• libro madame b - Sandrine Destombes

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    Una ultima revision general y Blanche Barjac podria cerrar la puerta del piso. Ya habia acabado con las manchas que quedaban y estaba impaciente por volver a casa. Le dolian los hombros y estaba convencida de que se le habian pelado las rodillas de estar toda la noche agachada. Habia tenido que cambiar la alfombra y la disposicion de los adornos, pero en general se sentia bastante satisfecha. Tenia que empezar a hacer deporte cuanto antes. Todos sus musculos se lo pedian a gritos. Adrian ya la habia advertido. A partir de cierta edad, ese trabajo se convertia basicamente en un desafio fisico. Pero Adrian tenia setenta y seis anos, y todo lo que decia parecia en mayor o menor medida un consejo de sabio, asi que Blanche se habia acostumbrado a escuchar solo lo que le interesaba. Tendria tiempo para pensar en la artrosis y el reumatismo. Iba a cumplir treinta y nueve a finales de ano. Lo unico que necesitaba era hacer un poco de ejercicio. Desde hacia unos meses, Blanche habia empezado a separar residuos. Ella misma llevaba las bolsas de basura, recicladas y reciclables. Era su toque personal. Implicaba algunas gestiones mas, pero al fin y al cabo cada uno debia poner un poco de su parte. Por supuesto, siempre quedaban algunos desechos inclasificables, sobre los que Blanche no habia encontrado ninguna indicacion en internet o que simplemente no podia tirar. Por lo general, dejaba que Adrian se ocupase de ello. Con cuarenta anos de experiencia a sus espaldas, la eficacia de sus metodos habia quedado mas que demostrada. El habia intentado transmitirle todo su saber, pero Blanche preferia que se reservase algunos secretos. Sabia que, mientras aun tuviera cosas que ensenarle, el viejo hombre permaneceria a su lado. Blanche cerro con cuidado para no dar un portazo al salir. El propietario le habia asegurado que en esa planta no vivia nadie mas, pero la discrecion siempre era de rigor, sobre todo a altas horas de la noche. Por mas que llevase ropa neutra y fuese con la cabeza gacha en todo momento, la carretilla plegable llena de bolsas de colores era lo bastante llamativa para que alguien pudiera recordarla, llegado el caso. Sin embargo, tenia un punto a su favor. Nadie se fijaba en una senora de la limpieza. A lo sumo, algun testigo podria recordar la estatura o su aspecto a grandes rasgos, pero jamas seria capaz de describir su rostro con precision. En el ascensor que la llevaba al aparcamiento, Blanche reflexiono sobre su vida y su profesion. Hasta el momento su trabajo era irreprochable, pero ?por cuanto tiempo mas? Adrian ya no era joven, y sin el tendria que dejarlo. Con el dinero que habia ahorrado podria mantenerse unos cuantos anos, pero ?que haria en su dia a dia? Su madre habria sabido encontrar las palabras para calmarla, pero ya no estaba, y desde hacia un tiempo la echaba muchisimo de menos. Apreto las mandibulas varias veces. No era el momento ni el lugar para ponerse a dudar del futuro o rememorar el pasado. Aun tenia un arsenal de cosas por hacer antes de enviar las fotos del resultado. Le llevaria como minimo una hora de viaje llegar a casa de Adrian, sin contar la parada en el vertedero. Despues tendria que examinar la informacion que contenian el ordenador y el movil que habia rescatado en el piso y hacer capturas de pantalla de lo que considerase relevante antes de destruir a conciencia ambos dispositivos. Y aun faltaria quemar los ultimos indicios y su propia ropa antes de poder disfrutar de un desayuno en familia bien merecido. Ser limpiadora requeria cierto rigor y Blanche Barjac era una de las mejores. 2 Hacia una semana que Blanche esperaba pacientemente un nuevo encargo. Habia vuelto a su estudio de la rue Halle, en el distrito XIV de Paris. En cualquier otra parte se habria pasado los dias caminando arriba y abajo, pero alli el techo abuhardillado no le permitia dar mas de cinco pasos seguidos. Habia aprovechado el obligado descanso para poner sus documentos en orden. Oficialmente, Blanche se comprometia a eliminar todo rastro de sus intervenciones. Una vez cumplida la mision, los clientes no tenian nada que temer. Estaba en juego su propia reputacion. Adrian incluso le habia dejado una frase preparada por si le preguntaban sobre el tema. Pero Adrian tambien la habia advertido acerca de la precariedad laboral del sector y la necesidad de tomar ciertas precauciones. Aparte de obligarla a abrir un plan de ahorro al inicio de su carrera profesional, el viejo hombre le habia ensenado como cubrirse las espaldas. No se trataba de chantajear a nadie, sino de tener un seguro de vida. Si llegasen a detener a uno de sus clientes, Blanche necesitaba poder recordarle hasta que punto era imprudente implicarla. Por eso conservaba con sumo cuidado un souvenir mas o menos incriminatorio de cada mision: el arma del crimen, una fotografia, un mensaje… No era una decision premeditada, pero hasta la fecha sus grandes limpiezas siempre le habian permitido hacerse con algun elemento inculpador. Los objetos los almacenaba Adrian en su cobertizo, y Blanche se encargaba de digitalizar y archivar lo demas en su ordenador. Una base de datos le facilitaba tener los expedientes actualizados. Blanche acababa de rellenar la ficha 92 y se preguntaba que sentiria cuando llegase a la numero 100. Puede que se regalase un viaje para celebrarlo. Sonaba con conocer Argentina, pero siempre encontraba alguna excusa para posponerlo. En realidad, Blanche era incapaz de alejarse de Adrian. Era un pilar para ella, su protector. Desde hacia un tiempo la animaba a que se distanciase un poco, a que pasase unos dias sin contactar con el. Sin embargo, el resultado era poco convincente. Blanche habia vuelto a morderse las unas y se olvidaba a menudo de tomar la medicacion. Este ultimo argumento habia sido mas efectivo que ningun otro, asi que Adrian la esperaba a ultima hora del dia. Mientras tanto, Blanche ocupaba el tiempo como podia. Catalogar el ultimo encargo que habia hecho no le llevo mas de media hora. Era un caso clasico de limpieza que no habia exigido demasiado trabajo. A un hombre de negocios casado y con dos ninos se le habia ido la mano con el trabajador sexual que habia recibido en casa mientras su pequena familia disfrutaba de la nieve en Courchevel. Su primera reaccion fue llamar a su abogado, quien le aconsejo los servicios de RecureNet & Associes.

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    Sinopsis de MADAME B ... Blanche Barjac tiene un trabajo peculiar. Es limpiadora, pero no una limpiadora cualquiera. Se dedica a limpiar escenas del crimen, ...

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  • El hombre del corazon negro de Angela Vallvey

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    Mas de 70.000 mujeres cada ano son enganadas y sometidas a esclavitud sexual solo en Europa. Este es un dato extraido de los periodicos, pero en esta novela todas esas mujeres se resumen en Polina, una adolescente nacida en Moldavia cuyas ilusiones comienzan a desmoronarse en un tetrico sotano de Estambul. Muy lejos de los sollozos de la pequena, la historia comienza con la desaparicion de los cinco gatos de la viuda Hergueta en un barrio residencial de la periferia de Madrid. Los vecinos rusos resultan los primeros sospechosos, ya que su actitud es hurana y misteriosa. Gracias a sus contactos, las quejas de la viuda encuentran finalmente eco en Sigrid Azadoras, una agente experta en artes marciales, a la que la insignificante desaparicion de los gatos la llevara a adentrarse en el complicado entramado de las mafias del Este, una estructura que tiene sus raices en el desmoronamiento politico, economico y social de las ex republicas sovieticas.

  • Un amor en el aire, Alexandra Danell de Alexandra Danell

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  • Cambiemos el mundo de Greta Thunberg

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    < ESTE ES UN GRITO DE SOCORRO.>>

  • El libro de Joe Byers de Christian Martins

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    EL LIBRO DE JOE BYERS
    La vida de Alison Grove no es precisamente tal y como ella imaginaba que iba a ser, pero todo da un giro cuando el chico mas guapo y popular de Alnmouth se fija en ella. Colin no solamente es rico y atractivo, sino que ademas parece tener todo lo necesario para hacer feliz a Ali.
    Todo parece comenzar a tener sentido hasta que un misterioso libro llega a las manos de Alison. Un libro que narra la vida de Joe Byers. ?Sera ficcion todo lo que esta leyendo? ?Por que no puede sacarse ese maldito libro de la cabeza?
    Atrapante, intrigante y muy romantica.
    Te enamoraras.

  • Los colores de la felicidad de Viviana Rivero

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    La joven fotografa argentina Brisa Giulli viaja a Cuba como integrante de la comitiva que acompanara al quintuple campeon de Formula 1 Juan Manuel Fangio durante el Gran Prix de La Habana. Hijo de un poderoso tabacalero y artista polifacetico, Joel Fernandez trabaja en secreto para la revolucion en ciernes. Cuando Brisa y Joel se conocen durante una calida noche de febrero de 1958, saben que ya nada sera igual para ellos. Atravesados por los dramaticos acontecimientos politicos, viviran un amor intenso, desmedido y ardiente. Pero, al calor de las transformaciones en el pais caribeno, quedaran atrapados en una serie de situaciones limite que los obligaran a tomar terribles decisiones.

  • La enfermera de Brunete de Manuel Maristany

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    Javier de Montcada hubiera muerto en la batalla de Brunete si Soledad, duquesa de Simancas, no le hubiera donado su sangre en el mismo campo de batalla. Tras reponerse de sus heridas, Soledad, casada con el representante del bando nacional en el Vaticano, lo seduce en su dehesa. Pero la guerra no ha terminado y Javier debe volver al frente. Una novela apasionante. Un gran fresco historico.

  • Pasion en la Habana de Louise Fuller

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    Un torrido encuentro en el calor caribeno la dejo embarazada de su jefe...

  • Las manos de Vera (Rados 1) de Alicia Ordiz

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    “Mi nombre es Vera, y naci en la granja de humanos de Silopos. Soy hija de Nala y Sater, criadores clase uno y padres de trece hijos, seis varones y siete hembras. Yo ocupo el puesto numero trece y, siguiendo las normas del gobierno de Rados, comparto calificativo con mis hermanas, pero soy la ultima version de las mismas. Oficialmente me llamo Vera7, y esta es mi historia.”

