• libro los heroes felices - Vea Kaiser

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    En un tono tragicomico irresistible y con desbordante talento para la fabulacion, Vea Kaiser despliega el abanico de peripecias que vive una familia griega desde los anos cincuenta hasta el presente.

  • LOS HEROES FELICES | VEA KAISER | Casa del Libro

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  • Los héroes felices - Vea Kaiser - AdN Alianza de novelas

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  • Los héroes felices (AdN) - Alianza Editorial

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  • LOS HÉROES FELICES - KAISER VEA - Sinopsis del libro ...

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  • los héroes felices - Margen Libros.

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  • El vals hacia atras de Vea Kaiser

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    Una familia, un tio muerto y un tragicomico viaje de Viena a Montenegro

  • Mi tormento (Mi tormento 1) de Anna Zaires

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    P MONTANAS DEL CAUCASO SEPTENTRIONAL, 5 ANOS ANTES eter --!PAPA! --A ESE CHILLIDO AGUDO LE SIGUE EL CORRETEO DE UNOS PIECECITOS, LOS DE MI HIJO, que entra corriendo; los rizos oscuros brincan alrededor del rostro radiante. Riendo, atrapo el pequeno cuerpo robusto cuando se abalanza sobre mi. --?Me has echado de menos, pupsik? --!Si! --Me rodea el cuello con los bracitos e inhalo profundamente, absorbiendo su dulce aroma infantil. A pesar de que Pasha tiene casi tres anos, todavia huele a inocencia y a leche materna como cualquier bebe sano. Lo abrazo con fuerza y siento como el hielo se derrite dentro de mi a la vez que un calor suave y reconfortante me inunda el pecho. Duele, como estar sumergido en agua caliente despues de haberse quedado helado, pero es un dolor placentero. Me hace sentir vivo; llena las grietas de mi interior hasta tal punto que casi puedo pensar que soy un hombre integro y que merezco el amor de mi hijo. --Te ha echado de menos --dice Tamila, entrando por el pasillo. Como siempre, se mueve en silencio, casi sin hacer ruido y con la mirada baja. No me mira directamente. Desde la ninez, se le ha ensenado a evitar el contacto visual con los hombres, por lo que lo unico que puedo verle son esas largas pestanas negras mientras mantiene la mirada fija en el suelo. Lleva un velo tradicional que oculta el largo cabello oscuro y viste un vestido gris largo y sin forma. Sin embargo, sigue siendo preciosa, tan preciosa como hace tres anos y medio cuando se metio en mi cama para escapar del casamiento con un anciano de la aldea. --Os he echado de menos a los dos --digo mientras mi hijo me presiona los hombros, exigiendo que lo libere. Sonriente, lo dejo en el suelo y, de inmediato, me toma de la mano, tirando de ella. --Papa, ?quieres ver mi camion? ?Quieres? --Por supuesto --digo. Mi sonrisa se ensancha cuando me arrastra hacia el salon--. ?Que clase de camion es? --!Uno grande! --Esta bien, vamos a verlo. Tamila nos sigue y me doy cuenta de que aun no he hablado con ella. Paro, me giro y miro a mi mujer. --?Como estas? Me observa a traves de las pestanas. --Bien. Contenta de verte. --Yo tambien me alegro de verte. --Quiero besarla, pero se avergonzaria si lo hiciera delante de Pasha, por lo que me abstengo. En cambio, le acaricio la mejilla con suavidad y, luego, dejo que mi hijo me arrastre hasta el camion, que reconozco porque se lo envie desde Moscu hace tres semanas. Orgulloso, me ensena todas las caracteristicas del juguete cuando me agacho a su lado, observando su rostro feliz. Tiene la belleza oscura y exotica de Tamila, hasta las pestanas, pero tambien tiene algo de mi, aunque no puedo definir con exactitud el que. --Tiene tu valentia --dice Tamila con serenidad, arrodillandose a mi lado--. Y creo que va a ser tan alto como tu, aunque probablemente sea demasiado pronto para saberlo. La miro. A menudo lo hace, me observa con tanta intensidad que es casi como si estuviese leyendome la mente. Pero no es dificil adivinar lo que estoy pensando. Le hice la prueba de paternidad antes de que Pasha naciera. --Papa. Papa. --Mi hijo me tira de la mano otra vez--. Juega conmigo. Me rio y centro la atencion en el. Durante la hora siguiente, jugamos con el camion y varios juguetes mas. Todos representan algun tipo de transporte porque Pasha esta obsesionado con ellos, desde ambulancias hasta coches de carrera. Da igual cuantos juguetes de otro tipo le traiga, solo se entretiene con los que tienen ruedas. Despues, cenamos y Tamila bana a Pasha antes de dormir. Me doy cuenta de que la banera esta rota y tomo nota mental para pedir una nueva. La pequena aldea de Daryevo esta en lo alto de las montanas del Caucaso y es dificil acceder a ella, por lo que no puede haber una distribucion regular desde una tienda, pero tengo medios para conseguir que traigan cosas aqui. Cuando le menciono la idea a Tamila, sus pestanas se abren y me dedica una mirada directa, lo que es poco frecuente, acompanada de una sonrisa brillante. --Eso seria genial, gracias. He tenido que limpiar el suelo casi todas las noches. Le devuelvo la sonrisa y termina de banar a Pasha. Despues de que lo seque y le ponga el pijama, lo llevo a la cama y le leo un cuento de su libro favorito. Se duerme casi de inmediato, y le beso la frente suave. Siento una gran emocion en el corazon. Amor. Lo reconozco, a pesar de no haberlo sentido antes, a pesar de que un hombre como yo no tiene derecho a sentirlo. Nada de lo que he hecho importa aqui, en esta pequena aldea de Daguestan. Cuando estoy con mi hijo, la sangre que me ensucia las manos no me quema el alma. Con cuidado de no despertar a Pasha, me levanto y abandono la habitacion pequena que le sirve como dormitorio. Tamila ya me espera en nuestro cuarto, asi que me deshago de la ropa y me meto con ella en la cama, haciendole el amor de la forma mas delicada que puedo. Manana me tengo que enfrentar a la fealdad de mi mundo, pero esta noche soy feliz. Esta noche puedo amar y sentirme amado. --NO TE VAYAS, PAPA. --A PASHA LE TIEMBLA LA BARBILLA MIENTRAS LUCHA POR NO LLORAR. Tamila le dijo hace unas semanas que los ninos mayores no lloran y ha estado haciendo todo lo posible para comportarse como tal--. Por favor, papa. ?No puedes quedarte mas tiempo? --Volvere dentro de dos semanas --prometo, poniendome de cuclillas para quedarme a su altura--. Ya sabes que tengo que irme a trabajar. --Siempre tienes que irte a trabajar. --Le tiembla la barbilla con mas fuerza y los grandes ojos marrones se le inundan de lagrimas-- ?Por que no puedo ir contigo? Imagenes del terrorista que torture la semana pasada invaden mi mente y hago lo que puedo por mantener la voz tranquila mientras digo: --Lo siento, Pashen’ka. Mi trabajo no es lugar para ninos. --De hecho, ni para adultos, pero no digo nada. Tamila sabe algo de lo que hago como parte de la unidad especial de Spetsnaz, las fuerzas armadas de la Federacion Rusa, pero incluso ella ignora la realidad oscura de mi mundo. --Pero me portare bien. --Ahora esta llorando a mares--. Te lo prometo, papa. Me portare bien. --Se que lo haras. --Lo aprieto contra mi y lo abrazo fuerte, sintiendo como le tiembla el pequeno cuerpo por los sollozos--. Eres un buen chico y tienes que portarte bien con mama mientras no estoy, ?vale? Tienes que cuidarla como el nino mayor que eres. Parecen ser palabras magicas porque se sorbe los mocos y se separa. --Lo hare. --Le moquea la nariz y tiene las mejillas humedas, pero la barbilla esta firme cuando se encuentra con mi mirada--. Cuidare de mama, lo prometo. --Es muy listo --dice Tamila agachandose a mi lado para atraer a Pasha entre los brazos--. Parece que tiene cinco anos en lugar de casi tres. --Lo se. --Se me hincha el pecho de orgullo--. Es increible. Ella sonrie y vuelve a encontrarse con mi mirada con esos grandes ojos marrones parecidos a los de Pasha. --Ten cuidado y vuelve pronto con nosotros, ?vale? --Lo hare. --Me inclino y le beso la frente antes de alborotarle el pelo sedoso a Pasha--. Estare de vuelta antes de que os deis cuenta. ESTOY EN GROZNY, CHECHENIA, SIGUIENDO UNA PISTA SOBRE UN NUEVO GRUPO DE INSURGENTES radicales, cuando recibo la noticia. Es Ivan Polonsky, mi superior en Moscu, quien me llama. --Peter --dice con voz grave, poco habitual, cuando descuelgo--. Ha habido un accidente en Daryevo. Se me hielan las entranas. --?Que clase de accidente? --Ha habido una operacion de la que no se nos informo. La OTAN estaba involucrada. Ha habido… victimas. El hielo de mi interior se expande, me desgarra con sus bordes irregulares y apenas puedo hablar por el nudo que tengo en la garganta. --?Tamila y Pasha? --Lo siento, Peter. Algunos aldeanos murieron en el tiroteo y... --Traga saliva sonoramente --. Los informes preliminares indican que Tamila estaba entre ellos. Casi rompo el telefono con los dedos. --?Y Pasha? --No lo sabemos todavia. Hubo varias explosiones y… --Voy para alla. --Peter, espera… Cuelgo y salgo corriendo por la puerta. <>. Nunca he sido religioso, pero mientras el helicoptero militar atraviesa las montanas, rezo, suplicando y negociando con lo que sea que haya alli arriba por un pequeno milagro, una pequena muestra de misericordia. La vida de un nino es insignificante en estos casos, pero lo es todo para mi. Mi hijo es mi vida, la razon de mi existencia. El rugido de las aspas del helicoptero es ensordecedor; sin embargo, no es nada comparado con el clamor que tengo dentro de la cabeza. La rabia y el miedo que me ahogan desde dentro hacen que no pueda respirar ni pensar. No se como murio Tamila, pero he visto suficientes cadaveres para imaginarme su cuerpo con absoluta precision: esos ojos preciosos en blanco, ciegos, y la boca laxa y cubierta de sangre. Y Pasha… No. No puedo pensar en eso ahora. No hasta que este seguro.

  • Al caer la luz de Jay Mcinerney

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    Russell Calloway es un brillante y ambicioso editor y su mujer, la fascinante Corrine, una joven agente de Bolsa que trabaja en Wall Street. Llevan casados poco tiempo, pero a sus amigos les parece que forman un matrimonio perfecto.

  • Nieve en Agosto de Silvia Rivera Polanco

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    Elevo su mano, tocando a los petalos de cerezo que caian. Aun en contra de su voluntad y de su orgullo, una vez mas estaba ahi, como cada ano, como cada ultimo dia de agosto que aguardaba por ella. Por aquella pequena nina sumergida entre tinieblas. Despues de todo, al igual que esos extranos y rosados copos de nieve que tanto habia adorado, ella regresaria. Siempre, siempre regresaria.

  • Pensamientos desde mi cabana de Kamo No Chomei

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    A finales del siglo XII, Tokio fue devastado en buena medida por incesantes catastrofes: tornados, terremotos e incendios. Su poblacion vivia sumida en un clima de inquietud constante. Chomei, que acababa de cumplir cincuenta anos y habia rechazado la buena vida del funcionario de la corte por la incierta existencia del poeta, abandona la aristocratica residencia familiar de la capital para vivir en una modesta casa a las afueras, donde busca mas libertad para escribir y un mayor dominio sobre su propia vida.

  • El dios de nuestro siglo, Lorenzo Luengo de Lorenzo Luengo

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    Daniella Mendes, una joven detective, investiga la desaparicion de tres ninos en una ciudad de clase alta estadounidense, donde las familias viven de espaldas a las tensiones raciales que comienzan a socavar las poblaciones perifericas. Entre largas noches de insomnio, sufriendo los rigores de su inoportuno embarazo y de la peor ola de calor del siglo, Daniella indaga en el entorno mas cercano de los tres pequenos en busca de pistas que la lleven a resolver el caso, sin sospechar lo que se esconde bajo una superficie de aparente normalidad.

  • La Escala De Los Mapas de Belen Gopegui

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    La escala de los mapas es la historia del miedo a ser amado y su metafora, y una reflexion sobre la diferencia entre las cosas que ocurren en el espacio y aquellas que suceden en el tiempo.

