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    El esperado final de la nueva serie de Dulcinea, Luna. Nunca dejes de sonar…

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  • Si la luna nos viera tocaría nuestra canción - Roca Libros

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    Si la luna nos viera tocaría nuestra canción. Tras soñar durante meses con el mismo chico y no dar con él en la vida real, Violeta lo ve en el aeropuerto.

  • Si la luna nos viera tocaría nuestra canción - Casa del Libro

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  • SI LA LUNA NOS VIERA TOCARÍA NUESTRA CANCIÓN

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  • Si la luna nos viera tocaría nuestra canción - Goodreads

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    Si la luna nos viera tocaría nuestra canción book. Read 87 reviews from the world's largest community for readers. Dulcineas awaited conclusion that will...

  • Reseña: Si la luna nos viera tocaría nuestra canción #2

    http://enunmundodesuenosfani.blogspot.com/2020/04/resena-si-la-luna-nos-viera-tocaria.html

    2 abr 2020 — En este segundo libro seguiremos conociendo a Violeta, pero en la ciudad de Chicago y conoceremos un poco más a Pau. En general, es un libro que ...

  • Si la luna nos viera tocaría nuestra canción - Audiolibro

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    4 abr 2019 — En 2018 también en Roca publicó el libro de lifestyle y recetas veganas El cuaderno del bosque. En 2019 nos entusiasmó con la serie Luna, ...

  • Si la luna nos viera tocaría nuestra canción - El Corte Inglés

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    Una de las mejores novelas que he leído este año». Lecturofilia. «Paola ha conseguido plasmar una química impresionante con sus palabras». 1000 libros. «Una ...

  • Tres rosas robadas (Corazones desahuciados 2) de Ascen Nunez

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  • La mujer singular y la ciudad de Vivian Gornick

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    Continuacion natural de <>, <> es un mapa fascinante y emotivo de los ritmos, los encuentros fortuitos y las amistades siempre cambiantes que conforman la vida en la ciudad, en este caso Nueva York. Mientras pasea por las calles de Manhattan, de nuevo en compania de su madre o sola, Gornick observa lo que ocurre a su alrededor, interactua con extranos, intercala anecdotas personales y piezas reflexivas sobre la amistad, sobre la a menudo irreprimible atraccion por la soledad y sobre que significa ser una feminista moderna. Estas memorias son el autorretrato de una mujer que defiende con ferocidad su independencia, y que ha decidido vivir hasta el final sus conflictos en lugar de sus fantasias.

  • El Principe de Kiera Cass

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    La vispera de su cumpleanos, Maxon se da cuenta de que la Seleccion, que le parecia tan estimulante, es ahora muy intimidante. Cuando se confiesa con su amiga de toda la vida Daphne, la princesa francesa, queda sorprendido por su respuesta: ella lleva mucho tiempo enamorada de el y lo que de verdad le gustaria es poder optar a ganarse el corazon del principe, algo que el proceso de la Seleccion hace imposible.
    La agria discusion con Daphne y las acusaciones que esta le hace provocan que Maxon se plantee algunas cuestiones:
    ?Sera verdad que tenia el amor al alcance de la mano y no se dio cuenta? ?Y si no tiene la capacidad de sentir una emocion tan profunda?
    Sin embargo, la noche antes de que la competicion empiece de verdad conocera a America Singer. Le pilla desprevenido la antipatia que la chica parece sentir por el y se toma a broma lo brutalmente sincera que es, pero eso no hace mas que aumentar su curiosidad por ella.
    En El principe, accedemos al corazon de Maxon, vemos su humildad, sus miedos y su humor y habilidad para no tomarse en serio a si mismo al mismo tiempo que empezamos a entender las razones que hacen que se enamore de America.

  • La venganza de las palabras bonitas de Victor Mengual

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    A veces los corazones
    se incendian
    y las palabras no encuentran
    una salida de emergencia.

  • La ciudad de los espejos de Justin Cronin

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    El mundo tal como lo conociamos ha desaparecido.
    ?Que clase de mundo surgira en su lugar?

  • Salamina de Javier Negrete

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    Siglo V a. C. El gigantesco Imperio persa pretende destruir Atenas y conquistar Grecia. Solo Temistocles, el visionario, sera capaz de idear una defensa para plantarles cara. El enfrentamiento tendra lugar en la batalla de Salamina, escenario de traiciones y heroismos, en la que se dirimio el futuro de la civilizacion occidental.

  • Brianda de Gema Samaro

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    Brianda de Valdivia, duquesa de Encinares, es una joven viuda que debe defender su legado en un mundo hostil. Su primo, el marques de Moncada, esta dispuesto a todo para hacerse con su patrimonio. Incluso a contratar los servicios de Baldassare, un mozo de cuadras, para que espie y controle los movimientos de Brianda, con el fin de que descubra algun secreto con el que poder chantajearla y tenerla al fin a su merced.
    Sin embargo, los planes del marques se trastocan desde el momento en el que Brianda se encuentra por primera vez con Baldassare, un joven atractivo y descarado que asegura ser un principe venido de un lugar lejano. ?Pero quien es realmente ese hombre? ?Un impostor? ?Tal vez un loco? El caso es que el sirviente no solo decide ser leal a la duquesa sino que la atraccion y la fascinacion iran creciendo entre ambos hasta el punto en el que se veran inmersos en una pasion irrefrenable que podria hacer peligrar todo.

  • Mas vale nunca de Daniel A. Tortora

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    Supe que definitivamente era el final. Solo me entristecia que no fuese mas tragico, que se marchase asi nomas, como el otono, con alguna lluvia, con apenas un poco mas de frio. La parejita trepo los escalones de la estacion escoltada por los familiares y algunos vecinos. Se dirigieron hacia el unico banco que se mantenia en pie y apoyaron los bolsos y la valija en el piso. Don Anselmo destapo el termo y comenzo la ronda de mate con Elvirita. Simularon sonrisas y algunas bromas, los amigos apartaron del grupo a Alberto, seguramente para darle consejos. Elena tomo a Elvirita con las manos y la repaso de arriba abajo, negandose a aceptar que quien se iria a vivir a la ciudad, --y ya no regresaria--, era su hija. El mate paso de Juan a Elena, de Elena a Ramon, de Ramon al Chuno y asi hasta acabar nuevamente la ronda en Don Anselmo. Esta vez el tren no se hizo esperar como cuando se marcharon las hijas de Clara. Aquella tarde si que debieron aguardar, sin embargo hoy llego en hora. Juan tuvo que arrancar a Elvirita de los brazos de Elena y Don Anselmo intervino tomando a su esposa por los hombros. Los domingos no son buenos para las despedidas, mucho menos por la tarde. Cuando el tren arranco, cerre la ventana y me fui a acostar. Unos fuertes golpes en la puerta me despertaron, pero tarde en reaccionar hasta que se repitieron acompanados por los gritos del Negro. --Abra maestro, somos nosotros, los pecadores, vamos abra. --Va, va. Ya va. --Les abri la puerta mirando hacia abajo y refregandome los ojos. El Negro traia un paquete en la mano. Detras de el entro Raul con las manos en los bolsillos y mirando hacia todas partes. --Hola profesor. ?Dormia? --Un poco. Pasa Raul, pasa y cerra la puerta. El Negro ya se habia sentado y mientras desenvolvia el paquete con tortafritas me senalo el mate que habia quedado alli desde la noche anterior. Fui hasta la cocina a calentar agua. Me quede esperando que se me pasara la modorra, ademas no tenia muchas ganas de hablar. --?Y maestro, falta mucho con eso? --Ya va Negro, esta calentandose. --Regrese a la pieza y apoye la pava sobre la silla, despues me sente en la cama. El Negro fue el encargado de preparar el mate. --?Vio que se las tomo Elvirita y Juan? --dijo, guinandome un ojo. --Si, los vi desde la ventana. --Por eso el poeta anda medio triston, vio, le tenia unas ganas a Elvirita. Nos reimos. --?Es verdad lo que dice el amigo, Raul? --pregunte. --No le haga caso, son inventos del Negro --contesto Raul. --Dale, que no, las punetas que te habras hecho con Elvirita, guacho, a mi me vas a decir --se defendio el Negro. Nos reimos un buen rato con eso. El Negro siguio hostigandolo y yo haciendo de partenaire. Raul se abandono al papel de victima y opto por escuchar las barbaridades que decia su amigo. Casi no tuvimos otro tema de que hablar. Alrededor de las dos de la manana, el Negro se paro de repente, se sacudio los restos de tortafritas que le habian quedado sobre la barba y la camisa y mirando a Raul le dijo --vamos poeta, manana tengo que laburar. --Vamos --respondio su amigo. Los acompane hasta la calle, pense que habia dormido demasiado para acostarme tan temprano. El Negro cruzo la calle y fue a orinar contra un arbol, de espaldas a nosotros. Raul encendio un pucho y le pego una chupada interminable. El Negro seguia de espalda, de pronto nos miro y grito. --Disculpen, eh. --Y se tiro un pedo. Me rei mirandolo a Raul que negaba con la cabeza, pensaria que ese no podia ser amigo nuestro. --?Te vas a acostar Raul? --pregunte todavia riendome. --No, todavia no. --?Lo acompanamos al Negro y vamos a dar una vuelta por ahi? -- ofreci. --Vamos, pero primero pasemos por casa. CAPITULO II Cuando el tren se detuvo, me apresure a descender. Busque algun punto de referencia para guiarme, pero lo unico que encontre sobre los arboles fueron los techos, la antena de un radioaficionado y la cruz de la iglesia. Camine hasta el borde de la escalerita que estaba rodeada por macetones repletos de flores que ya empezaban a marchitarse. Me quede un instante observando el panorama, despues mire el reloj, eran la seis y cuarto, entonces cruce la plaza desierta y opte por caminar hasta la escuela. La escuela estaba a unas cuadras, imposible perderse. Desde la plaza podia versele, era un edificio prolijamente pintado, moderno, que no encajaba con las casas que lo rodeaban. Subi los seis escalones que separaban la puerta de la vereda y lei el cartel que estaba pegado en el vidrio “atencion al publico de 9hs. a 12hs.” --Que bien-- pense. Deberia buscar un hotel, ya que presagiaba que a esa hora seria imposible encontrar a alguien. Una hora mas tarde pude ubicarme en el unico hotel que tenia el pueblo, comer algo, banarme y acostarme, aun restaba una semana para que comenzasen las clases y tendria tiempo para escribirle a mi familia. Me desperte temprano, me duche sin apuro y baje a desayunar en el hall del hotel. Una mujer vieja me sirvio un cafe con leche con tres facturas. Le di las gracias pero no me respondio. Me apresure a desayunar y sali para el colegio. Las pocas personas que me cruzaba se quedaban mirandome como si yo fuese un dibujito animado, algunos no me quitaban los ojos hasta que me perdian de vista, yo miraba para adelante con aire de personaje importante, me sentia Charles Bronson. Camine sin apuro, mostrandome. El colegio estaba a solo tres cuadras del hotel. Al llegar a la esquina donde debia doblar procure recordar las palabras que me habian dicho en el Consejo. “Cuando llega, se presenta en el colegio y les comunica que usted es el profesor de historia y geografia que pidieron, pero los papeles no los entrega, me entendio.” Subi las escaleritas, atravese el corredor y camine hasta otra puerta, cuando la abri me encontre, a la derecha, con un aula. Mire hacia todos lados buscando a alguien que pudiera atenderme, pero como no habia nadie golpee con los nudillos. Una voz de mujer grito "adelante". Abri con cuidado y meti solamente la cabeza. Era una mujer de alrededor de cuarenta anos o tal vez algunos mas, me miraba sorprendida, como si Charles Bronson realmente hubiese entrado, despues se puso de pie. --Pase, pase, adelante. --Buen dia, soy el profesor de historia y geografia --me presente. --Ah si, si, sientese. Por aca tengo sus datos. --Leyo una carpeta que tenia sobre la mesa y dijo --Alejandro Roboni. El senor Alejandro Roboni --repitio recalcando el “senor”. --Ragoni --dije. --?Como? --pregunto. --Alejandro Ragoni. --?Ragoni? --repitio. --Si, Ragoni, como se pronuncia. --Entonces aca lo pusieron mal --se excuso y comenzo a borrarlo--. ?Sabe que el lunes comienzan las clases? --Si, ya me lo comunicaron. --Bueno, si desea saber algo mas o alguna otra preguntita --comenzo a decir. --Quisiera conocer mis horarios, saber quien me va a entregar los programas y si se puede visitar la escuela. De repente la mujer me echo una mirada de furia, como si le hubiese pedido vaya a saber que cosa y me respondio pausada pero marcialmente. -- El lunes debe venir a las ocho de la manana y ahi va a conocer sus horarios. Los programas debera retirarlos en la municipalidad de lunes a viernes de ocho a trece horas y al colegio no va a poder visitarlo porque solo esta abier ta la secretaria, que es esta aula, y ya la conoce. Sin responderle comence a ponerme de pie, le iba a dar las gracias de mala gana y a marcharme cuando se abrio la puerta y entro una adolescente que se quedo clavada cuando me vio. --Perdon --dijo. --Pasa Susana, pasa. --Hola mama --saludo la chica. La mujer me senalo con el dedo y le dijo a su hija con voz socarrona --el joven es el nuevo profesor de historia y geografia que vas a tener desde el lunes. El senor Raboni, ?asi era, no? --Ragoni --le conteste, mirando a su hija y pensando que si esta era la secretaria como seria la directora. Mas tarde me enteraria que ella tambien era la directora. --Disculpe que no me presente -- me dijo con una voz mucho mas amigable--, me llamo Clara Prieto, pero todos me llaman Clara, solamente. --A mi llameme Alejandro, es mas facil.

