• libro no me da la vida - Lucia Be

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    Tras un par de giros imprevistos en su familia y su trabajo, vuelve la mas divertida Lucia Be con un diario personal que refleja a la perfeccion el dia a dia de muchas mujeres de su tiempo. Maternidad, estilo y living la vida freelance; amigas, pareja y copas de vino; infusiones, bizcochos recien salidos del horno y dibujos a mano en una libreta. NO ME DA LA VIDA es a la vez un grito optimista que se empena en continuar celebrando todo lo que viene al tiempo que expresa el agobio de una generacion que debe estar siempre disponible y mostrando lo que hace a cada instante. El desenfreno de vivir on fire las 24 horas necesita un nuevo manual de instrucciones que, al menos, nos lleve a tomarnos con humor y positividad la locura cotidiana.

  • NO ME DA LA VIDA | LUCIA BE | Casa del Libro

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    NO ME DA LA VIDA es a la vez un grito optimista que se empeña en continuar celebrando todo lo que viene al tiempo que expresa el agobio de una generación que ...

  • No me da la vida: Diario de una dama sobrepasada ...

    https://www.amazon.es/No-vida-Diario-sobrepasada-Ilustraci%C3%B3n/dp/8416890706

    No me da la vida: Diario de una dama sobrepasada (Ilustración) : Benavente, Lucía: Amazon.es: Libros.

  • No me da la vida: Diario de una dama sobrepasada eBook

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    No me da la vida: Diario de una dama sobrepasada eBook : Be, Lucía: Amazon.es: Libros.

  • No me da la vida - Lucía Benavente | PlanetadeLibros

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    24 may 2018 — Y recibe cada mes nuestras novedades gráficas, ilustradores y libros de arte. Cargando... Otros libros de Arte.

  • NO ME DA LA VIDA - LUCIA BE - 9788416890705 - Agapea

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  • No me da la vida - Lucía Be -5% en libros | FNAC

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    No me da la vida, libro de Lucía Be. Editorial: Lunwerg. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • ¿Necesitas un ctrl+z en tu vida? - El Periódico

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    23 oct 2018 — 'No me da la vida. Diario de una dama sobrepasada' es el nuevo libro de Lucía Be, una oda a las imperfecciones con la que seguro que te ...

  • No me da la vida | Lucía Be: Sinopsis del libro, opiniones ...

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    Tras un par de giros imprevistos en su familia y su trabajo, vuelve la más divertida Lucía Be con un diario personal que refleja a la...

  • NO ME DA LA VIDA. DIARIO DE UNA DAMA SOBREPASADA ...

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  • Siempre seras tu (FBI 3) de Vega Manhattan

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    No podia quitarme esa frase de la cabeza. Llevaba dias martirizandome y haciendome sentir como lo peor del mundo. No se le podia decir eso a nadie, era lo mas cruel del mundo. Sobre todo para alguien como yo. Habia tenido pocas relaciones en mi vida. La verdad es que casi podia asegurar que ninguna. No era problema de mi fisico, no en el lado negativo al menos. Al contrario, por culpa de mi fisico es que eso ocurria. Los hombres me veian como un trofeo en su cama, pero como nada mas. No me habia importado hasta el momento, no es que yo quisiera nada con nadie, asi que vivia y disfrutaba del momento. Pero llega un punto o una edad en la que necesitas o quieres algo mas. Mis hermanos, Liam y Alice eran felices con sus parejas, habian encontrado el amor. Y yo seguia sola, parecia que eso no estaba hecho para mi. Era algo que costaba asimilar, pero que se terminaba aceptando. Otra cosa muy distinta es que el hombre por el que empezaba a sentir algo porque creia que era diferente, me dijera, claramente y sin tapujos, que solo era sexo. Un polvo muy bueno, si, pero solo un polvo. Como si con esa aclaracion estuviera arreglando las cosas... Toda mi familia habia estado en casa de mis padres y no hacia mucho que se habian marchado. Yo estaba alli, en el jardin, mirando a la nada. Aun vivia con ellos y como me iban las cosas, iba a tardar en poder independizarme. Tampoco era algo que me preocupase, con ellos no estaba cohibida en ningun sentido. --?Que haces aqui tan sola? Me sobresalte al escuchar la voz de Alan. Se sento a mi lado, en el cesped y miro al cielo. --Pense que te fuiste con los demas. --Tu madre me puso un chocolate caliente al que no me pude resistir --rio. --A mi madre le encanta cebarnos a todos --resople. --Como a la mia. --Siempre lo hizo. Una sonrisa se dibujo en mi cara cuando recorde algunos de los momentos vividos con la familia de Alan. Momentos que gracias a la union de las dos familias, volvian a repetirse. Eso me encantaba. --?En que piensas? --En todo y en nada --suspire y me deje caer en el cesped. El hizo lo mismo y los dos miramos al cielo. --Estan preocupados por ti. --Lo se --resople. Mi hermana Alice habia estado intentando sonsacarme que era lo que me ocurria, pero sin exito. No era algo de lo que quisiera hablar con nadie. Aunque sabia que necesitaba hacerlo. --Me he acostado con mi jefe --solte de sopeton. Mire a Alan de reojo, para ver como reaccionaba. Creo que ni pestaneo... --Ah... --fue toda su respuesta. --Varias veces. --No necesito detalles, Hannah, creeme. --Esta casado. --Entiendo... --apreto la mandibula. --Creia que sentia algo por mi, ?como pude ser tan ingenua? --Supongo que todos lo somos de vez en cuando. --?No vas a criticarme? --?Quieres que te juzgue? --giro la cabeza y me miro-- No lo hare nunca. Es tu vida, tu decides como la vives. --Meti la pata. Me crei cada una de sus palabras. Eres especial, voy a dejarla... Seis meses he estado asi, Alan. Seis malditos meses y cuando le he reclamado un poco mas de atencion, ?sabes que ha hecho? --Sorprendeme --dijo con ironia. --Me ha dicho que soy un simple polvo para el --lo dije con toda la rabia que sentia dentro. Resople y volvi a mirar al cielo. Estaba precioso y yo podria pasarme horas alli, solo mirandolo. --?Y que vas a hacer? --pregunto. --Olvidarlo. No quiero nada con el. Pero me siento tan idiota... --?Y el trabajo? --Tengo que quedarme. Me amenazo con una demanda si lo rompia. Tendre que aguantar los dos meses que me faltan y marcharme. --Puedes romperle las pelotas e irte. --No es tan facil. --Si pudieras demostrar lo que hubo entre vosotros y el chantaje si. --Ya... Pero no puedo --suspire. El se quedo unos segundos en silencio. --Me ire cuando termine, con el finiquito montare mi empresa. --Espero que asi sea... Nos quedamos callados, solo disfrutando de esa hermosa vista. --A veces los envidio, ?sabes? --?A quienes? --pregunto. --A Liam y a Eva. A Alice y a Noah... Es tan bonito verlos enamorados --suspire cual quinceanera. --Lo viviras. --No creo --sonrei con tristeza. --?Por que no? ?No quieres eso? --Pues hasta hace poco no --rei, negando con la cabeza, el me miro con una sonrisa--. Pero desde hace un tiempo... Es bonito imaginar que tal vez hay alguien en el mundo para mi y con los mismos deseos que yo. --Seguro que si. --?Que deseas tu, Alan? El no tuvo que pensarlo demasiado antes de responder. --Lo quiero todo. --?Que es todo? --Boda. Hijos. Casa grande. Un para siempre... --rio, avergonzado-- Como ves, por algo estoy solo. --Mereces eso y mas, seguro que lo consigues. --No lo se, Hannah --miro al cielo. --Tienes que creer en ello, ?no es asi? Si me dices que yo crea, ?por que no hacerlo tu? --Porque la persona con la que quiero mi "todo" ni siquiera se da cuenta de que existo. Lo mire con el ceno fruncido. --No pasas desapercibido para nadie, Alan. Las mujeres suspiran por ti. Y lo sabes. --Pero no la que quiero --se levanto del cesped y me ofrecio la mano--. ?Un chocolate caliente conmigo y me despido? Agarre su mano y me ayudo a ponerme en pie. --Solo si me cuentas quien es ella. --Va a ser que mejor me despido ya... --comenzo a caminar y yo a seguirlo. --Vamos, Alan --rei--. Yo te cuento mis secretos, es tu turno. --Algun dia, que no sera hoy. --?Por que no? --Ahora preocupate por estar tu bien --puso su mano alrededor de mis hombros--. Ellos se preocupan de verdad. Yo tambien. Solo queremos verte feliz. Sonrei, la verdad es que todos eran de lo mejor. --Lo hare, todo estara bien. --Lo se --sonrio--. Y nosotros estaremos contigo. Al menos los tenia a ellos. La mejor familia y amigos del mundo. Aunque mi autoestima como mujer fuera una mierda. Aunque odiara que me vieran como un simple objeto sexual y que nadie se parase a querer conocer que habia en mi interior. --Si acabamos los dos solos, siempre podemos irnos juntos de viaje cuando seamos viejos -- rei--. Con las dos parejas de tortolitos. --?Con esos cuatro? Ni muerto --exclamo haciendome reir. Igual que no se soportaban, no podian estar unos sin los otros. A la vista estaba de que Alan se pasaba ya media vida en casa de mis padres, no se le podia echar de alli ni con agua caliente. Mi vida sentimental podia ser un desastre, pero la familiar... Esa era, ademas de para no aburrirse, casi perfecta gracias a todos ellos. --?Sabes, Alan? Creo que yo tambien quiero un "todo" de los tuyos --suspire, haciendolo sonreir. Alan Estaba enamorada de su jefe. Maldita fuera mi suerte, ?por que me lo tenia que contar a mi? A veces odiaba ser su amigo porque habia cosas que preferia no saber. Que Hannah estaba rara ultimamente y que su humor estaba mas agriado de lo normal era cierto, pero ahora entendia por que. Estaba enamorada de alguien que la habia usado, de un tipo que solo la habia tratado como a un objeto. Maldito imbecil, no tenia derecho a hacer sentir mal a nadie. Llegue a mi casa y, tras una ducha, me tumbe en la cama. Sentia una pequena opresion en el pecho desde que Hannah se habia sincerado conmigo. Hubiera preferido que se lo hubiese guardado para ella. Hannah era una gran amiga para mi. Sobre todo desde que nuestras familias, con el paso de los anos, volvieron a unirse. Eramos adultos y la amistad entre nosotros se retomo rapidamente, convirtiendose en una mejor. Porque en el pasado eramos dos crios que no entendiamos lo que verdaderamente significaba el ser amigo de alguien. Pero ella me hacia sentir algo mas. No sabia que, solo que necesitaba verla bien. No echa una mierda, como parecia estar, por un gilipollas como debia de ser su jefe. Era lo que habia... Era el precio a pagar por ser amigo de una mujer. Ser invisible para ella mientras escuchaba las penas sobre los demas. Ese era mi papel y no es que yo quisiera otro, que va. Solo... Bueno, que habia cosas que preferia que se las contara a su hermana o a la mia antes que a mi. En fin... Que para que iba a negarmelo a mi mismo. Habia cosas de mi amiga, de la mujer por la que sentia algo mas que una simple amistad, que no queria saber. Porque aunque Hannah a mi no me viese de esa manera, para mi desgracia y con el paso del tiempo, yo estaba enamorandome de esa mujer. Y por eso mismo iba a hacer lo que un hombre maduro haria: iba a salir corriendo hasta que se me pasase la jodida calentura. Porque habia que estar loco para enamorarse de una mujer como Hannah. Una asi, me atraparia cada vez mas y el dolor por no ser correspondido podria llegar a hacerme mucho dano. Yo no estaba dispuesto a sufrir. Claro que tampoco estaba dispuesto a sacarla, por completo, de mi vida porque joder, era mi amiga. Asi que eligiera lo que eligiera, estaba jodido. Esa era la unica cosa que sacaba en claro con todo esto. Eso y que tenia que alejarme un poco y quizas, al volver, me diese cuenta de que estaba equivocado y exagerando las cosas. Era posible, ?no?

  • La bestia de Lily Perozo

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    Benjamin Sutherland, es un joven atractivo que anhela alcanzar la fama y ser uno de los actores mas reconocidos de Hollywood, con sus suenos en una maleta llega a Los Angeles, donde tambien se reencontrara con su pasado, en muy poco tiempo alcanzara la cima del exito anhelado, convirtiendose en la sensacion del momento. No obstante, una mala decision y extranas circunstancias lo posicionan en el ojo de un huracan mediatico.
    Candice Adams lleva una vida perfecta al lado Jeremy el chico al que ama, pero un inesperado suceso que conmociono al mundo la golpeara con todas sus fuerzas, cuando creia que todo estaba perdido y habia tomado nuevas decisiones para su vida, el destino la llevara a un lugar donde conocera cuan delgados son los limites entre el bien y el mal. Las pesadillas que la persiguen desde nina empezaran a hacerse realidad; sin darse cuenta formara parte de un plan para el que ha sido predestinada y terminara entregando mas que el corazon a la persona menos indicada.
    LA BESTIA es una historia cargada de suspenso e intriga que nos llevara a cuestionarnos algunas de nuestras creencias, siempre teniendo como ingrediente principal ese poderoso sentimiento que mueve al mundo: El amor.

  • Y tu de que moriste de Sonia Silva

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    Y TU DE QUE MORISTE? Es una novela comica femenina y disparatada donde su protagonista, Sofia, nos cuenta como podemos convertirnos en la mejor version de nosotros mismos gracias a las desgracias que inevitablemente la vida nos pone por delante, y echar de camino unas risas. Podriamos decir que es una comedia de autoayuda, aunque ni la autora ni el personaje pretenden en ningun momento ayudar, quizas y como mucho invitarnos a hacer una reflexion sobre nosotros mismos y nuestras decisiones basadas casi siempre en el miedo, y lo poco que nos reimos al respecto.Toda una suerte de casualidades desastrosas, una chica bastante ingenua, “tonta de capirote”, y una cuerda… Una aventura imposible politicamente incorrecta desde la primera palabra… pero quizas ese punto irreverente sea lo que la haga especial.Con una opinion sarcastica, esta sujeta, protagonista, antagonista, antiheroe, diferente persona, va a intentar adentrarnos en un mundo agrio, dulce, picante e intenso. La risa y la aventura quedan aseguradas en esta increible novela contemporanea. Disfrutalo y deja tu comentario para que el buen ratito llegue a mas personas. EL AUTOR: Sonia Silva es una artista incansable que ejerce en casi todas las modalidades de arte. Cantautora, escritora y guionista, directora de teatro, actriz, bailarina, pintora, con una trayectoria discreta debido a su caracter reservado y bohemio, tiene en su haber el exito de su comedia alegorica "?Con Quien Hablan las Mujeres?", un cortometraje que pronto vera la luz sobre temas mas dramaticos como el alcoholismo y el derecho a una muerte digna, el presente libro y varias canciones y videos de Youtube en su propio canal. Defensora desde muy joven de los derechos de la mujer y su capacidad de ser protagonista activa en la sociedad actual, intenta siempre impulsar proyectos que reseteen viejas creencias de indefension y limitaciones.

  • Entre el Sol y la Luna ( Los Lagos 2) – Juani Hernandez de Juani Hernandez

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    La vida sigue tras los ultimos acontecimientos sucedidos en el Reino de Los Lagos, aunque nadie dijo que fuera a ser sencillo.