  • Un caballero inconveniente de Catherine Brook

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    Inglaterra, 1830 Habian pasado cuatro anos desde que Edwin Allen habia asistido a una fiesta de esas. En general, las semanas campestres de lady Pembroke eran del agrado de toda la sociedad, y bastante anheladas por aquellos jovenes que ya se sentian preparados para entrar en el mundo tragico pero ineludible del matrimonio. El no estaba listo, y dudaba que algun caballero de veinticuatro anos recien salido de la universidad lo estuviese. A menos, claro, que fuese un hombre con un fuerte sentido de la responsabilidad y apego a lo tradicional, virtudes que nadie podria adjudicarle jamas. En realidad, era muy dificil que le adjudicaran alguna virtud. Edwin sonrio ante el pensamiento y tomo un sorbo de la copa, su unica compania en el solitario jardin. Para su gran fortuna, era el baile de inauguracion y todos estaban dentro festejando, por lo que era improbable que lo importunaran. No era que detestase las fiestas o a las personas, solo que el preferia entretenimientos mas interesantes. De preferencia, con mujeres menos recatadas que las alli presentes y caballeros tan bromistas como el. Todavia recordaba la discusion que tuvo con Julian al respecto. --Se que eres un adulto, pero el sentido comun me dicta que no es conveniente dejarte solo en casa --habia dicho su hermano Julian con tono inflexible despues de que Edwin rechazara rotundamente la idea de ir a la semana campestre de lady Pembroke. --Si ese es el unico inconveniente, me quedare en un hotel --habia respondido el, haciendo que en los rasgos de Julian apareciera esa mueca contrariada que tanto le divertia. --No, no es el unico. Estas en edad de empezar a introducirte en sociedad. La aristocracia sabe que te has graduado, les ha resultado toda una sorpresa porque todos juraban que te expulsarian. Han empezado a incluirte en las invitaciones. --Espero que no tengan la absurda idea de que me he reformado, porque de ser asi… --Edwin --habia interrumpido su hermano--, ya no eres un jovenzuelo. --Que haya pasado la etapa de bromas no me hace un caballero respetable. No tengo animos para tratar con gente estirada y damas que parpadean como si los ojos se le fueran a secar solo por no pestanear cada medio segundo. !Por Dios, Julian! Sabes que asistir a esa fiesta en particular es gritar que estas buscando esposa. Soy muy joven para eso. No pienso ir y es mi ultima palabra. Por supuesto, no habia contado con que el conde de Granard, que siempre habia sido mas bien benevolente con el y con su melliza Clarice, se pusiera inflexible en el tema. Habia pocas personas que pudieran obligar al famoso mellizo Allen a hacer algo que no deseaba, y Julian estaba en ese reducido grupo que solo conformaban el y Clarice. El primero porque habia sido lo mas cercano que tuvo a una figura paterna cuando quedaron huerfanos a los siete anos, y la segunda porque era su melliza, su otra mitad, y no habia nada que Edwin no hiciera por ella… aunque moriria antes de confesarselo. Asi pues, valiendose de ese respeto que Edwin le tenia, habia conseguido arrastrarlo hasta alli. Por fortuna, Edwin era el cuarto hijo de un conde y sus posibilidades de heredar un titulo eran casi nulas. De lo contrario, estaria rodeado de jovenes casaderas que lo asfixiarian con sus perfumes de rosas y lo marearian con tanto aleteo de pestanas. No tener una fortuna considerable y ser bastante joven tenia sus ventajas. Cuando todos comprendieran que no se habia regenerado --y el se encargaria de que quedase claro-- todo volveria a la normalidad. La aristocracia dejaria de enviarle invitaciones y darian un paso hacia atras cada vez que lo vieran entrar. Despues de todo, si algo inspiraban los mellizos Allen era cautela, y no era para menos. Todos sabian que fueron los mellizos quienes, a la tierna edad de ocho anos, liberaron a los perros de caza en el almuerzo de lady Milford, y ni que decir de cuando Edwin habia incendiado un salon en Eton --y por eso fue expulsado--. La sociedad estaba siendo demasiado idiota al pensar que un personaje como el se podia reformar. Sabia que algunas matronas estaban desesperadas por casar a sus hijas, pero no era necesario llegar a fantasias absurdas. -- Edwin --susurro una voz suave a sus espaldas. Edwin se tenso y se permitio hacer una mueca de repulsion antes de girarse con una sonrisa algo tensa. --Lady Lydia, que sorpresa. En realidad no lo era en lo absoluto. Sabia que la dama estaba alli: llevaba intentando evitarla toda la noche. Supuso que habia sido demasiado optimista de su parte pensar que podria huir de ella toda la semana. --No sabia que habias regresado. Me alegra mucho volver a verte --dijo con una sonrisa. Edwin admitia que tenia una sonrisa bonita. Lastima que fuera lo unico en su rostro. No habia cambiado en lo absoluto desde la ultima vez que la vio; si acaso se habia vuelto mas fea. Tenia una nariz gruesa, como la de las ilustraciones de las brujas en los cuentos; unos ojos muy grandes y un rostro demasiado redondo. Su cuerpo prometia ser un poco mas tolerable, pero era dificil de descifrar con tantas capas de tela encima. La sociedad no las apodaba a ella y a sus hermanas <> por nada. --Llegue hace poco. Por mas que la cortesia lo exigiera, Edwin no se atrevia a responder con un <>. No solo porque no se alegraba, que ya era una razon muy poderosa puesto que el no solia hacer uso de ese tipo de mentiras, sino porque solo agravaria el problema. Habia pensado que una separacion de cuatro anos lo solucionaria por si solo, pero cuando la joven habia intentado llamar su atencion esa noche supo que habia pecado de ingenuo. --Podrias haberme escrito. Edwin tuvo que contener una mueca. No, definitivamente el problema no se habia resuelto. Habia sido demasiado esperar considerando que era un Allen, un apellido maldito para la sociedad, ya que quienes los portaban vivian entre lios y escandalos. En el caso de los mellizos Allen, y de el en particular, los problemas no los encontraban, sino que ellos mismos, ansiosos de diversion, iban en busca de estos. Sin embargo, en ese caso particular, el problema si lo habia encontrado. !Y vaya problema! Todavia recordaba aquel dia con un escalofrio. Clarice y el estaban haciendo un favor que implicaba el allanamiento de habitaciones privadas durante una fiesta. A punto de ser descubiertos, Edwin habia salvado la situacion haciendose el perdido y pregonando que habia quedado con lord Sheritong para hablar de los terminos del cortejo de su hija. Que diablos iba a imaginar que lord Sheritong se enteraria. Asi fue como termino haciendole la corte a Lydia, que, por mas que el solia mostrarse desagradable, se aferraba a el como su tabla de salvacion. No era de extranar. Ella no tenia mas pretendientes y queria conservar al unico que tenia, asi fuera tolerando sus desplantes. A la larga, a Edwin le habia dado pena la joven y habia dejado de comportarse como un desalmado, pero no habia dudado en aprovechar su regreso a la universidad para poner fin a aquel cortejo tan espantoso. O al menos creyo haberle puesto fin. Aunque las pruebas apuntaran lo contrario, todavia queria creer que la joven se habia acercado a saludarlo solo por amabilidad. Si, eso es algo que ella haria. --Los chismes llegan mas rapido que una carta --apunto Edwin, fingiendo indiferencia--. Y hablando de chismes, no deberias estar aqui fuera mucho tiempo. No es bueno para tu reputacion. Lydia lo miro de una forma extrana, como si no lo comprendiera. --?Te sucede algo, Edwin? Te noto extrano. --Estoy bien. Pero deberiamos regresar… --Hizo ademan de marcharse. Si no se iba ella, tendria que hacerlo el. Una situacion asi era tentar demasiado al apellido Allen. --No entiendo la urgencia. Se que no es correcto, pero ya que nos vamos a casar… Edwin no escucho lo que dijo despues de eso. La insinuacion del matrimonio lo detuvo en seco. ?Casar? ?Se habia vuelto loca? Seguro que si. En cuatro anos podian suceder muchas cosas, y no era por ser cruel, pero el constante rechazo al que Lydia debia haberse visto sometida podia haber afectado sus capacidades mentales. Suponia que era uno de los efectos mas drasticos de saberse una solterona. Algunas se amargaban, otras vivian de ilusiones y unas pocas como lady Lydia mezclaban esas ilusiones con la realidad hasta fusionarla y convertirla en un mundo ideal que solo ella veia, con un caballero solo para ella. Edwin debia dejarle claro que el no podia ser ese caballero. --?Casarnos? Tenia muchas cosas mas que decir, pero la incredulidad lo superaba. La palabra le causaba fobia. Casarse. Asumir responsabilidades. De verdad ella se habia vuelto loca. Tomo un sorbo de licor para tranquilizarse. Lydia lo miro con extraneza. --Antes de marcharte dijiste que cuando regresaras nos casariamos. Edwin casi se atraganta con la bebida. Su piel palidecio dos tonos. El no pudo haber dicho semejante idiotez. Era cierto que mentia con frecuencia para salir de problemas, y tambien recordaba que antes de enfrentar algunos encuentros con ella se tomaba unas cuantas copas para darse valor, pero que lo condenaran si habia prometido semejante cosa. Bajo ninguna circunstancia, ni siquiera borracho, podria haber mencionado algo tan absurdo. Edwin se tomaba muy en serio su libertad. Jamas bromearia con ello. Definitivamente esa joven habia perdido el juicio. --Bueno, esas no fueron tus palabras exactas --continuo ella al ver su expresion de incredulidad. Edwin respiro con alivio. Le alegraba saber que no era el quien estaba perdiendo la cordura--, pero dijiste que necesitabas ir a la universidad para poder ofrecer a la dama con la que te casaras un futuro prometedor. Dijiste que mi padre jamas aceptaria a un don nadie en la familia. Eso si lo recordaba. Si, eso habia sido con exactitud lo que habia dicho, aunque estaba seguro de que la mencion de lord Sheritong habia sido un ejemplo y no una insinuacion. Recordaba haber dicho: <>. Dicho de esa forma si parecia una indirecta, pero !que diantres! Estaba demasiado desesperado por quitarsela de encima.

  • El secreto de Lady Belling de Amylynn Bright

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    Lady Belling esta comprometida cuando el amor de su vida vuelve a Londres

  • sonando a lo grande de Alissa Bronte

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    Marga !!El avion por fin ha aterrizado!! Pongo un pie en el finger y respiro el maravilloso y contaminado aire de Madrid. !!Si!! !Ya estoy en la capital! !El principio del fin de mi solteria! Ahora voy a tener la ocasion de conseguir lo que he anhelado durante tantos anosssssss… ?Que es, os preguntareis? Pues encontrar a ese principe azul que llevo treinta y dos anos esperando en mi pequena isla… No dejo de preguntarme, mientras camino con un poco de temblor en las piernas, cuantas oportunidades me aguardan en la gran ciudad. Se que no debo hacerlo, que el amor tiene que ser algo inesperado y fantastico, algo que no se planea para que resulte superromantico… pero no puedo evitar mirar en todas direcciones buscando a mi hombre ideal, porque si hay algo que tengo claro es que no me voy a conformar con menos. Quiero un principe azul; bueno, lo del titulo nobiliario es negociable, puede ser duque, conde, estrella de cine… !Si! Un galan de cine que se enamora de la mujer sencilla pero encantadora que llega a la gran metropoli, como en las historias de mis libros… Miro entre la multitud a la vez que leo con atencion todas las indicaciones del aeropuerto; la T4 es monstruosamente grande, nada que ver con el aeropuerto de Fuerteventura. Al menos, el vuelo ha sido directo y he tardado poco mas de dos horas en llegar. Por fin, entre la abrumadora muchedumbre, vislumbro la melena oscura y los ojos grises de mi amiga. --!!Grisel!! --grito emocionada por verla de nuevo; la ultima vez fue hace… ?dos anos? --!!Marga!! --grita a su vez. Camino todo lo deprisa que puedo con mis zapatos de tacon, que solo uso en las ocasiones especiales; llevo una falda de pliegues, verde oscura y con pequenas margaritas amarillas y blancas estampadas. Me encanta esta prenda porque, al andar, produce frufru, como en las novelas de la epoca de la Regencia que tanto me gusta leer. --?Que tal el vuelo? --pregunta apretandome fuerte entre sus delgados brazos. --!Bien! Bueno… bien. --?Nerviosa? --!Si, claro! --Vamos a salir fuera, aqui hay mucho ruido. Asiento con la cabeza y, de la mano de mi amiga, echo a andar con un monton de sentimientos diferentes a cuestas, mientras percibo como me recorre por el cuerpo una especie de descarga electrica, de esas que se te cuelan por los dedos y, hasta que no imprime su marca por todo tu ser, no te abandona. No dejo de pensar en todo lo que me espera y no puedo parar de sonreir. Grisel detiene su paso en una zona menos ruidosa, una cafeteria en la que nos sentamos y pedimos un cafe. Necesito ponerme al dia, y ella, imagino, tambien. --?Que tal todo por la isla? --Si quieres saber algo de alguien en concreto, dimelo. --No quiero saber nada de nadie en concreto… --disimula. --Grisel… no mientas; siempre que lo haces, te rascas la nariz de una forma muy descarada. Somos amigas desde… --?Siempre? --Sonrie. --Exacto, y te conozco mejor que nadie. --Se que pretende saber que tal esta su ex, pero quiero que sea ella quien lo pregunte. --Esta bien. ?Que tal esta Airam? --Bueno, esta… --contesto. --?Esta…? --Si, supongo que ha pasado pagina. --?Esta saliendo con alguien? --Si, asi es, pero no he logrado averiguar de quien se trata… --Seguro que es la zorra de Yolaida… --Tambien lo he pensado. ?Y tu? ?Has pasado pagina aqui en Madrid? --De momento me centro en trabajar, que ya es mucho, y, bueno, si algun dulce aparece, le hinco el diente. ?Y que me dices de ti? Cuentame, ?sigues…? --Si, sigo. !!Siempre estas con lo mismo!! --!Es que me preocupa en que estado lo tienes! Seguro que, si llamamos a un experto en antiguedades, lo declara patrimonio de la humanidad. --!!Grisel!! --!Es verdad! ?A cuantas mujeres conoces de tu edad que no hayan probado varon? !?Que lo unico que se haya colado entre sus piernas sea el agua del mar?! Ni un triste consolador ha paseado por ahi… Desde luego, debes tener una telarana que ni Spiderman… --!Grisel…! --No te preocupes, mi Margarita, que para eso estas aqui; vamos a lograr que encuentres a ese hombre que te vuelva loca. --!A mi principe! --suspiro. --Eso es mas dificil, pero, bueno, trataremos de dar con ese que te provoque tal calentura que te salgan ampollas en la boca solo de pensar en el. --Grisel, ahora en serio, ya sabes que quiero enamorarme antes de entregar mi preciada virginidad a alguien. --Pareces sacada de una peli antigua. --?De esas romanticas? --Mas bien de terror. Pero en Madrid nada es imposible; seguro que hay por ahi algun hombre que este hecho especialmente para ti. --!Eso espero! --Vamos a casa. Manana hay que madrugar, empiezas en tu nuevo trabajo. ?Nerviosa, Marga? --Si, si que lo estoy, pero la ilusion es mayor. --Sonrio. Llegamos al pequeno apartamento; no es gran cosa, pero resulta muy acogedor. Tiene dos habitaciones y un unico bano; ya temo la de veces que me va a tocar hacer cola para entrar: Grisel jamas de los jamases sale a ninguna hora, ni por ningun motivo, sin estar perfectamente arreglada. Cenamos un bocadillo y nos vamos enseguida a la cama; estoy agotada, pero no por el viaje, sino por la cantidad de emociones que se empenan en quedarse dentro de mi estomago y pasearse por mi cabeza. Sin poder conciliar el sueno, saco mi libro electronico y continuo con la historia que estoy leyendo hasta que, finalmente, me quedo dormida. Cuando me levanto, me sorprende ver que el bano esta libre, y Grisel preparando cafe. --Venga, dormilona: arreglate, que nos vamos al trabajo --apremia. --?De verdad crees que voy a hacerlo bien? --!Claro que si! Eres la persona mas… --Mas, ?que? --Optimista, lo que te vendra estupendamente a la hora de intentar vender el producto. --De acuerdo, vamos a ello --digo y entro en el bano para ducharme. Mientras el agua cae por mi suave piel, pienso en el trabajo. Grisel me ha conseguido un puesto de teleoperadora en una empresa de servicios moviles; debo atraer a clientes de otras companias, para que se cambien a la que me ha contratado. No estoy segura de poder hacerlo bien, pero, bueno, se trata de vender por telefono sin estar frente a alguien, por lo que debe de ser bastante facil. Despues de vestirme y de tomar el cafe, Grisel me deja frente al edificio de mi nueva oficina y se marcha a trabajar. En la puerta, sola y sin conocer a nadie ni nada, una sensacion de vacio me invade, como si quisiera tragarme entera, asi que agarro mi falda rosa con tul en el dobladillo y muevo las piernas para escuchar el suave frufru que siempre me calma.

