la opera de Miami. Esta con su vestido de gala, pero no lleva encima objeto alguno, por lo que podria haber sido un robo mas.

  • El bueno de Oliver de Liz Nugent

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    El monstruo perfecto

  • Un amor que sorprende de Sophie Saint Rose

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    Regina estaba bien hasta que sus hermanas le senalaron que su jefe se metia demasiado en su vida privada, que era un tirano y un dictador. Entendio que debia poner limites pero Mick Randall se resistia. Que sus hermanas hicieran de las suyas era algo que no habia previsto.

  • Estas olvidada (Camila 2) de Alma Fernandez

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    Las piernas me temblaron hasta el punto de que apenas podian sostenerme, por lo que mis amigas me sirvieron de apoyo. --?Dices que esta Guille aqui? --me pregunto Rebeca, mientras Alba trataba de borrar las lagrimas de su rostro tras el broncazo con Sergio. --Que si, que al final me ha perdonado, que dice que no puede vivir sin mi. --La madre del cordero, pero tu ahora estas con Rene, ?no? --Yo... con Rene... no se. A ver que nos hemos acostado y eso, pero que no hemos hablado nada. --?Y entonces? --Es que Guille es mi novio, mi novio de toda la vida. Y nosotros estabamos prometidos. Vale que no ha sido una pedida de mano formal ni nada, pero que esas son cosas de las novelas romanticas, que nosotros siempre hemos sabido que terminariamos casandonos. --No, no estoy de acuerdo. Esas no son cosas de las novelas romanticas, ?por que habian de serlo, tontita? Tu te mereces un final bonito para tu historia y estoy segura de que con Rene podras tenerlo--Alba hizo un esfuerzo por animarme muy de alabar, dado el palazo que acababa de llevarse. --?Si? ?Igual que el tuyo con Sergio? ?O el de ella con el vikingo? ?Cuanto tiempo tardaria Rene en darle la patada a una chica como yo? Ahora todo esta perfecto porque soy la novedad, pero cuando se canse del mismo plato ya veremos, que el debe tener el paladar muy exquisito. De pronto lo vi claro; lo de Rene habia sido increible, ese hombre me habia dado luz en un momento en el que mi vida se volvio sombria, pero lo hizo porque me faltaba Guille, ese otro que habia estado ahi siempre. --No es justo que digas eso. Que no nos haya salido a nosotras no quiere decir que a ti vaya a sucederte lo mismo, Camila, pero vas a hacer lo que quieras. Total, tienes la cabeza como el marmolillo... --Si, si que voy a hacerlo. Y vale que me da pena por Rene, pero es que yo le falle a Guille, le falle y encima, en pleno malentendido, se lo solte riendome de el. Es que no tengo perdon de Dios. --Tu lo que tienes es un sentimiento de culpabilidad como la copa de un pino, ?o no? --Si que lo tengo, ?no lo tendriais vosotras? Le acabo de enviar nuestra ubicacion, dice que ha alquilado un --Es que Guille es mi novio, mi novio de toda la vida. Y nosotros estabamos prometidos. Vale que no ha sido una mereces un final bonito para tu historia y estoy segura de que con Rene podras tenerlo--Alba hizo un esfuerzo por --No es justo que digas eso. Que no nos haya salido a nosotras no quiere decir que a ti vaya a sucederte lo mismo, coche. --Pero tu decias que andaba liado con las oposiciones y que no tenia donde caerse muerto, ?no? --Si, lo que no quita para que les haya pedido dinero a sus padres o a alguien y hecho un esfuerzo para venir a verme, ?no entendeis que tiene todavia mas merito? --Chica, yo no se lo que decirte, ademas Guille es mas nino que Rene, que ese si que es un hombre. --Ya, pero ese nino ha estado siempre en mi corazon--sentencie. Apenas tardo en llegar y lo hizo con una cara de ilusionado que no podia con ella. Nunca habia visto a Guille asi, porque el no era especialmente efusivo e incluso lloro cuando me abrazo. --!Por fin estoy aqui contigo, Camila! No sabes lo muchisimo que te he echado de menos--Las lagrimas resbalaban por su rostro. --?Eso quiere decir que me has perdonado? Guille, yo no quise hacerte dano, lo que ocurrio fue un desliz que a punto estuve de confesarte esa noche, pero no me dio tiempo... Solo fue un beso, te lo prometo, pero un beso que te espete de mala manera cuando crei que estabas con Cleopatra. --?Como iba a estar yo con Cleopatra teniendo una novia como tu? --Pues estando, que se yo. --Ni lo menciones, sabes que solo fui a encargarle el colgante y luego insistio en que tomaramos algo. Y claro, como se pasa el dia publicando su vida en las redes, pues ahi estuvo el problema. --Ya paso, mi amor, ?podras perdonarme? --?No te has enterado de que ya lo he hecho? Imaginate, si he venido hasta aqui solo para darte el colgante y pasar contigo tu cumple. --?Me has traido el colgante? --Lo mire con emocion. --No, se lo he dado a una chica que venia en el avion--Se burlo de mi. --No me chinches, porfi, que estoy deseando verlo. --Pues mira que he estado mas de una vez por echarlo al water y tirar de la cisterna, pero luego entendi que no podia hacerlo, que por mucho que quisiera me era totalmente imposible. --Gracias al cielo que no, con la ilusion que me hace que me lo pongas. Senti que estaba renaciendo, porque mi historia con Guille tuvo un final tan feo que en cierto modo pense que quizas esa herida no dejara nunca de sangrar, por mucho que nuevas ilusiones llamaran a mi puerta. Me pusiera como me pusiera, yo era una chica sencilla y sentia que con alguien como el era con quien encajaba. --?Te hace ilusion? --Lo saco de su bolsillo y yo abri la cuca cajita. Cleopatra seria una lagarta, pero buen gusto tenia para parar el tren y se lo habia preparado que era una monada. El colgante en cuestion, del que pendia un corazon, tambien lo era. --Es precioso, muchas gracias--Le di un besazo. --Es lo minimo, sabes que me chirrio mucho que te vinieras a Lanzarote y he de reconocer que yo tambien tuve mi parte de culpa en lo que paso, por no estar mas ahi. Las otras dos se miraron con una sonrisilla socarrona, pues para ellas que el no habia estado a la altura ni en ese momento ni en ningun otro. Fue entonces cuando me di cuenta de que no se las habia presentado. --Por cierto, ya sabeis que el es Guille y ellas son Rebeca y Alba. El las miro tambien con algo de recelo, porque en cierto modo siempre las considero culpables de mi marcha, pero yo tenia la absoluta seguridad de que pronto todo eso pasaria. Despues de que se saludaran, el se me quedo mirando fijamente. --?Y se puedes saber donde vas tan guapa? Nunca te habia visto asi, estas radiante. --Gracias, voy, es decir, vamos a mi fiesta de cumpleanos. La celebraremos aqui cerca, en el bar en el que trabaja una amiga. --?Si? Pues no perdamos mas tiempo, estoy deseando conocer a la gente que ya forma parte de tu vida. --Pues vamos entonces--le dije mientras me cogia de la cintura y yo sentia un doloroso pellizco en el estomago al pensar que Rene se quedaria de piedra cuando nos viera aparecer juntos. Cleopatra seria una lagarta, pero buen gusto tenia para parar el tren y se lo habia preparado que era una monada. El colgante en cuestion, del que pendia un corazon, tambien lo era. --Es precioso, muchas gracias--Le di un besazo. --Es lo minimo, sabes que me chirrio mucho que te vinieras a Lanzarote y he de reconocer que yo tambien tuve mi parte de culpa en lo que paso, por no estar mas ahi. Las otras dos se miraron con una sonrisilla socarrona, pues para ellas que el no habia estado a la altura ni en ese momento ni en ningun otro. Fue entonces cuando me di cuenta de que no se las habia presentado. --Por cierto, ya sabeis que el es Guille y ellas son Rebeca y Alba. El las miro tambien con algo de recelo, porque en cierto modo siempre las considero culpables de mi marcha, pero yo tenia la absoluta seguridad de que pronto todo eso pasaria. Despues de que se saludaran, el se me quedo mirando fijamente. --?Y se puedes saber donde vas tan guapa? Nunca te habia visto asi, estas radiante. --Gracias, voy, es decir, vamos a mi fiesta de cumpleanos. La celebraremos aqui cerca, en el bar en el que trabaja una amiga. --?Si? Pues no perdamos mas tiempo, estoy deseando conocer a la gente que ya forma parte de tu vida. --Pues vamos entonces--le dije mientras me cogia de la cintura y yo sentia un doloroso pellizco en el estomago al pensar que Rene se quedaria de piedra cuando nos viera aparecer juntos. Capitulo 2 --Ya esta aqui la cumpleanera--le anuncio al resto una desinflada Yurena, que no podia entender nada cuando me vio aparecer con el. --Despues te lo explico, ?vale? Es Guille, mi novio del que te hable--le comente al oido. --Querras decir tu exnovio, porque me hablaste de un ex--me dijo tambien ella en el oido mientras me espetaba dos besos. El resto de la mesa la componian algunos otros companeros de trabajo con los que habiamos hecho buenas amigas y que vinieron enseguida a felicitarme. A quien no vi fue a Rene y eso me hizo suspirar aliviada. Por un instante, pense que todo aquello podria tener una explicacion, quizas Rene se echo para atras en el ultimo momento. Si, podia ser que fuera uno de esos personajes que prometian y prometian hasta que la metian. Y como ya la habia metido... Yo estaba en una nube, si bien tampoco paso por mi cabeza confesarle a Guille lo que habia tenido con el. No, me sentia fatal, pero no veia viable que supiera que, despues de aquel primer beso, habiamos terminado acostandonos en su barco. Yo no era asi, pero quizas lo que necesitaba no era solo un cambio de imagen, sino un cambio de chip. El que Rene no estuviera me alivio cantidad, ?y si Guille habia llegado en el momento adecuado, justo cuando el otro me fuera a dar la patada? A veces las cosas tienen un porque. --?Puedes venir un momento, preciosa? No se que velas te gustan mas--me llamo Yurena. Me acerque a ella, que estaba detras de la barra, y mucho me temi que se avecinaba conversacion. --Tia, me has dejado helada, esto no se hace, ?como te presentas aqui de nuevo con Guille? --Se que es un impacto, pero no lo he sabido hasta hace un rato, palabra de honor. --Chica, es que no se lo que le vamos a decir ahora a Rene, yo creia que te estabas ilusionando con el. --Y yo tambien lo creia, pero es que de pronto ha aparecido Guille y que quieres que te diga, el siempre ha estado en mi vida, pero siempre, siempre... --Y tu eres de las que piensa que mas vale pajaro en mano que ciento volando, ?no? El resto de la mesa la componian algunos otros companeros de trabajo con los que habiamos hecho buenas amigas Yo estaba en una nube, si bien tampoco paso por mi cabeza confesarle a Guille lo que habia tenido con el. No, me sentia fatal, pero no veia viable que supiera que, despues de aquel primer beso, habiamos terminado acostandonos --Y yo tambien lo creia, pero es que de pronto ha aparecido Guille y que quieres que te diga, el siempre ha estado --Mujer, tampoco creo que sea eso, que yo siempre he estado por Guille, esa es la realidad. --Ya, ya, mucha realidad y mucho ocho cuartos. --Tampoco veo a Rene aqui, no se ha dado patadas en el culo por venir, perdona. --No, solo se las ha dado para ir a recoger tu tarta a la pasteleria, que han tenido un problemilla y se han retrasado. --?Rene me ha encargado una tarta? --Pues va a ser que si, bonita. Una tarta que me parece que se nos va a indigestar a todos a este paso. Me lo estaba diciendo cuando llego el, con un elegante embalaje de la mejor pasteleria de la isla. --Ey, preciosa, un millon de felicidades--Vino directo a besarme y yo le hice una cobra de esas que no se olvidan. --Hola, Rene, tengo que presentarte a alguien... La voz me temblo tanto como lo hicieron mis piernas en el momento en el que llame a mi novio. --?Que quieres, amor? --me dijo al salir. --Te presento a Rene, el director del hotel. Y el es Guille, mi novio. La mala cara de Rene supero a la de un muerto. Yo me la estaba jugando, porque bien podia haber montado en colera alli mismo y enterado a Guille de todo, pero no se por que confie en que no seria asi. --Encantado, Guille. Yo solo habia venido a traeros la tarta, pero no me puedo quedar--disimulo con toda la elegancia. --?Como va a ser? Ya que estas aqui deberias tomarte una copa con nosotros, ?no piensas igual, Camila? --le propuso Guille. --Claro, claro que si--anadi haciendo de tripas corazon. --Lo que sucede es que a Rene le ha salido una gestion de ultima hora, pero ha querido tener el detalle de acercarnos la tarta--Yurena le echo un capote. --Es eso justamente, espero que lo paseis muy bien--anadio el antes de despedirse. --Que detallazo ha tenido el tio, ?no? Vaya un jefe apanado que tienes--me comento Guille cuando ya se hubo ido. El no es que empatizara especialmente con las personas, por suerte, y no detecto que Rene se fue por su propio pie, pero que en realidad se lo habian llevado los demonios. --Si, si que lo es--le comente mientras Yurena se encargaba de preparar la tarta. Una vez en la mesa, pase el siguiente mal trago, al ver que estaba personalizada y que en ella habia varios guinos a Paris, entre ellos una Torre Eiffel de chocolate que era una preciosidad. Con ello, sin duda, habia querido recordarme que me fuera con el a esa ciudad, a la que se conoce como la del amor...

