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libro los secretos del placer pdf - Elena Montagud
https://gigalibros.com/secretos-de-placer.htmlMelissa y Hector han decidido contraer matrimonio, pero a veces la vida depara algunas sorpresas... y no todas son bonitos regalos de boda. Hector ama a Melissa con todas sus fuerzas y, precisamente por eso, sabe que hay cosas de su pasado que no puede contarle. Melissa sabe que hay sombras en la vida de Hector que nunca se han disipado del todo. Ahora esta decidida a hacer lo que sea para protegerlo de ellas. Incluso traicionarlo.
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Secretos de placer (PDF) -Elena Montagud - Castaris
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Secretos de placer (Trilogía del placer 3) - Elena Montagud
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secretos de placer (trilogía del placer 3) - Casa del Libro
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Crimenes sin resolver de Patricia Lopez Lucio , Vicente Garrido Genoves
https://gigalibros.com/crimenes-sin-resolver.htmlEn 1997, Cristina Bergua, una adolescente de Cornella, desaparecio sin dejar rastro. Aquel caso supuso un antes y un despues en la investigacion criminal en Espana, que desde entonces ha cambiado sus protocolos de actuacion y ha hecho uso de los importantes avances acaecidos en la ciencia forense. Sin embargo, a lo largo
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Un lugar para escondernos de Mile Palma
https://gigalibros.com/un-lugar-para-escondernos.htmlNatalia ha vivido toda su vida enamorada del hombre con el que quiere casarse, sin saber que el solo la utiliza para complacer sus caprichos. Cuando descubre que George se ha comprometido en matrimonio con otra mujer, decide acabar con su vida. Ahi aparece Eduardo, salvandola y enamorandose de ella. Pero las cosas con el no son como parecen y todo se va al traste. Y es una casualidad la que pone a Jose Luis en su camino, haciendola conocer el verdadero amor.
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Uno de los nuestros (Tracy Crosswhite 5) de Robert Dugoni
https://gigalibros.com/uno-de-los-nuestros-tracy-crosswhite-5.htmlubre con sorpresa que el sospechoso presta servicio en la base naval de la localidad. Poco despues, una decisiva prueba incriminatoria desaparece y el tribunal militar encargado del juicio acaba absolviendo al acusado.
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Vamos a contar mentiras de B. S. Gairald
https://gigalibros.com/vamos-a-contar-mentiras.htmlUna tormenta de nieve deja incomunicadas a cuatro amigas en una casa rural. Blanca y Concha son pareja, Helena y Sofia. no. Encerradas sin luz y sin cobertura, deciden contar historias para matar el tiempo: Blondie es una gata muy especial para su duena; en una zona rural, una cartera reparte algo mas que cartas; Dorian conoce a Malak; Leonor huye de su pasado; Almu y Mari son solo buenas amigas. por ahora; una sincronia sucede en Granada; un misterioso crimen sacude el bosque y dos investigadoras lo intentan aclarar; la abuela Juana tiene un secreto; Cati escribe los amores que quisiera para su vida. Las horas pasan y las cuatro amigas beben demasiado. Ademas, ellas tambien tienen su propia historia, asi que pronto afloran rencillas latentes y sentimientos soterrados. Esa convivencia forzada supondra un punto de inflexion en sus vidas. La primera obra de B. S. Gairald es un conjunto de relatos que tocan temas tan dispares como lo son las cuatro protagonistas que los narran: amores secretos o desinhibidos, soledad, esperanza, muerte, humor, destino. La autora combina mensajes <
> y humor, dosis de cruda realidad y momentos de cierta magia. -
Modelo descarado (Novela Romant de Carmen Gracia
https://gigalibros.com/modelo-descarado-novela-romant.htmlEl Sol se escabullia por entre las rendijas de las persianas y el ruidoso despertar de la ciudad se filtraba por debajo de la ventana. En la cama una joven chica dormia placidamente, su pecho subiendo y bajando con suavidad. Su larga cabellera color azabache contrastaba con las blancas sabanas que la arropaban, su rostro hundido bocabajo en la almohada. La piel desnuda de su espalda parecia brillar bajo la luz que le tocaba. A su lado, la otra mitad de la cama se encontraba vacia. La tranquilidad que reinaba en la habitacion fue interrumpida por el estridente sonido del reloj despertador dispuesto en la mesita de noche. La joven se removio entre las sabanas aun con los ojos cerrados, maldiciendo por lo bajo mientras su mano buscaba a tientas la fuente de tanto alboroto. Cuando su mano hubo alcanzado el reloj despertador, presiono el boton de apagado, entreabrio sus ojos e inhalo profundamente. Aun con los ojos entrecerrados se levanto de la cama y se encamino hacia el cuarto de bano. Al entrar, el resplandor de la luz del dia que se le colaba por las ventanas le golpeo de lleno en la cara. Odio las mananas, penso. Abrio el grifo del lavabo, junto un poco de agua en sus manos y se las llevo al rostro, dejando que el agua fria recorriera cada centimetro de su piel y resbalara hasta su pecho. Por sus senos, pequenas gotas de agua se abalanzaban hacia el suelo. Alzo la vista y miro hacia el espejo colgado frente a ella, su cansado reflejo le sostenia la mirada. Nina tenia 23 anos, aunque la mayoria de las personas pensaba que era de mayor edad. Si bien su contextura iba acorde con sus veintitantos, su bello rostro de rasgos finos y delicados le conferia un aire elegante que hacia a mas de un hombre voltear cuando pasaba. Ademas, Nina era una talentosa fotografa con potencial y talento por explotar, o al menos eso decia su padre. Lastima que desperdicie su tiempo en esta ciudad de poca monta, pensaba para si misma, como completando la frase. Se sento en el inodoro con pereza, estiro su mano dentro la ducha y giro la perilla del agua caliente. Espero unos segundos a que el agua calentara, probo la temperatura con sus dedos y bostezando, se quito las bragas y se adentro a la ducha. Sintio como el agua se deslizaba por su piel hasta el piso de la regadera mientras sus manos recorrian con delicadeza la extension de su cuerpo. Un suave temblor le estremecio cuando sus manos se pasearon por entre sus piernas. No, ahora no tengo tiempo, quizas mas tarde, penso. Al salir de la ducha se envolvio en una toalla y camino hasta la cocina. Su cabellera mojada iba dejando un leve rastro de gotas detras de ella. En el medio de la cocina, se encontraba una pequena mesa de comer y sobre ella, un plato con restos de tostadas, un vaso de jugo de naranja a medio terminar y una caja de cereal de chocolate. Nina le echo un vistazo y con fastidio, abrio la puerta del refrigerador y produjo una botella de leche; acto seguido, cogio una cuchara y una taza limpia del gabinete y las puso sobre la mesa. Tomo asiento mientras servia su desayuno, mirando de nuevo los restos de tostada a su lado. Parece que volvio a irse con prisa, penso, llevando una cucharada de cereal hacia su boca. Se habian conocido hace tres anos en el campus de la universidad. Ella caminaba por los jardines tomando una par de fotografias para una asignatura del curso, cuando un joven rubio de caminar despreocupado capto su atencion. Iba de camisa a cuadros y cabello largo hasta los hombros, su barba poblada le conferia un aspecto rustico, de montaraz. Nina se apresuro en tomar su camara y ajustar el enfoque del lente para capturar la imagen de aquel joven atractivo que se paseaba a lo lejos. El chico debio sentir su mirada porque volteo en direccion hacia donde se encontraba Nina y tras un instante de confusion, una sonrisa se dibujaba en su rostro. Empezo a caminar hacia donde se encontraba ella, mientras Nina se daba media vuelta y empezaba a andar con paso apresurado. !Que torpe fui!, penso mientras caminaba hacia la salida de los jardines. El chico gritaba algo detras de ella pero estaba muy apenada para voltear asi que siguio caminando apresuradamente, casi empezando a correr. Al fin se detuvo cuando una mano se poso sobre su hombro. Se dio vuelta lentamente y encontro al joven rubio, jadeante y sonriente, parado detras de ella. – Pense que nunca te alcanzaria – dijo el chico entre jadeos, aun sonriendo. Algo en su sonrisa hizo que su corazon comenzara a latir mas deprisa. Una esencia intangible, un elemento sorpresa, lo que los franceses llamaban Je ne sais quoi. Fuese lo que fuese, la atrapo. Luego de una charla incomoda que duro unos pocos minutos, Pablo, el que resulto ser el nombre del apuesto chico rubio, la invito a salir. En su primera cita terminaron desnudos en la parte trasera del coche. No paso mucho tiempo antes de que comenzaran a vivir juntos; sus dias los pasaban contando los minutos hasta que volviesen a encontrarse luego del trabajo, sus noches se extendian en un infinito retozar de cuerpos entrelazados. Pero eso habia sido tres anos atras, hoy no quedaban ya rastros de aquel ardor. Luego de dos anos viviendo juntos, Pablo empezo a trabajar con su padre en lo que comenzo siendo un trabajo sencillo, sin muchas responsabilidades, dinero facil. Conforme fue pasando el tiempo fue subiendo de cargo dentro del negocio y con cada peldano que escalaba, se fue perdiendo un poco de aquel chico risueno de andar despreocupado. La camiseta sencilla la cambio por un traje de negocios y su cabello y barba crecidos, por un corte bajo y un rostro bien afeitado. El calor que una vez habia encendido su pecho, ahora era un frio silencioso. Nina se encontraba impavida mientras lo veia distanciarse cada vez mas. Ultimamente le costaba trabajo recordar al chico que habia conocido tres anos atras. Ultimamente Pablo no pasaba mucho tiempo en casa. Ultimamente esto le importaba cada vez menos. Su vista se dirigio hacia las fotografias a blanco y negro que se encontraban colgadas en la pared de la cocina. Recuerdos de su viaje a Italia para su segundo aniversario. En una de las fotografias, Pablo sonreia mirando hacia la camara mientras sostenia una pequena moneda entre su dedo pulgar e indice, detras de el una magnifica fuente ocupaba el paisaje. Fontana di Trevi, recordo Nina, ni siquiera senti el impulso de pedir un deseo, tenia todo lo que queria. En la siguiente fotografia, Nina reia mientras manejaba una vieja bicicleta por un camino empedrado; la imagen habia salido fuera de foco pero el recuerdo de aquella hermosa tarde y el hecho de que hubiese sido Pablo quien la tomara, le habia valido su espacio en la pared junto a las otras fotografias. En la tercera fotografia se apreciaba un retrato de los dos, abrazados y sonriendo a la camara. Termino su desayuno en silencio, recogio los trastes de la mesa y los enjuago en el fregadero. * * * * Salio del departamento con un bolso colgado a su lado y un portafolio de plastico en la mano, y se encamino hasta el metro que le llevaba al trabajo. Habia ajustado su recorrido diario de modo que caminaba por las calles mas transitadas del pueblo, le gustaba ver a la gente caminar hacia su destino. Nina vivia en una pequena ciudad del norte de Espana. Aunque no habia tantas personas como lo habria en una gran urbe, le reconfortaba de igual forma su pequeno trafico matutino. Tomo el metro y se bajo en la sexta estacion del recorrido. Tras caminar un par de cuadras, subio las escaleras de un viejo edificio de ladrillos en medio de dos enormes tiendas por departamento. Sobre la entrada, un viejo letrero pintado a mano rezaba "El Nuevo Panorama". Aunque de nuevo no tiene nada, se decia a si misma Nina con fastidio cada vez que leia el anuncio. Saludo amablemente a una senora mayor de pelo blanco y mejillas rosadas que se encontraba sentada detras de un alto escritorio en el amplio vestibulo del edificio. La Sra. Strauss era la recepcionista del establecimiento casi desde el momento de su fundacion, 40 anos atras. Habia llegado al pais desde Alemania sin saber hablar ni un poco espanol, cosa que no habia parecido interesarle en cambiar durante el resto de su estadia en el pais, ya que todavia hablaba con un fuerte acento aleman y seguia sin comprender al menos la mitad de las palabras que escuchaba. Recepcionista, logico trabajo para alguien que no habla ni la mitad de espanol, ?no?, penso Nina con gracia cuando la conocio en su primer dia en el trabajo. Claro, siempre ayuda haber tenido un fugaz amorio con el jefe para lograr mantenerte en el puesto, acoto su nueva companera de trabajo cuando le comento sobre la Sra. Strauss, Dicen que era muy guapa, como una estrella de cine. Aunque creo que mas bien, estrella de cine porno, porque para poder mantenerse el trabajo tanto tiempo, tu diras..., termino entre carcajadas. – Buenos dias Senorrita Brraga, dia tan bonito - le saludo la Sra. Strauss – Asi es Sra. Strauss, el dia esta hermoso, ya llego la primavera. – Ya dije que no me llamarras Srra. Strauss carrino, llamame Eva - le reprocho la Sra. Strauss. – Esta bien, Eva - respondio Nina sonriendo - ?Tiene algo para mi hoy? – ?Como dice? - pregunto la Sra. Strauss. – Que si tiene hay algo para mi. Algo que llego en el correo para mi - explico Nina con tranquilidad. – ?Como? !Ah!, !Ja!, !Ja!, !Clarro! - exclamo, feliz de haber comprendido. Desaparecio bajo el escritorio y reaparecio con un sobre blanco entre sus manos - Correo llego esta manana de hoy. – Eso es. Muchas gracias, Eva - agradecio Nina mientras tomaba el sobre en sus manos. – Esta bien, carrino. Nina miro el nombre escrito en el sobre y sonrio. Se trataba de una carta de Julia, su mejor amiga, quien vivia en Nueva York desde hace un ano y a la que extranaba un monton. Julia sentia una fascinacion por lo vintage a tal punto que no usaba correo electronico ni Skype. No usaba telefono movil y tampoco, como pudo notarlo un dia, ropa interior. Asi que su comunicacion se basaba unicamente en el ir y venir de cartas o en tener la suficiente suerte de llamarle a su casa y pillarle antes de salir. Guardo la carta en su bolso mientras caminaba por entre un laberinto de escritorios de madera llenos a rebosar de hojas y carpetas. Se encontraba en un amplio salon del primer piso, lleno de escritorios y gente que iba de alla para aqui, mas por aburrimiento que por prisa pues no habia noticias en la ciudad que justificaran tal ajetreo. El Nuevo Panorama habia sido en el pasado un icono de la ciudad, el diario preferido por los locales, pero ahora apenas lograban llegar a fin de mes; la llegada de los medios digitales junto con una racha cero noticias interesantes le habian relegado a un segundo plano. Nina caminaba saludando a uno que otro companero de trabajo. Al fin se detuvo al final de la sala frente a una puerta de vidrio, la oficina del editor. Toco suavemente el cristal con sus nudillos para llamar la atencion de un sujeto canoso que revisaba con parsimonia una pila de papeles. El sujeto alzo la mirada tras unas gafas de pasta y la invito a entrar con un gesto de la mano. – Buenos dias Ricardo - dijo Nina mientras cerraba la puerta tras de si. – Buenos dias Nina, ?son esas las fotografias que te pedi? - pregunto senalando el portafolio de plastico que sostenia en su mano. – Si, aqui estan - respondio y procedio a sacarlas del portafolio y entregarselas a su editor - El album completo de la feria de sandias mas aburrida del continente. Ricardo tomo las fotografias y empezo a revisarlas haciendo caso omiso al comentario de Nina. Pasaba de una fotografia a la siguiente con una lentitud tal, que parecia una pereza traida del Amazonas y vestida con gafas y camisa a rayas. Nina esperaba con impaciencia frente al escritorio. – Parece que todo esta muy bien, un excelente trabajo como siempre, Nina - solto al fin Ricardo, dejando las fotografias sobre la pila de documentos en el escritorio - toma esto y llevalo a Carmen en Administracion, ella te escribira un cheque - acoto mientras hacia un garabato en un pequeno trozo de papel y se lo entregaba a la chica. – Muchas gracias - dijo Nina, tomando el trozo de papel. Se volteo hacia la puerta y cuando iba a tomar la manilla se detuvo y se volvio hacia el sujeto canoso. – ?Si? ?Hay algo mas? - pregunto Ricardo que habia vuelto su mirada a la pila de documentos. Nina dudo