  • Elevacion de Stephen King

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    King vuelve a Castle Rock con un mensaje para nuestros tiempos.

  • Tres mil noches con Marga de Pedro Ramos

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    Marga es una joven biologa gallega, brillante en su profesion, que trabaja como investigadora en Alaska desde hace seis anos. Desde entonces nunca ha vuelto a A Coruna para visitar a su familia, y el vinculo se reduce a las pocas llamadas telefonicas con su madre.
    Pero en su ultima conversacion recibira la noticia de la enfermedad de su padre y, a pesar del miedo a enfrentarse a los fantasmas de su pasado, decidira regresar de inmediato. El rencuentro familiar abrira inevitablemente heridas mal curadas, y Marga se debatira entre contar aquello que la hizo alejarse de todos sin dar mas explicaciones o mantenerlo en secreto, y seguir viviendo en un extrano equilibro entre el sentimiento de culpa y la responsabilidad de amparar a los suyos.
    Una novela cautivadora que nos sumergira en la vida de Marga, sus veranos de juventud y el primer amor, y reconstruira con la complicidad del lector los anos de una familia que tuvo que bregar con el cambio de mentalidad de un pais desde finales de los ochenta hasta la actualidad.
    Un sorprendente hallazgo literario.

  • Maravilloso error (Los hermanos Maddox 1), Jamie McGuire de Jamie Mcguire

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  • Tormenta en La Habana, Clive Cussler de Clive Cussler

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    Dirk Pitt regresa en esta nueva y emocionante novela del maestro de la aventura, el autor superventas mundial Clive Cussler.

  • La favorita de Kiera Cass

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    Me subi un poco los tirantes del vestido, para cubrirme los hombros. Carter estaba callado; su silencio me provocaba mas escalofrios que la falta de calefaccion en las celdas de palacio. Habia sido horrible oir sus grunidos de dolor mientras los guardias le golpeaban una y otra vez, pero al menos entonces sabia que respiraba. Estremecida, encogi las piernas y acerque las rodillas al pecho. Otra lagrima me cayo por la mejilla, y lo agradeci, aunque solo fuera por la calidez del liquido sobre la piel. Lo sabiamos. Sabiamos que podia acabar asi. Y, aun asi, nos habiamos visto. Era inevitable. Me pregunte como moririamos. ?Ahorcados? ?De un tiro? ?O quizas algo mucho mas elaborado y doloroso? No pude evitar desear que el silencio de Carter significara que ya habia muerto. O, por lo menos, que fuera el quien muriera primero. Antes que permitir que su ultimo recuerdo fuera mi muerte, preferiria que fuera su fallecimiento lo ultimo que recordara yo. En aquel mismo momento, solos, en aquella celda, lo unico que deseaba era que cesara su dolor. Algo se movio en el pasillo, y el corazon se me acelero. ?Habia llegado el momento? ?Era el fin? Cerre los ojos, intentando contener las lagrimas. ?Como habia ocurrido todo? ?Como habia pasado de ser una de las candidatas mas queridas de la Seleccion a la sentencia por traicion, a estar alli encerrada, a la espera de mi castigo? Oh, Carter... Carter, ?que hemos hecho? No me tenia por una persona vanidosa. Aun asi, casi cada dia, despues del desayuno, sentia la necesidad de volver a mi habitacion y retocarme el maquillaje antes de dirigirme a la Sala de las Mujeres. Sabia que era una tonteria: Maxon ni siquiera me veria hasta la noche. Y para entonces, por supuesto, ya me habria maquillado de nuevo y habria cambiado de vestido. Tampoco es que tuviera mucho efecto lo que yo pudiera hacer. Maxon se mostraba educado y agradable, pero no me parecia que hubiera entre nosotros una conexion como la que tenia con otras chicas. ?Que tenia yo de malo? Aunque sin duda me lo estaba pasando muy bien en el palacio, tenia la sensacion de que habia algo mas, algo que las otras chicas entendian --bueno, al menos algunas de ellas-- y yo no. Antes de entrar en la Seleccion, me tenia por una chica divertida, guapa y lista. Pero ahora que me encontraba en medio de un punado de chicas cuya mision diaria era la de impresionar a un solo chico, me sentia poca cosa, aburrida e insignificante. Me daba cuenta de que habria tenido que hacer mas caso a mis amigas de casa, que parecian tener prisa por encontrar marido y formar un hogar. Se habian pasado la vida hablando de vestidos, del maquillaje y de los chicos, mientras yo prestaba mas atencion a lo que me ensenaban mis tutores. Tenia la sensacion de haberme perdido alguna clase importante, y ahora me sentia rezagada. No. Era cuestion de no dejar de intentarlo, nada mas. Habia memorizado hasta el ultimo detalle de la clase de historia que nos habia dado Silvia unos dias antes. Incluso habia puesto por escrito algunos conceptos para tenerlos a mano por si se me olvidaba algo. Queria que Maxon pensara que era una chica lista y completa. Tambien queria que pensara que era guapa, asi que tenia la sensacion de que aquellos viajes a mi habitacion eran absolutamente necesarios. ?Como lo haria la reina Amberly? Ella estaba esplendida en todo momento, sin hacer ningun esfuerzo aparente para conseguirlo. Me detuve un momento en las escaleras para mirarme el zapato. Parecia que uno de los tacones se me habia enganchado en la alfombra. No vi nada, asi que segui adelante, impaciente por llegar a la Sala de las Mujeres. Al llegar a la planta baja me eche el cabello atras por encima del hombro y pense si lo que estaba haciendo no tendria un sentido mas profundo. La verdad es que queria ganar. No habia pasado mucho tiempo con Maxon, pero parecia amable, divertido y... --!Ahhh! --El tacon se me engancho con el borde de un escalon y cai aparatosamente sobre el suelo de marmol--. !Auch! --!Senorita! --Levante la vista y vi a un guardia que se acercaba a la carrera--. ?Se encuentra bien? --Estoy bien. No ha sido nada. Solo el golpe... !Y el ridiculo! --No se como pueden caminar con esos zapatos. Es un milagro que no tengan todas algun tobillo roto. Me ofrecio la mano, y se me escapo una risita. --Gracias --dije, echandome el cabello atras y alisandome el vestido. --A su disposicion. ?Esta segura de que no se ha hecho dano? --dijo, mirandome algo nervioso, por si tenia algun corte o magulladura. --Me duele un poco la cadera por el golpe, pero, por lo demas, estoy perfectamente --dije, y era cierto. --Quiza deberia llevarla a la enfermeria, para asegurarnos. --No, de verdad --insisti--. Estoy bien. El suspiro. --?No le importaria hacerme un favor e ir de todos modos? Si estuviera herida y yo no hubiera hecho nada para ayudar, me sentiria fatal. --Me miro con unos ojos azules que resultaban terriblemente convincentes--. Y apuesto a que el principe querria que fuera. Seguramente en aquello tenia razon. --De acuerdo --accedi--. Ire. El sonrio, torciendo minimamente los labios. --Muy bien --dijo, y me cogio en sus brazos. Me quede sin aliento de la sorpresa. --No creo que esto sea necesario --proteste. --No importa --dijo el, y se puso a caminar, asi que ya no podia bajar. --Corrijame si me equivoco, pero usted es la senorita Marlee, ?verdad? --Asi es. No dejaba de sonreir, y yo no pude evitar sonreirle a el. --He estado estudiando los nombres de todas para no equivocarme. Lo cierto es que no creo que fuera el mejor en la instruccion, y no tengo ni idea de como he acabado destinado en palacio. Pero quiero asegurarme de que no se arrepientan de esa decision, asi que al menos intento aprenderme los nombres. De este modo, si alguien necesita algo, sabre de quien estan hablando. Me gustaba su forma de hablar. Era como si contara una historia, aunque solo estuviera hablandome de si mismo. Tenia la voz ligera y se le animaba el rostro al hablar. --Bueno, ya has cumplido con tu deber holgadamente --dije yo, para animarle--. Y no seas tan duro contigo mismo. Estoy seguro de que harias una instruccion excelente, si te destinaron aqui. Tus jefes debieron de ver un gran potencial en ti. --Es usted demasiado amable. ?Quiere recordarme de donde es? --De Kent. --Oh, yo soy de Allens. --?De verdad? Allens estaba justo al este de Kent, al norte de Carolina. En cierto modo, eramos vecinos. --Si, senorita --dijo, asintiendo sin dejar de caminar--. Esta es la primera vez que salgo de mi provincia. Bueno, la segunda, contando la instruccion. --Igual que yo. Me cuesta un poco acostumbrarme al clima. --!A mi tambien! No veo la hora de que llegue el otono, pero no estoy seguro siquiera de que aqui haya otono. --Ya te entiendo. El verano esta muy bien, pero no si dura eternamente. --Exacto --dijo, convencido--. ?Se imagina lo rara que sera la Navidad? --No puede ser lo mismo, sin nieve --respondi yo, con un suspiro. Y estaba convencida de ello. Sonaba con el invierno todo el ano. Era mi estacion favorita. --Desde luego que no --dijo el. No sabia muy bien por que sonreia tanto. Quiza fuera porque la conversacion me resultaba muy natural. Nunca me habia sido facil hablar con un chico. Lo cierto era que no tenia mucha practica, pero era agradable pensar que quiza no fuera tan dificil como pensaba. Al acercarnos a la entrada del hospital freno el paso. --?Te importaria dejarme en el suelo? --le dije--. No quiero que piensen que me he roto una pierna, o algo asi. --En absoluto --contesto el, sonriendo y chasqueando la lengua. Me dejo en el suelo y me abrio la puerta. En el interior habia una enfermera sentada ante una mesa. El guardia hablo por mi: --Lady Marlee se ha caido en el vestibulo y se ha dado un pequeno golpe. Quiza no sea nada, pero queriamos estar seguros. La enfermera se puso en pie, aparentemente contenta de tener algo que hacer. --Oh, Lady Marlee, espero que no sea gran cosa. --No, solo me duele un poco aqui --dije yo, tocandome la cadera. --Le echare un vistazo enseguida. Muchas gracias, guardia. Ya puede volver a su puesto. El guardia saludo agachando la cabeza y se dispuso a marcharse. Justo antes de que la puerta se cerrara, me guino el ojo y me sonrio, y yo me quede alli, sonriendo como una idiota. Las voces del pasillo aumentaron de volumen y me devolvieron al presente: oi los saludos de los guardias solapandose unos a otros, todos diciendo una unica palabra: <>. Maxon estaba ahi. Me levante corriendo y me asome al ventanuco de mi celda justo a tiempo para ver como abrian la puerta de la celda del otro lado del pasillo --la de Carter-- y Maxon entraba, escoltado por otros guardias. Hice un esfuerzo por oir lo que se decia, pero no pude descifrar ni una palabra. Tambien oi algun debil murmullo de respuesta, y supe que era de Carter. Estaba despierto. Y vivo. Suspire y me estremeci al mismo tiempo, y luego volvi a recolocarme los tirantes de tul sobre los hombros. Al cabo de unos minutos, la puerta de la celda de Carter se abrio de nuevo; vi que Maxon se acercaba a mi celda. Los guardias le dejaron entrar y la puerta se cerro tras el. Me miro y se quedo sin aliento. --!Dios Santo! ?Que te han hecho? --dijo, acercandose y desabrochandose la chaqueta al mismo tiempo. --Maxon, lo siento mucho --dije, entre lagrimas. El se quito la chaqueta y me envolvio con ella. --?Te han roto el vestido los guardias? ?Te han hecho dano? --Yo no queria traicionarte. Nunca quise hacerte ningun dano. El levanto las manos y me cogio las mejillas. --Marlee, escuchame. ?Te han pegado los guardias? Negue con la cabeza. --Uno de ellos me arranco las alas del disfraz al empujarme para que entrara en la celda, pero no me han hecho nada mas. Suspiro, evidentemente aliviado. Que buen hombre que era, aun preocupandose por mi bienestar, incluso despues de haber descubierto lo mio con Carter. --Lo siento muchisimo --susurre otra vez. Las manos de Maxon se posaron en mis hombros. --Ahora empiezo a darme cuenta de lo inutil que es resistirse cuando se esta enamorado. Desde luego no te culpo por ello --dijo. Yo le mire y vi la bondad en sus ojos. --Intentamos parar. Te lo prometo. Pero le amo. Me casaria con el manana mismo... si aun siguieramos con vida. Deje caer la cabeza, sollozando incontroladamente. Habria querido comportarme como una dama, aceptar mi castigo con elegancia. Pero me parecia tan injusto... Era como si me lo quitaran todo antes incluso de tener ocasion de disfrutarlo. Maxon me froto la espalda con suavidad. --No vais a morir. Le mire, incredula. --?Que? --No habeis sido sentenciados a muerte. Suspire con fuerza y lo abrace. --!Gracias, gracias! !Muchisimas gracias! !Es mas de lo que nos merecemos! --!Para, para! --dijo, tirandome de los brazos. Di un paso atras, avergonzada por haber reaccionado de un modo tan inapropiado despues de todo lo que habia pasado. --No habeis sido sentenciados a muerte --repitio--, pero, aun asi, se os va a castigar. --Miro al suelo y meneo la cabeza--. Lo siento, Marlee, pero manana os van a azotar en publico --dijo. Parecia que le costaba mirarme a los ojos; si no supiera que aquello era imposible, habria pensado que entendia nuestro dolor--. Lo siento. He intentado evitarlo, pero mi padre insiste en que hay que mantener las apariencias; y como ya han circulado imagenes vuestras por ahi, no puedo hacer nada para hacerle cambiar de opinion. Me aclare la garganta. --?Cuantas veces? --Quince. Creo que la intencion es ser mucho mas duros con Carter que contigo, pero, en cualquier caso, va a ser increiblemente doloroso. Se que hay gente que incluso pierde el conocimiento. Lo siento muchisimo, Marlee. Parecia decepcionado consigo mismo. Yo, en cambio, no podia pensar en nada mas que en su bondad. Levante la cabeza, intentando mostrarme segura de que podria superarlo. --?Vienes a decirme que me devuelves la vida y la del hombre que quiero, y te disculpas? Maxon, no he estado mas agradecida en mi vida. --Van a convertiros en Ochos --dijo--. Todo el mundo lo vera. --Pero Carter y yo estaremos juntos, ?verdad? Asintio. --Entonces, ?que mas puedo pedir? Soportare los azotes, si ese es el precio. Aceptaria tambien los suyos, si fuera posible. Maxon esbozo una sonrisa triste. --Carter me ha suplicado, literalmente, que le dieran a el los tuyos. --No me sorprende --dije, sonriendo yo tambien, mientras los ojos se me llenaban de nuevo de lagrimas, esta vez de felicidad. Maxon meneo la cabeza de nuevo. --Y yo que pensaba que empezaba a entender lo que es estar enamorado, y de pronto os veo a vosotros dos, que quereis asumir el uno el dolor del otro, y me pregunto si he entendido algo. Me cubri mejor con su chaqueta. --Si que lo has entendido. Se que lo has entendido --dije, mirandole a los ojos--. Ella, por otra parte..., puede que necesite tiempo. Esbozo una sonrisa. --Va a echarte de menos. Solia animarme para que saliera mas a tu encuentro. --Solo una amiga de verdad renunciaria a ser princesa en favor de otra persona. Pero yo no estaba hecha para ti, ni para la corona. Ya he encontrado a la persona ideal para mi. --Una vez me dijo algo que nunca olvidare --recordo el, hablando lentamente--: <>. --Tenia razon --dije yo, pasando la mirada por la celda, y nos quedamos en silencio unos momentos--. Tengo miedo. Me abrazo. --Acabara enseguida. Los momentos previos seran lo peor, pero procura pensar en otra cosa mientras hablan. Y yo intentare conseguirte las mejores medicinas, las que usan conmigo, para que te cures mas rapido. Me eche a llorar, abrumada por el miedo, el agradecimiento y mil sensaciones mas. --De momento, intenta dormir todo lo que puedas. Le he dicho a Carter que descanse tambien todo lo que pueda. Eso os ayudara. Asenti, con la cabeza aun apoyada en su hombro, y el me abrazo con fuerza. --?Que ha dicho? ?Esta bien? --Le han golpeado, pero, de momento, esta bien. Me ha pedido que te diga que te quiere y que hagas lo que yo te diga. Suspire, reconfortada por sus palabras. --Siempre estare en deuda contigo. Maxon no respondio. Simplemente me abrazo, hasta que estuve mas tranquila. Por fin me beso en la frente y se giro para marcharse. --Adios --susurre. El me sonrio y dio dos golpes en la puerta. Un guardia le abrio y le acompano a la salida. Yo volvi a mi lugar junto a la pared y encogi las piernas bajo el vestido, usando la chaqueta de Maxon como manta improvisada. Y me deje llevar de nuevo por mis recuerdos...

