libro los planificadores
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libro los planificadores - Un-su Kim
https://gigalibros.com/los-planificadores.htmlLo importante no es quien dispara, sino quien esta detras del que aprieta el gatillo.
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LOS PLANIFICADORES | UN-SU KIM | Casa del Libro
https://www.casadellibro.com/libro-los-planificadores/9788417708627/11259197Los planificadores trabajan en la sombra para organizar crímenes que ejecutarán asesinos profesionales como Reseng. El joven, que ha crecido entre las ...
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Los planificadores: Un thriller publicado en diecisiete países y...
https://www.amazon.es/Los-planificadores-publicado-diecisiete-ambientado-ebook/dp/B082P26G92Mirar en el interior de este libro. ... Los planificadores trabajan en la sombra para organizar crímenes que ejecutarán asesinos profesionales como Reseng.
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MAEVA noir - Los planificadores
https://www.maeva.es/colecciones/maeva-noir/los-planificadores23 abr 2020 — Los planificadores trabajan en la sombra para organizar crímenes que ejecutarán asesinos profesionales ... Feliz día del libro con MAEVA
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Los planificadores | Un - su Kim - Críticas Polares
https://www.criticaspolares.com/resenas-literarias/los-planificadores/31 may 2020 — El libro nos muestra como los planificadores son el eslabón intermedio entre el ejecutor y aquellos que encargan los trabajos de eliminación ...
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"Los planificadores" - Un-Su Kim - Libros que hay que leer
http://librosquehayqueleer-laky.blogspot.com/2020/03/los-planificadores-un-su-kim.html12 mar 2020 — Los planificadores, como su nombre indican, planifican el asesinato. Ellos son quienes se encargan de localizar a las víctimas, determinar sus ...
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Los planificadores - Un-su Kim -5% en libros | FNAC
https://www.fnac.es/a7243630/Un-su-Kim-Los-planificadoresLos planificadores, libro o eBook de Un-su Kim. Editorial: Maeva. Los mejores precios en libros y eBooks.
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Reseña: 'Los Planificadores' de Un-Su Kim - Érase Un Libro...
https://eraseunlibro.blogspot.com/2020/05/resena-los-planificadores-de-un-su-kim.html12 may 2020 — Los planificadores trabajan en la sombra para organizar crímenes que ejecutarán asesinos profesionales como Reseng.
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Los planificadores - Un - Su Kim - Babelio
https://es.babelio.com/livres/Un-Su-Kim-Los-planificadores/103027Críticas (15), citas (2) extractos de Los planificadores de Un - Su Kim. Desde que a primeros de año supe que saldría este libro, tenía muchas ...
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Los planificadores - Libro de Un-su Kim - Lecturalia
https://www.lecturalia.com/libro/100391/los-planificadoresDel autor surcoreano Un-su Kim llega Los planificadores. Lo importante no es quién dispara, sino quién está detrás del que aprieta el gatillo.
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LOS PLANIFICADORES - UN-SU KIM - 9788417708627
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A flor de piel de Javier Moro
https://gigalibros.com/a-flor-de-piel.htmlEl 30 de noviembre de 1803, una corbeta zarpa del puerto de La Coruna entre vitores y aplausos. En su interior viajan veintidos ninos huerfanos cuya mision consiste en llevar la recien descubierta vacuna de la viruela a los territorios de Ultramar. Los acompana Isabel Zendal, encargada de cuidarlos. Los heroes de esta descabellada expedicion, dirigida por el medico Francisco Xavier Balmis y su ayudante Josep Salvany, sobreviviran a temporales y naufragios, se enfrentaran a la oposicion del clero, a la corrupcion de los oficiales y a la codicia de quienes buscan lucrarse a costa de los desamparados.
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Dulce destino de Myrian Gonzalez Britos
https://gigalibros.com/dulce-destino.html<
>.Beatriz Aquino decide aceptar la propuesta laboral del senor Weber, dueno de la granja Dulce destino. Necesita el dinero para abrir su propia clinica en el futuro.En aquel lejano pueblo, conoce a Daniel Schmidt, un hombre cuya belleza angelical y ternura la cautivan desde el primer dia que lo conoce.La bella veterinaria descubre con el tiempo que Daniel sufre de una discapacidad intelectual leve, un aspecto que, en lugar de alejarla, la acerca mas y mas a el.La amistad se convierte en algo mas, en algo mucho mas fuerte y toda diferencia queda soterrada bajo ese sentimiento.?Podra el amor vencer la barrera impuesta por los prejuicios? -
Clave Matisse de Reyes Calderon
https://gigalibros.com/clave-matisse.htmlLa juez Lola MacHor y su marido Jaime, medico investigador del CSIC, llevan mas de treinta anos juntos. Una noche, Jaime invita a cenar a dos amigos, JJ, un medico americano, y a Rafael Scott, asesor de un senador de Texas de origen argentino. Ambos han trabajado duro para conseguir que el prestigioso premio Wolf a la investigacion medica recaiga este ano en Jaime.
Durante la cena, en la que Lola luce una pulsera que habia pertenecido a su suegra, JJ muestra vivo interes por la joya y tambien por un cuadro, regalo de los padres de Jaime y que segun ellos es una horrible copia de un Matisse. La pulsera desaparece despues de la cena y el cuadro unos dias despues, cuando se produce un robo en casa de la familia.
A dos voces, desde la perspectiva de Lola y por primera vez, dando voz a Jaime, acompanaremos a la pareja en una investigacion que en esta ocasion involucra directamente a la juez y a su familia. Clave Matisse es un thriller absorbente que ahonda en temas como la confianza, las relaciones de pareja y las dificiles fronteras entre la mentira, la verdad y el dolor. -
492 muertos de Klester Cavalcanti
https://gigalibros.com/492-muertos.htmlEsta es la historia real de un nino brasileno, de procedencia muy humilde, que acaba convertido en el mayor sicario del mundo.
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La fiera y el infausto de Desiree Alvarez
https://gigalibros.com/la-fiera-y-el-infausto.htmlZendalure, una caverna esril situada en Terraverno, se ve privada de agua y oxigeno tras la filtracion de lava volcanica procedente de la superficie. Belhaldy Vrammoryn, primogenita de la lider zendaluri, decide emplear sus conocimientos arcanos en ayudar a su madre a resolver la situacion sin saber que detras de lo que parece una fortuita catastrofe natural se esconden diversas personalidades de la ciudad conspirando en aras de sus propios intereses asi como un extendido culto a los dioses paganos condenados por Latro (la inmisericorde deidad que tiraniza sus vidas). El dia a dia de la raza esril esta marcado por perfidas traiciones, por lo que esta intriga no arredra a Belhaldy... pero si marcara para siempre a su nuevo esclavo: un guerrero humano recien capturado que solo puede sentir horror ante la extrema crueldad de las sanguinarias elfas oscuras... y la acuciante necesidad de escapar de Terraverno a cualquier precio.
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Entre brumas de Raquel R. Gallagher
https://gigalibros.com/entre-brumas.html<
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Terelu Campos. Frente al espejo de Teresa Viejo Jimenez
https://gigalibros.com/terelu-campos-frente-al-espejo.htmlCon prologo de Raphael y fotografias ineditas, Frente al espejo recoge las memorias y confesiones de Terelu Campos.
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Forajido (Seleccion RNR) de Marisa Sicilia
https://gigalibros.com/forajido-seleccion-rnr.htmlMedia docena de ninos de diferentes edades bostezaban apoyados sobre las mesas que hacian de improvisados pupitres. Felicity alzo la voz tratando de contagiar su entusiasmo al infantil auditorio. --Y es por eso que no debemos robar ni mentir, ni por supuesto asesinar a nuestros semejantes. Veamos, ?quien puede recitar de corrido los Diez Mandamientos? Solo una mano se alzo con rapidez. Felicity sonrio a la pequena de los Richardson. --Se que los sabes, Laura, pero ?que tal si dejamos que alguien mas se anime? ?Que me dices, Jimmy? ?O tu, Samuel? Los aludidos se rascaron la cabeza, pensativos. Jimmy empezo: --Amaras a Dios sobre todas las cosas. --Muy bien --le alento Felicity--. ?Y que mas? --No mataras. --Estupendo, ?y...? --No robaras. --Eso es. --Y... Jimmy puso cara de hacer un esfuerzo tremendo, pero la inspiracion no llego. Laura volvio a alzar la mano impaciente. --Piensa tranquilo, no tenemos ninguna prisa. Varios suspiros desencantados sonaron de fondo. --?No pegaras a tu hermano pequeno? Las risas sonaron a coro. --No, Jimmy, aunque es un buen punto. Podemos considerarlo un extra. ?Te acuerdas de alguno mas? El pequeno siguio pensando. La paciencia de Felicity comenzo a resentirse. ?Era tanto pedir que se aprendiesen diez sencillas normas al dedillo? Otra mano se levanto al fondo. --Si, dime, Peter, ?conoces la respuesta? --No, senorita McIntyre, ?pero puedo irme ya? Mi madre me ha dado permiso para ir de pesca. Todos los rostros se volvieron hacia ella esperanzados. Cualquiera de ellos tenia mejores cosas que hacer una manana de domingo de primavera que quedarse alli encerrados. Felicity se supo derrotada. --Esta bien. Podeis iros, pero recordad leer en vuestras casas el fragmento que hemos estudiado. No lo olvideis: Moises y la travesia del desierto. --No, senorita McIntyre -- respondieron a coro y salieron huyendo de la escuela dominical. Todos. Incluso Laura. Suspiro, pero no perdio el animo. Estaba acostumbrada a tratar con aquellas pequenas bestezuelas. Era un triunfo mantenerlos sentados y que se presentasen vestidos y calzados. Ademas, penso a la vez que consultaba el pequeno relojito que llevaba prendido del vestido con una fina cadena, ella tambien tenia mas cosas que hacer. Constance la estaba esperando en la puerta del salon parroquial. Era una mujer bajita, redonda y pacifica, de cabellos oscuros entre los que se mezclaba alguna cana. Muy distinta de Felicity que era de estatura mediana, constitucion no generosa pero tampoco en exceso delgada, de cabellos cobrizos que llevaba recogidos muy tirantes en torno al rostro y piel blanca salpicada de pequenas pecas. Sus ojos entre verdes y grises habrian sido bonitos si los cristales de las gafas no hubiesen velado su desconcertante efecto. Ambas tenian treinta anos cumplidos y estaban solteras. Mala combinacion para una mujer en Carsons o en cualquier otro lugar, pero tanto la una como la otra habian asumido su condicion y no dejaban que les impidiese llevar un vida activa y gratificante a los ojos del Senor, que era la vara por la que median sus actos. Con todo, habia limites que siempre seria complicado traspasar para cualquier mujer, fuese soltera o casada, en Carsons o en Missouri. --?Lista, Constance? --pregunto Felicity colocandose los guantes y ajustandose el chal. --Si tu lo estas... --contesto su amiga que era fundamentalmente timida, y solo su timidez y la docilidad de su caracter la empujaban a seguir la corriente a Felicity. --Pues adelante.
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Al suelo (Enredos con la ley 4) de Ruth M. Lerga
https://gigalibros.com/al-suelo-enredos-con-la-ley-4.htmlNatalia Miralles miraba con rencor hacia la puerta cerrada de su despacho. Desde esa manana habia fuera un policia nacional justo al otro lado, en pie, quieto. Al parecer, estaba <
>. O lo que era lo mismo para ella, vigilandola, fiscalizando cada uno de sus movimientos. A ver, que tampoco era que necesitase esconder una plantacion de marihuana en su casa ni tenia la intencion de cargarse a alguno de sus exnovios y meterlo en el maletero del coche… Pero, !por favor!, que debia avisar incluso cuando iba a hacer pis, como en el colegio. Era incomodo, era un engorro y, segun el conseller de Politica Territorial, Obras Publicas y Movilidad --su jefe directo--, era tambien estrictamente necesario hasta que la licitacion de la nueva Ciudad Universitaria se realizase y adjudicase. Era eso o que atrapasen a un pirado que, hasta donde ella sabia, se dedicaba a enviarle amenazas de muerte sobre el plan urbanistico que en breve saldria a licitacion. !Ey!, y que al senor amenazador le molestaba todo de lo que tuviera que ver con el proyecto: quien se presentaria, segun lo poco que se habia apostado o que los propios despachos de arquitectura habian filtrado; el lugar en el que se construirian las nuevas universidades, el destino para el terreno de las antiguas; el precio maximo con el que el pirado especulaba !porque es que ni siquiera se habia decidido todavia! Vamos que, para su acosador, Natalia no habia dado pie con bola. Bueno, para su acosador oficial, si tenia que especificar quien la acosaba, porque, ademas del tarado que enviaba cartas a la Conselleria, estaba el segundo peloton de acosadores personales, < >: los tres escoltas que la guardarian manana, tarde y noche; aun tenia que decidir quien era, como en la serie de los ochenta, el listo, quien el guapo y quien el loco. Los fines de semana serian grupos de Seguridad Ciudadana, significara eso lo que significase, e irian rotando. Habia decidido que los de los sabados y domingos serian M.A., esto era, Mas Azules, por el color de sus uniformes. Sus hermanas la habian llamado encantadas con el hecho de que la protegieran y, ademas, que lo estuviera por --literalmente-- hombretones < >. Para ella no era tan dificil de entender su disgusto: no le gustaban las legumbres, no le gustaba ir en bicicleta y no le gustaban los policias. Manias suyas. --?Que tal las vacaciones? --le pregunto la enesima companera que entraba en su despacho aquella manana a saludarla. No eran tan popular. Era obvio, por tanto, que iban a ver al poli buenorro ubicado a la entrada de su despacho, un tal Puig. Si los otros dos, el de la tarde y el de la noche, eran igual de guapos, iba a tener una procesion infinita de mujeres peregrinando hasta ella dia si, dia tambien. --Marineras --respondio--. Estuve una semana fondeada en Formentera, aprovechando que mis padres no iban a usar el velero, y despues me fui de crucero por las islas griegas. No le diria que habia sido un crucero de solteros, tampoco tenia por que pregonarlo y, ademas, se habia sentido en una especie de High School Musical, como si todos los pasajeros se hubieran rehormonado como en el instituto. --Que envidia, yo me fui al pueblo de mi novio, en la meseta… Y estuvo diez minutos contandole menudencias antes de marcharse y dejarla trabajar. Natalia estudio Arquitectura en la Universidad Politecnica. El mejor amigo de la infancia de su padre era Francisco Camps, quien, ademas de apadrinarla en la pila bautismal, acabo, con los anos, convirtiendose en el Muy Honorable Presidente de la Generalitat Valenciana. Asi que, cuando la crisis la dejo sin trabajo, le ofrecio un empleo. Tres anos despues era la maxima responsable de Obras Publicas, solo por debajo del conseller. Lo increible fue que, cuando el Partido Popular perdio las elecciones, el socialista Ximo Puig la confirmase en su puesto, siendo el suyo un cargo de confianza. Era una privilegiada. Volvio la vista a los terrenos que tenian que urbanizar, al enorme mapa colgado en la pared, en plena avenida Blasco Ibanez. El campus universitario de la Universidad de Valencia, el primero de los tres de la ciudad, se proyecto en 1908, aunque dada la inestabilidad politica de las siguientes cuatro decadas no fue terminado hasta finales de los cuarenta. Eran varios los edificios senoriales, como el de la Facultad de Medicina, ademas de la Biblioteca o el Rectorado, los que componian la primera zona academica que tuvo la ciudad. Estaba situada, junto con otros dos campus mucho mas modernos y algo apartados de la gran avenida, en la entrada norte, el unico acceso < > a Valencia que quedaba, en el sentido de que no tenia municipios adheridos, junto al campo de futbol del Valencia, el Mestalla. Los atascos solian ser importantes por la manana, a la hora de entrada de los estudiantes, y a la salida si coincidia con que habia partido entre semana, momento en el que conducir por la zona era una condena, asi que habia llegado el momento de sacar las facultades --el estadio tambien, pero esa era una cuestion municipal-- a la zona de los campus nuevos, y eso requeria de dos proyectos diferentes y una inyeccion de capital importante que implicaria trabajo para mucha gente. La Ciudad de las Artes y las Ciencias costo mil cien millones y este proyecto llevaba el mismo camino. La Ciudad Universitaria se habia convertido en < > de los grandes estudios de arquitectura, tanto nacionales como internacionales, que querian dejar su sello en una ciudad que, con los anos, se habia ido modernizando y engalanando. Ahi era donde entraba Natalia: seria la encargada de redactar los pliegos, de valorar los proyectos y senalar los validos e, incluso, aconsejar cual debia ser el elegido. Y un jodido pirado la habia tomado con ella. Volvio a fijar los ojos en la puerta, con rencor, y despues miro el reloj. En cuanto acabase lo que tenia en la mesa bajaria a comer, sus tripas le advertian de que necesitaban nuevo combustible para seguir rindiendo. *** --?Te preparo un cafe? Todavia tienes diez minutos. Miro el reloj: pasaban cinco minutos de la una y media. --En breve muchos entraremos o saldremos del trabajo y el paseo de la Pechina estara hasta arriba de trafico. Prefiero ir con tiempo. Pero gracias, mama. Juanjo, de profesion subinspector Rios, comenzaba esa tarde en su nuevo puesto en Valencia despues de mas de dos anos trabajando en Castellon. Se habia acostumbrado a vivir solo e ir a su ritmo, comer en casa de su madre se le hacia extrano. Pero, un par de meses antes, Carmen habia tenido una recaida de su enfermedad de corazon y el habia solicitado el traslado de inmediato. Sus padres, ambos, eran mayores y, a pesar de que tenia otros tres hermanos y constituian una familia bien avenida, queria estar cerca y ayudar, asi que habia aceptado el primer puesto que le habian ofrecido, en el servicio de Escolta, a la espera de que surgiese algo que le gustase mas. Era el unico Rios sin pareja, asi que, por el momento, comeria con ellos a diario y se aseguraria de que todo fuera como debia. Es decir, bien. El resto tambien se turnaba para que estuvieran bien atendidos y acompanados el mayor tiempo posible. Su padre estaba muy orgulloso de la labor de hijos de sus chicos; su madre, en cambio, se sentia agobiada con tanta atencion, acostumbrada como habia estado desde siempre a preocuparse por ellos, no a ser cuidada -
Juegos Salvajes 3. John de Lena Wolf
https://gigalibros.com/juegos-salvajes-3-john.htmlHasta ese momento, John habia tenido una vida apacible y sin sobresaltos. Estaba siguiendo al pie de la letra su plan: vivir, divertirse y terminar siendo un gran medico. Puede que dicho de este modo no parezca muy emocionante, pero a el le bastaba con eso.