  • Lo que no sabia de mi, Sibila Freijo de Sibila Freijo

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    ?Que pasa cuando tu sexualidad explota de repente?
    ?Y si un dia descubres que tu cuerpo y tu vida estan llenos
    de secretos que no conocias?
    De dia, Carlota es una mujer culta y atractiva a punto de
    cumplir los cuarenta, recien divorciada tras un largo matrimonio,
    con dos hijos y un buen trabajo en una agencia
    de comunicacion gastronomica. Pero de noche, todo es
    distinto.
    Como un animal que muda de piel, la protagonista se
    abre a un mundo nuevo, lleno de placeres insospechados,
    y se lanza a una apasionante aventura que la llevara de una
    experiencia a otra, en busca de una excitacion que jamas
    penso que pudiera estar a su alcance.
    Sibila Freijo firma esta novela erotica de alto voltaje para
    las lectoras mas exigentes, que es a la vez una reflexion
    sobre el sexo, el amor, el desamor y las relaciones de pareja,
    con un trasfondo de humor e ironia.
    Y es que nuestro cuerpo puede ser el camino para descubrir
    todo lo que no sabiamos de nosotras mismas.

  • El Principe (Noches en Florencia 1) de Sylvain Reynard

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  • Sweet Manhattan de Lina Galan

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    Aquel fue un gran descubrimiento para Brooklyn. A sus cinco anos, la nina obedecia fielmente a Jocelyn, su nanny, que solia acostarla cada noche y le leia un cuento hasta que se quedaba dormida. Pero, en aquella ocasion, la inocente lectura no fue suficiente para que su sueno se volviera profundo. Unas voces en la planta de abajo le hicieron levantarse y caminar descalza por el pasillo, con su primoroso camison blanco de encajes. Su curiosidad infantil la llevo a la parte superior de la escalera, donde, agarrada a la baranda de madera, oteo el horizonte en busca de los acontecimientos que tenian lugar en la parte inferior de la casa. Aquellas voces y risas resultaron deberse a una de las veladas sociales que organizaban sus padres mientras ella y su hermano, Kayden, cuatro anos mayor, dormian apaciblemente en sus habitaciones. Observo a su madre, Alice, tan elegante como siempre, y a su padre, Cameron Edwards, candidato por aquel entonces a la alcaldia de Nueva York y que necesitaba de aquellas reuniones para obtener votos y popularidad. Tambien observo al hombre que ella conocia como el abogado de su padre y que aquella noche aparecio con su hijo, un chico de unos dieciocho anos, alto, moreno y con una contagiosa sonrisa. En cierto momento, el joven elevo su mirada y se topo con la de Brooklyn, cuya carita permanecia entre los barrotes de la balaustrada. El muchacho sonrio, le guino un ojo, y ella le devolvio la sonrisa, aunque despues el volviera a sus cosas de adulto, como estrechar manos y saludar. El caso es que aquella no fue la unica vez que la nina aparecio en lo alto de la escalera. A partir de entonces, cada vez que Brooklyn oia algo que le hiciese sospechar que habia visitas, se hacia la dormida tras la lectura del cuento por parte de Jocelyn y, minutos despues, andaba descalza hasta la escalera, se sentaba en el primer escalon y apoyaba su rostro entre los barrotes. En su mente infantil, sonaba que aquel joven un dia decidia subir los peldanos, la tomaba de la mano y la acompanaba a mundos lejanos, con caballos que volaban y arboles de gominola. La cria fue creciendo, y los suenos con aquel chico se transformaron en otros muy diferentes. Ya era una adolescente cuando continuo con la misma rutina nocturna. Aunque ya no necesitaba a su ninera para arroparla, ni cuentos que la hiciesen dormir, se levantaba a hurtadillas y corria hacia la escalera para buscar con la mirada a Jonathan Reed, el protagonista de sus suenos ya nada infantiles. Incluso, si alguna vez invitaba a alguna de sus amigas a dormir, todas ellas corrian hasta el descansillo en plena noche para poder comentar los vestidos de las mujeres, sus peinados o la aparicion de algun chico que pudiese suscitar algun interes, algo que no solia ocurrir muy a menudo en reuniones de politicos de la edad de sus padres como minimo. Brooklyn tenia catorce anos y calculo que Jonathan tendria sobre los veintisiete el dia que este se presento en su casa con su prometida, una rubia a la que odio de inmediato a pesar de su cara de angel. --Es muy mayor, te lo he dicho mil veces --comento Sally, una de sus amigas--. ?Como te puede gustar un tipo tan viejo? --No es viejo --gruno Brooklyn--, y es guapisimo. ?No habeis visto los bonitos hoyuelos que se le forman cuando sonrie?, ?y sus ojos verdes? Jamas en mi vida he visto unos ojos como esos. --Sin dejar de contemplarlo, suspiro ruidosamente. --A mi tambien me parece mayor --intervino Kimberly, otra de sus mejores amigas--, aunque lo salva bastante como va vestido. Me gustan los chicos con uniforme. Jonathan, por aquel entonces, ya era el teniente Reed. Despues de sus estudios en Harvard, se alisto en el cuerpo de Marines --Brooklyn no supo nunca el motivo, aunque oyo hablar a su padre sobre el disgusto de su amigo-- y lo solian enviar a misiones en el extranjero, por lo que sus visitas se habian espaciado considerablemente. Su padre, Samuel Reed, fiscal asistente del distrito, no parecia estar muy contento con el hecho de que su hijo no continuase con la tradicion familiar de dedicarse al derecho, pero parecia ser que Jonathan tenia bastante claro su futuro militar. --Vale, aceptamos que sea guapo --continuo Sally--. Pero ?que me dices del detalle de que tenga novia? !Y encima es una belleza! --No es la primera novia que presenta --se defendio Brooklyn--. Seguro que con esta tambien acaba rompiendo. --Tal vez, pero se ven muy enamorados --la pincho Sally. --Como con todas las demas --volvio a defenderse. --Y, luego, ?que? --pregunto su amiga--. ?Te casaras tu con el? --Lo veo un poco improbable --dijo Kimberly, con petulancia--. Hasta aqui llegan los destellos del enorme anillo de prometida que lleva la chica en el dedo. Brooklyn sintio unas enormes ganas de empujar a sus invitadas escaleras abajo. !Debian apoyarla! ?Para que estaban las amigas, si no? --!O puede que se muera y acabe viudo! --grito, presa de la rabia. --Oh, vamos, Brook, no te pongas dramatica. ?De verdad vas a desear que se muera la pobre chica? --Yo no he dicho eso, pero podria pasar. --Brooklyn se sentia ligeramente mal por su comentario desafortunado, pero no pensaba retractarse ante ellas--. Las personas tienen accidentes todos los dias... --!Deja de decir eso, Brook! --exclamo Kimberly--. ?Por que no admites de una vez que un hombre como ese jamas se fijaria en ti? !Eres una nina! --Muchas gracias, amiga --gruno, enfurrunada. Le sento muy mal que no le dieran ninguna esperanza, aunque fuese fingida, como haria cualquier amiga. Algo asi como <> o <>. !Las amigas estaban para lo bueno, para lo malo y para mentir si era necesario! Lo malo, en aquel asunto, fue que llevaban toda la razon. Jonathan y su prometida se casaron un ano despues. El dia de la boda, Brooklyn se paso el tiempo engullendo canapes y probando a escondidas todas las bebidas alcoholicas que ofrecieron en el banquete. Como resultado, pillo su primera borrachera y, para colmo, no llego ni a acercarse al novio, que, por cierto, con su uniforme militar estaba espectacular. La ultima vez que Brooklyn vio a Jonathan en su casa fue la noche que aparecio con su mujer embarazada. La joven ya no apoyaba su cara en los barrotes de la escalera, pero si se quedo en el piso superior, para poder contemplarlo, como siempre, desde la distancia. Los vio tan felices que sus suenos infantiles murieron aquel mismo dia, puesto que ella misma ya era una mujer adulta, que estudiaba, salia con chicos, se divertia... y en cuya vida ya no habia espacio para el joven de bonita sonrisa que siempre contemplo desde la altura de una escalera. Ese chico se habia convertido en un hombre casado y futuro padre, muy lejos de su alcance. Aunque si que volvio a saber de el: en el funeral de su esposa. El dia que Brooklyn supo la noticia, lloro amargamente, sintiendose culpable. Ella habia llegado a desear la muerte de esa mujer y dicho deseo se habia cumplido... El ya capitan Reed estaba destinado en Tunez, donde hubo un atentado en los alrededores de la embajada norteamericana. La mala suerte quiso que ese dia, el y su esposa estuviesen invitados, junto al resto de oficiales, a una recepcion con el embajador. Un coche bomba mato a varios soldados y diversos civiles, entre los que se encontraba la mujer del capitan. Tambien hubo heridos, uno de ellos Jonathan, que no pudo asistir al funeral de su difunta esposa debido a la gravedad de sus heridas... --Es bonita la cicatriz --le dice el chico. El corazon le da un vuelco y se lleva la cabeza de muneca al pecho. --?Bonita? Es una cicatriz. --Es una senal de haber sobrevivido. JULIANNA BAGGOTT, Puro Capitulo 1 Un agudo dolor de cabeza, sed y sensacion de nauseas fueron los sintomas que reconoci en el momento de despertarme: aquello era una horrible y pesada resaca. Ciertos flashes de la noche anterior asaltaron mi mente embotada, pero preferi intentar levantarme antes de que pensar demasiado terminara haciendome explotar el craneo. Nada mas abrir los ojos, parpadee por la intensa claridad que ya entraba por la ventana, lo que me hizo incorporarme de golpe en la cama, a pesar de los pinchazos en las sienes. Porque, si entraba tanta luz, se debia a que ya serian mas de las ocho... --!Mierda! !Voy a llegar tarde! !Otra vez! Fue justo al desprenderme de la sabana que descubri mi cuerpo desnudo. ?Desde cuando me acostaba yo asi si tenia una buena coleccion de pijamas? Temiendo responderme a mi misma a esa pregunta, ladee la cabeza hacia el otro lado y me encontre con lo que mas temia: un desconocido durmiendo junto a mi, en mi cama, acurrucado en mi almohada, tan en pelotas como yo. --!No, no, no! Pero !?que hice anoche?! Por mas que escarbaba en mi cerebro, no encontraba mas que unas pocas imagenes de mi misma en la fiesta de Patrick, de mis amigas, del retumbar de la musica, de un bailecito sexy encima de una mesa... Ya no habia tiempo para eso. Debia deshacerme de aquel tipo ya. --!Eh, tu, despierta! --grite mientras lo zarandeaba--. !Despierta de una vez, joder! El desconocido parpadeo, me miro y despues miro a su alrededor. --?Donde estoy? --En la Casa Blanca, capullo. !Levantate ahora mismo! --Le di un empujon y el cuerpo del hombre impacto con un golpe seco contra el suelo de madera. Hasta a mi me dolio. --!Oye, guapa! --se quejo, tras incorporarse--. !Seguro que anoche no me echaste asi de tu cama! --!?Que paso?! --le exigi saber--. ?Tu y yo...? Ya me entiendes... --!Y yo que se, no me acuerdo! --refunfuno mientras buscaba su ropa y sus zapatos--. ?Donde demonios estan mis cosas? --Ay, Dios... --murmure--. !Mira en el bano! ?Me habria metido en la ducha con ese tipo? ?Y que habiamos hecho con la ropa? !La mia tampoco estaba por ninguna parte! --Solo he encontrado los calzoncillos y los zapatos --dijo el chico antes de salir con esas pocas prendas sobre su cuerpo. Me habria reido ante semejantes pintas si hubiese sido buen momento para hacerlo. --?De verdad no puedes acordarte de si nos acostamos tu y yo? --insisti. --Lo ultimo que recuerdo es verte caer de una mesa --me explico--. Te tuve que coger al vuelo porque estabas muy borracha, te enganchaste a mi cuello y, despues de eso, nada. --Oh, genial --me lamente. !Ni siquiera podia saber si habia usado proteccion! --A ver, a ver, no entremos en panico. --Me coloque una camiseta que saque de un cajon, para taparme, y retire las sabanas hasta tirarlas al suelo--. Tu mira debajo de la cama, yo lo hare entre las sabanas. --?Y que se supone que tengo que buscar? --!Un condon usado, idiota! --Ah, vale, entiendo... Por si lo hicimos a pelo, ?no? --Oh, callate... --gemi. Con tan solo oir aquella posibilidad, me inundo el panico... porque aquello me hizo recordar que mi vida sexual era un autentico desastre. En las pocas relaciones que habia tenido, ni siquiera habia sido capaz de disfrutar del sexo, y, para una vez que parecia haberme desmelenado y decidido meter a un desconocido en mi cama, resultaba que no me acordaba de nada. ?Y si esa vez habia tenido un orgasmo colosal? !Nunca lo sabria! Mire al tipo, tirado en el suelo, buscando un condon, con solo unos zapatos y unos feos calzoncillos de color gris sobre su cuerpo. Arrugue la nariz. Dudaba mucho que hubiese sido el polvo de mi vida. Di un respingo cuando unos golpes en la puerta resonaron en toda la habitacion. --!Brooklyn, cielo, abre la puerta! !Te has quedado dormida! !Llegaras tarde al trabajo! --!Voy, Jocelyn! --grite--. !Un momento! --?Quien es Jocelyn? --murmuro el chico. --Mi nanny, tienes que largarte. --?Tu nanny? ?Como vas a tener ninera con...? --Fruncio el ceno--. ?Cuantos anos tienes? --Tengo veintiseis, y, ahora, largate de aqui. --?Y por donde quieres que salga si tienes a tu ninera aporreando la puerta? --Por donde va a ser, !por aqui! --Abri la ventana y le senale el alfeizar y la pared cubierta de enredadera por donde debia deslizarse. --!?Por la ventana?! --exclamo--. !Ni hablar! !Puedo matarme! !Y estoy casi desnudo! --Al menos llevas el culo tapado. --Sonrei ante la suerte que tuvo de haber encontrado al menos los calzoncillos--. !Agarrate a las ramas, veras que facil! --Joder... --refunfuno mientras colocaba las rodillas en el alfeizar--. Si me he acostado contigo, puede resultar el polvo mas caro de mi vida si me rompo un hueso. Y si no lo hemos hecho... demuestro ser muy estupido. --!Brooklyn, carino, abre! --insistia una y otra vez Jocelyn. --!Ya voy, espera un segundo! --Despues de contestar, volvi a dirigirme al supuesto desconocido--. !Vamos, baja! !Solo es un piso! --!No, espera...! Pero la negacion se perdio entre las hojas de enredadera cuando lo empuje y, a continuacion, cerre la ventana, puesto que los gritos y los intentos de abrir la puerta me estaban poniendo nerviosa. Crei captar un golpe sordo sobre el parterre de hortensias, pero lo ignore. Tras dar un suspiro, corri a abrir. --!Nina! --exclamo al entrar en mi cuarto--. ?Por que has tardado tanto? --Ya no soy una nina, Jocelyn. Puedes pillarme con el culo al aire. --?Quieres decir como estas ahora mismo? --La mujer elevo una ceja al senalar mi indumentaria, que no me tapaba, precisamente, ni el trasero. Poco despues, arrugo la nariz y se dirigio a la ventana--. !Y abre un poco, por el amor de Dios! !Huele a...! Me dirigi con rapidez a asomarme, en busca de un joven medio en pelotas que quiza yacia, inconsciente, sobre las hortensias... pero, al parecer, habia logrado sobrevivir, porque no encontre a nadie. Suspire, aliviada de que no le hubiese pasado nada y, no lo voy a negar, para no tener que dar explicaciones a Jocelyn, lo que en aquel momento me parecio lo mas importante. --?A que huele? --le pregunte a mi nanny con una sonrisa candorosa, intentando disimular el nerviosismo que aun me atenazaba. --A que tienes que meterte en la ducha ahora mismo --me apremio--. Pero no tardes en bajar, porque, antes de irte, tu padre tiene que hablar contigo. Ah, y Kayden tambien esta aqui. --?Mi padre quiere hablar conmigo? --solte, escamada--. ?Y que diantres hace aqui mi hermano? !No puedo atenderlos ahora! !Ya voy con media hora de retraso! --Pues sera una hora entera, no creo que a Harper le importe. !Vamos! !Espabila! --Joselyn puso los brazos en jarras al mirar a su alrededor mientras yo me metia rauda en el bano--. Menudo desastre de cuarto. !Y luego dice que ya no es una nina! Me duche a toda prisa, desenrede mi melena cobriza y me vesti con un pantalon negro y una blusa verde esmeralda. Cogi mi neceser para maquillarme en el taxi y ahorrar tiempo, y baje hasta el comedor, donde me esperaban mis padres y mi hermano en mitad de un espeso silencio. En lo primero que pense fue en que debia buscarme cuanto antes un lugar donde vivir, independizarme, pues ya no tenia edad para tener ninera ni para aguantar las broncas de mi progenitor. Aunque, con toda probabilidad, este iria a buscarme donde quisiera que viviese para imponer sus normas de politico. --!Lo siento, pero ya voy tarde! --exclame en un intento de salir corriendo e ignorarlos a todos. --Alto ahi, jovencita --me detuvo mi padre--. Creo que sabemos el motivo de tu tardanza de hoy. --Vamos, papa, no necesito un sermon a esta hora de la manana. Si, ayer sali de fiesta; si, bebi un poco; si, Harper me matara. Pero no creo que nada de eso pueda empanar tu imagen. --?Estas segura de eso? Cameron Edwards, mi padre, exalcalde de Nueva York y candidato a gobernador, tecleo en su telefono movil y lo planto delante de mi. Suplique que se me tragara la tierra cuando contemple aquel video subido a YouTube, donde podia verme a mi misma, borracha, bailando y cantando encima de una mesa, de donde cai en brazos de un tipo que me cogio al vuelo y que reconoci como mi companero de cama. Solte un jadeo al contemplar como nos besabamos en la boca, aunque quien estuviese grabando se centro en la parte inferior de mi anatomia, ya que se me subio el vestido hasta la cintura y mostre mi tanga de encaje negro a toda la concurrencia. Palideci. !Mi trasero ocupaba toda la pantalla! --!Por Dios, papa! --grite, alterada--. ?No puedes hacer que lo eliminen? --Oh, claro, ?por que no se me habra ocurrido antes? --respondio con ironia--. Pero me extrana que una milenial como tu no recuerde que existen las capturas de pantalla y toda clase de herramientas para conservar algo asi. Mi animo cayo al suelo en ese mismo instante. No era la primera vez que avergonzaba a mis padres, aunque juro que jamas lo habia hecho a conciencia. --Lo siento, papa, yo... --?Y que me dices de mi, Brook? --intervino Kayden--. ?Crees que no voy a ser el hazmerreir de la prensa britanica... otra vez? La mala suerte --al menos para mi-- quiso que, si no habia bastante con tener un padre con cargo publico, tuviera un hermano prometido a una joven y noble inglesa, Elizabeth, hija del conde de Pembroke. Se conocieron en una fiesta de amigos comunes, recibieron el impacto de Cupido y, unos meses mas tarde, se encontraron inmersos en la ceremonia de peticion de mano. A la vista estaba que Kayden se movia en circulos mas selectos que yo. --!Oh, vamos, dejad de mirarme como si creyerais que pretendo humillaros por deporte! -- estalle--. !Tengo veintiseis anos! !Tengo que divertirme!

