• libro los heroes felices - Vea Kaiser

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    En un tono tragicomico irresistible y con desbordante talento para la fabulacion, Vea Kaiser despliega el abanico de peripecias que vive una familia griega desde los anos cincuenta hasta el presente.

  • LOS HEROES FELICES | VEA KAISER | Casa del Libro

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  • LOS HÉROES FELICES - KAISER VEA - Sinopsis del libro ...

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  • El vals hacia atras de Vea Kaiser

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    Una familia, un tio muerto y un tragicomico viaje de Viena a Montenegro

  • El otro mundo de Gabriel Martz

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    Un misterioso evento en el universo abre una enorme grieta dimensional en el planeta llamado AN, dejando entrar una extrana energia. A causa de ello, el clima y la naturaleza se veran afectadas terriblemente, lo que generara gran temor entre los pueblos. Ciertos generales de las fuerzas mas poderosas al servicio del reino, conocidos como Asael y Ramael, seran enviados a investigar su procedencia, pero estos cambiaran drasticamente su personalidad despertando nuevos conocimientos al hacer contacto con ella.
    Gracias a las habilidades de Asael, se alertaron de que alguien mas habia hecho contacto con la fuente y, siguiendo los rastros, se encontraran con un querubin llamado Luzbel, quien planeaba una rebelion en contra del rey para asi luego derrocarlo y tomar el trono; por lo que esto daria inicio a un complot entre los guardianes para llevar a cabo sus ambiciones. Una guerra sangrienta y catastrofica da comienzo.
    Siete ninos seran la esperanza para salvar su mundo.

  • En la mas alta torre de Marisa Ayesta

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    El rencor y las ansias de venganza se desvanecen con la fuerza del amor.

  • Donde el viento nos lleve (Oceano y Viento 2) de L. Costa

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    “En el colegio no tuve novio, Nathan fue lo mas cercano a ello. Sobre Liam es mucho lo que deberia decir pero en este momento en lo unico que pienso, es en lo tan parecidos que somos; dos ninos que tuvieron que hacer frente a situaciones complicadas y dolorosas, y que ahora estan limpiando sus heridas mutuamente, cada vez que estan juntos”. April no penso que dejar entrar a Liam en su vida de nuevo, iba a trastocar sus planes, poner su mundo de cabeza, y menos enamorarse de el. Ahora ambos tendran que sobrellevar los obstaculos que amenazan con separarlos, la verdad de lo sucedido en el pasado y sus anteriores relaciones. ?Podra su amor superar todo lo que hay en contra?

  • Stella, la novia provisional de Miguel Angel Itriago Machado

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    Al detective Pablo Morles, le toca descubrir la extrana desaparicion de dos parejas de alumnos del que fuera el centro educativo donde estudio cuando adolescente. Uno de los desaparecidos es el deportista mas famoso del Instituto y de la region, quien salio a disfrutar de un fin de semana, con Stella, una joven de extraordinaria sensualidad y belleza, amiga de su novia. La otra pareja esta integrada por un joven y la que fuera su enamorada, una muchacha con problemas. El desenlace del caso es sorprendente.

  • La canguro de los Parker, Norah Carter de Kate Ross , Monica Hoff , Norah Carter

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    Elena, la ninera de los Parker desde su adolescencia, conoce a Hall en su 21 cumpleanos. El hijo de la senora Parker, guapo y misterioso, la hara conocer la pasion, olvidar a su ex y el infierno que vivio con el. Pero, ademas, le mostrara algunos secretos que el tan celosamente guarda.
    Amistad, deseo y, quizas, un amor verdadero en esta romantica novela.

  • La gran historia de todo de David Christian

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    David Christian, el creador de la <>, de la <> que enlaza la evolucion del cosmos, de la vida y de la humanidad para ofrecernos una perspectiva distinta de los grandes problemas del Antropoceno, culmina su obra con este libro realmente unico, que discurre desde el big bang, el sistema solar, la aparicion de la vida, los dinosaurios, el homo sapiens y los grandes imperios hasta la globalizacion. Un libro que ha despertado el entusiasmo de lectores como Bill Gates o el fisico Carlo Rovelli quien considera esta disciplina <>.

  • Mo Vikingr de Angy Skay , R. Cherry

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    Egil Thorbransson, un vikingo de los pies a la cabeza, hijo del Jarl Thorbran, de la aldea de; Rygjafylki. Tras la perdida de su madre, y el fuerte sentimiento de repudia que se creo en su interior, Egil tuvo que permanecer junto a su gente, hasta que ella aparecio.
    Gala, una mujer de cabellos rojizos como el fuego, fuerte, tan salvaje y delicada a la vez, como la mismisima Freyja, hara que Egil pierda la cabeza, arriesgando su propia vida.
    Sobre ellos se cernira la profecia de la volva, pero hasta que el cielo no se tina de rojo y la sangre caiga del Valhalla, nada ocurrira. Raudharr, la hechicera de Arnar, creara dolor y sufrimiento, haciendo que tras el lloro de Freyr este marche, dejando atras a la criatura que nacera, y al que los dioses protegeran.
    Mo Vikingr es una novela en la que la mitologia nordica predomina en todo su apogeo, mientras un amor arriesgado y complicado surge entre sus protagonistas.

  • Creedme de Ken Armstrong , T. Christian Miller

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    Una investigacion sobre varios casos de violacion en Estados Unidos que muestra los mecanismos que pone el descredito sobre las victimas.

  • La chica que miraba al cielo de Jonaira Campagnuolo

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  • A tu lado 1 de Helena Sivianes

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    Haley afronta el ultimo ano de instituto con grandes expectativas e ilusion, y la llegada del nuevo curso no la defraudara, pues vendra acompanada de una espiral de emociones, vivencias y aventuras.

  • Deuda de sangre (Destinos cruzados 2) de Maca Soler Alba

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    El es Peter Fitzpatrick, inspector jefe de la policia y con tendencia a meterse en problemas.
    Ella es Laura Cuevas, hija de uno de los nombres mas importantes de los carteles colombianos de la droga, rebelde sin causa y cansada de ver, oir y siempre callar.

  • Besame, princesa, y quedate conmigo de Marta Lobo

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    Lucia se lanzo al vacio y cayo sin esperar una mano que la salvase. Tendra que luchar por seguir adelante o enfrentarse a la verdad, a su verdad. Pero para ello tendra que ponerse frente a frente con el hombre que le echo de su vida.

  • La isla de las mariposas de Corina Bomann

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    Una fascinante novela de secretos de familia ambientada en un lugar exotico, que se inscribe dentro del genero <>, con mas de 180.000 ejemplares vendidos en Alemania.

  • Estoico y frugal de Pedro Juan Gutierrez

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    Asi arranca Estoico y frugal: en efecto, el cubano Pedro Juan llega a Madrid en medio de un gelido invierno, con un libro ya publicado y una incipiente carrera literaria en marcha, y alli vivira aventuras vitales y sexuales sin freno. A Carolina, que un buen dia se marcha a Londres, la sustituiran una madre y un hijo que lo acogen en su casa repleta de juguetes antiguos, un circulo de mujeres maduras nada asexuadas, una fotografa belga aficionada al sadomaso que tiene un amante gay y voyeur, una chica que esta haciendo una tesis sobre literatura cubana. Y despues, viajes a Burgos, Benidorm, Alemania e Italia, donde siguen los encuentros singulares: con un escritor que lo lleva a un club gay, con un serbio enloquecido, con un viejo amigo de la antigua RDA, con una fotografa que se dedica a sacar fotos en la morgue romana. Y, entre lance y lance, Pedro Juan se plantea su futuro y se pregunta si quiere ser un autor famoso y de exito o un autor invisible.

  • Tu eres tierra firme de Maira Varea

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    El mundo se habia vuelto oscuro. Negro. Sus parpados, tercos, se afanaban por permanecer cerrados. El dolor se expandia por su cuerpo como el fuego en una mecha. Tenia sed y mas frio del que hubiese tenido que soportar jamas. No lucho. Habia agotado sus fuerzas en el ataque, y habian quedado desparramadas sobre la cubierta del barco, resquebrajado por la tormenta y por las pisadas de los asaltantes. Sin vapor, sin velas y sin ancla. Se rindio y se dejo mecer al ritmo del mar, resacoso tras la tempestad. Supuso que la muerte llegaria en cualquier momento y lamento, con su escasa consciencia, no recordar si la criatura de carne brillante y humeda que lo habia arrojado al agua era humana o no; si era una sirena, una serpiente mitologica o el mismisimo kraken. Quizas habia tenido muy cerca a un monstruo marino, despues de tantos anos de busqueda pertinaz. Se maldijo varias veces, por mil motivos: por no haber salvado a sus companeros, por no haber luchado mas; por no haber podido acabar tampoco aquella expedicion, ni dibujado el mapa con James o escrito su propio libro de leyendas; por no haber garabateado una carta para su familia desde hacia mas de seis meses. Por no haber logrado ni una triste empresa mas alla de haber intentado escapar de su destino. Por no ser nadie. Solo un hombre que tiritaba en una balsa a la deriva. Perdio el sentido y llego la nada. No iba a despertar, ?para que? Pero oyo una voz y regreso, a bocanadas, al oxigeno y a la vida. Abrio los ojos y vio a la sirena, que lo atraveso con sus ojos grises como el Mediterraneo en invierno y lo cubrio con un manto de pelo dorado. Ella acerco su rostro, palido, translucido, y le canto. A el. Y, en un instante, la inmensidad del mundo que habia recorrido durante anos quedo reducida al regazo en el que lo acunaba. Quedo preso. Encadenado. Hechizado. Cuando volvio a cerrar los ojos, se dio cuenta de que el Arthur que habia sido hasta entonces se habia quebrado en mil astillas contra el acantilado. Capitulo 1 LA MUJER DE SAL Formentera, 1862 Lena habia vivido tres abandonos, y habia aprendido que el mejor modo de superar el dolor que provocaban era saborearlos. Despacio y sin descanso, hasta volverlos insipidos. El primero, casi de nina, habia sido amargo. El segundo, acido. El tercero habia resultado muy salado. Sal de lagrimas. El ultimo todavia le escocia en la lengua, a pesar de que su corazon habia comenzado a limpiarse por fin. A veces, el graznido de una gaviota, el tacto de la arena en los tobillos o la primera estrella de la tarde le recordaban que en ese instante podria haber sido una mujer muy diferente. Cogio aire, y el frio de enero le quemo la garganta. --Este cielo me recuerda al dia en que se marcharon. El pensamiento se le escapo en voz alta, y ni el fuerte viento de llebeig que soplaba aquella manana evito que su amiga Marina, que caminaba a su lado, se volviera con una sonrisa y le preguntara: --?Quienes? Lena no contesto, pero Marina, que sabia leer sus silencios mejor que nadie, no tardo en comprender. Se puso seria, se cambio de mano el cesto que transportaba y enlazo su brazo al de ella, a la espera de una respuesta. --Todos --dijo Lena al fin--. ?Que mas da quienes si todos se marchan? Siempre es igual: sopla el viento, el cielo se vuelve gris, casi blanco, llega la bruma y… huele a perdida. --Las perdidas no huelen, Lena. Y no ha sido asi todas las veces; cuando Joan se fue, era verano. --Pero el cielo estaba blanco --insistio. Marina sacudio la cabeza, confusa. Lena se sintio culpable por rememorar momentos tristes; su amiga irradiaba felicidad desde su reciente compromiso y no se merecia que ella enturbiara su alegria recordando sus miserias. Una fuerte rafaga le descoloco el panuelo con el que se cubria el pelo. Se lo sujeto con la mano libre y aprovecho para mirar hacia arriba. --Es el cielo de la perdida. La despedida de los que se van para no volver. --Contuvo el aire un momento para que la emocion no dominara su voz--. De los que me dejan atras. Marina le estrecho el brazo con carino. --Un dia vendra alguien y se quedara contigo. Ya lo veras. --A esta isla no viene nadie, Marina; de aqui solo se puede salir, y no siempre, por mas que lo desees. --Lena… --Mira --la interrumpio incomoda--, ahi esta Toniet. El muchacho se les acerco corriendo, casi a saltos. Vestia su ropa de domingo, muy distinta a su habitual traje de payes, y se habia limpiado los zapatos y la cara. A Lena le llamo la atencion la sombra oscura que cubria su rostro, ya de por si moreno; se habia hecho un hombre, y no estaba segura de que eso le agradara. --?A donde van las dos mujeres mas hermosas de la isla? --pregunto con su perpetua sonrisa. Marina rio con escandalo y fingio estar avergonzada. Lena, en cambio, se acerco a el y le dio un beso en la mejilla, como hacia desde que era pequeno. --?Tu no vas a darme uno? --le pregunto Toniet a Marina con picardia. --Lo siento, pero yo ya tengo novio --le recordo Marina con orgullo. --Es verdad. Una lastima. Pero me queda mi Lena; ella si me querra. Ella le saco la lengua con una mueca jocosa, pues sabia que Toniet estaba bromeando. Sus familias eran vecinas, por lo que habian crecido juntos, y, aunque la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, Lena habia visto como le cambiaban muchos panales. A sus ojos, Toniet seria siempre un nino. --?Por que te has puesto tan guapo? --le pregunto curiosa. El se miro de arriba abajo. --Porque acaba de llegar el nuevo farero --respondio avergonzado, con tono inocente--, y voy a presentarle mis respetos; con suerte, me dara trabajo. --?Un nuevo farero? Lena se volvio hacia Marina de inmediato, inquisitiva. Su amiga solo asintio y echo a caminar de nuevo, con Toniet a su lado. Los siguio con el animo abatido y con un nudo apretado en la boca del estomago, como cada vez que se acercaba al faro. Recorrieron aprisa los escasos metros que restaban hasta la torre, que fue creciendo frente a ellos, fuerte, blanca, ruda y poderosa. Imponente en medio de la desolacion del paisaje rocoso, apenas vestido con algun pino diseminado y ariscas chumberas. Desde que lo habian terminado de construir y habian