  • Toda la verdad de Karen Cleveland

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    Vivian Miller es una brillante analista de contrainteligencia de la CIA, donde se encarga de destapar celulas de espias rusos encubiertos en Estados Unidos. Tras acceder al ordenador de un posible agente, Vivian descubre un archivo con cinco fotografias. Un clic mas tarde, su vida se detiene: quien le sonrie desde una de las imagenes es su marido. Marido perfecto. Padre perfecto. ?Perfecto mentiroso?

  • La venganza de los inocentes de Soledad Palao Sires

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    Son los anos 40.

  • El Secreto de Ivanova de Clara Ann Simons

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    ?Es posible enamorarse de dos personas al mismo tiempo?
    ?Enamorarse de verdad?
    La vida de Lucia da un giro inesperado cuando debe asistir con Carlos a un viaje de trabajo en Rusia, su pais natal.
    Alli descubrira a una Lucia muy diferente de la que ella misma pensaba ser. Y a un Carlos, tambien muy diferente a lo que imaginaba al principio.
    En apenas una semana, ambos viviran pasion, dudas, culpabilidad y celos.
    Una llama incontenible se encendera en su interior.
    Una llama que puede consumirles a ambos.
    Los dos quedan ahora unidos por un secreto. Un pacto que han jurado no romper.
    El secreto de Ivanova.
    Nota. La obra describe algunas escenas de sexo explicito por lo que no es apta para menores de 18 anos o la edad legal del pais del lector, o bien si las leyes del pais del lector no lo permiten.

  • Ganesh de Rosario Vila

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    Cuando Gema conoce a Edu en el gimnasio en el que trabaja de recepcionista se enamora locamente de el. Se cree ilusionada sus promesas, pero despues de un ano de relacion a escondidas empieza a dudar que algun dia se decida a divorciarse. Lucha contra su vocecilla interior, quiere a Edu e intenta seguir confiando en el. Pero un dia sucede algo que trastoca su vida: El Paki abre sus puertas justo enfrente de su casa.

  • Doce oportunidades de vivir de Jossy Loes

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    Sophia Baute ha pasado toda su vida entre cintas, saltos y danza, esforzandose en mantenerse en la elite de la gimnasia ritmica. Tras un error basico en una competicion, en la que queda en los ultimos puestos, duda si seria bueno retirarse como habia planeado.
    Sin embargo, todos sus planes se desmoronan en el momento que sufre un grave accidente, hundiendola en un foso oscuro del que no es capaz de salir, pero la insistencia de su amiga Marian la lleva a aceptar ir a Florida, donde un compromiso la pondra en el camino de Blake Clark.
    El no es un chico cualquiera. Durante toda su vida se ha esforzado por llegar a un buen puesto en su profesion y, a pesar de haber cumplido esa meta, lucha constantemente con el fantasma de su pasado. Un pasado que le pondra a prueba desde el instante que tropieza con Sophia, trastocando todos sus planes del presente y del futuro.
    Dos jovenes con vidas distintas y metas planificadas con antelacion que son puestos a prueba de doce maneras diferentes.
    Doce oportunidades para olvidar...
    Doce oportunidades para volver a empezar...
    Doce oportunidades para pedir perdon...
    Doce oportunidades para amar...
    Solo ellos entenderan el significado de: Doce oportunidades de vivir.

  • Las cartas del corso de Catherine Clare

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    Alison no tiene nada que pertenezca a Napoleon, ni sabe nada que pueda poner su vida en peligro, por eso apenas puede encontrar explicacion a los ataques que ha estado recibiendo. ? Que secretos oculta el hombre mas apuesto del mundo? ? Por que le ayuda? Tiene muchas preguntas que necesitan respuesta, pero ella es tan solo una indefensa dama.

