• libro no manipuleis el feminismo - Ana Bernal Trivino

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    La reaccion patriarcal esta aqui. En plena cuarta ola feminista, el machismo ataca de forma contundente. Para conseguirlo se vale de un arma potente: la informacion y el lenguaje. En una etapa donde la desinformacion esta a la orden del dia, este libro repasa cada una de esas frases que escuchamos en los medios de comunicacion y en conversaciones cotidianas con el unico fin de confundir y danar los logros conseguidos por las mujeres. Frente a las mentiras sobre el feminismo, la unica solucion es verificar y contrastar con las leyes, los datos y las raices del propio movimiento. Es esta una obra basica para separar lo falso de lo verdadero, romper tabues, desmentir bulos, estar alerta frente al machismo e identificar cuando nos enganan. En definitiva, conocer de donde venimos para saber como afrontar las amenazas a los derechos de las mujeres y sus desafios.

  • No manipuléis el feminismo - Ana Bernal-Triviño - Planeta de ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-no-manipuleis-el-feminismo/300207

    1 oct 2019 — En una etapa donde la desinformación está a la orden del día, este libro repasa la historia feminista desmontando cada bulo que escuchamos ...

  • No manipuléis el feminismo: Una defensa contra ... - Amazon.es

    https://www.amazon.es/No-manipul%C3%A9is-feminismo-machistas-COLECCION/dp/8467057033

    No manipuléis el feminismo: Una defensa contra los bulos machistas (F. COLECCION) : Bernal-Triviño, Ana: Amazon.es: Libros.

  • No manipuléis el feminismo: Una defensa contra los bulos

    https://www.amazon.es/No-manipul%C3%A9is-feminismo-defensa-machistas-ebook/dp/B07VD2J54Y

    Encuentra todos los libros, lee sobre el autor y más. ... En plena cuarta ola feminista, el machismo, en todas sus manifestaciones, ataca de forma contundente.

  • NO MANIPULÉIS EL FEMINISMO | ANA BERNAL TRIVIÑO

    https://www.casadellibro.com/libro-no-manipuleis-el-feminismo/9788467057034/9788539

    1 oct 2019 — En una etapa donde la desinformación está a la orden del día, este libro repasa la historia feminista desmontando cada bulo que escuchamos en ...

  • No manipuléis el feminismo - Bernal Triviño, Ana - Librería ...

    https://www.dykinson.com/libros/no-manipuleis-el-feminismo/9788467057034/

    Resumen del libro. La reacción patriarcal está aquí. En plena cuarta ola feminista, el machismo ataca de forma contundente. Para conseguirlo se vale de un ...

  • NO MANIPULEIS EL FEMINISMO - ANA ISABEL BERNAL ...

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  • No manipuléis el feminismo. Una defensa contra los bulos ...

    https://www.researchgate.net/publication/340967676_No_manipuleis_el_feminismo_Una_defensa_contra_los_bulos_machistas

    En plena cuarta ola feminista, el machismo ataca de forma contundente. ... En una etapa donde la desinformación está a la orden del día, este libro repasa ...

  • No manipuléis el feminismo: Una defensa contra los ... - Storytel

    https://www.storytel.com/es/es/books/2095149-No-manipuleis-el-feminismo

    21 dic 2020 — En plena cuarta ola feminista, el machismo ataca de forma contundente. ... este libro repasa cada una de esas frases que escuchamos en los ...

  • No manipuléis el feminismo - Ana Bernal-Triviño - Lecturalia

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  • NO MANIPULEIS EL FEMINISMO | ANA BERNAL TRIVIÑO

    https://www.santosochoa.es/libros/ana-bernal-trivino_no-manipuleis-el-feminismo_9788467057034

    30 sept 2019 — En una etapa donde la desinformación está a la orden del día, este libro repasa la historia feminista desmontando cada bulo que escuchamos en ...

  • Balsamo de Juan Antonio Vallejo Narvaez

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    Atipica, hipnotica, brutal. Un thriller que no te dejara indiferente.

  • Que vaya Meneses de Fernando Schwartz

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    En un pais del Africa Ecuatorial, Mazambezi, se produce un sangriento golpe de Estado durante el cual un hospital en plena selva es destruido y sus dos medicos, cuatro enfermeras y cinco monjas, todos espanoles, pasados a cuchillo. En un ataque de dignidad ofendida, el Gobierno espanol rompe con Mazambezi.

  • Desde el dia en que te conoci de Manu Ponce

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    Sara es una mujer libre, que suena con un trabajo que la mantenga mientras lucha por conseguir su verdadera pasion; ser modelo.
    Marcos es un empresario con exito y una situacion personal delicada.
    Sara encuentra trabajo en una panaderia.
    Marcos entra a desayunar en una panaderia.
    Sus miradas se cruzan.
    !Que empiece el juego!

  • Un amor a la italiana de Norah Carter, Monika Hoff, Patrick Norton

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    Ya estaba montada en el avion. No habia vuelta atras porque la decision ya estaba tomada. Dejaba atras veinticinco anos de mi vida viviendo bajo el techo familiar. Me habian ofrecido un puesto de trabajo en Roma por un ano. Ni siquiera lo pense. Se lo comente a mi familia y, aunque les daba pena que me fuese de Espana por un ano, comprendian que era una oportunidad unica. --Ciao -- dijo una voz masculina. Levante la cabeza para comprobar que era un chico que se iba a sentar al lado de mi, pero, ?por que me decia adios? !Ni que yo me fuese a mover! Mira que era guapo aquel chaval, pero me puso de mal humor. --No, no me voy a mover, este es mi sitio asignado -- dije sonriendo ironicamente. --No le dije que se fuese -- dijo con ese acento italiano tan sensual. --Me has dicho Ciao... --Es un saludo. ?Que tiene de malo? -- dijo sonriendo mientras se sentaba. --Ciao es adios... --Ciao es una palabra italiana y se usa como saludo o despedida indistintamente -- dijo guinando el ojo a la vez que se quitaba el sombrero de paja que llevaba y le quedaba tan bonito. Ahora dejaba al descubierto una media melena preciosa. --Pues siempre entendi que era a modo despedida. --Se nota que no has estado en Italia y que es la primera vez que vas a ir. --Si, pero imagino que me dara tiempo a terminar hablando hasta italiano ya que vengo por un ano. --Wow, eso es genial, imagino que vas a una casa compartida con gente que conoces -- dijo de forma amigable buscando la complicidad de mis respuestas. --!Que va!, alquile un estudio pequeno para mi sola. Lo bueno es que me lo paga la empresa -- apostille poniendo una sonrisa de oreja a oreja. --Interesante todo esto que me dices. Muy interesante -- murmuro como si estuviese dandole vueltas en la cabeza a una idea. --?En que estas pensando? -- pregunte con extraneza. --Bien, te voy a dar la tarjeta de mi restaurante donde esta mi numero, tienes que ir a probar mi mejor pizza, una pizza hecha a lena. Dicen que es la mejor de toda Italia. La primera vez que vayas invita la casa y ya veras como repetiras -- volvio a guinar el ojo mientras me daba la tarjeta con un aire muy seductor. --Perfecto, si estoy invitada, fijo que voy, ?es tuyo el restaurante o eres el encargado? -- me estaba gustando hablar con aquel chico que parecia un buen conversador. --Es mio, herencia de mi padre. Trabajo alli durante muchos anos e hizo de aquel horno un lugar de referencia gastronomica en muchas guias turisticas. Eso no es facil, creeme -- manifesto con orgullo, mirandome a los ojos. --!Que bien! No debe ser facil -- apunte yo con intencion de que se sintiera comodo y siguiera hablando conmigo. --Por cierto, me llamo Alessandro. --Yo soy Amanda -- esboce una sonrisa. Me encanto aquel nombre, pues me recordaba a una de mis canciones favoritas de Lady Gaga. "Alessandro" era un nombre sugerente y sutil, un nombre que enamora y, sobre todo, si aquel joven era lo mas parecido a un actor de cine. Y lo era. Sus facciones armonicas, su menton levemente pronunciado y sus ojos oscuros no dejaban lugar a dudas. Pero yo no podia pensar ahora en ligar con un tipo del que no conocia casi nada y en un momento en el que debia preocuparme de otras cosas mucho mas importantes. Iba a vivir en un pais que no conocia, lejos de casa y de mi familia. Aunque siempre me he adaptado perfectamente a las nuevas situaciones, ahora, por un tiempo, iba a ser una extrana en un lugar que me resultaria hostil durante las primeras semanas. Era logico y eso no debia inquietarme. Pero aquel chico ... Alessandro… me estaba poniendo nerviosa y, cuando digo "nerviosa", no me refiero a un estado de ansiedad preocupante, sino mas bien a un estado de excitacion que iba creciendo segun pasaban los minutos. --?De que trabajaras? -- pregunto con interes, arrugando sus labios carnosos. --Estudie Turismo y me ha contratado una empresa receptora de espanoles para diferentes traslados, sobre todo al puerto de Civitavecchia donde han de coger sus cruceros. Tambien me encargare de recibir a los viajeros que vienen para una estancia en Roma. Creo que voy a estar bastante entretenida -- acabe riendo sin dejar de mirarlo a aquellos ojos negros y rasgados. --Me parece muy interesante. Estoy seguro de que es un trabajo muy divertido y ameno. Preparate para trabajar mucho porque Roma es un rio continuo de gente. Ademas, el turismo es una fuente de ingresos muy importante para la ciudad -- comento Alessandro con seriedad mientras yo presentia que mi vida habia cambiado ya desde el momento en que me embarque. --Bueno, tambien llegara en cada grupo el tipico quisquilloso que se queja de todo. Y eso es lo peor de esta profesion: mantener la paciencia y ser lo mas diplomatica posible cuando la gente se impacienta por cualquier motivo. --Claro, entiendo, pasa lo mismo en el restaurante. Lo bueno es tener clase para resolver ese tipo de conflictos con el mejor talante posible. Y no es facil. Es rara la semana que algun cliente no me saca de quicio con excusas tan tontas como que la pizza esta fria o que la salsa esta demasiado salada. Al final, acabo por no cobrarles para que se tranquilicen y no presenten ninguna reclamacion -- dijo con un tono ironico. --Pero se estan aprovechando de ti, Alessandro. Como se corra la voz, van a ir a tu restaurante a comer gratis a todo el que se le ocurre -- anadi yo con estupefaccion. --No. No es frecuente. No pasa todos los dias. Por suerte, la mayor parte de los clientes estan deseando probar mis platos y tengo siempre una lista de espera. Algunos turistas reservan semanas antes -- dijo con orgullo. --Lo que me cuentas es fantastico, Alessandro. Me alegro mucho por ti. Ahora ya no tengo ningun pretexto para no ir a probar tu comida. Si tienes esas listas de esperas, es que la comida debe ser exquisita -- comente yo haciendome la tonta, como si fuera una estudiante quinceanera --. Si, espero que, cuando vaya, no me pille con uno de esos dias de mal humor. En esos dias no hay Dios que me soporte y exploto enseguida por cualquier cosa -- dije encogiendo los hombros y riendo. --Una mujer con caracter -- rio el tambien. --Tampoco es para tanto. Estaba bromeando, Alessandro. --Me quedo mas tranquilo. Aunque las espanolas teneis fama de ser mujeres muy pasionales. Las italianas tambien, ?sabes? --Estoy muy ilusionada y esta conversacion me esta animando. Dejo atras a mucha gente que quiero -- comente con cierto tono de tristeza, como si buscara en aquel chico un poco de carino

  • Monster Addiction, Patrick Norton de Patrick Norton

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  • Los Buenos de Hannah Kent

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  • Cuando la muerte tiene cita de Arturo Prenafeta

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    Era un restaurante no muy grande en un barrio de clase media. No era un lugar lujoso, pero si bonito. La entrada llevaba a un pasillo alargado que pasaba por al lado de unos ventanales de un comedor secundario del lugar. Antiguamente habia sido de esas casas grandes de familia de los anos 40 con varios dormitorios en el segundo piso. Ahora, todas esas habitaciones tambien han sido convertidas en comedores. El comedor principal estaba en el patio trasero, donde habia construida una terraza con unos cobertizos de lona habilitados para fumadores. El restaurante, salvo algunos comedores del segundo piso, no era oscuro ni romantico. Era un lugar frecuentado tanto por parejas como grupos de amigos. Son casi las 8 de la noche de un dia de principio de otono. Oscurecio hace poco y en las calles los arboles cambian su verde por un tono amarillento, aunque aun no pierden mucho sus hojas. Juan entra por el pasillo hasta la entrada principal. Lo recibe una mesera vestida completamente de negro con pantalones y una polera con el nombre del local. Le hace las preguntas de rutina, mesa para cuantos, fumadores o no fumadores, primer o segundo piso. Lo ubica en el comedor secundario con los ventanales que esta al lado de la entrada. Los ventanales, ademas de dar al pasillo se proyectan hacia la calle, donde se observa una plaza linda, bien cuidada e iluminada, con los arboles mostrando distintos tonos de verde y amarillo propios del otono. El comedor tiene cerca de ocho mesas. Hay un grupo de cuatro personas en una y una pareja en otra. El resto estan vacias. La mesera lo ubica en una mesa para dos pegada al ventanal que da a la calle. Las mesas son relativamente pequenas con una sola base circular. Las sillas de madera son color caoba, al igual que el resto del mobiliario. La mesera le pregunta si desea pedir algo mientras espera. Juan le pide una botella de agua mineral. La mesera se retira. Juan saca su telefono del bolsillo del pantalon. Revisa si tiene algun mensaje nuevo. Ninguno. Le escribe un mensaje a Daniela, la persona con que se iba a juntar. Le pregunta si le falta poco por llegar y si quiere tomar vino, para pedir una botella. Mientras aguarda que le conteste el mensaje observa a la gente despreocupada pasar por fuera del restaurante. Espera poder verla por si pasa por ahi para hacerle una sena indicandole donde esta. En eso llega la mesera con la botella de agua mineral y un vaso con dos hielos. Abre la botella y le sirve agua en el vaso hasta la mitad. El le agradece a la mesera y vuelve a revisar su celular. Daniela le responde que esta a diez minutos, que pida una botella de vino, pero que no se la tome entera antes de que ella llegue, junto al emoticon de una cara risuena. Juan se da media vuelta para ver a la mesera y pedirle el vino. En eso ve entrar un par de personas mas al comedor. La mesera le toma el pedido del vino y vuelve al poco rato con la botella y dos copas. Destapa la botella y le sirve una copa. El ambiente en el lugar es tranquilo. Esta a medio llenar y nadie habla a un volumen muy alto. La musica del lugar, en ese momento, es rock de los 90. En el rato que lleva ahi han sonado canciones de Nirvana, Stone Temple Pilots, R.E.M... La banda sonora ahi alternaba entre rock y pop de los 90 y 2000. Juan ya lleva la mitad de su copa y aun no ve pasar a Daniela por afuera del restaurante, cuando ella le toca el hombro con la mano. El se da vuela y se saludan con un ligero beso en los labios. Daniela es profesora de ingles y trabaja en un horario bastante flexible para un instituto de idiomas. Aprovecha esa facilidad para mantenerse muy en forma, es muy deportista y le gusta la vida al aire libre. Su ninez la paso junto a su familia en un pueblo pequeno y muy tranquilo. Se vino a vivir a la ciudad cuando entro a estudiar a la universidad hace ya quince anos. De baja estatura y poseedora de una gran personalidad, se hace notar en cualquier lugar. Es la mayor de cuatro hermanos y la unica mujer. Sabe muy bien lo que quiere en la vida y es muy decidida e impetuosa. Viste con jeans negros, una blusa verde y una chaqueta de mezclilla celeste. Su pelo es negro y liso. Lo usa partido al medio y le llega hasta la mitad de la espalda. Se sienta delante de el y le pregunta si ya pidio algo para comer. Juan le dice que no, pero que esta pensando en ordenar los ravioles con bolonesa. Daniela se decide por el salmon con pure de arvejas. Daniela y Juan han estado saliendo por casi cinco meses. Juan fue muy deportista de joven, pero los ultimos anos se ha dejado estar, perdiendo mucho la condicion fisica. Ahora que sale con Daniela ha comenzado a preocuparse mas y a tratar de ponerse en forma, ella lo ha motivado. Muchos fines de semana hacen senderismo en los cerros cercanos a la ciudad para aprovechar el buen clima del verano y de principios del otono. Se conocieron por una aplicacion de citas y se llevaron muy bien desde el comienzo. Tienen gustos en comun que ambos valoran, como el estilo de musica y el tipo de peliculas. Juan es metalero y a ella le gusta mucho el grunge, aunque de repente tambien les da por ir a bailar estilos mas tropicales. Respecto a las peliculas, a ambos les encantan las comedias. Hablan de superficialidades como que tal habia estado el dia y curiosidades de las noticias, cuando la mesera les trae sus platos. Les llena las copas de vino, les pregunta si necesitan algo mas, les desea buen provecho y se retira. Entonces Juan le pregunta a ella acerca de que le quiere hablar. Ella, un poco incomoda, da algunos rodeos sobre que ha estado pensando mucho sobre su vida ultimamente y le relata como se siente. Le cuenta que ha hablado harto con sus padres y con su mejor amiga. Le dice que ella siempre tuvo claro que queria formar una familia y ahora se habia dado cuenta de que necesitaba que fuera pronto, por su edad. Juan la escucha atento practicamente sin interrumpirla. Luego de un rato contandole, le informa que ha tomado una decision. --He llegado a la conclusion de que tu no eres el adecuado para mi y creo que lo mejor seria que dejaramos la relacion hasta aqui. Juan la mira con poco asombro y calmadamente le pregunta cual es el problema. --A pesar de que todavia te quiero y considero que eres una gran persona, noto que no te va bien en lo economico y no veo que tengas posibilidades de mejorar --le responde Daniela--. El toca el tema de los sentimientos y ella le reconoce que si hay, pero que es necesario tomar otros aspectos en cuenta. --No es lo unico importante, lo de contigo pan y cebolla es de adolescentes. Yo necesito un hombre al que le vaya lo suficientemente bien para que yo no necesite trabajar. Yo quiero tener hijos y dedicarme a ellos cien por ciento por lo menos los primeros tres anos --dice Daniela, luego hace una pausa y continua -. Ademas, contigo veo que estaria repitiendo la historia de mi papa. A el nunca le fue bien en lo economico y de nina eso me hizo sufrir mucho. --Lo estoy intentando. Estoy constantemente buscando un mejor trabajo, todas las semanas postulo a varios anuncios --le responde el. Juan lleva anos buscando una oferta mas rentable y ha probado muchas formulas distintas. A veces envia curriculos muy completos; otras, mas bien resumidos. A veces pide mucho mas que su sueldo actual y a veces solo un poco mas. Tambien trata de estar constantemente en contacto con sus amigos y conocidos por si aparece alguna oportunidad. Ella esta consciente de que Juan realmente se esta esforzando. Sin embargo, le hace ver que, segun lo que el mismo le conto, lleva mas de cinco anos en lo mismo y no logra mejorar. Si no ha progresado su situacion en ese tiempo, no cree que lo vaya a lograr pronto. --?Y que si pasan cinco anos mas? Yo no puedo esperar tanto tiempo --le reprocha ella. Juan insiste que su situacion no es tan mala, que lleva tiempo ahorrando para el pie de un departamento y que ya tiene suficiente como para hacerlo. Ella le rebate que con lo que tiene ahorrado el dividendo sera alto, entonces su situacion no va a cambiar. Finalmente, el acepta su decision, le agradece la honestidad y el lindo tiempo que pasaron juntos. Terminan la cena, la acompana a tomar un taxi y se despiden amigablemente. Luego, Juan se dirige a su casa, camina cerca de diez cuadras para finalmente toma un taxi. En el intertanto piensa en muchas cosas, siente algo de dolor por la ruptura, pero no es la primera vez que terminan con el y tampoco es la mujer que mas ha amado. El sentimiento que mas lo abrumaba en ese momento era la frustracion. Sabia que Daniela tenia mucha razon y desde un inicio le dijo que su sueno era formar una familia.

  • Con sabor a vainilla de Lucia M

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    Lucia es una mujer de cuarenta y dos anos que, despues de casi veinte anos de matrimonio, se divorcia y descubre que las relaciones ya no son como ella las recuerda.
    Natalia, una amiga que nunca ha dejado de estar en el mercado, decide por ella que dos anos sin relaciones desde su ruptura, ya son suficientes, y con la excusa de un juego, le presenta a Cash.