  • Dame un ano de tu vida de Maria Border

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  • Dulce camino espinoso (Serie Rohard 1), Rita Morrigan de Rita Morrigan

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  • El olor de las flores secas de Marta Yanci

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    "Lo envolvio en una mantita azul, con cuidado, antes de dejarlo sobre la hierba. Se quedo de pie mirandolo, sonriendo. Entonces abrio la bolsa y comenzo a colocar las flores, despacio, de manera metodica.Cuando hubo terminado, saco el zapatito que quedaba en el fondo de la bolsa y lo coloco sobre la manta.Ya estaba todo listo. Echo un ultimo vistazo y comenzo a caminar".

  • La pasion de Jeanette Winterson

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  • Paradiso Blu: El misterio de Caramelle Dolci de Andrea Leal

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    Paradiso Blu: El misterio de Caramelle Dolci. Parte II.

  • Fuerteventura de Alberto Vazquez-figueroa

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    Alberto Vazquez-Figueroa vuelve a la novela de aventuras con una historia trepidante basada en hechos reales ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial.

  • Surcando el cielo de Maria Canizares

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    Chloe es la unica chica que ha conseguido entrar en Silver Wings en mucho tiempo, el programa mas exigente en la mas prestigiosa academia de pilotos del ejercito.
    Decidida a ser la numero uno de su promocion, no dejara que nada ni nadie se interponga en su camino… ni siquiera en atractivo y arrogante capitan Black.
    William Black, capitan a pesar de su juventud, posee una hoja de servicio envidiable y anos de experiencia en combate.
    Todos conocen su leyenda en la academia Silver Wings, y nadie se atreve a retarlo. Hasta que aparece Chloe.
    Secretos y mentiras del pasado volveran tejiendo una oscura sombra sobre ambos y lo que, sin poder evitar, comienzan a sentir el uno por el otro.

  • Clamor de Sangre de Silvana G. Sanchez

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  • Abre tu mente a los numeros de Barbara Oakley

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    Estamos acostumbrados a enfrentarnos a las matematicas o a las ciencias de forma limitada. Y hay muchos metodos y tecnicas diferentes para aprender a enfocar los problemas y resolverlos. Muchos mas de los que crees. Tanto si eres estudiante, como profesor o madre de hijos en edad escolar, este libro te proporcionara herramientas para potenciar todas las capacidades de tu cerebro y te desvelara todos los secretos para conseguir un aprendizaje efectivo en matematicas o en cualquier otra disciplina.

  • Daven el Cuervo de Manuel Criba

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    Daven el Cuervo esta muerto. Ha caido en la batalla y su espiritu espera pacientemente a la valkiria que lo llevara al Valhalla, el paraiso vikingo. Pero antes de que esto ocurra, algo se tuerce. Daven se enamora de una valkiria que no le corresponde y ella de el. Conscientes de que no hay paraiso para ellos si no estan juntos, deciden huir. Los dioses no pueden permitir tal ultraje al orden del universo y todas las fuerzas divinas se ponen en marcha para impedir que vivan juntos. La supervivencia del propio mundo vikingo estara en juego.
    Advertencia: Aunque la novela no es erotica, contiene algunos fragmentos sexualmente explicitos no recomendados para menores de 18 anos.

  • Caleidoscopio de Samantha Pardo Carmona

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    La vida daba muchas vueltas y en cada una de ellas, algo nuevo se formaba. La luz, el color, la perspectiva, todo ello unido hacia que se creasen ilusiones que maravillaban a las personas.
    Las estaciones se sucedian unas tras otras sin que nadie lo evitara. La primavera daba paso al verano y este al otono con sus miles de colores para traer el frio del invierno.
    En un pequeno lugar, cerca del bosque y la naturaleza, ocurrio una historia inesperada que llevo a todos al borde de sus emociones. Alli fue donde aparecio Alanna por primera vez tras mudarse, sola en un sitio desconocido, con miedo a perder todo de nuevo. Y luego estaba Matt, el chico que vivia no muy lejos de ella y que le enseno a ver el mundo de otra forma, como si de un caleidoscopio se tratase.
    Juntos formaron una historia de superacion, miedos y alegria. De luchas y casualidades. Crearon sus vidas conociendose, pero tambien dejandose conocer. Y es que Alanna no estaba por la labor de confiar en nadie y Matt no queria darle una segunda oportunidad al amor.
    Eran tantos los desafios que tenian que superar para llegar al final que tal vez descubrieran no todo era blanco o negro, que el sol pasaba a traves de las copas de los arboles y creaba esas ilusiones para ellos.
    Y esta es la historia de un chicos y una chica, de un verano complicado y de una segunda oportunidad.

  • Abadon: Juicio y castigo de Anna Simon

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    Anna Simon narra el drama psicotico de un ex sacerdote catolico, que a la postre se convierte en un adinerado e importante hombre de negocios en la ciudad de Mexico, D.F.
    Mariano Ordaz, protagonista principal de esta inquietante y controversial novela, esconde un oscuro pasado lleno de horripilantes sucesos.

  • La duquesa de Danielle Steel

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    Traicionada. Abandonada. Invencible. Angelique Latham no es realmente duquesa, aunque tras perder a su madre cuando era muy pequena, se ha criado en el majestuoso castillo de Belgrave junto a su padre, el duque de Westerfield, que siempre la quiso con locura. Pero ahora su padre ha muerto, y sus hermanastros han decidido desheredarla. Esta sola en el mundo. A sus dieciocho anos, Angelique es lista y muy hermosa, pero tiene mala suerte, pues, aunque consigue colocarse como ninera de una familia acomodada, un suceso desagradable e injusto la deja otra vez en la calle. Sin hogar, sin referencias ni contactos, viajara a Paris. Alli, despues de rescatar a una joven de una situacion horrible, tendra la clave de su futuro. Un negocio insolito y una ocupacion al borde del escandalo marcaran la inesperada vida de la hija de un duque.

  • El aroma de las especias de Charlotte Betts

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    Una novela escrita con los cinco sentidos.

  • Nostalgia de Mircea Cartarescu

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    Un tour de force narrativo sorprendente, afrodisiaco, literariamente impactante, de la mano de una de las maximas figuras de las letras europeas actuales.

  • Primavera cruel (Inspector Trevejo 2) de Luis Roso

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    Primavera cruel es el segundo caso del inspector Ernesto Trevejo. La serie de genero noir de Luis Roso que es al mismo tiempo un adictivo thriller y una mirada nueva sobre los anos mas duros del franquismo.

  • Noches de vendaval de Taylor S

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    Cada noche tocabamos el cielo, mientras las estrellas celosas de las palabras que jamas les dirigirian; nos observaban con sigilo esperando el momento en que pudieran transformar la noche en dia y asi romper aquel hechizo.

  • Sugar Baby de Luis Avila

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    ?Una forma de pareja o un acuerdo comercial?
    La universidad de Tania peligra y ella esta dispuesta a todo con tal de conseguir el dinero suficiente para poder pagarla. Asi es que entra a una web donde buscar Sugar Daddies, lo cual da inicio a su nueva vida de Sugar Baby. Joyas, zapatos, carteras, mansiones, un mundo de lujos se extiende delante de si con una enorme cantidad de peligros, entre ellos. que ningun hombre se obsesione con ella.
    Pero la peor amenaza de todas seria enamorarse.
    ?Cuanto esta dispuesta a dejar de si misma con tal de conseguir lo que necesita?
    #SugarBaby #Tania #Marco #Aiden

  • La historia del numero 48915 de Rachel Roth

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    Escrita para cumplir una promesa concebida en el momento mas oscuro de la historia humana, esta historia sencilla y elocuente se extiende por la geografia de la solucion final nazi. Rachel (Roma en polaco), la hija adolescente de un periodista, nos transmite sus experiencias de colegiala junto a sus companeros de clase en el marco del gueto de Varsovia ocupado por los alemanes. Ella es testigo y participe del levantamiento del gueto de Varsovia. Forzada a salir de su escondite por el fuego y el humo de los nazis, se enfrenta con valentia a la realidad de las camaras de gas y de los campos de concentracion de Polonia y Alemania. Originalmente escrita en polaco, se trata de una historia inolvidable y reveladora de supervivencia.

  • Espiritu festivo de Robertson Davies

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    Chengdu, China Central, 1919. Los tres hermanos Gao, Juexin, Juemin y Juehui, viven conforme a las tradiciones que ha seguido su familia durante siglos; cuatro generaciones de la familia conviven ahora bajo el mismo techo, lo que supone un especial motivo de orgullo para el abuelo Gao, el patriarca del clan.

  • Resurgiendo de las cenizas (Invisible 2) de Olga Hermon

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  • Viajera en el deseo 1 de Ana Allende

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    Hanna Moore es una chica sencilla y comun, pese a todas las virtudes que sus padres le ha podido dar economicamente, solo ha tenido un novio, nunca ha salido de su ciudad natal Salt Lake City, Utah y su vida es una simple rutina.

  • Filosofia en 11 frases de Dario Sztajnszrajber

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    Solo se que no se nada. Pienso, luego existo. Todo lo solido se desvanece en el aire. Dios ha muerto. Por medio de frases como esas, disparadores que estimulan el pensamiento, Dario Sztajnszrajber se propone sacar a la filosofia de los formatos que la hacen excluyente. Al hacerlo nos lleva a una conversacion alucinada y alucinante con once ideas clasicas, tan pequenas como para caber en un tuit y a la vez tan interminables como las busquedas existenciales.
    Incomodo y complejo como su materia misma, este libro inclasificable -es ensayo filosofico, y es tambien novela- consagra a su autor como un explorador impertinente. Sztajnszrajber puede explicar y a la vez contradecir a filosofos como Aristoteles, Descartes, Marx, Nietzsche o Foucault e invitarnos a perdernos en la riqueza de sus ideas. Su historia comienza con un hombre que escapa y, al descender a un subte porteno, se encuentra azarosamente con un crimen del poder. Entre las huellas reconocibles de una republica precaria, la trama mezcla la sangre y el amor, la historia y la esperanza, la represion estatal y la resistencia ciudadana.
    En Filosofia en 11 frases, su primer libro con Paidos, Sztajnszrajber lleva la filosofia a los lectores que quieren pensar sin ser subestimados. Y los desafia, socraticamente, con una conviccion: todos podemos hacer filosofia aunque no lo sepamos.

