• libro personajes desesperados - Paula Fox

    https://gigalibros.com/personajes-desesperados.html

    Sophie y Otto Bentwood son una acomodada pareja neoyorquina de mediana edad, sin hijos y con una vida aparentemente envidiable, rodeada de pequenos lujos, alta cultura y amistades cool. Una noche, un gato callejero muerde a Sophie cuando ella le da de comer. Este accidente, en principio anodino, sera el pistoletazo de salida de una serie de pequenas tragedias, de pequenos encuentros y desencuentros que, de manera tan sutil como quirurgica, dibujan el turbulento paisaje interior de Sophie. Convencida de haber contraido la rabia, Sophie parece verlo todo a traves de unos ojos febriles y de un malestar impreciso, creciente. Asi, el miedo a padecer la enfermedad se mezcla con la otra <>, con esa combustion interior en la que arden los suenos rotos y el hastio ante una vida sin sentido.

  • PERSONAJES DESESPERADOS | PAULA FOX | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-personajes-desesperados/9788415325536/2031931

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  • personajes desesperados paula fox: Libros - Amazon.es

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  • Personajes desesperados (Modernos y Clásicos) : Fox, Paula

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  • Personajes desesperados - Libro de Paula Fox - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/29979/personajes-desesperados

    Un famélico gato callejero muerde a Sophie cuando ésta le da de comer. ... El incidente del gato, en apariencia banal, desata una serie de pequeños e inquietantes ...

  • Paula Fox: Personajes desesperados - Un libro al día

    http://unlibroaldia.blogspot.com/2020/04/paula-fox-personajes-desesperados.html

    6 abr 2020 — Personajes desesperados es una novela sobre eso mismo, sobre personajes desesperados. Sobre gente de mediana edad insatisfecha consigo misma ...

  • Personajes desesperados - Paula Fox -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a7236093/Paula-Fox-Personajes-desesperados

    Personajes desesperados, libro de Paula Fox. Editorial: Sexto piso. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • PERSONAJES DESESPERADOS - FOX PAULA

    http://quelibroleo.com/personajes-desesperados

    Resumen. Sophie y Otto Bentwood son una acomodada pareja neoyorquina de ... cotidianidad de Otto y Sophie trata Personajes desesperados, un libro que juega ...

  • Personajes Desesperados de Paula Fox - El Placer de la ...

    https://elplacerdelalectura.com/2012/11/personajes-desesperados-de-paula-fox.html

    21 nov 2012 — El altercado que sufre la protagonista de este libro no sigue esa ecuación, al menos que entendamos la (dramática) toma de conciencia de su ...

  • Personajes desesperados, de Paula Fox - Libros y Literatura

    https://www.librosyliteratura.es/personajes-desesperados-de-paula-fox.html

    4 mar 2020 — Esa clase de libros, ya sabe usted. ... Personajes desesperados, novela escrita en 1970 por Paula Fox (la abuela proscrita de Courtney Love) ...

  • Personajes desesperados (Tapa blanda) · Novela Extranjera

    https://www.elcorteingles.es/libros/A34324229-personajes-desesperados-tapa-blanda/

    Personajes desesperados (Tapa blanda) ... privilegiada pero vacua y convencional cotidianidad de Otto y Sophie trata Personajes desesperados, un libro que ...

  • B de bestias (Alfabeto del crimen 1) de Sue Grafton

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    La investigadora privada Kinsey Millhone tiene problemas para llegar a fin de mes el dia en que no tiene mas remedio que aceptar el rutinario encargo de buscar a la hermana de Mrs. Danziger, Elaine. Ahora bien, cuando llega al apartamento de esta y se encuentra con que lo ocupa otra enigmatica mujer, cuando Mrs. Danziger le pide de pronto que abandone el caso, cuando se entera de que, pocos dias antes de la desaparicion de Elaine, su vecina y companera de bridge ha sido brutalmente asesinada y su casa ha desaparecido bajo las llamas, cuando el sobrino drogadicto de esta sabe mas de lo que dice, cuando se producen misteriosos registros, extranas injerencias y, finalmente, otro asesinato, a la obstinada y meticulosa Kinsey Millhone el asunto le va pareciendo todo menos rutinario.

  • Circo Maximo: La ira de Trajano – Santiago Posteguillo de Santiago Posteguillo

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    Circo Maximo es la historia de Trajano y su gobierno, guerras y traiciones, lealtades insobornables e historias de amor imposibles. Hay una vestal, un juicio, inocentes acusados, un abogado brillante, mensajes cifrados, fortalezas inexpugnables, dos aurigas rivales, gladiadores y tres carreras de cuadrigas. Hay un caballo especial, diferente a todos, leyes antiguas olvidadas, sacrificios humanos, amargura y terror, pero tambien destellos de nobleza y esperanza, como la llama del Templo de Vesta, que mientras arde, preserva a Roma. Solo que algunas noches la llama tiembla. La rueda de la Fortuna comienza entonces a girar. En esos momentos, todo es posible y hasta la vida de Trajano puede correr peligro. Y, esto es lo mejor, ocurrio: hubo un complot para asesinar a Marco Ulpio Trajano.

  • El Instituto de Stephen King

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    La nueva e inquietante novela del maestro Stephen King.

  • VERDAD Y PERDON (Amor y Virtud 3) de Rolly Haacht

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    Nueva edicion 2017 ampliada con ilustracion de personajes, mapa de la ciudad, calendario, etc. Si has llegado hasta aqui, creo que sabes lo que vas a encontrarte. O puede que no… Han pasado mas de dos anos desde la ultima vez que supiste algo de los protagonistas. Mentiria si dijese que han cambiado pocas cosas, porque lo cierto es que han cambiado muchas. A partir de aqui se van a ir cerrando todas las tramas, incluso algunas que seguro que creias olvidadas. Todo tiene un porque. Despues del epilogo final aun tendreis que leer los “Sucesos Jamas contados” para terminar de comprenderlo todo, y a todos. Pero no os adelanteis a los acontecimientos. Empezad por el principio. Gracias por llegar hasta aqui.

  • La vida secreta de la ultima wiccana de Gema Tacon

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    Cuando Iris murio Anastasia penso que no le quedaba nadie mas en el mundo. Conocer sus origenes la embarca en una loca mision suicida en busca de unos artefactos magicos para terminar con un mal que pretende aniquilar a todos los seres sobrenaturales del planeta, los mismos en los que jamas habia creido.
    El peculiar aquelarre al que casi le habian obligado a pertenecer fue convirtiendose en su nueva familia y no tardaria mucho en ser capaz incluso de entregar su vida para protegerlos. Cada paso que da la hace mas conocedora de la verdad y comienza a entender por que Iris lo mantuvo en secreto. Todo en esta vida tiene consecuencias y el poder de tres es algo que a Anastasia se le grabara a fuego.
    ?Podra asimilar las muertes que estan por llegar?
    En este libro encontraras la realidad de la religion wicca mezclada con fantasia y humor. Una historia que nos ensena el valor de la amistad y los peligros de una mala eleccion.

  • Highlander en la niebla Amor de Natalia Walsh

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    ?Y si volver atras solo empeorase las cosas?

  • El Azul del Cielo de Georges Bataille

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    A pesar de la luminosidad del titulo, esta obra se inspira en la transgresion de una moral prudente, en una busqueda peligrosa: el aprendizaje de la muerte, la profundidad <> de ese cielo azul que nos atrae y repele al mismo tiempo. Londres, Paris, Barcelona, dibujan una topografia de la perdicion, un marco en el cual Troppmann, a traves de borracheras, noches en blanco y extranas celebraciones, se va acercando hacia esa nueva forma de pureza, la comunion con la muerte gracias al descubrimiento iluminador de lo sordido.

  • Nuevos hombres buenos de Ritxar Bacete

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    El feminismo ha revolucionado y redefinido, en el ultimo siglo, el papel de las mujeres en la sociedad, en un proceso que ha supuesto, inevitablemente, cuestionar y transformar el rol de lo masculino. Y pese a que cada vez mas hombres apoyan -al menos desde la teoria- ese proceso de acercamiento a la igualdad, una de sus consecuencias es que ha dejado a la mitad de la humanidad huerfana de un modelo de referencia: el viejo ya no sirve para la convivencia equitativa con las mujeres en una sociedad democratica y el nuevo esta aun en construccion.

  • Besos a una mentirosa (Besos y mas besos 2) de Francine J.c

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  • Un corazon en Nolita (American Girls 4) de Estrella Correa

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    Adoro Nueva York. Me gusta mi vida y no deseo cambiarla. Vivo en un piso compartido con dos amigas que son mis almas gemelas. Nos conocimos en la universidad y desde entonces no nos hemos separado, incluso hemos pasado algun dia de Accion de Gracias juntas. La casa no es gran cosa, pero la propietaria nos cobra un alquiler muy bajo para estar situada en Nolita, un barrio de Manhattan. Los muebles los hemos comprado nosotras. Y me refiero a que los recogemos de la calle (la mayoria), les hacemos unos arreglos y los pintamos. Quedan como nuevos y nos salen bastante baratos. Mi cuenta bancaria no esta dotada con muchos ceros y trato de sobrevivir trabajando como fotografa en eventos que me van saliendo mientras termino un master de Comunicacion Audiovisual en la Universidad de Nueva York. --Ava, ?has terminado? --Escucho a Sophia aporrear la puerta del bano. --!Cinco minutos! --grito buscando una toalla y tratando de no resbalar por el suelo mojado. Soy muy propensa a los accidentes--. !Hay otro bano! --informo. --!Y otra pesada como tu que tarda una hora en ducharse! --chilla. Me cubro el cuerpo y limpio el cristal lleno de vaho con la mano. Tengo las mejillas sonrosadas y la piel al completo demasiado roja. Me gusta el agua caliente. Mia dice que un dia de estos salgo del bano con quemaduras de tercer grado. Cojo el cepillo y peino mi cabello castano claro. <>, pienso, cuando veo que casi me llega por la cintura. --Cuanto estres, chica --reprocho a Sophia que me mira con cara de pocos amigos y un cafe en la mano cuando por fin abro la puerta. --No puedo llegar tarde otra vez al trabajo. Estan a esto --hace una senal con los dedos-- de prescindir de mi buen hacer y sabiduria. --Querras decir que te van a poner de patitas en la calle porque no has querido acostarte con el jefe. --Me da el cafe que me ha preparado. --No me lo recuerdes. Deberia haberlo hecho. Ahora no estaria pensando que quizas no tenga para pagar el alquiler el proximo mes. --Fuerza una sonrisa y me da con la puerta del aseo en las narices. Me encuentro con Mia en el salon tras vestirme. Nota: ella prefiere muebles caros porque puede permitirselo, pero nos respeta y nos deja vivir como hijas de obreros. Tiene un movil en cada mano y escribe en los dos a la vez. Ella es asi. Y su trabajo requiere todo su tiempo y su vida. Es broker. La mujer broker mas joven de Nueva York. Y la mas guapa. Y la mas rubia. Y la mas alta. Y la mas delgada. Y la mas envidiada. --No se como consigues hacer eso --indico mientras me pongo una chaqueta de cuero camel.--Con mucha practica. --Ni me mira y sigue tecleando, concentrada en sabe Dios que. Yo sumo dos mas dos y me explota el cerebro. --?Te vienes? --Tengo reunion. Viene un coche a buscarme. --Que nivel, chica. Quiero un jefe como el tuyo. --Mi jefe es un estirado. Y un gilipollas --apunta. --Pero envia limusinas a recogerte. --La observo detenerse frente a nuestra ventana. Hace un chasquido con la lengua y se queja. --Me la suda la limusina. --Mia es la mas rubia y la mas guapa del distrito financiero, pero tambien la peor hablada--. Tengo que irme. --Me da un pequeno abrazo y sale corriendo. --?Que planes tienes hoy? --Sophia se cuelga el bolso, tambien lista para ir al trabajo. --Me paso por la universidad y despues tengo una sesion de fotos en Central Park. --?Quedamos para comer entonces? --Ella trabaja como secretaria de direccion en la Quinta Avenida. --No se si me dara tiempo. Te llamo y hablamos. --Ava, tienes que comer. Estas muy flaca. --Soy de constitucion delgada --me quejo. Siempre estan con la misma cantinela. Mi familia es asi, mi madre y mi abuela tambien soy muy delgadas. Me ahorro el discurso porque ya lo sabe y no voy a repetirme. Por cierto, tengo que ir a visitarlas este fin de semana, es el cumple de mi abuelo y, aunque fallecio hace mas de diez anos, nosotros le seguimos celebrando el cumpleanos. Una tradicion familiar un poco macabra. Cosas de familia descerebrada. --!Auu! --Me doy un golpe en la cabeza con una puerta del mueble abierta cuando voy a guardar las galletas. --El primero de hoy. A ver si superas tu record. --Mi amiga y companera se refiere a mi aficion por los accidentes, grandes y pequenos, y el listado de ellos es interminable y diario. Como si fueran un iman para mi. Mis padres cuentan que de pequena un perro me mordio el dedo. Hasta ahi la historia parece normal, no obstante, cambia al relatar que tropece y mi mano cayo dentro de la boca del canino, que se asusto y me mordio. Pues como esto, casi todo en mi vida. Me paso por la universidad y hablo con mi tutor de master sobre las practicas de este que empezaran dentro de un mes. El senor Patynson goza de una paciencia conmigo que temo que termine algun dia. Se parece un poco a mi padre, con facciones duras y barba canosa. --Estoy deseando empezarlas, senor Patynson. Me he esforzado mucho para que mis notas no bajen de matricula de honor. --Senorita Jones, se que no va a defraudarme. --Me da dos palmaditas en el hombro antes de marcharme y correr hasta la boca de metro. Voy demasiado tarde y los nervios comienzan a apoderarse de mi. Trato de relajarme escuchando un poco de musica con la ayuda de mis iPod porque, total, el metro no va a ir mas deprisa porque yo me ponga a llorar ahora. Y estoy a punto, ojo. No puedo perder este trabajo. Con lo que van a pagarme puedo cubrir mi parte del alquiler durante cuatro meses y eso incluye diciembre y los regalos de Papa Noel. Tengo un sobrino putativo (soy hija unica) de tres anos que no entenderia que el "Abuelo Rojo", como lo llama el, no deje un presente en mi casa, por muy pobre que sea. Tarareo la cancion mirando la hora en mi iPhone cada cinco segundos: With or without you de U2. Veo la piedra fija en tus ojos. Veo la espina torcerse. Te espero. Hechizado y con la suerte torcida. En una cama de clavos ella me hace esperar. Y espero sin ti. Contigo o sin ti. Contigo o sin ti. A traves de la tormenta alcanzamos la orilla. Tu lo das todo pero yo quiero mas. Y te estoy esperando. Contigo o sin ti. Contigo o sin ti. No puedo vivir. Contigo o sin ti. El set de rodaje esta listo. Grabaran algunas imagenes para el anuncio y yo me encargare de la fotografia antes y despues de la filmacion. Desde lejos compruebo el jaleo que se ha montado alrededor del equipo y, como voy concentrada en no tropezar (que es lo que normalmente ocurre) no me percato de que el brazo fornido y peludo de un miembro de la seguridad privada me detiene en seco poniendo su mano (de dimensiones descomunales) entre mi pecho y mi cuello. --?Adonde cree que va? --Disculpe, senor. Vengo a trabajar. --Contesto tras unos segundos de desorientacion. Pero ?quien se cree este hombre montana para tocarme y casi ahogarme? --Identificacion. --?Que? --No le veo la identificacion. <>. --Se me ha olvidado. --Pues me temo que no puedo dejarla pasar. --Escuche, llego ya --miro mi reloj rojo de muneca-- tres minutos tarde y no puedo permitirme perder este trabajo. --Sigo con la cantinela, ahora en voz alta. --Ese no es mi problema --contesta categorico. ?Queeee? --Ni el mio que usted viva amargado. ?Ha visitado el bano hoy? No sabria explicar mi respuesta, lo que si puedo describir la suya y basicamente se le salen los ojos de las orbitas; parecen dos globos a punto de estallar. Desde luego no se esperaba que la chica delgadita le contestara de esta manera. <>, pienso, hasta que contesta y corta mis pensamientos, que anotaban retirar el sofa y limpiar con ahinco debajo en cuanto pudiera. --Mire, senora, o se va de aqui o... ?Me ha llamado senora? Por favor, que tengo veinticinco anos. --?O que? --!Me ha llamado senora! --O la saco a la fuerza. Cruzo los brazos, clavo los pies al suelo y arrugo el entrecejo al que acompano de una cara desafiante. Esta a punto de cogerme en brazos y echarme de alli cuando uno de mis companeros me reconoce y llega para salvarme del monstruo peludo y ojos de pez globo. Y no es que necesite que un hombre me salve; es que Robert es el que me contrato. Tiene muchos contactos y me encuentra muchos trabajos. Merece que se lo agradezca. --!Ava, Ava! --grita en mi direccion. El osado y estrenido seguridad lo mira y se detiene. --Robert, por favor, ?puedes decirle que tengo permiso para entrar aqui? --?Y tu identificacion? Pongo los ojos en blanco. <>. --La olvide. Me agarra de la mano y tira de mi hacia el set. Yo miro hacia atras con fingida sonrisa y le hago la senal del pajarito a mi no amigo. Por supuesto, Robert no se percata del asunto. --Llegas tarde --me sermonea. --Solo dos minutos y ha sido por culpa de ese hombre. --Un hombre que solo hace su trabajo. Y han sido siete. Caminamos hasta donde el catering sirve el desayuno, uno muy completo. --?Eres mi jefe? --Ava, cuento contigo siempre, no puedes fallarme. --Llevas razon... --reculo. --Y el jefe ya te hubiera echado. Sirvete un cafe, yo vuelvo en unos minutos. --Tanta prisa, tanta prisa... --me quejo en susurros cuando un chico guapisimo se sirve un te junto a mi. 2 Tengo un iman para los problemas, para tropezar delante de todos o sola, darme golpes por todo el cuerpo (soy torpe y lo acepte hace mucho) y para que los chicos guapos se acerquen a mi sin intenciones ocultas; quiero decir que tengo amigos muy guapos, sin embargo ninguna de mis parejas han sido de revista. Sophia y Mia argumentan que mi gusto se caracteriza por ser muy peculiar en todos los sentidos y... bueno, no se si llevan razon, pero no se equivocaron con mi ultima pareja; me tenia absorbida. --Buenos dias --me saluda con educacion. --Buenos dias. --?Un bagels? --No me gustan, gracias. Pone cara de asombro y yo encojo los hombros. --Nunca habia conocido a nadie que no le gustaran los bagels. --Estan demasiado dulces. --Los hay salados. --Estan demasiado salados. Sonrie y le da un sorbo a su te de color rojo. --?Eres la fotografa? Dirige la mirada hasta mi bolsa que he dejado en el suelo junto a mi. --?Eres el modelo? --?Tanto se me nota? --Nadie se levanta con esa ropa y ese peinado. --No va vestido con nada del otro mundo y el pelo, aunque demasiado brillante, es muy normal. Es obvio que no quiero decirle que es tan guapo que parece de mentira. Estoy a nada de pellizcarle y comprobar si no es una aparicion estelar--. Supongo que ya has pasado por chapa y pintura. --?Perdona? --Casi escupe el te que retira de su boca con rapidez. --Que peluqueria y vestuario ya ha realizado su trabajo. --Llevo aqui desde las cinco de la manana. --Me da la impresion de que se queja. Y con razon, son mas de las nueve. --Pues deberias tomarte un cafe. --No me gusta el cafe. --Nunca habia conocido a nadie que no le gustara el cafe. --Lo parafraseo. --Esta demasiado acido. --Siempre puedes echarle azucar. --Da otro sorbo y no contesta--. No me digas. No tomas azucar. Niega con la cabeza. --No se como puedes vivir sin azucar. --Soy propenso a engordar. ?Engordar? Lo miro de arriba abajo y tengo que disimular lo que realmente quiero decirle, que es: !pero si estas mas bueno que el pan! --No siempre he sido asi. --Me lee la mente y se explica. No me lo imagino de otra manera. Mi telefono suena dentro del bolsillo de mi pantalon vaquero.