  • Mater familias de Lindsey Davis

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    Celebrar una subasta en julio es un craso error. ?Quien queda en Roma entonces? Los que pueden escapar han huido ya a sus retiros campestres en regiones mas frescas de Italia. Los demas yacen en su lecho de muerte o se han quedado aqui para esquivar a sus parientes. Es inutil intentarlo. A todo el mundo se le pega la tunica al cuerpo; el sudor resbala por los cuellos grasientos. A los mozos de cuerda se les caen las cosas y se marchan resoplando con fastidio. Los vendedores vacilan y los compradores no cumplen. Los rotulos se pierden. Los pagos, idem. Los perros pululan y ahuyentan a los compradores. Mas tarde, alguien senala que no se llego a colgar ningun anuncio de la subasta en el Foro. Los subastadores de la competencia no se molestan en regodearse por tus pobres ingresos: hace demasiado calor. Mi padre posee una casa de subastas y en plena canicula se refugia en su villa junto al mar. Sus empleados mantienen el negocio familiar renqueando. Siempre es una epoca tranquila. No cambio nada en el ano de los consules Tito Aurelio Fulvo y Marco Asinio Atratino, salvo que antes de una venta en julio, nuestros empleados hallaron un cadaver. * * * Me encontraba en Roma. Habia estado en la costa, obligada por mi madre, <>, decia ella, durante una enfermedad que estuvo a punto de matarme. Ella me llevo a la finca familiar, al sur de Ostia. Despues de tres semanas de agobiantes cuidados, estaba impaciente por regresar. Un amigo me habia encontrado medio muerta en mi vivienda de Roma y amablemente me habia salvado la vida, de modo que queria agradecerselo, y me parecio que ya me hallaba lo bastante recuperada para la vida urbana. A lo mejor estas pensando que ese amigo y yo eramos amantes. Pues te equivocas. Habia un dia de viaje hasta Roma por la Via Ostiense. Lo hice en un carro destartalado y fue agotador. Entre en mi silenciosa y sofocante vivienda del Aventino sintiendome demasiado debil. Guarde cama dos dias, alimentandome de una cesta de exquisiteces enviada por mi madre. Sola y triste, comia con deleite recostada en los cojines, convaleciente. No tenia apetito, pero en otro tiempo habia vivido en la calle pasando hambre. Detestaba desaprovechar comida. En poco tiempo habia lamido hasta el ultimo plato de ensalada de aspic. Tendria que valerme por mi misma, o volver con mis padres arrastrandome ignominiosamente. Ni hablar. Aun asi, los quiero. Me adoptaron cuando era una adolescente desesperada e infestada de piojos, una adolescente dificil a la que trataron con lealtad y afecto, cuando otros no quisieron saber nada de mi. Habian convertido un alma perdida de la lejana Britania en una hija romana bastante normalita. Ahora era una viuda independiente de veintinueve anos, pero aun asi habia tenido que lloriquear y protestar para que me dejaran regresar a Roma, montando una pataleta igual que mis hermanas pequenas cuando querian sandalias nuevas. <>, habian exclamado mis padres burlonamente. Asi que ahora tenia que atenerme a mi afirmacion de que ya estaba bien. Consegui ponerme una tunica con esfuerzo. Baje lentamente por un tramo de escalera exterior hasta una galeria. Esta estructura medio podrida, que llaman escalera de incendios, era inaccesible para la mayoria de inquilinos. Discurria alrededor del vacio patio interior, una vieja lavanderia ahora abandonada. Vivia en el edificio del Aguila, en la plaza de la Fuente: una de las numerosas casas de viviendas oscuras, desvencijadas y apestosas donde los romanos pobres y miserables, la mayoria, soportamos lo que pasa por ser vida. El edificio estaba dividido en un monton de viviendas deficientes y era proclive a despedir olores nauseabundos. Lamento decir que pertenecia a mi padre, lo que no anadia lustre a su reputacion, que ya era bastante mala por su trabajo de investigador privado. A la gente le asombraba que tuviera suficiente dinero para poseer un edificio, pero parecian entenderlo cuando se enteraban de que tambien era subastador, profesion que se relaciona con la riqueza. Yo tambien era investigadora. La opinion publica era aun mas dura conmigo, porque una mujer respetable debe quedarse en su casa todo el dia. Deberia estar tejiendo en mi telar en un refinado atrio, o pegando a mi joven esclava o fornicando con un porteador de literas en lugar de mi marido. Que tonteria. <> era una palabra obscena para mi madre, mis hermanas y yo. Tampoco poseia ninguna joven esclava, y hacia diez anos que mi marido habia muerto. Yo trabajaba, aunque no lo pareciera en ese momento. * * * Descendi por la empinada escalera, deteniendome cada poco. Siempre era conveniente andarse con cuidado en aquel edificio por si una parte se derrumbaba. ?Quien quiere una espalda rota y el pelo estropeado? Me estaba probando a mi misma. Si me sentia debil, tenia una habitacion junto a la galeria del primer piso, donde podia tumbarme en un viejo divan para recobrar fuerzas. Tambien podia gritar hasta quedarme ronca, lo que quizas haria aparecer a Rodan, el portero del edificio. Si le daba instrucciones claras y algo de calderilla, iria en busca de ayuda. No fue necesario. Logre llegar a la galeria. Me sentia mejor de lo que esperaba. La gelatinosa ensalada de aspic tiene muchas bondades. Por muy molesta que estuviera Helena Justina por mi marcha, sabia como dejarme claro que seguia necesitando una madre. Yo era la mas alocada de sus cuatro testarudos hijos, pero no iba a permitir que me esfumara. Me apoye en lo que pasaba por barandilla, descargando el peso con cautela. Un liquen especialmente desagradable indicaba las zonas podridas. Si se tocaba, la mano se manchaba de un limo gris verduzco. Su textura era aun peor que los excrementos de paloma, de los que tambien habia en abundancia. Por una vez, Rodan estaba a la vista. Era un antiguo gladiador, pero sus cicatrices se debian a cobrar alquileres entre pobres violentos mas que a sus luchas en la arena. El viejo, una bola de grasa, estaba en el porche discutiendo, su reaccion habitual a cualquier peticion. Su interlocutor era un recadero al que reconoci de la casa de subastas de mi padre. Los observe. Los mensajeros en Roma estan acostumbrados a las discusiones, pero Ciro, permanecia en silencio, dejando que la inutil agresividad de Rodan le resbalara. Si Ciro habia venido de la Saepta Julia, donde estaba la oficina, la caminata habia sido larga y coronada por una empinada ascension al Aventino. Se estaba tomando un respiro por si tenia que dar media vuelta y regresar sin cumplir con su mision. La pulcritud del mensajero contrastaba con la fea cabeza afeitada de Rodan y las manchas de sudor de su andrajosa tunica. Ciro tenia cuarenta y tantos anos, el pelo corto, calzaba sandalias con cordones y vestia una tunica blanca, floja por el calor pero no sucia. Era delgado, pero no por pasar hambre. Mi padre aun recordaba lo que significaba la pobreza, asi que era un patron justo. Tampoco machacaba a sus empleados con palizas asiduas, al contrario que muchos otros en nuestra ciudad supuestamente civilizada. Rodan tambien era un empleado de mi padre, pero era un caso perdido. Llame a Ciro. Al verme, Rodan se metio en su apestoso cubiculo. Ciro cruzo el patio y alzo la mirada hacia el primer piso, donde estaba yo. Mareada aun, intentaba no tambalearme. --!Flavia Albia! Nos habian dicho que estabas en casa. --Parecia aliviado de haberme encontrado--. ?Sabes si tu padre vendra pronto a la ciudad? --Lo siento, Ciro, estamos en julio. Falco sale en un bote cada dia, con una mano pegada a una cana de pescar y la otra a una calabaza llena de vino. --?Pican los peces? --No; simplemente esta alli con un absurdo sombrero, sumido en ensonaciones. Pero de vez en cuando desembarca con una estatua muy hermosa que asegura haber encontrado flotando en la corriente... Esta emulando a su propio padre. --A menudo mi abuelo volvia a casa remando despues de pasar el dia en el agua, con un pequeno esquife a remolque lleno de esplendidas obras de arte griegas <>. Que estupenda forma de evitar los aranceles de importacion para un subastador. Con los ojos muy abiertos y absoluta desfachatez, Gemino podia hacer que la historia sonara casi creible. El personal de la casa de subastas sabia que mi padre me otorgaba la autoridad para actuar en su nombre, de modo que le ofreci mi colaboracion. --Ciro, tendras que conformarte conmigo. ?En que puedo ayudarte? El se encogio de hombros. --Oh, nada que no podamos solucionar nosotros, pero el capataz de los mozos ha pensado que debiamos decirselo al patron. Resulta que estan preparando la venta de los Calixto. Uno de los muchachos levanto la tapa de un cofre grande..., y se encontro con un cadaver acurrucado en su interior. Eso me revivio. Le dije que llamara a una silla de manos y que lo acompanaria. II La mejor manera de soportar un trayecto en silla de manos es cerrar los ojos, aferrarse a una parte que no este demasiado astillada y meditar sobre el significado de la vida. Por lo general evito la filosofia, pero necesitaba apartar mis pensamientos de los porteadores que me llevaban dando tumbos. Corrian cuesta abajo por el escarpado Aventino, que tiene malas calzadas y la pendiente de una hipotenusa, haciendome temer lo peor. ?Que es esto? ?Una mujer que habla de hipotenusas? Bueno, cuando Falco y Helena me adoptaron, me dieron una educacion de lo mas generosa, que yo absorbi como si fuera un nuevo manjar. La devore hasta que supe mas que la mayoria de mujeres y tambien muchos hombres. Consulto textos como si tal cosa y escribo mis propias notas; cuando quiero alardear, las escribo en griego. A veces incluso con los acentos correspondientes. Otra cuestion es que Apolonio, el camarero jefe del Astrologo, nuestra pesima fonda local, habia