• libro lo que nos pasa por dentro pdf - Eduardo Punset

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  • Lo que nos Pasa por Dentro - Eduardo Punset - Academia.edu

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  • La ciudad infinita de Sergio C. Fanjul

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  • Sexo Duro y Salvaje de Sara Toledano

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    Nina Mala: Sumisa Adiestrada por el Dominante Millonario

  • El color que no existia de Fran Pahino

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    El color que no existia es la historia de la fuerza de la constancia, de como luchar por los suenos de cada uno y mantener una fe tan poderosa e intensa que nos situara al borde de la locura al contemplar lo que la ciencia y la razon tratan de imposible.

  • Solo era sexo de Patricia Hervias

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    Valeria es una joven independiente que vive el sexo de manera desenfadada y en total libertad. Sasha es el dueno de una de las salas de fiestas sexuales de alto standing mas conocidas en el mundo. Ella sabe lo que quiere, el tambien. Solo sera una noche y todo acabara ahi. ?O no?

  • Defectos perfectos de Chenoa

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    En plena madurez artistica y personal, Chenoa pasa revista a su vida a traves de las paginas de un libro sincero, donde repasa su trayectoria profesional y vital hasta llegar al presente, en el que se siente plena y feliz.

  • Tu te lo buscaste! 2 de Emma Green

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    Valentine Seguramente tengo la autoestima muy alta (o al menos pienso que mi sistema reproductivo es muy inteligente) ya que llegue a pensar que la pildora del dia siguiente no funcionaria conmigo y que yo seria parte del 5 % de las mujeres con hormonas invencibles. Lastima. Pense que una diosa de la fertilidad se acoplaria bien con un vikingo sobrehumano con trenzas. A pesar de los problemas infinitos que pudieron haber sucedido con el, me habria gustado verme como Artemisa, con el cabello corto, mi aljaba, mis flechas y con un vientre grande, defendiendo la vida cueste lo que cueste; o quiza verme como Juno, con esos senos tan grandes que se salen de su toga romana, sola, dando a luz a un semi-dios, mientras su infiel Jupiter se divierte haciendo del cielo y de la tierra lo que le viene en gana. En una de mis crisis de necedad extrema, incluso busque cual es el nombre de la diosa fertil en la mitologia escandinava: Frigg. ?Suena hermoso, no? Es un nombre muy dulce, muy calido. No es para nada un nombre frigido. No, en verdad, la cultura nordica no esta hecha para mi. Seguire llamandome Valentine y guardare mis suenos de tener pequenos Nils en un rincon (bien escondido) dentro de mi cabeza, dentro del cajon que dice << deseos que nunca se deben saciar >>. Desde hace seis meses me alegro cada dia por no haber repetido la historia familiar; por no haberme embarazado del hombre equivocado, demasiado guapo para ser real, demasiado estupido para quedarse (y sobre todo demasiado extraordinario como para conformarse con una morenita con la que se acosto en la parte trasera de una pick-up en la selva de Madagascar). Seguramente, para Nils Eriksen, esa solo fue una noche como cualquier otra. La prueba de ello es que ya me reemplazo por una putita pelirroja de senos tan saludables que se desbordan y que son capaces de alimentar a una familia numerosa, incluso a pequenos vikingos hambrientos. Entre Nils y esa famosa Rita, las cosas pudieron no haber durado. Jamas debi haberme enterado de su relacion. Sin embargo, ella tenia que hacer un poco de teatro, sus caprichos de actriz joven y mostrar fotos un tanto escandalosas para que la gente hablara de ella. Y, por consiguiente, de el. Una de esas fotos llamo mi atencion, una bella manana, por coincidencia, mientras yo hojeaba con verguenza una revista de espectaculos en la sala de espera del dentista. Cuando el doctor Wong me llama, justo estoy leyendo la nota de una maldita foto: La monumental Rita Shank no le teme a nada... ni siquiera a los resfriados. Estas lineas estaban escritas debajo de un cliche donde la actriz baja de un automovil y donde se veia que al parecer habia olvidado ponerse pantaletas. Cuando el doctor Wong repite: << ?Valentine Laine? >> con un tono interrogativo y un poco impaciente, acepto quitar los ojos de la revista barata y cruzo la mirada con el unico paciente que esta en la sala. Se trata de una persona de sexo masculino y de edad avanzada que levanta las manos para convencer al dentista de que el no se llama Valentine. Yo, muy amablemente, dejo que aquel viejo inocente pase antes que yo a la silla de tortura para asi poder terminar mi lectura. El articulo dedicado a Nils y a Rita no pasa de las seis lineas y termina con esta frase: << Aparentemente, este guapo rubio de porte sueco, que le abre la puerta, esta acostumbrado a las corrientes de aire fuertes. !No parece tenerles miedo! >> !Es noruego, bola de idiotas! No, no le tiene miedo a nada. Y, efectivamente, puede darle calor a quien sea... Cierro secamente la revista, como si el golpe de las paginas pudiera convertirse en una bofetada directa, de mi parte, sobre la mejilla de Rita Shank. Despues espero nerviosa mi turno, mientras pienso que voy a llegar tarde a la oficina; que no debi haber dejado pasar antes que yo al << Senor Valentine >>; y que incluso la sensacion de la fresa de acero en mis dientes sera una tortura insignificante comparada con esta maldita foto que se quedo grabada en mi mente. La imagen de Nils con su traje gris obscuro; Nils con su cuerpo de gladiador; Nils y su cabello rubio casi blanco, que le ha crecido desde la ultima vez que lo vi; Nils y su mano inmensa abierta hacia arriba, tomando elegantemente los dedos barnizados de Rita; Nils con sus hermosos ojos grises entrecerrados, quiza porque admiran el espectaculo de la actriz exhibicionista, o quiza porque les molesta el flash del fotografo. El zumbido metalico que se escucha del otro lado de la pared me pone un poco mas tensa y mi interior sadico se divierte torturandome una vez mas, al revelarme los recuerdos invisibles sobre la foto: los sublimes tatuajes tribales que danzan en sus grandes hombros; el contraste de los dibujos negros y misteriosos sobre su piel blanca, casi angelical; su cabello largo y sedoso de aquel entonces, que se escurria entre mis dedos; la fuerza delicada de sus mano, siempre suaves y viriles, sobre mi cuerpo; la marca de mi mordida de placer en la palma de su mano, prueba de nuestra noche ardiente que seguramente ya se le borro. ?Por que estas imagenes me atormentan aun? ?Por que todas mis sensaciones parecen estar muertas despues de todas las que el me provoco? !Dr. Wong, venga a buscarme! !Y provoqueme dolor, por favor, para que pueda olvidarlo! *** Despues de una limpieza bucal indolora (y completamente incapaz de completar su << mision de sensaciones >>), llego justo a tiempo a la torre Cox a la reunion de las diez de la manana. Me dirijo directamente hacia la pieza principal, con mi saco y mi bolso todavia sobre los hombros. - ?Te tomaste la manana? - me pregunta mi padre que ya esta sentado a la cabeza de la gran mesa en forma de U, con Lana a su lado-. No se si este comentario es una broma tonta de oficina, una tentativa de complicidad entre padre e hija, o solo una de sus observaciones de control freak adicto al trabajo que nunca pensaria en comenzar su jornada laboral despues de las siete y media de la manana. - Gracias por preocuparte por mis horarios, Darren - contesto completamente seria -. La proxima vez te pedire un permiso para ausentarme antes de hacer cita para mi Papanicolaou anual. Tranquilo, no hay nada que temer. No hay descendencia a la vista. No tendras que agregar a otro hijo no deseado en tu testamento. A menos de que alguien mas quiera darte ese regalo voluntariamente... Sin que yo tenga siquiera que mirarla, Lana (que es el brazo derecho de mi padre y su amante favorita) se sonroja y esconde la cara entre los documentos que tiene cerca. Parece que no se da cuenta de que esta mirando un monton de hojas escritas al reves y que evidentemente olvido voltear antes de intentar guardar la compostura. Mi padre se conforma con aclararse la garganta, ajustarse el nudo de la corbata que estaba perfectamente bien colocado y con sonreir falsamente a Faith y a Lewis que apenas acaban de llegar. Inmediatamente despues vienen Becca, Jeff y Rory, los tres jefes de servicio que faltaban. - Ya estamos todos. Podemos comenzar - anuncia rapidamente Darren para romper el silencio incomodo, mientras frota ruidosamente sus manos secas una contra otra-. Ignoro su tic de impaciencia y empiezo la reunion diciendo que nuestro nuevo servicio de trueque va a poder lanzarse en version beta. Evidentemente se espera que el servicio tenga exito e incluso que revolucione el mercado de ventas en linea. Exceptuando a mi padre, todos alrededor de la mesa muestran una sonrisa orgullosa, victoriosa... y cansada. Apenas han pasado seis meses desde que estamos llevando a cabo esta idea para ganarle terreno a nuestra competencia directa. Junto con Faith, mi nueva asistente, los equipos de innovacion y desarrollo, el personal creativo y los agentes de ventas, trabajamos sin descanso en esta carrera contrarreloj. En toda la historia del grupo Cox, nunca se habia pensado, concebido y producido un servicio en tan poco tiempo. Darren, al igual que cualquier gran directivo, deberia estar maravillado. Sin embargo, solo asiente con la cabeza, agitando su cabello blanco (que se deja un poco largo para verse joven). Sus pequenos ojos negros y serios no demuestran ningun tipo de expresion (pero traicionan mucho sus 64 anos). Hay cosas que ni siquiera una fortuna de diez billones de dolares puede pagar... Cansada de su indiferencia, le doy la palabra a Lewis Cole para los detalles tecnicos y, sobre todo, para las cifras que deberian interesar un poco mas al gran directivo Cox. Con su voz monocorde, Lewis me aburre mas rapido de lo que pense. Aprovecho esto para dejar que mi mente se distraiga discretamente. Mi cabeza se divierte resumiendo la situacion: yo, Valentine Laine, me acoste con el hombre que contrato mi padre para traerme sana y salva de un secuestro violento en Madagascar. Por cierto, lo contrato, no para proteger a su unica hija sino para asegurar el futuro de su grupo adorado. Esto podria ser un poco triste y, evidentemente patetico, pero, visto desde este angulo, la situacion casi me hace reir. El dinero del mismisimo Darren Cox pago mi noche de sexo demente a la luz de las estrellas. Es la primera vez que me dan ganas de decir sinceramente << !gracias, papa! >>. ?Y si hago que me secuestren de nuevo...? Pienso en esta idea tonta mientras garabateo sin pensar en la esquina de una hoja, hasta que me doy cuenta de que dibuje figuras misteriosas y tribales que rellene de color negro y que Faith intenta descifrar mientras mira sobre mi hombro. [Al menos finge que estas poniendo atencion a la reunion... !No como yo!] escribo con pequenas letras para que Faith lo lea, y despues agrego una carita que le guina el ojo. ?Como puedo perder todo mi prestigio profesional en menos de diez segundos por un maldito rubio colosal y tatuado que me olvido tan rapido como me sedujo? Yo deberia hacer lo mismo que el. Deberia borrarlo de mi memoria. De mi piel. Ya pasaron seis meses y estoy segura de que mi cerebro hizo mas bellos los recuerdos que tengo de esa noche. Que patetico. !Nils Eriksen, sal de este cuerpo! !Ahora mismo! Si no, regresa a quedarte dentro, suavemente, profunda y locamente, como bien sabes hacerlo... !No! !Alto! Cierro la boca que tenia estupidamente entreabierta, volteo mi hoja garabateada y vuelvo a tomar una postura mas pro, con los ojos fijos en el buen viejo Lewis Cole. Mientras recita sin ninguna modulacion todos esos datos, que sin embargo son interesantes, su camisa se tensa sobre su gran barriga y la tela se separa peligrosamente entre dos botones, justo a la altura del ombligo. No sabia que alguien podia estar tan velludo en esa zona. Por cierto, ?como era el vientre de Nils? Musculoso, si, pero ?imberbe o no? !Dijimos alto!

  • La pasion de Dylan de Dina Reed

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    Dylan Hayes es un exitoso hombre de negocios, implacable y duro, que cree tenerlo todo bajo control hasta que conoce a una chica misteriosa en la fiesta en la que le entregan el Premio al Empresario del Ano.
    Despues de un encuentro de alto voltaje con ella, la joven desaparece de su vida hasta que unos meses despues, descubre que trabaja como dependienta en una de las tiendas de la cadena Hayes en Nueva York.
    Cuando Lucy Walsh se encuentra cara a cara con su superjefazo, lo primero que piensa es que va a ponerla de patitas en la calle, pues no solo se colo en la fiesta, sino que cometio el error de liarse con el.
    Ella, la chica responsable y seria, la pifio de semejante manera. Pero una y no mas.
    O eso pensaba hasta que el senor Hayes aparece en la tienda, en una de las muchas que tiene por el mundo y, para su sorpresa, le pide una cita.
    Lucy se queda perpleja, porque aunque siente una tremenda atraccion hacia el y le admire, sabe que esas historias en la vida real nunca funcionan.
    ?Como un hombre poderoso, rico y atractivo que tiene a todo el planeta suspirando por el va a fijarse en una chica normalita como ella, que es una joven disenadora que de momento trabaja como dependienta, que tiene la cuenta en numeros rojos, y que a pesar de que es talentosa lo tiene todo por demostrar?
    La vida no es un cuento de hadas.
    ?O a veces si?

  • El Rey (Colomba y Dante 3) de Sandrone Dazieri

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    La ultima y esperadisima entrega del gran autor del spaghetti crime: Sandrone Dazieri. Una estrella de la novela negra europea junto a Lemaitre y Dicker.

  • Sonrie, mi amor, en la Toscana de Silvia Garcia Ruiz

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    Dominic Norton es un famoso fotografo que acaba retirandose por las criticas de Luca Rossi, un modelo italiano. Evie, que siempre ha querido ser fotografa como su padre, jura vengarse del modelo y lo contrata para una serie de campanas con el fin de ridiculizarlo. Pero lo que no sabe es que el hombre al que esta perjudicando no es Luca sino su hermano gemelo Angelo, que ha accedido a ayudarlo como tantas otras veces.