  • En algun lugar en el cielo de Fernando Cabeza

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    Durante una apacible manana de otono, el vuelo AT 2031 de la compania Air Atlantic, despega del aeropuerto de Santiago de Compostela con destino Londres. Se trata de un viaje rutinario de poco mas de dos horas, pero algo no sale como deberia. Los pilotos son incapaces de tomar tierra en la capital britanica, a pesar de que la aeronave no tiene ningun problema tecnico. Lo que en un principio parece un incidente aislado, pronto se convierte en un grave problema. La tripulacion pide ayuda de forma desesperada, pero las autoridades en tierra omiten dar respuesta o explicacion alguna, bajo un extrano secretismo. Sus pasajeros tendran que enfrentarse a las horas mas angustiosas de sus vidas, confinados dentro de un cilindro metalico de 28 metros de largo, sin comunicacion alguna con el exterior.

  • Sinfonia de un amor casi prohibido de Delfina Farias

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    El es empresario por obligacion, ella pastelera por decision. Cuando se conocieron Emma se negaba al amor por una mala experiencia del pasado, por otro lado, Javier tenia un gran sueno que anidaba en su corazon, y un apellido que era una losa sobre sus hombros. Poco a poco, Javier con su simpatia y su preciosa sonrisa consiguio enamorar a Emma demostrandole, que no todos los hombres son iguales.
    Los secretos y mentiras de su familia salen a la luz, destrozando todos sus suenos. Y a pesar de que la familia y la sociedad entera los senalaria con el dedo, ellos lucharan por su amor.
    ?Cual es el secreto que amenaza su felicidad?
    ?Lograran cumplir sus suenos o tendran que aislarse del mundo entero para poder vivir su amor?
    ?Como acabara Sinfonia de un amor casi prohibido?

  • El sexto sentido (Ordinales 4) de Phavy Prieto

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    Cuarta obra de la Saga Ordinales.

  • Cassie y el chico de colores (Familia Reed 3) de Olivia Kiss

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    Cassie es alocada, impredecible y lleva toda su vida sonando con dedicarse a la pintura. Por eso, cuando por fin consigue una beca para mudarse a Nueva York, no se lo piensa dos veces antes de hacer las maletas, a pesar de lo mucho que echara de menos a su excentrica familia. Lo que no imaginaba era que, al empezar sus clases, tendria un flechazo inmediato. Cassie cree haber encontrado a su media naranja. ?El problema? Que Izan Chaning no solo es guapisimo y misterioso, sino tambien inalcanzable, porque, aunque Cassie esta segura de que entre ellos hay una quimica especial, el no parece dispuesto a ponerle las cosas faciles. ?Podra Cassie convencerlo de que estan hechos el uno para el otro?

  • Aquella playa desierta de Rosa Alcantara Menendez

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    ?Puede el encuentro de dos personas ser como un destello de luz?

  • Me prometiste el cielo pero yo queria volver de Patricia Hervias

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    Lorena vive tan ajetreada que el dia que tiene un accidente de coche y pasa al <> se da cuenta de que le queda mucho por vivir. No ha conocido al hombre de sus suenos, no se ha enamorado y no ha podido cumplir muchos de los deseos que tenia.

  • La doctrina del Sainte de Peter Handke

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    Escrita a continuacion de ” Lento regreso ” , novela con la cual sostiene un soterrado vinculo, ” La doctrina del Sainte-Victoire ” (1980) marca un punto de inflexion en la obra de Peter Handke (1942), que adopta en ella el narrador en primera persona y encuentra una fecunda veta en la geografia y en el discurso digresivo. Dominada, como la Provenza (escenario en que se situa), por la montana Sainte-Victoire, objeto de numerosas representaciones por parte del pintor Paul Cezanne, asi como por la relacion que el narrador establece con ella, la obra tiene como ejes el paisaje, el tiempo, la representacion artistica y la reflexion acerca de la labor creadora y del desarrollo de la existencia.

  • Clima de Jenny Offill

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    Por la manana llega la que ha alcanzado una mayor iluminacion. Hay grados y ella piensa que esta en el penultimo. Esta etapa tan solo puede ser descrita por una palabra japonesa. Significa: <>. Me paso bastante tiempo buscando libros para el profesor auxiliar condenado al fracaso. Lleva once anos trabajando en su tesis doctoral. Le doy montones de folios para impresora. Clips sujetapapeles y boligrafos. Hace la tesis sobre un filosofo del que no he oido ni hablar. Un filosofo menor pero fundamental, me conto. !Menor pero fundamental! Pero anoche su mujer le dejo un papelito en la nevera. Lo que estas haciendo ahora, ?da dinero ?, decia. El hombre del traje raido no quiere que le rebajemos las multas por retraso en las devoluciones. Le gusta contribuir al sostenimiento de nuestra institucion. La chica rubia que lleva las unas mordidas hasta la raiz se deja caer despues de comer y se va con el bolso lleno de papel higienico. Aventuro una teoria acerca de las vacunas y otra sobre el capitalismo tardio. <>, pregunta el ingeniero de corazon solitario. No, nunca, contesto. Y le cuento el viejo chiste de ir hacia atras. Aqui no servimos a viajeros en el tiempo. Un viajero en el tiempo entra en el bar . De camino a casa, paso frente al tenderete de la senora que vende esas cositas que dan vueltas. A veces, si los estudiantes estan muy colocados, se las compran. Hoy no he vendido nada, dice. Cojo una para Eli. Es blanca y azul, pero el blanco se confunde con el azul cuando le da el viento. No te olvides de las monedas de veinticinco centavos, me recuerdo a mi misma. En la tienda de alimentacion, Mohan me da un rollo de monedas. Le expreso mi admiracion por su nuevo gato, pero me dice que acaba de colarse en la tienda. De todos modos, se quedara con el gato porque su mujer ya no le quiere. <> * Henry llega tarde, y mira que yo he cogido un taxi privado para no retrasarme. Cuando por fin lo veo aparecer, esta empapado. Sin abrigo, sin paraguas. Se para en la esquina y le da unas monedas a la mujer que lleva un chubasquero hecho con una bolsa de basura. Mi hermano me dijo una vez que necesitaba la droga porque hacia que el mundo dejara de llamarlo a gritos. Me parece muy bien, le conteste. Estabamos en el supermercado. A nuestro alrededor, las cosas intentaban proclamar su verdadera naturaleza. Pero el fulgor que emitian era muy debil, y mas aun bajo aquella musica tan horrible. Intento que entre en calor: sopa, cafe. Tiene buen aspecto, pienso. Se entera de todo. La camarera prepara otra jarra de cafe, coquetea con el. La gente paraba a mi madre por la calle. Que desperdicio, decian, !un nino con esas pestanas! O sea que ahora tenemos doble racion de pan. Me como tres panecillos mientras mi hermano me cuenta una historia sobre una reunion de Narcoticos Anonimos. Una mujer se puso en pie y empezo a despotricar contra los antidepresivos. Lo que mas le molestaba era que la gente no los reciclase correctamente. Segun las pruebas que se habian hecho a los gusanos de las alcantarillas, todos presentaban altas concentraciones de Paxil y Prozac. Cuando los pajaros se comian esos gusanos, ya no se alejaban tanto de sus hogares y fabricaban nidos mas sofisticados, pero parecian tener muy poca inclinacion a aparearse. <>, le pregunto. <> * La ventana de nuestro dormitorio esta abierta. Se puede ver la luna si te asomas afuera y estiras el cuello. Los griegos creian que era el unico cuerpo celeste parecido a la Tierra. Estaba habitada por animales y plantas quince veces mas fuertes que los nuestros. Mi hijo viene a ensenarme algo. Parece un paquete de chicles, pero en realidad es una trampa. Cuando intentas coger un chicle, un resorte de metal se cierra de golpe sobre tu dedo. <>, me advierte. !Ay! Le pido que mire por la ventana. <>, dice Eli. Sospecho que ahora ya sabe todo lo que va a saber de la luna en toda su vida. En su antiguo colegio le ensenaron una cancion para que se acordara de todas las fases. A veces nos la canta a la hora de la cena, pero unicamente lo hace cuando nadie se lo pide. La luna se las arreglara solita, pienso. La luna no le importa a nadie. * Esta manana la mujer del megafono esta apostada junto a la entrada del colegio. Avisa a los padres de que no pueden entrar y deben dejar a los ninos detras de la linea roja. <>, chilla. <> Pero a veces Eli se echa a llorar si tiene que quedarse solo en medio de ese gentio tan ruidoso. No le gusta tener que caminar el solo desde un lado de la enorme cafeteria hasta el otro. Una vez se quedo petrificado a medio camino hasta que un monitor lo agarro por el codo y lo empujo hacia su rincon. O sea que hoy vamos corriendo y pasamos a toda velocidad por delante de la mujer hasta llegar al punto de reunion que le han asignado. Su amigo esta sentado a la mesa y tiene galletitas con forma de animales, asi que consigo irme de alli sin que llore, solo que la mujer del megafono me grita: <>. Dios, como le gusta el megafono. Cuando oigo la voz de esa mujer algo me sacude todo el cuerpo, pero luego consigo llegar a la calle y me digo que no debo volver a pensar en ella. No se me permite pensar sobre lo grande que es esta escuela ni sobre lo pequeno que es mi hijo. Ya he cometido el mismo error en otras ocasiones despues de haber dejado a mi hijo en el cole. Ya deberia estar acostumbrada, pero a veces vuelvo a entrar en panico. * Profesores chiflados todo el dia. Juro que los que tienen plaza fija son los mas chiflados de todos. Se saltan la cola para sacar un libro o para rellenar la lista de solicitudes. Los estudios demuestran que el noventa y cuatro por ciento de los profesores de universidad creen hacer un trabajo muy superior al de la media. El otro dia nos dieron una guia. Claves para identificar patrones de conducta problematica . En ningun momento se mencionaba a los profesores. Contenia las siguientes categorias: Maloliente. Canturrea mucho. Se rie mucho. Pintarrajea mucho. No lleva ropa limpia. Combativo. Habla mucho. Solitario. Tose mucho. Pero ?en que categoria entra el anciano caballero que se pasa la vida pidiendome la contrasena de su propio email? Intento explicarle que me resulta imposible acceder a esa informacion, ya que el es el unico que sabe la contrasena, pero el hombre niega con la cabeza, haciendo esa clase de gesto ofendido que viene a decir: <>. * En la parada del autobus hay un poster de Sylvia. Anuncia que va a venir a dar una charla en el campus. Hace anos fui alumna suya de posgrado, pero luego lo deje. De vez en cuando, Sylvia hacia un seguimiento para comprobar si yo seguia malgastando mi talento. La respuesta era siempre que si. Al final movio los hilos para que me dieran este trabajo, a pesar de que no tengo la titulacion adecuada. Al salir del trabajo, escucho su nuevo podcast. El episodio se llama El centro cedera . Todos los episodios podrian llevar ese titulo. Pero la voz de Sylvia casi compensa el repunte de terror que propician sus charlas. A mi me consuela, y eso que solo habla de los jinetes invisibles que galopan hacia nosotros. Hay unos patrones inequivocos para percibir el ascenso y la caida. Pero nuestra civilizacion industrial es tan enorme, tiene unas proporciones tan... Miro por la ventana. Hay algo a lo lejos que avanza a trompicones hacia los arboles. * Se abre la puerta y Eli se abalanza sobre mi. Le ayudo a quitarse el pegamento de las manos y luego regresa a su juego. Es ese que gusta a todo el mundo. Segun mi marido, se trata de un mundo en 3D generado de forma procedural. Educativo. Es divertido verlos jugar. Construyen edificios pieza por pieza y luego llenan las estancias con los minerales que han extraido usando las piquetas que se han fabricado ellos mismos. Montan campos de color verde y crian gallinas para comerselas despues. <>, chilla Eli. <>, le dice Ben. Hay facturas y folletos de supermercado. Tambien una revista enviada a un antiguo inquilino que ya no vive aqui. La portada anuncia consejos para ayudar a la gente depresiva. Lo que hay que decir: Siento que usted este sufriendo tanto. No voy a abandonarle. Voy a cuidarme, asi que no tiene por que preocuparse de que su dolor acabe afectandome . Lo que no hay que decir: ?Ha probado el te de manzanilla ? * Por una vez, dejo a mi hermano elegir la pelicula, pero resulta tan estupida que no tengo fuerzas para verla. En las peliculas que le gustan siempre hay una catastrofe inminente y una sola persona, la mas inverosimil, capaz de evitarla. Despues damos un paseo por el parque. Ha conocido a una chica que tal vez. Pero no cree que la cosa funcione. La chica es demasiado diferente. Tardo un poco en descubrir que todavia no han salido juntos. Le digo: <>. Henry se echa a reir. <> En la primera clase que nos dio Sylvia nos hablo del emparejamiento selectivo. Se referia a los iguales con los iguales, los depresivos con los depresivos. El problema del emparejamiento selectivo, nos dijo, es que cuando uno lo pone en practica le parece perfectamente adecuado. Como una llave que encaja en una cerradura y abre la puerta. Pero la cuestion es otra: esta habitacion, ?es la habitacion en la que estarias dispuesto a pasar toda tu vida? Asi que le digo a mi hermano que Ben y yo nunca nos fijamos en las mismas cosas. Como aquel dia que volvi a casa y el estaba muy emocionado porque por fin lo habian quitado. ?Que es lo que han quitado?, le pregunte. Y tuvo que explicarme que por fin habian retirado el andamio que habia cubierto durante tres anos la fachada de nuestro edificio. O como la semana pasada, cuando le estaba contando una historia sobre el tipo que vive en el 5oC, y me dijo, oye, ?de que traficante de drogas me estas hablando? * Cuando vuelvo a casa, nuestra perra quiere un cubito de hielo. Le doy uno, pero ella sigue aporreando su cuenco de comida por la cocina. <>, le pregunto a Ben. Se encoge de hombros. <> Hay una heroica pila de ropa doblada sobre la mesa. Veo mi falda favorita y la ropa interior que me resulta menos deprimente. Voy al dormitorio y me las pongo. Ahora soy una persona totalmente renovada. El tercer dia de su matrimonio, la reina Victoria escribio: <> Mi madre me llama por telefono y me habla de la luz, de la vina verdadera, del pan de vida. * Son las siete de la manana y Eli esta jugando con la perra lanzandole una rana de goma. Cojo la rana y la dejo sobre la nevera. <>, digo. La perra me mira cautelosa con la cabeza entre las patas. A lo bruto, le paso un cepillo por el pelo a Eli. Pone una mueca de dolor y se escabulle. Le chillo: <>. Por fin salimos de casa. La senora Kovinski intenta decirme algo sobre los ascensores, pero pasamos corriendo por delante de ella. Tenemos que recorrer diez manzanas. Camino demasiado deprisa arrastrando a Eli. Esto no es vida, lo se, lo se, pero si mi hijo llega tarde a clase me encuentro una cola muy larga en la garita del conserje. Hacemos un ultimo esprint para cruzar el patio y llegamos justo a tiempo. Estoy sin aliento, empapada en sudor, triste. Beso la cabeza de Eli, intentando enmendar la carrera. ?Por que no he tenido mas hijos para disponer asi de mas oportunidades de hacer bien las cosas? En el colegio hay madres lo suficientemente sabias como para haber tenido mas hijos. Un grupo de esas madres se ha congregado junto a la valla. Estan hablando en urdu, me parece. Una de ellas me dirige una sonrisa y yo le contesto haciendo un timido saludo con la mano. Me pregunto como juzgara mi aspecto, ahora que llevo ropa de colores anodinos y gafas a la moda. La semana pasada, esa mujer dono una bolsa de seda para la tombola del colegio. La tela es roja, ribeteada de hilo dorado. Eli quiere ganarla para hacerse una capa. Se escribir el nombre de la mujer, pero no se pronunciarlo. * Esta mujer es psiquiatra. Tambien es budista. Me he dado cuenta de que intenta aplicarme uno u otro de sus conocimientos. <> Expliquemelo, senora . Los martes da una clase de meditacion en el sotano. La clase es para todo el mundo, no solo para la comunidad universitaria. Compruebo que Margot reacciona de forma diferente a como reacciono yo. Presta atencion, pero nunca cuenta sus propios problemas. Hoy vamos mal de tiempo, asi que le ayudo a preparar la clase. Almohadones para los fuertes, sillas para los debiles. <>, me dice siempre, pero nunca lo hago. No tengo claro si deberia elegir un almohadon o una silla.

