• libro sentir el bosque - Alex Gesse

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  • Yo se un secreto 1 de Viki Tapada

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    “Yo se un secreto”, no solo es una historia de terror. Va mas alla de lo que se enconde tras cada puerta. Donde en la poblacion helada y rural de Inceground un juego inocente, una melodia infantil abrira un pasadizo hacia el mal y la locura. Tu reflejo jamas volvera a ser el mismo…

  • El lamento de los abedules de Enara De La Pena

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    Un amor no correspondido. Un amor imposible. Un amor que nunca deberia haber existido. El lamento de los abedules se adentra en las vidas de unos personajes, victimas de su tiempo, cuyos caminos estan predestinados a cruzarse.

  • El destino de Ana H. Murria de Maite R. Ochotorena

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    <>
    INSPIRADA EN HECHOS REALES.
    Que opinan los lectores de esta novela de Intriga y Suspense:

  • Heridas del pasado (Recuerdos 2) de Chris Razo

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    Las heridas del pasado son las mas dificiles de curar.
    A veces, enfrentandonos al dolor, somos capaces de volver a vivir.

  • Gorrion rojo de Jason Matthews

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    Un thriller magistral al mas puro estilo James Bond cuyo autor ha sido agente de la CIA durante 36 anos
    La oficial Dominika Egorova es un “gorrion” (una especie de cortesana en la inteligencia de la Rusia postsovietica) que debera operar contra Nathaniel Nash, un joven y ambicioso agente de la CIA entrenado para infiltrarse en el espionaje ruso. Pero ambos se enamoraran y pondran en peligro sus carreras y la seguridad del topo mas valioso de Estados Unidos. Buscando venganza contra sus desalmados jefes, Dominika se dejara reclutar por la CIA y entrara en un perverso juego que desembocara en un climax electrizante.

    En marzo de 2018, la FOX estrena en cines Gorrion rojo, pelicula basada en el libro y protagonizada por Jennifer Lawrence y Jeremy Irons.

  • El poder de las hormonas de Randi Hutter Epstein

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    Un recorrido a lo largo de la historia las hormonas lleno de personajes y escenas tan cinematograficos como la Novia Gorda de un circo, un sotano lleno de cerebros metidos en tarros y una pareja enamorada que fue pionera en el tratamiento de las personas intersexuales, pero tambien audaces investigadores y medicos. Seremos testigos tanto de los grandes triunfos cientificos como de las grandes tragedias humanas en esta es historia que ilustra nuestro afan por comprender como nos controlan las hormonas y nuestro insaciable impulso de controlarlas a ellas (y quizas controlarnos tambien a nosotros mismos). La historia de las hormonas es la historia de nuestra relacion con ellas, una historia de nuestra sexualidad, nuestros deseos y nuestros cambios de humor: la historia de todo aquello que hace que nosotros seamos nosotros.

  • Tormenta (Voces del pasado 1) de Moruena Estringana

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    Cuando ella llego, un rayo resono en la distancia.
    Nada iba a ser igual tras su aparicion.
    Ni tan siquiera para Andy.
    Acostumbrada a vivir de aqui para alla, siente que es el momento de parar y descubrir cada uno de los secretos la rodean.
    Aunque ella no contaba con enamorarse de dos chicos al mismo tiempo; uno que saca lo peor de ella cada vez que la mira y hace arder su piel, y otro al que solo conoce por Internet y que, con sus palabras, conquista poco a poco su alma.
    ?Amor real o ficcion? Lo descubrira al tiempo que una sombra pesa sobre su cabeza intentando que todo siga como esta...
    Cueste lo que cueste.

  • La apuesta final (Rambha 2) de Anabel Garcia

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    Ares. Dios de la guerra.
    Hunter. Cazador.
    Ares Hunter. Hombre irresistiblemente atractivo. Poseedor de unos penetrantes ojos azules y un cuerpo felino escultural. Versado en seduccion y engano. Es el lider alla donde va. Sus amantes permanecen extremadamente enganchadas a el. Vencedor absoluto en todas las batallas, excepto en una.
    <>. Ares.
    Keira. Caracter fuera de lo comun, sinonimo de grandeza y superacion.
    Amor. Sentimiento de intensa atraccion emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en comun. a veces.
    Keira Amor. Mujer increiblemente hermosa. Fuerte y decidida. Va perdiendo la guerra contra sus sentimientos, sin poder evitar que estos sean cada vez mas fuertes. Una cruenta batalla se cierne sobre su mundo. Sabe que ese hombre no le conviene porque solo le hara sufrir, sin embargo, junto a el se siente mas viva que nunca.
    <>. Keira.
    Rambha es un mundo que le repugna, pero que a su vez, necesita para llevar a cabo la venganza que tanto anhela. Toda su vida se ha convertido en una continua paradoja de la que no sabe como salir airosa.
    En este esperado desenlace sucederan un sinfin de cosas insospechadas que nos dejaran petrificados.
    ?Por que la presa se enamora del cazador, incluso cuando el mismo le ha advertido del sufrimiento que le aguarda si lo hace?
    Si quieres saber la respuesta. No te pierdas Rambha: la apuesta final.

  • La casa de los amores imposibles de Cristina Lopez Barrio

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    Una magica novela sobre las trampas del deseo, la tragedia del amor y los lazos indestructibles de la familia.

  • El senor de las sombras (Cazadores de sombras. Renacimiento 2) de Cassandra Clare

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    Emma Carstairs ha descubierto que el amor que siente por su parabatai, Julian Blackthorn, no solo esta prohibido, sino que incluso puede destruirlos a ambos. Debe alejarse de el, pero ?como hacerlo justo en el momento en que Julian la necesita mas que nunca?
    Su unica esperanza es el Libro Negro de los Muertos, un compendio de hechizos con un terrible poder. Todos lo quieren, pero solo los Blackthorn pueden encontrarlo. Pero para ello deberan retar y vencer la voluntad del imponente Senor de las Sombras.

  • Sigue lloviendo de Alice Kellen

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    Se me disparan las pulsaciones en cuanto la veo. Es ella. Siempre ha sido ella. Y esta ahi sentada, con esa actitud serena que se esfuerza por proyectar ante los demas. Tiene las manos cruzadas sobre la mesa y la cabeza ligeramente inclinada hacia delante, de modo que algunos mechones de cabello enmarcan su rostro ovalado. Me fijo en la piel suave de su cuello, en la curvatura de sus hombros... --Por favor, Senor Ojeda, pase por aqui y ocupe uno de los asientos. Trago saliva e intento parecer mas seguro de lo que me siento. Camino hasta el centro del impersonal despacho, le tiendo la mano a su abogado y me acomodo frente a ella. Levanta la vista. Nuestras miradas se entrelazan, se enredan en una sola y no se si voy a ser capaz de deshacer ese nudo. Quiero seguir atado a ella, a esos ojos. --Sara... --comienzo a decir, pero no se como seguir y su nombre se pierde en mis labios. Noto la boca espesa. A pesar de ser media tarde, aun me duran los efectos del alcohol y la desolacion de la pasada noche; un par de aspirinas no pueden enmascarar las emociones que me acechan. --Por lo que veo, sigue pensando que no necesita un abogado --dice el hombre dirigiendose a mi. Lleva el nudo de la corbata mal hecho y no deja de toquetear con sus gruesos dedos el boton superior de la americana que viste. --Como asegure en su momento, no, no lo necesito. Hace unas semanas ya acordamos por telefono que ella se quedaria con el apartamento y la mitad del dinero. --Exacto. Y mi clienta deberia abonarle el valor proporcional de la mitad el piso. El revisa algunos papeles que ha dejado sobre la mesa llevandose un dedo a los labios cada vez que pasa una hoja. --No, no quiero --declaro. Veo que Sara presiona los labios. --Es lo justo --interviene su abogado. --No me importa. --Victor, no discutas. Hagamoslo por la via facil. Me estremezco al oir finalmente su voz, despues de tantos meses, despues de tanta ausencia... Llena la habitacion. Me llena a mi. --Quiero que te quedes el piso. Y no me debes nada --insisto. Su abogado nos mira alternativamente mientras permanecemos sumidos en un silencio tenso, retandonos con la mirada. --Los papeles ya estan preparados --aclara ella--. Firmalos, por favor. Suspiro ante ese ruego. Quiero complacerla, de verdad que si... pero no puedo. No asi. Sin embargo, la conozco lo suficiente como para saber que no cedera, no lo hara. Pero solo pienso en que no puedo dejarla sola, tan fragil, tan lejos de ser ella misma. Ojala pudiese entrar en su mente y manejar todas sus ideas a mi antojo; eliminar el sufrimiento, colorear las zonas grises, reparar lo que se ha roto... porque ese es el unico modo de arreglar tambien todo lo malo que hay en mi. --Terminemos ahora con esto -- susurra. El dolor sigue ahi, en sus ojos verdosos. Puedo verlo. Tambien me fijo en las ojeras que ensombrecen su mirada y en la piel de su rostro, mas palida y apagada de lo normal. Tiempo atras, Sara siempre fue capaz de representar una obra de teatro diaria para cualquier persona que se cruzase en su camino. Todos los que la rodeaban eran meros espectadores. Todos, menos yo. A mi siempre me dejo ver la verdad, los entresijos de su mente, los miedos que la comprimian. Me gustaba todo de ella. Lo bueno y lo malo. Todo. --Dame algo a cambio --digo. El abogado tose, incomodo por la atipica situacion, pero antes de que pueda inmiscuirse, Sara habla: --?Que es lo que quieres? --Una cena. Una despedida.

