• libro solo las bestias - Colin Niel

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    Evelyne Ducat, una mujer rica y caprichosa, ha desaparecido. Encuentran su coche en la carretera a un pueblo rural, donde malvive una comunidad de campesinos, tan solos y olvidados como las montanas nevadas que los rodean. Alice y Michel sobreviven a la rutina. Cuando ella entabla una relacion amorosa con Joseph, otro de los ganaderos de la region, nadie sospecha que la muerte de Evelyne este relacionada con eso. Pero los hilos que unen a los habitantes del Causse son como los frios vientos de las cumbres: implacables y destructores.
    Premio Polar del Quais du Polar 2017
    Premio Polar Landerneau 2017
    Premio Cabri d’Or 2017
    Premio Goutte de Sang d’Encre 2017

  • Solo las bestias (Principal Noir) Tapa blanda – 24 enero ...

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    Solo las bestias (Principal Noir) : Niel, Colin, Fuentes, Isabel: Amazon.es: Libros.

  • Solo las bestias (Principal Noir) Versión Kindle - Amazon.es

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  • SOLO LAS BESTIAS | COLIN NIEL | Casa del Libro

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    24 ene 2018 — El libro SOLO LAS BESTIAS de COLIN NIEL en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • SOLO LAS BESTIAS - NIEL COLIN - Sinopsis del libro ...

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    Un inquietante noir rural donde todos mienten y la muerte acecha Évelyne Ducat, una mujer rica y caprichosa, ha desaparecido. Encuentran su coche en la ...

  • Solo las bestias

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    Principal de los libros, junio 2019. Principal Bolsillo presenta Solo las bestias de Colin Niel, una inquietante novela negra rural, donde todos mienten y ...

  • Solo las bestias, de Colin Niel, reseña - La Historia en mis ...

    https://www.lahistoriaenmislibros.com/solo-las-bestias/

    20 ago 2020 — Sólo las bestias es una novela angustiosa y agobiante por la situación de cada uno de los ... Editorial, Principal de los libros.

  • SOLO LAS BESTIAS - COLIN NIEL - 9788416223954 - Agapea

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  • SOLO LAS BESTIAS - COLIN NIEL - 9788417333638 - Agapea

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  • SOLO LAS BESTIAS | Traficantes de Sueños

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  • Solo las bestias - Abrir un libro

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    23 ene 2018 — Solo las bestias. Colin Niel. Traducción de Isabel Fuentes. Principal de los libros. … Por Cristina de @abrirunlibro … Títulos que atraen.

  • La Legion. (Todos mis demonios 5), Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Con un proyecto de futuro entre sus manos, Eliza y Vicente se enfrentan a la realidad que parece no querer darles respiro.
    Milenios de enfrentamientos convergen en una situacion imposible de esquivar.
    La Tierra se ha convertido en el campo de guerra de demonios y angeles, y determinar quien es amigo y quien enemigo siquiera es tan simple como descubrir la verdad.
    Acompana a tus demonios y angeles favoritos es este ultimo tramo de su camino hacia el fin de la historia que dejo tu alma marcada.
    Amor, coraje, amistad, sacrificio. Nuestros personajes daran todo de si en “La Legion” el quinto y ultimo libro de la saga “Todos mis demonios”.

  • El club de lectura de las chicas traviesas de Sophie Hart

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    Si leiste Cincuenta sombras de Grey… Apuntate a este club.

  • Hija de revolucionarios de Laurence Debray

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    Laurence Debray es hija del filosofo Regis Debray y la historiadora Elizabeth Burgos. Sus padres provenian de familias acomodadas y tradicionales -la de el parisina, la de ella venezolana-, y ambos abrazaron la causa revolucionaria de Fidel Castro y el Che. En 1967 Regis Debray se unio a la guerrilla del Che en Bolivia como agente de enlace, fue detenido y poco despues cayo el lider.

  • Perfecto para mi de Meagan Mckinney

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    La nueva enfermera Rebecca O'Reilly habia transportado la imaginacion del Dr. John Saville a territorios inexplorados. Evidentemente, aquella gata salvaje habia sufrido heridas en el amor y protegia su maltrecho corazon con una lengua viperina. John sospechaba que su actitud descarada y arrogante escondia, al mismo tiempo, la inocencia y un deseo atrevido de experimentar el sexo.

  • Una dama inocente (Damas 2) de Olga Salar

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    Lady Agnes Carroway estaba decidida a casarse esa misma temporada. Nada imposible dada su belleza y el linaje de su familia. El problema era que deseaba casarse por amor, igual que lo habian hecho sus hermanos y sus amigas.
    De modo que para ello necesitaba asegurarse de que los dos caballeros que se disputaban su corazon lo hacian por el motivo correcto y no por salir vencedores en la rivalidad que desde ninos ha marcado sus vidas.
    Y si para lograr sus fines debe dejar de ser una dama inocente y transformarse en una mujer distinta, esta mas que dispuesta a hacerlo.

  • A Sexy Berling New Year (Sexy Berling 2), Maya Blair de Maya Blair

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  • Caminos opuestos de Kelly Elliott

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    Me quede mirando al hombre. Tenia que haber habido algun tipo de error. Lo habia escuchado mal. Mi estomago estaba hecho nudos mientras asimilaba esas palabras. --Lo siento --dije mientras me reia--. Crei oirle decir que soy copropietario de la casa del rancho de mi abuelo aqui en Johnson City. El asintio. --Eso es lo que dije, Lucas. Con una fuerte sacudida de mi cabeza, me dirigi a el--: Esto es un error, Lou. Soy el unico nieto de William Foster. ?Si el abuelo no le lego la propiedad a ninguno de mis padres, a quien se la dejo? El anciano intento ocultar su sonrisa y fallo miserablemente. --El cincuenta por ciento de la casa ubicada en el numero cuarenta y cinco siete dos en la carretera estatal ciento setenta y cinco se le ha dejado a una tal... --jure que hizo una pausa para darle efecto dramatico--. Paige Miller. Cerre los ojos y solte un suave gemido. --Ahora seguro que te escuche mal. ?Que nombre acabas de decir? Sin abrir los ojos, pude escuchar el humor del abogado en su respuesta. --Paige Miller, formalmente de Johnson City, se mudo a Arkansas para asistir a la Universidad de Arkansas con un titulo en Negocios Internacionales con un... --Una especialidad en frances. !Se quien es Paige, Lou, y sabes que lo se! ?Por que aparece en el testamento de mi abuelo? El anciano, que tambien era el mejor amigo de mi abuelo, se reclino en su enorme silla de cuero y me sonrio. --Me temo que la unica persona que lo sabe es tu abuelo. Me obligue a sonreir. --Eso no me ayuda en nada, Lou, cuando el hombre fue enterrado hace tres dias. Su sonrisa se desvanecio. --Eso es cierto ... ?Y por cierto, donde estabas? La culpa me golpeo de lleno en el pecho. Nunca me perdonaria por perderme el funeral del abuelo. Maldita Bianca. Suspirando, respondi--: Fiji. Chasqueo los dedos. --Asi es. Tu mama dijo que tu y tu novia salieron de viaje. Escuche que la chica esperaba un anillo. ?Le pediste que se casara contigo? --No, no lo hice. ?Podemos volver a este... error? --Esto... la senorita Miller estuvo en mi oficina hace dos dias y recogio las llaves y una carta que le escribio tu abuelo--. Saco un sobre del archivo y lo deslizo sobre su escritorio--. Esta es tu carta y tu llave. Luego coloco una sola llave en la parte superior del sobre. Lo mire. Si la tocara, podria quemarme y prender fuego a toda la maldita oficina. Luego me rei, me frote la nuca y mire al amigo mas antiguo y querido de mi abuelo. --?Esto es una broma verdad? Tiene que ser una mas, porque a el le encantaba bromear. Se que adoraba a Paige, y siempre decia que necesitaba reconocer que me habia equivocado, pero no hablaba en serio. No esbozo una sonrisa. De hecho, parecia un poco cabreado. --Creeme cuando digo que esto no es una broma. William sabia exactamente lo que estaba haciendo. Lee la carta, Lucas. Todas las respuestas que buscas empiezan en esa carta. --Senalo el sobre con la barbilla. Lo agarre y me pare. --?La mitad de la casa es mia, la otra mitad es de Paige? --Asi es, el terreno tambien. Una sensacion de hundimiento me golpeo en medio de las entranas. La tierra tambien. Que maravilla. Lo primero que se me vino a la cabeza es vender todo. Cada vez que entre en esa casa pense en ella. En Paige. La mujer con la que ahora la comparto. Jesucristo, esto es un desastre. --Gracias por tu tiempo, Lou. Mientras me dirigia hacia la puerta, me grito--: Bienvenido de nuevo a Johnson City, hijo. Puse mi mano en la puerta. Una parte de mi se enfado porque mi abuelo habia tratado de forzarme. El plan siempre habia sido que yo fuera a la universidad, luego regresara y trabajara junto a mi padre y mi abuelo en la empresa familiar. Todo eso cambio el verano despues de que me gradue del bachillerato. No queria esa casa ni los recuerdos asociados con ella. --Tan pronto como le compre a Paige su parte y venda esa casa, me regreso a Austin, Lou. El fruncio el ceno. --Es una lastima. Nos vendria bien un hombre de tus muchos talentos aqui en el pueblo. Me rei. Pensar que Bianca considerara la idea de vivir en Johnson City era una broma de las malas. Ella ya se estaba quejando de quedarse en el hotelito al final de la calle, que en realidad crei que era mejor que cualquier hotel caro en el que nos hayamos alojado. --No me quedare, pero gracias, Lou. Antes de que la puerta se cerrara, jure que escuche al anciano reir y decir--: Ya veremos. Capitulo 1 – Paige Tres dias antes --Paige, carino, muchas gracias por venir. William te amaba como a una nieta y te extranaba mucho. Limpie una lagrima de mi mejilla y force una sonrisa cuando Lynn Foster coloco sus manos en mi parte superior de los brazos y me dio una mirada. Ella siempre habia hecho esto, desde que tengo memoria. Cuando entre en la casa de Lynn y Carl Foster, me dolia el corazon. Amaba al padre de Carl, William, como si fuera mi propio abuelo. --No tenia idea de que estaba enfermo, o habria venido de visita --dije--. Han pasado meses desde que lo vi. Ella sacudio la cabeza. --No te lamentes, jovencita, lo llamabas todas las semanas. Viniste la navidad pasada a verlo y jugaste domino con el y lo ayudaste a decorar el arbol fuera de la casa. El hablo durante dias sobre lo bonito que quedo. Le sonrei a Lynn calidamente, pero no podia ignorar la forma en que me dolia el pecho. Habia planeado volver a casa para ver a mi padre, y a mis hermanos, Tom y William. Use la excusa de que estaba tan ocupada con el trabajo y nunca hice el viaje. Volver a casa en Johnson City siempre traia consigo un manto de tristeza. Los recuerdos y los suenos perdidos a menudo me dificultaban la respiracion. Los ojos de Lynn estaban llenos de una mirada amorosa. Siempre la habia adorado y no tenia nada que ver con el hecho de que su hijo, Lucas, habia sido uno de mis mejores amigos mientras crecia, junto con Milo Elliott y Jen Adams. Habia salido con Lucas durante todo el bachillerato. Habia sido mi primer amor. Mi primer beso de verdad. Demonios, el primero en cada encuentro sexual, hasta que me fui a Arkansas hace once anos, cuando tenia dieciocho. --Lo voy a extranar. --Mire a mi alrededor, buscando a su hijo. No lo habia visto en algunos anos. Cada vez que estaba en el pueblo, el no estaba. Y aunque ambos viviamos en Austin, nunca nos encontramos ni una sola vez. Eso es mentira. Me habia tropezado con el unas cuantas veces, pero siempre me las arreglaba para escapar antes de que el pudiera verme. Por supuesto, ahora nos moviamos en diferentes circulos. Nunca me perdono por ir a Arkansas y no a la Universidad de Texas. Sonaba con abrir mi propio negocio y Lucas tenia el sueno de quedarse en Johnson City y hacerse cargo del negocio de su familia. No es que no me gustara mi pueblo natal; me encanta. Pero yo era joven y queria ver que mas habia ahi afuera. Esta fue la razon por la que elegi estudiar negocios internacionales y una especialidad en frances. La idea de vivir en Francia siempre habia sido un sueno, uno que comparti con Lucas hace siglos. El habia estado totalmente de acuerdo, pero cuando descubrio que no queria el simple titulo en negocios que ofrecia Texas, se molesto. Una parte de mi penso que tal vez queria un descanso; despues de todo, habiamos salido durante todo el bachillerato. Pero me dio un ultimatum y ese fue el punto de ruptura. Si no iba a UT con el, tendriamos que romper porque el no podria tener una relacion a larga distancia. La verdad era que obviamente no confiaba en mi, y eso me partio el corazon en dos. --Paige, antes de que te vayas para a Austin, ?te importaria pasar por la oficina de Lou Howard manana? Te nombraron en el testamento de William. --?A mi? --pregunte, mi voz sonaba tan aturdida como me sentia. --Sabes que el te queria muchisimo. Esperaba que tu y Lucas hubieran encontrado el camino de regreso el uno al otro. Force una sonrisa. Una parte de mi habia pensado que quizas nosotros tambien lo hariamos. Nunca habia sentido algo por ningun otro hombre como lo habia sentido por Lucas. Me tomo casi todo mi primer ano de universidad superarlo, e incluso hasta el dia de hoy, mi cerebro me dice que es una vieja noticia y mi corazon responde. --?Donde esta Lucas? --pregunte, tratando de ser indiferente. Lynn fruncio el ceno. --Fiji. Mis ojos se agrandaron. --Lo siento, ?dijiste Fiji? Por un momento, pense que Lynn solto un grunido. Ella puso los ojos en blanco. --Debo decir que esta en camino. Una vez que las cosas empeoraron y me di cuenta de que William no iba a mejorar, llame a Lucas. El pobre hizo lo que pudo, pero no alcanzo a regresar a tiempo para el funeral de hoy. De alguna manera perdieron su vuelo. Lynn miro a su alrededor, me tomo del brazo y me condujo hasta el porche trasero. Habia pocas personas alrededor, asi que pudimos hablar con tranquilidad. Una vez que estuvimos afuera, se inclino hacia mi y me susurro--: Bianca convenientemente no pudo encontrar su pasaporte. Arquee una ceja. --!Si, a proposito! Lucas deberia haberla dejado en esa isla. La puerta trasera se abrio de golpe y salio Linda May Hacker. --Oh, Lynn, carino, lamento mucho oir lo de William y que Lucas no haya podido regresar a tiempo.

  • Tu De Menta, Yo De Fresa de Olivia Ardey

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    No habia ni un alma. A una hora tan temprana, la piscina climatizada del gimnasio Atalanta Sport estaba practicamente desierta. Jaime atraveso el corredor de los vestuarios, y tras cruzar las puertas batientes, de camino a las duchas trato de aclimatarse al denso ambiente cargado de cloro. Ahogo un grito al recibir la descarga de agua fria y cerro el grifo. Con veinte segundos era mas que suficiente para cumplir con el tramite exigido por la normativa. Se coloco frente a la calle central, su preferida. La ventaja de poder elegir posicion para nadar y el no tener que soportar una piscina atestada, compensaban el madrugon. Miro hacia su izquierda y en la calle uno estaba ella. Ese dia se le habia adelantado. Jaime imagino que ya llevaria la mitad de su rutina diaria; y como de costumbre al finalizar su tanda de veinte largos, desapareceria camino del vestuario. La contemplo mientras atravesaba la piscina con elegantes brazadas. Era una nadadora de estilo depurado; y con un magnifico cuerpo esculpido a golpe de ejercicio, reconocio con ojo masculino. Pero silenciosa y poco sociable, al menos con el. Llevaban asi mas de seis meses, solo ellos dos utilizaban las instalaciones a las siete de la manana. Y jamas cruzaban una palabra, si en alguna ocasion coincidian con la mirada, intercambiaban un obligado gesto de cortesia a modo de saludo. Solo eso. Jaime se zambullo de cabeza y todo fue silencio. Se dejo llevar bajo el agua por la inercia, con ambos brazos a lo largo de los costados. Una vez en la superficie avanzo hasta completar el primer largo a estilo mariposa. Tenia trabajo atrasado, por lo que transcurridos veinte minutos decidio salir del agua. Buceo para esquivar las tiras flotantes que delimitaban las calles; y casi en la escalerilla recibio un golpe seco en el hombro que lo desplazo medio metro. Los dos emergieron de golpe y quedaron frente a frente retandose con un duelo de miradas furiosas. --?Como se te ocurre ponerte en medio? Casi me rompo el cuello -- le espeto ella frotandose la frente. --Disculpa --dijo con un falso tono amable cargado de acidez--. Te recuerdo que el que ha recibido el cabezazo he sido yo. Ella se limito a mirarlo de arriba abajo entornando los ojos, le dio la espalda y ascendio la escalerilla. Jaime fruncio el ceno y fue tras ella. Se aupo de un salto a la playa de piscina y antes de alcanzarla la observo por detras. Si senor, un cuerpo excelente; atletico pero con unas curvas muy bien delineadas. Lastima que fuera tan arisca. En un par de zancadas se puso a su altura y cogiendola por el brazo la obligo a frenar. --Aun no he oido una palabra de disculpa --le recordo arrancandose el gorro de natacion. Ella se quedo mirandolo perpleja; sus ojos oscuros le lanzaban una mirada inquisitiva. Con el pelo negro revuelto por el que discurrian continuas gotas de agua hasta resbalar por su menton sin afeitar, no tenia nada de comico. Era muy atractivo, poderosamente atractivo. Jaime se dedico a estudiarla tambien. No era una florecilla menuda y delicada; descalzos como estaban, debia medir solo quince centimetros menos que el. Tenia las pestanas mojadas, lo que hacia destacar mas sus ojos. Nunca habia visto unos como aquellos, de un azul muy claro con el iris rodeado por un fino aro de un azul marino. --?Hasta para nadar usas lentillas de colores? --pregunto con media sonrisa burlona. --?Lentillas? Puedes comprobar por ti mismo que son de verdad -- miro de soslayo su entrepierna antes de contraatacar--. ?Hasta para nadar usas relleno? Jaime rio por lo bajo, la chica de los ojos azules tenia ganas de pelea. --No querras que te meta un dedo en el ojo para cerciorarme. Soy un caballero. Ella chasqueo la lengua y con un movimiento tan rapido que lo dejo sin habla su mano le atenazo los testiculos. --Pero yo no soy una dama -- advirtio con mucha calma.

