• libro surnormal profundo - Manu Sanchez

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  • Surnormal profundo Versión Kindle - Sánchez, Manu

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  • Opinión del libro: Surnormal profundo

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    15 jun 2019 — Me han regalado este libro y aunque aparentemente no tenga nada que ver con los temas que tratamos cada fin de semana (inversión, ahorro…

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    23 nov 2017 — Surnormal profundo, libro o eBook de Manu Sánchez. Editorial: Aguilar. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Surnormal profundo (Manu Sánchez, 2017) - Gatrópolis

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    11 jul 2018 — ¿Cómo es el humor tratado con sutileza? ¿Es posible provocar la risa sin acudir al humor cutre? Manu Sánchez nos saca de dudas en su libro ...

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    SURNORMAL PROFUNDO, SÁNCHEZ, MANU, 16,90€. ... No has hecho más que encontrar este libro y ya te has puesto a cantar (no sé si por la Jurado o Raphael), ...

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  • YO, SURNORMAL PROFUNDO | SANCHEZ, MANU - Santos ...

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    YO, SURNORMAL PROFUNDO. Editorial: AGUILAR; Fecha Publicación: 01/11/2017; Formato: Normal tapa blanda (libros); ISBN: 978-84-03-51783-7; EAN: 9788403517837

  • Zorro de Dubravka Ugresic

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    El zorro es un bastardo: un ser salvaje y ladron, una criatura que no respeta las normas ni los limites; como el escritor. Y tambien como la voz de esta historia, fragmentada y multilingue, que quiza podamos llamar <>. Solo hay una pregunta: ?como se crean los cuentos? La narradora, en su busqueda de respuesta, ira desde Estados Unidos hasta Japon pasando por Rusia, Italia y Croacia, y nos hablara de escritores con autobiografias secretas, de artistas laureados gracias a sus viudas, de romances marcados por la irrupcion de la guerra y de ninas que convocan con unas pocas palabras todo el poder de la literatura. Conferencias, clases y entrevistas. Y, sobre todo, juego, en un brillante rompecabezas que nos invita a explorar la enganosa frontera que existe entre realidad y ficcion.

  • Sigo siendo yo (Antes de ti 3) de Jojo Moyes

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  • Vindolanda de Adrian Goldsworthy

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    Ano 98 d. C.

  • Los favoritos de C.J. Benito de C. J. Benito

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    En este recopilatorio encontraras los libros favoritos del autor:

  • Y tu que harias por amor de Jose Belenguer Serrano

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    El taxista se alejo lentamente por el sendero asfaltado que serpenteaba entre los parterres. Tras atravesar la cancela dio un breve toque de bocina a manera de despedida, aplasto la grava del sendero privado, que crujio bajo las ruedas, y se perdio en la desierta carretera, dejandome solo frente al caseron. La hora, poco mas de las cuatro de la tarde de un junio cantabro. Subi por uno de los lados de la doble escalinata los seis peldanos que conducian a la puerta principal, cargado con la bolsa de viaje en bandolera e izando a pulso la pesada maleta, cuyas ruedas resultaban inutiles en los escalones. Deje el equipaje en el suelo y aferre la argolla de hierro de la aldaba, suspendida de las fauces de un leon de bronce. ?Habia ido solo a visitar a mi abuela, la famosa escritora de literatura infantil, o tambien a lamerme las heridas en la esplendida soledad del caseron? Hay en la verde Cantabria y en la no menos verde Asturias una suerte de palacios neogoticos, o, si se prefiere, casas senoriales construidas por indianos en el siglo XIX, cuando Isabel reinaba en Espana, que hoy ofrecen un aspecto vagamente siniestro. Asi, el llamado Palacio de Partarriu, en el concejo asturiano de Llanes, fue utilizado por el cine para rodar una celebre pelicula de terror. Y el casaron de mi abuela, una edificacion solitaria junto a un bosque de hayas y robles, habia sido proyectado por el mismo arquitecto. La fachada sin divisiones no dejaba ver las diferentes plantas que lo conformaban. Sobresalian los balcones con balaustres y las altas ventanas, todo ello coronado por una torre en la que se abrian dos grandes y gemelos ventanales. Tenia, sobre todo en las mananas de niebla, un aspecto inquietante, aunque no para mi: entre aquellas paredes queridas habian transcurridos los veranos de mi infancia, y alli habia nacido Albertina, la protagonista de las mejores y mas divertidas novelas de mi abuela. He dicho antes <> porque toda mi familia se habia esfumado en una rapida sucesion de muertes absurdas. Mi abuela y yo nos habiamos quedado de pronto solos en el mundo. Ya no volveriamos a reunirnos en bodas y bautizos, ni a descorchar botellas de cava en Noche Buena. En poco mas de un trimestre la muerte habia diezmado a mi numerosa familia. El chupinazo que senalaba el comienzo de la orgia de sangre y muerte sono cuando mi primo Paco se dejo la vida entre los pitones del miura, y quiza muchos recuerden las confusas imagenes en que le vimos morir durante la fiesta mas internacional de Espana. Mi primo Paco murio en un tramo de la mundialmente conocida calle Estafeta, corneado por un toro durante un encierro de los sanfermines. Salio en la tele y pudimos ver como perdia la vida en el telediario de la noche, aunque mi tia Amparo ya lo habia visto en el telediario de las tres. Si no vio su muerte en directo, a eso de las ocho de la manana, fue porque se habia quedado dormida o, como decia ella, traspuesta. --No se distingue muy bien entre el gentio --nos dijo tia Amparo, sentada en medio del sofa, con todos pendientes del televisor--; pero ese, si, ese de la camisa blanca, el panuelo rojo y el pantalon blanco...bueno, todos visten igual ...ese a quien el toro esta ahora corneando con tanta sana, ese es Paco. Hubo un momento en que pudimos reconocerlo sin sombra de duda, cuando el morlaco lo lanzo hacia el cielo en un derrote de su poderosa cornamenta y Paco quedo suspendido en el aire, sobre la cabeza de los mozos, igual que uno de esos peleles rellenos de paja que manteaba el populacho en las carnestolendas. Su palido semblante expresaba mas sorpresa que miedo, porque el toro zaino lo habia enganchado de forma volandera. Cuando aterrizo sobre el adoquinado, ya lo habia escogido como su victima exclusiva y, ajeno al enjambre blanco y rojo de corredores que trataban de distraerlo y hasta apartarlo de su presa golpeandolo en los costados o tirandole del rabo, lo corneo porfiadamente contra el vallado de una talanquera hasta matarlo. Por aquellos dias el tio Augusto, que viajaba por Europa Central, fue arrollado por un tranvia, como Gaudi. Se dio la coincidencia de que el tranvia circulaba a 10 kilometros por hora y que mi tio, uno de esos sabios distraidos, un momento antes habia estado a punto de ser atropellado por una bicicleta y, para esquivarla, se lanzo contra el tranvia que venia de cruzar el rio Moldava y descendia muy lentamente por los rieles, resonando. Exhalo su ultimo suspiro con medio cuerpo tendido en las vias, mientras el conductor del tranvia, indignado por su despiste y arrastrandolo de los tobillos para apartarlo del carril, le insultaba en checo. Las muertes de Paco y de mi tio Augusto abrieron la veda, por decirlo asi. La dama de la guadana decidio que su temporada de caza en mi familia acababa de inaugurarse. Mi prima Violeta se ahogo en una piscina publica, rodeada de banistas que jugaban a echarse agua, y su hermano Rafael murio por atragantamiento en un atiborrado restaurante: cuando ya tenia el rostro azulado y daba muestras de asfixia, no hubo nadie que le aplicara la sencilla maniobra de Heimlich; y cuando se desplomo inconsciente, a nadie se le ocurrio darle la respiracion boca a boca, ni mucho menos utilizar un cuchillo o un simple boli para practicarle una traqueotomia. Entre los comensales abundaban los abogados y los politicos, pero ningun medico. Murio en menos de seis minutos por culpa de un gran trozo de carne que no pudo pasar por la traquea. El tio Jacinto, un amante del excursionismo de montana, tambien murio corneado, como Paco, pero no por un miura, sino por un buey. --Solo de pensar en tantas muertes me pongo malo --dijo el moribundo. No era una muestra de ingenio, sino un chiste involuntario. Pobre abuelo. Estaba en la cama con la cabeza hundida en la almohada, y el resto de su cuerpo, un costal de huesos, oculto bajo el cobertor. Sus cabellos, que tantas mujeres habian acariciado, seguian siendo densos, dociles y mas blancos que la funda de la almohada. Miraba fijamente al techo, no porque lo identificase con el cielo y solicitase el favor divino, sino porque dada su postracion y debilidad era el unico lugar al que podia mirar sin torcer la fatigada cabeza. Cetrino, con el cuello y el rostro de un octogenario, los tendones descarnados como cables, no recordaba en nada al galan que habia sido. Era evidente para todos nosotros que se aproximaba su salida de este mundo, o, mejor, dado que habia sido un conocido actor de teatro, todos adivinabamos que su mas que notable actuacion en este mundo llegaba a su fin y que su siguiente y ultimo movimiento, contenido entre parentesis en las acotaciones del libro tragicomico del destino, seria hacer mutis por el foro. Mutis, telon y atronador aplauso general: fue un hombre bueno. Poco despues mis padres perdieron la vida en un accidente de coche. No vieron el camion de cinco toneladas que los arrollo en una curva de la carretera de Alcala de Henares a Torrelaguna. Segui viviendo en nuestra casa de Madrid, solo. Contaba veintipocos anos y las numerosas defunciones en mi familia --mi madre, mi padre, mi abuelo, mi tio, mis primos Violeta, Rafael y otros parientes con lo que apenas habia tenido relacion y que no he mencionado para no alargar la lista luctuosa--, ocurridas todas ellas en un lapso muy pequeno de tiempo, me pasaron una factura adicional que yo no esperaba. Creia que mi juventud y mis ganas de vivir me ayudarian a superar aquellas perdidas dolorosas. Pero entonces empezaron a ocurrirme cosas raras. Ocurrio que tuve el capricho de pasar una tarde paseando por los encinares de la Casa de Campo y pense tomar el autobus de la linea 33, la mas proxima a mi casa. Durante el trayecto, me detuve ante una agencia de paracaidismo. Era una especie de jaula donde se invitaba a la gente a inscribirse en un curso de salto en paracaidas. La atendia un muchacho detras de un mostrador. No tenia pinta de paracaidista. Dudaba si entrar o no cuando me tocaron en un hombro. --Hola, chaval. ?Que haces por aqui? Quien me saludaba de esa forma tan campechana era un cura amigo del sector creyente de mi familia. Habia otros dos sectores, el de los ateos practicantes, que luchaban sin exito para que en Espana se implantase el laicismo, y el de los agnosticos, que iba a lo suyo y no polemizaban con nadie. El cura no sabia a cual de estos tres sectores pertenecia yo. Como tengo cara de buen chico, supuso que pertenecia a la seccion de los creyentes. --?Que, te vas a hacer paracaidista? --pregunto echando un vistazo a los carteles y fotos publicitarias que adornaban el escaparate. --Lo estoy pensando --repuse. --?Que te atrae del paracaidismo? --Me gustan las emociones fuertes. --Pues hazte misionero en Sierra Leona. Fingi no haberle oido. Yo pertenecia al sector agnostico, y en cuanto a mi cara de buen chico, ya se sabe que las apariencias enganan. --Debe ser una experiencia inolvidable --dije-- saltar del avion y que no se despliegue el paracaidas automatico por algun fallo, precipitarte a una velocidad endiablada hacia la tierra contra la que ta vas a hacer papilla y tirar in extremis de la anilla de reserva, sin saber si funcionara o no. --Pues ten cuidado --me dijo el cura--, no sea cosa que de tanto bajar del cielo se te olvide como se sube a el. Este ingenioso consejo forma parte del repertorio de chorradas que les encanta a los curas. Despues me confeso, quiero decir me comento, pues el que confesaba era el, que la frase la habia pronunciado Juan XXIII en una alocucion que dirigio a unos paracaidistas italianos. El cura se fue y yo estuve a punto de entrar en la agencia para recabar mas informacion sobre los cursos de paracaidismo. Lo que me decidio a no hacerlo fue que la tiendecita la atendia un chico y yo en cuestion de compras o de inscripciones prefiero hablar con chicas. Antes de continuar mi camino, eche un ultimo vistazo a una gran foto que adornaba la pared: un paracaidista, con sus gafas y su casco y todos los artilugios que utilizan en los saltos, planeando en el aire, como si fuera ingravido como una pluma y flotara en una piscina de baldosas azules. Cerca de la parada, habia un autobus de otra linea, detenido ante un semaforo en rojo. Dos nucas eran visibles en la parte trasera del vehiculo. Pertenecian a un hombre y una mujer sentados en la ultima fila. De pronto sus nucas giraron 180 grados simultaneamente, una hacia su derecha y la otra hacia su izquierda, juntando los rostros, y me observaron fijamente. Senti un escalofrio, hubiera jurado que eran los de mis padres. Y entonces yo no sonaba, sino que estaba bien despierto bajo la marquesina de la parada. Si eran ellos y viajaban en aquel autobus, ?de quienes eran las cenizas que ocupaban uno de los miles de columbarios del cementerio de La Almudena tras una lapida con los nombres y las fotos de mis padres? Tuve otras experiencias extranas, rayanas con la alucinacion, que no voy a describir porque serian repeticiones de un mismo fenomeno. Y hubo tambien otras muertes inesperadas en el coto familiar, que tampoco voy a resenar.

