• libro un amor contra el viento - Susanna Kearsley

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    Una historia de amor plagada de aventuras entre una viajera en el tiempo y un contrabandista del siglo XVIII.

  • UN AMOR CONTRA EL VIENTO | SUSANNA KEARSLEY

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  • Un amor contra el viento (Narrativa femenina) - Libros

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  • Crítica: Susanna Kearsley - Un amor contra el viento

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    En este libro nos encontramos en la costa de Cornualles y con una trama de viajes en el tiempo, narrado en primera persona por Eva y con esa manera pausada y ...

  • Un Amor Contra El Viento - Libros De Mario

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  • UN AMOR CONTRA EL VIENTO (Libro en papel)

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  • UN AMOR CONTRA EL VIENTO - SUSANNA KEARSLEY

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  • Un amor contra el viento - Susanna Kearsley - Libros Alcaná

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  • Un amor contra el viento - Susanna Kearsley - Google Libros

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  • Reseña: Un amor contra el viento - Lo que quiera leer hoy

    http://loquequierahoy.blogspot.com/2013/05/resena-un-amor-contra-el-viento.html

    Creo que si algo destaca en este libro es la pluma de la autora. ... Un amor contra el viento, más que una novela romántica o contemporánea, me parece una ...

  • Esclava domestica de Julio Poder

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    Mia.
    Solo un maletero, cuerda y cloroformo.
    Hasta que la muerte nos separe.
    Los barrotes de mi mansion no lo haran.

  • Un diamante ruso (Secretos de alcoba 2) de Anne Marie Cross

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    Gran Ducado de Hesse y el Rin. Julio de 1843 Maria Aleksandrovna acaricio su prominente barriga y sonrio. Apenas en un par de meses seria madre de nuevo. Cerro los ojos y se recosto contra el respaldo del sofa mientras agradecia el silencio que se respiraba en la salita. La vida en la corte le resultaba en extremo dificil de sobrellevar, sobre todo si tenia detras a cada noble vigilando sus pasos y, en especial, a su suegra, la emperatriz Alexandra Fiodorovna, quien no habia dado su aprobacion al matrimonio con su hijo. Segun su opinion, y la del resto de la aristocracia rusa, Maria era demasiado sencilla, sin encanto y carente de temas de conversacion como para convertirse en la proxima Emperatriz consorte de Todas las Rusias, titulo que le corresponderia en el momento en que su esposo, Alejandro Nikolaievich, asumiese el trono. Lo cierto era que tampoco ella deseaba ese titulo ni las responsabilidades que conllevaba. Tenia diecinueve anos, llevaba casada dos y ya habia dado a luz una hija, Aleksandra, que pronto contaria con un hermano. Habia conocido a su esposo en 1838, cuando Alejandro habia viajado por Europa en busca de consorte. Tras su visita al Gran Ducado de Hesse, le habia confesado que se habia enamorado de ella y deseaba convertirla en su esposa. En ese entonces, Maria solo contaba catorce anos, por lo que habian tenido que esperar a que ella cumpliese los diecisiete para casarse. Era demasiado joven, y nada la habia preparado para las intrigas palaciegas. Suspiro al tiempo que desviaba la vista desde los grandes ventanales de la sala hasta el libro que sostenia en sus manos. Le gustaba mucho leer, especialmente aquellos libros provenientes de autores ingleses, pero en la corte no tenia demasiado tiempo para permitirse ese lujo. Por eso, aprovechaba cada visita que hacia a su tierra natal. No se avergonzaba de cambiar la fria San Petersburgo por Darmstadt, la capital del Gran Ducado, sobre todo cuando sabia que su esposo no la echaba de menos mientras se hallaba en brazos de alguna de sus amantes. Una tristeza amarga reposo en su corazon. Alejandro la amaba, a su manera, pero ella hubiera deseado que tambien le fuese fiel. Supuso que se trataba de un deseo poco realista. Clavo su mirada en las letras del libro, sin verlas, mientras pensaba en su padre, el Gran Duque Luis II, y en su madre, la princesa Guillermina de Baden, que habia fallecido siete anos atras. Segun sabia, ella, al igual que sus hermanos Alexander e Isabel, no eran hijos de Luis, sino de un amante de su madre. La puerta de la sala se abrio, y Maria abandono sus cavilaciones. Se giro para mirar al recien llegado. --Buenos dias, hermana. ?Que tal te encuentras hoy? Maria dirigio una sonrisa agradecida a Alexander y acepto su beso en la mejilla. Su hermano le habia servido de escolta desde San Petersburgo, donde, siguiendo la tradicion marcial de su familia, se hallaba sirviendo al ejercito ruso. --Muy bien, gracias. Esta noche me ha dejado descansar --respondio, mirando hacia su abultado vientre. Alexander percibio la ternura en sus ojos oscuros. --?Eres feliz? --Maria y el se llevaban tan solo un ano de diferencia, por eso se sentia mas cercano a ella y a Isabel que a sus dos hermanos mayores, que tenian catorce y dieciseis anos mas que el--. ?Te trata bien tu esposo? --Por supuesto que si. No debes preocuparte por eso. Soy feliz, aunque os echo mucho de menos. Desde luego, no iba a compartir con su hermano las intimidades de su matrimonio. <> no era una palabra que la definiese, pero tampoco se consideraba desgraciada. Su esposo la trataba bien, tenia una hija maravillosa y otro que venia en camino, y, algun dia, se convertiria en emperatriz. El tomo asiento a su lado y se quedo pensativo. --Yo no se si podria casarme con una mujer que me fuera impuesta --le confeso. La preocupacion nublo el rostro de Maria. Sabia por Alejandro que el zar Nicolas habia considerado a su hermano como un posible esposo para su sobrina, y aunque se trataba de una joven hermosa y educada, tambien conocia las ideas romanticas de Alexander, que deseaba casarse por amor. Y, por lo que habia visto, mucho se temia que su hermano ya habia entregado su corazon. Aunque era menor que el, a veces se comportaba como si fuera su madre, sobre todo cuando creia que necesitaba un consejo. --?Hay alguna joven que te interese de manera especial? Alexander suspiro y se paso la mano por el cabello, alborotandoselo. --Ya sabes que si, la condesa Julia. --?Julia de Hauke? --pregunto, sorprendida. La joven tenia apenas dieciocho anos. Habia quedado huerfana a la edad de cinco, por lo que, junto a su hermano Maurice, fueron puestos bajo la tutela del zar--. ?Mi dama de compania? --Si. Ya se que es joven, ambos lo somos, pero, con el tiempo... Maria salio de su estado de estupefaccion. --No se trata de eso, Sasha --lo interrumpio, usando el diminutivo carinoso con el que siempre lo llamaba. No queria que lo que iba a decirle sonara como un mandato--. Tu eres principe y ella solo una condesa, no puedes pensar en casarte con ella. A pesar de haber usado un tono dulce y suave, su hermano la miro como si lo hubiese abofeteado. --?Como puedes decirme eso, Maria? --repuso, dolido--. Crei que tu me comprenderias. --Pero el Almanaque de Gotha deja claro que una union asi es imposible. --Imposible. --Su tono elevado la sobresalto tanto como la forma intempestiva en que se puso de pie--. ?Acaso pide el corazon permiso para amar a alguien? ?Que importa lo que diga un miserable papel? No es palabra de Dios, solo de hombres. Pero ese documento que se publicaba anualmente en Europa --y que compendiaba con todo detalle datos de las casas reales, la alta nobleza y la aristocracia europeas, asi como datos del mundo diplomatico--, podia destruir la vida y la carrera de su hermano, penso Maria. Si Alexander se empenaba en seguir con aquella locura lo exiliarian, ya que era inconcebible que un miembro cercano de la familia imperial se desposase con una simple condesa. --Piensa en las consecuencias, Sasha. --?Y que importan las consecuencias, Maria, si estas al lado de quien amas? Hablas asi porque nunca has estado enamorada. --Apenas termino de pronunciar las palabras, se arrepintio. Su hermana no habia hecho sino cumplir con su deber al casarse con Alejandro; no habia tenido ninguna otra posibilidad. Se arrodillo ante ella y la tomo de las manos--. Lo siento. No queria decir... Ella acuno su mejilla en un gesto tranquilizador. --Lo se. Sabes que te apoyare decidas lo que decidas. Solo deseo que estes seguro del paso que vas a dar. Su hermano asintio despacio. --No tenemos prisa, como te he dicho, ambos somos demasiado jovenes. --La beso en la mejilla--. Tengo que irme, nuestro hermano, Luis, quiere hablar conmigo. Supongo que tambien querra sermonearme. El intento de bromear no consiguio alejar el punzante dolor que sus anteriores palabras habian provocado en ella. Su relacion con Alejandro habia sido impuesta por las circunstancias, ambos eran nobles y principes, y su matrimonio era bueno para las relaciones entre los dos paises. Le tenia carino, pero no lo amaba. Sin embargo, no era cierto que nunca habia estado enamorada. --Ve con el --lo animo--, o se quejara ante padre, y ya sabes lo que eso significa. Alexander suspiro y se puso de pie. --Mantendre contento a nuestro hermano. Que tengas un buen dia. Lo vio salir de la sala y se recosto contra los suaves cojines mientras su mirada se perdia, a traves de los grandes ventanales, en el lejano cielo azul de Darmstadt. Sonaron unos golpes en la puerta y esta se abrio. Una doncella entro en la sala. --Alteza, tiene visita. El conde de Bellesford. El corazon de Maria experimento un estremecimiento. No, no era cierto que nunca hubiese estado enamorada, el problema era que el amor la habia encontrado demasiado tarde. --Hazlo pasar, por favor, Hanna. Se acomodo en el sofa, extendiendo la ampulosa falda sobre el tapizado, y espero, con el corazon latiendole a una velocidad imposible. El rubor coloreo sus mejillas cuando la puerta se abrio de nuevo y entro el joven conde. Lord Bellesford tenia veintitres anos, cuatro mas que ella. Se habian conocido al inicio del verano, cuando ella habia llegado a la residencia de sus padres para pasar las vacaciones y el asistia a una recepcion en el palacio real. Aunque se encontraba realizando el Grand Tour por Europa, despues de conocerla habia decidido detenerse un tiempo mas alli. Sus ojos se demoraron en su figura. Era apuesto, con un cabello del color del trigo y unos ojos tan azules como el cielo de Darmstadt. Vestia unos ajustados pantalones negros y una chaqueta del mismo color sobre un chaleco azul plateado. --Buenos dias, alteza. --Se acerco a ella y tomo su mano, depositando sobre el dorso un beso calido que se demoro mas de lo que exigian las normas sociales--. Cada dia que pasa la encuentro mas hermosa. Maria sonrio, nerviosa. --Es usted muy galante, milord. --Retiro su mano con un movimiento delicado, aunque le hubiese gustado seguir sintiendo la calidez de su piel. --No digo mas que la verdad. --Se quedo unos instantes en silencio, antes de anadir--: He venido a despedirme. Tengo que regresar a Inglaterra. Ella lo miro y apreto los punos con fuerza. Quiso gritarle que no se fuera, pero se trago las palabras. No tenia derecho a pedirle que se quedara. Entre ellos no podia haber nada fuera de aquellos maravillosos dias que habian pasado juntos, de las miradas llenas de anhelos prohibidos, de los roces casuales, de los paseos a solas, de las conversaciones y las sonrisas intimas. --?A Inglaterra? Creia... creia que despues de Darmstadt ibas a ir a Italia. --Mi padre ha enfermado de gravedad y mi madre me ha pedido que regrese a casa -- explico. Se sento a su lado en el sofa y tomo sus manos--. Sabes que mientras estuvieses aqui no me habria alejado de tu lado, Maria. Entiendo que lo nuestro es imposible, pero no puedo prohibirle a mi corazon amarte --le dijo con un tono de profunda tristeza que provoco que sus ojos se llenasen de lagrimas--, aunque sea en silencio. Y lo seguire haciendo toda mi vida. Ella nego con la cabeza. --Tienes derecho a ser feliz, Paul. --?Aunque tu no lo seas? --Yo tendre a mis hijos. --Apoyo una mano en su mejilla, y el le beso la palma con devocion--. Mereces encontrar el amor. --Ya lo he encontrado. Maria volvio a negar. Habia sido testigo del modo en que la infidelidad de su madre habia destrozado la convivencia entre sus padres. Ella nunca haria nada parecido, no deseaba que sus hijos sufrieran. --Volveras a enamorarte, con el tiempo; y a nosotros nos quedaran los recuerdos hermosos que compartimos. No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que el retiro, con el pulgar, las lagrimas de su mejilla. --Ven conmigo a Inglaterra. --Conocia la respuesta antes incluso de que la pronunciaran los labios femeninos, pero habia querido intentarlo una vez mas. --Sabes que no puedo. El silencio se extendio entre ellos, hasta que el solto sus manos y ella sintio el vacio clavandose en su pecho como un afilado cuchillo. --Entonces, esto es una despedida. --Asi debe ser. --Su voz broto en un susurro suave, casi agonico. Deseaba que el la comprendiera. --Odio tu sentido del deber, pero no podria quererte menos por ello. Eres una mujer admirable, Maria; y de lo unico que me arrepiento es de no haberte conocido antes. Siempre te amare. No importa el tiempo que pase. --Antes de levantarse, metio la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y extrajo un pequeno estuche de terciopelo y un sobre que deposito en el sofa junto a ella--. Parto en una hora. Si alguna vez decides ir a Inglaterra, te estare esperando. --Ya te has llevado mi corazon. Paul se agacho y bebio de sus labios las amargas lagrimas de la despedida. Fue un beso que les rompio el corazon a ambos. Despues el se alejo, deteniendose solo cuando habia llegado a la puerta. --Adios, Maria. --Adios, Paul. Cuando la puerta se cerro tras el, Maria comprendio que era para siempre. Nuevas lagrimas corrieron por sus mejillas mientras rememoraba en su mente cada uno de los momentos pasados juntos en los que habian sido los dias mas felices de su vida. No supo cuanto tiempo habia transcurrido cuando dejo que la realidad la envolviera de nuevo. Bajo la mirada hacia el estuche de terciopelo y lo tomo. Dentro reposaba un exquisito anillo de oro con un diamante engarzado en forma de corazon. Cogio el sobre y lo abrio para leer la carta que contenia. Mi amor, Si estas leyendo estas letras es porque ya no me queda la esperanza de que envejezcamos juntos. Por eso, te dejo mi corazon. Es tuyo desde el primer instante en que te vi y lo sera siempre. Este anillo ha pertenecido a mi familia durante generaciones. Mi madre me lo dio para que yo se lo entregara a la dama que conquistase mi corazon y a quien desease convertir en mi esposa. Esa eres tu, y nunca habra otra. Hasta el dia en que me muera, te llevare en mi pensamiento, y no perdere la esperanza de que pueda volver a tenerte entre mis brazos otra vez. Tuyo para siempre, Paul Creia que ya no le quedaban lagrimas, pero no fue asi. Acuno el anillo contra su pecho, donde el corazon le latia dolorosamente, convertido en diminutos pedazos, y lloro. Lloro por Paul y por ella. Ningun imperio merecia el sacrificio del amor. Capitulo 1 San Petersburgo. Finales de abril de 1857 Lady Mary Branson corto una rosa mas y la deposito en la cesta que llevaba colgada del brazo, junto al resto de las flores que ya habia recogido. Metio, tambien, en el interior las tijeras y elevo el rostro hacia el cielo para recibir la caricia de los tibios rayos de sol del mes de abril. El silencio que reinaba en la mansion la asfixiaba. Echaba muchisimo de menos a su hermano. Misha --diminutivo de Mikhail-- se habia casado hacia una semana y habia partido con su esposa en un viaje por Europa. La guerra en Crimea por el control de los territorios otomanos habia terminado apenas un ano atras, el 30 de marzo de 1856, con el Tratado de Paris. Las fronteras se habian abierto, aunque con ciertas restricciones. El zar Nicolas I habia muerto casi un ano antes del tratado, y el nuevo zar, Alejandro II, no habia quedado muy contento por la forma en que se habian resuelto las cosas. Rusia habia perdido mucho en aquella guerra. Mary se retiro un mechon de cabello de la frente y avanzo hacia el siguiente rosal. Se alegraba mucho por el matrimonio de Misha, por supuesto; su esposa era una joven maravillosa y lo haria feliz, de eso estaba segura. Pero no podia evitar compadecerse un poco por si misma. Tenia veintidos anos y, tras la boda de su hermano, se quedaba sola en el mundo. Ella viviria en la mansion que siempre habia pertenecido a sus padres, mientras que Misha, como nuevo marques de Mansbourg, pasaria la mitad del tiempo en San Petersburgo y la otra en Londres, cumpliendo sus obligaciones en la Camara de los Lores. --Quiza deberia irme a vivir a Inglaterra --reflexiono en voz alta, al tiempo que cortaba uno de los tallos de la rosaleda. Suspiro. A pesar de todo, sabia por que le costaba tanto tomar esa decision. No solo porque las tumbas de sus padres se hallaban en el cementerio de Novodevichi y seria duro para ella dejarlos atras --aunque ellos ya no estuviesen realmente alli, segun rezaba la fe ortodoxa en la que la habian criado, como a cualquier buen ciudadano ruso--, sino tambien porque en Londres estaba James... y su esposa. El marques de Hallbrook habia sido su primer y gran amor, y aunque con el paso del tiempo habia comprendido que el siempre la habia visto como a una hermana, aun le dolia haberlo perdido. Su mente le trajo recuerdos de aquellos dias en que viajaron a Londres para la presentacion en sociedad de Sophia, la hermana de James y de Alex, y la suya propia. El habia estado demasiado ocupado, ayudando a la que en esos momentos era su esposa, lady Elisabeth, como para dedicarles tiempo a Sophia y a ella. Ni siquiera la acompano de vuelta a Rusia, sino que tuvo que soportar en el viaje al insufrible, arrogante e imposible duque de Ainsworth. --Milady. La llamada de una de las doncellas aparto sus pensamientos de unos ojos azul medianoche que todavia, despues de tres anos, aparecian de vez en cuando en sus suenos. Se volvio hacia el camino de piedrecillas por el que venia la joven. --?Que sucede, Sonya? --La inquieto el nerviosismo que dejaban traslucir el pecoso rostro y los ojos oscuros de la muchacha. --Tiene visita, milady. Fruncio el ceno. Era demasiado temprano para recibir visitas, y aunque a veces atendia a algunas de sus amistades a esas horas, desde luego su presencia no suscitaba ese estado de nervios en Sonya. --?De quien se trata?