  • Revoluciones de Joaquin Estefania

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    El ultimo medio siglo (1968-2018) ha sido testigo de una generacion que amanecio a la madurez con la alegria revolucionaria de Mayo del 68 y que se esta jubilando en pleno vigor de una revolucion conservadora y de los populismos de extrema derecha que amenazan con llevarse por delante muchas de las conquistas civilizatorias de este tiempo. Esa generacion es la que ha mandado. Una generacion que con sus aciertos, sus contradicciones, sus arrebatos de colera (a veces ingenuos; a veces violentos; casi siempre justos) o su resignacion ha tratado de cambiar el mundo, aunque no con la profundidad y la velocidad que previeron sus protagonistas, algunos de los cuales podrian decir: ‘Queriamos cambiar el mundo y el mundo nos ha cambiado a nosotros’. A cada ano magico revolucionario (1968: Paris, Praga, Mexico; 1999: movimiento antiglobalizacion; 2011: los indignados) le ha sucedido una reaccion (1979-1980: Thatcher y Reagan; 2011: los neocons; 2017: Trump) que ha pretendido siempre volver al statu quo anterior, a lo que creian un estado natural de las cosas, utilizando los principios de coercion y persuasion, el poder duro y el poder blando. Durante aquellos anos magicos, los jovenes como categoria historica han disputado a la clase obrera el monopolio del protagonismo redentor de los cambios que esta tuvo durante el siglo xix y primera parte del xx. El sentido de la historia lo daba el progreso, pero el motor de la historia no ha sido solo la lucha de clases, sino las ansias de un grupo transversal de ciudadanos que ha reivindicado su lugar en la politica, la economia y la cultura.

  • Duma Key de Stephen King

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  • Ojos azules de Arturo Perez-reverte

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    Tendemos acaso a imaginar la <> (30 de junio al 1 de julio de 1520) bajo las especies de un vasto mural epico, en el que los soldados de Cortes luchan, matan y mueren en una lluviosa penumbra azteca; pero acerquemonos mas, no al friso monumental, sino al individuo concreto, como el que late en el codice de Guatemala en el que Bernal Diaz del Castillo refirio su alucinada y luminosa peripecia mexicana: nos encontraremos en el territorio en el que habita el narrador de Ojos azules. Miniatura magistral de la escritura de Perez-Reverte, Ojos azules me trae a la memoria cierta frase de Emerson que solia recordar Borges: comprendiendo un momento de la vida de un hombre, podremos comprender toda su vida. Del mismo modo, quien lee Ojos azules no solo percibe la vida entera del soldado que la protagoniza, sino el alcance y significacion del extenso episodio epico en el que se inserta, y, en otro sentido, la dimension de toda la numerosa, variada y rica trayectoria narrativa de Arturo Perez-Reverte, cuyas virtudes compendia especularmente y espectacularmente en un admirable microcosmos. Atras quedo, desde el principio, y no precisamente por falta de conocimientos y herramientas, la tentacion del mimetismo arcaizante en el lenguaje, la tentacion de la arqueologia expresiva; atras quedo igualmente la tentacion o posibilidad optativa de dar al habla una patina que ilusoriamente sugiriera la apariencia de lo antiguo; todo eso esta ya en lo narrado y no es preciso que redundantemente aluda a ello el registro verbal empleado, salvo en aquello que no permita otra resolucion. Mas lo que importa es, por el contrario, subrayar, no la lejania temporal, sino la proximidad vivencial del relato. Este soldado es casi el soldado de cualquier guerra, a condicion de no ser un recluta: podria ser un romano como los que aparecen en las paginas de Amiano Marcelino, o ciertos combatientes contemporaneos. El coloquialismo de su diccion no se encamina a atenuar el tono epico de lo relatado, sino, por el contrario, a realzarlo; precisamente porque esta voz nos resulta tan cercana quedamos mas sobrecogidos por lo que nos cuenta. ?Que nos cuenta, por cierto? No meramente una historia de coraje, ganancia o perdida; no meramente (y todo ello seria ya mucho) la confrontacion o careo entre dos mundos: son, por el contrario, las ultimas palabras que acierta a pensar el soldado las que nos dan la clave de boveda de este excepcional edificio narrativo. El tema final de Ojos azules, implicito ya en su titulo (que es a la vez el sintagma que cierra la narracion), no es otro que el mestizaje. A su luz, la a un tiempo sombria y fulgurante <> revela, tras el aspero chasquido de herrajes, su condicion de encrucijada: nada sera en adelante lo que fue, ni para los mexicanos ni para los que aportaron a la costa azteca desde el reino de Castilla. Nada sera para ningun lector lo mismo: con el soldado en plena lucha --propiamente, en agonia en el sentido etimologico del termino-- hemos asistido al transito y fusion entre dos colectividades y dos momentos de la Historia. Unas dotes de narrador verdaderamente extraordinarias y una infrecuentisima capacidad de sintesis eran precisas para ello: la pieza que el lector tiene en sus manos las acredita, una vez mas, con creces. PERE GIMFERRER Barcelona, 6-XI-2008 Ojos azules Llovia a cantaros. Llovia, penso el soldado, como si el dios Tlaloc o la puta que lo pario hubieran roto las compuertas del cielo. Llovia mientras resonaban afuera los tambores, y los capitanes iban llegando cubiertos de hierro, sombrios, con las gotas de agua corriendoles por los morriones y la cara y las cicatrices y las barbas. Llovia sobre Tenochtitlan, cubriendo la capital azteca de una noche humeda; lagrimas siniestras que repiqueteaban en los charcos del patio del templo mayor, y disolvian en regueros pardos las manchas de sangre de la ultima matanza, la de centenares de indios mexicanos, cuando en plena fiesta el capitan Alvarado mando cerrar las puertas y los hizo degollar, ris, ras, visto y no visto, hombres, mujeres y ninos, por aquello de que al que madruga Dios lo ayuda, y mas vale adelantarse que llegar tarde. Los he cogido en el introito, dijo luego Alvarado, cuando Cortes fue a echarle la bronca. Se me fue la mano, jefe, se disculpaba, hurano. Pero por lo bajini se reia, el animal. Los he cogido en el introito. Bum, bum, bum, bum. Apoyado en el porton, bajo la lluvia, el soldado de ojos azules reprimio un escalofrio mientras se ajustaba el peto y cenia la espada. A su alrededor los companeros se miraban unos a otros, inquietos. Al otro lado de los muros del palacio, afuera, los tambores llevaban sonando una eternidad. Bum, bum, bum, bum. Habia toneladas de oro, pero ahora Moctezuma estaba muerto y se acababan las provisiones y todo se habia ido al carajo. Bum, bum, bum, bum. Tambien habia miles y miles de mexicanos en la ciudad, alrededor, cubriendo las terrazas, llenando las piraguas de guerra en los canales y la calzada entre los puentes cortados. Mexicanos sedientos de venganza. Bum, bum, bum. Asi todo el dia y toda la noche, mientras en lo alto de los templos los sacerdotes alzaban los brazos al cielo y preparaban los sacrificios. Bum, bum, bum, bum. Aquello sonaba adentro, precisamente en el corazon, que los mas cenizos ya imaginaban fuera del cuerpo, ensangrentado, abierto el pecho por el cuchillo de obsidiana. Bum, bum, bum. Menudo plan, penso el soldado mirando las caras mortalmente palidas de los otros. Venir desde Caceres y Tordesillas y Luarca y Sangonera, que estan lejos de cojones, para terminar abierto como un gorrino, con las asaduras hechas brochetas en lo alto de un templo, aqui donde Cristo dio las tres voces. Bum, bum, bum. Y ademas, de tanto oirlos, aquellos tambores habian adquirido un lenguaje propio. Si uno prestaba atencion podia oir que decian: teules malditos, perros, vais a morir todos hasta el ultimo, y pagareis el deshonor de nuestros idolos, y vuestra sangre correra por las aras y los escalones de los templos. Bum, bum, bum. Eso decian aquella noche, penso estremeciendose, los jodidos tambores de Tenochtitlan.

  • Cumplir 40 a los 60 de Raimon Samso

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    ?Deseas una mejor salud, un mayor bienestar, mas energia, y restar anos a tu edad? Descubre la experiencia del autor que consiguio todo esto, y ademas resolver sus graves crisis de dolor de cabeza mediante una nueva alimentacion

  • Matare por ti de Rafael Salcedo Ramirez

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    Peter Bobinski, aparte de leguleyo y estar casado con la hija de un magistrado del Supremo norteamericano, es lo que se dice un WASP en toda regla; o sea blanco, anglosajon y, por supuesto, protestante, quien da sensacion de emanar ese tufillo de integridad etica y moral a prueba de tentaciones mundanas, alguien a quien admirar y hasta seguir en sus decisiones prenadas de sentido comun y orientadas a preservar el bien de cuantos le rodean.

  • Prohibido Entrar: Una historia de amor (Una Propuesta casi Indecente 2) – Mia del Valle de Mia Del Valle

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    En Colonia del Sacramento, con su coche roto y hospedado en un hotel de mala muerte, Manuel Cortes estaba seguro que su suerte no podia ser peor. Incluso llego a pensar que las fuerzas de la naturaleza estaban en su contra, sin saber que el destino le tenia preparada una grata sorpresa… Sofia Castellano una hermosa y simpatica morena, tambien atraida por una serie de eventos desafortunados, seria vecina de hotel.
    Las casualidades continuaron en Montevideo, cuando ambos se enteraron que la joven seria la nueva psicologa de Recursos Humanos en la empresa Betner & Asociados de la que Manuel es vicepresidente. Finalmente se darian cuenta que las casualidades no existen, y que en el mapa de la vida, todo tiene su inicio y final. Juntos descubriran que el amor todo lo puede,. aun en contra de su voluntad.

  • Arrastrada por la tormenta de Anna Zaires

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  • El misterio entre Cervantes y Shakespeare de Margotte Channing

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    Esta es una historia diferente en la que German Cortes camina por ella, a veces de puntillas, de la mano de Cervantes, Shakespeare, algun lord ingles de la epoca, e incluso junto al mismisimo Gabriel de Borbon. Pero no es un viaje en el tiempo ni nada parecido, German sigue con los pies asentados en el siglo XXI cuando le toca investigar el asesinato de dos frailes agustinos, uno en el Monasterio del Escorial, y otro en la Biblioteca Britanica.
    Desde el momento en el que interrumpen sus vacaciones, el comisario y su inseparable Isabel, dedican todas sus energias a descubrir que cerebro maquiavelico es el que ha perpetrado esas muertes, que no son las unicas que descubriran a lo largo de la investigacion.
    Ayudado por sus fieles amigos consigue reducir poco a poco el circulo de sospechosos, descubriendo por el camino un secreto que puede hacer cambiar el curso de nuestro pais.

