• libro una puerta en el mar - Beatriz Artaza Laria

    https://gigalibros.com/una-puerta-en-el-mar.html

    En la montana, a los pies de las rocas azotadas por el mar Cantabrico, donde antes no habia nada, aparece una entrada a las entranas de Punta Lucero. Una misteriosa caja, semienterrada en la playa, desvelara un ancestral secreto imposible de creer. Este hara que la vida de Alicia cambie para siempre, haciendole vivir una serie de acontecimientos insolitos. Un thriller de ficcion lleno de misterio e intriga, con una accion continua que no da respiro. Energico, vibrante y directo.

  • Una puerta en el mar - Tienda Kindle - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Una-puerta-mar-accidental-humanidad-ebook/dp/B07K7M8DPG

    Mirar en el interior de este libro. Una puerta en el mar: Un hallazgo accidental en una solitaria playa una fría y oscura tarde de tormenta cambiará para ...

  • Una puerta en el mar: Un hallazgo accidental en una solitaria ...

    https://www.amazon.es/Una-puerta-mar-accidental-humanidad/dp/1730948804

    Beatriz Artaza,lo que más me gusta de un libro es que me enganche desde el minuto uno y te aseguro que así ha sido,me has sumergido dentro del libro me ha ...

  • UNA PUERTA EN EL MAR - ARTAZA LARÍA BEATRIZ

    http://quelibroleo.com/una-puerta-en-el-mar

    Información del libro ; GéneroFicción literaria ; EditorialAUTOR-EDITOR ; Año de edición2018 ; ISBN9781730948800 ; Idioma Español.

  • Una puerta en el mar by Beatriz Artaza Laría - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/43077368-una-puerta-en-el-mar

    Qué maravilla de libro... Aveces sientes que le falta algo, pero engancha enseguida. En su mayoría lo leí estando de vacaciones en Castro Urdiales (Cantabria) ...

  • UNA PUERTA EN EL MAR - BEATRIZ ARTAZA LARIA - Agapea

    https://www.agapea.com/Beatriz-Artaza-Laria/Una-puerta-en-el-mar-9788409053032-i.htm

    15 oct 2018 — Comprar el libro Una puerta en el mar de Beatriz Artaza Laría, Artaza Laría, Beatriz (9788409053032) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra ...

  • Una puerta en el mar de Beatriz Artaza Laría - Hola Ebook

    https://www.holaebook.com/book/beatriz-artaza-lara-una-puerta-en-el-mar.html

    Una puerta en el mar libro para descargar gratis en formato epub, mobi y pdf. Baja todos los libros de Beatriz Artaza Laría para tu Kindle o cualquier ...

  • 'Una puerta en el mar' - Kulturklik

    https://www.kulturklik.euskadi.eus/creacion/2019020510565893/una-puerta-en-el-mar-/kulturklik/es/z12-detalle/es/

    Una misteriosa caja, semienterrada en la playa, desvelará un ancestral secreto imposible de creer. Este hará que la vida de Alicia cambie para siempre, ...

  • LIBROS AMAZON: Una puerta en el mar. De Beatriz Artaza ...

    https://mundosauriga.blogspot.com/2019/10/libros-amazon-una-puerta-en-el-mar-de.html

    11 oct 2019 — LIBROS AMAZON: Una puerta en el mar. ... En la montaña, a los pies de las rocas azotadas por el mar Cantábrico, donde antes no había nada, ...

  • Una puerta en el mar - Beatriz Artaza Laria - Debeleer.com

    https://www.debeleer.com/una-puerta-en-el-mar-beatriz-artaza-laria/

    PDF • Descargar Libros Gratis ... Una puerta en el mar – Beatriz Artaza Laria ... Llenaba los cuencos de agua y comida y abría todas las puertas de casa ...

  • Todo comenzo en Mielec de Teresa Sanchez Romero

    https://gigalibros.com/todo-comenzo-en-mielec.html

    Anna, una joven Polaca asistente social, descubre inesperadamente a un hombre oculto en una casa abandonada. Desde ese instante, cambia su forma de vida y de pensar tras conocer los entresijos de una terrible guerra que transformo al mundo, la 2a Guerra Mundial y que la lleva a dejarlo todo y recorrer el mundo por resolver un misterio que hace parte de su vida.

  • El ano del hambre de Aki Ollikainen

    https://gigalibros.com/el-ano-del-hambre.html

    Los escalamos chillan como un pajaro. En el fondo de la barca yacen dos lucios flacos, que mas que peces parecen serpientes. Ya no colean, con este frio se han quedado tiesos. Por las mandibulas entreabiertas todavia les chorrea sangre, lentamente, que se mezcla con el agua y forma finas florituras a los pies de Mataleena. Mataleena mete la mano en las aguas gelidas del lago y la deja flotar junto a la barca, ociosa, hasta que comienzan a dolerle las articulaciones. El viento entresaca ondas en la superficie del agua, el cielo se refleja moteado, fragmentado, como si lo hubieran quebrado a golpes. Juhani estira el cuello como una grulla; mira al cielo. Mataleena observa el pescuezo nervudo de su padre, luego el fino caballete de la nariz, y finalmente levanta la vista al cielo, una inmensa cuchara de plata que desciende sobre el lago. --Ya vuelan hacia el sur --suspira Juhani. --?Quienes? --Los cisnes. --Yo no veo ningun pajaro. --Es que ya se han ido. La mirada de Juhani se posa en Mataleena. --Pero al menos hemos conseguido pescado. Juhani arrastra la barca entre los arbustos. Marja ha salido a recibirlos; deja a Juho en el suelo y Mataleena toma a su hermano pequeno de la mano. Marja se asoma a la barca. --Que flacos estan. Los arboles de la otra orilla se reflejan negros en la superficie del agua. De algun lugar llega el aullido de un colimbo artico. Pronto, tambien el emprendera el vuelo hacia el sur. Caminan a traves del bosque por un sendero estrecho. Cuando Marja se agacha para buscar arandanos rojos, se oye un siseo rapido, airado, como si un tizon candente cayera en el agua. Marja chilla, salta hacia atras; sus pies no encuentran tierra al descender y se desploma de costado entre las ramitas. Primero distingue los arandanos, lividos por el azote de las noches de frio intenso, como puntos difusos. Luego escudrina en la direccion del siseo y poco a poco el ovillo negro comienza a adquirir la forma de una culebra. Sus ojos contienen el color de una baya escarchada, los dos colmillos son como carambanos. Pero la vibora no ataca, solo sisea. Juhani avanza a grandes pasos con una gran piedra levantada en alto, sobre la cabeza. Entonces ataca. La serpiente queda aplastada bajo la roca. De un soplo, Marja libera el aire que el miedo habia encerrado en su estomago. Juhani le tiende la mano y la ayuda a incorporarse. --Pobre bicho, ya estaba aterido. No tenia escapatoria. Marja observa el pedrusco, le parece ver la culebra a traves de el. --?Esta viva todavia? --No --responde Juhani, y se agacha para levantar la piedra. --!Por amor de Dios, no! Dejalo. No quiero verla. --Esta bien, que se quede ahi. Se oye un suave chisporroteo cuando el extremo ardiente de la tea toca el agua del balde. La tenue luz aun tiene fuerzas para dibujar la sombra de Juhani sobre los troncos de la pared cuando este se incorpora del catre, le levanta el vestido a Marja, posa la mano sobre su rodilla y le separa las piernas. Marja agarra su miembro en ereccion. Tambien a ella le apeteceria, pero el miedo es mayor incluso que el deseo ardiente. ?Y si se queda embarazada? Mas bocas que alimentar en esta miseria. Y asi empuja a Juhani de regreso al colchon. El suspira, tratando de ocultar su decepcion. Marja mueve la mano despacio, de arriba abajo, mientras aprieta el miembro de Juhani. El deja escapar un debil gemido. Ella se lleva la otra mano entre las piernas. Juhani termina primero. Marja se muerde el cuello del camison, las olas recorren su cuerpo. Cuando han pasado, la sensacion es otra v e z d e v a c i o. A c a r i c i a e l m i e m b r o f l a c i d o d e J u h a n i y p i e n s a e n l o s l u c i o s f l a c o s. Octubre 1867 Hay que sacrificar al peon. Si no, la reina blanca arrinconara al rey y el alfil no llegara a tiempo al rescate. Todavia esta a unos movimientos. Lars Renqvist no tiene mas remedio que admitir que la situacion sobre el tablero parece desesperada. Teo, nervioso, tamborilea con los dedos en el borde de la mesa. --?No te rindes aun? --le dice a su hermano--. Dejemos la partida por ahora y retomemosla en otra ocasion. --Esta bien. La acabamos en la proxima visita --responde Lars. Teo observa divertido el rostro de su hermano mientras este sigue escudrinando las piezas sobre el tablero. Nota que Lars ha aprendido a fruncir el ceno como su adorado superior en el Senado. --En mi opinion, ese senador tuyo esta equivocado --dice. --Tu no entiendes la esencia de este pueblo --suspira Lars, al tiempo que se levanta para servir ponche en vasos pequenos. Le ofrece uno a su hermano y continua--: a la gente hay que darle trabajo. Si se le llena el granero a cambio de nada, este no tendra fondo. Nuestro deber supremo es procurarles trabajo a aquellos que no lo tienen. --El trabajo resulta de bien poca utilidad y no da sus frutos si no hay comida que comprar con el salario. Lars se irrita. El senador ha obtenido un prestamo sin garantias de la casa bancaria Rothschild. Y se lo han concedido unicamente gracias a la buena reputacion del Estado. Es una confianza que no ha de deteriorarse perdiendo los nervios ante el primer contratiempo. --No me cabe en la cabeza que no lo entiendas --dice Lars, enojado. En ese instante se abren las puertas del salon y Raakel entra con la bandeja del te, que coloca en la mesita. Justo a tiempo. Lars toma aliento y se apacigua ante la mirada tierna de su esposa. Teo piensa que Raakel es mas sensata que su hermano. Si alguien hubiera tenido la ocurrencia de pedirselo, seguro que para entonces ella ya hubiera resuelto el problema de los mendigos. Le hubiera pedido a todo el mundo que regresara a sus hogares: habra comida en cuanto encontremos un puchero lo suficientemente grande. Solo hay que tener paciencia y esperar. --La idea era gestionar la compra del cereal de emergencia a traves de comerciantes. Esa era la propuesta del senador y llevaba toda la razon. No es culpa suya que los comerciantes no hayan sido lo suficientemente diligentes --aclara Lars, como un padre paciente que explica lo mismo a su hijo por septima vez. --No dio tiempo a adquirir nada de cereal. Y puedes pedirle a un comerciante que alimente a los pobres tanto como le pedirias a un pastor que le entregue la camisa al projimo --replica Teo. La mencion de los curas hace que Lars guarde silencio un instante, y Teo supone que su hermano aun siente cierta culpabilidad porque ninguno de los dos cumpliera el gran deseo de su padre y se dedicara a la teologia. --Por lo que a mi respecta, conozco a uno que estaria bien dispuesto a renunciar a su camisa por las putas del barrio de Punavuori --interviene Raakel. --Soy el medico de los pobres, igual que el gran Paracelso --responde Teo extendiendo los brazos. --Entonces las putas de Helsinki no tienen de que preo cuparse, con nuestro Paracelso velando por ellas. Lars suelta una carcajada. Raakel, exultante por su victoria, cierra la puerta de un portazo al salir. Tambien Teo se divierte al imaginar que en los labios de Raakel se esta dibujando una sonrisa triunfal al haber sido ella quien ha pronunciado la ultima palabra. Que buena madre seria si no fuera esteril. Aunque el problema bien podria tenerlo Lars, piensa Teo; quiza su familia este condenada a extinguirse con ellos. Tal vez sea ese el quid de la cuestion. La hambruna elimina a los mas debiles de la nacion, igual que un jardinero poda las ramas podridas de un manzano. Una vez que Teo se ha ido, Lars se concentra de nuevo en la situacion sobre el tablero. Con el peon podria ganar tiempo para unos cuantos movimientos mas, pero hasta para acabar en tablas seria necesario que su hermano cometiera un error garrafal. La partida esta perdida y Lars supone que Teo la ha dejado a medias a proposito, tal vez con la intencion de que el tuviese tiempo de estudiar la situacion y comprender lo desesperado de su posicion. A su mente acude la expresion de agonica crueldad del senador cuando dijo, irascible: --?El asistente de cuentas tiene algo que anadir? He dictado mi mensaje, !vaya a entregarlo! De eso hace ya un mes. Lars se habia quedado de pie en el umbral del despacho del senador; apretaba en la mano el telegrama enviado por el gobernador Alftan, cuidandose, sin embargo, de no arrugarlo, pues el senador se reservaba para si el derecho de estrujar los telegramas y arrojarlos al suelo en un arranque de colera. En el norte se habia acabado el cereal y Alftan requeria auxilio urgente. Lars solo era el insignificante mensajero, pero el senador dirigia contra el su enojo. Tal vez la situacion alli era verdaderamente desesperada, se habia atrevido a sugerir Lars, a lo que el senador habia respondido que seguramente, por lo menos en lo que respectaba a la gestion financiera. Lars habia salido del despacho entre juramentos, y en un principio se habia odiado a si mismo, su actitud vacilante, y luego habia odiado a todos los Alftanes del mundo, burocratas que, llegado un contratiempo, mostraban debilidad y se doblegaban ante el primer viento fuerte y dejaban solo a un hombre de la talla del senador, solo frente a la tormenta. Por ultimo, habia maldecido a los estupidos campesinos del interior, a los holgazanes, gordos propietarios de haciendas que ponian a sus jornaleros en la calle para que a ellos les quedara mas, cuando hubiesen debido alimentar a sus pobres, ya fueran asalariados o mendigos. --Se acabo por este otono --anuncia Raakel. Lars se espabila y mira interrogante a su esposa. Ella esta de pie junto a la rosa china y acaricia con delicadeza sus hojas verdes. --Hace mas de una semana que no echa ni una flor. --Vaya, antes daba flores hasta despues de Todos los Santos, ?no? Lars se fuerza a levantarse de la silla y se acerca a su mujer. Cada vez que la rosa china comienza a hibernar, a Raakel la abate la misma melancolia, y otra vez no tiene nada a lo que consagrarle su calor y afecto. ?Y si ya no florece mas? El mismo temor todo el invierno, la misma frase cada vez, cada ano, cuando Lars regresa del trabajo y encuentra a su esposa acariciando las hojas de la rosa china. --Bueno, entonces florecera en primavera de nuevo. --Quiza, quiza. Pero es que estos dias todo lo hermoso parece marchitarse. Un hombre con turbante cabalga por el desierto con una doncella de rostro velado en el regazo; de fondo, los rayos del sol poniente banan de oro un palacio. Cecilia esta desnuda, se pone en cuclillas sobre la jofaina y se enjuaga entre las piernas. Los hilillos de agua resbalan por el oscuro vello pubico. Los pequenos rizos se estiran, de su extremo caen gotas en la palangana. Cecilia endereza la espalda, posa las manos sobre las rodillas y abre las piernas un poco mas. La vulva aun esta abierta de resultas del coito. --Pareces bobo con la barbilla colgando --advierte. Teo le alarga un pano de lino con el que ella se seca entre las piernas. --?Como te llamas? Quiero decir, ?como te llamas de verdad? --?Es que Cecilia no te vale? Me llamo Elin. Pero Madame quiso llamarme Cecilia. En realidad, era Cecile. --?Y de verdad eres sueca, de Dalecardia? --Si. Dentro de una hora, la mujer podria ser Ulrika, de Polonia, si asi se lo piden. Empuja la palangana bajo la mesa, con la grupa levantada hacia Teo, mas alta de lo necesario. Con su exhibicion, logra lo que se propone. Teo trata de darle la espalda, pero los pies parecen estar clavados al suelo; los ojos, en las nalgas desnudas; en su piel blanca aun se distinguen las marcas rojo palido del colchon. Sabe que tengo que irme, piensa Teo. Algo le oprime el pecho. Cecilia toma la bacina de porcelana junto a la jofaina y se agacha sobre ella. La vision de una mujer meando le parece excitante, pero Teo decide que no permitira que ella gane la partida. En todo caso, no desea mostrar su derrota. --Tu lo que eres es una campesina, y de eso no te libras.