  • El maestro de la seda de Liz Trenow

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    1760. En su primer dia en Londres, Anna se encuentra por casualidad con un joven sastre frances, Henri, que ha llegado como tantos a Inglaterra huyendo de las guerras de religion. Henri esta decidido a triunfar en el mundo duro y competitivo de los maestros de la seda, y para ello cuenta con la habilidad de Anne para crear disenos. Ambos se enamoran pero la diferencia de clase social y los disturbios en Londres hacen que su amor, al igual que su proyecto de futuro, esten en la cuerda floja.

  • El Lado Peligroso de Jude de Nicole Williams

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    Lucy desea a Jude mas que a nada en este mundo, pero sabe que el amor es un juego peligroso... y dejarse llevar puede salirle caro. Jude Ryder atrae siempre todas las miradas. Es guapo, insolente, atrevido... y desde que esta con Lucy exhibe una sonrisa que quita el hipo. Pero, aunque estan mas enamorados que nunca, ella no lo tiene claro. Por un lado, Jude siempre ha sido un rompecorazones, magnetico para todas las chicas. Y por otro, ahora se encuentran a mas de cuatro horas de distancia: ella en una exclusiva escuela de danza y el en una buena universidad gracias al futbol americano. Y, por si esto no fuera suficiente, Lucy ha descubierto que alli es tradicion que cada jugador tenga una <> animadora, y la de Jude alberga intenciones muy poco fraternales...

  • La testigo de Emma K. Johnson

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    Carino, este tipo tendra que limpiarse las babas cuando te vea --dijo Claudia al verme hacer mi mejor esfuerzo por no picarme los ojos con el delineador. --Ay si, seguramente --conteste, dejando la cochinada esa en mi mesita-- !Me rindo! !Mirame! Me veo... !Ridicula! --Sexy --me interrumpio--. Te ves sexy, muchacha --dijo Claudia al poner sus manos en mis hombros--. John me dijo que le encantaban tus ojos verdes, y asi con ese color resaltan todavia mas. Mi buena amiga. No se que hubiera hecho sin su apoyo. --?Te vas a poner eso? --pregunto frunciendo el ceno al ver la ropa que habia puesto en la cama. Me encogi de hombros y deslice mis manos encima de mis piernas. Siempre me relaja pasar mis dedos encima de la franela de mi pantalonera. Gire y vi el pantalon de mezclilla y la camisa que Claudia estaba viendo desde el pie de la cama. Creo que esa camisa era lo unico que me habia comprado cuando estuve casada con Pedro y que aun guardaba. --?Que tiene de malo? --pregunte, echando mis grenas rebeldes detras de mis hombros. --?Te llevara a un concierto de rock o a un bar de motociclistas? --dijo, levantando la camisa de la cama y mirandola como si quisiera usarla como trapo de limpieza. --No... No lo creo. --!Entonces tiene mucho de malo! --exclamo antes de irse a mi closet-- Fernanda, ?te gusta John? --Esta... guapo --dije. Nunca habia sido una chica que saliera mucho con chicos. En la prepa siempre fui una nina bien portada. Pedro fue mi unico novio y termine casandome con el. Pero no estaba hecha de piedra. Claro que veia a otros chavos y pensaba "esta lindo", pero asi como me sentia cuando sabia que Pedro iba a hacerme el amor o que me volteara a ver con deseo... No, ningun otro hombre mas que mi ex. !Y como queria que eso cambiara! --?Guapo? --grito Claudia desde las profundidades de mi closet-- Carino, John esta mucho mas ardiente que Pedro alguna vez lo fue. Okey, tenia buen cuerpo el tipo, pero ?esa nariz en forma de pelota de golf? !Yack! !No se que le viste! --Le vi algo --dije mirando el suelo del cuarto--. Dure cinco anos casada con el, despues de todo. --!Y que bueno que lo mandaste al carajo! --Sabes, no todo fue malo con el --dije, sacudiendo la cabeza y sobandome las manos--. Nunca me golpeo ni me maltrato ni nada. --!Uy! Que consuelo --dijo Claudia, asomandose y girando sus ojos hacia arriba--. Hay muchas maneras de maltratar, carino. ?Cuando te dejo salir conmigo? Negue con la cabeza. --?Cuando te dejo salir con tus companeras y companeros de trabajo? Volvi a negar. --?Cuando te dejo siquiera tener cuenta de redes sociales? Resople. El unico celular que tuve durante mi matrimonio fue de esos que solo servian para llamar y recibir llamadas. --Y ni empecemos con la ropa que te dejaba usar --dijo estremeciendose antes de entrar de nuevo a mi closet. Claudia tenia razon. No me apetecia regresar a una relacion que solo me habia hecho dano. --!Necesitamos ir de compras! --exclamo Claudia saliendo de mi closet. Me tomo de la mano y me llevo a jalones a su cuarto. Ahi abrio su armario y saco un vestido azul cielo de cuello circular. --!Vamos a ver! --dijo Claudia poniendolo frente a mi-- Oh si, esto servira. --!No me voy a poner esto! --?Por que no? Somos de la misma talla. Me levante y tome el vestido. --No lo se... --Midetelo. --!Estas loca! Vamos a ir a tomar un cafe, no a bailar. --?Y tu como sabes? Quiza despues del cafecito John quiera llevarte a otro lado... Y no necesariamente a bailar --dijo alzando las cejas y con una mueca burlona. Lleve el vestido de vuelta al armario. --Es mi primera cita en mucho tiempo, Clau. Dudo que lleguemos tan lejos. --!Ay, Fer! --exclamo-- ?Tienes idea de lo deprimente que es verte encuevada aqui todos los dias despues de trabajar? Claudia suspiro y se quedo paseando su vista por todo su armario. Me sente en la orilla de la cama. !Como admiraba a Claudia! Me habia cansado de todas las veces que me preguntaban en el trabajo por "la negrita guapa" que me iba a recoger. ?Y como no iban a querer con ella? Tenia un cuerpazo digno de concursos de belleza, igual de alta que yo, una mirada de esas que pueden hablar por si mismas, y el alma de cualquier fiesta a la que asistia. Para mi era un milagro que siguieramos siendo amigas antes, durante, y despues de mi divorcio. Pedro nunca la quiso. Siempre penso que era una mala influencia para mi con su vida fiestera y sus "ideas feministas", segun el les decia. Claro que Claudia tampoco quiso a Pedro. --!Ponte esto! --grito, lanzandome unos jeans. --Espera --me quite mi pantalonera y puse el pantalon. Claudia se asomo. --!Demonios! Chica, tienes mejor culo que yo. Me ataque de la risa al mirarme al espejo con el comentario de mi amiga. Estaba algo justo pero no estaba mal. No, no estaba nada mal. --Ahora ponte esto --dijo Claudia, dandome una blusa negra de tirantes. Me quedaba holgada de la panza y cintura, pero mis pechos quedaban justos y parecian que cualquier brinquito los haria saltar de mi escote. --!Andale! --dijo Claudia, abrazandome por atras y mirandome a los ojos en el espejo-- Te voy a decir una cosa: Si John puede seguirte viendo a los ojos durante su cita o es maricon o es un caballero. Me quede mirandome al espejo. No se veia de mal gusto mi escote, pero no me sentia comoda revelando tanto de mi. --Con Pedro jamas me hubiera podido vestir asi. --Fernanda, ?que dijimos? --dijo Claudia al darme la vuelta y mirarme a los ojos. --Que ya no hablariamos de ese imbecil. --?Que quieres que haga? Me miro como estoy vestida y escucho su voz en mi cabeza. --Dejame adivinar --dijo Claudia con el ceno fruncido--: ?Por que chingados te arreglaste? ?Quieres que se te queden viendo en la calle? ?Para que quieres que otros gueyes te vean las tetas y el culo? --dijo con voz grave y exagerada. Sonrei y mire mi perfil en el espejo. --Tambien me diria que me quitara esta mugre de la cara -- pase mi mano abierta frente a mi rostro--, que parezco payaso --el imaginarme a mi ex esposo diciendome esas cosas, y muchas otras peores, hizo que se humedecieran mis ojos--. Mas bien me diria que parezco puta. --!No no! --exclamo Claudia, acercandose y dandome un abrazo-- !Que lo metieran a la carcel es lo mejor que pudo haberte pasado! !Ya estas di-vor-cia-da! !Ya no le respondes al baboso ese! --No puedo hacer esto, Clau --me escape de su abrazo y fui hacia la ventana abrazandome de los brazos--. Todavia... todavia lo veo en los rostros de otros hombres. --Amiga, no todos son asi. --?Pero y si John es como Pedro? --Ay, amiga, ?por que crees que te lo presente? !Porque es todo lo opuesto a tu ex! --No estoy lista, Clau... Hablale y dile que... --No, ni madres --Claudia tomo mi celular y me lo estampo en la mano--. Si vas a cancelarle, hazlo tu. Solo me tomo unos segundos teclear un mensaje y enviarlo. --Listo --dije. Claudia gruno. -- ?Como esperas conocer a alguien si nunca sales de la casa? --No lo se... Pero... No, todavia no... Baje la cabeza y regrese a mi habitacion. Me sente en el escritorio y mire mis libros. "?Que estabas pensando, Fer?" pense, abriendo el libro. "Ahorita con mi certificacion no tengo tiempo de andar saliendo con nadie." Sono la campanita de mensajes de mi cel. Lo abri y vi el mensaje de John: --Al menos dejame llevarte esta flor que te compre. Que tierno. Debi contestarle, pero cuando trate de imaginarlo en mi puerta regalandome una rosa me asalto el recuerdo de la mirada imponente de Pedro sobre mi. Deje el cel en la mesa y de reojo vi que mi bote de basura ya estaba lleno de papeles. Tome mi cesto y recorri toda la casa para juntar las basuras de todos los botes. Un viejo habito de cuando estaba casada. Siempre que estaba a punto de explotar por algo juntaba toda la basura de la casa y la llevaba afuera. Y esa noche no era distinto. Ansiaba continuar con mi vida. Habia sido toda una odisea divorciarme con Pedro en la carcel. Y luego de escucharlo decirme todas las cosas que me dijo la unica vez que se me ocurrio irlo a visitar pense que me sentiria libre cuando ya terminara todo. Suspire cuando llegue al tambo y levante la tapa. Recorde cuando Pedro y yo eramos novios. Me regalaba rosas siempre que nos veiamos, hubiera jurado que conocimos todos los parques de la ciudad, y todo el tiempo me decia lo hermosa que era. Cerre el tambo luego de echar la basura, y me abrace los brazos. El aire estaba fresco, y parpadee mas rapido para no llorar. Talle mis ojos y sobe mis parpados mientras lo hacia. Me prometi que ya no lloraria por mi matrimonio fracasado. --Estas mejor que antes, estas mejor que antes --me repeti una y otra vez teniendo los ojos cerrados hasta tranquilizarme. Volvi a la casa y Claudia estaba encerrada en su habitacion hablando con algun muchacho. No sabia lo que estaba diciendo, pero identifique el tono que estaba usando. Habia visto a mas de un hombre doblarse a la voluntad de mi amiga cuando les hablaba asi. La envidie en ese momento. Fui a la cocina y me servi un vaso con agua mientras miraba fuera de mi ventana en completa oscuridad. Estaba viendo el vaso en mi mano cuando escuche un motor apagarse seguido de una puerta de coche azotarse. Levante la mirada y vi un auto negro con los vidrios polarizados estacionado a uno metros debajo el farol de una de las casas frente a las nuestra... Creo que el unico farol que funcionaba en toda mi calle. El que estaba junto a la mia llevaba meses fundido. El tipo que bajo del coche se quedo parado junto al vehiculo. Levanto la mirada y un escalofrio paso por mi espalda al verle. Claudia no vivia en el vecindario mas seguro, pero aquel tipo daba miedo. Tenia la cabeza rasurada y una barba de candado bastante gruesa. No se miraba muy alto, pero si muy corpulento. Traia una camisa negra ajustada, y sus manos se veian tambien negras. Debia estar usando guantes o algo, lo que se me hizo raro pues no estaba tan frio como para usar guantes.