  • Despues de caer de Melanie Harlow

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    “No necesito ser su primer amor, pero ojala me dejara ser el ultimo.”
    Jack no es el tipo de Margot. En absoluto. Es granjero y, aunque las peliculas de cowboys estan bien, ella prefiere un hombre elegante, con traje y corbata.
    Jack es muy atractivo, pero tambien tosco y grosero.
    No obstante, pronto empezaran a saltar chispas entre los dos y Margot descubrira que Jack esconde un duro pasado y necesita que lo salven.

  • Auschwitz de Esther Mucznik

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    <> Shlomo Venezia, superviviente de Auschwitz El campo de concentracion de Auschwitz es el sinonimo del mal absoluto que el nazismo preconizo. Los judios y gitanos sirvieron como cobayas para la experimentacion diabolica de los nazis, gaseando a mas de un millon de personas y matando de hambre, frio, agotamiento o, simplemente, de soledad y desesperanza. Sin embargo, muchos presos resistieron a la total deshumanizacion del campo esforzandose por mantener la dignidad. Cuidar la higiene, escribir o dibujar eran actos que ayudaban a sobrevivir. Esther Mucznik cuenta a traves de las voces de aquellos que sobrevivieron al infierno de Auschwitz el insoportable silencio tras los asesinatos de ninos, la barbarie de la experimentacion medica sobre miles de hombres y mujeres o la lucha por sobrevivir en un campo de horror y muerte. Estos son los relatos que deben servir para mantener viva la memoria de aquellos que sucumbieron a la maquinaria del terror nazi.

  • La Crianza Rebelde de Ana Acosta Rodriguez

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    ?Te has sentido desbordada por las quejas, llantos y gritos de tus hijos? ?Crees que te faltan herramientas para gestionar rabietas y berrinches de manera respetuosa? ?Pierdes la paciencia muy a menudo? ?Te gustaria educar a tus hijos sin castigos ni gritos pero consensuando limites saludables? Te entiendo y estoy aqui para ayudarte. A traves de mi innovador modelo de disciplina para preescolares C.E.R. (consciente, empatica y respetuosa), aprenderas a establecer normas y limites desde la atencion plena, la empatia y el respeto.

  • En la cama Equivocada de Kelly Dreams

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    Iona solia pensar que en los Estados Unidos estaria lo bastante lejos de las insensateces de su adorable y chalada madre pero se equivoco. El tener que dejar su trabajo para viajar inmediatamente a Escocia y asi evitar un absurdo compromiso matrimonial era la prueba.
    Poco podia imaginarse entonces que ese rocambolesco asunto la conduciria al unico pub del pueblo y a una intima conversacion con una botella de whisky. Y a ella la bebida le sentaba tan bien.
    Connor solo tenia en mente beber hasta perder el sentido cuando traspaso las puertas del pub, pero en lugar de eso, termino compartiendo una botella de whisky y una alocada y sensual noche con la mujer mas rara y exasperante que se encontro jamas. Acostarse con una chica y no recordad ni su nombre a la manana siguiente era algo a lo que estaba acostumbrado, hacerlo y descubrir que ella se habia convertido en su esposa. era una pesadilla totalmente distinta.
    Whisky, sexo y diversion, los ingredientes perfectos para despertarse en la cama equivocada.

  • Me prometiste el cielo pero yo queria volver de Patricia Hervias

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    Lorena vive tan ajetreada que el dia que tiene un accidente de coche y pasa al <> se da cuenta de que le queda mucho por vivir. No ha conocido al hombre de sus suenos, no se ha enamorado y no ha podido cumplir muchos de los deseos que tenia.

  • THE SHADOW de Sylvain Reynard

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    Del exitoso autor del New York Times de la trilogia de Gabriel llega el muy esperado seguimiento de The Raven , una sensual novela ambientada en Florencia con el acoplamiento peligrosamente embriagador de Raven y William …

    El principe vampiro de Raven Wood ha regresado, prometiendo su amor y promesas justicia por cada mal hecho a ella. A raiz de su reunion, Raven se enfrenta a una terrible decision: permitir que el Principe se venga de los demonios de su pasado o persuadirlo de que mantenga la mano. Pero hay mucho mas en juego que el corazon de Raven …

  • Leo Morris de Gwendolen Hope

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    Paige Palmer tiene un problema y la solucion esta al alcance de su mano: se llama Leo Morris.
    Leo, amo de la ciudad de Richmond, es un hombre poderoso y sin escrupulos que le pedira a cambio algo muy particular.
    Y las cosas nunca son tan simples como parecen...

  • No hay reglas para olvidar de Iris T. Hernandez

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    Nasha dejo atras su zona de confort y se separo de su novio, Andres Zuniga, para lanzarse a la aventura, levantar su negocio y construir su reino.

  • Anochecer de Isaac Asimov

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    El planeta Kalgash esta al borde del caos, pero solo unas pocas personas se han dado cuenta de ello. Kalgash conoce unicamente la luz diurna perpetua, pues durante mas de dos milenios la combinacion de sus seis soles ha iluminado el cielo. Sin embargo, ahora empieza a reinar la oscuridad. Pronto se pondran todos los soles, y el terrible esplendor del anochecer desencadenara una locura que marcara el final de la civilizacion.

  • Almas robadas de

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  • La mascara sobre la realidad de Rafael R. Tranche

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    En un mundo donde la realidad se atomiza, donde cada vez es mas dificil destramar los vertiginosos cambios sociales, politicos y economicos acaecidos, la informacion se ha diluido en la gran corriente de contenidos que nutre internet. La actualidad parece fluir por sus redes sin mediaciones. ?Es preciso estar informado cuando nuestros circulos y nuestra percepcion personalizada de la Red conforman y confirman lo que ocurre? Pese a la abundancia de datos y a la hiperconectividad que estos demandan, la verdad se torna huidiza y hoy se disputa en un doble tablero: politico y mediatico. Ello es debido a que ahora las noticias se elaboran atendiendo mas a su explosion emocional y espectacular (sucesos) que a su exposicion racional (hechos). En esta logica, las imagenes asumen un total protagonismo, abocandonos a un regimen de hipervisibilidad donde todo debe ser visto (enmascarado) antes que percibido o constatado. La mascara sobre la realidad propone una reflexion critica sobre este universo digital que esta transformando el espacio publico, nuestra sociabilidad y hasta la propia subjetividad.

  • Libres de Alejandra Rodriguez

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    Aprendi por mi cuenta que el amor no conoce barreras, que no entiende de frascos y que no siempre habita entre un hombre y una mujer.
    Averigue que hay tantas clases de amor como personas habitamos en la Tierra y, por mucho que lo rehuyas o lo busques, aparece cuando y donde menos te lo esperas.
    A veces es el culpable de que a una mujer le de un infarto por enterarse de que su hijo se ha casado con ese al que ella llamaba error.
    A veces esta entre una chica, como yo, y un chico como Hector y otro como Eliot.
    Si. A veces tampoco es cosa de dos. En ocasiones los sentimientos son tan traviesos que son capaces de unir a tres personas en el mismo espacio-tiempo.
    Me llamo Nicole; esta es mi historia y la de ellos.
    Advertencia: Esto no es un cuento de hadas. Es una historia de personas libres.

  • Oscuro y perverso de Tania Sexton

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    Jennifer jamas imagino como podia cambiar su vida con una simple carta. Su hermana habia fallecido junto a su marido, dejando a un bebe de meses a su cuidado. No estaba dispuesta a que la familia de su adinerado cunado se lo arrebatara, por lo que opto por suplantar la identidad de su hermana, sin sospechar como una mentira cambiaria su vida.

  • Desde mi ventana (Juntos y revueltos 2) de Eleanor Rigby

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    Cuando quieres estar cerca de alguien, ser solo su vecina puede no ser suficiente.

  • Leon, nunca me dejes ir (Leon 2), Lorena Guerra Mendez de Lorena Guerra Mendez

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    En amor une corazones, Dafne y Hugo son dos victimas del amor, y viven felices en esta nueva etapa de su vida. Hugo es un gran deportista de elite, y Dafne aplaude cada uno de sus exitos, pero ? puede su nueva vida romper aquello que han creado dia a dia? Llega el desenlace de la historia de Hugo y Dafne a traves de ” Leon, nunca me dejes ir” ?Te lo vas a perder? !Te espero!

