• libro viento del este viento del oeste - Pearl S. Buck

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    Viento del este, viento del oeste, es la primera novela de Pearl S. Buck. Fue publicada en el ano 1929, y en ella nos acerca, desde su profundo conocimiento, a la cultura y costumbres de la China de principios del siglo XX, aunque lo cierto es que este ultimo dato el lector se lo tendra que imaginar, ya que no hace ninguna referencia a fechas ni acontecimientos importantes a lo largo de todo el libro. Narrado en primera persona por su protagonista principal, Kwei-lan nos cuenta su conmovedora historia, la de una mujer nacida en el seno de una familia distinguida que desde el mismo momento de su nacimiento es prometida en matrimonio con su futuro marido tal y como marcan las normas y tradiciones, tanto de su pais como de su familia. Y para eso sera educada y preparada, para servir fielmente a su esposo segun las costumbres orientales y llegar a ser la perfecta esposa que todos esperan que sea. Su futuro marido, por el contrario, recibe una educacion totalmente diferente, ya que se trasladara a vivir a Estados Unidos para recibir formacion academica como medico. Al terminar la carrera y regresar de nuevo a su patria, sus padres le obligaran a cumplir con el compromiso y casarse con su prometida, Kwei-lan. Un mundo totalmente diferente se abrira ante ellos, pero principalmente para ella. El deseo de el es desmarcarse de las rigidas normas orientales y acercase mas a las occidentales. Ella tendra que acomodarse a una forma y ritmo de vida para la que no ha sido preparada, y que por otro lado le cuesta enormemente entender. Ha sufrido muchas penurias y sufrimientos en su educacion de <> y ahora se enfrenta a un mundo que desconoce y la desconcierta. Cogida entre dos mundos totalmente diferentes, una lucha interna de sentimientos enfrentados se iniciara en su interior, debiendo librar esa batalla en soledad.

  • VIENTO DEL ESTE, VIENTO DEL OESTE | PEARL S. BUCK

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  • Viento del este, viento del oeste (Best Seller) Libro de bolsillo

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  • VIENTO DEL ESTE, VIENTO DEL OESTE - BUCK PEARL S.

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    Termine "Viento del Este , Viento del Oeste" de Pearl S.Buck. Un libro muy corto y emotivo donde la autora supo llegar al lector y transmitir las marcadas ...

  • viento del este viento del oeste - Primera edici�n - Iberlibro

    https://www.iberlibro.com/buscar-libro/titulo/viento-del-este-viento-del-oeste/primera-edicion/

    VIENTO DEL ESTE, VIENTO DEL OESTE de PEARL S. BUCK y una gran selecci�n de libros, arte y art�culos de colecci�n disponible en Iberlibro.com.

  • Viento del Este, viento del Oeste de Buck, Pearl S. - IberLibro ...

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  • Viento del Este, Viento del Oeste - Libro de Pearl S. Buck

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    Comentarios y opiniones de Viento del Este, Viento del Oeste ... Es una novela para acercarse a China desde los ojos de una occidental. ... Una historia sobre el ...

  • Viento del este, viento del oeste | Penguin Libros

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    Viento del este, viento del oeste ... Pearl S. Buck ha sabido describir en sus libros el punto justo en que se encuentran las civilizaciones oriental y ...

  • Viento del Este, Viento del Oeste - Wikipedia, la enciclopedia ...

    https://es.wikipedia.org/wiki/Viento_del_Este,_Viento_del_Oeste

    Viento del este, Viento del Oeste es una novela escrita por Pearl S. Buck publicada en 1930. ... Nueva York, Carretera Abierta Medios de comunicaci�n Integrados) Libros ...

  • Regalame otro mundo, Mina Vera de Mina Vera

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    Es el ano 2998 y Galatea Biagioni tiene una nueva mision como Galaxia, campeona de la Agencia de Recuperaciones en el olvidado planeta llamado Nox. No esta aun curada de las lesiones sufridas tras su ultimo encargo, pero a una sola victoria de alcanzar los mil puntos en el ranking, sus jefes la apremian para que consiga un nuevo exito.

  • Hormigas en la playa de Rafa Moya

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    Hormigas en la playa narra la historia de una obsesion. La obsesion de Eric por Pau, un amigo de juventud. Ambos se reencuentran treinta anos mas tarde de haberse perdido de vista, en una reunion de antiguos alumnos. A partir de ahi, Eric intenta recuperar la relacion que tuvieron en el pasado y para ello emprende una supuesta operacion de acoso basada en una nostalgia quiza mal planificada. Para algunos, una historia de amor, para otros un novela de suspense, quiza una novela urbana, psicologica, oscura, cerrada, emotiva, vital y para todos una novela impactante y dificil de olvidar.

  • La cruz del Nilo (Las hijas de las tormentas 2) de Jordi Sierra I Fabra

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    Joa continua buscando a sus padres, negandose a aceptar el silencio. Por fin una llamada del arqueologo Gonzalo Nieto, viejo amigo de su padre, la pone sobre una nueva pista que la traslada a Egipto. Pero no llegaran a encontrarse, porque es asesinado unas horas antes. Joa tendra que sumergirse en la resolucion de una sucesion de enigmas partiendo de un viejo jeroglifico egipcio, e intentar huir de la secta que esta dispuesta a todo por guardar el secreto que protegen.

  • El instinto de la conciencia de Michael S. Gazzaniga

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    La idea del cerebro como maquina, propuesta por primera vez hace siglos, ha llevado a suposiciones sobre la relacion entre la mente y el cerebro que los cientificos y los filosofos persiguen hasta nuestros dias. Gazzaniga, sin embargo, afirma que se trata precisamente de lo contrario: los cerebros hacen maquinas, pero no pueden reducirse a una. Una nueva investigacion sugiere que el cerebro es en realidad una confederacion de modulos independientes que trabajan juntos. Comprender como la conciencia podria emanar de tal organizacion ayudara a definir el futuro de la neurociencia y la inteligencia artificial, y cerrara la brecha entre el cerebro y la mente.

  • Y en nosotros nuestros muertos (Nena Castelao 1) de Ana Medrano

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    Madrid, abril de 2012. La desaparicion de un espejo en el taller de restauracion donde ha fallecido recientemente su padre es el detonante para que Nena -Magdalena Castelao- consiga convencer a sus amigos y a un inspector de la policia de que sus sospechas sobre la naturaleza criminal de esa muerte son fundadas.
    Gracias al hallazgo de una carta, fechada en el ano 1935, dirigida a su abuelo por el entonces parroco de San Tirso de Boveda (Lugo) y de la ayuda del actual sacerdote a cargo de esa parroquia, la investigacion ira desentranando una trama organizada en torno al expolio y la venta fraudulenta de patrimonio artistico espanol.
    A medida que la investigacion avanza Nena descubrira que la verdad no siempre te devuelve la paz.

