• libro mujer y maestra - Viviana Rivero

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    CIUDAD DE CORDOBA, SEPTIEMBRE DE 1884 Las dos jovenes mujeres cruzaron la calle y comenzaron a escuchar la voz del rezador que cantaba trisagios en la casa de los Martinez. El sol de la tarde caia sobre las sencillas construcciones de la cuadra. Ya en la vivienda, no necesitaron golpear; la puerta estaba abierta de par en par. Desde la entrada se alcanzaba a ver el cadaver del nino puesto sobre la mesa del humilde comedor; y a la gente, comiendo empanadas a su alrededor. Mercedes observo de reojo a Frances Wall y, al ver su desazon frente a la imagen, decidio alertarla: [?]No se asuste, miss, los velorios de los angelitos son asi. La norteamericana, que intentaba conservar su fortaleza, contesto con una sena de asentimiento y Mercedes la tomo del brazo con decision para ingresar juntas a la morada. La madre del nino las distinguio entre los demas. Sus cabellos claros y sus vestidos arreglados sobresalian: [?]Maestra Frances... Maestra Mercedes... [?]Pochita... [?]la saludo Mercedes. [?]Senorita..., mi hijito se nos fue. Tres dias lucho, pero se le acabaron las fuerzas... Todo fue sufrimiento... Deberia haber visto su carita... pero ahora... ya es angelito. Las maestras entendian su sufrimiento, sabian cuanto amaba la mujer a su unico hijo varon, de solo cuatro anos; siempre les hablaba de el cuando las cruzaba en el colegio mientras limpiaba las aulas. [?]Lo siento tanto, Pocha..., tanto [?]dijo miss Wall acongojada. Mercedes, con los ojos llenos de lagrimas, miro a la madre, y, comprendiendo que se esperaba que pronunciara en estos casos, exclamo: [?]!El angelito ya esta en el cielo! El semblante de Pocha se desdibujo de dolor, pero, a punto de comenzar el llanto, se contuvo: ella no debia llorar. Al fin y al cabo, esa era una noche de fiesta, su hijo era ahora un angel. Las tres se acercaron al cuerpo sin vida de Danielito. Llevaba ropa blanca y a su alrededor la mesa estaba cubierta de flores artificiales; a la altura de los brazos, dos pedazos de papel blanco semejaban las alas. Sobre el pendia del techo, a modo de cielo raso, una sabana blanca decorada con estrellitas de papel brillante. Su madre lo miro con devocion y dijo: [?]Manana se lo prestamos a los Ramirez. Ellos lo necesitan, le pediran al angelito un milagro para don Esteban. La sepultura se hara recien el jueves. Frances Wall se escandalizo ante la idea de que el pequeno difunto fuera prestado a otra familia antes de ser enterrado. Mercedes, mas acostumbrada a esta practica de las clases bajas argentinas, le dijo a la madre: [?]Cuente con nosotras para lo que necesite, Pocha. [?]Si, lo que sea [?]agrego miss Wall. [?]Muchas gracias. Ahora pasen y unanse a nosotros. La madrina de Danielito hizo empanadas y el padrino trajo vino patero [?]dijo la madre senalando el patio de donde provenia el bullicio. Los padrinos, como era de esperar, se habian hecho cargo de la parte que les tocaba. Por cortesia, fueron hacia el patio. Alli el clima era en verdad festivo; un musico preparaba su guitarra para comenzar con las canciones y, tal vez, si esa noche los animos acompanaban, hasta hubiera baile. La familia Martinez debia considerarse privilegiada al haber sido elegida por el destino para que su nino muriera antes de los siete anos y pudiera convertirse en un angel de Dios. Los convidados comian y charlaban animadamente. Las dos maestras saludaron a algunos conocidos. Otros, de lejos, las miraron con desden. El colegio normal, recientemente inaugurado por el gobierno para formar maestras, que le quitaba preferencia a la Iglesia catolica en la educacion, mas la ley 1420, que erradicaba por primera vez los contenidos religiosos de los programas escolares, tenian a los cordobeses divididos a muerte. El propio vicario Clara, por carta pastoral, habia prohibido el envio de ninas catolicas a esa escuela, lo que le habia valido la suspension en su cargo por parte del gobierno y hasta una inminente accion judicial. El presidente Roca, continuando con la politica de Sarmiento, habia nombrado vicedirectora del colegio normal a miss Wall. Y desde su apertura, en junio, la maestra norteamericana se habia convertido en uno de los blancos preferidos de la critica. Los cordobeses tradicionalistas se preguntaban: <>. Los liberales, en cambio, festejaban con bombos y platillos la separacion de la ensenanza y la religion, recientemente instaurada. Hasta la joven Mercedes Castro, maestra y profesora argentina, catolica de buena familia, caia en la volteada de las criticas. ?Como era posible que una chica de cuidada educacion apostolica romana apoyara este tipo de ensenanza nueva impuesta por el gobierno, y se aventurara a servir de apoyo a <>, tal como llamaban popularmente a las docentes norteamericanas traidas por idea del educador? Esa era la razon por la cual muchos ojos escrutaban a las dos jovenes en la colmada casa de la familia Martinez, en la ciudad de Cordoba. Miss Wall no se amilano y en la galeria se dedico a convencer a una de las mujeres para que enviara a su hija al colegio que regenteaba, explicandole que no habia ningun peligro espiritual en sus claustros. Mercedes decidio entrar una vez mas al comedor; queria rezar un rosario por el pequeno. Ya en la sala, pudo sentir la presencia de la muerte mas alla del disfraz de festejo. Y en la mitad de sus plegarias, un recuerdo doloroso de su ninez la golpeo: la remembranza del velorio de sus padres, anos atras, se le hizo tan vivida que antes de terminar sus oraciones necesito salir a tomar aire. Mientras lo hacia, por la puerta del frente hizo su ingreso dona Teresa Garcia, una de las maximas exponentes de las familias tradicionales de la ciudad de Cordoba, acompanada de dos sirvientas. La sencilla Pocha Martinez y la aristocratica Teresa Garcia se encontraban ligadas por un extrano vinculo. Dos anos atras, en el verano, durante una gran creciente del rio Primero, el marido de Pocha habia salvado la vida de uno de los hijos de dona Teresa. El nino, que jugaba distraido, no habia visto venir la pared de agua proveniente de las lluvias en las sierras y el hombre, arriesgando su vida, lo pudo sacar de la correntada. Y ahora la senora Garcia, como buena cristiana, venia a acompanar a la humilde mujer a pesar de las diferencias sociales que las separaban. De lejos, Mercedes alcanzo a escuchar la exclamacion de dona Teresa: [?]Pocha querida..., !su hijo ya es un angelito! [?]Unas pocas palabras mas en tono bajo y algunos murmullos dolorosos de la duena de la casa completaron el encuentro. Luego, dona Teresa paso al patio, donde la recibio el senor Martinez. Mientras charlaba con el, descubrio a miss Wall y a Mercedes, a quienes miro durante un buen rato, hasta que, decidida, recogio sus faldas y se acerco a ellas. [?]Buenas tardes, senoras. [?]Buenas tardes [?]contestaron pasmadas y casi al unisono. Las dos maestras conocian muy bien a la senora Garcia: era una de las principales oponentes a la escuela normal cordobesa donde ellas trabajaban. La mujer habia enviado una extensa carta al colegio instandolas a que se retractaran de semejante obra. Al mismo tiempo, se habia tomado el trabajo de ir casa por casa, visitando a las familias mas importantes de la ciudad, para explicar que Dios no veia con agrado la existencia de una escuela sin ensenanza religiosa. Aseveraba, tambien, que nadie que se preciara de cristiano podia enviar alli a sus ninos. A mas, cada tarde, a la hora del gallo, se hacia llevar por su cochero hasta la casona de la calle Alvear, donde funcionaba la escuela, y alli, frente a la construccion, rezaba un rosario, rogandole al Jesus bendito que expulsara a las huestes malignas de la ciudad, las que ella veia representadas en ese edificio. Durante los primeros dias habia llegado escoltada por tres -a veces, cuatro- senoras de igual pensamiento; pero la vagancia y la comodidad de las mujeres habia primado, y ahora solo la acompanaba una de sus sirvientas. La voz de Teresa dirigiendose a las maestras se escucho con claridad en el patio: [?]Senoras, no se que vinculo tienen ustedes con Pocha Martinez, pero la Providencia me ha hecho encontrarlas en este lugar, asi que no ahorrare palabras para lo que tengo que decirles.

  • Mujer y maestra (Fuera de colección) Versión Kindle - Amazon

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  • Mujer y maestra - Viviana Rivero | PlanetadeLibros

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  • MUJER Y MAESTRA - RIVERO VIVIANA - Sinopsis del libro ...

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    En medio de los enredos que llevaron a la nación a cortar relaciones con el Vaticano y de una grave epidemia de cólera, Mercedes conocerá el amor, un amor que ...

  • Mujer y maestra - Libros - Trabalibros

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    Reseña: MUJER Y MAESTRA, de Viviana Rivero. "Las maestras deben ser solteras para ejercer su profesión, de lo contrario deberán dimitir".

  • viviana rivero - mujer y maestra (ebook) - Casa del Libro

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  • Mujer y maestra en un mundo de hombres - Viviana Rivero

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  • MUJER Y MAESTRA EN UN MUNDO DE HOMBRES - Alibrate

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  • Mujer y maestra - Libros De Mario

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  • Mujer y maestra - Audiolibro - Viviana Rivero - Storytel

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    Editorial: Grupo Planeta; Publicado: 2018-09-01; Duración: 5H 12M; ISBN: 9789500439701. Novelas románticas históricas. Libros similares.

  • Los espaguetis de Gonzalo de Viviana Rivero

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    Viviana Rivero nacio en Cordoba (Argentina) y vive repartida entre esa ciudad, Buenos Aires y Madrid. Es abogada y ejercio plenamente antes de dedicarse a su pasion principal: la escritura. Tambien fue coach en grupos para el crecimiento y desarrollo de las mujeres. Su primera novela, Secreto bien guardado, fue recibida calurosamente por un publico muy amplio. Escribio, ademas, Lo que no se dice, Y ellos se fueron, La dama de noche, La magia de la vida, Los colores de la felicidad, Mujer y maestra, Si, Zafiros en la piel y El alma de las flores. Sus libros se editan en Argentina, Mexico, Colombia, Chile, Uruguay, Espana, Italia, entre otros paises. Secreto bien guardado se convirtio en una miniserie que se emitio por Netflix. Mes de agosto, primer miercoles Gonzalo tomo el ultimo trago del cafe de su taza y se arrellano en la butaca de la cantina de la facultad donde daba clases. Desde el primer dia que comio alli, hacia casi cuatro anos, les tenia amor a esas sillas anchas, de pana suave y colores estridentes. Era agradable sentarse en una despues de ensenar derecho comercial durante la manana entera a sus alumnos de la carrera de Abogacia. El, que tambien trabajaba de profesor en la universidad publica, habia aprendido a disfrutar y valorar esos espacios comodos y con buena climatizacion que las privadas tenian. Miro la hora y desistio de ponerse a leer el libro que tenia guardado en su mochila. Cruzo las piernas y, apoyando los codos sobre la mesa, se inclino hacia adelante. Acababa de terminar de comer un sandwich; era su menu de los miercoles. Ese dia siempre almorzaba uno, queria quedar libre rapidamente para poder observar el espectaculo que semanalmente venia disfrutando alli; ese que estaba seguro empezaria en los proximos minutos: la profesora de Filosofia, que comia con ganas un plato de espaguetis. Habia algo en esa chica y en esa situacion que lo electrizaba, que lo punzaba, para que enganarse... que lo excitaba. Sensacion que le llamaba poderosamente la atencion. Porque si bien el, a esta altura de su vida, con 38 anos, habia estado con alguna que otra mujer, tenia claro que le gustaban los hombres. Los anos de busqueda de su identidad sexual le habian dejado manifiesta su inclinacion. Por lo menos tenia esa seguridad hasta un mes atras, cuando descubrio que mirar a esta joven rubia comer espaguetis con bolonesa le producia un tremendo cosquilleo al mejor estilo de los que habia sentido con los dos grandes amores que habia tenido en su vida, esos que habian sido sus parejas durante largo tiempo. Porque con Marcos Macedo, el ultimo hombre con el que estuvo, acababa de romper despues de dos anos. Y la verdad es que, aunque a veces lo extranaba, trataba de agarrarse de esa tabla salvavidas que era el lema de su existencia: carpe diem. Vivir el momento. ?Para que anorar lo que se perdio? Si lo unico que teniamos era el hoy. El pasado no se acordaba de nosotros y el futuro aun no nos conocia. Sumado a que lo que sirvio para ayer muchas veces no servia para hoy. Carpe diem y punto. Se hallaba enzarzado en sus pensamientos filosoficos cuando vio a la profesora entrar a la cantina y se puso contento; no tenia miedo de escarbar en su interior para saber cuanto le podia gustar una mujer. Si tenia que ser sincero, esa sensacion de excitacion tan fuerte le gustaba; se trataba de una verdadera montana rusa, sobre todo porque se la provocaba el sexo femenino. Lucia Hellmans ingreso al salon y se sento en la mesa junto a la ventana que usaba cada miercoles; luego dejo su cartera y lanzo un suspiro largo; estaba cansada, acababa de terminar una larga manana dando clases. Saludo con un hola lejano al profesor que tenia enfrente, pidio al mozo los fideos de siempre y se dedico a controlar los mensajes de su celular. Leyo los dos mensajes y respondio con un "No" unido a un pretexto tanto la invitacion de una de sus amigas como la de un hombre a cenar. Los dos planes la aburrian. Gonzalo, sentado enfrente, la miro toda, le gustaba el cabello rubio y lacio que ella llevaba recogido. Le agradaba su piel muy blanca, su poco maquillaje, el sweater negro de cuello alto, el pantalon oscuro y las botas de taco que llevaba. La chica tenia clase; le calculaba unos 35 anos, aunque por momentos le parecia menos. El miercoles que la descubrio en la cantina, le habia llamado la atencion esa manera tan de ella de comer los fideos. Su imagen lo habia mantenido hipnotizado, dejandolo sumergido en una lucha por observarla y por no hacerlo; tratando de disimular la atraccion que sentia. El segundo miercoles el llego a la misma hora y cuando la encontro, ya sentada y comiendo, se resigno y ya no lucho contra nada sino que se dedico a disfrutar del cuadro que ella y los fideos componian; el tercer miercoles fue igual y hoy, que era el cuarto, en verdad la situacion se le habia vuelto una obsesion. Porque en el instante en que el mozo puso el plato con espaguetis en la mesa, a Gonzalo el corazon le dio un vuelco, que el encontro ridiculo. ?De donde provenia esta excitacion extrana que tenia en el cuerpo? Quiso ponerse a filosofar sobre lo que sentia, pero le fue imposible; la imagen de la profesora lo atrapo. Lucia enredo en el tenedor una porcion de espagueti enrojecido por la bolonesa y lo comio muy lentamente, disfrutando el sabor y aspirando el aroma. Gonzalo pudo advertir que ella acomodo el bocado contra el paladar y lo dejo alli un instante, el tiempo justo para unir el disfrute de la boca ante el sabor y el de la nariz ante el aroma. Espaguetis, bolonesa y deleite. Enseguida la mano blanquisima de la profesora movio el tenedor de manera circular en el contenido del plato, sin despegar ni por un instante la mirada de la comida. Luego introdujo en su boca un segundo bocado y cuando lo hubo tragado se mordio el labio inferior en senal de placer; y nuevamente espaguetis, bolonesa y deleite.