  • El vagon de los huerfanos de Pam Jenoff

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  • La desafiante prometida del jeque (Atracciones innegable 1), Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • Y Julia reto a los dioses de Santiago Posteguillo

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    Mantenerse en lo alto es mucho mas dificil que llegar. Julia esta en la cuspide de su poder, pero la traicion y la division familiar amenazan con echarlo todo a perder. Para colmo de males, el medico Galeno diagnostica que la emperatriz padece lo que el, en griego, llama karkinos, y que los romanos, en latin, denominan cancer. El enfrentamiento brutal entre sus dos hijos aboca la dinastia de Julia al colapso. En medio del dolor fisico y moral que padece la augusta, cualquiera se hubiera rendido. Se acumulan tantos desastres que Julia siente que es como si luchara contra los dioses de Roma. Pero, en medio del caos, una historia de amor mas fuerte que la muerte, una pasion capaz de superar pruebas imposibles emerge al rescate de Julia. Nada esta perdido. La partida por el control del imperio continua.

  • Marlena, una amistad peligrosa de Julie Buntin

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    <>, piensa Cat a sus treinta y cuatro anos. Ahora vive en Nueva York y tiene la vida que sono, pero existe un recuerdo que la persigue: la historia de una amistad sin igual con la mujer que cambio su vida para siempre. Cuando parece estar a punto de olvidar, el hermano menor de su mejor amiga aparece en su vida para cuestionarla sobre la muerte de su hermana.

  • Liberada (Trilogia Criminal 2), Kris Buendia de Kris Buendia

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    Emily Thompson esta libre y busca vengar la muerte de su esposo. Las cartas que dejo Harry revelan algo mas que secretos y tendra que recuperar el imperio que perdio, aunque su nuevo socio, Blake Storm haga que se olvide por un momento de su venganza.

  • Tango satanico de Laszlo Krasznahorkai

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    En una remota region rural de Hungria azotada por el viento y la incesante lluvia, unos pocos miembros de una fallida cooperativa llevan una vida anodina en un pueblo ya casi fantasmal mientras aguardan impotentes a que un milagro les devuelva el futuro. Hasta que un dia reciben la noticia de que, en la carretera que conduce a la aldea, se ha avistado al astuto y carismatico Irimias, desaparecido anos atras y al que daban por muerto. Su simple reaparicion infundira esperanzas en la pequena comunidad de vecinos, pero tambien desencadenara acontecimientos desconcertantes y les revelara aspectos que tal vez habrian preferido ignorar. Parodica y mordaz, esta magnifica novela sobre los avatares de la esperanza y el valor de las promesas inspiro la pelicula de culto de Bela Tarr y ya es hoy un clasico contemporaneo.

  • Mi corazon en el Orquidea Cruise de M. M.

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    Tras un tiempo en tierra, disfrutando de unas vacaciones, Anais vuelve con ganas al Orquidea Cruise para comenzar a trabajar. En el barco la esperaban algunas novedades, la mas importante el nuevo Capitan, Paul, quien, ademas de ya tener fama de picaflor, no fingia lo que ella provocaba en el.
    Sin mas opciones para ninguno, comienzan una relacion donde el deseo es una parte fundamental. Pero habra que descubrir si solo sera algo esporadico o, por el contrario, los sentimientos lo lleven a algo mas.

  • La hija del tutor (Narrativa), Julie Klassen de Julie Klassen

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  • La Esposa Perfecta de Blake Pierce

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    La estudiante de perfilado de criminales (y recien casada), Jessie Hunt, de 29 anos, descubre que en su nuevo hogar en los suburbios acechan secretos ocultos; cuando aparece un cadaver, se ve atrapada entre el punto de mira de sus nuevas amistades, los secretos de su marido, el trabajo con casos de asesinos en serie-y los secretos de su propio pasado tenebroso.

  • Trufas para el comisario de Pierre Magnan

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    En la pequena localidad de Banon, en la Alta Provenza, los campesinos viven de la cria de cabras y, sobre todo, del lucrativo comercio de la trufa. ?Quien le iba a decir al comisario Laviolette -dispuesto a degustar en forma de tortilla poco cuajada el delicioso hongo de la region- que se encontraria con un buen monton de cadaveres y que una cerda llamada Roseline seria su mejor aliada? ?O que se toparia con una sepultura de los protestantes expulsados por la iglesia cuatrocientos anos atras, y que, tras una serie de estrepitosos fracasos, la solucion al caso surgiria ante el por azar, en una comunidad plagada de odios larvados y viejas supersticiones?
    Publicada originalmente en 1978, la inteligente y atmosferica obra de Pierre Magnan -sin duda uno de los grandes nombres de la novela negra europea-, a mitad de camino entre Fred Vargas y Jean Giono, es un autentico festin de ironia, sutileza y oscuridad.

  • El caza recompensas de Joanna Trum

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    le gustaba la vida de vagabundo. Duro e independiente,
    iba de un lado a otro del pais trabajando como cazador de recompensas. Pero
    aquel hombre justiciero tenia que vengarse de un hombre peligroso. De modo que,
    cuando se entero de que habian dejado libre a aquel canalla, lo dejo todo.
    Su rastro lo condujo directamente a Dallas.
    Tenia la corazonada de que Dallas iba a ser la proxima victima, y penso en materializar la
    venganza a traves de ella. Pero, ?por que el, que era un solitario empedernido, de repente deseaba ser algo mas que el guardaespaldas de Dallas?

  • Contra todo pronostico de Y. Arcenegui

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  • Mi primer CRUSH de Doctor Love

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    ?Te has cruzado alguna vez con esa persona… y han saltado chispas?
    ?Has experimentado algo sencillamente especial?
    CRUSH!