  • Anatomia de un jugador de Jonathan Lethem

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  • Erase una vez un rebelde de Mary Jo Putney

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    Mientras Washington arde en llamas, Callista Brooke se ve atrapada en la batalla entre su Inglaterra natal y su tierra de adopcion. En pleno ataque de las tropas britanicas, cuando esta a punto de perderlo todo -incluida su propia vida-, un apuesto caballero se abre paso entre la multitud y la rescata. Callie cae en brazos de su salvador, y descubre con sorpresa que, lejos de ser un extrano, su cara le resulta agradablemente familiar.

  • El ojo del cielo de Manuel Gutierrez Aragon

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    En el corazon de esta novela hay cuatro mujeres -Margarita, la joven y guapa madre; Valen, su hija mayor; Bel, la revoltosa hija mediana, y la pequena Clara- cuyas vidas parecen complicarse tanto por motivos economicos como por el estallido de la sensualidad. En una fotografia de las cuatro se puede observar la sombra de quien la tomo, un padre que se ganaba su vida nomada vendiendo exquisitos helados, y del que no se ha vuelto a saber nada despues de que huyera tras una dramatica persecucion por deudas, las mismas que obligan a las cuatro mujeres a dejar su casa e irse a vivir a una cabana en el monte.

  • Goodbye Days. Un mensaje. Tres despedidas de Jeff Zentner

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  • Me enamore mientras dormia (Huerfanos enamorados 1), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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    Mi nombre es Haidee. Han pasado tres anos desde que desperte del coma, pero aun siento como me estremezco cada noche cuando sucumbo al sueno. Y lo que es aun mas intrigante, noto como mi subconsciente trata de decirme algo. ?Que?

  • Enlazados (Tecleame te quiero 2) de Isabel Jenner

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    En esta segunda entrega de la serie <>, Abigail quiere una aventura en el Salvaje Oeste. A Josh solo parece importarle su rancho.

  • Beauty Too (2a parte) de Susana Rubio Girona

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    Eran las siete menos diez de la manana y estaba en el portal, preparadisima para nuestra escapada a Sort. Mire mi maleta rosa fucsia y automaticamente pense en Javi. El me la habia regalado al principio de nuestra relacion y con ella hice varios viajes; Berlin, Roma, Praga y ?alguno mas? Si, claro, salidas varias por nuestra hermosa tierra. Habiamos ido a la Rioja, Pais Vasco, Madrid... Me faltaba Paris, era mi viaje pendiente. Desde que lo habia dejado con el, no habia ido a ninguna parte y pense que era hora de cambiar aquello. Quizas despues de Navidades podria irme unos dias por ahi... ?pero sola? Jamas lo habia hecho... y no sabia si me sentiria comoda. Podia proponerselo a alguien... -- Buenos dias -- Sebas me devolvio a la realidad con su voz grave. Le di un repaso rapido: vaqueros y sudadera gris. El pelo medio largo alborotado y sus ojos increibles puestos en mi. Que guapo era el maldito. -- Buenos dias -- respondi apartando mi vista y mirando hacia la carretera para ver si venia Marco y no alargaba demasiado aquella incomoda situacion. Estuvimos en silencio, como dos autenticos desconocidos. Pense en que era una lastima estar asi con el justo ese fin de semana pero o era eso o acabaria en su cama. Sebas tenia razon en decir que debia aclarar mis pensamientos y queria ser justa y madura. No podia ir dejandome llevar por ellos y justificarme a mi misma con ideas vagas sin sentido. -- ?Que tal tu semana? -- rompio el hielo y me sorprendio. -- Bien, trabajando... -- ?Alguna novedad? -- le mire a los ojos y vi que lo decia intencionadamente. ?Hasta donde debia ser clara con el? El lo era mucho, no se cortaba cuando me explicaba segun que cosas. ?Por que yo no podia hacer lo mismo? -- Lucas quiere dejar a su mujer, aunque va a esperar para decirselo. Asi que no digas nada. Apreto sus dientes y alzo una ceja asintiendo con la cabeza varias veces. -- Asi pues, la cosa va en serio. -- No es por mi -- nada mas decirlo me sono idiota el argumento. -- Sera por mi, entonces -- dijo con una notable ironia y me entraron ganas de reir pero me aguante las ganas. -- Sebas te lo he dicho porque no quiero malos entendidos. Lo sabes, igual que yo, y punto. -- ?no pedia siempre sinceridad? Dos tazas. -- Muy bien. ?Y ese punto que significa? -- Que todo sigue igual -- le dije, tranquilamente. Me miro pensativo. -- ?Vamos a tener que retarnos en duelo? Lo mire sin poder no sonreir. Menuda tonteria... -- Lo digo para ir preparando las pistolas. Al final no sabia si reir o mandarlo a paseo y opte por lo primero. Sebas tambien medio sonrio y me gusto que lo hiciera, estar tan serio no le pegaba nada. Su preciosa sonrisa era un rasgo muy caracteristico en el y algo que me dejaba a menudo embobada... -- ?Bea? -- Su voz me saco de ese estado catatonico. Afortunadamente llegaron en ese momento Marco y los demas en un BMW enorme y nuevecito. Me sente al lado de Ari y empezo la chachara nerviosa por el viaje a Sort. Paramos a medio camino para hacer un cafe y cambiar de conductor. Sebas se ofrecio y de ese modo pude ir observando su pose y sus gestos al conducir. Aproveche para analizar sus rasgos y recrearme recordando las veces que me habia besado y las cuatro ocasiones que habiamos estado piel con piel. La primera en mi cocina fue puro sexo, sin mas adornos. Aunque sexo del bueno, tenia que reconocer que era un figura en el arte amatorio. No hubo tiempo ni de ir a la cama, fue un pillo aqui te mato pero de diez. Uno de aquellos polvos que recordaria toda mi vida por sexual y morboso. La segunda en el parking... me provocaba verguenza todavia; me veia apoyada en su coche, con el vestido subido y el empujando. Me gusto claro, pero fue algo que no repetiria, creo... De la tercera habian transcurrido pocos dias... Buf, en su cama, y me habia hecho el amor, el mismo lo habia verbalizado de ese modo. Cada vez lo tenia mas claro: yo sentia algo por el. Me mordi el labio al recordarlo. Mi ropa cayendo despacio a mis pies, el olor a sexo en su habitacion, piel con piel... todavia oia sus gemidos. Y la cuarta fue en su cocina, en la silla, y fue solo sexo, si, pero un sexo complice y lleno de confianza. Como cuando tienes pareja y lo haces en plan salvaje, sabiendo que hay un trasfondo en todo aquello. -- Bea, hemos llegado -- me dijo Ari dandome un codazo -- Deja de babear -- murmuro sonriente. -- Muy graciosa -- le dije saliendo del coche. El paisaje habia ido cambiando continuamente y ahora estabamos en medio de la naturaleza, repleta de arboles, de nieve y frente a una casa de madera bastante grande y con un tejado de pizarra. La casa estaba rodeada de montanas junto al pueblecito de casas de piedras. Eran casi las diez y media de la manana, y un senor nos esperaba para entregarnos las llaves. Le saludamos amablemente, nos dio algunas indicaciones y nos despedimos con ganas de entrar. Su interior no nos decepciono; el suelo, las vigas, todo era rustico y acogedor. Fuimos recorriendo las estancias y Martina y yo dejamos nuestras cosas en nuestro correspondiente armario. Lo hicimos con rapidez porque la idea era subir a pistas cuanto antes. Nos cambiamos de ropa y Marco y Sebas prepararon su material. Eran los unicos que esquiaban asiduamente y que tenian su propio equipo. Seguidamente subimos a Port-Aine, nos sacamos los forfait y alquilamos el material necesario. Alejandro y yo, que eramos los que no sabiamos esquiar, decidimos compartir un monitor. Sebas se habia ofrecido dias atras pero no me habia dicho nada mas ni yo hubiera querido tenerlo de profesor. Con todo, tocamos nieve ya bien tarde, eran poco mas de las doce y quedamos que a las dos bajariamos a la cafeteria para picar algo. El monitor que nos toco era como todos; muy moreno, con la marca de las gafas en su cara, de ojos azules y muy joven. ?Tendria los veinte? Era guapillo si, pero un crio, claro. -- ?Tendra la ESO? -- le pregunte a Alejandro chismorreando mientras le seguiamos hacia la zona de los aprendices. -- Se ve joven, ?no? -- ?Nos fiamos? -- nos reimos y el muchacho no dijo nada. Se llamaba Francisco y juro que a los dos minutos empece a llamarle "Franco", la madre que lo pario al enano. Menuda mala leche gastaba y de bromas ni una. Serio como un garrote. Eso si, despues de dos horas duras de batallon con el, Alejandro y yo empezamos a deslizarnos y a defendernos entre la gente en las pistas verdes y azules, lo que era ya un gran logro para nosotros. Al despedirnos de el, le dimos las gracias. -- Por cierto Bea -- le sonrei -- Tengo la ESO. Nos reimos los tres a carcajada limpia aunque yo me puse roja como un tomate, era algo tan comun en mi que incluso a veces ya no le daba importancia. -- Perdona Franc -- le dije aun riendo. -- Te perdono si me invitas a un cafe mas tarde. -- Sus ojos de nino se clavaron en los mios y le sonrei amablemente. Ostras, con la juventud, como subia... -- Gracias pero es que voy con amigos, ya sabes. -- Anda, vamos -- me echo una mano Alejandro -- Ahi vienen los profesionales. En aquel par de horas, no nos habiamos visto porque ellos habian ido por pistas mas complicadas, las rojas y las negras. Los cuatro sabian esquiar de sobras y venian muy sonrientes. -- Mira que ligarte al monitor Bea -- me dijo Alejandro bromeando -- Infanticida. Nos reimos los dos abiertamente. Sebas y yo nos miramos unos segundos largos. Estaba para comerselo; con aquello ropa, con la chaqueta medio abierta, las gafas en ese pelo revuelto, y con las mejillas rojas por el frio. Uf, era como un poster de esos tios buenos que habia en las revistas y lo tenia delante, era real y no podia tocarlo. ?O si? Fuimos a la cafeteria, andando con los pies molidos. Aquello era peor que llevar unas Manolo Blahnik de medio metro, lo juro. Que dolor en mis deditos. Nos cambiamos aquellas endiabladas botas por unas de nieve y nos sentamos en la mesa, satisfechos y cansados. La comida fue igual de amena que el viaje, hablando de todo y de nada, y con alguna que otra mirada entre Sebas y yo. Era imposible no hacerlo, me gustaba jolines, me gustaba mucho y lo tenia frente a mi.

  • Entre tu y yo – Nora Roberts de Nora Roberts

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    En cuanto Phillip Kincaid se proponia algo, comenzaba a trabajar para conseguirlo. Y cuando llego a Friendly, Nuevo Mexico, supo que aquel pueblo era un escenario perfecto para el rodaje de su pelicula. !Ademas, Victoria Ashton tambien era perfecta! Sin embargo, Tory iba a ponerle las cosas dificiles por una multa, y con ello, iba a conseguir que el se empenara mas y mas en demostrarle que incluso una representante de la ley podia rendirse voluntariamente. al amor.

  • El nervio optico de Maria Gainza

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    Este es un libro hecho de miradas. Miradas sobre cuadros, sobre los artistas que los pintaron y sobre la intimidad de la narradora y su entorno. Este es un libro singular y fascinante, inclasificable, en el que la vida y el arte se entretejen. Consta de once partes: once partes que son once capitulos de una novela que relata una historia personal y familiar, pero que tambien pueden leerse como once cuentos, u once incursiones furtivas en la historia de la pintura, u once ensayos narrativos que tratan de desentranar los misteriosos vinculos entre una obra pictorica y quien la contempla. En sus paginas el Greco trenza lazos secretos con un paseo por un bosque de secuoyas cercano a San Francisco, la enfermedad y la muerte; Rothko y el misterio de los cuadros para el Four Seasons del Seagram Building que se nego a entregar se entrecruzan con un hospital donde el marido de la narradora recibe quimioterapia y una prostituta se pasea por los pasillos; el aduanero Rousseau y el banquete que, entre la admiracion y la mofa, organizo Picasso en su honor conectan con el miedo a volar… Y aparecen Hubert Robert y la fascinacion por las ruinas; las andanzas de Misia Sert en Paris y Venecia; Toulouse-Lautrec deslumbrado por las estampas japonesas; el joven Fujita que, atrapado por Cezanne, decide irse a Paris; Augusto Schiavoni, al que acaso una medium ponga en contacto con su gemelo muerto en una sesion de espiritismo en Florencia; la decisiva visita de Alfred de Deux al taller de Gericault; la relacion de Courbet con el mar… Y todo ello actua como catalizador de las vivencias de la narradora, de las historias de su familia de clase alta, de la evocacion de la ciudad de Buenos Aires, de la pasion por el arte, el dolor de la perdida, la confrontacion con la enfermedad, la vivencia del paso del tiempo, la banalidad cotidiana, el desasosiego… Este es un libro que habla de arte con erudicion y de la vida con sabiduria. Y lo hace sin grandilocuencia, porque, como decia Cezanne, <>. El sublime resultado nos descubre una voz originalisima, que despliega sus multiples recursos literarios con sutileza y osadia.

  • La muerte de las cuatro reinas de Astrid Scholte

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    Iris se marcho de su pais natal a los dieciocho, cuando la informaron del fallecimiento de su madre. En un barco toriense, navego por el canal hasta llegar a palacio. Se adapto a su nueva vida y al trono sin inmutarse e insistio en participar en la corte minutos despues de que enterraran a su madre bajo el palacio. Aquella misma noche se quedo despierta hasta la madrugada, leyendo libros de historia arquiana y sobre diplomacia. Nada la afectaba. Ni siquiera la muerte de su madre.
    Iris abrio sus ojos verdes y observo el cielo azul brillante. Estaba disfrutando del respiro que se habia dado del eterno palacio dorado. Como una cupula de cristal rodeaba el palacio, tanto en cada habitacion como en el interior se reflejaba un tono dorado. Incluso por la noche, los pasillos adquirian un color ambar oscuro, como si la oscuridad no se atreviese a rozar a las reinas con sus dedos negros…
    Una abeja le pico en la garganta. Una picadura fuerte que dio paso a un ligero dolor.