  • Mas alla de los 50 de Lola Masmola

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    Una novela de ficcion contemporanea que te atrapara entre sus paginas.
    Cumplir 50 anos, dejarlo todo atras (familia, casa, amigos…) y comenzar una nueva vida, es el sueno de algunas mujeres. El de Maria tambien. Acompanala en este apasionante viaje lleno de amor, amistad y pasion por la vida.
    Una novela repleta de personajes entranables de los que te costara despedirte. Un canto a la vida, a la ilusion por vivir.

  • Napalpi Atrapada en el viento de Gabriela Exilart

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  • Hazmelo! de Senora S.

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    Comencemos por el principio, que hay que entender antes de pasar a lo que todos nos interesa... En fin... Naci en un pueblito no muy lejos de un lugar remoto del que nadie me quiere oir hablar. Fui una nina feliz y sana, rodeada de personas que me querian. Que por cierto, aqui es bueno aclarar algo: mi deseo de tener sexo, no proviene de algun abuso sexual del que haya sido victima cuando era una nina, no, para nada. Dicho lo anterior, prosigo. ?Donde me quede? A si, mi ninez. Fui criada en ensenanzas morales adecuadas a la epoca de los 80' y 90', cosas normales, diria yo. Mis padres no tenian lo que se conoce como "fe catolica", pero asistian de vez en cuando a la iglesia, ya sea por presion moral, por deseo, o vaya a saber por que lo hacian. El caso es que no era una de esas ninas que pasaban mucho tiempo en la iglesia, lo que tampoco es una excusa para mi "tan acusable comportamiento". Cuando llegue a la adolescencia comence a notar que algo no iba bien conmigo. No, no era mi cuerpo el que estaba cambiando, definitivamente no; de hecho, ahora que lo analizo a la corta edad de doce anos, yo no habia cambiado en nada, estaba plana como una tabla de planchar ropa; plana y escualida. Sin embargo, mi mente comenzaba a cambiar en muchos sentidos: comence primero por notar mas mi cuerpo, un cuerpo que en realidad sufria un atraso, atraso en el sentido que no desarrollaba nada, mis pezones poco o nada se miraba, podia no usar nada debajo de mi camiseta y aun asi no los notarias; no tenia ni siquiera vello pubico, en sumas, no habia ni rastro de desarrollo corporal en mi. A pesar de ello, al principio ni yo lo notaba, por mucho que mis companeras cambiaran y comenzaran a tener pechos y cuerpos geniales, yo no lo note, y si alguien mas lo noto... nadie le puso atencion. Por otro lado, yo comence a experimentar curiosidad, me tocaba de vez en cuando y sentia como mis nervios se agudizaban. No me detuve a pesar porque no tenia pechos o porque no tenia nada de cintura, solo me dedicaba a explorar cada una de mis partes. La primera vez, lo recuerdo todo, paso justo despues de cumplir los trece. Me encontraba sola en la casa, como pocas veces sucedia, tenia un calor...

  • Movie Star 1 de Alex Cartier

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    Ophelie es una joven asistente de prensa que trabaja en el mundo del cine. Vive en Paris con su gato Romeo, su pez rojo Julieta, un novio ideal, sus encantadores padres, su mejor amiga (totalmente ninfomana) y su fantasia erotica de toda la vida: Michael Brown, uno de los actores mas taquilleros y mas sexys de Hollywood. Una vida corriente, hasta el dia en que su jefe la envia a Deauville. Este sera su primer festival de cine y alli se encontrara frente a frente con Michael. Ese es el principio de una historia de amor tan ardiente como peligrosa. Ophelie se convertira entonces en el centro de todos los focos por ser la nueva chica corriente que aparece del brazo de una de las estrellas mas sexys del mundo.

  • Mujeres de luz de Maria Vallejo-nagera

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    A lo largo de la historia ha habido mujeres extraordinarias de cuyos corazones han brotado espectros de luz que han deslumbrado de diferente forma a aquellos que las conocieron. ?Como iba a ser de otra forma si eran las mas bellas, las mas valientes, las mas seductoras y luchadoras e incluso las mas envidiadas? !En algunos casos hasta las mas brutalmente calumniadas!

  • Chicas De Tormentas Y De Sombra de Natasha Ngan

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    En lo profundo del corazon oscuro del palacio real, el rey se ocultaba. Habia estado alli durante semanas, negandose a recibir a todos los visitantes excepto a los hechiceros que trataban sus heridas y sus dos confidentes mas cercanos, que cuidaban de los danos de su cuerpo y su ego. Por supuesto, nunca admitiria que eso era lo que hacia. Y si alguien se atreviera siquiera a sugerir que estaba pasando por un momento dificil, los ejecutaria de inmediato. Nada de eso era doloroso. Nada era demasiado para manejar para el gran Rey Demonio de Ikhara. Sin embargo, al igual que la mayoria de las mentiras que las personas se dicen a si mismas, se derrumbo entre la sombra y la quietud de la noche. El rey, por mucho que expresara lo contrario, estaba perturbado. Sus heridas habian penetrado mas profundo que su carne y hueso. Habian atravesado, maliciosamente, cada vena, celula y poro, hasta que sintio el eco del miedo en cada latido de su corazon. Y ese miedo tomo forma. Y nombre. Lei-zhi. Se negaba a pronunciarlo en voz alta, pero su cuerpo lo traiciono. Susurraba su nombre al ritmo de su pulso. Le mostraba el rostro de la chica cuando el dormia: piel de porcelana con salpicaduras de sangre; labios levantados; ojos salvajes, aquellos brillantes ojos dorados llenos de tanta furia atravesaban su alma, los lugares exactos en su interior que el creia que habia arrancado de raiz hacia tiempo. Cuando fue demasiado, cuando el rostro y el nombre de la chica se burlaba de el hasta que no podia respirar y los muros de su cuarto se cerraban sobre el, el rey llamaba a una chica. Ninguna de esas chicas, claro. Aun tenian que ocuparse adecuadamente de esas chicas. Aunque lo haria. Sino que llamaba a otra chica. Tal vez una bonita de la casta de acero con aspecto de lince de las Casas de Noche, o una joven esclava de papel recien traida de un asedio. No le importaba. Le entregarian una chica y el la destrozaria, solo para demostrar que podia hacerlo. Para sentir de nuevo que era todopoderoso. Una chica humana no lo venceria: incluso el ardor y el dolor constante de sus heridas le recordaban lo cerca que habia estado la chica de lograrlo. Cada dia, los hechiceros reales iban a curar las heridas en la garganta y el rostro del rey. Naja habia hecho un buen trabajo. Los hechiceros habian llegado justo a tiempo despues del ataque de la chica para salvar la mayor parte de sus cuerdas vocales, aunque le dolia hablar y su voz era mas ronca que antes: un grunido aspero y gutural. Sin embargo, su ojo derecho fue imposible de salvar. La cuenca estaba arruinada, tenia varios nervios danados y carne pulposa, estaba demasiado danada para permitir siquiera la colocacion de un ojo de cristal. En las semanas que habian pasado desde el ataque, la herida del ojo se habia vuelto un poco menos aterradora gracias a la magia de los hechiceros. Si bien pasarian muchos meses mas hasta que el resto de su rostro volviera a la normalidad, ni siquiera los hechiceros podian traer a la vida a los muertos, y su ojo derecho perdido seria un recordatorio eterno de aquella noche. El rey recordo las palabras de uno de sus generales, tambien con forma de toro, que una vez habia ido a verlo para pedirle usar la magia de los hechiceros reales para quitar un corte horrible que atravesaba la mitad de su rostro. <>, le habia dicho al soldado. <>. Lleva tus cicatrices con orgullo. Que gran tonteria. El siempre lo habia sabido, claro, pero una parte de el habia creido en aquel sentimiento alguna vez. Ya no. El rey ahora sabia exactamente que eran las cicatrices: recordatorios de tus propios fracasos. Al igual que de aquellos que las habian infligido. La chica aun estaba alli afuera. Pero el rey tenia fe. Naja aun no le habia fallado. Ella la encontraria, como habia prometido, junto a la hija del traidor Ketai Hanno, y las llevaria a ambas al palacio ante el. Porque el rey tambien habia aprendido otra cosa sobre las cicatrices: eran una caldera ardiente de odio. Y si una furia como esa podia darle a una debil chica humana el poder de atacarlo a el... bueno. Ya verian lo que podria hacerle a un Rey Demonio con un hambre voraz de venganza. 1 Desde la noche en que escapamos del palacio, lo que al principio era una suave llovizna de copos se ha convertido en una tormenta de nieve. En menos de veinticuatro horas la primera capa se asienta. En solo un dia se convierte en una manta gruesa y blanca resplandeciente. En un dia mas la nieve lo ha cubierto todo, una alfombra de polvo amortiguado que arde en los ojos a la luz del dia y proyecta formas extranas de noche entre las sombras. Despues de dos semanas, es como si hubieramos vivido en ese mundo congelado desde siempre. Camino con dificultad a traves de los monticulos profundos mas alla del templo, mis botas rompen la nieve con crujidos pesados. El frio ha entumecido todo mi cuerpo. Flexiono la punta rigida de mis dedos bajo los guantes. Las gotas de hielo se derriten y ruedan sobre mis botas de cuero prestadas sin importar cuanto las apriete. Pero al menos mis manos y mis pies tienen alguna clase de proteccion contra el clima. Mi rostro lucha directamente contra los elementos... es una guerra y la esta perdiendo. El viento arde sobre mis mejillas descubiertas mientras miro entre los copos de nieve danzarines, intentando ver donde han ido los demonios leopardo. Ya llevamos rastreando las montanas casi una hora. Las empinadas colinas boscosas estan tapadas de nieve, cada arbol sin hojas esta cubierto de hielo. La tarde es espeluznantemente silenciosa: solo se oyen los cristales de nieve, las pisadas de las botas y mi propia respiracion acelerada. --?Como va todo ahi atras, princesita? Suspiro. Ni por asomo es tan silencioso. --Mi nombre --grito a modo de respuesta--, como te he dicho millones de veces, Bo, es Lei. En cuanto las palabras salen de mi boca, el viento me las arrebata. Los copos de nieve bailan sobre mi nariz y depositan besos frios y humedos en mis mejillas expuestas. --?Princesa? Escucho de nuevo la voz de Bo, esta vez con mayor claridad. Los hermanos deben de estar a pocos metros de distancia delante de mi. Mi respiracion dibuja nubes a mi alrededor mientras apresuro el paso para alcanzarlos. Sus siluetas altas se materializan a traves del viento lleno de nieve, con extremidades largas y desgarbadas como los troncos de los arboles que los rodean y practicamente de apariencia humana. Cuando me acerco mas, sus detalles demoniacos aparecen: orejas puntiagudas de leopardo, patas atleticas, colas largas que se mueven de lado a lado, cubiertas de la misma piel beige con manchas negras que recubre el resto de sus cuerpos. Unos ojos verdes resplandecen debajo de los parpados con borde negro. Sus rostros redondos son tan similares que es dificil diferenciarlos a primera vista. Uno de los dos pares de ojos es suave y amable. Nitta. El otro par, los ojos de Bo, baila entretenido. Nitta corre hacia mi con un grito de alivio y aparta los mechones humedos de cabello negro de mi sien. --!Gracias a Samsi! Por un momento, temiamos haberte perdido. Lo siento, Lei, avanzamos demasiado rapido. Intentamos ir mas lento, pero... --Si fueramos mas lento, estariamos viajando en el tiempo hacia el pasado --protesta Bo --. Papeles --anade con un cloqueo impaciente, rascandose el lateral del menton mientras me mira por encima de su nariz chata y felina. Nitta frunce el ceno y lo mira. --Bo. --?Que? Solo digo que cualquiera que no haya nacido con proteccion contra el clima se pierde la diversion. --Tal vez deberiamos regresar. --Los copos de nieve cubren la piel manchada de Nitta y ella desliza una mano sobre su sien sin pensar; parece preocupada--. Aun no hemos encontrado nada y Lei parece a punto de morir congelada. Merrin tenia razon. Esto ha sido una mala idea. Bo coloca una mano sobre su cadera huesuda. --?Ahora vas a confiar en Plumas? Vamos, hermana, ?que sabe ese cerebro de pajaro? --Tu desafiarias las ordenes de Merrin solo para molestarlo --replica Nitta. --?Por que otro motivo crees que accedi a permitir que Lei nos acompanara en nuestro viajecito de caza? --El chico leopardo sonrie--. Sin ofender, pequenita --me dice--, pero no has venido aqui precisamente por tu habilidad innata para el rastreo. --Como si tu habilidad para el rastreo nos sirviera de algo --respondo--. ?Acaso has encontrado algo aun? ?Mmm? Mientras Bo inclina la cabeza a un lado, entretenido, yo estiro la espalda, enderezando los hombros. Aun a pesar de que tengo la mitad de la altura de los hermanos leopardo, de todos modos mi postura me hace sentir mas fuerte. --Os pedi que me permitierais venir hoy porque estoy harta de esconderme en ese templo. Ya han pasado mas de dos semanas. Si tengo que pasar un dia mas escuchando los cantos eternos de Hiro y al resto de vosotros entrenando o debatiendo tacticas de guerra mientras me prohiben hacer cualquier cosa, mi cerebro estallara. --Me coloco bien la bufanda y aprieto mis punos enguantados--. Ahora, ?podemos por favor atrapar algo bueno para comer? Estoy cansada del taro asado en todas las comidas. Nitta vacila, pero Bo alza las manos en el aire. --?Sabes que? La princesa tiene razon. Si tengo que comer un trozo mas de taro, me convertire en un taro. --Con un bufido teatral, se desploma de espaldas. Los copos de nieve llueven sobre el--. Mirad --grune con horror fingido, parpadeando mientras nos mira desde el agujero con forma de Bo en la nieve--. Ya ha empezado a pasar. Soy uno con el taro. Y es... insoportaroble. --Se pone de pie de un salto, con su abrigo cubierto de hielo, y dibuja una sonrisa amplia de dientes filosos--. ?Lo pillais? ?Insoportaroble? --Ay, hermanito --suspira Nitta--. Tus chistes son tan espantarosos. Los tres nos reimos, el sonido quiebra la quietud espeluznante del bosque cubierto de nieve, hasta que un crujido fuerte a nuestra izquierda nos interrumpe. Nos giramos con rapidez, mi corazon se aloja en la garganta, solo para ver un monticulo de nieve, que habia estado haciendo equilibrio sobre las ramas torcidas de un arbol, caer al suelo con un gran ruido. Nitta y Bo enderezan la espalda de las posturas defensivas que habian adoptado por instinto. Bo resopla y deja el cuchillo en su cinturon. --?Te asusta la nieve, hermana mayor? ?Temes que moje y arruine tu bonito cabello? Nitta mueve los ojos en direccion a su hermano. --No creas que no he visto tu reaccion. --Pero hay cierta cautela cuando se gira y alza la nariz para olfatear el aire. Mueve las orejas, escuchando. Luego, avanza--. Vamos --dice --. Sin duda hay algo ahi afuera. Y, Lei, esta vez quedate cerca. Continuamos caminando por el remolino blanco. Es lo unico que puedo hacer para seguirles el ritmo a los hermanos, sus cuerpos agiles de la casta de la Luna avanzan con facilidad entre las columnas de arboles congelados. Mientras Nitta y Bo apartan las capas de nieve con destreza con cada movimiento elegante de sus atleticas patas de leopardo, yo me arrastro con torpeza a traves de los monticulos gruesos. El colchon de nieve me llega hasta las rodillas. Las raices ocultas de los arboles se enredan con mis botas. Cada rafaga de aire frigido me corta la garganta, pero a pesar del frio, aparecen gotas de sudor dentro de mi abrigo y debajo de la bufanda de piel que rodea mi cuello y mi barbilla. Los demonios no reducen el paso. Nos detenemos solo para beber un poco de agua de la cantimplora que Nitta lleva atada a la cintura o para buscar rastros del animal que ella y Bo rastrean; los hermanos juntan las cabezas para debatir las huellas de su presa en voz baja. Despues de una hora de rastreo sin distracciones, Bo rompe el silencio. --Nos estamos acercando --anuncia, semioculto por la nevisca blanca que hay donde esta caminando a pocos pasos delante de nosotras. Nitta levanta mas la nariz. --Tienes razon. Yo tambien capto algo. Intenso, a almizcle... ?Que crees que es? --?Tu delicioso aroma natural? --sugiere su hermano. Nitta pone los ojos en blanco. --?Ves eso? --pregunta ella, senalando un arbol cercano. Bo y yo nos acercamos mas. Hay dos muescas profundas grabadas en la corteza, debajo de la altura de mi cabeza. Parecen recientes: solo las cubre una capa delgada de nieve. Bo desliza los dedos sobre las marcas. --Puede ser una cabra de montana grande. --Espera --digo, mientras retrocedo para inspeccionar las ramas bajas y retorcidas del arbol--. Es un arbol de mango. Un arbol de mango --repito, sorprendida--. ?Suele nevar aqui? No podemos estar tan alto en las montanas si hay higueras y arboles frutales. Ninguno de los dos comparte mi sorpresa. --La Enfermedad ha causado toda clase de cambios climaticos extranos --dice Nitta encogiendose de hombros; luego se gira hacia su hermano, frunciendo el ceno--. Seria una cabra demasiado grande. Creo que es mas bien algo similar a un buey. --Puaj, espero que no. La carne de buey es asquerosa. --?Quieres cenar taro otra vez? --Es mejor que culo de buey. Nitta mira hacia adelante en medio de las rafagas brillantes, sus orejas redondeadas se sacuden. Al igual que su hermano, tiene las orejas cubiertas de joyas y aros en una variedad de plata descolorida y oro y la luz invernal resplandece en ellos cuando la chica mira de izquierda a derecha. --Por aqui --dice ella, ya en movimiento. Bo me guina un ojo. --?Lista para cumplir con tu rol en la caceria, princesa? --?Que rol es ese? --La carnada --responde con una sonrisa burlona. Lo fulmino con la mirada mientras se aleja. Tardo unos instantes en pensar una respuesta. Avanzo furiosa por la nieve, lista para decirsela... cuando un movimiento captura mi atencion. Me paralizo. Mi corazon late con fuerza en el silencio del bosque cubierto de hielo. El bosque quieto y vacio. Bajo mi bufanda, mi piel se eriza. --?Estais... estais seguros de que solo hay un animal cerca? --pregunto. Nitta y Bo se giran y me silencian con la misma mirada fulminante de ojos verdes. --Tenemos que estar callados... --comienza a decir Nitta. Oimos el crujir de la nieve mas adelante. Ella se gira con rapidez e inclina el cuerpo para adoptar una postura defensiva. Bo senala hacia las rafagas de nieve. Con agilidad, toma su cuchillo mientras Nitta prepara el arco que carga sobre el hombro. Lo alza frente a ella con su mano izquierda, y con la derecha toma una flecha del carcaj amarrado a su espalda. Con un movimiento habil, coloca la flecha con cola de pluma en su lugar y hace retroceder su brazo derecho para extender el arco mientras apoya la punta de la flecha sobre sus nudillos izquierdos. Flexiona los musculos definidos debajo de su camisa de algodon mientras apunta hacia el aire gelido, pero Nitta no dispara la flecha. Aun no. Con las orejas en alerta y el rostro concentrado, se desliza entre los arboles. Bo se agazapa levemente mientras avanza detras de ella, con los dedos cerrados sobre su cuchillo, listo para lanzarlo. Busco con manos enguantadas y torpes mi propia daga en mi cintura. Es un cuchillo de hoja corta y simple: uno que les sobraba a los demas. Lo sujeto con fuerza y sigo a los hermanos, haciendo un gran esfuerzo por seguir el sendero que han creado con sus pasos precisos. Mi piel cosquillea de incomodidad. Algunas veces creo ver movimiento: no delante donde Nitta y Bo avanzan en medio del paisaje invernal, sino en la periferia de mi vision. La silueta sombria de algo grande y... no humano. Pero cuando miro, no hay nada. Solo rafagas grandes de copos de nieve brillantes. Viento frio, nubes de aliento y silencio profundo, ahogado por la tormenta de nieve. Nitta y Bo ahora avanzan mas rapido. Aunque me esfuerzo al maximo por seguirlos, la distancia entre nosotros comienza a crecer. Por delante, Nitta se gira abruptamente y nos guia sobre una colina escarpada; veo el resplandor de una cascada congelada a nuestra derecha. Mi aliento dibuja nubes gruesas mientras intento seguirlos... y luego mis pies se topan con un saliente rocoso debajo de las rafagas de nieve. Con un grito, caigo de cara a la nieve. Acumulaciones de hielo me muerden la piel, las gotas derretidas caen por los laterales de mi bufanda. Con una mueca de dolor, me pongo de rodillas y comienzo a quitarme la nieve del rostro y el pelo cuando percibo movimiento detras de mi. Una voz, liviana como una pluma, pero tan profunda como los huesos de los dioses y los terremotos, aparece en el viento. Te he encontrado. Algo frio que nada tiene que ver con la nieve rueda sobre mi columna. En un instante, su rostro aparece en mi mente. Cuernos marcados, decorados con oro, puntas afiladas como cuchillos. Un rostro delgado y apuesto, facciones bovinas mezcladas inmaculadamente con la forma humana. Una sonrisa arrogante y satisfecha. Y esos ojos... sus iris de ese azul artico limpio y transparente que recuerdo sentir como me atravesaban incluso ahora. Mas de dos semanas desde aquella noche, desde el instante en que hundi una daga en lo profundo de su garganta y le quite la vida. El Rey Demonio. Te he encontrado. Agazapada en la nieve, me giro con mi cuchillo en alto entre mis dedos temblorosos, mi corazon late con fuerza contra mis costillas. Pero el bosque esta vacio. Los arboles se yerguen altos, como centinelas silenciosos en medio de la escarcha. La sangre me sube a los oidos. Miro de nuevo en todas direcciones, los escalofrios aun recorren mis brazos y mi nuca a causa de esa voz. Habia parecido tan real. Tan cercana. Cuando me pongo de pie para continuar siguiendo a Nitta y a Bo, no hay rastro de ellos. Estoy sola. Luego, contengo el aliento. Porque, tal vez, no lo estoy. Aunque es imposible que haya oido las palabras del rey, el movimiento que he percibido y la sensacion de que alguien nos observa pueden deberse a que nos estan siguiendo. No es el fantasma del rey muerto, sino uno de sus soldados o guardias de elite. Por ese motivo Wren y los otros me han prohibido salir del templo todo este tiempo. Sabemos que es solo cuestion de tiempo hasta que nos encuentren, si es que aun no lo han hecho. Han pasado mas de dos semanas desde el ataque en el palacio la noche del Baile de la Luna. Mas que tiempo suficiente para que ellos nos hayan rastreado, incluso hasta nuestra ubicacion remota aqui, en las montanas del norte. Mas que tiempo suficiente para esperar fuera del templo, donde nos hemos escondido con magia protectora. Para esperar hasta que partamos a nuestro proximo destino, o hasta que yo me vuelva estupida y lo bastante imprudente para desobedecer la orden de permanecer oculta. Exactamente lo que he hecho hoy. Una alarma cobra vida en mi cabeza y en el mismo momento mas movimiento (real esta vez, junto a jadeos y el crujir de la nieve rota) aparece delante, en lo alto de la colina. --!Lei! --El grito de Nitta atraviesa la tormenta de nieve, agudo por el panico--. !Corre! Justo en el momento en el que una silueta descomunal salta en mi camino y emite un rugido que me hiela la sangre.

