• libro luz de luna - Daniel Valcarcel de Miguel

    https://gigalibros.com/luz-de-luna.html

    Luz de luna narra diferentes sucesos que acontecen a un pintor de nombre desconocido, de como tiene relaciones con diversas mujeres, entabla conversaciones profundas con distintas personas y experimenta una vida equilibrada y sin demasiados problemas.
    El libro desafia lo habitual, la realidad cotidiana, para aportar una percepcion peculiar, una nueva manera de construir lazos interpersonales que puede, de algun modo, servir y dar resultado al lector.
    Una obra original, cuanto menos.

  • LUZ DE LUNA | RACHEL HAWTHORNE | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-luz-de-luna/9788498006131/1775508

    El libro infantil LUZ DE LUNA en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Luz de luna (Trakatrá) : Hawthorne, Rachel - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Luz-luna-Trakatr%C3%A1-Rachel-Hawthorne/dp/8498006139

    Luz de luna (Trakatrá) Tapa blanda – 7 septiembre 2010 ... Encuentra todos los libros, lee sobre el autor y más. ... Kayla es la típica adolescente sexi, la belleza ...

  • Luz de luna - Libro de Rachel Hawthorne - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/50873/luz-de-luna

    Kayla es la típica adolescente sexi, la belleza norteamericana por excelencia, incapaz de comprender por qué se siente atraída hacia Lucas, ...

  • LUZ DE LUNA. LOS GUARDIANES OCULTOS 1 ...

    https://www.popularlibros.com/libro/luz-de-luna_403684

    LUZ DE LUNA (Libro en papel). LOS GUARDIANES OCULTOS 1. de HAWTHORNE,RACHEL. LUZ DE LUNA.

  • LUZ DE LUNA - RACHEL HAWTHORNE | Alibrate

    https://www.alibrate.com/libro/luz-de-luna/59872ea7cba2bce50c1e4e38

    Encuentra el libro LUZ DE LUNA en Alibrate. Descubre reseñas, sinopsis, frases y más de este libro de RACHEL HAWTHORNE. Puedes comprar el libro ahora.

  • Libro Luz De Luna, Rachel Hawthorne, ISBN 34955275 ...

    https://www.buscalibre.es/libro-luz-de-luna-rachel-hawthorne-trakatra/34955275/p/34955275

    Libro Luz De Luna, Rachel Hawthorne, ISBN 34955275. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros importados, ...

  • Reseña: Luz de luna de Rachel Hawthorne - Libros Encantados

    http://libros-encantados.blogspot.com/2013/10/resena-luz-de-luna-de-rachel-hawthorne.html

    2 oct 2013 — Un peligro los amenaza mientras Lucas y Kayla sostienen cada uno su lucha interior: los humanos han descubierto a los guardianes ocultos, y ...

  • LUZ DE LUNA. Guardianes ocultos 1 - HAWTHORNE RACHEL

    http://quelibroleo.com/luz-de-luna-guardianes-ocultos-1

    Iniciar sesión · LUZ DE LUNA. Guardianes ocultos 1HAWTHORNE, RACHEL · Resumen · Información del libro · Compra este libro · Mi biblioteca · Otros libros del autor.

  • Luz de luna. Libro - Wallapop

    https://es.wallapop.com/item/luz-de-luna-libro-741303431

    13 feb 2022 — Gran oportunidad! Luz de luna. Libro de segunda mano por 3 EUR en Barcelona. Luz de luna. Rachel Hawthorne. Serie Los guardianes ocultos 1.

  • Libro Luz de Luna - Wallapop

    https://es.wallapop.com/item/libro-luz-de-luna-448903558

    Libro Luz de Luna, el primero de la saga Guardianes Ocultos de libros. independientes (cada libro tiene una trama y personajes diferentes) sobre hombres ...

  • La terapia 1 de Rober Ortega

    https://gigalibros.com/la-terapia-1.html

    Un violador. Un psiquiatra. Un juego mental donde alguien no es quien dice ser. LA TERAPIA es un thriller oscuro, psicologico y visceral que sumerge al lector en la historia de Raul Duque, un veinteanero recien salido de prision que debe acudir semanalmente a la consulta de un psiquiatra, el doctor Samuel Cebrian. Esta relacion desencadena un descubrimiento que convertira una consulta profesional en algo personal, librando una batalla a vida o muerte por un secreto que bajo ningun concepto deberia salir a la luz.

  • Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos de Mary Ann Clark Bremer

    https://gigalibros.com/cuando-asedien-tu-faz-cuarenta-inviernos.html

    Se reunen en este volumen todas las novelas cortas de Mary Ann Clark Bremer traducidas hasta la fecha al castellano y publicadas por nuestra editorial: Una biblioteca de verano, Cuando acabe el invierno, El librero de Paris y la princesa rusa y Una pasion parecida al miedo. A las que anadimos un breve relato, <>, coetaneo de los demas textos, y cuyo titulo fue tomado por la autora de un verso de William Shakespeare. Una oportunidad unica para adentrarse en el singular mundo de una escritora fundamental pero hasta hace poco secreta.

  • V de Valkyria de Lena Valenti

    https://gigalibros.com/v-de-valkyria.html

    Un mundo de sensibilidad y descaro; de claros y oscuros; de verdades que sanan y mentiras que hieren. Un mundo honesto y a quemarropa. El pensamiento optimista de una mujer valkyria, que cree en su V, que cree en las demas, y que sabe que seremos poderosas cuando dejemos de destruirnos entre nosotras. La prosa, los pensamientos, las ocurrencias y la poesia de quien ha hecho de la tierra su Valhalla. V de Valkyria es amar con todo. Y jugar a ganar, a sabiendas de que se puede perder. V es un grito a la libertad, en todos sus generos.

  • Historias extranas de Japon, Ana Traves de Ana Traves

    https://gigalibros.com/historias-extranas-de-japon-ana-traves.html

    Desde tiempos antiquisimos, los monstruos y seres sobrenaturales han formado parte del folklore y la supersticion de todas las culturas de nuestro planeta. En la mayoria de los casos, estas criaturas se han ido transformando de generacion en generacion, pasando de ser verdaderamente temidas a simplemente leyendas bonitas y curiosas de recordar. La legendaria cultura nipona no iba a ser menos, contando con una gran variedad de criaturas mitologicas. Algunos de estos seres son terrorificos y, ademas de asustar, buscan danar a los humanos. Otros son representados como criaturas encantadoras, amables y guardianes de la naturaleza. Es a estos seres a los que dedico estas historias.

  • Imperfecta armonia de Paula Gallego

    https://gigalibros.com/imperfecta-armonia.html

    Grite. Pero nadie escuchaba. Aunque estaba sola en casa y nadie me oiria, mi alma gritaba por dentro, sin atreverse a levantar la voz. Sabia que era aquello. Sabia que si mi interior desataba todo lo que habia guardado esos meses, estaria algo mas en paz y no tendria ni que plantearme lo que me disponia a hacer en esos instantes. Pero esa era la unica forma que tenia de desahogarme. Y por eso me encerre en el bano, me sente en el suelo de marmol y vacile con la cuchilla sobre mi piel unos segundos para, despues, cortarme. Y ahi estaba. La sangre, la liberacion. Ya me sentia mejor. No era ingenua. Habia leido sobre ello. Sobre los "cutters"; gente que se autolesiona, que generalmente se corta, buscando una forma de expresar lo que no puede decir con palabras. Se por que lo hacia. Se que el subidon que experimentaba justo antes de cortarme, y la descarga de tension despues, el alivio, eran lo que me llevaban a hacerlo una y otra vez. Era mi droga, mi adiccion. Y era completamente consciente de ello. Pero no tenia intencion de parar. No era una suicida, ni una persona que quisiera llamar la atencion. Si la gente lo supiera, habria dicho que estoy enferma. La mayoria no lo entenderia, es "insano". Pero, para mi, en cambio, era la unica forma de mantenerme mentalmente "sana". Si no pudiera cortarme, me habria derrumbado hace mucho tiempo. Me levante despacio, y limpie la sangre y la cuchilla. Me la meti al bolsillo, baje las mangas de mi camiseta y volvi a mi cuarto, para esconderla en el cajon de los calcetines. Mi tia Beatrice no suele fisgar. De hecho, no creo que entre nunca en mi habitacion. Pasa mucho tiempo fuera de casa, y yo me encargo de hacer mi propia colada y de mantener ordenado mi cuarto; no soporto el desorden. Me acerque al tocador. Y una chica paliducha de dieciseis anos me devolvio la mirada desde unos ojos azules y cansados. Frente al espejo habia un cepillo y a su lado un botecito con pastillas. Es triste que a mi edad estuviera tomando antidepresivos. Pero me consolaba la idea de que podria ser peor. Si mi tia o mi psicologo se enterasen en algun momento de que me cortaba… Bueno, me imagino que los antidepresivos habrian sido el menor de mis males. Guarde la cuchilla que llevaba en el bolsillo, cogi una de las pastillitas, y me asegure de que eran las cuatro de la tarde. Cerre los ojos y la trague sin pensar. Despues me arrepenti de no tener cerca un vaso de agua, pero ya era tarde. Aun asi, con un desagradable regusto en la garganta, baje al piso de abajo a por uno. Mire mi muneca desnuda. Alli, hacia tan solo una hora, habia estado mi querida pulsera azul; la que me regalo mi madre por mi noveno cumpleanos. Y su perdida, en parte, era una de las cosas por las que estaba triste aquel dia. Mi tia Beatrice me habia regalado una blusa de una de aquellas tiendecitas autonomas del centro, esas demasiado pobres como para asentarse en la Gran Avenida, pero que se encuentran a tan solo unas calles de distancia de esta. No me quedaba bien, y tenia que ir a descambiarla. Tendria que haber ido con mi tia, porque odio ir de compras sola. De hecho, odio cualquier actividad que implique salir sola de casa. Pero el caso es que la tienda cerraba pronto y era el ultimo dia para descambiar la prenda. Mi tia estaba trabajando y tenia que acercarme yo sola. Y ademas de la verguenza que pase diciendole al dependiente que la mayoria de la ropa que me ensenaba no me gustaba, habia perdido mi pulsera azul. No es que fuera algo irremplazable. Hacia mucho que no me la ponia, pero ultimamente me gustaba llevarla conmigo. Ahora ya no podria hacerlo. Dentro de la tienda habia estado jugueteando con ella, y seguramente la habia perdido en un descuido. Suspire, resignada, y enfile las escaleras. Cuando subi, me quede paralizada en la puerta de mi cuarto. Deje caer el vaso y se hizo anicos sobre el suelo de madera. Delante de mi, y al otro lado de la habitacion, habia un chico mirando distraido por la ventana. Con unos dedos delgados y alargados retiraba cuidadosamente la cortina, con la vista fija en la calle otonal. Era alto y moreno. Llevaba unos vaqueros ajustados, y una camiseta negra con la que se le marcaban los biceps. Me quede sin respiracion, y me recorde a mi misma que lo impactante no era su fisico, sino que se hubiese colado en casa. Sacudi la cabeza para reponerme y entonces cai en la cuenta de que podria ser peligroso. Pero me daba miedo moverme, mi tia aun tardaria en llegar. Ademas, si intentaba salir corriendo puede que me alcanzara; a lo mejor resultaba ser rapido. Bueno, mas rapido que yo seguro. Me decante por el plan B. --?Quien diablos eres tu y que haces aqui? --Eso me preguntaba yo. --Su voz era suave, pero grave. --?Quien eres? --Me llamo Jack. --Muy bien, Jack… ?Y que se supone que haces en mi casa? --Ya te he dicho que no lo se. Entonces oi que se abria la puerta del piso de abajo. Escuche el tipico repiqueteo del llavero de mi tia y me relaje un tanto. Ella sabria que hacer. No parecia un tipo peligroso, pero aun asi podria ser alguien desequilibrado. Volvi a darle un repaso; no parecia un loco. --!Beatrice! --Grite sin apartar la mirada del extrano que habia irrumpido en mi cuarto. Espere. --!Beatrice, date prisa! --Ya voy, ya voy. Sus tacones resonaron en el entarimado de madera. Por fin, tras unos interminables segundos en los que imagine como el guapo y pacifico Jack se convertia en Jack el destripador y nos mataba a las dos, Beatrice llego a mi lado. La mire a ella y, despues, al frente. Ella siguio mi mirada. Bien. No parecia asustada. ?Tal vez lo conocia? ?Estaria haciendo el ridiculo? --!?Pero que has hecho?! --Exclamo. --?Te encuentras bien? --Miro al vaso hecho pedazos en el suelo y luego me miro a mi. --Beatrice… --Susurre, alzando la mano hacia el desconocido. Pero ella se me adelanto, y camino hacia el con paso seguro y firme. --?Por que tienes esto a oscuras? !Por eso se te ha caido el vaso, porque no veias nada! -- Dijo, mientras se dirigia a la ventana, hacia donde estaba Jack y… y paso por delante de el. Por su lado, sin inmutarse siquiera. Incluso pude ver como rozaba su brazo sin que se dignara a levantar la cabeza hacia el; como si no lo hubiera visto. Ahogue un grito y me quede con la boca abierta. Mi tia volvio a mi lado y me dijo que iria a por una escoba. Yo asenti, sin apartar la mirada del desconocido que se encogia de hombros como si la cosa no fuera con el. Instintivamente, mire hacia el bote de pastillas del tocador. Y entonces cai en la cuenta de que me habia vuelto rematadamente loca. Era oficial. La senorita Mel estaba peor que una cabra. Capitulo 2 Cai derrotada sobre la cama. Tenia dos opciones: me lo callaba, o lo contaba. Ambas incluian cosas buenas y cosas no tan buenas que me preocupan mas. Si hablaba, era probable que me medicasen aun mas, que doblasen las sesiones del psicologo y, probablemente, que descubriesen lo que hacia con mi cuerpo… Y, con un poco de mala suerte, quiza me internasen en algun centro. Pero si no lo decia… Bueno, lo unico que estaba en juego era mi propia salud mental. Jack cotilleaba, curioso, cada rincon de la habitacion mientras yo iba acostumbrandome a mi locura con la cara enterrada entre las manos. Estaba en shock. Despues de un rato, en el que ninguno hablo, me decidi a romper el hielo. --Jack. --Pronuncie, con prudencia. --?Que haces aqui? --Dimelo tu. --Dijo mientras jugueteaba con el marco de una foto. --Oh. Asi que… ?Quien eres en realidad? ?Un espiritu o un angel que quiere que descubra por mi cuenta por que necesito su ayuda? --No. --Nego con la cabeza. --Cuando te he dicho que me lo dijeras tu, era exactamente porque creia que tu lo sabrias mejor que yo. No tengo ni idea de que hago aqui. Solo se que me has traido tu. --Aja… --Murmure con cansancio, sintiendome ridicula por seguirle la corriente a un producto de mi imaginacion, de mi mente. --?Y quien eres exactamente? --Soy Jack. --?Jack que mas? --Solo Jack. Me deje caer en el colchon. Madre mia, !estaba hablando con alguien que no existia! Tras unos segundos de absoluta desesperacion, me incorpore y cruce el pasillo que separaba mi cuarto del bano. Lo acabas de hacer. No, no lo hagas. Lo acabas de hacer. Lo acabas de hacer. Lo acabas de hacer… --Me repeti, una y otra vez, delante del espejo. Pero no tenia fuerza de voluntad. Busque una cuchilla de depilar, pues no queria que mi nuevo amigo Jack viese como sacaba mi cuchilla especial del cajon de los calcetines, y la hice vacilar sobre la piel de mi brazo. Lo acabas de hacer. Otra vez no… --Grito alguien desde algun rincon de mi interior. Pero nadie le escucho, porque los gritos de mi alma afligida amortiguaron el sonido. Y en mi cabeza solo podia pensar en la gloriosa sensacion que vendria despues de hacerlo. Derrame un hilillo de sangre. No mucha, la suficiente para sentirme mas serena. Limpie todo concienzudamente y volvi a mi cuarto, donde me esperaba mi nuevo trastorno. Pase a su lado sin prestarle atencion y me pregunte que debia hacer. Tenia que distraerme hasta la hora de la cena. Pero solo pensar en ver los programas que retransmitian a esas horas en la tele… me ponia enferma. Tampoco queria salir. En esos instantes, no me apeteceria ver a nadie. Y, aunque quisiera, ?con quien podria quedar? Seamos sinceros, solo tenia una amiga y casi siempre estaba ocupada. Pero ese no era el mayor de mis problemas en aquel momento. El mayor de mis problemas media mas de uno ochenta, era moreno y tenia una sonrisa de infarto. Ojala pudiera decir que solo era la tipica chica colada por el bombon de clase. Ojala. Pero no era asi. Cogi un libro y baje al salon. Por algun motivo, me daba reparo quedarme a solas con el. Me tire en el sofa y escuche a Beatrice mover cacharros en la cocina. Eso me relajo. Sin embargo, al cabo de unos minutos, oi como Jack bajaba las escaleras y se acercaba a mi. --?Tu quien eres? --Me dijo, como si fuera el el sorprendido. No le conteste, volvi a distraerme con la lectura y procure no prestarle atencion. --Dime al menos como te llamas. Yo te he dicho mi nombre. Hice como que no le escuchaba. --!Eh, vamos! --Me chillo. --!No grites, trato de leer! --Le espete, malhumorada. --?Dices algo, Mel? --Oi la voz de mi tia desde la cocina. --No… Nada. --Le dije, consciente de que acababa de gritarle a mi propia imaginacion. Volvi a mi habitacion atropelladamente y me encerre dentro. --No me hables en publico. --Le pedi a Jack. --Entonces prestame un poco de atencion cuando estemos a solas. --Alzo una ceja. Sacudi la cabeza. No podia creer lo que estaba pasando. --Escuchame. --Le dije, senalandolo con el dedo. --No pienso hablarte, ni mirarte, ni prestarte atencion. Estas en mi cabeza, y cuando deje de pensar en ti, te iras. Entonces tome una decision. Haria como si todo fuera normal. Jack podia ser un efecto secundario de los antidepresivos. Seguramente, si dejaba de pensar en el, se acabaria yendo. Desapareceria sin mas, igual que aparecio…