  • Me enamore mientras dormia (Huerfanos enamorados 1), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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    Mi nombre es Haidee. Han pasado tres anos desde que desperte del coma, pero aun siento como me estremezco cada noche cuando sucumbo al sueno. Y lo que es aun mas intrigante, noto como mi subconsciente trata de decirme algo. ?Que?

  • Secretos de una noche de verano (Las Wallflowers 1) de Lisa Kleypas

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    Una novela romantica divertida, sensual, soberbia.

  • Me gusta mi jefe de Scarlett Vega

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    Cuando llegue al bufete de abogados donde parece que pasare los proximos anos de mi vida, entrecierro los ojos al ver el nombre del edificio de oficinas, y aun no estoy seguro de como me siento al respecto. Intento imaginarlo diciendo Ramos, Morales, Ortega & Medina. Es la parte de "& Medina" la que me hace detenerme, ya que soy el Medina que quiere su apellido en ese lugar. Una mitad de mi se siente orgulloso de la idea de ver mi nombre junto al de gigantes de las leyes en un gran bufete como este, mientras que la otra mitad quiere vomitar por ser tan vendido al sistema. Supongo que se podria decir que tengo sentimientos encontrados sobre todo el asunto. Tome el ascensor hasta el piso 15, donde me recibe un recepcionista. --?Sr. Medina? -- pregunta, poniendose de pie y acercandose desde su escritorio hasta llegar a mi lado. --Me llamo Claudio y lo he estado esperando. Es un placer conocerlo. Le doy la mano, pero pienso que este tipo tendra que irse si voy a trabajar aqui. Ya tengo mi propia recepcionista. Y prefiero que mujeres trabajen para mi. Cuando me aburro en medio del trabajo en los casos, siempre es agradable tener una conversacion coqueta con una asistente femenina, o al menos mirarle el culo cuando salen de mi oficina para traerme otro archivo. Nunca he entendido realmente el punto de contratar asistentes masculinos. Pero nunca he entendido muchas de las cosas que hacen los bufetes de abogados normales. Probablemente por eso nunca he trabajado en ellos. Claudio me lleva a una sala de conferencias donde ya hay tres hombres sentados, esperando para conocerme. Se que son Antonio Ramos, Ronaldo "Ron" Morales y Jaime "Jim" Ortega, los socios fundadores de la firma. --!Adrian! --dice Antonio y se levanta para darme la mano, al igual que los otros dos. Estudiamos todos juntos en la facultad de derecho, pero hacia tiempo que no los veia. Cuando los veo, es a menudo como abogado contrario en el tribunal, ya que tiendo a representar a demandantes "pequenos" mientras que ellos suelen representar lo que siempre he considerado como grandes y malvadas corporaciones. --Hay cafe recien preparado si quieres tomar un poco-- dice Claudio, mientras se retira hacia la puerta. --Hazme saber si necesitas algo mas… --Que casualidad verte aqui-- dice Ronaldo, mientras se sientan en sus asientos y yo elijo el mio. --Se que lo es-- les digo, en parte avergonzado de que las circunstancias de la vida me hayan traido aqui, mientras que al mismo tiempo, sintiendome agradecido por la oportunidad. -- Hice mi carrera legal siendo un picaro independiente. Pero pense que era hora de unirme a la sociedad y de conectar con un bufete. Se rien, y me alegra que no presionen el tema de por que estoy aqui hablando con ellos hoy. Estoy seguro de que saben lo suficiente de mi, como yo se lo suficiente de ellos, para haber sopesado los pros y los contras y decidido proceder de esta forma. La verdadera razon por la que estoy aqui es que mi padre dijo que la firma, en la que ha sido socio por mucho tiempo, buscaba expandirse y que yo deberia unirme. Aunque es bastante viejo y medio senil, creo que acerto en esto. Algunas cosas buenas y malas habian sucedido como resultado de mi obstinada insistencia en tener y dirigir mi propio bufete de abogados. Lo bueno es que gane algunos grandes casos y un monton de dinero. Si no fuera por eso, no creo que estos tres abogados estuvieran interesados en asociarse conmigo, tanto si mi viejo ya era socio de su bufete como si no. Lo malo es que arruine otras cosas, que no necesito detallar, porque ?a quien le gusta contar sus perdidas? Digamos que tengo la tendencia de ganar y perder a lo grande. Y tambien la tendencia a mezclar los negocios con el placer demasiado a menudo. --Se que ya hemos enviado la propuesta del acuerdo de sociedad-- dijo Antonio. --Es algo bastante estandar y queremos que empieces casi inmediatamente. Como sabes, nuestra firma lo ha estado haciendo bien. Ganamos un gran caso para un gran cliente, Gabriel Grayson, el propietario de la empresa de juguetes, que en realidad trabaja aqui con nosotros y dirige su negocio fuera de nuestras oficinas, para que podamos estar al dia con sus muchos y diferentes asuntos legales. --Si-- digo, y aqui me dirijo a Ronaldo Morales, que no solo es el socio de Antonio, sino su mejor amigo desde que estaban en la escuela primaria. --Felicitaciones por esa gran victoria, Ronaldo. --Gracias-- dijo Ron, y luego miro a Antonio como diciendo, al menos alguien reconoce mi contribucion a nuestros logros. --Se han abierto muchas oportunidades para nuestra empresa y al mirar la expansion, nos alegramos de ver que te intereso. --Solo hay un pequeno detalle que nos gustaria repasar contigo antes de hacerlo oficial-- dice Jim, y me preparo para lo que ya sospechaba que vendria. Lo que quieren repasar conmigo es el hecho de que soy conocido por acostarme con mis subordinadas. Decido hacer las cosas mas faciles para ellos. --Miren, chicos-- digo, mis manos extendidas como si fuera un escolar inocente acusado de robar galletas. --Estaba acostumbrado a trabajar por mi cuenta, haciendo mis propias reglas, o disfrutando de la falta de ellas. Tuve algunas oportunidades para… interactuar socialmente con mi personal, lo cual se que ahora no es la mejor idea. Leccion aprendida. Continuaban mirandome fijamente, como si esperaran que dijera algo mas, asi que repito: -- Leccion aprendida. --?Leccion? -- Ron pregunta, intensificando su caso. --Tengo entendido que ha sucedido repetidamente. Me pongo tenso, y deben pensar que estoy senalando que el trato puede ser cancelado. En realidad, solo me pregunto de cuantos han oido hablar, y trato de contar cuantas lecciones aprendidas ha habido realmente. --Mira, Adrian-- Ron finalmente continua. --No queremos comportarnos como unos matones aqui. Sabemos lo que se siente… --Creeme-- dice Antonio. --Se lo que se siente. Era igual que tu antes de casarme con mi asociada. --Lo se-- le digo, porque ?quien no lo ha hecho? Antonio era conocido por elegir una nueva asociada como mentor cada ano, y por acostarse con ella. Pero la bomba habia estallado cuando se habia casado con una de ellas. Como si fuera una senal, Martina Miller o Ramos, ahora, entro en la sala de conferencias, con un bebe en cada brazo. No se mucho sobre bebes, pero parecian tener unos seis meses. Tambien habia oido que Antonio y Martina habian tenido gemelos. --Hola, carino-- dijo, asintiendo a Antonio. --Siento no poder estar en esta reunion. Se que habia dicho que lo intentaria, pero la ninera aun no se siente bien, asi que me trajo a los gemelos de camino a casa, y voy a intentar terminar el informe de Stephenson si consigo que se duerman en mi oficina y luego me ire a casa con ellos. --No hay problema-- respondio Antonio, saludando a su esposa. --Ellos son mas importantes. Buena suerte… --Gracias, carino-- dijo Martina, y luego me asiente con la cabeza. --Sr. Medina, siento no poder quedarme mas tiempo pero es un placer conocerle. --Encantado de conocerte tambien-- le digo, saliendo de mi asiento para escoltarla hasta la puerta de la sala de conferencias. --Te daria la mano pero veo que las dos estan llenas. Se rie al salir y luego vuelvo a la mesa. --Martina solo iba a hablar un poco sobre RRHH-- explica Antonio. --Ella y yo lo pasamos muy bien despues de que nos conocimos. Ibamos a decir que divertirse en el trabajo no vale la pena…. --…los costos-- le digo, asintiendo con la cabeza. --Lo comprendo. Es bastante hipocrita que me diga esto, pero antes de llegar decidi decir lo que tenia que decir para que esta asociacion se llevara a cabo. Una vez que me decido a hacer algo, me entrego por completo a lograr el objetivo. --Y ya sabes que termine casandome con una asistente aqui en la firma-- dice Ron a continuacion, con lo que tambien asiento con la cabeza. Todo el mundo sabe eso tambien. No hay mucho que pase en el mundo legal que no se extienda como un incendio forestal. --No te preocupes-- dijo Antonio, con prisa por limpiar el nombre de la empresa. --Jim no se caso con su asistente. Ni con la de nadie. Todo el mundo se puso a reir, pero las mejillas de Jim parecian estar un poco enrojecidas. Estaba mirando su cuaderno de notas, parecia de cierta forma incomodo. Sin duda escondia algo, incluso de sus propios companeros, sin duda. Pero me he dado cuenta de que esa es la naturaleza de los seres humanos, y no me corresponde a mi juzgar. Dios sabe que he cometido mi propia cuota de errores. Y estoy decidido a encontrar un nuevo comienzo aqui, en lugar de seguir repitiendolos. --Sabemos que suena mal que les digamos que no hagan lo que hicimos-- dijo Antonio, y no podia estar mas de acuerdo con el, pero de todas formas sacudi la cabeza, parte de mi objetivo era decirles, incluso en silencio, lo que querian oir. --Pero la empresa ha pasado por mucho y no queremos mas drama. Tenemos que pedirles que por favor…

  • En la piscina vacia, Felix Sabroso de Felix Sabroso

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    Un thriller psicologico, una profunda revision de los sentimientos mas repulsivos y nobles del ser humano a traves de un protagonista inolvidable, un Raskolnikov del siglo XXI.