  • Deja que nieve de Nisa Arce

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    Este relato se situa 6 meses despues del final de la trilogia Las reglas del juego. Sinopsis: Dani decide marcharse a Londres en compania de Sergio, Valentina y la hija de ambos para pasar con Mateo su primera Navidad juntos despues de que se hiciera publica su relacion. Alli se dejara llevar por la improvisacion, pero tambien hara lo que ha estado planeando durante las ultimas semanas…

  • Pim Pam Pum Bocadillo de Atun de Gloria Vilarino

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    Redescubre las tres fases de la vida de la mano de Greta la croqueta y Oliver el cacahuete, el anorado pasado que es lo unico certero, las oportunidades y elecciones que nos brinda el fugaz presente y el siempre incierto e indescifrable futuro. Sigue a Greta y Oliver desde la mas tierna infancia hasta la madurez; en la complejidad de las relaciones humanas con sus fugaces instantes de dicha y los repentinos y tragicos sucesos que hacen que la vida de un vuelco. Greta y Oliver junto con sus inseparables amigos de la infancia seran protagonistas de un macabro asesinato que marcara sus trayectorias y cambiara sus vidas para siempre.

  • Cuando desapareciste de John Marrs

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  • Siete Cero Dos de Paloma Ainsa

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    Emma es contable. Su vida transcurre sin sobresaltos, y su circulo social se limita a cuatro amigos y a su excentrica madre.

  • Christmas horror Christmas de Eva P. Valencia

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  • Tu dale samba, y yo… rock and roll, Sylvia Marx de Sylvia Marx

    https://gigalibros.com/tu-dale-samba-y-yo-8230-rock-and-roll-sylvia-marx.html

  • Soy una mama divorciada, alocada y de nuevo enamorada de Megan Maxwell

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    He retomado mi vida.

  • Un verano diferente de Manuel Navarro Seva

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    Vika, una nina rusa de diez anos, viaja de vacaciones a la costa alicantina con sus padres, su amiga Yelena y su hermano Dima. Es el quinto ano consecutivo que van a pasarlas en Espana. Esta muy contenta de volver una vez mas. Sin embargo, este verano sera muy diferente a los anteriores. Ocurrira un hecho extraordinario que cambiara sus vidas.
    Una nueva y apasionante historia de suspense de Manuel Navarro Seva, situada en el marco incomparable de la ciudad de San Petersburgo y en las playas del levante espanol.

  • Los Duenos Del Viento de Patxi Irurzun

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  • Amor entre acertijos (Club del Crimen 1) de B. Amann

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    “?Y que queriais que hiciera, dejar que ella se sintiera un desecho al que nadie quiere, ni querra jamas?”…
    Si la ira o el dolor tuvieran rostro, en ese momento se reflejarian en el suyo. Escuchar esas palabras de los mismos labios que la noche anterior habian besado cada trocito de su piel la destrozo ?El mismo hombre que la habia amado sin cortapisas y al que habia esperado toda su vida??Su John?
    Lo odiaba.
    La Meredith que lo habia amado desde ninos murio en ese mismo instante. Si todo lo que Meredith creyo amor tan solo fue un medio empleado por John para lograr apartarla de su amado club del crimen, acababa de conseguir todo lo contrario.
    ?Creia que una noche de amor le habia dado el derecho sobre su mas preciada posesion, su libertad? En tal caso se habia equivocado…
    Descubriria quien estaba detras de la muerte de Abrahams, asi como tras el secuestro de los muchachos, aunque le fuera la vida en ello…
    El amor no estaba hecho para rellenitas y bajitas. El amor no era para ella...
    Era hora de dejar de sonar, ?o no?