  • Enola Holmes 1. El caso del marques desaparecido de Nancy Springer

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    La unica luz en la calle lucha por llegar desde unas pocas farolas todavia integras y de los candiles sobre los adoquines, vigilados por los viejos que venden caracoles de mar hervidos a las puertas de las tabernas. La forastera, ataviada de negro de la cabeza a los pies, se desliza entre las sombras como si fuera una sombra mas, invisible a los transeuntes. Segun las costumbres del lugar del que procede, es impensable que una mujer salga por la noche sin que su marido, padre o hermano la acompane. Pero ella hara lo que sea necesario para ir en busca de quien se ha perdido. Bajo el velo negro, sus ojos estan atentos, y mientras camina, analiza, busca y observa. Ve los trozos de cristal sobre los adoquines agrietados. Ve las ratas que se pasean insolentes, arrastrando sus repugnantes colas sin pelo. Ve a ninos harapientos que corretean descalzos entre las ratas y los cristales rotos. Ve a parejas, hombres con chalecos de franela roja y mujeres con bonetes de paja baratos, bamboleandose cogidos del brazo. Ve a un individuo tirado contra una pared, ebrio o dormido entre las ratas, o tal vez muerto. Observa, pero tambien escucha. Desde algun lugar, un organillo entona una melodia que se eleva por el aire tiznado, y la buscadora con el velo negro oye la alegre cancion. Escucha a una ninita que, a las puertas de una taberna, llama: <>. Escucha los chillidos, las risas y los gritos de los borrachos y los vendedores ambulantes que anuncian su mercaderia. --!Ostras, ostras! !Con vinagre, para comerlas de un bocado! !Muy jugosas! !Cuatro por un penique! Huele el vinagre. Huele la ginebra, el repollo hervido y las salchichas, la sal en el aire procedente del muelle cercano y el hedor del rio Tamesis. Huele el pescado podrido. Huele el tufo que emana de las alcantarillas. La mujer acelera el paso. No debe detenerse: no solo busca a alguien; a ella tambien la acechan. La cazadora del velo negro tambien es la presa. Debe alejarse para que los hombres que la estan persiguiendo no la encuentren. En la siguiente farola, ve a una mujer con los labios pintados y los ojos emborronados que espera en el umbral de una puerta. Una calesa se detiene justo en frente, y de ella se apea un hombre ataviado con un frac y una brillante chistera de seda. Aunque la mujer en el umbral lleva un escotado vestido de noche que tal vez pertenecio en otro tiempo a una dama de la clase social del caballero, la observadora de negro no cree que el caballero haya venido hasta alli para recoger a su pareja de baile. Ve los ojos demacrados de la prostituta, el miedo que se esconde tras ellos pese a la sonrisa en sus labios embadurnados de carmin. No hace mucho, a unas pocas calles de alli, aparecio el cadaver de una de sus companeras, abierta en canal. La buscadora de negro aparta la mirada y continua su camino. Un hombre sin afeitar apoyado en una pared le guina un ojo. --Senora, ?que hace usted por aqui tan solita? ?No quiere compania? De tratarse de un autentico caballero, no se hubiera dirigido a ella sin haberse presentado previamente. Lo ignora y continua a paso acelerado. No debe hablar con nadie. No pertenece a este lugar. El hecho de reconocerlo no la incomoda, ya que jamas ha pertenecido a ninguna parte. Y, de algun modo, siempre ha estado sola. Pero su corazon se apena al inspeccionar las sombras, porque ahora no tiene hogar, porque ahora es una forastera en la ciudad mas grande del mundo y no sabe siquiera donde pasara la noche. Y si, Dios mediante, vive hasta la manana siguiente, solo puede tener esperanzas de encontrar al ser querido que esta buscando. Adentrandose mas y mas en las sombras del misero barrio cercano a los muelles del este de Londres, sigue adelante. Sola. CAPITULO PRIMERO Me encantaria saber por que mi madre me puso de nombre <>, el cual, leido del reves, en ingles, significa <>. A mi madre le gustaban, o tal vez aun le gusten, los mensajes en clave y los acertijos, asi que seguro que algo pretendia con el nombre, ya fuera una premonicion, algun tipo de bendicion enigmatica o incluso un plan, aunque mi padre todavia no habia fallecido. Sea lo que fuere, durante mi infancia casi cada dia ella me decia: <>. De hecho, esa era su habitual cantinela de despedida cada vez que salia hacia la campina cargada con su cuaderno de dibujo, sus pinceles y sus acuarelas. Y en verdad, sola es como me dejo cuando, una tarde de julio, la misma de mi decimocuarto cumpleanos, no volvio a Ferndell Hall, nuestro hogar. Al principio, como celebre mi fiesta de cumpleanos con Lane, el mayordomo, y su esposa, la cocinera, la ausencia de mi madre no me preocupo especialmente. Aunque nuestra relacion era cordial, mama y yo rara vez interferiamos en los asuntos de la otra. Supuse que la habria retenido algun asunto urgente, y mas cuando habia dado instrucciones a la senora Lane para me entregara varios paquetes a la hora del te. Los regalos de mama fueron: Un set de dibujo: papel, lapices de grafito, un cortaplumas para afilarlos y una goma de borrar de caucho de la India, todo ello organizado ingeniosamente en una caja plana de madera que, al abrirse, se convertia en un caballete. Un libro bastante grueso titulado El significado de las flores (con explicaciones sobre los mensajes en abanicos, panuelos, lacres y sellos de correos). Otro cuadernillo mucho mas pequeno lleno de mensajes en clave. Aunque sabia dibujar hasta cierto nivel, madre me animaba a mejorar la poca mano que tenia. Ella sabia que disfrutaba dibujando, al igual que disfrutaba leyendo cualquier tipo de libro, sobre cualquier tema. Sin embargo, en lo que se refiere a mensajes encriptados y acertijos, sabia que no me interesaban para nada. Pese a eso, y como podia apreciar con claridad, habia confeccionado con sus propias manos y especialmente para mi ese pequeno libro, doblando y cosiendo ella misma las paginas interiores, que estaban decoradas con algunas de sus refinadas acuarelas de flores. Resultaba obvio que habia estado trabajando en el regalo durante un tiempo considerable. <>, me dije con firmeza varias veces durante la tarde. Aunque no tenia ni idea de donde podia estar mama, suponia que regresaria mas tarde o enviaria un mensaje por la noche. Dormi placidamente y sin preocuparme. Sin embargo, a la manana siguiente, Lane nego con la cabeza. No, la senora de la casa no habia regresado. No, no habia llegado ningun mensaje. Afuera, una lluvia gris se compenetraba con mi estado de animo, que fue volviendose cada vez mas intranquilo. Despues de desayunar, subi de nuevo las escaleras hacia mi dormitorio, un refugio agradable en el que el armario, el lavamanos, el tocador y el resto de los muebles estaban pintados de blanco y decorados con unas cenefas de florecillas rosas y azules. La gente solia llamarlo <>: mobiliario barato propio de una criatura, pero a mi me gustaba. Casi siempre. En aquel preciso dia, no. No podia permanecer en el interior de la casa; de hecho, no podia sentarme, excepto para calzarme las botas de agua a toda prisa. Ataviada de forma comoda con una camisa y unos pantalones bombachos que habian pertenecido a mis hermanos, me puse un impermeable por encima. Y asi, vestida enteramente de goma, brinque escaleras abajo y cogi un paraguas del perchero. --Salgo a dar un vistazo --anuncie a la senora Lane mientras atravesaba la cocina. Que extrano. Eran las mismas palabras que pronunciaba casi cada dia cuando salia para… buscar cosas, por ejemplo, aunque generalmente no sabia que. Cualquier cosa. Trepaba a los arboles solo para ver que encontraba: conchas de caracol con franjas granates y amarillas, nueces, nidos de pajaros. Y si me topaba con el de una urraca, buscaba en su interior: botones, trozos de cinta brillante, un pendiente extraviado. Jugaba a que algo de mucho valor se habia perdido y yo lo estaba buscando… Solo que esta vez no era un juego. La senora Lane tambien sabia que esta vez era diferente. Como siempre hacia porque nunca lo llevaba, deberia haberme preguntado: <>. Pero no dijo nada cuando sali. Cuando sali a dar una vuelta para buscar a mi madre. Convencida de que podia encontrarla yo sola. En cuanto estuve lo suficientemente lejos de la cocina como para que no me vieran, empece a correr de un lado a otro como un perro beagle, olisqueando cualquier senal de mama. El dia anterior por la manana, como capricho de cumpleanos, me permitieron holgazanear en la cama hasta tarde, asi que no la habia visto marcharse. Pero supuse que, como era su costumbre, habria salido algunas horas para dibujar bocetos de flores y plantas, por lo que primero la busque en los terrenos de Ferndell. Mama administraba las tierras, y le gustaba que las cosas crecieran a su propio ritmo y sin interferir. Vague por los jardines de flores silvestres, por los pastos invadidos de aliagas y zarzas, por los bosques cubiertos de vides salvajes y hiedra. Y durante todo ese tiempo, el cielo gris siguio llorando lluvia sobre mi. Reginald, el viejo perro collie, troto a mi lado hasta que se canso de mojarse y fue a buscar cobijo. Que criatura tan sensata. Calada hasta los huesos, sabia que debia imitarlo, pero no pude. Mi ansiedad y mi paso se habian acelerado guiados por el azote del panico; panico de que mi madre estuviera ahi fuera, herida, enferma o --un recelo que no podia ahuyentar por completo puesto que madre no era precisamente joven-- de que hubiese tenido un ataque al corazon. Podia estar… pero no, no podia ni pensarlo; hay otras palabras. Fallecida. De viaje hacia el mas alla. Difunta. Se fue con mi padre. No, por favor. Se podria pensar que como madre y yo no estabamos muy <>, su desaparicion no iba a afectarme lo mas minimo. Sin embargo, fue mas bien al contrario. Me senti horrible. No dejaba de decirme que si algo le ocurria, seria culpa mia. Siempre me sentia culpable de… de todo. De respirar. De haber nacido indecentemente tarde en la vida de mi madre. Menudo escandalo, menuda carga. Y siempre habia contado con resolverlo cuando creciera. Tenia la esperanza de que un dia, de alguna manera, conseguiria hacer brillar una luz que sacaria mi vida de las sombras de la verguenza. Y entonces mi madre me querria. De modo que tenia que estar viva. Y yo estaba obligada a encontrarla. En mi busqueda, cruce y cruce los bosques en los que nuestros antepasados habian cazado liebres y urogallos. Subi y baje por la roca de la gruta, toda ella tapizada con los helechos que dan nombre a la propiedad,* un lugar que me encantaba pero en el que hoy no me entretuve. Continue hasta los limites de la finca, donde los bosques daban paso a las tierras de cultivo.

  • En algun lugar del mar de V. M. Cameron

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    ?Conservar su reputada vida llena de lujos y una buena posicion social o arriesgarlo todo y entregarse a la pasion de un pirata para experimentar por primera vez la libertad?

  • Unida a los guerreros (Programa de novias interestelares 4) de Grace Goodwin

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    Cuando las circunstancias la dejan sin otra opcion mas que ofrecerse como voluntaria en el Programa de Novias Interestelares, Hannah Johnson es asignada no solo a un companero, sino a dos. Sus futuros esposos son guerreros del planeta Prillon, un mundo cuyos hombres son conocidos en todos lados debido a su destreza en las batallas y en la cama.

  • Toda la verdad de Karen Cleveland

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    Vivian Miller es una brillante analista de contrainteligencia de la CIA, donde se encarga de destapar celulas de espias rusos encubiertos en Estados Unidos. Tras acceder al ordenador de un posible agente, Vivian descubre un archivo con cinco fotografias. Un clic mas tarde, su vida se detiene: quien le sonrie desde una de las imagenes es su marido. Marido perfecto. Padre perfecto. ?Perfecto mentiroso?

  • La Amante Encubierta del Coyote de T. S. Ryder

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    ?Que se supone que debe hacer una detective cuando el atractivo sospechoso que esta investigando comienza a besarla. y mas?

  • Mi Placer (Tus Secretos 3) de Virginia Camacho

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    “Acuestate conmigo” no es, ni de lejos, la declaracion mas romantica que Eloisa haya escuchado en su vida. Ademas, escuchar que esta hecha para el placer de un nino rico tampoco es muy cautivador; sin embargo, ella misma tiene que aceptar que parecen muy adecuados el uno para el otro en ciertos aspectos de la vida.
    ?Podra de esta transaccion de placer nacer algo duradero? O, tal como ha sucedido en el pasado, ?sera solo el inicio de otra historia de penas y tristezas?

  • Tango. Baile y pasion de Boris Cobian

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    Y tu, ?te atreverias a arriesgarlo todo? Helena es una mujer con una vida monotona que, por casualidad, esta a punto de dar un giro inesperado. El conocer a Emanuel, un joven instructor de tango la lleva por caminos insospechados, rodeados de erotismo. Pero, ?pasion es igual a amor? Helena tendra que tomar una decision. Boris Cobian nos muestra la belleza del erotismo a traves de una novela que atrapa de principio a fin.

  • La clase de piano de Gabriel Katz

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    Una inolvidable novela de superacion para aficionados a historias como Intocable y El indomable Will Hunting.