unos segundos. – En realidad si, Ricardo. Ya se que ya hemos hablado de esto pero de verdad quisiera pedirte que reconsideraras mi propuesta, creo que ser- – Nina, por favor - la interrumpio Ricardo alzando la mano - ya discutimos esto la semana pasada. – Lo se, pero creo que si tratas de ver las- – Escucha - volvio a interrumpirla Ricardo, esta vez se levanto de su asiento y camino hacia donde estaba ella - se crees tener muchas ideas geniales y que todo el asunto de las fotografias y la cobertura de estos asunto artisticos y todo lo demas es algo que se te ha ocurrido a ti por primera vez. – Pero solo quiero tratar de hacer algo interesante ademas de tomar fotos de infractores de transito y ancianos come-sandias, no es justo- – Dejame terminar, no me gustan que me interrumpan - le interrumpio Ricardo con tranquilidad, mientras ponia su mano en el hombro de Nina - sencillamente, no hay cabida en el periodico para este tipo de cosas. Y no quiero escuchar otra palabra de este asunto, ?entendido? Nina le sostuvo la mirad con fiereza, las ganas de lanzarle un punetazo a su estupida cara de pereza burbujeando en su interior. Contuvo su respiracion. – De acuerdo. – !Excelente!, ahora, casi se me olvida, asegurate de charlar con Miguel antes de irte, esta tarde el Alcalde inaugurara unas nuevas oficinas del departamento de transito y los quiero alla - dijo mientras volvia a su asiento detras del escritorio - espero las fotografias en mi escritorio por la manana. Imbecil, penso Nina mientras se cerraba la puerta de la oficina. Cuando llego de vuelta al departamento ya estaba oscuro. Se desvistio y puso a llenar la banera. Se dejo deslizar dentro, el agua caliente cubriendola hasta el cuello. La cobertura de la inauguracion habia sido tan digno de cobertura como la llegada de libros nuevos a la biblioteca local. Ademas de unos cuantos funcionarios del gobierno y los futuros trabajadores de las nuevas oficinas, no hay mas publico que unas cuantas personas que se detenian al pasar por el lugar. Con esto nos ganamos el Pulitzer, bromeo Miguel cuando se marchaban del lugar. De camino a casa habia revisado su movil y todavia no tenia noticias de Pablo. Lo habia revisado varias veces en el transcurso del dia y nada. Le escribio sin obtener respuesta. Despues de unos pocos intentos desistio. De todas formas, penso, no creo que me importaria si lo hiciera. Le gustaba tomar un bano caliente despues de un dia como este. Aunque ultimamente todos los dias le resultaban iguales. Largos, aburridos, sin emocion. Le relajaba sumergirse y sentir su cuerpo flotar. Nina entonces, comenzo a recorrer sus manos suavemente por todo su cuerpo, bajo el agua. Apretaba firmemente sus pechos y tomaba sus pezones entre sus dedos, dejando escapar un gemido. Llevo una mano hacia su cabeza tirando ligeramente de sus cabellos mientras la otra mano se deslizaba hacia su entrepierna. Se estremecio al contacto de la yema de sus dedos con el clitoris y comenzo a masajearlo muy suavemente primero en circulos, y luego de arriba abajo. Con cada gemido sus dedos ejercian mas presion y una ola de calor recorria todo su cuerpo. Sentia como sus dedos empezaban a resbalar aun debajo del agua; siempre se mojaba con facilidad. Con los ojos cerrados, seguia moviendo sus dedos con la destreza de la experiencia mientras su otra mano apretaba sus pechos, sus unas clavandose en la piel. De repente, un fuerte gemido broto de su garganta producto de una ola de placer que recorrio cada centimetro de su cuerpo, haciendole apretar los dedos de los pies. Abrio los ojos con sorpresa y se sorprendio al ver a Pablo inclinando junto a ella, con una mano apoyada en el borde de la banera y la otra mano debajo del agua, entre sus piernas. Sentia sus dedos deslizandose dentro y fuera de ella, llamandola hacia el. Nina no pudo pronunciar una sola palabra, perdida entre gemidos, sus manos ahora aferrandose al borde de la banera. Pablo la miraba fijamente a los ojos, sus dedos adentrandose en Nina cada vez mas rapido, haciendo que el agua de la banera se derramara por el borde. Sin poder aguantar un segundo mas, Pablo retiro sus dedos de Nina y tomandola por debajo de los brazos, la levanto de un tiron de la banera. La tomo entre sus brazos y se entrelazaron en un beso profundo y apasionado. Nina enrollo sus piernas alrededor de su cintura cuando el la levanto por las nalgas y se encamino hacia la habitacion. La tumbo sobre la cama y empezo a quitarse con rapidez su camisa de negocios y su corbata, inclinado hacia adelante besandola. Nina por su parte, desabrochaba con agilidad el cinturon de su pantalon y luego lo desabotonaba. Podia sentir su miembro latiendo debajo de la palma de su mano. Comenzo a frotarlo por encima de sus boxers, reconociendo su contorno familiar. Descubrio la tela que lo cubria y lo introdujo en su boca, su lengua acariciando la extension de su grosor. Pablo solto un gemido de placer mientras tomaba fuertemente a Nina por el cabello y la empujaba hacia el. Nina llevo una mano hacia su virilidad, apretando fuertemente su empunadura y moviendola de atras hacia adelante, aun con su boca succionando fuertemente. Pablo la empujo con fuerza sobre la cama y tomando sus piernas en el aire, la penetro enteramente. Nina gimio al sentir a Pablo llenando el vacio dentro de su cuerpo. El se encontraba sobre ella, penetrandola con movimientos rapidos y toscos. Sus manos apretujaban sus pechos con poca ternura mientras Nina clavaba las unas en su espalda. Pablo cada vez se movia mas rapidamente, sus manos ahora recorriendo sus nalgas con avidez. Nina pudo ver sus ojos vacios, sin expresion.
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Siempre hay un roto para un descosido de Cristina Gonzalez
https://gigalibros.com/siempre-hay-un-roto-para-un-descosido.htmlAfrica, acompanada por sus cuatro perros y su caballo, dirige un pequeno consultorio veterinario que la mantiene ocupada gran parte del dia -y de la tarde-. Le gusta la naturaleza, los libros, la soledad y todo lo que tenga pelo, cuatro patas y coma pienso.
Africa vive en Villafranca: es un pueblo minusculo de calles empedradas y senoras haciendo ganchillo en la calle (senoras que hablan de mas).
Javier es un medico de familia recien salido de la residencia que, por cosas de la vida, ha ido a parar al centro de salud de este mismo pueblo. Javier tiene muchas virtudes, pero entre ellas no se encuentra la simpatia. Ni la amabilidad. Ni el tacto. Por eso, los habitantes de Villafranca deciden, de manera temporal, que a partir de ahora, Africa va a ser el nuevo medico, saturando la consulta veterinaria de individuos de la tercera edad avidos de enalapril y paracetamol. -
Eulalia de Arlette Geneve
https://gigalibros.com/eulalia.htmlEn el interior de la cripta cerrada, Eulalia se despojo de las prendas que vestia, y se dispuso a colocarse el vestido que habia guardado toda su vida. Era su mayor tesoro, porque para ella era como la carta escrita con letras de plata y oro que nunca recibio del amor de su vida. Toco la tela, y contuvo un sollozo. El vestido de encaje color perla habia sido disenado para ser muy voluminoso, pero Eulalia habia dejado en su alcoba de Redtower las diversas capas de enaguas que lo acompanaban. Con el vestido en las manos, se permitio recordar el pasado cuando era una muchacha de dieciseis anos completamente enamorada del hombre mas maravilloso del mundo. Habia conocido a Alonso Miguel en una feria de ganado en Sevilla. Su familia gitana vendia caballos de tiro y aperos de labranza. Despues se volvieron a encontrar en el cafe Tarantos, y ese fue el detonante de la relacion que comenzaron ambos. Alonso Miguel la miro la primera vez, y el cuerpo de Eulalia se estremecio de la cabeza a los pies. Todo dejo de existir para ella salvo el hombre misterioso y atractivo que no dejaba de mirarla. Se fijo en su esbelta figura, en su caminar decidido. Era un hombre de reales porque las ropas que vestian era de la mejor calidad que ella habia visto nunca. Eulalia se escabullo hasta el lugar donde se encontraba el, y cuando le susurro si era un angel o una hechicera, Eulalia solo pudo ocultar la mirada y bajar los ojos. Ese fue el comienzo de algo muy especial entre ambos, y que siguieron alimentando en cada ocasion que podian, ya fuese en la feria, en el puerto, o en el Cafe Tarantos. De las conversaciones pasaron a los besos, de los besos a las caricias superfluas, y poco despues a los encuentros intimos que tan feliz la hicieron. Vivio junto a Alonso Miguel momentos unicos e inolvidables, donde no existia la separacion de clases ni de pensamientos. Eran dos personas que se amaban con toda su alma, pero que no podian estar juntas porque la sociedad no lo permitia, ni su etnia tampoco. Para estar mas cerca de el, Eulalia habia convencido a sus padres de que la dejaran visitar a su familia materna de Lora del Rio, y alli, en una vivienda que el duque de Alcazar habia rentado, dieron rienda suelta al amor que se profesaban. Pero todo termino descubriendose. Alonso era un hombre demasiado importante para pasar desapercibido, y, hasta que las murmuraciones y las complicaciones no los alcanzaron, ella ignoraba que estaba enamorada de un duque. Conocer esa verdad no vario ni un apice los sentimientos que seguian naciendo y fructificando en su interior, pero ambos pertenecian a dos mundos muy opuestos: el, a la nobleza, ella, a los gitanos. Despues del amor, vino el desastre pues la familia de Eulalia busco la venganza a la deshonra que ella habia consumado. La apartaron sin contemplaciones del lado de el, y la encerraron en un cortijo en Malaga. Durante semanas, el llanto era lo unico a lo que Eulalia podia recurrir para dar desahogo a su desesperacion, y entonces descubrio que estaba encinta, y cuando hizo calculos, se llevo la mano a la boca porque estaba embarazada de casi cuatro meses. La ilusion y la angustia convergieron en su interior porque conocer esa noticia tan maravillosa podria cambiar su existencia, pero Eulalia se equivoco pues su familia no se atuvo a razones, e hicieron planes para mandarla a la ciudad portuaria de Cartagena. Supo que el duque la buscaba, y que habia hablado con su familia. Llego a saberlo por una de sus primas que se habia compadecido de ella al constatar su embarazo. Tambien fue la que le informo de los planes que tenia su familia para ella, pero Eulalia no pensaba conformarse e hizo todo lo posible por escapar, y lo consiguio. Eulalia trato en vano de ponerse en contacto con el, pero en Silencios le dijeron que se encontraba de viaje. Regreso varias veces, pero el duque estaba ausente, y a ella no le quedo mas remedio que esconderse lejos de Sevilla, y lo hizo en la serrania de Malaga, pero poco le duro la libertad porque su padre y su tio Raimundo la encontraron meses despues. Cuando su padre vio su vientre pronunciado, la miro con tal odio, que Eulalia supo que su vida corria peligro. Trato de escapar de nuevo, y entonces fue cuando la golpearon hasta casi provocarle la muerte. Su padre la maldijo, y la dejo tirada en una zanja en el campo. Alli la encontro su nina Ines, y sin nada mas que el vestido raido que llevaba puesto y empapado en sangre. Eulalia, cuando se recupero de sus heridas bajo los cuidados amorosos de los Velasco, regreso tiempo despues a la zanja donde la habian tirado como a un perro, y rescato el saco que contenia todas sus ilusiones. El hermoso vestido no habia sufrido dano alguno, y ella lo guardo con celo en el interior de un arcon que siempre la acompanaba alli donde iba. Habia pasado mucho tiempo desde entonces. Anos de ilusiones perdidas, porque jamas podria verse frente a un altar acompanada del el amor de su vida. Saco el velo que tenia algunos jirones, tambien la corona de perlas que lo sujetaba. A Eulalia le habian sobrado razones para guardarlo todo porque en el fondo de su corazon siempre habia tenido la esperanza de regresar junto a el, y ser la esposa que perfecta que Alonso Miguel se merecia. Habia secado las flores del unico ramo que Alonso Miguel le habia regalado en uno de sus encuentros intimos. Eulalia habia pretendido engarzarlas junto al que seria su ramo de novia, pero no pudo ser. Se llevo las secas flores a la nariz, e inhalo el poco olor que todavia desprendian. El olor de las flores era seco, como el conjunto de sus ilusiones. Decidio no perder mas tiempo. Se paso el vestido por la cabeza, y se lo ajusto al busto y a las caderas. No pudo abotonarse los ultimos botones de la espalda porque no llegaba, pero no le importo. Se quito la peineta de bronce que sujetaba su cabello, la redecilla, y deshizo el mono prieto. Dejo la pequena peineta sobre el sepulcro de piedra al mismo tiempo que se masajeaba el cuero cabelludo. Que Eulalia guardara una de las llaves de la cripta familiar de los Penword, habia sido toda una ventaja, pues era consciente de que la buscarian en el momento que notaran su ausencia en Redtower, pero en el interior de la cripta, y frente al sepulcro del anterior duque de Arun, nadie la buscaria. Confiaba que Elina O'Brien cumpliera sus deseos y repartiera las cartas que le habia confiado, sobre todo la de el: el hijo de sus entranas que la habia despreciado. Eulalia habia llorado durante horas hasta quedarse sin una gota de liquido en el interior de su cuerpo, pero las lagrimas no habian limpiado su alma ni habian detenido los inmensos dolores que la habian azotado hasta el ultimo de sus cabellos. Dolia tanto conocer la verdad. Dolia tanto el engano infame al que la habian sometido, y precisamente por las personas a las que amaba, a las que consideraba su familia. Eulalia contuvo un nuevo sollozo. Ella habia hecho lo propio, y como gitana que era, habia vengado el agravio vertido sobre su persona. La mujer que habia sido la instigadora de todos su infortunio, estaba maldita, aunque tenia que entregar algo muy valioso para que la maldicion fuera eterna, y para que nada ni nadie pudiera deshacerla. Eulalia guardo las prendas que se habia quitado en un saco de arpillera. No se olvido de la peineta, dejarla sobre el marmol de la tumba del duque era toda una intencion. Aurora la veria, cuando el primer dia de cada mes y como era costumbre, llegara a la cripta familiar para cambiar las flores marchitas por frescas. Se coloco el velo de novia sobre el cabello para ocultar el rostro. Fuera del cementerio tomaria un carruaje de alquiler para que la llevara al lugar que seria su ultimo destino. Sin titubear un momento, Eulalia sujeto el saco bajo su brazo, se despidio del difunto duque, y salio de la cripta en silencio bajo el anonimato del velo. Su intencion era la de parecer una viuda, y penso que lo habia logrado. Fuera del cementerio tomo un carruaje, y le dio la direccion al cochero cuando la ayudo a introducirse en el interior. Llegar hasta el lugar escogido le llevaria unas horas, pero Eulalia tenia todo el tiempo del mundo. No durmio durante el trayecto, y tampoco se permitio el lujo de llorar de nuevo. Todas las lagrimas habian sido ya derramadas, y ahora tenia que cumplir su ultima mision. El cochero la dejo muy cerca de Richmond Bridge. Como era tarde, todo estaba desierto. No habia ni un alma por las calles, ni ella las esperaba. Eulalia habia escogido ese lugar porque lo habia visitado en una ocasion con la Familia Beresford: era un lugar tranquilo y alejado de todo. Lo mas importante, nadie lo recordaria, por ese motivo se habia decidido por ese sitio. Vestida de novia, y con el velo cubriendole el rostro, Eulalia camino decidida. Una vez que alcanzo la mitad del puente, se subio a la barandilla de piedra. Observo durante un momento las aguas que discurrian bajo sus pies. Parecian mansas, pero ella intuia que no lo eran. Inspiro profundo varias veces, pero no por miedo, sino por una cierta vacilacion de ultimo momento. Eulalia habia tomado una decision: iba a saltar sobre las aguas y se dejaria llevar por ellas. Como no sabia nadar, su muerte estaba garantizada. --Yo te maldigo, Maria --susurro entre dientes--. Maldito seas tambien, hijo de mi carne. Que nunca encontreis la paz como no la he podido encontrar yo, y por eso, malditos ambos. Eulalia termino de decir las palabras, y salto...