  • La rosa turca de Sean Harcker

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    ?Un relato de vampiros? ?Una novela de amor? ?Una historia real, o las divagaciones de Aurora, la verdadera protagonista de esta historia?Sean Harcker (seudonimo), Derry, Irlanda, 1959, nos sumerge en un relato escuchado de terceros que, de ser cierto, nos hace complices por el solo hecho de leerlo y, como a los protagonistas, nos pone en evidente peligro.

  • OLVIDARTE. SOFIA II de Erica Canovas Morales

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    Sofia y Jose estan haciendo todo lo posible por tener una vida tranquila despues del ultimo suceso que los separo de forma definitiva. Sofia se ha convertido en una mujer madura que ha dejado las copas de vino y las fiestas con sus amigos para centrarse en su vida laboral y familiar en un claro intento de olvidar a Jose. Mientras tanto, este sigue empenado en recuperarla, pero no lo tendra nada facil. Aunque tiene un as bajo la manga que le mantiene unido a Sofia y usara su carta ganadora para recuperar lo que perdio en el pasado.

  • Errar es util de Henning Beck

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    Un elogio a nuestra imperfeccion como seres humanos y a la de nuestro cerebro.

  • Trilogia Especial Si tan solo fuera sexo de Myriam Ojeda Moran

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    ?En que momento la vida decide cambiarlo todo? Jacqueline Amoros, es una chica con una vida normal, un trabajo normal y un grupo de amigas no tan normales… Todo va bien, incluso tiene un amor platonico que la fascina, hasta que alguien de su pasado regresa de manera accidental.
    Situaciones freneticas, un sexo delicioso y un misterioso dios griego.
    Klaus Grass, llega a la vida de Jacqueline para ensenarle que es el amor frenetico, sin darse cuenta de que quiza esta apostando mas de la cuenta ?Esta uno preparado realmente para enamorarse?
    Y si es asi… ?Todo vale?
    Trilogia completa con mas de nueve millones de lecturas online, esta vez llega en un nuevo formato para cautivar cada rincon de ti.

  • Patrimonio de Philip Roth

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    Un agente de seguros jubilado, un hombre que fuera fuerte, lleno de genio y de encanto, lucha a sus ochenta y seis anos contra un tumor cerebral. Este hombre es Herman, el mejor personaje creado por Philip Roth. Su padre. Patrimonio. Una historia verdadera no solo es un portentoso acto de honestidad y sensibilidad, que habla de la vulnerabilidad del amor, de la relacion padre e hijo, y de la muerte y el miedo que nos produce, sino un canto a la tenacidad del superviviente, al testarudo compromiso de Herman Roth con la vida. Su patrimonio. Con esta obra, a Philip Roth se le concedio el National Book Critics Circle Award de 1991.

  • Juegos entre jefes (Los jefes 7) de Victoria Quinn

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    Recordaba el dia en que murio mi madre con gran claridad. Fue el peor dia de mi vida. Por entonces estaba estudiando. Acababa de terminar mi ultimo examen final y estaba de camino a casa cuando recibi la llamada de telefono. Mi padre me comunico la noticia. Apenas dijo nada por telefono y su silencio estaba tan cargado de tristeza que pude sentirlo a traves de la linea. Recordaba lo frio que me senti y lo vacia que me parecio la vida. Siempre habia estado unido a mi madre, subestimando lo maravillosa que era. Sencillamente habia supuesto que ella siempre estaria alli. Hasta el dia en que dejo de estarlo. Ahora estaba reviviendo aquella pesadilla, pero este dia era mucho peor... porque Titan era el amor de mi vida. La unica mujer a la que habia amado. No habiamos pasado juntos el tiempo suficiente. Era demasiado pronto. Se suponia que yo iba a morir primero, de viejo. Yo no tendria por que vivir sin ella. Ella era la fuerte y la que debia vivir sin mi. No seria capaz de hacerlo. Mi chofer nos llevo a Thorn y a mi al hospital, pero no intercambiamos ni una sola palabra en el asiento trasero. Las calles seguian cubiertas de nieve, que formaba parches en las alcantarillas. La gente recorria las aceras envuelta en gruesos abrigos. La vida en la ciudad continuaba pacificamente mientras el caos reinaba en mi corazon. Thorn miraba por la ventana. Todavia le temblaban las manos, igual que a mi. El coche no avanzaba lo bastante deprisa. El tiempo pasaba demasiado despacio. Titan estaba en estado critico con una bala en el pecho. Habia perdido gran cantidad de sangre y no nos habian informado sobre su estado desde que se la llevaron a toda velocidad al hospital. Me sentia como si yo tambien tuviese una bala en el pecho. Una eternidad despues, el chofer paro delante del hospital. Thorn y yo recorrimos el interior, llegamos a la UCI y le preguntamos a la enfermera de la recepcion. Al mirar a la enfermera con su pijama verde, olvide casi por completo como hablar como un ser humano. Era incapaz de pensar correctamente, asi que me limite a decir lo que pude: --Tatum Titan... Soy su prometido. La enfermera me reconocio seguro, porque me dedico una mirada de lastima. Se volvio hacia el ordenador, tecleo el nombre de Titan y abrio su informe. Thorn se habia quedado en la parte de atras y todavia respiraba descontroladamente. No se habia tranquilizado desde que habia leido los titulares en su telefono. No hacia mas que pasarse la mano por la cara o por el pelo. Se estaba tomando la noticia tan mal como yo, guardando el mismo silencio. --Esta... --Nunca habia tenido problemas con las palabras. Me hacia con el control de cualquier situacion y verbalizaba mis pensamientos en cuanto me venian a la mente. Pero ahora mi elocuencia habia desaparecido. Habia quedado reducido a un hombre afligido... y apenas conseguia funcionar--. Esta viva, ?verdad? --Senor Hunt, no conozco ningun detalle sobre su estado. --Tenia la mirada fija en la pantalla--. Aqui dice que se la han llevado a quirofano a toda prisa en cuanto ha llegado. La bala ha alcanzado una de las grandes arterias del pecho. Los cirujanos estan haciendo todo lo posible para detener la hemorragia y extraer la bala de manera segura. Eso es todo lo que se. --Se giro hacia mi, dejando claro con su expresion que se sentia todavia peor por mi. Me agarre al mostrador mientras recibia cada una de aquellas palabras como si fueran balas. --?Se va a poner bien? --Era una estupidez de pregunta porque sabia que no iba a obtener respuesta. Pero necesitaba saber si iba a salir de aquella. Ella era mi vida entera. Sin ella, yo no era nada. Ninguno de mis logros podia compararse con la importancia de haber obtenido su amor. --No se lo puedo decir, senor Hunt. En cuanto me den mas informacion se lo hare saber. Me quede clavado en el sitio, aferrandome al mostrador para no perder el equilibrio. Mi padre tenia que haber venido con mis hermanos, porque aparecio a mi lado. Su gran mano se acerco a mi espalda y tiro de mi con suavidad, apartandome del mostrador. --Vamos a sentarnos, Diesel. En cuanto sepan algo mas nos lo diran. No dije nada, pero le permiti conducirme hasta uno de los sofas de la sala de espera. Habia mas familias sentadas en los rincones viendo las televisiones que habia en las paredes. El sonido estaba apagado y estaban poniendo las noticias locales. En aquel momento, nadie hablaba de otra cosa que no fuese el tiroteo que se acababa de producir. Reprodujeron el video de las camaras del vestibulo. No lo mire. Mi cuerpo se hundio en el almohadon y me agarre al reposabrazos de madera. Mi padre se sento a mi lado. Thorn se sento a mi otro lado. Y nos limitamos a esperar alli. Tenia los ojos fijos en mis manos, sobre el regazo, y la espalda encorvada. Justo la noche anterior estaba tumbada debajo de mi y me pedia que me casara con ella. No queria esperar. Le importaba un pito lo que pudiera pensar nadie de nuestra aventura romantica. Me queria en todo momento y para siempre. Le habia dado mi anillo y le habia declarado el amor eterno que sentia por ella. Habia sido la mejor noche de mi vida. Ahora estaba sentado en la sala de espera del hospital, ansioso por que hubiera buenas noticias. Todo habia cambiado en un instante. Mi felicidad habia desaparecido. Por completo. Todavia no conocia todos los detalles del tiroteo. Lo unico de lo que habia conseguido enterarme era de que Bruce se habia abalanzado sobre Titan cuando ella salia del ascensor. La habia abatido de un tiro en el portal de su edificio. No sabia lo que le habia pasado a el. En cuanto supe que habian disparado a Titan, no me importo nada mas. Tan solo con haberla esperado podria haberla protegido. Ahora podria ser yo al que estuvieran operando. Y ella estaria sentada en mi lugar. ?Por que cojones no habia esperado y ya esta? Era de lo que mas me arrepentia. Mi padre me puso la mano en el centro de la espalda. No me dijo que todo iba a salir bien ni intento distraerme de mis pensamientos, pero me recordaba que estaba alli, con todos los demas de la habitacion. Thorn desvio la vista hacia la television y vio el video. Yo seguia sin poder mirar. No podia presenciar como disparaban a mi pequena. Mi pequena... Haria cualquier cosa por volver a llamarla asi. Thorn exhalo profundamente antes de volverse nuevamente hacia delante con la mandibula tensa. --Lo ha matado. Esa es mi chica... Yo segui sin mirar. --?Eso ha hecho? --Si --respondio Thorn--. Le quito la pistola y le dio un tiro en la cara y otro en el cuello. Aquella era la unica buena noticia que me habian dado hasta el momento. --Me alegro. --El iba a darle otro tiro, pero ella lo detuvo --continuo Thorn--. Es una luchadora... se que ahora mismo esta luchando. --Se le quebro la voz al final de la frase, asi que dejo de hablar. --Es una luchadora --susurre. Titan se esforzaria al maximo por volver a mi lado. Era joven, fuerte y saludable. Si alguien podia superar aquello, esa era ella. Habia recibido un disparo, pero se las habia arreglado para quitarle la pistola a Bruce y acabar con el. Todavia quedaban esperanzas. Todavia habia esperanzas de recuperar a mi pequena. Por favor, Dios. Me incline hacia delante y meti el rostro entre las manos, aislandome por completo de la habitacion. Queria que el tiempo pasara deprisa, queria escuchar al medico decir que la cirugia habia sido un exito. Queria saber que todavia teniamos nuestra vida juntos, que todavia tenia algo por lo que vivir. Mi padre me froto la espalda con la mano. --Lo conseguira, hijo. Siempre lo hace. Asenti. --Lo se, papa.