  • Lissy de Luca D’andrea

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    Dos golpes ligeros y estas palabras: Crunch, crunch, crunch. ?Quien roe, roe? ?Quien mi casita me come? Marlene, veintidos anos, un metro sesenta, o algo mas, ojos color azul melancolia, un lunar al final de la sonrisa, indudablemente hermosa e indudablemente asustada, se miro reflejada en el acero de la caja fuerte y se dijo a si misma que era idiota. Era metal, no el mazapan del cuento. Y no habia ninguna bruja en las inmediaciones. Es el miedo, se dijo, solo es eso. Movio los hombros, dejo de respirar, como su padre antes de apretar el gatillo de la escopeta, vacio los pulmones y volvio a concentrarse. Las brujas no existian. Los cuentos mentian. Solo la vida importaba, y Marlene se preparaba para cambiar la suya definitivamente. La combinacion era facil de recordar. Uno. Tres. Dos. Luego un cuatro. Un giro de muneca, otra vez cuatro y ya estaba. Tan simple que las manos de Marlene lo hicieron todo por si solas. Aferro el tirador de acero, lo bajo y apreto los dientes. Un tesoro. Fajos de billetes de banco apilados como lena para la Stube . Una pistola, una caja de municiones y una bolsita de terciopelo. Por debajo de la caja asomaba una libreta que valia mas que todo ese dinero multiplicado por cien. Habia sangre y tal vez incluso un par de cadenas perpetuas guardadas entre sus paginas arrugadas: una interminable lista de acreedores y deudores, nombres de amigos y de amigos de amigos escritos con la caligrafia pequena, delgada e inclinada de Herr Wegener. Marlene no le dedico un segundo vistazo. No le interesaban la pistola, las balas ni los fajos de billetes. La bolsita de terciopelo, en cambio, hizo que le sudaran las palmas de las manos. Conocia su contenido, conocia su poder, y estaba aterrada. El suyo no era un simple robo. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo que la mujer joven estaba haciendo con el corazon en un puno era… traicion. Marlene Taufer in Wegener, legitima esposa de Robert Wegener. El hombre frente al que todo el mundo se quitaba el sombrero: cuarenta anos transcurridos en la construccion de una carrera hecha de intimidaciones, contrabando, emboscadas y asesinatos. Nadie bromeaba con un hombre como Wegener. Nadie se atrevia ni a utilizar siquiera su nombre de pila. Para todo el mundo Robert Wegener era Herr Wegener. Incluso para ella. Marlene. Su esposa. Espabila. El tiempo apremia. Sin embargo, tal vez precisamente debido al acoso de las agujas del reloj, durante un parentesis entre un tic y un tac, cuando Marlene abrio la bolsita de terciopelo, la fabula volvio a tomar la delantera sobre la realidad y la mirada de la mujer joven se cruzo con la azul, profunda y terrible, de criaturas minusculas y puntiagudas. Cobolds. Le parecio incluso obvio. A los cobolds les gustaba el metal, el frio y la muerte: caja fuerte, pistola, dinero y libreta. Un nido perfecto. Los cobolds reaccionaron con ferocidad ante ese allanamiento. Se apoderaron de la luz de la habitacion, la apresaron en sus ojitos crueles y la transformaron en un destilado de odio tan salvaje que por poco a Marlene no se le cayo la bolsita de los dedos. Eso la hizo volver al presente. A la caja fuerte completamente abierta. A la villa en el Passirio. Es decir, a la realidad. La bolsita de terciopelo estaba repleta de zafiros. Carbono condensado que, debido a una broma de la fisica, habia aprendido a brillar como una estrella. Toda, o casi toda, la fortuna de Herr Wegener apretada en su puno. Pero nada de brujas ni de cobolds. Porque, se dijo de nuevo Marlene, no existian las brujas, ni tampoco los cobolds; en cambio, esas piedras preciosas no solo eran reales, sino que tambien eran la llave para su nueva vida. Siempre y cuando dejara de perder el tiempo y se largara. Sin prestar mas atencion al mundo de los cuentos, y sin pensar en la cadena de consecuencias que acababa de poner en marcha, Marlene cerro la bolsita, la escondio en el bolsillo interior de su chaqueta acolchada, cerro la caja fuerte, la oculto detras del cuadro, enderezo la espalda, le dio un toquecito a un mechon que amenazaba con acabar dentro de los ojos y dejo atras el dormitorio. Recorrio el pasillo, un tramo de escaleras, el salon, el vestibulo con innumerables espejos, la escalinata exterior. La noche la acogio con una suave brisa que soplaba del norte. No se detuvo. Puso en marcha el Fiat 130 gris y se marcho. La villa que se desvanecia en el espejo retrovisor. El discurrir de las farolas. La alianza de oro tirada por la ventanilla sin volver a pensarselo. La ciudad dormida. El desguace. Una parada rapida y, gracias a un abultado sobre de dinero, el Fiat 130 se convirtio en un Mercedes W114 color crema, con matricula <>, la documentacion en regla, los neumaticos recien estrenados y el deposito lleno. Nada de gracias. Nada de saludos. Directa hacia el oeste. Aparte de los primeros copos de nieve, todo iba de acuerdo con los planes. Al menos hasta el puesto de control a pocos kilometros de Malles. Un autentico engorro. Al final de una serie de curvas que Marlene habia empezado a enfilar, vio una furgoneta con las luces de emergencia apagadas y un par de carabineros con el aspecto de alguien que se esta muriendo de frio. O de sueno. O de quien, furtivo, esta esperando a alguien o algo. Herr Wegener tenia ojos y oidos en todas partes. Tambien entre los uniformes. De manera que: ?tentar a la suerte o cambiar de itinerario? Si no fuera por la ansiedad y el miedo, Marlene habria podido mantener todavia su plan a salvo de los imprevistos. Sin embargo, la ansiedad, el miedo y la nieve cada vez mas densa la llevaron a pisar el freno, cambiar de sentido y enfilar una carretera secundaria, desencadenando una nueva serie de acontecimientos. La carretera secundaria la llevo a otra, aun mas estrecha y sinuosa, que atravesaba un pueblecito sumido en el sueno hasta un cruce (?derecha o izquierda?, ?cara o cruz?), y aun mas adelante, con la nieve que se acumulaba en capas. Y cuando el coche empezo a dar bandazos, la chica con el lunar al final de la sonrisa decidio continuar de todos modos, con un ojo puesto en la calzada cada vez mas empinada y otro en el mapa en el que, no hace falta decirlo, ese paso (malditos sean ellos y sus mapas llenos de errores) no aparecia marcado. No era cierto. El mapa era inexacto, tal vez, como todos los demas, ?pero erroneo? Era de 1974, y en 1974 el hombre ya habia dejado su huella en el polvo lunar: no era posible que un mapa se equivocara. Marlene simplemente tendria que haber estacionado, echar el freno de mano, encender la luz del interior, respirar profundamente un par de veces y verificar mejor. Las cosas habrian ido de otra manera. Pero Marlene no se detuvo. A la ansiedad se le habia anadido la incredulidad de quien descubre que se ha perdido. Dale gas, pero adagio , se dijo, y sigue adelante. Tarde o temprano la carretera conducira a alguna parte. Un pueblo, un refugio, una explanada. Se sentiria satisfecha incluso con un espacio abierto que fuera lo bastante ancho para consentirle maniobrar y volver atras, dispuesta a desafiar el puesto de control: cualquier cosa con tal de interrumpir esa nueva e inexorable secuencia de acontecimientos y retomar el control de su propio destino. No fue asi. Tal vez la nieve, tal vez los ojos que no podian despegarse del mapa; en cualquier caso, Marlene percibio de repente que el Mercedes perdia adherencia, derrapaba a la izquierda, hacia un trompo y volaba . Fue horroroso. La negrura barrida por los faros. La nieve oscura que remolinaba en enjambres. Las fauces del precipicio. Los troncos de los arboles, inmoviles y perfectamente perceptibles en todos sus detalles. La colision. Violenta. Un fogonazo de dolor sofocado por el ruido de chapas rasgadas. Un aullido infernal, esta vez si, demasiado parecido al chirrido de la puerta de la bruja. Marlene grito el nombre de Dios. Y mientras la montana, negra y sin nombre, se cernia sobre ella, su grito se convirtio en un jadeo. Pero fue el amor lo ultimo que invoco. El amor que la habia empujado a traicionar al hombre mas peligroso que habia conocido en su vida. Ese amor que tenia un nombre. --Klaus. La ultima palabra de Marlene antes de la oscuridad. 3 Casi al amanecer. De no haber sido por el reloj, nadie se habria dado cuenta. La nevada se habia convertido en una tormenta de nieve. No habia nada de luz en el exterior, tan solo una neblina blanca. Tampoco habia nada de luz dentro de la habitacion. La arana de cristal parecia incapaz de iluminar nada, limitandose a dibujar una masa informe en el suelo. Si uno la observaba largo rato, se arriesgaba a que le asaltaran malos pensamientos. Tanto el hombre como la mujer evitaban hacerlo. Se parecia demasiado a una mancha de sangre. Aparte del tictac del reloj de pendulo y de su respiracion, solo habia silencio. La mujer estaba sentada en una butaca, las manos entrelazadas sobre los muslos apretados. Rigida como un soldadito de plomo, los rasgos faciales cristalizados en una mueca que la envejecia una decada. Llevaba una especie de uniforme. La falda hasta la rodilla, un delantal muy blanco y el pelo recogido en una trenza. De no ser por la expresion cenuda (?o asustada?), habria sido hermosa. Se llamaba Helene, y desde hacia mas de cinco anos era el ama de llaves en la villa del Passirio. Hacia mas o menos el doble de tiempo que habia dejado de morderse las unas. Esa habia sido una de las primeras lecciones en la Escuela de Economia Domestica de Bresanona, donde aprendio los fundamentos del oficio. Las manos de una buena ama de llaves, le explicaron sus profesores, son su tarjeta de visita. Nunca sucias, siempre arregladas, bien cuidadas. Dejar de morderse las unas habia sido casi como dejar de fumar, pero luego se acostumbro a ello. Durante anos la idea de volver al viejo habito ni siquiera se le habia pasado por la cabeza. Hasta que empezaron los gritos. ?Que clase de hombre podia emitir semejantes sonidos? Basto solo un instante y volvio a caer. Mordisqueaba, roia, y cuando los dientes alcanzaban la carne viva, Helene, con un gesto irritado, dejaba caer sus manos sobre el regazo para martirizarse el delantal. Luego empezaba de nuevo. Manos. Boca. Unas. Dientes. Una pequena punzada de dolor. Delantal. Y otra vez mas, desde el principio. Helene habia intercambiado una unica mirada con el hombre alli de pie, apoyado en la gran chimenea que nadie usaba nunca. Una unica mirada. Mas que elocuente. El hombre se llamaba Moritz. Habia cumplido recientemente los treinta, tenia unas ojeras como hematomas y una pistola automatica en una funda, oculta bajo la americana de su traje oscuro. Por regla general, ese traje le sentaba de maravilla. Habia pagado por el una cantidad desorbitada, pero habia valido la pena. Se lo decia por las mananas, mientras se hacia el nudo de la corbata o le daba un ultimo retoque al pelo engominado, y se lo confirmaba el interes de las mujeres con las que se cruzaba por las calles del centro. En ese amanecer, en cambio, con o sin traje oscuro, Moritz se habria sentido en cualquier caso incorrecto y torpe como un espantapajaros. Porque cuando sus ojos se reflejaron en los de Helene, el hombre de la pistola vio algo que lo aterro. Una mirada de las que habia ya captado bastantes, desde que entrara a formar parte del circulo de Herr Wegener. La mirada de una victima. Y eso no estaba bien. No estaba bien, porque Moritz era un hombre sencillo que dividia el mundo con el lanzamiento de una monedita. ?Victima o verdugo? Facil: nada mejor que el sonido de una nariz al romperse. Con su metro noventa y sus noventa kilos de peso, y su propension natural a la violencia, Moritz nunca habia sentido el miedo de la victima. Hasta el momento en que, reflejandose en los ojos de Helene, se pregunto: <>. Pero tambien: <>. Por eso dejo de mirar al ama de llaves. Y la mancha en el suelo de la habitacion. Demasiadas, demasiadas preguntas. Moritz odiaba las preguntas. Porque a las preguntas uno no podia romperles la nariz. A las preguntas no les podia meter una bala en el corazon (y otra en la cabeza, por seguridad) y hacer que se callaran para siempre. Las preguntas eran como esos insectos repugnantes, todo boca y paciencia que, famelicos y canallas, eran capaces de derrumbar incluso el mas solido de los castillos. Silencio. Eso es lo que le habria gustado a Moritz. Pasar por completo de los gritos y desaparecer durante unos minutos. Los suficientes como para ahuyentar los malos pensamientos. Un cigarrillo en el jardin. O una copita de brandi. Pero las ordenes eran las ordenes. Las ordenes, para alguien como Moritz, le cortaban la cabeza a los signos de interrogacion. Marcaban la frontera entre lo que se podia hacer y lo que estaba prohibido. Las ordenes trazaban una linea recta, simple, y el era un hombre simple. Ademas, hacian que la desobediencia fuera mucho mas emocionante. Y era esto, si queremos ser sinceros hasta el fondo, lo que le habia provocado problemas. Asi que Moritz permanecia inmovil, erguido en su traje oscuro, apoyado en la chimenea apagada. Escuchando los gritos y sintiendo el peso de la automatica, que lo aplastaba contra el suelo. Sobre la mancha informe del suelo. Helene, sin embargo, tenia una vision mas compleja del mundo. No existian unicamente el blanco y el negro. La obediencia y la transgresion, las victimas y los verdugos. Habia todo un oceano de grises en los que navegar. Bastaba poco para transformar una orden en un consejo y los consejos no eran trampas, siempre ofrecian alguna escapatoria. Sus obligaciones, por ejemplo, guardaban relacion con la villa. No con su empleador. Villa y empleador eran dos cosas diferentes. Aqui habia una via de escape. Cuando decidio que ya habia tenido suficiente de aquellos gritos, Helene se levanto de golpe y salio de la habitacion. Silenciosa como un fantasma. 4 El amanecer. Mas que verla la sintio en los huesos. No habria podido hacer otra cosa. Las ventanas que daban al jardin estaban cerradas. Solo la pantalla de una lampara, rota pero aun en funcionamiento, iluminaba la habitacion sumida en el caos. Armarios completamente abiertos, cajones fuera de sitio, mantas y ropa hechas jirones, una infinidad de papeles, joyas, cuadros, libros (menos uno) por los suelos, victimas inocentes de su furia. En el centro de la sala, toda ella de estuco y con cortinas de terciopelo bordadas en oro, sentado en la cama sin hacer, Herr Wegener se dio cuenta de que si no dejaba de gritar y empezaba a razonar de manera lucida y racional todos los logros que lo habian llevado a ser lo que era se convertirian en una montana de estiercol y esfuerzo desperdiciado. El autocontrol habia sido durante anos su orgullo. Los nervios de acero y la sangre fria le habian permitido llevar la batuta de lo que, en secreto, habia bautizado como <>. Un imperio listo para dar el salto que, ese era el plan, le consentiria elevarse desde el rango del hombre ante el que uno se quita el sombrero al del hombre en cuya presencia es obligatoria una genuflexion . En ese gelido amanecer, por mucho que se esforzara en recuperarlo, el autocontrol seguia siendo una quimera. Lo era porque Wegener no queria creer lo que sus nervios de acero y su sangre fria le sugerian. Y la que era la unica y simple explicacion: Marlene. Imposible. Marlene nunca lo habria traicionado. Marlene era su esposa. Marlene era la mujer a la que amaba. Por encima de todo, Marlene era una mujer y nunca se habia visto que una mujer lograra joder a alguien como el. O tal vez si, tal vez en algunas partes del mundo habia mujeres capaces de atreverse a tanto, pero Wegener estaba seguro de que Marlene no pertenecia a esa categoria. Ni en broma. Nervios de acero y sangre fria no estaban de acuerdo. No hacian mas que repetirselo. Ha sido ella, ha sido ella, ella, ella.

  • Estudio en negro de Jose Carlos Somoza

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    A finales del siglo xix, a una exclusiva clinica para enfermos mentales en Portsmouth llega contratada una enfermera nueva, Anne McCarey, protagonista y narradora de esta novela.

  • La memoria de la lavanda de Reyes Monforte

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    Reyes Monforte, autora de Un burka por amor y Una pasion rusa, regresa con una gran novela sobre la perdida, el duelo, el amor y la esperanza.