culminado su altura con la cupula de cristal, Lena lo observaba fascinada todas las noches desde la ventana de su habitacion. Hasta entonces, su casa habia sido el ultimo vestigio de vida humana de la meseta de la Mola, antes de que esta se truncara en el abismo de un acantilado que parecia no tener fin. Por las noches, mas alla de las velas que descansaban en el alfeizar, solo se habia extendido la oscuridad, el fin del mundo o el vacio, iluminado apenas por la luna timida. En ese momento, en cambio, le parecia que su corazon palpitaba al ritmo de la luz del faro. Como si fueran dos extremos de un mismo ser. Porque ambos pasaban las horas buscando vida en la penumbra, la sombra de algun barco que regresaba al hogar. Cuando llegaron al edificio, salieron a su encuentro dos hombres. Rafael, el novio de Marina, se acerco a la joven e hizo amago de darle un beso en la mejilla, pero ella se lo impidio con una risita y fingio que recolocaba en la trenza sus preciosos rizos oscuros. Se sonrieron como bobos. Acababan de prometerse y vivian presos el uno en el otro. Marina no hablaba de otra cosa mas que de su enamorado, y contaba los dias que le quedaban para casarse y trasladarse a vivir al faro con el. Lena la escuchaba con carino sincero, pero a la vez la envidiaba hasta el dolor; porque era feliz y libre, amaba el mar y tenia un companero. Y porque pronto podria recorrer aquel impresionante torreon y asomarse a curiosear el infinito. Por suerte, el otro hombre hablo y la saco de su ensimismamiento. --Soy Quim. Y tambien me siento un poco ignorado por ese par. Lena no pudo contener la risa. Tenia un acento peculiar, exotico, e imagino que debia de haber llegado desde muy lejos. Si de algo estaba segura era de que, en aquella isla, no nacian fareros. --Yo soy Lena. --Lena… --Lo repitio en voz baja, despacio, como si paladeara una cucharada de miel. --De Magdalena --aclaro. Se mordio la lengua antes de decirle que sus lagrimas frias en las noches de tormenta hacian honor a su nombre. --?Vienes a menudo por aqui? Porque, mientras recorria ese camino infernal hasta este lugar apartado de todo, ha empezado a asustarme la posibilidad de no volver a hablar con ningun otro ser humano. --Con Rafael… --apunto ella. --?Tu crees? Miralo. Lena le hizo caso y descubrio a los novios mirandose sin decir nada, embelesados. La envidia la golpeo de nuevo, y fijo su atencion en el rostro de Quim. Le sorprendio que fuera guapo, porque Rafael no lo era en absoluto; y Lena, que no entendia de fareros y que apenas conocia a nadie de fuera de la isla, habia dado por hecho que todos eran feos, como si fuera un requisito de la profesion. Aquel, en cambio, tenia unos bonitos ojos marron oscuro y el pelo negro y ensortijado. --Yo soy Toniet. --El muchacho habia permanecido callado hasta entonces, pero aprovecho el momentaneo silencio para colarse entre ambos y tenderle la mano al nuevo farero--. Si tiene algun trabajo o lo puedo ayudar en algo, estoy a sus ordenes. Quim hizo una mueca a Lena que le parecio de fastidio. Luego, le sonrio. Ella tambien. El tenia una sonrisa bonita. --?Que tal si vacias aquella carreta mientras yo acompano a Lena a ver el faro? Al principio, se asusto. La idea de entrar en aquel coloso la abrumo. Pero antes de que la Lena prudente, recatada y responsable que llevaba siendo desde nina se hiciera con el control, acepto la invitacion y se dispuso a otear el horizonte junto a aquel hombre, que parecia haber llegado como una senal del destino. Porque los fareros no se marchaban. Los fareros no se echaban al mar. Los fareros se quedaban en tierra. *** Conto cien escalones y llego a lo alto con las piernas temblorosas. No por el cansancio, pues estaba acostumbrada a caminar cuesta arriba, cargada de sacos de trigo y carbon o tirando de la mula, sino por la expectacion. Mientras seguia a Quim, imagino lo que iba a ver, y el corazon le trono con fuerza en el pecho. No se habia atrevido a preguntarle a su guia por que motivo la estaba conduciendo hasta alli, y no tuvo fuerzas para pararse a pensar si era apropiado quedarse a solas con un desconocido. Ni siquiera Marina habia subido, y eso que llevaba tiempo cortejando con Rafael y visitaba la zona del faro con frecuencia. Contuvo la respiracion cuando abandonaron el corredor de las escaleras y salieron a la luz del dia. Sobre sus cabezas, una enorme cupula de cristal proyectaba destellos, de un extremo de la estancia circular a otro, y protegia de la intemperie la inmensa lampara que, apagada a aquellas horas, ocupaba la parte central. Quim se aproximo hipnotizado hasta el artilugio y empezo a explicarle algo sobre su funcionamiento con su extrana forma de pronunciar las palabras. Lena no le presto atencion, aunque su voz sonaba agradable. Se acerco mucho hasta el cristal, puso las manos con cautela sobre el y se asomo al mar. Y no vio nada. Solo agua. Mar. Olas grises coronadas de espuma. El lugar donde no se atreveria nunca a poner un pie. Entorno los ojos y forzo la vista, sin resultado. Percibio como Quim se acercaba y se detenia a su lado. No le veia la cara, pero Lena estaba segura de que sonreia. --No se ve America --musito decepcionada. --?America? Eso esta muy lejos. --?Tanto? La tristeza la abatio. Porque, si desde el punto mas alto de la isla, desde donde parecia que podria dominarse el mundo y su inmensidad, no se veia America ni se veia nada, entonces no podria seguir conservando ninguna esperanza de recuperar lo que habia perdido. Jamas obtendria lo que habia ahi fuera. Salvo, quizas, a un hombre dispuesto a quedarse encerrado en el mismo minusculo punto del universo en el que ella vivia. --?Querias ver America? Lena percibio burla en su voz, pero no le dio importancia. El venia de lejos, el tenia un trabajo importante. Habria estudiado y sabria miles de cosas mas que ella. --Una tonteria. --Reunio valor para iniciar una conversacion y disimular su ingenuidad--. ?De donde eres, Quim? --Naci y creci en Tarragona, pero llevo varios anos viviendo en diferentes faros del pais. --Se volvio y la miro a los ojos, y Lena se puso nerviosa--. Como aprendiz, ya sabes. Estaba buscando un lugar en el que establecerme. --?Vas a ayudar a Rafael? --Si. Nos encargaremos los dos de esto. ?Vienes a menudo por aqui? --Solo cuando Rafael no puede ir a ver a Marina a su casa y esta no soporta mas su ausencia. --Le parecio ver decepcion en su rostro, y eso la alento--. Pero vivo muy cerca; mi casa es la ultima de la Mola, esta justo antes de llegar a los acantilados. El abrio los ojos con admiracion y sorpresa. --Me parece increible que alguien quiera vivir en un sitio asi. --A mi tambien --confeso. Quim rio, pero ella no encontro cual era la gracia. Le habria gustado ver si seguiria riendo despues de haber pasado toda su vida cercado por el agua, tan terrorifica y tirana, sin atreverse a poner un dedo en ella. --?Tienes novio? Estuvo a punto de mentirle, pero vio un brillo de ilusion en sus pupilas y decidio ser sincera. --Tengo tres, pero no se donde estan. Se lo dijo porque era su verdad, porque dolia como un golpe en el vientre cada vez que lo recordaba. Y porque, si iba a quedarse en la isla, tarde o temprano alguien del pueblo se lo contaria. Tal vez, incluso le hablarian de la maldicion; eran todos muy ridiculos. El volvio a romper en carcajadas. --Eres muy graciosa, Lenita, ?sabes? --Es verdad --insistio--. Queria subir aqui para averiguar si podia ver a alguno. O a mi padre. Le dio la impresion de que iba a preguntarle algo, pero ella se pego mas al cristal y volvio a buscar en la lejania. Nada. Ni America, ni Denia, ni algun islote en el que pudiera haberse perdido la barca de un pescador. Le parecio todo mucho mas inmenso, y su isla, mas pequena. Se sintio mas encerrada. Aunque habria deseado echar a caminar, a correr, a nadar, se quedo inmovil y se lamento en silencio mientras era consciente de la inmensidad que tenia frente a si; pero tambien de la carga que le pesaba detras, en tierra, a la espalda. Se quedo sin fuerzas, petrificada; sacudida por un anhelo danino que la llamaba a escapar, por una curiosidad infinita por averiguar que podria esperarla mas alla, adonde nunca podria llegar; blanca y quieta, contemplando lo prohibido, la tentacion. Como una estatua de sal. Y entonces, entre la bruma, percibio una sombra, diminuta y solida. --Alli hay algo --dijo. Quim siguio la direccion de su dedo y entorno los ojos. --Son las olas --aseguro. --No, mira. Esperaron unos segundos, y lo que parecia un espejismo fue tomando forma conforme la marejada lo empujaba hacia la costa. Su contorno se definio y sus colores se dibujaron. Entonces, Quim se aparto de su lado y corrio hacia la salida con un grito que retumbo de un lado a otro de la cupula. --!Un hombre! !Se acerca un hombre! !Un naufrago! *** Lena siguio a Quim escaleras abajo, tan rapido que se quedo sin aliento; pero el saltaba los peldanos de dos en dos, y lo perdio de vista de inmediato. Cuando llego a la sala de la planta baja, se detuvo un instante, indecisa y desorientada. Entonces oyo gritar a los hombres y salio al exterior. Los vio alejarse del faro y de las pequenas viviendas colindantes, y correr a lo largo del acantilado. Marina, asustada, se aproximo hasta ella. --?Que ocurre? --pregunto. --Un naufrago. Hay un hombre en una balsa, a punto de estrellarse. Su amiga se tapo la boca para contener una exclamacion. Ambas se quedaron paralizadas, sin saber que hacer. Vieron como los dos fareros corrian hacia el unico punto por el que se podia descender, y Toniet entro al edificio despues de que estos le dieran alguna orden que ellas no habian alcanzado a oir. Una fuerte rafaga de viento les trajo el olor y rugido del mar contra las rocas, y Lena le puso al desconocido que habia avistado en la distancia el rostro de todos los hombres a los que ella habia perdido. El de su padre, que habia partido rumbo a America; el de Guiem, su amor de sonrisa dulce que la habia dejado con el corazon roto; el de Sebastia, su futuro sereno, que habia desaparecido una manana de otono en la que habia salido a pescar; tambien, el de Joan, su anhelado companero, aunque a el todavia le guardaba un poco de rencor. Y, sin pensarlo, echo a correr en direccion al lugar por donde habian desaparecido Quim y Rafael. Marina la llamo a voces y la siguio. Cuando, muchos metros mas alla, llego hasta el inicio de la escalinata tallada en la roca que descendia hasta el mar, oyo que le preguntaba si se habia vuelto loca. Lena se agarro la falda y bajo la pendiente con pasos seguros, a pesar de la inclinacion y la humedad que volvia la piedra resbaladiza. Era la primera vez que se atrevia a hacerlo, pero no dudo. En unos minutos, se encontro, sofocada, sobre el pequeno varadero que remataba una cala minuscula. El temporal mojaba sin descanso los tablones de madera y le salpicaban la ropa, los zapatos y la cara. Se le habian caido el panuelo y el lazo de la trenza, pero no se habia detenido a recuperarlos. Su peinado se deshizo y el fuerte viento le metio el pelo en los ojos y en la boca. Cuando consiguio apartarselo, los dos fareros se habian subido a una barca y remaban en direccion a la balsa, que se dirigia implacable hacia las rocas cercanas. Gritaban para alertar a su ocupante, pero este parecia inconsciente. Uno de ellos se lanzo al agua, Lena no pudo distinguir quien. Si vio como se agarraba a la barca y el otro le tiraba un remo y un cabo, con el que rodeo su propio cuerpo de inmediato. Le costaba nadar y se hundia en las olas de forma intermitente. Logro subir sobre la balsa del naufrago y empezo a remar desde alli. Su companero, unido a el por la cuerda, hizo lo mismo. Tardaron una eternidad en llegar hasta el pequeno muelle. Otra mas en amarrar las barcas. Lena se acerco a ayudarlos, pero la ignoraron. Solo queria ver al hombre al que acababan de rescatar. Se le habia pasado por la cabeza la idea absurda de que pudiera tratarse de uno de los suyos, e intento distinguir su cara. Lo sacaron inconsciente de la balsa; uno lo agarro de los hombros y el otro, por los pies. Lo soltaron sin miramientos sobre un pequeno reducto de arena y posidonia; cayo a plomo, con un sonido hueco al golpearse y con un gemido que les dejo claro, al fin, que estaba vivo. --Necesitamos algo para subirlo --dijo Rafael--. A peso es imposible, ni siquiera entre los dos. --Unas tablas --respondio Quim con seguridad--. Vayamos a por unas tablas y unas cuerdas. Se fueron a toda prisa y Lena se quedo alli abajo, con el mar que la amenazaba a escasos centimetros y con un hombre inerte sobre la arena. Lo observo de lejos, temerosa, y le parecio enorme. Fragil. Su ropa era ligera y estaba hecha harapos. Se acerco un poco y vio que se movia. La sacudio la compasion; estaria helado y dolorido. Se aproximo mas y estudio su rostro. Era joven, y su frente y sus mejillas estaban cubiertas de sangre seca que apenas la dejaba adivinar sus rasgos. Se agacho y se arrodillo a su lado. Quiso hacer algo, decir algo, pero ella no entendia de naufragos. Se pregunto que se sentiria al creer que ibas a morir ahogado, que nunca mas verias a tus seres queridos. Contuvo un sollozo al pensar que, en algun lugar del mundo, habria alguien que lo esperaria por siempre. Deseo hacer que volviera, que viviera por si quien lo aguardaba era tal vez una mujer, una muchacha ilusa que, como ella, sonaba con un futuro mejor. Le temblaban las manos cuando se arrastro hacia el sobre la arena mojada; tomo su cabeza con suavidad y la poso sobre sus piernas, sobre su delantal. El volvio a gemir. Y Lena, que de verdad no entendia de naufragos aunque lo deseara, simplemente le canto. Porque no sabia que otra cosa hacer. Le canto suave, lento, desde el nudo asfixiante de su garganta. Una cancion de cuna. Y luego, una tonada de amor. Canto y canto y lo consolo, como querria que alguien hubiera hecho con los suyos. El, entre suenos, murmuro algo, pero Lena no se asusto. Le aparto el pelo, oscuro y demasiado largo, del rostro. Le acaricio las mejillas heladas. Rozo sus labios agrietados con los nudillos y, aunque estaban amoratados y frios, su tacto le hizo recordar el sabor de su primer beso. Y el abrio los ojos. De golpe y oscurecidos por la sorpresa, confusos. Su expresion se suavizo en cuanto la miro a la cara. Lena enrojecio y quiso salir corriendo. Pero el sonrio, complacido, y volvio a cerrar los parpados con un suspiro de placer. Lena siguio cantando. Lo acuno con ternura. Y penso, como una ilusa, que no siempre era malo que azotara el temporal.

