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  • Matrimonio por contrato - La Libreria de Rebeca

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  • Recuerdame que es el amor de Johanna Sanz

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    Lo veria y se iria. Eliza sabia que esa seria la unica oportunidad que tendria de ver en persona a su amor platonico, el joven, atractivo y misterioso empresario Dannyel Kenerlan por quien hasta una mujer divorciada como ella tambien se permitia suspirar y no veia nada de maldad en esperar por una desafortunada equivocacion junto al resto de candidatas para ser entrevistada por ese hombre para el puesto de secretaria. Si, solo seria echar una ojeada al hombre de sus suenos y marcharse, ?que podia salir mal?

  • Mentiras arriesgadas de Antia Eiras

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  • El asesino del camino norte 1 de Rober H. L. Cagiao

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    Los acordes del Sweet Child O'mine la sacaron de aquella terrible ensonacion. Alguien le golpeaba con un Vieira en la cabeza y quedaba inmovil en el suelo, sin apenas poder moverse. Solo era un sueno. Miro el movil y torcio el gesto. Era Palau. Su jefe. -- Dime, Palau... -- Perdona, Comisaria, se que no son horas, de verdad, y se que te digo esto cada vez que te llamo pero necesito que veais algo. Os mando un video. Por favor, despierta a Costoya y echarle un ojo rapido. Salis manana por la manana para Colindres. -- ?Para donde? -- Colindres, Cantabria, Mar, paz, naturaleza, ?no querias un respiro de la ciudad? -- Si, me encanta el cantabrico, ?pero no se nos va un poco de nuestra zona de influencia? -- !A ver, Paola, Colindres esta en el camino de Santiago, el camino norte, ?te suena? -- Se puso la mano en la cabeza y comenzo a recordar los ultimos muertos en Zarautz y Gernika. -- Despertare al vago este pero no le prometo nada, lo oigo roncar desde aqui. ?No me va a adelantar nada? -- No, Comisaria, vea usted el video y luego hablamos. Les dejo desayunar, pero a las nueve los quiero preparados, intentare conseguirles vuelo a Bilbao y desde alli coche de alquiler a Colindres. -- Entendido, jefe, ?solo me llevo a Costoya? -- No, llevese a Ana y a Portela. El resto se quedan aqui, necesito a gente que vigile a los malhechores gallegos. -- ?Y Maria, aun no ha vuelto? -- Sigue de vacaciones en Madrid y no la voy a hacer volver por esto. Segun vaya la investigacion vamos decidiendo. En cuanto vean eso y esten preparados les voy informando. -- Perfecto. Ahora lo vemos -- Colgo el telefono y abrio el archivo que acababa de mandarle Palau. Al principio solo reinaba la oscuridad. Poco a poco empezo a darse cuenta de la escena. Era de noche, pero alguien arrastraba a otra persona por un camino. Le resultaba imposible saber donde estaban. Si escuchaba los quejidos de un hombre que imploraba el perdon. El video sufria un corte y volvia ya con mas luz en una especie de barrio monumental. Suponia que se trataba del lugar del que le habia hablado Palau: Colindres. Otro corte en el video y ahora si se veia nitidamente a una persona atada a los pies de una cama. Vestia ropajes antiguos. Fueron solo unos segundos. Suficiente para que un escalofrio le recorriese el cuerpo. Volvio a verlo. Tenia que ser el mismo. El que llevaban buscando desde hacia dos meses. El asesino del Camino Norte. Asi lo habia bautizado la prensa. Tenia que despertar a sus companeros. Eran las siete de la manana, les quedaban dos horas para intentar entender de que iba aquella nueva escena. II. EL ASESINO DEL CAMINO NORTE Todos habian visto ya el video. A unos mas que otros se les habia atragantado el desayuno. Paola estaba tranquila. Sabia

  • La Presa del Psicopata de Rosalia Reyes

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    No soy un buen tio.
    No te voy a gustar.
    No me quieres cerca tuyo.
    Y mucho menos de tu hija.

  • Nunca Te Olvidare de Natalia Lee

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    Parecia un dia soleado de verano. Algunos ninos ruidosos jugaban en el cesped, mientras que otros paseaban en bicicleta con sus padres por el parque. Habia mucho verde por todas partes, y Mel se apoyaba contra el tronco de un arbol, aprovechando la sombra fresca que ofrecia. Inesperadamente, la figura de una mujer aparecio a pocos metros de la nina. La luz brillante que emanaba de ella eclipso los hermosos ojos azules de Melissa durante unos minutos, hasta que finalmente se detuvo. Frente a ella, descalza y con un vestido blanco que cubria la mayor parte de su cuerpo, estaba Helena, su madre. Aunque Mel queria abrazarla y besarla, debido al anhelo que sentia, la bella mujer no dejo que su hija se acercara. -Solo escuchame, Melissa, tenemos poco tiempo. – declaro. -Pero mama … -No, no hables, por favor. Se todo lo que estas sintiendo, querida. Se de tu angustia, tu tristeza, el miedo a volver a Nueva York … Es normal que tengas miedo. Todos tenemos miedo cuando tenemos que enfrentar cosas mas grandes que nosotros. Pero se necesita fuerza, hija, especialmente ahora que conoceras a muchas personas. Algunos no son lo que parecen, de hecho, son falsos, egoistas, pero puedes estar segura de que tambien encontraras otros que son justos, verdaderos y que te han estado esperando durante mucho tiempo. Simplemente no se han dado cuenta todavia. Se que lo que te estoy diciendo ahora no parece tener sentido, pero lo importante es que sabes que siempre estare a tu lado para protegerte. Confia en mi, carino, todo estara bien, no te preocupes. Por unos momentos Mel guardo silencio, totalmente paralizada . Su cerebro habia articulado una serie de frases y preguntas para la madre, pero ninguna palabra podia salir de su boca. Helena, por su parte, tampoco dijo nada mas. Solo miro a Melissa con ternura y sonrio. La suave luz de antes comenzo a envolver su cuerpo nuevamente, hasta que se volvio tan intensa que Melissa tuvo que apartar la cara para proteger sus ojos de la luz exasperante . -Senorita? !Senorita, despierta, por favor! "Dijo una voz desconocida, que ahora sonaba cada vez mas cerca de la luz cegadora. Desconcertada, Mel abrio los ojos bruscamente, al mismo tiempo que daba un pequeno golpe en la silla gracias al susto. Las gafas en sus manos rodaron directamente al piso del avion, uniendose a una revista que se habia caido alli desde que se durmio. -Disculpe las molestias, senorita, pero vamos a aterrizar. Por favor, abrochense los cinturones. Aun bajo la influencia del extrano sueno, Melissa solo sacudio la cabeza. La joven azafata sonrio mostrando su llamativo lapiz labial rojo y continuo recorriendo el pasillo del avion, despertando a las pocas personas que todavia estaban dormidas . “Fue un sueno, solo un sueno”, penso Mel, mientras buscaba sus gafas en el suelo. Pero aunque trato de convencerse de que todo era solo un gran desastre debido a su cerebro cansado, el encuentro con su madre parecia tan real como el hecho de que ella estaba alli, en ese avion, rumbo a los Estados Unidos. Cuando finalmente encontro las odiadas gafas con lentes gruesos, Mel se los puso en la cara de todos modos y se ajusto el cinturon como lo habia ordenado la azafata. Mirando por la pequena ventana a su izquierda, pudo ver un enorme lago brillando bajo el sol de la tarde, y su avion que se acercaba cada vez mas a la pista del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. -Si, bienvenida de nuevo a America, dijo Melissa. , respirando profundamente mientras se ajustaba las gafas, y se miro a si misma en el claro reflejo del cristal. – Finalmente llegaste a casa … * * * * * A pocos kilometros de distancia, en el corazon verde de Manhattan, Aaron Stonewell estaba distraido. Sentado en el cesped brillante de Central Park a la sombra de un arbol, no parecio notar a las dos ciclistas que pasaban por tercera vez (y a proposito, por cierto) frente a el. No es que no fueran bonitas, por el contrario, eran dos chicas impresionantes. Pero la atencion y los ojos de Aaron ahora estaban completamente pegados a la pantalla de su MacBook que mostraba en pequenos intervalos las innumerables fotos tomadas en el ultimo show de su banda de punk rock, Nonsense . Por mucho que ya las habia visto millones de veces solo esa tarde, era imposible para el no admirar toda la vibracion de la audiencia que parecia desbordarse a traves de la pequena pantalla del ordenador. Aunque ese era solo el decimo espectaculo de su banda inexperta, se habian conmocionado y eso valia mas para el que la pequena tarifa ofrecida por el propietario del pequeno club en Brooklyn donde tocaban. Aprovechando la distraccion de Aaron, una figura se escabullo a sus espaldas y, teniendo cuidado de no llamar su atencion, camino de puntillas hasta que estuvo muy cerca del nino. Sin embargo, la persona no contaba con el revelador crack de una rama de arbol seca que termino pisoteando por simple descuido. – Buen intento, Marvin James! se burlo Aaron, volviendose hacia su amigo. – Como ladron, soy un gran bajista, ?no? – Pregunto el chico de ojos negros, depositando su bajo en el suelo y sentandose justo al lado de Aaron. -Di, ?que estas viendo en ese cuaderno que te alegra tanto ? -Son las fotos de nuestro ultimo show. – respondio Aaron con cierto orgullo. – Disfrutan demasiado, ?no? Mira la emocion de la multitud! -Si Total! – Marvin estuvo de acuerdo, estirando el cuello para verlos. – Lastima que Sophie, tu nueva musa inspiradora, no fuera. -!Y Chloe , tu pequena pasion eterna , tampoco aparecio alli! espeto Aaron bruscamente. -Oye, solo soy el hijo del conserje de la escuela. !No tengo oportunidad con esa chica! Tu, hombre … Ah … !Puedes tenerla en cualquier momento! ?Olvidaste que te llaman a ti y a Oliver “Los hermanos perfectos”? Todas las chicas de la Academia Eugenne Sinclair babean por vosotros , incluso las mas veteranas … – Ah, esta bien … !Deja de exagerar , MJ! La mayoria solo sabe mi nombre por mi hermano. Y ademas, la unica chica que realmente me importa no se preocupa por mi ", suspiro Aaron, bajando la cabeza. El hecho de que Aaron Stonewell fuera adorado por gran parte del ala femenina de la escuela no era nada nuevo para nadie. El otro “Hermano Perfecto”, como las chicas comenzaron a llamarlo al final del sexto grado, tenia una belleza inusual. Era alto, delgado, con penetrantes ojos verdes, como los que no puedes dejar de mirar, y cabello negro corto e intenso, un poco desarreglado en el frente. Como si eso no fuera suficiente, ademas tenia una cara hermosa y una sonrisa brillante que hacia que todos a su alrededor sonrieran tambien. Su unico defecto real era que estaba enamorado de la ahora ex novia de su hermano Oliver. Y por mucho que Marvin le mostraba a su amigo la gran cantidad de chicas que se derretian por el en los pasillos de la escuela y en los espectaculos, era Sophie la que le gustaba y Aaron sufria debido a su increible indiferencia. -Olvidate de esa chica , sabes que todavia le gusta Oliver. Manana deberian comenzar a salir de nuevo. Lo hicieron tanto … No es la primera vez que pelean. – dijo MJ, ahora colocando el ordenador de grafito de Aaron en su regazo para ver mejor las fotos. -Pero esta vez fue grave, el idiota de mi hermano estaba con otra chica y Sophie lo vio. !Esta podria ser mi oportunidad! Creeme, no hay chica como ella en esta ciudad. Marvin, quien hasta entonces parecia no estar de acuerdo con su amigo, comenzo a sonreir. De hecho, Sophie debia ser la unica criatura en Manhattan, o quizas en todo el planeta, capaz de ser tan hermosa y tan egoista al mismo tiempo. Simplemente no se comparaba en maldad con Darth Vader de Star Wars, porque era de otra galaxia muy, muy lejana y la disputa se limitaba solo al espacio terrestre. -Estoy de acuerdo, ella es muy bonita. Pero no se, creo que le falta algo … – respondio Marvin, presionando las teclas del MacBook para que las fotos pasaran a una velocidad mas rapida. “?Le falta algo?”, Repitio Aaron, frunciendo el ceno como si su amigo hubiera dicho algo increible. -?Que puede faltar en una chica completamente perfecta? Aunque la respuesta de MJ era “corazon”, algo lo hizo detenerse repentinamente y reir en voz alta senalando la pantalla del ordenador . Alli, en una foto que parecia muy antigua, habia dos ninos sonrientes y abrazados, que no recordaba en absoluto haber visto en el ultimo espectaculo de la banda. -Oye! ?Quienes son la rellenita y el chico que tiene aparatos en los dientes? -Le pregunto Marvin al amigo, aun riendose. Cuando Aaron miro el MacBook, no pudo entender como esa foto que debia haberse perdido por los innumerables archivos que tenia su ordenador, habia parecido alli, junto con los registros del concierto, no tenia sentido . -Bueno, el de los aparatos soy yo. – Aaron comenzo a explicar un poco avergonzado. – Y la rellenita es Melissa, la hermana de Sophie que regresa a Nueva York. -?De verdad? ?Este feo eres tu? – se burlo Marvin, pareciendo no creerlo. – Wow … Has mejorado mucho eh, hombre! Y que cosa mas absurda, la nina llega hoy y esta foto de ella aparece asi, de la nada … Oye, pero ?por que la tienes en tu ordenador ? Pasion infantil, ?verdad? Es? Pregunto, alzando las cejas maliciosamente y golpeando ligeramente a su amigo. Aaron puso los ojos en blanco y volvio a llevar el ordenador a su regazo. -No inventes , Marvin. Melissa y yo jugabamos juntos cuando eramos ninos y eso es todo. Despues de que ella se fue con su madre a Brasil, nunca volvimos a hablar. Quiero decir, incluso nos enviamos correos electronicos al principio, pero luego la comunicacion se volvio mas rara. La zona horaria diferente tampoco ayudo y ella siempre estaba ocupada ayudando con la ONG de su tia. Entonces, ya sabes, la amistad se extinguio gradualmente. – explico Aaron, mientras cerraba el cuaderno. Habia un toque de tristeza en su voz, pero sabia como disfrazarlo. La verdad es que el y Melissa eran grandes amigos. “!Los mejores del mundo!”, Como Aaron incluso se llenaba la boca para decir cuando hablaba de su amistad con la pequena Mel. Se habian conocido en Central Park, mientras jugaban a los columpios bajo la supervision de sus nineras, y desde ese dia se mantuvieron unidos de tal manera que no pudieron hacer nada mas el uno sin el otro. Tenian una especie de hermosa amistad, una que todavia era demasiado pura para ser sacudida por las hormonas de la pubertad, cuando la linea divisoria entre ninos y ninas se fortalece y los hace parecer seres de planetas totalmente diferentes. Pero el destino decidio ser implacable con los dos amigos, y cuando Melissa menos lo esperaba, ya estaba en un avion que se dirigia a Sudamerica con su madre, dejando a Aaron solo y lloroso en Nueva York. Hoy en dia, incluso despues de que hayan pasado cuatro largos anos, el nino todavia recordaba tristemente la separacion forzada de su mejor amiga . Era una herida ya curada, que a veces dolia cuando veia algo que le recordaba a Mel, pero eso ya no importaba demasiado. El pasado estaba detras de ellos y ahora no serian mas que simples extranos el uno para el otro. – Bueno, y hablando de Melissa … – dijo Aaron con un suspiro, volviendose hacia MJ -… Creo que es hora de ir al hotel Meditteranean para empacar las cosas para la presentacion. Hoy la tarifa vale la pena y nos pagaran por adelantado. -Oh, ni me digas! Despues de esa bagatela que ganamos en el ultimo show, incluso pense en renunciar a mi carrera. – se burlo el bajista, saltando. Aunque llegarian un poco mas tarde de lo acordado con el dueno del hotel, Aaron y Marvin caminaron en silencio hacia la salida oeste de Central Park, cada uno pensando en lo que mas le importaba. El bajista de los altos salarios y Aaron en ver a Sophie de nuevo, hasta que sus pensamientos derivaron sin querer al recuerdo infantil de Mel. Por unos momentos recordo las travesuras que los dos habian hecho juntos cuando eran ninos y esto lo hizo sonreir, pero pronto la imagen infantil de la amiga se perdio y Sophie volvio a dominar su mente haciendo que su corazon volviera a dolerle. * * * * * El vestibulo de la Terminal Tres estaba lleno cuando Melissa aterrizo en el aeropuerto JFK. Parecia que todos los ninos estadounidenses habian decidido viajar en la primera semana de sus vacaciones escolares, a juzgar por la cantidad exorbitante de ninos y ninas que jugaban con los carritos de equipaje bajo la mirada impaciente de sus padres. Llevando sus dos pesadas maletas, Mel miro a su alrededor en medio de toda esa agitacion cuando reconocio a su padre, a pocos pasos de ella, con un elegante traje gris que lo hacia verse serio, un alto ejecutivo. Albert, al parecer, no habia cambiado tanto como ella habia pensado. Aunque su cabello ahora tenia algunos mechones blancos en las sienes, aun conservaba la forma encantadora que hacia que la madre de la nina muriera de celos cuando aun estaban casados. -Hola papa. – Mel lo saludo, luego de caminar torpemente hacia el. -Melissa?! Dios, no puede ser! !Carino, como has crecido ! Albert se sobresalto mirandola de pies a cabeza. – !Estas muy alta y hermosa ! Mel sonrio levemente y se sonrojo, bajando la cabeza para mirar al suelo. No estaba acostumbrada a escuchar cumplidos y, como no estaba satisfecha con su apariencia, tenia una imagen muy distorsionada de si misma. -Oh, no te pases, papa! Alta si, pero hermosa ? ?Esta chica miope? – bromeo, abrazandolo con timidez, sin acercarse demasiado. Despues de tanto tiempo fuera y un sujetador finalmente (y muy bien) lleno, Mel no sabia como comportarse con Albert. No eran como dos extranos, pero tampoco tenian la tipica intimidad de padre e hija. Ademas, ya no era esa nina de diez anos, y la falta de contacto habia abierto un profundo abismo entre los dos que solo el tiempo podia salvar. -Es bueno tenerte por aqui otra vez. No te puedes imaginar como tu hermana y yo te hemos extranado todos estos anos. Dijo, con la voz rebosante de emocion. Cuando acurruco a su hija en ese abrazo timido, pero lleno de anhelo, Albert cerro los ojos e inmediatamente su mente lo transporto al pasado a cuatro anos atras, cuando habia abrazado a Melissa por ultima vez en ese mismo aeropuerto. Fue una separacion dolorosa y los anos que siguieron fueron aun mas tristes, ya que gracias a la terquedad de Helena, su ex esposa, que se nego a darle la direccion donde vivia, nunca puedo visitarlos en Brasil y mucho menos enviar los regalos de cumpleanos y Navidad que compro todos los anos a Mel. Ni siquiera la pension que depositaba regularmente en el banco todos los meses para pagar la educacion de su hija, su ex esposa la toco. -Espera, dejame mirarte de nuevo. dijo Albert, liberandose de los brazos de Mel. – !No puedo creer que mi pequena nina ahora sea una adolescente de catorce anos ! 14 -Es asi padre, si lo soy. – Mel murmuro, un poco incomoda con toda esa atencion. -Pero ya es suficiente, esta conversacion se esta volviendo demasiado dificil. Siempre dijiste estas mismas cosas por telefono despues de que te envie mis fotos por correo electronico, ?recuerdas? A pesar de la alegria que sentia, Albert decidio no molestar mas a Melissa con esos comentarios sobre el crecimiento, tipicos de las tias solteronas en las reuniones familiares. Queria que se sintiera bien por haber regresado y, sobre todo, que se olvidara de la muerte de su madre que habia sucedido meses atras. Luego, volviendose hacia el guardia de seguridad del traje negro que esperaba inmovil como un soldado ingles a pocos metros de distancia, Albert hizo un leve gesto con la mano para que se acercara el empleado. -Toma hija, creo que esto es tuyo. dijo, tomando algo de las manos del empleado y colocandolo justo despues de la cabeza de Mel. Al instante reconocio su vieja gorra azul para mascotas de los Yankees de Nueva York , el equipo de beisbol que amaba de nina. Ya ni siquiera recordaba las reglas del juego, ya que en Brasil el deporte popular era el futbol, pero no podia contenerse ante algo que le recordaba tanto a su infancia. -Wow! Pense que lo habia perdido durante el traslado a Brasil. Muchas gracias papa! – le agradecio Melissa, mientras ajustaba la gorra en su cabeza. -No, hija, no me lo agradezcas todavia. Tengo otra pequena sorpresa para ti y creo que te complacera mucho mas que esta. Incluso sin fuerzas debido al viaje y su cuerpo pidiendo a gritos una cama, la apariencia cansada de Melissa se animo repentinamente . Tenia curiosidad por saber de que hablaba Albert. ?Sorpresa? Dijo Mel , frunciendo el ceno. – Ah, padre, dime … por favor. -No puedo. Tendras que ser paciente. Por ahora, creo que sera mejor que caminemos a la limusina. Aunque parte de la ciudad esta pasando las vacaciones de verano en los Hamptons , el trafico de Manhattan puede no ser muy bueno a esta hora. dijo, senalando el equipaje de Melissa para que lo llevara el guardia de seguridad. Aunque no le pagaban por eso , sin embargo, lo hizo de todos modos, sin lugar a dudas. – Vamos! No he estado en una limusina en mucho tiempo. Creo que ni siquiera recuerdo como es por dentro … Mel exagero, recordando sus dias de infancia, cuando todavia iba y venia por Manhattan, llevada a donde quisiera por el chofer de su padre. Un coche como ese estaba muy lejos de la realidad que ella vivia en el interior de Brasil. Como su madre y su tia Veronica habian abrazado la causa ambiental, siempre preferian usar bicicletas o transporte publico para ir a algun lado. Obviamente, no eran las formas mas faciles y rapidas de moverse, sino formas politicamente correctas para evitar que se arroje innecesariamente mas dioxido de carbono al aire y se agote la capa de ozono. ?Que dirian las dos si vieran a Mel entrar en una limusina que gastara tanto combustible ? La chica ni siquiera se lo queria imaginar … Pero tambien, ?que podia hacer ella? Su padre estaba en la lista de los 100 hombres mas ricos de los Estados Unidos segun la revista Forbes. Si no tuviese una limusina, ?que utilizaria ? Autobus? Metro? Coches compartidos? En realidad no … Eso era para los mortales pobres, no para el poderoso propietario de la cadena hotelera The Meditterranean . Y, como hija del dueno, Melissa tendria que acostumbrarse nuevamente, voluntaria o involuntariamente, a esta vida llena de mimos y privilegios. Albert cruzo rapidamente el vestibulo, feliz de tener a su hija de regreso a su lado y, cruzando la puerta automatica que conducia a la calle, se dirigio hacia la magnifica limusina que se detuvo ante ellos con precision cronologica. -Entonces? ?Lista para tu primera vuelta? pregunto, mientras el chofer abria la puerta del lujoso coche para que la chica entrara. Al ver la limusina justo delante de sus ojos, Mel trago, totalmente deslumbrada. Era dificil pensar en los casquetes polares que se derretian a miles de kilometros de distancia gracias a las emisiones de CO2, cuando algo tan hermoso, brillante y lujoso estaba parado frente a ti. -Disfruta, querida . Es del hotel y solo atiende a clientes VIP , pero hoy ordene que estuviera completamente a tu disposicion. – Una limusina? ?Solo para mi? Vamos , papa, a esto llamas una pequena sorpresa? – Mel se admiraba a si misma mientras se acomodaba en el suave asiento del auto. Albert se sento a su lado riendo y despues de cerrar la puerta de la limusina, fue al frigorifico y tomo una botella de agua mineral Glaceau para calmar su sed. -Pero no dije que esta sea la sorpresa. continuo, recordando lo que les esperaba en el restaurante del hotel. – Aun no has visto nada, hija. Y para ser sincero, las emociones de esta noche apenas comienzan. Capitulo 2- PIMIENTA Y DIENTES Despues de tantas retenciones tipicas de Manhattan, la limusina entro en Park West Street, donde se encontraba el famoso y admirado hotel The Meditteranean . Con sus ojos atentos al continuo movimiento de personas caminando por las aceras esa tarde, Mel pronto reconocio el maravilloso verde de Central Park que aparecia en el lado derecho de la calle. – ?Estamos ahi? pregunto ella, ajustando sus odiadas gafas que insistian en deslizarse casi hasta la mitad de la nariz. -No creo que no estes reconociendo el hotel, hija. A pesar de que se sometio a algunas renovaciones, no esta tan diferente. dijo Albert, saliendo del coche . Cuando Mel salio de la limusina y miro la imponente fachada del Mediterraneo , le era imposible no admirar, como si fuera la primera vez, el majestuoso hotel frente a ella. Es cierto que habia crecido en esos pasillos y conocia incluso los detalles mas pequenos del lugar, sin embargo, despues de tantos anos de distancia, regresar y mirar todas esas pequenas ventanas blancas, las banderas estadounidenses ondeando en el viento y los pisos que casi se perdian de vista. Fue emocionante para ella. ” Wow, no puedo creer que este aqui de nuevo ” , penso Mel mientras entraba en el gran salon de The Meditteranean con su padre. Cuando pisaron la lujosa alfombra que completo la sofisticacion del lugar, Melissa pronto fue reconocida por el gerente del hotel, y tambien por el imbecil encargado del hotel de su padre, Pierre Le Blanc. Al mismo tiempo, dejo el mostrador donde estaba supervisando al personal que registraba a los huespedes , para sonreir y encontrarse con ella y Albert. -Mademoiselle Fenner , que honrra los terrmes aqui! Pero, maldito mon Dieu , !como creciste y adelgazaste ! ?Cuando fue emborra dificilmente podria olharr porr el balcon y agorra es mi tamano. Oh! Me estoy haciendo viejo. Dijo dramaticamente, con su acento frances divertido que se nego a perder. -Es bueno verlo tambien, senor. dijo la chica, todavia un poco timida. Mel sabia que habia cambiado mucho, despues de todo, habia perdido varios kilos y era mucho mas alta, pero estar alli escuchando ese bla bla bla acerca de cuanto pero habia perdido y crecido era casi una tortura. No le gustaba recordar sus dias de “peso pesado” como algunos companeros de escuela la llamaban en ese momento. "Si , es verdad. Era una bola de manteca que tenia un trasero mas grande que la luna y del tamano de un enano. Satisfecho? “Fue la respuesta grosera que tenia en la punta de la lengua, pero que no se atreveria a decir Era demasiado educada y no le gustaba herir los sentimientos de los demas. Afortunadamente, uno de los empleados del hotel arrojo torpemente el equipaje de un huesped importante del carrito del equipaje y Pierre dejo la conversacion para ir y reganarlo con toda la autoridad que el trabajo del gerente le garantizaba. Solo despues de deshacerse de Le Blanc, Melissa puede notar realmente el impresionante entorno a su alrededor. El vestibulo del hotel parecia mucho mas lujoso ahora que en su infancia. En el centro estaba la gran recepcion flanqueada a la derecha y a la izquierda por dos escaleras de marmol gigantes, por las que siempre se deslizaba por la barandilla para desesperacion del gerente Le Blanc. Ahora habia un pequeno salon luego de la entrada, para la comodidad de los huespedes y visitantes, asi como muchas plantas, flores y obras de arte que se extendian a traves de las diversas paredes del lugar decoradas exactamente en estilo europeo. En el techo, ademas de una pintura inspiradora con angeles y nubes, estaba el costoso candelabro de cristal, con un diseno firmado por Tiffany, que era dificil de no notar debido a su intenso brillo. A pesar del poco tiempo que paso en el Salon, Mel quedo impresionada por lo sumamente sofisticado que era ahora The Mediterranean . -Es maravilloso, lo se. – dijo Albert en el elevador , mientras miraba a la nina a traves del reflejo del espejo lleno de arabescos florales. – Hoy somos el segundo mejor hotel de Manhattan. Solo estamos detras del Plaza. Pero ya estamos haciendo mejoras para resolver esta situacion. -Dios, papa, no pense que The Mediterranean estuviera asi. Parece mas un palacio que un hotel. – exagero Melissa. -Si, pero ahora es tu palacio, querida. – Anadio sonriendo, saliendo por la puerta de metal que acababa de abrir. En el pasillo bien iluminado lleno de pequenas estatuas de marmol, Mel y su padre caminaron hacia la puerta de madera y vidrio del Chateau D’ore. A pesar del silencio pedregoso que dominaba el lugar y la ausencia de personas que entraban y salian del restaurante, lo que seria normal en ese momento, la chica no se dio cuenta de la misteriosa atmosfera que se cernia alli. -Tu primero, hija. – ordeno Albert enigmatico, empujandola ligeramente por la espalda. Cuando Mel entro en el restaurante, todavia vacilante, se vio sumida en la oscuridad. Al no ver nada frente a ella , penso en retroceder unos pasos hacia la puerta, pero de repente se encendieron las luces y cayo una lluvia de globos de colores y mucho papel picado. Varias personas, en su mayoria adolescentes que estaban dentro del restaurante, la recibieron dandole la bienvenida. -Es un placer tenerla con nosotros, senorita Fenner . Sea bienvenida. – dijo una mujer con cabello rojo, apareciendo justo frente a ella . Parecia haber pasado la treintena recientemente y tenia ojos en forma de almendra que la hacian sentir envidia. Mel abrio la boca, pero todavia estaba demasiado sorprendida para responder algo. ?Quienes eran todas esas personas? ?Y por que demonios tu padre no te advirtio sobre eso? Al menos podria haberse puesto ropa mas presentable que la que llevaba puesta. -Querida, esta es Rebeca Pitty, mi secretaria personal. Ella fue quien me ayudo a planear toda esta fiesta para ti. dijo Albert, senalando a la mujer. -?Ah, si? Gracias , senorita Pitty. – saludo Mel, todavia un poco confundida , pero devolviendo la sonrisa amistosa a la secretaria. Sophie, que estaba a solo unos metros de distancia, se acerco a los tres, seguida de cerca por Chloe y Vicky , sus inseparables amigas que se parecian mas a un par de guardaespaldas que la perseguian. Cuando las hermanas finalmente se encontraron cara a cara, Mel tuvo la ligera impresion de que Sophie no estaba muy entusiasmada con su regreso. La miro de arriba abajo como si la ropa de Melissa fuera una ofensa en ese lugar, y respiro hondo, como lo haces cuando vas a tomar una medicina horrible. -Bienvenida, Melissa. – dijo la hermana entre dientes, abrazandola con cuidado para no arrugar su top de Marc Jacobs . Gracias a Mel, Sophie se estaba perdiendo el lanzamiento de la nueva coleccion de Rihanna en una galeria super moderna en Soho , la meca de la moda de Nueva York, y no estaba contenta con eso. Su presencia alli era obra de Albert, que le habia ordenado que asistiera a la fiesta de bienvenida de su hermana bajo la pena de cancelarle todas las tarjetas de credito si no se presentaba. -Es bueno verte de nuevo, Sophie. – l respondio Mel, un poco timida . – Ha pasado tanto tiempo, ?no? -Sabes que ni siquiera me di cuenta? – respondio la hermana, con un timbre seco en su voz. -Wow! Pense que eran gemelas como Mary Kate y Ashley Olsen, pero al mirar a ambas ahora, se puede ver que tienen muy pocas cosas en comun. – Comento Vicky , analizando a Mel como si fuera un animal exotico en exhibicion. De hecho, las hermanas no eran muy parecidas. Despues de todo, no eran identicas , y el tiempo habia colaborado aun mas para acentuar estas diferencias. Sophie era hermosa como una pintura. Tenia el pelo rubio liso y la piel blanca que la hacia parecer una muneca de porcelana, ademas de tentadores ojos azules y finos labios rosados. Aunque Mel tenia el mismo color que los ojos y el cabello de su hermana, al mirarla se sentia fea. En realidad no lo era, pero cuando se comparo con Sophie, descubrio que su cabello ondulado y opaco no se comparaba con el de ella . Si solo Albert le hubiera contado sobre la fiesta antes, tal vez habria logrado vestirse un poco para no verse tan sin sal frente a todas las personas elegantes y bien arregladas. !Oh, como queria salir de alli y volver a Brasil! “?Tienes alguna preferencia musical, querida ?”, Pregunto Albert de repente. – No tenia idea de lo que te gustaba, asi que contrate una banda y un DJ especialmente para tu fiesta de bienvenida. Que quieres escuchar -Bueno, hmm … Dejame ver … Realmente me gusta esa cantante, Pink, ?sabes? – dijo Mel, fingiendo no darse cuenta de que Sophie miraba sus zapatillas grises All Star y arrugaba su nariz. Aunque no tenia idea de a quien era esa “Pink” que mencionaba su hija, Albert fue inmediatamente a un rincon de la habitacion para responder a su solicitud. Alli, apretujados entre el bar y la puerta del balcon debido a la cantidad de invitados a la fiesta, estaban Aaron, Marvin y Doug, ya en posesion de sus instrumentos, esperando que Albert pasara su repertorio para comenzar otro espectaculo sin sentido. -Bueno, ya que Sophie no nos presenta, soy Victoria McQueen. dijo Vicky , extendiendo la mano para estrechar la mano de Melissa. -Hola, bienvenida . Ya me conoces, soy Chloe Von Bondenburg . – saludo a la otra chica con cabello castano, flequillo corto y ojos color miel. – Chloe ” Dumbo “? ?La que estudiaste conmigo en la Academia Sinclair ? !No puede ser! !Tenias orejas enormes! Mel disparo, sin querer. Sophie y Vicky se miraron con miedo, esperando que Chloe explotara. Melissa habia tocado inadvertidamente un tema delicado para la chica y eso era sinonimo de detonacion, pero en lugar de una respuesta grosera, Chloe se sonrojo.