  • Despues del <> de Chantelle Shaw

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    Asi que tu eres el sucio secretito de Leandro. Marnie aparto la vista de la puerta del restaurante por la que debia de llegar Leandro y miro al hombre que se habia sentado a su lado en la barra. Se pregunto si habia oido mal. -?Perdone? El sonrio y le tendio la mano. -Disculpa la broma. Soy Fergus Leary, director financiero de Vialli Entertainment. Todo el mundo en la empresa siente curiosidad por saber por que Leandro mantiene a su novia en secreto. Solo nos enteramos de tu existencia cuando le pidio a su secretaria que te llamase para la fiesta. Marnie intento no sentirse mal a pesar de que se le habia encogido el estomago. Fergus le habia caido mal desde el principio, pero sonrio educadamente. Al menos este le habia hablado, no como el resto de empleados de Leandro. Habia llegado al restaurante en el que se iba a celebrar la fiesta ella sola y muy nerviosa, y las miradas de curiosidad de los presentes solo habian conseguido que se sintiese todavia peor. Al parecer, todo el mundo estaba esperando a Leandro, que llegaba un cuarto de hora tarde. Marnie habia intentado llamarlo, pero estaba todo el tiempo comunicando. Era lo habitual. Solo habia conseguido hablar con el un par de veces en las dos ultimas semanas, en las que este habia estado de viaje de negocios en Nueva York. -A Leandro le frustra mucho la constante presencia de los paparazzi, asi que evitamos restaurantes y bares que sean muy conocidos -le explico ella a Fergus. De hecho, ella habia empezado a preguntarse recientemente por que Leandro nunca le pedia que lo acompanase a ningun evento, como a un estreno cinematografico al que habia acudido la semana anterior. -Voy al estreno porque es una buena oportunidad de negocio y un buen lugar para relacionarse -le habia dicho el cuando, por primera vez desde que habian empezado a salir juntos, Marnie le habia preguntado por que no la invitaba a acompanarlo-. No vas a conocer a nadie y te vas a aburrir. Ella debia de haber puesto gesto de decepcion, porque Leandro habia anadido en tono conciliador: -Saldremos a cenar cuando vuelva de Nueva York. De hecho, podriamos irnos un fin de semana a alguna parte. Elige el destino y yo lo organizare todo. ?Que te parece Praga? Has dicho varias veces que te gustaria conocerla. Despues habia evitado continuar con la discusion llevandosela a la cama, pero despues Marnie se habia dado cuenta de que habia vuelto a entretenerla con la promesa de un viaje y con sexo, lo que solia hacerle sentir que, a pesar de tener con el una relacion poco convencional, eran muy felices viviendo juntos. Y el hecho de que estuviese alli aquella noche, en aquella fiesta que Leandro habia organizado para sus empleados, para celebrar la conclusion de un proyecto, era la prueba de que la habia escuchado. Aunque tambien era cierto que lo habia hecho a ultima hora y a traves de su secretaria. Decidida a ir vestida para impresionar en su primera aparicion publica con Leandro, habia ido a comprarse un vestido nuevo a Bond Street. No obstante, no habia disfrutado de la experiencia. Por un lado, por el precio de la ropa y, por otro, porque le habia hecho recordar cuando, con dieciocho anos, la habian acusado de haber robado en unos grandes almacenes. Si se hubiese mirado un poco mejor al espejo de la tienda, en vez de tener tanta prisa por terminar con aquello, se habria dado cuenta de que el vestido le quedaba un poco justo, penso mientras se miraba de reojo en el espejo que habia detras de la barra. El terciopelo negro se pegaba a su cuerpo curvilineo, que habia engordado un poco recientemente. Tenia la esperanza de que el collar de perlas que llevaba al cuello desviase parte de la atencion del generoso escote. Miro a su alrededor y se dio cuenta de que todas las empleadas de Leandro eran mas delgadas y elegantes que ella. Se sintio insegura. Cuando habia conocido a Leandro en el bar en el que por entonces habia estado trabajando, otra de las camareras le habia advertido que tenia fama de mujeriego al que le gustaba salir con modelos y mujeres de la alta sociedad. Marnie sabia que ella era solo medianamente atractiva y jamas habia comprendido que Leandro se hubiese fijado en ella cuando habria podido tener a cualquier otra mujer. Le llamo la atencion el movimiento que habia al otro lado del local y el corazon le dio un vuelco al ver que se abria la puerta y aparecia el. Leandro Vialli era alto y delgado, y muy guapo. Y no parecia que acabase de bajarse de un avion despues de un largo vuelo. Parecia un modelo salido de una revista de moda. El corte de la chaqueta realzaba sus anchos hombros y los pantalones le marcaban los musculosos muslos y enfatizaban sus largas piernas. Estaba moreno y tenia el pelo grueso y oscuro, normal teniendo en cuenta su origen mediterraneo, aunque hablase con cierto acento americano. La prensa rosa lo llamaba el playboy italiano mientras que la seria hablaba de su meteorica carrera. Leandro era el dueno de varios teatros en el turistico barrio londinense de West End y era responsable de la restauracion de algunos edificios historicos de la ciudad. Y Vialli Entertainment era solo una filial de su gigante inmobiliario Vialli Holdings, con base en Nueva York, una empresa con una cartera por valor de miles de millones de dolares. Su gesto duro jamas revelaba lo que estaba pensando, pero su sonrisa cinica hablaba de un hombre seguro de sus capacidades y de su desprecio por los tontos. Rebosaba un poder y un carisma que para Marnie eran irresistibles. Lo habia echado mucho de menos durante su viaje y en esos momentos deseo correr a sus brazos, pero se contuvo, consciente de que a Leandro no le gustaban las muestras publicas de afecto. Controlaba las emociones incluso cuando estaban a solas y solo se dejaba llevar cuando hacian el amor. Se bajo del taburete y se paso una mano por la larga melena rubia. Sonrio, pero vacilo al ver que Leandro recorria el local con la mirada y ponia gesto de sorpresa primero y de irritacion despues al descubrirla alli. En ese momento, a Marnie se le encogio el estomago y volvio a sentirse insegura. Cinco dias antes habia sido su primer aniversario como amantes, pero Leandro no la habia llamado desde Nueva York para felicitarla. Cuando la habia llamado, un dia despues, ella no habia querido recordarselo, aunque en el fondo habia tenido la esperanza de que Leandro tuviese planeado celebrarlo cuando volviese a casa. En esos momentos, mientras se dirigia hacia donde estaba ella, no tenia cara de celebracion. Debia de estar cansado despues del viaje. Aunque en la cama no parecia cansarse nunca y podia hacerle el amor varias veces en una noche. Marnie se dijo con firmeza que no podia permitir que sus inseguridades, que sospechaba que se debian a que su padre la habia abandonado de nina, estropeasen lo que tenia con Leandro

  • Princesa Vendida de Gema Perez

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    Clarissa era hermosa.
    La mujer mas hermosa del reino.
    Y la princesa. La heredera.
    . y la moneda de cambio de su padre.

  • Si Buscas Enamorarte de Raico Calamonte

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    Puede que tengas emociones que al principio no sabias que podias sentir. Quiza te has acostumbrado a iniciar cada nueva etapa de tu vida con la mente limpia y cero expectativas. O tal vez, nunca hayas tenido una conversacion con una persona que, apenas verte, ya te conoce casi a la perfeccion.
    "Que genial es hablar con alguien que me entiende, que me reta, que me ensena, que me impulsa a querer sentir mas de su compania, que me envuelve con la fortaleza que brinda un abrazo, que me causa el anhelo de poder clavarme en sus ojos. Unos ojos que me dan el calor de una tierna mirada, y me transmiten una sensacion de ternura, alegria y amor".
    Ahora ya lo sabes: descubriras un sentimiento que enternece, y a la vez, te intrigara a querer saber mas, a desear sentir mas, a poder ver mas.

  • Mi corazon en tus manos (Los Lagos 1) – Juani Hernandez de Juani Hernandez

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    PREMIO “Tres Plumas” a la mejor novela romantica historica autopublicada 2013 – II Edicion Premios Pasion por la Novela Romantica.

  • Nunca llueve eternamente de Silvia Cruz

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    Samantha es detective en Chicago, pero un peligroso caso le hace tener que ir al pueblo de su infancia, Red Stone Lake, para ocupar el cargo de ayudante del sheriff por un tiempo. Alli, el misterioso asesinato de su madre, unas escabrosas desapariciones de algunas habitantes del pueblo y su amor platonico de la infancia, haran que viva los momentos mas tensos, emocionantes y apasionantes de toda su vida, para convertirla en una persona completamente diferente de la que llego.

  • Secretos en la arena de Ana E. Guevara

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    No te pierdas esta historia con la que continua Las orillas del pasado, de Ana E. Guevara.

  • Un corazon en Nolita (American Girls 4) de Estrella Correa

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    Adoro Nueva York. Me gusta mi vida y no deseo cambiarla. Vivo en un piso compartido con dos amigas que son mis almas gemelas. Nos conocimos en la universidad y desde entonces no nos hemos separado, incluso hemos pasado algun dia de Accion de Gracias juntas. La casa no es gran cosa, pero la propietaria nos cobra un alquiler muy bajo para estar situada en Nolita, un barrio de Manhattan. Los muebles los hemos comprado nosotras. Y me refiero a que los recogemos de la calle (la mayoria), les hacemos unos arreglos y los pintamos. Quedan como nuevos y nos salen bastante baratos. Mi cuenta bancaria no esta dotada con muchos ceros y trato de sobrevivir trabajando como fotografa en eventos que me van saliendo mientras termino un master de Comunicacion Audiovisual en la Universidad de Nueva York. --Ava, ?has terminado? --Escucho a Sophia aporrear la puerta del bano. --!Cinco minutos! --grito buscando una toalla y tratando de no resbalar por el suelo mojado. Soy muy propensa a los accidentes--. !Hay otro bano! --informo. --!Y otra pesada como tu que tarda una hora en ducharse! --chilla. Me cubro el cuerpo y limpio el cristal lleno de vaho con la mano. Tengo las mejillas sonrosadas y la piel al completo demasiado roja. Me gusta el agua caliente. Mia dice que un dia de estos salgo del bano con quemaduras de tercer grado. Cojo el cepillo y peino mi cabello castano claro. <>, pienso, cuando veo que casi me llega por la cintura. --Cuanto estres, chica --reprocho a Sophia que me mira con cara de pocos amigos y un cafe en la mano cuando por fin abro la puerta. --No puedo llegar tarde otra vez al trabajo. Estan a esto --hace una senal con los dedos-- de prescindir de mi buen hacer y sabiduria. --Querras decir que te van a poner de patitas en la calle porque no has querido acostarte con el jefe. --Me da el cafe que me ha preparado. --No me lo recuerdes. Deberia haberlo hecho. Ahora no estaria pensando que quizas no tenga para pagar el alquiler el proximo mes. --Fuerza una sonrisa y me da con la puerta del aseo en las narices. Me encuentro con Mia en el salon tras vestirme. Nota: ella prefiere muebles caros porque puede permitirselo, pero nos respeta y nos deja vivir como hijas de obreros. Tiene un movil en cada mano y escribe en los dos a la vez. Ella es asi. Y su trabajo requiere todo su tiempo y su vida. Es broker. La mujer broker mas joven de Nueva York. Y la mas guapa. Y la mas rubia. Y la mas alta. Y la mas delgada. Y la mas envidiada. --No se como consigues hacer eso --indico mientras me pongo una chaqueta de cuero camel.--Con mucha practica. --Ni me mira y sigue tecleando, concentrada en sabe Dios que. Yo sumo dos mas dos y me explota el cerebro. --?Te vienes? --Tengo reunion. Viene un coche a buscarme. --Que nivel, chica. Quiero un jefe como el tuyo. --Mi jefe es un estirado. Y un gilipollas --apunta. --Pero envia limusinas a recogerte. --La observo detenerse frente a nuestra ventana. Hace un chasquido con la lengua y se queja. --Me la suda la limusina. --Mia es la mas rubia y la mas guapa del distrito financiero, pero tambien la peor hablada--. Tengo que irme. --Me da un pequeno abrazo y sale corriendo. --?Que planes tienes hoy? --Sophia se cuelga el bolso, tambien lista para ir al trabajo. --Me paso por la universidad y despues tengo una sesion de fotos en Central Park. --?Quedamos para comer entonces? --Ella trabaja como secretaria de direccion en la Quinta Avenida. --No se si me dara tiempo. Te llamo y hablamos. --Ava, tienes que comer. Estas muy flaca. --Soy de constitucion delgada --me quejo. Siempre estan con la misma cantinela. Mi familia es asi, mi madre y mi abuela tambien soy muy delgadas. Me ahorro el discurso porque ya lo sabe y no voy a repetirme. Por cierto, tengo que ir a visitarlas este fin de semana, es el cumple de mi abuelo y, aunque fallecio hace mas de diez anos, nosotros le seguimos celebrando el cumpleanos. Una tradicion familiar un poco macabra. Cosas de familia descerebrada. --!Auu! --Me doy un golpe en la cabeza con una puerta del mueble abierta cuando voy a guardar las galletas. --El primero de hoy. A ver si superas tu record. --Mi amiga y companera se refiere a mi aficion por los accidentes, grandes y pequenos, y el listado de ellos es interminable y diario. Como si fueran un iman para mi. Mis padres cuentan que de pequena un perro me mordio el dedo. Hasta ahi la historia parece normal, no obstante, cambia al relatar que tropece y mi mano cayo dentro de la boca del canino, que se asusto y me mordio. Pues como esto, casi todo en mi vida. Me paso por la universidad y hablo con mi tutor de master sobre las practicas de este que empezaran dentro de un mes. El senor Patynson goza de una paciencia conmigo que temo que termine algun dia. Se parece un poco a mi padre, con facciones duras y barba canosa. --Estoy deseando empezarlas, senor Patynson. Me he esforzado mucho para que mis notas no bajen de matricula de honor. --Senorita Jones, se que no va a defraudarme. --Me da dos palmaditas en el hombro antes de marcharme y correr hasta la boca de metro. Voy demasiado tarde y los nervios comienzan a apoderarse de mi. Trato de relajarme escuchando un poco de musica con la ayuda de mis iPod porque, total, el metro no va a ir mas deprisa porque yo me ponga a llorar ahora. Y estoy a punto, ojo. No puedo perder este trabajo. Con lo que van a pagarme puedo cubrir mi parte del alquiler durante cuatro meses y eso incluye diciembre y los regalos de Papa Noel. Tengo un sobrino putativo (soy hija unica) de tres anos que no entenderia que el "Abuelo Rojo", como lo llama el, no deje un presente en mi casa, por muy pobre que sea. Tarareo la cancion mirando la hora en mi iPhone cada cinco segundos: With or without you de U2. Veo la piedra fija en tus ojos. Veo la espina torcerse. Te espero. Hechizado y con la suerte torcida. En una cama de clavos ella me hace esperar. Y espero sin ti. Contigo o sin ti. Contigo o sin ti. A traves de la tormenta alcanzamos la orilla. Tu lo das todo pero yo quiero mas. Y te estoy esperando. Contigo o sin ti. Contigo o sin ti. No puedo vivir. Contigo o sin ti. El set de rodaje esta listo. Grabaran algunas imagenes para el anuncio y yo me encargare de la fotografia antes y despues de la filmacion. Desde lejos compruebo el jaleo que se ha montado alrededor del equipo y, como voy concentrada en no tropezar (que es lo que normalmente ocurre) no me percato de que el brazo fornido y peludo de un miembro de la seguridad privada me detiene en seco poniendo su mano (de dimensiones descomunales) entre mi pecho y mi cuello. --?Adonde cree que va? --Disculpe, senor. Vengo a trabajar. --Contesto tras unos segundos de desorientacion. Pero ?quien se cree este hombre montana para tocarme y casi ahogarme? --Identificacion. --?Que? --No le veo la identificacion. <>. --Se me ha olvidado. --Pues me temo que no puedo dejarla pasar. --Escuche, llego ya --miro mi reloj rojo de muneca-- tres minutos tarde y no puedo permitirme perder este trabajo. --Sigo con la cantinela, ahora en voz alta. --Ese no es mi problema --contesta categorico. ?Queeee? --Ni el mio que usted viva amargado. ?Ha visitado el bano hoy? No sabria explicar mi respuesta, lo que si puedo describir la suya y basicamente se le salen los ojos de las orbitas; parecen dos globos a punto de estallar. Desde luego no se esperaba que la chica delgadita le contestara de esta manera. <>, pienso, hasta que contesta y corta mis pensamientos, que anotaban retirar el sofa y limpiar con ahinco debajo en cuanto pudiera. --Mire, senora, o se va de aqui o... ?Me ha llamado senora? Por favor, que tengo veinticinco anos. --?O que? --!Me ha llamado senora! --O la saco a la fuerza. Cruzo los brazos, clavo los pies al suelo y arrugo el entrecejo al que acompano de una cara desafiante. Esta a punto de cogerme en brazos y echarme de alli cuando uno de mis companeros me reconoce y llega para salvarme del monstruo peludo y ojos de pez globo. Y no es que necesite que un hombre me salve; es que Robert es el que me contrato. Tiene muchos contactos y me encuentra muchos trabajos. Merece que se lo agradezca. --!Ava, Ava! --grita en mi direccion. El osado y estrenido seguridad lo mira y se detiene. --Robert, por favor, ?puedes decirle que tengo permiso para entrar aqui? --?Y tu identificacion? Pongo los ojos en blanco. <>. --La olvide. Me agarra de la mano y tira de mi hacia el set. Yo miro hacia atras con fingida sonrisa y le hago la senal del pajarito a mi no amigo. Por supuesto, Robert no se percata del asunto. --Llegas tarde --me sermonea. --Solo dos minutos y ha sido por culpa de ese hombre. --Un hombre que solo hace su trabajo. Y han sido siete. Caminamos hasta donde el catering sirve el desayuno, uno muy completo. --?Eres mi jefe? --Ava, cuento contigo siempre, no puedes fallarme. --Llevas razon... --reculo. --Y el jefe ya te hubiera echado. Sirvete un cafe, yo vuelvo en unos minutos. --Tanta prisa, tanta prisa... --me quejo en susurros cuando un chico guapisimo se sirve un te junto a mi. 2 Tengo un iman para los problemas, para tropezar delante de todos o sola, darme golpes por todo el cuerpo (soy torpe y lo acepte hace mucho) y para que los chicos guapos se acerquen a mi sin intenciones ocultas; quiero decir que tengo amigos muy guapos, sin embargo ninguna de mis parejas han sido de revista. Sophia y Mia argumentan que mi gusto se caracteriza por ser muy peculiar en todos los sentidos y... bueno, no se si llevan razon, pero no se equivocaron con mi ultima pareja; me tenia absorbida. --Buenos dias --me saluda con educacion. --Buenos dias. --?Un bagels? --No me gustan, gracias. Pone cara de asombro y yo encojo los hombros. --Nunca habia conocido a nadie que no le gustaran los bagels. --Estan demasiado dulces. --Los hay salados. --Estan demasiado salados. Sonrie y le da un sorbo a su te de color rojo. --?Eres la fotografa? Dirige la mirada hasta mi bolsa que he dejado en el suelo junto a mi. --?Eres el modelo? --?Tanto se me nota? --Nadie se levanta con esa ropa y ese peinado. --No va vestido con nada del otro mundo y el pelo, aunque demasiado brillante, es muy normal. Es obvio que no quiero decirle que es tan guapo que parece de mentira. Estoy a nada de pellizcarle y comprobar si no es una aparicion estelar--. Supongo que ya has pasado por chapa y pintura. --?Perdona? --Casi escupe el te que retira de su boca con rapidez. --Que peluqueria y vestuario ya ha realizado su trabajo. --Llevo aqui desde las cinco de la manana. --Me da la impresion de que se queja. Y con razon, son mas de las nueve. --Pues deberias tomarte un cafe. --No me gusta el cafe. --Nunca habia conocido a nadie que no le gustara el cafe. --Lo parafraseo. --Esta demasiado acido. --Siempre puedes echarle azucar. --Da otro sorbo y no contesta--. No me digas. No tomas azucar. Niega con la cabeza. --No se como puedes vivir sin azucar. --Soy propenso a engordar. ?Engordar? Lo miro de arriba abajo y tengo que disimular lo que realmente quiero decirle, que es: !pero si estas mas bueno que el pan! --No siempre he sido asi. --Me lee la mente y se explica. No me lo imagino de otra manera. Mi telefono suena dentro del bolsillo de mi pantalon vaquero.