  • La catedratica de Maria Lopez Villarquide

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    Esta es la apasionante e ignorada historia de Luisa de Medrano, la primera mujer que fue catedratica, nada menos que en el siglo XVI y en la Universidad de Salamanca, el centro del saber mas prestigioso del
    mundo hispano. Todo en la vida de Luisa fue extraordinario: hija de aristocratas, enseguida llamo la atencion de la reina Isabel la Catolica, quien la reclamo a su lado para que se educara en la corte con sus hijas Juana y Catalina y quien, a la vista de sus dotes, favorecio que fuera la primera mujer admitida en Salamanca. En estos tiempos en los que tanto se habla de empoderamiento femenino, el ejemplo de la tenaz Luisa Medrano merece el reconocimiento que se le ha negado durante cinco siglos.

  • La esquiva senorita Millford de Laura A. Lopez

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    Para el mediodia, Ava de quince anos, habia escrito dos cartas para su vecino Frances que estaba en Londres, e iba por la tercera sino fuera por la llamada de la senorita Brown desde la puerta. --Senorita Millford, su hermana y su cunado requieren de su presencia en el almuerzo --menciono la mujer con su sobrina Felicity en brazos. --Gracias, senorita Brown ?No esperaran a que acabe mi carta? --A milord le gusta la comida caliente. Ava gesticulo con los ojos y la boca por lo que le respondio la mujer. Ella se pasaba gesticulando la mayor parte del tiempo hasta sus muecas se convirtieron en algo natural. Al bajar las escaleras, su hermana tenia una gran sonrisa en el rostro. La mesa estaba compuesta del conde de Sussex a la cabeza, a su derecha Agatha y a la izquierda Sebastian en una silla especial. En la otra punta se encontraba lady Sophia, que parecia ser eterna. --Buen provecho --menciono Ava, sentandose en la silla junto a su sobrino. --Tengo que comunicarte que nuestros padres han regresado…--comento Agatha, esperando ver alguna reaccion de alegria de parte de ella. --Ah ?Tan pronto han hecho dinero? Duncan carraspeo su garganta y con los ojos muy abiertos, ordeno a su esposa que prosiguiera con su interrumpido anuncio. --Han comprado una casa y decidi que iras a vivir con ellos en Londres. Tendras la oportunidad perfecta para aprender todo lo que necesitas para tu presentacion en sociedad. --Es sorprendente, pero pienso que a mi cunado no le gustara perder a la ninera de sus hijos, a la tia bonita…--sugirio mirando a Duncan. --Estoy de acuerdo con tu hermana. Es el momento de descansar… Perdon, de que vuelvas a vivir con tus padres, Ava. Ella arrugo el ceno por lo que escucho. --Soy indispensable para Sebastian… --dijo, al momento que escucho un bufido por parte de lady Sophia. --La senorita Brown es indispensable. No necesitamos de una nina que se niega a aceptar los preceptos basicos del buen comportamiento. Te lo dije, Duncan, Ava debe ir a una escuela de senoritas. --Lady Sophia, de eso podrian encargarse mis padres…-- asumio Agatha. --!No voy a irme a ningun sitio! !Adoro Hereford Manor! No quiero regresar a Londres… --Bien, si no quieres irte con tus padres, aun queda otra opcion, Ava: la escuela de senoritas de la senora Ross. Tiene mucho prestigio --aviso su cunado. --Todas las muchachas han terminado bien casadas al salir de ahi --anadio Agatha para que aceptara. --Solo ustedes pueden creer que un monton de maestras solteronas pueden decirme como casarme, si eso resultaba ?Por que no estan casadas? --increpo molesta. --Aprenderas a comportarte y seguir las reglas sociales. En ocasiones hay mujeres que por uno u otro motivo no se casaron ni debieron casarse --pronuncio su hermana. --Por ejemplo tu no debiste casarte con el --senalo Ava a su cunado. --Limpiaras las caballerizas si vuelves a decir algo semejante a Agatha --amenazo molesto el conde. --No debo morder la mano que me da de comer, pero no voy a ir ni a Londres ni a la escuela de senoritas de la senora Ross. Despues de aquel almuerzo, Ava regreso a la habitacion para continuar con su tercera carta. Todas tenian un orden en que debia leerlas su receptor. Mi querido Frances, Esta carta te llegara a unos dias despues de lo acontecido en la finca por eso debes contar los dias desde el fechado de la carta. Hoy, Agatha me ha dicho que mis padres han vuelto a Inglaterra, y me alegro por ellos, pero no me complacio en absoluto saber que quieren que me vaya. Si tu estabas aqui sin dudas saldrias a mi favor. Al negarme para vivir con ellos, el malvado esposo de mi hermana me ha dicho que me enviaran a una escuela de senoritas, una muy prestigiosa. Lamento que mi hermana tomara tan pesima decision de casarse con el. No creeras que me ha amenazado con mandarme a limpiar las caballerizas. No puedo creer que piense en explotar a su inocente cunada. No sabes los sufrimientos que tengo desde que te fuiste, necesito que vuelvas. Estas retrasado una semana. ?Que me aconsejas? En ocasiones ignoro que puedo ser insoportable. Escucho a la senorita Brown decirme como debo comportarme si alguna vez quiero casarme ?No se ha visto en un espejo? !Es soltera y quiere darme consejos! No siento atraccion por el matrimonio, no me parece que sea algo de lo que uno deba estar plenamente orgullosa ?Por que la finalidad de una mujer debe ser la de servir a un hombre? Agatha me dijo que ama a su esposo y que no lo haga enojar porque una mujer no debe morder la mano que le da de comer. ?Que consejo temeroso es ese? Tengo miedo de la pobreza, es cierto. Mi cunado me tiene muy bien, pero para ser feliz ?Necesariamente debo casarme y ser mantenida por mi esposo? Estuve pensando en ganarme el carino de Sebastian para que me mantenga como la tia bonita !Se lo que estas pensando! No es bueno que utilice a mi sobrino, pero lo he estado convenciendo de que soy buena influencia. Espero tu respuesta pronto. No vuelvas a mentirme sobre cuando volveras. Me complaceria que disfrutes de los cotilleos que te escribi en las dos cartas anteriores. Aguardo tus cartas con mucha ansiedad. Tu amiga Ava. En otra parte de la casa Agatha y Duncan conservaban sobre el terrible problema de Ava con respecto a educarse.

  • La madre del cordero de Juan Eslava Galan

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    ?Que diferencia una iglesia de una catedral? ?Por que se representa el Espiritu Santo mediante una paloma? ?Por que al evangelista san Juan se le muestra unas veces imberbe y otras con barba? ?Como distinguimos a san Judas Tadeo de Judas Iscariote? ?Hubo una santa tutelar de las prostitutas? ?Que determina el grado de santidad de una reliquia? Con la inmensa capacidad divulgativa y el refinadisimo sentido del humor que lo caracterizan, Juan Eslava Galan nos guia por el arte religioso espanol mas importante y nos ensena a interpretarlo y a disfrutarlo.
    El autor nos ayudara a descifrar el arte religioso que nos rodea a traves de su historia y sus representaciones y, en consecuencia, a entender la cultura en la que vivimos y que a menudo desconocemos o hemos olvidado.

  • La tierra donde estar contigo de Do Pons Ruiz

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    Durante el reinado de David I de Escocia y a peticion de este, los clanes se alian unos con otros para restaurar la paz en su reino. Sin embargo, nunca faltaran aquellos que, decididos a acabar con cualquier heredad, deseen la suerte del projimo.

  • Una mujer sin pasado de Anna Ekberg

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  • Resina de Richard Parra

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    Estos cuentos se inscriben dentro del realismo sucio que sigue la estela de la tradicion beatnik. Los personajes que Parra retrata estan rotos y en el intento de volver a ensamblarse han perdido varias de sus piezas. Mas que hombres o mujeres plenos, son sobrevivientes. Hay algo elusivo en la drogadiccion, alcoholismo, las parafilias y el animo psicopatatico que define sus perfiles: una especie de renuncia a la vida, y, al mismo tiempo, una negacion de la muerte, una celebracion de los bordes en toda ley que los situa en un limbo del que no pueden escapar. Se rechaza la vida porque se aspira a algo mas, algo que no termina de llegar, pareciera ser la coda. Parra es un hacedor de historias incomodas y violentas, y es poseedor de un lenguaje descarnado y por momentos, sana contradiccion, ludico que interpela al lector, lo incomoda, no le deja un solo respiro al azar.

  • Los perros duros no bailan de Arturo Perez Reverte

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  • Sin compromiso de Cara Lockwood

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    Emma Allaire no tenia aventuras de una noche. Hasta que conocio al senor X, un hombre increiblemente atractivo, a traves de una aplicacion anonima de contactos y sus fantasias mas sexys se hicieron realidad. ?Quien era ese hombre enigmatico que la esperaba en la cama de su habitacion de hotel? Un amante misterioso, el hombre de sus suenos o un embustero. ?salvaria su corazon o se lo romperia para siempre?

  • La montana magica, Thomas Mann de Thomas Mann

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    El protagonista de la novela, Hans Castorp, un joven de 22 anos, estudiante de ingenieria y de familia adinerada, va a visitar a su primo al hospital de tuberculosos de Davos, en donde su estancia, originariamente planeada para tres semanas, se convierte en una estadia de siete anos. Pronto comprende que la logica que rige en el hospital, situado a 1530 m de altitud, es distinta a la que gobierna el mundo “de los de abajo” -el mundo de los sanos-. El hospital de Davos, reino de la enfermedad y la muerte, pero tambien de la ociosidad y la seduccion, transforman profundamente al protagonista. La montana magica es tambien una descripcion de la situacion social e intelectual europea, que registra los acontecimientos filosoficos, sociales y politicos de Europa que provocaron la Primera Guerra Mundial.

  • Caminos del Aire de Luis Tamargo Alonso

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    El protagonista inicia un periplo personal, despues de ser despedido y quedarse sin trabajo. Una inquietud literaria y el proyecto de retomar un camino a Santiago, tiempo atras postergado, le servira de tregua, a la vez que de acicate, para reencontarse, reinventarse y proseguir su andadura vital hacia adelante. Paisaje y literatura siempre presentes en el texto, brindan una lectura fresca, dinamica, sin complicacion, con un tema de nuestros dias y un mensaje de voluntad y futuro.

  • Aitana de Ugo Moriano

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    Cuatro dias habian pasado desde su llegada en Italia cuando el Cardinal Rafael Torres Velasquez, procediendo con precaucion debido a su avanzada edad, bajo las escaleras de cemento que, bordeada de una alta pared de contencion que conectaba la carretera con la playa de abajo. Despues de solo nueve escalones, un ataque repentino y muy doloroso a la rodilla izquierda lo obligo a apretar su agarre en la barandilla de hierro que rodeaba la escalera, recordandole, si es necesario, que mas alla de cierta edad el privilegio de vivir es frecuentemente compensado con una serie abundantes de tembladera. – Monsenor, ?necesita ayuda? – No Aitana, todo esta bien. Gracias a este hermoso dia, me enfrente al bajr con demasiada calvicie, olvidando que ya no era un nino. Respondio el cardinal dirigiendose a la monja que lo observaba preocupada. – Ahora voy a ser mas cuidadoso y todo va a estar bien. – Talvez debimos haber elegido otra playa. -La religiosa unio sus manos como si estubiera orando. – una mas accesible, como la que pasamos hace diez minutos. – No, esta bien. !Mira que hermosas rocas emergen del mar!. El alto prelado, despues de una dispensada sonrisa tranquilizadora a la monja, retomo el descenso hacia la extencion de guijarros grises que descendieron a la costa. De hecho, no estaba completamente seguro de que estaba haciendo lo correcto. De hecho, si se hubiera encontrado en el papel de Aitana, habria reiterado sus dudas con mas behemencia. “Si despues no puedo subir, ya que no hay rampas de acceso, solo escaleras, usted se veria obligado a pedir ayuda" A pesar de ese pensamiento, no se detuvo, simplemente precedio con mas cuidado y su agarre, en la barrandilla gastada por el tiempo y la sal, se volvio mas firme. En los dias anteriores junto con su inseparable asistente habian seguido algunos servicios religiosos en la catedral de los Santos Mauricio y Companeros Martires, que se encuentran en el Parasio de Porto Maurizio, pero esa manana se habian mudado al otro lado de la ciudad. Habian asistido a la misa de las diez en la basilica colegial de San Juan Bautista en Oneglia y al final, de la conversacion cordial con el parroco, habian ido a dar un paseo cerca al muelle portual. Hablando con un pescador, el cardenal se habia enterado de esta playa, en el que estaba a punto de descender, situado en la solapa mas oriental de Imperia. Cuando llego al ultimo escalon, se paro y respiro el olor salado que impregnaba el aire. Un aroma no desconocido, pero raro para un hombre que habia pasado sus ultimas decadas en el soleado Toledo. Aunque era el 20 de marzo, en ese momento la arena estaba desierta y esto lo complacio porque habia ido alli a buscar la presencia de Dios que solo podia sentir en soledad. Como si estuviera apunto de hacer un gesto de epoca, extendio su pie derecho y lentamente lo inclino sobre las piedras en la base de la escalera. Despues de asegurarse de tener una base solida, casi de impulso, dio tres pasos hacia adelante. “Fue bien" penso cuando se dio cuenta de que no tendria equilibrio. “Si hubiera terminado tirado en el suelo, las monjas del convento, aunque sintiendolo mucho, seguramente habrian expresado dudas sobre mi sofisticacion" Aseguro sus habilidades y entro en la playa, dejando que su mirada vague por el agua azul y transparente, y luego a llevarlo a los infinitos tonos de gris de la multitud se piedras oscuras y redondeadas que bordean las olas. A unos cuarenta metros a su derecha, una hebra de rocas bajas salieron de la pared y despues cortaban la arena perpendicularmente, se lanzaban al mar para resurgir a unos metros mas adelante. No se atrevio a sentarse en el suelo porque estaba seguro de que ya no seria capaz de levantarse de nuevo, se dirigio hacia una parte rialzata y la uso como silla. Antes de continuar, levanto su mirada hacia la parte superior de las escaleras y trato de tomar una expresion segura, luego levanto la mano en un gesto de saludo que fue correspondido por Aitana, aunque si el rostro de la monja continuo mostrando perplejidad. Procediendo sin prisa, Rafael entro tratando de evitar las piedras que le parecian mas inestables, luego a mitad de camino para disfrutar de la vista de la famosa roca galeazza. “Mas que la vela de un buque de guerra veneciano del siglo XVI, considero contemplar la estructura rocosa que, estrechas y alta, emergio de las olas y luego se extendio hacia el mar mas profundo" para mi parece la aleta de algun focil antiguo que data de epocas distantes que, como una broma del destino, se mantuvo un unico signo obvio de los enorme pescado enterrado en este rincon de La Liguria. La sensacion mientras reanudaba su viaje seguia su camino y finalmente llego a sentarse, era que ese ser no podia ser asimilado a un delfin jugueton, sino a un tiburon feroz, tal vez todavia listo para despertar si las condiciones habian sido favorables. El sol que brillaba en el cielo, el aire calido y una ligera brisa que venia del oeste le daban una sensacion de relajacion, lo que lo llevo a cerrar los ojos, como si se encontrase en el lugar solo por razones de ocio. Todo eso sugirio que 2017 seria el enesimo ano con temperaturas por encima de la media. “!No estoy aqui por vacaiones!" dijo descartando ese sentimiento. “Etolo esta muriendo y he venido a Italia para acompanarlo en este ultimo viaje. La razon por la que Rafael y su asistente inseparable estaban en esa parte del puente de Liguria estaba estrechamente ligada a la gran relacion de estima y amistad que lo unia a Etolo Sciorato, un cardenal originario de Imperia Porto Maurizio que, hasta su jubilacion, habia sido un eminente miembro de la Curia Vaticana. Gravemente enfermo durante un par de anos, un mes antes, al presagio de acercamiento de su proprio viaje, habia decidido enfrentarse a sus ultimos dias regresando a las tierras donde nacio. “Es unos de los pocos amigos de verdad con los que siempre he sabido que puedo contar. Cuando se haya ido, estare mas solo, pero ahora mi tiempo tambien esta llegando a su fin, asi que pronto estaremos juntos de nuevo". Con un esfuerzo libero su mente de esas consideraciones entonces, como era su costumbre cuando llego a las orillas del Tajo, habiendo segurado una vez mas que no habia nadie en el vecindario, descanso los codos sobre sus piernas y menton en las manos de la articulacion, finalmente entrecerro los ojos hasta que se redujo a una simple rendija. Su mirada miraba a la inmensa extension de agua y su alma se abrio al Senor. El don de la fe siempre lo acompano. Cuando regreso con su memoria, no podia recordar ni un solo momento de su vida en el que habia sentido el amor de Cristo y nada habia vacilado en su firme convinccion de que tenia que cumplir con una mision: dedicarse a los demas revelando la piedad y la esperanza que Dios nos ofrece. Desde el comienzo de su viaje religioso siempre se habia comprometido. Para llevar a cabo su servicio y la carrera eclesiastica que habia realizado habia sido solo la consecuencia logica. Durante decadas habia celebrado el misterio de la Eucaristia sin dudar nunca de la transusencia de ese gofre de pan sin levadura que tenia en sus manos, pero la verdadera comunion con el Senor nunca le habia encontrado entre las paredes, a menudo suntuosas de las iglesias sino en lugares menos ortodoxos como en las orillas del Tajo. Ahora en ausencia de un rio real lo estaba buscando en esa playa en la frontera entre Imperia y Diano Marina. Un par de gaviotas despues de girar entre la tierra y el mar descendieron sobre el agua y se desplacaron por el ligero oleaje. Poco despues llego otra media docena que a su vez recayo en la compania de los dos primeros. Finalmente llego un ultimo rezago que tal vez para no conformarse con el resto del rebano, descansaba sobre la roca ocupada por el cardenal y despues de estirar y doblar las alas blancas y grises permanecio para mirarlo sin mostrar un interes real. Rafael decidio ignorar al recien llegado y como siempre en estas ocasiones comenzo a recitar con un filo de voz el acto de fe -"Dios mio porque eres verdad infalible creo en todo lo que has revelado y de la Santa Iglesia nos propone creer. Y expresamente en ti, el Unico Dios verdadero en tres personas iguales y distintas. "

  • Cuatro vestidos para Carlota de Mercedes Alonso

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  • La ultima noche en Tremore Beach de Mikel Santiago

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    La fascinante historia de un compositor que intenta recuperar la inspiracion en una casa en la costa de Irlanda.

  • Lejos de mi de Veronica Blacksmith

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    A veces, en la vida, tenerlo todo no es sinonimo de felicidad. Anna esta casada con un exitoso hombre de negocios, atractivo y buen padre. Sus dos hijos son buenos chicos, sin embargo, ella ase siente vacia. Anna ha renunciado a su carrera profesional por ver crecer a sus hijos, ahora que ya son algo mas mayores y no la necesitan tanto, siente la necesidad de hacer muchas cosas.
    Este despertar de la libertad dentro de ella hace que su marido muestre su cara mas posesiva y celosa, haciendo tambalear su matrimonio.

  • El anticuario judio de Oscar Rodrigo

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    En la Praga de 1890 la ciudad se convierte en la poblacion mas cosmopolita de Centro Europa. En ese periodo de tiempo una serie de desapariciones y escabrosos asesinatos se producen en los alrededores del barrio judio. En dicho distrito trabaja un misterioso anticuario cuya hija sera la investigadora novata de tan atroces crimenes. Sumergete en una onirica e inquietante atmosfera en el fascinante siglo XIX en un intento por desentranar este caso de tintes sobrenaturales con dosis de humor negro y personajes que amaras u odiaras. La aparicion de personajes historicos en esta pesadilla con sus virtudes y sus debilidades te van a dejar sin habla.