  • Hola, Soledad de Olivier G. Duran

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    Ezra es un ejemplo del exito a sus veintitantos.
    Con trabajo estable, su propio piso de soltero y siendo bueno en su profesion, tiene la vida en sus manos. Nada podria hacerle infeliz.
    ?Que mas podria pedir?
    Tras la mascara de joven exitoso se esconde un corazon atormentado que convive dia tras dia con la soledad, a la cual escribe para desahogarse, sin obtener respuesta...
    ?Y si, de pronto, si fuera respondido?
    Acompana a Ezra en este viaje de huida del mundo y busqueda del bienestar, lleno de decisiones que pueden afectar a su presente y su futuro de manera determinante.
    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar por alcanzar la felicidad?

  • Irrompible de Romina Naranjo

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    Tucker y Amelia fueron, con toda probabilidad, la peor pareja del mundo.

  • Nos vemos en el museo de Anne Youngson

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    A veces hace falta que un extrano te muestre quien eres… Una novela epistolar sobre las pequenas alegrias y las sorpresas cotidianas, pero tambien sobre la perdida y las vidas que no elegimos.

  • Algun dia nos lo contaremos todo de Daniela Krien

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    Es verano, un verano caluroso, esplendido. La finca consta de tres edificaciones. En el centro, una casa alargada e independiente, de dos plantas y un gran desvan. A la izquierda, el granero anejo; se entra por un porton de madera en el frente y se sale por otro en la parte posterior. Detras, a unos metros de distancia, una construccion ancha y plana, de madera: el aserradero. Campos y prados se extienden hasta el rio. Un trecho rio arriba, poco antes de llegar a una vieja presa, hay un cobertizo medio en ruinas. En la otra orilla se yergue una pronunciada colina poblada de arboles. La construccion de la derecha da cobijo a las vacas y las gallinas. Detras, en una casita de madera elevada del terreno y con suelo cubierto de viruta y paja, se alojan los gansos. En un anejo que amplia en diez metros los mas de treinta que mide el establo estan los vehiculos. Tambien aqui, igual que en el granero y el establo, se accede por un porton y se sale por otro igual en la pared posterior. Mirando a la izquierda, desde alli se divisa el redil, junto al huerto; al frente se ven campos cercados y el terraplen de la via ferrea y, tras los railes, a cierta distancia pero claramente reconocible, la finca de Henner. La granja de los Brendel y la de Henner son las mayores del lugar. Dicen que en esta ultima todo sigue como antes de la guerra: los muebles, las estufas, los suelos, los ventanucos que no cierran bien. En invierno probablemente hace frio. En este aspecto los Brendel son mas modernos, cuentan incluso con calefaccion central. Al entrar en la casa se accede a un pequeno recibidor. A izquierda y derecha se abren puertas que dan a la cocina y las habitaciones; todo recto, una escalera conduce arriba; tras la escalera estan la puerta por la que se sale al huerto y la entrada al sotano. Los cuartos de abajo los ocupan Siegfried, Marianne y Lukas; los de arriba, Frieda y Alfred; la buhardilla es nuestra, de Johannes y mia. En la cocina, que es la estancia mas grande, se conserva la vieja cocina economica, que aun puede usarse, pero la abuela Frieda se acostumbro hace tiempo a la electrica. Los asientos tienen mas anos que ella, al igual que la gran mesa de comedor y la solida alacena. Solo los armarios colgados de la pared y una encimera datan de los tiempos de la RDA. Todo esta limpio y ordenado, aunque siempre a oscuras. Ahora, en verano, las ventanas suelen permanecer abiertas. Son ventanas antiguas, con manija giratoria; de los marcos se desprende pintura blanca cuarteada. El techo, bajo, resulta opresivo y protector a la vez. Siegfried, el padre, esta sentado a la mesa. Dada la imponente sombra que desde fuera proyecta el castano, por las ventanas solo entran pequenos jirones de luz vespertina. Nadie habla; los rostros de la familia estan tan poco iluminados que apenas los distingo. Poco a poco van sentandose los otros. Marianne, la madre; Frieda, la abuela; el viejo Alfred, al que antes habrian llamado mozo; Johannes y Lukas, los hermanos. Siegfried corta una gruesa rebanada de consistente pan y la unta con mantequilla. Encima pone unos trozos de pimiento rojo que su mujer ha partido. Come despacio, sin decir palabra. --Me alegro de que ahora podamos comprar pimientos, son muy sanos, ?lo sabiais? -- comenta luego, sonriendo. Y mira hacia arriba sin levantar la cabeza. Los hijos no responden. --Pronto habra muchas mas cosas --afirma su mujer asintiendo. Siegfried coge el plato del pimiento y se lo ofrece a Frieda: --Toma, madre --dice, animandola. Yo miro alrededor, intento entender las normas que rigen en esta casa; no llevo mucho tiempo aqui. Un domingo por la manana, en mayo, Johannes me dijo: <> Y me quede, ya no me fui. Ahora estamos en junio. Comemos en silencio. Escucho los ruidos de los demas al masticar. Al que mas se oye es a Alfred, que farfulla sin mirar a Siegfried: – Liese parira esta noche. Tiene toda la pinta. Siegfried asiente y mira por la ventana hacia el establo. Johannes se levanta pesadamente con la mirada baja. --Me voy. He quedado con unos amigos en la ciudad. --?En moto? --pregunta Marianne, que tambien se pone de pie. --Sentaos. La voz del padre tiene ahora ese deje bajo, amenazador, que me gusta e infunde cierto miedo. A los demas no los asusta. --?No me llevas contigo, Johannes? --le pregunto, clavando la mirada en su cabeza gacha. Sin embargo, el no me mira. Ni responde. Continua de pie y luego sale de la habitacion. En silencio. Una carretera pasa por delante de las dos granjas y dos estrechos caminos conducen hasta las casas. Al otro lado de la carretera, a unos trescientos metros de las fincas, se encuentra el pueblo. La carretera del pueblo esta flanqueada de tilos, que ahora, en junio, exhalan una intensa fragancia. Cerca del puente que cruza el rio se halla el bar, el Linden. Detras se alinean las casas y granjas de menor tamano, correos, el economato y la iglesia dispuestos en circulo alrededor del pequeno lago. Angostas callejuelas serpentean entre las casas y llevan hasta otras casas y granjas. Uno de esos caminos que arrancan del centro del pueblo en forma de haz conduce directamente hasta dos construcciones de cemento alargadas que parecen estar en el campo por error: las oficinas de la cooperativa de produccion agricola local. Y detras, orgullosa, la gran porqueriza comunitaria. Es un pueblo especial. Ni la guerra ni la RDA pudieron con el, como le gusta decir a Frieda. Aparte de algunas casas y la cooperativa no hay muchas cosas nuevas. Algo asi ya no se encuentra a menudo, y los fines de semana viene gente de la ciudad a dar una vuelta. Las gallinas corretean por fuera. Marianne se ha olvidado de encerrarlas en el establo. Frieda se asoma a una de las ventanas de arriba y grita: --!Marianne, vendra el zorro por las gallinas! Despues de veinte anos sigues sin enterarte. Cuando oscurece, hay que meterlas en el establo. El viejo castano proyecta sombras sobre la casa entera pero, segun ha anunciado Siegfried, pronto lo talaran. Quiere plantar uno nuevo; este ha crecido demasiado. Marianne se acerca al final del granero y sigue con la mirada a su hijo, que se marcha estrepitosamente en su MZ negra. Le he cogido una panoleta del armario y me la he echado por los hombros. La observo desde la puerta de casa. --Te queda bien --dice ella cuando vuelve, y anade--: No le pasara nada. Yo no me preocupo. Es ella quien no pegara ojo hasta que su hijo haya regresado. Ultimamente ha habido varios accidentes mortales en la carretera. En uno de ellos murio un amigo de Johannes. Yo estoy tranquila, fumando y echando el humo al aire fresco del campo; despues la ayudo a encerrar las gallinas. Casi es medianoche cuando oigo el petardeo de la moto y luego el motor que se apaga. Las habitaciones de la buhardilla acumulan el calor diurno; me he quitado el vestido de verano y llevo un camison blanco que encontre en uno de los numerosos arcones que hay aqui arriba. Seguro que antes lo usaba Frieda. Si miro por la ventana trasera, ante mis ojos se extienden el paisaje ondulado y el susurrante rio; veo los bosques y el ganado en los pastos. Por la parte delantera diviso la granja y la fronda del castano, que se llena de pajaros; y por el tragaluz, los campos, el redil y la via ferrea hasta la finca de Henner. Hasta que vine aqui no sabia lo bonito que es este paraje. Por el momento, no puedo imaginar un lugar mejor. Sin embargo, ahora es de noche, asi que solo veo a Johannes, que mete la moto en el cobertizo, sale, enciende un cigarrillo y mira hacia arriba. No puede verme. He apagado la luz para no tener que aguantar las aranas que se descuelgan del techo por hilos transparentes. Me dan asco, pero se que a el le parece ridiculo ese miedo infantil mio. Ha estado en la ciudad, con los artistas. Cuando entra en la habitacion, finjo dormir. Se desviste y tira la ropa al suelo de cualquier manera, se cepilla los dientes lo justo, como siempre. Es tarde y manana tendriamos que salir temprano. Volvere a mentir, dire que no tengo clase hasta tercera hora, y asi me quedare en la cama hasta que el vuelva. Johannes esta en ultimo curso; vamos al mismo instituto, el a duodecimo y yo a decimo. Cuando aun vivia con mi madre y mis abuelos, tenia que bajar a diario del monte a la pequena ciudad --tres cuartos de hora de caminata-- y despues coger el autobus para llegar a la capital del distrito. En total tardaba alrededor de una hora y cuarto. La vuelta no era tan rapida, pues era monte arriba.

  • El hombre fetichista de Mimmi Kass

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    Carolina no tiene tiempo para nada, ni siquiera para follar. La realidad le estalla en la cara el dia que su pareja la pone de patitas en la calle tras cuatro anos de relacion.
    Sumergirse en una orgia de compras sin sentido por Madrid parece el remedio perfecto para olvidar que nada va bien en su vida excepto el trabajo, pero el encuentro con un enigmatico desconocido la situara en una morbosa y tentadora encrucijada.
    Martin vive el sexo de una manera muy particular. Ha enfrentado mas de una renuncia por ser fiel a si mismo e intentar ser feliz. Conseguira que Carolina sienta un placer excelso sin ponerle un dedo encima y provocara en ella un anhelo insaciable que buscara mas y mas.
    Juntos disfrutaran de una sensualidad lenta y sofisticada, descubriran facetas y aristas de si mismos que no conocian, y se adentraran en un mundo erotico sin limites.
    No habra vuelta a atras.

  • Las catedrales del cielo de Michel Moutot

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  • Encadenada a mi destino (Guardianes Universales 1) de Kelly Dreams

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    Ella, el alma de un dios hecha carne por una mala jugada del Destino, renacida para hospedar al Libre Albedrio en su interior. Dryah veia como el mundo que habia conocido se habia venido abajo con su despertar, todo su pasado habia quedado anulado y el futuro la condenaba como un ser capaz de destruir el Universo tal y como era conocido, pues ella se habia convertido en la portadora del Libre Albedrio. El, habia sido elegido como Juez Universal, el unico hombre con suficiente poder como para poner de rodillas a los dioses y llevar a cabo los deseos del Universo. Cuando a Shayler le dieron la noticia de que su nueva tarea era llevar a cabo el Antiquerum, el Juicio Supremo, para resolver la inocencia o culpabilidad de la portadora del Libre Albedrio, habia pensado en que seria algo rapido. Llegaria, la veria, la condenaria y podria seguir con su tranquila vida. Pero el no contaba con que su custodio resultara ser la unica mujer que convertia sus suenos en realidad, la unica que estaba destinada a el desde el principio de los tiempos, una mujer cuya unica aspiracion era liberarse de su Juicio y su presencia con la mayor brevedad posible. Sumidos en una carrera contra el tiempo y el Universo, deberan enfrentarse a la mas dificil de las pruebas y evitar que sus corazones se rompan en el proceso.