  • Adorado asesino de Macarena Moya Solis

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    Allyson, sabia perfectamente lo que queria, si, lo habia visto una tarde en un centro comercial, un hombre completamente atractivo, su barba lo hacia enigmatico, sus ojos lo convertian en un seductor, sus labios, oh si, sus labios, solo pensaba en devorarlos a besos.
    Una mujer casada, que aparentemente lo tiene todo, solo puede pensar en aquel sensual hombre que se cruza de vez en cuando en su camino. La atraccion es total y al parecer mutua. Tras un primer encuentro, todo se vuelve una locura ?Quien es este hombre?
    Paul, es un hombre indiferente, de gran atractivo, un hombre con un pasado muy oculto, pero todo los secretos salen a la luz, nada es un misterio por siempre.
    Juntos se vuelven la pareja mas erotica, sensual y perfecta, pero un secreto, el pasado y muchos enganos quedan descubiertos. Ahora juntos, son perseguidos y amenazados ?podran juntos sortear estas dificultades?? El deseo que sienten uno por el otro podra eludir estas adversidades? ?Sera amor lo que sienten?
    Pasion, deseo, traiciones, amenazas, vivelos en Adorado asesino

  • Los Bandidez y el Karaoke Kanalla de Siri Kolu

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    Los Bandidez y el Karaoke Kanalla es el segundo libro de las aventuras de Vilja con Los Bandidez. Una familia divertida y diferente cuya principal pasion son las chuches.

    Vilja esta al borde de la desesperacion. Ha enviado un mensaje de socorro a los Bandidez y no le han respondido. Si no la rescatan pronto, tendra que pasar un verano aburrido y triste en un campamento musical. Echa de menos viajar en los bandidofurgona, hacer noche en la playa y tomar mermelada de amapola. El festival de verano de los ladrones esta a la vuelta de la esquina, sus ganadores seran el proximo rey o reina de los ladrones !y Vilja no puede perderselo!

  • Eres para mi (Quinteto de la muerte 2) de Sandra Heys

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    Nueva entrega de la serie Quinteto de la Muerte: Te metes con una y te metes con todas.

  • Erase una vez en Londres de Laura Maqueda

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    ?Puede el modelo mas famoso del mundo enamorarse de una chica corriente?

  • El correo de Napoleon (Misterio y leyendas 2) de Miriam Conde

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    ?Que sucede cuando una monja desafia a Napoleon?
    Sor Elvira, la joven abadesa del convento de Santa Brigida, debe alojar a las tropas que se han aduenado de la ciudad. ?Lograra proteger a sus hermanas de la lujuria de los soldados?
    Al frente de su ejercito, Napoleon Bonaparte persigue a los ingleses. Tiene en su mano la victoria, pero debe alejarse del frente y aguardar en Valladolid las alarmantes noticias que le llegan de toda Europa.
    Cuando Sor Elvira y Bonaparte se encuentran por primera vez, el emperador esta indignado. A las puertas de su palacio han apunalado a un correo para robarle una valiosa carta.
    Obligada a entregar al culpable, Sor Elvira iniciara una frenetica busqueda tras las huellas del asesino, que la conducira por los campos de batalla napoleonicos hasta los salones parisinos.
    ?Quien quiere evitar que Sor Elvira descubra su secreto? ?Lograra la abadesa descifrar las claves y salvar su vida?

  • La Esposa del mafioso de Natalia Lee

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    Elaina Duval ha vivido una vida normal durante sus dieciocho anos, o eso pensaba. Siempre ha sido ella y su madre, pero no fue hasta su decimoctavo cumpleanos que todo cambio. Valentino Acerbi es el hijo del capo de la mafia italiana, se crio en el despiadado negocio y solo tenia esa mente. De alguna manera, Elaina es arrastrada a este mundo retorcido y se ve obligada a soportar formas de vida que nunca supo que era posible.

  • A contraluz (Libros del Asteroide), Rachel Cusk de Rachel Cusk

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  • Nadie como ellos (Nadie 3) de Martina D’antiochia