  • Amor En Cuarentena (Todo Saldra Bien 3) de Alissa Bronte

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    --!Abuela, abuela! --Escucho unos gritos que me encantan llenar el vacio jardin de la casa. --Hola, mi pequena gatita, !te echaba de menos! Miro a mi nieta y no puedo evitar que una gran sonrisa se dibuje en mi viejo rostro. Puedo sentir como las arrugas se pronuncian y tiran de la piel de las mejillas; estoy vieja, lo se. Son ya setenta anos los que soportan mis huesos. --Yo tambien, abuela. ?Me has preparado mi bizcocho? --pregunta con recelo. !Como si pudiera olvidarme de algo asi! --Si, te lo he preparado. Estaba esperando que llegaras para merendar. --Mama --nos interrumpe mi hija--, te la dejo un rato. Voy a aprovechar para hacer unas... compras --me informa, aunque se adonde va, hace tiempo que trata de volver a quedarse en estado. --Vale, estaremos bien, no te preocupes --afirmo con una sonrisa. Se aleja unos pasos, pero enseguida se da la vuelta y regresa para dejar un humedo beso en mi mejilla. --Gracias, mama, te quiero --susurra. --Y yo a ti, hija, y yo a ti... --?Y a mi nadie me quiere o que? La expresion de Silvia, mi nieta de ocho anos, es enternecedora. ?De verdad pasara por su mente la idea de que no la queremos? --A ti mas que a nadie --decimos al unisono su madre y yo. --Vale, vamos, abuela. Tengo hambre. Asiento y sonrio cuando su mano se agarra a la mia. Caminamos a mi ritmo, yo no puedo seguir el suyo y me doy cuenta de cuanto se parece a su madre. Entramos hasta la cocina y se sienta en uno de los taburetes altos de la isla. Me mira con fijeza mientras pongo la tetera a hervir. Mi mirada se desvia en un acto reflejo hasta un retrato que conservo de nosotros, sobre la chimenea de la cocina. No puedo dejar de mirarlo cada vez que entro, somos nosotros, despues de haber sobrevivido a aquella gran tormenta. --Abuela, querias mucho al abuelo, ?verdad? --interroga al darse cuenta de que estoy mirando. --Si, lo queria hasta el infinito y mas alla... --confieso. --?Sabes, abuela? Tengo ganas de cumplir ya trece anos. --?Trece anos? ?Para que? Ademas, te falta mucho. Solo tienes ocho. Silvia tuerce la cabeza a un lado y su melena larga y dorada roza la encimera. Esta pensativa, me pregunto lo que pasa por esa cabecita inquieta. --Me faltan cinco todavia... --susurra--. Abuela, a los trece ya se es adolescente, ?no? --Si, asi es. --Pues eso, que quiero ser ya una adolescente. --?Para que? No tengas tanta prisa que antes de que te des cuenta, estaras tan arrugada como yo. --?Como una pasa? Papa dice que estas mas arrugada que una pasa... --Que gracioso tu padre... --Quiero ser adolescente porque tengo muchas ganas de enamorarme por primera vez y dar un beso de amor verdadero. Casi me muero. No tengo el corazon para estos asuntos. --?Que? --pregunto para asegurarme, aunque no puedo evitar sonreir ante sus ocurrencias. --Cuentame como conociste al abuelo --demanda con los ojos iluminados. Bajo la cabeza, mi mente se ha marchado varios anos atras, a aquellos dias en los que el maldito coronavirus hizo estragos, nos dejo atrapados en casa, solos, con miedo y nos robo la libertad por la que tanto habiamos luchado decadas atras. El pitido de la tetera me arrastra al presente y la aparto del fuego. Sirvo un trozo de bizcocho a mi nieta y le pongo un vaso de leche, para mi corto otro pedazo y pongo, en una gran taza, un buen chorro de te al que anado azucar y leche. Me siento frente a ella que espera con la boca llena de dulce. --Te lo he contado mil veces, gatita, debes de saberte la historia de memoria... --refunfuno, aunque la verdad es que estoy encantada con volver a contarla. Es una forma de traerlo de nuevo a la vida. De sacarlo de los recuerdos donde sigue vivo. Para mi. En mi. --Si, lo se --afirma sonriendo y al hacerlo me ensena los huecos de algunos dientes y trozos de bizcocho que nadan, alegres, dentro de su boca--. Fue cuando aquel virus, ?verdad? Cuando todo el mundo de todo el planeta tuvo que quedarse encerrado en sus casas, ?verdad, abuela? ?Verdad? --Si, asi fue. --Vamos, sigue... --Hace muchos anos, cuando era el ano 2020, hubo una pandemia que afecto a todo el mundo. Una enfermedad desconocida nos atacaba y la gente se contagiaba muy deprisa. --Si, abuela, porque era muy contagiosa, ?verdad? Y se infecto mucha gente, ?verdad? -- interroga sin dejar de comer. --Si, gatita, se infecto mucha gente, y lo peor no era eso, sino lo rapido que la enfermedad se propagaba. --?Que es popragar, abuela? --Propagar es... que la enfermedad corria muy deprisa por todos lados y aunque comenzo en una ciudad de la lejana China, pronto todos los paises del mundo estaban enfermos. --Por eso os encerraron en las casas, ?verdad? --Si, por eso, para combatir al virus, nos pidieron que no salieramos de casa. --Y teniais que lavaros las manos mil veces al dia, ?verdad? Y la gente acabo con el papel del vater y hasta hicieron una cancion, ?a que si, abuela? Sonrio al recordar aquello, las medidas preventivas en las que se incluian lavarse las manos varias veces al dia, el alcohol y la lejia para desinfectar, como la gente arraso con el papel higienico, la cancion que se bailaba para paliar las largas horas confinados... --Si, todo eso que has dicho es verdad. Incluidas las miles de veces que nos teniamos que lavar las manos. --Y tu te quemaste --suelta resuelta. Eso hace que de nuevo sonria. No puedo evitarlo, ella es la prueba de que, a pesar de todo lo malo que sucedio aquellos dias, tambien hubo brotes de esperanza. --Cierto. Me queme, tenia las manos vendadas hasta los codos porque... --Porque te tiraste los espaguetis encima. --Si, me tropece con la olla con agua hirviendo de haber cocido los espaguetis y me cayo en los brazos. Asi que estaba sola en mi piso, sin poder salir y sin poder hacer nada porque tenia los brazos quemados. --Y llego el abuelo. --?Quieres contarlo tu? Estoy segura de que conoces la historia mejor que yo --bromeo. --!No! !Cuentamelo tu! Yo no estuve alli, abuela --se queja a la vez que rueda los ojos. --Vale, vale... --acepto sin dejar de sonreir--. Bueno, pues estabamos en casa, encerrados, no podiamos salir para casi nada. Solo para hacer la compra, ir a la farmacia y poco mas. Asi que pensando en como iba a apanarmelas asi durante dias, vi un anuncio de un chico que se ofrecia a ayudar a las personas que no podian salir. --El abuelo. --Si, tu abuelo. --Que era policia. --Que era policia --repito. --Y en sus ratos libres ayudaba a los que no podian salir, ?verdad? --Verdad, en sus ratos libres en vez de descansar, ayudaba a los que no podian valerse por si mismos. --Iba en bicicleta. Rio de nuevo, es pura energia. --Iba en bicicleta. Y, como no podia salir, le escribi para que me trajera algo para comer. --Claro porque no podias comprar ni cocinar y estabas a punto de morirte de hambre -- afirma categorica--. Tampoco tenias papel higienico porque habia desaparecido. --Si, supongo que estaba a punto de morirme de hambre --le doy la razon sin dejar de carcajearme--, y tampoco tenia papel, aunque eso ya era un problema de por si con las manos vendadas... Recuerdo aquellos dias con algo de aprension, si era complicado estar en cuarentena, mas lo era sin poder valerme bien por mi misma. Las noticias resuenan en mi cabeza: pandemia, curva de infeccion, numero de fallecidos... --Y llego y te vio y... cuentalo, abuela, que vas muy lenta --exige. --Voy todo lo deprisa que puedo, Silvia. Es que ya estoy mayor. --Es verdad, y arrugada como una pasa. --Creo que voy a tener alguna que otra palabra con tu padre... Pues le escribi y le explique lo que me pasaba y que, por favor, me trajese algo de comer. Asi que, al leer que no podia salir por prescripcion medica, acepto. Lo estaba esperando con nervios, tenia la despensa casi vacia, pero, ademas, iba a tener que pedirle otro favor. --Pero eso no se lo habia dicho para que no fuera a decir que no. ?Verdad? --No se lo habia escrito porque no queria que me dijera que no, ya que lo que le iba a pedir era un poco comprometido. Asi que esperaba que llegara y cuando el timbre sono mi estomago dio un vuelco. --Claro, te morias de hambre. --Claro, me moria de hambre --afirmo--. Asi que cuando estaba llegando a la puerta abri como pude y cuando me vio... --!Te tiro la bolsa a la cara! --exclama sin dejar de reir a carcajada limpia. --Me tiro la bolsa encima porque se asusto al ver a alguien abrir con las manos arriba vendadas. Y la bolsa llevaba... --!Huevos! Y te pusiste perdida, !como si fueras una tortilla humana! --Rie de nuevo. Yo lo hago con ella, es un momento muy feliz. Fue la primera vez que lo vi. --Si, la bolsa llevaba huevos y al soltarla de golpe por el susto, me dio en la cara y luego cayo al suelo. Asi que terminamos llenos de huevo la puerta, el suelo y yo. Cuando se dio cuenta, se disculpo muchas veces, pero no podia acercarse mucho porque debiamos mantener la distancia de seguridad. <>, repetia una y otra vez. Y yo me eche hacia atras llorando y llena de huevo. --Llorabas porque no podias hacer nada con las manos asi, ni lavarte ni nada. --Si, me costaba mucho trabajo hacer algo tan sencillo en aquellos dias. --Y el abuelo te dijo que no lloraras. --Si, el abuelo recogio todo, lo limpio y me pidio disculpas. <>, se presento. --Y tu le dijiste que te llamabas Elena, porque te llamas Elena, ?verdad, abuela? --Verdad. Asi que alli estaba, llorando alejada de el mientras limpiaba el desastre y el huevo goteando por mi pelo, mi cara, mi ropa... <>, le explique a tu abuelo: <>. --Y volviste a llorar --me interrumpe de nuevo. --Si, lo hice porque aquellos dias estaba muy sensible, como muchas de las personas que pasabamos por unos momentos tan dificiles. Asi que tu abuelo se compadecio de mi: <>, repetia en voz baja. Y, entonces, sucedio. Sin tener que pedirle yo el favor de que cocinara algo para mi, tu abuelo entro en mi casa, se quito la chaqueta y los zapatos que dejo fuera porque, si no, podria infectar con el virus la vivienda y me ayudo. Coloco la compra, cocino para mi y me ayudo a lavarme el pelo. No deberia haberlo hecho, pero lo hizo. Eran momentos complicados para todos, sobre todo para los que se veian obligados a seguir ahi, al pie del canon. --Y cuando se quito la chaqueta, te enamoraste de el. --No, pero casi. Cuando se quito la chaqueta me parecio el hombre mas guapo del mundo, pero, despues, cuando lo conoci, fue cuando me enamore mas de el, porque tu abuelo era guapo a rabiar, pero lo mejor que tenia era su corazon. Era inmenso. Siempre dispuesto a ayudar. --Y luego volvio --afirma con los ojos llenos de corazones. Con toda seguridad son los mismos ojos que se me ponen cuando hablo de el. --Si, ese dia se quedo a cenar. Cocino para los dos. Una hamburguesa que estaba riquisima y me conto que en los ratos que no estaba de servicio, ayudaba a los vecinos que mas lo necesitaban, sobre todo a personas mayores... --Como tu --me interrumpe de nuevo. --Como yo, pero en aquel entonces no era mayor. --Ni estabas arrugada como una pasa. Cierro los ojos, mi yerno me las va a pagar... --Era joven y muy guapa --afirmo. --Pero no tanto como yo, porque mama y tu decis siempre que soy la nina mas guapa del mundo. --Me lo recuerda con tal seriedad que no me atrevo a rebatirle, aunque, no podria; es la verdad. --No, no tanto como tu, pero no estaba mal. Bueno, tu abuelo ayudaba a los mas mayores. Habia muchos de ellos que estaban solos en sus casas sin nadie de su familia para cuidarlos, otros no podian caminar bien, o no tenian vehiculos para hacer la compra o ir a la farmacia. Asi que tu abuelo tenia un listado y se daba una vuelta por cada una de las casas para echarles una mano y para asegurarse de que ninguno enfermaba. --Y siempre iba en bici. --Si, siempre iba en bici. --Repartiendo amor, como Cupido. --Algo asi --sonrio de nuevo--, en aquellos dias hacia falta gente como tu abuelo, y muchas personas hicieron cosas por los demas muy hermosas, aunque no los conocieran. Tu abuelo fue uno de ellos, arriesgaba su propia salud por los demas y nunca nunca, se quejo. --Quiero que mi novio se parezca al abuelo --afirma colocando su pequena cara entre sus manos y suspirando. --No te deseo otra cosa, gatita, ojala encuentres un hombre como tu abuelo. --?Y que paso despues? Volvio, ?a que si? --Volvio y me ayudo a cocinar. Pero esa segunda vez dejo algo mas de comida porque al dia siguiente no podria ayudarme, ni el dia de despues. Estaban demasiado ocupados tratando de controlar a las personas que no hacian caso. --Las que se escapaban de sus casas. Si, las que se escapaban de sus casas sin permiso. Asi que durante dos dias no lo vi, pero, me envio un mensaje al movil para preguntarme como estaba. Y ese fue el primero de muchos otros. --Millones, ?verdad? --Millones, tienes razon. Cada mensaje que me enviaba me hacia feliz, y mi estomago se llenaba de mariposas, cada vez habia mas y... --Y ya no podias comer porque estabas empachada de mariposas. --!Bingo! --exclamo sin dejar de reir. Es curioso como, desde la distancia, se puede quitar hierro a un asunto que fue tan grave. Pero supongo que el tiempo lo cura todo, si no del todo, al menos hace que la cicatriz se convierta en parte de ti y que lo sobrelleves mejor. Asi fueron aquellos dias. Dias de expectacion, de miedo, de tristeza por todas las vidas que se perdieron... Dias que nos ensenaron que cuando nos uniamos eramos mas fuertes, que se podia ser feliz con muy poco, que mucho de lo que teniamos no era necesario en caso de enfermar, que el virus nos igualaba a todos... --Y asi fue como, poco a poco, tu abuelo y yo empezamos a tener una relacion. Al principio solo eramos amigos, pero, con el paso de los dias, nuestros sentimientos empezaron a cambiar. Y nuestros mensajes tambien, aunque no podiamos tocarnos y nuestros encuentros siempre eran en la distancia, estabamos ahi el uno para el otro. --!Cuentame cuando te dio el beso! --El beso... --repito dejandome llevar a ese momento, ese que recuerdo como si fuera ayer, como si no hubieran pasado cuarenta largos anos--. Habian sido semanas muy duras, la gente no dejaba de infectarse y los hospitales estaban a rebosar. Incluso habian usado hoteles y otros recintos para poner camas para acoger a los enfermos. Llevabamos ya un mes entero encerrados en casa, y la cosa era seria. Ibamos a pasar muchas semanas mas sin poder salir. La gente empezaba a desesperarse, muchos temian por sus trabajos, otros no sabian como iban a superar tantos dias sin poder trabajar y empezaban a temer que iban a verse obligados a cerrar sus negocios. Esos dias, la television, la prensa, las redes sociales, todo estaba lleno de noticias del coronavirus que no dejaba pais sin conquistar. Era una guerra del mundo contra ese bicho que se cebaba entre los mas debiles... Cada dia, a las ocho de la tarde, todo el mundo salia a aplaudir a sus ventanas, a los balcones, a los patios... para dar animos y fuerzas a todos los que peleaban contra ese bicho. --Tu no, abuela, no podias con las manos quemadas. --No, hija, yo no podia aplaudir, pero silbaba --aclaro--, ese dia, habia recibido en casa la visita de un medico y me habia quitado las vendas. La quemadura estaba lo bastante bien como para no llevarlas y no habia infeccion, asi que me dejo unas cremas para ponerme y me pidio que fuera usando las manos con cuidado de no hacerme mas dano. Ese mismo dia fue cuando sucedio. Mas tarde, entrada la noche, tu abuelo llamo al timbre. No lo esperaba, fue toda una sorpresa, pero me alegraba de verlo asi que le abri con una gran sonrisa ensenandole que ya no llevaba vendas, pero su rostro estaba triste. Mucho. --Pobre abuelo, lloraba, ?a que si? --Lloraba, si, porque habia perdido a un amigo, muy querido, por el bicho. --Y te beso. --Lo hizo, sabia que no estaba bien, no debiamos estar cerca, <>, nos aconsejaban, pero el dolor le nublo la mente unos segundos y cuando me vio se acerco a mi, puso sus manos en mi cuello y me beso... La cara de mi nieta no tiene precio, puedo ver los corazones saltando de sus ojos y de los mios. No digo nada mas, no puedo, la emocion me llena el pecho y los cansados latidos de mi corazon han cobrado fuerza. Es como si de nuevo estuviera aqui, conmigo, siento la aspereza de sus manos, su boca sobre la mia, el calor de nuestros cuerpos al estar uno junto al otro, la rabia, el miedo, el dolor y la tristeza del momento. Mis manos aun debiles posandose con cuidado sobre sus antebrazos. Noto las lagrimas de el cayendo sobre mis mejillas, su necesidad. El desconsuelo. El vacio de un hombre que lo daba todo tratando de llenar esos huecos. Recuerdo sus manos sobre mi cuerpo, la ropa despareciendo de nuestros cuerpos como por arte de magia, los jadeos que llenaban de vida una casa rota, llena de soledad y desesperacion, al igual que lo estabamos nosotros. Recuerdo aquella primera vez en la que me hizo suya y yo le deje aduenarse de mi, por completo. De aquella vez en la que no solo entregamos nuestros cuerpos, tambien dimos lo poco que quedaba de nosotros... Siento un leve mareo, parpadeo y limpio mis lagrimas. --Abuela, lo siento, no llores. No debi preguntarte por el abuelo. --No es nada, gatita, no es nada. Solo necesito un poco de aire. Un aire que nada me podra devolver porque el se lo llevo consigo el dia que me dejo. Me acompana hasta el jardin, una vez alli nos sentamos. Ella en el columpio de madera, yo en la mecedora que he usado desde siempre. Parece que me encuentro mejor. El aire es mas respirable o tal vez es que la presion en mi pecho ha dejado de ser tan fuerte. --Abuela, ?estas bien? --interroga con la voz preocupada. La miro y me enternece ver la preocupacion en su rostro. Ellas son lo unico que me mantienen unida a esta vida. Ellas son lo unico real que me queda de el. Lo que hicimos entre los dos, nuestro legado. --Estoy bien, gatita, es que echo de menos al abuelo. --Yo tambien --susurra seria. Tengo que distraernos, asi que me decanto por terminar el relato. Necesito ponerle fin, necesito recordarle toda la historia por si algun dia se vuelve a repetir. --Despues de ese dia, dejamos de ser solo amigos --continuo con la voz mas serena--. Todavia tuvieron que pasar varias semanas para que, por fin, vencieramos al bicho. Las personas estaban felices porque podriamos empezar a tener una vida como la de antes..., no, no como la de antes. Despues de aquello todo cambio. Las personas se volvieron mas solidarias, los vecinos, de repente, tenian nombres reales y habian dejado de ser el del <> o el del <>, las personas que vivian solas se dieron cuenta de que no lo estaban tanto, porque habia personas como tu abuelo que se preocupaban de ellas. Y asi, aportando todos nuestro pequeno grano de arena, llego el dia en el que nos dijeron que el virus habia desaparecido, aunque solo de momento. --Y no hubo fiestas ni vacaciones ese ano, ?verdad? --No, no hubo. Todo se paralizo, aunque a pesar de todo, hubo cosas buenas tambien, la gente no dejo de amar ni de tener esperanza. Dieron con una vacuna efectiva y con un medicamento. Muchas personas se salvaron, otras, por desgracia, no. Las personas de todo el mundo cambiaron un poco su forma de ver la vida y empezaron a cuidar mas su entorno, su familia, el medio ambiente... todo. Y, al final, la luz gano a la oscuridad y ese tiempo de sombras nos dejo una valiosa leccion. --?Cual, abuela? --Nos enseno a valorar mas las epocas en las que hay luz porque las sombras y la oscuridad acechan y atacan cuando menos te lo esperas. --Y el abuelo y tu os casasteis y tuvisteis a mama, y comprasteis esta casa con un gran jardin por si teniais que volver a quedaros encerrados, ?verdad? --Si, decidimos comprar una casa con un gran jardin por si llegaba algo similar, tener espacio para salir, caminar, que nuestros hijos jugaran. --Y el abuelo te dijo que queria casarse contigo en cuanto pudiera. Cierro los ojos, inclino mi cuerpo hacia atras y dejo que la mecedora me balancee. Puedo sentir su olor como si estuviera aqui, ver su mirada limpia y sincera cuando me decia que queria pasar el resto de su vida conmigo. Que no queria esperar ni perder un tiempo que solo era real en nuestra cabeza, porque nadie sabia a ciencia cierta cuanto le quedaba... Nos habia quedado claro a todos, que la vida cambiaba de un dia para otro y que habia que aprovechar cada instante. --Si, el abuelo me dijo que no queria esperar, porque no hay nada que garantice el manana. El silencio aparece de pronto. Solo escucho el vaiven del columpio de madera y el ruido agonico que produce la mecedora cada vez que me balanceo. Tal vez no fue el momento ideal, quizas no fue la situacion apropiada ni la que seria digna de aparecer en un cuento o una historia, pero fue real. Un amor que nacio en cuarentena. Un amor que cuarenta anos despues sigue vivo, aunque uno de nosotros ya no este. Abro los ojos y miro a mi alrededor. Mi preciosa gatita esta tranquila, su rostro es una copia mejorada del de su madre, del mio. Espero que no tenga que pasar por nada parecido, pero si llegara el caso, al menos espero que sepa afrontarlo con entereza y que esta vieja arrugada como una pasa le haya ensenado una leccion importante: siempre hay luz al final del tunel. --Y fuisteis muy felices, ?verdad? --dice de repente, rompiendo la quietud. Dejo escapar un suspiro que lleva ahi, guardado en mi pecho, muchos anos. --Si, gatita, el abuelo y yo fuimos muy felices a pesar de que nuestro amor nacio en cuarentena.