  • El hombre que miraba al cielo de Hernan Rivera Letelier

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    Fue un lunes de aluminio --los lunes son de aluminio-- cuando la figura del hombre aparecio entre la gente. Se paro en una esquina del paseo Prat, alzo la cabeza y se puso a mirar al cielo. Eso fue todo. Era mediodia. El paseo, como siempre a esa hora, desbordaba de gente y, entre la gente, personajes de todas layas y pelajes hacian su agosto: comerciantes, musicos, malabaristas, pordioseros --cojos, mancos, ciegos--, y mas de algun predicador de Biblia en ristre anunciando el fin de los tiempos tal como se anuncia un espectaculo circense. Ademas, ahora ultimo habian aparecido grupos de personas que se paraban en las esquinas mostrando un letrero: se regalan abrazos. Pocos eran los que se acercaban, la gente parecia temer al abrazo de un desconocido o desconocida, asi tuvieran cara de pan de dios. Sin embargo, nadie podia decir que anunciaba el hombre que aparecio aquel lunes en la esquina mas concurrida del paseo. O que vendia. O que regalaba. Ni siquiera si anunciaba o vendia o regalaba algo. Lo unico que hacia era mirar al cielo. Nada mas. 2 Parado en la esquina, ajeno por completo al trafago de mediodia, el hombre mira hacia lo alto. Al pasar junto a el, los transeuntes alzan la vista de reojo y al no ver nada extrano apuran el tranco y siguen su camino. Algunos se detienen, hacen visera con las manos e inquieren hacia arriba en busca del consabido objeto volante no identificado, pero como el cielo se ve limpio --ni una nubecita exposita dibujando alguna alegoria--, fruncen el ceno y se van haciendo claros gestos de contrariedad. Y estan los que, entre serios y divertidos, terminan por acercarsele con aire condescendiente y le hacen preguntas que el hombre, ensimismado en su afan, no oye o no le interesa responder. Pasado el tiempo que demoraria una predica, cuando ya hay varios con la cabeza levantada al cielo, el hombre baja la suya, se pone las manos en los bolsillos y, tan sosegado como su mirada, echa a andar hasta la otra esquina. 3 La primera vez que vi al hombre parado en mi esquina --la esquina mas preciada por pediguenos y artistas de la calle--, yo me hallaba de rodillas en el pavimento pintando con mis tizas de colores. Pintaba el barco pirata. Pintaba y silbaba. Los ovolos esa manana habian sido escasos y yo, sin alzar la cabeza del dibujo, me demoraba en la calavera y los huesos cruzados, detalle que siempre dejaba para el final. Penelope tejiendo y destejiendo, me tardaba todo lo que podia en espera de oir el sonido de las monedas al caer en el tarro. Ese primer dia no hice mucho caso del hombre que miraba al cielo. En verdad no le hice nada de caso. Apenas levante un tanto la vista para verificar que no venia ningun avion en llamas cayendo sobre mi cabeza y segui coloreando. El segundo dia, un martes de plomo --los martes son de plomo--, deje de lado un momento mi dibujo despues de guardar las pocas monedas depositadas en el tarro, y me acerque a fisgonear que carajo era lo que miraba el hombre. Junto a varias personas que habia en torno a el escudrinando las alturas, levante la vista y escrute un buen rato la lonja azul sobre mi cabeza. No se veia nada. Ni un miserable jote rayando la pizarra del cielo. Otro cristiano tan loco como yo, me dije. Y segui coloreando mi papagayo. 4 El hombre, alto y flaco, pelo blanco ceniza peinado hacia atras, lucia una hirsuta barba de quince o mas dias, tambien blanca ceniza. Su cara era alargada, como la de los caballos. Si se tuviera que adivinar su edad, se tendria que decir que estaba entre los sesenta y la eternidad. Vestia un terno a rayas, roido y anacronico, y una despercudida camisa blanca abrochada hasta el ultimo boton. En vez de corbata, llevaba un panuelo negro anudado al cuello, de esos que se usaban antes para guardar luto. El cuero de sus zapatos gastados aun guardaba un unto del color bayo con el que alguna vez brillaron. Parecia enfermo. Tenia la piel reseca y pegada al hueso. Sin embargo, lo que llamaba la atencion no era su aspecto fisico sino su actitud de suave mansedumbre. Y sus ojos color de agua limpia, que parecian lo unico vivo de su rostro. 5 Era diciembre del 2015. El mundo aun se conmovia por el ataque terrorista en Paris. En Chile se habia descubierto otro foco de corrupcion a nivel gubernamental (la metastasis de este cancer alcanzaba a la politica, al comercio, al empresariado, al gobierno, al ejercito, a la iglesia y ahora al futbol). No hay para donde arrancar, decia la gente, y aqui en Antofagasta seguian muriendo personas a causa del arsenico en el agua y del concentrado de cobre en el aire. Al tercer dia de ver al hombre mirando al cielo, un miercoles de bronce --los miercoles son de bronce--, una idea chispeo en mi mente, una idea que quiso ser metafisica y apenas quedo en perogrullada: si el hombre y yo estabamos locos, nuestras locuras eran directamente opuestas; el, con su actitud, hacia a la gente mirar para arriba; yo, con mis tizas, los hacia mirar hacia abajo. Lo mio era terrenal, lo suyo celestial. Lo mio costaba algunas monedas, lo suyo era gratis. Eso era lo otro extrano en el hombre, no mendigaba. No estiraba la mano ni tenia receptaculo alguno --sombrero, tarro, caja-- para recibir ninguna clase de ovolo. A veces algun paseante de buen corazon le ponia un billete en el bolsillo de su paleto oscuro; luego venia otro, le metia la mano y se lo birlaba. El parecia no darse cuenta de nada. O de verdad el dinero le importaba un carajo. Tampoco le preocupaba la aparicion de inspectores municipales o de carabineros. No anunciaba ni vendia ni regalaba nada. Por lo mismo, no tenia que andar arrancando como ocurria con artistas y comerciantes ambulantes. Incluidos yo y mi amiga, la Saltimbanqui. 6 A mediodia del jueves --los jueves tienen el brillo metalico del acero--, cuando el hombre llego a la esquina, yo coloreaba el cuadro que mas monedas me daba, La Virgen y el nino. Como siempre, esperando mas contribuciones, me regodeaba en delinear, borrar y volver a delinear los pliegues de la panoleta de la Virgen cayendo virtuosamente sobre sus hombros. El ruido intermitente de las monedas en mi tarro eran como palmaditas en el hombro: Te esta quedando bien, muchacho. Tres dibujos agotaban mi repertorio: el barco pirata. el papagayo. la Virgen y el nino. Yo no era Kurt Wenner, el padre de la pintura con tiza en el pavimento. Mis pinturas --mas bien mis dibujos-- no eran tridimensionales ni contenian critica social alguna; en verdad no le llegaban ni a los talones a las del artista norteamericano. Lo mio era la escritura, pero nadie lo sabia. Los dibujos solo me daban de comer. Mientras rayaba el pavimento sin levantar la cabeza, silbando bajito como los pajaros, mi concentracion estaba en el argumento de mi futura novela, obra que --sueno de todo escritor-- cambiaria la historia de la literatura universal. En menos de diez minutos, el Mirador, como habia comenzado a llamarlo la gente, logro juntar alrededor suyo a una decena de personas que miraban hacia lo alto con uncion de acolitos. Como esperando la segunda venida de Cristo, me dije pensativo. Ese dia, casi sin notarlo, presa de una curiosidad urgente, di por terminada mi obra, recogi las monedas, guarde mis tizas y me puse a esperar. A esperar que bajara la vista. Cuando lo hizo y echo a andar sin decir nada a nadie, sin responder ninguna pregunta, lo segui. El anciano, con pasos despaciosos, camino hasta la esquina siguiente y, alli, igual que en la anterior, sin decir esta boca es mia, alzo la vista y se quedo mirando hacia arriba.

  • La puerta de Abadon (The Expanse 3) de James S. A. Corey

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    La tercera parte de <>, la saga superventas de The New York Times en que se basa la exitosa serie de television homonima producida por Syfy y emitida en Netflix.

  • El Libro de Las Palabras Perdidas de Daniel Caet

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    Londres, 1880. Anna Parr es una joven viuda con un don muy especial, la habilidad para ver a los muertos. Intentando ignorar su peculiaridad, Anna se esfuerza por encontrar medios para mantener la vida independiente que siempre ha deseado. Pero sus planes se ven trastocados cuando recibe la inesperada visita de un detective de Scotland Yard que solicita su ayuda para intentar solventar el caso de la sangrienta muerte de una mujer.
    Llevada por un impulso, Anna decide aceptar y la busqueda de una forma de parar al terrible asesino antes de que acabe con la vida de nuevas victimas, le hara recorrer los rincones mas oscuros de Londres y poner su propia existencia y muchas otras en peligro.
    A medida que se adentre mas y mas en el misterio que la rodea, Anna se vera obligada viajar hasta la antigua India con la unica finalidad de enfrentarse a un mal tan antiguo como el mundo y a un misterio que tiene su raiz en el mismo origen del hombre.

  • Ebola de David Quammen

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    Durante la primavera y el verano de 2014, el mundo vio con preocupacion, horrorosa fascinacion, compasion y no poco temor el brote de la enfermedad del virus del ebola (EVD, por sus siglas en ingles) que poco a poco se extendio hacia el oeste de Africa, especificamente entre los problematicos paises de Guinea, Liberia y Sierra Leona, y que despues dio un salto desconcertante, por avion, hacia Nigeria. El virus se mantuvo latente por meses; sus victimas mortales se contaban por docenas, hasta que finalmente exploto sin control en el mes de agosto de ese ano y empezo a contarse semana tras semana en cientos el numero de los muertos. Se convirtio en el peor brote en la historia de esta peculiar y desconcertante enfermedad. La historia del brote de 2014 fue tan impresionantemente horrible que competia por los encabezados periodisticos con los eventos en Siria, Ucrania y la Franja de Gaza. Sin embargo, las implicaciones de un virus como el del ebola son muy distintas a las de los mas terribles eventos politicos y belicos, al punto de resultar inexplicables, espeluznantes. Para empezar, el virus del ebola es invisible, excepto, claro, cuando se mira a traves de un microscopio electronico, o por sus fascinantes efectos patogenos. Es impersonal. Es apolitico. Pareciera tener la misma fuerza destructiva de la decima plaga de Egipto de la que nos habla el Exodo: la infligida por el angel de la muerte. Esta ultima impresion puede ser enganosa. El virus del ebola no es el angel de la muerte. A pesar del desconcierto que provoca, no es un evento sobrenatural: es solo un virus; uno que, sin llamar la atencion y en cualquier lugar, se vuelve infernalmente destructivo cuando infecta el cuerpo humano. Cada nuevo brote de una enfermedad infecciosa, incluido el ebola, comienza con una historia misteriosa. Los misterios son varios: ?cual es la causa de esa explosion repentina de miseria y muerte? Si es un virus, ?de que tipo? ?Alguna vez la ciencia ha visto algo similar? ?De donde viene? Si cada virus debe permanecer en un ser vivo para sobrevivir y reproducirse con el tiempo, ?de que creatura hablamos? ?Como es que ese virus se transmite a los seres humanos? ?Puede este nuevo virus ser controlado? ?Puede ser combatido con tratamientos farmaceuticos o vacunas? ?Puede ser detenido? ?O este brote se convertira en The Next Big One, 1 una pandemia de dimensiones catastroficas, destinada a barrer y matar a un numero considerable de la poblacion mundial, como la peste negra en el siglo XIV o la epidemia de influenza de 1918? Poca gente sabe que tanto los cientificos especializados en enfermedades como los funcionarios de salud son investigadores intrepidos, al estilo de los detectives ficticios Sam Spades, Philip Marlows y la superintendente de policia Jane Tennison, quienes mostraron su valor para encarar estas incognitas. En el caso del virus del ebola, ellos han podido responder algunas preguntas pero no todas. Este libro se basa en otro mio, publicado en 2012: Spillover, 2 mismo que es adaptado con algunas reflexiones y material nuevo; es un intento para entender el brote del virus del ebola acaecido en el oeste de Africa en 2014, asi como el que posteriormente estallo en la Republica Democratica del Congo, en un contexto general que haga sentido de estos misterios y sea una alternativa a las, hasta ahora, respuestas parciales. Mi aportacion es meramente una perspectiva mas a la historia y la ciencia del ebola, y en cierto modo personal, pues es fruto de los viajes que he podido auspiciar con mis modestos recursos por el habitat del ebola, asi como de la casualidad de haberme encontrado en la selva con dos hombres que habian visto lo peor del virus: como mataba a sus amigos y a sus seres queridos (para ser claro: yo nunca he pasado por una experiencia tan desgarradora como esa, ni he viajado al oeste de Africa en el momento de un brote con la intencion de observar o informarme sobre el mismo). Tambien incluyo algunas reflexiones sobre el virus de Marburgo, por dos razones: porque el tema esta estrechamente vinculado con el virus del ebola, pues dicho virus pertenece a la misma familia de los filovirus, y porque algunas cuestiones importantes que permanecen sin respuesta acerca del virus han sido resueltas, como se vera, por lo que se conoce de Marburgo, a traves de valiosas (aunque precavidas) conclusiones utiles para entender esta terrible enfermedad. El virus del ebola ha sido sobre todo una calamidad africana (hasta cierto punto), y aunque es un fenomeno unico, no es una anomalia, mas bien representa un episodio especialmente dramatico de un fenomeno global. Todo viene de alguna parte, y las nuevas como extranas enfermedades infecciosas que emergen abruptamente entre los seres humanos provienen principalmente de animales no humanos. La enfermedad puede ser causada por un virus, una bacteria, un protozoario o algun bicho peligroso. Ese bicho puede vivir, sin llamar la atencion, oculto en un tipo de roedor, murcielago, ave, mono o simio. Si pasara por algun accidente del animal que le sirve de escondite a su primera victima humana, podria encontrar las condiciones propicias; podria reproducirse agresiva y abundantemente; podria causar alguna enfermedad, incluso la muerte, y, mientras tanto, podria pasar de su primera victima humana a otras. Hay una palabra elegante para este fenomeno, utilizada por cientificos estudiosos de las enfermedades infecciosas desde una perspectiva ecologica: zoonosis. Si bien la zoonosis es un termino ligeramente tecnico, extrano para la mayoria de las personas, ayuda a esclarecer la complejidad biologica de la gripe porcina, la gripe aviar, el sindrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en ingles), el virus del Nilo occidental, entre otras enfermedades emergentes; enfermedades que tienen en comun pertenecer a la familia de las zoonosis y que amenazan con ser una pandemia global. Este enfoque ayuda a comprender por que la ciencia medica y las campanas publicas de salud han podido combatir algunas de las enfermedades mas aterradoras, como la viruela y la polio, pero son incapaces para contrarrestar otras, como el dengue o la fiebre amarilla. La zoonosis es la palabra del futuro, destinada a un uso intenso en el siglo XXI; se refiere a la infeccion animal transmisible a los seres humanos. Tanto la peste bubonica como las distintas cepas de la influenza son zoonosis. Tambien la viruela de los monos, la tuberculosis bovina, la enfermedad de Lyme, el virus de Marburgo, la rabia, el sindrome pulmonar por hantavirus (HPS, por sus siglas en ingles), la extrana afeccion de nombre Nipah, que ha matado a cerdos y a granjeros en Malasia, y ademas a algunas personas en Bangladesh que bebian de la savia caduca de una palmera (contaminada con este virus por las heces de ciertos murcielagos). Cada una de estas enfermedades refleja la accion de un patogeno que puede cruzar de otras especies a las personas. Esta forma de salto entre especies es comun, no rara; asi, actualmente se sabe que cerca de 60 por ciento de estas enfermedades infecciosas de igual manera pasan rutinariamente o han pasado recientemente entre animales no humanos y humanos. Algunas de ellas --principalmente la rabia-- son conocidas, se han esparcido y siguen siendo letales, al grado de que han matado a miles de personas a pesar de los cientos de esfuerzos concertados internacionalmente para erradicarlas o controlarlas, y del conocimiento preclaro de la ciencia sobre como actuan. Otras enfermedades de este tipo son inexplicablemente esporadicas; estas son responsables de varias muertes o de algunos cientos de muertes en aquel lugar o en otro, para luego desaparecer por anos. La viruela, para tomar un contraejemplo, no pertenece al grupo de las zoonosis; es causada por el virus variola, que bajo condiciones naturales infecta solo a seres humanos. Esto ayuda a explicar por que la campana global promovida en 1980 por la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) para combatir la viruela fue exitosa. Esta enfermedad puede ser erradicada porque ese virus no tiene la capacidad para sobrevivir y reproducirse en cualquier lugar, excepto en el cuerpo humano o en un espacio controlado como un laboratorio, donde no se puede esconder. En cambio, los patogenos zoonoticos si lo hacen. Esa propiedad de esconderse los vuelve al mismo tiempo tan interesantes, complicados y problematicos. Estos patogenos, por supuesto, no se esconden conscientemente. Encuentran las condiciones propicias para vivir y propagarse como lo hacen solo porque en el pasado, y por casualidad, hallaron esas condiciones dada su flexibilidad para habituarse al ambiente idoneo para sobrevivir y reproducirse. Como en la mas fria logica darwiniana de la seleccion natural, la evolucion convierte a la casualidad en estrategia. La estrategia menos evidente de estos patogenos es acechar desde lo que se conoce como huesped reservorio, es decir, la especie portadora del patogeno, que lo alberga cronicamente mientras lo padece, aunque puede sufrir poco o no la enfermedad. Cuando una enfermedad parece desaparecer entre sus brotes, el agente que la causo debe irse a algun lugar, ?no es asi? Tal vez se esfuma por completo de la Tierra, aunque es poco probable que asi sea. Quiza se extinga por completo de una region y reaparezca cuando los vientos y el destino la traigan de nuevo de vuelta en algun otro lugar. O tal vez permanece cerca, por todas partes, escondido dentro de algun huesped reservorio. ?Un roedor? ?Un ave? ?Una mariposa? ?Un murcielago? Para que el virus pase inadvertido dentro de un huesped reservorio es probablemente mas facil que lo haga en cualquier sitio donde la diversidad biologica sea alta y el ecosistema sea relativamente tranquilo. Lo contrario tambien es cierto: un ecosistema perturbado es un buen caldo de cultivo para que las enfermedades aparezcan. Sacude un arbol y muchas cosas caeran. Caza un murcielago para comer, y podrias atrapar algo mas. Mata un chimpance para alimentar a tu familia y a tu aldea, y quien sabe que horripilantes sorpresas podrian aparecer. Existe un termino para designar al acontecimiento de transmision, cuando un patogeno pasa de una especie de huesped a otro: lo llamamos derrame. 3 Ahora que estamos familiarizados con los conceptos basicos, este es el punto de partida que seguiremos a lo largo de la obra: el ebola es una zoonosis. 1 El autor hace un simil con el hipotetico temblor (The Next Big One) de ocho grados de magnitud que se supone ocurrira en la Falla de San Andres. [Nota del T.] 2 David Quammen, Spillover: Animal Infections and the Next Human Pandemic, W. W. Norton, 2012 3 Del ingles spillover. [Nota del T.] 1 A lo largo del curso superior del rio Ivindo, al noreste de Gabon, cerca de la frontera con la Republica del Congo, yace una pequena aldea llamada Mayibout 2. Se trata de una especie de asentamiento satelite ubicado a 1. 6 kilometros rio arriba de su homonima: la aldea Mayibout. En febrero de 1996 esta comunidad fue azotada por una cadena de eventos terribles y desconcertantes: 18 personas enfermaron repentinamente luego de que participaron en el sacrificio de un chimpance.