  • Tres mujeres de Lisa Taddeo

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    Un retrato del deseo y la sexualidad femeninos como nunca se ha visto

  • Pulpa de Flor Canosa

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    ?Que significado cabe encontrar hoy en las distopias, cuando las pesadillas del siglo XX parecen haberse materializado entre nosotros? Es poco lo que dicen chapucerias tecnofobas y humanistas como Black Mirror, y por suerte no es ese el camino que eligio Flor Canosa en Pulpa, su primera novela de ciencia ficcion. Flor prefirio escarbar en el corazon oscuro del genero y sacar a la luz los horrores del cuerpo y el estado, o, mejor, el terror del estado que ha colonizado los cuerpos y su dolor, sus secreciones, sus emociones. Todo sin miedos, sin resabios, sin atavismos de un sujeto ya perimido, porque Pulpa es una novela viva, vibrante y jugosa, atravesada por nervios, visceras y temblores, por orgasmos: porno o postporno duro, en la mejor tradicion de J.G.Ballard y David Cronenberg.

  • El honor de mi dama de Julia Justiss

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    ?Quien era aquella mujer? ?Un doncella recatada… o una descarada aventurera? Al conocer a la joven dama que habia deslumbrado a su mejor amigo, Gilen de Mowbry vio algo sorprendentemente familiar en ella. Pero tan recatada senorita no podia ser la gitana de ojos violetas que habia bailado para el a la luz de una hoguera… y que desde entonces se habia hecho duena de sus suenos… Desesperada por huir junto a su hermano de los malevolos planes de su primo, Gwennor Southford habia aprovechado la ocasion de marcharse con una caravana de gitanos. Solo una cosa se interpondria despues entre ella y la seguridad de un matrimonio perfecto: los inolvidables momentos que habia pasado junto a Gilen de Mowbry…

  • Y entonces me dio por asesinar de Aurora Pimentel

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    "Nuria, estoy aqui para ayudarte..." Se sienta a mi lado y me quedo mirandola. Le calculo menos de treinta anos. No tiene pinta de tener experiencia, pero si de poner mucho interes, la cara atenta y despierta. Es justo lo que necesito, alguien en quien poder descargar, dispuesta a escucharme. Seguramente esta fascinada con el caso que le ha tocado. Y es que no hay nada como matar para impresionar. Decido ser sincera y contarle lo que ocurrio este ano que acaba ya, 2012, ayer la loteria y manana la Nochebuena, y en 8 dias, fin de ano, y la siguiente semana, Reyes. Lo de cada Navidad, vamos. Aunque este ano es especial. Sin duda lo es para mi. No se parece a los demas. "Mira, no tengo nada que perder, asi que te voy a decir que paso desde el principio hasta el final...” Hago una pausa para recordar mejor, porque... ?como empezo realmente lo de mi asesinar?, ?como fue?, ?que me hizo llegar hasta aqui? Mientras intento ordenar mi cabeza, ella saca un cuaderno pequeno forrado de tela escocesa roja y verde, con un pequeno cierre metalico que, al presionar de lado, se abre de par en par con un sonoro clic. Me parece raro que no lleve portatil o un notebook siendo tan joven, ?por que sera? Quiza no le han dejado entrar con el por confidencialidad o por temas de seguridad. En fin, no lo se, y, ademas, da lo mismo. Lo que pueda escribir a mano tambien sera util. Solo espero que traiga otro cuaderno porque no se si todo lo que quiero contar va a caber en ese cuaderno tan pequeno que parece de una escolar. A ver, que me disperso, como es habitual, y ahora tengo que recordar. ?Como fue todo?, ?como empezo...? Si, es verdad, fue justo hace un ano manana, 24 de diciembre, !que casualidad!, hace un ano ya. “... Digamos que todo empezo por estas fechas... ?sabes? De hecho, comenzo una Nochebuena, la del ano pasado. Bueno, antes ocurrieron otras cosas importantes que te contare. Pero el origen de eso de matar tuvo lugar el 24 de diciembre de 2011 por la noche, precisamente la Nochebuena del ano pasado, veras... " La chica escribe 24 de diciembre con una letra redonda y cuidada, apretada y pequena, preciosa, algo extrano hoy, que todo el mundo escribe tan mal. Lo hace aprovechando cada espacio de las pequenas hojas color crema que tiene su bloc. Se ve que quiere hacerlo bien y no perderse nada que yo diga que me pueda ayudar. Seguramente se imagina como en una pelicula americana, en uno de esos casos dificiles de los que logran dar el espaldarazo profesional, salir en los periodicos, alcanzar fama. En fin, yo a lo mio, que me vuelvo a enredar con la historia de la chica esta que ni me viene ni me va. "A ver, te cuento. Me llamo Nuria Estilles, bueno, que tonteria, eso tu ya lo sabras, para llevar mi caso te lo habran dicho ya, ?no? Estoy divorciada. Tengo tres hijos, Pablo, Santiago y Juan, los tres independizados. Un milagro hoy eso de no tenerles hasta los 35 en casa y con mama. Pero ese dia de hace un ano venian a mi casa a cenar los tres, era Nochebuena. El dia 25, en cambio, iban a ir con su padre, nos turnabamos, si cenaban en mi casa, la comida era con su padre, y si cenaban con el, venian por Navidad..." Escribe divorciada, los nombres de mi ex y de mis hijos, todo casi sin respirar, como si no pudiera seguirme. Suspiro. Voy a tener que ir mas despacio para que lo coja todo. "Me divorcie hace mas de ocho anos, ?sabes? Mi marido, Mauro, se fue con una doce anos menor que yo, quince menos que el... La vida, ya sabes..." Sigue escribiendo sin parar. "Pasados los cuarenta algunos hombres se ponen raros y les da por ahi. Asi que lo suyo ni siquiera fue original. Y alli que me quede yo plantada con los tres chicos de 23, 21 y 18 anos. Casi formaba parte del guion habitual. El caso es que, a pesar del sofocon y del dolor, luego los dos nos hemos llevado bien, aunque a mi Mauro me demostro ser un tonto de baba. No malo, solo un tonto mas de los muchos que hay. Pero, ademas, yo me habia casado con el. En fin, no pasa nada, porque a los tontos se les puede llegar a querer. Afortunadamente, el amor no tiene nada que ver ni con la inteligencia ni con la bondad, si no, aviados estariamos. Asi que, incluso tras nuestro divorcio, segui queriendole, aunque con prevencion y a cierta distancia ya. Pero quedo mucho afecto, mucho, a Dios gracias. Eso le protegio de lo que paso despues, menos mal. Eso le protegio". Lo repito al final… "Le protegio, ?sabes?, le protegio...". La chica se estremece mientras toma notas. Me doy cuenta del repelus que le doy. No levanta ni la cabeza, pero un escalofrio le recorre la espalda. Es lo que tiene ser una asesina, que das algo de miedo a la gente normal. Sigo contandole mi historia, todo lo que le puedo y se contar para que ella lo escriba en el cuadernito que lleva y que ha abierto para mi caso casi al final, muy pocas paginas le quedan. De tan usado como parece que esta, tiene el forro de tela un poco roto por las esquinas, y unas letras doradas en la cubierta, desvaidas, borradas ya. Las vi cuando lo abrio, pero no pude leer que ponia… ?Sera de promocion ese cuadernito, de esos que dan de propaganda...? Es raro, se escribe poco a mano hoy. Debe de tenerle carino o ser muy especial para ella. Pero no es un Moleskine, no... Y el caso es que me resulta familiar, ?donde he visto yo algo asi? CAPITULO 2 Noche de paz o "pobre papa" (24 de diciembre de 2012) "Todo empezo la noche del 24 de diciembre de 2011, noche de paz, que dicen...Ya, ya, noche de paz... Lo cierto es que entonces fue cuando me dio por asesinar. Hay que ver como corre el tiempo y como se puede aprovechar. No hay como organizarse bien y tener un proposito, una mision, una idea clara de lo que quieres hacer. Bueno, que me voy por las ramas, perdoname… Tenia la mesa puesta ya, ibamos a ser mis tres hijos y yo, nadie mas. El ano pasado yo tenia un especial interes en que viniesen, en estar los cuatro juntos. Queria contarles algo entre brindis y brindis". Me quedo pensando un rato. La chica sigue aplicada con el bloc. Luego levanta la mirada al terminar y yo vuelvo a hablar. "Era lo mejor, ?sabes?… No darle importancia alguna, dejarlo caer como si nada para no preocuparles aun mas. Habia decorado la casa preciosa con flores blancas y hojas de hiedra. Puse el mejor mantel y el belen, como siempre, en la chimenea, muchas velas, el abeto con sus estrellas y luces. Compre hasta champan frances para Pablo, que es un sibarita, jamon iberico del mejor, del que le gusta tanto a Santiago, y langostinos de Huelva para Juan. En fin, el caprichin para cada uno. Y me puse a esperar. Dieron las 8, las 8.30, el mensaje de Su Majestad, que fue un rollo, como siempre, no le puedo aguantar. Y ellos sin llegar. "Que raro" pense. Les llame ya preocupada al movil. "Estamos con papa..." me dijo Pablo. Me puse en lo peor. "?Le ha pasado algo a tu padre?, por Dios, pasamelo..." "Gina se ha ido ayer de casa y se ha llevado a la nina con ella." Era Mauro. Ni se le oia casi, con un hilillo de voz me lo dijo el mismo al telefono. Gina es la mujer de mi ex, una chica estupenda. Una vez superada la historia del divorcio, ella ya no me parecia ni mal. Incluso me caia francamente bien. Hasta me recordaba como era de joven yo. Me quede un momento en silencio y no pude menos que decir "Venga, venid todos y cenamos aqui. Por favor, Mauro, vente a cenar aqui tu tambien. No debes estar solo un dia como hoy y con lo que te acaba de pasar…". "Mi madre esta aqui...", me dejo caer. Con eso no contaba, pero me lance en plancha y con decision, y temerariamente, como luego veras, le conteste "Nada, tenemos de sobra, y me encantara verla...". Ole las mujeres valientes e imprudentes a la vez, con lo guapa que estoy callada, gano mucho mas. Y es que la abuela en cuestion es octogenaria y, cosa rara, estaba en casa de mi marido, y no, como es lo habitual, con su hija, que es quien la lleva, la trae y le hace mas caso. Aunque ella nunca lo reconozca y solo tenga ojos para su nino. Asi podemos ser algunas madres tambien, solo vemos a quienes menos estan. Sin comentarios: alli estaba una senora casi nonagenaria, mama, consolando en la Nochebuena a todo un hombre de cincuenta y muchos. Asi que vinieron los cinco: mi ex, como alma en pena, lo natural, y nuestros tres hijos y su madre siguiendole en procesion. Eran ya ocho anos que Mauro llevaba con Gina. Ella tenia treinta cuando se fueron juntos, una buena chica, insisto, la verdad siempre por delante. Se enamoraron y la vida es como es. Pero alli estaba mi ex, en mi casa, de pronto envejecido, triste, hecho polvo. Me daba mucha pena, porque era Gina y era tambien la nina, Mina, su unica hija, la de los dos, una ricura de seis anos que nos tenia a todos locos, incluida yo, para que voy a decir lo contrario. "Pobre papa" fue el tema de la velada, un lamento al que sus hijos se unieron y al que mi ex suegra tambien contribuyo con su inestimable aportacion. Hay pobres por aficion que se solidarizan de modo selectivo con algunos de los pobres sobrevenidos, solo con algunos, y no digo mas. "Pobre papa", y alli no se movia ni San Pedro a quitar o a poner platos, a servir bebidas, a cortar la pularda, a ayudarme a colar el caldo de marisco, nada. El hit parade o leit motiv de la noche fue "pobre papa". Yo estaba encantada de que estuvieran todos alli, eso es verdad. Me chiflan las Navidades, cocinar para mis hijos, que vengan a casa, que lo pasen bien, verles y saber de ellos. Pero la noche avanzaba y alli seguian todos como de funeral, abatidos, sin probar bocado, y sin hablar, salvo para musitar como un coro de tragedia griega, todos a una, "pobre papa", "pobre papa", "pobre papa". Entonces, con la mejor de las intenciones, pongo a Dios por testigo, se me ocurrio decir algo asi para animar "Oye, venga, comed algo. Anda, come algo, Mauro... Ya se pasara o se arreglara, ten confianza..." Mauro entonces fijo la mirada en mi de repente, como si hubiese acabado de decir algo terrible. Y no se le ocurrio otra cosa que soltarme con un cuajo de impresion, lentamente, cuando todos los presentes lo podian oir bien: "Tu, Nuria, no lo entiendes. Tu esto no lo puedes entender...". No quiero decir la que se organizo porque no esta escrito. Le conteste con un corte de mangas de esos verbales, rapidos y letales, que me salen a la perfeccion. No hay nada como dedicarse a la comunicacion y haber trabajado en television, tengo mucho entrenamiento ya. El, dolido, salto tambien. Y empezamos a subir el tono de voz, especialmente yo. Nuestros hijos quisieron intervenir. Su madre aportar, como no, su valioso granito de arena a la discusion familiar. En fin, aquello acabo como el rosario de la aurora, todos gritando, yo, ademas, llorando, queriendo matar a mi ex, a mis hijos tambien, que no estaban de mi parte, sino de la de su padre, faltaria mas. A mi suegra es a la unica a la que yo no queria mata al final. Lleva casi desde que la conozco, mas de tres decadas, quejandose de todo, y siempre: que no le gusta ni su vida ni vivir y repitiendo que quiere morirse cada dos por tres. Y eso que vive y ha vivido siempre como una marquesa. Asi que matarla ni en broma. Se le acabaria esa diversion tan buena que tiene de quejarse y considerarse pobre siempre, que es lo que mas le entretiene al final como a muchos: considerarse una victima en particular o en general. "Pobre yo, pobre yo, pobre yo"... Voy a hacer un titulo nobiliario que sea "Pobre de Espana" y lo voy a distribuir a discrecion entre quienes yo me se, va a haber tortas por la distincion, lo se". Al contarle todo esto de sopeton, sin parar, he debido de dejar desconcertada a la chica que toma notas, paralizada esta. Pensara que este caso es muy extrano y que que tendra que ver todo esto de la discusion familiar en la Nochebuena de 2011 en lo de mi asesinar... Porque para eso ha venido, ?no?, para que le cuente como fue...Pues paginas le van a faltar a ese cuadernito suyo para escribir todo lo que le tengo que confesar. Esto no ha hecho mas que empezar, ay.