  • Boy Erased de Garrard Conley

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    Boy Erased (Identidad borrada) narra la historia real de Garrard Conley, hijo de un pastor bautista fundamentalista de una pequena localidad del sur de Estados Unidos.

  • En tus brazos… y huir de todo mal 2. Pasion de Fabiana Peralta

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    Entregados a una pasion que los desborda, Alex y Paula deciden dejar atras el pasado y poner cordura a su apasionante relacion. Decididos a formalizar su noviazgo, comienzan los preparativos de su lujosa boda, pero una mente perversa amenaza con separarlos para siempre y hiere de gravedad a Paula, que se debate entre la vida y la muerte.

  • Si no fuera mi jefe de Daniela Briana Jones

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    Peter es un empresario de exito tozudo y con impetu ganador…
    Claudia es una abogada que esta dispuesta a todo para encontrar trabajo…
    Ellos se conoceran en un incidente y luego tendran que trabajar juntos…
    ?Que haria ella ante su fibroso y atletico cuerpo si no fuera su jefe?
    ?Que haria el si sus curvas no se interpusieran en su destino?

  • Conviene tener un sitio adonde ir de Emmanuel Carrere

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  • Oriente en tus ojos (Seleccion RNR), Isabel Jenner de Isabel Jenner

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  • Encargo de Berta Marse

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    a) Elegir escenario y b) situar al protagonista o protagonistas en medio de una escena cotidiana, y, sin mas, c) abrir el telon. He tenido que leerlo varias veces para entenderlo. Vale que no estoy en mi mejor momento, que la medicacion me tiene algo atontada y hace demasiado que no pongo mi cerebro a prueba, que no leo, que no hago crucigramas, que no pienso. Y vale que me he apuntado al taller de escritura creativa solo porque es lo que se espera que haga. Pero el enunciado del ejercicio tampoco esta muy inspirado que digamos. Parece un sencillo ejercicio de orientacion hacia el cuando y el por donde empezar; si no lo he entendido mal, y puesto que en algun lugar y en algun momento hay que empezar. Pues venga, vamos alla. Sin mas. Mi escenario seria una habitacion ordenada y pulcra. En las paredes se exhibirian posters, postales, fotografias, dibujos y demas senas de identidad propias de un temperamento joven, romantico, femenino. Habria una unica estanteria, de pared a pared, algo combada por el peso de los libros. Del techo colgaria un ventilador de aspas de madera y lamparita en forma de tulipan, estropeado desde hace tiempo. Un armario de luna, un perchero, una alfombra, un pequeno escritorio en el que una de las protagonistas estaria estudiando con los codos hincados. Veinteanera. Ni gorda ni delgada. Con gafas. A su izquierda una estrecha ventana abierta que daria a un patio interior. Se oiria el arrullo de las palomas y la tele de los vecinos. A la derecha, la cama. Sobre ella un punado de peluches raidos. De pronto, sin que mediase una orden u otra indicacion aparente, uno de ellos (uno con forma de chucho sin raza, tamano mediano, pelo duro y apelmazado, color pardo) abriria mecanicamente los ojos, se incorporaria con sumo cuidado, se bajaria de la cama y se enroscaria de nuevo sobre la alfombra. A todo esto la chica seguiria estudiando sin levantar siquiera la vista del papel, concentrada en sus apuntes y sus libros. Minutos despues se oiria el girar de una llave en la cerradura de entrada, y luego el chirriar de un carrito de la compra por el pasillo. Nada fuera de lo habitual. Hasta aqui, una escena cotidiana que vendria representandose alrededor de una decada; que es de lo que se trataba, si no lo he entendido mal. Sin embargo, aquel dia… 1 Aquel dia (9 de junio de 2013, sabado) el carrito de la compra no se detuvo a la altura de la cocina sino que avanzo chirriando, pasillo adelante, hasta que alguien abrio sin llamar la puerta de mi habitacion. -?Que pasa? -le pregunte a mi madre, al ver su cara de susto. -Ha vuelto. -?Quien? Mi madre miro a uno y a otro lado, como si hubiese microfonos cerca. -Yesi -dijo bajando la voz-. Yesica Lugano. La hija mayor de Isabel. Te acuerdas de Yesi, ?no? La garganta se me encogio de repente, y el corazon empezo a bombear alli con tanta fuerza que temi por mis timpanos… ?Que si me acordaba de Yesi Lugano? Como podria no acordarme, hubiese sido la pregunta correcta, aunque igualmente aterradora… -Me acabo de enterar en el mercado. Se ve que anoche llamaron al interfono de los Lugano y era ella. Asi, sin mas. ?Te lo puedes creer? !Es como un milagro! Un milagro para mi madre. Para mi, uno de esos inmensos agujeros negros que engulle todo lo que se acerca a su campo gravitatorio. Me aferre a la mesa con las dos manos. Con la cabeza gacha, Chimo agitaba la cola esperando que mi madre, que lanzaba miraditas nerviosas a su alrededor, mordiendose los labios, no reparase en su rastro sobre la colcha. Su preocupacion le delataba. -Al parecer esta bien, al menos fisicamente, pero… -tambien mi madre parecia impactada por la noticia, agarrada al pomo de la puerta con una mano y con la otra al carro de la compra, del que asomaba un apio-, pero fijate, Desi, ya hace no se cuantas horas que ha vuelto y todavia no saben nada, aun no les ha contado nada a sus padres, ni a la policia, ni a los medicos que han tenido que ir de madrugada para reconocerla… Se ve que podria estar tan traumatizada que les han aconsejado a Isa y a Piero que no la presionen, que ya hablara cuando se sienta mas segura, que procuren estar tranquilos y actuar con naturalidad… !Como si fuese tan facil -resoplaba, entre el estupor y la angustia- estar tranquilos con toda esa gente entrando y saliendo! Y actuar con naturalidad, si, claro, pero si tienes mas de cinco anos y no has pasado por una academia de arte dramatico, ya me diras tu como… Pero yo no iba a decir nada, seguia muda, sin aliento; como cada vez que me topaba con una fotografia de Yesi a la vuelta de una esquina, en una farola, en un semaforo, en un escaparate; como cada vez que su recuerdo me perseguia por el barrio y me hacia llegar a casa con el corazon en la boca; como cada vez que, de noche, en la cama con el perro, me acordaba de ella. -Pobre Isa, que horror… Quiero decir, es un milagro pero… no se, no se como podra soportar otra vez tanta presion… ?A ti te parece que deberia llamarla?… o tambien crees que no es el mejor momento… !Por Dios, di algo! 2 Nacer en el mismo ano, bajo el mismo signo zodiacal, vivir en el mismo barrio y estudiar en el mismo colegio, frecuentar el mismo parque, las mismas plazas, los mismos comercios no tiene por que suponer una estrecha amistad. Si acaso una amistad circunscrita al espacio y al tiempo, ineludible, como una especie de tara genetica. Pero no una amistad verdadera. Yesica Lugano y yo nunca fuimos amigas de verdad, nunca intimamos ni nos hicimos confidencias. Ni siquiera en los anos de parvulario y colegio que compartimos -hasta que su padre se decidio a matricularla en una prestigiosa escuela italiana-, y por mucho empeno que pusieran nuestras madres; o quiza, en buena parte, a causa de ello. Porque todo lo que yo sabia de Yesi -y entonces creia que lo sabia practicamente todo-, lo sabia por mi madre. Mi madre tenia (tiene) una tienda en el barrio de Sant Antoni de la que la madre de Yesi, Isabel, era (ya no es) clienta fija. En el distrito izquierdo del Eixample aun se recuerda la fiesta de inauguracion, en Navidad de 1995. Yo tenia tres anos. Una traca interminable y alguien exclamando que mi madre habia tirado la casa por la ventana son mis unicos recuerdos; y la razon de que no haya una sola fotografia, un solo fotograma de video casero, donde no aparezca con la boca abierta como un cazo, congestionada y tensa, totalmente aterrorizada. A Yesi, en cambio, se la ve la mar de tranquila en brazos de su madre, toda ojos, con su gorrito blanco de perle anudado bajo el menton con hoyuelo. Acababan de escolarizarnos. Mi madre siempre habia querido montar una tienda de labores de costura, donde ofrecer asesoramiento practico y tal vez hasta impartir cursillos y talleres, una tienda que hiciese las veces de centro de reunion para las mujeres del barrio. Pero habia aparcado la idea durante anos; los que le llevaron encajar y asumir que no podia tener hijos, y hasta mi adopcion. Mi padre habia aprovechado el auge de su profesion (el diseno grafico), durante los felices noventa, para asociarse y montar un estudio puntero, y le alquilo a mi madre un pequeno local a dos manzanas de casa. En aquel momento se lo podian permitir. Los bancos y las cajas de ahorro animaban a emprender con lemas infalibles. Lo veo. Lo quiero. Lo tengo. Los suenos de futuro parecian al alcance de la mano. Nadie sospechaba la que se estaba fraguando y hasta que punto se deteriorarian todos, desde los mas modernos y ambiciosos hasta los humildes negocios de barrio. Todos menos la tienda de mi madre. Pero asi fue. Las mujeres acudian en tropel y pasaban tanto tiempo en la tienda que acabaron arrastrando con ellas a las abuelas y a los mas pequenos. Cochecitos de bebe, andadores, bastones, paraguas, patinetes, mochilas, carros de la compra se amontonaban en la entrada, dando cuenta del exito, y mi padre protestaba cuando tenia que dejarme en medio de aquel caos, antes de volver a su trabajo, porque a mi madre no le habia dado tiempo a recogerme. Pero esto que es…, se preguntaba en voz alta, con retintin, ?un negocio o un mercadillo? Nadie le hacia demasiado caso. Y de todas formas dejaria de preguntarselo (por lo menos en voz alta) al ano de la inauguracion, cuando mi madre alquilo el local de al lado para ampliar lo que ya era, a todas luces, un prospero negocio. Sustituyo el modesto rotulo en el que se anunciaba como Merceria por grandes letras de metacrilato que se iluminaban por dentro, disenadas en el estudio de mi padre. RIBO & CARALPS. Como a una hija mas, le puso mis apellidos a la tienda; y de paso le guino un ojo a Ribes & Casals, emblematico establecimiento de venta de tejidos al por mayor y al detalle, al otro lado del Eixample. No daba puntada sin hilo. Tambien contrato personal para atender a su cada vez mas numerosa clientela, un servicio de catering resolutivo y sencillo -caldo casero, cafe y te y todo tipo de pastas saladas y dulces- y a un valenciano con peluquin, el senor Ramon, que nos recogia en la puerta del cole con su minibus escolar de catorce plazas y un cuarto de hora despues nos dejaba en la tienda. Ribo & Caralps, centro de reunion, informacion, produccion e intercambio. El eje alrededor del cual todo giro de forma ordenada y rentable durante anos. Ganchillo, bordado, punto de cruz, patchwork, tricot, petit point… En la tienda de mi madre se hacian labores de todo tipo y a destajo. Una muy considerable cantidad de primorosas y delicadas labores a las que nadie prestaba demasiada atencion y acababan arrinconadas o regaladas a asociaciones beneficas. A mi me daba muchisima rabia. No podia entender que tanta velocidad y perfeccion no tuviesen importancia alguna ni asombrasen a nadie. Me preguntaba cual seria entonces el sentido, el proposito de toda aquella frenetica productividad; aparte de reunirse y hablar por los codos, claro. Porque en la tienda de mi madre se hablaba por los codos. Se hablaba de todas las cosas que sucedian en el mundo, un lugar remoto y amenazador para nosotros los ninos. El escandalo Lewinsky. El fin del milenio. El genoma humano. El cambio climatico. Windows 2000. Cuanto menos entendiamos los titulares, mas excitantes y peligrosos nos parecian. Tambien se hablaba de las cosas que sucedian de puertas hacia dentro, en cada uno de los mundos; no por mas reconditos menos excitantes, ni menos peligrosos. De ese modo me entere de muchas de las intrigas e intimidades que circulaban por el subsuelo del barrio. Que la senora Valles, capaz de tejer una virgueria de patucos en menos de dos horas, estaba en guerra fria con su suegra… Que la senora Garcia se habia inyectado no se que en los labios… Que los cinco hijos de los Reguant se meaban en la cama porque le tenian miedo al padre… Que Piero, el padre de Yesi, asediaba a su mujer por un hijo varon… Que el mio encajaba con indiferencia el exito profesional de la suya… Se hace dificil rastrear, en el inicio algo apocaliptico del tercer milenio, el momento preciso a partir del cual ciertas palabras se cambiaron por otras y segun que temas se omitieron una vez descargada la furgoneta del senor Ramon en la puerta de la tienda. ?Como pudo suceder asi, de la noche a la manana? Yo que se. Supongo que a los que empezabamos a comprender de que hablaban exactamente se nos debio de notar en la cara. Tal vez fue una mirada demasiado atenta, demasiado sagaz. Puede que una pregunta demasiado capciosa. El caso es que, en cuanto tomaron conciencia de que estabamos alli, ya nada volvio a ser lo mismo. Habia que encontrar otras formas de entretenerse. Los mayores empezamos a salir a la calle, con los bolsillos llenos de pastas, para alimentar a un chucho que merodeaba abandonado por el barrio (sin raza, tamano mediano, pelo duro y apelmazado, color pardo), y que ya no se moveria mas de la puerta de la tienda. Pegados a los cristales habia adhesivos del No a la Guerra. Dentro, aun se hablaba acaloradamente de las Torres Gemelas y del desastre del Prestige. El euro ya estaba en vigor y algunas clientas veian con nostalgia la vuelta a los centimos, pero la mayoria aun se hacia un lio con los cambios y a nosotros nos hacia muchisima gracia. Fue la epoca en que Yesi y yo estuvimos mas unidas -por los cuidados de Chimo y la campana organizada para su adopcion-, y sin embargo en la que mas la odie. La epoca en la que a mi me pusieron gafas y ella empezo a perfilarse como la perfeccion hecha hija. Notas brillantes, oido musical, inquietudes intelectuales, habilidades deportivas. Y, por si el dechado de talentos y virtudes fuera poco, se le afino la cara y el hoyuelo en el menton empezo a brillar con luz propia. El mismo hoyuelo que hasta entonces la habia hecho parecer rolliza se convirtio, segun sus padres, en la marca de los angeles, puesto que de repente le quedaba que ni pintado y no era herencia ni de la una ni del otro. Yesi Lugano prometia mucho. Al menos asi lo entendio mi madre, que a partir de entonces empezaria a imponermela de ejemplo y modelo a seguir, sistematicamente, deliberadamente, y no desaprovecharia ninguna oportunidad para hacerlo hasta aquel fatidico 5 de junio de 2008, cuando todo se desgracio. 3 Yesi ayuda a su madre en las faenas de la casa. Yesi cuida a sus hermanas pequenas. Yesi ha sacado todo notables y sobresalientes. Yesi se ha leido El codigo Da Vinci. Yesi ha ganado otra vez los Juegos Florales de su instituto. Yesi es la protagonista de la obra de fin de curso. Yesi toca el chelo maravillosamente. Yesi es medalla de plata en los campeonatos de natacion. Yesi ha sido elegida en un casting para un anuncio de leche rica en calcio y le va a dar a su madre todo el dinero… En realidad, no habia demasiadas razones para creer que empezar la ESO en institutos separados supondria un respiro para mi, una tregua que me permitiria recuperar fuerzas y, quiza, algo del terreno invadido. Si me hice algunas ilusiones al respecto, estas no me duraron ni un trimestre; lo que tardo Yesi en adaptarse a su nuevo instituto y consolidarse entre las top ten de la clase. Sus excelencias y sus logros fueron un mantra a lo largo de mi preadolescencia. Y todo gracias a mi madre, que por entonces habia intimado mucho con la suya. Isa se arrastraba hasta la tienda, empujando un cochecito y de nuevo embarazada, en busca del consuelo y el apoyo que necesitaba en aquellos momentos. Lo que no necesitaba era tener mas hijos, le diria a mi madre, en confidencia. Con su Yesi le bastaba, y ademas queria retomar algun dia los estudios de nutricion y dietetica. Pero habia cedido para complacer a Piero, cuya insistencia calificaba de taladrante; sobre todo tras su ascenso en la empresa de venta y mantenimiento de electrodomesticos en la que trabajaba, que le libraba de tanto viaje y le permitia pasar mas tiempo en casa. Y tuvieron dos ninas mas, una detras de la otra; las dos poco antes del cheque bebe, ninguna con hoyuelo en el menton. Mi madre solo destacaba este tipo de detalles cuando le traicionaba el subconsciente, la envidia por la fertilidad que a ella le habia sido negada. Por lo demas, todo era solidaridad, aliento y elogios, cuando nos las cruzabamos a las cuatro por el barrio o en la tienda. A mi tambien me daba un poco de envidia, pero yo apretaba los dientes y me limitaba a saludar a Yesi con un golpe de barbilla y a no mostrar (nunca jamas) interes por nada de lo que ella pudiese hacer o decir. Siempre que Yesi queria comunicarme algo, yo ya lo sabia, porque mi madre me lo habia dicho antes.

  • Promesas de arena de Laura Garzon

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    Solo el amor y la tolerancia pueden trazar rutas entre la violencia, la desolacion y el odio.
    Lucia acaba de terminar su carrera y viaja a Palestina como cooperante de una ONG. Esta llena de ilusiones, de buenos propositos, pero lo que encuentran en los Campos de refugiados rompe todas sus ideas preconcebidas. Las carencias rozan el limite de la supervivencia y nadie les espera, ni espera nada de ellos. En los campos de refugiados no solo hay intereses altruistas, las facciones politico-religiosas mantienen una lucha de poder constante entre si y contra su enemigo Israel y por extension Occidente.
    Lucia se encontrara con los dos polos humanos que imperan en los Campos: quienes lo dan todo, como Fathia y Hamid; y con el Halcon, un palestino de padre ingles, educado en diferentes paises, y con un magnetismo y atractivo que subyuga perdidamente a la joven cooperante. Descubrir quien es este hombre en realidad le va a costar muy caro a Lucia. Su pasion le alcanzara la gloria y la arrastrara al abismo.

  • Diluvia en Madrid de R. Freire

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    Una sola realidad. tres formas distintas de verla y sentirla.
    Entre tres, las posibilidades se multiplican, lo sencillo se complica y lo inimaginable puede suceder. Marta, Jara y Candela tendran que aprender que la vida no es el cuento de hadas que les contaron de ninas, que el principe azul no existe y que, a veces, la bruja termina convirtiendose en un personaje dulce y vulnerable capaz de hacer que se tambaleen nuestras mas firmes convicciones.
    “Mis insultos entre forcejeo y forcejeo no hacen sino avivar el deseo que nos sacude a ambas. Mis manos encuentran sus pechos, que me parecen tan duros y majestuosos como imaginaba. Si Newton levantara la cabeza, tendria que reformular su Ley de la Gravedad, que tal vez funcione con estupidas manazas, pero desde luego no sirve para explicar la firmeza de los senos de Jara”.
    “Si ninguna de ellas impide que la bola se haga mas grande. ?debo ser yo la que vele por la estabilidad de su matrimonio?”
    “De repente, las dos nos estamos mirando, y por un segundo tengo la lacerante seguridad de que ambas pensamos lo mismo: si ni siquiera podemos ponernos de acuerdo sobre como pasar un fin de semana juntas, puede que nuestra relacion este mucho mas deteriorada de lo que nos gustaria asumir.”
    “?Quien decide lo que esta bien y lo que esta mal? ?Como puede la sociedad establecer el modo en que las personas tienen que ser felices? ?Que es lo normal? ?Copiar lo que hace todo el mundo, aunque no te guste? ?Lo normal es ser heterosexual? ?Por que creemos que lo que hace la mayoria es siempre lo mas acertado?”

  • Amenaza durmiente de Baltasar Magro

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    Una novela dentro de una novela. Un thriller trepidante que sobrepasa los limites de la ficcion.

  • Una pareja casi perfecta de Marian Keyes

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  • El sabor de tus labios de Patricia Geller

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    Anahi necesita desconectar de la ajetreada y rutinaria vida que lleva en Madrid, por lo que decide irse unos dias de vacaciones. Pero no imagina con quien coincidira en el paradisiaco destino elegido. Enseguida se siente fuera de lugar, sin embargo, una velada inesperada le hara cambiar de opinion. Todo empieza con un baile, un encuentro a oscuras y el enigma de no conocer la identidad de la persona que la ha seducido. Un peligroso juego con el que experimentara emociones inesperadas y que le hara replantarse si todo vale por amor. Sensual, misteriosa, romantica y adictiva: asi es El sabor de tus labios. Capitulo 1 Sonando despierta No puedo esconder la emocion que aflora por cada poro de mi piel. Ya estoy aqui, dispuesta a desconectar, a disfrutar de mis merecidas vacaciones. !Soy libre! No es demasiado tiempo, pero con seis dias amaneciendo frente al mar y sin que mi telefono suene cada media hora, me conformo. Al llegar al resort, me dan una calida bienvenida y me indican, a traves de un mapa de papel, donde queda la pequena villa en la que me alojare. Finales de mayo, sol, playa y soledad. ?Que mas puedo pedir? Soy afortunada. Sonrio, arrastrando por el camino de madera la unica maleta que he traido, recorriendo las villas que se encuentran a mi alrededor. Unas mas grandes, otras inmensas; algunas como la mia, modestas. Mientras consigo llegar al que sera mi refugio en los proximos dias, saco el movil de la mochila que cuelga en mi espalda y le escribo a mi hermana para contarle que ya he llegado a mi destino, a Republica Dominicana, concretamente, a Punta Cana. De paso, le pido que avise a mis padres y a mi hermano, su mellizo. No soy una persona muy apegada a la familia y suelen quejarse de ello a menudo, por lo que no quiero ni pensar en como actuarian si no doy senales de vida. Enseguida entrarian en panico. Con mas razon; al ser conocedores de que he adquirido un telefono de ultima generacion para este viaje y que tengo todas las prestaciones necesarias para comunicarme con ellos. De modo que envio el mensaje con rapidez y guardo el IPhone en el short que llevo puesto. !Que paz! He decidido venirme sola para que nadie me moleste y hacer lo que me de la gana. En mi barrio hay mucho curioso y se pasan los dias pendientes de los posibles cotilleos, algo que no va conmigo. Por lo que intuyo y quiero creer que, si aqui no me conocen, tampoco me juzgaran. Ultimamente tengo la sensacion de que todo se critica, de que cualquier comentario es motivo o excusa para crear polemica. !Que aburrimiento! Con lo facil que es no ver o no leer aquello que no te aporte nada, asimismo, no hablar con quienes no te ayuden a crecer y mejorar como persona. Mi lema es <>, ?por que no lo ponen en practica la mayoria de los mortales? Descubririan un mundo nuevo y mucho mas sano. Conocerian la verdadera libertad. --?Anahi? --Me quedo inmovil, tratando de recordar por que me suena la voz que me esta llamando desde atras--. ?Eres tu? <>. Me giro muy despacio y, de manera automatica, mi corazon empieza a latir freneticamente. Siento que en cualquier instante se me saldra del pecho. ?Como ha podido suceder? !Necesitaba estar sola! Y se trata de el. !El! Al ser consciente de la situacion, quiero gritar de impotencia. ?En serio he tenido tan mala suerte? Yago Silva: espanol, treinta anos, empresario. Moreno y de ojos muy oscuros. Complexion fuerte. Suele vestir ropa casual, pero con mucha elegancia. Lo conoci hace poco mas de un mes, me enrolle con el cinco veces y hui en cuando me di cuenta de que buscaba algo mas serio, yo no podia ofrecerselo. ?Y que ha hecho el destino? Joderme, si. ?El karma? --Hola --lo saludo finalmente, fingiendo que me entusiasma este reencuentro--. ?Que haces por aqui? --Mi agencia de viaje de confianza me comento que tenian una buena oferta para venir... y ya me ves. No pude negarme. --Que bien --miento con una fingida sonrisa. --No he vuelto a saber de ti desde la ultima noche que... --Carraspea y yo hago un gesto con la mano. No es necesario entrar en detalles sexuales de primeras--. ?Por que? Ni siquiera has respondido a mis llamadas. Me rasco la cabeza, incomoda, hasta que encuentro una excusa: --Ya, tuve problemas familiares y no me apetecia hablar con nadie. --?Se han solucionado? --pregunta mas preocupado. Esta guapisimo, con la piel mas tostada que de costumbre. Va de blanco, lo que ayuda a resaltar todas sus cualidades fisicas, que no son pocas--. ?Estas bien, Anahi? --Si, si, gracias --musito a punto del infarto, pues da un paso hacia mi. No puedo permitir que se acerque, siempre terminamos en la cama--. Tengo que irme, ?vale? He de atender un asunto. --?Has venido sola? --Asiento, dubitativa. !No se como salir de esta!--. Avisame luego y tomamos algo, asi nos ponemos al dia. ?Te apetece? --Aja --susurro, agobiada--. Hasta luego, Yago. --Adios, bombon --dice, guinandome el ojo--. Estas preciosa. Esbozo una escueta sonrisa y me giro tan rapido que casi me caigo. ?Como gestiono esto? Lo mas prudente es huir de nuevo. De hecho, practicamente salgo corriendo hacia mi alojamiento. Este se encuentra dos puertas mas alla de donde hemos coincidido. !Me cago en...! <>, <>, repito sin cesar. No es que me desagrade su compania, al contrario, es el hombre perfecto. Atento, carinoso y detallista. En la cama es paciente, delicado, aunque muy fogoso. Lo tiene todo, tanto es asi, que podria enamorarme de el con facilidad y esta opcion no entra en mis planes. El solo pensamiento me produce un rechazo absoluto. Ya pase la etapa de sufrir por amor, me niego a que Cupido me lance sus flechas por tercera vez. Por culpa de mi ultima pareja quede hecha polvo, literalmente. Me converti en un trapo. Lo pase muy mal, apenas comi durante semanas, no queria ver a mis amigos. Lloraba por cada rincon de la casa. No vivia. Ahora jamas le permitiria a un hombre que ejerciera ningun tipo de poder sobre mi, por minimo que fuera. Me he cansado, por ello, cuando consegui recuperarme; cambie completamente mi forma de pensar y de ver la vida. Me propuse conocer a mas chicos, divertirme con ellos y gozar del buen sexo, pero Yago se cruzo en mi camino antes de que esto sucediera y entorpecio todo, confundiendome. Por lo que tuve que frenar las cosas a tiempo. Con el pretendia utilizar el refran de <>. El destino, en cambio, tiene otros planes para mi. !Y yo pensando que lo que me ofertaban era algo que no muchos se podrian permitir! Fue lo que me impulso a aceptar el viaje a traves de la agencia, di por hecho que no me encontraria con nadie conocido. El precio no era un chollo precisamente. ?O si? Supongo que ya es lo de menos. Finalmente llego a mi villa. Todavia con manos temblorosas, abro la puerta y ahogo un grito de felicidad. !El paraiso! Suelto la maleta, tambien la mochila, y entro en la habitacion que se halla justo a la derecha. Ahi me lanzo a la cama cual nina pequena en una piscina de bolas. !Que amplia!