  • Pax Romana de Adrian Goldworthy

    https://gigalibros.com/pax-romana.html

  • Cuentos victorianos de Navidad de

    https://gigalibros.com/cuentos-victorianos-de-navidad.html

    El extenso periodo victoriano fue, por diversas y variadas circunstancias, quien dio carta de naturaleza al “espiritu navideno” y consolido buena parte de la imagen y el caracter que asociamos a estas festividades hoy en dia. Fue, asimismo, la edad de oro del cuento de Navidad, del que dejaron muestras los mas destacados autores de la epoca, siendo los de miedo y los de misterio los que gozaron de mas aceptacion. En esta recopilacion antologica no falta, como es natural, Charles Dickens, y junto a los suyos se recogen tambien magnificos relatos de Anthony Trollope, Charlotte Riddell, Arthur Conan Doyle (uno de ellos protagonizado por Sherlock Holmes), Juliana Ewing y Wilkie Collins.

  • Psyche de Nury Rune

    https://gigalibros.com/psyche.html

    Hay mitos que no son como los cuentan.

  • En Realidades Infinitas (Almas Suicidas 2) de Gonzalo Ruiz

    https://gigalibros.com/en-realidades-infinitas-almas-suicidas-2.html

    Para conseguir la felicidad, un objetivo por el cual vivir, es necesario ir a buscarlo, no a esperar sentado o sentada. Sin importar nada, ni las distancias, los recuerdos, las dificultades, a veces algunos idiotas intentan lo que sea por sonreir una vez mas sin importar perderse a si mismos otra vez. Salir de la depresion es dificil. Buscar la felicidad y encontrarla es mas porque el mundo puede llegar a ser cruel o a veces algo bueno.

  • Mi sombra, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

    https://gigalibros.com/mi-sombra-sophie-saint-rose.html

  • Estrellas Perdidas de Thanya Castro

    https://gigalibros.com/estrellas-perdidas.html

    Porque es tan sencillo esconderse bajo la mascara de personajes ficticios sin tener la necesidad de exponer tu propio corazon. Esta es la historia de una chica en alguna pequena ciudad en algun pais. Como tambien puede ser la mia, la tuya y la de todos. Una historia de la vida real, de lo que se queda en las calles de un pequeno suburbio, donde encuentras en lo mas ordinario, una gran mina de belleza, todo a partir de un corazon roto.

  • Sonrie, mi amor, en la Toscana de Silvia Garcia Ruiz

    https://gigalibros.com/sonrie-mi-amor-en-la-toscana.html

    Dominic Norton es un famoso fotografo que acaba retirandose por las criticas de Luca Rossi, un modelo italiano. Evie, que siempre ha querido ser fotografa como su padre, jura vengarse del modelo y lo contrata para una serie de campanas con el fin de ridiculizarlo. Pero lo que no sabe es que el hombre al que esta perjudicando no es Luca sino su hermano gemelo Angelo, que ha accedido a ayudarlo como tantas otras veces.

  • Balada de amor para un soldado de Nut

    https://gigalibros.com/balada-de-amor-para-un-soldado.html

    Idris Mackie, desde que decidio abandonar la musica, vive sumergido en una desidia que le lleva a desentenderse de todo aquello que no sea pasar el rato bebiendo cervezas con sus amigos, fumar maria y disfrutar del sexo sin inhibiciones ni compromisos. Un buen dia recibe una carta que contiene un Cd con una cancion, y cuyo remitente es el soldado Kevin Miller, alguien que esta seguro de no conocer pero que parece dispuesto a irrumpir en su anodina vida. Amistad, sexo, soledad, amor, son algunos de los ingredientes que componen esta Balada de amor para un soldado que tiene como telon de fondo la musica, ese lenguaje universal, y a la ciudad de New York como testigo silencioso de como dos almas a la deriva, presas de las decisiones que han marcado su existencia, se buscan sin saberlo.

  • La Danza de la Gaviota de Andrea Camilleri

    https://gigalibros.com/la-danza-de-la-gaviota.html

    El insomnio ha vuelto a sacar al comisario Montalbano de la cama. Al amanecer, con una taza de cafe en la mano, sale a la terraza para contemplar el mar y asiste a un solitario y lugubre espectaculo: en la arena, una gaviota enferma, o quiza herida, parece ejecutar una extrana coreografia antes de caer fulminada, como si la vida se resistiera a abandonar su cuerpo para siempre. La imagen suscita en el comisario los mismos sentimientos funebres e insidiosos que en los ultimos tiempos han enturbiado su mente, y se le antoja una especie de premonicion. Y lo es. Las vacaciones que Montalbano tenia previsto disfrutar junto a Livia se frustran cuando Fazio, la inestimable mano derecha del comisario, sencillamente desaparece del mapa. No ha vuelto a casa, su telefono esta desconectado y solo se sabe que iba a encontrarse con alguien en el puerto. Sus companeros se temen lo peor, y la vision de su querido Fazio herido, o tal vez muerto, mortifica a Montalbano de tal forma que no reparara en esfuerzos para encontrarlo. Bien entrado en la cincuentena, Salvo Montalbano vive cada dia mas angustiado por los efectos de la edad y el desencanto. En otro sutil toque de humor de su genial creador, los acontecimientos de La danza de la gaviota transcurren cerca del lugar donde se esta rodando un episodio de la famosa teleserie sobre Montalbano. Por supuesto, este evita a toda costa cruzarse con el actor que lo interpreta, que es mucho mas joven y atractivo, aunque dificilmente tan irresistible para las mujeres como el.