  • Un viaje sin brujula de Maria Gallego

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    ?Que harias si tuvieras que cruzar los limites de tu moralidad?

  • Cuando la mente encontro a su cerebro de Luis Aguado

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    El ser humano es el unico animal capaz de volver la vista hacia su propio interior y preguntarse: ?que hay ahi dentro?, ?como funcionan la mente y el cerebro de donde proceden nuestra conducta, nuestros pensamientos y nuestras emociones? A lo largo de la historia, estas preguntas han fascinado a artistas y pensadores, pero solo recientemente hemos empezado a vislumbrar la posibilidad de responderlas a partir del conocimiento cientifico. La actual neurociencia cognitiva, surgida de la union de la psicologia y las neurociencias, es la empresa multidisciplinar encaminada a la dificil meta de explicar como la mente surge de la biologia. La mente en busca de su cerebro. El objetivo de la presente obra es ofrecer una aproximacion al fascinante mundo de la investigacion actual sobre la mente y el cerebro a partir de diez temas de candente actualidad.

  • Navegando hacia el amor (Amor es una historia) de Esther Llull

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    En el verano, al alargarse las tardes, la playa se convierte en atomos que se lleva el viento, estrellas que rutilan en los corazones de sus paseantes, mar, nube y cielo reunidos intencionadamente para asociar las partes desperdigadas de una vision. La vision de Claire de esa isla es un hecho de un unico atomo unido. El ruido y el crepitar de las olas no disgustan ni atemorizan a Claire, que queria aceptarlos, como si alimentara su poder y esplendor, viendo tambien como se alimentaba la playa con los tesoros que las olas escondian. Los rayos del sol inciden como flechas sobre un manojo de olas deshechas y son un torbellino que se hunde. Y la playa es dorada. Y la espuma que se desliza sobre la playa es muy blanca. Claire esta tomando fotos en la Isla Azul, una isla natural llena de interesantes plantas, aves marinas y animales invertebrados, es una isla deshabitada cerca de su ciudad, Willow Bay, que esta a solo veinte minutos de distancia. Ella ha venido a la isla, sobre todo, para hacer una excursion y respirar la brisa del mar, y tambien para buscar un ave, un ave centenaria que habitaba las antiguas aguas de la isla, ella dibuja en uno de sus cuadernos la imagen de un pajaro, es profesora de biologia y esta haciendo un curso de enriquecimiento de verano para algunos alumnos de secundaria de ese verano. La isla tiene un ambiente romantico y tranquilo. La superficie del mar se hace despacio transparente, y esta destellante y rizada hasta que oscuras barras de sombras borran el trasfondo y se hacen opacas. Un arco de fuego arde en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar lanza llamas doradas. El sol proyecta luces amarillas y verdes en el cielo. La luz incide en la superficie del agua, y le da transparencia a una ola. Y luego a otra. Una pompa de agua se forma en el orificio de una tabla, y lenta y densa crece y crece. Se ven las burbujas surgiendo del fondo del mar. El sol se alza mas. Olas azules, olas verdes, dibujan rapidos contornos de lineas en la playa, rodeando un hierro vertical clavado en la arena, y dejando aqui y alla, superficies encharcadas sobre los canales de agua. En la playa, los pajaros cantan al amanecer sin orden ni concierto, esporadicamente, en aquel seto o arbusto, ahora cantan a coro en sonido agudo y cortante. Luego, aisladamente. Las rocas quiebran la corriente de la danza, la resquebrajan, la estremecen. Y despues alargandose, en suaves y sinuosos pliegues, la lenta marea mece a Claire y la mece como si se tratase de un cuerpo fluido. Pero su cuerpo esta quieto y esta duro, se para, por un momento, para volverse y mirar una vez mas al mar y tomar alguna foto. En ese momento se acuerda de Christine. Saca el movil del bolsillo trasero de su pantalon porque recibe un mensaje, se trata de Christine: "SOS". Necesita su ayuda. Sus tres mejores amigas en Willow Bay cuando estaban en el instituto se han puesto de acuerdo y todas se van a casar ese verano. Ella es la unica que todavia no ha decidido que hacer con su vida. Ahora coge su pequeno bote motora que tiene anclado en el puerto y se vuelve para la ciudad. En la Isla Azul hay un faro tambien que quiebra la linea azul de la marea. Cuando va llegando al puerto aparca en uno de los muelles. Y sale hacia fuera donde el camino son tablas de madera. Cuando sigue, sale a su paso alguien que viene hacia ella cargado con un cubo de cebo, pero se vuelve para atras para saludar a un pescador, y al volverse no puede verla a ella y ambos se chocan. --Oye. El casi se desequilibra en el borde del muelle y al empujarse hacia dentro pone parte del cubo con los peces pequenos sobre ella. --Buena captura --dice ella. --En serio, sabes un poco de bicarbonato de sodio saca eso de inmediato... En este caso, tal vez mucho bicarbonato de sodio. El recoge algunos peces pequenos que se han quedado prendados en la gabardina de ella. --Disculpa. Ella entonces se coloca su mochila sobre el hombro y sigue su paso. Pero cuando ella se aleja, Tom se da cuenta que hay algo en el suelo, es un cuaderno de notas encuadernado en piel de cuero, y sospecha que se le ha debido caer a ella con el ajetreo. Lo recoge y se pone de pie y trata de mirar si todavia puede llamarla para darselo. En el cuaderno dice "Guia de campo". --Oye, joven, te olvidaste tu cuaderno. Pero ella ya se ha alejado y no puede oirle. Luego Claire se ha citado con Christine para la boda, ella esta planeando como los va a sentar a los invitados y ambas hablan de como hacerlo. --Mama y papa, Karl y Dan, ?donde voy a ponerlos? Ahora entra Claire con dos cafes de carton para llevar. --Estoy aqui. --Oh, gracias a dios, oh, dios mio, me estoy muriendo... --Lo siento, me tuve que cambiar, es una larga historia... Esto es para ti --ella le entrega su cafe. --Oh, gracias, eres un salvavidas. --Bien. Ahora se sientan y se ponen a ver el cuadro que ella ha dibujado en frente de su mesa, donde tiene colocadas las figuras de las mesas y pequenos botones con los nombres de los invitados. --?Que esta mal? --le pregunta Claire. --Bien, sabes como la gente planea sus bodas durante meses y meses hasta el mas ultimo detalle... --Como alguien que va a estar en tres bodas este mes. Y ?que es ahora? --Bien, Mark acaba de decidir invitar a dos de sus companeros de trabajo a la boda. --Oh, no es bueno. --Sigo diciendole que no puede hacer estas decisiones de ultimo minuto con la boda a solo tres semanas de distancia. --Esta bien, dejame ver, se ve bastante bien, um, y ?si lo hicieramos de este modo? --Uh, no, no podemos poner a mi tia Gladys al lado de la tia Bea, han estado en una pelea durante anos. --Todo esta bien. ?Y si nosotros...? --Intente eso, oh, eso podria funcionar, y luego podemos poner a ella aqui, y a ella alli, genial. Ahora solo queda un lugar en la mesa principal para... hmm... --Jason... --dice Claire cuando ve su boton. --Sabes que podemos ponerlo en otro lugar. --No, ?por que? --Claire, no quiero sentar a tu ex novio en tu mesa, me siento lo suficientemente culpable si no te viene bien. --No debes sentirte culpable, es uno de los mejores amigos de Mark, y ademas fue invitado mucho antes de que rompieramos. De todos modos, terminamos las cosas porque tomo un trabajo en otro estado, no porque quisieramos que las cosas terminaran y me pidio que fuera con el... --Sabiendo que tu familia estaba aqui, mas tu trabajo de profesora que te encanta tanto. Jason, de todos modos, deberia haber entendido eso. --Y yo entiendo cuanto significa su trabajo para el, es una lastima que nuestros trabajos no estuvieran en el mismo lugar, en el mismo tiempo... --Bueno ?estas deseando verle? --Ha pasado un ano, sabes que tengo un plan para mi vida y el no puede realmente deshacer gran parte de eso, soy una chica adulta... Por tanto, ella coge el boton y lo pone a el en la mesa sentado junto a ella, en la misma mesa que estaran sus otras dos mejores amigas, que seran las damas de honor, Bridget y Amber, sentadas con sus respectivos novios. --Puedo manejarlo --dice ella convencida y sonrie a su amiga Christine

  • Ecos del pasado (Forastera 7) de Diana Gabaldon

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    La saga narra las aventuras de Claire y Jaime en el siglo XVIII, y es una obra maestra de la novela historica, escrita por una de las autoras mas queridas de nuestros tiempos. El ex jacobita Jamie Fraser esta plenamente inmerso enla Revolucion americana, que defiende a capa y espada, hasta que se le presenta un conflicto interior que puede dar al traste con sus ideas, con su felicidad y hasta con su vida: en el bando del ejercito ingles que debe sofocarla rebelion se encuentra su hijo ilegitimo, un joven teniente del ejercito britanico, y el encuentro es inminente. Para resolver la cuestion esta la esposa de Jamie, Claire, una mujer que ha viajado en el tiempo desde los anos cuarenta del siglo XX -donde cuenta con otra familia- hasta el siglo XVIII y que, claro esta, juega con ventaja. Graciasa las peculiares caracteristicas de Claire, mucha sangre no llegara al rio; al menos sangre familiar.