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Jamas te olvidare (Generacion 2) de Elisabeth M.
https://gigalibros.com/jamas-te-olvidare-generacion-2.htmlLa melodia de "Lonely Boy" de los Black Keys me desperto de mi fugaz sueno. Siempre que oia esa cancion me acordaba de los cabrones de mis amigos, se mofaban de mi porque decian que estaba hecha a mi medida. Basicamente que me hacia viejo por esperar al amor de mi vida. Me dolia practicamente todo el cuerpo pero tenia que descolgar, podria ser trabajo. La maldita crisis laboral que se estaba viviendo me habia golpeado de lleno. Tenia un buen trabajo en una emisora de radio como tecnico de sonido. Me iba muy bien, pagaba el alquiler de mi diminuto piso en Londres y podia permitirme unos caprichos de vez en cuando. Hasta que se acabo. Ahora no me quedaba otro remedio que hacer trabajos precarios de todo tipo. Jeff me estaba llamando y seguro que era faena. El muy cabron estaba muy bien colocado. --Dime, colega --dije al descolgar el telefono. --Hey tio, ?como lo tienes para encargarte de una mesa esta noche? -- Era una oferta de tecnico de sonido, de puta madre --. ?Estabas sobando? --Si Jeff, anoche tuve que encargarme del sonido de un puto evento electronico -- Fue insoportable --. Sabes que estoy bajo minimos y que cualquier oferta me sirve, si hace falta me arrastraria por el barro por unas cuantas libras. --Vale, pues ven al "Koko 1" volando. No me falles, te he recomendado como un loco para que sustituyas a un gilipollas. Piensan que nos soplamos las nucas, asi que mas vale que lo hagas bien y tendras trabajo para una buena temporada. Tienes la oportunidad de irte de gira por toda Europa. --?Quienes son? -- Necesitaba saber a quien me iba a encontrar, si el grupo me gustaba tendria mucha mas motivacion. --"Vulcano", lo estan petando -- mi colega noto mi resoplido --. Es trabajo tio, no tienen por que gustarte. Y la guitarrista esta tremenda. --Ya sabes lo que pienso de los musicos prefabricados, pero ahora mismo voy para alli. Colgue el telefono. De un salto me meti en la ducha y con otro sali de ella. Me vesti a toda prisa. En ese momento agradeci que mi piso fuera diminuto, era ligeramente ordenado pero no en exceso. Asi que la tarea de buscar mis cosas se reducia bastante. Cogi la bici y fui hasta alli como un rayo. Estaba motivado por la necesidad de tener un empleo que me devolviera la estabilidad que tenia hace seis meses. Encontrar a una chica que me cambiara la vida y disfrutar de ella. Harto de tener que hacer maravillas para poder pagar el piso. No queria volver a casa de mis padres, no por ellos, sino porque una vez de vuelta a mi pueblo natal, se acabaria mi carrera profesional. No estaba dispuesto a eso. Ancle la bici contra una farola y entre decidido. Me tenia que dejar la piel. Sabia que si conseguia el trabajo tendria que lamerle el culo a Jeffrey durante mucho tiempo. Seria muy bueno conseguir engancharme a algun grupo, aunque no me gustara en absoluto la musica que hacian. Por lo general me gustaba toda, pero ultimamente no encontraba algo que me motivara en las novedades de los ultimos anos. Jeff me esperaba en la puerta del recinto. Nos dimos un abrazo a modo de saludo y le agradeci que pensara en mi. --Tranquilo tio, a ver si al final voy a pensar que estas dispuesto a soplarme la nuca por el curro -- Era un cabron que iba de gracioso --. No en serio, eres el mejor tecnico de sonido que conozco para el puesto. El que se ha ido era un autentico payaso, asi que no lo puedes hacer peor. Aunque tienes un careto horrible. --Necesito el trabajo. No pensaba que a estas alturas me veria asi -- Era una mierda tener que suplicar trabajo por calderilla --. Con un cafe me cambiara el careto. --Tu limitate a no cagarla y haz lo que sabes hacer. Se que el puesto es tuyo, eres perfecto para hacerlo -- le dio una ultima calada a su cigarro --. Vamos dentro y te presento al equipo. Entramos alli y fuimos directos a la zona de control. Me presento a unos cuantos companeros mientras tomabamos algo de cafe. Al menos consegui recuperarme un poco de la noche anterior. --Jeff, ya era hora que trajeras a chicos guapos. Asi se trabaja mejor -- dijo una chica encima del escenario. Estaba colocando los Jacks. --No te distraigas Carlee, o si no la jefa te echara bronca --dijo Jeff sonriendo. --A sus ordenes jefe, pero que conste que es tu culpa. Cualquiera no se distrae con chicos asi -- Me guino el ojo desde alli arriba. Soy un tio bastante ligon, pero muy reservado. Muchas veces, por el simple hecho de ser tan timido, he acabado solo las noches de fiesta. Por eso me gane el apodo de "Lonely Boy". Despues de las presentaciones oficiales, me dieron indicaciones de la mesa de mezclas y demas. No tendria ningun problema, estaba acostumbrando a ese trabajo. Al fin y al cabo, el tecnico de sonido era uno mas en el escenario. Me notificaron que el grupo se pasaria por alli para hacer las pruebas. --Ya veras Dom, es una maquina -- Mi amigo parecia prendado de la guitarrista de aquel grupo --. Es una lastima que en la retaguardia tenga al novio vigilando. Vaya pedazo de mujer. --Lo que tu digas, pero una cara bonita es solo para vender mas -- Era mi opinion --. Siempre he pensado que estos grupos, en los que se explota tanto el fisico de un integrante, estan generados para ganar pasta. Pero a mi ya me vale mientras me den el trabajo. --Cuando acabe la noche volveremos a tener la misma conversacion. A ver si opinas lo mismo -- Mi amigo me guino el ojo y me dejo alli solo con otros dos chicos. Uno de ellos estaria conmigo controlando las luces del escenario. Mantuvimos una pequena charla hasta que llegaron los primeros componentes del grupo. --Minerva y Chris no pueden venir --dijo uno de ellos mientras cogia una guitarra. --Carlee y Jeff, os necesitamos aqui arriba --ordeno otro que cogia el bajo. --?Problemas en el paraiso? --preguntaba Jeff mientras se sentaba en la bateria y Carlee cogia la guitarra. --Estoy hasta los huevos, es insoportable. Como esten toda la gira asi renuncio -- Volvio a hablar el guitarrista. --Bueno, dadles tiempo -- Me dio la sensacion de que Jeff los conocia bastante bien --. Por cierto, os presento a Dominik, sustituira a Carlos. Es un profesional, un tio serio y responsable. Estoy convencido de que es nuestro chico. --Hola Dominik, yo soy Ansgar --dijo el guitarrista --. Y mi hermano Mikkel en el bajo y la voz. --Encantado --dije desde alli levantando la mano. --Bueno, empecemos con esta mierda -- Mikkel iba por faena. Por primera vez en mucho tiempo me sentia comodo trabajando. Tuve suerte de haber controlado aquella sala alguna vez. No era de las mas grandes pero tenia buena acustica. Conecte bastante rapido con aquellos tipos. Parecian buena gente.
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El destino de Ana H. Murria de Maite R. Ochotorena
https://gigalibros.com/el-destino-de-ana-h-murria.html<>
INSPIRADA EN HECHOS REALES.
Que opinan los lectores de esta novela de Intriga y Suspense: -
El guardian del libro rojo de Juan Castilla
https://gigalibros.com/el-guardian-del-libro-rojo.htmlUn lazo de honor y lealtad que consigue cruzar cuatro siglos de historia.
Tres vidas entrelazadas fusionandose en una aventura de misterio que arranca en el corazon de Europa, pasando por Tierra Santa y la Espana de posguerra. -
La doble vida de Becca de Aida Cogollor
https://gigalibros.com/la-doble-vida-de-becca.htmlRebecca Collins es una chica normal, con una vida normal y un trabajo normal.
Pero los viernes Rebecca conduce hasta Nueva Orleans dejando la normalidad en Lafayette. Becca tiene un trabajo muy distinto en la ciudad del jazz.
Y dentro de su compleja doble vida, ni Rebecca, ni Becca quieren enamorarse, pero es que conocer a alguien como Charlie tampoco entraba en sus planes.
?Bailamos? -
El palacio de Urania de Enrique Joven Alvarez
https://gigalibros.com/el-palacio-de-urania.htmlFrancis Davies es un brillante matematico que malvive en una realidad distopica proxima. Casi alcoholico y arruinado, acepta un extravagante encargo: robar el famoso e indescifrable Manuscrito Voynich de la Biblioteca de Libros Raros de la Universidad de Yale. Pero las cosas no salen como el espera. Envuelto en un crimen, tiene que plegarse al chantaje de sus misteriosos mecenas, que ademas del robo le exigen su traduccion. Francis comienza entonces una larga investigacion a la que se unen, con distintos intereses, sus antiguos companeros de estudios en el MIT. Poco a poco van resolviendo los enigmas que contiene, adentrandose en la historia oculta del extrano volumen. El principal de ellos, su autoria, les depara una inesperada sorpresa: dos geniales astronomos del Renacimiento --Tycho Brahe y Johannes Kepler-- cifraron sus secretos en el manuscrito. ?Por que? ?Que escondieron alli? ?Que interes tiene para sus poderosos y anonimos padrinos el viejo contenido?
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Los adictos de Paolo Roversi
https://gigalibros.com/los-adictos.htmlOffenburg (Alemania), 1994 Al comisario Jurgen Fischer el nombre no le habia parecido nunca tan apropiado como aquella Nochebuena: Selva Negra. Se referia al inmenso bosque que rodeaba y deglutia, con sus imponentes abetos, aldeas y caminos de la region de BadenWurtemberg, una zona que se extiende, de norte a sur, a lo largo de cientos de kilometros. Obviamente, el origen de aquel apelativo se debia a la densisima vegetacion aunque, en aquel momento, el color predominante del paisaje era el blanco. Hacia horas que era noche cerrada y la nieve no habia dejado de caer desde la manana. Las pesadas botas de Fischer se hundian hasta los tobillos haciendole dificil avanzar. Acompanando al comisario iba Conrad Berger, un guia experto que, pese a conocer el lugar como la palma de su mano, despotricaba debatiendose por encontrar la direccion correcta. Fischer recordaba haber leido en una de las publicaciones para turistas a la venta en todas las librerias de Friburgo a Stuttgart que por alli habia mas de veinte kilometros de senderos para excursionistas: un autentico laberinto, teniendo en cuenta las actuales condiciones atmosfericas. Por no hablar de que, con aquella oscuridad y con los copos de nieve cayendo densos, parecia que estuviesen caminando por una landa remota de Alaska mas que por un paraiso de amenos paseos en el corazon de Alemania. Para hacer honor a la verdad, aquella zona no era ni siquiera competencia suya, pero los colegas de Friburgo, ya bajo minimos debido a las vacaciones, habian quedado aislados por la nevada y le habia tocado a el bailar con la mas fea. La llamada habia llegado cuando se encontraba a medio camino entre Baden Baden y Offenburg, donde vivia su hermana Adelmute. Como cada ano, se dirigia a su casa para pasar las fiestas. Sus superiores no tenian la mas minima duda de que aceptaria: Fischer no estaba casado ni tenia hijos, asi que el espiritu navideno no lo contagiaba y no tenia ningun problema en trabajar ni siquiera en Nochebuena. --Jurgen, hay que hacer una comprobacion de rutina. Y, visto que vas de camino a Offenburg, eres el que mas cerca esta... Te acompanara un guia experto para que no te pierdas en el bosque. Aunque no se habia podido negar, comenzaba ya a arrepentirse. La tormenta de nieve no daba senales de amainar y el rastro luminoso que habia dejado en el cielo la bengala que habia desencadenado todo aquello hacia ya un rato que se habia extinguido. Por suerte, Berger y los muchachos del rescate de montana habian tenido tiempo de calcular con cierta aproximacion el punto exacto desde el que se habia disparado aquel haz, y ahora Fischer y el guia se dirigian hacia alli. No sabian que les esperaba. Podia tratarse de cualquier cosa: una indisposicion, en cuyo caso Conrad se encargaria de estabilizar al paciente gracias a su cualificacion, a la espera del rescate. Si, en cambio, habia sucedido algo mas, bueno, Fischer estaba alli, con su placa y su pistola, precisamente para eso... Disparar una bengala de socorro, del tipo usado en el mar por las embarcaciones en dificultades, era una practica bastante comun en aquella zona para situaciones de emergencia. Por ejemplo, si las lineas telefonicas no funcionaban o, lo que era mas realista, si los habitantes de las cabanas esparcidas por el bosque no tenian siquiera telefono. Varias familias vivian en el corazon salvaje de la Selva Negra y quizas en aquel momento alguna estaba en apuros. Los dos hombres avanzaban despacio entre los troncos de altos arboles y un manto blanco que no dejaba de engordar. El guia llevaba en la mano derecha una brujula y buscaba el mejor recorrido para llegar al punto calculado. En la izquierda empunaba una linternita con la que iluminaba la nieve ante ellos. Estaban siguiendo lo que, en condiciones normales, debia de ser un sendero de tierra, pero que, en aquella situacion, era un trayecto arduo. Fischer se pregunto si estarian, de verdad, avanzando en la direccion correcta. Y a la busqueda... ?de que? No estaba claro. Habian transcurrido ya cuatro horas desde la senal de socorro, una eternidad si quien habia pedido ayuda estaba en peligro de muerte... Tras otras dos horas de esfuerzo, llegaron por fin a su destino. Berger echo un vistazo rapido y se volvio asustado hacia el comisario senalando algo ante el. La debil luz de su linterna ilumino una mancha roja en la nieve. A primera vista, parecia un animal herido. En la Selva Negra eran frecuentes escenas asi: cazadores y cazados empenados en la eterna lucha por la supervivencia. Podia tratarse de un ciervo o de un corzo atacado por lobos. Fischer se acerco otro paso: la victima no tenia ni patas ni pezunas, sino un par de robustas botas con suela antideslizante. La nieve dejo de caer de pronto. Solo entonces el policia se dio cuenta del gran silencio piadoso que lo rodeaba. Ante sus ojos se abria un pequeno claro delimitado por la espesura del bosque, un circulo perfecto en medio de los abetos. En el centro del escenario, aquel inquietante charco rojo. El guia encendio los focos que llevaba en la mochila, y entonces Fischer pudo ver aquel horror que seria incapaz de olvidar durante el resto de su vida... 1 Ginebra (Suiza), actualidad Rebecca Stark observaba fascinada el chorro de agua que se alzaba potente hacia el cielo desde el centro del lago Leman. Aquella manana de finales de abril era como si estuviese viviendo un sueno: un jet privado habia volado expresamente a Londres para llevarla a la cita. Habia embarcado en el London City Airport bajo la lluvia y desembarcado en Suiza, donde la habia recibido un templado dia de sol. Ahora estaba sentada en un sillon de diseno, en un lujoso despacho de grandes ventanales. Frente a ella, al otro lado de un escritorio con la superficie de cristal, se encontraba Grigori Ivanov, un magnate ruso del petroleo al que habia conocido hacia casi un ano, cuando lo habia tenido como paciente. Ivanov era un hombre alto y elegante, de unos sesenta anos, con ojos grises y el cabello del mismo color, muy corto. Llevaba un traje oscuro sin corbata y un reloj de oro, adquirido, casi seguro, en una de las muchas joyerias de la ciudad. Mientras lo escuchaba, Rebecca habia vuelto a las semanas --ocho en total-- durante las que su interlocutor habia estado a su cuidado. Entonces, el ruso no habia mostrado ni rastro de la seguridad y la determinacion de la que hacia gala ahora. Cuando lo habia conocido en su consulta de Kensington, se habia encontrado con un hombre de rostro demacrado, mirada huidiza y expresion apagada, fisicamente debilitado por las malas costumbres. Solo en aquel momento se dio cuenta Rebecca de que Ivanov le habia hecho una pregunta. --?Perdone? --He dicho que se estara planteando el por que he querido verla con tanta urgencia... La mujer no respondio. Se limito a inclinar levemente la cabeza. --Como sabe, soy muy rico y presumo de ser tambien un discreto hombre de negocios. Pero, para lo que tengo en mente, no pienso en los beneficios. Al menos, no en los inmediatos, porque todo se hace por interes propio, ?verdad? Sere directo, doctora: quiero que proporcione a otros la ayuda que me presto a mi. Mi deseo es que su metodo beneficie y cure a todas las personas posibles, a cambio de una compensacion justa, por supuesto. Rebecca lo miro interrogativa, como un jugador de ajedrez observaria a su contrincante en espera de su siguiente movimiento. --Le estoy proponiendo que trabaje para mi. ?Le interesa? Ella volvio a mirarlo desafiante, aunque en el fondo admirada. ?Podia fiarse de el? Segun el historial medico que ella misma habia redactado, si: estaba perfectamente curado. Hacia ya ocho meses que no se producian recaidas y, a ojos vista, el magnate era el vivo retrato de la salud. Por desgracia, y tambien esto lo habia aprendido con los anos, a menudo las apariencias enganan. Especialmente en el caso de enfermedades como las que ella trataba en su consulta, en las que los pacientes se convierten en habiles impostores y hacen de la mentira un arte para ocultar su perturbacion a los demas. Ivanov se puso en pie y Rebecca sintio que debia hacer lo mismo. Se acercaron al resplandeciente ventanal calentado por los rayos de sol. --Su metodo es fantastico, doctora. !Usted es fantastica! Por eso he decidido invertir. Rebecca no sabia si sentirse halagada o asustada.
