• libro su ultimo deseo - Joan Didion

    https://gigalibros.com/su-ultimo-deseo.html

    Un oscuro y enigmatico thriller sobre los complots y conspiraciones de la Guerra Fria de la mano de Joan Didion, una de las narradoras mas lucidas de las letras norteamericanas.

  • SU ÚLTIMO DESEO | JOAN DIDION | Casa del Libro

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  • Su último deseo Versión Kindle - Libros - Amazon.es

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  • Su último deseo (Literatura Random House) : Didion, Joan

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  • Su último deseo | Penguin Libros

    https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/37156-libro-su-ultimo-deseo-9788439736004

    Un oscuro y enigmático thriller sobre los complots y conspiraciones de la Guerra Fría de la mano de Joan Didion, una de las narradoras más lúcidas de las ...

  • SU ÚLTIMO DESEO | Traficantes de Sueños

    https://traficantes.net/libros/su-%C3%BAltimo-deseo

    Es autora de las novelas Río revuelto, Según venga el juego, Book of Common Prayer, Democracy y The Last Thing He Wanted. También ha escrito varios libros ...

  • El 'thriller político' de Joan Didion se convierte en 'Su último ...

    https://elasombrario.publico.es/thriller-politico-joan-didion-su-ultimo-deseo/

    16 dic 2019 — Nunca el titulo de un libro tuvo tanta razón de ser como en el caso de esta novela ... 'Su último deseo' desconcierta y acierta en cada frase.

  • Su último deseo - Joan Didion - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Didion-Su-ultimo-deseo/97535

    La protagonista de Su último deseo, novela de Joan Didion publicada en... ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • SU ULTIMO DESEO - JOAN DIDION - 9788439736004

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    19 sept 2019 — Comprar el libro Su último deseo de Joan Didion, LITERATURA RANDOM HOUSE (9788439736004) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra librería ...

  • su último deseo - Machado Libros.

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    SU ÚLTIMO DESEO, DIDION, JOAN (1934), 19,90€. ...

  • SU ÚLTIMO DESEO. DIDION, JOAN. Libro en papel ...

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    SU ÚLTIMO DESEO, DIDION, JOAN, 19,90€. Un oscuro y enigmático thriller sobre los complots y conspiraciones de la Guerra Fría de la mano de Joan Didion, ...

  • Una pasion rusa de Reyes Monforte

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    Impredecible, bellisima y dotada de un hondo sentimiento, como la musica compuesta por el genial Serguei Prokofiev, asi era Lina, su musa, su amante y su esposa.

  • Nacera una bruja (Las cronicas nemedias 1) de Robert E. Howard

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    Alli aparecio, espada en mano, Conan el cimerio, de pelo negro y mirada taciturna, ladron, saqueador y asesino, tan desbordante de melancolia como de jubilo, dispuesto a hollar con sus sandalias los engalanados tronos de la Tierra.
    --Las cronicas nemedias

  • El aleteo de la mariposa (Oli 2) de Luis A. Santamaria

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    Cierto dia del verano de 2006, cuando el pequeno Oli se atrevio a husmear en los resultados medicos de sus padres, una mariposa cualquiera aparecio de la nada, y, sin ningun motivo aparente, batio sus alas.
    Ese otono, en Oxford, un solitario agente de policia es atracado mientras dormia, la misma noche que se produce un sangriento asesinato en la otra punta de la ciudad.
    Ajena a ello, una joven inglesa toca el violin en la calle mientras piensa en un amor imposible del pasado.
    En Madrid, un talentoso neurocirujano es acusado del homicidio de su propio paciente, el multimillonario dueno de una famosa empresa.
    Aparentemente, ninguna de estas historias esta relacionada con los sucesos del pasado 12 de octubre protagonizados por Oli y el Yayo.
    Aparentemente...

  • La justicia de los invisibles 1 de Joaquin Euler

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    La Justicia de los invisibles. Sin Salida (Libro I)

  • Legalmente enamorados de Patty Love

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    Genevieve Johnson no esperaba encontrarse con el hombre que le partio el corazon con apenas dieciseis anos en su primer dia de trabajo, !y encima es su jefe! Para Lewis Maddox tampoco es plato de buen gusto tener a su cargo a la mujer en la que se ha convertido la que fue su primer amor, !y vaya mujer! Pero ambos no tendran mas remedio que soportarse mientras planean como hacerse la vida imposible.

  • Lo mejor de ir es volver de Albert Espinosa

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    Hay un dia en la vida en que debes decidir si deseas tener la razon o la tranquilidad.

  • Desde ayer y para siempre (Casi como hermanos 2) [LGBT] de Frances Stone

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    Anthony y Marc estan mejor que nunca.
    Kyle esta conociendo cada vez mas a Noah.
    Todos estan felices, todo es perfecto.
    El sexo es increible.

  • Una Navidad Desastrosa de Noa Xireau

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    No hay mal que por bien no venga, o eso decia su abuela. Karla no lo tenia tan claro.

  • Libro de familia de Galder Reguera

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    La Nochevieja de 1974, la madre de Galder Reguera supo que estaba embarazada de el. Ese mismo dia, su padre murio en un accidente de coche. En estas paginas se unen un emocionante relato familiar lleno de giros inesperados y la cronica de una investigacion: <>.

  • Quiero romance de Carmina D

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    Estaba decidida a vengarme.
    El dolor que sentia en mi corazon era profundo y me llevo a ser precipitada a la hora de llevar a cabo mi objetivo.
    Pero mi pase al desquite resulto ser mi perdicion. Su cuerpo alto, musculoso, de rostro perfecto y ojos llenos de confianza y sensualidad, harian giran mi mundo inesperadamente.
    Aun que el hombre de negocio, que ahora era mi nuevo jefe, estaba en sus cuarenta anos, su vitalidad, elegancia y postura, lo hacian verse mucho mejor que uno de veinte.
    Lo que no esperaba de todo este enredo era enamorarme. Y fue exactamente lo que ocurrio. Me enamore perdidamente de John.

  • Ni una boda mas de Loles Lopez

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    Tina siempre ha querido saber por que su padre la abandono, y ahora puede averiguar la verdad, pero para ello debe cumplir con un requisito: !casarse! El problema es que su novio la acaba de dejar y su fama en la pequena localidad de Galena juega en su contra para buscarse otro candidato; por eso decide marcharse a Chicago. Sin embargo, su manera de ser, alocada e imprevisible, y ese iman que posee para atraer los problemas hacen que su madre le imponga irse a vivir durante un tiempo a casa de Jack Thompson, su archienemigo.

  • El cuervo y el angel de Ann R. Bright

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    Una romantica novela en la que la autora nos invita a viajar con sus personajes o, simplemente, a ser espectadores de su emocionante historia.

  • Hue 1968: El punto de inflexion en la guerra del Vietnam de Mark Bowden

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    Gracias a un acceso sin precedentes a archivos de la guerra en EEUU y en Vietnam, asi como a entrevistas con participantes de ambos bandos, Bowden narra cada fase de esta crucial batalla a traves de multiples puntos de vista.

  • Nubosidad variable de Carmen Martin Gaite

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    Sofia Montalvo y Mariana Leon fueron amigas en el colegio. Sofia, joven imaginativa, de caracter abierto, se ha visto atrapada en una anodina existencia de esposa y madre de familia. Mariana se ha convertido en una brillante psiquiatra de moda. Al cabo de mas de treinta anos, el azar las hace coincidir y el recuerdo de su amistad desencadena en ambas una revolucion interior que ira creciendo a lo largo del libro.

  • Lo bueno del amor [LGBTI] de

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    Esta es la historia de una chica que conoce a un chico, se enamora y acaban juntos.
    O no.
    Porque en realidad Molly Peskin-Suso ha vivido 26 enamoramientos no correspondidos. Como siempre le reprocha su hermana Cassie, al final nunca hace nada por su miedo al rechazo.
    Y ahora Cassie acaba de empezar a salir con una chica y Molly se siente mas sola que nunca. Bueno, excepto por Will, el encantador pelirrojo que esta sorprendentemente interesado en ella. Y su nuevo companero Reid, mas comodo con los personajes de Tolkien que con la gente en general. Con el es muy facil hablar porque jamas podria llegar a gustarle.
    ?Verdad?

  • En Realidades Infinitas (Almas Suicidas 2) de Gonzalo Ruiz

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    Para conseguir la felicidad, un objetivo por el cual vivir, es necesario ir a buscarlo, no a esperar sentado o sentada. Sin importar nada, ni las distancias, los recuerdos, las dificultades, a veces algunos idiotas intentan lo que sea por sonreir una vez mas sin importar perderse a si mismos otra vez. Salir de la depresion es dificil. Buscar la felicidad y encontrarla es mas porque el mundo puede llegar a ser cruel o a veces algo bueno.

  • El secreto de una dama de Nora Roberts

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    Una experta en arte y un ladron de guante blanco se ven atrapados en un peligroso juego en esta novela repleta de intriga y deseo, por la autora best seller Nora Roberts.

  • Somos polvo de estrellas de Anissa B. Damom

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    ?Alguna vez has deseado retroceder en el tiempo?
    Ojala fuese tan sencillo como cerrar los ojos con fuerza, desearlo con ganas y despertar tiempo atras, cuando te creias seguro de todas las cosas malas, pero sabemos que el tiempo es inalterable. No podemos evitar que ocurran desgracias, ni impedir que estas nos transformen en versiones de nosotros mismos a quienes no reconocemos.
    Olivia, a sus dieciseis anos, acaba de descubrir que el mundo es un lugar en el que no estas a salvo, que el Destino te puede arrebatar la felicidad en un instante y que querer, incluso a uno mismo, implica tomar decisiones para las que no siempre estamos preparados.
    <> habla sobre la perdida, la amistad, la familia y la lucha por los suenos apostando por la obligacion de volver a sonreir como unica forma de sobrevivir al dolor.

  • Secretos Inconfesables. Una pasion tan peligrosa que pocos se atreverian 2 de Mercedes Franco

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    Lucinda Washl se ve atrapada entre la importante mision que debe completar y el amor que siente por Andre Ackermann, ambos se entregan a una pasion desmedida, cuyas consecuencias podrian ser mortales.

  • Confio en ti de Susana Oro

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    Tina Martinez es una respetada escritora de autoayuda. Llena auditorios cuando dicta conferencias, y sus talleres son uno de los mas concurridos. Ha publicado varios libros, pero "La confianza es la clave de un matrimonio feliz" es el que le ha dado la fama. Tina tiene muchos fans y se ha convertido en una referente de la autoayuda con sus lemas: "Si confias nadie te defraudara". "Ama y recibiras amor". Pero su vida perfecta se tambalea cuando su marido le deja ver que las palabras no son como la vida real.
    David Valente era un hombre felizmente casado hasta que descubrio la traicion de su esposa. La palabra confianza esta fuera de su diccionario. El se ha convertido en el hombre mas esceptico sobre la tierra. Su lema es: "La vida es una mierda". "La gente esta llena de matices". "Nadie es confiable".
    Ella positiva. El negativo. Nada bueno puede salir de dos personas tan diferentes. ?O si?

  • Una vez en Paris de Diana Palmer

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    Aunque Pierce estaba fuera de su alcance, Brianne no podia imaginarse entregandose a ningun otro hombre y, menos aun, al socio corrupto de su padrastro. Obsesionado con Brianne desde su primer encuentro, Philippe Sabon no se detendria ante nada con tal de conseguirla. Cuando pidio su mano a su padrastro con la excusa de unir la riqueza de las dos familias, solo la intervencion de Pierce podria salvarla de un destino peor que la muerte…

  • La legion templaria de Paul Christopher

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    Una nueva aventura del teniente coronel John Holliday. Un hallazgo extrano en Etiopia. Un tesoro que solo puede ser encontrado por los que sean capaz de solucionar una criba del pasado.