  • Entra en el universo de Luz y sombras de Alice Raine

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    Descubre el sensual mundo de <>, la serie de romance erotico mas ardiente y atrevida de la temporada.

  • Travesia del horizonte de Javier Marias

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    Un insolito alarde de osadia narrativa.

  • Cara de pan de Sara Mesa

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    <> El encuentro se produce en un parque. Ella es Casi, una adolescente de <> catorce anos; el, el Viejo, tiene muchos mas.
    El primer contacto es casual, pero volveran a verse en mas ocasiones. Ella huye de las imposiciones de la escuela y tiene difi cultades para relacionarse. A el le gusta contemplar los pajaros y escuchar a Nina Simone, no trabaja y arrastra un pasado problematico.
    Estos dos personajes escurridizos y heridos estableceran una relacion impropia, intolerable, sospechosa, que provocara incomprension y rechazo y en la que no necesariamente coincide lo que sucede, lo que se cuenta que sucede y lo que se interpreta que sucede.
    Una historia elusiva, obsesiva, inquietante y hasta incomoda, pero al mismo tiempo extranamente magnetica, en la que palpitan el tabu, el miedo al salto al vacio de la vida adulta y la dificultad de ajustarse a las convenciones sociales… La ambiciosa carrera literaria de Sara Mesa da un nuevo paso adelante con esta novela sobre dos seres desarraigados cuyos destinos se entrecruzan en un parque, una defensa de la inadaptacion y la diferencia.

  • El te de Proust de Norman Manea

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    El universo del campo de concentracion visto a traves de la atonita mirada de un nino, la guerra vivida por adolescentes, el arduo o imposible retorno a lo cotidiano en la Rumania de la posguerra y de la dictadura, las heridas incurables impresas para siempre en la memoria: ese es el horizonte existencial de estos relatos de Norman Manea.

  • Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar de Ame Soler

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    El manifiesto feminista autobiografico de Tres Voltes Rebel, una de las jovenes promesas la ilustracion en nuestro pais, que nos empodera y recuerda que nada podra con nosotras.

  • Tierra (Elementales 2) de Maryah Well

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    Los Elementales son la raza que guarda la seguridad de los habitantes de las siete islas. Tras el nacimiento de uno de ellos, una bruja hace una profecia, pero esta no es seguro que se cumpla y, menos, si la bruja no pone de su parte para ello.
    Despues de rescatar a Samara y a su hermano gemelo Jonathan, en Isla Pyrena, Andrew debe regresar a su trabajo y terminar la proxima mision que le habian asignado en Isla Mercurio. Sin saber como, llega a rescatar y conocer a la hermana de su cunada Miriam, Anabel.

  • Deseo cumplido de Roni Green

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    Gabriela tiene un deseo, una fantasia que va a hacer realidad con un poco de ayuda. Porque no todo en esta vida es trabajo y sacrificio, a veces es necesario darse un respiro y disfrutar de lo que verdaderamente es importante. Como, quiza, descubrir el amor.

  • Chico Malo de Jorge Borges

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    Soy un tipo peligroso.
    De los que no quieres cerca.
    De los que te enganaran.

  • La flor de hierro de Laurie Forest

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    La fortaleza de Elloren Gardner marcara el destino de un reino. Una historia en un entorno escolar a la Harry Potter y con un contexto politico a lo Juego de Tronos.

  • La danza del gohut de Ferran Varela

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    Me encanta descubrir nuevos autores. Nuevas voces, jovenes y maduras, nuevas ideas, nuevas formas de narrar tamizadas por diferentes referentes, experiencias, sensibilidades. Lei por primera vez a Ferran Varela cuando me remitio un cuento para la antologia de fantasia oscura Dark Fantasies. Publicar nuevos valores es uno de los objetivos de las selecciones que preparo y su historia, Profundo, profundo en la roca, me sorprendio por su frescura y dominio del medio narrativo; un nuevo escritor del que nada habia oido hablar pese a que ya contara con un ramillete de relatos publicados. En el siguiente volumen, El viento sonador, repitio con Las cadenas de la casa de Haden, una historia sorprendente de sangre y honor ambientada en una sociedad compleja esbozada en apenas unas lineas, una de las senas de identidad de este escritor catalan. La novela corta que ahora tienes en tus manos sigue la misma tonica y podria, incluso, formar parte del mismo universo a medio camino entre la epica y la fantasia, con elementos cotidianos, miticos y antropologicos. Gran imaginacion, un mundo secundario de inspiracion medieval muy bien perfilado, abundante introspeccion y unos protagonistas de carne y hueso capaces de llegarnos al alma son otras de sus caracteristicas distintivas que podemos encontrar en ella. Historias, sociedades y personajes de los que siempre queremos saber mas. Como en los dos relatos citados, los actores de este microcosmos de ficcion son seres especiales, no por el hecho de detentar poderes sino porque solo ellos conocen la terrible verdad sobre el mundo. Personajes principales que en su mayoria suelen ser mujeres --una bruja y la heredera de un jerarca en el caso de los cuentos, una tutora de la Academia en la presente novela --, de fuerte caracter, respetadas y reconocidas por su tenacidad, enfrentadas a un reto de dificil solucion. Acompanemos en esta ocasion a la joven Leara en su mision de devolver el juicio al heredero de la Casa mas poderosa de Tiuma, quien ha permanecido prisionero de los salvajes gohut durante cuatro largos anos. A traves de sus conversaciones asistimos a un verdadero choque de culturas, dos modelos de organizacion social completamente antagonicos, entre el clasismo y la rigidez jerarquica a la norma propia de la civilizada Tiuma --que es el precio a pagar por el orden y la seguridad-- y el canto a la naturaleza y la libertad sin limites de la sociedad tribal gohut, que posee ademas una concepcion taoista de la existencia: vida y muerte, noche y luz, gozo y dolor, partes indisolubles de un todo completo. Dos mundos tan irreconciliables como la razon y los suenos. Varela construye un mundo rico y verosimil, con un enfoque mucho mas literario y trascendente de lo que suele ser habitual en el subgenero. Un texto laboriosamente trabajado pleno de bellas y originales metaforas magnificamente engarzadas en la trama y que aprovecha el estereotipo para facilitar la fluidez de la historia. En el se repiten algunas de las constantes habituales del autor, como es la importancia del linaje, los sutiles equilibrios de poder en las altas instancias de la politica, una sociedad con un alto apego a la tradicion que se resiste a cambiar viejas formulas que reproducen prejuicios e injusticias, la cruel inevitabilidad de los eventos a acontecer. En esta hermosa tragedia no faltan las escenas de accion, los dialogos repletos de frases gloriosas ni la inevitable chispa del amor. Un canto de vida y libertad que nos propone romper las cadenas que, con excesiva frecuencia, nos atan a una sociedad hipocrita y abrazar por el contrario nuestros instintos primarios que nos haran mucho mas libres y felices. A traves de los labios de Rin descubrimos que todo ello es posible, que como Richard Harris en Un hombre llamado caballo o Kevin Costner en Bailando con lobos es posible gozar de una vida nueva, tan excitante, salvaje y pasional como seductora. Confieso que lei esta novela hace ya algun tiempo y me alegra que finalmente se haya publicado en un sello como ediciones el Transbordador, con un bagaje tan interesante de nuevos autores a sus espaldas. Lector, dejate llevar por esta bella y elegante fantasia, obedece a tus impulsos y baila conmigo la danza del gohut. Te prometo que te conducira a un lugar magico y poderoso del que no querras regresar. Mariano Villarreal Verano de 2018 A mi hermana, que tiene alma de gohut Uno La pala golpeo la tapa del ataud y le arranco un chasquido sordo y hueco. En la quietud de la noche, bajo la luna del cambio, el crujir de la madera resono con tal fuerza que los perros aullaron a lo lejos. Ara cerro los ojos, aguanto la respiracion y se maldijo por no haber cavado con mas cuidado. Seria una pena que la descubriesen ahora que estaba tan cerca de lograrlo. El fracaso no era una opcion. No despues de lo mal que lo habia pasado para regresar a Tiuma. No despues de lo que habia sufrido al acatar durante todo un dia esas absurdas normas humanas que asfixiaban su voluntad. No despues de la humillacion de volver a ponerse esas estupidas ropas que ocultaban su verdadero yo, que levantaban una barrera de seda entre su piel y el mundo, que le impedian sentir el aire, y la lluvia, y la tierra. Y se sorprendio paladeando el agrio sabor del miedo. Miedo a ser atrapada y ejecutada por la guardia, a morir sin ser ella misma. Miedo a ser capturada y sometida a experimentos en el ala de investigacion de la Academia. Miedo a huir sin haber completado el ritual y condenarse a vivir una vida incompleta. Para librarse de el, se concentro en el reconfortante cosquilleo de las plumas de halcon que portaba a la espalda. Recordo quien era. Era Ara. Pronto seria una gohut, y un gohut no siente miedo. Se reprendio por ese instante de cobardia y, para demostrarse que estaba tan libre de temores como del resto de lastres humanos, alzo un pie y golpeo con el talon sobre el ataud tres veces mas. Los mastines de las casas adyacentes al cementerio volvieron a ladrar, pero nadie les hizo el menor caso. Tras lanzar una carcajada de triunfo y deleitarse con las timidas caricias de la llovizna en su rostro, la mujer se agacho y aparto con las manos los ultimos punados de tierra mojada. Clavo la punta de la pala en la juntura de la tapa y, apoyando todo el peso de su pequeno cuerpo en el mango, hizo palanca. Las astillas volaron acompanadas por la melodia de la madera quebrada y el ataud se abrio. Dentro yacia el joven cadaver del dos veces nacido y dos veces muerto; el unico gohut con cuerpo de hombre. A Ara se le encogio el estomago al ver el rostro del chico. No era como lo recordaba. Un ano bajo el fango habia hecho mella en el. La descomposicion no le habia dejado nada mas con que taparse la calavera que unos jirones de carne reseca y unos mechones de pelo lacio. Con los ojos anegados en lagrimas, la joven cayo de rodillas. Ese ya no era el orgulloso gohut al que habia conocido, sino una mera carcasa vacia. Aun asi, Ara no pudo resistir la tentacion de volver a sentir el suave tacto de sus dedos recorriendo las curvas de su cuerpo desnudo. Se rasgo el vestido, le tomo las manos y las apreto contra sus pechos. Pero esas ya no eran sus manos, sino dos colgajos de piel ceniza y huesos quebrados. No habia en ellas calor, ni anhelo, ni suenos. Hacia mucho que su voluntad habia abandonado aquel cascaron y habia vuelto a la Tierra que Sustenta y al Cielo que Arropa. Ara lloro, desconsolada. Entre gemidos, deseaba que el frenetico bombeo de su corazon pudiera, de alguna forma, ser suficiente para los dos. Que sus latidos se tornasen mana, brotasen de sus pezones y se clavasen en las palmas de su amado. Que recorrieran sus venas insuflandole vigor. Ojala eso bastase para traer de vuelta los soles que habian compartido. Ojala algo bastase. <>, se recordo. <>. La mujer arrastro el cadaver fuera de la tumba. Lo coloco boca arriba en el barro, se inclino sobre el y lo beso dos veces. La primera en la frente, en senal de respeto. La segunda en el lugar en el que deberian haber estado sus labios, en senal de algo tan profundo que ni siquiera tenia nombre. Luego se alzo y, blandiendo la pala como un hacha, se dispuso a cortarle la cabeza. No consiguio decapitarlo de un tajo limpio. Necesito siete golpes para partir la vertebra, y aun asi tuvo que usar el pequeno cuchillo de silex que siempre llevaba encima para terminar de cortar el ultimo trozo de pellejo del cuello. Cuando acabo, alzo la testa del joven hacia el firmamento y, por un infimo instante, un claro entre las nubes enmarco la luna del cambio. Bajo su palida luz, la calavera sonreia. Parecia feliz, asi que Ara se esforzo por reir tambien. La certeza de que su pecho albergaria el alma del gohut la llenaba de dicha. Llevaria su espiritu dentro por siempre jamas. La chica se recoloco el vestido de modo que se disimularan los rasgones que le habia hecho, metio la cabeza del muerto en su bandolera y se la colgo al hombro, asegurandola con un doble nudo. Y, aunque dio media vuelta y echo a andar a buen ritmo, dispuesta a salir de esa ciudad cuanto antes, se obligo a volver sobre sus pasos. No podia irse aun. Todavia quedaba una cosa por hacer. Se acerco a la lapida y, compungida, paso las yemas sobre el marmol mojado y palpo el relieve de las letras cinceladas en el. <>, rezaba la losa. Si, ese nombre la habia ayudado a encontrar el cadaver de su amado, pero era falso. Era un asqueroso nombre humano, un nombre nacido para atar y restringir la voluntad. Escupio para librarse de la oleada de repugnancia que le recorrio las entranas. No podia dejarlo asi, a el no le hubiese gustado. La repulsion de Ara se torno furia. La colera tomo el control de su cuerpo. Lejos de luchar contra ella, la mujer se abandono al frenesi de la ira y disfruto cada una de sus salvajes llamaradas. Grito como una nina y se rio como una loca, bailando al son de sus desbocados sentimientos. Pues el suyo era, a fin de cuentas, el camino de las libertades y no el de las normas. Esgrimio la pala de nuevo y pico con su canto la superficie de la lapida una y otra vez. No le importo que los perros enloquecieran por el ruido, ni que los vecinos, alarmados por los constantes ladridos, comenzasen a encender velas y antorchas. Sabia que la llegada de la guardia era solo cuestion de tiempo, mas el riesgo merecia la pena. En el mejor de lo casos, acabaria antes de que eso sucediera y podria escapar hacia las llanuras al amparo de la noche. En el peor, sus restos mortales reposarian junto a los de su amado. Ara no dejo de golpear con la pala hasta que fue imposible distinguir la mayoria de las letras cinceladas en el marmol. Para cuando dio por concluida su obra, solo podian reconocerse tres. Entonces, la joven deshizo una de sus trenzas, libero la unica flor que adornaba su pelo y se arranco una de las plumas que llevaba pegadas a la espalda. Dejo su humilde ofrenda sobre el cuerpo decapitado. Una pluma de halcon y un crisantemo blanco. Su ultimo adios consistia en ese sencillo gesto y en la pronunciacion de las tres letras que aun podian leerse en la lapida. --Rin --suspiro Ara. Y dejo que los ultimos vientos del otono se llevasen el recuerdo de su amado en una espiral de vaho. Rin. El autentico nombre del joven. El nombre de su alma gohut. El nombre por el que ella lo habia conocido en una vida anterior, tan solo dos anos antes.