  • Asesino de brujas 3. Dioses y Monstruos de Shelby Mahurin

    https://gigalibros.com/asesino-de-brujas-3-dioses-y-monstruos.html

    Belladona, eufrasia, baya de arrayan, colmillo de vibora y ojo de buho, pizca de flora, pellizco de animal, para vil posesion o proposito puro. Icor de un amigo, icor de un contrario, un alma negra como noche insondable, pues en la oscuridad se halla el almario do surcan las animas lo inescrutable. El hechizo es familiar; oh, si, muy familiar. Nuestro favorito. Ella nos deja leerlo a menudo. El grimorio. La pagina. El hechizo. Nuestros dedos repasan cada trazo de pluma, cada letra difuminada, y cosquillean con una promesa. La promesa de que jamas estaremos solos, y les creemos. Le creemos a ella. Porque no estamos solos, nunca estamos solos, y los ratones viven en nidos con cientos de otros ratones, con muchisimos ratones. Se refugian todos juntos para cuidar de sus crias, de sus hijos, y encuentran recovecos calientes y secos con mucha comida y magia. Encuentran rincones sin enfermedad, sin muerte. Nuestros dedos se enroscan en torno al pergamino y dejan nuevas huellas. Muerte. Muerte, muerte, muerte, nuestra amiga y enemiga, irremediablemente nos llega a todos. Excepto a mi. Los muertos han de olvidar. Cuidado con suenos que impidan dormir. Ahora desgarramos el papel, lo rompemos en pedazos. En trocitos minusculos. Se desperdigan como ceniza en la nieve. Como los recuerdos. Los ratones se refugian todos juntos, si; se mantienen a salvo y calientes los unos a los otros, pero cuando una cria de la camada enferma, los ratones se la comen. Oh, si. Se la zampan entera, enterita, para alimentar a la madre, al nido. El ultimo en nacer siempre esta enfermo. Siempre es pequeno. Devoraremos a la ratoncita enferma, y ella nos alimentara. Ella nos alimentara. Acecharemos a sus amigos, sus amigos (un grunido brota por mi garganta ante la palabra, ante la promesa vacia), y los alimentaremos hasta que esten gordos de afliccion y culpabilidad, de frustracion y miedo. Alla donde vayamos, ellos nos seguiran. Y entonces los devoraremos a ellos tambien. Y cuando devolvamos a la ratoncita enferma a su madre en Chateau le Blanc, cuando su cuerpo se marchite, cuando sangre, su alma se quedara con nosotros para siempre. Ella nos alimentara. Jamas estaremos solos. Capitulo 2 L'enchanteresse Reid La neblina se extendio por el cementerio. Las lapidas, viejas y agrietadas, con sus nombres borrados hace mucho por los elementos, alanceaban el cielo desde donde estabamos, sobre el borde del acantilado. Incluso el mar en lo bajo estaba silencioso. En esta inquietante luz previa al amanecer, por fin comprendi la expresion silencioso como una tumba. Coco se paso una mano por los ojos cansados antes de senalar hacia la iglesia mas alla de la neblina. Pequena. De madera. Parte del tejado se habia venido abajo. No se veia luz alguna a traves de las ventanas de la rectoria. --Parece abandonada. --?Y si no lo esta? --Beau resoplo mientras sacudia la cabeza, pero se paro con un bostezo--. Es una iglesia y nuestras caras estan pegadas por todo Belterra. Incluso un parroco rural nos reconocera. --Muy bien. --Su voz cansada llevaba menos mordiente de lo que seguramente pretendia--. Duerme fuera con el perro. Todos a la vez, nos giramos para mirar el espectral perro blanco que nos seguia. Habia aparecido a las afueras de Cesarine, justo antes de que decidieramos bordear la costa en lugar de ir por la carretera. Todos habiamos visto lo suficiente de La Foret des Yeux para una eternidad. Durante dias, el perro nos habia seguido, sin acercarse nunca tanto como para que lo tocaramos. Receloso, confuso, los matagots habian desaparecido poco despues de su aparicion. No habian vuelto. Tal vez el perro fuese un espiritu atormentado el mismo, un nuevo tipo de matagot. Tal vez fuese solo un mal presagio. Tal vez fuera por eso que Lou todavia no lo habia bautizado. La criatura nos miro, sus ojos eran un toque fantasmal sobre mi cara. Aprete la mano de Lou con mas fuerza. --Llevamos toda la noche andando. Nadie nos buscara dentro de una iglesia. Es tan buen sitio como cualquier otro para escondernos. Si no esta abandonada --segui hablando a pesar de que Beau habia empezado a interrumpir-- nos marcharemos antes de que nos vea nadie, ?de acuerdo? Lou le sonrio a Beau, con la boca muy abierta. Tan abierta que casi pude contar todos sus dientes. --?Tienes miedo? --Despues de los tuneles --le dijo, tras lanzarle una mirada dubitativa--, tu tambien deberias tenerlo. La sonrisa de Lou desaparecio, y se noto como Coco se ponia tensa y apartaba la mirada. La tension enderezo mi propia columna. Sin embargo, Lou no dijo nada mas; se limito a soltar mi mano y dirigirse hacia la puerta de la iglesia. Giro el picaporte. --Abierta. Sin decir una palabra, Coco y yo la seguimos a traves del umbral. Beau se reunio con nosotras en el vestibulo un momento despues, mientras estudiaba la sala en penumbra con una suspicacia clara. Una gruesa capa de polvo cubria los candelabros. La cera que habia goteado hasta el suelo de madera se habia endurecido entre las hojas muertas y demas restos. Nos llego una corriente de aire desde el santuario un poco mas alla. Sabia a salmuera. A descomposicion. --Joder, este lugar esta encantado --susurro Beau. --Ese lenguaje. --Frunci el ceno en su direccion y entre en el santuario. Se me comprimio el pecho al ver los bancos destartalados. Las paginas rotas de los himnarios amontonadas en un rincon para pudrirse--. Esto fue un lugar sagrado en el pasado. --No esta encantado. --La voz de Lou resono con eco en el silencio. Se detuvo detras de mi para levantar la vista hacia la vidriera. La cara suave de santa Magdalena le devolvio la mirada. Era la santa mas joven de Belterra; habia sido venerada por la iglesia por regalarle a un hombre un anillo bendecido, por el cual su negligente esposa habia vuelto a enamorarse de el y se habia negado a separarse de su lado, incluso cuando su marido se embarco en un peligroso viaje por el mar. Se habia adentrado detras de el en las olas y se habia ahogado. Solo las lagrimas de Magdalena pudieron resucitarla--. Los espiritus no pueden vivir en suelo consagrado. --?Como sabes eso? --pregunto Beau, con el ceno fruncido. --?Como es que no lo sabes tu? --replico Lou. --Deberiamos descansar. --Pase un brazo en torno a los hombros de Lou y la conduje hasta un banco cercano. Estaba mas palida de lo habitual, con oscuras sombras bajo los ojos y el pelo enredado y despeinado por el viento despues de varios dias de duro viaje. Mas de una vez, cuando ella creia que no la estaba mirando, habia visto convulsionarse todo su cuerpo, como si luchara contra alguna enfermedad. No me sorprenderia. Habia sufrido mucho. Todos lo habiamos hecho--. Los aldeanos se despertaran pronto. Investigaran cualquier ruido extrano. Coco se instalo sobre un banco, cerro los ojos y se echo la capucha de la capa por encima de la cabeza. Para no vernos. --Alguien deberia montar guardia. Aunque abri la boca para ofrecerme a hacerlo, Lou me interrumpio. --Lo hare yo. --No. --Negue con la cabeza, incapaz de recordar la ultima vez que Lou habia dormido. Notaba su piel fria y pegajosa contra la mia. Si de verdad estaba luchando contra alguna enfermedad, necesitaba descansar--. Duerme tu. Yo vigilo. Un sonido reverbero muy profundo en su cuello mientras ponia una mano sobre mi mejilla. Su pulgar rozo mis labios, se demoro ahi un poco. Igual que sus ojos. --Preferiria mil veces vigilarte a ti. ?Que veria en tus suenos, Chass? ?Que oiria en tus...? --Ire a ver si hay comida en la despensa --musito Beau. Paso por nuestro lado de mal modo y miro atras para lanzarle a Lou una mirada de asco. Mi estomago gruno mientras lo veia marchar. Trague saliva e ignore la punzada de hambre. La repentina y desagradable presion en mi pecho. Con suavidad, retire la mano de Lou de mi mejilla y me quite el abrigo para darselo a ella. --Vete a dormir, Lou. Te despertare al atardecer y podremos... --las palabras quemaron mi garganta--... podremos continuar. Hacia el Chateau. Hacia Morgane. Hacia una muerte segura. Lou habia dejado bien claro que iria al Chateau le Blanc, la acompanaramos o no. A pesar de mis protestas, a pesar de recordarle por que buscabamos aliados para empezar, por que los necesitabamos, Lou seguia afirmando que podia manejar a Morgane ella sola. Ya oisteis a Claud. Afirmaba que esta vez no dudaria. Ella ya no puede tocarme. Afirmaba que reduciria su hogar ancestral a cenizas, junto con toda su familia. Construiremos uno nuevo. ?Un nuevo que?, habia preguntado yo con recelo. Un nuevo todo. Jamas la habia visto actuar con una intensidad tan decidida. No. Obsesiva. La mayoria de los dias, un brillo feroz iluminaba sus ojos, una especie de hambre salvaje, pero en otros, no los tocaba ninguna luz en absoluto. Esos dias eran muchisimo peores. Se dedicaba a observar el mundo con una expresion aturdida, y se negaba a reconocerme a mi o a mis debiles intentos de consolarla. Habia solo una persona que podia hacer eso. Y el ya no estaba. Ahora tiro de mi para tumbarme a su lado, mientras me acariciaba el cuello casi sin pensar. Sus dedos frios hicieron que un escalofrio bajara correteando por mi columna y senti un repentino deseo de apartarme. Hice caso omiso. La sala se sumio en un silencio denso y pesado, excepto por los grunidos de mi estomago. El hambre era una companera constante esos dias; ya ni siquiera recordaba la ultima vez que habia comido hasta saciarme. ?Con Troupe de Fortune? ?En el Hueco? Al otro lado del pasillo, la respiracion de Coco se hizo poco a poco mas regular. Me concentre en el sonido, en las vigas del techo, mas que en la piel gelida de Lou o en el dolor en mi pecho. No obstante, pocos segundos despues, unos gritos brotaron de la despensa y la puerta del santuario se abrio de par en par. Beau salio disparado y paso como una exhalacion hasta mas alla del pulpito. --!Retirada! --Gesticulo como loco hacia la salida mientras yo me levantaba de un salto--. !Hora de irnos! Ahora mismo, ahora mismo, vamonos... --!Alto! --Un hombre encorvado con las vestiduras de un cura irrumpio en el santuario con un cucharon de madera en la mano. De el goteaba estofado amarillento. Como si Beau hubiese interrumpido su almuerzo de media manana. Los trocitos de verduras desperdigados por la barba canosa y descuidada que ocultaba la mayor parte de su cara confirmaron mis sospechas--. He dicho que vuelvas aqui... Freno en seco y derrapo hasta pararse cuando nos vio al resto. Por instinto, me gire para esconder la cara entre las sombras. Lou se echo la capucha por encima de su pelo blanco y Coco se puso en pie, preparada para salir corriendo. Pero ya era demasiado tarde. Una chispa de reconocimiento ilumino sus ojos oscuros. --Reid Diggory. --Me miro de arriba abajo, luego detras de mi--. Louise le Blanc. --Incapaz de reprimirse, Beau se aclaro la garganta desde el vestibulo y el cura lo miro unos instantes antes de soltar una risita burlona y sacudir la cabeza--. Si, tambien se quien eres tu, chico. Y tu -- anadio en direccion a Coco, cuya capucha todavia ocultaba su rostro entre las sombras. Como habia prometido, Jean Luc habia anadido su cartel de <> al lado de los nuestros. Los ojos del cura se entornaron al percatarse de la daga que habia desenvainado--. Guarda eso antes de que te hagas dano. --Sentimos haber entrado aqui sin permiso. --Levante las manos en ademan de suplica, mientras fulminaba a Coco con la mirada a modo de advertencia. Sali al pasillo con disimulo, y empece a dirigirme poco a poco hacia la salida. Detras de mi, Lou hizo lo mismo--. No pretendiamos causar ningun dano. El cura solto un bufido desdenoso, pero bajo el cucharon. --Os habeis colado en mi casa. --Es una iglesia. --La apatia resto enfasis a la voz de Coco, que dejo caer la mano como si de repente no fuese capaz de soportar el peso de la daga--. No una residencia privada. Y la puerta no estaba cerrada con llave. --Tal vez para tentarnos --sugirio Lou con un placer inesperado. Con la cabeza ladeada, contemplo al cura fascinada--. Como una arana con su tela. El ceno del cura se fruncio ante el abrupto cambio de tema, al igual que el mio. La voz de Beau reflejo nuestra confusion. --?Que? --En las zonas mas oscuras del bosque --explico Lou, arqueando una ceja--, vive una arana que caza otras aranas. L'Enchanteresse, la llamamos. La hechicera. ?No es asi, Coco? --Coco no respondio, y Lou continuo hablando con decision--. L'Enchanteresse se cuela en las telaranas de sus enemigos, tironea de sus hebras de seda y les hace creer que han atrapado a una presa. Cuando las aranas llegan para darse el festin, la hechicera ataca, envenenandolos despacio con su veneno singular. Los saborea durante dias. De hecho, es una de las pocas criaturas del reino animal que disfruta infligiendo dolor. La miramos todos con cara de pasmo. Incluso Coco. --Eso es perturbador --comento Beau al cabo de unos instantes. --Es inteligente. --No. --Beau hizo una mueca, la cara contorsionada--. Es canibalismo. --Necesitabamos un sitio donde refugiarnos --intervine yo, con la voz un poco demasiado alta. Demasiado desesperada. El cura, que habia estado observando como renian con una expresion de desconcierto, se giro hacia mi--. No sabiamos que la iglesia estaba ocupada. Nos marcharemos de inmediato. El hombre continuo mirandonos en silencio, el labio un poco retraido. El oro broto ante mi en respuesta. Buscaba. Tanteaba. Protegia. Hice caso omiso de su pregunta silenciosa. No necesitaria magia ahi. El cura blandia solo una cuchara. Aunque hubiese llevado una espada, las arrugas de su cara indicaban que era mayor. Anoso. A pesar de su altura, el tiempo parecia haber marchitado su musculatura y haber dejado a un anciano enclenque y larguirucho a su paso. Podiamos escapar de el sin problema. Agarre la mano de Lou para estar preparados, lance un rapido vistazo a Coco y a Beau. Los dos asintieron una vez a modo de confirmacion.

  • Contra todo esto. Un manifiesto rebelde de Manuel Rivas

    https://gigalibros.com/contra-todo-esto-un-manifiesto-rebelde.html

  • !Tu te lo buscaste! 3, Emma Green de Emma M. Green

    https://gigalibros.com/tu-te-lo-buscaste-3-emma-green.html

  • Ni siquiera los muertos de Juan Gomez Barcena

    https://gigalibros.com/ni-siquiera-los-muertos.html

    La conquista de Mexico ha terminado, y Juan de Tonanes es uno de tantos soldados sin gloria que vagan como mendigos por la tierra que contribuyeron a someter. Cuando recibe una ultima mision, dar caza a un indio renegado a quien apodan el Padre y que predica una peligrosa herejia, comprende que puede ser su ultima oportunidad para labrarse el porvenir con el que siempre sono. Pero a medida que se interna en las tierras inexploradas del norte siguiendo el rastro del Padre, descubrira las huellas de un hombre que parece no solo un hombre, sino un profeta destinado a transformar su tiempo y aun los tiempos venideros. Esta novela es la historia de dos hombres sin hogar, que avanzan porque ya no pueden retroceder, y es tambien una reivindicacion de justicia para los perdedores de la Historia.

  • Pequenas grandes cosas de Jodi Picoult

    https://gigalibros.com/pequenas-grandes-cosas.html

    Ruth Jefferson es enfermera en la sala de partos de un hospital de Connecticut, una profesional con mas de veinte anos de experiencia. Ruth empieza su turno con el reconocimiento rutinario de un recien nacido, pero unos minutos despues le comunican que el nino tiene otra enfermera. Los padres son supremacistas blancos y no quieren que Ruth, que es de origen africano, toque a su pequeno. El hospital satisface sus deseos, pero al dia siguiente el nino sufre una crisis cardiaca y Ruth es la unica enfermera de servicio. ?Obedecera las ordenes de la direccion o intervendra a pesar de todo?
    Con un extraordinario despliegue de inteligencia y sinceridad, y una gran empatia, Jodi Picoult aborda los problemas de la raza, los privilegios, los prejuicios, la justicia y la compasion y no da soluciones comodas. "Pequenas grandes cosas" es una obra excelente de una escritora en el momento mas brillante de su carrera.