  • No hay atajos de Nicolas Lopez Cisneros

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    Estan desapareciendo cientificas especializadas en generacion de energia y materiales de uso militar aunque ningun gobierno se ha dado cuenta todavia. Cuando una de ellas es la hermana de Opengate, la persona que ha contratado para que la localice, perseguira a sus secuestradores desde Boston a lo mas profundo de la selva del Amazonas, descubriendo que el hecho de vivir en el siglo XXI, no impide el que siga existiendo la esclavitud.

  • Hazme Feliz (Amar sin Querer 2) de Noni Garcia

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    Lo siento, Pablo, no tengo ganas de luchar... No tengo ganas de luchar porque, aunque te este odiando, te amo tanto que no se vivir sin ti. Sin tus besos, sin tus caricias, sin tus Te Quiero,... ?Por que lo hiciste, Pablo? ?Por que me traicionaste? ?Por que tiraste por la borda todo lo que estabamos construyendo? – Nuria, por favor, lucha... !Oh, Dios mio! - llora como nunca le he visto llorar – !Cuanto dano te he hecho! Estas asi por mi culpa y eso no me lo voy a perdonar en la vida. Fui tan estupido... pero, tu nunca me has negado nada y yo no te podia negar algo que sabia que deseabas... sabes que nunca he sido capaz de hacerlo. Yo nunca te exigi que lo hicieras, lo respete igual que tu siempre has respetado mis limites... bueno, siempre menos ese maldito dia en que los dejaste de respetar a lo grande, de la peor manera posible. – Yo se que lo nuestro no tiene solucion, pero te queda mucho por vivir. No dejes de luchar, peque. No deberia dolerme que digas que lo nuestro no tiene solucion porque no la tiene, pero hasta hoy, no me doy cuenta de lo mucho que te he querido, de lo mucho que te ame, de lo mucho que te amo… ?Quien entra? !Es Gonzalo! Se le ve triste y cansado. – Pablo, deberias irte ya, el padre de Nuria no tarda en volver y bastante tengo con explicarle una y otra vez que no soy el novio de su hija para tener que inventarme una explicacion de por que estas aqui. ?Mi padre piensa que Gonzalo es mi novio? No lo entiendo ?Por que habra llegado a esa conclusion? !Lola! ?Quien si no? – Solo un momento, Gonzalo. – Esta bien, tienes un minuto. – Me voy, peque. Volvere dia tras dia hasta que salgas de esta, despues desaparecere de tu vida. !Suelta mi mano! No quiero que me toques aunque no pueda sentir nada en este estado. Ni dolor, ni agujas, ni vendajes,... Nada. Me acaricia la mano pero no lo siento y, aunque me duela reconocerlo, quisiera sentirlo. Sentir sus suaves y largos dedos acariciando mi piel como tantas veces lo ha hecho. – Hasta manana, vida mia. Me besa la mano y... lo siento !Lo estoy sintiendo! He sentido su beso y... !Joder, que dolor de cabeza! Escucho como se cierra la puerta, pero no consigo ver nada. Solo siento este terrible dolor de cabeza y de garganta. Intento toser pero no puedo. Vuelve a sonar la puerta pero no se quien es porque todo esta oscuro y no consigo ver nada. – ?Nuria? !Enfermera, enfermera,...! - es Gonzalo pegando voces !No grites que me duele la cabeza! – ?Que ocurre? – Creo que esta despertando. 1 – Gonzalo, dame agua, por favor. – ?Como sabes que soy yo? – Chanel Allure Homme Sport, tu perfume. Solo conozco a un hombre que lo use y ese eres tu. – !Joder, guapetona! Y eso que solo hace unas horas que despertaste del coma. – ?Que hora es? – Las tres de la manana... – ?Y que haces aqui a esta hora? Normal que mi padre piense que eres mi novio... – ?Como sabes eso? – Es complicado de explicar y te reirias de mi. Digamos que te escuche decirselo a Pablo. – Lo sabes,... – Tranquilo, no pienso echarte la bronca por eso. Si, se que estuvo a mi lado justo antes de despertar. – Bueno, ya estarias despierta ?no? – No, no estaba despierta... o si... No preguntes ?quieres? - bebe agua con la canita -. Todavia me duele la garganta. – Y te seguira doliendo durante unos dias. Ahora descansa ?vale? – ?Cuando me quitaran la venda de los ojos? – Con respecto a eso... – Yo se que voy a volver a ver, quizas no el primer dia, pero voy a volver a ver... Se ha vuelto a quedar dormida, la medicacion que le estan poniendo es fuerte y estara asi un par de dias. Aqui estoy mirandola desde el butacon de una habitacion de hospital y preguntandome que hago aqui. Pregunta que tiene una respuesta rapida... ninguna mujer antes me ha dado lo que me da Nuria. Amistad, carino, apoyo, amor del puro, del bueno, del que existe entre dos amigos y si hablamos de la cama... !No seas cochino, que ahora no es momento de pensar en esas cosas! ?Como voy a conseguir que salgas de esta, Nuria? Los problemas fisicos estoy seguro que se iran solucionando, aunque la vista me sigue preocupando un poco, pero se que psicologicamente estas destrozada, va a ser duro. Dudo mucho que la terapia que estabas siguiendo en mi casa te haya sido de ayuda despues de esta situacion tan traumatica. !Ay, Pablo! Ese necio debio pensar antes lo que estaba haciendo, una mujer como Nuria no es facil de encontrar. Si no fuera porque hace mucho que renuncie al amor, no dudaria en conquistarla. El la tenia al alcance de la mano, ya la tenia solo para el, ella habia decidido que era hora de dar ese paso definitivo que tanto deseaba el. La veo tan indefensa, postrada en esa cama, que no puedo creer que sea ella. Sus bonitas manos siguen hinchadas, su cara amoratada y sus labios... con lo que me gustan esos labios y esa boca que me vuelve loco cuando... !Para ya, Gonzalo! Que razon tiene cuando dice que soy un guarro que solo piensa en el sexo. Te tienes que recuperar pronto, guapetona. Necesito verte sonreir, perderme en esos ojos castanos que tanto me gustan, jugar con esos rizos rebeldes que me encanta acariciar, sentir tu calor cuando nuestras manos se tocan, tu risa cuando te cuento esos chistes malos que tanto te gustan. Necesito que me abraces y sentir que todo vuelve a ser como antes del accidente. Lo de Pablo es otro tema que tendremos que tratar cuando no este tan tensa y podamos hablar del tema sin que sienta ansiedad. Con el accidente todo va a ser mas complicado, ha estado a punto de perder la vida por su culpa, si Pablo no hubiera... nada de esto hubiera pasado y ahora serian felices. Aunque toda la culpa no es suya, Nuria tampoco debio conducir en ese estado sabiendo que cuando tiene ansiedad pierde el conocimiento. En fin, ya abarcaremos eso cuando llegue el momento oportuno. Ahora lo importante es que salga bien de esta y se recupere por completo. Creo que debo intentar descansar un rato porque, aunque manana sea sabado, tengo muchas cosas que hacer. Entre ellas ir a ver el nuevo local y algunos pisos para ver si compro alguno. He hecho bien en quedar con Paco sobre las diez, asi me dara tiempo de ir a darme una ducha al hotel cuando lleguen Ana y Damian. Ya se de donde ha salido esa belleza y ese encanto que tiene Nuria, de su madre. Y, tambien, de quien ha sacado ese arrojo, esa fuerza y ese caracter, de su padre. Hacia mucho tiempo que no veia a Lola, pero al verla estos dias me he dado cuenta de que si no fuera porque tiene el pelo lacio y rubio, Nuria y ella serian dos gotas de agua. Sin embargo, Raul, es completamente diferente a ellas, es un calco de Daniel, segun Ana, pero con el caracter y el carisma de ella. No me cabe duda de que llegara muy lejos en la politica. Y entre pensamiento y pensamiento son las cuatro y manana voy a ser un zombi andante. Tampoco ayuda mucho estos incomodos sillones que mas que para descansar, parecen maquinas de tortura de otra epoca. Y si a esto le anadimos los ronquidos del acompanante de la cama de al lado, es cuando sabes que el cosmos se ha confabulado en tu contra para no dejarte dormir. He hecho bien en quedarme en un hotel, seria una locura conducir manana hasta Sevilla sin haber descansado. Se que podria haberme quedado en casa de Pablo, pero no me apetece nada ser acribillado a preguntas sobre Nuria que es lo que ha hecho desde que supo que se quedo en mi casa una semana despues del dia de la fiesta. Fue curiosa su reaccion... En un primer momento quiso matarme porque le cegaron los celos, hasta que comprendio que entre Nuria y yo no existe nada mas alla de la amistad... y algun que otro polvo, pero polvo de amigos no de enamorados, no de los que echan ellos. Todavia, cuando pienso en ellos como pareja, me sigue resultando extrano. Son veintitres anos de diferencia, el es el padre de uno de los mejores amigos de ella, que fue su primer amor. El es siete anos menor que el padre de ella... y se quieren como dos adolescentes sin importar las trabas que saben que encontraran en su camino. En parte entiendo las reticencias que Nuria ha tenido siempre para contarle al mundo que mantenia una relacion con Pablo porque la situacion no es facil. Pero por otra parte, no es sano mantener una relacion a escondidas, como si fuera algo malo, algo de lo que deberia avergonzarse, algo impuro cuando hacia mucho que no veia un amor tan puro como el que sienten ellos. Creo que debo dejar de darle vueltas a la cabeza porque Morfeo anda cerca y no quiero que se vaya sin acunarme un rato hasta que me venza el sueno como vence a un nino pequeno cuando lo acuna su mama. Y esto me recuerda que manana deberia llamar a mama, desde que esta viviendo la vida en Argentina, no quiere saber nada de este pobre hijo que ha dejado aqui indefenso... Hace bien, bastante ha sufrido en esta vida y ahora le toca disfrutar. – Gonzalo... Ya estamos aqui ?como ha pasado la noche? – Buenos dias, Ana. Solo se ha despertado un par de veces para pedir agua ?que hora es? – Son las ocho... ?no estaras pensando en conducir hasta Sevilla? Toma las llaves de casa, alli puedes... – No hace falta, Ana. Tengo habitacion reservada en el Hotel Guadalete y he quedado con Paco a las diez para ver unos pisos... – ?Vas a alquilar un piso? – No, lo voy a comprar. Y tambien un local para abrir un nuevo restaurante. – ?Tan serio es lo vuestro? - senala a Nuria con la cabeza. – !Ay, Ana! Que ya os he explicado que entre Nuria y yo no... – aguanta la risa y me doy cuenta de que se esta quedando conmigo

  • Un tiempo nuevo de Elizabeth Jane Howard

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    No pasa nada en la vieja y senorial casa de campo de los Cazalet y resulta que pasa todo>>. FERNANDO R. LAFUENTE, ABC <>. ROBERT SALADRIGAS, La Vanguardia <>. S. SANCHEZ-REYES PENAMARIA, Zenda <>. HILARY MANTEL Estamos en 1945, la guerra ha terminado. El momento, tan anhelado por los Cazalet, ha llegado finalmente, pero una Inglaterra atormentada por las privaciones y la desintegracion del Imperio ensombrece la emocion por la noticia.

  • Entre la calma y la tempestad de Sabrina Mercado

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    ?Cuando descubre una persona el verdadero amor?
    Amelia, una profesora de frances y escritora novel, acaba de atravesar una tragedia en su vida y ha perdido las ganas de vivir. Tras ser convencida por su familia, deja Buenos Aires para darse una oportunidad en un pequeno pueblo de la region de Normandia en Francia.
    En el lento proceso de adaptacion a su nueva vida seran vitales Christophe, el director del colegio donde trabaja como docente, y su hermana Isabelle, jefa del departamento de idiomas.
    A medida que se inserta en la vida laboral, conoce a Mathieu, un joven emprendedor con un pasado tortuoso. Queda deslumbrada por este joven bello y hurano por igual, que no deja traslucir sus sentimientos y se comporta por momentos de manera desconcertante. Mathieu descubre en Amelia una nueva manera de ver la vida, pero su temperamento inestable y su historia intrincada le juegan en contra, mas aun cuando hay algo de su pasado que desea ocultar.
    ?Descubrira Amelia todo aquello que estimaba irrecuperable? ?Encontrara Mathieu la redencion que creia imposible? ?Acaso la culpa que ambos sienten les impida amar?
    Cuando sus vidas comienzan a transitar un mismo rumbo, sucesos terribles e inesperados logran separarlos, probablemente para siempre.

  • El legado de la villa de las telas de Anne Jacobs

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    Una poderosa familia.
    Una situacion dramatica.
    Una mansion que esconde mas de un secreto…

  • Historia De Espana Contada Para escepticos de Juan Eslava Galan

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    Como escribe el autor, no pretende ser veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es. No esta hecha para halagar a reyes y gobernantes, ni pretende halagar a los banqueros, ni a la Conferencia Episcopal, ni al colectivo gay.

  • La chica que leia novelas de amor (Las chicas de Snow Bridge 3) de Ella Valentine

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    Ethan cogio la jarra de cerveza que Kyle, el camarero, le acababa de dejar sobre la barra y regreso a su mesa. Aquella noche habia ido a Snowflakes, el bar del pueblo, con sus amigos Dean y Jason. Los tres chicos habian sido companeros de clase desde el colegio, se llevaban bien y solian quedar a menudo para compartir unas cervezas y hablar sobre sus cosas. A Ethan le gustaba especialmente aquel bar. Era acogedor, calido y el hilo musical era muy bueno. Acababa de sentarse de nuevo en su sitio cuando la puerta del bar se abrio y vio entrar a las que habian sido las dos mejores amigas de su hermana Sophie antes de que esta se marchara a Nueva York. Amy y Leslie, al verle, le saludaron con la mano y se sentaron cerca de los grandes ventanales del local. Ethan sabia que ambas chicas habian acabado los estudios hacia poco y que habian regresado a Snow Bridge en busca de una salida profesional. El era dos anos mayor que ellas, por lo que hacia tiempo que habia pasado por ese proceso. Tuvo la suerte de que el senor Potter, redactor jefe de La Gaceta de Snow Bridge, se jubilo el mismo verano en el que el termino su carrera de periodismo, y pudo cogerle el relevo. Fuera del bar, nevaba. Era una noche fria, una de las muchas noches en las que la nieve caia sobre las calles del pueblo cubriendolo todo con su manto blanco. Aquella tarde, el tiempo paso volando. La conversacion con sus amigos fluia y se lo estaban pasando realmente bien. Ademas, cerca de ellos, un grupito de chicas les lanzaba miradas de reojo. Eran turistas, se notaba por su piel bronceada y sus atuendos provocativos, poco preparados para los dias de nieve intensa que se avecinaban. Seguramente, provenian de la Costa Oeste. Quizas de California. Y era probable que se hospedaran en la pequena pension que se situaba en el centro del pueblo. Ethan se habia fijado en una chica de melena ondulada con mechas rubias y labios carnosos que no hacia mas que sonreirle con coqueteria. Si habia algo que Ethan sabia hacer, era leer las senales de las mujeres. Y esa mujer en concreto estaba deseando que el se le acercara. Ethan se levanto de la silla dispuesto a poner en practica sus desarrollados dotes de seduccion. Pero algo le detuvo a medio camino: la escucha desafortunada de un comentario que un chico le estaba haciendo a otro senalando la mesa de Leslie y Amy donde, en aquel momento, solo estaba Amy acompanada por un chico que parecia estar coqueteando con ella. --Nos hemos apostado cincuenta pavos a que no consigue su numero de telefono --decia el chico entre risas mientras el otro se reia tambien. --Joder, pero !si esta gorda! --Esta como una foca. Ethan se crispo al escuchar esos comentarios ofensivos. No es que tuviera una relacion muy estrecha con Amy, pero la conocia. Tanto ella como Leslie solian monopolizar su casa junto a su hermana cuando eran adolescentes. Amy era una chica dulce y buena que se desvivia siempre por los demas. Ademas, aquellos chicos no tenian motivos para insultarla, porque Amy era una chica bonita. Quizas no tuviera un cuerpo en consonancia con las imposiciones sociales, pero tenia un cuerpo increiblemente sexy con todas sus curvas y redondeces. Volvio a mirar al chico que sonreia a Amy y le apartaba de la cara un mechon de pelo color caramelo. Sin pensarselo dos veces, se acerco a la mesa y les interrumpio. --Perdona, Amy, ?podemos hablar un momento? --pregunto Ethan con urgencia. Amy levanto la mirada y sus ojos brillaron con desconcierto. --?Ocurre algo? --Es que... me gustaria hablar contigo de una cosa. --Ethan miro al chico que no parecia dispuesto a irse y puntualizo--: A solas. El chico parecio captar la indirecta, porque tras escucharle decir aquello, se levanto de la mesa y se marcho, algo molesto. Amy miro a Ethan sin comprender absolutamente nada. --?Que ocurre? --pregunto, alzando una de sus cejas claras. --Ese tio se ha apostado cincuenta pavos a que conseguia tu numero de telefono. Amy abrio mucho los ojos, con estupor, y siguio la direccion de la mirada de Ethan hasta la mesa donde se acababa de sentar el chico en cuestion junto a los otros dos. --?En serio? --Los he escuchado por casualidad y he venido a salvarte. --No menciono el tema de los insultos, pues sabia que aquello le haria sentir incomoda y humillada, y no era su intencion hacerle sentir mal. Amy parpadeo unos segundos y luego solto una risita que sofoco con la mano. --?Que pasa? --pregunto Ethan ante aquella reaccion. --?Salvarme? ?En serio? ?En que epoca crees que nos encontramos? Las mujeres de hoy ya no somos mujeres desvalidas que necesitan ser salvadas, Ethan. Las princesas de los cuentos de hadas actuales podemos salvarnos solas. Solto una nueva carcajada y Ethan fingio indignarse. Pero solo lo fingio, porque cualquier atisbo de indignacion real desaparecio ante el sonido de la risa de Amy. Era dulce, musical, aterciopelada. Como una caricia. --Eh, oye, deberias estar agradecida. --Oh, si, claro. Gracias, mi paladin. Amy reprimio una nueva carcajada y Ethan sonrio. Se miraron en silencio. Y algo ocurrio en aquel silencio. Fue extrano y electrico. Denso. Palpable. Pero en aquel momento, Leslie reaparecio y rompio el embrujo. Sus miradas se desenredaron y la tension se evaporo. Leslie se sento en la silla que habia dejado vacia antes de irse, miro a Ethan y fruncio el ceno. --?Que haces tu aqui? --Yo tambien me alegro de verte --respondio Ethan con sarcasmo. Amy dibujo una sonrisa divertida en los labios, miro a Ethan y luego a Leslie. --Aqui donde lo ves, Ethan Winter es todo un caballero andante. Me acaba de salvar, ?sabes? Ethan puso los ojos en blanco. Pero antes de que pudiera decir nada para imponer su version de los hechos, Amy se adelanto y empezo a relatarle una bastante distorsionada que hizo estallar a Leslie en carcajadas. Aquella noche, Ethan se olvido por completo de la chica de piel bronceada y mechas rubias que seguia observandole con deseo desde su mesa en el lado opuesto del local. Capitulo 1 Actualidad... Ethan cabeceo y se desperto de golpe. A su lado, Aidan, el chico en practicas, solto una risita entre dientes. --Es la tercera vez esta semana que te quedas dormido mientras trabajas --le dijo divertido. Ethan hizo un mohin. Se encontraba sentado en su mesa de trabajo, en La Gaceta de Snow Bridge. La redaccion estaba formada por cuatro mesas de tamano medio colocadas de cualquier manera en una estancia estrecha y alargada. El espacio tenia cierto aire decadente, pero a Ethan le gustaba. Le hacia pensar en la epoca dorada del periodismo, antes de que Internet se impusiera y la venta de periodicos en papel descendiera en picado. De hecho, sacar una version digital de La Gaceta de Snow Bridge fue una de las grandes aportaciones que hizo Ethan al entrar en el periodico local, aunque manteniendo tambien la version impresa. Sabia que los habitantes de Snow Bridge adoraban recibir todos los meses una copia en papel de todas las aventuras y desventuras vividas en el pueblo. Pero poder disfrutar de un magazine digital donde cotillear a diario, habia sido toda una revolucion. --Jacob no deja de llorar por las noches y soy incapaz de dormir mas de dos horas seguidas -- explico Ethan. Jacob era su hermano pequeno, con el que se llevaba la friolera de treinta anos. Su madre habia tenido un hijo con Joe, el dueno de la cafeteria ubicada en la plaza central, y aunque el se alegraba mucho de su relacion y del nacimiento de Jacob, echaba de menos dormir del tiron por las noches. --?Has probado con tapones para los oidos? --pregunto Aidan. --Si, de todos los tipos, pero el sonido que hace al berrear lo traspasa todo. Aidan se encogio de hombros. --Lo siento, tio. Ethan tambien lo sentia. De hecho, hacia semanas que le daba vueltas a la misma idea. Ethan llevaba anos retrasando el momento de independizarse de la casa de su madre y habia llegado el momento de hacerlo. Su madre habia rehecho su vida y, aunque nunca hubiera sugerido que sobrara, sabia que ella y Joe se merecian un poco de intimidad (la intimidad que pudiesen tener compartiendo su vida con un bebe lloron). --Oye, ?tus padres siguen alquilando el piso ese que me dijiste? --pregunto Ethan a Aidan, que dejo de teclear en el ordenador para mirarle. --Si, sigue libre. --?Crees que podria echarle un vistazo? --Por supuesto. Si quieres podemos ir despues de trabajar. Tengo las llaves. --Aidan se metio la mano en el bolsillo y saco un juego de llaves, triunfal. ?? ?? ?? Aquella tarde, se marcharon de la redaccion antes de tiempo, dejando a Earl encargado de cerrar el chiringuito. Earl era un hombre mayor, de cabellos color plata y gafas graduadas que llevaba anos trabajando en La Gaceta y al que le faltaba poco para jubilarse. Al salir, nevaba. Unos copos de nieve danzaban en el aire de forma perezosa antes de caer al suelo. Los meses de nieve sentaban bien a Snow Bridge. Los tejados, copas de los arboles y calles se cubrian de blanco y, en conjunto con las guirnaldas de luces y la decoracion navidena, el pueblo se convertia en la ilustracion perfecta para un cuento de hadas. Ethan estaba enamorado de su pueblo, pero, durante las fiestas navidenas, parecia magico. Cogieron el coche que Ethan tenia aparcado en frente y se alejaron varias calles hasta detenerse frente a un edificio de obra vista. Estacionaron el vehiculo, entraron en el edificio y Aidan llevo a Ethan hasta la segunda planta. Entraron. Era un piso pequeno, de una habitacion, con cocina americana y bano minusculo. Parecia el tipico piso de soltero, y aquello le gusto. --?Cuando crees que podria instalarme? --pregunto Ethan con una sonrisa torcida, pensando en todas las cosas que podria hacer en aquel piso. Cosas que, hasta ahora, no podia hacer en su habitacion. --Pues si decides quedartelo, por mi como si te mudas hoy mismo --dijo Aidan tendiendole las llaves.