  • Doctor Mejor Amigo De Mi Hermano de Larissa De Silva

    https://gigalibros.com/doctor-mejor-amigo-de-mi-hermano.html

    No sabia lo que se suponia que debia hacer. ?Se suponia que debia estar llorando? ?Se suponia que tenia que estar gritando, diciendoles que no podian hacerme esto? Si podian. No solo podian hacerlo, sino que, en realidad, probablemente me lo merecia. No habia sido una trabajadora particularmente buena, habia estado patinando, sin ser detectada, durante al menos un ano. Pero cuando auditaron la compania, se dieron cuenta de que no estaba haciendo mi trabajo. De hecho, creo que les costo encontrar los registros de un empleado llamado Harlow Zepplin. Hice todo lo posible por mantener el bajo perfil y mantener la cabeza gacha, y sabia que no podia culparlos por esto. No me gustaba el trabajo, nunca habia sido buena en el, pero agradeceria que me avisaran un poco mas para poder ponerme a trabajar. Probablemente me habria dado cuenta, si hubiera prestado atencion. Pero no lo hacia. Estaba parada en el estacionamiento, sosteniendo una caja de carton con todo lo que me pertenecia, las lagrimas corrian por mi cara mientras me dirigia a mi Dodge Neon del 2001. No era mucho, pero era mio, y estaba pagado. Eso al menos era algo. Abri la puerta, puse mi caja de carton sobre mi ropa limpia en el asiento trasero y me dirigi al asiento del conductor. Cerre de golpe la puerta antes de mirar el edificio en el que nunca volveria a trabajar. Era un edificio alto de hormigon, estrecho e imponente a pesar de todo. Habia toneladas de oficinas diferentes dentro de el, y era probable que no fuera bienvenido en cada una de ellas. Intente decirme a mi misma que no era gran cosa. Cuando llegara a casa, se lo contaba a Paul, mi prometido. El lo entenderia. Siempre lo entendio, e hizo todo lo que pudo para apoyarme. Sabia que iba a salir adelante en este extrano y dificil momento. Siempre lo hizo. Puede que le lleve un poco de tiempo recuperarse, pero no seria lo peor. Lo entenderia. Querria que buscara algo mejor, algo que realmente me hiciera feliz. Solo tenia que averiguar que era primero. Despues de nuestra boda. Tal vez me concentre todo mi dia a dia con ser una novia en proceso. Tal vez ese era el tipo de adulto que queria ser, pense para mi misma mientras entraba en nuestro complejo de apartamentos. Era un complejo bastante modesto. La calle estaba flanqueada por edificios de dos pisos con balcones envolventes, y esas escaleras que parecian ser escaleras de incendio, pero no lo eran, en realidad, porque este tipo de edificios no tenian escaleras de incendio. No tenian nada excepto los escalones de hormigon y los balcones de los pasillos, y supuse que, si alguna vez habia una verdadera emergencia, todos se apinarian alli como sardinas mientras intentaban salir. Eso no habia sucedido todavia. Si tenia suerte, nunca iba a suceder. Nos ibamos a mudar a una hermosa casa en el campo, antes de que algo asi nos sucediera. Me dije a mi misma que dejara de posponerlo. Paul tenia que saberlo. Tenia que saberlo. Cerre los ojos, y por un segundo, deje que mi mente se desviara. Tal vez, si estuviera con otra persona, no estaria pensando en lo mucho que temia decirle las malas noticias. Queria pensar que Paul me apoyaria, y pense que lo haria, pero primero tendriamos que superar el fuerte impacto de su reaccion. No importaba, me dije a mi misma. Era mi prometido. Me queria. Solo queria lo mejor para mi, y sabia cuanto odiaba este trabajo. Estaria apretada durante un mes o dos mientras encontraba otra cosa, pero no seria insuperable. Habiamos pasado por cosas dificiles juntos, y nos habia ido bien. Solo mejorariamos en ello. Al menos eso era lo unico que podia esperar, de verdad. Me dije a mi misma que dejara de ser cobarde. Abri la puerta del coche, respire hondo y sali, sintiendome resuelta. Iba a terminar con esto, e iba a ser bueno. Iba a ser exactamente lo que necesitaba ser y nada mas. Eramos un equipo. Paul y yo, ibamos a abordar todo esto juntos. Aunque mi aliento era debil, subi rapidamente, sabiendo que lo encontraria alli porque no trabajaba los miercoles. Abri la puerta, esperando encontrarlo en la sala de estar jugando en su Xbox como lo hacia habitualmente. No estaba. Entre en nuestro dormitorio, lo vi acostado en la cama, y apenas me presto atencion cuando entre en la habitacion, practicamente dando un portazo detras de mi. “Hola. ?Te he despertado?” Yo pregunte. Sabia que no lo habia hecho. “No”. Esperaba mas que eso, pero inmediatamente volvio a su telefono. Ni siquiera me pregunto que hacia en casa a mitad del dia, lo que me molesto. ?Ni siquiera iba a fingir? “?Quieres saber que hago aqui temprano?” Pregunte, con un poco mas de irritacion en mi voz de lo que esperaba. Puso los ojos en blanco y se sento. “En realidad no”, dijo. “Pero parece que te mueres por decirmelo”. “Me despidieron”. Eso llamo su atencion. Se volvio hacia mi, con los ojos bien abiertos. “?Que? ?Por que?” “No lo se. No creo que estuviera haciendo un buen trabajo”, dije, encogiendome de hombros. “Podrian habermelo dicho, lo habria intensificado. Yo..." “?Que vas a hacer, Harlow? ?Como vas a pagar tu mitad del alquiler?” Sacudi la cabeza, tratando de evitar que las lagrimas brotaran en mis ojos. “Se que necesito hacer eso”, dije. “Pero esperaba que yo…” “!Y luego me preguntas por que no quiero una boda cara de culo!” dijo, levantandose bruscamente de la cama. Me di cuenta de que todavia estaba en pijama, pero decidi no decir nada. No era el momento ni el lugar para eso, aunque no sabia por que insistia en no ponerse la ropa cuando se quedaba en casa. No era como si ponerse unos pantalones fuera particularmente dificil. Respire hondo, me dije que no era una discusion que valiera la pena tener, y que habia buenas razones para que Paul se molestara. Tire algunas sobras al microondas y lei un libro en mi telefono mientras esperaba que Paul saliera a hablar conmigo. Cuando entre en el dormitorio, el ya estaba dormido, roncando, boca arriba en la cama. No pude evitar estar molesta con el. Se suponia que debia sentir algo al respecto, pero en cambio, parecia que habia perdido el interes en el momento en que le dije que no ibamos a tener tanto dinero. Sin embargo, mi trabajo no habia estado particularmente bien pagado, y sabia que podia reemplazarlo facilmente con otra cosa, asi que no me preocupe. Su actitud me preocupaba mas. Me dije a mi misma que no pensara en ello, lo atribui a su ansiedad, y me arrastre a la cama junto a el, llevando una camisa de pijama de manga larga y pantalones que se pegaban a mis tobillos para que no se le ocurriera nada. Paul podia ponerse jugueton en cualquier momento, y tanto si me apetecia como si no, siempre me convencia. Bueno, me convencio de hacerlo para que se callara y yo volviera a dormir, lo que supuse que era, en cierto modo, lo mismo. Intente no pensar en ello. Me dije a mi misma que nada de esto importaba, que ibamos a estar bien por la manana, pero me costaba creerlo, incluso en mi propia cabeza. Cerre los ojos y sone. Sone que estaba de vuelta en la casa de mi infancia, sentada junto a mi hermano y su mejor amigo mientras hablaban de un videojuego y me esforzaba por concentrarme en un trabajo de estudios sociales que tenia que escribir. Podria haber ido a mi habitacion y trabajar alli, pero me gustaba estar cerca de ellos. Me gustaba el ruido, la forma en que se sentia que mi casa no estaba tan vacia. Nuestros padres siempre estaban trabajando, casi nunca los veiamos. Mack era un adolescente tranquilo y estudioso, excepto cuando su mejor amigo, Jordan, estaba cerca. Cuando Jordan estaba cerca, Mack se ponia ruidoso. Gritaba y gritaba a la television, preguntandose por que los pequenos personajes de la pantalla no seguian sus instrucciones. Se reian tanto que a veces los oia desde mi habitacion, su voz resonaba en la pared. Supongo que, si no hubiera deseado el ruido toda mi vida, lo habria encontrado molesto. Pero no era molesto en absoluto. Era agradable. Sentia que asi debian ser las cosas, y me gustaba. Incline la cabeza para ver a los dos y vi a Jordan mirandome. Habia una sonrisa en su cara. “?Estas bien?” Recuerdo vagamente haberme senalado a mi mismo. “?Yo?” Se rio “?Quien mas, nina?” Abri la boca para decirle que estaba bien. Que no era una nina, y que no tenia que preocuparse por mi. Eso no fue lo que salio. En cambio, de repente senti que me estaba sofocando, y la habitacion estaba sumergida bajo dos o tres pies de agua. Lo primero que pense fue en mi ensayo. Se iba a arruinar. Entonces me di cuenta de que me iba a ahogar. Mire hacia el sofa, donde mi hermano y su amigo habian estado sentados solo unos momentos antes. Y no habia nadie alli. Cuando me desperte, estaba jadeando para respirar y mi almohada estaba mojada con mi sudor. Necesitaba desesperadamente el bano. Me levante, agarre mi telefono en la mesita de noche que estaba a mi lado e intente tocar a tientas para poder ver con la luz de la pantalla. Despues de esa horrible pesadilla, necesitaba luz. Poco sabia que algo mas me estaba esperando. Algo real. Algo peor. Desbloquee la pantalla y se me cayo el estomago cuando me di cuenta de que el telefono no era mio. Era de Paul, y estaba lleno de notificaciones de aplicaciones de citas y chicas de las que nunca habia oido hablar. “?Paul?” Me oi gritar. “Paul, ?que demonios…?” No se disculpo. Me encogio de hombros, me dijo que la relacion habia muerto hace tiempo porque “no me esforzaba lo suficiente”, y me dijo que, si no queria quedarme, era bienvenida a empacar las maletas. Grite y llore mientras el mantenia la compostura, hablando aqui y alla entre mis sollozos. Pero no estaba molesta por perderlo. Estaba disgustada porque mi vida se estaba cayendo a pedazos. Mi boda. Mi trabajo. Mi futuro. Todo… estaba mas que jodido. Al dia siguiente, estaba conduciendo de vuelta a un lugar al que jure que nunca volveria a menos que fuera Navidad, Accion de Gracias, o alguien estuviera muriendo o dando a luz. Regresaba a Frostproof. Me iba a casa. CAPITULO UNO 2019 Mi hermano dijo que iba a ser divertido, pero me di cuenta de que solo intentaba suavizar el golpe. Era mejor asi. Incluso con todo lo que habia pasado entre nosotros, se preocupaba por mi orgullo. Cuando le llame, en medio de la noche, al principio estaba preocupado. Me habia preguntado si necesitaba que llamara a la policia o a una ambulancia, pero una vez que logre decir el nombre de Paul -y absolutamente nada mas- lo entendio inmediatamente. “Tenemos una habitacion de invitados que esta acumulando polvo”, dijo. “Nos harias un favor”. Siempre tratando de hacerme sentir mejor, incluso cuando sabia que era una mentira. Mack era realmente uno de los buenos. Nuestros padres se las habian arreglado para hacer al menos un buen chico, lo cual era ciertamente algo. Al principio conduje con lagrimas en los ojos, y me aleje cada vez mas de donde habia vivido con Paul, me enfade cada vez mas. Mis punos se apretaron mas alrededor del volante de mi coche y podia sentir mi mandibula apretando mientras pensaba en todo lo que Paul me habia dicho y hecho. Apenas me habia cortejado. Habiamos caido en una relacion porque me sentia sola, y estabamos juntos, y eso era todo. Me habia propuesto matrimonio, pero fue cuando estaba borracho, y el dijo que tambien podriamos casarnos, lo que tome como una senal de su amor por mi. Pero Paul no me amaba, y yo tampoco creia que lo amara mucho, porque podia sentir el alivio corriendo por mis venas, llenando mi sangre. No tenia ganas de volver a casa, pero era mejor que estar con Paul. Y nada me retenia alli. Ni trabajos, ni amigos, absolutamente nada. Me llevo unas horas, pero no me detuve en absoluto. Llegue a la casa de Mack, la antigua casa de nuestros padres, y senti que iba a vomitar. La casa era diferente ahora, aunque todavia conservaba las caracteristicas angulares que la habian hecho tan llamativa cuando llegamos, estaba pintada de un color azul claro, y el patio estaba siendo rehecho. Yo tambien podria haberme quedado alli, pero entonces Mack no habria tenido la vida que tuvo. Y mi hermano se merecia lo mejor, especialmente despues de todo lo que habia pasado. Todo lo que le habia hecho pasar. Apague los faros cuando termine de estacionar en la acera, e intente decirme a mi misma que todo iba a estar bien. Mack me habia invitado. Me queria aqui. Y volver a la casa de mi infancia no significaba volver al pasado. Al menos eso era lo que me decia a mi misma, tratando de ignorar lo fuerte y rapido que mi corazon latia en mi pecho. 2009 Me pare cerca del televisor, con los auriculares en los oidos mientras escuchaba mi CD de Blink 182, que se habia usado demasiado. No queria oir a mi hermano y a su mejor amigo discutiendo en la sala. Normalmente, no me habria importado, pero habia algo en la presencia de Jordan que me ponia de los nervios ultimamente, aunque no podia entenderlo. Mack bostezo y se estiro dramaticamente en el sofa. Un chico delgaducho, habia crecido aun mas en los ultimos anos, y sus miembros eran largos y delgados, asi que dependiendo de como se moviera, parecia un poco como un esqueleto. Jordan era mas pequeno que el, de hombros anchos, con grandes ojos color avellana con un borde negro. Tambien estaba mucho mas relajado, y parecia pasar mas tiempo en nuestra casa que el propio Mack

  • Juramentos de sangre de Brianna Callum

    https://gigalibros.com/juramentos-de-sangre.html

    Corre el ano 1720 en Escocia. En un tiempo donde rigen la espada, los senores de las tierras, el honor y la traicion, dos parejas se encontraran para no perderse jamas, o quizas si.
    Dos historias de amor y aventuras que se entrecruzan y que se tejen a traves de los siglos, en diferentes epocas y ciudades, y que ponen a prueba el Tiempo. Cuatro almas signadas por una promesa de amor eterno y por un juramento de honor, que deberan enfrentar peligros, odio, envidia y persecuciones. incluso desafiar a la misma muerte para estar juntos.

  • Una mujer de mundo de Nina Klein

    https://gigalibros.com/una-mujer-de-mundo.html

    Final de la trilogia “La Fiesta de San Valentin”.

  • Una mujer inalcanzable de Candace Camp

    https://gigalibros.com/una-mujer-inalcanzable.html

    Kyria Moreland era lo bastante hermosa como para ganarse el sobrenombre de “La Diosa” y lo bastante rica para atraer a todos los caballeros de Londres, pero se negaba a casarse hasta que no hubiera encontrado el amor verdadero. Entonces recibio un extrano paquete en misteriosas circunstancias, y se vio enfrentada al peligro, al asesinato y a un atractivo americano cuyo destino parecia estar unido al suyo.

  • Paranoia, Franck Thilliez de Franck Thilliez

    https://gigalibros.com/paranoia-franck-thilliez.html

    Ilan sigue sin recuperase de la perdida de sus padres, fallecidos en extranas circunstancias. Una manana reaparece en Paris Chloe, su expareja, quien le propone embarcarse en una aventura a la que no podra negarse. Nueve personas encerradas en un antiguo complejo psiquiatrico aislado en plena montana. De repente, una a una empiezan a desaparecer. Encuentran un primer cuerpo. Asesinado. Se desata la Paranoia.

  • Cuando la miel muere de Hanni Munzer

    https://gigalibros.com/cuando-la-miel-muere.html

    La joven e inquieta Felicity acaba de terminar sus estudios de medicina y se dispone a irse a Afganistan con una ONG. Una llamada de su padre, enfermo en una silla de ruedas, va a cambiar todo. Su madre no ha vuelto a casa tras ir a la residencia a recoger las pertenencias de la abuela Deborah que acaba de fallecer. En la residencia le dicen que se marcho muy agitada llevando una caja. Los movimientos de su tarjeta apuntan a que, incomprensiblemente, se ha ido a Roma.

  • Y cuando no queria enamorarme apareciste tu de Maru Rasia

    https://gigalibros.com/y-cuando-no-queria-enamorarme-apareciste-tu.html

    A veces la vida nos pone obstaculos en el camino y nosotros decidimos si pisarlos y sufrir las consecuencias o sortearlos y seguir nuestro rumbo.
    Una exitosa y prestigiosa neurocirujana, que ya no cree en el amor, tiene que tomar la decision mas dificil de su carrera, la cual tendra graves consecuencias.
    Un hombre sin empleo, casado y con dos pequenas hijas debe aceptar el reto mas arduo que le propone la vida.
    Sus vidas se encontraran en un momento crucial.
    ?Seran capaces de olvidar el pasado y de afrontar lo que el destino les tiene preparado?
    Descubrelo junto a Isabella y Francisco.

  • Pellizcos de Navidad de Lara Rivendel

    https://gigalibros.com/pellizcos-de-navidad.html

    Dejo el movil en la mesa, aparto la cortina y me asomo a la ventana. La misma estampa de cada ano por estas fechas, desde hace... <> Las luces de Navidad de la Gran Via brillan creando una serpiente azulada que baila alegre sobre los transeuntes. Yo, desde luego, este ano no estoy para bailes ni para fiestas. --Seguire empaquetando --me digo. Suspirando, dejo caer la cortina y vuelvo al trabajo. Mientras espero a que los posibles compradores --una pareja con los suenos intactos y toda la vida por delante-- vengan a ver el piso, voy guardando en cajas los objetos de los que no soy capaz de desprenderme. No me cunde nada porque, en realidad, no quiero acabar de empaquetar las cosas que Enrique y yo hemos acumulado a lo largo de estos veinte anos. Bueno, las que el no se ha llevado, que son casi todas. El doctor Enrique Guerra, mi aun marido aunque por poco tiempo, se llevo lo que le cupo en dos maletas y no parece tener prisa por llevarse el resto. Tomo el volumen de Guerra y Paz que me regalo durante nuestra primera cita y sonrio. Aunque me resisto, no puedo evitar abrirlo y leer la dedicatoria. <> Suspiro. Enrique es el hombre menos romantico que he conocido, pero en la primera cita se lucio. A mis veintiun anos, con mi titulo de enfermera recien estrenado bajo el brazo, que el medico mas guapo del hospital me invitara a cenar fue un sueno hecho realidad. Tan embobada estaba que, cuando poco despues descubri que estaba embarazada, no entendi las caras de horror de mis amigas. Por supuesto no quise escuchar a las que me aconsejaron que me esperara un tiempo antes de ser madre. Me decian que antes de sentar la cabeza tenia que disfrutar de la vida, viajar, salir de noche... Otras me decian que Enrique me dejaria cuando se enterara; que lo mejor que podia hacer era librarme del bebe y no decirle nada. Pero, aunque era muy joven, cuando la vida me puso ante una encrucijada, tuve muy claro lo que tenia que hacer. 7 Dos dias mas tarde compartia guardia con Enrique. Aguarde a un momento de tranquilidad; le dije que lo esperaba en el dormitorio del personal y cuando el llego, ilusionado ante la idea de un revolcon a medianoche, le comunique que estaba embarazada y que pensaba traer a ese nino al mundo. Le dije que el bebe era suyo, pero que si no habia sitio para el en su vida, no lo forzaria a aceptarlo. Eso si, si no tenia sitio para nuestro hijo, evidentemente tampoco lo tenia para mi. Enrique tardo unos segundos en asimilarlo. Aunque es seis anos mayor que yo, todavia no se habia planteado formar una familia, pero reacciono mucho mejor de lo que me habia imaginado. Me dijo que no estaba enamorado de mi, pero que yo le gustaba mucho y que no podria vivir tranquilo sabiendo que un hijo suyo crecia sin padre. Si tenia suficiente con esa base, me ofrecia su nombre y su proteccion para mi y para el bebe. En aquel momento, me parecio lo mas romantico que me habia pasado en la vida; una declaracion propia de una novela de Jane Austen. Estaba segura de que, con el tiempo, Enrique se enamoraria de mi como yo lo estaba de el y que, una vez que el bebe llegara al mundo, nuestra felicidad seria completa. El embarazo fue bueno y el pequeno Enrique, un regalo del cielo. Fue el bebe mas bonito que ha pasado por el hospital. Siempre que puedo, me paso por la nursery para ver a los recien nacidos y hasta ahora ninguno lo ha superado. Y no es amor de madre, ?eh? Es que mi Quique es guapo a rabiar. <>. Dejo el libro en la caja y voy al dormitorio de Quique, pero los recuerdos me persiguen alla donde vaya. Cuando se me termino el permiso por maternidad y volvi al hospital, note que algunas companeras cuchicheaban a mis espaldas. Mi amiga Lola me conto que una enfermera que habia entrado a trabajar durante mi ausencia iba presumiendo por ahi de acostarse con Enrique durante las guardias. Aquella noche se lo pregunte a el directamente. Aunque lo nego, su cara me dijo que algo habia habido. Segui adelante por nuestro hijo y, vale, si, porque seguia loca por mi marido. Enrique ha sido el unico hombre de mi vida; no me puedo imaginar la vida sin el. ?Que sentido tiene ahora la Navidad? Y luego vendra mi cumpleanos, y luego el suyo, y en verano... ?que hare durante un mes entero de vacaciones? Noto que empieza a faltarme el aire y, siguiendo las instrucciones de la psicologa del hospital, me siento en la cama y respiro hondo. 8 <>, me dijo. <> --!Que facil es decir eso cuando se esta bien! ?Como voy a disfrutar de esto? !Mi vida es una mierda, estoy sola y acabada! Tengo mas desconchones que la pared del lavadero. Y dentro de dos meses me caen los cuarenta; solo me faltaba eso, ya nadie me va a querer. Noto que las dichosas lagrimas vuelven a aparecer. ?Es que no se cansan nunca? Estoy harta de llorar, estoy harta de mi. No me extrana que Enrique y Quique se hayan marchado; si yo pudiera, tambien me abandonaria. Me seco los ojos, me levanto y me acerco a la estanteria. Cojo una foto enmarcada de mi hijo celebrando un triunfo deportivo y le doy un beso. Siempre ha sido muy deportista, como su padre. El momento en que nos anuncio que le habian concedido una beca para estudiar Medicina en Canada fue el principio del fin. Enrique lo felicito dandole palmadas en la espalda. Hacia tiempo que no lo veia tan contento. Me imagine que seria orgullo de padre al ver que su unico hijo seguia sus pasos. Yo lo felicite, claro, que iba a hacer, !se le veia tan ilusionado! Pero mi alma empezo a gritar en silencio y, desde entonces, no ha parado. Queria gritar que no, que no se llevaran a mi pollo, que aun era muy pequeno para saltar del nido y que !como iba a vivir en Canada con lo frios que tiene siempre los pies en invierno! Vuelvo al comedor, monto un par de cajas de carton mas con ayuda de cinta de embalar y vuelvo a la habitacion de Quique para guardar los albumes de fotos. <> El anuncio de Quique fue solo el primer capitulo de la novela El otono en que Paz perdio la paz. Cuando Enrique y yo dejamos a nuestro pequeno --ya no tan pequeno-- en el control de seguridad del aeropuerto, el me invito a tomar algo en la cafeteria. Me extrano que no esperara a llegar a casa para comer, pero pense que los nervios le habrian dado hambre. Cuando nos sentamos, me dio un panuelo y me solto a bocajarro que queria el divorcio. No fui capaz de hablar; el shock me dejo muda. Enrique tendra sus cosas, pero de tonto no tiene un pelo. Lo habia planeado todo perfectamente. Sabia que el disgusto por la marcha de Quique me dejaria en K.O. emocional y que no me quedarian fuerzas para montarle un numerito en publico.