  • Los seres huecos (Las cintas de Blackwood 1) de Guillermo Del Toro

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    Encajada entre dos edificios del distrito financiero de Manhattan, el 13 y el 15 de Stone Street, hay una finca estrechisima que consta oficialmente como el 13 y medio de esa calle. De aproximadamente metro veinte de ancho y compuesta por una franja de piedra colonial que recorre de arriba abajo el espacio entre los dos edificios y termina unos diez metros por encima del suelo, no sirve para otro proposito aparente que albergar un corrientisimo buzon eduardiano de hierro fundido, que no posee ornamentos ni caracteristicas distintivas, salvo una enorme ranura para los sobres, y no presenta puertecilla ni cerradura para la recogida del correo depositado alli. Detras del buzon, un trozo macizo de piedra y argamasa. La escritura de este minusculo misterio urbano data de la epoca colonial holandesa y la firma Lusk & Jarndyce ha venido abonando puntualmente los impuestos correspondientes desde 1822. Antes de eso, solo se encuentran referencias al inmueble, siempre en perfecta situacion juridica. La mencion mas antigua al buzon se remite de hecho a un panfleto publicado en lo que entonces se llamaba Nueva Amsterdam: El relato mas completo de las vicisitudes de Jan Katadreuf e y su ascenso final y virtuoso al Reino de Nuestro Senor . En dicho panfleto, publicado por Long and Blackwood en 1763, en folio y a cuatro paginas, un acaudalado comerciante de especias hace un trato con el demonio para garantizar la llegada de sus barcos y cargamentos. Los barcos llegan, pero a partir de ese momento se desata un espiritu maligno que tortura al comerciante, todos los dias al anochecer, mordiendole de forma salvaje, aranandole la espalda y montando su cuerpo como un jinete mientras el alma descarriada grita, presa de un sufrimiento absoluto, y comete actos pecaminosos de extraordinaria violencia. En el drama, un seglar, en un intento de ayudar, le habla a un docto sacerdote de una posible solucion: <<... El buzon de hierro de la calle mayor, alli se halla para sus desgracias recibir. Una carta sellada lleva el nombre de Blackwood. Y al caer la noche con vos se reunira...>>. El cura propone al Senor y los sacramentos como unica solucion viable. Katadreuffe paga un sinfin de misas y queda liberado de su tormento solo unas horas antes de fallecer, purificado. Una lapida pequena y modesta recuerda su defuncion. La lapida, situada en el lado de Rector Street de Trinity Church, reza lo siguiente: AQUI YACE EL CUERPO DE JAN KATADREUFFE, ANTIGUO COMERCIANTE DE ESPECIAS Y MADERAS QUE PARTIO DE ESTE MUNDO EL 16 DE OCTUBRE DE 1709, A LOS 42 ANOS. RECORDAD, CUANDO POR AQUI PASEIS, QUE COMO AHORA SOIS YO UNA VEZ FUI, Y COMO AHORA SOY PRONTO SEREIS. PREPARAOS PARA LA MUERTE Y SEGUIDME... A lo largo de los siglos, el 13 y medio de Stone Street ha resistido muchos litigios: de demarcacion urbana, corporativos y de otros tipos. Cada una de esas batallas legales se ha ganado con un gasto considerable. Y por eso el buzon sigue ahi, un misterio a plena vista. La mayoria de los transeuntes pasan por delante si verlo siquiera. Hace un decenio, una gran compania aseguradora con sede en la acera de enfrente instalo tres camaras de seguridad. El encargado de supervisarlas pudo atestiguar que, aunque llegan al buzon algunas cartas (mas o menos una cada tres semanas), nadie las recoge, pero el buzon tampoco rebosa nunca. De ese pequeno enigma se ha corroborado una cosa repetidas veces a lo largo de los siglos: cada sobre que llega al buzon es una carta de necesidad imperiosa, un grito de ayuda desesperado, y todos y cada uno de los sobres van destinados a la misma persona: Hugo Blackwood. 2019, Newark, Nueva Jersey Odessa solto la carta y echo un vistazo por el Soup Spoon Cafe en busca de las ofertas. Las encontro, en una pizarra blanca cerca del pequeno mostrador de recepcion, escritas en mayusculas con rotulador rojo. Por alguna razon, aquella caligrafia le trajo a la memoria un recuerdo hacia tiempo olvidado de sus dias en la Academia del FBI, en Quantico, Virginia. El profesor de Ciencias de la Conducta dibujaba las definiciones de homicidio con un rotulador rojo deleble en la gran pizarra que habia frente al auditorio. La diferenciacion, les explicaba, no tenia nada que ver con los propios homicidios, su gravedad, metodo o modo, sino mas bien con el periodo de reflexion entre ellos. <> Las dos ultimas clasificaciones podian solaparse. Un caso dificil de clasificar, y que en general se consideraba la primera matanza de un asesino compulsivo en Estados Unidos, habia tenido lugar a ciento veinte kilometros al sur de la cafeteria donde la agente se encontraba en ese momento. El 6 de septiembre de 1949, Howard Unruh, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de veintiocho anos, salio de la casa de su madre en Camden, Nueva Jersey, vestido con su mejor traje y una pajarita a rayas. Habia discutido con su progenitora en el desayuno y ella habia ido corriendo a casa de sus vecinos a decirles, histerica, que temia que algo horrible estuviera a punto de ocurrir. Unruh entro en el pueblo armado con una Luger alemana y treinta balas de nueve milimetros. En un lapso de doce minutos, disparo y mato a trece personas e hirio a tres mas. En una farmacia, una barberia y una sastreria. Aunque se demostro que su deseo de matar era premeditado (despues se descubrio que tenia una lista de enemigos en su diario), entre sus victimas habia una mezcla de objetivos prioritarios y personas que habian tenido la mala suerte de cruzarse en su camino aquel esplendido martes por la manana. Tanto las victimas como los testigos oculares coincidieron en que ese dia Howard parecia como en trance, aturdido. Para cualquier persona ajena a las fuerzas del orden, la clasificacion de un delito importa poco. Lo unico verdaderamente importante es que, durante mas de sesenta anos, el tiroteo de Unruh se considero la peor masacre de Nueva Jersey. Hasta la noche en que Walt Leppo pidio rollo de carne picada. --?Esta recien hecho? --le pregunto a la joven camarera al volver del aseo de caballeros. --Si, desde luego --contesto ella. --?Me harias un favor, entonces? --le dijo el--. ?Podrias mirar si os quedan una o dos rodajas de la comida, que a ser posible lleven unas horas bajo la lampara infrarroja, supersecas y con los bordes tostados? La camarera le sostuvo la mirada un instante, intentando decidir si le estaba tomando el pelo. Seria estudiante, muy posiblemente de alguna de las facultades de Derecho cercanas. Odessa se habia pagado hasta tercero de Derecho en Boston sirviendo mesas y recordaba vivamente la inquietud que le producia que determinados clientes varones le hicieran peticiones culinarias espeluznantes rayanas en el fetichismo, hombres por lo general solitarios, a los que seguramente les habria gustado pedir mujeres a la carta, no solo comida. La camarera se volvio hacia Odessa, sentada enfrente de Leppo, y la agente le dedico una sonrisa de aliento, confiando en tranquilizarla. --Voy a ver --dijo. --Gracias --respondio el, cerrando la carta y entregandosela--. Por cierto, prefiero los extremos. --La joven se fue con las comandas--. En casa llamabamos "talones" a los extremos -- le comento a su companera. Odessa asintio con la cabeza, fingiendose fascinada. --Psicopata --le dijo carinosamente. Walt se encogio de hombros. --?Porque me gusta el rollo de carne picada como lo hacia mi madre? --Ay, Dios, anade fijacion oral. --Te voy a decir una cosa, Dessa: todo se puede sexualizar. Todo. Hasta un rollo de carne picada, por lo visto. --Apuesto a que tambien te gustan las tostadas requemadas. --Como el carbon. Pero ?aun no sabes que la normativa prohibe a los agentes novatos perfilar a los veteranos? Los dos se volvieron hacia el ventanal del Soup Spoon Cafe cuando empezaron a repiquetear en el las primeras gotas de lluvia. --Genial --dijo Leppo. Odessa miro el movil. La app del tiempo mostraba una masa de precipitacion en tonos jade y menta que se acercaba a Newark a modo de nube de gas toxico. Giro el dispositivo para ensenarselo a su companero. Casualmente la agente se habia dejado el paraguas junto con la Remington 870 del calibre doce en el maletero del coche, aparcado a media manzana de alli. --La lluvia de Jersey --dijo Leppo, desdoblando la servilleta-- es como banar a un perro a manguerazos: se moja todo, pero no se limpia nada. Aquel nuevo "leppoismo" hizo reir a Odessa, que miro afuera, donde cada vez mas gotas ametrallaban el cristal. Las pocas personas que habia en la calle circulaban ya mas rapido, con una especie de urgencia indefinida. Todo se aceleraba. En el preciso instante en que Leppo preguntaba por el rollo de carne picada (como constataria despues la cronologia), a una veintena de kilometros al norte de Newark, Evan Aronson aguardaba a que su aseguradora, que lo tenia en espera escuchando rock suave de los setenta, le explicara el suplemento que le habian cobrado por una visita a Urgencias. En la reunion de los diez anos de su promocion de Rutgers, hacia unas semanas, se habia distendido el biceps izquierdo recreando el tradicional salto de madrugada al bano portatil, instaurado por su fraternidad, con la intencion de ganar a su antiguo companero de cuarto, Brad <> Bordonsky, pese a que este habia engordado unos quince kilos desde la graduacion.

  • El arbol de las cerezas de Paola Peretti

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    Mafalda es una nina de nueve anos que adora ir a clase, jugar al futbol y a su gato, Ottimo Turcaret. Esta segura de que el espiritu de su abuela vive en el cerezo que hay en el patio de la escuela, junto a Cosimo, el protagonista de su libro favorito, El Baron Rampante. Mafalda siempre cuenta los pasos hasta la escuela y cada dia son mas los que necesita para ver el cerezo: la enfermedad de Stargardt que padece la esta dejando ciega poco a poco. Mafalda intenta aceptar la oscuridad que se aproxima a pasos de gigante con una mezcla de terror y prodigiosa valentia. Junto con la extraordinaria Estella, la conserje de la escuela, aprendera a subir al cerezo con los ojos cerrados y a hacer una lista de las cosas que mas le gustan y que no quiere olvidar.
    En este extraordinario, debut literario, Paola Peretti transmite con una fuerza contagiosa la complejidad de su propia experiencia, pues ella misma esta perdiendo la vista poco a poco. Con vocacion de clasico universal, inolvidables personajes y un lenguaje de intensa fuerza poetica, El arbol de las cerezas supuso un acontecimiento editorial extraordinario, e incluso antes de su publicacion los derechos se adquirieron en veinte paises.
    ?Somos aun capaces de recuperar lo esencial, lo verdaderamente valioso de nuestra experiencia vital? ?Es posible conservar aquello que conocemos y amamos, y a la vez dar un salto hacia lo desconocido? Mafalda conoce, mas temprano que muchos otros, el vacio de la perdida, pero tambien la belleza infinita de la amistad y el amor, y aprende que la aceptacion no es renuncia. Una novela sensible, exquisita y osada, para lectores de todas las epocas y todas las edades.

  • Ofelia de Lisa Klein

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    En esta reinvencion de la celebre tragedia de Shakespeare, Ofelia alza la voz y explica su version.
    Lista, bella e ingeniosa, pronto aprende a moverse entre los hilos del poder en la corte, donde nada es lo que parece. Pero, al enamorarse del principe, debe ocultar su relacion en las sombras del palacio.