  • Africa. La vida desnuda de Alberto Rojas

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    Una serie de cronicas africanas que dan voz a las historias que no son contadas.

  • Intimo sendero de magia (Serie Rohard 2), Rita Morrigan de Rita Morrigan

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  • Dirige tu vida de Pau Forner Navarro

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    En la escuela aprendimos ortografia, algebra y algunos hasta latin, pero nadie nos enseno las habilidades necesarias para hacer frente a los obstaculos de la vida y relacionarnos con los demas. Por eso vivimos acorralados por nuestros miedos, incapaces de defender nuestros propositos y encadenados a relaciones toxicas.

  • Princesa de los Hielos de Tea Stilton

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    Una figura encapuchada avanzaba sigilosamente por los pasillos desiertos del castillo de Arcandida. De vez en cuando, se pegaba a las paredes de hielo y aguzaba el oido: no habia ni una alma. Era temprano. Aun no habia salido el sol, y la figura tenia tiempo de sobra para hacer lo que se habia propuesto. Con paso fatigado, subio el amplio tramo de escaleras, que estaba cubierto de una suntuosa alfombra verde, y llego hasta una gran puerta doble de madera oscura. La empujo con la mano, pero solo logro abrir una rendija, apenas suficiente para colarse hasta el interior. La sala era enorme, circular y tapizada de libros por los cuatro costados. La grisura de las ultimas horas nocturnas lo envolvia todo, aunque una tremula y debil luz recorria una de las estanterias. --Senor Haldorr --llamo en voz baja la figura encapuchada. La luz se detuvo y empezo a descender hacia el suelo de marmol, que, una vez iluminado, revelo unos esplendidos motivos florales. A la luz de la vieja lampara de aceite, aparecio el rostro de Haldorr, el bibliotecario de Arcandida. Sus rasgos afilados subrayaban una expresion absorta en lejanos pensamientos. Tenia los ojos oscuros y asimetricos, y una nariz aguilena que casi le rozaba el labio superior. No obstante, su sonrisa alegre y jovial lo serenaba todo, como el sol que estaba a punto de salir. --Buenos dias, condesa Berglind --dijo Haldorr, colocando a la altura de la luz el frasco que sostenia con la otra mano--. Disculpad que os haya hecho esperar. La condesa Berglind se bajo la capucha y se acerco para ver mejor. Era una mujer anciana, con el cabello plateado recogido en un mono apretado que le adornaba la nuca como un pequeno acerico. Hacia ya tiempo que habia cumplido los setenta, pero las dificultades de la vida no habian marcado su piel, que aun era lisa y sonrosada. Solo le traicionaba la vista, que no le permitio leer la etiqueta del frasco: <>. --?Estas seguro de que esta tinta nos servira? --pregunto la anciana condesa, achicando los ojos con la esperanza de distinguir alguna letra. --Completamente, no os preocupeis --la tranquilizo el bibliotecario--. Es una tinta especial, unica, diluida con escarcha que recogi personalmente en las laderas del volcan Hekta. Es una formula muy antigua. La condesa parecia impresionada con la explicacion de Haldorr, quien abria mucho los ojos para dar mayor enfasis a sus afirmaciones. --Y lo que escribamos ?solo podra verlo el destinatario de la invitacion? -- pregunto la condesa. --Exacto. De este modo, evitaremos que las personas equivocadas lean el contenido del mensaje. --!Perfecto! Creo que ya esta todo listo. --Solo tenemos que avisar a la princesa Nives. Por un instante, la condesa parecio contrariada. Luego, agito una mano ante su rostro, como si quisiera ahuyentar algun pensamiento. --Gracias, Haldorr --dijo, sonriendo--, yo me ocupare de Nives. Ya veras, todo va a salir bien. Ademas, no podiamos hacer otra cosa: ya es hora de que mi sobrina se case. --Desde luego, condesa. Os ayudare a preparar las invitaciones. Manana, los lobos se las entregaran a las focas mensajeras, y estas cruzaran el Mar de las Travesias para llevarlas a su destino. --Muy bien. Me has sido de gran ayuda, Haldorr. La anciana se subio la capucha y salio de la biblioteca. Haldorr se quedo solo, esperando el amanecer. El primer rayo de sol entro por el ventanal de la sala, y rodeo su delgada silueta de un halo de luz rosada. Observo unos instantes la sombra proyectada a su espalda, y recordo que, cuando era nino, le encantaba crear figuras de sombra. Despues, alzo los ojos hacia la gran cupula de la biblioteca, en la que habia pintados cientos de libros, y su mirada y pensamiento se perdieron en las alturas. El dia siguiente amanecio con un sol radiante. Tras un invierno polar, el buen tiempo y la temperatura moderada infundian alegria y buen humor en los corazones de los habitantes del castillo. Con el sol bien alto en el cielo, era mas facil despertar felices y activos. En la gran cocina del segundo piso, Arla y Erla, las dos cocineras, ya ocupaban sus puestos ante los fogones, enzarzadas en una discusion acalorada. --Arla, !no insistas! Hicimos tarta de pera hace dos dias. Ahora toca de manzana --argumento Erla, con una manzana roja en la mano izquierda. --!Ni hablar, Erla! --replico su hermana, con una pera en la mano--. La haremos de pera. Arla y Erla eran hermanas, pero no se parecian en nada. Erla, la mayor, era alta y muy delgada, tanto que habia que mirarla de frente para verla. En cambio, la mas joven era todo lo contrario: bajita y regordeta, tenia la misma forma vista desde cualquier angulo. En lo que si se parecian era en el caracter: las dos eran testarudas y resueltas, nunca estaban de acuerdo y discutian por todo, hasta el ultimo detalle. --!Te digo que sera de manzana! --!Ah, no! Sera de pera, o… --?Y si haceis una tarta de pera y manzana? --sugirio una voz, por detras de ambas cocineras. --!Buenos dias, princesa Nives! -- saludaron a coro, cogidas por sorpresa. La princesa de Arcandida estaba especialmente guapa aquella manana. Su rostro dulce y palido resplandecia, y su mirada, a veces glacial, era serena y distendida. Parecia haber dormido mucho y bien. Nives correspondio al saludo de las cocineras y entro en la cocina con una hermosa sonrisa. Lucia un vestido sencillo, confeccionado en una seda especial hecha con lana. Un vestido azul noche, que llevaba con elegancia y gracia innatas, al igual que una flor luce sus petalos. Arla y Erla intercambiaron una mirada de complicidad. --?Hoy os tomais el dia libre? -- pregunto Arla, la mas chismosa de las dos, aludiendo al vestido, que no seguia las normas de etiqueta de la corte. --Voy al Gran Arbol con Gunnar --respondio la princesa. Al pensar en ello, una sonrisa veloz atraveso sus ojos claros. Le encantaba correr al galope, con Gunnar, por el hielo de su amado reino. En esa estacion, la mas benigna del ano, Nives sentia como si floreciera, y cabalgar hasta el Gran Arbol era su forma de renacer. Luego, a escondidas, apoyo sus esbeltos dedos en la mesa de la cocina, y los paso por encima del azucar glas. --!Princesa! --exclamo Erla, intentando detenerla--. !No se meten los dedos en el azucar! Pero Nives, con una mirada divertida, ya se habia llevado los dedos a los labios y se habia ensuciado hasta la punta de la nariz. --!Oh, princesa! --suspiro Arla--. !Nunca aprendereis! !Vuestra tia, la condesa, os va a reganar! --?Y quien se lo va a decir? --la reto Nives, riendo--. ?Vosotras? ?Sereis capaces de hacer que me castiguen por un poco de azucar? Las dos cocineras sonrieron, resignadas: no habia nada que hacer. La condesa Berglind y todos los demas se esforzaban por ensenarle a Nives las etiquetas y usos de corte necesarios para hacer de ella una digna reina, pero la chica eludia las normas y seguia comportandose como una nina traviesa. Sin embargo, ya no era ninguna nina, sino una joven llena de energia. --Otra cosa… --anadio con tono de desden, moviendose como una flecha entre las cocineras, con su traje de campanilla. --?Quereis decirnos algo en especial, princesa? --dijo Arla, mirando a su hermana. --?Aparte de que vais a ir con Gunnar al Gran A

  • Hasta mi ultimo aliento de Sophie Saint Rose

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    Vivianne Barms es una joven alegre a la que una enfermedad cardiaca le altera la vida, provocando que practicamente no se relacione con nadie. Enamorada de Scott y harta de su situacion, arriesga su vida en una operacion con pocas posibilidades de exito con un unico objetivo. Scott.

  • Hielo en las venas (Los hijos del monstruo 3) de Marcia Cotlan

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    Tercera y ultima entrega de la apasionante trilogia <>.