  • Por nuestro bien de Sophie Saint Rose

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    Karen acaba de perder a su abuela y empaquetando sus cosas se lleva la sorpresa de su vida, porque descubre que durante anos oculto un secreto familiar que era para dejarla de piedra. Su curiosidad la lleva a Inglaterra y conocer a Colton fue otra sorpresa mas. No solo porque era el hombre que mas le habia alterado el corazon en su vida sino porque se sintio unida a el. Aunque sospechaba que se hacia el tonto y que sabia mucho mas de lo que le decia, esa atraccion la volvia loca. ?Tanto como para olvidar la razon por la que ha ido hasta alli?

  • El asunto Danvers de Elsa Tablac

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    Mientras contemplaba el tibio anochecer sobre la City de Londres desde el piso veintiseis de la Torre NatWest, Julian Danvers noto una presencia a su espalda. No le hizo falta contemplar el reflejo en la ventana para saber que se trataba de Susan Laymon, su eficaz secretaria. Parpadeo antes de dar la espalda a la ventana, regresando bruscamente a la realidad. ?Cuantos minutos llevaba ensimismado, contemplando el ajetreo de la ciudad desde el pasillo acristalado? --Julian, son casi las nueve de la noche. Creo que me marcho ya…Si no necesitas nada mas, quiero decir --dijo Susan, con la voz algo entrecortada, fruto de un reciente catarro. Contemplo su maquillaje y su cabello rubio ceniza recogido en lo alto de la coronilla, impecables desde las nueve de la manana. --Por supuesto, Susan. Siento mucho que el dia se haya alargado. ?Sabes si ya esta aqui mi cena? La secretaria lo observo atonita. Hacia un buen rato que habia llegado la comida, encargada a traves de una app a Solomon's, uno de los restaurantes favoritos de Julian. Echo un vistazo a su mesa. Ni siquiera se habia molestado en sacarla de la bolsa de papel. O tal vez no la habia oido cuando le aviso de que la cena ya estaba sobre la mesa de su despacho. Julian contemplo el minimo gesto de decepcion en su boca y el sutil juego de miradas. Entendio a la velocidad de la luz todo lo que estaba pasando por la mente de su secretaria. No le gustaba nada que se quedase en las oficinas de Danvers Holdings hasta tan tarde, pero llevaba un par de dias consumido por todo aquel asunto del problematico informe para McKinney. Y, en un plano mas personal, por la imperiosa necesidad de deshacer de una vez por todas su compromiso con Athena Richardson, su prometida. No podia alargarlo ni un dia mas. La fecha de aquella boda que nunca tendria lugar se acercaba peligrosamente. La secretaria, ya con el bolso sobre el hombro y el abrigo en la mano, se encamino de nuevo hacia su mesa, dispuesta a organizar su cena, pero Julian se adelanto rapidamente. --No, no te preocupes, Susan. Marchate ya a casa. Yo mismo me ocupo de calentarlo todo en el microondas, faltaria mas. Ya te he entretenido demasiado por hoy --le dijo, acompanando la orden con una de las sonrisas a las que recurria para salirse siempre con la suya. Ella torcio el gesto en senal de agradecimiento, pero el cansancio era mas que obvio en cada uno de sus movimientos. En su meteorico ascenso como consultor economico siempre habia sentido debilidad por las secretarias mayores y experimentadas. Sonrio mientras la veia abandonar la oficina, apagando las luces a su paso y dejandolo en una incierta penumbra. Hacia unos anos que Susan habia pasado la cincuentena. Tecnicamente podria ser su madre --el estaba a punto de cumplir treinta y tres-- y sin embargo, despues de tres anos a su lado, seguia encontrandola atractiva. Pero nunca cruzaria ese limite con ella, a pesar de que a veces su intuicion le decia que ella lo miraba de una forma demasiado intensa. Julian metio los recipientes de carton de Solomon's en el microondas y espero a que su cena estuviese de nuevo caliente. Se rio de su ocurrencia con respecto a Susan. Jamas se le habria pasado por la cabeza tener un lio con una de sus maternales secretarias. Para regocijo de su prometida, Athena, siempre habia preferido trabajar con mujeres mucho mayores que el. Su primera asistente, Rachel, apenas se habia quedado a su lado seis o siete meses. En cambio con Susan, o con su antecesora, la nordica Kristiane --ya jubilada-- no tendria esos problemas. No sentian ese hambre por escalar profesionalmente, esa voracidad profesional que las obligaba a saltar de un empleo a otro. En su caso, necesitaba a alguien a quien pudiese confiar practicamente todas sus intimidades. Athena. Suspiro, y de repente el dolor de cabeza que habia estado atenazandolo durante toda la tarde se manifesto en forma de severo pinchazo en su sien derecha. Supuestamente todo estaba casi a punto para la boda, pero las cosas habian ido demasiado de prisa entre ellos y ahora sentia la imperiosa necesidad de echar el freno. Se sentia un cerdo por ello, y a cada dia que pasaba esa sensacion iba en aumento. No solo por el hecho de abandonarla casi a las puertas del altar, sino porque era del todo consciente de que estaba retrasandolo. La decision estaba practicamente tomada desde hacia un mes, y aun no habia reunido el valor necesario para decirselo. Para decirle que lo suyo no tenia futuro. Que no estaba preparado para el matrimonio. Aun no. Que sentia que se habian apresurado demasiado, porque apenas hacia dos anos que se conocian, y uno que habian empezado a salir formalmente. Que lo de casarse habia salido de su boca en un euforico momento durante sus ultimas vacaciones en Ibiza, bajo los efectos del alcohol. Cualquier excusa serviria. O todas a la vez. Cualquier excusa, excepto la real: que no estaba enamorado de ella. Que no la queria como ella a el. Y que en los ultimos meses habia algo de su comportamiento que no le encajaba. Obviamente, eso era lo unico que era incapaz de confesar. El "ding" del microondas lo expulso de su ensonacion. Saco los dos recipientes de carton del microondas y se dirigio de nuevo a su mesa. Realmente no sabia por que no se habia marchado a su recien estrenado apartamento en Newington, o incluso a cenar en Solomon's, en lugar de dar cuenta de aquella triste cena en una oficina gelida y fantasmal. Pero, en el fondo, sabia muy bien el motivo: era miercoles, y los miercoles Athena acudia a su apartamento para pasar la noche con el. En realidad, seria el momento perfecto para enviar la cena directamente a casa, sentarse a tener esa conversacion serena y romper con ella, pero se autoconvencio con una burda excusa: habia tenido un dia duro en la oficina. Necesitaba una copa antes de regresar a casa. O mas bien, tenia que trabajar un rato mas en el informe McKinney antes de permitirse el lujo de dormir. Noto como se le cerraba el estomago. Alli estaba Julian Danvers, inmovil, en su enorme mesa de cristal sin saber muy bien que hacer. Finalmente, agito el raton y activo la pantalla de su gigantesco ordenador Mac. Busco la aplicacion de Facetime y llamo a Athena. Su novia contesto enseguida, como siempre. Alli estaba, esperandolo en su apartamento, cada vez mas integrada en su papel de ama de casa del siglo veintiuno. Se aseguro de que la camara del ordenador recogiera sin posibilidad de duda el lugar en el que se encontraba, su oficina en la torre NatWest. Ella arrugo la nariz al verlo rodeado de comida y de papeles. --Ya... ya se lo que me vas a decir... --Lo siento mucho, carino. Aun me queda un buen rato en la oficina. McKinney me matara si no tiene sus previsiones para el proximo ano al final de esta semana. --?No te espero despierta, entonces? --Es mejor que descanses... Intentare no hacer ruido cuando llegue. Athena esbozo una triste sonrisa. --Mas bien me gustaria todo lo contrario. Que me despertases cuando llegues. Sabia muy bien por que Athena lo decia. Ya eran tres miercoles seguidos los que habia llegado tarde a casa por "quedarse trabajando hasta bien entrada la noche". Y se habia dormido en el enorme sofa del salon, con la excusa de no despertarla. Pero Athena no era idiota. A veces, si veia que podia salir beneficiada, se hacia la tonta, pero no lo era en absoluto. Sabia que algun tipo de conversacion seria se cernia sobre ellos. De hecho, hacia dias que no le consultaba nada respecto a los preparativos de la boda. Ella tambien esquivaba el tema, intentando ganar tiempo. Julian suspiro. La cena, o lo que quedaba de ella, se estaba enfriando de nuevo. La cuestion era que ya no tenia hambre. Insistio, y con ello zanjo la conversacion: --Intentare no despertarte cuando llegue a casa. Buenas noches, Athena. No espero a que ella contestara. Cerro la aplicacion y su despacho quedo de nuevo en la penumbra, tan solo iluminado por la carisima lampara de Tom Dixon que tenia junto al ordenador, la unica pieza de diseno que albergaba la majestuosa oficina acristalada con vistas al Tamesis. No podia dejar pasar ni un dia mas. Manana desayunaria con su prometida y le diria lo que probablemente ya sospechaba: que la boda quedaba cancelada. Julian revolvio con cierta desgana los deliciosos tallarines Parsley de Solomon's, uno de sus platos favoritos. El mismo que aquella noche era incapaz de terminarse. Lo del informe para McKinney era totalmente cierto, y a pesar de que durante el fin de semana pasado habia avanzado bastante, sabia muy bien que "Kinney", como ya se permitia llamar a uno de sus mejores clientes, ni siquiera recordaba la fecha que habian fijado. Si lo llamaba el lunes siguiente para decirle que tenia los datos listos para sus proximas inversiones le contestaria balbuceante que OK; que todo bien, que se lo enviase con un mensajero y que ya le echaria un vistazo. Kinney tenia un problema evidente con el alcohol, y eso, por increible que parezca, tiene sus ventajas a la hora de estirar las fechas de entrega.

  • No soy yo, eres tu (Tal para cual 2) de Ebony Clark

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    Un ano antes… -Por favor, senora, deje de aporrear la puerta. Ya le he dicho que hay aire suficiente y que no le va a pasar nada. Estuve a punto de mandarle a la mierda y anadirle que no cogiera ningun atajo y disfrutara del paseo. ?Es que aquel imbecil se creia que estaba hablando con una histerica? Ya sabia que no iba a pasarme nada y que aquello de asfixiarse en el ascensor era una leyenda urbana, que venian con reserva de aire suficiente como para no agobiarme. Pero aquel no era el problema. El problema era que tenia una vista en media hora y no llegaria a tiempo a menos que aquel idiota hiciera algo rapido. Pegue la boca a la ranura entreabierta de la puerta del ascensor. -Mira, como te llames… Es la cuarta vez este ano que alguien se queda encerrado en el ascensor. Para mi, la segunda, por si te interesa. -A lo mejor es que no hacen buen uso. Apenas acerte a entender lo que decia aquel heroe de pacotilla. No estaba segura, pero haciendo buen uso de mi racionalidad profesional, me hice la sueca a su comentario. Ya le diria yo en cuanto saliera lo que pensaba de sus opiniones y en el punto exacto de su anatomia donde podia guardarselas. Fingi ser una dulce damisela en apuros, cosa que solia funcionar la mayoria de las veces. -Oye… Ya se que no voy a morir, no estoy sufriendo ningun ataque de histeria ni nada parecido. La cuestion es que tengo que estar en el juzgado en media hora. Asi que, si pudieras darte un poco de prisa, te lo agradeceria muchisimo… Y cuando digo muchisimo, no estoy hablando en sentido figurado, ?vale? No se si los de tu gremio aceptan propinas o no, pero llevo en el bolso un billete de cincuenta euros que esta deseando encontrar nuevo dueno. Silencio al otro lado. Vaya, quiza la oferta no fuera de su agrado. Podia ser que me considerase una ronosa por el importe de la propina ofrecida. Bueno, cincuenta euros no estaban nada mal, ?no? Escuche un golpe seco en la puerta y me aparte enseguida. Al otro lado, pude ver un unico ojo de un color azul intenso, asomando por la ranura. El bombero que atendia la emergencia desde el otro extremo de la puerta del ascensor debia ser el dueno de aquel ojo. Y seguramente de otras partes del cuerpo humano que yo no podia distinguir, porque estaba atrapada en el maldito ascensor y aquel pequeno detalle lo impedia. -Ensenemelo. ?Que? Sacudi la cabeza, creyendo que habia escuchado mal. -?Como dices? -pregunte con desconfianza. -Que me lo ensene -ordeno el con tono seco-. Su billete de cincuenta euros. -?En serio? ?Puedes acelerar mi rescate con la ayuda de una propinita? Claro, yo no podia ver que la cara del bombero ya habia cambiado a varios colores, mientras continuaba con mi absurdo y repugnante intento de extorsion que, por otro lado, iba a jurar sobre la Biblia no haber cometido si se daba la ocasion. -Pues claro, senora. Para eso estamos. Hum, no se por que, pero algo en su voz me decia que intentaba tomarme el pelo. De todas formas, estaba desesperada. Lucas me esperaba al otro lado, impaciente. Nuestra clienta era un miembro muy influyente de la comunidad nordica del sur de la isla. Lucas era un gran orador, pero yo tenia todos los documentos del caso en mi maletin, conmigo dentro del ascensor. Y nuestros jefes ya nos habian advertido: como no le sacaramos hasta el ultimo euro al marido de Greta, un rico empresario madrileno dueno de varias salas de fiesta, ya podiamos buscarnos otro trabajo. Sin pensarlo, extraje el billete de mi cartera y lo deslice hacia arriba y hacia abajo por la ranura de la puerta, como si fuera la sexy y seductora pierna de una stripper en un bar de carretera. -Vaya, pues era verdad. Parece autentico. Solte una palabrota al escucharle. -!Pues claro que es autentico! Pero ?que te has creido? -le grite, furiosa. -No se… Mi padre siempre decia que no me fiara de los abogados, que son unas ratas mentirosas… Pero no, oiga, parece que usted es de fiar. Y no tiene pinta de rata… Bueno, al menos desde esta distancia no, ?por que no se acerca un poco mas para que pueda verla mejor? -Me encantaria acercarme mas, senor No Estoy Haciendo Una Mierda Para Rescatar A Una Buena Ciudadana… !Pero estoy sudando como si esto fuera el horno donde el diablo cuece a sus pecadores! Y si me muevo, la cosa va a peor… -A lo mejor es que lleva demasiada ropa. ?Por que no se quita esa bonita chaqueta de Bimba y Lola? Le queda muy elegante, eso si… Pero ahi dentro debe de haber unos treinta y cinco grados. -?Me estas sugiriendo que me desnude? Ay, Dios, esto es la pera… -De pronto cai en su sorprendente dominio de la moda femenina y le pinche en un arrebato infantil-: A ver, ?como sabes que mi chaqueta es de Bimba y Lola, eres un disenador frustrado o que? -Que va. Es que le regale una igual a mi madre por su cumpleanos, solo eso. Mire con disimulo mi chaqueta de punto gris con los punos y cuellos ribeteados en negro. Combinada con mis vaqueros y mocasines, me parecia una excelente eleccion para llevar al juzgado; arreglada pero informal, como diria la madre de mi mejor amiga. Sin embargo, ahora que el agente de emergencias mencionaba el regalo de su madre, me hizo sentir mayor y poco atractiva. Seguro que lo noto, porque al segundo siguiente quiso arreglarlo… sin exito, claro. -Oiga, no se enfade… Le queda bastante bien, en serio… Se parece un poco a esa abogada de una serie de hace un millon de anos… ?como se llamaba? Tiene que acordarse, mas o menos es de su epoca, ?no? <>, grite mentalmente, furiosa porque el tio, no contento con meterse con mi ropa, ahora me llamaba carroza en la cara. -Si, lo que tu digas… -corte bruscamente. -?O era Remington Steel? -se pregunto el en voz alta, hablando consigo mismo al principio-: Ahora no lo tengo muy claro, pero usted debe tener mas o menos la edad de mi madre, ?a que si? Seguro que se acuerda. -No soy cinefila -menti. – ?No? Pues deberia… ?No ha visto Ben-Hur, la version original? Me golpee la frente con una sonora palmada. ?De verdad? ?De verdad me habia tocado el bombero humorista? Estaba a punto de darme un ataque, pero no de risa precisamente. Iba a gritarle a pleno pulmon que se dejara de hablarme de series y peliculas, que se estaba pasando y mucho al insinuar que yo tenia edad para haberlas visto en algun cine el dia de su estreno. Me detuve al instante. Ya veia por donde iba… Mi instinto me decia que solo pretendia, muy mal, todo fuera dicho de paso, entretenerme mientras me sacaban de alli. Debia ser el psicologo del grupo. O el chistoso, no estaba segura. -Pero ?que dices? Mira, ?vas a sacarme de aqui o no? -apremie. -Ya le dije antes que si, senora. -Si, ya se que lo dijiste… Pero tambien dijiste que tenias que esperar que tu companero encontrase no se que llave maestra… Y yo no tengo tiempo que perder. Conque, ?quieres o no quieres los cincuenta euros? Otro silencio. -No se… ?Es que le sobran o que? La pregunta me dejo perpleja. Seguro que el intentaba darme conversacion, tal y como le habian ensenado en sus cursos sobre como enfrentarse a situaciones limite. Pero no era mi caso. Mire el reloj de pulsera y se me acelero el corazon. -Pero ?que cono importa si me sobran o no, no te estoy diciendo que te los quiero dar? -casi le grite, tratando de no perder el control. -Es que quiero que quede bien claro que me los quiere regalar. Aprete los dientes. -!Pues claro que te los quiero regalar! Toma, hombre, cogelo ya… Y te compras la edicion Oro de coleccionista de Ben-Hur y unas palomitas a mi salud… !Pero sacame de aqui! -Lo deje caer por la ranura y senti como unos dedos recogian el billete al otro lado de la puerta. Despues, un sonido que recordaba al crujido del papel de cebolla junto a un telefono. Una emisora de radio. <>. No pude contenerme por mas tiempo. Aporree el ascensor con los punos, con el maletin y hasta con un par de patadas al estilo Bruce Lee que habia visto en alguna pelicula. -!Oye, que me estoy enterando de todo! -chille. --… Vale, lo intentare… No te prometo nada… Esta como una regadera, en serio… Es que la oyes hablar y parece la abogada corrupta de una pelicula de la Mafia, tio… Bueno, una mezcla de eso y un palo de fregona desmelenado… Date prisa, tio, da un poco de miedo…

