• libro pecho frio - Jaime Bayly

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    La nueva novela del enfant terrible de la literatura latinoamericana: una satira sobre el lugar de la homosexualidad en la sociedad latinoamericana que rompe con todos los topicos.

  • PECHO FRÍO | JAIME BAYLY | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-pecho-frio/9788420435602/9187336

    14 mar 2019 — Sinopsis de PECHO FRÍO · La nueva novela del enfant terrible de la literatura latinoamericana: una sátira sobre el lugar de la homosexualidad en ...

  • Pecho Frío | Penguin Libros

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    La nueva novela del enfant terrible de la literatura latinoamericana: una sátira sobre el lugar de la homosexualidad en la sociedad latinoamericana que ...

  • Pecho Frío - Libro de Jaime Bayly: reseña, resumen y opiniones

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    La nueva novela del enfant terrible de la literatura latinoamericana: una sátira sobre el lugar de la homosexualidad en la sociedad latinoamericana que ...

  • Pecho Frío - Jaime Bayly -5% en libros | FNAC

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    7 jun 2020 — Pecho Frío, libro de Jaime Bayly. Editorial: Alfaguara. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • PECHO FRÍO - BAYLY JAIME - Sinopsis del libro, reseñas ...

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    Pecho Frío es un hombre común. Está casado, vive en Lima, Perú, y trabaja en un banco. No lleva una vida muy emocionante, pero tampoco tiene nada de qué ...

  • Pecho Frío Tapa blanda - Libros - Amazon.es

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    Esperaba más de este libro. Es un autor que me gusta mucho pero este libro se me ha hecho algo pesado. Espero que vuelva a sus otros libros que he leído todos o ...

  • Pecho Frío (Hispánica) Tapa blanda - Bayly, Jaime - Amazon.es

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  • Libro Pecho Frío, Jaime Bayly, ISBN 9789563840865 ...

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    https://www.buscalibre.es/libro-pecho-frio/9780525564966/p/50849832

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  • 'Pecho Frío', la sátira peruana de Jaime Bayly - FANFAN

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    30 ago 2019 — Pecho frío es la última novela de Jaime Bayly y pone el Perú patas ... Me acompañan en esta aventura gentes apasionadas de los libros, de la ...

  • Yo soy una senora de Jaime Bayly

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    “Yo desde chica, he sido muy de derecha. Nunca he sido comunista, tan bruta no soy. He sido marihuanera, pero no comunista, he sido marihuanera de derecha”.

  • La peor pesadilla, Mark Edwards de Mark Edwards

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    A Izzy, se lo llevaron de su casa.

  • El verano de la Ubume (Novela Policiaca), Natsuhiko Kyogoku de Natsuhiko Kyogoku

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  • Las chicas de la bahia de Susan Mallery

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    Nicole Lord queria ser una buena esposa, pero habia una gran diferencia entre apoyar a su marido y mantenerlo. El habia dejado el trabajo para escribir un guion de cine que ella no habia visto nunca. Ni siquiera ayudaba a cuidar de su hijo y era ella quien tenia que ocuparse de la casa y trabajar a jornada completa.

  • La Cita Millonaria (Cita para Rehacer 1) de Susan Hatler

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    Abigail Apple va con retraso a su cita a ciegas al ser detenida por exceso de velocidad. Por desgracia, al poli <> no le importa que ella llegue tarde y mucho menos que ella tenga el corazon roto debido a que su protectora de perros favorita corra peligro de ser cerrada. Tras ello, acudira a su cita con barro seco en sus tacones, pelo de perro cubriendo su vestido y olor a establo en su pelo. Cuando llega, sin embargo, Abigail se da cuenta de que su cita a ciegas no es otra que el policia que la detuvo.

  • Bienvenido, gamberro de Melissa Hall

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    El es un chico rebelde, con un turbio pasado que le empujo a vivir al limite de las normas.

  • Voss de Patrick White

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    Nunca nadie se ha adentrado en las profundidades del desierto australiano; segun cuentan, no es mas que un paramo lleno de tribus sanguinarias y bestias violentas. Pero todo cambia cuando Voss, un explorador aleman (inspirado en Ludwig Leichhardt, un naturalista prusiano que desaparecio en una de sus incursiones al interior de Australia a mediados del XIX), llega a la colonia con la intencion de llevar a cabo una expedicion historica: atravesar el desconocido y brutal desierto australiano en un recorrido que nadie ha emprendido antes. Cuenta para ello con un mecenas, el senor Bonner, que, ademas de entregarle los viveres necesarios y buscarle un grupo de colonos y dos aborigenes para que le acompanen, le presenta a su sobrina, Laura Trevelyan, con quien Voss establece una intensa relacion.

  • El rey del hampa de Marcia Cotlan

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    Paddy entro en El tuerto Joe, la taberna mas famosa del puerto, y se dirigio a la mesa del fondo, donde un hombre alto, vestido de negro y con gesto taciturno, fumaba un cigarro y bebia whisky. El local olia ligeramente a vinagre y la madera del suelo crujia con cada paso. --Acabamos de hablar con Robert Penrose, jefe. Dice que hay unas cuantas partidas de naipes importantes a la vista y que podra reunir el dinero. Pide un par de semanas mas y pagara los intereses por el retraso. --Paddy era un hombreton robusto, aunque no demasiado alto. Su poblada barba pelirroja ponia de manifiesto su origen irlandes. Cuando estaban en publico, siempre llamaba jefe a su amigo, pero en privado utilizaba su apellido: Raven. --?Le ensenaste a ese cabron estirado lo que ocurre cuando no me pagan a tiempo? --Los ojos del hombre eran dos brasas. Tan oscuro estaba el local que cada vez que daba una calada al cigarro, se le iluminaba brevemente el rostro haciendolo parecer un demonio. No prestaba demasiada atencion a Paddy. Estaba mirando a la tabernera que, a su vez, se lo estaba comiendo con los ojos. Su voz profunda y varonil habia hecho que la mujer se estremeciera. --Claro, jefe --respondio Paddy, frotandose un puno y sonriendo--. Le hemos dado lo suyo. --De acuerdo, entonces. Dale esas dos semanas de plazo. Si despues no paga… --No pagara, jefe --se atrevio a interrumpirlo Paddy--. Ese bastardo de Penrose cree que podra ganar haciendo trampas, pero lo que no sabe es que Malone jugara con el, y no hay tramposo que se le escape a Malone. --Raven miro a Paddy pensativo. --Tendremos que ayudarlo entonces. Hay que asustarlo lo suficiente como para que se concentre. Si se juega algo que le duela mas que su propia vida, tal vez se convierta en un mejor tramposo. Dicen que los aristocratas dan mucha importancia a eso del honor. --Dio una calada al cigarro y sus ojos relumbraron en la oscuridad de la taberna--. Debe de tener una esposa, quizas no la ame, pero hara lo que sea para que no se sepa que la secuestraron. Su honor quedaria manchado para siempre. Traela, eso le hara saber que vamos en serio. Paddy asintio. Raven se levanto, con el cigarro aun entre los labios, y se dirigio a la tabernera. Ella le sonreia con ojos lujuriosos. Casi de forma inconsciente, la mujer se atuso el cabello ligeramente despeinado y se paso la lengua por los labios. --?Como te llamas? --le pregunto el, que acaba de comprar la taberna y aun no conocia a sus empleados. --Millisent, mi rey --le dijo la joven, melosa, mientras contenia la respiracion para elevar su ya de por si abundante busto. --?Soy tu rey? --le pregunto con la voz fria, casi indiferente. --Por supuesto, Raven --respondio ella como si ya lo conociese--, sois mi rey y el rey de todos nosotros. El rey del hampa --le dijo; el torcio la boca en lo que podria haber sido considerado como una sonrisa, aunque no era mas que una mueca. --Ven --le dijo a la tabernera. Ella salio de detras de la barra. El le puso la mano al final de la espalda, casi en el trasero, y la empujo delicadamente escaleras arriba. Cuando habia llegado al primer piso y ya estaba fuera del alcance de la vista de Paddy, dijo en voz elevada, pero sin llegar a gritar--: Paddy, trata bien a la esposa de Penrose. Ella no es culpable de haberse casado con un maldito hijo de perra tramposo. El hombre vestido de negro era, efectivamente, el rey del hampa. Tenia veintiseis anos y la dureza de su gesto demostraba todo lo que habia tenido que pasar hasta llegar a su posicion actual. Nadie controla a los maleantes de Londres si no tiene mano de hierro. Lo apodaban El Cuervo. Si le preguntabas a alguien el motivo de tal apodo, te decia que se debia a que siempre vestia de negro o a que, cuando aparecia en persona para ver a alguien, nunca traia buenas noticias. Pero en realidad el mismo se habia hecho llamar El Cuervo debido a su apellido: Raven. William Raven, ese era su nombre, pero casi nadie lo sabia ni lo habia utilizado nunca. Solo su madre, cuando era nino, lo llamaba Billy. Margaret Raven, su madre, habia sido prostituta. William era hijo de alguno de sus clientes, ella nunca supo decir de cual, porque era una moza atractiva y bastante solicitada en el burdel en el que trabajaba. Recordaba de su madre las caricias y los besos, la sensacion de amparo que suponia dormirse entre sus brazos. Esas sensaciones habian durado poco, ya que ella comenzo a escupir sangre un invierno y habia muerto antes de llegar la primavera. Raven tenia ocho anos y tras su muerte empezo a vivir en la calle, a robar para poder comer, a imponerse al resto de muchachos para que ellos no se impusieran a el. Su constitucion fuerte y su altura le hicieron un gran favor: era facil infundir miedo con tal envergadura corporal. Media mas de un metro noventa, sus hombros eran anchos y los musculos de su cuerpo parecian esculpidos a cincel. Incluso vestido de negro y con el gesto constantemente tenso (ceno fruncido y boca apretada) era un hombre tan atractivo que cortaba la respiracion. <>, solia decir cuando alguien le pedia mas tiempo para pagar una deuda o imploraba su perdon tras intentar traicionarlo. Y ciertamente no lo era. Habia hecho lo que habia tenido que hacer para llegar donde estaba: robar, golpear y asesinar. Solo por eso seguia vivo, porque cuando habian querido robarle, golpearlo o matarlo, el habia sido mas rapido. En eso consistia la supervivencia. Tambien seguia vivo porque habia sabido rodearse de amigos leales: Paddy y Alistair eran sus inseparables. Pero al igual que su dureza y crueldad eran legendarias en los bajos fondos londinenses, tambien era famosa su extrema amabilidad con las prostitutas, que tanto le recordaban a su madre. Nadie habia vuelto a golpear a una prostituta desde que el mandaba en los bajos fondos. Pero tampoco les permitia a ellas burlarse de el. Lo temian tanto como lo deseaban y jamas se hubiesen atrevido a traicionarlo. Todas, sin excepcion, esperaban ser las elegidas de Raven, que un dia entrase en uno de los burdeles y subiera con ellas a los cuartos. Pero Raven nunca se acostaba con prostitutas, precisamente porque le recordaban a su madre. Y como los hijos de ellas le recordaban a si mismo, no habia nadie mas generosos que el con aquellos chiquillos. Con todos los chiquillos de los bajos fondos, en realidad. <>, le decia Alistair lleno de orgullo. Alistair era la voz de la conciencia de Raven y aunque era un incordio soportar a veces sus sermones, el rey del hampa siempre lo escuchaba para no perder demasiado el contacto con la realidad. Raven era un hombre cruel, tenia que serlo, pero queria que alguien le marcase los limites de tal crueldad y no habia nadie como Alistair para ese cometido. *** Rosalind Penrose habia llegado puntual a la cita, como era su costumbre. El anciano senor Havisham la hizo pasar a su despacho. Era pequeno y oscuro, y los muebles tenian muchos anos y demasiado uso. --?Tiene algo para mi, senor? --le pregunto la joven, ansiosa. --Me temo que no, milady. La mayoria de las familias piden institutrices con experiencia y por muy buenas que sean mis palabras sobre vos, cuando se enteran de que nunca antes habeis trabajado, os desechan. Lo siento. --Y realmente lo sentia. Aquella joven dama le parecia muy agradable y necesitada de trabajo. Era una lastima que una muchacha asi se viese obligada a trabajar por culpa de un hermano calavera que habia dilapidado la fortuna familiar en las mesas de juego. Queria ayudarla de verdad. Fue entonces cuando penso en su cunado--. Aunque quizas haya algo… Si no os importa viajar, claro. --Expliquese, por favor --rogo ella con un brillo de esperanza en los ojos. --Mi cunado Arthur ha hecho una considerable fortuna con un negocio de maderas, pero como usted bien sabra, no todo en esta vida lo puede comprar el dinero. No compra, por ejemplo, la clase. Mi cunado quiere contratar a alguien que eduque a sus dos hijas y que les de a el y a mi hermana algunas lecciones de como comportarse, pero en Nueva York no encuentra a nadie dispuesto a ello. Las institutrices mas cualificadas consideran que trabajar para una familia como la de mi hermano es rebajarse. --?Nueva York? --pregunto ella decepcionada, a pesar de que deseaba desde hacia tiempo conocer la ciudad, pero no era el momento adecuado--. Me temo que no puedo irme tan lejos, senor Havisham. Mi hermano… --Perdonad que os interrumpa, milady, y perdonad por lo que voy a deciros, pero vuestro hermano no es digno de que sigais sufriendo por el. Si no os alejais, acabara arrastrandoos en su caida --le dijo con sinceridad el anciano. --Lo se, senor Havisham, pero, aun asi… --Ella habia bajado la mirada y la tenia fija ahora en la gastada alfombra del despacho. Parecia consternada. --Hagamos una cosa. Os lo pensais, y si no tengo noticias vuestras en una semana, eso me indicara que no aceptais la propuesta. Teneis siete dias para pensarlo. --De acuerdo --dijo ella, aun con el animo decaido. Se levanto de la silla raida y se dirigio a la puerta--. Buenas tardes y muchas gracias

  • Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado de Jose Luis Cuerda

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  • Obsesionado con tus curvas de Natalia Diaz Colon

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    Una joven latina que busca progresar en la vida; es por eso que se muda a la Florida, en busca de conseguir un buen empleo, pero la vida ha sido injusta con ella. Por su sobrepeso ha tenido que lidiar con el rechazo de la sociedad y entre ellos, con el de su madre. Todos la juzgan por su apariencia y no toman el tiempo de conocerla. Un dia recibe una llamada para una entrevista en la empresa Collman Enterprise, presentia que seria otro fracaso mas, pero no fue asi. La vida de Jasmin esta a punto de cambiar y no sera precisamente por el trabajo.

  • Cuando el grajo vuela bajo de Pedro Tijera Alvarez

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    Ambientado en la posguerra y ubicado en un pueblecito de la provincia de Leon (en aquel tiempo un importante nudo ferroviario a nivel nacional), y abusando adrede de los elementos propios del genero folletinesco, este relato cuenta la historia de una monja, hija natural de un indiano millonario, que tras dieciocho anos de clausura, sale por primera vez del convento para hacerse cargo del funeral de su padre y de la inmensa fortuna que le corresponde heredar, pero con la orden explicita de la madre superiora de volver al convento con el montante que resulte de la venta de todo lo heredado.
    Sin embargo los calculos de la abadesa se tuercen cuando la monjita se enamora del hijo de uno de los carniceros del pueblo el cual, tras una relacion turbulenta, y a pocos dias de la fecha establecida para la boda, decide romper su compromiso para casarse con otra mujer.
    La ruptura hace que la monjita pierda la razon y se empecine en pasarse la vida sentada en un banco frente a la carniceria del su antiguo prometido, vestida de blanco y pintarrajeada y enjoyada como un payaso.

  • Tu, irremediablemente tu de Inma Munoz

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    Han pasado siete meses desde que la vida de Salma dio un giro radical. Cansada de todo y motivada por sus amigas, se propone vivir un apasionante verano. Con el intentara pasar pagina y cerrar ese capitulo tan intenso de su vida. ?Sera el destino quien guie sus pasos?
    Tras “Tu, me gustas tu”, llega el final de esta apasionante historia de amor y con ello las respuestas a todas esas preguntas que quedaron en el aire.

  • Ella piso la Luna. Ellas pisaron la Luna de Belen Gopegui

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    El libro mas personal de Belen Gopegui: un texto poderoso, leido en su dia como conferencia, que reivindica a todas las mujeres cuyos logros no han visto la luz.

  • Biografia de un cuerpo de Monica Rodriguez

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    El cuerpo manda. Obliga, es un tirano. Lo miro en el espejo a traves del vaho. Largo, recien amoldado a esta corpulencia que me desconcierta. Las costillas marcadas, los musculos del vientre esbozados por lineas oscuras, el ombligo. Aun las gotas de agua lo cubren. Pequenas constelaciones detenidas en la pelusa. El grifo gotea; su sonido metalico es un martilleo ritmico que no quiero escuchar, pero que escucho. Los azulejos del bano estan empanados. Bajo la neblina del vapor, contra el espejo, destellan los muslos dorados, casi blancos, el sexo entre las piernas, encogido sobre la mata oscura. Las rodillas formando un pequeno arco. Agacho la cabeza y me detengo en esa vision desde arriba. Estas no son mis piernas. Ni ese pene languido, acobardado como si no fuera un tirano, me pertenece. El vello de mis piernas sombrea la piel humeda, las gotas prendidas en los pelos, aplastados bajo el peso del agua. Son extranos vistos desde esta perspectiva. ?De quien seran esas piernas? ?Y esos pies grandes, de hombre? Levanto los dedos y se marcan los tendones como si alguien tirara de una cuerda. La piel se vuelve mansa, lisa, casi deslumbrante por los talones, los costados. Miro tanto esos pies que ya no parecen pies. Me fijo en sus dedos grandes, que debo domar y doblar, estirar. Me pongo de puntillas, desciendo. Hay un pequeno charco en las baldosas, bajo mis plantas. Y la gota del grifo. Clin, clin, clin. Vuelvo a levantar la cabeza. El espejo se ha empanado lo suficiente para que solo vea un borron de ese cuerpo. Esa pincelada impresionista soy yo. Froto el espejo con la palma de la mano. Mi rostro aparece en el agujero del vaho y se que es mio. Lo distingo porque lo he visto muchas veces en este mismo espejo, su imagen especular, ahora distinta, mas angulosa, menos dulce, con un ligero vello sobre el labio superior. Pero, aunque haya cambiado, hay algo que es solo mio, que soy yo, un punado de gestos, esa mirada hosca, timida, confusa, enmarcada ahora por las pestanas mojadas. No se que es, no se que soy yo, pero estoy ahi, en ese rostro, que hasta hace poco era suave y blanco como la piel de una cebolla. Sonrio. Los brillos metalicos de los hierros esconden mis dientes. Muevo la boca y siento el rozamiento de los brackets, paso la lengua por ellos. Todavia tengo que acostumbrarme a su presion. El agujero del espejo comienza a empanarse de nuevo. Voy desapareciendo y eso me provoca un pequeno vertigo. Entonces empiezo a tiritar. Tengo frio. Mi cuerpo tiene frio. Manda, me obliga a envolverme en la toalla. Me siento en la taza del vater. Sigo tiritando, pero no voy a vestirme, no voy a obedecerle. Miro el desodorante sobre el lavabo. El cuerpo grita cuando suda. Pero ahora tiene frio y no voy a moverme, no. Golpes en la puerta. Me sobresalto. !Haz el favor de salir del cuarto de bano! La voz de mi madre. Estoy harto de someterme siempre. El cuerpo, los adultos. Resistire aqui sentado, tiritando. Clin, clin, clin. Tengo la piel helada, como si una plancha metalica me envolviera. Los musculos tensos de tanto soportar el frio. Las plantas de mis pies mojadas son un trozo de algo que ya no siento, pero son mis pies. Mis pies. Mi torso. Los labios tiritando. El frio. Ya no lo soporto. El cuerpo gana y me envuelvo en la toalla. Salgo del cuarto de bano. Tambien mi madre, que espera fuera impaciente, gana. 2 Soy un dios alojado en el cuerpo de un toro. 3 Estira mas. No puedo. Claro que puedes. Estira. Lo hago. Te tiembla la pierna, no pongas tanta tension. Lo intento. No hay que intentarlo, hay que hacerlo. !Estira! Noto como el sudor nace en mis sienes, en mis axilas. Mis mejillas empiezan a arder del esfuerzo. No puedo controlar la tension, la pierna me tiembla ligeramente. Si me relajo deja de hacerlo, pero entonces no la estiro lo suficiente. Me concentro en el pie, en toda la fuerza del pie, y tiro de el hacia arriba. El muslo ya no aguanta mas. La pierna cae desobediente. ?Quien te ha dicho que la bajes? La profesora se ha vuelto hacia mi. Grita, golpea el suelo con uno de sus zapatos elasticos y negros. De inmediato, trato de subirla de nuevo. Noto el hormigueo de la tension. Ella se acerca, me sostiene la pierna por el tendon de Aquiles, con firmeza. La misma que desprenden sus ojos inflexibles. La levanta. Cuidado con la cadera. Controla el peso. Lo hago. Siento las fibras del musculo interno tirando. Rita, la profesora, suelta la pierna, que se baja ligeramente. Trato de sostenerla, sudo. Me inclino hacia la barra. Mi mano se aferra a ella con demasiada fuerza. Puedes hacerlo mejor, dice. Rita cambia de ejercicio, se pasea por la clase. Coloca un hombro, sube una barbilla. Pasa el dedo por la columna vertebral de una espalda que de inmediato se estira. Del cansancio veo la clase borrada por una leve neblina, las luces en el espejo. La profesora detenida frente a Alex asintiendo, el borron del piano negro, abierto como un feretro, en una esquina de la sala. Muy bien, Alex. Dos palmadas. Centro. Nos colocamos todos frente al espejo. Hay un ligero murmullo, mientras vamos buscando nuestras posiciones. Mi maillot esta sudado. Siento la humedad en la espalda. Clara me mira y sonrie, y algo se encoge dentro de mi. Ella se coloca en segunda fila. Yo trato de ponerme en la primera, no en el centro, en un lateral. Rita esta seleccionando la musica con el pianista. Alex esta en el centro y resopla mirandome complice. Nos colocamos. Veo las figuras en el espejo, todos con las espaldas muy rectas, la cabeza alta, los monos tirantes, los maillots sudados. Respiramos. Me detengo en mi imagen. Ese es mi cuerpo. Lo noto, pulsa dentro de mi, aulla cansado. Dolorido. Por un instante lo vuelvo a ver como un extrano. Un extrano que me lleva la contraria, me reta. Cierro los ojos y vuelve a ser mio. Necesito este dolor para domarlo. Para bailar. Me gusta este dolor. Adagio, dice Rita. Cuando quieras, maestro. Yo abro los ojos. El piano empieza a sonar, las notas caen como nudos de luz por el aula. Levanto un brazo... 4 ?Estas bien? Claro, por que lo dices. No se, te he visto raro en la clase. Cansado. No estoy cansado. ?Vienes a comer? Ahora voy. Te cojo sitio. Veo a Clara alejarse hacia los vestuarios, con la mochila al hombro. El corazon me golpea como cuando termino de hacer los saltos. Sin que yo pueda controlarlo. Tan rapido, tan violento. Golpes de animal vivo. Pero este fluir me gusta. Me hace sonreir y me asusta a un tiempo. Es Clara la que lo desencadena. Ella me dice que me reservara un sitio a su lado en el comedor y abre la compuerta. El torrente del pulso precipitandose. Clara manda sobre mi cuerpo. Entro en el vestuario de chicos. Alex sale de la ducha, desnudo, dejando un reguero a su paso. Se seca con la toalla el pelo humedo. Por un momento admiro su cuerpo. Es perfecto para la danza, tiene flexibilidad, empeines, potencia. Alex, muy bien. Alex, perfecto. Alex, si sigues asi, seras un gran bailarin. Alex, repitelo, que te vean todos. Alex. Alex. Alex. Agita la cabeza y su pelo en hebras castanas y rubias, del color del tabaco, desprende diminutas gotas, como una aureola. Entonces posa sus ojos, tambien rubios, en mi y vuelvo la vista hacia los banos, avergonzado, en un movimiento brusco. Simon y Manuel ya estan vestidos, el pelo empapado y negro, repeinado hacia atras. Me miran a traves del espejo cuadrado, incrustado en la pared. Desparejos: Simon, muy alto; Manuel, bajo. No te va a dar tiempo a comer si no espabilas, tio. Encojo los hombros. Mi corazon ya se ha calmado. Pienso: Clara, y esta calmado. Pero las comisuras de mi boca se dilatan en una sonrisa que provoca su nombre. La contengo mientras miro como Simon se echa colonia. Pero que haces, marica, eso huele que apesta. Manu le quita el bote, se pelean de mentira. Se insultan, se dan algun golpe en el biceps y salen del vestuario arrastrando las mochilas, a voces, riendo, las tarteras colgadas del hombro. ?Te espero? Alex me mira mientras se pone la cazadora. Inclina la cabeza ligeramente. Tiene el rostro redondo, aun imberbe, y su belleza es deslumbrante, amarilla, de nina. No, digo. Me cogen sitio.