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Corazones de plata de Josephine Lys
https://gigalibros.com/corazones-de-plata.htmlFinalista del VI Premio Internacional HQN
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La mision de Rox (Guardianes de la Ciudadela 3) de Laura Gallego
https://gigalibros.com/la-mision-de-rox-guardianes-de-la-ciudadela-3.htmlEn esta ultima entrega de la trilogia <
>, los destinos de los protagonistas vuelven a entrelazarse, condicionados por revelaciones que ponen en peligro su relacion, pero que podrian suponer la clave para salvar su mundo. -
Un amor a la medida de Vanessa Lorrenz
https://gigalibros.com/un-amor-a-la-medida.html -
TAREK (Genesis 2) de Maricela Gutierrez
https://gigalibros.com/tarek-genesis-2.htmlCada libro perteneciente a esta serie es autoconclusivo y se podra leer de manera independiente.
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Nosotros, en singular, se dice tu y yo de Paula Minana
https://gigalibros.com/nosotros-en-singular-se-dice-tu-y-yo.htmlNosotros: pronombre personal, primera persona del plural. Pero, ?existe el singular de nosotros? ?se puede decir nosotros en singular? ? es posible ser tu y yo mientras somos nosotros? Todas estas preguntas son las que Ada se hace tras dejar a su novio numero dos, un terrorista psicologico que se resiste a salir de su vida y volver con su novio numero uno, alguien a quien ella considera perfecto por el simple hecho de ser normal.
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El cielo es azul, la tierra blanca: Una historia de amor, Hiromi Kawakami de Hiromi Kawakami
https://gigalibros.com/el-cielo-es-azul-la-tierra-blanca-una-historia-de-amor-hiromi-kawakami.html -
Vitae. No te enamores de un monstruo de A. G. Dones
https://gigalibros.com/vitae-no-te-enamores-de-un-monstruo.htmlLos chicos del instituto se habian pasado todo el dia hablando muy emocionados sobre una manada de ginetas que habia aparecido cerca de alli, junto a la carretera que bordeaba el cerro de la entrada al pueblo. Yo tenia quince anos entonces. Segun decian, las ginetas habian abandonado el campo y habian empezado a llegar al pueblo, cruzando carreteras y atacando a los perros que paseaban con sus duenos por los descampados. Parecian muy alteradas, como si algo las empujase a salir de su habitat. Teniendo en cuenta donde viviamos, aquello era lo mas emocionante que habia ocurrido en Los Fresnos desde que construyeron el cine de verano en el parque central. --La semana pasada tambien aparecieron --dijo uno de los chicos de mi clase--. Mi hermano mayor se cruzo con una cuando paseaba a Simba, cerca de la gasolinera, y el bicho ataco salido de la nada. Mi hermano puso la pierna en medio para que no atacara al perro, pero el se llevo un buen mordisco. Tuvieron que ponerle la antirrabica. Conocia aquel lugar. Estaba cerca de mi casa, a tan solo un paseo, y era un sitio donde muchos aprovechaban para soltar a los perros y dejarles correr sin peligro. La carretera estaba cerca, pero por alli apenas pasaban coches, tan solo los que iban a repostar. Tampoco es que fuera la gasolinera mas rentable de la historia. Pasaron mas de dos semanas en las que las extranas apariciones de ginetas continuaron y a las que se sumaron tambien algunos jabalies. Por suerte, la mayoria de ellos se conformaba con levantar la tierra alli por donde pasaban para comerse las raices que encontraban a su paso. Mas alla de darle trabajo a los jardineros del Ayuntamiento, no causaron grandes males. --?Que animal creeis que sera el siguiente? --preguntaba mi amiga Maria, sentada de rodillas en el asiento de delante en el autobus, mirando hacia atras. Nos dirigiamos a una excursion escolar al campo, una de esas salidas para hacer caminatas que siempre he odiado y a las que siempre me han obligado a ir. Si al menos nos ensenasen algo util o curioso durante aquellas salidas... --?Hay osos por aqui? Si los hay, seguro que es el siguiente. --O lobos. --Aqui no hay lobos. Solo hay vacas y ovejas. --Y halcones. --?Os imaginais el barrio lleno de halcones subidos a las farolas y a los coches? --Yo no saldria de casa ni loca --intervine por primera vez. Aquellas conversaciones insustanciales me aburrian, pero una imagen asi impresionaba hasta en la mera imaginacion. La radio sonaba en la cabina del conductor y era casi imposible escuchar algo con el murmullo continuo de mis companeros, pero una noticia de ultima hora consiguio llamar mi atencion: <
>. De pronto imos la bocina de un coche en direccion contraria y, justo despues, todo el mundo salio despedido de su asiento con violencia por un frenazo. Algo golpeo el parabrisas del autobus, agrietandolo hasta convertirlo en una telarana de cristal. El segundo autobus escolar llego por detras sin poder frenar a tiempo y, en apenas unos segundos, el nuestro se salia del arcen y rodaba sin control por el barranco de aquella montana a la que acababamos de llegar. Como no dejaron de recordarme despues, dio cuatro vueltas de campana y finalmente se detuvo de lado en una zona llana, a unos veinte metros por abajo de la carretera. Recuerdo aquel dia rojo; los cristales habian estallado y las esquirlas se nos enredaban en el pelo y se nos clavaban en la piel descubierta, llenandonos de sangre las manos y la cara. Habiamos terminado todos apelotonados en un lateral del autobus, sobre las ventanas rotas, y alguno se habia roto la nariz o abierto alguna brecha por la caida y los golpes de los otros cuerpos. Yo estaba justo debajo. Fui la unica que se habia puesto el cinturon de los mas de cuarenta alumnos que viajaban en el autocar, y tambien fui la unica que se quedo atrapada en su asiento, soportando el peso de quienes habian estado sentados junto a mi sin poder moverme; mi cuerpo estaba en vilo, sujeto unicamente por las dos correas que me quemaban en el cuello y me apretaban las costillas. No podia respirar y me dolia mucho la pierna. Poco a poco fueron levantandose y saliendo por las ventanas rotas siguiendo las ordenes de un profesor que intentaba mantener la calma, pero se le notaba el temblor de la angustia en la voz. Cuando se me quitaron de encima, note que algo no iba bien. Sentia mucho frio y no conseguia moverme. El dolor de la pierna empezaba a desaparecer, como tambien desaparecia todo lo que tenia a mi alrededor. Fije como pude la vista borrosa sobre la pierna y entonces lo vi: un trozo de metal de la carroceria se habia doblado y me atravesaba el muslo. Todo el pantalon estaba empapado en sangre. Quise soltarme, pero no me atrevi. Tal vez, si me soltaba el cinturon que me sujetaba en aquella extrana postura, seria mucho peor. Escuche un murmullo lejano junto a los pasos de alguien que se acerco a toda prisa hasta mi y supe que aquel seria el final. Una sensacion helada me recorrio la cara, las manos, luego la espalda... y despues todo se quedo en negro. 2 Apenas recuerdo nada de aquel dia, solo el frio que me inundaba el cuerpo a medida que la sangre lo abandonaba. Han pasado ya diez anos desde el accidente y, de alguna manera, me las he ingeniado para seguir aqui; pero desde entonces soy... distinta. Me han contado mil veces lo que ocurrio en aquel barranco, el calor de las chispas saltando en un baile luminoso cuando los bomberos cortaron el trozo de metal que seguia incrustado en mi pierna y como me llevaron al hospital en helicoptero, pero no soy consciente de haber recorrido media ciudad por los aires, ni recuerdo tampoco el sonido de las aspas ni de los motores, ni el tacto de los guantes de nitrilo de los medicos. No recuerdo nada de eso, pero lo he oido tantas veces que esos recuerdos casi los siento como mios. Del hospital hay menos detalles. Solo me contaron que un medico hizo una locura para intentar salvarme. Y lo consiguio. Siendo mi grupo sanguineo 0-, solo podia recibir sangre del mismo tipo; cundo llegue al hospital, segun nos contaron despues, estaba ya tan cerca de la muerte que pensaron que la transfusion no llegaria a tiempo, pues las reservas de mi grupo eran escasas en ese momento. Fue unicamente la determinacion del doctor Xavier Cortes lo que consiguio devolverme a este mundo. Viendo que no aguantaria ni dos minutos y que no habian llegado suficientes donaciones, decidio que me salvaria con su propia sangre. Se cogio una via el mismo y espero, sentado en una silla junto a la camilla del quirofano, mientras el resto del equipo medico hacia lo que podia por salvarme la pierna. Gracias a aquella locura que casi le cuesta la inhabilitacion, consiguio que aguantase lo suficiente hasta que llego el resto de las bolsas de reserva. Si no hubiese sido por aquello... --La buena noticia es que la pierna se recuperara bien --habia dicho el doctor Cortes--. La mala es que hemos descubierto por casualidad algo mas. Y alli estaba, esa noticia que uno no quiere escuchar nunca. Mi madre me abrazaba por los hombros con la angustia agarrada al pecho; mi padre me apretaba la mano y miraba a los medicos con el entrecejo fruncido. Era su manera de mostrar preocupacion, ese leve gesto en la frente, nada mas. Cuando mis padres me adoptaron, una de sus mayores preocupaciones era que estuviese sana. Y durante quince anos asi lo parecia, pero aquella seguridad estaba a punto de venirse abajo. Talasemia. Esa era la condena. Una enfermedad hereditaria que me provocaba anemias constantes y graves. El tratamiento: tendria que recibir transfusiones periodicamente durante el resto de mi vida. Toda una existencia recibiendo vida de otras personas. Vida liquida. -
Todas hemos perdido algo de Liliana Blum
https://gigalibros.com/todas-hemos-perdido-algo.htmlTodas hemos perdido algo reune los libros de cuentos No me pases de largo (2013) y El libro perdido de Heinrich Boll (2008), asi como la novela breve Residuos de espanto (2008). Las mujeres que los protagonizan son sobrevivientes, personajes que han tenido que afrontar el abandono, la condicion que les fue impuesta, los suenos rotos y el pasado como una herencia que no se ha pedido, pero se lleva a cuestas. Con un estilo sordido y como solo en la literatura es posible, la autora revela un descarnado retrato de la feminidad tocada por la soledad en sus diferentes aristas.
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Chicas de nieve y cristal de Melissa Bashardoust
https://gigalibros.com/chicas-de-nieve-y-cristal.html -
Sole, Soledad de Luisa J.c
https://gigalibros.com/sole-soledad.htmlEl dia de la boda de Jimena, una de sus mejores amigas, Sole, conoce a Javi y, desde entonces, mantienen una relacion muy practica ?para ambos?. Eso supone Javi hasta que Sole cree que ha llegado el momento de poner punto y final a esa “relacion”.
?Estara Javi de acuerdo con todo lo que Sole ha decidido de un dia para otro?
?Se arrepentira Sole de la decision que ha tomado? -
La ley de la sangre (Los guardianes del sello 1) de Sarah Mcallen
https://gigalibros.com/la-ley-de-la-sangre-los-guardianes-del-sello-1.htmlAquel hombre enorme se acercaba a ella, cerniendose sobre su cuerpo y atravesandola con aquella mirada del color del mar de las islas virgenes, entre verde y azulada. Su largo cabello negro le caia sobre una parte de su rostro, aunque aquello no impedia a Roxie apreciar lo increiblemente atractivo que era. Poseia una fuerte mandibula y en su menton se podia apreciar un hoyuelo, que lo partia en dos. Su nariz griega parecia haber sido esculpida por el mismisimo Miguel Angel y sus labios, carnosos, dejaban entrever unos perfectos y blancos dientes de los que... !Por Dios! Sobresalian unos afilados colmillos. Roxie retrocedio, pegando todo lo que pudo su espala a la pared. --No debes temerme. --pronuncio, con una voz ronca que hizo estremecer a la mujer, haciendola sentirse excitada a la vez que el temor desaparecia de su cuerpo. --Claro que deberia temerte, eres peligroso. --se oyo decir a si misma, con la voz jadeante, como si hubiera estado haciendo ejercicio. El hombre sonrio de medio lado, dejando aun mas expuesto uno de sus largos colmillos. --Soy peligroso, mujer, tienes razon, pero en estos momentos estoy muerto de hambre y lo unico que quiero es comerte. --sus ojos brillaron de un modo aterrador, haciendo que a Roxie se le cortara la respiracion--. No le negarias alimento a un hombre moribundo, ?verdad? Y entonces se abalanzo sobre ella. Roxie se desperto gritando y respirando dificultosamente, con la frente empapada de sudor y... con la entrepierna totalmente humeda. Le habia vuelto a pasar. Habia vuelto a sonar con ese hombre, o mas bien, con esa especie de vampiro. Hacia casi un ano, desde que cumplio los veinticinco, que aquellos suenos extranos de lugares que no conocia, como oscuras tumbas y cuevas ocultas, la atormentaban. Pero sobre todo, aquel hombre de ojos aguamarina que parecia perseguirla. Sonaba con el una y otra vez. Se levanto de la cama empapada de su propio sudor y se dirigio a la ducha. Se quito la camiseta de tirante y sus pequenas braguitas, pues hacia demasiado calor en aquella epoca del ano para dormir con mas ropa. Aun mas, teniendo en cuenta su pequeno y caluroso loft, que solo contaba con una ventana que daba a un estrecho y oscuro patio de luces. Se metio bajo el chorro del agua y cerro los ojos, respirando profundamente. Le faltaban cuatro dias para cumplir veintiseis anos y aquello la hacia sentir tremendamente apenada. Hacia tres anos que habia perdido a sus padres en un tragico accidente de coche y desde entonces, cada ano que cumplia sin ellos solo le hacia darse cuenta de lo sola que estaba. No tenia hermanos, sus abuelos hacia anos que habian muerto y tampoco se sentia suficientemente centrada como para mantener una relacion estable con ningun hombre. Menos mal que aun le quedaba su amiga, Max. Maxine Scott habia sido su mejor amiga desde el jardin de infancia. Sus madres habian sido amigas y cuando la madre de Max fallecio a causa de una terrible y larga enfermedad, que dejo marcada a su amiga para siempre, Max paso a vivir con su familia, ya que nunca habia conocido a su padre. Sus padres eran a quien su madre habia dejado como tutores, en caso de que muriera, como finalmente ocurrio. Asi que ahora solo se tenian la una a la otra. Roxie salio de la ducha, se envolvio en una toalla y descalza, dejando las huellas de sus pies humedos en el suelo, se acerco a su armario, para sacar unas mallas negras, un pequeno top blanco y unas deportivas. Necesitaba salir a correr para despejarse e ir a la pequena redaccion del periodico donde trabajaba, centrada en lo que debia de estar. Se vistio apresuradamente y se recogio el cabello mojado en una coleta alta. Al trote bajo las escaleras desde el cuarto piso donde vivia y salio al exterior, corriendo a paso ligero, como a ella le gustaba. Hacia poco que habia amanecido y habia pocas personas por la calle. Pese a ser un dia caluroso, la brisa de la manana era bastante reconfortante. Cuando llevaba un par de kilometros corriendo, sintio un repentino mareo. Se paro en seco y apoyo la mano en la pared de uno de los edificios, para no caerse. La imagen de una roca tallada con un extrano simbolo aparecio en su mente. Roxie se puso la mano en la cabeza y la sacudio. --Roxanne, centrate. --se dijo a si misma--. Estos suenos te estan volviendo loca. --?Te encuentras bien? Un joven que tambien estaba corriendo se le acerco, mirandola con preocupacion. --Si, no te preocupes, estoy perfectamente. --alzo el rostro hacia el, sonriendo para tranquilizarlo. El joven abrio la boca y se la quedo mirando como si le hubiera dado una apoplejia. Roxie suspiro. Sabia que causaba aquel efecto en los hombres. Su bonito cabello negro siempre se veia reluciente y le caia hasta su cintura. Sus ojos, de un extrano color azul oscuro, que en ocasiones casi parecian violetas, eran grandes y rasgados, rodeados de unas largas y espesas pestanas oscuras. Tenia la nariz recta y los pomulos altos, ademas de unos labios gruesos por los que hubiera matado cualquier adicta a la cirugia estetica. Eso, acompanado de su metro setenta de estatura, su cuerpo esbelto y tonificado, de largas piernas, cintura estrecha y sus pechos llenos, hacia de ella una mujer con un increible atractivo sexual para el sexo opuesto. --Quiza sea mejor que te acompane a tu casa, para asegurarme que llegas sana y salva. --el chico se irguio y contrajo sus biceps, para que ella se percatara de que estaba en muy buena forma. Y lo cierto es que no estaba mal. Tenia un cuerpo atletico y su rostro era realmente atractivo, pero como solia ocurrirle, a ella no le despertaba ningun tipo de deseo. Como diria Max, ella estaba muerta de cintura para abajo. --Te lo agradezco, pero no hace falta. --trato de pasar junto a el, pero el chico se movio, cortandole el paso. --No es ninguna molestia y me dejarias mas tranquilo. --sonrio, tratando de mostrarse encantador--. Vamos, nena, soy un conversador muy divertido. --?Nena? --se indigno--. ?Desde cuando tenian aquellas confianzas? --No lo discuto, pero prefiero ir sola, gracias, yo no soy muy buena conversadora por las mananas. --se desplazo hasta el otro lado, pero de nuevo el musculitos se interpuso en su camino. --No hace falta que hablemos, si tu no quieres. --le guino un ojo--. Se otras maneras en las que podemos divertirnos. --No estoy interesada, gracias. --se dio media vuelta para marcharse en otra direccion, y que no pudiera volver a bloquearle el paso. Pero una mano callosa la tomo por el brazo, impidiendole que pudiera moverse. --Vamos, guapa, no te hagas la estrecha. --Sueltame. --exigio. --?Y si no quiero? --alzo las cejas, yendo de sobrado. Con un rapido movimiento que habia aprendido en las clases de defensa personal, le dio un giro al musculoso brazo masculino, haciendo que el chico chillara, dolorido. --Me soltaras de todos modos. --le dio una patada en la parte trasera de la rotula, haciendolo caerse de rodillas, mientras ella se desembarazaba de su mano y reanudaba su trote, de vuelta a casa. --Maldita, zorra. --le oyo insultarla--. Eres una puta bollera, seguro. Tipico, penso Roxie, aquello le solia ocurrir cuando daba calabazas a aquel tipo de machitos, que se creian irresistibles por el simple hecho de tener unos brazos del tamano de unas vigas, que por otro lado eran proporcionalmente opuestos al tamano de sus pequenos cerebros. Llego a su edificio y cuando estaba abriendo la puerta de su casa oyo su movil sonar con insistencia, con el tono de Shallow, de Lady Gaga, que tanto le gustaba. Tomo el movil, miro la pantalla y sonrio alegre. --Hola, hola, caracola. --?Donde te habias metido? --se oyo la pizpireta voz de Max al otro lado de la linea telefonica--. Te he llamado seis veces, estaba a punto de llamar a la policia. --No seas exagerada, loca. --rio--. Habia salido a correr. --Y cuantas veces te he dicho que no salgas a correr sin tu movil. --la regano--. ?Y si te ocurriera algo? --De acuerdo, mama, lo recordare para la proxima vez. --Siempre dices lo mismo. --refunfuno, y tenia razon. --?Me llamabas por algo en especial? Entro en el bano y tomo una toalla pequena, con la que se seco el sudor de la frente y el cuello. --Si, queria decirte que ya he reservado mesa para el viernes en el restaurante que tanto te gusta. --Genial. --dijo, sin mucho animo. --Vamos, fea, no quiero verte asi, ?vale? --sabia perfectamente lo que Roxie estaba sintiendo --. Es tu cumpleanos y vamos a celebrarlo por todo lo alto. --Loca, no se... --Nada de no se. --la corto--. El viernes nos arreglaremos, saldremos a cenar y despues nos iremos a bailar, y con un poco de suerte, igual tambien echamos un polvo. Roxie rio. --Seguro que tu tienes mas suerte que yo en eso. --Porque eres demasiado exigente, ademas de fea, claro. --rio, divertida. Ambas se partieron de risa. Desde que iban al instituto, Max le habia puesto el mote de fea, por ser todo lo contrario, mientras que ella la solia llamar loca, pero en este caso, su amiga si era una loca encantadora. --Yo llevare a Grayson a la cena, ultimamente estamos medio saliendo. --reconocio. Grayson era el guapo vecino de Max y en ocasiones quedaban para desfogarse mutuamente. Aunque como siempre le pasaba, cuando la cosa se ponia un poco seria, su amiga ponia distancia de por medio.