  • Tension Mecanica de Jorge Borges

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    El taller mecanico de Dani era el mejor de Santa Fe, sin dudas los mas experimentados profesionales se encontraban ahi y por supuesto todos lo tenian como primera opcion a la hora de llevar su coche a una revision. Pero, las cosas iban mas alla de eso. En el ultimo ano las filas de coches llegaban hasta la esquina y eso era a diario, algo que le gustaba mucho a Dani, pero, que habia causado molestia en el resto de la competencia, puesto que algunos clientes cambiaron de taller al que ahora era el mas exitoso. Claro, que a nivel de marketing y ventas se veia asi, pero, cuando se veia la situacion mas de cerca se podia notar con exactitud lo que estaba sucediendo ahi. El publico era en su mayoria chicas que realmente no iban por una falla muy grande o por algo importante, de hecho a veces iban a solo revisar la presion de las llantas o a ver una pequena falla que no era urgente, el punto es que necesitaban ver al mecanico mas apuesto y sexy de toda la ciudad y su alrededores. Esa era la razon principal. Lo cierto es que gracias a ese fenomeno pasaban dos cosas interesante. Lo primero era que cuando el negocio se veia tan lleno atraia a mas clientes y lo segundo es que los ingresos cada vez eran mas grandes, Santa fe era una zona donde vivia gente muy acaudalada y a esas chicas no les importaba lo que tuvieran que pagar por ver a ese hombre y quiza, si corrian con suerte, podrian concretar una cita o algo mas. Para el resto de los mecanicos tambien era algo agradable, que aunque no fuese con ellos, mirar a esas hermosas mujeres que siempre iban muy bien arregladas y dispuestas a todo. Dani por su parte no veia mas que el exito del taller y entonces dejo a su mecanico estrella para atender a las chicas durante el dia, era un trabajo bastante facil y ademas del pago semanal, que por cierto era el mejor de todos los talleres de la ciudad, obtenia algunas propinas y por su puesto una chica cada fin de semana, era algo realmente bueno, algo que ni en su mejores suenos habia podido concretar. Jorge es el nombre de ese mecanico y Dios de las chicas que llegan a reparar su coche. Era un hombre alto, musculoso y ademas muy atento. El se habia convertido en un sueno para las chicas de la ciudad sin importar su edad ni su situacion sentimental, el era lo que todas querian, el era ese bombon que necesitaban en su cama. Siempre estaba con su uniforme bastante sucio, pero, eso era un atractivo para ellas, era la manera de demostrar parte de su rudeza y la verdad es que lo hacia ver muy sexy. La combinacion de sudor y quiza algo de grasa en sus brazos, manos y rostro lo hacia ver como un galan de la peliculas para adultos. La uniforme cubria la mayor parte de su cuerpo, pero, eso no evitaba que ellas imaginaran mucho mas de lo que podian ver. Las cosas empezaban con su mirada penetrante y muy sensual que las atrapaba desde el primer momento. Eso iba acompanado de un rostro que parecia moldeado por algun artista con las manos de un angel, mas alla, la ropa ajustada hacia un gran bulto en su entrepierna. Todas sabian que detras de toda esa suciedad habia algo muy interesante. Era el hombre mas masculino y atractivo de Santa Fe y los rumores de el se fueron corriendo muy rapido cosa que trajo como consecuencia el exito rotundo del taller de Dani en donde encontraron grande profesionales que trataban los coches como verdaderas joyas. Todo se iba bastante bien y ninguno se quejaba de lo que estaba pasando. Jorge tenia solo un ano en Santa Fe y desde su llegada habia causado sensacion, pero, en un principio no con las chicas. Dani, el dueno del taller, lo contrato un dia cuando llego al negocio y a modo de prueba lo dejo un dia con un coche con el cual todos el resto de su equipo de trabajo habia tenido problemas sin encontrar la falla exacta, pero, para el nuevo parecia algo completamente sencillo. En menos de dos horas Jorge habia resuelto el asunto sin problema, logro hacer lo que ninguno, incluso Dani, habia podido hacer. La verdad es que la manera en que abarco la falla y la forma en que lo resolvio impresiono a todos ahi y sin dudarlo le dieron el empleo, estaria trabajando con ellos desde ese mismo dia. Eso resulto en una gran noticia para Jorge que estaba llegando a Santa Fe en busca de una nueva vida, en busqueda de algo mejor para el. Inmediatamente, con lo que habia ahorrado en sus trabajos anteriores, busco un departamento para rentar y sin buscar mucho consiguio el que seria perfecto para el, la verdad es que sin importar donde escogieras en esa hermosa ciudad, se encontraria con mejores viviendas que las que habia de donde venia. El departamento no tenia muebles ni nada y por supuesto el habia llegado solo con algunos billetes y un poco mas en su cuenta bancaria. Pero, por lo momentos no le importaba si tenia que dormir en el suelo, poco a poco podria comprar las cosas con el sueldo que tenia en su nuevo trabajo. La primera noche ordeno una pizza enorme para el solo y se quedo pensando en muchas de las tantas cosas que tenia por delante, ahora si podia comenzar a hilar un mejor futuro, el que siempre habia querido. No seria facil sacarse de la mente y del corazon todas las cosas por las que paso en su antiguo pueblo, pero, era joven aun y con el tiempo las cosas serian mejores para el. El hombre venia de un pueblito muy pobre a unas cuatro horas de Santa Fe, la verdad es que cada dia trabajaba y rezaba para salir de ahi y estar lejos tanta delincuencia y malas personas, necesitaba dejar de preocuparse porque una bala perdida entrara a su casa despues de un enfrentamiento entre bandas, necesitaba alejarse lo mas posible de todas esas cosas que lo maltrataban psicologicamente y no lo dejaban vivir realmente. Jorge era un hombre fuerte a nivel mental y fisico, pero, hasta el mas rudo necesitaba algo de paz en algun momento. Las cosas en ese lugar eran insoportables, desde siempre fueron asi. El se formo en la escuela principal y logro graduarse, pero, despues cuando intento ir a la universidad, no pudo hacerlo, puesto que en uno de esos enfrentamientos entre bandas perdio a sus dos padres que venian de trabajar juntos aquel fatidico dia cuando las balas los alcanzaron y entonces les sego la vida. Entonces Jorge se quedo completamente solo con su hermanito de 4 anos y tuvo que comenzar a trabajar desde ese mismo dia para que pudieran subsistir y desde ese momento su sueno de estudiar arquitectura se desvanecia completamente. La situacion para el fue bastante dificil, pero, todo lo hacia para su hermano lo tuviera todo, no importaba nada mas. Nunca estuvo preparado para algo asi y menos con solo 18 anos. Pero, la vida y las situaciones lo llevaron a eso, y no tenia otra opcion, aprendio muchas cosas en el camino que lo ayudaron a trazar un plan de vida a largo plazo. Ademas lo estaban preparando para uno de los momentos mas dificiles que le pudiera tocar, algo en lo que nunca penso. Una de las cosas mas importantes para el fue cuando comenzo a trabajar en un pequeno y pobre taller mecanico en el centro del pueblo donde vivia. En un principio no sabia nada sobre coches o motores, pero, poco a poco las cosas fueron cambiando para el, pues no solo se hacia un experto en la materia sino que ademas se enamoraba de todo lo que significaba la mecanica automotriz. Definitivamente Jorge habia nacido para eso y cada dia se sentia mas identificado con lo que hacia, solo su hermanito era mas importante para el, y lo mejor es que le pagaban por hacer lo que le gustaba, de hecho nunca lo vio como un trabajo sino como una pasion. Conforme pasaba el tiempo, el se iba acostumbrando a su nueva vida, a ser mas responsable y se sentia un poco mas desahogado ya que tenia un empleo con un sueldo fijo que lo ayudaba con todas las cuentas. Pudo conseguir a una senora que cuidara a su hermano mientras el trabajaba, la ventaja es que vivia muy cerca de la casa y se quedaba hasta la hora que llegara, no importaba cual, la senora era muy servicial y ademas necesitaba el dinero que Jorge le pagaba por sus servicios. Su vida era una total rutina, pero, la verdad es que li disfrutaba al maximo, tanto como podia. Su unica distraccion era el momento en que hacia ejercicios en un gimnasio improvisado en la calle que estaba justo frente al taller. Cada tarde, al salir del trabajo, se dedicaba una o dos horas a un entrenamiento fuerte y decidido que le fue dando un cuerpo muy musculoso con el paso del tiempo. Los anos pasaron y Jorge seguia en el mismo trabajo y ahora con un hermano mas grande que ya iba solo a colegio y se mantenia en casa sin dar muchos problemas. Una tarde viajo con su jefe a Santa Fe a entregar un coche al que se le estaba haciendo un trabajo bastante importante, era de un cliente muy adinerado y solo necesito de unos minutos para enamorarse de aquella ciudad, era algo completamente nuevo para el que por primera vez salia de su pueblo, no se imaginaba como eran las cosas afuera mas que por lo que veia en las peliculas, pero, estar en una ciudad tan bonita y limpia le abrio los ojos. Desde ese momento no quiso otra cosa mas que ir a vivir alla, donde todos su suenos se podrian hacer realidad, se iria con su hermano y le daria una nueva vision del mundo. Pero, para lograr todo eso tendria que trabajar mucho mas, tendria que dar todo de si y ahorrar mucho dinero. Jorge estaba dispuesto a todo, pero, las cosas no se le dieron muy bien en un principio cuando comenzo a salir con mujer y descubrio que se le hacia muy facil tener a la que quisiera, las chicas se convirtieron en una especie de droga para el y entonces lo retraso en su necesidad de irse de ahi. Ahora las cosas eran diferentes porque a pesar de que sonaba con irse a la gran ciudad, no podia despegarse de la chicas que lo rodeaban, era imposible para el dejar todo lo que estaba cultivando en su propia tierra, seria una locura dejar a todas esas chicas que se morian por el. Cada noche tenia a una diferente si asi lo deseaba, las buscaba en cualquier lugar y el resultado era el mismo, se sentia como el hombre mas afortunado del mundo y siguio sacandole provecho a todo eso, pero, por otro lado seguia manteniendose en ese lugar tan peligroso y lleno de cosas malas, seguia estando en la misma casa en la que no queria estar realmente. Una noche salio y volvio a casa temprano con una nueva presa. Era una jovencita maravillosa y muy hermosa y ademas tenia un cuerpo extraordinario. Algo que el nunca habia visto por la zona. Ella habia quedado completamente enamorada de Jorge desde el primer momento en que lo conocio y estaba decidida a dar el todo por el todo para poder quedartelo para siempre, la chica no queria sol una noche, lo necesitaba para siempre. Las cosas se dieron de maravilla esa noche. Jorge la follo con mucha pasion y dejandola con ganas de mas, la chica pedia a gritos que la complaciera sin para y por supuesto el no se quedaba atras, la efusividad y la manera de hacer las cosas por parte de esa nueva conquista, lo llevaba a los extremos del deseo. Cuando amanecio ella estaba en una cama solitaria y no veia a Jorge por ningun lado, entonces se levanto y se enrollo una sabana alrededor para salir a buscar a su nuevo novio, al que ella queria para toda la vida. El hombre estaba en la cocina y hacia algo que parecia ser el desayuno. La chica lo miro y quedo completamente anonadada con su musculosa espalda que cada vez que la veia parecia mas ancha y atractiva. Ella se acerco con cuidado y lo abrazo sorpresivamente, pero, el no reacciono de la manera en que lo esperaba. Fue un tanto esquivo. -- Buen dia. Pense que despertaria a tu lado. -- Debo irme al trabajo. Salio algo urgente. -- Entiendo. ?Puedo esperarte aqui mientras llegas? La pregunta parecio mas que nada ofensiva para Jorge quien volteo de inmediato y la miro fijamente a los ojos. -- ?Esperarme aqui? No. Debes irte a tu casa. -- Pero, anoche... Yo pense... -- Disculpa... Jorge olvido el nombre de la chica, pero, de igual manera siguio. --... pero, a pesar de que todo estuvo muy genial anoche, es algo que ya quedo en el pasado. No estoy buscando una relacion Ella lo miro asombrada. La chica se habia armado una historia en su mente que iba completamente alejada de la realidad. -- Acepte a estar contigo solo porque pense que esto seria algo serio. -- !Por Dios, te conoci anoche! ?Como pensaste algo asi? -- !Eres un idiota! -- Vamos a ver... Primero que nada, calmate. El intento tomarla por un hombro y llevarla a una silla, pero, ella se movio con fuerza y evito que el la alcanzara. -- !No, Jorge! !Tu me prometiste que...! -- !Oye, no me grites! !Yo no te prometi nada! Anda a vestirte y dejame en paz. -- !Eres un imbecil! La chica se movio con rapidez y lanzo la puerta de la habitacion despues de entrar muy molesta. Jorge solo se limito a mirarla y entonces siguio con lo que estaba haciendo. La verdad es que el no era un mal hombre, pero, tampoco permitiria que nadie le hablara asi y menos en su propia casa. El trato de calmarse un poco y miro por la ventana. Su hermanito venia caminando con las cosas que el le habia mandado a comprar a la tienda de la esquina. Cada vez se veia mas grande, estaba muy orgulloso de el, era la unica familia que tenia. En ese momento la chica salio de la habitacion de la misma manera en la que entro y entonces ni siquiera miro a Jorge al salir. Solo se limito a gritarle: -- !Pudrete, infeliz! Pero, entonces, ella abrio la puerta principal y salio disparada encontrandose de frente con el pequeno hermano de Jorge. La chica lo tropezo tan fuerte el nino perdio el equilibrio y entonces la vida de todos cambio para siempre.