  • Seduciendo al principe (Seduciendo a la corona1), Amanda J. Queiroz de Amanda J. Queiroz

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  • Las balas perdidas de Alicia San Miguel

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    Ni siquiera sabia la posicion en la que debia ponerse ese folio para seguir las instrucciones de montaje. En esos momentos, no le importaba; era mas importante estar inmerso en la adrenalina del momento que en pensar que pasaria si montaba mal esa bomba. <>, se dijo para si. Ekain, estaba serio, entornaba los ojos y apretaba los labios. Ojos rasgados color caramelo, labios finos, boca pequena y nariz aguilena. No era guapo, tampoco feo, menos aun corpulento. Un tipo del monton. En una mesa, el folio con varios dibujos. Cada dibujo iba acompanado de un numero. En otra mesa, cada pieza necesaria para ensamblar ese puzzle de mierda con el que se estrenaba. Tiros si, bombas no. Hoy era el dia. Unio cada pieza con precision, paso a paso, sin prisa; ni siquiera le importo la curiosidad de sus dos companeros, que, expectantes, le observaban como envidiando el momento. --!Hostia, Ekain! !La vas a liar muy gorda, tio! --le dijo el tipo que, nervioso, fumaba sin parar. Ella, la que estaba a su lado tambien mirando, le golpeo en el hombro, acompanando el gesto con una picara sonrisa de satisfaccion--. !Me caguen la hostia! --Si no nos explota esta mierda en las manos, seguro que si --le contesto Ekain sin levantar la mirada de las piezas que seguia ensamblando--. !A ver como cojones lo bajamos al coche sin que nos vean y sospechen! --exclamo. --Eso es facil --dijo ella--. Esta noche, de madrugada, acercamos el coche a la campa de ahi detras, y como si nos estuviesemos tomando unas birras y fumando unos cigarros la vamos acabando de montar. --!Esta Olga es la rehostia! --volvio a exclamar el tipo con excitacion y simpleza. Ella sonrio satisfecha--. Y el coche, ?que? ?Cuando lo plantamos alli? --!Relajate, Zuri, joder! --le llamo la atencion Ekain--. Estas de los nervios y eso no nos conviene a ninguno, ?vale, tio? Zuri se mantuvo callado ante las palabras de su amigo. Ekain dejo lo que estaba haciendo y se acerco a sus companeros. Olga se habia levantado y volvia con unas cervezas; Zuri, aun sin decir nada, le ofrecio un cigarro; el lo cogio, tranquilo, sin dejar de mirar el folio de la mesa. --Esta noche la dejamos montada y manana por la manana, cuando el barrio este lleno de gente, dejaremos el coche aparcado donde hemos pensado --les indico Ekain tras dar un buen sorbo a la cerveza. Callo unos segundos y, tras mirarlos varias veces y apretar los labios, prosiguio--: Zuri, tu iras en la moto por si algo se complica. Aun asi, solo para controlar que nadie me para, porque yo volvere en bus --Trago saliva y espero a que Zuri asintiese--. No es buena idea que nos vean juntos. Olga, tu encargate de los billetes de autobus. En tres dias maximo salimos de aqui. Manana, a las veintiuna y treinta, nos vemos en el bar de siempre, como si nada hubiese pasado, como cada dia de los que estamos aqui. Ekain Alzaga, de diecinueve anos, Zuri Garmendia, de dieciocho, y Olga Larralde, de veintiuno, brindaban con sus botellines de cerveza, esperando que cayese la noche para acabar de fabricar un caballo metalico mas danino que el mismisimo caballo de Troya. --Yo tengo hambre --comento Zuri mas tranquilo. --Vamos a comer algo entonces --contesto Ekain dandole un golpe en la espalda y apagando el cigarro en el cenicero lleno de colillas. Olga seguia sonriendoles satisfecha. I 19 de febrero de 1992 Estaba agobiado de tanto autobus. Por la manana, habia dejado el coche en el lugar previsto, con la complicacion de que el pensaba que su peso hacia que fuese muy dificil de conducir, pero no era cierto, el coche aguantaba ese peso sin dificultad. Cada semaforo era una pesadilla, pensando que, si el coche se paraba, al arrancarlo podia volar por los aires, algo imposible con ese tipo de explosivo. <>, se repetia. <>. Tras dejar el coche en una isleta sin urbanizar y utilizada como parking temporal, esquivo a la gente, ignorantes de lo que estaba ocurriendo y de lo que estaba por ocurrir, y volvio al piso. Tenia hambre, se hizo un bocadillo de chorizo y se bebio una cerveza. Lo comio tranquilo, esperando que sus companeros volviesen y ver que todo estaba organizado. Olga fue la primera en llegar. Era una mujer atractiva. Su pelo negro, tez canela, ojos marrones y facciones marcadas le otorgaban una imagen de mujer dura y distante que no se alejaba de la realidad. Tras echar un buen polvo, Ekain y Olga se ducharon tranquilos y sin mucha conversacion. Zuri no tardo; estaba nervioso, excitado y sus pocas neuronas no le ayudaban en disimular con naturalidad. Ekain lo sabia e intentaba calmarle dandole tareas faciles y que le mantuviesen ocupado. Zuri no habia tenido una vida facil. Su padre habia estado entrando y saliendo de prision desde que el era un nino. Era un chico enclenque sin ningun tipo de atractivo y totalmente manipulable. Se pasaba el dia mordiendose las unas y era imposible mantenerle sentado durante mucho rato. Su mirada parecia siempre estar perdida y su rostro paliducho, asustado. Era carne de canon para la banda. Habia llegado la hora y Ekain estaba de nuevo en ese autobus. Se bajo en la parada cercana al cruce. Frente a el, la calle por donde pasaria el furgon policial para dirigirse a la sede de la Jefatura Superior de Policia. Tenia buena visibilidad y no habia mucho margen de error. La calle paralela no le importaba demasiado y la que se situaba a su derecha tampoco, ya que la manera de huir de alli seria exactamente por donde habia venido. Respiro profundo y se encendio un cigarrillo. Eran las diecinueve horas y cincuenta minutos... Decidio entrar rapido a por un botellin de agua en el bar de al lado. Estaba casi lleno, pero todos estaban pendientes del partido que se jugaba y que el bar tenia sintonizado en su televisor. El volumen estaba alto, solo dos o tres hombres se voltearon para mirarle. En un barrio pequeno todos se conocen, y Ekain, estaba claro, no era de por alli. Nunca se molestaria en saber si gano el partido Espana o la Comunidad de Estados Independientes, por todos conocida como Rusia. Pago el botellin y volvio a su posicion. Veia el coche a la perfeccion; el furgon policial se veria obligado a hacer el stop que estaba unos metros antes. Esos segundos le darian el suficiente tiempo para presionar el boton del mando, en la posicion correcta y en el momento perfecto. Todo apuntaba a ser un exito. Eran las veinte horas y cinco minutos... Se sentia tranquilo y sabia que era cuestion de minutos que apareciese la puta furgoneta. !A ver como sacaba el el mando sin que nadie le viese! El furgon policial bajaba despacio, en direccion al stop del cruce. Los dos policias charlaban tranquilos, deseando hacer el cambio y acabar el turno. En la radio, de fondo, se escuchaba el numero uno de esa semana, Un pedazo de cielo, de Luz Casal. A ellos no les gustaba mucho el futbol y no tenian el canal deportivo sintonizado. Dos hombres normales, con una vida normal e ilusiones. Uno recien llegado al cuerpo de policia, otro acercandose a la puerta de la jubilacion. Ekain giro la cabeza a su derecha, el furgon hizo el stop y dejo pasar a un par de coches. Retomo lentamente la marcha. Ekain, metio la mano en la parte interna de la cazadora. Hacia frio, pero el no lo sentia. Estiro la antena sin pensar que alguien pudiese verle. Los segundos se hacian largos. El furgon seguia avanzando. El furgon llego a la altura del coche aparcado y Ekain pulso el detonador. <> II El estruendo fue brutal. Veinticinco kilos de amonal, treinta y cinco kilos de metralla y una onda expansiva que arraso con todo lo que habia a su paso. Ekain no espero para ver los resultados de su obra. Entre la gente, los gritos, la confusion y la oscuridad, se alejo en direccion contraria. En casa averiguaria si esos dos policias habian muerto por una causa que, en ocasiones, ni siquiera el entendia. Su causa, sus ideas, sus convicciones... Tiros si, bombas no. Hoy habia sido el dia. Los noticieros no tardaron en hacerse eco de lo sucedido: <> Muchos edificios se habian visto afectados, las casas de al lado, de enfrente, del otro lado; pequenas casas de trabajadores que no habian aguantado una onda expansiva inesperada. A menos de cincuenta metros, un colegio y un instituto, vibraron y respiraron tranquilos al encontrarse vacios cuando recibieron el impacto cercano. A la hora del suceso, se encontraban fuera del horario escolar. Calles anegadas de miedo y sumidas en la oscuridad de la incertidumbre. El barrio de la Albericia tenia su historia. En su dia, el barrio albergo el primer aeropuerto de la region cantabra, inaugurado en mil novecientos diez y que tuvo su mayor auge durante la guerra civil espanola !Incluso tuvo una fabrica de aviones! Sus hangares, su torre de control, sus festivales aereos, el recuerdo mohino de albergar a la legion condor alemana o la recuperacion del trafico aereo civil, habian sido olvidados y sustituidos por el espanto y la destruccion. Pero tenia su historia... !mucha historia! El primer partido de futbol de Cantabria se jugo alli; su hipodromo, dio luz y diversion a la aristocracia nacional del siglo XIX; la pista de aterrizaje, anos mas tarde, se convertiria en una avenida, la del Deporte, ya que los terrenos se habian sustituido por un gran complejo deportivo. Tambien se ubicaba a escasos metros, la jefatura superior de policia de Cantabria... punto clave para borrar en unos minutos la historia de un barrio, y sustituirla por un recuerdo lacerante. !Tenia mucha historia! En la zona del suceso, asimismo se encontraba la sede de uno de los periodicos locales. Parte de sus instalaciones tambien se habian danado. Uno de los periodistas acudio raudo al lugar de la explosion. Alli, entre el amasijo de hierros, el polvo en el aire y el olor a muerte informo como pudo de lo sucedido.

  • No me busques mas de Mabel Diaz

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    Elena esta loca. Loca de amor por Santi.
    Pero el no se considera digno de ella y por eso frena todos sus avances.
    Santi cree que Elena deberia buscar a un hombre que pueda darle lo que ella necesita para ser feliz.
    Elena no esta de acuerdo, asi que como dicen que en el amor y en la guerra todo vale, ella jugara todas sus cartas para conseguirle.
    Santi es un angel y Elena es el demonio que se ha propuesto seducirle.
    ?El fin justifica siempre los medios?
    Tendras que leer esta historia para saberlo.