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La aventura de sonar despiertos de Silvia Sancho
https://gigalibros.com/la-aventura-de-sonar-despiertos.htmlTodos me advirtieron de que no debia enamorarme de Sergio: nuestros amigos comunes, mi propia experiencia, hasta el mismo. Sergio llevaba la palabra <
> escrita en los caracteristicos frunces de su ceno. Era un espiritu libre, indomable, salvaje. Su magnetismo era tan grande como su falta de compromiso. Con Sergio parecia imposible alcanzar la estabilidad que tanto habia buscado, mi sonado final feliz. El solo estaba dispuesto a ofrecerme dudas, calor entre las piernas y un empleo en su agencia, uno que nunca debi aceptar. No era una buena idea entregar mi corazon a un hombre asi, pero el resto del cuerpo. ?Es de ilusos creer que una aventura puede cambiarte la vida por completo? -
El tiempo en sus manos (Los Austrias 2) de Jose Luis Corra
https://gigalibros.com/el-tiempo-en-sus-manos-los-austrias-2.htmlEn El tiempo en sus manos, Jose Luis Corral nos introduce en los anos posteriores a la coronacion de Carlos I como emperador. Una vez resuelto el problema sucesorio tras el fallecimiento de su abuelo Fernando de Aragon y la incapacidad de su madre, Juana la Loca, para ejercer el gobierno, el joven Carlos es proclamado emperador. Convertido en el monarca mas poderoso del mundo, dueno de media Europa y de las Indias, se vera obligado a afrontar los problemas de unidad del imperio cristiano frente a la ofensiva turca. Para ello, contara con el apoyo, por fin, de todos los reinos de Espana, que pretende unificar bajo su reinado. Para asegurar la descendencia, contrae matrimonio con Isabel de Portugal, su prima hermana, con la que vivira un amor apasionado.
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El agente oscuro de Anonimo
https://gigalibros.com/el-agente-oscuro.htmlLa tecnologia, el pinchazo de los telefonos, el hackeo de los ordenadores no lo es todo. El espionaje sigue necesitando el trabajo silencioso de los agentes de campo para recabar informacion que no transita por internet. El autor de este libro, que ha pedido permanecer en el anonimato, ha sido durante largos anos y hasta hace poco tiempo uno de esos imprescindibles hombres de terreno. Fue reclutado y formado por el Centro Superior de Informacion de la Defensa (CESID), antecesor del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el gran servicio secreto espanol, para infiltrarse primero, en los anos ochenta, en circulos de extrema izquierda y mas tarde en comunidades islamicas.
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Charlotte Beverly de Andrea Munoz Majarrez
https://gigalibros.com/charlotte-beverly.htmlElla siempre le quiso, pero cuando decidio alejarse de el, el destino opto por cambiar sus planes.
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Secretos del Destino de Jenifer N. Luna
https://gigalibros.com/secretos-del-destino.htmlEl destino no te dejara guardar secretos por tanto tiempo.
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Como un sueno en un sueno de Mina Vera
https://gigalibros.com/como-un-sueno-en-un-sueno.htmlUna nueva vision del mundo de los vampiros que te hara replantearte todas las ideas preconcebidas que tenias sobre una leyenda que podria ser mas real de lo que imaginas.
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Tess del camino de Rachel Hartman
https://gigalibros.com/tess-del-camino.htmlEn el reino de Goredd, de las mujeres se espera que sean damas; de los hombres, que las custodien; y de los dragones… En fin, de ellos no se espera nada bueno. Tess no encaja en ninguna de esas tres categorias. Ella es… diferente. Ni siquiera intenta parecer respetable, a diferencia de su hermanastra Seraphina. Un dia llega demasiado lejos: lo que hace mancha tanto su reputacion que su familia decide enviarla a un convento.
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El bote de espinas (RNR) de Carolina Paneda
https://gigalibros.com/el-bote-de-espinas-rnr.htmlEl cielo estaba despejado, asi que pude disfrutar de la vista aerea de Madrid cuando el avion comenzo el descenso. No fue hasta ese momento cuando me di cuenta de cuanto la habia echado de menos. Fue curioso. Era la misma sensacion que me producian mis piernas despues de haberlas tenido encogidas durante horas mientras estaba sentaba en la butaca de mi salita corrigiendo redacciones. Mis piernas no se quejaban entonces, solo lo hacian cuando me levantaba. Cuando por fin me movia, sentia un dolor agudo y necesitaba algunos minutos para reponerme. Eso es lo que me habia ocurrido con Madrid y con mi antigua vida. Los habia ignorado completamente, ocultandolos bajo la rutina del dia a dia, y, en ese momento en el que los necesitaba de vuelta, cuando faltaban veinte minutos escasos para poner los pies de nuevo alli, todos los sentimientos, dudas y vivencias que un dia enterre resurgieron a la superficie. El problema era que, por supuesto, nada iba a estar como lo deje. Ni respecto a Madrid, ni respecto a mi vida. Habian pasado dieciocho anos, de modo que era ingenuo, por no decir estupido, esperar que alguno de mis amigos siguiera teniendo mi nombre en su agenda. Aparte la vista de la ventanilla, cerre los ojos y respire profundamente en un intento de aplacar los nervios y proveerme de coraje al mismo tiempo. No queria que Sahra se percatase de que no habia plan B, ni tampoco plan A, de que todo el plan se reducia a salir de alli y refugiarnos en Madrid. Ella siempre habia confiado en mi y me tenia por una especie de hada madrina salvadora; y yo queria, necesitaba, que ella siguiera creyendo que yo tenia el mundo bajo control, que podia encarar cualquier adversidad y que todo nos iria bien. Necesitaba que, al menos, una de las dos lo creyese. Cuando volvi a abrir los ojos, Sahra estaba inclinada hacia delante, escudrinando la ciudad desde el aire con su mirada curiosa e inquieta. Le sonrei porque, a pesar de todo, o quiza a causa de todo, estabamos las dos alli, juntas. Pero ella no me devolvio la sonrisa. Me respondio con una mirada de total incomprension y me formulo la pregunta que llevaba esperando que me hiciera desde hacia dieciocho anos. --?Por que? No lo entiendo, ?por que te fuiste de aqui? Primera parte Capitulo 1 Era imposible estudiar con aquel calor. El aire acondicionado de la biblioteca de la Complutense, facultad de letras, estaba estropeado por enesima vez. Como contrapartida, el murmullo monotono de decenas de folios siendo agitados para levantar aire me era muy propicio para concentrarme. Era junio, los examenes finales estaban a la vuelta de la esquina, y, como siempre por estas fechas, mis amigos y yo haciamos jornada intensiva de estudio en la biblioteca de la universidad. Era mi ultimo ano de carrera, me lo estaba tomando muy en serio, no queria, ni por asomo, tener que volver a pisar aquel edificio en septiembre, aunque saber que existia esa segunda convocatoria siempre era tranquilizador. A pesar de que yo estaba metida en mi burbuja, intentando que mis neuronas asimilasen el contexto historico en el que malvivian los autores del siglo XVIII, era consciente de que mis dos eternos companeros, Ana y Miguel, ya habian rebasado su limite de saturacion y que su tiempo se iba mas en cuchichear, darse codazos y mirar en derredor que en estudiar. No me sorprendio que me propusieran adelantar el descanso habitual de media tarde, aunque eso afearia la grafica de Miguel. Mi companero llevaba un registro meticuloso de las horas a las que empezabamos cada dia a estudiar, cuando terminabamos, a que hora haciamos los descansos y su duracion. Despues, reflejaba estos datos en graficos y, sin duda, el adelanto de ese dia iba a provocar una columna demasiado baja. No me pregunteis porque lo hacia, nunca lo supe. Y no, el no estudiaba estadistica, estudiaba filologia, como yo, pero inglesa en lugar de hispanica. Acepte la propuesta del descanso porque un cafe no me venia nada mal. El hecho de que, en terminos relativos, la cafeteria estuviera mas concurrida que la biblioteca no era algo inesperado. Pedimos nuestros cafes para llevar, salimos al exterior y nos dirigimos a la fachada este de la universidad en busca de sombra. Ana y yo nos sentamos en el bordillo de la acera, mientras que Miguel se quedo de pie frente a nosotras. --?Que tal lo llevas? --me pregunto Miguel. --Todavia no he mirado nada de la parte de poesia. No se si me va a dar tiempo. Aguirre se suele portar en los examenes, pero como pregunte algo de la Edad Media, no apruebo ni de cona. --Bueno, todavia quedan diez dias hasta que empiecen --dijo Ana--. Si vas a mantener el nivel de concentracion que tienes hoy, si te dara tiempo. Ni te has enterado de que el tio que esta en la mesa de enfrente no te ha quitado ojo. --?Que? Mire a Miguel para que me corroborara si aquellas palabras tenian un minimo de respaldo por parte de la realidad. Si hubiera dado credito a Ana cada vez que decia algo asi, mas me habria valido crear un club para mis fans, de modo que resultara manejable administrar todo su interes por mi. Claro que tal cosa solo existia en la imaginacion de mi amiga. Miguel reacciono con un leve encogimiento de hombros, palmas de las manos hacia arriba, labios apretados y estirados y un ligero levantamiento de cejas. Eso significaba que la historia tenia su base de realidad y que no se hacia responsable de los adornos que Ana pudiese anadir. Con movimientos pausados, extraje un paquete de chicles del bolso y les ofreci con un gesto. Ambos aceptaron y, mientras tanto, yo hacia una bolita con el envoltorio del mio, fijando mi vista totalmente en esa tarea para hacer creer que la respuesta a la pregunta que estaba a punto de formular no me importaba nada en absoluto. --?Quien es? --Me suena de haberlo visto por la universidad, pero no lo conozco. Creo que es un Erasmus, lo vi en la fiesta de enfermeria --explico Miguel. Me extrano la respuesta de Miguel porque la fiesta de enfermeria habia tenido lugar a principios de enero, y la memoria de mi amigo tenia una fiabilidad de tres dias y un margen todavia menor si consideramos las circunstancias: una fiesta y que lo que estaba recordando era un chico en particular. Si estuvieramos hablando de que se acordaba de una estudiante sueca, rubia, de metro ochenta, le podria haber dado algun credito, pero no en este caso. --?Pero esta en filologia? --inquiri. --No. Hemos visto que esta estudiando algo de ciencias. Enfermeria o medicina, ?veterinaria tal vez? --Entonces, ?que hace en nuestra facultad? Mi pregunta estaba lejos de ser retorica, pero no obtuvo respuesta, al menos, no verbal. Mis companeros sostuvieron bandejas imaginarias y me sonrieron, dandome a entender que si aquel chico extrano del que nunca habia oido hablar ni en el cual habia reparado estaba estudiando en tal horno infernal que era la biblioteca de la facultad de letras, era por mi. Su teoria me provoco una sonora carcajada. Por eso eran mis amigos, porque siempre me reia con ellos. Nos olvidamos del asunto y continuamos hablando de otros temas, pero cuando volvimos a entrar en la sala de estudio, no pude evitar fijarme en la gente que trabajaba en las mesas que rodeaban la nuestra en un intento de identificar al que no me habia quitado ojo. En esa epoca, la biblioteca estaba a rebosar, habia mucha gente, y no pude detectar a nadie especialmente interesado en mi mientras cruzaba aquel particular mar. Me sente en mi sitio, puse en orden mis apuntes y cuando levante la vista un momento, supe a que se referian mis amigos. Mis ojos se cruzaron con otro par de ojos oscuros que estaban puestos en mi. El chico en cuestion ocupaba el sitio opuesto al mio, en la mesa de enfrente. No mantuve la mirada, la baje enseguida, pero tuve el tiempo suficiente para adquirir bastante informacion. Chico moreno, pelo cortado a cepillo, barba perfectamente arreglada, ojos oscuros, espalda ancha, manos grandes y francas, algo mayor que yo, o quiza me equivocase, dado que tenia tendencia a pensar que todo el mundo era mayor que yo, y un autentico demente. Debia de estarlo para llevar camisa y no estar asfixiado. Ana presencio toda la escena (si es que podemos considerar que llegaba a la categoria de escena) y me dio un codazo, mostrandome una sonrisa de oreja a oreja. Yo me volvi hacia ella esperando que el chico no siguiera con su atencion puesta en nosotras. Si Ana estuviera leyendo esto, me tacharia de modesta y corregiria ese <
> por un < >. Me di cuenta de que, en realidad, mi companera no queria decirme nada, solo que reconociera que lo que me habia dicho durante el descanso era cierto. En aquel momento, aterrizo delante de nosotras un folio de los apuntes de Miguel. Leimos a la vez la nota que nos habia escrito. Nos decia que, tal vez, el chico no paraba de mirarme porque, a lo mejor, habia confundido mi cara con alguna fugitiva internacional o porque era la viva imagen de su pariente muerta tragicamente en un misterioso incendio en la vivienda familiar diez anos atras. Lo habia visto montones de veces en peliculas y le parecia perfectamente factible. Miguel y sus peliculas. Cuando acabamos de leer sus teorias de la conspiracion, le dirigimos nuestra mirada de < >, en este caso de < >, y le devolvimos su folio de malos modos. Ana me susurro con un tono complice: --?Has visto el gesto que tiene cuando muerde el boli? -
Un punado de centeno de Agatha Christie
https://gigalibros.com/un-punado-de-centeno.htmlRex Fortescue muere envenenado y todo indica que el asesino puso el veneno en el te que, como cada manana, le sirvio su secretaria. Peros los informes del forense lo desmienten y el asunto se complica cuando la investigacion saca a la luz los trapos sucios de la familia Fortescue. El inspector Neele, encargado del caso, contara en todo momento con la ayuda de la sagaz miss Marple.