  • Amor a la Distancia en Barcelona de Anna Olsson

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    ?Que se siente tener al chico de tus suenos tan cerca tuyo?

  • El secreto del conclave de Carlo Adolfo Martigli

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    Roma, 1903: la calma de la dulce noche de verano se ve perturbada por un delito perpetrado en el lugar mas inviolable, el Vaticano. Un guardia suizo ha sido hallado muerto junto a una criada. El viejo Papa tiene las manos atadas: una investigacion oficial levantaria una polvareda y pondria en entredicho la credibilidad de la Iglesia. El padre eterno se encargara de castigar al culpable. Pero lo que Leon XIII desea impedir a toda costa es que, despues de su muerte, la catedra de san Pedro sea ocupada por alguien implicado en el crimen.

  • Historia argentina de Rodrigo Fresan

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    Con Historia argentina, su primer libro (que contiene, dice, el germen de todos los libros posteriores), Rodrigo Fresan causo conmocion y fue considerado el abanderado de la llamada joven narrativa argentina.

  • El corazon de Jupiter de Ledicia Costas

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    No fue facil para Isla cambiar de ciudad y empezar de cero en un nuevo instituto. Ella ansiaba pasear por el espacio, avistando planetas a traves de su telescopio, sumergida en el vientre del universo. Casiopea, el nombre de la tortuga magica de Momo, era el nick que utilizaba en los foros sobre astronomia en los que solia participar. Alli fue donde conocio a Jupiter, alguien que parecia saber mucho sobre las estrellas. Las largas conversaciones que ambos mantenian hasta bien entrada la madrugada, encendieron una luz. Entre los dos existia una magia que traspasaba las fronteras del ciberespacio. Isla sentia la necesidad de saberlo todo sobre Jupiter: donde vivia, a que instituto iba, su nombre real… Se citaron para conocerse una noche de San Juan de hogueras y mar embravecido. Fue entonces, despues de despedirse de su amiga Mar, cuando Isla se precipito en la oscuridad. Su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