  • Un soplo de nieve de Francisca Herraiz

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    Su vida era perfecta y no necesitaba mas. Aqui podria terminar la historia, pero no, todo tenia que complicarse. Si, todo era perfecto, menos su nombre, Peonia. Sus padres, conservadores, le pusieron el nombre de su abuela. No lo tenia mejor su hermana, Jacinta, aunque, visto lo visto, lo preferia al suyo. De todos modos, el nombre, por feo que le pareciera, no le impidio triunfar en la vida y conseguir todos sus propositos. Todos. Incluso el de estar soltera y sin hijos. Nunca quiso casarse, lo veia innecesario y eso de tener hijos, menudo fastidio, ninos correteando, llorando, molestando e impidiendo hacer su trabajo, subir puestos, ascender hasta llegar a directiva. Vaya, eso no lo cambiaba por nada. Lo habia visto en su hermana que se caso a la tierna edad de veinte anos, con su novio del instituto, tan tipico que le hacia reir. El amor de su vida, le decia. Pasados unos anos, se quedo embarazada, tuvo cuatro ninos, todos varones, y ahora estaba embarazada del quinto, en busca de la nina. Por lo visto la ecografia les dio la buena noticia y al final tendrian la nina tan deseada y Peonia solo esperaba que dejara de tener mas criaturas. Su casa era un caos, todo por medio, olia mal, todos gritando, era un bullicio constante. Para colmo de males tambien tenian perro. Y tantos ninos hicieron que su hermana se quedara en casa para cuidarles, mientras su marido trabajaba trayendo a casa un misero sueldo que no les llegaba para nada. Vacaciones, cero. Cenas romanticas, ninguna. Tomar algo en el bar, para nada. El dinero se lo llevaba la hipoteca, la comida, mucha comida y las facturas. No entendia como podia ser feliz con esa vida. No la envidiaba para nada. Es mas, odiaba tanto la vida de su hermana, que solo la visito una vez. Nunca volvio a ese pequeno piso caotico. En navidades les enviaba buenos regalos, era una buena hermana y una buena tia. Les llamaba para felicitarles las fiestas y poco mas. Jacinta si la llamaba de vez en cuando para ver como estaba, para hablar, pero Peonia siempre estaba tan ocupada que le colgaba en seguida con la promesa de hablar otro dia, aunque ese dia no llegara nunca y tuviera que ser Jacinta quien la volviera a llamar. Tampoco entendia esa dependencia. Ya eran mayores, sus padres murieron hacia unos anos y cada una tenia su vida, distinta, distante. Cada una eligio su camino, ?no podia su hermana dejarla tranquila? No le apetecia nada que la llamara para contarle algo sobre su marido, o sobre alguno de sus sobrinos. Eran temas aburridos que no le interesaban en absoluto. Luego estaba su casa. Tan distinta a la de su hermana. Dado su abultado sueldo, pudo permitirse la casa sonada, dos plantas, garaje, piscina, jardin, terraza, jacuzzi, gimnasio, cocinera, limpiadoras, chofer. Y varios coches. Uno para ir al trabajo, mas formal, oscuro. Otro para los finas de semana, mas rapido y pequeno, funcional. Otro para ir de vacaciones, un todoterreno. Otro para fardar, descapotable. Tambien tenia su casa de vacaciones, por supuesto, en Canarias. Tambien con piscina, jardin, dos plantas, en fin, no se privaba de nada. Cuando ella estaba en Canarias dejaba a su hermana pasar unos dias en su casa de Girona. Total, tenia sirvientas que lo dejaban todo limpio cuando se marchaban, para ella no era un problema y le hacia sentirse buena persona. Sus sobrinos disfrutaban de la piscina y ella podia disfrutar de unas vacaciones lejos de todo, incluso de su familia. Le gustaba ir de compras los sabados, por eso tenia grandes roperos en ambas casas, todos abarrotados de trajes, vestidos, chaquetas, abrigos y, zapatos, muchos zapatos. Asi como complementos, fulares, anillos, gargantillas, pendientes. Le encantaban las joyas. Tambien las fiestas, que solia realizar una vez al mes, amen de las que asistia por invitacion. Su vida social era amplia, aunque no podia presumir de grandes amistades. Conocia a mucha gente, pero todos por un mismo fin, el dinero. Mas clientes, mas acuerdos, mas sonrisas para firmar un contrato y llenar aun mas sus bolsillos. Le iba bien. No queria atarse a nadie, intimar con nadie. Las relaciones que mantenia con sus conocidos eran las perfectas, las justas, hablaban casi por obligacion, normalmente de trabajo y poco mas, despues cada uno a su casa, a sus obligaciones y a no meterse en la vida del otro. Eso es lo que ella hacia, suponia que no todas las mujeres actuaban igual, habia mas de una chismosa, eso era inevitable. Aunque ella nunca hacia caso de las habladurias, ni siquiera estaba al tanto de los ultimos chismorreos, estaba demasiado ocupada y centrada en el trabajo para prestar atencion a esas chiquilladas. El chofer, como cada manana, la dejo en el trabajo. Se bajo, vestida con un traje chaqueta color azul oscuro, falda hasta las rodillas, zapatos de tacon ancho, eran algo mas comodos que los de tacon de aguja. Gafas de sol de marca, un panuelo de seda al cuello, el maletin de piel en su mano derecha. Todo adornado bajo un grueso chaqueton de piel. Camino segura, con la cabeza alzada, hasta la entrada del recinto. El guardia de seguridad le abrio la puerta y le dio los buenos dias. Ella le sonrio levemente sin decir nada y fue directa al ascensor. Otro esplendido dia de trabajo. Le encantaba ir a la oficina, centrarse en el papeleo, en las ventas y nada mas. Oh, y se acercaba navidad, la mejor fecha para vender. Al acercarse a su despacho, su secretaria, como de costumbre, le cogio el abrigo y le entrego un cafe descafeinado, con leche desnatada y sin azucar. Bebio un trago y fue hacia su sillon reclinable, de color negro, que presidia una gran mesa de oficina, de roble. Habia unas cuantas plantas adornando la estancia, asi como varias estanterias y un gran ventanal detras. Una gruesa alfombra frente a la mesa. En una de las paredes habia un sofa y dos sillones, frente a ellos una mesita de cristal. A veces le gustaba tener reuniones en su despacho de forma algo mas informal. Encendio el ordenador y comenzo su rutina. Media hora mas tarde sono el telefono, era su secretaria que, antes de pasarle ninguna llamada, la informaba. --Su hermana al telefono. Peonia alzo los ojos al cielo, no se cansaba nunca de importunarla. Le tenia dicho que no la llamara en horas de trabajo. --Dice que es urgente. --Pasamela. --dijo a reganadientes. El telefono sono y pulso el boton para escuchar la voz de su hermana en manos libres. --?Que pasa? --le dijo sin despegar los ojos de la pantalla. --Raul esta en el hospital, un energumeno se ha saltado un semaforo y le ha atropellado cuando iba al instituto. --Su voz sonaba angustiada. Peonia miro el telefono intentando recordar quien era Raul, tenia tantos sobrinos que nunca conseguia saber quien era cada cual. --?Esta bien? --dijo algo fria. --Un golpe en la cabeza y magulladuras. Los medicos quieren que se quede para vigilar el golpe en la cabeza. ?Puedes ir a recoger al resto de mis hijos cuando salgan del colegio? Como si ella tuviera tiempo. --?No puede ir tu marido? Yo estoy bastante ocupada. --El ha salido del trabajo en cuanto le he llamado y viene hacia aqui, esta preocupado, como yo. Solo necesito que cuides de mis ninos unas horas, luego ira su padre a buscarlos, por favor. Como le gustaba dramatizar. Se paso la mano por la cara mientras negaba con la cabeza, ?como podia pedirle algo asi? ?Es que no sabia apanarselas sola? Era increible. Al final dijo: --No te preocupes, yo me encargo y dile a Raul que se mejore. No espero a que le dijera nada, colgo y pulso el boton que le pasaba con la secretaria. --Sonia, llama a mi chofer y dile que pase por el colegio de mis sobrinos para recogerlos y llevarlos a casa. A mi casa no, a la suya, por favor, ni se le ocurra confundirse, ?de acuerdo? --Entendido. A la hora de comer su secretaria le trajo comida preparada, normalmente una ensalada, un yogur desnatado y una fruta. Comio en el despacho, a solas. A la tarde, a eso de las seis, se fue a casa. Su secretaria le entrego el abrigo y su chofer estaba en la puerta esperandola. O no. ?Donde estaba? Miro arriba y abajo de la calle, no se veia el coche, en su lugar vio a un mendigo pidiendo limosna. Se le veia tan sucio y su mal olor llegaba hasta alli. ?Donde estaba la policia cuando se les necesitaba? Aquel era un buen barrio, ?como dejaban a gente como aquella pasear por ahi? Le esquivo, no queria oler mal, o coger cualquier enfermedad. Deberian prohibirles pasear por las calles, ?por que no tenerles en un centro, alejados de la gente normal? Una vez perdio de vista al mendigo, cogio el movil para llamar a su chofer y saber por que no habia ido a recogerla. --Senorita, sus sobrinos estan en su casa... --dijo con voz temblorosa. --?Perdona? Creo haber sido muy clara al respecto. --No tienen las llaves de su casa y hasta que no llegue su padre se han quedado aqui. Las sirvientas ya se han ido y el mayordomo tenia hoy el dia libre, asi que no me ha quedado mas remedio que acompanarlos, no queria dejarlos solos. --Esta bien, esta bien, supongo que has hecho bien, yo, no se, ire en taxi. Le colgo. Menudo contratiempo, esperaba que el padre de esos pequenos demonios no tardara en llegar. No queria a esos mocosos rondando en su santuario. Miro la carretera, no veia ningun taxi. Su casa tampoco estaba tan lejos, podia ir dando un paseo. Hacia buen dia y asi daba tiempo a su cunado a recoger a sus sobrinos. Escucho una campana sonar varias veces. --Ho ho ho, feliz Navidad. ?Una limosna para los sin techo? Lo que le faltaba, un Papa Noel con su traje, su barba postiza, su campana amarilla sonando una y otra vez y el vaso de plastico para pedir dinero. Si tuviera que dar dinero a todo el que pedia se arruinaria en un dia. Paso de largo. --Senorita... No podia ser, ?le estaba siguiendo? Apreto el paso. --Senorita... Se giro para ver al Papa Noel pisandole los talones, habia dejado la campana para coger su panuelo de seda. Se toco el cuello, por lo visto debio caersele. Se detuvo para recogerlo. --Espero pase unas bonitas navidades junto a su familia. Le dijo el Papa Noel. Ella cogio el panuelo, pero el lo retuvo un momento. --?Tiene familia? --?Y a usted que le importa? --le espeto sin mas, menudo insolente metomentodo. --Es triste la Navidad cuando uno esta solo, yo lo veo todos los anos. Hay mucha gente sin hogar, sin familia. Usted esta sola, muy sola y no lo sabe. --Devuelvame mi panuelo. --le dijo mirandole con desprecio. --Que tenga una bonita Navidad --dicho lo cual le soplo en la cara y su aliento estaba helado. Cerro los ojos y se paso la mano por la cara congelada. ?Pero que hacia ese tio? Al abrir los ojos, el Papa Noel no estaba y ella tenia su panuelo en la mano. Suspiro aliviada, menos mal que se habia ido, ya pensaba en llamar a la policia. Estupido farsante, le vestian de Papa Noel y ya se creia capaz de juzgar a las personas. ?Quien se creia que era, Santa Claus de verdad? Esos tipos estaban todos locos. Le gustaba la navidad por las compras, a ella le encantaba comprar y vender, pero odiaba los sentimentalismos, los arboles, los adornos, las reuniones familiares. Ella hacia anos que celebraba la navidad sola, o en alguna isla tropical, escapando del frio y las tonterias. Por fortuna, un taxi aparecio. Se subio en el y le pidio que le llevara a casa. Al llegar, todo estaba tranquilo. Su chofer la recibio en la entrada, su cunado estaba con todos los crios revoloteando a su alrededor, parecia que se preparaban para marcharse, gracias al cielo. --Pense que ya os habriais ido --dijo a modo de saludo. Dejo el abrigo, el bolso y el maletin en la entrada

  • Hijas del castillo Deverill de Santa Montefiore

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    Otros referentes podrian ser Diana Gabaldon o Florencia Bonelli.

  • Destruccion 2 de Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    No era mi cuerpo. No, tampoco era la sombra de un pajaro. Ojala lo fuese. Ojala hubiera tenido esa libertad que tanto anoraba en esos animales para volar alto y desaparecer de este jodido mundo. No podia decir que estaba confusa. No. Yosabia con claridad lo que habia sucedido en mi vida, loque me habia llevado a ser esa mujer engreida y vanidosa durante tantos anos. Llevaba varias semanas en Irlanda. No tenia contacto con nadie. Ni siquiera habia tenido la valentia de coger algunas llamadas de Jess. Ahora yo habia elegido esa vida de soledad y de retiro. Nunca imagine que eldineropudiera hacer tanto dano en una persona. No era la primera vez que pensaba en el mal uso que le estaba dando a la fortuna de mi padre. Podia haber ayudado a mucha gente que lo estaba pasando francamente mal con un poco de esos ingresos que semanalmente llenaban mi cuenta corriente. Pero hay algo que hace que las personas vanidosas lo sean, que sean codiciosas y que solamente piensen en si mismas. Y se trata de la falta de generosidad. Lo vi en James, en mi hermano, que malgastaba con voluntad el dinero de mis padres, y lo vi en mi, que solo pensaba en modelitos y en tratamientos de belleza. Para ser una persona vanidosa, lo que tienes que hacer es no pensar en el resto de la humanidad, sino solo en ti. Ahora me daba cuenta, lejos, muy lejos de Brad y quienes podian haber sido unos amigos excepcionales, de que mi vida habia sido un puto desastre. Me martirizaba pensandolo una y otra vez. Aquella manana de lunes no sali de casa. Llovia. Aproveche para quedarme en la cama. Pensaba en montar algun negocio o en buscar trabajo para deshacerme de esa vida de excesos y pereza continuada que siempre habia llevado. Queria ser otra mujer. Mi separacion de Brad habia sido un punto de inflexion en mi vida. Que el hermano del que podia haber sido el hombre de mi vida hubiese sido atropellado, asesinado, por James, me ponia enferma. Estaba a punto de enloquecer. Quiza, lo unico positivo que habia detras de aquella tragedia es que yo podia renegar de mi pasado turbio y comenzar desde cero. Debia poner tierra de por medio. No desayune. Me levante a mediodia y me duche. No tenia ganas de meterme nada en el estomago aquel lunes. Ademas, no sabia cocinar nada. Solo habia comprado latas y platos precocinados desde que me instalara alli. Y aquello todavia me hacia menos apetecible acercarme a la nevera o a la encimera. Me prepare un te y estuve mirando por la ventana. Una pequena plaza con una diminuta arboleda era el paisaje que contemplaba desde mi salon, todo un lujo en aquella ciudad donde la neblina y una llovizna intermitente desdibujaban las fachadas de las casas que me rodeaban. ?Tenia miedo? Si, lo llamare miedo. Tenia miedo, no a comenzar, sino a recordar. Cada vez que recordara, sentiria el temblor, la nostalgia, la ausencia de Brad y de lo que podia haber sido el inicio de una vida feliz. Tenia miedo a tantas cosas. Ni siquiera tenia a Marlene ayudando en casa. No tenia a nadie con quien hablar, con quien desahogarme. Me ahogaba, pero era un castigo que merecia, maldita sea. Pese a la fina lluvia, decidi salir a dar una vuelta por la ciudad. Cuando una viaja por tantos lugares del mundo y duerme en los hoteles mas caros, termina por no darle importancia a las ciudades que visita. Lo que cambia un lugar es tu punto de vista, tu estado de animo, la compania. Yo siempre habia viajado sola o con James. Ahora me daba cuenta de que, si Brad estuviese a mi lado, Dublin me pareceria una ciudad maravillosa, pero ahora era otra de esas ciudades europeas que habia visitado sin que me emocionara significativamente. Me puse ropa deportiva. Queria pasar desapercibida. No queria que nadie se fijara en mi cuerpo, en mi rostro. Alli no era conocida. De hecho, no era conocida en ningun lugar delmundo, salvo por mi apellido McRay. Yo llevaba la sombra de mi padre alla donde fuese y eso era un estigma con el que James y yo debiamos cargar. Camine durante un largo rato por Grafton Street y curiosamente algo hizo que me detuviera delante de un escaparate. No tenia ganas de llenar mi nuevo armario con ropa cara. No me apetecia nada ir de compras. ?Donde me detuve? Fue delante de una libreria. No habia reparado en ella pese a haber pasado por aquel lugar decenas de veces las ultimas semanas. De nuevo fue un libro sobre pajaros la que me atrajo la atencion. Sin pensarmelo dos veces, entre. Compraria aquel libro donde una preciosa gaviota suspendida en el aire aparecia en la portada. Se trataba de un ensayo del prestigioso biologo Trevor Jones. Entre sin pensarmelo dos veces. Una anciana amable regentaba aquella pequena libreria. Me sonrio. Estuve hojeando diversos libros y algunos albumes infantiles que tenian unas ilustraciones preciosas. Aunque nunca habia sido proclive a leer, salvo esos libros sobre aves, decidi que no me vendria nada mal hacerme con una pequena biblioteca en casa. Seguramente contribuiria a darle un caracter mas acogedor y romperia con esa fria atmosfera que ahora tenia en su interior. Mientras me hacia con unos cuantos libros, entre ellos, ese ensayo sobre aves, alguien cruzo el umbral de la puerta de entrada, alguien que desperto mi curiosidad. Era un hombre que, seguramente, rondaba los cuarenta anos. No era un jovenzuelo, pero se notaba que se cuidaba muy bien. Su porte atletico y una mirada seductora enseguida hicieron que bajara la mirada. Me estaba poniendo muy nerviosa. ?Como podia sucederme eso? No sabia como reaccionar o comportarme. El magnetismo que despedia aquel hombre, cuya madurez y seguridad se notaban en su voz al hablar con la dependienta y en la eleccion de un traje gris, estaba en sintonia con esa actitud varonil que destilaba con cada gesto. Como lalibreria no era muy grande, enseguida se percato de mi presencia. Que idiota era. Estaba ante un tipo muy interesante y yo llevaba un chandal y unas zapatillas de deporte. Sin embargo,mi rostro estaba ahi, frente al suyo, en esa distancia justa y prudente en que dos personas pueden mirarse detenidamente sin que ninguno de ellos se sienta intimidada. Y eso hizo el. Fijarse en mi. Y yo me sonroje. Tenia claroque, a estas alturas, yo no creia en los flechazos y en nada parecido a enamorarse a primera vista. Si alguna vez experimente algo parecido a eso, fue con Brad. Pero creo que, a estas alturas, no me sentia capacitada para volver a experimentar algo asi. Pero he de confesar que la aparicion de aquel hombre en la libreria hizo que, por unos momentos, me olvidara de todo lo que habia sucedido en Manhattan, de todo lo que habia dejado alli. Imaginaba continuamente a Brad, aniquilado al saber que yo, a la que habia amado salvajemente, era la hermana de su mayor enemigo. Con atrevimiento y, sin saber por que, me dirigi al mostrador para pagar mis libros. El hombre habia comprado una antologia de cuentos orientales que la dependienta estaba envolviendo pacientemente. Estaba claro que era un libro para regalar. Al acercarme, senti su fragancia oscura y penetrante. Tenia gusto al elegir el perfume como habia tenido al elegir su indumentaria. Un corte de pelo refinado y algunas canas le daban un aire misterioso. Si me preguntais si me acordaba de Brad en aquel momento, os dire que no lo habia olvidado. Que aquel chico al que James habia destrozado su vida seguia en mi corazon y el hecho de que yo me hubiese trasladado a Dublin a vivir era la prueba fehaciente de lo que estaba diciendo. Pero la presencia de aquel hombre me tenia cautivada. En otro tiempo, ni siquiera lo hubiera mirado. Pero ahora que habia descendido al reino de los mortales, me encantaba recrearme en la belleza de la gente corriente. Habia escarmentado. Estaba harta de aquellas falsas amistades en los circulos de mi hermano y en esos ligues de una noche donde no habia ninguna diferencia entre un consolador y aquellos chicos de portada de revista. Fingi que no estaba interesada por la curiosa eleccion de aquella antologia de cuentos, pero el, sin embargo, no pudo evitar comentar algo sobre el libro que habia elegido. --No sabia que a alguien le pudiese interesar ese trabajo sobre aves -- manifesto con una voz suave y tersa. --Si. Me encanta leer sobre pajaros. --?Quien me iba a decir que una joven tan hermosa tendria esos gustos tan peculiares? --?A que se refiere con "peculiares"? -- pregunte seria, tratando de seguirle el juego. --No me malinterprete, senorita. Conozco al autor. --?De verdad? -- volvi a preguntar. --Si, ademas, es un tipo extraordinario. --No he leido ningun libro de el, solamente algunos articulos que ha ido publicando en Internet --dije con tono apagado. --No le va a defraudar si le gusta el apasionante mundo de los pajaros -- dijo el esbozando una leve sonrisa. --No se si se esta burlando de mi. --No me estoy burlando. Simplemente me encanta saber que hay personas que sienten pasion por estos temas. ?Es usted biologa? --Bueno, algo parecido -- menti con un tono enigmatico. El hombre volvio a sonreir y sus ojos parecian que querian leer algo en los mios. No sabia comointerpretar aquellas palabras y aquel tono que, aunque natural y espontaneo, no dejaba de tener un halo de seduccion.