  • Tiempo de albaricoques de Beate Teresa Hanika

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  • Chomsky esencial de Noam Chomsky

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    En este libro se recogen las ideas fundamentales de Noam Chomsky, quiza el mayor pensador y activista politico de nuestro tiempo, sobre el pasado, el presente y el futuro del poder politico. A lo largo de estos textos, Chomsky replantea de raiz los acontecimientos mas cruciales de las ultimas tres decadas, desde las intervenciones exteriores de los Estados Unidos en Europa, Asia, America Latina y Oriente medio hasta la persistencia de la pobreza, el fanatismo religioso, el desmantelamiento del estado del bienestar, la lucha de los medios de comunicacion de masas contra el activismo politico o el control ideologico en la ensenanza de las ciencias y las humanidades. Como es habitual en el, en vez de teorizar, Chomsky nos ensena, a traves del analisis y la discusion de estos casos concretos, a pensar por nosotros mismos y nos muestra caminos posibles hacia el cambio social. Esta <> es el libro ideal para quienes se acercan por primera vez a su obra de reflexion politica, asi como tambien para quienes le siguen desde hace muchos anos.

  • Templo de sangre de Eugenio Aguirre

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  • Un hombre al mando de Laurelin Paige

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    Tenia el brazo levantado y el movil en la mano mientras buscaba cobertura cuando lo oi. Un maullido leve. El tipico sonido de un gatito en apuros. Aguce el oido y examine a mi alrededor. Detras de mi, cuatro estructuras con forma de silo se erigian apinadas. Abajo, el bar de la azotea bullia de actividad. Enfrente, el Empire State atraia todas las miradas, resplandeciente con los colores del arcoiris (en honor a la manifestacion en favor del colectivo LGBTQ, convocada para ese fin de semana), pero el exceso de luces centelleantes de discoteca del local hacia palidecer la atraccion turistica. Habia mucho barullo, una de las razones por las que me habia escabullido a la parte mas alta del edificio: queria hacer una llamada. El otro motivo que me habia empujado a subir a la azotea era que todavia no habia conseguido que en mi pantalla apareciera mas de una raya de cobertura. Los maullidos, conclui, debian de proceder de los depositos, sirvieran para lo que sirvieran. Imagine que hacian las veces de trastero para guardar objetos mecanicos para el edificio: para el sistema electrico, el aire acondicionado y vete a saber que mas. Algun arquitecto de esos de prestigio habia decidido, por alguna razon, que unas torres cilindricas de un tono bronce con tapas que parecian un sombrero conico asiatico eran el mejor modo de hacer que el material industrial quedara mas bonito. De verdad, la ultima moda en diseno de la ciudad de Nueva York escapaba a mi entendimiento. Para mi, tenian una pinta rarisima. Ademas, los habian colocado en la parte mas alta de un edificio de sesenta plantas, de modo que la probabilidad de que hubiera oido a un gatito extraviado era bastante infima. De todas formas, el ruidito habia cesado. Es probable que hubiera sido el chirrido de un generador o que me lo hubiese imaginado. Volvi a centrarme en el movil. Dos rayas si me situaba en esa direccion. Termine de subir los tres escalones que faltaban para llegar por fin a la planta superior. !Tres rayas! Con eso bastaria. Pero... volvi a oir al gatito. Otra vez. Y otra. Quedaba descartado que fuera algo mecanico. Baje la mano con la que sostenia el telefono y empece a rodear uno de los depositos. Si no se trataba de un gato (porque tan arriba no podia ser, ?no?), ?que era entonces? ?Esos ruidos los podian hacer las ratas? Solo de pensarlo me puse a temblar. Lo cierto es que no tenia ningun motivo para ponerme a buscar de donde procedia el sonido. Pero ?y si era un gatito? Quiza los del bar hipster de abajo tenian uno aqui en la azotea para que mantuviera a raya a los ratones. No era una idea tan descabellada y me empezo a picar la curiosidad, asi que, en contra de lo que me dictaba el instinto, segui rodeando el segundo deposito. De pronto, me quede petrificada. Aquel ruidito no lo emitia un animal, sino una mujer. Se encontraba a unos cinco metros y apoyaba la espalda en la pared de ladrillos de una chimenea al otro lado de los depositos. Tenia los ojos cerrados, llevaba un vestido de fiesta remangado por la cadera y los sonidos que emitia eran gemidos de placer, no de sufrimiento. Segun parecia, se los estaba provocando el hombre situado delante de ella. En concreto, su mano, que se movia entre sus piernas. Y !uf!, a juzgar por la expresion de la mujer, el hombre sabia lo que hacia. Retrocedi con sigilo y a toda velocidad mientras rodeaba el deposito y solte el aire despacio. No sabia si echarme a reir o... bueno. ?Es que que otra reaccion iba a tener, si no? Desde luego, el cosquilleo instantaneo de excitacion que se me habia despertado entre los muslos no era la respuesta adecuada. Vamos, que lo mejor era reirse. Me rei en silencio, para no molestar a los <>. Sin embargo, cuando el impulso de tomarmelo con humor se desvanecio, el cosquilleo seguia ahi. Hacia mucho tiempo desde la ultima vez que habia echado un polvo. La ultima relacion seria que habia tenido termino en verano, y luego busque un clavo que sacara a otro calvo durante el fin de semana de Halloween, pero, desde entonces, nada... y estabamos a principios de septiembre. !Madre mia, pero si ya casi hacia un ano! No me extranaba que sintiera tanta curiosidad por aquel par de desconocidos que se metian mano en un rincon apartado de la juerga en la azotea. La excitacion indirecta era demasiado tentadora. Sin hacer ruido, rodee el deposito de puntillas con el cuerpo pegado al edificio. Solo queria... echar una miradita. Guau. Esta segunda vez, la escena era tan sensual como la primera. Mas incluso ahora, que la mujer empujaba las caderas hacia la mano de el. La forma en que el hombre le sostenia las manos por encima de la cabeza, el hecho de que no se estuvieran besando, que los unicos puntos de union entre sus cuerpos fueran la mano de el que le agarraba las munecas y la otra metida entre sus piernas, constituian un espectaculo obsceno, lisa y llanamente. Y cuando ella solto otro gemido, por poco no se me escapo uno a mi tambien. Tome nota mental: <>. Tanto, que habia olvidado por completo la razon por la que habia subido a la azotea. Tanto, que me palpitaba la entrepierna. Tanto, que ni se me ocurrio esconderme cuando la mujer profirio un ultimo grito ahogado y se estremecio al llegar al orgasmo. Era evidente que aquel era el preciso instante en que deberia haberme ido. Bueno, vale, deberia haberme ido antes, pero como no lo habia hecho, el momento era ese. Sin embargo, me quede ahi, pasmada por la actitud indiferente con la que el hombre se saco un panuelo de un bolsillo interior del esmoquin y se limpio la mano antes de metersela en el bolsillo. Ni siquiera se lo ofrecio a la mujer. No fui la unica que se dio cuenta. Ella puso mala cara mientras se recolocaba el vestido, pero enseguida recupero la sonrisa. Se echo la melena castana por encima del hombro (oscura, pero no tanto como la mia), se acerco a el y le toco la entrepierna. --Va, Eden, que tu ya has terminado... --Aunque no alcanzaba a oirlo todo desde mi escondite privilegiado, si que vi con claridad que el le apartaba la mano. --Pero tu no --dijo ella entre susurros. El la miro fijamente unos segundos. Ojala hubiera estado de cara a mi para poder ver su expresion. Oye, que complicado era espiar a gente que no cooperaba. --No te esfuerces --repuso al final. Una negativa, clara como el agua. No necesite verle el rostro para saberlo--. La unica razon por la que he hecho que te corrieras ha sido para que me dejes en paz. <>. !Menudo imbecil, el tio! Bueno, o quiza no. Habia que tener en cuenta que, antes de rechazarla, le habia provocado lo que, a todas luces, habia sido un orgasmo de calidad excepcional. Claro que carecia de la informacion necesaria para formarme una opinion a partir de lo que habia visto. Pero era dificil no figurarme los detalles de la situacion mientras observaba la escena como quien come palomitas, y, en mi imaginacion, al tipo se le daba tan bien follar como tener los modales de un autentico imbecil. La experiencia me habia ensenado que ambas caracteristicas iban de la mano. Eden se aclaro la garganta, pero parecia que sabia cuando retirarse: --Tu te lo pierdes. Sabes perfectamente que te trato muy bien. --Si, exacto. Ese es el problema. Madre mia, menudo cabron. Era el tipico tio que necesitaba poner distancia. El tipico que solo se enrollaba contigo una vez y si te he visto no me acuerdo. Recorde que habia alquilado el bar de abajo entero, en la azotea, para celebrar una fiesta con invitados de clase alta, y lo cale: un ricachon arrogante que se creia que tenia privilegios. Todo un casanova, vamos. Lo mejor que Eden podia hacer era salir disparada en direccion contraria. Se le borro la sonrisa. Irguio la espalda y lo fulmino con la mirada. --Eres un imbecil. <>. El casanova se encogio de hombros. --Ya te lo adverti. --Me avisaste, pero sabias que, al hacerlo, darias ni mas ni menos que la imagen contraria. Mira, ?sabes que? Te mereces estar tan amargado. Parecia que estaba a punto de irse, lo que significaba que yo debia salir por patas, pero vacile al ver que el alargaba la mano y la agarraba del brazo. --Espera, Eden. La expresion de esta se suavizo, aliviada, como si hubiera deseado que el la detuviera. Yo tambien sabia lo que era albergar esa esperanza. Ademas, estaba bastante segura de que Eden sabia donde se metia cuando se habia enrollado con este cabron, pero, aun asi, me costaba no empatizar. Le solto el brazo y le acaricio el rostro. Y, justo cuando creia que el casanova quiza no estaba tan mal, espeto: --Limpiate antes de bajar. Se te ha corrido el rimel. Eden se aparto de golpe y, sin mediar palabra, se fue echa una furia. Una furia que venia derechita hacia mi. <>. Sali disparada y rodee el deposito lo suficiente para que no me viera cuando bajara las escaleras, pero no tanto como para que don imbecil me viera desde el otro lado. Entonces, espere mientras trataba de oir sus pisadas para saber cuando podria salir de mi escondite. Por lo visto, el cabron caminaba de forma muy silenciosa, porque no se oia ni una mosca. Asi que me puse a contar hasta doscientos, solo para estar segura de que habia pasado el tiempo suficiente. Y me pase de los doscientos tambien, porque perdi la cuenta un par de veces cuando me asalto una imagen de la escena tan sensual con la que me habia encontrado. Sin duda, en la lista de pendientes debia anadir <>. No podia seguir asi. Al fin, asome la cabeza por donde lo habia visto la ultima vez. No habia nadie. Avance unos pasos para asegurarme. No estaba en ninguna parte. Suspire, aliviada. --?Buscas a alguien? Di un bote al oir la voz a mi espalda. Gire sobre los talones y lo vi de pie, entre las sombras, donde habia estado escondida hacia tan solo unos segundos. Era imposible que supiera que yo estaba alli. Imposible. Igual de imposible que que supiera que los habia visto. Llegue a esas conclusiones en un instante, de modo que me hice la inocente: --Me habia parecido oir a un animal. Un gatito atrapado. Solo estaba echando un vistazo. <>. --Un gato. En la azotea de un edificio de sesenta plantas. --No se lo creyo, como era logico. --Ya, a mi tambien me parecia raro. Por eso estaba echando un vistazo. --Aja. Estaba tan nerviosa que me habia puesto a sudar. Tenia muy presente que habia venido a la fiesta haciendome pasar por quien no era y, aunque no habia ninguna razon para que este tipo lo pusiera en duda, la posibilidad habia hecho que me pusiera en guardia. Pero eso no tenia por que ser positivo per se. Porque deberia haber defendido mi version (era la verdad, al fin y al cabo) y haberme largado. El seguia entre las sombras, con el rostro oculto en la oscuridad. Tampoco es que fuera a tratar de impedirmelo. Con todo, esas dos silabas encerraban una provocacion, un reto implicito, y quien me conocia sabia que yo no era de las