  • Deseo salvaje (Gargolas 1) de Eva Mcberry

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    El dia empezo como cualquier otro: me levante poco antes del amanecer, tome un desayuno rapido con los demas sirvientes del castillo y nos preparamos para empezar nuestro trabajo. Me tocaba subir a atender a lady Siena, asi que antes de entrar me mire al espejo para comprobar que estuviera impecable, como a ella le gustaba. Lady Siena siempre criticaba a todo el mundo; para ella, nada es perfecto. No se cansaba de decirme lo horrible que me quedaba el uniforme. Parecia que le encantaba hacer que los demas se sintieran inferiores en su presencia. Aun asi, me arregle un poco para que no pudiera molestarme tanto. Mis ojos verdes parecian cansados, ya que la noche anterior habia estado despierta hasta tarde. Me recogi mi cabello castano en un mono alto y estire un poco el mandil de mi uniforme. Llego la hora de subir. --Llegas tarde --me dijo Alexa, otra criada como yo--. Lady Siena ya se esta vistiendo. --No es tan tarde, se ha levantado mas temprano. ?Pasa algo? Ella puso los ojos en blanco. Parecia fastidiada. --?No lo recuerdas? Hoy se va todo el dia al castillo de Lady Davina. --Oh... Es verdad. --Lady Davina era la mejor amiga de mi senora. Habia olvidado que hoy era su cumpleanos. --Lo bueno es que se va hasta manana. Hasta entonces no veremos a la bruja esa. --Sonrio y yo le correspondi. --Al menos sera un descanso, ya me tiene... No pude continuar; la puerta de la habitacion de Lady Siena se abrio de golpe y ella aparecio ya arreglada para su fiesta. Alexa y yo hicimos una reverencia de respeto. Ella nos miro y fruncio el ceno. Avanzo para pasar justo entre nosotras. --Quitate de mi camino, Williams --me espeto con desprecio--. No quiero pisar basura. --Me mordi la lengua. Aunque ya estaba acostumbrada a esos insultos, siempre dolian. Me movi a un lado y, aun asi, Lady Siena piso la parte baja de mi vestido--. !He dicho que te quites, inutil! --grito molesta. --Lo lamento, milady --dije sumisa, ya que sabia que le gustaba que le hablaran asi. --Callate, no te he dado permiso de que me dirijas la palabra. --Ni siquiera en un dia de fiesta cambiaba de humor. Dios, no tenia ni veinte anos y ya parecia una vieja amargada. No la entendia. --Milady, ?alguna indicacion durante su ausencia? --pregunto Moira. Ella era el ama de llaves, apenas la habia visto llegar. --Solo aseguraos de que todo este en orden. Me imagino que ya esta listo mi carruaje. --Por supuesto, milady. No se preocupe. --Perfecto. Y vosotras, trabajad. No quiero parasitos en mi castillo. Permaneci inclinada y agache la cabeza con sumision mientras ella avanzaba. Cuando salio de la habitacion, al fin Alexa y yo suspiramos tranquilas. Todos en el castillo McCord odiabamos a lady Siena, pero solo nos tocaba aguantar. Y como dice la gente, cuando el gato se va, los ratones hacen fiesta. Apenas escuchamos el carruaje de lady Siena alejarse, todos nos relajamos. Fuimos libres para arreglar las cosas a nuestra manera, conversar y reir. Solo nos conteniamos cuando Moira pasaba cerca, esa mujer amargada. Me parecia que el dia seria normal como cualquier otro, excepto por la ausencia de la senora del castillo. Llevaba un ano trabajando aqui y, aunque es vivir en tension constante, no podia quejarme de mi suerte. Lady Siena era un monstruo a veces, pero al menos tenia una cama, comida y ropa limpia. El resto de aldeanos de Abercrombie no tenian la misma suerte. Odiaba como me trataba, y aun asi estaba agradecida. El castillo McCord quedaba en lo alto de una colina, desde la que se podia ver todo el valle. No sabia cuantos anos tenia este lugar, pero si que era muy antiguo. Habia escuchado que estaba en pie desde hacia quinientos anos, tal vez mas. Lady Siena era la heredera, pero le rendia cuentas a alguien mas, alguien que le daba el dinero para mantenerla. Nunca lo habia conocido, pero imaginaba que debia ser su padre. Al llegar la noche todos cenamos tranquilos. Es increible como se relajaba la servidumbre sin la presencia de esa odiosa mujer. Se creia mucho solo porque era hermosa y rica, pero sin todo eso no era nadie. Creia que tenia derecho a pisotearnos a todos, y no teniamos mas opcion que aguantarnos y acatarlo. Lo malo era que, al amanecer, empezaria otra vez la aburrida rutina. !Que rapido se iba el dia! Fui a la habitacion que compartia con Alexa y charlamos sobre la fiesta del pueblo de la proxima semana. Teniamos planeado ir con nuestras mejores galas, que no eran gran cosa y ni siquiera parecian nuevas. Alexa tenia un novio llamado Ewen, un chico que trabajaba en la mina. A mi me pretendia Scott, el capataz. A veces me parecia guapo, pero la gente decia que era un patan. Quiza lo fuera; a mi no me gustaba de verdad. Mama insistia en que debia aceptarlo porque era el mejor partido que tendria. Puede que fuera cierto, pero yo no queria eso para mi vida. Queria amar al hombre con el que me casara. Queria amor, pasion, locura. Y si, estaba sonando mucho. Nos dormimos, ya agotadas. Pero entonces ocurrio algo extrano. Me desperte de madrugada y estaba lloviendo. Una tormenta. Era extrano, porque el cielo habia estado despejado todo el dia. Serian poco mas de las tres de la madrugada, o eso creia. Intente dormir, pero un rayo impacto cerca del castillo. Alexa parecia imperturbable; ella ni se dio cuenta. Las tormentas nunca habian de mi agrado. Ahora me incomodaban, pero cuando era nina me daban miedo. No iba a poder dormir esa noche. Cerre los ojos, esperando conciliar el sueno, pero de pronto la cosa empeoro. Algo cayo en el techo. Algo duro como una piedra. <>, pense. Lo peor fue que hasta me parecio escuchar pasos, pero no eran normales. Duros, pesados. Bien... esto era muy extrano. Tenia dos opciones en ese momento: quedarme en cama o ir a ver que rayos pasaba. Dude bastante rato y, como no podia dormir, finalmente sali a ver que pasaba. Cogi un candelabro y encendi las velas. Camine por los pasillos del castillo. Todo estaba oscuro y no habia ni un alma fuera. Empece a asustarme. Que tonta era; no tenia que haber salido. Ya no escuchaba los pasos pesados, asi que quiza fue solo mi imaginacion. Me di la vuelta, dispuesta a volver a mi cuarto, cuando de pronto vislumbre uno de los balcones del castillo. Por poco se me cayo el candelabro; no podia creer lo que estaba viendo. Ahi fuera habia algo que jamas en la vida habia visto. Enorme, grueso, con grandes alas. Era una especie de hombre de piedra, o eso me parecio de espaldas. Sabia que tenia que huir, por lo que retrocedi un paso. Y en ese preciso instante, aquel ser se giro. Yo lance un grito y me eche a correr despavorida, justo en el momento en que mis ojos se cruzaron con los suyos. Eran azules y brillantes. Nunca habia sentido una mirada tan intensa. No pude dormir, me quede en cama temblando, pensando que esa criatura vendria a por mi. Fui la primera en levantarse. El castillo dormia y la lluvia habia parado, apenas estaba aclarando el cielo. Camine a la despensa para buscar huevos que freir, pero ya no quedaba ninguno. Tendria que salir al almacen un momento. Abri la puerta y solte un grito de sorpresa. No estaba sola: habia un hombre recostado en el suelo y al parecer estaba herido. Me quede pasmada viendolo y por un instante no supe que hacer. Entonces el abrio los ojos y me devolvio una mirada azul intensa que se me hizo muy familiar. Mi cuerpo estaba temblando... Capitulo 2 Keitan La noche habia sido terrible. Aunque volver a mi hogar en Abercrombie estaba dentro de mis planes, no imagine que seria de esta manera. Las cosas entre nuestra comunidad se habian puesto tensas, muy peligrosas en realidad. Por eso tenia que volver, ahora proteger a Siena debia ser una de mis prioridades. Todo se precipito cuando me atacaron. No los conocia, pero de lejos me parecieron dos mequetrefes debiles que alguien de mi categoria podria vencer con facilidad. Error mio, no debi confiarme. Acabe a duras penas con uno de ellos, pero el otro me persiguio por los cielos. Me amenazo, dijo que iria por Siena y la destrozaria. Entre en panico y por eso me adelante para llegar al castillo y vigilar que ese miserable no la tocara. Para mi alivio, Siena no estaba en el castillo, asi que solo quedaba esperar a ese miserable para hacerle frente y acabar con el. Lo vi llegar a lo lejos, a pesar de la lluvia su silueta era inconfundible. Enormes alas, rostro fiero. Esa gargola iba pagar la osadia de amenazarme. Vole hasta el y luchamos. Admito ahora que despues de siglos de sentirme invencible, senti una especie de emocion de que me tocara un rival a mi altura. Lo derrote, pero no sali ileso de aquello. Ni siquiera tuve la fuerza suficiente para esconder su cadaver. Mi cuerpo tampoco mantuvo la forma de gargola, era demasiada energia. Volvi a mi cuerpo humano, que aunque era mas blando y debil, al menos se recuperaba mas rapido. Solo tendria que aguantar un poco el dolor, pero era mejor asi. Era preferible que algun aldeano viera a un hombre herido, no a una bestia sangrando. Mis heridas se iban regenerando poco a poco mientras trataba de llegar a mi castillo para descansar alli. Subi la colina a paso lento mientras intentaba cubrir la herida de mi vientre. Podia sentir como se iba cerrando, aunque aun faltaba para eso. No moriria desangrado, por suerte. Camine hasta la parte trasera; queria entrar con discrecion y no armar alboroto. Crei que lo lograria, pero el cansancio me vencio y cai rendido justo antes de pasar a la cocina. Maldita sea mi suerte. Quiza era mejor que me quedara ahi un momento, el hormigueo de mis heridas regenerandose era cada vez mas intenso, solo tendria que dejar que mi cuerpo hiciera su trabajo. Cerre los ojos, pero poco despues senti algo, un grito quiza. Habia alguien ahi, frente a mi. Pude sentir su presencia y su aroma. Era un aroma dulce que se me hizo familiar por alguna razon. Olia delicioso. Aquello era pureza, dulzura, feminidad. A pesar de lo cansado que estaba, abri los ojos y la mire. Oh... era ella. La mujer que vi anoche en el castillo mientras esperaba a mi rival. Anoche estaba oscuro, pero aun asi percibi sus hermosos ojos. En ese momento senti deseos de ir hasta ella, pero el deber de proteger mi raza fue mas fuerte. Ahora al fin la tenia al frente. Una muchacha, al parecer una sierva de mi castillo. La mire sin parpadear. Su aroma de mujer me fascino. Oculta tras ese traje de criada habia una muchacha exquisita que encendio mis sentidos. Estaba herido, era cierto, pero me sentia duro. Ella tambien me miraba impactada. Sonrei. A pesar del dolor que sentia, verla era un placer. Al fin, aunque timida, la muchacha se acerco a mi. --Dios mio… ?Se encuentra bien? ?Necesita ayuda? --Estoy herido --conteste al fin. Ella asintio y se agacho a mi lado. Vio mi herida y abrio los ojos como platos. --?Puedo? --me pregunto. Queria ayudarme, asi que yo asenti. --Puedes tocarme. --No pretendi sonar atrevido, pero ella lo interpreto asi y enrojecio. Despues de unos segundos, la muchacha aparto la tela de la camisa que use para cubrir la herida. Rasgo un pedazo de su pulcro mandil blanco y lo puso ahi. Sentia sus manos temblorosas, la estaba poniendo nerviosa. --Tengo que limpiar la herida. --Y yo necesito recuperarme. Tengo que entrar al castillo. --?Que? No... es que no puedo hacer eso. Trabajo aqui, pero no puedo meter gente. Lady Siena me echaria a patadas. --Ella no tiene que enterarse, ?verdad? --Le guine un ojo. No quise contarle en ese momento que yo era el conde del castillo. Su nuevo senor. Se enteraria luego; la prioridad era curarme y descansar. --No lo se, yo no lo conozco. ?Y si es un ladron? --Me conoceras bien luego, te aseguro que jamas le haria dano a una mujer. Mucho menos a una tan bella. --Enrojecio otra vez y me percate de que asi se veia mas hermosa. Su arrebatadora inocencia me maravillo. --Lo ayudare, pero en cuanto se recupere tiene que irse del castillo. No puedo arriesgarme a perder mi empleo. --No lo haras, te lo aseguro. Conozco a lady Siena, soy un pariente muy cercano. --Ella abrio la boca, sorprendida. Esperaba haberla convencido. --Bien, venga conmigo. Trate de no hacer ruido. --Por cierto, preciosa, ?cual es tu nombre? --Aurora. --Aurora... --repeti, y ella sonrio. Que delicia de nombre. Me ayudo a ponerme de pie. Hice un esfuerzo por sostenerme y di gracias por sentirme ya mejor. Ese pequeno descanso me habia servido de mucho. La rodee con un brazo, ella me sostuvo mientras me conducia al interior del castillo. Miraba todo con discrecion y curiosidad, las cosas no habian cambiado mucho desde la ultima vez que estuve aqui. Aurora me llevo hasta la zona donde solia dormir la servidumbre. Abrio la puerta y entre a la que debia ser su habitacion. Al pasar, otra muchacha nos vio. Estuvo a punto de gritar de sorpresa, pero logro contenerse. --Aurora, ?quien es este hombre? --Ayudame y luego te cuento --contesto ella. La otra muchacha parecia confundida, pero al verme herido simplemente decidio apoyar a su companera. Me acomodaron en la que distingui como la cama de Aurora, gracias a que todo estaba impregnado de su delicioso olor. --Gracias --murmure yo. La chica asintio despacio y Aurora tiro de ella para llevarla a un lado. --Ahora mismo vuelvo --me dijo Aurora, y arrastro a la otra chica fuera de la habitacion. --?De donde has sacado a ese hombre? --le pregunto la otra criada. Hablaba en voz baja, suponiendo que no las escucharia. Claro, si yo fuera un hombre comun y corriente eso seria posible. Pero yo no soy humano. Puedo escuchar mas de lo que se imaginan. --Lo encontre herido fuera, necesita ayuda. Dice que es amigo de lady Siena, asi que... --?Y tu te lo has creido? Seras estupida. Van a echarte de aqui por dar cobijo a extranos. --Eso no pasara. Lady Siena aun tardara en llegar, asi que solo tienes que guardarme el secreto. ?Cuento contigo, Alexa? Por favor... Despues de unos segundos de duda, la chica contesto: --Solo por esta vez, nadie puede darse cuenta o nos echaran a las dos. --Gracias. Necesito agua tibia, tambien algo para curar esa herida. ?Puedes ayudarme con eso? --Esta bien. Tu quedate con el, enseguida vuelvo. --No tardes --le pidio Aurora a su amiga. Luego escuche los pasos de esa Alexa alejandose de la habitacion. Sonrei ante la idea de quedarme a solas con Aurora en su cama. Vaya, vaya. Apenas la conocia y ya estaba en una situacion comprometedora con una criada. Aurora volvio a la habitacion, cerro la puerta con cerrojo y avanzo hasta quedar a mi lado. La herida seguia cicatrizando, pero tenia la piel cubierta de sangre seca. Cuando ella la limpiara, se daria cuenta de que la herida que tenia ya no existia. ?Que iba a decirle? No me quedaba mas remedio que improvisar. --Eh... Bueno..., Alexa guardara el secreto --dijo algo nerviosa--. Voy a limpiarle la herida, pero le advierto que si necesita otro tratamiento no podre hacerlo. No se nada de medicina. --No creo que sea necesario --conteste sin dejar de mirarla. --Tengo que... --?Quitarme la camisa? --Ella asintio, enrojeciendo otra vez--. Hazlo, no pasa nada. No voy a comerte. --Sonrei. Deberia calificar eso como mentira piadosa. Queria comermela, pero en un sentido delicioso. Con sus finas y temblorosas manos, Aurora se acerco para quitarme la camisa. Pronto quede desnudo de la cintura para arriba. Mi sonrisa se amplio cuando me di cuenta de que le estaba ofreciendo un espectaculo que estaba disfrutando. Cuando llamaron a la puerta, Aurora fue a abrir rapidamente y dejo pasar a una apresurada Alexa. Ella tambien me miro y enrojecio. ?Que podia hacer? Normalmente causaba este efecto en las mujeres, no podia evitarlo. --Aqui tienes, ?lo haras tu? --le pregunto Alexa. --Si, yo me encargo. --Aurora puso el recipiente con el agua a un lado de la cama, en una pequena mesa. Cogio un pano limpio, lo humedecio, y empezo a limpiar la sangre seca de mi herida. Para ese momento yo ya no tenia heridas visibles, mi cuerpo las habia regenerado. Aun estaba agotado y necesitaba recuperar las energias, pero ya nada era de gravedad. Tal como imagine, Aurora se sorprendio al no ver ninguna herida. --?Que ha pasado con...? --pregunto confundida. --Magia --le dije, bromeando, aunque hablaba muy en serio. --Que raro... --dijo extranada--. Por cierto, ?como te llamas?

  • Historia de una Escalera de Antonio Buero Vallejo

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    Historia de una escalera es la primera obra de Antonio Buero Vallejo, estrenada en 1949 en plena dictadura franquista. La obra inaugura en la escena espanola una tendencia de teatro realista y social que se mantuvo durante varias decadas de la segunda mitad del siglo XX. Los textos dramaticos desarrollan una historia, en este caso, el fracaso de las ilusiones juveniles y la frustracion amorosa, esta trama se representa en un escenario por unos personajes, Fernando y Carmina, que contemplan, desde el pasado, el presente y el futuro de sus hijos, que tambien se llaman Fernando y Carmina, un futuro que se adivina muy parecido a la vida que han tenido ellos. Toda la obra tiene lugar en un unico escenario: una escalera de un edificio de pisos de clase media-baja. El tiempo es un elemento fundamental en la obra.

  • La sombra de una venganza de Delfina Farias

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    Atras quedaron los enganos, amarguras y tristezas del pasado. Manuel, Davy y Sofi viven felices junto a su numerosa familia. Cuando sus negocios se lo permiten, viajan por el mundo perdiendose en paises increibles y disfrutan su gran amor. Una duda atormenta al gallego Manuel Ocampo Falcao todos los dias de su vida, sera aun mas fuerte con la llegada de Lucio el ingeniero, porque sacara a la luz una gran mentira que hara temblar hasta su cordura. Un enemigo se agazapa en las sombras tratando de destruir su felicidad y quebrar la paz familiar. !Los Falcao estan mas vivos que nunca y juntos enfrentaran a un nuevo enemigo! ?Lograran a pesar de todos los problemas encontrar la paz y tranquilidad que consiguieron a traves de los anos? ?Sera el mas temible o el mas siniestro? Mil preguntas y solo una respuesta… Descubre que se oculta en La sombra de una venganza

  • Solo anhelo tu aroma de Priscila Serrano

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    Antes ?Positivo? No podia ser verdad, no podia estar embarazada. Dios, ?por que todo me pasaba a mi? Ya sabia que tantos mareos, nauseas y ganas de comer como una foca no era normal, pero ni por asomo me imaginaba que fuera esto. ?Que iba a hacer ahora? Inmediatamente pense en Hugo. --El es el padre. Hugo es el padre y no esta --musite lavandome las manos. Me moje la nuca, me estaba mareando de solo pensar en lo que se me venia encima. Iba a ser madre, una madre soltera. Suspire a la vez que mi movil comenzaba a sonar, la musica de J Balvin me ponia siempre de buen humor, pero hoy no era ese dia. Mire la pantalla, era Judith. Joder, ?como le decia esto? No podia contarselo a nadie, no por ahora, o nunca, si no lo contaba no se enteraban. <>, mi mente divagaba sola. Sali del bano, tenia que prepararme para ir a trabajar. El dia no empezaba de la mejor manera, pero tampoco podia quedarme en casa a darle vueltas a la cabeza, eso no serviria de nada. Ahora solo tenia que pensar en como salir de esta. En el trabajo estaba completamente ausente, mi companero me pregunto en mas de una ocasion si me sucedia algo, no tenia buena cara y no me sentia bien. Las nauseas persistian, los olores de la cocina no eran una buena combinacion conmigo. Sali buscando algo de aire fresco, necesitaba respirar. Me sente en una de las sillas que teniamos los empleados en la parte trasera, por donde entrabamos a diario para la jornada laboral, a la vez que escuchaba mi nombre; alguien preguntaba por mi y la verdad no sabia quien era, no estaba muy puesta en el sonido de su voz. --Fernanda, te estoy llamando. ?Para que cono tienes el movil? --La voz de Judith me atraveso el timpano; como chillaba la jodia cuando queria. --No me grites, cono --le pedi--. Tengo el movil en silencio, te recuerdo que cuando estoy trabajando no lo tengo encima y mucho menos estoy pendiente de el. --?Y esta manana? Porque te he llamado antes de que entraras. --Alzo una ceja. --Vale, lo siento. ?Que haces aqui? No te esperaba. Me extrano tenerla en el restaurante, desde que estaba con Hector su burbuja se habia cerrado tanto que no salian de ella ni para dar los buenos dias, estaban todo el dia enganchados. --Estaba preocupada por ti, hace dias que no hablamos y, al no tener respuesta esta manana, no me lo he pensado. ?Estas bien? Estas muy palida --refirio acercandose a mi. Asenti, mintiendole descabelladamente; claro que no estaba bien. ?Como iba a estarlo si tenia dentro a un feto haciendo conmigo lo que le daba la gana? La palabra feto sonaba fatal, pero aun no era capaz de referirme a el... o ella de otro modo y no me creia capaz de hacerlo pronto. Cuando me senti un poco mejor, e ignorandola por completo, me levante de la silla para volver al trabajo. Judith me siguio extranada por no decirle nada mas, yo no era de las que se quedaban calladas, siempre tenia algun improperio para soltarle, pero desde hacia meses no era la misma y, ahora, mucho menos volveria a ser asi, alocada y despreocupada. --Fer, dime que te pasa. --No me pasa nada, Judith. ?Por que deberia pasarme algo? Sabes que no me pasa nada -- repeti varias veces intentando convencerme a mi misma de ello, aunque era completamente imposible. --Esto es mas grave de lo que me creia --menciono agarrandome del brazo--. Vamos, tomate un descanso de cinco minutos y asi hablamos --propuso tirando de mi. --No, Judith..., no puedo. --Suspire--. No porque venga la novia de mi jefe y me diga que haga algo que no deba lo voy a hacer, ?entiendes? --Arrugo la frente confundida--. Lo siento, no queria decir eso, pero entiendeme, no puedo dejar mi puesto para hablar contigo. Si quieres -- pense bien mis palabras--, nos vemos despues en tu casa. Se encogio de hombros y, tras despedirse de mi con un adios bastante seco, se marcho. Sentia mucho hablarle asi, ella no tenia la culpa de mi problema, todo lo contrario, estaba segura de que se pondria feliz, pero ?y yo?, ?me pondria feliz yo? Era tenerlo en mente, haber visto esa prueba, y ponerme de mala hostia. No era el momento para mi, <>, agache la mirada hasta mi vientre y suspire. Obligandome a mi misma a no seguir dandole vueltas al asunto, segui con mi trabajo y hubo tanto que hacer que ni tiempo me dio para acordarme de ello. A la hora de la salida todo volvio a mi mente y la unica persona en la que podia confiar en ese momento era mi amigo del alma, el que seguramente me diria cuatro cosas cuando le contara lo que me estaba pasando. No era que no confiara en Judith, pero estaba segura de que, en cuanto se lo dijera, me preguntaria por el padre averiguando quien era; ya la veia buscando la manera de contactar con el y yo no queria eso. El tenia su vida fuera, no sabia donde, pero estaba lejos de mi y asi debia seguir. Me monte en la moto y sali del aparcamiento para luego incorporarme a la autovia en direccion al apartamento de Jesus, dejando a Judith tirada. Solo esperaba encontrarlo en su casa, ya que estaba liado con la apertura de la sex shop. Jesus no me esperaba y se sorprendio mucho al verme. Con una sonrisa me animo a entrar. --Hola, corazon. ?Que haces aqui, habiamos quedado? --pregunto cerrando la puerta, y negue--. ?Te ha pasado algo? ?Judith esta bien? --Volvi a negar, esta vez con una sonrisa. --Tranquilo, ansias, parece que no vengo nunca a verte --me queje sentandome en el sofa. --No es eso, pero si hace bastante que no lo haces. ?Que tal el trabajo? --Se sento a mi lado --. ?Quieres un cafe? --Un vaso de agua esta bien, si es fria mejor. --A sus ordenes. Se levanto de nuevo para ir a la cocina y regreso enseguida con la botella y un vaso para servirme todo lo que me hiciera falta. Como me conocia, ya sabia el que esta conversacion iba para largo. Volvio a sentarse sin apartar sus ojos de mi, expectante a lo que tuviera que decirle. Jesus era como el hermano que nunca tuve; al igual que Judith, los dos eran demasiado importantes para mi, eran mi familia y por eso siempre podia confiar en ellos, aunque habia veces, como esta especialmente, en las que primero hablaba con el por el simple hecho de no provocarle a Judith un ataque al corazon, era demasiado joven para que le pasase eso por mi culpa. No era que yo fuera un desastre andante, ni mucho menos, siempre habia llevado mi vida con responsabilidad, pero cuando me liaba con algun tio, salia escaldada y este no iba a ser menos. --?Me vas a decir ya lo que te pasa? --interrumpio mis pensamientos, que estaban volviendome loca. --Estoy embarazada --solte sin miramientos, ?para que? Jesus se quedo callado, mirandome de arriba abajo, dejando unos segundos la vista en mi barriga, comprobando que no fuera una broma. No se me notaba demasiado, o eso creia yo, aunque con la ropa que llevaba tampoco era que se pudiera ver mucho. --Estas de cona, ?no? --Negue--. Vamos, Fernanda, no estamos en el dia de los Inocentes. --No soy de bromas, ya lo sabes. Abri mi bolso con la clara intencion de ensenarle la prueba de embarazo, la habia metido ahi para, si no me lo creia, volver a mirarla. A veces fallaba, ?no? La puse en la mesa sin querer observarla otra vez y la cogio. Sus ojos se abrieron tanto que por poco se le salieron de las orbitas. Joder, cualquiera que se enterase de una noticia asi se pondria feliz, en cambio, yo no podia, no era el momento... No podia manejar mi vida, mucho menos podria con un bebe. --?Se lo has contado a Judith? --Agache la cabeza a modo de respuesta--. ?Por que? Es tu mejor amiga y seguro que se pondra feliz. Ya sabes lo importante que es para ella tener un bebe, aunque no sea de ella. --Lo se, pero, si se lo digo, va a saber quien es el padre y no quiero que le digan nada. Hugo se fue y no sere yo quien le joda la vida --declare reprimiendo las ganas que tenia de echarme a llorar y me regane internamente por ser tan tonta, yo no era una mujer sensible. Jodidas hormonas. De pronto me dieron ganas de vomitar y sali corriendo hasta el bano para echar hasta la primera papilla que me dio mi madre. Jesus agarro mi pelo, ni siquiera sabia que habia venido tras de mi. --Si, no hay duda, estas prenada hasta la boca. --Su ocurrencia me hizo reir. --?Acaso lo dudabas? Yo si, pero cada vez me aclaro mas --dije levantandome. Me lave las manos y la boca ademas de echarme agua en la cara, cada vez que vomitaba me moria. Fuimos al salon para sentarnos y Jesus, al verme tan mal, cogio mis manos con carino. Ahora lo que necesitaba eran mimos, carino y, sobre todo, apoyo. --?Sabes lo que vas a hacer? --No, no lo se y eso es lo que peor llevo. ?Como me voy a hacer cargo de un hijo...? --O hija --me interrumpio. --O hija, tu ya me entiendes. ?Como lo voy a hacer, Jesus? No es que sea una irresponsable, pero mi vida se basa en trabajar, volver a casa, salir a emborracharme y volver a trabajar. ?Donde entra un bebe ahi? Y lo peor, sin padre. --Tendra padre, Fernanda... Yo sere su padre, si me dejas. --Me quede en silencio mirandolo perpleja--. Puedes decir que es mio, asi Hugo no tiene por que enterarse. Me levante abrumada, era demasiado para un mismo dia. Comence a dar vueltas de un lado al otro pensando en su oferta, en los pros y contras, y todo me parecia una locura. --?Como voy a decir que eres el padre si eres gay, Jesus? Eso no hay quien se lo crea -- hable de pronto. --Cierto, soy gay, pero tu y yo tenemos muy buena relacion y nos hemos emborrachado juntos mas veces de las que recuerdo. Podemos decir que es fruto de una noche loca que ninguno recuerda por el alcohol. ?Que puede salir mal? Nadie tiene por que enterarse y asi tu puedes criar a ese pequeno sin miedo a que Hugo irrumpa en tu vida, ademas de que tendras mi ayuda, carino. Se acerco a mi y me abrazo y fue el momento en el que me derrumbe y solte todo lo que estaba reteniendo desde que Hugo se marcho. Me di cuenta de lo que sentia por el cuando decidio irse sin despedirse, sin decirme nada y solo hicieron falta unos dias con el para demostrarme quien era y como podria ser si estuviesemos juntos. Sin embargo, parecia que el no sentia lo mismo, de ser asi, no se habria ido. --Esta bien --musite tras sopesarlo unos minutos--. Diremos eso, tu eres el padre de mi hijo.