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Los caminos de la luz de Coia Valls
https://gigalibros.com/los-caminos-de-la-luz.htmlRevisar las lecciones del dia antes de bajar a la sala del piano; sobre todo meditar detenidamente como explicar en mis clases de musica la ejecucion del martele, ese movimiento que a los estudiantes les resulta tan dificil en cuanto perciben la proximidad del teclado. Tambien podria examinar a fondo la maquina de escribir de Thurber, por si ha logrado superar la que construyo Foucault hace unos anos, cosa que dudo. Despues, idear la manera de ayudar al nuevo alumno que ha llegado al Instituto Nacional de Jovenes Ciegos, que se pasa el dia haciendo preguntas y que tanto me recuerda a… No, nada de esto me sera posible. No estoy en Paris, donde ha transcurrido gran parte de mi vida. Es otro quien se ocupa de impartir las clases y, en el fondo, de poco me sirve confiar en el. La maquina que ha patentado Charles Thurber, siguiendo mi metodo, se quedo en la estancia donde acumulo recuerdos que solo yo entiendo. El nuevo alumno, !ay!, quiza tendra que proseguir su aprendizaje sin mi intervencion, al igual que sus companeros. En realidad, cuando llevaba a cabo este repaso previo de las tareas matinales, solo sonaba. Sueno mucho desde que la enfermedad casi me ha confinado a un retiro forzoso en la ciudad de Vichy. Sueno a todas horas, incluso cuando me quedo inmovil de cara al techo, con mis pensamientos como unico juguete. Segun dicen, en el aposento que me han asignado hay pinturas que representan ninfas y faunos, motivos de otros tiempos, en un mundo que esta cambiando. A pesar de que mis ojos tienen una expresion vacia, de lejos podria parecer que presto una atencion que no es tal. En realidad no se detienen en sitio alguno ni siguen los gestos de mis interlocutores; son incapaces de descubrir formas o colores. !Hace ya tanto tiempo que las senales de vida solo golpean mis otros sentidos! Y, por otro lado, ?acaso no es en el alma donde cobran forma los pensamientos? Mi camino ha estado repleto de evidencias interiores y, postrado en esta cama con dosel que otros pagaran por mi, tan solo existirian los recuerdos, de no ser porque ella me acompana. No pasa ni un dia sin que me averguence de lo que queda de mi, es todo lo que puedo ofrecerle, aunque, por otra parte, ya atenuadas las urgencias de la juventud, espero que su amor se conforme con mis carencias. En su presencia he encontrado la armonia que proporciona un espiritu capaz de equilibrar la balanza. Y ella constituye una parte importante del peso que impide que por fin se incline de forma definitiva. No ha sido facil. Antes de que volviera a mi lado, todo parecia desmoronarse. En febrero los estudiantes se sublevaron en Paris y, al igual que ha venido ocurriendo en los ultimos anos, los obreros se sumaron a las protestas. Las multitudes se lanzaron a la calle; unos en defensa del rey Luis Felipe, otros para repudiarlo, pero yo estaba demasiado cansado para seguir los hechos con detalle. En medio de aquel caos, el unico motivo de alegria fue enterarme de que, finalmente, mi estimado Alphonse de Lamartine habia pasado a formar parte del nuevo gobierno de la Republica. No he olvidado la visita que en 1838 hizo al Instituto Nacional de Jovenes Ciegos, ni como denuncio ante la Asamblea Nacional las insalubres condiciones de nuestro dia a dia. Siempre he perseguido una brizna de ingenio que nos permitiera, a mi, a los mios, a los que son como yo, acceder al saber. A veces lo he conseguido, otras no tanto, pero me queda la certeza de que he hecho cuanto estaba en mi mano. Ahora quizas ha llegado el momento de aprender a permanecer en un segundo plano, pero !tengo todavia tanto que hacer! A pesar del descanso forzoso, en cuanto cierro los ojos me veo de nuevo en la institucion. Como si rechazara este cuerpo mio tan limitado y me sintiera todavia lleno de fuerza, repaso mentalmente cuentas y proyectos, mantengo conversaciones imaginarias con los profesores mas jovenes y les explico mi metodo para que puedan transmitir la esperanza que yo senti un dia. La esperanza de que nosotros, los ciegos, tambien podremos abarcar el mundo; que hay caminos de luz que nos aguardan en la oscuridad. Es curioso. A pesar de que hoy no vendra, no puedo evitar fijarme en la puerta de entrada. Se a ciencia cierta que se ha marchado para ocuparse de los negocios de su familia, que contribuyen a sufragar los gastos de mi estancia en Vichy. Asi pues, no me quejare de este ardor que me devora las entranas y aprovechare todas las oportunidades que se me presenten. Todavia querria profundizar en algunos aspectos de mi metodo, corregir dudas, ampliar sus posibilidades, pero, a pesar de que las horas se hacen largas en esta cama tan diferente a mi jergon de la institucion, a veces me encuentro demasiado comodo y me resulta imposible mantenerme despierto; luego, por la noche, me visita el insomnio y me invade la inquietante sensacion de que la vida se me escapa sin remedio, la poca que todavia me queda. Quiza por este motivo, y por la necesidad que siempre he sentido de ordenar el mundo, he decidido escribir sobre algunos momentos que conservo en la memoria. Tambien porque, despues de leer las pocas paginas que ya he redactado, albergo la sensacion de que la vida es demasiado compleja para soltarse sin acotar el discurso. Tengo muy presentes las palabras de Joubert, cuando dice que <
>. No escribire, pues, mi biografia, que seria insulsa y aburrida, sino que hablare de los instantes en que me he sentido mas vivo, de los tiempos en que todo era posible. Y, para ello, he de remontarme a mi ninez, aunque me resulte dificil y ello me lleve a recordar a personas a las que quise con locura y que, sin duda, me esperan en un lugar mejor. Se lo comente hace poco a Gauthier, antes de salir hacia Vichy, y se mostro reticente. Dijo que volver atras seria otra prueba de mi talante melancolico, que lo haria mas evidente todavia. Pero ya lo he decidido. Pienso combatir sus reservas, y las mias, escribiendo como si se tratara de una vida ajena, como si fueran capitulos sobrantes de alguna novela de Balzac, Dumas o Sue. Durante las horas que pasamos juntos, despues de hablar de todos los que nos han acompanado, ella me va leyendo una pagina tras otra de esos folletines que compra cada dia y que, si se olvidara de uno, supondria una tragedia. Su voz no ha cambiado, todavia me sorprendo cuando la escucho. Usa el mismo tono de confidencia, casi un murmullo, que me transporta a los anos dorados, y tambien terribles, de nuestra juventud. Asi combatimos el tedio que a veces amenaza con apoderarse de nosotros. La cantinela de estas lecturas se me adhiere a la piel. Como neofito en el oficio de escritor, estoy convencido de que formara parte de mi historia. Y si vuelvo atras, si me propongo hablar de los momentos mas importantes que me ha tocado vivir, hay uno que destaca por encima de todos, el que marco a fuego el resto de mi existencia… -
Descubri lo que de verdad importa (Serendipity 6) de Moruena Estringana
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A Sexy Berling Surrender (Sexy Berling 5), Maya Blair de Maya Blair
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Las sombras de la catedral de Emma Maldonado
https://gigalibros.com/las-sombras-de-la-catedral.htmlCambiar de aires nunca fue facil. Sobre todo cuando llegas a una ciudad nueva y descubres que estas en el sitio equivocado en el momento equivocado.
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El corazon de Hade de Agustin Ezequiel Marco
https://gigalibros.com/el-corazon-de-hade.htmlEn el desierto, lejos de cualquier civilizacion, se encuentra el castillo de Symbad, rey de los desiertos del norte del Sahara y legendario asesino. Symbad tiene una hija llamada Hade, de inigualable belleza y la chica mas deseada del reino. Hade, cansada de su rutina, decide escaparse del castillo, pero es atrapada por Hermes, un guardia que esta enamorado de ella. Este la lleva ante Symbad esperando ser recompensado, sin embargo, Symbad lo manda a limpiar las caballerizas, ya que Hade habia llegado casi fuera de la ultima muralla del castillo, algo considerado gravisimo para Symbad, quien toma a la chica y la encierra en su habitacion por tres dias sin agua ni comida. La joven esta casi moribunda cuando al tercer dia el mismisimo Symbad lleva agua a la prisionera. No nos olvidemos que esta historia transcurre en el desierto. --?Aprendiste la leccion? --pregunta Symbad. --Eres un tirano --responde la cautiva. --Fuera de esas murallas no te puedo proteger --indica Symbad apuntando por la ventana a los muros. --No me puedes controlar --comenta Hade, quien se muestra totalmente indiferente. --Eso es una selva --grita Symbad. --Dejame juzgarlo por mi misma --responde Hade medio desesperada. --?Y perderte de la misma manera que perdi a tu madre? --indica Symbad--. Son animales, la mataron. Hade se pone a llorar agarrada a su almohada. Symbad la mira desde la distancia y se dirige a la puerta. --Te espero para la cena --dice Symbad--. Vistete bien, tenemos invitados. --No quiero ver a nadie --dice Hade entre sollozos apretandose mas contra la almohada. --Eso no me importa --responde Symbad con tono severo. --?No puedo comer aca? --pregunta la chica. --No --responde rotundo Symbad. --?Por? --Quiso saber Hade. --Vienen a verte a vos --respondio Symbad. --?No puedo salir del castillo pero si casarme? --replica Hade enojada. Symbad, sin mas, sale del cuarto, entonces Hade se pone a llorar. En un comedor amplio lleno de ventanas, en el centro se encuentra una mesa enorme llena de abundante comida. Sentado en uno de sus extremos se encuentra Symbad, vestido con un elegante traje de seda e hilos de oro. De un lado estan sentados Sebastian, un jeque amigo de Symbad, y su mujer Estela, igual de elegantes pero sin opacar a Symbad. En el otro lado se encontraba el joven Shamir, quien elegantemente vestido, venia a cortejar a Hade. La chica ya estaba cansada de tantos cortejos, pero por orden del padre Hade debia aceptar ser cortejada por Shamir. Hade entra en el comedor con un vestido despampanante que le habia aconsejado la vestuarista privada que tenia. A su lado venia Hermes, a quien se le ordeno no moverse de al lado de Hade por ningun motivo. Cuando Hade se va a sentar, Shamir se levanta en forma de respeto. Durante la cena solo se habla de la guerras territoriales que se estan batiendo en el desierto, de tratados de paz y casamientos arreglados entre los que se encuentra el de Hade y Shamir. Hade, harta de que se hable de ella como si fuera con camello a la venta, se levanta de la mesa. --?A donde crees que vas? --pregunta Symbad. --A dormir --contesta malhumorada Hade. --No hemos terminado de hablar --responde Symbad. --Yo si --replica Hade. --No seas irrespetuosa. --Symbad levanta la voz. --Dejala --dice Sebastian. --Yo tambien estoy harta de tanta politica --comenta Estela--. Estas cosas nos aburren a las mujeres. --Hermes, asegurate de que se quede en su habitacion --ordena Symbad. Shamir la mira y vuelve la vista a la comida, Hade se va seguida por Hermes hasta su habitacion donde se encierra y Hermes se sienta en un banco de lado para custodiar la puerta. En el comedor Symbad explica el intento de huida de Hade. Comenta que lo mejor y mas seguro para ella es que este siempre custodiada. Cuando termina la cena los invitados se van y Symbad se sienta en un sillon frente a la chimenea mirando el retrato de su difunta esposa con odio. Hade esta sentada en su sillon frente la chimenea de su habitacion mirando una foto de la madre cuando siente un ruido zumbante, se da vuelta y ve una flecha que entra por la ventana y se clava en la pared. Hade, lejos de asustarse y gritar pidiendo ayuda, agarra la flecha y ve que tiene un pergamino envuelto. Hade lo saca y lo lee. No podia ser mayor su sorpresa, el pergamino aseguraba que su madre esta viva y que cuando se fue, lo hizo por propia voluntad con el amor de su vida. Hade esta por tirar el pergamino a la chimenea cuando se entreluce con la luz del fuego el dibujo que la madre habia hecho de bebe como simbolo de ellas, por lo que Hade sigue leyendo el documento. El texto acaba con la promesa de volver a comunicarse, que la extrana mucho y pide que confie en ella. Hade guarda la carta en su caja de seguridad y esconde la flecha bajo la cama. Justo entra Symbad. --?Que fue lo que hiciste? --pregunta Symbad. Hade mira la caja fuerte nerviosa. --Vos sabes la verguenza que me haces pasar con tu rechazo hacia Shamir --prosigue Symbad al no tener respuesta de Hade. --Lo siento, papa --dice Hade--, pero no me puedo casar sin amor. --?Y donde piensas buscar ese amor --replica Symbad--, en los plebeyos del palacio? --O de afuera --lo desafia Hade. --Nunca te voy a permitir que abandones el palacio --afirma Symbad. --?Por que? --pregunta Hade casi sin poder contener las lagrimas. --?No sabes que hay una guerra alla afuera? --dice Symbad--. Por eso necesito que te cases, hay que formar alianzas con la familia de Shamir. --Hoy es guerra y manana sera otra excusa --dice Hade--. Quiero conocer el mundo. --Aca esta tu mundo --asegura Symbad. Hade pide que se vaya de su habitacion. Symbad sale y le dice a Hermes que no se mueva de ahi en toda la noche. Hade cierra la puerta con llave, agarra el retrato de su madre, lo pone junto a la cama y se acuesta a dormir. En un caseron grande se encuentran Sebastian, Estela y Shamir. Sebastian le dice a Shamir que no se preocupe, que lo mejor que le puede pasar es que Hade no le demuestre interes ya que Symbad es un sadico. Shamir se va a su dormitorio. Estela mira a Sebastian y se ponen a hablar sobre como habia desaparecido Esmeralda. Sebastian comenta que los barbaros se quisieron vengar por la tirania de Symbad. Estela se pone nerviosa, Sebastian pregunta que que sucede. Entonces Estela confiesa por primera ves que ayudo a Esmeralda a escaparse con un barbaro, como ellos lo llaman. Comienza a contarle la historia. Era de noche, Nicosia dirigia a los barbaros que entraron. Sono la alarma del palacio y Esmeralda corrio a la habitacion de su pequena. Empezaron a entrar hombres por todos lados, se escuchaban gritos de desesperacion, la cocina fue arrebatada. Nicosia llego a la habitacion de Hade, alli se encontro con Esmeralda, quien gritaba horrorizada. Nicosia pidio disculpas y afirmo que no le haria dano, que solo queria comida. Es entonces cuando se escucha el atroz silencio y la espada atravesar su cuerpo, Symbad grito que se escondiera y se preparo para luchar, pero Esmeralda se acerca al joven Nicosia mal herido y lo ayuda a escapar por unos tuneles secretos. Llega un momento que Nicosia no da mas, entonces Esmeralda lo recosto en el suelo y fue en busca de Estela, quien sabe de medicina. Gracias a ella consigue salvar su vida. Al no encontrar el cuerpo de Nicosia, Symbad empieza a golpear a Esmeralda hasta que dijera donde lo habia escondido, pero ella no dijo nada, por lo que Symbad la encerro en un calabozo. Lo que Symbad no sabia es que hasta en los calabozos habia pasadizos. Ella consiguio escapar y se fue con Nicosia una vez estuvo recuperado. --...Y nunca supo Symbad que yo la ayude. --Sebastian se sorprende y la interroga por lo que Estela se ve obligada a confiesa la historia entera. Symbad la maltrataba y un dia, cuando los barbaros lograron entrar en el palacio, ella se encontro con uno. Suerte que solo buscaban algo de comida. Ella lo escondio de Symbad en el palacio durante dias, cuando lo pudo sacar, el pidio que se fuera con el, no lo dudo a pesar de que dejaba atras a la pequena Hade. --?Como sabes todo eso? --pregunta Sebastian. --Yo los ayude --declara Estela. --?Y dejo aqui a Hade sin mas? --Sebastian se muestra sorprendido. --Me hizo prometer que cuidaria de ella --aclara Estela-- hasta que vuelva a buscarla. Sebastian empieza a dar vueltas en la habitacion, finalmente termina por sentarse. --?Nos van a atacar? --pregunta Sebastian. --No son animales --senala Estela--, solo vendra a por su hija. --?Sigues en contacto con Esmeralda? --pregunta Sebastian entrecerrando los ojos. --Si --afirma la mujer. --?Y le dijiste algo a Hade? --Quiso saber Sebastian. --No, no me corresponde a mi --responde Estela. --Ten cuidado, si se llega a enterar Symbad estamos muertos --indica Sebastian con gesto aterrado. Hade entra en la habitacion del padre, una habitacion amplia decorada con adornos de oro macizo, el padre la mira extranada. --?Que haces aca? --pregunta Symbad. Hade pide a su padre que le cuente sobre Esmeralda, su madre, ya que sus recuerdos son muy vagos; era muy pequena cuando se fue. Al escuchar esto Symbad enloquece y grita a su hija que no se fue, que fue asesinada por barbaros, que a el nunca lo dejo ninguna mujer y que lo que le paso fue por su propia estupidez ya que ella tambien tenia la loca idea de que se podia salir. Hade debia comprender, segun su padre, que ella era lo unico que le quedaba y la cuidaria costara lo que costara. A Hade no se le ocurrio mejor idea que preguntar, a pesar de la negativa de Symbad, si la madre se habia ido por amor. La respuesta de Symbad fue un cachetazo. --Tu madre solo me amaba a mi y a ti, comprendelo. Nos la arrebataron y los voy a matar a todos. --Hade pone cara de espanto y Symbad continua--: Hice tratados suficientes y tengo los guerreros necesarios para matar a esos barbaros que me arrebataron a mi Esmeralda.