  • El Lado Peligroso de Jude de Nicole Williams

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    Lucy desea a Jude mas que a nada en este mundo, pero sabe que el amor es un juego peligroso... y dejarse llevar puede salirle caro. Jude Ryder atrae siempre todas las miradas. Es guapo, insolente, atrevido... y desde que esta con Lucy exhibe una sonrisa que quita el hipo. Pero, aunque estan mas enamorados que nunca, ella no lo tiene claro. Por un lado, Jude siempre ha sido un rompecorazones, magnetico para todas las chicas. Y por otro, ahora se encuentran a mas de cuatro horas de distancia: ella en una exclusiva escuela de danza y el en una buena universidad gracias al futbol americano. Y, por si esto no fuera suficiente, Lucy ha descubierto que alli es tradicion que cada jugador tenga una <> animadora, y la de Jude alberga intenciones muy poco fraternales...

  • Te di mi palabra de Concepcion Revuelta

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  • Torrijos Parador de Helena Acosta

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    En pleno siglo de Oro Espanol, en un parador de Toledo, un muchacho al que apodan El Pequeno se cuela por los rincones y recorre los pasillos para luego sentarse a la mesa de la cocina y deleitar a los sirvientes con sus historias. Nada escapa a la mirada curiosa del Pequeno, y menos cuando se trata de los devaneos y amorios prohibidos de los nobles senores ahi alojados. Esta obra es un compendio de alguno de esos relatos, que te transportaran a un mundo lleno de erotismo y sensualidad en las postrimerias del siglo XVI.

  • Beauty Too (2a parte), Susana Rubio Girona de Susana Rubio Girona

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  • Mi corazon en las Highlands de Sarah Rusell

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    Los nervios se apoderaron de mi cuando el taxi me dejo en la puerta de entrada a la finca del senor Athol. Eran las diez de la noche de un frio viernes de septiembre. Trate de calmarme contando mentalmente, respirando hondo, necesitaba estar tranquila. El conductor del taxi saco las tres maletas que llevaba con todo lo que poseia hasta el momento, no habia mas, tampoco me hacia falta. Todo cuanto habia tenido lo perdi, o quise perderlo, puesto que aqui no iba a necesitar nada. Lo unico que podria haberme servido era la casa donde vivia, pero era de alquiler asi que la deje, no la echaria tanto de menos. --Muchas gracias. Que pases un buen dia --sonrei mientras asentia con la cabeza a modo de despedida. --Mucha suerte en tu nueva vida en Inverness --levanto la mano antes de montarse en el coche. Me habia traido desde Edimburgo, le habia contado por el camino que venia como interna para hacer de ninera de los hijos del senor de la casa, por eso me deseaba suerte, se le veia un buen hombre. Llame al timbre y unos minutos despues salio a abrir un hombre de unos cincuenta anos. Era moreno, con alguna que otra cana salpicada discretamente, con una calida mirada de ojos verde oscuro y alto, bastante alto. --Buenos dias, soy Cailen. Usted debe de ser Cinnia --se presento mientras extendia la mano. --Hola, si, soy Cinnia --sonrei aceptando y estrechando su mano como una vez me dijo mi padre, mostrando fuerza y seguridad. --Me veras siempre por aqui, soy el hombre de confianza de Athol y su mano derecha. Asenti y le vi coger las dos maletas mas grandes, me hizo un gesto para que pasara, cogi la otra y lo segui hasta la casa. El jardin delantero era una pasada, con un camino de piedras muy bonito y a los lados unos jardines, uno con un parque infantil de madera y el otro, un merendero con una gran mesa dentro, tambien de madera, que era una preciosidad. --Dallis, ella es Cinnia --dijo a una mujer con un uniforme del servicio en color negro que pasaba por alli en ese momento. --Hola, encantada --me sonrio haciendo un gesto para que la siguieramos. --Hola, igualmente --dije cuando ya se habia girado y caminaba hacia el fondo del pasillo de la izquierda. Al pasar vi un marco con una foto de la que supuse era Alis, la mujer de Athol. Era una preciosa mujer de cabello castano y ojos marrones con la sonrisa mas sincera que habia visto nunca. Ella murio de leucemia hacia dos anos dejando a sus dos hijos, con tan solo tres anos, a cargo de su marido, esto lo supe por el amigo que me ayudo a conseguir este empleo. --Esta es tu habitacion --Dallis abrio una puerta y ambos me hicieron un gesto para que entrara, ella desde dentro y Cailen a mi lado. El, entro tras de mi con las maletas, que puso a un lado. --Buenas noches, Cinnia --se despidio Cailen. --Como ves --dijo Dallis de nuevo--, tiene un pequeno aseo con ducha y las vistas a la parte trasera --mire y se veia otro precioso jardin de lo mas cuidado, lleno de mesas de madera repartidas por la zona y una gran barbacoa de piedra ademas de un horno de lena, era una pasada. --Gracias, Dallis. --Cualquier cosa que necesites, solo me lo tienes que decir. En la mesita de noche tienes un sandwich con un vaso de caldo para cenar que Colina, la cocinera de la casa, te acaba de dejar cuando escucho el timbre de la puerta --me hizo un guino y salio cerrando, dejandome a solas en la que ya era mi nueva habitacion. Dallis parecia una buena mujer, tendria unos cuarenta y tantos anos, era pelirroja, con los ojos verde claro y una sonrisa afable. Se la veia simpatica, al igual que a Cailen, y esperaba que asi fuera el resto del servicio. El dormitorio tenia todos los muebles en madera de roble y estaba compuesto por una comoda con cajones, dos mesitas de noche con una cama grande en medio y un armario empotrado en la pared de entrada. La ropa de cama y las cortinas eran blancas, igual que las paredes, dando algo mas de amplitud a la estancia. Comence a guardar toda mi ropa, repartida entre el armario y los cajones de la comoda donde deje tambien algunos objetos personales, como la foto de mi padre fallecido un ano antes tras no superar su batalla contra el cancer. Pase la mano por esa foto, la ultima que quiso que le sacara ya que dijo que se veia bien, pero un par de meses despues empezo a empeorar, no se encontraba con animo para mas retratos y dijo que queria que le recordara asi, con esa sonrisa y el brillo de vitalidad en los ojos. Se me escapo una lagrima que seque rapidamente. Tuvimos que vender la casa familiar para pagar esa primera parte de tratamiento, era apenas un piso pequeno en el que vivimos mis padres y yo desde que ellos se casaron, pero hubo que desprenderse de todos esos recuerdos. A mi madre la habiamos perdido mucho tiempo atras, asi que no vio el sufrimiento por el que paso el hombre al que tanto amaba. Tras la venta de nuestro hogar mi padre y yo nos fuimos a un pequeno estudio de alquiler que encontramos muy economico y amueblado, no era nada del otro mundo, pero al menos saliamos adelante con el sueldo que yo ganaba trabajando en una guarderia de lunes a sabado por las mananas. Incluso alguna que otra tarde hacia horas extras encargandome de los ninos que tenian que quedarse si sus padres iban a retrasarse en sus trabajos. Me comi el sandwich y me tome el caldo, tenia un poco de hambre y me parecio que ese habia sido todo un detalle por su parte, ya que alli cenaban mas temprano, pero llegar y tener algo calentito que llevarme al estomago era de agradecer. Las vistas desde mi ventana me gustaban, ese jardin trasero me daba mucha paz, no es que fueran unos terrenos grandes ni nada, debia tener en total unos mil metros delante de la casa y dos mil detras, pero todo muy bonito y cuidado. Dieron dos golpes en la puerta y fui a abrir. Alli me encontre con Athol, mi jefe. Sabia quien era por algunas fotos en las que le vi alguna vez, ya que solo habia hablado con el por telefono. Alto, rubio, con unos increibles ojos azules y que aun no llegaba a los cincuenta, por lo que sabia. Iba vestido con vaqueros, un jersey y deportivas. --Hola, soy Athol --extendio su mano con una media sonrisa. --Hola, encantada --dije dandole el mismo apreton de mano que a Cailen. Ante todo, que no me notaran con miedo, que esa era muy mala impresion en un primer dia de trabajo. --?Todo bien? --pregunto echando un vistazo discretamente al dormitorio. --Perfecto --sonrei. --Pedi que te dejaran algo de cena rapida.

  • El amanecer de tu sonrisa de Inma Cerezo

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    Un ranchero empenado en olvidar.

  • Lacombe Lucien de Louis Malle , Patrick Modiano

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    Junio de 1944, Francia sigue ocupada por los alemanes. El joven campesino Lucien Lacombe, cuyo padre esta prisionero en Alemania, intenta ingresar en la Resistencia, pero es rechazado por un cabecilla local. Cuando poco despues lo detiene la Gestapo, denuncia a la persona con la que habia contactado y los invasores no tardaran en reclutarlo. Ajeno a debates morales, no le hara ascos al uso de la violencia si eso le ayuda a sobrevivir. Pero su vida dara un nuevo vuelco cuando inicie una relacion sentimental con la hija de un sastre judio…

  • Mi error fue amar al principe. Parte 1 de Moruena Estringana

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    PARTE I

  • Hombres Equivocados de Clara Montecarlo

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    El Montanero: Romance, Erotica y Segunda Oportunidad con el Viudo
    Adam Murphy.
    Viudo. Guardabosques. Montanero.
    Lobo solitario. Depresivo. Amargado.
    Ese era yo, solo en mi montana.

