• libro siete llaves - Noel Romero

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    EL hombre del traje oscuro, marco un numero, mientras caminaba de un lado para otro, en el salon de aquel apartamento. --Dime que lo encontraste, -dijo la voz del otro lado. --Negativo, -respondio-. He registrado en todos lados y no he encontrado nada. ?Estas seguro de que es el? --!Absolutamente!, -chillo la voz-. ?Crees que soy tonto? Tiene que ser. Quedate por ahi cerca y cuando aparezca lo coges y ya sabes lo que tienes que hacer con el. Acto seguido, se oyo el caracteristico bip, bip, bip, indicando que, el que hablaba por el otro extremo, habia colgado. El tipo se arreglo el nudo de su corbata, salio al parqueo y se sento a esperar, pacientemente, el regreso de su victima. Al rato, lo vio entrar al edificio. Era un hombre de unos 50 anos, con el pelo bastante canoso, lo cual coincidia con la descripcion que le habian proporcionado. Espero un poco mas, dando tiempo a que subiera y llegara a su apartamento. Alli lo agarraria facilmente y sin llamar la atencion. Comenzo a subir por las escaleras, cuando, de pronto, la estridencia de la alarma de incendios, estremecio todo el edificio. Al llegar al pasillo, habia gente por todas partes. Se dio cuenta, inmediatamente, que el hombre habia sospechado al encontrar su casa desordenada y habia activado la alarma contra incendios para poder escapar aprovechando la confusion. <>, -penso-. Al final del pasillo habia una ventana y su instinto lo impulso a asomarse por ella alcanzando a ver al hombre, que usando la escalera de emergencia, habia llegado abajo y se alejaba corriendo por el callejon. Uno de sus compinches, se dio cuenta y se lanzo tras de el en una feroz caceria. El perseguido entro en otro callejon, se escondio unos instantes en una cabina telefonica. Vio pasar de largo a su perseguidor y penso que podia tener alguna posibilidad. Salio de su estrecho escondite y echo a correr desesperadamente por el callejon. Vio un auto que venia hacia el a toda velocidad. Se volteo hacia el lugar por donde habia entrado y otro auto venia por ahi. Estaba atrapado. No habia escapatoria posible. El hombre del traje oscuro, salio de uno de los autos y fue hacia el. Otro venia por detras. Un golpe en la nuca y sobrevino la oscuridad. Cuando recobro el conocimiento, estaba atado a una silla en medio de una habitacion mal alumbrada, sin ventanas y sin pintar. Frente a el en el otro extremo de la estancia solo una puerta de la cual colgaba, al parecer para dar suerte, una herradura. Miro a su interrogador, pero su cara no le era conocida. No habia una parte del cuerpo que no le doliera. Le habian propinado una paliza tal que sangraba por varios lugares y tenia un ojo y el labio inferior, hinchados. Entonces recordo los golpes, las preguntas. Tambien recordaba haberse despertado en una furgoneta y luego ese olor a cloroformo en la cara. Al parecer habia perdido el conocimiento y vuelto en si, varias veces. Su torturador se desesperaba porque no estaba obteniendo el resultado esperado. Las instrucciones que tenia el hombre del traje oscuro, eran precisas: conseguir las respuestas, al precio que fuera necesario. Asi que busco una pinza y con mucha sangre fria y sin remordimiento alguno, le saco la una del dedo menique de la mano izquierda. El trapo que amordazaba la boca del torturado, sirvio de amortiguador de los gritos de dolor, que sus pulmones lanzaban desesperados. Aun, asi, no hubo respuesta. Una macabra caja con dos cables terminados en pinzas de cocodrilo hizo su aparicion. Era, segun su inventor, el "extractor de la verdad". Le pregunto a su victima por ultima vez, siendo ignorado, una vez mas. Entonces, aprisiono las tetillas del desdichado con las pinzas, conecto la caja a un tomacorriente y le dio al interruptor. Con calma diabolica, dejo pasar varios largos segundos. En medio de terribles convulsiones, aquel pobre hombre atado a la silla, emitio varios gritos ahogados y entro en un estado semiconsciente. La segunda sesion estaba por comenzar, cuando se oyo una voz fuerte. --!Alto! Ya es suficiente, -dijo el recien llegado, en un tono que denotaba un indiscutible liderazgo. --Pero..., tu mismo me dijiste que... --Shhh, -dijo el jefe llevandose el dedo indice a los labios--. Echo un poco de agua en un jarro y se la tiro a la cara al cautivo, provocando que este despertara y lo mirara. --Nunca pensaste que este momento llegaria, ?verdad?, --le dijo, mientras sostenia la mandibula de su prisionero para que sus ojos quedaran frente a frente. --!Tu!, -apenas pudo pronunciar el torturado. Su mirada demostraba asombro. --Pero... ?como? !Entonces fuiste tu, quien mato a...! -No pudo continuar, pues le sobrevino un ataque de tos, que expelia saliva y sangre por todos lados. --No tienes idea de como di contigo, ?eh? Pues, te lo voy a contar, -dijo el recien llegado y acerco una pequena banqueta, en la que se sento quedando frente al hombre secuestrado-, para que veas que las casualidades no estan escritas y que el amor es la tonteria mas grande que se ha inventado. --Todo comenzo antenoche, -comenzo su narracion el captor-, durante una velada intima, en casa, con unos amigos. Una amiga de mi esposa, que se llama Sofia, relato una historia de amor, como esas tontas, que suceden en las novelas y que conmovio a todos los invitados, pero para mi, fue como una bocanada de aire fresco, al salir de un lugar cerrado y falto de oxigeno. --Resulta que esa tal Sofia, -prosiguio-, visita la tumba de su madre con frecuencia y cerca de alli esta enterrada una senora que ella conocio. Entonces, noto que, desde hace poco, un hombre misterioso, le llevaba flores todos los dias, estaba un rato con ella, llorando desconsoladamente y luego se iba. Y asi todos los dias. Una manana, Sofia y el amante anonimo, tropezaron, accidentalmente, en el cementerio y cuando este se agacho para ayudarla a recoger las cosas que se le habian caido, ella noto un tatuaje que el tenia en el brazo con el nombre de la difunta, pero con una pequena falta de ortografia. El se puso nervioso, se bajo, enseguida, las mangas de su chaqueta y se alejo rapidamente, mientras ella le agradecia. La mujer sintio no haber tenido tiempo para preguntarle acerca de su relacion con la senora enterrada alli. --Al enterarme de lo que decia el tatuaje, -siguio el desalmado-, supe, al instante, que te habia encontrado. Con un poco de mana, logre que mi esposa me dijera el lugar donde estaba enterrada la madre de su amiga. Ayer por la manana fui a esa tumba, pretendiendo ser un doliente, para espiar desde una distancia prudencial y no habian pasado ni 15 minutos, cuando apareciste. Yo no podia dar credito a mis ojos, pero alli estabas, "desolado", junto a la tumba de "tu amor", con un ramo de rosas rojas, llorando como un estupido adolescente enamorado. --Sabes, la vida recompensa a los que saben esperar. Solo tuve que seguirte y averiguar donde vivias. Por cierto que eso de que "todo el mundo tiene su precio", es mucha verdad. Lo que pasa es que el tipo de tu edificio, que nos dio el codigo de acceso y el numero de tu apartamento, puso su precio muy alto y ahora no va a poder disfrutarlo. El resto ya lo sabes, – concluyo. El jefe se volvio hacia el hombre del traje oscuro. --No creo que este vaya a hablar. Por lo pronto, vamos a poner vigilancia sobre el apartamento, porque es posible que alguien aparezca por alli. Pero, esta vez, -advirtio-, a quien quiera que entre alli, vamos a dejarlo hacer. Este error no podemos cometerlo mas. No podemos espantar al objetivo, ?entiendes?, asi que vamos a dejar actuar al proximo y asi nos llevara hasta su madriguera. --Es mas, -agrego-, en la medida de nuestras posibilidades, le vamos a facilitar las cosas. Recuerda que no queremos resultados intermedios, nuestro objetivo es el final y hacia alli debemos enfocar todos nuestros esfuerzos. No lo echemos a perder, ?si? --?Que hacemos con esta cosa, -pregunto el hombre del traje oscuro, senalando para el prisionero-. ?Lo liquidamos? --No, no, -contesto el jefe esbozando una macabra sonrisa-, creo que se me acaba de ocurrir una genial idea. Este se va a morir, el solito, no habra necesidad de matarlo. Me va a resultar mas util muerto que vivo, asi que, su mejor manera de ayudarnos, sera... "morir". Al otro lado de la ciudad, en el Asilo La Esperanza, la enfermera Susana Esquivel habia salido de la enfermeria y caminaba por el pasillo recto que llevaba, directamente, hacia el parqueo de las ambulancias. A su derecha se abria un estrecho corredor que daba acceso a otras dependencias de la Institucion como la sala de Rayos X, de Estomatologia y otras. Se disponia a entrar por alli, cuando la conocida sirena de una ambulancia que llegaba, la hizo detenerse. Los paramedicos pasaron de prisa por su lado en direccion a la enfermeria y la chica, por instinto, los siguio. Se acerco a la camilla y vio a un hombre todo magullado. En realidad se veia bastante mal. Entonces ocurrio algo imprevisto. El hombre se aferro al bolsillo de su bata de enfermera, mientras la miraba con unos ojos negros muy intensos y llenos de desesperacion que la pusieron incomoda. Con un poco de trabajo, logro soltar la mano del hombre de su bolsillo y trato de calmarlo, diciendole que todo iba a estar bien. Susana se dispuso a ayudar, pero Lidia, la Jefa de Enfermeras, le dijo que no hacia falta y que podia continuar con sus labores. Susana salio de alli con una extrana sensacion. No sabia por que, pero aquel hombre le transmitia algo familiar. Era como si tuviera que ayudarlo o algo asi. Cuando llego a su casa ese dia, por la tarde, se sintio en el paraiso. Habia sido un dia largo y agitado y se sentia muerta de cansancio. Se quito la bata, entro al comedor y la tiro sobre el espaldar de una silla. Se dirigio al refrigerador y se sirvio un gran vaso de leche fria. Fue a la sala y casi se tiro sobre el sofa. Conecto el televisor mientras se quitaba los zapatos y estiraba los pies adoloridos por estar de aqui para alla todo el dia. Se sonrio, porque los programas de la television parecian los mismos del dia anterior, igual que las noticias. Era viernes y penso que era bueno que le hubieran dado el fin de semana completo para descansar. No estaba segura de querer ir a ver a sus padres, pues ellos nunca habian aprobado su decision de ser enfermera y entonces, simplemente, decidio emanciparse y venir para la ciudad, donde alquilaba este apartamento. Se tomo la leche y llevo el vaso al fregadero. Recogio la bata para llevarla al cesto de la ropa sucia y la reviso. No seria la primera vez que lavaba ropa con cosas en los bolsillos. Entre varias recetas que saco de alli, encontro algo raro. Era una nota arrugada que no sabia de donde habia salido. La extrana nota decia que habia que ir a la terminal de trenes, buscar la taquilla No7 y abrirla con el codigo que incluia. Mas abajo, con una letra atropellada y escrita, al parecer, sobre algo blando y agregada a ultima hora, habia una direccion, un numero y una frase: toca el timbre. Al final se leia: para Alex. Susana reflexiono un instante, tratando de adivinar quien pudo ponerle aquella nota en su bata y entonces recordo aquellos ojos negros intensos y la mano del hombre aferrada a al bolsillo de su bata. <> -penso-. Entonces, volvio aquella sensacion de conexion con esa persona y como no tenia nada que hacer, porque no era muy de salir por ahi y menos sola, decidio ir al dia siguiente al Asilo, a ver como seguia el hombre y de paso, si estaba en condiciones de hablar, preguntarle por la nota. Por la manana, Susana llego a su trabajo como a las nueve y fue, directamente, a la enfermeria. Cuando pregunto, recibio una respuesta que la dejo en shock: el hombre habia muerto. Lidia le dijo que habia salido un momento y cuando regreso lo encontro inmovil, sin signos vitales, asi que llamo al doctor Montes de Oca, quien era la maxima autoridad para estas cosas, y el determino que ese senor habia muerto y se encargo de su traslado a la morgue, para la autopsia. Como el occiso no tenia identificacion, ni nadie lo habia reclamado, pues, se procedio a incinerarlo. A Susana le parecio muy extrano que se hubiera cremado a una persona, sin saber su identidad o por lo menos tratar de averiguarla o esperar a que apareciera un familiar. Salio del Asilo muy afligida y con ganas de llorar. ?Quien era aquel hombre y por que le habia dejado aquella nota? ?Por que, precisamente, a ella? Quizas no tuvo a quien mas darsela. Todas esas interrogantes, se agolpaban en la mente de la chica. Fue a la terminal de trenes y con la combinacion de la nota, abrio la taquilla 7. Alli habia una caja pequena, sellada con cinta adhesiva. Por fuera de la caja habia una direccion y de nuevo: para Alex. 2 Capitulo EL pequeno taller de mecanica de Alexander Martell, en el patio de la casa donde vivia, estaba tan sucio como siempre. Segun los viejos mecanicos, eso era una buena senal. Un cliente entrado en anos, que regularmente hacia aqui los cambios de aceite, siempre decia: "yo vengo a este lugar, porque no confio en los mecanicos bien vestidos y con las manos limpias." Con este taller, Alex, se ganaba la vida, desde que lo abrio a principios de enero. Era un joven atletico, bien parecido, le gustaba el deporte y montar su moto. Se habia graduado de mecanico a mediados del 2013. Justo un mes antes de graduarse, habia perdido a su madre, quien habia sucumbido en una batalla contra el cancer. Sabia que no se iba a hacer rico con este taller, pero lo llenaba profesionalmente y ademas, le alcanzaba para pagar las facturas y mantener en optimas condiciones a la nina de sus ojos: una moto roja y blanca. Le apasionaba la Geologia y tenia en su casa algunas muestras de minerales y rocas recogidos en el campo, durante varias excursiones. Esa manana, estaba trabajando debajo de una camioneta, cuando el sonajero del porton, le aviso de un posible cliente. Una chica de unos 22 anos, bellisima, mas bien delgada, esbelta, de pelo castano, largas piernas y una gracia natural para caer bien, entro preguntando por el. --Aqui abajo, -dijo el chico, asomando la cabeza y agitando una mano negra de grasa. Susana llego hasta la camioneta. Unos ojos vivarachos la miraban desde el suelo. --?Eres Alex?, -le pregunto, teniendo que levantar la voz para poder ser escuchada por encima de la musica altisima que "amenizaba" el taller. --El mismo que viste y calza, -respondio el joven, tambien gritando-. Sus ojos escanearon sin ningun pudor, como buen mecanico, a su interlocutora y llego a la conclusion de que hoy iba a ser su dia de suerte. --Alguien ha dejado esta cajita para ti, -grito la muchacha mientras caminaba hasta el equipo de audio que emitia la estridente cancion y lo ponia en pausa. --?Pudieras colocarla encima de esa mesa?, le pidio Alex, mostrandole sus manos llenas de grasa-. Ella puso la caja sobre una mesa de trabajo, en la que no cabia ni un alfiler y tuvo que hacer espacio para colocarla. --Menos mal que no se demoro tanto esta vez, -dijo el, pero la mirada de la chica le dio a entender que no sabia de lo que estaba hablando-. Entonces, el chico, senalando para la cajita le pregunto: --Esa es la pieza que encargue, ?verdad? Un encogimiento de hombros fue la respuesta.