ensenado geometria. Desde que le habian obligado a abandonar la ensenanza anos atras, habia servido grandes cantidades de adulterado vino de Falerno en la taberna de mi tia, esperando a que mejoraran las circunstancias para poder abrir una nueva escuela a pie de calle. Bajo el reinado del actual emperador, Domiciano, eso no iba a ocurrir. La gente no malgasta dinero en educacion para sus hijos cuando un tirano puede hacerlos ejecutar en cuanto se hagan mayores. Intenta disertar sobre Euclides con el carcelero en una celda para condenados a muerte: el muy estupido te azotara hasta que apenas puedas ir tambaleandote hasta los leones. De modo que, gracias a mis padres y a un camarero, llegue colina abajo y hasta el Campo de Marte meditando sobre triangulos. Por lo demas, rogue que no aparecieran perros callejeros y los porteadores me dejaran caer. O echaran a correr. Eso seria peor. Como sea, me transportaron sana y salva hasta la Saepta Julia, una elegante casa de cambio de dos plantas con galerias, en la que mi padre, como su padre antes que el, tenian alquilado un almacen para sus antiguedades mas valiosas. Arriba tambien tenian una oficina donde amontonaban toda la basura que no podian vender, un lote de cosas horrorosas a las que estupidamente les habian tomado carino. Era uno de esos edificios grandiosos tan propios de Roma. Nuevo aun, combinaba su coste desorbitado con la belleza y la funcionalidad, si es que alguien recordaba su funcion original. Habia sido un centro de votacion, pero los emperadores no podian arriesgarse a aceptar la democracia, asi que ya no se celebraban autenticas elecciones. En lugar de votar, ahora los hombres acudian alli para dejarse ver, y tambien a comprar joyas para sus amantes a fin de que estas se pavonearan. Aunque ya no era necesaria para fines politicos, Domiciano habia costeado una lujosa reconstruccion de la Saepta despues de que un gran incendio arrasara la zona durante el reinado de su hermano Tito. Tito apenas habia durado un par de anos. Algunos creian que era cosa de Domiciano. En mi familia no deciamos nada porque insultar a Domiciano equivalia a un suicidio. El decia que era un dios, asi que todos nos habiamos vuelto profundamente religiosos. Con suerte, los autenticos dioses o algun humano furioso se encargarian del monstruo que nos gobernaba. Los adivinos charlatanes que profetizaban cuando moriria Domiciano proliferaban tanto como los vendedores de ajos. En ocasiones, el adivino era lo bastante bueno como para verlas venir, y se las piraba. Pero en general Domiciano acababa enviandolos a la muerte... junto con muchas otras personas, un par de las cuales probablemente habian conspirado para asesinarlo. Alguien acabaria por realizar la hazana. En el aire se olia a complot. * * * Ciro me condujo a la oficina, donde me deje caer en un trono de piedra que llevaba tantos anos en la casa de subastas que nadie queria venderlo, ni siquiera cuando algun idiota con infulas monarquicas ofrecia dinero en efectivo y su propio transporte. El trono era uno de los muchos articulos que habia rescatado del fuego mi primo Gayo, quien, al iniciarse el incendio, primero habia sacado todas las existencias y solo despues habia regresado a la Saepta para salvar vidas. Habia perdido la suya al derrumbarse el amplio tejado de madera de cedro. Yo apreciaba a Gayo. Despues de su heroico deceso, lo cierto era que ya no me gustaba ir alli. Ese dia mi intranquilidad duro poco. En cuanto me sente, el capataz de los mozos, Gornia, me informo de que el cadaver estaba, en realidad, en el portico de Pompeyo. Alli era donde se iba a celebrar la subasta de Calixto. Yo habia pasado por delante de camino a la Saepta. Los romanos se distinguen tambien por hacerte perder el tiempo. No es mi estilo. Yo soy agil y organizada. Ahorro energia. Por los dioses, sobre todo cuando aun estoy recuperandome de una virulenta disenteria. Sin embargo, se que no debo mostrarme impaciente, porque con esta gente irritante solo se consigue empeorar las cosas. Mi silla de manos se habia ido, asi que les pedi que me consiguieran otra. El portico quedaba a la vuelta de la esquina, caminando un corto trecho, motivo por el que la familia Didio lo preferia para las subastas, pero yo me sentia molida. Los empleados sabian que habia estado muy enferma, hecho que habia provocado una tormenta familiar. Asi pues, Gornia, que esos dias tenia tambien el aspecto apergaminado de un espectro del inframundo, dijo que llamaria a nuestro carretero Felix y su mula Coces; ellos me llevarian al monumento de Pompeyo en su carreta de reparto. Acepte. A Felix nunca le habia caido bien, pero era un buen carretero. Y Coces era un primor. En Roma, la mayor parte del transporte rodado esta prohibido durante el dia. Felix llevaba siempre un tablon y unos cubos sucios en la carreta para parecer un albanil, pues estos tienen permiso. * * * Felix sabia que yo tenia prisa, asi que callejeo tranquilamente como un guia turistico. En lugar de doblar la esquina y recorrer el corto trecho, dio un amplio rodeo por el Panteon y las Termas de Agripa. El gentio que suele pulular por alli nos entorpecia una y otra vez, obligandonos a ir a paso de tortuga. Por fin llegamos al teatro de Pompeyo, que se encuentra en el extremo opuesto del enorme y bullicioso complejo, y luego avanzamos despacio pegados a uno de los laterales hasta que al final me dejo frente a una entrada, practicamente en el mismo sitio del que habiamos partido. !Gracias, Felix! El monumento a Pompeyo tambien lo habia reconstruido Domiciano tras el incendio. Todo nuevo gobernante debe meterle mano a la ciudad segun su gusto y poner su nombre en grandes inscripciones. Si quiere parecer aun mas benevolente, gasta su propio dinero en nuevos proyectos, o afirma hacerlo. Imagino que en el erario publico hay funcionarios que conocen la verdad. El portico tenia su esplendido anfiteatro de piedra en un extremo, bajo el alto templo dedicado a Venus Victoriosa; detras se extendia un vasto jardin rodeado por un peristilo, por donde paseaba la gente a la sombra de los platanos, y, como todo el mundo sabe, unas grandes letrinas publicas en el lugar mancillado por el asesinato de Julio Cesar cuando se dirigia a una sesion del Senado. Para la mentalidad romana (bueno, la mentalidad cerril del emperador Augusto), el lugar del crimen era demasiado horrible para que pudiera usarse de nuevo como curia. Se conmemoraba asi a Bruto y Casio, hasta donde era legal recordarlos, con unas buenas letrinas. Mi padre, republicano hasta la medula, mascullaba a veces que la gente deberia recordar que no solo habian sido Bruto y Casio quienes habian apunalado valientemente a Cesar, sino tambien otros sesenta senadores opuestos a la dictadura, a los que, sin embargo, se habia olvidado. Teniamos que hacerlo callar. Cualquier espia podia denunciarlo a Domiciano por hablar de dagas. Los usuarios de las letrinas podian contemplar el amplio jardin rodeado de bonitas columnas. En un extremo habia una galeria de estatuas griegas tras esplendidas cortinas de brocado de oro. Se trataba de uno de los pocos lugares donde las mujeres podian pasearse en publico solas. Y asi, los hombres podian echar una relajante meada y luego observar a las mujeres que contemplaban las desnudas estatuas griegas y sacaban ideas. No era extrano que el portico de Pompeyo fuera tan popular. A los romanos les encantaba acudir alli y pasear por el peristilo. Ademas de la galeria de arte, habia tiendas para explorar. Las zonas abiertas se utilizaban para reuniones publicas, incluyendo subastas. Mi abuelo preferia el portico para sus ventas: segun el, no tenia nada que ver con el hecho de que fuera un legendario mujeriego. Mi padre, hombre felizmente casado, perpetuo la practica porque el portico se encontraba a una comoda distancia de la Saepta Julia. Que yo supiera, jamas habia aparecido un cadaver mientras se preparaba un catalogo de articulos. Me alegre al ver que el cofre se encontraba al aire libre. Era grande, rectangular y reforzado, del tipo que tienen los ricos en casa para guardar sus enseres de valor. Los mas presuntuosos lo colocan en el atrio, a fin de impresionar a las visitas en cuanto entran en la casa. Nuestros empleados holgazaneaban a la sombra entre arbustos ornamentales, algunos comiendo panecillos rellenos. No son faciles de intimidar, pero me fije en que todos se mantenian alejados del cofre. Lo habian cubierto con una gruesa tela que se parecia sospechosamente a las esplendidas cortinas doradas de la galeria de arte. Lo habian hecho para mitigar el efecto del sol sobre el cuerpo en descomposicion, pero en cuanto me vieron llegar apartaron la tela. Era una pieza con imponentes herrajes que se sostenia sobre cuatro recias patas. Los cierres parecian muy resistentes. Me pregunte por que querria alguien venderlo, a menos que estuviera en la ruina, y no era eso lo que habia oido sobre los Calixto, hombres de negocios muy conocidos. Entonces observe que las partes de madera mostraban huellas de haber sido danadas por el fuego. El personal me ofrecio mostrarme el cadaver. Aunque yo no habia expresado queja alguna por haberlos encontrado comiendo en horario de trabajo, repare en que guardaban sus viandas y adivine lo que ocurria. Lo que aguardaba en el cofre era repugnante; habian apostado a que vomitaria. Bueno, eso me sirvio de aviso. Con una sena indique que levantaran la tapa, al tiempo que me armaba de valor. Mire el interior, vi todo lo que necesitaba ver, oli el espantoso hedor y luego hice gestos perentorios. El mozo cerro la tapa de un golpe y retrocedio rapidamente entre arcadas. Yo reprimi un grito, logrando a duras penas conservar una postura digna. Un ataque agudo de disenteria constituye un buen entrenamiento para el autodominio.