  • Un pequeno error de Noa Xireau

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  • La distancia es un cafe (Coffee Love 3), Xuso Jones de Xuso Jones

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    La distancia es un cafe es el desenlace de <>, la trilogia de comedia romantica con la que el cantante Xuso Jones triunfa en el mundo literario.

  • El refugio de Mick Kitson

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    Sal ha estado planeando la fuga durante casi un ano. Ha leido una guia de supervivencia de cabo a rabo y ha mirado un monton de videos de YouTube. Ha sustraido un mapa de la agencia cartografica nacional. Ha robado varias tarjetas de credito y ha comprado una brujula, un cuchillo de montana, un par de impermeables y un kit de primeros auxilios. Y ahora esta preparada. Sabe muchas cosas: como construir un refugio y encender un fuego, como calcular distancias, como cazar conejos y disparar una pistola de aire comprimido. Pero sobre todo, sabe como proteger a su hermana de diez anos, Peppa.

  • Una vida entre guerras de Miguel Angel De La Iglesia Garrido

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    Francia 1917, en plena guerra, un nino se queda huerfano a pronta edad. Se vera obligado a vivir con el unico familiar que le queda, un empresario aleman con unas enormes ansias de poder y secretos inconfesables. Crecera dando tumbos, hasta que el nazismo emergente le atrapa. Envidia, egoismo, soledad y traicion conviven cada dia, hasta que conoce a Marie, momento en que se enfrentara a todo lo que habia dado sentido a su vida hasta entonces. Un amor imposible que le lleva a la locura. Descubrira como las decisiones que toma, afectan irremediablemente, a los que le rodean y sus errores lo perseguiran el resto de su vida.

  • Lo que me haces sentir de Eli Jane Foster

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    Marlena llevaba una vida muy ordenada y habia llegado a lo mas alto en su carrera. Era el momento de comprar su primera casa y un loft en el Soho era lo que mas la convencia. Nada de paredes y mucho espacio. Pero igual deberia haberselo pensado mejor al ver a su vecino de enfrente a traves del ventanal, porque su mirada la ponia realmente nerviosa y ella jamas perdia lo nervios.

  • PROMESAS DE AMOR CUMPLIDAS de Claudia Velasco

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    PROMESAS DE AMOR CUMPLIDAS, segundo libro de la Saga Lancaster, cumple diez anos y lo celebramos con una nueva edicion revisada y actualizada.
    “Despues del exito de El medallon de los Lancaster, primer libro de la serie Lancaster, Claudia Velasco vuelve a unir los destinos de los Forterque-Hamilton y los Lancaster y nos entrega el segundo libro de la saga, Promesas de amor cumplidas, donde conoceremos una nueva y apasionante historia de amor y donde nos reencontramos con Elizabeth y William Forterque-Hamilton, los grandes protagonistas de esta Saga en la que un apasionante viaje en el tiempo nos lleva a la Inglaterra de Enrique VIII.
    Filadelfia, 1920. Madeleine McDonaldson, hija de una acaudalada familia, suena con poder cambiar su destino, esta en contra de las costumbres de su tiempo y se resiste a contraer matrimonio con el hombre que su madre ha elegido para ella. Todos en su familia la ven apenas como a una muchacha confundida por su juventud y cegada por las nuevas ideas que se propagan en la epoca. Cuando la fecha de la boda se vuelve inminente, Madeleine ve como ultimo e improbable recurso para escapar un medallon que ha estado en su familia durante generaciones y del que, dicen, contiene el secreto para viajar en el tiempo.
    Condado de Berkshire, 1537, mientras William Forterque-Hamilton, el respetado duque de Forterque, pena por la ausencia de su esposa Elizabeth, su hermano James, un oficial del ejercito de su Majestad britanica, temido y respetado, se ve sorprendido por la aparicion en sus tierras de una joven misteriosa, que no solo llegara a su condado con las pruebas de un complot para asesinarlo, sino que tambien desatara a su alrededor una gran aventura que los llevara a conocer el amor y una enorme pasion que transformara sus vidas para siempre.

  • Me haces falta de Freya Asgard

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    Luego de la muerte de Teresa, el amor de su vida, Marcos debe seguir adelante, pues no esta solo, ahora tiene un hijo que criar. A pesar del trabajo duro, el dolor parece no menguar; sin embargo, la vida siempre da nuevas oportunidades y, en este caso, puede estar mas cerca de los que sus ojos le permiten ver.
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    Maybe Albornoz es una tipica chica de ciudad que llega a "El Terrano", la hacienda del abuelo de Victoria, cunada de Marcos, mientras huye del novio de su mejor amiga, un hombre golpeador que la amenaza por entrometerse en su relacion, por lo que debe quedarse en el fundo. Esto provoca en ella dudas y molestia, pues vivir en el campo y enamorarse, sobre todo de un hombre como Marcos; no esta en sus planes.
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    ?Podra Marcos dejar el sufrimiento atras y encontrar la paz y el amor? ?Maybe dejara su estructurada vida para aceptar que no siempre todo se puede planear?

  • Rescatame (Siempre te Amare 1) de Lorena Salaz

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    Emma es una chica que ama profundamente a su familia a la cual esta muy unida. Su hermana y sus padres son parte fundamental de su vida.

  • Desatame 2 de Christina Ross

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    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • Ya no se quien eres de Ali Knight

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    La noche en que su marido llega a casa, borracho y cubierto de sangre, la vida perfecta de Kate Forman cambiara para siempre.

  • Donde vuelan las mariposas de Andrea Adrich

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    DONDE VUELAN LAS MARIPOSAS, es el primer libro de la serie Hermanos Montenegro, compuesta por EN EL OTRO LADO DEL CORAZON 1 Y 2 y MI SABOR PREFERIDO ERES TU, a la venta en Amazon. Todos son libros INDEPENDIENTES y se pueden leer sin haber leido el resto.

  • Todos los pajaros cantan de Evie Wyld

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    Los secretos del pasado nunca nos abandonan Jake es una mujer hurana que vive recluida en una vieja granja en una isla del Reino Unido junto a su perro collie y sus ovejas. Un dia, estas empiezan a aparecer muertas. Nadie sabe que esta pasando, aunque Jake esta convencida de que todo es obra de una bestia misteriosa que merodea por la isla. Poco a poco, el lector descubrira todos los secretos de Jake, que se ha refugiado en la isla para escapar de su turbulento pasado en Australia, donde dejo atras enemigos y fantasmas. El misterio y la naturaleza palpitan en esta tensa narracion sobre la busqueda de la redencion en una intriga magistralmente trabada. Evie Wyld es una de las mejores autoras jovenes segun la revista Granta.

  • La ayudante perfecta de Sophie Saint Rose

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    Sienna esta acostumbrada a su jefe y no le sorprendia su mal humor en absoluto. Era algo tan habitual en el que no le afectaba. Lo que si la afectaba esa era atraccion que Matthew parecia sentir por ella recientemente y la tension de una demanda contra la empresa no ayudaba en absoluto…