  • El medico frivolo del campo de Melissa Eyre

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    Cuando el medico visita el hospital balneario, apenas puede creer lo que ven sus ojos…..

  • Entre nosotros de Tierra Salvaje

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    Judith y Marc se gustan y odian a partes iguales. Sus encuentros se hacen mas asiduos y empiezan a descubrir cosas que, en lugar de separarlos, los acerca mas. Los dos esconden secretos. Los dos viven distintas realidades. Son la misma cara de la moneda…

  • Movie Star 3 de Alex Cartier

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    Ophelie vivia un idilio amoroso hasta el dia en que rompio con Michael y su vida empezo a tambalearse. Acompanada de su mejor amiga Laure, Ophelie pone los pies en Hollywood para abrir una agencia francesa de cine. Pero apenas llega, todo le recuerda a Michael, a quien no ha vuelto a ver desde hace cuatro meses, cuando sucedio el drama. Todo le recuerda a ese hombre que le hizo descubrir el amor y la pasion. En un momento en que busca pasar pagina, el destino pondra de nuevo al actor en su camino. ?Perdonar o vengarse? Para Ophelie, es una opcion dificil. ?Que sucedera cuando Michael se entere que Ophelie se interesa por otro hombre?

  • La cancion de los vivos y los muertos de Jesmyn Ward

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    Una novela que la critica ha comparado con William Faulkner, Flannery O’Connor o Toni Morrison. Jojo, de trece anos, y su hermana menor Kayla viven con sus abuelos negros en una granja en la costa del Golfo de Misisipi, con la compania siempre esporadica de su madre, Leonie, una mujer que desearia ser mejor madre de lo que es. Cuando el padre de ambos, un hombre blanco, va a salir de prision -Parchman Farm, la misma penitenciaria en la que el abuelo de Jojo cumplio una condena injusta durante su juventud-, Leonie insiste en ir a recogerlo con los ninos. Durante el azaroso viaje, Jojo, Kayla y Leonie deberan aprender a relacionarse como familia, y Jojo conocera a Richie, otro nino con quien descubrira el legado de la esclavitud y la importancia de reconciliarse con el pasado.

  • Area 81 de Stephen King

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    Area 81 es un area de servicio abandonada y cerrada desde hace tiempo. Pete Simmons, un curioso nino de 10 anos, decide ir con su bici hasta esta area abandonada donde sabe que los chicos mayores van para fumar, colocarse y montarselo con sus chicas. Y alli se encuentra una botella de vodka medio llena que decide probar. Pete acaba emborrachandose y cuando se despierta, descubre un coche aparcado alli, un coche sin matricula y cubierto de barro. La puerta esta medio abierta, pero no se ve a nadie dentro... Un coche que, sin duda, recordara a los que ya aparecieron en anteriores novelas como Christine o Buick 8. Un guino a sus lectores que han clasificado esta novela corta como <> Mile 81, la edicion inglesa de Area 81, se publico en septiembre de 2011, convirtiendose en un best seller a las pocas horas de ponerse a la venta.

  • Eastwood de Francisco Reyero

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    Los inicios de Eastwood hablan del destino y de los inesperados sitios donde puede esconderse. En 1964, un desconocido actor de California acepta la propuesta de un director de cine italiano para rodar un western con localizaciones en Espana. Al ver por primera vez a su interprete, Sergio Leone supo que era el idoneo.

  • Los atacantes de Alberto Chimal

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    Las camaras de seguridad nos han dado la tranquilidad de tener a alguien velando por nosotros. Pero tambien la incertidumbre de que siempre habra algun otro vigilandonos. La ciencia ha erradicado enfermedades, pero tambien ha creado monstruos e infecciones impensables. El correo electronico, las redes sociales, un telefono en el bosillo: consuelos para la soledad, mejoras en la comunicacion, pero tambien el principio del fin. Acosadores, stalkers, suplantadores. Atacantes de nuestro confort. Con un imaginario y una estetica absolutamente personales, Alberto Chimal una de las grandes revelaciones mexicanas de los ultimos anos nos ofrece, agazapado entre siete magistrales relatos, el terror con el que convivimos, aun sin percatarnos. Un libro de cuentos de miedo no necesariamente de horror que mira en las esquinas mas negras de nuestra sociedad, sin renunciar tampoco a la imaginacion mas libre, a la mirada mas fantastica, al humor e incluso a la poesia. Aunque esta sea la poesia que llega con el final del mundo.

  • Los cuatrillizos del multimillonario de Ciara Cole

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    !Un bebe sorpresa por cuatro!