  • Muerte Sin Redencion de Jessica Fiedler

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    El punal lo atraveso sin previo aviso y en un primer instante la sorpresa impacto a Manny mas que el dolor. Cuando quiso reaccionar ya era demasiado tarde. Luego lo invadio la debilidad. Para entonces ya nada importaba. La vida se le escapo con la misma rapidez con la que su sangre formo un charco en el suelo, pero antes de morir consiguio murmurar una oracion de gratitud. Al menos, su final seria rapido. El asesino arranco el cuchillo del cuerpo de su victima y lo envolvio en un trapo. Lamentaba tener que deshacerse de un arma tan magnifica, pero no podia permitir que la relacionaran con el, asi que terminaria en el fondo del Patapsco. Miro al viejo que yacia en el suelo con la camisa ensangrentada, los ojos abiertos y la mirada perdida. Era una vision que deberia causarle euforia, o cuando menos satisfaccion. Habia esperado tanto por ese momento... y sin embargo se sentia vacio. La muerte de Bunkers no le proporciono el alivio que esperaba, y eso lo enfurecio. Despues de esconder el cuchillo en el interior de su chaqueta, se asomo a la puerta para comprobar que nadie se habia acercado al cuartucho que servia como vivienda al viejo conserje. El pasillo estaba desierto. Despues de todo, ?quien querria deambular por esa zona del hospital a esa hora de la noche? Aun asi aseguro la puerta con el cerrojo para no correr el riesgo de que lo interrumpieran. El asesino miro a su alrededor mientras trataba de adivinar donde podria encontrar aquello que Manny guardo en secreto durante tantos anos. La habitacion que habia servido de vivienda a Bunkers era pequena y daba oportunidad a pocos escondrijos, asi que el criminal paso por encima del cadaver de su victima y comenzo a registrar hasta el ultimo rincon. Si estaba alli, lo encontraria. Jarod. La manana comenzo mal, como corresponde a un mal dia. Iba camino del cuartel de Policia cuando entro la llamada de Marian y tuve que desviarme hacia el hospital Rothberg. No me gustan los hospitales. Me traen malos recuerdos, y comienzo a sentir punzadas en la cadera apenas pongo un pie en ellos. Mi psicologo de apoyo dice que es psicosomatico, pero es que tampoco me gustan los psicologos. En fin, que hice de tripas corazon y llegue al nosocomio. El Rothberg no habia cambiado mucho desde mi ultima visita. Las mismas paredes blancas con sus cristales impolutos en el exterior, los pasillos de ceramica blanca pulida, y el insoportable olor a desinfectante en el interior. Tan impersonal y aseptico que parecia un mausoleo. Despues de informarme con el recepcionista de la puerta, me encamine hacia la vivienda del conserje en el sotano del edificio, junto al cuarto de las calderas. Avance tan deprisa como mi maltrecha cadera me lo permitio sin que se notara la cojera. Cuando llegue al sotano, no resulto dificil encontrar la escena del crimen. Solo habia que localizar el perimetro trazado con cintas que vigilaban agentes uniformados, y detras del cual se desarrollaba un trasiego de personas con un tufo a policia que se percibia a varios pies de distancia. Stevens fue el primero que me vio. Se llevo la mano a la visera de la gorra a modo de saludo, y aparto la cinta para que yo pudiera pasar. --Te daria los buenos dias, Charlie, pero no pueden serlo si comienzan con un asesinato. --Usted lo ha dicho, teniente. --?De que se trata? --Nos llamo el jefe de seguridad. Esta manana temprano, algunos pacientes se quejaron de que la calefaccion estaba demasiado alta, asi que intentaron llamar al jefe de mantenimiento para que revisara las calderas, pero no pudieron localizarlo. Uno de los vigilantes vino a buscarlo y encontro la puerta asegurada. Cuando no recibio respuesta penso que el conserje pudo sufrir un colapso o algo asi, pues se trataba de un hombre de avanzada edad. En fin, el vigilante pidio refuerzos y un cerrajero. Cuando consiguieron abrir la puerta se dieron de bruces con el empleado muerto sobre un charco de sangre. Entonces nos llamaron. --Supongo que no habia nadie a su lado con el arma humeante, o una nota con la confesion del asesino --dije con sarcasmo. --Me temo que no, teniente. Me removi con incomodidad. Tenia un deseo imperioso de alejarme de ese lugar, y de repente comprendi la razon. --Todavia hace un calor infernal aqui. ?No revisaron las calderas? --Las puertas tambien estaban cerradas con llave. Solo hace pocos minutos que el cerrajero nos dio acceso a ellas y pudimos apagarlas, senor. --Sospecho que esto tambien es obra del homicida. Muy bien, Charlie, gracias por el informe. Entrare al horno y vere de que mas me entero. Stevens asintio y se hizo a un lado para que yo pudiera pasar. !Malditas las ganas que tenia! Esa manana me habia puesto un traje de tweed muy apropiado para la estacion, pero que me hizo sentir en los predios de Satanas en cuanto entre a la sobrecalentada habitacion. El olor que ya se desprendia del cadaver tampoco contribuia a mejorar mi disposicion a reunirme con mis colegas. La vivienda del conserje parecia el area de desastre de un tornado caprichoso. Los armarios y gavetas fueron vaciados y su contenido sembraba el suelo de todo tipo de objetos; ademas de que alguien se dedico a mover los muebles y sacarles el relleno. La conclusion era evidente.--El asesino buscaba algo --dije en un alarde de genialidad. --Cuidado te estalla la cabeza de tanto pensar --me respondio Pattie, sin apartar la concentracion del cadaver. --?Tienes algo para mi? Dukes me lanzo una rapida mirada de desaprobacion y volvio a lo suyo. --?Un <> te basta? --Mi alzamiento de una ceja debio convencerla de que no seria suficiente con eso--. De acuerdo. Apartando lo evidente, lo asesinaron con una punalada al corazon. Murio en cuestion de segundos. --?Cual fue la hora aproximada de la muerte? --Eso sera muy dificil de determinar --confeso la forense, mientras dejaba escapar un suspiro--. Con este calor se acelero la putrefaccion. --Si, supongo que ese era el objetivo del criminal cuando puso las calderas a tope -- conclui.--Esas vitaminas que te tomas le estan haciendo mucho bien a tu cerebro, ?no es asi? Esta vez fui yo quien suspiro ante el tono sarcastico de la doctora Dukes, al mismo tiempo que separaba la pretina de mi pantalon valiendome de mis pulgares. Pattie era la unica persona que conocia que era capaz de superar mi cinismo. Y se esforzaba en demostrarlo. --Touche. Reconozco que es una conclusion obvia, pero que esperabas a esta hora de la manana, antes de mi primera dosis de cafeina. ?Tenia nombre el occiso? --Manny Bunkers --respondio una voz grave y conocida a mi espalda. Cuando me volvi, me encontre de frente con el rostro del jefe del CSI. Me avergonzo comprender que habia escuchado el duelo verbal entre Dukes y yo. Me senti como un crio pillado en falta. Si alguien se tomaba en serio la escena de un crimen y el respeto a los muertos, ese era Jacobs, asi que contuve mi ironia y compuse mi expresion mas circunspecta. --?Encontraron algo sus hombres que sea de ayuda para la investigacion, capitan? El jefe del CSI lleno sus pulmones y contuvo el aire, como si se preparara para dar un largo discurso: --No puedo decirle mucho mas alla de lo evidente, teniente. En el suelo encontramos una botella de cerveza medio llena y los fragmentos de un vaso, asi que deducimos que Bunkers estaba sentado a la mesa bebiendo cuando se presento el homicida. --?Solo habia un vaso? --Si. Es evidente que no se sento a compartir una cerveza con el asesino, sino que este llego mientras el bebia. Sin embargo, el criminal debio estar muy cerca de el para poder asestarle una punalada tan certera. Por otro lado, el estado de la habitacion no nos permite saber si la victima se defendio. Supongo que debera esperar los resultados forenses para responder a esa pregunta --Alfred miro a Pattie cuando pronuncio las ultimas palabras. --Por supuesto, senor --respondio Dukes, con la misma actitud formal que habia adoptado yo. El prestigio de Jacobs imponia--. Cuando realice la autopsia sabremos si el senor Bunkers sufrio heridas defensivas. Decidi salvar mi imagen con una observacion un poco mas aguda que las obviedades que venia soltando: --Aun cuando es notorio que asesino y victima no compartieron una copa, el perpetrador debio estar a muy corta distancia para poder apunalarlo en el corazon --el jefe me miro con el ceno fruncido, asi que me apresure a explicarme--. Lo que quiero decir es que Bunkers debia conocer al homicida, aunque no compartiera mesa con el. --Expliquese mejor, teniente. --Muy bien, digamos que Manny esta sentado a la mesa bebiendo una cerveza cuando se presenta el criminal. Para que el homicidio se cometiera aqui y no en el umbral, el debio permitirle la entrada. --A menos que lo asesinara en la puerta y arrastrara el cuerpo hasta aqui para ocultarlo -- senalo Jacobs. Tanto el jefe como yo miramos en direccion a la doctora, como si formaramos parte de una coreografia. Dukes nego con la cabeza. --Puedo asegurarles que no movieron el cuerpo. --?Y si todavia estaba vivo cuando lo arrastro hasta aqui? --sugeri, haciendome eco de la idea del jefe. Juro que sin intenciones de adularlo. Esta bien, no mucho. Dukes nego con la cabeza antes de que terminara de exponer mi brillante teoria. --Una herida en el corazon como esta causa una hemorragia masiva --explico Pattie--. Es evidente por el charco de sangre que se formo debajo del cuerpo en los pocos segundos que tardo en morir. No habia ni una gota cerca de la puerta. --Tal vez el asesino la limpio para confundirnos --insisti, empenado en defender mi postura.--La doctora Dukes tiene razon --sentencio Jacobs, como un arbitro que saca la tarjeta roja. Y yo defendiendo su teoria, pobre ingenuo--. Las evidencias indican que la victima cayo en el lugar donde la encontraron. Aunque corregiremos nuestras conclusiones si hallamos manchas positivas al luminol cerca de la puerta. Asenti derrotado. ?Que mas podia hacer? De manera que volvi sobre mis pasos y enfoque el asunto desde la perspectiva original. --En ese caso, si el homicidio ocurrio aqui, significa que Bunkers dejo entrar a su asesino y que este lo apunalo por sorpresa, tal vez mientras hablaban. Si ocurrio asi, me pregunto cual fue el tema de conversacion. --Como de costumbre, tienes un asunto dificil de resolver entre manos, hijo --me dijo el jefe en tono paternal, mientras me palmeaba el hombro con conmiseracion. Jacobs no tenia idea de cuan profeticas resultarian sus palabras. *** Me alegro mucho abandonar la escena del crimen, y no pude sino compadecer a los chicos del CSI, aunque ellos ya debian estar bastante acostumbrados. Cuando consegui alejarme lo suficiente para dejar de sentir el olor a putrefaccion, llene mis pulmones con el aire cargado de desinfectante. Ni siquiera me importo, pues mi mente estaba concentrada en mi siguiente paso. Lo primero seria averiguar quien era el hombre que yacia sobre un charco de su propia sangre. ?Por que alguien querria asesinar a un viejo conserje? ?Habia ofendido a quien no debia? ?Tendria enemigos? Regrese a la recepcion, donde me indicaron como llegar a las oficinas administrativas. Se encontraban en el segundo piso, asi que decidi subir por las escaleras. Estaba seguro de que mi cadera protestaria, pero asi soy yo: un necio incorregible. Por supuesto que me perdi. Tengo la secreta certeza de que Dedalo fue el arquitecto que diseno el Rothberg, porque es lo mas parecido que conozco a un laberinto. Segui las indicaciones del personal de enfermeria que se cruzo en mi camino, al mismo tiempo que ignoraba sus expresiones de conmiseracion. ?Saldria de alli algun dia? Existen leyendas al respecto. Avanzaba tan concentrado en mis pensamientos que en un cruce de pasillos me di de bruces con un paciente y casi lo tiro al suelo. Mis reflejos afloraron con tanta celeridad como mi verguenza, y pude sujetarlo para ahorrarle la caida. Cuando levante la mirada para disculparme se me hizo un nudo en la garganta. Entonces mi atencion se centro en el baston y la pierna artificial. --!Jarod! ?Que haces por aqui? No me digas que la cadera te ha vuelto a causar problemas. Debo confesar que me sorprendio reconocer a Paul, aunque visto desde la distancia, no era tan extrano encontrarlo alli. Supongo que ese dia mi velocidad de pensamiento no estaba en su mejor momento. Despues de todo, solo habian pasado un par de dias desde mi ruptura con Tina, si es que puedo utilizar un fracaso sentimental para justificar mi torpeza. Abrace a mi amigo antes de responderle. Por supuesto que el correspondio a mi abrazo. --Nos llamaron por un suceso que ocurrio anoche y que debemos investigar --le respondi, evasivo. Aunque Paul era como mi hermano, no considere profesional contarle los detalles de lo que ocurrio, aun cuando estaba seguro de que el asesinato del conserje se convertiria en la comidilla del hospital en pocas horas. --?Que ocurrio? ?Un robo? --Eso no importa ahora. ?Que haces tu aqui? ?Estas enfermo? --Por supuesto que no. Ya sabes que soy un roble. Hace tiempo que no hablamos y por eso no te lo habia contado: me colocaran una protesis sensorial en lugar de esta <> --dijo, al mismo tiempo que daba un par de palmadas a su pierna izquierda--. ?No es genial? --?Protesis sensorial? --pregunte con desconcierto. --Esta provista de electrodos que me permitiran experimentar algunas sensaciones. Es grandioso, pero debo acostumbrarme, asi que vengo tres veces a la semana a la terapia fisica para adaptarme. --Me alegra mucho por ti, amigo. Despues de pronunciar el cliche, no supe que mas decir y se instalo un silencio incomodo entre nosotros. Ambos sabiamos que si el estaba condenado a vivir sin una pierna era por mi culpa. El lo llevaba mejor que yo. --Pareces bastante perdido --observo Paul--. Me recuerdas aquella ocasion… --Revie vio algo en mi expresion que lo obligo a cambiar de tema--. ?Buscas a alguien? --Debo encontrar el despacho de personal. --Es sencillo. Sigue por este pasillo y cruza en la segunda interseccion. Al final estan las oficinas administrativas. ?Tienes tiempo para tomarte un cafe? --Me gustaria Paul, pero me temo que estoy bastante ocupado. Tal vez otro dia. --De acuerdo. Quiza unas cervezas para celebrar mi nueva protesis. Asenti. Cualquier recuerdo o mencion de la perdida de la pierna de Paul me anudaba el estomago. Mi cerebro traidor me llevo al ano 2008 en Afganistan, donde servi en otra vida. Mi patrulla hacia una ronda. Yo los comandaba, asi que fui el principal responsable de lo que paso. Era un veinteanero imprudente y arrogante. Es doloroso reconocerlo, pero aquel aciago dia conduje a mis hombres a una trampa. La granada mato a Chris, mi mejor amigo. Cuando cayo a mi lado, ni siquiera senti los trozos de metralla que se incrustaron en mi cadera. Al siguiente momento, yo tambien estaba en el suelo a punto de perder la conciencia. Paul fue el heroe del dia. El asumio el comando, y junto con el resto de los hombres repelieron el ataque, pero en el intercambio de disparos una rafaga le alcanzo la pierna izquierda y se la destrozo. Si se hubiera puesto a cubierto conservaria todas sus extremidades y yo seria hombre muerto. Por esos dias ni siquiera eramos amigos todavia. Paul Revie me salvo la vida, y lo pago caro. --Jarod, ?te encuentras bien? Te pusiste palido de repente. --No te preocupes, Paul. Estoy bien --afirme, mientras me secaba el sudor de la frente con un panuelo--. Este hospital me trae malos recuerdos, eso es todo. Revie acompano su respuesta con un par de palmadas en el hombro: --La vida continua, companero. Ha sido duro, pero debemos afrontar el futuro con optimismo. --Si, claro. Supongo que tienes razon --respondi con sincera admiracion. Nunca pude comprender como Paul podia afrontar su perdida con una actitud tan positiva. Yo solo tenia un poco de metralla en la cadera que me molestaba en los dias frios, y que en ocasiones me obligaba a cojear un poco. Era suficiente para amargarme la vida. Me senti muy mal cuando me di cuenta de que mi amigo trataba de levantarme el animo, siendo el quien tenia que vivir con una pierna artificial. Me despedi de Paul con otro abrazo fraternal, y le desee suerte con su nueva protesis. Segui las indicaciones de Revie y llegue sin problemas a las oficinas administrativas. La secretaria se mostro muy compungida y colaboradora cuando me identifique. --!Esto es espantoso! ?Como es posible que alguien le hiciera algo asi al pobre Manny? Con lo mucho que lo queriamos. Nadie esta seguro. Digame, senor, detective... --Kinsley. Teniente Kinsley, de la Policia de Rothberg. --Si, claro, teniente. ?Ya detuvieron al asesino? --Todavia estamos investigando. Por esa razon necesito hablar con el director del hospital y con el jefe de Recursos Humanos. --El director esta de viaje desde hace dos semanas. Lo sustituye su ayudante, pero ahora esta operando. En cuanto al jefe de Recursos Humanos: la senora Harriet se encuentra en su despacho. --En ese caso, me gustaria hablar con ella. --Por supuesto. Aguarde un momento y lo anuncio. La chica abandono su silla y se encamino hacia una de las puertas que custodiaba. Despues de un par de toques suaves se escucho un <> apagado. La secretaria se asomo e intercambio un par de palabras con la persona que ocupaba la oficina, entonces me miro y sonrio: --Puede pasar, teniente. Obedeci. Despues de dar unos pasos me di cuenta de que estaba cojeando aunque no me dolia la cadera. <>, me dije a mi mismo. Debia olvidar el encuentro con Paul y la emboscada. Con un esfuerzo lo aparte de mi mente, aunque no fue facil. Consegui concentrarme en el caso, pero no pude evitar la sensacion de angustia que me invadia cada vez que recordaba lo que ocurrio en el desierto de Registan. Del otro lado de la mesa me esperaba una mujer de unos sesenta anos, cuya baja estatura era evidente aun cuando estaba sentada. Tenia la preocupacion pintada en el rostro. Por supuesto que ya conocia las novedades. --Teniente Kinsley --dijo, despues de comprobar mi nombre en la identificacion que le mostre--. Mi secretaria me informa que desea hablar conmigo. ?En que puedo ayudarlo? Por supuesto que colaboraremos con ustedes para que todo este desgraciado asunto se resuelva lo antes posible. Me sente frente a ella y despues de rechazar el cafe que me ofrecio a pesar de la protesta de mis tripas, entre en materia.