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  • ESTUCHE LA BUENA SUERTE Y LAS SIETE LLAVES

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  • Reseña del libro Las Siete llaves de Álex Rovira en Alquibla

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  • Las siete llaves, conquista tu libertad vital

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    Además, a lo largo del libro nos acompañará «El enigma de las siete llaves», un relato con el que emprenderemos un viaje de liberación para vivir conforme a ...

  • Las siete llaves - Fernando Trías de Bes - Lecturalia

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    Sin embargo, todavía les quedaba un largo camino hasta alcanzar algo más importante: la libertad vital. En este libro, los autores nos descubren las claves para ...

  • Las siete llaves - Fernando Trías de Bes - Librería Dykinson

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    Resumen del libro. Después del fenómeno de ventas de La buena suerte, Álex Rovira y Fernando Trías de Bes creían haber logrado el éxito y, con él, ...

  • Si hubieras bailado para mi de Ines Apraiz Castellanos

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    Esta es una historia que habla del amor y de la amistad, y de lo dificil que resulta a veces trazar esa fina linea que supuestamente divide ambos sentimientos. Tambien es una mirada tierna al pasado, y una reflexion acerca de como determinados hechos dramaticos del presente incitan a replantearse el rumbo de cada uno, y a valorar lo distinta que habria sido la vida si por el camino se hubieran tomado otro tipo de decisiones.
    O no.
    Gorka no se lo penso dos veces a la hora de aceptar ese puesto de corresponsal en Washington D.C. que le ofrecio el periodico para el que trabaja. Y la decision fue a todas luces la acertada porque en su nuevo destino comienza a irle francamente bien, tanto profesional como personalmente. Atras queda su ciudad adoptiva, Barcelona, y con ella, los infortunios de una situacion sentimental insostenible de la que escapo huyendo, aunque nadie de su entorno sospeche siquiera de los verdaderos motivos que provocaron su precipitada marcha.

  • Pideme mas (Algo mas que magia 1) de Heather Lee Land

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  • Algo mas que un verano (LGBT) de Noni Garcia

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    Antonio e Ivan piensan que unas semanas seran suficientes para disfrutar juntos, pero el destino es caprichoso y no piensa lo mismo.
    Ni un hecho triste del pasado de Antonio ni la baja autoestima de Ivan con los hombres impediran que lo que surja entre ellos dure algo mas que un verano.

  • Una boda pendiente de Toni Membrives

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    Simon regresa a casa con sus sentimientos intactos y decidido a conquistar a Teresa, aunque no sepa como hacerlo. Eso no debe importarle lo mas minimo, porque para ello tendra la ayuda de una visita inesperada que le obligara a hacer de nuevo las maletas y pasar unos meses, junto a Teresa, en el pueblo de su infancia. Pero no solo tendra que convivir con ella, tambien tendra que hacerlo con otras dos mujeres, a cual peor. El pobre sobrevivira de milagro.
    La confeccion de unas piezas de ropa muy especiales, alguien del pasado que sigue en el presente, unas cartas antiguas llenas de dolor y un lugar confortable para pasar la noche, formaran parte de las idilicas vacaciones con las que Simon siempre habia sonado.

  • Seducida por la tentacion Trilogia Tentacion de Helena Sivianes

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    Tres anos, eso es lo que he perdido de mi vida, tres anos que le regale para que me tratara como el quisiera, cuando todo me parecia maravilloso y los dias de color de rosa. Pero he sufrido, he llorado luchando por una relacion que no llegaba a ningun lado. Por fin veo la luz. Las lagrimas son solo eso, lagrimas. He derramado demasiadas durante dos meses. Cuando empezaba a encontrarme bien, a salir del agujero, el aparecia otra vez en mi vida para hundirme mas en la miseria, hacerme sentir debil y totalmente dependiente de el. Fue muy doloroso como ocurrio todo, de la noche a la manana. Como fui tan idiota para no darme cuenta antes. Senales habia, pero yo estaba enamorada, o eso creia. Ahora, tras todo este tiempo alejados el uno del otro, me he dado cuenta de que no es asi. Llamemosle rutina, eso es lo que era mi vida, comoda, sencilla y sin complicaciones, y ahora era el quien necesitaba de mi, quien me lo iba a decir. --!He dicho que te olvides de mi! --le grite a Pedro tras la puerta de mi apartamento--. !No quiero volver a verte! !Tu lo jodiste todo y yo no quiero ni necesito arreglarlo, haz que te entre en esa cabeza tan dura que tienes! --Venga, Dani, no seas cria, los vecinos te estan escuchando, dejame entrar y lo hablaremos --intentaba calmarme con su voz seductora, como tantas otras veces lo habia hecho, con exito. --No gritare mas, pero hazme el favor de irte --consegui decir, mas calmada--. Por favor, vete, no me hagas mas dano --dije mientras deslizaba la espalda por la puerta de entrada de mi apartamento. Estuve asi varios minutos, en esa posicion, sin decir nada, aguantando las lagrimas para poder escuchar el sonido de sus pasos alejarse de la puerta, y sin darme cuenta me quede dormida abrazada a mis piernas. Los encuentros con el siempre me dejaban agotada emocionalmente. Desde hacia dos semanas venia un dia si y otro tambien en mi busqueda. Le habia dado la opcion de explicarse cuando todo ocurrio, pero despues de dos meses perdio su oportunidad, yo habia pasado pagina y no queria seguir sabiendo de el. Hice caso a mis amigas, Tere y Merche. El siempre supo que decir y como decirlo, aunque a mi me cabreara, pero gracias a ellas ahora me sentia bastante mejor. --Lavate la cara, peinate y quitate ese maldito pijama --me decia Merche los primeros dias tras dejarlo con Pedro--, aqui no se acaba el mundo, asi que arriba y vamonos, no me seas idiota. Y asi fue, me sacaron de casa, me obligaron a arreglarme, me ayudaron a concentrarme en mi trabajo y aqui estoy, dos meses despues. Pensaba que todo estaria mejor, no sabia que el volveria a las andadas, no les quise decir nada, pero... Sono el timbre de casa y me desperte sobresaltada. Aun estaba sentada en el suelo, apoyada en la puerta. Me levante despacio y atisbe a traves de la mirilla de la puerta. Ahi estaban mis dos amigas y traian cara de pocos amigos. Joder con la vecina cotilla, maldito sea el dia en que le di el numero de estas dos para casos de emergencia. --No te hagas la tonta y abrenos la puerta, que te estamos escuchando respirar detras. --Tere y su impaciencia. Descorri la cadena que habia echado hacia un rato, cuando aparecio Pedro, y abri la puerta. Sabia que mi cara no era la mejor para recibirlas; seguro que parecia un oso panda, con el rimel y la sombra de ojos por toda la cara, y encima me acababa de despertar, asi que las ojeras no beneficiarian mi look y denotarian mi estado de animo. --Antes de que digais nada --las senale con el dedo--, me lo dijisteis y soy una completa idiota, asi que ayudadme a recoger esto un poco, me ducho, me visto y nos vamos, no quiero pasar ni un solo minuto mas aqui hasta el momento de tirarme a dormir la mona en mi cama. Y dicho y hecho; no abrieron la boca y, como si estuvieran en su casa --a veces pienso que si, porque estan mas aqui que en las suyas--, se fueron a la cocina, sirvieron tres copas de lambrusco y se dedicaron a recoger un poco el estropicio que tenia por mi salon. Siempre me decian que no entendian como podia trabajar en medio de aquel caos, pero ese caos era mi paraiso. --De verdad, Daniela Garcia, no se como consigues trabajar aqui --me gritaba Merche, la responsable del grupo. Buenos consejos y un punto de humor algo seco, pero aun asi la queria con toda mi alma. Si no fuera de ese modo, seguro que no seria mi amiga. Merche es alta, con un cuerpo de infarto, pelo largo y negro, unos impresionantes ojos azules y todo curvas y elegancia. Si tuviera que decir a quien me recuerda, sin duda seria a la actriz Megan Fox, aunque desde luego Merche es mucho mas guapa. --Y date prisa en arreglarte si no quieres que entre en la ducha y te corte el agua caliente. --No seas borde, Merche --la critico Tere--, entra y hazlo del tiron, ?no ves que le hace falta agua helada para aclararse las ideas? --Y esta es mi terremoto, mi rubia, aunque de tonta no tiene un pelo, alocada, extrovertida, sin pelos en la lengua y otro bellezon donde los haya, algo mas baja que Merche y con curvas mas redondeadas. La jodida estaba buena a reventar; y es que con esas curvas, el pelo tan rubio, los ojos verdes, los labios carnosos y la gracia natural para hablar tenias que quererla si o si. Aquella bruja era mi bruja particular y, como si lo viera venir, sali corriendo de la ducha y la vi entrar, tambien corriendo, con un vaso lleno de hielos que me tiro por la cabeza. --!Seras gilipollas! --le grite mientras intentaba aguantar la risa--. Anda, vete para el salon que en diez minutos estoy lista. Cuando sali de mi habitacion las dos se quedaron mirandome. Sabia que aprobaban lo que veian. Les dije que no queria estar alli, que necesitaba a toda costa salir de fiesta; ese idiota no me amargaria una noche mas y estaba decidida a dejarlo claro. --Pero, chica, que guapa estas --me regalo Merche--. ?Ese vestido es nuevo? Me habia decidido por uno rojo de tirantes finos y corte a medio muslo que resaltaba las formas de mi cuerpo. Cuando me di la vuelta, vieron que la parte trasera dejaba poco a la imaginacion, pues el vestido muestra mi espalda casi hasta donde empieza a perder su nombre. --Joder, chica, estas para que te echen un polvo de los de multiorgasmos --primera de la noche--, y si no lo hacen avisame que le pateo el culo. Esta noche las chicas estaban de acuerdo en darme una tregua y no hablaron nada de lo que habia pasado poco antes de que llegaran a mi casa. Era viernes y me veian animada para una noche de fiesta en Sevilla que con nuestros veintiocho anos no podiamos desperdiciar. Fuimos a cenar y acabamos en la terraza Bilindo. Despues se quedarian en casa; las necesitaba cerca de mi. Al dia siguiente no trabajaban y yo tenia que terminar el papeleo de la fiesta que estaba organizando para un congreso en un hotel y cerrar el catering. La noche estaba siendo increible. Bebimos lo justo porque tenia que estar despejada y no levantarme muy tarde, asi que a eso de las cuatro de la manana decidimos regresar. En mi casa tenian disponible la habitacion de las visitas, aunque en el armario habia mas ropa que la que una visita esporadica podria usar. Y asi fue como mi tarde espantosa se convirtio en una noche de chicas, risas y diversion

  • El secreto de Ana de Mara Caballero

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    Ana Lombardi es una joven aclamada disenadora de modas en la gran ciudad New York con tan solo veintiseis anos. Los medios la tienen en un concepto de perfeccionista, obsesiva del control, famosa a tan corta edad y una impresionante figura influyente. Tiene una gran fila de hombres que buscan ganarse su corazon y disfrutar de una vida de lujos y pasarelas. Pero lo que nadie sabe, es que Ana tiene secretos, un pasado que ha regresado amenazando con arrebatar lo mas preciado de su vida. Hudson Bennett es un empresario que se cruza en la vida de Ana, poco a poco descubre lo que mas atesora ella con fiereza, descubriendo que el mundo puede ser demasiado pequeno cuando menos lo piensas.

  • Paulo. Laberinto de pasiones (Amor en la tormenta 2) de Valeria Naya

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    Llega la segunda y ultima entrega de la bilogia <>.