  • Primeras personas de Juan Cruz Ruiz

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  • Venganza en el Tamesis de Anne Perry

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  • Aqui hay dragones (La historia de La Diana 1) de Florencia Bonelli

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  • La psiquiatra de Wulf Dorn

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    El caso de una paciente maltratada y aterrorizada se convierte en la pesadilla de la psiquiatra Ellen Roth. La mujer teme ser raptadas por el hombre del saco. Se lo susurra a Ellen y luego desaparece sin dejar rastro. Nadie la ha visto ni sabe nada de ella. Ellen quiere encontrarla. Pero cuando lo intenta, se ve involucrada en un macabro juego del que no sabe como salir para salvar a la paciente y a si misma. Solo puede intentar encajar las piezas de un rompecabezas diabolico. Mientras se precipita a un abismo de violencia, paranoia y terror, descubre que los problemas nunca no se arreglan solos…

  • Tu, mi atraccion favorita (Sweet Love 3) de Lorraine Coco

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    Payton intento entrar en el edificio en el que se encontraba su nuevo apartamento, cargada con una caja, un bolson colgado al hombro y una gran maleta con ruedas. Pero la puerta era pesada y no pudo abrirla mas de un par de centimetros antes de que esta se volviese a cerrar. Por suerte, un hombre de unos cincuenta y tantos anos lo hizo por ella y la saludo dandole una calida bienvenida. --Buenas tardes. Es usted la senorita Payton, ?verdad? --le dijo arrebatandole la caja de las manos. --Si... --repuso casi sin resuello--, la misma. Muchas gracias por la ayuda. Le sonrio abiertamente, admirando al tiempo lo bonita que era la porteria de aquel edificio familiar. Sarah y Matt le habian asegurado que le encantaria vivir alli y empezaba a pensar que no habian exagerado. --No hay de que. Yo soy Irvin, el conserje. Puede contar conmigo para lo que necesite. Daniel y Eric me avisaron de que vendria y me pidieron que la guiase hasta el apartamento. --Irvin, es usted muy amable, pero no sera necesario. Ya tengo la llave. Puedo hacerlo sola --le dijo con gesto decidido. --Como usted desee --concedio el hombre--, pero al menos dejeme que la acompane al ascensor. --Y antes de que pudiese negarse, fue hasta alli y apreto el boton mientras seguia cargando con su caja. Payton espero junto a el mientras ambos, en silencio, aguardaban su llegada. Se sentia algo nerviosa. Habia tenido que buscar un apartamento compartido con urgencia, tras tener varios problemas serios con su casero, y el que Matt dejaba vacio estaba en una zona inmejorable. Era la primera vez que iba a tener que compartir vivienda con dos hombres, pero no le preocupaba demasiado. Eran cirujanos, como Matt, y eso hacia que estuviesen mucho tiempo fuera. Ademas, el hecho de que Sarah viviese tambien en el edificio, le hacia estar mas segura de su decision. Habian congeniado bastante en la boda de Lauren, su mejor amiga y hermana del novio de Sarah, Matt. Aun asi, la experiencia con su casero anterior habia sido tan mala que ahora iba con pies de plomo. Cuando el ascensor pito justo antes de que se abriesen sus puertas, se sintio aliviada. Tenia ganas de instalarse y tener, por primera vez en mucho tiempo, algo de paz. Estaba a punto de entrar cuando tuvo que dar un par de pasos atras al ver como el ser mas horrendo sobre la faz de la tierra, clavaba su mirada azul en ella con desconfianza. La portadora de semejante bicho, una senora octogenaria de expresion adusta, la observo con los parpados entornados. --Buenas tardes, senora Fleming. Buenas tardes, Lucifer --oyo decir al portero. En cuanto a ella, no tuvo tiempo de saludar a la extrana pareja porque la senora hablo primero. --?La nueva del 8B? --le pregunto sin rodeos repasandola de arriba abajo inquisitivamente. --La misma --dijo sin dejarse amedrentar por su tono seco. --Es usted... --La volvio a inspeccionar-- demasiado joven y atractiva --termino por declarar en un tono en el que no supo si la estaba halagando o insultando. Pero finalmente arrugo la nariz como si sus cualidades la convirtiesen en persona no grata--. Espero que no nos de problemas. Su declaracion la dejo alucinada y muda. La vio alzar la barbilla y salir del cubiculo con su gato, dando por zanjado aquel extrano intercambio de presentaciones. Sin embargo, la oyo anadir, farfullando mientras se dirigia a la salida del edificio: --Y mas viviendo con esos dos... ?Verdad, Lucifer? --se dirigio a su gato hablando de ella como si no pudiese escucharla. Algo a todas luces absurdo, con lo que le quedo claro que no le importaba un apice que lo hiciera. Payton abrio los ojos de par en par e hizo una mueca, sin terminar de creer lo que acababa de pasar. --Una senora encantadora --le dijo al portero tras sacudir la cabeza, decidiendo entrar en el ascensor. El hombre se limito a sonreir dejando la caja en el interior. Apenas le dio tiempo a salir del cubiculo antes de que se cerrasen las puertas y ella quedase sola en el interior. Apoyo la espalda en la pared metalica y suspiro. Estaba claro que vivir alli iba a ser mucho mas interesante de lo que habia imaginado. Decidio no tomarse los comentarios de aquella senora como una senal de que mudarse alli no habia sido una buena idea. Tenia que mantener su optimismo. Necesitaba pensar que estaba empezando una nueva etapa en su vida que le reportaria grandes alegrias. Y durante los escasos segundos que el ascensor tardo en llevarla hasta el octavo piso, tuvo tiempo de hacer un repaso rapido y mental a la lista de cosas que tenia a favor. Acababa de conseguir su propia seccion en la revista para la que trabajaba desde hacia tres anos como redactora: Revolution, la mejor publicacion femenina del momento. Adoraba trabajar alli porque sentia que estaba en un medio en constante crecimiento. Y tras su <>, con una proyeccion inmejorable en el trabajo. Su labor tambien le habia reportado un grupo de amigos y companeros muy agradables con los que llenar su vida social en un lugar tan vertiginoso como Manhattan, que en nada se parecia ni a su Austin natal, ni a Rhode Island, donde estaba ubicada la universidad de Brown. Echaba de menos a Lauren, su mejor amiga, pero estaba viviendo su sueno. Un sueno que el ser siniestro y despreciable de su anterior casero habia amenazado con hacer anicos. Habia aprendido la leccion y conseguido esquivar esa peligrosa bala, descubriendolo a tiempo. Habia escapado de su antiguo apartamento, como alma que lleva el diablo, en mitad de la noche y sin mirar atras. Tuvo que mudarse a un hotelucho durante varias semanas tras encontrarse en la calle, pero por suerte, en la boda de su mejor amiga, habia descubierto que Matt dejaba su increible apartamento en una de sus zonas favoritas de la ciudad: el West Village. Tenia el centro de la ciudad a veinte minutos en metro y el edificio era una pasada. No iba a estar sola, como en el anterior, y tendria que acostumbrarse a compartir espacio con dos hombres, algo que no habia hecho desde que abandono la casa de sus padres y con ellos a sus cuatro hermanos: una chica menor, y tres chicos mayores que ella. No recordaba la convivencia como un sencillo paseo; sus hermanos eran lo peor. Y ese fue uno de los motivos de decidirse a estudiar en la otra punta del pais. Preferia su independencia, pero a veces no importa lo que uno desea, sino saber adaptarse a las circunstancias. Y eso era lo que hacia ella, adaptarse y pagar por sus malas decisiones del pasado. Tampoco era algo definitivo, se dijo cuando la puerta del ascensor se abrio y, arrastrando la maleta, la saco del cubiculo metalico, coloco sobre esta la caja y se acomodo el bolson en el hombro. Comenzo a caminar por el pasillo mientras miraba los numeros de las puertas, recordandose que por malo que fuese lo que se iba a encontrar, era cien mil veces mejor que lo que habia dejado atras y que en pocos meses podria permitirse alquilar un espacio solo para ella. Con todo aquello en mente llego hasta la puerta junto a la que se podia leer en letras doradas, 8B. Saco la llave del bolsillo trasero de sus vaqueros y tomo aire un par de veces, mirandola antes de introducirla en la cerradura. <>, se dijo a si misma y, tras girarla un par de veces, entro en el que se convertiria en su nuevo hogar durante los proximos meses. La puerta daba a un pasillo que hacia las veces de recibidor. Alli solo encontro un perchero, vacio salvo por un juego de llaves que colgaba solitario de uno de los ganchos. Dejo caer el pesado bolson y solto la maleta con la caja para tomarlo con los dedos. Tenia un llavero en el que se leia: <>. Pero a ella no se le daba bien obedecer, asi que siguio haciendolo con una sonrisa en los labios. ?Que tenian de especial esas llaves? Encogio la mirada, pero sin cambiar el gesto sacudio la cabeza. Dejo el equipaje en la entrada y se dispuso a inspeccionar el apartamento aun con mas curiosidad. Y lo que encontro a continuacion la sorprendio bastante. El salon era amplio, pintado de blanco salvo por un par de paredes que mantenian el ladrillo original, rojo y desgastado. Las paredes estaban decoradas con cuadros de laminas en blanco y negro. El mobiliario era contemporaneo, eclectico, y en el se combinaban varios colores dando una sensacion acogedora. Estaba presidido por un gran sofa gris, con dos butacas a los lados, una blanca y otra morada que la enamoro al instante y en la que se imagino acomodada con un buen libro. Era una habitacion espaciosa y muy bien iluminada con tres ventanas altas. En la pared del fondo habia una chimenea con pinta de hacer decadas que no se usaba y en la que ahora habia una pila de libros. En realidad, le sorprendio la cantidad de ellos que habia dispersos por toda la estancia. Los habia en las estanterias de madera de las paredes, distribuidos sobre distintos muebles y en un cesto de mimbre junto al sofa. Era un lugar agradable, sin el aire excesivamente masculino que habia supuesto. Tampoco esperaba que hubiese tanto orden. Paso un par de dedos por la superficie de cristal de la mesita auxiliar que habia frente a ella y comprobo que estaba impoluta. Fruncio el ceno. Ella no era tan limpia ni de lejos. Esperaba que eso no fuese un problema. Con esa duda se adentro en la siguiente habitacion, la cocina. Le encanto. No era una gran cocinera, pero tenia tres o cuatro especialidades que solia cocinar cuando estaba estresada, y aquel espacio estaba equipado con todo lo necesario. Habian pintado el ladrillo de blanco y este combinaba con muebles del mismo color y encimeras de madera clara. Los electrodomesticos eran de acero y una mesa blanca, con ruedas, hacia las veces de isla, flanqueada por un par de taburetes. Tambien alli estaba todo limpio y recogido. Enarco una ceja y fue hasta el frigorifico. Y al abrirlo, sonrio. Estaba dividido en dos secciones claramente diferenciadas. La de la izquierda, llena de comida basura, precocinada, restos de pizza y otras cosas que no supo identificar. El lado de la derecha era diametralmente opuesto; productos frescos, muchas frutas y verduras, carnes y pescados, lacteos desnatados y zumos. Eso si, la zona inferior estaba llena de botellines de cerveza, que ademas eran de su marca favorita. Cerro la nevera y fue hacia el pasillo donde se encontraban las habitaciones y el bano. Este ultimo fue el primero que hallo. Tenia banera, algo que le encanto. Era sencillo, con un buen espejo y estaba igual de limpio que el resto de la casa. Al salir se dio cuenta de que, sobre la madera blanca de una de las puertas, habia un papel pegado en el que se leia: <>. Volvio a sonreir. Estaba a punto de entrar en su cuarto cuando vio que uno de los otros tenia la puerta abierta, no lo pudo evitar y asomo la cabeza. Una gran cama presidia el dormitorio en el que predominaban los tonos verdes y tierra. En la pared del cabecero habia un cuadro enorme con una de esas preciosas vacas escocesas de pelo largo. Le gustaba, era acogedor. La otra puerta estaba cerrada y no intento siquiera abrirla. Fue directamente a la suya y al girar el pomo, se sintio en casa. Era un dormitorio sencillo de cama doble y muebles de madera. Las paredes blancas y una butaca morada, gemela a la que le habia enamorado del salon. Ubicada en una esquina, era perfecta para dejar sus cosas cada dia. El armario era amplio y tenia una comoda de gran tamano tambien. Por lo demas, el cuarto estaba vacio y carente por completo de decoracion, pero cuando ella le diese su toque, haria de el un lugar perfecto. Su lugar perfecto, penso antes de tirarse de espaldas sobre la cama y suspirar aliviada. CAPITULO 2 Puso su lista de reproduccion en el movil y con ayuda de Bruno Mars apenas tardo un par de horas en sacar todas sus cosas y colocarlas. Eso la dejo en mitad de su cuarto, con media manana libre, algo que no le habia sucedido en mucho tiempo. No estaba acostumbrada a estar ociosa y se puso a maquinar. Estaba claro que limpiar no era necesario, habia hecho la colada antes de ir hasta alli y tenia el articulo de esa semana terminado. Podia haberse dedicado a investigar un poco sobre la idea que tenia para el siguiente, pero lo cierto era que hacia un dia precioso y se moria por conocer la zona. Tampoco le vendria mal recorrer el barrio, hacer algo de compra y localizar su futura nueva cafeteria favorita.

  • Otra Aventura de los Cinco de Enid Blyton

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    Jorge y su perro Tim, han ido a pasar las fiestas de Navidad con sus primos, pero la madre de Julian, Dick y Ana, ha enfermado de escarlatina y los cinco se marchan a Kirrin para que la madre de los tres ninos pueda hacer el reposo necesario. Los chicos llegan absolutamente felices a Villa Kirrin, pero su contento queda ensombrecido por la presencia del senor Roland, un tutor que los padres de Jorge han contratado para que de clases a Julian, Dick y Jorge. La pobre Ana es la unica que no se ve obligada a tomar clases, pero se aburre tremendamente en soledad durante las clases de sus hermanos y prima. Las cosas comenzaran a complicarse cuando el senor Roland muestre su descontento hacia Tim y, consecuentemente, Jorge haga lo propio con el. Mucho mas teniendo en cuenta que a los demas les cae bastante bien el tutor. Una visita a la granja Kirrin anade emocion a las vacaciones al encontrar un plano antiguo con la frase latina VIA OCCULTA. Ademas, en Villa Kirrin comienzan a suceder hechos misteriosos durante la noche. ?Es el senor Roland malvado o se equivoca Jorge? ?Quienes son los huespedes de la granja Kirrin?

  • Dance therapy (Los Irwin 1) de Noa Pascual

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    ?Podrias compartir mesa y mantel con: Un marchante de arte, un cocinero galardonado con una estrella Michelin, un monitor de deportes de alto riesgo, un abogado, un profesor, un cirujano y dos mecanicos?
    !Pues Beca, si!
    Era la envidia de muchas feminas, primer rival a vencer y adversaria fantastica para compartir.
    Se sabia la lider de todos, fiel a ellos y a sus principios; pero honesta y consecuente con sus decisiones.
    Eran un equipo en toda regla “uno para todos y todos para uno”, con Beca cerca los problemas se minimizaban y sin ella se ahogaban.
    ?Dejara Beca a un lado su felicidad y sus suenos, para estar cerca de ellos?