  • 148 de David Munoz Lopez

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    ADVERTENCIA:
    Es importante que se asegure de querer leer este libro antes de subir al avion. No se trata de un libro cualquiera. Si decide no leerlo, viajara comodamente hasta llegar a su destino.

  • Besame, tocame, hazme tuya de Bianca De Santis

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    Habia terminado, por fin, la cuenta regresiva de esos meses, esas semanas que parecian infinitas, cada uno de sus dias, sus minutos y todos los segundos. La espera de tantas semanas, dieciseis en total, y que parecia interminable al principio, culmino rapidamente. Eva tenia muchas ganas de ir al bano para vaciar su vejiga. Ademas, una joven enfermera con manos agiles hacia delicados movimientos para aplicar esa sustancia fria por su vientre, que aun no mostraba senales de abultamiento. Quiso reclinarse en su comoda silla para calmar su cuerpo, pero le costo mucho. Ella no dejaba de ver a Bruno. Su expresion, que generalmente era de profunda calma, se habia convertido en un ceno fruncido y una mirada molesta. Su mirada profunda como el mar mostraba en ese momento un terrible nerviosismo y una gran ansiedad. Si bien los dos querian estar alli para presenciar el ecosonograma que habian planificado hacer al cumplir los cuatro meses de embarazo, a Bruno la idea de ir a la ciudad no le parecia precisamente agradable. A el, evidentemente, no le gustaba estar en ese lugar. Habian solicitado un turno a primera hora, por lo que aguardaron alli y utilizaron el tiempo disponible para comprar comestibles. Sabian que era necesario, pues su jardin no estaba dando frutos debido a la fuerte temporada de lluvia. No tenian nada que comer, e Eva debia mantener una alimentacion basada en verduras y frutas frescas. Eva era consciente de que pronto tendria que usar ropa mas amplia, aunque todavia su estomago no habia crecido. No le gustaba ir de compras, pero le harian faltas vestidos con tallas mas grandes que las diminutas blusas que solia usar. Aunque Bruno no era partidario de salir, intento mostrar alegria cuando la acompano al centro comercial. Tambien querian comprar cosas para el nino. A el no le gustaba mucho salir a adquirir esos atuendos. Odiaba hacerlo, de hecho. --Perfecto. Por favor, reclinate para ver tu pancita --le pidio la enfermera con una sonrisa amplia a Eva. Eva se enfoco en el momento y el lugar. Abandono los pensamientos de las compras. Tomo aire y trato de no sentir dolor por el tamano de su vejiga. En ese momento creia que tomar tanto liquido antes de acudir para realizarse ese examen no era precisamente una buena idea. No queria que sus piernas quedaran en una posicion poco confortable. Balanceo su cuerpo para sentirse mas comoda. Cuando movio la parte inferior de su cuerpo, sintio que finalmente el deseo de vaciar la vejiga, asi como el los alaridos de dolor y la tension en su cuerpo finalmente terminaban. Era una chica con cabello negro, unos ojos color miel y un rostro perfectamente maquillado. Aunque aparentaba tener unos dieciocho anos, Eva era consciente de que eso no podia suceder. Sabia que solo podria haberse graduado en la universidad tras cuatro o cinco anos de estudios. -- Habia olvidado decirlo. Mi nombre es Ana --dijo con calma la enfermera para presentarse. Lo mas importante era que la habia tratado muy bien. No le agradaba para nada la idea de que una persona desconocida la tocara. Ademas, no le hubiera gustado tener que lidiar con una enfermera arrogante o que moviera su cuerpo con molestia para aplicarle alguna inyeccion. Le enfadaban incluso las visitas medicas de su nuevo doctor familiar. Tuvo que ir sola a la primera, ya que Bruno no quiso ir en esa oportunidad a la ciudad. Cuando noto que podia estar enferma, decidio comenzar a acompanarla, pero siempre tenia ganas de salir corriendo de alli y volver a su pequena cabana. No tenian mucho tiempo juntos y el pasado hasta ese momento era un tema tabu. Por eso, Eva no sabia por que Bruno sentia incomodo alli. Se preguntaba si tendria esa sensacion solamente con Alto Prado o todas las ciudades a las que fuese. Si le preguntaba al respecto, seguramente el no querria responder, porque estarian entrando en un terreno pantanoso para el. Si bien el no se negaba a responder sus preguntas ni a conversar, ese tema simplemente no le gustaba. No hablaba para nada sobre ello. Mas bien eludia el tema y llevaba la charla a otro asunto con el que se sintiera mas comodo. Tambien la distraia preguntandole a ella cosas sobre su pasado. Asi que Eva todo el tiempo debia contestar interrogantes sobre su vida y no podia recordar como la conversacion llego hasta alli. Y cuando Bruno notaba que las cosas no llegaban a ese punto, tomaba el camino seguro y empezaba a hablar del nino que tendrian. Si. Le costaba imaginar que en su propio cuerpo ya habia otro ser creciendo. Iban a tener un nino. Aunque no habia sentido los movimientos de la criatura, seria el nino de ella y Bruno. Ademas, era impresionante que el fuese el padre y estuviese con ella. --Voy a medir algunos indices y comprobar que todo este en orden. Es parte de la rutina. No tienes que preocuparte en caso de que no responda tus inquietudes de inmediato. He tenido a muchas pacientes que empiezan a sentirse nerviosas porque creen que estoy observando alguna anormalidad, pero eso no suele suceder. --Ana hablaba con una voz tan suave y mostraba una expresion tan calmada que, aun cuando la sala de examenes tenia todas las luces apagadas, Eva podia calmarse. Asintio con su cabeza tras escuchar a la enfermera y se concentro en el rostro de Bruno. Siempre que el llegaba a sus pensamientos, ella sentia que su pecho latia. Le parecia un hombre muy apuesto. De hecho, estaba convencida de que era el mas hermoso en la ciudad, el estado, el pais y el planeta. Pasar todos los dias con el le parecia una de las mejores cosas que podia hacer en la vida. Disfrutar su aroma en las mananas y jugar con sus cabellos... Bruno habia vuelto a la ciudad. Lo habia hecho por Eva. La encontro en la casa de ese sujeto, Andres, la defendio de el y regresaron juntos a su casa en la entrada del bosque, esa calida cabana… Y empezo a sentir esa sensacion tan poderos que no encontraba palabras para describirla. Le parecia que era una emocion intensa que nacia en lo mas profundo de su ser. Era una mezcla de calma, armonia, alegria por la presencia de Eva, fe en su relacion y felicidad. Eva lo amaba profundamente. Lo habia amado incluso antes de que el se marchara de Alto Prado. Se habia mudado, con ella, y habia logrado que ese amor creciera. Ahora era mas poderoso y en solo un dia le habia permitido darse cuenta de que valia la pena estar con el. El movio su cara lentamente al notar que los ojos de Eva estaban fijos en el. Los dos estaban ansiosos. Le mostro una tierna sonrisa y cruzo sus manos, mostrando el nerviosismo que sentia. Estaban muy emocionados porque verian por primera vez a su bebe. Los dos veian como la enfermera giraba un pequeno y frio aparato alrededor del estomago de Eva. Lo llevaba por todo el vientre y se detenia para presionar en algunas partes. Veia el monitor de la computadora, escribia algunos apuntes y luego volvia a ver el aparato. El examen estaba copando toda su atencion, por lo que ni Eva ni Bruno querian hacer algun comentario que la desconcentrara. Intentaron calmarse, aunque les costaba. --?Les gustaria saber el sexo del bebe o preferirian esperar? --pregunto Ana. Despues de un rato, alzo sus ojos y dejo de mover sus manos. A Eva le parecia que su boca estaba trabada y todas las palabras estaban sujetas a su garganta. Ademas, la ansiedad en su pecho crecia mas y mas. Habia esperado ese momento por semanas, con mucha ansiedad, pero ahora no sabia que decir. Bruno llevo su mano y la puso sobre su rodilla. La posicion mostraba lo incomodo que se sentia estando sentado alli. Ese tipo de sillas eran habituales en las salas de espera o los consultorios, pero no eran precisamente confortables. --De hecho, nos gustaria saberlo ahora --le dijo con calma--. ?Podria decirnos, por favor? --Si, por favor --dijo Eva despues de unos segundos--. Tambien me gustaria saber. Ana escucho y sonrio alegremente. --De acuerdo. Entonces movere el monitor. Asi podran ver a su hijo e incluso podrian darse cuenta del sexo sin que yo se los diga. --Movio la gran pantalla y esta quedo frente a ellos. Eva solto un suspiro mientras Bruno se movia. Puso su mano sobre la de ella y se sintio tranquila, apoyada, amada. Ella la tomo con algo de fuerza y Bruno le correspondio con otro apreton, tambien suave. El momento era tan maravilloso que Eva no pudo contener el llanto. En su pecho habia miles de nudos causados por la alegria. Luego ambos pudieron apreciar una figura. Era la de un rostro. Ana deslizo el aparato sobre el estomago de Eva. Entonces pudieron ver el resto de su anatomia. Manos, piernas, rodillas y pies. Eva evitaba ver la cara de Bruno. Sabia que, si se encontraba con su cara en ese momento, no podria controlarse. El era un hombre apuesto, con una gran presencia, una fuerte musculatura y un espiritu independiente. Sentia que el habia estado bien cuando estuvo soltero, en una cabana alejada de la ciudad. Y ahora, estaba impresionado por lo que veia. Eva habia pensado que los cambios de humor eran solo un chiste, que las mujeres no pasaban por eso. Pero ahora que lo vivia, entendia que era totalmente cierto. Las emociones eran muy fuertes. De un momento a otro su animo se alteraba terriblemente. Estaba alegre y relajada, y violentamente se convertia en una mujer molesta e insatisfecha. El embarazo habia causado tantos cambios en Eva que ahora no podia controlar sus emociones. Pudo ver que tendria la misma nariz alargada de Bruno. --Vaya --dijo mientras soltaba un suspiro. Estaba en shock. Ana llevaba el aparato por la parte derecha de su pancita. La carita del bebe aparecia de nuevo en el monitor. --?No es increible que podamos ver tantos detalles aun cuando falta tanto para el parto? --Es maravilloso todo lo que podemos descubrir. Contamos con una tecnologia muy avanzada --agrego Ana--. ?Puedes adivinar el sexo de la criatura? La sonrisa gigante en su estupenda cara demostraba lo feliz y satisfecho que se sentia. --Creo que ya se que tendremos --dijo Bruno al aproximarse--. Sera varon. Su voz revelaba que sentia una emocion inusual para estos casos. --!Exacto! --dijo Ana. Ambos Sabian que estaba acostumbrada a ver bebes todos los dias, pero igualmente se veia alegre delante de ellos. Se sintieron contentos por ver que Ana transmitia felicidad y rebosaba de optimismo. Eva intuyo que se sentiria feliz si tuviera a una chica como Eva como amiga. Era calida y agradable. Pero recordo que vivia lejos de Alto Prado. Entonces su pecho se estremecio de dolor. Se sintio sola una vez mas. Si, amaba a Bruno. Lo amaba profundamente. Pero le hacian falta sus amistades. Queria hacer nuevos amigos tambien. En su caso era complicado, porque estaba a unos cuarenta minutos de distancia de la ciudad. Aunque la lejania no era la unica razon. Habia perdido el contacto con todos sus allegados y queria retomarlo. Se habia alejado de todos ellos despues de comenzar su relacion con Andres. Cuando recordo a su familia, la agitacion en su pecho fue tan poderosa que creyo que no podria aguantarla por mucho tiempo. Con ellos tambien habia perdido el contacto.