  • Destiny y Lion (Outsiders 1) de Moruena Estringana

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    Destiny llevaba sonando con ese momento toda la vida. La habian admitido en la universidad a la que deseaba ir, tras esforzarse mucho estudiando. Estaba tan feliz que fue corriendo a su casa para decirselo a sus padres y su hermana de catorce anos. No podia ser mas feliz. Todo el esfuerzo habia dado sus frutos. Entro en su casa y escucho el llanto de su madre. Se le helo la sangre. No dudo en correr hacia donde los escuchaba hablar y, al ver que los tres se encontraban bien, se sintio aliviada en gran medida. —?Que esta pasando? —pregunto con la carta de su admision de la universidad en la mano. —Lo han perdido todo —respondio Alicia, su hermana pequena, al ver que sus padres no decian nada. —?Que es todo? —Todo, Des —solto su hermana—. No tenemos nada salvo el hotel viejo del abuelo… —?Papa? —Lo siento, hija —se disculpo el hombre—. Lo siento. Destiny no comprendia muy bien que sucedia, pero pronto lo descubriria. Le habian embargado a su padre todos sus bienes para que su empresa no se fuera a pique. La empresa se habia endeudado y con ello todo lo que tenia; salvo el hotel de su abuelo, que era tan viejo y estaba en un pueblo tan perdido, que el banco no le dio importancia, y por eso no fue embargado. No tenian nada y eso implicaba que no habia dinero para pagar su carrera, ni el alojamiento… Nada. Su sueno hecho pedazos antes de empezar. Todo su esfuerzo tirado a la basura por la mala cabeza de su padre. Capitulo 1 Destiny Me cuesta mirar el paisaje mientras mi hermana y mi padre cantan como si no acabaramos de vender hasta la ultima de nuestras cosas para sacar un poco de liquidez y asi ir tirando. Estamos en junio y el verano acaba de llegar. Me imaginaba este momento de otra forma. De fiestas con mis amigas, buscando piso para la universidad…, sonando despierta. Pero en realidad, me encuentro viajando a un pueblo que conozco por las historias de mi padre y mi abuelo, pero nada mas. Esta va a ser mi vida ahora, porque no tengo nada de dinero para independizarme e irme a vivir sola. Mi padre tenia una cuenta para mi y mi hermana, pero hace ya un tiempo saco el dinero para pagar sus deudas. Hasta la ropa que llevo no es de mi estilo. Tuvimos que vender nuestros vestidos de marca para poder tener dinero para comer… Tambien mis joyas y mis libros. Todo. Solo dejaron que me quedara con las fotos y las cosas mas personales, ademas de la cadena que me regalo mi abuela con la inicial de mi nombre. Todavia me acuerdo de lo que me dijo mientras me la ponia: <>. La echo mucho de menos y a mi abuelo tambien. Hace anos que la vida me los arrebato y no consigo dejar de llorar cada vez que los recuerdo. Siempre me senti mas cerca de ellos que de mis padres. —!Ya hemos llegado! —indica ilusionada mi hermana. Ella lo esta viendo todo como una aventura; odiaba su vida, su colegio, la clase social…, para ella todo esto es como si le hubiera tocado la loteria. Somos muy diferentes. Miro hacia fuera del coche de tercera mano que huele a viejo y observo un hotel muy antiguo con varias cabanas a su alrededor. Esta la casa principal y luego las cabanas donde se quedaban los huespedes. En el centro hay una piscina, pero dudo que tenga agua, ya que se nota el paso del tiempo. Todo lo que conozco de este hotel es por las fotos de mi padre. Era donde vivio hasta que mi abuelo tuvo exito y quiso mas. Abrieron otro hotel y otro… y dejaron este de lado; cerrado y olvidado. —Me muero de calor —dice Alicia nada mas salir del coche—. He visto que hay una piscina en el pueblo. ?Vamos, papa? —Tenemos que esperar a que nos traigan las llaves —senala mi padre, pero por su cara se que esta deseando ir a la piscina tras el largo viaje. —Podeis iros los dos a refrescaros. Yo esperare leyendo. —Eres la mejor —me dice mi padre. Buscan su ropa de piscina y la meten en una bolsa antes de irse hacia alli como ninos; en mi hermana lo entiendo, pero en mi padre es raro. Siempre ha sido asi, por eso nos hemos visto en esta situacion. Es muy bueno, pero no se toma nada en serio. No es previsor, y por eso le han ido tan mal las cosas con los negocios tras la muerte de mi abuelo. El era el que tenia sabios consejos y, a su muerte, todo fue a peor. A el y a mi tio… Mi tio se encuentra en la misma situacion que nosotros, y tiene la otra mitad de este hotel, por lo que no creo que tarde mucho en aparecer por aqui con sus dos hijos. Observo el edificio cuando me quedo sola y pienso que en su epoca tuvo que ser un lugar precioso; ahora se nota el paso del tiempo y hay miles de cosas por hacer para adecentarlo antes de abrirlo. Me cuesta asimilar donde hemos acabado. Cojo mi lector de libros, ya que por suerte mi padre me permitio quedarme con el, ademas de con unos pocos libros infantiles, recuerdos de mi ninez, y nada mas… No queria que nuestra maleta fuera muy pesada. Me siento a la sombra en los escalones que llevan a la entrada de la casa. Busco un libro para leer y elijo uno de los que ya compre porque en este lugar no hay cobertura o, si la hay, mi movil de segunda mano no la soporta y no le llega. En cuanto empiezo a leer, me veo absorbida por la lectura, por lo que no me doy cuenta de que hay alguien observandome hasta que lo tengo encima y me tapa la luz. Alzo la cabeza y me encuentro con los ojos mas verdes que he visto nunca. Su dueno me mira sonriente. El pelo castano le cae por la frente y su fornido cuerpo solo esta cubierto por una camiseta verde de manga corta y unos vaqueros. —Me llamo Lion y tu debes de ser una de las hijas del senor Wilson. —Destiny. Esa soy yo —le digo levantandome. Es muy alto y aun subida a los escalones, me sigue sacando un poco. Tiene que ser un par de anos mayor que yo; sobre los veinte o tal vez rozar ya los veintiuno. —Encantado. —Me tiende una mano amable y se la estrecho. Su mano es aspera; se nota que lleva trabajando muchos anos. —Callos… —comento tocando uno de ellos, y se rie, por lo que pronto me doy cuenta de que he hablado en voz alta. —Si, de trabajar en la panaderia de mis padres desde que era un crio. —Yo… no quise decir que fuera algo malo. Si mi padre hubiera trabajado hasta tener callos, no estaria en este pueblo. —?Que tiene de mano este pueblo? Es precioso. —Seguro que si. No lo entiendas mal… Es solo que yo amaba mi ciudad. Me encantaba. No es porque tenga nada en contra de todo esto, pero no se apreciarlo. —Entiendo. —Saca las llaves y me las tiende—. ?Y tu familia? —Mi padre y mi hermana en la piscina del pueblo, y mi madre en casa de su amiga tratando de asimilar que lo ha perdido todo. —Bien, pues si aceptas un consejo, sube y elige la habitacion del segundo piso que da a los campos de dientes de leon. Es la mas grande y luminosa. Ya que te han dejado sola, tienes ese poder. —Lo hare. Gracias. —?Quieres que te ayude con las cosas? —me pregunta mirando el coche abierto y el equipaje que asoma por el maletero. —Voy a sacar solo las mias y ellos que se apanen. —?Y para comer teneis algo? —No, a menos que mi padre recuerde que debemos comer y deje la piscina para luego. —Por si acaso, luego te traere algo de mi casa y de la panaderia. —Asiento—. Nos vemos, Destiny. —Nos vemos, Lion. Lo veo alejarse andando con ese paso tan seguro de si mismo. Voy hacia la puerta y trato de abrirla, y digo trato porque me veo incapaz de hacerlo. —Ya te ayudo yo —indica Lion apareciendo por detras de mi y pasando los brazos a mi alrededor para abrir la puerta. Mi cuerpo reacciona a su cercania de una forma estupida e incomprensible. Su perfume no es de marca, pero me encanta, y junto a el, advierto olor a pan recien hecho. —Gracias —digo cuando abre la puerta

  • Y llenarte el muro de flores de Laura Nuno

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    ?Puede triunfar un amor de Facebook? Segun Nacho, que no tiene ni idea del tema, si. Pero Noelia ha perdido toda su fe en el amor. Despues de una serie de relaciones infructuosas, algunas incluso destructivas, no deberia hacerse muchas ilusiones de exito respecto a su cita con Nacho, un chico al que ha conocido a traves de Facebook. Pero ya es demasiado tarde para echarse atras, y Nacho resulta ser maravilloso. Sin embargo, le va a ser muy dificil ganarse su total confianza y mantenerlo al margen de un pasado que no le permite forjarse un nuevo futuro.
    Noelia tendra que aprender a guiarse por el corazon y aceptar que las casualidades, en realidad, son regalos del destino.

  • Zona prohibida de Clare Connelly

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  • El corazon de Jupiter de Ledicia Costas

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    No fue facil para Isla cambiar de ciudad y empezar de cero en un nuevo instituto. Ella ansiaba pasear por el espacio, avistando planetas a traves de su telescopio, sumergida en el vientre del universo. Casiopea, el nombre de la tortuga magica de Momo, era el nick que utilizaba en los foros sobre astronomia en los que solia participar. Alli fue donde conocio a Jupiter, alguien que parecia saber mucho sobre las estrellas. Las largas conversaciones que ambos mantenian hasta bien entrada la madrugada, encendieron una luz. Entre los dos existia una magia que traspasaba las fronteras del ciberespacio. Isla sentia la necesidad de saberlo todo sobre Jupiter: donde vivia, a que instituto iba, su nombre real… Se citaron para conocerse una noche de San Juan de hogueras y mar embravecido. Fue entonces, despues de despedirse de su amiga Mar, cuando Isla se precipito en la oscuridad. Su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

  • El cuaderno olvidado de Anabella D'angelo

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    El dia que Carlos, filosofo y escritor, enfrenta sus teorias sobre la bondad con las de su amigo y companero de profesion Abraham la vida de varias personas esta a punto de cambiar. Todos ellos participaran en el experimento sociologico que Carlos decide llevar a cabo para defender esa bondad que el cree inherente al ser humano.
    Un cuaderno olvidado en el vagon de un tren cualquiera y una historia que unos pocos desconocidos decidiran escribir con el sentimiento a flor de piel y la emocion que embarga su existencia y los anima a dejar un trozo de su alma en unas cuantas hojas de papel.

  • Ladrona de besos de Fanny Ramirez

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    Ariadna tenia un pasatiempo de lo mas pintoresco y ese era robarle besos a Marcos. Este se fue volviendo adicto a cada beso inesperado, uno, dos, tres, once besos fueron suficientes para caer irremediablemente.

  • El silencio de Lobo de Kris L. Jordan

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    Un bonito hotel sobre un acantilado, un hombre que quiere ser libre, dos mujeres que huyen del amor, el mar…A Lobo le gusta banarse en agua helada y dormir al raso bajo las estrellas.Carol adora cocinar, es sensible, carinosa. Pero la vida no la ha tratado nada bien.Katy fue una modelo cotizada. Dolida tras un desengano, decide dejarlo todo y junto a Carol, hacer realidad el sueno de su abuelo Colin. Un viaje que las llevara a Kirkwall, una bonita villa de las islas Orcadas. ?Que papel jugara Lobo en esta ecuacion? Descubrelo en El silencio de Lobo

  • El dia que el oceano te mire a los ojos de Dulcinea (paola Calasanz)

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    Una novela sobre la vida, la libertad y la naturaleza, firmada por la directora de arte youtuber e instagrammer Dulcinea, autora de El dia que suenes con flores salvajes.

  • Origin (Hijos de Leiah 2) de Rotze Mardini

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    El hallazgo de una nueva victima cambiara los planes de Lexy Kendall, poniendola en una carrera contrarreloj que tendra por objetivo atrapar al asesino en serie de la cuadra francesa, sin imaginarse que se vera atrapada en un mundo desconocido.
    Jhensen, lider de la comunidad vampirica de New Orleans, se pondra a disposicion de la detective para poder cumplir con un encargo asignado por las deidades de Leiah…
    Jhensen y Lexy lo arriesgaran todo en una intensa batalla contra un oscuro personaje. El amor los sorprendera en medio del mayor reto de sus vidas, sumergiendolos en pasiones profundas e inesperadas.

  • Las hijas de otros hombres de Richard Stern

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    <>. Estamos en verano, a finales de la decada de 1960. Las calles de Cambridge, Massachusetts, estan llenas de hippies de pelo largo y coloridas prendas, pero el doctor Robert Merriwether, que ensena en Harvard y lleva mucho tiempo casado, no repara lo mas minimo en toda esa vida bullendo a su alrededor. Cultivado, reflexivo, animal de costumbres… Merriwether es todo menos un hombre impulsivo. Por eso es tan extrano, tan deslumbrante e inesperado, que mientras su esposa Sarah esta de vacaciones conozca a Cynthia Ryder, y que en poco tiempo profesor y alumna empiecen un intenso romance.
    La novela de Richard Stern -discreto clasico moderno de la literatura norteamericana- es un elegante examen de la pasion amorosa, de su epicentro y sus replicas, de sus devastadoras consecuencias. <>, piensa el doctor Merriwether. <

  • TUS CUATRO DESEOS de Davinia Palacios Garcia

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    Mi nombre es Valerie Davis.Durante tres anos he sido la novia perfecta para el hombre perfecto. Pero el me ha revelado algo que hace imposible seguir con nuestro compromiso.Harta del control incesante por parte de mi madre en cada aspecto de mi existencia, he decidido volver a la ciudad en la cual me crie y empezar una nueva vida.Sin ser la mujer florero de nadie. Ganandome la vida sin tener una carrera universitaria. Siendo autosuficiente por mi misma.

  • El Leon de Piares de Angel Zuare

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    La isla continental de Handor guarda leyendas, cronicas e historias que han cautivado la imaginacion de quienes las han escuchado en las voces de los juglares o de sus padres; en las platicas de sobremesa en tabernas o palacios, o leido en gruesos volumenes y pergaminos, registrados por maestros escribanos. Son historias de intriga en la ciudad de Thunderstone, capital de la Coalicion de Naciones, o cronicas de arriesgados viajes realizados por las caravanas que cruzan los desiertos de Narur. Handor es tierra de magia, presente en sus lugares sagrados o misticos y manifestada a traves de sus escolares u hombres de fe, ya sea para entretener a la nobleza y al pueblo o para entender y controlar las fuerzas de la realidad misma.
    Handor ha visto correr sangre.