  • El placer del pirata (Al tiempo del pirata 2) de Mariah Stone

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    C N . M encuentro en una suerte de trance observando sus ojos onix detras de sus parpados bajos. Una barba incipiente le cubre el menton definido, y una cicatriz le atraviesa la mejilla. Lleva el largo cabello oscuro amarrado detras de las orejas en una media cola, mientras el resto le cae por debajo de los hombros. Sus rasgos son duros y elegantes. Peligrosos. ?Como es posible que una pintura enmarcada me genere este sentimiento? A lo mejor este es el tipo de estupor que le provoca una serpiente a un raton antes de lanzarse sobre el y tragarselo vivo. Siento un codazo en las costillas que me sobresalta. Miro de reojo a Samantha, mi mejor amiga, que esta de pie a mi lado en el Museo Ciudad de Piratas. Observa el retrato de James Principe Barrow, colgado al lado del de Cole. Entre las pinturas, hay dos colgantes de jade antiguos, expuestos contra la pared. --!Que atractivo! --Fija la mirada en James--. Y, aun asi, no logro encontrar una cita para ir al baile. Observo el cabello dorado, los ojos violetas, el menton cuadrado y la nariz en alto de James. Es todo lo contrario a Cole. A decir verdad, James es el tipo de hombre por el que me suelo sentir atraida, el tipico Principe Encantador. Asi era Hank, mi ex prometido. --Pero, ?quien no querria ir al baile con el, Samantha? -- pregunto y siento que se me forma un nudo en la garganta--. Ningun hombre deberia verse asi de guapo. El pensar en Hank me distrae y me provoca un dolor en la piel similar al de una ducha helada luego de un bano de inmersion calido. El era todo lo que yo siempre habia querido. La mente me da vueltas, los ojos me pican, pero no hay lagrimas, gracias a las tres pinas coladas que Samantha me hizo beber en el desayuno. Samantha pone los ojos en blanco. --Pues, yo no iria. --Senala el retrato de Cole--. El otro sujeto es mi tipo. Sigo mirando a James. Es mas seguro. Me temo que, si vuelvo a mirar al Senor Peligro, se saldra del retrato, me arrojara sobre un hombro y me llevara lejos para hacer cosas obscenas y perniciosas conmigo. Placeres prohibidos y salvajes. El tipo de cosas que las chicas decorosas como yo no deberian anhelar. --Se me ocurrio que podriamos animar un poco nuestra vida sexual --recuerdo que dijo Hank. --?Estas aburrido de mi? --le pregunte mortificada, mientras el sudor me resbalaba de la piel como hielo derretido. El bajo la mirada. --Pues, si, nena. Tienes muchas reglas. Que las luces apagadas, que ni hablar de sexo oral, que ni… Dejo de hablar, suspiro y me miro. Mis brazos y mis piernas se sentian como algodon humedo. --?Y si vamos a uno de esos intercambios de pareja para que puedas sentir otros placeres? --me sugirio. --?Quieres acostarte con otra mujer? ?Tan aburrido estas de mi? El recuerdo me da vueltas en la mente y me genera dolor de cabeza. Niego con la cabeza y me obligo a mirar a Cole con la esperanza de que logre distraerme. Cole es diferente a Hank. Mientras que Hank es el encanto personificado, es evidente que Cole es un predador que usa a las mujeres para su propio placer, como si fuera su dueno. Es probable que las deslumbre, como a mi, y despues las subyugue a su poder. Al final, las termina descartando. Decido que el tiene miedo de amar. Miedo de resultar herido. Si los hombres como el se abrieran al amor, no sentirian la necesidad de acostarse con otras mujeres. El me hace acordar a alguien que conozco: a Samantha. --Ah, si, Cole el Negro parece ser mas tu tipo, Samantha -- coincido--. Al igual que tu, necesita alguien que ame su alma perdida. Ella suelta un resoplido, pero yo sonrio y niego con la cabeza. Ella se merece la felicidad absoluta al lado del hombre indicado. Creo que la terminara encontrando. Creo que, a pesar de lo de Hank, yo tambien la encontrare. Por mas que este pasando lo que deberia haber sido nuestro quinto aniversario con Samantha. Y que tenga el corazon hecho anicos. Como soy una persona leal, estaba dispuesta a trabajar en nuestra relacion. Y el… el solo queria acostarse con otras mujeres. --No puedo hacer eso --le conteste. --Entonces, se acabo --determino. Y aqui estoy. Siento nauseas en el estomago y volteo el rostro hacia la brisa que se cuela por la ventana abierta y acarrea el aroma a mango, pera y piedras calientes. A lo lejos, se ve el destellante tono azul oscuro del oceano Atlantico bajo el sol. El guia turistico personal que contrato Samantha arquea las cejas. Adonis es un isleno que lleva puesta una camiseta blanca, una panoleta de un rojo intenso en la cabeza, un colgante de cuentas de colores, y tiene consigo una serpiente viva. --No tengas miedo --me dice Adonis. --No tengo miedo --le aseguro y me acerco para ver a la serpiente que se retuerce y saca la lengua en el aire. --?Estas loca? Alejate de ese bicho --me ordena Samantha. Sonrio, entretenida por haberla sorprendido. Ella cree que me conoce, pero hay cosas que nunca le he contado. Como mi fantasia de que Hank me tomara y me dominara porque no hubiera podido seguir respirando si no lo hacia. La realidad era que siempre me hacia hacer casi todo el trabajo y, en muy pocas ocasiones, me hizo acabar. --?Hablas en serio, Sam? --pregunto mientras observo a la serpiente--. Nunca he albergado a ninguna serpiente en mi hotel. Adonis me mira lleno de curiosidad. --?Tienes un hotel? --Un hotel de mascotas en Nueva Jersey. --Le sonrio a la serpiente--. Me encantan los animales. Tengo tres perros y dos gatos, todos adoptados. Los deje con mis padres, pero los echo mucho de menos. Samantha suspira. --Que buena manera de darle uso a tu titulo de la Universidad de Nueva York: abrir un pequeno negocio en una zona aun mas pequena y no poder contratar a mas de dos empleados. Podrias tener algun trabajo en los medios, como yo, y vivir en Manhattan. Podriamos comprar apartamentos en el mismo edificio y vivir una al lado de la otra. --Oh, detente, Sam. Me encantan mis clientes peludos, y el negocio va de maravillas. Ella pone los ojos en blanco, y Adonis retoma la historia de James. Cole y James eran amigos: los dos eran piratas y los dos capitaneaban sus propios navios. Habian asaltado un barco espanol y conseguido un gran tesoro, pero James se vio en apuros y tuvo que luchar por su vida. Cole termino quedandose con todo el tesoro, pues habian acordado que, si algo salia mal, el que tuviera el tesoro lo dividiria con el otro cuando las aguas se hubieran calmado. --Cole mantuvo su palabra y escondio la parte del tesoro que le correspondia a James --nos cuenta Adonis con una sonrisa taimada. --?Ves? --exclamo--. Te dije que Cole era un alma perdida. Se podria haber quedado con todo el tesoro, pero no lo hizo. Solo se necesita un poco de amor para abrir el corazon. Samantha niega con la cabeza. --Me asombra que sigas siendo una romantica incurable tras tu ruptura.

  • Mi Pais Inventado de Isabel Allende

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    Libro de memorias, en el cual la verdad es definitivamente mas extrana que la ficcion. Explorando los acontecimientos de su vida y los del pais en el que vivio hasta el asesinato de su primo, el presidente Salvador Allende, durante el golpe militar de Pinochet, Allende nos lleva en un recorrido muy personal a traves de su tierra natal, a la que le da vida. Aqui es donde su abuelo vio al diablo en un autobus, reconociendolo por sus <>, y a su tia abuela le brotaron alas. Es un lugar de amuletos de amor, fantasmas y continuas peleas de familia. Los retratos de su familia y amigos se disputan con vividas descripciones de las costumbres y creencias del lugar, y a pesar de todo, la figura indomable de la joven Isabel camina con decision. Rebelde y apasionada, una feminista mucho antes de saber lo que era el feminismo, su amor por (y a veces desesperacion con) Chile es infundido en todo el texto. Sus experiencias se transforman en una lectura inolvidable, a menudo delirante, que ningun admirador de la escritura de Allende se querra perder.

  • El nino escondido de Rhys Bowen

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    Una carta. Una revelacion. Un viaje de descubrimiento.

  • Nosotros contra el mundo de Anders Roslund

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  • Por y para siempre (La Posada de Sunset Harbor 2) de Sophie Love

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    --Buenos dias. Emily se estiro y abrio los ojos. La imagen que le dio la bienvenida era la mas hermosa que hubiese podido imaginar: Daniel, rodeado por las limpias sabanas blancas y con el halo de la luz matutina besandole el cabello revuelto. Inspiro una bocanada de aire profunda y satisfecha, preguntandose como habia podido alinearse su vida de un modo tan perfecto. Parecia que el destino, tras tantos anos de dificultades, por fin habia decidido darle un respiro. --Buenos dias. --Le devolvio la sonrisa con un bostezo. Volvio a acurrucarse bajo las sabanas, sintiendose comoda, abrigada y mas relajada de lo que lo habia estado nunca. La calma silenciosa de las mananas en Sunset Harbor contrastaban drasticamente con el ajetreo de su antigua vida en Nueva York. Podria llegar a acostumbrarse a aquello: al sonido de las olas rompiendo a lo lejos, al olor del oceano, a tener a un hombre atractivo tumbado junto a ella en la cama. Se levanto y fue hacia las puertas cristaleras que daban al balcon, abriendolas para poder sentir la calidez del sol en la piel. El oceano destellaba en la distancia, y los rayos de luz iluminaron el dormitorio principal que tenia a la espalda. A su llegada, hacia seis meses, habia sido un desastre lleno de polvo, pero ahora era una ensenada de tranquilidad de paredes y sabanas blancas, alfombra suave, una preciosa cama con dosel y mesitas de noche antiguas cuidadosamente restauradas. En aquel momento, con el sol dandole en la cara, Emily sintio que por una vez todo era perfecto. --?Estas lista para tu gran dia? --dijo Daniel desde la cama. Emily fruncio el ceno, con la cabeza todavia demasiado embotada por el sueno como para comprenderle. --?Mi gran dia? Daniel sonrio con suficiencia. --Tu primer cliente, ?recuerdas? A los pensamientos de Emily le hicieron falta un segundo para caer en la cuenta, pero enseguida recordo que tenia a su primer cliente, el senor Kapowski, durmiendo en la habitacion al final del pasillo. La casa que se habia pasado seis meses restaurando habia pasado de ser un hogar a un negocio, y aquello significaba que tenia que preparar un desayuno. --?Que hora es? --pregunto. --Las ocho --contesto Daniel. Emily se quedo paralizada. --?Las ocho? --Si. --!No! !Me he quedado dormida! --exclamo, volviendo a entrar a la carrera al dormitorio desde el balcon. Cogio el reloj despertador y lo agito con furia--. !Se suponia que tenias que despertarme a las seis, maldito cacharro! Lo volvio a dejar con un golpe sobre la mesita de noche y despues se apresuro hacia la comoda en busca de algo de ropa, lanzando sueteres y pantalones por todas partes. Nada le parecia lo bastante profesional.; habia tirado a la oficina toda la ropa que habia tenido para la oficina de su antigua vida en Nueva York, y ahora todo lo que tenia era ropa practica. --Tranquila --rio Daniel entre dientes desde la cama--. No pasa nada. --?Como que no pasa nada? --gimoteo Emily, saltando a la pata coja mientras se ponia unos pantalones--. !El desayuno empezaba a las siete! --Y solo hacen falta cinco minutos para escalfar un huevo --anadio Daniel. Emily se quedo paralizada alli donde estaba, medio vestida y con cara de haber visto a un fantasma. --?Crees que querra huevos escalfados? !No tengo ni idea de como escalfar un huevo! En lugar de tranquilizarla, las palabras de Daniel solo sirvieron para hundirla todavia mas en el panico. Arranco un arrugado sueter liliaceo del cajon y se lo paso con la cabeza, consiguiendo que la electricidad estatica le encrespase el cabello al instante. --?Donde esta mi mascara de pestanas? --pregunto, corriendo de un lado al otro--. ?Y podrias dejar de reirte de mi? --anadio, dirigiendo una mirada enfurecida a Daniel--. Esto no es divertido. Tengo a un huesped. !A un huesped que paga! Y no tengo mas que zapatillas de deporte que ponerme. ?Por que tire todos los tacones? Las risitas ahogadas de Daniel se convirtieron en carcajadas. --No me rio de ti --consiguio decir--. Me rio porque soy feliz. Porque estar contigo me hace feliz. Emily hizo una pausa; aquellas palabras tocaron algo en lo profundo de su ser. Lo miro, alli tumbado de manera languida como si fuera un Dios en su cama. Daniel tenia una cara con la que no se podia estar enfadada mucho tiempo. Daniel aparto la vista. Aunque Emily ya estaba acostumbrada a que Daniel se encerrase en si mismo cuando demostraba demasiado lo que sentia, aquello seguia poniendola nerviosa. Los propios sentimientos de Emily eran tan evidentes que era como si fuera trasparente. No le cabia duda de que siempre llevaba el corazon en la mano. Pero a veces Daniel la hacia sentirse perdida. Con el nunca estaba segura, y aquello le recordaba de manera casi dolorosa a sus relaciones anteriores y a la falta de estabilidad que habia sentido en ellas, como si estuviese de pie en la cubierta de un barco que se balancease sobre el mar y nunca fuese a acostumbrarse al balanceo. No queria que aquella historia se repitiese con Daniel, queria que con el fuese distinto. Pero la experiencia le habia ensenado que en la vida es muy raro conseguir lo que se desea. Volvio a girarse hacia la comoda, ahora en silencio, y se puso unos pequenos pendientes de plata. --Tendra que servir --dijo, desviando la mirada del reflejo de Daniel en el espejo para mirarse a si misma, y su expresion paso de ser la de una chica llena de panico a la de una mujer de negocios decidida. Salio con paso firme del dormitorio y se lo encontro todo sumido en el silencio. El pasillo del segundo piso era ahora imponente, con unas preciosas lamparas de pared y una arana en el techo que atrapaba la luz del sol matutino y la reflejaba en todas partes. El suelo de madera se habia pulido hasta la perfeccion, anadiendo un toque rustico pero glamuroso. Emily miro hacia la puerta que habia al final de dicho pasillo, la puerta de la habitacion que previamente habia pertenecido a Charlotte y a ella. Restaurar aquella habitacion habia sido lo mas dificil de todo, puesto que para ella habia sido como borrar a su hermana. Pero todas las cosas de Charlotte estaban ordenadas con cuidado en un rincon especial del atico, y Serena, amiga de Emily y artista local, habia creado algunas obras de arte asombrosas con la ropa de su hermana. Aun asi, seguia sintiendo un cosquilleo en el estomago al saber que habia un desconocido durmiendo al otro lado de aquella puerta, un desconocido al que ahora tenia que servirle el desayuno. En sus fantasias de convertir la casa en un hostal nunca habia llegado a imaginar como seria realmente, que aspecto tendria ni como se sentiria al respecto. De repente le parecia que no estaba preparada en lo mas minimo, como si fuera una nina jugando a ser adulta. Recorrio el pasillo hacia las escaleras asegurandose de hacer el minimo ruido posible. La nueva alfombra color crema era esponjosa bajo sus pies, y no pudo evitar mirarla con adoracion. La transformacion de la casa habia sido una autentica maravilla que contemplar. Todavia quedaba trabajo por hacer: el tercer piso en concreto era un completo desastre, con habitaciones en las que todavia ni habia entrado, y aquello sin mencionar los demas edificios de la propiedad que contenian una piscina abandonada y todo un ejercito de cajas que organizar. Pero lo que habia conseguido hasta el momento con una pequena ayuda de la amable gente de Sunset Harbor todavia le sorprendia. La casa le parecia ahora una amiga, una que todavia tenia secretos que compartir. De hecho, habia una llave en concreto que estaba demostrando ser todo un misterio; no importaba lo que intentase Emily, no conseguia encontrar que era lo que abria. Lo habia comprobado todo, desde los cajones de los escritorios hasta las puertas de los armarios, pero todavia no lo habia encontrado. Bajo la larga escalera que ahora contaba con unas barandillas pulidas y relucientes, la esponjosa alfombra de aspecto resplandeciente y los afianzadores de cobre que destacaban los colores a la perfeccion. Pero mientras bajaba admirandolo todo, se percato de que habia una mancha en la alfombra: una huella de barro desdibujada. Era claramente la huella de la bota de un hombre. Se detuvo en el ultimo escalon. <>, penso. Pero entonces noto que la huella se alejaba de ella, dirigiendose hacia la puerta principal, lo que significaba que la persona habia bajado las escaleras. Y si Daniel seguia en la cama, entonces aquella huella solo podia pertenecer a su huesped, el senor Kapowski. Emily se apresuro hacia la puerta y la abrio a toda prisa. El senor Kapowski habia llegado con su coche el dia anterior por el camino de entrada recien pavimentado y habia aparcado justo alli. El coche ya no estaba. Emily no se lo podia creer. Se habia ido. CAPITULO DOS Llena de panico, volvio a entrar corriendo en la casa. --!Daniel! --grito desde el pie de las escaleras--. !El senor Kapowski se ha ido! !Se ha ido porque no me he levantado a tiempo de prepararle el desayuno! Daniel aparecio en lo alto de las escaleras cubierto unicamente con unos pantalones de pijama, dejando al descubierto los hombros anchos y el pecho musculoso. Su cabello estaba enmaranado, lo que le daba el aspecto de un estudiante que se hubiese levantado con prisas. --Seguramente tan solo haya ido a Joe's --repuso, bajando las escaleras hacia Emily al trote--. Mencionaste lo buenos que son sus gofres, ?recuerdas? --!Pero se supone que yo le tengo que preparar el desayuno! --exclamo Emily--. El hostal es un B&B, de bed and breakfast, alojamiento y desayuno, no un B de bed a secas! Daniel llego al pie de los escalones y la tomo entre sus brazos, abrazandola suavemente por la cintura. --Quizas no se haya dado cuenta de lo que significa la segunda B. Quizas creia que significaba <>. O banana --bromeo. Le dio un beso en el cuello, pero Emily lo aparto agitando la mano y se escabullo de su abrazo. --!Daniel, deja de hacer el tonto! --espeto--. Esto es serio. Es mi primer huesped y no me he despertado a tiempo de hacerle el desayuno. Daniel sacudio la cabeza y puso los ojos en blanco con afecto. --No es para tanto. Habra bajado a desayunar junto al oceano en lugar de eso. Esta de vacaciones, ?te acuerdas? --Pero desde mi porche se ve el oceano --tartamudeo Emily con una voz que empezaba a fallarle. Se dejo caer sentada en el ultimo escalon sintiendose pequena, como una nina que hubieran castigado a sentarse alli, y dejo caer la cabeza entre las manos--. Soy una anfitriona horrible. Daniel le froto los hombros. --Eso no es verdad. Simplemente todavia no le has cogido el ritmo. Todo es nuevo y extrano, pero lo estas haciendo bien. ?Vale? Dijo aquella ultima palabra con firmeza, casi con paternalismo, y Emily no pudo evitar sentirse reconfortada. Alzo la mirada hacia el. --?Quieres que te escalfe a ti un huevo al menos? --pregunto. --Eso seria un detalle --dijo Daniel con una sonrisa. Tomo el rostro de Emily entre las manos y le dio un beso en los labios. Fueron juntos a la cocina y el sonido de la puerta abriendose desperto a Mogsy y a su cachorro, Lluvia, de su duermevela en el lavadero que habia justo al otro lado de la puerta tipo granero. Emily sabia que mantener a los perros fuera de la cocina y de cualquier otra parte de la casa que necesitase para el negocio del hostal era un deber absoluto si no queria que le cerrasen el negocio al instante por higiene y salubridad, pero se sentia mal por confinar a los perros a un espacio tan pequeno de la casa. Se recordo a si misma que era una situacion temporal; ya habia conseguido que cuatro de los cinco cachorros de Mogsy fuesen adoptados por amigos del pueblo, pero Lluvia, el mas pequeno de la camada, era mas dificil de colocar, y nadie parecia ni remotamente interesado en aceptar a la madre. A fin de cuentas era, siendo amables, una perra callejera bastante fea. Tras llevar a los perros fuera y darles de comer, Emily volvio a la cocina. Mientras tanto Daniel habia logrado salir un momento al jardin para recoger los huevos que habian puesto aquella manana las gallinas Lola y Lolly, y habia preparado una jarra de cafe. Emily acepto una taza agradecida y aspiro el aroma antes de acercarse a los fogones Arga, otra de las reliquias de su padre que habia restaurado, y se puso a practicar el arte de escalfar huevos. De entre todas las habitaciones de la casa, la cocina era su preferida. Aquel pobre espacio habia sido victima del tiempo y el abandono a su llegada, y despues los habia asaltado una tormenta que habia provocado mas danos, y despues la tostadora se habia fundido y habia provocado un incendio. El dano por el humo habia sido mas destructor que el fuego en si: las llamas tan solo habian alcanzado un estante y consumido algunos libros de cocina, pero el humo habia conseguido filtrarse por todos los huecos y resquicios, dejando tras de si manchas negras y el olor de plastico quemado en todo lo que habia tocado. En tan solo seis meses, a aquella habitacion le habia pasado todo lo malo que podia pasarle. Pero tras algunas noches de trabajo duro, por fin habia sido restaurada por tercera vez y tenia un aspecto encantador con su frigorifico retro y su original palangana blanca victoriana Belfast, ademas de sus encimeras de marmol negro. --Resulta --dijo Emily, sirviendo su quinto intento de huevo escalfado en el plato de Daniel--, que no soy una cocinera tan mala despues de todo. --?Ves? --dijo Daniel, cortando la clara del huevo y dejando que la yema dorada cayese sobre la tostada--. Ya te lo habia dicho. Tienes que escucharme mas a menudo. Emily sonrio, disfrutando del humor amable de Daniel. Ben, su ex, nunca la habia hecho reir como lo hacia Daniel, y tampoco habia podido reconfortarla nunca en sus momentos de panico. Con Daniel era como si nada fuera nunca demasiado complicado para hacerle frente. No importaba si se trataba de una tormenta o un incendio, Daniel siempre le hacia sentir que todo iba bien, que podia arreglarse. Su estabilidad era uno de sus rasgos mas atractivos; podia calmarla y tranquilizarla del mismo modo en que la tranquilizaba el oceano. Pero aun asi Emily nunca estaba segura de que opinaba Daniel, de si sentia lo mismo que ella. Tenia la impresion de que su relacion era como la marea, y al igual que esta, no podian controlarla por mucho que lo intentasen.