  • Arrastrame al infierno contigo (Samsara 1) de Jane Reyals

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    ?Que harias si el amor de tu vida, por el que renunciaste a tus alas, no recordara siquiera tu nombre? Los secretos, los celos, el amor, el deseo y la posesividad inundan la vida de Naia, una joven que oculta un gran secreto. Inmersa en sus estudios, rechaza cualquier tipo de relacion con los hombres, pero pronto se sentira acorralada por un profesor que afirma conocerla mas de lo que ella cree. Entretanto, Zackary, un angel arrojado a la tierra, condenado por amar lo prohibido, intentara recuperar a su angel. Para ello entregara sus alas a los Kazoos, los guerreros del infierno, encargados de recuperar el mapa, el unico conducto que puede llevarlos de vuelta al Eden. Angeles deberan unir fuerzas para derrotar Kazoos del ultimo ser que esperarian, aquel que aguarda librar una batalla milenaria para cumplir su venganza.

  • Dos Sansones a los pies de Dalila, Mabel Montes de Mabel Montes

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    Daniela es una mujer de armas tomar que aborrece a los tipos chulos. Sergio es un chulo al que le ponen las mujeres de armas tomar. El dia que Sergio la contrato para organizar la fiesta de inauguracion de su gimnasio, Daniela no imagino que a los quince minutos de conocerse estaria estampando el culo de su cliente contra un tatami, y menos aun, que terminaria planteandose rechazar el trabajo por darse un revolcon con un capullo que la sacaba de quicio y la atraia a partes iguales.

  • Tal como somos de Nicholas Sparks

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    Colin Hancock esta decidido a no dejar escapar la segunda oportunidad que le brinda la vida. Con un historial manchado de violencia y malas decisiones, mas la asfixiante amenaza de dar con los huesos en la carcel, ha tomado la firme determinacion de ir por el buen camino.
    Maria Sanchez, una trabajadora hija de inmigrantes mexicanos, es la viva imagen del exito mas convencional: una verdadera belleza con una llamativa melena negra, licenciada por la facultad de Derecho de la Universidad de Duke, con un empleo en una prestigiosa empresa de Wilmington y una carrera profesional intachable.
    Un encuentro fortuito en una carretera mojada y resbaladiza por la lluvia alterara el curso de las vidas de Colin y Maria, desafiando la imagen preconcebida que tenian el uno del otro, e incluso la imagen que tienen de si mismos. El amor nacera entre ellos, y poco a poco se atreveran a sonar timidamente con un futuro juntos, hasta que los ominosos recuerdos del pasado de Maria vuelvan a aparecer.

  • Miscelanea, Ana Alvarez de Ana Alvarez

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    Primera obra de la escritora que te enganchara de la primera a la ultima pagina.

  • La sombra de Erin (Celtic 1) de Adriana Rubens

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  • El Odio y la Muerte de Christo Herrera Inapanta

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    Tras el asesinato de su mujer, Andres fue inculpado y llevado a prision; no obstante un detective le permite salir tras demostrar su inocencia, se habian registrado otras muertes en similares circunstancias. Andres no dudara en investigar al asesino de su mujer siguiendo la unica pista que dejaban las victimas del criminal.

  • La oscuridad en el abismo de Adriana Hartwig

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    La oscuridad se consume en un abismo, se mete dentro de si misma, imposibilita que algo se escape de alli. Atraida como a un agujero negro, como si una fuerza gravitacional la arrastrara, Isabela se adentra en la oscura mirada de Dermont, a quien todos le dicen que debe temer, que debe esconderse de el. En esos ojos, que todos ven como tenebrosos, ella ve, timida, una luminosidad que escapa al abismo.

  • Los Smith, perfectos imperfectos (Serie completa) de Valeriam Emar

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    SI CECE LO DICE
    Cece amor es una famosa consejera sentimental, conocida por su don de emparejar a las personas que estan destinadas a estar juntas. Pero su mundo rosa empezara a desmoronarse con la aparicion del Camarada del deporte, un bloguero que intenta destruir su reputacion acusandola de fraude.
    Jerry Smith se propone encontrar a la famosa consejera sentimental que hizo que su prometida lo dejara plantado a pocas semanas de casarse y se ocuparia de que ella pagara bien caro lo que le hizo.
    A veces el enemigo esta mas cerca de lo que uno se imagina, y del odio al amor se puede pasar a un solo beso.

  • Perros y lobos de Herve Le Corre

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    Un thriller de ambiente sofocante y adictivo que confirma a Herve Le Corre como uno de los grandes maestros del crimen europeo.

  • Quedate en Mi Vida de Maria Ferrer Payeras

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    Los pasos que damos nos llevan a veces a una vida que no habiamos imaginado…

  • Cuando el antro sagrado cierra de Lawrence Block

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    Matt Scudder fue policia de Nueva York. Ahora es un detective sin licencia que saca las castanas del fuego a sus amigos. Se divorcio de su mujer, y ahora vive en un modesto hotel del West Side. Pero su verdadero hogar se encuentra en cualquiera de los bares de su zona; la clientela habitual forma su familia. Corre el verano de 1975, y Matt anda comprometido con varios favores a amigos. En primer lugar, debe salvar de sospechas a Tommie Tillary, un hombre de negocios de ropas estridentes cuya mujer ha sido asesinada. Matt Scudder no dejara de beber ni un instante, pero se mantendra lo suficientemente lucido como para encontrar la solucion, hallando la inspiracion en el fondo de la botella.

  • Devorame, Kevin – Emily Delevigne de Emily Delevigne

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    Taylor Lanson esta intentando enterrar a la persona que un dia fue. Cansada de depender de los hombres, se ha convertido en una mujer independiente y en la unica duena de su destino.

  • Coincidencia millonaria de Gina Rosi

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    --Deberias conectarte totalmente con Chad esta noche. --!Que! --Exclamo--. !De ninguna manera! --Miro hacia arriba y me encuentro con los ojos grises de mi prima en el espejo. Ella esta de pie detras de mi, arreglando mi masa de cabello cobrizo intenso con mechas rubias en preparacion para la fiesta de cumpleanos de Chad Black, a la que practicamente me obliga a asistir. En este momento me esta mirando con su propia expresion particular de exasperacion. --En serio, Sarah --dice, insertando otro alfiler en mi cabello para mantener el estilo que esta creando--, necesitas divertirte un poco. Y por lo que me has dicho, Chad es lindo, sexy y esta ansioso por darte justo lo que necesitas. --Yo y todas las demas chicas de Nueva York --me burlo--. Vamos, Liz, no esta tan mal. Me divierto. Te tengo a ti, Brandon, todos esos hermosos libros en mi e-reader y un trabajo increible --hago una pausa--, que no es tan sorprendente, pero lo que sea. Liz se rie y se echa hacia atras el pelo negro y rizado que le llega hasta la espalda. Ella acababa de regresar del trabajo cuando le hable de la fiesta de Chad, a la que no estaba seguro en ese momento, a la que queria asistir. Inmediatamente, lo dejo todo y comenzo a ayudarme a prepararme, insistiendo en que tenia que irme. Ella debe estar cansada, despues de un largo dia en el bufete de abogados donde trabaja, pero aun se ve deslumbrante. Me gusta pensar que nos parecemos, al menos en cuanto a rasgos, nuestros padres son gemelos identicos despues de todo, pero en el color tomamos como nuestras madres. Mi piel es palida y un poco rosada en un buen dia, mientras que Liz tiene un tono caramelo claro absurdamente hermoso. --Estoy segura de que sabes lo patetico que es cuando mi novio, yo, los libros y el trabajo somos tu unico derecho a una vida llena de diversion --dice Liz, todavia sonriendo--. Cuando dije divertido, no me referia a la version PG. --Me mira a los ojos en el espejo y baja la voz a un susurro teatral--. Me refiero al sexo. Me rio. --No voy a tener sexo con Chad. Es suficiente con que practicamente me obligues a ir a su fiesta. --Si --dice sin arrepentirse--, Brandon pasara la noche y no quiero preocuparme por ser ruidosa. --Ella sonrie con picardia--. De todos modos, ambas sabemos que si no te obligo, te sentaras en tu habitacion suspirando por ya-sabes-quien. Niego con la cabeza. --No suspiro, y puedes decir su nombre. --Se que puedo, solo deseo que lo olvides. --Me clava otro alfiler en el pelo. --Su nombre es Jim Weyland --digo obstinadamente. Ella pone los ojos en blanco--. Y es un idiota. --El no es. --Es demasiado. Las dos nos reimos, recordandonos cuando eramos ninas. Practicamente crecimos juntas y hemos sido inseparables toda nuestra vida. Su risa termina en una pequena risa. --No se tu, pero cuando un chico te invita a salir, te lleva, pasa dos meses haciendote enamorar de el, y cuando finalmente le dices como te sientes, te dice que el tambien te ama, pero… --se detiene--, ?cuales fueron las palabras exactas de nuevo? Yo no respondo. No quiero recordar A veces, todavia es demasiado doloroso pensar en ello. Liz tiene razon. Paso demasiado tiempo pensando en Jim Weyland. El escritor de largometrajes mas renombrado de Gilt Traveler, un viajero de aventuras de fama mundial, y el hombre del que he estado enamorado, silenciosamente y sin ser correspondida durante los ultimos dos anos. Inmediatamente despues de la universidad, consegui un trabajo en Gilt Traveler, una de las muchas publicaciones propiedad de Gilt Magazines. Me enamore de Jim en mi primer dia en el edificio despues de la entrevista, cuando paso junto a mi en el vestibulo. Habia empezado como asistente de Mark Willis, el editor principal de funciones, y me dirigia a los ascensores cuando un chico alto, moreno y apuesto con confianza se acerco a mi, haciendome mirar fijamente. Me guino un ojo y casi me tropece con mis tacones de ocho centimetros. No sabia quien era en ese momento, pero lo descubri muy pronto. Por alguna providencia divina, tambien trabajo en Gilt Traveller. Era un escritor talentoso, guapo, encantador y nada parecido a los chicos que habia conocido en la universidad. Me invito a cenar, convirtiendome en la envidia de todas las chicas de Gilt, porque nunca habia salido con nadie de la oficina. Fue magico. O eso creia yo. Al final de la semana, me acoste con el. Al poco tiempo, supe que me estaba enamorando de el. Estupidamente, le dije como me sentia, y el respondio diciendome que yo era dulce y que el tambien me amaba, pero que nunca podria comprometerse con ninguna mujer y que solo me haria dano a la larga si lo intentaba. --Lo digo en serio cuando digo que te amo --dijo con seriedad, con una expresion apasionada que siempre me habia hecho sentir como si yo fuera la persona mas especial del mundo para el--. Significaria mucho para mi si pudieramos ser amigos despues de esto. Liz todavia esta esperando que responda. Cierro los ojos, tratando de bloquear el triste recuerdo--. Dijo que no puede comprometerse con una sola mujer. --Eso --dice Liz--. Cuando un chico hace eso, es un idiota, y no sigues siendo amigo de el por ningun motivo. Ni siquiera irias a la fiesta de Chad esta noche si Jim estuviera en la ciudad para decir ‘Oye, Sarah, ?por que no vamos a pasar el rato en este o aquel cafe? Sere tan encantador y divertido, mientras me complace el hecho de que en solo dos meses conmigo, te hice incapaz de enamorarte de nadie mas’. Hemos tenido esta pelea un par de veces, aquella en la que ella me dice lo poco saludable que es mi amistad con Jim para mi, y yo trato de defender a Jim y el hecho de que dos anos despues de que me rompio el corazon, todavia estoy en amor con el. Cuando no respondo, Liz, inusualmente, deja el asunto descansar. Clava un ultimo alfiler en mi cabello y da un paso atras, mirando su obra. La mayor parte de mi cabello esta recogido en un peinado que es intencionalmente desordenado, pero elegante, con algunos mechones enmarcando mi rostro. Es encantador. Me encuentro con los ojos de Liz en el espejo y sonrio con agradecimiento. --Gracias. Ella le devuelve la sonrisa. --No hay problema. Ahora ve a esa fiesta y diviertete. --Ella guina un ojo--. En caso de que cambies de opinion y decidas sacudir el mundo de Chad. Deje un regalo en tu bolso. Mirandola con recelo, me acerco a mi cama y cojo el bolso negro, lo abro y pongo los ojos en blanco ante el ‘presente’. --Definitivamente no los necesitare --digo con una sonrisa. Liz se encoge de hombros. --La noche aun no ha terminado. Permiteme un poco de esperanza. * * * * Menos de una hora despues, estoy frente a la sala Oyster, un exclusivo restaurante y bar en el segundo piso del Swanson Court Hotel. Desde el exterior, es imposible adivinar que hay una fiesta en el interior. Deteniendome en el pasillo fuera de las puertas, veo mi reflejo en el cristal y agradezco a mis estrellas por Liz. Tambien me ayudo a escoger mi ropa, un vestido verde oscuro del mismo color que mis ojos, con un escote sugerente y un dobladillo que termina justo por encima de mis rodillas, combinado con tacones negros que suman diez centimetros a mi modesto metro sesenta y cinco. Satisfecho de que nada esta fuera de lugar, abro las puertas y entro en una tranquila antesala ocupada por una sonriente anfitriona, que me dirige hacia otro par de puertas que se abren directamente al restaurante. En el interior, la fiesta esta en pleno apogeo, y aparentemente incluye a todos los jovenes elegantes, artisticos o creativos de la ciudad de Nueva York. Eso no es sorprendente. Chad Black, el celebrante, es un fotografo galardonado que a veces trabaja para Gilt Traveler. Desde la entrada, vislumbro a algunas personas de la oficina, y luego a Chad al otro lado de la habitacion, susurrandole algo a una rubia increiblemente delgada, que se rie de lo que sea que este diciendo. Chad tipico. Le encanta coquetear, y ha estado intentando, de muy buen humor, meterse en mis pantalones durante anos. Tomo una copa de champan de un camarero que pasa, con los ojos todavia en Chad. Es guapo, muy guapo, con cabello largo y castano, ojos color caramelo y una sonrisa encantadora que le da la apariencia de ser el vecino inofensivo, amistoso, pero increiblemente atractivo. Lo se mejor, su amor por las mujeres es generoso, no discriminatorio y definitivamente no monogamo. Levanta la vista de la oreja del rubio y me nota. Sonriendo, se disculpa y se acerca. --Sarah, carino --exclama por encima de la musica pop fuerte, luego me besa en ambas mejillas antes de inclinarse hacia atras para mirarme--. Te ves impresionante. --Tu tambien --respondo, esquivando una segunda ronda de besos--. Gran fiesta. --?Yo se, verdad? --Toma mi mano y hay un destello cuando alguien toma una foto. No tengo tanta influencia social como algunas de las otras chicas de Gilt, asi que no me preocupa que mi foto aparezca en alguna de las columnas de moda o chismes. Chad todavia esta hablando. --Tengo grandes amigos que se dan cuenta de que no hay nada mas importante que celebrar el hecho de que hace veintiocho anos vine a este mundo en beneficio de las mujeres de todas partes --proclama. Me rio. Estas tan lleno de eso. --Si --responde con una sonrisa encantadora--. Pero me amas. --Si --Entonces, ?por que no me dejas mostrarte lo loco que estoy por ti? Le doy un manotazo en el brazo. --Porque me amo demasiado. Suspira exageradamente. --Ven entonces. Te presentamos a algunos de mis amigos. --Tirando de mi a traves de la habitacion, me lleva a un grupo de personas hablando y riendo con bebidas y bocadillos. --Chicos, esta es Sarah --anuncia Chad--, en cuyas bragas estoy tratando de meterme. --Me guina un ojo, impenitente, mientras sus amigos ululan. Alguien tira de su manga y le susurra algo al oido. --Vuelvo enseguida --me dice antes de irse para ocuparse de lo que necesite. Uno de los amigos, un tipo de cabello castano desordenado y rostro sin afeitar, me dice su nombre con un acento britanico fresco. Tambien presenta al resto del grupo. Hay un pintor, una morena con curvas que trabaja en un tabloide, un critico gastronomico y la mezcla tipica de escritores, artistas y otros tipos creativos. --La mayoria de las veces fuimos a la universidad con Chad --dice un britanico--. ?Como lo sabes? --El hace un trabajo para nosotros…, la revista donde trabajo. --?Que revista? --La pregunta viene de la pintora, una mujer menuda con un corte pixie. --Viajero dorado --respondo. --Esa es buena. --La escritora sensacionalista, creo que su nombre era Annabel, parece impresionada--. ?Que haces? --Soy un asociado de funciones --les digo. Es el titulo oficial de mi trabajo real, que consiste en escribir los pequenos articulos en los que los escritores no pueden molestarse. --Suena como un buen concierto --dice alguien. --Si, lo es --estoy de acuerdo con un encogimiento de hombros. --No puedo esperar el momento en que una modelo en bikini salga de un pastel --declara un britanico, terminando su bebida e inmediatamente cogiendo otra de una bandeja que pasa. --?Pasara? --Pregunto interesada. Nunca habia visto algo asi fuera de las peliculas. --No es probable. No es una fiesta de fraternidad. --Suena melancolico. Chad regresa. --Entonces, chicos, ?habeis convencido a Sarah de que valgo al menos una noche de su tiempo? --?Eres tu? --Dice una de las mujeres, sacudiendo su cabello--. No por lo que recuerdo. El resto del grupo se echa a reir y me uno a ellos. Chad intenta parecer molesto, pero falla. --!Chad, carino! --La voz suave viene del otro lado de la habitacion y todos miramos en esa direccion. La oradora es una mujer vagamente familiar, alta y esbelta, con una masa salvaje de cabello rubio oscuro y piernas de un kilometro de largo luciendo un mono ajustado. --Aqui viene Claudia --oigo decir a alguien. Pero no estoy escuchando. Mi corazon esta martilleando, mis ojos se fijaron en el hombre de pie junto al recien llegado. Jim Weyland. ?Que esta haciendo el aqui? Pienso, presa del panico y euforico al mismo tiempo. Se supone que debe estar en Inglaterra, haciendo paracaidismo con Reese Fletcher, el temerario multimillonario de la electronica de sesenta anos. Habiamos hablado por telefono hace solo unos dias, y no menciono nada sobre regresar a Nueva York. Sin embargo, aqui estaba, con la mujer mas hermosa de la fiesta, nada menos. Todavia no me ha visto, asi que tengo tiempo de mirarlo. El esta de pie, mirando a su cita mientras se arroja a los brazos de Chad, su expresion, esa irresistible combinacion de aburrimiento y misterio que solo algunos chicos pueden lograr. Su cabello oscuro es corto a los lados y hacia atras, mas largo al frente, con un atractivo mechon cayendo sobre su frente. Su cuerpo, perfecto con una elegante camisa y pantalones oscuros, esta en forma y atletico. Mi corazon se atora en mi garganta, llenandose con el familiar dolor agridulce que siento cada vez que lo veo.