que salian corriendo ante un desafio. Di un paso adelante para acercarme. --?Aja? ?Aja, que? ?Que quieres decir con eso? ?No me crees? Se encogio de hombros con la misma indiferencia que le habia demostrado a Eden. --Aja solo quiere decir aja. --Ah. --Quiza me lo habia imaginado. Toda esta odisea habia sido un error. ?Por que habia creido que seria capaz de hacerlo sin perder los papeles? Tal vez era el tipo de persona que no se achicaba ante un desafio, pero tampoco era estupida, y haber venido a esta fiesta habia sido una absoluta insensatez. Ademas, estaba imaginando conflictos donde no los habia--. Bueno, pues... --dije y me di la vuelta para alejarme de ese hombre misterioso. Del mismo modo que habia alargado la mano para detener a Eden, elevo la voz para detenerme a mi. --?Sabes? Creo que has venido a echar un vistazo porque has oido algo y luego te has topado con otra cosa. Y en vez de irte..., has preferido quedarte. Gire sobre mis talones de nuevo. --No me he... --perdi el hilo de golpe. Habia salido de las sombras y ahora, por primera vez, le vi la cara. Y era impresionante. Impresionante nivel: te quedabas sin respiracion. Impresionante nivel: braguitas chorreando. No me extranaba que Eden se hubiera muerto del gusto con el. Los hombres normales y corrientes no eran asi. Este era como un modelo de portada de revista. Si me hubiesen obligado a describirlo, no habria sido capaz de decir que lo hacia tan atractivo. Todo. La forma en la que encajaban sus rasgos. Los pomulos marcados. La mandibula cincelada y manifiesta bajo una barba castana, cuidada y corta. Los ojos... (habia demasiada poca luz para identificar el color, pero estaban colocados en el lugar perfecto). Y, aunque su apariencia por detras se disimulaba bastante, el traje confeccionado a medida que llevaba revelaba lo suficiente de la parte frontal para apreciar que tenia un cuerpo muy bien definido como quien no solo tiene un gimnasio en casa, sino que tambien se pasa horas en el. Me sorprendio tanto, me pillo tan desprevenida, que vomite las palabras antes de tener la oportunidad de refrenarlas: --Ostras, menudo pibon. La verguenza me subio por el cuello hasta el rostro. Mi piel olivacea no se sonrojaba con facilidad, pero la sangre todavia se me acumulaba en la cara cada vez que hacia el ridiculo. Y acababa de hacer un ridiculo monumental. Era imposible arreglarlo. Mientras me mosqueaba conmigo misma y me moria por el bochorno, el metio cucharada como si nada: --Justo estaba pensando lo mismo de ti. Me acababa de tirar los tejos. Y hacia nada que le habia provocado un orgasmo a otra mujer. Pero que bien lo habia calado. Era un donjuan de manual. Me eche a reir, en parte por los nervios y tambien porque no me lo podia creer. --Eh... no. Eso no. No vamos... No. Gracias, pero creo que me voy a ir. Estaba tan nerviosa que no habia acabado de dar la media vuelta cuando me detuvo de nuevo. --No, espera. Lo siento. No queria pasarme de la raya. Como lo has dicho tu primero, creia que podia responderte en los mismos terminos. Reflexione unos segundos antes de contestar (algo que sabia que deberia hacer mas a menudo). Bueno, vale. Habia decidido que no era mas que un ligon, pero no tenia pruebas de ello. Y luego habia sido yo quien le habia soltado aquello a un completo desconocido. Sin duda, era yo quien se habia pasado de la raya. --Si que lo he hecho --admiti--. Lo siento, me ha salido solo. --No hace falta que te disculpes. --Su sonrisa brillaba como el oro. Resultaba hipnotica. Capaz de convencer a muchas mujeres para cometer estupideces con tan solo exhibirla. Desee que ese <> no me incluyera a mi. Pero tambien era realista, asi que me puse en guardia porque lo mas probable era que yo tambien formara parte de dicho grupo. Y todavia estaba alli parada. --Tambien se aplica a que te hayas quedado aqui arriba despues de presenciar lo que te has encontrado. --Estaba decidido a obligarme a admitir lo que habia visto. Eran meras suposiciones. Solo tanteaba el terreno. Sin embargo, ?habia alguna razon de peso para negarlo? Sentia curiosidad por saber hacia donde queria llevar la conversacion, de modo que me limite a preguntar: --?Y? --Y eso, combinado con el comentario que has hecho sobre mi fisico, me ha dado a entender que esta conversacion podria terminar de una forma muy distinta. --Avanzo hacia mi al acecho, como un depredador. Lo juro. Como un depredador. Que locura lo sensual que podia resultar un hombre con tan solo dar un par de pasos. Y una locura todavia mayor era lo mucho que me estaba afectando. Y, ay, la madre, me habia costado unos segundos procesarlo, pero ?de verdad acababa de soltarme eso? --Por favor --dije, con un grunido de irritacion que iba tan dirigido a mi como a el--. Solo porque te he pillado en plena faena por casualidad, ?crees que ahora yo tambien voy a querer? --No, claro que no. --Se volvio a encoger de hombros con indiferencia--. Solo porque te hayas quedado mirando... Otra oleada de sangre me incendio las mejillas. El habia estado de espaldas a mi durante todo el rato. Eden ni siquiera me habia visto y era ella quien estaba de cara a mi. ?Me habia equivocado? Quiza en la pared de ladrillo habia algo reflectante. Me gire para examinar el lugar donde habia estado el. Volvi la vista atras hacia el punto donde habia estado yo. No, para nada. Imposible. No me habia visto. Me gire para enfrentarme a el con una sonrisa de satisfaccion. --Es imposible que lo sepas. Entonces, me devolvio la misma sonrisa, porque acababa de confesar que, en efecto, me habia quedado mirando. --Estaba evaluando si habia sido consentido --anadi, en un arranque. --Claro, te preocupaba la seguridad de otra mujer. --Exacto. --La mentira me hizo sentir honrada. Como si, en realidad, me hubiera comportado como una heroina en vez de una mirona, motivada por la preocupacion de si Eden estaba sufriendo una violacion o no. Su sonrisita de autosuficiencia me decia que no lo enganaba, pero me siguio el juego: --Espero que hayas llegado a la conclusion de que era consentido. --Al menos por parte de ella. --Lo dije porque pense que seria una pulla, pero, al oirlo, me di cuenta de que parecia que estuviera tonteando. Joder. Quiza si que tonteaba. Su expresion reflejaba la misma duda. --No me he visto obligado a hacer nada que no quisiera. Pero si, razon no te falta. Estaba un poco distraido. En cambio, tu tienes toda mi atencion. --Dudara o no, tenia un descaro impresionante. Y a mi me encantaban los ligones atractivos y descarados. Pero enrollarme con uno no formaba parte del plan de esa noche, asi que tenia que irme. --Ah, muy bien --continue, echa un lio y atontada--. Vale. Si. Me... Bueno. Gracias, pero no. Solo habia subido para hacer una llamada, asi que voy a ello. --Tuve la sensatez de largarme, pero fui incluso mas sensata al decirle mientras me iba--: Por favor, no me sigas. Bueno, quiza no habia sido la sensatez lo que me habia impulsado a echar un ultimo vistazo en su direccion. Queria saber si estaba mirando como me iba. Y, quiza soy una idiota, pero me encanto saber que, efectivamente, lo hacia. Capitulo 2 Teyana respondio tras el primer tono de llamada. --Cuentamelo todo. Yo seguia con la cabeza perdida entre los depositos, en ese desconocido tan atractivo y exasperante. Seguramente, deberia haberme esperado a que me bajara el sofoco antes de llamar, pero me moria por ponerme al telefono para que pareciera que estaba haciendo algo, por si se le ocurria seguirme. No obstante, no habia sido el caso y ahora estaba condenada a hacer un esfuerzo por hablar. Solte algo a medio camino entre un grunido y un suspiro. --Todo iria mejor si estuvieras aqui --asegure, y era la verdad, pero no lo habria expresado como una quejica si hubiese estado centrada. Al instante, trate de suavizar mi comentario--. Quiero decir, se que no seria lo mejor para ti, pero lo seria para mi, y no trato de hacer que te sientas mal, pero es que me gusta que me acompane mi amiga. Joder, que insensible. Mira que centrarme en como me sentia yo y lo mierda que era tener que estar sin ella en vez de preocuparme porque Teyana si que sufria a nivel fisico. Sabia comportarme como una buena amiga para alguien que padecia una enfermedad cronica y agotadora, pero, de vez en cuando, metia la pata hasta el fondo. --Lo siento --anadi, mientras desee haber comenzado por ahi. --Eh, va, no empieces... --Como solia pasar, Tey termino por consolarme a mi--. Soy muy consciente de que mis brotes no solo son una molestia para mi. --Pero es que ahi esta el problema: que solo para mi son una molestia. Para ti, son algo mucho peor. --Si --reconocio--. Son una absoluta mierda. Ojala pudiera estar contigo, de verdad. Ese habia sido el plan original: venir juntas. De hecho, cuando habia visto la invitacion entre la correspondencia de mi jefa, mi idea habia sido tirarla a la basura y no darle mas vueltas, pero Tey me la habia quitado de las manos y los ojos se le habian iluminado con un plan. <>, le habia senalado yo. <>. <>. <>. Fue entonces cuando me lo plantee en serio. Kendra nos habia prestado ropa a Teyana y a mi millones de veces desde que las tres nos conocimos y nos hicimos amigas cuando cursabamos el master en la Universidad de Georgetown. Aunque ya no eramos tan intimas como entonces (convertirse en mi jefa tras la graduacion habia cambiado las dinamicas de la relacion), sin duda me habria prestado algo de haber estado alli. Claro que, si hubiera estado alli, yo no habria fisgado entre su correspondencia y no habria descubierto que se celebraba esta fiesta. Tey debio de darse cuenta de que mi conformidad se abria paso: <>. Los Sebastian pertenecian a la realeza estadounidense. Tenian dinero invertido en todo, desde el acero y el petroleo hasta medios de comunicacion y tecnologia, de modo que, practicamente, la ciudad entera les pertenecia. Su apellido figuraba en tantos edificios como el de los Rockefeller, entre los que se contaba el Sebastian Center, la sede principal de la mayor parte de sus negocios en Nueva York. Y una fiesta con estos fabulosos millonarios como anfitriones resultaba, sin duda, tentadora. <>, habia insistido Tey. <>. Y como razon no le habia faltado en ese sentido, y dado que ultimamente estaba un tanto resentida con Kendra, yo habia accedido. Pero entonces, Teyana sufrio un brote que la mando derechita a la cama y en posicion fetal. Solo habia aceptado acudir a la fiesta para que ella pudiera vivirla de forma indirecta a traves de mi. Hacia tanto tiempo que eramos amigas que era consciente de que, a veces, lo unico que podia hacer para aliviar su enfermedad era vivir mi propia vida al maximo. En muchos sentidos, el hecho de que Teyana padeciera esta enfermedad me habia impulsado a ir mas lejos de lo que habria ido yo sola. Y eso me hacia sentir incluso mas culpable. --?Como te encuentras? --le pregunte esta vez. --Mareada, y es como si alguien no dejara de clavarme un cuchillo de sierra entre las costillas. Pero, sobre todo, estoy aburrida, asi que distraeme y cuentame como va la fiesta. --Bueno... --Lo cierto era que apenas habia pisado la fiesta. Me habia paseado de una punta a la otra de la azotea, habia pillado unos cuantos aperitivos exoticos de las bandejas que se paseaban por el local y, por fin, habia subido por la escalerilla para buscar cobertura y llamarla. Sin embargo, esta version de la noche no iba a distraerla, asi que trate de echarle mas miga: --Todo el mundo va muy elegante, por supuesto. Ropa exclusiva, de diseno. De hecho, me da la sensacion de que no voy todo lo arreglada que deberia, y mira que llevo un Dolce & Gabbana. --He visto la foto. Encajas a la perfeccion, te lo aseguro. Baje la mirada en direccion a la falda de tul rosado. --Parezco una bailarina. --Pareces la primera bailarina del ballet de Nueva York, en todo caso, y eres un pibonazo. Y punto. ?Que mas? Venga, cuenta.

  • Rabiosamente enamorados de Patty Love

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    Liza Brown es una afamada abogada matrimonial que, haciendo honor a su profesion, no tiene suerte en el amor. El encuentro casual con un atractivo desconocido en un tren lo confirma, pues tras pedirle una cita la deja plantada como a un seto.