  • Los Divinos de Laura Restrepo

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  • Una noche en el paraiso de Lucia Berlin

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  • Senderos salvajes de Santiago Mazarro

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    Un violin quebradizo llora desde hace dias la muerte de un hombre libre. Sus notas lanzan una melodia tan tenue que esta manana apenas alcanzaban la orilla civilizada del Misisipi. Imagino que el difunto arrastrara siempre la fama de hombre feroz y extravagante, pero los que le conocimos no ignoramos que, ante todo, y digan lo que digan, don Manuel Lisa fue una buena persona. En realidad, por aqui todos le llamabamos <>, o <>, por los anos en que lidero la compania de comerciantes mas prospera de Norteamerica. Lamento de todo corazon ser el ultimo de nosotros con vida. Habria sido mas facil entender esta historia si la hubiese escrito cualquier otro. Pese a ello, si estais leyendo estas lineas, es porque, nada mas volver de su sepelio, he decidido dejar constancia de quien fue Lisa y quienes fuimos los que le seguimos. Aunque espanol en origen, su verdadera patria fue siempre la frontera, y, con ella, cualquiera de los horizontes que visitamos los anos en que hicimos del mundo indomito y salvaje nuestro autentico modo de vida. Manuel, que en paz descanse, admiraba la curiosidad frente al resto de las virtudes, y sabia hallar fortuna en la libertad absoluta que le conferia su oficio. Tal vez por eso tuvo siempre la valentia de aventurarse en lo desconocido de nuestro continente; de sonar con un mundo nuevo. Los primeros recuerdos que vienen a mi cabeza --y mas ahora que en estas paginas trato de narrar como ocurrio todo-- son de la primavera de 1807. Si cierro los ojos, casi puedo ver a Manuel esperandome en un pequeno banco de la ciudad de San Luis. Yo llegaba a caballo, tras cuatro dias de penurias que ahora no procede contar. Alli estaba el, manos en los bolsillos y rostro inquieto tras una chalina de pano grueso. La enorme espalda apoyada en el respaldo de roble. Las piernas cruzadas, la una sobre la otra. Recuerdo pensar que estaba en plena forma. Era un hombre imponente, bastante alto, fuerte y poseedor de unos penetrantes ojos marrones. Aquel dia iba debidamente arreglado segun la moda de la epoca: frac negro con cuello de piel y sombrero de copa, aunque el pelo negro enmaranado y las botas altas anticipaban en su aspecto costumbres mas de campo que de ciudad. Me acerque. Se levanto lentamente. Pese a la voluptuosidad de sus patillas, no me fue dificil discernir que la herida fea que le recordaba en el cuello se habia tornado en cicatriz. Pocos sabran que se la hizo en la emboscada mas famosa del ano 1801, nada mas arrancado el siglo. Una expedicion de veinte espanoles volvia exitosa a Nueva Orleans tras pasar el otono cazando castores en el curso medio del rio Misisipi. Al parecer, la niebla les hizo acampar en un lugar poco aconsejado, y los indios arikaras defendieron su territorio degollando, uno tras otro, a aquellos hombres cristianos. Que se sepa, solo dos lograron escapar a semejante barbarie. Manuel Lisa fue uno de ellos. Cuentan que, en plena emboscada, se dejo caer bosque abajo, entre la maleza, esquivando los hachazos de los nativos. Por pura fortuna encontro malherido a su hermano, escondido tras un arbusto. Retrocedio unos pasos, aupo el cuerpo sobre sus hombros y le convirtio asi en el segundo superviviente de la velada. Mi padre era aquel afortunado. Joaquin Lisa. Lo que convierte a Manuel en mi tio. Ambos fueron companeros de incursiones durante muchos anos; compartieron no solo un lazo de sangre, sino tambien una de esas hermandades propias de haber vivido cientos de aventuras juntos. Desgraciadamente, mi padre murio al medio ano, fruto del mal curar de sus heridas. Recuerdo el malestar que estas le provocaron durante meses y lo sorprendido que siempre me quedaba cuando le veia bromear con mi tio Manuel sobre arrancarse la costra de cuajo y echarsela de comer a los cerdos. Eran otros tiempos, que decia mi madre. Con ella, por cierto, me fui enseguida a vivir al presidio de San Antonio de Bejar, en la provincia espanola de Texas. Alli pase cinco anos siendo mitad monaguillo en una mision catolica y mitad sirviente en la casa de unos criollos que pocos respetos le guardaban ya al rey Borbon al otro lado del oceano. Aunque hoy dia no me arrepiento, dudo mucho que, de haber conocido las actividades y companias de mi tio Manuel en aquellos anos, le hubiese ofrecido mis servicios tan a la ligera. Mas aun teniendo en cuenta lo que acababa de ocurrirle aquella misma manana. El caso es que, tras bajarme del caballo, le di un fuerte abrazo, y el me lo devolvio sin dudarlo ni un segundo. --Joaquin, cuanto has crecido --creo recordar que fue lo primero que me dijo--. Siento mucho lo de tu madre. De haberme enterado, habria tratado de ir al entierro. --Yo tambien me alegro mucho de verle, tio. Y le agradezco que me haya aceptado como ayudante. Tanta desgracia junta os resultara abrumadora, pero la realidad es que mi pobre madre murio unos dias antes del comienzo de esta historia --tras agravarsele una gripe-- y que yo me quede sin empleo el mismo dia que las tropas de San Antonio se marcharon a rendir cuentas al fuerte del Alamo. No recuerdo si, harto de servir a desconocidos o deseoso de tener a mi familia cerca, robe un caballo mas lento y flaco de lo que hubiera sido aconsejable para que me llevase directo a San Luis, lugar en que vivia mi tio Manuel como ciudadano estadounidense. Como sabreis, Napoleon le habia comprado toda la Luisiana a Espana para tres anos mas tarde vendersela a los Estados Unidos. --?Que tal el viaje? --dijo mi tio, observando la montura escualida que me acompanaba. --Muy bien --menti. Habia sido un autentico desastre. --Has llegado el dia esperado... y a la hora adecuada. Manuel se meso las patillas con calma y miro a su alrededor con un gesto de sospecha. --Tio, de verdad, no se como agradecerle... Pronto le permitire ver que soy una persona responsable... --Tranquilo. Es una buena noticia que estes aqui. Como digo, no podias haber llegado en mejor momento. --Gracias. --Tengo planes para ti. --No volvio a abrir la boca en un buen rato. Manuel Lisa no era hombre de muchas palabras, ni mucho menos. Solo hablaba si era estrictamente necesario, y, cuando lo hacia, era para poner punto y final a un debate, pues poca gente le contradecia. Subio a un caballo negro y robusto de un brinco y tiro de las riendas con agilidad. Yo hice lo propio para seguirle a paso ligero. Lisa era lo bastante conocido en San Luis como para que mas de una persona en el camino parase el carro o la montura con el animo de concederle un saludo cortes. La mayoria, sin embargo, parecia tenerle cierto respeto. Incluso me atrevere a decir que algo de miedo. Avanzamos por un camino de tierra que muy pronto se convirtio en otro elegantemente adoquinado. Me averguenza decir esto, pero otra cosa que me sorprendio nada mas pisar la ciudad fue la actitud y la vestimenta de las mujeres, mucho mas joviales y despreocupadas que en las ciudades de Nueva Espana, donde siempre andaban escondidas tras su misal y su rosario. En San Luis, los carruajes iban y venian con damas jovenes que no dudaban en mirarte de pies a cabeza para concederte una sonrisa. El trajin era sorprendente para tratarse de una ciudad ubicada en tierra tan inhospita. Pronto me di cuenta de que estabamos dando extranos rodeos. --Cuidado ahora. Acercate a mi --dijo Manuel con voz firme y segura--. Bajaremos al rio por la parte trasera; no quiero que nos descubran. --?Quienes? --pregunte. --Haz lo que te digo, Joaquin. --?Alguien nos persigue? --Pero no obtuve respuesta. Muchos habreis oido hablar de la expedicion de Lewis y Clark. Fue la primera llevada a cabo por estadounidenses con el objetivo de encontrar una ruta fluvial desde el Atlantico hasta el oceano Pacifico. Pues bien, hacia apenas unos meses que Lewis y Clark habian regresado a San Luis, y los carteles de bienvenida aun podian verse bajo las ventanas de los edificios mas proximos al rio. Con el objetivo de reclamar la presencia estadounidense en el Oeste americano antes de que franceses, espanoles o britanicos pudiesemos hacer lo mismo, la campana habia sido un gran exito. Y si os cuento esto es porque me parecio curioso enterarme de que mi tio, aun siendo espanol de nacimiento, habia tenido un papel destacado en todo aquello. Conocedor en buena parte de los territorios del oeste --gracias a la experiencia obtenida como cazador e interprete de los indios--, brindo a los estadounidenses un buen numero de consejos, mapas y provisiones a cambio de que el nuevo gobierno de Luisiana le otorgase una sola cosa: la posibilidad de seguir comerciando con los territorios espanoles de Texas y la Florida. Apeados del caballo y casi a hurtadillas, como escondiendonos de algo o de alguien, bajamos por el sendero adoquinado. A medida que nos acercabamos al rio, el numero de las calles iba descendiendo: 6, 5, 4... Finalmente llegamos a una via bastante larga en la que habia un poste del que colgaba un gran cartel: <>. Segui de cerca a mi tio, mirando de reojo a los vendedores de carne de los soportales y a los jovenes que jugaban a las cartas aranando los ultimos rayos de sol frente al muro de una iglesia protestante. No escapo a mi atencion un grupo de cuatro o cinco hombres que, observandonos desde lo lejos, intercambiaron susurros y palabras en un perfecto frances. --Es aqui --dijo Manuel por fin. Su voz era aspera y ruda como ninguna. Mientras atabamos mi caballo y el suyo a la parte trasera de su almacen, al otro extremo del pequeno jardin, desde una altura considerable y apoyado en la barandilla de madera, nos saludo mi primo Remon. Otros cabellos rubios y alborotados asomaban timidamente entre los balaustres. Debian de ser los de su hermano. Dieron las siete de la tarde en la torre de la iglesia. Y justo en ese instante, como si las campanadas hubieran definido con rigor la hora de llegada, subi con atino los peldanos de la casa, y antes de que pudiesemos hacer uso de la aldaba, la puerta se abrio de golpe. Mi tia Polly, a la que llevaba sin ver una eternidad, sonrio nada mas verme y me dio un fuerte beso en la mejilla. --Bienvenido, Joaquin. Siento mucho lo de tu madre. Ya sabes que ella y yo nos llevabamos bien. --Gracias, Polly. --Que mayor estas... ?Cuando fue la ultima vez que nos vimos? --En Nueva Orleans, hace al menos seis anos --respondio mi tio. Aunque hablaba espanol a las mil maravillas, su acento ingles seguia siendo inconfundible. Polly Charles Chew, una viuda a la que Manuel Lisa habia conocido anos atras en Nueva Orleans, era su mujer por aquel entonces. Timida, amable y carinosa, poseia unos preciosos ojos azules que combinaban a la perfeccion con una larga y ondulada cabellera rubia. No digo que no se quisieran, pero siempre tuve la sensacion de que Polly le estaba mas agradecida a mi tio que cualquier otra cosa. A fin de cuentas, Manuel Lisa se habia hecho cargo de ella --y de su pequena hija Rachel-- tanto afectiva como economicamente en un momento de suma delicadeza para sus vidas en la capital. Con el paso de los anos y tras su mudanza a San Luis, el matrimonio habia hecho crecer la familia, trayendo al mundo a Remon y a Manuel, mis dos pequenos primos carnales. --Te hemos preparado una cama en la habitacion de Remon, en el piso de arriba --dijo Polly. Creo que en aquel instante sonrei amablemente, le di las gracias por acogerme en su preciosa casa y segui a mi tio hasta el salon, donde se encontraban los tres ninos. Guardo de aquel momento un recuerdo tierno, de profunda calma y quietud. Los dos pequenos jugaban con un caballito de madera en torno a una mesa con la cena recien servida. Rachel, la mayor, leia junto a la chimenea. Cuando pienso en un hogar, tal vez por no haber tenido uno apropiado a lo largo de mi vida, viene a mi ese preciso instante. Entre en la habitacion y deje en el arcon lo unico que poseia: una camisa a rayas, ropa interior, unos calcetines bien gordos y un medallon de plata que solia cuidar como un tesoro, pues era lo unico que conservaba de mi madre. Pocos minutos despues, sentados a la mesa y tras haber ordenado lo poco que tenia, mi tio saco una botella de vino tinto de un cajon, sirvio tres copas y extendio una hacia mi con cuidado. <>, decia la etiqueta. --Pruebalo, Joaquin. Un barco solia llegar cargado de barricas desde el puerto de Cadiz. Directo a Nueva Orleans. Tu padre y yo las subiamos en bote por el Misisipi y lo vendiamos aqui y en San Carlos. --Mi tio evoco aquel recuerdo como si la llegada de su sobrino hubiese pellizcado de algun modo su memoria. --?Y ya no llega? --pregunto Rachel sin levantar la vista del libro que leia al mismo tiempo que cenaba. --El vino que llega ahora es frances. Todo es frances. ?Que estas leyendo, Rachel? Seguro que tambien es frances. Rachel sonrio, dio la vuelta a su pequeno librito y lo dejo sobre la mesa. El titulo de la portada estaba escrito en ingles: <>. Probe el vino. Estaba realmente bueno. --Creo que la novela es inglesa. Pero la protagonista es francesa --contesto Rachel--. ?Tu sabes leer, Joaquin? --Si que se --respondi orgulloso--, aunque no he tenido oportunidad de hacerlo muy a menudo. --?Cuantos anos tienes? --Veinte. --?Y no has tenido tiempo? No lo entiendo. --Si Dios quiere, pronto leere alguna novela. He oido que el Quijote de la Mancha es muy divertida. Mi padre tenia un ejemplar y solia recitar alguno de sus pasajes de memoria. --No la conozco. En las estanterias del salon habia al menos dos o tres decenas de libros viejos. Los observe con calma. Luego hubo un breve silencio que sirvio a mi tio para medir sus siguientes palabras. --Escucha, Joaquin. --Manuel lisa me miro firmemente--. Esta manana, unas horas antes de que llegaras, ha ocurrido algo. Algo que cambia mis planes. Olvida la carta que te mande: ya no me serviras en el muelle. --?Que ha ocurrido? --Pronto lo sabras. --Sus manos inquietas delataban en el cierto grado de nerviosismo--. Muy pronto. Por el momento, quiero que descanses bien esta noche y que estes preparado. No vamos a estar mucho tiempo en San Luis. --Asenti, acabe con presteza la sopa que Polly habia preparado y apure poco despues la copa de vino. Escuche el coloquio posterior sin volver a abrir la boca. Luego pedi permiso para levantarme de la mesa y retirarme a mi nueva alcoba. Me tumbe en la cama. Una cama dura y rigida de madera sobre la que colgaban sabanas gruesas y amarillentas. Aquella primera noche aprendi que Rachel, la hija adoptiva de Manuel Lisa, leia a menudo novelas de terror. Que Remon y el pequeno Manuel detestaban leer y preferian jugar con sus amigos en los canales del rio. Aquella noche, arropado ya entre mantas de piel, se me escapo una lagrima tras pensar un buen rato en mi pobre madre. No tuve tiempo de despedirme de ella, de poner en orden nuestros asuntos. Todo habia sido tan precipitado... Justo despues escuche a Polly lamentarse. Fuera lo que fuese aquello que habia ocurrido por la manana y que tanto inquietaba a mi tio, preocupaba sobremanera a mi tia. Por el quicio de la puerta vi la silueta apenas iluminada por las llamas de Manuel Lisa. Se acercaba a su mujer para darle un abrazo. Sobre el torso descubierto, y para mi sorpresa, Manuel Lisa lucia un enorme tatuaje. Una forma oscura, geometrica y alargada sobre la que se cruzaban un par de flechas. Entiendase que el impacto que me causo aquello fue debido a que, pese a que era comun entre marinos y otras profesiones, solo en una ocasion habia visto un dibujo similar sobre la piel, concretamente en el pellejo de un indio comanche al que llevaban preso los guardias de Santa Fe. Cuando se hubieron separado, observe como el le mostraba a ella una carta hecha anicos que llevaba en el bolsillo. --Lo haremos por nuestra cuenta --susurro--. No nos queda otra manera. Arrojo los pedazos de papel al fuego y observo lentamente como se consumian. --?Sigues confiando en el dibujo? --?En que dibujo? --El mapa de Heceta. --Por supuesto. --Manuel Lisa giro sobre si mismo y apago la pequena lampara de gas que iluminaba la estancia.