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    Sentimientos encontrados se peleaban dentro de mi. Era como una lucha interna entre no solo dos, sino un millon de Zoes, y cada una pensaba una cosa distinta. O peor: cada una sentia una cosa distinta. Pero me era imposible distinguirlas, era como si mi cuerpo no me dejara sentir una unica emocion solamente. Estaba hecha un lio. Era tan dificil para mi asimilar todo lo que habia pasado tan de repente… Era tanto todo lo que me desgastaba por dentro… Los pensamientos melancolicos se apoderaban de mis silenciosas noches y me carcomian la cabeza, se colaban en mis suenos hasta terminar rompiendo en lagrimas. Eran lagrimas de tristeza, pero tambien de impotencia por no ser capaz de volver al pasado, o al menos arreglarlo en el presente. En realidad, daba igual. Daba igual si pensaba en el pasado o en el presente, porque en los dos lugares siempre sufria por el mismo…, por el, por Cody. Era el dueno de mis sentimientos y sabia que al enamorarme de el le entregaria la llave de mi fragil corazon. ?Como se le llama a una persona que se deja llevar por el corazon sin tener en cuenta las posibles consecuencias que conlleva? Estupida, supongo. Soy una estupida y no precisamente por haberlo hecho sin proteccion. Eso fue estupido, por supuesto, pero eso fue culpa de ambos. Fui estupida por creer que Cody seria capaz de entenderme y, sobre todo, apoyarme, de implicarse conmigo en el problema, ya que era de los dos. Fui estupida por pensar que si me queria seria capaz de tirarse al vacio conmigo en esto. Las personas que te quieren no se largan cuando un problema se presenta, eso me han ensenado a mi siempre. Pero quizas soy demasiado ingenua por pensarlo. ?Pero no deberia ser asi? ?Acaso no deberiamos estar al lado de aquellos que queremos cuando estan en problemas? Y mas si el problema es de los dos. Las personas que te quieren sufren contigo hasta arreglar las dificultades que se interponen entre vosotros, en vez de largarse porque necesitan <>. Quiero decir que entiendo que es mucho, entiendo que te sobrepase, pero… ?y que pasa conmigo, que tambien soy la que tiene el problema? Yo tambien quiero largarme una temporada para olvidar, pero, por desgracia, no puedo. Cada vez que pienso en ello, cada dia que pasa y veo que no me llega la regla, soy yo la que vive el martirio. Aunque quisiera, no podria hacer lo mismo, ya que estoy atrapada en este bucle de ansiedad y sin nadie que me rescate de el. Ya han pasado dos semanas y me siento como si hubieran pasado tres meses arrastrando el secreto. Ando ocultandolo dia y noche, necesitando con urgencia gritar a los cuatro vientos y que todos lo oigan y al menos ya estara dicho. Pero todavia no lo se. El problema es que me da demasiado miedo saberlo, no puedo dar el paso. Intento pensar que en realidad puede que todo este en mi cabeza. ?Y si no estoy realmente embarazada y simplemente mi regla es irregular? Pero luego me doy cuenta de que es poco habitual en mi la irregularidad… y vuelvo a tener miedo de hacerme la prueba y que se confirmen mis miedos. Ojala pudiera evadirme de este agujero negro que me consume desde que me despierto por la manana. Ojala pudiera traspasarle los susurros masoquistas que escucho en mi cabeza a alguien ajeno y poder respirar tranquilamente como si el mundo no se acabara manana. ZOE --Bueno, ?que? ?Piensas quedarte aqui todo el dia? ?Para eso has convencido tanto a tu padre de que te trajera de vuelta a casa? --pregunto Margaret irrumpiendo en mi habitacion. Estaba apoyada en el marco de la puerta con una mano en la cintura, como esperando alguna reaccion por mi parte. Yo estaba todavia tumbada en la cama y la observaba con impasibilidad. Llevaba el pelo repeinado en un mono alto y un chandal de deporte. O se iba a ir al gimnasio o fingia que iba. No se me escapaba que no tenia que cabrear a Margaret. No habia sido facil estar de nuevo en esta cama de la que ahora no tenia ningunas ganas de moverme. Habia sido complicado, una negociacion dura, poder volver a estar en casa. Despues de convencer dia y noche a mi padre para dejarme volver, no se como, pero, milagrosamente, me dio otra oportunidad. Y ahora no podia decepcionarle. De eso nada, pensaba aprovecharla para demostrarle que no me meteria en mas lios y seria responsable. --Vaya, pareces mi canguro. ?Vienes a vigilarme desde que me despierto? --me queje mientras me levantaba con parsimonia. --No vengo a vigilarte desde que te despiertas porque ya llevas un rato despierta, Zoe --me solto. Por lo visto, analizaba cada movimiento que hacia, juzgandome con la mirada. Solte un pequeno bufido, lo cierto era que le tenia tanto asco que ya ni intentaba disimularlo. --Entonces es verdad que me llevas vigilando un buen rato. ?Soy la unica a la que espias o tambien entras en el cuarto de Max para ver si ya se ha vestido para el cole? --proteste con sarcasmo y repulsion. Pero mis sarcasmos no parecian impactarle. No dijo nada, se dio media vuelta y se largo, no sin antes mirarme de arriba abajo con aires de superioridad. Me vesti rapido con lo primero que pille y baje a desayunar antes de que pudiera ponerme como un trapo con mi padre. --No te veo muy contenta de estar de vuelta, hermanita --me dijo Max mientras se preparaba un bol con cereales y se sentaba frente a mi. <>, pense para mis adentros. Como estaba tardando en responder, me di cuenta de que mi padre estaba empezando a prestar atencion a nuestra conversacion, metiendo la oreja sin querer que se notara. Se estaba preparando su cafe y tomando sus vitaminas de la manana, disimulando que seguia sus rituales matutinos, pero yo notaba como me miraba de reojo, extranado, para ver si me pasaba algo. Asi que decidi adelantarme a sus sospechas y responder con un simple: --Estoy bien. --Y segui mirando para abajo a mis tostadas con huevo. --Max, es lunes, ?que esperas? --se rio Margaret falsamente. Me sorprendio que estuviera defendiendome frente a mi padre y mi hermano, pero luego recorde que era su costumbre. Solo lo hacia estrategicamente para causar buena impresion, para que pareciera que nos llevabamos bien. Por mucho que odiara que hiciera eso, tengo que admitir que, cuando habla por mi, evito tener que fingir y eso me relaja, porque, a diferencia de ella, yo odio tener que fingir las emociones, me causan dolor de cabeza por no saber que responder. Es como meter un monton de ropa a presion en el armario, al final no cierra y se te cae todo encima. Despues de eso, nos pasamos un rato desayunando en un silencio tenso. Yo apenas toque el plato, tenia tantos nervios acumulados en la boca del estomago que no habia espacio para el apetito. Ya de por si la idea de volver a clase me daba ganas de vomitar. --?Has terminado? --me pregunto Max retirandome el plato sin dejarme responder. --No --respondi seria, a pesar de que la idea de meterme un bocado mas en la boca me daba fatiga. Max siempre estaba de mi lado, era mi aliado, pero incluso su voz me daba grima ahora. No queria estar para nadie. Simplemente queria quedarme comoda en mi casa enterrandome bajo las sabanas sin que nadie lo supiera. No sabia que iba a decir ni hacer cuando me encontrara de nuevo con las chicas… y sobre todo con Cody. --No me hagas esperarte --dijo medio en broma medio en serio, cogiendo su chaqueta negra de cuero del perchero y sin apenas mirarme. Nos montamos en el coche, y el mismo trayecto de todos los dias hoy lo senti como si llevaramos una hora conduciendo. --Venga, baja, que tengo que irme a clase. --Me quede mirando la entrada abarrotada de gente e inmediatamente me hice esclava de aquel antiguo panico que volvio a aparecer dentro de mi para amargarme la existencia, pero tambien para advertirme de que nada bueno podria pasar --. ?Se puede saber que te pasa hoy? --me pregunto al verme tan seria. --?Y a ti? ?Por que me hablas asi? --No se me ocurrio otra cosa que decir, estaba tan nerviosa que no le estaba prestando la atencion que le prestaria normalmente. --Muy bien, como quieras. --Piso el acelerador de camino a su instituto. Mierda, habia cabreado a Max y el seguramente solo se estaba interesando por mi y por saber que me pasaba. Realmente estaba siendo una idiota, estaba secuestrada por mis emociones y, si seguia asi, terminaria alejando a las pocas personas que podian ayudarme. Max lo decia en serio, estaba dispuesto a seguir hasta su instituto y dejarme alli, ya me las apanaria para volver. Poco a poco vi como la imagen de toda la gente agolpada en la entrada se iba alejando. --Espera, para, para, por favor. --Me ignoraba mientras miraba fijamente al frente--. !Max! Por favor --le rogue. Y en ese momento note como, a pesar de mis esfuerzos por disociarme, e incluso a pesar de mis esfuerzos por estar cabreada, se me quebro la voz. Estaba empezando a llorar sin poder controlar mis lagrimas. Sabia que, si lloraba, menos caso me iba a hacer. Odiaba a la gente llorona, algo ironico, ya que tenia a una maestra del llanto en la familia. --!!!Max!!! --grite con fuerza al ver que iba a atropellar a una chica en el paso de peatones. Al final freno tan de golpe que si no llego a tener el cinturon de seguridad salgo volando atravesando el cristal. Aproveche el momento y no perdi ni un segundo al bajarme del coche. Cuando vi a la chica del paso de peatones me di cuenta de que era Marina. No me apetecia ponerme a hablar con ella nada mas llegar y en esta situacion, asi que me di la vuelta antes de que pudiera verme y empece a caminar con paso firme hacia delante, queria ser invisible. Si me esforzaba lo suficiente, estaba segura de que lo conseguiria. --?Zoe? Cuando escuche mi nombre acelere el paso intentando como fuera evitarla. Al final me alcanzo y poso su mano en mi hombro para frenarme. --!?Zoe?! --exclamo sorprendida de verme. --?Como me has podido reconocer desde alli? --dije reservada, a pesar de que llevaba mucho tiempo sin verla y me imaginaba este momento mucho mas emotivo. --Mmm… No se --dijo sarcastica tocandome el pelo. Maldito pelo, siempre me delataba, deberia alisarmelo y tenirme de morena. --No sabia que habias vuelto. ?Que te pasa? ?Es que echas de menos el internado? --Que va, lo que yo mas deseaba era largarme de alli. --Entonces ?que te pasa? --Estoy nerviosa --dije mirandola a la cara por primera vez desde que me la encontre. --Tranquila, te trataremos todos bien --se rio sabiendo de sobra de que iba mi preocupacion. Me sentia atrapada en el bucle de una historia sin fin. De nuevo volveria a entrar por primera vez desde hacia mucho y Marina volveria a integrarme, volverian a mirarme mal y volveria a sentir la necesidad de querer encajar. La misma historia se repite una y otra vez y no logro ver el final. Siento que en todo este tiempo no me han echado de menos y algunos ni se han percatado de que no estoy, soy esa pieza indiferente que carece de importancia en la vida de los demas. Solo me prestan atencion cuando estoy para jugar conmigo como si fuera su juguete. Llegamos al patio y, como siempre, estaban todas sentadas en las gradas. --Espera. --Esta vez fui yo la que frene a Marina antes de ir para alla. --?Que? ?Es por la falda? --pregunto sarcastica recordando viejos momentos. --No, es que… se que algo va a pasar. --Zoe, ?a que te refieres? Claro que va a pasar algo, en la vida pasan cosas constantemente. --No finjas que no me entiendes. --Marina me empujo hacia delante sin dejarme rechistar, y poco a poco empezaba a notar ese familiar sentimiento de inferioridad, el corazon empezaba a latirme tan fuerte que en cualquier momento explotaria. --!Pero mira a quien tenemos aqui! --exclamo burlona y sorprendida Jacqueline, llamando la atencion del resto, que dejaron su interesante conversacion para mirarme a mi. --?Zoe? --preguntaron Jessica y Maddie a la vez. Mi cabeza iba a mil por hora, pero no se me ocurria nada que decir. --Hola --dije sin mas. --Parece ser que hoy es el dia de las llegadas sorpresa, primero vino Jessica, ahora Zoe, me pregunto quien sera el siguiente --interrumpio Jacqueline el silencio--. ?Por que has vuelto, Zoe? ?No te gustaba el internado? --pregunto Jacqueline con un tono dificil de identificar, no sabia si iba a malas o realmente le interesaba saber. --En realidad… --Abri la boca por primera vez desde que llegue, pero me interrumpieron… Maddie, como no. --Lo que no le gustaba era sentirse alejada de mi novio --me ataco Maddie, orgullosa de haberlo hecho. Lo que ella no sabia era que yo ya no solia callarme las cosas como antes, ya las conocia y no me importaba en absoluto formar una pelea, sobre todo desde que empezo a meterse con mi familia. --Espera un segundo, pensaba que tu novio era mi hermano --le respondi ironica con un tono falso de confusion--. ?O es que has vuelto a cambiar de novio? Perdon, es que se hace dificil llevar la cuenta cuando te echas uno cada semana --espete lo mas controlada posible, estaba furiosa y a la vez satisfecha por haber hablado. A partir de ahora no me iba a callar nada mas. --?Que querias que hiciera? No me quedaba otra opcion que darte de tu propia medicina, fastidia, ?verdad? No haberme robado a Cody, asquerosa --solto con malicia la ultima palabra. --!Ya esta bien! --interrumpio Marina, y Jacqueline puso cara de queja por haber frenado la discusion--. Hablais de Cody como si fuera una posesion. El es dueno de sus acciones y decide con quien se va y de quien se aleja. --?Como es tu relacion con el? ?Es ese cuento de hadas que todas deseamos tener? Por cierto, ultimamente no sabemos nada de el, ?donde te has dejado a tu principe? --siguio atacandome, ignorando por completo la respuesta de Marina. <>, pense para mi, y ojala me hubiera podido leer el pensamiento.

  • La carretera de Cormac Mccarthy

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    La carretera, novela galardonada con el premio Pulitzer 2007 y best seller literario del ano en Estados Unidos, transcurre en la inmensidad del territorio norteamericano, un paisaje literalmente quemado por lo que parece haber sido un reciente holocausto nuclear. Un padre trata de salvar a su hijo emprendiendo un viaje con el. Rodeados de un paisaje baldio, amenazados por bandas de canibales, empujando un carrito de la compra donde guardan sus escasas pertenencias, recorren los lugares donde el padre paso una infancia recordada a veces en forma de breves bocetos del paraiso perdido, y avanzan hacia el sur, hacia el mar, huyendo de un frio <>.

  • Alguien Como Yo (Mi eleccion 3) de Elisabet Benavent

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    Ultima entrega de <> de @BetaCoqueta, un final de infarto que embriaga y seduce, una experiencia de lectura sugerente y adictiva que cambiara tu manera de ver el amor para siempre.

  • Un granito de mostaza de Laila Ibrahim

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  • Te necesito nena de Natalia Roman

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    A los dieciocho anos Natalia ve claro que jamas podra librarse la maldicion que la persigue desde pequena. Sola en el mundo, se refugia en Josemi, un amigo de la familia y que enamorado de ella en secreto le dara trabajo en su bar para tenerla cerca.
    Jaime, primo de Josemi, es un atractivo mujeriego, rico y capaz de atraer a cualquier mujer. A cualquiera menos a Natalia. Dispuesto a no admitir una derrota se desvivira por conquistarla hasta conseguirlo. Pero Jaime guarda un secreto que hara que Natalia se marche de su lado para siempre. ?Para siempre? Seis anos despues, cuando Natalia parece vislumbrar la felicidad, vuelven otra vez las mentiras del pasado y esa maldicion que la persigue.
    No te pierdas la ultima novela de Natalia Roman que te tocara el corazon

  • Perdido en tu piel (Un amor para siempre) de Isabel Acuna

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    Michael Donelly y Lori Stuart, se encuentran despues de siete anos de tomar rumbos separados. Sobre ellos pesa una noche que le cambio la vida a Lori y de la cual Mike no recuerda nada. Inmersos en un proyecto laboral, Mike no entiende la animosidad de la que considera su amiga. Lori teme volver a caer en la profunda atraccion que sintio por el.