  • Preso de sus palabras (Directo a ti 1) de E. R. Dark

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    Izar Galvez paseaba de un lado a otro del despacho que ella y su amiga Elena habian montado hacia ya siete anos en el piso de esta ultima en pleno barrio de la Barceloneta. Se detuvo varias veces para mirar por los ventanales. Tenian unas vistas inmejorables del paseo maritimo y siempre que ella miraba hacia el mar la relajaba e inspiraba a partes iguales. Izar era una escritora de literatura romantica de exito, mientras que Elena era la que se encargaba de la publicidad, relaciones publicas, maquetacion, redes sociales... En resumen, de todo lo que hacia perder la paciencia a Izar, que apenas soportaba las redes sociales. En ese aspecto, Izar era mucho mas reservada con su vida privada. Empezaron aquella aventura juntas casi por casualidad, cuando hacia mas de siete anos Izar habia acabado el manuscrito de su primera novela, una historia de amor medieval, pero que tras un ano de viajar por las manos de una lista interminable de editores, habia vuelto a sus manos rechazada por todos. Ella estaba dispuesta a publicarla igualmente, ese y los libros que vinieran detras, pues en ese ano de espera, habia escrito dos libros mas pero que no habia mandado a nadie. Lo que no sabia era como hacerlo. Mirando por la red, investigando, habia encontrado un blog que le habia llamado la atencion. Elena resulto ser la persona tras el blog sobre como darse a conocer por las redes sociales y crear tu propio blog, pero Izar, tras desesperarse con tanto tutorial que no coincidia nunca con lo que a ella le aparecia en la pantalla, se vio incapaz de hacer todo aquello, asi que despues de varias conversaciones por privado, quedaron a tomar un cafe en The Beach House, ya que, por suerte, la chica tambien vivia en la Barceloneta, y por una de aquellas extranas coincidencias, no demasiado lejos de ella. No era raro no conocer a tus vecinos en una ciudad tan grande y con semejante ritmo de vida, por lo que no le extrano que la cara de la muchacha no le resultara ni ligeramente familiar. Se cayeron bien desde el primer segundo, y cuando se dieron cuenta, aquel cafe a primera hora de la tarde, acabo en una cena y en una cita para el dia siguiente en casa de Elena para poner en marcha todas aquellas ideas. Dos meses despues, su historia de amor medieval estaba en las principales plataformas de libros digitales y cosecho un sinfin de premios, fans y buenas criticas, aunque tambien las hubo malas, pero las supo encajar y aprender de ellas. Desde entonces, trabajaban juntas. Elena la ayudaba con el texto como su primera lectora cero, ademas de que despues creaba una portada preciosa, lo maquetaba y mimaba para que luciera perfecto en las manos de las lectoras, y algun que otro lector tambien. Gracias al trabajo de las dos, para el momento en que iban a publicar el tercer libro que Izar habia escrito, recibieron la llamada de una editorial interesada en tenerla entre sus autores. Aquella noche lo celebraron por todo lo alto, y desde entonces, no habian parado de trabajar y disfrutar de sus exitos. Eran un equipo muy unido y, sin embargo, Izar estaba nerviosa, ya que lo que le propondria a Elena, era algo bastante atrevido, incluso para ella. Era algo mas propio de su alocada amiga Laura. Esta vez se habia superado hasta a si misma. Finalmente, cogio aire, se aparto de la ventana desviando la vista del mar en calma y se paro junto a la mesa donde estaba sentada Elena, mirandola interrogante. Hizo girar con maestria su boligrafo entre los dedos, pasandolo de uno a otro, antes de lanzarse a hablar. --Elena, tengo una idea. --?Solo una? --bufo, soplandose el flequillo que le caia sobre los ojos--. Llevas semanas apuntando en esa libreta tuya. --Lo se, pero esta vez he superado con creces mis ideas mas descabelladas. Tengo una corazonada. --Esta bien, escupe. Normalmente aciertas. --Apoyo la cabeza sobre la mano mirandola expectante. Izar sonrio sin parar de jugar con el boligrafo entre sus dedos, una costumbre que tenia desde el instituto. --Sujetate bien a la silla porque vas alucinar. --Alzo ambas cejas con una media sonrisa en el rostro, ni ella misma se creia lo que se le habia ocurrido--.Voy a ir al club Eros. --!Joder! --dijo dando un respingo en la silla --Pero ?tu sabes lo que se hace alli? Porque yo, desde luego, no… --Algo he leido. Es un club de intercambio de parejas. Quiero escribir sobre ello, Elena, darle un giro a mis historias, y para eso necesito informacion de primera mano. Ademas, ya que estare dentro quizas surja algo que me alegre el cuerpo, aunque lo dudo. No creo que encuentre al hombre de mis suenos en un lugar como ese. --Estas como una cabra --dijo riendose, pero sabia que Izar tenia instinto para aquello. No era de las que creia que la documentacion se hacia solo usando Google, ya que si podia, lo veia todo de primera mano. Como cuando habia escrito su cuarto libro. La trama transcurria en una escapada de fin de semana en Londres, y a Izar no se le habia ocurrido otra cosa que coger un avion y plantarse las dos alli. Habian ido a todas partes, y sacado miles de fotos, probado la comida, escuchando la musica y empapandose del ambiente. El libro habia quedado perfecto, y todas aquellas fotos las habia aprovechado tanto para la portada del libro como para la promocion en las redes sociales. Si, Izar podia ser puntillosa, pero el resultado solia ser realmente bueno. --Eso es lo que mas te gusta de mi. --Le guino un ojo-- Te mantendre informada de todo lo que suceda alli --insinuo divertida. --Eso espero, o tu proximo libro solo lo leeran en Laponia. --Capulla. --Golpeo su hombro riendo--. Voy a arreglarme, que esta noche tengo una cita conmigo misma. --Diviertete, jefa. --Se intentara... Aunque no lo tenia muy claro, hacia ya varios anos que fracasaba estrepitosamente en sus relaciones y todavia estaba intentando descubrir que fallaba en ella. A sus treinta y ocho anos habia tenido varias relaciones serias, al menos por su parte. La primera de ellas fue en la universidad con Valen, un italiano que estudiaba periodismo en su misma facultad. Todo fue bien hasta que el termino su carrera y volvio a su pais. Le dijo, con buenas palabras, que la distancia era un serio problema. Tenia que reconocer que le dolio, aunque se lo esperaba. Nunca habia viajado con ella para presentarle a su familia mientras que el si conocia a la suya. Su escusa siempre era que cuando ellos podian viajar a Italia, su familia estaba de vacaciones. Ella, como tonta, se lo habia creido todo. Asi que, tras asumir que solo habia sido la chica para pasar la universidad y su estancia en Espana acompanado, paso pagina tambien, como habia hecho el. Despues llego Raul, un arquitecto rubio de ojos verdes que la enamoro de tal manera que penso que no podria haber nunca otro hombre en su vida que no fuera el, y fue el que mas dano le hizo cuando la rechazo. Siempre recordaria sus duras palabras cuando lo encontro en la terraza de un restaurante de lujo junto a una elegante mujer de forma acaramelada. El, al verla, se acerco para evitar un escandalo en el restaurante. Fue al pedirle explicaciones cuando la hundio en la miseria con sus duras palabras: "?De verdad creias que ibamos en serio? Nunca podria casarme con una mujer como tu, mi esposa tiene que pertenecer a mi misma clase social." Ese fue el peor San Valentin de su vida. Sabia que la familia de el era rica, que su fortuna era herencia de varias generaciones, y que ella era solo la hija de un matrimonio trabajador que habia pagado una hipoteca por anos y que le costo un gran esfuerzo costearle la universidad, pero, inocentemente, habia pensado que eso a el no le importaba, que solo eran dos personas que se querian. Le costo un ano cicatrizar aquella herida y varios mas volver a tener otra relacion. Para entonces, aparecio Jordi, un bombero de Barcelona, que la enamoro con su sonrisa de pirata y sus bromas. Cayo en sus redes para ser rechazada y sustituida unos meses despues por una morena exotica. Le dolio, logicamente, pero ya no tanto como con Raul. No entendia que habia de malo en ella que los alejaba; era fiel, carinosa y aventurera en las relaciones. No les decia "te quiero" tras la primera noche de sexo, ni los llevaba en menos de un mes a conocer a sus padres, o los acosaba con mensajitos de carinines, ni los llamaba a todas horas. Les daba libertad, como tambien la queria ella. No entendia que buscaban los hombres. Asi que se prometio a si misma no volverse a enamorar y de momento lo llevaba bastante bien. Hacia dos anos que solo salia con hombres esporadicamente. No se involucraba emocionalmente y asi debia ser, por el bien de su cordura y su corazon. No obstante, anhelaba un hombre que la abrazara por las noches y le diera los buenos dias. Ansiaba escuchar, de los labios de un hombre, que era lo mas importante de su vida, que la amaba mas alla de lo comprensible. Estaba cansada de sus noches solitarias y despertar con el lado izquierdo vacio de una cama fria ?Pero ese hombre la anhelaria a ella de la misma forma? ~Ytm Las horas pasaban volando y demasiado pronto se encontro frente al espejo de su habitacion, vestida con un corto y escotado vestido negro, que se adaptaba a la perfeccion de sus curvas, y zapatos de salon con un tacon de infarto. Su melena ondulada y rubia caia suelta en cascada hasta media espalda. Se sentia sexy y guapa, y esperaba no desentonar en el Eros. Iba a observar, no a participar en lo que fuera que pasara alli, asi que destacar de manera negativa no era una opcion. Respirando hondo, salio hacia el club conduciendo su propio coche. Habia sopesado la idea de ir en un taxi, pero si salia de alli corriendo muerta de verguenza o miedo, preferia no tener que estar media hora en la puerta esperando que la recogieran. Con los nervios a flor de piel, y mil ideas a cada cual mas descabellada y absurda, condujo hasta el centro de Barcelona. No le resulto dificil encontrar el club. Habia mirado la direccion por Google, y habia respirado aliviada al comprobar que habia un parquin publico a la vuelta de la esquina. Sabia que iba a pagar un dineral dejando alli el coche, pero no queria quedarse sin via de escape. Tras aparcar, camino los metros que la separaban de su destino, y pronto llego a la fachada del local, que no distaba mucho de la de cualquier discoteca o pub que podias encontrar en Barcelona. Al llegar a la puerta habia estado tentada de dar media vuelta. Las dudas y el miedo a que encontraria ahi dentro, de nuevo estaban haciendo mella en ella. Sin embargo, su cabezoneria y curiosidad podian mas. La puerta era de cristal rojo con la palabra Eros escrita en letras grandes y negras ocupando en diagonal casi toda la puerta. Inspiro para volver a darse animos, asi que, apretando el bolso donde llevaba la libreta, llamo al timbre que habia junto a la puerta sin tiradores. Su corazon iba a mil por hora, pero ya no podia dar marcha atras. Una chica morena, vestida con un escueto top rojo, y una minifalda, que mas bien parecia una bufanda negra, y que dejaba ver perfectamente las medias de liga negra que lucia, la recibio con una sonrisa amable.