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Tu, mi princesa en zapatillas de Chris Razo
https://gigalibros.com/tu-mi-princesa-en-zapatillas.htmlUn desengano, y un pasado lleno de dificultades, hacen que Ariadna decida marcharse a Estocolmo. A su vuelta, poco queda de esa chica extrovertida. Los golpes de la vida han hecho de ella, una persona fria y distante. Pero todo eso cambia cuando conoce a Lucas. Un chico muy atractivo, pero tambien muy tierno que hara que todo lo que ella ha construido se caiga en pedazos. El hara que la antigua Ariadna vuelva y que sus ojos vuelvan a brillar.
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Filos mortales de Joe Abercrombie
https://gigalibros.com/filos-mortales.htmlEn el ejercito de la Union solo hay un individuo que se cree capaz de salvar la situacion a la hora de enfrentarse a los gurkos: el incomparable coronel Sand dan Glokta.
Curnden Craw y su grupo deben recuperar un objeto misterioso mas alla del Crinna. Solo hay un pequeno problema: no saben que es ese objeto.
Shevedieh, la ladrona mas habil de Estiria, va de desastre en desastre con su mejor amiga y mayor enemiga: Javre, la Leona de Hoskopp.
Despues de anos de masacres, el idealista Bethod trata de llevar la paz al Norte. Solo queda un obstaculo: su lunatico guerrero, el hombre mas temido del Norte, el sangriento Nuevededos. -
Fragmentos (Partials), Dan Wells de Dan Wells
https://gigalibros.com/fragmentos-partials-dan-wells.html -
Chico Malo de Jorge Borges
https://gigalibros.com/chico-malo.htmlSoy un tipo peligroso.
De los que no quieres cerca.
De los que te enganaran. -
El ultimo susurro de Gema Tacon
https://gigalibros.com/el-ultimo-susurro.htmlConocer a Gema Tacon ha supuesto en mi vida personal algo asi como una <
>. Admito que antes de coincidir con ella en Sevilla, en el evento Literalia, no la conocia; sin embargo, es de esas personas que no pasan desapercibidas alla donde aparece. Supongo que se debe a ese factor que tenemos en comun, ser piscis, que nos impulsa a mostrarnos afectuosas y abiertas cuando nos sentimos a gusto con la gente. Ese dia armonizamos a la primera, reimos muchisimo y prometimos leernos. De Gema he de decir, ante todo, que es muy buena persona; pero lo que nos trae aqui es su faceta como escritora. Ya, si la he leido, y no solo en esta novela, El ultimo susurro, sino en otras obras suyas de tematica juvenil, con seres fantasticos, el de los heroes y heroinas de humor acido y accion rapida. Gema es versatil por naturaleza y ha demostrado que puede adentrarse en otros generos. Aqui nos trae una novela policiaca, con un mundo supercurioso y absolutamente desconocido para mi, el de los ASMR (!incluso crei que se lo habia inventado hasta que vi los agradecimientos al personal que la ha asesorado!); pero sobre todo me encanta su particular mania de jugar con las identidades de los protagonistas. No os podeis perder el glosario final porque en el descubrireis que nuestra amiga ha tomado prestado los nombres e incluso las profesiones de personajes reales para integrarlos en su historia. !Imaginacion y documentacion no le falta! La novela, su primera incursion en este genero, le ha quedado bastante digna y si a ello le sumamos la magnifica portada de Monica Gallart, no podeis dejar de leerla. Para mi, ha sido un honor que me solicitara escribir el prologo de su historia. No tengo ni idea de si era esto lo que queria, pero es lo que me ha salido (!fijo que ya no me lo pide mas!) Igual que ella es novata en las lides policiales, yo lo soy en las prologueras. De todos modos, contamos con vuestra benevolencia y vuestras ganas de seguir compartiendo el universo de Gema, ese que te hace reir, porque es para lo que ella ha nacido; para poner una sonrisa en nuestros semblantes y alegria en los corazones. Mucha suerte en tu trayectoria, Gema. Un fuerte abrazo. Mercedes Gallego. Uno Arroje contra la pared algo que estaba penetrandome los timpanos como si quisiese devorarme por dentro. Me di la vuelta, me escondi bajo la manta y continue durmiendo mi muy merecida resaca de la noche anterior. Definitivamente, no debi haber tomado esa ultima copa, tampoco tenia a nadie esperandome para echarme la bronca por llegar en el estado en el que lo hice, y no me importaba en absoluto lo que los vecinos cuchicheasen a mis espaldas. Con vaciarles por la ventana del patio los ceniceros llenos de colillas sobre sus blanquisimas y monisimas sabanas ya tenia mi venganza mas que solventada, y como resulta que soy policia, no tenian huevos de subir hasta mi mugriento atico a decirme a la cara lo que realmente opinaban sobre mis salidas nocturnas y mis llegadas al amanecer cada dia, con un hombre o mujer diferente, seguido de los politicamente incorrectos gemidos y jadeos. Tocaron el timbre con insistencia logrando que me despertara de peor humor del que me levantaba a diario. Me dirigi hasta la puerta principal, abri y alli estaba la pobre y temblorosa Clea, mirandome bajo sus enormes gafas y cubriendose el resto de la cara con un monumental dosier lleno de papeles que, de seguro, pretendia que me leyese. Me di la vuelta, la deje de pie en la entrada y corri por el pasillo para introducirme de nuevo en mi deshecha y alborotada cama. --Kate, la jefa esta como loca buscandote. Te ha llamado al movil cientos de veces. Se quedo gritando que o aparecias de inmediato o te quedarias sin empleo y sueldo hasta el dia del juicio final --me advirtio a la vez que levantaba las persianas. Me destrozo las retinas con ello. --!Dile que no me encuentro bien! --grite lanzandole un cojin a la cabeza, con la esperanza de impedir que siguiese abriendo mas ventanas. --Tenemos un caso, Kate --me informo haciendo que le prestase atencion por primera vez desde que llego--. Ha muerto una mujer de mucho dinero y hay que investigarlo antes de que se filtre a la prensa. Eso ya me gustaba un poco mas. Ultimamente, la zorra de la jefa de policia lo unico que me habia asignado era un punado de casos de ladrones de tres al cuarto. --Y ?como es que tu vanagloriada superiora quiere contar conmigo para este asunto tan importante? --pregunte ironica. --Te han asignado un companero nuevo --me respondio, temerosa por mi reaccion. --!He dicho mil millones de veces que no quiero a nadie! !Yo trabajo sola! -- conclui enfurrunada y me fui al bano a darme una ducha de agua fria para intentar despejarme un poco, antes de soportar la cara de mujer diez de la senorita Pato. Desde la ducha pude escuchar como Clea recogia la casa y fregaba los platos. Si no la quisiera tanto me casaria con ella, el problema era que mis relaciones, ya fuesen con personas de mi mismo sexo o del contrario, nunca terminaban bien. Entre de nuevo en el dormitorio tal y como mi madre me trajo al mundo, haciendo que Clea se ruborizase y tuviese que mirar hacia otro lado, a la vez que mi amiga me acercaba una humeante taza de cafe recien hecho. Me embuti unos vaqueros y me coloque la camiseta que menos arrugas tenia de todo mi desastroso armario. Me mire en el espejo para intentar peinarme; habia empapado la camisa con las puntas de mis todavia mojados rizos. Hice el amago de cogerme una coleta, pero en el reparto de miembros, algun gracioso me doto de unas orejas bastante considerables y al final siempre terminaba por dejarmelo suelto para asi poder ocultarlas. Unas enormes ojeras dibujaban el contorno de mis marrones y grandes ojos. Me encogi de hombros resignada, abri el bolso, saque un paquete de tabaco y encendi el que seria mi primer cigarrillo del dia. El maldito timbre del telefono sono de nuevo desde donde quisiera que hubiese caido. Clea lo rescato debajo de una montana de ropa sucia que habia apilada a los pies de la cama y me lo entrego, suplicandome con la mirada. --Senora Pato --lei en alto justo antes de descolgar y tras encender el altavoz, para poder ponerme los zapatos mientras hablaba--. Buenos dias, jefa. --!Buenas tardes, detective Warne! --saludo ironica--. Me preguntaba si tenia pensado aparecer hoy por el trabajo. --Se me ha pinchado la rueda del coche. Estoy de camino --menti. --No tarde demasiado, la estamos esperando --se despidio. Habia creido lo del coche--. Por cierto, Warne. --?Si, jefa Dick? --Cuando venga acerquese tambien por la zona de vehiculos. Anoche se llevo la grua el suyo. --Un pi, pi, pi, pi, pi... fue lo ultimo que escuche. --!Mierda! --?Que? --quiso saber Clea. --Odio a la Pato --asegure mientras saliamos de mi apartamento. Cuando bajamos las escaleras nos cruzamos con la metiche y puritana vecina del tercero, quien regresaba de sacar a pasear a su malcriado Coton de Tulear1, y nos miraba de reojo, escandalizada. Pare a Clea justo frente a la puerta de la chismosa vecina, la abrace y le di un beso en los labios introduciendole la lengua hasta la campanilla, lo que provoco que a la vieja se le cayesen las llaves de las manos al intentar entrar rapido en su casa, para asi dejar de contemplar la escena infernal que tenia ante sus narices. --Tienes que dejar de hacer eso --se quejo Clea, limpiandose mis babas. --?Besarte? --pregunte, divertida, al mismo tiempo que tapaba la mirilla de la puerta de la buena senora con el pulgar y la escuchaba resoplar detras. --Aparte, tienes que dejar de llamarla asi. Cualquier dia se te escapara delante de ella --advirtio. --?La has visto andar? Y ademas se apellida Dick --recorde. --!Pato es duck, Kate! --corrigio. --Es lo mismo --respondi saliendo del bloque y pidiendole las llaves de su coche. --Todavia hueles a alcohol, no creo que debas conducir --nego, pero yo sabia de sobra como conseguir cualquier cosa de Clea. Le puse cara de perrito abandonado y me dirigi hasta ella con gesto de nina juguetona. Coloque mis heladas manos bajo su delicada blusa de seda, a lo que ella respondio con un respingo. La rodee con mis brazos y le robe el mando del coche del bolso en menos de un segundo sin que se diese cuenta. Se lo ensene, le guine un ojo y me sente en el asiento del conductor. Baje la ventanilla y le sonrei. --?Te llevo, rubia? --!Eres horrible! --me amonesto resignada. A veces me sentia como una completa zorra por jugar con sus sentimientos, sabia que ella estaba coladita por mi, lo malo era que al minuto se me olvidaba. Es lo que tiene poseer memoria fotografica, recuerdo cosas insignificantes y deshecho las que seguramente si valen la pena. Clea era la tipica pueblerina asustadiza y empollona que habia venido a la gran ciudad tras sacar las mejores notas en la universidad y poner kilometros de por medio para ocultar un gran y terrible secreto a su muy entranable familia. Era la mujer mas femenina, dulce y atractiva que habia visto en mi vida. Todos los hombres de la comisaria suspiraban por sus huesos, cosa que teniendo en cuenta que era la forense tenia bastante gracia. Era rubia, de piel blanca como la nieve, con una larga melena lacia, unos preciosos ojillos azules, unos estupendos labios carnosos y unas larguisimas piernas de vertigo. Por mucho que intentase mimetizarse con el armario, una servidora sabia de sobra que lo que le atraian a Clea no eran los hombres sudorosos, precisamente. Al llegar a la comisaria ni la Pato ni el equipo que trabajaba de modo habitual con Clea estaban en el edificio -
Una heredera obstinada (Las elegidas 2) de Laura A. Lopez
https://gigalibros.com/una-heredera-obstinada-las-elegidas-2.htmlMelissa Ross, hija de uno de los magnates burgueses mas influyentes de Londres, opto por convertirse en religiosa, debido a que no encontro ningun pretendiente que deseara desposarla. La llamaban el desperdicio, pues su gran dote que se perderia por falta de un esposo. Sin embargo, Melissa no esperaba que la invitaran al compromiso de su hermana menor, era un hecho que no deseaba ir y muy a su pesar tuvo que hacerlo, tan solo para que su vida diera un estrepitoso vuelco.