  • Tuya sin condiciones (Amnesia 3) de Mari Diaz

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    La separacion de Marcus y Evelyn no es la primera, sin embargo, esta vez las circunstancias son otras. Un divorcio, un embarazo, y una pareja atada por el deseo, el amor y la pasion son el eje central de una historia que termina; donde ambos deben enfrentar nuevamente los obstaculos que se interponen entre ellos. ?Lograran al fin estar juntos sin que nada ni nadie se los impida? No dejes de leer el ultimo libro de la Serie Amnesia, el desenlace de una historia romantica y apasionante que te llevara al limite de tu imaginacion.

  • Yo soy tu candidato 3; Silla presidencial de Miranda Wess

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    Enrollo distraidamente un mechon de mi cabello. Se siente bien, considerando lo corto que lo deje a raiz de una rabieta que agarre con Joseph. El idiota de Joseph. Me dijo--con esa mirada de bobo que me pone a veces--que le encantaba mi cabello castano y oso tocarmelo, !Que atrevido! Le meti un empujon que lo tiro al piso, saque mi navaja, estire mi cabello y lo corte. Luego se lo lance al imbecil. !Hey, si tanto te gusta quedatelo! Estoy verdaderamente aburrida de sus tontos intentos de ganarse mi interes. Para que, por Dios !Solo tengo doce anos! No quiero que me pase lo de Ana que teniendo mi misma edad ya esta embarazada. Eso le pasa por idiota. Recostada de la pared de la casa-hogar extrano mi melena hasta la cintura y centro mi atencion en el vejete que de vez en cuando corta los arbustos del jardin. No es su trabajo; lo hace para ayudar a los pobres huerfanos que nadie quiere. Ja. Que joda a su madre con esa pobre excusa, a leguas le veo comerse con los ojos el culo de Rosario a cada oportunidad que tiene. Asco de hombre. Ha dejado sus cigarrillos y encendedor y, con mucho cuidado de no ser vista por el, rapidamente me hago de un entretenimiento. Con el fastidio a un nivel insostenible me paseo por el patio central de la casa hogar. La pintura de las paredes esta desgastada de lo viejo--inicialmente era de color verde esmeralda pero ha adquirido con los anos una apariencia blanquecina-- y es un recuerdo perenne de lo miserable que somos sus ocupantes. A pesar de todo, es un sitio limpio y ordenado. Y mas con la dictadura de Rosario metomentodo. Son las tres de la tarde, algunos chicos van a la escuela cercana, otros, duermen la siesta, sobre todo los pequenos; otros cuchichean en el patio central. Yo, como termine mis deberes en tiempo record y sinceramente no se me da eso del arte de la conversacion con idiotas descerebrados, sufro de aburrimiento frecuente. Me recuesto de la pared afincando bien mi bota en ella para dejar la marca impresa. Menudo cabreo se llevara la Rosario al verla. !Que se jodan, ella y sus normas! Oh, no. Joseph viene hacia mi acompanado de su amiguita inseparable, Claudia. Solo el no se da cuenta de que ella esta babeada por el. Pero bueno, Jo no se destaca por su inteligencia. No tiene por que utilizar las neuronas para llamar la atencion al sexo opuesto, con su cabello castano liso que le cae en la frente, ojos avellanas, y cuerpo atletico es--como le dicen las lerdas-- <>. ?Que le hace pensar que me interesa enrollarme con el? ?Sera que es masoquista? ?O se certifica su idiotez? ?O una combinacion de ambas quiza? Lo veo factible. Veo con arrogancia mis unas pintadas de negro, a juego con mi ropa, mi maquillaje y mi alma. Y ya tengo al frente al <>. Hago como que no existen. Es una maravillosa tecnica perfeccionada con los anos. --Mira, esto te lo envia Jo. Quiere una respuesta--me tiende un sobre. Yo lo tomo mas que nada para quitarmelos de enfrente. Mientras mas rapido mejor. Leo solo la primera frase de la cartita de amor: ?Clarissa quieres ser mi novia? Se le volo la cabeza o que. La rompo y se la lanzo a la cara. Claudia se enfurece y me toma del brazo zarandeandome. --Estupida, Jo es el mejor chico de aqui. No deberian llamarte Clarissa sino <> porque estas de atar. No le digo nada. Saco mi navaja y de un movimiento centelleante y preciso corto las tiras de su blusa dejandola semidesnuda. Sonrio. Estoy encantada de verla irse con la verguenza reflejada en el rostro. !Estupida tu! Joseph me ve con ojos desorbitados y actitud cobarde. Era de esperarse. Es un idiota. Como todos los malditos estupidos que me rodean. Los odio a todos. --!Mi respuesta es NO! Apenas soy capaz de desperdiciar con ellos una que otra palabra de desprecio. Pero nada mas. Incitada por su mirada avellana--amedrentada--tomo mi navaja y deslizo mi lengua por el lateral de la misma con la mirada de odio mas pura y sincera de la que soy capaz. Esperanzada de--finalmente con ese gesto--disuadirlo de sus intenciones romanticas. Su rostro horrorizado me dice que he acertado. Finalmente. Apenas se me asoman los pechos y ya los chicos se vuelven locos. Son animales. Que asco me dan. De ninguna manera me dejare manosear por ninguno de ellos. Me alejo de la vista de todos. Segura de que Rosario no vera con buenos ojos mi forma de socializar con mis pares. Ja, para lo que me importa su opinion. Refugiada entre los matorrales saco un cigarrillo del bolsillo de mi vaquero y un gastado encendedor que hurte al jardinero. Le doy un jalon y me entretengo formando circulos y viendo como desaparecen en el aire. Que se sentira desaparecer. Estar y de pronto no estar mas. Veo la punta del cigarrillo enrojecida y ardiente. Que se sentira arder y volverse cenizas… La idea de desaparecer de la faz de la tierra me resulta tentadora. Lanzo la colilla por la reja que da a la calle y rebusco en el bolsillo la navaja. Detallo su filo y me pregunto si sera lo suficientemente afilada para abrir mi carne de par en par. La coloco sobre la palida piel de mi muneca y la sensacion fria de la navaja contra mi piel me resulta agradable, invitadora. Si tan solo… El ruido del motor de un auto interrumpe mis siniestras cavilaciones. Guardo la navaja de nuevo en el bolsillo y pego el rostro a la reja. !Menudo carrazo! Veo descender a un tipo bien elegante. !Joder, como me gusta ese coche! Si viene aqui buscando a un huerfano que adoptar seguramente no sere yo. No a mi no. Los de mi edad estamos todos bien fritos. Lo sabemos. Somos la mierda con la que nadie quiere lidiar. --!Hola! Me fastidia ver la cara de Catalina asomarse entre las ramas. Posee unos enormes ojos cafe siempre maravillados casi por cualquier pendejada donde se posen. Que pesadita. No le contesto el saludo, me tiene con el humor en rojo. En verdad esa carajita tiene un radar para conseguirme escondame donde me esconda. Por mas desplantes que le haga, insiste en ello. --Te estaba buscando… --me dice sin dejar de sonreir como si fuesemos las mejores amigas del mundo. Cosa que nunca pasara-- ?por que estas metida aqui solita, Issa? ?Viste lo que le paso a Clau? Pobrecita, paso llorando. Te gusta estar sola aqui ?verdad? Es un sitio silencioso ?cierto? A mi tambien me gusta. Da fresquito. Y es medio misterioso… --!Cono, te quieres callar! Catalina, que solo tiene nueve anos, se sorprende de mi reaccion. Pero solo le dura pocos segundos. Casi me siento culpable. Casi. --Oye, tratame con carino, Issa--menea su cabeza y sus largas trenzas se mecen--. Te perdono porque eres buena onda--sonrie y pongo los ojos en blanco considerando la idea de sacar mi navaja y meterle un susto a la fastidiosa cria-- ?Viste al tipo que acaba de llegar? A que no adivinas. Yo se quien es… Fijo mis ojos ambar en su rostro risueno--satisfecho como nunca de tener algo que decir--me desespero ante su ridiculo gesto. --?Que? --exclamo exasperada. --Es un loquero y te esta buscando. --?A mi? --estoy estupefacta. --Si, Rosario lo llamo. Le dice a todo el mundo que no sabe que hacer contigo. --!Maldita sea esa Rosario metomentodo! --Pronto vendra con el loquero. Yo le dije donde te escondias. Lo siento. --!Maldita seas tu y tu bocota Catalina! --grito furiosa. En efecto, no tarda en aparecer Rosario con su cara amargada como cada vez que me ve. Da la casualidad que ultimamente ando haciendo de las mias. Segun ella. Me lleva a rastras hasta el despacho donde se encuentra el misterioso sujeto. Me irrita que me halen del brazo, me jamaqueen y me pregunten si no me canso de causar problemas. Son los otros los que no se cansan de buscarme bronca... Y el que busca encuentra. Apenas entro al estudio quedo impresionada con el porte del tipo. Es tan grande y corpulento como un toro. Su mirada es profunda y da la sensacion de que puede ver hasta mis mas intimos pensamientos. --Hola, Clarissa, soy el Doctor Victor Spillman, he venido a hablar contigo. Por favor sientate. Algo en su voz y en su manera de verme me insta a obedecerle. Detallo su ropa. Tiene buena pinta. Zapatos lustrosos, pantalon de vestir con filo marcado, camisa manga larga, cabello bien cortado, bien afeitado. Se ve que tiene plata. Y mucha. --Usted es un hombre muy rico ?verdad? Lo digo por el coche y la ropa. --Asi es, Clarissa. ?Eso te llama la atencion? --Digamos que si. Eso de tener mucha pasta y finura me sentaria al dedillo. --Para ser como yo debes cambiar alguna que otra cosa. Dime, por que no les hablas a los otros chicos. Resoplo, repleta de fastidio. ?Por que siempre se trata de eso? ?Por que cono no me dejan tranquila y punto? Me recuesto en el asiento con desparpajo. --Son unos idiotas de mierda. Solo estan pendientes de follarse unos a otros y de echarse una fumada a escondidas. --Dicen que eres rara. --!A la mierda con ellos! --Parece que no les tienes nada de estima. Sin embargo, conmigo si conversas. ?Por que? Me encojo de hombros. --No lo se, parece alguien importante y me cae bien, creo. --Tu tambien me caes bien, Clarissa, pareces una chica inteligente. He escuchado que te gusta leer. ?Es eso cierto? --Supongo--digo encogiendome de hombros como si tal cosa. --Tengo unos libros que me sobran. Te los puedo regalar, si te apetece. Me enderezo en el asiento sorprendida por su oferta. ?Ese senor importante que no me conoce me va a regalar algo a mi? --Me apetece, senor. --murmuro. --Dime, Clarissa, ?te gustaria ser una dama? Eres una joven con mucha energia, seria cuestion de encausarla por el buen camino. Podria darte una mano en tu travesia, quiza. En tu busqueda personal del Santo Grial. En el caso de que eso te interese, por supuesto. Quedo alucinada por sus palabras con el corazon palpitandome al galope. ?Una oportunidad? Una oportunidad real de salir de la miseria donde mi alma muere dia a dia. --?Puedo serlo? digo ?en verdad? --pregunto incredula y emocionada.