  • Einstein para perplejos de Andres Gomberoff , Jose Edelstein

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    Un absorbente y entretenido recorrido por la vida y obra de Albert Einstein.

  • No te mentiria dos veces de Diaz De Tuesta

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    “--Callate, tonto --le dijo y se alzo contra el. Le tomo las manos y cubrio con ellas sus pechos--. Si no vas a ayudar, haz el puto favor de callarte.”

  • Crisalida de Andres Alonso Castillo

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    Octubre de 2015. Obras de dragado en el embalse de Sobron.

  • Construyendo un destino (Corazones rotos 1) de Catherine Brook

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    Una comedia romantica de mano de Catherine Brook en la que se pondran a prueba amor y confianza.

  • El Ranger del Espacio de Isaac Asimov

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    El Ranger del espacio es la primera de una serie de novelas, llenas de intriga y accion, que Isaac Asimov situa en los distintos planetas del sistema solar.

  • Guardiana 2 de Nesa Costas

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    Cada paso que das te moldea, dando forma a quien eres. Como no dejas de moverte, es dificil saber en que puedes terminar convirtiendote.
    El escenario cambia y los lleva al terreno de Tarik. La vida en el poblado no es facil, sobre todo para Clara. La incertidumbre los mantendra a la defensiva; no saben que va a pasar, no les gusta lo que sienten. El pasado regresa de forma inesperada, obligando a ambos a posicionarse.
    Nuevos aliados, viejos enemigos. Clara y Tarik tendran que dar con el mejor modo de hacer frente a la mayor amenaza.
    Ciudades, poblados y aldeas ecologicas han perdido significado. La infeccion puso fin a las distancias, ahora se quedan sin tiempo.

  • Cartas de John Cheever

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  • La lucha contra el demonio de Stefan Zweig

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    La lucha contra el demonio (titulo original en aleman “Der Kampf mit dem Damon”) es un libro escrito por Stefan Zweig, donde describe la vida de tres individuos peculiares: Friedrich Holderlin, un gran poeta maldito, que acabo sus dias en el manicomio; Heinrich von Kleist, un escritor sin fortuna, que acabo suicidandose con 34 anos tras buscar, con sus obras maestras, un exito que se le nego; y Nietzsche, el filosofo que pregonaba que Dios habia muerto creando asi una futura revolucion filosofica, y que tambien acabo sus dias recluido por una enfermedad nerviosa en una casa de locos.

  • Correspondencia a una dama de Blanca Santoro

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    Esta novela nacio de un reto particular. Hace unos meses me propuse escribir una carta romantica y colgarla en mi perfil de Instagram. Soy una autentica enamorada de las epistolas y queria darme el placer de escribir una. Lo que no sospechaba era que acabaria por engendrar 64 cartas de amor. Si, toda una correspondencia que, como puedes suponer, iba a convertir mi muro de Instagram en algo totalmente diferente a lo que es: un espacio intimo donde suelo hablar de literatura. Asi que decidi reunir esas epistolas en un pequeno libro y lanzarlo al mundo para que todos los romanticos pudieran deleitarse de su lectura; tanto, espero, como yo disfrute al crearlo. Y es que el amor tiene mil caras y no todas las personas lo sentimos de igual manera ni lo expresamos del mismo modo. Todos somos unicos y, como tal, esta historia de amor tambien lo es.

  • Melancolia de izquierda de Enzo Traverso

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    Con el derrumbe del comunismo en 1989 las utopias del siglo xx desaparecieron y dejaron lugar a un presente cargado de memoria pero incapaz de proyectarse en el porvenir. Este nuevo vinculo entre historia y memoria permite redescubrir una tradicion oculta, una vision melancolica de la izquierda que atraviesa la historia revolucionaria. A partir de un archivo vasto y heterogeneo de teoria, testimonios e imagenes, Enzo Traverso explora esta constelacion melancolica desde perspectivas diversas: el analisis de una cultura izquierdista de la derrota, la descripcion de una concepcion marxista de la memoria, la construccion de una vision del duelo, y la investigacion de la tension entre el extasis y la pena que da forma a la bohemia revolucionaria.

  • Amos y Mazmorras I de Lena Valenti

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    Amos y mazmorras 1

  • Simplemente perfecto de Jostein Gaarder

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    El primer dia de universidad, Albert conoce a Eirin. No se habian visto antes pero ya nunca volveran a separarse. Despues de treinta y siete anos juntos, mientras Eirin se encuentra en un congreso en Melbourne, Albert sale de la consulta del medico con una noticia demoledora. ?Como enfrentarse a algo asi? Para buscar una respuesta, decide refugiarse en la Casa de Cuento, la cabana que tienen a orillas de la laguna Glitretjern. Alli, completamente aislado, se dara veinticuatro horas para repasar su vida, para escribirlo todo, incluso lo que ha mantenido en secreto hasta ese 23 de abril de 2009… Y justamente cuando esta seguro de que ante el solo se abren las tinieblas --como en esas noches en las que remaba hasta el centro del lago para escudrinar el abismo--, Albert comprendera que en toda oscuridad, hasta en la mas profunda, hay siempre un lugar para la luz.
    En esta nueva novela --honesta y bellisima suma vital--, un Jostein Gaarder en estado de gracia consigue, al mismo tiempo, conmovernos y hacernos reflexionar. Todo con un unico proposito: reconciliarnos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.

  • Vino y Miel de Myriam Chirousse

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  • Cielo, Noche y Estrellas de Daniel Santos

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    F*lla como un Angel: El Divino Haren de la Elegida
    Sonia Escobar era una joven soltera "corriente".
    Agente de policia, adicta al gimnasio...
    Inocente, dulce, buena, carinosa...
    Y un caso lo cambio todo, para siempre.

  • Alguien tiene un secreto de Karen M. Mcmanus

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    !El nuevo libro de la autora de Alguien esta mintiendo, el thriller Young Adult best seller a nivel mundial!

  • Desatame de Noe Casado

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    Sin trabajo, sin casa, sin amante… La vida de Carla es un autentico desastre, y para rematar la faena se ve envuelta en un turbio asunto en el que Aidan, un policia con aires de don perfecto al que detesta, interviene para defenderla. Lo que el chico de oro ignora cuando se presta a ayudarla a salir del bache, es que ella es una mujer de armas tomar…Desatame, la nueva y esperada novela de Noe Casado. Erotismo, pasion y emocion, te dejara sin aliento.

  • Los Viajes de Tuf de George R. R. Martin

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    Haviland Tuf, mercader independiente sin demasiada suerte en su oficio es contratado para una misteriosa mision que parece tener como finalidad encontrar una leyenda: una misteriosa estrella que azota ciclicamente un planeta con las mas virulentas plagas imaginables. Los viajes de Tuf se puede considerar como una space opera que ejemplifica el fenomeno de los fix-up (montaje de diversos relatos interrelacionados entre si) y que utiliza la figura del antiheroe para demostrar una conocida moraleja: !Que mas vale mana, que fuerza!

  • La ultima raya – Javier Jorge de Javier Jorge

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    Una historia sobre el amor, el sexo y el peso de las decisiones en la vida. Narrada con un lenguaje y estilo directo y con un ritmo trepidante que hace volar al lector por las paginas. Compruebalo pidiendo tu muestra gratis a Amazon.

  • Hasta que puedas quererte solo de Pablo Ramos

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    En noviembre de 1997, bajo el agobio de un domingo caluroso, llegue por primera vez a un grupo de Narcoticos Anonimos. Mi mujer de entonces me acompano casi de la mano hasta la parroquia La Consolata, en La Paternal, y se volvio enseguida para cuidar a nuestro hijo, que habia quedado durmiendo en el departamento, a dos cuadras de alli. Me dio un beso y me deseo buena suerte. Yo me quede en la recepcion, sin entrar del todo al pasillo lateral que conducia a los salones donde se juntaban distintos grupos. No habia ningun cartel y por nada del mundo me habria animado a preguntar. ?Que preguntar: "?Aca reciben drogadictos?"? Ni loco, pense, antes me muero. Para distraerme me puse a mirar la cartelera de actividades de la parroquia, no queria volver temprano a casa y decepcionar nuevamente a mi mujer. Ella estaba contenta, habia averiguado todo y le habian dicho que los grupos de Narcoticos Anonimos eran el mejor lugar para dejar la cocaina. Yo la consumia junto con whisky desde los dieciocho anos, y ya para ese entonces tenia treinta y uno. Estaba cansado, el consumo me habia arrastrado por todos los lugares habidos y por haber, desde hospitales hasta la carcel. Mas de una vez habia estado a punto de perder la vida. Habia perdido trabajos, amigos, matrimonios... Ya casi nadie confiaba en mi y mucho menos me tomaba en serio. Leia los dias de catecismo, las misas a pedido, los horarios de secretaria, y me olvidaba, como me pasa siempre, de que era lo que habia ido a hacer a ese lugar. Recuerdo esa sensacion, ese vacio particular, ese estar a la deriva. De golpe una persona, un hombre de algo mas de cincuenta anos, tostado de lampara, con unas cadenas y unas pulseras enormes de oro enchapado, salio de uno de los salones y al verme se me vino al humo. Me saludo y me pregunto si venia para los grupos. --?Que grupos? --le conteste. --Los de catecismo no, flaco --me dijo el hombre, y largo una carcajada que retumbo en el cuarto de hospital que era y sigue siendo el anexo de esa parroquia. Me rei tambien. El tipo me paso el brazo por los hombros, me condujo a la reunion y me presento como "el recien llegado". No recuerdo su nombre, no recuerdo su voz, ni si era alto, se me hace que si, o si era gordo o flaco. Solo el bronceado y el oro falsos, el tono de las palabras que dijo para compartir su experiencia conmigo en el ritual comun de bienvenida que se les da a todos los que llegan a esa confraternidad por primera vez. Entre y me quede. Junte casi un ano limpio antes de mi primera recaida. Junte casi seis meses limpios antes de la segunda. Y despues necesite de una internacion para poder parar. Junte ocho meses y dieciseis dias en esa internacion, y desde entonces es que no puedo juntar mas de seis o siete semanas sin volver a consumir, sobre todo alcohol. Pero muchas veces volvi a los grupos y cada vez fui recibido sin juicio, con un calmo silencio al contar el dolor absurdo de tropezar siempre con la misma piedra. Los companeros me recordaron que yo me debia respeto, y cuando, avergonzado, contaba mis recaidas, las palabras eran casi siempre las mismas. Que estamos enfermos. Que nos descuidamos un poco y estamos otra vez en el horno. Que esto es solo un dia a la vez. Asi me alentaban a empezar de nuevo. Casi siempre un adicto, un alcoholico, sabe exactamente por que vuelve a consumir. Hasta se podria decir que, en silencio, su mente lo planea y va concediendo terreno a una idea que en principio es un germen, algo pequeno y a priori inofensivo, pero que esta destinado a crecer como una planta, una planta carnivora. Es una idea simple, instalada en la tierra fertil de una mente obsesiva, la mente de un adicto: "Esta vez va a ser distinto". Y la idea crece, logica y coherente. Porque es logico y coherente pensar asi, ya que si otro puede, ?por que no voy a poder yo? Y entonces la planta despliega sus tallos y nace una ilusion: "Todo esta bajo control". Y ese control ilusorio, o esa ilusion de control, despliega tambien sus tallos y sus hojas y se expande hacia todos los aspectos de nuestra vida con una energia ingobernable y letal. Mas o menos rapido segun las personas, segun las circunstancias, pero igual de feroz al final del trayecto: todos los adictos sabemos como empezamos, ninguno de nosotros sabe como ni cuando va a terminar. De esas personas va a hablar este libro, de personas que, como yo, luchan dia a dia para seguir adelante. De los que amanecen agradeciendo sencillamente por el hecho de estar limpios, abstinentes, porque no consumir por veinticuatro horas significa veinticuatro horas de milagros ininterrumpidos. Un adicto que no consume es un numero contra todos los pronosticos, algo fuera de lo normal, una balsa que se mantiene a flote pese a que todo propicia el hundimiento. De aquellas personas y de otras que la enfermedad devasto o que sencillamente quedaron en el camino. De muchos que son mi vida o que pasaron por ella, que supieron mirarme cuando nadie lo hacia. Se me ocurre que algunos de estos retratos, de estas cronicas, podrian tener algun valor para un lector en especial: el lector que se identifique de alguna manera con este sufrimiento. Escribir es, entre otras cosas, civilizar el dolor. Y yo, que alguna vez me senti un deficiente moral, un ser perverso que sufria y hacia sufrir a los demas, un dia escuche con alivio la palabra "enfermedad". Que tenia una enfermedad es lo que escuche; y que la enfermedad podia tratarse, y que el consumo compulsivo podia parar. Jamas habia pensado, hasta ese dia, que la palabra "enfermedad" podia hacerme suspirar de alivio. Y escuche, durante horas y en silencio, a esos companeros que hablaban de tres, cuatro, cinco, diez, quince anos sin drogas ni alcohol. ?Anos sin drogas ni alcohol? La vida sin drogas ni alcohol es imposible, aburrida, sin sentido, mejor morir, mejor seguir igual, mejor sufrir que disfrutar de la vida sin drogas ni alcohol. ?Como es eso? ?Mejor sufrir que disfrutar de la vida sin drogas ni alcohol? Asi de grande es el problema, asi de sutil la locura, asi de oscura la condicion del alma, asi de incurable la enfermedad que doblega al adicto.

  • Si, acepto. El contrato de Camilla Fava

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    Serio, analitico, con un fin en su vida, aparte de hacer dinero, ser reconocido como el emperador de Manhattan.
    ?Que busca? Una mujer que pueda seguir sus pasos: docil, obediente, ejemplar y, a la vez majestuosa, atrevida, fuerte. Su esposa debe tomar el titulo de emperatriz.
    Dicen que para guardar un secreto se necesita de dos, solo que ninguno debe saber el del otro. El ofrecio proteccion y una vida de lujos a un buen precio.
    Solo debe decir… Si, acepto.