  • Traicion y furia de Caitlin Crews

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    Maui, la isla de Hawai, era tan tropical y exuberante como la anunciaban, algo que irrito a Dario di Sione en cuanto se bajo de su avion privado. Esa humedad era como un abrazo intimo y no le gustaba la intimidad. Ese aire espeso se le pegaba a la piel y los vaqueros destenidos y la chaqueta hecha a medida que habia llevado desde Nueva York lo envolvian como un guinapo mientras recorria la diminuta pista de aterrizaje hacia el Range Rover que lo esperaba, como habia ordenado. La ligera brisa le llevo todos los olores de la isla, desde el verdor exultante hasta el mas intenso de la cana de azucar, como besos que no habia solicitado. Solo queria mantener una conversacion de negocios, no dejarse llevar por una sobredosis sensorial en una maldita pista de aterrizaje. -?Esta esperandole el coche, como habian prometido? -le pregunto Marnie, su secretaria, por el telefono de ultima generacion que el se habia llevado a la oreja. Era un usuario entusiasta de los codiciados productos de su empresa-. Quedo claro que necesitabamos un vehiculo todoterreno. Al parecer, el camino hasta Fuginawa es abrupto y... -No me importa que sea abrupto -le interrumpio Dario intentando contener la impaciencia. No queria estar alli tan poco tiempo despues de que, el fin de semana anterior, su empresa hubiese lanzado al mercado el ultimo producto, pero eso no era culpa de su secretaria. El no deberia haber permitido que el sentimentalismo de un anciano se impusiera a su racionalidad, que tanto le habia costado adquirir. Esa era la consecuencia. Estaba en la otra punta del mundo, cuando deberia estar en su despacho, rodeado de palmeras y olores exoticos para satisfacer el capricho de un anciano. -El Range Rover es mas que suficiente y esta aqui, como habiamos pedido. Marnie paso a la interminable lista de llamadas y mensajes que habia acumulado durante la primera ausencia de el del despacho en el que, literalmente, habia dormido durante los ultimos meses. Fue como volver atras, al estres que habia sufrido hacia seis anos, cuando empezo con ICE. El fruncio el ceno al recibir otra rafaga de brisa sofocante. No le gustaba volver atras ni esa brisa. Era fragante y sensual, le acariciaba el pelo y se le metia por la camisa como los dedos de una mujer sugerente y desvergonzada. Puso los ojos en blanco por lo fantasioso que era y se paso una mano por la barba incipiente. Sabia que no parecia el consejero delegado de una empresa informatica que era la nina mimada del sector y del publico. Ademas, estar alli le apetecia tanto como que le acariciara la brisa hawaiana, ni lo mas minimo. Ese viaje era un desperdicio absoluto de su tiempo, penso mientras Marnie seguia comentandole los mensajes y llamadas que exigian su atencion inmediata. Deberia estar en su despacho de Manhattan ocupandose de todo eso. En cambio, habia volado diez horas por los recuerdos de su abuelo para satisfacer el peor de los sentimentalismos. Hacia muchos anos, Giovanni habia vendido su coleccion de joyas, que adoraba, y habia hablado de ellas sin parar durante toda su juventud, la de Dario. En ese momento, cuando tenia noventa y ocho anos y afrontaba su muerte inminente con su habitual teatralidad y dignidad, queria recuperarlas. Cuando le pidio que comprara esos pendientes, en persona, su abuelo le habia dicho que le recordaban al amor de su vida. Los tenia un arisco multimillonario japones en su aislada hacienda de Hawai. Solto un bufido al recordarlo mientras tiraba la bolsa en la parte trasera del Range Rover y se quitaba la chaqueta. Todavia no sabia por que le habia hecho caso a su abuelo cuando lo llamo, a principios de ese mes, y le habia pedido algo tan disparatado. Sin embargo, ?quien le negaba a un anciano lo que, segun el, era su ultimo deseo antes de morir? -Mandame por correo electronico esos datos, Marnie -le pidio a su secretaria antes de que ella pudiera preguntarle que era ese ruido. Bendita mujer. Era mucho fiable que cualquier otra persona que el conociera, incluidas las que formaban parte de su melodramatica y agobiante familia. Se recordo para sus adentros que tenia que darle otra generosa y merecida bonificacion, aunque solo fuese por no ser una de las pesadillas Di Sione que tenian la misma sangre que el. -Dame un minuto para conectar el manos libres y empieza a pasarme las llamadas. No espero a que Marnie dijera algo y se remango con la esperanza de aliviar un poco la humedad tropical. Conecto el auricular, se sento detras el volante del impecable Range Rover, lo puso en marcha, metio la direccion en el GPS y salio del aerodromo mientras recibia la primera llamada. Sin embargo, seguia pensando en su abuelo y en el amor de su larga vida mientras escuchaba a uno de sus directores exponerle una situacion que podia ser enganosa sobre el telefono que habian presentado el fin de semana anterior. Los amores perdidos, segun su propia experiencia, se perdian por un buen motivo. Normalmente, y para empezar, porque no habian sido dignos de tanto amor. Si no, y esa era su teoria preferida, porque el amor era una mentira descomunal que la gente se contaba a si misma, y a los demas, para justificar que su comportamiento era espantoso y, normalmente, teatral y digno de lastima. Ademas, los amores perdidos no habia que encontrarlos otra vez cuando la verdad que llevaban dentro salia a la luz como siempre salia. Era preferible dejar el pasado donde estaba y que se pudriese sin contagiar al presente, o eso era lo que el siempre habia creido. Le habia costado no decirselo a su abuelo cuando le conto esa historia tan sentimental sobre amores, secretos y todas esas cosas. La habia contado, de una forma u otra, durante toda su vida. Luego, le habia mandado a que hiciese ese absurdo recado que cualquiera, hasta esos recien licenciados afanosos que trabajaban ocupandose de su correo, podria haber hecho. Sin embargo, estaba acostumbrado a morderse la lengua en lo referente a esos ridiculos sentimientos que los demas fingian que eran mas que razonables. Razonables, racionales y, sobre todo, necesarios. No obstante, el sabia que decirlo no servia de nada. Aparte de que no iba a discutir con su anciano abuelo, quien se habia ocupado de sus hermanos y el despues de que sus padres murieran. Tambien se habia dado cuenta de que cuanto mas daba su opinion sobre asuntos como ese mas gente le decia lo esceptico que era, como si eso fuese una critica a su forma de ser o les permitiera desdenar su opinion sin mas, o como si esa mania que tenia de ser realista debiera preocuparle. Hacia anos que habia dejado de preocuparle. Seis anos para ser exactos. Ademas, la verdad era que le importaba tan poco que lo mas facil era hacer lo que le habian pedido, en ese caso, volar hasta la otra punta del mundo para recuperar unos pendientes que podrian haber mandado por servicio de mensajeria si, al parecer, no tuvieran esa carga sentimental. Tambien sabia, vagamente, que su abuelo habia mandado a todos los hermanos Di Sione para que recuperaran alguna de las que el llamaba sus amantes perdidas, pero el habia estado tan ocupado con el lanzamiento de su ultimo producto que no habia prestado gran atencion a los melodramas de la familia Di Sione. Ya llevaba toda la vida con eso y ya le hartaron cuando tenia ocho anos, cuando sus imprudentes padres habian muerto en un accidente de coche espantoso, y que podian haber evitado perfectamente, y los paparazzi habian caido sobre ellos como un enjambre. Sus sentimientos sobre ese asunto no habian mejorado desde entonces. Habia una parte de el, una parte que no disimulaba mucho, que habria sido feliz si no hubiese vuelto a saber nada de sus familiares. Una parte que esperaba que eso sucediese de una forma natural cuando el anciano falleciera. Estaba impaciente. Estaria encantado de refugiarse en su trabajo como hacia siempre. Tenia bastante con dirigir ICE, la empresa informatica mas importante del mundo. Era un puesto que habia alcanzado con decision y mucho trabajo, como habia conseguido todo lo demas que era suyo, todo lo que habia perdurado. Ademas, el unico integrante de su familia al que habia querido de verdad habia sido Dante, su gemelo identico. Hasta que Dante tambien lo habia hecho pedazos. No podia negar que la traicion de su hermano le habia dolido, pero tambien habia aprendido que era preferible rodearse de personas a las que pagaba por su lealtad, no de personas que podian darsela o no segun les conviniera. No queria pensar en su hermano. Ese era el inconveniente de participar en algo con su familia, le llevaba a pensar en cosas que intentaba evitar por todos los medios. Habia dado por supuesto que, si cumplia el cometido que le habia encomendado su abuelo, como se suponia que hacian el resto de sus hermanos, podrian dejar de comportarse como si lo que sucedio hacia seis anos, y despues, fuera culpa suya, o como si el tuviese parte de la culpa de lo que habia sucedido porque habia sido quien habia roto su matrimonio y su relacion con Dante. El no le habia pedido a su hermano que se acostara con su esposa durante una de las epocas mas tensas de su vida. Ademas, se negaba a aceptar que hubiese hecho algo mal por no haber perdonado nunca ni a su esposa ni a su hermano, ni les perdonaria jamas. Los dos lo habian abandonado a su suerte, le habian hecho creer que la tension entre ellos era porque intentaban resolver que podian hacer con la empresa que habian creado Dante y el y si debian fusionarse o no con ICE, algo que a el le parecia una buena idea y a la que se oponia Dante. Toda esa tension y desvelo para acabar descubriendo que los dos lo habian traicionado desde el principio... En ese momento y alli, precisamente en Hawai, penso que lo unico que le pasaba era que todavia le prestaba atencion a lo que decia, hacia o pensaba alguien de la familia Di Sione. Eso tenia que acabar. -Eso se va a acabar -se prometio a si mismo con la voz ronca en el silencioso interior del Range Rover-. Se acabara en cuanto le hayas entregado esos malditos pendientes al anciano.

  • Los numeros nos hicieron como somos de Caleb Everett

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    Los numeros han formado la mayoria de las culturas. Transformaron los patrones humanos de subsistencia, dieron una posibilidad de expansion y de dominio sobre nuestro entorno a la vez que permitieron el impulso de otras tecnicas como la agricultura, la astronomia y posteriormente la arquitectura (babilonios, sumerios, egipcios…), esenciales del saber humano e inconcebibles sin la especulacion numerica. Por todo ello, Everett defiende que los numeros han cambiado directa o indirectamente las culturas y el saber humano, tanto en su vertiente social como espiritual.

  • Suite Veintiuno (Amores de verano 1) de Mita Marco

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    ?Es el destino el que manda sobre nuestras vidas? ?O por el contrario somos nosotros los que elegimos? Miriam, una joven estudiante de derecho, debe reunir el dinero suficiente para poder costearse el master con el que habia estado sonando toda su vida. Asi que cuando le proponen viajar a Menorca, a trabajar en un complejo hotelero de lujo, se embarca sin pensarselo. Pero en su camino se cruza alguien inesperado. La joven conoce a un atractivo huesped que pondra su estancia en la isla patas arriba. Entre los dos surge la atraccion y juntos se lanzan a una ardiente aventura, repleta de locuras y altibajos. Pero Miriam descubre que nada es lo que parece. aquel sensual huesped dista mucho de ser la persona que ella creia. ?Podra vencer el amor todos sus temores?

  • Puerta con puerta de Adriana Rubens

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    Elena perdio su corazon.

  • Juicio a Satan de Ray Russell

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    El padre Gregory Sargent, despues de administrar borracho una extremauncion, es trasladado a la pequena parroquia de San Miguel. Acostumbrado a la brillante vida social e intelectual de San Francisco, recibe su nuevo destino como un castigo. Nada mas llegar, sin embargo, tendra que enfrentarse a un caso de <>: Susan Garth, una muchacha de dieciseis anos <>, con una subita aversion a la iglesia, ha empezado a decir obscenidades, y un dia se desnudo frente al antiguo parroco e intento estrangularlo; ademas, el contacto de un crucifijo en el brazo le quema la piel. El obispo Crimmings tiene claro que esta poseida y ordena un exorcismo. El padre Sargent, en cambio, racionalista y metodico, duda... pero ?no sera cierto, como decia Baudelaire, que <>? Mientras tanto, la gente se pregunta si los aullidos de mujer que se oyen en la casa parroquial se deben a una orgia o a una misa negra...

  • El arrebato de las golondrinas de Josep Capsir

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    ?Que harias su tuvieses la oportunidad de matar al asesino de tu mujer?
    Sergio Azorin vio truncada su felicidad diecisiete anos atras. Alguien la rompio bruscamente y desde ese momento su vida se convirtio en un calvario. Ahora las heridas vuelven a sangrar, los viejos fantasmas regresan para atormentarle y ese hombre que tanto dano le hizo debe morir. ?Sera capaz de cometer un crimen a sangre fria? ?Sera capaz de convivir con ello?
    El arrebato de las golondrinas es una historia policiaca, plagada de pasion, de lealtad y de sentimientos encontrados banados en sangre.

  • Otra luna enterrada de Guillermo Estiballes

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    Otra luna enterrada constituye una atmosfera de fabula donde la naturaleza tiene voz propia y donde los antiguos hechizos cobran vida en la voz y la presteza de un joven descendiente de sefardies.

  • El negro y la gata de Anton Arriola

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    El expresidiario y traficante de poca monta Javier Borrallo ?conocido como el Negro? es acusado de cometer un salvaje asesinato y acaba en la prision de Basauri. El Padre Azurmendi acude en su ayuda, convencido de la inocencia de su joven amigo, y se ve embarcado en una investigacion que le lleva a exponerse a peligros crecientes.