  • El camino hacia ti (Creek Canyon 1) de Catherine Bybee

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    Parker se miro al espejo, cerro un ojo y trazo una linea perfecta sobre el borde del parpado para darse un aire felino de ojos rasgados. Se seco el delineador liquido dandose aire con la mano antes de abrir el ojo por completo. Dio un paso hacia atras y movio la cabeza de un lado a otro para comprobar su pericia con el maquillaje. Su companera de piso, Suzzie, estaba a su lado, compitiendo por el espacio en el bano minusculo de su apartamento. --Ojala no tuvieras que trabajar esta noche; Marcus me ha dicho que la fiesta va a ser apoteosica: el momento mas memorable del verano. Era finales de agosto y ya habian completado la primera semana de clases del primer semestre. A sus veinticuatro anos, Parker habia pasado mas tiempo con gente como Marcus haciendo fogatas en la playa que en las clases, y sus padres se habian puesto firmes. Tenia un ano para terminar la carrera y conseguir un titulo universitario, dos objetivos perfectamente asequibles si pasaba de las puestas de sol rodeada de botellas de tequila y se mataba a estudiar. Solo trabajaba los sabados y los domingos, y como los fines de semana era cuando recibia las mejores propinas, eso era lo que iba a hacer. --Ya va siendo hora de que madures un poco, Parker. Tu padre y yo hemos tenido mucha paciencia contigo, pero ya se nos ha agotado. --Su madre y su padre estaban sentados frente a ella, al otro lado de la mesa del comedor, haciendo que se sintiera como el objeto de una intervencion. Sus padres tenian cincuenta y pocos anos y eran personas de mentalidad abierta --. Cuando dijiste que te tomarias un par de anos para decidir que hacer, nos parecio bien. Cuando empezaste la universidad a los veinte, estuvimos encantados de ayudarte y hacerlo posible, pero es que han pasado ya cuatro anos y vemos que no te lo estas tomando en serio. --Eso es porque todavia no se lo que quiero hacer --les habia dicho. Su padre sonrio y le dio una palmadita en la mano desde el otro extremo de la mesa. --Ya nos dimos cuenta de eso cuando cambiaste de especialidad por tercera vez. Tambien sabemos que en la Universidad Estatal de San Diego se hacen muchas fiestas, y nosotros tambien fuimos jovenes... Le dieron ganas de responder que muchos universitarios cambiaban de especialidad, y que ella no salia de fiesta tanto como ellos insinuaban, pero se callo. Su madre solto un prolongado suspiro de sufrimiento y la miro directamente a los ojos. --A Mallory la han aceptado en cuatro universidades, y la verdad es que no podemos permitirnos pagaros mas de un ano de la carrera a las dos al mismo tiempo. Pensabamos que, para cuando ella empezara el primer curso, tu ya habrias acabado, y a Austin solo le quedan tres anos para terminar el instituto e ir a la universidad el tambien. Y ya sabes cuanto dinero tuvimos que gastar el ano pasado, antes de que muriera Nana... Su abuela habia vivido con ellos en la casa de invitados antes de sufrir un derrame cerebral y de que atenderla se convirtiera en una carga demasiado pesada para su madre. La residencia y los cuidados que habia necesitado a partir de entonces no habian sido baratos, precisamente. Parker miro a su alrededor, a la casa familiar, un amplio rancho que se extendia unas dos hectareas en una zona residencial de clase alta en el valle de Santa Clarita. Era lo mas parecido a vivir en el campo que se podia conseguir estando a menos de cuarenta minutos en coche de Los Angeles. Se habia criado rodeada de todo cuanto necesitaba y de muchas de las cosas que queria, pero eso no significaba que sus padres nadasen en la abundancia. Cuando eran pequenos, su padre siempre les decia a gritos a ella y a sus hermanos que apagaran las luces, y no les dejaban desperdiciar la comida cuando habia sobras. Al final, Parker opto por no llevarles la contraria. Sus padres tenian razon: ya iba siendo hora de que se comportara como una mujer adulta, y eso empezaba por terminar la universidad y conseguir un trabajo de verdad. Parker retiro la funda del pintalabios y se lo puso dandose tres toques suaves. --Dile a Marcus que, si salgo pronto, me pasare por alli un rato. Se deslizo por detras de Suzzie y salio del bano. Despues de coger su delantal y una goma para el pelo, se guardo el movil en el bolso y salio a toda prisa del apartamento. En San Diego hacia un calor exagerado, incluso para ser el mes de agosto, y en su fuero interno esperaba que no le asignaran el patio para el turno de noche. Enchufo el cable auxiliar al telefono y se deslizo por su lista de reproduccion para escuchar algo de musica durante el breve trayecto al trabajo. En ese momento, sono el movil y el nombre de su hermana aparecio en la pantalla. Parker lo silencio y continuo rebuscando en su lista de reproduccion. Maniobro con la palanca de cambios y salio marcha atras de su plaza de aparcamiento. Su hermana la llamo de nuevo. En lugar de ignorarla por segunda vez, Parker respondio la llamada y mantuvo el pie en el freno. --Voy conduciendo, camino del trabajo, ?puedo llamarte mas tarde? --!Parker! --Mallory grito su nombre, histerica. A Parker se le paralizo todo el cuerpo. --?Que pasa? --Se trata de mama y papa. Ven a casa ahora mismo. --?Que pasa, Mallory? Su hermana empezo a llorar y el panico se apodero de Parker. --Dios... Dime que pasa... ?Que ha pasado? Se oyo movimiento y una voz desconocida hablo por la linea de telefono. --Hola, ?hablo con Parker? Las lagrimas ya amenazaban con salir. Era como si todo estuviera ocurriendo a camara lenta y Parker no pudiese detener lo que estaba a punto de suceder. --?Que pasa? --Soy una de las enfermeras del hospital Henry Mayo. Ha habido un accidente. DOS ANOS DESPUES Capitulo 1 --Vamos a llegar tarde. --Confia en mi. Es la tercera vez que hago esto. --Parker espero pacientemente a que la puerta del rancho se abriera para dejarlos salir--. Da igual a la hora que llegues, entraremos en una salita enana con un monton de chavales de tu escuela, anotaran tu nombre en una lista y tendras que esperar. Tener cita previa no sirve de nada. Atravesaron la puerta y enfilaron con el coche hacia la carretera privada que compartian con setenta de sus vecinos. Parker puso el aire acondicionado a tope, con la esperanza de combatir el calor infernal que irradiaban las ventanillas. --Es que no soporto llegar tarde. Parker miro a su hermano de diecisiete anos, que tenia la mirada fija al otro lado de la ventanilla. Cada dia se parecia mas a su padre. --Podrias haber ido tu solo --le recordo. El chico se encogio de hombros. El mes siguiente iba a empezar su ultimo ano de instituto, y ese dia iban a hacerles a los alumnos las fotografias de la orla, de ahi las prisas por llegar a la pequena sala abarrotada de chavales con la cara llena de granos y a punto de inaugurar su nuevo futuro. Si, claro, Austin podria haber ido el solo con el coche, pero la verdad es que queria que ella estuviera alli, acompanandolo. No podia ser una sustituta para la madre de ambos, eso no, pero si la mejor alternativa. De los tres, Austin era quien lo habia pasado peor tras el accidente de sus padres. Exteriorizo su dolor en forma de una rebeldia que se prolongo seis meses y que casi acaba obligando a los jueces del tribunal de menores a encerrarlo. Parker ahuyento los malos recuerdos y se concentro en lo que tenia delante. --Cuando mama me llevo a mi, la obligue a llegar casi una hora antes --dijo Parker mientras abandonaban el camino privado y se incorporaban a la calle principal que atravesaba su vecindario--. Al final acabamos teniendo que esperar una hora y media. --Espero que hoy no tardemos tanto. Les dije a mis amigos que quedaria con ellos en el In-NOut a las dos. Pasaron por delante de la hamburgueseria en cuestion y entraron en la autopista. --Pues es muy posible que llegues tarde. --No soporto llegar tarde --murmuro por segunda vez. Parker miro por el retrovisor mientras se incorporaba a la autopista y vio una columna de humo remontando hacia el cielo. --Oh, no... Austin se volvio en el asiento. Para entonces, Parker ya se habia incorporado al carril y estaba examinando el horizonte que acababan de dejar atras.

  • Cuando vengas a buscarme de Antonio Reyes

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    Ismael llega al hospital en el ultimo momento para despedirse de su hermana. La estampa es desoladora, con unos padres destrozados por el inminente adios de su hija. Las palabras de Paula a su hermano parecen no tener sentido para el: “Buscame, Israel, buscame”.
    Un ano despues de su muerte cree haber descubierto lo que su hermana quiso decirle en aquella fria cama de hospital. Decidido a hallar su verdadero significado, se embarca en un viaje para encontrar a la persona que posee el legado que Paula dejo.
    En un pueblo del sur de Espana, encontrara un grupo de personas que intenta cerrar sus propios circulos personales. Una mujer con un turbio pasado conyugal y que buscar sacar adelante su pequena familia de dos junto a su hija, un viejo vasco que escapo del recuerdo de su esposa fallecida y un sacerdote con dudas de fe y acosado por los arrebatos de una joven.
    ?Hasta donde serias capaz de llegar para mantener vivo el recuerdo de un ser querido?
    Una historia de personas que buscan a personas y de otras que ni siquiera saben que desean ser encontradas.

  • Te doy mis suenos 1 de Silvia Cruz

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    La violencia domestica es un grave problema de todas las sociedades, que afecta tanto a hombres como a mujeres, dejando atras a innumerables victimas. “Te doy mis suenos” es la primera parte de una preciosa historia de amor, superacion personal y lucha por los derechos individuales de las personas que trata de denunciar este amargo problema que a tantas personas ha dejado atras. La vida es un sueno aunque tambien puede convertirse en una pesadilla. Luna y Tristan son claros ejemplos de ello y marcaran la vida el uno del otro para siempre.

  • Quien teme a la muerte de Nnedi Okorafor

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    Africa postapocaliptica. El mundo ha cambiado drasticamente y, aun asi, en una region de este continente dos pueblos siguen regando la tierra con sangre. Tras anos esclavizando a la tribu okeke, los nurus han decido seguir las indicaciones del Gran Libro y exterminarlos a todos. Una mujer okeke, superviviente de una terrible violacion por parte de un general nuru, deambula por el desierto esperando a la muerte. En lugar de morir, da a luz a una nina con la piel y el pelo del color de la arena. Con la certeza de que su hija es especial, le da el nombre de Onyesonwu, que significa: <>.

  • Besame Diez Veces – Karo Leiva Arriaza de Karo Leiva Arriaza

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    ?Se puede borrar el pasado aun cuando te persiga al presente? ?Sera posible amar nuevamente a quien un dia te hizo tanto dano?
    Matilde Altamirano es directora creativa; una mujer con un caracter fuerte y una gran coraza en su corazon. Su vida es, sin lugar a dudas, su trabajo y disfrutar, pero sin enamorarse. Agustin Miller, por su parte, dedico su vida a su carrera para lograr ser el mejor en ella. Los anos lo traen de regreso a su pais natal, donde el pasado lo alcanzara irremediablemente. Porque los amores de juventud siempre dejan una marca en cada corazon y son tan fuertes que parecen inquebrantables. Pero basta un solo error para derribarlos y hacer de cuenta que gracias a ello no volveras a amar con la misma intensidad que un dia lo hiciste.
    Matilde y Agustin tienen una deuda pendiente con el pasado y ahora sera el momento de pagarla, ?con creces? Dicen que diez anos no son suficientes para olvidar el dano y menos a quien lo causo.
    Dejate enamorar por esta bella historia, en la cual encontraras amor juvenil, reencuentros y donde las trampas del destino y los viejos fantasmas aparecen de una despiadada manera.
    Porque nunca es tarde para volver a creer. Porque nunca es tarde para amar de nuevo.
    ”Besame por todo el tiempo que no lo hiciste, Besame Diez veces”

  • Rescate al corazon de Maria Jordao

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    Nadie se mete con un Langton, mucho menos con Danielle que, ademas de una belleza excepcional, tiene un caracter indomito y ferreo que no para de meterla en lios. Las sociedades neoyorquinas del siglo XIX se mantienen muy pendiente de sus enredos y no para de cotillear a sus espaldas. Aun asi, cuenta con algunos aliados como Diana, su mejor amiga y complice desde la infancia.
    Acostumbrada a que nadie se le resista, Danielle logra convencer a su padre para permanecer una semana mas en la ciudad y asistir al exclusivo baile de Lady Lampwick con la promesa de que, junto con Diana, realizaran la travesia anual hacienda de veraneo de la familia, en Tucson, acompanadas. Sin embargo, el deseo de Danielle por probar su independencia a toda costa la lleva a romper su promesa y terminar secuestrada por una panda de rufianes deslumbrados por sus apellidos y la fortuna de su padre.
    Es entonces cuando Dave Holt, un excelente rastreador, tendra la mision de rescatarla. Vencera a sus captores y quedara impresionado por sus bellos ojos y su terrible caracter, frente al que no sucumbira, aunque sus corazones tienen planes distintos para este par de necios que no dejaran de enfrentarse, pero tampoco podran negar la pasion entre ellos que no hace mas que crecer. Todos necesitamos quien nos rescate, a veces hasta de nosotros mismos.

  • Nefando de Monica Ojeda

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    ‘Nefando, Viaje a las entranas de una habitacion’ fue un videojuego en linea poco conocido y pronto eliminado de la red a causa de su polemico contenido sensible. Las experiencias de sus jugadores son, ahora, el centro de los debates gamers en los foros mas profundos de la deep web, pero sus usuarios no parecen ponerse de acuerdo: ?era un juego de horror para frikis, una puesta en escena inmoral o un ejercicio poetico? ?Son tan hondas y retorcidas como parecen las entranas de esa habitacion?

  • Todo arde de Nuria Barrios

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    ?Alcanza el amor para salvar una vida del desastre?

  • El laberinto azul (Inspector Pendergast 14) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    En la decimocuarta entrega de la serie del inspector Pendergast, la siniestra sombra de una venganza ancestral amenaza la vida del agente del FBI.

  • Polvo de suenos (Malaz 9) de Steven Erikson

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    Polvo de suenos es la novena y penultima entrega de la saga <>, la decalogia originalmente publicada entre 1999 y 2011 que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea. Desde entonces, esta obra maestra de la imaginacion esta considerada una de las series mas ambiciosas del genero de los ultimos anos.

  • Romance Extremo, Alvaro Ganuza de Alvaro Ganuza

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  • Tachando dias de Monica Benitez