  • Sin lluvia no hay arcoiris de Eva M. Soler, Idoia Amo

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    La puerta golpeo la pared al abrirse con brusquedad, pero a ninguno de los dos le importo, ocupados como estaban en besarse apasionadamente. Patrick la cerro con el pie, mientras guiaba a Brooke hacia el interior sujetandola por la cintura. La chica llevo las manos a sus hombros para bajarle la chaqueta y quitarsela, dejandola caer al suelo. Empezo a desatar sus botones, mientras Patrick se arrancaba la corbata y la tiraba a un lado. Cogio a Brooke y la sento sobre una de las encimeras de la cocina, deslizando las manos por su espalda mientras buscaba una cremallera o unos botones, o lo que fuera que mantenia el maldito vestido en su sitio. Ella tambien tenia problemas con su camisa, porque Patrick noto un tiron y escucho el sonido de varios botones caer al suelo. Se aparto unos segundos para deshacerse de la prenda, y sus miradas se cruzaron en la penumbra de la cocina, donde tantas veces se habian peleado por un trozo de encimera, un cuchillo o una cazuela en particular. Brooke se humedecio los labios y palpo los musculos de su pecho. Sabia que Patrick utilizaba el gimnasio y la piscina del hotel, porque ella tambien y pronto habia aprendido sus horarios para no coincidir, aunque no imaginaba que le diera tan buen uso. Alargo las manos hacia el cinturon del pantalon y Patrick volvio a besarla, cogiendola por la nuca para sostener su cabeza mientras introducia su lengua hasta tocar la suya, de una forma que la hizo gemir contra su boca. Con la otra mano volvio a recorrer el vestido, sin exito, y dejo aquellos labios con un juramento. --?Como demonios te quito esto? --gruno. --Es complicado, olvidate. Se llevo las manos al cuello, y desato el nudo que ataba el vestido por arriba. Al comprarlo, le habia encantado el estilo pin up que tenia, atado arriba y con vuelo por debajo; incluso tenia un ligero cancan de encaje para darle volumen. De saber lo que iba a pasar, habria buscado algo mas sencillo: se ataba con una cremallera lateral, ademas del nudo, y no tenia paciencia en aquel momento para pegarse con ella. Y por lo que veia, Patrick tampoco, porque cogio las tiras de tela y las bajo, dejando sus pechos al descubierto. Brooke agradecio que hubiera poca luz, porque enrojecio al ver como la miraba. El vestido tenia la espalda muy baja; por eso se habia decidido a no llevar sujetador, algo que no era habitual en ella. Patrick estaba alucinado, jamas hubiera imaginado que Brooke no llevara nada debajo de aquel vestido, y eso que se habia pasado buena parte de la noche con los ojos en ese escote como un idiota. Durante un segundo se pregunto si haria lo mismo en dias de trabajo... No, seguro que no, o se habria dado cuenta. Claro que nunca le habia mirado el escote hasta entonces, y el uniforme de trabajo tampoco tenia: pantalon y camisa con cierre de botones lateral, todo en blanco. Fruncio el ceno al darse cuenta, pero desecho el pensamiento al instante; no era momento de pensar en nada. Inclino la cabeza para bajar los labios hasta uno de los pezones, lamiendolo con ansiedad. Brooke le acaricio el pelo, suspirando. Echo la cabeza hacia atras mientras el la sujetaba por la espalda, reclinandola poco a poco sobre la mesa a la vez que pasaba sus labios al otro pezon. Cuando la tuvo tumbada, tuvo que pelearse con el vestido y el cancan para poder acceder a sus piernas. La acaricio desde el tobillo hasta los muslos, pensando en lo sexi que estaba con aquellos zapatos peep-toe y ese look tan anos treinta. Bajo la cabeza para besar la parte interna de los muslos, metiendo la mano hasta alcanzar la ropa interior y asi quitarsela, tirandola tambien al suelo. Se coloco sus piernas en los hombros para de ese modo poder acariciar con los labios y la lengua entre ellas. Brooke se sujeto como pudo a la encimera, a punto de dar un bote al sentir lo que hacia. Su mente estaba nublada, apenas era capaz de pensar, solo de dejarse llevar mientras notaba como su cuerpo le pedia cada vez mas. Se retorcio bajo el, bajando las manos para cogerle por el pelo instandole a subir, pero Patrick no se movio, sino que la llevo al limite... y cuando paro, durante unos segundos tuvo deseos de matarlo, hasta que escucho el sonido de la cremallera de su pantalon. Lo miro al ver que se quedaba quieto de pronto y se dio cuenta de lo que estaba pensando. --En mi bolso --se apresuro a decir--. El pack de regalo. Patrick respiro aliviado; si hubieran tenido que parar en ese momento, le habria dado algo. Se agacho para recoger el bolso de Brooke del suelo, metio la mano sin apenas mirar y saco el paquetito de plastico. Ella se agito, impaciente, mientras Patrick rasgaba el envoltorio. Una vez listo, la acaricio con los dedos, comprobando que estaba preparada para el, y la sujeto por las caderas para penetrarla de un solo movimiento que casi hizo gritar a ambos. Brooke se arqueo sobre la encimera, perdiendo de nuevo la conciencia. Pensaba que no podia ir a mejor, hasta que Patrick empezo a moverse contra ella, con una mano en la cintura y la otra en una de sus piernas, que aun tenia sobre los hombros de el. Patrick apreto los dientes, intentando concentrarse, pero aquello era demasiado agradable, demasiado intenso como para poder mantener la cordura. La forma en que ella se movia contra el, como respondia a sus caricias y gemia, lo volvia loco. Miro su rostro; con los ojos verdes entrecerrados, los labios humedos por sus besos... Era una vision de los mas seductora. La necesitaba mas cerca, asi que le coloco las piernas en su cintura y la elevo para sentarla, besandola de nuevo. Brooke le rodeo el cuello con los brazos, pegandose a su cuerpo. El roce de su piel desnuda la enardecio aun mas y Patrick acelero sus movimientos, clavando los dedos en sus caderas sin poder evitarlo. A ella no le importo, estaba igual que el: al borde de estallar. Patrick beso su cuello, rozandolo con los dientes. --!Patrick! Brooke no pudo evitar gritar su nombre, estremeciendose de pies a cabeza, y aquello termino con el poco control que a el le quedaba. La estrecho contra si y se tenso al notar como su cuerpo se liberaba y lo dejaba exhausto. Se quedaron abrazados mientras recuperaban la respiracion. Brooke tenia los dedos enredados en su pelo y le acariciaba los mechones rubios de forma distraida. Aun debia asimilar lo que acababa de pasar, nunca habia sentido nada tan fuerte ni intenso, ni siquiera estaba segura de que sus piernas la sujetaran si se apoyaba en el suelo. Y no queria soltarle; si lo miraba... si hablaban se romperia el momento, y queria alargar esa sensacion lo mas posible. Pero poco despues, Patrick se movio. Se quedo quieta mientras el la besaba y se quedaron mirandose como si nunca se hubieran visto antes. Patrick delineo su rostro con un dedo, desde las cejas bajando por la nariz, hasta rozar sus labios. --Te he dejado sin maquillaje --murmuro. Ella sonrio y le toco la mejilla, que comenzaba a estar aspera por la barba incipiente. --Creo que todo mi pintalabios lo tienes tu. Patrick la cogio por la barbilla, dandole un beso. --Brooke... --susurro. Y entonces se encendio una luz en al otro lado de la puerta, que tenia dos ojos de buey en la parte superior. Patrick reacciono con rapidez, bajandola de la encimera mientras se subia los pantalones velozmente. Se agacharon para ocultarse detras de la encimera, parapetandose con los muebles. Brooke miro de reojo a Patrick, que estaba con la vista fija en los ojos de buey. Y entonces fue consciente de que su vestido estaba arrugado a la altura de su cintura, la parte superior seguia desatada... se apresuro a cubrirse rehaciendo el lazo del cuello, mientras alisaba a duras penas la falda. Su mirada se desvio hacia el suelo, donde su ropa interior yacia junto a la corbata de el. La vision la hizo enrojecer y alargo la mano para coger ambas prendas. Tambien cogio su camisa y chaqueta, y le rozo el hombro desnudo para llamar su atencion. Patrick la miro y recupero sus prendas sin decir nada. Se quedo con ellas en la mano, volviendo la atencion al exterior. Una sombra paso cerca de la puerta, pero siguio su camino y poco despues las luces se apagaron de nuevo. Los dos se incorporaron evitando mirarse. Brooke termino de vestirse, mientras el se abotonaba la camisa en la medida de lo posible y se la metia por dentro del pantalon. Se coloco la corbata alrededor del cuello e hizo un gesto hacia la puerta, con la chaqueta en la mano. --Quiza no debamos regresar juntos --comento. Brooke afirmo con la cabeza, apartando la vista de su pecho. ?Sabia el lo atractivo que estaba con aquel aspecto desenfadado? El pelo rubio revuelto, la corbata sin atar y un par de botones desabrochados... Le daban ganas de volver a arrancarle la camisa. Pero parecia que el habia recuperado el sentido mas rapido que ella, porque levanto una ceja de forma interrogativa. --?Quieres que salga yo primero? --pregunto Patrick, al ver que la chica no se movia. --No, ya voy. Se quedo unos segundos mas indecisa. ?Que se suponia que decia una en aquellas circunstancias? <> <> --Feliz Ano Nuevo, Patrick. El parecio sorprendido por aquella frase, pero inclino la cabeza con media sonrisa y le contesto igual: --Feliz Ano Nuevo, Brooke. Brooke penso que aquella debia haber sido la frase mas estupida del universo... En fin, era lo unico que se le habia ocurrido y, al fin y al cabo, era Ano Nuevo, ?no? !Si todo habia comenzado por culpa de la cuenta atras dichosa de Nochevieja! Ni siquiera habia visto a quien tenia a su lado en la fiesta de empleados en ese momento, hasta que la gente empezo a besarse como era costumbre y, al girarse, se lo encontro a el. Y algo habia pasado, porque en lugar de darse la vuelta y marcharse cada uno por su lado como solian hacer, inexplicablemente se habian acercado para besarse. Y lo que habia comenzado como un beso casto en los labios fue a mas y, antes de darse cuenta, estaban en la cocina. Se metio en el primer cuarto de bano femenino que vio para intentar recuperar la compostura. ?Pero que demonios le habia pasado? !Si Patrick era su enemigo numero uno! Llevaban meses compartiendo cocina, sin llevarse bien ni un solo dia. Cada uno tenia una forma de cocinar, de organizarse... !de todo! Ya desde el primer dia chocaron y nunca habian compartido un solo momento de ocio fuera de la cocina. ?Seria por eso? ?Habia bajado la guardia porque estaban en un ambiente relajado? Maldita fiesta de fin de ano... Se miro en el espejo, y se asusto al ver el estado en que estaba su pelo, por no hablar del maquillaje inexistente, ni de las zonas rojas en su cuello, alli donde Patrick... Sacudio la cabeza para no pensar en eso. Se peino con los dedos lo mejor que pudo y recompuso su maquillaje con el pulso algo tembloroso. Cuando estuvo satisfecha con el resultado, observo su reflejo, sin poder reprimir una expresion preocupada. ?Que iba a pasar cuando volvieran al trabajo? Patrick espero un par de minutos en la cocina, sin dejar de dar vueltas junto a la encimera donde... reprimio una maldicion y coloco bien un par de espumaderas que ellos habian movido sin querer antes de salir y meterse en el primer cuarto de bano que vio. Se miro en el espejo, apoyando las manos en el lavabo. ?Pero que demonios le habia pasado? !Si Brooke era su enemigo numero uno! Llevaban meses compartiendo cocina, sin llevarse bien ni un solo dia. Cada uno tenia una forma de cocinar, de organizarse... !de todo! Ya desde el primer dia chocaron, y no habian compartido nunca un solo momento de ocio fuera de la cocina. ?Seria por eso? ?Habia bajado la guardia porque estaban en un ambiente relajado? Maldita fiesta de fin de ano... Aunque tampoco podia echar la culpa al alcohol, ya que solo se habia tomado un par de copas de champan. Ni siquiera se habia fijado en ella hasta que se deslizo a su lado bailando y tuvo que mirar dos veces para reconocerla. Entonces observo que llevaba su cabello moreno diferente, suelto con ondas, peinado de una forma que, junto con el vestido, le recordo a las chicas de los calendarios pin up. Ya no habia podido evitar seguir observandola hasta encontrarse a su lado cuando habia comenzado la cuenta atras. Y cuando ella se giro, esos labios pintados de rojo pasion lo atrajeron como si de un iman se tratara. El mismo rojo que ahora estaba esparcido por toda su cara, asi que se echo agua fria para quitarselo y de paso rebajar el calor que empezaba a sentir al pensar en ella. Saco un panuelo del bolsillo del pantalon y se seco el rostro, eliminando todos los restos del pintalabios. Termino de abotonarse la camisa e hizo un nudo perfecto en la corbata. Se echo un poco de agua en el pelo para alisarselo y, tras ponerse la chaqueta, se examino en el espejo. Asi no se le veia la parte de la camisa sin botones, su pelo volvia a estar arreglado... En la cocina siempre estaba impecable con su uniforme blanco; ponerse un traje para fin de ano le habia parecido adecuado, aunque ahora le diera demasiado calor. En fin, todo en orden, asi que quiza deberia volver a la fiesta. Si no fuera por la expresion preocupada que tenia en la cara, nadie diria que habia ocurrido nada. Pero claro, ?que iba a pasar cuando volvieran al trabajo? De vuelta en la fiesta, Brooke fue a la mesa donde habia botellas y vasos para que cada uno se sirviera. Se lleno un vaso de champan, se lo tomo de un trago y volvio a llenarlo. --!Eh, garganta profunda! ?Piensas acabar con todas las bebidas? Levanto la vista para encontrarse a Denise, la subdirectora del hotel y su mejor amiga alli. Habian congeniado desde el principio y con ella pasaba su tiempo libre cuando coincidian ambas. Asi como Brooke vestia con el uniforme de la cocina a diario y pocas veces se arreglaba como esa noche, Denise era todo lo contrario: siempre iba perfecta, con tacones y el pelo rubio perfectamente alisado, con una media melena y flequillo que enmarcaban su rostro angelical. Su puesto tenia mucho que ver en su estilo, obvio, aunque tambien formaba parte de su personalidad. --Es mi intencion --le contesto. --?Estas bien? Pareces acalorada. ?Has bailado mucho o que? --No, no es eso. --?La gente te agobia? No lo entiendo, ya deberias estar acostumbrada. Hizo un gesto que abarcaba al nutrido grupo que se habia juntado alli, practicamente todo el personal del hotel que vivia en los apartamentos para trabajadores. Como era una noche especial, se habia contratado personal externo para entretener a los clientes esa noche y la empresa habia dado libre a todos los departamentos. Denise habia tenido mucho que ver en eso, ya que era la primera vez que se lograba algo asi. Llevaba un ano y medio alli, unos meses mas que Brooke, y uno de sus objetivos era mejorar las condiciones laborables. Los empleados solo libraban un dia a la semana, por ejemplo, otro tema que tenia pendiente. El Paradise Lanikai Beach era un enorme complejo hotelero a pie de playa en la isla principal de Hawai, Oahu. Tenia dos bloques principales, cada uno con su correspondiente piscina, unidos por varios puentes de madera con antorchas decorativas que encendian por la noche. En el centro habia un escenario donde se hacian actuaciones en ocasiones especiales o se colocaba alguna orquesta itinerante. Detras de todo ello, separado por vallas de bambu, se encontraban los apartamentos de los empleados. Todos tenian un bungalow de una habitacion, con una pequena cocina unida a un salon, y en el centro de los edificios habia una piscina, con vestuario y gimnasio propio. Como tenian poco tiempo libre, la piscina no solia estar muy masificada. Ademas, el personal rotaba con bastante frecuencia y muchos preferian pasar ese tiempo descubriendo la isla y sus playas. El motivo del cambio de personal era, por un lado, que no todos se acostumbraban a trabajar en una isla, y, por el otro, que formaba parte del programa de intercambio de la cadena para que los empleados adquirieran experiencia en diferentes localizaciones y tipos de hotel. Era normal que los que empezaban se inscribieran en ese programa, daba muchas oportunidades para recorrer mundo, lo que era otro punto a su favor. --Mejor te lo cuento --solto. Brooke cogio a una sorprendida Denise del brazo y la alejo de la musica y la gente, detras de una palmera. --?Que me he perdido? --pregunto Denise, sin entender nada. --Me acabo de acostar con Patrick --espeto su amiga. Denise se quedo con la boca abierta. Decir que se habia quedado alucinada era poco, estaba a punto de pellizcarse por si sonaba, porque aquello no podia ser verdad. Tenia que haber oido mal. --Repite eso --pidio. --Digo que me acabo de acostar con el. Despues de la cuenta atras, hemos ido a la cocina y... En fin, eso. Denise abrio de nuevo la boca. La cerro, volvio a abrirla y parpadeo varias veces. --Espera a ver si me he enterado bien --dijo--. ?Me estas diciendo que Patrick y tu habeis echado un polvo en la cocina? ?Tu y el mismo Patrick que odias desde el dia uno que entraste en este hotel, el mismo Patrick al que, y te recuerdo tus palabras exactas, llamaste <>? ?El mismo Patrick que te quita tu sarten favorita y tu a el su cuchillo de cortar preferido? --Denise... Pero su amiga estaba lanzada, con aquel brillo que se le ponia en los ojos azules cuando algo le resultaba divertido y sorprendente al mismo tiempo. --?El mismo Patrick que, dijiste, era un imbecil estirado que solo sabia mirarse el ombligo y que metiste en la lista de <> sobre el personal del hotel que hicimos en la fiesta de despedida de Karen? --A ver, Denise, !que si! --?Y en que momento ha salido de la lista? Porque cuando todas estuvimos de acuerdo en que el chico esta muy bien, tu solo le sacaste defectos. A saber... --empezo a enumerar con los dedos--: va siempre repeinado, no sonrie nunca (algo que, debo decir, es falso), el uniforme de cocinero le queda fatal, tiene cara de aleman... lo cual sigo sin entender por que es malo, !si encima su madre es alemana! --Pues porque... porque si. Y ademas es un borde... --Contigo. Porque tu tambien lo eres con el. Pero no te me disperses, por favor. ?Como fue? --No lo se. --?Estabas borracha y no te acuerdas? Porque te veo muy lucida ahora mismo. --No, ?a que te refieres?