  • Calles de chatarra de Alejandro Guardiola

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    Una oscura noche, despues de una discusion familiar, la pequena Irina asiste impotente al asesinato de su hermana, sin que sea capaz de explicar nada ni a la policia ni a sus padres.

  • Amante y Cautiva (Millonarios italianos 2) de Florencia Palacios

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    En un oscuro rincon de una ciudad italiana perdida en la lujuria y el vicio, una guapa e inocente chica es subastada y vendida al mejor postor. Pero ella esta feliz pues acaba de escapar de la miseria y el terror.
    No imagina que ese guapo millonario italiano que ha pagado por ella tanto dinero, quiero algo mas que su virginidad. la quiere a ella por entero, cautiva y prisionera.

  • True Man de Oscar Gonzalez Soto

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    Truman abre los ojos sin que ninguna camara lo este grabando o espectador televisivo alguno observe su despertar. Apoyado contra el cabecero, echa la mano al despertador aun en silencio sobre la mesilla de noche y lo apaga. Toma aliento, se pone en pie y hace que el blanco pijama de tela y largas rayas azules se contorsione al estirarse. Luego, va directo a la ducha. Una vez vestido, se prepara su habitual leche sola con galletas maria, se cepilla los dientes prestando tiempo a cada zona y sale por la puerta del piso, que cierra con dos vueltas de llave. Ya en el ascensor, observa su aspecto. El pelo negro y liso es corto y de corte clasico, ligeramente hacia atras. Sus ojos castanos y oscuros siguen siendo tan castanos y oscuros como el dia anterior. Su nariz, destinada a ser del todo afilada, se encuentra no obstante redondeada en su punta, cual si un estilete hubiese pinchado una pelota de gomaespuma. Sus labios son finos y claros, aunque esto no destaque tanto por un tono de piel de quien no pasa tiempo con el sol en la cara. En el menton poco marcado no hay rastro de pelo: ante la insistencia de su dueno con la cuchilla, ya hace tiempo que ha renunciado a salir. Dos pequenos lunares brillan en su mejilla derecha. Y, sin embargo, ?algo entre todo lo previo importa? Viendole, yo no diria tanto. Porque, ante el espejo, nuestro protagonista solo tiene ojos para que su anodina camisa conserve el planchado de la noche anterior y su puno izquierdo permanezca bien abrochado sobre el viejo reloj de agujas. Tambien para que el pantalon liso y poco entallado debajo se mantenga a la altura debida sobre los zapatos. Y para que estos esten bien limpios, aunque haga mucho tiempo que hayan dejado de brillar y sus esfuerzos por conservarlos en buenas condiciones ya no puedan cumplirse en lo que a las suelas se refiere. Para cuando sale del ascensor, ni siquiera se ha mirado por encima de los hombros. Llegando a la parada de autobus frente a su casa, solo tiene en mente su recelo a la idea de pelearse con prendas nuevas y desconocidas. Pensamiento que le priva de ver como, en la otra acera, una senora guarda un paraguas en un bolso rojo al cruzarse con un tipo renqueando por el peso de su bolsa de supermercado. Por ejemplo. Llegando a su mesa de trabajo desde hace seis meses, cualquier tipo de incomodidad se le quita de encima. Como cada manana, una sonrisa ligera pero socarrona cruza su rostro al contemplar su orden con respecto a las del resto. Despues, se dedica a abrir correos, imprimir documentos, leer parrafadas y cubrir formularios con algo similar a la paz interior. El papeleo, los impresos y las carpetas mas o menos digitales hacen que la tension en sus brazos se reduzca. Aunque a veces... --?No es su hora de descanso? Truman no tiene especial interes por satisfacer a su supervisora. Sabe muy bien que, mientras rinda a su nivel, su puesto esta lejos de peligrar. Casi tanto como cree que los ascensos no llegan a la gente como el, trabajadora y responsable, sino a las parejas de padel o golf de quienes tienen encima. No me malinterpreteis: no es que le preocupe en absoluto. El prefiere disfrutar de la calma y seguridad de su silla --lejos de cotilleos y risas baratas-- para poder acabar con tiempo, repasar y dejar todo recogido. Quien sabe: con suerte en algun momento aparecera un puesto vacante en su tranquila ciudad natal. El cafe es lo de menos. --Si, acabo en un momento y bajo. Oh, lo siento si esperabais otra cosa: en ningun caso la parrafada previa implica que nuestro protagonista sea un hombre asertivo. Asi que, no sin sentir la mirada acusadora de una jefa que lo imagina un trepa, acaba por suspender el ordenador y tomar el camino a la cafeteria. Estrategicamente colocado en linea con algunos de sus companeros y una gruesa columna entre medias, pide un cafe con leche a una senora a la que el azul uniforme ya parece quedarle algo grande. La tacita se presenta bajo las conocidas carcajadas al fondo, con un color mas bien sombrio y cierto sabor a pozo negro. Suspirando, Truman se ve obligado a recurrir al azucar refinado, producto en su lista negra desde cierta lectura meses atras. --!Porque es una chica excelente! !Porque es una chica excelente! Ahora, la menuda camarera se deshace en lagrimones mientras le introducen una banda por la cabeza, al tiempo que la mayor parte del local da palmas o silba con grandes sonrisas. No seais malpensados: el tambien sonrie algo. Aunque si que es cierto que podria ser por la jubilacion del origen del oscuro veneno: eso lo dejo a vuestra eleccion. Agradeciendo su costumbre de pagar por adelantado, Truman acaba saliendo del local a medio pocillo y sin que nadie lo vea, al tiempo que los empleados de la cafeteria empiezan a repartir tarta por las mesas. Algo le dice que la hora de descanso volvera a ser literal para la mitad de la oficina. Nada mas llegar a casa, se quita la ropa y va al cuarto pequeno. Bueno, en realidad, pequenos son todos, a la imagen del estereotipo de apartamento con un alquiler demasiado elevado para su tamano. Cocina de paredes demasiado cercanas, bano con sindrome de metro, una salita para que pueda comer persona y media y un par de habitaciones: la de la cama de noventa con su mesilla de noche y la de los dos armarios, en la que a veces consigue abrir sin problemas la tabla de planchar. Mientras en esta se pone las zapatillas, la camiseta y el pantalon de deporte, el subito pensamiento de que ha sido un dia corto le hace gesticular una leve negacion con la cabeza. Cambiando su reloj de agujas por uno digital de plastico, trata de recordar la vuelta a casa de mediodia, el salmon, el cepillo, el regreso al trabajo para el turno de tarde e incluso parte de esta. Pero no lo consigue. En fin: lo mismo es: ya esta aqui, y su habitual media hora de running acabara con el en la segunda ducha del dia y un buen yogur con cereales antes de una peli seguramente de los 90. !Quizas incluso El show de Truman!

  • Corazon Indomable de Ayarit Gallardo

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    A traves de la descripcion deNancy su mejor amiga, conocemos aAdoracion , una mujer increible, con un caracter fuerte, pero muy apegada a su familia, quien encuentra el amor de nuevo a sus cincuenta anos de la manera mas inesperada, sin dejar de lado a David , el dueno de su alma, como le gustaba decir.Todos los lugares donde les toco vivir, enriquecieron en ella su forma de pensar y de sentir, tanto asi que al escoger el ultimo recorrido, encuentra su verdadero destino y nos ensena que el amor se puede vivir de diversas maneras.La

  • Cortejando a Catherine de Nora Roberts

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    La intencion de Trent St. James era comprar la mansion Las Torres para convertirla en un hotel. Sin embargo, Catherine se resistia a vender la casa familiar a pesar de que sus hermanas habian accedido. Trent y Catherine eran opuestos, pero entre ellos surgio una atraccion irresistible, algo que ninguno deseaba...

  • El reto mas dificil de Lory Squire

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    Las chicas duras no se enamoran de los ninos guapos… ?O si?

  • Una pareja escandalosa de Marcia Cotlan

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    Una novela muy entretenida, que arrancara mas de un suspiro y muchas sonrisas. Aimee Du Maurier es la beldad del condado. Tiene diecisiete anos y pertenece a una de las familias mas antiguas de Carolina del Sur. Obligada a casarse con el mujeriego Edward Robilard, el odio que sienten el uno hacia el otro acabara por transformarse. Marcia Cotlan (Asturias, 1975) ha estudidado Filologia y en la actualidad trabaja como profesora de Literatura. Lectora voraz, la escritura ha sido su camino logico.

