• libro mac y su contratiempo - Enrique Vila-Matas

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    Mac acaba de perder su trabajo y pasea a diario por El Coyote, el barrio barcelones donde vive. Esta obsesionado con su vecino, un famoso y reconocido escritor, y se siente molesto cada vez que este lo ignora. Un dia lo oye hablar con la librera sobre su opera prima Walter y su contratiempo, un libro de juventud lleno de pasajes incongruentes, del que se acuerda vagamente, y Mac, que acaricia la idea de escribir, decide entonces modificar y mejorar este primer relato que su vecino preferiria dejar en el olvido.
    <>, afirma el narrador de esta asombrosa novela que se disfraza de divertidisimo diario, de ensayo sobre el origen y el proceso de escritura, de investigacion criminal y de novela de aprendizaje.
    Enrique Vila-Matas destruye el mito de la necesidad de una voz propia mientras reelabora la tradicion para demostrar que es dueno de una de las voces mas personales del panorama literario contemporaneo; se permite abordar con profundidad la creacion literaria sin renunciar a proporcionar al lector momentos de autentica carcajada; ensalza la normalidad a traves de un protagonista excentrico y peculiar, y finge improvisacion en una novela magistral que encierra diversos niveles de lectura, sorpresas argumentales, hallazgos verdaderamente geniales, gracias a una estructura capaz de darse la vuelta como un calcetin a partir de la mitad exacta del libro, dejando al lector con la boca abierta hasta su perfecto final.

  • Mac y su contratiempo - Enrique Vila-Matas | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-mac-y-su-contratiempo/239060

    14 feb 2017 — Un día lo oye hablar con la librera sobre su ópera prima Walter y su contratiempo, un libro de juventud lleno de pasajes incongruentes, ...

  • Mac y su contratiempo (Biblioteca Breve) Tapa blanda

    https://www.amazon.es/Mac-y-contratiempo-Biblioteca-Breve/dp/8432229881

    Mac y su contratiempo (Biblioteca Breve) : Vila-Matas, Enrique: Amazon.es: Libros.

  • Mac y su contratiempo (Contemporánea) - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Mac-contratiempo-CONTEMPORANEA-Enrique-Vila-Matas/dp/8466344853

    Mac y su contratiempo (Contemporánea) : Vila-Matas, Enrique: Amazon.es: Libros.

  • MAC Y SU CONTRATIEMPO | ENRIQUE VILA-MATAS

    https://www.casadellibro.com/libro-mac-y-su-contratiempo/9788432229886/4793755

    14 feb 2017 — El libro MAC Y SU CONTRATIEMPO de ENRIQUE VILA-MATAS en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Reseña de “Mac y su contratiempo”, de Enrique Vila-Matas ...

    https://letralia.com/lecturas/2018/01/17/mac-y-su-contratiempo-de-enrique-vila-matas/

    17 ene 2018 — José Luis Muñoz escribe sobre el que le parece “el libro más literario” del español Enrique Vila-Matas.

  • 'Mac y su contratiempo', de Enrique Vila-Matas - EL PAÍS

    https://elpais.com/cultura/2017/02/14/babelia/1487088698_672847.html

    23 feb 2017 — Mac recuerda aquella novela, las memorias deliberadamente oblicuas de un ventrílocuo, como un libro “extrañamente bello a veces” y otras ...

  • Mac y su contratiempo | Penguin Libros ES

    https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/34188-libro-mac-y-su-contratiempo-9788466344852

    Un día lo oye hablar con una librera acerca de su primer libro, Walter y su contratiempo, una obra de juventud de la que apenas se acuerda. Mac decide ...

  • mac y su contratiempo de enrique - IberLibro.com

    https://www.iberlibro.com/buscar-libro/titulo/mac-y-su-contratiempo/autor/enrique/

    Mac y su contratiempo de Vila-Matas, Enrique y una gran selección de libros, arte y artículos de colección disponible en Iberlibro.com.

  • Mac y su contratiempo - Enrique Vila-Matas

    http://www.enriquevilamatas.com/obra/l_mac.html

    Albacete, J. Libro sabio y memorable. Deverdaddigital. 25/02/2017. Pozuelo Yvancos, José María. Vila-Matas y el arte de contar. ABC ...

  • Mac y su contratiempo - Enrique Vila Matas - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Vila-Matas-Mac-y-su-contratiempo/7835

    Un día lo oye hablar con la librera sobre su ópera prima Walter y su contratiempo, un libro de juventud lleno de pasajes incongruentes, del que se acuerda ...

  • Esta Bruma Insensata de Enrique Vila-matas

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    Desde un caseron al borde de un acantilado en las afueras de Cadaques, Simon Schneider trabaja para un autor de gran exito que se hace llamar Gran Bros y que vive oculto en Nueva York desde hace anos. Simon es un hokusai, es decir, un distribuidor de citas para otros escritores, entre los que se encuentra, sin que el pueda imaginarlo, el mismisimo Pynchon. La tarde del 27 de octubre de 2017, Simon, que se ha quedado bloqueado cuando intentaba recordar una frase sobre el infinito, deja atras su caseron y emprende un largo paseo en busca de la cita perdida.
    Cuando se camina al borde del abismo y las certezas se tambalean, una huida a tiempo puede ser una puerta abierta hacia la escritura sin aditivos, aquella que hace saltar por los aires los limites de la ficcion, trasciende la experiencia personal e historica, y concibe una geografia sonada por un alma liberada de todo, hasta de su propia desgracia.
    Esta bruma insensata es una novela sobre la energia inextinguible que proviene de la ausencia y sobre la tension entre la fe en la escritura y el rechazo radical a esta. Enrique Vila-Matas, uno de los mejores narradores de nuestros dias, alumbra la paradoja de que la unica originalidad posible surja del arte de la cita en un lucido y brillante duelo de ingenios entre dos formas de entender la creacion literaria.

  • Las posesiones de Llucia Ramis

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  • Firmamento de Maxim Huerta

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    En un hermoso hotel a orillas del Mediterraneo, el escritor Mario Bellver busca como acabar la novela de otro. Un dia, la llegada de Ana Monteleon, que inicia sus apacibles vacaciones, viene a corregir el rumbo del verano. y de su historia.

  • Viaje de Omar de Adrian Savino

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    --Ana Levstein--

  • Encuentros en una agencia matrimonial de Sonsoles Fuentes

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    Doce relatos de amor basados en historias reales.

  • La patrulla de Ben Kane

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    Invierno de 218 a. C. En la Galia Cisalpina, una patrulla cartaginesa se mueve sigilosamente en la espesura de los bosques. Esta patrulla esta dirigida por Hanno, uno de los jovenes oficiales de Anibal, y por Mutt, su segundo al mando. Hambrientos y muertos de frio, necesitan encontrar una poblacion en la que haya alimento. Pero en los galos no se puede confiar y, ademas, los romanos, aunque derrotados, todavia conservan patrullas en la zona. Rodeados de peligros y previendo una posible emboscada, ni Hanno ni Mutt tienen la certeza de lograr sobrevivir.

  • Un pacto por amor de Aswan Dewin

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    Un beso es todo lo que necesitaran estos polos opuestos para convertirse en algo mas. El, un autentico desastre. Ella, la popularidad en persona.
    ?Que buscan? Su historia te lo contara y no te dejara indiferente.

  • Una pareja escandalosa de Marcia Cotlan

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    Una novela muy entretenida, que arrancara mas de un suspiro y muchas sonrisas. Aimee Du Maurier es la beldad del condado. Tiene diecisiete anos y pertenece a una de las familias mas antiguas de Carolina del Sur. Obligada a casarse con el mujeriego Edward Robilard, el odio que sienten el uno hacia el otro acabara por transformarse. Marcia Cotlan (Asturias, 1975) ha estudidado Filologia y en la actualidad trabaja como profesora de Literatura. Lectora voraz, la escritura ha sido su camino logico.

  • Sole, Soledad de Luisa J.c

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    El dia de la boda de Jimena, una de sus mejores amigas, Sole, conoce a Javi y, desde entonces, mantienen una relacion muy practica ?para ambos?. Eso supone Javi hasta que Sole cree que ha llegado el momento de poner punto y final a esa “relacion”.
    ?Estara Javi de acuerdo con todo lo que Sole ha decidido de un dia para otro?
    ?Se arrepentira Sole de la decision que ha tomado?