  • Por la fuerza (Parte 2 de 2) de Pilar Parralejo

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    Continuacion de Por la fuerza.

  • Abraza mi oscuridad, Isabel Keats de Isabel Keats

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  • Volveras de Maria Girardet

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    Santiago un hombre soltero rico y empresario, solitario por su forma de ser amargada y poco divertida debido a sus obligaciones y poco interes en la sociedad, se vera atrapado en las riendas del amor, el cual, sin tan siquiera imaginarselo llegara a su vida en la noche de su cumpleanos, una noche que como decia su fallecida madre, traia consigo buenos augurios cuando esta, fuera tan oscura y estrellada al mismo tiempo, ese buen augurio, tiene nombre y apellido, <> quien trae consigo, un gran secreto y unas dulces espinas, que haran a Santiago. . Enloquecer.

  • Al suelo (Enredos con la ley 4) de Ruth M. Lerga

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    Natalia Miralles miraba con rencor hacia la puerta cerrada de su despacho. Desde esa manana habia fuera un policia nacional justo al otro lado, en pie, quieto. Al parecer, estaba <>. O lo que era lo mismo para ella, vigilandola, fiscalizando cada uno de sus movimientos. A ver, que tampoco era que necesitase esconder una plantacion de marihuana en su casa ni tenia la intencion de cargarse a alguno de sus exnovios y meterlo en el maletero del coche… Pero, !por favor!, que debia avisar incluso cuando iba a hacer pis, como en el colegio. Era incomodo, era un engorro y, segun el conseller de Politica Territorial, Obras Publicas y Movilidad --su jefe directo--, era tambien estrictamente necesario hasta que la licitacion de la nueva Ciudad Universitaria se realizase y adjudicase. Era eso o que atrapasen a un pirado que, hasta donde ella sabia, se dedicaba a enviarle amenazas de muerte sobre el plan urbanistico que en breve saldria a licitacion. !Ey!, y que al senor amenazador le molestaba todo de lo que tuviera que ver con el proyecto: quien se presentaria, segun lo poco que se habia apostado o que los propios despachos de arquitectura habian filtrado; el lugar en el que se construirian las nuevas universidades, el destino para el terreno de las antiguas; el precio maximo con el que el pirado especulaba !porque es que ni siquiera se habia decidido todavia! Vamos que, para su acosador, Natalia no habia dado pie con bola. Bueno, para su acosador oficial, si tenia que especificar quien la acosaba, porque, ademas del tarado que enviaba cartas a la Conselleria, estaba el segundo peloton de acosadores personales, <>: los tres escoltas que la guardarian manana, tarde y noche; aun tenia que decidir quien era, como en la serie de los ochenta, el listo, quien el guapo y quien el loco. Los fines de semana serian grupos de Seguridad Ciudadana, significara eso lo que significase, e irian rotando. Habia decidido que los de los sabados y domingos serian M.A., esto era, Mas Azules, por el color de sus uniformes. Sus hermanas la habian llamado encantadas con el hecho de que la protegieran y, ademas, que lo estuviera por --literalmente-- hombretones <>. Para ella no era tan dificil de entender su disgusto: no le gustaban las legumbres, no le gustaba ir en bicicleta y no le gustaban los policias. Manias suyas. --?Que tal las vacaciones? --le pregunto la enesima companera que entraba en su despacho aquella manana a saludarla. No eran tan popular. Era obvio, por tanto, que iban a ver al poli buenorro ubicado a la entrada de su despacho, un tal Puig. Si los otros dos, el de la tarde y el de la noche, eran igual de guapos, iba a tener una procesion infinita de mujeres peregrinando hasta ella dia si, dia tambien. --Marineras --respondio--. Estuve una semana fondeada en Formentera, aprovechando que mis padres no iban a usar el velero, y despues me fui de crucero por las islas griegas. No le diria que habia sido un crucero de solteros, tampoco tenia por que pregonarlo y, ademas, se habia sentido en una especie de High School Musical, como si todos los pasajeros se hubieran rehormonado como en el instituto. --Que envidia, yo me fui al pueblo de mi novio, en la meseta… Y estuvo diez minutos contandole menudencias antes de marcharse y dejarla trabajar. Natalia estudio Arquitectura en la Universidad Politecnica. El mejor amigo de la infancia de su padre era Francisco Camps, quien, ademas de apadrinarla en la pila bautismal, acabo, con los anos, convirtiendose en el Muy Honorable Presidente de la Generalitat Valenciana. Asi que, cuando la crisis la dejo sin trabajo, le ofrecio un empleo. Tres anos despues era la maxima responsable de Obras Publicas, solo por debajo del conseller. Lo increible fue que, cuando el Partido Popular perdio las elecciones, el socialista Ximo Puig la confirmase en su puesto, siendo el suyo un cargo de confianza. Era una privilegiada. Volvio la vista a los terrenos que tenian que urbanizar, al enorme mapa colgado en la pared, en plena avenida Blasco Ibanez. El campus universitario de la Universidad de Valencia, el primero de los tres de la ciudad, se proyecto en 1908, aunque dada la inestabilidad politica de las siguientes cuatro decadas no fue terminado hasta finales de los cuarenta. Eran varios los edificios senoriales, como el de la Facultad de Medicina, ademas de la Biblioteca o el Rectorado, los que componian la primera zona academica que tuvo la ciudad. Estaba situada, junto con otros dos campus mucho mas modernos y algo apartados de la gran avenida, en la entrada norte, el unico acceso <> a Valencia que quedaba, en el sentido de que no tenia municipios adheridos, junto al campo de futbol del Valencia, el Mestalla. Los atascos solian ser importantes por la manana, a la hora de entrada de los estudiantes, y a la salida si coincidia con que habia partido entre semana, momento en el que conducir por la zona era una condena, asi que habia llegado el momento de sacar las facultades --el estadio tambien, pero esa era una cuestion municipal-- a la zona de los campus nuevos, y eso requeria de dos proyectos diferentes y una inyeccion de capital importante que implicaria trabajo para mucha gente. La Ciudad de las Artes y las Ciencias costo mil cien millones y este proyecto llevaba el mismo camino. La Ciudad Universitaria se habia convertido en <> de los grandes estudios de arquitectura, tanto nacionales como internacionales, que querian dejar su sello en una ciudad que, con los anos, se habia ido modernizando y engalanando. Ahi era donde entraba Natalia: seria la encargada de redactar los pliegos, de valorar los proyectos y senalar los validos e, incluso, aconsejar cual debia ser el elegido. Y un jodido pirado la habia tomado con ella. Volvio a fijar los ojos en la puerta, con rencor, y despues miro el reloj. En cuanto acabase lo que tenia en la mesa bajaria a comer, sus tripas le advertian de que necesitaban nuevo combustible para seguir rindiendo. *** --?Te preparo un cafe? Todavia tienes diez minutos. Miro el reloj: pasaban cinco minutos de la una y media. --En breve muchos entraremos o saldremos del trabajo y el paseo de la Pechina estara hasta arriba de trafico. Prefiero ir con tiempo. Pero gracias, mama. Juanjo, de profesion subinspector Rios, comenzaba esa tarde en su nuevo puesto en Valencia despues de mas de dos anos trabajando en Castellon. Se habia acostumbrado a vivir solo e ir a su ritmo, comer en casa de su madre se le hacia extrano. Pero, un par de meses antes, Carmen habia tenido una recaida de su enfermedad de corazon y el habia solicitado el traslado de inmediato. Sus padres, ambos, eran mayores y, a pesar de que tenia otros tres hermanos y constituian una familia bien avenida, queria estar cerca y ayudar, asi que habia aceptado el primer puesto que le habian ofrecido, en el servicio de Escolta, a la espera de que surgiese algo que le gustase mas. Era el unico Rios sin pareja, asi que, por el momento, comeria con ellos a diario y se aseguraria de que todo fuera como debia. Es decir, bien. El resto tambien se turnaba para que estuvieran bien atendidos y acompanados el mayor tiempo posible. Su padre estaba muy orgulloso de la labor de hijos de sus chicos; su madre, en cambio, se sentia agobiada con tanta atencion, acostumbrada como habia estado desde siempre a preocuparse por ellos, no a ser cuidada