  • Tu, me gustas tu de Inma Munoz

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    La vida de Salma cambia por completo cuando decide mudarse a Mallorca tras la separacion de sus padres. Alli comenzara la Universidad, vivira nuevas experiencias, conocera nuevos amigos y se cruzara en el camino de Luca: un apuesto italiano que la dejara cautivada desde el primer momento. Pero… ?que ocurre cuando te enamoras de alguien tan diferente a ti?
    Si realmente quieren estar juntos, los protagonistas de esta historia tendran que hacer frente a la distancia, las opiniones de los demas por la diferencia de edad que existe y su estilo de vida. ?Podra el amor con todo?

  • Amor de invierno de Jazmin Riera

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    “No es la pierna el problema, es tu cabeza, Lina -dijo lentamente-. Puedo hacerte una radiografia ahora mismo. Los ligamentos, musculos y huesos de tu pierna estaran normales -dijo en un intento de tocar mi pierna. Me movi con rapidez para quedar lejos.
    -?Que? ?Dices que estoy loca? -comente ironica para luego pararme e ir en busca de mi vestido.
    -No, digo que te castigas por lo que paso -relato-. E intentas alejarte con esas imagenes de algo que piensas que puede lastimarte.”
    Adelina, alias “Lina”, no es la misma de aquel verano hace quince anos atras. Un traumatico accidente en el mar le dejo una cicatriz en la pierna y un dolor insuperable de por vida.
    Lina es ahora la duena de una prestigiosa academia de baile y guia a sus mejores alumnos a competir por la revancha en el campeonato de danza Pavlova, que se desarrolla en pleno invierno en Bariloche. Ella ignora que en el hotel donde se hospedaran se encontrara con sus amigos de antano y con aquel amor que la dejo devastada. Cada uno de los personajes debera enfrentarse a sus propios miedos para salir adelante y retornaran antiguas pujas del pasado, entre confesiones, arrepentimientos y perdones.
    Lina y Shep viviran situaciones limite y tendran que decidir si su amor es lo suficientemente fuerte como para superar cualquier obstaculo.
    Una vez mas, Jazmin Riera nos atrapa en una historia tormentosa, pasional y enloquecedora, que nos hara sentir fuera de pista, bordeando el precipicio de principio a fin.

  • El Gigante Enterrado, Kazuo Ishiguro de Kazuo Ishiguro

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    Inglaterra en la Edad Media. Del paso de los romanos por la isla solo quedan ruinas, y Arturo y Merlin ?amados por unos, odiados por otros? son leyendas del pasado. Entre la bruma todavia habitan ogros, y britanicos y sajones conviven en unas tierras yermas, distribuidos en pequenas aldeas. En una de ellas vive una pareja de ancianos ?Axl y Beatrice? que toma la decision de partir en busca de su hijo. Este se marcho hace mucho tiempo, aunque las circunstancias concretas de esa partida no las recuerdan, porque ellos, como el resto de habitantes de la region, han perdido buena parte de la memoria debido a lo que llaman <>. En su periplo se encontraran con un guerrero sajon llamado Wistan; un joven que lleva una herida que lo estigmatiza; y un anciano Sir Gawain, el ultimo caballero de Arturo vivo, que vaga con su caballo por esas tierras con el encargo, segun cuenta, de acabar con un dragon hembra que habita en las montanas.

  • Mi sol, mi luna de Calista Sweet

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  • La leyenda de la Peregrina de Carmen Posadas

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    Hasta ahora, en los cerca de cuarenta anos que llevo dedicada al viejo oficio de juntar palabras, no habia encontrado material literario mas fascinante que el ser humano, sus pasiones e intrigas, sus luces y sobre todo sus sombras. Sigo pensando lo mismo, pero sera porque me estoy haciendo vieja, que de un tiempo a esta parte he empezado a recuperar un modo de ver la realidad que se parece mucho al que tenia de nina. Entonces, pongamos que con tres, cuatro o cinco anos, el mundo lo habitaban tanto personas como objetos y los segundos estaban para mi tan vivos como las primeras, tenian su personalidad y sus particularidades; podia, por tanto, odiarlos, temerlos, relacionarme con ellos. Descuiden. No es que me haya dado por hablar con muebles o abrazar estatuas. Pero debe de ser verdad eso de que con la vejez vuelve uno a recuperar la infancia, porque noto que empiezo a prestar mas atencion a esos silenciosos espias de nuestras vidas, mudos centinelas que ya estaban ahi antes de que nacieramos y seguiran estandolo cuando nos hayamos ido. Todo empezo con cierta joya familiar olvidada y reaparecida tras la muerte de mi madre, un anillo con una gran piedra azul. Ella la habia heredado de mi abuela en forma de colgante, que a su vez la recibio de la suya siendo entonces un broche y que aqui sigue, cuatro o cinco generaciones mas tarde, distinta en cada una de sus reencarnaciones, pero eternamente joven despues de ser testigo de vidas y pasiones, de tantos suenos cumplidos o plegarias no atendidas. Andaba dandole vueltas a esta idea, preguntandome que historias podria contar aquel zafiro de sus distintos duenos y si habria alli una posible novela cuando, buscando en internet informacion para uno de los articulos que escribo para el XL Semanal, fui a dar con un cuadro que conocia pero que nunca me habia llamado especialmente la atencion. ?Por que habia de hacerlo? Al fin y al cabo, el retrato que Antonio Moro hizo de Maria Tudor no es de los mas interesantes de su autor y la modelo dista mucho de ser una belleza. Aun asi, esta desafortunada mujer, que fue reina de Inglaterra y segunda esposa de Felipe II, y a la que la historia recuerda como Maria la Sanguinaria, luce en el cuadro una esplendida y solitaria perla. ?Seria la famosa perla Peregrina?, me pregunte. Tenia que serlo. En alguna parte habia oido comentar que Felipe II se la regalo el dia en que se casaron. La Peregrina. La perla mas codiciada de todos los tiempos. En aquel momento solo sabia que, casi medio milenio mas tarde, acabo en el joyero de Elizabeth Taylor. Pero ?como llego de Felipe II a Hollywood? ?Por cuantas manos hubo de pasar, en cuantas historias de amor, de desamor, de traicion, de abnegacion, de codicia y de sangre se habria visto involucrada? Si los objetos hablasen. Si fueran capaces de contarnos sus secretos mas inconfesables. Tambien los mas alegres, divertidos y hasta chuscos porque de todo debe de haber visto esta <> --asi es como se la describe en la testamentaria de Felipe II antes de anadir--: <>. Yo no se hacer hablar a los objetos, pero La Peregrina habla por si sola. Lo hace desde los cuadros de los grandes maestros que a lo largo de su existencia la pintaron: Antonio Moro, Pantoja de la Cruz, Van der Hamen, Rubens, Velazquez... Y habla ademas desde los libros de historia y desde las memorias de ilustres viajeros como la controvertida condesa D'Aulnoy, quien al verla un caluroso dia del Corpus prendida en el sombrero de Carlos II el Hechizado la describio como <>. O el duque de Saint-Simon, que la admiro en tiempos de Felipe V y tambien la menciona en sus memorias. Con estos mimbres he ido trenzando su historia. Lo mas dificil ha sido resistir los cantos de sirena que intentaban arrastrarme hacia las muchas y falsas leyendas que se han tejido alrededor de la Peregrina, cuyo nombre, por cierto, no se debe al hecho de haber peregrinado de mano en mano a lo largo de tantos siglos, sino que tiene que ver con la quinta acepcion de la palabra, la que sirve para describir aquello que se considera raro, extraordinariamente bello o unico. La Unica, la Sola, la Solitaria... con estos nombres se la conocio tambien en alguna de sus muchas vidas, pero ?por cual de todas ellas empezar? ?Por la primera, cuando un esclavo la encontro en el Archipielago de las Perlas alla en Panama? ?Por el momento en que llego a manos de Felipe II? ?O deberia tal vez empezar por la (pen)ultima de ellas, cuando Richard Burton se la regala a Elizabeth Taylor un dia de San Valentin? Si, creo que empezare por ahi. He aqui lo que la propia Elizabeth Taylor cuenta de ella en su autobiografia[1]: [...] Me encontraba rodando una pelicula en Las Vegas. Cuando Richard no estaba trabajando se ponia siempre de un humor negro e irascible. Acababa de regalarme la Peregrina y Ward Landrigan, de la casa de subastas, nos la habia hecho llegar desde Nueva York. Pendia de un finisimo collar en forma de cadeneta de platino rematado de diminutas perlas, y me encantaba sentirla colgando de mi cuello. La perla era tan tactil que no podia dejar de acariciarla. La historia de esta perla es muy fuera de lo comun. Al comprar la Peregrina, nos entregaron un librillo con su historia y su arbol familiar, asi como un listado de las personas que la habian poseido. Era simplemente increible. Sin embargo, antes de hablar de sus duenos, sucedio algo que debo contar: No hacia mucho que me habian traido la Peregrina desde Nueva York. La perla colgaba, como digo, de una delicada cadenita que yo apretaba en mi mano como un talisman, mientras caminaba de aca para alla en nuestra habitacion del Caesar’s Palace --teniamos reservada la planta superior entera para nosotros, y el equipo de rodaje ocupaba casi la otra mitad--. Me sentia resplandeciente, como en un sueno, y queria gritar de alegria, pero Richard tenia uno de sus dias <>... Bueno, el es gales, por lo que a veces su alegria era perversa y se volvia oscuro. Pero cuando yo me siento feliz, necesito demostrarlo y lo grito y lo aullo. Solo queria lanzarme sobre el y besarlo por todas partes. Pero conocia bien a Richard, y sabia que no era el momento de mostrarse demasiado efusiva. En cualquier caso, no habia nadie mas con quien hablar, nadie a quien ensenarle la joya, y !yo estaba a punto de volverme loca! En un momento dado fui a tocar la perla... Y !ya no estaba! Mire a Richard y, gracias a Dios, el no me estaba mirando. Me fui al dormitorio y me tire encima de la cama. Con la cabeza enterrada en las almohadas me puse a gritar. Lentamente, y con mucho cuidado, reconstrui en mi cabeza cada paso que habia dado en el dormitorio. Me quite los zapatos, las medias y a cuatro patas me puse a tantear y buscar la perla por todas partes... y nada. Pense: tiene que estar en el salon, delante de Richard. ?Que voy a hacer? !Me va a matar! Porque el adoraba esa pieza. Todo lo que fuera historico era importante para el, y esta perla es unica en el mundo. Es una de las piezas mas extraordinarias que jamas han existido. Yo sabia que en el fondo se sentia orgulloso, y que eso era lo que, de vez en cuando, le hacia andar por ahi como un personaje de comic con una nube negra tronando sobre su cabeza. De modo que sali y, tarareando tralala tralala, me puse a andar de aqui para alla por toda la habitacion, buscando sentir la perla con mis pies descalzos. Intentaba parecer tranquila y como si tuviera algun objetivo, pero por dentro me sentia a punto de vomitar. Levante la vista para mirar a mi pequines blanco, y al otro pequines, color caramelo, que era de Richard. Dios mio, !como adoraba a ese perro! Era su hora de comer, y los cachorritos devoraban felices sus cuencos de comida. Mientras los miraba, diciendo: <>, de pronto note que uno masticaba un hueso. Tarde una eternidad en caer en la cuenta. <>. Tuve que morderme la lengua para no gritar de nuevo. Con mucha naturalidad abri la boca del cachorrillo y dentro estaba la perla mas perfecta del mundo. Y gracias a Dios no estaba aranada. Al final, acabe contandoselo a Richard. Pero !tuve que esperar por lo menos una semana!