  • Una boda en Lyon de Stefan Zweig

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    El 12 de noviembre de 1793 Barere proclamo en la Asamblea Nacional francesa aquel edicto fatal contra la traidora ciudad de Lyon, que al fin habia sido tomada al asalto. Concluia con estas lapidarias palabras: <>. Los edificios de la levantisca ciudad, asi lo exigio, debian ser derruidos, sus monumentos convertirse en cenizas y hasta su nombre desaparecer. Ocho dias vacilo la Asamblea antes de aprobar una destruccion tan completa de la segunda ciudad mas grande de Francia. E incluso despues de haberlo firmado, Couthon, el comisario del Pueblo, convencido de la secreta conformidad de Robespierre, solo puso en practica aquella orden erostratica con indolencia. Para guardar las apariencias, reunio con gran pompa al pueblo en la plaza de Bellecourt, y con un martillo de plata golpeo simbolicamente los edificios destinados a ser demolidos, pero la pala penetro en aquellas magnificas fachadas solo de manera vacilante, y la guillotina practico su bronco y estruendoso descenso de manera todavia frugal. Tranquilizada ante esta inesperada indulgencia, la ciudad, ferozmente enardecida por la guerra civil y por un asedio de varios meses, se fue atreviendo a respirar otra vez esperanzada, cuando de pronto el humano e indeciso tribuno fue retirado del puesto y en su lugar, en Ville-Affranchie--como se llamo a partir de entonces Lyon en los decretos de la Republica--, aparecieron Collot d'Herbois y Fouche, ataviados con la banda de los comisarios del Pueblo. De la noche a la manana, lo que se penso que simplemente seria un patetico decreto disuasorio se convirtio en una cruda realidad. <>, denunciaba impaciente el primer informe de los nuevos tribunos a la Asamblea, con el fin de demostrar su energia patriotica y de hacer recaer la sospecha sobre sus tibios predecesores. Y enseguida se pusieron en marcha las atroces ejecuciones que Fouche, el <>, cuando mas tarde se convirtio en duque de Otranto y en el defensor de todos los principios legitimos, no permitio que se le recordaran. En lugar de la pala, que colocaba el mortero con lentitud, ahora las minas de polvora dinamitaban filas enteras de los mas soberbios edificios de la ciudad. En lugar de la guillotina, <>, los fusilamientos en masa y el fuego de metralla despachaban con una salva a cientos de condenados. Endurecida por medio de nuevos y acerados decretos diarios, la justicia traspaso todos los limites, segando como una guadana, dia tras dia, su gigantesco haz de seres humanos. Ya hacia tiempo que el Rodano, que fluia alejandose de alli con rapidez, se ocupaba del trabajo--por lo general demasiado lento--de amortajar y dar sepultura a los cadaveres. Hacia tiempo que las carceles no bastaban para la gran cantidad de sospechosos, de modo que los sotanos de los edificios publicos, de las escuelas y de los conventos se convirtieron en el lugar de residencia de los condenados. Por supuesto, en un lugar de residencia tan solo fugaz, pues la guadana seguia golpeando con precision y rara vez la paja calentaba el mismo cuerpo durante mas de una noche. Un dia de intenso frio de aquel mes sangriento, una nueva cuadrilla de condenados fue arrastrada hasta los sotanos del Ayuntamiento para pasar alli juntos unas pocas y tragicas horas. Al mediodia los habian conducido uno por uno ante los comisarios, y su destino fue despachado tras un breve interrogatorio. En ese momento los sesenta y cuatro reos, hombres y mujeres, estaban sentados en una confusion absoluta en aquella oscuridad de bovedas bajas que olia a cubas de vino y a moho, y que un escaso fuego de chimenea en la habitacion delantera, mas que calentar, tan solo coloreaba. La mayoria, sonolientos, se habian arrojado sobre los sacos de paja. Algunos, sentados a la unica mesa de madera que les permitian tener y a la tremula luz de las velas, escribian apresuradas cartas de despedida, sabiendo que su vida se habria apagado antes de que en aquel frio espacio lo hiciera la llama de azules temblores. Sin embargo, ninguno de ellos hablaba mas que en susurros, de modo que en el silencio helado de la calle la sorda explosion de las minas, a la que seguia el inmediato desplome de los edificios, retumbaba con nitidez. Pero la ensordecedora velocidad de los acontecimientos habia arrebatado a los que se veian sometidos a aquella prueba toda capacidad de sentir y de pensar con claridad. Sin moverse, sin decir una sola palabra, la mayoria de ellos estaban reclinados en la oscuridad como en el sueno que precede a la tumba, sin esperar nada y sin sentir emocion alguna hacia los vivos. De pronto, hacia la hora septima de la tarde resonaron unos pasos fuertes y energicos junto a la puerta. Los pestillos restallaron. Y el cerrojo oxidado chirrio al abrirse. De manera instintiva, se incorporaron todos de un brinco. ?Acaso, contra la triste costumbre de concederles aun una noche, ya habia llegado su hora? En la corriente de aire frio que se colo al abrirse la puerta, la llama azul de la vela temblo como si quisiera escapar de su cuerpo de cera, y con ella, palpitante, el miedo se lanzo al encuentro de lo desconocido. Pero pronto aquel temor provocado de manera tan repentina se disipo. El carcelero solo traia una nueva y tardia hornada, aproximadamente unas veinte personas, a las que hizo bajar las escaleras sin decir una palabra y sin indicarles un lugar concreto en aquel espacio abarrotado. Despues, la pesada puerta de hierro volvio a cerrarse con un gemido. Los prisioneros miraron a los recien llegados sin la menor simpatia, pues algo tan extrano es muy propio de la naturaleza humana, que en cualquier parte se adapta a toda velocidad e incluso en las mas precarias circunstancias se siente no solo como si estuviera en su casa, sino tambien en su derecho. Asi que, de manera instintiva, los que habian llegado antes consideraban ya aquella estancia mal ventilada y con olor a podrido, el saco de paja cubierto de moho, el espacio en torno al fuego, como si fueran de su propiedad, y cada uno de los recien llegados les parecia un intruso al que habia que reducir. Por su parte, aquellos a los que acababan de llevar hasta alli podian percibir claramente la fria hostilidad de sus predecesores, por mas insensata que resultara en aquella hora mortal, pues, cosa extrana, no intercambiaron con sus companeros de destino ni un saludo ni palabra alguna, no exigieron una parte de la mesa ni de la paja, sino que, sin decir nada, hoscos, se apretujaron en un rincon. Y si antes el silencio se habia cernido atroz sobre aquella cueva, ahora su efecto resultaba todavia mas lugubre por culpa de la tension de aquel sentimiento provocado de forma tan absurda. Un grito tanto mas sonoro, nitido y como surgido de otro mundo rasgo de pronto el silencio. Un grito claro, casi involuntario, que de manera irresistible arranco hasta al mas indiferente del silencio y del abatimiento en el que se hallaban. Una muchacha, entre los que acababan de llegar, habia dado un salto brusco y repentino. Y fue ella tambien la que, con los brazos extendidos como quien esta a punto de desplomarse, y gritando estremecida <>, se precipito al encuentro de un joven que, apartado de los demas, habia permanecido junto a las rejas de una ventana y ahora tambien corria hacia ella. Y aquellas juveniles siluetas ya habian prendido cuerpo contra cuerpo, boca contra boca, como dos llamas de un mismo fuego, ardiendo de forma tan tierna el uno junto al otro que las lagrimas derramadas de manera impetuosa por el arrobo del uno inundaron las mejillas del otro y sus sollozos surgieron como de una unica garganta que reventara. Cuando se soltaron por un instante, sin poder creer que de verdad se tocaban y asustados frente a lo excesivo que les resultaba aquel destino por completo inverosimil, un nuevo abrazo volvio a unirlos de inmediato, si es posible de manera aun mas abrasadora. Lloraron y sollozaron y hablaron y gritaron en un solo aliento, como si estuvieran totalmente solos en la infinitud de su emocion y por completo ajenos a todos los demas, que, sorprendidos y reanimados gracias a aquel asombro, se acercaron inseguros hacia ellos. La joven habia trabado amistad desde la ninez con Robert de L..., hijo de un alto funcionario municipal, y hacia unos meses que se habian prometido. En la iglesia ya se habian presentado las amonestaciones, y se habia fijado su enlace justo para aquel dia sangriento en el que las tropas de la Asamblea habian irrumpido en la ciudad. Entonces el deber obligo a su prometido, que habia luchado en el ejercito de Percy contra la Republica, a acompanar al general realista en su desesperada maniobra. Durante semanas no hubo noticias de el, y ella ya se habia atrevido a imaginar que debia de haberse salvado pasando felizmente la frontera suiza, cuando de pronto un secretario del Ayuntamiento le informo de que unos soplones habian descubierto que se escondia en una casa de labranza, y que el dia anterior lo habian conducido ante el tribunal revolucionario. Apenas se entero la intrepida muchacha de la detencion y de la indudable condena de su prometido, cuando, con esa magica e incomprensible energia que la naturaleza concede a las mujeres en los instantes de supremo peligro, logro lo imposible: abrirse paso hasta los inaccesibles tribunos populares con el fin de pedir clemencia para su prometido. Collot d'Herbois, el primero ante cuyos pies se arrojo, la habia despachado con acritud, diciendo que no concebia indulgencia alguna para con los traidores. Despues habia corrido a ver a Fouche, quien, de manera no menos dura que el anterior, pero mas hipocrita en los medios empleados para no sucumbir a la emocion que le embargo al ver a aquella joven desesperada, mintio diciendo que le hubiera gustado interceder en favor de su prometido, pero que veia--y al decirlo, el taimado embaucador de almas echo un indolente vistazo a traves del monoculo a una hoja cualquiera y sin importancia--que Robert de L... ya habia sido fusilado aquel mismo mediodia en los campos de Brotteaux. El muy astuto logro enganar por completo a la joven, quien de inmediato creyo que su prometido estaba muerto. Pero, en lugar de entregarse como cualquier otra mujer a un dolor inerme, indiferente frente a una existencia que para ella carecia ahora por completo de sentido, se arranco la escarapela del cabello, la piso con ambos pies y, a gritos, de modo que su voz retumbo a traves de todas las puertas abiertas, llamo a Fouche y a sus hombres--que corrieron hacia alli a toda velocidad--miserables vampiros, verdugos y cobardes criminales. Y mientras los soldados la maniataban y la arrastraban fuera de la habitacion, la joven aun pudo escuchar como Fouche dictaba a su secretario, un hombre picado de viruelas, la orden de detencion contra ella

  • Las tres de la manana de Gianrico Carofiglio

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    Los dos dias y sus noches a los que hace referencia Antonio, el narrador de esta historia, son los que, recien cumplidos los dieciocho anos, paso con su padre en Marsella. Su infancia habia estado marcada por la epilepsia y su familia decidio llevarlo a ver a un medico de esa ciudad que proponia una posible cura con una nueva medicacion. Tres anos despues de iniciado el tratamiento, Antonio tiene que regresar a la ciudad para comprobar si, en efecto, ha superado la enfermedad. Esta vez solo lo acompana su padre -ya separado de la madre- y, para valorar la curacion, el chico debera someterse a una prueba de esfuerzo y, con ayuda de unas pastillas, permanecer dos dias sin dormir.