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Emma Roulotte, es usted de Norberto Luis Romero
https://gigalibros.com/emma-roulotte-es-usted.htmlEl muchacho desciende del coche de linea en medio de un paramo. Esta solo, con su maleta, a la orilla del camino de tierra. El ronquido del motor se aleja a sus espaldas y el corazon se le encoge en un puno ante tanta desolacion. A un par de kilometros, unas debiles luces parecen luciernagas aletargadas. Hace frio. Se sube el cuello del abrigo, escruta la noche y decide dirigirse rumbo a las luciernagas que salpican un cielo sin estrellas ni luna. Apenas ve el camino, pero siente la tierra dura y reseca bajo la suela de sus zapatos. ?Que viene a hacer a este pueblecito abandonado de la mano de Dios, sepultado bajo un cielo inhospito?: debe entregar un paquete, y a la manana siguiente seguir su camino rumbo a otra ciudad. Reflexiona acerca de aquel extrano pedido; casi un capricho, que le retrasara el viaje, y decide tomarselo con calma; tampoco tiene demasiada prisa, pues el motivo de su desplazamiento es vago, impreciso, se diria que desconoce la verdadera razon que lo impulsa a este viaje. Pero en su fuero interno, a pesar de tanta niebla, aguarda una aventura que quiebre la rutina de su vida insipida. Sabe que todo viaje tiene algo de iniciatico y lleva implicito un renacimiento interior: partir es morir un poco, y llegar es nacer en un lugar distante al de partida, donde ni hay vinculos ni memoria. Se detiene a las puertas del pueblo, palpa en sus bolsillos y descubre, con fastidio, que perdio las senas del destinatario del paquete. No puede recordarlas: apenas se habia detenido a mirarlas. Su memoria confusa desgrana apellidos posibles. Recuerda que se trataba de un escritor, pero no retuvo las senas. Vacila un instante, ya en mitad de una calle, con la maleta abandonada a su lado. No tiene a donde dirigirse y un sabor amargo de indefension lo sobrecoge, como a un nino perdido de sus padres. Ve las ventanas cerradas, las casas y las calles sumidas en un silencio casi solemne, algun que otro perro vagabundo husmeando en los contenedores de basura, pero a ningun humano. El sentimiento de indefension se acentua, y acude a su memoria una manana lejana, cuando se separo de sus padres en unos grandes almacenes y se vio rodeado por una multitud de desconocidos, que lo observaban con incredulidad y misericordia; evoca a aquella senora gorda y amable, que se le acerco a secarle las lagrimas, y se le humedecen los ojos. Se averguenza de dejar brotar sus sentimientos, y recapacita: ya no tengo cuatro anos. Decide entonces internarse en las calles adyacentes en busca de alguna cafeteria. Son alrededor de las dos de la madrugada y todo esta cerrado. La angustia crece y con ella resurge el nino. Si al menos apareciese la mujer gorda y maternal, le diria que esta buscando a un escritor; aunque no este seguro de haberlo leido en el anverso del sobre extraviado. Va por el pueblo a lo tonto, sin hallar una mano salvadora, su Deus ex machina. Mira el reloj: lleva mas de una hora recorriendo calles penumbrosas, apenas iluminadas por farolas demasiado debiles y espaciadas, y hay rincones tan oscuros como la boca de un lobo salvaje, que lo llenan de zozobra y temor. Vuelve a evocar a la mujer gorda, y en ese instante, justo cuando esta se inclina hacia el con un panuelo inmaculado, dispuesta a enjugarle las lagrimas, oye ruidos, pero no puede ver nada por la noche tan cerrada. Es entonces cuando el autor se apiada y decide que la noche no este oscura como boca de lobo salvaje, y pone en el cielo una luna redonda y blanca. El rostro se le ilumina con un brillo de esperanza y acelera la marcha, decidido. Por fin ve un coche detenido en una esquina. Es un deportivo rojo. Se acerca y golpea suavemente el cristal de la ventanilla. En el interior, un hombre de unos cuarenta anos, delgado, con evidentes huellas de alcoholismo en sus ojos, baja ligeramente el cristal, y con un gesto mudo y agrio le pregunta que quiere. Desconcertado ante la soberbia del conductor y sin soltar su maleta, el muchacho le pregunta si conoce algun hotel o pension. El hombre se queda mirandolo fijamente y le dice que el no es de alli, que tiene mucha prisa, pues anda en busca de una muchacha llamaba Emma, para pedirle perdon, rogarle que le sugiera un titulo para su libro que, por cierto, quiere dedicarselo. Sin despedirse, aprieta el acelerador a fondo y desaparece envuelto en una nube de polvo. ?Seria este, acaso, el escritor que estaba buscando? Desconcertado, el muchacho sigue deambulando, hasta que se topa con unas vias de tren y las sigue con la certeza de que hallara una estacion en la cual, probablemente, quede algun viajero rezagado. No tarda en divisar las luces del anden a lo lejos, pero cuando llega descubre la sala de espera y las oficinas cerradas. En una pizarra lee que el proximo tren pasara a las nueve de la manana. Abatido, desea fervientemente que se le aparezca aquella mujer solicita, con el panuelo impecable, dispuesta a consolarlo; pero la soledad de la estacion es inmensa, apabullante; y la indiferencia del autor, flagrante. Resignado, se acomoda en un banco lejos de las luces, dispuesto a permanecer alli hasta que el sueno lo venza. Dentro de su desgracia tiene suerte: el frio ha disminuido y el aire se ha templado merced a un subito arranque de bondad del autor. Pone la maleta en su regazo, la abre y saca un paquete, un envoltorio de papel marron, sujeto con una fina cuerda de canamo. Lo observa por todos lados buscando las senas del presunto destinatario, pero no hay un solo trazo. Decide abrirlo (no sin remordimiento y pudor), ilusionado con hallar alguna pista. Es una caja de carton blanco, del tamano aproximado al de una de zapatos. Envuelta con sumo cuidado en fino papel de arroz, halla una segunda caja de madera lacada, con una campina inglesa y una casa humilde al fondo, oculta a medias entre frondosos robles, pintada en la tapa. Levanta el cierre de laton diminuto y la abre. Esta vacia, y en las paredes interiores lacadas de bermellon ve unas ligeras raspaduras que le hacen pensar que contuvo algo rigido y muy ajustado, acaso otra caja. Decepcionado, se apresura a cerrarla, y cuando va a envolverla, cae de entre los papeles una tarjeta de cartulina. La recoge y lee: <
>. Una nota sin sentido, que no le vale de nada. Reflexiona que su intencion nunca fue mas alla de entregar el paquete, alojarse esa unica noche en casa del destinatario, y a la manana siguiente salir en el primer coche de linea rumbo a su destino final. Pero el muchacho no habia contado con la injusticia y arbitrariedad del autor: el coche de linea retrasado casi cinco horas por un desperfecto mecanico, la perdida del sobre con las senas, la noche impenetrable, esa caja vacia… Vuelve a meter el paquete en la maleta, echa un vistazo a su alrededor confirmando la desolacion y se dispone a dormir, resignado a su destino cruel, con el unico pensamiento de buscar al presunto escritor al dia siguiente, cuando los habitantes del pueblo hayan salido del sueno y la luz invada las calles. Entregara la caja y seguira su camino. A estas alturas del relato, es el autor quien se pierde en los meandros de la narracion, en su malograda estructura, es el quien se siente traicionado por la imaginacion, y no tiene la menor idea de como proseguir con la historia. Aguarda ante el teclado a que una solucion de continuidad llegue de un momento a otro como un milagro, como un Deus ex machina similar a la senora gorda de los grandes almacenes. Se ve tentado a arrojar el principio a la papelera y comenzar otro: imagina un relato interminable, confeccionado unicamente con principios; pero recuerda que ya lo hizo magistralmente Italo Calvino, deja de lado esta idea y recupera su atencion en el muchacho adormecido, abandonado a su albur sobre las rigidas tablas de madera de un banco, con la maleta bajo su cabeza a modo de almohada, y se compadece una vez mas, victima de esa confusion de sentimientos adversos hacia los personajes imaginarios, cuando estos amenazan con descontrolarse, romper el hilo sutil que los maneja y obrar a su propio albedrio. Duda entre incorporar uno nuevo o hacer que llegue el alba y con su luz brillante despeje las sombras. Tiene que escoger entre estas dos opciones, porque no se le ocurre una tercera mejor, y, sin pensarlo, opta por la primera. Ella esta alli, de pie ante al banco, con una mirada tranquila y limpia, pues parece tener conciencia de su oportuna llegada. El muchacho despierta sobresaltado, se incorpora y ensaya cierta compostura. Confundido ante esta subita presencia, se disculpa torpemente. Ella le muestra una sonrisa comprensiva. El se pone de pie, parpadea para quitarse los restos de sueno y en su mente se perfila, como un destello, la mujer de los grandes almacenes. Pero esta es joven y delgada, viste de azul palido, y lleva la cabeza tocada graciosamente con una pamela de paja. Ella toma la iniciativa, y a la par que extiende una mano timida y menuda, le dice: --Buenas noches…Soy Emma. El le sonrie. Ella advierte su desconcierto y se apresura a aclararle: --Me envia el autor. Se tranquiliza, pero reflexiona y le pregunta: --?Un hombre ojeroso, con un deportivo rojo? Dijo que buscaba a una tal Emma. --No sera a mi --contesta ella, decidida. --En ese caso…encantado de conocerla. Soy… --y se calla, vacila, porque desconoce su propio nombre. --Carlos --le dice ella. Y le tiende una mano diminuta. Carlos se sorprende y a la vez se siente reconfortado cuando conoce su propio nombre, tiene por fin una identidad y deja de ser sencillamente < >. Intenta explicarle su situacion, balbucea. --No es necesario --se anticipa ella--, se por que esta aqui, y hare cuanto este en mis manos: es muy triste ser un personaje perdido en la bruma, en las veleidades de un autor ocioso. En este punto de la narracion, el autor hace oidos sordos al comentario de la muchacha, obvia unas cuantas horas muertas entre los protagonistas y da un salto en el tiempo y el espacio: pasa la accion al dia siguiente, cuando ambos estan frente a frente, tomando un cafe en un bar. Son las seis y cinco de la manana, comienzan a pasar por la calle los primeros madrugadores. Carlos mira el paisaje a traves de los cristales del bar, y ve, por encima del hombro de su companera, que el pueblo es mas extrano de lo que le habia parecido en la oscuridad, y su estrafalaria arquitectura le parece mas una gran escenografia que un pueblo real. Ve, tambien, el sol recostado con indolencia sobre el horizonte, con su cabellera de oro desparramada sobre los campos de encarnadas amapolas, que retienen, en su corola suave, tremulas gotas de llanto nocturno. Y aunque no menciona el magnifico espectaculo que se despliega ante sus ojos, la belleza de la descripcion y la metafora del rocio tan magistralmente elaborada, hacen que Emma no se resista a dejar escapar un suspiro profundo, suspiro que se sustrae a la sagacidad de Carlos, todavia absorto en las amapolas humedas. Ella apenas habla, sabe que su presencia es arbitraria, prefiere guardar silencio y beberse a pequenos sorbos el cafe, junto a este muchacho, a estas horas intempestivas, despues de haber pasado la noche charlando con el en aquel banco incomodo, y evita pensar en lo ocurrido durante la elipsis. Tiene conciencia cabal de su casi nula existencia como personaje, de su escasa relevancia, y se ve a si misma como un simple convencionalismo literario: se identifica con uno de esos tipicos grabados alegoricos de la Salvacion, y se imagina cubierta con una suave tunica blanca, con un candil en una mano en alto, y descansando sobre una filacteria que reza: Salvatio. Al fondo del dibujo, unas almas se mueven como fantasmas sin rumbo en la penumbra, como escritores en busca de la pluma e inspiracion perdidas. < >, piensa. Carlos, en cambio, ha recobrado animos, habla mucho y no deja de agradecer a Emma su compania. Esta le sugiere que deje de buscar al destinatario del paquete, pues tiene la corazonada de que no existe, y el autor no penso en ningun momento en hacerlo figurar en el cuento. Carlos se siente desfallecer. Insiste en su obligacion de seguir buscando, pues no cree que el autor sea capaz de jugarle tan mala pasada arrojandolo, sin ton ni son, al vacio de una pagina en blanco. Emma le explica que las reglas del juego literario, de las cuales el autor es inocente debido a su torpeza narrativa, son insondables. --Seria una injusticia --se lamenta el. Y se queda pensativo, con la mirada fija en los brazos desnudos de Emma. Ella le palmea una mano, consolandolo. Esta dispuesta a ayudarlo a salir airoso. Le promete que hara lo posible por ser un buen personaje y que hablara con el autor para convencerlo de que incluya un final feliz. --Se lo agradezco --le dice el, conmovido--. Pero tengo que cumplir con mi obligacion. Abre la maleta, saca el paquete, lo desenvuelve y le ensena la caja de madera lacada. --Es preciosa. Podria entregarmela a mi, y asunto concluido. --Imposible. Busco a un escritor, y, que yo sepa, usted no lo es. --Podria haberle mentido… --No lo creo. Usted es incapaz de mentir, y no estoy en condiciones de abandonar la empresa, aunque no se como salir del paso. --Yo tampoco lo se… Hasta aqui llega mi conocimiento, el resto es pura intuicion. Solo tengo claro que estoy para ayudarlo. Y ambos se abisman en un silencio fulminante. --Quizas hiciera falta un tercer personaje --argumenta Emma. Pero se equivoca: el autor no tiene intenciones de introducirlo, ni sabe como hacerlo. Vuelven a sumirse en un silencio reflexivo. En sus rostros asoma un halo de impotencia. Estan solos y son las seis y media de la manana, en un bar y un pueblo desconocidos. --?Como que desconocido? --Carlos despierta de sus elucubraciones--. ?Acaso usted no es de aqui? --No. --?No dijo que estaba aqui para ayudarme? --Si, pero no se como hacerlo. Y no soy de este pueblo. --?De donde es, entonces? --No lo se; ese, justamente, es mi problema. De aqui, de alla… Voy con mi caravana de un sitio a otro… Probablemente soy de otro cuento. Pero, de momento, podriamos preguntar a alguien si conoce a algun escritor que viva por aqui. Es una manera de comenzar. --Si, pudiese ser… pero ahora me ha hecho dudar de su verdadera existencia --y hay un toque de amargura en su voz--. De todas formas, nada se pierde con intentarlo --resuelve, poniendose de pie y dejando un billete de cinco rublos sobre la mesa. --?Por que ese billete? --No tengo otra moneda. Lo siento --intenta explicarse Carlos, tambien desconcertado. --Ya me lo figuro --rezonga ella--, el autor ha estado leyendo a Gorki estos dias --y suspira ante semejante extravagancia. Una vez en la calle, acuerdan hacerse pasar por marido y mujer para no instigar rumores malintencionados. --Sera necesario un plan --propone Carlos, buscando un modo practico de hacer las cosas. --No hara falta: tal vez el autor ya tenga uno. Continuan sin rumbo, preguntando, mirando aqui y alla, y perciben que el autor siempre pone pueblos iguales, seguramente parecidos al de su infancia. Carlos, a pesar de la agradable compania, no deja de cavilar sobre la contrariedad del destino, aunque tambien ve en el la oportunidad de una aventura, acaso la primera de su viaje. --?Y si llamasemos a aquella casa? --Emma senala una casita que destaca del resto por su jardin lleno de rosas trepadoras que se enroscan en una pergola y estallan en multicolores capullos, como efimeros fuegos de artificio. --Ya estamos con las rosas --dice Carlos -
El juego de la pasion de Emma Hart
https://gigalibros.com/el-juego-de-la-pasion.htmlEres consciente de que su madre le hara cien preguntas sobre ti, ?verdad? --Estoy tumbada en el suelo y levanto la vista en direccion a Braden. --No me digas --murmura--. Por eso le tienes que explicar lo que debe decir. Dejo de pasar las hojas de la revista. --Espera un momento. --Meggy. --No. Cierra la puerta del armario y se sienta conmigo en el suelo. Los mechones de su pelo rubio se descuelgan ante los ojos que posa sobre mi en actitud suplicante. Niego con la cabeza. --Braden Carter, tu has decidido llevarte a Maddie a casa este rn de semana. Tendras que enfrentarte a las consecuencias y sufrir las interminables preguntas de tu madre. --Meeeg --suelta, alargando mi nombre como un nino malcriado pidiendo caramelos. --Ocurrira antes o despues. --Me encojo de hombros y me siento sobre las pantorrillas--. Sera mejor que te enfrentes a la situacion cuanto antes. Ademas --sonrio--, estoy segura de que hara alguna pausa entre pregunta y pregunta para contarle anecdotas de tu infancia. --Vaya mierda --grune Braden; luego suspira--. Por lo menos puedo consolarme pensando que tu estuviste presente en la mayoria de mis estupideces. En realidad es muy probable que fueras la responsable de la mayor parte de ellas. --!Si, hombre! Braden me mira alzando las cejas. En realidad una vez sali corriendo con una escalera y lo deje atrapado en la copa de un arbol. Teniamos esa escalera porque ibamos a ir a no se que trabajo con nuestros padres. Braden se puso chulo y dijo que podria saltar desde lo alto del arbol. Y si que pudo, pero se rompio el brazo. Al final no fuimos a ninguna parte. --Esta bien, es posible que yo provocara una tercera parte. Pero no lo tergiverses todo porque se lo aclarare cuando volvais. --Claro. Lo que tu digas. --Se levanta y sonrie. Alguien llama a la puerta y se abre. Aston entra en la habitacion sin camiseta y con unos vaqueros de cintura baja. Exhibe hasta el ultimo centimetro de su cuerpo: desde la curva de su biceps hasta la hendidura del musculo en V que resbala por debajo de sus pantalones. Yo lo recorro con los ojos y me rjo en su puntiagudo pelo humedo y en la pequena toalla que le cuelga de los hombros. Sus ojos grises interrumpen el profundo analisis que estoy haciendo de su cuerpo y sonrie cuando se da cuenta de que lo estoy mirando. --Me estoy empezando a preguntar si alguna vez te vere en otro sitio que no sea la habitacion de un tio --dice arrastrando las palabras. --Solo lo dices porque no me has visto en la tuya --le contesto apoyandome en las manos--. Y supongo que eso es algo a lo que no estas acostumbrado. Braden pone los ojos en blanco y niega con la cabeza frotandose la cara con la mano como si quisiera estar en cualquier otro lugar. --No creo que encajes en mi habitacion. --Aston se apoya en el marco de la puerta--. No cumple los requisitos a los que esta acostumbrada una princesita rica como tu. --Tampoco estoy precisamente interesada en encajar en el paisaje de tu habitacion. --Incluso aunque sea la suya--. Y es posible que sea una princesita rica, pero no soy ninguna pija. Aston resopla. --?Me estas diciendo que si un tio con mala reputacion, criado en un mal barrio, intentara seducirte no saldrias corriendo? Me levanto y le miro a los ojos. --Que una persona tenga mala reputacion y haya tenido que vivir en un mal sitio no signirca que sea mala gente, Aston. El lugar donde crecemos no derne la clase de personas que somos. No se que percepcion tienes de mi ni lo estirada que crees que soy, pero mi educacion no me define como persona. No soy tan superficial como te crees. Ladea la cabeza un momento antes de esbozar una sonrisa de medio lado. Es una de sus sonrisas chulescas de listillo que me da a entender que acabo de caer en su trampa. --Bueno, es muy facil --dice sonriendo--. Muy sencillo. Eres una pequena bomba de relojeria, ?verdad, Megan? --?Has venido por algo en concreto? --interviene Braden antes de que pueda contestar. --Si, necesito ese libro de literatura inglesa. --Aston mira a su alrededor. --?Cual? Tengo mas libros de literatura inglesa que clases. --Y yo que se, tio. --Aston se encoge de hombros--. El que utilizamos en la ultima clase. Pongo los ojos en blanco y me apoyo en la cama de Braden. --El de Shakespeare. Los dos se me quedan mirando con cara de no entender nada. Sobre todo Braden. Aston por lo menos parece que sabe quien es Shakespeare. --Ya sabes a quien me refiero, Bray. Ese tio que vivio hace muchos anos y que habla tan raro. Le clavo los ojos a Braden y el esboza una enorme sonrisa. --Ah, ese tio. Si. Copie casi