  • Los peores dias de Fernando Gonzalez Davison

    https://gigalibros.com/los-peores-dias.html

    <>.

  • Suenos rotos (Destinos cruzados 1) de Maca Soler Alba

    https://gigalibros.com/suenos-rotos-destinos-cruzados-1.html

    Natasha siempre ha tenido un sueno que nunca ha dejado de perseguir: salir de Rusia. Cuando la oportunidad llega a sus manos, no duda en aprovecharla y acepta la oportunidad de su vida para embarcarse en un viaje con fines desconocidos, pero los resultados no seran los que ella espera. Resignada a vivir en el infiero que le habia sido deparado por el destino, su historia toma un giro radical en el que tendra que tomar decisiones, enfrentarse a nuevas experiencias y sobre todo, aprender a vivir su vida como siempre ha querido, siendo libre.

  • Las Peregrinas de Y. Lorenzo

    https://gigalibros.com/las-peregrinas.html

    Cecilia es una chica cubana que ha emigrado a Espana. Su futuro se presenta incierto al encontrar trabajos precarios e inestables debido a la situacion actual del pais. Su amiga Laura la convence de que puede ganar mucho dinero si la acompana en un viaje por Europa. Por fin va a poder cumplir algunos de sus suenos, pero le suceden una serie de contratiempos. Cada vez se le hace mas dificil salir del agujero donde se habia metido, no perdiendo nunca su alegria y la ilusion por encontrar el amor. Las amigas se desenvuelven con total naturalidad y seguridad por un mundo que para muchos parece incierto.

  • Jamas me olvidaras, mi jefe de Olivia Saint

    https://gigalibros.com/jamas-me-olvidaras-mi-jefe.html

    Patricia y Bob son una de las tipicas parejas de hoy en dia, todo es perfecto pero inundado en la monotonia de una relacion monogama. Llevan tanto tiempo juntos que muchas veces ambos terminan las frases del otro, se han vuelto demasiado similares, ya no hay sorpresa, no hay novedad, no hay erotismo. Esto vuelve loca a Patricia, quien descubre que su vecino, un muchacho apuesto mas joven que ella, la ve con otros ojos. Esta oportunidad que se le presenta a Patricia no se da todos los dias, por lo que ella decide tomarla y dejarse llevar por el momento. ?Descubrira su marido su pecado?

  • Corona de trueno (Bestias de la noche 2) de Tochi Onyebuchi

    https://gigalibros.com/corona-de-trueno-bestias-de-la-noche-2.html

    Taj ha logrado escapar de Kos, pero la reina Karima hara hasta lo imposible por cazarlo. Pronto Taj se dara cuenta que debe volver, no solo porque sera imposible huir por siempre, sino porque el pueblo de Kos sucumbira ante el terror de Karima. El necesita un plan, y pronto. Con la ayuda de Arzu, Taj y Aliya llegaran al pueblo de sus ancestros, hogar de los tastahlik, los devoradores de pecado, donde descubrira que todo bien tiene sus trazos de mal, y que no existe un hogar terrenal sino personas que lo hacen posible. Y Bo, su antiguo hermano de armas y mejor amigo pondra a prueba todo lo que conoce sobre la humanidad. Tochi Onyebuchi vive en Connecticut, donde ademas de presumir cuatro titulos universitarios en espectros del conocimiento tan distantes como las artes, la escritura, la economia y la jurisprudencia, trabaja en la industria tecnologica. Sus escritos han aparecido en importantes revistas de ficcion cientifica como Asimov’s e Ideomancer.

  • La magia del karma de Rose Gate

    https://gigalibros.com/la-magia-del-karma.html

    Cuenta la leyenda, que el Laird del Clan de los MacLeod conocio a una hermosa hada, de la cual se enamoro por completo.Entre ellos surgio un amor de los que solo se vive una vez. Para su desgracia tenia fecha de caducidad: un ano y un dia. Ese fue el plazo que les dio el rey de las hadas, despues jamas volverian a estar juntos.Llegado el dia, el Hada le entrego al Laird dos regalos muy preciados: su hijo y la Fairy Flag, una bandera magica que los protegeria, que solo podrian usar tres veces.Didi O’Shea es una mujer un tanto peculiar.

  • La biblioteca en llamas de Susan Orlean

    https://gigalibros.com/la-biblioteca-en-llamas.html

    La historia de cualquier incendio es la historia de un olvido, por eso casi nadie recuerda lo que ocurrio el 29 de abril de 1986. Aquel dia la Biblioteca Publica de Los Angeles amanecio consumida por el fuego, cuatrocientos mil libros se convirtieron en cenizas y otros setecientos mil quedaron irremediablemente danados. Siete horas ardieron las estanterias y las mesas y los ficheros, pero ningun periodico cubrio la noticia porque al otro lado del mundo, entre los bosques densos de la Union Sovietica, ocurria el mayor accidente nuclear hasta la fecha: Chernobil.

  • Consejos de amor (Julia), Elizabeth Harbison de Elizabeth Harbison

    https://gigalibros.com/consejos-de-amor-julia-elizabeth-harbison.html

  • Amor que hiere de Ulises Novo

    https://gigalibros.com/amor-que-hiere.html

    Una manana de otono, Michael, un atractivo profesor de Literatura, y Sheila, una joven universitaria de ultimo curso de Estudios Ingleses, se encuentran casualmente en una libreria.

  • Lady Johanna de Sophie Saint Rose

    https://gigalibros.com/lady-johanna.html

    Johanna, sentada ante su tocador, se miro al espejo. No se podia creer lo que habia cambiado su vida en dos meses. De ser una de las herederas mas perseguidas de Londres y ser agasajada por innumerables pretendientes, ahora se encontraba casada con un bruto escoces que no tenia ningun tacto y que la trataba como si fuera un estorbo. Le odiaba. Le odiaba tanto que ni siquiera soportaba su presencia. Y eso le habia quedado claro a su reciente esposo, ya que no le dirigia la palabra desde que se habian mudado a la nueva casa, que su suegro les habia regalado en Mayfair, cerca de Hyde Park. De hecho, casi no le veia. Por la manana se levantaba muy temprano para no coincidir con el y cuando no estaba cabalgando en el parque, se iba de visitas con su madre y con su amiga Liss, la duquesa de Stradford. En los unicos momentos que no podia ignorar del todo su horrible presencia, era en las cenas o en los bailes a los que tenian que acudir, donde su indiferencia a su apuesto marido, fomentaba los rumores de que su matrimonio no era tan dichoso como el de su querida amiga. Se miro su espeso cabello negro, que caia por su espalda hasta las caderas. Cansada despues de acudir a otro aburrido baile esa misma noche, cogio el cepillo y se lo paso por el cabello en su rutina antes de acostarse, como su madre le habia inculcado desde pequena. Apreto los labios al ver que sus ojos color miel parecian apagados y sin brillo. Incluso tenia ojeras. Eso tambien se lo debia a su horrible marido, porque desde que le habia conocido, no habia vuelto a dormir bien ni una sola noche, cuando ella siempre habia dormido como un tronco. Maldijo su caracter impulsivo que la habia metido en ese lio. Tenia que haberle hecho caso a sus padres y casarse con alguno de los amigos de su padre en Boston. Se lo habian aconsejado mil veces, pero al ver que su unica hija no se decidia, la habian obligado a ir a Londres pues a su madre le habia hecho ilusion que su hija se convirtiera en Lady. --Mi hija debe ser condesa o duquesa --decia Rose Sherman a su marido, que harto de escucharla, le dio la razon preparando su viaje a Europa en uno de sus barcos. Eran ricos, muy ricos y en cuanto llegaron a Londres les abrieron las puertas de las casas mas importantes. En una de las fiestas, que habian celebrado en la opulenta casa que su padre habia comprado, habia conocido a Liss. Sonrio pensando en su amiga. Liss era soltera el dia que la conocio, pero no tardo en casarse con uno de los solteros mas cotizados de Londres, el Duque de Stradford. Gracias a ellos, conocio a su suegro el Marques de Wildburg y en una aventura maravillosa fueron todos a Escocia para buscar a su primogenito, acompanados de la dama de compania de Liss, Susan Gibson, que hacia de su carabina en las posadas donde descansaban, compartiendo su habitacion. Fue una sorpresa para Johanna, que cuando llegaron a una de esas posadas a descansar a pocas millas de su destino, conociera a un atractivo escoces que le robo el aliento en cuanto sus ojos cayeron en el. Era tan apuesto y descarado, que le robo el corazon. ?Que podia hacer ella para conseguir su atencion y de paso casarse con el? Hacer que la sorprendieran en su lecho. No fue dificil. El escoces le abrio la puerta en cuanto llamo y con una sonrisa la miro de arriba abajo, repasando su recatado camison blanco. Johanna en su afan por conquistarlo, sonrio y le dijo con voz ronca mirando sus preciosos ojos verdes --Milord, ?os gustaria pasar la noche conmigo? Intrigado se hizo a un lado y Johanna entro en la habitacion lentamente sin dejar de mirarle a los ojos. James cerro la puerta sin dejar de mirarle y dijo con voz ronca --Desnudate. Johanna se sonrojo recordando con que descaro se habia levantado el camison quedandose en cueros. Habia tirado el camison al suelo al lado de la cama y puso las manos en jarras mientras el la miraba sin mover el gesto. --Ahora te toca a ti. James elevo las manos agarrando su camisa por la espalda y se la saco rapidamente. Todavia recordada como su corazon latia alocado en su pecho al ver su maravilloso torso. Estaba tan absorta en ese musculoso pecho y en el vello rubio que tenia entre sus pectorales, que ni se fijo en como se quitaba los pantalones, quedandose desnudo ante ella. Cuando dio un paso hacia Johanna, el movimiento entre sus piernas la hizo mirar hacia abajo, tragando saliva al ver su sexo erecto. No era una mojigata, sabia lo que era el sexo por sus correrias por los muelles de Boston, pero ver aquel miembro en todo su esplendor, casi la mareo de deseo. El le levanto la barbilla para que lo mirara, provocando que su roce le erizara la piel y separo sus labios deseosa de sentirle, dandose cuenta que le sacaba la cabeza. James se agacho lentamente, pero Johanna reacciono y carraspeo antes de que besara sus labios. --?Te gustan los juegos? --?Juegos? --Confundido se aparto mirandola con el ceno fruncido. -- ?Que hablas de juegos, mujer? --Me gustaria atarte a la cama. James se echo a reir y miro a su alrededor. --?Y con que pensabas hacerlo? --Con las cuerdas que he dejado al lado de la puerta. ?Las recoges? Su escoces divertido abrio la puerta, echandose a reir al verlas en el suelo donde ella habia dicho. Las cogio y volvio con ella, que se habia sonrojado de gusto mirandole el trasero. --Y eso que aparentas ser una doncella. La vida no deja de darme sorpresas. --Tumbate, amor. --dijo ella pensado que debia darse prisa para que todo estuviera preparado cuando su amiga la buscara. James aparto las sabanas y se tumbo boca arriba separando las piernas. -- Soy muy fuerte, preciosa. Deberas emplearte a fondo. --Tranquilo --dijo maliciosa--. Te aseguro que la pasion no hara que te sueltes. Eso te lo garantizo. El se la comio con la mirada y Johanna se acerco a la mano que tenia mas cercana. --?Y que piensas hacerme? --Algo que te encantara. No seas impaciente --dijo concentrada en el nudo marinero que le habia ensenado Robert en el puerto de Boston cuando era nina--. Vas a quedar muy contento e impresionado. --Eso ha sonado prometedor. Espero que uses la boca. Tienes unos labios muy apetitosos. Le miro sorprendida, porque nadie se lo habia dicho nunca. --?Eso crees? --Estoy deseando probarlos. Ven aqui. No podia distraerse. Liss o su dama de compania Susan llegarian en cualquier momento, asi que en cuanto aseguro el nudo, rodeo la cama para atar su otra muneca. James tiro de su agarre e hizo una mueca-- ?Me ensenaras como lo has hecho? --Te ensenare lo que tu quieras --dijo terminado el segundo nudo--. Tendremos tiempo para eso y para mucho mas. James se echo a reir divertido y levanto la cabeza para ver como ataba su tobillo. --Interesante tecnica. Sonrio aliviada porque ya era suyo y se acerco al otro tobillo. --?Sabes, carino? Me has impresionado. --Me pasa mucho. Johanna se echo a reir asintiendo. --Tan apuesto, tan varonil... me has alterado el corazon. --El sonrio jactancioso y Johanna termino el nudo acariciando su pierna lentamente hasta llegar a su rodilla. --Me has impresionado tanto, mi amor, que he decidido que nos casemos. James perdio todo el color de la cara al ver que cubria su enorme cuerpo con una sabana y se sentaba a su lado cubriendose tambien. --No tiene gracia. --Tiro de sus ligaduras con fuerza y Johanna se echo a reir. --!Sueltame, muchacha! --Me llamo Johanna. --le aparto un mechon rubio de la frente antes arrancar un pedazo de sabana. Ella puso cara de pena. --Carino, se que esto no te va a gustar tanto, pero... El abrio la boca para gritarle cuando ella le amordazo. --Lo hago por tu bien. Tampoco te gustaria que nos vieran en esta situacion todos los de la posada. --Sonrio encantada antes de besar su frente. James se movio con fuerza haciendo temblar la cama y Johanna dio un golpe en la pared provocando que su presa abriera los ojos como platos antes de volver a tirar de las cuerdas intentando liberarse. --No sufras, manana todo estara arreglado y empezaremos nuestra maravillosa vida juntos. --Ella estaba inmensamente feliz sabiendo que estaba en lo cierto. Ese hombre debia ser suyo si o si. Despues de todos los peleles que habia conocido en Londres, no se le escapaba. El resultado fue el que Johanna preveia. Susan, que era la encargada de su proteccion durante el viaje, al darse cuenta que no estaba en la cama, comenzo a buscarla y cuando la escucho pasar ante la puerta dijo simplemente --!Estoy aqui! La cara de Susan cuando abrio la puerta y la vio, fue de risa, pero los gritos de la mujer no se los esperaba, pues aparecio el Duque, el Marques de Wildburg y su amiga Liss, que protesto porque tendria que casarse con un escoces. Evidentemente tenian que casarse, pero su escoces se resistia diciendo que no habia hecho nada y no tenia por que. El duque, el conde y el sacerdote le convencieron para que cediera. Y se habia encontrado casada con su gigante, que estaba realmente de mal humor. No, no estaba de mal humor, estaba furioso. Durante unos dias la trato realmente mal y de manera humillante. La dejaba en ridiculo cada vez que podia e incluso la hizo dormir en el suelo alegando que las perras dormian alli. El enamoramiento de Johanna se fue apagando poco a poco, pero el problema real estaba aun por llegar porque su escoces resulto ser el hijo del Conde de Wildburg. El se negaba a aceptar la realidad y Johanna le presiono para que reclamara lo que le correspondia, provocando que su marido dijera las palabras que mas dano le habian hecho.