  • Leal al Corazon de Noa Xireau

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    Reino de Lanlow Lissy y yo intercambiamos una mirada divertida cuando el carruaje cogio un bache y los ronquidos de mi tia resonaron en el pequeno espacio como los grunidos de un cerdo al atragantarse. Ambas nos tapamos la boca para acallar nuestras risitas, aunque no sirvio de mucho. Mi tia abrio un ojo y se incorporo. Frente a mi, mi tutor, nos echo una de esas miradas recriminatorias con las que pretendia aleccionarnos, pero le traiciono el leve temblor en la comisura de sus labios y que escondiera sus manos bajo su habito de fraile. --?Cuanto falta? --Mi tia se limpio apresurada el fino hilillo humedo que le caia por la barbilla. Solte un profundo suspiro. ?Cuantas veces le habia respondido a la misma pregunta desde que habiamos salido de la posada al amanecer? Con su acostumbrada cortesia, Fray Roland se asomo por la ventana. --El paisaje se esta volviendo cada vez mas empinado y los bosques mas frondosos, Crowshead ya no debe estar demasiado lejos. Mi tia asintio con expresion agria, apreto los labios y se limito a estudiar enfurrunada una protuberancia en la madera algo desgastada de la puerta. --?Desea algo de comer, tia? --Senale la cesta que tenia a mis pies. Si a mi me dolia la espalda y estaba desesperada por estirar un rato las piernas, ella, con su corpulencia y mas del doble de edad, debia de encontrarse agonizando. Nego abstraida hasta que de repente se puso rigida y le lanzo una mirada a fray Roland. --?Podemos hacer una parada? Mi tutor puso cara de <>, pero acabo por asentir con un disimulado suspiro. --Por supuesto, lady Grey. Sacando su baston por la ventana, dio varios golpes en el techo del vehiculo indicandole al cochero que frenase. Enseguida se acerco el oficial de la escolta que nos acompanaba. --?Ocurre algo, padre? --Lady Grey desea hacer un alto. El hombre estudio con rostro grave el trayecto por delante y detras de nosotros. --No es el mejor sitio. El camino es estrecho y, en caso de una emboscada, el carruaje tendria problemas para girar si nos cerrasen la huida hacia el frente. Tampoco es un buen lugar en el que dividir a los hombres. Fray Roland hizo un gesto de confirmacion como si se hubiese esperado aquella respuesta, pero mi tia resoplo y se bajo del carruaje. --Si nos atacan, lo mismo da que sea aqui que dentro de cien metros y prefiero tener la vejiga vacia de darse el caso --gruno con una mueca mientras arqueaba la espalda con un gimoteo y las manos en la cintura. --La acompanare --me ofreci cuando quedo claro que la decision ya estaba tomada--. Lissy, ?vienes? La chica asintio reajustandose inquieta su tunica. No es que me hubiera esperado otra cosa, podiamos ser amigas, pero Lissy jamas olvidaba cual era su posicion como mi sirvienta. --No tienes que venir si no quieres --le recalque con tranquilidad, a sabiendas de lo miedosa que era. Lissy nego. --Como dice milady, hay cosas que es mejor enfrentarlas con la vejiga vacia. Apenas habiamos entrado en la linea de la arboleda cuando mi tia se giro hacia nuestra escolta. --?A donde creen que van? --pregunto con los brazos en jarras a fray Roland y al oficial, que iba seguido por uno de sus soldados. Los hombres se miraron entre ellos y no me paso desapercibido como el joven soldado aparto incomodo la vista en tanto que Fray Roland se masajeo el puente de la nariz. Me mordi el interior de la mejilla para no reir. Dudaba mucho que ninguno de ellos quisiera espiar a mi tia mientras se levantaba la saya. El oficial era lo suficientemente atractivo como para no echar en falta la atencion femenina en su vida y el joven soldado tenia ese tipo de facciones lindas que le hacian a una desear robarle un beso en la parte trasera del establo. --No vamos a permitir que se adentren a solas en el bosque, nos quedaremos a una distancia prudencial --el tono del oficial era de pura resignacion. --Esta bien asi, tia --intercedi--. Tras unos arbustos o un buen tronco no la veran, y nos avisaran si viene alguien --murmure solo para ella cuando por su semblante quedo patente que estaba a punto de aclararle al pobre hombre donde se podia meter su <>. --Al menos guarda tu capa, Maria. ?Como pretendes hacer una entrada grandiosa en Crowshead si llegas como si fueras la hija de un herrero? --me reprocho, con la mirada sobre el borde de la lujosa piel de armino blanco que remataba mi larga capa azul, en la que ya se habian enganchado algunas ramas y hojas secas. Con un suspiro, la deslice por los hombros y se la entregue a Lissy. --?Te importa dejarla en el asiento? --Me frote los brazos en un intento por contrarrestar el frio.--Tome la mia. Hace fresco y tampoco queremos que enferme. Cogere la manta para envolverme --se anticipo Lissy a mi protesta. Colocandome su capa, mi tia y yo retomamos el camino. Si habia esperado que mi tia siguiese teniendo prisa, por desgracia me equivoque. Su vejiga paso a un segundo plano y no ceso en su busqueda del mejor sitio para aliviarse hasta que encontro un viejo abedul con un enorme tronco, flanqueado por varios arbustos. --?Necesita ayuda, tia? --le pregunte apenas acabo su gemido de placer desde detras de los arbustos. De repente, alguien me tapo la boca y tiro de mi hacia el suelo. --!Shhh! --El oficial senalo una mancha oscura a unos treinta metros por delante de nosotros. Me llevo unos instantes discernir que se trataba de un hombre agazapado de espaldas a nosotros y, aun mas, detectar a otras siete figuras que tambien se ocultaban. Con un vistazo asustado sobre mi hombro, comprobe que el joven soldado se habia hecho cargo de mi tia. Fray Roland, por su parte, se encontraba encorvado tras un roble y rodeaba su cruz con ambas manos. --!Lissy! Tenemos que avisarla a ella y a los demas --susurre lo mas bajo que pude. El oficial vacilo como si le costara tomar aquella decision. --Ire yo, pero necesito que se quede aqui escondida. Sera menos peligroso para mis hombres si no tienen que estar protegiendolas a vuestra merced y a su tia. Tiendase y cubrase de hojas secas, mientras menos visible sea, mas segura estara y, sobre todo, no haga ruido. Asenti aterrada. ?Que otra cosa podia hacer? Como si fueran una maquina bien engrasada, bastaron algunas cortas senales del oficial para que fray Roland se aproximase a nosotros, refugiandose conmigo entre los matorrales. Apenas habian pasado unos minutos de la marcha del oficial, antes de que comenzaran a oirse gritos de batalla y el estruendo de las armas al chocar. Sin la necesidad de presenciarlo era facil adivinar que alaridos eran de rabia y cuales de dolor. Aun asi, no mirar era lo mas dificil que habia hecho en mi vida. Fray Roland permanecio con los labios apretados, pero, lejos del nerviosismo que habria esperado de un religioso de cierta edad como el, conservaba una ferrea calma. --!Corra! --El rugido urgente del oficial, que se oyo desde la contienda, me llego hasta los huesos. Asustada mire a mi tutor. No hubo ocasion de formular preguntas. Un agonico chillido femenino atraveso el bosque. --!Lissy! --Intente incorporarme llena de panico, pero el peso de fray Roland me aplasto sobre el terreno y su mano acallo mis sollozos con eficiente frialdad. --Demasiado tarde --murmuro con pesar--. Nos mataran a todos si nos descubren. El mundo, el tiempo, todo parecio detenerse a mi alrededor mientras seguian sonando algunos los gritos, los lamentos de los heridos, las voces camufladas de los desconocidos, los relinchos de los caballos y lo que suponia que era el estruendo de nuestras baules al estamparse contra el suelo. Cuando las voces se alejaron y se hizo el silencio, fray Roland me mantuvo atrapada durante un buen rato mas. Por entre las copas de los arboles iban entrando algunos rayos de sol que parecian irreales, casi magicos. Desee perderme en ellos para que me trasladasen a otra dimension, cualquier cosa por no tener que enfrentarme a lo que me esperaba cuando me levantara. Pero los deseos eran solo eso, la ilusion de alguien que se aferra a la mas exigua esperanza con tal de no enfrentar la realidad. El soldado que habia estado junto a mi tia aparecio a nuestro lado con una expresion hermetica, como si se hubiera obligado a no sentir. --Parecen haberse ido. Ire a comprobar si queda alguno de los atacantes en la retaguardia -- le informo a fray Roland en murmullos--. Se han marchado en la misma direccion a la que nos dirigiamos. Si me ocurre algo, sera mas seguro que regresen hasta el ultimo poblado por el que hemos pasado. Fray Roland asintio y aligero el peso con el que me mantenia aprisionada, pero no me libero hasta que el soldado regreso. Mi tia se acerco enseguida a mi y se lanzo a mi cuello con un sollozo. --Se han ido --anuncio el soldado--. No eran ladrones, excepto sus heridos, no se han llevado nada mas. Mi tutor escruto el paisaje con una mirada distante, como si considerase la informacion. --Era de prever. El populacho no posee espadas como esas. Habia al menos dos caballeros nobles entre ellos y el resto eran sin duda sus hombres o mercenarios. --?Y Lissy? --Mi voz salio tan apagada y temblorosa que apenas se escucho. --Cielo... --Mi tia me abrazo cuando el soldado aparto la mirada. No espere a que me revelasen lo evidente, me alce las faldas y corri dando tumbos en busca de la que habia sido mi amiga y companera desde el dia que mi tia me acogio en su hogar. La encontre al principio de la arboleda, tendida bocabajo, la cabeza ladeada, los ojos abiertos de par en par y el horror aun reflejado en su semblante. Fray Roland se arrodillo a mi lado y le cerro los parpados mientras murmuraba una oracion. --Era una buena chica --comento despues de hacer la senal de la cruz. --Llevaba puesta mi capa. --Mi voz se quebro. --Si, te era fiel. --Fray Roland me apreto la mano. --?Por que iba a llevar mi capa si dijo que cogeria la manta? Ella nunca se ponia mi ropa -- balbucee. --Era una chica lista. Sabia que venian a por ti y que si no te encontraban saldrian a buscarte. --La compasion en los ojos del fraile fue inconfundible mientras dejaba que sus palabras penetraran en mi mente. --?Ha dado la vida por mi? --musite. --A ella ya no le quedaban esperanzas, la habrian matado de una u otra forma. Seguro que lo intuia y tomo la decision mas noble. --!Oh, Dios! --Me tape el rostro y rompi a llorar. --Hemos de marcharnos, cuanto mas tiempo permanezcamos aqui, mayor sera el peligro. Ademas, algunos de los heridos aun siguen vivos. Debemos atenderlos y llevarlos al pueblo mas cercano. ?Puedes ayudar? Asenti agradecida de que me diera una tarea que no me permitiese pensar demasiado. Despues de atender a los heridos y subirlos como pudimos al carruaje junto a los muertos, me volvi hacia fray Roland y el soldado, quienes discutian en voz baja. Ambos se callaron cuando me acerque a ellos. --?Que ocurre? --exigi. --Tenemos dos opciones --me explico mi tutor con su usual paciencia--. Regresar por donde hemos venido, dejar a los heridos en un lugar seguro en el que puedan ser atendidos y procurar llevaros a ti y a tu tia a la proteccion de su ducado, o seguir adelante para que puedas reclamar tu trono. Aunque ahora carecemos de la mas minima defensa si vuelven a venir a por nosotros. --En apariencia la primera opcion seria la mas factible y segura. ?Cuales son los inconvenientes? --Lo conocia lo suficiente como para sospechar que no me habria presentado una alternativa si tuviera una solucion indiscutible. --Fueran quienes fuesen esos atacantes, es muy posible que acaben por enterarse de la existencia de dos mujeres viajando junto a un grupo de soldados malheridos. En cuanto lo hagan, vendran a por nosotros con el proposito de terminar su trabajo. Tambien te mostrara como una persona debil y dependiente que huye ante el mas minimo obstaculo, lo que no favorecera en absoluto tu ya de por si inestable posicion como la sucesora de tu tio. Si ser una mujer joven en el trono iba a resultar dificil, mas aun lo seria si daba muestras claras de debilidad. No necesite que me explicase mas y elabore mi propia lista de posibilidades. --En ese caso, solo nos queda la tercera opcion --decidi al fin. --?Si? --Mi tutor no parecia sorprendido de que le propusiese una via diferente a las que el me habia ofrecido. --Llevara de regreso a mi tia junto a los escoltas heridos --le indique al soldado. --No puedo abandonarla sin proteccion, vuestra merced --objeto el hombre--. Mi deber es protegerla por encima de cualquier otra persona. --Y eso es justo lo que hara. Tambien se llevara a Lissy. De esa forma recibira el funeral que se merece a su llegada a Goodshire. Entretanto, la gente la confundira conmigo y creera que he muerto. De ese modo, yo y fray Roland podremos seguir nuestro viaje con tranquilidad. Nadie espera que la futura reina llegue a caballo, acompanada solo por un religioso. Una vez en Crowshead, no podran atacarme en publico y habremos superado el primer escollo. En cuanto llegue a casa de mi tia, ocupese de elegir a hombres de confianza que puedan venir a apoyar a mi Guardia Real. Eso ayudara a reforzar mi seguridad. --?Y luego? --indago Roland complacido. --Tendremos la oportunidad de plantearnos ese luego mientras viajemos. ?No has dicho que debiamos partir cuanto antes? Intente aparentar fortaleza y calma mientras me despedia de mi tia. Vi como el soldado se llevaba el cuerpo ensangrentado de Lissy al carruaje y la depositaba en lo alto del techo, junto a uno de los heridos. Al observarlo, no deje de preguntarme que seria lo que me esperaba cuando llegase a mi destino, un sitio en el que, a todas luces, me deseaban muerta. A CAPITULO 2 KADEN ntes de que pudiese dar un paso para salir de detras de la esquina en la que me habia estado ocultando, un conocido rostro femenino aparecio frente a mi con una radiante sonrisa. --?Que tal un ratito a solas, capitan? --Las cejas rubias se arquearon en una provocacion casi tan abierta, como la mano femenina que fue deslizandose por mi estomago acompanado por un lento ronroneo--. Contigo seria capaz de pasarlo gratis. Sonrei divertido ante el descaro de Sira, una de las camareras mas codiciadas de la taberna del Pato Cojo, y le sujete la muneca antes de que alcanzase terreno peligroso. --?Eso no seria desperdiciar un tiempo valioso para una mujer como tu? --Me lleve su mano a los labios y le bese la parte interna de la muneca con estudiada delicadeza. --Una tambien tiene que consentirse un capricho de vez en cuando --murmuro Sira, recorriendome con la mirada sin enmascarar el apetito en sus ojos verdes. --Lo tendre en cuenta, pero me temo que ahora mismo estoy de servicio. --?Que tal a media tarde? --Poniendose de puntillas, se inclino hacia mi regalandome un tentador vistazo a su escote--. Procurare estar libre para ti --me murmuro al oido, acariciandome con su aliento mientras sus generosos pechos se aplastaban contra mi brazo. Sira no era exactamente mi tipo, pero podria llegar a ser una bienvenida distraccion de la tensa situacion en el castillo. --Vere que puedo hacer --respondi sin comprometerme. No era del todo mentira. Puede que realmente me plantease su oferta. ?Por que no? Le eche una ojeada a la elegante figura encapuchada a la que llevaba siguiendo las ultimas dos calles. Con ella probablemente no hubiera dudado en aceptar una propuesta como aquella, aunque, para ser sincero, tampoco parecia el perfil de mujer que las hiciera. Cuando la forastera se acerco a otro puesto y olisqueo un ramo de especias, cerrando los ojos de placer, avance unos pasos mas. Sira me sujeto del brazo. --Acuerdate, a media tarde. Asenti y me olvide de ella tan pronto como quedo a mi espalda. Aprete la mandibula al reparar en el calzado de terciopelo azul bordado de mi sospechosa. Puede que vistiera una capa de lo mas corriente, una digna del personal de servicio de alguna casa de bien o de un familiar de algun mercader, pero su calzado era harina de otro costal, lo mismo que la tunica que ocultaba bajo la capa. Poseia la gracia de una dama en sus ademanes, pero una verdadera senora jamas se aventuraria a solas al mercado, ni se entretendria en inspeccionar las mercancias mas simples con aquel interes desbordado. ?Se habria hecho con los ropajes de su ama? ?O se habia buscado un amante que pudiese mantenerla bien? Lo ultimo habria sido una explicacion plausible. Por lo poco que habia conseguido ver de ella, tenia un corte de cara agraciado y una nariz quiza demasiado recta y puntiaguda, aunque su estrecha cintura y caderas anchas lo compensaban, al igual que lo hacian sus senos. Habria apostado mi proxima paga a que cabrian en mis manos. La simple idea de constatarlo ya hacia que las palmas me cosquillearan. Cruce los brazos sobre el pecho cuando una de las ratas callejeras, que solian dedicarse a birlar a los incautos compradores, la convirtio en su blanco y le saco de la limosnera, sin ella percatarse, lo que probablemente era un saquito de monedas. En el ultimo segundo ella se giro con un jadeo ahogado, sin embargo, al contrario de lo que hubiera hecho cualquier otra victima, no hubo gritos de auxilio ni acusaciones, ni un solo: <>. Lo que en si mismo atizo aun mas mi curiosidad por descubrir quien era aquella desconocida y lo que hacia alli.

  • Devocion de Patti Smith

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  • El momento de nuestras vidas de Javier Carrascosa Adrian

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    Adrian es un chico joven que se considera afortunado; no es millonario ni ha logrado el trabajo de sus suenos, pero tiene a la chica que tanto deseaba, Gema. Pero la vida esta llena de altibajos, y despues de una larga relacion todo empezara a torcerse hasta venirse abajo. Sorprendido por la ruptura y sin encontrar una explicacion logica, nuestro protagonista tratara de recorrer las diferentes sendas que la vida le muestra, con animo de llenar su mundo de un mar de nuevos sentimientos. Hundido en la soledad y sin apenas esperanza, conocera a una nueva chica, aunque esta vez todo va a resultar diferente a lo que el esperaba.

  • Manual de exilio de Velibor Colic

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    <> Como aprobar su exilio en treinta y cinco lecciones. Asi se subtitula esta extraordinaria novela autobiografica que destila humor, ternura y tambien una ironia y una amargura feroces. Escrita con una crudeza inmisericorde, Colic nos hace pensar a cada momento en nuestros privilegios como habitantes del Primer Mundo. Y el, el exiliado de una guerra cercana, de un pais hermoso pero en ruinas, que podria escupirnos a la cara nuestra desidia respecto a aquella guerra, comparte sin embargo con nosotros, sus lectores, la pasion por un mundo hecho tambien de belleza. Late en cada pagina una pregunta: ?donde esta el Paraiso que un dia se nos prometio?