  • Joder si te quise (Somos Agua 1) de Elsa Garcia

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    Hana odia gimnasia, al senor Sagarra y su mote. Pero, sobre todo, odia su cuerpo. Asi que lucha contra el. Lo castiga, lo lleva al limite y comienza una guerra en la que se cree vencedora, sin saber que en ese juego nunca gana nadie.Victor y Gabi adoran sus vidas, sus fiestas y su independencia. Pero, sobre todo, adoran a Hana. Seguramente, mas de lo que es recomendable para los tres. Al menos, si quieren seguir siendo amigos…

  • Y cuando no queria enamorarme apareciste tu de Maru Rasia

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    A veces la vida nos pone obstaculos en el camino y nosotros decidimos si pisarlos y sufrir las consecuencias o sortearlos y seguir nuestro rumbo.
    Una exitosa y prestigiosa neurocirujana, que ya no cree en el amor, tiene que tomar la decision mas dificil de su carrera, la cual tendra graves consecuencias.
    Un hombre sin empleo, casado y con dos pequenas hijas debe aceptar el reto mas arduo que le propone la vida.
    Sus vidas se encontraran en un momento crucial.
    ?Seran capaces de olvidar el pasado y de afrontar lo que el destino les tiene preparado?
    Descubrelo junto a Isabella y Francisco.

  • Las pioneras de Rita Levi-montalcini

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    “Este libro -escribe la mitica biologa Rita Levi-Montalcini, Premio Nobel de Medicina- esta destinado a las nuevas generaciones. Su objetivo es hacerlas conscientes de las fundamentales aportaciones cientificas que hicieron sus antepasadas desde dos siglos antes de la era cristiana hasta el siglo XX. Durante siglos las mujeres estuvieron excluidas. En el pasado las que destacaban por su sabiduria se consideraban brujas y eran enviadas a la hoguera, e incluso cuando se abolio esta persecucion, tan feroz como absurda, los filosofos y los cientificos, incluidos los conocidos como ‘ilustrados’, siguieron alimentando el mito de la absoluta superioridad intelectual del hombre”. Para demostrar que las mujeres tambien tienen un pasado, y un presente, cientifico, mostrando al mismo tiempo las injusticias y dependencias que tuvieron que sufrir a lo largo de siglos, el procedimiento que Rita Levi-Montalcini y Giuseppina Tripodi han seguido en este apasionado y apasionante libro es presentar la incuestionable evidencia que proporcionan sucintas biografias de mujeres cientificas como las matematicas Hipatia, Sophie Germain, Sofia Kovalevskaia y Emily Noether, las astronomas Caroline Herschel, Williamina Fleming, Henrietta Leavitt, Cecilia Payne Gaposchkin, Margaret Burbidge y Vera Rubin, Mary Wortley Montagu, a la que tanto debe la vacunacion moderna, las fisicas Emile du Chatelet, Marie Curie, Lise Meitner, Irene Joliot-Curie, Maria Goepper Mayer y Chien-Shiung Wu, quimicas como Rosalind Franklin y biologas como Gerty Cori, Barbara McClintock, Dorothy Crowfoot Hodkin y Christiane Nusslein-Volhard .

  • Mi vaquero indomable de Emma G. Fraser

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    Michael es un vaquero que intenta salvar su rancho de la ruina para evitar venderlo a Aaron Walker, un millonario que se esta haciendo con todos los ranchos de la zona a cualquier precio. Emelie es una veterinaria que vivio su ninez en un rancho justo al lado de Michael. Ambos fueron amigos y no han podido olvidarse a pesar del tiempo y la distancia.Emelie vuelve al rancho anos despues para ponerlo en venta, pero su reencuentro con Michael le traera recuerdos y sentimientos que creia olvidados. La joven intenta ayudarlo con su rancho, pero su incursion le causara problemas con Aaron Walker. ?Podran dar rienda suelta a sus sentimientos y sortear los peligros que conlleva enemistarse con Walker?

  • El brazalete magico de Rocio Rueda Sastre

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    Lara pasa las vacaciones en Atenas para visitar a su padre, que se encuentra en la ciudad griega trabajando en una excavacion. Haciendo turismo, Lara entra en una tienda de antiguedades en la que un misterioso anciano le regala un brazalete. Ese brazalete conectara a Lara con uno de los secretos mejor guardados de la humanidad, el de la poderosa espada con la que lucho Alejandro Magno y con Elisa, una de las sacerdotisas de Atenea en la antigua Grecia. (2010-10-19)

  • Crimen perfecto de Brenda Novak

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    Esos tipos que mataban a sus esposas no tenian la menor idea de como hacer las cosas bien, de como liquidarlas y salir despues de rositas. Malcolm Turner fruncio el ceno disgustado mientras aparecian los creditos que senalaban el final de un programa basado en crimenes reales que acababa de ver en la television. El de aquel dia habia tratado el caso de un enfermero que habia asesinado a su esposa, una mujer rubia y respondona. Por lo que a Malcolm concernia, se merecia la muerte, porque se habia comportado como una autentica perra. ?Pero que clase de estupido hablaba con nadie de cloruro de succinilcolina justo antes de utilizarlo para poner fin a una vida? --Que estupidez --musito Malcolm. Miro de nuevo a su esposa, que dormia a su lado. Cuando el matara a su mujer y a su hijastro, nadie se haria ni una sola pregunta. Creerian exactamente lo que queria que creyeran, porque el sabia lo que se hacia. No podia ser de otra manera. Al fin y al cabo, llevaba quince anos trabajando como policia. Capitulo 1 Mary tenia muy buen aspecto. Mejor que cuando estaba en el instituto. Habian aumentado sus curvas, su rostro mostraba una nueva sofisticacion y parecian ocultarse muchas cosas tras su sonrisa. Pero se mostraba recelosa. El divorcio le habia pasado factura. Y estaba completamente entregada a sus dos hijos. Malcolm, que estaba parcialmente oculto tras un alamo, cambio de postura y se agacho al oir el ruido de un motor. A juzgar por el volumen de la musica de lo que parecia ser un potente automovil, el conductor del coche que se acercaba debia de ser un adolescente tan ensimismado y despistado como todos los de su edad. Pero aun asi, no queria que le viera mirando por la ventana de Mary. El coche, con los bajos atronando a traves de los altavoces, paso sin reducir la velocidad. El sonido de la musica y del motor se fueron desvaneciendo y el vecindario volvio a quedar envuelto en el silencio de la noche. Aquella era la hora en la que a Malcolm le gustaba contemplar a Mary. Pero a veces, si pensaba que habria vuelto ya del trabajo, tambien se acercaba de dia. Desde que se habia quedado sin trabajo le resultaba dificil llenar las veinticuatro horas del dia. Su nueva vida no se parecia en absoluto a lo que habia imaginado cuando habia comenzado a planificarla. Echaba de menos a sus viejos conocidos, se moria de ganas de ponerse en contacto con alguno de ellos, pero todos le daban por muerto y el preferia que asi fuera. A lo mejor esa era la razon por la que, al cabo de tantos anos, se habia decidido a localizar a su primer amor y le habia seguido hasta California. De otro modo, no tendria ningun sentido aquel impulso de reencontrarse con el pasado. Veinte anos atras, se habia alejado de su lado sin preocuparse si quiera. Se habia casado dos veces, se habia divorciado una y… No queria pensar en lo que le habia hecho a su segunda esposa. No se arrepentia de haberla matado, ni de haber matado a su hijastro. Se lo merecian. Pero desde que se habia jugado la mayor parte del dinero del seguro que se habia llevado de Jersey, se veia obligado a vivir en casas miserables que alquilaba en areas rurales, en las que el olor a estiercol era tan fuerte que a veces se sentia como si estuviera rodeado de excrementos de animales. Era dificil conseguir algo mejor cuando solo tenia acceso a trabajos en companias de seguros de segunda categoria por los que le pagaban poco mas que el salario minimo. Maldijo en silencio al recordar su ultimo empleo. No le molestaba tanto lo exiguo del salario como la falta de respeto. Despues de haber sido un autentico policia, no lo soportaba. Rebusco en la bolsa que llevaba siempre con el y se sento cerca de la ventana para poder disfrutar de una mejor vista de Mary mientras esta consultaba su ordenador. Probablemente esperaba tener noticias suyas. Diciendo ser alguien a quien Mary una vez habia conocido brevemente, se habia puesto en contacto con ella a traves de la web en la que Mary publicitaba sus joyas y habia conseguido mantener una relacion con ella. Pero aquella noche no le bastaba con esconderse tras un alias y un ordenador. Estaba aburrido, inquieto. Despues de pasar unos cuantos minutos frente al ordenador, Mary se levanto y comenzo a apagar las luces de la casa. Tenia dos hijos en edad escolar y trabajaba como enfermera, de modo que sus horarios eran extraordinariamente predecibles. Malcolm sabia que de alli iria al dormitorio, bajaria las persianas y el espectaculo habria terminado. A no ser que no se molestara en bajar las persianas. Durante los meses que llevaba observandola, solo se habia olvidado de bajar las persianas en una ocasion, pero eso le hacia albergar esperanzas. Se dirigio a escondidas hacia el otro lado de la casa, se agacho detras de un seto y espero a que entrara en el dormitorio. La vio llegar, encender la television, apartar la ropa que antes habia doblado y sentarse en una butaca. Despues se acerco a la ventana. Estaban a solo unos centimetros de distancia, tan cerca, de hecho, que podia apreciar que se le habia corrido la mascara de ojos, lo que queria decir que se los habia estado frotando. Y entonces bajo las persianas. Mierda. Malcolm se agacho todavia mas. ?Que podia hacer? ?Deberia dirigirse al casino y esperar alli durante unas horas? No. Necesitaba algo mas visceral, mas emocionante. Algo que le recordara el poder del que en otro tiempo habia disfrutado. Jugo con la idea de meterse en la casa, explorar las habitaciones vacias, acariciar los objetos de Mary y robarle una prenda de ropa interior. Quiza incluso de observarla mientras dormia. La tentacion de hacer algo asi era mas fuerte cada dia. Pensaba mucho en ello. Pero temia que pudiera descubrirle y arruinar de esa forma la posibilidad de mantener una verdadera relacion cuando reuniera el valor suficiente como para revelar su autentica identidad. Habia ido demasiado lejos como para echar todo a perder por culpa de su impaciencia. Tenia que marcharse. Pero es no significaba que tuviera que renunciar a la noche. Al pensar en la sirena que conservaba en la furgoneta mejoro su humor. Hacerse pasar por policia no le iba a llevar a la cama de Mary, pero le proporcionaria la adrenalina que tanto ansiaba… y quiza tambien algunos favores sexuales. Tres semanas despues… Jane Burke era capaz de reconocer una oportunidad cuando la veia. Desde que habia empezado a trabajar en El Ultimo Reducto, habia estado esperando que se presentara algun caso que le permitiera demostrar su valia. Y estaba segura de que ese caso acababa de cruzar la puerta de la organizacion.

  • Mala idea de Rebeca B

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    No, no tenia intencion de que me gustara este pomposo chico malo, altanero, tatuado y vanidoso.
    Por muy guapo que fuera, estaba lejos de mis ligas y yo no le alcanzaba a los tacones de las chicas con las que salia. Y realmente, no me importaba. Yo estaba alli haciendo mi trabajo. Para limpiar su basura me pagaban. Lo que no venia venir era descubrir que era mas que solo una cara bonita. Santino, era bello, bello a mas no poder: Cuerpo candente, firme, facciones cinceladas, una sonrisa de marca registrada. Un bombon. Pero la belleza solo sirve para distraer lo ojos, sin embargo, para enamorar un corazon, hace falta mas que eso. Y el era el paquete completo.
    A este punto, si se llegara a enterar de lo que siento por el, chocaria con piedra. Es una estrella de rock, ?Que? ?No lo mencione?, Bueno, aparte de ser increiblemente atractivo, es absolutamente codiciado, y esa fama trae consigo mucho mas de lo que yo le podria ofrecer. Obviamente no me preferiria a mi. Aun que si me lo preguntan, no tengo intencion de dejar de ser su amiga con beneficios. Me gusta lo que ofrece, me divierto y como no, si es nada mas que exquisito. Pero, por todo lo que ello implicaria, nunca deberia saber cuan profundos son mis sentimientos por el.