  • Guerreros de Dios de Andrzej Sapkowski

    https://gigalibros.com/guerreros-de-dios.html

    Y a esto, direis, ?que pasaba con los guerreros de Dios? ?Que pasaba con Praga?Praga…Praga apestaba a sangre.Corre el ano de 1427 y los herejes husitas asentados en Praga libran batalla tras batalla contra las tropas de la Iglesia de Roma, venciendo una y otra vez. La rebelion husita es tambien una revolucion social contra el clero y la nobleza, de ahi que los nobles de Silesia, Lausacia y Bohemia intenten destruirlos por todos los medios. La Inquisicion tiene sus espias por doquier, como tambien los tienen el obispo de Wroclaw y sus misteriosos asesinos negros. Para preparar la invasion de Silesia, los lideres husitas resucitan una oscura red de espionaje que saboteara y asesinara en nombre de la causa. La guerra extiende sus alas por el corazon de Europa.Reinmar de Bielau, llamado Reynevan, joven medico y alquimista que se ha unido a los husitas para vengar a su hermano, contacta en Praga con un circulo oculto de magos y hechiceros que pueden ayudar a salvar a su amigo Sanson Mieles. Al mismo tiempo es reclamado por los lideres husitas para convertirse en el jefe de la red clandestina de sabotaje, por lo que habra de pasar calamidades sin cuento. Reynevan busca tambien por toda la region a su perdido amor, Nicoletta, quien, puede ser, ha sido recluida por su padre.La violencia de la guerra golpeara a Reynevan una y otra vez, destruyendo poco a poco sus suenos y sus convicciones. En un peligroso juego de espias, Reynevan cumplira su venganza, ayudara a sus amigos y combatira a brujos y malvadas criaturas hasta que la vida le imponga una dolorosa eleccion entre la causa a la que sirve y el amor que le impulsa.

  • Cuando pronuncio tu nombre de Jose Luis Rodriguez Herrera

    https://gigalibros.com/cuando-pronuncio-tu-nombre.html

    Un recorrido por el camino de Santiago por una joven periodista, que ve su vida como se va desmoronando, al realizar el camino va surgiendo en el nuevas esperanzas y conoce a Sergio que le dara otra vision a su vida

  • Casi la luna de Alice Sebold

    https://gigalibros.com/casi-la-luna.html

    En su nueva novela, Alice Sebold explora los entresijos de las relaciones entre madre e hija, el lado oculto de la piedad y la linea invisible que nos separa de nuestros mas profundos deseos.

  • Los caidos de Carlos Manuel Alvarez

    https://gigalibros.com/los-caidos.html

    En Los caidos, novela ambientada en la Cuba contemporanea, asistimos al desmoronamiento de una familia cuyos miembros, sin saber realmente como, han acabado convirtiendose en adversarios que comparten el territorio del hogar. Mariana sufre ataques epilepticos y ya no es el elemento aglutinador del hogar. Diego, el hijo menor, esta a punto de terminar el servicio militar, alimentando su resentimiento contra la mentira de su epoca, Armando debe lidiar con sus inamovibles convicciones socialistas, las pequenas corruptelas de sus empleados y el hecho de que su hija mayor, Maria, haya abandonado los estudios en busca de unas condiciones de vida dignas. Compuesta a cuatro voces con una naturalidad solo al alcance de los grandes narradores, Carlos Manuel Alvarez se confirma entre ellos.

  • El olor de las flores secas de Marta Yanci

    https://gigalibros.com/el-olor-de-las-flores-secas.html

    "Lo envolvio en una mantita azul, con cuidado, antes de dejarlo sobre la hierba. Se quedo de pie mirandolo, sonriendo. Entonces abrio la bolsa y comenzo a colocar las flores, despacio, de manera metodica.Cuando hubo terminado, saco el zapatito que quedaba en el fondo de la bolsa y lo coloco sobre la manta.Ya estaba todo listo. Echo un ultimo vistazo y comenzo a caminar".

  • Sizigia ( Los Lagos 3) – Juani Hernandez de Juani Hernandez

    https://gigalibros.com/sizigia-los-lagos-3-8211-juani-hernandez.html

    La Sizigia es el momento magico en el que la Luna, en su fase de Plenilunio, esta directamente en linea con la Tierra y el Sol, entrando en perfecta conjuncion, oposicion y armonia todos los orbes. el eclipse perfecto. Fue senalado desde tiempos inmemoriales en la Profecia del Fin de los Dias, anunciando un apocalipsis cuyo inicio vendra marcado por el nacimiento de un nino justo en el momento de la Sizigia: Ilsik de Los Lagos y Asbath. Desde entonces, los Reyes de Hae, con ayuda de Hrodgar y Moira, acechan tras los muros de Adamon, a la espera del momento idoneo para evitar que se cumpla esta profecia. Y, para ello, no dudaran en arrasar Los Lagos, en un intento de que su dios, el Astro Sol, reine para siempre. Sin embargo, nadie en Los Lagos es consciente de la letal amenaza que pende sobre ellos. ?Como defenderse entonces? ?Como evitar que el Reino de Hae lleve a cabo sus planes de destruccion si ignoran que el peor de los enemigos ha traspasado sus murallas hasta lo mas profundo del reino? Amor, pasion, traicion y un desafio mortal… Se acerca la Sizigia. la lucha entre las Fuerzas del Bien y del Mal.

  • Balthazar (Medianoche 5) de Claudia Gray

    https://gigalibros.com/balthazar-medianoche-5.html

    El amor puede salvarte la vida, incluso cuando estas muerto…

  • La desafiante prometida del jeque (Atracciones innegable 1), Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

    https://gigalibros.com/la-desafiante-prometida-del-jeque-atracciones-innegable-1-elizabeth-lennox.html

  • Ypora. Amor y guerra bajo el sol guarani de Gloria V. Casanas

    https://gigalibros.com/ypora-amor-y-guerra-bajo-el-sol-guarani.html

  • La flor de hierro de Laurie Forest

    https://gigalibros.com/la-flor-de-hierro.html

    La fortaleza de Elloren Gardner marcara el destino de un reino. Una historia en un entorno escolar a la Harry Potter y con un contexto politico a lo Juego de Tronos.

  • Libre de Pecados de Kelly Dreams

    https://gigalibros.com/libre-de-pecados.html

    Despues de casi un milenio pagando sus pecados, Gerion, uno de los soldados de elite del purgatorio, sabe que el pago total de su deuda esta cerca, todo lo que necesita es llevar a cabo esta ultima mision y rescatar a una mujer cuyo destino podria alterar el equilibro del cielo y el infierno.Para Shura, dejar atras una vida marcada por la perdida, las pesadillas y los enganos, es primordial, pero para hacerlo, tendra que escapar primero de la clinica en la que lleva dos anos recluida, una mision aparentemente imposible... hasta que aparecio el.Dos mundos en colision y un camino compartido llevaran a Gerion y Shura a poner a prueba sus almas y su capacidad de perdon.