  • Lucky de Gloria Vilarino

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    Esta es la historia de una joven llamada Lucky: preciosa, exactriz de cine, ganadora de un Oscar de la academia y que ahora dirige con mano firme la empresa de publicidad de sus abuelos, el SYS. Sin embargo, lo unico que quiere es ser una mujer normal, con sus rutinas, con sus amistades... Pero alguien se lo impide.

  • Crimenes de invierno de Iris Zamora Vera

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    Tras un periodo de baja por motivos personales, el inspector de policia Adam Berg se traslada a un pequeno pueblo de montana y se incorpora al cuerpo de policia haciendose cargo de un extrano caso de asesinato. Despues de un largo periodo intentado huir sin exito de su pasado, a lo largo de la investigacion el inspector encuentra por fin una forma de enfrentarse a sus propios fantasmas y conforme va avanzando en el caso tambien ira poniendo en orden su vida personal en una nueva etapa llena de cambios y nuevos rostros que le iran ayudando a recomponerse.
    Clarissa Ericson huye de un pasado turbulento y dramatico en busca de un lugar anonimo donde volver a ser ella misma. El aire frio, las montanas nevadas y la soledad le daran una nueva oportunidad de encontrarse, pero hay cosas de las que uno no puede huir y tarde o temprano tendra que hacer frente a las viejas heridas que le atormentan, solo asi podra hallar la paz que tanto ansia. Sin pretenderlo, Clarissa se ve envuelta en la investigacion y aunque procurara pasar desapercibida no deja indiferente al inspector Adam Berg, que pronto siente por ella un interes irremediable.
    Ambos se ven envueltos en una trama de mentiras y enganos familiares en los que tendran que ir poniendo luz para esclarecer la verdad, todo con la ayuda de una intrepida periodista que intenta reinventarse y navega sin rumo en una vida en la que por fin encuentra algo de emocion que le sacude las telaranas.
    Mientras tanto, a muchos kilometros de distancia la inocente Edurne vive su propio infierno y rodeada de inseguridades, miedos y decisiones poco afortunadas se ira adentrando en las tinieblas de una relacion peligrosa y oscura que la llevaran a un desenlace incierto y peligroso. Sin embargo, las ganas de vivir y el amor incondicional la guiaran en una aventura hacia la busqueda de la felicidad, de la supervivencia, y de la superacion personal donde se encontrara con algunas sorpresas inesperadas.
    Pero la vida de todos ellos tiene un nexo en comun que no les dejara indiferentes, y lo que parecia una simple investigacion en un pequeno pueblo de montana termina siendo una conmovedora historia donde la amistad, el amor, el desengano y la intriga siempre estaran presentes.

  • Y empezamos comiendonos las… perdices de A. R. Cid

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    ?Que podemos esperar cuando empiezas la historia por el final? Yo lo conoci con los pantalones bajados, gimoteando de dolor y con su amiguito desenvainado.
    La gran pregunta, ?quien soy yo para que los hombres acudan a mi en estas circunstancias, sin ningun tipo de preliminares?

  • Todas Las Heridas Sanan de P. Franciscana

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    A veces, una herida puede ser algo horrible, algo doloroso, y sin embargo, en mi caso fue la mejor cosa que me pudo haber pasado en la vida. Fue gracias a estar herida que lo conoci.
    Todas las heridas sanan, pero yo esperaba que esta jamas lo hiciera. Que permaneciera abierta, sin importar el dolor que pudiera ocasionarme, siempre y cuando no me separaran de su lado.

  • La capital de Robert Menasse

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    Bruselas es el corazon de la UE y tambien de esta novela. Esta obra es un viaje a las interioridades de la vida politica europea a traves de cinco historias conectadas que corren paralelas, cada una con un protagonista diferente, y que se centran en la vida diaria de la capital europea desde diversas perspectivas. La capital sigue de cerca el destino de sus personajes en sus frecuentes encuentros, ofreciendo una vision de sus vidas profesionales asi como de sus coloridas vidas privadas, alejadas de las oficinas y congresos. La mirada penetrante de Menasse, cargada de humor e ironia, hace de esta novela una lectura tan irresistible como importante en los tiempos actuales de nacionalismos, desde el Brexit hasta la independencia de Cataluna.

  • Vertigo por perderme en ti, Rebeca Banuelos Ortiz de Rebeca Banuelos Ortiz

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  • La decision de Ivanova (Ivanova 3) de Clara Ann Simons

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    Al volver de su ultimo viaje de trabajo en Hanover, Lucia debe enfrentarse a la realidad.

  • El espia del rey de Jose Calvo Poyato

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    Espana a mediados del siglo XVIII. La Ilustracion empieza a ser realidad, pero la Inquisicion aun tiene fuerza. Los marinos espanoles publican obras de gran importancia cientifica. Es el caso de Jorge Juan, que ha medido el meridiano terrestre y acaba de publicar un libro sobre ello, pese a los reparos de la Inquisicion. Por su parte, el marques de la Ensenada, principal ministro de Fernando VI, esta dispuesto a potenciar la flota moderna capaz de enfrentarse a la britanica.

  • Cada corazon, un umbral de Seanan Mcguire

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    Deslizandose entre las sombras bajo la cama, o a traves de un armario, o por madrigueras de conejos… los ninos siempre han sabido acceder a mundos magicos. Pero ?que ocurre cuando regresan y no consiguen adaptarse y no son aceptados por sus familias? Eleanor West tiene un internado que acoge a estos ninos que quieren volver a su mundo de fantasia. Pero con la llegada de Nancy algo cambia en el internado y pronto tendran que enfrentarse a una tragedia por si mismos.

  • La princesa del millon de dolares de Claudia Velasco

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  • Un cadaver con clase de Jessica Fellowes

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    Seis hermanas. Toda una vida de misterio. Una familia incomparable. Segunda entrega de Los crimenes de Mitford, la serie con la que su autora Jessica Fellowes, la creadora de Downton Abbey, ha conquistado a prensa y lectores del mundo entero.

  • Disparo al corazon (Mafia 3) de Barbara Padron Santana

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    Tras la muerte de Leo, Clairee se dejo llevar por el dolor llevandola a perder su puesto de trabajo temporalmente por lo que decide vengar la muerte del unico hombre que ha amado metiendose en un mundo totalmente oscuro del que es dificil salir con vida.

  • Torres en la cocina 3 de Javier Torres , Sergio Torres

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  • Senora Miler (Valkiria 2) de Eva Gonzay