  • La isla del Grifo de Daniel Mateos

    https://gigalibros.com/la-isla-del-grifo.html

    El pequeno buque atraco en el malecon y los dos marinos bajaron de inmediato. Vestian uniforme gris, el cuerpo cubierto desde las suelas hasta la cabeza. Bajaron del buque a pasos largos, una mano en las escaleras para subir y la otra en la M16. Una vez estables, el buque se alejo y su tripulante hizo un gesto de despedida; los dos marinos lo imitaron y dieron media vuelta despues de eso. Avanzaron por el camino de concreto que los llevo hasta la playa y que, si avanzaban un poco mas, los llevaria hasta la selva. Pero la revision de la isla implicaba todo, y para revisar todo, se tiene que empezar por donde se entra. Ambos pisaron la arena, casi blanca, y continuaron caminando por toda la orilla del mar; uno por la parte seca y el otro mojaba sus botas con la poca agua que llegaba del oleaje. -- Quisiera poder quitarme las botas --dijo Santiago -- este calor me va a quemar los pies. -- No creo que te convenga --contesto Leonardo, su companero -- te dan permiso de quitarte el casco y los guantes, pero las botas nunca. No te apures, pronto bajara el sol y con el la temperatura. Ademas, se ve que va a llover, eso refrescara un rato. -- Por eso mismo hay que apurarnos. No quiero que me agarre la lluvia en este lugar. Terminaron la franja de arena, se encontraron con unas rocas frente a ellos y decidieron escalar unas cuantas. Leonardo, con mas experiencia por haber nacido en un lugar con mar, ayudaba a Santiago a dar cada paso sobre las rocas, dandole a veces la mano para que no resbalara con las rocas lamosas; y con la otra mano, ambos, sujetaban su arma porque "ella era su vida y la de su companero", les dijeron. Cuando se dieron cuenta de que por ahi ya no habia acceso, retrocedieron pisando las mismas piedras por las que habian avanzado y, de la misma manera, regresaron por toda la franja de la playa, uno por la arena seca y el otro por la humeda. -- Tomemos el camino pavimentado, para que te sientas mas en casa --dijo Leonardo. -- Y por la sombrita, al cabo que ya vamos para la selva. Los dos marinos subieron las escaleras que conectaban la playa con el camino de concreto y el malecon. Habian recibido ordenes de recorrer toda la isla para vigilar que las normas dictadas por la Secretaria de Marina se estuvieran cumpliendo a cabalidad. -- Segun dijo el teniente, con que recorramos todo el camino de concreto, hasta donde nos lleve, con eso terminamos el trabajo. Dijo que aunque vieramos otros caminos, si no eran de concreto, no los siguieramos, porque corremos el riesgo de perdernos --apunto Santiago a su companero, como si el no hubiera estado presente cuando les dieron las ordenes. -- Ya lo se --dijo Leonardo -- yo estaba ahi, al lado tuyo, cuando nos dieron las ordenes. Pero no te preocupes, esta isla es pequena, no nos perdemos. Y si lo hacemos, por muy pendejos que podamos estar, el chiste es caminar derecho para ubicar en que lado de la isla estamos -- frente a ellos estaba la trifurcacion del sendero, el camino de en medio parecia subir, el de la derecha recorrer por el barranco de la isla y el izquierdo conducia por el mismo espacio que la playa abarcaba -- ?cual tomamos? -- Derecha --contesto Santiago sin pensarlo -- una vez lei que para salir de un laberinto siempre hay que tomar el camino de la derecha. -- ?A poco si muy lector? -- Solo a veces, cuando nos tienen encerrados en la base. Mientras los otros se masturban entre ellos prefiero hacer cosas menos homosexuales, y leer es lo poco que nos queda. Tambien investigue esta isla y se que por el camino de la derecha llegas a una playa oculta donde nadie te veria desde alguno de los buques o desde la base... -- ?Traes? --pregunto Leonardo con una sonrisa. -- Nunca salgo sin ella. Caminaron por el sendero de la derecha, solo hojas cafes tiradas por todos lados. El sendero era estrecho, por lo que caminaron uno delante de otro; el de enfrente con la M16 sujeta, apuntando al suelo; el de atras con el arma colgada en la espalda. Cuando sintieron dar la vuelta a la isla al seguir ese camino, pensaron que era interminable y que, aunque el paisaje cambiaba constantemente de su lado derecho (arboles en diagonal colgando hacia las rocas del mar, luego mar sin rocas y luego rocas con mar pero sin arboles), no parecia haber ninguna novedad del lado izquierdo, solo rocas y plantas, nada mas. -- No encontre mucho. --dijo Santiago -- Lo que se de la playa me lo dijeron unos companeros que ya habian venido. Y a pesar de que la gente si la visita, pareciera ser una isla abandonada. -- Una isla maldita... -- Abandonada, dije. Eso si. Se cree que vivia gente aqui antes de que la Marina se encargara de ella. Se dice que estos caminos de concreto fueron hechos sobre los caminos naturales, hechos con los pies, de los antiguos pobladores del lugar, a los que nadie sabe que les paso. -- Algo los habra hecho desaparecer. -- Tal vez --dijo Santiago -- solo fueron pescadores que frecuenten estas aguas, o contrabandistas que esconden cosas aqui o piratas, tambien; recuerda que este puerto es muy viejo, esto no tiene por que ser una historia encontrada en un libro. El camino se separa de la costa y sube y se adentra en la selva, al llegar a este punto, ellos tambien lo hicieron y se sintieron aliviados de caminar hombro con hombro. En lo que subian, vieron un camino de tierra. El viento soplaba fuerte aun en esa profundidad de la selva y, sin embargo, el camino de tierra no se lleno de hojas como si lo estaba el sendero de concreto. Los dos marinos solo lo miraron. Mas adentro, ya con las copas de los arboles como techos protectores del sol y el calor, encontraron otro camino de tierra que subia una ladera y parecia que regresaba por donde el camino de cemento los habia traido. -- ?A donde crees que lleve? --pregunto Leonardo. -- De regreso. Parece --contesto Santiago. -- ?De verdad me estas diciendo que te lleva al mismo lugar a donde te lleva este mismo camino? -- ?Y por que no? -- Escuchate. Dices que la gente que hizo ese camino con sus pies, llego a este punto, quiso regresarse y, en lugar de darse una media vuelta y bajar por donde habia venido, decidio dar una vuelta en U y regresar por otro camino al mismo punto de donde partio. ?Te parece logico? -- Lo que me parece logico --dijo Santiago -- es lo que nos ordeno el comandante. Que siguieramos solo el camino de cemento. No te distraigas con eso, por favor, si te pierdes tendre que buscarte y sabes que soy malo con los ambientes naturales. Seguro me perdere yo tambien y tendre que reportar tu desaparicion con el comandante. Ven, hay que apurarnos que ya quiero llegar. Cuando empezaron el descenso, Leonardo estaba seguro de que ya habian encontrado la playa; el sabia distinguir el ruido del oleaje, el olor a sal y lo fresco del aire, pero fue Santiago el que se emociono al escuchar el comentario de que estaban a punto de llegar. Bajaron por un camino que zigzagueaba como una serpiente y Leonardo recordo estar alerta de que ningun animal se les acercara. -- ?Sabes como le decian antes a esta isla? El grifo, por el animal con alas de aguila, cuerpo de leon y quien sabe cuanta madre mas. -- A lo mejor en otro tiempo si vivia un animal asi por estos lados. -- O vivian varios animales parecidos, de los que se componia el grifo ese... o viven... mantente alerta. Bajaron lo suficiente como para ver, por fin, una ola rompiendo en las rocas y llegando sin fuerza hasta la playa. "Playa palmitas. Por favor, no ensucie la playa ni corte ninguna planta. Area protegida por la Marina Armada", decia el letrero colocado un escalon antes de tocar la arena. -- Mira --dijo Santiago -- somos nosotros. -- Y venimos a cuidar --sentencio Leonardo. Los marinos estaban por quitarse los uniformes cuando Leonardo recordo que debia echar un vistazo al mar para cerciorarse de que no habia buques que pudieran verlos. Santiago, por su parte y en lo que su companero regresaba, busco entre sus multiples bolsas el cigarro de mariguana que habia traido para esa ocasion. Cuando Leonardo, desde las piedras mas cercanas al mar, dio la senal de todo en orden, Santiago dejo el cigarro acomodado en una piedra, se quito el uniforme y desnudo entro al agua. De aquel lado el oleaje era mas intenso que en la primera playa que visitaron. El marino que se encontraba desnudo y dentro del agua tenia dificultades para mantenerse estable ya que las olas lo arrastraban con violencia y, si se descuidaba lo azotaban contra rocas atoradas en la arena. -- Con cuidado, no te vaya llevar. -- La que me llevo fue la chingada --respondio Santiago -- pero eso hace mucho tiempo. ?Tu ya has zarpado? -- Si, cuando estaba en la escuela. ?Tu no? Pense que eso era lo primero que le hacian a los grumetes cuando entran. -- Alla no. De donde yo soy lo primero que haces el lavar banos y cambiar jabon. Esta es la primera vez que vengo al mar desde que entre. Leonardo prendio el cigarro de mariguana y comenzo a inhalar. Reposo su espalda en la arena, bajo un arbol, concentrado en los sonidos: el agua golpeando contra las rocas, los pajaros que, creia, estaban justo arriba de su cabeza, otros animales, los gritos que hacia su companero mientras luchaba contra la corriente y de repente, el ruido de un animal extrano que nunca habia escuchado y que olvido al poco rato de haberlo oido. El tiempo para Leonardo se habia detenido, se sentia suave, como un insecto mas de la isla y los arboles giraban alrededor suyo. Enterraba los dedos en la arena, sentia cada grano entre sus unas, como para contarlos todos. Leonardo estaba en paz, y fue por eso que el agua salpicandolo se sintio en cada parte de su cuerpo. Al principio penso que era Santiago saliendo del agua el que le estaba jugando una broma, sin embargo, al incorporarse y recuperar la atencion hacia el exterior, se dio cuenta de que el oleaje habia crecido peligrosamente, tanto, como para salpicarlo hasta donde el estaba. Lo primero que hizo fue ponerse de pie y buscar a su companero. A primera vista no lo encontro. El agua estaba agitada, asi que la espuma y la arena revuelta le impedian ver lo que estaba sumergido. Grito el nombre de Santiago mientras lo buscaba en las rocas. Fue por su M16 gritando por su companero. Quito el seguro y apunto. Una mano se coloco sobre la empunadura de su arma. -- ?Y luego que? --dijo Santiago -- ?Ibas a dispararle a las rocas? No se malviaje, marino. La corriente esta muy fuerte y el sol se esta tapando por las nubes, es mejor que nos vayamos. Cuando Santiago se puso el uniforme prendio de nuevo el cigarro de mariguana e inhalo tres veces. Luego se nego a darle a su companero, lo apago y tiro los restos en la tierra una vez que subieron a la selva. -- El plan ahora es seguir los otros caminos --dijo Santiago -- ?te parece si vamos al faro hasta que se te pase el efecto? No quiero que por casualidad vuelvas a hacer otra pendejada y alguien, por casualidad nos este viendo. Leonardo no dijo nada. Solo asento con la cabeza. Regresaron a la trifurcacion, esta vez tomaron el camino de la izquierda. Recorrieron toda la franja de la playa por entre los arboles y, cuando termino la playa, el sitio por el que no habian podido subir por entre las rocas del mar. Sintieron, otra vez, que daban la vuelta a la isla pero ahora del otro lado y llegaron a una especie de plaza hecha quiza por la naturaleza o por el hombre, era dificil saberlo. En ella, la vista era espectacular. La naturaleza cubria una especie de cuadro que semejaba a una pantalla, la vision era de tierra firme, las dos puntas de la bahia: la vista de siempre pero al reves. -- ?Ya viste eso? --dijo Santiago senalando una roca enorme, casi redonda, colocada como con las manos en una superficie de rocas ultradelgada, de donde no se entendia como era posible que la roca grande se mantuviera inmovil sobre esa base tan inestable -- No entiendo como es que esa roca grande se mantiene inmovil sobre esa base tan pequena. Leonardo no dijo nada. Ambos se quedaron mirando la roca. Santiago tomo tres piedras del suelo, del tamano de un puno y las arrojo contra la roca, creyendo que con un leve movimiento iba a poder desestabilizar aquello. Pero nada paso y los dos marinos continuaron el recorrido. Regresaron a la trifurcacion. La nube gris ahora estaba encima de la isla pero todavia no llegaba a tierra firma. Parecia mas grande cada vez. Ahora tomaron el camino de en medio, el que subia, y subieron. Eran escaleras pequenas que parecian no tener fin aunque no provocaban cansancio. Cuando por fin llegaron a una planicie, se encontraron frente a un puente como de unos 3 metros de alto y 5 de largo, estaba hecho de madera pero no se veia peligroso, solo un poco viejo, pero nada que hiciera pensar en peligro. -- ?Escuchaste al teniente mencionar esto?

  • Insufrible amor de Sophie Saint Rose

    https://gigalibros.com/insufrible-amor.html

    Marion necesita un trabajo nuevo pero antes de volver a servir hamburguesas y aguantar a los clientes prefiere la tranquilidad de limpiar una casa. La tranquilidad y Jack Spencer no tienen nada que ver.

  • Una flor del mal de Miquel Molina

    https://gigalibros.com/una-flor-del-mal.html

    Gustave Flaubert, acaso sin proponerselo, dejo una pregunta sin respuesta cuando escribio que su Emma Bovary se parecia a <>.
    ?A quien se referia? ?A un personaje real? ?A un dicho popular? ?A la modelo de un cuadro? ?Existio realmente una Bovary de Barcelona? El azar quiere que sea un profesor barcelones de secundaria quien intente resolver el enigma, siglo y medio despues de que Flaubert describiera asi a su heroina. El catedratico de literatura Guillermo Jimenez busca la respuesta entre Filadelfia, Lyon y Barcelona. Sera precisamente en esta ultima ciudad donde la aparicion en una misteriosa casa modernista de un cuadro expoliado por los nazis instigara su busqueda. Gustave Courbet, Baudelaire, damas francesas del xix adictas al opio, Hermann Goring y una perturbadora mujer de nuestros dias dan cuerpo a una investigacion sobre el deseo y la obsesion, la historia y el arte, la verdad y la ficcion.

  • Los ascensores dormidos de La Habana de Carlos Diaz Dominguez

    https://gigalibros.com/los-ascensores-dormidos-de-la-habana.html

    <>. Esa fue la singular sugerencia que le planteo el presidente de la editorial al exitoso escritor Alberto Rodriguez-Conde. La aceptacion del nuevo proyecto le va a arrastrar a una aventura que cambiara su destino.

  • Historia de un desafio de Manuel Sanchez Corbi

    https://gigalibros.com/historia-de-un-desafio.html

    Han sido numerosos los libros publicados en estos ultimos anos sobre la historia de ETA, y desde muy diversas perspectivas. En la mayoria, el protagonismo de la Guardia Civil es muy importante, como no puede ser de otra manera, pero faltaba un angulo fundamental, la cronica real, cruda, estremecedora a veces, documentada con rigor y escrita por los propios guardias civiles, de un tiempo en el que su actuacion se resumia en dos palabras: sacrificio y sufrimiento.

  • Tokio Blues de Haruki Murakami

    https://gigalibros.com/tokio-blues.html

    Mientras aterriza en un aeropuerto europeo, Toru Watanabe, un ejecutivo de 37 anos, escucha una vieja cancion de los Beatles que le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de los anos sesenta. Con una mezcla de melancolia y desasosiego, Toru recuerda entonces a la inestable y misteriosa Naoko, la novia de su mejor y unico amigo de la adolescencia, Kizuki.

  • El Sacrificio Imposible (Los Aramitianos 1) de Kerr-ann Dempster

    https://gigalibros.com/el-sacrificio-imposible-los-aramitianos-1.html

    Siglos atras, la rivalidad entre hermanos destruyo Aramith. Como castigo, los perdedores fueron despojados de su Inmortalidad y condenados a vivir en la Tierra, consumidos en la vejez y enfermedades. Pero aun hay esperanza.

  • La abadesa de Bingen de Maria Elisa Cortina

    https://gigalibros.com/la-abadesa-de-bingen.html

  • Los secretos de Holden de Becka Sallow

    https://gigalibros.com/los-secretos-de-holden.html

    Otra manana mas avanzo a la misma tortuosa velocidad de siempre no tardando en llegar a su fin sin que apenas pudiera percatarme de que esta habia comenzado. No pude retener el suspiro que escapo de mis labios al hacer memoria y comprobar que ese dia no se diferencio mucho de los demas para mi desgracia. Entre con una gran sonrisa en la cara esperando ilusamente que algo en mi rutina cambiara por alguna cuestion divina y a medida que las manecillas del reloj avanzaban mi animo iba cayendo proporcionalmente, aunque no por eso deje de ofrecer mi ayuda a todo companero que pasaba por mi lado sin que los resultados fueran diferentes de las semanas anteriores. Tal y como cada dia solo querian una cosa de mi, que fuera una especie de secretaria personal para ellos cuya unica mision era hacer sus recados y complacerlos. Me estaba empezando a cansar de que solo me pidieran ayuda para llevarles cafes, bebidas energeticas, tes, donuts (de chocolate, con almendras, sin gluten,…), algun informe o algo similar. A esas alturas, tras dos meses trabajando en el hospital como nadie podia arriesgarme poniendo la mano en el fuego a que me sabia exactamente como le gustaba el cafe y que tipo de bolleria consumian cada dia cualquier trabajador del centro. Al menos no era un edificio demasiado grande, cosa que me servia de consuelo en mis dias malos que solian ser bastantes visto el panorama. Me ponia decepcionaba la manera en la que me juzgaban mis companeros sin darme una oportunidad de demostrar lo que sabia hacer, que acabara de terminar la carrera no significaba que fuera una mala trabajadora. Ninguno de los enfermeros del hospital se atrevian siquiera a que pusiera una simple inyeccion por miedo a que lo hiciera mal. !Que no tuviera experiencia aun no significaba que no supiera nada sobre enfermeria! !Tenia una carrera! --!Molly! Mi cuerpo se puso en alerta nada mas escuchar mi nombre pronunciado por aquella espantosa voz aguda anunciando malas noticias. Solte un gemido de fastidio mientras intentaba escabullirme sin que la morena se diera cuenta entre miradas extranadas de pacientes que me observaban perplejos mientras recorria de puntillas el pasillo. Cloe, tambien conocida como mi demonio personal, se habia encargado desde el minuto uno de dejarme saber que a partir de ese momento yo estaba alli para ser unica y exclusivamente su recadera personal. --!Molly no te escondas, necesito un cafe bien cargado! Ignorando sus chillidos camine de la forma mas silenciosa que pude hasta la sala de urgencias conociendo el camino de memoria. Esta estaba abarrotada de gente con toda clase de problemas como la mayoria del tiempo. Y a pesar de eso, yo no podia ayudarles en nada. Menos cuando alguno tenia algun problema digestivo y le daba por sacar de su intestino toda la comida ingerida, ahi si que me buscaban mis companeros. Desde luego que cuando ingrese en la universidad para hacer enfermeria no me imaginaba que mi trabajo fuera a ser asi. Un silencio se hizo espacio por la gran sala en la que la gente esperaba atenta a que su turno llegara. Apenas se escuchaba la voz de la reportera que salia por los parlantes de las televisiones a bajo volumen. La gente enmudecio de un momento a otro, casi parecia que ni se atrevian a respirar con demasiada brusquedad por si rompian el ambiente que se habia formado. Cualquier otra persona no se hubiese percatado de lo que se venia, pero yo si. Tampoco era algo muy extrano dado que llevaba ya dos meses en el hospital y situaciones como esas se habian repetido en algunas ocasiones, las suficientes como para saber que aquel era un silencio antes de la tempestad. Y no me equivoque, en apenas segundos los chirridos de unas ruedas se empezaron a escuchar cada vez con mas fuerza por el pasillo de la planta. Las puertas se abrieron con brusquedad mientras una camilla blanca inclinada horizontalmente entraba a gran velocidad acompanada de un par de paramedicos y algun que otro doctor con la bata cubierta de sangre. Un escalofrio me recorrio todo el cuerpo al ver pasar la camilla por delante de mi. Apenas fueron unos segundos pero eso no quito que para mi todo sucediera como a camara lenta. Mi cerebro fue capaz de procesar unos ojos celestes encharcados de dolor. Su marcada mandibula reflejaba lo mismo a juzgar por la manera en la que la apretaba, sus cejas fruncidas por el esfuerzo completaban esa imagen de sufrimiento y por si eso no fuera suficiente el chico soltaba pequenos gemidos de dolor presionando sus carnosos labios en el proceso. Lo segui con la mirada mientras salia de la sala sin poder borrar aquella mirada de mi mente sintiendo un repentino impulso de seguir la camilla por los pasillos para averiguar que le habia ocurrido. Habia visto mucha gente sufrir a lo largo de mis veintitres anos de vida, pero nunca me habia sentido tan deseosa de poder ayer como en ese momento. No asi. Poco a poco los murmullos fueron renaciendo hasta dar paso a la estampa inicial: una sala de urgencias con gente hablando a gran volumen mientras se quejaban por falta de personal y enfermeros pasando de un lado al otro intentando evaluar los danos de cada uno. Todo el mundo parecia haberse olvidado completamente de lo que habia pasado hacia apenas unos minutos. Yo no fui una de esas personas. --!Por fin te encuentro! ?Donde estabas? No respondas. --se retracto la morena poniendo una mano perfectamente arreglada enfrente de mi-- Solo traeme un cafe. Que divertido es ser enfermera, ?eh?