  • Una familia para Elena de Galder Izarzugaza

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    Elena es una joven colombiana de 24 anos, estudiante de enfermeria, con un pasado un tanto convulso y ciertas carencias emocionales. A la vez que intenta sacar adelante la carrera universitaria trabaja en dos sitios para intentar ayudar en la economia familiar: por las tardes trabaja en una tienda de ropa y por las noches da un giro a su vida trabajando de modelo webcam.

  • Promesas de arena de Laura Garzon

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    Solo el amor y la tolerancia pueden trazar rutas entre la violencia, la desolacion y el odio.
    Lucia acaba de terminar su carrera y viaja a Palestina como cooperante de una ONG. Esta llena de ilusiones, de buenos propositos, pero lo que encuentran en los Campos de refugiados rompe todas sus ideas preconcebidas. Las carencias rozan el limite de la supervivencia y nadie les espera, ni espera nada de ellos. En los campos de refugiados no solo hay intereses altruistas, las facciones politico-religiosas mantienen una lucha de poder constante entre si y contra su enemigo Israel y por extension Occidente.
    Lucia se encontrara con los dos polos humanos que imperan en los Campos: quienes lo dan todo, como Fathia y Hamid; y con el Halcon, un palestino de padre ingles, educado en diferentes paises, y con un magnetismo y atractivo que subyuga perdidamente a la joven cooperante. Descubrir quien es este hombre en realidad le va a costar muy caro a Lucia. Su pasion le alcanzara la gloria y la arrastrara al abismo.

  • Lo que siento por ti de Emilia Hover

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    Dicen que un mecanico con un mal pasado no puede ser un buen padre.

  • Navidad con el principe de Ella Valentine

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    Su Alteza Real la reina Eda ha dado a luz esta madrugada a sus mellizos, mediante parto natural, una semana antes de lo previsto. Sobre las cuatro de la tarde, antes de la tradicional cena de Navidad en el Palacio Real, la reina rompio aguas, iniciandose asi el protocolo previamente acordado con los servicios medicos. El parto duro 13 horas y fue asistido desde palacio. El primero en nacer fue Frederick VI, quien paso a ocupar el primer lugar en la linea de sucesion al Trono; la princesa Angela nacio pocos minutos despues, ocupando el segundo lugar. El rey Frederick V comparecio ante la prensa alrededor de las seis de la manana visiblemente nervioso y emocionado para ofrecer los primeros detalles del nacimiento. El principe Frederick VI peso 3,150 kilos y midio 49 centimetros. La princesa Angela peso 2,800 y midio 47 centimetros. Tanto los mellizos como la reina gozan de buen estado de salud. "La reina Eda y yo estamos felices, radiantes. Frederick y Angela son el milagro navideno mas bonito que le puede ocurrir a nadie". Frederick V explico que estuvo con su esposa en todo momento y que el mismo corto los cordones umbilicales de los pequenos siguiendo las indicaciones del doctor. Su majestad senalo que su hijo varon lleva su mismo nombre para seguir con la ancestral costumbre. "Me gusta pensar que un nuevo Frederick reinara Snowberg con la misma honestidad y generosidad que sus antecesores". Respecto a Angela, conto que se barajaron varios nombres. "Pero nos decidimos por Angela por el valor sentimental que tiene este nombre para la reina Eda, en honor a su amiga mas querida a la que perdio de forma inesperada hace unos meses". Frederick VI y Angela llegan despues de una decada de busqueda por parte de los reyes. En una entrevista concedida para anunciar el embarazo, la reina relato el infierno sufrido durante aquellos anos en los que llego a pensar que era infertil y que nunca seria bendecida con la dicha de la maternidad. Eda no tuvo un embarazo facil. Segun fuentes allegadas a la reina, nunca cesaron las nauseas ni los problemas estomacales, por lo que tuvo que pasar largas temporadas en reposo sin poder acompanar a su marido en sus obligaciones reales. El nacimiento de los principes se produjo durante una de las nevadas mas intensas de las ultimas decadas. Segun las leyendas locales, nacer durante una tormenta de nieve es simbolo de fortuna y prosperidad, como el rey recordo antes de despedirse de la prensa para regresar junto a su mujer y sus hijos. NOTICIA PUBLICADA EN SNOWBERG NEWS HACE 30 ANOS 1 Frederick 25 de noviembre El principe Frederick VI de Snowberg era conocido por muchos motivos. Era conocido, por ejemplo, por ser un gran comunicador. Frederick siempre sabia lo que tenia que decir para ganarse a su interlocutor. La prensa lo adoraba, las mujeres caian rendidas a sus pies y los hombres lo admiraban. Tambien era conocido por su impactante atractivo. Frederick era un hombre alto, de cuerpo atletico, espaldas anchas, facciones varoniles, cabello cobrizo y ojos tan azules como un cielo invernal. Encabezaba la lista de principes mas atractivos del mundo y su magnetismo carismatico y su porte aristocratico lo habian convertido en uno de los hombres mas deseados de todos los tiempos. Otro motivo por el que Frederick era conocido era por su fama de libertino y vividor. Se decia de el que habia dejado centenares de corazones rotos a su paso, que habia participado en un sinfin de orgias y fiestas y que no tenia intenciones de comprometerse a corto plazo, aunque todo esto no eran mas que rumores imposibles de constatar, pues si algo sabia hacer Frederick era hacerlo todo bajo estricta confidencialidad. Eran muchos los motivos por los que Frederick VI de Snowberg era conocido a lo largo y ancho del mundo, sin embargo, la puntualidad no era uno de esos motivos. --Te lo juro por todos nuestros ancestros, Frederick VI de Snowberg, como tu culo real no aparezca aqui en menos de cinco minutos y me vea obligada a sustituirte contra mi voluntad una vez mas, prometo explicarles a todos los presentes que tu pelicula favorita a tus 30 anos de edad sigue siendo El rey leon. --La voz de Angela sonaba muy enfadada al otro lado del hilo telefonico. Frederick, sentado en la parte trasera de un vehiculo oficial, suspiro pesadamente. Despues de dos trasbordos y mas de 24 horas de vuelo en el que apenas habia podido descansar y en el que habia bebido mas de lo aconsejable, la voz de aguda de su hermana le martilleaba la cabeza. --Estoy de camino. No se a que viene tanta hostilidad, hermanita. Dile a los de protocolo que atrasen el encendido hasta que llegue. Por otro lado, tu amenaza no me preocupa lo mas minimo. El rey leon es una gran produccion cinematografica. Angela bufo y Frederick, a pesar de no poder verla, supo que habia puesto los ojos en blanco. Angela no era para nada una persona hurana y malhumorada, como se mostraba en ese momento, al contrario. Angela de Snowberg era de caracter dulce y reservado, y no solia perder los nervios casi nunca. Excepto cuando Frederick hacia una de las suyas y ella tenia que pagar las consecuencias. Entonces dejaba de ser el ser angelical que era y se convertia en un diablillo ansioso por arrancarle la cabeza. Frederick sabia que llegar tarde al encendido de luces navidenas al que habia prometido asistir era una falta de respeto enorme para el pueblo al que representaba, pero el no tenia culpa alguna de que el vuelo hubiera llegado con horas de retraso. Puede que si que hubiera sido culpa suya posponer su regreso a Snowberg una semana mas por culpa de cierta diplomatica japonesa que lo habia retenido mas tiempo del debido en su paso por Paris, pero las cosas habian salido asi, no las habia programado. --Una hora, Frederick. Ese es el tiempo que llevamos esperando. Esta nevando, hace frio y la gente esta empezando a marcharse. Una punzada de culpabilidad lo atraveso. Pero fue una punzada pequena. La realidad era que en menos de un mes Frederick VI dejaria de ser principe para convertirse en rey, pues su padre, su Alteza Real Frederick V deseaba abdicar, y, entonces, su vida estaria tan cargada de responsabilidades y obligaciones que se habia tomado aquellas ultimas semanas como una especie de despedida de su antiguo yo. Colgo la llamada asegurando a Angela que llegaria a tiempo y fijo la mirada al otro lado de la ventanilla, donde la ciudad de Snowberg, la capital del reino aparecio hermosamente enclavada entre montanas altas y nevadas. El manto de la noche se cernia sobre la ciudad ahora iluminada por las luces de las casas, los comercios, las farolas y los coches. Tras dejar atras la carretera que estaban transitando, accedieron al municipio y se adentraron en sus calles. Frederick se fijo en las guirnaldas de luces navidenas que colgaban por todas partes y que permanecian apagadas a la espera de que el diera su discurso inaugural, lo que marcaria el inicio de la temporada navidena en la ciudad y el reino. Los techos a dos aguas de las casas tipicamente alpinas estaban cubiertos con nieve cuajada, igual que las copas de los arboles y los salientes de los edificios, algo que daba al lugar un aspecto magico que parecia sacado de las tipicas postales navidenas que vendian en los estancos. En aquel instante, nevaba, y pequenos copos de nieve danzaban en el aire perezosamente hasta alcanzar la superficie mas proxima. No tardaron en cruzar el centenario puente de piedra que atravesaba el rio Eis hasta llegar al Casco Antiguo y a la Plaza del Ayuntamiento, frente a la cual el chofer estaciono el vehiculo. En el mismo centro de la plaza adoquinada se alzaba el majestuoso arbol navideno de Snowberg, que sobresalia a pesar de la muchedumbre, y que estaba decorado con bolas plateadas y espumillon azul. Aquel arbol se habia convertido en los ultimos anos en uno de los simbolos navidenos mas importantes del reino. Frederick se coloco el abrigo de pano negro sobre la ropa, salio del coche acompanado por sus dos guardaespaldas y se abrio paso ante la multitud hasta llegar a la tarima que habian dispuesto junto al arbol. Sobre la tarima habia un atril y, tras esta, la bandera ondeante de Snowberg, una bandera de tres franjas horizontales de color blanco y azul. --Por el amor de Dios, Frederick, al menos podrias haberte afeitado. --Angela lo abordo desde su derecha y lo llevo hacia uno de los laterales acordonados por el equipo de seguridad. Alli habian dispuesto un pequeno campamento donde se aglomeraba el grupo de trabajadores del palacio. Angela de Snowberg era una mujer menuda, de facciones delicadas y expresion dulce. Su cabello rubio, herencia materna, estaba arremetido bajo un grueso gorro de lana negro con borla en la parte superior, a conjunto con el abrigo y las botas de pelo. En contraste, una enorme bufanda blanca enrollada sobre su cuello le tapaba parcialmente la cara, lo que hacia que sus ojos azules, que en aquel momento lo miraban desaprobatoriamente, destacaran de forma poderosa. --He venido directo del aeropuerto. No he tenido tiempo para nada. --Ya lo veo. Menudas pintas de "recien salido de un avion" que llevas, querido. Dime que al menos has preparado el discurso. --Angela lo miro con desconfianza. --?Que discurso? --lo provoco el con una sonrisa de medio lado. --!!Frederick!! --Tranquila, hermana, lo tengo todo controlado. --Le guino un ojo. Era mentira. Por supuesto que era mentira: no tenia nada controlado. Pero eso no importo. En cuanto Frederick subio al escenario frente al atril e hizo su discurso, las palabras fluyeron de su boca magicamente, como siempre. Dijo al publico lo que queria oir como el encantador de serpientes que era y, al terminar, una oleada de aplausos y ovaciones lo envolvio engrosando un poquito mas su ya enorme ego. --Y ahora, por favor, demos comienzo a una de las fechas mas magicas del ano. Que la Navidad ilumine las calles de Snowberg y la vida de sus ciudadanos. --Alzo las manos, miro al tecnico encargado de conectar las luces y en pocos segundos las guirnaldas navidenas que colgaban en arboles, farolas, postes y fachadas de la ciudad, se iluminaron, y una version instrumental de Here Comes Santa Claus empezo a sonar por los altavoces. *** Un poco mas tarde, Angela insistio en compartir el vehiculo oficial para regresar a palacio. Tras quince minutos de trayecto, Frederick lamento haber accedido a ello: --Eres un irresponsable, Frederick VI de Snowberg. Te marchaste de viaje sin avisar y regresas mas tarde de lo previsto. Va siendo hora de que madures. --Solo he estado fuera unas semanas. --?Que solo has estado fuera unas semanas? !Vas a convertirte en rey en un mes! ?Crees que este era el mejor momento para marcharse a recorrer el mundo? ?Con todo lo que hay que preparar para el gran dia? Frederick levanto las manos mostrando sus palmas como si Angela estuviera apuntandolo con un arma. --Perdona por querer tomarme un descanso de mis obligaciones reales. --?Crees que a mi no me apetece tomarme un descanso tambien? Me he pasado las ultimas semanas sustituyendote en toda clase de actos y eventos, y eso sin contar los mios propios. Estoy cansada, Frederick, muy cansada. Porque, ademas, yo no tengo tu don de palabra. Cada vez que hago un maldito discurso tengo que aguantar luego las comparaciones odiosas contigo en las que siempre salgo perdiendo. Podia ver en la mirada de Angela que aquello le causaba un gran malestar. Su hermana, al contrario que el, era reservada e introvertida. A ella le gustaban los numeros, las cosas intangibles, no las palabras, por ello se habia doctorado en Fisica. Se le daba bien representar el papel de princesa dulce y adorable que le habian impuesto, pero lo hacia con pesar. --Lo siento, Angela, tienes razon, pero necesitaba airearme un poco antes de la coronacion. En cuanto me convierta en rey, mi vida, tal como la conozco, va a terminar. --Lo dices como si eso fuera algo malo. Frederick se encogio de hombros y se fijo en la silueta del Palacio Real que aparecio recortada a lo alto de la montana que estaban ascendiendo por una serpenteante carretera. El palacio de Snowberg se situaba en una de las montanas que rodeaban la capital, a varios kilometros de distancia. --No es malo, solo... distinto. Y necesitaba prepararme para ello. Angela asintio como si quisiera decirle con aquel gesto que entendia lo que queria decirle. Frederick queria ser rey, habia sido educado y preparado toda su vida para ello, pero ser rey era un trabajo exigente y lo sabia. --Bueno, no te preocupes, aun tienes un mes para hacerte a la idea. --Frederick asintio--. Ademas, manana llega Belle Caruso a Snowberg, seguro que su estancia en palacio te ayuda con eso. --?Que? --Frederick parpadeo, desconcertado--. ?Quien dices que llega manana? --Belle Caruso. --?La influencer estadounidense? Angela asintio despacio y Frederick la miro boquiabierto. Puede que el no tuviera redes sociales, pero sabia perfectamente quien era Belle Caruso, una chica insoportable, pija y tonta que se pasaba media vida subiendo fotos y videos en Internet mostrando todo lo que compraba, las fiestas que se pegaba o los viajes que hacia gracias al dinero de su padre millonario. Su popularidad era tal que habia conseguido pequenos papeles en series y peliculas del momento. --Hace una semana papa tuvo una reunion con el gabinete de comunicacion real y le sugirieron contratar a Belle para acompanarte durante tus ultimas semanas como principe antes de la coronacion. Dijeron que era una buena manera de aumentar tu popularidad. Todo el mundo adora a Belle. --La gente tambien me adora a mi.