  • Al mal tiempo, mejor cara de Barbara Constantine

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    Con la tripa pegada al volante, y la nariz al parabrisas, Ferdinand conduce muy concentrado. La aguja del velocimetro no se despega del cincuenta, la velocidad ideal. No solo ahorra combustible sino que ademas le da tiempo a ver desfilar el paisaje por la ventanilla, a disfrutar del panorama. Y, sobre todo, a detenerse a la mas minima alerta, sin exponerse a sufrir un accidente. Hablando de accidentes, justo ahora ve un perro corriendo delante de el por la carretera. Por puro reflejo, Ferdinand pisa el freno. Los neumaticos chirrian, y la grava sale despedida. Los amortiguadores dejan escapar un quejido. El coche da un bandazo y por fin se detiene en mitad de la calzada. Ferdinand se asoma por la ventanilla. – ?Adonde vas, chaval? Por ahi de juerga, ?eh? El perro se aparta, pasa de largo a toda velocidad y se tumba algo mas lejos en la hierba de la cuneta. Ferdinand sale del coche con dificultad. – Anda, pero si eres el perro de la vecina. ?Y que haces aqui tu solo? Se acerca, alarga la mano muy despacito y le acaricia la cabeza. El perro tiembla. Al cabo de un rato, cuando ya se ha ganado su confianza, el animal se decide a seguirlo. Ferdinand le abre la puerta del asiento trasero y vuelve a arrancar el motor. Al llegar a un camino de tierra, abre la puerta del coche. El perro baja, pero se le arrima a las piernas gimiendo, como si tuviera miedo. Ferdinand abre la cerca y lo anima a entrar. El perro repta a sus pies, sin dejar de gemir. Ferdinand recorre el sendero entre dos setos de maleza y llega a la puerta de una casita. Esta entornada. Llama en voz alta... Eh... ?Hay alguien?... No recibe respuesta. Mira a su alrededor, pero no ve a nadie. Empuja la puerta. Al fondo de la habitacion alcanza a distinguir en la penumbra una silueta tendida en una cama. Vuelve a llamar. La silueta no se mueve. Ferdinand olfatea el aire. Ahi dentro apesta... Olfatea otra vez. !Buf, pero si huele a gas! Corre hacia la cocina, cierra la bombona de butano y se acerca a la cama. !Senora, senora! Le da palmaditas en las mejillas. Al principio flojito pero, al ver que la mujer no reacciona, cada vez mas fuerte. El perro ladra, dando saltos alrededor de la cama. Ferdinand tambien se asusta, y ya no son palmaditas sino bofetadas lo que le da a su vecina. Le grita que se despierte. Los gritos se mezclan con los ladridos. !Senora Marceline! !Guau, guau! !Abra los ojos, maldita guau! !Despierte, por guau, por favor, guau! La mujer deja escapar por fin un pequeno gemido. Ferdinand y el perro suspiran de alivio a la vez. 2 CINCO MINUTOS MAS TARDE, MARCELINE SE ENCUENTRA MEJOR Marceline ha recuperado un poco de color en las mejillas e insiste en servirle una copita. No recibe visitas todos los dias. Son vecinos, pero nunca habia puesto un pie en su casa, hay que celebrarlo. Por mas que Ferdinand le dice y le repite que no tiene sed, que solo se ha acercado a traerle a su perro, ella se levanta de todas maneras, avanza tambaleandose hasta el aparador y saca una botella de licor de ciruela que quiere a toda costa que pruebe para saber que opinion le merece. Es la primera vez que lo prepara. Digame a ver que le parece, a ver si esta bueno. De acuerdo, Ferdinand asiente con la cabeza. Ella empieza a servirle y, de pronto, se detiene y pregunta, preocupada, si luego tiene que conducir. El le dice que ya se va para casa, esta solo a quinientos metros, !podria recorrer el trecho con los ojos vendados! Mas tranquila, termina de servirle la copita. Apenas le da tiempo a mojarse los labios cuando Marceline siente un mareo. Se deja caer pesadamente sobre una silla, con la cabeza entre las manos. Incomodo, Ferdinand se concentra en el mantel de hule, en deslizar el vaso sobre las lineas y los cuadros. Ya no se atreve a beber ni a decir nada. Al cabo de un largo silencio le pregunta, casi en un susurro, si quiere que la lleve al hospital. – ?Al hospital? ?Para que? – Pues para que la examinen. – Pero si solo me duele un poco la cabeza. – Ya, pero... con lo del gas... – Ya... – No es bueno... – No, claro. – Puede haber efectos secundarios. – ?Ah, si? – Vomitos, me parece. – Ah. No lo sabia. Otro largo silencio. Marceline tiene los ojos cerrados. Ferdinand aprovecha para mirar a su alrededor. La habitacion, pequena y oscura, esta repleta de cachivaches. Enseguida piensa que en su casa ocurre exactamente al reves, casi hay eco de vacia que esta. Esa idea le deprime, asi que vuelve a concentrarse en el mantel de hule. Por fin se anima a decir: – Por lo general no me suelo meter en la vida de los demas, Marceline, bien lo sabe usted. Pero ?no sera porque tiene usted muchas preocupaciones por lo que ha... por lo que ha...? – Por lo que he ?que? – ?El gas? – ?Que pasa con el gas? – Pues eso... A Ferdinand le cuesta hablar. Es un tema personal. No se le da bien hablar de temas personales. Sabe que tiene que decir algo, pero es incapaz de ir al grano, asi que se pone a hablar y hablar para no decir nada, intentando hacerse entender con medias palabras. (Tambien le gusta mucho la expresion <>.) Esta tan convencido de que las palabras traicionan el pensamiento que preferiria funcionar por instinto y dejar que este se encargara de todo. !Aunque no le falta lucidez para reconocer que mas de una vez se la ha jugado, el muy sinverguenza del instinto! Pero, sin querer, una cosa lleva a la otra, y teme provocar un exceso de emocion, le da miedo que la mujer se eche a llorar para desahogarse o le desvele algun secreto, y esas cosas a el no le gustan nada. !Cuanto mas facil seria la vida si la gente se las apanase siempre sola! Con su mujer tenia un truco para evitar la trampa de las conversaciones demasiado intimas: en cuanto notaba que ella iba a ir por ese camino, Ferdinand evocaba el pasado. Una palabra nada mas, como quien no quiere la cosa, y listo, ya podia escucharla sin prestarle atencion, como quien oye llover. Como le gustaba hablar a su pobre difunta... De cualquier cosa, de tonterias. Era una autentica cotorra. Pero lo que mas le gustaba, por encima de todo, era hablar del pasado, de su juventud. Solia decir que todo era mejor antes, que todo era mucho mas bonito. !Sobre todo antes de conocerlo a el! Siempre terminaba enumerando con rabia todo lo que habria podido vivir en otra parte, en America, en Australia o en Canada, quiza. !Pues si, por que no, claro que habria podido ser asi! Si no la hubiera sacado a bailar, si no le hubiera susurrado palabras tiernas, si no se hubiera arrimado tanto a ella, en ese dichoso baile del 14 de julio. Que lastima. Ferdinand no le guardaba rencor por hablar asi. El tambien habia tenido suenos. El tambien habia sonado con cosas bonitas. Pero no habia tardado en comprender que los suenos y el amor no iban de la mano. A lo mejor porque el no estaba hecho para esas cosas. O quiza seria en otra ocasion. !O en otra vida, como los gatos! Bueno, toca volver al presente. Esta en casa de su vecina. La mujer tiene un problema pero no parece querer hablar de ello, pese a las preguntas que el le hace discretamente. No sabe gran cosa de ella excepto que se llama Marceline, que vende miel, fruta y verdura en el mercado, y que es un poco extranjera. ?Rusa o hungara, quiza? Del Este en todo caso. No hace mucho tiempo que se instalo aqui. Bueno, unos anitos ya si que hace. ?Seis o siete? Si, por lo menos seis o siete ya... Ferdinand vuelve a mirar a su alrededor. Esta vez repara en que no hay calentador encima del fregadero, ni tampoco hay nevera, ni lavadora ni televisor. Ninguna comodidad moderna. Como cuando era nino, tan solo la radio para enterarse de las noticias, y agua fria en la pila para lavarse. Recuerda que en invierno siempre buscaba la manera de escaquearse. Y tambien intentaba librarse de hacer la colada, la ropa salia tiesa y helada del lavadero, y el tenia que ayudar a escurrirla, con las yemas de los dedos moradas de frio y arrugadas como garbanzos. !Anda que no era dificil todo en aquellos tiempos, me caguen diez! Se dice a si mismo que tal vez la pobre senora Marceline se haya cansado de esa vida tan dura y tan llena de incomodidades. Se habra desanimado. Y tambien se habra deprimido por estar lejos de su pais y de su familia, ?no? Lo mismo es ese el motivo por el que... Siente que no se va a poder librar, que no va a tener mas remedio que hablar. Y no de tonterias, de si va a llover o si va a hacer bueno. O incluso de su perro. !Que chucho mas listo, oiga! Que suerte tener uno asi. Yo el ultimo que tuve era tonto perdido, pero muy carinoso. Este... Ah, ?que es una perra? ?Esta usted segura? No me habia fijado. Inspira hondo y se lanza a hablar. De un tiron le dice que lo entiende, que a el tambien le han dado ganas un par de veces en su vida. Tres, en realidad. Bueno, venga, para ser del todo sinceros, cuatro. Si, pero... el se tomo el tiempo de pensarlo bien antes, y encontro muy buenas razones para no hacerlo. Como por ejemplo... Asi de sopeton no se le ocurre ninguna. !Ah, si, claro, sera tonto: sus nietos! Los nietos son maravillosos. Apasionantes. Nada que ver con los hijos. Si, si, de verdad. Son mas guapos, mas vivos y mucho mas listos. A lo mejor tiene que ver con la epoca en que vivimos, los tiempos han cambiado. A no ser que seamos nosotros, tal vez al hacernos mas viejos nos volvamos mas pacientes. Puede ser... ?Usted no tiene nietos? ?Ninguno? Vaya. Que pena. Pero hay otras cosas por las que vale la pena vivir. Espere, dejeme pensar... Marceline levanta los ojos para mirar al techo. Ferdinand se rasca la cabeza. Tiene prisa por encontrar algo. – Mire usted, de vez en cuando tambien es bueno acordarse de que hay gente que esta peor que uno. Asi uno pone los pies en la tierra. O, si prefiere, pone las cosas en perspectiva. A veces es necesario, ?no cree? Marceline parece estar en otra parte. Ferdinand busca algo gracioso que decir. – Bueno, y como nadie ha vuelto nunca para decir si al otro lado estan mejor las cosas, lo mismo no merece la pena adelantarse, ?eh, senora Marceline? Puede que sea mejor esperar a que llegue tu hora, y ya esta. Suelta una risita. Espera su reaccion. No hay reaccion. Entonces ya si que se preocupa. Se inclina hacia ella. ?Me entiende cuando le hablo? A lo mejor hay alguna palabra que no... Marceline tiende la mano hacia la tuberia de la cocina y, temblandole la voz, dice que ya esta, que llevaba un rato pensandolo pero que ya se acuerda, que todo ha sido por su viejo gato. Hace ya varios dias que ha desaparecido. ?Se habra muerto? Espera que no. Seria dolorosisimo para ella... Y, mientras tanto, su casa es un caos. Los ratones hacen lo que les da la gana. No paran de bailar, todo el dia y toda la noche. En los armarios, debajo de la cama, en la despensa... Roen, roen y roen sin parar. !La estan volviendo loca! Si siguen asi, al final se subiran a la mesa y comeran de su plato, los muy descarados. Ferdinand ha desconectado, ya casi no la escucha. Divaga por completo la pobre mujer. Debe de ser por el gas. Eso que cuenta del gato muerto y los ratones que bailan no tiene ni pies ni cabeza. La mira hablar y luego le observa las manos. Bonitas y estropeadas. Piensa que es por trabajar la tierra, deberia cuidarse, ponerse crema, lo necesita. Pero el caso es que parece mas joven de lo que el pensaba. Tendra unos sesenta, calcula... De pronto, la mujer se pone de pie. Sorprendido, Ferdinand da un respingo y se levanta a su vez. Ella le dice que es muy frustrante hablar y que nadie te escuche. Pero bueno, ya se encuentra mejor. Gracias por todo, ya puede irse, ahora se va a tumbar a descansar un poco. El gas la ha dejado aturdida. Ferdinand mira el reloj: las cuatro y media, es pronto para acostarse, le extrana. Ella le dice que no lo acompana hasta la puerta, que ya se las apanara el solito. El le dice que si, escondiendo una sonrisa. !No hay mucho peligro de perderse en una casa que solo tiene una habitacion! Le acaricia la cabeza a la perra. Bueno, pues nada, adios, senora Marceline. Si necesita algo, lo que sea, no dude en llamarme. Si, gracias, asi lo hare. Se encoge de hombros y masculla en voz baja: en cuanto me instalen el telefono, no te digo...