  • El desconocido (Solo una noche 1) de Kyra Davis

    https://gigalibros.com/el-desconocido-solo-una-noche-1.html

    Soy responsable, previsible, fiable. La chica en la que todo el mundo confia. Menos esta noche. Esta noche sere la chica que se acuesta con un completo desconocido. Kasie Fitzgerald es una adicta al trabajo con una carrera imparable en una consultora internacional. Esta prometida con un hombre bien relacionado que encanta a sus padres. Todos saben que Kasie es seria, prudente, pragmatica y quiza un poco predecible. ?O no? Cuando su mejor amiga la lleva a Las Vegas a pasar una ultima noche loca... se encuentra con el. Bajo su traje a medida Kasie puede percibir que esta ante un hombre poderoso, intenso y puede que un poco peligroso. Algo agitada, acepta su propuesta para tomar una copa y antes de darse cuenta esta en su habitacion. Y justo cuando Kasie intenta a duras penas olvidar su noche de pasion, el hombre misterioso reaparece en su oficina --como director ejecutivo de una empresa millonaria que exige que ella se encargue de su cuenta... y algo mas --. El atractivo desconocido ha vuelto para invadir no solo su cama, sino tambien su trabajo. Y nada volvera a ser como antes.

  • El gran nivelador de Walter Scheidel

    https://gigalibros.com/el-gran-nivelador.html

    El de la desigualdad es un problema que preocupa hoy en el mundo entero. Pero quienes lo estudian suelen reducirse a considerar los tiempos recientes y olvidan las lecciones a largo plazo de la historia. Este ambicioso e impresionante libro estudia la evolucion de la desigualdad desde las sociedades primitivas hasta la actualidad y nos descubre que las fuerzas que la han reducido a lo largo de la historia han sido los <> de la violencia: guerra, revolucion, colapso de los estados y grandes epidemias. Walter Scheidel nos lleva en estas paginas a una fascinante excursion por la historia de las guerras, de las revoluciones (como la francesa o la rusa de 1917), del colapso de los estados (del Imperio romano o del de los mayas), de las pandemias (como la Peste negra). Entender como han actuado estas fuerzas niveladoras puede resultar decisivo para encontrar politicas que nos permitan combatir pacificamente la desigualdad en el futuro.

  • Los ciegos del 13 de marzo de Francisco J. Sanchez

    https://gigalibros.com/los-ciegos-del-13-de-marzo.html

    Emitio un desesperado quejido al sentir un intenso dolor agudo, entreabrio los ojos y vislumbro a alguien vestido de blanco. Sus parpados volvieron a cerrarse y otra dolorida punzada le obligo a despertar. El frenesi de personal con batas y pijamas blancos por toda la sala era incesante. Aquella marea de actividad que pululaba de un lado para otro le sobrepasaba, no sabia donde se encontraba ni que sucedia, intento incorporase, pero le fallaron las fuerzas, opto por desistir y volver al mundo de Morfeo. --?Como te llamas?, ?que como te llamas? --oia con insistencia. --Ra... fa... --balbuceo con los dos ojos cerrados. --?Cuantas pastillas te has tomado? ?Que cuantas pastillas te has tomado? --volvio a interrogar la joven con voz firme y decidida. Le costaba mantener los ojos abiertos, solo le apetecia dormir y aquella gente le estaban incordiando. --Dejadme... tengo... sueno... --De eso nada. !Espabila! --ordeno la voz. El dolor provocado por la fuerte presion en el lobulo de su oreja le abrio los ojos, busco enfadado la causa de aquel ataque, pero sus munecas estaban maniatadas a la camilla. --Tranquilo, colabora, es por tu bien. Comprendio que se encontraba en el hospital, en urgencias, estaba muy somnoliento, pero vivo. Lo ultimo que recordaba fue el titanico esfuerzo que realizo para pulsar la roja tecla de emergencias de su telefono movil de ultima generacion. De subito se encontro mas lucido y espabilado, la inyeccion por via intravenosa que le aplico el enfermero por orden de la joven doctora le habia hecho un efecto inmediato. La facultativa, ya en un tono mas suave, comenzo a interrogarle para realizarle su historia clinica. Que si tenia alergias, si padecia alguna enfermedad, si tomaba algun tratamiento, antecedentes familiares. Rafa contestaba docilmente mientras quedaba embobado por la belleza de la doctora; <>, pudo leer de soslayo en la tarjeta identificativa que colgaba de su bata desabrochada. Por primera vez en su vida, se sintio relajado, tranquilo y a gusto con una mujer, a excepcion de su madre por supuesto. Se entretuvo contemplando a Alicia, su vaiven por la sala, escribir en el ordenador, susurrar ordenes a las enfermeras con un aterciopelado acento del norte: --Lavado de estomago con carbon activado y despues consulta con psiquiatria. Rafa permanecia fascinado, Alicia era alta y esbelta, morena con pelo largo atado en una coleta de caballo, ojos azules, labios carnosos. Sus pechos turgentes intentaban escapar del generoso escote, cintura de avispa, tras la bata se le adivinaba un culo prieto. --Si, mi turno de hoy es de veinticuatro horas, salgo a las ocho de la manana --escucho decirle a un companero. Tras el tipico sermon sobre las bondades de la vida y la estupidez del suicidio, le inculco animos para buscar solucion a sus problemas. Alicia se despidio muy amable y contoneandose por la sala de pacientes criticos se dirigio al pasillo, hacia su consulta. Debia continuar atendiendo a la larga cola de pacientes que seguian esperando atencion medica en la sala de espera. Rafa la observo obnubilado mientras se alejaba. Tras terminar de vomitar fue trasladado al area de psiquiatria. A primera hora de la manana no tuvo mas remedio que mantener una larga y sincera charla con el especialista. Rafa fue un nino gordito, de estilo rechoncho, un negado para el deporte y todos los juegos que requerian un esfuerzo fisico. Dado su peculiar aspecto, tuvo problemas con frecuencia en el colegio y en su pequeno pueblo natal, famoso por su puente de hierro, aledano a la sierra de la Alpujarra de Granada. Siempre fue el centro de las burlas y desprecio de sus companeros, se mofaban bastante de el. Esto le provoco un gran aislamiento social, convirtiendose en un solitario. En su infancia solo encontro refugio en las novelas, tebeos y enciclopedias de historia, convirtiendose en un avido devorador de literatura de todos los generos. Alcanzo su adolescencia padeciendo una timidez extrema. La unica ventaja es que disponia de mucho tiempo libre para dedicar al estudio y a una de sus aficiones favoritas, la informatica. Geneticamente se parecia mas a su padre que a su madre, por lo que heredo su pelo escaso y grasiento, asi como su baja estatura. Su traslado a la ciudad y la entrada en el ambiente universitario no le cambio demasiado la vida. Ya lucia ademas una prematura alopecia y una gran miopia adornadas con unas gruesas y poco estilosas gafas de alta graduacion que resaltaban aun mas su morfologia. Se licencio con excelentes notas, lo que le permitio buscar con facilidad su futuro profesional como programador. Lo encontro en Almeria, ciudad del sureste, en la costa mediterranea. Pero a demasiada distancia de la unica relacion estable y carinosa de toda su vida, su pequena familia. Adecuo su trabajo a su estilo de vida, se convirtio en su propio jefe. Su profesion la realizaba en casa, sin horario. Le presentaban el desarrollo de una aplicacion o el diseno de una pagina web, solo debia concentrarse, sumergirse en la tarea y dedicarle todo su tiempo. Descubrio que por la noche trabajaba mejor, las conexiones de Internet fluian mas despejadas, su ordenador iba mucho mas rapido y las paginas web subian con mayor velocidad. Asi que cambio sus habitos de vida, dormia mas por la manana y trabajaba en sus proyectos durante las tardes y las noches. Un dia se descubrio con cuarenta anos, sin amigos, sin pareja, sin familia, sin relaciones, solo y amargado. Dada las circunstancias de su vida, siempre tuvo una personalidad depresiva que solventaba con medicacion y muchas horas de trabajo. Le gustaba mucho el sexo, como a casi todo el mundo, aunque nunca habia mantenido relaciones, era virgen e incapaz siquiera de charlar de cosas banales con ninguna mujer. Se ponia tan nervioso que apenas conseguia articular palabra, provocandole una ridicula tartamudez. En una ocasion, recien llegado a la ciudad, intento contratar los servicios profesionales de una prostituta. Al subir a la habitacion de la pension, mientras la chica se desnudaba, se sintio tan nervioso que un amargo sabor de boca le provoco unas arcadas que no pudo reprimir, sin previo aviso y sin poder evitarlo vomito sobre la prostituta. La chica, que ya habia cobrado por adelantado, entro en colera y encontro la excusa perfecta para finalizar su trabajo y largarle a base de gritos: --!Pero sera asqueroso el gordo seboso este! !Como que me llamo Susana, que no me vuelvas a buscar en tu vida! !Cerdo! !A la puta calle! Tras la colosal bronca, Rafa, muy avergonzado, salio apresuradamente huyendo de alli en un lamentable estado de ansiedad. Despues de esta nefasta experiencia, su sexualidad continuo reduciendose a su coleccion de peliculas porno y a su muy querida y fiel amiga <>. Sus circunstancias vitales le provocaron un fuerte rechazo a la sociedad, un resentido y profundo odio general. Aquella fatidica madrugada las cosas iban rematadamente mal. Estaba atascado, como espeso, no le salia nada bien. Decidio tomarse un descanso, ver un poco la tele. No habia nada interesante, multitud de programas de concursos de llamadas, esos de respuesta muy facil, ganchos para sacarle dinero a la gente via telefonica. Encontro en un canal de television local una estupenda y guapisima chica, con unas curvas impresionantes. Realizaba un strip tease al ritmo de una suave musica, a los cinco minutos ya tenia una ereccion y tras otros cinco minutos se limpiaba el semen con un panuelo. Siguio sintiendose mal, fue al botiquin a tomarse su acostumbrada pildora antidepresiva pero en un arrebato, entre lagrimas, se tomo el frasco entero. Se tumbo a esperar en el sillon, mientras seguia viendo en la television lo que mas anoraba, el suave y aterciopelado contacto humano de una mujer. Cada vez le costaba mas sujetar los parpados, insistian en cerrarse, no podia con ellos. No supo por que, movido por un resorte inconsciente, quizas el instinto de supervivencia, alargo el brazo intentando coger el movil de la mesa, el cable que lo mantenia enchufado para cargar la bateria lo impidio y este cayo al suelo hacia el otro lado. Rafa se levanto para recogerlo, sus piernas ya no le sostenian y tambien cayo al suelo. Tras arrastrarse, consiguio alcanzarlo, estaba apagado, lo encendio con dificultad. No podia fijar la vista para marcar el pin, pulso el boton rojo de emergencias y al escuchar la voz de la operadora, solo alcanzo a suspirar <> antes de perder el conocimiento... Rafa salio del hospital convencido de la idiotez que habia cometido, el lavado de estomago habia sido una experiencia que no queria volver a repetir jamas. Le habia costado convencer al psiquiatra de que la crisis autolitica habia cesado y que se tomaria las cosas de otro modo, encarando los problemas de su vida. Llego a su casa, pero le aguardaba una desagradable sorpresa, la puerta estaba destrozada, solo se mantenia cerrada por unas pegatinas de la policia local con la leyenda de <>. El interior estaba algo revuelto, estaba muy cansado para ordenar, le apetecia dormir, asi que dejo el desorden para despues y bloqueo la puerta con una simple silla. Se acosto dejando su dormitorio a oscuras, con las persianas completamente bajadas y la opaca cortina extendida, como era su costumbre. Mientras entraba en el sueno no pudo reprimir pensar en Alicia que le habia causado una honda impresion, sabia que era inalcanzable, ella nunca se fijaria en un tipo como el. Se durmio mientras fantaseaba como podria conseguir atraer su atencion. Descanso durante varias horas, aunque, a pesar de tener un sueno profundo, unas voces lejanas le despertaron. Estaba empapado en sudor, volvio a oir voces, pero esta vez mas cerca. Abrio la puerta del dormitorio y la voz se oyo con mas fuerza, no entendia lo que decia, pero si, era aqui en su piso, dedujo que alguien se habia colado en casa aprovechando la rotura de la puerta. --!Un ladron! --penso preocupado. Tenia unos equipos informaticos por valor de mas de quince mil euros, se iba a enterar el <>, cogio una pesada lampara de la mesita de noche y se dirigio con sigilo hacia la cocina de donde provenia el ruido. Entro y se encontro al individuo de espaldas, como no era del genero valiente quiso evitar un enfrentamiento, no lo dudo y le asesto un fuerte golpe en la cabeza. El delincuente cayo al suelo inconsciente y un hilillo de sangre que manaba de la cabeza, invadio con rapidez el suelo de la cocina. La vision de tanta sangre le asusto. --<> --penso. Se arrodillo y volteo el cuerpo dejandolo boca arriba.

  • Seas Bienvenido de Sarah Sanchez Castro

    https://gigalibros.com/seas-bienvenido.html

    Historias vividas, historias por vivir, historias que tu mente inventa, universos oscuros, temibles y terrores ancestrales. Historias que quisieras contar, historias que quisieras olvidar.El temor a lo desconocido. Las piernas tiemblan, los brazos dejan de ser tuyos, el aliento se pierde entre bocanadas forzadas para continuar un camino sin luz, que te dejara helado. De la creadora de En la Oscuridad de su Mente, aqui tienes siete relatos que no te dejaran indiferente. Cada uno de ellos te hara reflexionar. Algunos no te abandonaran, en las noches oscuras. Te dejaran con los ojos abiertos sin poder conciliar el sueno. Adentrate y Seas Bienvenido.

  • Las cenizas de la mentira de Elena De La Cruz

    https://gigalibros.com/las-cenizas-de-la-mentira.html

    Avery ha perdido a su marido y a su hermana en un accidente. Declan ha perdido a su mujer. Kai, el hijo adolescente de Declan, ha perdido a su madre. Medicos de profesion, ambos se vuelcan en su trabajo, para intentar atenuar el dolor de sus perdidas. Poner sus vidas de nuevo en marcha, es dificil y extenuante, sobre todo, cuando empiezan a surgir sombras, sobre los sucesos del pasado. Pequenos detalles que mancillan los recuerdos felices, indicios que aumentan la perplejidad y la desconfianza, sobre las personas que ya no estan. A traves del tortuoso viaje de las etapas del duelo, Avery y Declan deberan descubrir una parte de su pasado a la que fueron ajenos y que puede doler mas que la propia ausencia. Tambien se descubriran el uno al otro, al iniciar un camino sin retorno, que los llevara a explorar nuevos senderos. En un entorno idilico, cercados por las Montanas Rocosas canadienses, su historia transcurre entre la superacion de la perdida, la asimilacion de la mentira y el nacimiento de una nueva oportunidad.

  • Aunque sea su hermano de Magela Gracia

    https://gigalibros.com/aunque-sea-su-hermano.html

    La culpa era de mis amigas. ?Como si no iba a estar pasando por esto? Ellas habian sido las que me lo habian puesto delante, las que me hicieron mirarlo con otros ojos, las que me hicieron desearlo en silencio. La culpa tenia que ser de ellas... ?Como podia ser de otra manera? ?Acaso yo habria empezado a espiarlo si no llega a ser porque me hicieron verlo como lo veian ellas? Con lascivia... Odiaria por siempre a mis amigas, y los putos viernes. Los viernes siempre me traian a Victor a casa, sin prisas, con sus amigos y sus bromas, con sus palabras obscenas y sus confesiones de alcoba. Los viernes siempre llegaban tras desear a Victor durante toda la semana, mientras me llevaba en coche a la universidad y me acompanaba en silencio en la cena, con algun sandwich hecho a la carrera. Y tras ver a mis amigas babear por el cada vez que se les ponia delante. Los viernes eran malos... porque me daba tiempo de dar rienda suelta a mis fantasias. Y en ellas siempre estaba el. Victor... Aunque fuera su hermano...

  • La subasta de Carmen Omana

    https://gigalibros.com/la-subasta.html

    ?Que harias si por burla del destino terminas en una subasta de virginidades femeninas y el mejor postor de una prestigiosa agencia de escort esta dispuesto a pagar 1350000 dolares por una sola noche contigo?

  • !Como puedes comer eso! de Christophe Brusset

    https://gigalibros.com/como-puedes-comer-eso.html

    Carne de caballo vendida como carne de buey, te verde chino rico en pesticidas, azafran espanol que en realidad es irani, mermelada de fresa sin fresas, guindilla india aderezada con excrementos de raton, leche infantil al toque de melamina... Bienvenidos al lado oscuro de la industria alimentaria, en el que las regulaciones se estiran hasta el limite para ampliar el margen de beneficio, incluso a cambio de poner en riesgo la salud de los consumidores.

  • El maestro de esgrima de Arturo Perez Reverte

    https://gigalibros.com/el-maestro-de-esgrima.html

  • Eh, cowboy, ?de que vas? de Chloe Santana

    https://gigalibros.com/eh-cowboy-de-que-vas.html

    Algunos lo llaman San Valentin, para otros es el Dia de los enamorados, pero para
    Summer es, literalmente, el peor dia del ano.
    Despues de su ultimo desengano amoroso, Summer decide empezar de nuevo en
    el rancho abandonado que heredo de su bisabuela. Pero resulta que la propiedad
    esta en un pueblo alejado de la mano de Dios, se ha perdido y… vaya, por alli
    parece que viene alguien dispuesto a ayudarla.
    Lo ultimo que Connor espera encontrar cuando vuelve de trabajar es a una mujer
    perdida en mitad de la carretera. Ni tampoco que ella lo confunda con un criminal
    cuando decide echarle un cable.
    Ahora el destino de Summer y Connor esta unido a pesar de que no hayan
    empezado con buen pie. Un 14 de febrero, muchos malentendidos y dos personas
    que reniegan del amor pero estan obligadas a entenderse. ?Hara Cupido de las
    suyas con dos corazones testarudos?