  • La bailarina de Auschwitz de Edith Eger

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    Eger tenia dieciseis anos cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungria y se la llevaron con el resto de su familia a Auschwitz. Al pisar el campo, sus padres fueron enviados a la camara de gas y ella permanecio junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul para Mengele salvo su vida, y a partir de entonces empezo una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde acabaria convirtiendose en discipula de Viktor Frankl. Fue en ese momento, tras decadas ocultando su pasado, cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que habia vivido y de perdonar como camino a la sanacion.
    Su mensaje es claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida.

  • Carlota en las alturas de Mercedes Alonso

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  • La ultima carta de Mercedes Guerrero

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    Mitad thriller mitad novela romantica, esta es la historia de la transformacion de una mujer enfrentada a si misma y a su cruda realidad.

  • Stranger Things de Gwenda Bond

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    Un laboratorio misterioso. Un siniestro cientifico. Una historia secreta. Si quieres conocer por fin la verdad sobre la madre de Once, preparate para esta emocionante precuela de la exitosa serie Stranger Things.

  • Rayo de nuevo de E. L. Todd

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    Lo eligio a el.

  • Un reportero en apuros (eLit 3) de Gina Wilkins

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    Ninguna mujer en el mundo habia rechazado a Riley O’Neal. Todo lo que tenia que hacer era mostrar su irresistible sonrisa. Pero siempre habia una primera vez, y fue la camarera Teresa Scott quien le hizo vivir la experiencia. !Y que camarera! Era un ritual: cada manana, desayunaba en el Rainbow Cafe, y ademas de un cafe bien cargado, Riley se tenia que tragar un buen “no”.

  • La pintora de estrellas de Amelia Noguera

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    Una historia sobre el exilio, la guerra, la traicion y el amor no correspondido. Un relato sobre el valor de una mujer y la memoria de un hombre que necesita redimir su pasado.

  • El placer de Tuya de Noelia Garcia-munoz

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    "Que el cordero haga uso de su juego a traves de sus carnes"

  • Diosa Cosmica de Gema Perez

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    Las fertiles. aun mas.
    Y Cassandra. es unica.
    Disenada para ello.

  • ?Tu me ves?: La maldicion de la casa Cavendish de Gemma Herrero Virto

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    Algo oscuro pasea desde hace decadas por los pasillos de la casa Cavendish. La gente que ha visitado la mansion habla de ruidos, golpes, voces susurradas, pasos que no proceden de ningun sitio… Algunos cuentan que vieron sombras o que les parecio vislumbrar una figura a lo lejos, alguien escondido que les observaba… Otros solo se atreven a comentar que sintieron un frio repentino, un aroma a flores muertas, una atmosfera opresiva que les impulso a huir para no regresar. Sea como sea, todos saben que alli acecha algo oscuro, tenebroso y maldito. Incluso los expertos en parapsicologia que la han estudiado desaconsejan la visita a la mansion y la consideran una de las casas mas embrujadas de todo Estados Unidos. Al, un joven esceptico que no cree en nada salvo en sus suenos y en su guitarra, se ve obligado a acudir a la mansion para acompanar a su familia, que ha sido contratada para terminar con los extranos acontecimientos que alli suceden. Ante el poder que exhiben los seres que la habitan, se veran obligados a pedirle ayuda a Eli, una joven bruja con el don de ver a los muertos y comunicarse con ellos, don que, hasta el momento, no le ha traido otra cosa mas que problemas. ?Seran capaces de unir sus fuerzas y terminar con la maldicion de la casa Cavendish? De la autora de los bestsellers La red de Caronte y Los crimenes del lago, finalista del Premio Literario Amazon 2017.

  • Toxic Man (Destruccion 1) de Grislanddy L. Hernandez

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    El amor, un sentimiento que para Emilie Green y Damon Armstrong esta prohibido.
    Ella huyendo de su pasado y el teniendola en la mira. El es destruccion, peligro y dolor, mucho dolor. Que no te confunda su Rolex, su traje Kiton 50 creado por el mismisimo, Enzo Diorsi, esa sonrisa arrogante ladeada o su sensual boca y sobre todo no caigas en sus palabras intensas.

  • Alex (Los hijos de monica amder 2) de Erina Alcala

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    La madre de Alex Ponce siempre estuvo enamorada desde que tuvo 12 anos del padre de Alex, Nolan Wilson, su vecino del rancho de al lado, pero este, unos anos mayor que ella nunca se fijo en esa chica seria, timida pequena y callada que fue. A parte de tener novia desde el instituto, Pam, la chica rubia, animadora y guapa. Su madre, Monica Ponce, habia nacido en Malaga, Espana, de padre malagueno y madre americana, cuyo abuelo, el bisabuelo de Alex, tenia un rancho en Dubois, un pueblo del estado de Wyoming y cuando este murio, los padres de su madre tuvieron que irse desde Malaga a hacerse cargo del rancho. Y su abuelo lo hizo prospero. Sin embargo, la noche de la fiesta de graduacion del instituto, sus padres lo concibieron. Sin saberlo, su abuelo, el padre de su madre quiso que su madre Monica, estudiara en la universidad de Malaga y asi estar con sus abuelos paternos. Y alli nacio Alex, al que su madre le puso su apellido y nunca, ni su abuelo ni su padre supieron de el hasta que su madre, regreso al rancho seis anos despues. El era pequeno y recordaba poco, recordaba haber conocido a su padre en el rancho cuando volvieron de Espana, poco tiempo, pero tambien recordo que su padre iba a tener otra hija con su novia que se habia ido a California y habia vuelto embarazada, llevandose a su padre consigo. Sin embargo, la novia de su padre perdio a su hija en el parto. Pero se caso con ella, meses despues y el siguio con su madre que tuvo que hacerse cargo del rancho y ponerlo a punto al morir su abuelo. Recordaba como estuvieron los dos solos y como su madre trabajo e iba de un lado a otro hasta dejar el rancho precioso. Contrato a trabajadores y se enamoro del cocinero, un chico de Montana, West y al que quiso mas que a su propio padre que no fue a verlo nunca mas, salvo llamarlo por telefono y mandarle dinero mensualmente. No lo volvio a ver hasta los 17 anos. Sin embargo, si recordaba irse al rancho de al lado de pequeno y hasta los 17, con sus abuelos, los padres de su padre que lo querian mucho. Su padre nunca le puso el apellido y su madre no quiso que West, su marido, le pusiera el suyo, para no hacer dano a su verdadero padre Nolan, y paso a llamarse Alex Ponce, el apellido de su madre que siempre tuvo y no quiso cambiarlo. Su madre tuvo dos gemelos de su padre West, el que lo habia criado con amor y lo queria como su propio hijo, y a los gemelos les puso su segundo apellido para que todos sus hijos tuvieran el suyo, Ponce, asi sus hermanos a los que llevaba siete anos, West y John, se llamaban Amder Ponce. Cuando Alex acabo el instituto, tanto sus abuelos paternos como su madre, vendieron sus ranchos y se fueron a Nueva York. Su madre le dijo que iban a cumplir el sueno de su padre West. West era un tipo alto, mas que su padre, guapo y fuerte de ojos negros profundos como sus hermanos. Era de Montana y tenia un rancho, que su hermana mayor, le hizo vender cuando murio su padre. Y aun conservaba la mitad del dinero de su rancho, pero al ver el anuncio de su madre buscando cocinero anos atras, fue a Dubois y nunca se arrepintio. Anos atras habia estado cuatro anos en Nueva York haciendo un curso extenso de chef, pero dejo su sueno de montar un restaurante por su madre. Se enamoro perdidamente de ella y nunca habia visto una pareja que se amara mas que sus padres. Siempre se lo decia a su madre, que queria un amor como el de ellos y una mujer como su madre, que se amaban tanto. El no veia que discutieran sino por tonterias y su padre cogia a su madre en alto y se le quitaba el enfado, y siempre estaba cogiendola y besandola y ella a su padre igual. Siendo el pequeno, participaba en esos juegos. En la adolescencia, le parecian pesados, pero despues eran una envidia para todo el mundo. Eran su media naranja, el amor de su vida cada uno. Cuando se fueron a Nueva York, compraron un apartamento enorme y precioso y sus padres montaron una cafeteria justo en el bajo del apartamento. El edificio tenia gimnasio y piscina. Y su madre siempre era la madre generosa que no queria que no le faltara nada a sus hijos, y su padre era mas recto y lo respetaban y querian y West, se emocionaba a veces, sin disimular nada. Justo el ano que se cambiaron a Nueva York, Alex recibio una beca para estudiar en Harvard, habia solicitado Derecho y alli, conocio a su mejor amigo, de Wyoming, de Cheyenne, la capital y durante los seis anos que permanecieron en la universidad, fueron los mejores amigos. Iban juntos a todos lados, estudiaban, salian con chicas. Mas un tonteo que otra cosa los primeros anos, pero el cuarto ano de universidad, Alex creyo enamorarse de una chica que en una de las fiestas que hicieron, chocaron y ella le echo su refresco encima. Tenia 21 anos y cuando miro la cara de esa chica asustada y preciosa, supo que habia tenido la mayor suerte del mundo. --!Ay Dios! Lo siento, siento haberte echado... --No pasa nada, ha sido un accidente --Dijo el casi encantado. -- Lo siento de verdad --Dijo de nuevo la chica. --Te lo perdono si vienes a que me cambie. --?A tu habitacion? --No te voy a comer. --?Que estudias? --Derecho ?y Tu? --Le pregunto Alex. --Yo tambien. --?Que ano? --Cuarto. --Yo tercero --Dijo ella. --Pero no eres de aqui por el acento, digo... --No, soy espanola, de Malaga. Marbella en concreto. --?En serio? --Si, ?Por que? --Yo naci alli, mi abuelo tambien lo era y mi madre, pero me viene a los casi seis anos a Wyoming a nuestro rancho, ahora vivimos en Nueva York --Le contaba mientras caminaban hacia su dormitorio. --!Que casualidad! Yo soy de Marbella y mis padres quisieron que estudiara en esta universidad. --?Tienes beca? --No, ?Tu si? --Si --Dijo Alex. --!Que suerte! --?Como te llamas? --Sofia ?Y tu? --Alex encantado, ya llegamos y me cambio. --Vale. Y lo acompano a traves del campus y se metio en el bano y se cambio. --Bueno, ya esta. ?Volvemos a la fiesta? --Si. --?A que se dedican tus padres? --Mi padre es medico y mi madre tambien. --?Son ricos? --No demasiado, solo que ganan bien y mis abuelos me dan algo para la universidad. --?Tienes mas hermanos? --Si, tengo uno mayor. Julio. Es policia en Malaga, pero ya es independiente. --?Que edad tienes? --20, pronto cumplire 21 en marzo. --Yo 21. Y cumplire en unos meses 22. Nunca te he visto por aqui --Siempre estoy en la habitacion o en la biblioteca. Tengo que estudiar, no puedo dejar que mis padres se sacrifiquen y no aprobar los examenes. A partir de esa noche, Alex, un chico de 1,85, de ojos verdes, pelo oscuro y cuerpo formandose, se creyo enamorado de Sofia, pequena como su madre, si pasaba de 1,60, con unos ojos castanos claros y un pelo castano por media espalda que era su debilidad, tenia un cuerpo precioso. Y cada vez que tenian un rato libre estaban juntos. Eran inseparables, asi como su amigo Jim de Wyoming que se echo otra novia Karen de Nueva York. Iban los cuatro a la biblioteca, a comer y cenar y salian por Cambridge. Y dos meses despues de conocerse, hicieron el amor en un hotel de Cambridge un fin de semana que se quedaron solos. El, ya se habia acostado con algunas chicas en tonteos los anos anteriores. Pero para Sofia era su primera vez y fue muy especial para los dos. Fue intenso y estaban enamorados como adolescentes. El adoraba a esa chica buena que lo adoraba a el. No habia otra. No se lo quiso contar a sus padres hasta que esa relacion tuviera mas tiempo, y ademas no queria preocuparlos y que pensaran que no estudiaba y estudiaba mas con ella. Alex era muy carinoso, y lo que aprendio de su padre West, lo ponia en practica, la cogia al vuelo, la besaba siempre, la tocaba y era su pequena espanola. Asi estuvieron un ano y medio, saliendo. Y cuando Alex empezo el master, justo a la mitad del primer ano de los dos que hizo de master, y cuando Sofia, terminaba la carrera, los padres de Sofia murieron en un accidente de coche y tuvo que volver a Espana para no volver mas. Y aquello fue muy duro para ambos que estaban tan enamorados. Alex recordaba como lloraban el dia que ella tomo el tren para irse al aeropuerto de Nueva York. Era el fin de todo. Alex se hundio en los libros y su amigo Jim, hacia lo que podia porque sabia lo enamorado que estaba de ella. Hablaban por Skype, pero sabia que eso no llevaba a ningun lado y ella no queria sufrir mas de que ya sufria por la muerte de sus padres, y dejo de hablar con el. Le dijo que se buscara otra chica y la olvidara. Alex termino su master, pero nunca olvido a Sofia, estuvo dos anos en casa de sus padres y lo llamaron para trabajar en un bufete, y a los 26 anos, se independizo, tenia trabajo, un apartamento situado en la misma avenida que vivian sus dos padres, y que le pagaron y decoraron entre ambos padres, y ademas tenia dinero. Sus abuelos cuando vendieron el rancho le habian dado un millon de dolares que su madre junto con lo que le habia ido dando su padre Nolan a lo largo de los anos, recibio. Y su cuenta fue aumentando con los dos anos que vivio en casa de sus padres y que no quisieron cobrarle nada. Vivia feliz, tenia todo, chicas no le faltaban y a veces veia a su amigo Jim que se mudo a Nueva York y seguia con Karen y cuando los veia juntos, se acordaba de Sofia, pero eso ya no podria ser. Sin embargo, ninguna chica fue como Sofia en esos anos. Sofia por su parte, al ano siguiente y con uno de retraso, tuvo que repetir curso en Malaga, el ultimo de Derecho, en cambio el master duraba un ano alli, asi que cuando acabo tenia 24 anos y vivia con sus abuelos. No habia olvidado a Alex y nunca mas salio con otros chicos. Queria ir a Nueva York, pero ?Como encontrarlo?, quiza tuviera novia, quiza... Pero iria. Asi que una noche cuando habia acabado su master quiso irse a Nueva York y asi se lo dijo a sus abuelos que, acongojados, no querian perder a su nieta. Su hermano en cambio le dijo que si ese era su deseo, se fuera y probara, si no, que volviera. Era su vida. --Pero abuelo, esta mi hermano Julio, he hablado y con el y con Manuela. --?Y que te ha dicho tu hermano y tu cunada? --Que haga mi vida. Hemos repartido el dinero y vendido la casa de mis padres. --?Y cuanto tienes hija? --Despues de pagar el master, casi 500.000 euros, seran mas en dolares, alquilare un apartamento en Manhattan. Donde vivia Alex con la intencion de verlo. Esa era la unica intencion, encontrar trabajo tambien, pero verlo...