  • El secreto de la Bestia de Johana Connor

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    Luego de dieciseis anos Rebeca regresa a La Costa, una tierra magica y envolvente de la que huyo despues de que la tragedia marcara su vida. Su intencion con esa visita era cortar los lazos que aun la unian a esa region, pero cuando la tierra llama, los corazones responden enseguida, y se dejan atrapar por el sabor, la musica y la alegria de un poblado lleno de misteriosos atractivos; mas aun, cuando el amor toca a su puerta, avivandole la pasion.
    Al ritmo de los tambores ella se deja hipnotizar por esa tierra ancestral y poderosa, que le calienta la sangre en las venas y la seduce a traves de unos ojos negros y salvajes; pero mientras mas se sumerge entre los selvaticos parajes de La Costa, descubre secretos que la perturban y hacen renacer antiguos miedos que creyo superados. Ya le es imposible huir de nuevo, solo le queda enfrentarse a su peor pesadilla y revelar lo que se oculta bajo la piel del hombre que se apodero de su alma y ruge furioso, amenazando con destruir todo a su paso.

  • Tengo un Secreto: El Diario de Meri de Blue Jeans

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    Tengo un secreto: el diario de Meri es la novela basada en el blog personal que escribe la intrigante Incomprendida en la pelicula El Club de los Incomprendidos. Basada en el besteller de Blue Jeans !Buenos dias, princesa!, la cinta, que se estrenara el proximo 25 de diciembre de 2014, esta producida por Bambu y Atresmedia y ya ha despertado una gran expectacion en las redes sociales. En la nueva novela, que arrasara entre todos sus fans, veremos como y por que empezo todo, seremos complices de las dudas, miedos e inseguridades de todos los Incomprendidos y, por fin, sabremos como siguen sus vidas despues del sorprendente final de ?Puedo sonar contigo? Una lectura imprescindible para comprender todo el universo de El Club de los Incomprendidos.

  • Con carino, Maddie de Maria Moreno

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    Cuando Maddie y su novio Andrew se mudaron a un apartamento en el barrio londinense de Bayswater, no tenian ni idea de lo que afectaria a sus vidas conocer a sus nuevos vecinos, Al, un ilustrador que vive con Sasha, un youtuber de cierto exito aficionado a gastar bromas para tener material para su canal. ?Quien hubiera dicho que una de sus bromas podria tener tantas consecuencias?

  • Angela. La Lujuria de los Monstruos de Daniel Santos

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    Vivimos en un mundo de sombras y noches.
    Un mundo de mascaras y enganos.
    Donde el veneno se viste de dulce.
    Donde los monstruos parecen Angeles.

  • La heredera del desierto de Caitlin Crews

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    Para asegurar el futuro de su pais, Rihad debia reclamar a Sterling como su esposa...

  • Una peligrosa tentacion de Manu Ponce

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    --?Lorenzo podrias acercarte a mi despacho, por favor? --Seguir la cadencia de su voz y caminar tras ella, que parecia mecerse con el contoneo de sus caderas, era el mejor placer que la manana podia ofrecerme. --!A la orden, Nicolette! --No era su perrito faldero, ni nada que se le pareciera, pero me falto solo mover el rabo... Es una expresion hecha, no me entendais mal. --Que cosas tienes, eres el director de la empresa, pocas ordenes debo darte, te basta y te sobras solito--me recordo segun entramos en su increible despacho, ese desde cuya cristalera quedaba Barcelona entera a sus pies. Normal, a sus pies quedaria yo tambien con un solo chasquido de sus dedos. Y eso me traia de cabeza, ?era una atraccion fatal la que sentia hacia la duena de la empresa? Pues preferia pensar que no, que se trataba mas bien de que mi jefa ejercia sobre mi un efecto que me provocaba una cierta fijacion... Paparruchas, lo mirara por donde lo mirase, en los escasos tres meses que llevaba dirigiendo aquel monstruo dedicado a los suministros navales, me habia enamorado de ella de un modo que creia que unicamente estaba reservado para la gran pantalla. --Bueno, pero ya sabes eso que dicen, que cuatro ojos ven mas que dos... A todas luces, Nicolette era mi jefa, pero ella preferia dejarlo en tablas y siempre me comentaba que los dos formabamos un tandem perfecto, al ser los dos pilares sobre los que se sustentaba la empresa. Y en cuanto a lo de los cuatro ojos... Eso seria lo que me hubiese gustado, tener cuatro ojos para verla doble, porque todo lo que tuviera que ver con ella constituia para mi todo un espectaculo. --?Puedo interrumpirte un momento, Nicolette? Tienes a James por la linea uno. Paulina, la secretaria, se habia acercado a la puerta, toda vez que Nicolette hacia caso omiso a la llamada. ?Tendria algo que ver mi presencia en ello? Mis ganas, como suele decirse. Pero, sin embargo, de un tiempo a esa parte, juraria que la notaba mas proclive a hablar conmigo a solas, y mas distraida cuando estabamos juntos. --?A James? Muchas gracias, Paulina. --Atiende la llamada, por favor--le indique pensando que su prometido no tenia otra hora a la que llamar, !ni que tuviese un radar! Joder, siempre nos pillaba hablando y nos interrumpia. Resople para mis adentros, en el fondo no era tan extrano que eso ocurriera, porque al tal James le faltaban horas en el dia para llamarla. Tampoco podia reprocharle nada; si ella fuera mi pareja no querria ni que le diese el viento y tambien me gustaria recordarle que estaba por ella. --?No te importa? --Me sonrio y ahi fue cuando senti que salio el sol, porque nada en el planeta me resultaba mas caluroso que su sonrisa. --Para nada. --La gran mentira del dia, me daba tres patadas en la barriga que nos interrumpiera. Nicolette se dio la vuelta y tuve que apartar la vista de aquel cuerpo escultural que debian haber esculpido directamente los angeles; en cualquier momento podia volver a girar sobre sus talones y encontrarme mirandola embobado. Chungo... Desde su despacho se obtenian las mejores vistas de una ciudad a la que yo habia llegado dos anos antes desde Madrid. Una suculenta oferta de trabajo redactada por el departamento de Recursos Humanos de la empresa que pase a dirigir fue la que me llevo hasta alli. Y un tiempo despues, Nicolette me recluto para la suya, mucho mas grande que la anterior. --Hi, my darling. --La aludida cadencia de su voz, unida al modo en el que se dirigia a el, hicieron que por enesima vez maldijera mi suerte por no estar en su lugar. El resto de la breve conversacion me termino de revolver un estomago que ya de por si estaba trastocado cuando la tenia ante mi. --Perdona, son los preparativos de la boda, ya sabes... Bueno, no, no debes saberlo, ?Doris y tu habeis hablado alguna vez de casaros? Me cogio de sopeton que me hiciera una pregunta tan personal. Y mas cuando ignoraba que conociera el nombre de mi novia. --Ah, pues, a ver, ella lo ha insinuado alguna vez, pero nada en firme, tu sabes... Nicolette tenia fama de ser una jefa a la que no se le iba ni una. Clara, mi companera de trabajo, me habia "aclarado" en alguna ocasion que esa mujer tenia ojos y oidos en todas partes, que parecia que no estaba y que estaba en todo, que era una superdotada no solo para los negocios, sino tambien para el arte de crear equipo y saber sintonizar con el. En cambio, de ella sabiamos bastante menos, salvando el hecho de que su prometido era tambien un influyente hombre de negocios norteamericano que se movia mas que los precios, puesto que se pasaba media vida de viaje. --Ya, pues cuando os llegue la hora, ya os enterareis, no te imaginas la que hay que organizar, es mucho mas dificil que manejar los hilos de esta empresa, te lo garantizo. --Se echo a reir. --Lo imagino, sobre todo para un enlace tan multitudinario, debe ser una locura--repuse. --Si, si que lo es. --Se sento en ese instante, algo que no habia hecho todavia, y tuve la sensacion de que, en cierto modo, el de la boda le suponia un peso considerable. --Me hago el cargo--resople para mis adentros porque de su boda era de lo que menos me interesaba hablar en el mundo. --?Por donde ibamos? Ah, creo que ni habiamos empezado todavia. No, no habiamos empezado, el ceporro de su novio nos interrumpio. --Creo que tendrias intencion de hablarme del encargo del astillero y... Le solte el rollo, pues andabamos con un encargo un tanto complicado que nos traia de cabeza. Media hora despues, con el alma rebosante de felicidad, sali de su despacho, y mas cuando me despidio con un "las cosas marchan mucho mejor desde que estas por aqui" que me llego al alma. Entre en el mio, que sin tener exactamente la misma orientacion del de Nicolette, tambien era magnifico, !como para quejarme! Las vistas desde el eran igualmente de postal. A mis treinta y nueve anos, a punto de entrar en la cuarta decada de mi vida, sentia que lo habia conseguido todo. ?A quien queria enganar? Todo no... Meses antes si que estaba pletorico. Profesionalmente todo marchaba sobre ruedas. Y Doris y yo nos habiamos alquilado aquel atico de 300 metros cuadrados que vimos en la web de una prestigiosa inmobiliaria. Firmamos un contrato con opcion a compra. --Loren, primero vemos como nos adaptamos a la zona y demas. Y si todo marcha bien, entonces nos planteamos la compra--me dijo mi novia. Ella siempre tan previsora. Eramos la noche y el dia, porque yo me caracterizaba por ser muy impulsivo. Siempre me parecio que en nuestras diferencias radicaba el exito como pareja, pero desde que Nicolette entro en escena ese exito se vio empanado. Lo mismo era asi como queria verlo yo y tal exito no existia ya desde bastante antes. Lo cierto era que llevaba diez anos con Doris y los ultimos no habian sido lo mismo. Su negativa a tener ninos supuso un punto de inflexion en la pareja, tras lo cual igual seguimos juntos mas por costumbre que por otra cosa. O al menos yo, que dentro de su cabeza no estaba para saber que pasaba por ella. Llamada de recordatorio de mi hermana Lidia desde Houston, a esa si que no se le escapaba una. --Hola, hermanito, ?como va todo por Barna? --Ella era una enamorada de la ciudad condal. --Houston, Houston, tenemos un problema... una petarda al habla, ?como te va, hermanita? --Hasta la bandera de trabajo y con unas ganas increibles de verte, pero antes te recuerdo que el sabado es tu aniversario con Doris, no se te ocurra olvidarte. Habia sucedido el ano anterior, ella sabia lo que se decia. Aunque con Doris no habia mayores sobresaltos y no soliamos discutir, aquel si fue un motivo de enfado por su parte, y mi hermana me prometio tomar cartas en el asunto. --Eres una joya, carino, ?que haria yo sin ti?

  • Maraton de Brian Freeman

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    Una bomba estalla en pleno maraton en la ciudad de Duluth. El detective Jonahtan Stride se suma a la frenetica busqueda del autor. Alguien asegura haber visto a un joven musulman con una mochila, y pronto se desata la caza al hombre. Pero las cosas son mas complejas de lo que parecen…

  • El hombre de Stalingrado de Robert Blake

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    Un vibrante thriller de suspense y misterio que te atrapara desde la primera pagina.
    Durante unas vacaciones en Italia, Sam Carter, un fotografo de Nueva York, se vera envuelto en una serie de inexplicables acontecimientos que lo abocaran a un trepidante thriller repleto de accion, aventuras, espionaje, intriga, romance, suspense y misterio.
    Dejate seducir por este viaje a lo mas profundo del corazon de Europa tras la caida del muro de Berlin donde la pasion y la venganza conviven con un oscuro secreto del pasado.

  • Ypora. Amor y guerra bajo el sol guarani de Gloria V. Casanas

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  • En el otro lado del corazon 2, Andrea Adrich de Andrea Adrich

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    EN EL OTRO LADO DEL CORAZON es la historia de Raul, uno de los hermanos de Jorge Montenegro. Es un libro INDEPENDIENTE, formado por dos volumenes. Este es el 2, el desenlace.

  • Superar la dislexia de Luz Rello

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    Un 10 % de la poblacion sufre dislexia, por lo que en Espana se calcula que unos 600.000 ninos tienen dislexia y no lo saben. Una <> que les condena al fracaso escolar sin tan siquiera ser conscientes de ello. Luz Rello tambien fue una nina con dislexia y, tras anos de estudio e investigacion, nos presenta una obra con todas las herramientas que tenemos actualmente a nuestro alcance para combatir la dislexia y ayudar a los ninos y ninas a cumplir sus suenos.

  • Pecados Ardientes de Ariel Omer

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    Todos tenemos un amor al cual nos aferramos, un amor verdadero que jamas vamos a olvidar.

  • Lo que me dijo el cafe de Valeriam Emar

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    Magnolia Betul tenia un don, como todas las mujeres de su familia, podian adivinar el futuro a traves del cafe. Y su don le advertiria de la llegada de un antiguo amor y que la vida de el corria peligro. El problema era que ella era la unica persona que podia salvarlo. Y hubiera sido mas sencillo protegerlo si el no se comportara como un arrogante que pensaba que el cafe solo servia para beberlo.
    Dante Greco habia regresado a su pueblo para asistir al funeral de su padre y para tratar de arreglar las diferencias que tenia con su familia. Pero no contaba que su desquiciada amiga de la infancia se convirtiera en su sombra y quisiera obligarlo a creer en la magia.
    Tal vez se necesitaba de magia para reavivar un viejo amor.

  • La cima mas profunda de Michel Crisol

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    “!Arriba, arriba! Yo siempre ascendia guiada por el instinto mas certero, confiada en mi empeno y la fuerza de mi cuerpo. Sorteaba cualquier obstaculo de la roca, rapido, sin esfuerzo; al reves de lo que hacia con los enigmas de mi vida… ?Como no iba a lanzarme tras la leyenda, ojos vendados y corazon en la mano, a cambiarlo todo?”.

  • El canon de hielo de Yunia Rodriguez

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    .Serena es una chica “comun” que quiere vivir en libertad, pero un giro inesperado la obliga a formar parte del haren del rey. Sin olvidar , ni por un segundo a su familia, y dispuesta a sobrevivir en aquel nido de fieras, lucha contra la traicion de su corazon, hecho que la lleva a enamorarse del soberano, un hombre del demonio, frio como el hielo.

  • Antagonia de Luis Goytisolo

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    Con su colosal envergadura, Antagonia constituye sin duda una de las mas altas cumbres de la narrativa espanola. Saludada desde muy pronto como una obra maestra, los extraordinarios alcances de esta novela permanecen desconocidos aun para muchos lectores por los malentendidos a que dio lugar su publicacion original en cuatro entregas. De ahi el valor de esta nueva edicion, que ofrece por fin la novela tal y como debio ser percibida desde un principio: como un todo indisociable. Empieza Antagonia haciendo el <> de la vida de Raul Ferrer Gaminde hasta el momento en que apuesta por vivir como escritor. Se sumerge luego en su vida como tal, en sus notas y borradores, en sus suenos y fantasias. En contrapunto con ello, se vuelca una mirada distanciada sobre Raul y su mundo, para desembocar en Teoria del conocimiento, la novela escrita por el propio Raul. Novela de una novela, Antagonia propone una de las mas profundas indagaciones que jamas se hayan emprendido sobre la creacion literaria. <> (Guillermo Cabrera Infante). <> (Pere Gimferrer). <> (Rafael Conte).

  • Neandertal Eterno 3, Mary Ferre de Mary Ferre

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    El repentino arrepentimiento de Nancy ha incrementado despues de los ultimos hechos acontecidos. La joven duda sobre su actuacion regresando otra vez a su punto de partida emocional y tendra que continuar afrontando nuevas metas personales sin dejar a un lado sus sentimientos por el hombre del que se enamoro.