  • Los amantes anonimos de Salvador Gutierrez Solis

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    Carmen Puerto esta despierta desde hace una hora, pero no quiere comenzar este lunes, esta semana, y finge dormir. Continua, ficticiamente, el sueno de la pasada noche. Ha sonado que paseaba entre las dunas de una blanca y luminosa playa, como si fuera una de las mujeres que aparecen en el cuadro de Alex Katz que cuelga en una de las paredes del salon; que se banaba en un mar esmeralda, agua templada, acogedora; que se tumbaba en la arena, desnuda, relajada. Corria, gritaba, era feliz. Ha sonado que un hombre, alto, moreno y guapo, muy musculoso, el pelo corto y rizado, encrespado, la esperaba tumbado sobre una toalla, tambien desnudo. Cuando llegaba a su lado, el hombre la abrazaba, la besaba, la acariciaba, y comenzaban a hacer el amor. El hombre, se parecia a Alberto pero no era Alberto y hacia el amor hasta quedar sin fuerza, felices ambos, desmayados de tanto placer. A continuacion, reian, bebian cerveza y comian bocadillos, antes de volver a hacer el amor. Cuando desperto, Carmen estaba desnuda y muy excitada, y siguio sonando, ficticiamente, mientras se acariciaba con un pequeno vibrador violeta. Quiere seguir sintiendo a ese hombre a su lado, volverse a banar en ese mar esmeralda, cuando la pantalla del ordenador portatil, que la acompana en la cama, se ilumina. --?Estas despierta? --No, por eso te respondo. --Ese humor tuyo... --El humor tiene horario nocturno. --A veces ni eso. --No escoges la serie adecuada. --No te imagino riendote con una teleserie. --Deberias llevar tu imaginacion al gimnasio... --?Hay gimnasios para la simpatia? --Los cerraron con esto de la crisis. --Y a ti no te pillaba uno cerca... --Te dejo, me voy al gimnasio --en la pantalla de su Iphone puede leer JJ1 . Carmen Puerto minimiza la ventana del chat y atiende la llamada de telefono. --Dime --su voz es seria y ronca, como si pretendiera exhibir que le molesta que la llamen tan temprano, todavia en la cama. Al mismo tiempo, Carmen abre una fotografia en la pantalla de su ordenador portatil: un hombre de unos cuarenta anos, moreno, alto, con nariz prominente, ojos grandes, marrones, cejas muy pobladas, y negras, como su cabello, con facciones agradables, con una gabardina de un gris verdoso. Es Jaime Cuesta. --Carmen, disculpa la hora, pero necesitamos tu ayuda -- la conoce Jaime y sabe que tono de voz y que palabras debe emplear. --?Estas con esa? --enfadada, interrumpe a Jaime. --?Como, quien? --Esa, tu companera o lo que sea, la tal Julia... --Si, si... --disimula Jaime, pero Julia, a su lado, sabe que habla de ella y recrea un gesto de incertidumbre. --Dile que no vuelva a intentar localizarme, que no lo vuelva a intentar, que me deje en paz -- dice Carmen muy despacio, grave, amenazante. --Yo se lo digo, no te preocupes. --Jaime, no me has entendido, quiero que se lo digas ahora mismo... --?Ahora? --Ahora. --Diselo tu --le indica, y Julia arquea las cejas, preguntando. --?Que cono pasa? --le susurra Julia a Jaime, muy cerca del oido. --Yo no voy a hablar con esa tipa, diselo tu... --ordena Carmen. --No creo que... --divaga Jaime, en medio de una situacion, violenta y embarazosa, ante la que no sabe como reaccionar. --Adios, Jaime, adios... --amenaza Carmen con finalizar la conversacion. --Cono. --Adios, adios... --Espera. --Diselo. --Julia, por favor, no vuelvas a intentar localizar a Carmen --por fin dice Jaime, que se lleva un dedo a la sien, escenificando locura, mientras que Julia frunce el ceno, visiblemente contrariada. Hace por hablar, pero Jaime se lo impide, tapandole la boca con la palma de la mano. --Que no lo vuelva a hacer --imagina Carmen la escena al otro lado del telefono. Puede ver a Julia muy enfadada, histerica, haciendo lo imposible por arrebatar el movil de Jaime. --No lo hara --trata Jaime de conservar el equilibrio, contentando a Carmen, manteniendo en silencio a Julia. --Si lo hace... --no concluye Carmen la frase. --No te preocupes. Tras un incomodo silencio de varios segundos, Carmen pregunta con desinteres: --?Que habeis encontrado? --Julia te lo acaba de enviar al WhatsApp. --Julia... --Si, ya lo tienes. Carmen abre una nueva fotografia en la pantalla del ordenador. En ella se puede ver a una mujer de unos treinta y largos, cuarenta tal vez, pelo rubio muy corto, cara delgada, mas atractiva que guapa, cuello muy estilizado, ojos amplios, luminosos, de un azul cielo, sin pendientes en las orejas, de piel blanca. Es una fotografia de Julia Nunez. --Ahora te llamo --interrumpe Carmen bruscamente la conversacion. Julia se separa de Jaime, se muerde los labios y golpea con fuerza su hombro derecho. --!Eres el puto perro de la pirada esta, el puto perro, puto perro, que lo sepas! --le recrimina con violencia. --Vete a la mierda. No se detiene Carmen a contemplar las tres imagenes que ha recibido en su telefono movil, directamente las reenvia a su cuenta personal de correo electronico. El dormitorio permanece a oscuras, apenas unos rayos de sol se cuelan por las primeras rendijas de la persiana. Sin embargo, Carmen se mueve con agilidad en la oscuridad, esta acostumbrada a ella. Abandona la cama, busca a sus pies la parte superior de un chandal azul marino con tres rayas blancas en las mangas, que se coloca a toda velocidad, no cierra la cremallera, y recorre el pasillo y el salon, entre una densa penumbra que fabrica un decorado fantasmagorico; en la cocina, introduce una taza de agua en el microondas, selecciona un minuto en el temporizador, escoge al azar un tarro de capuchino --varios tarros se apilan sin orden junto a la placa de vitroceramica, sobre la encimera--; lia un cigarrillo con tabaco, Cutters Choice; anade dos pastillas de sacarina al agua caliente y cuatro cucharadas de capuchino en polvo; se dirige al desordenado y oscuro salon, durante varios segundos contempla un cuadro de Alex Katz en el que aparecen dos mujeres caminando entre las dunas de una playa --Partida --, en la pared que prosigue al pasillo, y el sueno de la pasada noche regresa fulgurante y electrico durante un segundo. Enciende el cigarrillo y lo coloca sobre un cenicero de cristal, transparente, toma asiento en un sofa de cuero marron, frente a una pantalla de plasma de 50 pulgadas, bajo otra reproduccion de Alex Katz, Blue umbrella , que representa a una mujer con la cabeza cubierta con un panuelo y bajo un paraguas en un dia de lluvia. Conecta la pantalla de plasma y, ayudandose de un teclado inalambrico, accede a su correo electronico y comienza a examinar las tres fotografias que se ha reenviado desde su telefono movil. En la primera fotografia puede ver una blanca y palida mano de mujer, seccionada limpiamente donde arranca la muneca, con las unas pintadas de un rojo intenso. --Un corte limpio, una sierra electrica con toda probabilidad. Sin rastros de sangre, unas en perfecto estado, pintadas una vez fallecida --repite en voz alta lo que escribe en una libreta de pastas verdes. La segunda fotografia corresponde a un pie, seccionado a mitad de tobillo, igualmente blanco y palido, tambien limpio de restos de sangre, igualmente las unas perfectamente pintadas, pero en esta ocasion de un azul marino muy brillante. Con una pequena cicatriz junto al menique, no reciente , tal vez un corte de la infancia, deduce mentalmente Carmen. --?Te gusta el color? --se gira Carmen, y le pregunta al cuadro de Alex Katz que tiene a su espalda: Karen (La sonrisa de Karen ). En la tercera fotografia aparece un corazon humano, cortadas las arterias y venas a ras, dentro de una de esas bolsas de plastico transparente que se utilizan para conservar alimentos. --Vaya, ha pasado por el super --murmura Carmen Puerto, sin apartar la vista de la pantalla. Carmen abandona momentaneamente el sofa de cuero, se coloca en cuclillas delante de la pantalla y, como si estuviera escaneando o memorizando las imagenes, examina las tres fotografias centimetro a centimetro. Se detiene especialmente en las unas pintadas de la mano y pie, en sus llamativos colores. Bebe el resto de capuchino con un gesto de desaprobacion, ya frio, y a ella le gusta muy caliente, lia un nuevo cigarrillo, y marca el telefono de Jaime (JJ1 ). --?Por que habeis sacado el pie y la mano de sus bolsas? --le recrimina a Jaime, nada mas escuchar su voz. --Ahhh --duda Jaime, se lleva la mano libre a la nuca, centra su mirada en Julia, que continua furiosa--, para que se vieran mejor en las fotografias --concluye. --No alteres mortajas, hijo mio ... Habeis manipulado unas pruebas --le advierte Carmen. No puede evitar pensar en Hilario Pino cada vez que habla con Jaime. --Nosotros no hemos hecho nada, ya sabes... De todos modos, lo han hecho siguiendo el procedimiento, no temas, las bolsas tambien van a ser analizadas --trata de ser convincente Jaime. --Cuando hagan las pruebas los batiblancas descubriran que los restos corresponden a tres personas diferentes, a tres mujeres, con toda probabilidad. Pero esto no quiere decir que sean victimas preferenciales --explica Carmen Puerto mientras recorre con su mano la pantalla, tal si estuviera acariciando los miembros encontrados. --Tres mujeres... --intenta decir Jaime. Julia escucha cerca de su hombro. --Tres mujeres de mas o menos la misma edad, si, tres mujeres... --se detiene un instante Carmen, hipnotizada por el azul de las unas del pie--. Estan congelados todos los restos, y me atreveria a decir que hasta hace no tanto estuvieron en un congelador, a muy baja temperatura, veinticinco o treinta grados bajo cero. Seguramente, no se trata de un congelador domestico, mas potente. --Si, estaban congelados... --confirma Jaime, sorprendido. --Teneis que haberlos encontrado en un lugar muy publico, muy popular, necesita llamar la atencion, presentarse ante todos como es debido... a lo grande: es su carta de presentacion. Ya estoy aqui , nos esta diciendo --sigue hablando Carmen mientras no cesa de mirar las fotografias de la pantalla. --Carmen, los han encontrado en tres puntos diferentes -- le rectifica Jaime, y los labios y ojos de Julia fabrican un gesto de satisfaccion. --Joder, tres sitios diferentes, joder, mas a lo grande de lo que imaginaba... Va a por todas el hijo de la gran puta. --Si, en tres. --?Donde? --Madrid, Barcelona y Sevilla. --Joder, joder, si que apunta alto. --Si, y en lugares muy populares, como tu decias --una apostilla de Jaime que contraria a Julia. --Evidente. --El pie en Madrid, en la Plaza del Callao, a escasos metros del edificio Capitol. En Barcelona, en Plaza Catalunya, la mano. El corazon, en Sevilla, a unos pocos metros del Ayuntamiento. En los tres casos, dentro de papeleras, perfectamente envueltos, bien protegidos, en esas bolsas... -- le informa Jaime. --Esas bolsas que han estropeado. --Las van a analizar --repite Jaime. --?Ya hemos comprobado las camaras de seguridad? --Si, y de momento no hemos encontrado nada. --Nada, nada... --replica Carmen y amplia nuevamente las fotografias de los tres miembros. Conoce la posicion de las camaras , escribe Carmen Puerto en su libreta. --Estamos tratando de buscar con cuantas de las denuncias por desaparicion que tenemos coinciden. Estamos en ello, ya sabes... --le gustaria a Jaime ser mas preciso. --Con ninguna coincidira, ya te lo digo --sentencia Carmen y se dirige a la cocina para prepararse otro capuchino--. Todavia no hay denuncias. --?Tu crees? --Necesita llamar la atencion --dice Carmen a la vez que abre fotografias de los lugares indicados, a traves de la aplicacion de Google. --No te puedes imaginar la que se ha montado --comienza a decir a Jaime, pero Carmen lo interrumpe. --?Cuando los habeis encontrado? ?Con cuantas horas de diferencia? --pregunta Carmen, con un lapiz en la mano. --La mano de Barcelona, ayer por la noche. El pie de Madrid cuatro horas despues, sobre las dos de la madrugada y el corazon de Sevilla hace un rato... a las siete. En ese orden los hemos encontrado. --Vaya juerga que se ha metido el cabron --comenta Carmen. Anota en una libreta: BCN, ?sabado 31M/1J?, Mad 1J, ?Sev 1J/2J? --Estamos comprobando si le podria haber dado tiempo a una sola persona... --dice Jaime. --Le ha dado --y rodea con un circulo las abreviaturas de las fechas y de las ciudades anotadas. --?Tu crees? --escucha Jaime en su telefono el crujido, al quemarse, del papel del cigarrillo que Carmen esta fumando. --Estos han sido los fuegos artificiales... --masculla Carmen. --?Fuegos artificiales? --Volvera a matar --sentencia Carmen, al tiempo que despliega sobre la pantalla un programa pirata por el que puede acceder a las camaras de seguridad de los tres lugares en los que se han encontrado los miembros. --?Como? --Volvera a matar. Y no tardara en hacerlo. LUNES, 2 DE JUNIO DE 2014. 9:00 H. A pesar de la llamada que la saco de la cama poco antes de las ocho, Carmen Puerto se entrega a su rutina diaria. Como cada manana, salvo la de los domingos, a las nueve en punto conecta la camara del videoportero de la puerta al ordenador y aguarda la llegada de Jesus mientras fuma, toma un capuchino y escucha las noticias en la radio. Aunque ella misma ha sido la que ha construido y mantiene esta excusa a lo largo de los anos, en realidad no solo lo hace por esperar la llegada de Jesus. En estas esperas, frente a la pantalla del ordenador, cada manana contempla a sus personajes habituales: los clientes del bar de la esquina, en direccion a la Avenida de Andalucia, Manuel, el propietario del taller de motocicletas, y sus caracteristicos silbidos; la duena de la fruteria de la esquina, Rocio, ese anciano de estirado pelo negro que saca a pasear su perro, un boxer con el cuello blanco, a Monica, la dependienta de la pequena tienda de ultramarinos de enfrente. Con suerte, tambien puede contemplar Carmen a otras nuevas personas, desconocidas, anonimas, a las que asigna actividades y personalidades de todo tipo. <>. Cuando era una nina, con su hermana Ana, Carmen Puerto jugaba a algo parecido, se asomaban al balcon y trataban de adivinar quien apareceria bajo el arco de la plaza. Contabilizaban los aciertos en una libreta y la que antes llegaba a diez era la ganadora. A las 9.02 h. aparece Jesus en la pantalla del ordenador. A pesar de que la imagen no es lo nitida que Carmen desearia, puede verle ojos de sueno y gesto de lunes. Carmen se reincorpora, apoya los antebrazos sobre el cristal que cubre la mesa. Repite Jesus la camisa negra, con doble cuello, que se compro en las ultimas rebajas y unos vaqueros gastados, manchados en la parte posterior de la rodilla izquierda, descubre Carmen. Como siempre, su bolsito azulon colgando de su hombro derecho. Y como casi siempre, justo despues de levantar la persiana metalica, Jesus se queda un instante, menos de un segundo, mirando hacia la camara del portal adyacente a su establecimiento. Tal vez sea su manera de desear buenos dias cada manana. --Buenos dias --dice nada mas dejar de verlo--. Karen, se ha cortado demasiado el pelo esta vez, le hace cara de tonto -- se gira Carmen sobre ella misma y le comenta al cuadro que tiene a su espalda. Como la mayoria de las ubicadas en la zona, la casa de Carmen Puerto cuenta con dos plantas, fachada estrecha, rectangular, rematada por una azotea. Calle Padre Pedro Ayala, barrio de Nervion, en Sevilla. Es una zona muy tranquila, familiar, con aspecto de pueblo en la mayoria de sus calles. Muy cerca de la antigua fabrica de cerveza Cruzcampo y de la Prision Provincial, <>, como se la conoce en la actualidad. Nada dejo al azar, la situacion geografica de la vivienda de Carmen Puerto surgio de un minucioso estudio previo: a menos de 15 minutos, caminando, de la estacion de tren de Santa Justa; a menos de dos kilometros, tras finalizar la Avenida de Andalucia, de la SE30 , que conecta con Cadiz, Huelva, Malaga y Cordoba; y a menos de 10 minutos, en coche, del aeropuerto de San Pablo. La planta baja de la casa de Carmen Puerto la ocupan la puerta de entrada, tras la que se encuentra la empinada escalera que conduce a su vivienda, y la peluqueria para <> de Jesus, Jesus Fernandez Cortes, su particular inquilino. Aunque exteriormente pueda parecer mas amplio, a tenor del tamano de la fachada, el piso de Carmen Puerto, situado en la primera planta del edificio, es relativamente pequeno: 66 metros cuadrados. Un dormitorio con dos ventanas que dan a la calle, pero que siempre estan cerradas, las persianas hasta abajo; un amplio salon cuadrado y oscuro; un cuarto de bano y una cocina rectangular, que concluye en un pequeno lavadero, en el que se eleva una escalera metalica, de caracol, que conduce a la azotea. Todavia sentada frente a la pantalla de plasma, Carmen da por concluida la conexion con la calle de esta manana, una vez que Jesus ha accedido a la peluqueria. Recupera las fotografias de los tres miembros seccionados que le han enviado Jaime y Julia. Contempla las imagenes una a una, las examina y analiza de forma individual, y a continuacion de manera colectiva, estableciendo posibles vinculos que desarrolla mentalmente. No escribe en su libreta, de momento. Visita las portadas de las ediciones digitales de algunos periodicos, necesita comprobar que, de momento, nadie ha filtrado la noticia. A traves de una de sus cuentas falsas, escoge @arga2 en esta ocasion, accede a la cuenta de Twitter de Pedro Gines, un periodista de <>, celebre por sus apariciones televisivas y por sus informaciones <>. --De momento este cabron no ha dicho nada --murmura Carmen, tras comprobar que su ultimo tuit es del 31 de mayo. A continuacion, como si alguien le indicase los pasos a dar, Carmen se coloca unas gafas de sol, unas Rayban metalicas con cristales verdes, descuelga un manojo de llaves de un clavo en la pared, a la izquierda del cuadro de Alex Katz de las dos banistas que pasean relajadamente entre las dunas y se dirige a la cocina. Se prepara un capuchino: agua muy caliente, cuatro cucharadas y dos comprimidos de sacarina. Introduce una de las llaves en la cerradura de seguridad de la reja metalica negra que separa la cocina del lavadero. Una lavadora, un pequeno tendedero y tres estanterias de pvc . Nada mas comenzar a subir la escalera de caracol, escucha: <>, que exclama un My Little Pony de tonos violetas, rosas y grisaceos, con voz aguda de cuento infantil, sentado en el septimo peldano. La voz del pequeno unicornio no sorprende a Carmen Puerto, que se detiene a medio camino de la escalera e introduce una llave en la cerradura que hay en la trampilla del techo. Ayudandose de las dos manos levanta la portezuela de acero y una avalancha de luz, de rayos de sol, se proyecta sobre su rostro. Por unos segundos, instalada en la oscuridad, Carmen Puerto se siente indefensa, vulnerable, atropellada, a pesar de la proteccion de las gafas. Aun asi, la rutina traza el recorrido, repite los movimientos de cada manana, tiene memorizadas todas las distancias, y accede a la azotea sin mayores complicaciones. Flanqueada en sus cuatro costados por un tupido y alto canizo artificial, desde la azotea de Carmen solo se contempla el cielo, interminable y azul, como una infinita cupula monocolor. Ningun edificio, antena o similar a la vista, como si se tratara de un lugar en mitad de la nada o por encima de todo. Carmen Puerto camina hasta la parte delantera, donde se alza la fachada principal del edificio hacia la calle Padre Pedro Ayala y ayudandose de una manguera azul marino riega un amplio arriate donde crecen sus plantas de marihuana. Verdes y frondosas, rezuman salud y atencion permanente. Comprueba el estado de las hojas, busca imperfecciones, examina el color y grosor de los tallos, toca la tierra para cerciorarse de que la humedad es la adecuada. Seguidamente, busca en la parte inferior de un armario de aluminio una llave, oculta en la parte interna, que no tarda en encontrar. Abre el armario, de la balda superior coge un cenicero, papel de fumar y boquillas marrones, un encendedor y una cajita de madera. Toma asiento en una hamaca de lona, en el centro de la azotea, y lia dos cigarrillos con marihuana. Durante unos segundos contempla el cielo, sin nubes, azul, monotematico, que lo cubre todo, mas alla de los canizos que la protegen de posibles miradas. A continuacion, con naturalidad, es un ritual que repite la mayoria de los dias que luce el sol, se despoja del chandal azul marino que la cubre, tambien de la ropa interior, bragas y sujetador blancos, de algodon, y desnuda se deja caer sobre la hamaca. Comienza a fumar la marihuana con los ojos cerrados. Sigue teniendo Carmen un cuerpo menudo y armonico, los anos aun no se han cebado con ella; su piel continua siendo palida y tersa, con un mapa de pecas en el pecho y en las mejillas. Delgada, de ojos inquietos, de un marron miel, nariz con intencion aguilena. Desde los veinticinco, dentro de unos meses cumplira cincuenta anos, Carmen tine su pelo de una intensa tonalidad cobriza que subraya la delgadez de su rostro. Raramente usa pendientes, anillos o pulseras, como en tantas otras cosas es una mujer sencilla, austera. Si tuviera que elegir Carmen una parte de su cuerpo se decantaria por sus manos, puede que lo haya confesado en alguna ocasion, afiladas, de unas cuidadas, jamas pintadas. Le gusta mirarlas cuando habla por telefono o cuando fuma marihuana desnuda en la azotea, como en este momento. Pero ahora, Carmen no mira sus unas, sigue reproduciendo las tres fotografias que le han enviado Jaime y Julia. Trata de establecer conexiones, puentes, con otras imagenes similares que conserva en su memoria. Una mano, un pie y un corazon congelados, envueltos en bolsas de plastico de las que se emplean para la conservacion de alimentos. <>, deduce.

  • La cautiva de Victoria Windspelle

    https://gigalibros.com/la-cautiva.html

  • El cuerpo nunca miente de Alice Miller

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    El cuarto mandamiento -<>, heredado de la moral tradicional- nos exige que honremos y queramos a nuestros padres, pero oculta una amenaza. El que quiera seguirlo pese a haber sido despreciado o maltratado por sus padres solo podra hacerlo reprimiendo sus verdaderas emociones. Sin embargo, el cuerpo a menudo se rebela, con graves enfermedades, contra esta negacion y esta falta de reconocimiento de los traumas infantiles no superados. Alice Miller nos permite comprender estos mensajes que nos envia el alma y asi liberarnos de los sintomas e, incluso, de los traumas.

  • Los ninos de mangle de Martin Doria

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    Los ninos de mangle inicia la saga del personaje Efrain Sanchez (alias El Caiman), en la tradicion del relato detectivesco urbano. El escenario es el Caribe Colombiano, desde la peninsula desertica que se adentra en el Mar de las Antillas hasta el corredor del gran turismo que opera en las ciudades coloniales de Santa Marta y Cartagena, con cuartel central en la Barranquilla moderna y cosmopolita. La muerte de una prostituta y la desaparicion de su hija, la pequena Carol, sumergen a Efrain (expolicia militar, fanatico del beisbol y de las mujeres caribenas) en el mundo de las redes de turismo sexual infantil en las pobrisimas comunidades anfibias de la Cienaga del Magdalena. Una trama que se desarrolla en el entorno de la liberal epoca de carnavales, con las negociaciones del tratado de paz con las FARC como dramatico telon de fondo. <>. FERNANDO MARIAS

  • Redencion (Serie Hacker 4) de Meredith Wild

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    Blake Landon es un hombre que lo tiene todo: dinero, poder, atractivo, y por supuesto el amor incondicional de Erica Hathaway. A pesar de las dificultades que ha sufrido la pareja siempre han sabido superar todas las adversidades y lograr, incluso , que su amor sea mucho mas fuerte.
    Erica por fin esta dispuesta a dar el <>, pero cuando ya esta preparada para aceptar el compromiso, descubre un episodio perturbador de la vida de Blake. Ella ya hecho las paces con su propio pasado y con la familia que dejo atras, ahora le toca a Blake derribar las ultimas barreras que les separa. Erica esta decidida a conocer el pasado del hombre que ama, pero nunca imagino que encontraria un mundo que va mas alla de su imaginacion e incluso de los limites de su propio deseo.
    El peligro acecha y los secretos mas oscuros salen a la luz. ?podra el pasado destruir la las promesas de amor eterno?

  • Los eduardianos de Vita Sackville-west

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    Sebastian y Viola, dos jovenes hermanos que heredaran en un futuro no muy lejano la mansion de Chevron, con todas sus deslumbrantes pero envaradas costumbres, estan a punto de dejar atras la adolescencia y adentrarse en los entresijos de la alta sociedad inglesa bajo la atenta mirada de su aristocratica y severa madre, Lucy. Sin embargo, la irrupcion de un impetuoso aventurero llamado Leonard Anquetil en una de las recepciones familiares trastocara irremediable y definitivamente sus vidas. El mundo que les espera promete amantes, exquisitas fiestas y entranables tradiciones ligadas a la mansion rural y al servicio, pero tambien dobleces e hipocresias, reclusion y artificialidad.
    Todavia estan a tiempo de tomar las riendas de su existencia, les recuerda Anquetil, pero ?sabran elegir sabiamente su camino?

  • Tiempo para amar de Awilda Castillo

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    En su primera novela romantica Awilda Castillo, escritora venezolana, nos invita a leer una historia de amor con sobresaltos y cambios entre dos protagonistas

  • El hijo del acordeonista de Bernardo Atxaga

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    La novela mas personal de Bernardo Atxaga.

  • Los perdonados de Lawrence Osborne

    https://gigalibros.com/los-perdonados.html

    David y Jo Henniger, una pareja de britanicos sumidos en una crisis matrimonial, aceptan la invitacion de
    un viejo amigo para asistir a una fastuosa bacanal en una villa situada en medio del desierto de Marruecos. ?Que mejor que unos dias de desenfreno en una tierra exotica y sensual para avivar una relacion del todo estancada?
    Sin embargo, lo que estaba llamado a ser un fin de semana idilico se tuerce irremisiblemente de camino
    a la fiesta: David, que conduce ebrio en la oscuridad
    del desierto, atropella a un joven marroqui que se cruza subitamente en su camino. A partir de este incidente, los destinos de los personajes cambiaran de forma radical. Bajo la atenta mirada del servicio domestico marroqui, que satisface a reganadientes las extrava- gancias y los excesos de los invitados a la fiesta, David y Jo deberan enfrentarse a las terribles consecuencias de sus actos en un clima de tensiones crecientes.
    Como en El turista desnudo, Osborne despliega en esta novela su excepcional talento para captar los dilemas morales que afloran cuando los occidentales viajan al extranjero, ingenuamente confiados en el poder bal- samico del viaje, tan solo para verse obligados a lidiar, donde menos se lo esperan, con las mentiras, las con- tradicciones y los prejuicios que rigen su propia vida, asi como sus relaciones con los demas.