  • Asistente personal de Wilson Tovar

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    James McGregor, director ejecutivo de McGregor Industries, fallecio ayer por la noche despues de una larga batalla contra el cancer. James McGregor, de 63 anos...” Elizabeth apago la television, no podia soportar escuchar esto… Ella habia estado alli cuando sucedio, no necesitaba que se repitiera. Se sirvio otro vaso de whisky y se lo llevo a la boca con la intencion de tirarlo de una vez. Por un segundo vacilo, dudando si esta forma de duelo era una buena idea… Levanto el vaso y miro el liquido naranja que habia dentro. Suspirando al recordar la primera vez que habia bebido whisky. Habia sido con el Sr. McGregor, acababa de cerrar un trato comercial y buscaba celebrar. Abriendo el globo terraqueo en su oficina, saco una botella de whisky de 20 anos y dos vasos. Sin preguntarle si bebia algo, le sirvio un vaso. Ella se sento alli sin saber como responder cuando se lo entrego. “No se si bebes. Y no te preguntare, pero por favor brinda conmigo por el trato”. Dijo con una sonrisa amable. Ella se rio entre dientes pensando en eso. Recordando la sensacion de ardor mientras se deslizaba por su garganta haciendola toser. Desde ese momento, no habia tocado el material, hasta ahora. Agacho la cabeza y tiro el whisky por el desague de la cocina antes de irse a la cama. Una semana despues de la muerte de James McGregor, su hijo entro en su oficina. James Jr. Era un hombre bastante intimidante a su altura de 64. Entro en el edificio con su traje Armani y cruzo el pasillo a grandes zancadas. En el segundo en que su pie toco el suelo de marmol, todos se quedaron en silencio. Porque no habian visto a James Jr. en este mismo edificio en casi tres anos. La secretaria que estaba sentada detras del mostrador cogio el telefono nerviosamente y dijo: “Esta aqui”. La gente se separo mientras se dirigia al ascensor y lo subia hasta el ultimo piso. Sintio poca o ninguna emocion al salir del ascensor. En este punto, estaba solo, lejos de todas las miradas. Echo un vistazo a su alrededor, asimilando todo lo que habia cambiado. La ultima vez que estuvo aqui no habia pinturas, ni flores y, en general, no habia decoracion. Paso junto al escritorio vacio del asistente personal, notando el hecho de que estaba vacio. Habia oido hablar de la llamada asistente personal “perfecta” y esperaba que estuviera sentada alli. Cuando entro en la oficina de su padre e inmediatamente tomo el telefono. “Ven aqui, ahora”, le dijo a la secretaria del otro lado y de la linea. Natalie habia tenido miedo desde el momento en que lo vio que esto sucederia. De hecho, habia estado asustada desde el momento en que escucho que el vendria a la oficina. Habia trabajado en McGregor Industries durante los ultimos cinco anos como secretaria y en esos cinco anos habia conocido a James Jr. tres veces. La primera vez fue despues de haber trabajado alli solo durante un mes. Habia estado de fiesta en ese momento y habian aparecido fotografias en las noticias. Su padre no estaba particularmente complacido con sus acciones y lo maldijo frente a toda la oficina. La segunda vez fue mas de un ano despues, pudo ver que el habia cambiado. En lugar de sus habituales jeans y chaqueta de cuero, llevaba un chaleco con pantalones a juego. De hecho, le habian peinado el pelo y le habia desaparecido la barba incipiente. Esta vez el encuentro con su padre fue diferente. Hablaban mas como jefe y empleado que como padre e hijo. La ultima y ultima vez que lo vio fue hace poco menos de tres anos. Esta vez llevaba un traje completo. Tuvo una discusion con su padre cuando salio furioso del edificio, nadie sabia realmente de que se trataba la discusion, todo lo que sabian era que despues de eso, nunca volvio a visitar a su padre en el trabajo. Ahora estaba de vuelta otra vez. En el segundo en que lo vio entrar, supo lo que tenia que hacer. Tenia que decirle a Elizabeth que se fuera, y lo hizo. Pero tambien sabia que el querria saber donde estaba Elizabeth. Subio corriendo al ascensor y lo subio al ultimo piso. Durante el viaje, se aseguro de alisarse el vestido y arreglarse el cabello antes de que se lo quitara con calma. Casi conteniendo la respiracion, se acerco al hombre que se encontraba actualmente en la oficina de su antiguo jefe. “?Usted llamo?” Dijo de pie en la puerta que se abria. James se dio la vuelta para mirar a la mujer rubia. “?Donde esta ella?” Capitulo 1 Eran las 7 en punto cuando Elizabeth entro en la oficina. Sonriendo para si misma mientras caminaba hacia su escritorio. Casi todos los dias durante los ultimos tres anos habia entrado en esta oficina exactamente una hora antes que su jefe. Hoy, sin embargo, no sabia si veria a su ‘jefe’ en una hora. Sr. McGregor Jr. fue bastante impredecible. Ayer lo habia evitado a proposito, sintiendo que su primera vez de regreso a la oficina deberia ser sin ella. Solo habia conocido al chico una vez. Habia sido en su primer mes trabajando alli y, con toda honestidad, realmente no queria que se lo recordaran. Cerrando los ojos como para deshacerse de ese viejo recuerdo. Aunque solo conocio al chico una vez, habia leido lo suficiente sobre el como para sentir que lo conocia. De vez en cuando aparecia en una de esas revistas de chismes, siendo un idiota como de costumbre. Incluso la forma en que habia tratado a su propio padre le decia que no era bueno. Una vez que los abrio, miro el reloj y noto que eran las 7:10 am, lo que significaba que tendria que empezar. Eran las ocho en punto cuando McGregor salio del ascensor. Sus fosas nasales se llenaron de inmediato con el olor a cafe recien hecho. Miro a su alrededor tratando de localizar a la persona que lo habia elaborado, pero no encontro a nadie alli. Camino hacia la oficina y se sento detras del escritorio. Sobre la mesa del escritorio habia una taza de cafe y justo enfrente de el habia una nota. Estimado Sr. McGregor, Se espera que este en una reunion hoy en el tercer piso a las 9 en punto. Antes de eso, debera leer el documento que se encuentra a su derecha. (Miro a su derecha y vio un papel alli.) Despues de eso, tiene una cita para almorzar en el Pompadour. En cuanto a la tarde, la lectura de la ultima voluntad y testamento del Sr. McGregor se hara a las 3 pm. Saldre hoy ocupandome de varios deseos del Sr. McGregor sr. En caso de que me necesite, llame o envie un mensaje de texto al numero que figura en el reverso de este documento. Atentamente, Elizabeth Waverton PD. El cafe se hizo a las 7:57, negro sin azucar. Se burlo dando la vuelta al papel. ?Quien diablos se cree que es? Como se dice en la carta, habia un numero de telefono escrito alli, rapidamente saco su telefono e ingreso el numero. Por un momento quiso llamarla, pero luego decidio no hacerlo, en cambio, guardo el numero en su telefono y comenzo a leer el periodico. Eran alrededor de las once cuando James abandono la reunion. Sabia que despues de eso se suponia que debia ir a almorzar, pero ella no habia escrito. Asi que decidio llamarla. Tomo el ascensor hasta el ultimo piso y estaba a punto de llamar cuando la puerta se abrio y vio a una joven de cabello castano rojizo sentada detras del escritorio. Al principio penso que lo estaban ignorando cuando vio que ella estaba hablando por telefono. “Sr. Scanlon, con el debido respeto, esto fue arreglado hace meses”, dijo en un tono enojado. “No me importa, el Sr. McGregor quiere el rojo”. James la miro sorprendido por su tono de voz. Cuando la vio por primera vez, le habia parecido diferente de alguna manera, no fragil, pero tampoco como era ahora. La mujer vestia un body de color verde oscuro que supuso terminaria justo por encima de la rodilla. Llevaba pequenos pendientes de perlas y un delicado reloj en la muneca. Su cabello castano rojizo habia sido recogido en un pulcro mono en la parte superior de su cabeza. Llevaba lapiz labial rojo que parecia ser el adecuado para ella y el resto del maquillaje. Este sin duda tenia que ser la asistente personal ‘perfecta’. Siempre habia oido hablar mucho de ella a todo el mundo. La mayoria de las personas que tenian negocios con su padre, o amigos de el, conocian a la joven y todos la adoraban. Segun el mejor amigo de su padre, podia hacer una reserva en cualquier restaurante, incluso si estaba lleno. Otro de sus amigos le dijo una vez que ella podia hablar cuatro idiomas. No sabia si creia todo lo que decian sobre ella, pero ella sabia que incluso la competencia la amaba por completo. No fue hasta que estuvo de pie frente a el que se dio cuenta de que habia terminado su llamada telefonica. “Buenos dias senor.” Ella comenzo sin emocion, ni siquiera una sonrisa en su rostro. “Su cafe esta en su escritorio al igual que una copia de su horario para manana”. Dijo mientras los dos caminaban hacia su oficina. Por un momento escucho atentamente viendo de que estaba hecha, pero pronto tuvo suficiente. “?Donde estabas ayer?” Dijo interrumpiendola. “?Le ruego me disculpe?” Dijo frunciendo el ceno. “Solo pregunto esto una vez mas, ?donde estabas ayer?” Dijo constantemente enojandose. “Tuve un dia personal”. Ella respondio enderezandose. “?Un dia personal?” Se burlo, “Eres un asistente personal, ellos no tienen dias personales. Se supone que debes estar aqui en cada llamada”. “Sr. McGregor, no soy un perro faldero”. Dijo que su tono cambio ligeramente. “O creo que eso es exactamente lo que eres” comenzo, pero fue interrumpido por Elizabeth muy enojada. “!No soy un perro faldero! Y no soy su asistente personal. No sere, ni ahora ni nunca sere Tu asistente. Ya entregue hace dos semanas mi renuncia”. “?Hiciste que?” Dijo luciendo amenazador. “Me escuchaste. Al final de la semana, me ire, no te preocupes”. Dijo enderezandose el vestido. “Ahora, para volver al asunto actual. El trato con Young se ha resuelto y el Sr. Young lo ha invitado a cenar manana por la noche. En cuanto a la gala, la mayoria de las cosas estan preparadas, necesito su opinion sobre el arreglo de la reunion. Pero aparte de eso, todo esta hecho". Con eso ella comenzo a alejarse solo para darse la vuelta y decir: “Ah, y tu reserva para el almuerzo es a la 1 en punto”. Capitulo 2 James no tenia idea de como habia sabido que el Pompadour era su restaurante favorito. Tampoco sabia como se las habia arreglado para conseguirle una reserva para el almuerzo. El tampoco tenia ni idea de como sabia ella la forma en que le gustaba su cafe. Nunca habia conocido a la chica. Actualmente estaba sentado en una mesa para uno en el Pompadour esperando su almuerzo. Una parte de el todavia estaba furioso por su presentacion anterior a la Sra. Waverton. ?De donde saco ella los nervios para hablarle asi? “?Escuchaste sobre Elizabeth Waverton?” De repente escucho decir a una anciana en una mesa detras de el. “?Que quieres decir con Elenor?” Pregunto la otra dama. La curiosidad saco lo mejor de James cuando comenzo a escuchar la conversacion. “Se rumorea que va a dejar su trabajo”. Dijo Elenor. “Oh querida… Ella fue una de las mejores cosas que le ha pasado a esa empresa”. “Lo se, pero aparentemente ella no quiere trabajar para el nuevo CEO”. Ella continuo. “?Pero como llego a trabajar alli en primer lugar?” Dijo la dama que no era Elenor. “Ah, ahora que mi amigo es una historia interesante”. Elenor se rio. "Fue hace unos tres anos cuando la joven Elizabeth Waverton entro en el edificio de McGregor. En ese momento yo todavia trabajaba como la senora del cafe, llevandoselo al senor McGregor en persona. Yo estaba en el vestibulo cuando entro. Esa pobre chica parecia desesperadamente perdida mientras caminaba hacia la recepcion. Detras, sentada Natalie, por supuesto, le dijo que su entrevista de trabajo seria en el ultimo piso. Ahora Elizabeth nunca tuvo nada que ver con los negocios, ella era, oh, no se, algun tipo de cosa que no tenia nada que ver con lo corporativo. Subio a la oficina del Sr. McGregor para un trabajo totalmente diferente al que termino. Aparentemente no habia otro trabajo para ella y el Sr. McGregor dijo que necesitaba un asistente personal. Ella le dijo que no estaba hecha para esa profesion. Pero necesitaba tanto uno que le dijo que le pagaria el doble. Elenor se rio de eso. “Asi que fue entonces cuando nacio la asistente ‘perfecta'”, dijo la otra dama mientras tomaba un sorbo de te. “Oh, Dios, no querida, pasaron meses para que eso sucediera. Al principio, la pobrecita era terriblemente torpe. Nada parecia ir bien, ni se vestia y se veia como ahora. No se como”. Eso paso.” Dijo Elenor. Extrano, penso James, asi que ella no queria ser asistente personal en primer lugar… Todavia no le gustaba su actitud en absoluto. Faltaban cinco minutos para las tres cuando Elizabeth entro en la oficina del abogado del difunto Sr. McGregor. El anciano canoso levanto la vista de su escritorio y dijo: “Un poco demasiado temprano como siempre, Sra. Waverton”. Con una risa al final que se convirtio en tos. “Temprano como siempre, Sr. Jacobi.” Dijo sonriendo mientras caminaba hacia el hombre. “?Necesita ayuda con eso, senor?” Senalo la carpeta grande que estaba sobre el escritorio. “No, no, no querida, ?que clase de caballero te haria llevar eso?” Dijo dandole una sonrisa amable. Juntos hablaron y se dirigieron a la sala de conferencias mas grande donde se leeria el testamento. Fue cuando entraron cuando alguien se aclaro la garganta.