  • Lissy de Luca D’andrea

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    Dos golpes ligeros y estas palabras: Crunch, crunch, crunch. ?Quien roe, roe? ?Quien mi casita me come? Marlene, veintidos anos, un metro sesenta, o algo mas, ojos color azul melancolia, un lunar al final de la sonrisa, indudablemente hermosa e indudablemente asustada, se miro reflejada en el acero de la caja fuerte y se dijo a si misma que era idiota. Era metal, no el mazapan del cuento. Y no habia ninguna bruja en las inmediaciones. Es el miedo, se dijo, solo es eso. Movio los hombros, dejo de respirar, como su padre antes de apretar el gatillo de la escopeta, vacio los pulmones y volvio a concentrarse. Las brujas no existian. Los cuentos mentian. Solo la vida importaba, y Marlene se preparaba para cambiar la suya definitivamente. La combinacion era facil de recordar. Uno. Tres. Dos. Luego un cuatro. Un giro de muneca, otra vez cuatro y ya estaba. Tan simple que las manos de Marlene lo hicieron todo por si solas. Aferro el tirador de acero, lo bajo y apreto los dientes. Un tesoro. Fajos de billetes de banco apilados como lena para la Stube . Una pistola, una caja de municiones y una bolsita de terciopelo. Por debajo de la caja asomaba una libreta que valia mas que todo ese dinero multiplicado por cien. Habia sangre y tal vez incluso un par de cadenas perpetuas guardadas entre sus paginas arrugadas: una interminable lista de acreedores y deudores, nombres de amigos y de amigos de amigos escritos con la caligrafia pequena, delgada e inclinada de Herr Wegener. Marlene no le dedico un segundo vistazo. No le interesaban la pistola, las balas ni los fajos de billetes. La bolsita de terciopelo, en cambio, hizo que le sudaran las palmas de las manos. Conocia su contenido, conocia su poder, y estaba aterrada. El suyo no era un simple robo. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo que la mujer joven estaba haciendo con el corazon en un puno era… traicion. Marlene Taufer in Wegener, legitima esposa de Robert Wegener. El hombre frente al que todo el mundo se quitaba el sombrero: cuarenta anos transcurridos en la construccion de una carrera hecha de intimidaciones, contrabando, emboscadas y asesinatos. Nadie bromeaba con un hombre como Wegener. Nadie se atrevia ni a utilizar siquiera su nombre de pila. Para todo el mundo Robert Wegener era Herr Wegener. Incluso para ella. Marlene. Su esposa. Espabila. El tiempo apremia. Sin embargo, tal vez precisamente debido al acoso de las agujas del reloj, durante un parentesis entre un tic y un tac, cuando Marlene abrio la bolsita de terciopelo, la fabula volvio a tomar la delantera sobre la realidad y la mirada de la mujer joven se cruzo con la azul, profunda y terrible, de criaturas minusculas y puntiagudas. Cobolds. Le parecio incluso obvio. A los cobolds les gustaba el metal, el frio y la muerte: caja fuerte, pistola, dinero y libreta. Un nido perfecto. Los cobolds reaccionaron con ferocidad ante ese allanamiento. Se apoderaron de la luz de la habitacion, la apresaron en sus ojitos crueles y la transformaron en un destilado de odio tan salvaje que por poco a Marlene no se le cayo la bolsita de los dedos. Eso la hizo volver al presente. A la caja fuerte completamente abierta. A la villa en el Passirio. Es decir, a la realidad. La bolsita de terciopelo estaba repleta de zafiros. Carbono condensado que, debido a una broma de la fisica, habia aprendido a brillar como una estrella. Toda, o casi toda, la fortuna de Herr Wegener apretada en su puno. Pero nada de brujas ni de cobolds. Porque, se dijo de nuevo Marlene, no existian las brujas, ni tampoco los cobolds; en cambio, esas piedras preciosas no solo eran reales, sino que tambien eran la llave para su nueva vida. Siempre y cuando dejara de perder el tiempo y se largara. Sin prestar mas atencion al mundo de los cuentos, y sin pensar en la cadena de consecuencias que acababa de poner en marcha, Marlene cerro la bolsita, la escondio en el bolsillo interior de su chaqueta acolchada, cerro la caja fuerte, la oculto detras del cuadro, enderezo la espalda, le dio un toquecito a un mechon que amenazaba con acabar dentro de los ojos y dejo atras el dormitorio. Recorrio el pasillo, un tramo de escaleras, el salon, el vestibulo con innumerables espejos, la escalinata exterior. La noche la acogio con una suave brisa que soplaba del norte. No se detuvo. Puso en marcha el Fiat 130 gris y se marcho. La villa que se desvanecia en el espejo retrovisor. El discurrir de las farolas. La alianza de oro tirada por la ventanilla sin volver a pensarselo. La ciudad dormida. El desguace. Una parada rapida y, gracias a un abultado sobre de dinero, el Fiat 130 se convirtio en un Mercedes W114 color crema, con matricula <>, la documentacion en regla, los neumaticos recien estrenados y el deposito lleno. Nada de gracias. Nada de saludos. Directa hacia el oeste. Aparte de los primeros copos de nieve, todo iba de acuerdo con los planes. Al menos hasta el puesto de control a pocos kilometros de Malles. Un autentico engorro. Al final de una serie de curvas que Marlene habia empezado a enfilar, vio una furgoneta con las luces de emergencia apagadas y un par de carabineros con el aspecto de alguien que se esta muriendo de frio. O de sueno. O de quien, furtivo, esta esperando a alguien o algo. Herr Wegener tenia ojos y oidos en todas partes. Tambien entre los uniformes. De manera que: ?tentar a la suerte o cambiar de itinerario? Si no fuera por la ansiedad y el miedo, Marlene habria podido mantener todavia su plan a salvo de los imprevistos. Sin embargo, la ansiedad, el miedo y la nieve cada vez mas densa la llevaron a pisar el freno, cambiar de sentido y enfilar una carretera secundaria, desencadenando una nueva serie de acontecimientos. La carretera secundaria la llevo a otra, aun mas estrecha y sinuosa, que atravesaba un pueblecito sumido en el sueno hasta un cruce (?derecha o izquierda?, ?cara o cruz?), y aun mas adelante, con la nieve que se acumulaba en capas. Y cuando el coche empezo a dar bandazos, la chica con el lunar al final de la sonrisa decidio continuar de todos modos, con un ojo puesto en la calzada cada vez mas empinada y otro en el mapa en el que, no hace falta decirlo, ese paso (malditos sean ellos y sus mapas llenos de errores) no aparecia marcado. No era cierto. El mapa era inexacto, tal vez, como todos los demas, ?pero erroneo? Era de 1974, y en 1974 el hombre ya habia dejado su huella en el polvo lunar: no era posible que un mapa se equivocara. Marlene simplemente tendria que haber estacionado, echar el freno de mano, encender la luz del interior, respirar profundamente un par de veces y verificar mejor. Las cosas habrian ido de otra manera. Pero Marlene no se detuvo. A la ansiedad se le habia anadido la incredulidad de quien descubre que se ha perdido. Dale gas, pero adagio , se dijo, y sigue adelante. Tarde o temprano la carretera conducira a alguna parte. Un pueblo, un refugio, una explanada. Se sentiria satisfecha incluso con un espacio abierto que fuera lo bastante ancho para consentirle maniobrar y volver atras, dispuesta a desafiar el puesto de control: cualquier cosa con tal de interrumpir esa nueva e inexorable secuencia de acontecimientos y retomar el control de su propio destino. No fue asi. Tal vez la nieve, tal vez los ojos que no podian despegarse del mapa; en cualquier caso, Marlene percibio de repente que el Mercedes perdia adherencia, derrapaba a la izquierda, hacia un trompo y volaba . Fue horroroso. La negrura barrida por los faros. La nieve oscura que remolinaba en enjambres. Las fauces del precipicio. Los troncos de los arboles, inmoviles y perfectamente perceptibles en todos sus detalles. La colision. Violenta. Un fogonazo de dolor sofocado por el ruido de chapas rasgadas. Un aullido infernal, esta vez si, demasiado parecido al chirrido de la puerta de la bruja. Marlene grito el nombre de Dios. Y mientras la montana, negra y sin nombre, se cernia sobre ella, su grito se convirtio en un jadeo. Pero fue el amor lo ultimo que invoco. El amor que la habia empujado a traicionar al hombre mas peligroso que habia conocido en su vida. Ese amor que tenia un nombre. --Klaus. La ultima palabra de Marlene antes de la oscuridad. 3 Casi al amanecer. De no haber sido por el reloj, nadie se habria dado cuenta. La nevada se habia convertido en una tormenta de nieve. No habia nada de luz en el exterior, tan solo una neblina blanca. Tampoco habia nada de luz dentro de la habitacion. La arana de cristal parecia incapaz de iluminar nada, limitandose a dibujar una masa informe en el suelo. Si uno la observaba largo rato, se arriesgaba a que le asaltaran malos pensamientos. Tanto el hombre como la mujer evitaban hacerlo. Se parecia demasiado a una mancha de sangre. Aparte del tictac del reloj de pendulo y de su respiracion, solo habia silencio. La mujer estaba sentada en una butaca, las manos entrelazadas sobre los muslos apretados. Rigida como un soldadito de plomo, los rasgos faciales cristalizados en una mueca que la envejecia una decada. Llevaba una especie de uniforme. La falda hasta la rodilla, un delantal muy blanco y el pelo recogido en una trenza. De no ser por la expresion cenuda (?o asustada?), habria sido hermosa. Se llamaba Helene, y desde hacia mas de cinco anos era el ama de llaves en la villa del Passirio. Hacia mas o menos el doble de tiempo que habia dejado de morderse las unas. Esa habia sido una de las primeras lecciones en la Escuela de Economia Domestica de Bresanona, donde aprendio los fundamentos del oficio. Las manos de una buena ama de llaves, le explicaron sus profesores, son su tarjeta de visita. Nunca sucias, siempre arregladas, bien cuidadas. Dejar de morderse las unas habia sido casi como dejar de fumar, pero luego se acostumbro a ello. Durante anos la idea de volver al viejo habito ni siquiera se le habia pasado por la cabeza. Hasta que empezaron los gritos. ?Que clase de hombre podia emitir semejantes sonidos? Basto solo un instante y volvio a caer. Mordisqueaba, roia, y cuando los dientes alcanzaban la carne viva, Helene, con un gesto irritado, dejaba caer sus manos sobre el regazo para martirizarse el delantal. Luego empezaba de nuevo. Manos. Boca. Unas. Dientes. Una pequena punzada de dolor. Delantal. Y otra vez mas, desde el principio. Helene habia intercambiado una unica mirada con el hombre alli de pie, apoyado en la gran chimenea que nadie usaba nunca. Una unica mirada. Mas que elocuente. El hombre se llamaba Moritz. Habia cumplido recientemente los treinta, tenia unas ojeras como hematomas y una pistola automatica en una funda, oculta bajo la americana de su traje oscuro. Por regla general, ese traje le sentaba de maravilla. Habia pagado por el una cantidad desorbitada, pero habia valido la pena. Se lo decia por las mananas, mientras se hacia el nudo de la corbata o le daba un ultimo retoque al pelo engominado, y se lo confirmaba el interes de las mujeres con las que se cruzaba por las calles del centro. En ese amanecer, en cambio, con o sin traje oscuro, Moritz se habria sentido en cualquier caso incorrecto y torpe como un espantapajaros. Porque cuando sus ojos se reflejaron en los de Helene, el hombre de la pistola vio algo que lo aterro. Una mirada de las que habia ya captado bastantes, desde que entrara a formar parte del circulo de Herr Wegener. La mirada de una victima. Y eso no estaba bien. No estaba bien, porque Moritz era un hombre sencillo que dividia el mundo con el lanzamiento de una monedita. ?Victima o verdugo? Facil: nada mejor que el sonido de una nariz al romperse. Con su metro noventa y sus noventa kilos de peso, y su propension natural a la violencia, Moritz nunca habia sentido el miedo de la victima. Hasta el momento en que, reflejandose en los ojos de Helene, se pregunto: <>. Pero tambien: <>. Por eso dejo de mirar al ama de llaves. Y la mancha en el suelo de la habitacion. Demasiadas, demasiadas preguntas. Moritz odiaba las preguntas. Porque a las preguntas uno no podia romperles la nariz. A las preguntas no les podia meter una bala en el corazon (y otra en la cabeza, por seguridad) y hacer que se callaran para siempre. Las preguntas eran como esos insectos repugnantes, todo boca y paciencia que, famelicos y canallas, eran capaces de derrumbar incluso el mas solido de los castillos. Silencio. Eso es lo que le habria gustado a Moritz. Pasar por completo de los gritos y desaparecer durante unos minutos. Los suficientes como para ahuyentar los malos pensamientos. Un cigarrillo en el jardin. O una copita de brandi. Pero las ordenes eran las ordenes. Las ordenes, para alguien como Moritz, le cortaban la cabeza a los signos de interrogacion. Marcaban la frontera entre lo que se podia hacer y lo que estaba prohibido. Las ordenes trazaban una linea recta, simple, y el era un hombre simple. Ademas, hacian que la desobediencia fuera mucho mas emocionante. Y era esto, si queremos ser sinceros hasta el fondo, lo que le habia provocado problemas. Asi que Moritz permanecia inmovil, erguido en su traje oscuro, apoyado en la chimenea apagada. Escuchando los gritos y sintiendo el peso de la automatica, que lo aplastaba contra el suelo. Sobre la mancha informe del suelo. Helene, sin embargo, tenia una vision mas compleja del mundo. No existian unicamente el blanco y el negro. La obediencia y la transgresion, las victimas y los verdugos. Habia todo un oceano de grises en los que navegar. Bastaba poco para transformar una orden en un consejo y los consejos no eran trampas, siempre ofrecian alguna escapatoria. Sus obligaciones, por ejemplo, guardaban relacion con la villa. No con su empleador. Villa y empleador eran dos cosas diferentes. Aqui habia una via de escape. Cuando decidio que ya habia tenido suficiente de aquellos gritos, Helene se levanto de golpe y salio de la habitacion. Silenciosa como un fantasma. 4 El amanecer. Mas que verla la sintio en los huesos. No habria podido hacer otra cosa. Las ventanas que daban al jardin estaban cerradas. Solo la pantalla de una lampara, rota pero aun en funcionamiento, iluminaba la habitacion sumida en el caos. Armarios completamente abiertos, cajones fuera de sitio, mantas y ropa hechas jirones, una infinidad de papeles, joyas, cuadros, libros (menos uno) por los suelos, victimas inocentes de su furia. En el centro de la sala, toda ella de estuco y con cortinas de terciopelo bordadas en oro, sentado en la cama sin hacer, Herr Wegener se dio cuenta de que si no dejaba de gritar y empezaba a razonar de manera lucida y racional todos los logros que lo habian llevado a ser lo que era se convertirian en una montana de estiercol y esfuerzo desperdiciado. El autocontrol habia sido durante anos su orgullo. Los nervios de acero y la sangre fria le habian permitido llevar la batuta de lo que, en secreto, habia bautizado como <>. Un imperio listo para dar el salto que, ese era el plan, le consentiria elevarse desde el rango del hombre ante el que uno se quita el sombrero al del hombre en cuya presencia es obligatoria una genuflexion . En ese gelido amanecer, por mucho que se esforzara en recuperarlo, el autocontrol seguia siendo una quimera. Lo era porque Wegener no queria creer lo que sus nervios de acero y su sangre fria le sugerian. Y la que era la unica y simple explicacion: Marlene. Imposible. Marlene nunca lo habria traicionado. Marlene era su esposa. Marlene era la mujer a la que amaba. Por encima de todo, Marlene era una mujer y nunca se habia visto que una mujer lograra joder a alguien como el. O tal vez si, tal vez en algunas partes del mundo habia mujeres capaces de atreverse a tanto, pero Wegener estaba seguro de que Marlene no pertenecia a esa categoria. Ni en broma. Nervios de acero y sangre fria no estaban de acuerdo. No hacian mas que repetirselo. Ha sido ella, ha sido ella, ella, ella.