  • Volver a casa – Yaa Gyasi de Yaa Gyasi

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    Primera novela de la escritora estadounidense de origen ghanes Yaa Gyasi, la trama de esta cautivante historia de hondo calado humano se desarrolla en la costa suroccidental de Africa -la actual Republica de Ghana- y en Norteamerica desde el siglo XVIII hasta la presente. Hijas de una misma madre y de padres pertenecientes a dos etnias distintas, Effia y Esi son dos hermanas de sangre que nunca llegaran a conocerse. Sus caminos estan irremediablemente destinados a separarse: asi, mientras Effia es obligada a casarse con un gobernador ingles y a residir en una fortaleza junto a la costa, Esi es capturada y enviada como esclava al sur de Estados Unidos. La narracion va trazando, pues, el devenir de las dos ramas de la familia, protagonistas de conmovedoras historias de afliccion, esperanza y superacion en el marco de una serie de relevantes acontecimientos historicos: las guerras tribales, el negocio del cacao, la llegada de los misioneros, la Ley de Esclavos Fugitivos de 1850, la Gran Migracion Negra, la lucha por los derechos civiles y el renacimiento de Harlem en los anos veinte, hasta llegar a la epidemia de heroina de los setenta.

  • En mal lugar de Esther Mor

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    Ella solo se ha registrado en ese hotel apartado de la civilizacion para una transaccion rapida, un intercambio sin complicaciones con un ciente habitual. Nada debia complicarse, pero desde el primer momento se ve envuelta en una misteriosa trama en la que nadie es lo que parece, empezando por Harold, el anciano gerente del establecimiento. ?Te parece que estas ante un relato sobrecogedor? ?Crees que vas a leer algo espeluznante o terrorifico?Pues te equivocas, querido lector, lo mas probable es que tus carcajadas sean escuchadas por los vecinos a traves de las paredes.

  • Segundas oportunidades (Una semana contigo 2), Monica Murphy de Monica Murphy

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    Drew ha apartado a Fable de su vida porque cree que no la merece, pero no puede olvidarla.
    Fable ha intentado pasar pagina y seguir con su vida. Su madre sigue siendo un problema constante y es ella quien tiene que cuidar de su hermano Owen. Para poder pagar las facturas, Fable encuentra otro trabajo en The District, el nuevo bar de moda de la ciudad, que dirige el misterioso Colin.
    Pero cuando el equipo de futbol de Drew elige celebrar un cumpleanos en The District, el corazon de Fable da un salto al pensar que volvera a verlo.
    Segundas oportunidades vuelve a montar a Drew y a Fable en una montana rusa de emociones. De la alegria mas desbocada a la pena mas oscura, Drew y Fable son dos almas que se enfrentan al dolor de su entorno con el poder del amor y la pasion que hay entre ellos.

  • A plena luz de J.r. Moehringer

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    Esta es una historia real. Una historia que empieza y acaba en un dia. Una historia que dura una vida. ?Se puede revivir una vida en un dia? Sucede en Nueva York. El dia de Navidad de 1969. Y su protagonista es Willie Sutton, el Robin Hood de Brooklyn, el Gandhi de los gansteres. Esta historia son tantas historias. Todas verdad. O quiza no. Es una historia de astronautas y de sirenas, de policias y ladrones, de magnates y jardineros. Es una historia de fugas, una historia de libros, de los que cambian la vida y es una historia de la libertad reencontrada y del amor buscado.
    Willie Sutton quiere su historia. Tiene un solo dia, pero la suya va a ser una historia memorable.

  • La rebelion de Penelope de Dolores Garcia Ruiz

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    Penelope es hallada inconsciente junto al cadaver de su mejor amiga en un paraje de la costa de Castellon. Santiago Ramirez, inspector de policia tratara de desenmascarar al asesino mientras lidia con la enfermiza y adictiva relacion que le une a su esposa.
    La investigacion policial ira reconstruyendo la historia de la protagonista, a traves de las personas que constituyen su universo familiar, un marido asfixiante que la anulaba, una hija egoista que la ignoraba y un pasado reciente en el que cobra especial importancia la estrecha amistad de Penelope con un elegante galerista de arte.

  • El triangulo de la vida de Francisco Mir

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    --Me pregunto por que los secretos se hallan en los sitios mas oscuros --dijo el abuelo mientras intentaba en vano sacar una de sus zapatillas de debajo del sofa. Su voz sono cansada por el esfuerzo de agacharse. --?Que has dicho, abuelo? --le pregunte extranado mientras me agachaba yo para ayudarlo. Saque la zapatilla y se la di. --Nada, Juan. Gracias, mi espalda ya no esta para estas cosas. --Abuelo, te he oido. ?Que tiene de secreta tu zapatilla? --?Mi zapatilla? Esconde un gran misterio: nadie sabe por que es tan escurridiza --contesto muy serio, y luego se quedo pensando y dijo-- Humm..., esa frase me ha venido a la cabeza de repente, y me ha recordado... --?El que? --Nada, una vieja historia. Algo que me conto muchas veces mi propio abuelo. Sobre un antepasado nuestro. --?Un antepasado? ?Quien era? ?Que le paso? ?Por que nunca nos la has contado? --!Tranquilo, pequeno!, solo es una vieja historia. No se, a tu padre le aburria, asi que... --!Es sabado, abuelo, tenemos toda la manana. No te muevas del sofa, voy a llamar a mis hermanos! --!Pili, Eli, Carlos!, venid, el abuelo nos va a contar una historia de un misterioso secreto. Rapidamente acudieron al salon, y nos situamos todos a su alrededor. Mi hermano pequeno, Carlos, que tenia cuatro anitos, y yo, que entonces tenia nueve, nos sentamos en la alfombra, a los pies del abuelo. Mis hermanas, Eli, de catorce, y Pili, de diecisiete, se sentaron cada una en un brazo del sillon; mi abuelo no podia sentirse mas arropado y orgulloso de sus nietos. --Bueno, bien, os la contare --dijo mi abuelo afablemente--, pero recordad que esto le ocurrio de verdad a un antepasado nuestro: el abad del monasterio de Montserrat, que se llamaba Joan, o Juan en castellano, como todos los primogenitos de esta familia. A el le toco protagonizar uno de los viajes mas importantes de la historia, aunque casi nadie sabe de el. --?No aparece en los libros de texto? --pregunto mi hermana Pili, la mayor. --Pues no, no aparece, por eso teneis que aprenderlo bien, no puede caer en el olvido. Bueno, pues alla va, escuchad. Hasta el pequeno Carlos se quedo en silencio a la espera de aquella historia. --!Imaginaos un carro tirado por cuatro caballos! Y ahora imaginad que el carro lo custodian cuatro soldados montados sobre otros cuatro caballos. Dos van delante y los otros dos detras, y van armados con espadas. Por sus caras serias parecen dispuestos a usarlas en cualquier momento, y todo ello nos hace suponer que aquello que transportan es de suma importancia. Esto nos lo contaba mi abuelo sin leerlo en ninguna parte, gesticulando y haciendo aspavientos con las manos, y asi conseguia que cobrara mucha mas vida. --Uno de los soldados que encabezaban la expedicion, harto de viajar, nervioso por su responsabilidad, le pregunto al otro: <>. Su companero le contesto: <>.--Viajaban desde la imprenta de Venecia hacia el monasterio de Yuso en San Millan de la Cogolla, que entonces pertenecia a Castilla y hoy a La Rioja. --?Como eran de grandes los caballos, abuelo? --preguntaba yo, con los ojos abiertos como platos. --Muy grandes. Pensad que aquella gente no podia fallar en su cometido, tenian que recorrer mas de mil quinientos kilometros, por caminos de todas clases, y debian infundir respeto a cualquiera que pretendiera asaltarlos. !Carlitos, ponte de pie! Fijaos en vuestro hermano pequeno: pues los caballos eran como tres veces mas altos que el. Empece a imaginar la altura de aquellos caballos…, y deduje que rebasaban el techo del salon. --?En que idioma hablaban? --pregunto mi hermana mayor. --Buena pregunta, hija. Aunque el padre Joan era catalan, a los italianos les hablaba en castellano, y ellos lo chapurreaban mas o menos. Las tres lenguas eran entonces mas similares que ahora y, con buena voluntad, siempre se terminaban entendiendo de una forma u otra. --!Atentos, chicos!, era el ano 1482 cuando la carreta con su escolta atravesaba los pequenos municipios de un valle metido entre las montanas, asustando a los pocos vecinos que se cruzaban en su camino; como si hubieran visto al diablo, los hombres, mujeres y ninos desaparecian hacia el interior de sus casas despavoridos, para observar por alguna rendija de las ventanas semiabiertas el paso del carruaje. --?Cuantas generaciones han pasado, abuelo? --interrumpio mi hermana la mayor. --Mira, hija, si han transcurrido ya unos quinientos anos, calcula unas veinte generaciones mas o menos hasta nosotros, no sabria bien como tendriamos que llamar al padre Joan. --?Trastataratio, quizas? --Creo que no, me parece que se dice, llegado a ese nivel, como en geometria, hexatio abuelo, heptatio abuelo y asi hasta decatio abuelo, pero no me hagas mucho caso. Continuare… >>Habian dejado atras el pueblo de Najera, tan solo les faltaba adentrarse en el valle de la Sierra de la Demanda y en unas horas estarian con los hermanos de la Real Congregacion de San Benito, hoy conocidos como los hermanos benedictinos. >>Nuestro familiar, el abad del monasterio de Montserrat Joan de Peralta, viajaba junto a Giovanni Della Rovere, enviado de especial confianza del papa Sixto IV, custodiando los trece libros de Euclides, asi como un manuscrito secreto de cuya existencia nadie sabia, salvo el papa y nuestros enviados, que se llamaba El Triangulo de la Vida. --?Que habia en ese manuscrito secreto, abuelo? --pregunto mi hermana Eli. --Tenia nada mas y nada menos que las claves para reconocer en la naturaleza lugares con un gran poder. --?Y que es eso de los trece libros? --pregunte yo. --Mira, Juan, Euclides fue un geometra griego, responsable de la biblioteca de Alejandria, la mas importante de todos los tiempos, que recopilaba todo el conocimiento de la epoca y que, segun se dice, se quemo en un gran incendio y quedo totalmente destruida. Pero el recogio y plasmo en esos trece libros los principios de toda la geometria que seguimos utilizando hoy en dia. Y gracias a que esos libros se salvaron, hemos podido evolucionar y prosperar en todas las areas tecnologicas, ?entendeis? Ni mi hermano Carlos ni yo habiamos entendido nada, pero asentiamos por no parar el ritmo de la historia. --Continuo, y aguantad un poquito mas, que, si no, no me va a dar tiempo de terminar antes de comer, ?vale, chicos? --!Siii! --dijimos todos a la vez. --Habian pasado el pueblo de Badaran y aquella noche de verano se les echaba encima --continuo mi abuelo--, de modo que prendieron los faroles que colgaban de la carreta, y que a duras penas alumbraban la ruta que conducia hasta el monasterio. Dos soldados abrian paso a la carreta por el estrecho camino, que iba cerrandose a medida que se adentraban entre las frondosas ramas de las enormes hayas y encinas que cubrian el valle. Como ya he dicho, otros dos soldados vigilaban la retaguardia. Las raices, que surgian del terreno como si formaran el sistema nervioso del bosque, conectandolo todo, atravesaban de lado a lado aquella senda y hacian que la carreta fuera dando brincos continuamente. Su estructura crujia, y el ruido resonaba como alaridos de auxilio en el solitario valle. >>Dentro del pequeno habitaculo de la carreta, compartian el espacio los dos encargados de custodiar el baul: Giovanni Della Rovere, sobrino del papa, por si no os lo he dicho antes, y nuestro pariente el abad Joan. Viajaban sin comodidad alguna, tan solo acompanados del tacto de las grietas de las viejas maderas y del de las cadenas que sujetaban y fijaban el baul, que sin cesar chocaba contra sus piernas encogidas y entumecidas. El resto de los enseres iban en la parte de arriba de la carreta en tres baules tras el cochero. --!Hala, un sobrino del papa! --dijo mi hermana Pili. --Si, ya vereis porque, esperad un poco. --?Era muy grande el baul, abuelo? --le pregunte; no me podia imaginar aquellas dimensiones. --Mira, hijo, las carretas no eran muy grandes, poco mas que un coche, se sentaban enfrentados y, en medio, el baul. !Vamos a imaginarlo! Vuestro hermano Carlitos sera el baul, hazte una pelota en el suelo..., y ahora vosotras dos --les dijo a Pili y a Eli-- sentaos una enfrente de la otra, en medio vuestro hermano, con las rodillas pegadas a su cuerpo. --Ja, ja, ja --Carlos empezo a reirse--. Me haceis cosquillas con las rodillas. Nos reimos todos. --Pues esas cosquillas --dijo mi abuelo muy seriamente-- eran todo lo contrario: solo sentian aspereza, dureza y dolor. --Se quedo callado mirando al frente como queriendo sentir ese momento como si el lo hubiera vivido. Todos enmudecimos--. Ascendian junto al rio respirando la frescura del anochecer, cuando unas gotas de lluvia prendieron el intenso aroma de las hojas mojadas. De ser unas gotas que perfumaran el valle, pronto pasaron a ser chorros de agua que se colaban entre las rendijas de la carreta, y un placido instante se convirtio en una autentica trampa para todo el grupo. << !Padre!>>, le grito el cochero, <>. A lo que el padre Joan respondio: <> Antes de que el cochero pudiera cumplir su orden, les salieron al paso... !tres, cocodrilos! --!Cocodrilos, abuelo! --exclamo mi hermana la Pili.