  • El elegido de Jorge Moreno

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    Pablo es joven y esta sobradamente preparado para ejercer la carrera que ha estudiado, pero esta en el paro. El reencuentro con un amigo del instituto le lleva a incorporarse a una organizacion que tiene por objeto cambiar el orden establecido y en la que esta llamado a tener un papel crucial. El lider del movimiento le reserva una mision muy importante, aunque Pablo no sabe de que se trata.
    Pero su decision absurda de abrir la puerta al sonar el timbre pondra patas arriba su existencia.

  • Un Mal Nombre (Dos amigas 2) de Elena Ferrante

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  • Retrato de un asesino de Anne Meredith

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    <>: asi comienza Retrato de un asesino (1934), una de las primeras muestras de novela policiaca <>, donde la identidad del asesino es conocida desde la primera pagina y el suspense se elabora a partir de sus coartadas y de la incognita de si sera descubierto o conseguira escapar. Al mismo tiempo, la novela pertenece a la noble tradicion inglesa de los crimenes en Navidad, punto de partida, por lo general, para un siniestro retrato de familia. Anne Meredith no desaprovecha ninguno de estos elementos y se adentra en la psicologia criminal creando un gran personaje de asesino artista que entronca con otra conocida tradicion britanica, el esteticismo decadentista.

  • Hechas polvo de Alba Duro

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    Estas frente a una coleccion que incluye 3 libros escritos por Alba Duro.A continuacion te dejo los titulos de las obras:

  • Coaching de John Whitmore

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    Esta edicion revisada y ampliada de la <> del coaching profesional revolucionara como se aborda tradicionalmente la cultura de las organizaciones. Ejercicios practicos, ejemplos corporativos, dialogos de coaching y un glosario nuevo refuerzan el proceso de aprendizaje, mientras que un capitulo nuevo y crucial explica como medir los beneficios del coaching en terminos de rendimiento de la inversion.

  • Surfers de mar del plata de Martin Ross

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    Hay de todo en el menu. Una mujer del mundo del delito que tiene tatuada la ola de la Pepita de Mar del Plata, porque empezo todo alli, hasta su carrera delictiva. Personajes marginales por doquier, como un tipo narco que no puede ser narco porque se aspira todo lo que tiene que vender. Un abogado que hace querellas penales, pero detesta la profesion, los abogados y la justicia. Una agrupacion anarquista clandestina que critica las marcas del surf y boicotea locales de marcas y torneos de surf con bombas molotov, practica el sexo tantrico y los rituales esotericos y busca, sobre todo, renovar la conciencia, se llama “Los rebeldes de la olas”. Mucha violencia y marginalidad, secuestros, asesinatos, drogas, ex convictos que salen a delinquir, corrupcion, decadencia, todo como dios manda, historias de amor entrecruzadas, intriga y muchas, muchas, muchas pero muchas olas, porque, si hay olas, el titulo lo vale.

  • Tentacion en Navidad de Penelope Dunn

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    Un ano antes… Estaba en la casa de Mauricio, que la habia comprado recientemente. Ese lugar debia ser modificado cuanto antes por una chica. Note la escultura que daba la bienvenida al dormitorio de huespedes de mi hermano. Era una escultura terrible, y me hizo darme cuenta de lo que sucedia mientras los primeros rayos del sol golpearon mi cara. Gire para ver a los lados y senti algo de sospecha, que se fue incrementando poco a poco. Me levante lentamente. Cuando puse los pies en el piso, me queje en silencio. Pude recordar todo lo que habia pasado horas antes. Aunque no habia nada mas que algunas marcas en la sabana a mi lado, me di cuenta de que Simon habia dormido conmigo. Recorde las frases seductoras que me habia dicho, y que luego habia decidido dormir otra noche y asi recibir el Ano Nuevo en casa de Mauricio. Simon habia querido volver a El Rosal un dia antes. Planeaba recibir el ano en la fiesta del centro de la ciudad. Supuse que regresaria a esa ciudad superpoblada, por lo que fui a casa de mi hermano, con la intencion de liberar mi tension tras mis largas jornadas de trabajo antes de la Navidad. Fue un error. Sabia que Mauricio tendria licor como para abastecer a una ciudad. Cuando llegue alli, Simon me sirvio un whisky. Siempre por esas fechas, en el hotel estabamos desbordados de trabajo. Asi que ahora solo queria pasar una noche calmada y beber algunos tragos con mis amigos. “No esperaba verte aqui. ?No se suponia que regresarias a El Rosal?”, le pregunte. “Astrid, sabes que no hay forma de que me niegue a estar en una fiesta como esta”, dijo Simon con tono de broma. El deseo comenzo a fluir. Aunque nunca habiamos concretado nada, la tension sexual entre nosotros se habia incrementado con el paso de los anos. El tenia cuatro anos mas que yo, lo que parecia algo importante cuando eramos unos chicos, pero cuando crecimos le reste importancia. Fuimos al porche y comenzamos a oir las historias de mi hermano, todas muy divertidas. Me mantuve a su lado el resto de la fiesta. Continue bebiendo y me acerque mas a el, sintiendome cada vez mas relajada. Tome su brazo o escuche sus historias tambien, sin parar de reir. La lujuria que sentia ya estaba torturandome, pero sabia que Mauricio y Simon tenian una amistad de vieja data. Con cada fiesta, las imagenes de ese pasado tan feliz aparecian en sus historias. Mauricio paro de narrar una de sus anecdotas y Simon puso su mano en mi espalda. Tal vez era un simple gesto, ?o no? Volvimos a la sala de estar y puse mis dedos en su pierna mientras volvia a escuchar sus experiencias juveniles. Me di cuenta de que queria lo mismo que yo. Lo deseaba. Tome aire, con la idea de bajar el ritmo de mi ansiedad. Ibamos rumbo al comedor, un lugar en el que no habia nadie. “?Te sientes bien, Astrid?”, me pregunto. El deseo estaba flotando en el ambiente. El resto de los invitados permanecian en el porche. Eso nos dejaba a solas. Y me permitia comprobar como ambos nos deseabamos. Pase mis ojos por la cara de Simon, y me di cuenta de que pensaba lo mismo. Sin embargo, era el mejor amigo de mi hermano. Se trataba de alguien especial para el. Retrocedi, pero senti que estaba justo a mi lado, apenas a unos milimetros de un hombre que deseaba pero que siempre habia considerado como parte de mi familia. “Tal vez no deberiamos hacer esto”, dije, y di otro paso atras. “?Que pensabas que hariamos?”, me pregunto, susurrando. Dio un paso y tomo mis caderas para acercarme a el. El movimiento fue fuerte, aunque me senti comoda. De hecho, aumento el fuego en mi cuerpo y gemi sin poder evitarlo. Entonces eso basto para que continuara. Estaba claro que no era parte de mi familia. Y tambien que ya eramos adultos. Me condujo hasta una pared y quede entre su cuerpo y ella. Llevo sus labios a mi boca y luego hundio su lengua en el interior. Volvia a gemir mientras su aroma masculino inundaba mi nariz. Era el hombre al que habia deseado hacia anos. Ahora estaba apoderandose de mi cuerpo. Tome su pecho y deje que su lengua flotara en mi boca. “Deberias…”, dije, pero volvio a besarme, ahora con mas fuerza. Sabia que debiamos parar, pues cualquier persona podria encontrarnos. Estabamos corriendo peligro, aunque la sensacion de placer era maravillosa. “Podrian descubrirnos”, le adverti cuando pude retirar su boca. Sus dedos llegaron a mis senos. “Que se vayan al carajo”, dijo con fuerza. Bajo su boca hasta alcanzar mi sien. Cada beso que me dio erizo mi piel. Me encanto saber que lo excitaba tanto. Y tambien me excito, aunque sabia que era incorrecto estar con el. “Cielos”, dije en voz baja. Arquee mi espalda para ayudarlo a moverse. Era la primera vez que un hombre me trataba con tanta gentileza y rudeza al mismo tiempo. Simon era cuidadoso, pero tambien me mostraba su hambre. Un hambre que no podia guardar mas. Subio mi blusa y apreto delicadamente mi vientre con algunos de sus dedos. “No sabes cuanto tiempo he querido poseerte”, conto en voz baja. “Demuestramelo. Hazme tuya”, le pedi en un murmuro. Sonrio y subio mi cuerpo. Fuimos al dormitorio de huespedes y cerre mis ojos. Cuando desperte, vi la puerta de ese dormitorio cerrada. Una pregunta surgio en mi mente: ?que veria cuando abriera esa puerta? Exhale con fuerza, abri mis ojos y fui por mis cosas. Me impresiono lo mucho que me costo encontrarlas tras la noche de placer que habia tenido. ?Que diria Mauricio? Senti una terrible incertidumbre. Una sensacion que se mantuvo en mi. Sabia que no queria que Simon saliera conmigo. Era su hermana menor y me protegia. De todas maneras, ya tenia claro que debia enfrentar la situacion tras lo que habiamos hecho en uno de sus dormitorios. Recorde que Simon habia tomado mi ropa interior de encaje con su boca. Al encontrarla, senti otra ola de deseo. El parecia un jovencito desesperado por estar con su primera chica. Queria hacer todo con suma rudeza. Puse la ropa interior empapada, o lo que quedaba de ella, en mi bolso, y abri la puerta. Escuche sonidos que venian de afuera y supuse que se trataba de Simon. Camine sigilosamente hasta llegar a la sala de estar. No habia nadie en el pasillo. Todos los invitados dormian en los sofas o las alfombras. Se notaba que habian disfrutado la noche. Camine hasta la entrada en silencio. Mauricio noto que tenia mis zapatos en mi mano. “!Por fin despiertas!”, dijo. “?Ya es mediodia?”, le pregunte. El tono de mi voz era mas raro de lo habitual. Un recuerdo llego a mi mente, pero no queria contarle nada sobre el a Mauricio. Contuve el aliento y percibi un sabor en mi boca. “?Quieres vomitar? Acercate al cesped". “?De que hablas?”, le pregunte. Me ofrecio una rosquilla de la caja que tenia a su lado. Las habia comprado en mi tienda favorita. “De tu cara. Luces como si estuvieras a punto de vomitar. Deberias comer una rosquilla”, me sugirio Mauricio. “?Y Simon?”, le pregunte, como si no me importara la respuesta. “Se fue. Salio muy temprano. !Que buena fiesta tuvimos! Perdi el rastro de Simon a medianoche, pero hoy a las cinco de la manana se marcho con prisa. Menciono que su avion partiria temprano”, me respondio. Simon ya era un abogado importante en El Rosal. No tendria sentido iniciar algo con el. Sin embargo, esperaba que al menos se despidiera de mi. Entonces asenti y gire. No queria que mi hermano notara lo frustrada que me sentia. Puso la caja en mis rodillas y se levanto para sentarse en el columpio. “Toma la que quieras”, insistio Mauricio. Tal vez su actitud era la apropiada. Nuestras familias estaban en desacuerdo con una posible relacion entre nosotros. Ademas, no habria forma de que pudieramos estar juntos con tantos kilometros entre nosotros. Suspire y me sente al lado de mi hermano en el columpio. Comence a moverme, mientras me obligaba a hablar y simular que no habia ocurrido nada entre Simon y yo. Se habia marchado sin decir nada, asi que haria lo mismo que el. Como Mauricio no me pregunto al respecto ni queria saber nada, supuse que nadie mas se enteraria. Ser suya habia sido mejor de lo que habia pensado miles de veces en mis fantasias. Al recordar que habia podido acostarme con un hombre con el que habia querido tener relaciones por tantos anos, me senti afortunada. *** Pronto todo cambiaria en nuestra ciudad. La celebracion de San Valentin se acercaba. Ivana estaba soltera, como yo. Por esa razon planificamos una noche solo para nosotros. Lo habiamos hecho miles de veces. Prepare panecillos, compre dos botellas de vino y busque una pelicula sobre romance y enredos para que la vieramos.

  • Familia de estrellas de Danielle Steel

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    Un homenaje de Danielle Steel a las mujeres fuertes que no se dejan vencer por las adversidades.