  • Tentacion Pasion Frenesi. Serie completa de Dylan Martins

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    Mire la hora en el movil ya que tenia la sensacion de que era mas tarde y de que el despertador habia fallado. Senti alivio al comprobar que solo eran las seis y media de la manana y hasta media hora despues no tenia que sonar. Me quede mirando la foto de mi hija Lucia, tan bonita y sonriente. La echaba de menos ya que vivia con su madre Cata, de la que me habia divorciado dos anos atras cuando la pequena solo tenia cuatro. Cata no es que me pusiera las cosas dificiles con nuestra hija, sino que las hacia imposibles. No colaboraba para que reinara la armonia por el bien de lo que teniamos en comun. Mi ex mujer era modelo. Trabajaba para una de las firmas de moda mas importantes a nivel internacional y vivia en Tenerife, pero siempre andaba viajando entre Paris y Londres. A la pequena la dejaba con sus padres con los que yo no tenia relacion. Me la entregaban cuando correspondia ella, o en su defecto la ninera de la nina, Lia. El problema residia en que a mi me tocaba un fin de semana de cada dos, cuatro dias en Semana Santa, un mes en verano y una semana en las fiestas de Navidad, pero, aunque ella estuviera fuera un mes, era incapaz de permitirme recoger a la nina y llevarla conmigo. Yo sentia que Cata preferia dejarla en manos de su cuidadora antes que con su padre. Era una persona toxica y se habia empenado en intentar joderme la vida. Su actitud me dolia hasta el infinito porque mi hija Lucia era mi mayor tesoro y hubiera dado lo que no tenia por poder pasar mas tiempo con ella. Sin embargo, y de la forma mas injusta del mundo, parecia que esa posibilidad cada vez era mas inalcanzable para mi. La mia era una vida estable, bastante buena. Habia heredado la empresa de mi padre la cual yo dirigia, "Financiera Montalvo". Tenia contratados a tres asesores financieros, a una asesora laboral y a la recepcionista, ademas de una empresa que se encargaba de la limpieza de las oficinas. habia fallado. Senti vivia con su madre dirigia, "Financiera sta, ademas de una Mi casa era la que yo habia elegido, de una sola planta, una gran terraza, mil metros de terreno de jardin con palmeras, zona de copas, piscina y tumbonas. En honor a la verdad en ella todo era precioso. Por mi parte, ser meticuloso formaba parte de mi ADN y habia encargado la construccion de cada zona interior y exterior con mucho mimo. Si tuviera que elegir una zona de mi casa que especialmente quedo a mi gusto, destacaria la cocina, confortable y amplia, con sus cincuenta metros cuadrados, los mismos con los que contaba el salon. Capitulo aparte merecia mi dormitorio, al que consideraba mi santuario, con vestidor y bano. A el habia que anadir tres dormitorios mas con sus correspondientes banos y esa terraza amplia y ancha donde pasaba mucho tiempo, ya que el clima de la isla invitaba a disfrutarla. Yo la tenia de lo mas chill out, todo en madera y con unos comodos sillones que sugerian descanso y tertulia. Tenia todo lo que deseaba, pero habia estudiado mucho y trabajaba desde joven con mi padre, aprendiendo todo lo que pude de el, hasta que se jubilo. Al verme preparado, me dejo a cargo de la financiera, asi que me sentia bien con mi vida, pero me faltaba lo mas importante, mi pequena Lucia, la nina de mis ojos. Sali de la cama ya que me estaba empezando a agobiar con esos pensamientos y mirando la cara de mi pequena como fondo de pantalla del movil. Soy partidario de cambiar de chip cuando algun sentimiento te sobrepasa y eso era lo que me estaba ocurriendo en ese momento. Me prepare un cafe y me sente sobre la mesa de piedra de mi cocina. Tenia esa mania, asi que alli estaba, mas temprano de lo normal, disfrutando de esa primera taza, del relax de no ir con prisas. En mi cabeza no cabia como algunas personas saltaban practicamente de la cama al trabajo. Yo de siempre he necesitado mi tiempo. Ir despertando poco a poco y entrando en sintonia con el dia. El estres es un concepto que llevaba intentado evitar toda la vida, en la medida de lo posible. Revise algunos correos desde el movil y fui descartando segun la importancia. Mas tarde responderia a los que debia hacerlo desde el despacho. Los demas contenian pura informacion y no necesitaban respuesta. prendiendo todo lo taba ocurriendo en Un rato despues me vesti y me fui hacia el jardin donde tenia a un lado el aparcamiento. Cogi mi coche, puse la radio y me dirigi al trabajo escuchando las noticias. Disfrutaba mucho de las vistas de mi casa al trabajo. Aquel trayecto, unido al buen tiempo reinante, eran como una especie de soplo de aire fresco que me ayudaba a incorporarme a la ardua jornada, pues si algo me sobraba era trabajo. Mis oficinas estaban en la decima planta de un edificio comercial mirando al mar en Puerto de la Cruz. En el interior se ubicaban los despachos de los trabajadores. La recepcion amplia a la entrada, todo muy iluminado y predominando los cristales opacos con el logo de la empresa. Los distintos despachos situados a los lados de un amplio pasillo y el mio al final, ocupando todo el largo del local. Despues de la marcha de mi padre, habia acometido una reforma integral para darle al negocio un renovado aspecto, modernizandolo. Finalmente, habia quedado totalmente a mi gusto y me mostraba encantado con el resultado. Llegue al parking del edificio y subi al ascensor hasta mis oficinas. Carlota la recepcionista me recibio sonriente. -- Buenos dias, Alexis. -- Buenos dias, guapa. ?Alguna novedad? -- Ninguna, recuerda que a las nueve tienes la entrevista para el puesto de contable. -- Es verdad, lo habia olvidado -- negue mientras caminaba hacia mi despacho y saludaba a los trabajadores que ya estaban en sus despachos con las puertas abiertas. Nuestro contable habia tenido un problema grave de salud y se le habia concedido la prejubilacion, asi que ahora necesitaba alguien que fuera capaz de llevar todo el trabajo que hacia el. Realmente lo necesitaba para preparar facturas y entregarlas a Elba, nuestra asesora laboral que tambien trabajaba en las oficinas. Carlota aparecio por mi despacho con un cafe. Siempre lo hacia por la manana. A pesar de que tenia cafetera con lgo me sobraba era capsulas en mi despacho, a ella le gustaba llevarme el primero. -- Gracias, guapa. -- Un placer -- sonrio mientras cerraba la puerta. Era simpatica, predispuesta, amable. Se notaba que era una persona muy feliz. Ademas, estaba loca con su hija Martina de cinco anos y con su marido al que amaba, Tony, un policia local de Puerto de la Cruz. Llevaba conmigo desde que cumplio los veinticinco, diez anos atras. En aquel momento aun estaba en manos de mi padre la direccion de la empresa. Si de algo podia presumir era de un gran equipo a mi lado y de que el buen rollo imperaba en mi negocio. Eso era algo que aprendi de mi padre: la importancia de rodearme de gente competente que ademas supiera aceptar las criticas constructivas. Uno de mis mayores logros consideraba que era el hecho de que, aunque yo fuera el jefe, disfrutaba escuchando las opiniones de mi equipo, que a menudo aportaba puntos de vista de lo mas interesantes que quizas yo no hubiera visto a priori. Me tome el cafe mientras respondia todos los emails para despues ponerme a revisar los expedientes mas importantes que estabamos tramitando en la empresa. Un rato mas tarde Carlota me aviso de que la chica a la que tenia que entrevistar ya estaba en la sala. Habia llegado puntual, asi que le dije que la recibiria sobre la marcha. Dos golpes en la puerta por parte de Carlota y abrio, alargando su mano para que la chica pasara. -- Buenos dias -- me levante y le extendi la mano -- Mi nombre es Alexis. -- Buenos dias, senor Montalvo -- me nombro por mi apellido ese que tenia claro cual era -- Soy Olivia Palma -- sonreia apretando su mano con seguridad y mirandome a los ojos. Le invite a sentarse y le ofreci un cafe, pero declino la invitacion, ya que no le apetecia. Se mostraba segura, nada nerviosa, convincente y preparada. Habia estudiado la carrera de Contabilidad y posteriormente varios masteres, a pesar de solo tener veintiocho anos. Por otra parte, desprendia clase y personalidad. Era preciosa, rubia con una melena larga y lisa, ademas de simpatica y correcta. A todas luces, se me antojo como la candidata idonea. Le comente las condiciones y no dudo en aceptar, ademas de transmitirme su predisposicion para incorporarse inmediatamente. Llame a Carlota para que le ensenara su despacho y le presentara a Elba, la asesora laboral de la empresa y la voz en todos los temas fiscales. La idea era que se pudiera incorporar al dia siguiente. Lo cierto es que aquello me alegro mucho, pues lo de perder el tiempo haciendo una entrevista de trabajo tras otra era algo que me solia molestar bastante. En cualquier caso, era una cuestion en la que no podia delegar pues formaba parte de mis obligaciones. La manana transcurrio en un abrir y cerrar de ojos. Cuando me vine a dar cuenta ya era la hora de salida de todos nosotros, ya que trabajabamos en una jornada continua de ocho a tres. Aquello era algo que tuve en mente de toda la vida y que tambien cambie cuando mi padre se jubilo. Soy de los que piensa que mejor calidad que cantidad y que una manana bien aprovechada valia por un dia entero en la oficina con la mente mas dispersa. Como colofon de la jornada me dirigi al bar de la planta baja del edificio. Alli estaban dos de mis asesores financieros, Fernando y Daniel. Fernando siempre comia algo en el bar ya que a su mujer le absorbia mucho tiempo su tienda de ropa y no volvia hasta por la noche. No tenian hijos, pero formaban un matrimonio muy consolidado. Daniel tenia cuarenta y cinco anos. Todo un mujeriego, soltero, un guapeton de esos que tenia a media isla loca, pero no se casaba con nadie. -- Hombre, el jefe -- bromeo Fernando. de trabajo tras otra -- El jefazo -- dijo Daniel. -- Necesito una cerveza -- voltee los ojos. -- ?Mal dia? -- No, Daniel, pero hoy estoy con el tema de Lucia un poco mal. Creo que cada dia me pesa mas. -- ?Cuando te toca? -- pregunto Fernando. -- Este fin de semana, pero parece que los dias no pasan. -- Ya estamos a lunes, el viernes llega volando. -- Espero, eso espero -- cogi la cerveza que me habia puesto el camarero al verme aparecer por la barra. Pedi unas tapas. Ese dia habia avisado a Fina, la mujer que me llevaba la casa por las mananas, de que no me dejara nada para almorzar, como hacia la mayoria de los dias. De ese modo, solo tendria que haberme dejado preparada la cena antes de marcharse al mediodia. Se incorporo un poco mas tarde Davinia, otra de mis asesoras financieras. Con treinta y tres anos, era muy graciosa, la alegria de la oficina, siempre amenazando a sus companeros con demandarlos por pesados. Por supuesto lo hacia de broma, pero lo decia porque su pareja, Sergio, era abogado. Ambos llevaban un tiempo conviviendo. Aquello era como una familia. Todos llevaban desde el comienzo de su carrera alli, pues habian entrado para sustituir a algunos veteranos pertenecientes a la plantilla de mi padre que se iban a jubilar y al final quedamos los jovenes, como decia mi madre. Estuve tapeando con ellos y charlando. Cuando nos quisimos dar cuenta, el reloj marcaba las cinco de la tarde, hora del cafe. Despues nos despedimos hasta el dia siguiente. Me fui hacia mi casa, me meti en la ducha y me puse comodo. Queria pasar la tarde trabajando en un expediente que necesitaba tener listo para el dia siguiente. No solia llevarme trabajo a casa a no ser que fuera necesario. Tiempo atras, cuando tenia la suerte de convivir con mi pequena Lucia, la tarde procuraba dedicarsela a ella. Una de las cosas que mas echaba de menos era darle la merienda y llevarla al parque a jugar. Llamaba poderosamente mi atencion que los que eran mis mejores recuerdos tambien eran los que mas me azotaban, pues de vez en cuando caia preso de la melancolia cuando revivia mentalmente esas imagenes. A la hora de la cena me comi el salteado de verduras que me habia dejado Fina listo para calentar. Aquella mujer era una joya, de mi total confianza. Llevaba la casa como si fuera suya y jamas habiamos tenido un desencuentro de ningun tipo. Consideraba que era suerte total porque me permitia desentenderme de todo lo que tuviera que ver con las cuestiones domesticas. Me acoste temprano ya que me gustaba descansar bien. Para hacer locuras ya estaban los fines de semana que no estaba con mi Lucia. Puse la radio, solia dormir escuchando las noticias internacionales y la tenia programada para que se apagara a la hora. No llegaba nunca ni a los treinta minutos cuando ya estaba en el septimo sueno.

  • Las tres pasiones de Elif Shafak

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    La nueva novela de la autora de La bastarda de Estambul y El arquitecto del universo transcurre a caballo entre Estambul e Inglaterra, entre la tradicion y el afan por descubrir otras maneras de ver la vida.

  • El baile del reloj de Anne Tyler

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    Vida de una mujer como tu.

  • Dos veces Carmen, Catalina Conde de Catalina Conde

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  • En honor a la verdad de Rosa Alcantara Menendez