  • Fabada mortal de Ignacio M. Cunat

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    Oye, lo tipico que pasa. Que coges el tren para ir a Madrid a dar una charla y firmar unos libros y acabas medio desnudo, cubierto de sangre y encerrado en un minusculo cuarto de bano con un senor muerto. Bueno, igual no es tan tipico y no pasa mucho, pero cuando pasa es molesto. Mira que al ver que el bano estaba ocupado podia haber ido al siguiente, que para eso iba en tren y habia mas, pero no. Como tenia el dia New Age, en plan <> y cosas de esas, me quede esperando mi turno pacientemente, sin poder imaginar que el universo, el loto y la brisa lo que son es unos cabrones. Y no es por insultar en vano. Es que mientras estaba mecido por el susurro de las esferas galacticas oigo unas toses convulsas muy terrestres, como de alguien asfixiandose. Preocupado, golpeo la puerta con los nudillos y descubro que no esta cerrada. Me asomo y veo que dentro del pequeno evacuatorio hay un senor con la cara azul. Que conste que no tengo nada en contra de la gente de cara azul, pero me resulta inquietante si no son un pitufo. Si es un pitufo no pasa nada, cantamos una cancion, ponemos verde al malvado Gargamel y luego el medico me da unas pildoritas y dejo de verlo una temporada. Pero aquel no lo era. Lo deduje enseguida porque no llevaba gorrito blanco en plan barretina y ademas era muy grande. Nada de un simpatico enanito. No. Aquel tipo ya debia venir grande y corpulento de fabrica, pero es que ademas se notaba enseguida que era de esos que se comen los corderos enteros, entre pan y pan, lana y cencerro incluidos. Un giganton. La cosa es que entro en el bano, me acerco a el para intentar ayudarle y me agarra la mano apretandola con fuerza, mientras dice con una cierta preocupacion: --Me muero… --y yo tengo que coincidir con el en que aquello muy buena pinta no tiene. En plan prudente no se lo digo, por no hurgar en la herida, pero el vuelve a estrujarme la mano y continua: --Comer la lata, la lata…-- y yo pienso que, hombre por Dios, eso ya es vicio: agonizando y pensando en comer. Pero tampoco se lo digo porque a partir de ahi todo es un desproposito. Que si se escurre de la taza del vater en la que estaba sentado, se desploma entre convulsiones y su generoso corpachon de senor talla XXL, ocupa todo el espacio del pequeno recinto, bloqueando la puerta; que si quiero ayudarle, pero estoy arrinconado sobre el lavabo y me clavo en la rabadilla el pequeno grifo, que ademas suelta chorros de agua cada vez que me apoyo; que si intentando no perder el equilibrio, me sujeto con la mano sin mirar y noto algo humedo y caliente, y compruebo que me he cortado. Con una lata vacia. Y pienso que menos mal que el agonizante caballero hambriento ya no se entera de nada, porque igual le digo que la lata esta vacia y le doy un disgusto. Pero no tengo mucho tiempo para pensar porque en eso una voz energica resuena al otro lado de la puerta --!Abra inmediatamente! !Soy el revisor! ?Que pasa ahi? Y antes de que se me ocurra nada original que contestar descubro que, aunque el corte de la mano es pequeno, sangra un monton, y si de por si la escena era dantesca ahora, salpicada con los borbotones de sangre que brotan de mi mano, parece directamente ya una escena del crimen de las de manual. Que intento contar la verdad y tengo tanta credibilidad como un menu del dia de ocho pavos con chuleton de buey kobe de segundo. Y el revisor venga a golpear la puerta, que con tanto meter prisa se estaba poniendo ya, todo hay que decirlo, un poco tocapelotas. Entonces el moribundo tiene un ultimo espasmo feroz, mientras le da un tiron a mi cinturon, que hace que los pantalones se me queden por las rodillas, antes de quedarse definitivamente quieto, tras exhalar un ultimo aliento que le deja la boca abierta con un rictus mortal y extrano, como cuando despues de comer pides cafe en un restaurante y te dicen que no tienen. Y se que esta muerto porque he visto en mi vida demasiadas merluzas difuntas como para no saber cuando algo es un cadaver. Y de repente caigo en que estoy encerrado en el infimo retrete de un tren con un cadaver enorme, chapoteando en agua, con los pantalones por las rodillas, en calzoncillos, rodeado de paredes salpicadas de sangre, y que el hecho de que vista de cocinero, lleve una nariz postiza y unas gafas de plastico y diga llamarme Falsarius Chef, no va a contribuir a hacer las cosas mas faciles. Mi abogado siempre dice que no vaya asi a los juicios, que tengo pinta de culpable. Luego los pierde porque es un manta y le echa la culpa a mi nariz. Asi que cuando por fin el revisor consiguio abrir la puerta, creo que desmontando las bisagras, y pude ver su rostro horrorizado por la escena que tenia ante el, iba a decirle aquello de <>, pero si eso no cuela cuando tu pareja te pilla en pelotas en la cama con una rubia (o un rubio, que en gustos va) no te cuento ya si lo que tienes al lado es un tio muerto. Asi que me lo ahorre. Aunque lo peor, lo peor de todo, es que disgustos aparte, con tanto cadaver y tanta tonteria no me habia dado tiempo a hacer pis. 2 Hay rubias que solo son rubias. Esto es, empiezan en rubia, terminan en rubia y son rubia por el medio. Poco mas. Esta no. Esta era una rubia de las otras. De esas que arruinan vidas, te implican en un asesinato, provocan guerras de Troya o hacen que acabes en la silla electrica y encima te parezca buena idea. Ese tipo de cosas. Una de esas rubias que sabes que van a complicarte la vida pero de las que no te puedes apartar, como si fueras un conejo en mitad de la carretera deslumbrado por los faros de un coche. Del coche que conduce la rubia. Pero no adelantemos acontecimientos porque en aquel momento lo que tenia era un problema, y no pequeno, con la Policia. Las fuerzas del orden son asi. Descubren encerrados en un minusculo cuarto de bano un cadaver y a un fulano ensangrentado a su lado, y enseguida se ponen en lo peor. Claro, que facil. ?Estos es que no ven la tele? En las series de television, ves una escena como esa al empezar y lo primero que tienes claro es que ese, el que esta ensangrentado junto al muerto, aunque tenga los higadillos del difunto a modo de chal por encima del cuello y en la mano un cuchillo jamonero, no es el malo. Pero claro, aqui la policia ve poco la tele y luego pasa lo que pasa. Claro que tu vas a interrogar a un tipo que ha aparecido en estas circunstancias, le pides que se identifique y te dice que se llama Falsarius Chef y que es cocinero impostor, e igual te mosqueas. Sobre todo porque le estas tomando declaracion a un tipo que viaja en tren vestido con un delantal negro, gorro de cocinero y unas gafas de plastico con nariz postiza y bigotillo de pelusilla. Y si encima el tal Falsarius, esto es, un servidor, insiste ademas en que viste asi para evitar ser reconocido por los sicarios de las peligrosisimas mafias internacionales de chefs, que hace anos que quieren liquidarle por poner al alcance de todo el mundo sus secretos de cocina, comprendes que se miren con la cara que se miraban los dos policias que tenia enfrente. Y digo que lo entiendo, no que lo comparta. Porque esa es otra. La policia ve a alguien con la cara cubierta y siempre piensa mal. Y digo yo ?y los superheroes? Ah, claro, de los superheroes enmascarados no nos acordamos nunca hasta que no hay un super villano cargandose el mundo. Luego si, luego cuando al planeta se lo esta engullendo un agujero negro de los malos, malos, o hay que salvarlo de un asteroide perdido que va a impactar sobre la Tierra, todo son llantos. Luego mucho <>, hechos unas nenazas, pero antes, el de la mascara, a la carcel, que, entre rejas, con esas mallas cenidas se va a echar novio enseguida. Pero vamos, que como estoy acostumbrado a que mi aspecto llame un poco la atencion, decidi tomarmelo con paciencia y darles mas explicaciones. Y les conte que yo lo que tenia era un blog de cocina en Internet. Una pagina a la que accedias tranquilamente desde tu ordenador y en la que podias encontrar un monton de recetas. Eso no tenia nada de raro, ni me hacia acreedor de las iras de los chefs. El problema consistia en que las recetas que yo preparaba estaban hechas con la ayuda de latas, botes, congelados y demas productos que podias encontrar en el super de la esquina. Eso lo mezclaba con algunos productos naturales y un par de trucos y conseguia unas recetas con las que cualquiera, por inexperto o torpe que fuera en los fogones, podia hacerse pasar por un chef mas que aceptable. Eso ya les dolio mas, pero mientras solo fue el blog, no hubo mayores problemas. Amenacillas, cabezas cortadas de caballo que me aparecian en la cama, un conejo blanco ahogado en el agua que hervias para preparar espaguetis. Lo tipico. Pero luego la cosa se complico. Me llamaron para la radio y comence a hacer una seccion con mis recetas de cocina impostora todas las semanas. Luego vino la tele, donde estuve tambien una temporada, y las publicaciones en prensa, y luego los libros. Y la cocina impostora comenzo a hacerse bastante popular. Y eso ya no pudieron resistirlo. Si todo el mundo podia cocinar como un chef y comer estupendamente en su casa ?que iba a ser de ellos? Pero los policias no parecian apreciar mi voluntad de cooperacion. Me miraban en silencio, con gesto inexpresivo. En realidad creo que pensaban que les estaba vacilando. Ellos seguramente hubieran preferido que, abrumado por su silencio, me derrumbara y confesara mis crimenes entre sollozos. Pero tenian dos problemas. Uno que era inocente. El otro, que no era la primera vez que jugaba a aquel juego. Asi que me dispuse a seguir contandoles cosas apasionantes y muy relacionadas con el caso que nos ocupaba. Por ejemplo, mi justificado odio por los microondas. Pero no me dio tiempo. De repente, uno de ellos, el mas mayor, el que tenia cuatro pelos mal puestos y se los peinaba hacia atras con gomina, en plan pijito de los noventa, me dijo: --Yo le conozco. Mi mujer no se pierde ni una sola de sus recetas los sabados en la radio. Y tiene todos sus libros. Y le veia en television y seguia sus colaboraciones en prensa. Eso estaba bien. En estos casos, cuando te han encontrado encerrado con un cadaver y chorreando sangre, siempre ayuda que uno de los policias que te interrogan sea fan. --Antes se pasaba el dia encerrada en la cocina, preparando guisitos. Hecha una esclava. Pero desde que le oye, los hace en diez minutos. Algo en su voz me dijo que aquello no estaba resultando tan bueno como yo pensaba. --Y no es que me de mal de comer --continuo--. El problema es que tiene mucho tiempo libre y se pasa el dia en el bingo. Y desabrochandose la chaqueta dejo ver como al descuido la pistola que llevaba en la cintura, antes de anadir: --Yo creo que tiene un lio con el que vende los cartones. El policia mas joven, el que lucia unos prominentes musculos bajo una cenida camiseta, llevaba una cazadora de cuero y parecia sacado de un concurso de horterillas de Telecinco, le miro con reverencia y luego giro la vista hacia mi y se abrio tambien como al descuido la cazadora, dejando ver otra pistola, aun mas grande que la de su companero. Pues oye, a chulo, chulo y medio. Si querian guerra psicologica la iban a tener. Me abri el delantal, como al descuido, y les deje entrever mi michelin derecho. El feo. No podria decir que efecto les causo tan pavorosa vision, porque en ese momento llamaron a la puerta un par de veces y entro un agente, que venia a buscarles. Cruzaron algunas palabras y se marcharon sin despedirse, dejandome recluido con mi equipaje en el pequeno cuarto que el revisor tenia en el tren. Solo y, chulerias aparte, un poco preocupado. Por suerte, siempre que viajo llevo una tartera con provisiones para imprevistos, que nunca sabes cuando vas a volver a tener un supermercado decente cerca. Y la tartera llevaba dentro unas empanalletas, un postrecito muy rico con pure de manzana, pasas y azucar un poco caramelizada que hago yo, y que tiene lo mejor de una empanadilla y lo mejor de una galleta, de ahi su astuto nombre, y despues de zamparme un par de ellas, el disgusto se me paso un poco.

  • Jodido Error de Abril Lainez

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    Propositos de Daniela:Vivir sola.Ser una mujer mas sexySubir a un avion, sin anestesia.Acostarme con un hombre el mismo dia que lo conozca, aunque me conformo con acostarme. Perseguir un orgasmo alucinante -dicen que existen-. Subirme sobre unos zapatos de tacon vertiginosos sin romperme la crisma.Bailar desnuda, acompanada si es posible. Dejarme hacer un masaje.Escribir un libroVisitar el museo donde se encuentre el <>.Vivir sin reglas y vivir sin normas.Tras una peculiar entrevista de trabajo, unas sonoras carcajadas, el hallazgo accidental de una lista de deseos, y un viaje a un balneario, Adrien se enfrenta por primera vez a la posibilidad de que su vida no es tan perfecta como el creia. No es un simple masaje. Tres, dos, uno. En el mismo momento que Daniela posa sus manos sobre el cuerpo de aquel hombre, su lista de deseos empieza a cobrar vida. ?Pagara un alto precio por ello?Deseos cumplidos en un mundo lleno de emociones poco convencionales en el que la amistad, el deseo, el misterio de una famosa obra de arte, una joya rescatada del pasado y una cancion con nombre de mujer, cobran protagonismo.Adrien, Daniela, y su accidentada historia de amor.