  • Dame un ano de tu vida de Maria Border

    https://gigalibros.com/dame-un-ano-de-tu-vida.html

  • Nada me importa mas que tu de Sophie Saint Rose

    https://gigalibros.com/nada-me-importa-mas-que-tu.html

    Roslyn Carrington lleva toda su vida viviendo en una jaula de oro, donde su padre toma todas las decisiones. Pero una no la iba a tomar. Iba a casarse con quien le viniera en gana, vaya que si. No podria impedirlo y le importaba un bledo que no le gustara el hombre que habia elegido.
    Lo que la pillo un poco por sorpresa fue conocer a cierto agente que le alteraba el corazon, al que al parecer tenia que hacer caso por su propia seguridad. Y lo que era peor, ese capullo se habia aliado con su padre para que no llegara hasta su prometido. ?Podria con los dos?

  • Aforismos de Lev Tolstoi

    https://gigalibros.com/aforismos.html

    Breve y fiel al verdadero ahinco con que Tolstoi trabajo durante sus ultimos anos de vida, Aforismos nace como una invitacion a la reflexion por medio de una seleccion de pensamientos -tanto del propio Tolstoi como de los grandes sabios de la humanidad- que el apostol de Yasnaia Poliana reunio en el amplio volumen titulado El camino de la vida (aun inedito en espanol). Selma Ancira procura en estas paginas conservar el equilibrio interno de la obra primigenia con una muy nutrida variedad de maximas de la sabiduria popular y de las diversas religiones; reflexiones de filosofos, poetas y humanistas sin distingo de su nacionalidad, pues la finalidad de este libro es dar a conocer su doctrina, transmitir sus ideas.

  • Me da miedo quererte de Patricia Bonet

    https://gigalibros.com/me-da-miedo-quererte.html

    Primero fueron Marcos y Eva. Ahora, le toca el turno a ella.

  • Cuando ya te habias ido de Rafael Alcolea Harold

    https://gigalibros.com/cuando-ya-te-habias-ido.html

    Aquello que se esconde a nosotros y lo que esta por venir, no es nada comparado con lo que hay en nuestro interior. Me quede desolada, desamparada, deshecha, desubicada, perdida, ida... no podia creer que Robert habia muerto. No ahora. Despues de tanta tristeza, penuria y soledad encerrada en mi jaula dorada. Parecia que despues de todos estos anos comenzabamos a soportarnos, llegabamos a un entendimiento... Robert no habia sido malo conmigo, solamente tuvo un fallo: no era el amor de mi vida, no era Javier. Ahora esto. Esa maldita llamada desde Londres. Mi vida se hizo anicos de nuevo, antes de que pudiese percatarme de ello me la habian vuelto a destrozar. ?Cuando habia perdido la buena fortuna? Hacia ya tanto de aquello que me entristeci de solo recordarlo. Cualquiera que me viese pensaria que lo habia superado, pero como suele decirse: la procesion iba por dentro. --Buenos dias, necesito comunicarme con la senora Sara Scott --requirio una urgente voz al otro lado del telefono en ingles. --Si, digame --respondi con mi perfecto acento ingles. Tras haber vivido algo menos que la mitad de mi vida en el Reino Unido, casi trece anos, dominaba a la perfeccion la lengua de mi marido. --Le llamo del hospital St. Andrews, soy el medico de su esposo. --Disculpe, no le entiendo --pregunte acelerada, pense que habia sufrido un accidente. --Si, vera, soy el doctor Johnson del hospital St. Andrews de la unidad de oncologia... -- realizo una pausas-- vamos, el medico que ha estado tratando a Robert... A este lado del telefono se hizo el silencio. Esperaba ingenuamente que en cualquier momento otra voz gritase que era una broma macabra de mi marido. Pero esa voz no llego. --?Senora sigue usted ahi...? Lamento enormemente comunicarle que su marido ha fallecido hace una hora. Recuerdo que el telefono resbalo de mi mano deslizandose de manera estrepitosa, chocando con el suelo marmoreo de color beige de la casa de verano y desportillandose por una esquina. A pesar del tremendo golpe, el aparato parecia seguir emitiendo algun sonido. --?Se encuentra usted bien? --preguntaba el doctor a miles de kilometros de distancia en su ingles cerrado de la zona de Manchester. Estaba temblando. Sola, de nuevo sola, cuando todo parecia volver a encajar. Mire por el ventanal del salon que daba al jardin. Recuerdo a Carmen jugando despreocupada con su abuela. Despues de tantos anos sin hablarnos, habia empezado a perdonar a mi madre. Carmen chapoteaba y saltaba en la recien estrenada piscina con la inocencia de quien no tiene que preocuparse por nada. Apenas si llevabamos un mes en Espana. Volver a mi tierra despues de tantos anos anorandola habia sido un sueno cumplido. Me habia reencontrado con mi familia, con mis hermanas y sobrinos, mi madre, incluso empezaba a entablar amistad con las familias del barrio. Al menos sabia que durante dos meses al ano, en aquella casa seria feliz. Lejos del ruido, las prisas y la contaminacion de la city londinense. De nuevo en el acogedor lugar del que fui usurpada. Robert era agente de bolsa y viviamos en uno de los rascacielos mas prominentes de la capital britanica. Cuando nos mudamos alli, tuve la esperanza de que tal vez pudiera ver el liviano sol britanico de vez en cuando. Sin embargo, ni siquiera a aquella altura podia sobrepasar la plomiza franja de nubes perennes de Londres que vivian sobre el skyline londinense. Jamas contemple, a pesar de buscarlo a diario, un sol tan brioso y picante como el de Espana, al menos espere encontrar algun timido y tamizado rayito que animara mi espiritu aquellos primeros dias, pero nada, ni siquiera en la planta veinticinco podia contemplarse el sol en un Londres que, rodeado de tanta polucion y dias nublados, se convertia en un sempiterno paraiso de la humedad.

  • Todo lo que sone de Alanna Ignacio

    https://gigalibros.com/todo-lo-que-sone.html

    Todo lo que sone

  • Abandono de M. W. Craven

    https://gigalibros.com/abandono.html

    Los animales no mueren de viejos. Bueno, algunos si, claro. Puede que alguna tortuga de Galapagos llegue hasta el final. O una de esas medusas eternas. Tal vez alguna mascota adorada. Pero esos no son muchos. No lo son si piensas en todos los animales que no son tortugas, medusas o mascotas adoradas. Para la mayoria de ellos, la vejez es una existencia hambrienta y aterradora. Los depredadores se mueren de hambre. Los animales de presa son devorados. Las vacas de carne son sacrificadas. El ganado lechero deja de producir y se convierte en un lastre economico. Las mascotas ancianas y con problemas de incontinencia se vuelven un problema. Pero a veces, y solo a veces, ocurre algo mucho peor. Mas brutal que la vejez. Indiscriminado. Implacable. Devastador. Y, de manera indirecta, a veces mata a seres humanos. El sargento Washington Poe no estaba pensando en una existencia hambrienta y aterradora aquella manana: pensaba en que bonito dia hacia. El y su amiga y companera Tilly Bradshaw desayunaban fuera. Se estaba planteando tomar otra tostada antes de ir a la Oficina de Turismo de Sellafield. El no queria ir a la Oficina de Turismo de Sellafield. Como le habia dicho a Bradshaw, antes preferiria prenderse fuego a los dientes. Pero ella habia insistido, aduciendo que deberia ver el edificio antes de que lo demoliesen. Bradshaw lo habia visitado tres veces, y ella vivia en New Hampshire, le dijo. Poe nunca habia ido y apenas estaba a media hora de su casa. Poe contesto que con eso se podia hacer una idea de su interes por el combustible nuclear. Al final, habian llegado a un acuerdo. Es decir, el cedio. Como siempre. En realidad, tampoco le importaba. Tenian una semana entera libre y disfrutaba de la compania de Bradshaw. Ademas, habia un pub encantador cerca de la oficina. Hacian pastel de carne y rinones con pure de patatas y mantequilla. Y salsa de verdad. Si no se demoraban mucho en el parque cientifico, como lo llamaba Poe, podrian ir al pub antes de que cerrasen la cocina. --Va a ser genial, Poe --dijo ella--. Tienen uno de esos juegos interactivos en los que te puedes disfrazar de isotopo. El se quedo mirandola. --No me hagas cambiar de idea --contesto. Antes de ponerse en marcha, Poe tenia que sortear la conversacion sobre su alimentacion. Esta iba de pan integral, concretamente de la negativa de Poe a comerlo. --La vida es demasiado corta como para no comer pan blanco, Tilly. Cogio la ultima tostada. La unto con una generosa capa de mantequilla salada y le dio un mordisco. --No paras de decir eso, Poe --contesto ella--. Pero lo unico que haces es acumular problemas para el dia de manana. Levanto el pan. --Solo es una tostada. --<> es solo una tostada, Poe. Pero tambien lo eran las otras siete que te has comido. --Crei que te gustaria --dijo el--. Siempre dices que como demasiada carne. --Es que es verdad, pero ocho tostadas son demasiadas tostadas. Poe suspiro e intento devolver la tostada al plato, pero solo consiguio que cayera al suelo. Afortunadamente, Edgar, su springer spaniel ingles, estaba en alguna otra parte persiguiendo zarapitos, por lo que Poe consiguio recuperarla a tiempo. Coger comida del suelo solia ser la manera mas rapida de que te mordiera la mano. --Tipico --gruno. La tostada habia caido por el lado de la mantequilla y se habia cubierto de hierba seca y polvo. Probablemente, caca de oveja. Y aunque Poe era un defensor entusiasta de la ley de los cinco segundos, todo tenia un limite. La dejo en su plato, desilusionado. Ahora ya no podria pensar en otra cosa. Volvio a cogerla. Se planteaba rasparle un poco la mugre. --?Que es tipico, Poe? --?Eh? --Has dicho que algo era tipico... --Mi tostada, que siempre cae por el lado de la mantequilla. Es tipico de mi mala suerte, supongo. Ella le lanzo una mirada que conocia bien. --Es matematica, Poe, no suerte --dijo sin rastro de ironia--. La tostada suele caer desde la mesa y, cuando lo hace, casi siempre tiene la parte untada hacia arriba. A no ser que haya factores externos involucrados, la velocidad de rotacion no suele ser lo suficientemente rapida como para que complete una vuelta entera antes de alcanzar el suelo. Si las mesas midieran tres metros de alto, entonces diriamos que la tostada siempre parece caer con el lado de la mantequilla hacia arriba. Poe no dijo nada. --De hecho, yo no diria que la tostada siempre parece caer con la mantequilla hacia arriba, pero la gente que no sabe de constantes fisicas fundamentales si lo haria. Si quieres, te lo explico con numeros. --Prefiero vestirme de isotopo. Bradshaw no contesto. --?Que pasa? --dijo Poe. --Viene alguien. Poe no solia recibir visitas informales. Su aislada cabana de pastor se encontraba en Shap Fell, una montana azotada por el viento y atestada de ovejas. La carretera mas cercana estaba a algo mas de tres kilometros y solo se podia acceder a pie o con un quad. La mayoria de la gente no lograba encontrarla, aunque les diera indicaciones. Sin embargo, Bradshaw tenia razon: alguien venia. Era un hombre. Observaron como se acercaba. Estaba claro que era un policia: el pelo corto y el traje practico y apto para lavadoras lo decian todo. Esperanzado, Poe penso que su semana libre tal vez estaba a punto de perder un dia. --Hola --dijo Bradshaw. --Hola --contesto el hombre--. Disculpen, he interrumpido su desayuno. --Que va, me gusta sostener tostadas --dijo Poe--. ?Quien es usted y que quiere? --Soy el agente Mike Penhaligon. Me han pedido que venga a buscarle. --?Por que? --Tenemos un problema. --?Que problema? --Me han dicho que sus primeras impresiones son especialmente intuitivas, de modo que tengo ordenes de decir solo una cosa: hemos encontrado dos cadaveres. --Ya no trabajo para la policia de Cumbria. Tilly y yo trabajamos para la Seccion de Analisis de Delitos Graves de la Agencia Nacional del Crimen. --Lo sabemos, sargento Poe, pero la comisaria Nightingale esta a cargo de la investigacion y le ha solicitado personalmente a usted. Eso era extrano. Nightingale era una gran policia, gran comisaria y tenia un solido equipo a su alrededor. --?Por que? --pregunto Poe--. Jo sabe lo que hace. --Las circunstancias son... poco habituales. Creyo que tal vez usted podria aportar algo mas. --Vamos --dijo Poe. Condujo Penhaligon. Hasta Carlisle y luego a la izquierda. Hacia un dia caluroso. Poe y Bradshaw llevaban la ventanilla bajada. El aire empezo a cobrar un desagradable olor dulzon. Cuando Penhaligon giro hacia el aerodromo de Great Orton, Poe empezo a atar cabos. Subio la ventanilla y aconsejo a Bradshaw que hiciera lo mismo. --?Vamos adonde creo que vamos? --le pregunto a Penhaligon. --Si. --?Que ha pasado? --Sera mejor que lo vea usted mismo. El brote de fiebre aftosa de 2001 destrozo a Cumbria. Fue la epidemia animal mas grave de la era moderna y convirtio un condado normalmente tranquilo en un lugar de confusion, matanza y desesperacion. Mas de una cuarta parte del ganado de Cumbria, la mayoria sano, tuvo que ser sacrificado. Programas de cria que se habian ido acumulando con las generaciones anteriores cayeron aniquilados por la pistola del matarife. Y sus legados, borrados. Poe recordaba aun los miles de pediluvios quimicos, los carteles que decian <>, las senales de <>, y de <> en parques, bosques y hasta en zonas infantiles. Recordaba lo inquietantes que se veian las montanas sin ovejas. Los pubs y los pueblos vacios. La fiebre aftosa habia diezmado la industria turistica. Prohibida la entrada a los lagos y las montanas, Cumbria tenia poco mas que ofrecer. Con sus casi tres kilometros y medio de fosas comunes, el aerodromo abandonado de la Royal Air Force en Great Orton se convirtio en el cementerio de la fiebre aftosa en Cumbria. Localmente conocido como el <>, es el lugar de enterramiento masivo mas grande del mundo. Medio millon de animales estan sepultados en sus veintiseis fosas. El ganado muerto, sacrificado en las granjas, era transportado hasta alli dentro de contenedores a prueba de fugas en camiones articulados. Los animales sanos llegaban vivos, eran colocados en fila y sacrificados por matarifes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacion. Luego los echaban a fosas de veinte en veinte. Los animales siguen alli. Pudriendose. Descomponiendose. Goteando... Penhaligon aparco al final de una larga fila de vehiculos. La mayoria de ellos eran de policia, pero tambien habia furgonetas de la Agencia del Medio Ambiente. Poe podia distinguir siluetas informes vestidas con grandes trajes de proteccion biologica trabajando dentro un cordon montado apresuradamente alrededor de una fosa recien abierta. Algunos estaban dentro del agujero, otros se movian por los bordes. No sabia si eran de Medio Ambiente o de la policia cientifica. Probablemente, ambos, penso. Un monton de policias esperaban junto al cordon exterior, todos ellos con mascarilla. --La jefa le esta esperando ahi dentro, sargento --dijo Penhaligon. Les entrego una mascarilla a cada uno--. Sera mejor que se las pongan. No anulan del todo el olor, pero al menos no se les metera nada flotando por la boca. --Pongame seis, por favor --dijo Bradshaw. Poe se acerco al grupo de policias junto al cordon. A cada paso que daba, el apestoso olor a animal se tornaba mas intenso. Cuando llego al cordon, el hedor denso y empalagoso a tejidos en descomposicion, el fango de cuerpos pudriendose, penetraba ya la barrera permeable de su mascarilla. Le recordaba a un caso anterior, en el que quemaban a hombres vivos en los muchos circulos de piedra de Cumbria. Uno de los policias que participaban en aquella investigacion describio el olor como miasmatico. Poe tuvo que buscarlo en el diccionario. Significaba vapores nocivos procedentes de materia organica en descomposicion. No podia haber una palabra mas adecuada para aquel dia. El olor le llego a la garganta produciendole una arcada. --?Sabias que la nariz es el unico organo que puede ver el pasado, Poe? --pregunto Bradshaw--. El olor es retrospectivo. Ya ha ocurrido. Poe agradecia su intento de distraerle: creia que a ella le servia tanto como a el. Y habria funcionado si no hubiese empezado a oir un zumbido. Miro hacia el foso. Los cuerpos parecia que se movian. Sabia que solo se trataba de una ilusion. Eran moscas. Millones de rechonchos moscardones dandose un banquete con su rancio botin. Poniendo huevos. Al cabo de pocos dias, el foso estaria lleno de gusanos. --Puedes quedarte en el coche si quieres, Tilly. Bradshaw nego con la cabeza y endurecio la expresion. Parecia decidida. Ella habia venido para quedarse. Una mujer alta se separo del grupo. Tenia el pelo corto y oscuro, y los ojos mas verdes que Poe habia visto jamas. Se llamaba Jo Nightingale y ya habian colaborado en varios casos. Esa mujer era uno de los pocos policias que respetaba. --Cuanto tiempo, Poe --dijo--. ?Que hay, Tilly? --Hola, comisaria Nightingale. --?Sigues intentando que Poe deje de comer como un adolescente? --?Que ha pasado, jefa? --pregunto Poe, queriendo evitar otra conversacion sobre pan blanco. Ella senalo el hoyo. --Esta es la fosa numero catorce. Estaban haciendo un control rutinario de la tierra en la zanja interceptora, una especie de foso alrededor de la fosa, para monitorizar la bioseguridad y la calidad del agua, y detectaron una rotura. --Y eso significa... --Que la fosa tiene una fuga. --?No estaban selladas? --Si. --Pero tiene fugas... Creia que estas cosas eran impenetrables. Nightingale se encogio de hombros. --Se supone que lo son. DEFRA utilizo revestimientos de arcilla geosintetica en ellas. De medio metro de grosor. La fosa tiene sumideros y zanjas de desague. Pozos de perforacion para comprobar el nivel freatico. --Pero ?ha fallado?

  • Afterburn de Sylvia Day

    https://gigalibros.com/afterburn.html

    Darme cuenta de que seguia colada por Jax fue un mal trago. Solo habia formado parte de mi vida cinco semanas, hacia dos anos. Pero ahora habia vuelto. Se habia entrometido en un acuerdo de negocios que me habia costado mucho conseguir. Y, Dios mio, estaba guapisimo. Sus ojos eran de un marron tan oscuro que parecian casi negros. Rodeados por densas pestanas, eran de una intensidad implacable. ?De veras me habian parecido alguna vez dulces y tiernos? Jackson Rutledge no tenia nada de tierno. Era un hombre experimentado y cruel, hecho de una pasta muy dura. En ese momento comprendi cuanto deseaba desvelar el misterio de Jax. Tanto que no me importaba lo que fuera a costarme.