todo el trabajo de Maddie. --Braden se vuelve en direccion al escritorio y coge el libro. Luego se lo lanza a Aston. --Gracias, tio. --Aston me mira y me guina el ojo y yo intento no volver a poner los ojos en blanco. Ese chico es completamente irritante. Solo se mete conmigo porque sabe que me saca de mis casillas y esta empezando a darse cuenta de que llamarme princesita rica es la forma mas facil de hacerme enfadar. Yo no tengo la culpa de haber nacido en una familia de clase media-alta. Braden tiene una familia igual y nadie le llama nino rico. Claro, ya lo entiendo. A el nadie le llama asi porque el ochenta por ciento de los chicos que viven en esta casa proceden del mismo entorno. Alargo el brazo, cojo la revista del suelo y la enrollo. Luego la balanceo en direccion a Braden y la uso para darle un azote en la espalda. --!Ay! ?Por que has hecho eso? --Me mira frunciendo el ceno. --Gracias por defenderme, capullo. --Oye, le he hecho callar. Le hago un gesto de burla. --Solo lo has hecho porque te ha molestado que nos pusiera a mi y a su habitacion en la misma frase. --Por lo menos le he hecho callar. Ahora ya le puedes explicar a Maddie lo que le tiene que decir a mi madre. Oh, ya lo creo que se lo dire. Suspiro mirando sus enormes y suplicantes ojos y me encojo de hombros. --Esta bien. Le dire lo que le tiene que decir. --Pues yo creo que tu estabas jugando tus cartas. --Lila se enrolla un mechon de pelo en el dedo. Frunzo los labios por detras del libro y la miro por encima de las paginas. --No se de que me estas hablando. --Mientes fatal, Megs. Sabes muy bien de que te estoy hablando. --Si lo supiera no te habria preguntado. Alarga el brazo, tira del libro y ve mi sonrisa antes de que me de tiempo a esconderla. --?!Lo ves!? --exclama--. Claro que lo sabes. --De acuerdo, esta bien. ?Y que si jugaba mis cartas? Al final todo salio bien, ?no? --Pero por poco se va todo al garete. ?Ya has olvidado que Maddie se fue a Brooklyn? --No --le contesto despacio--. No lo he olvidado. Pero luego volvio y se dieron cana mutuamente. Lila frunce los labios. --?Y nunca te preocupo lo que pudiera pasar? Niego con la cabeza. --La verdad es que no. Ya se que suena fatal y que parece que no me importara, pero sabia que encontrarian el camino. No me digas que la creiste cuando nos dijo que no estaba enamorada de el. --Bueno, no... --Pues eso. Ella se colo tanto como el por ella, Lila. --?Y entonces por que se marcho a Brooklyn? No lo entiendo. Todos sabiamos que estaban jugando a lo mismo. --Tu no estabas delante cuando Braden lo descubrio. --Me muerdo el labio inferior. Fue terrible. Ninguna de nosotras imagino, ni por un segundo, que se presentaria en el dormitorio de Maddie, y menos yo. Debo reconocer que ahi estuve un poco lenta, y a pesar de lo mucho que me esforce por ocultarme no habia forma de hacerlo discretamente--. Se puso como una rera. Estaba muy enfadado. Yo estaba ahi sentada viendo como se le partia el corazon y me senti fatal. La verdad es que vi como se les rompia el corazon a los dos. Braden se volvio loco cuando averiguo lo que ella habia hecho, y despues Maddie descubrio que el habia hecho exactamente lo mismo. Ella estaba avergonzada y se enfado con Braden por lo que habia hecho. Pero lo peor de todo es que se le rompio el corazon y en ese momento ella dejo de creer que Braden se habia enamorado de ella. Lo unico que podia hacer era huir. --Ah. ?Te lo conto Maddie? --No, pero no hay que ser cupido para darse cuenta. --?Y como lo averiguaste tu? Encojo un hombro. --Ventajas de que tu tia preferida se haya especializado en tres ramas distintas de psicologia. Se queda boquiabierta. --?Tres? --Si, ya lo se. Mi familia esta llena de empollones. Creo que yo soy la oveja negra por estar estudiando Literatura y tener esta obsesion por ser escritora. --Por lo menos estas haciendo lo que te gusta. Y para que lo sepas, estoy segura de que serias un gran cupido. --Se rie. --Gracias. --Le lanzo la almohada sonriendo--. Pero como ya he dicho, ahora todo va genial, ?verdad? --Tengo que admitir que jamas pense que veria a Braden Carter llevandose a una chica a su casa. --Lila se lleva mi almohada al pecho. --Ya somos dos. --Sonrio. En realidad nunca pense que le veria tan enamorado. Braden y Maddie comparten la clase de amor magico con el que suenan todas las ninas, por lo menos yo si. Me pasaba horas y horas sonando con ese chico que me llenaria el estomago de mariposas y me haria volar tan alto que jamas querria volver a bajar. El fuego de mis suenos se alimentaba de la biblioteca que mi madre tenia en el despacho. Soy incapaz de recordar las miles de veces que cogia libros a escondidas para leer sobre la clase de amor que mis amigas estaban experimentando en este momento. --?Que lees? --Mi abuela asomo la nariz por encima de mi hombro. Me sobresalte y cerre el libro. --Nada. --?Y entonces por que lo lees? --No lo se. Se inclino sobre el respaldo del sofa y me quito el libro de las manos. Abrio los ojos como platos cuando leyo el titulo. --?Huckleberry Finn? ?Te estas escondiendo para leer esto? --Hum, si. --Trague saliva. Mi abuela abrio el libro. Dejo resbalar los ojos por la pagina y acto seguido lo cerro y le quito la cubierta. --Megan Harper. Escurridiza ladronzuela. Esboce una cautelosa sonrisa. --?Ya sabe tu madre que le has cogido su ejemplar de Orgullo y prejuicio cuando deberias estar leyendo Huckleberry Finn? --No. !Por favor abuela no se lo digas! Tampoco es que Huckleberry Finn sea tan malo, pero no lo quiero leer. Prerero leer sobre Lizzy y Darcy. No me contesto. --Por favor, abuela. --No dire nada, nina. Te dire conrdencialmente que Huck Finn no es ni la mitad de excitante que el senor Darcy. Pero no le digas a tu madre que apruebo que le robes las novelas romanticas. --No se lo dire. La abuela senalo el libro. --?Ya la ha besado? Asenti con alegria. --Es mi parte preferida. --La mia tambien. --Me guino el ojo. Se abre la puerta de nuestra habitacion y entran Maddie y su fogosa melena. --Tienes que ponerme enferma o algo. O rngir que lo estoy. Ah, !ya se! Pintame con pintura facial --balbucea cerrando de un portazo y apoyandose contra la puerta. --?Que? ?Pintura facial? --Frunzo el ceno. --Si. Soy alergica. --Se senala la cara--. Siempre se me hincha la cara y me salen manchas y cosas de esas. --Aparte de que no suelo tener pintura facial debajo de la cama... --comenta Lila--. ?Por que quieres ponerte enferma? Maddie resbala por la puerta hasta sentarse en el suelo y se rodea las rodillas con los brazos. --Es que yo nunca... Ya sabeis. Nunca he conocido a los padres de nadie. --Ohhh --decimos Lila y yo al unisono. --Sus padres no estan nada mal. --La miro--. Te lo digo en serio. Son de las personas mas simpaticas que he conocido. --Es tu mejor amigo. Que vas a decir tu --grune. --Pues si que es mi amigo, pero no lo digo por eso. De verdad, Mads. No tienes nada por que preocuparte. --?Y que pasa si me hacen cientos de preguntas? --Su padre no hara nada de eso. Pero su madre, si. Aunque no seran sobre ti, sino sobre el. --?Y que le digo? --Dile la verdad. --Sonrio--. !Aja! Yo gano. Maddie y Lila me miran a la vez alzando las cejas. --Le he prometido a Braden que le diria a Maddie lo que le tenia que decir a su madre, y le estoy diciendo que le diga la verdad. --Bien jugado --concede Lila. --Supongo que no te habra pedido que me convenzas para que mienta, ?verdad? --Maddie se sienta y sonrie. --Claro que no. Es lo que cree que voy a hacer. --Sonrio--. ?Cuando os marchais? --Despues de la clase de lite. Es la ultima clase de la manana, ?verdad? Asiento y Lila frunce el ceno. --Pensaba que os ibais el sabado por la manana. Me parecio oir que Braden no queria dejar que Megs pasara dos noches seguidas de resta en una casa llena de chicos salidos de la hermandad. Dejo caer la cabeza hacia atras. --Por el amor de Dios --murmuro mirando al techo. --Si, esa era la idea inicial --explica Maddie--, pero le dije que su comportamiento era absurdo y que Megan era perfectamente capaz de defenderse sola en esa casa llena de animales. Vuelvo a levantar la cabeza y le sonrio agradecida. --?Ves? --Miro a Lila--. Este es otro de los motivos por los que sabia que eran perfectos el uno para el otro. Ella le da cana y yo consigo librarme de vez en cuando de su adorable actitud protectora. --Adorable actitud molesta --me corrige Maddie--. A mi me vuelve loca. No se como lo aguantas. --Ya estoy acostumbrada. Lo ha hecho toda la vida; ya no me molesta. Es algo asi como el ruido de fondo. Ademas, ya le suplique a su madre que le diera una hermanita cuando tenia trece anos, pero se nego. --?Tan terrible era? --pregunta Lila riendo. --?De verdad quereis saberlo? --Las miro y ellas asienten--. Esta bien. Teniamos seis anos y era otono. Habiamos pasado todo el rn de semana recogiendo castanas para llevarlas al colegio el lunes y yo habia encontrado una perfecta. Braden siempre me ganaba en todo, pero aquella vez la victoria seria mia. Por aquel entonces habia un nino que estaba colado por mi, Adam Land. Le desafie a una pelea de castanas y gane, pero el odiaba perder contra una chica y me lanzo una a la cabeza. Braden salto sobre el y le mordio. --!?Le mordio?! --grito Maddie, y Lila se rio. Me tapo la boca con la mano y me rio en silencio asintiendo. --Le mordio con tanta fuerza que le hizo sangre. Su madre se puso como loca cuando la llamo el director. --Es genial. Ojala mi hermano hubiera hecho lo mismo --dice Lila con aire reflexivo. --Ahora estoy muy contenta de haberlo convencido para irnos manana por muy preocupada que este por conocer a sus padres. --Maddie intenta sofocar su risa. --?Significa eso que este fin de semana vere una Megan distinta? --pregunta Lila con brillo en los ojos. --Oye, que Braden no este no significa que me vaya a llevar a la cama al primero que pase. --Bajo la mirada--. Aunque tambien puede que si. Ademas resulta que mantengo una perpetua relacion de amor-odio con el chico que me quiero llevar a la cama. Estoy viviendo la clase de amor que hay entre Elizabeth y el senor Darcy en Orgullo y prejuicio. Por suerte los demas solo se dan cuenta del odio. Es mi secreto. Nadie sabe que cada vez que Aston Banks aparece en mi campo de vision en mi estomago entra en erupcion un enjambre de locas y minusculas mariposas. Y de momento no tengo ninguna intencion de compartir ese secreto con nadie.
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Los amantes de Richmond de Maeve Anne
https://gigalibros.com/los-amantes-de-richmond.htmlLord Christopher ha decidido casarse con su amada, aunque antes toma distancia de Londres para poder comprender como ha llegado, de ser un hijo sin padre, desconocedor del protocolo de la alta sociedad, a heredero del condado de Hampshire.
Tambien su amada, lady Grace, toma distancia para asumir que su medio hermana, no quiere saber de ella.
Sin embargo, en Richmond, las cosas no son tan sencillas; los recuerdos estan vivos y el miedo tambien, pues la sociedad de Londres es muy estricta e hipocrita. Ademas, existen secretos en Richmond, que luchan por salir a la luz.
?Estan a la altura? ?Les aliviara la boda que tienen entre manos? -
Princesa Vendida de Gema Perez
https://gigalibros.com/princesa-vendida.htmlClarissa era hermosa.
La mujer mas hermosa del reino.
Y la princesa. La heredera.
. y la moneda de cambio de su padre. -
Murillo de Antonio Cavanillas De Blas
https://gigalibros.com/murillo.html -
Arrancame el corazon 1 de Kris Buendia
https://gigalibros.com/arrancame-el-corazon-1.htmlCuando la famosa actriz Jessica Sparkle no creia en el amor llega alguien sin llamar a su puerta. O mas bien, la rescato de una oleada de fotografos. Despues el mismo amor no pidio permiso para sentarse en su mesa del bar. El amor inesperado siempre es el mas amargo de todos, y mas cuando no se es sincero desde el primer momento en que lo conoces. Para Luke Warren, un capitan militar, el amor ha pasado a ultimo plano en su vida y se dedica a su unidad y romper mucha ropa interior. Odia la gente famosa, odia la fama a pesar de ser hijo de una legendaria actriz y ser hermano de un famoso actor. El capitan -Exquisito rompecorazones- Warren odia a todas las estrellas del mundo excepto a una, a la que rescato de los fotografos y a la que conocio en un bar. Ya no quiere seguir quitando cualquier ropa interior, ahora solo le interesa el encaje. El encaje que usa Jessica Sparkle. Lo que no sabe el Capitan Warren es que ambas mujeres, son la misma persona. ?Que se necesita hacer para que te arranquen el corazon? Muchas veces que te arranquen el corazon no es para guardarlo en un cofre, tambien es para pisotearlo.
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Franco (Bright Side 3) de Kim Holden
https://gigalibros.com/franco-bright-side-3.html“Es mi otra mitad. Por primera vez en mi vida, entiendo que es estar completo.”
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El otro reino de Clarissa Bright
https://gigalibros.com/el-otro-reino.htmlSelene se aburria cada vez mas de mirarse a si misma, asi que por la manana, despues de que los sirvientes terminaran de peinarla, se habia escabullido del castillo con su perro guardian Syl, esperando volver antes de sus obligaciones. Pero llego tarde. Y sabia que no podia aparecer en el salon del trono, con un aspecto ardiente, demacrado y sucio, como lo hacia en ese momento. Se habia sujetado el pelo largo hacia atras, haciendo todo lo posible para no ensuciarse demasiado. Mientras que sus damas no se quejaban de tener que lavar y rehacer su cabello otra vez, Selene estaba segura de que habia otras cosas que preferian hacer con su tiempo. Ella juro en voz baja. Se levanto las faldas, tratando de moverse tranquila y rapidamente por el jardin que ahora se oscurecia. Las pequenas lineas de luces podrian haber sido suficientes para que ella viera el camino, pero cuanto mas rapido volviera al castillo, mas probable seria que su padre la perdonara. Si el estaba de humor para perdonar. Ultimamente, parecia que rara vez lo estaba. Syl corrio adelante suyo, deteniendose cada pocos pasos para girar y esperar, su larga y blanca silueta contrastaba con los grandes muros del castillo al que ella no parecia acercarse. Selene sintio que habia estado corriendo durante un tiempo, y el castillo no parecia estar mas cerca. Se detuvo un segundo para recuperar el aliento, poniendo las manos sobre las rodillas. Podia sentir su respiracion, pero no fue hasta unos segundos mas tarde que escucho risas que venian de algun lugar detras suyo. Miro hacia atras. Mientras su mirada buscaba el origen de la risa, sintio que la sangre corria por sus mejillas. “No me divierte”, dijo mientras su padre salia de detras de un arbol. “?No te divierte?”, dijo el, amartillando una ceja y mirandola fijamente. Ashlan, un hombre imponente, habia oido toda su vida que ella no se parecia en nada a el, pero cuando estaba de pie delante de su hija, mirandola a los ojos, pudo ver las similitudes. Puede que no fueran del mismo color, pero la travesura en sus ojos era la misma que ella sentia casi todo el tiempo. “?Como crees que se sienten tus subditos?” Selene resistio el impulso de poner los ojos en blanco. “?Cuanto tiempo me habrias hecho creer que no estaba llegando a ninguna parte?” “No estabas llegando a ninguna parte”, dijo, obviamente a punto de reirse. “Ven aqui”. Selene se acerco a donde estaba su padre. Le rodeo los hombros con un brazo, la abrazo y le chasqueo los dedos. Despues de un segundo o dos, estaban de vuelta en el castillo, junto al salon del trono, y ella iba a tener que irse sin limpiarse primero. Le echo a su padre una mirada interrogante. “Tu eliges lo que haces con tu tiempo, querida”, dijo. “Pero tienes deberes”. “Pense que mi imagen era de suma importancia”, respondio. La de arriba abajo. “Sin duda”, dijo, cruzando el umbral para llegar al salon del trono. No le llevo mucho tiempo a Selene darse cuenta de que ese era su castigo. Iba a tener que enfrentarse a sus subditos hecha un desastre, y sabia que habria susurros sobre ella, y tendria que lidiar con las consecuencias. Se suponia que se preparaba para tomar el reino, y eso venia con expectativas. No solo sobre su apariencia, sino tambien sobre sus elecciones. Y esto se iba a sentir como una eleccion. Ella paso saliva y dio un paso hacia el salon del trono, a traves del umbral. Instantaneamente sintio cientos de ojos sobre ella, y tuvo que hacer lo mejor para mantener la compostura. Con una sonrisa pintada en su rostro, se dirigio lentamente hacia el trono a la derecha de su padre. Se sento en su lugar mientras sus subditos se abrian paso, haciendo una reverencia cuando pasaba por delante de ellos. Sintio lo rojas que estaban sus mejillas y no estaba segura de que si lo que sentia era verguenza o ira. Probablemente un poco de ambas. Con los punos apretados a los lados, se sento en su trono y miro a la habitacion. Habia un monton de gente rodeandola, y uno por uno, iban a venir a presentarle sus problemas. Ella iba a tener que darles soluciones viables a sus necesidades, lo que simplemente no siempre era posible. Se instalo en el gran trono. Esperaba que fuera tan aburrido, insensato y dificil como lo era normalmente. Cuando un hombre que llevaba prendas que parecian no haber sido lavadas en un largo tiempo, se arrodillaba ante ella, esperaba una de esas historias. Algo sobre compartir tierras o recursos magicos o incluso permisos de matrimonio. Excepto que la miro y sus ojos grises oscuros se llenaron de lagrimas. El estaba temblando, y ella pudo ver que sus dientes estaban practicamente rechinando, pequenos y blancos en su boca, haciendole parecer mas fragil de lo que ya parecia. Su tunica cubria todo su cuerpo excepto su cara, donde se arrugaba dos o tres veces, y apenas miraba hacia arriba cuando hablaba. “Su Majestad”, dijo, su mirada se paseaba entre el Rey y su hija. “Yo… le ruego que me perdone. ” Selene se enderezo. Las cosas habian empezado de forma prometedora, al menos, eso creia. La gente la miraba a ella y a su subdito por igual y un silencio inesperado flotaba en el aire. “?Perdon? ?Por que?” La voz del Rey retumbo en la gran sala. “Yo… mi hija”, dijo el hombre. “Ella es una nina curiosa. Antes de que pudiera detenerla, se dirigia hacia El Camino, y yo…” No se extendio. El silencio ensordecedor fue suficiente para cortarle sus palabras. Inclino la cabeza, como si se avergonzara de lo que decia. Probablemente lo hacia. Mencionar El Camino al Rey… no habia un atajo mas facil para ser sentenciado a muerte. Selene vio como su padre se inclinaba ligeramente hacia adelante, con las manos sobre las rodillas. “?Que hiciste?” “Tenia que proteger a mi hija”, dijo el hombre. “Tenia que recuperarla y tenia que…” Se fue quedando en silencio. La mirada de Selene se interpuso entre su padre y el hombre. El Rey se volvio hacia ella. “Mi hija se encargara de esto”, dijo. Selene sintio que la sangre se le escapaba de la cara. Sabia que este dia llegaria, pero no esperaba que llegara de esta manera, y mas que eso, no esperaba tener que lidiar con un asunto que involucrara a El Camino. No por si misma. Hizo todo lo posible para poner una expresion seria. Esperaba no parecer tan aterrorizada como se sentia, lo que ya era considerable. Se agarro con fuerza a los brazos del trono. “?Que hiciste?” pregunto, su voz practicamente un susurro. “?La detuviste?” El hombre la miro, encontrandose con su mirada de nuevo. El miedo en sus ojos era inconfundible. "Yo..." El Rey Ashan agito su mano delante de el, y ya no estaban en el palacio. Estaban en un campo, a solo unos pasos de El Camino, inconfundible por los penetrantes sonidos de agonia que venian de alli. Podia oir los gritos, penetrantes y altos, de los humanos, los que habian sido sentenciados a recorrerlo, a llegar al otro lado. Si lo lograban. La nina, una cosita con piernas pequenas, se tropezo consigo misma al llegar a El Camino. El padre la siguio. Parecia preocupado, pero podria haberla detenido, penso Selene, si realmente queria. Era mucho mas alto que ella, y aunque no hubiera podido alcanzarla fisicamente, podria haber usado su magia para detenerla. Pero no lo hizo.