  • La Amante Robada Del Jeque de Jessica Brooke

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    Amy Monroe sonrio al mirar la postal enviada por su hermana, Alexis. Aproximadamente dos anos atras, su hermana habia sido secuestrada por el jeque Farzad Yassin y ahora era su jequesa. En la foto que le habia enviado, estaban ella y su hijo, Farid, jugando en los vastos jardines de su palacio. Era una imagen adorable y aunque al principio Amy no se habia sentido emocionada con el nuevo rumbo que habia tomado la vida de su hermana, ahora estaba contenta. Este tipo de felicidad no se puede fingir y, ademas, Farid era realmente el nino mas mono que nunca hubiera conocido. Una parte de ella estaba muy celosa de su hermana, que habia encontrado a alguien, aunque hubiera sido practicamente de la forma menos convencional posible. Y si, una parte de Amy tambien se preocupaba porque Alexis practicamente habia arruinado su carrera de abogada por un romance, pero en todo el tiempo que habian vivido juntas, nunca habia visto a su hermana sonreir tanto. Suspirando, dejo la postal y las fotos que la acompanaban y se dirigio a su armario. Buscando torpemente en su interior, se puso el omnipresente conjunto de pantalones negros y camiseta y se paso los dedos por su cabello negro, que llevaba corto y despuntado. No ere su color natural y, en los ultimos tiempos, se habia sentido tentada de hacerse mechas de color azul medianoche o moradas. Trabajaba en una cafeteria proxima al campus de la Universidad de Boston. Probablemente, esto le hacia sentirse mas cerca de formar parte de la contracultura del campus. Poniendose una diadema para sujetar su pelo corto hacia atras, Amy cogio su bolso y corrio hacia la puerta. Iba a ser una larga noche, puesto que tenia el ultimo turno y la cafeteria se cerraba a la una de la madrugada. Siendo un pequeno negocio familiar, se habia hecho todo lo posible que Lem's pudiera obtener el permiso para vender alcohol. Puesto que podian convertir un cafe en cafe irlandes y tenia una lista habitual de bandas de garaje locales y bandas universitarias que tocaban alli, siempre abrian hasta tarde por la noche. Aun asi, Amy lo preferia. Era horrible levantarse antes de que amaneciera, especialmente en los interminables inviernos de Boston. Teoricamente, despues de graduarse, habia ido alli a intentar estudiar un Master en Bellas Artes, en Escritura Creativa. Lo dejo poco despues y se dio cuenta de que, a pesar de que tenia mucha ambicion, ahora mismo lo unico que parecia encajar con su actitud general y su hastio, era servir cafe con muf ins. No era exactamente donde habia pensado que estaria a los veintitres. Cono, fuera de bromas, teniendo en cuenta que dos amigas de su circulo mas intimo eran literalmente reinas de sus propios paises, realmente parecia una vaga. No es que lo fuera exactamente, pero se sentia como si hubiera metido la pata, ya que no tenia ni idea de que se suponia que iba a hacer con su vida o, incluso, que era lo que queria hacer. Claramente, servir cafe mezclado con licor a companeros de estudios borrachos no era lo que queria, pero era lo mejor que podia hacer por el momento. Se acercaba el final de su turno. Era jueves, lo que significaba que no habia bandas tocando (eran los especiales de las noches de los viernes y los sabados) y estaban al inicio del semestre. La gente no estaba lo bastante desesperada todavia para estar tecleando energicamente sus trabajos trimestrales con su sexta taza de cafe. Lo estarian. Coger un buen sitio cerca de una salida en Lem's, en epoca de finales podia convertirse en una competicion sangrienta. Sin embargo era una noche tranquila y, excepto dos clientes habituales sentados en la parte de atras leyendo novelas rusas del tamano de un maldito sujeta-puertas, estaba sola por lo que se puso fregar, restregando el fregadero y la maquina de capuchinos. Al menos, habia estado sola. Veinte minutos antes de la hora de cerrar, el hombre mas guapo que nunca habia visto entro en la cafeteria. Era alto, media mas de un metro ochenta, de hombros anchos y tez morena, olivacea. Sus ojos eran un sorprendente y profundo tono verde jade y llevaba la barba muy recortada. El unico de sus rasgos que podia "estropearle" era una cicatriz cerca de su ceja izquierda, pero, en realidad, estaba segura de que podria hacer volverse a cualquier chica entusiasta. Cuentale la historia de la "herida de guerra" y acabara siendo incluso mas encantador que al principio. Cono, si solo sus ojos eran suficiente para que Amy se perdiera en ellos. "?Como puedo ayudarle?" pregunto ella. "Dvar," dijo el, sonriendo y leyendo despues su identificacion. "Y tu eres Amy." "Asi que, ya sabemos que sabes leer, genial. Entonces, puedes elegir lo que necesites." "?Y que pasa si lo que necesito eres tu?" Ella se sonrojo y se le pusieron los ojos en blanco. No habia tenido una cita desde hacia mucho tiempo. No era que no fuera atractiva. Francamente, desde que habia sido patinadora artistica (no muy buena, pero bueno) cuando era jovencita, siempre habia estado pendiente de conservar su estilizada figura. Estaba delgada, pero tambien era bajita. Media escasamente un metro cincuenta y cinco, si midiera cinco centimetros mas, y era delgada y esbelta. Nunca habia sido el tipo de mujer que dejaba a la gente con la boca abierta cuando entraba en una habitacion. No tenia ese tipo de exito. Sin embargo, la manera en que Dvar la estaba observando, bueno, parecia un hombre que se hubiera arrastrado por el desierto y hubiera encontrado un oasis. Era abrumador, pero le gustaba, admitio para si mientras se ponia el flequillo detras de la oreja. "Eso no esta en el menu, pero tenemos un cafe moka explosivo y quedan unos pocos brownies. La gente adora nuestros bagels de brotes germinados." Dvar solto una risita. "?En serio?" "Cualquiera que sea un estudiante universitario tratando de ser vegano, macrobiotico o lo que sea, lo que no es tan raro." "Creo que prefiero tomar algo con un poco mas de sustancia", dijo, con su voz como un profundo ronroneo. ?Que tienes para mi?" "Tenemos un magnifico capuchino mezclado con Bailey's. Te lo preparare ahora mismo", dijo ella, ya hirviendo la leche. Amy no pudo evitar sonrojarse bajo la mirada fija del hombre. En serio, habia visto modelos de fotografia menos atractivos. ?Seria ese su trabajo? Quiza era un modelo de Nueva York, que, vaya usted a saber por que motivo, habia decidido que era el momento de visitar Boston - porque., ?a quien no le encantan las pilas y pilas de nieve y basura que nunca pueden recogerse? Dios mio, no es que lo use mucho, pero si tiene que volver a sacar su coche de la nieve una sola vez mas, se volveria loca. Dvar le sonrio cuando termino de preparar su bebida. Despues, se agacho a cogerla de su mano y fue obvio que se estaba tomando su tiempo deliberadamente, que no lo habia hecho por error cuando sus dedos se cerraron sobre los de ella al coger la taza. "Ha sido todo un placer que me sirviera una belleza como tu." Amy se sonrojo de nuevo y se retiro el flequillo despuntado de los ojos. Dios mio, ahora desearia haber mantenido su pelo en su color castano dorado natural y con algo que recordaba a los bucles. Cono, hacia mucho tiempo que no tenia a un hombre - y menos aun a uno tan abrasadoramente sexy - prestandole atencion. No era como si siempre tuviera la sensacion de tener el mejor cebo. "Entonces, demuestremelo con una buena propina. Una chica tiene que ganarse la vida." El sonrio y fue una sonrisa de un megavatio como nunca habia visto antes. De repente, parecia como si su teoria de que el trabajaba como modelo no fuera tan disparatada. Dvar saco un billete de veinte del bolsillo de su chaqueta con su mano libre y lo dejo en el bote de las propinas. "Yo no me preocuparia por eso, Amy." "Gracias, pero por muy amable que seas, veinte dolares no van a alejar a los lobos de mi puerta durante mucho tiempo." El asintio con la cabeza y retrocedio, y ella quiso gimotear un poco por la perdida de contacto y de proximidad fisica. "Entonces, ten cuidado con esos lobos. Nunca sabes cuando vas a encontrarte con ellos." Con eso, el senor Alto, Oscuro y Delicioso habia vuelto a salir por la puerta, dejando a Amy con su anodina vida. Suspirando, termino de limpiar la cocina de atras y cogio tambien el cubo de la fregona. Tenia mucho que fregar todavia. *** En Boston hacia un frio terrible. Obviamente, eso no era noticia. Estaban en mitad de la mayor y mas potente ola de frio que la ciudad nunca hubiera conocido. Cada fin de semana parecia haber una nueva tormenta de nieve y todo el mundo hablaba del record de nevadas y como, pronto, seria literalmente el invierno con mas nieve registrado. Al notar que sus dientes castaneteaban al volver hacia su apartamento, Amy se cino mas el abrigo al cuerpo. Se habia dejado las condenadas orejeras en la cafeteria y lamentaba haber cometido un error tan estupido. Ya las sentia como dos cubitos de hielo y aun tenia que caminar, al menos, cuatro manzanas mas. De todas formas, no es exactamente que lo estuviera pasando bien. Los montones de nieve le llegaban a las pantorrillas y se sentia como si se estuviera hundiendo, sin importar como de ligera y agil tratara de ser con sus botas. Puf, necesitaba vacaciones. Bueno, su hermana se habia ofrecido a organizar su visita y el sol del desierto tenia que ser mejor que la interminable aguanieve. Sacudiendo la cabeza, saco el movil y empezo a marcar el largo codigo internacional que le permitiria hablar con Alexis. No habia llegado muy lejos antes de oir unos pies que se arrastraban tras ella. Amy se volvio a mirar y fruncio el ceno. Habia unos cuatro tipos detras de ella y todos ellos eran de tez morena. Algunos tenian barbas pobladas y frondosas, negras o incluso canosas, un poco parecidos a los hombres que habia visto en la ceremonia de la boda de su hermana. Parecian estar un poco fuera de lugar. Fruncio el ceno, arrepentida y se movio hacia el lateral de la ocupada acera. "Lo siento. Estaba ocupando todo el espacio de la calle. No ha sido muy amable por mi parte. ?Saben que? Continuen y ya me preocupare de llamar por telefono mas tarde. " Los hombres no se movieron, solo la miraban fijamente como si fuera un filete gratis en un buffet. Metiendo su telefono en el bolsillo, Amy trato de tomarselo con calma. Asintio y volvio al centro de la acera. "Bien, entonces yo me movere primero. De nuevo, siento haber ocupado todo el espacio, fue sin querer," termino, comenzando a caminar a un ritmo que era mas rapido que antes, pero no era una realmente correr. Tenia miedo de que empezaran a perseguirla si se ponia a correr. Asi fue, en cuanto ella comenzo a andar, ellos comenzaron a caminar detras de ella, los pasos de los hombres sonaban regulares y comedidos detras de los suyos propios. Cuando paso por delante de una peluqueria con los cristales muy tintados, Amy temblaba por razones que nada tenian que ver con el frio. Los cuatro hombres estaban apenas a quince centimetros de ella y caminaban siguiendo sus pasos. Sujetando su bolso con mas fuerza, decidio que tratar de ignorarlos no iba a ayudar. Claramente, querian algo de ella, ella estaba aterrorizada de pensar lo que eso podria significar exactamente. Podia adivinarlo y sin embargo, pensar en ello le revolvia el estomago. Solo quedaban dos manzanas (muy nevadas) hasta su apartamento. Respirando profundamente y deseando lo mejor, comenzo a correr. Le quemaban los pulmones y deseo que no fueran casi la una y media de la madrugada. Dios mio, como deseaba poder ser mas rapida, no sentir que se resbalaba un poco mas a cada paso que daba. En la primera manzana, los hombres siguieron pesadamente sus pasos, tan cerca que uno tiro de la correa de su bolso y le empujo, dejando que se rompiera, dejando que se llevara todo. Ya reemplazaria las condenadas tarjetas de credito mas tarde, siempre y cuando no se convirtiera en una victima mas en las estadisticas. La segunda manzana no fue tan facil. Estaba cerca de su bloque de apartamentos cuando se resbalo en una gran placa de hielo. Amy se estrello duramente, vio las estrellas y el mareo ya llegaba a ella desde que su cabeza se golpeo contra el cemento. Habia cuatro pares de manos sobre ella y se retorcia en su agarre, golpeando y gritando a cada intento de tocarla. No fue suficiente. El mas alto de los hombres, de casi metro noventa y cinco, con una gran barba canosa, finalmente consiguio sujetarle los brazos a la espalda. "!Dejenme ir!" grito. Arqueando el cuello, miro alrededor, pero la calle estaba vacia. "Dejenme ir y no se lo dire a nadie, se lo juro." El mas alto sacudio la cabeza y le paso algo oscuro, una especie de pasamontanas, por la cabeza y no pudo ver nada excepto el tejido negro. "No, senorita Monroe, eso no va a funcionar. Despues de todo, necesitamos llevarle ante nuestro jefe a la nueva jequesa. " Eso fue todo lo que supo porque despues de palabras de tan mal aguero, algo afilado mordio su cabeza detras de la oreja y todo fue oscuridad. Capitulo Dos El jeque Dvar Yassin de Jardania seguramente tenia cosas mas importantes que hacer. Lo cual, en realidad, no era mentira. Sus primos, Farzad y Munir, ambos de naciones vecinas, estaban interesados en conseguir un frente organizado frente a los mercenarios y el ejercito de Lebano [1] , para, finalmente y de una vez por todas, conseguir pararles a ellos y al populacho al que provocaban. Dvar no podia objetar nada a este plan. Despues de todo, el pais beligerante habia creado en Jardania mas problemas de los que le correspondian, especialmente tras su agresion a la frontera oriental. Estaban corrompiendo a los grupos insurrectos dentro de las propias fronteras de Jardania y estaban ocurriendo cosas horribles, atrocidades que nunca hubieran pensado que pudieran suceder en su reino. Habia estado con sus primos en una larga cumbre, de tres dias de duracion la semana pasada. Parecia como si, en este punto, la guerra total fuera inevitable. Dvar solo esperaba que Estados Unidos se alineara con ellos. Despues de todo, Emma, la esposa de su primo Munir, tambien era hija de un poderoso senador. Nada podia ayudar porque los problemas estaban llegando a todas las tierras que gobernaba la dinastia Yassin y solo podia ponerse peor. Pero no podia pasarse la vida encerrado en la sala de guerra, y confiaba en que sus primos fueran capaces de manejar todo el asunto durante una semana o mas, el tiempo que necesitara para consolidar los asuntos que necesitaba poner en marcha. Era posible... bueno no era posible, era seguro, Dvar estaba rabiosamente celoso de sus primos. Ambos habian encontrado novias increibles y seductoras al raptar mujeres americanas. Farzad parecia particularmente encantado con Alexis Monroe y, francamente, tras haber espiado a su bonita y menuda hermana en la celebracion de la boda unos meses antes, Dvar podia ver por que. La familia entera era mas que notable. Se habia enamorado totalmente de la hermana pequena, Amy, desde lejos. Este era el motivo por el que se encontraba sentado a una mesa, en medio del patio principal de la Universidad de Boston, vigilando a la chica. Queria hacerse una idea de como era antes de llevarla con el a Jardania. Hasta el momento, podia decir que sobre todo se cuidaba a si misma. Aunque habia dejado la escuela de graduados, era muy probable que estuviera en el campus, sentada en el patio, viendo pasar a la gente, o no pocas veces encerrado en lo mas profundo de la biblioteca. Era una intelectual. Al recordar su tinte y sus piercings - una verdadera jequesa no los llevaria - se sorprendio un poco. Era bastante reganona, cosa que el habia podido oir por si mismo en la boda. Amy no habia medido sus palabras hablando con Farzad, especialmente respecto a los metodos de seduccion de su primo. Sin embargo, su lado mas tranquilo y amable habia sorprendido y encantado a Dvar. Habia algo en las personas observadoras que podia ser educado, que podia ser controlado y alentado para que llegara a ser el tipo de equilibrio y pensamiento cuidadoso por el que destaca una verdadera jequesa. Ella se movio un poco y miro por encima de su hombro, y el levanto el periodico hasta su cara. Desde que empezo a vigilarla, algunas veces casi le habia sorprendido haciendolo, al casi verle mirarla fijamente. Amy era avispada ademas de estar pendiente de su entorno. Por supuesto, Dvar habia servido y conducido su propio ejercito durante varios anos. Tampoco era facil de sorprender. "Maravilloso," se dijo a si mismo. "Lo hara esplendidamente." *** Hakim, su sirviente de mas confianza, entro en la parte privada de su jet. El hombre mayor llevaba sujeto el paquete pequeno, colorido y blasfemante que Dvar habia estado esperando. "Mi jeque, hemos puesto a salvo a la senorita Monroe, como pidio. Estamos ya en el aire y estaremos en Jardania en las proximas diez horas." El sonrio y asintio en direccion a la chica. "Esta bien, ahora dejanos" "Es un poco problematica, mi senor." Se rio, realmente conmovido de que Hakim estuviera preocupado por el. Aunque si la fierecilla estuviera diciendo palabrotas sin parar y, francamente, tratando de golpear cualquier cosa que estuviera cerca de ella, apenas media un metro cincuenta y probablemente pesaria unos cuarenta kilos chorreando agua. "Creo que podre manejarla." "Fue capaz de magullar a Asaad, senor." "Entonces, puede que ella disfrute con diferentes juegos," dijo, asintiendo hacia Hakim. "Ahora, por favor, vete." Hakim titubeo un momento mas antes de hacer una reverencia y volver a la parte principal del avion. El pasamontanas todavia cubria la cabeza de la chica y sus manos estaban atadas a su espalda con bridas. Dvar se aprovecho de la situacion y cerro la puerta, asegurando la cerradura. "Ahora," dijo el, rodeandola y rozando su clavicula con la mano. Le habian quitado el abrigo antes de atarla. Por eso, lo que vio fue la misma camiseta negra que se cenia incitante a sus bonitos pechos. Podia incluso sentir su piel, tambien, suave y cremosa. "Esta a mas de veinte mil pies de altitud. No puede escapar si quiere hacerlo y no le aconsejo que salga de esta habitacion. Yo juego sucio, senorita Monroe." Ella jadeo y el pudo ver como se encogia incluso bajo la oscura capucha negra que llevaba. "?Por que me esta haciendo esto?" El se encogio de hombros y retiro la negra capucha que cubria su cara. Sus ojos, agudos, inteligentes y tan azules como el cristal tallado, se fijaron en el. Amy parpadeo algunas veces mas, como si estuviera tratando de orientarse. "Te conozco, ?verdad? En cualquier caso, no solo de la cafeteria." El asintio. "Estabas muy enfadada con mi primo, Farzad, y con como habia tratado a tu hermana, segun tu percepcion." Se volvio hacia el, y pudo ver el fuego que quemaba en aquellos inolvidables y profundos zafiros. "?Que tu que? ?Es que me estas gastando alguna broma rara? Yo no estoy metida en esa mierda de la princesa arabe. !Quiero irme a casa!" Se abalanzo contra el y trato de golpearle. Dvar tenia que reconocerle el merito, la chica era rapida. LA esquivo, justo por los pelos y giro para ponerse detras de ella. Empujandola hacia la cama, la giro para que quedara de frente a el, sujetandola entre su cuerpo y el colchon. "Bueno, esto no ha sido muy agradable, fierecilla." Ella se retorcio debajo de el, pero el tenia unos cuarenta y cinco kilos de musculo encima de ella y no tenia ninguna esperanza de poder moverle. "!Joder, quitate de encima!" El sonrio y beso su garganta dejando que su lengua se demorara, lamiendo el punto en el que se sentian los latidos de su corazon. "No, eso vendra despues, mi jequesa. Aunque eso no quiere decir que no podamos divertirnos un poco aqui. ?Nunca has querido unirte al Club de la Milla de Altura?" Se quedo tan quieta como una estatua debajo de el. "Quiero irme a casa. No quiero ser reina como mi hermana y sin duda, no he firmado para esto." "No, no creo que lo hicieras," dijo el. "Ahora, voy a levantarme y tu no te vas a mover de esta cama. Si lo haces, no van a gustarte las consecuencias." Ella asintio desde debajo de el. "No vas a hacerme dano, ?verdad?" "Hay algunos juegos que me gustan, fierecilla, pero nada de eso es relevante aqui o ahora. No te arrojare de nuevo a una cama si tu no huyes o intentas pegarme otra vez. ?Te parece un acuerdo justo? Sere civilizado mientras tu tambien lo seas." "!No se que significa civilizado para ti en ese retrogrado y diabolico agujero del desierto del que vienes, pero para mi significa que no se secuestran mujeres que van del trabajo a casa y se les atan las manos!" dijo ella. El se puso de pie y le devolvio una sonrisa de suficiencia, mientras ella se ponia boca arriba. "Bueno, fierecilla, cada familia tiene sus costumbres. Los hombres Yassin saben lo que quieren. Vemos lo que deseamos y lo cogemos para nosotros. Definitivamente, tu eres algo que, sin mas, deseaba tener desde el momento en el que puse mis ojos en ti." "Bueno, no puedo decir que el sentimiento sea mutuo, imbecil." El se encogio de hombros. "Necesitamos encontrar cosas mejores que hacer con esa boca tuya, Amy." "Creo que tengo millones de cosas que puedo decirte. ?Te he dicho que te vayas al infierno?" El se rio entre dientes. No le extranaba que su primo estuviera embelesado por su hermana Alexis. Tenia mucho caracter, era muy intensa. Suponia un desafio mayor que ninguno planteado por cualquiera de las mujeres de su harem. Definitivamente, era una distraccion que merecia la pena frente a las preocupaciones de la guerra y el caos. Dvar se rio profundamente otra vez y se inclino sobre ella. No se dejo caer de nuevo en la cama o la aprisiono con su peso, simplemente se inclino sobre ella para besarla en los labios. Amy cerro fuertemente los labios y no se movio bajo el. Eso no podia quedarse asi, no si el tenia algo que decir al respecto. Finalmente, estiro una mano y amaso su pecho. Lo noto suave y blando a su contacto, de forma natural. Era pequena y delgada, pero el adoraba la sensacion de tener su delicado pecho en la mano. Ya podia sentir como se endurecia el pezon a traves del fino tejido de la camiseta y el sujetador. Dvar paso su pulgar sobre su pecho y ella se estremecio, el pezon se endurecio instantaneamente debido a sus atenciones. Puso la boca en la oreja de ella. "No te plantees siquiera intentar morderme." "No lo hacia," dijo ella, pero su tono era debil y titubeante. Habia pensado en ello. Una vez mas, probaba que era una luchadora, una excelente cualidad par una jequesa, para una futura madre de la dinastia Yassin. "No me gusta esto." "Tu pezon se ha endurecido con mi contacto" dijo el, enfatizando sus palabras con un movimiento circular alrededor del pezon, disfrutando de como se sentia bajo sus esfuerzos. "Tu respiracion se ha convertido en jadeos irregulares. Joder, hasta se te estan dilatando las pupilas. Estas mas excitada de lo que tu quisieras." Enfatizo sus palabras besandola en los labios, dejando que sus dientes mordisquearan la suave carne. No la hizo sangrar, nada tan dramatico como eso, pero disfrutaba la sensacion de tener su labio, tan suave y vulnerable, entre los dientes. Amy tomo aire bruscamente y se estremecio debajo de el. Sus parpados temblaban y ella lo evaluo, con los ojos entrecerrados y expresion hambrienta a pesar de su enfado. El sonrio de nuevo y la beso, bajando por su garganta y yendo hacia su clavicula. Le rozo el hombro con los dientes, disfrutando la forma en la que se estremecia al tocarla. Su mano todavia masajeaba su pecho y el no podia esperar para sentir su calor rodeando toda su longitud, sentirse en casa al hundir su carne dentro de ella. Pero para eso aun queda mucho tiempo, deja que te lo diga. Nada es divertido si lo coges todo desde el principio. Despues de todo, ?la paciencia no es una virtud? Aun asi, quiza disfrutar un poco mas de diversion no estaria mal. Beso sus labios una ultima vez e incluso permitio que su lengua invadiera la boca femenina, enroscandose con la de ella y luchando por dominar el beso. Incluso entonces, ella se retorcia y luchaba debajo de el, como si ni siquiera un beso fuera algo que Amy rindiera gratuitamente. Dios, ella estaba tan motivada y era tan testaruda como el. Esto se iba a convertir en un duelo de voluntades que el no podia esperar a ganar. Al besarla, hundio su firme dureza en sus caderas, prometiendole mucho mas cuando llegaran a casa, a Jardania. Se puso de pie, sonriendole. "Hasta pronto, fierecilla... ?cuando te volvere a ver?" "?Me dejaras ir, gilipollas egocentrico?" exigio ella, "No, tenemos que jugar, de verdad."