  • Juegos prohibidos 6 de Emma M. Green

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    Harry ha desaparecido. No se cuantos segundos pasaron entre la desgarradora confesion de Tristan y la reaccion de su madre, Diez, o tal vez hasta veinte. Veinte largos segundos de silencio incredulo. Luego Sienna se desvanecio, en la entrada, como en camara lenta. Se derrumbo sin hacer ni un sonido. No se desmayo realmente, sino que simplemente estaba demasiado impresionada como para mantenerse de pie, pronunciar una sola palabra o soltar un grito. Mi padre corrio para levantar su cuerpo amorfo, desprovisto de toda energia y de toda emocion, y recostarlo sobre el sillon de la sala. Mientras que mi madrastra recupera la conciencia, la villa se ve literalmente invadida. Por policias, socorristas, algunos hombres uniformados y otros con traje y corbata, mujeres, jovenes, viejos, como si toda la ciudad hubiera decidido reunirse en nuestra casa, en medio de la noche. Sin saber como llego hasta ahi, una cobija me rodea los hombros. La que alguien debe haber intentado ponerle a Tristan yace a sus pies. Todos sus musculos estan tensos, sus punos apretados, sus mandibulas contraidas, y unos faros giratorios reflejan una luz azul en sus ojos, que nunca me han parecido tan obscuros. Desde lejos, escucho a mi padre respondiendo a las preguntas, intentando controlar la situacion, aparentemente tan calmado como siempre. Pero puedo ver todo su desasosiego en su voz inquieta y casi ahogada. Y en su economia de palabras, como si ya no supiera que mas decir, no como decirlo. - Harrison Quinn. Tiene 3 anos. No, no es mi hijo. Es de Sienna Lombardi, mi… Mi esposa. Si, su padre esta muerto. Antes de que el naciera. No… nunca lo adopte. Nunca hablamos de eso. Tristan aparece entre mi padre y el hombre que toma notas en su pequeno bloc, sin duda un detective, que solo deja de escribir para sacar un panuelo del bolsillo de su pantalon y secarse la frente con el. - Escuche, no se quien es usted y no me importa. - El oficial Boyle. - Lo unico que tiene que hacer es encontrar a mi hermano, continua Tristan ignorandolo. !Esta perdiendo su tiempo! - No, joven. Estoy siguiendo el procedimiento en caso de la desaparicion de un menor. - Ya veo a lo que quiere llegar, con sus preguntas y sus cejas que no se conforman con las respuestas. !Craig no tienen nada que ver con todo esto! El ni siquiera estaba en la casa. Y adora a Harry. Que lo haya adoptado o no, no cambia nada. No comience a convertir a todos en sospechosos. Mi hermano menor desaparecio. Simplemente desaparecio. Y usted deberia encontrarlo. Encontrarlo vivo. !Nada mas! !Ese es su maldito trabajo! La voz grave de Tristan cede y me acerco lentamente a el para impedir que diga mas groserias o se meta en problemas. El oficial se seca de nuevo la frente respirando ruidosamente. Tiene un ligero sobrepeso, concentrado unicamente encima de su cintura, a la que le cuesta mantener a su pantalon de traje beige. Pero mas que el calor de este principio del mes de mayo, aunque sea la 1 de la manana, es la tension en la casa lo que parece darle calor. Varias gotas finas de sudor corren bajo sus lentes sin montura. - ?No dicen que cada segundo cuenta cuando un nino desaparece? pregunto en voz baja. - Mis hombres ya estan trabajando en eso, senorita… - Sawyer. Liv Sawyer, soy su hija, digo senalando a mi padre con el menton. - La hermanastra del desaparecido, entonces, concluye el detective garabateando en su bloc. - Si asi lo quiere ver. La expresion me hiela. No se que es peor, que se refiera a Harry como el << desaparecido>> o que todo esto de los hermanastros vuelva a relucir en una situacion asi. - !Fergus! grita de repente Tristan. !Fergus O'Reilly estuvo aqui esta noche! ?Hablaron con el? Tal vez… - El fue llevado a la estacion de policia, donde esta siendo interrogado en este mismo momento, lo interrumpe el detective. - ?Que fue lo que dijo? ?Vio algo? Ese imbecil… - No tengo permitido decirle nada sobre el tema. El Sr. O’Reilly esta en calidad de testigo. Por ahora, necesito una descripcion precisa del desaparecido: estatura, peso, color de cabello y de ojos, ropa que traia puesta. Lo mas detallada posible. Las lagrimas se acumulan en mis ojos mientras que Tristan describe a Harrison, su corte de cabello, sus ojos azules, su pequena pijama de cuadros, unas bermudas y una camisa de botones, y su cocodrilo. - !Alfred desaparecio tambien! dice poniendo su mano sobre mi nuca, con un brillo de esperanza al fondo de sus ojos azules. - Harry no se separa nunca de el… - !Ya se! Pero entonces eso quiere decir que se fue con el. !Se lo llevo, Liv! !Si hubiera sido secuestrado, no habria tenido tiempo de tomar su peluche! !Penso en Alfred! !Tal vez solo se fue a pasear, masticando su pata como siempre lo hace! Con un intento de sonrisa sobre los labios, Tristan me abraza, como si tuviera la prueba de que nada pudo pasarle a Harry. El oficial nos mira mas de lo que nos escucha. Sus pequenos ojos sorprendidos siguen los dedos de Tristan alrededor de mi cuello, observan nuestro abrazo. El debe ser uno de los pocos habitantes de Key West que no sabe nada del escandalo. O bien ya lo olvido. O es del tipo de hombres a los que no le interesa los rumores o las historias de amor de adolescentes. Ruego en secreto por que sea la ultima opcion. Mi padre regresa de la sala con varias fotos de Harry, completas o de retrato, solo o rodeado. El detective se las pasa una a una a la mujer al lado de el, una castana con el cabello peinado hacia atras y la piel bronceada, y le murmura que lance una Alerta de Secuestro – aparentemente no con la discrecion suficiente. - !Pero lo digo que sin duda no fue secuestrado! se enoja Tristan. Su peluche… - U

  • Inflamable 1 de Eva M. Soler , Idoia Amo Ruiz

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  • El Amor de Christina de Maria Serrano

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    Christina era una joven universitaria que sonaba ser una administradora de empresas. Sin embargo el destino tenia preparado varios tropiezos en su vida. Por consecuencia y falta de dinero, forzosamente Christina decide tomar un empleo de acompanante sexual, es en ese momento cuando entra en accion Mark, un joven muy guapo y popular que se enamora de ella. Podran estar juntos? que hara Christina? no nos adelantemos mucho, deseas saber que pasa con esta bella historia de amor?

  • Un principe en construccion (Principes 1) de Virginia Camacho

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    .Jeremy Blackwell ha corrido una larga carrera hasta llegar aqui, la cima del poder. Las cosas que ocurrieron en su pasado lo han empujado a el y a su hermano a ser como son, a juntar riquezas, a presionar y casi asfixiar hasta obtener lo que quieren. Y ha llegado el turno de Jennifer Hendricks de ser presionada; ella tiene clase y estima en la alta sociedad, lo que el necesita, y el tiene dinero, lo que necesita ella. ?Que tan malo sera llevar a cabo uno de los convenios mas antiguos de la historia de la humanidad?
    Para ella no sera facil renunciar al amor verdadero, pero, ?acaso este de verdad existe? El amor es otra mercancia que se puede comprar y vender. al menos, es lo que el ha visto con sus propios ojos.
    Tal vez, tal vez, tambien pueda comprar el amor de Jennifer, aunque luego no sepa que hacer con el.

  • Pacto entre hermanas de Ivette Chardis

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    Dos mujeres independientes y un baron dispuesto a conquistar a una de ellas.

  • Retratos Turbios de Carlos Eduardo Zavaleta

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    Retratos turbios adviene como el mayor esfuerzo “totalizador” efectuado por Zavaleta hasta el momento. Su integrador diseno congrega multiples connotaciones sociales, politicas, geograficas, psicologicas, etc., por medio del contrapunto de los personajes. En el caso de los protagonistas, los primos hermanos Tono e Ismael, el juego de oposiciones se erige como la verdadera trama de la novela. Una rivalidad de polos complementarios que pugna entre si, sin arribar a una sintesis autentica, solo a nexos falsos, impuestos, turbios. Sumese a este duelo central (Zavaleta admira El duelo de Joseph Conrad), la contrastante red que hilvanan Monica, Martha, Maruja y Melisa -todas con la inicial M-, tendiendo una luz poliedrica sobre el personaje vertebrador Tono. Sobre su comportamiento turbio con su mayor destinatario, el verdugo-victima Ismael, resultaria arduo detallar todas las connotaciones movilizadas por Retratos Turbios, en la medida que desfilan el civil y el militar, la costa y la sierra, la pobreza y el arribismo, la migracion dentro y fuera del pais, la autenticidad y la hipocresia, la sensatez y la pasion, el desprecio y la envidia, la inteligencia y la fuerza bruta, la rebeldia y el sometimiento, la necesidad de cambio y la defensa del orden existente, etc.

  • Jefe, no soy una mas de Sarah Rusell

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    Cafe en mano y dispuesta a afrontar aquella manana de lunes. Mire alrededor y me salio una sonrisa, por fin tenia mi nuevo apartamento completamente amueblado y listo. Me lo habia comprado dos anos atras sobre plano y me lo entregaron hace apenas un mes. Este fin de semana habia sido el primero que pasaba aqui, y estaba aprovechado para terminar de colocar todas mis cosas. Eran unos edificios preciosos a las afueras de la ciudad, con zonas ajardinadas, el arquitecto habia hecho un gran trabajo y los resultados fueron brutales. Mi apartamento era de los mas pequenos, dos dormitorios, el principal con vestidor y bano, en el pasillo un aseo con plato de ducha, salon, cocina y una terraza amplia donde habia puesto una mesita con dos sillones comodos. Amueblado todo en blanco y decorado muy cuqui, me habia quedado genial y al ser nuevo se veia todo tan reluciente, que estaba loca de contenta. Mi padre me habia regalado los muebles, digo mi padre, porque mi madre murio cuando yo apenas tenia cinco anos, asi que el tuvo que encargarse de mi, eso si, lo hizo encantado y es que no tuvo ojos para otra mujer que no fuera yo. Ademas, se volco tanto en mi como en su prestigiosa carrera de abogado. Alonso Jaca, uno de los mas temidos por los hombres ya que sus mujeres le encargaban los tramites de divorcio, y es que conseguia que todas salieran muy beneficiadas. Y si, era mi padre y lo que voy a decir sonara a eso que llaman amor de hija, pero era un hombre de lo mas guapo. Alto, pelo castano con algunas canas propias de la edad, apenas si le faltaban tres anos para cumplir los sesenta, unos ojos marrones de lo mas expresivos, atento, carinoso y la sonrisa mas bonita del mundo. Me consta que muchas mujeres suspiraban por el, pero mi padre no les hacia el menor caso, seguia enamorado de la mujer que fue el amor de su vida. Mi padre quiso pagarme el apartamento, pero me negue rotundamente, queria ser yo quien lo hiciera con una hipoteca y el sudor de mi frente, no es que sudara mucho trabajando, pero si que me lo habia currado bien. La terquedad era, junto con el color de sus ojos, lo que habia heredado de el, el resto era todo de mi madre. Melena negra, de estatura mediana y en cuanto al rostro, casi, casi, como dos gotas de agua. Me saque la carrera de periodismo y termine trabajando para una revista del corazon donde me dedicaba a desarrollar noticias sobre los personajes mas mediaticos de estos momentos y que estuvieran ahora mismo en boca de todos por alguna cuestion personal. Me encantaba mi trabajo. Desde los veinticinco anos que hice las practicas en esta revista ya me quede trabajando en ella, ahora tenia treinta y estaba fija con unas condiciones buenisimas, y es que mis jefes estaban muy contentos con mis resultados, decian que veian como me dejaba el alma. Me abrigue ya que era un frio dia de enero y sali de alli en mi coche, regalo de mi padre el ano anterior por Reyes, un todoterreno blanco que me encantaba, una cucada. Llegue a las oficinas y me dijeron que tenia en la sala de espera al mismisimo Ivan Vera, esperando a la persona que habia sacado el titular de su divorcio, o sea, yo. Voltee los ojos, fui a buscarlo y lo encontre sentado con una cara de esas que anuncian que estaba muy enfado, me presente dandole la mano y lo hice pasar a mi oficina. --?Un cafe? --le pregunte senalando la cafetera. --No, gracias --yo me prepare uno y me sente frente a el, esperando a que me dijera que pasaba, como si yo no lo supiera. --?Entonces? --Quiero que rectifiques el titular de la revista --vaya, me tuteaba. Bueno, pues nos tutearemos. --Sabes que no puedo y no voy a hacerlo, a no ser que me demuestres que ese titular es mentira y encantada lo hare en primera plana. --!Es mi vida! --grito, sin levantase de la silla. --Eh, baja el tono que no estoy sorda, se que es tu vida, pero debes de comprender que tambien es publica. --Si, pero eso no te da derecho a poner en primera plana que mi mujer se fue de casa por una infidelidad mia. --?No lo fuiste? --?Eres juez? --No, pero soy periodista y mi trabajo es llegar al corazon de la noticia y es que tu mujer te pillo porque habias tenido una aventura con otra y por eso te dejo. --Me da igual mi mujer, la otra y todo, solo quiero que se limpie mi nombre. --Pues eso lo deberias de haber pensado antes. --?Antes de que? --De que tu mujer te hubiese pillado con el carrito del helado. --Mi mujer no me pillo, fue una trampa que le puse para que me dejara de una vez por todas. --?Me estas dando otra noticia? --pregunte sonriendo, aquello sonaba de lo mas jugoso. --Pongala y le juro que la hundo. --?Hundir, tu y cuantos como tu? --No vaya de listilla que tengo los mejores abogados. --No te creas que no estoy bien respaldada --sonrei retandolo. --Quiero que rectifique la noticia --dijo muy enfadado. --?Y que publico, que la informacion estaba mal y que te pillo porque tu quisiste que asi fuera? --Ni se le ocurra --rio enfadado--. Ponga que no estaba segura de esa infidelidad por algunas informaciones que le han llegado por otras fuentes. --Claro y quedo como una profesional de mierda para conseguir que el empresario mas conocido por sus juergas dentro del mundo del famoseo quede como un rey. --Se vas a arrepentir. --Vuelve a amenazarme, y manana seras noticia de nuevo. --?Que va a poner, otra de sus mentiras? --No, de las tuyas --le hice un guino.