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El senor de la mansion 1 de Elena Martin
https://gigalibros.com/el-senor-de-la-mansion-1.htmlLa casa que los clientes iban a habitar era preciosa. Espacio, luz y comodidad era todo lo que una nueva familia podria pedir. La pareja que estaba atendiendo se habia casado hace un ano y ahora buscaban una casa mayor, visto que, aguardaban la llegada de su primer hijo. No pude dejar de sentir alguna envidia de ellos. En los ultimos tiempos, me pasaba siempre que encontraba parejas y familias felices. Recogi todos los papeles para entregar en la agencia. Mas una venta. Este mes iba lanzada y con suerte, antes de terminar el ano, lograria mi objetivo. Pasar unas merecidas vacaciones, bien lejos de aqui, en algun lugar paradisiaco del mediterraneo. Sonaba con ello, tanto como sus clientes con su nueva casa. --Gracias por todo, Jane. La casa es maravillosa --dijo mi clienta. --Es mi trabajo. No teneis que agradecerme. Espero que vaya todo muy bien y que disfruten de vuestro nuevo hogar. Ah... y por cierto, espero que el bebe nazca bien y que prontamente pueda estar corriendo por todas las instancias. --?No tienes hijos? --No se por que a la gente le gustaba hacer estas preguntas. Me parecia tan invasivo preguntar a alguien algo tan privado y personal. --No. Afortunadamente no. Ademas, primero tendria que encontrar un padre para eso y no tengo mucho tiempo. --No queria dar mucho mas detalle, aunque eso era solo la verdad pura y dura. Habia llegado a mis 29 anos sin hijos, sin marido, y sin atisbo de novio en camino. No por falta de intento. No podia decir que no habia tenido mi oportunidad. Conocia a James de toda la vida; fue mi novio desde el instituto. Teniamos todo planeado. Ir a la universidad, casar, viajar. Mil historias. Pero la muerte de mis padres y mi hermano menor, en un accidente de coche, llevara mi vida a otro rumbo. James y yo seguimos juntos durante mucho tiempo. El quiso ir a la universidad cerca de donde viviamos: para poder estar la mayor parte del tiempo conmigo, tras el sucedido. Como yo ya era mayor de edad y podia hacerme cargo de todas las responsabilidades, decidi que no queria estudiar un curso academico. Empece a trabajar en la agencia inmobiliaria donde mi madre trabajaba, antes de fallecer. Conocia a los jefes y me dieron trabajo inmediato, al haber quedado sin su mejor trabajadora. Y fue asi como acabe siendo consultora inmobiliaria. Con el paso del tiempo, James empezo a hablar del futuro y de familia: queria casarse conmigo y tener hijos, como siempre habiamos planeado. Pero eso no estaba en mis objetivos. El trabajo paso a ser mi gran prioridad tras la tragedia que me dejo sin familia. Y dedicaba mucho tiempo a ello. Aparte, no queria tener hijos. Nunca fue una cosa que me llamara a la atencion. Me encantaban los ninos, pero no para tenerlos mios. Cuando explique a James que, quizas, seria mejor esperar algun tiempo hasta acabar su curso y despues podriamos pensar en viajar, note que no estaba contento. Yo queria juntar dinero suficiente para tener mi propio negocio. Me habia quedado con la casa de mis padres y alguna otra propiedad que tenian. Asi que, no necesitaba buscar casa; la que teniamos era enorme, incluso para mi sola. Pero era ideal para vivir con James si quisiera. Me di cuenta de que para James, nuestra relacion habia cambiado mucho en los ultimos anos y mis planes para el futuro no eran los mismos que los suyos. En efecto, no eran. Porque, un dia, quise sorprenderle en el campus universitario y lo encontre besandose con otra chica. Resulto que esa chica era la novia que tenia en la universidad y que no sabia de mi existencia. Terminamos en ese dia casi 8 anos de relacion. Pero fue mejor asi: James termino el curso y el mismo ano se caso con la misma chica que encontre en sus brazos. Se, por amigos cercanos y comunes, que fue padre hace poco tiempo. No mantuvimos contacto. Era obvio. Por ambas partes. Y de esta forma, James logro cumplir sus planes y suenos, mientras yo seguia construyendo, dia tras dia, los mios. Me sumergi tanto en el trabajo, que aunque posiblemente ya hubiera podido abrir mi propia agencia, nunca lo hice. Siempre tenia miedo a arriesgar y posponia acciones. Mi vida era siempre igual. Eso me permitia superar el dolor, o mejor, no dejarme ahogarme en eso. Pero ahora ya habia puesto fecha. En el final del ano, tras unas buenas vacaciones, iba a dejar la agencia y abrir la mia. La venta de esta casa era un paso mas. Tenia un colchon financiero importante y eso me daba la tranquilidad de seguir con mi nueva etapa. Cuando llegue a la agencia, mis companeros ya estaban con la Champana abierta. --Enhorabuena, Jane. Mas una casita. Vas sobrada este mes --dijo Martha. --Nunca se va sobrado. Especialmente cuando hablamos de dinero. --Martha no solo era companera de trabajo, como se habia trasformado en una grande amiga. Al vivir para trabajar, las personas de aquella oficina se convirtieron en mi familia, practicamente. --Jane, ?puedes llegar a mi despacho, por favor? --mi jefe llamo. --Voy. --Deje mi taza de celebracion a medio terminar sobre la mesa y hable para Martha--. Seguro que ya tiene trabajo para mi. A veces me gustaba tener un poco de respiro. Soy sincera. Martha rio meneando la cabeza negativamente. Sabia perfectamente que, aunque pudiera, no me tomaba descansos. Entre en el despacho de Joseph. --Querias hablar conmigo, aqui me tienes. --Me fui sentando en la silla. --Antes de nada, enhorabuena por tu venta. Aunque eso significa que estas a un paso menos para conseguir salir de esta agencia. --Hizo una mueca de desagrado. Joseph era el hijo de los primeros jefes. Era poco mayor que yo y nos dabamos bastante bien. Pero claramente no estaba feliz, sabiendo que, una de sus mejores consultoras iba a salir para abrir negocio propio. --Jo... sabes que aun queda para eso. Y ademas, no tienes que preocuparte. Ya te he dicho que no voy a ser tu competencia: podemos hasta colaborar. Me encantaria. Pero yo necesito cumplir este reto, necesito tener algo que sea mio. --Eso es otra cosa que no tienes, porque eres cabezota. --Me hablaba de el. Jo decia estar enamorado de mi. Varias veces me propuso citas y que tuviesemos una oportunidad, pero yo no mezclaba trabajo con placer y mucho menos vida personal. Era un chico encantador, pero yo no queria hombres en mi vida. Tras algunas citas falladas, llevaba casi un ano sin salir con nadie. Y no estaba en mis planes conocer nuevas personas. --Aparte de otra consultora muy buena, seguro que encontraras alguien que realmente te merezca. --El esbozo una sonrisa. --Vale, vale. No insisto mas --hizo un gesto de derrotado--, no te llame aqui para hablarte de eso. Te llame, porque necesito que seas tu a trabajar un cliente muy especial. --Hum... especial, ?como especial? ?Quieres decir un buen negocio? ?O un cliente aburrido que nadie quiera llevar? --Digamos que este cliente es alguien muy importante. Mi padre me pidio que hiciesemos el favor de vender esta casa. Esta en un pueblo cerca de aqui. Es una mansion gigante. Varias hectareas y una excelente oportunidad para consiguieres tu pasaporte de salida, en grande, de aqui. --Jo, entiendo que me quieras ayudar, a pesar de todo, pero ?por que me darias a mi este cliente y no a cualquier otra persona del equipo? No es justo. --En primer lugar: eres mi mejor vendedora. De lejos. En segundo: no creas que es favoritismo. He hablado con tus companeros antes de llegares y todos se han puesto de acuerdo de que tu deberias llevar este cliente. --Jo estaba siendo redundante en aquella atribucion. --Muy bien, entonces, ?que tiene de especial el cliente? !?Solo eso, que es una mansion?! Bueno, no sera facil, tendre que buscar mi cartera de inversores, hablar con algunas personas... --No pude continuar, porque Joseph me interrumpio. --Jane, el propietario de esa vivienda es Kyril Petrakis --solto. --?Ese no es el magnate griego dueno del conglomerado industrial mas poderoso del mediterraneo? O me lo estoy confundiendo con otra persona ?quizas? --Ese mismo. --Bajo los ojos a los papeles que tenia en la mesa. --!No me jodas, Jo! Me estas pidiendo que sea yo la que tenga que vender su mansion, cuando sabes perfectamente que ese hombre es un arrogante y engreido. Por favor, todos lo conocemos por los medios de comunicacion. Es broma. --Querer ganar dinero era una cosa, pero trabajar con personas como aquella era venderse y no estaba dispuesta a llegar tan bajo. --No, no es broma. Ese es el motivo por el cual nadie ha querido hacer el trabajo, pero imagine que eso no seria un problema para ti. Jane, piensatelo, se que es mucho trabajo e imagino que hablar con una persona asi sea muy complicado, pero ?tienes idea de la comision que vamos a recibir por este negocio? --Odiaba cuando Jo pensaba en el dinero. Por otro lado, sabia que eso era lo correcto. Prontamente iba a ser duena de mi propia agencia y no podia desperdiciar clientes, solamente por lo que decian por ahi de ellos. --?Sabes que? Me da exactamente igual, es un cliente como cualquiera. Puedes contar conmigo. Pero, solo por curiosidad, ?como un cliente como ese quiere trabajar con nosotros? Con certeza tendra hasta sus propias agencias para hacerlo. --Como te he dicho, mi padre conoce a su tio; al parecer se conocieron en un viaje. No me preguntes. Y creo que se siguen hablando. Mi padre debera haber dicho algo de la agencia y bueno, una cosa llevo a la otra... sinceramente Jane, no se muy bien los motivos, pero la cosa es que ahora tenemos esto en manos. --Se levanto, rodeo la secretaria y paro delante de mi--. Hay una cosita mas. Esta manana recibi un correo del propio senor Petrakis. Me dijo que la persona que enviase para hacer el trabajo tendria que hablar directamente con el y que se iba a encargar de estar presente en todas las visitas. Dice que la casa tiene mucho valor y que no confia en nadie. --!Genial! Empezamos bien. Entonces el senor ese ya esta dudando de nuestro trabajo y confianza. Perfecto. Anteveo que esto va a ser un final de ano realmente interesante. Quizas, si logro vender su casa, pasare no quince dias de vacaciones, sino un mes. En una playa paradisiaco- griega. Empece a ironizar, porque este trabajo ya prometia ser un grano en el culo.
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AMOS Y MAZMORRAS X de Lena Valenti
https://gigalibros.com/amos-y-mazmorras-x.htmlEL MUNDO DE LA NOCHE Y EL PECADO.
UNA CIUDAD CORRUPTA Y PROHIBIDA.
TRES HERMANOS DOMINANTES, SALVAJES Y MALDITOS.
Y UNA MUJER QUE NO ESTA PARA TONTERIAS.
QUE EMPIECE EL JUEGO. -
Una pareja escandalosa de Marcia Cotlan
https://gigalibros.com/una-pareja-escandalosa.htmlUna novela muy entretenida, que arrancara mas de un suspiro y muchas sonrisas. Aimee Du Maurier es la beldad del condado. Tiene diecisiete anos y pertenece a una de las familias mas antiguas de Carolina del Sur. Obligada a casarse con el mujeriego Edward Robilard, el odio que sienten el uno hacia el otro acabara por transformarse. Marcia Cotlan (Asturias, 1975) ha estudidado Filologia y en la actualidad trabaja como profesora de Literatura. Lectora voraz, la escritura ha sido su camino logico.
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El increible viaje de Mary Bryant de Lesley Pearse
https://gigalibros.com/el-increible-viaje-de-mary-bryant.htmlLa epopeya de una mujer aferrada a la esperanza. Una novela apasionante basada en hechos reales.