  • Apostando todo (Poker Guy 1) de Gabriele Foncis

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    Las maquinas de cafe expres estaban listas, y la clientela seguia formandose para entrar. Los pedidos de capuchinos, lattes y la famosa crema de coco mokaccino salian cada minuto. Los miercoles por la tarde siempre se hacian muy atareados, y ese en particular lo estaba, porque era la ultima semana de agosto; coincidiendo con el comienzo del periodo academico. La cafeteria era el lugar favorito de muchos geeks, lectores implacables y todo tipo de estudiante universitario que buscaba socializar. CafeLivre fue el primer sitio hipster que visite cuando me matricule en la Universidad de California. Ademas, el dia que vi el anuncio en el que buscaban a alguien para trabajar tomando los pedidos en la caja registradora, no vacile en solicitar la vacante; y por suerte me quede con el empleo. Desde entonces, trabajaba medio tiempo cada tarde despues de asistir a mis clases de ingenieria. De ahi que, sino no estaba en la facultad, lo mas habitual es que me encontrara sentado frente al mostrador de la cafeteria. Temprano esa manana, recibi una llamada de mi madre recordandome que debia ir al aeropuerto de Santa Monica a recoger a mi hermano. Por supuesto, no lo habia olvidado. Tenia la fecha de su llegada apuntada en el calendario sobre la pared de mi dormitorio, y cada dia que transcurria mientras se acercaba la fecha lo iba tachando. Lo que sabia de su visita a la ciudad, era que el entrenador de la Universidad Internacional de Florida lo enviaba para realizar pruebas en el club de futbol profesional Los Angeles Spark, y Ansel mostraba muchas ilusiones de quedar fichado en el equipo. Debo admitir que la alegria que me causaba el que mis amigos conocieran a mi gemelo, me mantuvo con un animo elevado durante todo ese mes. Ansel estaba haciendo un gran trabajo en el club de futbol de la UIF, y por esa razon, habia recibido ofertas de muchos clubes profesionales en todo el pais. Debido a sus logros en el campo, se hizo con el titulo de capitan y delantero, y al mismo tiempo, mantenia un promedio academico sobresaliente. El siempre se destaco mucho mas que yo en los deportes, ademas, en la escuela secundaria fue la estrella del equipo por ser el mejor anotador durante dos temporadas seguidas. Despues de la graduacion, Ansel se fue a Miami y yo me mude a Los Angeles, y el dia que nos despedimos en el aeropuerto de Ohio, fue la primera vez que estariamos en extremos opuestos del pais. No se como explicar que se siente separarse de alguien con quien has pasado tanto tiempo, ya que incluso antes de que nacieramos, estabamos juntos. Lo que si puedo decirte es que, sin lugar a dudas, me resulto raro quedarme sin el complemento que era mi hermano en mi vida. Sin embargo, supongo que con el tiempo ambos nos acostumbramos a las llamadas de larga distancia. Por lo general, mis dias pasaban entre mis clases, el CafeLivre y los viajes al centro con mis amigos. Aunque ese lunes por reves, pase todo el dia abrumado. Ser el chico detras de la caja registradora a veces era muy agotador, y mucho mas cuando las filas para entrar se extendian por toda la cuadra. Sin embargo, dejando eso de lado, mi empleo tambien tenia sus pequenas y particulares ventajas. Una centena de bebidas cafeinadas totalmente gratis a mi disposicion, y un tarro de granos recien tostados traidos desde Colombia en los que me gustaba meter la mano para revolverlos. Lo que acepto habia dejado un olor inmortal a cafe en todos mis dedos. Mientras terminaba de facturar una orden de capuchinos, mi companera de cuarto Nancy entro a la cafeteria con nuestra amiga Abigail. Ambas tambien eran estudiantes de la UCLA y tenian la costumbre de tomar cafe todos los dias por la tarde. Las dos habian llegado en el momento perfecto, la hora exacta marcaba las cinco y media, y como no habia mas personas en fila, crei que era una buena ocasion para conversar. Estaba sonando New Rules de Dua Lipa. Los murmullos por los cotilleos se sobreponian uno sobre otro. Sin duda alguna el estilo de la cafeteria era unico, la decoracion hipster atrapaba a cualquiera, y lo mejor de todo era el cafe que servimos todos los dias. Me corri por debajo del mostrador sin que mi jefa Darcy lo notara, odiaba que los empleados dejaramos nuestro lugar, pero Nancy me hizo senas cuando vio que se habia distraido. --?Como estan las chicas mas guapas de la facultad de periodismo? -- Coloque la bandeja sobre la mesa. --Como siempre mas bellas. --afirmo Abigail tomando su taza. Nancy prosiguio. --?Que tal ha ido tu dia guapo? --Es lunes, como siempre ajetreado. --mire hacia la caja para ver si habia alguien--Pero nos las sabemos arreglar. --CafeLivre siempre esta a punto. --senalo Nancy. --Saturada querras decir. --manifesto Abigail. Reimos luego de ese comentario, y a pesar de que no estaba equivocada, siempre era nuestro sitio favorito para trabar conversacion. En mi opinion, creo que no hay mejor momento que una tarde despues de un dia dinamico, para quedar y tomar algo con tus amigos. --?Iras hoy por tu hermano? --pregunto Nancy. --!Si! Debo pasar por el a las ocho. --?Y cuanto tiempo planea quedarse? --siguio Abigail. --Supongo que un par de semanas, viene por un fichaje de futbol. --Debe ser genial que tu hermano sea un deportista destacado--opino Nancy--?Has dicho que juega en Miami no? --Si, --afirme --Es el delantero del equipo de la Universidad Internacional de Florida. --?Y tambien es gay? --solto Abigail mientras se quitaba la crema del bozo. --!ABIGAIL! --destrabo Nancy. --?QUE? Es solo curiosidad. --replico. --No, no es gay. --Me cubri la cara con la mano y crei ver que los chicos de la mesa de al lado me miraban sorprendidos. Suponer que el hermano gemelo de un chico gay, tambien es gay. Es casi dar por hecho que serlo se debe a la mala crianza de los padres o a un gen hereditario, pero no hay nada mas alejado de la realidad. Cuando Ansel y yo dejamos de ser ninos y usar la misma ropa, el siempre estuvo en lo suyo, y yo en lo mio, y al final el unico que llevaba novias a casa era el. --Al menos espero que sea guapo como tu. --salvo Nancy. Bufe. --!No esperes que nos parezcamos! -- Me dio un fofo empujon por el hombro. --?Y podemos ir a verlo a los entrenamientos? --curioseo Abigail. --No lo se, --de verdad no tenia idea--. Pero espero que podamos ir. --Que su hermano gemelo vaya a verlo en compania de las chicas mas guapas de la UCLA, seguro lo motiva a jugar mejor. --Lo has dicho Amiga. --apunto Abigail. --O quiza puede distraerse y fracasar. --dije sonriendo. --Que aguafiestas eres Aiden. --aporto Nancy. --Lo se. Eran las siete y cuarto cuando concluyo mi turno. Insolita cuenta la que se habia facturado. En seguida cuando llego Tom, mi relevo, le pase el reporte diario y brinque de prisa del asiento. Fui en marcha al area de casilleros, y Darcy la gerente, me dirigio una mirada reparona desde su sillon reclinable. Me habia pillado hablando con mis amigas y me planto una amonestacion. Se trataba de la segunda que me colocaba, aunque era Tom quien tenia el record de haber acumulado siete en un ano. Si no fuera porque Darcy pasaba la mitad de su tiempo de trabajo comiendo en su oficina, no la aguantaria. Abri el casillero de trancazo sacando mi mochila de golpe. Debia estar a las ocho en el aeropuerto para recoger a Ansel, asi que lo llame un par de veces, pero la llamada se desviaba al buzon. Los cordones del tenis en mi pie izquierdo estaban sueltos, y casi tropiezo al cruzar la calle cuando el semaforo cambio la luz. El reloj en mi muneca me indicaba que iba atrasado, mientras que todos los taxis en la avenida estaban ocupados. Me cargue de estres, pero no podia detenerme. El sermon de Darcy me habia hecho perder veinte preciados minutos, y quiza a Ansel le hubiese tocado dar vueltas en la terminal mientras me esperaba. Me subi a un vehiculo a tres cuadras del Bulevar de Westwood, y le solicite que me trasladara lo mas rapido posible al aeropuerto. Como era mitad de semana, las calles y avenidas hacia esa ruta estaban llenas de turistas. Me encantaba Los Angeles, pero en ultima instancia, ese trayecto era uno que en definitiva hubiera preferido evitar. Mientras iba en el taxi rumbo al aeropuerto, el conductor me comento que era de Venezuela. Me tomo un tiempo ubicar el pais en mi mapamundi mental, y logre recordar que esa manana habia visto en CNN las noticias sobre las manifestaciones en su capital. Transmitian un informe sobre las protestas, las calles llenas de personas y la crueldad de la dictadura no tenia escrupulos para reprimir a las masas. Senti pena por el cuando me dijo que habia emigrado a los Estados Unidos dejando a toda su familia atras. Sin embargo, durante todo el viaje que nos llevo de Westwood a la terminal, mantuvo una sonrisa en su rostro --La mas sincera que habia visto. Baje en el estacionamiento del Aeropuerto e ingrese a la sala de espera. Habia perdido el aliento tras correr por el pasillo ancho de la terminal, y cuando llegue trate de buscar a Ansel entre la multitud. Eche un vistazo a la pantalla de arribo para comprobar si su vuelo estaba retrasado, pero hacia diez minutos desde que los pasajeros habian descendido. - ?Acaso Ansel se habia marchado del aeropuerto? - Mi madre fue muy obstinada recordandome que yo tenia que pasar por el, y no creia que hubiese insistido tanto, si Ansel no estuviera al corriente de que yo iria por el. Todos los gemelos tenemos una antena imaginaria sobre nuestras cabezas, por lo que, si a uno se le ocurria una idea, de manera sobrenatural el otro la solia recibir directo desde su conexion inalambrica; y el vinculo que Ansel y yo teniamos era poderoso. Fue en ese momento que espabile que tenia mi telefono celular, y lo mas viable es que el ya hubiese encendido sus datos moviles. WS: Hey Ansel, estoy en la sala de espera, ?donde estas? WS: ????? WS: ANSEL???? Me preguntaba si habria perdido su vuelo. Ansel (Hermano) WS: Estoy en la cafeteria, moriamos de hambre. Ansel (Hermano) WS: ?Pedimos una hamburguesa para ti? WS: No tengo hambre. ?Estas con alguien? Ansel (Hermano) WS: !Si! Estamos al fondo en la cafeteria. WS: Vale, voy para alla. Ansel (Hermano) WS: !Genial! te espero aqui. Lo vi desde lejos cuando entre, el cabello rubio erizado y la camiseta del equipo de futbol universitario me hicieron saber de inmediato que se trataba de mi hermano. Ansel se encontraba conversando con un joven sentados en una de las mesas. El tipo estaba de espaldas a mi, por lo que apenas alcanzaba a distinguir su pelo negro. Me parecia curioso que hubiese llegado acompanado por alguien, pero especule que tal vez podria tratarse de algun companero de equipo. Ansel advirtio que me dirigia hacia ellos, y el sujeto que se hallaba con el volteo clavandome la mirada. Tan pronto cuando lo hizo, aparte los ojos de mi hermano, y estos quedaron fijados en los de aquel muchacho. Dos conjuntos grises con atisbos rasgados de azul que me dejaron con la boca abierta. De topetazo me precipite contra su mesa. --Oye ten cuidado. --el habia evitado mi colosal caida. Una sonrisa torcida se delineo en mi rostro. --!Estoy bien descuida! --intente reponerme irguiendome de golpe. --?Es tu hermano? --pregunto. Ansel se levanto y me abrazo con entusiasmo --Si, por supuesto que es el. --Rodeandome con sus brazos. --?Estas mas Alto o es idea mia? ?Y que es ese olor? ?Cafe? --Olfateandome. --!Auxilio! --grito mi subconsciente. Mi cara no podia ponerse mas colorada. --!Si, lo es! Ten un poco de cuidado Ansel. Con el rabillo del ojo alcanzaba un vistazo sostenido del suave y agraciado niveo perfil del muchacho frente a nosotros. Sus mejillas parecian oprimirse en el borde de su boca, como si estuviese tratando de contener un gesto; y sus ojos danzaban de Ansel hacia mi con una peculiar oscilacion. --Lo siento, --dijo Ansel. --el es James --seguido de --y este es mi hermano Aiden. El chico me estrecho la mano, --Un gusto, soy James. --con tono gracil. Lance mi mano en caza de la suya y la inquietud me hizo cerrar el apreton justo a la mitad de sus nudillos. --Que tal, soy Aiden. --mi voz rechino aguda. Su rostro se mantuvo apacible cuando acogio mi pesimo agarre, dandome un fuerte apreton. --Es un placer Aiden. --Me observaba directo a los ojos. --No esperaba que fuesen tan similares. Me encogi de hombros - Tambien es un placer. El se quedo estoico observandome. -- James y yo nos hemos conocido en Miami. --dijo Ansel. --Ah ?si? ?tambien eres jugado? Ambos rieron jocosos. --!No! --dijo James-- En lo absoluto. La menuda sombra de una barba se marcaba alrededor de su mandibula, y sus pomulos eran angularmente muy masculinos. Sus cejas gruesas y perfiladas enmarcaban sus refulgentes ojos. Ademas, en su contextura se podia notar que tenia un porte definido, y sobre todo en su aspecto resaltaba una exagerada sofisticacion. Entonces su celular sono. Cuando se alejo de nosotros para atender la llamada, no pude evitar llenarme curiosidad. La mirada de Ansel sobre el me parecia extrana, en especial porque lo estaba observando con un brillo especial en sus ojos. Un destello que me resultaba poco usual. Pero lo que me daba mas intriga era que mientras hablaba por telefono, James nos miraba fijo desde la distancia. --?Y que haces con el? --pregunte. La atencion de Ansel salto hacia mi. --?Con James? Es un tipo muy genial. --?Genial? --Disimule mi interes frunciendo el ceno. --!Si! Ha ido hasta Miami solo para recogerme, --Las expresiones de Ansel me hicieron pensar que el intuia que yo entendia lo que decia--ha viajado desde Inglaterra y me ha dicho que estan muy interesados en mi fichaje en Los Angeles Spark. --?De verdad? --mire a James confundido. --!Ah claro! --exclamo--es el nuevo dueno de los Spark. Quede impresionado, --?el dueno del equipo? --lo dije casi susurrando. --Ha vuelto a los Estados Unidos porque su padre ha muerto. Mire a Ansel con inquietud. --Si, Jhon Spiegel... --Ansel alcanzo un folleto de los Spark de su mochila que tenia la foto del hombre en cuestion. Lo reconoci casi de inmediato. Jhon Spiegel era un acaudalado empresario de Los Angeles, propietario de la corporacion deportiva mas grande de la metropoli, y un destacado filantropo. Sin embargo, una semana atras lo habian encontraron muerto en su oficina en el centro de la ciudad. Su muerte fue la bomba de chismes que corrio en el CafeLivre todo el fin de semana. Segun el parte oficial, el hombre se habria suicidado disparandose a si mismo en la cien, y las primeras opiniones sugirieron que el motivo del hecho era debido a problemas financieros. Pero despues de las exhaustivas investigaciones del departamento de policia, salio a la luz publica que su esposa, la modelo Andrea Piper, resolveria matarlo para quedarse con su fortuna. Su compania SPIEGEL COMPANY LCC habia estado creciendo de manera exponencial en todos los mercados financieros durante todo el ano. Ademas, el hombre era un gran inversor y propietario de muchos otros negocios exitosos en todo el condado de Los Angeles. Sin embargo, la manana en que encontraron su cuerpo, todos los noticieros locales hablaban sobre el presunto hecho. Pero tres dias despues de que lo encontraran, el periodico local dedico dos paginas enteras al homicidio, donde detallaba que su mujer lo habria matado dentro del auto y luego llevaria su cadaver a su oficina para simular el suicidio. --?Y no te parece todo esto inoportuno? --?Que cosa? --Ansel estaba distraido. --Bueno... --pense algunos segundos--Que haya decidido ir en persona por ti a Miami. --Te he dicho que ahora es el dueno del equipo --habia tomado sus audifonos. --!Ansel! --sone increpante. --Relajate, solo ha estado de paso por la ciudad y se entero que el equipo habia solicitado que yo viajara a Los Angeles. -- encendio su reproductor y continuo-- Solo me ha hecho un favor trayendome en primera clase. No sabria explicar si en ese momento lo que pasaba por mi mente era curiosidad, o que era muy raro que el hijo de un millonario que habria sido asesinado hacia pocos dias, se hubiese tomado el tiempo de ir por Ansel hasta Miami. Pero preferi creer que, al ocupar el lugar de su padre en la gerencia de sus negocios, el fichaje de Ansel era pertinente para ellos en ese momento. --Entonces, ?nos vamos? --interrumpio James. Ansel me arrojo una de las maletas que traia consigo --!Claro! Quede desconcertado --?A donde? --James nos llevara en su auto. --?Nos? --Si. Luego Ansel se fue andando con James, y no tuve mas opcion que seguir tras ellos. Un hombre alto de tez oscura, calvo y corpulento nos esperaba junto a una camioneta negra sin matricula. Por un instante me resulto sospechoso que el vehiculo careciera de placas, pero cuando el sujeto abrio el maletero, salte a toda prisa para meter el equipaje. James se dirigio a el como Conrad y nos dejo ver que este era su chofer. --Lamento lo que le ha sucedido a su padre--musito el hombre. --Todos lo lamentamos. --enuncio James con un aparente desapego en sus palabras. --?Y ya la esposa esta en prision? --Sonsaco Ansel. --!Ansel por favor--me escandalice. --Pero si ha sido ella. --replico. --Por favor, no te preocupes. --dijo James--Ya le he contado a Ansel lo que ha sucedido con mi padre. Lo mire con afliccion--De verdad ha sido una pena lo que ha pasado con el senor Spiegel. --Si, de alguna forma lo ha sido. --dijo James, su voz sonaba serena. --Por favor suban al vehiculo. --insto Conrad. Me sente junto a Ansel en la parte de atras, y le golpee un par de veces con el codo. Miraba con reserva a James en el asiento de copiloto, y al mismo tiempo trataba de hacerles muecas disimuladas a mi hermano. Habia subido a una camioneta sin placas, y que ademas habia pertenecido a un hombre que fue asesinado por su esposa. Me fastidiaba el hecho de que Ansel estuviese teniendo tanta confianza con esos hombres. En el fondo estaba muy contento de que Ansel hubiese ido hasta Los Angeles, y sobre todo de que fuese sido propuesto como fichaje para uno de los mejores equipos de futbol profesional del estado. Yo era un torpe con el balon de futbol, pero Ansel habia heredado todas las cualidades deportivas de nuestra familia, y particularmente en el futbol era el tipo mas diestro que habia conocido. Que Ansel y yo fuesemos gemelos no era lo mejor de todo, por el contrario, lo mejor que teniamos era lo diferente que resultabamos ser. --?Es el fichaje de Los Angeles Spark? --pregunto el chofer mirandome con duda por el retrovisor. --Es Ansel, --dijo James. -- el que tiene la sudadera. --?Que tal? -- Ansel levanto la mano --Aunque todavia no he sido fichado, solo he venido por las pruebas. Conrad nos observaba con detenimiento por el espejo. --Si... Son gemelos identicos. --dijo James. --Puedo imaginar lo que diria su padre en este momento senor. --manifesto Conrad, negando con la cabeza. --El ya no esta aqui--exteriorizo James. Despues de ese comentario se dio una atmosfera tensa dentro de la camioneta. Conrad lucia como un tipo frio, y a pesar de aparentar estar en sus treinta y tantos, se veia muy tosco. Cuando James dijo aquello, el lo miro con reprobacion, sin embargo, no emitio ningun comentario al respecto, pero aseguraria que pude percibir que en torno a ellos dos se daba cierta tension, pero quiza solo habria sido mi imaginacion. --?Y a donde llevamos a estos caballeros? --rompio el silencio. Entonces fue Ansel quien me golpeo con el codo. --Mi departamento esta en Westwood, --mire a Ansel--en la calle doce del cruce con la UCLA. --Perfecto, --dijo James --llevemoslos a Westwood. --proporcionandome una sonrisa. James se apreciaba tranquilo y radiante conversando con Ansel, y el chofer junto a el permanecia indiferente conduciendo sin quitar la vista del camino. Sin duda estaba por completo seguro que, si mi companera de cuarto Nancy se llegaba a enterar siquiera que estuve sentado en el automovil que habia pertenecido al hombre mas rico de la ciudad, no titubearia en pedirme a mi o a Ansel, que intercedieramos por ella para obtener una entrevista personal con James para el blog de noticias de la universidad. Solo imaginar su insistencia para conseguir una primicia de la propia voz del hijo desconocido de la victima, me hizo querer dar de baja esos pensamientos. - Entonces, ?me decias que comienzas los entrenamientos manana? - inquirio James. --Si, --respondio Ansel--Debo presentarme a las ocho en el campo. -- ?Y cuantos dias estaras entrenando? -- pregunte. --No lo se, todo depende del entrenador Harrison. -- ?Peter Harrison? --Consulto Conrad. --Si, el entrenador Peter Harrison. --afirmo Ansel. --Senor, ?sabe de quien se trata? --dirigiendose a James. --Si, por supuesto. --confirmo James --Peter Harrison es socio de mi padre. Entonces el rostro de Ansel se alumbro, y desde nuestra conexion inalambrica invisible me llego a la mente lo que estaba pasando por la suya. Sin embargo, no podia consentir que Ansel si quiera considerara insinuarle que mediara por el con el entrenador. Sobre todo, porque estaba convencido de que el talento de mi hermano era lo suficientemente bueno como para quedar fichado en cualquier equipo por sus propios meritos. --?Entonces ahora es tu socio? --Le lance a James. Se quedo en silencio unos segundos. --Si, supongo que ahora lo es. --No todos gozamos la suerte de tener esas conexiones. --remate. Ansel carraspeo la garganta --!claro! !claro! --profirio --no todos. James permanecio impasible. --Aiden, las conexiones nunca dependen de la suerte. --Su voz sonaba disconforme. <<Aiden...>> James habia pronunciado mi nombre, y a pesar de la impavidez con la que lo habia hecho, cada letra de <> las senti como si fueran sido susurradas a mi oido con su tersa voz. Ese hombre comenzaba a causarme un chocante apremio que no sabria explicar. Pero sin duda desde el momento en que lo vi me dejo deslumbrado, pero al mismo tiempo, me llenaba de desconfianza. Era algo obvio que apenas estaba enterandome de que el senor Spiegel tenia un hijo, y me parecio curioso que en ninguna de las notas de prensa que habia leido sobre el despues de su muerte, se le hubiese hecho referencia a James. Ni siquiera en la columna donde habian lanzado la bomba del asesinato, figuraba alguna mencion de su descendencia. No obstante, aqui estaba el, un joven que acababa de aterrizar con mi hermano, y que quitando las arrugas y el sobrepeso que tenia Jhon Spiegel, era su viva imagen. --Hemos llegado caballeros. --anuncio Conrad. --?Aca esta tu departamento? --pregunto James. --Si, esta es la calle. --afirme, intentando alar la manija para abrir la puerta. Conrad desbloqueo los seguros y baje del vehiculo. La exaltacion y la verguenza me inundaron y mi mente me gritaba que saliera corriendo llevandome a rastras a Ansel conmigo. Cogi la pesada maleta que habia dejado en el maletero y Conrad le entrego la otra a Ansel. Aunque el todavia se encontraba conversando con James. --?Entonces, vendras a ver los entrenamientos? --Intentare estar alli. --indico. --Senor ya debemos irnos, --Conrad los interrumpio--recuerde que debe reunirse con los acreedores manana. --Tienes razon, --dijo James --espero verlos pronto. --James le estrecho la mano a Ansel y luego me miro --ha sido un gusto Aiden. Me puse nervioso cuando le aprete de nuevo la mano, y el no dejo de mirarme como si tuviese algo en la cara. Pense que tal vez lo hacia porque aun se sorprendia del parecido que teniamos Ansel y yo, pero crei poco probable que resultaramos ser los primeros gemelos identicos que el conociera en su vida. La camioneta cruzo la manzana y desaparecio en la oscuridad de la noche. Despues de que se fueran, Ansel y yo entramos en el edificio y tomamos el elevador. Mientras subiamos el indicador punteaba poco a poco cada piso que ibamos traspasando y una atmosfera cargante se formaba alrededor de nosotros. --?Te ha gustado James? --Ansel rompio el silencio. --!?QUE?! --Exclame -- Que boberias estas diciendo Ansel. En ese instante las puertas se abrieron en el sexto piso y sali de prisa. --Creo que te comportabas demasiado extrano. --Ansel iba apresurado detras de mi. Bufe--no se de que hablas. --- intente ignorarlo. --Ademas...--me alcanzo mientras sacaba las llaves--no creo que sea porque acabas de conocerlo. --Es guapo, lo admito--divague --pero decir que me ha gustado seria exagerar. -- quise cortar la conversacion. --!En serio! --manifesto--no tengo problema si te ha gustado. --Estas alucinando, --puse los ojos en blanco--debes estar cansado. --No me evadas Aiden. --!NANCY! --Anuncie al tiempo que abria la puerta.

  • Posesion agradecida de Jorge Borges

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    ?Que quiere un hombre que lo tiene todo?
    Dinero, fama, mujeres.
    Salud, un cuerpo de infarto.
    El poder corrompe. Demanda excesos.

  • Todo lo que sucedio en el valle – Ramon Solsona de Ramon Solsona

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    El asesinato de un guardia civil sera el hilo conductor de esta novela ambientada en los anos sesenta y que narra el proceso de construccion de las grandes obras hidroelectricas en los Pirineos. Miles de trabajadores procedentes de toda Espana encontraron trabajo en aquellas faraonicas obras de ingenieria, con mas de 50 kilometros de galerias subterraneas, pozos verticales y grandes centrales invisibles desde el exterior. En una zona geografica frecuentada por contrabandistas, militares y fugitivos, se daran cita una serie de personajes de diferentes origenes que lucharan por obtener una vida mejor.

  • Los diamantes no brillan como tu de Chus Nevado

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    Maia se colo con sigilo por la puerta entreabierta y la cerro despacio, evitando cualquier ruido que revelara su incursion nocturna al resto de ocupantes de la casa. Despues mantuvo su mano varios segundos sobre el picaporte, como si quisiera aplazar el momento de la verdad lo maximo posible. En realidad, hasta esa noche habia acariciado la secreta esperanza de que todo fuera solo un mal sueno, pero para su pesar descubrio que los deseos, por mucho que se anhelaran, no siempre llegaban a cumplirse. Aunque las visitas a ese cuarto se habian sucedido con frecuencia durante los ultimos meses, era la primera vez que entraba alli con la desazon oprimiendole el pecho. Y quizas tambien la ultima. Aquello supondria un antes y un despues, porque estaba convencida de que a partir de entonces ya nada seria igual. Reticente, solto el pomo, y al tiempo que el brazo caia con desidia en el aire, un quedo suspiro de resignacion broto de sus labios. <>, penso, insuflandose unos inexistentes animos para afrontar lo inevitable. Dejo la puerta atras y avanzo hacia el fondo de la estancia mientras desataba el nudo de su bata con dedos temblorosos. La prenda se deslizo lentamente sobre los hombros, rasgando el silencio con el sutil roce de la tela al caer olvidada a sus pies. La nivea piel de su gloriosa desnudez refulgio en la penumbra de la habitacion, iluminada tan solo por los destellos velados de la luz de las farolas que se filtraban a traves las cortinas. Sintio que el vello se le erizaba, pero no fue por frio sino de anticipacion. Antes de llegar a los pies de la cama, unas fuertes manos se aferraron a su cintura y la obligaron a detenerse. Expectante, contuvo el aliento. Uno de sus mechones rubios se mecio sobre su mejilla con la calida brisa de una respiracion profunda, muy proxima a su oido. Los ardientes labios se posaron en su sien y, tras un beso fugaz, recorrieron con enervante calma la linea del cuero cabelludo hasta llegar a la parte posterior del cuello, haciendola vibrar de deseo. --?Por que has tardado tanto? Me estaba volviendo loco pensando que al final no vendrias. --?Como no iba a venir? Solo estaba esperando a que todos se durmieran. --Aquello era mentira; en realidad, habia estado llorando durante largo rato en la soledad de su habitacion hasta que no le quedaron mas lagrimas que derramar, pero no queria que el lo supiera--. Pero ya estoy aqui... Intento volverse, pero el la afianzo a su torso con los antebrazos cruzados a la altura del vientre. El cuerpo masculino mostraba ya claros signos de excitacion, evidentes contra la zona inferior de su espalda, asi que echo la cabeza hacia atras para apoyarse en el y se dejo llevar. Al notar su absoluta rendicion, las manos que la apresaban se relajaron e iniciaron un lento ascenso que culmino en el nacimiento de los senos. Las palmas sopesaron su tamano y maleabilidad con un movimiento circular, mientras las yemas tanteaban el delicado contorno de las areolas. La reaccion fue casi instantanea: la tersa piel se fruncio y los pezones se convirtieron en dos duros botones, revelando asi su satisfaccion por la atencion a la que estaban siendo sometidos. Maia alzo los brazos hasta alcanzar la espesa cabellera castana y enrosco los rizos entre sus dedos, aplicando el mismo ritmo que el transmitia a los suyos para darle placer. --Como te voy a echar de menos --musito el, acercando la boca al hueco de su clavicula para aspirar su aroma--. Me va a costar tanto decirte ad... --No lo digas, por favor. No lo digas --le corto, colocando el indice sobre sus labios para hacerle callar--. Esto me esta matando, saber que en pocas horas tendremos que despedirnos me supera, asi que al menos deja que me lleve un buen recuerdo de esta noche. Hazme olvidar por un rato lo que esta a punto de suceder, porque a partir de manana no podre pensar en nada mas. A pesar de su juventud, Maia ya sabia lo que era el amor y los sufrimientos que conllevaba. Su primer amor, aunque tambien el definitivo. Lo queria tanto... Ambos se habian enamorado como locos sin poder evitarlo, y juntos habian aprendido todo lo que desconocian de ese gran sentimiento, descubriendo poco a poco las delicias del sexo. Estaban hechos el uno para el otro... y ahora el destino los separaba, aunque fuera tan solo por una temporada. No sabia como podria soportarlo, aquel ano se le iba a hacer eterno. Se intercambiaron infinitas caricias hasta que la pasion los arrollo. Sobre la confortable moqueta, aquella que habia sido testigo mudo de la mayoria de sus encuentros furtivos, hicieron el amor con toda la fogosidad, el ansia y la desesperacion que implicaba ese ultimo encuentro. La ternura con la que el se interno en ella se mezclo con la codicia que Maia demostro al acogerlo, y unidos por un unico sentimiento, exteriorizaron en ese acto carnal lo que sus corazones clamaban al unisono. Cuando Maia llego al climax, a aquel punto sin retorno en el cual todos sus pensamientos se diluyeron en uno solo, el unico momento en el que consiguio olvidar por un instante la incertidumbre que la atenazaba, tuvo que clavarse las unas entre las palmas e invadir la boca de su amante para contener la exclamacion de extasis que broto de su garganta. Mientras se convulsionaba, el la abrazo con fuerza y abrio las compuertas a su propia liberacion. Una ironia, ya que esa ultima liberacion significaba tambien el principio de su tortura. Permanecieron asi durante horas, despiertos pero evitando moverse para no romper el fragil hilo que los mantenia unidos. Con la llegada del alba ese hilo se rompio, y la tristeza embargo a Maia al darle un ultimo beso de despedida. --Prometeme que mantendremos el contacto hasta que regreses --le imploro entre sollozos. --Te lo prometo. --El le retiro las lagrimas que cubrian sus mejillas con la yema de los pulgares y la acuno en su pecho--. Dentro de un ano volvere y ya no nos separaremos nunca mas. Capitulo 1 Siete anos despues Maia avanzaba a buen paso por los caminos serpenteantes de las inmediaciones del lago. A pesar de que el complejo verde disponia de una pista de atletismo en el lado noroeste, ella preferia recorrer las zonas mas reconditas, aquellas en las que podia entrar en contacto directo con la naturaleza. El parque Battersea contaba con una gran variedad de especies arboreas, que abarcaban tanto la flora autoctona como ejemplares exoticos traidos a lo largo de decadas desde diferentes partes del mundo. Correr a traves de los senderos rodeada de vegetacion y disfrutar de las vistas que proporcionaba el paseo circundante al estanque se habia convertido en su ritual diario, ritual al que jamas renunciaba ya hiciese viento, nevara o lloviese a cantaros; pero en un dia como aquel, una soleada manana primaveral de finales de mayo donde los colores brillaban por doquier, la experiencia resultaba sencillamente idilica. Tras unos minutos mas de carrera continua, aminoro el ritmo hasta alcanzar una marcha ligera y giro la cabeza hacia su companero de fatigas. --Vamos, Dante. No me digas que estas cansado. --Torcio el gesto al verlo con la lengua fuera y la respiracion entrecortada--. Voy a tener que ponerte a dieta, carino.