  • Ante el dolor de los demas de Susan Sontag

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    En junio de 1938 Virginia Woolf publico Tres guineas, sus reflexiones valientes e importunas sobre las raices de la guerra. Escrito durante los dos anos precedentes, cuando ella y casi todos sus amigos intimos y colegas estaban absortos en el avance de la insurreccion fascista en Espana, el libro se encuadro como una muy tardia respuesta a la carta de un eminente abogado de Londres que le habia preguntado <>. Woolf comienza advirtiendo con aspereza que acaso un dialogo verdadero entre ellos sea imposible. Pues si bien pertenecen a la misma clase, <>, una amplia brecha los separa: el abogado es hombre y ella mujer. Los hombres emprenden la guerra. A los hombres (a la mayoria) les gusta la guerra, pues para ellos hay <> que las mujeres (la mayoria) no siente ni disfruta. ?Que sabe una mujer instruida --lease privilegiada, acomodada-- de la guerra? Cuando ella rehuye su encanto ?sus actitudes son acaso iguales? Pongamos a prueba esta <>, propone Woolf, mirando juntos imagenes de la guerra. Las imagenes son algunas de las fotografias que el asediado Gobierno espanol ha estado enviando dos veces por semana; anota al pie: <>. Veamos, escribe Woolf, <>. Y anade: En el monton de esta manana, hay una fotografia de lo que puede ser el cuerpo de un hombre, o de una mujer: esta tan mutilado que tambien pudiera ser el cuerpo de un cerdo. Pero estos son ciertamente ninos muertos, y esto otro, sin duda, la seccion vertical de una casa. Una bomba ha derribado un lado; todavia hay una jaula de pajaro colgando en lo que probablemente fue la sala de estar... La manera mas resuelta y escueta de transmitir la conmocion interior que producen estas fotografias consiste en senalar que no siempre es posible distinguir el tema: asi de absoluta es la ruina de la carne y la piedra representadas. Y de alli Woolf se apresura a concluir: respondemos de igual modo, <>, senala al abogado. La prueba: tanto nosotras --y aqui <> somos las mujeres-- como usted bien podriamos responder con identicas palabras. Usted, senor, dice que producen <>. Tambien nosotras decimos horror y repulsion... La guerra, dice usted, es una abominacion, una barbaridad, la guerra ha de evitarse a toda costa. Yrepetimos sus palabras. La guerra es abominable, una barbaridad, la guerra ha de evitarse. ?Quien cree en la actualidad que se puede abolir la guerra? Nadie, ni siquiera los pacifistas. Solo aspiramos (en vano hasta ahora) a impedir el genocidio, a presentar ante la justicia a los que violan gravemente las leyes de la guerra (pues la guerra tiene sus leyes, y los combatientes deberian atenerse a ellas), y a ser capaces de impedir guerras especificas imponiendo alternativas negociadas al conflicto armado. Acaso sea dificil dar credito a la determinacion desesperada que produjo la convulsion de la Primera Guerra Mundial, cuando se comprendio del todo que Europa se habia arruinado a si misma. La condena general a la guerra no parecio tan futil e irrelevante a causa de las fantasias de papel del Pacto Kellogg y Briand de 1928, en el que quince naciones importantes, entre ellas Estados Unidos, Francia, Gran Bretana, Alemania, Italia y Japon, renunciaron solemnemente a la guerra como instrumento de su politica nacional; incluso Freud y Einstein fueron atraidos al debate en 1932 con un intercambio publico de cartas titulado <>. Tres guineas de Woolf, publicado hacia el final de casi dos decenios de planideras denuncias de la guerra, propuso un original enfoque (lo cual lo convirtio en el menos bien recibido de todos sus libros) sobre algo que se tenia por demasiado evidente o inoportuno para ser mencionado y mucho menos cavilado: que la guerra es un juego de hombres; que la maquina de matar tiene sexo, y es masculino. Sin embargo, la temeraria version de Woolf de <> no hace que su rechazo sea menos convencional en su retorica, en sus recapitulaciones, plenas de frases reiterativas. Y las fotografias de las victimas de la guerra son en si mismas una suerte de retorica. Reiteran. Simplifican. Agitan. Crean la ilusion de consenso. Cuando invoca esta hipotetica vivencia compartida (<>), Woolf profesa la creencia de que la conmocion creada por semejantes fotos no puede sino unir a la gente de buena voluntad. ?Es cierto? Desde luego, Woolf y el anonimo destinatario de esta extensa carta-libro no son dos personas cualesquiera. Si bien los separan las anejas afinidades sentimentales y practicas de sus respectivos sexos, como Woolf le ha recordado, el abogado no es en absoluto el estereotipo del macho belicista. No estan mas en entredicho sus opiniones contra la guerra que las de ella. Pues en definitiva la pregunta no fue ?Que reflexion le merece a usted evitar la guerra?, sino, ?como hemos de impedir la guerra en su opinion? Este <> es lo que Woolf recusa al comienzo de su libro: se niega a conceder que su interlocutor lo de por supuesto. Pero acaba sumiendose, tras las paginas dedicadas a la cuestion feminista, en este <>. No deberia suponerse un <> cuando el tema es la mirada al dolor de los demas. * ?Quienes son el <> al que se dirigen esas fotos conmocionantes? Ese <> incluiria no unicamente a los simpatizantes de una nacion mas bien pequena o a un pueblo apatrida que lucha por su vida, sino a quienes estan solo en apariencia preocupados --un colectivo mucho mayor-- por alguna guerra execrable que tiene lugar en otro pais. Las fotografias son un medio que dota de <> (o de <>) a asuntos que los privilegiados o los meramente indemnes acaso prefieren ignorar. <>, escribe Woolf del experimento mental que le propone al lector y al espectral abogado, el cual es ya bastante eminente, como senala, para ostentar tras su nombre las iniciales J. R., Jurisconsulto Real, y podria o no tratarse de una persona verdadera. Imaginese entonces extendidas las fotografias sueltas sacadas de un sobre que llego en el correo matutino. Muestran los cuerpos mutilados de ninos y adultos. Muestran como la guerra expulsa, destruye, rompe y allana el mundo construido. <>, escribe Woolf de la casa en una de las fotos. El paisaje urbano, sin duda, no esta hecho de carne. Con todo, los edificios cercenados son casi tan elocuentes como los cuerpos en la calle. (Kabul, Sarajevo, Mostar Oriental, Grozny, seis hectareas del sur de Manhattan despues del 11 de septiembre de 2001, el campo de refugiados de Yenin...). Mira, dicen las fotografias, asi es. Esto es lo que hace la guerra. Y aquello es lo que hace, tambien. La guerra rasga, desgarra. La guerra rompe, destripa. La guerra abrasa. La guerra desmembra. La guerra arruina. No condolerse con estas fotos, no retraerse ante ellas, no afanarse en abolir lo que causa semejante estrago, carniceria semejante: para Woolf esas serian las reacciones de un monstruo moral. Y afirma: no somos monstruos, somos integrantes de la clase instruida. Nuestro fallo es de imaginacion, de empatia: no hemos sido capaces de tener presente esa realidad. Pero ?es cierto que estas fotografias, las cuales documentan mas la matanza de los que permanecieron ajenos al combate que el choque de los ejercitos, no podrian sino fomentar el repudio a la guerra? Sin duda tambien podrian impulsar un mayor activismo en pro de la Republica. ?No era ese su proposito? El acuerdo entre Woolf y el abogado parece solo una mera presuncion, pues las espeluznantes fotografias confirman una opinion ya compartida. Si la pregunta hubiese sido ?Como podemos contribuir del mejor modo a la defensa de la Republica espanola frente a las fuerzas del fascismo militarista y clerical?, las fotografias acaso habrian fortalecido, en cambio, la conviccion de que aquella lucha era justa. Las imagenes que Woolf ha evocado no muestran de hecho lo que hace la guerra, la guerra propiamente dicha. Muestran un modo especifico de emprenderla, un modo que en esa epoca se calificaba rutinariamente de <>, y en la cual el blanco son los ciudadanos. El general Franco estaba usando en los bombardeos, masacres y torturas, y en el asesinato y mutilacion de prisioneros, tacticas identicas a las que habia perfeccionado como comandante en Marruecos en los anos veinte. En aquel entonces sus victimas habian sido los subditos coloniales de Espana de piel mas morena e infieles por anadidura, lo cual fue mas grato para los poderes imperantes; ahora las victimas eran sus compatriotas. Atribuir a las imagenes, como hace Woolf, solo lo que confirma la general repugnancia a la guerra es apartarse de un vinculo con Espana en cuanto pais con historia. Es descartar la politica

  • Sumergidos de Judith Rull Canes

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    Hay historias que comienzan y terminan, y otras, en cambio, nunca consiguen arrancar. En ocasiones la vida te sorprende con una historia asi de inexplicable, sin principio ni final, llena de complicidades y de causas imposibles, de deseo incontrolable, de pasion, de locura, de amor, de desencuentros, de instantes eternos y adioses inesperados… algo que se eterniza en el recuerdo de sus protagonistas, que quedaran marcados para siempre por todo lo vivido. Mi nombre es Julia. Les diria que soy la protagonista de esta historia si no tuviese la extrana sensacion de que solo me he dejado llevar por ella, sin poder decidir cuando se reescriben los besos y donde debe ponerse el punto y final.
    Sumergidos es un viaje a las profundidades <>. Dos almas enamoradas, mecidas por una misma brisa marina.
    Respeto y respiro. Siento y vivo. Lo escribo.

  • Mi hermana Rosa de Justine Larbalestier

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    ?Que pasaria si la persona mas aterradora que jamas hayas conocido es tu hermana de diez anos?

  • Esclava de un Nazi de Myrian Gonzalez Britos

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    El 30 de enero de 1933, Hitler es nombrado el jefe del gobierno aleman y muchos alemanes creen que han encontrado al salvador de la nacion. Mientras tanto, en el bucolico pueblo de Blankenstein, el humilde jardinero, Sebastian Ackermann, llega a la vida de la caprichosa judia, Lya Rubinstein, para doblegar su corazon y su propio orgullo.Entre peleas, disputas, bromas y muchos besos, viven una intensa historia de amor prohibida, hasta que, un mal entendido cambia el destino de sus almas.Sebastian y Lya toman caminos distintos sin lograr olvidar el pasado.

  • Pelando la cebolla de Gunter Grass

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    El libro mas polemico del Premio Nobel de Literatura Gunter Grass

  • Kruso de Lutz Seiler

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    1989, el ano en que en la Republica Democratica Alemana cayo el muro de Berlin. Ed, un joven estudiante de literatura, decide romper con todo para tratar de superar la desolacion por la muerte de su novia en un accidente. Deja atras su vida en una gris ciudad de provincias de la Alemania del Este y viaja hasta Hiddensee, una isla en la costa baltica. El lugar atrae a hippies, idealistas y disidentes del regimen comunista, que desde alli pueden intentar huir a Dinamarca.

  • El secreto de Copernico de Pablo Rola

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    ?Es posible que vivan resquicios de una desaparecida cultura ancestral? ?Puede desaparecer el libro mas importante de la Astronomia, de la mayor seguridad en Mexico?
    Ninguna de estas cuestiones poseia relevancia para el detective Cuevas, cuando una inquietante llamada perturbaba su cotidiano trabajo en Guadalajara.
    A miles de kilometros, alguien regresaba de una vida ya pasada, para sembrar el mismo caos que lo perturbo por anos, cuando solo podia sentir adoracion por la cultura que manchaba.
    Sin ser consciente de ello, un asustado astronomo se convertia en sus ojos para conseguir atrapar a tan oscuro enemigo.

  • Torquemada en la hoguera de Benito Perez Galdos

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    Torquemada en la hoguera. Benito Perez Galdos

  • La Locura de Nayade ( Trilogia Locura 1), Chloe Magne de Chloe Magne

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  • Peligroso amor de Sophie Saint Rose

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    Steffani se levanta con el pie izquierdo en su primer dia de trabajo en Nueva York. No funciona la calefaccion, se le estropea la cafetera y para su sorpresa, la secuestran metiendola en una persecucion policial. El culpable es el tarado del teniente Ralf Richardson que se empena en meterla en lios cuando lo que Steffani quiere es vivir tranquila y perderlo de vista.

  • Cuando mis besos acaricien tus alas (Libelula 2) de Genne L. Paris

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    ?Es posible existir cuando todo se destruye a tu alrededor? ?Como sentirse vivo si la fe desaparece y la esperanza se vuelve un ideal efimero?
    Gael Alcazar dejo de creer, de sentir y de esperar. Solo le habia pedido al futuro cumplir sus suenos de juventud al lado de su amada libelula, pero todo se volvio en su contra y. !Jamas perdonaria a la vida por ello!

  • La gravedad en mis zapatos de Rocio Quinones Grande

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  • Regalo del Cielo, Mercedes Gallego de Mercedes Gallego

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  • Atrapada por ti de Carolina Fuentes

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    Segunda y ultima parte de la bilogia Atrapada;
    Erick Covarrubias, arruino mi vida de todas las maneras posibles, me ha hecho vivir los peores 8 meses de mi vida, me ha tenido secuestrada y enganada, pero nada es igual, ahora tengo un motivo muy grande por luchar y salir de este infierno; estoy embarazada y no dejare que el le haga dano a mi hijo. Tengo un plan porque no voy a dejar que me siga teniendo… Atrapada.

  • Los 3 suicidios de Marcos Ruiz de Julio Marin Garcia

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    ?Si pudieras dar un paso atras cambiarias algo de tu vida? ?Si hubieras hecho algo malo, tan malo, que pudiera repercutir en que una persona quisiera quitarse la vida, podrias dormir por la noche?
    <<-Marcos, deja de jugar -dijo la voz de Sarita>>.

  • La Amante Encubierta del Coyote de T. S. Ryder

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    ?Que se supone que debe hacer una detective cuando el atractivo sospechoso que esta investigando comienza a besarla. y mas?

  • Una decision para Julia de Ana I. Martin

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    Una verdadera historia de superacion de una mujer valiente a la que la vida le pondra muchas trabas para seguir adelante y debera tomar decisiones.

  • La reina en el palacio de las corrientes de aire de Stieg Larsson

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    Los lectores que llegaron con el corazon en un puno al final de La chica que sonaba con una cerilla y un bidon de gasolina quizas prefieran no seguir leyendo estas lineas y descubrir por si mismos como sigue la serie y, sobre todo, que le sucede a Lisbeth Salander.
    Como ya imaginabamos, Lisbeth no esta muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el mas habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechandola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravisimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informaticas van a ser, una vez mas, su mejor defensa.
    Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periodico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo. Quizas Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que estan tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durisimas acusaciones que hacen que la policia mantenga la orden de aislamiento, asi que Kalle Blomkvist tendra que ingeniarselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue alli, a su lado, para siempre.

  • Leon Kamikaze de Alvaro Garcia Hernandez

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    Me llamo Leon, Leon Kamikaze. Nunca tuve una familia ni siquiera unos amigos. Me enamore una vez… He tenido tres vidas. En la primera, el mundo me rechazo. En la segunda, todos me odiaron. En la tercera, aun no se quien soy. Me llamo Leon, Leon Kamikaze, y este es el rastro que me ha traido hasta AQUI. Libro ganador del Premio Gran Angular 2016

  • El dia que se fue de Adrian De La Torre

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    David nunca fue un nino normal, no lloro cuando nacio, ni siquiera cuando su hermano menor le ocasiono por accidente una quemadura que le dejaria el rostro marcado de por vida. Unos dias antes de navidad, David observa como un hombre se lleva al pequeno Alan y decide no decir lo que vio, ni a las autoridades ni a sus padres. Anos despues, David se prepara para ser policia mientras Alan es liberado del encierro sin ningun recuerdo previo a su secuestro, buscando al hombre que en su cabeza cree que lo amo. El encuentro con la verdad se vuelve cada dia mas inevitable mientras David hace todos sus esfuerzos por enterrar el pasado.