Thomas Sackville marques de Dorset invitado a la fiesta de compromiso, era uno de los incansables solteros de Londres, aunque resulto victima de una de las caprichosas damas casaderas. Un mal plan, una buena samaritana y un matrimonio indeseado serian los resultados de aquella invitacion. -
Botones y odio de Penelope Sky
https://gigalibros.com/botones-y-odio.htmlMe estoy dejando la piel para conseguir botones.
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Azael de A.g. Dones
https://gigalibros.com/azael.htmlHe vuelto a encontrarlo, al hijo prodigo, tan mundano como cualquiera de los mortales a los que jamas debio acercarse, tan quebrantado como unicamente puede estarlo quien ha padecido la Eternidad entre ellos.
Desde mi atalaya celestial, observo sus actos desesperados para cumplir el mandato de mi Padre, que es tambien el suyo.
Yo, que todo puedo verlo, lo contemplo sin comprender como puede preferir mi hermano esta vida entre mortales. Poco importa, seguire observando con la paciencia que da la inmortalidad y tal vez asi alcance a comprender que le hizo caer; por que, siendo los dos tan iguales, somos ambos tan distintos.
Mi hermano se ha protegido a si mismo con la coraza de un cascaron vacio, pero, si los mortales pudieran ver mas alla, si trataran de conocerlo realmente, si fueran apenas conscientes de su naturaleza... entonces lo amarian y temerian tanto como a sus falsos dioses. -
Incitame (Solo por ti 4) de Angy Skay
https://gigalibros.com/incitame-solo-por-ti-4.html?Te gusta el postre? --pregunto acercandome demasiado a ella. --Si...Ejem... --Disimula para separarse un poco de mi. El gesto me molesta, pero decido no darle importancia, hoy es mi noche. Es la gran noche. Agarro su silla y la arrastro hacia mi. El estridente ruido hace eco en el salon. La gente nos mira pero no me preocupa en absoluto. --Max...Nos esta mirando todo el mundo. --?Y que mas da? Pongo mi mano encima de su muslo, lo que hace que ella se sonroje de momento. --!Vamos Marian! ?Ahora te da verguenza? Aparta mi mano y me mira de malas formas por mi elevado tono de voz. --Max, no es el momento ni el lugar. !Por Dios comportate! Vuelvo a poner la mano encima de su muslo e igualmente se aparta disimuladamente. Es toda una actriz, y piensa que no me dado cuenta. Lo vuelvo a intentar. --!Para! --Me regana. --Eres una seca --digo amargamente. Coge su copa de champan y posa sus finos labios en ella. Bebe un pequeno sorbo sin apartar los ojos de mi. Me esta provocando, para nada... --Lo que se hace de rogar es lo mejor Max... --Y las cosas improvisadas algunas veces tambien. Cojo un poco de nata del postre y le doy un toquecito en la nariz manchandola. Se alarma, demasiado para mi gusto. --?!Pero que haces!? --Grita histerica dando un pequeno bote en la silla. Baja el tono y se sienta de nuevo al ver que todo el mundo la mira. --Tranquilizate Marian, que solo es nata...--Intento calmarla. --!Me has estropeado el maquillaje! !De verdad que no entiendo por que haces estas estupideces! Hace una mueca de disgusto con los labios y seguidamente fija sus ojos castanos en mi intensa-mente. --?Me compraste esa pulsera que vimos ayer? --pregunta coqueta. Suspiro y recuesto mi musculoso cuerpo en el respaldo de la silla. !La chaqueta me aprieta bastante! Tengo que dejar de hacer tanto ejercicio. !Mujeres! Siempre quieren regalos y de los caros. Saco la caja de terciopelo azul del bolsillo de mi chaqueta, en ella hay una fina pulsera de diamantes con forma ovalada, la pongo encima de la mesa, Marian la coge inmediata-mente y muestra su cara de satisfaccion. --Me ha costado una fortuna. --!Oh vamos Max! Tienes dinero de sobra --dice sin importancia y sin mirarme, esta completamente perdida en la pulsera. Se la pone encima de la mano y asiente alegre --, he visto unos pendientes a juego, manana pasaremos para que me los compres. --Claro carino --suspiro agotado. Llamo al camarero y le pido la cuenta. Cuando llega como siempre, Marian la coge y le echa un vistazo sin preocupacion. Me pasa la factura a mi y sonrie. --Toma --dice extendiendo la factura --, vas a gastarte un poquito mas de tu fortuna. --No me molesta gastarme dinero en ti, creo que eso ya te lo he demostrado en varias ocasiones. --Hombre, que minimo. Yo tambien tengo que aguantar lo mio con tus cosas --dice con desprecio. Niego con la cabeza, no tiene remedio. Pago y salimos del restaurante. Antes de cruzar la calle hacia el coche, me reajusto mi chaqueta y cojo sus manos. --Marian... Se gira en sus tacones de diez centimetros y me echa como de costumbre el humo de su cigarrillo en la cara. Me molesta, pero no le doy importancia. Como siempre. Nunca le doy importancia. Me quedo embelesado con su bonita figura, esta demasiado delgada pero aun asi, me tiene completamente hechizado. --?Que pasa? ?Vamos a ir al local de Eduard? --Sabes que no es santo de mi devocion, pero si quieres ir, iremos. El local esta lleno de gente podrida de dinero, son todos unos estirados. No me gusta nada estar en ese ambiente, se me hace pesado y aburrido a la misma vez. Solo se acercan a ti por interes. --Aunque si lo piensas, podemos ir a cualquier otro sitio de copas. Por ejemplo donde vamos Bryan y yo. Pone cara de asco de inmediato. --!Por favor! Eso si que es cutre. Me gustan los gin tonics que ponen en el local de Eduard. Asiento de mala gana. En fin, no se puede luchar contra un imposible. --De acuerdo, iremos entonces. Se gira para ir de nuevo al coche y le cojo de la mano. Me mira sin entender nada. No se porque me cuesta tanto hablar, estoy un poco incomodo, nervioso, no se, todo a la misma vez. --?Que pasa? --Pues... --!Max! Arranca de una vez, ?nos vamos o que? --dice exasperada. Remango un poco mi pantalon y pongo mi rodilla en el suelo. Ella me mira con cara de horror. No se mueve, solo me mira. --?Que haces? --pregunta arrogante. --Marian, creo que ya es hora de que demos el paso. Me tienes completamente enamorado y... --!Por favor Max! --Dramatiza --?No se te ocurrira pedirme matrimonio aqui? ?En medio de la calle? !No seas tan miserable! --Pero... No me deja terminar de hablar, me interrumpe. --Ni peros ni nada. Me lo tendras que pedir ante mi familia, mis amigos y mas gente !ya se! Organizaremos una fiesta por todo lo alto este fin de semana... Se da la vuelta en direccion al coche hablando como un loro de la fiesta. --Llamaremos a un catering !el mas caro de todo Londres! Haremos una fiesta por todo lo alto y entonces, solo entonces, podras pedirme matrimonio. Ahora si, espero que adquieras una buena joya para mi precioso dedo porque si no... !te dejare plantado delante de todos! --Parece que lo dice de broma, pero se de sobra que seria capaz si no le llevo un anillo que la encandile. Por un momento pienso en que estoy haciendo el gilipollas en medio de la calle. La gente me mira, creo que con cara de pena, no es para menos. Se para en la puerta del coche y me mira, aun viendome que sigo con una rodilla en el suelo. --?Se puede saber que haces? !Vamos abre Max! No tengo todo el dia--chilla desde lejos. Pulso el boton para que el coche se abra y me levanto. --Ahora te has manchado el traje, vas a poner el coche perdido !si es que no haces nada bien! No digo ni una palabra mas. Me subo en el coche y me mira. --?Te pasa algo? --?Me deberia pasar algo? --pregunto con sorna. --Pues no, creo que no te he hecho nada asi que, ya puedes ir cambiando la cara !pareces enfadado! Suspiro fuertemente. --Siempre con los suspiritos, arranca ya !quiero mi copa! Por cierto... ?Te ha quedado claro como lo haremos? Hago lo que me dice y me dirijo hacia el club. --Si me ha quedado muy claro Marian. Fiesta a lo grande, catering, champan y pedida delante de trescientas personas. Me ha quedado clarisi-mo--ironizo. --!Asi me gusta! Que hagas las cosas bien de una vez por todas. Seis meses despues... Llego el gran dia… Ato la corbata, pongo los zapatos negros de charol hechos a medida en mis pies, porque claro hoy en dia no hay muchos numeros del cuarenta y ocho tan exquisitos como a mi me gustan. Cojo la chaqueta negra de pinguino y me la paso por los brazos hasta que la ajusto a la perfeccion en mi moldeado cuerpazo. Si, pensareis que soy un creido pero es la realidad. Mi cuerpo desarma a las nenas. Aunque la unica que me importa es a la que voy a esperar en el altar, Marian. Llevamos tres anos juntos y creo que ya ha llegado el momento de dar un importante paso en nuestras vidas y que mejor manera de hacerlo que candandonos. Toc, toc. --?Se puede? Aqui esta, otro monumento andante como yo. Mi fiel y unico amigo, Bryan. Y cuando digo unico es porque verdaderamente, lo es. No he conocido a un tio en todos estos anos como el y dudo que a estas alturas vaya a hacerlo. Siempre esta cuando se le necesita y aunque tiene sus cosas, es un hermano para mi. --Claro, pasa. Me mira de los pies a la cabeza. --Esto... ?Estas seguro de lo que vas a hacer? Arqueo una ceja y niego con la cabeza mientras me termino de atar el ultimo boton de la chaqueta. --?Eres tu el que me lo pregunta? Porque te recuerdo que tu, te casaste hace poco con Dona porcelana. Bryan suelta una estridente carcajada. Si, la llamo Dona porcelana porque me da la gana. La mujer de mi mejor amigo, Abigail, es repelente, maleducada y consentida. Es pronunciar su nombre y la expresion de mi cara es de asco, inevitable. --No se como has podido casarte con esa mujer... --La tuya no se queda atras...--Contraataca. Lo observo durante un segundo. --Lo siento. No queria recordarte cosas indebidas el dia de tu boda. Pero eso te pasa por tirarme de la lengua. Niego con la cabeza. --No lo sientas, puede que el idiota aqui sea yo. Pero me consuela saber que tu estaras conmigo. Me rio y el hace una mueca graciosa. --Abigail esta embarazada. Ahora si que mi cara es un poema. --?Como? --Pues eso, que esta embarazada. Inspecciono a mi amigo e intento descifrar la cara que tiene. --?Cual es el problema? ?Ambos lo buscabais no? Se limita a asentir. --?Entonces? --No se, Creo que ella no es feliz. --Quieres decir que ella no quiere ninos. Estoy seguro. No querra estropear su figura de Barbie. --Sabes lo que me ha costado convencerla. Al principio estaba muy reacia pero luego parecio aceptarlo sin mas. No se... --Mira que me extrana que esa mujer quiera a alguien mas que a si misma. Bryan entrecierra los ojos un poco. --?Quieres ir con un ojo morado el dia de tu boda? Ahora el que suelta una estridente carcajada soy yo. --No me pegarias por ella, lo se --afirmo chulesca-mente. --Llevas razon, no lo haria. Pero echa el freno un rato, la estas avasallando siempre. Niego con la cabeza. No sabe a quien tiene por mujer todavia. --?Quieres que te maquille un poco? --pregunta con sorna. --No gracias, yo no uso esas mierdas. Le devuelvo una sonrisa ironica. --Vamos deja de mirarte Max. !Vas a llegar mas tarde tu que la novia! --Bueno estaria bien que por una vez en la vida el novio llegue mas tarde, ?no crees? --Mi madre moriria de un infarto y te mataria antes. Asi que, mejor llega el primero. Giselle. Es la madre de Bryan y la mia en cierto modo. La madre que nunca tuve. --Tu familia es la unica que tengo en la boda. --Mi familia es tu familia desde hace mucho tiempo, no lo olvides. Asientos y mis ojos se entristecen un poco. No se porque motivo, llevo toda la vida luchando solo, excepto cuando Anthony, el padre de Bryan, me encontro. Pero aun asi, el dia de tu boda parece que necesitas a la familia mas que nunca. Doy gracias por tenerlos a ellos. --!Max vamonos! --Ya no me los esta insinuando, me lo esta exigiendo.