  • A tus ordenes de Christian Martins

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    Charlize Trambley es un mar de confusion.
    Ahora que la vida de sus amigas ya esta encarrilada, no puede evitar verse navegando en un mar de dudas. Pero lo peor de todo, sin duda, son esos malditos suenos eroticos que tiene con su companero de trabajo. ?Acaso existe peor enemigo que tu propio subconsciente?
    Todo parece un desastre hasta que su jefe le propone un viaje al extranjero. Como no, el protagonista de esos torridos suenos viajara con ella.
    ?Encontrara el amor donde menos se lo espera?

  • La hojarasca de Gabriel Garcia Marquez

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    En La Hojarasca nacio Macondo, ese poblachon cercano a la costa atlantica colombiana que ya se ha convertido en uno de los grandes mitos de la literatura universal. En el transcurre la historia de un entierro imposible. Ha muerto un personaje extrano, un antiguo medico odiado por el pueblo, y un viejo coronel retirado, para cumplir una promesa, se ha empenado en enterrarle frente a la oposicion de todo el poblado y sus autoridades.

  • No me llames bana-perros de Iris Vermeil

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    Son las diez menos diez. Faltan diez minutos para que empiece mi jornada laboral. He aparcado mi Vespa a la vuelta de la esquina. Voy esquivando a la gente que pasa a toda prisa por mi lado y sin prestarles atencion miro la pantalla del movil. Llevo los auriculares puestos y escucho una de mis canciones favoritas de bachata y, para no pensar en el dia que me espera imagino que estoy en mitad de un videoclip vestida de fiesta, rodeada de tios buenos, subida a unos tacones de infarto y pintada como una puerta. Camino mirando hacia el suelo y al levantar la vista veo a lo lejos que ya hay varias personas esperandome en la puerta de la peluqueria. Todo lo que habia creado en mi mente se esfuma haciendome volver a la realidad. --Buenos dias, ?hace mucho que esperan? --pregunto educadamente. --No, tranquila. Acabamos de llegar --responde una senora. No se porque siempre la gente suele decir eso ?sera por quedar bien? Seguramente llevan alli un buen rato y no quieren admitirlo. Quito los candados de la persiana y la subo con esfuerzo. Nadie, repito, nadie me pregunta ?Helena, quieres que te ayude? Eso es mucho pedir. Aunque bueno, yo ya estoy acostumbrada. No, no es que vaya al gym ni nada de eso... yo no estoy hecha para levantar pesas ni correr hacia ningun sitio durante minutos eternos. Eso no va conmigo. Yo levanto persianas de las antiguas, de las que pesan mas que un muerto. De esas del siglo pasado, ya que, la buenaza de mi jefa y no lo digo con ironia no se le ha pasado por la cabeza cambiarla por una electrica. No vaya a ser que la mujer se arruine, mejor me arruino yo la espalda. Quito la alarma y rezo para acertar a la primera el numero secreto, como salte nos deja a todos sordos, si lo digo es porque me ha pasado anteriormente. --Pasen, pasen --digo--. Un segundo, voy a cambiarme. --Si, si, no tenemos prisa. Se ve, se ve. Pienso para mis adentros. Me quito los pantalones y al momento, pican al timbre. Debera ser Alma, mi companera. Oigo que los senores le abren. Mejor para ella, porque no pensaba salir en bragas. Las unicas que tenemos llaves de la pelu somos mi jefa y yo, y ella no se ha molestado en hacer mas copias. Me pongo mi uniforme de peluquera canina, una especie de casaca nada sexy de color negra con pequenas huellas de perro de colorines y cambio mis deportivas por unos zuecos blancos. Ah, ?que no os lo habia dicho? Si. Soy peluquera canina. Trabajo como tal desde los veinte anos, cuando deje la carrera de fisioterapia y decidi que mi vida eran los animales. Ahora tengo veintiocho. Adoro trabajar con ellos, sin embargo, reconozco que hay que tener una paciencia... vamos que me falta poco para que me hagan Santa porque hago cada milagrito... Y no solo porque algunos tengan un caracter dificil de controlar, sino, porque los duenos no nos suelen reconocer el esfuerzo que hacemos a diario, a nosotros los profesionales. Como el mes pasado, que vino una senora por primera vez y me dijo que le cortase el pelo cortito a su bichon maltes de seis meses. Todo iba bien hasta que la senora se fue y me quede con el perro. Eso no era un perro, era una oveja. ?Como era posible que tuviera el animal por casa con esos nudos? ?Nudos? Mejor dicho rastas... A punto estuve de llamarla y decirle; Senora, ?usted sabe lo que es un peine? Ademas, no era de color blanco sino gris y del oscuro. Bueno total, que no queria esquilarlo con la maquina e hice lo que habia que hacer. Desenredar y cortar, desenredar y cortar y asi me pase casi dos horas... Se presento preguntando que si ya habia acabado. Le dije con mucha simpatia lo que sucedia y me dijo; Pues, ya me llamaras mas tarde. Cuando finalice el trabajo lo bane con un champu hidratante, le puse acondicionador y lo seque. Una vez seco, volvi a desenredar e hice un corte monisimo con la carita redondita. !Parecia un peluche! Llame a la senora entusiasmada; Senora, que Tobby ya esta listo y perfumado. En cinco minutos la tenia en la puerta. ?Y que creeis que dijo la senora? --!Dios mio! ?!Que le has hecho a mi Tobby!? !!Esta precioso, parece de concurso, eres la mejor peluquera canina Helena!! Voy a recomendar a todas mis amigas del PipiCan que vengan aqui. !!Ja, que os lo habeis creido!! Ya me hubiera gustado ya, que me dijera eso.... --!Parece un conejo! --?Como? --respondi. Ya os podeis imaginar mi cara de incertidumbre. --Lo queria corto pero no tanto. No me gusta. --miro al pobre bichin con cara de asco. Vale. Pense ?La mando a freir esparragos o a la playa? ?Que hubierais elegido? --Quiza esta mas corto de lo que usted se imaginaba, pero Tobby tenia muchos nuditos y hemos tenido que hacerlo asi para que quedara todo igualado. Seguro que el se siente mucho mejor y mas fresquito. --Esta horrible, ?tanto has tardado para esto? Respire hondo y conte hasta diez. --Em... yo lo he hecho lo mejor que he podido y creo que esta guapisimo, si a usted no le gusta... --Ya veras cuando lo vea mi hija, el disgusto que va a tener. --El pelo vuelve a crecer, yo le recomiendo que lo cepille a diario y lo traiga mas a menudo para que su cabello lo mantengamos brillante y saludable. --Bueno, bueno... en casa tambien lo puedo banar yo eh que no es tan dificil... Estaba a una borderia mas de sacar el caracter de leona que tengo escondido. Ese que me viene de familia y que sale cuando me tocan lo que no tengo. --Se que usted puede hacerlo en casa pero de ese modo el se acostumbra a nosotras y al ruido del secador, de las tijeras... --Venga va, cobrame que tengo que ir a recoger a mi nieto al colegio -- interrumpio mi explicacion. --Mire, seran treinta y cinco con veinte. --!!Que!! --grito. --!?Treinta y cinco euros por dejar a mi perro como un conejo?! Diez minutos estuve aguantandola hasta que me cabree y textualmente le dije; --Mire senora, yo he hecho mi trabajo como tenia que hacerlo y lo mejor que he podido. Si usted no lo valora no puedo hacer nada mas. Debo cobrarle por las horas que he pasado con su perro. Pero en realidad queria decirle; Si no le gusta como trabajo, ahi esta la puerta. !No vuelva mas, desagradecida! !A ver en que peluqueria la aguantan! Y se fue pero de pagar vaya si me pago. Dudo mucho que regrese y mejor, porque para soportar cosas asi... Luego hay otro tipo de clientes, los que te son fieles y vienen cada mes. Hablan bien de ti a sus conocidos y asi va prosperando el negocio y tu motivacion al trabajar va creciendo. A esos si que les estoy muy agradecida. --Hola Helena --me saluda Alma al entrar al vestuario--. ?Que tal el fin de semana? --Meh, mas de lo mismo... --?No te fue bien con Santi? --Uf, ni me lo nombres.

  • La llamada de la selva (Prometheus Classics) de Jack London

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    Buck no leia los periodicos, de lo contrario habria sabido que una amenaza se cernia no solo sobre el, sino sobre cualquier otro perro de la costa, entre Puget Sound y San Diego, con fuerte musculatura y largo y abrigado pelaje. Porque a tientas, en la oscuridad del Artico, unos hombres habian encontrado un metal amarillo y, debido a que las companias navieras y de transporte propagaron el hallazgo, miles de otros hombres se lanzaban hacia el norte. Estos hombres necesitaban perros, y los querian recios, con una fuerte musculatura que los hiciera resistentes al trabajo duro y un pelo abundante que los protegiera del frio. Buck vivia en una extensa propiedad del soleado valle de Santa Clara, conocida como la finca del juez Miller. La casa estaba apartada de la carretera, semioculta entre los arboles a traves de los cuales se podia vislumbrar la ancha y fresca galeria que la rodeaba por los cuatro costados. Se llegaba a ella por senderos de grava que serpenteaban entre amplios espacios cubiertos de cesped y bajo las ramas entrelazadas de altos alamos. En la parte trasera las cosas adquirian proporciones todavia mas vastas que en la delantera. Habia espaciosas caballerizas atendidas por una docena de cuidadores y mozos de cuadra, hileras de casitas con su enredadera para el personal, una larga y ordenada fila de letrinas, extensas pergolas emparradas, verdes prados, huertos y bancales de fresas y frambuesas. Habia tambien una bomba para -el pozo artesiano y un gran estanque de hormigon donde los chicos del juez Miller se daban un chapuzon por las mananas y aliviaban el calor en las tardes de verano. Sobre aquellos amplios dominios reinaba Buck. Alli habia nacido y alli habia vivido los cuatro anos de su existencia. Es verdad que habia otros perros, pero no contaban. Iban y venian, se instalaban en las espaciosas perreras o moraban discretamente en los rincones de la casa, como Toots, la perrita japonesa, o Ysabel, la pelona mexicana, curiosas criaturas que rara vez asomaban el hocico de puertas afuera o ponian las patas en el exterior. Una veintena al menos de foxterriers ladraba ominosas promesas a Toots e Ysabel, que los miraban por las ventanas, protegidas por una legion de criadas armadas de escobas y fregonas. Pero Buck no era perro de casa ni de jauria. Suya era la totalidad de aquel ambito. Se zambullia en la alberca o salia a cazar con los hijos del juez, escoltaba a sus hijas, Mollie y Alice, en las largas caminatas que emprendian al atardecer o por la manana temprano, se tendia a los pies del juez delante del fuego que rugia en la chimenea en las noches de invierno, llevaba sobre el lomo a los nietos de Miller o los hacia rodar por la hierba, y vigilaba sus pasos en las osadas excursiones de los ninos hasta la fuente de las caballerizas e incluso mas alla, donde estaban los potreros y los bancales de bayas. Pasaba altivamente por entre los foxterriers, y a Toots e Ysabel no les hacia el menor caso, pues era el rey, un monarca que regia sobre todo ser viviente que reptase, anduviera o volase en la finca del juez Miller, humanos incluidos. Su padre, Elmo, un enorme san bernardo, habia sido companero inseparable del juez, y Buck prometia seguir los pasos de su padre. No era tan grande – pesaba solo sesenta kilos- porque su madre, Shep, habia sido una perra pastora escocesa. Pero sus sesenta kilos, anadidos a la dignidad que proporcionan la buena vida y el respeto general, le otorgaban un porte verdaderamente regio. En sus cuatro anos habia vivido la regalada existencia de un aristocrata: era orgulloso y hasta egotista, como llegan a serlo a veces los senores rurales debido a su aislamiento. Pero se habia librado de no ser mas que un consentido perro domestico. La caza y otros entretenimientos parecidos al aire libre habian impedido que engordase y le habian fortalecido los musculos; y para el, como para todas las razas adictas a la ducha fria, la aficion al agua habia sido un tonico y una forma de mantener la salud. Asi era el perro Buck en el otono de 1897, cuando multitud de individuos del mundo entero se sentian irresistiblemente atraidos hacia el norte por el descubrimiento que se habia producido en Klondike. Pero Buck no leia los periodicos ni sabia que Manuel, uno de los ayudantes del jardinero, fuera un sujeto indeseable. Manuel tenia un vicio, le apasionaba la loteria china. Y ademas jugaba confiando en un metodo, lo que lo llevo a la ruina inevitable. Porque el jugar segun un metodo requiere dinero, y el salario de un ayudante de jardinero escasamente cubre las necesidades de una esposa y una numerosa prole. La memorable noche de la traicion de Manuel, el juez se encontraba en una reunion de la Asociacion de Cultivadores de Pasas y los muchachos, atareados en la organizacion de un club deportivo. Nadie vio salir a Manuel con Buck y atravesar el huerto, y el animal supuso que era simplemente un paseo. Y nadie, aparte de un solitario individuo, les vio llegar al modesto apeadero conocido como College Park. Aquel sujeto hablo con Manuel y hubo entre los dos un intercambio de monedas. -Podrias envolver la mercancia antes de entregarla -refunfuno el desconocido, y Manuel paso una fuerte soga por el cuello de Buck, debajo del collar. -Si la retuerces lo dejaras sin aliento -dijo Manuel, y el desconocido afirmo con un grunido. Buck habia aceptado la soga con serena dignidad. Era un acto insolito, pero el habia aprendido a confiar en los hombres que conocia y a reconocerles una sabiduria superior a la suya. Pero cuando los extremos de la soga pasaron a manos del desconocido, solto un grunido amenazador. No habia hecho mas que dejar entrever su disgusto, convencido en su orgullo que una mera insinuacion equivalia a una orden. Pero para su sorpresa, la soga se le tenso en torno al cuello y le corto la respiracion. Furioso, salto hacia el hombre, quien lo intercepto a medio camino, lo aferro del cogote y, con un habil movimiento, lo arrojo al suelo. A continuacion apreto con crueldad la soga, mientras Buck luchaba freneticamente con la lengua fuera y un inutil jadeo de su gran pecho. Jamas en la vida lo habian tratado con tanta crueldad, y nunca habia experimentado un furor semejante. Pero las fuerzas le abandonaron, se le pusieron los ojos vidriosos y no se entero siquiera de que, al detenerse el tren, los dos hombres lo arrojaban al interior del furgon de carga.