  • Sassenach de Kate L. Morgan

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    Si hubiera sido una muchacha docil, si hubiera obedecido a su madre cuando le aconsejo que no aceptara las atenciones de el. Si hubiera sido inteligente y nada impulsiva, ahora no estaria enfrentado el peor momento de su vida. Heaven, trataba de contener el temblor de sus manos. Por suerte, Robert habia cerrado la puerta del pequeno saloncito, y nadie podia escuchar las palabras horribles que le decia. Sentia un silbido en los oidos, y las pulsaciones del corazon en la garganta. Le oia hablar, pero era incapaz de entender lo que le decia. Una sola frase de todas las que habia pronunciado, le martilleaba en el cerebro: se termino el compromiso. !La dejaba! ?Por que? ?Que habia sucedido? ?En que momento la historia entre ambos se habia estropeado? ?Que iba a suceder con la preciosa mansion que habian comprado para comenzar una vida en comun? --?Me estas escuchando, Heaven? Lo escuchaba, pero no queria hacerlo. Agarro con fuerza el canto de la mesa de madera hasta que se le pusieron los nudillos blancos. Giro la cabeza hacia la izquierda: hacia los enormes ventanales que mostraba la amplitud de la sala de recepcion que estaba justo al otro lado. A los veintidos anos, su primer y unico prometido la dejaba plantada. --Lo siento --se disculpo el. ?!Lo sentia!? ?Como podia tirar un ano de noviazgo y otro de compromiso con un chasquido de dedos? --Robert... --logro decir, pero tuvo que callar. El nudo en su garganta era demasiado grande para hablar con normalidad. Robert Green era un hombre maduro que ya se habia divorciado anteriormente. Era culto, interesante, de complexion delgada, y muy rico. Tenia el pelo casi gris, y los ojos mas frios que habia visto nunca. --Gracias por no hacer un espectaculo --le dijo el. Heaven podria reirse si la situacion no fuese tan hiriente para ella. ?Como podria montar un espectaculo si apenas podia moverse ni articular palabra? --Robert... --tuvo que carraspear para aclararse la voz. Cuando el la cito, no tenia ni idea de lo que tenia preparado. --Siempre he admirado ese ferreo control que despliegas sobre tus sentimientos --le dijo el --. La forma serena en la que te tomas los asuntos aunque sean desagradables. Heaven tenia que preguntarlo. --?Rompes nuestro compromiso por otra mujer? --inquirio al fin con ojos brillantes--. ?Me abandonas por otra? El hombre maduro bajo los parpados. Se apoyo mejor en el sillon de piel, y suspiro. Heaven cerro los ojos porque no necesitaba una confirmacion de voz cuando su rostro culpable lo delataba. ?Que podia esperar de el? Antes de conocerlo sabia lo libertino que era. Habia tenido ya una primera esposa, y, dos compromisos rotos tras sus espaldas, eran una carta de presentacion muy elocuente, y eso sin mencionar las continuas amantes y escarceos amorosos que habian nutrido sus anos mas salvajes. Pero ella creyo que habia cambiado. --No ignorabas como soy --fue su escueta respuesta--. Me gusta divertirme. Claro que lo conocia, pero se habia enganado creyendo que la queria lo suficiente para cambiar por ella. Para amarla unicamente a ella. --?La conozco? Robert la miro de frente e hizo un gesto negativo con la cabeza. --Lo lamento --volvio a excusarse. Heaven sentia enormes deseos de llorar, pero no lo haria delante de el. Se tragaria la rabia y la impotencia hasta que saliera de ese lugar. Que la hubiera citado en Blenheim habia sido un golpe maestro. La casa de te reunia a la flor y nata de la sociedad londinense. En ese lugar se celebraban las recepciones de los enlaces mas aclamados. --Ha sido todo un detalle que me lo dijeras aqui en este lugar concurrido de gente --le reprocho--. ?Temias una escena en privado? Robert solto un suspiro largo y cansado. --Ya no podia mas --le informo--. Tu, mejor que nadie, conoces el motivo por el que he decidido romper nuestro compromiso. Heaven estaba a punto de gritar. --No, no lo se --respondio muy queda. El hombre mayor la miro intensamente. --Tienes veintidos anos, sabes lo que un hombre espera de la mujer con la que esta prometido, y tu, tu eres demasiado fria --ella apreto los labios con ira--. No puedo con tu frigidez. El insulto le parecio fuera de lugar. Ella no habia compartido intimidad con el salvo besos y algunas caricias porque deseaba llegar virgen al matrimonio. --Eres un desgraciado --le espeto de pronto aunque en voz baja. --No te quiero, nunca te quise --le confeso. Ella cerro los ojos para no verle la cara--. No eres la mujer adecuada para mi. Al principio pense que si, pero me gustan las mujeres apasionadas, y tu estas muy lejos de serlo. --La decencia es lo que se espera de una mujer honrada --contesto despechada. --Eres un tempano de hielo --siguio insultandola--. Inteligente, perfecta para adornar el salon de una casa, pero no para calentar la cama de un hombre apasionado. Heaven tenso la espalda y entrecerro los ojos. --Pero hemos adquirido Claremont Hall --le dijo--. Es la casa de nuestros suenos, ?que vamos a hacer con ella si me abandonas? El hombre no respondio de inmediato, se tomo su tiempo para hacerlo. --Despues hablaremos sobre ello. --!No! --protesto ella--. Deseo saberlo ahora. --Puedes venderme tu parte. --Ni hablar. --Puedes comprarme la mia. Estuvo a punto de soltar una carcajada histerica. Ella no disponia de libras suficientes para comprar la parte de el, y el muy necio lo sabia. Heaven habia invertido la herencia de su abuelo paterno en su parte de la casa. Una mansion ubicada muy cerca de Hyde Park. --?Me harias un descuento especial? --le pregunto sarcastica. --Soy el mas interesado en conservar la casa, y mi parte es superior a la tuya --le recordo. Ella habia cometido un error al querer participar en la compra de la preciosa mansion. Su padre habia puesto el grito en el cielo, pero ella no queria vivir en la actual casa de el pues alli habia vivido su primera esposa, y ella no queria pasar el resto de sus dias en el mismo lugar. --Lo se --admitio ella--, pero no puedo comprar tu parte ni pienso venderte la mia. --Heaven, piensalo bien --le sugirio--. Cuando te hayas calmado, hablaremos sobre Claremont. --No pienso hacerlo --le recordo. Heaven respiro profundamente varias veces. --No tienes mas opcion --continuo el--. Despues de unos dias, hablaremos. Robert salio por la puerta sin despedirse. ***** Heaven se sentia muy desgraciada. No habia salido de la cama desde el momento que regreso de Blenheim hecha polvo por la decision que habia tomado Robert de abandonarla. No habia recibido ningun mensaje de el pese a que ella le habia enviado docenas. Habia perdido el apetito, las ganas de luchar. Habia usado ingente cantidad de panuelos llorando como una tonta por algo que ya no tenia remedio. De nada habian servido sus ruegos, sus suplicas. Robert tenia a otra, y ella no podia hacer nada salvo resignarse, pero no queria hacerlo. Le habia dado dos anos de su vida. Lo habia tratado como el hombre especial que creia que era, y todo para descubrir que nunca la habia amado de verdad: que la consideraba una mujer frigida. El insulto le escocia en los mas hondo. Lo maldijo una y otra vez, pero el dolor seguia ahi, mordiendole el orgullo. De la desdicha paso a la furia cuando Robert dejo claro que no pensaba atender ni uno solo de sus mensajes. La dejaba definitivamente, y se lo hacia saber de la forma mas dura. El quinto dia de su encierro, amanecio lloviendo. Seguia en la primera planta de la casa victoriana situada en Baker Street. Su casera, que vivia en la planta baja, le subia la leche y el periodico que se acumulaban en la puerta. Su madre estaba en verdad preocupada porque ella no le habia dicho nada sobre la ruptura sentimental por la que estaba pasando. Pero ese quinto dia, una noticia cambio por completo su forma de actuar. Habia leido en la prensa que Robert se comprometia con una rica heredera que ella conocia. Alta, voluptuosa, de pelo largo y sedoso, y unica hija del baron de Sandringham. Una joven debutante de grandes pechos y redondeadas caderas. Leyo la noticia en las paginas de sociedad, y lo maldijo. Su orgullo resurgio de las cenizas de la autocompasion donde estaba encerrado, y le insuflo fuerzas para destrozar todos y cada uno de los regalos que el le habia obsequiado durante esos dos anos de compromiso, y que adornaban algunos rincones del elegante dormitorio. Cuando iba a estrellar en el suelo la delicada figura de porcelana que le habia obsequiado por su ultimo cumpleanos, sono con insistencia unos toques en la puerta de su apartamento. Heaven estaba ojerosa, despeinada. Seguia en ropa de dormir, y con la furia alimentando cada poro de su cuerpo. --Heaven, se que estas ahi --era su madre la que golpeaba la puerta con insistencia--. Me ha dicho tu casera que te encerraste el viernes, y que ya no le abres la puerta a nadie. Respiro hondo, y contemplo el resultado de su furia. La espaciosa alcoba estaba hecha un desastre. Resignada se dirigio hacia la puerta de entrada y abrio. Su madre al verla lanzo una exclamacion ahogada. --!Oh, Dios mio! --se llevo una mano a la boca mientras entraba al apartamento de su hija --. ?Que te ha pasado? Heaven cerro la puerta con un golpe seco. Precedio a su madre al interior. --Ponte comoda --le dijo mientras ella se lanzaba al sillon con desgana y subia los pies sobre el mismo. --Estoy preocupada por ti --le dijo la mujer--. Todos estamos muy preocupados. Heaven cerro los ojos un instante. --No me hables en gaelico --le ordeno--. Sabes que no me gusta. La madre se encogio ante la critica. --Cuentame que ha sucedido --pidio en voz baja obedeciendola--. Tu casera me ha dicho que llevas cinco dias sin contestar mensajes. --Ahora no deseo hablar con nadie --fue su impulsiva respuesta. Susan Woodward observo la estancia con mirada preocupada. Habia ropa por doquier, porcelana rota, cristales hechos anicos. Todo estaba tan desordenado y sucio como su hija. Su estado de abandono desato todas las alarmas dentro de su cabeza, y su corazon de madre se entristecio. --No me trates condescendientemente --respondio severa--. No soy estupida. Heaven no queria contarle a su madre su fracaso personal. Todavia tenia que digerir la noticia de la ruptura del compromiso con Robert. --Claro que no eres estupida, pero si entrometida. --Eres mi hija y me preocupo por ti --respondio tierna--. Tu padre y yo estabamos en contra de que te vinieras a vivir a este apartamento tan pequeno, que dejaras tus clases de piano, y que te comprometieras con un hombre que en nada te convenia. --Te quiero, mama --le dijo de pronto--, pero no quiero hablar sobre mis errores. La madre la observo de forma detenida, y, sin que ella se lo dijera, supo lo que habia sucedido. --!Ha roto el compromiso! Heaven, al escucharla, rompio a llorar. Seguia llena de ira, de frustracion. Sentia rabia, impotencia, y unas ansias de vengarse que aumentaban a cada minuto. Susan se levanto y corrio hacia ella. La abrazo por los hombros, y Heaven lloro todavia mas. --Lo lamento mucho carino...

  • La Hermana Sol de Lucinda Riley

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    De Manhattan a las majestuosas llanuras africanas, el sexto libro de la serie < Siete Hermanas>> es una historia romantica e inolvidable.

  • Entre el orgullo y la redencion (Escocia 2) de Isabella Abad

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    Escocia, 1632.
    Han pasado quince anos y la vida de los Campbell parece florecer. El otrora benjamin, Lyle, se ha transformado en un gigante impetuoso y aventurero, que va de amante en amante y gusta de la bebida. Su familia lo observa con preocupacion, que ira aumentando cuando las medidas economicas del Rey Carlos Estuardo aprieten los bolsillos de los highlanders y les obliguen a buscar alternativas. El camino de Lyle es de dudas y de impulsos que lo llevan a desobedecer al laird, su hermano Glenn, que ve en la negociacion la salida a todo. El menor cree que solo la rebeldia mostrara su fuerza.
    Entonces conoce a Brittany, la hija del funcionario recaudador de peor fama. Con ella llegan las confusiones, la pasion y los problemas. Lyle es orgulloso y atropellado, Brittany tiene un compromiso que no puede eludir, con un ingles hostil y ambicioso, que llegara a las Tierras Altas con ansias de gloria.

  • La red de Caronte de Gemma Herrero Virto

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    Los cadaveres brutalmente mutilados de varias adolescentes aparecen abandonados en parajes apartados de Vizcaya. No hay pistas sobre el asesino, nadie sabe nada del misterioso asaltante y lo unico que tienen en comun todas las victimas es que son jovenes solitarias.
    La investigacion lleva a la joven forense Natalia Egana y al inspector de homicidios Carlos Vega a descubrir que el asesino contacta con sus victimas a traves de Internet. Usando el sobrenombre de Caronte se acerca poco a poco a sus presas, descubre sus secretos mas intimos y las enamora hasta conseguir una cita que sera fatal para ellas.

  • ?Hay alguien ahi fuera? – Marian Keyes de Marian Keyes

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    Anna Walsh protagoniza esta cuarta novela de la saga de la peculiar y entranable <>.