  • La calma luchada de Sergio Bero

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    Sinceramente, amigxs, ?quien soy yo para dar consejos de amor? Me tengo que reir y os invito a reiros conmigo. Soy una mujer soltera de 39 anos, exigente, economicamente independiente, feliz con sus elecciones y llena de experiencias sentimentales, unas mejores que otras. Pero ?soy sana en mis relaciones? (Fase de reconocimiento del problema). Os prometo que en algunas entrevistas me miran como un bicho raro cuando cuento mi situacion personal. Me miran como buscando esa parte <> de mi persona que debo tener para no estar ya casada y con tres churumbeles colgados del brazo. A mi, que a los ocho anos ya tenia mi propia muneca, a la que bautice como <> y que se asemejaba tanto a un bebe que, en ocasiones, rineron a mi madre por la calle cuando la sostenia en brazos porque pensaban que estaba maltratando a una nina real. La llevaba siempre a la moda, con gafitas y todo, y si se le rompia el cuerpecito, una rapida operacion quirurgica con mi papa y la dejaba como nueva. Aun tengo guardada a <>, a las dos. Soy la pequena de una familia de tres hermanos y tia de dos preciosas sobrinas que me llenan el corazon y las ganas frustradas de ser mama. Ok, pues, <>. Hubo un tiempo en que llegue a negar que era esa romantica que vivia enamorada del amor. Quise ser una <> y mas bien termine siendo un <>. La eterna enamorada enganandose a si misma. (Fase de negacion). No se cuantas canciones de amor y desamor he podido escribir y cantar mientras las lagrimas me caian por la cara; cuantos poemas de amor dedicados a ese desconocido que mi mente imagino como el ser perfecto que todxs lxs romanticxs empedernidxs sonamos que existe en ese lugar al que aun no hemos ido. La esperanza es lo ultimo que se pierde, ?para que negarlo? Sonar es gratis y, sobre todo, NO DUELE. (Fase de ira o enfado). Vinimos a este mundo a aprender a traves de los demas y de nuestras propias experiencias, tratando de ser cada dia una mejor version de nuestro ayer, de nuestros errores y de nuestros miedos. Pero ?quien dijo que fuera facil? Yo no, y quien diga que si, miente. En esta busqueda de la felicidad de dos, y digo DOS pues hay quien goza del amor en mayor variedad numerica --uf, que tedio, si con uno ya me cuesta, con dos o tres me daria algo--, he acudido a psicologos y coaches para ahondar en la problematica y en la dificultad relacional amorosa del mundo actual. Aunque sigo pensando que <>, no soy de las que busca el amor en las redes, ni de las que envia fotos sexys a ciberpretendientes. Eso no va conmigo, sorry. Mis amigas me suelen decir que estoy chapada a la antigua, pero que le voy a hacer si aun creo en las mariposas en el estomago y en los primeros besos de amor. (Fase de negociacion). Moulin Rouge se convirtio en una pelicula esencial para mi. Y esto es lo mejor, amigxs: los finales en los que uno de los dos moria eran mi descanso emocional ante el pensamiento de tener que manejar una larga vida en comun. Me marcaba un <>: mejor rapido e intenso, que vale por dos. Finalmente, no lo pude negar: ?quien no se ha encontrado perdidx dentro de su propio caos emocional en algun momento de su vida? (Fase de aceptacion). Asi surgio esta guerra interior por alcanzar la calma luchada, tan deseada por nuestro protagonista, una calma que es mia y de todxs nosotrxs. Y me vuelvo a preguntar: ?quien me dio BOLI en este LIBRO cuando mi querido amigo Sergio Bero me propuso escribir este prologo? Si, como diria aquel, <>. Si algo he aprendido en todos estos anos de busqueda introspectiva y de estudio amoroso-social, es que nunca podra haber un amor duradero y una relacion sana sin (redoble de bateria): --Volver al origen, entender quien es unx. --Regresar al perdon y a la sanacion. --Amarse a unx mismx. Nadie se libra de escribir su propia aventura en la que, sin excepcion, y aunque algunxs lo nieguen, todxs buscamos lo mismo: AMAR Y SER AMADXS. Como decian los grandes: <>. Ainhoa Cantalapiedra Abril de 2020 ASALTO 1 SABER(SE) <>. Jose Luis Perales Sin mayor proposito Si hubiera un motivo real por el que siempre se me echa el tiempo encima, podria admitirlo ahora mismo... pero no lo hay. Quiza una siesta mas larga de lo necesario, una maleta sin terminar de cerrar, una inoportuna conversacion de WhatsApp o simplemente la certeza en mi mundo imaginario de que los minutos tienen mas de sesenta segundos que, inevitablemente, nunca coinciden con los reales. Sin proponermelo, y a pesar de que me haya planificado lo mejor posible, llego al aeropuerto con la lengua fuera, pensando que esta vez si, que esta vez me quedo en tierra. Mi mala organizacion para calcular los plazos es multiple porque, aunque parezca incongruente, paradojico y discordante, la realidad es que esta vez dispongo de veinte minutos para disfrutar en la terminal. El espacio temporal discurre en mi mente como el Airbus volando a Nueva York: desafiando los husos horarios. Me bajo del taxi no sin antes comprobar que tengo las llaves y la cartera en el bolsillo: no seria la primera vez que el taxista me vocea advirtiendome de mi olvido. Una vez que esta todo en orden, el control de seguridad es mi siguiente objetivo. Lo que si he aprendido es a ir preparado. <>, que decia mi abuela, y en algo le tenia que hacer caso: nada de calzado complicado por si me lo hacen quitar; siempre un pantalon de felpa y una camiseta. No hay que esperar cola, asi que en cinco minutos paso el control. Ahora si, lo contrario a mi sino: tiempo para mi. Recojo los pocos objetos que deje en la bandeja, levanto la mirada y compruebo mi vuelo en la pantalla de salidas.

  • GoldHeiven de Nati Izera

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    Es un dia de primavera cualquiera. Los pajaros entonan una alegre cancion, corre una brisa refrescante y un aroma a flores me envuelve. Sentada en el parque, miro como los patitos siguen a su madre en el estanque. Los domingos siempre hay mucha gente, pero he podido encontrar mi rinconcito bajo el sauce. Me descalzo, como siempre, y siento la hierba fresca en mis pies. Suelo venir mucho aqui. No se por que, pero me ayuda a relajarme. Me siento bien cuando estoy rodeada de la naturaleza. Acabo de cumplir dieciocho anos. Mis padres me hicieron una fiesta con toda mi familia. No habia nadie de mi edad. No tengo amigos, ni fuera ni dentro del instituto. Pero no me importa. Yo prefiero una buena lectura que una charla trivial con gente que te sonrie a la cara y te critica a tus espaldas. En mi casa siempre hay gente. Somos una gran familia. Mi madre tiene cinco hermanas y mi padre seis hermanos. Todos estan casados y tienen hijos. Tengo veinte primos y primas. Mis padres son los unicos que tuvieron una sola hija, yo. Siempre me decian que todo el amor que sienten lo pusieron en mi concepcion y que nada mas verme supieron que no podrian amar a nadie mas. Espero conocer algun dia un amor tan grande como el que ellos se tienen. Tras terminar un breve libro titulado Un amor de instituto, regreso a casa y pienso en todos los lugares que he visitado en mis libros. Calidos, helados, deserticos, humedos, urbanos, rurales… Ese es mi sueno, viajar algun dia a todos esos sitios. Vivir experiencias unicas, aprendiendo y disfrutando de las distintas culturas que pueblan el mundo. Mi familia es estupenda, pero siempre me he sentido atrapada aqui. Ya en casa, tumbada en mi cama, termino de leer un libro interesante sobre las profundidades del mar. Al cerrar la tapa, me viene una imagen a la cabeza, como un flash. Es un lago con un tono azul que es muy dificil de describir. El cielo parece difuminarse con el agua. Sus colores son casi identicos. Como si uno fuera el reflejo del otro. ?De donde habra salido esa ilustracion? Son tantos los libros que he leido con imagenes de la naturaleza, que no sabria decir en cual he visto ese paisaje tan peculiar. Me quedo dormida pensando en esa imagen. En mi sueno, el paisaje se empieza a formar de manera muy clara y real. Tanto, que estoy empezando a sentir la brisa que me trae un olor a bosque y mueve mi melena cobriza. Escucho los sonidos de la naturaleza, el crujir de las ramas, el trino de las aves, el agua salpicando y la hierba mojada bajo mis pies. Es increible como percibo todo eso, es como si estuviera aqui en realidad. Escucho como un grunido que se acerca a mi. Abro los ojos y veo un bosque. Aparece un jabali entre los arbustos. Pero es distinto. Es mas grande de como suelen ser y su piel tiene un color verde oscuro. No lo habria visto si no se estuviera moviendo. Su piel esta cambiando de color a medida que avanza hacia mi. Su trayectoria no cambia. Aunque se que solo es un sueno, hecho a correr hacia un arbol. Es dificil hacerlo descalza. Me estoy haciendo dano en los pies con las piedras y ramas que estoy pisando, pero aun asi continuo corriendo. Logro subirme a unas ramas, cuando el animal me alcanza y da un salto. Pero ya he trepado a otra rama mas. Se oye un silbido y despues un grunido del jabali, que se tambalea y cae. Tiene una flecha clavada en la parte de atras de la cabeza. Mientras bajo del arbol, veo a alguien aproximarse. Es un hombre joven, atletico y con unas facciones duras pero atractivas. Camina a paso ligero, recto y sin vacilacion. --?Estas bien? --me pregunta mientras se agacha para arrancarle la flecha al animal. La limpia y se la guarda en su carcaj. --?Que animal es? --le pregunto, ignorando la suya--. Parece un jabali, pero me ha parecido que cambiaba de color. --Es un jableni --se me queda mirando, con curiosidad. Sus ojos son intensos y claros como el cielo--. ?Nunca habias visto uno? --me da un escalofrio en todo el cuerpo. Su voz es grave pero agradable. --Pues no --empieza a atar el animal con una cuerda que ha sacado de su bolsa. Cuando termina, me mira, lo que hace que me ruborice. Desvio la mirada, esperando que no lo haya notado--. ?Donde estamos? --En el Lago Sur. ?De donde vienes? ?Y por que vas descalza? Me miro los pies. Me doy cuenta de que tengo sangre en uno de ellos. Me agacho y veo que tengo una herida poco profunda. Tambien tengo aranazos en los brazos. Me toco las heridas y me extrana sentir dolor. Cuando una persona suena, no siente dolor, ni percibe ningun olor. Es imposible. ?Estoy sonado o me encuentro aqui en realidad? El joven se acerca a mi con una caja abierta, donde hay gasas, tijeras y varios frascos. Tiene el pelo muy rubio y un poco largo. Su rostro tiene rasgos finos pero varoniles. Me echa en las heridas un liquido con un fuerte olor agrio. Lo curioso es que no escuece, pero me esta empezando a marear. Ahora me echa una crema y me venda la herida del pie. La cabeza empieza a darme vueltas, veo borroso, y luego, oscuridad. Huelo a fuego, a madera quemada, a flores y a comida. Me pesan los parpados. Intento abrir los ojos y al hacerlo, veo un techo de madera. Estoy en una cama. Me incorporo poco a poco y miro alrededor. Parece una cabana. Hay una mesa y sillas de madera, una chimenea encendida y un caldero con vapor saliendo de el. Me miro los brazos. Apenas se notan los aranazos. Me quito la manta y veo mi pie aun vendado, pero no me duele. Sigo en pijama y descalza. Me levanto y empiezo a caminar hasta la puerta. La abro y me asombra lo que estoy viendo. Un paisaje que jamas habia visto. He ojeado miles de paginas con imagenes de lugares de todo el mundo, pero nunca habia contemplado algo asi. Los colores son deslumbrantes, pero calidos. Me inunda una paz interior solo con vislumbrar este paisaje. Es un prado. Hay un lago y al fondo, montanas. Doy unos pasos hacia fuera y me fijo en una ciudad a lo lejos, antes de las montanas. Es brillante como el sol, pero aun asi no te ciega. --Ya estas despierta --me giro. Una anciana me sonrie mientras se acerca a mi--. Llevas una hora durmiendo. --Hola --no se bien que decir. --Hola. Me llamo Fiona. ?Y tu? --parece mayor, pero camina con agilidad. Lleva un vestido sencillo de color arena y manga larga. Pero es distinto a cualquiera que haya visto antes. --Ariadna, pero me llaman Ari. --Un nombre peculiar --me inspecciona con la mirada como si intentara ver mas alla. Tiene el pelo blanco recogido en un mono bajo y sus ojos son de color canela-- y eso que aqui hay nombres poco comunes. --?Donde estamos? --le pregunto, saliendo de la ensonacion que me ha provocado este paisaje. --Esa es una muy buena pregunta --me coge del brazo y me lleva adentro. --Es curioso --como ella no habla, empiezo yo la conversacion. Hace que me siente. En la mesa hay dos cuencos y dos cucharas. Son de madera. Ella coge la olla que hay en el fuego--. Sigo sin saber si esto es real o estoy sonando --le confieso. Ella echa sopa en los cuencos. --Otra buena pregunta --me responde, sonriendo. --Y sigo sin tener respuesta --se me queda mirando. Continua con esa sonrisa enigmatica. --Come. Antes de que se enfrie --tiene la mirada firme, lo que hace que me incomode un poco. Hago lo que me dice. Tiene un sabor especial. Nunca habia comido algo asi. Mi paladar distingue diferentes sensaciones con cada cucharada que doy. Ella solo esta removiendo su sopa con la cuchara. Del cuenco sale un sonido melodioso. No es el tipico que sale del contacto de madera contra madera. Es relajante. Estoy terminando mi sopa. Solo queda un poco. Me quedo mirando ese resto. Al principio creia que era una ilusion optica, pero las imagenes que aparecen en ese caldo son cada vez mas claras. Parece como una pelicula. En mi mente se genera una narracion. Al principio parecen unas voces lejanas, pero se van aclarando poco a poco: <>. Dice la voz en mi cabeza. Yo estoy totalmente quieta, como si estuviera paralizada. Sigue la narracion. <>. Me despierto de golpe. Estoy en mi cama. Unos rayos de sol atraviesan la cortina. Me incorporo para levantarme e ir al bano. Pero al poner los pies en el suelo, noto algo en el pie derecho. Lo tengo vendado. Me levanto de golpe y abro la cortina rapidamente para que entre luz. Me quito la venda y veo una pequena herida casi curada. Reviso mis brazos. Tengo unas ligeras lineas blancas. Esto me lo hice cuando subi a aquel arbol. Me doy cuenta de lo que significa. No era solo un sueno. Ha pasado de verdad. He estado en aquel lago, un joven curo mis heridas y una agradable anciana me dio una sopa. Y realmente vi en ella esas imagenes. Intento recordar el nombre del final: GOLDHEIVEN.