  • Mujercitas de Louisa May Alcott

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    La Navidad se acerca y cuatro hermanas adolescentes, Meg, Jo, Beth y Amy, se disponen a celebrarla junto con su madre, Marmee, con la inquietud que conlleva la precariedad de dinero. Meg trabaja y aporta lo que puede; Jo ayuda cuidando a la tia March en su mansion de Plumfield y suena con ser una escritora famosa; Beth se ocupa junto con su madre del cuidado de la casa y siempre esta presta a apagar cualquier conato de disputa; Amy en fin, pese a ser la mas pequena, parece ser muy consciente de lo que quiere y de lo que le importa. Todas ellas inician, sin saberlo, un ano que marcara su desarrollo y su personalidad, pues a lo largo de el habran de buscar o encontrar su lugar en la sociedad y en el mundo, satisfaciendo cada una a su manera las expectativas sociales que les vienen impuestas o, como en el caso de Jo, impulsiva y viva de genio, resistiendose a ellas.

  • Lia, aqui y ahora de Edurne Cadelo

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    Lia siempre fue organizada y metodica, creyo que envejeceria al lado de Carlo, su unico amor; aunque se equivoco, porque su relacion termino despues de estar juntos durante dieciocho anos, y no de la mejor manera posible.
    Lia esta adaptandose a su nueva etapa, sola, disfrutando de la tranquilidad de Santander, su ciudad, cuidando de sus hijos e incluso un poco de ella misma; es entonces cuando Julia, su mejor amiga, le regala un viaje bastante surrealista a un resort del Caribe.
    Alli el destino, o una mano negra, pondra a Axel en su camino. Un chico mas joven, guapo y algo engreido, con el que lograra sentir de nuevo.
    A partir de ese instante, Lia entendera que los asuntos del corazon no atienden a la razon, al menos no siempre.

  • Agosto es un mes diabolico de Edna O'brien

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  • Menudas historias de la Historia de Nieves Concostrina

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  • El tercer pais de Karina Sainz Borgo

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    Llegue a Mezquite buscando a Visitacion Salazar, la mujer que sepulto a mis hijos y me enseno a enterrar a los de otros. Camine hasta el fin del mundo, o donde yo crei que el mio habia acabado. La encontre una manana de mayo junto a una torre de nichos. Vestia mallas rojas, botas de trabajo y un panuelo de colores atado a la cabeza. Una corona de avispas revoloteaba a su alrededor. Tenia el aspecto de una Virgen morena extraviada en un basurero. En aquel solar reseco, Visitacion Salazar era lo unico vivo. Su boca de labios oscuros escondia unos dientes blancos y cuadrados. Era una negra guapa, bien dispuesta y empulpada. De sus brazos, gruesos de tanto frisar tumbas, colgaban bolsas de piel a las que el sol sacaba brillo. En lugar de carne y hueso, parecia hecha de aceite y azabache. La arena tiznaba la luz y el viento taladraba los oidos; un quejido que brotaba de las grietas abiertas sobre la tierra que pisabamos. Mas que brisa, ese aire era una advertencia, una tolvanera densa y ajena como la locura o el dolor. Asi era el fin del mundo: aquel monton de polvo hecho de los huesos que nos dejabamos en el camino. En la entrada colgaba un cartel pintado a brochazos: EL TERCER PAIS, un cementerio sin ley al que iban a parar los muertos que Visitacion Salazar enterraba a cambio de la voluntad, y a veces ni eso. Casi todos los que ahi reposaban nacieron y murieron en la misma fecha. Sus tumbas pobres estaban inscritas con garabatos sobre cemento fresco: la letra accidentada de los que nunca descansaran en paz. Visitacion ni siquiera se volvio para mirarnos. Hablaba por telefono. Con la mano izquierda sostenia el aparato; con la otra, unas flores plasticas que hundio en la argamasa recien batida. --!Si, mi reina, te oigo! --Angustias, ?estas segura de que esta mujer nos va a recibir? --pregunto Salveiro. Asenti. --!Te escucho, mamita! --continuo ella, a su aire--. !Te digo que hay carencia de bovedas! !Ayyyyy! !La senal se pierdeeeee…! --insistio, tragicomica. --Esta mujer no para de hablar… --rezongo el. --!Callate, Salveiro! --!Digale a ese hombre que espere! --grito la mujer, dirigiendose, al fin, hacia nosotros--. !Los muertos son pacientes! !Los muertos no tienen prisa! Otra rafaga de viento abraso nuestra piel. La tierra de Mezquite era una paila cubierta de cardos y llanto, un lugar en el que no era necesario ponerse de rodillas para hacer penitencia. La que nos habia llevado hasta alli ya era suficiente. Asi era El Tercer Pais, una frontera dentro de otra donde se juntaban la sierra oriental y la occidental, el bien y el mal, la leyenda y la realidad, los vivos y los muertos. La peste y la lluvia llegaron juntas, como los malos presagios. Las chicharras dejaron de cantar y un tumor de polvo se formo en el cielo hasta descargar gotas de agua marron. A diferencia de los males que alguna vez sufrimos, este despedazo nuestros recuerdos y deseos. La peste atacaba la memoria, confundiendola primero y picoteandola despues. Se contagiaba a gran velocidad y cuanta mas edad tuviese el enfermo, peor era el efecto. Los ancianos caian como moscas. Sus cuerpos no resistian el taladro de las primeras fiebres. Al comienzo dijeron que la transmitia el agua, luego los pajaros, pero nadie era capaz de explicar nada sobre la epidemia de desmemoria que transformo a todos en fantasmas y lleno el cielo de zamuros. Nos hizo ineptos hasta cubrirnos de miedo y olvido. Caminabamos sin rumbo, perdidos en un mundo de hielo y fiebre. Los hombres salian a la calle a esperar. ?Que? No lo supe jamas. Las mujeres haciamos cosas con las que espantar la desesperacion: recogiamos comida, abriamos y cerrabamos ventanas, trepabamos a los tejados y barriamos los patios. Pariamos pujando y gritando como locas a las que nadie ofrecia ni agua. La vida se concentro en nosotras, en aquello que hasta entonces fuimos capaces de retener o expulsar. Mi marido tambien contrajo el mal, pero tarde en darme cuenta. Su caracter se confundio con los primeros sintomas. Salveiro hablaba poco, era reservado y no sentia curiosidad alguna mas alla de sus propios asuntos. Cuando lo conoci, trabajaba en la cauchera de su familia aflojando tuercas con una llave de cruz o tendido junto a un gato hidraulico para arreglar alguna averia en las tripas de un camion destartalado. A diario yo pasaba frente al local renegrido sin prestar atencion a lo que ocurria en su interior. Si entre fue porque necesitaba grasa de motor para aflojar las cerraduras de la casa: un bote de Tres en Uno, cualquier cosa que sirviera para lubricar las aldabas, pero Salveiro se ofrecio a mirarlas. --No son los cerrojos. Es la madera. Esta comida por las termitas, por eso las puertas no cierran, ?ves? --Me enseno un polvillo de virutas y aserrin. Regreso esa misma semana para revisar el techo y el resto de la casa. La recorrio entera. Que si esta viga tiene jejen, que si las patas de la mesa estaban mal cortadas o esta silla mal serrada. Iba de un lado a otro con una zapa. Lijaba aqui y martillaba alla. Todo cuanto tocaba dejaba de crujir o rechinar, como si recompusiera las cosas con solo mirarlas. --Angustias, ?y este quien es? --El hijo del cauchero, papa. Ha venido para arreglar las traviesas y las armaduras de las ventanas.