  • Expiacion (Aristocratas y pecadores 2) de Isabel Keats

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    Surrey, 1807 Al oir abrirse la puerta del salon, John William Cavendish, octavo conde de Sherrington, se giro y vio que uno de los lacayos daba paso a la senorita Lovegrace. <>, apreto los labios, <>. Despues de una casi imperceptible inclinacion de cabeza, volvio su atencion al decantador y a las copas de cristal labrado que su amigo Gurney tenia siempre a mano para los invitados. --?Desea una copa de clarete, senorita Lovegrace? O quiza, un vasito de ratafia. --Nada, milord, muchas gracias. De nuevo se hizo el silencio. Otra de las cosas que a Sherry --como le llamaban sus amigos -- le molestaba de la senorita Lovegrace era que nunca hacia el menor esfuerzo por mantener una conversacion yendo y viniendo, como si despreciara la necesidad de rellenar el silencio con trivialidades. En fin, se dijo resignado al tiempo que daba un trago de vino, el que esa mujer no tuviera ni idea de conducirse en sociedad no queria decir que el tuviera que ponerse a su altura. Con la copa en la mano, se acerco a la chimenea, apoyo uno de los brazos en la repisa y miro a la senorita Lovegrace que se habia sentado en uno de los sillones frente al fuego. --?Tiene frio? --Eran los ultimos dias de septiembre y, pese a que ese verano el tiempo habia sido extraordinariamente calido para los estandares de Inglaterra, empezaba a refrescar por las noches. --En absoluto. No le sorprendia. El vestido que llevaba, aunque elegante y a la moda, era de lineas muy sencillas y, al contrario que el resto de las jovenes damas del grupo, la senorita Lovegrace no parecia muy amiga de los escotes pronunciados. Sherry fruncio el ceno, molesto por lo laconico de la respuesta; estaba tentado de no decir una sola palabra mas hasta que alguno de los otros invitados se reuniera con ellos, pero de nuevo, su buena educacion vino al rescate y eligio otro topico irreprochable para conservar, al menos, una semblanza de urbanidad entre ambos. --Me ha dicho nuestra anfitriona que el abuelo de usted, el general Lovegrace, y su marido son amigos desde hace muchos anos. --El conde de Burlington tambien estuvo en el ejercito antes de heredar el titulo. Mi abuelo y el lucharon en la batalla de Vila Velha --respondio en ese tono sensato y poco inclinado a las tonterias que, invariablemente, lo ponia a la defensiva. Los extraordinarios ojos oscuros, uno de sus rasgos mas atractivos --si no el unico en su opinion--, que hasta ese momento habian estado contemplando las llamas, se clavaron en el--. Tengo entendido que usted tambien estuvo en el ejercito. Lady Burlington comento que resulto herido en Austerlitz. Sherry se encogio de hombros y dijo en tono ligero: --Un par de rasgunos sin importancia. Se que es terrible no poder presumir de hazanas gloriosas, pero confieso que mi paso por el ejercito transcurrio en su mayor parte sin pena ni gloria. --Vacio la copa de un trago y fue a servirse otra--. ?Seguro que no quiere tomar nada? --Seguro. Y creo que usted tampoco deberia beber mas. Semejante impertinencia lo hizo volverse a mirarla con incredulidad, pero se libro de tener que contestarle como se merecia porque, justo en ese momento, la puerta del salon se abrio de nuevo y dio paso a las senoritas Sandford. En esta ocasion, el recibimiento fue muy distinto. Sherry dejo la copa vacia en el mueble con un golpe seco y se apresuro a reunirse con ellas. Con gesto galante, las cogio a ambas de la mano y se inclino a besarles el dorso, primero a una y luego a la otra, al tiempo que les hacia un extravagante cumplido que las hizo soltar una risita y lanzarle una mirada coqueta por debajo de las pestanas. Poco despues, ya estaban todos los invitados reunidos en el salon y, a instancias del mayordomo, pasaron al comedor. Como de costumbre, su anfitriona se habia mostrado benevolente y lo habia sentado entre dos de las mujeres mas hermosas de la reunion: a un lado tenia a la senorita Lavinia Sandford, una belleza rubia --algo insulsa en opinion de Sherry, pero suficiente para distraerse coqueteando con ella unos cuantos dias-- y al otro a Isabella, con un aspecto mas sensual y felino que nunca. Gurney, que estaba sentado enfrente, devoraba a esta ultima con la mirada, sin apartar los ojos del pronunciado escote que dejaba a la vista buena parte del pecho generoso. Sherry esbozo una sonrisa de diversion; saltaba a la vista que a la madre de su amigo no le habia sentado nada bien que su hijo invitara a la notoria duquesa de Whitworth y hacia todo lo que estaba en su mano para poner la mayor distancia posible entre los dos. Lo cierto era que la reputacion de Isabella dejaba bastante que desear; en los ultimos tiempos el anciano duque, su marido, casi nunca la acompanaba a ningun sitio, lo que ella aprovechaba para campar a sus anchas. Un poco mas alla, diviso a la senorita Lovegrace. Como solia ocurrir, le habia tocado sentarse entre dos de los miembros menos atractivos de la reunion. A un lado, la senora Perris, cuyo marido habia sido un alto cargo en la Compania Britanica de las Indias Orientales y quien, ademas de ser sorda como una tapia, consideraba que la considerable fortuna que habia acumulado su difunto esposo le daba carta blanca para decir lo primero que se le pasara por la cabeza; al otro, el reverendo Lewis, un hombre soltero de mediana edad quien, cada vez que abria la boca, hacia que la de Sherry se abriese tambien en un enorme bostezo. A pesar de todo, la senorita Lovegrace parecia manejar la situacion con soltura. En ese momento, las miradas de ambos se cruzaron. Sherry cogio la copa de clarete y la vacio de un trago, desafiante. La senorita Lovegrace se limito a clavar en el esos extraordinarios ojos oscuros y, como de costumbre, fue Sherry el primero en apartar la vista. Molesto consigo mismo, se volvio hacia Isabella y empezo a coquetear con ella. En realidad, pese a su innegable belleza y el atractivo sensual del que hacia alarde sin pudor, la duquesa de Whitworth --el amor de juventud de uno de sus mejores amigos, el marques de Ravensworth-- no le atraia lo mas minimo. Debajo de sus innumerables encantos, Sherry siempre habia sido consciente de una desagradable avidez, mas propia de la prostituta consumada que era en el fondo. --?Sabes algo de Benedict? Me ha dicho un pajarito que esta pasando el verano en Ravensworth Park. Asi que por ahi iban los tiros, se dijo con desagrado. Le habia extranado mucho que Isabella aceptara la invitacion de Gurney, pero claro, al fin y al cabo Grafton House quedaba a poco mas de doce millas de Ravensworth Park. Desde que habia sabido que ella formaria parte del grupo de conocidos que Gurney habia invitado pasar unos dias en su casa, la pequena campana que en el campo de batalla le avisaba de que las cosas se estaban poniendo feas no habia dejado de tocar a rebato en su cabeza. La sofisticada duquesa de Whitworth no pegaba en absoluto en esa humilde reunion campestre; segun Sherry tenia entendido, ella detestaba el campo y no solia salir de Londres si podia evitarlo. Isabella debia de haber averiguado que Grafton House no quedaba lejos de Ravensworth Park y, conociendo de sobra como funcionaba la vida social en las zonas rurales, seguramente habria pensado que los caminos del marques Ravensworth y el suyo estaban destinados a encontrarse antes o despues. Por fortuna, eso aun no habia ocurrido. --Si, esta con su esposa y su hijo. Los labios de Isabella se fruncieron en una mueca que, en opinion de su interlocutor, le restaba mucha de esa belleza por la que era tan admirada. --!Su esposa! --chasqueo la lengua con desprecio--. Seguro que ya esta aburrido hasta las lagrimas. --Lo dudo mucho. --Sherry dio un sorbo de vino y, con parsimonia, se seco los labios con la servilleta--. Ademas de bellisima, Lillian es una mujer encantadora. Conozco bien a mi amigo, jamas se quedaria tanto tiempo en un sitio en el que no estuviera muy, pero que muy, a gusto. Isabella recibio el dardo envenenado con un resoplido furioso y se volvio a hablar con el joven Besford, que estaba sentado a su izquierda. Sherry sintio un pinchazo de lastima por la senorita Lucy Sandford, quien les dirigio a ambos una mirada de disgusto; su prometido no podia disimular la atraccion que sentia por la diosa pelirroja. Sherry se termino la copa de clarete y, de inmediato, uno de los lacayos se apresuro a rellenarsela. En ese momento noto de nuevo la mirada desaprobadora de los ojos oscuros y con un gesto imperceptible para el resto de los presentes, levanto la copa en un brindis desafiante y dio un buen trago. <>, se pregunto con resentimiento, antes de volverse a hablar con la rubia Lavinia del vestido que la madre de esta habia encargado a una renombrada modista para su presentacion ante la reina con fingido entusiasmo. Sherry, que tenia cuatro hermanas mayores, hizo todos los comentarios pertinentes y solto las exclamaciones oportunas cuando venian al caso, pese a que tenia la cabeza ocupada en otros asuntos. Habia aceptado la invitacion de Gurney para escapar de sus dos hermanas mayores y de su madre, que se habian instalado en Rutlands ese verano y llevaban semanas recordandole que, con veintiocho anos mas que cumplidos, ya iba siendo hora de que buscara una esposa adecuada. Sin embargo, el no tenia la menor intencion de casarse; al menos en un futuro cercano. No entendia la urgencia. Todas sus hermanas estaban casadas y era el orgulloso tio de un monton de sobrinos --cada ano alguna de ellas presentaba al orgulloso esposo de turno una nueva criatura, cuando no un par-- que podrian heredar el titulo; pero cuando lo decia en voz alta su madre y sus hermanas ponian el grito en el cielo. Sherry no era partidario del enfrentamiento directo, al menos con las mujeres de la familia, asi que habia hecho lo que solia cuando las cosas se ponian dificiles: salir huyendo. Penso que le vendria bien cambiar de aires unos dias para relajarse, pero desde que su anfitriona le habia presentado a la senorita Lovegrace el mismo dia que llego a Grafton House, su paz interior se habia esfumado y no tenia ni idea de cual era el motivo.

  • Sera larga la noche de Santiago Gamboa

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  • Mentiras y Pasion de Maureen Child

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    Nunca un romance fingido habia resultado tan real.

  • Mariposa de Yusra Mardini

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    La increible e inspiradora historia de una joven extraordinaria.

  • Cuando todo parecia estar en nuestra contra de Estefania Gea

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    Cuando Violeta creia tener bien sujetas las riendas de su vida… Conoce a Mateo… Y de que forma…
    Tras su peculiar forma de conocerse… No sera el, el que revoluciones su vida, sino su entrometida hermana Lucia, que no dejara de ponerle trabas en el camino.
    Violeta contara con la ayuda de su abuela y su mejor amiga Olivia, que la ayudaran a trazar un plan para acabar con ella.
    ?Se vera afectada su relacion con Mateo?
    ?Sera capaz de hacer caso a los consejos de su amiga?
    ?Conseguira sortear los obstaculos que le ira poniendo?

  • Latidos de lujuria (En cuerpo y alma 3) de Mimmi Kass

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    Valiente es quien dice la verdad, aun sabiendo que puede perderlo todo.

  • Cual es tu historia de Ana Paula Benitez

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    Al desnudo, esta historia comenzo asi. Desperte aquella manana con casi la mitad del cuerpo sobre el escritorio. Me habia quedado escribiendo hasta muy tarde y, como siempre, me habia dormido frente a la laptop. Mire la pantalla por un momento y note que al menos no habia arruinado la escritura. Si habia babeado el escritorio de manera descomunal… Buen trabajo. Mire hacia la ventana y la luz del sol me cego por unos segundos. Me cubri los ojos con una mano y me apoye en el escritorio con la otra. Me levante y camine lentamente hacia la ventana. Sin antes bostezar y estirarme, corri las cortinas blancas y abri un poco la ventana para que el viento de la manana refrescara la habitacion. Me voltee y camine hacia la cocina con la idea de prepararme un cafe, pero no pude ni siquiera completar medio trayecto cuando fui atacada por una pieza de Lego. Si, leyeron bien. --!Ah! !Tony! !Deja de robar las cosas de los vecinos! --Con furia me dirigi hacia la cuna del gato y como de costumbre me encontre con nadie--. Desagradecido, te compro una cuna hermosa y sigues durmiendo en cualquier otro lado. !?Sabes cuanto cuesta una cuna como esa?! Calle al darme cuenta de lo inutil que era quejarme. Aun asi, se sentia muy bien. Escuche un estruendo en el patio trasero del edificio y al fin supe hacia donde debia gritar. Corri hacia la ventana y sali al balcon cargada de colera y autoridad. Asi es, soy duena de un gato y lo trato como tal... o algo asi. --!Tony! !Te voy a matar! Mire hacia el patio y note que el causante de tal estrepito no habia sido Tony. Despegue los labios para hablar, pero lo unico que salio fue un balbuceo bastante incoherente. --Hola. Al desnudo, asi comenzo. Un hombre de tez palida y ojos azules y profundos estaba parado detras de una reposera. Se veia muy nervioso y apresurado. Y lo unico que traia puesto era un reloj de oro. ?Quien era el? ?Por que estaba desnudo? ?Donde estaba Tony? Frunci el ceno y abri la boca de nuevo, pero segui sin hablar. --Tuve una mala noche --bromeo el--. ?Podrias ayudarme? --Am... --!Vivo en el noveno piso! --aclaro repentinamente--. No soy un extrano. Tu eres la duena del gato cleptomano, ?verdad? --S-Si. Mi Tony es popular entre los vecinos. --Entonces... ?me ayudas? --!E-Espera alli! Me voltee y corri hacia el dormitorio. Resbale con un calcetin y cai de espalda. Oh, bendita habitacion la cual no habia ordenado desde la ultima visita de mi madre... Tome una toalla y corri hacia el balcon de nuevo procurando no pisar otro calcetin asesino. Arroje la toalla por el balcon y le indique a mi desvestido vecino del noveno piso que esperara en la puerta. Me coloque las pantuflas y baje por el ascensor hasta la planta baja. Estaba nerviosa, avergonzada, como siempre cuando tenia que socializar con alguien. Abri la puerta y mi vecino entro con una sonrisa y una expresion de alivio en el rostro. --Gracias. --De nada. Hice una mueca nervuda con los labios y me mire los pies. --Necesitaria otro favor --mi vecino se rasco la nuca al hablar. Luego bufo, pero no dejo de sonreir ni por un segundo. --Claro. --?Me prestarias tu telefono? Necesito llamar al cerrajero para que abra la puerta, no tengo las llaves encima y, bueno... Hizo un ademan y al fin deje escapar una risilla. --No hay problema. Subimos por el ascensor en silencio, ni siquiera me atrevi a verlo. Escuche alguna que otra risa suelta en el aire por parte de el, pero no me atrevi a mirar ni una sola vez. !Adios, manana cuasi tranquila! --Soy Benjamin. --Cara. --?Cara? --Si. --Ya veo. Benjamin apreto los labios y contuvo la risa. Lo ignore por completo. Habia sido el centro de bromas en la escuela primaria y secundaria, ya estaba acostumbrada. Entramos al departamento y me dirigi a la mesa del comedor en busca del telefono celular. Escuche que la puerta de la entrada se cerro con suma delicadeza y supuse que aquel hombre envuelto en la toalla era bien educado. --Ten. --Le entregue el telefono y me aleje mientras el marcaba el numero--. Tony --murmure --. Tony, ?donde te metiste? Me incline un poco para mirar debajo de la mesa, pero no encontre nada. Junte el bloque y lo sacudi de arriba abajo por unos segundos, en silencio trate de especular donde podria estar husmeando mi felino amigo. --?Tony? --la voz de Benjamin me hizo voltear. --Mi gato --respondi mientras me sumergia en aquellos orbes llenos de curiosidad--. Sientate... donde quieras. Lo siento. Educacion Cara. Se educada tambien. --Estoy bien --contesto sin dejar de mirar los cuadros--. Bonita decoracion. --Gracias... --En especial las tazas sucias y los paquetes vacios en el escritorio --menciono y apunto el escritorio con el dedo indice. --Es mi zona de trabajo --trate de defender injustificable. --Oh, claro, necesitas ese paquete para... ?En que trabajas? --Con una ceja arqueada hacia arriba me miro. --Soy... escritora. --!?Escribes?! !Eso es fantastico! --?Eso es ironia? --pregunte con desconfianza. --?Que? !No! ?Por que haria algo como eso? Am... ?Porque la mayoria del tiempo las personas que conozco piensan que no es un trabajo real? ?Porque ni siquiera mi madre esta conforme con lo que hago? --No lo se --bufe y oculte la verdad en tres palabras. Note un brillo especial en los ojos de Benjamin. Aquel hombre con clase paso a comportarse como un nino en cuestion de segundos. --?En serio crees que es fantastico? --!Por supuesto! --Benjamin alzo las manos en el aire y me miro como si fuera una ingenua--. Me encantan los libros --comento--. Quiero decir, los buenos libros --esclarecio--. Cuando era pequeno no tenia muchos amigos. --?En serio? Con esa increible apariencia era dificil de creer. Lindos ojos, lindos labios, lindos modales... --Oye --Benjamin murmuro ofendido--. Me enfermaba mucho, tenia un sistema inmunologico deplorable. --Alli iba el y sus complejas y elegantes palabras. Benjamin se rasco la nuca por unos segundos, suficientes como para permitirme memorizar los detalles de su sonrisa--. Leia muchos libros --conto el--, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Mark Twain, ?los conoces? --No personalmente --bromee--. Pero si, los he leido. --Lo que hacen con las palabras --hablo inmerso en su mundo--. !Son artistas! ?No crees? -- Asenti con la cabeza y el me senalo--. Los escritores son artistas, nobles artistas que viven haciendo lo que aman y que no son tan valorados como deberian. --Supongo --murmure. No supe que decir, senti las mejillas calidas y me rasque la nariz para tratar de ocultar el notorio rubor que probablemente tenia en el rostro. --!Claro que si! --reafirmo--. Crean mundos, personas, historias... --Benjamin miro el escritorio--. Pero tu casa es un desastre, si me permites decir. Benjamin tenia un modo bonito de insultar a las personas. Te ofendia, pero con cierto respeto que te provocaba mas frustracion que enojo. Benjamin se coloco las manos en la cintura, pero segundos despues cambio de postura y se puso en accion. Mi vecino tomo algunas tazas de sopa instantanea sin esperar un segundo mas y las tiro en el tacho de basura. Luego camino hacia el escritorio, arrugo los paquetes vacios e hizo lo mismo que antes. Yo solo admire la espalda de Benjamin en silencio por unos segundos. --Oye, no hagas eso. Excelente reaccion, Cara, verdaderamente apresurada y certera. --?Acaso los necesitabas? --pregunto con ironia. --N-No, pero... --?Pero...? --Es mi casa. --Y se nota --bromeo Benjamin. --!Oye! --No creo que sea una buena idea tener tantas cosas tiradas, al menos que estes construyendo una granja de cucarachas en tu propia sala. --Tal vez lo este haciendo. --?Si? --Son populares en los paises asiaticos. Benjamin dejo escapar una risilla y miro el polvo de los estantes con cierto pudor. --Oh, ya entiendo --susurre. --?Que tienes un gran problema? --No --respondi--, eres un obsesivo compulsivo por la limpieza. Benjamin me miro con la boca abierta y sonrojado, aun mas sonrojado que yo. !Touche! --!El cerrajero! --cante con felicidad al oir el timbre del departamento. Ignore los reproches de Benjamin y atendi al cerrajero con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando al fin el cerrajero pudo abrir la puerta, Benjamin me agradecio una vez mas y se despidio. Y asi, la tortura comenzo. 1 Drama innecesario ?Por que tortura? Porque al dia siguiente de aquel encuentro no tan maravilloso decidi salir al mundo por uno de los objetos mas preciados por el ser humano y al volver a mi dulce hogar me encontre con que Benjamin estaba esperando frente a la puerta. --Es un chiste --dije con la bolsa de arena para gato aun en brazos. --No --respondio con seguridad--. No puedo dejar que esa cosa nos consuma a todos. --?Cosa? --Solo abre. --De acuerdo. --?Y tu gato? --Todavia no volvio. --Tal vez este muerto debajo de toda esa basura. --!No bromees con eso! --No era una broma. Tony no estaba muerto. Volvio horas despues con la ropa interior de la vecina del quinto piso. Un gato cleptomano y un vecino obsesivo compulsivo, fantastico. --Tu casa no se ve tan mal cuando esta limpia. --Benjamin dejo la escoba por un momento y suspiro cansado. --Tienes razon. Mire a Benjamin y comence a reir sin poder evitarlo. El me miro con cierta incredulidad y curiosidad. --Esperaba un agradecimiento. --!Lo siento! Me cubri el rostro para que no me viera reir. Benjamin se veia muy gracioso con el delantal puesto, y los guantes, y el panuelo en la cabeza, y las mejillas rosadas de tanto trapear. Eso si, conste que yo no lo habia obligado a nada. El se ofrecio solo. Bueno, “ofrecer”, mas bien, se metio en mi departamento y lo considero parte de su habitad natural, pulcro y refinado. --Grosera. Me compuse segundos despues y lo mire con cierta pena, pero me di cuenta que el solo estaba bromeando. Benjamin sonrio un poco y se saco el panuelo de la cabeza. Se sento en el sofa y Tony se acerco a el. --?Tienes agua al menos? --Si. Fui a la heladera a buscar la botella y el aprovecho la oportunidad para mirar mi trabajo en la laptop. Ignoro el interrogatorio realizado por los maullidos extranos de Tony, se saco los guantes y enseno el reloj de oro. Se sento en la silla del escritorio y en silencio leyo algunas oraciones. Observe como los labios de Bejamin se movian mientras el pronunciaba de manera inaudible cada palabra. Note que reaccionaba con cada palabra, que las sentia, y que sus ojos brillaban con cada uno de esos sentimientos. Trague saliva al ver que estaba sucediendo. Me estaba enamorando. --Escribes muy bien. --Supongo. --Algo detallista. --?Lo crees? --Si, es como si observaras demasiado las cosas. --Mi madre siempre dice eso --comente mientras dejaba un vaso de agua fresca en el escritorio--. Que observo mucho, que pienso mucho. --?Lo haces? --Eso creo. --?Tienes portavaso? Tome un papel lleno de garabatos y se lo di. Benjamin tomo el papel y bufo por la nariz. Mi vecino del noveno piso bebio un poco de agua y dejo el vaso encima del papel. --Di algo de mi. --?Sobre ti? Aquella pregunta me tomo por sorpresa. --Si, algo. Note que los labios de Benjamin estaban humedecidos por el agua y sonrei un poco. Entrecerre los ojos y mire hacia la ventana, luego volvi a mirar a Benjamin y deje escapar aire por la boca. --Cuanta concentracion --bromeo el. Benjamin sonrio un poco y el foco imaginario se encendio encima de mi. --?Que tal tu sonrisa? --?Mi sonrisa? Benjamin amplio mas aquella mueca de felicidad cuando escucho mis palabras. --Si... por ejemplo, cuando te ries, tus labios se estiran junto con tus fosas nasales --le explique. El se toco la nariz, curioso--. Tienen una perfecta armonia, y se hacen unas pequenas muecas en los costados, como unos hoyuelos casi perfectos... casi. --Arrugas, malo para mi edad. Rei un poco y negue con la cabeza. --Pero cuando sonries con tranquilidad no se notan las muecas y los labios se vuelven mas finos y delicados, como si supieran que era el momento perfecto para moverse de aquella manera. --Por algun motivo habia bajado el tono de voz al hablar. Note que me habia inclinado para verlo mejor y que estaba demasiado cerca de el--. !Sin mencionar que parecen bien cuidados! --Me separe casi un metro de el. Lo se, a veces exagero demasiado--. ?Usas manteca de cacao? --Solo en invierno --dijo con una sonrisa burlona. --Y esa sonrisa burlona de costado es muy diferente a la ganadora o a la nerviosa. --?Existen mas sonrisas? --Si --respondi. Hice un ademan para que se moviera. Benjamin se levanto de la silla y se paro al lado del escritorio. Yo me sente en la silla y respire hondo para tratar de concentrarme y volver al trabajo. --Eres muy buena --murmuro Benjamin--. Pero no sabes nada de los detalles del hogar. Puse los ojos en blanco y deje escapar un quejido. Quise enojarme, quise sentirme ofendida. Pero no pude hacerlo ni un poquito. Tampoco pude evitar enamorarme de el. Aprendi cada detalle de el como si fuesen parte de una pintura. Desde el lunar debajo de su barbilla hasta la profundidad de su voz. El dia que nos conocimos, el habia salido con una chica por segunda vez. Una chica a la que jamas habia llamado de nuevo, a la que creyo jamas haberla visto o invitado a una cena y con la que aprendio una gran leccion. La dulce venganza de una mujer resentida. La mujer lo dejo en un cuarto de hotel, desnudo, atado a la cama y solo con el reloj para que se preparara cuando la mucama entrara y lo viera alli con una camara a un lado, una nota, y una foto de el desnudo. Rei lo suficiente como para que el tambien se riera de la desgracia que le habia pasado. Odie eso, odie caerle tan bien. Odie aquella sonrisa y aquellos gestos. Y los ame, ame todo de el. Odie que me abrazara cada vez que queria y que se parara tan cerca para leer la pantalla. Odie que me ayudara a escribir porque me resultaba cada vez mas dificil ser independiente. Depender de alguien de aquella manera... pateticamente romantico. Y ame los abrazos, calidos y llenos de afecto. Ame los juegos y las palabras aburridas que salian de su boca. Ame el orgullo que le salia por los poros cada vez que hablaba del trabajo, de alguna mujer o de un buen dia. Ame cuando bromeaba con sinonimos absurdos e inexistentes. Ame aquella sonrisa variante, aquellos ojos brillantes y aquella actitud deslumbrante. Amar y odiar al mismo tiempo las mismas cosas solo me hacian sentir confundida y nerviosa. Era una tortura eterna. Una tortura que yo misma cree.