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    Un sonido tan estridente como brusco y fuerte me despierta de golpe haciendo que mis pulsaciones se disparen como si me estuviese persiguiendo un asesino en serie. Mientras la melodia me taladra los timpanos y yo trato de ubicarme y descubrir que cojones es eso, escucho tambien un par de manotazos sobre la mesilla y, unos segundos despues, el espantoso ruido se detiene haciendome suspirar de alivio. Abro los ojos como dos platos mientras trato de ubicarme y de pronto una luz se enciende. Miro a mi izquierda parpadeando varias veces para tratar de dejar de ver doble y veo a Valeria frotandose los ojos con extremada pereza. --Mas vale que borres esa mierda de alarma, ?quieres matarme de un infarto? --grazno despues de intentar aclararme la voz. Valeria se gira hacia mi lado y me observa tratando de aguantarse la risa. --Eres increiblemente desagradable cuando te despiertas, en serio--dice como si fuese todo un descubrimiento cada dia. --Despiertame de otro modo y sere mas amable. Valeria sube mi camiseta y me sorbe un pezon hasta que logra ponerlo duro como una piedra. Cuando se aparta, observa su obra con una sonrisa malvada y su mano se cuela por debajo de mis bragas, sus dedos me tantean y cierro los ojos pensando equivocadamente que esta dispuesta a recompensarme, pero lo que hace la muy zorra es estimular un poco mi clitoris y, en cuanto suelto el primer suspiro de placer me lo pellizca con suavidad y salta de la cama. --Tendras lo que quieres cuando te lo ganes, ahora levanta--ordena con autoridad. --?Que me levante? ?Que hora es? --pregunto con una mezcla de desconcierto y enfado. --Las seis. Pero bueno, ?se ha vuelto loca? --?Como que las seis? --pregunto incorporandome de golpe--?me he perdido algo? ?Vamos a algun sitio y yo no me he enterado? De verdad que no me lo puedo creer, ?como se le ocurre poner el despertador a estas horas? La oficina no abre hasta las nueve y yo siempre me levanto a las siete y media, este Valeria en mi casa o no. --Exacto, vamos a correr--contesta provocando que mis cejas se eleven de forma exagerada. --A correr--repito incredula. Valeria salta sobre la cama de repente y se sienta sobre mi a horcajadas. --Siempre dices que quieres volver a recuperar el habito de salir a correr, pero nunca encuentras el momento, asi que yo lo he decidido por ti. --Por mi--sonrio sarcastica--ya, pues no decidas tanto, bonita, si quieres correr cuando todavia no han puesto las calles me parece perfecto, pero yo voy a seguir durmiendo--digo derrumbandome de nuevo sobre la cama. Valeria se inclina sobre mi hasta que sus labios rozan mi oido y su melena suave y aterciopelada me acaricia el cuello. --O te levantas o te castigare, y no sera de una forma agradable para ti--amenaza en un susurro, despues sale de encima de mi y se dirige hacia el bano sin volver la mirada. --Joder...--me quejo incorporandome, todos sus castigos me vuelven loca, salvo cuando consisten en dejarme con el calenton como ha hecho hace unos segundos. Asi que, si la nina quiere correr, vamos a correr. Valeria ha propuesto algo suave, cinco kilometros en un recorrido circular que hace cuando no tiene mucho tiempo. Me ha parecido bien, en mis buenos tiempos corria entre doce y quince kilometros diarios, pero parece que mis buenos tiempos quedaron muy atras, porque no llevamos ni la mitad y siento que los pulmones estan a punto de explotarme. Poco a poco voy perdiendo fuelle y Valeria se va adaptando a mi ritmo sin articular palabra, pero soy tan competitiva que me imagino lo que debe estar pensando, que soy una floja. --Podemos parar ya si quieres y volver caminando--propone sin esfuerzo. --No--jadeo como un animal sediento. Deberia hacerle caso, pero mi orgullo no me lo permite. Asi que para demostrarle que todavia puedo aguantar, decido hacer un sprint y provocarla para que me siga. Valeria no tarda ni dos segundos en darme alcance, porque se me acaba de subir el gemelo de la pierna izquierda y me acabo de tirar al suelo de forma dramatica mientras me aguanto los lagrimones. --Me cago en la leche, como duele--berreo agarrandome la pierna flexionada con las dos manos. --Deja que te ayude--dice agachandose frente a mi. Dios mio, no recordaba que doliese tanto. La miro enfurecida y me contengo para no decirle que todo esto ha sido culpa suya, si no me hubiese amenazado, yo ahora estaria calentita en mi cama durmiendo a pierna suelta, y no tirada en el suelo humedo del parque aguantandome la respiracion para no gritar de dolor, porque mi pierna en lugar de suelta se ha quedado rigida como una tabla. --Esto tiene truco, deja a la maestra--se pavonea apartando mis manos. Valeria coge mi pierna y la estira completamente, despues me quita la zapatilla y tira de mis dedos hacia atras manteniendolos asi unos segundos. --No me jodas--digo asombrada cuando el dolor se calma de golpe. --Te he dicho que tiene truco--se rie la muy boba. --Me lo podrias haber dicho antes--me quejo aprovechando para recuperar el aliento. --Pense que una experta corredora como tu ya lo sabria. Le dedico una mirada incendiaria y Valeria ignora mi cabreo y me tiende la mano para ayudarme a levantar del suelo. Es lo que mas me gusta de ella, mi comportamiento a veces grosero y desmedido que no consigo aprender a controlar no le afecta y, la naturalidad con la que me ignora logra calmarme mas que una pastilla o el ladron de mi psicologo. Me pego a ella y le doy un sonoro beso en la mejilla, puede parecer algo absurdo e infantil, pero a ella le gusta, dice que asi todo el mundo se entera de lo que siento por ella, que a estas alturas puedo decir que es mucho. En fin, a veces creo que me estoy convirtiendo en una monas. --Bueno--dice contenta--creo que estas suficientemente tranquila, ya podemos volver e ir al trabajo. --?Que quieres decir? --pregunto caminando a su lado. --Nada. Esto si que no, puede que llevemos poco tiempo de relacion o lo que sea que tenemos, si por poco entendemos casi seis meses durmiendo juntas al menos cuatro noches a la semana. La conozco lo suficiente como para saber cuando me esconde algo, porque Valeria nunca hace nada por hacer y yo soy gilipollas por no haber sospechado que no era normal que de repente un dia decida que hemos de salir a correr a las seis de la manana. !A las seis! --?Que pasa? --pregunto agarrando su brazo para que deje de caminar. Se pega a mi y muerde el lobulo de mi oreja provocandome una descarga que me sacude todo el cuerpo. --Queria que quemases un poco de energia, ya sabes que eso calma tu mala leche--confiesa mordiendo mi cuello esta vez. --Me relajo mas cuando me follas--aclaro con los brazos en jarras mientras la miro exigiendo una explicacion. --Cierto, pero si te follo ahora no tengo garantias de que te controles despues, en cambio, hay mas posibilidades de que te portes bien y te controles si sabes que despues tendras una recompensa si lo haces. --?En que se supone que me he de controlar? --pregunto alucinada. --En el trabajo. --?En el trabajo? ?Que ha pasado? --pregunto poniendome tensa. --Sandra tambien esta embarazada. --!?Que?! Pero bueno, ?que pasa en esta empresa? ?Es que todas se han puesto de acuerdo? No es que me importe que quieran ser madres o no, es que cada embarazo significa una baja que debo cubrir con alguien nuevo a quien se le tiene que ensenar todo para luego despedirlo. Es algo que me irrita una barbaridad, no puedo remediarlo, y no hace ni dos dias que me entere de que otra empleada tambien se ha quedado en estado. --Sandra podria haber tenido el detalle de esperar a que Isabel volviese de su baja, asi podria aprovechar al mismo sustituto para cubrir las dos bajas--reniego en voz alta echando a caminar. --?Ves como necesitabas quemar energia? Imaginate como te hubieses puesto si te enteras al llegar alli-- comenta como si le hubiese hecho un favor al mundo cansandome a las seis de la manana. --No me hubiese enfadado. Valeria alza las cejas y me mira de reojo. --Bueno, un poco si--admito haciendola reir--pero si me controlo y no le digo nada cuando me lo cuente tendre recompensa, ?no? --pregunto sintiendome infantil. --Por supuesto--contesta dandome un suave azote en el trasero--?quieres saber quien es el padre? --No, no quiero saber nada--respondo cortante. --Es Mario, el de recursos humanos. --?Que parte de no quiero saberlo es la que no comprendes? --pregunto exasperada. --Lo siento, es que me pones mucho cuando te enfadas--dice abrazandome y provocando que por poco nos demos un tortazo. Me entran ganas de preguntarle si es bipolar, me hace levantarme a horas que deberian estar prohibidas para aplacar mi mal humor y ahora me provoca porque resulta que le pone cachonda verme enfadada. --Espero que no follen en horas de trabajo--bufo cogiendola de la mano. --Tu lo haces...--suelta encogiendose de hombros. No tengo argumentos para defenderme ante semejante afirmacion, asi que guardo silencio y decido disfrutar lo que queda de paseo hasta mi casa. Capitulo 2 Menuda manana de mierda llevo, mas vale que Valeria cumpla su palabra y me recompense bien despues. Pero el dia siempre puede empeorar, porque parece que ha llegado el momento de que Sandra venga a darme la gran noticia y, cuando cruza la puerta del despacho tiene la cara descompuesta. De repente siento una punzada extrana de angustia al pensar que su incomodidad se deba ante el hecho de tener que comunicarme algo que deberia alegrarla, ?de verdad la intimido tanto? Me gusta que me respeten y mantener la distancia con mis trabajadores, pero no hasta el punto de que me teman. Soy una maldita zorra. Valeria me hace una sena con las cejas senalando a Sandra. En este tiempo tambien he aprendido a descifrar sus gestos y lo que me pide basicamente es que no sea una borde. --No te preocupes, Sandra, ya me he enterado de lo tuyo. Enhorabuena--digo lo mas amable que puedo. Valeria sonrie aprobando mi actuacion y yo lo hago interiormente porque esto aumenta mi recompensa de despues, pero Sandra me observa estupefacta y me hace sentir como si fuese alguien de otro planeta. Eso me irrita, ?cree que no puedo ser amable? --Gracias--explota de repente rompiendo a llorar. Yo miro a Valeria completamente desconcertada y ella se levanta y se acerca a mi mesa para sentarse al lado de Sandra. Durante la siguiente media hora asisto perpleja al culebron que rodea la vida de Sandra y al parecer de parte de la empresa. Resulta que la chica, que apenas tiene veinticinco anos, esta prometida con su novio de toda la vida y se van a casar dentro de tres meses. Hasta aqui todo seria normal si no fuese porque la mosquita muerta, se ha liado con Mario, que a su vez es el responsable tambien del embarazo de la otra empleada, Isabel. Valeria la consuela y le tiende una caja de panuelos mientras yo las observo sin pestanear. --Lo has hecho muy bien--aplaude Valeria cuando Sandra se marcha por fin. Tras eso, se dirige hacia la puerta y echa el pestillo que me vi obligada a instalar dado que no hay forma de detener nuestros encuentros calenturientos aqui dentro. Me habia propuesto comportarme y aguantar hasta llegar a mi casa, pero me resulta imposible, cuando Valeria me mira de cierto modo me deshago por dentro y no soy capaz de razonar. --Ven aqui--ordena situada junto a su mesa. Obedezco notando como mi corazon se acelera sin remedio y Valeria me besa acorralandome contra la mesa hasta que mi culo se encuentra con el borde. Una vez ahi, se coloca en medio de mis piernas y presiona con su muslo haciendome suspirar. --?Crees que deberia despedir a Mario? --le pregunto entre suspiros. Inmediatamente me cabreo conmigo misma por haberle preguntado. Tiempo atras hubiese tomado la decision sin pestanear y probablemente sin tener en cuenta las consecuencias, pero desde que estoy con ella su opinion me importa mas de lo que me gusta reconocer, porque es mas analitica que yo y menos impulsiva. Valeria me complementa, y me cabrea sentir que la necesito tanto. --No--responde a la vez que baja mis pantalones y mis bragas hasta los tobillos. --Se esta follando a media empresa--reniego cuando muerde mi sexo, inmediatamente despues me da una cachetada justo ahi y me dedica una mirada seria. --No es tu problema, ya son mayorcitas. --Las bajas las voy a pagar yo, y todas sus ausencias cuando los ninos tengan mocos y diarreas, tambien. --Ya me has cabreado, date la vuelta--ordena apartandose de mi. --?Que? --Ya me has oido. Joder, sigo sin poder creerme que algo asi pueda ponerme tan cachonda. Me giro apoyando las dos manos en la mesa y le ofrezco mi trasero a Valeria, quien alterna varios azotes que me desesperan entre masajes en mis nalgas y dedos que tantean la entrada de mi vagina hasta clavarse dentro de mi con fuerza. Ahogo un gemido cuando la noto hasta el fondo y Valeria agarra mi hombro con su otra mano para ayudarse a empujar. Me folla sin descanso haciendo que me muerda los labios para no gritar y, cuando estoy a punto de correrme, saca sus dedos de mi interior y me da otro cachete que resuena con fuerza y me provoca un escozor mezclado con deseo que hace palpitar mi sexo con desesperacion. Otro nuevo cachete en el mismo lado me hace tensarme y ahogar otro gemido, y entonces sus dedos vuelven a mi interior con la misma determinacion de antes, follandome sin descanso hasta que me corro y acabo con la cabeza apoyada sobre la mesa porque las piernas no me sostienen. Valeria arquea su cuerpo sobre el mio y besa mi nuca. --Me encanta follarte asi--confiesa dandome un beso. Si el aliento me lo permitiese le diria que a mi tambien, las dos sabemos a lo que se refiere, a follarme fuerte, de forma algo brusca y sin preliminares. Me pone tremendamente cachonda que lo haga, y a ella le encanta. Despues de una jornada que se me ha antojado interminable, por fin abandono el despacho seguida de Valeria. Mantenemos las formas delante del personal, jamas han presenciado una muestra de afecto entre ambas o una conversacion que no sea sobre trabajo, pero no son tontos y hay rumores sobre el hecho de que pasemos tanto tiempo juntas, Valeria me lo conto hace poco. Al principio me puse de muy mal humor, pero no puedo negar lo evidente y acordamos simplemente seguir como hasta ahora, con discrecion en cuanto a las muestras afectivas, aunque sin negarnos el hecho de poder entrar o salir juntas del edificio. --Hasta manana, Gabriel--le digo al conserje cuando me abre la puerta de salida. --Hasta manana, senora Miler. No hay manera de que no me llame asi pese a que Valeria lo intenta algunas veces, pero ya no me molesta tanto que lo haga, quiza porque el hombre vino a disculparse personalmente por el comportamiento del chorizo de su sobrino cuando no tenia por que hacerlo. Tras despedirse tambien de Valeria, las dos caminamos hasta el aparcamiento y nos montamos en mi coche. --?Te vienes a mi casa? --pregunto cogiendo su mano antes de arrancar el motor. --Si te apetece, si, pero antes pasa por la mia, llevo un par de dias sin ir y hay que ventilar y ver que esta todo en orden. --De acuerdo. Esto se esta convirtiendo en algo muy habitual ultimamente, Valeria pasa mas tiempo en mi casa que en la suya y solemos hacer visitas como esta para comprobar que todo esta bien en su apartamento. Al principio yo la esperaba en el coche, pero poco a poco fui sintiendo la necesidad de conocerla de una manera mas profunda, de saber como vive y lo que le gusta, y ahora ya no le pregunto o espero a que me invite, simplemente bajo del coche y entro con ella.--Te va a explotar el buzon--comento cuando veo que pasa de largo para dirigirse al ascensor. --Mierda, siempre se me olvida--dice volviendo sobre sus pasos. Lo abre y extrae un buen fajo de cartas que me entrega mientras se dispone a cerrarlo. --?Puedes separar la publicidad de las cartas importantes mientras yo abro las ventanas? --me pide en cuanto entramos en su apartamento. Dejo mi bolso sobre una silla y me siento en otra para hacer lo que me pide, contenta de poder ayudarla. Resoplo al ver la cantidad de publicidad que hay, yo tengo un cartelito en el buzon donde pone expresamente que no quiero publicidad y, aun asi, me la dejan los muy desgraciados, es algo que no soporto. Sigo separando las cartas hasta que una de ellas me llama la atencion, no es que este leyendo ni cotilleando su correo, pero un sobre negro con un discreto logotipo dorado en la esquina inferior derecha con el nombre de Valeria escrito en el centro en letra dorada y caligrafica, pues no se, no es muy comun. Todavia lo tengo en la mano cuando la veo aparecer. --Perdona, es que es un poco hipnotizante--me excuso algo azorada al sentirme pillada. Lo pongo encima de la pila de cartas cuyo contenido puede ser importante y se lo entrego. Valeria acepta el paquete con una sonrisa divertida, coge el sobre negro y deja todo lo demas sobre la mesa. --?Quieres saber que es? --pregunta alzandolo frente a mi. Dios mio, me siento como un perro cuando su amo le muestra una chuche, de repente siento una curiosidad desmedida por conocer el contenido del maldito sobre.

  • La mas bella de las mujeres de Patricia P. Guerola

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    Elisabeth nunca imagino que un fugaz desliz pudiera amargarle tanto la existencia.
    Porque, cuando para alguien ser companeros no es suficiente…, todo lo complica.
    Hasta que un dia, alguien inesperado y sumamente atrayente aparece para endulzarsela…, demasiado…
    Pero…, ?y si este fuera el verdadero problema?
    ?Hasta donde seria capaz de aguantar una persona por amor?
    Y, lo peor de todo, intuyendo que se esta poniendo en peligro…
    Amores no correspondidos. Sexo. Promesas. Pasion.
    Apariciones que marcaran un antes y un despues.
    ?Creer o no creer?
    Cuando la realidad parece ficcion…
    Cuando nada es lo que parece…

  • Solo tu me conoces de David Levithan , Nina Lacour

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    ?Quien te conoce realmente? ?Tu mejor amigo? ?Tu novio o tu novia? ?O un desconocido con quien te has cruzado en una noche loca? ?O nadie, en realidad?
    Mark y Katie, de 16 anos, se conocen en una discoteca gay durante la Semana del Orgullo Gay en San Francisco. Mark acaba de ser abandonado por Ryan, de quien esta enamorado, y Katie le da planton a Violet por miedo escenico. Compartiendo sus dilemas sentimentales, la fuerza de la amistad les unira y acabaran conociendose como nadie: porque un amigo puede ser el gran amor de tu vida

  • Pura vida de Patrick Deville

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    En el centro de este libro esta la figura de William Walker, personaje desmesurado, casi inverosimil, pero real. Un aventurero y filibustero nacido en Nashville, marcado por la muerte de su amada y fascinado por los poemas de Byron, que en el siglo XIX partio a la conquista de Sonora -y llego a fundar una Republica de Sonora que acabo en fracaso- y despues llego a Nicaragua con un grupo de hombres armados y consiguio presidir el pais durante un breve periodo para mas tarde, con solo treinta y seis anos, enfrentarse a un peloton de fusilamiento en Honduras.
    Sobre este personaje <>, al que el New York Tribune llamo en su dia <>, escribe el narrador de la novela desde un hotel de Managua. Y a traves de sus evocaciones, pesquisas, recorridos y encuentros emergen conquistadores, libertadores, dictadores y revolucionarios, figuras como Gonzalo Fernandez Oviedo, Bolivar, Francisco Morazan, Narciso Lopez, Antonio de la Guardia, el Che y su sombra -el agente doble Che .50, una figura digna de una pelicula de James Bond-, Ernesto Cardenal, Sergio Ramirez…
    He aqui una novela total, abierta, poliedrica, laberintica, que se ramifica en mil historias y dibuja, a partir de la indagacion en un personaje historico disparatado, un collage de imagenes, un puzle de situaciones que dan como resultado una estimulante y panoramica mirada sobre la convulsa historia de America Latina, forjada sobre utopias y violencia. Pura vida es una narracion envolvente, erudita y agil con la que Patrick Deville inicio un ambicioso ciclo novelistico que recrea la historia a partir de personajes reales arrastrados por la aventura y el ideal, y del que forman parte las tambien deslumbrantes

  • Mas alla del arbol de E. Pasport

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    ?Que habia mas alla de aquel arbol milenario? ?Quien era aquel desconocido que acababa de desaparecer ante sus ojos como por arte de magia? Danae no estaba preparada para todo lo que iba a descubrir aquella noche. Sin embargo, llevaba demasiado tiempo rodeada de secretos. Necesitaba respuestas. ?Cuales eran sus verdaderos origenes? ?Por que sus padres se habian divorciado diez anos atras? ?Que ocultaba su hermana?
    Pronto descubrira que a veces es mejor dejar enterrado el pasado y que existen peligros de los que es imposible escapar.
    Dos dimensiones paralelas. Viajes en el tiempo. Un oscuro secreto. Dos hombres completamente opuestos. Una historia de amor y aventura a caballo entre dos mundos.