  • La Dama y La Bestia de C.s Luis

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    Evelyn es una reina dedicada, gobernada por deberes reales y leal al clero. Pero son estas las mismas reglas de las que desea separarse.
    Mientras da un paseo se encuentra en las ruinas de un antiguo castillo, perdida en los placeres sucios de sus deseos y excitada por el descubrimiento de su cuerpo despertando.
    Cuando es seductoramente obligada a someterse por una criatura parecida a una bestia, esta convencida de que sus suenos ya no son meras fantasias.
    Abriendo asi un mundo completamente nuevo que ella habia anhelado profundamente. Mientras tanto, sin que Evelyn lo sepa, todo su clero ha estado ocultando una fantasia sexual propia y podria ser un secreto que Evelyn podria arrepentirse de descubrir.

  • Hijo de Dracula de

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    Dracula es uno de los vampiros mas famosos gracias a la extensa serie de libros, programas de television y peliculas que cuentan sus aventuras. No obstante, el dia de hoy nos enfocaremos a comentar como es que ocurrio la muerte de su hijo. En una provincia de lo que hoy es conocido como Rumania, se encontraba el castillo del conde. Este era custodiado por su vastago, quien dicho sea de paso vivia encerrado en una mazmorra oscura, pues sentia muchisimo miedo por la luz del sol, las estacas y las balas de plata. Para aquellos que lo desconozcan, precisamente el conde Dracula sucumbio a causa de que un humano le enterrara una filosa estaca en el corazon. Volviendo a esta leyenda en particular, uno de los fieles sirvientes el muchacho le aconsejo que llamara a un hechicero, para que pudiera salir de su encierro autoimpuesto. - Si, quizas tengas razon. Un encantador que domine la magia negra, me podra dar una pocion para que pueda salir a la calle y todos los que deseen hacerme dano, queden alejados de mi. El nigromante llego y de una bolsa de cuero viejo saco una botella de vidrio opaco y le dijo al joven vampiro:

  • Inocencia robada de Arnaldur Indridason

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    En la ultima planta de un decadente sanatorio mental de Reikiavik, un paciente esquizofrenico se lanza al vacio ante los ojos de su hermano. Casi al mismo tiempo, en otra parte de la ciudad, un profesor de escuela que acaba de jubilarse es asesinado en un incendio provocado. Los dos fallecidos habian sido maestro y alumno decadas atras y en las ultimas semanas se habian visto en varias ocasiones. Ahora les corresponde al malhumorado e intuitivo inspector Erlendur y a su equipo de investigacion desvelar que inimaginable secreto ocultaba esa turbulenta relacion.

  • Educar en el asombro de Catherine L'ecuyer

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    ?Como educar en un mundo frenetico e hiperexigente? ?Como conseguir que un nino, y luego un adolescente, actue con ilusion, sea capaz de estar quieto observando con calma lo que le rodea, piense antes de actuar y este motivado para aprender sin miedo al esfuerzo? Los ninos de los ultimos veinte anos viven en un entorno cada vez mas frenetico y exigente, que por un lado ha hecho la tarea de educar mas compleja, y por otro, los ha alejado de lo esencial. Vemos necesario para su futuro exito programarlos para un sinfin de actividades que, poco a poco, les estan apartando del ocio de siempre, del juego libre, de la naturaleza, del silencio, de la belleza.

  • Cuentos Descorteses de Leon Bloy

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    Leon Bloy, coleccionista de odios, no excluyo de su amplio museo a la burguesia francesa. La ennegrecio con lobregas tintas que justifican el recuerdo de los suenos de Quevedo y de Goya. No siempre se limito a ser un terrorista; uno de sus mas curiosos relatos "Les captivs de Longjumeau" prefigura asimismo a Kafka. El argumento puede ser de este ultimo; el modo feroz de tratarlo es privativo de Bloy. (...)

  • Un verano en Saint de Mayte Salmeron Almela

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    "Un verano en Saint-Malo" es una historia de misterio y de grandes emociones en la que la protagonista, Clara, conocera a diferentes personajes y vivira situaciones que haran que su verano sea menos tranquilo de lo que hubiera deseado.
    Con la aparicion de un cadaver en un ascensor, la historia empieza a moverse entre tres etapas distintas de su vida: la de su ninez mas tardia, cuando la noticia mas comentada era la desaparicion de unos ninos en las comarcas cercanas; la de su juventud, con su viaje a Saint-Malo y en donde los sucesos que acontecen dejan sin respiracion a la propia protagonista; y por ultimo, la de su vida adulta donde tendra que lidiar con todos esos recuerdos y entender mejor por que se encuentra con el cuerpo de un conocido en un ascensor.