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La vida sumergida de Pilar Adon
https://gigalibros.com/la-vida-sumergida.htmlSe habian habituado al licor de ajenjo y lo bebian de pie, por las mananas, junto al fregadero de piedra o apoyadas en la escalera que movian de un lado a otro por la biblioteca para llegar a los estantes mas altos. Sin ceremonias previas ni finales. Sin ir a cambiarse de ropa. Sin adornarse el cuello ni las munecas. Calladas y un tanto desgarbadas, con la dejadez propia de la lentitud y la indiferencia, en un abandono que solo podian permitirse las depositarias de una elegancia congenita. Las beneficiarias de una delicadeza en la longitud de las formas, en la calidad de las telas que vestian a diario, conscientes de que existian dos tipos de personas, las que tenian clase y las que, por mucho que lo intentaran con bordados, pedreria y aromas sutiles, no la tenian ni la tendrian nunca. Al cabo de un tiempo indeterminado, que podia ser de unos minutos o que podia ser de unas horas transcurridas entre tragos cortos, entre libaciones del licor servido con decision en sus vasos pequenos, procuraban ir a sentarse en las butacas de la cocina, siempre en silencio. Y entonces tal vez si tuvieran que esforzarse por hacerlo con cierta dignidad. En ese momento tal vez resultara complicado moverse, dar mas de dos pasos en la misma linea de equilibrio, y quiza debieran poner mas atencion en la distancia que recorrian ya que ambas podian haberse deshecho de la estabilidad y ambas podian haberse internado en la enormidad, el exceso. Sus avances por un suelo de madera que no era de hacia dos anos ni de hacia cinco ni cincuenta tendrian que ser cautelosos. Comian a la una y media, sin decirse nada, incomodas en su proximidad mutua. La confusion del ajenjo daba paso a un primer jubilo fisico y mental que, invariablemente, desembocaba en un cansancio un tanto dramatico. Y era solo mas tarde, ya durante los postres, cuando Brigida podia empezar a hablar para decirle que debia recoger la ropa de la azotea y que debia hacerlo antes de las cuatro. Con la voz arrogante de quien da una orden. Argumentandole que ella no iba a esforzarse por ir a la azotea (tenia que centrarse en sus mil tareas) y que debia ser Hilda quien se propulsara por el pasamanos de las escaleras hacia arriba sin excusas ni dilaciones. Antes de que empezara a soplar el viento y le resultara imposible (a ella y a cualquiera) asomarse al exterior. Tenia que subir a la planta superior, cerrar las ventanas de cada dormitorio y de cada sala, asegurar las contraventanas, bloquear la puerta de hierro que se deslizaba sobre una barra adherida al suelo a modo de carril hasta que la cancela chocaba contra la pared del gran balcon, siempre con un golpe seco, echar la llave de abajo con dos vueltas, echar la llave de arriba con dos vueltas, correr a la escalera, subir mas aun y, una vez en la azotea, recogerlo todo antes de que empezaran los crujidos en cada muro de la casa. Los vaivenes de las cortinas que se elevarian por encima de las sillas a causa de las corrientes de aire que se colaban irremediablemente a traves de las grietas abiertas entre los marcos de los miradores y las tablillas del entarimado, en una oscilacion serpentina que haria presagiar la aparicion de un ser biologico tras ellas (un lobo, una rana, un muchacho) o la aparicion de un ser no biologico (una piedra de color ambar). Era cierto que las copas de los pinos habian empezado a agitarse bajo los cristales de los ventanales de la cocina, y Hilda recordo alli, contemplando el prodigioso estremecimiento de la red de huesos y tendones en que iba a desembocar cada uno de los troncos moviles de cada uno de los arboles, el momento en que le pidio a Brigida que se muriera. Ese dia soplaba el viento igualmente, con aquella violencia nada excepcional dada la epoca y dada la zona. Habian cerrado las ventanas, las puertas. Habian asegurado los pestillos y habian corrido los visillos. Y fue en esa circunstancia cuando penso que si Brigida moria, si Brigida desaparecia, toda la casa seria suya, entera para ella, y entonces no tendria que obedecer mas ordenes. No tendria que ajustarse a los horarios ni a los propositos de Brigida. Dejaria de estar sometida, juzgada, calificada a cada instante, y llevaria a la practica sus proyectos. Todas sus fantasias. Sin tener que comer cuando Brigida quisiera, sin tener que dormir cuando Brigida quisiera. Podria ponerse sus vestidos mas alegres. Banarse en el embalse. Practicar sus lecciones de piano cuando deseara hacerlo y bailar cuando deseara hacerlo. Raspar la tierra y descubrir que habia debajo de cada planta, de cada pedazo de hierba seca, de cada monton de agujas de pino reunidas por el viento, como queria hacer desde que a la edad de seis anos aprendiera que una pezuna era una una fuerte y desarrollada, y que algunos animales las tenian largas y afiladas a modo de apendices cortantes, como zarpas, para atrapar a su presa, para aferrarse a ella, para cerciorarse de que no podria escapar y para excavar, escondiendo bajo la parte de suelo visible cualquier objeto valioso, su alimento. Lo aprendio de nina y desde entonces quiso comportarse como un perro que se esforzara por desenterrar de la base del monte el hueso escondido anos atras por el o por un antepasado. Extraer del barro la explicacion a su existencia. Desentranar el significado de cada estimulo para quedarse tranquila y poder regresar a sus actividades cotidianas. Sus otras actividades cotidianas. Creyendo que semejantes explicaciones se encontrarian en la base de los montes, bajo las pilas de materia fusionada al azar. Creyendo que podrian desenterrarse con solo escarbar. Revolviendo bajo el abono de los cultivos. Bajo las semillas alojadas en las hileras de los huertos. Bajo los circulos de ceniza abandonados por los pastores. Bajo las formaciones de piedras grandes o bajo las formaciones de piedras pequenas que se ocultaban bajo las piedras grandes. Si Brigida desaparecia y toda la casa pasaba a ser suya, se entregaria al aprendizaje de un idioma vivo o de un idioma en extincion. A la investigacion de los requisitos necesarios para que los miembros de un grupo llevaran una convivencia civilizada. A la resolucion de la incognita de si para que dicha convivencia civilizada pudiera ser real debia optarse siempre por el sometimiento y siempre por la rendicion de unos ante otros. A desentranar el autentico significado de las palabras de negacion que se apropiaban de las palabras primigenias para contradecirlas y desposeerlas de su sentido primordial. Desapego. Desarraigo. Desafeccion. Desaparicion. Frente al apego, el arraigo, la afeccion, la aparicion. Centrada en su lista de libros, los que debia leer antes de convertirse en una anciana como lo era Brigida. Middlemarch y Al faro. Grandes esperanzas. Un mundo feliz. La abadia de Northanger. Edipo rey. Crimen y castigo. La comedia humana. Ariel. El rey Lear y el Libro de la vida. La montana magica. Matar a un ruisenor. Los miserables. Rojo y Negro. ?Acaso los leeria con Brigida a su lado, formando parte de la casa, envuelta en sus chales en invierno y en sus tules en verano, haciendose notar por su aliento, con esa respiracion de mujer que dejo de ser joven hacia anos? Lo dudaba. Asi que le pidio a Brigida que se muriera. La unica manera de conseguir una identidad personal. Y dias despues, Brigida estaba muerta. Nunca pudo negarle nada. Nunca pudo oponerse a sus caprichos. De modo que se murio. --?Es que me odias? --le pregunto. Y Hilda respondio que no. Que por supuesto que no. ?Como iba a odiarla? Habia sido su protectora. Su maestra. La encargada de orientar sus gustos hacia sus primeras lecturas. Su consejera llegado el momento de enfrentarse a un texto de Seneca y descubrir que la experiencia podia asemejarse a la de leer un angustioso libro de superacion personal. Frases como <
> o <>. Claro que no la odiaba. Brigida le habia explicado que era un minueto, que una gavota. Le habia dado la definicion de musica como el arte de bien combinar los sonidos y el silencio en el tiempo. No la odiaba. Simplemente deseaba que se deshiciera. Que se volviera transparente. Que se transformara en una esencia de luz sin estructura ni carne ni presencia. ?Que mas tenia que hacer alli? Nada. De alguna manera, su epoca habia pasado. Su mision habia concluido. ?Que podia aportarle a ella con su muerte voluntaria? Todo. La independencia. El desarrollo como ser autonomo y perfecto. Como unidad sin condicionamientos. En aquella casa situada en la ladera de un monte. Rodeada de pinos, de aves y de insectos, y del brillo rojo del sol del amanecer y del sol del atardecer. En libertad. Con la posibilidad de actuar y no actuar. Ir y no ir. Querer y no querer. El privilegio supremo de la eleccion. Crecer hacia arriba o tumbarse extendida. Meter los dedos en el saco del azucar o meter los dedos en el saco de la sal. -
El priorato del naranjo de Samantha Shannon
https://gigalibros.com/el-priorato-del-naranjo.htmlUn mundo dividido. Un reino sin su heredera. Un antiguo enemigo se despierta.
Fantasia epica ideal para los lectores de George R.R. Martin y J.R.R. Tolkien. -
Bruce (Hermanos Ramsay 1) de Adrian Blake
https://gigalibros.com/bruce-hermanos-ramsay-1.htmlBruce ha perdido una apuesta, y para pagar su deuda tiene que pasar una noche entera en Canallish… vestido con su uniforme de escoces del siglo XII. cuando en mitad del cerro aparece una figura femenina ataviada con una simple falda, Bruce piensa que esta como una cabra, pero antes de lo que imagina termina compartiendo con ella su comida… y su cama.
Amber queria ver la lluvia estrellas… y habria disfrutado de ello si un imbecil no la hubiese convencido de hacerlo en Canallish. Lo peor no fue el frio, ni la oscuridad, ni siquiera el enterarse de que no podria volver a la ciudad hasta que el monumento no abriese por la manana. Lo que casi la mata del susto fue encontrarse de bruces con un hombre disfrazado de escoces… justo cuando acababa de tocar las piedras. -
De la mano de Federico de Lluis Pasqual
https://gigalibros.com/de-la-mano-de-federico.htmlrevela un extraordinario narrador. Un ensayo delicioso, de una sensibilidad y una fuerza narrativa excepcionales.
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Una asesina rendida (Atraccion peligrosa 4) de Alina Covalschi
https://gigalibros.com/una-asesina-rendida-atraccion-peligrosa-4.htmlEl destino volvera a unir los caminos de Victoria y Andrew en esta novela que pone fin a esta serie llena de misterios, mentiras, enganos y juegos entre policias y asesinos.
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Un lugar junto al mar de Angela Drei
https://gigalibros.com/un-lugar-junto-al-mar.htmlUna historia sobre las decisiones, la vida y el amor.
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Enterrad a los muertos de Louise Penny
https://gigalibros.com/enterrad-a-los-muertos.htmlTras Una revelacion brutal y Enterrad a los muertos, este nuevo caso del inspector Armand Gamache es la tercera obra publicada en castellano de una de las series policiacas mas galardonadas y celebradas por la critica internacional. Ganadora de un Anthony Award y elegida mejor novela negra del ano por The New York Times Book Review, El juego de la luz es una nueva leccion magistral de la gran dama canadiense del crimen. Clara Morrow lleva muchos anos trabajando en el mas absoluto anonimato como pintora aficionada en Three Pines, un tranquilo pueblecito de las afueras de Montreal.
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Shokunin de David B. Gil
https://gigalibros.com/shokunin.htmlShokunin es un spin-off de El guerrero a la sombra del cerezo, la novela de ficcion historica mejor valorada en las librerias on-line.
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Black, black, black de Marta Sanz
https://gigalibros.com/black-black-black.html--?Paula? --?Si, Zarco?, ?que me cuentas? Ayer me puse mis pantalones con la raya perfectamente definida, mi pulover mas elegante, mi chaqueta cruzada, y sali a la calle con los ojos ocultos tras unas gafas de sol. Me perfume con una colonia que huele a madera y a musgo. Como un refinadisimo Philo Vance. Al mismo tiempo, fuerte, viril. Guapo. No puedo evitar ser una persona pulcrita ni que me gusten los muchachos de baja estatura y complexion debil. Ni que se me vayan los ojos. Mis clientes son una familia destrozada por el estrangulamiento de su hija; una familia que no entiende que la policia no haya aun apuntado con el dedo hacia ningun sospechoso y haya archivado el caso despues de un ano de infructuosas investigaciones. El marido de la muerta aun vive en el que fue su hogar conyugal y no puede decirse que sus suegros se fien de el. --Es moro --me informo el padre de la muerta. --?Quiere usted decir arabe?, ?marroqui?, ?argelino?, ?tunecino? --Quiero decir moro. El senor Esquivel no se desdice con facilidad. No tiene una predisposicion complaciente. Cuando me recibe, esta leyendo un diario conservador que ahora descansa encima del sofa abierto por la pagina de necrologicas. Ha estado resolviendo el crucigrama apretando tanto el boligrafo que casi ha traspasado el papel. Un ciego, tocando el reverso de la hoja, hubiera sido capaz de descifrar los trazos del senor Esquivel. Este hombre es tajante y no debe de pensar las cosas dos veces. El craneo lampino se le pliega como un acordeon cuando intuye que alguien matiza sus opiniones, lo que en su lenguaje quiere decir que se le lleva la contraria. --Moro --repito en voz alta mientras apunto el dato en mi cuadernito, y a Esquivel la calva se le vuelve a poner tersa. Las hostilidades entre el marido de la difunta y su familia politica justifican que mis clientes no vean demasiado a su nietecita, Leila, que acaba de cumplir dos anos. --?A usted ese le parece un nombre para una criatura? Mas alla de la eleccion del nombre, de la religion que pudiera profesar en el futuro y de la posibilidad de que Leila de mayor se pusiera un velito para cubrirse, a los Esquivel no les preocupa en exceso ese asunto. Si se resuelve lo del padre, lo de Leila se arreglara solo. Antes de continuar, aprovecho la mencion a la nina para explicarles que yo no puedo intervenir en un caso de asesinato, aunque si de otra indole. Como si se le hubiera ocurrido a el, Esquivel me interrumpe: --El caso esta archivado por la policia y, ademas, usted siempre puede decir que nuestro unico objetivo es recuperar a la nieta. La madre de la difunta, una mujer aparentemente servicial, con los parpados pintados con una sombra rosada, abre la boca: --Le advertimos a Cristina que no se casase. Pero no nos hizo caso. --Era muy bruta. Muy obcecada. Si se le metia algo entre ceja y ceja, no habia forma de hacerla cambiar de opinion. El padre pronuncio su diagnostico con cierto orgullo de casta y la madre rompio a llorar mientras compartia conmigo sus recuerdos: --Tambien estudio medicina por pura cabezoneria. Y todo para acabar limpiando culos, viendo carne vieja en un asilo. --Cristina no limpiaba culos. Y el asilo es una clinica de mucha categoria. --Me da igual. Nosotros le insistimos en que no hacia falta que se esforzase tanto, que con nosotros nada le iba a faltar, pero ella se empeno y, al final, fijese usted, !doctora geriatra! --Y muerta --apostillo el senor Esquivel. En nuestra cultura el empecinamiento esta bien visto. Lo mismo que las voluntades ferreas, la efusividad, la propension al llanto y la sinceridad a ultranza. Eche de menos que los Esquivel disimularan un poco sus fobias, que se mostraran mas corteses y opacos. Tal vez los filtros de su enmascaramiento les hubieran ayudado a no ser exactamente lo que parecian ser: dos viejos que hubiesen estampado, con gusto y cargados de razon, un bate de beisbol contra la cabeza de un pariente politico; un matrimonio anonimo, sediento de venganza, en un linchamiento popular. Quiero decir <
>, pero logro que la expresion no se me escape. En su lugar formulo una pregunta: --?Era Cristina hija unica? La senora Esquivel se apresura a contestar con pudibundez: --Si. Aunque nos hubiera gustado, no pudimos tener mas hijos. La casa de los Esquivel es un chale en una zona privilegiada de la ciudad. Un chale anodino, decorado con mal gusto y que no cuenta con ninguna estancia tan hipnotica como el asfixiante invernadero en el que el Coronel recibe a Marlowe despues de que Carmen Sherwood haya intentado tomar asiento en las rodillas del detective: < >. En el chale de los Esquivel no me recibe una muchacha que se chupa el dedo con ojos de perdida mientras restriega su cuerpo contra mi bragueta impasible. Me recibe un matrimonio sesenton con unos rasgos fisicos tan vulgares que los recuerdo con dificultad. Alli no hay invernadero ni orquideas con petalos carnicos. No bebo varios vasos largos de whisky o de conac, llenos hasta el borde, mientras el senor Esquivel se emborracha solo con mirarme y aspira el humo de mis cigarrillos sin filtro para embriagarse por transferencia. Me dan una fanta de naranja y encima de la mesita no hay ceniceros. La camisa no se me empapa en sudor ni la tela deja transparentar la tableta de chocolate de mi musculatura. No es necesario que me quite la chaqueta. La senora Esquivel no tiene oportunidad de abrir la boca y de quedarse con ella abierta por motivos directamente relacionados con la dureza y proporcion de mi anatomia. Este oficio hay que tomarselo o con sentido del humor o con cierto culturalismo. El sentido del humor sirve para los galanteos, las entrevistas con los sospechosos y con los clientes --no esta de mas hacerse el simpatico--, para la aproximacion a la sordidez y para dormir como un tronco cuando uno se acuesta muerto de aburrimiento tras una jornada rutinaria. El culturalismo se aplica para contemplar el agujero de bala, la aguja de la trepanacion, el hachazo, las amputaciones de dedos y de orejas, incluso para darle a la infidelidad otra luz. Todo --los cuerpos desmembrados y los papeles de periodico-- son elementos para un bodegon, por ejemplo, de Chaim Soutine. Chaim Soutine deambulaba por las calles de Paris buscando el mostrador de la carniceria que exhibiera la gallina de sus suenos, la pieza de vacuno abierta, el costillar en exposicion salvaje, el color rojo, granate, magenta, menstrual, burdeos, carmin, bermellon, barroso, carmesi, fuego, sangre, rubi, pimenton, azafran, tomate, sandia, purpura. Chaim Soutine caminaba por las calles de Paris y, despues, se murio en una mesa de operaciones. El culturalismo he de aplicarlo pocas veces, porque yo casi nunca veo sangre a borbotones. Repaso documentos, ingresos y perdidas, asientos contables, tiro fotos. Converso con personas que se quedan palidas. Desde que saque mi licencia, rebusco entre las basuras un pasaje que ya he leido, la escena de una pelicula en la que un director, casi siempre en deuda con el expresionismo aleman, enfoca a contraluz el perfil fumador de un villano trajeado. Pero en la casa de los Esquivel no hay literatura, sino dinero. Invertido con mal gusto, pero dinero. Mientras lo anoto en mi libreta repito en voz alta: --Hija unica. Si hubieran sido conscientes de lo que le agradezco a la senora Esquivel que sea pudibunda; si hubieran podido ver las imagenes que desfilan por mi cabeza, la repugnancia que me produce representarmelos queriendo traer mas hijos al mundo; si hubieran sabido que me parecen atractivas las curvas y la apacibilidad domestica del Dr. Watson, que me encanta su caracter y que imagino lo bien que le irian a sus manos una aguja de ganchillo y una bobina de hilo de perle, que Watson seria el hombre perfecto para iniciar una convivencia en la edad madura, una vez olvidados los efebos, los apretones y el tiempo que perdi, los Esquivel no me habrian contratado jamas. Pero mis aptitudes para el disimulo y para la contencion son mas que notables, y los Esquivel no parecen muy observadores. Solo ven en mi a un hombre educado que apunta con eficiencia algunos datos en su cuadernito. Un hombre que, ademas, huele bien. Probablemente la muerta era un calco de papa, porque el senor Esquivel sigue resobando su idea fija: --Es que es incomprensible. Lo tienen delante de los ojos y !no quieren verlo! Esquivel me presenta el caso como pan comido. --Si mi hija se hubiera casado con un blanco, ya estaria en la carcel el pobre hombre. Pero con los moros nos andamos con pies de plomo... -
A tres pasos de ti, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose
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Los feos tambien se enamoran, Minerva Hall de Minerva Hall
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Controlando a la estrella (Love me, pop star 1) de Marta Frances
https://gigalibros.com/controlando-a-la-estrella-love-me-pop-star-1.htmlJennifer Scott es cantante.
Jennifer Scott es una estrella.
A Jennifer Scott le encanta salir de fiesta.
Su representante esta cansado de aguantar los escandalos de su tren de vida, de verla ocupando portadas de revistas y portales de internet con fotos de sus fiestas y su descontrol.
Una clausula de su contrato le da via libre para fichar a alguien que la controle e impida que siga comportandose asi. David Hill entra de lleno en la vida de Jennifer para compartirla las veinticuatro horas del dia, pero ella no pretende ponerle las cosas faciles.
Jennifer es malhablada, caprichosa e impulsiva. David es firme, arrogante y demasiado atractivo. Se atraen, se odian, se desean y querrian matarse. ?Podran luchar contra los sentimientos que despiertan el uno en el otro?