Encadenada en la bodega de un barco, rodeada de presos, con destino a unas tierras remotas y salvajes… Donde cualquier otro se hubiera abandonado a la desesperacion, Mary Bryant se aferro a su propio coraje para luchar por su dignidad, su libertad… y encontrar el amor en el lugar mas inesperado. -
EL BOSQUE DE LOS NINOS PERDIDOS. Un caso de Los Guardianes Alados, R. Ogalla de R. Ogalla
https://gigalibros.com/el-bosque-de-los-ninos-perdidos-un-caso-de-los-guardianes-alados-r-ogalla.html -
Las manos van al pan de Meg Ferrero
https://gigalibros.com/las-manos-van-al-pan.html--!Perdon! --se disculpo la camarera por el leve empujon propinado sin intencion y paso de largo con prisas, sin esperar a ver si su justificacion era aceptada. !Joder! Menuda educacion. Vale que el estuviera acostumbrado a otro tipo de lugares para comer, pero esto era el colmo. La chica, que habia pasado a su lado dejando un aroma intenso a curcuma, a canela y pudiera ser que tambien a curry, le habia lanzado, de manera literal, el plato a la mesa. Lo curioso habia sido el modo de hacerlo. Habia girado de tal manera la muneca que un plato asi lanzado, sin ese giro, hubiese acabado encima del comensal, pero ella lo habia dejado con maestria justo en su sitio, aunque con un estrepitoso repiqueteo, mientras el plato terminaba de asentarse en la mesa. Quiza fue ese gesto el que lo dejo tan descolocado que ni siquiera fue capaz de decirle a la camarera lo que pensaba de su escasa educacion. Y, encima, el empujon en el hombro. Aunque tenia que aceptar que eso no le habia molestado tanto como le gustaria reconocer. !Menuda cadera! Se giro de forma casi imperceptible para no ser descubierto en su curiosa inspeccion visual. Si, aquella mujer que contoneaba su generoso trasero de forma casi infantil era justo el tipo de muchacha por el que el, en cualquier otro momento de su vida, se hubiese sentido atraido. !Mentira! Se sentia profundamente atraido. Tanto, que su miembro viril comenzo a cobrar vida propia. !Habia que joderse! ?Cuanto tiempo llevaba sin estar con una mujer? Tampoco tanto como para ponerse asi. !Mierda! En otro momento no hubiese dudado en lanzarse al ataque, insinuarse con un despliegue indecente de todos sus encantos, que eran muchos, y conseguir su numero y una cita. Una cita que, estaba seguro, ambos tardarian en olvidar. Y eso con solo ver su silueta de espaldas. Su larga melena rubia ondulada, brillante y sedosa que, hubiese jurado, llevaba recien lavada con un algun champu de rosas, otro olor que lo seducia, llamaba de manera poderosa su atencion. Su ancha y fuerte silueta lo cautivo como hacia tiempo no le sucedia. Siguio mirando un instante mas, tan solo un segundo en el que se permitio volver a ser el mismo de siempre, el hombre que el creia ser, pero desistio al momento ya que la camarera no parecia que se fuese a volver para que el pudiese apreciar su rostro. No queria parecer un imbecil embelesado por una mujer delante del resto de los comensales, que no tardarian en seguir la direccion de su pose y su curiosa mirada. Ataco sin demasiado interes el rapido bocadillo que habia pedido y... sin previo aviso, el cumulo de sensaciones del sabor de aquel mordisco lo dejo sin respiracion. Paro incluso de masticar, con todo el bocado aprisionado en el interior de la boca, para no perderse ni uno solo de los diferentes sabores y aromas que llegaban a sus fosas nasales a traves de su cavidad bucal. !No podia ser! Pero si el habia ido a un bar "de mala muerte" en busca de alimento, mas que comida, en una rapida escapada desde el hospital. ?Quien se iba a imaginar que en un restaurante de menu del dia iba a encontrarse con semejante delicatessen? !Y encima en un bocadillo! Comenzo a masticar, ahora mas relajado, con todos sus sentidos puestos en el interior de su boca. Hasta se permitio el lujo de cerrar los ojos y dejarse atrapar por el instante. !Estaba exquisito! Tenia que apuntar todos los sabores, olores y sensaciones que el bocadillo le estaba haciendo experimentar. Saco de su pequena mochila, con rapidez, una ajada libreta de cuero sujeta por una goma y con innumerables papeles con notas dentro. Incluso se excito con el sonido del "click" de su boligrafo favorito, que era el que siempre daba el escopetazo de salida para alguna de sus creaciones, para algo que el adoraba hacer, para escribir. Y eso mismo fue lo que se dedico a hacer: escribir. Mordia, masticaba con cara de placer, tragaba y escribia. !Echaba de menos su trabajo! En cuanto volviera, esa seria su primera critica. La revista gastronomica para la que trabajaba le habia dado un largo permiso, pero el echaba en falta escribir y conquistar a la gente con sus palabras y piniones. Si, el era un critico gastronomico relativamente famoso. Trabajaba en la revista Tapas, nam,nam magazine, una revista mensual del grupo editorial de revistas como Esquire, Forbes o L'Of iciel. La definian como una revista de estilo de vida y gastronomia dirigida principalmente a foodies y urbanitas adictos a la cocina, de unos treinta y cinco anos y de clase media-alta o alta. !Adoraba su trabajo! Dejo un instante el boli sobre la mesa para atacar los ultimos bocados de su comida y giro la muneca para comprobar la hora. !Joder! Tenia que irse. Se limpio de manera descuidada y recogio todas sus cosas. La sonrisa en la cara, al salir del establecimiento, le recordo por un instante que estaba vivo y le devolvio las fuerzas que necesitaba para continuar. Volvio a girarse para buscar con la mirada a la camarera que le habia dejado, o practicamente arrojado, el plato con aquel bocadillo sobre la mesa. Tan solo pudo apreciar en la distancia su perfil, estaba claro que era lo mas que iba a conseguir evaluar de ella. Tenia que irse, pero ahora sabia donde habia una camarera con rostro desconocido que lo habia embaucado con sus curvas y su olor, y donde podia comerse un bocadillo de cinco estrellas de manera rapida y por unos pocos euros. ?Recordaba la felicidad? Si, ahora si, aunque fuese efimera y en forma de una desconocida con un bocadillo. No era un hombre muy exigente, ?no? Capitulo 2 El hospital estaba casi en frente del restaurante, asi que no tardo mucho tiempo en llegar. Lo dificil era encontrar la habitacion de su hermano. Los hospitales de la capital eran inmensos y, cuando comenzabas a recorrer los pasillos, era como ir de compras a Ikea: entrabas, pero no sabias por donde ibas ni cuando llegarias al lugar deseado. Se ponia malo con todo el trafico de gente de esos lugares, que parecian ponerse de acuerdo en ir en el sentido contrario a su marcha e impedirle llegar a su destino. --!Ya he vuelto! --dijo Carlos entrando a la vieja habitacion donde, por suerte, solo habia otro paciente con un familiar. --!Buenas! --saludo al resto de la gente. --Buenas tardes --contestaron, educados, los demas. --?Por que comes tan rapido? --comento molesto su hermano--. Ya sabemos que me voy a morir, pero no va a ser precisamente ahora, no tienes que ir con prisas a los sitios y volver como si te fuera la vida en ello. Carlos se quedo sin respiracion. ?Por que tenia que morirse? La vida no podia ser una puta mierda tan grande. Su padre acababa de morir de cancer y hacia un ano que lo habian hecho su madre y sus otros hermanos por el mismo problema. ?Seria algo genetico? !Joder! No se podia creer que su hermano lo banalizase de aquella manera. Ademas, todavia no estaba diagnosticado. Aunque todo apuntase a ello, lo habian ingresado para hacerle pruebas y descartar un tumor cerebral. Carlos era el hermano menor de una familia de cuatro hermanos. Habia nacido cuando su madre tenia cuarenta y seis anos, y en aquella epoca a eso se le llamaba "hijo de madre aneja", vamos, que fue el "goma rota" de turno, el error, un fallo de calculo por asi decirlo, ya que sus hermanos ya tenian mas de veinte anos cuando el nacio. Su infancia habia sido muy feliz, de eso no tenia ninguna queja. No habia tenido hermanos, eso si, habia tenido cinco padres. Un poco malcriado si que habia salido, si. Lo unico malo de toda esa infancia llena de dicha, en la que el habia sido el "juguetito" de la familia, era que todos habian sido muy mayores para el y la desgracia se cernio sobre sus vidas cuando el cancer los envolvio como un manto gris del que no se puede salir. No podia quejarse de sus padres, habian vivido muy bien y muchos anos hasta que murieron, pero no podia decir lo mismo de sus hermanos, y menos de Alfredo, el que ahora estaba tumbado en aquella triste cama de hospital. Apenas pasaba los sesenta y no parecia tener muchas esperanzas de un buen pronostico. Habia sufrido demasiado las demas perdidas de su familia y ese era su ultimo familiar cercano vivo. Bueno, estaban sus sobrinos y sus cunadas, pero las muertes de sus hermanos tambien los habian distanciado, amen de la diferencia de edad. --!Quiero estar aqui! ?Vale? --contraataco molesto--. ?Ha pasado el medico? --Pero si hoy no nos va a decir nada definitivo --amonesto con rapidez Alfredo. --Eso no lo sabemos. !Mierda! Esta espera me esta matando... --!No, chaval, me esta matando a mi! --se carcajeo su hermano. --No tiene ni puta gracia --protesto enfadado Carlos. --Si que la tiene, al menos reconocemelo. Alfredo siempre habia sido el mas simpatico de sus hermanos. No es que los demas hubiesen sido malhumorados, pero este era con el que mas afinidad habia tenido, quiza porque era el menor de los tres y el de una edad mas cercana a la suya. Era muy amable y campechano, afectuoso y muy sociable, risueno y siempre bromeaba, aun en las peores circunstancias. Los dos habian sufrido juntos las muertes de sus familiares y Alfredo era el que siempre habia tirado de el. La enfermera que entro en la habitacion interrumpio su conversacion. Hora de las constantes. Era una vieja estirada con la que Carlos no podia, le superaba que "una sota" como ella estuviese en una planta como la de oncologia. ?Se podia ser mas antipatica y desagradable? Lo malo, o lo bueno, segun se viese, de haber pasado tanto tiempo en esa planta era que ya se conocia a todo el mundo. --?Pueden salir los familiares? Ni un triste "por favor" o "?les importaria?". No. Esta entraba y pontificaba. Carlos no la podia ver ni en pintura. Salio de bastante mal humor de la habitacion y se planto en la entrada a esperar. Cuando "su majestad, la reina de Saba", salio de la habitacion sin decir ni una sola palabra, Carlos volvio a entrar y se sento en el incomodo ?sofa?, ?sillon?, ?silla? !?Como demonios se le podia llamar a aquello?! Desde luego, era de todo, menos comodo. Dejo que su hermano durmiera un rato la siesta mientras el aprovechaba para escribir sobre "su bocadillo". Aunque, junto con todo el despliegue de sabores y olores que el bocata le rememoro, se mezclo el deseo por la empleada de generosas caderas. !Joder! Otra vez su miembro viril lo importunaba con sus demandas cuando estaban fuera de lugar. Llego la noche y con ella el cambio de turno. Por fin se iba a ir la petarda de la enfermera de la tarde. La suerte que habian tenido era que tanto su hermano como su companero de habitacion estaban solamente para hacerse pruebas y lo cierto es que las enfermeras no tenian que entrar mucho, ya que los pacientes no precisaban medicacion. Comprobaban constantes y poco mas. El problema real que se le presento a Carlos fue su sorpresa cuando la enfermera del turno de noche entro para preguntar a los pacientes como estaban. Y esta, ?de donde cono habia salido? !Pero si el se conocia a todos los trabajadores de ese hospital! Que tia mas buenorra. !Vaya por Dios, esta no tenia que estar entrando y saliendo! --?Todo bien? --pregunto con voz dulce, mientras se sentaba y acomodaba de manera informal sobre la cama de su hermano y procedia a tomarle la tension de forma manual. !Pero si todas usaban el tensiometro automatico! Vale, no importaba, se supone que de esta manera era una tension mucho mas fiable y exacta, y el podria mientras devorarla con la mirada a sus anchas. Si, tambien se consideraba un experto erudito en el arte de la enfermeria y la medicina debido a todo el tiempo vivido en los hospitales. --Perfecto --contesto Alfredo ante su espectacular sonrisa. Carlos no pudo ni contestar, aunque la pregunta, entendia, no iba dirigida a el. Rubia, con el pelo mas que estirado en una altisima coleta y fuertota, como a el mas le gustaban. Esas mujeres con curvas en las que te puedes perder explorando... !Joder, que tetas! Queria hundir la cara ahi hasta perderse por completo. Y esas caderas anchas, esos muslos fuertes, pero prietos. !Dios! ?Estaria mal si le pedia el telefono? No era una nina, tampoco es que se fuera a asustar, ?no? Calculaba unos treinta y pocos, no veia anillo por sus dedos, aunque eso, en una enfermera, no era indicio de nada. Las buenas enfermeras no llevaban anillos ni las unas pintadas porque era antihigienico y porque se tenian que lavar las manos de forma continua. Si, Carlos sabia mucho de enfermeras, y en el mas amplio sentido de la palabra, ya que habia terminado liandose con alguna que otra. Y esta era una de las buenas. Sus perfectas unas limpias y bien recortadas junto con su accion de tomar la tension manual se lo decia a gritos. !Joder! ?Como iba a saber si estaba casada? Bueno, !a las trincheras! --!Hombre, enfermera nueva! --comento con un enorme despliegue de encanto. !Cono! Menuda mirada de reproche recibio a cambio. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, si hablaba, no le dejaria oir la tension. Sus mejillas enrojecieron. ?Alguna vez le habia pasado? !Joder! No recordaba nunca antes un bochorno igual. La enfermera termino y le dirigio una mirada algo sorprendida. --Nueva... en esta planta. --Y volvio a dirigirle la mirada a Alfredo. -- Me llamo Lucia, he visto que estareis por aqui esta semana mientras te hacen pruebas --afirmo con una dulce sonrisa, que hizo que Carlos se removiera incomodo en esa mierda de silla-sillon-sofa--. No te preocupes, ya veras como no es nada y en una semanita estas de nuevo en tu casa. Tomate estos dias como un descanso merecido del trabajo, te relajas, lo disfrutas y ya veras que feliz. --Feliz, lo que se dice feliz... --contesto Alfredo embobado--, no lo se. Y dime tu como se descansa en una cama con estas sabanas que parecen esparto y con esta maravillosa comida que ofreceis. La carcajada de la enfermera dejo pasmados y boquiabiertos a los dos hermanos. ?Se podia ser mas preciosa y espontanea? --!Es cuestion de actitud! --afirmo guinando un ojo, como si le acabase de revelar el misterio del Santo Grial. Y se fue. Se fue sin que ninguno pudiese articular ni una palabra mas. Alfredo miro a su hermano automaticamente y comenzo a descojonarse. --Esta es de las que a ti te gustan, ?eh? Imaginate que de esta mierda conseguimos que por fin sientes la cabeza... Carlos lo miro molesto. --?Pero que sentar ni que sentar la cabeza? A mi dejame de tonterias. --Y bajando la voz, para que no lo oyesen los del al lado le dijo--: !Pero no jodas que no tiene el polvo del siglo! --Vaya que si lo tiene --contesto su hermano entre risas, mientras el otro paciente, espectador de la situacion, se quedaba con dos palmos de narices y sin la tension tomada.
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El contrato (Casaderas 1) de Catherine Bybee
https://gigalibros.com/el-contrato-casaderas-1.htmlBlake Harrison necesita urgentemente una mujer con la que casarse. Samantha Elliot, propietaria de una agencia matrimonial, tiene dos dias para encontrarla…
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No te ahogues en un vaso de agua de Richard Carlson
https://gigalibros.com/no-te-ahogues-en-un-vaso-de-agua.html?Te gustaria aprender a aceptar los problemas en lugar de resistirte a ellos?
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Tu unico error de Olga Hermon
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Mas fuerte que el destino de Rose. A. Anderson
https://gigalibros.com/mas-fuerte-que-el-destino.htmlSolo seria pasarse por su novia una vez. Era algo simple; podia hacerlo, al menos eso es lo que piensa Julia hasta que descubre que las cosas no siempre funcionan de la manera que una las planea… y menos cuando tiene algo que ver con el.
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En la linea de fuego de James Brabazon
https://gigalibros.com/en-la-linea-de-fuego.htmlReporteros de guerra, agentes infiltrados, fuego cruzado: un apasionante thriller sobre la vida en el frente.
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Un fin de semana de Peter Cameron
https://gigalibros.com/un-fin-de-semana.htmlUn fin de semana de verano, en una casa en el campo, tres amigos se reunen en el primer aniversario de la muerte de Tony: su hermano, John, su cunada, Marian, y su antiguo companero, Lyle. El apacible reencuentro se ve perturbado por la presencia de un extrano, el joven pintor que ahora sale con Lyle. Lo quieran o no, los rituales del verano -un bano en el rio, una cena al fresco con invitados o un paseo nocturno- estaran marcados por la figura del amigo ausente y cada uno de los tres debera buscar su manera de encajar la perdida. Peter Cameron combina como pocos autores la satira social con la intimidad y la ternura, y obliga al lector a reflexionar sobre la propia experiencia, la dificultad de conocer verdaderamente a alguien o lo ambiguo de las relaciones sociales. Publicada originalmente en 1994, Un fin de semana sigue siendo, sin duda, una de las mejores novelas de su autor.
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Te quise de verdad de Cristina Salma
https://gigalibros.com/te-quise-de-verdad.htmlNunca piensas que el amor de tu vida puede ser, tambien, tu peor pesadilla. Pero eso fue lo que me ocurrio y no estaba preparada para ello. Mi historia no te dejara indiferente…
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El fin de los escribas (La biblioteca de los muertos 3), Glenn Cooper de Glenn Cooper
https://gigalibros.com/el-fin-de-los-escribas-la-biblioteca-de-los-muertos-3-glenn-cooper.htmlLa fecha del fin del mundo se acerca. La poblacion teme ver cumplida la profecia de la abadia de Vectis. Algunos, sin embargo, conservan la esperanza.
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El secreto perdido (Lottie Parker 3) de Patricia Gibney
https://gigalibros.com/el-secreto-perdido-lottie-parker-3.htmlHay secretos que no pueden permanecer ocultos
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El placer del pirata (Al tiempo del pirata 2) de Mariah Stone
https://gigalibros.com/el-placer-del-pirata-al-tiempo-del-pirata-2.htmlC N . M encuentro en una suerte de trance observando sus ojos onix detras de sus parpados bajos. Una barba incipiente le cubre el menton definido, y una cicatriz le atraviesa la mejilla. Lleva el largo cabello oscuro amarrado detras de las orejas en una media cola, mientras el resto le cae por debajo de los hombros. Sus rasgos son duros y elegantes. Peligrosos. ?Como es posible que una pintura enmarcada me genere este sentimiento? A lo mejor este es el tipo de estupor que le provoca una serpiente a un raton antes de lanzarse sobre el y tragarselo vivo. Siento un codazo en las costillas que me sobresalta. Miro de reojo a Samantha, mi mejor amiga, que esta de pie a mi lado en el Museo Ciudad de Piratas. Observa el retrato de James Principe Barrow, colgado al lado del de Cole. Entre las pinturas, hay dos colgantes de jade antiguos, expuestos contra la pared. --!Que atractivo! --Fija la mirada en James--. Y, aun asi, no logro encontrar una cita para ir al baile. Observo el cabello dorado, los ojos violetas, el menton cuadrado y la nariz en alto de James. Es todo lo contrario a Cole. A decir verdad, James es el tipo de hombre por el que me suelo sentir atraida, el tipico Principe Encantador. Asi era Hank, mi ex prometido. --Pero, ?quien no querria ir al baile con el, Samantha? -- pregunto y siento que se me forma un nudo en la garganta--. Ningun hombre deberia verse asi de guapo. El pensar en Hank me distrae y me provoca un dolor en la piel similar al de una ducha helada luego de un bano de inmersion calido. El era todo lo que yo siempre habia querido. La mente me da vueltas, los ojos me pican, pero no hay lagrimas, gracias a las tres pinas coladas que Samantha me hizo beber en el desayuno. Samantha pone los ojos en blanco. --Pues, yo no iria. --Senala el retrato de Cole--. El otro sujeto es mi tipo. Sigo mirando a James. Es mas seguro. Me temo que, si vuelvo a mirar al Senor Peligro, se saldra del retrato, me arrojara sobre un hombro y me llevara lejos para hacer cosas obscenas y perniciosas conmigo. Placeres prohibidos y salvajes. El tipo de cosas que las chicas decorosas como yo no deberian anhelar. --Se me ocurrio que podriamos animar un poco nuestra vida sexual --recuerdo que dijo Hank. --?Estas aburrido de mi? --le pregunte mortificada, mientras el sudor me resbalaba de la piel como hielo derretido. El bajo la mirada. --Pues, si, nena. Tienes muchas reglas. Que las luces apagadas, que ni hablar de sexo oral, que ni… Dejo de hablar, suspiro y me miro. Mis brazos y mis piernas se sentian como algodon humedo. --?Y si vamos a uno de esos intercambios de pareja para que puedas sentir otros placeres? --me sugirio. --?Quieres acostarte con otra mujer? ?Tan aburrido estas de mi? El recuerdo me da vueltas en la mente y me genera dolor de cabeza. Niego con la cabeza y me obligo a mirar a Cole con la esperanza de que logre distraerme. Cole es diferente a Hank. Mientras que Hank es el encanto personificado, es evidente que Cole es un predador que usa a las mujeres para su propio placer, como si fuera su dueno. Es probable que las deslumbre, como a mi, y despues las subyugue a su poder. Al final, las termina descartando. Decido que el tiene miedo de amar. Miedo de resultar herido. Si los hombres como el se abrieran al amor, no sentirian la necesidad de acostarse con otras mujeres. El me hace acordar a alguien que conozco: a Samantha. --Ah, si, Cole el Negro parece ser mas tu tipo, Samantha -- coincido--. Al igual que tu, necesita alguien que ame su alma perdida. Ella suelta un resoplido, pero yo sonrio y niego con la cabeza. Ella se merece la felicidad absoluta al lado del hombre indicado. Creo que la terminara encontrando. Creo que, a pesar de lo de Hank, yo tambien la encontrare. Por mas que este pasando lo que deberia haber sido nuestro quinto aniversario con Samantha. Y que tenga el corazon hecho anicos. Como soy una persona leal, estaba dispuesta a trabajar en nuestra relacion. Y el… el solo queria acostarse con otras mujeres. --No puedo hacer eso --le conteste. --Entonces, se acabo --determino. Y aqui estoy. Siento nauseas en el estomago y volteo el rostro hacia la brisa que se cuela por la ventana abierta y acarrea el aroma a mango, pera y piedras calientes. A lo lejos, se ve el destellante tono azul oscuro del oceano Atlantico bajo el sol. El guia turistico personal que contrato Samantha arquea las cejas. Adonis es un isleno que lleva puesta una camiseta blanca, una panoleta de un rojo intenso en la cabeza, un colgante de cuentas de colores, y tiene consigo una serpiente viva. --No tengas miedo --me dice Adonis. --No tengo miedo --le aseguro y me acerco para ver a la serpiente que se retuerce y saca la lengua en el aire. --?Estas loca? Alejate de ese bicho --me ordena Samantha. Sonrio, entretenida por haberla sorprendido. Ella cree que me conoce, pero hay cosas que nunca le he contado. Como mi fantasia de que Hank me tomara y me dominara porque no hubiera podido seguir respirando si no lo hacia. La realidad era que siempre me hacia hacer casi todo el trabajo y, en muy pocas ocasiones, me hizo acabar. --?Hablas en serio, Sam? --pregunto mientras observo a la serpiente--. Nunca he albergado a ninguna serpiente en mi hotel. Adonis me mira lleno de curiosidad. --?Tienes un hotel? --Un hotel de mascotas en Nueva Jersey. --Le sonrio a la serpiente--. Me encantan los animales. Tengo tres perros y dos gatos, todos adoptados. Los deje con mis padres, pero los echo mucho de menos. Samantha suspira. --Que buena manera de darle uso a tu titulo de la Universidad de Nueva York: abrir un pequeno negocio en una zona aun mas pequena y no poder contratar a mas de dos empleados. Podrias tener algun trabajo en los medios, como yo, y vivir en Manhattan. Podriamos comprar apartamentos en el mismo edificio y vivir una al lado de la otra. --Oh, detente, Sam. Me encantan mis clientes peludos, y el negocio va de maravillas. Ella pone los ojos en blanco, y Adonis retoma la historia de James. Cole y James eran amigos: los dos eran piratas y los dos capitaneaban sus propios navios. Habian asaltado un barco espanol y conseguido un gran tesoro, pero James se vio en apuros y tuvo que luchar por su vida. Cole termino quedandose con todo el tesoro, pues habian acordado que, si algo salia mal, el que tuviera el tesoro lo dividiria con el otro cuando las aguas se hubieran calmado. --Cole mantuvo su palabra y escondio la parte del tesoro que le correspondia a James --nos cuenta Adonis con una sonrisa taimada. --?Ves? --exclamo--. Te dije que Cole era un alma perdida. Se podria haber quedado con todo el tesoro, pero no lo hizo. Solo se necesita un poco de amor para abrir el corazon. Samantha niega con la cabeza. --Me asombra que sigas siendo una romantica incurable tras tu ruptura.