  • Una cancion de amor – Mercedes Alonso de Mercedes Alonso

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    ?Es posible que solo nos enamoremos total y absolutamente una vez en la vida?

  • Aitana de Ugo Moriano

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    Cuatro dias habian pasado desde su llegada en Italia cuando el Cardinal Rafael Torres Velasquez, procediendo con precaucion debido a su avanzada edad, bajo las escaleras de cemento que, bordeada de una alta pared de contencion que conectaba la carretera con la playa de abajo. Despues de solo nueve escalones, un ataque repentino y muy doloroso a la rodilla izquierda lo obligo a apretar su agarre en la barandilla de hierro que rodeaba la escalera, recordandole, si es necesario, que mas alla de cierta edad el privilegio de vivir es frecuentemente compensado con una serie abundantes de tembladera. – Monsenor, ?necesita ayuda? – No Aitana, todo esta bien. Gracias a este hermoso dia, me enfrente al bajr con demasiada calvicie, olvidando que ya no era un nino. Respondio el cardinal dirigiendose a la monja que lo observaba preocupada. – Ahora voy a ser mas cuidadoso y todo va a estar bien. – Talvez debimos haber elegido otra playa. -La religiosa unio sus manos como si estubiera orando. – una mas accesible, como la que pasamos hace diez minutos. – No, esta bien. !Mira que hermosas rocas emergen del mar!. El alto prelado, despues de una dispensada sonrisa tranquilizadora a la monja, retomo el descenso hacia la extencion de guijarros grises que descendieron a la costa. De hecho, no estaba completamente seguro de que estaba haciendo lo correcto. De hecho, si se hubiera encontrado en el papel de Aitana, habria reiterado sus dudas con mas behemencia. “Si despues no puedo subir, ya que no hay rampas de acceso, solo escaleras, usted se veria obligado a pedir ayuda" A pesar de ese pensamiento, no se detuvo, simplemente precedio con mas cuidado y su agarre, en la barrandilla gastada por el tiempo y la sal, se volvio mas firme. En los dias anteriores junto con su inseparable asistente habian seguido algunos servicios religiosos en la catedral de los Santos Mauricio y Companeros Martires, que se encuentran en el Parasio de Porto Maurizio, pero esa manana se habian mudado al otro lado de la ciudad. Habian asistido a la misa de las diez en la basilica colegial de San Juan Bautista en Oneglia y al final, de la conversacion cordial con el parroco, habian ido a dar un paseo cerca al muelle portual. Hablando con un pescador, el cardenal se habia enterado de esta playa, en el que estaba a punto de descender, situado en la solapa mas oriental de Imperia. Cuando llego al ultimo escalon, se paro y respiro el olor salado que impregnaba el aire. Un aroma no desconocido, pero raro para un hombre que habia pasado sus ultimas decadas en el soleado Toledo. Aunque era el 20 de marzo, en ese momento la arena estaba desierta y esto lo complacio porque habia ido alli a buscar la presencia de Dios que solo podia sentir en soledad. Como si estuviera apunto de hacer un gesto de epoca, extendio su pie derecho y lentamente lo inclino sobre las piedras en la base de la escalera. Despues de asegurarse de tener una base solida, casi de impulso, dio tres pasos hacia adelante. “Fue bien" penso cuando se dio cuenta de que no tendria equilibrio. “Si hubiera terminado tirado en el suelo, las monjas del convento, aunque sintiendolo mucho, seguramente habrian expresado dudas sobre mi sofisticacion" Aseguro sus habilidades y entro en la playa, dejando que su mirada vague por el agua azul y transparente, y luego a llevarlo a los infinitos tonos de gris de la multitud se piedras oscuras y redondeadas que bordean las olas. A unos cuarenta metros a su derecha, una hebra de rocas bajas salieron de la pared y despues cortaban la arena perpendicularmente, se lanzaban al mar para resurgir a unos metros mas adelante. No se atrevio a sentarse en el suelo porque estaba seguro de que ya no seria capaz de levantarse de nuevo, se dirigio hacia una parte rialzata y la uso como silla. Antes de continuar, levanto su mirada hacia la parte superior de las escaleras y trato de tomar una expresion segura, luego levanto la mano en un gesto de saludo que fue correspondido por Aitana, aunque si el rostro de la monja continuo mostrando perplejidad. Procediendo sin prisa, Rafael entro tratando de evitar las piedras que le parecian mas inestables, luego a mitad de camino para disfrutar de la vista de la famosa roca galeazza. “Mas que la vela de un buque de guerra veneciano del siglo XVI, considero contemplar la estructura rocosa que, estrechas y alta, emergio de las olas y luego se extendio hacia el mar mas profundo" para mi parece la aleta de algun focil antiguo que data de epocas distantes que, como una broma del destino, se mantuvo un unico signo obvio de los enorme pescado enterrado en este rincon de La Liguria. La sensacion mientras reanudaba su viaje seguia su camino y finalmente llego a sentarse, era que ese ser no podia ser asimilado a un delfin jugueton, sino a un tiburon feroz, tal vez todavia listo para despertar si las condiciones habian sido favorables. El sol que brillaba en el cielo, el aire calido y una ligera brisa que venia del oeste le daban una sensacion de relajacion, lo que lo llevo a cerrar los ojos, como si se encontrase en el lugar solo por razones de ocio. Todo eso sugirio que 2017 seria el enesimo ano con temperaturas por encima de la media. “!No estoy aqui por vacaiones!" dijo descartando ese sentimiento. “Etolo esta muriendo y he venido a Italia para acompanarlo en este ultimo viaje. La razon por la que Rafael y su asistente inseparable estaban en esa parte del puente de Liguria estaba estrechamente ligada a la gran relacion de estima y amistad que lo unia a Etolo Sciorato, un cardenal originario de Imperia Porto Maurizio que, hasta su jubilacion, habia sido un eminente miembro de la Curia Vaticana. Gravemente enfermo durante un par de anos, un mes antes, al presagio de acercamiento de su proprio viaje, habia decidido enfrentarse a sus ultimos dias regresando a las tierras donde nacio. “Es unos de los pocos amigos de verdad con los que siempre he sabido que puedo contar. Cuando se haya ido, estare mas solo, pero ahora mi tiempo tambien esta llegando a su fin, asi que pronto estaremos juntos de nuevo". Con un esfuerzo libero su mente de esas consideraciones entonces, como era su costumbre cuando llego a las orillas del Tajo, habiendo segurado una vez mas que no habia nadie en el vecindario, descanso los codos sobre sus piernas y menton en las manos de la articulacion, finalmente entrecerro los ojos hasta que se redujo a una simple rendija. Su mirada miraba a la inmensa extension de agua y su alma se abrio al Senor. El don de la fe siempre lo acompano. Cuando regreso con su memoria, no podia recordar ni un solo momento de su vida en el que habia sentido el amor de Cristo y nada habia vacilado en su firme convinccion de que tenia que cumplir con una mision: dedicarse a los demas revelando la piedad y la esperanza que Dios nos ofrece. Desde el comienzo de su viaje religioso siempre se habia comprometido. Para llevar a cabo su servicio y la carrera eclesiastica que habia realizado habia sido solo la consecuencia logica. Durante decadas habia celebrado el misterio de la Eucaristia sin dudar nunca de la transusencia de ese gofre de pan sin levadura que tenia en sus manos, pero la verdadera comunion con el Senor nunca le habia encontrado entre las paredes, a menudo suntuosas de las iglesias sino en lugares menos ortodoxos como en las orillas del Tajo. Ahora en ausencia de un rio real lo estaba buscando en esa playa en la frontera entre Imperia y Diano Marina. Un par de gaviotas despues de girar entre la tierra y el mar descendieron sobre el agua y se desplacaron por el ligero oleaje. Poco despues llego otra media docena que a su vez recayo en la compania de los dos primeros. Finalmente llego un ultimo rezago que tal vez para no conformarse con el resto del rebano, descansaba sobre la roca ocupada por el cardenal y despues de estirar y doblar las alas blancas y grises permanecio para mirarlo sin mostrar un interes real. Rafael decidio ignorar al recien llegado y como siempre en estas ocasiones comenzo a recitar con un filo de voz el acto de fe -"Dios mio porque eres verdad infalible creo en todo lo que has revelado y de la Santa Iglesia nos propone creer. Y expresamente en ti, el Unico Dios verdadero en tres personas iguales y distintas. "