  • Andre y Kira. La historia de un beso de M. Cavani

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    Andre ha estado enamorado de Kira desde que llego a su secundaria, mientras ella jamas le ha hecho caso, para Kira el volley es su unico y verdadero amor; pero una noche inesperada sucede algo que ni el azar habria previsto: un beso entre los dos. Desde entonces, Andre no ha hecho otra cosa que tratar de recordarlo mientras Kira solo quiere olvidarlo.

  • Esclavos de un motivo de Consolacion Gonzalez Rico

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    Muchas veces he intentado enfrentarme al papel y plasmar por escrito la historia de mi vida. Hace anos me empujaba el deseo de volver a vivir mis recuerdos, pero estaban tan recientes que evocarlos tan solo dolia tanto como desprender un vendaje de una herida infectada, y las primeras cuartillas acababan en el cesto de los papeles debido a un mero problema de supervivencia. Hoy, aunque todavia quedan cicatrices que duelen cuando se desatan las tormentas del alma, quiero intentarlo de nuevo, sin demasiada conviccion de que esta vez pueda llevar a termino mi proposito. Todo sucedio como estaba escrito, diria si creyera en la fuerza que para muchos explica el ir y venir de la existencia humana. Todo sucedio siguiendo un inexorable principio de causalidad, quiero mas bien admitir de acuerdo con las teorias deterministas que discutia en aquellas clases del Curso Preuniversitario en el Ramiro de Maeztu, tan diferentes a las que el Colegio de las Teresianas me tenia acostumbrada. Aun recuerdo la voz clara y rotunda de mi profesor de Filosofia. El largo tiempo transcurrido no ha borrado de mi mente el brillo de sus ojos redondos y penetrantes, que concedian a su rostro, junto con su nariz aguilena, el aspecto de un aguila majestuosa. Y con la misma pericia y elegancia que si de un aguila se tratara, nos hacia volar por los cielos del pensamiento en busca de respuestas a la trascendencia, al bien y al mal, a la libertad. Aquella tarde de primavera la discusion se centraba en la libertad de los actos humanos. --?No creen ustedes --preguntaba muy seguro de la respuesta-- que el principio de causalidad formulado por Kant es aplicable tambien a nuestros actos volitivos? ?O acaso piensan que somos libres cuando, despues de vencer las eternas dudas que agitan nuestro espiritu, creemos que hemos elegido entre esto o aquello? Su dedo indice largo y huesudo volaba en diagonal una y otra vez, hundiendose hasta enrojecer en los extremos opuestos de la pizarra donde habia escrito dos palabras: CAUSA – EFECTO. Yo, con la vehemencia y pasion de mis pocos anos, y la influencia todavia reciente de los principios religiosos que me habian inculcado las Teresianas, intentaba rebatirlo. --Si mis actos no son libres, ?donde queda mi responsabilidad? ?Donde mi libre albedrio? Si Dios nos ha abandonado en este mundo caotico, despojados de una voluntad libre para hacer esto o dejar de hacer aquello, ?como puede pedirnos cuentas al final del camino? ?Cual es la razon del premio y el castigo? Si existe un Dios justo, y este debe ser uno de sus atributos, ?como podra juzgarme por aquellos actos carentes de una absoluta y total libertad a los que me han conducido unas causas que se me escapan, que son ajenas a mi? Me habia levantado de mi asiento sin ser consciente de ello. Las mejillas me ardian, y mi voz habia ido cobrando un tono enfatico que chocaba con el silencio que se hizo en el aula. --No sea ingenua, senorita Morales; la libertad no existe. Siempre actuamos guiados por el motivo mas fuerte --asevero de forma irrefutable. Mis dudas y su seguridad quedaron suspendidas en la estancia hasta que fueron borradas por el sonido del timbre. Su respuesta sin embargo quedaria para siempre en los registros de mi cerebro, y durante unos minutos, en los golpes de mi sangre, que sentia en las sienes con furia. Quiza con miedo. Mire al cielo a traves de los cristales y su aspecto me parecio premonitorio. En lugar de un azul diafano, propio de la ya avanzada primavera, se presentaba como una boveda negrisima en la que pude contemplar, como unica respuesta a mis dudas, un sobrecogedor dibujo de luz zigzagueante que me produjo un escalofrio. --El motivo mas fuerte --susurre ocupando mi silla. Era una premonicion. Aun faltaban algunos anos para que yo descubriera, con la claridad de un relampago, cual iba a ser mi motivo mas fuerte; el que desencadenaria las tormentas de mi vida. Los hilos de la causalidad Pero los anos de universidad pasarian pronto, y alli estaba, no exenta de cierta angustia, recogiendo mi especialidad de anestesista y a punto de lograr mi primer trabajo. Todo habia resultado demasiado facil para alguien que como yo, en boca del Catedratico de Ginecologia, tenia <>. La frase no me disgusto, sobre todo venida del temido y admirado Profesor Antunez. Del vicio estaba segura; lo habia adquirido con los anos. En lo concerniente a su opinion sobre las virtudes de mi cabeza, tengo que admitir tambien que me ayudo a conquistar parcelas de seguridad y autonomia, imprescindibles para abrirme camino en el terreno profesional, casi vedado entonces a una mujer de veinticuatro anos. Desde luego, no creo que mi pelo caoba oscuro, ni mis ojos verdes, ni mis largas extremidades, que remataban una figura un tanto delgada para los gustos de la epoca, tuvieran nada que ver con el afecto sincero que siempre mostro por mi el Catedratico de Obstetricia y Ginecologia. Aquella manana, me habia citado en la Secretaria de la Facultad para entregarme personalmente la credencial que me habilitaria para el ejercicio de mi especialidad como anestesista. Su gesto fue todo un detalle y un honor para mi. --Andrea Morales Aguilar. Habia pronunciado mi nombre y mis dos apellidos despacio, otorgando la solemnidad precisa a cada uno, como siempre tenia por costumbre hacerlo. Yo me sentia nerviosa y aturdida frente a el. A pesar de los anos transcurridos, puedo sentir todavia su mano derecha aplastandome los nudillos, a la vez que con la izquierda retenia aun mi anhelado trofeo. --Aqui tiene, doctora Morales, su flamante licencia para dormir el dolor --dijo con voz solemne y cercana--. Espero que sepa ejercer su profesion con la misma dignidad y brillantez que siempre ha mostrado en todo cuanto hace. La emocion que me producia aquel ansiado momento, y sus palabras, que conjugaban deseo y reto, hicieron que la respuesta que traia ensayada se me quedara en la garganta. Senti que el rubor me quemaba la cara, y solo pude responder con una sentida sonrisa en la que se mezclaron satisfaccion y agradecimiento. Cuando me disponia a desasirme de su mano, retuvo con fuerza la mia unos instantes y anadio en tono confidencial: --Si quiere trabajar conmigo, manana la espero en mi despacho a las diez en punto. Alli estaba yo, naturalmente, desde las nueve y media de la manana ante la puerta del despacho del profesor mas duro, temido y respetado habido nunca en la Facultad de Medicina, segun relataban las cronicas orales que se transmitian de una generacion a otra de estudiantes. Apenas habia dormido la noche anterior. Durante las largas horas de vigilia, habia imaginado, corregido, inventado y hasta sonado la escena, que con la noche adquiria tintes desmesurados. Sin duda, era la oscuridad quien agrandaba la situacion y encogia mi entereza. La lentitud perezosa del reloj me parecia una crueldad. Cuando sus agujas se aproximaban a las seis de la madrugada, decidi prepararme para el que habria de ser el dia mas decisivo de mi existencia; entonces yo no podia imaginar hasta que punto. Me levante con presteza. La sequedad de mi garganta contrastaba con la humedad viscosa de mi cuerpo provocada por el calor. Muy despacio, sin hacer ruido, introduje mis pies en las zapatillas y me dirigi al cuarto de bano, casi palpando paredes y muebles para no despertar a mi companera y amiga Charo, que entonces compartia conmigo la habitacion. Abri el grifo, puse debajo mi boca y bebi con avidez, hasta que el chorro de agua fresca restauro los estragos producidos por el insomnio. Deje caer el camison, que el suelo recogio indiferente, y concedi la libertad a mi larga y rizada cabellera roja. La agite a derecha e izquierda energicamente y busque el efecto en el espejo. El volumen que habia adquirido, y la espesa marana de mis rizos ya libres, otorgaban a mi rostro un aire felino. Alli quedaba mi cara, perdida entre la maleza. Destacaban en ella unos enormes ojos verdes, rasgados, que el espejo me devolvia esa manana con destellos de curiosidad y expectacion, ante un horizonte prometedor que nunca hubiera presentido tan cerca. Me complacia seguir observando mi cara. Mi nariz, mas bien pequena, no era uno de sus rasgos mas relevantes, mientras que mis labios se hacian notar por su detallado dibujo y amplitud y su facil sonrisa, que dejaba al descubierto unos dientes correctos y regulares. Era excesivamente palida, pero las huellas de la noche anterior acentuaban aun mas mi palidez. Deslice la mirada por la imagen que el espejo me mostraba, y mi cuerpo me recordo la albura marmorea de las estatuas griegas, mas por su color que por sus proporciones, demasiado alargadas como ya he dicho. La unica nota de color marron rojizo, se habia cuidado la naturaleza de colocarla con profusion debajo de mis brazos y entre el nacimiento de mis piernas. Estaba claro que no era una belleza en el sentido clasico de la palabra, pero me habia ido convenciendo de que tenia un atractivo especial. Quiza fuese ese aire tan peculiar, rayando en el descuido, que no me importaba mantener. Me quite las zapatillas y me coloque debajo de la ducha. Con un movimiento mecanico y habitual, mis dedos giraron con rapidez y el impacto estimulante de aquel aguacero atrevido acaricio con frescura cada poro de mi cuerpo. Cuando la toalla termino su tarea me dirigi al cuarto de estar, donde habia dejado mi indumentaria colocada sobre una silla. No habia mucho donde elegir, ni me importaba el hecho de no contar con un ropero variado. Sin maquillar, con el pelo recogido en una trenza y enfundada en unos vaqueros casi siempre gastados, que solia conjuntar con un polo o camisa a cuadros, era la viva imagen de la sencillez y la naturalidad. Ese dia no queria ofrecer un aspecto diferente: los mismos vaqueros, un Lacoste verde manzana, la misma trenza, unos zapatos castellanos y un bolso de marroquineria colgado en bandolera. Mi corazon, al igual que dijera Adamo en su cancion, entonces tambien lo llevaba en bandolera. Un portazo leve, y el paso firme hacia la boca del metro. Madrid empezaba a despertar. El minutero de mi reloj sobrepasaba en dos minutos las diez de la manana cuando golpee tres veces la puerta cuya placa no dejaba lugar a dudas: D. Fernando Antunez Catedratico de Obstetricia y Ginecologia Su voz, inconfundible, atraveso la barrera sin dificultad. --Pase, doctora Morales --ordeno como si adivinara mi presencia. Hice girar el pomo de la puerta y avance con una resolucion un tanto forzada