  • La mano que te da de comer (Mistery Plus), A. J. Rich de A. J. Rich

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  • La pelirroja de la bicicleta de Pintina Cuneo

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  • Lo bueno del amor [LGBTI] de

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    Esta es la historia de una chica que conoce a un chico, se enamora y acaban juntos.
    O no.
    Porque en realidad Molly Peskin-Suso ha vivido 26 enamoramientos no correspondidos. Como siempre le reprocha su hermana Cassie, al final nunca hace nada por su miedo al rechazo.
    Y ahora Cassie acaba de empezar a salir con una chica y Molly se siente mas sola que nunca. Bueno, excepto por Will, el encantador pelirrojo que esta sorprendentemente interesado en ella. Y su nuevo companero Reid, mas comodo con los personajes de Tolkien que con la gente en general. Con el es muy facil hablar porque jamas podria llegar a gustarle.
    ?Verdad?

  • La fruta del borrachero de Ingrid Rojas Contreras

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    Bogota. Los noventa. La familia Santiago vive en una comunidad exclusiva y cerrada, a salvo de la agitacion politica que aterroriza el pais. La pequena de la familia, Chula, que tiene siete anos, parece vivir en una burbuja, pero la amenaza de los secuestros, los coches bomba y los magnicidios se cierne fuera del barrio, donde el omnipotente Pablo Escobar elude a las autoridades y coarta a la nacion. Cuando su madre contrata a Petrona, una criada procedente de las barriadas ocupadas por la guerrilla, Chula intenta congeniar con ella. Pero Petrona, que trata de sustentar a su familia mientras el primer amor la lleva en la direccion equivocada, oculta mas de lo que parece. Asi, nina y criada se ven envueltas en una red de secretos que las obligara a elegir entre el sacrificio y la traicion.

  • Las cinco invitaciones de Frank Ostaseski

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    “La muerte no nos espera al final de un largo camino. La muerte esta siempre con nosotros, en la medula de cada momento que pasa. Ella es la maestra secreta que, oculta a la vista, nos ayuda a descubrir lo que mas importa en la vida. Las cinco invitaciones es una estimulante reflexion sobre el significado de la vida y como la conciencia de la muerte atrae a nuestro ser mas verdadero. Con mas de treinta anos de experiencia al cuidado de personas en las etapas finales de sus vidas, Ostaseski ha descubierto que la muerte puede ser la guia que necesitamos para despertar plenamente a nuestras vidas, para ayudarnos a forjar experiencias plenas y significativas.”

  • Solo mira de Cara Lockwood

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    Actual. Atrevida. Independiente.

  • Fuego en mi corazon de Emilia Hover

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    El es un padre soltero, rudo y codiciado que ama con todas sus fuerzas a sus hijos, pero necesita un poco de ayuda en su vida.

    Se suponia que yo era la ninera, al menos eso es lo que dice mi contrato.

  • La Bella Y El Baron de Larissa De Silva

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    Sabia que iba a pasar. Lo sabia. Lo senti, pero no queria sentirlo. No sabia si era porque vivia en la negacion, o solo porque la idea de que volviera a suceder me asustaba. Pero senti calambres, y luego, tal vez tres minutos despues, habia comenzado. Otro periodo. Otro fracaso. Sabia que Roger tenia que ser la primera persona en saberlo. El estaba involucrado en esto, tal vez incluso mas que yo. Habiamos tenido suerte. No habia sido necesario. No habiamos tenido ninguna perdida todavia. Habiamos empezado a ir a un especialista, pero el proceso de Fertilizacion In Vitro todavia estaba lejos. La Dra. Zaphyr habia dicho que teniamos suerte de no haber concebido todavia. Ella recomendaba un terapeuta a todos aquellos cuyo embarazo habia terminado en un aborto. Despues de que nos dijo eso, se quedo mirando. Como si quisiera que le pidiera que le recomendara un terapeuta. Pero aun no estabamos alli. Lo estabamos intentando, y eso era todo lo que podiamos hacer. Fui al bano, me arregle el maquillaje con manchas de lagrimas y me limpie la nariz antes de volver a la sala de estar. Roger estaba viendo la television, golf creo, y apenas me miro mientras yo sacudia lentamente la cabeza. No dijo nada. --Roger --dije, tratando de evitar que mi voz temblara. Entonces levanto la vista, y nuestras miradas se encontraron por un largo segundo. --?Que? --Lo siento --dije, aunque me habia dicho antes que no iba a disculparme por esto otra vez. --Tengo mi periodo. Miro a la television nuevamente. Murmuro algo, pero no pude oirlo. --?Que fue eso? Me miro otra vez. --Nada --dijo, y luego se enderezo un poco. --No es una maldita sorpresa, ?verdad? Conociendote. Pestanee. --?Crees que yo hice que esto sucediera? Tardo mucho en responder. Cuando oi su voz, ya no estaba en la sala de estar. *** El divorcio, me aseguro mi abogado, iba bien. No tenia ningun punto de comparacion, nada con lo que relacionarlo, y no estaba particularmente interesado en profundizar en el proceso. Mientras me quedara con lo que era mio, el podia protestar todo lo que quisiera. Todos mis amigos me dijeron que deberia ser capaz de ver lo que habia pasado entre nosotros como una bendicion disfrazada -no querias realmente un nino con ese tipo, ?verdad?- pero no se sentia como una bendicion. Se sentia como una bofetada en la cara, como si no hubiera logrado escapar de nuestra relacion con dignidad. El habia sido el que presiono por el nino, y yo siempre quise complacerlo, pero me habia dado cuenta de que yo tambien queria desesperadamente un bebe. Resulto que el divorcio fue un proceso largo e interminable, y aunque una parte de mi se decia a si misma que era arcaico preocuparme por haber pasado mi mejor momento antes de quedarme embarazada, no podia permitirme ir por ello sola. Y la idea de encontrar un hombre… no era solo desagradable. Era tan absurda como la luna hecha de queso. Sabia lo que tenia que hacer. Tenia que mantener la cabeza baja, seguir haciendo mi trabajo, y preocuparme por eso, y solo eso. Eso era lo que mi terapeuta me habia recomendado. Era gracioso, habia terminado pidiendole a la Dra. Zaphyr una recomendacion despues de todo. Por eso segui yendo al trabajo, aunque cada vez que interactuaba con un nino, sentia una tristeza muy particular e insidiosa. Sabia que no iba a desaparecer, pero si no era capaz de traer a mi propio hijo a este mundo, lo menos que podia hacer era asegurarme de que los ninos que me rodeaban fueran tan felices y saludables como pudieran serlo. --?Quien es el siguiente en llegar? --Le pregunte a mi asistente, que estaba obedientemente a mi lado. --Se llama Tatiana Wilde-Garcia. Tiene tres anos y medio. --?Tres y medio? ?Para un nino sano? --Le pregunte. --La familia se acaba de mudar a la zona --respondio Kelly. --Son un poco… --Espera, ?entonces esta es su primera visita? --No para nuestra practica --dijo Kelly--. Solicitaron otro medico despues de ver al Dr. Dayleview por primera vez. Parpadee un poco. --?Dijeron por que? --Querian a alguien un poco mas… minucioso. No pude evitar reirme de eso. --Bien, de acuerdo --dije--. Supongo que tendre que hacer un gran espectaculo de esto. --Si. El padre esta un poco… parece un poco ansioso por la salud --dijo Kelly, su forma educada de decir que este padre iba a ser una pesadilla fuera de lo comun. --Lo entiendo --respondi--. No te molestes en entrar y tomar la historia antes que yo, entonces. Yo me encargare de eso. Sus ojos se abrieron de par en par. --?Esta segura, Dra. West? --Absolutamente --dije--. No quiero que tenga que seguir repitiendo lo mismo, y se hara a la idea de que soy mas atento que el Dr. Dayleview, lo cual todos sabemos que no es cierto en absoluto. Solo quedate conmigo, Kelly, y toma notas detalladas. Podria ser una de esas personas cuya ansiedad se alivia con el conocimiento. --?Lo crees? Le sonrei antes de llamar a la puerta de la habitacion cinco. --Quiero decir, honestamente, solo puedo esperar --respondi en voz baja antes de proyectar mi voz en la habitacion--. !Vamos a entrar! Abri la puerta sin mucho aviso. La nina estaba caminando, mirando el techo, que estaba pintado de colores, y el padre estaba sentado en una silla de plastico, mirandola. No pude verlo tan bien, porque su cara estaba alejada de mi, y estaba encorvado. Pude ver que era alto, porque sus piernas eran tan largas que casi me tropece con el. Tardo un poco en reposicionarse, mirandome despues de lo que parecia una eternidad. Lo primero que note en el, aparte de lo alto que era, fue lo cansado que parecia. Habia bolsas oscuras bajo sus ojos claros, y aunque parecia que habia intentado hacer un esfuerzo con su pelo, estaba claro que habia estado a medio camino, en el mejor de los casos. Sus ropas estaban limpias, pero cuando me arrastre hasta sus pies, note que sus calcetines no hacian juego. --Dra. West --dijo mientras se ponia de pie. Extendio su mano hacia mi--. La han recomendado mucho. Le sonrei mientras estrechaba su mano. Note lo suave que era su palma, pero las puntas de sus dedos tenian callos y sus unas eran un poco largas. El apreton de manos fue un poco incomodo antes de que se alejara de mi. Empece a hablar. --Asi que esta es tu… --Si, mi hija --dijo--. Es mi hija, y esta enferma, y quiero saber que le pasa. La observe un poco. Era una nina tranquila, de tamano normal para su edad, con grandes ojos y una pequena sonrisa en su rostro. No decia nada, lo que me sorprendio un poco, pero cuando obtuvo mi atencion, sonrio y me saludo. Sonrei y le hice senas para que se acercara y me arrodille. --Hola --dije--. Me llamo Dra. West. ?Como te llamas? --Tati --dijo en voz baja. --Hola, Tati --dije--. Tu papa me dice que te sientes un poco mal. ?Puedes senalar donde te duele? Sacudio la cabeza y note que su nariz estaba un poco tapada. --Bien --dije--. Hazme un favor, ?vale? Tu papa te va a ayudar a subirte a esta mesa por mi, y luego solo necesito que te quedes quieta para que pueda ayudarte a sentirte mejor pronto. ?Puedes hacer eso por mi? Ella asintio de nuevo. Su padre entro, la levanto y ella sonrio. Antes estaba bien, pero definitivamente parecia estar mejor en sus brazos. El le devolvio la sonrisa, pero habia algo en la forma en que la sostenia. --Mi asistente va a necesitar que extiendas tu brazo --dije mientras indicaba a Kelly. --Y la maquina va a apretar tu brazo un poco. Solo quedate quieta para que no tengamos que hacerlo de nuevo, ?de acuerdo?” --?Oiste eso, Tati? --dijo el padre. Ella asintio con la cabeza. --Es timida --dijo mientras Kelly se ponia a trabajar. Me gire para mirarlo. --Tiene un pequeno resfriado, pero parece estar bien. ?Ha tenido fiebre? --No --respondio--. No hay fiebre. --?Alguna tos seca o estornudo? Sacudio la cabeza. --?Que hay de perdida del apetito? --No lo se --respondio, encogiendose de hombros. --Es dificil alimentar a un nino pequeno. --Absolutamente --dije--. Lo entiendo. ?Esta mas malhumorada que de costumbre? Sacudio la cabeza. --No, honestamente, siempre ha sido una bebe muy facil de llevar --dijo --. Desde entonces… durante los ultimos meses, ha estado mas tranquila de lo normal. --Bien --dije--. ?Asi que te preocupa que su cambio de actitud este relacionado con su salud? --Oh, no. Su actitud cambio hace un tiempo --dijo, mirandome y levantando las cejas cuando no dije nada. --Su madre murio. Estamos adaptandonos. Pase saliva. --Siento mucho su perdida --dije. --Gracias --respondio. --Entonces, ?ha estado mas callada desde entonces? --No lo se --dijo--. Ocurrio de repente, y creo que, desde entonces, las cosas no han sido exactamente iguales. Estoy preocupada. Se que tiene poco sentido, pero parece que de alguna manera ella es mas vulnerable a enfermarse. Volvi a asentir con la cabeza. Tendria que preguntar mas sobre la historia familiar, y sabia que probablemente tendria que remitirlo a terapia familiar, pero no podia simplemente dejarlo asi. -- ?Le molesta si le pregunto que paso? --Cancer --dijo--. Pancreatico. Etapa cuatro en el momento en que fue descubierto. Nuevamente pase saliva. --Lo siento mucho. Es horrible. --Yo tambien --dijo--. Solo tenia treinta y seis anos. Nunca espere que criara a mi hija yo solo. Espere a que dijera algo mas, sobre todo porque no sabia que mas decir. Me sonrio, un poco triste. --Lo siento --dijo--. No quise hacerte sentir incomoda. --No lo hiciste --respondi--. ?Cuando ocurrio? --Justo antes de Navidad --dijo. Asenti con la cabeza y mire la tabla en mi mano, aunque no necesitaba leer nada. --Bueno, es un gran cambio --dije--. Dudo que le afecte fisicamente, pero puede que note algunos cambios de personalidad. El duelo es extremadamente dificil para los adultos, y los ninos pequenos no pueden decirnos como se sienten al respecto. Asintio con la cabeza, mirando entre Kelly y su hija. --Bueno --dijo--. Estoy haciendo terapia de duelo, y ella esta haciendo terapia de juego. No se si esta ayudando. Volvi a asentir con la cabeza. --Lo entiendo completamente --dije--. Es un proceso. --Gracias --dijo, su expresion se suavizo un poco. Luego cruzo los brazos sobre el pecho. Se lamio los labios antes de empezar a hablar de nuevo. --Creo que el Dr. Dayleview penso que estaba siendo paranoico, pero solo quiero que ella este bien. --Entiendo --respondi--. Bueno, dejeme examinarla, pero parece una nina feliz y saludable. Sonrio, pero aun asi parecia devastado. Me incline antes de que pudiera pensar en ello. --Escucha --dije--. Normalmente no hago esto, pero entiendo que sus circunstancias son un poco diferentes a las normales. Levanto las cejas. --Te voy a dar mi numero de telefono personal --le dije--. Enviarme un mensaje de texto es mas facil si tienes alguna pregunta, ?de acuerdo? Normalmente estoy un poco ocupado para responder. Pero si crees que ayudara… --Gracias, Doctora --dijo, sonriendome, y esta vez, se veia un poco mejor--. Se lo agradezco mucho. --?Tienes tu telefono? --Si --dijo. Lo saco de su bolsillo y estaba a punto de darme un telefono tan grande que apenas cabia en mis manos. Lo abrio primero, antes de darmelo. --Gracias de nuevo. Ha sido tan dificil, tuvimos que mudarnos justo despues de que muriera, y ha… ha sido un gran cambio. --Apuesto que si --dije mientras veia a Kelly echarme un vistazo--. Bien. Voy a examinar a su hija ahora, de acuerdo, Sr… --Wilde --dijo--. Pero puedes llamarme Oscar. Lo mire, parpadeando. --Esta bien --dijo--. Te dejare hacer una broma sobre ello, ya que eres la medica de mi hija y todo eso. Me rei. --Me abstendre. Aunque es curioso. --Una medica muy recomendada, y muy educada --dijo--. No se que mas podria haber pedido. --Soy muy competente, Sr. Wilde --le dije, sonriendole. --En serio --respondio--. Oscar esta bien. CAPITULO DOS Oscar --Lo estas haciendo muy bien --le dije a mi pequena. Ella me miro con esos enormes ojos marrones y fruncio el ceno--. La doctora dijo que estas bien y saludable. Siento que tu nariz haya estado congestionada ultimamente. No dijo nada. --Bueno, supongo que eres muy pequena para preocuparte mucho por tu estado de salud --dije mientras caminaba con ella hacia mi coche--. Pero te has portado muy bien, y eso merece una recompensa. ?Que te gustaria? Continuo mirandome fijamente. --Bien, supongo que estas cansado de la doctora --le dije mientras la ponia en su silla en el asiento trasero. Siempre habia sido una nina pequena, y me parecio aun mas pequena desde que Camila murio. Habia crecido tan rapido cuando llego al mundo, pero senti que la muerte de su madre habia proyectado una sombra tan grande sobre nosotros que su pequeno cuerpo no podia seguir creciendo. Sabia que no estaba siendo razonable, sabia que era solo una extrana conexion que mi mente habia hecho, otra cosa sobre la que pensaba que podria tener poder. Otra cosa para discutir con mi terapeuta, supuse, mientras abrochaba el cinturon a Tati. --Vamos entonces, monito --le dije--. Vamos a llevarte a casa y luego podemos ver a Moana juntos. ?Que te parece? --!Si, papa! --respondio, agitando los brazos con entusiasmo. Le devolvi la sonrisa, le bese la cabeza y me subi al coche. No estaba lejos, pero nuestro apartamento estaba en el centro, y habia mucho trafico en el camino. Sali del garaje y segui esperando en el trafico. El trafico era una de mis formas menos favoritas de pasar el tiempo, pero estaba decidida a pasar todo el tiempo que pudiera con mi hija. Me habia llevado demasiado tiempo darme cuenta de que el tiempo que habia pasado con mi difunta esposa habia sido muy poco, muy valioso. No queria parpadear y perderme nada que pudiera ser importante, no con mi bebe. Solia tener choferes para hacer este tipo de cosas, para ir por ahi y hacer mis recados, pero ya no. No desde que perdimos a Camila. Habia sido duro. Me di cuenta de que todavia habia mucha gente que hacia mis tareas por mi, pero eso estaba bien, porque eran las tareas que habrian cortado el tiempo que pasaba con mi hija. Me costo mucho, pero me di cuenta, cuando mi esposa murio, que el tiempo es el bien mas valioso. No importa cuanto dinero tengas… deberia saberlo… porque el tiempo es un regalo. Cada momento, cada segundo. Incluso cuando no se siente asi. Eso es lo que me dije a mi mismo mientras miraba a mi pequena en la parte de atras del coche. Ella estaba durmiendo entonces, muy cansada de su dura cita con la pediatra. Yo tambien tenia ganas de dormir una siesta, pero tenia que llevarnos a casa antes de poder hacerlo. Tosio un poco, dando vueltas en su sillita. Mi corazon se hundio hasta el estomago. La doctora puede que no haya encontrado algo, pero eso no significo nada. Todo lo que podria haber significado es que ella no estaba alli en el momento adecuado, o que la doctora no vio algo obvio. Eso fue lo que paso con Camila, asi que no vi por que no podia pasar con Tatiana. Habia una parte de mi que queria volver y que la revisaran de nuevo. Me dije a mi mismo que no fuera paranoico. Esto no era algo que yo pudiera controlar, y no habia necesidad de que me volviera loco. Todavia no. No hasta que la llevara a otro especialista, porque claramente, esta se habia quedado corta. Fue una pena, porque me habia gustado. Parecia inteligente, competente, y como si fuera buena con los ninos. Ciertamente era muy buena con Tati. Bueno, habia sido buena manejandola, pero no pense que fuera necesariamente buena en su trabajo. Tati tosio de nuevo y senti un escalofrio en mi columna vertebral. El trafico se habia sentido mal antes, pero tan pronto como empezo a toser, parecio reducirse a un goteo. Me pase todos los semaforos en rojo, un auto al azar me corto el paso varias veces, y habia una larga fila antes de que pudiera entrar al estacionamiento cubierto que estaba paralelo a nuestro edificio. Para cuando la desabroche, me senti listo para vomitar. La sostuve cerca, y ella se movio y sonrio. --Hola, papa --dijo. La abrace fuerte. Se rio, pero se retorcio en mis brazos. --Estas apretando demasiado fuerte. Afloje mi control sobre ella. --?Estas bien, monito? --Estoy bien --dijo--. ?Moana? --Bien. Vamos --dije. Le bese la parte superior de la cabeza, mas que nada para ver si estaba caliente, pero no lo estaba. No volvio a toser, y senti que mi ansiedad disminuyo un poco. No mucho, solo lo suficiente para llevarla al ascensor y subir las escaleras. No dijo nada. Parecia estar bien, ni siquiera inquieta o de mal humor. No estaba caliente, no se quejaba, y ya no tosia. Me dije a mi mismo que habia estado paranoico. Aun asi, saque mi telefono del bolsillo y mire el numero de telefono y la tarjeta de contacto de la Dra. West. Me pregunte si su oferta habia sido sincera. No queria tener que llamarla, pero no sabia si iba a tener muchas opciones. --?Papa? --Tati dijo, mirandome. --?Si, carino? --Pareces triste --dijo. Me mordi el labio inferior, e intente evitar que llorara. Cada vez que se daba cuenta de lo triste que me veia, hacia todo mucho mas dificil. --Estoy bien --dije--. Solo estoy cansado. Yo tambien tuve un gran dia. Me dio un abrazo y mis ojos se llenaron de lagrimas. --Veremos la pelicula juntos --dijo, repitiendo como un loro algo que le habia dicho un millon de veces. --No ayudara para siempre, pero ayudara un poco, y eso es todo lo que necesitamos.