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    Elena Salgo de la reunion sin tener muy claro el motivo por el que Almudena ha querido que asistiera. Imagino que se ha equivocado, aun asi, no comento nada y camino tras ella por el pasillo, observando como sus pies se mueven uno tras otro con su caracteristica elegancia, esa que hace que mi jefa parezca que levita en lugar de caminar. --Pasa --ordena autoritaria, invitandome a entrar en su despacho. --Creia que teniamos una reunion con el personal, Almudena --comento mientras las dos tomamos asiento, una frente a la otra --?por que me has metido en una reunion con los directivos? --Porque quiero que te acostumbres. --?Que me acostumbre? --me sorprendo. Almudena se recuesta en el respaldo de su acolchada silla de cuero y deja que esta haga muelle y la balancee ligeramente. Cruza las piernas y deja descansar las manos sobre su regazo. No puedo evitar mirarla con agrado, nunca he visto a una mujer con cincuenta anos tan bien llevados. --Estoy agotada, Elena --confiesa suspirando --me paso el dia enterrada entre montanas de papeles y estoy cansada, me gustaria tener algo mas de tiempo para mi. --Bueno, si es eso puedo echarte una mano si quieres, ya sabes que no me importa --me ofrezco sin acabar de comprender. --Dime una cosa, Elena. ?Cuantos anos llevas conmigo? ?Diez, doce? --Ocho. --Ocho --repite con agrado--, ?y no te gustaria ascender? --?Que quieres decir? --Lo que digo es que quiero que ocupes mi puesto. Su propuesta me sorprende tanto que soy incapaz de encontrar las palabras adecuadas para agradecerle su confianza, en lugar de eso, estoy ante ella conteniendo la respiracion con los ojos muy abiertos. Alucinada por lo que acaba de decirme. --Eres mi mano derecha, Elena, tu mejor que nadie sabes todo lo que hago y, sobre todo, eres la unica capaz de hacer las cosas como a mi me gustan. --Bueno, mejor hacerlas a tu gusto que escuchar tus broncas --comento haciendo uso de una confianza que me he ganado de forma justa. --Bueno, ?que me dices? --insiste, extendiendo los brazos intentando abarcar de forma abstracta todo lo que me ofrece. --No te entiendo, ?quieres dejar el puesto? --pregunto con angustia. --No, no, claro que no --sonrie aliviandome--, no te librarias de mi tan facilmente, eso te lo aseguro. Estare por aqui en un segundo plano, solo quiero que lleguen a mi mesa las cosas que requieran mi firma y un informe semanal con todas las novedades, pero por lo demas, quiero que tu seas yo. Obviamente no a cambio de nada, te aumentare el sueldo un veinte por ciento, y si lo haces bien, a partir del ano que viene te dare un cinco por ciento de las acciones de la empresa. ?Que me dices? --?Lo puedo pensar? --pregunto superada por la situacion. --Por supuesto que no. Ruedo los ojos y sonrio, conozco a Almudena lo suficiente como para saber que es tan implacable como impaciente. --De acuerdo --claudico asintiendo--, pero hay muchas cosas que no se hacer, casi no conozco a los demas directivos, no se como lidiar con ellos, ni... --Relajate --me corta sonriente al ver mi cara de agobio. --Ya te he dicho que estare aqui. No espero que lo lleves todo de un dia para otro, soy consciente de que hay muchas cosas que tengo que ensenarte todavia, pero para eso necesito que todo tu tiempo sea mio, y cuanto antes comencemos mejor para mi. --Pero ?y mis cosas? Alguien tendra que hacerlas, Almudena, no puedo abarcarlo todo. --Por supuesto que no, para que yo pueda ensenarte a ti, antes tendras que ensenar tu a alguien. He contratado a una chica con un curriculum intachable y a la altura del tuyo. Se ha tenido que trasladar a la ciudad por motivos personales y eso la obligo a abandonar su antiguo trabajo, asi que ahora es nuestra, puedes leer su curriculum si quieres --dice tendiendome una carpeta de color verde claro. La cojo y la sostengo un segundo entre los dedos, pero estoy demasiado sobrepasada por lo que mi jefa acaba de ofrecerme y no me siento capaz de ponerme a leer nada. --Me fio de ti --digo sin mas, dejandola sobre la mesa. --Bien, porque llegara en diez minutos --asegura tras mirar su reloj de pulsera--, le he pedido que se pase hoy para que os conozcais, pero no empezara hasta manana. Tienes quince dias para ensenarla bien, Elena, despues seras para mi. --?Quince dias? --pregunto asustada--, es muy poco tiempo, Almudena. Tu has visto a diario lo caotico que es mi puesto. --Tendra que espabilar igual que lo hiciste tu en su dia, ademas, tampoco desapareceras, si tiene alguna duda puede venir a consultarte, aunque no deberia porque su puesto anterior era muy parecido al tuyo. En fin, me alegro de que hayas aceptado. Sonrio y miro a Almudena con agradecimiento. Se que habla sinceramente, de cara a los clientes y trabajadores se muestra como una mujer fria, distante y malhumorada, pero hace tiempo que consegui derribar sus defensas y soy perfecta conocedora de su autentico caracter; carinoso y comprensivo, aunque solo en ocasiones excepcionales. Alguien llama a la puerta, las dos nos ponemos en pie y Almudena rodea la mesa para colocarse a mi lado. Quiere que la nueva se sienta comoda en este primer encuentro y le parece mucho mas cercano hablar con ella sin distinguir posiciones, una humildad que tambien utilizo conmigo en mi entrevista y que siempre he admirado de ella. Apoya el culo sobre la mesa mientras yo la miro sin saber muy bien que hacer. --Recibela tu, al fin y al cabo, sera tu subordinada --sugiere Almudena. Me dirijo hacia la puerta y la abro con decision para dejar pasar a la nueva redactora jefa de la revista, debo mostrarme firme y segura si quiero estar a la altura del puesto que Almudena acaba de ofrecerme. La chica se detiene en seco en cuanto me ve, me observa con el rostro desencajado por la sorpresa mientras yo siento el corazon martillearme el pecho y un calor que me abrasa por dentro mientras la miro de arriba abajo corroborando que es ella. --No me jodas --farfulla en voz baja. Al reconocerla me he quedado tan paralizada que he sido incapaz de reaccionar a tiempo. Emma toma una gran bocanada de aire para intentar calmarse, pero al no conseguirlo, hace lo que sin duda debe llevar mucho tiempo deseando hacer; alza su mano y me da un sonoro bofeton cargado de rabia que me cruza la cara y me deja con la mejilla ardiendo y el oido zumbando. Aturdida y algo desconcertada por lo que acaba de pasar, la observo cogerse la mano para calmar el picor que sin duda debe haberle provocado la torta que me ha dado, y despues de dedicarme una mirada llena de ira, sale por donde ha entrado y se marcha sin decir una palabra. Cierro la puerta de un empujon y apoyo la espalda en ella a la vez que me coloco la mano en la cara sintiendo que esta a punto de explotarme. Es la primera vez que me dan un bofeton y no me imaginaba que doliese tanto, aunque ese dolor no es nada comparado con la opresion que he sentido en el pecho al ver su forma de mirarme. Cargada de rabia y de ira, pero sobre todo de un dolor que yo le provoque cuando tome la que sin duda ha sido la peor decision de mi vida.

  • Vente conmigo de Marta Vidal

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    Cuando el chico del que siempre ha estado enamorada aparece dispuesto a todo por ella, Claudia ya tiene una relacion con Simon, un chico que le da todo y mas.
    En ese momento se encuentra en un dilema. Tiene que elegir entre los dos, entre la calma y la tempestad. No es facil, pero la decision no puede tardar mucho mas.

  • El cuerpo tiene sus razones de Therese Bertherat

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    Habitualmente confiamos la responsabilidad de nuestra vida y de nuestro cuerpo a los demas, pero a veces esta confianza no nos proporciona mas salud y libertad, sino que mas bien nos hace reprimir nuestros instintos. ?Como tomar las riendas de la situacion para recuperar la salud, la vitalidad y la autonomia a que tenemos derecho? Desde luego, tratar de fortalecernos mediante la gimnasia no es la respuesta adecuada, ya que la esta considera el cuerpo como un animal al que hay que domesticar.

  • La mujer de Sullivan de Nora Roberts

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    Cassidy espero. La senora Sommerson lanzo el tercer vestido que rechazaba a sus brazos. --Simplemente, no me gusta --musito la senora Sommerson mirando con el ceno fruncido un vestido de lino azul oscuro. Tras un momento de consideracion, aquel vestido se sumo a la pila que cargaba Cassidy en brazos. Aun asi, la dependienta intento no perder la paciencia. Tres meses despues de comenzar a trabajar en The Best Boutique, tenia la sensacion de que habia aprendido a ser paciente, pero no habia sido facil. Obedientemente, siguio a la corpulenta senora Sommerson a otro de los expositores de vestidos. Al cabo de veinte minutos de permanecer a su lado como si fuera un perchero, penso que aquella paciencia que tan duramente habia adquirido estaba seriamente danada. --Me probare este --anuncio por fin la senora Sommerson, y se dirigio hacia los probadores. Musitando pasar si, Cassidy comenzo a colgar los vestidos descartados. Se apreto una de las horquillas que llevaba en el pelo con un gesto de irritacion. Julia Wilson, la propietaria de la tienda, era muy estricta en todo lo referente a la limpieza y el orden. No permitia que cayera un solo pelo por los hombros de sus empleadas. Era una mujer ordenada, disciplinada y falta de imaginacion, concluyo Cassidy, y arrugo la nariz mirando el vestido de lino azul. Desgraciadamente, Cassidy era una persona desorganizada, imaginativa y no demasiado ordenada. Su pelo era el epitome de su personalidad. Tenia matices rubios y castanos que se fundian en un tono similar al del dorado de un cuadro antiguo. Era una melena larga y tupida que protestaba al verse constrenida a los confines impuestos por las horquillas que continuamente se le resbalaban. Al igual que la propia Cassidy, su melena era ingobernable y tozuda, pero tambien suave y fascinante. De hecho, habia sido el atractivo poco convencional de Cassidy el que habia favorecido su contratacion. La experiencia no figuraba entre sus cualificaciones para el trabajo. Julia Wilson habia reconocido en ella una publicidad en potencia para su mercancia. Sabia que, en un cuerpo alto y esbelto como el de Cassidy, resaltarian los colores intensos y el estilo de su linea mas atrevida. Indudablemente, su rostro tambien era un extra. Julia no estaba segura de que pudiera describirsela como bella, pero sabia que tenia una cara llamativa. Era una mujer de facciones marcadas y angulosas, innegablemente aristocraticas. Las cejas se arqueaban sobre unos ojos rasgados, unos ojos que parecian enormes en un rostro estrecho y eran de un color sorprendentemente violeta. Julia habia visto en el rostro, el tipo y la bien modulada voz de Cassidy todas las referencias que necesitaba para el trabajo, pero habia insistido en que se recogiera el pelo. Cuando lo llevaba suelto, imprimia una sensualidad excesiva a sus facciones aristocraticas. Apreciaba la juventud de Cassidy, su inteligencia y su energia. Sin embargo, poco despues de contratarla, habia descubierto que no era tan moldeable como su edad sugeria. Tenia, pensaba Julia, una desafortunada tendencia a olvidar cual era su lugar y a mostrarse excesivamente amistosa con las clientas. En mas de una ocasion, la habia visto hacer alguna pregunta impertinente o dar un consejo innecesario. De vez en cuando, sonreia como si estuviera disfrutando de una broma secreta. Y a menudo, demasiado a menudo, de hecho, sonaba despierta. Julia habia comenzado a tener serias dudas sobre la idoneidad de Cassidy para el puesto. Despues de devolver a su lugar los vestidos que la senora Sommerson habia descartado, Cassidy se dirigio a los probadores. Desde alli podia oir el debil susurro de las telas. Al estar ociosa, su mente hizo lo que hacia invariablemente cuando tenia oportunidad: volo hacia el manuscrito que estaba esperandola sobre el escritorio de su apartamento. Hasta donde le alcanzaba la memoria, escribir siempre habia sido su sueno. Durante los cuatro anos de universidad, habia estudiado seriamente el oficio. A los diecinueve anos, se habia quedado sin familia y con muy poco dinero, de modo que, mientras aprendia la disciplina y el arte de la profesion elegida, habia tenido que aceptar todo tipo de trabajos. Entre los estudios y el trabajo, Cassidy apenas habia disfrutado de tiempo libre. Y habia renunciado incluso a esos escasos ratos para trabajar en su novela. Para Cassidy, escribir no era un trabajo, sino una vocacion. Habia orientado toda su vida hacia ese objetivo, dejando apenas espacio para otro tipo de ataduras. La gente le fascinaba, pero habia pocas personas con las que tuviera una relacion estrecha. Le gustaba escribir sobre relaciones complicadas, pero apenas tenia conocimientos de primera mano sobre el tema. Lo que daba calidad y profundidad a su trabajo era su aguzado talento para la observacion y la extraordinaria profundidad de sus sentimientos. Durante gran parte de su vida, habia podido volcar esos sentimientos en su obra. En aquel momento, un ano despues de su graduacion, continuaba aceptando todo tipo de trabajos para pagar el alquiler. Su primer manuscrito continuaba yendo de editorial en editorial, mientras que el segundo iba cobrando vida lentamente. Cuando la senora Sommerson abrio la puerta del probador, la mente de Cassidy estaba completamente absorta en la reelaboracion de una escena dramatica. Al ver a Cassidy frente a ella con actitud sumisa, asintio con gesto de aprobacion. Incluso parecio pavonearse. --Este me queda muy bien, ?no te parece? La eleccion de la senora Sommerson era un vestido de color rojo fuego. El color, advirtio Cassidy, resaltaba su cutis rubicundo, pero hacia un bonito contraste con su melena negra. En realidad, el vestido le habria quedado mucho mejor si la senora Sommerson hubiera sido un poco mas delgada, pero, aun asi, Cassidy le veia posibilidades. --Atraera muchas miradas, senora Sommerson --le dijo tras un momento de consideracion. Con algunos accesorios, decidio, la senora Sommerson podria tener un aspecto magnifico. Sin embargo, la seda se tensaba sobre sus anchas caderas. Necesitaria una faja bien firme, diagnostico, o una talla mayor. --Creo que tenemos una talla mayor --musito, pensando en voz alta. --?Perdon? Cassidy estaba tan concentrada en sus pensamientos que no se fijo en el peligroso arqueamiento de cejas de la clienta. --Una talla mas --repitio amablemente--. Este le queda un poco ajustado en las caderas. Una talla mas le quedara perfectamente. --Esta es mi talla, jovencita --el enorme pecho de la senora Sommerson se elevo y cayo de nuevo al ritmo de su respiracion. Concentrada en resolver el problema de los accesorios, Cassidy sonrio y asintio. --Yo diria que quedaria bien una gargantilla de oro --se dio unos golpecitos con el dedo en el labio inferior--. Ahora, dejeme ir a buscar un vestido de su talla. --Esta --insistio la senora Sommerson en un tono que atrajo toda la atencion de Cassidy-- es mi talla.

  • 28 dias de David Safier

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    Varsovia 1943: Mira, una chica de 16 anos, sobrevive como puede en el gueto de Varsovia dedicandose al contrabando de alimentos. Su unico objetivo es proteger a su hermana pequena, Hanna. Cuando empiezan a deportar a los habitantes del gueto a los campos de concentracion, Mira se une a la Resistencia. Juntos consiguen hacer frente a las SS mucho mas tiempo de lo imaginado. 28 dias. 28 dias en los que Mira experimentara la traicion, el sufrimiento y la felicidad.
    28 dias para vivir toda una vida.
    28 dias para descubrir el amor verdadero.
    28 dias para convertirse en una leyenda.
    28 dias para contestar la mayor de las preguntas: ?que clase de persona quieres ser?