  • Rosas al anochecer de Cristina Font Briones

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    Los cuerpos congelados de Sofia Duarte y Daniel Saez son hallados aun con vida a unos kilometros de la localidad de Javea. La noticia causa incertidumbre sobre el extrano suceso acaecido a dos personas que, en apariencia, no se conocen de nada.Un mes antes, sus caminos se cruzaron en Valencia y surgio entre ellos una fuerte e inusual atraccion.

  • Doble Tentacion de Liah S. Queipo

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    ?La virginidad crece? Es la pregunta que me hago desde que mi vida sexual se ha convertido en poco activa, bueno, mas bien nula. Hasta ahora me conformaba con los suenos (!Que suenos!), eran tan reales que me despertaba besando mi ya conocida almohada. Y justo cuando creia que mi vida sexual se quedaria en la estrecha rela cion que habiamos formado mis babas y yo...me encuentro con un chico guapo (un Dios), simpatico y educado (muy educado) que te promete amor y flores, para despues aparecer en su version cretino (tipico rompebragas ) que te promete sexo de infarto y despues puerta. !Y se queda tan pancho! !Viva la bipolaridad! Firmado : Sara PD. Saludos de mi almohada.

  • Flores amarillas de Erica Vera

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    Una historia de amor y pasion, de encuentros y desencuentros, de decisiones… de flores amarillas.

  • La quinta victima de Lucila Castro Diaz

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    A veces no hace falta dormir para sufrir de pesadillas, Mateo es un joven periodista que se obsesiona con capturar a un famoso asesino en serie. Cuando aparece el cadaver de la quinta victima, Mateo comienza a sufrir visiones y pesadillas en las que puede ver con los ojos del asesino. Por azar del destino su vida se entrelaza con la de Angela, una mujer que padece de psicosis, con una familia muy poco normal.

  • Distrito 1012 de Mary Ferre

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    Era nuestra prioridad. Era la duena. Era quien gobernaba nuestras vidas hasta que su descontrol conquisto lo poco que conservaba de su racionalidad. Nos replanteamos su presente como un acto natural con el que convivimos duramente, hemos atravesado etapas buenas y etapas malas en las que la reina jugo con nuestros sentimientos, y luchamos contra una persona humana que nunca lo fue porque una parte de ella murio en el pasado.

  • Aunque no lo sepas de Gema Samaro

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    Max regresa a Madrid despues de una larga estancia en Londres, con un divorcio a sus espaldas, una nueva aventura empresarial y un sobrino rebelde, Coque, al que su tia Florencia le ha encargado la mision de centrarle.
    Max acepta la mision, pero con pinzas porque no piensa meter a Coque en su casa, sino en el atico de enfrente que tiene alquilado a Blanca, cuyo contrato esta proximo a vencer.
    Blanca no esta dispuesta a dejar la casa por nada del mundo, es el lugar donde mas se inspira para su trabajo y donde parasita desde hace meses Ben, su profesor de yoga, que esta a punto de caer a sus pies.
    O eso cree y por eso le propone a su casero que Coque se vaya a vivir con ellos.
    A Max le parece un disparate que su sobrino conviva en el caos de Blanca, pero fue la primera mujer que le rechazo, cuando tenia siete anos y esas cosas no se olvidan.
    La venganza se sirve en plato frio y Max piensa disfrutarlo con palomitas y prismaticos, desde el atico de enfrente donde disfruta de su orden, de su paz y de su armonia.
    Por un rato... porque Coque no para de liarla parda y Blanca es demasiada Blanca...

  • Escrito en las estrellas (Sol y luna 2), Isabel Keats de Isabel Keats

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  • Servicio incompleto de Nina Minina

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    Podriamos resumir en unas pocas lineas con mas o menos gracia de que va esta historia, el problema es que aun no lo tenemos demasiado claro.

  • Desde mi piel de Maria Moreno

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    Cuando me desperte me dolia terriblemente la cabeza y quise llevarme las manos a las sienes. Entonces me di cuenta de que estaba atada a la cama. Abri los ojos y mire a mi alrededor prestando toda la atencion que era capaz de prestar. Estaba aturdida y no veia con claridad, mi alrededor se presentaba borroso ante mi. Todo parecia muy blanco, muy limpio, y percibi el olor aseptico de los hospitales. No sabia que habia pasado o que estaba haciendo en este lugar. Entre imagenes que mi memoria se empenaba en traer a mi mente, olores que no podia identificar y un miedo atroz que no sabia de donde procedia, mi nombre aparecio de repente: "Miriam. Soy Miriam", me repeti mentalmente como si el mero hecho de recordar como me llamo fuera un triunfo Me llamo Miriam Santa Cruz y hoy he recibido un regalo que he estado pidiendo desde el mismo dia en que abri los ojos en este lugar: un cuaderno y un boligrafo. Parece ser que la doctora C ya no considera un peligro un simple boligrafo. En realidad nunca lo ha sido. Lo unico que queria era ordenar todo lo que va apareciendo en mi mente. Al principio eran imagenes sueltas que no significaban nada para mi, pero ahora son piezas del puzle que es mi vida que me quieren contar la historia de como he llegado hasta aqui. Cuando abri los ojos en un entorno tan blanco y tan limpio senti el inmenso alivio de haber conseguido lo que queria: por fin habia muerto. Eso era lo que pretendia aquella tarde en que me corte las venas y me meti en la banera para entregarme lentamente a mi destino. Y fue tan dulce el vaiven del agua carmesi contra mi fragil cuerpo, proporcionandome la paz que tanto habia ansiado, que este lugar inmaculado no podia ser otra cosa sino el final del camino. Por unos instantes pense que mis hijos aparecerian en algun rincon y los busque...los busque con los ojos y con el corazon, pero no estaban. Y me invadio una tristeza de otro mundo al recordar que ya habia despertado en lugares similares en otras muchas ocasiones, entumecida, dolorida, sedienta, con los ojos cerrados por la hinchazon de tal forma que no podia ver con claridad donde estaba y presa de un dolor fisico que se me antoja ahora mas leve que este sentimiento tan profundo que se ha aduenado de mi. El dolor fisico puede paliarse. El dolor del alma no. Me volvi a dormir sin querer. No podia mantenerme despierta, casi no podia ni fijar la vista. Ademas, durmiendo recuperaba la fantasia de que estaba muerta porque era un sueno sin suenos, un sueno en paz provocado por la medicacion, la misma medicacion que callaba las voces de mi cabeza que me decian que mis hijos me esperaban en algun lugar. La siguiente vez que recuerdo haber despertado vi a una mujer vestida con una bata blanca que me miraba. No la distinguia muy bien porque no podia enfocarla, pero recuerdo que me dijo: -No te preocupes. La vision borrosa y la somnolencia son efectos secundarios de la medicacion que iran desapareciendo poco a poco. Su voz tambien desaparecio lentamente en mis oidos, como en tantas ocasiones en que no pude despertar del todo. Hasta que un dia o una noche, por fin logre mantenerme despierta. Recuerdo que entro una mujer con una bata blanca que no reconoci como la que habia hablado conmigo en otras ocasiones hasta que oi su voz al preguntarme: -?Como te encuentras? Entonces me di cuenta de que jamas olvidaria esa voz porque me recordaba a la de mi madre. Hay voces que son eternas, que sobreviven mas alla del tiempo y la muerte y en aquel momento llegue a pensar que era a mi madre a la que estaba escuchando. La mire fijamente unos instantes. Era alta, de complexion media y con el pelo rizado por encima del hombro. Debia tener unos cincuenta. Esta vez se acerco a mi y me toco suavemente el brazo donde tenia las vias para el suero y la medicacion, en un intento de transmitirme su apoyo. Por fin me volvio a hablar y yo pude comprobar que esta voz que me era tan familiar iba acompanada de un rostro que no recordaba haber visto en mi vida. -?Como te encuentras? ?Puedes verme bien? ?Sabes donde estas? Y juro por lo mas sagrado que queria hablar aunque solo fuera para decirle que la razon por la que estoy aqui es porque fui lo bastante idiota como para no cerrar con pestillo la puerta del cuarto de bano cuando decidi que no podia aguantar tanto dolor. Sin embargo, las palabras se perdian en el camino a mis labios, agolpandose en mi garganta luchando por salir. Aquella vez no lo consiguieron. Lo que si salio fueron mis lagrimas a borbotones, que quemaban al recorrer mi rostro. Me dolian los ojos y cuando el liquido salado alcanzo mis labios, me escocieron terriblemente. Pasado un tiempo descubri que llevaba sedada dos semanas seguidas desde el dia en que, antes de que me ataran a la cama, intente saltar por la ventana una vez y acabar con mi vida a golpes contra la pared en otra ocasion, llegando incluso a mancharla de sangre. No fue mi unico intento de acabar lo que habia empezado aquella tarde en mi banera, al parecer tenia una gran habilidad para darme cabezazos con las paredes o usar cualquier instrumento que las enfermeras trajeran a mi habitacion para autolesionarme, nunca a los demas, solo a mi. Yo solo queria morir... y no me dejaban. Y por eso seguia atada. La doctora C creia que habia que esperar a que dejara de autolesionarme antes de pensar en soltarme las manos. Tambien los pies los tenia atados por seguridad. Una enfermera salio al pasillo a avisar al medico mientras yo descubria que en esta habitacion no habia ventanas. Por eso habia perdido por completo la nocion del tiempo. Por eso este cuarto era tan horriblemente blanco y brillante de dia y tan descorazonadoramente negro por la noche. Por eso y por los sedantes, supongo. Por desgracia, a partir de aquel momento empece a pasar mas tiempo despierta que dormida. No me gustaba la habitacion. Me recordaba a una despensa o al temido cuarto de las ratas donde las monjas del colegio amenazaban con encerrarnos si nos portabamos mal. A lo mejor era el infierno... o el purgatorio. Mire a mi alrededor. Nada. Ni cuadros, ni sillas. Nada. Solo la cama en que permanecia postrada y el suero que me mantenia con vida. En algun momento, supongo que por la manana o a medio dia, aparecio una enfermera en la habitacion y me dijo que me iba a liberar de algunas cosas entre las que no se encontraban mis ataduras. Era una mujer ya mayor, muy delgada, pequena y arrugada como una pasa. Recuerdo que tenia los ojos y los dientes pequenos. Nunca me gustaron las personas con ojos y dientes pequenos. De pequena se me antojaban duendes malos y supongo que nunca lo supere. Me quito la aguja que llevaba el suero a mis venas y luego la sonda. Casi me regano cuando me dijo: -Ya esta bien, bella durmiente. Si quieres hacer pis tendras que levantarte. Tuve la impresion de que estaba enfadada conmigo, pero no se me ocurria por que pues no recordaba ni haberla visto antes. -Quiero que quede clara una cosa- me dijo mientras enredaba alrededor de la cama- Te vamos a dar manzanilla y yogur para ver como toleras las alimentacion. ?Puedes negarte? Puedes. Entonces volvere con una sonda naso-gastrica y a eso si que no te podras negar. ?Esta claro? La presencia de esta mujer pequena y chillona me intimidaba enormemente. Salio de la habitacion y unos minutos despues aparecio la doctora que me era familiar. Traia consigo una silla plegable que abrio y coloco junto a mi cama antes de sentarse. -Hola - me dijo intentando aparentar indiferencia - Me alegra verte despierta. Quiero hablar contigo sobre algo muy importante. Quiero quitarte las ligaduras que te tienen sujeta a la cama, pero para eso necesito tu colaboracion. Mi mirada bajo instintivamente hasta las ligaduras de mis manos y subio para volver a encontrarse con los ojos de la doctora: -Necesito saber que no te vas a intentar hacer dano. ?Puedo confiar en ti? Parpadee. No sabia que decir. No sabia que queria decir con aquello. Imagine que debia haber hecho algo terrible para que todos en este lugar estuvieran enfadados conmigo y no confiaran en mi, pero no lo recordaba. -Fijate en tus munecas. Baje de nuevo los ojos hasta ellas. -Despues de tres semanas aun estan vendadas. ?Te digo por que? Porque la primera vez que te libere las manos, apenas sali por la puerta, te quitaste las vendas y te arrancaste los puntos a bocados. Una vaga imagen de sangre corriendo por mis brazos parecia querer confirmar que lo que esta mujer estaba diciendo era cierto. No dije nada. Simplemente segui mirandola a los ojos esperando mas instrucciones, o algun otro comentario. La doctora se acerco a mi y empezo a desatarme la mano derecha, que era la que le quedaba mas cerca. No parecia tener miedo de que la atacara, porque en lugar de rodear la cama para soltarme la otra mano, lo hizo desde donde estaba, colocando su cuerpo muy cerca del mio. Se retiro un poco, pero no volvio a sentarse. Supongo que queria observar mi reaccion. No hice nada extraordinario, con una mano me cogi una muneca y luego repeti el mismo gesto con la otra. Hice el ademan de apartarme el pelo del hombro, por pura costumbre y descubri que mi melena rojiza no caia sobre mis hombros. Mi mirada interrogante se clavo en los ojos de mi interlocutora: -Lo siento. No nos quedo mas remedio que cortarte el pelo. Has estado demasiado tiempo en la cama. Es una medida puramente higienica. Volvi a mirarme las manos, esta vez los dedos y las unas. Estaban inmaculadas, blancas y aterciopeladas. Mientras tanto, la doctora liberaba tambien mis pies. -Ya esta. Si todo sigue bien hoy tomaras algo suave y te sentaras un rato en la cama. No quiero que te marees cuando te levantes. Yo seguia mirandome las manos. Tenia la extrana sensacion de que eran de otra persona, como si no las recordara asi.