  • Un escoces despistado para la chica de al lado (Adonis tours 4) de Sandra Bree

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    Vengo de Inverness, en Escocia. Bueno, mas bien de un sitio muy cercano que ni siquiera aparece en los mapas. De hecho, el senor Google, cuando le pregunto mi direccion --porque si, lo he hecho en alguna ocasion, me gusta charlar con Google y a veces hasta discutimos-- me dice que no existe. Me llamo Sean McArthur, y en otro tiempo mi clan fue muy poderoso. <>. En cambio, ahora estamos todos muy desperdigados. Tanto que no se ni donde viven mas de la mitad de mis parientes. !Pero para el caso que nos hacemos...! Tenemos un grupo de WhatsApp --?que familia no lo tiene?-- y ahi cada uno ve los mensajes cuando le sale de la gaita. Y hablando de gaitas, ahora que he sacado el tema, soy fan, muy fan de tocarla. Si hay algo que tengo muy claro en esta vida, es que la mujer que me quiera a mi debe de querer a mi gaita. ?Por que digo esto? Pues porque a la ultima que le dije --me habia enamorado de verdad-- que la amaba tanto como a mi gaita, se enfado y no volvio a hablarme nunca mas. Supongo que se puso celosa y por eso no quiso saber nada mas de mi. Reconozco que lo pase muy muy muy mal cuando se marcho. Fueron un par de horas bastantes jodidas. Pero, como dice mi abuelo, el laird de los McArthur --titulo que le otorgamos los nietos para hacerle ver que es un dictador--, <>. No es que sea una frase de grandes y poderosos sabios, pero hay que admitir que tiene su verdad. Tras mi desengano amoroso, decidi que tenia que salir de mi fortaleza --que quede claro que no exagero. Vivo en un castillo que necesita mas reparaciones que la ciudad de Nueva York despues de ser atacada por los alienigenas de la pelicula de Independence Day--. Mi abuelo y mis padres estan empenados en restaurarlo para convertirlo en algo parecido a un museo. De momento han permitido que rodasen alli algunas escenas de peliculas. Por casualidad cayo en mis manos una oferta de trabajo en Espana. Cumplia con los dos requisitos mas importantes: hablar perfectamente el castellano y medir mas de 1,80. Mido 1,93 y el idioma lo domino fenomenal. Siempre me ha llamado mucho la atencion ese pais, que encima presumia de sus mujeres morenas de ojos oscuros y cuerpos de guitarra. Unas verdaderas bellezas. La agencia Adonis Tours me acepto y, aunque no sabia muy bien de que iba aquel trabajo, con mi maleta en una mano y mi gaita colgada del hombro, sali de Escocia. El viaje no se me hizo muy largo. Fue vuelo directo a Madrid. Sin embargo, reunirme con mi jefe, Anthony --un tio que, sin exagerar, su cabeza me llegaba por el torso-- y con los otros Adonis que, como yo, llegaban en diferentes vuelos, fue una completa odisea. Todo gracias a mi gran facilidad para perderme, porque hay dos cosas que me definen muy bien: mi sentido de orientacion funciona como el culo, y tengo panico a todas las cosas que sean paranormales. Si alguien quisiera torturarme, no tendria mas que hacerme ver una pelicula de terror con espiritus o regalarme una guija. Durante un buen rato estuve deambulando por la terminal, hasta que escuche por los altavoces que me llamaban y me daban un punto de encuentro. Sin embargo, yo no encontre ni punto de encuentro ni nada. De hecho, casi estuve a punto de embarcarme otra vez --por error. Se me ocurrio que, si me escuchaban tocar la gaita, ellos me encontrarian a mi. Y no solo me encontraron, sino que la gente, muy amable, me regalo dinero por haberlos deleitado con tan bonitas canciones regionales. Ese dia conoci a los Adonis. Eramos un grupo de lo mas variopinto y, por que no decirlo, de lo mas sorprendente. La gente nos miraba con curiosidad, y no era para menos. Los cinco teniamos una altura considerable. De los que no necesitamos subir a una escalera para cambiar una bombilla. Aunque obvio, en mi fortaleza usabamos andamios para hacerlo, por eso dejabamos que se fundiesen unas cuantas antes de reponerlas. De los cinco Adonis, se encontraba Dase, un etiope tan negro como el ebano y, aunque este mal admitirlo por eso de ser tio y esas cosas, tengo que reconocer que era un joven muy atractivo, de boca ancha y expresivos ojos negros. Vestia de manera muy elegante y costosa. Despues estaba Erik, el noruego, un tipo que me recordaba a algun dios nordico, todo rubio de melena larga y que llevaba ropas de lenadores --en las peliculas suelen vestir asi--: camisa de franela de cuadros y jeans con botas altas, de esas que tienen un doblez superior y se ven forradas de lana de cordero. Y luego Tane, el surfero maori, una mole de tio que media al menos dos metros, con un cuerpo capaz de ocupar tres plazas en un autobus. Por ultimo estaba Stefano, el italiano. Era de Verona. Al principio pense de el que era un hombre con mala memoria. Apuntaba en una libreta todo cuanto ocurria a nuestro alrededor, sin embargo, luego supe que era escritor de novela romantica, conocido en el gremio por Steve Norton, su seudonimo. Desde el aeropuerto, nos trasladamos todos juntos en la furgoneta de la empresa hacia nuestra residencia, situada en el barrio de La Latina. Durante el viaje me habia hecho a la idea -- supongo que al igual que mis companeros-- de que se trataria de un sitio chulo y luminoso, con ventanales enormes en el dormitorio y bano tipo spa. Con piscina y solarium, eso venia escrito en el contrato ?O era en el mismo folleto? El caso es que, cuando llegamos, todo fue muy diferente. El lujo y el glamour que habia esperado eran inexistentes. De hecho, la piscina era de esas desmontables situada en la terraza, y antes de entrar en ella debiamos ducharnos con una manguera verde, que tambien servia para regar las macetas. Luego estaba el tema de la lavanderia. Ahora me atrevo a entrar con un poco mas de seguridad, pero los primeros meses era capaz de dar dinero para que me hicieran la colada. Es mas, alguna vez se la habia dado a Dase para que la llevase a la lavanderia a la que el solia acudir. Y es que Dase era un poco especial con la ropa --ya lo he dicho antes--, siempre va que parece un maniqui de escaparate. O como se dice aqui en Espana, como un pincel. La lavanderia o, para no andarme por las ramas, el lugar donde se encuentra la lavadora, es un sotano lugubre y humedo que me recordaba a un deposito de cadaveres. La luz del techo parpadeaba cada vez que la encendiamos, y la lavadora, cuando centrifugaba, se desplazaba unos metros hacia cualquier lado. Por si eso fuera poco, el ascensor subia y bajaba cuando le daba la gana. Mi dormitorio estaba en frente del de Tane --en realidad su nombre es Tangaroa Evaristo Waititi Lopez. Desde luego, sus padres se vengaron de el al nacer--. Ambos eramos los unicos que teniamos balcones al exterior. A mi porque me toco, en cambio, Tane lo pidio porque es un poco... curioso. Se siente mas cerca de la gente asomado a la calle con los brazos cruzados sobre la balaustrada. Y es que le encanta estar al aire libre y, como no, oler el aroma a queso que ascendia del local que habia abajo. Una tienda donde se podia encontrar cualquier clase de queso, desde un cabrales, pasando por la burrata, hasta un buen roquefort. Y Tane perdia el sentido por este alimento y por la duena de la boutique, por supuesto. Su novia Olivia. Stefano, por eso de que necesitaba escribir en silencio, se habia quedado con la alcoba que estaba mas cerca de la escalera y cuya ventana daba a un cochambroso patio interior. Dase y Erik se habian pillado los que quedaban en medio. A pesar de que la residencia no era lo esperado, muy pronto los cinco nos adaptamos a ella. Y de ser simples companeros de trabajo, nos convertimos en grandes amigos --ahora no me refiero a nuestra altura. Me daba cosilla pensar que era lo que iba a pasar una vez que se nos acabara el contrato, aunque aun quedaba tiempo, y quiza, solo quiza, algunos querriamos prorrogar. Capitulo 1 Finales de octubre Siempre me despertaba antes de que sonase el despertador. Me gustaba levantarme temprano y ser uno de los primeros en meterme debajo de la ducha, aunque la goma que la sostenia soltaba mas chorros que la propia alcachofa. Tambien me levantaba pronto porque, al dormir en una habitacion exterior, escuchaba todas las mananas como subian los cierres de los negocios y los saludos exagerados de los porteros que limpiaban sus portales. Eran tan escandalosos como los Celtic de Glasgow cuando el equipo ganaba. Ahora ya estaba acostumbrado a estas cosas pero, al principio, me daba la sensacion de que subian hasta mi dormitorio para dar voces. Por otro lado, es que yo tengo un oido muy fino. El laird decia que yo dormia con un ojo cerrado y otro abierto como los conejos, y debia de ser verdad, porque gracias a ese oido portentoso habia ayudado a descubrir que, en la residencia, entre nosotros, habia un okupa. Y cuando digo okupa, ni me equivoco ni exagero. En varias ocasiones he tenido que sacarlo de mi cama cuando alguna noche he llegado algo tarde. Se trata de un antiguo Adonis llamado Arnold que, en mas de una ocasion, nos robo la comida. Aunque eso habia sido lo de menos, lo importante es que me tenia