  • Adrian y Rosa (El llamado del Amor 2) de Kankis Lefky

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    Adrian Bilbao era un joven tan encantador como apuesto, aunque algo mal-hablado y vanidoso, cuya idea de diversion era pasarse todo el fin de semana de parranda con sus amigos. Llevaba la mitad de su carrera universitaria con calificaciones mediocres, las cuales lograba mas por su carismatica personalidad, ya que a los profesores les caia muy bien y lo consideraban tan agradable y simpatico que no lo reprobaban. Si no fuera por lo cautivante de su personalidad, seguro enfrentaria la realidad... !Tendria que estudiar! Era tan cordial y sociable que a pesar de su irresponsabilidad, profesores, companeros y amigos lo apreciaban mucho y como en verdad era un joven muy atractivo, por supuesto tambien contaba con la estimacion de las chicas universitarias, quienes lo consideraban adorable. Aunque el Sr. Bilbao conocia el estilo de vida de su hijo Adrian, solo le llamaba la atencion cuando llegaba a pescarlo haciendo algo fuera de lugar, pero pronto terminaba su regano, pues era minado por la apenada expresion de su encantador hijo, que cada vez le hacia sus vanas promesas de que ya se portaria bien. Asi era la despreocupada vida de Adrian Bilbao, hasta que un dia... --Yo creo que ahora si la hiciste Adrian, papa no te va a pasar esta borrachera. --Le decia su hermana Viviana, mientras el estaba acostado escuchando musica. --No pasa nada carnalita, siempre es lo mismo, me avienta su sermon de 10 minutos, le digo que lo siento, que no volvera a suceder... !y ya! !listo! Todo queda olvidado. --Respondio confiado, mientras fingia tocar una invisible guitarra electrica en la parte mas algida de la cancion. --No Adrian, esta vez no sera asi... --le aseguro su hermana mayor al quitarle los audifonos --. Esta vez si te pasaste de la raya... En ese momento su mama abrio la puerta de la habitacion y al verlo acostado, negando con la cabeza le ordeno: --Levantate, tu papa te espera en el despacho... --Adrian se levanto y de inmediato peino su larga melena, pues una de las cosas que mas le reprendia su papa era precisamente esa, que tuviera el cabello hasta el hombro--. Ay hijo, ahora si te metiste en una buena. Sonriendo y dandole un beso en la mejilla a su mama comenzo a caminar por el pasillo para ir a recibir el paternal regano y al irse acercando a la oficina preparo en su rostro la expresion de arrepentimiento y chico confundido. En cuanto entro al despacho vio que con gesto adusto el ya lo esperaba. --Sientate. Con energica voz ordeno el Sr. Bilbao y al ver que se sentaron junto a el su mama y su hermana Viviana, Adrian entendio que esta vez la cosa iba en serio, pues parecia estar en el banquillo de los acusados. Los tres lo miraban de forma reprobatoria, aunque extranamente su hermana parecia estarlo disfrutando, pero como solo lo veian y ninguno hablaba, Adrian comenzo a divagar y mientras les mostraba su cara de arrepentimiento, en su mente empezo a planear la nueva parranda del fin de semana. De pronto la severa voz de su papa lo saco de sus profundos pensamientos: --?En que estabas pensando Adrian? --Ante tal pregunta Adrian titubeo, pues el estaba pensando en lo que haria ese fin de semana, pero sabia que no era esa la respuesta que su papa esperaba escuchar y solo atino a mirarlo con desconcierto--. Te doy todo lo que quieres, no puse obstaculos para la Universidad que elegiste y que no aprovechas porque siempre andas en tus famosas fiestecitas. Ademas, en la casa tenemos cuatro perros que recogiste en tus parrandas y dime... ?Como correspondes? --Mientras su papa recitaba el mismo regano de siempre, Adrian tenia la estudiada expresion de afliccion, arrepentimiento y chico bueno--. Cada fin de semana es lo mismo, desde el viernes te vas de parranda con tus amigos buenos para nada como tu, se gastan todo el dinero en borracheras y ya has chocado tres coches. Todo parece indicar que no comprendes que te enfrentas a muchos peligros... pero en fin, esta vez ya fue el colmo... me llamaron de la Delegacion y tuve que pagar una fuerte multa para poder sacarte, porque en tu borrachera le pegaste a no se cuantas personas. Era cierto, sin saber como habia empezado el pleito o quien lo habia provocado, al final de la fiesta se agarraron a trancazos todos contra todos y al recordar lo buena que se habia puesto la fiesta y el pleito, Adrian sonrio y al instante escucho la severa voz de su padre: --?Y todavia tienes el descaro de reirte Adrian? !No puedo creerlo! --No papa... ?Como crees? No me estoy riendo. --Entonces... ?Por que pones esa cara de estupido? --Es que iba a estornudar... --!Pues estornuda carajo! --Despues de fingir el estornudo y hacer un esfuerzo para no reirse de sus propias tonterias, volvio a poner su tan gastada expresion de nino bueno con la que siempre se salia con la suya, pero en esta ocasion no le sirvio de nada--. Despues de haber hablado largamente con tu madre y tu hermana, hemos decidido el castigo que mereces. --Al instante Adrian las miro pensando: "Traidoras". --?Castigo? Pregunto como si no pudiera creerlo y volteo a ver a su hermana esperando que lo ayudara, pero ella solo asintio como diciendo: "es por tu bien". No le paso desapercibido a Adrian, que Viviana hacia un esfuerzo por no reir, pues tal parecia que le parecia gracioso que al fin lo castigaran. En cambio su mama se veia triste porque habia conspirado en su contra y aprobado la crueldad del castigo. --Si, estas castigado... trabajaras. Ante esas palabras Adrian se trabo, eso era mucho peor que recibir un insulto o que lo mandaran de rodillas hasta la muralla china. --?Que? ?Yo trabajar? Pero papa... --Ya esta decidido, trabajaras. --Comprende papa, si trabajo no tendre tiempo para estudiar. --El Sr. Bilbao le dirigio una mirada de no poder creer lo que estaba diciendo. --No digas babosadas Adrian, tu nunca estudias, de hecho no recuerdo haberte visto una sola vez con un libro en la mano. En cuestion de segundos infinidad de pensamientos pasaban por la mente de Adrian, pues trataba de encontrar algo que pudiera liberarlo de tan terrible apuro. De pronto llego una idea que le parecio genial, penso que si le decia que si a todo, aceptaba su culpa y mostraba rasgos de madurez, entonces su papa le retiraria el castigo y lo perdonaria como siempre. --Tienes razon papa, comprendo que me equivoque... he sido un irresponsable y tal parece que no he valorado el carino y el apoyo que me has brindado siempre, pero es todo lo contrario, creeme que me considero afortunado por tener un padre como tu y por eso te aseguro que esto no volvera a repetirse. --Me alegra que lo tomes tan bien, pero no por eso dejare de ser mas estricto. El proximo lunes vas a entrar a trabajar en una de las companias y por supuesto empezaras desde abajo. --Al ver que su estrategia fallo, enojado exclamo en voz baja:. --!Me lleva la ching...! --?Que dijiste Adrian? --Que en donde queda dicha compania. --Deberas trabajar en esa compania por lo menos tres meses para que puedas pagar la ultima reparacion del coche y la multa que pague. --Al entender que no habia manera de librarse del castigo, espeto:. --Papa tengo 20 anos... ?No es la edad en la que puede uno divertirse y vivir la vida? Comprende que la juventud se va y no regresa jamas... --El Sr. Bilbao lo miro fijamente durante largos segundos, algo que le dio a Adrian un halito de esperanza. --Veo que me he equivocado al darte tanta libertad, pero afortunadamente es algo que si puedo corregir. Desde el lunes iras a trabajar y olvidate de la camioneta. --!Pero papa! ?Como voy a trasladarme? --Como lo hace la mayoria de los empleados, en autobus o caminando, tu provocaste el castigo Adrian y aunque no lo creas, esto me duele mas a mi que a ti. --Si... !Como no! Exclamo Adrian en voz muy baja, mientras veia que tranquilamente su papa salia del despacho. 2 Ese fin de semana fue un suplicio para Adrian, pues no podia superar el entripado que sentia por la traicion de su hermana y de su madre, que no lo defendio, pero que aseguraba cada 5 minutos que lo adoraba, y tambien por el Genhis Kan de su padre, que le habia impuesto un castigo imperdonable. Lo estaba enviando a trabajar sabiendo que el no tenia ni la menor idea de como hacer eso, es mas, el solo pronunciar esa palabra le provocaba escalofrios. Finalmente llego el lunes y a las 5:15 de la manana su hermana Viviana fue a despertarlo con una jarra de agua que casi le vacio en la cara, pues el despertador ya llevaba algunos minutos sonando. Tan fuerte fue la impresion, que Adrian se cayo de la cama. Estaba sonando que estaba en la playa rodeado de hermosas chicas con seductores trajes de bano, cuando de pronto una ola lo envolvio revolcandolo y haciendolo despertar en el piso de su habitacion... sin contar que se encontraba todo empapado y tiritando de frio. --!Pero que demmm...! --Deja de vociferar y levantate, tienes que ir a trabajar. --Le dijo su hermana aun con la jarra en la mano. --!Te pasas Viviana! ?Esa es la forma de despertar a la gente? --A la gente no, pero a ti si, pones el despertador y parece que no lo oyes. --Es que me siento cansado, para tu conocimiento casi no dormi. --No pongas pretextos porque de esta no te salvas, hoy es tu primer dia de trabajo. !Y apaga esa cosa, que no para de aullar como gallo asustado! --Exigio de mal humor senalando el despertador. --Vaya con la inteligente de mi hermana mayor, los gallos no aullan. Viviana le dirigio una severa mirada y salio de la habitacion. Ya resignado, Adrian entro a asearse y despues de peinar y atorar detras de las orejas su largo cabello castano, se puso un fino traje gris, camisa blanca y una corbata color vino con delgadas rayas grises. Mientras se revisaba frente al espejo, con seriedad dijo: --Bueno Adrian, ya tienes casi 21 anos y no hay manera de evitar tu primer dia de trabajo... tienes que emplear toda tu simpatia porque no tengo ni idea de lo que debo hacer en esa compania. --Resoplo con fastidio--. Definitivamente creo que para pagar la reparacion y la multa es una exageracion trabajar tres meses. Adrian, debes poner atencion y hacer meritos para que mi padre nos devuelva la camioneta, el fin de semana la necesitamos para ir al fandango con los cuates. -- En ese momento cayo en cuenta que no tendria coche--. !Un momento! No estara pensando que me voy a ir en camion al trabajo... Alarmado salio en busca de su papa, que tambien ya estaba casi listo para ir a sus diarias actividades, entonces le pregunto: --Oye papa, si no me permites usar la camioneta, entonces dime... ?En que me voy a ir? -- Mientras el Sr. Bilbao se anudaba la corbata frente al espejo, un tanto cortante respondio: --Yo te voy a llevar. --!Que, que, que! Tengo casi 21 anos... !Eso no es cool! --?Casi 21 anos? Pues seria bueno que lo recordaras de vez en cuando antes de irte de parranda y apurate, que ya nos vamos. --Cuando ya estaban listos para irse, Viviana se despidio diciendole: --Mama y yo vamos a extranarte Adrian. --No me digas... ?Mientras pasean por las tiendas del centro comercial al que van casi todos los dias? --Los dos hermanos se querian mucho, pero siempre se la pasaban molestandose uno al otro, asi que Viviana respondio rapido:. --Por cierto Adrian... !Aguas! Creo que a tu jefe le vas a gustar mucho... !Le gustan los grenudos! --Adrian se irguio y mostrando esa sonrisa que siempre enloquecia a las chicas dijo confiado:. --Espero que si. --Pero... ?Si sabes que es hombre? ?No? --Ante la espontanea carcajada de su hermana, el se quedo helado. --Ya subete Adrian. --Ordeno el Sr. Bilbao. --?Me dejas conducir a mi? --Pregunto con inocente sonrisa. --?Es chiste Adrian? --No papa. --Ante la fria mirada del Sr. Bilbao, que no mostraba intencion de moverse del volante, resignado Adrian se sento en el lado del copiloto. --?Bueno y donde voy a trabajar? --Es una fabrica de veladoras y creo que te pondran en el area de produccion... el dueno de la empresa es uno de mis grandes amigos, asi que por favor portate como la gente decente y no quiero enterarme que dices palabrotas. --!Hombre papa! ?Yo? --Si, tu, que a veces pareces carretonero… mira hijo, aunque te he impuesto trabajar como un castigo, creeme que te estoy haciendo un favor. Aprovecha esta oportunidad y aprende. ?Entendido? --Entendido papa, sere tu orgullo. Dijo con su juvenil sonrisa, mientras hacia un ademan de saludo a un militar de rango. A pesar de que no le gustaba nada la idea de trabajar, Adrian no perdia el buen humor, por lo que durante el trayecto le conto divertidas anecdotas de sus dias de fiestero, que inevitablemente hicieron reir a su papa hasta que llegaron a la fabrica. Se despidieron con el carino de siempre y Adrian se bajo para comenzar su primer dia de trabajo. 3 La fabrica de veladoras no se veia nada mal, eran tres enormes naves pintadas de blanco y de pronto al joven Adrian Bilbao le parecio interesante conocer lo que se hacia en cada una de ellas. Aunque su papa le habia advertido que entraria a trabajar desde abajo, quiso impresionar al llegar bien vestido, pues imagino que ahi trabajarian chicas guapas que le harian soportable esos meses de martirio. Al llegar a Vigilancia pidio hablar con el Sr. Leonel Cervantes, el Jefe de Produccion, quien al recibirlo en su oficina lo miro de arriba abajo, pues le sorprendio la elegancia con la que vestia para trabajar en produccion. Luego de una corta charla, el Sr. Cervantes le pidio que pasara a Recursos Humanos para que realizaran los tramites correspondientes. Asi lo hizo y la Gerente lo atendio unos minutos despues de que llego. En cuanto entro a su oficina, Adrian se presento con educacion y prestancia y la Gerente le dio la bienvenida. No le paso desapercibido que a la guapa Psicologa, una joven de cabello y ojos castanos, literalmente casi se le caia la baba al verlo, pero el se mostro sereno, seguro de si y manejando muy bien sus armas mientras pensaba: -- "Obvio, no podia fallarme". --Me da mucho gusto darte la bienvenida Adrian. --Le dijo extendiendo su mano y el la recibio con un calido y suave apreton--. El Sr. Moncada me hablo de ti y me pidio que te cuidaramos muy bien porque eres el hijo de su mejor amigo. --Decia encandilada al ver lo alto y guapo que era Adrian. --Me siento honrado, es usted muy amable Srita.... --Cinthia… Cinthia Garcia, pero puedes llamarme Cindy. --Dijo con una coqueta sonrisa, mientras le apretaba ligeramente el brazo al nuevo empleado. --"A fuerzas, ya caiste". --Pensaba Adrian mientras mostraba una falsa sonrisa timida, que por supuesto ella se creyo--. Muy agradecido por la confianza... Cindy. Mientras la risuena y guapa Psicologa no dejaba de platicar de manera encantadora y de tocarle el brazo mientras se hacia la simpatica, Adrian asentia con toda propiedad. Se sentia tranquilo porque se daba cuenta de que se la iba a pasar muy bien, pues solia causar ese efecto en las mujeres y desde los 15 anos habia aprendido a aprovecharlo para su propio beneficio. --Adrian, me encanta tu cabello, dime el secreto de como lo cuidas, luce mas suave y brillante que el mio. --Decia Cinthia sin dejar de sonreir. --Gracias Cindy, pero no es asi, tu cabello es tan hermoso, que es dificil dejar de mirarlo. --Ay Adrian... ?Asi te parece? Le dijo con coqueta mirada, mientras con una de sus manos tomaba su cabello y lo colocaba sobre uno de sus hombros. Como Adrian estaba encantado de no hacer nada, con discrecion guio la platica. Despues de una hora de platicar sobre los lugares que les gustaba frecuentar los fines de semana, alguien llamo a la puerta, era el Sr. Moncada, dueno de la fabrica, quien con sincera sonrisa llego para darle la bienvenida al hijo de su amigo. Como todo un caballero Adrian se levanto y estrecho la mano que el le extendio, de inmediato le agradecio por la oportunidad de trabajar en su empresa y le aseguro que trabajaria con mucho ahinco. Mientras lo hacia, Cinthia no disimulaba la clara expresion de embobamiento. --No hijo, no tienes nada que agradecer, espero que encuentres interesante tu nuevo trabajo, que seguramente Cindy ya te explico en que consiste. ?Verdad? --Ella se sorprendio, pues se la habian pasado hablando de todo menos de trabajo, por lo que Adrian respondio:. --La Srita. Garcia ha sido tan amable y paciente, que ha estado informandome sobre los lineamientos de la empresa y sobre el trabajo que debo desarrollar en el area de produccion. --Lo dijo mirandola y dedicandole esa sonrisa que las volvia loquitas a todas. --Perfecto, Cindy hagame el favor de mostrarle su lugar de trabajo al Sr. Bilbao y haga las presentaciones correspondientes. --Con mucho gusto Sr. Moncada, enseguida lo hare. Con amable sonrisa se despidio el Sr. Moncada y cuando salio de la oficina, a grandes rasgos Cinthia le informo a Adrian sobre el funcionamiento del area de produccion y sobre el trabajo que el debia realizar, el cual en realidad no era dificil. --Lo mas seguro es que te pidan que te cortes el cabello, pero no les hagas caso porque tu cabello te hace lucir mas atractivo, solo recogelo en una coleta. ?ok? --El asintio sonriendo, pues entendio que con ella iba a tener el camino facil--. Vistes tan elegante, que me apena informarte que aqui solo vestiras uniforme. --No te preocupes Cindy, lo entiendo. ?Donde me entregaran el uniforme? --Yo tengo los uniformes, en un instante te los entrego. --Cindy camino hacia un armario, saco dos pantalones y dos camisas con logotipo de la empresa en color gris oscuro--. Para evitar que algun obrero te haga una diablura en tu ropa, entra a mi bano para que te cambies y cuando termines puedes guardar en el armario tu ropa y el uniforme extra. Cuando salgas de trabajar pasa a recogerlos. --Deliberadamente rozo sus manos cuando le entrego los uniformes--. Ay Adrian, te ves tan guapo y elegante, que me apena darte los uniformes... pero en fin... --Al recibirlos el penso: "esto esta horrible", pero al instante le dijo:. --No tienes por que apenarte, yo no tengo ningun problema en ajustarme a todos y cada uno de los lineamientos de la empresa... Cindy. --Nuevamente ella sonrio y toco su brazo. --Ay Adrian, tienes brazos muy fuertes... El sonrio encantador y entro a cambiarse. Luego de algunos minutos salio y mientras guardaba sus pertenencias en el armario le pregunto: --Ya estoy listo Cindy. ?Ahora podrias indicarme a donde debo ir y a quien debo dirigirme? --De ninguna manera Adrian, yo te llevare para presentarte con todos. --Con traviesa sonrisa el respondio:. --Me parece genial ir en tu adorable compania. Halagada Cindy se colgo de su fuerte brazo y al cruzar el area administrativa y al entrar en la de produccion, todos los empleados lo vieron como si se hubiera equivocado de lugar o se tratara de una publicidad, pues Adrian parecia modelo de portada de revista disfrazado de plomero.