  • Un vaquero dificil de Erina Alcala

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    Por fin acababa sus estudios. Ese era el ultimo dia y no podia ser mas feliz. Emma llevaba a casa las notas de su master en Derecho Financiero. Y ya por fin, tras cinco anos de estudio a conciencia intensivos, estaba preparada para encontrar trabajo y adentrarse en el mundo laboral. Aunque quiza, se tomara julio y agosto de vacaciones en la casa que tenian en Torremolinos, al lado de la playa y donde vivia con su padre desde que tenia tres anos. Los dos solos. Toda la vida. Ahora tenia veinticuatro anos. Si su padre se tomaba un mes de vacaciones iban a disfrutar los dos juntos. Y en septiembre empezaria a enviar curriculums. No hacia falta que fueran de viaje lejos, ni fuera de Espana, ella ya habia ido a Londres y a Irlanda todos los veranos y sabia ingles a la perfeccion. Ya no necesitaba ir de nuevo, pero si su padre queria ir a algun lugar, irian, y si queria ir solo, se quedaria en casa, banandose en la playa y paseando por la arena. Descansando, porque estaba agotada de esos anos de estudios intensivos. Su padre, Juan Carlos Sanchez, era un neurocirujano de prestigio. Trabajaba en una clinica particular que era suya y en la que tenia acciones con otro socio. Era un hombre alto y atractivo. Lo habia sido mas en su juventud, educado y con clase, tenia los ojos verdes como ella y el pelo castano oscuro. Llevaba gafas y era un hombre tranquilo y paciente. La clinica en la que trabajaba y de la que era socio, era grande e importante en el centro de Malaga y trabajaba mas horas de la cuenta. Emma estaba deseando llegar a casa y esperar a que su padre terminara su jornada laboral y contarle que habia sacado un sobresaliente en el master. Cuando llego, tomo algo que la chica que tenian para limpiar la casa habia hecho, y se echo una siesta. Estaba cansada. Bajaria a la playa mas tarde. La senora de la limpieza se fue a su casa y ella se quedo tumbada en el sofa con las cortinas echadas, dejando el salon en penumbra. La casa a oscuras y en silencio. Y penso en su padre. Tenia sesenta y dos anos. A ella la tuvo con treinta y ocho anos y era hija unica. Provenia de una familia adinerada y tenia mucha clase. Era todo un senor. Y Emma estaba muy orgullosa de el. No entendia como no habia encontrado a otra mujer ni habia querido vivir con ella. Suponia que habia tenido relaciones, pero imaginaba que, para su padre, ella era lo mas importante y nunca quiso traer a casa a ninguna mujer. Su padre era todo su mundo, su vida, y lo queria mas que a nadie en la vida. Cuando sus abuelos murieron, al ser hijo unico, se quedaron solos, sin mas familia, pero habia procurado que nada le faltase a su hija. Era un hombre risueno y amable, tranquilo y carinoso con ella y no recordaba que su padre le rinera nunca. Su padre conocio a su madre, Marina, una noche en que ambos salieron por las discotecas de Marbella, por primera vez. Su padre era diez anos mayor que su madre, tenia treinta y siete anos y su madre veintisiete, y se acostaron juntos. Su madre quedo embarazada y se casaron a los tres meses, sin apenas conocerse. Solo por el hecho de estar embarazada, o sea, por ella. Su padre, por lo que le contaba, si que le gustaba su madre, pero para ella solo habia sido una noche loca. Y cuando ella cumplio tres anos, conocio a un americano y los abandono a los dos, dejando a su padre sumido en el dolor de verse solo, con una nina pequena. Pero habia hecho un buen trabajo. Nunca se hablaba de su madre en casa. Solo Emma le pregunto por su madre cuando estaba en el instituto y su padre le dijo la verdad. Y hasta ahi. Habian sido muy felices durante esos anos. Su padre compro la casa en la playa y alli vivieron anos tranquilos, y metio a una mujer para cuidar a su hija, la casa, y ahora le tocaba a ella buscar trabajo. Cuando desperto de la siesta, se tomo un refresco y bajo un rato a la playa. Solo tenia que cruzar una pequena carretera y estaba en el mar. Su casa estaba en primera linea de playa y era maravillosa. Por las noches, en verano y en invierno, podia oir el mar, el arrullo de las olas y disfrutar de los sonidos del baile del agua. Tenia cinco escalones que subian a una terraza o porche a la entrada de la casa, bastante amplia. En la terraza, tenian su padre y ella largas conversaciones, sobre todo en verano. Sacaban los balancines y una mesa, y alli se contaban de todo, cenaban, leian. La casa tenia dos despachos, un gran salon y comedor, una gran cocina y un patio amplio con todo, incluso una piscina mediana. Y en la parte alta de las dos plantas que tenia, cuatro dormitorios amplios y dos banos. Era preciosa y tenia acceso al bus para ir a Malaga, aunque ella ya no lo necesitaba. Se saco el carne el ano que termino el instituto y su padre le compro un coche para ir a la Universidad. Tenian dos plazas de garaje, una para su padre y otra para ella. Cuando subio de la playa, estaba tan contenta... Se dio unos largos en la piscina y se ducho, esperando que vinera su padre a cenar. Su padre vino a las ocho de la tarde. Serio y taciturno. --?Que pasa, papa? Hoy tengo muy buenas noticias. He sacado sobresaliente en el master. Ya he terminado por fin. --Y lo abrazo. --Me alegro tanto por ti, pequena... --lo dijo con cierta tristeza, abrazandola. --?Papa, que pasa? --Voy a ducharme y hablamos, hija. --?Es algo serio? --Ahora hablamos. Y se quedo preocupada. Su padre siempre se alegraba tanto de sus logros... Seguro que alguna operacion habia ido mal. !Pobrecillo! Cuando bajo de ducharse, ella estaba impaciente y se sentaron en el salon. --Hija, ya eres una mujer, tienes veinticuatro anos, has terminado los estudios que elegiste. Creo que he hecho un buen trabajo contigo. Eres una hija maravillosa que nunca me has dado problemas, ni siquiera te he visto salir con chicos, solo has estudiado. --Lo se, papa. Y tu eres el mejor padre. --Ya no volvere a trabajar. Hoy es el ultimo dia. He estado arreglando documentos esta semana. Llevo dias haciendolo. --Pero, papa, ?te jubilas? --Forzosamente, hija, sabes que mi pasion es la neurocirugia. --?Entonces? Eres joven. Tienes sesenta y dos anos. --Lo se. Tu ya estas preparada para estar sola y vivir tu vida. --A ver, cuentame de verdad, ?que pasa? --Tengo un tumor inoperable en el cerebro. Yo mejor que nadie lo se. Emma se echo a llorar desesperada y lo abrazo. --Papa, pero hay neurocirujanos como tu, radioterapia y quimioterapia. --No voy a hacer eso, es demasiado tarde para mi. No me he notado nada hasta que ha sido demasiado tarde. Me quedan apenas tres meses de vida y no pienso pasarlas en el hospital, el tumor se ha extendido, tengo metastasis en varios organos importantes, no te voy a dar los detalles, porque quiero pasar ese tiempo contigo. Tengo planes para ti. Emma no dejaba de llorar. --No llores, hija. De todas formas, tu tienes que hacer tu vida. Dios me ha dado el tiempo suficiente para dejarte preparada. Y estuvo mas de una hora llorando. El padre tenia que consolarla. --Vamos, hija, eres una mujer. Tenemos que hablar en serio. Debemos dejar muchas cosas solucionadas. --Papa, ?que voy a hacer sin ti? --Vivir, hija, vivir cada dia como si fuese el ultimo. Cuando pasaron unos dias, ella se calmo un poco y pasaban todo el tiempo juntos. Iban a desayunar juntos, a la playa, hablaban de todo y del futuro. Su padre le dijo que queria morir en casa y que solo deberia ponerle morfina los ultimos dias que estuviese en casa, ya estaba al tanto su socio en la clinica y se lo proporcionaria. Le conto que tenia un seguro de vida de cuatrocientos mil euros desde hacia tiempo, y uno de decesos. Queria que lo incineraran y esparcieran las cenizas al mar frente a la casa, una noche, cuando ella quisiera. Emma, a veces, no podia soportar la tranquilidad que su padre tenia y no habia momento que no llorara cuando no la veia. Le dijo que habia vendido la clinica a su socio. Y le dijo el dinero que tenia, aparte de la casa, y que pusieron a nombre de los dos. Le aconsejo que no vendiera la casa de momento, porque tenia planes para ella. Entre el seguro, lo ahorrado y la mitad de la clinica, su padre tenia mas de cincuenta millones de euros. --Papa, esa es una gran cantidad de dinero. --Por eso no quiero que vendas la casa, cuando te vayas, si no te va bien, siempre tienes un lugar donde volver y si estas bien, siempre puedes venderla. --?Donde voy a ir, papa? --Con tu madre a Estados Unidos. He hablado con ella. --Pero, papa, si no la conozco. No he hablado con ella ni una sola vez. --No quiero que estes sola, te quiere alli. Siempre te ha querido. Toma. --Y le dio unas cartas. --Van dirigidas a mi, le ha dado verguenza escribirte a ti, pero nunca te ha olvidado. Me escribia cada mes durante todos estos anos. --Pero, papa, no quiero ir a Estados Unidos. --Quiero que vayas, alli tienes una familia; si no te gusta, te vuelves. Tienes dinero para no trabajar en la vida, pero se que quieres hacerlo, porque has estudiado para eso, podras montar tu bufete alli y tendras a tu madre. Cuando nos divorciamos, se caso con Donald Jones, un ranchero de Montana. Vive en un rancho alli, en Montana. --?En un rancho en Montana?, ?y que voy a hacer alli? --Hay un pueblo grande cerca. Donald, con el hombre con el que vive, es un buen hombre y te acepta alli en el rancho. Ya he hablado con ellos, tenia un hijo antes de conocer a tu madre. Su mujer murio. El hijo, es unos anos mayor que tu. Tendras otra familia.