  • Tristeza de los citricos de Liliana Blum

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    Sabado al fin. Lucia se levanto de la cama con ese pensamiento y una sonrisa. Las ensonaciones que acumulo en su mente durante todos los otros dias iban a tomar forma al fin. La semana habia sido eterna. Asi eran todas desde que conocio a Marcelo. Camino por el pasillo rumbo a la cocina, moviendo un poco las caderas al ritmo de una musiquita dentro de su cabeza. La casa olia a encierro: abrio la ventana que daba al patio y el jardin. Se habria fijado en el polvo acumulado en el alfeizar, pero algo mas capturo su atencion. Una de las macetas parecia haber sufrido un ataque con granada: sus entranas de tierra expuestas, fragmentos de planta y trozos de barro yacian dispersos por los adoquines. No eran ni las ocho de la manana. Sin pensar, su dedo indice fue a posarse sobre el lagrimal para quitarse una lagana: tardo unos segundos en procesar la totalidad de la escena. No era muy buena para la jardineria, pero intentaba mantener vivas las plantas en las macetas mas bonitas que podia encontrar: un ama de casa se valora por la limpieza de su hogar, el cuidado de su jardin y el buen cuerpo a pesar de los hijos. Por la brutalidad de la imagen no habia advertido en primera instancia al Capitan Capibara, pero el grito de Eloisa la arranco de tajo de aquella mezcla de indignacion e incredulidad ante el destino de las violas. Se sorprendio por encontrar a su hija alli. ?Por que le afectaba a ella la tragedia de aquella planta si la unica preocupacion de la nina a esa hora era ver Discovery Kids? Aquello era tragedia para senoras de cierta edad. Su abuela solia decir que una maceta rota en la manana era presagio de un mal dia que solo empeoraria a medida que corrieran las horas. Pero Lucia no era supersticiosa, sino pragmatica. Aquello solo significaba mas trabajo para ella. Las caritas formadas por las motas de los petalos regadas entre la tierra contribuian a dar el efecto de una masacre. Cerro los parpados y se convencio a si misma de que ese accidente no podia arruinar su sabado: nada que no pudiera resolverse con una visita al vivero, una escoba y un recogedor. El sabado era el mejor dia. Algo tan nimio como eso no cambiaria sus planes. Abrio los ojos y percibio el cadaver del cobayo. Extendido tras una tortuga de barro que albergaba a las dalias, con la cabeza destrozada por detras, parecia llevar una corona de cuajos de cerebro y sangre. Comprendio al fin el grito de su hija que, aullando, tiraba con fuerza de su ropa, como si quisiera castigarla a ella por la muerte de su mascota. ?Le daria tiempo a limpiar aquello antes de su cita? II Un, dos, tres, cuatro... y cinco. Lucia conto despacio, con parsimonia, antes de cortar el chorro del aceite y poner el sarten sobre la flama. Vertio todo un tramo de chorizo hasta verlo expulsar su propia grasa rojiza sobre el teflon. Luego de unos minutos, cuando el aroma inundo la cocina, fue rompiendo uno a uno los cinco huevos para incorporarlos. El desayuno tan bellamente dispuesto frente a el provoco en Cesar esa expresion de gula que ella conocia muy bien: un vaso con medio litro de jugo de naranja, una taza de cafe con leche, cinco tortillas de harina y los huevos con chorizo, brillantes como charol. Lucia lo miro engullir aquello desde la puerta de la cocina. El doctor le habia prohibido grasas, azucares y alcohol, ademas de haberle ordenado una vida menos sedentaria. Prediabetico, hipertenso, con mas placa en las arterias que un hombre del doble de su edad, el candidato ideal para un infarto. Pero su marido no daba indicios de entender los riesgos de ignorar las recomendaciones medicas. ?Por que, entonces, le habia preparado Lucia aquel desayuno? Era obvio: no lo queria y le daba igual lo que le pasara; aun mas, si se moria pronto por comer asi, mejor. No. No era cierto. Lo hizo porque lo amaba tanto que no podia negarle nada, porque lo respetaba y sabia que era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, y no queria actuar como si fuera su madre. Regreso a la cocina. El reloj con silueta de cafetera de la pared parecia estatico. Se volvio a sentir como en la primaria, contando los minutos para salir de clase. Comenzo a preparar un huevo estrellado y sirvio un vaso de leche con chocolate para Eloisa. Cuando escucho la voz de Cesar, estaba a punto de ponerle unos ojitos de catsup a la yema. --?Por que esta llorando la nina? Lucia enderezo la espalda y respiro hondo para controlarse: le crispaba que Cesar se refiriera asi a su hija, sobre todo porque Eloisa estaba sentada frente a el en la mesa. ?No podia preguntarle? Desde la barra de la cocina, ella grito como si estuviera muy lejos: --Elo, dile a tu papa que paso. Lucia termino de pintarle una boca a la cara amarilla y decoro las orillas con picos rojos para simular un sol. Le puso un popote al vaso y contemplo su obra: podrian decir lo que fuera de ella, pero nunca descuidaba a su hija. Al contrario, detalles como este hacian que Eloisa diera grititos de alegria y se colgara de su cuello para decirle que era la mejor mama del mundo. Pero hoy el esfuerzo se veria neutralizado por la muerte del roedor vegetariano que la esclavizaba obligandola a cortar dos veces al dia trozos de apio, zanahoria y lechuga para alimentarlo. --Mataron al Capitan Capibara, papi. La voz de Eloisa se quebro; la nina sorbio mocos y luego uso el dorso de la mano para limpiarse. Lucia entro en ese momento y puso el huevo-sol frente a su hija. Cesar hizo contacto visual con ella, esa expresion patetica de perfecto inutil, como siempre que no sabia como actuar con Eloisa. Con el paso de los anos, ambos habian llegado a perfeccionar aquella comunicacion no verbal hasta llegar a niveles insospechados: incluso a veces podian mandarse al carajo con un simple gesto, o incluso un suspiro con la fuerza adecuada. Se acerco para recoger la taza vacia de su marido y le susurro: --El cuyo --luego, en voz mas fuerte--: voy a traerte mas cafe. --?Que le paso al cuyo, mija? --pregunto el con falsa seguridad. --Tenia la cabeza toda explotada por atras. --La nina se cubrio la cara con las manos y se solto a llorar--. Solo tenia su carita... Lucia contuvo el aliento por unos segundos haciendo acopio de paciencia. Tras descubrir el cadaver, le habia tomado casi media hora hacer que su hija dejara de llorar y ahora estaba chillando otra vez. ?Podria volver a calmar a Eloisa y aun asi llegar a tiempo a su cita? --?La cabeza, dices? --Cesar introdujo un tenedor lleno de huevo en la boca y ella rogo a los cielos que no continuara hablando mientras masticaba. ?Pero cuando han escuchado los santos las plegarias de una esposa?--. Si le arranco la cabeza, entonces fue un cacomixtle --dio un trago a jugo de naranja--. No hay duda. El hombre masticaba y discurria al mismo tiempo sobre los habitos depredadores de esos animales. El ruido de la comida triturada, la saliva haciendo su parte en el proceso de deglucion y la mandibula moviendose obligaron a Lucia a recoger rapido algunos trastes usados y volver a la cocina en busca de refugio. Era repugnante. Quisiera pensar que si de novios lo hubiera visto hacer algo asi, jamas se habria casado con el. ?Estaba ciega? ?O a partir de cierto tiempo a el dejaron de importarle los modales? Al menos Eloisa ya habia dejado de llorar y escuchaba con interes la informacion sobre el asesino del Capitan Capibara. Lucia abrio el grifo para lavar los trastes. Mezclada con el sonido del agua, llegaba a sus oidos la voz de su marido describiendo el modus operandi de los cacomixtles. El olor a huevo del sarten le provoco nauseas y tuvo que verter un chorro de cloro en gel en el recipiente del jabon. Eso arruinaria la suavidad de sus manos; tendria que usar una buena crema para revertir el efecto. Era sabado y necesitaba que su tacto fuera el mas terso del mundo. III Consulto su telefono: faltaba una hora para el inicio de su primera clase. La de reposteria habia sido recomendacion de su mama y la de natacion, de la suegra. El camino al corazon de un hombre es a traves del estomago, habia dicho su madre, una de las mujeres mas ingenuas que Lucia conocia. Tal vez por eso creia que usar refranes populares era el mejor vehiculo para transmitir la sabiduria. Como las parabolas de Jesus a sus discipulos, decia con una mano en la cintura y la otra tocando el crucifijo que pendia de su cuello. Parecia una taza: una taza muy devota. La suegra, en cambio, abatida por la obesidad y la diabetes, era menos religiosa y mucho mas pragmatica. Una tarde, durante una comida familiar, se habia acercado a su nuera para apretarle con el indice y el pulgar una lonja sobre la cintura. <>. Lucia la contemplo como si no creyera lo que habia oido: ?como se atrevia a decirle algo asi, ella, que parecia una ballena? Entonces, como si fuera psiquica, la suegra agrego: <>. Luego exhalo: se agitaba por cualquier movimiento, hasta por hablar. El papa de Cesar no volvio a tocarme desde que me puse asi. Lucia habia comenzado a apilar los trastes para llevarlos al fregadero. La senora la seguia del comedor a la cocina, esperando una reaccion, pero ella apreto los labios y tenso la quijada en directa proporcion a como se sentia ofendida. <>. En ese instante, las dos hicieron contacto visual. Sus ojos parecian decir: sabes a lo que me refiero. Metio en su maleta deportiva traje de bano, gorra, toalla, goggles, y un estuche en donde guardaba el champu, jabon, desodorante, crema corporal y perfume, luego puso su delantal y una cofia en una bolsa de plastico que guardo junto con lo demas. Frente al espejo, sumio el vientre. Eloisa se quedaria en casa con Cesar un rato, pero mas tarde el la dejaria con alguna de las abuelas, que se peleaban por cuidar a la unica nieta en ambas familias. Los sabados por la tarde el jugaba futbol con sus amigos. Aunque aquello sonaba como una actividad atletica, en realidad se trataba de un partido en el que todos los jugadores, panzones y con calcetines que les cubrian las pantorrillas, se quedaban parados lanzandose pases mediocres con la pelota. Si alguno llegaba a correr, era solo por unos diez o veinte metros antes de parar y encorvarse para recuperar el aliento con las manos apoyadas en las rodillas. Media hora despues llegaban a la conclusion de que ya habian hecho suficiente ejercicio y buscaban una sombra, abrian la hielera y sacaban las cervezas. En el hipotetico caso de que alguno hubiera llegado a quemar alguna caloria, la recuperacion del partido los hacia volver a su casa mas gordos que al salir a la cancha. Pero eso si: la culpa habia sido de Lucia y sus kilos de mas por el embarazo; sus estrias y la grasa extra en su cuerpo habian provocado que Cesar le fuera infiel. Como si las gallinas fueran responsables de que las degollaran por tener plumas. Era estupido. No tenia logica. Y sin embargo, esa habia sido su excusa. Termino de quitarse la ropa y la arrojo con fuerza al cesto de mimbre en el bano. Desnuda, tomo la crema depilatoria y se agacho para untarla en sus piernas. Un olor quimico y punzante impregno sus pulmones. Esta sustancia no podia ser buena, pero no tenia tiempo ya de depilarse con cera caliente. Eloisa asomo su cabecita por la puerta del bano: --Mami, ?vamos a comprar otro cuyo? Doblada hacia el frente y con las manos embadurnadas de blanco, Lucia tuvo una vista privilegiada de las lonjas de su vientre y de sus pechos colgantes. Penso en las perras callejeras. Se irguio de inmediato y succiono aire antes de enfrentarse con el espejo para comprobar que aquella imagen era reversible con tal solo cambiar de posicion. Estoy hecha una vaca, penso. No hablo en voz alta porque la psicologa de la escuela les habia advertido que los comentarios vengativos sobre el cuerpo moldeaban las mentes de las ninas. Un futuro de anorexia, bulimia y frustracion perpetua las esperaba si escuchaban a sus madres denostar sus propias figuras. --Vamos a ver, mi amor. --El reloj indicaba que ya habian pasado los tres minutos requeridos. Tomo el rastrillo sin filo para remover la crema--. Si va a andar libre en el jardin como el otro, lo va a matar tambien ese animal. --Se llama cacomixtle. --Habia un cierto aire de superioridad en la vocecita de su hija. Le fascinaba poder corregir a su madre--. Pero puede vivir en una jaula. --Eso, el cacomixtle. --Lucia enjuago el rastrillo en el lavabo y vio caer grumos de crema y vellos negros--. Si lo ponemos en una jaula se va a morir de tristeza. Eloisa puso cara de compungida, como siempre que estaba a punto de hacer un berrinche. Maravilloso. ?Por que no podia ir a importunar al papa que no estaba haciendo nada? Su marido le habia sido infiel con la asistente del contador que llevaba las cuentas de su microempresa. El idiota habia cerrado la ventana del navegador, pero sin salir de su cuenta de correo electronico, una direccion que Lucia desconocia. A la hora en que se sento a revisar sus mensajes en la computadora familiar, se encontro con la bandeja abierta y una carta no leida. Era una carta de amor cursi y con pesima ortografia. Cuando Cesar regreso del trabajo hubo gritos e incluso algunos ridiculos punetazos que lanzo Lucia y que el neutralizo sin problema tomandola de las munecas. Mientras montaba su escena, Cesar se defendia diciendo que no era su culpa que ella hubiera perdido interes en el sexo y que lo tuviera abandonado, ocupada a tiempo completo con la bebe. Eso, sin mencionar lo mucho que habia engordado durante el embarazo. --Elo, no llores. A lo mejor compramos un gatito. --Se acerco a la nina y le acomodo el cabello detras de las orejas--. O tal vez un cachorro que no vaya a crecer mucho. La carita infantil se ilumino con aquellas palabras y Lucia no pudo dejar de experimentar un estrujamiento en el corazon, un dolor bueno, tierno. Si por atender a esta criatura el cerdo de su esposo habia corrido a los brazos de esa puta, bien habia valido la pena. Con el tiempo, la terapia, la inercia y las intervenciones de su madre y suegra, que terminaron enterandose, el matrimonio se habia repuesto de aquel <>. La infidelidad habia sido un episodio del pasado, como aquella vez que la lavadora se descompuso o ella olvido sacar un pollo del horno y la cocina quedo apestando a quemado durante dias. Pero no habian dado los pasos necesarios para resolver el problema de fondo. Solo lo guardaron al fondo del closet, como los regalos que no gustan pero no se pueden reciclar. Lucia no lo perdonaria nunca. --?De veras, mami? --Si --Lucia se puso un sosten que le aumentaba el busto un par de tallas y que la hacia parecer una paloma golona. Analizo su cuerpo desde varios angulos y se puso perfume en la y griega que se le formaba entre los pechos rebosantes--. Aunque papa no quiera. IV Lo que Lucia tenia con Marcelo era sexual. Tras conocerse, nunca se habian visto fuera del motel: jamas habian compartido una comida o ido al cine. No conocian a ningun miembro de sus respectivas familias y nunca irian juntos al supermercado. Ella no le traeria a la cama un remedio para la gripa ni el la veria recien levantada y sin maquillaje. Ningun futuro. Solo sexo. Marcelo la hacia sentir ligera, sin peso, radiante incluso, como una medusa que flota en el oceano y no piensa nada porque no tiene cerebro. Al volver a casa tras estar con el, Lucia permanecia varias horas suspendida en esa ingravidez deliciosa, como cuando de nina patinaba durante horas y al quitarse los patines tardaba en adaptar de nuevo sus pies al piso. Encendio la luz: siempre la sorprendia la distribucion de los muebles, que podia variar de un cuarto a otro; el kit de condon, champu, jabon y pastillas de menta sobre el lavabo; la regadera de paredes transparentes, visible desde la cama. El aroma a productos quimicos queria enmascarar los olores sexuales de las parejas que habian estado alli, pero a ella le parecia que mas bien los exaltaba. Marcelo bajo la hielera del carro; saco una cerveza para el y una bebida preparada de lata para Lucia. Si las rutinas de su vida domestica le resultaban tediosas, las que habia desarrollado con su amante la prendian: quedarse de ver cerca de la escuela de reposteria, dejar su carro alli y subir al de Marcelo, que la esperaba sonriente, oliendo a locion Calvin Klein y con una cara que la hacia sentir como si ella fuera lo mejor que le habia sucedido en toda la semana, manejar hasta el motel en las afueras de la ciudad, ponerse una gorra deportiva y lentes oscuros antes de entrar. Luego sexo por el tiempo exacto de sus clases de reposteria y natacion juntas, y regresar a casa banada, como si hubiese nadado. Pocas veces hablaban de camino al motel: apenas sobre el clima, si Marcelo habia tenido que esperarla mucho tiempo, la falta de fluidez en el trafico. Aunque el conocia la situacion de Lucia y la existencia de una hija (la cicatriz de la cesarea y las estrias eran imposibles de pasar por alto), no sabia detalles de su vida. Ya en el cuarto, el intercambio de palabras entre ambos se reducia a peticiones especificas o a indicativos de que algo iba bien. Entre ellos habia sexo y nada mas. Ese era el proposito del oasis. Lucia dejo la bolsa sobre el tocador y acepto la bebida que Marcelo le puso en la mano. Sentados muy cerca uno del otro, en la orilla de la cama, bebieron en silencio sin quitarse los ojos de encima. Necesitaban tiempo para pasar de sus respectivos mundos a este privado, como el pez angel que hace un ano le habia comprado a Eloisa. Segun el empleado de la tienda de mascotas, era necesario ponerlo en la bolsa de agua dentro de la pecera de la casa, y abrirla poco a poco. <>. Asi con ella: requeria un periodo para que su cerebro, pero sobre todo su cuerpo, supiera que ahora estaba con Marcelo. Al terminar su margarita, Lucia se sintio aclimatada al olor de Marcelo, a la textura de su piel. Se desvistieron sin ayudarse y se acercaron para cerciorarse de la realidad del cuerpo ajeno. Se besaron despacio al principio, pero a medida que se adentraban uno en el otro, sintio la urgencia de besarlo mas rapido y de modo casi violento, como necesitara devorarlo. Estaba acostumbrada a gritar muy fuerte cuando cada particula de su ser se estremecia con lo que ella solo podia definir como felicidad. Esta vez no pudo: ya estaba cerca, pero perdio el impulso a mitad del camino, igual que un jabon que se resbala entre las manos. Cambiaron de posicion varias veces y por fin fingio su orgasmo. ?Para que alargar el tormento? Poco despues, Marcelo se convulsiono debajo de ella con ese ruido animal y viril que a Lucia le parecia el sonido mas hermoso del planeta, pero que hoy estaba manchado de rencor. El si, pero ella no. Se dejo caer de espaldas sobre la cama, brazos y piernas extendidos como una estrella de mar, la vulva humedecida. El ambiente impregnado de su propio olor marino, del sudor de los dos, de semen, oscilaba sobre ellos como el Espiritu Santo en el libro de catecismo de su hija. Lucia giro la cabeza hacia Marcelo, que ostentaba ese gesto de agradecimiento y satisfaccion que tienen los hombres despues de eyacular. Cuando lo vio por primera vez, nunca imagino que terminaria asi con el, esperando a que el ritmo cardiaco se les normalizara y el sudor se secara en la piel mientras el cansancio del orgasmo les recorria cada fibra de sus musculos. Movio la mano hasta tocar la de Marcelo: entrelazaron los dedos y ella cerro los ojos. Se habian conocido en un negocio de insumos para oficinas y escuelas. Lucia hacia fila para sacar fotocopias; el revisaba unos mapas sobre el mostrador perpendicular a ella. ?Arquitecto? Marcelo la sorprendio mirandolo y le sonrio. Sin duda soltero. Tenia aun ese aire de osadia y ligereza de espiritu que nunca sobrevive a los primeros anos de matrimonio. Ella se sonrojo: hacia anos que no coqueteaba, anos tambien sin que un hombre la mirara asi. Al levantar la cara para darle al empleado el cuaderno con las recetas de la abuela para fotocopiar, se dio cuenta de que el seguia mirandola. Sin mas la invito a un cafe. ?Que encontro en sus ojos que intuia la posibilidad de que ella aceptara? ?O era algo que hacia con todas? No importaba. Habia aceptado de inmediato, sintiendo un calor intenso que la recorria completa. Era como una de esas comedias romanticas: se emocionaba a una distancia segura. Pero de pronto se habia convertido en el personaje principal, sentada en un cafecito con decoracion retro y frente a un hombre mucho mas joven que ella. Contra todos los consejos maternos y de revistas femeninas, tuvo sexo con el en la primera cita, si es que a eso se le podia llamar cita. Si se habia vuelto un personaje de pelicula cursi, una mujer que en realidad no era ella, ?que mas daba? La noche despues de haber estado con Marcelo por primera vez, Lucia paso por todos los estados posibles: feliz, angustiada, feliz, arrepentida, feliz, entusiasmada, feliz, avergonzada, feliz, con ganas de repetir. ?Pensaria el que era una puta que hacia eso con cualquiera? Tras varias vueltas sobre el colchon habia decidido que no importaba: nadie, salvo ellos, lo sabria. Ademas, si no la tomaba en serio, era irrelevante: ella ya estaba casada. ?No era ese el unico proposito de ser tomada en serio? Lucia se coloco a horcajadas sobre las caderas de el y le regalo la vista de su cuerpo entero. Coloco sus palmas abiertas sobre el pecho y jugo con esos vellos oscuros y gruesos. Quiso iniciar el sexo otra vez, pero no pudo. El deseo la habia abandonado y se sentia sin fuerzas, como un juguete sin baterias. El la jalo hacia si para besarla: ella correspondio sin ganas y fue evidente para los dos. --?Que pasa? Quien sabe si fuera el dia del mes (faltaba una semana para su periodo), o si en verdad la escena del cuyo la habia afectado mas de lo que pensaba, pero la tristeza ensombrecio su cara. Nunca habia sido buena para ocultar sus estados de animo: su desolacion era evidente. No hubiera querido contaminar este espacio, lo que sea que Marcelo y ella tenian, con el tedio de su otra vida, con sus problemas de ropa sucia, las fechas limites de pago, comidas balanceadas o como limpiar un dibujo con crayola de las paredes. Pero ante la pregunta de Marcelo, su cerebro no tuvo mas opcion que contarle lo que habia pasado esa manana: la maceta, el cuyo, el llanto de Eloisa, la actitud desesperante de Cesar, la culpa que la embargaba por haberse reunido con el cuando su hija se habia puesto tan mal. --?Que es un cuyo? Lucia puso los ojos en blanco por un segundo. ?Que pasaba con el vocabulario de los jovenes de hoy? --Es lo mismo que un conejillo de indias --intento que su voz no adquiriera el tono didactico que usaba con su hija. Marcelo tenia cara de no entender--. Los animalitos que usan en los laboratorios para experimentar... Tampoco. Los roedores no estaban en el repertorio de conocimientos de su amante. Iba a agregar que los cuyos eran un platillo muy apreciado en Peru, pero el ya estaba tocandole las tetas y no era precisamente agradable. --Basta --tomo las munecas de Marcelo--. No me estas escuchando. Vio la expresion de su amante: impaciencia, fastidio. Queria sexo y ella estaba hablando de sus sentimientos. Un parpadeo. El deseo de Marcelo de estar en cualquier otra parte. Quizas con una mujer de su propia edad, con preocupaciones de chica joven y sin hijos. Un segundo, pero alli estaba, era evidente. ?Lo habia arruinado todo? Un silencio incomodo se concentro en el aire, como la humedad pesada antes de una tormenta. Marcelo se puso de pie y comenzo a vestirse. --Quede de llevar a mi hermana al centro comercial. Tal vez la maternidad la habia vuelto mas sensible para detectar las mentiras, pero esta era la primera vez que Marcelo mentia y era tan estruendoso como un vaso que se estrella contra piso. Lucia sintio un malestar que se extendia por su cuerpo. Fingio consultar la hora en su celular y dijo que tambien debia irse. Se metio a banar y mojo su traje de bano en la regadera. Seco su cuerpo con la toalla que habia traido de su casa. Una puesta en escena para beneficio de su estabilidad conyugal.