  • Espera, Ponte Asi de Andreu Martin

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    Un director de teatro ensaya con un grupo de actores una obra de Ibsen; falta poco para el estreno, y todo iria sobre ruedas si el azar no le hubiera llevado, unos dias antes, a una habitacion de hotel en compania de la joven, atractiva e insolente actriz que, en la obra, interpreta a la Senora Linde. A partir de ese momento no puede quitarse de la cabeza lo que en principio parecia una simple aventura mas. De repente, el imborrable recuerdo de esa experiencia se convierte dia a dia en una mortificante obsesion. Una y otra vez reproducira, en la realidad o mentalmente, aquella inesperada pero intensa vivencia sexual. Esa obsesion modificara no solo su relacion con Laura, su mujer, sino tambien con actores y actrices que intervienen en la obra. En su huida hacia delante, mientras intenta sobreponerse a la cada vez mas cautivante obsesion. El protagonista toma caminos que lo llevaran, lenta pero inexorablemente, a trastornar su vida laboral, matrimonial y sexual hasta limites que poco podia sospechar.

  • Alas para volar de Miriam Prados

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    Volver a Madrid fue un sueno en si: perderme en sus calles, entre la multitud, sentarme en una cafeteria a leer un guion y vivir sus noches llenas de vida, tambien de recuerdos. Habia cosas a las que todavia no conseguia acostumbrarme, como llamar a ese estudio en el que vivia hogar o el sentimiento de soledad que a veces me invadia; no obstante, al final del dia siempre sentia que era el lugar en el que queria estar, y aunque aun se me escapase el trabajo, estaba recuperando aquella parte de mi en una ciudad que, sin saberlo, guardaba promesas. El tiempo que paso fue... revelador. Echaba en falta a los mios, especialmente a Lucas, quien casi todos los dias que llamaba me preguntaba cuando iba a volver y siempre le contestaba que pronto. Se me rompia un poco el corazon cada vez que lo escuchaba, pero el cambiaba de tema al momento y me contaba cualquier cosa a la que yo prestaba total atencion. Oscar y Nuria se las apanaron bastante bien, mi cunada pidio una reduccion de jornada que le permitia pasar mas tiempo con el nino y, a su vez, invertir en lo que una vez dejo aparcado: su trabajo como maquilladora profesional. Candela me echaba de menos como la que mas, habia venido a visitarme unas tres veces desde que me fui. Cada vez estaba mas cansada de su trabajo, era algo que hacia por inercia, pero aun le daba miedo apostar por algo diferente, algo que ella realmente quisiera hacer. Por otra parte, estaba aprendiendo a respetarse y quererse un poco mas, a dedicarse tiempo y crecer, era algo que admiraba de ella. En cuanto a Hugo, sabia que estaba bien, me lo dijo en algun mensaje que intercambiamos y Candela, que se refugio mucho en el cuando me fui, me aseguraba que asi era. La boda seguia hacia delante y con ello sus planes de futuro. ?Que si lo echaba de menos? Mentiria si dijese que no, sin embargo, es como si sintiera que ambos lo estabamos haciendo bien, quiza porque estabamos creando una calma ficticia, imaginaria, antes de volverla a romper. Capitulo 1 <> Me desperece y remolonee un rato en la cama mientras me llegaba el olor a cafe recien hecho. Matias era una de esas personas que preferian la cafetera italiana y que el olor a cafe tostado inundase la casa antes que someterse a un cafe de capsula. Por si os lo estais preguntando, no, Matias y yo no teniamos una relacion seria, simplemente intentabamos fluir, haciamos cosas juntos de vez en cuando y lo pasabamos bien. Yo diria que nos entendiamos en muchos aspectos, y aunque nunca me presiono ni saco el tema de conversacion mas que algun comentario al aire, se que a el le gustaria que siguiesemos fluyendo mas... a menudo. Algo como dejar mi cepillo de dientes en su casa y viceversa para no cargar con una bolsa cada vez que haciamos planes, pero yo lo tomaba como un paso mas, me asustaba y tiraba balones fuera. A veces, cuando la conversacion se acercaba, maniobraba con un beso y conseguia que nos olvidasemos de ello. Decidi levantarme de la cama y me fui directa al bano a poner en orden mi pelo y lavarme los dientes. Cuando estuve, volvi a mi habitacion, agarre la camisa de Matias para cubrir parte de mi desnudez y me la puse. Sali al salon, lo encontre con un pantalon liviano de pijama, apoyado en la barra de la cocina mientras consultaba su movil. Dejo de mirarlo en cuanto noto mi presencia y esbozo una de esas sonrisas descaradas con las que lograba que me sonrojase. --Buenos dias, Bella Durmiente --dijo apartando su cafe a un lado y colocandome entre sus piernas. Me saludo con un beso casto en los labios y me apoye en el hueco de su cuello--. Vaya, ?te has levantado retozona? Ronronee acariciando su piel con la punta de mi nariz y me estrecho aun mas contra si. --Matias... ?Que haces aqui conmigo? Todavia me lo sigo preguntando. Lo hacia porque el era un hombre pragmatico, profesional, detallista y un amante de categoria mientras yo... Yo era un desastre que vivia de ahorros y pequenos trabajos a la espera de que ocurriese un milagro. --Alejandra... --Levanto mi cara y me miro con esos ojos de un profundo azul--. Me siento bien contigo, ya te lo he dicho mil veces. --Mirate y despues mirame a mi. Por favor, es como si yo fuera la Sirenita macarra y tu el principe Eric con un palacete convertido en atico. Matias se rio y nego con la cabeza, divertido. --Olvidate de los mil motivos que te alejan de mi y piensa en los que te acercan. --?A parte del sexo? --A parte del sexo. Me quede pensativa y me mordi el labio. El sabia que yo era de las que cocinaban los sentimientos a fuego lento, muy, muy lento, especialmente cuando aun no habia olvidado a quien ya sabemos. Eso de que un clavo saca a otro clavo es mentira, ni lo saca ni lo sustituye, solo hace de ese vacio algo mas llevadero. --Tengo que entrar a trabajar en un rato, ?me devuelves mi camisa? --Ni hablar, me queda mejor que a ti. --Nos reimos y le rodee el cuello con mis brazos para acercarlo y juntar mis labios con los suyos en un beso que, segundos despues, dejo de ser inocente. --?Me vas a hacer quitartela? --Me miro con lascivia y mordio mi labio inferior. --Te espero en la ducha. --Me fui tras guinarle un ojo y lo deje terminando aquella taza de cafe. Las mananas de lunes eran, como decirlo, un asco. Olivia, mi amiga y agente, decidia que era dia de vernos para hacer cosas de provecho y asi poder localizar los castines que estaban abiertos. Llegue tarde a aquel Starbucks, tarde y atontada, para que negarlo, el agua y los orgasmos de buena manana eran un somnifero mas que un chute de energia y una patada en el culo. Cuando entre la localice en una de las mesitas con dos comodos sillones, ya que soliamos hablar largo y tendido. Olivia y yo nos conocimos cuando ambas estabamos terminando nuestras carreras, vino al musical que se estreno en mi promocion y se ofrecio desde un primer momento a ser mi agente. Recuerdo que me dijo que iba a parecerme algo de locos, pero que sin conocerme ya creia en mi. Poco despues comenzamos a trabajar juntas y no tardamos en depositar la confianza de la una en la otra, el problema fue que un tiempo despues... Bueno, ya sabeis lo que paso. Por eso, en cuanto volvi a Madrid no dude en llamarla. Me sorprendi cuando me conto que durante varios anos ella tampoco trabajo de agente, se habia dedicado a hacer varios cursos, le encantaban los idiomas, y acabo trabajando como profesora en una academia hasta que se quedo embarazada. Le propuse que volviesemos a trabajar juntas, yo necesitaba una agente y ella vio la oportunidad de volver a retomar todo aquello que una vez dejo y que echaba de menos, asi que volvimos a conectar en una especie de tandem que se extendia mas alla de lo profesional. --Buenos dias, Oli. ?Como esta mi pequenaja? --pregunte acariciando su ya abultada barriga. --Me ha dado una noche horrible, no pienso comer mas chocolate despues de las doce, le gusta demasiado, y lo peor es que me lo hace saber en forma de patadas --se lamento--. No aprendo. --Dile a Ivan que te lo esconda. Eso si, luego no lo amenaces de muerte si no te lo da. Nos reimos, me escape a la barra a pedir nuestros cafes y volvi minutos despues sentandome frente a ella y tendiendole su descafeinado. --?A que se debe hoy tu retraso? --Matias..., ya sabes. Olivia dibujo una sonrisa comprensiva. --Lo intenta. --Y lo aprecio. De verdad, lo hago, aunque aun me cuesta... --Me frote la sien y mire a Olivia --. Es como si sintiera que no es el mejor momento, pero cuando estamos juntos todo va bien. --Piensas demasiado, Ale, tanto que parece que no eres consciente de que no solo Matias lo esta intentando, sino que tu tambien. --Acaricio mi mano en un gesto carinoso y saco su agenda en la que tenia apuntadas mil fechas en un monton de colores a cual mas fluorescente. Estuvimos hablando de ese anuncio en el que participe, de la campana de publicidad que hice con una marca de zapatos y, en especial, de las audiciones fallidas a las que me presente desde que volvi. Le exprese un poco ese desaliento que me agitaba cuando algo se me resistia hasta que, finalmente, ambas nos recordamos que este mundo era asi de incierto, parecia que no cabian las seguridades en el. --Ayer publicaron una nota de prensa. Al parecer van a hacer una adaptacion de la pelicula Por primera vez. No se si sabes cual es, yo la vi hace anos y la verdad es que me gusto. --?Cuando es la audicion? --El dieciocho de mayo --contesto mientras subrayaba la fecha. --En poco mas de un mes... --Di un sorbo a mi cafe y rasque nerviosa ese carton que lo rodeaba. --Tienes que intentarlo, Ale. Yo confio en ti, si no ?que iba a hacer aqui con un bombo de cinco meses? Me hizo sonreir y asenti. Olivia se habia convertido en ese apoyo que necesitaba alli, ella me rescataba cuando me invadian sensaciones poco amables que me hacian dudar de lo que era capaz. Habian pasado muchos anos desde que nos vimos por ultima vez, pero decia que nada de lo que yo era habia cambiado, que seguia teniendo esa luz por la que desde que nos conocimos sintio que tenia que acompanarme ya que, segun ella, iba a llegar alto y lo queria ver. Cuando salimos de la cafeteria dimos un paseo por la Gran Via, me obligo a entrar en una de esas tiendas que tenia cositas en miniatura y a la que no se podia resistir. Cada vez que ibamos salia con algo para Alma, aquella vez fue un conjunto playero de lo mas mono. --Ay, Alma, tu madre no tiene remedio. --No puedo esperar a verla con estas cositas. Voy a esconder la bolsa, como Ivan vea que le compre algo mas me echa de casa. --Tienes muy poca fuerza de voluntad. --Ni te lo imaginas. Tan poca que mira como acabe aquella noche. --Miro hacia su barriga y me rei. Anduvimos hasta la estacion de metro y nos despedimos alli, prometiendole que la llamaria para comer un dia de esa semana. Al llegar a casa recogi todo lo que no me dio tiempo por la manana y me sente en el sofa mientras esperaba a que el suelo se secara. Mi telefono comenzo a sonar apoyado en la barra de la cocina, tuve que saltar del sofa a la silla, apoyar las rodillas en la pequena mesa y estirar uno de mis brazos hasta que lo alcance. --?Si? --respondi con la respiracion agitada. --?Te he chafado un polvo? No me digas que te he chafado un polvo. --No, mas bien ha sido un intento de <>. --Un dia de estos me llaman diciendo que te has roto la crisma por ahi. --Hoy no ha sido el dia, sali victoriosa. --Nos reimos y volvi al sofa--. ?Ya es tu hora del almuerzo? --Podria decirse que si. Mire el reloj y agite la cabeza.