  • Lo que busco en tu piel, Lorraine Coco de Lorraine Coco

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    Alanah es una detective privado intrepida, audaz y resuelta, sin filtro entre la cabeza y la boca. Solo hay tres objetivos en su vida: conocer la verdad, impartir justicia y proteger a los suyos, cueste lo que cueste. Y piensa cumplir con los tres al comenzar a investigar un caso de narcotrafico que le ha tocado de manera personal.
    Todo empieza a complicarse cuando un apuesto hombre con los ojos mas azules que los mares del Caribe en los catalogos de viajes, empieza a interponerse en su investigacion.
    Cuando Cameron Heyes descubre las intenciones de la senorita Ackerman, se pone como meta hacer que esta desista, deje de entrometerse en su trabajo y ponerse en peligro. Pero ni su experiencia, ni sus muchas habilidades lo han preparado para enfrentarse e intentar doblegar a la mujer mas peligrosa e irresistible con la que se ha topado hasta el momento.
    ?Cual de los dos conseguira ganar la partida del peligroso juego que han comenzado?

  • Cada minuto cuenta de Kate L. Morgan

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    Completamente desnuda, y de espaldas sobre la cama, sentia los empujes de el sobre ella. El cuerpo musculoso brillaba por el sudor del esfuerzo. Percibia que le costaba respirar, pero Linda se mantenia ausente. No participaba del acto sexual que para ella se habia convertido en una pesada carga. En un intento de hacerla participe, el hombre la beso larga y profundamente, pero ella seguia pensando en irse, tenia que marcharse, y valoro hacer un viaje a Texas. Entonces noto que el se tensaba, se corria dentro de ella, y rodo hacia un lado para apartarse. Linda junto las piernas, pero no se cubrio con la sabana. Seguia callada mirando hacia el techo. --He disfrutado mucho --escucho que decia--. Aunque hoy no hayas estado perfecta. --Te dije que no tenia ganas --respondio con voz baja. Lo escucho suspirar, levantarse para ponerse los calzoncillos. Entonces Linda se giro, y se cubrio con la sabana. --Esta noche he preparado algo especial, confio que si te apetezca y que le pongas ganas. Desde hacia varios meses, Linda no sentia deseo sexual sino un agobio que la asfixiaba. Sentia la necesidad de huir, de marcharse. --No --respondio seca. --?Que has dicho? --el, se quedo plantado frente a ella. --No habra una proxima vez, he decidido marcharme. El hombre clavo la mirada en la figura de ella recostada en la cama, y no supo si hablaba en serio. --Se acabara cuando yo lo decida --sentencio. Ella habia tomado una decision. --Visitare a mi tia --le explico--. Hare un viaje a Texas. El hombre se tomo la informacion como una pausa en la vida sexual de ambos, y no como una ruptura definitiva. --?Te quedaras mucho tiempo? --quiso saber. --El que sea necesario. Ella lo miro, y no sintio nada. Simplemente ya no le provocaba nada. --?Por que pienso que me mientes? Lo de visitar a tu tia es una excusa. ?verdad? --No --contesto firme--. Pero mis sentimientos han cambiado --le explico con gesto cansado. --El sexo no tiene fecha de caducidad --le aclaro el. --Para mi si. --?Tratas de decirme que no ya no deseas esto como antes? Ella no tuvo ni que pensarlo. --Tengo que ser sincera contigo, conmigo, porque ya no siento por ti lo mismo que en el pasado. Ella se lo habia dicho semanas atras, pero el habia hecho caso omiso. Linda Sheridan era una mujer unica, especial, pero muy complicada. Acostada en la cama, y completamente, desnuda parecia que habia perdido el rumbo. --?Necesitas tiempo? --le pregunto--. Creo que estas confundida. El, se habia puesto ya los pantalones y la camisa. --No necesito tiempo --respondio suave. Ahora lo escucho blasfemar. --Sabes que siempre te he deseado. Si, el se lo habia dicho en infinidad de veces durante todos los meses que habian estado juntos, pero ella ya no queria estar con el. Se habia dado cuenta de que necesitaba irse, escapar de su control. --Pero yo he cambiado, y ya no quiero seguir contigo. No fue dura, no fue vengativa al decirlo, simplemente estaba constatando una verdad ineludible. Linda queria romper la relacion con el, y no se iba a ir por las ramas. El hombre tomo el resto de sus pertenencias que estaban sobre la mesilla, y se planto frente a ella. Linda se sento sobre la cama, y lo miro atenta. --Te dare un tiempo para que lo pienses, y luego volveras aqui. No le hacia falta que le diera tiempo porque ella habia tomado una decision. Ya no sentia placer cuando tenian sexo. Y esa falta de placer retroalimentaba su bajo o nulo deseo de corresponderle. Lo que sentia por Larry, estaba muerto. --Cuando regrese a Nueva York --le dijo de pronto--, no te vere mas porque no querre saber nada mas sobre ti --su sinceridad aplastante no le gusto a el en absoluto. --No voy a permitirlo --le advirtio--. Y recuerda que esta noche he preparado algo muy especial e inolvidable. Confio que no te retrases en el trabajo, te tendre preparado un coctel de esos que te gustan tanto. Linda desvio la mirada hacia los cristales de la habitacion esperando que se marchara, y el lo hizo en silencio. CAPITULO 1 Lake Tawakoni, Dallas, Texas Lo que veian sus ojos no se parecia en nada a Nueva York. La geografia de Texas era muy diferente. Con un variado y rico territorio, Texas tenia zonas escasamente pobladas en las que la naturaleza y las actividades agricolas eran dominantes, pero tambien era una metropolis internacional. Texas era la zona de transicion entre las llanuras del Este y las montanas del Oeste. A Linda le sorprendio la vegetacion similar a la de Luisiana, y sobre todo el clima. Con un suspiro largo, admitio que se habia equivocado de ruta. Aparco el jeep a un lado de la estrecha carretera de montana, aunque tuvo la precaucion de encender los intermitentes. Tomo el mapa del asiento del acompanante y lo desplego sobre el volante. Por las indicaciones de la carretera que seguia, debia de estar en algun punto medio entre las poblaciones de Emory y Wills Point. Ella iba en direccion a Grenville, y tenia que coger la carretera comarcal en antes de llegar a Royse City, pero estaba perdida, o eso al menos creia. Miro el reloj de su muneca. El sol estaba bajo, y oscureceria pronto. A Linda no le hacia nada de gracia estar perdida en un lugar desconocido. Busco en el interior de su bolso el movil pues tenia que llamar a su tia para que no se preocupara porque llevaba ya dos horas de retraso, habia salido pronto de Buro, pero habia encontrado mucho trafico por la autovia. Cuando marco el numero se dio cuenta de que no habia senal. Se dijo que todo empeoraba. Salio del coche con el movil en la mano buscando un punto alto donde pudiera tener un minimo de cobertura. Camino unos pasos carretera arriba y llego a una propiedad en ruinas que estaba frente a una arboleda. Curiosamente al movil le llego una senal debil de cobertura, pulso el boton de llamada, y espero a que su tia respondiera. --Hola, soy yo --al otro lado de la linea se escuchaba el tono de una mujer preocupada--. Creo que me he perdido. Linda escucho en silencio las preguntas que su tia Laura le formulaba al telefono. --Si, he dejado la estatal atras. Me he desviado en Emory. Si, pero no he llegado. Estoy en la 276 --continuo escuchando las preguntas de su tia con total atencion. Los primeros dias de octubre seguias siendo templados en Texas, como fuera del coche no hacia falta chaqueta, ni se habia dado cuenta de que no la llevaba puesta. --No, ya te he dicho que no estoy en la carretera estatal --siguio explicando de forma paciente --. He cogido una desviacion con senalizacion a Quinlan, pero ahora estoy en una carretera secundaria muy cerca de un lago. Linda hizo un giro de ciento ochenta grados para observar el entorno. --Tengo poca cobertura al lado de esta casa antigua en ruinas... ?Que te la describa? Tiene un cartel... si, espera. Linda utilizo la manga del fino jersey para limpiar la placa oxidada y llena de telaranas. Habia muchas ramas apiladas en el suelo. --Creo que pone King Mountain o algo asi --Linda se mantuvo en silencio mientras escuchaba a su tia--. ?Ya sabes donde estoy? !Que alegria! ?Que tengo que volver por…? Su tia Laura le estaba dando indicaciones de como volver de nuevo hacia la carretera estatal y seguir en direccion a Grenville. --Vale, si, entiendo. Nuevamente guardo silencio escuchando las indicaciones. --?Que me esperas en el motel del cruce? Si dices que estoy tan cerca creo que no tardare mas de treinta minutos. ?Que tu tardas un poco mas? De acuerdo. Bien, nos vemos.

  • La Mayor Alegria de Judy Christenberry

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    Ella pensaba que alli encontraria trabajo... no esposo.

  • Piel de plata de Javier Calvo Perales

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    Pol es un adolescente que se pasa el dia leyendo novelas. A raiz de una agresion en el colegio, es expulsado y empieza a medicarse. En la sala de espera del psiquiatra conoce a Bronwyn, una chica rebelde, fascinante y mucho mas inteligente que nadie a quien Pol haya conocido nunca. Con ella descubre la obra del poeta Juan Eduardo Cirlot y un mundo mas alla de su comprension. Cuando pierde la pista de Bronwyn, pedira a su hermana Oli que le ayude a encontrarla.

  • Hermanos Landvik. Serie Completa de Laura Sanz

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    Las tres novelas de los hermanos Landvik en un solo volumen. Incluye La historia de Cas, La lucha de Jan y La culpa de Till.
    “Tres hermanos. Tres historias unidas por los acontecimientos, la familia, la pasion y el amor.”

  • La comida me cae bien de Frank Laporte-adamski

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    El Metodo Adamski, una dieta que nos ensena a combinar alimentos para ayudar a que nuestros intestinos funcionen mejor.

  • Piel de topo de Jon Arretxe

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    Arrastrado por la rutina, te dejas caer sobre la misma silla de todos los dias y fijas tu mirada en los monitores alineados en la estancia. Las camaras capturan para ti fragmentos de realidad que empiezas a engullir junto con el cafe de la manana. El menu parece variado, aunque, en el fondo, es mas de lo mismo: gitanos, negros, moros, sudacas, putas, yonquis... Observas sus idas y venidas, su hacinamiento en las calles y plazoletas, sus encuentros a la puerta de locutorios, tiendas, teterias... Hoy, en el barrio, la vida transcurre en un estado de aparente normalidad, de momento todo se mantiene en calma, y piensas que con un poco de suerte no te daran excesivos quebraderos de cabeza. Pasan las horas, la manana se va consumiendo lentamente, sin sobresaltos, y por fin, a mediodia, decides orientar una de las camaras hacia la farmacia Arteta. En cuanto obtienes el encuadre deseado, te fijas en el reloj digital que aparece en un angulo de la escena. Ya falta poco, pero no te impacientes, aun tienes que aguantar unos minutos mas. Para entretenerte, vuelves la vista hacia otra de las pantallas, la que muestra la calle de las Cortes, la de las putas. Ahi estan las muy guarras, pululando alrededor de esos clubs asquerosos, cutres donde los haya, mientras esperan aburridas la visita de algun cliente, algun hombre atraido por el olor de la carne a precio de saldo. Las tarifas han bajado mucho, es cierto; sobre todo desde que llegaron las ultimas nigerianas intentando hacerse un hueco en el mercado. Has oido que ahora se puede echar un polvo por quince euros. Te parece una cantidad ridicula, aunque, a la vista del genero, poco mas se puede pedir. Lo cierto es que el catalogo es un autentico horror: dentro de la oferta nacional, fulanas viejas y yonquis esqueleticas; y, para gustos mas exoticos, ahi estan esas sudacas amorfas o esas mugrientas africanas. Da lo mismo, cualquier opcion hace que se te revuelvan las tripas, ni borracho meterias la polla en uno de esos agujeros. Lo unico que clavarias a esas zorras seria la punta de tu pistola, eso si que lo harias a gusto... Encanonandolas bien, hasta el fondo, y entonces... !Pum! Te estremeces de placer solo con pensarlo. De repente, algo llama tu atencion, algo sucede en las cercanias del Marylin. Unas cuantas prostitutas echan a correr sobresaltadas, al principio no entiendes lo que pasa, pero enseguida captas la escena: un moro las persigue con un palo en la mano. No tardas en ponerle cara, se trata del Boxeador, ese argelino que siempre viste pantalon militar. Por ahi se dice que si no hubiera tropezado con las drogas, hoy seria un gran campeon del ring; pero para ti solo es un idiota. Lo habeis detenido infinidad de veces y no espabila, al contrario, cada vez esta peor. Los efluvios del pegamento y el alcohol le han debido de secar la sesera, ya no le queda ni siquiera un poco de sentido comun para esperar a que oscurezca para cometer sus fechorias. Miralo, ahi va el muy imbecil, corriendo detras de las putas a plena luz del dia. Como en los documentales sobre animales salvajes, el depredador siempre va a por el miembro mas debil de la manada, en este caso una gorda sudamericana que ha quedado rezagada de sus companeras. Tiene las piernas cortas y le pesa demasiado el culo, esta claro que no podra escapar. De hecho no tarda en ser cazada, una zancadilla y la mujer estampa sus narices contra el pavimento. El argelino ya tiene a su presa y, sin darle opcion a levantarse, comienza a descargar golpes contra ella. Luego le arranca el bolso, lo abre, extrae un movil y sigue rebuscando hasta dar con algun billete perdido en el fondo. Su cabreo es notable cuando se dirige a la fulana para reprocharle no llevar mas dinero encima. Al final levanta la vista buscando a las otras putas, pero las que aun no se han refugiado en el interior de algun club ya estan muy lejos y parece que al tipo no le quedan excesivas ganas de seguir corriendo, ?o quizas si? El episodio no termina ahi, ahora el moro va tras dos mujeres negras. Un buen poli avisaria a la patrulla, pero que hostias, tu no eres un buen poli. Te limitas a mirar de nuevo el reloj, esas zorras te importan una mierda y no vas a joder a tus colegas en el ultimo minuto de su turno. Ademas, tienes otras cosas en mente. Ya casi es la hora, cinco minutos para que cierre la farmacia. Mientras te incorporas de la silla, el Boxeador atiza un buen lenazo en la cabeza a una de las negras. Ves la escena en uno de los monitores: el golpe hace que la peluca de la furcia caiga al suelo. Que les den por saco. Coges tu cazadora y abandonas la central de vigilancia desde donde se controla todo lo que ocurre en la Pequena Africa. Antes de pisar la acera ya tienes un pitillo entre los labios, aspiras con fruicion mientras se te llenan de humo los pulmones. Llegas a la calle que da nombre al barrio, San Francisco, y continuas hacia arriba. Como de costumbre, hay un monton de hombres desempleados sin otra cosa que hacer, aparte de matar el tiempo formando corrillos a la puerta de los comercios. Algunos no te reconocen sin el uniforme, otros si, aunque traten de disimularlo haciendose los despistados cuando pasas junto a ellos. Percibes una tensa quietud, no puedes evitar sonreir satisfecho, la vida de toda esta escoria esta bajo tu control gracias a la informacion privilegiada que, minuto a minuto, te proporcionan las camaras. Nada puede complacerte mas que esa sensacion de poder. Adviertes la presencia de un colega de Toure, su companero de piso, el maliense Osman, un desgraciado mas. Se encuentra a la puerta del locutorio de su primo, donde supuestamente trabaja, con un vaso de te en la mano. El tambien te ha visto, sabe que te aproximas, pero esquiva tu mirada y hace como si no oyera cuando le saludas: "Hasta luego, Osman". Te alejas sonriendo cinicamente. Continuas caminando hasta la tienda de los chinos donde sueles proveerte de whisky. Es uno de los comercios que mas frecuentas, siempre envuelto en el halo de omnipotencia que te da tu estatus. Segun el dia que tengas, pagas por la botella o simplemente la coges y te la llevas, sin mas. Seguro que la joven pareja que atiende el negocio se habra sentido aliviada al ver que hoy pasas de largo. Que no se hagan ilusiones, ahora es otro tu destino y no quieres perder el tiempo, pero ya encontraras el momento de volver. Accedes a la farmacia Arteta a falta de dos minutos para el cierre. Te entretienes mirando los productos de las estanterias mientras la farmaceutica pelirroja se despide de la ultima clienta, una vieja pesada. Tan pronto como esta sale a la calle, la chica echa el cierre y, sin decir nada, se dirige a la trastienda. Tu la sigues en silencio. --Hoy estas muy guapa, Cristina --le dices, mientras se va despojando de sus ropas--. ?O prefieres que te llame Sa Kene, como tus amigos africanos? Ella te mira y en sus ojos puedes ver claramente el odio que te profesa. Eso termina de ponerte a tono, sientes como se te pone dura y sin mas preambulos te desabrochas el pantalon. La chica saca un condon que tu rechazas. --Chupamela --le dices tirando la goma al suelo--. Esa era tu especialidad, ?no? Le dedicas una sonrisa burlona, sabes cuanto le jode que le recuerden cual era su oficio antes de entrar a trabajar en la farmacia. Aun asi, ella no dice nada, seguro que esta deseando escupirte a la cara, pero tendra que tragarse la bilis en silencio. La rabia y el asco hacen que se contraiga el gesto de sus labios, los mismos labios que en cuestion de segundos rodearan tu pene con una suave caricia. Tu imaginacion se anticipa a ese momento produciendote un estremecimiento. --Es la ultima vez --dice ella, rompiendo su silencio. --Sabes que no --respondes mientras haces que se arrodille. --Cualquier dia te la arranco de un mordisco. --No te atreveras, ya sabes que pasaria si lo haces. Tras esa conversacion de breve recorrido, la farmaceutica se dispone a pagar un plazo mas de la deuda infinita a la que esta condenada; pero apenas ha empezado cuando se oye una musiquilla proveniente de uno de los bolsillos de tu cazadora. Vaya fastidio, te preguntas quien sera el inoportuno. Tras un instante de duda, sacas el telefono y echas un vistazo a la pantalla. La expresion de tu rostro pasa de la contrariedad al sarcasmo en cuestion de segundos. "!Que casualidad!", piensas al reconocer el numero. Se trata de Toure, el mismo que tantas veces habra ocupado el lugar donde estas tu precisamente ahora. Tienes la tentacion de responder a la llamada del africano para contarle donde te encuentras y que pueda escuchar en directo lo bien que te lo estas pasando con su complaciente amante. Pero al final decides dejarlo y vuelves a guardar el movil, ya hablaras mas tarde con ese pringado. La chica continua de rodillas, dandote placer. Tus dedos se hunden en su cabellera de fuego, hasta que la muy puta aparta tus manos, no quiere que la toques. Aun asi, tu insistes, intentas acariciar su pelo, pero en cuanto siente el mas leve roce, ella vuelve a rechazarte, entrando en un juego que te excita todavia mas. Su actitud rebelde y desafiante te pone a cien, tienes que hacer un ejercicio de autocontrol para no correrte demasiado rapido, deseas prolongar este momento tanto como sea posible, saborear cada segundo ralentizandolo. No todo el mundo tiene a su disposicion semejante hembra; pero tu si, tu tienes barra libre siempre que quieras y para lo que quieras. De todos modos, andate con cuidado porque esta zorra ya ha demostrado en muchas ocasiones lo inteligente que es; nunca te fies de ella. Una vez mas, pones tus manos sobre su cabeza; una vez mas, ella se las quita de encima. La fiesta continua.