  • Viaje alrededor de mi craneo de Frigyes Karinthy

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    Frigyes Karinthy era el columnista mas popular de Budapest, en 1936, cuando se entero de que tenia un tumor cerebral y que debia operarse de urgencia para sobrevivir. El unico cirujano que podia hacerlo estaba en Suecia. Una colecta le permitio llegar a Estocolmo y enfrentar el bisturi. Con el desparpajo y la agudeza que lo caracterizaban, Karinthy conto paso a paso la experiencia a sus lectores, a traves de su columna semanal en la prensa. Meticuloso y alucinatorio, burlon y emocionante, egocentrico y universal, su libro es simultaneamente una novela de intriga y un caso clinico, un viaje al fondo del miedo y una bitacora de la resistencia, el chisporroteo de un espiritu brillante y el anticipo del derrumbe del humanismo que Europa padeceria poco despues.

  • SERIE AMOR EN TIERRA SALVAJE 2; ?QUE ERES TU? de Claire Phillips

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    Seguro de si mismo, atractivo, inteligente, rico y habituado a dar ordenes que son rapidamente obedecidas, Alec no podia creer que la chef deslenguada de su hotel tuviere el descaro de contradecirle, reprenderle e incluso mostrarse en exceso mordaz en cuanto cruzaban dos palabras y que, para colmo, eso le gustase mas de lo racionalmente comprensible. No conseguia mantener el control de sus sentidos y deseos de hombre cuando la tenia cerca. Ignorando su regla de no salir con empleadas y de no involucrarse emocionalmente mas alla de lo que era capaz de controlar con fria serenidad, se lanzo de cabeza a una relacion con esa deslenguada chef que lo volvia loco.

  • Inocente (La heredera 1) de Kathalee Trueba

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    Han pasado nueve anos desde que Dinna Marshall y Sebastian Alcantara decidieron juntar sus vidas y formar una familia lejos de la ciudad, los medios y La Sagra. Cuando Sebastian tiene la oportunidad de regresar a trabajar para la Agencia de Investigacion del Estado, deciden volver a la ciudad. Es asi como la vida de Nicole Wesner, hija de la famosa empresaria, se cruzara con la de Roderick Villanueva, un chico que no espera nada del amor, pero al que le cambiara la vida por completo. ?Existe el "felices para siempre" ?

  • Cuando tu y yo rompimos de Shirin Klaus

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    Ya he vuelto --anuncio Carlos al entrar en la suite. Cerro la puerta tras el y avanzo hacia la zona del salon--. Ha estado genial, !he pescado un atun! !Menuda pieza! Me han echado una foto y me la van a mandar al movil. Vas a alucinar cuando la veas. Al llegar al salon, lo encontro vacio y fruncio el ceno. --?Marisol? No hubo respuesta, pero aun asi siguio hablando mientras caminaba hacia la habitacion. --?Sigues en la cama? Pense que ya estarias mejor. En el dormitorio, no obstante, tampoco habia ni rastro de ella. La cama estaba tan bien hecha que quedaba claro que la habian hecho las limpiadoras a primera hora de la manana. Pero eso no era posible, ?no? Habia colgado el cartel de <> porque Marisol ese dia se encontraba mal y se habia quedado en la cama en lugar de ir a la excursion con el. Una bombillita del color de la traicion se encendio en su cabeza. --Ya veras, ya... yo me trague ese espectaculo de baile tradicional --murmuro mientras se dirigia hacia la ducha. No cabia duda: lo de sentirse mal tan solo habia sido una excusa para no ir de pesca con el. Podia entender que no le entusiasmase mucho la idea de pasarse seis horas en un barco, pero sabia que era importante para el, porque desde pequeno su padre le habia inculcado el amor por aquel deporte. !Ademas, era una actividad muy extendida entre los turistas! !El no era el unico raro! Le habria encantado que compartieran aquello... <> !Que cabrita! Ya se la devolveria, ya... Al terminar de ducharse, se seco y se puso comodo. --?Marisol? --llamo al salir del bano, pero siguio sin recibir respuesta. ?Donde estaria? Busco su movil por la habitacion para ver si le habia enviado algun mensaje, pero no lo encontro. Que extrano, juraria que lo habia dejado cargando en la mesita, pero alli no estaba. Trago saliva al pensar que quiza Marisol lo habia estado usando. ?Y si hallaba aquellos mensajes de la noche anterior? No le habia dado tiempo a borrarlos... No, Marisol no iba a encontrar nada porque su movil estaba protegido con contrasena precisamente para eso. Tenia que estar por ahi, en algun lugar de la suite. ?Tal vez en el salon? Iba a salir del dormitorio cuando algo en el escritorio llamo su atencion. Alli estaba su portatil, que si seguia donde el lo habia dejado esa manana, pero sobre este habia una nota manuscrita y un pendrive. Retrocedio y cogio la nota, donde podia leerse <>. Supuso que era la letra de Marisol, aunque, como no llevaba firma, no estaba seguro. Con las nuevas tecnologias, nunca habia visto su letra. Bueno, no era del todo verdad; tenia que reconocer que Marisol todavia usaba notas escritas a mano para posits, agendas y listas de la compra, pero, como no iban dirigidas a el, nunca se habia parado a mirarlas con detenimiento y, menos todavia, a estudiar su letra. Pero tenia que ser su letra, ?de quien, si no? Dudaba de que algun trabajador del hotel hubiera entrado en la habitacion para dejarle un pendrive y una nota que decia <>. Salvo que hubiese algun acosador rondando por los pasillos del establecimiento, aquello era idea de Marisol. Encendio su ordenador y, mientras este arrancaba, fue hasta el salon y lo registro para ver si daba con el movil, pero nada. De hecho, estaba todo ordenadisimo e impoluto, casi como si la suite estuviera por estrenar. Regreso al dormitorio y se sento delante del portatil con la esperanza de que aquella dichosa memoria USB le diera alguna pista sobre donde estaba Marisol. Tras meter la contrasena, inserto el pincho y se le abrio una carpeta en el ordenador. Contenia un unico archivo, un ejecutable. Lo clico, la pantalla se puso en negro un segundo y despues reaparecio el escritorio y se abrio un reproductor de video que ocupo toda la superficie. --Hola, Carlos. Era ella, hablandole desde la pantalla del portatil. No reconocio el fondo, pero debia de haberlo grabado antes del viaje, pues no estaba tan morena como tras aquellos dias de descanso en la playa. --Si estas viendo esto es porque estoy muerta. ?!!!Como!!!? ?!!!Que!!!? ?!!!Cuando!!!? --Que no, hombre, que es broma. Sigo vivita y coleando. Solto todo el aire que habia retenido en los pulmones sin darse cuenta y le lanzo una mirada furibunda a la Marisol de la pantalla. Ojala las miradas mataran a las versiones ciberneticas de las novias. --Lo siento si te he asustado, era para suavizar un poco el ambiente, porque lo que voy a contarte ahora es un poco... en fin... complicado. Marisol bajo la vista y miro algo que quedaba fuera del encuadre. Carlos se fijo entonces en que estaba sentada en una silla de oficina, ?estaba mirando algo que tenia sobre la mesa? Tal vez un guion, unos apuntes o... Era una cajita de terciopelo y la reconocio en cuanto Marisol la levanto. No necesitaba que la girase para saber que dentro habia un anillo de pedida, pero aun asi los fotogramas mostraron como su novia le daba la vuelta a la caja y le mostraba el contenido. --He encontrado esto. !Madre mia, que pedrusco! --Se rio, nerviosa--. Asi que vas a pedirme que me case contigo... !guau! No se que decir. Bueno, si lo se, pero tendras que esperar para saberlo. Volvio a girar la caja y se quedo mirando el anillo durante varios segundos de silencio. Entonces la dejo sobre la mesa y, segun pudo intuir por los movimientos de sus hombros, la hizo a un lado. --Antes de... antes de dar este paso, tenemos que hablar. No te va a gustar, pero no hay mas remedio. Carlos se devano los sesos pensando en que podria contarle. ?Que seria tan gordo como para decir la temida frase de <>? Quiza si que habia conseguido saltarse la seguridad de su movil y sabia lo de Ana, o tal vez lo habia oido hablar con su socio Luis aquella vez en la que... Un torrente de posibilidades cruzo por su mente en tan solo unos segundos, pero, cuando finalmente Marisol hablo, lo hizo sobre un tema totalmente diferente a los que barajaba. --Bueno, he dicho hablar, pero lo cierto es que lo que quiero hacer es confesarme y he pensado que esta es la mejor forma. Llamame cobarde, pero... es que no puedo hacerlo a la cara. Carlos fruncio el ceno, intrigado. ?Aquello no iba sobre el, sino sobre ella? Entonces podia respirar tranquilo, porque, mientras no fueran sus trapos sucios los que fueran a airearse, el seguia controlando la situacion. --No he sido del todo sincera contigo. ?Recuerdas cuando tu y yo rompimos, cuando pasamos todo un verano separados? Pues no te he dicho la verdad sobre lo que hice. ?Como?, ?iba a hablarle sobre lo que hizo los meses que estuvieron separados? Que mas daba, era historia. --Tu me has contado todo lo que hiciste, que estuviste con... esa. <> debia de ser Ana, pues era la unica de la que Marisol tenia conocimiento (al menos que el supiera), aunque la verdad era que aquel verano habia estado con dos: Ana y una mujer que se le habia puesto en bandeja durante su viaje a Londres. --Yo te explique que no habia estado con nadie, pero no es cierto. Y necesito contartelo porque ahora, sabiendo que vamos a casarnos, me siento tan culpable... Prometimos ser sinceros cuando nos dimos una segunda oportunidad y yo no lo fui. Y ahora me da miedo guardarme este secreto, que nos casemos y que despues salga todo a la luz y no puedas aguantarlo... ?Que se suponia que habia hecho? Si se habia acostado con un tio, era sexo y punto, ?que mas daba? Podia perdonarselo; a fin de cuentas, no le habia sido infiel porque no estaban juntos en aquel momento. Por sus palabras, no obstante, Marisol parecia creer que habia hecho algo terrible, como si hubiera matado a alguien. Marisol tomo aire en la pantalla y despues dijo: --No se si habras intentado darle al <> para detener el video, pero, si no lo has hecho, te informo de que no puedes hacerlo. Tu ordenador estara bloqueado hasta que se termine de reproducir esta grabacion. Lo siento, carino, pero de verdad que necesito que visiones esto hasta el final. No podre darte el <> con la conciencia tranquila hasta que lo veas, hasta que lo sepas todo. Si despues de esto deseas que rompamos, lo entendere, pero mejor ahora que dentro de unos anos. Carlos probo a pausar la reproduccion, pero, tal como Marisol habia afirmado, el ordenador no reaccionaba y el video seguia reproduciendose. Ni tan siquiera podia minimizar la pantalla. Pero ?que narices...? --Cuando rompiste conmigo, me cabree mucho contigo, y mas cuando supe que lo hacias porque tenias a otra. Pense en un millon de cosas que podia hacer para que me lo pagaras, pero no me atrevi a nada. Fue entonces cuando me entere de que no solo tenias ya a otra, sino que, ademas, la habias estado teniendo desde hacia meses. !Meses! Me enfade como nunca en mi vida y quise devolvertela. Queria recuperar todos esos meses perdidos en los que yo solo estaba contigo mientras tu te tirabas a otra. >>Use tu tarjeta de credito para reservar un viaje a Ibiza. Segun habia oido, era el lugar perfecto para perder la cabeza y !madre mia si lo es! Nada mas registrarme en el hotel, la recepcionista me informo de un servicio exclusivo que ofrecia el establecimiento: una aplicacion para ligar. Como Tinder, Meeting y otras aplicaciones parecidas, solo que con los clientes del hotel. Como vio que me hospedaba sola, supuso que era la clienta perfecta. Bastaba con meter una foto, intereses, gustos y cosas asi, y podias ver a otros huespedes que tambien estaban solteros y buscaban... ?una relacion? Eso suena demasiado serio. Lo cierto es que lo que buscabamos todos los que nos inscribiamos era sexo. Basicamente. Con unas copas antes, un baile en la pool party para amenizar la tarde... pero, al acabar la cita, lo importante era follar. >>Fui una promiscua, Carlos. Perdi totalmente la cabeza. Y necesito que me perdones, a u n q u e , p a r a e s o , a n t e s t e n g o q u e c o n t a r t e m i s p e c a d o s.

  • En el momento justo de Chris De Witt

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    ?Volvera la protagonista de esta historia a confiar en los hombres?

  • Celos y envidia de Liah Jones

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    Paula y Miguel adolecen de varios pecados, uno de ellos capital. Los dos sufriran en su piel ser victimas y verdugos del mismo sentimiento.

  • No te olvide de Sandra Gabriel

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    Esteban la miro un largo rato a los ojos antes de responder.

  • El hostal de las ilusiones, Debbie Macomber de Debbie Macomber

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    Una deliciosa novela de amistad, perdon y nuevos comienzos.

  • Mi error fue amarte. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Dulce y Angel se evitan. Hacen lo posible por no estar mucho tiempo cerca el uno del otro. No se soportan, no pueden evitar insultarse, molestarse y odiarse… Pero, si se odian, es porque en realidad el tiempo no ha logrado hacer que se olviden y que dejen de recordar cuanto se amaron.