  • Ultima entrega de Bela Marbel

    https://gigalibros.com/ultima-entrega.html

    EL paquete GINGER --!Menuda mananita! --chillo Ginger, a nadie en particular, mientras alzaba las manos al cielo. Se habia peleado con un taxista, o eso creia, porque no habia entendido nada de lo que el hombre habia dicho. A saber en que idioma le habia hablado, o mas bien gritado. Despues, casi la atropella un camion de reparto y, para terminar su turno, la envian al culo del mundo a entregar una cajita. Ella ya sabia de los peligros de su trabajo, lo de ser repartidora en bici era temporal, con algo tenia que pagar sus estudios en la Escuela de Artes Escenicas. Ya estaba en el ultimo ano, pronto acabaria y podria dedicarse a lo que mas le gustaba en este mundo. * * * EUGENE <>, penso Eugene. Encerrado en esas cuatro paredes, no paraba de dar vueltas como un animal enjaulado, mientras su protegida se instalaba en una de las habitaciones. Por lo menos era una persona agradable, una senora mayor y sosegada que no hablaba demasiado. Eso le gustaba, el tambien era un hombre callado, ademas de serio. Y tampoco es que fuera muy creyente ni nada de eso, pero tenia pensado ir al geriatrico a cenar con su tio la noche de Navidad. No podria, y ni siquiera habia tenido tiempo de avisarlo. * * * MAE --Dios mio, este chico todo lo que tiene de grande lo tiene de soso --dijo Mae en cuanto cerro la puerta de su habitacion. Tenia la costumbre de hablar con su difunto marido, no habia nadie en este mundo con quien le gustara mas hablar. Despues de todo, por fin habia conseguido que el no le llevara la contraria siempre, aunque para ello hubiera tenido que matarlo. Y ahora este hombreton tenia que protegerla del supuesto asesino de su esposo. Si no fuera patetico, resultaria hasta divertido. Se dirigio a la cocina y siguio cavilando mientras llenaba un vaso de agua del grifo, que la ayudara a calmar su sed. * * * GINGER Por fin, habia llegado a la direccion que le habian dado. Con la suerte que tenia seguro que no habia ascensor. Ato la bici a la baranda de la escalera de entrada y se disponia a llamar al timbre cuando alguien salio del portal. Aprovecho para entrar y al y como esperaba, no habia ascensor. !Por las escaleras! Y no podia ser el primero, no, tenia que ser el quinto. Llego arriba casi sin aliento y toco al timbre. Espero. Volvio a llamar. Siguio esperando. Volvio a llamar. Un hombre enorme con cara de muy mal humor abrio la puerta. Vestia un impecable traje de chaqueta sin chaqueta y con la corbata aflojada, se le veia muy, pero que muy incomodo, el pelo oscuro revuelto, la mirada azul electrica, boca grande, pomulos prominentes. <>, penso. Pero daba un poco de miedo, debia de medir casi dos metros y ella no era bajita precisamente; media un metro setenta, pero este tio le sacaba dos cabezas y tenia los hombros mas anchos que habia visto en su vida. --?John Ray? --pregunto la chica asomando la nariz por la puerta. Entre las sombras distinguio la figura de una anciana en el pasillo. El gigante la miro con desconfianza. --?Quien eres? --pregunto la voz mas sexy que habia escuchado nunca; fuerte y profunda, le parecia estar escuchando cantar a Johny Cash. --Tengo un paquete para John Ray. --El miro el paquete como si quisiese adivinar que habia dentro de el. --?Que es? --Y yo que se. --?Quien lo envia? --Un tal John Smith, un clasico --ironizo, al leer la etiqueta que identificaba al remitente. --Deja eso en el suelo, despacio, sin movimientos bruscos -- ordeno el hombreton, con un tono de voz que a Gin le helo la sangre. El gigante se llevo una mano a la espalda mientras la miraba fijamente --. !Ahora! --Oye a mi no me grites, ?vale? --!Ya! --?Ese tono significa que me quedo sin propina? --comento ella mientras dejaba en el suelo el paquete. Cada dia le tocaban un par de excentricos en el reparto. En Navidad, igual que Halloween, ese numero se multiplicaba varias veces. Despues de hacer lo que el grandullon le habia ordenado, apenas le dio tiempo a reaccionar cuando se vio arrastrada hasta la pared. Un brazo fuerte y enorme la sujetaba inmovilizandola contra ella, mientras que con la otra mano le palpaba en busca de ueno, ella no sabia de que exactamente. * * * EUGENE Desde que la habia visto en la puerta sabia que habria problemas, pero no imaginaba que ademas de los que ya suponia, los tendria tambien de esta clase. Estaba excitandose mientras la registraba y eso era algo que a el no le pasaba y ademas estaba mal, muy mal. Si ni siquiera le gustaba, era deslenguada y poco femenina. A el las mujeres le gustaban con todas sus cosas: sus pechos abundantes, sus tacones, su melena larga vamos, una mujer, mujer. Esta era casi un chicote, entonces ?por que se habia puesto asi? Definitivamente necesitaba unas vacaciones. --Oye guapo, espero que eso que estoy notando sea una pistola, !no te emociones toqueteandome! --se burlo Gin. El saco una cartera del bolsillo trasero del ajustadisimo pantalon del uniforme de la chica. --?Eres Ginger House? --pregunto leyendo su documentacion. --?No deberias decirme de una puta vez quien cono eres tu? -- respondio enfadada. --?Tu madre nunca te lavo la boca con jabon? --contesto el poniendo su placa en la cara de ella, pero sin aflojar la presa ni un poco. --?Eso ha sido una gracia? !Dios! avisemos a la prensa, el tipo duro hace gracias. Sueltame de una vez, inspector Eugene. --Gen. --?Que? --Que me llames Gen. Agente Gen. --No. !Yo! --remarco el pronombre--, soy Gin, agente. --Gen no pudo evitar una leve sonrisa y la solto poco a poco. --Esta conversacion me esta dando dolor de cabeza --se quejo el hombre. Ella se dio la vuelta y quedaron casi pegados. En esos momentos sono una puerta arriba y jaleo en las escaleras. El se abalanzo sobre ella y la beso profundamente, agarro sus manos y se las pego a la pared por encima de la cabeza, para que no intentara apartarlo con ellas. Gin no se lo podia creer, la estaba umhhh esando y como la besaba, se estaba derritiendo. Sabia que tendria que protestar pero joder, joder. --Lo siento --dijo cuando se alejaron los vecinos--. Es que no queria que nos vieran --se disculpo el hombre. --Tu has visto muchas peliculas, grandullon. --Gen. --?Que quieres? --No, que me llames Gen, no me inventes apodos, no me gustan, mocosa. --Tampoco es que nos vayamos a ver mucho mas, si me firmas aqui, la mocosa se largara y te dejara en paz con tus eh lo que sea que estes haciendo -- informo ensenandole la planilla de entregas del dia. --Me temo que no sera tan sencillo. Ve al otro lado del rellano. --Pero… --Haz lo que te digo --ordeno en un tono muy estricto. --Te acabo de conocer, pero ya estoy hasta los mismisimos de tus ordenes, ?sabes? --Y yo de que todo lo tengas que protestar, esto no es ningun juego. --En serio, quiero irme. --Pues no vas a poder por lo menos hasta que vea lo que hay en el paquete, y luego haremos lo que me diga mi capitan. --Oye… --?Puedes por una vez hacer lo que te digo sin discutir? Por favor. Alejate. Gin iba a protestar pero decidio que todo terminaria antes si le hacia caso. Se alejo mientras el abria el paquete despacio. Dentro solo encontro una tarjeta, <> --Gen resoplo mientras se alzaba. --No pasa nada, no hay peligro. Acompaname dentro --le indico extendiendo la mano.

  • El amor puede esperar de Oscar R.campos

    https://gigalibros.com/el-amor-puede-esperar.html

  • Sin consuelo: ?Como vivir con una culpa que te invita a morir? de Max Almiron

    https://gigalibros.com/sin-consuelo-como-vivir-con-una-culpa-que-te-invita-a-morir.html

    Todo comienza cuando otra muerte azota la vida de Kurt. Las pruebas le apuntan, el pasado y el presente se combinan formando una mezcla explosiva, que acaba con todo su mundo tal como lo conocia.
    Una historia de terror y misterio que te introducira a un mundo al que no te gustara pertenecer, pero que hasta cierto punto existe.

  • Silencio, Thomas Raab de Thomas Raab

    https://gigalibros.com/silencio-thomas-raab.html

  • El club de Trebol de Lee Vincent

    https://gigalibros.com/el-club-de-trebol.html

    Supe que estaba perdido tan pronto el joven crupier comenzo a recoger las fichas. Solo un idiota como yo apostaria los ultimos veinte mil dolares para perderlos en cuarenta y cinco minutos. <>, me dije, mientras apuraba la copa de whisky que sostenia en mi mano derecha. Unicamente me consolaba la mirada inquisitiva de una mujer pelirroja, muy parecida a la caricatura de Jessica Rabbit, que no me habia apartado su mirada en toda la noche. Me agradaba que las mujeres aun me encontraran atractivo, pese a que, hacia dos semanas, habia cumplido los cincuenta y cinco anos. (Si, como acaban de leer, cincuenta y cinco. ?Que creen? Todavia puedo ser el galan de una novela). Bueno... creo que mi estatura, de un metro noventa y tres, mis atractivos ojos azules y mis noventa y un kilogramos de masa muscular, suelen ser un magnifico cebo para algunas mujeres, pero mi arma mortal es mi voz, masculina y atronadora. Cuando les hablo se derriten como mantequilla. A muy temprana edad aprendi, gracias a mi hermano mayor, Nelson, que un conquistador debe tratar a las mujeres como reinas. Y asi actuaba frente a ellas, haciendome el galante. No entendia como despues de un tiempo me resultaban tan aburridas e insipidas que tenia que buscar una nueva conquista, por eso ya contaba con cuatro matrimonios fracasados y algunas misas sueltas. Todas ellas extraordinarias mujeres, excepto la ultima. Pamela fue el gran error de mi vida. ?Saben que a los hombres nos ataca una condicion que se conoce como andropausia? Es lo mismo que la menopausia, pero con sintomas un poco diferentes, asi que cuando comence a padecerla, me inicie con Pamela, una rubia despampanante, Treinta anos menor que yo. Me enloquecio porque olia a Conejita de Playboy. !Ja...! (Ahora se estaran preguntando como huele una de esas conejitas, he de decir que a… !GLORIA!…) Hare un parentesis (Me gustan las mujeres jovenes pues me encanta la piel tersa, que los pechos no hayan sido afectados por la gravedad, pero sobretodo, que no haya rastro de celulitis). Por eso no saldria con una vieja ni, aunque me pagaran. Esa habia sido mi filosofia de vida hasta esa noche, cuando al finalizar el partido de poker, regrese a mi habitacion del noveno piso en el hotel Borga de Atlantic City. Ver dos gigantes corpulentos, con cara de pocos amigos, flanqueando la puerta de mi habitacion, me hizo presagiar que algo muy malo estaba por acontecer. Les sonrei para disminuir la tension, pero ni tan siquiera se inmutaron en contestar. Asi que apresure mis manos para abrir la puerta. Cuando logre acceder a la habitacion todas mis dudas se disiparon, no era mi imaginacion. El ambiente en el interior era diferente. Un olor rancio, como a azufre, inundaba el lugar. Y ta-ra-tatan... Alli estaba el mismisimo diablo encarnado, Gerry Rhys-Meyers. Sentado como un leon que espera a su presa. Literalmente parecia un leon con su melena abundante de color gris. Llevaba un traje negro, camisa negra, corbata negra... Apostaria que hasta su corazon era negro. El desgraciado sonrio sin mostrar su dentadura perfecta. Sospechaba que ya utilizaba caja de diente porque debia rondar los sesenta y tantos, aunque se conservaba muy bien. Tal vez habia descubierto el misterio, casi mistico, del Agente 007, Sir Sean Connery, que, entre mas viejo, mas sexy lo encontraban las mujeres. Envidio a ese tipo, no saben cuanto. Deje la billetera y el movil sobre la comoda y me voltee para mirarlo. La ultima vez que hablamos, hacia mas de un mes, el magnate de la bolsa de valores de Wall Street, exigio su paga de seis cifras. Debo admitir que las apuestas me han llevado por un camino muy tenebroso. No era a este hombre al unico que le debia dinero, pero sabia que Rhys-Meyers era peligroso. --Por tu cara puedo imaginar que no ganaste un penique, Liam --dijo con un sarcasmo que me saco de quicio y, aunque me vi tentado a golpearlo, me contuve--. ?Cuanto perdiste? No le conteste de inmediato, por el contrario, me tome mi tiempo y camine hasta el mini bar para sacar del botellero una cerveza Guinness. ?No lo he mencionado? !Ah! Si, soy irlandes, radicado en Estados Unidos desde hace casi cincuenta anos. Mis padres me trajeron en una de las ultimas grandes olas migratorias y nos establecimos en Queens, Nueva York, asi que guardo algunas costumbres irlandesas muy bien afianzadas. --No tengo el dinero --conteste. --Ultimamente es lo unico que sabes decir, Liam. El hombre se levanto para enfrentarme. Ya mencione que tengo gran estatura, pero Gerry no se quedaba corto, era un hombre de casi un metro noventa. Nos sostuvimos la mirada por unos segundos. Me enfermaba que el tipo se creyera con todo el derecho del mundo a amedrentarme, aunque se rumoraba que, en algunas circunstancias, cuando alguien le jugaba mal con un negocio, Gerry actuaba como un vil mafioso. Lo que queria decir que a algunos malos socios los habia desaparecido del mapa. Sospechaba que al final, si no conseguia la pequena fortuna que le debia, me pasaria lo mismo. --Saque la cuenta --dijo--. Me debes ciento ocho mil dolares y al ritmo que vas, no creo que los consiga para antes de verano. ?No fue eso lo que prometiste? --Estoy haciendo un esfuerzo, pero la firma no va bien. Desde hace tres meses no conseguimos un nuevo cliente. No le mentia. Soy dueno de una firma de arquitectura, que en un momento fue muy prestigiosa, pero que en la actualidad estaba en una decadencia bochornosa. Gerry solto una carcajada socarrona. Ahi regresaba su majaderia. Aprete el puno que me quedaba libre, pero como siempre sucedia, desisti. --Necesito un gran favor --dijo, mientras se paseaba por la habitacion con ese aire que siempre utilizaban los magnates, como si el mundo lo tuvieran a sus pies--. Un favor que puede saldar tu deuda. Hice una mueca. El favor tenia que ser bastante grande. Tal vez me pedia que asesinara a alguien o que cometiera algun fraude. Ninguna de esas dos opciones estaba en mi radio de accion. --Si recurro a ti es porque creo que eres perfecto para este encargo. A esas alturas estaba deseoso por saber cual seria ese magnifico favor que me liberaria de sus garras para siempre. --Necesito que viajes a Ibiza en tres dias. ?Ibiza? ?Habia dicho Ibiza? ?A las Baleares en Espana? ?A ese paraiso pecaminoso? Hacia mas de diez anos que estuve alli celebrando mi tercer divorcio. Un viaje escandaloso con tres bellezas, mucho whisky y la mejor musica, pero ahora estaba en otra etapa de vida... Ya no estaba para tanta intensidad. ?Que pretendia Gerry? --?Y eso? --le pregunte, vacilante. El hombre se mantuvo en silencio, envuelto en un misterio que ya comenzaba a impacientarme, tanto que me tome el resto de mi Guinness de un solo sorbo. Deje la botella sobre la mesa y abri la puerta de cristal que daba al balcon para que corriera la brisa. Tambien para disipar la peste a azufre que impregnaba la habitacion. Si, es que era el mismisimo diablo. --Liam, necesito que seduzcas a mi mujer. Gracias al cielo que estaba de espaldas a el porque mi cara desfigurada debe haber costado un millon. ?El muy anormal me habia pedido que sedujera a su mujer? ?Habia escuchado bien? ?Que me acostara con ella? ?Que le diera toda mi pasion y que le mostrara por que las mujeres me decian Liam Farrell, "el temible"? Me voltee despacio para afrontarlo. Guardaba la ilusion de que al encontrarme con su feo rostro estuviera sonriendo debido a que su propuesta habia sido una estupida broma, pero no fue asi. El tipo me miraba como si acabara de darme la hora. Carraspee un poco para ver si se daba cuenta de su locura, sin embargo, el hombre ni se inmuto. --Obvio, no quiero que te acuestes con ella. Fue como si de repente el alma me regresara al cuerpo. !Plop! Resople dejando ver mi alivio. Aunque no conocia a su mujer, la idea de acostarme con la esposa de alguien conocido no entraba en el Codigo de Etica Farrell, un conjunto de normas y valores de diez cosas a las que nunca cederia, entre las que se destaca: "Jamas acostarme con la mujer de un tipo que conozco". --No te entiendo, Gerry. --Me hice el tonto. A veces esa tecnica me funcionaba a la perfeccion, tal como les funcionaba a algunos animales hacerse los muertos cuando enfrentaban el peligro. --Acabo de pedirle el divorcio a Fiona... No lo deje culminar porque estalle en risa. ?Fiona? ?Acaso alguien, aparte de la mujer de Shrek, tenia ese nombre? --No se por que te produce tanta gracia, Liam. --Perdona es que me acorde de... Olvidalo --anadi un ademan. --Por supuesto, ella no quiere hacerlo a las buenas y me ha pedido la mitad de mi fortuna, cosa que no pienso hacer. --Volvio a mostrar su dentadura, blanca y perfecta, pero no era un gesto sincero --. Necesito ponerla en una posicion incomoda que pueda probar una infidelidad. !Ja...! Ahora si que entendia menos. Me acababa de pedir que no tuviera una relacion coital, o sea que no tuvieramos "wiki wiki", solo que la sedujera, pero queria que le fuera infiel para utilizar la prueba durante el divorcio. Recorde a mi tercera esposa. La muy picara habia hecho exactamente lo mismo que se proponia Gerry, acusarme de adulterio, pero el caso se cayo en corte cuando las fotos no fueron prueba suficiente, aunque eran muy explicitas. Para que eso prosperara era casi obligatorio filmar un video porno. Bufe en mi cabeza.