acojonado. Habia pensado que una presencia extrana y sobrenatural convivia entre nosotros; abria y cerraba grifos, el ascensor se movia solo, se zampaba nuestra comida, dejaba fria el agua de la ducha, movia cosas de un lado a otro... Fruto de esa obsesion habia llegado a colgar una ristra de ajos junto a la puerta. Stefano decia que los ajos eran para ahuyentar a los vampiros pero, por si acaso, no pensaba quitarlos. El caso es que ahuyentaran a algo. De todas maneras, ya le habia advertido al tipo en cuestion que, como volviese a coger algo sin permiso, le iba a arrancar la piel a tiras. De momento no habia vuelto a meter sus zarpas en mis natillas de chocolate. Ni sus pudorosas partes en mi cama. Abri la persiana y me asome al balcon. Estuve a punto de tragarme a un sujeto que estaba enganchando las luces de Navidad en la fachada del edificio. El hombre tuvo la suerte de reaccionar con rapidez, cual Spiderman, y de la impresion se aferro a la barandilla de hierro. Se quedo colgando en el vacio, con los pies en el aire. Observe que llevaba unos guantes de lana, de esos que si coges nieve --que no habia todavia-- se empapan, o si se agarran a una barandilla de hierro, resbalan. --Buenos dias --le dije, amable. El alzo la vista hasta la mia. Era la misma mirada que la de mi primo cuando necesitaba pasar al bano e iba diciendo que tenia la tortuguita fuera del caparazon--. ?Necesita ayuda? El sacudio la cabeza. Bueno, en realidad sacudio todo su cuerpo. !Era increible la fuerza que hacia el hombre para sostenerse sin caer en el abismo! --?Y que? ?Estan poniendo las luces de Navidad? --pregunte para entablar conversacion. Uno no se encontraba todos los dias a alguien dentro de su casa. --?Que pasa? Buenos dias. --La voz de Tane llego desde su balcon. Con seguridad habia escuchado ruidos tambien y habia salido a ver que estaba ocurriendo--. ?Has visto que tienes a un tio colgando de la barandilla? --Si, estan adornando las calles. Espero que estas luces no vengan acompanadas de esa musiquilla que entonan villancicos a todas horas. --Le ensene el brazo--. Mira, tengo los pelos como escarpias. Estoy emocionado, van a ser mis primeras Navidades en Espana. --Oye --Tane senalo al operario--, creo que te esta diciendo algo. Era verdad, el tipo me miraba fijo y susurraba. Agitaba las piernas y el tronco de un modo convulso. --No le escucho bien --le dije acercandome un poco mas e inclinandome hacia el. Lei en sus labios que formaba la palabra <>. --!Por todos los demonios del infierno! !Se esta electrocutando! --mire a Tane--. ?Que hago? ?Lo suelto para que caiga abajo? --!No! !Si lo tocas a ti tambien te dara un tabardillo! --me grito haciendome dar un ligero brinco. No sabia que era un tabardillo, pero me sonaba a mosquito gigante. Me puse nervioso. El hombre era capaz de morirse delante de mis narices. ?Y si lo empujaba con el pie? Era probable que se rompiese las piernas, las costillas, los brazos... pero quiza le salvaba la vida. Por suerte para ese pobre hombre, se fue de repente la luz de todo el distrito. Por suerte para el y para mi, que ya habia llevado el pie hasta los dedos de su mano. Esa situacion era menos graciosa que estornudar con cagalera. En ese momento, Tane llego corriendo para ayudarme a subirlo y meterlo en mi dormitorio. Lo tumbamos sobre mi cama. Yo di un paso atras cuando vi que el operario tenia todo el pelo revolucionado y, aunque me parecia increible --porque crei que solo pasaba en los dibujos animados--, su cara estaba manchada de negro como si le hubiese explotado una bombilla en la cara. --?Estas viendo eso, Tane? --Creo que voy a llamar a una ambulancia --dijo sacando su movil. Mientras el llamaba a emergencias, yo palmee el rostro del hombre. Tenia los ojos abiertos y me miraba como si yo hubiese tenido la culpa de aquello. --Me quiero marchar de aqui --dijo con voz ronca. --Tranquilo, no pasa nada --lo veia tan asustado que me hice el gracioso--, nadie te obliga a estar aqui conmigo. Si te quieres ir, ahi tienes la puerta, rompe el candado, saca las cadenas, cruza la fosa con cocodrilos, salta la reja electrica y... --!Sean! --Tane fruncio el ceno--. Electrica no, macho. El hombre gimio. De repente, mi dormitorio se empezo a llenar de gente. Entraron los companeros de luces del afectado; Marisa, encargada de la oficina de los Adonis; Duscha, una rusa que se dedicaba a la limpieza y el mantenimiento de la residencia; Dase, que miraba a todos con una toalla colocada en sus hombros, y por fin, los del Suma. --?Que ha pasado? --pregunto Dase. Tane se encogio de hombros. --Que se ha ido la luz. --Pero ?usted lleva mucho tiempo trabajando en esto? --le pregunto uno del Suma al paciente. --Unos meses --susurro con voz temblorosa. --Ay, ya lo dice el laird --solte sin pensar--: <>. --Salgan de la habitacion todos --ordeno un enfermero. Todos le hicieron caso y yo me senti muy aliviado, con tanta gente en mi espacio vital empezaba agobiarme. --Usted tambien --me senalo con el dedo. Sacudi la cabeza. Soy escoces, pero no gilipollas. --Este es mi dormitorio y aqui estan todas mis cosas, no les voy a dejar solos. --Para demostrarles que hablaba en serio, me cruce de brazos con las piernas ligeramente abiertas, a ver si tenian lo que debian tener para sacarme de alli. Era como el juego aquel del rey de la montana, en el que, si me querian desterrar, debia ser empujandome a la fuerza. Ellos se lo pensaron mejor y dijeron: --De acuerdo, puede quedarse, pero guarde silencio. --No van a saber que estoy aqui. Vi que colocaban al operario una via en el brazo, mientras otro le tomaba la tension. Rece para que no le pasase nada, sobre todo para que no muriese en mi dormitorio. Habia oido decir que las almas se adherian al lugar donde el individuo fallecia, y no estaba dispuesto a compartir cama con un fantasma. *** Carolina cruzo los brazos sobre el pecho. Suspiro con disimulo, cansada de escuchar a sus amigas que no dejaban de hablar de hombres de ciencia ficcion. Tal vez ellas no se daban cuenta, pero segun los describian, parecia que se trataba de superhombres con poderes. Que si. Que Carolina comprendia que les pudiesen gustar las novelas romanticas y, sobre todo, eso que ellas decian, los highlanders. Al principio tardo en descubrir que esos hombres eran escoceses. El nombre highlander le sonaba a marca de robot de cocina. Pero, obviando ese hecho, los escoceses que ella habia visto en television eran tipos normales y corrientes, puede que mas blanquitos de piel de lo acostumbrado y que abundasen sus cabelleras color zanahoria --aqui, en Espana, los hombres tenian fama de morenos, bajitos y regordetes--. Y luego los cuerpos, pues eso, habia de todas clases: altos, bajos, gordos y delgados. Pero highlander como tal, como ellas los describian, eran todos musculados, duros, altos, atractivos, fuertes, de piel bronceada que daba ganas de lamer, chupar, morder y succionar. !Vamos, que no! Que Carolina no tenia ningun interes en ver a un tipo con falda por muy buenas piernas que tuviese. De hecho, nunca se habia fijado en las piernas de un tio. Preferia un buen torso y un culo firme. Marta la observo frunciendo el ceno. --?Te estamos aburriendo, Carol? --Mas que ver una carrera de berberechos. --Sacudio la cabeza arrepentida--. Quiero decir, no, repasaba en mi cabeza la lista de la compra. Beatriz sonrio, divertida --Yo creo que, para que nos entiendas, deberias leerte un libro de highlanders. Vas a fliparlo. Los labios de Carolina compusieron un gesto hastiado. Leer no era uno de sus hobbies favoritos. --O puedes ver una pelicula --anadio Marta. --Ya vi una hace tiempo. Braveheart, y lo que mas recuerdo de todo es que los hombres se ponen a ensenar culos, ademas, que Mel Gibson puede que fuese un galan en su epoca, pero a mi... --Carolina chasqueo la lengua-- no me va mucho. --Intenta leerte un libro --le suplico Beatriz buscando algo dentro de su bolso. Carolina tenia que haber imaginado que aquellas dos forofas de la lectura llevaban siempre libros consigo--. Ten. Es Tierra audaz. Si esta novela no te engancha, no lo hara ninguna otra. Carolina cogio el libro y le echo un vistazo por encima. --!?Trescientas treinta y ocho paginas?! --Se leen en nada --insistio Beatriz--. Lo intentas, y si ves que no puedes, me lo devuelves. Carolina se rindio. --De acuerdo. Beatriz saco una libreta pequena, busco el boligrafo y, a medida que anotaba, iba diciendolo en alto. --Dejo la novela de Jude Deveraux, serie de Los Audaces, a Carol. --?Por que hace eso? --le pregunto Carolina a Marta. --Yo tambien lo hago. La gente tiende a devolver cualquier cosa que pide, excepto libros. No se por que, pero a mi me han desaparecido unos cuantos, y me duelen no por el gasto que conlleva, sino por lo hermosa que es la historia. --?No me digas que te lees los libros mas de una vez? --!Hombre, claro que si! Carolina deslizo los ojos sobre la portada de la novela. Un hombre rubio sobre un caballo blanco estaba inclinado para besar a una mujer de larga capa roja que parecia que le agarraba la pierna con desesperacion. Leyo: <>. Volvio a suspirar, esta vez de forma audible.