  • El regalo mas dulce de Nuria Llop

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    Buscar un marido en tres semanas para poder cumplir un sueno puede ser dificil si no se cuenta con las dotes de celestina de Catalina de Velasco. Madrid 1640. A la actriz Elisa Villanueva le surge la oportunidad de hacer realidad uno de sus suenos: actuar en la inauguracion del Coliseo, el teatro que Felipe IV ha hecho construir en el palacio del Buen Retiro. Pero su solteria se lo impide y solo dispone de tres semanas para encontrar marido. Reticente a dejar pasar esa oportunidad unica, decide confiar en Catalina de Velasco con la ilusion de que sus dotes de celestina sirvan a otro de sus suenos: encontrar el amor de su vida. Ante la dificultad de la tarea, Catalina propone alternativas que las conducen hasta Juan Morales, un picaro de Lavapies cuyo padre trabajo como tramoyista en la compania teatral de los padres de Elisa. Juan decide ayudarlas con la intencion de alejarse despues, ya que en su vida de delincuencia no hay lugar para la gente honrada. Sin embargo, la atraccion que siente por Elisa se lo va a poner tan dificil como esquivar las maquinaciones de Catalina.

  • Cocinar un oso de Mikael Niemi

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    Verano de 1852. Durante un paseo por los bosques del norte de Suecia, el pastor Lars Levi Laestadius y el joven Jussi descubren el rastro de una joven desaparecida dias antes. Los malos presagios se cumplen al encontrar poco despues el cuerpo de la chica con indicios de haber sido atacada por un oso. Laestadius, gran aficionado a la botanica y con un ojo muy bien entrenado para los detalles mas pequenos, no ve tan claro que la muerte sea obra de un animal. Cuando una segunda joven sea atacada, en esta ocasion por un desconocido, Laestadius y su joven acompanante emprenderan una atipica investigacion que pondra contra las cuerdas a toda la comunidad.

  • El ermitano del Rey de Julio Manuel De La Rosa

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    A punto de redactar testamento, Benito Arias Montano encuentra un papel olvidado con un nombre escrito: Desiderii. Desiderii es Erasmo de Rotterdam y ese papel le recuerda la voluntad perdida de haber elaborado una biografia sobre el maestro humanista.
    El que fuera capellan de Felipe II comienza asi un viaje en el que nos habla de unos anos cruciales para la historia y el pensamiento de la Europa del siglo XVI.
    El concilio de Trento, la redaccion de la Biblia Regia o los oscuros pasadizos por los que se deslizaba la Inquisicion Espanola son algunos de los acontencimientos que rememora este gran humnista espanol, al mismo tiempo que abre las puertas de ese paraiso personal que fue la pena de Alajar (Sierra de Aracena, Huelva), portal de sus recuerdos mas intimos y sus reflexiones sobre filosofia y alquimia.

  • Pensamientos desde mi cabana de Kamo No Chomei

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    A finales del siglo XII, Tokio fue devastado en buena medida por incesantes catastrofes: tornados, terremotos e incendios. Su poblacion vivia sumida en un clima de inquietud constante. Chomei, que acababa de cumplir cincuenta anos y habia rechazado la buena vida del funcionario de la corte por la incierta existencia del poeta, abandona la aristocratica residencia familiar de la capital para vivir en una modesta casa a las afueras, donde busca mas libertad para escribir y un mayor dominio sobre su propia vida.

  • Morire por ti (Descubriendo a Seytton 3) de Anne Garber

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    Aqui concluye el final de esta historia... una historia en la que el destino unio a dos corazones que lamentablemente volvieron a sufrir la crueldad de aquellos que no lo poseen.
    Por fin Alec va a compartir con ella esa parte de su pasado... la mas desgarradora y espeluznante; un pasado como bien dijo el, nunca olvidara. ?Podra Chloe soportarlo? Y... ?Su amor sera tan fuerte, para acabar de una vez con todo lo que le atormenta? Nada es lo que parece, imaginad a descubrir lo inimaginable y nunca olvideis que... nada sucede como se espera.

  • La gran mentira de Karen Cleveland

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    Entras en la habitacion de tu hijo. El caos habitual. Recoges restos de comida, ropa desperdigada, abres el armario para ponerlo todo en su sitio… y lo ves. Y entonces te das cuenta de una horrible verdad: tu propio hijo puede ser un peligro. Stephanie Maddox dirige el departamento de Asuntos Internos del FBI, donde supervisa que todos sus companeros cumplan las reglas. Llegar hasta aqui le ha costado casi dos decadas de trabajo duro y sacrificios personales, como la relacion con su hijo adolescente, Zachary, que espera con nervios su admision a la universidad. Como madre soltera, Steph se perdio muchos eventos escolares, cumpleanos y vacaciones, pero la verdad es que moveria cielo y la tierra por el, incluso lo protegeria de un terrible secreto de su propio pasado. Nunca se pudo imaginar que Zachary guardaria sus propios secretos.

  • Escuela de senoritas St Margare de Kate L. Morgan

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    Era la primara noche navengado. A bordo del barco mas grande jamas construido, Trevor esperaba impaciente el comienzo de la velada. La gran escalinata principal era el corazon de la vida de primera clase. El SS Great Britain se elevaba majestuosamente a traves de cuatro cubiertas, y era la nina bonita de todos los buques que se habian construido hasta el momento, ya que era el primer buque de hierro propulsado por una helice. Era el primero con un doble casco, el primero con mamparas estancas, y el primero capaz de bajar todos los mastiles en caso de tener vientos de proa. El barco estaba equipado para viajar con todo tipo de lujo ya que tenia cuatro cubiertas, dos lineas de cabinas que daban a cubierta, y dos salones comedores, junto con veintiseis camarotes individuales, y ciento trece camarotes dobles de lujo. En ese viaje inaugural, estaba la flor y nata de la sociedad inglesa. Desde su rincon apartado y oscuro podia escuchar el sonido de la suave musica, y la risa de su tia materna que charlaba en esos momentos con el marques de Pooley, tambien con su esposa Kate: una rolliza mujer con una voz de soprano que resultaba bastante interesante. Una sonrisa amplia se dibujo en su rostro juvenil al contemplar el rostro de ella que mantenia la compostura como un soldado en el frente escuchando a su interlocutora. Tenia una vision perfecta del amplio vestibulo y de parte del salon que tenia las dobles puertas abiertas de par en par. Seguia el ir y venir de las mujeres que iban ataviadas con vestidos que brillaban, no solo por los fastuosos tejidos de lentejuelas, sino por las joyas que lucian sus cuellos y sus orejas. Tambien le gustaba observar a los hombres que vestian impecables trajes negros. Uno de los invitados que vestia de gris claro, le llamo la atencion pues resaltaba de entre el resto como una mosca en un tazon de leche. Llevaba el pelo muy corto y engominado hacia atras, y lo miraba todo con cierto desden. Le parecio que le disgustaba estar entre tantos politicos, banqueros y empresarios. --?Puedo sentarme contigo? Trevor se sobresalto al escuchar la voz infantil. Giro la cabeza, y desvio los ojos de los invitados a la aparicion: una nina que no debia de tener mas de nueve o diez anos. Poseia unas largas pestanas bajo unas perfectas cejas arqueadas que realzaban los brillantes luceros que iluminaban su delicado rostro. --No --fue su tajante respuesta, aunque ofrecida en voz baja para no llamar la atencion de los invitados. Trevor tendria que estar en su camarote y no sentado en la escalera, ni espiando tras los barrotes de la barandilla. --Yo tambien quiero mirar la fiesta --dijo la nina muy seria--. Hacen mucho ruido. Trevor penso que el verdadero ruido vendria despues, cuando las mujeres estuvieran ebrias y no pudieran controlar sus voces chillonas. Los hombres alzarian la voz para hacerse oir entre ellos, y la musica subiria al mismo tiempo de volumen. --?Donde esta tu ninera? --le pregunto impaciente. --No lo se --admitio en un susurro--. Estaba sola en mi camarote, he escuchado la musica, por eso me levante y vine hasta aqui... --El barco esta lleno de gente --contesto sin dejar de mirarla. La nina de ojos grandes parecia en verdad asustada. --?Puedo sentarme a tu lado? --insistio. Trevor solto un suspiro largo y termino aceptando. --Esta bien, pero no me molestes. La pequena se sento muy pegada a el, detalle que lo molesto. Trevor se aparto rapido, pero ella volvio a moverse para quedarse muy quieta a su lado, finalmente, el chico no se aparto de nuevo.--Me llamo Maggie --se presento la nina. Trevor volvio a mirar por la barandilla, como si hubiera dejado de interesarle. --Lo se. --?Como lo sabes? --quiso saber--. Yo no se quien eres tu. Ni Trevor pensaba decirselo. --Solo uno de los pasajeros de este majestuoso barco tiene nueve anos. Maggie lo miro asombrada. El chico era un adolescente, pero hablaba como un adulto. --Tengo diez --admitio franca--. ?Como te llamas? --le pregunto muy interesada. Trevor dudo en darle una respuesta porque no le gustaba relacionarse con ninos, y esa pequena se estaba convirtiendo en una pesada. Le gustaba observar a los invitados, y los analizaba. Le parecia un entretenimiento contemplar sus diferentes comportamientos. Lo que bebian, vestian, confesaban… --Me gustaria que se me conociera por el apellido de mi madre, Lafayette. La nina parpadeo al escucharlo. --?Es un apellido forastero? --siguio insistiendo. Trevor termino por sonreir, y Maggie se dijo que no parecia tan feo como cuando tenia el cejo fruncido. --Mi abuelo materno era frances --contesto confidente--, por eso mi madre se apellida asi. Margaret se quedo pensativa. --?Te llamas como tu abuelo y no como tu papa? ?No tienes papa? --fue el logico razonamiento al que llego la nina. Trevor la miro atonito. --!Por supuesto que tengo padre! Maggie no lo sabia muy bien, pero estaba segura de que todos los ninos querian llamarse como los papas y no como las mamas. --?Como se llama tu papa? --insistio. --?Por que quieres saberlo? Ademas, eso no es importante --respondio el otro en voz baja. --Pero a mi me gusta conocer los nombres de los papas de mis amigos. Trevor chasqueo la lengua. La nina era muy cansina. --Te recuerdo que no somos amigos --Maggie hizo una mueca confusa bastante graciosa. Si su padre y su madre eran amigos del papa del chico, entonces Lafayette era su amigo tambien--. Ese de ahi es mi padre. Los ojos de la nina se dirigieron hacia el lugar que el chico le indicaba, y entonces sonrio de oreja a oreja. --Nuestros padres si son amigos, mira --ella le senalo a su vez a los dos hombres que se daban un saludo fraternal. Era el padre de ella, y el hombre que el chico le habia senalado un momento antes. Trevor tenia ganas de quitarsela de encima porque en breve los invitados pasarian al salon, y el ya no podria continuar observandolos. --Puede que sean conocidos y no amigos --la rectifico. --!Claro que son amigos! Y yo quiero que seas mi amigo. --Las ninas como tu no pueden ser amigas de chicos como yo. Eso a Maggie le parecia una soberana tonteria. --?Eres demasiado importante como para ser mi amigo? --le pregunto de sopeton. Trevor la miro tras escucharla. --Ahora, no, porque no tengo edad suficiente para serlo, pero algun dia sere tan influyente como el marques de Lafayette. La nina medito en la respuesta de el. --?Ese marques es tan importante como nuestro rey? Trevor resoplo al escucharla. Esa nina jamas podria entender el motivo para que el quisiera ser como ese hombre. --Fue un importante militar --la nina lo escuchaba atenta--, ademas de un destacado politico frances. Y lo mejor de todo es que peleo por los Estados Unidos en la Guerra de independencia contra el Imperio britanico. --Ohhh --exclamo la nina asombrada. --Y era mi abuelo --declaro orgulloso. La nina lo miro con los ojos abiertos de par en par. Trevor se amonesto porque habia hablado con ella como si fuera una chica y no una nina, pero debia de admitir que era bastante bonita. --?Vas a ser un soldado como tu abuelo? --pregunto admirada. A Trevor se le hacia dificil relacionarse con las personas, pero sobre todo con las mujeres tras la muerte de su madre cuando era apenas un nino. Desde entonces nunca mantenia contacto con ninguna, salvo con su ninera a la que adoraba. --?Y tu que piensas ser de mayor? --le pregunto Trevor para cambiar de conversacion. La nina no se penso la respuesta. --Una domadora de circo --sonrio al mismo tiempo que respondia. los ojos oscuros de Trevor brillaron al escucharla. --?No quieres ser una princesa, princesa? --le pregunto burlon. La nina solto un suspiro largo y profundo. --No me gustan, y no soy una princesa --admitio sincera. Trevor no podia creer esa respuesta, ?que nina no sonaba con ser una princesa de cuento? --?Por que no deseas ser una princesa? --la pregunta le salio sola. --Porque todas tienen madrastras horribles --la nina se mordio el labio inferior en un gesto que a Trevor le parecio encantador. Esa era una gran verdad, penso Trevor. --Pero todos los cuentos de princesas terminan bien --contesto con una sonrisa porque le hacia gracia ver la expresion de la nina--. Con un principe azul rescatandolas. Maggie entrecerro los ojos con dudas, y meditando en esas palabras. --Mi papa dice que una verdadera princesa no necesita que un principe la rescate --confeso en un susurro--. Las verdaderas princesas son fuertes y valientes.