  • Fabulosas y rebeldes de Joana Bonet

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    Este es el libro mas personal de la periodista Joana Bonet. En un libro dificil de clasificar, nos adentra a su historia mas intima, la de como se hizo mujer. Desde la nina que crece en el seno de una familia en un pequeno pueblo de Lleida, Vinaixa, hasta la prestigiosa periodista y directora de las revistas femeninas mas importantes de nuestro pais. Sensible, irreverente, inteligente, seductora, lectora voraz, Joana
    Bonet se sirve de su vida para hablarnos de como hemos llegado las mujeres hasta hoy.

  • La colmena de cristal de P.m. Hubbard

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    LA PINTURA ESTABA DESCASCARANDOSE, pero el letrero aun era legible. "Muebles y Antiguedades", decia. Retire el pie del acelerador, por simple reflejo. Nunca se sabe, sobre todo en estos pueblitos perdidos. Las grandes ciudades y los lugares turisticos son una perdida de tiempo. Ya no queda practicamente nada en ellos y lo poco que hay tiene precios especulativos, bastante mas altos que las cotizaciones realistas de Londres. Pero aquel era un pueblo industrial de tercera categoria y la tienda, ubicada en una calle apartada, parecia atiborrada de trastos viejos. Estacione el auto a mano izquierda, en la esquina de una callecita lateral con casas de ladrillo de una fealdad sin redencion. Baje y me puse un impermeable viejo. Por mas que mi acento me delatara, al menos no parecia un turista. Podia estar alli por negocios. Pase delante de la vidriera, atestada de objetos de toda laya. Senti un leve mareo y supe que en mi sien derecha habia empezado a latir una vena. Es bastante extrana, esta pasion de coleccionista. No se que opinan los psicologos al respecto, pero estoy convencido de que es un sucedaneo de alguna emocion mas profunda. No precisamente del sexo, creo. Mas bien de ese instinto de cazar o de acopiar comida que se remonta al Mesolitico. Es indudable que es una enfermedad de la civilizacion, y la mayor parte de las civilizaciones prefieren formalizar el sexo en lugar de ocultarlo. Por otra parte, aunque se que nada es mas facil para un coleccionista que burlarse de otro, seguramente lo que uno colecciona hace la diferencia. A veces puedo ser un poco ridiculo, pero el hombre capaz de matar por una marquilla de cigarrillos es obviamente un enfermo. Volvi sobre mis pasos, abri la puerta y entre en la tienda. La puerta hizo sonar un timbre electrico --no por nada estabamos en la Gales industrial--, pero adentro no habia nadie. El interior estaba repleto de objetos casi hasta el techo. Ignore los muebles y los bronces, los rollos de alfombras y las pilas de frazadas dobladas cuyos duenos habian muerto hacia tiempo. Espie entre ellas, pero detras no habia nada. Camine hacia los estantes ubicados en el fondo de la tienda. Habia algunas porcelanas, una de ellas probablemente valiosa para alguien interesado en esa clase de cosas, y detras tres hileras de cristaleria polvorienta. El hombre aparecio de repente detras de un armario de caoba. Debia de haber una puerta en la pared lateral. Se lo veia un poco enclenque, pero no decrepito. Es probable que cobrara alguna pension y que la venta de objetos usados fuera solo una actividad secundaria. Tenia la tipica cara de furia anticipada de los galeses. Dije: "Buenos dias, disculpe la molestia", porque senti que el tipo esperaba que me disculpara por el solo hecho de haber entrado en la tienda. Saludo con un grunido, pero su desconfianza permanecio intacta. --Me preguntaba si tendria algo donde se pudiera colocar un ramo de flores --dije--. Algo pequeno. A una sobrina mia le encantan las cosas viejas. Aparto sus ojos de los mios con reluctancia, como si al hacerlo perdiera la oportunidad de descubrir que buscaba. Recorrio el interior de la tienda con una mirada desganada. --No se --dijo--. ?Una especie de jarron? --Si, o una jarra vieja, un tazon o algo por el estilo. Incluso una copa de cristal vieja. No quiero nada demasiado grande. --?No vio nada en la vidriera? --pregunto. Seguia queriendo saber por que habia entrado. --La verdad es que no mire con demasiada atencion. Puede que haya algo. Tome una lecherita eduardiana y la hice girar entre mis manos, incitandolo a que fuese hasta la vidriera y me dejara solo. Vacilo un poco, pero luego camino hacia la vidriera. Movio una mesa y un par de marcos de fotos se desplomaron en medio de una pequena nube de polvo. Mascullo algo y se inclino para recogerlos. Yo estaba ya frente al estante de la cristaleria, examinando lo que habia detras de las jarras cascadas y de los toscos vasos de vidrio soplado. Tenia la boca seca. El cristal del siglo dieciocho tiene un brillo inconfundible. Aun hoy considero que no hay por que avergonzarse de la pasion que despierta, a menos que no puedas controlarla. Es un producto caracteristico del ultimo florecimiento de nuestra civilizacion, antes de que la revolucion industrial trajera prosperidad y mecanizacion. Fue entonces cuando empezaron a agregarle carbonato de sodio al cristal, incluso al de buena calidad, hasta transformarlo en pasta barata. El apogeo duro apenas unos cien anos, desde que los fabricantes aprendieron a modificar la formula de George Ravenscroft para evitar que el cristal se cuarteara y el momento en que abandonaron la magia natural del centrifugado por el brillo artificial del molde. Fue un periodo en que todo lo hacian bien, por mas que fuese una jarra de cerveza para una taberna o una "flauta" para contener la efervescencia del primer y rustico champan. Fabricaron miles y miles de copas hermosas, que hoy estan todas rotas y enterradas a excepcion de unas pocas que han sobrevivido para avergonzarnos y deslumbrarnos. Son todas "piezas de coleccion" que ya casi no se encuentran por ninguna parte, salvo precisamente en museos o en colecciones privadas. Lo oi regresar de la ventana y me volvi hacia el con una expresion de interes. Traia una jarra cervecera de peltre y un cuenco de bronce de Birmingham. --Tengo estas --dijo. Tome la jarra cervecera y la estudie detenidamente. --Podria ser --dije--. Aunque en realidad busco algo mas pequeno. La coloque en un rincon vacio de la mesa polvorienta. Puse la lecherita de porcelana floreada junto a ella. Luego me volvi hacia el estante de la cristaleria y baje el horrendo vaso de la primera fila. Ahora podia ver con mayor claridad lo que habia detras. Solte un grunido de asombro y lo alce procurando manipularlo con torpeza. "Que cosa mas rara", dije. Mi voz sonaba completamente artificial. Era una copa de cristal de Newcastle completamente ronosa y en optimo estado, de unos veinticinco centimetros de altura, con un caliz de una redondez perfecta apoyado sobre un magnifico balaustre con varios nudos. --Me pregunto de donde habra salido --dije. Me miro con suspicacia. Era un ignorante pero tambien un negociante nato, como todos los de su clase, y habia percibido algo de mi excitacion. --Es cristal antiguo. No se ven muchas asi. La tomo y se puso a lustrarla bruscamente con un trapo grasiento. Mi mano estuvo a punto de arrebatarsela, pero logre controlarme. La observaba girar entre sus manos, mientras me pasaba la lengua por los labios. Al cabo de un rato la coloco sobre la mesa junto a las otras dos. Ahora se veia mas limpia. La calidad del cristal saltaba a la vista. --Es rara, ?no es cierto? --dije. Todavia sonaba un poco asombrado. El guardaba silencio. No me sacaba los ojos de encima ni por un instante. Observe las tres piezas sobre la mesa: la jarra maciza e inofensiva; la horrenda lecherita; y la copa de cristal absolutamente perfecta. Alce la lecherita, la examine meticulosamente y volvi a dejarla en el estante. --?Supongamos que llevo estas dos? --pregunte. Miro la copa y volvio a mirarme, varias veces. Su sentido comun luchaba contra su sordido instinto de comerciante, que le decia que algo andaba mal. --Le dejo la lecherita en diez chelines. --?Cuanto...? --exclame. Tenia la garganta completamente seca y no me salia la voz. Tosi y dije--: ?Y que hay de la copa, entonces? --Eso es cristal antiguo --repitio. Me miro y decidio arriesgarse--: Tendria que cobrarle... --Se callo y pude ver dentro de su cabeza una rueda que giraba marcando una cifra tras otra, mientras trataba de decidir donde detenerla--. Tres libras por la copa. Era el momento. Silbe y lo mire azorado. --Es un poco cara, ?no le parece? --dije--. No me parece que sea algo tan especial, ?verdad? Una mirada de alivio inundo sus ojos. Temia que me precipitara sobre la copa. --Es cristal antiguo --repitio. --No digo que no me guste, pero tres libras es demasiado, ?no cree? Guardo silencio y fingi pensar en el precio. Dije: "Veamos..." y saque la billetera. Mire dentro de ella como si no estuviese seguro de cuanto dinero tenia ni de cuanto podia gastar. El seguia mudo. Extraje cuatro billetes de una libra y se los ofreci. Otra vez fue presa de un ataque de furia contenida, pero termino por tomar el dinero. Alce la jarra con la mano izquierda y, con sumo cuidado, la copa de cristal con la derecha. Nos quedamos quietos, mirandonos. --Si me da los diez chelines de vuelto... --dije. Ahora yo tenia la voz ronca y los ojos del hombre brillaban de resentimiento. Se quedo ahi parado, con los billetes en la mano. Luego extendio la otra mano y dijo: --?Quiere que se la envuelva? Dijo la, no las. Negue con la cabeza, coloque cuidadosamente las manos sobre el pecho y pase por delante de el rumbo a la puerta de la tienda. --Ey... --dijo, y salio detras de mi--. Cambie de opinion. No la vendo. --Ya la vendio --dije. Tendio las manos; con una aferraba los billetes y con la otra trataba de agarrar la copa. --Ya la vendio --repeti--. Le puso un precio, que yo acepte y pague. Usted tiene el dinero. Yo tengo la copa. La operacion esta cerrada. Ya no puede echarse atras. --?Como se cuanto vale? --dijo--. Algunas de esas copas antiguas valen una fortuna. --Esta vale tres libras --dije--. Ese es su precio de mercado. Acabo de comprarla por esa cifra. ?Que cree que hare? ?Venderla de inmediato y obtener una buena ganancia? Extendio bruscamente la mano como si quisiera atraparme... precisamente a mi, que estaba parado alli sosteniendo ese objeto fragil y bello sin proteccion alguna. Senti que se me cerraba la garganta de la furia ante semejante ignorancia y ciega codicia, y con la mano izquierda alce la pesada jarra de peltre y la interpuse entre su cabeza y la mia. Su mirada debia de seguir clavada en mis ojos, porque lo que vio lo hizo retroceder y retirar velozmente la mano. La furia todavia me cortaba el aliento, pero el momento critico habia pasado. Volvia a tener el control de la situacion. --?Va a llamar usted a un policia o prefiere que lo llame yo? Le dira lo mismo. La compre, pague por ella y ahora es mia. La jarra de peltre sono al chocar contra el picaporte de bronce mientras abria la puerta con la mano izquierda. Salio detras de mi, pero mantuvo la distancia. --Es una maldita estafa --dijo--. Eso es lo que es. Una maldita estafa. --Cuenteselo a la policia --dije. Me aleje caminando por la vereda balanceando la jarra y sosteniendo la copa de cristal contra el pecho. Me siguio unos pasos, cambio de idea y regreso corriendo a la tienda. Lo observe hasta que entro y corri hasta la esquina. No habia nadie en la calle lateral y fui directo a mi auto. Envolvi la copa en sucesivas hojas de The Times, procurando que el precioso y delicado tallo quedara bien protegido. La calle seguia desierta. Coloque con cuidado el paquete en el baul del auto, me sente en el asiento del conductor y espere sin apartar los ojos del espejo retrovisor. No habian pasado quince segundos cuando el hombre cruzo el otro extremo de la calle. Lo acompanaban dos muchachos fornidos. Pasaron sin siquiera mirar la luneta del auto. Hice una clasica vuelta de tres puntos, regrese a la calle principal y gire a la derecha. Mientras pasaba frente a la tienda vi a una mujer en la puerta, esperando el regreso de los guerreros. Era horrorosa. Tampoco me vio. Conduje varios kilometros por la misma ruta por la que habia entrado en el pueblo y al llegar a un cruce tome un camino lateral. El campo era verde y frondoso, pero no podia librarse del todo de los olores de la ciudad. La proxima salida bien podria llevarme a Ambridge, el pueblo ficticio donde transcurre ese programa de radio, Los Archer. Detuve el auto y con el paquete en la mano atravese caminando un prado hasta llegar a un arroyo. Me arrodille en la orilla, aparte una a una las hojas de The Times y lave la copa suavemente con las yemas de los dedos en el agua clara, aflojando la mugre aneja y quitando las manchas que habia dejado el trapo grasiento del vendedor. A medida que la acariciaba con los dedos, la copa iba recuperando asombrosamente su brillo y cuando la alce para contemplarla, al fin, estuve a punto de quedarme sin aliento. --?Que es? ?Algo que acaba de encontrar? --dijo el hombre. --De comprar --dije. La reconoci enseguida. Era la voz de Jack Archer. Asintio con la cabeza. --Que hermosura --dijo. Hablaba en serio. El hombre de campo todavia es, en general, civilizado--. Vale mucho, ?no es cierto? --Dificil saberlo --dije--. Los precios cambian todo el tiempo. Treinta libras, tal vez. Lanzo un silbido en senal de admiracion. --?Cuanto pago por ella? --Tres --dije--. No, tres libras con diez chelines --agregue, porque nunca recibi el vuelto. Asintio con la cabeza, alegremente. --Es una suerte encontrar algo asi. ?Usted se dedica a comprar y vender? --No --dije--. Es para mi. --Ah, mejor asi. Me alegro que la haya pagado tan barata. Volvio a asentir con la cabeza y se alejo chapoteando delicadamente en el pasto mojado. Lo adore tanto como habia odiado al hombre de la tienda. Envolvi de nuevo la copa, colocando hacia adentro el lado limpio del papel, y regrese al auto. Sentia ganas de cantar. Cuando llegue a casa volvi a lavarla con agua tibia y un detergente suave. Luego la coloque sola sobre una mesa, en el centro de la habitacion, y me sente a contemplarla. Y despues busque los libros. Ese es uno de los mejores momentos. No importa cuanto sepas, siempre hay algo que se te escapa o algun dato que necesitas confirmar. Pero sobre todo es como si estuvieras mostrando la copa por primera vez a alguien, para comprobar si tu conviccion apasionada resistira la fria luz que arroja el juicio de un experto. Es una experiencia aterradora y casi nunca definitiva, porque no hay dos copas iguales. Puede que algun autor haga una descripcion fiel de ella, pero no siempre resulta completa ni categorica. Otro tiene una fotografia de una copa muy similar, pero discrepa con la datacion o la procedencia propuestas por el primer autor. Tienes una pieza fabricada por un artesano con nombre y apellido en una epoca y un lugar determinados y es posible que hayan existido varias docenas casi exactamente iguales. Pero ya nadie recuerda aquel nombre, y la epoca y el lugar son materia de conjeturas y de opiniones encontradas entre los expertos. Ademas, casi todas las otras piezas se hicieron anicos hace tiempo. Perfecto en si mismo, este objeto ha llegado a tus manos sano y salvo luego de doscientos anos de precaria existencia. Pero nunca sabras toda la verdad acerca de el. Finalmente, hice lo que hago siempre. La llene, despues de Dios sabe cuanto tiempo de sequia y de vacio, con un buen clarete que bebi solemnemente, preguntandome quien habria sido el ultimo en beber de ella y que. Luego la lave y la puse de nuevo en su lugar. Apenas oyo mi voz en el telefono, David solto un gemido. --Oh, Dios, ?que encontraste esta vez? --dijo--. ?Podre soportarlo? --Una Newcastle --dije--. De unos veinticinco centimetros de altura. Caliz acampanado, luego dos nudos, balaustre con "lagrimas", doble anillo y termina en un pie alto y concavo. Sin un solo defecto. Se hizo una pausa y dijo: --Repitelo. Lo repeti. --?Donde diablos la encontraste? --En una tienda de compraventa. --Maldito seas --dijo--, maldito seas. Ire a verla manana, ?de acuerdo? --De acuerdo. --?Viste el numero de julio de Cristal Antiguo? --No. Lo tengo aqui, pero todavia no lo he mirado. ?Por que? --Levinson --dijo--. Adivina. --Dime. --Una tazza de Verzelini. Con dedicatoria grabada. Absolutamente increible. --No existe --dije--. Dicen que es un invento de el. --Ahora si existe --dijo David--. Levinson la tiene. Dedicada a la reina. --No lo creo. --Hay fotos. Y Levinson sabe lo que dice. A menos que quiera enganarnos a todos. --?Levinson? No --dije. --?No? Muy bien, alli la tienes. Mirala con tus propios ojos. --Eso hare --dije. Colgue el tubo, arrastre hacia mi la revista por encima de la mesa y rasgue el sobre. Un titulo cruzaba la tapa. "Una tazza Verzelini", decia. CAPITULO II CRISTAL ANTIGUO ERA UNA DE LAS REVISTAS ESPECIALIZADAS mas bellamente producidas del mundo. Mirarla y aun tocarla era, para cualquier persona civilizada, una delicia. Para cualquier aficionado, a esa perfeccion estetica sumaba algo de la santidad de las Sagradas Escrituras; era como lo que debio de haber sido el salterio de Luttrell en epocas menos sofisticadas y mas religiosas. No es que Cristal Antiguo aspirase a ejercer una autoridad definitiva. Su linea editorial, si es que la tenia, se concentraba en los aspectos menos eruditos de su objeto de estudio. Pero todos sus colaboradores eran autoridades en la materia y sus paginas eran el foro natural para quien tuviese algo que decir acerca del cristal antiguo. Era forzosamente una publicacion excedida en colaboraciones y siempre necesitada de suscripciones. La suscripcion anual costaba veinte libras. La circulacion era un secreto que solo conocia su dueno, Peter Sarrett, que tambien la dirigia y que al parecer vivia enteramente para ella. Pero era evidente que la revista daba perdidas. Ahora esta muerta, al igual que Peter. Se publico durante seis anos y sus veinticuatro numeros, sobre todo la coleccion completa, valen hoy en dia bastante mas que su precio original. Se decia que Peter vivia de rentas y de hecho debia de ser cierto. Porque fuera cual fuese la fuente de su dinero, no era ciertamente Cristal Antiguo. Ahi era donde lo gastaba.

  • El proyecto de mi vida de Megan Maxwell

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    Branon Sivon, dueno del prestigioso bufete de abogados Sivon-Cardigan de Nueva York, adora a su hija, Sharon, a quien ha ido preparando desde pequena para que se haga cargo del negocio familiar cuando el falte. Sin embargo, Branon fallece inesperadamente, y Sharon, lejos de sentirse capaz de tomar las riendas del bufete, debe afrontar otro duro reves cuando encuentra una antigua foto suya junto a una nina que se le parece mucho.

  • Checkpoint de Elsa Drucaroff

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    Los cuentos de Elsa Drucaroff invitan a no cerrar los ojos ante lo terrible y al mismo tiempo a no callar lo que esta pasando.

  • Una fea empedernida (Hermadad de las feas 2) de Eva Benavidez

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    Lady Abigail Thompson transita su tercera temporada en sociedad y tiene muy
    bien ganado su puesto de florero social, y no solo eso, ostenta con orgullo su
    lugar en el grupo de las demasiado feas, sitio que eligio por propia voluntad, a
    pesar de que su aspecto real esta muy alejado de ser feo.
    Los hombres son para ella seres estupidos, banales, egoistas y
    egocentricos, y por ello, esta decidida a llevar una vida de tranquila soledad,
    empedernida en mantener su solteria.
    Hasta que un demonio disfrazado de angel, y la personificacion de lo que
    detesta en un caballero, se interpone en su camino, desbaratando sus planes.
    Lord Colin Bennet, Conde de Vander, ostenta un estatus social, origen
    aristocratico y un aspecto que han logrado que todos sus deseos se cumplan
    solo con un chasquido. Tras una decada de placeres consumados, su
    reputacion de mujeriego le ha valido para ser llamado <>.
    Con treinta anos, y el peso de ser el primogenito, no tarda en recibir un
    ultimatum de su padre: debe casarse en el plazo de tres meses o el marques
    elegira la candidata por el.
    Nada dispuesto a que elijan alguna joven sosa y aburrida a la que deberia
    aguantar por el resto de sus dias, Colin se enfrenta ante su primer obstaculo y
    tambien ante el primer desafio de su vida: una dama casi solterona, que ha
    despertado su interes con sus constantes desplantes, que oculta un secreto tras
    una fachada desarreglada y que ha despertado su depredador interior,
    demasiado tiempo dormido.
    La caceria comienza, y el ya tiene escogida su presa, a pesar de que sea
    una fea empedernida.

  • Donde me encuentro de Jhumpa Lahiri

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    La nueva novela de la gran autora revelacion de los ultimos anos, ganadora del Premio Pulitzer, y su mayor desafio literario: las estaciones de una mujer de hoy.

  • Nada mas verte, Isabel Keats de Isabel Keats

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    El robo de unas ilustraciones antiguas y del famoso baculo pastoral de William de Wykeham del s. XIV obligan al director del New College de la Universidad de Oxford a pedir ayuda a Scotland Yard. La detective Taylor sera la encargada de investigar el caso y, para que nadie sospeche de ella, Stephen Allen, un brillante aunque algo desastrado catedratico de Historia Antigua, se ve forzado a acogerla en su casa y a fingir que estan emparentados. Las personalidades de ambos son muy distintas: el aparenta estar anclado varios siglos atras, mientras que ella es una joven moderna, a la que nada se le pone por delante; y sus puntos de vista son tan opuestos que los roces entre ellos se suceden.