  • Hazme Feliz (Amar sin Querer 2) de Noni Garcia

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    Lo siento, Pablo, no tengo ganas de luchar... No tengo ganas de luchar porque, aunque te este odiando, te amo tanto que no se vivir sin ti. Sin tus besos, sin tus caricias, sin tus Te Quiero,... ?Por que lo hiciste, Pablo? ?Por que me traicionaste? ?Por que tiraste por la borda todo lo que estabamos construyendo? – Nuria, por favor, lucha... !Oh, Dios mio! - llora como nunca le he visto llorar – !Cuanto dano te he hecho! Estas asi por mi culpa y eso no me lo voy a perdonar en la vida. Fui tan estupido... pero, tu nunca me has negado nada y yo no te podia negar algo que sabia que deseabas... sabes que nunca he sido capaz de hacerlo. Yo nunca te exigi que lo hicieras, lo respete igual que tu siempre has respetado mis limites... bueno, siempre menos ese maldito dia en que los dejaste de respetar a lo grande, de la peor manera posible. – Yo se que lo nuestro no tiene solucion, pero te queda mucho por vivir. No dejes de luchar, peque. No deberia dolerme que digas que lo nuestro no tiene solucion porque no la tiene, pero hasta hoy, no me doy cuenta de lo mucho que te he querido, de lo mucho que te ame, de lo mucho que te amo… ?Quien entra? !Es Gonzalo! Se le ve triste y cansado. – Pablo, deberias irte ya, el padre de Nuria no tarda en volver y bastante tengo con explicarle una y otra vez que no soy el novio de su hija para tener que inventarme una explicacion de por que estas aqui. ?Mi padre piensa que Gonzalo es mi novio? No lo entiendo ?Por que habra llegado a esa conclusion? !Lola! ?Quien si no? – Solo un momento, Gonzalo. – Esta bien, tienes un minuto. – Me voy, peque. Volvere dia tras dia hasta que salgas de esta, despues desaparecere de tu vida. !Suelta mi mano! No quiero que me toques aunque no pueda sentir nada en este estado. Ni dolor, ni agujas, ni vendajes,... Nada. Me acaricia la mano pero no lo siento y, aunque me duela reconocerlo, quisiera sentirlo. Sentir sus suaves y largos dedos acariciando mi piel como tantas veces lo ha hecho. – Hasta manana, vida mia. Me besa la mano y... lo siento !Lo estoy sintiendo! He sentido su beso y... !Joder, que dolor de cabeza! Escucho como se cierra la puerta, pero no consigo ver nada. Solo siento este terrible dolor de cabeza y de garganta. Intento toser pero no puedo. Vuelve a sonar la puerta pero no se quien es porque todo esta oscuro y no consigo ver nada. – ?Nuria? !Enfermera, enfermera,...! - es Gonzalo pegando voces !No grites que me duele la cabeza! – ?Que ocurre? – Creo que esta despertando. 1 – Gonzalo, dame agua, por favor. – ?Como sabes que soy yo? – Chanel Allure Homme Sport, tu perfume. Solo conozco a un hombre que lo use y ese eres tu. – !Joder, guapetona! Y eso que solo hace unas horas que despertaste del coma. – ?Que hora es? – Las tres de la manana... – ?Y que haces aqui a esta hora? Normal que mi padre piense que eres mi novio... – ?Como sabes eso? – Es complicado de explicar y te reirias de mi. Digamos que te escuche decirselo a Pablo. – Lo sabes,... – Tranquilo, no pienso echarte la bronca por eso. Si, se que estuvo a mi lado justo antes de despertar. – Bueno, ya estarias despierta ?no? – No, no estaba despierta... o si... No preguntes ?quieres? - bebe agua con la canita -. Todavia me duele la garganta. – Y te seguira doliendo durante unos dias. Ahora descansa ?vale? – ?Cuando me quitaran la venda de los ojos? – Con respecto a eso... – Yo se que voy a volver a ver, quizas no el primer dia, pero voy a volver a ver... Se ha vuelto a quedar dormida, la medicacion que le estan poniendo es fuerte y estara asi un par de dias. Aqui estoy mirandola desde el butacon de una habitacion de hospital y preguntandome que hago aqui. Pregunta que tiene una respuesta rapida... ninguna mujer antes me ha dado lo que me da Nuria. Amistad, carino, apoyo, amor del puro, del bueno, del que existe entre dos amigos y si hablamos de la cama... !No seas cochino, que ahora no es momento de pensar en esas cosas! ?Como voy a conseguir que salgas de esta, Nuria? Los problemas fisicos estoy seguro que se iran solucionando, aunque la vista me sigue preocupando un poco, pero se que psicologicamente estas destrozada, va a ser duro. Dudo mucho que la terapia que estabas siguiendo en mi casa te haya sido de ayuda despues de esta situacion tan traumatica. !Ay, Pablo! Ese necio debio pensar antes lo que estaba haciendo, una mujer como Nuria no es facil de encontrar. Si no fuera porque hace mucho que renuncie al amor, no dudaria en conquistarla. El la tenia al alcance de la mano, ya la tenia solo para el, ella habia decidido que era hora de dar ese paso definitivo que tanto deseaba el. La veo tan indefensa, postrada en esa cama, que no puedo creer que sea ella. Sus bonitas manos siguen hinchadas, su cara amoratada y sus labios... con lo que me gustan esos labios y esa boca que me vuelve loco cuando... !Para ya, Gonzalo! Que razon tiene cuando dice que soy un guarro que solo piensa en el sexo. Te tienes que recuperar pronto, guapetona. Necesito verte sonreir, perderme en esos ojos castanos que tanto me gustan, jugar con esos rizos rebeldes que me encanta acariciar, sentir tu calor cuando nuestras manos se tocan, tu risa cuando te cuento esos chistes malos que tanto te gustan. Necesito que me abraces y sentir que todo vuelve a ser como antes del accidente. Lo de Pablo es otro tema que tendremos que tratar cuando no este tan tensa y podamos hablar del tema sin que sienta ansiedad. Con el accidente todo va a ser mas complicado, ha estado a punto de perder la vida por su culpa, si Pablo no hubiera... nada de esto hubiera pasado y ahora serian felices. Aunque toda la culpa no es suya, Nuria tampoco debio conducir en ese estado sabiendo que cuando tiene ansiedad pierde el conocimiento. En fin, ya abarcaremos eso cuando llegue el momento oportuno. Ahora lo importante es que salga bien de esta y se recupere por completo. Creo que debo intentar descansar un rato porque, aunque manana sea sabado, tengo muchas cosas que hacer. Entre ellas ir a ver el nuevo local y algunos pisos para ver si compro alguno. He hecho bien en quedar con Paco sobre las diez, asi me dara tiempo de ir a darme una ducha al hotel cuando lleguen Ana y Damian. Ya se de donde ha salido esa belleza y ese encanto que tiene Nuria, de su madre. Y, tambien, de quien ha sacado ese arrojo, esa fuerza y ese caracter, de su padre. Hacia mucho tiempo que no veia a Lola, pero al verla estos dias me he dado cuenta de que si no fuera porque tiene el pelo lacio y rubio, Nuria y ella serian dos gotas de agua. Sin embargo, Raul, es completamente diferente a ellas, es un calco de Daniel, segun Ana, pero con el caracter y el carisma de ella. No me cabe duda de que llegara muy lejos en la politica. Y entre pensamiento y pensamiento son las cuatro y manana voy a ser un zombi andante. Tampoco ayuda mucho estos incomodos sillones que mas que para descansar, parecen maquinas de tortura de otra epoca. Y si a esto le anadimos los ronquidos del acompanante de la cama de al lado, es cuando sabes que el cosmos se ha confabulado en tu contra para no dejarte dormir. He hecho bien en quedarme en un hotel, seria una locura conducir manana hasta Sevilla sin haber descansado. Se que podria haberme quedado en casa de Pablo, pero no me apetece nada ser acribillado a preguntas sobre Nuria que es lo que ha hecho desde que supo que se quedo en mi casa una semana despues del dia de la fiesta. Fue curiosa su reaccion... En un primer momento quiso matarme porque le cegaron los celos, hasta que comprendio que entre Nuria y yo no existe nada mas alla de la amistad... y algun que otro polvo, pero polvo de amigos no de enamorados, no de los que echan ellos. Todavia, cuando pienso en ellos como pareja, me sigue resultando extrano. Son veintitres anos de diferencia, el es el padre de uno de los mejores amigos de ella, que fue su primer amor. El es siete anos menor que el padre de ella... y se quieren como dos adolescentes sin importar las trabas que saben que encontraran en su camino. En parte entiendo las reticencias que Nuria ha tenido siempre para contarle al mundo que mantenia una relacion con Pablo porque la situacion no es facil. Pero por otra parte, no es sano mantener una relacion a escondidas, como si fuera algo malo, algo de lo que deberia avergonzarse, algo impuro cuando hacia mucho que no veia un amor tan puro como el que sienten ellos. Creo que debo dejar de darle vueltas a la cabeza porque Morfeo anda cerca y no quiero que se vaya sin acunarme un rato hasta que me venza el sueno como vence a un nino pequeno cuando lo acuna su mama. Y esto me recuerda que manana deberia llamar a mama, desde que esta viviendo la vida en Argentina, no quiere saber nada de este pobre hijo que ha dejado aqui indefenso... Hace bien, bastante ha sufrido en esta vida y ahora le toca disfrutar. – Gonzalo... Ya estamos aqui ?como ha pasado la noche? – Buenos dias, Ana. Solo se ha despertado un par de veces para pedir agua ?que hora es? – Son las ocho... ?no estaras pensando en conducir hasta Sevilla? Toma las llaves de casa, alli puedes... – No hace falta, Ana. Tengo habitacion reservada en el Hotel Guadalete y he quedado con Paco a las diez para ver unos pisos... – ?Vas a alquilar un piso? – No, lo voy a comprar. Y tambien un local para abrir un nuevo restaurante. – ?Tan serio es lo vuestro? - senala a Nuria con la cabeza. – !Ay, Ana! Que ya os he explicado que entre Nuria y yo no... – aguanta la risa y me doy cuenta de que se esta quedando conmigo

  • La ultima leccion de Laimie Scott

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    ?Puede la venganza unir a dos personas que lo han perdido todo tras la guerra?

  • Breves amores eternos de Pedro Mairal

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    Tras el exito internacional de La uruguaya, Pedro Mairal vuelve con un volumen de cuentos que es una autentica caja de sorpresas.
    En la primera parte, que lleva el titulo del libro, redescubrimos el universo del autor: el amor con sus distintos rostros, las multiples formas de circulacion del deseo, el sexo como escape de las trampas de la vida burguesa, el papel muy poco airoso de los hombres en las relaciones sentimentales.
    "Hoy temprano", la segunda serie de cuentos, se despliega en una diversidad de temas y es una demostracion magistral de talento y versatilidad. Los personajes se mueven en un borde peligroso. En medio de situaciones cotidianas se abre una fisura inesperada que desbarata su normalidad y por donde se cuela el absurdo, lo fantastico y la pesadilla.
    Incisivo, tierno, divertido, perturbador, Breves amores eternos es un muestrario de las posibilidades de la literatura como espejo de los anhelos y los temores humanos. Una vez mas, Mairal deja en claro por que es uno de los escritores contemporaneos mas leidos y admirados de la lengua espanola.

  • Como romper las reglas… y no morir en el intento de Kaera Nox

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    Cuando se trata de hombres, Paula tiene tres reglas basicas en su vida:
    1o Polvos rapidos en lugares neutrales.
    2o “Una y no mas, Santo Tomas”.
    3o NUNCA mezcles negocios y placer.

  • Controlare tus suenos de John Verdon

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  • Cada suspiro de Nicholas Sparks

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  • ?Donde Estan los Ninos? de Mary Higgins Clark

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    Nancy Harmon, joven casada y madre de dos hijos, es acusada injustamente del asesinato de los pequenos, pero el fiscal debe retirar los cargos tras la desaparicion del unico testigo. La pesadilla se vuelve mas aterradora cuando el marido de Nancy se suicida y ella, destrozada, se traslada a Cape Cod. En su nueva residencia, Nancy conoce a Ray Eldredge, con quien se casa. Nancy da a luz nuevamente a dos hijos, a quienes cuida con exagerada precaucion. Cierto dia los ninos desaparecen, y la culpabilidad recae, una vez mas, en Nancy. Ademas alguien envia al periodico local informacion sobre los terribles sucesos de su pasado, asi como fotografias recientes de Nancy.

  • La hoguera de Krysten Ritter

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    “De la actriz, productora y escritora Krysten Ritter nos llega ahora una novela de suspense psicologico acerca de una mujer que se ve obligada a enfrentarse a su pasado tras un caso de corrupcion en una pequena localidad rural. Han transcurrido diez anos desde que Abby Williams se fue de casa y se quito de encima toda prueba visible de sus raices provincianas. En la actualidad trabaja en Chicago como abogada medioambiental, tiene una carrera floreciente, un apartamento moderno y todos los hombres que se le antojan. Pero cuando un nuevo caso la hace regresar a su pueblo de Barrens, Indiana, la nueva vida que se ha construido con tanto esfuerzo empieza a resquebrajarse. Encargada de la tarea de investigar a Optimal Plastics, la empresa mas relevante del pueblo y motor economico del mismo, Abby empieza a descubrir extranas conexiones con el mayor escandalo que sacudio Barrens hace mas de una decada, en el que se vio implicada la popular Kaycee Mitchell junto con sus amigas mas intimas… justo antes de que Kaycee desapareciera para siempre. Abby sabe que la clave para resolver cualquier caso radica en los puntos debiles, las preguntas que aun estan sin contestar. Pero cuando intenta averiguar que le ocurrio realmente a Kaycee, destapa un secreto todavia mas inquietante: un ritual denominado ”’El Juego”’ lo cual amenazara la reputacion y la vida de los habitantes de Barrens y ademas posee el potencial de sacar a la luz algo muy siniestro que podria devorarla a ella misma. Con sus prometedores giros y su lento suspense, y ambientada en una remota poblacion rural, claustrofobica, que mide menos de diez kilometros de un extremo al otro, La hoguera explora el tema de si es posible o no superar el pasado.”