  • Ni contigo ni sin ti de Lorraine Coco

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    La primera vez que Lauren Weaver poso su incendiaria mirada verde en Kenneth O'Brien, este estaba bajo su ventana, con la misma cara que ponia Neo, su Golden Retriever, cuando atacaba el plato del beicon del desayuno a traicion y lo pillaban infraganti. No le importo que pareciera realmente afligido, ni que el flequillo le cayese sobre la frente de lado, como a Zac Efron en los carteles a doble pagina que tenia colgados en las paredes de su cuarto. Tampoco que sus preciosos ojos castanos implorasen piedad. Ella estaba furiosa y el iba a recibir toda su ira.Sin duda no fue la ultima vez que esto pasaria, porque cuando conoces a tu gran amor a los once anos, y este es tu vecino y el mejor amigo de tu hermano, tu vida se convierte en una montana rusa de la que no sabes si quieres o puedes bajarte. Pero cada subida es tan divertida, cada bajada tan emocionante, y cada giro tan inesperado y excitante, que... ?quien podria resistirse?

  • A tus ordenes de Christian Martins

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    Charlize Trambley es un mar de confusion.
    Ahora que la vida de sus amigas ya esta encarrilada, no puede evitar verse navegando en un mar de dudas. Pero lo peor de todo, sin duda, son esos malditos suenos eroticos que tiene con su companero de trabajo. ?Acaso existe peor enemigo que tu propio subconsciente?
    Todo parece un desastre hasta que su jefe le propone un viaje al extranjero. Como no, el protagonista de esos torridos suenos viajara con ella.
    ?Encontrara el amor donde menos se lo espera?

  • Una vida en venta de Yukio Mishima

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    ?Que es la vida para Yukio Mishima? Hanio Yamada, un joven publicitario, sufre una crisis que le lleva a un intento de suicidio fallido. Sintiendose vacio, importandole muy poco su existencia, se le ocurre la excentrica idea de poner en venta su vida y lo hace publicando un anuncio en prensa: ” Vida en venta. Quien la compre puede utilizarla como le plazca ” . El problema viene cuando acuden a el una serie de pintorescos personajes que quieren comprarsela: unos espias extranjeros en busca de una clave cifrada en manos de un pais enemigo, una exquisita vampira que le da tanto amor como le pone al borde de la muerte, una heredera convencida de que va a volverse loca y le involucra en un tetrico plan… Los continuos peligros le devuelven el deseo de vivir y olvidar su sentimiento autodestructivo. Pero la decision de poner su vida en venta, ?no ha sido ya un reto demasiado osado al destino? ” Una vida en venta ” es una de las novelas mas originales y surrealistas de Mishima. Tras una trama aparentemente desenfadada, se trasluce la soledad que le acompano, sus inseguridades, sus dudas existenciales, su sed por vivir intensamente una vida a la que puso fin practicandose el tradicional ” seppuku ” en 1970. Se publico por entregas en una revista japonesa en los anos sesenta y, sin pena ni gloria, en los noventa en formato bolsillo. Su reedicion hace un par de anos en Japon ha sido toda una sorpresa por el notable exito obtenido, sobre todo entre los lectores mas jovenes que han descubierto a un autor hasta ahora desconocido para su generacion. Esta edicion de Alianza Editorial es la primera que se hace en una lengua occidental.

  • Prisionera de tu venganza (Los Mendoza 2) de Natalia Roman

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    Monica Mendoza es una muchacha sonadora que suena con encontrar a un hombre que la ame para formar una familia y vivir en Nube Blanca. Aunque vive rodeada de militares, se ha prometido a si misma que jamas se desposara con uno de ellos y, a pesar de que sus padres nunca la obligarian a casarse, el tiempo pasa y ningun hombre llama su atencion. Hasta que un dia el destino cruel y jugueton pone en su camino a Gabriel.

  • No era pecado de Leopoldo Pomes

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    A lo largo de su esplendorosa carrera, el fotografo Leopoldo Pomes, flamante Premio Nacional de Fotografia, ha conocido a decenas de personalidades del mundo entero y ha vivido con ellos anecdotas sustanciosas que ahora explica con buena memoria y mucha gracia. En estas paginas vividas, Pomes desvela con una sonrisa ironica y con sinceridad y desenvoltura sus vivencias en la Barcelona de los anos sesenta hasta los noventa. Mas alla de este elenco anecdotico, Pomes se adentra en las vivencias mas trascendentes de su infancia y adolescencia. Describe con una luminosidad sorprendente el descubrimiento del sexo y habla de las mujeres de su vida.

  • Sucedio un diciembre de Betzacosta

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  • Dakata (Semillas Negras) de Lorraine Coco

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    Mi nombre es Dakata. Tengo 18 anos y soy una dhampira. Vivo en la Colmena junto a otros miembros de mi raza. Somos custodiados y entrenados por seres de la casta superior, que en apariencia nos protegen del mundo exterior y de los humanos.
    Pero he comenzado a ser convocada a realizar combates a muerte antes de que se desarrollen todas mis habilidades, y eso lo ha complicado todo.
    Estoy descubriendo que nada es lo que parecia hasta este momento, entre otras cosas, la misteriosa muerte de Constantine, mi companero.
    Las revelaciones me empujan hacia un mundo nuevo e inquietante que pone en peligro mi vida y la de mis seres mas queridos. ?Conseguire adaptarme a el y salvarlos?

  • Un amor en Auschwitz: Una historia real de Francesca Paci

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  • No sin mi bicicleta de Anna Brones

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    Esta es una guia inspiradora sobre el mundo de las bicicletas y el ciclismo, con informacion practica sobre como comprar una bicicleta, como utilizarla, su reparacion y mantenimiento, su personalizacion y otras tantas sugerencias para disfrutar del placer de ir sobre dos ruedas. No sin mi bicicleta anima a disfrutar de nuevo de un placer simple, saludable y sostenible para el planeta. Las divertidas ilustraciones y los consejos de la guia son el complemento perfecto para quien sienta la curiosidad de redescubrir o saber mas sobre el arte de ir en bicicleta.