  • Cartas a mi amor imposible de Luna Duenas

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    Una preciosa historia de amor, realista y humana, en la que una chica se vera atrapada en medio de la presion social por cumplir unas expectativas y entre dos amores que marcaran su vida para siempre.

  • Los origenes de la creatividad de Edward O. Wilson

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    Los origenes de la creatividad aborda la cuestion de como esta expresion humana unica, tan fundamental para nuestra identidad como individuos y como especie surgio y se manifesto a lo largo de la historia.

  • La ciudad silenciosa de Jose Luis Caballero

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    ?Que ocurriria si un dia, de forma inexplicable, toda la poblacion del planeta quedara atrapada en edificios y espacios cerrados, incapaz de salir al exterior?

  • Confesiones de Laura Barcali

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    Lorena es una mujer que huye hasta Zamora para esconderse de un marido posesivo y abusador. Pedira ayuda a su padre, bedel de un colegio catolico, y empezara una nueva vida desde cero escondida en el centro religioso.

  • La decadencia de la mentira de Oscar Wilde

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    La decadencia de la mentira (1898) no es solo uno de los dialogos de mayor alcance teorico de Oscar Wilde, sino que representa su manifiesto antinaturalista y una contribucion tan notable como polemica, aun hoy, al debate sobre el valor del arte. Para Wilde, cuando se exige al arte que renuncie a la bellezala mas elevada aspiracion humanaen pos de la verdad, se sacrifica una de las capacidades mas extraordinarias del ser humano: la de transformar la realidad. Crear significa urdir maravillosas mentiras para convertir el mundo en un lugar digno de nuestro asombro. Y cuando el Arte consigue liberarse de las cadenas del realismo, no solo no imita a la Naturaleza ni a la Vida, sino que se convierte en el modelo de ambas.

  • Simplemente un error de Colette Green

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    Un grupo de jovenes esta en la edad donde las hormonas y la posiciones mas primitivas comienzan a ser parte del drama de la vida.
    se testigo de sus historias y contagiate de sus deseos.

  • Catrina de Mad Cin

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    Las vacaciones de Daniela terminan con la perdida del vuelo de regreso a casa y el control de su minuciosamente planificada vida.

  • Amor de segunda de Pilar Parralejo

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    Hacia apenas media hora que habia llegado del trabajo y, estaba en medio de una ducha reparadora cuando escucho los gritos de su padre mezclarse con el llanto de su madre en el salon. De repente una decena de motivos le cruzaron la mente. ?Su hermano? ?Una mala noticia por telefono? ?Habian despedido a su padre? Sin dudarlo estiro el brazo y descolgo la enorme toalla amarilla para secarse e ir a ver. Corrio descalza por el pasillo hasta el salon y se quedo helada al ver a sus progenitores de rodillas en el suelo, ante un perfecto desconocido con gafas, que iba acompanado de una joven de unos dieciocho o diecinueve anos, ambos muy elegantes y bien arreglados. --Castiganos a nosotros --suplicaba el padre con los ojos llenos de lagrimas. Liam, su hermano, no decia nada. Miraba la escena como si el no tuviera nada que ver con ninguno de ellos, aun asi parecia tenso y su rostro lucia un tanto mas palido que de costumbre. --?Que pasa? --Pregunto Katherine mirando a su hermano, a sus padres y por ultimo a los desconocidos que estaban en pie frente a ellos. --Kate, hija, ve a tu cuarto --pidio la madre completamente angustiada. El desconocido la miro como si estuviera jugando y devolvio la atencion a sus padres. --Ese es el precio. Quiero una respuesta para manana --exigio, a lo que la mujer se inclino hacia adelante y arranco a llorar escandalosamente con la cara casi pegada al suelo. Katherine se acerco a la pareja y se coloco frente al hombre, mirando hacia arriba porque era bastante mas alto. No debia ser mucho mayor que ella, si es que lo era. Sus ojos verde oscuro parecian atravesarla a traves de los cristales de sus gafas, aunque no daba la sensacion de haber sentimientos negativos en su mirada. --?Que respuesta? --inquirio ella. Su padre empezo a rogar a voz en grito, asustandola. Por un momento penso que ese hombre era un mafioso, un acreedor o algo por el estilo--. ?Que respuesta? --Repitio. Su voz no sono tan firme esta vez. --Senorita Mason, supongo que no sabes los secretitos de tu hermano. --Pero Brant, estoy bien… --interrumpio la muchacha de expresion dulce y bonita voz que acompanaba a ese hombre. --Samantha casi te mueres por culpa de ese… --se contuvo, apretando los dientes, antes de insultarlo gratuitamente--, !por dios, no digas que estas bien! --Kate, tuvo que buscar donde apoyarse al escuchar eso, y su cabeza empezo nuevamente a divagar por si sola, imaginando escenas en las que su hermano atacaba a esa nina de mil y una formas distintas--. Tu hermanito engano a mi hermana y le vendio drogas sin decirle como consumirlas. Esa noche fue a casa la policia para informarnos de que Sam estaba muy grave en el hospital. Le he estado investigando y se que es mayor de edad y que ademas, si le denuncio, ira a prision una muy buena temporada por lo que hizo. Y sabemos lo que puede pasarle si va alguien tan joven. --El matrimonio Mason lloraba desconsoladamente mientras la muchacha tiraba de la manga de la americana de su hermano--. El precio es muy facil de pagar. Te casaras conmigo a cambio de la libertad de tu hermano --Kate palidecio. Sentia una mezcla de consternacion e incredulidad. --?Se trata de una broma? --Pregunto con un hilo de voz. --Kate, ve a tu cuarto --grito el padre, alzando la voz mas que nunca. --Con ellos no se puede dialogar sin que se pongan a gritar o a llorar --dijo Brant con un tono frio y distante--. Esta es mi tarjeta por si quieres anular la cita. Sino, manana te espero a las siete en el restaurante japones Raisu. Sin anadir una sola palabra mas, la pareja de desconocidos se dio la vuelta y se marcharon, dejando a la familia Mason en el salon de su casa completamente destrozados. Sin decir nada, Kate se giro y camino por el pasillo hasta su habitacion. Ese extrano le habia contado lo ocurrido y Liam no lo habia desmentido, aun asi no entendia nada, ?por que demonios tenia que casarse ella con ese hombre por algo que habia hecho su hermano? La tarjeta que ese tipo le habia dado aun estaba entre sus dedos y la miro como si pudiera encontrar en ella alguna respuesta. --Brant Lennox --musito al leer el nombre--, abogado de L&A. Se dejo caer contra la cama antes de darse cuenta de que aun iba envuelta en la toalla. Justo cuando termino de ponerse el pijama sus padres pasaron al dormitorio, sentandose uno al lado del otro en el borde del colchon. Unos segundos despues entraba su hermano, apoyandose en el marco de la puerta. --Ese hombre es abogado… --Santo cielo… --Emerald, la madre, empezo a llorar nuevamente--. ?Que vamos a hacer? Liam ira a la carcel y si ese joven es abogado, sabra como pedir la mayor condena… Tu hermano tiene antecedentes… --No tienes que hacer esto, hermanita --hablo por primera vez el muchacho--. Ire a su casa y me disculpare. Antes de hacerlo ella iba muy borracha, ni siquiera se habria enterado de la dosis aunque se lo hubiera repetido. --?Hacerlo? --Grito el padre--. ?Hacerlo? --Repitio mas fuerte esta vez, lanzando a su hijo la toalla que Kate habia dejado a los pies de la cama--. Maldito sinverguenza. Eres un miserable nino problematico. Tuvimos que pagar una fortuna por ti hace un ano por tus drogas, y ahora esto… !Vete! Te quiero fuera de mi casa ahora mismo. Arreglatelas tu solo con tus problemas. --John, respira. Este no es momento para echarlo. Vamos a aclarar este asunto primero. Kate solo miraba la escena sin poder actuar. Temia que esa chica hubiera sido forzada por su hermano y que luego hubiera sido el quien le hubiera dado esas drogas para que no recordase nada y no pudiera acusarle. Conocia las amistades toxicas de su hermano, y sabia que, aunque el no era malo, cuando iba bebido accedia a cualquier cosa que sus amigos sugirieran, incluso hacerle eso a una chica de aspecto delicado como Samantha. Se llevo las manos a la cara mientras suspiraba. ?Como un dia tan bueno derivaba en una tarde tan espantosa? --?Que haremos? --pregunto firme, apoyando el trasero en el espejo de la puerta de su armario. --Cualquier cosa, ya encontraremos la solucion. Pero casarte con ese hombre no, eso esta claro --dijo la madre. --Si no lo hacemos asi, ese abogado… --?Sabeis? Es temprano pero necesito descansar. Asi que, ?por que no salis para que pueda dormir un poco? Pensaremos en esto manana por la manana, antes de que me vaya a la tienda. Cuando el padre paso al lado de Liam le dio un golpe en la espalda, indicandole que saliera del cuarto de su hermana, pero este entro en la habitacion y cerro la puerta para, acto seguido sentarse en el lugar en el que habian estado sus padres. La miro mordiendo el piercing de su labio inferior con nerviosismo. --Si te casas con ese tio te hara lo que yo le hice a su hermana. --?Y que le hiciste exactamente? --pregunto con tono monotono, deseando que no le dijera lo que habia estado imaginando un rato antes. --No la viole, si es lo que crees --aclaro Liam de inmediato--. Tal vez no fui lo suave que una virgen hubiera querido. Y a lo mejor le hice dano. No lo se. Pero no la viole --Katherine suspiro cubriendose los ojos con una mano--. Llevabamos tonteando toda la noche y cuando las amigas de Sam se fueron con mis amigos la invite a unas copas. Luego la convenci para que fueramos al coche del hermano de Tim. Ella iba borracha y yo tambien… Simplemente paso. Las drogas no se las vendi, ella las saco de mi bolsillo antes de ponerme los pantalones. Y antes de que pudiera decirle que no tomase mas de una se llevo a la boca unas cuantas pastillas. Cuando se desmayo me asuste, y sin saber que hacer con ella la dejamos en la puerta del hospital. --Eso es lo mas horrible que he oido nunca. Brant tiene razon con querer meterte en la carcel, maldita sea. Esa chica podria haber muerto por tu inconsciencia. --?Entonces? El padre habia estado escuchando tras la puerta e irrumpio en el dormitorio, dando manotazos a su hijo, en la cabeza, en la espalda, en los brazos… Aquello no era lo que le habian ensenado de pequeno, aquel no era un comportamiento digno de una persona normal, y esa actitud enfermiza iba a arrastrarlos a todos a un pozo negro de verguenza y falto de moralidad. Kate detuvo las manos de su padre y dio un toque con el pie a su hermano para que saliera de la habitacion. --?Que dijo exactamente ese hombre para que tuviera que casarme con el? --Que si enviaba a tu hermano a la carcel los convictos lo liquidarian en menos de una semana por lo que le hizo a su hermana y que tu eras su mejor baza para vengarse de el. --Manana me reunire con ese abogado para hablar sobre sus requisitos. --Hija no… --Ya no tengo quince anos, papa. Puedo valerme por mi misma y pararle los pies a ese tipo si quiere propasarse. Solo hablaremos, tratare de arreglar este asunto como pueda. Padre e hija se fundieron en un abrazo fraternal antes de que el hombre le diera un beso en la frente y saliese del dormitorio para dejarla a solas. DOS Paso la noche con los ojos como platos, manoseando sin para la tarjeta del abogado, debatiendose si llamarle o no hacerlo, si asistir o no a su cita con el y pensando continuamente que iba a ser de su vida si se le ocurria aceptar semejante trato. ?Casarse con el porque su hermano abusase de esa chica? Debia tratarse de una broma, una oscura y retorcida broma. Katherine estaba enamorada, y era asi desde los trece anos, cuando conocio a Devon McDeal. Habian salido durante anos antes de que le ascendieran a director de marketing de una importante empresa de cosmeticos y tuviera que irse una temporada a Londres. Entonces dejaron su relacion en standby con la promesa de retomarla cuando el regresase un par de anos despues, periodo de tiempo que aun no se habia cumplido. Ese era el principal motivo por el que no tenia deseos de aceptar el castigo en nombre de su hermano. Cuando amanecio se alegro de que fuera sabado y tener ese fin de semana libre, asi que no tenia que ir a trabajar. Le encantaba ser dependienta de una papeleria, adoraba el material escolar, y disfrutaba vendiendo boligrafos, libretas o cuadernos de caligrafia, pero esa manana no tenia animos mas que para terminar con todo ese asunto y descansar. Se estiro sobre la cama antes de levantarse y fijo la mirada en la tarjeta de Brant. Soplo, tratando de que el aire se llevase tambien su frustracion, pero parecia algo dificil de lograr. Al acercarse la hora acordada rebusco en su armario que ponerse. Era un perfecto desconocido, aun asi debia presentarse decente, con algo que pudiera pasar por desenfadado pero a su vez fuera acorde a la situacion. Nunca tuvo que vestir de traje ni con nada parecido, desde que salio de la universidad hacia un ano, habia empezado a trabajar en una de las papelerias mas grandes e importantes de la ciudad, y en su trabajo no era necesario un atuendo mas formal que el suyo habitual, asi que saco uno de sus vaqueros ajustados de siempre, una camisa blanca de algodon y unos zapatos de tacon amarillos que conjuntaria con un cinturon fino del mismo color. Peino su larga y ondulada melena de color chocolate y metio en el bolso su movil y sus llaves antes de salir. Se fue antes de que sus padres llegasen del trabajo, asi que no tuvo que escuchar nuevamente sus lamentos por lo que iba a hacer. Nunca habia estado en esa parte de la ciudad, a pesar de haber vivido alli toda su vida, asi que tampoco conocia ese restaurante, cuyas mesas bajas obligaban a los comensales a comer sentados en el suelo. Entro ignorando al hombre del atril y se adentro en busca del abogado, que estaba sentado, solo y al lado de las puertas de madera que separaban el salon de un jardin de estilo japones que habia detras. Sin siquiera saludarle, se sento frente a el, escudrinandolo con la mirada. Iba perfectamente arreglado, muy elegante, pero su rostro era serio e inescrutable. --Asi que has venido… --He venido. Pero no voy a aceptar alegremente casarme con un desconocido a menos que los motivos tengan la suficiente fuerza. --?Fuerza? --Pregunto con el ceno fruncido--. ?Te parece poco fuerte que tu hermano emborrachase a mi hermana, abusase de ella y que luego para colmo le vendiera drogas? --No se las vendio. --Asi que estas enterada. Lo que seguro que no sabes es que mi hermana, que solo tiene diecinueve anos, quedo embarazada despues de esa noche. Estando en coma, y de tres semanas, tuvieron que hacerla abortar porque ese bebe estaba absorbiendole la vida y hacia peligrar seriamente su recuperacion. --Katherine se llevo las manos a la boca completamente sobrecogida --. Mira, no me gustas, no estoy enamorado de ti, no te conozco ni quiero hacerlo, pero…