  • En tu mundo (Entre dos mundos 1) de Nadia Noor

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    Primera entrega de la bilogia <>.

  • Deirdre (Las feas tambien los enamoran 2) de Elizabeth Urian

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    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • Angela. La Lujuria de los Monstruos de Daniel Santos

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    Vivimos en un mundo de sombras y noches.
    Un mundo de mascaras y enganos.
    Donde el veneno se viste de dulce.
    Donde los monstruos parecen Angeles.

  • Tierra (Elementales 2) de Maryah Well

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    Los Elementales son la raza que guarda la seguridad de los habitantes de las siete islas. Tras el nacimiento de uno de ellos, una bruja hace una profecia, pero esta no es seguro que se cumpla y, menos, si la bruja no pone de su parte para ello.
    Despues de rescatar a Samara y a su hermano gemelo Jonathan, en Isla Pyrena, Andrew debe regresar a su trabajo y terminar la proxima mision que le habian asignado en Isla Mercurio. Sin saber como, llega a rescatar y conocer a la hermana de su cunada Miriam, Anabel.

  • Martina de Carmela Trujillo

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    La escritora Martina Pena Grande acepta ser maestra rural en un pequeno pueblo del Pirineo aragones. Ella, que desde siempre ha tenido una peculiaridad nada comun (ve espiritus y tiene suenos que luego se cumplen), ha tocado fondo en su vida porque su ex, siempre que le dice “ven”, ella lo deja todo, como en la cancion. Ha tocado fondo porque sus citas no acaban -ni empiezan- bien, porque las liquidaciones de sus libros son minimas... Necesita una nueva vida, como los testigos protegidos de las peliculas.
    Cuando conoce a Ricardo, con sus aires de montanero, ni se le pasa por la cabeza que se estableceria un vinculo especial entre ellos ni que encontraria su hogar junto a el. Y es que comprende que lo que le pedimos a la vida no solo puede tardar veinte anos en llegar, sino que puede aparecer de la mano de la persona mas insospechada.
    Martina tiene una estetica rompedora donde se funden personajes solidos y bien perfilados, un excelente dominio del lenguaje y una trama muy atractiva. Una novela original y magnifica.
    Una novela donde lo cotidiano es casi poetico, con pinceladas brillantes para los detalles y una esencia poderosamente romantica.

  • Mas que un sueno de Susana Rodriguez

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    Mas que un sueno.
    Cubrir la vida del famoso actor no sera lo unico que hara cambiar a Sofia. El que hasta ahora era su amor platonico, se convierte en algo muy real cuando la periodista tiene el encargo de seguir cada uno de sus pasos. Pero esa historia de amor no sera bien vista por todos, hay quien intentara alejarlos.
    Sofia no se da por vencida y lucha porque Johan se mantenga a su lado, una vez que el amor se ha convertido en realidad, no esta dispuesta a perder.

  • La nacion de las bestias. El senor del Sabbath de Mariana Palova

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    “?No estas harto de tener miedo? ?No querrias tener la certeza, pro primera vez en la vida, de que no estas loco? ?De saber que todo lo que ves y lo que te pasa… es real?” Durante casi toda su vida, Elisse ha sido acosado por criaturas horripilantes que al parecer nadie mas puede ver ni escuchar. Desesperado por huir tanto de ellas como de su pasado decide marcharse de la mistica India, el pais donde estuvo refugiado, para sumergirse dentro de la Gran Hechicera Nueva Orleans, con la esperanza de volver a encontrarse con su padre, quien por motivos desconocidos tuvo que abandonarlo siendo apenas un bebe. Pero lo que Elisse no sabe es que en esa ciudad sepultada por una misteriosa niebla, y devorada por furiosos huracanes, se encontrara con mucho mas que las respuestas a los enigmas de su inquietante vida: un secreto, tan ancestral como extraordinario, que se oculta entre los pantanos de Luisiana, en los muros helados del cementerio y hasta en su propia sangre.

  • Xadia, la lectora de sangre de Ana Idam

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    Xadia es una sanguira que tiene que escapar junto a su padre, cuando su madre, Askara, es testigo de la intencion que tiene el actual rey de Tierra Doria de acabar con su vida. Kares es el yor que llegara a su refugio, soterrado bajo el baul de una biblioteca, con la intencion de cumplir las ordenes de Askara. Xadia debera separarse de su padre y atravesar las hostiles comarcas de Tierra Doria para ponerse a salvo. Durante ese viaje, al lado de Kares, ni el rey ni los sentimientos se lo pondran facil. Una historia de magia, de razas poderosas y de Diosas que exigen su pago atavico, en la que no solo la usurpacion del trono sera lo que defina su devenir; el amor, el peligro, el ansia de poder y, finalmente, la sangre, seran lo que dibuje su destino.

  • La balada de Max y Amelie de David Safier

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    La existencia de Cicatriz, una perrita salvaje y solitaria que malvive en un vertedero de Napoles, da un vuelco cuando conoce a Max, un perro domestico que le habla de una vida que ella jamas ha conocido: feliz y al cuidado de bondadosos seres humanos. Ambos emprenderan una aventura epica en una brutal carrera por la supervivencia y la busqueda de un hogar y descubriran que ese lugar solo existe cerca de aquellos a quienes amas; donde se encuentra, en definitiva, tu corazon.

  • El secreto mejor guardado de Jackson (Amar a un multimillonario 1) de Towanda Richardson

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    Cuando Tiffany buscaba su primer trabajo como profesora, no podia imaginar que acabaria dando clase a los reclusos de la prision de Westmoore Fields. Ni que uno de ellos seria Jackson Higgins, con toda la leyenda negra que acarrea a sus espaldas.

  • Tu, mi atraccion favorita (Sweet Love 3) de Lorraine Coco

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    Payton intento entrar en el edificio en el que se encontraba su nuevo apartamento, cargada con una caja, un bolson colgado al hombro y una gran maleta con ruedas. Pero la puerta era pesada y no pudo abrirla mas de un par de centimetros antes de que esta se volviese a cerrar. Por suerte, un hombre de unos cincuenta y tantos anos lo hizo por ella y la saludo dandole una calida bienvenida. --Buenas tardes. Es usted la senorita Payton, ?verdad? --le dijo arrebatandole la caja de las manos. --Si... --repuso casi sin resuello--, la misma. Muchas gracias por la ayuda. Le sonrio abiertamente, admirando al tiempo lo bonita que era la porteria de aquel edificio familiar. Sarah y Matt le habian asegurado que le encantaria vivir alli y empezaba a pensar que no habian exagerado. --No hay de que. Yo soy Irvin, el conserje. Puede contar conmigo para lo que necesite. Daniel y Eric me avisaron de que vendria y me pidieron que la guiase hasta el apartamento. --Irvin, es usted muy amable, pero no sera necesario. Ya tengo la llave. Puedo hacerlo sola --le dijo con gesto decidido. --Como usted desee --concedio el hombre--, pero al menos dejeme que la acompane al ascensor. --Y antes de que pudiese negarse, fue hasta alli y apreto el boton mientras seguia cargando con su caja. Payton espero junto a el mientras ambos, en silencio, aguardaban su llegada. Se sentia algo nerviosa. Habia tenido que buscar un apartamento compartido con urgencia, tras tener varios problemas serios con su casero, y el que Matt dejaba vacio estaba en una zona inmejorable. Era la primera vez que iba a tener que compartir vivienda con dos hombres, pero no le preocupaba demasiado. Eran cirujanos, como Matt, y eso hacia que estuviesen mucho tiempo fuera. Ademas, el hecho de que Sarah viviese tambien en el edificio, le hacia estar mas segura de su decision. Habian congeniado bastante en la boda de Lauren, su mejor amiga y hermana del novio de Sarah, Matt. Aun asi, la experiencia con su casero anterior habia sido tan mala que ahora iba con pies de plomo. Cuando el ascensor pito justo antes de que se abriesen sus puertas, se sintio aliviada. Tenia ganas de instalarse y tener, por primera vez en mucho tiempo, algo de paz. Estaba a punto de entrar cuando tuvo que dar un par de pasos atras al ver como el ser mas horrendo sobre la faz de la tierra, clavaba su mirada azul en ella con desconfianza. La portadora de semejante bicho, una senora octogenaria de expresion adusta, la observo con los parpados entornados. --Buenas tardes, senora Fleming. Buenas tardes, Lucifer --oyo decir al portero. En cuanto a ella, no tuvo tiempo de saludar a la extrana pareja porque la senora hablo primero. --?La nueva del 8B? --le pregunto sin rodeos repasandola de arriba abajo inquisitivamente. --La misma --dijo sin dejarse amedrentar por su tono seco. --Es usted... --La volvio a inspeccionar-- demasiado joven y atractiva --termino por declarar en un tono en el que no supo si la estaba halagando o insultando. Pero finalmente arrugo la nariz como si sus cualidades la convirtiesen en persona no grata--. Espero que no nos de problemas. Su declaracion la dejo alucinada y muda. La vio alzar la barbilla y salir del cubiculo con su gato, dando por zanjado aquel extrano intercambio de presentaciones. Sin embargo, la oyo anadir, farfullando mientras se dirigia a la salida del edificio: --Y mas viviendo con esos dos... ?Verdad, Lucifer? --se dirigio a su gato hablando de ella como si no pudiese escucharla. Algo a todas luces absurdo, con lo que le quedo claro que no le importaba un apice que lo hiciera. Payton abrio los ojos de par en par e hizo una mueca, sin terminar de creer lo que acababa de pasar. --Una senora encantadora --le dijo al portero tras sacudir la cabeza, decidiendo entrar en el ascensor. El hombre se limito a sonreir dejando la caja en el interior. Apenas le dio tiempo a salir del cubiculo antes de que se cerrasen las puertas y ella quedase sola en el interior. Apoyo la espalda en la pared metalica y suspiro. Estaba claro que vivir alli iba a ser mucho mas interesante de lo que habia imaginado. Decidio no tomarse los comentarios de aquella senora como una senal de que mudarse alli no habia sido una buena idea. Tenia que mantener su optimismo. Necesitaba pensar que estaba empezando una nueva etapa en su vida que le reportaria grandes alegrias. Y durante los escasos segundos que el ascensor tardo en llevarla hasta el octavo piso, tuvo tiempo de hacer un repaso rapido y mental a la lista de cosas que tenia a favor. Acababa de conseguir su propia seccion en la revista para la que trabajaba desde hacia tres anos como redactora: Revolution, la mejor publicacion femenina del momento. Adoraba trabajar alli porque sentia que estaba en un medio en constante crecimiento. Y tras su <>, con una proyeccion inmejorable en el trabajo. Su labor tambien le habia reportado un grupo de amigos y companeros muy agradables con los que llenar su vida social en un lugar tan vertiginoso como Manhattan, que en nada se parecia ni a su Austin natal, ni a Rhode Island, donde estaba ubicada la universidad de Brown. Echaba de menos a Lauren, su mejor amiga, pero estaba viviendo su sueno. Un sueno que el ser siniestro y despreciable de su anterior casero habia amenazado con hacer anicos. Habia aprendido la leccion y conseguido esquivar esa peligrosa bala, descubriendolo a tiempo. Habia escapado de su antiguo apartamento, como alma que lleva el diablo, en mitad de la noche y sin mirar atras. Tuvo que mudarse a un hotelucho durante varias semanas tras encontrarse en la calle, pero por suerte, en la boda de su mejor amiga, habia descubierto que Matt dejaba su increible apartamento en una de sus zonas favoritas de la ciudad: el West Village. Tenia el centro de la ciudad a veinte minutos en metro y el edificio era una pasada. No iba a estar sola, como en el anterior, y tendria que acostumbrarse a compartir espacio con dos hombres, algo que no habia hecho desde que abandono la casa de sus padres y con ellos a sus cuatro hermanos: una chica menor, y tres chicos mayores que ella. No recordaba la convivencia como un sencillo paseo; sus hermanos eran lo peor. Y ese fue uno de los motivos de decidirse a estudiar en la otra punta del pais. Preferia su independencia, pero a veces no importa lo que uno desea, sino saber adaptarse a las circunstancias. Y eso era lo que hacia ella, adaptarse y pagar por sus malas decisiones del pasado. Tampoco era algo definitivo, se dijo cuando la puerta del ascensor se abrio y, arrastrando la maleta, la saco del cubiculo metalico, coloco sobre esta la caja y se acomodo el bolson en el hombro. Comenzo a caminar por el pasillo mientras miraba los numeros de las puertas, recordandose que por malo que fuese lo que se iba a encontrar, era cien mil veces mejor que lo que habia dejado atras y que en pocos meses podria permitirse alquilar un espacio solo para ella. Con todo aquello en mente llego hasta la puerta junto a la que se podia leer en letras doradas, 8B. Saco la llave del bolsillo trasero de sus vaqueros y tomo aire un par de veces, mirandola antes de introducirla en la cerradura. <>, se dijo a si misma y, tras girarla un par de veces, entro en el que se convertiria en su nuevo hogar durante los proximos meses. La puerta daba a un pasillo que hacia las veces de recibidor. Alli solo encontro un perchero, vacio salvo por un juego de llaves que colgaba solitario de uno de los ganchos. Dejo caer el pesado bolson y solto la maleta con la caja para tomarlo con los dedos. Tenia un llavero en el que se leia: <>. Pero a ella no se le daba bien obedecer, asi que siguio haciendolo con una sonrisa en los labios. ?Que tenian de especial esas llaves? Encogio la mirada, pero sin cambiar el gesto sacudio la cabeza. Dejo el equipaje en la entrada y se dispuso a inspeccionar el apartamento aun con mas curiosidad. Y lo que encontro a continuacion la sorprendio bastante. El salon era amplio, pintado de blanco salvo por un par de paredes que mantenian el ladrillo original, rojo y desgastado. Las paredes estaban decoradas con cuadros de laminas en blanco y negro. El mobiliario era contemporaneo, eclectico, y en el se combinaban varios colores dando una sensacion acogedora. Estaba presidido por un gran sofa gris, con dos butacas a los lados, una blanca y otra morada que la enamoro al instante y en la que se imagino acomodada con un buen libro. Era una habitacion espaciosa y muy bien iluminada con tres ventanas altas. En la pared del fondo habia una chimenea con pinta de hacer decadas que no se usaba y en la que ahora habia una pila de libros. En realidad, le sorprendio la cantidad de ellos que habia dispersos por toda la estancia. Los habia en las estanterias de madera de las paredes, distribuidos sobre distintos muebles y en un cesto de mimbre junto al sofa. Era un lugar agradable, sin el aire excesivamente masculino que habia supuesto. Tampoco esperaba que hubiese tanto orden. Paso un par de dedos por la superficie de cristal de la mesita auxiliar que habia frente a ella y comprobo que estaba impoluta. Fruncio el ceno. Ella no era tan limpia ni de lejos. Esperaba que eso no fuese un problema. Con esa duda se adentro en la siguiente habitacion, la cocina. Le encanto. No era una gran cocinera, pero tenia tres o cuatro especialidades que solia cocinar cuando estaba estresada, y aquel espacio estaba equipado con todo lo necesario. Habian pintado el ladrillo de blanco y este combinaba con muebles del mismo color y encimeras de madera clara. Los electrodomesticos eran de acero y una mesa blanca, con ruedas, hacia las veces de isla, flanqueada por un par de taburetes. Tambien alli estaba todo limpio y recogido. Enarco una ceja y fue hasta el frigorifico. Y al abrirlo, sonrio. Estaba dividido en dos secciones claramente diferenciadas. La de la izquierda, llena de comida basura, precocinada, restos de pizza y otras cosas que no supo identificar. El lado de la derecha era diametralmente opuesto; productos frescos, muchas frutas y verduras, carnes y pescados, lacteos desnatados y zumos. Eso si, la zona inferior estaba llena de botellines de cerveza, que ademas eran de su marca favorita. Cerro la nevera y fue hacia el pasillo donde se encontraban las habitaciones y el bano. Este ultimo fue el primero que hallo. Tenia banera, algo que le encanto. Era sencillo, con un buen espejo y estaba igual de limpio que el resto de la casa. Al salir se dio cuenta de que, sobre la madera blanca de una de las puertas, habia un papel pegado en el que se leia: <>. Volvio a sonreir. Estaba a punto de entrar en su cuarto cuando vio que uno de los otros tenia la puerta abierta, no lo pudo evitar y asomo la cabeza. Una gran cama presidia el dormitorio en el que predominaban los tonos verdes y tierra. En la pared del cabecero habia un cuadro enorme con una de esas preciosas vacas escocesas de pelo largo. Le gustaba, era acogedor. La otra puerta estaba cerrada y no intento siquiera abrirla. Fue directamente a la suya y al girar el pomo, se sintio en casa. Era un dormitorio sencillo de cama doble y muebles de madera. Las paredes blancas y una butaca morada, gemela a la que le habia enamorado del salon. Ubicada en una esquina, era perfecta para dejar sus cosas cada dia. El armario era amplio y tenia una comoda de gran tamano tambien. Por lo demas, el cuarto estaba vacio y carente por completo de decoracion, pero cuando ella le diese su toque, haria de el un lugar perfecto. Su lugar perfecto, penso antes de tirarse de espaldas sobre la cama y suspirar aliviada. CAPITULO 2 Puso su lista de reproduccion en el movil y con ayuda de Bruno Mars apenas tardo un par de horas en sacar todas sus cosas y colocarlas. Eso la dejo en mitad de su cuarto, con media manana libre, algo que no le habia sucedido en mucho tiempo. No estaba acostumbrada a estar ociosa y se puso a maquinar. Estaba claro que limpiar no era necesario, habia hecho la colada antes de ir hasta alli y tenia el articulo de esa semana terminado. Podia haberse dedicado a investigar un poco sobre la idea que tenia para el siguiente, pero lo cierto era que hacia un dia precioso y se moria por conocer la zona. Tampoco le vendria mal recorrer el barrio, hacer algo de compra y localizar su futura nueva cafeteria favorita.