  • Ojala pudiera decirte te quiero (Ojala pudiera 1) de A. Leon

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    Primera parte de la trilogia de misterio “Ojala pudiera…”

  • El color de la piel de Gema Juarez Quesada

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    A mediados del S. XVIII, Diara sera apartada de su verdadera familia para ser criada por la tribu de los fulani, originaria de Senegal, por entonces colonia francesa. El dominio colonial recuperado por Espana sobre los territorios de America, sufrira en sus propias carnes las atrocidades que hombres de su misma raza llevan a cabo con la tribu por aumentar el poder adquisitivo de sus arcas, en un tiempo donde la esclavitud campaba a sus anchas. Sin ser consciente, conocera a Guillermo Ribas, una de los pioneros desconocido para muchos que se enfrento a la opresion y crueldad del hombre blanco. Este hecho conformara el caracter guerrero y luchador de la pequena Diara, que descubrira que no pertenece ni al mundo blanco ni a la tribu que tanto quiere, y todo por el color de su piel.
    Una bella historia en linea con ” El Patio de las Luciernagas” y ” Pan y Rosas para Katrina”, que te haran emocionarte y vibrar con el transcurso de las paginas.

  • Una Virgen Para El Jeque de Kate Simmons

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    El dia de calor sofocante acabo en tormenta, una tormenta de polvo sulfuroso que oculto el sol y rugio toda la noche hasta el amanecer, dejando una estela de naranjos y datileros devastados. Las persianas de la casa de la plantacion se habian roto, las lamparas y floreros se habian estrellado al caer y el agua de la torre de irrigacion habia inundado el suelo. Agnes se detuvo en la galeria y sintio un desamparo mas alla de las lagrimas. Estas le habrian servido de consuelo al comprobar como el agua anegaba tambien el pasillo y al oir el intermitente ulular del viento rompiendo la quietud que habia seguido a la frenetica noche del siroco. Los dias precedentes habian sido de calor bajo un cielo plomizo, que habia trocado el desierto en un paisaje siniestro. Todavia en aquel momento el bochornoso calor parecia resecar las paredes de la maltrecha vivienda y Agnes podia sentir el sudor bajando por su espalda. Con su valor casi tan abatido como la casa se apoyo en la barandilla con la boca seca, los ojos chispeantes, y su espiritu destrozado. Una persiana suelta seguia golpeando; era como si algo extrano tratara de llegar a ella, atacando sus nervios. Se encontraba sin energias para acercarse a sujetar la persiana. Tensa como un gato, sin ningun sitio donde esconderse, trato en vano de no pensar en la silenciosa figura que yacia en la cama del dormitorio principal. Agnes se estremecio, a pesar del calor; el azul sorprendente de sus ojos estaba velado por los sucesos de la noche. Se trataba de un azul semejante al de las vidrieras de una capilla. Recordo la capilla anexa al colegio del convento donde ella habia pasado su ninez. Alla, los instintos de Agnes Lacroix se habian rebelado frecuentemente en contra de la disciplina; de los dormitorios, donde la intimidad era un factor desconocido; de la comida, que era sencilla y sin sabor. Las buenas hermanas habian decretado que la carne debia someterse al espiritu. Apenas cumplidos los diecisiete anos la llamaron al despacho de la Madre Superiora y le dijeron que tenia que irse a vivir con su abuelo. Hasta aquel momento, Agnes Lacroix habia ignorado su existencia, pero desde el dia en que Agnes llego a El Oasis, se sintio como si hubiera entrado en el hogar que siempre habia deseado. Un fascinante hogar en la umbria de una posesion de arboles frutales, donde el continuo rumor del agua en las acequias hacia que incluso el dia mas torrido pareciera fresco. Resulto cautivada por el desierto y salir a montar al amanecer o cuando las estrellas brillaban en el cielo, fue un placer del que nunca antes habia disfrutado ni sonado. En aquel instante estaba sola y temerosa, detenida en la amplia galeria de madera que dominaba el pasillo. Sola, porque el dia anterior los criados habian huido asustados, tanto por la tormenta de arena como por el anciano que yacia muerto dentro de la casa del Viejo Leon. Sadik habia sido el ultimo en marcharse, conmovido por la presencia de Agnes al lado de la cama del gigante sin vida; del hombre al que la joven habia llegado a amar en los dos anos que vivio en El Oasis. Se habia acostumbrado a su aspera arrogancia y habia aprendido a aceptar su implacable actitud hacia su madre, a quien nunca llego a perdonarle haberse casado con un ingles. De repente, en el dormitorio con altas puertas de palo de rosa, algo se estrello contra el suelo y el poco control que aun tenia sobre si misma desaparecio. Hubiera querido correr a los establos y saltar a los lomos de Firefly, pero parecia cruel huir cabalgando y dejar a su abuelo solo en la casa destruida por la tormenta. La habia cuidado, a su manera tratandola mas como a un muchacho que como a una mujer. Sus labios se movieron y se encontro murmurando una de las oraciones que las hermanas habian hecho que sus alumnas rezaran manana y tarde. Pero la oracion no borraba de su mente la convulsa cara de su abuelo ni la forma en que el se habia arrastrado hasta su aposento, gritando algo, pero no se habia recobrado del ataque y finalmente, le cubrio el distorsionado rostro con la sabana. Con frialdad, Agnes clavo la mirada en el pasillo. Su cabello denso rubio claro, se aparto de su pomulo cuando se inclino sobre la barandilla tratando de identificar un sonido ajeno al viento. El golpeteo de cascos sobre la piedra, la hizo preguntarse si algun criado habia regresado. Aun cuando era lo que esperaba, un instintivo temor la hizo retirarse de la escalera. Una figura alta, encapuchada, se movio abajo, poniendose deliberadamente ante su vista. El manto la cubria desde los hombros hasta los pies. Agnes clavo sus ojos en los del visitante, en tanto que este ponia su bota en el primer peldano de la escalera. --?Que quiere? ?Como se atreve a venir aqui? --sus palabras surgieron con prisa y, en su agitacion, hablo en ingles--. No tiene derecho a entrar en esta casa. --Se sorprenderia si conociera todos mis derechos --su voz era profunda, la pronunciacion de las vocales en ingles sonaba extrana en sus oidos. Y entonces lo reconocio… Aquel hombre habia estado alli una noche. Acababa de regresar de montar y estaba a punto de entrar en el estudio de su abuelo, cuando sorprendio voces iracundas que hicieron que se retirara por el pasillo, desde donde le vio salir a grandes zancadas, con visible rabia en sus facciones. Despues, durante la cena, Guillaume Lacroix le habia dicho que no hiciera preguntas. Sus asuntos con Razul al Kebir Bey no tenian nada que ver con ella. --No regresara aqui otra vez --aseguro--. Es muy orgulloso y le indigna que mi plantacion este en su territorio, como el lo llama. Tengo permiso por escrito del viejo cadi. El todopoderoso Razul Bey es solo un sobrino que se apodero del poder cuando surgio la ocasion. --Se dice en Bar Soudi que su abuelo ha muerto. La imperiosa voz resono en los ya destrozados nervios de Agnes y cuando el individuo empezo a subir la escalera, ella retrocedio hacia el dormitorio donde yacia Guillaume Lacroix. Lo unico en que podia pensar era en la enemistad existente entre ambos hombres y en que habia una pistola en la alcoba del anciano. Con rapidez, abrio de un tiron las puertas y cruzo la habitacion a la carrera; sus sentidos estaban puestos en la sombra con manto rojizo que la perseguia. Por alguna razon irrefrenable, tenia la idea de que aquel manto le seria arrojado sobre la cabeza por lo que, con manos temblorosas, abrio un cajon y empuno firmemente la pistola. Se volvio y vio a Razul Bey en la puerta. --Deje ese arma --habia rudeza y un dejo de mofa en su voz--. He venido a El Oasis a ayudarla. --?Ayudarme? --desdenosamente, siguio apuntandole--. Se como eran las relaciones entre usted y mi abuelo. Soy una Lacroix y estoy enterada de que cuando uno de ustedes odia a alguien, incluye a todos los miembros de la familia. --La justicia del bey --al pronunciar tales palabras, Razul dio un paso hacia ella--. Puede estar segura que tengo mis razones para estar aqui. --?Para regocijarse con la muerte de Lion? -- Agnes le miro fijamente--. Ya me hablo de lo mucho que lo odiaba porque El Oasis esta en tierras que usted afirma que son de su propiedad. !Si ha venido para arrojarme de la finca de mi abuelo, puede pensar en otra cosa! Los ojos de Agnes se tornaron azul oscuro, mientras se quitaba de la cara el alborotado cabello. Si tenia que disparar, queria hacerlo con tino, de la forma en que Lion le habia ensenado. Nunca antes habia sentido aquella tension animal; su cuerpo se estremecio al enfrentarse a Razul Bey, un extrano para ella, casi un barbaro en su apariencia y actitud. En los dos anos transcurridos en El Oasis, habia aprendido algo sobre la gente. Sabia que los odios familiares pasaban de generacion en generacion. --No voy a discutir los detalles de propiedad de la tierra con una muchacha --su misma postura parecia significar un reto, en tanto la miraba de arriba abajo--. Le advierto que, si no deja el arma, me vere obligado a quitarsela. Su imperiosa mirada y el tono amenazante la enfurecieron de tal modo, que Agnes olvido su vulnerabilidad. --Salga de esta casa --espero que algo del aspero orgullo de Lion se notara en su voz--. !Vayase, fuera! --?Puedo hablarle sobre su abuelo, ese hombre que usted veneraba y cuyo cuerpo ha velado durante toda la tormenta? --?Que hay que decir? --Tal vez lo suficiente para que lo odie. --Nunca podria hacer tal cosa --el solo pensamiento la hizo estremecerse y la pistola se movio en su mano. Lion estaba muerto y ya no existia nadie que pudiera cuidar de ella. --!No oire sus mentiras! --No acostumbro a mentir --refuto--. Si Guillaume Lacroix la hizo creer que la trajo a El Oasis por amor e interes hacia usted, el si era el mentiroso. --Me queria --reto al hombre--. ?Como puede usted decir lo contrario? --Porque lo se. Agnes no podia separar los ojos de su impenetrable interlocutor. --Y creo que usted deberia saberlo --dijo el deliberadamente--. Lacroix estaba tan determinado a permanecer en El Oasis que, cuando el arrendamiento vencio hace dos anos, me ofrecio a su virginal nieta a cambio. <>. Intocada, pura como la nieve de las montanas del Atlas, la clase de joven que valdria una buena bolsa de oro en los mercados en los que aun existen subastas de mujeres. Lugares prohibidos del corazon del desierto, donde su reverenciado Lion la hubiera puesto en exhibicion para no ser despojado de la unica cosa en la vida que significaba algo para el: esta casa y cuanto la rodea, y que el viento ha convertido en ruinas. Hizo una pausa, para dejar que las palabras penetraran en el cerebro de la joven, quien sostuvo su penetrante mirada que parecia querer grabar tan increibles palabras. --!Que increiblemente malvado es usted! ?Como puede decir tales falsedades? --La maldad no es mia, senorita --Razul Bey hablo curvando sus labios. Inesperadamente, tan peligrosamente agil como cualquier felino, le agarro la muneca forzandola a soltar la pistola. Resono contra el piso y el le dio una patada, alejandola de su alcance. Un grito involuntario escapo de los labios de Agnes, cuando se encontro entre sus garras. --!Maldito bruto! --peleo con furia, pero no era contrincante para un hombre tan fuerte como aquel--. !Mentiroso! !Quiteme sus sucias manos de encima! El la arrastro fuera del aposento de Lion hasta la galeria. --Deje de resistirse o le dare unos azotes. Necesita botas y una capa. ?Cual es su habitacion? --!Dejeme en paz! Agnes nunca se habia encontrado en tal situacion, sin nadie que pudiera ayudarla. Aunque gritara hasta tirar la casa abajo, no habria quien la oyera. Aun asi, un grito se le escapo de su garganta, mientras el trataba de reducirla. --Las mujeres histericas colman mi paciencia. Recupere la razon o me vere obligado a infundirle algo de cordura. El Oasis ha sido devastado por la cola de la tormenta, pero esta aun no ha terminado. Se revolvera y entonces regresara. ?No ha sido suficiente esta prueba para usted? ?Acaso desea mas de lo mismo, sola en esta casa, con el cadaver de su abuelo? --Dira y hara cualquier cosa para sacarme de aqui. Le lanzo una mirada venenosa y odio el temor que se anidaba dentro de ella, cuando encontro sus ojos. Ojos de color ambar bajo un par de cejas intensamente negras. --?Cual es su habitacion? --insistio. Reacia y con resentimiento, le indico una puerta mas alla en la misma galeria en que se hallaban. Fueron hasta el lugar y Razul Bey la observo mientras se calzaba sus botas de montar y se ajustaba la capa que utilizaba por el desierto. --?Me lleva a Bar-Soudi? --?Es donde quiere ir? Agnes asintio y lo vio reaccionar con un leve encogimiento de hombros. Ella se volvio hacia la mesa donde la lampara de petroleo aun lanzaba sus llamas. Mientras recogia el latigo, recordo el pasaje de un libro que habia leido sobre un funeral pagano que dos jovenes soldados habian preparado para su hermano muerto en la batalla. Agito el latigo y la lampara fue barrida de la mesa, derramando su contenido por el suelo de madera, que se inflamo inmediatamente. Las llamas saltaron al instante, tratando de alcanzarla, pero un brazo la rodeo por la cintura y tiro de ella hacia la galeria. --!Lo ha hecho a proposito! --los ojos la miraban tan ardientemente como el fuego que se habia apoderado de la habitacion. --Si, Lion apreciara este funeral pagano y el hecho de que todo lo que obtenga de El Oasis sea un monton de cenizas. Solo falta una cosa y es un perro a sus pies. !Deberia ser usted! Durante un buen rato, en tanto que las llamas se avivaban y consumian las cortinas de muselina alrededor de la cama, Razul Bey tenia una vaga mirada en los ojos. No habia senales de ira; sin embargo, Agnes estaba segura de que su comentario lo habia herido. --!Venga! --la llevo apresuradamente por la escalera, ya que pronto el fuego se extenderia. La casa de la plantacion era de madera y no tardaria mucho tiempo en desaparecer bajo el voraz incendio. La joven no sentia el menor remordimiento por lo que habia hecho. Lo que contaba era que habia asestado un golpe a las crueles y despiadadas mentiras que aquel hombre habia manifestado. A la incierta luz del dia, el viento azotaba las palmeras frente a la casa, doblandolas hacia atras y hacia adelante como si fuera a arrancarlas. Agnes se puso la capucha de su manto sobre la cabeza, doblando el cuerpo para vencer la fuerza del viento cargado de arena, mientras seguia a Razul Bey, el cual se dirigia a un grupo de hombres que estaban resguardados tras las protectoras jorobas de sus camellos. Cuando comprendio que se esperaba que cabalgara uno de aquellos animales, que durante una tormenta de arena podian cerrar los orificios de la nariz para evitar la entrada del polvo, grito que queria montar a caballo para ir a Bar-Soudi. Se dirigia hacia los establos cuando una mano cayo sobre su hombro. --Sus caballos se desbocaron anoche. --?Se ha escapado Firefly? --lagrimas ardientes rodaron por sus mejillas, pues a duras penas podia soportar aquella nueva perdida. Acalorada, se enfrento al bey--. ?Me esta diciendo mas mentiras? ?Ha dejado sueltos los caballos en su desierto abandonado de Dios? !Oh, eso si que no se lo tolero! --En su miedo a la tormenta, rompieron las puertas y salieron de los establos --replico--. No correran sueltos mucho tiempo, pronto encontraran un amo. De alguna manera aquellas palabras la hicieron vacilar. <>, penso. <>. Una repentina llamarada, surgida de una de las ventanas del piso superior de la casa, hizo que Razul Bey, con una corta palabra de mando, ordenara a su sequito que se pusiera en pie. Agnes fue conducida a uno de los camellos rojizos, aun arrodillado para que pudiera subir a la silla; cada centimetro de su cuerpo temblo contra el arzon, cuando el bey monto detras de ella. Una vez el animal se puso en pie y echo a andar, los demas lo siguieron con largas zancadas, a traves de las puertas de El Oasis, hacia el desierto. --Ahora vamos rapidos --la voz de Razul Bey resono a traves del gemido del viento. Hablo en ingles, pero cuando volvio la cabeza para dar una nueva orden a sus hombres, hablo en su propio idioma. Era una lengua que Agnes no habia podido dominar durante su estancia en la casa de su abuelo. El no habia alentado el uso de aquellas palabras de sonidos barbaros, sino que se habia aplicado a corregirle su frances hasta que fue casi tan correcto como el suyo. Entonces le dijo: <>. Con el tiempo, la joven la habia perdonado el desprecio hacia su padre. Como Razul Bey, Lion habia sido duro y tirano, creyendo en su propia invulnerabilidad, y mostrandose egoista en lo que respecta a los demas. Tales hombres rara vez desean piedad para ellos o se la conceden a sus semejantes. Con la cabeza protegida por la capucha, observo la casa en llamas, que pronto seria la pira de su abuelo. Queria llorar, pero estaba demasiado pendiente de la proximidad del hombre. El vaiven del camello hacia que sus cuerpos entraran en contacto y cuando esto sucedia ella se encogia pensando en las cosas horribles que el habia dicho y ansiando que el viaje hubiera terminado ya. <>, se dijo, <>. No dudaba de que la dejaria en el Hotel Ramis. No tenia dinero, pero sabia que la cuenta del viejo Lacroix estaba en el banco local. Esperaba tener acceso a ella, como la unica beneficiaria de Lion. Aquel pensamiento la esperanzo e inyecto nuevos animos. Aquellos individuos eran tan enigmaticos como el desierto mismo y apenas podia tolerar la insufrible cercania del que iba junto a ella, pero nada podia hacer para evitarlo, tendria que soportarlo hasta que llegara a Bar-Soudi. Capitulo 2 Agnes desperto de repente; medio ofuscada aun, se dio cuenta de que el vaiven del animal la habia adormecido en la silla. No sabia durante cuanto tiempo. ?Tal vez solo un momento, o habian transcurrido horas? La fila de camellos avanzaba a lo largo de un camino empedrado que gradualmente ascendia por una colina hasta desembocar en unas altas murallas frente a una puerta almenada, que fue abierta por hombres uniformados. Agnes espio a traves de la niebla causada por el polvo, que aun giraba en el aire y se pregunto si serian guardias. Pero, que ella recordase, no habia guardias en Bar-Soudi. Entonces, ?en donde se encontraba? Su ahogado grito debio de transmitirse al hombre, cuyos brazos, mientras conducian el camello, se mantenian alrededor de su cuerpo como un lazo. --Es El Karah --explico--. Estamos entrando en el patio de mi palacio. --?Su… que? --exclamo. Estaba aun un poco adormilada y se sentia inclinada a imaginarse que todo aquello era un mal sueno--. ?No puede dejar de bromear? --Le aseguro que tiene siempre mejor aspecto a la luz del dia --la voz, sobre su cabeza, era impersonal, como si se tratara de un guia y ella una turista--. Su arquitectura es algo confusa en este momento, pero, en mi opinion, se trata de uno de los mejores ejemplos de artesania de la region. Fue construido por uno de mis antepasados, sobre las ruinas donde varios ejercitos lucharon y murieron, cada uno de ellos tan convencido como los otros de que su bandera y su fe eran las verdaderas. Existen camaras aun intactas debajo, donde los prisioneros eran… alentados a cambiar su forma de pensar. --No me importa lo que haya dentro, alrededor o debajo de su palacio --dijo Agnes furiosa; su cuerpo se retorcio en la silla para poder lanzarle las palabras a la cara--. Usted me hizo creer que ibamos a Bar-Soudi. !Es infame que me haya traido aqui! Este es el ultimo lugar de la tierra donde deseo estar. ?Me oye? --Con claridad, mon enfant. --Yo no soy su pequena --estallo--. !No soy nada de usted, ni nunca he querido serlo! !Exijo que me lleven al Hotel Ramis! --?Exige? --una sonrisa entreabrio sus labios, pero no precisamente una sonrisa divertida--. Es usted, sin duda, una costilla del viejo Lacroix. El tambien era un saco lleno de exigencias. --Callese y dele la vuelta al camello --replico furiosa. El entrecerro los parpados ante el tono de voz de la joven, pero esta capto un extrano brillo en aquellos ojos color ambar y sintio la fuerza del hombre que gobernaba El Karah. Un hombre para quien una mujer podia significar menos que un semental entrenado para todos sus caprichos. La autoridad de su alta posicion estaba estampada en sus facciones y Agnes se percato de los grandes peligros que podian acecharla, unos peligros sobre los cuales apenas habia pensado ni siquiera cuando cabalgaba sola por el desierto. --Hay otra cosa historica notable en El Karah --manifesto arrastrando suavemente las palabras--. El viejo mercado de esclavos, con una plataforma de piedra asperamente labrada sobre la cual se realizaba la venta. Acudian de todos los puntos cardinales para contemplar la mercancia y quienes alcanzaban los mas altos precios eran los jovenes vigorosos y las muchachas virgenes. Los camellos se habian detenido y los hombres de la tribu del bey esperaban su orden para desmontar. La joven sintio el latir de su corazon cuando Razul se inclino, acercandose a ella, y descubrio su aturdimiento. Ella habia oido decir que el tiempo se detenia en el desierto, y que, en cierta forma, su gente y sus costumbres permanecian iguales a como habian sido durante incontables anos. Pudo creerlo cuando miro al bey de Karah. Intuyo, con un enorme sobresalto, que, si se hubiera acogido a su oferta original de ayuda, podria ahora estar a salvo en el hotel en Bar-Soudi. Su cultura occidental lo habia mantenido controlado hasta que ella, impetuosamente, habia prendido fuego a la casa de la plantacion. Ahora, el lado barbaro de su naturaleza se habia apoderado de el, por lo que Agnes se dijo que era preciso hallar una formula razonablemente aceptable para convencerle. Las palabras suplicantes la mortificarian no podia rogarle que la llevara a Bar-Soudi y como era mucho mas rico que ella, resultaria absurdo ofrecerle dinero, en especial cuando este dinero deberia salir del legado de Guillaume Lacroix. --La gente de Bar-Soudi se preguntara que me ha pasado --comento--. Las autoridades le acusaran de secuestro, si me retiene contra mi voluntad. --Las autoridades probablemente pensaran que perecio usted en el incendio, junto con el viejo. Usted encendio la llama, pero supondran que la lampara se cayo de la mesa a causa de una rafaga de viento. --Sus hombres saben que me ha traido aqui --Agnes se esforzo por ocultar su panico. --Mis hombres estan atados por una lealtad tal que no puede imaginarla --ahora sus ojos se mostraban burlones--. Ellos nacieron en el desierto; usted no es mas que un terron de azucar en la boca del Kismet. Cuando Razul Bey ordeno a su camello que se arrodillara, la joven contuvo el aliento, abrumada por un sentimiento de angustia, y en el momento en que, una vez en el suelo, intento agarrarla, ella se sujeto fuertemente al arzon, sin lograr otra cosa que la risa de su antagonista a la que hizo coro la de sus hombres. Sintio sus mejillas enrojecer. Un terron de azucar, habia dicho el, como si en El Karah pudiera esconderla, tratarla como se le antojara y pisotear sus derechos. --Es… esto ha ido demasiado lejos --dijo--. Ya esta bien de bromas. Ya se ha desquitado de lo que hice… --?De verdad cree que se trata de una broma? --la arranco energicamente de la silla--. Nadie, senorita, me llama perro, sin pagar por el insulto. Ninguna mujer me llama mentiroso sin aprender algunas dolorosas verdades. Nadie en la ciudad de El Karah movera un dedo si traigo una mujer a mi serrallo, aunque su pelo sea de oro fino. Agnes lo miro fijamente a traves del polvo que el viento habia esparcido por el cielo. Existia algo fatal y como prohibido en el aire, algo que parecia inclinar una parte de su ser a pensar que lo que estaba sucediendo se hallaba escrito en las ardientes arenas. !Pero no! !Aquello solo eran supersticiones tontas! Lo arranco de su mente y se echo atras la capucha.