  • Un acuerdo inconveniente (Match Point 2) de Kristel Ralston

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    Detras de la personalidad extrovertida y aguda de Kate Blansky se esconde una mujer desconfiada y cinica en el amor. Para ella su unica prioridad es conseguir el empleo de sus suenos en una importante revista fotografica. No necesita complicaciones, pero eso es exactamente lo que implica la presencia de un atractivo y obcecado italiano que pondra su mundo de cabeza. Ella esta decidida a no volver a confiar en los hombres. Sin embargo, ignorar las chispas que surgen cada vez que su mirada se cruza con la de Cesare Ferlazzo sera complicado, en especial cuando descubre que el es un hombre muy recursivo.

  • Adorada por su Lobo (Los Lobos de Green Valley 5) de T.n. Hawke

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    Nina:

  • Vacaciones en el Caucaso de Maria Iordanidu

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    En julio de 1914, cuando Ana partio de Constantinopla con destino a Rusia, dejo atras la digna Constantinopla del siglo pasado. La Constantinopla de su abuela y de su madre. La Constantinopla de los movimientos lentos de los cocheros y de los estibadores, y tambien del barrio europeo donde la sombra de las abuelas aun planeaba por encima de las cocinas con los braseros y las hachuelas de destazar. Aquella era la epoca en que la Virgen extendia su mano y paraba la lluvia cuando Loxandra hacia la colada. <>, decia Loxandra, y en Constantinopla ese dia no caia ni una gota de lluvia. En agosto de 1920, cuando Ana volvio de Rusia, paso del medievo al siglo XX de un solo salto. La plaza de Karakoy estaba abarrotada de militares ingleses y franceses, de soldados griegos, de refugiados rusos, de judios, levantinos[1] y griegos que habian amasado su fortuna recientemente. Los estibadores y los arabadzides habian desaparecido... Ahora circulaban... !automoviles! En las angostas callejuelas de Galata, los camiones del ejercito frances bocineaban hasta dejarte sordo y eran capaces de matar a la gente con tal de rebasar a los vehiculos ingleses que corrian como omnipotentes angeles del cielo... !Ay de los derrotados! Nous avons gagne la guerre..., cantaba la Madelon de la victoire[2] invitando a cervezas en los bares y en los grill rooms que habian proliferado por todos lados como champinones. Ya ni en la confiteria de Retzepis se podia entrar porque frente a su puerta habia apilados un monton de barriles de cerveza vacios. Uno que se parecia al gobernador general de la provincia de Astracan deambulaba por el puente de Galata con una bandeja en las manos vendiendo pirozhki. Tres Johnnies ebrios, frente a la panaderia de Karakoy, querian golpear al bugatsero porque no vendia whisky. Los organillos, con banderitas griegas clavadas entre las flores de papel que enmarcaban el retrato de Pulu, tocaban melodias patrioticas como <>.[3] !Fotografias de Elefterios Venizelos en los cafes![4] Y por doquier, la gente entonaba al unisono el largo camino a Tipperary...[5] En Pera,[6] ahi donde esta el hotel Londres, era imposible pasar, porque una decena de soldaditos jovenes se habia puesto a media calle a bailar un kalamatianos. Y en la avenida principal el transito estaba detenido porque los escoceses, ataviados con pieles de leopardo, desfilaban tocando sus gaitas y golpeando sus tambores. El hotel Tokatlian daba la impresion de un cadaver hinchado que acabo por reventar. Frente a sus puertas pululaba un hervidero de gusanos: empresarios, agentes extranjeros, traficantes de droga, proxenetas y prostitutas de todos tipos. Un lujo desvergonzado, una juerga enloquecida, !un carnaval! La gran ramera de Babilonia, vestida de purpura y escarlata y adornada de oro, se paseaba por las calles de Pera y de Galata. Ochi chiorniye...[7] sonaba una y otra vez en los cafe-chantant. <>, cantaban las aristocratas rusas vendiendo sus ultimos diamantes para pagar el espumoso vino. Levantinas y judias de Avanos y Tahtakale llevaban velo y se hacian pasar por turcas, porque habia demanda de colorido local y las turcas de verdad se habian escondido. Un negro senegales del regimiento de Mac Mahon se comio la teta de una gran duquesa rusa. Y dos bailarinas del Bolshoi, de puro miedo, sufrieron convulsiones frente al Galatasaray.[8] A Ana le daba vueltas la cabeza. Arrastrando los pies, intentaba subir la cuesta de Akartsa preguntandose: <>. En lo que llegaba a Tatavla, cayo la noche. Las ventanas de las casas comenzaron a encenderse paulatinamente. Habia muchas puertas abiertas y gente sentada afuera, tomando el fresco. Algunos eran conocidos, pero nadie la reconocio. Como una sombra venida de otro mundo, Ana fue pasando frente a ellos, hasta que llego a la iglesia de San Demetrio y dio vuelta a la izquierda. Al cabo de muy poco fue a dar frente a la casa de la tia Agatho, donde estaba segura de encontrar a su mama. Miro hacia arriba, todo estaba oscuro. Se detuvo un momento, los dientes apretados, la frente perlada de sudor, <>. <>. Un gato se froto contra su pierna. Un gato gris. Un gato peludo como el Aslan que tenian. Como el As... !Aslan! --!Aslan! !Aslan!--exclamo Ana llorando--. Aslan querido, ?donde esta Dick? ?Donde esta nuestro perrito? ?Se murio? Una ventana del primer piso se abrio y se oyo un <>. Cuantos anos hacia que Ana no habia oido ese <> de la tia Agatho. Y segundos mas tarde la voz histerica de su mama: --!Me voy a volver loca! !Sostenedme! !La nina! Dos ventanas se iluminaron. Una puerta rechino. La escalera de arriba crujio. Porque asi era esa escalera, crujia. <>, penso Ana, y sabia que en cuanto alcanzaran el pie de la escalera, tropezarian con la mesita en la que esta el jarron chino y comenzarian a discutir. Lo dicho, ya empezaron. --Pero mujer, !que mania la tuya de poner esta mesita aqui! !Un dia nos vamos a matar! Y la tia Agatho: --Pero si su lugar es este, ?donde quieres que la ponga, Klio? El lugar de la mesita era ese, cerca de la escalera. El lugar del taburete pequeno, frente al sillon de terciopelo. Y cuando te sentabas en el canape, no tenias taburetito para los pies. Y es que en las casas, cada objeto tiene su lugar, porque cuando Dios hizo las mesitas y los taburetes y todo lo habido y por haber, lo coloco, en su inmensa sabiduria, tal y como luego lo encontraron las amas de casa en sus hogares. Y las amas de casa, todas, son iguales. Los zares pueden ser derrocados en Rusia, la faz de la tierra puede cambiar, pero a Varvara Vasilievna le sigue mortificando que caiga agua en su sillon de raso--ese sillon que unos dias despues seria lanzado por la ventana junto con sus otros muebles y acabaria, cojo, en la acera--. Y Praskovia Afanasievna, con tal de no perder ninguno de sus enseres domesticos, decidio quedarse en su casa, que estaba en la zona del fuego, y acabo quemandose viva. Lo mismo podria haberle ocurrido a la tia Agatho, y a su mama... Pero no, ahi estaban, tal como las dejo. --!Que no te me adelantes, te digo! Detras de la puerta discutian por quien cogeria primero la llave, quien levantaria primero la tranca. <>. <>. Algunas palabras resuenan como un semantron en el oido,[10] como una voz venida de otro mundo. De un mundo que ya no existe, y runrunean nostalgicas en el mundo que empieza. 