  • El Precio de una venganza (Bdb) de Victoria Magno

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    Marzo de 1885 [?]Jack, necesito ir al pueblo por provisiones para el dia de campo que celebraremos el sabado, ?podrias acompanarme? -le pregunto John[?]. Todos los otros se han marchado ya, y no queda nadie mas para ayudarme a cargar. [?]Por supuesto, senor Walker, ?quieres que vaya preparando la carreta? [?]Te lo agradeceria, hijo. -El hombre le palmeo el hombro[?]. Y perdona por ponerte a trabajar en tu dia libre, se que preferirias estar con los demas pasando una buena velada en la taberna. [?]No te preocupes por eso, me complace poder ayudarte en lo que pueda, senor. -Y en realidad era asi; despues de todo, ese amable hombre le habia dado trabajo y habia confiado en el, cuando nadie mas lo hizo. Sin duda, toda su vida Jack se sentiria en deuda con el. [?]Eres un buen muchacho, Jack, y muy trabajador. Te agradezco la ayuda -le dijo el hombre, dedicandole una sonrisa paternal, antes de marcharse de vuelta a su casa, donde su mujer y sus dos hijos pequenos lo esperaban para despedirse de el. Jack los observo con carino, ellos eran la perfecta familia, como la que nunca pudo conocer. Su madre habia hecho lo posible para criarlo ella sola, despues de que su padre murio de tifoidea, y lo consiguio por un tiempo. Hasta que tuvo que casarse con ese maldito borracho de Fynn, y todo su mundo se vino abajo. El desgraciado era un embaucador y un abusivo que no hizo mas que meterlos en un problema tras otro, eso ademas de golpearlos a la menor oportunidad. Por suerte, su madre no tuvo que soportarlo mucho tiempo, una epidemia de colera se la llevo al otro mundo antes de cumplir el ano de casada con ese hombre, dejandolo a solas con su abusivo padrastro. Pero Jack no era tonto, si aguanto al bastardo fue para proteger a su madre en lo que pudo. Con ella muerta, ya nada lo retenia en el que una vez fue su hogar, por lo que a la primera oportunidad, Jack empaco sus escasas pertenencias y escapo. Como todo nino sonador, se dirigio al oeste en busca de una nueva vida, colmada de aventuras, cielos azules, vastos campos y la promesa de la prosperidad. Pero pronto la realidad le dio de frente, haciendole saber que el mundo no era benevolo con los desamparados. Consiguio algunos empleos mal pagados con jefes abusivos que buscaban sacarle el maximo provecho a un nino sin familia, algunos de forma ultrajante, de los que pudo librarse por muy poco. Al final, tuvo que terminar robando para sobrevivir, viajando de polizon de un lado a otro en los trenes y vagando sin parar, para huir de la policia y de los matones abusivos que buscaban a un nino sin familia del que poder aprovecharse o abusar de la forma mas vil. Pronto Jack aprendio que el mundo era mas duro de lo que parecia dentro de las paredes de su casa, ademas de que nunca debia confiar en nadie. Cerca de un ano despues de haber escapado de su hogar, consiguio llegar a Texas, buscando la oportunidad de trabajar como vaquero. Sin embargo, como le habia sucedido antes, nadie parecia dispuesto a darle trabajo a un nino sin hogar. Fue un dia cualquiera cuando se topo por casualidad con John Walker. Jack habia intentado robarle el reloj, y el hombre lo atrapo antes de que pudiera culminar el acto. No obstante, en lugar de mandar llamar al alguacil para que lo encerrara por robo o propinarle una buena paliza, como Jack estaba esperando, el hombre lo llevo consigo a su hogar, un prospero rancho ganadero, donde lo recibio como a uno mas de sus empleados, le dio un sitio donde dormir y comida caliente, ademas de ropa limpia y, por primera vez en mucho tiempo, le hablo con respeto. Sus terminos eran sencillos: trabajo duro y honrado, y Jack podria quedarse a vivir alli el tiempo que deseara. Y ante el primero ser humano que le otorgo un trato digno, el nino no dudo en aceptar. Con el paso de los anos, Jack hizo lo posible por ganarse la estima de aquel buen hombre que lo habia ayudado cuando nadie mas lo hizo, ademas comenzo a instruirle en toda clase de tareas que le serian fueron utiles en adelante John Walker no solo habia sido un buen samaritano, era el hombre que le devolvio la vida. Ya hacia ocho anos de aquello, y ahora que Jack era mas un hombre que un nino, con diecisiete anos de edad, tenia la fortuna de ser considerado por su patron como uno de sus mas fieles empleados y al que mas afecto le tenia, llegando a estimarlo casi como a un hijo, como en muchas ocasiones John se lo habia dicho. Por ello, Jack no podia dejar de sentir menos que la mas grande gratitud, respeto y admiracion por aquel amable patron que lo habia ayudado cuando solo era un crio de nueve anos, sucio, famelico y sin instruccion alguna sobre nada. Ahora podia presumir de ser uno de los mejores vaqueros de la zona, conocer todo cuanto habia que saber de ganado y pastura y, sin duda, de ser el mejor tirador del estado, proeza que habia demostrado en las innumerables competencias que se llevaban a cabo en el pueblo entre los vaqueros de la localidad. Otro logro que le debia a su patron, pues habia sido John quien le enseno a usar un arma, cuando Jack comenzo a quedarse a cargo de cuidar el ganado en los campos. Tan orgulloso estaba John de su titulo, que en su ultimo cumpleanos le habia regalado una Colt de lujo, que Jack siempre llevaba bien guardada en su cartuchera, atada al cinto. [?]?Todo listo, muchacho? -le pregunto el amable hombre, volviendo a su lado tras despedirse de su mujer y de sus dos hijos pequenos, un nino y una nina de diez y doce anos. [?]Si, senor -contesto Jack, subiendo al pescante a toda prisa, para ayudar al hombre, ya entrado en anos, a hacer lo mismo. [?]Excelente. -El hombre se situo a su lado y tomo las riendas, antes de dejar sobre sus piernas un paquete tibio envuelto en una servilleta de tela [?]. Mi esposa te envia un poco de pan de maiz, dice que si te hemos de explotar, al menos te deberiamos alimentar de forma correcta para que no desfallezcas de hambre en el camino. Jack rio y agradecio a la mujer, que aguardaba de pie en el umbral acompanada por sus dos hijos, todos ellos despidiendose de ambos: ella con una sonrisa amable y sincera en los labios, los ninos gritando a viva voz cuanto querian a su padre y pidiendole que no tardara en regresar. Seria la ultima vez que lo verian con vida... Caia la noche mientras volvian por el terroso camino principal, con las provisiones ya cargadas en la carreta, cuando cinco jinetes les salieron al paso. Jack se tenso y su primer instinto fue llevarse la mano al cinto para sacar su revolver, pero John lo detuvo. [?]Espera, conozco a esos hombres, son el alguacil y los Montgomery. [?]?Que querran? -pregunto Jack, frunciendo el ceno. Nunca le habian agradado los Montgomery, los vecinos de su patron y propietarios de la mayor cantidad de tierras de la region, ni tampoco el alguacil, que se sabia era corrupto, comprado por esa familia. John fruncio el ceno, Montgomery habia intentado comprarle las tierras en varias ocasiones, ofreciendole una miseria por ellas. Y el siempre se habia negado a ceder. [?]!John Walker, no intente nada! -grito el alguacil desde su caballo[?]. He venido a buscarlo. Usted y su acompanante bajen de la carreta con las manos en alto. [?]?Para que me busca? -pregunto John, estrechando los ojos para ver mejor. El sol caia en el horizonte, cegandolos parcialmente e impidiendole ver bien a los hombres delante de ellos. [?]No haga preguntas y obedezca, a menos que quiera que mis hombres vayan por usted. [?]!El no ira a ningun lado! -grito Jack, apretando el mango de su Colt en su cartuchera, dispuesto a sacarla a la primera provocacion. Al verlo, los hombres alzaron sus rifles contra ellos, dispuestos a responder del mismo modo. [?]Jack, tranquilizate. En esta llevamos la de perder -le dijo John en voz baja.

  • Los impostores de Pilar Romera

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    Barcelona, mayo de 1949. Albert, un joven que trabaja en una imprenta, es detenido por la Brigada Politico-Social y enviado a la temida comisaria de Via Layetana, acusado de colaborar con jovenes universitarios en la difusion de propaganda clandestina. Una visita secreta del general Franco a la Ciudad Condal lleva de cabeza a los mandos policiales, que dan ordenes de detener a los sospechosos habituales. El encuentro casual entre Dora, hermana de Albert, y un antiguo amante, desencadenara unas consecuencias que ninguno de los protagonistas podran controlar. Unos acontecimientos ocurridos en el campo de Argeles diez anos antes volveran para pasarles cuentas.

  • La seduccion es un arte de Fanny Ramirez

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    Toda persona tiene que pasar por un momento tragico, un momento feliz, un momento excitante. hay gente que pasa por diferentes etapas a lo largo de su vida. Otras. que se quedan en el camino. Caminos que nacen en diferentes puntos y se cruzan u otros que viven en paralelo.
    Teresa Muller esta acostumbrada a tener todo lo que desea. Ser asesora de imagen en la agencia familiar Muller Company, le permite vivir a todas sus anchas. Con una mirada suya hace que cada hombre que mira, caiga de rodillas a sus pies. Cuenta con una familia unida y amorosa. Hace y deshace a su antojo.
    Pero entonces ocurre. Su vida de ensueno se ve desestabilizada y desecha cuando una noche de frio invierno, recibe una llamada que lo cambiara todo.
    Victor Sanz, o como era mas conocido: Victor-Increible-Sanz, jugador profesional de futbol si que podia decir que habia tocado el cielo con los dedos. Tambien hay quienes dicen que la fama se le subio a la cabeza y el karma poso su mano negra sobre el. Otros. que todo ocurre por una razon. Victor sufre una lesion que le obliga a abandonar su sueno cumplido, dejandolo con el sabor de la victoria en los labios, cual caramelo favorito y arrancandoselo de cuajo cuando ya llegaba al cremoso centro.
    Dos caminos opuestos. ?Por que deberian cruzarse, verdad?

  • Un principe en construccion (Principes 1) de Virginia Camacho

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    .Jeremy Blackwell ha corrido una larga carrera hasta llegar aqui, la cima del poder. Las cosas que ocurrieron en su pasado lo han empujado a el y a su hermano a ser como son, a juntar riquezas, a presionar y casi asfixiar hasta obtener lo que quieren. Y ha llegado el turno de Jennifer Hendricks de ser presionada; ella tiene clase y estima en la alta sociedad, lo que el necesita, y el tiene dinero, lo que necesita ella. ?Que tan malo sera llevar a cabo uno de los convenios mas antiguos de la historia de la humanidad?
    Para ella no sera facil renunciar al amor verdadero, pero, ?acaso este de verdad existe? El amor es otra mercancia que se puede comprar y vender. al menos, es lo que el ha visto con sus propios ojos.
    Tal vez, tal vez, tambien pueda comprar el amor de Jennifer, aunque luego no sepa que hacer con el.

  • Antes de las lluvias, Dinah Jefferies de Dinah Jefferies

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    Eliza es una mujer muy independiente para la sociedad britanica de los anos treinta. Fotografa de profesion, tras haber perdido a su marido en un desafortunado accidente, regresa a India por encargo de la administracion britanica. Alli paso su infancia hasta que su padre murio en un atentado.

  • El Psicologo de Beta Julieta

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    La fama del prestigioso neuropsicologo Sylvain Arnaud le precede. Y no es para menos. A pesar de su corta edad, ha conseguido que todos sus pacientes recuperen la memoria en el tiempo establecido. Sin excepcion. Y cuando su jefe le ruega que ayude a su hija Sofia a recuperar la memoria, no puede negarse.
    Sofia Ruiz no recuerda nada de los dias previos al accidente que sufrio hace tres meses. Y cuando su padre le suplica que acuda al mejor psicologo de Madrid, acepta a reganadientes.
    ?Conseguira Sylvain que Sofia recupere sus recuerdos antes de que contraiga matrimonio con su novio de toda la vida??Aceptara Sofia someterse a la peculiar terapia de Sylvain para recuperar su memoria?

  • 1980 de Juan Vila

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    Fui a Barcelona pero no estaba buscando a mi padre. Fui a presentar una novela y ya no quedaba ni rastro de el. Ni de el ni de la ciudad que conoci de su mano, la de los viajes en Navidad para pasar las fiestas con su familia, la de mi adolescencia despues, cuando todos los anos me acercaba con mis amigos desde el pueblo en el que veraneaba para darnos una vuelta y romper la rutina de muchos dias seguidos a base de playa por las mananas y fiesta todas las noches hasta las tantas. Esa Barcelona para mi tenia algo muy superior a Madrid, era mas culta y civilizada, como lo era mi padre respecto a nosotros. El burguesito catalan presumia de su gran danesa color azul y de su palco en el Liceo. Era alto y fuerte, con aire aristocratico, tenia el pelo blanco y la nariz muy grande, los ojos claros, unas manos como no he vuelto a ver otras iguales en mi vida, unos brazos de acero. Olia muy bien papa, sobre todo cuando olia a el mismo, recien levantado y sin duchar, sin haberse rociado todavia en perfume como haria luego antes de salir de casa. Papa desayunaba zumo de pomelo todas las mananas y unas tostadas de pan con aceite de oliva virgen, cuando eso aun no se llevaba y era imposible encontrar en Madrid, o en Barcelona, otro aceite que no fuera el refinado. Y frente a el, frente al burguesito catalan, estabamos nosotros, los barbaros de la capital, la familia ordinaria y desestructurada que se entendia a base de gritos y malos modos. La abuela, siempre a un paso de estallar en un nuevo ataque de furia, siempre imponiendo su voluntad como una fuerza desatada de la naturaleza, como un tornado o un terremoto, siempre a regimen para controlar su obesidad y siempre comiendoselo todo aunque solo le quedara un diente. La recuerdo muy bien chupando las cabezas de los pescados y el cuello de los pollos, rebanando los platos, acabandose cualquier resto que los demas hubiesemos podido dejar. Era casi un ser mitologico, primitivo y oscuro, la gran ogresa, como la llama uno de mis primos mas queridos. Luego tambien hablaremos de ella, de cuanto la quise y cuanto aun hoy la sigo queriendo. El padre, mi primer padre, habia muerto en un accidente de coche, completamente aplastado por un camionero borracho, y eso fue una bendicion para mi madre. Mama, de pronto, se encontro viuda y con la necesidad de sacar a sus tres hijos adelante. Pero tambien mama se sintio libre en esos anos de cambio y falsa revolucion en Espana, mediados de los setenta, se volco en el trabajo y en divertirse. Mama, por lo tanto, se volvio ausente, invisible para sus hijos, poderosa al margen de ellos, y descubrio emociones hasta entonces desconocidas en diferentes redacciones y con diferentes hombres. La abuela se hizo cargo de esos tres ninos que entre sus gritos, pellizcos y lanzamientos de zapatilla fueron creciendo. Nada especialmente dramatico. No hubo abusos sexuales ni torturas. No hubo malos tratos. Los tres ninos, nosotros, no pasamos hambre, ni frio, ni penalidades de ningun tipo. Fue una infancia afortunada y llena de privilegios. Los tres hermanos hemos superado ya los cuarenta anos y en todo ese tiempo aun no hemos conocido ni la guerra ni la carcel ni una epidemia ni un cataclismo. Incluso el buen trabajo de la madre y su ascendente carrera en los medios le permitio pagar un carisimo pero mediocre colegio en las afueras de Madrid. Cada dia un autobus iba a buscarnos y haciamos, dormidos en el mejor de los casos, los casi treinta kilometros que separaban nuestra casa junto al Retiro de ese espanto de color verde y amarillo en el que perdimos un monton de anos y en el que solo aprendimos lecciones nefastas para el dia de manana. O sea, para hoy. Porque hoy ya es el futuro, incluso lleva tanto tiempo siendolo que el futuro tambien ha envejecido y se ha marchitado, tiene un aroma ligeramente rancio. Lo que quiero decir es que esa infancia no fue terrible, pero si triste, tristisima, y, al menos para el menor de los hermanos, estuvo marcada por una soledad absoluta, tanto en casa con el primer padre muerto, la madre ausente y la abuela gritona, como en el colegio, donde todo resultaba extrano y lejano, extranisimo, casi de otro planeta. Hasta que de repente obro el milagro y el burguesito catalan aparecio en nuestras vidas sin la doga ni el palco, porque esos los dejo en Barcelona, pero si con su presencia real e integradora, con su gran cuerpo, con su decadente sentido de la disciplina y de la familia, con sus viejos principios, que igual eran falsos, pero que consiguieron frenar el desastre y a mi me rescataron de ese vacio en el que flotaba a miles de kilometros de cualquier otro nino o adulto, de la tierra y del mundo, de cualquier cosa, concreta o no, a la que yo pudiera agarrarme o en la que yo pudiera encontrar un refugio, una referencia, un punto de apoyo, lo que fuera, ya digo, con tal de esquivar la tristeza y el miedo, ese vacio y aislamiento, el frio en las tripas y en los pies, un frio mas imaginado que real, pero un frio que helaba por dentro y que a mi estaba a punto de matarme justo cuando aparecio el. ?Como yo no iba a amar Barcelona y todo lo que tenga que ver con mi padre?, ?como, incluso tantos anos despues, yo no voy a sentirme vinculado con esa ciudad aunque nunca haya vivido en ella ni tenga el menor interes en hacerlo, aunque en esa ultima visita me dejara un sabor tan amargo de boca? He dicho que estaba a punto de morir cuando aparecio mi padre. He hablado de un frio en las tripas y en los pies. No exageraba. Aunque me ha podido el lirismo. Fue mas bien fuego, y no habia forma de detenerlo. Afectaba, sobre todo, a la cabeza. Fiebre. Un calurosisimo verano en Almeria y yo ardiendo sobre la cama, sudando y derritiendome, a punto de iniciar uno de esos procesos de combustion espontanea. Mi temperatura corporal se habia fijado en los cuarenta y uno o cuarenta y dos grados. Me deshidrataba por mas que bebiera. Empezaba a morir y nadie sabia que estaba pasando. Era el primer verano de mi padre con nosotros. Mi madre y el ni siquiera se habian casado. La relacion empezo en invierno. Recuerdo perfectamente la primera vez que le vi, y eso muy pocos hijos pueden decirlo. Recuerdo tambien cuanto le odie. Es una escena que ambos comentamos muchas veces y bromeabamos con ella. Debio ocurrir a media tarde. Ya habia oscurecido. Mi madre llamo de forma histerica al portero automatico. Es algo que aun sigue haciendo. Una fuerza desatada de la naturaleza ella tambien, un torbellino, un terremoto. Mama, entonces y ahora, aparece de pronto y le da al botoncito. Le da, le da, le da. Lo mantiene apretado un buen rato. Lo suelta. Vuelve a insistir, golpea con su dedo en el boton una y otra vez, una y otra vez. Ahora toca que suene de forma continuada. Cinco, diez, quince, veinte segundos. Suelta y vuelve a empezar... Mas que una llamada es una exigencia y una importantisima noticia. Es el anuncio de su llegada. El mundo entero debe pararse y rendirle pleitesia. Yo a los siete anos aun participaba del juego, ?como no iba a hacerlo? Ella llamaba y yo corria a abrirle desesperado y gritando: mama, mama, ha venido mama. Como si su vuelta a casa no fuera algo cotidiano sino excepcional. Porque en efecto asi era. Yo corria tan rapido como podia. Atravesaba el larguisimo pasillo de casa. Llegaba al hall. Hacia una breve parada para abrir la puerta. Continuaba corriendo por el descansillo y me lanzaba escaleras abajo para encontrarme con ella, que siempre subia andando, y la abrazaba. Pobre idiota de mi. Cuanto la queria y cuanto la echaba de menos, como me dejaba manipular, como consentia que estrechara y estrechara el vinculo para esclavizarme, para hacerme absolutamente dependiente de sus necesidades y caprichos, para asfixiarme en mas de dos y mas de tres sentidos, y para luego, al final, abandonarme otra vez al vacio y a la tristeza, al miedo, a esa soledad absoluta. Aunque justo esa tarde, o esa noche, despues de la carrera, cuando por fin iba a abrazarla, le vi a el. Le vi y le odie. Ya lo he dicho, pero lo repito. Es un detalle fundamental en esta historia. ?Quien era ese senor?, ?como se atrevia a aparecer en mi casa?, ?iba a robarme a mi madre como ese otro hombre habia hecho antes?, ?se la llevaria el tambien a aquel maldito apartamento de la calle Alberto Alcocer, lleno de libros estupendos, de humo, de whisky? Un paraiso, ya lo creo, para la relacion furtiva, o mas o menos furtiva, que ella habia mantenido con un periodista casado. Mi madre vivia alli mientras nosotros esperabamos junto a mi abuela a que sonara, de la manera mas violenta e impertinente posible, el timbre del portero automatico anunciando su vuelta a casa. Aquella tarde, mama dejo al senor con el que venia en el salon. Creo recordar que le sento en la vieja mecedora de mi abuelo. Es esa otra escena que tengo guardada de forma clarisima en la memoria, aun reconociendo que es muy probable que me la haya inventado: solo diez o quince minutos despues, mi hermana, ya casi en la adolescencia o, si no, en la pubertad, trepa por el cuerpo del burguesito catalan hasta llegar a su meta: las rodillas, y se sienta en ellas. Trata de camelarselo, de seducirlo para conseguir eso que tanto desea. Quiza luego explique de que se trata y por que la actitud de ella esta mas que justificada. De momento, me limitare a senalar hasta que punto somos ya a esa edad --mis siete anos y los once o doce de mi hermana-- la basura o el incalculable tesoro que el dia de manana podra ver el mundo. La idea en si resulta aterradora porque supone que el resto, cualquier cosa que pase o que hagas despues, no servira de mucho, o no servira de nada.

  • Cuentos completos de Vladimir Nabokov

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    Un hombre que esta escribiendo en su despacho es interrumpido por un duende del bosque, un concertista de piano se dispone a poner fin a su carrera, un barbero afeita al hombre que lo torturo, un sonador timido hace un pacto con el Diablo…
    Los sesenta y ocho relatos de Vladimir Nabokov que se incluyen en esta edicion definitiva de su obra cuentistica, preparada por su hijo Dmitri, permiten disfrutar de su inconmensurable virtuosismo literario: de sus piruetas tematicas y formales, de sus inquietantes ambiguedades, de su elegante manejo del idioma, de la presencia de los temas -como el del doble- que lo fascinaban y de los muchos lugares que dejaron huella en el: la Rusia de su infancia, la Inglaterra de sus anos de estudiante, la Alemania y la Francia del exilio y despues esos Estados Unidos que siempre observo con sagaz y nada complaciente mirada de europeo.
    La incorporacion de este libro al catalogo de Anagrama permite anadir una pieza mas al puzle de la rica produccion literaria de Nabokov, del que hemos publicado el grueso de su obra novelistica. Y, como en las novelas, en estos cuentos brilla la inagotable inventiva de uno de los escritores autenticamente imprescindibles del siglo XX.