  • Una Beldad Indomable (Las Elegidas 3) de Laura A. Lopez

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    Miembro de una familia burguesa en pleno apogeo, Agatha Millford se congracio con la sociedad y las matronas que regentaban Almack’s. Se desenvolvia con gran notoriedad y seguridad, augurando para ella un excelente porvenir. En su primera temporada tomo las riendas de Almack’s, apoyada por sus padres que la consentian en exceso y por las matronas que estaban encantadas con su belleza. --?Este ano no vendra el esperpento de la senorita Ross? --bufo, abanicandose, mientras observaba a los asistentes al club. Le parecia extrano no avizorar siquiera a la hermana de Melissa Ross. --?No te han contado, querida? La senorita Ross, la mayor, se casara despues de la menor. --Lo habia olvidado. Es que no me interesa --sonrio, acomodandose los guantes despues de cerrar su abanico--. Entonces, este ano nos libraremos de ellas. Es emocionante… --La competencia en Almack’s ya no existe. Morgana Ross era una muchacha preciosa --alego la matrona --. Ahora tienes todo este lugar para ti. Es una pena que la senorita Melissa Ross se haya comprometido con tan buen candidato. --El marques de Dorset era un buen candidato, pero no el mejor. Yo quiero cazar a un duque. Escuche de buena fuente que el duque de Sutherland estara pronto en Londres. No lo conozco, mas me han hablado de su atractivo y su riqueza y, conclui que es lo que me merezco --aseguro Agatha. La matrona que la acompanaba asintio con vehemencia a sus palabras. Agatha era rubia, de ojos verdes y de una piel tersa y delicada. Su astucia y su inteligencia eran innegables, pero era en ocasiones frivola y despreciable. Morgana Ross habia sido una competencia terrible, pues tenia una belleza incomparable y, deseaba que pronto se fuera para poder estar con tranquilidad. Sabia que ella cayo en un mal matrimonio con un conde arruinado y se alegro por su pesima suerte. Agatha bailaba con quienes ella escogia y no con los que la seleccionaban. Su padre recibio varias propuestas de matrimonio a las que quiso acceder para que ella fuera casada, sin embargo, no eran de lo que deseaba. No queria ser una senora burguesa como su madre. Aspiraba a pertenecer a la nobleza. Ellos no tenian nada que envidiar a los nobles, no obstante, estaba confiada de que tenia el porte para llevar un titulo y un gran apellido. Recorrio el salon de Almack’s criticando la vestimenta de algunas asistentes. Para Agatha parecian desde pasteles hasta naranjas aplanadas. Si por ella fuera les prohibiria la entrada a las poco agraciadas y agraciados. Una vez que se canso, fue junto a sus padres y se sento para beber una copa. --Si de mi dependiera, este lugar tendria menos personas --comento a su madre. --?Por que lo dices, Agatha? --Hay una diferencia entre poco agraciadas y desgraciadas. Aqui hay catastrofes para los ojos, madre. ?Ya vio el vestido de lady Katherine? Creo que intenta ocultar algo con aquella falda tan extendida. ?Tambien vio a la senorita Gertrude? Se va a asfixiar con sus senos tan arriba. --Enloqueceras si sigues buscando defectos en las personas. Tu debes casarte y mas nada. Llevamos una segunda temporada por tu capricho, Agatha --reclamo su padre--. Todos estos afanes tuyos nos estan costando demasiadas guineas… --Basta, John. Tu hija se casara con quien quiera. --?No he conservado suficiente contigo? Gasta demasiado --se molesto el senor Millford al ser desprestigiado por su esposa frente a aquella nina caprichosa. La senora Millford conocia la situacion economica de la familia, pero hacia oidos sordos a lo que le decia por no ofuscarse. --No escuchare como discuten --dijo Agatha, alejandose de ellos. Sus padres renian con frecuencia desde la temporada anterior. Recordo que le quisieron restringir sus compras de vestidos nuevos, mas ella se habia negado y continuaba como si nada. Se acerco a las demas damas que estaban muy entretenidas mirando a la entrada. --?No te parece interesante el caballero? Me han contado que Almack’s tiene un nuevo integrante --conto Mary Anne a Lady Louisa Blackbourne. --Es el conde de Sussex. --indico lady Louisa--. Oi hablar de el hace poco. Es un heredero muy reciente. --Y joven --indico jovial Mary Anne. --?De que estan conversando? --Agatha, le estaba diciendo a lady Louisa sobre el nuevo conde de Sussex. --Oh si ?El que aun huele a estiercol de las caballerizas del marques? --se burlo moviendo las manos de manera desinteresada. --Creo que si. Es aquel --senalo lady Louisa con discrecion. Ella miro al esbelto caballero que estaba acompanado de una mujer de mucha edad. Su melena castana estaba un poco sobre su hombro. De costado podia ver su nariz puntiaguda y sus labios ni tan finos ni tan gruesos, pero no llegaba a ver el color de sus ojos. A primera vista era un caballero con un gran atractivo por el que cualquier dama quizas arriesgara su buen nombre, pero no para Agatha. Era un simple beneficiario de un parentesco, no era alguien que tuviera sangre noble. No habia atractivo que compensara sus objetivos. --Mi mente me hace jugadas sucias. --profirio--. Puedo verlo como si estuviera vestido a modo de un mugriento mozo de cuadra con hedor a estiercol de caballo. Mi recomendacion, damas, es que solo una mujer desesperada se casaria con un hombre sin una gota de estirpe en su sangre. Es mejor acabar solterona. --A mi no me parece despreciable --contradijo Louisa. --Querida, a ti cualquier mosca te resultaria agradable. Deberias elegir mejor o cambiar de gustos y habitos. Louisa rodo los ojos al igual que Mary Anne. Ambas estaban deseosas de que Agatha dejara que Almack’s fuera un lugar mas sociable. Ella intentaba que todos tuvieran conflictos entre ellos, murmurando sus intrigas y opiniones como si fueran una verdad absoluta. Duncan no estaba en el lugar que deseaba. Preferiria estar en el campo adiestrando caballos para su antiguo patron. Aquel titulo lo habia hecho cambiar en todo. --?Ya vas a dejar de rascarte la cabellera como si fuera que tienes liendres, muchacho? -- gruno la dama de edad, golpeandolo en el brazo para llamar su atencion. --Lady Sophia, no me siento comodo. --?Quieres una esposa para perpetuar el titulo? Es tu obligacion. Aqui es donde estan las muchachas mas bonitas, de buena familia e inteligentes, aunque, no en todos los casos se da la agudeza. Como sucesor de mi esposo, la unica condicion que tienes es casarte y dar herederos. Era su ultimo deseo, puesto que, no pude cumplir con darle hijos. --Lo comprendo. ?Pero no podriamos buscar en otro lado? Quizas algun pueblo… --!No! Muchacho testarudo y salvaje. ?Que hare con dos barbaros? Es dificil darte clases a ti y, me imagino que sera mucho mas dificil impartirselas a una muchacha pueblerina que igual que tu no sepa leer. Duncan se sonrojo, avergonzado. El fue criado lejos y sin privilegios. Estaba aprendiendo a leer y a escribir. Aquella amable dama viuda que era su tutora y Thomas que desde un primer momento lo acogio como su par, lo ayudaban a intentar introducirse en la sociedad. Era ignorante en lo referente a la administracion del dinero de las tierras y del resto, el solo sabia de caballos, de cotizaciones de los mismos, de su procedencia y rendimiento. Esa era su vida o al menos, lo fue.--Observa ?Que no hay alguna que te resulte bonita? El observo alrededor y sabia que podia quedar ciego. Nunca habia visto tantas mujeres juntas y por sobre todo muy agraciadas. --Todas son preciosas, tanto que no se me da la eleccion… --Eres un mamarracho, Duncan --lo volvio a golpear--. Presta atencion… Obligado por la dulce lady Sophia, se decidio a mirar un poco mejor y no pudo pasar por alto a la belleza rubia que sostenia su abanico, mientras estaba acompanada de dos damas. --Esa es hermosa --senalo indiscreto y lady Sophia lo volvio a golpear para que recordara no hacer aquello. --!Es adorable! !Que nina tan bonita! Te dije que observaras mejor. No hay amor a primera vista, sino a una segunda --menciono la dama. --?Que debo hacer con ella? --A Dios le aviso que perdere la paciencia contigo. Buscaremos a alguien que nos presentara a la muchacha y, despues, tu la invitaras a bailar y el resto sera historia, una esposa e hijos. --?No es un poco pronto para hablar de hijos con una desconocida? --Pero sera tu conocida en unos instantes mas. Vaya perezoso resultaste --recrimino abriendo su abanico. Lady Sophia suponia que habia tenido encuentros con muchachas del pueblo o alguna criada por su atractivo. Era muy parecido a su esposo en sus epocas de juventud. Aquel Duncan Nolam podia sacarle mas canas a los pocos cabellos negros que le quedaban con aquella actitud timida y reservada que mostraba con la gente de su propia clase. Pese a haber crecido en las caballerizas del marques de Dorset, por sus venas corria la sangre de un aristocrata rebelde pariente del conde de Sussex, quien odiaba todo lo que era los convencionalismos y se aboco al entrenamiento de caballos para mantener a la familia que habia formado con la hija de humilde panadero de Bath. Despues de que sus padres murieran, Duncan se quedo para continuar con el trabajo de su padre en las caballerizas. Ella le habia caido del cielo al joven en una tarde de verano. Piso el estiercol de las cuadras cuando Duncan estaba hablando con Thomas. Recordo que ambos desconocian a la elegante dama que vestia de luto por la muerte de su esposo. Desde aquel momento, la tranquila vida de ese primo de su esposo cambio para siempre. Lo veia por las noches intentando comprender numeros que le eran dificiles de entender, tanto que, lo oyo gritar por la frustracion. Le daba pena en ocasiones, pero lo tenia que presionar para conseguir que el dinero y las propiedades quedaran a buen resguardo. Si bien comprendia que Duncan era un hombre de campo, lo veia con el animo suficiente de cumplir con lo estipulado con el apoyo del marques lo iba consiguiendo con lentitud. Lady Sophia se acerco a una dama elegante que observo a Duncan con curiosidad y admiracion. --Mi querido Duncan esta interesado en conocer a aquella muchacha… A la rubia --indico refiriendose a Agatha. --Bonita y seductora como una serpiente. ?Por que mejor no baila con lady Louisa? Ella es carismatica e inteligente. --El eligio a la serpiente. Demosle lo que desea --indico sonriente. Capitulo 2 La matrona querida disuadir a la condesa viuda de que escogieran a Agatha Millford. Cuando le contaron que tenian un nuevo miembro en Almack’s y, que era un humilde domador de caballos en su pasado, ella se habia quebrado de la risa por lo ridiculo que le resultaba aquello. --Esta bien, pero un joven tan buen mozo deberia apelar a algo mas agradable --insistio la mujer. Duncan bajo la cabeza al escuchar aquellos comentarios de la elegante dama que los guiaba hacia las damas de la tertulia. --Lady Sophia, tantos anuncios sobre la muchacha no terminan de convencerme. Que se refieran a alguien de serpiente y que quiera que apele a algo mejor, no es nada alentador. --Si te dejas convencer por todas las opiniones, nunca tendras una propia. Es mejor que uno afronte su eleccion --replico con decision. Mary Anne y Louisa sonreian porque se acercaria el atractivo joven de facciones timidas y ojos avellana. En cambio, Agatha no podia evitar que su rostro retratara la poca gracia que le producia conocer a un hombre que no le traeria un solo beneficio o ventaja en su vida. --Aqui estan las mas preciosas joyas de Almack’s. Quiero presentarles a estas personas. -- senalo, refiriendose a Duncan y a su tutora--. La dama es lady Sophia, condesa viuda y, el es Lord Duncan conde de Sussex. El fijo sus ojos en la desafiante rubia que lo miraba de manera despectiva. Miraba sus zapatos y prendas haciendo un gesto de molestia con los labios y otros de hartazgo con los ojos, mientras la matrona hacia la presentacion de las otras muchachas que reian ansiosas. --Es un placer conocerla, Lady Louisa, tambien a usted, senorita Mary Anne...--dijo besando las manos de cada una de ellas antes de llegar a la mas alejada de la tertulia--. Es un gust... --No me bese la mano. Se lo agradeceria --lo interrumpio presta al sentir el contacto de su mano con la de ella. La dama y lady Sophia no podian asimilar aquella groseria hacia Duncan, que asintio. Louisa y Mary Anne desaparecieron sus sonrisas al escuchar la insolencia de Agatha. --Disculpe si no es asidua a esos contactos. Estoy aprendiendo y le ruego me perdone si he sido grosero, grotesco y descortes... Agatha no se dejaba convencer por las disculpas de Duncan, pero por su propia reputacion hizo una venia para aceptarlo. Tuvo un pequeno desliz entre sus pensamientos y su lengua. --Senorita, el joven conde desea bailar con usted una pieza --anuncio la mujer dejando de lado aquel momento incomodo que los conmociono. Mary Anne codeo a Louisa que sonrio complice al ver que Agatha iba a refutar aquello de manera tajante, sin embargo, ellas dos querian que aquella altanera y frivola muchacha recibiera un escarmiento. Siempre habia salido impune de todos sus malos emprendimientos para dejar mal a los demas. Llego el momento de que se le devolviera un poco de su pesima estima por el resto. --Yo... --!Agatha lo hara! --interrumpio Mary Anne. Ella palidecio al escuchar aquello. De ninguna manera ella caeria en tal miseria para bailar con el menos sofisticado de los caballeros. --!No, no puedo! --se nego mirando a Mary Anne. --Sabemos que estas cansada por haber bailado tanto. Milord, solo debe esperarla un momento... --continuo la joven ante la imperterrita mirada de Agatha que amenazaba con desmayarse por las palabras de Mary Anne. --Creo que, entonces, mi querido Duncan vendra por usted en un momento mas. Esperara a que descanse ?No es asi, Duncan? --inquirio lady Sophia. Dudaba en responder porque estaba seguro de que el color del rostro de la joven no decia que estaba cansada, sino que iba a morir ahi. --Si, usted descanse y otra vez, perdoneme... Louisa le hizo un guino a la mujer que acompano a Duncan y lady Sophia para que conocieran a mas gente, mientras que aquellas muchachas estaban al borde de conocer la furia de Agatha. --!Mary Anne, como pudiste hacer eso! --reclamo Agatha, golpeando su falda con las palmas abiertas--. !No pienso bailar con ese...mozo de cuadra! --Deberias practicar ser tolerante eres hosca, Agatha. ?No es suficiente para ti que alguien con su atractivo te haya escogido para bailar? Tiene fortuna y un titulo... --razono Mary Anne para que ella se diera cuenta, pero el rostro grunon y hostil de Agatha decia que muy poco le importaba. --No necesito de amigas como ustedes... --espeto. Se retiro altiva y petulante como era su costumbre. A aquellas muchachas no les causo afectacion las palabras de resentimiento de Agatha, pues ella no era una persona asocial con quienes deseaba estar, sino con quienes por algun motivo estaban alejados de sus objetivos de ser noble. Sus relacionamientos debian ser con un proposito util, el resto era solo desperdicio de tiempo y saliva. Agatha suspiro cansina por lo que le dijo su amiga. No la perdonaria por haberla comprometido con alguien que no lo le hacia mucha gracia. Si bien era buen mozo, no era un caballero para ella o al menos para lo que apelaba en la sociedad. Se le olvido ser educada para rechazar la propuesta. Sus prejuicios sobre el origen del joven eran demasiados para que su mente lo aceptara. Mientras estaba sola, pensaba en las formas mas amenas de negarse a un baile con el caballero en cuestion. El tiempo se le agotaba y no se le ocurria nada que no fuese drastico. Hacer que se torcio el pie era una solucion que la salvaria de bailar. Saco el pecho y espabilo su cuerpo con soltura, decidida a cumplir con su cometido de no danzar. Negarse de la forma que fuera la dejaria mal parada, en cambio, que ella tuviera un percance, seria vista como la victima de la situacion. Duncan espero con tranquilidad a que Agatha Millford apareciera para pedirle el baile. No la habia visto entusiasmada y el tampoco estaba muy fervoroso por la compania. Se percibia en ella aquel ser arisco y ponzonoso que era. Miraba a lady Sophia golpeando su abanico contra su mano, esperando a la muchacha que debia danzar con el. --Vaya grosera… --gruno la dama. --?Que me decia sobre la segunda vista? --se chasqueo de la mujer que fijo sus ojos en el y luego desvio la mirada. --Eres pesimo hasta para la segunda vista. Es porque no pones de tu parte. --?Poner de mi parte? Estar aqui al borde de que este panuelo me mate es suficiente para poner de mi parte, milady. Elegi a la moza bajo presion suya. He ido a fiestas varias desde que estoy como conde y, no he visto mujer mas reacia a mi que esa tal senorita Millford.