  • Mi vida lejos de mi de Eider Madariaga

    https://gigalibros.com/mi-vida-lejos-de-mi.html

    Siempre estamos a tiempo de recuperar nuestra vida.

  • La tercera chica de Adrian Dresner

    https://gigalibros.com/la-tercera-chica.html

    Si te gusto “La chica del tren”, disfrutaras con LA TERCERA CHICA

  • Jamas te olvidare (Generacion 2) de Elisabeth M.

    https://gigalibros.com/jamas-te-olvidare-generacion-2.html

    La melodia de "Lonely Boy" de los Black Keys me desperto de mi fugaz sueno. Siempre que oia esa cancion me acordaba de los cabrones de mis amigos, se mofaban de mi porque decian que estaba hecha a mi medida. Basicamente que me hacia viejo por esperar al amor de mi vida. Me dolia practicamente todo el cuerpo pero tenia que descolgar, podria ser trabajo. La maldita crisis laboral que se estaba viviendo me habia golpeado de lleno. Tenia un buen trabajo en una emisora de radio como tecnico de sonido. Me iba muy bien, pagaba el alquiler de mi diminuto piso en Londres y podia permitirme unos caprichos de vez en cuando. Hasta que se acabo. Ahora no me quedaba otro remedio que hacer trabajos precarios de todo tipo. Jeff me estaba llamando y seguro que era faena. El muy cabron estaba muy bien colocado. --Dime, colega --dije al descolgar el telefono. --Hey tio, ?como lo tienes para encargarte de una mesa esta noche? -- Era una oferta de tecnico de sonido, de puta madre --. ?Estabas sobando? --Si Jeff, anoche tuve que encargarme del sonido de un puto evento electronico -- Fue insoportable --. Sabes que estoy bajo minimos y que cualquier oferta me sirve, si hace falta me arrastraria por el barro por unas cuantas libras. --Vale, pues ven al "Koko 1" volando. No me falles, te he recomendado como un loco para que sustituyas a un gilipollas. Piensan que nos soplamos las nucas, asi que mas vale que lo hagas bien y tendras trabajo para una buena temporada. Tienes la oportunidad de irte de gira por toda Europa. --?Quienes son? -- Necesitaba saber a quien me iba a encontrar, si el grupo me gustaba tendria mucha mas motivacion. --"Vulcano", lo estan petando -- mi colega noto mi resoplido --. Es trabajo tio, no tienen por que gustarte. Y la guitarrista esta tremenda. --Ya sabes lo que pienso de los musicos prefabricados, pero ahora mismo voy para alli. Colgue el telefono. De un salto me meti en la ducha y con otro sali de ella. Me vesti a toda prisa. En ese momento agradeci que mi piso fuera diminuto, era ligeramente ordenado pero no en exceso. Asi que la tarea de buscar mis cosas se reducia bastante. Cogi la bici y fui hasta alli como un rayo. Estaba motivado por la necesidad de tener un empleo que me devolviera la estabilidad que tenia hace seis meses. Encontrar a una chica que me cambiara la vida y disfrutar de ella. Harto de tener que hacer maravillas para poder pagar el piso. No queria volver a casa de mis padres, no por ellos, sino porque una vez de vuelta a mi pueblo natal, se acabaria mi carrera profesional. No estaba dispuesto a eso. Ancle la bici contra una farola y entre decidido. Me tenia que dejar la piel. Sabia que si conseguia el trabajo tendria que lamerle el culo a Jeffrey durante mucho tiempo. Seria muy bueno conseguir engancharme a algun grupo, aunque no me gustara en absoluto la musica que hacian. Por lo general me gustaba toda, pero ultimamente no encontraba algo que me motivara en las novedades de los ultimos anos. Jeff me esperaba en la puerta del recinto. Nos dimos un abrazo a modo de saludo y le agradeci que pensara en mi. --Tranquilo tio, a ver si al final voy a pensar que estas dispuesto a soplarme la nuca por el curro -- Era un cabron que iba de gracioso --. No en serio, eres el mejor tecnico de sonido que conozco para el puesto. El que se ha ido era un autentico payaso, asi que no lo puedes hacer peor. Aunque tienes un careto horrible. --Necesito el trabajo. No pensaba que a estas alturas me veria asi -- Era una mierda tener que suplicar trabajo por calderilla --. Con un cafe me cambiara el careto. --Tu limitate a no cagarla y haz lo que sabes hacer. Se que el puesto es tuyo, eres perfecto para hacerlo -- le dio una ultima calada a su cigarro --. Vamos dentro y te presento al equipo. Entramos alli y fuimos directos a la zona de control. Me presento a unos cuantos companeros mientras tomabamos algo de cafe. Al menos consegui recuperarme un poco de la noche anterior. --Jeff, ya era hora que trajeras a chicos guapos. Asi se trabaja mejor -- dijo una chica encima del escenario. Estaba colocando los Jacks. --No te distraigas Carlee, o si no la jefa te echara bronca --dijo Jeff sonriendo. --A sus ordenes jefe, pero que conste que es tu culpa. Cualquiera no se distrae con chicos asi -- Me guino el ojo desde alli arriba. Soy un tio bastante ligon, pero muy reservado. Muchas veces, por el simple hecho de ser tan timido, he acabado solo las noches de fiesta. Por eso me gane el apodo de "Lonely Boy". Despues de las presentaciones oficiales, me dieron indicaciones de la mesa de mezclas y demas. No tendria ningun problema, estaba acostumbrando a ese trabajo. Al fin y al cabo, el tecnico de sonido era uno mas en el escenario. Me notificaron que el grupo se pasaria por alli para hacer las pruebas. --Ya veras Dom, es una maquina -- Mi amigo parecia prendado de la guitarrista de aquel grupo --. Es una lastima que en la retaguardia tenga al novio vigilando. Vaya pedazo de mujer. --Lo que tu digas, pero una cara bonita es solo para vender mas -- Era mi opinion --. Siempre he pensado que estos grupos, en los que se explota tanto el fisico de un integrante, estan generados para ganar pasta. Pero a mi ya me vale mientras me den el trabajo. --Cuando acabe la noche volveremos a tener la misma conversacion. A ver si opinas lo mismo -- Mi amigo me guino el ojo y me dejo alli solo con otros dos chicos. Uno de ellos estaria conmigo controlando las luces del escenario. Mantuvimos una pequena charla hasta que llegaron los primeros componentes del grupo. --Minerva y Chris no pueden venir --dijo uno de ellos mientras cogia una guitarra. --Carlee y Jeff, os necesitamos aqui arriba --ordeno otro que cogia el bajo. --?Problemas en el paraiso? --preguntaba Jeff mientras se sentaba en la bateria y Carlee cogia la guitarra. --Estoy hasta los huevos, es insoportable. Como esten toda la gira asi renuncio -- Volvio a hablar el guitarrista. --Bueno, dadles tiempo -- Me dio la sensacion de que Jeff los conocia bastante bien --. Por cierto, os presento a Dominik, sustituira a Carlos. Es un profesional, un tio serio y responsable. Estoy convencido de que es nuestro chico. --Hola Dominik, yo soy Ansgar --dijo el guitarrista --. Y mi hermano Mikkel en el bajo y la voz. --Encantado --dije desde alli levantando la mano. --Bueno, empecemos con esta mierda -- Mikkel iba por faena. Por primera vez en mucho tiempo me sentia comodo trabajando. Tuve suerte de haber controlado aquella sala alguna vez. No era de las mas grandes pero tenia buena acustica. Conecte bastante rapido con aquellos tipos. Parecian buena gente.

  • La escapista de Brad Meltzer

    https://gigalibros.com/la-escapista.html

    ?Quien es Nola Brown? Un misterio. Un problema. Y se supone que esta muerta.

  • Fanny de Carles Soldevila

    https://gigalibros.com/fanny.html

    La transicio de noia de sa casa a dansarina ofereix massa atractius psicologics per no temptar els literats. Carles Soldevila n'ha bastit una novel*la en forma de confessio de la protagonista, o, per dir-ho amb els seus mots, de monoleg interior: Fanny. Aquesta novel*la no sols es un dels majors exponents de la prosa elegant de Soldevila, sino una de les millors novel*les que ha produit la literatura catalana en els darrers cinquanta anys.

  • Una mujer diferente de Carol Robbins

    https://gigalibros.com/una-mujer-diferente.html

    En el corazon de Hannah Fryman ya no queda sitio para nadie. Tan solo para su adorada hermana, su proxima sobrina en camino y su incipiente carrera como pintora, por la que lucha con teson todos los dias y a todas horas para intentar conseguir por fin el sueno de su vida. Escocia es su refugio y solo alli, junto a su familia, disfruta de las cosas buenas de la vida que le hacen autenticamente feliz. Si. Hannah huye del amor, decepcionada por la tormentosa relacion que ha mantenido hasta hace unos meses. Lo ultimo que desea es volver a complicarse la vida con un hombre. No, definitivamente. Enamorarse no se encuentra entre sus proximos planes.