  • Una fotografia para Victoria de R. Cherry

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    ?Que pasa cuando tu vida da un giro de ciento ochenta grados? Todo cambia, ?no? Pues eso es lo que le ha ocurrido a Victoria, despues de mucho esfuerzo y dedicacion ha tenido que abandonar su amado Boston para llegar a San Francisco, donde le esperara una empresa llena de gente que no hara mas que traerla de cabeza. Por casualidad, Victoria conocera a un hombre de ojos miel: Samuel, tan terriblemente atractivo como inteligente, casi perfecto, o eso cree ella... Lo que no sabe es que, en su camino se cruzara un misterioso hombre, el mismo que despertara su curiosidad y, la envolvera en una enigmatica nube que provocara a todos sus sentidos.
    ?Descubrira Victoria quien ese hombre? ?O sera Samuel quien la conquiste?

  • Rio Fugitivo de Edmundo Paz Soldan

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    En la ciudad boliviana de Cochabamba una clase de muchachos inicia su ultimo curso en el Don Bosco, un colegio privado y catolico al que asisten sobre todo hijos de familias acomodadas. Las borracheras, los primeros escarceos con las drogas y el sexo, las fanfarronadas, y las continuas faltas de disciplina son algunos de los ritos de paso con que los alumnos intentan, sin saberlo, afirmar su individualidad y liquidar su adolescencia.

  • Contigo es todo de Carmina D.

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    Odiaba esto. No habia nada peor que hubiera experimentado en toda mi vida que tener que visitar a mi hermano en el hospital. Ni siquiera sabia -nadie sabia- si Julian iba a salir adelante o no. Cada vez que venia aqui, era un gran signo de interrogacion sin respuesta aparente. Y aun con todo eso, amaba a mi hermano. Creia en el y queria que mejorara. Asi que segui viniendo a verlo, a pesar de que estar aqui era muy dificil, por no decir otra cosa. La vista del vestibulo del hospital se cernia sobre mi mientras la gente iba y venia, algunos en camillas y otros en sillas de ruedas. Julian no merecia este destino, no merecia tener que estar aqui. Mi hermano era grande, ruidoso y carinoso, era de los que hacia una broma de todo, su alegria llenaba los espacios, nada lo perturbaba, nada lo sacaba de su centro. No pertenecia a un lugar como este, sin importar cuan amables fueran las enfermeras o cuan vanguardista fuera la tecnologia. No deberia estar quieto, con tubos entrando y saliendo de el, luchando por su vida. Este no debia ser su destino. Pero lo era, y ese era un golpe demasiado duro para mi. Me trague mi depresion y reuni todo el coraje que pude, pero aun asi arrastre los pies cuando entre al hospital y volvi a subir a su habitacion por lo que me parecio la milesima vez. El ascensor hubiera sido mas facil, pero necesitaba mantenerme en movimiento hasta que lo viera. Los ascensores estaban empezando a sentirse un poco claustrofobicos. Llegue a su habitacion y atravese la puerta con determinacion y una actitud fabricada para disimular mi verdadero estado. --Julian, no creerias esta nueva…-- Su cama estaba vacia. Oh, Dios, ?que habia pasado? --!Enfermera, enfermera!-- Corri a la pequena estacion de enfermeras a unos pasos de la puerta de Julian. --?Que le paso a mi hermano? ?Por que no esta en su habitacion? --Oh, Mila, calmate--, dijo una de las mujeres, levantandose de su escritorio y abrazando mis hombros. Su tono y la forma en que me dio palmaditas en la espalda como si fuera una nina me hizo saber que todos aqui estaban hartos de la frecuencia con la que me asustaba y sobre reaccionaba. Pero no era algo que podia evitar, se me conocia por decir lo que pensaba y por estar un poco nerviosa e hiperactiva sin importar la ocasion, y ?quien podria culparme por estar preocupada en una situacion asi? Me alegre de que las enfermeras fueran amables, pero empezaba a darme cuenta de que les estaba poniendo los nervios de punta. --Esta bien--, continuo la enfermera. --Acaba de ser trasladado a otra habitacion del hospital. Respire un tembloroso suspiro de alivio y me limpie los ojos. Me llevo a otra estacion en un costado. Mientras yo me quedaba parada esperando, haciendo todo lo que podia para ser paciente -lo cual ciertamente no era mi fuerte-, ella hojeo algunos papeles y se puso a hacer clic en su computadora. Mila, deja de ser debil. Tienes que ser fuerte. Si algo hubiera pasado, habrian llamado a la familia. Respira. Julian estara bien. Luego podras reganarlo de nuevo por su molesta tendencia a dejar la tapa del inodoro levantada. -Me dije mentalmente para tratar de calmarme. Esto no era justo. Julian era un buen tipo, y un hermano increible aun que dejara el bano hecho un desastre. --Aqui vamos, esta en el ala norte del hospital, en la habitacion 24B. Te llevare alli. Puede ser confuso tratar de llegar a esa ala del hospital. Vamos carino. Ella me sonrio, su humanidad la hizo ver suave-o tal vez estaba feliz de deshacerse de mi- pero, de cualquier manera, yo estaba agradecida. Le devolvi la sonrisa. --Gracias. En el camino, la enfermera empezo a hablar de su familia. Supongo que fue para calmar mis nervios. Cada palabra que decia me entraba por un oido y salia por el otro. Trate de prestar atencion mientras ella me contaba algo sobre sus planes para el fin de semana, incluyendo una barbacoa familiar, y luego me pregunto cuales eran mis planes. Tuve una vision de tunel, pensando que estaria aqui todo el fin de semana, por supuesto. Todo lo que me importaba era mi hermano. Ya era bastante dificil que mama y papa estuvieran demasiado ocupados para venir a verlo. Pero si tuviera que cuidar de el yo sola, lo haria. El Senor sabia que me cuidaba con suficiente frecuencia, era un hermano muy protector conmigo. Y siempre necesitaba de el para sentirme mas segura de mis acciones, asi que, era habitual vernos juntos o que yo le pidiera consejos, sobre todo. --Bien, estamos en el ala norte, y su habitacion esta al final del pasillo. Avance rapido siguiendo la direccion que me indico, contando las habitaciones a medida que pasaba por cada puerta. Alli. Lo encontre. Le hice senas a la enfermera y ella se despidio con su mano antes de girarse para volver a su puesto. Tal vez nunca se habia enfadado conmigo, y todo estaba en mi cabeza. Parecia que me estaba volviendo loca debido a la ansiedad ultimamente. Tire de la puerta y entre. --!Julian! Ahi estas. No respondio. Sabia que estaba en coma, pero cada vez que hablaba con el, sentia que era mas cercana la esperanza de que se despertara y me contestara. Despierta, por favor, despierta pronto. Le limpie el pelo de la frente a un lado. Los moretones estaban bajando, y parecia tranquilo. Dijeron que no tenia ningun dolor, y me aferre a esa tranquilidad. Moriria si supiera que estaba sufriendo. Me acomode en la silla junto a su cama, poniendome comoda para una larga visita. --Asi que, queria que supieras que estoy probando algunos trucos con los tragos en la barra-- dije, tomando su mano. --Es en un club de striptease raro, pero no soy una de las chicas que baila. Lo juro. Su mano estaba caliente, un buen recordatorio de que estaba vivo y que aun podia volver a mi. --No gano dinero como ellas, pero la paga es decente y las propinas tambien. Pero tuve que dejar la universidad. El dinero ha estado un poco escaso en la casa. Pero volvere, ?de acuerdo? Asi que no me grites por abandonar. Es solo temporal. Le frote la mano y mire los monitores y las maquinas que estaban conectadas a el. --Estamos demandando a la persona que te choco--, continue, --pero los tribunales se estan tomando su tiempo. Hacemos todo lo que podemos. Pero estaras bien. Y si ganamos tal vez tengamos una casa mas grande y tu tengas tu propio bano para estropear todo lo que quieras-- Sonrei. ?A quien estaba enganando? No habia forma de que pudiera sentarme aqui y fingir que era la Srta. Risitas. Tenia un corazon, y estaba siendo apunalado repetidamente. Ojala hubiera podido evitar que saliera esa noche. ?Pero como iba a saber que lo iban a chocar? Comence a tararear y luego a cantar una cancion. --Don't worry, be happy... La cancion era tanto para mi como para el. Necesitaba recordarme a mi misma que preocuparse no servia de nada. Pero mientras continuaba cantando, no pude evitar sonreir nuevamente. Era raro tratar de no reirme en una habitacion de hospital, en una de mis horas mas oscuras. Sin embargo, tambien era gracioso que yo estuviera cantando, porque Julian siempre se burlaba de que yo no tenia oido para la musica. Cuando eramos pequenos me gritaba: <>, y yo seguia adelante, solo para seguir molestandolo, que era mi trabajo como su hermana. Era un juego que haciamos a veces, en largos viajes en coche cuando estabamos aburridos, o mientras pescabamos en el arroyo. Me decia que dejara de cantar porque ahuyentaba a los peces, decia que tendria que alejarse de mi porque mi voz era muy mala y le daria dolor de cabeza. O le diria a mama y papa que me echaran del auto por someter a todos a mi horrible voz. Aunque era una broma exagerada y desproporcionada, sabia que tenia razon, que no podia cantar para salvar mi vida. Pero ahora esperaba poder cantar para salvar la suya. Sabia lo ridiculo que sonaba, pero tenia que concentrarme en algo para no volverme loca. De repente, hubo algunos golpes suaves en la puerta. Me relampaguee -otra frase que Julian me decia que hacia mientras cantaba- y me di la vuelta para ver a un hombre de mediana edad con un traje de tres piezas entrando. --Tu debes ser uno de los Foster. Esta relacionada con Julian Foster, ?correcto? ?Como estas?--, pregunto. --Si, soy Mila. Su hermana. Y supongo que estoy bien.-- Mire hacia atras a Julian y a su gran cantidad de maquinas, queriendo preguntarle al tipo como pensaba que yo estaba, pero no dije nada. A veces se necesitaba todo lo que tengo para contener mis comentarios sarcasticos. --Lo siento, acabamos de mudarnos a esta ala--, le dije. --?Quien eres tu?. --Soy de la administracion del hospital--, hablo bruscamente. --Srta. Foster. Me gustaria que me diera mas informacion sobre el seguro de su hermano, si es que sabe. --Ya tienen su informacion-- Me puse un poco nerviosa --Lo se--, dijo, frunciendo el ceno, --pero ese seguro nos ha llamado recientemente, para decirnos que ya no podia cubrir sus necesidades medicas. Salte de mi silla. --!Eso es imposible! !Todavia esta en el seguro de nuestros padres! ?Que hay del hombre que lo choco? Tambien lo trajeron aqui, ?verdad? ?Por que no le preguntas a el?. El hombre reviso su portapapeles. --Lo siento, Srta. Foster. Pero el fallecio esta manana. No podia comprender porque estaba pasando todo esto, mi corazon comenzo a latir fuertemente en mi pecho, queria gritar y llorar, pero en el fondo de mi sabia que este no era el lugar para actuar de esa forma, y tampoco frente a mi hermano. Tenia que salir de aqui. --Permiso-- dije, mientras intentaba dar cabida al mar de emociones que tenia en mi pecho. El otro conductor habia muerto y yo lamentaba eso, por su familia, pero mi hermano estaba donde estaba por su culpa y eso no era todo, ahora resulta que el seguro no cubriria. Pase al lado del hombre y camine tan rapido como pude por el pasillo. ?Por que tuvo que pasar toda esta mala mierda? Este era mi hermano, un hombre bueno con todo el mundo y todo lo que le importaba al hospital era el maldito dinero. Me tope con gente, tropece con la pierna de una persona, pero no importaba el obstaculo que se interpusiera en mi camino para frenarme, tenia que salir de este hospital. No podia sentarme alli con Julian sabiendo que el pensaria que era una cuenta mas que teniamos que pagar. Que frivolo era todo cuando su vida estaba en juego y todo se resumia a la cantidad de dinero que podiamos conseguir. Por primera vez desde el accidente, esperaba que no pudiera oir lo que sucedia a su alrededor. No queria que se enterara de que no habia dinero para ayudarle a mejorar, porque entonces podria darse por vencido. Capitulo 2 Mila Cuando llegue a la parada del autobus, me puse a llorar. Saque mi telefono celular y a traves de mi vision borrosa, presione el boton de marcacion rapida para mi padre. --Hola, carino. ?Como estas?--, pregunto el. --!Papa! El hospital dijo que el seguro ya no cubre lo de Julian. Dijeron que el seguro lo dejo. Y el tipo que lo choco esta muerto. Suspiro, dejando un momento de silencio entre nosotros antes de responder. --Mila, querida, ya lo sabia. Estamos tratando de llegar a un acuerdo, tu madre y yo. Mi agarre alrededor del telefono se intensifico. --?Que? ?Lo sabias y no me lo dijiste?-- Mi voz temblo. --Lo visito todos los malditos dias. ?Soy la unica persona que viene a verlo y no me lo dijiste? --Mila, por favor--, dijo cansado. --Tu sabes... Colgue. Odiaba cuando mi padre tenia ese tono condescendiente, y sabia que no valia la pena pelear con el. Me dolio que no confiara en mi para informarme sobre las cosas importantes que pasaban, pero ya habia aprendido que no podia hacer nada al respecto. El autobus llego y abrio sus puertas. Lo mire en blanco. Todavia no podia superar toda la informacion, habia estado protegida por Julian y ahora estaba sin el, mis padres no me incluian en esto y mi hermano necesitaba dinero, necesitaba tener todas las condiciones para vencer a la muerte. Dios, todo esto era demasiado. Era una mujer adulta, pero siempre al alero de la proteccion de mi hermano. Nunca tuve la necesidad de enfrentar las cosas, de ser fuerte o de tener que solucionar algo tan grande. Me arrastre en el autobus y pase mi tarjeta de transferencia por la maquina. Mi cuerpo se sentia sin vida. Mi familia se habia desmoronado despues del incidente del coche, y estaba empezando a pensar que no iba a volver a se la misma nunca. En lugar de regresar a casa, me detuve en los servicios sociales locales y obtuve un monton de papeles que contenian informacion de lugares que ayudaban con las facturas medicas. Una breve resena, sin embargo, no hizo sino aumentar la tristeza y la perdicion ante mis ya terribles noticias. Medicaid no iba a cubrirlo, no podiamos permitirnos una nueva poliza privada, y las iglesias que estaban en la lista solo ofrecian atencion medica de hasta cien dolares. Tire los papeles y opte por ir caminando al trabajo para despejar mi mente. Todo va a estar bien. Julian podria despertarse y salir de esto. Siempre ha sido un bastardo con suerte. Realmente necesita hacer una de sus acrobacias mas grandes de la vida ahora. Estaba recordando cuando eramos pequenos y Julian me llevo a dar un paseo en la ATV de nuestro primo. Iba demasiado rapido y se estrello contra una valla. Ambos salimos volando del vehiculo, pero Julian permanecio ileso, mientras que yo termine en el hospital con un brazo roto. En ese momento, yo habia estado enojada con el por ponerme en peligro sin experimentar ninguna consecuencia. Siempre pense que nunca aprenderia. Pero ahora, mirando hacia atras, no puedo evitar sonreir un poco por su suerte, y espero que continue ahora en su edad adulta, cuando mas lo necesita. Diez minutos mas tarde habia llegado finalmente a mi trabajo, lo que me dio un poco de consuelo. Al menos tenia algo mas en lo que concentrarme. Tan pronto como entre en el bar, mi jefe me miro, levantando una ceja. --Bueno, hola, Mila. Llegas media hora antes. ?Puedo ayudarte en algo?. --Hola Sr. Eliott. Solo queria venir temprano--, le dije. --No tengo nada mas que hacer. --Hmm, bueno, esta bien. Sabes que no pago horas extras. Senalo con su cigarro, y unas cenizas cayeron al bar. Mi jefe era un tipo duro, por asi decirlo, al que le gustaba declarar con orgullo que se habia registrado en la ciudad con su bar de puros para obtener una licencia especial, para que nadie pudiera decirle que no podia fumar su cigarro en su propio establecimiento. Una tonteria que solo para el parecia importante. Agite la cabeza y busque un trapo para limpiar las cenizas. --Si, lo se. Trabaje en el bar, limpiando botellas y vasos de chupitos. Al Sr. Eliott no parecia importarle, siempre y cuando yo no fichara todavia. Una vez que mi turno comenzo oficialmente, comence a preguntar a los clientes que les gustaria beber. Al final de la tarde me acomode mientras caminaba de un lado a otro, sirviendo cerveza, mezclando cocteles y tratando de conversar un poco con los clientes. Era dificil en un lugar como este, donde el tipo de charla que querian hacer incluia las palabras: <<Muestrame tus tetas>>. Por mas que lo intente, no podia olvidar la situacion de mi hermano. La cara pacifica de Julian en mi mente me destrozo. ?Cuanto tiempo pasara hasta que lo saquen de la maquina? ?Podrian hacer eso? ?Era legal? No podia ver en que se diferenciaria esto de un asesinato si mi hermano moria por falta de dinero. Mientras mi mente se perdia en un monton de interrogantes, una de las bailarinas se sento en la mesa del bar y saco un fajo de billetes. Comenzo a contarlo, y no pude evitar mirarlo como si fuera un faro de luz. Sabia que ganaban dinero. Pero automaticamente lo asocie con la cantidad de dinero suficiente para pagar las cuentas medicas. --Karen--, le pregunte, dandole un trago de tequila, que sabia que era su favorito. --?Es eso lo que puede hacer una bailarina en una semana? Ella empujo sus labios a un lado, pensando, y lanzo su trago por la garganta. --En realidad no. Quizas si eres nueva. Hice esto anoche, estaba demasiado ocupada para contarlo. El Sr. E. saca doscientos por noche y nosotros nos quedamos con el resto. Se me salieron los ojos de las orbitas. --Espera, ?el se lleva doscientos y todavia te queda todo eso?. Ella se rio. --Si. Asi no tenemos que preocuparnos por un porcentaje. Mis ojos se detuvieron en el dinero por un segundo. Sacrificio. Fue lo primero que pense. Habia que hacer un sacrificio. Ahora, lo que pasaba por mi mente era una solucion a todos mis miedos. Yo sabia que tenia que hacer algo y justo ahora esta en mi mesa la respuesta. Al menos esta era la unica solucion rapida que tenia en mis manos. Sin pensarlo mas y convencida por la cantidad de dinero que vi en las manos de Karen. Le di un ultimo trago a cuenta de la casa y fui a la oficina del Sr. Eliott. --Oiga, ?jefe?-- Le pregunte, espiando con mi cabeza en su oficina. --Adelante, Mila. Entre y me sente frente a su pequeno escritorio. --?Que pasa?--, pregunto. --Sabia que algo te pasaba hoy. --Quiero ser bailarina-- solte. Lo dije con prisas, antes de que pudiera cambiar de opinion. --?Quieres bailar para mi?-- Sonrio y se volvio a meter el cigarro en la boca. --Ya era hora de que me lo pidieras. ?Quieres saber cuantos hombres han preguntado si ibas a salir de detras de esa barra y subirte a un poste? --Tal vez prefiera no saberlo… Pero me encantaria empezar cuanto antes. Esta noche si usted quiere. Se levanto e hizo un gesto para que lo siguiera. Me llevo a otra parte del edificio en la que nunca habia estado antes; era el area de las bailarinas. Habia armarios y mucho espacio en el mostrador con espejos en la parte superior, con el maquillaje derramandose sobre todas las superficies. Los diminutos y brillantes pedazos de ropa que llevaban estaban colgados en bastidores, asi como colgados en las sillas. Los que ya habian usado en el escenario habian sido claramente arrojados a favor de un nuevo atuendo, y llenaron el piso, junto a toneladas de tacones altos. Quiero enfatizar, tacones muy altos. --Vistete con la menor ropa posible, puedes usar cualquier cosa aqui. Ya que eres nueva, me quedare con el 15% hasta que des un paso adelante y mejores. Me agarre a mi camisa. --Gracias, Sr. Eliott. Realmente aprecio esto. Asintio con la cabeza. --Dime, siempre has sido la dulce chica de modales suaves aqui, la chica a un costado y todo eso, ?que te hace querer hacer esto? --Bueno, el seguro medico para mantener a mi hermano en el respirador dejo de cubrirlo, asi que…. --Ya veo-- Agito la cabeza, su cigarro se tambaleo de un lado a otro. -- Malditos hijos de puta codiciosos. Les gusta recaudar dinero, pero no quieren pagarlo. Mi abuelo fallecio asi--, me dio una palmadita en el hombro. -- Estaras bien. Sal y baila un poco. Eso te ayudara a alegrar tu estado de animo y a llenar tu cuenta bancaria. Y la suya tambien. --Gracias, Sr. Eliott. Se fue a su oficina y yo me quede quieta en medio de la habitacion como un poste fuera de lugar. --Esto es muy poco--, murmure para mi misma, recogiendo una tanga. Pero no era diferente a un traje de bano, ?verdad? Bien, sigue diciendote eso…. --Hola, ?que haces aqui atras?-- pregunto Karen, apareciendo detras de mi. --Ahora soy bailarina--, dije, encogiendome un poco de hombros. --?En serio? ?El Sr. E. te dejo entrar, asi como asi? Vaya, que rapido. Me hizo una audicion para el y me dijo que engordara un poco. Dijo que a los chicos de aqui les gustan las mujeres con carne en los huesos y que yo era demasiado flaca. Que maldito, ?verdad?-- --Si, eso es grosero--. Respondi con autentica empatia. Me senti mal por ella. Pero por una vez, ese peso extra que nunca pude bajar parecia haber funcionado a mi favor y no en mi contra. Karen se sento en su estacion de maquillaje. --No importa. Nunca subi de peso porque mi metabolismo es bueno sin importar cuantas hamburguesas coma.