  • Una sorpresa en Navidad de Maritza G

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    La vida de Lorelei atraveso por un momento muy traumatico que la marcaria para siempre.
    Ella tenia dos caminos para escoger: lamentarse el resto de su vida por la terrible situacion a la que se enfrento o pasar pagina y seguir adelante sin dejar que eso la afectara. La decision que tomo, la llevo a vivir nuevas experiencias que a la vez le trajeron dolor a su vida, tanto como alegrias.
    Mark fue en busca de la hija de su tio al recibir una llamada de alerta que le hizo una persona de confianza, que lo mantenia al tanto de la vida de ella. Nunca la miro en persona, mas sabia lo que acontecia en su vida. Solo le daria su apoyo y nada mas, pero el destino le tenia preparada una sorpresa.
    Te invito a descubrir que fue de la vida de estos personajes.

  • Cuando estabamos vivos, Mercedes de Vega de Mercedes De Vega

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  • Un deseo con nombre de mujer de Melchor Riol Horta

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  • La ultima viuda de Karin Slaughter

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    Secuestrada y rota. Tiene que desvelar la verdad. antes de que se sea demasiado tarde.

  • Eternamente mia de Sasha Miles

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    La guerra entre cambiantes puros y mestizos esta en auge. A pesar de la inestable tregua con su manada de origen, Ethan es consciente de que sus mestizos siguen en peligro y en el peor momento posible.
    Desde su visita a Tres Deseos, no ha hecho otra cosa que preparar la llegada de su companera destinada: una humana ajena a su mundo que siente una perversa fascinacion por las causas perdidas, especialmente cuando estas vienen en forma de bestia peluda. ?Quien mejor para un alfa mestizo que su <>?
    Gabriela esta muy ilusionada con la oportunidad que le han ofrecido para estudiar el instinto de apareamiento del oso polar. !Y nada menos que en Alaska! El hecho de convivir, pared con pared, con un hombre tan atractivo como su anfitrion solo es un plus a su contrato. ?Quien en su sano juicio querria negarse?
    Sin embargo, cuando la gente empieza a desaparecer y la alarma del complejo se dispara ante la llegada de intrusos violentos, todo el velo de la realidad cae y lo imposible se convierte en posible, acercandolos en un entorno hostil lleno de violencia.
    ?Sera suficiente el amor para hacer frente a las adversidades o terminaran distanciandose para siempre?

  • Miles de emociones con tu nombre de Ana Forner

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    Me llamo Valentina y soy de La Rioja. Creci entre vinedos y mi mundo era la bodega y Victor.

  • Miercoles (Atemporal 3) de E. L. Todd

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    Seguir adelante tras mi relacion con Hawke fue lo mas dificil que he tenido que hacer jamas.

  • Los amantes clandestinos de Ana Cabrera Vivanco

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    La historia de un hombre y una mujer que se amaron por encima de sus familias y sus propios temores, zarandeados por los vientos politicos de una isla hermosa y exuberante, calida y cruel.

  • Maldad latente de Sandra Brown

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    Un vibrante thriller que plantea la eterna pregunta: <>, y le da la vuelta por completo.

  • Sola en Oriente Medio de Maria Guadalupe Gomez Patino

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  • Con otra mirada de Anabel Saiz Ripoll

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    Raul es un joven adolescente que vive en una gran ciudad y al que, de repente, la vida se lo pone del reves. Su padre sufre un infarto y, para recuperarse con calma, han de ir al pueblo de la familia materna. El pueblo es pequeno, parece que no ofrezca ningun atractivo, pero alla estan los abuelos de Raul y otros personajes entranables, como Veva, la maestra o Ursula, la contadora de cuentos o Beatriz. Poco a poco Raul se sentira captado por el embrujo del pueblo, por la emocion de las historias que aprende acerca de la familia y otros personajes y por la magia del lugar. Al fin, aprendera a observarlo todo con otra mirada y valorara lo que tiene de una forma muy especial. Raul crecera, sin duda, en las paginas de la novela.

  • Bravo de Avi Daura

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    Rafael Bravo se prepara para ser el seleccionador de Espana en el Mundial de Rusia. Ahora sus hombros deben soportar el peso de la mayor responsabilidad que puede recaer sobre un espanol. El orgullo y el futuro de toda una nacion estan en sus manos.

  • Dias de Septimo de Jorge Sagrera

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    Es celeste todo, pero aun no ha salido el sol. Mejor: el entrecejo, leve, acusa el Tom Collins de la noche anterior, o de esta madrugada. Cierra los ojos. El balbuceo del Mediterraneo. Unas gaviotas madrugadoras. El sabor a sal en sus labios que, reconoce, no estan partidos.

  • Por la venganza y el honor (Escocia 3) de Isabella Abad

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    Este es el impactante final de la serie Escocia y corona las vidas de los personajes que conociste en las anteriores novelas, aunque profundiza en las de Brod y Megan, hijos de Glenn e Isobel.
    Ha transcurrido una decada desde los sucesos del libro anterior. El clan Campbell crecio y se consolido con el liderazgo del gran laird Glenn y sus hermanos, Ewan y Lyle. Sin embargo, nubarrones de conflicto se asoman y amenazan con destruir la alianza construida.
    Brod es el hijo mayor y futuro heredero del liderazgo, un joven que aspira a tener la misma solidez y respetabilidad que su padre Glenn. En busca de experiencia y alentado por el sufrimiento ajeno, viaja a Irlanda al lado de su impetuoso tio Lyle, dirigiendo una expedicion variopinta, en la que se colara su hermana Megan. Esquivando la prohibicion paterna y usando artimanas, esta dispuesta a demostrar que no es una fragil joven a quien casar, sino una guerrera.

  • Paraiso a lo cubano de Jocy Medina

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    Cruda y emotiva, una novela de olores y obsesiones. Dalia es una bellisima cubana, cuyo unico deseo es ser invisible ante el mundo. Pero Waldo, un vecino psicopata y chivaton, la acosa sin descanso. Cuando un apuesto brasileno promete convertirse en la solucion de sus problemas, Waldo la reporta como jinetera. De su oscuro hueco existencial la salvan, un amigo que la adora, una abuela que predice las tormentas a traves de la religion yoruba y un amor sincero que ella encuentra donde menos lo imagina.

  • Me voy porque quiero, no porque me echen de Sara Trigo

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    Cuando nuestra protagonista se traslada a Inglaterra para perseguir el trabajo de sus suenos, nadie la advirtio de que mudarse a otro pais podia convertirse en un mar de aventuras o en un inevitable charco de mie..

  • Revelacion (Los Guardianes de la Lagrima 1) de Simone Lari

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    Un pacto que no puede romperse. Una piedra che tiene que ser encontrada. Un equilibro que debe conservarse. La eliminacion de un vampiro Anciano y el regreso a Persepolis de un viejo cazador el dia en el que una fuerza desconocida sera revelada. Nina, Jude y Angelique se encontraran catapultadas en un mundo que no pensaban que pudiera ser real, un mundo habitado por vampiros y cazadores, enfrentados bajo la sombra de los Guardianes de la Lagrima.

  • El huesped de Valeriam Emar

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    Molly Darrow habia aprendido de la forma mas cruda que no debia confiar en los hombres. Ella habia tenido que regresar a su pueblo natal en Georgia para hacerse cargo de la cabana familiar: Space Mountand. Debia abrirla para un arrogante huesped que venia de Nueva york con la intencion de hacer negocios y traer el progreso al pueblo. Pero ella no dejaria que el atractivo y misterioso Noah Axelrod la enganara y descubriria lo que el trataba de esconder detras de dichas inversiones. Aunque vigilarlo se convirtiera en su pasatiempo.