  • Kalte de Lili Cross

    https://gigalibros.com/kalte.html

    Sangre, venganza, ira, muerte. Todas causan una sed insaciable

  • Mamen de Ma Victoria Garcia Angel

    https://gigalibros.com/mamen.html

    Mamen se levanto temprano. Seguramente, porque estaba habituada a hacerlo y porque no lo estaba en absoluto a trasnochar. Era sabado, claro que tambien lo era cuando se acosto. Estaba contenta, algo despistada. Se preparo un cafe y se sento en el generoso ventanal en chaflan de su estudio. "Que vista tan bonita", penso, mientras sorbia su taza de cafe. La verdad es que el sitio era privilegiado. Un atico de sesenta metros en la calle San Gregorio a tiro de piedra de la Universidad de Sevilla, donde trabajaba desde hacia ya casi diez anos. Era profesora adjunta de Geografia e Historia y, actualmente, preparaba el doctorado. La docencia su gran pasion desde la adolescencia, ese era su sueno. Se implicaba de tal manera que terminaba haciendo cualquier cosa para no defraudar a nadie. Siempre todos podian contar con ella y se preparaba a conciencia organizando, desde grupos de escalada hasta de espeleologia para profesores y alumnos, su popularidad en este ambito iba unida a su buena reputacion como profesora. Sin embargo, en el terreno personal, no habia tenido mucha suerte a pesar de ser una morena atractiva de ojos grandes de un tono pardo que, a veces, con la luz del sol, se tornaban verde oscuro. Su sonrisa espontanea y facil le formaba hoyuelos en las mejillas. Era alta y esbelta, de piernas torneadas y un cuerpo bien cuidado. Su caracter extrovertido guardaba cierta dosis de prudencia con respecto a su vida afectiva, que nunca habia terminado de cuajar, quizas porque, en el fondo, era mas timida de lo que estaba dispuesta a reconocer o, tal vez, porque le habria dedicado demasiado tiempo a la preparacion profesional y no hubiera sabido combinar lo personal con lo vocacional. Seguia alli en su fantastico ventanal viendo a las gentes deambular; con la mente ausente, relajada, con una expresion dulce en su rostro simplemente formando parte de aquella soleada manana de enero que los dioses le regalaban generosamente, hasta que sono el movil sacandola bruscamente del trance. --Dime, Jose --contesto Mamen. --?Como "que te diga"? Llevo diez minutos en el bar. ?Donde estas? --En casa --contesto, culpable. --Y bajas, ?o que? --Dame cinco minutos. --!Joder, Mamen! !Que he comprado churros! --No tardo, no tardo. Mamen se levanto de un salto vociferando "!mierda, mierda! ?Como me he podido olvidar de Jose?". A la vez que buscaba unos vaqueros, un sueter y los zapatos, se metio en el bano, se refresco la cara y se vistio a toda velocidad. Busco el movil, que lo habia tirado en el sillon, echo mano del anorak, la bufanda y el bolso, que estaban colgados en el perchero de la entrada, y salio con las llaves en ristre trotando escaleras abajo como un bombero en practicas. --Hola Jose, buenos dias. --!Hija, que pelos traes! Anda, dame un beso, "descasta". Mamen lo beso y se sento. Al hacerlo, reparo en su pelo al verse reflejada en el espejo situado al fondo del bar, confirmando efectivamente que no se habia peinado. Jose pidio dos cafes y empezo con parsimonia a desplegar el papel aceitoso de los churros a la vez que decia con resignacion "!esto estara para ponerselos a San Pedro donde yo te diga!" --Lo siento, Jose, no se lo que me ha pasado. Se me ha ido el santo al cielo. El camarero sirvio los cafes y desayunaron en silencio. Jose parecia algo molesto. Mamen, que lo conocia como si lo hubiese parido, sabia que se le iba a pasar en cuanto le soltara "el bombazo". Eran amigos desde siempre, nacidos en Carmona, donde habian pasado la infancia y adolescencia. Ahora, los dos vivian y trabajaban en Sevilla. Jose era un hombre alto de pelo castano, ojos oscuros, de rostro armonioso y cuerpo atletico. Tambien se dedicaba a la docencia aunque, para el, esta siempre habia sido su segunda opcion. Era biologo e impartia clase de secundaria en un instituto publico de un barrio periferico de la ciudad. Se habia quedado huerfano de padre a los nueve anos. Su madre, dona Mercedes; una mujer enjuta, de cabellos cortos totalmente canos con una constante mueca austera en sus labios, ojos pequenos e inexpresivos, frios y oscuros como los de un tiburon, nunca volvio a casarse. Habia ayudado a traer al mundo a media Carmona. Matrona de profesion ya jubilada, una senora muy religiosa chapada a la antigua que no se habia movido del pueblo, seguia viviendo en la misma casa con los mismos muebles y con la ropa de su difunto marido dentro del ropero, ordenada y dispuesta como si fuera a ser usada. Se habia consagrado en cuerpo y alma a su memoria y, con esa alegria de animos, habia criado a su hijo con un raro carino autoritario y bastante represivo, "como dios manda". Sobre todo, al darse cuenta de que Jose tenia otras inclinaciones sexuales y, velando por su buen nombre, el de su difunto marido, y su propia reputacion se nego a aceptarlo. La unica vez que hablo del tema, le dijo a su hijo que esa "confusion" que sentia era debido a la falta de la figura paterna que la vida le habia arrebatado tan tempranamente. Y, sin mas, empezo su particular cruzada buscando candidata a nuera con verdadera perseverancia. Esta era su razon de ser, ver a su hijo casado y tener un nieto, cosa que no iba a ser posible a no ser que Jose adoptara. Y no estaba por la labor. Por otro lado, los padres de Mamen tambien eran y vivian en Carmona. Don Pedro, notario de profesion casi jubilado, porque un notario no se jubilaba nunca -- como solia decir. Su aspecto serio y solemne debia ir con el cargo, porque en realidad era un senor regordete y mofletudo de buen caracter y mejor fondo que, por encima de todo, adoraba a su familia. Dona Esperanza; algo menor que su marido, de buen comer aunque intentaba mantenerse solamente rellenita --decia ella --, habia sido una mujer muy guapa a la que siempre le habia gustado cuidarse. Llevaba el pelo corto de un rubio ocre de peluqueria, sus manos de manicura perfecta y sus grandes ojos castanos, eran ahora su mejor baza. El matrimonio habia tenido dos hijas: Esperanza, la mayor, que habia sacado mas parecido a la rama paterna en lo fisico, luchaba sin tregua contra el sobrepeso. En cierto modo, le tenia algo de envidia a su hermana, que no se privaba de nada y no engordaba en absoluto. Lo cierto es que Esperanza era una mujer corriente, de cabello castano y lacio, su media melena le caia sobre los hombros, sus ojos eran pequenos y marrones y, aunque habia en ella algo del caracter materno, este era mas desabrido y seco. Era medico, como Jesus, su marido. Un hombre delgaducho y poca cosa, un poco mas bajo que ella, de caracter docil y calva prominente y, eso si, tenia unos bonitos ojos azules. Mucho buque para tan poco pirata --dijo Jose, cuando se comprometieron--. Residian en Madrid, causa de queja constante de su madre. !Pues anda que no hay hospitales en Sevilla! --era la muletilla que empleaba la senora a la minima--. Y su otra hija, Mamen, dos anos menor que su hermana. Tampoco habia nietos, en esa familia parece ser que esta "desgracia" habia unido mas si cabia a este par de abuelas frustradas que eran amigas intimas. (Eso es lo que tienen los pueblos, que conoces a la gente para siempre). --?Cuando me vas a decir lo que te ha pasado? Porque lo del santo al cielo no me lo trago -- dijo Jose. --!Ya estabas tardando! --!No guapa, aqui quien ha llegado tarde, con la lengua fuera, y sin peinar has sido tu, reina mora! --Vale, vale, mea culpa. Te lo cuento si no montas un espectaculo, que te conozco. --!UUY! Esto promete --se relamio Jose. --Anoche salimos a cenar y me acoste a las tres de la manana. --?Sola? --Si, sola, aunque hicimos el amor en su casa --dijo Mamen, bajando la voz. --!!ALELUYA!! --exclamo Jose, a pleno pulmon. --!Que no grites, ordinario! !Mira que te lo habia dicho! Anda, pago los cafes y te lo cuento en casa, que aqui ya se ha enterado media barra. La escasa vida sentimental de Mamen parecia haber cambiado. Hacia algo mas de un mes conocio a Carlos a traves de Irene, una companera de la universidad algo pizpireta a la que Jose, con su sarcasmo particular, apodaba "la purisima". Fue algo casual, en la calle, a la salida del trabajo. Irene la abordo, algo que le sorprendio, pues no solia mostrarse tan agradable con ella. Se lo presento e insistio para que tomara una cerveza con ellos. Mamen acepto, mas por compromiso que por otra cosa. El resulto ser un hombre encantador. Ademas de tener buena planta, era agradable, correcto, y con un increible don de gentes. La conversacion, fluida e interesante, hizo que lo que iba a ser unas cervezas se convirtiera en un almuerzo, ya a los postres Irene se disculpo porque al parecer habia quedado con alguien y se marcho, de manera que se quedaron solos. La charla se hizo mas personal, mas intima. Carlos le conto que estaba separado, en proceso de divorcio, tenia un hijo de cinco anos y estaba pasando por momentos muy duros. Cuando saco a colacion a Irene, dijo que era una amiga que le estaba ayudando a superar su fracaso sentimental, que era un gran apoyo, casi la hermana que no tuvo. Despues del segundo cafe, ya cerca de las cinco de la tarde, se intercambiaron los moviles, quedaron en verse a la semana siguiente, se despidieron y se marcharon cada uno por su lado. Desde aquel dia se sucedieron las llamadas y las citas. En cada una de ellas, Mamen descubria una nueva faceta en el. Era el hombre perfecto, atractivo y varonil, de trato impecable, carismatico, sensible, y totalmente comprometido con su paternidad. La felicidad de su hijo era su prioridad, lo que se dice "un padrazo".

  • Mujeres de luz de Maria Vallejo-nagera

    https://gigalibros.com/mujeres-de-luz.html

    A lo largo de la historia ha habido mujeres extraordinarias de cuyos corazones han brotado espectros de luz que han deslumbrado de diferente forma a aquellos que las conocieron. ?Como iba a ser de otra forma si eran las mas bellas, las mas valientes, las mas seductoras y luchadoras e incluso las mas envidiadas? !En algunos casos hasta las mas brutalmente calumniadas!

  • Las brumas del miedo, Rafael Abalos de Rafael Abalos

    https://gigalibros.com/las-brumas-del-miedo-rafael-abalos.html

  • La acabadora de Michela Murgia

    https://gigalibros.com/la-acabadora.html

    Fillus de anima. Asi es como llaman a los ninos engendrados dos veces, por la pobreza de una mujer y por la esterilidad de otra. De este segundo parto era hija Maria Listru, fruto tardio del alma de Bonaria Urrai. Cuando la anciana se detuvo bajo el limonero a hablar con la madre de Maria, Anna Teresa Listru, la nina tenia seis anos y era el error despues de tres aciertos. Sus hermanas eran ya unas senoritas, asi que ella jugaba sola en el suelo a hacer un pastel de barro amasandolo con hormigas y poniendo el esmero de una mujercita. Las hormigas movian sus rojizas patas entre la masa mientras iban muriendo lentamente bajo las decoraciones de flores silvestres y el azucar de arena. Al cruento sol de julio, el pastel le crecia en las manos, hermoso como a veces lo son las cosas malas. Cuando la nina levanto la cabeza del barro, vio a su lado a la tia Bonaria Urrai a contraluz, sonriendo con las manos apoyadas en su vientre seco, satisfecha por algo que Anna Teresa Listru acababa de darle. Que era exactamente, Maria no lo comprendio hasta pasado un tiempo. Se marcho con la tia Bonaria ese mismo dia, con el pastel de barro en una mano y en la otra un cesto lleno de huevos frescos y perejil, miserable viatico de agradecimiento. Aunque sonreia, la nina intuia que en alguna parte habria un motivo para llorar, pero no consiguio que le viniera a la mente. Tampoco pudo conservar el recuerdo del rostro de su madre mientras se alejaba, como si la hubiera olvidado hacia ya tiempo, en el momento misterioso en que las hijas deciden por si solas con que es mejor amasar el barro de los pasteles. En cambio, durante anos recordo el cielo ardiente y los pies de la tia Bonaria calzados con sandalias, uno asomando por el borde de la falda negra y el otro oculto debajo, en una alternancia muda cuyo ritmo las piernas seguian con dificultad. La tia Bonaria le proporciono una cama solo para ella en un dormitorio lleno de santos, todos malos. Alli, Maria comprendio que el paraiso no era un sitio para ninos. Dos noches paso en silencio, escudrinando con ojos bien abiertos la oscuridad para sorprender lagrimas de sangre o destellos en las aureolas. La tercera noche se dejo vencer por el miedo al Sagrado Corazon, que apuntaba hacia su pecho chorreante con un dedo que el peso de tres rosarios hacia visiblemente amenazador. No aguanto mas y grito. Menos de un minuto despues, la tia Bonaria abrio la puerta y encontro a la nina de pie junto a la pared, abrazando la almohada de basta lana escogida como peluche defensor. Luego miro la imagen sangrante, que le parecio mas proxima a la cama que nunca. Cogio el Sagrado Corazon y se lo llevo sin decir palabra; al dia siguiente desaparecieron tambien del mueble la pila de agua bendita con el altorrelieve de santa Rita y el cordero mistico de escayola, de pelaje crespo como un perro vagabundo y feroz como un leon. Maria tardaria un poco en volver a rezar el avemaria, y lo haria en voz baja, para que la Virgen no la oyera y la tomara en serio en la hora de nuestra muerte, amen. No resultaba facil calcular los anos de la tia Bonaria por aquel entonces, pero eran anos detenidos desde hacia tiempo, como si hubiera envejecido de golpe por decision propia y luego se hubiera limitado a esperar pacientemente a que el tiempo la alcanzara con retraso. Maria, en cambio, habia llegado demasiado tarde incluso al vientre de su madre y de inmediato se habia acostumbrado a ser la ultima preocupacion de una familia que ya tenia demasiadas. Sin embargo, en casa de aquella mujer experimentaba la insolita sensacion de haberse vuelto importante. Cuando por la manana dejaba la puerta a su espalda y apretaba la enciclopedia entre las manos camino del colegio, tenia la certeza de que, si se volvia, la encontraria alli, mirandola, apoyada contra el quicio como si sujetara las bisagras. Maria no lo sabia, pero la anciana la observaba sobre todo de noche, en esas noches corrientes sin ningun pecado al que culpar de estar despierto. Entraba en el dormitorio a hurtadillas, se sentaba frente a la cama de la nina y la miraba en la oscuridad. Aquellas veladas, Maria, que creia ser la primera de todas las preocupaciones de Bonaria Urrai, dormia sin sentir aun el peso de ser la unica. En Soreni comprendian sobradamente las razones de Anna Teresa Listru para haberle dado su hija menor a la anciana. Desatendiendo los consejos de la familia, habia hecho un mal matrimonio y se habia pasado los quince anos siguientes quejandose de aquel hombre que solo sabia hacer bien una cosa. Con las vecinas, Anna Teresa Listru se complacia en lamentarse de que su marido no habia conseguido serle util ni en la muerte, pues ni siquiera habia tenido el detalle de morir durante la guerra a fin de dejarle una pension. Declarado no apto, Sisinnio Listru habia acabado sus dias tan estupidamente como los habia vivido, aplastado igual que un grano de uva en el lagar bajo el tractor de Boreddu Arresi, para quien trabajaba de vez en cuando como aparcero. Al quedar viuda con cuatro hijas, Anna Teresa Listru habia pasado de la pobreza a la miseria y aprendido a hacer el puchero, aseguraba, hasta con la sombra del campanario. Ahora que la tia Bonaria le habia pedido a Maria como hija, no acababa de creerse que pudiera echar todos los dias a la olla dos patatas de las tierras de los Urrai. Si el precio era la criatura, pues muy bien: a ella, criaturas aun le quedaban tres. En cambio, nadie entendia realmente por que, a su edad, la tia Bonaria Urrai se habia hecho cargo de la hija de otra. Los silencios se alargaban como sombras cuando la anciana y la nina pasaban por la calle juntas, suscitando comentarios a media voz entre la vecindad. Bainzu el estanquero se regodeaba con la idea de que un rico tambien necesitaba en la vejez dos manos que le limpiaran el culo. Pero Luciana Lodine, la hija mayor del fontanero, no veia la necesidad de buscar una heredera para que hiciera lo que podia hacer cualquier sirvienta bien pagada. A Ausonia Frau, que de culos sabia mas que una enfermera, le gustaba poner fin a la conversacion sentenciando que ni siquiera la zorra quiere morir sola, y llegados a ese punto nadie anadia nada. Por supuesto, si no hubiera sido rica, Bonaria Urrai habria acabado como todas las que se quedan sin hombre, que no es precisamente teniendo una fill'e anima. Viuda de un marido que no habia llegado a desposarla, en otras condiciones quiza habria sido prostituta, o monja, con los postigos siempre cerrados y vestida de negro hasta el ultimo aliento. El vestido de novia se lo habia robado la guerra, aunque en el pueblo se decia que no era verdad que Raffaele Zincu hubiera muerto en las riberas del Piave, donde se habian librado terribles combates: lo mas probable es que, con lo espabilado que era, hubiera encontrado hembra alli y se hubiera ahorrado el viaje de vuelta para dar explicaciones. Tal vez por eso Bonaria Urrai era vieja desde joven, y ninguna noche se le antojaba a Maria tan negra como su falda. Pero el pais estaba repleto de viudas de maridos vivos; eso lo sabian las mujeres que chismorreaban y tambien Bonaria. Por ese motivo, cuando iba por la manana a comprar el pan recien hecho, andaba con la cabeza alta sin pararse nunca a hablar y volvia directa a casa como la rima de una octava cantada. En la decision de adoptar una fill'e anima, lo mas dificil para Bonaria no habia sido ni mucho menos la curiosidad de la gente, sino la reaccion inicial de la nina. Despues de seis anos compartiendo el aire de un solo cuarto con sus tres hermanas, era evidente que el espacio que Maria consideraba propio no iba mas alla de lo que podia abarcar con un brazo. La llegada a la casa de Bonaria Urrai trastoco esa geografia interior; entre aquellas paredes, los espacios unicamente suyos eran tan amplios que la pequena tardo semanas en comprender que en las puertas de las numerosas habitaciones cerradas no apareceria nadie diciendo: <>. Bonaria Urrai jamas cometio el error de invitarla a que se sintiera en su hogar, ni dijo ninguna de esos topicos que suelen decirse para recordar a los invitados que no estan en su casa. Se limito a esperar a que los espacios que durante anos habian permanecido vacios tomaran gradualmente la forma de la nina, y cuando, al cabo de un mes, todas las puertas de las habitaciones habian sido abiertas para siempre, tuvo la sensacion de no haberse equivocado dejando que la casa se adaptara. Una vez que se sintio segura de la nueva confianza adquirida con aquellas paredes, Maria empezo a mostrar poco a poco mayor curiosidad por la mujer que la habia llevado a vivir con ella. --?De quien es hija usted, tia? --pregunto un dia, mientras comia menestra. --Mi padre se llamaba Taniei Urrai, era ese senor de ahi... Senalo la vieja fotografia amarillenta colgada sobre la chimenea, en la que Daniele Urrai, tieso con un chaleco de pana, aparentaba unos treinta anos. A la nina podia parecerle cualquier cosa excepto el padre de la anciana que tenia delante, incredulidad que Bonaria leyo en su cara sonrosada. --Ahi era joven, yo aun no habia nacido --preciso. --?Y no tuvo madre? --insistio Maria, que no estaba muy familiarizada con la idea de que se pudiera ser hija de un padre. --Claro que si, se llamaba Anna. Pero ella tambien murio hace muchos anos. --Como mi padre --anadio, seria, la pequena--. A veces lo hacen.