  • Esperanza tuya – Emma K. Johnson de Emma K. Johnson

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    La tentacion entre ellos es demasiada, y el amor no sabe decir que no.

  • La mirada del puma de Gloria V. Casanas

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  • 33 anos sin llorar de F.g. Labandal

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  • La fruta del borrachero de Ingrid Rojas Contreras

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    Bogota. Los noventa. La familia Santiago vive en una comunidad exclusiva y cerrada, a salvo de la agitacion politica que aterroriza el pais. La pequena de la familia, Chula, que tiene siete anos, parece vivir en una burbuja, pero la amenaza de los secuestros, los coches bomba y los magnicidios se cierne fuera del barrio, donde el omnipotente Pablo Escobar elude a las autoridades y coarta a la nacion. Cuando su madre contrata a Petrona, una criada procedente de las barriadas ocupadas por la guerrilla, Chula intenta congeniar con ella. Pero Petrona, que trata de sustentar a su familia mientras el primer amor la lleva en la direccion equivocada, oculta mas de lo que parece. Asi, nina y criada se ven envueltas en una red de secretos que las obligara a elegir entre el sacrificio y la traicion.

  • El destino de Ana H. Murria de Maite R. Ochotorena

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    INSPIRADA EN HECHOS REALES.
    Que opinan los lectores de esta novela de Intriga y Suspense:

  • Antes de los anos terribles de Victor Del Arbol

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    <felicidad parecia el estado natural de la vida, algo tan obvio como que cada manana salia el sol. Los primeros rayos de luz se colaban entre las ramas de palma del techo aquella manana en la que todo empezo a cambiar.>>

    La vida de Isaias volvio a empezar el dia que llego a Barcelona siendo un muchacho y dejo atras su mundo. Despues de mucho tiempo ha construido una nueva vida junto a su pareja, mientras intenta abrirse camino con un negocio de restauracion de bicicletas. Todo cambia el dia que recibe la visita de Emmanuel, un antiguo conocido que lo convence para que regrese a Uganda y participe en un encuentro
    sobre la reconciliacion historica de su pais.

  • Revolucion por minuto de Susana Torres

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    Natalia era una universitaria formal de Medicina en Madrid. Siempre con su carpesano pegado al pecho y las gafas mirando hacia abajo. Hasta que llego el. Javier Leon. Un hombre en una chaqueta de cuero, de espaldas anchas y cadena de metal en la cadera. Al fondo, seis motos y cinco hombres mas enfundados en cazadoras.

  • Timantti de Rebeca Stones

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  • Salvando el para siempre 1 de Lexy Timms

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    A veces, el corazon necesita un tipo diferente de rescate.averigua si Charity Thompson encuentra una manera de salvar el para siempre en esta novela del ambito hospitalario por la aclamada escritora de novelas romanticas, Lexy Timms.

  • Tienes que entenderlo de Sophie Saint Rose

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    Lama se va a vivir a los Estados Unidos siguiendo un impulso. Pensaba que iba a ayudar a su amiga Ninette, que iba a traer al mundo a sus trillizas, pero se llevo una sorpresa al conocer al hombre de su vida. Al fin le habia encontrado. Aunque se resistia un poco, le conseguiria. Era el destino y cierto destino es imposible de cambiar. ?O no?

  • La Senora McGinty ha Muerto de Agatha Christie

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    La senora McGinty aparece asesinada. James Bentley, su inquilino, es acusado del crimen y condenado a la horca, pero el superintendente Spence de Scotland Yard no cree que sea el verdadero culpable y, para demostrarlo, pide ayuda a Hercules Poirot. El detective belga conseguira desentranar una verdad que las pistas mas superficiales habian ocultado.

  • Retractate de Sophie Saint Rose

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    Muriel Daniels odiaba a Parker Montgomery. Le odiaba de veras y no solo por la disputa que habian tenido sus familias durante generaciones, sino porque el aprovechaba cada oportunidad para intentar ridiculizarla como habia hecho por primera vez cuando tenia quince anos. Pero habia llegado el momento de vengarse de veras y en cuanto tuvo su oportunidad, no la desaprovecho. Era una pena que no hubiera salido como esperaba.