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    Tras llegar del funeral se quito de malas maneras el traje negro en su dormitorio y no dudo en meterse bajo la ducha. Llevaba indignado con ella varios anos, una barbaridad insoportable que no fue capaz de afrontar cuando pudo cortar la farsa de un matrimonio acabado. Siendo realista, o sincero consigo mismo, por esa cobardia estaba envuelto en una injusta situacion con pocos visos de mejorar gracias a esta cruel jugada del Destino. Encima de todo lo aguantado --entre otras cosas, que estuviera embarazada de otro--, encima, habia muerto arrojandose al rio sin pensar en que abandonaba a sus hijas. Eso era imperdonable; jamas lo superarian ni el podria olvidarlo. Echando humo por cada poro de piel en contacto con el agua, apoyo la cabeza en los azulejos y dejo pasar el tiempo con intencion de relajarse; aunque no le sirvio de nada porque la espesa capa de rabia que recubria su cuerpo era demasiado profunda y dolorosa, tan gruesa que lo oprimio hasta hacerlo caer dentro de un abismo donde se vio rodeado por la mas absoluta desolacion. Odiaria siempre a Harriet. El destino baraja las cartas Jueves, 11 de junio de 2015. Londres Harriet <> A su edad, recien cumplidos los treinta y seis el dia de san Antonio, salir de una empresa de trabajo temporal con una oferta para cuidar dos ninas, de ocho y diez anos, no podia decirse que fuese la noticia del siglo; sin embargo, para Candela Baez, una espanola que residia a sus anchas en Londres desde los veinticinco y bajo ningun concepto se planteaba regresar a su pais, como opcion para prescindir de gastos --llamense alquiler y medios de transporte, mientras le surgia algo en su campo, el diseno grafico -- fue una tabla de salvacion cuando ya no podia enganar mas a su casero y estaba harta de sandwiches frios. En el exclusivo barrio de Fitzrovia, enfrente del Hotel Sanderson, Fitzroy Place y muy cerca de un socorrido supermercado Sainsbury's, espero unos minutos en el vestibulo de un edificio de cinco plantas. En cuanto entro, atraveso el interior del lujoso portal, imaginando que tipo de vivienda encontraria dentro. El ruido de sus pisadas en el marmol blanco y el conocimiento de que estaban observandola en un circuito cerrado de camaras de seguridad casi logran hacerla dar media vuelta. Luego, en el ultramoderno ascensor solo habia tres botones en un elegante panel dorado. No existian ni la planta tercera ni la quinta, incomprensible. Pulso el numero 4 y suspiro mientras subia. La cabina se abrio en unos segundos, y vio que tenia acceso directo al apartamento del senor Holt. Llego a sentir vertigo, parecia un loft. Observo un desmesurado salon, apabullante; por lo menos de cien metros cuadrados; tambien, una cocina abierta con muebles blancos y electrodomesticos de acero, integrada en ese espacio donde resaltaban en un rincon: un sofa oscuro con forma de "ele", un aparador bajo con una pantalla de television, una mesa rectangular de cristal rodeada por seis sillas, y una chimenea moderna que no supo si era electrica o de gas. Habia un balcon con cuatro puertas que llegaban hasta el techo, por donde circulaba durante unos metros la tuberia de acero inoxidable del aire acondicionado. Frente a la barra de la cocina vio una escalera blanca, suspendida en el aire, con un parapeto de cristal como proteccion sin restarle protagonismo. Candela penso que daria acceso a la quinta planta, la de los dormitorios. <> Le gusto el estilo contemporaneo entre el suelo de roble y la iluminacion indirecta, conseguia un equilibrio agradable. Echaba un vistazo por el balcon cerrado cuando oyo unos pasos a su espalda y giro el cuerpo. Sonrio a la senora de mediana edad y una estatura igual a la suya, la percibio contenta al tenderle la mano. --Supongo que eres la senorita Baez. --Si --dijo Candela, atenta a unos ojos dulces como la miel--, he venido lo antes posible. --Te lo agradezco mucho --comento la mujer con un deje de alivio--. ?Te apetece un cafe? ?Has desayunado? --No se preocupe, gracias. En cuanto el senor Holt me explique que espera de mi, si le parece, nos tomamos un te juntas. Imagino que trabaja aqui, ?no? --Si, llevo la casa y la cocina. Me llamo Mary Barber. Y sere yo quien te explique en que consiste el trabajo. ?Has cuidado ninos con anterioridad? --Bueno..., vera... --hablo dubitativa--. No se por que la empresa de trabajo temporal me ha seleccionado porque no tengo experiencia, hasta ahora he trabajado como disenadora grafica --explico un poco avergonzada, pensando que haber marcado la casilla de la categoria "Child Care" pudo influir --. No voy a mentirle, Mary, necesito el empleo. Se manejarme bien con los ninos, y no se me da mal la cocina, podria echarle una mano. --Tampoco voy a mentirte, Candela --dijo Mary, amigable, le gusto la sinceridad de la espanola y necesitaban a alguien en cuanto las ninas estuvieran en el nuevo colegio. Con ser sensata y carinosa seria suficiente para acompanarlas a la parada del autobus, prepararles la cena y distraerlas mientras Ashton estuviera en el trabajo--. Mia y Bronte estan en un internado en Sussex, terminan el curso en unos dias y despues del verano ya no volveran. Iran a un colegio de aqui, la Escuela Highgate. Tu obligacion principal sera atenderlas, y pueden resultar agotadoras. El senor Holt quiere que paseis el verano juntas para que las ninas vayan acostumbrandose a ti. --Me parece bien. ?Mia tiene diez anos y Bronte ocho? --Candela vio el rostro sonriente de Mary, asintiendo, y comento confiada--. Creo que sabre manejarlas. --?Estas dispuesta a trabajar todos los dias sin horario? --?Incluidos los fines de semana? --Si. Ash --empezo a decir, pero de inmediato rectifico--. Ashton de vez en cuando tiene que ausentarse por compromisos laborales, el acuerdo es sin horarios fijos pero con un maximo diario. Como viviras aqui, te daria permiso para recibir visitas siempre que no interfieran con tus obligaciones -- comento, trasmitiendole una parte del acuerdo que Ashton creyo justo para compensar la disponibilidad de tiempo--. ?Quieres ver tu habitacion? --?Tengo alojamiento y comidas? --pregunto para asegurar. Mary movio la cabeza afirmando--. ?El salario es el anunciado? --Por supuesto. De buena sintonia atravesaron el salon, pasaron por delante de la impoluta cocina --pese a la olla que habia en el fuego indicando actividad-- y rodearon las paredes claras del ascensor. Tras las dos puertas blancas que habia, Candela se sorprendio al descubrir un aseo impecable, moderno y funcional, y una escalera de bajada. <>, penso. Daba acceso a una habitacion cuadrada, oscura e intima, con el techo algo mas bajo que la planta principal y el suelo de tarima flotante. No quiso pensar cuanto costaria en pleno centro de Londres un triplex de esas caracteristicas. ?Para que? Jamas podria pagarlo. --Este es tu dormitorio --dijo Mary, encendiendo la luz--. Espero que te guste. Se ha redecorado hace unos meses. --Es... esta muy bien... Candela no podia coordinar muchas ideas ingeniosas para disimular el impacto de "su dormitorio" <> <> <>. Habia una pequena cocina con la encimera de cemento; una cama grande en una estructura negra, con un cobertor blanco; una zona de estar, con dos sofas, una television y una chimenea de hierro; un vestidor empotrado que solo se distinguia de las paredes por los pomos, bastante amplio, con cajones a los lados, dos barras y un frontal para los zapatos; y un bano completo debajo de la escalera, en tonos ocres y blancos; siguiendo la linea sencilla del resto. Si las Holt no resultaban unos demonios podia asegurar que habia encontrado el chollo del siglo, retractandose de su propia percepcion; por probar no perdia nada; aunque para no lanzarse al vacio en picado, Candela no dejo de darle vueltas al asunto. Tras la breve visita, subieron por la escalera suspendida a los dormitorios de las ninas. Caminando por el suelo enmoquetado, beige, ese corredor ya mostraba con mas claridad la personalidad de los senores Holt. O, siendo precisos, de Ashton Holt, ya que su esposa, Harriet, se habia suicidado el mes anterior. La noticia, dando a conocer vagamente la historia del matrimonio, circulo como la polvora por los periodicos locales y las televisiones. Ashton Holt, abogado de cuarenta y un anos, y Harriet, de soltera Barlow, medico de treinta y nueve, llevaban casados catorce anos y en apariencia eran felices; si bien, ella acababa de suicidarse, embarazada de seis meses y dejando tras de si dos ninas de corta edad. Acostumbrada por desgracia como la mayoria de los ingleses a los suicidios diarios, aunque ocurrian en el metro o en las vias de los trenes, no en el Puente Waterloo, Candela no habia prestado demasiada atencion a la informacion de la prensa, pero en este momento, por aquello de saber con quien iba a convivir, penso en averiguarlo todo sobre Holt. --Lo siento, Ash --dijo Nadia melosa, acaricio el pecho macizo del abogado, que tenia en ese instante los ojos cerrados y una sonrisa de oreja a oreja, sin dejar que ese sosiego le afectara, con mas rotundidad, hablo--. Tienes que irte, en serio. Manana tengo que madrugar y me gustaria dormir un rato. --No tengo ganas, no te molestare. --No, tienes que irte. Nadia retiro la mano, a la vez que Ashton abria los ojos y la fulminaba con una rafaga de soberbia. --No vuelvas a llamarme mas --dijo seco al incorporarse. --?Por que te enfadas? --pregunto alzando la voz--. Nunca te quedas, ?por que hoy te has empenado en dormir conmigo? --No quiero dormir contigo --espeto cinico, se puso los boxers y de un tiron cogio la camisa blanca del suelo--. Que no tenga que repetirtelo, Nadia. No me llames nunca mas. --?Porque no quiero que duermas aqui? --pregunto indignada, se levanto y se encaro con el, totalmente desnuda, sin complejos y consciente de la perfeccion de su cuerpo de ebano--. Eres peor que un nino. --!Te pago! --grito enfurecido, no toleraba referencias a los ninos, por no regresar a su casa estaba discutiendo con alguien que realmente le importaba poco, aunque podia recurrir a ella cuando se le antojaba--. Es mejor que lo dejemos --Recogio la corbata, el pantalon y la chaqueta--. Que duermas bien. Salio del dormitorio con mala leche, termino de vestirse y abandono la casa cerrando la puerta de un portazo. Cuando pudo reclinar la cabeza en el asiento de un taxi, rogo para que la senora Barber hubiese contratado a una canguro. No se veia lidiando solo con las ninas sin ni siquiera dejar de machacarse por la muerte de Harriet. Tampoco pasaria por ninguna prueba de paternidad para demostrar que ese nuevo hijo no era de el ni abriria la incognita sobre la identidad del padre biologico. Gracias a la discrecion de Harriet el nombre de su amante habia sido una incognita; todo en esa relacion fue secreto, incluso mantuvo oculto el embarazo hasta los cuatro meses de gestacion. El dia que se lo anuncio no murio de un infarto porque no le habia llegado la hora, aunque su corazon desbocado intentara huir de su pecho. Fue una humillacion, el palo mas rastrero que nunca sono recibiria. Y pese a todo, para salvaguardar la reputacion del bufete y la propia de Harriet en el hospital, prefirio seguir con ella hasta que estuviera recuperada del parto. Entonces, se divorciarian. Lo que no intuyo al aceptar esa mentira fue que le impediria conciliar el sueno porque se instalaba enroscandose en su cabeza y la martilleaba sin descanso con la misma pregunta: ?Quien era el hombre que Harriet protegio con tanto celo?

  • No quiero odiarte de Valeria Rose

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    La lealtad, la pasion, la ternura y la valentia son la clave para poder seguir adelante en una Escocia de ensueno. Moderna y romantica.
    Pero el camino siempre es escabroso. El odio, el dolor y la venganza formaran parte de este viaje.
    ?Sera el amor mas fuerte que el odio que se han jurado mantener?

  • El duque de Cleveland de Bea Wyc

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    Alexander Evans duque de Cleveland pierde a su esposa en el parto de su segundo hijo , con su ducado asegurado por dos herederos varones , se retira de la vida social de la nobleza inglesa . Sin embargo casi once anos despues Antonella duquesa de Wessex, interviene en su solitaria vida cambiando toda su monotonia , la poderosa matrona tiene planes para el ,que incluyen a su ahijada , Lady Victoria Sutherland una debutante veinte anos menor , con un pasatiempo muy peculiar para una mujer de su epoca. Alexander termina regresando a Londres pero jurando que no le hara las cosas faciles a la arpia
    de Antonella .
    entra a esta historia y viaja con este duque hacia una nueva oportunidad de vida .

  • La chica que lo tenia todo de Jessica Knoll

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    El thriller revelacion del ano, del que muy pronto se estrenara la pelicula basada en esta adictiva novela.

  • Amor del bueno de Maria Isabel Sanchez

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    ?Que es un buen amor? Para responder semejante pregunta deberiamos, primero, tener absolutamente claro el concepto de AMOR. Pero sobre este punto las definiciones son infinitas, y como cualquier actividad, sentimiento o emocion humana, no posee un concepto objetivo: desde el punto de vista de nuestra condicion de “sujetos”, tal objetividad es una mera ilusion.
    Por eso tantas mujeres y hombres podrian percibir al amor, por ejemplo, como un sentimiento que incluye distintas actitudes: celos, vertigo, posesividad y hasta violencia. O bien
    -en el otro extremo-, el amor puede ser concebido como solidaridad, cuidados, proteccion y respeto.
    Maria Isabel Sanchez

  • No puedo creer que no me quieras de Nunila De Mendoza

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    Ella, la mas bonita, la mas vivaz, la mas intrepida.
    El, el mas guapo, el mas atleta, el mas bacan.
    Dos jovenes destinados a ser novios, amantes y esposos.

  • Jaque al lord de Carol S. Brown

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    Gabriel Daventry, sexto marques de Satherton, siente la presion que conlleva su titulo. Y mas cuando The Golden Swan, la cotilla anonima mas famosa de Londres, lo ha mostrado como un gran partido imposible de ignorar. Como cabeza de la famosa y querida familia Daventry, Gabriel sabe que tiene que casarse, pues es su obligacion perpetuar el titulo, pero todavia no ha encontrado a la mujer adecuada, alguien con quien se pueda llevar bien. Hasta ahora.
    Isabelle Walls va por su tercera temporada sin ninguna boda a la vista, para consternacion de su madre. Pero la joven desea, aunque sea una estupidez admitirlo, casarse por amor. No quiere acabar en un matrimonio convenido como el de sus padres.
    Asi que, cuando conoce al apuesto marques de Satherton, no puede evitar desear que el sea el adecuado. Sobre todo desde la primera vez que lo vencio al ajedrez.
    ?Podra Isabelle convencer a Gabriel de que el amor esta por encima de la obligacion? ?Lograra hacer Jaque mate al rey mas tentador de la sociedad londinense?

  • Alas de cristal de Carol S. Brown

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    Rosalie Ridgeway tiene un problema. Su ansiedad social le impide relacionarse con normalidad, por lo que la tarea de encontrar marido es la mas ingrata que la joven puede imaginarse. Sobre todo, cuando sus padres la presionan para que se case con un hombre con titulo, pero ella solo puede desear el corazon de una persona en particular: su mejor amigo.
    Simon Daventry esta convencido de que ardera en el infierno por pensar en Rosalie mas de lo que se consideraria correcto para dos personas que se han criado juntas. Y, aunque se muere por hacerlo, no se atreve a decirle nada porque sabe que no seria correspondido.
    Asi que, cuando The Golden Swan publica una columna con Rosalie como protagonista, la vida de ambos da un reves y Simon tendra que actuar rapido si no quiere perderla. Sin embargo, no sera facil, pues la majestuosa Lily Manor se vera envuelta en un suceso que traera horribles consecuencias.
    La musica, un primo peculiar y unas hermanas escandalosas acompanaran a los Daventry en esta novela.

  • Resolviendo el pasado de Sergio Arcot

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    La colaboracion de Oliver, un veterano investigador con Alice, una investigadora de rapido ascenso sera crucial para resolver una serie de multiples casos que muchos creian que no se llegarian a descifrar.
    El ultimo caso al que se enfrentan los llevara, ademas, al pasado de Oliver. Por su propio bien y por el de los civiles inocentes, hay que llegar al fondo del asunto.

  • Mapamundi de Christophe Paul

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    Cuando Natalia le dice a su amiga Zi, que desde hace dos dias unos hombres estan vigilando su calle camuflados en un coche, los acontecimientos se precipitan. Escapan milagrosamente de un secuestro y huyen sin saber por que. Una huida hacia lo desconocido, en la que se mezclan un enigmatico mapamundi robado, la sombra del emperador Alejandro Magno y poderosos intereses…

  • Mas que un cuerpo de Monica Katz

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    ?Como enfrentar un paradigma de belleza y delgadez que pone en riesgo nuestra propia salud? Katz enfrenta el discurso de los medios de comunicacion, la creciente epidemia de “dietismo”, un ideal de belleza inalcanzable y un modelo cultural alcanzar nuestra propia (y unica) belleza.