  • Juegos prohibidos de Katherine Garbera

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    El gran magnate de los videojuegos Kell Montrose debia estar euforico tras haberse apropiado de la compania de los rivales de su familia y haber hecho rodar la cabeza de su presidenta, Emma Chandler. Pero habia algo en aquella madre viuda que le estaba haciendo descubrir un lado tierno que no sabia que tuviera y una pasion que no podia contener.

  • La hoguera de los inocentes de Eugenio Fuentes

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    La ordalia o <> era un procedimiento judicial surgido en la Europa del medievo, segun el cual, en caso de denuncia (por herejia, adulterio o robo), era el acusado quien tenia que demostrar su inocencia. Las pruebas a que para ello era sometido variaban: agarrar un hierro candente con las manos y resistir sin quemaduras, ser arrojado al agua con las manos atadas y no ahogarse, o resultar vencedor en un torneo. El autor explora los prejuicios morales, culturales y antropologicos que se esconden tras esta aberracion juridica y los mecanismos con los que el Poder senala y convierte en enemigos a determinados grupos (judios, negros, mujeres).

  • Me arriesgo a dormir contigo de Lidia Paez

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    Ariadna Leon es joven, decidida, impulsiva, amiga de sus amigos, brutalmente sincera, segura de si misma y sin filtro al hablar (o eso dicen los que la conocen).

  • El otro reino de Clarissa Bright

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    Selene se aburria cada vez mas de mirarse a si misma, asi que por la manana, despues de que los sirvientes terminaran de peinarla, se habia escabullido del castillo con su perro guardian Syl, esperando volver antes de sus obligaciones. Pero llego tarde. Y sabia que no podia aparecer en el salon del trono, con un aspecto ardiente, demacrado y sucio, como lo hacia en ese momento. Se habia sujetado el pelo largo hacia atras, haciendo todo lo posible para no ensuciarse demasiado. Mientras que sus damas no se quejaban de tener que lavar y rehacer su cabello otra vez, Selene estaba segura de que habia otras cosas que preferian hacer con su tiempo. Ella juro en voz baja. Se levanto las faldas, tratando de moverse tranquila y rapidamente por el jardin que ahora se oscurecia. Las pequenas lineas de luces podrian haber sido suficientes para que ella viera el camino, pero cuanto mas rapido volviera al castillo, mas probable seria que su padre la perdonara. Si el estaba de humor para perdonar. Ultimamente, parecia que rara vez lo estaba. Syl corrio adelante suyo, deteniendose cada pocos pasos para girar y esperar, su larga y blanca silueta contrastaba con los grandes muros del castillo al que ella no parecia acercarse. Selene sintio que habia estado corriendo durante un tiempo, y el castillo no parecia estar mas cerca. Se detuvo un segundo para recuperar el aliento, poniendo las manos sobre las rodillas. Podia sentir su respiracion, pero no fue hasta unos segundos mas tarde que escucho risas que venian de algun lugar detras suyo. Miro hacia atras. Mientras su mirada buscaba el origen de la risa, sintio que la sangre corria por sus mejillas. “No me divierte”, dijo mientras su padre salia de detras de un arbol. “?No te divierte?”, dijo el, amartillando una ceja y mirandola fijamente. Ashlan, un hombre imponente, habia oido toda su vida que ella no se parecia en nada a el, pero cuando estaba de pie delante de su hija, mirandola a los ojos, pudo ver las similitudes. Puede que no fueran del mismo color, pero la travesura en sus ojos era la misma que ella sentia casi todo el tiempo. “?Como crees que se sienten tus subditos?” Selene resistio el impulso de poner los ojos en blanco. “?Cuanto tiempo me habrias hecho creer que no estaba llegando a ninguna parte?” “No estabas llegando a ninguna parte”, dijo, obviamente a punto de reirse. “Ven aqui”. Selene se acerco a donde estaba su padre. Le rodeo los hombros con un brazo, la abrazo y le chasqueo los dedos. Despues de un segundo o dos, estaban de vuelta en el castillo, junto al salon del trono, y ella iba a tener que irse sin limpiarse primero. Le echo a su padre una mirada interrogante. “Tu eliges lo que haces con tu tiempo, querida”, dijo. “Pero tienes deberes”. “Pense que mi imagen era de suma importancia”, respondio. La de arriba abajo. “Sin duda”, dijo, cruzando el umbral para llegar al salon del trono. No le llevo mucho tiempo a Selene darse cuenta de que ese era su castigo. Iba a tener que enfrentarse a sus subditos hecha un desastre, y sabia que habria susurros sobre ella, y tendria que lidiar con las consecuencias. Se suponia que se preparaba para tomar el reino, y eso venia con expectativas. No solo sobre su apariencia, sino tambien sobre sus elecciones. Y esto se iba a sentir como una eleccion. Ella paso saliva y dio un paso hacia el salon del trono, a traves del umbral. Instantaneamente sintio cientos de ojos sobre ella, y tuvo que hacer lo mejor para mantener la compostura. Con una sonrisa pintada en su rostro, se dirigio lentamente hacia el trono a la derecha de su padre. Se sento en su lugar mientras sus subditos se abrian paso, haciendo una reverencia cuando pasaba por delante de ellos. Sintio lo rojas que estaban sus mejillas y no estaba segura de que si lo que sentia era verguenza o ira. Probablemente un poco de ambas. Con los punos apretados a los lados, se sento en su trono y miro a la habitacion. Habia un monton de gente rodeandola, y uno por uno, iban a venir a presentarle sus problemas. Ella iba a tener que darles soluciones viables a sus necesidades, lo que simplemente no siempre era posible. Se instalo en el gran trono. Esperaba que fuera tan aburrido, insensato y dificil como lo era normalmente. Cuando un hombre que llevaba prendas que parecian no haber sido lavadas en un largo tiempo, se arrodillaba ante ella, esperaba una de esas historias. Algo sobre compartir tierras o recursos magicos o incluso permisos de matrimonio. Excepto que la miro y sus ojos grises oscuros se llenaron de lagrimas. El estaba temblando, y ella pudo ver que sus dientes estaban practicamente rechinando, pequenos y blancos en su boca, haciendole parecer mas fragil de lo que ya parecia. Su tunica cubria todo su cuerpo excepto su cara, donde se arrugaba dos o tres veces, y apenas miraba hacia arriba cuando hablaba. “Su Majestad”, dijo, su mirada se paseaba entre el Rey y su hija. “Yo… le ruego que me perdone. ” Selene se enderezo. Las cosas habian empezado de forma prometedora, al menos, eso creia. La gente la miraba a ella y a su subdito por igual y un silencio inesperado flotaba en el aire. “?Perdon? ?Por que?” La voz del Rey retumbo en la gran sala. “Yo… mi hija”, dijo el hombre. “Ella es una nina curiosa. Antes de que pudiera detenerla, se dirigia hacia El Camino, y yo…” No se extendio. El silencio ensordecedor fue suficiente para cortarle sus palabras. Inclino la cabeza, como si se avergonzara de lo que decia. Probablemente lo hacia. Mencionar El Camino al Rey… no habia un atajo mas facil para ser sentenciado a muerte. Selene vio como su padre se inclinaba ligeramente hacia adelante, con las manos sobre las rodillas. “?Que hiciste?” “Tenia que proteger a mi hija”, dijo el hombre. “Tenia que recuperarla y tenia que…” Se fue quedando en silencio. La mirada de Selene se interpuso entre su padre y el hombre. El Rey se volvio hacia ella. “Mi hija se encargara de esto”, dijo. Selene sintio que la sangre se le escapaba de la cara. Sabia que este dia llegaria, pero no esperaba que llegara de esta manera, y mas que eso, no esperaba tener que lidiar con un asunto que involucrara a El Camino. No por si misma. Hizo todo lo posible para poner una expresion seria. Esperaba no parecer tan aterrorizada como se sentia, lo que ya era considerable. Se agarro con fuerza a los brazos del trono. “?Que hiciste?” pregunto, su voz practicamente un susurro. “?La detuviste?” El hombre la miro, encontrandose con su mirada de nuevo. El miedo en sus ojos era inconfundible. "Yo..." El Rey Ashan agito su mano delante de el, y ya no estaban en el palacio. Estaban en un campo, a solo unos pasos de El Camino, inconfundible por los penetrantes sonidos de agonia que venian de alli. Podia oir los gritos, penetrantes y altos, de los humanos, los que habian sido sentenciados a recorrerlo, a llegar al otro lado. Si lo lograban. La nina, una cosita con piernas pequenas, se tropezo consigo misma al llegar a El Camino. El padre la siguio. Parecia preocupado, pero podria haberla detenido, penso Selene, si realmente queria. Era mucho mas alto que ella, y aunque no hubiera podido alcanzarla fisicamente, podria haber usado su magia para detenerla. Pero no lo hizo.

  • Hasta el fin de tus dias de Mark Edwards

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    Iba a ser el viaje de sus vidas, una aventura en tren por el corazon de Europa antes de sentar la cabeza y formar una familia. Sin embargo, el viaje de Daniel y Laura termina precipitadamente cuando los echan de un tren nocturno y acaban en mitad de un tenebroso bosque, el preludio de una noche de terror interminable.

  • Atame (Atrapame 2) de Anna Zaires

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    Mi nueva prisionera es una contradiccion que me vuelve loca: obediente pero desafiante, fragil pero fuerte. Tengo que descubrir sus secretos, pero hacerlo podria truncarlo todo.

  • Luro de Luciana Sousa

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    La protagonista de Luro es una joven embarazada que trabaja en una estacion de servicio, en un pequeno pueblo de la pampa argentina. Atiende el bar y limpia. Los dias son todos iguales, sumergidos en la lentitud que provoca el calor infernal del verano. Pero esa quietud se altera cuando la joven encuentra a un inmigrante escondido en el bano, temeroso y hambriento, y rapidamente le avisa a Julio, el dueno del bar.

  • Inflamable 2 de Eva M. Soler , Idoia Amo Ruiz

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  • Pata Negra de Eduard Freundlinger

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    Kilian viaja desde Munich a la ciudad costera Granadina de Almunecar, para investigar el suicidio de su hermano Xavier. El no quiere admitirlo, a pesar de que las evidencias son claras. Alli se encuentra con Joana, recepcionista del hotel en el que murio su hermano. Joana tambien sufre un duro golpe del destino, su hermana Carmen ha desaparecido sin dejar rastro despues de asistir a una boda en el mismo hotel. Joana y Kilian investigan por su cuenta y pronto tendran una terrible sospecha sobre la muerte de Xavier. Cuando la madre de Joana, que trabaja como limpiadora en el hotel desaparece, los acontecimientos dan un vuelco, y despues de una arriesgada busqueda de pistas, nada es lo que parece ser…