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La coincidencia perfecta de Annie J. Rose
https://gigalibros.com/la-coincidencia-perfecta.htmlD 1 C L A RA ebia pensar rapido. Nunca imagine que se apareceria asi, ni que tendria que presentar pruebas de mi novio imaginario. Ella conocia a todos mis empleados, asi que no podia llamar a Brett para que fuera mi tapadera. No habia tiempo de llamar a una agencia de empleos temporales y contratar a alguien. Me quedaba media hora. Me quede mirando los hermosos pasteles y galletas de la vitrina frente a mi. Queria llenarme la boca con ellos, pero tampoco habia tiempo para eso. No podia decir que mi novio imaginario estaba trabajando; acababa de responderle un mensaje diciendole que estabamos pasando el dia juntos. Eso fue antes de saber que mi madre estaba en Los Angeles, no bien lejos en algun lugar de Asia. Me volvi hacia el cajero. Guapo, de cabello oscuro, hombros anchos y sabia usar cajas registradoras: es el elegido. Eran tiempos desesperados. Me incline sobre el mostrador y le susurre: --Te ofrezco mil dolares en efectivo si te vas de aqui conmigo, te reunes con una mujer en el cafe de enfrente, te llamas Blake y finges ser doctor. ?Has visto Anatomia Segun Grey? Bueno, no importa. ?Puedes hacerlo? --?Que? --dijo, mirandome como si estuviera loca. Y, de haber tenido un espejo, estoy muy segura de que yo tambien me habria visto de la misma manera. --Mira, es mi mama. Es un dolor de cabeza, y cree que tengo novio porque me invente uno. Me canse de que me dijera mierdas por estar soltera. !Dirijo una compania, por Dios santo! Uno pensaria que eso contaria por… Olvidalo. ?Lo haras? --?Me llamo Blake? --Si, asi que, ya sabes, quitate el delantal. ?Tenemos un trato? --?Por mil dolares? Claro. ?Como te llamas? --pregunto. --Me llamo Clara Rider. ?Y tu eres…? --Blake, por supuesto --dijo con una sonrisa astuta. Mi estomago dio un vuelco como si estuviese en una montana rusa y mis mejillas se calentaron por su contacto cuando estrecho mi mano. Quizas acabo de gastar mil dolares para generarme un monton de problemas. --Aqui esta la historia resumida --le dije mientras lo apuraba por la acera--. Tengo una aplicacion… Dos anos de mi vida y cada centavo de mis ahorros. No esta funcionando bien. Mi madre queria que renunciara y volviera a trabajar para ella. Me negue. Esta amenazandome con quitarme el apoyo del unico inversionista que me queda, que es amigo suyo, a menos que pueda probar que le aplicacion funciona. Es como Tinder, pero menos indecente. --Y de alguna manera Blake es tu prueba --dijo. Asenti, sorprendida de que lo entendiera tan rapido. Tal vez necesitaba replantearme lo mucho que he subestimando a los hombres que trabajan en ventas. --Si no logro presentarle una pareja perfecta para mi, me quitara el apoyo del inversionista y ganara mis acciones mayoritarias en la compania de diseno. --?Por que hiciste una apuesta asi? --pregunto. --Desesperacion. Fue la unica tactica evasiva que funciono, puesto que queria aplastar mi empresa y volver a tenerme bajo su poder. --Suena encantadora --dijo con una media sonrisa que tuvo efecto en mi; como convertir mi estomago en miel fundida. Tenia que concentrarme. No tenia tiempo para fantasear con el chico de la panaderia. --Es complicada, pero supongo que todo el mundo lo es. --Sabotear tu compania no es ser complicado; solo es ser cruel --senalo. --Si, bueno, es mi batalla, y ahora debo ir a ganarla. --A menos que yo sea Blake --dijo. --Si. Eres doctor. Nos conocimos a traves de mi aplicacion: Slay. --Ese es un nombre un poco agresivo para una aplicacion de citas. --Agresivo... Como mujer que trabaja con tecnologia, nunca me lo habian dicho. Que original --dije poniendo los ojos en blanco--. Ahora vas a decir que no soy lo suficientemente simpatica. --No necesito que me agrades. Soy tu creacion, tu novio perfecto, un doctor. ?Desde hace cuanto estamos juntos? ?Solemos ir de vacaciones? ?Vivimos juntos? --Como dos meses. Y no, no tengo tiempo para eso. --?No tienes tiempo ahora para discutir lo que supuestamente hemos hecho o no tienes tiempo para irte de vacaciones y coger? --Ambas --respondi--. Ya llegamos. Intenta lucir bonito y no hablar demasiado --dije--. Y gracias por hacer esto. --Te dire <
> mas tarde, si sale bien --dijo. Extendi la mano hacia la puerta del lujoso restaurante, pero el la alcanzo primero y la sostuvo. Levante una ceja. --?Que? Blake es todo un caballero --dijo con una media sonrisa que parecio retorcer mi ropa interior. E 2 A D RIA N staba loca de remate. Esta chica era demasiado exagerada. Todo era una emergencia. Me ofrecio mil dolares para ir a tomar un cafe con su madre. No necesitaba el dinero, eso estaba clarisimo. Pero ?todo el entretenimiento? Eso si que me vendria bien. Parecia que iba a ser una gran historia. La proxima vez que estuviese en Hong Kong en una de las fiestas aburridas de Daniel, tendria una anecdota divertida sobre aquella ocasion cuando ayude a mi hermana en la tienda y una mujer extrana me rogo que fingiera ser su novio. No me molesto que fuera hermosa. Habria estado igual de dispuesto a ayudar a una mujer menos atractiva, pero la verdad era que, cuando entro con esas piernas largas y su cabello castano con rizos apilado en un mono desordenado, estuve dispuesto a aceptar cualquier cosa que me pidiera. Fue bueno que me pidiera hacer algo legal, porque habria sido humillante tirar toda mi carrera por la borda por ser atrapado traficando droga para una chica sexy e hiperactiva que me abordo en una panaderia. Era una distraccion, y su draconiana madre prometia ser igual de salvaje por la forma en que hablaba de ella. Yo si que sabia de padres controladores, despues de todo, y pense que seria buen karma apoyar a esta mujer Clara en su aprieto. Yo habia venido a este restaurante. No me impresiono. Era un lugar de almuerzos de moda entre comensales pretenciosos con ropa de disenador, donde solo servian tres gotas de salsa verde en un plato. Tuve una reunion alli una vez, y luego tuve que comprarme una hamburguesa porque moria de hambre. Clara estaba visiblemente nerviosa, de pronto incomoda con sus tacones mientras buscaba con la vista a su madre. La vi enderezar los hombros y la postura. La curva de su cuello, donde se encontraban dos mechones de cabello castano sueltos, era elegante, lo suficientemente seductora como para hacerme querer besar el lugar donde se curvaba su hombro. <>, pense con una sonrisa. Casi podia sentir su piel suave bajo la calidez de mi boca, la respiracion sorpresiva que daria antes de inclinarse de nuevo hacia mi, con su espalda derritiendose contra la solidez de mi pecho. Una mujer se puso de pie, lo que hizo girar un poco su extrano poncho rojo sobrecargado por un collar de oro reluciente. La reconoci instantaneamente. No habia visto el parecido entre Clara y la empresaria de medios Cynthia Rider. Cynthia habia empezado en noticias locales, consiguio su propio programa de entrevistas sindicado y ahora era duena de varias cadenas y de un imperio de estilo de vida que lo tenia todo, desde almohadas decorativas con piel de imitacion para infomerciales, hasta una linea de relojes de platino a traves de una marca de lujo italiana. En algun punto de camino a dominar el mundo, tuvo una hija. Una hija que me habia ofrecido dinero para que le mintiera a su madre, lo cual parecia indicar que Cynthia Rider era mejor en los negocios que como madre. Mientras Clara hizo ademan de besar a Cynthia en cada mejilla sin tocarla, yo me quede alli con las manos en el bolsillo y me pregunte que pensaria de mis vaqueros rotos y mi camisa descolorida de los Giants. Ella no me reconoceria tan rapido como yo a ella, pero existia el riesgo de que mi alto perfil pudiese descarriar la tactica de Clara antes de que comenzara. Seria mi responsabilidad asegurarme de que eso no pasara. Me pase con tosquedad una mano por el cabello, desordenandolo un poco. Queria verme tan ordinario como fuera posible, tan intimidado como lo estaria un tipo promedio al conocer a la madre internacionalmente famosa de su novia. Cuando Cynthia extendio su mano, timidamente saque una mano para sacudirla. -
Asociada con… ?la Muerte? – Megan Marsell de Megan Marsell
https://gigalibros.com/asociada-con-8230-la-muerte-8211-megan-marsell.htmlLeah, la ultima humana y responsable de asegurar la salvacion de la humanidad… ?asociandose con el Jinete Palido?
Necesitara suerte para sobrevivir a su nuevo entorno… O a Muerte. -
Aislados de Kimberly Mccreigh
https://gigalibros.com/aislados.html -
Adios Sarajevo de Atka Reid
https://gigalibros.com/adios-sarajevo.htmlMayo de 1992.
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La tercera planta de Patricia Moreno Raya
https://gigalibros.com/la-tercera-planta.htmlCuando la autora del libro que te dispones a leer me encargo encabezar su relato, aparte de sentirme muy halagado, note que tendria que enfrentarme a algo desconocido: mi primer prologo. En realidad, casi tan desconocido como lo es para mi la persona que firma esta novela. O incluso tan desconocido como lo soy yo para ella. Y es que, el hecho de que jamas haya visto (creeme, es asi) a la inventora de esta historia y no sepa de ella mas que lo primordial, puede parecerte algo insignificante, irrelevante, pero espera, tiene su enjundia. Empece (y tu lo estas haciendo ahora) a leer un relato con ojos virgenes, sin tener demasiado claro que esperar de el, sin ni tan siquiera saber si me engancharia. Un reto, sin duda. Como lo fue, seguro, para la creadora del universo que te atrapara en las paginas consiguientes. Aunque la historia cuenta con unos escenarios cuidadosamente descritos, unos personajes confeccionados al detalle y un hilo conductor perfectamente tramado, tal vez lo que mas me haya impresionado sean las reflexiones intrinsecas en cada capitulo, ademas de los inesperados y a veces curiosos giros de guion. Espera, amigo lector. No adelantemos acontecimientos. ?No te estare contando demasiado? Seguro que no seria del agrado de alguien que estas a punto de conocer. Dejame que te avance, eso si, que estas a punto de adentrarte en una trama tan especial y elastica que bien podria convertirse en un caso de rabiosa actualidad o servir como argumento para una de esas viejas dramatizaciones radiofonicas. Una novela romantica, con tintes de traicion, con el casi siempre inevitable aderezo de los celos y servida con toques de una inusitada realidad. Lista para ser degustada como si se tratase de un dulce tiramisu banado con un cafe demasiado amargo. Como la vida misma, ?no? Llegados a este punto, ?no te apetece enfrentar un nuevo reto? ?Jugar a ponerte en la piel de los personajes? Pensar: "Yo tengo un amigo que se parece a… O que haria las veces de…". !Adelante! Si lo disfrutas una decima parte de lo que yo lo hice, te aseguro sin miedo a equivocarme que habra valido la pena. A Cesar Requesens Ahora que somos amigos y que hemos llegado a este punto, espero que te logres librar de este vago. Si no hay ninguna manera de hacerlo, matalo. Personalmente me agradaria que lo hicieras; es mas, te admiraria enormemente. Y si llegaras a necesitar ayuda, puedes contar conmigo. herMann hesse, Demian 27 de Mayo de 2016 Eran las dos de la tarde y el sol de Malaga calentaba mis manos sudorosas a la espera de utilizarlas para acabar con su vida. Habia llegado el momento. Los companeros de Victor comenzaron a salir de la Facultad de Medicina tras asistir a la primera sesion del curso de Nutricion en Pediatria. El saldria el ultimo como siempre; su parsimonia y perfeccionamiento en recoger sus apuntes, boligrafos y demas enseres le hacian ir con el tiempo justo. Atraveso la puerta diez minutos mas tarde. Con la garganta aspera y el corazon desbocado, me sentia incapaz de realizar mi trabajo. Le observe sabiendo que seria la ultima vez. Sus ojos almendrados enmarcados por unas cejas perfectas y su barba descuidada, pero estudiada hasta el ultimo milimetro, lo convertian en el hombre mas atractivo que jamas he conocido. El amor que siento por el me paralizo los pies y crei por un segundo que no podria hacerlo. Indecisa, introduje la mano en el bolso y acaricie suavemente la pistola que el mismo me habia regalado semanas atras… 1 Claudia observaba distraida como el camarero del bar de siempre tecleaba a toda prisa algo que probablemente podria esperar. El local, con las mesas llenas a cualquier hora del dia, causaba la sensacion de estar en la ciudad con mas movimiento del pais. Claudia analizaba la expresion de la cara del chico sentado en la mesa contigua: sostenia un libro, pero tenia la mirada perdida, probablemente buceaba entre sus miedos y olvidos, ya que sus ojos reflejaban arrepentimiento y frustracion. Mientras tanto, Helena, su mejor amiga, le hablaba acerca de los despidos que iban a producirse en su trabajo en las proximas semanas. --?Me estas escuchando? --Si, perdona. Estoy un poco distraida. ?Entonces van a echar al auxiliar? --!No! ?Ves como no me estas escuchando? Van a redu- cirle la jornada, pero hay rumores de que uno de los adjun- tos vamos a la calle. --Bueno, no te preocupes, no seras tu --respondio Claudia de mala gana. Estaba cansada de sus historias de siempre, las discusiones con sus companeros, el miedo a sus jefas y su desanimo de cada dia de ir a la farmacia. Habia perdido la ilusion por aquel trabajo por el que un dia sintio vocacion, pero que ahora le asqueaba y la hacia infeliz. Helena siguio hablando durante una hora mas y Claudia, ensimismada en sus pensamientos, dejo que el tiempo pasara. Acabaron el cafe y se despidieron con un beso en la mejilla, prometiendo verse de nuevo la tarde siguiente. Helena observo a su amiga marcharse. Envidiaba como el tiempo no pasaba por ella y las atentas miradas de los hombres a su paso. Envidiaba tambien la seguridad en si misma, su independencia. Una larga melena, de tirabuzones pelirrojos, caia por su espalda de una forma tan natural que tambien atraia la mirada de las mujeres. Cuando perdio de vista a Claudia, se dio media vuelta rumbo a casa con Victor, su marido. Claudia, ajena a las miradas, continuaba su camino. Paso junto a su antigua Facultad de Derecho y sintio nostalgia de aquellos anos en los que lo mas importante eran sus amigos, Helena y Victor, y en los que no era consciente de la velocidad del mundo. A pesar de aquellos dias que paso estudiando leyes y decretos, no se dedicaba a ninguna rama del derecho. Colaboraba en una revista semanal del diario regional de Granada para enmascarar su verdadera ocupacion. Habia heredado de su padre la serenidad, la sangre fria y la falta de empatia. Habia heredado tambien la fuerza y la pasion por lograr los objetivos impuestos. Desde hacia varios anos, especialmente desde que su padre faltaba, vendia la vida de otras personas. Aceptaba encargos en los que ella era la responsable de la ejecucion de una muerte deseada. Claudia vivia en el numero 9 de la calle Salamanca, un pasaje peatonal junto a plaza Bibarambla, estrecho y con poca luz, pero con mucha vida debido al elevado numero de granadinos y turistas que paseaban por sus adoquines, en un edificio que compro su padre y en el que ahora estaba sola. Tres plantas de las que apenas ocupaba la primera, y en la que tenia un pequeno despacho donde en ocasiones trabajaba. Viajaba con frecuencia por Espana, tanto por negocios como por placer. La ultima vez que tuvo un encargo como sicario fue en Madrid. Hacia ya tres meses de aquello y el dinero ahorrado empezaba a escasear. Desde entonces su telefono no sonaba. Cuando llego a casa se descalzo, encendio el ordenador y leyo las ultimas paginas de aquel cuaderno digital en el que relataba con detenimiento sus trabajos.