  • Bellini de Anna Casanovas

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    Hacia un ano que Daniel Liveux dirigia la orquesta del Liceo de Barcelona y podia afirmar que profesionalmente habia sido la mejor decision de su vida, en lo personal no estaba tan seguro. Cambiar Paris por Barcelona le habia resultado muy facil, de Francia echaba de menos a sus mejores amigos y las comodidades de su casa, y tambien esa sensacion de tranquilidad que conlleva estar en el lugar donde has nacido y crecido. Pero no echaba de menos la condescendencia de la prensa y los paparazzi que en Paris lo seguian a todas partes. En Espana la maxima <> se llevaba a rajatabla y Daniel, si quisiera, podria salir a la calle medio desnudo sin que ninguno de sus vecinos se inmutase. En Francia seguian hablando de el, pero ahora solo aparecia en la prensa rosa muy de vez en cuando y probablemente lo sacaban para rellenar un hueco. Sin embargo, la prensa musical especializada y los circulos intelectuales que orbitaban alrededor de la Opera de Paris estaban pendientes de todas y cada una de sus apariciones en el Liceo espanol y las aplaudian con entusiasmo. Era como si ahora que ya no estaba alli, en Francia, lo hubiesen descubierto. Daniel sentia que por fin se estaba quitando de encima la etiqueta de nino mimado que le habian colgado esos mismos criticos musicales que ahora tanto lo adoraban cuando fue elegido director de la orquesta de Paris. En los articulos que recortaba y guardaba (aunque nunca lo reconoceria) ya no aparecia la coletilla <> ni mencionaban sus fiestas o sus amantes en medio de una resena de una opera. Por fin era solo Daniel Liveux, musico, compositor, director de orquesta. Para un hombre que con diecinueve anos gano un Cesar por la banda sonora de la pelicula mas taquillera en la historia del cine frances y que a los veintitres tenia ya seis Grammys, el respeto de la prensa de su pais era el santo grial, y por fin lo tenia. Y le importaba una mierda. La manana que leyo en Le Figaro una critica donde calificaban su batuta de magistral y se dio cuenta de que no sentia ninguna emocion, que no le subia por la espalda ningun cosquilleo o que no sonreia orgulloso de si mismo, Daniel se asusto. La apatia le dejo helado, la mano con la que sujetaba el periodico temblo, era la que mas utilizaba para dirigir la orquesta, y flexiono los dedos hasta arrugar las hojas de papel. El no podia no sentir nada. Imposible. El se ganaba la vida dejandose llevar por la pasion, sucumbiendo siempre a los instintos mas basicos, escuchando atentamente cualquier capricho o peticion de sus sentidos. Daniel no podia <> y, sin embargo, eso fue lo que paso esa manana. Daniel no tenia por costumbre dedicarle demasiado tiempo a la introspeccion, asi que se dijo que debia de estar resfriado, se tomo un cafe como a el le gustaba y salio a correr por la playa. El atico que tenia alquilado estaba frente al mar, en un exclusivo edificio de la zona olimpica de Barcelona, y a su alrededor se encontraban algunos de los hoteles mas caros de la ciudad. Siempre que corria por alli atraia el interes de alguna que otra turista. No solia hacerles caso, para Daniel correr era casi tan sagrado como su musica, pero esa manana, si tenia suerte, haria un excepcion. La hizo, ella era guapisima, divertida, atrevida, y aunque el encuentro le dejo exhausto fisicamente en sus entranas no sintio nada. NADA. El no se enamoraba de las mujeres con las que se acostaba, pero siempre sentia algo cuando estaba desnudo con una de ellas. No era una maquina y le gustaba saber que aunque era solo sexo el siempre sentia respeto por la mujer que lo acompanaba y unos instantes de conexion. La chica no se dio cuenta, gracias a Dios, y despues de una ducha y de vestirse con la ropa de deporte (toda de licra y de colores extremadamente llamativos) volvio a su hotel con una sonrisa en los labios y dejandole a Daniel sus datos de contacto. El volvio a ducharse, esta vez solo y dejando que el agua helada cayese con fuerza sobre sus hombros, y se fue al Liceo con la certeza de que no iba a llamarla. Lo mejor seria que no estuviese con nadie hasta que se quitase de encima ese virus que sin duda estaba incubando. Cuando llego a la Rambla y cruzo la puerta del Liceo ya se sentia mejor. Habia ido hasta alli en moto y durante el trayecto no habia pensado en nada. Se habia dejado llevar por la musica que habia sonado a todo volumen dentro del casco. Si los motoristas o los conductores de los coches que se detenian a su lado supieran que escuchaba musica clasica, ese dia Wagner, para ser mas exactos, no se lo creerian. A Daniel le gustaba el rock, el pop, el soul, el jazz, el heavy metal, el folk. Podia disfrutar casi con cualquier composicion siempre que tuviese sentimiento, que fuese de verdad. Pero solo ciertas piezas de musica clasica lograban erizarle la piel y hacerle sentir vivo. --Buenos dias, Daniel --la directora de la fundacion que gestionaba el Liceo lo miro sorprendida--, me habian dicho que hoy no estabas. Pilar Fortuny giro su delicado cuello hacia la derecha para fulminar con la mirada a su secretario. --Y no iba a estar --se apresuro a puntualizar Daniel al ver el rostro aterrorizado del joven--. ?Me necesitas para algo? El ayudante, Ricardo, suspiro aliviado y le entrego una carpeta de piel negra a Pilar cuando esta le tendio la mano. --Si, ?por que no vamos a tu despacho? --En realidad ya estaba caminando hacia el--. Anula la reunion de las diez y encargate de que nadie nos moleste --anadio en voz mas alta para Ricardo. El joven musito un gracias en direccion a Daniel y se fue a cumplir con las ordenes de su jefa. Daniel penso que nadie se merecia tener que soportar a Pilar ocho horas diarias. El tenia que lidiar con ella de vez en cuando y se podia permitir el lujo de torearla porque en ultima instancia ella era sustituible y el no. --Adelante, sientate donde quieras --la invito sarcastico cuando entro en su despacho y vio que Pilar habia apartado una pila de partituras de una silla para ocuparla. --Tienes esto hecho un desastre, le dire a Ricardo... --Deja a Ricardo en paz. Pedi que no entrase nadie a limpiar porque despues no encuentro nada. --Es imposible que puedas trabajar aqui. --No lo es. Ella le aguanto la mirada, el collar de perlas se levanto un poco cuando solto el aire para conceder esa batalla a Daniel. --Esta bien. Daniel sonrio y fue a sentarse. El nunca se sentaba en su escritorio, le gustaba mucho mas leer partituras tumbado en un sofa o en el suelo. La alfombra de ese despacho era magnifica y si se ponia uno o dos cojines bajo la cabeza podia pasarse horas en ella. Algo le dijo que a Pilar no le gustaria saberlo, y mucho menos hablar con el de esa manera, y opto por dejar encima de la mesa los libros que habia amontonado en la silla del escritorio y sentarse en ella. --?En que puedo ayudarte, Pilar? --Entrelazo los dedos y espero.

  • Fantasmas. y otras historias de Larru

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    En un viaje de fin de semana de vuelta del funeral de su mejor amiga, Julieta paso una noche en la pension Galler. Pasada la medianoche, un gato comenzo a maullar y Julieta, insomne y rota por la perdida de su amiga del alma, miro adonde se oia al gato: <> Julieta consulto su historia con un experta en sucesos paranormales. Esta persona investigo y descubrio que existia una antigua leyenda de un gato fantasma que merodeaba las estancias de la pension, que aparecia a traves de los espejos y que, segun lo que habian dicho los que le habian visto, su presencia siempre infundia sosiego. Despues de aquello, Julieta adopto a Tiger, un gatito blanco, y hoy es el dia que permanecen inseparables, gracias al carino mutuo que se ofrecen. LA TORMENTA ENCANTADA. En los acantilados de Bahia Gris, cada doce de noviembre se sucede una terrible tormenta que atemoriza a los habitantes de la zona, casi todos pescadores. Ese dia es el aniversario de la muerte del Capitan Baguen quien una noche, al regresar a su casa de la taberna con demasiados tragos de anis en el buche, se resbalo y cayo por el precipicio al mar. El cadaver del Capitan nunca aparecio y por lo tanto, su familia no le pudo dar sepultura. Se dice que su alma, al no encontrar la paz de un lugar para descansar, provoca esas tormentas como si fueran los gritos y lamentos que aquella aciaga noche ahogo el mar. LA TRISTE HISTORIA DE UN HOMBRE ENAMORADO. Toda mi vida quise saber como me veian sus ojos. Como era yo para ella, que sentia cuando estabamos juntos. Si era, como ella para mi, mi hogar. Si se sentia grande como cuando ella me hablaba, que me convertia en el mejor hombre del mundo. Yo le pedia que me lo dijera, ella sonreia y escogia los hombros. <> decia. Toda mi vida segui insistiendo hasta el ultimo aliento que tome entre sus brazos y me sumergi en la oscuridad, mientras oia que ella se lamentaba: <> Entonces lo vi tan claro cuando mis ojos estaban cegados, que por eso cuento esta historia, porque no quisiera oirla a nadie mas. ESPEJITO, ESPEJITO. La Reina se acosto pero le costaba conciliar el sueno. Aun desvelada, comenzo a escuchar chirridos. Se asusto, imagino ratas corriendo debajo de su cama. Se quedo quieta y escucho. Los sonidos parecian provenir de la antesala. Segundos despues todo quedo en silencio y se decidio a ir hasta alli. El corazon le palpitaba en los oidos. Abrio la puerta y dio la luz, una calima envolvia la estancia. Miro hacia su amado espejo de pie y leyo: “TE DESEO, MI REINA, MI AMOR”, escrito sobre su superficie banada por el vaho. La Reina se estremecio de placer. EN LA CARRETERA. Era una manana fresca de junio, una pandilla de amigos venian andando por la carretera de haber estado de fiesta en el pueblo de al lado. Estaban todos muy borrachos y mareados. Una de las chicas se dio cuenta de que mas adelante iba tambien caminando otra persona ademas de ellos. Enseguida alcanzaron a la mujer que portaba una maleta consigo, quien les sonrio al pasar ellos por su lado. La chica que la habia visto primero, movida por la curiosidad y el efecto aun de los gin tonics, se acerco y le pregunto: --?A donde vas? La joven le miro: --No lo se… a cualquier lugar, con tal de dar la espalda a todo lo que he dejado atras… en busca de claridad, de sosiego… --Guauuuu…. Los chicos que iban varios metros ya adelantados, llamaron a su amiga rezagada. Ella corrio hacia ellos para cogerles. Cuando volvio la mirada para atras, la mujer de la maleta ya no estaba alli. Cuentan que si pasas por esa carretera al amanecer, puede que veas a una mujer con su maleta caminando por ella, puede que en verdad, no le haya dado la espalda a todo con la suficiente decision… LA MEJOR PARTE DE MI VIDA. Ella estaba sentada sobre el banco de madera del parque de la laguna. Miraba de frente, hacia las aguas verdosas. Tenia los ojos melancolicos, profundos, de esos que vagan por la vida sin brillo. Recordo la vez que el se atrevio alli mismo, a dar un paso mas. El chico era tan timido y reservado que hasta tocar su mano se convirtio en algo apoteosico y que para ella fue, al fin, sentir su cercania y sus intimos sentimientos. Aquel instante en el que cruzaron sus dedos sellaron sus mutuos corazones sin necesidad de palabras. Pero, duro tan poco aquella recien estrenada relacion. El le confeso que padecia una enfermedad cronica desde pequeno, dolorosa, degenerativa y mortal. Cuando la conocio en aquella biblioteca, se enamoro a primera vista, sin embargo sabia que era imposible. Un amor caduco, sin ilusiones, repleto de grises. Pero ella con sus rizos y su sonrisa le convencio dia tras dia de aquel ultimo ano, de lo contrario y se dejo llevar, ?que otra cosa podia hacer? Hasta que el se fue para siempre, una manana, se desplomo mientras se vestia para ir al parque de la laguna y acariciaba una pequena cajita de terciopelo granate, antes de metersela en el bolsillo de la chaqueta. Ella nunca supo de las intenciones de el pero iba cada semana a sentarse en el banco del parque, como aquel dia, a modo de duelo. Una brisa repentina se levanto, alborotando los rizos de ella. Ella sonrio despues de mucho tiempo, imagino que era el el que la provocaba y eso le calmaba el desazon. Cerro los ojos. Le parecio escuchar su voz: “Me fui pero antes descubri la mejor parte de mi vida, tu.” Cuando abrio los ojos, estos refulgian, habian recobrado la vida a pesar de la cruel paradoja. DALIA PORTO. Dalia Porto tenia quince anos cuando se enamoro por primera y ultima vez. Fue un amor de esos unicos, que solo ocurren una vez en la vida. Los hechos, que acontecieron en un pueblo de la costa del Mediterraneo, fueron y aun son muy hablados por sus habitantes. Incluso existe una leyenda urbana que advierte a toda chica enamorada de no acercarse a la casa en la que vivio ella. El fantasma de Dalia Porto ronda por sus jardines y las pide que la acompanen… Os contare la leyenda. La familia Porto vivia en Begur, ese pequeno pueblo costero banado por el mar Mediterraneo. En primavera, cada dia, la mas joven de las hijas, Dalia, salia a pasear por el jardin de la casa y despues se acomodaba bajo el tilo a leer. Alli es donde conocio a un hombre que era piloto de avion y solia ir a visitar entre vuelo y vuelo a unos parientes cercanos. Se enamoraron de inmediato, conectaron sus almas y corazones como si se conocieran desde siempre. Sin embargo, los padres vieron con malos ojos aquella relacion. La amenazaron, gritaron y encerraron. Alguien mas mayor que ella, con ese trabajo, siempre fuera de casa, rodeado de feminas no era un hombre respetable ni digno de su hija. A pesar de ello, Dalia siempre encontraba el modo de salir al encuentro de su amor cuando este llegaba a Begur. Hasta el dia que la fatalidad abrazo con fuerza a Dalia. A sus oidos llego la tragica noticia. En el pueblo no se hablaba de otra cosa: el joven piloto, los que viajaban con el y el avion se habian estrellado en los Pirineos y no se salvo nadie. El desespero de Dalia fue aun mas agonizante porque durante la ultima visita de su amado, ella no pudo ir a despedirlo porque la habian encerrado bajo llave.