  • Mi condesa irlandesa (El ducado de Chester 2) de Claire Phillips

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    Lord Lucas, conde de Cornelly habia pasado de ser uno de los cuatro condes del apocalipsis, tildados como unos seductores irredentos, a ser la presa a abatir por toda matrona y debutante de las islas y todo porque su primo Sebastian, duque de Chester y cabeza de toda la familia, habia contraido matrimonio con “su duquesa espanola” abriendo, al parecer, a los ojos de la sociedad y muy especialmente de todas las damas casaderas, la veda sobre el y sus cuatro primos, todos ellos cabezas de titulo. Y sin duda, el era el siguiente en la linea, cosa que detestaba mas alla de lo imaginable. Huia de las debutantes como si fueren la peste por lo que la atraccion que sentia por la pupila del duque de Sucre empezo a tornarse incontrolable por mucho que se dijese a si mismo y a los demas que el no estaba listo ni para desposarse ni para asumir ese papel que, antes que el, habia adoptado Sebastian de caballero atado y cazado.
    Tras varios anos viajando por el continente en compania de su madre, tras la muerte de su padre, lady Ashton, hija del vizconde de Brocher, lo que menos deseaba era regresar a Inglaterra con el unico fin de ser presentada en sociedad y, con ello, comenzar con el que a ella se le antojaba un ritual tortuoso para las jovenes, lucir como perfectas damas con el unico fin de poder encontrar esposo. Lo que no esperaba es que ese conde que primero lograba enervarla y despues aturdirla, acabaria conquistandola por mucho que se resistiese y por muy terca que se mostrase, especialmente porque tenia la habilidad de aguijonearla y con ello llevarla por el camino que el queria marcar.
    Si, el destino a veces predetermina lo que ni siquiera sus protagonistas parecen dispuestos a aceptar

  • La fuga del gran narco de Harel Farfan Mejia

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    La historia de traicion y muerte, sobre la fuga de un gran narcotraficante y el nacimiento de nuevos criminales que se disputan los territorios de la droga.

  • La otra orilla del abismo [LGBTI] de Sofia Olguin

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    UNA NOVELA DE FANTASIA URBANA LLENA DE MAGIA Y MISTERIO

  • Desafios por amor (Los Irwin 2) de Noa Pascual

    https://gigalibros.com/desafios-por-amor-los-irwin-2.html

    Los hermanos Irwin eran el orgullo de sus patriarcas, la armonia de tonalidades era pareja a sus caracteres y sus vidas componian el mejor lienzo de la galeria. pero tres de ellos, necesitaban ayuda para afrontar el amor.
    ?Existe en la vida mayor desafio que enamorarse?
    ?Por que amar a una sola mujer, cuando puedo tener a una diferente cada noche? Se preguntaba Victor Irwin.
    ?Parecia Dallas Irwin tan ciego como “Temis”, la Dama de la Justicia, para reconocer a su verdadera dama?
    Neill Irwin, no conocia el fracaso laboral, todo eran exitos y triunfos, excepto su conflicto entre mente y corazon.
    ?Podria Beca reconducir a sus hermanos y demostrarles lo equivocados que estaban respecto al amor?
    TGL

  • La razon del mal de Rafael Argullol

    https://gigalibros.com/la-razon-del-mal.html

    En una ciudad occidental, cosmopolita y prospera, se produce un fenomeno extrano que inicialmente parece solo un molesto contratiempo pero muy pronto se convierte en una amenaza mucho mas insidiosa, capaz de transformar las mas intimas convicciones de los ciudadanos. A partir de la cronica de este fenomeno que afecta a todos los estratos de una sociedad, el autor recrea el proceso de su descomposicion, desde la delacion, el temor y la sospecha, hasta el pillaje, la magia y la supersticion. En medio del caos, una relacion amorosa se construye serenamente, inmersa en el tiempo de la lenta restauracion de un cuadro mitologico donde el artista se atrevio a invitar al espectador a sonar con otro destino para Orfeo y Euridice. Argullol nos recuerda el indispensable valor de la lucidez y la memoria: mirar atras, como hiciera Orfeo al rescatar a su amada del Hades, no aboca necesariamente a la condenacion.

  • Leonardo da Vinci. La biografia de Walter Isaacson

    https://gigalibros.com/leonardo-da-vinci-la-biografia.html

  • Sierva de su amor de Concepcion Marin Albesa

    https://gigalibros.com/sierva-de-su-amor.html

    Eleonor debe saldar la deuda de su padre y entra al servicio del senor del castillo. Durante cinco anos sirve en las cocinas, hasta que el conde muere y regresa su hijo para convertirse en el nuevo senor. Sean se ha fijado en ella y la requiere para sus servicios. Ella esta dispuesta a salvaguardar su honor. Pero su voluntad nada puede contra el amor que siente por tan cruel Senor.