  • Los planes del club Bilderberg para Espana de Cristina Martin Jimenez

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    ?Fue la Transicion tal como nos la contaron? ?Que papel desempeno en ella el Club Bilderberg, ese elitista y selecto grupo compuesto por algunas de las personalidades mas influyentes del mundo? ?Quien ha tomado realmente las decisiones politicas mas importantes y trascendentes en las ultimas cuatro decadas en Espana? ?Los Gobiernos elegidos democraticamente en las urnas o el Club?

    Nadie hasta ahora se habia atrevido a investigar los vinculos que unen, desde hace mas de cuarenta anos, a Espana con el Club Bilderberg. Cristina Martin Jimenez, tras el exito de Perdidos y El Club Bilderberg. Los amos del mundo -libros que ya explicaban su funcionamiento y senalaban a algunos de los maximos responsables de este Club-, recurre a los documentos desclasificados por la Agencia de Seguridad Nacional y la CIA para demostrarnos y explicarnos una realidad diferente a la conocida hasta ahora. Seremos testigos, por ejemplo, de como Henry Kissinger y Giscard d’Estaing, destacados Bilderberg, actuaron activamente en nuestra politica o como la situacion geopolitica y geoestrategica de Espana ha hecho que nuestro pais siempre estuviese en el punto de mira de los mas poderosos.

  • Me alquilo para el 14 de febrero de Helena Lago

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    Helena Lago nunca deja de sorprenderme. Es una de esas personas que esconden suenos en el puno de la camisa para lanzartelos cuando menos te lo esperas. Una de esas personas magicas con las que empiezas hablando de como auto publicar un libro en Amazon y acabas queriendo unir tu vida a la suya para siempre, de cualquier manera, en cualquier punto del planeta. Asi es ella. El otro dia nos estabamos tomando un cafe y debatiamos... no se de que, de veras ni lo recuerdo. Creo que hablabamos de la tormenta que habia sacudido su Sevilla natal esa manana, que nos desperto a todos sin aviso previo. Estabamos charlando sin ningun otro proposito que pasar el rato cuando, de pronto, entre un sorbo y otro, me dice sin venir a cuento: "Escribeme un prologo". Y lo dice como quien pide otra ronda o la cuenta al camarero. Me dieron ganas de apuntarme el pecho con el dedo y preguntarle: "?A mi? ?Lo dices en serio?". Confieso que no tengo ni idea de como se escribe un prologo. Ni soy una erudita en el tema ni he tenido antes el privilegio de asomar mis palabras entre las de otra escritora. Me encantaria saber las pautas a seguir para hacer justicia al compendio de relatos que tenemos entre manos, aunque mucho me temo que, para hacerlo, tendre que dejarme guiar por el corazon y no por un simple manual de instrucciones. Lo primero que hay que saber de Helena Lago es que estamos ante una autora que no aporrea el teclado, sino que baila sobre las letras como si ellas fueran un precioso lago sobre el que estuviera a punto de deslizarse con unas cuchillas perfectamente afiladas. Sus relatos llenos de luz desprenden una sensibilidad como pocas veces he visto en otras autoras. Una sensibilidad que, huelga decirlo, es marca de la casa, porque Helena no solo impregna su obra con ella sino que lo hace tambien con absolutamente todo lo que toca. Es como si su corazon estuviera directamente conectado a las yemas de sus dedos y cuando escribe no sale de ellos una simple concatenacion de palabras, sino una especie de pentagrama de los sentimientos. Sus personajes femeninos son reales y vulnerables. Los hay fragiles como el diente de leon que esta a punto de ser arrastrado por el viento y fuertes como las raices de un arbol. Helena pinta y colorea a todo tipo de mujeres cada vez que se sienta a escribir y lo hace de tal manera que cualquier persona que la lea se sentira intimamente conectada a las emociones de sus personajes. Tras haber leido los relatos que componen Me alquilo para el 14 de febrero y otros tantos que estan por venir, no me cabe ninguna duda de que estamos ante una de las voces mas delicadas y preciosas de la literatura espanola contemporanea. Un secreto muy bien guardado que se nos presenta con esta antologia de relatos y que estoy segura de que, en el futuro, nos sorprendera con obras igual de preciosas. El mundo LGBT esta de enhorabuena por contar con ella entre sus filas. No. Miento. Me atrevo a decir que el mundo, en general, celebrara su puesta de largo en la literatura. Y yo tengo ademas la suerte de compartir mis dias, suenos, planes y vida con esta magnifica autora. Pasen y lean. Emma Mars Instrucciones para querer a Amy Gibson El telefono no para de sonar y aun estoy sentada en la terraza decidiendo si responder o no. Seguramente se trata de mi amiga Caroline que, como es domingo, se aburre y necesita desconectar un rato de Peter y los ninos. A veces me siento utilizada por ella, cuando tuvo a sus hijos quiso centrarse exclusivamente en su maternidad y experimente una absurda sensacion de abandono, pero suele llamarme semanalmente para saber como estoy, aunque siempre habla ella. Caroline es morena, tiene un fuerte temperamento y a menudo es mejor no llevarle la contraria, decirle que si a casi todo y seguir pensando lo que pensaba antes de hablar con ella. Nos conocimos en unos grandes almacenes cuando apenas teniamos catorce anos. Ella, aunque pertenecia a una familia adinerada, habia robado un panuelo de seda y pude verla hurtando aquella prenda preciosa e inalcanzable para nosotras. No quise delatarla, pero Caroline se percato de mi presencia y mantuvo su mirada azul sobre mis ojos oscuros. Note que estaba midiendo mi lealtad, estaba retandome. Me di media vuelta y sali del establecimiento sin decir nada. Al cabo de unos minutos adverti sus pasos detras de mi, me agarro del brazo y quiso invitarme a un polo de limon. Que tonteria. Pese a que no me fiaba de alguien como ella, accedi educadamente. Para mi aquel verano estaba siendo largo y aburrido, que mas daba compartir un rato con aquella desconocida. Fue su manera de agradecerme el silencio. A partir de aquella tarde nos hicimos amigas. Las mejores. Quiza porque ella siempre me necesitaba, mi templanza y mi prematura madurez contrarrestaban su alocada tendencia a desobedecer las normas de los adultos. Ella siempre se reia de mi gusto por la musica clasica o por la poesia. A mi no me importaba, sabia que en el fondo me queria a su manera. Pero no me apetecia cogerle el telefono. Escuchar sus problemas maritales de nuevo, asegurandome que esta vez piensa divorciarse de Peter porque no la escucha lo suficiente, o que repita que sus hijos crecen demasiado deprisa. En un dia como hoy, podria deprimirme profundamente. Tambien es posible que se trate de Jack. Puedo imaginarmelo muy bien, sosteniendo un cigarrillo entre sus labios, su esposa cocinando cualquier plato complicado a esas horas para hacerle muy feliz y la television encendida, como siempre. Jack habria terminado de leer por cuarta vez el periodico y querria pasar el rato conmigo. Me invitaria a tomar algo en el centro, por supuesto el se ofreceria a recogerme en coche y yo declinaria su oferta porque prefiero ir andando. Insistiria en que nos viesemos en esa cafeteria del hotel que hace esquina y yo terminaria cediendo, incluso podria llegar a emocionarme y abriria el primer cajon de la comoda del dormitorio para elegir mi ropa interior. La ilusion me duraria unos cinco minutos; al cabo de ese tiempo, volveria a sentirme vacia y culpable por no haberme negado en rotundo. Jack trabaja conmigo en una galeria de arte de las afueras de la ciudad, yo cobro menos que el, trabajo mas horas que el y aun asi todas le acabamos sonriendo amablemente cuando aparece a las once de la manana para preguntarnos por las piezas que se han vendido. A fin de cuentas, el es el encargado de que aquello funcione, y como relaciones publicas es bueno. Pero no lo soporto cuando frunce el ceno, fingiendo que esta a punto de decir una frase legendaria y termina soltando una carcajada y una estupidez al mismo tiempo. Rara vez tolera que otra persona tenga una opinion diferente a la suya, o que una mujer sepa de algun tema con mayor profundidad que el. Empezamos a acostarnos hace tres meses y medio. La primera vez estaba borracha, nunca bebo y esa noche en aquella fiesta ingeri mas alcohol del que mi cuerpo admite. A partir de aquel dia, el me mira con sus ojos enormes de lobo y me suele decir: --Guardare este secretito nuestro siempre y cuando me prometas que volveremos a vernos. Por favor, por favor --y junta sus manos como implorando. Aquellas formas suyas tan manipuladoras e infantiles me ponian enferma, pero aun asi iniciamos una relacion mas o menos estable, que consistia en tardes o noches de hotel, y conversaciones espontaneas por telefono cuando su mujer estaba entretenida. Desde que empece con el mis companeras del trabajo aseguran que estoy deprimida, y en cierto modo llevan razon, aquel contacto con Jack me entristece muchisimo. Pense en mi madre. Pero mi madre no me llama los domingos porque va al club con sus amigas y cena en casa de mi hermano. A ella le gustan los domingos mucho mas que a mi y desde que me independice, parece guardarme un extrano rencor por haberla dejado sola. Siempre ha sido un poco egoista pero los anos han ido acentuando esta particularidad suya y a veces puedo llegar a detestarla

  • Un coctel con sabor a Barcelona de Angela Franco

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    Tras un conflicto familiar, la mejor salida para Pablo es aceptar la propuesta de su primo Raul e irse por una temporada a Barcelona.
    En la Ciudad Condal no solo encontrara a un grupo de amigos que le haran alli la vida mucho mas facil; tambien se topara con Anna: una chica con mucho caracter, que lo ha pasado mal por culpa del amor y a la que le cuesta tolerar a ese malagueno que el azar no para de ponerlo en su camino. ?El azar?

  • Una extrana en la playa de Marie Hermanson

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    De nina Ulrika paso los veranos en Tangevik, una pequena ciudad costera, junto con su gran amiga Anne-Marie, la hija de los vecinos, hasta aquella noche de San Juan en la que todo cambio para siempre cuando la hermana adoptiva de Anne-Marie, una nina extrana y silenciosa, desaparecio en la playa.
    Veinticuatro anos despues, Ulrika regresa a Tangevik y recorre junto con sus hijos los escenarios de su infancia.

  • El amor no es para tanto de Cassandra Donati

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    ?Que le dirias a tu novio secreto si te propusiera casarte con el el mismo dia en el que presentas en primicia mundial un libro que habla de la caducidad del matrimonio?
    Pero, para desgracia de Francesca Albani, la velada en la que su editorial va a presentar su polemica obra estara cargada con una buena dosis de infortunios y malos entendidos que la obligaran a elegir entre salvar su libro… o su amor.

  • La recepcionista que sabia holandes de Cristina Perez Feito

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    Maria, recepcionista florero de un elegante edificio de oficinas en La Castellana, ve como todo su mundo se viene abajo en un solo dia: pierde su trabajo, su pareja y la casa donde vive en apenas unas horas. “Un cambio de aires no es forzosamente malo”, piensa para consolarse. Pero eso solo es cierto si no te persigue un policia corrupto y la prensa del corazon, si no guardas documentacion de alto secreto en tu zapato y si evitas enamorarte de la unica persona que te esta ayudando en todo ese caos: un tranquilo funcionario del INEM de profundos ojos verdes.

  • El Maestro (Broken Souls 2) de Meghan Reed

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    ?Crees en los cuentos de hadas?

  • El sonido de tu mirada de Inma Cerezo

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    Nathan, una vez superados sus errores del pasado, ha dejado atras lo que es mas importante para el: Los Angeles, su familia, sus amigos y su grupo de rock. Se refugia en la universidad, y lo unico que le llena es seguir componiendo canciones.
    Leah esta a punto de empezar la facultad, y cree que esta nueva etapa, en otra ciudad, con nuevas amigas y junto a sus hermanos, sera emocionante..., pero estos ultimos no tienen pensado perderla de vista, sobre todo si ven algun roquero tatuado revoloteando a su alrededor...
    Ambos se encuentran en un presente plagado de desconfianza y ante un futuro que parece negarse a darles la oportunidad de estar juntos, pero... ?y si el destino tuviera otros planes?

  • La mision encelado de Brandon Q. Morris

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    En el ano 2031, un robot sonda detecta rastros de actividad biologica en Encelado, una de las lunas de Saturno. Este sensacional descubrimiento demuestra que, en realidad, hay pruebas de vida extraterrestre. Quince anos mas tarde, una nave espacial construida a toda prisa emprende el largo viaje hacia el planeta anillado y su luna.

  • El sol tambien es una estrella de Nicola Yoon

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    Natasha: Soc una noia que creu en la ciencia i en els fets demostrables. No en el desti. De fet, no soc la mena de noia que coneix un noi al carrer i se n'enamora perdudament. I encara menys quan la meva familia sera deportada a Jamaica d'aqui a dotze hores…