  • Y todos callaron de Toti Martinez De Lezea

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    Vitoria-Gasteiz, febrero de 2008. El testamento de Amelia Zabaleta desvela una desconcertante e inesperada revelacion, un secreto celosamente guardado, y cuyo origen se remonta al pasado de la fallecida e implica a sus familiares mas cercanos. Jon Martinez de Albeniz, un detective de poca monta, sera el encargado de hacer visible el misterio. Pero ?que razones puede haber para ocultar algo tan trascendental para una familia, en pleno siglo XXI? ?Que lleva a personas normales a tejer una tupida tela de arana con el silencio como argumento? En definitiva, ?que sucedio en esos escenarios setenta anos atras? Toti Martinez de Lezea se adentra en las interioridades de su ciudad recreando personajes que le resultan conocidos y dibujandonos una sociedad donde imperaba un incomodo silencio.

  • La chica de Simon’s Bay de Barbara Mutch

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    Simon’s Town, base de la Marina Real britanica en Sudafrica, primera mitad del siglo XX. Louise Ahrendts es una chica de piel oscura, con caracter y decidida: quiere ser enfermera pese al rol que le depara una sociedad condicionada por leyes no escritas sobre el color de la piel. David Horrocks es ingles, blanco y teniente de la Marina. El destino va a hacer que se crucen sus caminos. A contracorriente, ambos quieren unir sus vidas pero la Segunda Guerra Mundial y las presiones sociales haran todo lo posible por impedirlo, sembrando de obstaculos su dia a dia. La llegada del ” apartheid ” supondra un nuevo escollo en la vida de Louise y su familia. ?Podran superarlo? Como ya hizo en ” La hija de la criada ” , Barbara Mutch nos describe con una gran precision las costumbres y condicionantes sociales de una epoca concreta de la historia sudafricana; y, al mismo tiempo, con un enorme lirismo, la sorprendente belleza natural del lugar: el mar vibrante que bana Simon’s Town, las montanas cubiertas de fynbos que la rodean, los pajaros, el viento constante…, en esta bonita historia de amores prohibidos en tiempos aciagos que es ” La chica de Simon’s Bay ” .

  • Legion y El Alma del Emperador de Brandon Sanderson

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    LEGION Stephen Leeds tiene una mente tan poderosa que roza lo sobrehumano y le permite repartirse entre una multitud de personalidades, entes imaginarias que solo el ve, que despliegan una diversidad de habilidades especializadas. Cuando contratan sus servicios para recuperar un objeto robado, Leeds se lanza a la busqueda del inventor, desaparecido en condiciones sospechosas. El artefacto codiciado es una camara fotografica capaz de captar imagenes del pasado, cuyas propiedades podrian cambiar nuestra forma de entender la historia de la humanidad. La investigacion sumira a Leeds en un conflicto que lo llevara desde Estados Unidos hasta la antigua ciudad de Jerusalen. Esta intensa aventura detectivesca aborda temas como la naturaleza del tiempo, los usos potenciales de la tecnologia y la complicada relacion entre la politica y la fe. EL ALMA DEL EMPERADOR Shai, una maga Falsificadora, ha sido condenada a muerte; pero el consejo le ofrece su libertad a cambio de la mayor falsificacion que pueda emprenderse: la del alma del emperador, en estado catatonico tras un atentado. Al adivinar las motivaciones de sus captores, Shai deduce que no sobrevivira ni siquiera si logra cumplir el cometido. Asi pues, trama formas de escapar del palacio a la vez que que se esfuerza en comprender hasta el limite de lo posible los entresijos de la personalidad del emperador. Aunque asume la necesidad de huir, a Shai le atrae poderosamente la idea de crear la falsificacion mas extraordinaria del mundo... ?Es posible crear una copia de un alma tan convincente que supere al original?

  • Te deseo de Katee Robert

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    Roman Bassani haria cualquier cosa por cerrar un trato. Incluso perseguir a Allie Landers al Caribe para hacerle una oferta por su empresa. Se esperaba un reto, no una atraccion inmediata e irresistible. Despues de una aventura de una noche, acordaron dejar al margen los negocios… por el momento. La isla los incitaba a que fuesen unas torridas vacaciones sexuales, pero ?que pasaria con los intereses de cada uno cuando volvieran del paraiso?

  • La edad de la inocencia, Edith Wharton de Edith Wharton

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  • Sendino se muere de Pablo D’ors

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    ?Puedo comentarte algo? -le dije a J. C. D.; y, antes de que pudiera reaccionar-: Tengo un cancer de mama. >>-!Todavia estara por confirmar! -me respondio el. >>-No -le replique y, sosteniendole la mirada-, ya esta diagnosticado. >>No quiso rendirse a los hechos hasta que le demostre que ya tenia hora para hacerme un estudio de extension. Como tantos de los que mas tarde serian informados, J. C. D. no acepto la dimension de la noticia.>> Asi es como comienza el diario de la doctora Africa Sendino, quien, a la hora de morir, alcanzo un comportamiento que no dudaria en calificar de <>, un adjetivo que, en este caso, no solo considero justo o apropiado, sino exacto. En las notas que siguen, Sendino relata como se vistio tras haberse enterado de aquella terrible noticia, y como salio del laboratorio con aquel nuevo peso que comenzaba a gravitar sobre su vida. Desde aquel momento se inicio para ella un intenso y prolongado dialogo con su Dios: <>. Tuve el honor de conocer y frecuentar a Sendino durante las ultimas semanas de su vida. En el hospital todos la llamaban por su nombre de pila -Africa-; para mi, en cambio, Sendino fue Sendino desde el mismo dia en que, al poco de conocerla, escribi en mi cuaderno de notas: <>. Estas tres palabras parecen el titulo de una novela; pero esto no es una novela ni puede serlo -por mucho que habria podido escribirse una (al estilo, por ejemplo, de La muerte de Ivan Illich, de Tolstoi) con buena parte de las experiencias que tengo la intencion de recoger aqui. Ademas, lo que la propia Sendino quiso que ofreciera en su nombre al mundo fue algo asi como un testimonio, lo mas fidedigno posible, de su vivencia de la enfermedad. Y todos estamos obligados a respetar las ultimas voluntades de nuestros muertos. Este escrito se justifica solo por esta voluntad, y esto conviene dejarlo claro desde el principio: no me guia ninguna otra pretension; escribo porque asi se me pidio. Y me gustaria comenzar haciendolo con esta afirmacion: si es cierto que los ultimos dias y hasta las ultimas horas en la vida de una persona simbolizan bien lo que esa persona ha sido o querido ser, entonces debo pensar que Sendino era lo que en el catolicismo se entiende por santo. Como es logico, esto no significa que todo en ella fuera perfecto o que Sendino careciera de esas fallas o lacras que caracterizan a los mortales y sobre las que cabria atribuirle alguna responsabilidad. Yo acepte a Sendino con estas presuntas deficiencias o imperfecciones, y es asi, en todo caso, con ellas, como me parecio -y ello casi desde el momento en que la conoci- un ser muy especial. Este calificativo, especial, se transformo pronto en admirable; y el admirable, con el tiempo, paso a insigne. Y no lo digo porque su figura haya quedado engrandecida en mi recuerdo tras su muerte, como tan a menudo nos sucede con los difuntos. Resulta facil encontrar virtudes a quienes ya no estan en este mundo. Casi se diria que lo necesitamos para justificar su biografia, tantas veces lamentable o, al menos, triste y mediocre. Lo que a mis ojos hace grande a Sendino, en cambio, no es la muerte sino el morir, el modo de morir. Quiza convenga saber que trabajo como capellan de un hospital desde hace algunos anos y que, como no podia ser menos, en dicha institucion sanitaria he tenido la oportunidad de atender a muchos enfermos y moribundos. Me han requerido en incontables ocasiones para administrar la uncion de los enfermos, por ejemplo, o para escuchar en confesion a quien queria reconciliarse antes de someterse a una importante intervencion quirurgica, o incluso para la llamada recomendacion del alma y despedida del cadaver. Informo sobre todo esto solo para dejar claro que, por mi actual ocupacion, son muchos los enfermos terminales que han pasado ante mis ojos y por mis manos sacerdotales; y que de este modo he podido constatar como suelen morir los hombres: inconscientes, atormentados, tranquilos, angustiados... Ninguno como Sendino. La muerte de Sendino destaca en mi corazon sobre todas las demas. Y no porque fueramos amigos -pues no creo que la relacion que mantuvimos pueda calificarse de este modo-; ni porque tuvieramos una particular afinidad. No, Sendino y yo eramos muy diferentes, y aunque compartiamos la fe cristiana, nuestra forma de vivirla y nuestra sensibilidad religiosa eran muy distintas. La suya, con toda seguridad, incomparablemente mas firme y meritoria que la mia. Remarco esta no afinidad emotiva e intelectual para dar a mi texto, en lo posible, una cierta neutralidad con la que espero que se incremente su valor. Entre por vez primera en la habitacion de Sendino, la 305-D de Oncologia, en el mes de mayo de 2008, si las fechas de mi diario no me enganan. Lo que primeramente me llamo la atencion en ella -pues era lo mas visible- fue su compostura. Sendino estaba acostada con dignidad, casi me atreveria a decir que con elegancia. Y es que hay enfermos a quienes se ve acostados de cualquier manera: con su cuerpo desmadejado e informe, o tenso, o abandonado a su suerte y como preparado para la rendicion final. El cuerpo de Sendino no. Ni siquiera cuando su declive fisico estuvo en su nivel mas alto, llego a perder su porte. En sus movimientos -nunca bruscos- siempre hubo armonia. En la postura que finalmente asumia, aun en medio del dolor, habia esa firmeza y flexibilidad que hacen que un cuerpo humano pueda ser calificado de hermoso. Si, Sendino era hermosa: tenia una mirada franca y limpia, una sonrisa timida y amable -nunca coqueta-, una piel blanca y tersa, unas manos graciles -aunque grandes- y una feminidad totalmente natural, nada impostada o estudiada y, por eso quiza, tan encantadora como desconcertante. Su forma de vestir, por otra parte, aunque fuera con un simple camison y unas zapatillas, era siempre cuidada, nunca afectada. La colcha o sabanas con que se cubria, siendo las comunes del hospital, estaban siempre perfectamente dobladas. Pero -repito-, no con esa rigidez propia del perfeccionista o del maniatico del orden, sino flexiblemente, amablemente. Aunque uno entrara a verla con cierta prisa, habia algo en aquella habitacion (ahora entiendo que era la compostura de la enferma, su aura quiza) que invitaba a tomar asiento frente a ella y a quedarse a su vera al menos unos minutos. Asi pues, el cuerpo de Sendino era femenino pero asexuado, elegante sin afectacion, flexible pero no amorfo, terso, pero no rigido. Lo segundo que mas llamaba la atencion en Sendino era su manera de hablar. Aunque no me dijo que era medico, desde el principio supe que se trataba de una persona culta. No lo digo, como es obvio, por los tecnicismos medicos que, ocasionalmente, salpicaban su discurso, sino por la inusual correccion de su expresion hablada. Sendino no era como la inmensa mayoria de nosotros, que en el lenguaje hablado dejamos buena parte de las frases sin terminar, dando mucho por sobrentendido o montando una idea sobre la otra, con la intencion de no dejar ninguna sin decir. No. Tanto en el lexico, de gran precision, como sobre todo en la sintaxis, rica y hasta compleja, Sendino cautivaba a quienes la escuchabamos. Nunca asisti a ninguna de sus clases de medicina, pero estoy convencido de que tuvo que ser una excelente profesora. Exponia sus ideas, ademas, de forma muy sistematica y concienzuda; quiza demasiado analitica, lo que en algunos casos podia hacerla parecer prolija. Pero ella misma se percataba de su prolijidad, y no eran pocas las ocasiones en que se reprimia. Le vencia el deseo de ser didactica. Supongo que sentia una autentica pasion por la ensenanza. Tambien por aprender (y esto resulta particularmente loable en quien tanto sabia), y ello tanto en el campo sanitario, que fue en el que se formo, como en el mas especificamente cristiano, que fue del que bebio para nutrirse por dentro. De modo que cuando yo entraba en su cuarto sabia que iba a asistir a una especie de leccion magistral. Sendino iba a explicarme su estado de salud con todo detalle, pues a ella no le bastaba un simple <> o un <> (nunca me confeso que se sintiera verdaderamente mal). <> De forma que describia sus sintomas, los derroteros que habia tomado su ultima conversacion con los medicos, las hipotesis mas plausibles que se habian abierto, las terapias mas convenientes que le habian propuesto y sus contrapartidas, el pronostico previsible y, en fin, otras tantas particularidades sobre las que ella se extendia sin recato. No se debia preguntar a Sendino como se encontraba si es que realmente no se deseaba ser informado. Lo tercero que mas llamaba la atencion de esta enferma (y hablo de un tercer lugar por ser lo menos visible de forma inmediata) era su altisimo nivel espiritual. Claro que ya su compostura y lucidez testimoniaban la excelencia de su interioridad, pues no hay cuidado del alma que no termine por redundar en el cuerpo y en la inteligencia. Pero, en el caso de Sendino, a este nivel espiritual solo se accedia tras varias conversaciones. ?Por que? Por discrecion, pues Sendino vivia su fe religiosa con una reserva exquisita, casi diria que con pudor. Esta ha sido una de las virtudes que he valorado mas en ella. Porque no es que escondiera al Cristo que la sostenia; no es que ocultase los signos religiosos que -para quien quisiera verlos- podian distinguirse en su habitacion (un libro de piedad y el rosario en la mesilla de noche, una estampa pegada en la pared...). Era que todos aquellos objetos de culto estaban ahi sin ostentacion ni verguenza, sino con amable naturalidad. Quiza la discrecion fuera uno de los rasgos preponderantes de la espiritualidad que Sendino profesaba, lo ignoro. El caso es que si lo religioso brotaba de sus labios era porque de esos labios no podia brotar, en ese momento, mas que lo religioso.