  • Lord Desesperado (Lores Malditos 1) de Sydney Jane Baily

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    Simon contemplo la oscuridad y sintio una oleada de satisfaccion. No habia ni una pizca de luz. Asi era como le gustaba. El dia o la noche no suponian ninguna diferencia para el. Ni tendria por que. A la agonia que invadia su mente no le importaban cosas como la salida o la puesta del sol. Solo la entrada de sus sirvientes con una bandeja llena de comida o, mejor aun, con brandy frances, perturbaba su rutina. Un rayo de claridad atravesaba la infinita negrura cuando estos abrian la puerta con suavidad y depositaban su ofrenda casi sin hacer ruido sobre la mesa. De vez en cuando llegaba el medico infernal, si es que en realidad lo era, con sus tonterias sobre el aire fresco, los paseos y la toma de gotas de laudano para calmar su estado de animo. De manera exasperante, el hombre dejaba la puerta abierta de par en par para poder ver mejor a su <>, como llamaba a Simon, quien no se sentia nada enfermo. El ultimo tratamiento novedoso aconsejado por el curandero fue la hipnosis, sugerencia que fue recibida por parte del falso enfermo con un grito de rabia echandolo de la casa. El hombre salio huyendo, y con razon. Tal vez, seria inteligente y no volveria nunca. Por suerte, alguien cerro la puerta tras el, y el mundo de Simon se sumio de nuevo en una absoluta oscuridad. De vez en cuando, si no podia concentrarse en el juego de ver a traves de las sobras, sus pensamientos se desviaban hacia Toby. El querido primo Tobias. Lo habian descuartizado y dado de comer a los pajaros ante los ojos de Simon. No fue una forma de tortura. No, Toby ya estaba muerto cuando empezaron a cortarlo en trozos, se habia desangrado en la celda antes de que arrastraran su cuerpo al sucio patio y lo hicieran pedazos, pero no fue un castigo, sino una advertencia a Simon y a los otros dos desventurados reclusos del terrible destino que les esperaba si se salian de la linea, como habia hecho Toby. Este habia pedido otro sorbo de agua, segun recordaba Simon. El guardia se ofendio y lo atraveso con su sable. Aquello sacudio a Simon hasta la medula. El y su primo habian pasado por muchas cosas juntos. Habian crecido tan unidos como si fueran hermanos y, por eso, cuando Toby anuncio su intencion de luchar por la reina y la patria, Simon sintio que tambien era su deber hacerlo, aunque pensara que la causa del conflicto birmano era el comercio de la madera de teca y el beneficio que reportaba, y no un ideal patriotico. Sin embargo, era imprescindible vencer a los franceses para evitar que realizasen alguna incursion en las posesiones imperiales de la reina Victoria. Despues de haber librado docenas de batallas, ambos al mando de tropas indias, acabaron como prisioneros en la misma celda birmana olvidada de Dios. Se habian cubierto las espaldas el uno al otro durante tanto tiempo, que a Simon le resultaba ahora imposible que aquel hombre, que siempre habia estado en su vida, inteligente, amable y feroz como el infierno cuando era necesario, ya no volveria a formar parte de esta. Ya nada tenia sentido. Su vida no tenia sentido, y tampoco preocuparse por ningun motivo. No encontraba ninguna razon para que algo le importase lo mas minimo, excepto esperar a la muerte, que era lo que Simon habia hecho hasta que un dia, por un milagro, o quiza por desgracia, la puerta de su celda se abrio de repente. !Rescate, libertad, condenacion eterna! ?Como iba a volver a esa vida de lujo y comodidades? ?Como iba a beber te y sentarse a la mesa con gente civilizada, cuando sabia que el ser humano podia alcanzar ese nivel de crueldad? ?Como podria olvidar los ojos vidriosos de Toby? ?Como podria cerrar los parpados y dormir? Simon no podia hacerlo, al menos, no de forma voluntaria. Luchaba contra el sueno cada noche, y a veces perdia la batalla. Se sentaba en la oscuridad y no dejaba que su cuerpo o su mente supieran si era la hora de la vigilia o del sueno. Sin embargo, cuando este lo dominaba durante unos minutos, incapaz de mantenerse despierto, se desataba el infierno. Las batallas, el salvajismo y los ojos de Toby eran sus pesadillas. Y la celda infestada de ratas. Siempre la celda. ?Aun estaba en ese pequeno espacio, en el que no podia ni ponerse de pie, sonando con esta casa en Sheffield, con esta habitacion en el hogar de su familia? ?O solo estaba imaginando esta vida, que le parecia completamente irreal, y en la que sabia que ya nunca podria participar? Simon Devere, septimo conde de Lindsey, lo ignoraba. Pero mientras permaneciese con los ojos abiertos en medio de la oscuridad para no poder fijarse demasiado en los detalles de la habitacion, entonces estaria aqui, en Inglaterra, en Belton Manor. Capitulo 1 --No creo que pueda trabajar un dia mas para ese hombre. --El inesperado comentario provino de una joven en edad casadera, con el pelo color caramelo, y que lucia una expresion de desdicha en su encantador rostro. Maggie habia vuelto a casa. Jenny se percato de la llegada de su hermana por el portazo de la puerta principal y, por lo tanto, estaba preparada para verla entrar en la habitacion, arrojar sus guantes sobre el escritorio y sentarse al otro lado del mismo. Jenny intento evitar la exasperacion en su voz. --No trabajas para ningun hombre, que yo sepa --le dijo--. Asi que, ?de que demonios estas hablando? Maggie fruncio el ceno, recogio unos papeles que tenia delante, los miro como si estuvieran escritos en un idioma extranjero, en lugar de ser los pagos de su pequena casa de campo y sus tierras, y luego los volvio a dejar sobre la brunida superficie de nogal. --Ya sabes a quien me refiero. A lord Desesperado. Jenny suspiro. --Eso suena poco amable. Ademas, tu no estas a su servicio, sino que ayudas a esa pobre mujer, que esta casi loca de dolor por la muerte de su marido. Muestra algo de compasion, Mags. Maggie se envaro. --Oh, lo hago, lo hago. Me siento con esos chicos a diario mientras intentan conjugar los verbos franceses y hablar con tanta fluidez como su madre. Si lady Devere entra en la habitacion, con su rostro palido y sus ojos enrojecidos, siempre le pregunto como se siente. Sin embargo, han pasado casi dos meses desde que lord Desesperado llego a casa y trajo la noticia del fallecimiento de su primo y esposo de lady Devere, ?no es asi? Por no mencionar que, en realidad, lleva muerto unos dos anos. Aun asi, la senora llora como si lo hubiera colocado hoy mismo en el feretro y acabara de darle la ultima despedida. --Tobias Devere era un buen hombre, segun tengo entendido --ofrecio Jenny. Maggie asintio. --Los ninos tambien lloran a veces, aunque dudo que lo recuerden. Aunque si se han dado cuenta de que su padre no va a volver. Nunca. Jenny oyo que la voz de Maggie se entrecortaba y supo que su hermana no era ajena a la tragedia de la familia Devere, pues le traia a la memoria su propia perdida, la de su querido, pero irresponsable padre, lord Blackwood. --No tengo nada que hacer alli --insistio Maggie--. No quiero estar en medio de su dolor. Tengo que lidiar con el mio --anadio--. Es mas, no quiero ser tutora de frances. ?Por que tengo que serlo? ?Por que no puedo quedarme en casa y ayudarte con esas cifras que estas sumando todo el dia? --Senalo los libros de contabilidad y los papeles sobre el escritorio. Jenny se encogio de hombros. --Todos hacemos lo que podemos para ayudar a mama. Ya lo sabes. Y tu eres tan poco apta para la aritmetica como yo para el frances. --?Y Eleanor? Jenny sonrio ante la idea de que su hermana menor pudiera desempenar un trabajo remunerado. --Si puedo encontrar una retribucion economica a sonar despierta y dibujar rosas de vez en cuando, entonces tendre el empleo perfecto para ella. Jenny extendio la mano por encima de la mesa y la puso sobre la de su hermana. --Por favor, sigue con ello. Se que tu salario es una miseria comparado con lo que vales, pero por ser la hija de un baron, te pagan mas de lo que pagarian a un verdadero tutor o a una institutriz. Las fosas nasales de Maggie se dilataron. --!Que debamos discutir sobre salarios, como… comerciantes! --Maggie se puso en pie, se dirigio al aparador y comenzo a juguetear con la jarra de brandy vacia. A los dieciocho anos, Maggie, la hermana mediana de Jenny, atrapada en el campo y sin ningun pretendiente a la vista, era muy consciente de su precaria situacion. Sobre todo, por la falta de dote y porque, lamentablemente, su unica temporada habia sido truncada con la prematura muerte de su padre a principios de ano. Entonces, los acreedores comenzaron a llamar a la puerta. Las perspectivas matrimoniales de Jenny tambien se esfumaron de inmediato cuando lord Adler, un vizconde aparentemente honrado que la habia cortejado y conquistado durante su segunda temporada, retiro su oferta de manera abrupta. Si su padre hubiera estado vivo, habria impugnado la ruptura del contrato verbal. Por supuesto, de haberlo estado, el vizconde no lo habria roto, en primer lugar. Jenny se habria casado, como era su deber, y tendria que haberse sentido agradecida por tener la oportunidad de ayudar a dirigir la hacienda de lord Alder y criar a los hijos con los que ella y el vizconde hubieran sido bendecidos. Sin embargo, Jenny solo habia sentido un leve interes por aquel hombre y por la idea de convertirse en su esposa. A la muerte del baron Lucien Blackwood, su madre no estaba preparada para hacer nada mas que reunir a su familia, incluidas sus tres hijas y todos los sirvientes que pudiera seguir empleando, y dirigirse a la casa de campo de la familia en Sheffield. Alli tenian muchos buenos recuerdos rodeadas de veranos calurosos y otonos frescos, al contrario que en Londres. Y durante muchos anos, cuando Jenny era mas joven, los Blackwood iban a Sheffield a pasar las vacaciones de invierno. Si los Deveres estaban en la residencia campestre, celebraban una de sus legendarias fiestas de Navidad. Jenny recordaba haber ido a Belton Park y haber conocido tanto a los Deveres con titulo que vivian en la gran casa solariega como a sus parientes menores de Jonling Hall. De los cuales, sir Tobias Devere, solia ser el feliz senor. La guerra de Birmania habia acabado con todo eso. Tobias se habia marchado hacia tres anos para cumplir su deber con su primo Simon, el vizconde y heredero del condado. Para cuando Jenny y su familia habian llegado de Londres, ya se temia que ambos estuvieran muertos, yl a familia de Tobias Devere se habia trasladado a Belton Manor. Jenny esperaba que el motivo de su mudanza fuera poner a la viuda y a sus hijos bajo la proteccion del conde. Sin embargo, temia que se debiera a la presion financiera que afectaba a muchas de las grandes familias, ya que mantener las tierras y pagar a los sirvientes no era tarea facil. --Incluso cuando estamos pasando una tarde agradable --se lamento Maggie--, de repente, oimos a lord Desesperado… --Por favor --interrumpio Jenny--, deja de llamarlo asi. Mas o menos al mismo tiempo que su familia se establecia en Sheffield, Simon Devere habia regresado en un estado mental terrible, o eso decian los rumores, que se extendieron con rapidez entre los habitantes del pueblo. Es mas, habia confirmado lo peor respecto a lady Devere, la esposa del primo de este, nacida en Francia. Sir Tobias habia muerto, y Simon, cuyo padre habia fallecido mientras el estaba en Birmania, ya no era vizconde, sino el nuevo conde. Un conde al que nadie habia visto salir de Belton Manor desde su regreso. --Es lord Devere, y el noble de mayor rango de este condado --le recordo a su hermana. Jenny guardaba una vaga memoria de las pocas veces que su familia habia ido a la mansion para una fiesta de Navidad o de finales de verano. El conde tenia ojos amables y era bastante llamativo. Era mayor que ella, quiza siete u ocho anos, por lo que nunca habia compartido con el mas que un breve saludo. Sin embargo, se habia quedado con la impresion de que era cortes. --En realidad, supongo que ahora que su padre ha fallecido, lord Devere se ha convertido en lord Lindsey. --Bien --cedio Maggie--. El caso es que, mientras les leo un cuento los ninos y les pido que presten atencion al vocabulario, tenemos que escuchar a lord Lindsey gritar o dar golpes en su habitacion como un jabali herido. El abatimiento que cae sobre ellos y la pobre lady Devere es casi palpable. Habria sido mejor que se quedaran en Londres. --Tal vez no tenian otra opcion. Maggie lo considero en silencio, y luego senalo los papeles sobre el escritorio. --?Como ha ido? ?Estamos en mejor situacion que el mes pasado? Jenny miro los numeros que tenia delante. --Tu salario ayuda enormemente. --Eso era exagerar, pero cada pequena cantidad contaba. Maggie asintio en senal de acuerdo. --Tu contribucion es mucho mayor, estoy segura. Jenny se sonrojo. Si, sus habilidades contables habian aportado una buena suma, y esperaba que eso continuara, siempre y cuando los duenos de aquellos libros no supieran que era ella, una simple solterona de veinte anos quien se ocupaba de su contabilidad. Se volverian locos si conocieran su identidad, una mujer sin experiencia en los negocios. A traves de Henry, el criado de su padre, al que su madre se habia negado a despedir tras la muerte de lord Blackwood, Jenny habia conseguido ganarse la confianza de unos cuantos clientes. Llevaba las cuentas de los comerciantes locales, asi como de algunos nobles. Henry era el encargado de llevarle los libros de cuentas, y ella era el misterioso genio que determinaba la cantidad que un subdito leal debia a la corona o tenia derecho a guardar en sus propias arcas. Si tan solo hubiera sabido las terribles circunstancias de su padre… Gracias a su creciente clientela y al modo de vida frugal, evitaba que su madre, sus hermanas y su hogar cayeran en la indigencia. Aunque Maggie no aportaba gran cosa, la idea de que todo no recaia sobre sus espaldas reconfortaba mucho a Jenny, y asi podia afrontar la considerable carga de la manutencion de su familia. Ademas, aunque no se lo habia mencionado a Maggie ni a Eleanor, todavia les quedaba algo de dinero de la venta de su casa en la ciudad. Con esto y la bendicion de su madre, Jenny estaba decidida a darles a sus hermanas la oportunidad de tener su temporada en Londres, aunque esta fuera muy corta. Sin embargo, seria imposible reunir una dote. Las dos jovenes eran encantadoras, Jenny lo sabia, y si tan solo pudieran dejarse ver en algunos salones de baile, tendrian ocasion de conseguir un buen partido. En cuanto a ella misma, Jenny descubrio que no le importaba el drastico cambio de estilo de vida, como habia temido. Ser una solterona en Londres habria sido insoportable; habria sido despreciada y sus compromisos sociales se habrian visto severamente limitados a medida que envejecia. En el campo, tenia libertad. Ya dirigia una casa y supervisaba a sus hermanas como si fuera un hombre. Montaba a caballo cuando queria y leia lo que le apetecia, y aqui nadie la obligaba a tocar el temido pianoforte, a cantar o a bordar. De hecho, Jenny odiaba beneficiarse de la miseria de los demas, y menos aun de la su madre y hermanas, pero su vida habia mejorado. Y no habia tenido que asumir el papel de esposa de un vizconde, sobre todo, como resulto evidente, el de una esposa que no era en realidad deseada. La unica nube negra era la ingrata posibilidad de no casarse nunca, de no experimentar los misterios del lecho matrimonial ni de tener hijos propios. --De todos modos, no puedo volver manana. --La voz de Maggie la saco de sus pensamientos. Jenny se puso en pie. --?Que estas diciendo? ?Por que no? --Mama me ha pedido que lleve a Eleanor a la ciudad para comprarle un sombrero nuevo, ya que los ha perdido todos, y unos guantes, pues ha roto su ultimo par. Un sombrero y unos guantes. Jenny queria gritar ante la frivolidad de aquello. --No puedes abandonar a tus pupilos por un asunto asi. No cuando se supone que estas trabajando. Maggie levanto la mano.

  • El paso de las Devotas, Carlos Calvera de Carlos Calvera

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    UN VIAJERO, UN MONASTERIO PERDIDO EN LAS MONTANAS, UNA MALDICION MILENARIA…