  • Deja de torturarme de C. J. Benito

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    Una proposicion indecente
    Un amor imposible
    Una herencia robada
    Un hombre con secretos

  • Una boda por error de Pia Brooks

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    El dia no habia empezado precisamente bien. Algun genio habia aparcado delante de la puerta de mi garaje pese a que habia un cartel gigante que ponia que no estaba permitido; ?Y para que pagaba yo a personas de seguridad que vigilasen mi parcela sino hacian nada cuando alguien aparcaba donde no debia? Me lo estaba cuestionando mientras esperaba el coche de alquiler que habia pedido por telefono. -Buenos dias senor Parker, aqui tiene. -dijo un chico entregandome las llaves del mercedes donde habia llegado. No me pare a hablar con el pero extendi la mano con un billete como propina. Conduje ya con poca paciencia hasta la oficina, no me gustaba llegar tarde aunque eso siguiera significando llegar media hora antes que casi todos los empleados. El semaforo mas cercano se puso en ambar y tuve que apretar un poco el acelerador para no quedarme alli esperando. Un coche amarillo salio de la izquierda rapido y freno pitandome a unos milimetros de mi vehiculo. Solo tuve tiempo de ver a la chica de dentro hacer aspavientos como para dirigir a la opera de Viena enfadada antes de poner mi coche en marcha de nuevo sin plantearme en ningun momento cederle el paso; Dudaba de que sus quehaceres fueran mas importantes que los mios que tenia que dirigir una multinacional. Llegue a la oficina bajandome para cederle las llaves al portero de la entrada. Sarah, mi secretaria, se acerco sin dejarme entrar sereno como a mi me gustaba. -Buenos dias jefe, tienes el cafe en el despacho y un listado de cosas pendientes de firma que recogere en un rato. -solto sin tregua Sarah. -Sabes que aprecio el silencio. -conteste resoplando por primera vez en la manana; Serian muchas mas veces seguro. -Jefe. -Volvio a llamarme. Al parecer era demasiado dificil comprender que queria subir hasta la planta de mi despacho sin hablar con nadie. -Tu madre ha estado enviando correos pidiendo hablar contigo. -informo con cara de circunstancias. -Contestale preguntando por la familia y eso. -ordene sin darle mas importancia. No veia mucho a mi familia, mis padres y mis tios se habian mudado a un pais con playa para su jubilacion mientras que mis primos estaban repartidos por universidades del mundo. Lo cierto era que me costaba relacionarme con ellos porque se empenaban en hablar de lo mal que se veia entre su circulo de amistades que siguiera soltero. ?Tan malo era tener veintinueve anos y no estar casado con ninos correteando por el jardin de una casa llena de juguetes incomodos? Por lo visto si. -El caso, jefe, es que les puse en el ultimo correo lo que me dijiste. -tartamudeo tan nerviosa siguiendome centimetro a centimetro que me pare para mirarla antes de entrar en el ascensor. - ?Que pasa? No me acuerdo de lo que te dije que pusieras; ?Que importancia tiene?-pregunte suspirando con fuerza. - ?No me dijiste que pusiera que tenias una novia formal? !Pues eso puse! -chillo histerica. Eleve una ceja sin entender su nerviosismo. -Tu madre ha contestado, ya decia yo que tardaba mucho en hacerlo, y... Ay, madre, que vienen todos a conocerla. -concluyo soltando la bomba. - ?Que? No. Diles que no puedo, que estoy muy ocupado y ademas no es mentira; Tengo reuniones, muchas cosas que firmar, tu misma lo has dicho. -conteste subiendome al ascensor para huir de las malas noticias. -Jefe. -Hizo una pausa ante mi ausencia de contestacion. -Jefe. -Volvio a probar. - !Ian! -dijo contundentemente para que la mirase. -Que llegan hoy, no hay nada que pueda hacer yo para que no vengan. -admitio derrotista. Anduve hasta la oficina resoplando casi como un caballo. El dia empeoraba por momentos. -Dire que se ha ido de viaje esa supuesta novia formal... ?Te inventaste un nombre para ella? - pregunte sin poder ocultar mi nerviosismo. Era un hombre duro para los negocios y podia enfrentarme a cualquier situacion pero no queria ver desfilar a mi familia por alli en busca de potenciar que sentase la cabeza. !Ni que yo fuera por la vida haciendo cosas de mala reputacion! Solo no tenia tiempo para involucrarme en algo de mas de una noche con alguien. -No especifique aunque ya tenia un perfil bastante claro de a quien iba a describir. -dijo vivaracha. -Perfecto, tu te haras pasar por mi novia el tiempo que mi familia este por aqui; ?Te han dicho cuanto se quedaran por aqui? ?Conocer a "mi novia formal" les llevara mas de dos dias? No lo creo. -Mi determinacion fue firme. -Yo no puedo hacerme pasar por tu novia. -contesto Sarah dejandose caer en el sofa lateral de la oficina. - ?Por que no? Puedo pagarte. -asegure pasandome las manos por el pelo. -Tu dime una cifra por dia que esten y lo aceptare sin rechistar. -anadi deseando que pusiera cualquier precio a nuestra farsa. -Que no es cuestion de dinero, es que a mi tus padres me han visto muchas veces durante los dos anos que trabajo aqui. -replico entonces. -No han podido verte muchas veces porque ni siquiera yo los he visto en tantas ocasiones los ultimos dos anos. -afirme tocandome el puente de la nariz tenso con como se estaban desarrollando los acontecimientos. -Los ves una vez cada dos meses, en los cumpleanos de todos ellos que son un monton y en las fiestas. Al menos me han visto una veintena de veces siendo tu secretaria, jefe, asi que no soy una buena opcion. -explico poniendo los ojos en blanco. - ?No hay historias donde los jefes y las asistentes acaban por ser pareja? !Digamos que ha pasado exactamente eso! -sugeri deseando terminar esa conversacion para centrarme en el trabajo que era lo que importaba. -Ian, quieren que tengas una mujer porque no quieren que hablen de ti. Si decimos que estamos saliendo sera el pistoletazo de salida al murmullo constante; No mantendras precisamente en buen lugar la reputacion que tanto te preocupa. -argumento con toda la razon. La reputacion lo era todo en el mundo empresarial; Aunque no deberia tener nada que ver, ningun magnate queria hacer negocios con alguien cuya vida personal se pudiese revolver en cualquier momento; Luego venian los divorcios y las particiones de empresa que arruinaban los acuerdos. - ?Y en quien te inspiraste para escribir el email de mi novia inventada? -cuestione con una idea cruzando mi mente. -En mi hermana Amber. -contesto encogiendose de hombros. - ?Ella se haria pasar por mi novia? Le puedo pagar por dia lo que considere. -volvi a la carga. Necesitaba una novia formal a la que poder dar instrucciones en el menor tiempo posible, porque ya estaba temiendo la llamada de confirmacion del aterrizaje de la tropa; Mis padres y mis tios llegarian todos juntos en la primera clase de un avion exclusivo. -Pues... Esto... No lo se. -contesto abriendo mucho los ojos por la sorpresa de mi peticion. - ?En cuanto tiempo lo puedes averiguar? Te doy una hora para que la traigas a mi despacho porque no se si tenemos mas tiempo. -dije sabiendo que mi posicion de superioridad en aquel caso no era justa. -Eso no va a ser posible. -aseguro pegandose cual ventosa a la ventana. - ?Hoy tienes una respuesta negativa para todo? Sigo siendo tu jefe aunque tenga un dia complicado. -replique harto. -Porque en cierta medida te aprecio como jefe, vamos a salir corriendo. Tus padres y tus tios estan entrando en el edificio. -chillo empezando a salir por la puerta. - ?Como voy a huir de mi propia empresa? -pregunte atonito. Habia trabajado con Sarah dos anos y aunque era muy buena en su trabajo, nunca la habia conocido mas alla de eso. No tenia tiempo para entablar relaciones personales y ademas era mi asistente por lo que mas alla de saber que estaba felizmente casada, no creia que fuese mi obligacion saber de su vida; Ese era su trabajo. -Saldremos por la puerta lateral, la que usan los asistentes de la limpieza. Es cuestion de que bajemos por la escalera, la gente de apellido como tu o tu familia no las usan, esperan a que los empleados nos bajemos cagando leches del ascensor para evitar nuestro despido. -dijo sin tapujos. ?Cuando habia yo autorizado ese trato tan personal hacia mi? Bueno, no era cuestion de ponerme tiquismiquis ya que le estaba obligando practicamente a que consiguiese que su hermana se hiciese pasar por mi novia formal ante mi familia. - ?Y ahora que? -cuestione una vez en la calle. -Iremos en mi coche, no se fijaran en nosotros. -aseguro riendose. Desde luego que no, ese clio al era del ano de la pera. Me sente incomodo de copiloto y al tener que bajar la ventanilla al estilo manivela casi me bajo abandonando el plan. - ?Queda muy lejos? -interrogue a los cinco minutos. -Por suerte para ti, vivo extremadamente cerca. -afirmo riendose. -Ahora bien, mi hermana no es precisamente alguien predecible asi que no se que va a decir. -anadio. Llegamos a una casa pintoresca pintada de amarillo con unas vallas blancas y rosales en la puerta donde un nino correteaba en un tacataca. - ?Vives aqui? -pregunte alejandome del nino que llego corriendo hasta donde estaba su madre. -Si, pero es temporal. Es la casa de mi hermana Amber, la nuestra esta todavia en construccion; La hemos comprado en barrio de nueva obra. -explico mi secretaria. Metio en la llave en la cerradura no sin antes de tocar cuatro veces el timbre; ?Para que? Eran las diez de la manana, no podia comprender como ibamos a pillar a alguien decente durmiendo. - ?Amber? -grito Sarah como nunca antes habia hecho delante de mi. ?Que forma de comunicarse tan abrupta era esa? -Creo que no esta. -aventure mirando la decoracion interior; Habria demasiadas cosas dispares entre si. Quiza se podia plantear la tal Amber hacer una limpieza hasta dejar un hogar mas formal. Sarah comenzo un peregrinaje por la casa para seguir buscando. Si con esos gritos no habia salido era que no estaba: Logica pura. Subimos las escaleras, porque no pense quedarme atras con el nino del tacataca observandome, para descubrir una nueva planta. Abrio una puerta sin miramientos y entro. Dude si mirar dentro pero me pudo la curiosidad de ver a quien se iba a hacer pasar por mi novia asi que eche una ojeada. Amber, porque esa debia ser ella, se levanto conforme Sarah abrio la persiana con fuerza haciendo un ruido espantoso, por eso me gustaba tener en casa domotica suficiente para que todo fluyese sin sobresaltar mi preciada paz. - ?Se puede saber por que me despiertas? -gruno Amber frotandose los ojos y colocandose la gran cabellera anaranjada rizada que parecia un manojo de hilos revueltos. -Son las diez de la manana y necesito un favor. -dijo Sarah sentandose sobre un mueblecillo para zapatos donde no conseguia ver desde mi posicion ni un solo par completo. -Los parados no hacemos favores. -aseguro Amber. Carraspee consiguiendo que mi unica opcion se percatara de que estaba ahi. -Es Ian. -La presentacion de Sarah fue demasiado escueta para mi gusto. - ?Por fin ha venido el del seguro? Ya le dije yo por telefono a la compania que lo del cuadro electrico tenian que cubrirlo. -solto con desidia. -No soy el del seguro. -replique cabreado. ?Llevaban los del seguro trajes de Armani? Lo dudaba. - ?Y entonces quien cojones eres? -pregunto de mala forma. La bella durmiente no se despertaba precisamente de buen humor. -Nadie, ya me voy. -dije negandome a intentar algo que, a primera vista, iba a salir mal. -Amber, este es mi jefe, Ian Parker. -puntualizo Sarah con voz de querer matar a su hermana. -Ah, esto... Hola, encantada. -dijo forzadamente Amber para despues dirigirse solamente a su hermana. - ?Y que hace tu jefe en mi casa? -Ha venido a proponerte algo... Un... Trabajo de unos dias. -explico nerviosa. - ?No necesitabas un favor? -cuestiono de vuelta su hermana. -Como has dicho que los parados no haceis favores, ire al grano que se me acaba el tiempo: Te pagare mil euros por dia que trabajes para mi. -afirme contundente. - ?Me has metido a chica de compania, Sarah? Solo llevo un mes en el paro. -grito molesta. -Nunca he necesitado ese tipo de servicios. -intervine molesto. - ?Y yo como voy a saberlo si no te conozco? -pregunto con retintin. -Pues vamos a sentarnos a hablar antes de que mi madre me llame histerica para organizar una comida de reconocimiento. -afirme con prisa. - ?Que dice este de su madre? Voy a ducharme, prepara cafe porque no me da la cabeza para nada. -solto Amber desapareciendo tras una puerta que debia ser el bano. -Tu hermana tiene un caracter... Dificil. -murmure mirando a mi secretaria. -Asi es. Yo ya te he traido hasta aqui, la negociacion ya es cosa vuestra. -contesto encogiendose de hombros. CAPITULO 2 AMBER ?Quien demonios era ese hombre que habia en mi casa con cara de tener metido un palo por el culo? Cerre la puerta del pestillo del bano, por muy jefe que fuese de mi bendita hermana no me sentia segura de estar desnuda con un tio desconocido; !Quien sabia si era un loco! El agua fria recien despierta me sento como un tiro en el pie. Habia olvidado por un momento que la caldera estaba rota; !Por algo pensaba yo que Ian era el del seguro! Me mire en el espejo intentando serenarme al salir. Lo cierto era que si venia a darme trabajo, fuese lo que fuese, me venia bien; ?Que necesitaria para pagar mil euros al dia? Refunfune lavandome los dientes y procurando hacer algo con mi pelo enredado, parecia que me habia estado peleando toda la noche con alguien. Asomarme por la puerta del bano para comprobar si todavia habia gente en mi habitacion fue un poco paranoico pero asi era yo. Me coloque unos vaqueros con una camiseta de manga corta y unas zapatillas blancas antes de bajar las escaleras de dos en dos. Trey, mi sobrino, me dio en a la altura de la rodilla con el tacataca provocando que soltase un alarido llamando la atencion de mi hermana y el estirado de su jefe. -Nena, tu cafe. -dijo Sarah ofreciendome una taza. Vaya, en algo debia interesarle a mi hermana mayor lo que su jefe fuese a ofrecerme porque no me habia hecho el desayuno hacia anos, y eso que dejaba que viviese en mi casa. Sarah y su marido, Fred, habian tenido la brillante idea de comprarse una casa aun en construccion con la fecha de entrega justisima a la que debian abandonar su piso en alquiler; Claro, como no podia ser de otro modo, habia llegado el dia de irse antes de que le diesen las llaves. !Y desde entonces en mi casa! Oye, que les queria mucho, pero mi intimidad era algo casi tan valioso como el bote de helado de chocolate con virutas y avellanas. -Sueltalo ya. -dije mirando al trajeado presente en mi cocina. - ?Nos dejas a solas, Sarah? -cuestiono a modo de orden; Ese tonito de superioridad no fue del todo de mi agrado pero resople forzando una sonrisa hasta que mi hermana desaparecio. - ?En que trabajabas antes de quedarte en paro? -interrogo carraspeando. - ?No te lo ha dicho mi hermana? -bufe poniendo los ojos en blanco. -Era administrativa de cuentas en un banco. -dije tomando un sorbo de la taza. - ?Y te echaron por algo reprobable? -pregunto ofendiendome. - !No me echaron! -grite enfurecida. -Bueno si, pero porque no quise ser participe de un chanchullo. -explique cruzandome de brazos. -A ver, dejemos las preguntas hasta que vea si seras mi jefe o no, porque a lo mejor te estoy dando explicaciones para nada. -aventure nerviosa con la pierna para arriba y para abajo. -No quiero que seas mi empleada sino mi novia. -dijo de pronto. Escupi lo que acababa de beber de cafe pringando toda la mesa por lo que cogi un punado de servilletas que puse torpemente. - !Ya habia dicho yo que mi hermana me habia metido a chica de compania! -exclame levantandome de golpe. -No, no es eso, creia que lo habia dejado claro. -afirmo levantandose tambien. -Mira, casi que mejor que lo dejemos aqui porque veo que no eres como tu hermana. -anadio como un punal en la espalda.

  • Tu, mi destino de Elizabeth Betancourt

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    Ashlyn acaba de recibir una carta donde se dice que ha heredado una casa en Alabama. Le viene estupendamente sobre todo porque acaban de despedirla de su trabajo como quimica cosmetica y esta a punto de vivir en un callejon.Ilusionada por esta nueva aventura, emprende el viaje sin saber que se encontrara con muchos secretos familiares y un pueblo dirigido por el sheriff Lorcan Foster que intentara impedir que la mujer se quede en Fairhope por todos los medio posibles, incluso poniendo a todos los habitantes de la pequena ciudad, en su contra.

  • La ley de los justos de Chufo Llorens

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    En la Barcelona modernista germina una historia de amor entre dos jovenes de clases sociales distintas. Una gran novela historica de pasion, ideales y venganza.