  • La peligrosa amante del jeque de Elizabeth Lennox

    https://gigalibros.com/la-peligrosa-amante-del-jeque.html

    Shanelle Basara se subio un poco mas el formal vestido, irritada por tener que llevar un atuendo como ese. El hecho de que tuviera que estar alli era ridiculo, sobre todo porque se habia tenido que arreglar tanto para un idiota arrogante y engreido. Habia dejado bastante claro a los poderes facticos que no tenia ningun interes en estar alli ese fin de semana, pero alli estaba. Desgraciadamente, no tenia la opcion de ignorar la citacion sin mas. !Era el jeque! ?Pero que hacia ella alli? Shanelle miro a su alrededor y vio a muchisimas mujeres ansiosas y entusiasmadas, la mayoria de ellas mas bellas y preparadas que ella. Claro que algunas de esas diferencias eran intencionadas. Habia restado importancia a su aspecto a proposito, apenas se maquillo y eligio el vestido menos favorecedor que pudo encontrar. El vestido sin espalda era de un gris plateado que hacia que su piel pareciera palida y amarillenta. El corte del vestido hacia que sus caderas parecieran enormes y sus pechos apenas eran visibles, a diferencia de las elecciones hechas por muchas de las senoritas presentes. El corte del dobladillo probablemente mostraba demasiada pierna, pero era lo mejor que pudo conseguir con tan poco tiempo. Nadie diria que estuviera gorda, pero se negaba a morirse de hambre como muchas otras mujeres. Tenia una cintura pequena, ?pero a quien le importa la linea? Sus piernas eran bonitas, pero no demasiado tonificadas como las de la mujer que tenia a la derecha. Ni eran tan largas y delgadas como las de la mujer a su izquierda. Caminaba al lado de su madre y de su padre sintiendose inepta, cohibida y amargada, deseando ser otra persona y estar en otro lugar. No entendia por que habia tantas mujeres invitadas al gran baile en el palacio. Si los rumores eran ciertos, el jeque buscaba una esposa. Pero el hombre tenia treinta y seis anos y habia estado soltero hasta el momento. ?Por que cederia a la tradicion y se casaria ahora? No tenia ningun sentido. Desde luego, tampoco tenia mucho sentido que ella y sus padres estuvieran alli. Su padre era adinerado y caia en gracia al gobierno, pero no era un funcionario de alto nivel ni el director de una institucion. Su madre no trabajaba, pero ayudaba a su padre con la socializacion, lo que Shanelle sabia que era una parte muy importante de la vida en Canaan. Igual que en muchas carreras politicas gubernamentales, gran parte del trabajo del gobierno se realizaba durante los eventos sociales, durante negociaciones discretas con una copa de vino o bourbon que terminaban con un apreton de manos. Pero aquello no tenia nada que ver con Shanelle, asi que le resultaba muy extrano que la invitaran cuando nunca habia formado parte de esa red social hasta el momento. Asi que los rumores de que el jeque necesitaba encontrar una esposa debian ser ciertos. Puesto que aquella no era una posicion a la que Shanelle aspirara, deseaba darse la vuelta y volver a casa, acurrucarse en su comoda silla y leer un buen libro. Claro que tambien podria dedicar unas cuantas horas mas a estudiar para los examenes de derecho del proximo mes en los que se habia inscrito. Mientras esperaba en la cola a que la anunciaran, miro alrededor intentando averiguar como escabullirse de esa ridicula charada. No queria llamar la atencion, queria pasar desapercibida. Estar en segundo plano. -Papa, necesito ir a refrescarme -dijo ella y solto la mano de su brazo antes de que el pudiera replicarle. Sonrio a su madre para tranquilizarla, pero giro sobre sus tacones y se marcho en direccion opuesta. Detuvo a uno de los sirvientes que llevaban una bandeja con copas de champan, le pregunto donde estaba el servicio y se dirigio hacia alli lo mas rapido posible. Si tuviera mucha suerte, podria quedarse en la zona lujosa hasta que acabaran todos los anuncios. Shanelle tenia un plan. No era un plan muy bueno, pero le permitiria permanecer invisible. Volvio a asomarse al cabo de diez minutos e inspecciono el pasillo. Seguia habiendo una fila de personas que avanzaban hacia el salon de baile, pero al menos sus padres ya estaban dentro. Eso queria decir que ya no era necesario que la anunciaran formalmente a su llegada. !Podia ser anonima! Sonrio, se levanto la falda y recorrio el pasillo por donde los camareros iban de un lado para otro. Ser invisible seria mucho mas facil si pudiera pasar por la entrada de los sirvientes en lugar de la puerta principal. Sospechaba que el jeque y su sequito estaban esperando al pie de la escalera, saludando a cada uno de los invitados a medida que los anunciaban. Con una sonrisa de deleite, oteo el pasillo, entusiasmada por la idea de haber despreciado al jeque de esa manera. Era poca cosa y quiza insignificante, pero no era buena idea despreciar abiertamente a un hombre tan poderoso. Asi que esas pequenas rebeliones eran todo lo que podia ingeniar de forma segura. Se detuvo en la esquina, se giro un poco y miro al salon, intentando descubrir si era seguro entrar por ese pasillo o si debia buscar otro. Malik Badri del Rahal, Jeque de Canaan, vislumbro con el rabillo del ojo el destello de plata en la esquina. Levanto la mano y el ayudante que caminaba a su lado quedo en silencio inmediatamente. Si no hubiera sufrido tantos intentos de asesinato recientemente, jamas habria accedido a la celebracion de ese fin de semana. Pero incluso Malik acepto que la mejor manera de detener los atentados contra su vida era casarse rapidamente y engendrar un heredero. O varios herederos, como le habian aconsejado en muchas ocasiones. Malik se habia resistido a la idea, pues preferia concentrarse en hacer que el pais creciera. La idea de tomarse el tiempo para casarse y engendrar un heredero le parecia un desperdicio ridiculo. Pero tras el cuarto atentado contra su vida, Malik supo que debia hacerse algo drastico. No era que no le gustara la compania de mujeres. No, indudablemente disfrutaba esa parte de la vida. !Incluso con mucho placer! Lo que le fastidiaba era simplemente la idea de estar atado a una mujer. Sus consejeros le habian dicho una y otra vez que estar casado no implicaba que no pudiera disfrutar de la variedad, solo que deberia ser mas discreto al hacerlo. Ese pensamiento le dejo un mal sabor de boca, pero ya se habia hecho a la idea del matrimonio. Y la manera mas apropiada de cumplir la tarea era reunir a tantas mujeres aptas como fuera posible en el palacio y seleccionar una que pudiera cumplir el trabajo. Aquel era el tercer fin de semana y, hasta el momento, ninguna mujer le habia llamado la atencion. En ese momento, Malik deseaba senalar a una de ellas y terminar ya con la decision. Aquello parecia vulgar, pero estaba cansado de aquellos fines de semana llenos de bailes y cenas elaboradas. Tenia cosas que hacer y pasar el tiempo socializando con un grupo de mujeres excesivamente maquilladas, acicaladas y muertas de hambre no parecia una buena forma de pasar el tiempo ni de gastar el dinero. El destello de plata desaparecio por el pasillo de los sirvientes y Malik camino rapidamente en esa direccion con la determinacion de capturar a quien estuviera colandose en el salon. Sabia que no era un sirviente, ya que estos llevaban uniformes dorados y bermellones. Se le paso por la cabeza que, si pudiera capturar el destello de plata, quiza podria conseguir algunas respuestas sobre el plan para librarse de el. Si pudiera descubrir quien intentaba matarle, podria eliminar la amenaza y no tendria la necesidad urgente de casarse y engendrar un heredero. Malik sabia que su ayudante lo seguia, sin saber por que no estaban yendo hacia el salon de baile. El publico ya se estaba reuniendo con ansias por ver al jeque y presentarle a sus hijas para que las examinara. Pero lo que vio cuando giro la esquina era mucho mas fascinante que cualquier intencion criminal. El trasero curvo y exuberante que habia ante el hizo que su cuerpo reaccionara con un interes inesperado. ?Por que alguien enviaria a una mujer para matarlo? Cuando el bonito trasero desaparecio bajo el voluminoso vestido de baile, observo con un interes mayor como una pierna larga y esbelta aparecia por la parte frontal. La mujer tiro del material plateado que tenia sobre esa pierna pero a Malik no le importo, ya que aquello hizo que levantara un poco la mirada. La agradable y seductora vision del pecho de la mujer cautivo su atencion. Solo pudo ver el costado y la mayor parte del pecho estaba cubierta con el fabuloso vestido, pero pudo entrever suficiente para captar su interes. <>, penso con placer. Malik recorrio el pasillo e hizo una senal a sus guardias para que se adelantaran a la mujer por el pasillo paralelo pero sin detenerla. Sus ordenes eran esperar mientras el descubria cuales eran sus intenciones. Mientras observaba, la belleza del vestido plateado caminaba sigilosamente por el pasillo. Por que intentaba ser tan silenciosa era un misterio, pero la forma en que echaba un vistazo a cada pasillo perpendicular era adorable, dandole a el otra vision de su adorable pompis. A medida que ella avanzaba por el pasillo, comenzo a sospechar que esa mujer no era del tipo criminal. Era demasiado obvia y muy poco sigilosa. Ademas, la expresion de su cara tenia algo que no parecia propio de alguien con intenciones de asesinar. Parecia demasiado alegre, demasiado encantada con su travesura. Cuando llego al final del pasillo, se acerco con intencion de verle la cara. Despues de haber observado su cuerpo durante los ultimos minutos, admitio que estaba mas que un poco intrigado. Fascinado seria una expresion mas adecuada. Se acerco mas y observo con interes como ella cruzaba los dedos a su espalda para despues asomarse a la entrada del salon de baile. <>, penso el. De ninguna manera iba a permitir que esa pequena belleza se perdiera entre la multitud, como sospechaba que intentaba hacer. Una asesina no cruzaria los dedos a su espalda. Sacaria una pistola u otra arma. Tampoco llevaria un vestido plateado que atrapara la luz, haciendo que toda su figura brillara. No, una asesina pasaria desapercibida, posiblemente con un vestido negro o incluso marron. Algo que muchas otras mujeres vistieran. O se vestiria como una camarera. Pero aun asi, ella destacaria. Ese cabello negro y reluciente trenzado en la parte trasera de su cabeza resaltaba su delicada estructura osea. <>, penso el mientras la luz del salon de baile iluminaba sus rasgos. Sus ojos eran de un marron chocolate oscuro, su piel tenia un color cremoso con tonos melocoton que el no creia que fuera maquillaje. Tenia unas pestanas largas y gruesas que rodeaban esos ojos almendrados, haciendo que tuviera un aspecto sensual sin usar montones de maquillaje. Incluso el hecho de que llevara menos de la mitad de maquillaje que las demas mujeres habria hecho que destacara. Por no mencionar el entusiasmo de sus adorables y expresivos ojos cuando se mordia su carnoso labio inferior. No, esa mujer no era una asesina. El se apostaba la vida literalmente con ese instinto cuando se acerco mas y se apoyo contra la pared justo detras de ella. En esa posicion, ella estaba demasiado ocupada mirando a la vuelta de la esquina, pero el pudo ver debajo de ese bonito vestido aquellos pechos que sus manos repentinamente ansiaban sostener y examinar. Eran abundantes y exquisitos y el corte del vestido le dio una seductora vision del profundo escote y las interesantes sombras. Sus ojos percibieron el lazo que mantenia el corpino sin espalda en su lugar y deseo con desesperacion estirar de ese provocador cordel para poder ver completamente esos pechos

  • El amor esta en la toalla de al lado de Christian Martins

    https://gigalibros.com/el-amor-esta-en-la-toalla-de-al-lado.html

    La vida de Beca se desmorona cuando Jorge, su marido, le pide el divorcio.
    Beca no sabe como salir adelante, ni como enfrentarse a la realidad, ni que sera de ella si no consigue recuperar el amor de Jorge.
    Pero entonces conoce a Marcos. Marcos es especial, diferente. Le gusta el mar, cree en el amor a primera vista y no cree en las casualidades.
    Y ella. ella esta convencida de que el unico hombre capaz de proporcionarle estabilidad es el padre de su hija, Jorge.
    ?Recuperara el amor o lo volvera a encontrar

  • Mi hombre. Devocion de Jodi Ellen Malpas

    https://gigalibros.com/mi-hombre-devocion.html

    La vida le sonrie a Jesse Ward. Sigue teniendo su carisma, esta estupendo y aun funde a su mujer de deseo con una sola mirada. Tiene el control absoluto, que es lo que le gusta.
    Pero el perfecto mundo de Jesse se rompe en mil pedazos cuando Ava sufre un terrible accidente que la deja en coma.
    Desesperado y enfadado, siente que la vida se le escapa de las manos, no puede sobrevivir sin el amor de su mujer. Cuando Ava empieza a recuperarse cree que por fin todo volvera a ser como antes, pero la pesadilla no ha hecho mas que empezar. Ava no puede recordar nada de los ultimos dieciseis anos de su vida, todo el tiempo que han pasado juntos, asi que ahora es un extrano para ella. Jesse debera hacer todo lo que este en sus manos para que ella recupere su memoria y conseguir que se enamore perdidamente de el de nuevo.
    Si estas destinada a una persona, no importa cuantas trabas te ponga el destino porque volveras a ella.

  • El rey de las hormigas de Zbigniew Herbert

    https://gigalibros.com/el-rey-de-las-hormigas.html

    Zbigniew Herbert trabajo durante veinte anos en El rey de las hormigas y, no obstante, la obra quedo inconclusa hasta que su editor polaco recopilo los materiales, fragmentos y esbozos para darle la forma que hoy presentamos. En todos los textos, el poeta parece decidido a concederse la libertad de celebrar su amor por la civilizacion de la Antiguedad dando nueva vida a los mitos. El resultado es una recreacion personalisima, colorida y luminosa de un buen numero de personajes de la mitologia clasica, algunos conocidos por los lectores y otros injustamente olvidados: en las habiles manos de Herbert, gracias a la sutileza e ingenio del poeta, Cleomedes, Atlas, Ares, Cerbero, Endimion o Ayax parecen convertirse en nuestros contemporaneos, y sus peripecias, sus destinos y el fabuloso mundo en el que vivieron nos invitan a reflexionar sobre el presente y, muy a menudo, a reir.

  • Disfrutar en la naturaleza de Jose Luis Gallego

    https://gigalibros.com/disfrutar-en-la-naturaleza.html

    En cada uno de los capitulos de este libro Jose Luis Gallego recoge recuerdos y reflexiones sobre lugares, especies animales o vegetales, epocas del ano y actividades en la naturaleza y nos hace participes de todos esos momentos unicos (“Los sonidos de la marisma”, “El gigante de la estepa”, “El increible viaje de la angula”, “Tierra de lobos”, “Lo pequeno es hermoso”…) con la declarada intencion de mostrarnos lo magico e insustituible de nuestro entorno natural. Apela a nuestra condicion de seres vivos, antes que humanos, para animarnos a disfrutar en la naturaleza, y por supuesto conservarla, porque “?Cual es el precio de una mariposa macaon sobrevolando unas genistas de Grazalema? ?Y el de una flor de nieve que acaba de abrirse en las cumbres de Sierra Nevada? ?Cuanto podria llegar a cotizar en bolsa un bando de avutardas cruzando los cielos enrojecidos de las Lagunas de Villafafila?”. La naturaleza nos regala muchas cosas, que no son cosas, de valor incalculable. La naturaleza nos esta esperando.

  • Mi divan de A.r. Morena

    https://gigalibros.com/mi-divan.html

    A veces necesitamos un duro golpe para ser conscientes, de una manera psicofisica, de en lo que se esta convirtiendo nuestra vida y si de paso, ese golpe nos manda a kilometros de la mierda autocompasiva en la que nos estamos rebozando desde hace unos meses, pues mucho mejor.
    No siempre lo mejor es lo mas aparente, muy por el contrario, lo completamente opuesto suele ser lo que mas nos atrae.