  • Cuentos De Bloomsbury de Ana Maria Navales

    https://gigalibros.com/cuentos-de-bloomsbury.html

    Desde el 22 Hyde Park Gate, donde nacio Virginia Woolf, paseando por Fitzroy Street y Gordon Square, he recorrido, una y otra vez, en mis ultimos veranos londinenses, el corazon del Bloomsbury, los lugares que conservan la huella literaria y artistica de quienes de este distrito de la ciudad del Tamesis recibieron su nombre. Su latido se extiende hacia la region de Sussex, y puede escucharse en la Little Talland House, de Firle, cercana a la Charleston Farmhouse; en la Asham House, que se divisa a traves de los arboles al pie de Itford Hill; en la Monk's House, de Rodmell; en la Berwick Church, casi enteramente pintada por Vanessa Bell y Duncan Grant; en Tilton... Mas que la curiosidad, la pasion me hizo llegar a otros rincones de Inglaterra, siguiendo la huella de Bloomsbury por granjas, mansiones y castillos, o simples casas a la orilla del mar o al pie de las colinas. De todo ello quedan tres grandes albumes de fotografias, el alma llena de paisajes y sensaciones, y material para algun libro mas que no se si escribire algun dia. Estos cuentos son una libre recreacion de algunos de los personajes que protagonizaron el grupo Bloomsbury. No siempre aparecen con sus nombres porque, a veces, el juego de la ficcion me parecio exigirlo. La utilizacion de la primera persona en algunos de los relatos es tambien, obviamente, un recurso literario. Este libro, bajo la sombra tutelar de Virginia Woolf, pretende ser un homenaje a lo que ellos representaron, un momento de plenitud creadora. EL RETRATO DE LADY WYNDHAM Ahora iba a llamarse Eleanor Wyndham y una nueva caricatura de su persona apareceria proximamente en una novela. Las cuartillas que Mark habia dejado sobre la mesa de su dormitorio la describian superficialmente, pero acentuando su extravagancia. Los sombreros altos como una chistera, los zapatos de punta encorvada y enormes hebillas, sus vestimentas de estilo oriental o griego, tunicas y clamides, vestidos copiados de las madonnas de Rafael, de los cuadros de Velazquez, del vestuario de algun recien estrenado ballet. Mark contaba que una vez la encontro en el vestibulo del Royal Theatre llevando un kaftan y un fez de piel negra, de caracolillo, que mas parecia una peluca rizada para tapar las canas que la hacian mas vieja de lo que era en realidad. Perlas y brocados acentuaban su aspecto de princesa renacentista o de gitana trotamundos, de una belleza rara y discutible, cubierta de joyas como la amante de un rico mercader. Su andar inimitable, igual que si bailara al compas de una musica interior que solo ella podia oir, esa arrogancia heredada de su estirpe, que habia crecido al mismo ritmo que su libertad, hacian mas enhiesta su figura, desgalichada a veces en el abandono de si misma. En el rostro destacaban los pomulos, la nariz judia, la boca con sonrisa levemente desdenosa, los ojos de un verde mar azulado, proyectando la mirada fria que era una inicial barrera entre los otros y el profundo calor de su cuerpo que emanaba de las pasiones ocultas. Mark no era al principio excesivamente acido con su personaje. Habia elegido para Eleanor Wyndham unos origenes que no se apartaban demasiado de los de su modelo, una lady que comia nueces servidas en bandejas de plata y semillas de alcaravea para combatir sus intensos dolores de cabeza. Una lady cuya infancia dorada habia quedado sumergida en los tuneles del viejo palacio donde crecio esperando su hora de libertad. De nina, para luchar contra el aburrimiento, habia cabalgado por Sherwood Forest en su poney blanco como un velo de novia, como un prado cubierto de nieve intacta. Ahora, se entretenia cuidando los crisantemos amarillos que crecian alrededor de su casa en Londres o los grandes jardines del manor, la mansion que el lord consorte habia adquirido para ella y sus juegos de gran senora en Oxfordshire. Mark era un buen escritor. Antes de descubrir aquellas cuartillas, de sentirse explotada, observada y analizada, absorbida hasta dejarla sin medula para transplantarla a aquella Eleanor Wyndham, que nombre tan absurdo, antes de aquella manana en que habia ido a buscarle a su dormitorio para charlar intimamente, o sea hacia unos minutos, ella habia alabado sus novelas frente a otros huespedes de su palacio, y no solo por ser amable, porque el hubiese elogiado sus bordados la tarde anterior, sino por sincera admiracion. En el folio numero tres, un habil uso del lenguaje convertia la ironia en burla despiadada. No sabria decir en que palabras precisamente se apoyaba el escarnio, pero ella sentia humillacion y rabia cuando aquella lady inexistente, esa tal Eleanor Wyndham, se convertia en una fanatica religiosa que explicaba la Biblia a los granjeros, ensenaba a leer y escribir a los gitanos que merodeaban por su hacienda o vivia pobremente solo por darse el placer de arrojar monedas al aire, como si fuesen caramelos, cuando los ninos la seguian por las calles del pueblo, solo por ver su capa negra de vampiro, sus botas rojas de cosaco, su sombrero de larga pluma, su uniforme de mosquetero que ha olvidado en la muralla de palacio el arma de fuego. El abierto deseo de ridiculizarla se mezclaba con unas gotas de ternura, de cierta poesia que, a veces, se esconde en un relato como los insectos con sus alas plegadas se ocultan entre los petalos de algunas flores. No se les ve, se les presiente, y uno apenas se atreve a olfatear aquel tulipan cerrado, aquella rosa a medio abrir de la que puede saltar un ser minusculo dispuesto a clavar su aguijon. Asi era la prosa de Mark, belleza y dolor dificilmente separables. Habia algun pasaje inocente, como el del asombro de la lady ante el zepelin. La dama no sabia si era privilegio o reconocido valor lo que unia a esos hombres que se elevaban hasta tocar el cielo con la mano, dentro de aquel enorme balon de rugby. Despues, Mark se ensanaba con una lady absurda y dominante, de escaso talento, incapaz de comprender a Tucidides, preocupada por transmitir, confundiendolo con su extravagancia, un cierto magnetismo personal, puro oropel. Mark la acusaba de rodearse de seres brillantes, de artistas de ingenio, para iluminar su vida que se arrastraba por las sombras. Una senora de alcurnia que coleccionaba cuadros y amantes, y se encerraba en su cuarto para leer a Balzac hasta el amanecer. La lady compraba los cuadros atendiendo mas a su precio y tamano que a la calidad del artista. Diez o quince libras de entonces, de los tiempos del zepelin, era su tope. En realidad se trataba de ayudar al pintor, de solucionarle un pago de facturas pendientes, la adquisicion de materiales de trabajo, comida quiza para un mes. Un modo de conjugar su generosidad con el orgullo del artista. Ademas, solia enviarle, junto al cheque, entradas para el teatro, el ballet o un concierto de balalaika, para que el elegido tuviese muy claros los limites entre lo que es un regalo, un detalle de distincion, algo superfluo, sin sentido practico, y la compra de ese cuadro que se admira y desea para contemplarlo en los muros de la propia casa. Si no era asi, queria hacerselo creer. Para eliminar todo resquicio de duda, para dejar bien enterrada su generosidad, la lady cerraba la transaccion con una frase solemne: <>. No eran palabras suyas, pertenecian a uno de los libros que siempre leia de noche, cuando su lecho estaba vacio y, desde afuera, la lluvia y el viento traian canciones de otono y de hojas caidas. Aquella lady era una sentimental. De nina habia tenido, en un rincon de la abadia del palacio, lo que ella llamaba la habitacion de sus tesoros. Cuando los adultos salian de caceria --!ay!, los tristes venados que entraban en la cocina, quietos, rigidos, mirando fijamente con sus ojos tan cristalinos-- o jugaban a las cartas alrededor de la chimenea, o se sentaban en tapizadas sillas francesas a oir los gorgoritos de una dama que apoyaba un brazo junto al jarron del piano, mientras el otro hacia aletear su panuelo de encaje; cuando los hombres paseaban su aburrimiento entre el frufru de las enaguas almidonadas de las senoras, la lady, pequenita y llena de lazos, se encerraba en su habitacion de los tesoros. Alli, en una caja china, guardaba trocitos de seda y terciopelo, de un color amarillo palido, granate, o de ese plateado opaco que lucian las palomas en los alfeizares de las ventanas. Tenia tambien tarritos de crema vacios, con dibujos de abanicos en la tapa, y platos de porcelana donde guardaba los petalos secos de las rosas, los claveles y los lirios del valle que alguna vez habian adornado sus vestidos. Alli era como una princesa triste, que tendra la princesa, que se entretenia en inventar una caligrafia, ahogada de espirales y palos ganchudos, con la que llenaba su diario en el que escribia su vida con afiladas plumas arrancadas a los pavos reales que merodeaban entre las estatuas del jardin. Era una caligrafia hermosa e indescifrable. Ahora lady Wyndham tenia otros secretos y se dedicaba a otros juegos. A su habitacion de los tesoros le habia sucedido su gabinete privado, adonde Mark habria tenido que ir la tarde anterior a someterse a uno de esos interrogatorios ridiculos y embarazosos con los que lady Wyndham cercaba a sus invitados, sobre todo a aquellos en los que detectaba un poder imaginativo superior, un intenso amor a la vida o una inteligencia especial. Pero tambien, unos ojos en los que ella creia adivinar extranos misterios, o una sonrisa cautivadora, podrian imponerse a otras mas profundas apreciaciones. Los que iban a ser llamados habian aceptado previamente el regalo de sus flores, tulipanes rojos, a veces un opalo, una alfombra tejida por sus manos, o libros de Gibbon y Ruskin en los que la mayoria de sus huespedes leian el mensaje no escrito de que su dignidad iba a ser sometida a prueba, quien sabe si tambien sus dotes de amante. Mark no habia acudido a la cita y esa era la razon por la que lady Equis, atado el pelo con un foulard de colores como una zingara, irrumpio aquella manana en su dormitorio y descorrio con furia, para dejar entrar la luz, las rojas cortinas que contrastaban con el gris brillante de las paredes. El balcon se abria al jardin que terminaba en los linderos del bosque, el dia era templado y el sol apenas acariciaba aun las estatuas que rodeaban el lago. El dormitorio estaba vacio. Fue entonces cuando ella advirtio las cuartillas que Mark habia dejado sobre el escritorio, sin duda deliberadamente, aquel retrato de Eleanor Wyndham, que era como una larga carta dirigida a ella, que era tambien su propio retrato. Cuando lady Wyndham salia de viaje llevaba siempre amplias capas repletas de grandes bolsillos interiores en cada uno de los cuales reposaba un libro de su ajetreo previo, de ese ir y venir de las hojas hacia delante y hacia atras buscando la frase feliz, el dialogo chispeante, la escena audaz, para darle o no su beneplacito, el favor de su compania, de su interes siempre impaciente del final. Lady Wyndham leia primero a saltos y luego despaciosamente, si el libro habia sabido enamorarla. Asi habia iniciado tambien lady Equis la lectura de las paginas de Mark y ahora estaba, sus perros pequineses buscandola por la casa la habian hallado en el dormitorio gris, acariciando en su regazo a uno de aquellos animales y sujetando la ira mientras leia una caricatura de si misma, la de una diosa serpiente, y era como mirarse al espejo y ver a una imbecil que sin mayores luces pugnaba por entrar con su lampara apagada en las galerias ocultas de los hombres hermosos para despertar sus suenos. Lord Equis no quedaba mejor parado en ese relato sobre lady Wyndham. Aparecia como un marido paciente, algunas veces sospechoso, que borraba sus dudas sobre la fidelidad de su lady caprichosa dedicandose a la politica, jugando al bridge y coleccionando porcelana china de color azulblanco. Mas de una vez, Mark habia esperado en el jardin, junto a otros huespedes, el retorno de uno de aquellos elegidos por lady Wyndham para un intimo coloquio en su gabinete. En el gesto de los heroes de la aventura habia advertido un cierto malestar, indiferencia en algun caso, pero todos coincidian despues en afirmar que el unico lenguaje empleado, en ese primer encuentro con la sacerdotisa del amor, habia sido la palabra. Ella, mirando directamente a los ojos del interpelado, solia interesarse primero por su obra artistica. Sus preguntas eran convencionales, si escribia mucha poesia en aquel retiro campestre que le habia ofrecido, si su pintura progresaba, que tecnicas utilizaba, cuales eran los colores predominantes en sus cuadros. Despues hablaba un poco de ella misma, de los poneys de Shetland que adoraba de nina, de los carruajes, de las calesas antiguas que habia en su casa solariega, de sus viajes a Marienbad, un balneario que le atrajo por la fascinacion del nombre mas que por la fe de que con sus aguas o la tranquilidad del recinto podian mejorar sus dolores de cabeza. No ponia demasiado el acento en la salud, ese era un tema que siempre aburre a los que estan sanos, pero aludia al radio que tomaba en la leche o el te, y al borgona, como dos recursos para aliviar el dolor que le parecian, si no infalibles, de una refinada originalidad. Lady Equis, lady Wyndham, se movia en un mundo de sensaciones y estaba habituada a preparar el camino para que la pasion pudiera entrar en su casa de un modo natural, agradable, sin esfuerzo ni violencia. Con gesto elegante servia a su huesped una copa de sidra, no habia que desperdiciar el champan frances sin estar segura de que la nave llegaria a buen puerto, y fingia acompanar al invitado en aquel rito apenas burbujeante acercando sus labios al fino cristal de la copa. En seguida la abandonaba junto al Kempis que aparecia abierto en la mesa, como al descuido, como consuelo preparado de antemano por si el elegido, siempre artista o intelectual, no comprendia que ella, en el fondo, no buscaba la vulgaridad del sexo sino compartir la experiencia creativa, la inteligencia, de aquel genio que ya se habia bebido la copa de un solo trago. La lady queria comprobar, y aun no lo habia conseguido, si es posible inventar el amor sin agotarse en el intento. Envuelta en terciopelo y entre cojines de seda, lady Equis hablaba de Italia, o de cualquier otro pais luminoso y lejano, donde el sol sale mas pronto en el horizonte y permanece mas tiempo colgado del cielo, y ofreciendo un cigarrillo de una caja pintada con el ave fenix en todos sus costados, decia, alzando las negras sombras de sus ojos, que la pasion tenia lugares de privilegio en el mundo. El juego era muy similar con unos y con otros. Lady Wyndham, que guardaba sus cartas de amor con cintas de raso, que alguna vez se habia enrabiado al saber que sus amantes escribian despues a otras mujeres las mismas frases que solo ella habria debido inspirar, repetia la misma escena con todo aquel que era llamado a su gabinete. Para ella el galanteo tenia sus reglas; otra cosa era el amor. La sonrisa de lady Wyndham llenaba los silencios del hombre, sometido a un embarazoso tete a tete con la gran senora que no soportaba que le hablasen de la lluvia, de los desastres del jardinero, de los libros de cuentas o del menu que la cocinera debia preparar para la cena. Lady Wyndham queria hablar de poesia, de pintura, de la filosofia de Spinoza; lo fascinante era ese interes en la vida de los otros, en sus pasiones, en sus enamoramientos, en todo aquello del mas alto nivel espiritual que impulsaba el genio creador al que ella no tenia acceso. Entre ella y el mundo habia echado un telon de seguridad formado por cientos de plumas de pavos reales, el sol iluminando la magia de aquellos colores y el amor extendiendo su maquillaje brillante en el rostro de la vida. Lady Wyndham era una fanatica religiosa, una romantica excentrica, una mujer generosa y sincera, que no era comprendida en el deseo de lo trascendental y provocaba la burla de sus protegidos, los que acaso envidiaban su alcurnia, su posicion, cuanto les hubiera permitido a ellos, con su talento, gozar plenamente de la existencia. Alli estaba Mark, en el cesped, tendido en una tumbona, escuchando a un amigo, escritor de escandalo y de ingenio, que desearia hacer el amor con lady Equis, con toda su fuerza, removiendo hasta el fondo su instinto animal, porque siempre le habia obsesionado una relacion de ese tipo entre un hombre de origen vulgar, salido del corazon del pueblo, y una mujer de rango. Aunque en el dormitorio sonase una musica de pianola. Lady Wyndham ojeaba la presa en sus tertulias y saraos at home, pero, respetuosa con su hogar, o precavida, se mantenia firme ante cualquier asalto impetuoso del amante. Alli, no. Nada que pudiera atentar contra la dignidad del lord. Se podia flirtear, tener privados coloquios, insinuantes atenciones, algo que era habitual en la alta sociedad, toda la ceremonia iniciatica del cortejo que, inevitablemente, conduciria al lecho del amor; pero el escenario de las grandes pasiones debia estar fuera, lo mas lejos posible. La atmosfera de su casa no podia ser contaminada con el gas letal de la infidelidad. Asi, los encuentros de lady Wyndham con sus amantes se producian a la luz del dia y en los lugares mas concurridos para no atraer la atencion: un anden del metro, la sala de espera de una estacion de ferrocarril, Whitehead's House, o el kiosko de refrescos de algun parque de la ciudad. Ella, con los ojos pintados de un blanco grisaceo, los labios rojos, embutida en una de sus tunicas o cubierta con una llamativa capa bordada, iba radiante de maquillaje a la cita con la vida. Eleanor Wyndham era una sacerdotisa dispuesta a oficiar, al aire libre o en el primer altar improvisado, una ceremonia de amor, un exorcismo, para que la pasion saliese de las tinieblas, de aquel pozo en que estaba hundida gritando voces de auxilio, sin que nadie mas que ella se acercase a salvarla. Despues, entre burlas, mas de uno decia que lady Wyndham era una tea apagada, una hoguera de la que solo quedan cenizas. Otros, los que quiza de verdad la habian amado, no pensaban lo mismo de aquel fuego que les habia destruido, dejandolos en la nada, en la oscuridad de si mismos. Lady Equis siguio aun leyendo las cuartillas de Mark, que cada vez se iba ensanando mas con su personaje, pero no llego al final. Encendio un cigarrillo y, presintiendo su llegada, levanto el visillo de organza para mirar al jardin que el estaba cruzando para entrar en la casa. Dejo sobre el escritorio aquella caricatura de si misma, aquella ignominia, y ahueco los cojines de seda del sofa antes de adoptar una pose elegante, escondiendo sus manos, tan largas y huesudas, tan agigantadamente feas, entre los pliegues de su vestido. Cuando Mark entro, con su traje de caza, brillandole los ojos, el pelo tan negro y la boca tan sensual, carnosa y humeda, ni siquiera le dejo hablar. Con su tono mas dulce, con ademanes de exquisita educacion, lamento que el tuviera que marcharse, sabia que lo comprenderia, el lord estaba a punto de llegar con el primer ministro y la casa estaba tan llena; ese era, sin duda, el mejor dormitorio, habia que alojar alli al nuevo invitado. Dijo todo aquello como quien recita la letra de una cancion poetica y tierna. Mark, entre tanto, iba recogiendo sus libros. Lady Equis se retiro a su gabinete privado y se sumergio en la lectura del Kempis. Al ano siguiente, cuando se publico la novela de Mark y empezo a leerla avidamente, comprobo con sorpresa que el retrato de lady Wyndham habia sido sustituido por una carta de amor.