  • El secreto de Xein (Guardianes de la Ciudadela 2) de Laura Gallego

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  • Jugando con fuego 1 de Tanatos 12

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    Pablo llevaba una vida feliz y tranquila junto a su novia Maria hasta que Edu, un companero del despacho de abogados de ella, irrumpe en su vida de forma casual. A partir de ese primer encuentro, Pablo comienza a fantasear con la idea de compartir a su novia con Edu o de incluso entregarsela a el.

  • La cucaracha de Ian Mcewan

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    Ian McEwan presenta una mordaz satira de la Inglaterra del Brexit y la Europa de los populismos.
    El arranque de la novela no dejara indiferente a ningun lector, porque es una reelaboracion del famosisimo inicio de La metamorfosis de Kafka. Solo que aqui se invierten los terminos y nos encontramos con una cucaracha que un buen dia, al despertarse, descubre que se ha convertido en un enorme ser humano, concretamente en el primer ministro del Reino Unido, de nombre Jim Sams. Y resulta no ser la unica cucaracha transformada en politico que se mueve por las altas esferas.

  • Hecho en Saturno de Rita Indiana

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    Luz de oficina, de consultorio. Luz aguada en una capota de nubes pareja que hundia los hombros del horizonte. Luz blanda, como los zapatos ortopedicos del doctor Bengoa. Blando tambien el folder en el que el doctor habia escrito el nombre de su nuevo paciente, Argenis Luna, quien bajaba de un avion de Cubana de Aviacion chorreando un sudor pastoso y frio. Bengoa lo esperaba en la pista, en su arrugada guayabera color champan, con ambas manos en el letrero de tipos bold que habia rellenado impecablemente. Al identificar a Argenis se acerco a tomarle el pulso a la vez que miraba su reloj de pulsera, y mientras caminaban por la pista para ir a buscar las maletas se lo presento a un joven militar que los escoltaba como <>. Contra el fondo gris de la nublazon las palmas retaban al rayo y la centella, a pesar del malestar Argenis penso que era hermoso. El aire estaba cargado y respiraba con dificultad, la nariz le goteaba como una llave abierta. Ya frente a la correa del equipaje, Bengoa anadio, dirigiendose al militar, <>. Las maletas se asomaron por el redondel de la correa al mismo tiempo que Bosch en la conversacion y dieron una vuelta completa sin que Argenis se animara a identificarlas, sin que se animara a interrumpir a Bengoa. Los atributos heroicos que el doctor Bengoa enumeraba orbitaban desde siempre en torno a la leyenda de su padre, y Argenis con ellos, otro satelite mas, como las maletas de tela roja en la correa. No tenia fuerzas para cogerlas, repletas como estaban con las cosas que su madre habia comprado para equipar su desintoxicacion en Cuba. Las senalo con el dedo y se subio la capucha del jaquet para combatir el aire acondicionado y la verguenza que le daba su obvia debilidad. Llevaba meses viviendo en los sofas de los amigos que todavia lo toleraban, su unica propiedad era una mochila Eastpak verde donde llevaba las jeringuillas, la cuchara y un Caselogic con sus cedes. Su madre habia echado toda la parafernalia a la basura, excepto los cedes y la mochila en la que ahora llevaba una botella de Ron Barcelo Imperial de regalo para el doctor Bengoa y una caja grande de Zucaritas. El joven militar los ayudo con las maletas hasta el carro. Los musculos de sus antebrazos apenas se contraian por el peso del equipaje. Fingia entusiasmo por el tema que Bengoa desarrollaba y miraba a Argenis de reojo, como si intentara hallar algo del heroico padre en las ciento veinte libras que aquella primavera sumaban los pellejos del hijo. De lejos, el lada color ladrillo del doctor Bengoa parecia nuevo; ya dentro, y presa de un escalofrio de los que preceden a la diarrea, Argenis calculo la verdadera edad del carro en las grietas del tablero. Llevaba cuarenta y ocho horas sin heroina y habia vomitado en el avion, las azafatas cubanas, con sus uniformes y peinados anacronicos, lucian tan absurdas como las tabletas de Alka-Seltzer que le ofrecian para aliviarlo. El doctor Bengoa abrio la guantera del carro con un golpecito y de alli extrajo una jeringuilla desechable, algodon, un pedazo de goma y una tira de ampolletas color ambar que decian <>. La tira cayo sobre el regazo de Argenis y este noto por primera vez el sucio acumulado en sus jeans. Eran los mismos que llevaba cuando, hacia poco menos de un mes, se mudara a la casa de Rambo, su pusher. Mientras amarraba la goma en el brazo izquierdo de Argenis para hacer saltar la vena, el doctor Bengoa le explico los detalles de su estadia, y luego, al meter la jeringuilla en la ampolleta le dijo <>. Lo inyecto alli mismo, en el estacionamiento del aeropuerto Jose Marti, con la tranquilidad y legalidad que su profesion le permitia y Argenis se dejo hacer como una enamorada mientras taxistas en Cadillacs de otra era iban y venian con turistas de la nostalgia. Argenis habia intuido que su cura seria de dolor y abstinencia; sin embargo, alli estaba, aliviado por completo de sus sintomas, sintiendo como el quimico hacia que las ideas y las cosas perdieran sus aristas, sus filos incomodos, rumbo a La Pradera, una clinica para los turistas de la salud que llegaban a Cuba de todas partes del mundo. El complejo lucia, por lo menos desde fuera, como un economico resort todo incluido, de esos que se llenan de familias de clase media en Semana Santa en Puerto Plata. Las paredes del camino hacia la recepcion estaban decoradas con afiches de solidaridad comunista, Argenis trato sin exito de imaginar un hotel como este en Dominicana. Coloridas serigrafias con mapas y banderas de distintos pueblos del mundo homenajeaban el trabajo medico como un baluarte de la revolucion. En uno, el liquido de una inmensa inyeccion anaranjada entraba en un mapa de Latinoamerica, Haiti era la afortunada vena; en otro momento Argenis hubiera hecho un chiste. Frente al afiche de la inyeccion, una senora mayor con acento argentino pedia informacion a una enfermera sobre la heladeria Coppelia y, a su lado, otra mujer mas joven, en silla de ruedas, que se le parecia, intentaba ocultar bajo una gorrita de Mickey Mouse la calvicie provocada por la quimioterapia. Haydee, como decia el carnet que la enfermera llevaba pinchado en la camisa, no iba uniformada, pero tenia puestos esos zapatos de goma que solo llevan los jardineros y los profesionales de la salud. Unos mocasines a prueba de todo que habian venido de fuera, producto de una noche con un europeo o del agradecimiento de un paciente satisfecho. La enfermera miraba con complicidad sonriente a Bengoa mientras ofrecia detalles historicos de la famosa heladeria a las mujeres. Se saco un pesado llavero de madera del bolsillo con el numero diecinueve pintado y se lo extendio al doctor diciendole <> antes de acompanar a las argentinas a abordar un taxi. El nuevo quimico entraba en Argenis al atropellado ritmo de la conversacion de Bengoa; un torrente de fechas emblematicas de la lucha antiimperialista, recetas para batidas profilacticas, trozos de canciones de Silvio, Amaury Perez y Los Guaraguaos, economia china y estadisticas de beisbol. Tenia la boca seca y las pupilas tan dilatadas que todo a su alrededor lucia como una foto en alto contraste. Se aferro al brazo del doctor para caminar y bordearon la piscina hasta la habitacion 19. La habitacion, que Bengoa habia llamado <>, tenia vista a la piscina y una puerta corrediza de cristal, frente a la cual, en una mesita de hierro adornada con flores de plastico, dos hombres descalzos, uno en pijama y el otro en traje de bano, jugaban a las cartas. El doctor lucho con la cerradura sin dar con el truco que Haydee les habia anunciado mientras Argenis, a traves del cristal, hacia un inventario del mobiliario de su nueva habitacion. Un abanico de techo, una cama twin y una mesita de noche. La puerta de Rambo, su pusher, tambien tenia su truco, para abrirla habia que halar al mismo tiempo que se metia la llave. <>, pidio a Bengoa, y este se hizo a un lado satisfecho con la notable mejoria de su nuevo paciente. Argenis intento una, dos veces, meneando la llave en el bombin como el rabo de un perro alegre hasta que la puerta cedio y el olor a cloro de las sabanas limpias les dio de frente. Privilegio; sentia la palabra en su boca, que hacia los mismos movimientos para la ele y la ge que para saborear y tragar una cucharada de frosting. La decia cada manana tras lavarse los dientes y la cara mientras se ponia el pequeno traje de bano Speedo que su madre habia elegido. Luego nadaba un poco, sin mucho atletismo, y daba un par de vueltas en estilo pecho. Bengoa se lo habia indicado para estimular el apetito y estaba dando resultados. Hacia las ocho Haydee le traia una bandeja con huevos fritos, pan tostado y cafe que engullia en su habitacion sin poder evitar pensar que fuera de la clinica la mayoria de la gente desayunaba un cafe aguado hecho de chicharos y borra vieja. <>, le pedia Haydee con ternura, y se llevaba la bolsa llena de papeles del zafacon del bano para botarla. Argenis se preguntaba si Haydee vivia en La Pradera o si por la noche se llevaba las sobras de los pacientes a su casa. Sus zapatos de goma eran tan higienicos como discretos y no dejaban ver mucho mas alla de la labor que facilitaban. Jamas iban a revelarle lo que Haydee pensaba de los extranjeros con dolares con acceso a lugares y atenciones con los que los cubanos no podian ni sonar. Segun Bengoa, Argenis no estaba en La Pradera por los dolares que su papa le habia hecho llegar en una de sus valijas en el vuelo de Cubana, sino por los meritos revolucionarios de su padre, la carrera politica de su padre, la orbita en expansion de sus atributos. Tras el desayuno leia un poco, sentado a la mesita de hierro, de una copia sin portada de Fundacion e Imperio de Asimov que Bengoa le habia traido y media hora mas tarde estaba de nuevo en el agua. Con los brazos en cruz, de espaldas al borde de la piscina, hacia la bicicleta con las piernas y veia como, poco a poco, el hospital se despertaba, como los enfermos surgian de sus habitaciones con pies perezosos. Solia divertirse pensando que aquel hotel era una vieja pelicula que el proyectaba con el movimiento de sus piernas bajo el agua y desaceleraba la bicicleta como si de una manivela se tratara para que las escenas fluyesen a camara lenta. Siempre lograba el efecto deseado, todos en La Pradera se movian despacio. Si hacia buen sol, para las diez de la manana la piscina estaba llena y Argenis se salia con miedo a contagiarse de alguna extrana enfermedad, otra enfermedad, porque Bengoa le habia hecho ver que estaba enfermo, que la adiccion era una condicion y que estaba alli para curarse. Iba a curarse del consumo, porque la adiccion como tal no tenia cura. <>, le habia dicho entregandole una cajetilla de cigarrillos. Almorzaban juntos todos los dias y fumaban antes y despues de la comida, en la mesita de hierro, mientras veian como a esa hora le daban terapia acuatica a un muchacho rubio con sindrome de Down. Discutian sobre los sintomas de Argenis y luego el doctor regresaba al centro gravitacional de todas sus conversaciones, la Revolucion cubana. Bengoa habia estado en la sierra con Fidel y habia conocido al padre de Argenis durante la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, en el 67. Hablaba de estos eventos con la solemnidad de un predicador, haciendo hincapie en fechas y nombres de parajes perdidos en los que habia curado las heridas, las fiebres, las infecciones y el asma de la carne revolucionaria. Cada dia, Bengoa extraia una muestra del saco sin fondo de sus anecdotas. La porcion de estas memorias era tan precisa como la dosis de Buprenorfina de Argenis, y era evidente que lo llenaban del mismo sosiego que a su paciente su medicina. El recuerdo de aquellos eventos y el recuerdo que de ellos tenian sus sentidos le dilataban las pupilas, le aceleraban el pulso; luego venia el inevitable bajon, que le hacia mirar el agua de la piscina y tirar una ultima linea, por lo general tragica, con la que disminuir lo forzoso de su aterrizaje. <>. Argenis imaginaba la palabra inmolacion latiendo en las venas de Caamano y de sus companeros, la oscura euforia que los habia hecho desembarcar en un lodazal playero del norte de Republica Dominicana a tumbar el gobierno de Balaguer en el 73 con solo nueve hombres. Tremenda nota. Tras el desahogo historico diario de Bengoa solian faltar minutos para las cuatro en punto de la tarde, hora en que sin falta inyectaba a Argenis en su habitacion. Podia hacerlo frente a la piscina pero este preferia relajarse en la cama un rato, mirar el abanico de techo o fijar la vista en una calcomania con la bandera argentina que alguien habia pegado en la puerta corrediza de vidrio. Argenis pensaba que la bandera aludia al Che Guevara, pero Bengoa le explico orgulloso que Maradona habia estado en aquella clinica y le mostro la calcomania como prueba fehaciente de la pasada presencia del astro. La calcomania se habia empezado a despegar y los bordes transparentes habian adquirido, gracias a la suciedad del ambiente, el mismo color ambarino de las ampolletas de Temgesic.

  • Vivir con plenitud las crisis de Jon Kabat-zinn

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    El estres puede agotar nuestras reservas de energia,socavar la salud y acortar incluso nuestra vida,tornandonos mas vulnerables a la ansiedad,la depresion y la enfermedad.Este libro,que parte del conocido programa de reduccion del estres basado en el mindfulness(REBAP o MBSR)de Jon Kabat-Zinn y ha dado origen a un campo completamente nuevo de la medicina y de la psicologia,nos ensena a emplear practicas corpomentales medicamente demostradas derivadas de la meditacion y el yoga para contrarrestar los efectos del estres,restablecer nuestro equilibrio corporal y mental,y estimular el bienestar y la curacion.El ejercicio regular de estas practicas y su integracion en nuestra vida cotidiana puede ensenarnos a vivir mejor con el dolor cronico,reducir la ansiedad y mejorar la calidad global de nuestra vida y nuestras relaciones.