  • Beautiful Bastard. Un tipo odioso (Beautiful 1) de Christina Lauren

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    Primera entrega de la saga <>.

  • Max & Suhail de Tatiana M. Alonzo

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    Max y Suhail se aman, pero el espera en un aeropuerto mientras ella esta a punto de casarse. Ambos tienen mucho que contar sobre los acontecimientos que los trajeron a este punto. Se conocen desde ninos, se enamoraron desde muy temprano, ?que paso a traves de los anos? ?Por que se separaron? Cada uno tiene su version.

  • La potencia femenina de Svenja Flasspohler

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    Una via alternativa para el feminismo del siglo XXI.

  • La muneca desnuda de Mercedes Gascon Bernal

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    Acuciado por la crisis y obsesionado por proteger a su hija Laura, el arquitecto Mario Puigvert encuentra una solucion inaudita a su desesperada situacion economica. Decide dedicarse a algo que nunca jamas hubiera imaginado: trabajar como acompanante de mujeres.

  • Mi Nada Sincero Jefe de Anna Crenwood

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    Melisa estaba conforme con su vida tal cual era, una vida perfecta creia ella. Un trabajo de asistente en una de las mas prestigiosas agencias de publicidad, pero sobre todo estar siempre al lado del ser amado. Bryan era su amor desde sus anos de estudiante y ella tenia la idea que al ser su incondicional el veria la hermosa mujer que llevaba dentro y le corresponderia.
    Cuando la vida le puso un ultimatum estaba asustada, no es facil aceptar los cambios, pero la vida es sabia y no perdona, asi que o cambiaba y daba la oportunidad a su verdadero yo de surgir y en ese largo camino descubrir el verdadero amor o se quedaria hundida para siempre en la mediocridad y auto-compasion, en un empleo sin futuro y atada al amor de un hombre que pertenecia a otra”.
    ?Lograria el Amor de Antoni vencer las barreras del tiempo?

  • El mercader de libros de Luis Zueco

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  • D.O.M. – Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Daniel Oliveira Melo, el candidato a la presidencia de Brasil, es un hombre habituado a conseguir cualquier cosa que se le antoje.

  • Poseidon (Elohim 1) de Mariah Evans

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    Una ciudad que cayo en el olvido. Una ciudad que, en nuestros dias, vuelve a nuestra memoria. Asi empieza todo, con una ciudad perdida durante milenios que ansia ser descubierta de nuevo, con sus luces y sombras.
    Laureano Molina es un reputado historiador e investigador de antiguas civilizaciones, cuyo descubrimiento podria cambiar la concepcion sobre los origenes de la humanidad. A su muerte, su legado queda incompleto por decision propia y sera su nieta Lucia Molina, una joven licenciada en Cultura Clasica, la que asumira voluntariamente la tarea de descubrir que es lo que su abuelo con tanto esmero se encargo de ocultar y por que motivo lo hizo.
    Gael, un joven informatico, es una de las ultimas personas que colaboro con Laureano, con el cual mantenia no solo una relacion profesional, sino una confianza absoluta.
    La tenacidad de Lucia obligara a Gael a ayudarla en su mision, si bien el guarda sus propios secretos. A la vez, debera protegerla frente a fuerzas inimaginables que escapan a la compresion del ser humano y que podrian traer de vuelta un mal ancestral.
    Juntos iniciaran la busqueda de la verdad visitando lugares tan emblematicos como Egipto y recordando emplazamientos donde Laureano habia viajado con Lucia, tales como Israel, Malta y muchos otros.
    Todo esta conectado. Ellos siempre han estado aqui, protegiendonos, aunque la humanidad no haya sido consciente de ello.

  • Mi pequena tentacion (Amor en cadena 6) de Lorraine Coco

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    Robert salio del restaurante japones con paso ligero y cruzo la cuarta avenida sorteando los coches que esperaban impacientes que el semaforo volviese a ponerse en verde. Habia bastante movimiento aquella noche de sabado. Rozaban casi las once, pero las calles del centro de Manhattan eran un hervidero de gente que iba y venia en todas direcciones. La ciudad que nunca duerme seguia con la misma energia que a las once de la manana, pero el llevaba en su cuerpo un turno de mas de doce horas y, de no ser porque tenia que recoger la bolsa de comida para su companero de piso, estaria metido ya en la cama, dejando descansar sus cansados huesos. Llego hasta su Camaro negro del sesenta y nueve y se metio en el tras abrir la puerta. Su companero le esperaba en el asiento del copiloto riendo mientras contestaba mensajes con su iPhone. --Esta chica me va a volver loco --le dijo Edie sin apartar la mirada de la pantalla. Por su rostro se paseo una sonrisa socarrona y con dedos agiles tecleo la respuesta. --A ti te vuelven todas loco, Garcia --le contesto, colocando la bolsa de plastico con la comida para llevar en el asiento trasero y arrancando el coche. Eduardo Garcia era su companero desde hacia tres anos, y durante ese tiempo le habia conocido una chica nueva por semana. Igual que se enamoraba, se desenamoraba, con lo que era imposible tomarselo en serio. --Esta es diferente --continuo su amigo--, ?has visto que piernas? -- anadio colocandole frente a los ojos la imagen en su movil de una chica en minifalda y ropa demasiado ajustada en actitud provocadora. Robert aparto el aparato de su vista de un manotazo y pregunto a su companero: --?Pero esa no es Gloria, la de la semana pasada? --!Que va! Esta es Marisol. Hermano, no me escuchas cuando te hablo. Gloria era la dependienta de la pasteleria, esta trabaja en el taller de mi primo, lleva la contabilidad. --A mi me parecen las dos iguales --le contesto Robert encogiendose de hombros. --Hermano, no sabes nada de mujeres. Mirate, tu plan para un sabado por la noche es llevarle comida japonesa a tu perro. --!Ey, no te metas con Calibre! Le pierde el pollo teriyaki, ?que le vamos a hacer si es de gustos exquisitos? --le dijo riendo con ganas. --Si, igual que su dueno. Parece que ninguna mujer es demasiado buena para ti. ?Cuanto hace que no tienes una cita? ?Desde que saliste con Abbie? Robert torcio el gesto. Salir con Abbie habia sido un error. Eran companeros de trabajo, ambos detectives de homicidios en la misma comisaria. Ahora tenian que verse a diario y evitar miradas cada vez que se cruzaban. --!De eso hace mas de cuatro meses! --prosiguio su companero con tono exagerado. --?Llevas la cuenta de mis citas? --contesto el riendo--. Empiezas a preocuparme... Te pareces a mi madre --anadio volviendo a reirse. --Riete cuanto quieras, pero hermano... No soy yo el que lleva cuatro meses sin estar con una mujer, y eso no es sano, tio. Voy a pensar que no te gustan las mujeres... --le dijo Garcia con la intencion de provocarlo. De veras pensaba que su companero necesitaba un poco mas de diversion. --Me gustan las mujeres, pero no todas las mujeres --replico, deteniendo el coche frente a otro semaforo y resoplando. Normalmente la conversacion con su companero era bastante mas interesante. Robert era un hombre al que le gustaba disfrutar de los silencios. No era hablador en exceso, y sin duda preferia estar solo en su coche. Pero Garcia era todo lo contrario; hablaba y hablaba. Parecia que siempre tenia algo que decir. Por suerte pasaba gran parte del turno mensajeandose con el movil con mujeres y eso le daba tiempo a el para escuchar sus propios pensamientos. El resto de las ocasiones, las conversaciones versaban sobre temas mas interesantes; cine, deportes y, por supuesto, los casos. Cosas llevaderas. Pero no lo podia soportar cuando se ponia en plan casamentero. El semaforo volvio a ponerse en verde y prosiguio con la esperanza de que el trayecto que restaba hasta la casa de Garcia lo pasasen en silencio. Pero no tuvo tanta suerte. --Marisol tiene una hermana... --!Joder, Garcia! ?En serio? ?Estas intentando prepararme una cita? -- resoplo de nuevo y se removio incomodo en el asiento. --!Ey, hermano! Es una chica guapa... No tiene las piernas de Marisol, pero he visto una foto de ella. Es bastante pechugona... --Edie puso las manos sobre sus pectorales, indicandole el tamano de los pechos de la joven--. Apuesto a que sabe hacer una buena... Robert le echo una mirada de "estas llegando al limite" y Garcia cerro la boca riendo. Giro en la calle y detuvo el coche frente a la puerta de la casa de su companero. Una vivienda baja, pintada en verde lechoso, en uno de los barrios latinos mas populares de la ciudad. En el porche, su madre, su hermana y dos mujeres mas lo esperaban sentadas en sillas de plastico y abrigadas hasta los dientes en torno a un brasero de carbon. En cuanto los vieron los saludaron con la mano sonriendo. --?Quieres quedarte a cenar, Robert? --lo invito la hermana acercandose al coche. Garcia resoplo. --Gracias, Jen, pero estoy cansado, tal vez otro dia --declino la invitacion. --Cuando quieras... --le dijo ella con una sonrisa coqueta. Edie vio como su hermanita permanecia alli mirando a su companero con sonrisa embobada, como un perro frente al escaparate de una carniceria, y volvio a resoplar de mala gana. Bajo del coche con el ceno fruncido. --Jen, ?quieres entrar y dejar a Robert tranquilo? --le dijo tomandola del codo para girarla en direccion a la casa. --!No seas tonto, Edie, solo estaba siendo amable! --protesto ella mientras se alejaba, no sin antes volver a girarse y regalarle otra seductora sonrisa a Robert. --Es cierto, no seas tonto, Edie, solo estaba siendo amable... --se burlo Robert de su companero. Garcia era tremendamente celoso y protector con su hermana pequena, que ya no era tan pequena. Acababa de cumplir veinte anos y era una mujer bastante guapa y llamativa que sacaba a su hermano un palmo de altura. Edie lo miro con expresion cenuda. --?Que pasa, tio? ?No querias que hablase con mujeres? Jen esta cada dia mas guapa... --continuo enojandolo. En realidad no tenia ningun interes en la hermana de su companero, era demasiado joven para el, que rozaba los treinta y dos, pero le apetecia devolverle un poco del dolor de cabeza que este se habia empenado en provocarle. --!A mi hermanita ni la mires! Es muy joven aun para andar saliendo con hombres --le dijo levantando el dedo a modo de advertencia. Robert rio cansado. --Nos vemos manana, tio --se despidio arrancando de nuevo el motor. --Hasta manana, hermano --contesto Edie dando un golpecito en el techo del Camaro. Robert subio la ventanilla del coche y condujo en su ansiado y relajante silencio. Tardo casi tres cuartos de hora en atravesar la ciudad hasta llegar a su casa. Vivia en la zona del Village. En un acogedor apartamento situado en uno de los bonitos edificios bajos de ladrillo rojo que abundaban en la zona. El piso habia sido ocupado por su hermana Andy durante los anos que estudio en la universidad y hasta que se fue a vivir con su marido Daniel. Cuando ella dejo el apartamento hacia un par de anos, Pierce, el casero, le propuso quedarse en el. Robert no lo penso dos veces. Tanto Pierce como su pareja, Paul, eran como de la familia, y era de los pocos caseros que le habrian permitido tener un perro como Calibre en casa. Aparco frente al edificio y apago el motor. Resoplo aliviado al verse por fin en casa. Estaba realmente agotado. Necesitaba al menos ocho horas de sueno que pensaba aprovechar minuto a minuto. Se bajo del coche e inmediatamente el aire frio de la noche le inundo los pulmones. Se cerro la cremallera de la cazadora de cuero hasta arriba y cerro el coche con apremio. La calle estaba tranquila, tan solo el sonido de un saxo, proveniente de alguno de los clubes de jazz cercanos, se paseaba por la calle dejando una estela de notas languidas. Cruzo la calle con paso rapido y entro en el edificio. Al abrir la puerta de su apartamento lo primero que vio fue a su braco hungaro echado en el sofa. Calibre se limito a levantar la cabeza, movio un par de veces la cola y volvio a dirigir la mirada a la television encendida. --!Vaya! !Que recibimiento! --le dijo al perro, que volvio a mirarlo. El sonido de un par de disparos y una persecucion salio del televisor--. Tienes que dejar de ver series de polis, companero. Calibre se limito a resoplar con gesto aburrido ante el comentario, y continuo viendo el programa, donde un par de detectives daban caza a un tipo en una trepidante escena de accion. Robert jugo la ultima baza para reclamar la atencion de su companero. --Esta bien, parece que tendre que comerme yo todo el pollo teriyaki -- abrio la bolsa y tomo de unos de los paquetes, un trozo de la comida preparada, se la llevo a la boca y gimio de placer. Al instante Calibre salto del sofa y comenzo a rodearlo dando pequenos toques con su morro en la bolsa de la comida. Robert rio cansado. Fue hasta la cocina y saco un plato y el recipiente metalico en el que comia su perro y repartio la comida de la bolsa en partes iguales. Deposito la de Calibre en el suelo y se llevo su plato hasta el salon. Dejo la comida sobre la mesa baja frente al televisor y se dejo caer en el sofa. Estaba molido y no sabia por que. Habia sido un turno largo y duro, como todos. No tenia una profesion sencilla, tenia que ver cada dia cosas que a otros les helaria la sangre en las venas. Pero el era policia no solo de profesion, sino por vocacion. Era lo unico que habia querido ser desde nino, desde que viese a su padre salir cada manana con destino a la comisaria

  • Dias de ira, noches de pasion (Un romance en Londres 3) de Nieves Hidalgo

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    El quiere desenmascarar a la que creia una timadora.
    Ella se resiste a contarle su secreto.