  • El pozo del cielo de Cristina Cerezales Laforet

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    Andres y Florinda inician una historia de amor oculta, mientras juegan a llamarse Ariadna y Teseo. Pasados los anos, la pasion entre los dos amantes se va enfriando hasta conducir la relacion a un punto muerto. Pero un dia, durante un viaje de Andres, Florinda recibe una visita que trastoca su existencia y le hace abandonar su casa, el lugar de su amor secreto, sin dar ningun tipo de explicacion.Cuando el regresa, se encuentra con una casa sin Florinda, en la que no soporta vivir con su ausencia pero de la que tampoco puede escapar, no consigue dejar de esperarla.

  • Alfheim Seul (Servicio de Paquete de Magia 1) de Chris J Coleman

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    Nunca negocies con un hada – Es demasiado peligroso.

  • Un lugar donde perderse de Caridad Bernal

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    Ella fue hasta alli para perderse, no para encontrarlo.Nora Jones decide aceptar un traslado para olvidar el infierno que ha sufrido los ultimos meses en el trabajo. Ese pueblo de vaqueros suena lo bastante lejos como para poder olvidar a cierto tipo de Londres...
    Sin embargo, su vida alli no sera un camino de rosas. En Whipeca, Arizona, ella es una forastera y enseguida se convierte en el objetivo principal de los chismorreos por ser una mujer que ha ido a ocupar el puesto de un hombre.

  • Noches de invierno de Jill Shalvis

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    Nadie pensaria que el caso de un Santa Claus malvado era el regalo de Navidades perfecto, pero Molly Malone, la encargada de la administracion de Investigaciones Hunt, no era como la mayoria de la gente. Ademas, a ella le iria muy bien poder distraerse de las fantasias que tenia desde que habia pasado la noche con su amor secreto, Lucas Knight. En realidad, no habia ocurrido nada, aunque Lucas no lo supiera, pero Molly queria disfrutar del hecho de ser un poco traviesa.

  • Comandante (La Casa Blanca 2) de Katy Evans

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    La pasion de Matt y Charlotte llega a la Casa Blanca
    Nos enamoramos en la campana electoral.
    Y eso solo fue el principio.
    Ahora el es el presidente de Estados Unidos.
    Y me desea. Desea mi cuerpo.
    Mi corazon. Mi alma.
    Y me quiere a su lado.
    En la Casa Blanca.

  • Camile (Las feas tambien los enamoran 1) de Elizabeth Urian

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    Camile, Deirdre, Edith, Leonor y ahora Phillipa son las protagonistas de la saga romantica ambientada en la epoca Victoriana <>, cinco historias que demuestran que el amor se rige por su propia logica.

  • Kolia de Leandro Perez

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    Si esta historia fuera una pelicula, tendria que comenzar cuando mas de nueve mil gargantas cantan el himno a Burgos en el Coliseum, unos segundos antes de que un Madrid liderado por Luka Doncic juegue contra el San Pablo. Como esta historia es una novela, empieza cuando Kolia tiene que encestar tres tiros libres para ganar el campeonato de Espana cadete.

  • Matrimonio por Contrato de Anna Sanz

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    Eve es una chica normal, todo lo normal que puede ser una persona, claro, tal vez por eso, cuando Daniel, el hombre con quien pasa una noche de borrachera, aparece en su trabajo y le pide que se case con ella no puede creerselo. Al menos no puede creerselo hasta que el insufrible millonario le explica el por que quiere casarse con ella.

  • Los Pecados de Olivier (Senor Brooks 1) de Andrea Adrich

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    Noah ha dejado su pueblo natal y su familia para perseguir su sueno: ser disenadora de moda. Con mucho trabajo y parte de los ahorros de sus padres abre una pequena tienda en Nueva York. Su sueno y todo su mundo se vienen abajo el dia que un desconocido entra en su tienda anunciando que es el nuevo propietario del local y que tiene que marcharse.
    Ese desconocido es Olivier Brooks, el chico malo de las finanzas. Un empresario despota, manipulador y adicto al control; dueno de un imperio que maneja con mano dura.
    Olivier siempre consigue lo que quiere. hasta que se encuentra con Noah. Ella no esta dispuesta a que le arrebate su sueno, y Olivier no esta dispuesto a que se salga con la suya: las cosas se hacen a su manera o no se hacen.
    ?Sera Noah lo suficientemente imprudente para caer en sus redes? ?Cedera Olivier, por una vez en su vida, el control?

  • Por favor, no me olvides de Car Puche

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    Lu Arismendi estaba a punto de realizar su sueno, pedirle matrimonio a la mujer que ama y con la que desea pasar el resto de su vida, Julia Rick, pero sus planes cambian drasticamente.
    ?Que pasaria si de un instante a otro tienes que reconquistar a la mujer que amas y para hacerlo, debes luchar contra todos para lograrlo, incluso contra ella misma?
    ?Puede el amor realmente vencer todos los obstaculos?

  • Loba de Orfa Alarcon

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  • Todo o nada de Marcela Balluri

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    La vida de Nora se estaba cayendo a pedazos. Su exito estaba a punto de venirse abajo y en su casa tenia a un punado de periodistas dispuestos a sepultar su carrera.
    Necesitaba huir, pensar y, sobre todo, tomar la decision mas dificil de su vida.
    Y entonces alli estaba Chris Maddock, dispuesto a ocultarla y sacarla de la ciudad.
    Solo habia un problema. El era un enemigo declarado, el periodista mas rapaz de todos y quien se habia encargado de destrozar su imagen, ademas de ser el hombre que anos atras la habia vuelto loca y un maldito saco de masculinidad que gritaba pecado por todas partes.
    ?Confiar en ese charlatan? !Ja!

  • Amor en tinta de Stephanos Tomasis

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    Amor en tinta es una historia romantica contada a traves de dos puntos de vista y aborda la enfermedad terminal de Christopher y la vida amorosa de su hija Nicole, quien no sabe como lidiar con la muerte y la ausencia de aquellos que ama. La ciudad de Amenti parece estar embrujada por el desamor y la perdida, pero tal vez hay historias de amor que pueden cambiarlo todo. Cada cumpleanos Nicole recibe un girasol y una carta enviada por su padre difunto, que piensa que el amor es capaz de traspasar las barreras del tiempo y la vida.

  • Docil de Aro Sainz De La Maza

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    El lunes al amanecer un joven se presenta en comisaria. Va empapado de sangre de pies a cabeza. <>, balbucea, y acto seguido se desmaya. El analisis de sus ropas constata que la sangre pertenece, como minimo, a tres personas. ?Se encuentran ante una victima mas, un superviviente? Pero, entonces, ?por que guarda silencio cuando recupera el conocimiento? Cabe otra posibilidad: que se trate de un asesino multiple. Sin embargo, todo su entorno lo define como un chico docil, incapaz de matar a una mosca. ?Que es en realidad Lucas Torres?

  • Pedir la luna de Blanca Garcia-valdecasas

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    El dia cuatro de Enero del ano 2.000 Constanza Morales cruza el Parque del Retiro camino de su trabajo. Va deprisa en la manana helada mientras recuerda como fue su vida en el ultimo ano del siglo y del Milenio. A causa de una pelea con su hermana, que involucra a toda la familia, a principios del ano, deja su Sevilla natal y se traslada a Madrid. Alli solo conoce a una prima de su padre, la tia Flora y su marido, Bernardo; son un matrimonio sin hijos y la acogen con gran afecto, y a un chico, Francis, que conocio en el tren y le gusto mucho. Pronto ensancha el circulo de sus amistades, la chica que le busca un piso donde vivir, los habitantes de los otros pisos en la casa, amigas de la tia Flora, companeros de trabajo… Le ocurren mas cosas de las que esperaba y aprende que muchas de ellas no son lo que al principio parecian. I Dicen que habeis llegado. Ademas, sin el ruido y el caos que esperaban algunos. Bienvenido, Tercero. Bienvenido, Veintiuno. Siglo nuevo y un nuevo Milenio: es emocionante. No hay tanta gente que haya vivido esta experiencia. Abuela Joaquina tenia mucha ilusion en llegar, la pobre; solo por tres anos no lo ha visto… una lastima. Y yo, Constanza Morales, una chica sin importancia, os saludo, camino de mi oficina en el segundo dia laborable de este ano dos mil. Es Martes, cuatro de Enero; en realidad, primer dia de trabajo porque ayer no se hizo gran cosa. Tambien espero que sea para mi el principio de muchas cosas buenas y estimulantes, como encauzar mejor mi vida y sacarle mas partido; desde luego lo voy a intentar. Hoy me siento mas real: peso y volumen. Piso la tierra dura, estoy aqui; este sitio que lleno es mio propio. Curioso como todo esta en la cabeza, en la disposicion, no necesariamente en ningun acontecimiento. Y he decidido: voy a ser feliz. Bueno, si me dejan entre unos y otros. He salido mas temprano de casa, asi puedo dar un paseo. El frio de la manana hace brotar de mi nubecitas de vapor si abro la boca. Voy por la calle Principe de Vergara, entrare al Retiro por la puerta que llaman de Madrid y cruzare el Parque hasta salir a la Plaza de la Independencia. No se si de verdad estoy estrenando Siglo y Milenio; se ha armado bastante discusion con eso: que si empieza ahora o en dos mil uno. Yo recuerdo fotos que guardaba mi abuela, seguramente de la suya, de la Exposicion de 1900. Ellos celebraron entonces la entrada del siglo veinte, asi que yo celebrare hoy el XXI y el Milenio y, si viene a cuento, lo volvere a celebrar cuando sea. El ano en si me parece lo mas importante, la sensacion de que acaba uno y otro empieza, la continuidad de esa cinta de anos --anillos de oro alrededor del sol-- que nos lleva por nuestra vida. Fue Arthur quien dijo que el anillo, como se dan los matrimonios, es simbolo de fidelidad porque es un "anito," annellus, y representa la continuidad de la Tierra alrededor del Sol. O al reves, como pensaban antes, el Sol alrededor de la Tierra. Arthur es la unica persona que conozco que sabe latin para hablarlo de corrido. Los anos son continuidad aunque unos sean tan diferentes de otros. Desde luego, el que acaba de terminar habia empezado mas bien aburrido para mi. Monotono, dentro de una rutina, como quien duerme la siesta. Pero a mediados de Enero cambio todo de golpe. Mi hermana y yo tuvimos una bronca monumental que involucro fatalmente a toda la familia, mas algunos amigos cercanos, y acabo haciendome la vida muy dificil. A partir de ese momento las cosas fueron como si salieran unas de otras, desenvolviendose en mas cosas inesperadas. De no haber sido por aquello, mi adorable Jefe del trabajo no habria insistido en trasladarme de la oficina de Sevilla a la de Madrid. Si no hubiera ido a Madrid no habria conocido a Francis, si no hubiera buscado piso nunca habria conocido a Misi. Ni Misi ni yo hubieramos conocido a Martin y Arthur ni… Enfin, nunca ningun ano me habia traido tantas cosas, malas o buenas, como el que acababamos de dejar. Parece mentira, pero hace unos meses estabamos Misi y yo sentadas en una cerveceria de la Plaza de Santa Barbara, bajo la sombra manchada de unos arboles medio tuberculosos, en pleno centro de Madrid; delante de nosotras dos cervezas, aceitunas y dos pinchos de tortilla. Sabado, hora del aperitivo, hartas de andar. Ella me dijo: --?Sabes cual es tu principal problema? Y mio tambien. Que no somos capaces de pedir la luna. Buscabamos vivienda para mi, habiamos visitado tres pisos aquella manana. El ultimo, en la calle Santa Teresa, nos habia llevado a restaurarnos con asiento y las canas. La casa necesitaba aun mas restauracion que nosotras. La fachada amenazaba con perder sus bonitas cornisas y la escalera estaba tan dilapidada que uno quiza se encontrase un buen dia sin poder bajar hasta la calle. Desalentada, habia insinuado que tal vez deberia comprar el apartamento que habiamos visto antes cerca de la Plaza de Castilla: pequeno y sin gracia pero recien pintado. No hacia mas que unas semanas que conocia a Misi y ya era, pensaba yo, una de mis mejores amigas. A las de Sevilla, mi tierra, las habia borrado despues de mi pelea con Macarena y a Queti, la que mas queria, no la veia desde hacia cuatro anos; al acabar la carrera se sumo a una organizacion de voluntarios para trabajar con los mas pobres de no se que lugar en Africa. Ya ni me escribia siquiera; quiza no hubiera alli correo o tenia tanto trabajo que no podia escribirme. Yo la echaba de menos Misi se estaba portando muy bien conmigo. Entonces no sabia cuanto no sabia de la vida de Misi. Solo que trabajaba en una agencia de propiedades pequena, y acaso furtiva, de la que era socia con tres amigas mas. Me encontraba en Madrid: atras quedaban familia, amigos, las calles de mi ciudad con sus arboles y olores, esa calida luz que no se encuentra en ninguna otra parte. Los rincones que amaba del Parque Maria Luisa, la Glorieta de Becquer donde solia ir desde los trece anos a mirar con devocion al poeta del que estaba --y pensaba que siempre iba a estar-- profundamente enamorada… mi mundo, todo. Dura tarea estar sola aqui pero suavizada por la presencia de los tios, Flora y Bernardo, desde luego de Francis desde el principio y enseguida despues por la amistad de Misi. Tal como habian ocurrido las cosas, a Sevilla nunca iba a volver como no fuera de visita; ya no habia sitio para mi en la casa de mis padres. Tenia algun dinero ahorrado de mi trabajo, mas una cantidad que me dejo mi madrina, la hermana mayor de mi padre, al morir. Pobre, una de esas enfermedades que no perdonan. Decidi comprar mi propio piso; no era tan facil como habia imaginado. De momento estaba en una pension con una duena pesada, habladora y llena de pretensiones, a mi ver totalmente injustificadas. Me habia acogido con muestras de aprecio pero habia ido cambiando con el paso de los dias. Tal vez se hartaba de la gente o le molestaba que recibiera a Francis en la habitacion. Me resultaban cada dia mas desagradables ella, su casa y el olor de ambas. A veces me decia a mi misma que seria mejor comprar cualquier cosa antes que seguir alli. --?Estas hablando de cosas personales o de ese apartamento?, -- pregunte a Misi, cuando me dijo lo de pedir la luna. --Ya te he dicho que era tuyo y mio pero es todo el mismo problema. El piso me parece caro para lo que es. Y, no se, a ti no te veo ahi dentro. Tampoco estas entusiasmada y cuando compres tienes que estarlo. Me disgusto que Misi tuviera la sensacion de que se conformaba con cualquier cosa. Merecia ser feliz: era buena persona, guapa, simpatica y cien cosas mas, entre otras una excelente amiga. Ahora lo estaba demostrando. A ella, como agencia, le convenia vender, comprar, hacer negocio y cobrar comisiones. A poco que me hubiera animado me habria decidido; era de agradecer que fuera en contra de sus intereses para ayudarme. Curiosamente el hilo que me llevo hasta Misi habia partido de dona Juanita, mi madre. Le parecia cutre que estuviera en una pension, sonaba mal. Un hotel resultaria mejor pero los hoteles eran caros o malos o las dos cosas. Dio en llamarme por telefono desde Sevilla todos los dias a ver si habia encontrado casa. Todo solia entrarle por rachas, igual me atosigaba sin darme respiro como parecia haberme olvidado por completo. Cuando me dijo que se proponia venir a Madrid, convencida de mi incapacidad para desenvolverme, me espante. --No, por Dios, no vengas. Me sentiria fatal y no te gustaria la pension. --No iria a esa pension en ningun caso. Me iria a casa de mi prima Flora… No era su prima; era prima de mi padre pero se la adjudicaba. Intente convencerla como pude. Que estaba ocupadisima, dije, y era perfectamente capaz de arreglarme yo sola. --!Que vas a ser! Has vivido siempre con nosotros sin tener ningun problema. Asi que ningun problema. Lo deje pasar. Dije que, en realidad, no teniamos los mismos gustos. Es extrana la gente. Puede criticar todo lo que haces o como te vistes; pero cuando dices "no tenemos los mismos gustos", se molesta. Mi madre se molesto. --No seas tonta --dijo--. Por lo menos ve a casa de tu tia Flora y le pides consejo. Ella lleva en Madrid toda la vida y conoce a mucha gente --Me da un poco de apuro --proteste--. No he tenido tiempo de pasar a saludarla y presentarme alli para pedirle un favor… --No seas tonta, --volvio a decir-- anda y le pides ayuda. Siempre ha sido muy carinosa con mis hijas. Era verdad. Aunque solo era prima de mi padre, mi madre y ella eran muy amigas. Anos atras cuando mi padre, en dos ocasiones, tuvo que pasar algun tiempo en Madrid para cursos de ascenso en su carrera militar, fuimos a vivir los cuatro en la casa de la calle de Velazquez donde los tios tenian sitio de sobra. Al salir de la oficina fui en busca de un puesto de flores que habia cerca y compre un ramo de rosas pequenas que olian un poco a tabaco pero no habia mucho donde elegir. Llegue con mi ramo a casa de los tios que me recibieron como si no hubiera pasado tiempo desde aquellos anos de la infancia. Lo primero que me dijo tia Flora: "Me ha dicho tu madre que tienes novio. ?Cuando lo vamos a conocer?". --Novio, no. Salgo con un chico pero es algo como empezando, sabes. No se si resultara. Lo que si sabia, que Francis no queria nada con mi familia ni mis amigos. Me queria a mi pero lo nuestro tenia que ser super reservado. --Bueno, rica, todavia es pronto. Pero como no has venido a esta casa. Estariamos encantados de tenerte, ?verdad, Bernardo? --Verdad, verdad. Ya estuviste aqui de pequenita. ?O es que no te acuerdas? Tio Bernardo tenia mucho pelo muy blanco, la cara rosada, los ojos claros acuosos, un poco abultados. Siempre iba vestido con trajes muy formales de tres piezas, camisas invariablemente blancas con gemelos y corbatas a rayas. --?Como no me voy a acordar, tio? Y todos los recuerdos que tengo de vosotros son estupendos. Era verdad, pero solo en parte. Me gustaba la casa, los tios eran muy carinosos con nosotros --no tenian hijos-- y habia una cocinera bastante vieja, Virtudes, que nos hacia platos especiales. Macarena y yo comiamos en el office, lo que preferiamos con mucho al comedor y las personas mayores, sopa de panecillos, natillas, croquetas… menus hechos solo para nosotras. Por otro lado yo notaba una incomodidad: la sensacion de que no era nuestra casa, mis padres no mandaban alli, eran solo invitados. Una situacion desacostumbrada que no sabiamos manejar. Pero lo peor era mi madre, llena de emulacion por la vida de tia Flora, sus muebles y cuadros, sus muchos amigos, la manera de hablar y de vestirse… no se en que consistia exactamente pero dona Juanita parecia una provinciana algo cateta, queriendo aparentar lo que yo en el fondo bien sabia que no era, queriendo alcanzar donde yo sabia bien que no llegaba. En aquella epoca ni siquiera hubiera podido decirlo con palabras pero estaba ahi, una inexpresable angustia. Verguenza ajena, a la que algunos crios son propensos. Hoy, sencillamente me diria a mi misma: "es una cateta, snob como todas las catetas", y ya esta. --Se lo dije a tu madre, que te vinieras --siguio la tia-- y me dijo que querrias libertad para salir con tu novio, aunque aqui libertad la tendrias toda… y la llave del piso, ademas. Con su edad, cuatro o cinco anos menor que mi madre, no podia decirle que mas que salir con mi novio era cuestion de entrar. La mire con carino: habia tenido muy buen tipo y un bonito pelo rubio, aunque de cara no era guapa. Aun se conservaba joven, y se vestia siempre muy elegante, pero todas aquellas cosas de la juventud y enamoramientos seguramente se le habrian olvidado… y, mirando al tio, era lo mejor que le podia pasar. Demasiado tranquilo casi seguro. --Erais dos chiquitas muy guapas --dijo el tio Bernardo, reminiscente-- Muy distintas. Una morenita y menuda y la otra tan rubia con aquellos rizos y los ojazos azules… una verdadera Marylin Monroe en miniatura. Aunque luego… Ni siquiera suspire, estaba acostumbrada a aquella clase de comentario. Mi madre era rubia con ojos muy azules; Macarena le habia salido a ella, en mejor. Mas alta y mas 'neumatica', con pinta voluptuosa que nunca supe si respondia a una condicion real o era solo el aspecto. El tio, quiza pensando que me habia hecho de menos, seguia. --Pero tu eres mas distinguida, tu tienes clase. Castana y delgada, mucho mas elegante, y tu nariz es perfecta. Quise decirle "los chicos me hablan bien de mis piernas, pero no me han dicho nada de la nariz." La verdad, mis facciones no tienen nada llamativo, estoy un poco delgada de mas para gustar, al menos en Sevilla, y se que tengo cosas a mi favor: buen pelo brillante, buenos dientes, buen cutis y buenas piernas. Para el gusto-de-hombre al lado de mi hermana no tenia nada que hacer. Pero a Francis le gustaba, asi que no estaria tan mal. La nina que cuida de los tios, una filipina tan flaca como yo pero con quince centimetros menos, se llevo las flores y trajo una bandeja del te con bollitos calientes hechos en casa. Nos habiamos sentado en la sala atiborrada de muebles y adornos y, despues de la puesta al dia sobre la familia, que no tardo mucho porque habian venido a la boda de mi hermana poco antes, les conte mi problema. Inmediatamente me volvieron a decir que me fuera a vivir con ellos. --Muchisimas gracias, de verdad os lo agradezco pero me conviene comprar. Tengo una cuenta de ahorro para vivienda y debo emplearla y… puedo hacerlo. La cosa es que no encuentro nada que acabe de gustarme. --?A que agencias has ido? --pregunto la tia Flora. Habia ido a un par de ellas que vi en el periodico. La tia dijo que eso no era arreglo; las casas mejores casi nunca llegaban a estar en los anuncios. Su amiga Nosecuantas tenia una nuera que tenia una hermana que, a su vez, tenia una agencia con otras amigas. Trabajaban muchisimo porque conocian a la mar de gente. Estaban muy bien relacionadas. Dichosas ellas, pense. Y dije: "?No te importaria preguntar a tu amiga?". El mejor favor es el que se hace mas rapido. Al minuto tia Flora estaba hablando por telefono en plan eficiente. "A ver si le encuentran a esta nina una cosa en condiciones… que es mi sobrina. Si, ya se que se lo tomaran con el mayor interes. Muy bien, que la llamen aqui, se va a quedar todavia bastante rato. Entonces esperamos la llamada. Un abrazo muy fuerte… si, tenemos que vernos. No, no, gracias a ti por ocuparte." Volvia a su butaca con la satisfaccion del deber cumplido. --Ya veras como estas te solucionan el problema. --Ojala. Estoy aburrida de buscar. Y me han ensenado cada asco… Es una perdida de tiempo. --Espera y veras. Ya te he dicho que estas conocen a todo el mundo. Decia 'todo el mundo' con la misma entonacion que mi madre, por lo demas no se parecian en nada. El tio Bernardo hablaba de inversiones y lo que deberia pagar por metro cuadrado mientras yo asentia a todo, pensando que algunos metros cuadrados eran mucho mas metrocuadrados que otros. Antes de quince minutos me habia telefoneado una de las cuatro socias, Margarita. Hablaba muy deprisa y era simpatica; me cito al dia siguiente por la tarde en su diminuta oficina en un bajo de la calle Serrano. Alli conoci a las cuatro primeras que trabajaban con otras cinco o seis agencias formadas por otros tantos grupos de senoras como ellas, bien vestidas, visiblemente ricas y mundanas. Ninguna parecia necesitar aquel trabajo. Margarita, la que me habia llamado, era muy guapa, morena, menudita; llevaba un traje de chaqueta color de rosa que casi me deja sin respirar. Con aire eficaz, me aseguro que encontrariamos algo conveniente aunque no veia que yo tuviera mi criterio formado. Todas eran amigas, me dijo. Se comunicaban posibles negocios y se repartian las comisiones con arreglo a un baremo complicado que nunca se saltaban y les funcionaba de maravilla. En los dias siguientes me fueron presentando a las demas, unas y otras se volcaron conmigo, no sabria explicarme por que. Tal vez se volcaran con todo el mundo. Todas tenian Audis o Mercedes, todas eran jovenes aunque mayores que yo, trabajaban sin parar, todas llevaban telefonos moviles con los que hablaban constantemente, organizando visitas y entrevistas… o hasta daban ordenes a personas a su servicio. Todas debian de tener montones de dinero pero llevaban unas vidas mas aperreadas que la mia. La verdad es que ellas se fascinaban por las casas; formaban una raza aparte, de la cual yo no habia conocido antes a ningun ejemplar. Su interes por las casas no bajaba nunca. A veces, si yo iba a ver un piso, por ejemplo, con Sofia, Margarita o Misi se apuntaban: "Ah, yo tambien voy porque ese no lo he visto. No te importa, ?verdad?". Eran geniales. Al principio me sentia apabullada con mi presupuesto pobreton y los conjuntos nuevos de Zara que me habia comprado para quedar bien en la oficina, (con los que hasta entonces me habia encontrado tan mona), frente a sus coches, sus Armanis, sus Pradas, sus Max Maras, sus Valentinos, sus Donna Karanes, Antonios Pernas y demas. Cuando me hice amiga de Misi gane confianza en mi misma, me volvi a sentir comoda. Eso si, me prometi secretamente asomarme por las tiendas de la calle Serrano cuando estuvieran las rebajas. No supe si las socias habian decidido que Misi se encargara de mi o si lo decidimos nosotras; la verdad es que se dedico a solucionarme el problema. Dijo que no me preocupara porque encontrariamos. Casi todos los dias a una hora o a otra me llevaba a ver algo y las mananas de los sabados siempre teniamos varias visitas en perspectiva. Con todas estas cosas llegamos a aquella manana en que me dijo que no sabia pedir la luna. --Mira, Constanza, este asunto lo vamos a tener que enfocar de otra manera. Tu trabajo esta en Alcala, ?no? ?A que altura? --Al lado de la Plaza de la Independencia. Es un piso alquilado en un edificio muy bueno. Llevan anos alli. --Vamos a centrarnos en los alrededores de tu oficina. Por lo menos lo mas cerca posible. No tienes coche, ?verdad? --Tengo, en Sevilla. No me lo he querido traer hasta ver si me manejo en Madrid… No se, a lo mejor le digo a mi padre que me lo venda. Me pregunte cuanto tiempo pasaria antes de que Macarena se apropiara de mi Ibiza amarillo. Quiza me lo habia cogido ya. Lo mejor iba a ser venderlo. --Pero --segui diciendo-- mi novio prefiere que no compre ni en el barrio de Salamanca ni en la zona de Zurbano, Paseo del Cisne, Fortuny y todo eso. --Pero ?por que demonios? ?Porque son zonas caras? ?Y el quien es para decirte donde tienes que comprar? O es que te va a dar el dinero… ?Vais a comprar a medias? Yo creo que es muy mala cosa…. Demasiadas preguntas. Era logico que no entendiera nada. A aquellas alturas ya tenia bastante confianza para decirle la verdad. --Mira, no digas ni media palabra de esto a nadie, por favor. Es que… es que esta casado. Ahi grito. "!?CASADO?! !Por favor! !No me lo puedo creer!" --Pues si y, claro, no quiere que compre el piso ni cerca de donde vive el ni cerca de su trabajo. ?Por que no te lo puedes creer? --Hija, es que no te pega. Eres joven, eres muy mona, tienes un buen trabajo, una buena educacion y una vida agradable. No entiendo que te enredes con un casado. Como si no hubiera chicos de tu edad estupendos y libres… --Pues asi son las cosas. --No, asi no son las cosas, asi las has puesto tu. Pero pueden cambiar y espero que cambien. Eso no es decente, creeme, y tu tambien lo sabes. Me habia deprimido de repente. La silla del bar, de plastico, se me pegaba al cuerpo, la cerveza me habia dejado en la boca un sabor amargo. Era uno de esos dias madrilenos en que no sabes como vestirte; por la manana sales con frio y al mediodia te asas de calor. Misi con un jersey muy fino de color azul porcelana haciendo dibujos se veia tan fresca y planchada como si acabara de salir de una caja atada con un lazo. En la mesa de al lado una pareja ventilaba a gritos sus diferencias, molesta discusion, a base de 'tu has vuelto conmigo porque Veronica te echo de su casa'. La gente que pasaba por Alonso Martinez me parecio feosa, cansada y de mal humor. Suspire; Misi se dio cuenta. --No te preocupes, que encontraremos un buen sitio. Pero vas a pensar primero en ti y en lo que te conviene a ti. Los novios van y vienen. --Si, puede ser… No se… El corazon se me hacia piedra de pensar que Francis se fuera de mi vida… no podia. En parte por el habia dado el paso definitivo de venirme a Madrid y cambiar por completo mis costumbres. --Mira, yo tengo que ir a mi casa ahora sin mas remedio. Pero si quieres a las cuatro nos vemos en la oficina. Estaremos solas y tendremos tiempo y tranquilidad para mirar ficheros. Lleva el cuaderno verde. En un cuaderno apuntaba los pisos que habia visto. Quedamos asi y nos fuimos cada una por su lado hasta las cuatro. Yo no tenia donde ir ni nadie a quien hablar. Miriam, la companera del trabajo con quien compartia despacho, dedicaba sabados y domingos a su novio o sus padres. A comer no podia presentarme en casa de los tios sin avisar, me daba apuro. Camine despacio por la calle Genova para subir por Goya a Serrrano. Al menos tendria la distraccion de mirar tiendas. No podia llamar a Francis el fin de semana, estaba prohibido. Ni siquiera tenia el telefono de su casa sino un movil al que solo podia recurrir en horas de trabajo, si fuera absolutamente imprescindible. Me pesaban las palabras de Misi, estaba claro que me censuraba y ella no era ninguna estrecha. Vivia con su novio pero era viuda y el soltero. Sabia por conversaciones anteriores que habia estado doce o trece anos casada, hasta que su marido se mato en un accidente de automovil. Despues paso algun tiempo sin nadie y con este novio, que se habia ido a vivir a su casa, llevaba dos anos o algo asi. A veces, me dijo, estaba un poco harta. Yo le habia preguntado si pensaba casarse. "No tengo ningunas ganas", me habia respondido. "No lo veo. Fuera por el ya nos habriamos casado pero no me decido. No se si puede ser el hombre de mi vida, le falta… fundamento… Para mala experiencia ya tuve una". Aquel dia me rei, diciendo que tener un voluntario para el matrimonio, tal y como estaban las cosas, me parecia genial. Pero eso de no saber si era el hombre de su vida lo decia como esperando que no lo fuera, que hubiera otro, el autentico. Suspire: unos tanto y otros tan poco. Yo lo unico que queria era casarme con Francis… o, mas honradamente, que Francis estuviera libre. Cruzando el lateral de la Castellana un coche me pito iracundo, casi me atropella. Un senor bien vestido me regano: "Nina, pero como anda usted tan distraida, no se da cuenta del peligro". Que fino, llamandome de usted. Me empareje con el para cruzar el subterraneo que no me gustaba nada. Nunca pasaba por debajo de la calzada si podia ir por encima, de no haber andado despistada habria subido por la Castellana hasta un cruce.