  • Sangre de Clara Penalver

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  • El rastro de los cuerpos de Jose Miguel Tomasena

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    Circulabamos por uno de esos tuneles mal hechos que hacen en Mexico, en el que cada tres dias se mata alguien, porque en lugar de hacerlo en linea recta, lo construyeron con mas curvas que una carretera de montana. Tania manejaba. Era medianoche y casi no habia trafico. Al salir de la primera curva nos encontramos con un perro tirado a la mitad de la avenida. Tania alcanzo a esquivarlo y se orillo. ?Esta vivo?, pregunto mirando por el retrovisor. En efecto, el perro aun movia la cabeza y parecia hacer un gran esfuerzo por moverse. Antes de que yo pudiera decir algo, Tania ya se habia bajado del coche y corria entre los carriles hacia el animal herido. Vi el reflejo de unos faros en la pared del tunel y escuche el sonido de un motor que se acercaba. Le adverti a gritos del peligro y Tania se hizo a un lado. Por un momento temi que el coche rematara al animal ahi, enfrente de nosotros, pero alcanzo a esquivarlo y paso entre nosotros zumbando el claxon. Era una hembra. Una pointer cafe que tenia las tetas hinchadas y que nos miraba con sus enormes ojos grises. Sus aullidos retumbaban en el tunel. El golpe le habia dislocado la cadera, y aunque intentaba usar las patas delanteras para moverse, la parte trasera de su cuerpo parecia un tren volcado. Tania se cubrio la nariz y la boca con las manos. Tenemos que ayudarla, suplico. Me acerque al animal, arrastrando los pies. La perra gruno, mostrandome los colmillos, sin dejar de mirarme. En sus ojos habia furia, pero sobre todo habia dolor, miedo. Ya, dije extendiendo la mano para tocarla, no te vamos a lastimar, pero la perra me respondio con una dentellada caliente que apenas pude esquivar. Del punto ciego del tunel, iluminado por unas farolas con luz naranja que pendian del techo humedo, aparecian coches a toda velocidad. Sus luces blancas nos cegaban y parecia que nos iban a embestir, pero luego frenaban, cambiaban de carril y, en algunas ocasiones, nos mentaban la madre con el claxon. ?Que vamos a hacer?, dijo Tania. Levante los hombros. Esta muy lastimada, respondi, y ella me suplico que hicieramos algo, por favor. ?Que? Dime. Pues no se. Algo. Entonces se acerco a la perra, muy despacio, extendio la mano y la perra levanto la cabeza y siguio los movimientos de Tania. Tranquila, susurro como una encantadora de serpientes o domadora de leones. No te voy a hacer nada. La perra lanzo un aullido de dolor que retumbo en el tunel. No tengas miedo, dijo Tania mientras volvia a acercarse. Ya, ya, te vamos a ayudar. La perra seguia tensa, mirando su mano, pero acepto que le tocara la cabeza. Eso, dijo. Te vamos a sacar de aqui. En sus ojos vi consuelo mientras Tania la acariciaba, cierta calma, la confianza en que seria salvada, y yo ya estaba pensando como conseguiriamos subirla al coche y acomodarla en el asiento trasero, a donde la llevariamos, quien conseguiria salvarla, cuando el motor de un camion bufo desde la boca del tunel, la perra se asusto y lanzo un mordisco sobre la mano de mi esposa. Era un camion de mudanzas que no tenia por que circular por ahi. Un letrerote lo decia clarito al inicio del tunel: NO BICIS, NO MOTOS, NO CAMIONES. Pero si en Mexico puedes destripar a tu vecino y regarlo por la ciudad en bolsas negras, puedes secuestrar autobuses llenos de migrantes, desechar los residuos de tu fabrica en el rio, esclavizar indigenas para que cosechen tomate, comprar elecciones con monederos electronicos, ?que puede pasarte por meter un camion de mudanzas a un tunel mal hecho? El chofer imbecil todavia nos sonrio al pasar y hasta agito su manita para saludarnos. Estoy bien, dijo Tania. Yo habia pegado un grito mas escandaloso que los grunidos de la perra, pero era una herida superficial: dos rasgunos en el dorso de la mano. Yo sabia que Tania se impresionaba facilmente con la sangre desde que se cayo de una patineta cuando era nina y se abrio la cabeza, pero ella insistia en la perra, la perra, habia que salvarla. No se puede, dije. Esta muy lastimada. Y ella: La perra, hay que salvarla. Y yo: Es muy peligroso, nos tenemos que ir. Estabamos solos, en la salida de una curva ciega, a media noche, ante un animal dispuesto a morir peleando. ?Quienes eramos nosotros? ?Que podiamos hacer? Pero Tania nunca se daba por vencida, creia que siempre se podia hacer mas, siempre algo mas. Nunca me perdono que yo quisiera protegerla y yo no me perdono no haber podido hacerlo, aunque esa noche consegui imponerme y llevarla de regreso al coche. Luego tuve que soportar su desprecio durante tres o cuatro dias: yo era un cobarde, un insensible, un pusilanime. No podemos dejarla, me suplico por ultima vez en el coche, despues de que yo tomara el volante. Mirate la mano, Tania, ?que quieres hacer? Y entonces ella vio la sangre, dos hilos que le escurrian por el antebrazo y que en algunas partes ya se estaban secando, y vio la mancha roja casi negra en los dedos y en la muneca, en su falda de flores. Saco un Kleenex de la guantera, que al entrar en contacto con la sangre se quebro en oscuras lombrices alargadas. Vamonos, dijo, mientras se ponia el cinturon, sin voltear a verme. Luego recargo la cabeza contra el respaldo y empezo a llorar. Quise tocarla, pero esquivo mis caricias. Por el retrovisor pude ver a la perra haciendose mas pequena mientras nos alejabamos, hasta que nuestro coche salio a la superficie y el tunel se convirtio tan solo en una boca iluminada en medio de la noche. Tal vez Tania tenia razon. Tal vez pudimos haber avisado a una patrulla, o hablar al 066, o poner senales de advertencia en la entrada del tunel para que los otros conductores nos dieran tiempo. Cuando recuerdo sus aullidos de dolor, pienso incluso que pudimos haberla rematado con nuestro Chevy. Le habriamos hecho un favor: la violenta compasion. Quien sabe cuanto tiempo estuvo asi, cuantas horas tuvieron que pasar antes de que le dieran el golpe definitivo. Todavia pienso en ella, como si aun estuviera esperando nuestra respuesta. La imagino escupiendo sangre o arrastrando su cuerpo, escucho sus aullidos magnificados por el tunel, y siento que aun estamos ahi, que en realidad no nos movimos, que todo lo que nos paso despues es una ilusion, que nunca existio el coche en el que supuestamente nos fuimos al hospital a que curaran la mano de Tania y que ella y yo seguimos intentando salvar a una perra que de antemano estaba condenada.

  • Las cenizas del viento de Alejandro Menendez

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    En la actualidad, la casa Wintersoul comanda el imperio mas grande del mundo: Ferth.
    Todos los reinos del continente de Odaria han jurado lealtad a Ferth --apodado el Reino del Viento, el Leon de Gaia, el Imperio de la Guerra-- y esa alianza ha dado origen a un imperio tan vasto como el oceano Septentrional.
    Si bien antano, cada nacion de Odaria era un feudo autonomo. Eso fue antes de que Caleb Wintersoul exigiera la lealtad de todas las comarcas a una sola ciudad capital.
    Desde entonces, los Wintersouls han conducido el imperio reinando por mas de quinientos anos. Por medio del talento de su estirpe, forjaron grandes leyendas a traves de los siglos y algunos de los heroes mas significativos en la historia de Gaia portaron con orgullo aquel apellido.
    Pero, aunque el nombre de esa familia resulto glorioso por generaciones y dieron origen a leyendas seculares, algunos herederos no tan admirables empanaron una historia inmaculada.
    Fue entonces, cuando parecia que el mundo empezaba a perder el respeto por aquel ilustre apellido, que nacio en la capital de Odaria un nino al que muchos considerarian el mejor espadachin de los confines, y el mas grande de los heroes.
    Su nombre fue Aions Wintersoul, hijo de Arrel, heredero de los reinos del norte, protector de los confines. Aquel que vio donde los dragones duermen, donde el conocimiento se esconde, que camino ciudades que no conocen el cielo sin lluvias y navego mares donde las olas son tan firmes como el suelo. Aquel que estuvo en la tierra de los muertos, donde las estrellas son opacas y hablo con criaturas mas antiguas que el silencio.
    Esta es su historia...

  • Ensename a querer, Patricia Alcantud Obregon de Patricia Alcantud Obregon

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  • Filthy Jefe (Chicos malos 1) de Amy Brent

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    Candice Carlson Estaba sentada en mi mesa, comiendo una ensalada para llevar de la cafeteria de abajo, cuando llego el correo electronico de mi jefe. Mire la gran pantalla del ordenador que tenia a mi izquierda, pero no me moleste en abrirlo. Ya sabia de que se trataba. Llevaba esperandolo desde que me dijo que nuestra empresa, Goldman y Stern, habia ganado un contrato de consultoria de gestion de diez millones de dolares con Empresas Wright y que yo formaria parte de su equipo. Mastique un bocado de lechuga y me incline para leer el asunto: Confirmacion de reunion programada con Tanner Wright de Empresas Wright. Hice clic en el enlace que anadiria automaticamente los detalles de la reunion a mi agenda electronica y regrese a mi ensalada. Hace un ano, habria dado saltos de alegria ante la idea de reunirme con el empresario multimillonario Tanner Wright y su equipo. Ahora, seria una mas de la larga lista de aburridas reuniones con ricos imbeciles que utilizaban a los consultores de gestion de Goldman y Stern – como yo- para hacer su trabajo sucio. Vaya, a veces me asombraba lo quemada que habia quedado en tan solo un ano en Goldman. No recuerdo esperar que fuera a hacer este tipo de trabajo. Aun asi, era mejor que trabajar como una esclava en una organizacion sin animo de lucro por veinte mil dolares al ano. Aquello era mas satisfactorio, pero esto me permitiria comprar un monton de cosas mas chulas. Suspire mientras clavaba un tomate cherry y lo partia por la mitad con los dientes delanteros. Ya habia buscado en Google a Tanner Wright en prevision de la reunion. No es que no supiera ya quien era. Todos en el mundo de los negocios lo conocia porque era una leyenda. Treinta y cinco anos, soltero, alto, moreno y guapo; con la constitucion de un atleta y el cerebro de un becario de Rhodes. Hacia quince anos que habia fundado Empresas Wright como un pequeno servicio de reparacion de ordenadores en el sotano de sus padres. El ano pasado la empresa facturo seis mil millones. Ahora Wright esta metido en todo: desde la informatica hasta las redes, pasando por el software de ciberseguridad y la fibra optica. Pero hoy en dia hace falta algo mas que generar una tonelada de ingresos para que un tipo me impresione. En mi mente, ya lo tenia catalogado como otro playboy multimillonario que pensaba que podia comprar el mundo y a todos los que lo habitaban. Tome un sorbo del te helado aguado que venia con la ensalada y mire le brumoso horizonte de Chicago por la ventana del vigesimo piso. --Apuesto a que es un gran imbecil --me oi decir. No pude evitarlo. Cada vez que pensaba en los hombres, me venia automaticamente a la mente la palabra <>. De hecho, la palabra <> se estaba convirtiendo en sinonimo de <> en mi mente. Hombre, gilipollas. Ducha, hombre. Podian llamarme cansina, pero ambas eran lo mismo en mi mente. Le di otro mordisco a la lechuga y comi mientras suspiraba. Por que los hombres tenian que ser tan imbeciles. ?No quedaban hombres buenos en el mundo? Seguro que todos no eran homosexuales o estaban casados. De acuerdo, quizas exageraba un poco. Tal vez no todos los hombres del planeta tierra eran unos imbeciles. Tal vez solo los hombres de la especie que he conocido personalmente en mis veinticuatro anos en el planeta lo eran. No todos empezaron asi, por supuesto. Algunos eran muy agradables al principio. Parece que se convirtieron en gilipollas despues de conocerme. Tal vez fue eso. Tal vez yo era el denominador comun. Tal vez conoci a tipos perfectamente agradables y los converti en unos completos imbeciles. !Yo era el paciente cero! Me lami el alino de los labios y bebi te. Tal vez ese era mi poder especial, pense. Tenia el poder de convertir a tipos perfectamente agradables en imbeciles. No. A quien quiero enganar. No tengo poderes especiales. Los hombres son muy capaces de convertirse en idiotas por si mismos. No necesitan ninguna influencia mia. El mas reciente en mi vida fue mi ex novio, Scott, que me dejo despues de salir durante cinco anos porque su madre no creia que yo fuera lo suficientemente buena para el. En realidad, me dijo: --Lo siento, Candice, pero mi madre no cree que seas lo suficientemente buena para mi. --No me voy a casar con tu madre, Scott --le respondi--. La pregunta es, ?que piensas tu? El capullo no dudo. Me miro a los ojos y me solto: --Creo que mama tiene razon. Y con eso, se dio la vuelta y salio por la puerta sin mirar atras. Yo me quede como, <>. He salido con un imbecil desde el primer ano de la universidad, he guardado mi virginidad para nuestra noche de bodas, y dos meses antes de la boda, ?no soy lo suficientemente buena para ti? ?En serio? !Que te den! !Y que se joda tu madre! Senti que mis mejillas se calentaban. A pesar de que ha pasado mas de un ano desde que Scott me dejo, todavia me hace enfurecer.

  • El secreto de Gaudlin Hall de John Boyne

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    Despues de perder a su anciano padre, la joven Eliza Caine no tiene mas opcion que aceptar un puesto de institutriz en la mansion de Gaudlin Hall, en Norfolk. Pero lo que deberia ser un trabajo digno y sencillo se convierte en una experiencia espeluznante. En cuanto se apea del tren, un par de manos invisibles intentan arrojarla a la via, y cuando finalmente llega al caseron, los unicos que salen a recibirla son dos ninos, Isabella y Eustace, que aparentemente viven solos. Eliza no sabe quien la ha contratado, y una serie de extranos sucesos la convencen de que algo muy grave esta ocurriendo en la casa. Es como si una presencia maligna, que parece querer proteger a los pequenos, se manifestara continuamente, por lo que Eliza comprende que debera desvelar los secretos que Gaudlin Hall guarda celosamente.