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Una boda sin fresas (Amor en cadena 4) de Lorraine Coco de
https://gigalibros.com/una-boda-sin-fresas-amor-en-cadena-4-de-lorraine-coco.html!Papa, mi nosito! --Tucker, que analizaba los paneles de informacion de salida de los vuelos del aeropuerto, miro a su hija que le tiraba del pantalon con la intencion de llamar su atencion y le sonrio con ternura. Bajo hasta el suelo y la tomo en brazos. La nina le devolvio una mirada ofuscada y algo cenuda, identica a la de su madre cuando estaba preocupada o molesta. Volvio a sonreir. --Tu nosito esta en la maleta, Maria, no esta aqui, y tenemos que llegar hasta el avion --le dijo a la nina que no cambio un apice su gesto y se froto los ojos con sueno. --Ven aqui, carino, deja a papa ahora que esta concentrado --dijo Natalie a su hija tomandola de los brazos de su marido, que seguia mirando el panel mientras se pasaba la mano por la nuca. Se le veia preocupado. No le habia dicho nada, pero ella sabia que algo pasaba. Para empezar, Tucker habia insistido en que tomaran uno de los vuelos regulares que salian desde Dallas con destino a Nueva York para asistir a la boda de Julia, en lugar de hacerlo con uno de los aviones privados de la empresa. Aquello ya le parecio sospechoso y las vagas excusas que le habia dado para ese hecho no habian sido suficientemente convincentes. Tampoco ayudaba el estado de nervios y preocupacion que veia en su marido, que cada dia dormia menos y pasaba mas horas en el despacho. Acerco la mano hasta su nuca y quiso acariciarlo, pero, a su contacto, Tucker pego un respingo sobresaltado. --Lo siento, carino, estaba concentrado --se excuso el, al ver la cara de sorpresa con que lo miraba Natalie por su reaccion. Tomo la mano con la que ella queria regalarle una caricia y se la llevo a los labios depositando un beso en su palma de manera tierna. El pulso de Natalie se disparo inmediatamente y sonrio mordiendose el labio. Tucker se acerco a ella sin poderlo evitar y deposito un pequeno y lento beso en el labio que ella se habia mordido. Llevaban mas de tres anos juntos y aun no podia resistirse a los encantadores gestos de su bella esposa. --!Yo tambien quiedo un bezo --dijo la pequena Maria atrapada en el abrazo de sus padres. Ambos sonrieron y comenzaron a besarla cada uno por un lado, apretujandola y estrujandola efusivamente, lo que hizo que la nina rompiera en carcajadas. Natalie se giro en busca del cuarto miembro de su feliz familia para unirlo al abrazo, pero Tommy estaba concentrado en una partida de su consola y lo miro con horror al adivinar sus intenciones. Aun asi tiro de la manga de su cazadora y lo unio a ellos, y, a pesar de las protestas, le revolvio ligeramente el cabello y deposito un beso sobre su cabeza. Tommy solo sonrio, sin levantar la vista del aparato. --?Has encontrado nuestro vuelo? --pregunto Natalie a su marido. --Acabo de hacerlo. Llegamos a tiempo. Si no me equivoco tenemos que ir en esa direccion --dijo senalando el pasillo atestado de gente que cargaba con sus maletas y multitud de bolsas con paquetes de coloridos envoltorios. Apenas faltaban cuatro dias para Navidad y la mayoria de aquellos viajeros se dirigian a disfrutar de sus vacaciones navidenas en compania de familia y amigos, cargados de regalos. Lo que hacia que transitar por el aeropuerto, ya de por si bastante concurrido, se convirtiese en una experiencia aun mas abrumadora. Tucker le cogio a Maria de los brazos y Natalie tomo de la mano a Tommy, despues se cogieron ambos de la mano, se miraron y, tomando aire, se dispusieron a atravesar la marabunta de gente que transitaba por los pasillos que llevaban hasta su puerta de embarque. Afortunadamente su equipaje estaba ya en Nueva York y tan solo llevaban una bolsa de viaje que Tucker llevaba a la espalda, su bolso y la pequena mochila en la que Tommy guardaba sus cosas. Los intransitables pasillos, se hicieron interminables. Cuando llegaron a la puerta de embarque, tenian la sensacion de haber recorrido kilometros hasta su destino. En cuanto llegaron, Tucker deposito a Maria en una silla y comenzo a sacar los billetes de la mochila. --No tardaremos en embarcar --dijo mirando las hojas impresas en sus manos. Tommy resoplo haciendo que su flequillo, que caia ligeramente sobre sus preciosos ojos grises, bailara sobre ellos. --?Estas cansado? --le pregunto Natalie. --No, pero tengo hambre-- dijo Tommy sonriendo. --?Como es posible? !Has desayunado mas que tu tio y que yo! --le dijo ella sorprendida. --?Que puedo decir? Estoy creciendo... --contesto Tommy encogiendose de hombros a la vez que le mostraba una traviesa sonrisa que inundaba su preciosa cara de hoyuelos. --!Menudo golfo estas hecho! Anda, toma --le dijo sacando una chocolatina de su bolso y ofreciendosela. Natalie lo observo abrir el envoltorio y dar un gran bocado. Tommy era un nino maravilloso. Verlo crecer y evolucionar aquellos tres anos habia sido increible para ella, un regalo. Era un nino muy educado, obediente, amoroso y carinoso, sobre todo con la pequena Maria. Seguia siendo algo timido y retraido, pero aquel era su caracter normal. Tommy preferia pasar desapercibido, encerrarse en su consola, en algun libro, ir a montar... Cosas normales para un nino de su edad. Cuando Tucker llevo a su sobrino hasta su rancho hacia tres anos, y Tommy se negaba a hablar, nunca imagino que lo veria evolucionar de esa manera y mucho menos que tendria la suerte de verlo crecer y convertirse en el maravilloso chico que era. Estaba muy orgullosa de el y se lo demostraba a cada momento. Tommy la miro intuyendo que Natalie hacia lo mismo con el y le sonrio. Le enseno el envoltorio ya vacio de la chocolatina y rio, despues volvio a concentrarse en la consola. --En quince minutos embarcaremos --le dijo Tucker a su lado. --!Quiedo mi nosito! --volvio a insistir la pequena Maria. --Peque, ya te he dicho que esta en la maleta. ?Recuerdas cuando hicimos la maleta, y decidimos que nosito era tan importante como para no dejarlo en casa y que por eso el viajaria en la maleta? La pequena Maria asintio y su melena castana llena de rizos se agito vigorosamente frente a su rostro. --Si, pero quiedo mi nosito --volvio repetir frotandose los ojos. Natalie y Tucker resoplaron, iba a ser un viaje muy largo. Maria no se separaba de aquel osito de peluche rosa desde que nacio que le habia regalado el ama de llaves, que tambien se llamaba Maria. Iba a todas partes con el y mas de una noche les tocaba buscarlo por toda la casa antes de acostarse, pues la nina no conseguia conciliar el sueno si no era en compania de su peludo amiguito. Natalie y Tucker habian querido asegurarse de que el peluche llegaba sano y salvo a Nueva York y no sufria ningun percance o perdida durante el trayecto, y lo habian metido en la maleta que ya estaba en camino con una agencia especial de transporte. Pero no habian caido en que el madrugon haria estragos en la nina, que estaba muerta de sueno y queria a su amigo para echarse una siestecita mananera. Tucker apoyo la cabeza de su pequena en el hombro y la mecio ligeramente intentando calmarla. Afortunadamente a los pocos minutos estaban haciendo el check-in. Y un rato despues, se acomodaban en sus espaciosos asientos de primera clase. No era como viajar en uno de los aviones privados de la compania petrolera que dirigia, pero bastaria. Lo mas importante era que su familia estuviese segura y, aunque no habia querido preocupar a Natalie con sus motivos para hacer las cosas de aquella manera, sabia que era la mejor opcion y no iba a arriesgarse a ponerlos en peligro. Se giro sobre su asiento y echo un vistazo a la cabina del avion en la que se encontraban. Sus ojos no tardaron en cruzarse con los de un hombre que vestia un elegante traje negro, corbata gris y cabeza rapada al estilo militar. El hombre lo saludo con una leve inclinacion de su cabeza y Tucker con gesto petreo le devolvio el saludo. --?Lo conoces? --le pregunto Nat siguiendo la direccion en la que su marido miraba. --Me suena, pero no recuerdo de que. Da igual --dijo girandose hacia su mujer y cambiando de tema--, usted y yo, senora McGregor, ahora solo debemos pensar en los maravillosos dias que vamos a pasar en Nueva York. Han sido unos meses duros, y necesitabamos estas vacaciones --anadio cambiando el gesto y regalandole una sonrisa mas relajada. A Natalie le encantaba deleitarse con esa sonrisa, y lo contemplo embelesada. --Si, necesitabamos estas vacaciones. Han sido meses duros... --sus ojos se entristecieron recordando que uno de los motivos habia sido la muerte de su adorada Maria. Maria no solo habia sido el ama de llaves del rancho familiar, tambien la mujer que la habia criado, dandole todo el amor y seguridad que necesito de nina, y la persona mas importante en su vida hasta la llegada de su marido y sus ninos. Hacia tan solo seis meses que se habia marchado de sus vidas. Maria llevaba un par de anos luchando en silencio contra un cancer que al final pudo con ella. Al menos habia podido verla casada y disfrutando de sus pequenos, como siempre habia sido su sueno. Incluso ver como ella ponia su nombre a su primera hija. Pero ya no estaria mas con ellos y eso aun le provocaba un dolor tan grande en el pecho que era dificil de soportar. --Siempre estara con nosotros --le dijo Tucker adivinando el rumbo de sus pensamientos. --Si, siempre lo estara --dijo ella forzando una sonrisa mientras acariciaba el cabello de su pequena Maria que dormia en el regazo de su padre. Miro a Tommy, que leia un comic, y cerro los ojos apoyando la cabeza en el fuerte hombro de su marido. Su proximidad siempre la reconformaba y se dejo llevar por el cansancio cerrando los ojos.
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La monarquia del miedo de Martha C. Nussbaum
https://gigalibros.com/la-monarquia-del-miedo.htmlLa globalizacion ha producido sensaciones de impotencia en millones de personas en Occidente. Ese sentimiento de indefension genera resentimiento y un afan por buscar culpables. Se culpa a los inmigrantes. Se culpa a los musulmanes. Se culpa a otras razas. Se culpa a la elite cultural.
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Mas que un verano de Victoria Vilchez
https://gigalibros.com/mas-que-un-verano.htmlLa manana siguiente de la llegada a Lostlake siempre resultaba para Aria una especie de tregua al caos del dia anterior: los preparativos, las carreras cargando el equipaje, la partida, el viaje y la emocion de ese instante en el que vislumbraba por fin el caseron entre los arboles del camino. La familia Donaldson llevaba muchos anos disfrutando del verano en aquel idilico y aislado paraje. Como su nombre indicaba, era un pequeno pueblo perdido en mitad de la nada. Sin embargo, a Aria le encantaba los meses que pasaba alli. Ese ano seria especial para ella. Acababa de terminar el instituto y al concluir el verano se marcharia a la universidad. No se trataba de que los anteriores cursos escolares hubieran resultado una tortura, tal vez si los ultimos meses, pero nunca habia logrado encajar del todo. No era una marginada pero tampoco pertenecia al selecto grupo de los populares. No era nadie, en realidad, una mas de la masa de estudiantes que pasaban por aquellas aulas. Si bien habia tenido su pequena dosis de gloria al formar parte del equipo de natacion y ser una de las mejores atletas con las que contaba, nunca aprovecho dicha circunstancia. Pero los meses anteriores todo habia cambiado y ni siquiera era ella la que lo habia provocado. De repente, se encontro en medio de una guerra de burlas, cotilleos y miradas acusadoras que nada tenian que ver con su persona. No obstante, aquello ya no tenia importancia. El aroma a cafe recien hecho inundo la cocina y se mezclo con el olor tan caracteristico que impregnaba las paredes del caseron, una combinacion de madera, bosque y la humedad propia debida a la cercania del lago. Aria echo un vistazo por la ventana mientras disfrutaba del silencio que reinaba en la casa y del sabor de la bebida contra su paladar. Tanto sus padres como sus dos hermanos seguian en la cama aun. A pocos pasos, entre los arboles, podia ver una edificacion casi identica a la que en ella se encontraba: la residencia de sus tios. Por la ausencia de luces y de movimiento tras los cristales, supuso que tampoco ellos se habian despertado todavia. Aclaro la taza en el fregadero y salio por la puerta trasera. Iba descalza y no llevaba puesto mas que el banador. Su melena rubia, que normalmente ondulaba sobre su espalda, se hallaba recogida en una apretada coleta para evitar que el pelo le molestara mientras nadaba. Para ella resultaba casi una tradicion lanzarse al agua antes incluso de que el sol hubiera asomado por el este, al menos ese primer dia de vacaciones; ya tendria tiempo de remolonear en la cama hasta tarde durante las siguientes semanas. Tomo el sendero cubierto de tablones de madera que llevaba hasta el lago, el mismo que su padre habia construido con sus propias manos, y no tardo en adentrarse en el agua. Durante varios minutos, dejo que esta la meciera, limitandose a flotar boca arriba. Era su momento favorito. La inminente salida del sol tenia el cielo de los mas variados tonos: naranjas, rosas, amarillos... Era el comienzo de un nuevo dia, un nuevo verano, aquel que la convertiria, a su fin, en universitaria. En cuanto el sol se despego del todo del horizonte, Aria empezo a bracear, alejandose de la orilla por una ruta mil veces trazada. Nado sin descanso, exigiendose tanto como si se tratase de una competicion. A mitad de camino levanto la cabeza y vislumbro su destino: una pequena ensenada de arena en la parte derecha del lago. Continuo nadando, controlando su respiracion mientras se esforzaba por aumentar la velocidad. Puede que fuera debido a su autoexigencia o al cansancio acumulado durante el viaje del dia anterior, o tal vez solo una casualidad, puro azar. La cuestion fue que percibio el instante preciso en el que su gemelo derecho se tenso y un doloroso calambre se fue extendiendo por su pierna. El contratiempo no consiguio desatar su panico. Llevaba demasiados anos nadando y se sentia casi mejor en el agua que fuera de ella. Enfilo hacia una zona rocosa que quedaba mas proxima que la cala a la que inicialmente se dirigia, maldiciendo cada vez que los musculos de sus piernas se contraian y el dolor se agudizaba. No obstante, aguanto y consiguio llegar hasta alli. Tanteo la roca con las manos y se agarro a ella para luego apoyar los pies sobre su superficie, sin otra idea que descansar durante un rato y volver al agua en cuanto consiguiera que su gemelo se relajase. Se veia capaz de soportar las molestias que le provocaria. Al incorporarse, resbalo sobre la roca y trastabillo hacia delante, obligandose a mover los pies sin siquiera ser consciente de donde los colocaba. El movimiento le valio un buen corte en la planta del pie. --!Joder! --exclamo en voz alta. Se ayudo nuevamente de las manos para sentarse y comprobar la herida. Le dolia horrores y sangraba de forma copiosa. Levanto la vista para observar, a lo lejos, la silueta difusa de su casa. Miro la herida una vez mas y se le escapo un suspiro acompanado de otra maldicion. El sendero que bordeaba el lago en esa zona era el resultado de muchos anos de transito de los habitantes del pueblo. La mayoria de las casas estaban en la orilla contraria a la de la residencia de los Donaldson, pero habia innumerables lugares entremedias que eran muy atractivos para el bano y los lugarenos usaban con frecuencia. Ademas existia tambien una pista de tierra habilitada para los vehiculos. Desde el borde de dicha carretera, Aria miro en ambas direcciones. Era demasiado temprano para que hubiera nadie por los alrededores, pero tenia la esperanza de que no fuera ella la unica en madrugar en todo Lostlake. El tiron de su pierna no terminaba de desaparecer y el feo corte que se habia hecho no cesaba de sangrar. Su unica opcion consistia en empezar a andar, o a cojear mas bien, de vuelta a casa. Con suerte, alguien pasaria en coche y podria acercarla. Sus expectativas no tardaron en verse cumplidas, solo que en modo alguno pensaba subirse a la jodida ranchera del mismisimo Max Evans. --Pierdete, Max --le solto, en el momento en que el vehiculo se detuvo a su altura. Apenas lo miro el tiempo suficiente para ver la expresion de fastidio en su rostro. En el instituto todos le conocian por Evans, su apellido, pero Aria habia empleado su nombre a sabiendas de que le molestaria. No era una gran victoria ni suponia demasiado consuelo. No obstante, habia sido incapaz de resistirse. Max Evans era el prototipo de chico americano, un topico con patas. Rubio, alto, de espaldas anchas y sonrisa encantadora, ademas de ojos de un azul cristalino que llamaban la atencion de toda la poblacion femenina del instituto. Como no, tambien era el quarterback estrella del equipo de futbol y, no menos importante, un autentico gilipollas. Aquello ni siquiera le hubiera importado a Aria, nunca se habia preocupado en exceso por esa division de clases inherente a la etapa del instituto. Lo que no soportaba era que aquel chico en concreto fuera el exnovio de su prima, ese que habia hundido a Lea en la miseria social, arrastrandola a ella en el camino solo por ofrecerle su apoyo. El vehiculo avanzo hasta alcanzarla.
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Solo tuya de Christian Martins
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