  • Mi protector de Christian Martins

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    Harry Hunter siempre ha sido el mejor en lo que hace por varias razones: no tiene familia, ni amigos, ni pareja. Vive, exclusivamente, para cumplir con sus misiones y sobrevivir al dia a dia. Pero su rutina se ira al traste cuando le ofrezcan una nueva mision; una que no podra rechazar y en la descubrira a la joven Bailey Kim. La teoria se la sabe muy bien: no debe establecer lazos sentimentales si quiere continuar con vida. Pero en la practica es otra cosa. Bailey tiene algo especial que le atrae, algo que le impide desentenderse de todo y renunciar, algo que no le permite traicionarla. Protegerla, liberarla y cuidar de ella no sera sencillo, pero ya no tiene nada que perder.

  • Suite Veintiuno (Amores de verano 1) de Mita Marco

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    ?Es el destino el que manda sobre nuestras vidas? ?O por el contrario somos nosotros los que elegimos? Miriam, una joven estudiante de derecho, debe reunir el dinero suficiente para poder costearse el master con el que habia estado sonando toda su vida. Asi que cuando le proponen viajar a Menorca, a trabajar en un complejo hotelero de lujo, se embarca sin pensarselo. Pero en su camino se cruza alguien inesperado. La joven conoce a un atractivo huesped que pondra su estancia en la isla patas arriba. Entre los dos surge la atraccion y juntos se lanzan a una ardiente aventura, repleta de locuras y altibajos. Pero Miriam descubre que nada es lo que parece. aquel sensual huesped dista mucho de ser la persona que ella creia. ?Podra vencer el amor todos sus temores?

  • Preston y Lisa: el futuro presente (Hermanos Sullivan 3), Abril Camino de Abril Camino

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  • Amores que dejan Marcas de Ruth Lefin

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    Dia a dia, nos encontramos con enunciados en los medios, como: “Mujer fue asesinada por su esposo”, “Nuevo femicidio en la capital”, “Mujer es torturada y corre riesgo vital.

  • El extranjero de Albert Camus

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    Hoy ha muerto mama. O quiza ayer. No lo se. Recibi un telegrama del asilo: <> Pero no quiere decir nada. Quiza haya sido ayer. El asilo de ancianos esta en Marengo, a ochenta kilometros de Argel. Tomare el autobus a las dos y llegare por la tarde. De esa manera podre velarla, y regresare manana por la noche. Pedi dos dias de licencia a mi patron y no pudo negarmelos ante una excusa semejante. Pero no parecia satisfecho. Llegue a decirle: <> No me respondio. Pense entonces que no debia haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenia por que excusarme. Mas bien le correspondia a el presentarme las condolencias. Pero lo hara sin duda pasado manana, cuando me vea de luto. Por ahora, es un poco como si mama no estuviera muerta. Despues del entierro, por el contrario, sera un asunto archivado y todo habra adquirido aspecto mas oficial. Tome el autobus a las dos. Hacia mucho calor. Comi en el restaurante de Celeste como de costumbre. Todos se condolieron mucho de mi, y Celeste me dijo: <> Cuando parti, me acompanaron hasta la puerta. Me sentia un poco aturdido pues fue necesario que subiera hasta la habitacion de Manuel para pedirle prestados una corbata negra y un brazal. El perdio a su tio hace unos meses. Corri para alcanzar el autobus. Me senti adormecido sin duda por la prisa y la carrera, anadidas a los barquinazos, al olor a gasolina y a la reverberacion del camino y del cielo. Dormi casi todo el trayecto. Y cuando desperte, estaba apoyado contra un militar que me sonrio y me pregunto si venia de lejos. Dije <> para no tener que hablar mas. El asilo esta a dos kilometros del pueblo. Hice el camino a pie. Quise ver a mama en seguida. Pero el portero me dijo que era necesario ver antes al director. Como estaba ocupado, espere un poco. Mientras tanto, el portero me estuvo hablando, y en seguida vi al director. Me recibio en su despacho. Era un viejecito condecorado con la Legion de Honor. Me miro con sus ojos claros. Despues me estrecho la mano y la retuvo tanto tiempo que yo no sabia como retirarla. Consulto un legajo y me dijo: <> Crei que me reprochaba alguna cosa y empece a darle explicaciones. Pero me interrumpio: <> Dije: <> El agrego: <> Era verdad. Cuando mama estaba en casa pasaba el tiempo en silencio, siguiendome con la mirada. Durante los primeros dias que estuvo en el asilo lloraba a menudo. Pero era por la fuerza de la costumbre. Al cabo de unos meses habria llorado si se la hubiera retirado del asilo. Siempre por la fuerza de la costumbre. Un poco por eso en el ultimo ano casi no fui a verla. Y tambien porque me quitaba el domingo, sin contar el esfuerzo de ir hasta el autobus, tomar los billetes y hacer dos horas de camino. El director me hablo aun. Pero casi no le escuchaba. Luego me dijo: <> Me levante sin decir nada, y salio delante de mi. En la escalera me explico: <> Atravesamos un patio en donde habia muchos ancianos, charlando en pequenos grupos. Callaban cuando pasabamos. Y reanudaban las conversaciones detras de nosotros. Hubierase dicho un sordo parloteo de cotorras. En la puerta de un pequeno edificio el director me abandono: <> Le di las gracias. Mama, sin ser atea, jamas habia pensado en la religion mientras vivio. Entre. Era una sala muy clara, blanqueada a la cal, con techo de vidrio. Estaba amueblada con sillas y caballetes en forma de X. En el centro de la sala, dos caballetes sostenian un feretro cerrado con la tapa. Solo se veian los tornillos relucientes, hundidos apenas, destacandose sobre las tapas pintadas de nogalina. Junto al feretro estaba una enfermera arabe, con blusa blanca y un panuelo de color vivo en la cabeza. En ese momento el portero entro por detras de mi. Debio de haber corrido. Tartamudeo un poco: <> Se aproximaba al feretro cuando lo pare. Me dijo: <> Respondi: <> Se detuvo, y yo estaba molesto porque sentia que no debi haber dicho esto. Al cabo de un instante me miro y me pregunto: <>, pero sin reproche, como si estuviera informandose. Dije: <> Entonces, retorciendo el bigote blanco, declaro, sin mirarme: <> Tenia ojos hermosos, azul claro, y la tez un poco roja. Me dio una silla y se sento tambien, un poco a mis espaldas. La enfermera se levanto y se dirigio hacia la salida. El portero me dijo: <> Como no comprendia, mire a la enfermera y vi que llevaba, por debajo de los ojos, una venda que le rodeaba la cabeza. A la altura de la nariz la venda estaba chata. En su rostro solo se veia la blancura del vendaje. Cuando hubo salido, el portero hablo: <> No se que ademan hice, pero se quedo, de pie detras de mi. Su presencia a mis espaldas me molestaba. Llenaba la habitacion una hermosa luz de media tarde. Dos abejorros zumbaban contra el techo de vidrio. Y sentia que el sueno se apoderaba de mi. Sin volverme hacia el, dije al portero: <> Inmediatamente respondio: <>, como si hubiese estado esperando mi pregunta. Charlo mucho en seguida. Se habria quedado muy asombrado si alguien le hubiera dicho que acabaria de portero en el asilo de Marengo. Tenia sesenta y cuatro anos y era parisiense. Le interrumpi en ese momento: <> Luego recorde que antes de llevarme a ver al director me habia hablado de mama. Me habia dicho que era necesario enterrarla cuanto antes porque en la llanura hacia calor, sobre todo en esta region. Entonces me habia informado que habia vivido en Paris y que le costaba mucho olvidarlo. En Paris se retiene al muerto tres, a veces cuatro dias. Aqui no hay tiempo; todavia no se ha hecho uno a la idea cuando hay que salir corriendo detras del coche funebre. Su mujer le habia dicho: <> El viejo habia enrojecido y habia pedido disculpas. Yo intervine para decir: <> Me parecio que lo que contaba era apropiado e interesante. En el pequeno deposito me informo que habia ingresado en el asilo como indigente. Como se sentia valido, se habia ofrecido para el puesto de portero. Le hice notar que en resumidas cuentas era pensionista. Me dijo que no. Ya me habia llamado la atencion la manera que tenia de decir: <>, <> y, mas raramente, <>, al hablar de los pensionistas, algunos de los cuales no tenian mas edad que el. Pero, naturalmente, no era la misma cosa. El era portero y, en cierta medida, tenia derechos sobre ellos. La enfermera entro en ese momento. La tarde habia caido bruscamente. La noche habiase espesado muy rapidamente sobre el vidrio del techo. El portero oprimio el conmutador y quede cegado por el repentino resplandor de la luz. Me invito a dirigirme al refectorio para cenar. Pero no tenia hambre. Me ofrecio entonces traerme una taza de cafe con leche. Como me gusta mucho el cafe con leche, acepte, y un momento despues regreso con una bandeja. Bebi. Tuve deseos de fumar. Pero dude, porque no sabia si podia hacerlo delante de mama. Reflexione. No tenia importancia alguna. Ofreci un cigarrillo al portero y fumamos. En un momento dado, me dijo: <> Le pregunte si se podia apagar una de las lamparas. El resplandor de la luz contra las paredes blancas me fatigaba. Me dijo que no era posible. La instalacion estaba hecha asi: o todo o nada. Despues no le preste mucha atencion. Salio, volvio, dispuso las sillas. Sobre una de ellas apilo tazas en torno de una cafetera. Luego se sento enfrente de mi, del otro lado de mama. Tambien estaba la enfermera, en el fondo, vuelta de espaldas. Yo no veia lo que hacia. Pero por el movimiento de los brazos me parecio que tejia. La temperatura era agradable, el cafe me habia recalentado y por la puerta abierta entraba el aroma de la noche y de las flores. Creo que dormite un poco.

  • Me enamore de mi jefe de Dakota Milano

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