  • Manana. Capuchinos, bikinis #love de Agnes Ruiz

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    Cassie Gauthier y su mejor amiga se van a las Baleares. En sus maletas hay todo lo necesario para unas vacaciones de ensueno. Bikinis, proteccion solar, gafas de sol… ?Encontraran el amor bajo las palmeras? ?Quiza delante de un capuchino? Pero no hay que fiarse de las apariencias…

  • La coincidencia perfecta de Annie J. Rose

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    D 1 C L A RA ebia pensar rapido. Nunca imagine que se apareceria asi, ni que tendria que presentar pruebas de mi novio imaginario. Ella conocia a todos mis empleados, asi que no podia llamar a Brett para que fuera mi tapadera. No habia tiempo de llamar a una agencia de empleos temporales y contratar a alguien. Me quedaba media hora. Me quede mirando los hermosos pasteles y galletas de la vitrina frente a mi. Queria llenarme la boca con ellos, pero tampoco habia tiempo para eso. No podia decir que mi novio imaginario estaba trabajando; acababa de responderle un mensaje diciendole que estabamos pasando el dia juntos. Eso fue antes de saber que mi madre estaba en Los Angeles, no bien lejos en algun lugar de Asia. Me volvi hacia el cajero. Guapo, de cabello oscuro, hombros anchos y sabia usar cajas registradoras: es el elegido. Eran tiempos desesperados. Me incline sobre el mostrador y le susurre: --Te ofrezco mil dolares en efectivo si te vas de aqui conmigo, te reunes con una mujer en el cafe de enfrente, te llamas Blake y finges ser doctor. ?Has visto Anatomia Segun Grey? Bueno, no importa. ?Puedes hacerlo? --?Que? --dijo, mirandome como si estuviera loca. Y, de haber tenido un espejo, estoy muy segura de que yo tambien me habria visto de la misma manera. --Mira, es mi mama. Es un dolor de cabeza, y cree que tengo novio porque me invente uno. Me canse de que me dijera mierdas por estar soltera. !Dirijo una compania, por Dios santo! Uno pensaria que eso contaria por… Olvidalo. ?Lo haras? --?Me llamo Blake? --Si, asi que, ya sabes, quitate el delantal. ?Tenemos un trato? --?Por mil dolares? Claro. ?Como te llamas? --pregunto. --Me llamo Clara Rider. ?Y tu eres…? --Blake, por supuesto --dijo con una sonrisa astuta. Mi estomago dio un vuelco como si estuviese en una montana rusa y mis mejillas se calentaron por su contacto cuando estrecho mi mano. Quizas acabo de gastar mil dolares para generarme un monton de problemas. --Aqui esta la historia resumida --le dije mientras lo apuraba por la acera--. Tengo una aplicacion… Dos anos de mi vida y cada centavo de mis ahorros. No esta funcionando bien. Mi madre queria que renunciara y volviera a trabajar para ella. Me negue. Esta amenazandome con quitarme el apoyo del unico inversionista que me queda, que es amigo suyo, a menos que pueda probar que le aplicacion funciona. Es como Tinder, pero menos indecente. --Y de alguna manera Blake es tu prueba --dijo. Asenti, sorprendida de que lo entendiera tan rapido. Tal vez necesitaba replantearme lo mucho que he subestimando a los hombres que trabajan en ventas. --Si no logro presentarle una pareja perfecta para mi, me quitara el apoyo del inversionista y ganara mis acciones mayoritarias en la compania de diseno. --?Por que hiciste una apuesta asi? --pregunto. --Desesperacion. Fue la unica tactica evasiva que funciono, puesto que queria aplastar mi empresa y volver a tenerme bajo su poder. --Suena encantadora --dijo con una media sonrisa que tuvo efecto en mi; como convertir mi estomago en miel fundida. Tenia que concentrarme. No tenia tiempo para fantasear con el chico de la panaderia. --Es complicada, pero supongo que todo el mundo lo es. --Sabotear tu compania no es ser complicado; solo es ser cruel --senalo. --Si, bueno, es mi batalla, y ahora debo ir a ganarla. --A menos que yo sea Blake --dijo. --Si. Eres doctor. Nos conocimos a traves de mi aplicacion: Slay. --Ese es un nombre un poco agresivo para una aplicacion de citas. --Agresivo... Como mujer que trabaja con tecnologia, nunca me lo habian dicho. Que original --dije poniendo los ojos en blanco--. Ahora vas a decir que no soy lo suficientemente simpatica. --No necesito que me agrades. Soy tu creacion, tu novio perfecto, un doctor. ?Desde hace cuanto estamos juntos? ?Solemos ir de vacaciones? ?Vivimos juntos? --Como dos meses. Y no, no tengo tiempo para eso. --?No tienes tiempo ahora para discutir lo que supuestamente hemos hecho o no tienes tiempo para irte de vacaciones y coger? --Ambas --respondi--. Ya llegamos. Intenta lucir bonito y no hablar demasiado --dije--. Y gracias por hacer esto. --Te dire <> mas tarde, si sale bien --dijo. Extendi la mano hacia la puerta del lujoso restaurante, pero el la alcanzo primero y la sostuvo. Levante una ceja. --?Que? Blake es todo un caballero --dijo con una media sonrisa que parecio retorcer mi ropa interior. E 2 A D RIA N staba loca de remate. Esta chica era demasiado exagerada. Todo era una emergencia. Me ofrecio mil dolares para ir a tomar un cafe con su madre. No necesitaba el dinero, eso estaba clarisimo. Pero ?todo el entretenimiento? Eso si que me vendria bien. Parecia que iba a ser una gran historia. La proxima vez que estuviese en Hong Kong en una de las fiestas aburridas de Daniel, tendria una anecdota divertida sobre aquella ocasion cuando ayude a mi hermana en la tienda y una mujer extrana me rogo que fingiera ser su novio. No me molesto que fuera hermosa. Habria estado igual de dispuesto a ayudar a una mujer menos atractiva, pero la verdad era que, cuando entro con esas piernas largas y su cabello castano con rizos apilado en un mono desordenado, estuve dispuesto a aceptar cualquier cosa que me pidiera. Fue bueno que me pidiera hacer algo legal, porque habria sido humillante tirar toda mi carrera por la borda por ser atrapado traficando droga para una chica sexy e hiperactiva que me abordo en una panaderia. Era una distraccion, y su draconiana madre prometia ser igual de salvaje por la forma en que hablaba de ella. Yo si que sabia de padres controladores, despues de todo, y pense que seria buen karma apoyar a esta mujer Clara en su aprieto. Yo habia venido a este restaurante. No me impresiono. Era un lugar de almuerzos de moda entre comensales pretenciosos con ropa de disenador, donde solo servian tres gotas de salsa verde en un plato. Tuve una reunion alli una vez, y luego tuve que comprarme una hamburguesa porque moria de hambre. Clara estaba visiblemente nerviosa, de pronto incomoda con sus tacones mientras buscaba con la vista a su madre. La vi enderezar los hombros y la postura. La curva de su cuello, donde se encontraban dos mechones de cabello castano sueltos, era elegante, lo suficientemente seductora como para hacerme querer besar el lugar donde se curvaba su hombro. <>, pense con una sonrisa. Casi podia sentir su piel suave bajo la calidez de mi boca, la respiracion sorpresiva que daria antes de inclinarse de nuevo hacia mi, con su espalda derritiendose contra la solidez de mi pecho. Una mujer se puso de pie, lo que hizo girar un poco su extrano poncho rojo sobrecargado por un collar de oro reluciente. La reconoci instantaneamente. No habia visto el parecido entre Clara y la empresaria de medios Cynthia Rider. Cynthia habia empezado en noticias locales, consiguio su propio programa de entrevistas sindicado y ahora era duena de varias cadenas y de un imperio de estilo de vida que lo tenia todo, desde almohadas decorativas con piel de imitacion para infomerciales, hasta una linea de relojes de platino a traves de una marca de lujo italiana. En algun punto de camino a dominar el mundo, tuvo una hija. Una hija que me habia ofrecido dinero para que le mintiera a su madre, lo cual parecia indicar que Cynthia Rider era mejor en los negocios que como madre. Mientras Clara hizo ademan de besar a Cynthia en cada mejilla sin tocarla, yo me quede alli con las manos en el bolsillo y me pregunte que pensaria de mis vaqueros rotos y mi camisa descolorida de los Giants. Ella no me reconoceria tan rapido como yo a ella, pero existia el riesgo de que mi alto perfil pudiese descarriar la tactica de Clara antes de que comenzara. Seria mi responsabilidad asegurarme de que eso no pasara. Me pase con tosquedad una mano por el cabello, desordenandolo un poco. Queria verme tan ordinario como fuera posible, tan intimidado como lo estaria un tipo promedio al conocer a la madre internacionalmente famosa de su novia. Cuando Cynthia extendio su mano, timidamente saque una mano para sacudirla.

  • El enigma de Lena de Margotte Channing

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    Un enigma del pasado
    Un terrible asesinato
    un secreto inconfesable
    Cuando su padre la envia a pasar unos dias a casa de una amiga de la familia en un pueblo perdido de Leon, Lena teme pasar las vacaciones mas aburridas de su vida, pero no le da tiempo. Justo al dia siguiente de llegar, una vecina encuentra el cadaver de un hombre y la desconfianza se extiende por el lugar. Nadie esta libre de sospecha, ni siquiera los tres chicos que Lena acaba de conocer y con cuya ayuda esta dispuesta a llegar al fondo del asunto. Pero quiza el asesino no sea el unico que esconde algo.

  • Bruja de Mary Ann Taylor

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    Cuando acude esa noche a una playa para iniciarse en la brujeria lo unico que Pat pretende es vengarse de su ex novio, sin embargo, cuando los acontecimientos empiezan a precipitarse en el pueblo ella decide echarse atras… pero ya es tarde.

  • La decision de Elaine de Mar Fernandez

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    La vida de Elaine no es facil tras la truculenta guerra que le ha robado a su esposo y dejado huerfana a Faith, una nina de apenas seis anos que no ha conocido a su padre. Mantener la esperanza o la ilusion era todo un reto. El rancho que posee esta al borde de ruina y apenas puede hacerse cargo del lugar.

  • Suspiros al Alba de Katy Molina

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    Suspiros al Alba es un libro compuesto de tres historias cortas romanticas y eroticas.

  • Bombay express de Alfredo De Braganza

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    La organizacion secreta que dirige Julian Fernandez en Madrid recluta de nuevo a David Ribas para una importante mision: eliminar a un terrorista islamista que vive oculto en Occidente dispuesto a cometer su gran atentado.
    La India, Marruecos e Inglaterra son los escenarios en los que se desarrolla este thriller contemporaneo.

  • Munecas y Grilletes de Aina Castillo

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    La Muneca de Metal: Sumisa Obediente Enamorada del Motero
    Amy no es una chica mas.
    Amy es huerfana. Ilegal.
    Sin documentacion. Inexistente.

  • Malicia de Celia Velasco-saori

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    Salvador Nunez llega desde Aguilas (Murcia) a Madrid para estudiar periodismo. La casualidad hace que entre a desayunar en la taberna de Tomas, donde sus duenos le acogen con tal amabilidad y carino, que se convierten en su segunda familia. Alli conoce a un singular personaje quien, durante muchos dias reunidos, le cuenta su tragica historia, manteniendole en vilo hasta conocer su final, y de la que es protagonista Mali, una bella tailandesa sin escrupulos que le ha destrozado la vida.

  • Novecientos noventa y nueve de Castulo Aceves

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    “El agente Nepomuceno Castilla investiga la muerte de una serie de personajes ligados al mundillo literario de su ciudad: una profesora de literatura, un periodista famoso, un academico gris y una promotora cultural. Sus sospechas se centran en la violenta secta de los Novecientos noventa y nueve, cuyos miembros son capaces de todo cuando alguien atenta contra el legado de su profeta Arturo Belano, autor del evangelio real visceralista Los investigadores terribles.
    Si creen que este es otro cuento mas de escritores, se equivocan. Las bajezas, envidias y traiciones de la fauna bohemia vistas desde afuera, a traves de la lupa de un outsider, se vuelven mas absurdas y divertidas que nunca.
    Por ser un relato detectivesco con autenticos detectives y crimenes por resolver, Novecientos noventa y nueve es un tipo de novela policiaca de la Vieja Escuela. El tipo de novela policiaca que mas me gusta”.
    -Hilario Pena

  • La tentacion de un beso (Minstrel Valley 4) de Christine Cross

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    Adentrate en la nueva y rompedora serie de <>, creada por catorce autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeno pueblo de Hertfordshire, descubriras una historia llena de amor, aventuras y pasion.

  • El Idioma Del Corazon de Sherryl Woods

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    Sacar a Allie Mathews de las ruinas de su casa deberia haber sido una tarea mas en el cumplimiento de su deber, pero los inocentes ojos azules de Allie provocaron en Ricky un irreprimible deseo de protegerla, asi que la invito a que se quedara con el mientras encontraba un lugar donde vivir. Al cabo de poco tiempo, Ricky ya se estaba replanteando su intencion de permanecer soltero, pero ?como podia demostrar su amor a Allie si ni siquiera era capaz de encontrar las palabras adecuadas? Allie se sentia tan vulnerable que queria una vida sin riesgos… hasta que aparecio Ricky para protegerla y sacarla de su aburrido mundo. Vivir con el era un autentico torbellino de emociones, pero ella temia no poder seguir a un hombre que estaba acostumbrado a vivir siempre al limite.