  • En aquel ultimo aliento de Marta Martin Giron

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    El momento de hacer algo con su vida habia llegado para Aaron. La insatisfaccion y sentimiento de soledad le impedian ser feliz. Necesitaba sentirse realizado, dar un paso en otra direccion, plasmar lo que llevaba volando por su cabeza durante demasiado tiempo. Para Dana, la vida con su pareja no era lo que hubiera deseado, algo en su relacion le mermaba la felicidad. Anoraba al que un dia pudo ser algo mas, a su difunto amigo Oscar. Querer homenajearle y acabar con el dolor de su ausencia, la empujo a tomar un rumbo hasta ahora desconocido.
    ***
    Una bella historia de amor y miedo.
    Deseo y resistencia.
    Drama y esperanza.
    Ficcion y realidad.

  • Quien mato a Angela Blanco de Adrian Aragon

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  • La bruja de Biertan de Veronica Cervilla

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    Crina desperto, sobresaltada y algo aturdida. Oyo los golpes en la puerta y palpo el otro lado de la cama. Habia vuelto a pasar la noche sola, pero ya estaba acostumbrada. Ultimamente eran contadas las noches que su marido pasaba en casa. Ataviada con un camison celeste, se levanto y se cubrio con la manta de piel de oso que reposaba sobre la cama. Descalza, a pesar de las bajas temperaturas, se dirigio a toda prisa hacia la puerta de madera pintada y acerco el oido con cautela. --?Quien es? --!Abre, Crina! --respondio al otro lado una voz grave, de sobra conocida. Cosmin habia sido su confesor desde que tuvo edad suficiente para asistir a las liturgias. Era un antiguo amigo de la familia: confiaban en el lo suficiente como para relatarle sus miserias y aceptar el perdon que les ofrecia. Crina no le habia notado nunca tan preocupado como aquella manana, asi que abrio la puerta con un nudo en el estomago. Por la expresion grave del hombre, comprendio que no traia buenas noticias. --Guarda un par de mudas de ropa --la apremio el en cuanto vio asomar la cabeza de la joven --, los hombres del obispo se dirigen hacia aqui. --?Que sucede? ?Es Velkan? --Si, me temo que tiene algo que ver con tu esposo. No habia tiempo para mas explicaciones. El revuelo en los alrededores anunciaba que los hombres del obispo ya andaban cerca, asi que se apresuro a regresar al dormitorio y metio un par de vestidos y calzas en un bolso de cuero. Despues, cambio el camison por algo mas abrigado. El invierno ya asomaba por las empedradas calles de Biertan y pronto llegarian las nieves a los Carpatos. --!Crina Ardelean! !El Obispo de Biertan reclama tu presencia! Aquellos gritos, unidos al rumor expectante de los vecinos, que sin duda ya se habian congregado frente a la casa para cotillear, aceleraron los latidos de su corazon. Ya iba a salir cuando se percato de que aun andaba descalza, asi que tuvo que volver para colocarse las botas. --!Senora Ardelean! !Por favor! No nos obligue a utilizar la fuerza. --No sera necesario --Crina aparecio en la puerta con el bolso al hombro y forzando un gesto de dignidad en el rostro--. ?Por que me requiere el obispo de esta forma? --se acerco para susurrar a uno de los hombres--: ?No ve que me esta poniendo en evidencia? --El obispo sera quien le revele sus motivos. Por favor --respondio el hombre, un tipo de cuerpo espigado y bigote, apartandose a un lado y senalando el camino hacia la iglesia con un gesto de la mano. El otro caballero, mas corpulento, se situo delante para marcar el paso. Caminaba con la cabeza alta, el ceno fruncido y la boca encogida como si estuviera masticando un pomelo. Crina lo seguia, haciendo esfuerzos por no fijarse en las mujeres que cuchicheaban a su paso. Cada mirada que se cruzaba con la suya y cada dedo que la senalaba le recordaban que estaba siendo escoltada por los hombres del obispo, un <> reservado a delincuentes y condenados. El pasillo de curiosos se le hizo eterno y, a pesar del frio invernal que acechaba Biertan, sus mejillas se encendieron con un rojo intenso. No fue capaz de continuar con el rostro descubierto, asi que opto por colocarse la capucha del vestido. La iglesia no estaba lejos, pero le parecia que llevaba horas caminado. Durante el resto de la marcha no despego los ojos del suelo pedregoso, ni siquiera cuando subieron los ciento setenta y dos peldanos de la escalera cubierta con techo de madera que llegaba hasta la cima de la colina. Alli, en la parte mas alta del pueblo, se encontraba la muralla que abrazaba las tres naves de la iglesia. Con cada paso su furia y su preocupacion aumentaban, pero como la joven bien educada que sus padres la habian obligado a ser, lo disimulaba apretando los dientes y levantando las cejas, forzando una serenidad ficticia. No fue necesario atravesar la puerta de la capilla principal, el obispo los esperaba fuera con cara de circunstancias. A pesar de la barba y los cabellos blancos, el anciano era robusto y todavia conservaba una postura firme. Crina corrio hacia el hombre y se arrodillo. --?Que puede haber sido tan grave como para enviar a sus hombres a por mi y castigarme con esta deshonra, mi senor? --Levantate, Crina --le pidio el obispo con dulzura poniendole la mano en la cabeza, y luego la ayudo a ponerse de pie--. No soy yo ni es la Iglesia quien te reclama por tus pecados, solo he accedido a cumplir la solicitud que se me ha hecho. Pesa una amenaza sobre los sagrados lazos de tu matrimonio, hija. --?De mi matrimonio? --pregunto Crina, arqueando las cejas--. Senor, ahora si me esta asustando. --Y asustada debes estar, nina --el anciano se dirigio con pesar a los hombres que la habian traido--: llevadla a la Torre de la Prision. --!?A la Prision?! --grito, con las mejillas incandescentes y las lagrimas asomando a sus pequenos ojos azules. --Lo siento, Crina --susurro el obispo y luego bajo la cabeza. Crina sabia lo que eso significaba. Todo el pueblo lo sabia. La escoltaron hasta la Torre de la Prision sin que se resistiera y, con cada pisada sobre los peldanos de piedra que conducian a la parte superior, iba perdiendo un trocito de dignidad. En su familia habia algun matrimonio que habia recurrido a tal extremo y que habia sufrido la verguenza y el desprecio de sus conocidos. ?Como habia podido pasarle a ella? Los dos hombres abrieron la puerta de barrotes que daba acceso a la celda sin muchos miramientos y la empujaron dentro. A continuacion, volvieron a cerrar con llave y se marcharon. --?Quien ha sido? --grito Crina a los hombres que se alejaban--. ?Quien ha pedido nuestro encierro? Como respuesta, un portazo. I --He sido yo --respondi desde la unica silla de la minuscula estancia. --!Velkan! --se volvio hacia mi, confundida. --Tienes dos semanas, Crina --hice una pausa para empujar el nudo que tenia en la garganta --. Dos semanas para ser sincera o el divorcio sera efectivo. Crina se dejo caer hacia el suelo, despacio, y alli permanecio en silencio, con aquella mirada penetrante y triste, tan llena de odio. Habian pasado horas y Crina no se habia movido de los barrotes. Yo la observaba desde la esquina de enfrente, a tan solo un par de metros y, sin embargo, sentia que nos separaba un oceano. Mi esposa… y ni siquiera se dignaba a mirarme. De vez en cuando dejaba escapar un suspiro de hastio que me daba esperanzas: tal vez aun era posible conservarla. --Se que ahora me odias… --Dejare de odiarte si terminas con esto y nos vamos a casa, a seguir con nuestras vidas --me interrumpio ella con un tono de suplica al que poco antes habria sucumbido. --No puedo hacer eso --respondi, aunque deseaba hacerlo y continuar fingiendo que nos queriamos. --?Es por mis reproches cuando llegas tarde a casa? Porque puedo dejar de hacerlo… --?Y que pasara despues? --dije, acercandome a ella--. ?Que haras cuando ya no te quede mas espacio donde guardar tu rencor? Seras una vieja amargada… --Entonces deja de comportarte como un nino --Crina se levanto y me sujeto la cara con ambas manos, buscando mi mirada--. Ahora tienes una esposa. !No puedes andar por ahi cada noche! --?Por que te casaste conmigo? Crina dudo un momento, desvio su mirada ofendida y no respondio a la pregunta. Iba a necesitar algo mas que un par de horas para hacerla entender, asi que no retrase el momento mas y saque el diario de mi petate. Lo sujete con delicadeza, pues las cubiertas de cuero ya se estaban cuarteando y las hojas se habian vuelto fragiles y amarillentas. Me acerque a ella y lo deje a su lado, en el suelo. --?Que es eso? --pregunto mirandolo de soslayo, intentando ocultar su curiosidad. --Dos semanas tienen muchas horas y aqui no hay nada que hacer, salvo conversar y pensar. Intuyo que este libro puede hacer tu estancia mas amena. --!Ja! --solto ofendida--. !Que detalle! Gracias por encerrarme aqui y darme este libro mohoso para entretenerme. --?Tienes algo mejor que hacer? Incapaz de encontrar una respuesta ingeniosa, tomo el libro y lo abrio por la primera pagina. Estaba escrito a mano, pero bastaba con reparar en los renglones perfectamente rectos, en la letra redondeada y cuidada, para saber que quien lo escribio era meticuloso y seguro de si mismo. Crina poso el dedo en la primera linea y comenzo a leer en voz alta: --<> --cerro el libro de un golpe y lo lanzo con fuerza, haciendolo aterrizar bajo la estrecha mesa que habia en la celda--. Pero, ?como te atreves a darme un libro sobre brujeria? Es eso, ?no? !Hay otra! --se cubrio la boca con la mano como si hubiera descubierto un secreto y no pude evitar soltar una carcajada--. Dios mio, estas embrujado, ?no es cierto? Tengo que salir de aqui. Debo llamar al obispo y… --Pero, ?que dices? --la interrumpi. Me agache y la sujete por los hombros. --!No me toques! !No quiero que me contagies! --me empujo.