  • No eras tu, es el de Angel Curt

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    Un amor al limite de lo prohibido, donde la lujuria y la pasion juegan un rol protagonico al correr los capitulos.
    Ella, debe darse cuenta que su esposo y la vida que escogio no era su verdadero destino. Sin embargo lo mas dificil de ello fue darse cuenta que el amor no estaba tan lejos. El hermano de su esposo era todo lo que ella podia sonar en un hombre, protector, honesto y sensual. Ser juzgada por un divorcio no era parte del sueno, pero hay cosas que no se pueden evitar... y enamorarse es una de ellas.

  • Grandes juicios de la historia de Jose Antonio Vazquez Tain

    https://gigalibros.com/grandes-juicios-de-la-historia.html

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  • Los leones de Sicilia de Stefania Auci

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    Los Florio, una poderosa dinastia convertida en leyenda que dejo su huella en la historia de Italia.

  • The Call of the Wild de Jack London

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    Life is good for Buck in Santa Clara Valley, where he spends his days eating and sleeping in the golden sunshine. But one day a treacherous act of betrayal leads to his kidnap, and he is forced into a life of toil and danger. Dragged away to be a sledge dog in the harsh and freezing cold Yukon, Buck must fight for his survivial. Can he rise above his enemies and become the master of his realm once again? Level 2 (600 words)

  • Daimon de Jennifer L. Armentrout

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    Durante tres anos, Alexandria ha vivido entre mortales, intentando ser como ellos y tratando de olvidar la mision que debia cumplir por ser hija de un mortal y un semidios. Con diecisiete anos ha aceptado ya que es algo fuera de lo comun para los estandares mortales... y que nunca estara preparada para su mision. Segun su madre, es algo bueno. Pero como cada descendiente de los dioses sabe, el Destino no es algo de lo que te puedas librar. Un ataque horrible fuerza a Alex a volar a Miami para intentar encontrar la forma de volver al lugar que su madre aviso de que nunca debia volver: el Covenant. Cada paso que la acerca a la seguridad es un paso mas hacia la muerte... porque la persiguen aquellas criaturas a las que fue entrenada para matar. Los daimons la han encontrado. La precuela de <>, una puesta en situacion que te revelara el porque de la huida.

  • Un demonio disfrazado de angel, Sasha Miles de Sasha Miles

    https://gigalibros.com/un-demonio-disfrazado-de-angel-sasha-miles.html

  • Corazon congelado (Corazones en Manhattan 5) de Camilla Mora

    https://gigalibros.com/corazon-congelado-corazones-en-manhattan-5.html

  • La Isla Inaccesible de David Rotger Llinas

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    Madrugada del dia 26 de junio de 1582. Grupo de islas Terceras, a seis leguas al sur de la isla de San Miguel. Desde la tarde del dia 22, las escaramuzas entre la flota espanola, bajo el mando del almirante Alvaro de Bazan, y la corsaria francesa a las ordenes del condotiero Felipe Strozzi, han sido continuas y ambas escuadras se vigilan desconfiadas.

  • Mas de 555 millones podemos leer este libro sin traduccion de Jose Maria Merino

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    Un poderoso manifiesto a favor del espanol.

  • Jodidamente Sebastian, Mary Ferre de Mary Ferre

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    El menor de los hermanos, Sebastian Trumper, no las tiene todas consigo cuando hablamos de su chica. Enamorado desde hace mas de dos anos de la mujer que le ha robado el corazon, siente que cada cosa que haga o diga es un retroceso en su relacion. Fracasa captando los mensajes subliminares femeninos y le cuesta entender lo que ella le intenta trasmitir. Su mal vocabulario, su actitud y sus acciones, siempre le han sido suficientes para enamorarla pero ultimamente acaba metiendo la pata. Para el, va a ser dificil reaccionar de una vez por todas y dejar atras su yo infantil que le esta separando del amor de su vida.