2 El primer mundo de Ana habia sido el entorno festivo y hogareno de su casa constantinopolitana. Personas ahitas, de buen corazon, sencillas. Una fiesta ininterrumpida habia sido aquella primera vida suya, siempre pegada al delantal de su abuela Loxandra, y dentro de su cocina. ?Que necesidad tenia de los juguetes de pacotilla del Bon Marche si todo lo habido y por haber en su casa estaba a su disposicion? <>. !Que no harian! ?Abrir los atadijos de las telas y encontrar un trapito para coger las ollas calientes, o limpiar las rosas para hacer mermelada, o tenir los huevos y amasar la harina para los tsurekis de Pascua, o ir a Therapia[11] a felicitar al tio Kotsos que hoy celebra su santo? Cada ano en verano iban al campo, a Halki. Mas tarde, cuando la familia se instalo por un tiempo en el Pireo, ya no tenian necesidad de ir al campo porque su casa estaba sobre el mar, en Kastella. !Ah, que bonitos anos aquellos que Ana vivio en el Pireo! Aunque... ?y que me dices de los anos del colegio, cuando regresaron a vivir a Constantinopla? ?Eh? Esos anos fueron felices entre los mas felices. Tan felices que uno lamenta que hayan pasado. Otros tres anos asi de dichosos le quedaban a Ana por delante hasta terminar el colegio. Y luego se habria ido a estudiar a la universidad si no hubiera llegado aquella fatidica carta desde Batumi. La carta que partio su vida en dos. Por lo general, en su casa, una carta de Batumi era sinonimo de pelea, porque Ana estaba obligada a contestar. Y es que en Batumi vivia el hermano de su madre, el que las mantenia. --Que escribas, te digo--ordenaba Klio. Ana se sentaba con la pluma en la mano y dibujaba un gallito en el papel secante. --Ana, he dicho que escribas. --?Y que le digo? --Dile que le pides a Dios que nos reste dias de vida a nosotras para darselos a el. --!Y un cuerno! Y acto seguido comenzaba la pelea. Ana no era desagradecida y sabia muy bien que el tio Alekos, el que vivia en la Santa Rusia, era quien pagaba un monton de liras para que ella pudiera estudiar en el colegio; era quien antano --es decir, antes de que se casara con la tia Claude, que lo manejaba a su antojo--mandaba caviar y tambien iconos recubiertos de oro, y aquellas cucharitas y vasitos rusos banados en oro y con el aguila bicefala del zar estampada. <>, aprendio a decir Ana de su abuela, y al Paraiso se lo imaginaba ahi, en Rusia, donde todo era grande y abundante, donde todo era interminable, todo, incluso las horas. <>, le decia Loxandra al verdulero cuando este se demoraba. Ana veia al tio Alekos en aquel Paraiso ruso como a un dios. El dios terrible de Abraham y de Isaac, al que habia que cantar himnos con panderos y danzas, con laudes y flautas para ganarselo, porque aunque por un lado ofrecia la Tierra Prometida, por el otro no se lo pensaba mucho para pedir un sacrificio de sangre. Cada ano, cuando se acercaba septiembre, Ana lo pasaba fatal hasta que llegaba la noticia de que la matricula del colegio habia sido cubierta. En cuanto a la universidad, que le habian prometido para despues, Ana estaba dispuesta a hacer por ella todos los sacrificios del mundo. Si hubiera tenido el arpa de David o los cimbalos de Jerusalen, quiza habria podido producir el ruido necesario para expresar su agradecimiento, pero teniendo unicamente la pluma le era imposible. Y, por eso, siempre habia pleito. ?Que le podias escribir o que le podias decir a una persona a la que no habias visto mas de tres veces en tu vida y de la que corrias a esconderte debajo de alguna mesa o detras de algun ropero cada vez que aparecia? La ultima vez que ese tio habia ido a su casa habia traido con el a su mujer para que besara la mano de la abuela, es decir, de su madre, Loxandra. La mujer que el tio Alekos habia tomado por esposa se llamaba Claude y era francesa, una francesa muy delgada que entro en la casa como un huracan y la recorrio completita, por dentro y por fuera. Queria verlo todo, queria saberlo todo. Cuanto aceite se usaba para la comida, cuanto dinero se le pagaba a la sirvienta, por que vivian en esa casa situada en la calle principal de Pera y no se iban a vivir a una casa mas economica. Por que tenian animales. Los animales son portadores de microbios. Habia que deshacerse de ellos. A Aslan, el gato, que por aquel entonces tendria un ano, no le vieron el pelo durante todos los dias que duro la visita de la tia Claude. Se iba muy temprano por la manana y volvia muy tarde por la noche para guardarse bien guardadito en la cocina. A Dick, el perro de Ana, hubo que amarrarlo porque cada vez que veia a la tia Claude grunia. La abuela, que ya no salia de su recamara y que apenas oia, no se percato de nada de todo aquello. A sus noventa anos, ?que sentido tenia decirselo y mortificarla? En cuanto aquellos huespedes se fueron de la casa, el mundo entero respiro aliviado. <>, dijo la madre de Ana apenas cerrar la puerta detras de ellos. Y desde entonces el nombre de la nuera fue <>. El tio Alekos era <> y la culpa de todo la tenia <>. --Estas son maquinaciones de aquella--volvio a decir Klio en cuanto termino de leer la fatidica carta, y estaba a punto de romperla cuando Ana se la arrebato de las manos. Da vertigo pensar de que cosas tan pequenas depende la vida del hombre. Si Klio hubiese roto la carta aquel dia, !que distinta habria sido la vida de Ana! Pero ?quien iba a saber? <>, dicen. Y asi es. La carta era una invitacion a Ana para que hiciera un viajecito de placer a Rusia, un viajecito de un mes. Es decir, hasta que la escuela abriera sus puertas a principios de septiembre. Ana podria tomar rapidamente el Sicilia de la Lloyd Triestino, cuyo capitan era amigo de su tio Alekos. Su madre la embarcaria en Constantinopla y el capitan, personalmente, se la entregaria a la tia Claude en Batumi. La tia Claude, decia la carta, la estaba esperando para recorrer juntas el Caucaso y visitar a una pariente que vivia en el norte, en una ciudad llamada Stavropol.