  • Impostores de Robin Cook

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    Impostores, el nuevo y explosivo libro del autor superventas y maestro del thriller medico Robin Cook, te hara dudar de todo.

  • Quiero confiar en ti de Lorena Concepcion

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    Atenea no era de esas chicas que se comian el mundo, pero tampoco se dejaba pisar. Nunca le habia importado tanto que la gente no la viera, en ninguno de los sentidos, o que no la tuvieran tanto en cuenta como ella queria. Como se decia a si misma, era invisible para los demas. Asi era ella, invisible a los ojos de cualquiera que no fuera su familia, y claramente, sabia que el problema era suyo, estaba en su caracter, no se hacia notar, y en muchas ocasiones era bueno, pero en otras, no tanto. A sus veintidos anos nunca habia tenido novio, tampoco tenia muchos amigos a causa de su timidez y sus inseguridades, pero ella estaba a gusto asi, no era debil, ni se dejaba menospreciar por nadie, era una chica fuerte, simplemente pasaba desapercibida. Atenea estaba convencida de que siempre seria asi para el resto de su vida, acabaria sola y con un monton de gatos, de hecho ya tenia uno, solo era cuestion de tiempo. Rio ante tal ocurrencia. Pero solo hubo un momento en su vida en el que deseo ser alguien que no pasara desapercibido, y ese momento fue cuando le vio a el, Kian, su vecino. Atenea habia alquilado un apartamento en el centro de la ciudad hacia unos meses y la primera vez que lo vio fue mientras se instalaba, el le ayudo con la mudanza y se presentaron, pero todo quedo alli. La segunda vez fue la tipica conversacion entre vecinos, el fue a pedirle sal, asi que tampoco paso nada. Otras veces solo se saludaban de pasada, el casi nunca estaba en su apartamento, pero la gran mayoria de las veces que venia, lo hacia acompanado de unas chicas que parecian y que claramente, eran modelos. Eso a Atenea no le gustaba, pero era tan guapo... alto, en forma, con unos brazos musculosos con los que mas de una noche habia sonado que la abrazaba, y otras cosas que la hacian sonrojarse. Su cabello rubio corto que la hacia querer meter los dedos mientras el la hacia gritar, y sus ojos color caramelo que tanto deseaba que la miraran. Ojala ella fuera de su tipo. Nunca se habia considerado una chica fea, pero tampoco se arreglaba mucho ?para que?Aunque lo hiciera seguirian sin hacerle caso, o peor, estaria ridicula. Era viernes por la manana y festivo, por lo que no tenia nada planeado, seguramente pasaria el dia en casa leyendo o recogiendo. Esa noche no habia dormido casi nada por culpa de un maldito sueno erotico con Kian. Atenea nunca habia tenido ninguno, pero desde que lo habia conocido, en su cabeza solo rondaba el, y eso no podia ser bueno, tenia que olvidarse de Kian lo antes posible, pues lo suyo jamas sucederia, ni en un millon de anos. El nunca estaria con una chica como ella teniendo a un moton de modelos babeando a sus pies. Aun llevaba el pijama, que no era otra cosa que una camiseta grande de su hermano que se habia dejado la ultima vez que vino a pasar la noche. Iba bajando las escaleras de marmol cuando llamaron a la puerta, se miro rapidamente en el espejo del recibidor para revisar que su pelo moreno y liso estaba presentable, sus ojos azules se veian mas intensos por la luz de la manana. <>. Se paso los dedos por el pelo y se lo puso a un lado y abrio la puerta. – Buenos dias.- Dijo Kian con una enorme sonrisa ensenando su perfecta dentadura en cuanto Atenea le abrio la puerta. Se quedo paralizada y le dio un vuelco el corazon, de todas las personas que podrian haber llamado, Kian era el ultimo al que esperaba. Estaba guapisimo, y vestido, no como ella. Llevaba unos pantalones vaqueros que le quedaban de lujo y una camiseta que hacia patente su musculado cuerpo, Atenea se sonrojo e imagenes del sueno de la noche anterior vinieron a su mente. – Bu... buenos dias.- Logro decir atropelladamente. – ?Te pillo en mal momento?- Pregunto mirandola de arriba abajo, si Atenea no lo creyera posible pensaria que la estaba devorando con la mirada, pero no era posible ?no? Decidio no darle mas vueltas pues ella no podia gustar a un chico como el. – No, bueno, no.- Rio.- ?Necesitas algo? – No, solo queria invitarte a desayunar.- Ahora Atenea se sorprendio aun mas, y se percato de la bolsa que Kian llevaba en la mano. - Mi madre es aficionada a la reposteria y me ha envido muchos dulces y yo solo no puedo con ellos, asi que si somos dos...Si no quieres desayunar conmigo te los doy igual, no quiero que se estropeen. ?Que no queria desayunar con el? ?Estaba loco o que? ?Por que tenia que ser tan malditamente amable y guapo? Aunque la invitacion solo fuera para que no se estropearan los dulces, a Atenea le valia. Sin embargo, por la cuenta que le traia a su corazon no sabia si merecia la pena, pero deseaba tanto pasar tiempo con el y conocerlo mejor que no pudo resistirse. – No, claro. Pasa. Yo invito a cafe.-Sonrio como una nina subida en el mejor columpio del parque. – Gracias. – Voy a cambiarme y... – No tranquila, por mi no te preocupes, asi estas bien.- El la miro de arriba abajo una vez mas con una sonrisa picara y le guino un ojo. AAtenea se le incendio la cara y a pesar de que la camiseta la cubria hasta los muslos sintio que estaba desnuda.- Si abres siempre asi la puerta vendre mas a menudo.- Le guino un ojo. ?Estaba coqueteando con ella? No podia ser, seguro que era algo que le salia sin mas. – Ja, ja. Alli esta la cocina, ahora bajo.- Y le dedico una sonrisa coqueta. Nunca se habia sentido asi, ella no era de coquetear con chicos !si ni siquiera sabia que sabia hacerlo! Pero un momento con el la habia hecho sentir la mujer mas sexy del mundo. Pero tenia que mantener las distancias, el no era para ella, pues solo hacia falta ver con que clase de chicas iba para saber que ella no era su tipo ni de lejos. En cuanto termino de arreglarse bajo por las escaleras de nuevo con el corazon martilleandole en el pecho. Como deseaba que su sueno se hiciera realidad y el hubiera subido a su habitacion y la tumbara en la cama para hacerla suya << ?Pero que estas pensando? !Madre mia, que verguenza! Menos mal que nadie escucha mis pensamientos...>>. – ?Como prefieres el cafe?- Pregunto el mientras ella bajaba las escaleras. – No, yo no bebo cafe, no me gusta, prefiero cacao.- Sonrio. Atenea no llego a pisar bien el siguiente escalon y se cayo de culo bajando un par de escalones.- !Au!- Y empezo a reirse. – ?Estas bien? - Corrio Kian hacia las escaleras. Atenea no paraba de reir. – Si, que caida mas tonta. Siempre estoy en el suelo. - Atenea no podia parar de reir, habia sido una caida tan tonta que preferia reir a pensar que se habia caido delante de Kian. Intento ponerse en pie pero el tobillo le dolio un poco. – Espera, ya te ayudo.- Entonces Kian la cogio en brazos. – No hace falta...- A Atenea se le iba a salir el corazon, se abrazo al cuello de Kian y aspiro su aroma. – No te preocupes.- La corto el sonriendole encantadoramente. Una corriente de pura electricidad le recorrio el cuerpo, olia tan bien... Noto como sus duros y tonificados musculos hacian la fuerza suficiente para sostenerla, la cual no parecia que le supusiera ningun esfuerzo. AAtenea le recorrio un deseo ardiente que se anido entre sus piernas. Quiso que su comedor fuera mas grande para que la sostuviera mas tiempo entre sus brazos, su calor la traspasaba y sentia la necesidad de hundir su cara en su masculino cuello y besarlo, pero se contuvo. Evito como pudo que el sintiera como su pulso estaba acelerado, y desvio la mirada de su perfecto rostro para no sentir la tentacion de besar esos gruesos y seductores labios. Por fin la sento con cuidado en el sofa. – A ver, dame tu pie.- La examino.- No tienes nada, un poco de hielo y estaras como nueva. Fui entrenador de futbol de los ninos de mi pueblo cuando era adolescente y vi muchos esguinces y roturas, y esto no es nada. Pero no te fies mucho que no soy medico. Voy a por hielo.- Le dedico una sonrisa encantadora que la fundio como un helado derretido por sol de verano. Antes de ir a por el hielo cogio un cojin y lo puso en la mesilla, y despues, con mucho cuidado, deposito el pie femenino. Su contacto la quemaba y la hacia desear mas, mucho mas. Algo que claramente no iba a hacer, ella no era su tipo, pero tampoco queria serlo, ya habia sufrido bastante en el amor como para encapricharse de alguien que jamas la corresponderia. Tenia que dejar de pensar en el. – Gracias.- Dijo Atenea. El no se habia reido de ella cuando se habia caido, a pesar de que ella no paro de reir, y eso le encanto ?Pero que le iba a hacer si las caidas tontas le hacian tanta gracia? Su gata, Diana, una persa blanca de ojos verdes se acerco a ella para pedirle que le pusiera de comer, Atenea la acaricio y la gata se tumbo a su lado en el sofa. Kian volvio enseguida con el hielo envuelto en un trapo de cocina. El se situo otra vez de rodillas delante de ella y se lo deposito en el pie magullado. Estuvieron unos minutos en silencio, el aguantandole el hielo en el pie y ella observando como la cuidaba. Atenea se deleito mirando al impresionante chico que le estaba poniendo hielo en el pie. Estaba guapisimo y solo deseaba que la mirara con deseo y la tocara ardientemente. – No sabia que tenias un gato.- Dijo el rompiendo el silencio pero sin dejar de mirar su pie magullado. – Es una gatita.- Le sonrio aunque el no la miro. – Ah, es muy bonita.- Senalo mirando ahora a la gata que dormia placidamente a su lado. – Si, pero a veces es una borde.- Rieron los dos. Atenea no podia dejar de mirar como Kian acariciaba dulcemente su pie alrededor del hielo, proporcionandole caricias calientes que la hacian estremecerse, estaba haciendo gala de todo su autocontrol para no lanzarse al cuello del hombre. Penso que por tal de que el la cogiera cada vez que ella se caia, se caeria encantada todas las veces que hicieran falta. Atenea rio ante tal tonteria y rio mas al recordar su caida. – ?De que te ries?- No se habia dado cuenta de que lo habia hecho en voz alta. – Solo pensaba en la caida.- Y volvio a reir.