  • A veces estoy contenta, pero tengo ganas de llorar de Jens Christian Grondahl

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    Cuando Ellinor, a los casi setenta anos, vuelve a quedarse viuda, decide que ha llegado el momento de ajustar cuentas. Al menos con Anna, la que fuera su mejor amiga, y con cuyo marido Ellinor se caso. Y quiza, tambien, ha llegado el momento de volver la vista atras y reconsiderar algunas decisiones que tomo en el pasado. Lo hara en una larga carta dirigida a esa gran ausente, Anna. Desde el presente --sus hijastros, las mujeres de estos y los nietos; el cambio de casa, que no es sino un regreso a sus origenes, a barrios mas humildes--, Ellinor va remontandose hasta su propia infancia y hasta su madre, quien vivio una hermosa pero arriesgada historia de amor que la marco, a Ellinor y a su madre, hasta limites insospechados.

  • Azul Infinito de Enrique Panao Guarino

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    ?Puede alguien morir mientras sigue vivo?Diego, gaditano de nacimiento, sabe que si es posible. Un acontecimiento traumatico le cambio la vida, tanto que mas que vivo, vive muerto desde entonces.”Mi muerte acontecio el 15 de febrero de 1990. Aquel dia, este que escribe todavia no habia cumplido los treinta y dos anos.

  • La Marca Del Silver Wolf de Marcia Dm

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    El Silver Wolf andaba suelto, todos lo sabiamos.
    ?Quien es? Bueno, el es el hombre que hace que no puedas dormir por la noche, el es la sensacion de que alguien te esta observando, el es la adrenalina que corre por tu cuerpo cuando crees que te estas por morir...o al menos eso nos han dicho.
    Lo unico que se con seguridad es que:
    El es el hombre que cambiaria mi mundo por completo.
    El es el hombre que me haria sentir cosas que no sabia que podia sentir.
    El es el hombre que me marcaria para toda la vida.
    El es el Silver Wolf.
    Lo unico que no se es como sobrevivir a el.

  • Restauracion de Ave Barrera

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    Restauracion es la escalofriante historia de terror de una joven restauradora atrapada entre los recuerdos de una vieja casona de la Ciudad de Mexico y los siniestros planes de un fotografo obsesionado con recrear los escenarios de la novela Farabeuf, de Salvador Elizondo.

  • Yo por dentro de Sam Shepard

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    De madrugada, echado en la cama, debatiendose entre el sueno y la vigilia, un hombre solitario medita, evoca escenas y ajusta cuentas con el pasado. Por su cabeza merodean recuerdos, en ocasiones fugaces, de su juventud, de su carrera como actor, de la relacion compleja con su padre y del papel de las mujeres en su vida.

  • Las gafas de la felicidad: Descubre tu fortaleza emocional, Rafael Santandreu de Rafael Santandreu

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  • La musica de las esferas de Luis F. Fernandez Simon

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    Una novela de suspenso y aventuras que se desarrolla en diversos momentos en el tiempo y que eventualmente convergen para dar sentido a una pieza maestra.

  • Sucedio en Cambridge de Bruno E. Gomez

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    Cambridge, Inglaterra. Verano de 1959. Una de las cosas que mas me llama la atencion cuando hablamos de la vida, es el hecho de que no importa cuanto trazamos un camino para nosotros, nos sorprenden los detalles que son capaces de cambiar totalmente la direccion que vamos a seguir. En primer lugar, quiero dejar muy claro que esta no es una historia de una sola persona. Pero uno de ellos es el mejor autor de todo esto. Es el “detalle”. Mi nombre es Anthony Henderson, escoces, con un padre agricultor y una madre docente y que cumplio su sueno de estudiar literatura en la Universidad de Cambridge. Fue alrededor de la una de las mas prestigiosas universidades del mundo, en la noche del 27 de junio de 1959 que se inicio una fase de mi vida que me ha traido muchas alegrias. Como de costumbre, Louis De Lamartine y yo fuimos al George’s Pub los fines de semana. George’s fue uno de los bares mas famosos de la ciudad. Sus principales visitantes eran estudiantes que no solo disfrutaban de su cerveza sino que tambien coqueteaban con las hermosas camareras que trabajaban alli. Su diseno rustico y su musica celta me recordaron la epoca de mi infancia en la casa de mis abuelos. - No deberiamos haber venido aqui hoy, esta lleno de gente - Le dije a Louis, estabamos en la entrada del bar, nunca habia visto ese lugar tan lleno de gente - Creo que es una especie de celebracion. - El nombre de esto es vacaciones de verano - Louis estaba tan feliz como siempre, fuimos al balcon - Sin pruebas, sin responsabilidad, muchas mujeres y lo mejor, cerveza. - Este es el problema, Louis, la cerveza. Manana estaras camino a Francia, necesitas estar sobrio. - Tengo que disfrutar de este ultimo dia en Cambridge - dijo Louis, con el vaso en la mano, mientras le servian - Si mis padres me ven borracho en Paris, me matan - se lleno la boca con el primer sorbo - Y no estoy bromeando. Louis era el unico frances que conocia, aunque irresponsable la mayor parte del tiempo, era el mejor amigo que cualquiera podia tener. Tuve mucha suerte de tenerte como companero de cuarto. Como cada verano, Louis volveria a pasar sus vacaciones familiares en Paris. - Por cierto, Anthony, ?que vas a hacer mientras estoy fuera? - Louis me pregunto - Lo se, te encerraras en esa habitacion escribiendo otra de tus historias. Lo entendiste bien. Ni siquiera tuvo que decir lo aburridas que serian mis vacaciones. - Quizas lo haga - me rei - Caminar y visitar a mis padres tambien estan en la lista de cosas por hacer. Louis rio con ironia. - ?Sabes lo que pienso? Que usted debe conocer a alguien. Si alguien Hoy. Hay muchas chicas hermosas aqui. ?Que hay de que aqui? - Louis senalo a una de las camareras que estaba sirviendo una mesa a cinco metros de donde estabamos. - Louis, no me hagas avergonzarme de nuevo. Saludo a la nina. Gire la cara, avergonzado. Ella se nos acerco. - ?Senorita? ?Por favor? Ella camino hacia nosotros. - Servirnos. Ella se cerro para nosotros, la iluminacion nos permitio ver la cara de esa mujer. Y fue en este mismo momento que vi por primera vez a Mary Collins, “el detalle”. Capitulo 2 Mary Collins Mary Collins era la mujer mas hermosa que habia visto en mi vida. Ella era inglesa, nacio en Cambridge en 1938, hija de una madre inglesa y un padre escoces, vivio una vida simple en esa ciudad, desde la cual nunca habia pisado afuera. Su madre fallecio despues de dar a luz a su hermano, cuando Mary tenia solo 3 anos. Paso parte de su infancia y adolescencia cuidando al nino, mientras que su padre, George Collins, trabajaba en la unica fuente de ingresos de la familia, George’s Pub. Inteligente, ella lo sabia todo, y lo que no sabia, siempre trataba de aprender. Le encantaba todo lo que era bello y armonioso, siempre estaba conectada con el arte y le encantaba pasar tiempo pintando cuadros. La hija del Sr. George era conocida en todo el vecindario, su amabilidad y simpatia eran admirables. Su belleza no llamo la atencion de uno, ni de algunos, sino de todos los hombres que la vieron. Era una chica dificil y no se dejaba influenciar por todos los tipos de coqueteo que recibia. Mary era demasiado romantica; ella creia en el amor verdadero y sonaba con una vida de princesa. Hasta entonces, ella habia vivido solo una pasion, un chico de secundaria, que la dejo para estar con otra chica. A los 17 anos, Mary comenzo a trabajar con su padre en George’s Pub. Como nunca tuvo la oportunidad de ingresar a una universidad, comenzo a trabajar a tiempo completo en la cocina del establecimiento, un hecho que nunca la habia visto alli. Su padre preferia que ella trabajara como reclusa porque temia el acoso de los hombres. Era el destino que esa noche de junio de 1959, debido a la demanda, Mary Collins tuviera que asumir el papel de camarera. Cuando me di vuelta, vi a esa chica, de 1,65 metros de altura, con el pelo liso rizado en un tono oscuro, una cara hermosa y una mirada gentil que denunciaba sus ojos marrones que me miraban acompanados de una sonrisa capaz de hacer que cualquier hombre en el mundo se pusiera de pie enamorar. Pasaron milisegundos antes de que Mary llenara mi vaso con cerveza y desapareciera entre la multitud de hombres. Nunca crei en el amor a primera vista, pero confieso que en ese momento mi respiracion se detuvo y mi corazon se acelero. Algo me dijo que acababa de conocer al amor de mi vida. El instinto tenia razon. Capitulo 3 El reencuentro - ?De verdad crees que exagere la bebida? - Louis me pregunto. Cerro su maleta, se detuvo y me miro: ?Anthony? ?Anthony? - ?eh? - ?Que paso? No presto atencion a nada de lo que te dije. Esta disperso. - Oh no, no fue nada - dije - Pero creo que llegas un poco tarde. Era el domingo por la manana despues de esa noche en George’s. Unas horas mas tarde, Louis estaria camino a Paris. Subiria a un barco a Calais, en la costa francesa, y desde alli, continuaria por tierra hasta la capital del pais. - No cambies de tema, Anthony. Te conozco. ?Que esta pasando en tu cabeza? Lo se, otro verano sin tu amigo aqui. Louis se rio y me arrojo una toalla de bano mojada. - Idiota - con buen humor lo tire de vuelta. - Pero entonces, ?me lo diras? - Esa camarera de ayer. - ?Cual de ellas? - Nos sonreimos - Ah… Yo se quien es. - Ella misma, creo - me rei. - Entonces significa que ademas de ser un buen amigo, yo soy tu angel de cupido, despues de todo, yo fui quien te la presento. - Convencido - le dije - Y no me presentaste, ni siquiera se su nombre. - ?Y a que esperas? Vuelve ahi. Estoy seguro de que a ella le encantaria dejarte. - Siento que me estas subestimando, Louis - dije juguetonamente. - Entonces prueba que estoy equivocado. Ve alli y habla con ella. - Quizas lo haga. - ?”Tal vez”? No esperes demasiado. - Si… tienes razon. Al menos una vez en esa vida. Louis sonrio. - Cuando la vi, no se, senti algo diferente. Es como si todas las demas mujeres salieran por mi y yo solo la viera. - !Maldita sea! ?Por que no me di cuenta? Tal vez estaba ciego. Louis se rio. - Esto es serio… Es como si algo me dijera que la persona que estoy buscando esta alli, justo ante mis ojos. - Mira, caballero enamorado, luego dime los detalles, envieme una carta, tal vez la reciba antes de que regrese. Nos reimos, como siempre, las conversaciones con Louis siempre fueron animadas. Durante esa tarde sola en nuestra habitacion en la Republica, no podia dejar de pensar en esa chica. Sin Louis alli todo el verano, pasaria la mayor parte de mi tiempo asi, yo y mis pensamientos. Me preguntaba, ?como podria estar tan conmovida, pensando en una chica que ni siquiera sabia su nombre? La ansiedad y la curiosidad no me dejaron dormir esa noche. Estaba mas que decidido a ir a ese bar lo antes posible y descubrir quien era la chica que conmovio mi corazon. ... En la tarde del dia siguiente fui al pub de George. El bar parecia cerrado; aun asi, la presencia de alguien dentro del establecimiento, decidi ver si la puerta estaba abierta. Se abrio facilmente. El bar estaba vacio, camine lentamente hacia el mostrador. - El bar esta cerrado. Me di la vuelta. Fue ella. - Hoy es lunes, abriremos mas tarde. Estaba extasiado. Esta vez la vi por mas de un segundo. Ella me miro sin entender nada de lo que estaba sucediendo. - Yo… no vine a beber. - ?Entonces estas buscando a mi padre? - ella me pregunto. - ?Su padre? - Si, George Collins, el dueno del bar. Ella era la hija del dueno. Al menos el apellido que ya conocia. - No, no, solo estaba pasando y… - Te conozco - dijo mirandome - Estuviste aqui en el bar el sabado con tu amigo, ?verdad? Ella recordaba mi cara. Sonrei como nunca antes, como para decir que si. - Sientate, te servire una cerveza. Estaba sentado en un taburete. - No, no, sientate en una de las mesas - tomo una cerveza y se fue detras del mostrador. Encontre la orden extrana, me sente, ella se sento en otra silla, frente a mi y me entrego un vaso que acababa de llenar. - El bar no esta a la venta. - ?Que? - Eres guapo, bien vestido; Apuesto a que eres uno de esos estudiantes que quieren convertir este bar en un club de strippers. !Dije que era una mujer dificil! - No, no, no es eso… quiero decir, soy estudiante, pero no es por eso que vine aqui - Tartamudee por un momento, me miro con recelo - Pase por aqui, pense que estaba abierto y… - ?Y decidiste tomar una cerveza a esa hora? ?Ella siempre me interrumpiria? - Estoy bromeando, sientase libre, senor… - Se levanto - ?Como se llama? - Anthony, Anthony Henderson. - Bueno, Sr. Henderson, si lo necesita, llameme. Ella se iba, le toque el brazo y me miro con miedo. - ?Y el suyo? - Mary, Mary Collins. !Realizacion! - Solo llamame Anthony, senorita Collins. Ella sonrio - Solo llamame Mary, Anthony. Nos reimos mirandonos el uno al otro. Parecia un poco avergonzada, miro a ambos lados y dijo: - Bueno, pensandolo bien, no tengo mucho trabajo por hacer - se sento de nuevo - Tu no pareces ser de Cambridge. ?Es escoces? - ?Como sabe? - me sorprendi. - Mi padre tambien es de Escocia. Reconozco uno de lejos - ella rio. Esa decoracion del bar fue explicada. - Tu no eres... - No, soy de aqui. En realidad nunca deje Cambridge. - Wow, de verdad? - No finjas sorprenderte - sonrio - Mirame, no me veo como una viajera. Tenia miedo de reir. - Bueno, eres una nina, tendras muchas oportunidades de viajar. - Me quedare con tu optimismo - me sonrio - ?Estudiar que? - Literatura - Hmm, ?literatura? ?Y tiene la intencion de ser uno de esos maestros que se presenta en el bar despues de las clases para enojarse y quejarse de los estudiantes? - ?Es este mi futuro? Nos reimos - No, no, realmente quiero ser escritor - le dije. - Ah, entonces, senor… ?escribe? - Si… lo intento. Ella sonrio - Ah… Dios mio, mi papa estara aqui pronto - ella se levanto - El no puede verme sentado aqui con un cliente. !Maldita sea! - Te veo, Anthony - estaba alegre - puedes seguir bebiendo.

  • Para hacer contigo lo que quiera (RNR), Raquel Mingo de Raquel Mingo

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