  • Nadie me entiende de Silvia Diez , Monica Cunill

    https://gigalibros.com/nadie-me-entiende.html

    Conoci a Monica en un momento muy extrano de mi vida en el que el suelo se estaba derrumbando bajo mis pies. Un amigo, Damas Baste, me la presento, y nada mas verla senti su luz. Me ha pasado pocas veces, pero senti un amor a primera vista que no podia explicar racionalmente. Casi desde el primer momento acordamos escribir a cuatro manos el libro que ahora tienen en las suyas, un libro gestado en distintas charlas que despues sirvieron para nutrir cada uno de los capitulos. Monica me invito a realizar uno de los posgrados en duelo que suele impartir en Girona y Lloret. Fue una experiencia muy especial. Durante esos intensos dias en los que hablabamos constantemente de la muerte y de lo que supone enfrentarse a una perdida, unos dias en los que no pare de llorar, era paradojicamente capaz --y no solo yo, sino todo el grupo-- de disfrutar con cualquier detalle. Se creo un vinculo muy especial entre todas las personas que estabamos alli, porque curiosamente la muerte une. Compartimos nuestras perdidas y el dolor que estas habian causado, y tambien nuestros miedos ante la posibilidad de perder a seres queridos. En ese momento no entendia como Monica podia encontrar la fuerza para dedicarse a acompanar a personas que habian perdido a seres queridos, porque yo no encontraba la fuerza para mirar de cara la muerte. Y ella me contesto: <>. Me costaba creerla, pero su fe es inquebrantable y contagiosa. Este libro esta basado en buena medida en sus 15 anos realizando acompanamiento a personas que han sufrido la perdida de un ser querido, con lo cual recoge las vivencias de muchos casos reales. Es un libro que se ha escrito en un momento muy especial de nuestras vidas tanto a nivel personal como profesional y en un momento social de cambio profundo en el que es ineludible palpar la incertidumbre y hacerle frente. Antes, aun era posible esconderse tras una falsa seguridad, ahora resulta imposible: todas las certezas se derrumban, mostrandonos que solo el dia de hoy cuenta. ?Y si nos desembarazamos de nuestra negatividad gritandonos tambien que <>? Todo es posible cuando un nino de 15 anos como Albert Casals recorre el mundo con 20 euros desde Barcelona a Nueva Zelanda sin dinero ni equipaje y sin poder caminar despues de haber sufrido una leucemia cuyo tratamiento le ha dejado en una silla de ruedas. Estas personas y muchas otras que se superan nos demuestran que la vida es mas simple de lo que nuestra mente dibuja, enganandonos y deformando la autentica realidad. Verifican que nos hemos creado una sinfin de falsas necesidades que nos esclavizan y que en pos de la seguridad hemos perdido el instinto de supervivencia y la libertad. Hay mucho que agradecer si cada dia entra y sale el aire de nuestros pulmones, podemos disfrutar de la tierra y el sol que nos acogen, dormir, beber y comer. Y aun mas si tenemos a personas a quienes amar y que nos aman, con las que podemos compartir instantes, sean como estos, sean siempre bellos, porque manana, incluso antes, ya se habran desvanecido. Hemos titulado este libro Nadie me entiende porque es el sentimiento mas comun en las personas que sufren el dolor de una perdida, un dolor que esta ahi y que efectivamente solo la persona que lo sufre puede saber lo mucho que duele, aunque puede dejarse acompanar y saber que no esta sola. Solo pensamos en la muerte cuando la vida nos obliga a ello: un amigo enferma, un familiar se muere, sufrimos una enfermedad, empezamos a sentirnos mayores y cansados… Tal vez no sea agradable pensar en la muerte, sin embargo la realidad es que hoy puede ser tu ultimo dia, igual que puede ser el mio. Barcelona, 18 de marzo de 2013 SILVIA DIEZ MUNTANE Lloret de Mar, 4 de abril de 2013 Este libro es un trocito de mi historia. Recoge muchos de los momentos y de las emociones compartidas con personas que han vivido la perdida de un ser querido y me han permitido coger sus manos en este duro tramo del camino. Es un homenaje a sus lagrimas, a sus suspiros, a su rabia, a sus miedos y sobre todo a su capacidad ilimitada de amar. Les estoy profundamente agradecida a cada uno de ellos por ensenarme a confiar en la fuerza interior, en la magia de la vida y en el mensaje de la muerte. Y por encender la llama de mi fe. Los milagros existen, no hay duda, y para mi coincidir con Silvia fue la senal inequivoca de que este libro seria posible. Su dulzura cubre todo lo que toca. Solo alguien como ella podia acompanarme en este reto: transmitiros a todos vosotros que hay esperanza tras la perdida y que todo, absolutamente todo lo que nos ocurre en esta vida tiene un sentido, solo necesitamos creer. Espero de todo corazon que la lectura de este libro te aporte luz. DRA. MONICA CUNILL La historia de Sara. Piedras en el camino <>. Sara hablaba muy lentamente. Guardaba largos silencios entre cada una de las preguntas que iba planteando a su audiencia para dar tiempo a reflexionar. Sabia que la mente de todas aquellas personas que estaban en la sala escuchando se estaba colapsando con imagenes y pensamientos que llevaban a emociones convulsas. Mientras permanecia callada --preocupada tambien por no hacer ruido con su respiracion ante el microfono que tenia ante si--, Sara se dedicaba a observar, a escudrinar incluso, aquellos rostros que seguian con los ojos cerrados. Se detenia en cada una de las caras --en algunas se adivinaba el rictus de angustia y malestar-- intentando adivinar cual era su historia, cual habia sido su perdida, como era su relacion actual con la vida… Cuando veia asomar una lagrima, la embargaba la compasion. Hubiera corrido hacia esa persona para abrazarla, para decirle que no estaba sola, pero habia aprendido que ella no podia salvarlos, ni debia caer en esta tentacion. Seguro que alguno se rebelaba contra la crueldad del ejercicio. Sin embargo resultaba una buena forma de aprender a anclarse en el simple presente, lo unico que tenemos, lo unico autenticamente real. Ella podia mostrarles un camino, el camino que a ella le habia servido despues de perder a su hijo mayor, David, con 21 anos. Queria compartir con aquellas personas, y con otras con las que iba encontrandose en sus charlas y talleres, los recursos que habia adquirido para comprender otras formas de vivir la vida, de amarla y disfrutarla a pesar del dolor. Tambien queria acompanarlas para que no se sintieran tan aisladas del mundo, aunque no podia recorrer el camino por ellas. Sara seguia emocionandose una y otra vez con las reacciones que provocaba este ejercicio, sobre todo cuando algunas personas leian sus cartas de despedida en voz alta. En muchas personas sentia que se producia un nuevo despertar a la vida, que conectaban con todo aquello que tenian para disfrutar, amar y compartir con sus seres queridos y encontraban respuestas simples a lo mas complicado. Despues de haber perdido a su hijo David, habia quedado sumida en la mas completa oscuridad, estaba perdida y desesperada. Se negaba a seguir adelante. Su vida habia perdido el sentido, si es que alguna vez lo habia tenido. Se daba cuenta de que, al final, nunca se habia planteado cuales eran sus autenticos deseos, sino que se habia limitado a hacer lo que correspondia, lo que se esperaba de ella. Se habia esforzado en ser la perfecta hija, la amante perfecta, la perfecta esposa y madre. A lo largo de toda su vida se habia limitado a seguir el carril que nos marcamos o nos marcan desde pequenos, puede que nuestros padres, puede que la sociedad o, en definitiva, nosotros mismos por miedo a no asumir riesgos, por miedo a responsabilizarnos de nuestra vida de forma autentica, por miedo a la libertad. Nos escondemos tras las normas, nos escondemos tras los hijos, tras la pareja… Nos excusamos con aquello de <>, <>, <>… Antes de que su hijo David muriera, Sara estaba casada y tenia tres hijos: David, el mayor de todos, Marta y Miguel. Trabajaba como directora de marketing en una multinacional, y Sergio, su marido, era director general de una fabrica textil con bastantes problemas financieros. A pesar de todo, eran propietarios de una bonita y amplia casa en Barcelona, de mas de 170 metros cuadros, jardin y piscina comunitaria, y disfrutaban de un estatus economico desahogado. Los fines de semana siempre los pasaban fuera de la ciudad, en una casa rural, esquiando, en un hotel cerca de la costa o haciendo escapadas al extranjero. A lo largo de las sesiones que tuvo con su terapeuta, Sara comprendio que hasta que ocurrio lo de David, se habia pasado todos los dias de su vida corriendo de un lado para otro sin saborear nada del todo. <

  • El carrusel de las confusiones de Andrea Camilleri

    https://gigalibros.com/el-carrusel-de-las-confusiones.html

    En Vigata las escenas nocturnas adquieren una belleza leopardiana, pero no absorben el murmullo de las alas invisibles en la tiniebla. En una calle solitaria, una mujer de unos treinta anos es raptada, narcotizada con cloroformo y abandonada sin sufrir violencia ni robo, lo mismo que le ocurrio la vispera a la sobrina de Enzo, el propietario de la trattoria favorita de Salvo Montalbano. Ambas tienen en comun la edad y que trabajan en sucursales bancarias. Unos dias mas tarde, otra joven es secuestrada con identico modus operandi, pero liberada en este caso con una treintena de cortes superficiales por todo el cuerpo menos la cara. Y coincidiendo con estos sucesos tan extranos, un incendio a todas luces provocado arrasa en parte una tienda cuyo dueno y su novia han desaparecido sin dejar rastro.

  • Vacaciones. menudo desmadre (Locura 2) de Sarah Rusell

    https://gigalibros.com/vacaciones-menudo-desmadre-locura-2.html

    Siete, esos eran los meses transcurridos desde aquel viaje de fin de semana en el que coincidieron nuestros protagonistas. Siete personas que, para sorpresa de todos, no eran tan diferentes como pensaban. Lo que empezo como un fin de semana en el que descansarian, olvidandose de sus rutinas, acabo en dos semanas aislados en aquel precioso paisaje de los Pirineos de Huesca, donde hubo sorpresas para todos, primeras veces, confesiones y mil y una emociones que cada uno conservo en su mente durante este tiempo. Abel, ante la sorpresa de todos, acabo confesando estar enamorado de Miguel, el hijo de Manuel y Pepa, los duenos del hotel, con el que mantenia su relacion en el mas absoluto secreto, o eso creia la pareja. En estos meses el archi conocido influencer visito a menudo a su chico, con quien pasaba los fines de semana junto a sus suegros que le trataban como a un hijo. No es que le quisieran, es que adoraban a Abel y estaban encantados de que fuera el, quien ocupaba el corazon de su unico hijo. Marta y Samira, que limaron asperezas durante el final de aquellos dias, habian seguido manteniendo esa buena relacion que todos en su familia deseaban que se llevara a cabo. En ese tiempo no tuvieron noticias de Asier y Aitor, muchas fueron las veces que desearon que se pusieran en contacto con ellas, pero eso nunca paso. Ambas jovenes recordaban aquellas Navidades tan diferentes que el destino y la madre naturaleza quisieron que vivieran. Marta habia sonado en alguna ocasion con Asier, como lo hiciera por aquel entonces en el hotel, y tras despertarse y toparse con la realidad comprendia que eso seria lo unico que quedaria de aquella corta, pero intensa relacion. Unos suenos en los que a veces, ese hombre aparecia por sorpresa para buscarla. Peor lo pasaba Samira, ella que habia descubierto en aquel hotel lo que era entregarse por primera vez, conocer el primer amor y sufrir a la hora de la despedida. Vivia con la esperanza de que Aitor apareciera un dia en su vida, le dolia en lo mas profundo de su ser que no se hubiese molestado en escribirle, buscarla, aunque solo fuera para decir que no le interesaba, que no habia sido mas que unos dias de entretenimiento para el. Alguna noche habia encontrado el sueno entre lagrimas, pero no podia hablar de aquello con nadie, ni siquiera con su prima Marta, a pesar de que ya mantenian una muy buena relacion. Aitor y Asier, esos dos hombres dedicados a su trabajo en cuerpo y alma, siempre fieles a "servir y proteger", dos policias para quienes, los ultimos siete meses, su profesion los habia mantenido de lo mas ocupados. Pensaban constantemente en los dias que pasaron en Huesca, en cada momento que vivieron en compania de cada uno de los otros huespedes, de las risas, los momentos de tension y, muy especialmente, esos en los que la pasion tomaba las riendas siendo companera indiscutible. Asier habia recordado a esa chica que a ojos del mundo era una nina, pero que, para el, era toda una mujer. Aun sonreia cuando a su mente volvia el momento en que la vio entrar en el cobertizo completamente mojada por lluvia y, la descarada y mal hablada Marta, se convirtio en un ratoncillo asustado cubierto de un encantador rubor rosado en sus mejillas. Esa inocencia fue la causante de que ambos acabaran jugando con fuego, un fuego que los llevo a pasar los ultimos dias en el hotel, enredados bajo las sabanas. Aitor, por su parte, se dio cuenta en ese tiempo de que lo que habia sentido con Samira era real, muy real. Lo que empezo como un juego de atraccion, seduccion y nuevas experiencias por parte de ella, acabo con un sentimiento que le hizo prometerle que volverian a verse. Se mortificaba porque habia roto esa promesa, porque en ese tiempo no habia podido ponerse en contacto con ella, ya que su trabajo lo absorbia y no queria meterla a ella en medio de esas investigaciones. En un trabajo como el que ambos tenian, cuanta menos gente supiera que habia alguien que les importaba, mucho mejor, menos riesgo para esas personas. Ambos agentes querian volver al lugar en el que todo empezo, ver a esas dos hermosas mujeres que les robo el corazon y dejar que pasara lo que tuviera que pasar. Alan y Rebeca siguieron con sus charlas a traves de la pantalla en esa red social de Internet que una vez los unio. Se echaban de menos, se deseaban y querian poder estar juntos, pero la situacion de uno y otra no se lo habia permitido y debian conformarse con chatear, hablar por telefono o escuchar uno de esos audios que, en ocasiones, se enviaban para darse las buenas noches. Tanto Alan como Rebeca, mantuvieron contacto con Abel, Marta y Samira, no se veian, pero las conversaciones entre todos eran constantes, siempre era uno de ellos el que preguntaba como estaba el resto y ahi empezaban esas charlas divertidas, alocadas y entretenidas que sacaban mil y una sonrisas a todos. Abel veia a sus dos amigas de lo mas decaidas, igual que se lo notaban Alan y Rebeca cuando hablaban porque, a pesar de que solo eran frases las que veian, sin escucharlas hablar, podian saber como se sentian en cada momento. Fue por eso que, el influencer, junto con Alan y Rebeca, decidieron llevar a cabo una mision secreta, como si de un equipo de policia se tratara, a la que pusieron como nombre "Locura veraniega". ?En que consistia dicha mision, os preguntareis? Muy facil, o al menos eso pensaban nuestros tres super agentes. Habia que volver al hotel donde todo empezo, tenian que conseguir que se produjera ese reencuentro para que aquellas dos jovenes volvieran a sonreir como lo hicieron durante esas vacaciones. Para ello debian empezar por hablar con los duenos del hotel, necesitaban asegurarse que podian contar con todo el recinto para ellos solos durante quince dias. Una vez que eso estuvo todo atado y bien atado, tocaba la parte mas dificil, conseguir que los dos policias acudieran a esa cita sin que dieran ningun tipo de informacion a Marta y Samira. Estas dos ultimas irian enganadas, con esas pequenas mentirijillas que en ocasiones nos cuentan quienes mas nos quieren para darnos una sorpresa. Abel consiguio convencer a ambas primas, aunque la que mas trabas puso a ese viaje fue Marta, puesto que, segun dijo, ya que tenia que dejar su casa al menos que fuera para ir a la playa, no a un lugar donde lo unico que encontraria seria arboles alrededor del hotel. Finalmente accedieron, prepararon maletas y se hicieron a la idea de pasar dos semanas en el lugar en el que sus vidas cambiaron, no solo por su nueva y maravillosa relacion, sino porque en su camino habian conocido a personas increibles con quienes compartian unos bonitos recuerdos. ?Que les deparara este nuevo viaje a ellas? ?Estaran Asier y Aitor en esta nueva aventura? ?Como sera el encuentro entre Alan y Rebeca? Si tienes curiosidad y quieres respuesta a esa y alguna otra pregunta mas, sigue leyendo, no te quedes con la duda y adentrate en esta nueva locura. Capitulo 1: Rebeca ?Como podia ser posible que estuviera nerviosa? Ni que fuera a ver a Alan por primera vez en mi vida. Aunque, bueno, habian pasado siete meses desde que nos despedimos en este mismo lugar, el aeropuerto en el que ahora estaba esperandolo. Madre mia, me iba a quedar sin unas, y eso que no me las mordia, de ahi que estuviera comiendo regalices como una adicta al azucar, mas que nada porque en el interior del aeropuerto no podia fumar. !Joder, necesitaba un cigarro! Este tiempo habiamos estado hablando cada dia, nos llamabamos y a veces incluso haciamos videollamadas para vernos. Le echaba de menos de una manera que no crei que fuera posible. Cuando accedi a que nos vieramos en persona por primera vez no esperaba que acabara mas enamorada aun de ese hombre de tierras escocesas que me conquisto cada dia con su forma de ser y sus palabras, esas muestras de carino que, aunque fueran escritas, me llegaban como si realmente me las estuviera diciendo. Cada noche me acostaba queriendo mandar todo a la mierda, coger una maleta e irme a verlo, incluso quedarme alli con el, si me aceptaba, pero a la manana siguiente cuando se lo contaba el ponia el punto de cordura en la situacion y me devolvia a la realidad. ?Llegaria algun dia el momento en que estuvieramos juntos de verdad? Eso era lo que me preguntaba a cada vez que acababamos de hablar. Yo sabia que le queria, le amaba, y podia ver que el sentia lo mismo. No eran meras palabras ni siquiera "te quiero" dichos por decir en una frase, cuando salian de mis labios eran una gran verdad y, cuando lo escuchaba de los suyos, podia sentir que realmente lo decia desde el corazon. Habia ido guardando dinero cada mes para poder ir a visitarlo en algun momento, tal vez ir a pasar las Navidades con el a Escocia, hasta que Abel, ese alocado y divertido influencer, nos conto su plan de volver a reunirnos a todos en el hotel. Y, con todos, se referia a todos. Marta y Samira lo estaban pasando mal porque no sabian nada de Asier y Aitor, esos dos amigos y policias que antes de abandonar el hotel como si de los concursantes de Gran Hermano se tratara, prometieron a esas dos ninas que volverian a verse. Pobres, tanto tiempo sin saber nada, me ponia en su situacion y estoy segura de que por la cabeza se les pasarian mil cosas diferentes. La principal, me imaginaba, seria si despues de todos esos meses, habrian rehecho sus vidas y se habian olvidado de ellas. Abel nos pidio que fueramos al hotel, al menos si los policias no hacian acto de presencia las ninas no estarian tan solas, pues nosotros hariamos lo posible para que sus dias estuvieran tan cargados de risas como en las pasadas Navidades. Mire el reloj por millonesima vez en la hora que llevaba ahi esperando. Vale, os preguntareis que, para que narices habia llegado yo antes de tiempo al aeropuerto, ?verdad? ?Por que, si por mucho que yo estuviera ahi esperando a mi escoces como si fuera una fan ilusionada por ver a su cantante favorito, el vuelo no iba a llegar antes? Pues, para calmar los nervios, pero habia fracasado estrepitosamente, no habia duda. Al final me acabaria sentando mal tanto azucar por los jodidos regalices. Dios, esto era peor que el tabaco.

  • Desdicha (El experimentado detective Hensley 1) de Raul Garbantes

    https://gigalibros.com/desdicha-el-experimentado-detective-hensley-1.html