  • El numero Infinito de Karol Scandiu

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    HAY VEINTISIETE pasos desde la biblioteca hasta la habitacion de mis padres. Veintisiete pasos. Hace cuatro dias tarde tres minutos en alcanzar el quicio de la puerta antes de caer inconsciente frente a sus cuerpos sin vida. Mi padre todavia sostenia la pistola. Mi madre estaba en una posicion antinatural; su cabeza colgaba flacida por el lateral de la cama de matrimonio, sus ojos fijos y vidriosos en algun punto mas alla del pasillo detras de mi. Todavia me pregunto que si en lugar de tres hubiese tardado dos minutos podria haberme despedido de ellos. Y eso no me consuela. Ni un poco. Me seco las lagrimas en las hombreras de la chaqueta de mi traje negro al oir la puerta abrirse. Pienso en que seria mas facil hacerlo con las manos, pero se --soy muy consciente-- de que estoy esposada. Y no necesito una humillacion mas frente a nadie, menos todavia la de limpiarme la cara con las pulseras oficiales del Estado de California. Alexander Cristol se sienta frente a mi. Su primera palabra es una mezcla de disgusto con algo reseco en la garganta que no podria repetir. Es un buen hombre, se acerca a los sesenta, sus canas y las finas lineas de desaprobacion continua que le rodean los ojos le delatan. --Doce --susurro. El levanta la cabeza y yo le aguanto la mirada. No pienso llorar. --?Tantas? --Si. Tantas --contesto, y el esboza una especie de sonrisa medio ladeada. Si mis labios pudieran llorar, seguro lo harian por mis ojos. --La cosa esta muy complicada, Alice, no te voy a enganar. --Sus ojos se pasean de los mios a su carpeta negra, cerrada frente a el sobre la mesa. --Trece. --Puedes ser muy irritante cuando te lo propones, ?lo sabes, verdad? --Cuando me lo propongo. El sonrie un poco, pero la sonrisa no le llega a los ojos. --Te conozco desde que eras una enana mocosa corriendo por el patio mientras haciamos barbacoa --empieza a hablar. La conversacion me incomoda mas alla de lo que puedo expresar con palabras, y al fin rompo contacto visual, dirigiendo mi ojos hacia mis munecas amoratadas--. Tu padre solia decir que naciste con la tabla del cinco debajo del brazo. Ya entonces te pasabas horas en la pizarra, sumando y restando… --Senor Cristol, por favor… --Lo siento. --El letrado carraspea, se ve que intenta con todas sus fuerzas recomponerse. Intento evocar algun recuerdo que no incluya sangre o dolor. Los hay, a docenas, estoy segura de que si me pongo a contarlos perderia la cuenta. Pero ahora mismo no puedo; lo unico que veo es a mis padres muertos, son una imagen fija en mis retinas cada vez que cierro los ojos. Alexander no solo es el abogado de la familia, sino, que es casi un hermano para mi padre… lo era. El y su esposa Marie iban a casa a cada dos fines de semana a pasar la tarde, a veces en ocasiones se quedaban a dormir en la habitacion de invitados. No tenian hijos, pero solian decir que no les hacia falta, que nos tenian a Tommy y a mi. Oh, Tommy… no, definitivamente hoy no es buen dia para evocar recuerdos de nada en absoluto. --Catorce --resoplo y me dejo caer un poco en la silla. Mi espalda me esta matando, la herida de mi pierna late y quema a la par. Necesito un analgesico con urgencia, y a juzgar por la cara de Alexander no estamos ni cerca de irnos a casa. O de vuelta a la comisaria. --A tu madre le volvias loca con eso de contar. --Vuelve a sonreir un poco, y entonces abre su maletin sacando papeles al azar, aunque si se lo pregunto dira que sabe exactamente lo que hace. Lo unico que intenta es ganar tiempo, le conozco demasiado bien. Y ahora ya van quince. --No le gustaba porque no le apetecia que le prestaran atencion todo el tiempo. Ella preferia leer y pasar desapercibida. Le resultaba mas facil asi perderse en su mundo. No me doy cuenta de lo mucho que hablo hasta que mis palabras se cortan por un sollozo que no reconozco como mio. --Lo se, Alice, lo se… --El abogado esta a mi lado, me rodea con los brazos. El contacto fisico nunca ha sido una de mis cosas favoritas, consta decir que tengo pocas, pero en esta ocasion me dejo. Imagino que es mi padre. Hace cuatro dias que no lo abrazo. Y nunca volvere a hacerlo. --Podria decir que van dieciseis, pero estoy cansada de prolongar esto --hablo mientras me aparto con todo el tacto que puedo--. Asi que dime de una vez: ?cuanto piden? El letrado se aleja de mi, se sienta en la silla al otro lado de la mesa y vuelve a suspirar. Una vez mas que intenta prolongar el momento sin decirme lo que sabe. Van diecisiete. --Dos anos. Podras salir por buen comportamiento en quince meses, puede que doce. El juez quiere sentar un precedente, ya sabes que esta a favor de la lucha de los moralistas en contra de las armas, eso le serviria para poder sentar catedra sobre el tema… El mundo se retuerce a mi alrededor. Todo se vuelve borroso y lejano. Intento pensar en que estoy sentada, que no me caere, pero la silla tiembla, todo lo hace. Las sacudidas empiezan en el centro de mi pecho y se esparce como culebras por mis extremidades. Me falta el aire, se que tengo que hacer, mi propia voz me dice que baje la cabeza y la meta entre las rodillas, que respire despacio, pero no puedo. Nada va despacio, todo corre y se zarandea. --No era un arma --llego a resollar, apenas escucho mi propia voz--. !Ni siquiera era una puta arma! Y acabo de gritar tan alto que dos agentes invaden la habitacion. --Tranquilos, va todo bien --indica el abogado, y los hombres uniformados salen despacio, sin apartar la vista de mi. Estoy sentada con la cabeza agachada, la cara empapada, seguro moqueo, y no pienso dejar que nadie me haga sentir mas humillada todavia: --?Quereis una foto? --Escupo entre dientes. Cuando la puerta se cierra mi abogado tira de la silla y se sienta frente a mi. --Se que no era un arma de fuego, no la que tu usaste al menos; pero sabes que la fiscalia esta empenada en juzgarte por asesinato porque el chaval era menor de edad y tu padre tenia el arma y la disparo… --!Al puto techo mientras moria! --Chillo y no se si logro hacerme entender. Las palabras salen atropelladas, dolidas. --Lo se. Pero disparo, y tras la autopsia se ha confirmado que el menor estaba bajo los efectos de estupefacientes; se estan empenando en que no controlaba sus actos y que se asusto… --Y es el sobrino del puto alcalde. --Levanto la cabeza, la barbilla en alto, y se que si el abogado se aleja de forma instintiva es porque el odio que siento en este instante se puede ver en mis ojos. --Si. Y es el sobrino del alcalde. --Y tiene ocho abogados --sigo hablando, una vez mas, mantengo la vista fija en la suya--. Y entro en mi casa en medio de la noche, disparo a mi padre porque se desperto y a mi madre por estar alli, y luego tuvo tiempo de ir a la biblioteca a por lo que fuera que estuviera buscando, logro dispararme en la pierna, y si no fuera porque agarre el maldito abrecartas y forcejee con el acabando por clavarselo en el estomago, me hubiera matado a mi tambien. Pero todo eso no tiene importancia, ?a que no, letrado? La fiscalia considera que estaba demasiado colocado como para saber lo que hacia. Alexander Cristol parece marearse. Creo que de no estar sentado se habria caido. Sus ojos se anegan, pero traga el nudo y las lagrimas sin permitirse llorar. Se que cuando salga de aqui y llegue a su casa se derrumbara en el regazo de su esposa Marie y llorara a su amigo. Lo se. Y eso me parte el alma de por si destrozada. --Ojala pudieras hablar frente al jurado --murmura negando con la cabeza. --!Lo hare! --Casi grito--. Deja que hable yo. Deja que… --No puedo y lo sabes, Alice. --El hombre se acerca mas y me coge de la mano--. Alice, pelirroja y llena de vida como el fuego de tu melena --bromea, las mismas palabras que mi padre solia decir cuando me pillaba en alguna trastada. Llaman a la puerta y Alexander se levanta, regresando a su sitio en la mesa mientras indica que pueden pasar. Intento aprovechar este momento para recomponerme un poco, cierro los ojos e inspiro profundamente, hasta que un dolor agudo y punzante me cruza el costado derecho. Gimo en voz baja y me llevo las manos esposadas a la zona. Mi higado se siente ignorado y quiere formar parte del momento. --?Estas bien, Alice? ?Alice? Miro al frente y veo que el abogado esta parado en la puerta, presto a salir. A su lado un joven becario sujeta el pomo y me mira con miedo. Me entran ganas de hacer un movimiento brusco mientras pongo cara de loca. Seguro que el chico se mea encima. Pero este pensamiento solo me dura un segundo; mi higado vuelve a recordarme con otra punzada que no es momento de sacar mi lado mas adorable. --El fiscal ha solicitado hablar conmigo, volvere enseguida --indica y se vuelve del todo hacia mi. Su entrecejo se frunce aun mas, creando un surco profundo que casi une sus cejas tupidas--. ?Te encuentras bien? ?Quieres que llame al medico? Podemos… --No necesito medicos ahora mismo… gracias. --Volvere enseguida, ?de acuerdo? Miro como el abogado sale, y justo cuando el muchacho trajeado va a cerrar la puerta le guino un ojo y le digo adios con la mano, sacudiendo las esposas para que hagan ruido. El chico cierra de un portazo. Intento reirme pero el dolor no me deja. Nada me deja hacerlo. Miro el reloj en la pared. La luz del sol se cuela por las brechas de la persiana, convirtiendo el revestimiento de madera que me rodea en una especia de cebra color caoba. Las 11:45. Me estremezco. La vista de hoy esta marcada para las 12:30. El que la oficina del fiscal quiera hablar con mi abogado por segunda vez y cuando queda tan poco tiempo solo puede significar dos cosas: algo muy malo o algo peor. Me recuesto en la silla e intento pensar en mis padres, una vez mas lucho por traer a mi memoria un recuerdo diferente a los que me azotan los ultimos dias, y veo a mi padre sentado en la mecedora del patio mientras me regana entre risas por ponerme perdida de tierra. Me acaricia la coronilla y entona su retahila predilecta: <>. Tengo siete anos y me rio con ganas. Hay barro por todas partes, y mi madre --mas enfadada que el-- me desnuda dentro de la banera; me miro la cara en el espejo y me parece gracioso el contraste de las gotas de barro con mis pecas. Mi madre sonrie, las mismas pequitas oscuras le salpican la nariz y los pomulos aqui y alla, su pelo rojizo esta atado en un mono desenfadado, y sus delicados dedos me hacen cosquillas en los sobacos mientras la banera se llena del todo. Entonces, sumergida en ese recuerdo, el mejor desde hacia una eternidad, el aroma del jabon de miel me invade los sentidos: el olor de mama. Ella siempre usaba el mismo, ella olia a miel y flores, dulce, desprotegida… y la veo tirada en su cama, su cuello torcido, su cara fria luchando con un grito que se quedo estancado en su garganta, y recuerdo a mi hermano, su pelo moreno y brillante como el de mi padre, sus ojos verdes y grandes, su vitalidad, su fuerza, y le veo muerto como ellos, aunque el esta en un ataud, vestido con un traje demasiado fino para su gusto; a sus pies estan mis padres, pero no le lloran como lo hicieran hace cinco anos cuando nos dejaba, ahora estan en pijama, empapados de sangre, y me miran como si fuera mi culpa que todos estuvieran muertos, como si me juzgaran por seguir con vida. Me despierto con un golpe seco contra el cristal. Me quede dormida sin darme cuenta. Una paloma atontada por el choque contra la ventana arrulla y echa a volar. Ojala pudiera hacerlo tambien. Pero se que la libertad esta muy lejos de mi alcance en estos momentos. Vuelvo a mirar el reloj: las 13:16. Joder. Seguro que no sera una mala noticia, sera la peor. Llevo dias sin apenas pegar ojo y se que en cuanto me descuide volvere a quedarme dormida. Me esfuerzo por no hacerlo y me recuesto un poco en la silla, intentando mantener el recuerdo de mis padres con vida en mi memoria. Si lo pienso con frialdad, sea cual sea la noticia que traera mi abogado, no sera peor de lo que ya estoy pasando. Mi familia no esta, nunca volveran. Que mas da adonde vaya cuando salga de aqui.

  • Simplemente Perfecto (La pareja perfecta 1) de Karin Doyle

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    No por falta de propuestas de matrimonio, y luego de llevar mas de cuatro anos dando vueltas por entre los mas respetables salones de bailes londinenses, lady Lucinde Aldridge se encuentra soltera. Sus esperanzas de encontrar un marido que cumpla con sus requisitos parecen estar perdidas, y cada dia esta mas convencida de que vivira en una eterna solteria. Ella no pide demasiado, lo unico que desea es que su futuro marido sea alguien que vea mas alla de su exterior y su cuantiosa dote, que trate de conocer como realmente es, y que tal vez, solo tal vez, encienda en ella la chispa de la que tanto ha oido hablar.

  • Mentiras y Pasion de Maureen Child

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    Nunca un romance fingido habia resultado tan real.

  • Preterito imperfecto de Nieves Concostrina

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    Este nuevo libro de Nieves Concostrina empieza en el Ano de la Pera y llega a nuestros tiempos, pasando, como no, por Fernando VII.

  • La mordida del guerrero de Maria Jose Tirado

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    Una mortal conquisto su corazon,
    Una vampira llego para arrasarlo.

  • Coraline de Neil Gaiman

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    Cuando Coraline atraviesa una de las puertas de la casa nueva de su familia, se encuentra que hay otra casa extranamente similar a la suya (aunque la nueva sea, definitivamente, mejor). Al principio, todo parece maravilloso: la comida es mas sabrosa que la de casa y el cajon de los juguetes esta repleto de angelitos de papel que vuelan solos y de calaveras de dinosaurios que parecen vivas y se arrastran haciendo castanetear los dientes. Pero resulta que hay otra madre que vive ahi, y otro padre, y quieren que Coraline se quede con ellos y se convierta en su pequena. Quieren cambiarla y no dejarla ir jamas. Coraline tendra que enfrentarse a ellos con todo su ingenio y las herramientas que encuentre, si es que ha de conseguir salvarse y volver a su vida normal.