  • Ni un segundo mas (Con J de 3) de Lucia Blanco

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    J oseph? --consegui pronunciar su nombre pese al temblor de mi voz. Esa vez fue mas claro. Pudimos darnos cuenta de que queria hablar sin ser consciente del tubo que tenia en su garganta y, aturdido, intento mover la mano para ver que se lo impedia. Se la agarre, fruncio el ceno, movio lentamente la cabeza hacia los lados e intento abrir los ojos. Un nuevo gesto de dolor hizo que se quedara quieto, y yo, con los ojos llenos de lagrimas, mire a Marcos, que parecia estar paralizado. --Hola, mi nino --consegui hablar a la par que lloraba--, hola, mi nino --repeti besando su frente. Pudimos ver otro leve movimiento y consiguio entreabrir los ojos, vacilante, levanto su mano y rozo mi cara. Cerre los ojos, feliz. Pese a mis intentos por parar, seguia llorando. Miraba a Marcos con una enorme sonrisa banada en lagrimas. --Hay que avisar al doctor Gunnar --dijo saliendo de su estupor. No tardo ni cinco segundos en aparecer. Joseph parecia haberse vuelto a dormir y no sabia si eso era buena o mala senal; agarre su mano nuevamente, pero no habia mostrado mas actividad. --Senor Levi --dijo en voz alta mientras con una linterna encendida apuntaba al ojo de Joseph que mantenia abierto con su otra mano. Movio la linterna varias veces, la apago y la encendio sobre su ojo derecho--. Senor Levi --repitio haciendo la misma maniobra en su ojo izquierdo. Marcos y yo lo mirabamos sin respirar. Intentaba valorar la expresion de su cara, pero su seriedad no me resultaba especialmente tranquilizadora. >>Senor Levi --insistio aun mas alto tocando su cara--, ?me oye, senor Levi? --Otro leve movimiento fue su respuesta, y tanto Marcos como yo soltamos a la vez todo el aire que teniamos dentro. Intento abrir los ojos y un gesto de dolor aparecio en su cara al intentar mover la cabeza. >>Senor Levi --siguio hablando en voz alta el doctor Gunnar--, por favor, no intente hablar. Con un gesto digame, ?sabe donde se encuentra? --Un tenso silencio lleno el cubiculo y cuando me di cuenta yo estaba moviendo los labios dictandole la respuesta. >>?Sabe donde esta, senor Levi?, ?esta en su casa? --Tardo unos segundos, pero su cabeza se movio levemente hacia los lados, a la vez que yo negaba tambien con la mia. >>?Esta en un hospital? --siguio preguntando. Volvi a contener la respiracion, pero esta vez no tardo tanto en responder y asintio a la par que yo. >>?Hay alguien con usted? --Mis dientes se clavaron en mi labio tan pronto oi la pregunta que el doctor Gunnar le hizo mirando hacia mi. Asintio al instante, y yo di semejante suspiro que por un momento temi haber dejado sin aire el resto del cubiculo. >>?Sabe quien es?, ?se llama Ana? --Nego al instante con la cabeza--. ?Carmen? --Volvio a negar, y yo lo miraba empezando a cabrearme. <>, pense bufando para mis adentros. >>?Se llama Julia? --Mi corazon volvio a dejar de latir al oir esa pregunta. Vi como sus labios se intentaban curvar en un amago de sonrisa cuando asentia. Marcos me abrazo y, en silencio, rompi a llorar de alegria. >>Dentro de un par de horas lo valorare de nuevo --hablo el doctor Gunnar al ver que Joseph parecia haberse vuelto a dormir--. De momento, todo parecer ir bien, pero tengo que hacerle una exploracion neurologica mas completa. Lo que vamos a hacer ahora es empezar a dejar que respire por si mismo pese a mantenerlo conectado al respirador. Si lo consigue, y no se presenta ningun problema, lo extubaremos. Marcos aprovecho ese parentesis para sacarme a rastras del cubiculo y hacerme cenar un poco. Me habia olvidado de ellos, pero seguian ahi, dando vueltas alrededor los unos de los otros. Se abalanzaron a nuestro alrededor y hubo mas de una lagrima de emocion cuando Marcos les relato el leve despertar de Joseph; mientras yo tragaba dos bocados, aprisa y de mala gana, todos quisieron seguir esperando para ver si las noticias seguian siendo buenas. Aun no habian pasado las dos horas cuando el buen doctor aparecio de nuevo. Joseph seguia tranquilo y, en apariencia, dormido. --Senor Levi, ?me oye? --volvio a preguntar sentandose en su cama y tocandole la cara--. Venga, senor Levi, ya ha dormido suficiente --hablo repitiendo la maniobra de apuntar con una linterna encendida a los ojos de Joseph. Parpadeo molesto e hizo el ademan de girar la cabeza, pero paro con un claro gesto de dolor. >>?Le duele la cabeza? --pregunto el doctor sin tener necesidad de elevar tanto el tono de voz. Joseph asintio. >>Eso es normal, no se preocupe; para eso estan los analgesicos. Pero ahora vamos a ver si es capaz de respirar por si solo --le indico y, auscultandolo, nos mando salir con un gesto. La que no pude respirar hasta que nos dejaron entrar de nuevo fui yo y, cuando entramos y lo vimos sin el tubo que antes salia de su garganta, tanto Marcos como yo contuvimos la respiracion hasta que vimos que su pecho se movia con total normalidad, aunque tuviera la ayuda de unas gafas nasales. Aun no sabia como estaria todo lo demas, sin embargo, tenia la sensacion de que habiamos dado un paso de gigante. Me acerque y, tras un permiso mudo del doctor, pude besar sus labios, entreabiertos, y me supo a gloria. Consiguio abrir los ojos, unos segundos y su boca se movio. Grandes lagrimones comenzaron a rodar por mi cara al darme cuenta de que intentaba pronunciar mi nombre. --ulia..., ulia... --no conseguia decirlo bien, pero a mi me daba igual. --Estoy aqui, mi nino, estoy aqui, a tu lado, como te prometi, te quiero, mi nino, te quiero. --Me costaba trabajo hablar con tanto sollozo y tenia que parar para respirar cada dos segundos. Sus grandes y espesas pestanas se movieron lentas, intentando abrir los ojos. --ulia... --repitio en un murmullo ronco. --Estoy aqui, mi nino, estoy aqui --repeti, lo volvi a besar y, con suavidad, me abrace a el para que pudiera sentirme--. Joseph, mi amor, estoy aqui, contigo, siempre contigo. --Me habia olvidado de la presencia de Marcos y del doctor, y un leve carraspeo por parte de Marcos me lo recordo. --?Donde esta? --volvio a preguntar el doctor Gunnar tras guardar un prudente silencio. --Hos.... ital --balbuceo con dificultad. --?Quien esta aqui con usted? --ulia... Saltaba de alegria al oirlo. Parecia mentira que una palabra mal dicha pudiera traer tanta felicidad. --?Recuerda lo que le paso?, ?le duele algo? --volvio a preguntar. Hizo ademan de asentir, pero paro con un gesto de dolor. --Ca... eza --volvio a balbucear. --No se preocupe, es normal. Ahora le pondran algo para el dolor; descanse, todo va bien. --Y, dirigiendose a nosotros en un tono mas bajo, continuo--. Antes de salir de guardia volvere a valorarlo. Si hay alguna novedad avisen, pero parece que, afortunadamente, todo sigue su curso. --Pero --hable bajito-- no habla bien. --Ah, eso no me preocupa --anadio relajado volviendo a limpiar sus gafas--. Es mas por la confusion que provocan los sedantes que por otra cosa. Las pupilas son normorreactivas, esta orientado, reconoce..., en resumen, parece que todo va bien, pero aun no esta en condiciones de un examen neurologico mas exhaustivo. Dejemos que descanse esta noche y manana, tan pronto como se despierte, me avisan, y lo examinare con mas detenimiento. Un agotado Marcos se fue, una para descansar y otra para que los demas tambien se fueran con el para casa. Hasta el dia siguiente esperabamos no tener ninguna novedad y empezabamos a albergar mas esperanzas de que, al final, todo iba a salir bien. Capitulo 2 Por fin nos quedamos a solas. Tenia pensado decirle tantas cosas, queria decirle tantas cosas y, sin embargo, era incapaz de pronunciar una sola palabra. Me limite a apretarle la mano en nuestro codigo secreto: dos apretones, pausa, tres apretones mas. Mi sonrisa estuvo a punto de partirme la cara en dos cuando note, aunque debilmente, su respuesta: dos leves apretones, pausa y tres debiles apretones mas. Lo mire y en la penumbra pude ver como el, pese a tener los ojos cerrados, tambien sonreia. Respire hondo y llena de felicidad me dormi. Dormimos toda la noche y cuando desperte tenia la mano entumecida de estar tanto tiempo en la misma posicion; ni durmiendo nuestras manos se habian soltado. Me levante despacio y me desperece. De repente, me di cuenta de que el mundo seguia alli y que volvia a ponerse en marcha, pero un leve gemido me hizo volver rapidamente a su lado. Esa vez consiguio abrir sus hermosos ojos y pude volver a verlos despues de tantos dias de sufrimiento. Clavo su mirada en mi como si me quisiera envolver en ella. Yo, para variar, empece a llorar. --Hoo... la, mi ni... na. --Tenia la voz algo ronca y aun le costaba hablar, pero note como ya habia mejorado. --Hola, mi nino --conteste a la vez que sorbia los mocos--, te quiero. --Y yo..., graaciass or estar aqui --balbuceo. --Ya sabes que, por ti, lo que haga falta y mas. --Reia y lloraba a la vez mientras lo besaba suavemente; entreabrio los labios y dejo escapar un ronco gemido. Sintiendolo mucho, tuve que parar ese ansiado momento para avisar al medico, que lo examino con calma. Le hizo contar varias series de numeros, le pregunto donde estaba, que mes era, como se llamaba, como me llamaba yo, le volvio a mirar las pupilas, seguir su dedo con la mirada, apretar las manos, hacer fuerza con brazos y piernas, pruebas de fuerza, de reflejos, de coordinacion... Cuando al fin se dio por satisfecho, me dolia todo el cuerpo de lo tensa que habia estado contemplando su examen. --Francamente, tengo que decir que estoy gratamente sorprendido por su rapida recuperacion --empezo a hablar tras volver a limpiar sus gafas y sentarse en un extremo de la cama--. Esta un poco bajo en cuanto a tono muscular, pero es normal, se recuperara en cuanto empiece a moverse. --Le duele mucho la cabeza y aun le cuesta hablar --apunte preocupada. --Eso tambien es normal --contesto serio--, incluso se puede quedar con dolores de cabeza de manera permanente. Pero, dada su capacidad de recuperacion, me inclino a pensar que iran desapareciendo paulatinamente, al igual que la dificultad para pronunciar ciertos sonidos. Se quedo en silencio mirandolo un rato. Joseph apenas se habia movido, y yo sabia que se encontraba incomodo con tanto toqueteo. --? Fueedo ir a caasa? --hablo ronco. --Bueno, de momento, eso tendra que esperar --respondio mirandolo con una sonrisa--. Vamos a empezar por valorar la tolerancia a la alimentacion y a comenzar su movilizacion. --? Dusha ? --le interrumpio. --Hoy es domingo --comenzo a hablar el doctor Gunnar tras meditar unos segundos--. Si no se presenta ninguna complicacion, manana le retiraremos el vendaje y, si no se marea, podra darse una ducha rapida sentado e incluso empezar a ir al bano, pero, de momento, nada mas. Lo que podemos hacer es esta tarde subirlo a una habitacion individual para que este mas comodo y comenzaremos por darle liquidos para que pueda empezar a beber. --?Cuantos diaas? --insistio echandose la mano a la garganta en un claro gesto de dolor. --Veremos como va todo hasta el viernes y entonces podremos hablar de dejarlo ir para casa bajo ciertas condiciones. Pero no se apure. --Se levanto y se situo frente a el--. Senor Levi --hablo con voz solemne--, aunque no lo crea, ha tenido usted mucha suerte. Si no hubiera girado la cabeza en el momento del disparo, la bala le habria atravesado el cerebro de un lado a otro y le aseguro que ahora no estariamos aqui hablando. Con ese giro, usted consiguio que la bala entrara tangencialmente en su cabeza y que penetrara solamente un centimetro en el interior de su cerebro, minimizando los posibles danos. Creo que es algo que algun dia lo deberian celebrar. --Se me encogio el corazon al pensar lo que pudo haber sido y, afortunadamente, no fue. Por mas que lo intente, no pude evitar que los ojos se me llenaran de lagrimas. Note como su mano buscaba la mia y me la apreto suavemente mientras yo tragaba saliva intentando no llorar. >>Voy a mandar que le traigan algo de agua, que se la tomara, al principio, con un espesante para evitar atragantamientos y broncoaspiraciones, y empezaremos a sentarle. Si todo va bien, hoy a la tarde lo subiran para una habitacion que el doctor Figueroa ya le tiene reservada. A partir de manana, vamos a empezar a dejar esa herida al aire, ?de acuerdo? --comento tras levantar el pequeno vendaje y contemplar la herida de Joseph. Con gesto serio, hizo un leve gesto de asentimiento, quizas pensando en lo que podria haber pasado. Murmuro algo en voz baja, pero ni el doctor ni yo lo entendimos. --? Fara ir al bano? --lo tuvo que repetir y se sintio tan incomodo que hasta hablo mas rapido. --De momento no le hace falta. Vamos a esperar a que empiece a beber y, si no surgen problemas, antes de subirlo a su habitacion le retiraran la sonda y manana podra empezar a ir al bano, siempre y cuando no se maree. Bueno... --Suspiro cansado--. Me voy a casa. Vendre manana de nuevo y he dado orden de que me llamen en caso de ser necesario, que no creo --se apresuro a vaticinar. Tan pronto se fue el doctor le di un fuerte beso para celebrar tan buenas noticias. Levanto su mano y me acaricio la cara; cerre los ojos y suspire de satisfaccion, ni yo misma era consciente de que lo necesitaba tanto hasta que paso lo que paso. --Tee quiieero, lo sabees, ?verdad? --hablo lento y con dificultad, pero a mi me parecieron las palabras mas maravillosas que habia oido en mi vida. --Yo mas, tambien lo sabes, ?verdad? --Aun con los ojos llenos de lagrimas lo bese como hacia tiempo que no podia hacerlo. Mis labios rozaron los suyos y la punta de mi lengua los acaricio con suavidad. Cerro los ojos por unos instantes y un suspiro de satisfaccion salio de su garganta. Cuando los abrio y me miro me quede sin respiracion ante la intensidad de su mirada. En ese momento, entro una enfermera con su primer alimento en muchos dias, un hermoso vaso de agua gelificada. --Para que no se atragante --le explico la enfermera al ver su cara --. Si le sienta bien, al mediodia le daremos un yogur --hablo como quien dice que le iba a traer un delicioso manjar. --?Tienes hambre? --pregunte mirando su <> desayuno. --No --contesto cansado. --Pues vas a tener que comer, has adelgazado --comente. --Tu taambieen. --Y, tras tragar sin problema tres buenas cucharadas de esa gelatina de agua, se quedo dormido.

  • Trilogia Oli de Luis A. Santamaria

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    EL SECRETO DE OLI:
    OS CONTARE LA HISTORIA DE COMO FUI ENGANADO POR LA HISTORIA QUE MAS QUERIA.
    Asi comienza Alfonso Morales el relato sobre como, hace 23 anos, se vio sumergido en una atipica historia con una joven ambarena que le cambio la vida.
    En la actualidad, Oli, un entrometido nino de diez anos, descubre que una enfermedad letal amenaza la vida de su madre. Inmediatamente construye en su peculiar imaginacion un plan para salvar a su familia. Para ello cuenta con la ayuda del ‘Yayo’, sarcastico cirujano retirado, conocido por los inmorales tratos utilizados con sus discipulos y que tiene buenas razones para no preocuparse por las consecuencias del manana. Juntos se adentraran en los oscuros misterios de la familia y en una trama en la que saldran a la luz algunos turbulentos sucesos ocurridos en el pueblo pesquero de Ambar: venganzas, corrupciones, traiciones... y un secreto que cambiara el destino de todos para siempre.

  • Extranjeros, bienvenidos de Barbara Pym

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    Cuando Barbara Pym murio en 1980, dejo una cantidad considerable de material inedito. Entre este, una novela temprana, EXTRANJEROS, BIENVENIDOS, de 1936, y <>, el unico documento escrito en el que Pym habla acerca de su carrera como escritora y de los origenes de su personalidad literaria. En EXTRANJEROS, BIENVENIDOS una joven pareja, formada por Cassandra Marsh-Gibbon y su egocentrico marido escritor, Adam, se ve sacudida por la llegada de un misterioso hungaro a su pueblo. Cassandra, una de las primeras <> que tan bien supo retratar Pym, buscara en la huida de su monotona vida y en la figura del extranjero la realizacion de las hipocritas palabras de su marido: <>.

  • Por siempre mi chica de Dani Eliott

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    Desde jovenes esa chica se robo mis suspiros, siempre hermosa, inteligente y virtuosa.
    Hoy la vida nos vuelve a juntar, se casa mi mejor amigo y el hermano de ella. Y alli estaba, mas bella que nunca, deslumbrandome, haciendome pecar con cada pensamiento que me nacia hacia ella.
    La deseo, la quiero, sigue siendo ella la que me nubla el pensamiento. Lo que no tenia como advertir era el vernos inmersos en una situacion de miedo y sorpresa, el matrimonio se cancelaba y la intriga nos llevo a tener que estar mas juntos que nunca. Habia que salir de esta... sobrevivir todos juntos.
    Pero cuando las aguas por fin se calman, nuestra historia nos tiene deparado un camino que no esperaba...

  • Cl@ndestinos de Teresa Mateo Arenas

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    Rhona es una mujer que acaba de llegar al medio siglo de vida con un marido que hace tiempo que dejo de hacerla feliz y con sus hijas enfermeras en Londres. Es una mujer abnegada, que durante anos ha vivido por y para su marido e hijas. Tras la marcha de estas y el desarraigo en su matrimonio, Rhona acusa el sindrome de nido vacio, se siente sola y no sabe que hacer. Sus amigas la convencen que es el momento de retomar su sueno, asi que despues de muchas vueltas se decide, a pesar de la negativa de su marido, a intentar cumplir su sueno. Facebook es un medio de dar a conocer sus trabajos, ella cuelga sus obras, el director de una pequena pero prestigiosa galeria le ofrece colaborar con ellos, a partir de ahi Rhona empieza a sentir que la vida vuelve a tener sentido, por primera vez se siente valorada como artista.... Y como mujer.

  • 100% Love de

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  • La mision de Bullsi de Alfonso San Eugenio

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar para conseguir tu sueno? Bullsi, un joven campesino que aspira a ser un gran aventurero legendario, sale de su pequeno pueblo natal para buscar aventuras que lo conviertan en una leyenda.

  • La Sonrisa Eterna (La Primera Meiga 2) de Juan J. Prieto

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    13 de marzo de 2013
    En Roma Habemus Papam. Al mismo tiempo, miles de fieles llegan a un pueblo portugues llamado Nazare. Siniestros Monjes Negros les rodean. Acaba de nacer Jesus, aquel que traera al mundo la sonrisa eterna.
    Y a la misma hora, repartidos por el mundo, doce apostoles reciben la llamada de Lilium, la constelacion perdida de los dioses. Belshazzar, un mago arabe, acude al alumbramiento, guiado por su estrella, para ser el mentor de Jesus.
    Hordos, el oscuro prelado, no cedera en su deseo de arrancar la vida al recien nacido. Reclamara el trono de Dios que considera legitimo e incluso pactara con sus enemigos, los Hijos del Profeta. Pero Jesus ha venido al mundo para darle su sonrisa.
    Una historia epica sobre los dificiles equilibrios entre el bien y el mal. Un canto a la tolerancia entre todas las civilizaciones y sus religiones. Un viaje fantastico por el interior de la autentica esencia humana. Y un canto al milagro de la verdadera inclusion.