  • Ella si que estaba de Monica Benitez

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    ?Por que no os venis tu y Esteban a cenar el sabado a casa? Mario hara su famosa lasana... --me sugiere mi mejor amiga. De pronto me arrepiento de haber quedado con ella en esta cafeteria, sabia que tarde o temprano tendria que contarle la verdad a Isa, pero no me apetece, y tras esa pregunta que acaba de hacerme y por el rumbo que esta tomando nuestra conversacion, al final voy a tener que hacerlo. --Otro dia Isa, estoy muy liada con el trabajo este fin de semana--digo con un gesto agotado que no la convence. --Venga ya Vane, cuentale el rollo a otra, disenas paginas web, tu no tienes horarios-- responde molesta. --Es verdad, pero tengo mucho trabajo acumulado Isa, y habia pensado ponerme al dia este fin de semana. Siento cierta presion en el pecho cuando clava su mirada en mi y sus ojos se empequenecen, esa es la cara que Isa pone cuando sospecha algo, y ante su mirada acusadora soy incapaz de mentir, lo he intentado varias veces pero no funciona, Isa me conoce demasiado bien y siempre me acaba pillando. Le basta con poner ese gesto y hacerme la pregunta para la que desea una respuesta y yo me siento desarmada y traspasada por la profundidad de sus ojos negros. --?Va todo bien entre Esteban y tu? Y ahi esta la pregunta, la odio cuando hace eso, no solo porque no puedo ocultarle nada, sino porque ademas me toca aguantar sus sermones. --?Podemos hablar de eso en otro momento Isa? Me gustaria tomarme el cafe tranquila... -- le pido en tono conciliador. --!Por Dios Vane! Dime que no has dejado a Esteban--dice elevando la voz y haciendo aspavientos con las manos. Miro en todas direcciones, la cafeteria esta bastante llena y el enfado de mi amiga ha captado la atencion de varias personas. --?Por que no gritas un poco mas alto? --Pregunto con ironia--yo creo que los de aquella mesa todavia no se han enterado--contesto de mal humor. --Que les den--dice sin inmutarse--. No te entiendo, te juro que no te entiendo Vane... Esteban esta colado por ti y es un buen chico, haceis una pareja estupenda, creia que te gustaba, ?que mas necesitas? --pregunta tan sorprendida como cabreada. Durante un segundo me quedo en silencio pensando en su pregunta, tiene razon, Esteban es lo que cualquier chica querria tener a su lado, es guapo, atento, carinoso y ademas es cierto, esta colado por mi. Pero por lo visto yo no soy cualquier chica. --No lo se Isa--contesto decepcionada conmigo misma--tal vez haya confundido todas sus atenciones con el amor y me he dejado llevar, pero creo que no es amor lo que yo siento por el-- le confieso aturdida. --?Como cono vas a saber si sientes algo por el si no te das tiempo Vanesa? Siempre haces lo mismo, en cuestion de dos meses te los ventilas a todos. Su ultima frase me duele un poco, suena peor de lo que realmente es, pero no deja de ser cierta, no he conseguido aguantar con ningun chico mucho mas de ese tiempo. Mi amiga esta claramente molesta y parece que su enfado crece por segundos, se esta poniendo colorada y me mira como si se esforzara por entender mi comportamiento. --?Os habeis acostado? --pregunta de pronto. --?Como? --Respondo aturdida--?a que viene esa pregunta, Isa? Aunque Isa es mi mejor amiga nunca he hablado de estas cosas con ella, soy una persona bastante reservada, me cuesta abrirme, sobre todo en ciertos temas, y el sexo es uno de ellos. Siempre que saca temas de ese tipo suelo desviar las conversaciones porque me siento incomoda, cuando quiere chincharme hace algun comentario morboso y no para hasta que me pongo como un tomate, pero ahora no es el caso, su pregunta va en serio y me estoy poniendo muy nerviosa. --Es una pregunta muy simple Vane, ?habeis follado? --insiste elevando la voz. --!Joder Isa! ?Quieres hablar mas bajito? --le pido avergonzada. --Contesta Vanesa--insiste traspasandome con la mirada--?te lo has tirado o no? El pulso se me acelera y tengo ganas de tirarle algo a la cabeza, estoy segura de que si estuvieramos en su casa o en la mia es muy probable que le dijese cuatro cosas, pero estamos en una cafeteria a las cinco de la tarde, rodeadas de abuelas cotilla y estudiantes que oyen la palabra sexo y les saltan todas las alarmas, asi que respiro hondo intentando contener mi enfado y me rindo ante la insistencia de mi amiga. --No, no me lo he tirado--confieso sin mas. --!Yo alucino! --dice abriendo mucho los ojos. --Si vuelves a levantar la voz me levanto y me largo--la amenazo. --Vale, vale, perdona, ya me calmo--concede por fin--?con Ivan hiciste lo mismo? ?Lo dejaste sin haber mantenido relaciones? --me pregunta mas serena. Creo que todas las personas tenemos en nuestro circulo de amigos a un confesor para ciertos temas, con unos nos es mas facil hablar de unas cosas y con otros de otras, y ahora mismo me estoy dando cuenta de que el hecho de que no hable de sexo con Isa no se debe solo a mi timidez, es simplemente que con ella no me siento comoda hablando de esto y no entiendo por que, es uno de sus temas favoritos. Quiza se deba a que ella habla de sexo como algo que simplemente sirve para dar placer, como algo que se debe hacer siempre que se puede y yo no soy asi, no me van los lios de una noche, no soy de polvos ocasionales y si me acuesto con alguien es porque siento algo hacia esa persona, o por lo menos eso es lo que creo en ese momento y por eso no paro de cagarla. --Con Ivan me acoste una vez--contesto con desgana. --?Y? --pregunta alzando las cejas. --Le deje, ?recuerdas? --pregunto molesta. --?Tan mal os fue Vane? --pregunta en un tono mas carinoso que me tranquiliza un poco. --No es que fuera mal Isa, es que no me gusto, no senti lo que creo que deberia de sentir--le confieso angustiada. --?Y has dejado a Esteban porque crees que te va a pasar lo mismo? --pregunta sin entender. --No joder, lo he dejado porque me he dado cuenta de que no estoy enamorada de el, y ya esta Isa, no quiero hablar mas de esto--sentencio. --Esta bien, vale, ya hablaremos de tus problemas sexuales en otro momento. Suspiro aliviada, pero me dura poco. --Dime que todo esto no es por lo de tu madre Vane--dice de pronto. El pulso se me acelera en cuanto la nombra. --?Que cono pinta mi madre en todo esto Isa? --pregunto alterada. --Nada, pero se acerca tu cumpleanos y las dos sabemos como te pones en estas fechas. ?Has recibido ya la nota? --No, ya sabes que siempre la recibo el mismo dia, y ya basta Isa, no sigas con esto por favor --le suplico. --No, no basta, ya esta bien de esconderte como una nina, ya va siendo hora de que hablemos sobre el tema Vane, han pasado, ?cuantos? ?Catorce anos? --Quince--le aclaro. --Tu madre no esta, se que es muy duro pero tienes que aceptarlo de una vez y pasar pagina, no puedes seguir haciendo lo mismo todos los anos. Se que mi amiga tiene razon, pero ni estoy preparada ni quiero hablar sobre ese tema con ella ahora. Me duele que piense que lo que ha pasado con Esteban tiene que ver con mi madre, y siento como toda la tristeza que me ha provocado que la mencione, ahora se esta transformando en rabia

  • Harley R. (Moteros 2) de Patricia Sutherland

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    Para Abby nunca ha habido nadie mas que Dakota, un motero con el que suena despierta desde que iban al parvulario, pero ahora sabe que sus suenos nunca se haran realidad porque el no esta enamorado de ella, sino de Tess, su hermana mayor. Prendada de un hombre que el destino ha querido convertir en su cunado, sintiendose traicionada por su propia hermana y dolida con su familia que parece haberse puesto de su parte, Abby se precipita al vacio de la depresion, un abismo del que, haga lo haga, no consigue salir. Cuando aquella manana, sin saber como, amanece en la cama de Evel, el mejor amigo de Dakota, Abby comprende que ya no puede caer mas bajo.

  • Suenos (Italia 2) de Elizabeth Betancourt

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    Sentada en el bar, sumida en sus pensamientos, siquiera oia la triste musica de fondo que tanto se asemejaba a su estado de animo. Ya desde un inicio sabia que emprender el viaje hasta Italia era un riesgo, pero estaba dispuesta a arriesgar porque la seguridad en la que vivia en casa de sus tios era una ilusion, una carcel disfrazada de solidez, de una garantia de vida tranquila que era estatica sin cambio alguno, estando en un bucle que consistia en rutinas interminables de aburrimiento. No lamentaba haberse ido de "Boring", pero ni en sus peores pesadillas se habria imaginado que perderia todo por culpa de una mentira, por culpa de una farsante maquiavelica que a simple vista no parecia alguien de quien temer... Durante el viaje, aquel viaje inolvidable en el que habia conocido a Angela y a Domenico, habia pensado que podia fracasar con el proyecto que habia emprendido, pero por cuestiones economicas, no por el odio de toda una comunidad que la habia tratado al principio como una persona que merece respeto y carino, para despues sin siquiera escucharla, juzgarla y echarla de sus vidas como si fuera un perro callejero. Sus ojos todavia se empanaban al recordar lo perdida que se sentia al salir de la casa de Domenico. La habian sentenciado sin siquiera darle la minima oportunidad de poder defenderse. Habia creido que en seis meses la conocerian, sabrian la clase de persona que era y sobre todo, sabrian lo mucho que habia entregado de su amor a todos ellos. Una lagrima se deslizo por su mejilla sonrojada y Melania la borro con rabia, diciendose a si misma que ninguno de ellos valia la pena, ninguno de ellos merecia una sola lagrima suya, ninguno, excepto su angelito... Si seguia alli, planeando y luchando por descubrir las mentiras de Antonella, era por Angela y por su casa, habia trabajado muy duro como para abandonar el unico hogar real que habia tenido en la vida. --Disculpe, senorita... Espero no molestarla, pero creo que necesita compania. --La voz de un hombre interrumpio sus reflexiones. Le miro sin llegar a verle, lo cierto es que se sentia desde hacia semanas como en un mundo lleno de niebla espesa que la permitia abstraerse de la realidad. No queria sumergirse en su mundo interior, pero el dolor por la perdida de aquello que siempre habia anorado tener y por fin parecia haberlo logrado, la mortificaba. --Nnno, no pasa nada. --Murmuro Melania en respuesta. El hombre sonrio y toco su mano, fue entonces cuando la pelirroja por fin se fijo en el. Era un hombre atractivo, debia rondar los treinta y cinco anos, moreno y de estatura promedio. Iba vestido de manera informal y debia admitir que tenia una sonrisa bonita. Su gesto no parecia el tipico de un varon joven que intenta llevarse a la cama a una chica que se encuentra en un bar en los suburbios de la Toscana. Parecia que deseaba genuinamente ayudarla, al menos escuchandola, si, tenia pinta de ser un buen oyente. --?Por que una joven inglesa tan bella esta sola en esos lares y con la mirada tan triste? -- Pregunto aquel hombre cuyo acento en ingles era dulce y gracioso. --Es una historia muy larga. --Contesto Melania, haciendo un intento de esbozar una sonrisa que mas bien parecia una mueca y en un italiano perfecto, casi de nativa. --Se me da bien escuchar. --Respondio el moreno. Su mirada era calida y su voz muy tranquila y serena, tanto que resultaba calmante. --Eso parece... ?Eres un escritor que busca inspiracion en historias tristes? ?O tal vez, un sociologo que intenta estudiar el comportamiento de las feminas extranjeras en Italia? ?O, eres alguien sin una vida propia que no tiene nada mejor que interesarse en las vidas ajenas? Melania no habia pretendido resultar tan borde, pero ultimamente no parecia ella misma, no se sentia como la mujer serena, dulce, simpatica y graciosa que generalmente era. Algo en su interior se habia roto... --Perdona, no queria... --Intento disculparse, pero el hombre la dedico una sonrisa, como diciendo: No pasa nada. --Soy criminologo, me acabo de tomar las vacaciones y decidi venir a este sitio que se caracteriza por sus buenas costumbres y la paz. Mi trabajo muchas veces impide esa tranquilidad mental que deseo. --Dijo el desconocido dejando a Melania sorprendida. Ella jamas habia conocido a un criminologo y aquello resultaba de lo mas interesante. --!Vaya! No me extrana... ?Es como en "Mentes Criminales"? Me refiero, seguro que has visto cosas espeluznantes... --Dijo Melania con la curiosidad tipica de una nina pequena. --La realidad supera la ficcion. --Contesto el hombre y en sus ojos ella pudo apreciar cierta tristeza, pero fue solo por unos segundos tras los cuales la expresion del moreno volvio a ser afable y sus ojos brillantes, chispeantes como el lucero vespertino. --Entiendo... ?Y que te parece la Toscana hasta ahora? --Pregunto Melania cambiando de tema, aunque se moria por saber mas sobre las cosas que debia haber visto aquel desconocido tan atractivo. Su imaginacion volaba por las nubes, imaginandose situaciones, historias dignas de un episodio de NCIS. --A La Toscana la podria definir como un paraiso idilico donde el tiempo se ha detenido. -- Respondio el criminologo. --Oh, recuerdo que yo habia pensado lo mismo cuando pise estas tierras. --Dijo Melania con cierta melancolia. --?Y ahora? ?Opinas de la misma manera? --Pregunto el hombre que al parecer se interesaba por el comportamiento humano incluso fuera del trabajo. --Claro que si, lo que pasa es que... No se, es dificil de explicar. --Dio una respuesta bastante ambigua la pelirroja, pues ya no confiaba en las personas como antes y tanto interes repentino por parte del desconocido sonaba sospechoso. --Intenta explicarlo. Creo que has sufrido mucho, parece que alguien a quien amaste con todo el corazon te destrozo emocionalmente... No pareces desear soltar tu dolor a un perfecto desconocido. Lo cual es comprensible y ademas, aconsejable. Pareces una buena chica, alguien capaz de escuchar... Tal vez tu podrias ser mi oyente por unos minutos, a mi no me importa que seas una desconocida, casi que lo prefiero, siento que me puedo expresar mejor con alguien a quien no conozco, alguien cuya opinion en el fondo no me importa, alguien a quien tras una charla amena no volvere a ver. --Dijo el moreno sonriendo, Melania correspondio a su gesto. --Entonces tienes una historia... --Dijo ella, mas para si misma que para el, reflexionando en voz.--En esta clase de sitios siempre hay alguien con una historia, dispuesto a ahogar el dolor con una copa o un rapido revolcon. --Yo solo vine a por una o varias copas. --Dijo la pelirroja, dejando clara su postura. --Tu corazon pertenece a alguien, inconscientemente pones barreras a cualquiera que quiera ligar contigo porque sientes que le debes lealtad a esa persona. --Dijo el desconocido sin inmutarse, con una voz pragmatica. --!No le debo nada a ese! --Contesto Melania con voz ronca, con los ojos reflejando su llanto interior. --Lo que yo decia, un corazon roto. --Dijo el moreno levantando una ceja y ella le miro rabiosa. --!Deja de analizarme! Mi cabeza es mia y solo yo puedo estar dentro de mi coco. La respuesta de la inglesa le hizo reir al criminologo, a ella le parecio que su risa era agradable al oido y sin poder evitarlo, tambien lanzo una carcajada. --Cuentame tu historia. --Dijo al cabo de un rato la pelirroja, tomando un gran sorbo de su jarra de cerveza. --Me suspendieron del trabajo por un trauma... --!Oh dios mio! --Exclamo Melania horrorizada, con los ojos abiertos de par en par. --No es por algo que haya visto, esas cosas no suelen afectarme, solo unos cuantos casos durante mis primeros anos de oficio, pero el ser humano esta hecho para encontrar la forma de poder avanzar a pesar de ver las cosas mas horrorosas hechas por seres que han caido en la miseria de su existencia. --Respondio el con una voz inexpresiva, probablemente una tecnica que habia aprendido como forma de suprimir sus emociones para desempenar su trabajo. --?Y entonces? --Pregunto Melania consternada por lo frio que parecia al hablar de su trabajo. --El ano pasado mi hermano, Alphonso, se suicido. Fue de forma repentina, el parecia estar bien meses atras, pero se enamoro perdidamente de una chica a la cual yo nunca llegue a conocer. Encontre su cuerpo sin vida en su habitacion, pues compartiamos piso, el colgaba desde el techo y en su mano habia una carta desgarradora en la que describia ese amor enfermizo que sentia hacia esa mujer llamada Chiara. Al parecer, ella nunca correspondio a su amor, pero a pesar de eso era extrano ese comportamiento en mi hermano, el no era un cobarde, todo lo contrario y jamas antes se habia obsesionado de esa forma con una mujer hasta perder la cabeza. Lei todas las cartas que le habia escrito, solo se repetia ese nombre y la belleza que poseia la mujer, pero ninguna pista sobre la identidad de Chiara, tan solo su nombre de pila. Llegue a tener una gran mania de encontrar mas respuestas para poder explicarme la razon de que mi hermano hubiera tomado tal decision, una resolucion radical y sin logica... Pero, no hallaba las respuestas a todas mis preguntas, mi jefe lo noto, me dio un plazo para recomponerme y dedicarme de nuevo de pleno en mi trabajo, pero no pude... Es por eso que Basilio, mi superior me suspendio temporalmente y vine aqui... Creo que me vendra bien. --Termino de relatar el hombre y anadio. --Te acabo de contar parte de mi vida y sin embargo, ni te he dicho mi nombre. Me llamo Cristiano. La historia de lo que le habia pasado al criminologo habia dejado a Melania con un malestar en las entranas. --Yo Melania. Espero que estas tierras apacibles realmente te ayuden, es algo atroz lo que ha pasado y puedo comprenderte perfectamente, puedo entender las dudas que te asechan, sobre todo, teniendo en cuenta que tu hermano era alguien con todos los tornillos bien puestos... Es extrano el cerebro, su funcionamiento... !Un dia piensas normal y ves las cosas con logica y perspectiva, al otro has perdido las facultades! --Asi es, pequena pelirroja. He hablado de esto solo con mi terapeuta.

  • Besame, por favor (Clamores de juventud 2) – Estrella Correa de Estrella Correa

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    Dani se siente perdida, confio de nuevo en el amor y nada era lo que creia. Ahora, decepcionada y rota por el dolor, decide dar una oportunidad al pasado. Piensa que acercandose a el puede conseguir las respuestas que lleva tanto tiempo esperando, pero tal vez, y solo tal vez, lo que encuentre vuelva a romperle todos los esquemas y tenga que replantearse que las cosas no siempre ocurren como nosotros deseamos.

  • Como caida del cielo de Maya Alvarez

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    Un hombre sexy y encantador, ligado a la riqueza y la television se topa con una chica dulce, normal y que despierta todo su interes. Juntos es imposible evitar la conexion y el deseo.
    Una historia de amor en medio de una falsa realidad.
    Cada dia se convencen mas de que no quieren separarse, pero hay una vida que vivir. Se ven obligados a huir del escandalo y la locura, para vivir su propio sueno romantico y erotico.
    ?Podran lograrlo? ?Podran superar la ambicion de la television y los enredos?
    ?Sera amor verdadero?

  • Tinisima de Elena Poniatowska

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    Convertida en leyenda, tanto por su vida como por su obra, Tina Modotti tuvo una existencia llena de pasion y de furia, que encontro en la fotografia el medio ideal para expresar su disconformidad y compromiso con el tiempo que le toco vivir.

  • Los tiempos del odio de Rosa Montero

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    Independiente, poco sociable, intuitiva y poderosa, la detective replicante Bruna Husky solo tiene un punto vulnerable: su gran corazon. Cuando el inspector Lizard desaparece sin dejar rastro, la detective se lanza a una busqueda desesperada y contrarreloj del policia. Su investigacion la lleva a una colonia remota de Nuevos Antiguos, una secta que reniega de la tecnologia, asi como a rastrear los origenes de una oscura trama de poder que se remonta al siglo xvi. Mientras tanto, la situacion del mundo se hace mas y mas convulsa, la crispacion populista aumenta y la guerra civil parece inevitable.
    Bruna tendra que hacer frente a su mayor temor, la muerte, en una historia que es un certero y deslumbrante retrato de los tiempos en que vivimos.
    Los tiempos del odio es una novela intensa y de accion trepidante, en la que estan presentes los grandes temas de Rosa Montero: el paso del tiempo, la necesidad de los otros para que la vida merezca la pena, la pasion como rebelion frente a la muerte, los excesos del poder y el horror de los dogmas.

  • Sangre de fuego (Sangre de hielo 2) de Elly Blake

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    Descubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.