  • Solo recuerdo tu voz de Priscila Serrano

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    Se suponia que iba a ser el dia mas feliz de mi vida. Se suponia que, tras cinco anos de estar juntos, ibamos a ser felices para siempre. Se suponia que nos conociamos hasta el punto de saber los secretos mas inconfesables. Supuse tantas cosas y se fueron al traste en menos de tres segundos. Los miseros segundos que Carlos eligio para decirme que no podia hacerlo. --Lo he intentado, de verdad. --Agacho la cabeza avergonzado--. Tu sabes que si, pero... --Pero no hay suficiente amor entre ambos como para poder superarlos, ?no? ?Es eso lo que me ibas a decir? No fue capaz de responderme, ni siquiera tuvo la decencia de hacerlo antes de ponernos frente al altar. Porque era ahi donde nos encontrabamos, delante de todos los invitados y a punto de darnos el <>. ?Se podia ser mas cobarde que el? No lo creia, estaba segura de ello. --Lo siento, Judith. Sin mas, sin darme un minuto para intentar convencerle de que lo que estaba haciendo era el peor error de su vida, porque se iba a arrepentir, se fue. Por unos largos minutos, estuve mirando al frente, creyendo que iba a volver, que se daria la vuelta y me abrazaria prometiendome que era una broma. No lo hizo, se fue sin mirar atras. Y solo cuando reaccione, corri tras el, tras el hombre que me hubo prometido hacia anos que ibamos a estar juntos para toda la vida. En cuanto sali de la iglesia, la luz del sol me dio de lleno, obligandome a cerrar los ojos unos instantes hasta acostumbrarme a su brillante luz. Aunque segui corriendo sin importar nada. Puse un pie en la carretera sin antes cerciorarme de que no viniese ningun vehiculo cuando... Senti el fuerte golpe en mi cuerpo desplazandome a su vez unos centimetros cayendo al suelo. Los gritos desgarradores de mi familia se escuchaban tan lejanos que no era capaz de distinguir a quien pertenecia. --!Judith! Capitulo 1 Judith Tiempo despues Que cansado era levantarse a las seis de la manana para estudiar. Estaba bastante agotada, pero solo me quedaban tres examenes y terminaria la carrera de Periodismo. En los momentos de aburrimiento era capaz de entender por que decidi estudiar eso. Mi cotilla interior siempre andaba leyendo las revistas, pendiente de cada lanzamiento para saber los secretos mas jugosos de las celebrities. Lo unico es que a mis veintiseis anos deberia haber terminado, pero estuve mucho tiempo incapacitada fisica y mentalmente como para ponerme a ello. Entre el intento fallido de boda y el accidente, mi vida se estropeo un poco. Cosas que pasan. Ahora intentaba ponerme al dia en todos los sentidos, los tres anos en los que ni siquiera queria ver a mis padres y mi hermano, habian sido del todo liberadores. Estuve todo ese tiempo curandome tanto en cuerpo como en alma y, aun asi, mi alma seguia destrozada; solo que la coraza que yo misma me habia puesto, no dejaba ver la angustia que aun vivia en mi interior y que creia que jamas se iria de mi lado. Tras terminar el estudio, sali de mi habitacion para desayunar algo. En la cocina me encontre a mi amiga y companera de piso, Fernanda. --Buenos dias, dormilona --dijo en cuanto me puse delante de ella. --?Dormilona yo? --Me senale con un dedo--. Llevo estudiando desde las seis de la manana. ?Acaso no ves las preciosas ojeras que ya llevo como maquillaje diario? Yo no se por que nos maquillamos, si esto --indique poniendo un dedo en mi ojo-- queda genial. Fernanda se acerco a mi y me metio el dedo en el ojo, haciendome dano por unos pequenos segundos. --Au, ?estas loca o que? Tienes la cabeza perdida del todo, eh. --Lo siento, pero es que pretendia quitarte el negro luto de tus ojos para cambiarlo por el rojo drogada. Creo que te va mejor. Intente no reirme y digo intente porque la carcajada que se me escapo de entre los labios fue tan fuerte que hasta mis padres me habrian escuchado, y eso que vivian a cinco calles de mi apartamento. No podia negar que Fernanda era capaz de hacerme reir con puras tonterias. --Asi esta mejor. Es que me agobias cuando te pones tan dramatica --refunfuno, sirviendose una taza de cafe--. Cono, ?tan dificil es levantarte con una sonrisa? Me quede en silencio de golpe, pero solo por no responderle, porque tenia razon. Pero aun me costaba despertar sintiendome en paz. Aun creia que estar viva, era pura suerte y nada mas. Habia dias en los que preferia estar dormida mas tiempo, asi como sucedio despues del accidente. Era tan relajante, me sentia tan bien. Claro que tambien ayudaba esa voz, la voz del hombre que me atropello. No sabia quien era, solo que era joven y guapo; palabras de mi madre. Vino a verme durante mas de una semana, hasta que dejo de hacerlo. Estuve en coma tres meses, descansando, y cuando desperte todos los recuerdos me vinieron como una rafaga de viento, haciendome mas dano que mis propias heridas. Y es que dolia recordar que me habian dejado plantada en el altar, solo por no ser lo suficientemente fuerte como para superar algo que aun hoy era incapaz de hacer. Era todo demasiado complicado y, Carlos, lo complico aun mas. Solo esperaba que donde quiera que estuviera, porque desde que salio de la iglesia no supimos nada mas de el, encontrase esa felicidad que tanto..., que ambos ansiabamos. --Judith, Judith. --Fernanda puso una mano en mi hombro, despertandome de mis pensamientos. --Eh, dime. --Te has quedado en Babia. ?Estas bien? --Si, tranquila. --?Segura? --insistio algo preocupada. Asenti dandole un bocado a la magdalena casera de su madre. Dora, la madre de Fernanda, siempre nos traia comida, dulces y todo lo que sabiamos que iba a las caderas. Aunque en eso yo no tenia queja, mis caderas eran bastante pronunciadas y la talla cuarenta y dos a veces me apretaba. Aunque tampoco ayudaba la estatura, mi metro sesenta y uno no era compatible con mi peso. Pero aun asi, yo me veia estupenda, nunca tuve complejos en ese sentido. Sin embargo, Fernanda era alta y delgada; demasiado, a decir verdad. Siempre me metia con ella llamandola jirafa, o esqueleto andante. Lo hacia de carino, todo hay que decirlo. Pero la adoraba con toda mi alma. Desde que la conoci en el instituto, cuando estabamos en la edad del pavo y teniamos la cara llena de acne, no nos separamos ni para ir al bano. Ella llego desde Venezuela, algo aterrada por ser la nueva y en un pais diferente, pero yo me propuse ser su angel de la guarda y nos hicimos casi hermanas. Hasta su madre y la mia ya lo eran y pasaban muchas tardes juntas, bebiendo, comiendo y poniendonos a caldo. Nos criticaban solo por no pasar tiempo con ellas, no podian entender que nosotras eramos personas muy ocupadas entre los estudios, el trabajo y las juergas a las que Fernanda me obligaba a ir. Sobre las once de la manana sali de mi apartamento junto con Fer. Ella se dirigio a su trabajo, era cocinera en uno de los restaurantes mas conocido de Madrid; y yo me dirigi a la universidad para hacer el dichoso examen que no llevaba preparado, aunque me hubiese levantado a las seis. Era un desastre. Al llegar a la universidad, me sente en la ultima fila y deje el tiempo pasar mientras me comia la cabeza buscando las respuestas correctas del examen. Las manos me sudaban tanto que el lapiz se me cayo al suelo dos veces. El profesor ya me miraba mal y con eso me demostraba que si por el fuera, estaba suspendida. --Joder --musite, tan bajito que solo yo debia escucharlo. Aunque siempre estaba el tipico que estaba pendiente a todo y el siseo tenia que darmelo. Mire a mi derecha y dos sillas mas alejadas de mi, estaba el susodicho que me callo. Lo mire con el ceno fruncido en cuanto se puso un dedo en los labios, insistiendome. --Callate tu, pesado --respondi supuestamente bajito, supuestamente, porque el profesor se acerco a mi y me quito el examen de entre las manos. --Creo que has terminado, ?verdad? --aseguro, mirandome con una ceja alzada. Trague saliva hecha un manojo de nervios. Nunca en mi vida me habia pasado esto. Negue, aferrandome al folio del examen, casi tirando de la hoja porque el tambien lo hacia. --Suelte el examen, Srta. Robles. --No es justo, el ha sido el culpable --me queje como si fuese una nina pequena. --No mienta, llevo observandola un buen rato y el Sr. Castillo no ha hecho mas que intentar callarla. Rode los ojos ofuscada y me levante para despues empezar a recoger mis pertenencias. Me di cuenta de que el estupido con apellido estupido no dejaba de mirarme con una sonrisa llena de suficiencia que le hubiera quitado de un punetazo. El profesor Navarro tampoco dejaba de mirarme y ambos me tenian hasta el mismo... Me di la vuelta tras terminar de recoger y me dirigi hacia la puerta para marcharme; porque, si no me iba a dejar de terminar el examen, ?para que quedarme en el aula? --Espere, Srta. Robles. Manana la quiero aqui a las nueve de la manana. Tendremos una tutoria --exigio el muy... <>. Asenti con una sonrisa fingida y sali de alli y, por consiguiente, de la universidad. El haber salido mas temprano me dejaba tiempo para aburrirme, asi que me subi a mi coche y conduje hasta la casa de mis padres para verles. Hacia ya una semana que no los veia, pero es que con los examenes estaba demasiado estresada como para lidiar con ellos por mas de media hora. No era que no los aguantara, pero mis padres se pasaban el dia quejandose por todo y eran agotadores. Cuando llegue, aparque en el aparcamiento de mis padres y me encamine al ascensor para despues marcar el numero tres. Ya frente la puerta, toque un par de veces y me abrio la puerta mi madre. --Hombre, pero si tengo una hija --se quejo, obligandome a desear irme sin llegar a pisar la casa. --Mama, no empieces, por favor --pedi en tono conciliador. --Es que no me negaras que parece que solo tengo a Jesus. Me dejo pasar tras darle un beso en la mejilla y fui hasta el salon para sentarme en el sillon de mi padre. Como no estaba, cosa rara, aproveche porque el sillon era tan comodo que hasta seria capaz de echarme una buena siesta. --?Donde esta papa? --me interese viendo como recogia la ropa que tenia sobre el sofa. --Ya sabes, a esta hora esta con los amigotes tomandose una cerveza en el bar de la esquina. A no, como lo vas a saber si no vienes a vernos --volvio a quejarse y yo puse los ojos en blanco. --Hace bien --respondi sin ser consciente de lo que mi respuesta iba a provocar en mi madre, ademas de evitar su chascarrillo. Que, de llegar a saber que se pondria asi, me hubiese callado. El problema estaba en que yo era igual que mi padre, no era capaz de cerrar la boca cuando habia que hacerlo. Era un defecto que teniamos ambos, segun mi madre.

  • Nenita de Tania Sexton

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    Corre la decada de los cincuenta, y para una muchacha como Barbara no va a ser facil salir adelante. Solo tiene quince anos, es inocente, buena y con una belleza deslumbrante, y lo unico que desea es trabajar y ganarse su sustento para poder abandonar la casa de su tia y evitar que su tio la seduzca o, mucho peor, la viole.
    Manuel Oliveira es un viudo de casi cuarenta anos, comprometido con una bella mujer y dueno de esa casa donde Barbara va a pernoctar, gracias a su amiga Natalia. Y cuando la conoce, a pesar de quedar prendado por la belleza de esa preciosa cria, ni se le pasa por la mente que el vaya a perder la cabeza por una muchacha que es mas joven que su propia hija.
    Ese mundo que el controla con mano ferrea dara un giro total, haciendo que se comporte como nunca lo habia hecho, sin importarle el dano que pueda causar y sin calibrar las consecuencias que tendra en un futuro.

  • Un marques para mi (Nobles 4) de Olga Salar

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    Lady Alice Alvanley estaba cansada de fingir que todo iba bien, cansada de sentirse sola e incomprendida, de que sus padres apenas tolerasen su presencia en sus vidas.
    Por todo ello, habia decidido independizarse de ellos y, ?que mejor manera de hacerlo que buscandose un marido que la sacara de alli?
    Lucius Whinthrope no podia quitarse de la cabeza a la osada Lady Alice. Primero habia tenido que intervenir para que esta no estropeara el compromiso de su hermana y, despues de que este, por fin, se hubiera formalizado, parecia encontrarsela alla donde fuera. ?Se habria convertido el marques en su nuevo objetivo?

  • Un millon de gotas de Victor Del Arbol

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    Gonzalo Gil es un abogado metido en una vida que le resulta ajena, en una carrera malograda que trata de esquivar la constante manipulacion de su omnipresente suegro, un personaje todopoderoso de sombra muy alargada. Pero algo va a sacudir esa monotonia.
    Tras anos sin saber de ella, Gonzalo recibe la noticia de que su hermana Laura se ha suicidado en dramaticas circunstancias. Su muerte obliga a Gonzalo a tensar hasta limites insospechados el fragil hilo que sostiene el equilibrio de su vida como padre y esposo. Al involucrarse decididamente en la investigacion de los pasos que han llevado a su hermana al suicidio, descubrira que Laura es la sospechosa de haber torturado y asesinado a un mafioso ruso que tiempo atras secuestro y mato a su hijo pequeno.
    Pero lo que parece una venganza es solo el principio de un tortuoso camino que va a arrastrar a Gonzalo a espacios ineditos de su propio pasado y del de su familia que tal vez hubiera preferido no afrontar.
    Tendra que adentrarse de lleno en la fascinante historia de su padre, Elias Gil, el gran heroe de la resistencia contra el fascismo, el joven ingeniero asturiano que viajo a la URSS comprometido con los ideales de la revolucion, que fue delatado, detenido y confinado en la pavorosa isla de Nazino, y que se convirtio en personaje clave, admirado y temido, de los anos mas oscuros de nuestro pais.