  • El manuscrito de aire de Luis Garcia Jambrina

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    El 6 de enero de 1515, una pequena aldea de indios tainos muy proxima a la ciudad de Santo Domingo, en la isla La Espanola (Haiti, para los nativos), es arrasada por el fuego. Conmovidos por la tragedia,
    varios frailes dominicos se dirigen a Espana para rogar al rey que envie a alguien a la isla para descubrir a los culpables y hacer justicia.

  • Las balas perdidas de Alicia San Miguel

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    Ni siquiera sabia la posicion en la que debia ponerse ese folio para seguir las instrucciones de montaje. En esos momentos, no le importaba; era mas importante estar inmerso en la adrenalina del momento que en pensar que pasaria si montaba mal esa bomba. <>, se dijo para si. Ekain, estaba serio, entornaba los ojos y apretaba los labios. Ojos rasgados color caramelo, labios finos, boca pequena y nariz aguilena. No era guapo, tampoco feo, menos aun corpulento. Un tipo del monton. En una mesa, el folio con varios dibujos. Cada dibujo iba acompanado de un numero. En otra mesa, cada pieza necesaria para ensamblar ese puzzle de mierda con el que se estrenaba. Tiros si, bombas no. Hoy era el dia. Unio cada pieza con precision, paso a paso, sin prisa; ni siquiera le importo la curiosidad de sus dos companeros, que, expectantes, le observaban como envidiando el momento. --!Hostia, Ekain! !La vas a liar muy gorda, tio! --le dijo el tipo que, nervioso, fumaba sin parar. Ella, la que estaba a su lado tambien mirando, le golpeo en el hombro, acompanando el gesto con una picara sonrisa de satisfaccion--. !Me caguen la hostia! --Si no nos explota esta mierda en las manos, seguro que si --le contesto Ekain sin levantar la mirada de las piezas que seguia ensamblando--. !A ver como cojones lo bajamos al coche sin que nos vean y sospechen! --exclamo. --Eso es facil --dijo ella--. Esta noche, de madrugada, acercamos el coche a la campa de ahi detras, y como si nos estuviesemos tomando unas birras y fumando unos cigarros la vamos acabando de montar. --!Esta Olga es la rehostia! --volvio a exclamar el tipo con excitacion y simpleza. Ella sonrio satisfecha--. Y el coche, ?que? ?Cuando lo plantamos alli? --!Relajate, Zuri, joder! --le llamo la atencion Ekain--. Estas de los nervios y eso no nos conviene a ninguno, ?vale, tio? Zuri se mantuvo callado ante las palabras de su amigo. Ekain dejo lo que estaba haciendo y se acerco a sus companeros. Olga se habia levantado y volvia con unas cervezas; Zuri, aun sin decir nada, le ofrecio un cigarro; el lo cogio, tranquilo, sin dejar de mirar el folio de la mesa. --Esta noche la dejamos montada y manana por la manana, cuando el barrio este lleno de gente, dejaremos el coche aparcado donde hemos pensado --les indico Ekain tras dar un buen sorbo a la cerveza. Callo unos segundos y, tras mirarlos varias veces y apretar los labios, prosiguio--: Zuri, tu iras en la moto por si algo se complica. Aun asi, solo para controlar que nadie me para, porque yo volvere en bus --Trago saliva y espero a que Zuri asintiese--. No es buena idea que nos vean juntos. Olga, tu encargate de los billetes de autobus. En tres dias maximo salimos de aqui. Manana, a las veintiuna y treinta, nos vemos en el bar de siempre, como si nada hubiese pasado, como cada dia de los que estamos aqui. Ekain Alzaga, de diecinueve anos, Zuri Garmendia, de dieciocho, y Olga Larralde, de veintiuno, brindaban con sus botellines de cerveza, esperando que cayese la noche para acabar de fabricar un caballo metalico mas danino que el mismisimo caballo de Troya. --Yo tengo hambre --comento Zuri mas tranquilo. --Vamos a comer algo entonces --contesto Ekain dandole un golpe en la espalda y apagando el cigarro en el cenicero lleno de colillas. Olga seguia sonriendoles satisfecha. I 19 de febrero de 1992 Estaba agobiado de tanto autobus. Por la manana, habia dejado el coche en el lugar previsto, con la complicacion de que el pensaba que su peso hacia que fuese muy dificil de conducir, pero no era cierto, el coche aguantaba ese peso sin dificultad. Cada semaforo era una pesadilla, pensando que, si el coche se paraba, al arrancarlo podia volar por los aires, algo imposible con ese tipo de explosivo. <>, se repetia. <>. Tras dejar el coche en una isleta sin urbanizar y utilizada como parking temporal, esquivo a la gente, ignorantes de lo que estaba ocurriendo y de lo que estaba por ocurrir, y volvio al piso. Tenia hambre, se hizo un bocadillo de chorizo y se bebio una cerveza. Lo comio tranquilo, esperando que sus companeros volviesen y ver que todo estaba organizado. Olga fue la primera en llegar. Era una mujer atractiva. Su pelo negro, tez canela, ojos marrones y facciones marcadas le otorgaban una imagen de mujer dura y distante que no se alejaba de la realidad. Tras echar un buen polvo, Ekain y Olga se ducharon tranquilos y sin mucha conversacion. Zuri no tardo; estaba nervioso, excitado y sus pocas neuronas no le ayudaban en disimular con naturalidad. Ekain lo sabia e intentaba calmarle dandole tareas faciles y que le mantuviesen ocupado. Zuri no habia tenido una vida facil. Su padre habia estado entrando y saliendo de prision desde que el era un nino. Era un chico enclenque sin ningun tipo de atractivo y totalmente manipulable. Se pasaba el dia mordiendose las unas y era imposible mantenerle sentado durante mucho rato. Su mirada parecia siempre estar perdida y su rostro paliducho, asustado. Era carne de canon para la banda. Habia llegado la hora y Ekain estaba de nuevo en ese autobus. Se bajo en la parada cercana al cruce. Frente a el, la calle por donde pasaria el furgon policial para dirigirse a la sede de la Jefatura Superior de Policia. Tenia buena visibilidad y no habia mucho margen de error. La calle paralela no le importaba demasiado y la que se situaba a su derecha tampoco, ya que la manera de huir de alli seria exactamente por donde habia venido. Respiro profundo y se encendio un cigarrillo. Eran las diecinueve horas y cincuenta minutos... Decidio entrar rapido a por un botellin de agua en el bar de al lado. Estaba casi lleno, pero todos estaban pendientes del partido que se jugaba y que el bar tenia sintonizado en su televisor. El volumen estaba alto, solo dos o tres hombres se voltearon para mirarle. En un barrio pequeno todos se conocen, y Ekain, estaba claro, no era de por alli. Nunca se molestaria en saber si gano el partido Espana o la Comunidad de Estados Independientes, por todos conocida como Rusia. Pago el botellin y volvio a su posicion. Veia el coche a la perfeccion; el furgon policial se veria obligado a hacer el stop que estaba unos metros antes. Esos segundos le darian el suficiente tiempo para presionar el boton del mando, en la posicion correcta y en el momento perfecto. Todo apuntaba a ser un exito. Eran las veinte horas y cinco minutos... Se sentia tranquilo y sabia que era cuestion de minutos que apareciese la puta furgoneta. !A ver como sacaba el el mando sin que nadie le viese! El furgon policial bajaba despacio, en direccion al stop del cruce. Los dos policias charlaban tranquilos, deseando hacer el cambio y acabar el turno. En la radio, de fondo, se escuchaba el numero uno de esa semana, Un pedazo de cielo, de Luz Casal. A ellos no les gustaba mucho el futbol y no tenian el canal deportivo sintonizado. Dos hombres normales, con una vida normal e ilusiones. Uno recien llegado al cuerpo de policia, otro acercandose a la puerta de la jubilacion. Ekain giro la cabeza a su derecha, el furgon hizo el stop y dejo pasar a un par de coches. Retomo lentamente la marcha. Ekain, metio la mano en la parte interna de la cazadora. Hacia frio, pero el no lo sentia. Estiro la antena sin pensar que alguien pudiese verle. Los segundos se hacian largos. El furgon seguia avanzando. El furgon llego a la altura del coche aparcado y Ekain pulso el detonador. <> II El estruendo fue brutal. Veinticinco kilos de amonal, treinta y cinco kilos de metralla y una onda expansiva que arraso con todo lo que habia a su paso. Ekain no espero para ver los resultados de su obra. Entre la gente, los gritos, la confusion y la oscuridad, se alejo en direccion contraria. En casa averiguaria si esos dos policias habian muerto por una causa que, en ocasiones, ni siquiera el entendia. Su causa, sus ideas, sus convicciones... Tiros si, bombas no. Hoy habia sido el dia. Los noticieros no tardaron en hacerse eco de lo sucedido: <> Muchos edificios se habian visto afectados, las casas de al lado, de enfrente, del otro lado; pequenas casas de trabajadores que no habian aguantado una onda expansiva inesperada. A menos de cincuenta metros, un colegio y un instituto, vibraron y respiraron tranquilos al encontrarse vacios cuando recibieron el impacto cercano. A la hora del suceso, se encontraban fuera del horario escolar. Calles anegadas de miedo y sumidas en la oscuridad de la incertidumbre. El barrio de la Albericia tenia su historia. En su dia, el barrio albergo el primer aeropuerto de la region cantabra, inaugurado en mil novecientos diez y que tuvo su mayor auge durante la guerra civil espanola !Incluso tuvo una fabrica de aviones! Sus hangares, su torre de control, sus festivales aereos, el recuerdo mohino de albergar a la legion condor alemana o la recuperacion del trafico aereo civil, habian sido olvidados y sustituidos por el espanto y la destruccion. Pero tenia su historia... !mucha historia! El primer partido de futbol de Cantabria se jugo alli; su hipodromo, dio luz y diversion a la aristocracia nacional del siglo XIX; la pista de aterrizaje, anos mas tarde, se convertiria en una avenida, la del Deporte, ya que los terrenos se habian sustituido por un gran complejo deportivo. Tambien se ubicaba a escasos metros, la jefatura superior de policia de Cantabria... punto clave para borrar en unos minutos la historia de un barrio, y sustituirla por un recuerdo lacerante. !Tenia mucha historia! En la zona del suceso, asimismo se encontraba la sede de uno de los periodicos locales. Parte de sus instalaciones tambien se habian danado. Uno de los periodistas acudio raudo al lugar de la explosion. Alli, entre el amasijo de hierros, el polvo en el aire y el olor a muerte informo como pudo de lo sucedido.

  • Un sueno, un rodaje, tu y yo de Jess Dharma

    https://gigalibros.com/un-sueno-un-rodaje-tu-y-yo.html

    Asia es una escritora novel que ve como su sueno se hace realidad cuando una productora decide llevar su novela a Hollywood. Ella tendra que ir como asesora para que la pelicula sea lo mas fiel posible al libro. Con lo que no contaba es con tener que lidiar con Noah. Un chico tremendamente sexy, que es diez anos mas joven que ella y ademas es el protagonista de la pelicula. Asia intenta no sentirse atraida por el ya que es todo lo que no quiere en un hombre, mas joven, un mujeriego, chulo, posesivo, pero sobre todo porque sabe que le rompera el corazon.
    ?Conseguira resistirse a el o el guion de su historia ya esta escrito?

  • La rueda del tiempo de Sofia Olguin

    https://gigalibros.com/la-rueda-del-tiempo.html

    Aunque lo ve todas las noches, Andres no sabe donde esta Agustin. Perdido entre las telaranas de su pasado, sumergido en los recuerdos, adormilado por los medicamentos psiquiatricos. El tiempo, en la sala de Salud Mental donde ambos -enfermero y paciente- comparten las noches, parece transcurrir mas lentamente. El tiempo corre, tropieza, asusta, traiciona. El tiempo de Andres y Agustin ya no es tiempo. Quiza, puedan atraparlo juntos y encerrarlo en un pastillero, para que nunca mas se les escape.
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    La rueda del tiempo es una conmovedora historia de amor entre un enfermero y un joven que se encuentra internado en una sala de salud mental. Alli, en medio de psiquiatras y medicamentos, su amor crece dia a dia como una flor misteriosa.
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    El relato incluye los poemas que Andres le dedica a Agustin.