  • En la tercera habitacion (Zillah Roth 1) de Vecca Preetz

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    Capitulo I – Lo menos esperado Las hojas crujian debajo de las ruedas de la bicicleta. La brisa otonal barria el sendero y recordaba que el verano habia quedado atras en San Lorenzo. Una villa turistica al norte de Argentina. El paseo por la Quebrada era obligatorio para los amantes de la naturaleza. Tambien de Zillah Roth. Pedaleaba todos los domingos hasta alli acompanada por Yaco, su ovejero aleman. A Zillah le encantaba contemplar las aguas del rio desde el final del puente. Ver el agua correr entre las piedras, hipnotizaba su melancolia. La frescura que transmitian las gotas salpicando las rocas, captaban su atencion. Cada una de ellas se desprendia de aquella masa de agua incansable sufriendo el desgarro inevitable del olvido. El final de su existencia. No entendia muy bien porque los enamorados se paraban a observar el rio. <>, pensaba mientras retomaba su pedaleo tranquilo. Siempre iba durante la apacible hora de la siesta, cuando todos, en la casa, dormian. A veces la acompanaba su amigo Ivan, pero este ultimo domingo no quiso hacerlo. Era un domingo distinto en San Lorenzo. A pesar del aire fresco, las moscas se acercaban pesadas, como en los dias de mucho calor. De repente, un presentimiento extrano se apodero de sus visceras. Como una soga que conectaba su garganta y la boca del estomago. Percibia cierta tension en el aire. Parecia como si un ser extrano rondara la Quebrada, pero no caminando. Por el aire. Un ser oscuro e impredecible. Volteo su cabeza pretendiendo que alguien la seguia, pero estaba sola por el sendero. Recordo que su hermana le decia que no se dejara manejar por el miedo. El miedo se disfraza de siluetas negras que luego nos persiguen como sombras. Por todas partes. De dia y de noche. Una mosca se poso en su oreja y regreso de su pensamiento para quitarsela con una palmada que le dejo un zumbido agudo dentro de la cabeza. Podia ver que una sensacion asfixiante sobrevolaba a los insectos. De pronto Yaco comenzo a correr con una urgencia inusual, delante de ella. Siempre la seguia a su lado o detras. Raras veces se adelantaba y menos, corriendo. Ella lo siguio tan rapido como sus cortas piernas le permitian pedalear. Pero el camino se hacia cada vez mas empinado. Dejo la bicicleta a un costado de la calle y comenzo a correr detras de Yaco. No queria perderlo, pero el perro no obedecia a su llamado. En el ultimo sendero marcado, se desvio sin voltear, ingresando a la selva tupida y solitaria. La nina seguia corriendo sin dejar de mirar donde su perro iba abriendo camino. Sus piernas sufrian latigazos provocados por los arbustos que pretendian impedir su paso. Como si negaran el ingreso a ese lugar de la Quebrada. Gritaba su nombre para que no fuera demasiado lejos, pero el perro parecia no escuchar. La paz del lugar iba a caer en pedazos en un breve lapso de tiempo. De pronto, Yaco se detuvo. Inmovil mirando a un punto fijo. Como si fuera un perro de caza. La brisa timida tambien se detuvo, suspendida en la atmosfera silenciosa, augurando un mal momento. Parecia que todo el mundo habia dejado de girar en ese instante. Todos, excepto las ruedas de la bicicleta, que, recostada sobre la calle, seguian girando ruidosamente. Las bicicletas no conocen el silencio. Chillan como criaturas caprichosas. Zillah estaba a pocos metros detras del perro. --?Que encontraste, Yaco? --dijo mientras le daba palmadas en la cabeza. Siguio con los ojos la direccion de su mirada inamovible. Y se quedo sin aliento. Un pequeno grito se ahogo detras de su garganta. Los pulmones de Zillah dejaron de inhalar por unos segundos. Su mandibula quedo atascada, como si hubiera ingerido de golpe un par de piedras. El sudor se apodero de sus pequenas manos. Un escalofrio recorrio todo su cuerpo dejandole los pelos crispados. Luego respiro fuerte y entrecortado sin saber que hacer. Inesperadamente el hallazgo habia oscurecido su paseo, por no decir que habia echado sombra a toda su vida. Nadie imagina encontrar a alguien sin vida en medio de un paseo. Menos aun alguien conocido sin vida. Entre dos troncos grandes como horquetas, descansaba un palo atravesado, y en el un hombre colgaba muerto. Atado de pies y manos de espalda al suelo. La cabeza volteaba hacia un costado dejando ver una gran herida en su cuello. La sangre no caia ya, parecia que se habia vaciado y estaba derramada sobre la tierra seca, justo debajo de el. Un hombre que no era cualquier hombre. Era su padre. No grito. Le faltaba el aire. Le faltaba la voz. Dio unos pasos hacia adelante y lo toco con el dedo indice, para cerciorarse que no tenia vida. Yaco empujaba la cabeza con su hocico mientras dejaba salir un sonido extrano. Parecia un lamento. Volteo asustada buscando alguien que pudiera sacarla del espanto. Pero solo las sombras se asomaban en el camino. Estaba aterrada. Respiraba fuerte ahora. Respiraba con panico. Los latidos de su corazon aceleraron de tal modo que el bombeo de sangre la impulso a huir. Corrio hasta donde habia dejado su bicicleta, la levanto y pedaleo con la mayor rapidez que sus pequenas piernas le permitian. Yaco no la seguia. Tampoco volteaba a comprobarlo. <>, pensaba mientras sus piernas giraban cada vez mas rapido. Como en un tunel de tiempo las imagenes vividas con su padre tropezaban unas contra otras en su cabeza. Trece cuadras hasta llegar a su casa. Pero nunca el camino de regreso habia sido tan largo. A pesar de que las calles de regreso eran todas en bajada. El miedo y la culpa se mezclaban. El miedo y la culpa de haber hecho algo equivocado la ultima vez que lo vio con vida. No recordaba nada especifico. Solo tenia un amotinamiento de recuerdos confusos y sudorosos. Tiro la bicicleta de lado y entro corriendo por el jardin, volteando para cerciorarse que nadie la seguia. Su madre, que estaba recostada en una hamaca tejida, leyendo un libro, la escucho llegar agitada. Se sento y la miro acercarse con un estado de angustia inigualable. --!Zillah!, ?que paso? La pequena estaba en estado de shock. Sus ojos claros, paralizados en la mirada de su madre, ni siquiera parpadeaban. Respiraba entrecortado, con la boca cerrada, sin poder emitir ningun sonido con su voz. Comenzo a sacudir las manos, como queriendo deshacerse de algo pegajoso, de algo sucio mientras movia las piernas en un trote nervioso. --?Le ocurrio algo a Yaco? --le decia Emma apretando con sus manos los hombros de la pequena. Zillah movia la cabeza hacia ambos lados, dando pasos hacia atras, pretendiendo alejarse de su madre. --?Por que tienes esa cara? Me estas asustando, por favor, !di algo! En ese momento aparecio su hermana mayor Erika, que estaba dentro de la casa. --?Por que tienen esas caras? ?paso algo? --pregunto mirando a su madre que respondio haciendo un gesto con los hombros y llevando la mirada nuevamente a la pequena-- Zil que paso? ?alguien te hizo algo? La pequena negaba nuevamente. --Esta muy asustada. --mientras decia esto, Emma entraba a la casa. Regreso con un vaso de agua y un cuaderno con una lapicera. --Toma un poco de agua, te va a hacer bien. Intenta escribir lo que paso. Vamos linda, por favor, me estas poniendo nerviosa. La pequena tomo la lapicera con su mano izquierda. Temblaba. Sostenia la mano para poder escribir y que se entendiera lo que intentaba decir. Tras varios intentos, escribio: "papa". --?Que pasa con papa? Regresa esta noche de su viaje. --se adelanto Emma. Zillah movio la cabeza negando las palabras de su madre y siguio escribiendo: "esta... en la Quebrada" Emma fruncio el ceno. Por unos instantes, inmersa en su inseguridad imaginaria, penso que su hija habia visto a su padre con otra mujer. --Seguramente lo confundiste. --le dijo intentando tranquilizar a su hija y tomando el celular para llamarlo. Pero faltaba escribir una palabra que cambiaria todo. "roto. Todo roto". Termino de escribir Zillah. --?Que intentas decir con eso, Zil? !como que papa esta roto! --dijo Erika mientras una sensacion de frio estanco se apoderaba de la boca de su estomago-- ?Puedes hablar y dejar esa estupida lapicera? --grito nerviosa dando un manotazo a la mano de su hermana y haciendo que la tirara al suelo. --!Erika! --grito Emma-- !deja en paz a tu hermana! ?no te das cuenta que esta en shock? Mientras ambas se gritaban, como siempre, la pequena levanto la lapicera y, con sus cortos diez anos, siguio buscando dentro de su mente la palabra adecuada, hasta que por fin la encontro y escribio, al final de la hoja del cuaderno: "Muerto. Papa esta muerto" Un silencio sepulcral envolvio el momento. Las dos se quedaron pasmadas, mirando las ultimas palabras como si una fuerza imantada hubiera atrapado sus ojos sin poder quitarlos de alli. Una respiracion extrana salio de la boca de Emma y una fuerza interna empujo sus manos hacia la mesa, buscando apoyo, abriendo los dedos para sostenerse y tirando el celular al suelo. Erika manoteo la lapicera nuevamente y arrojandola directamente a la cara de su hermana, grito otra vez:--!Que estupideces son esas Zillah! Si estas jugando, no es un juego que nos guste. Zillah negaba aturdida con la cabeza. Tenia los ojos cerrados y sus manos apretando las sienes. Abria la boca como si emitiera un grito desgarrador totalmente silencioso. Era una escena sofocante. Emma dio dos pasos inestables hacia atras y se aferro a uno de los pilares de la galeria. Sus ojos parecian estar huecos, profundos. Una lluvia de sensaciones viscerales cayo sobre Erika que llevo sus manos a la boca tapando el asombro que le provocaba haber leido esa palabra. Su padre no podia estar muerto. No debia estarlo. --No puede ser. Es imposible, papa regresa hoy. --dijo Emma Se agacho y levanto las tres partes en que se habia separado el celular. Coloco la bateria y luego la tapa. Lo encendio y temerosa realizo la llamada. El celular de Blas devolvia la llamada con la voz de la grabadora: "El numero al que llama esta apagado o fuera del area de cobertura" Emma solto el movil sobre la mesa, como si le quemara. Sentia como sus entranas se retorcian dentro del estomago. Las paredes se volvian negras, opresoras. La hermosa tarde de sol se habia transformado en un cuadro gotico donde la actuacion era primordial. Entonces reacciono: --?Donde esta?, quiero verlo, !vamos, llevame con el! ?puedes llevarme al lugar donde lo viste? --pedia Emma acelerando la voz. --!Mama, no puedes ir alli, hay que llamar a la policia! --grito Erika en su logica cordura.--Si, tienes razon, primero hay que llamar a la policia. --perturbada no dejaba de mirar a Zillah y la pequena, a su vez, no quitaba la mirada de los ojos de su madre. Marco el 911. Luego de tres tonos aparecio una voz masculina.

  • Cazadora de hadas, Jennifer L. Armentrout de Jennifer L. Armentrout

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  • Houston, tenemos nueve semanas y media de Garcia De Saura

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  • Morir en Prime Time (Dosier Davinci 1) de Luis Cano

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    Alejandro Damasco se dio a conocer al mundo entero en la jornada de apertura de la galeria Echoes, durante la presentacion de su serie Las profundidades del alma. La asistencia de publico y medios de comunicacion era masiva, mas por el exitoso trabajo de los responsables de relaciones publicas de la nueva galeria, que por el poder de convocatoria de un pintor hasta el momento casi desconocido. No solo se habia conseguido atraer a las figuras mas destacadas del panorama artistico parisino, sino que ademas se habian sumado al acto destacados representantes de disciplinas en principio bastante menos relacionadas con cuestiones artisticas, como el deporte o la moda. Tal vez mucho menos sorprendente era que tambien algunos politicos de renombre, como Philippe Demont, se dejaran ver por alli, revoloteando junto a las camaras como excitados insectos atraidos por la luz en una noche de verano. Sin ser demasiado grande, Echoes, sin duda ayudada por la forma circular de su sala central, resultaba un espacio comodo y muy adecuado para exhibiciones multitudinarias. En el anillo exterior, se proyectaban sobre la pared curva los cuadros de Damasco. Esta era la peculiaridad mas destacable de la galeria: las obras se mostraban en espectaculares imagenes reflejadas, aunque tambien podia admirarse su formato original en la sala interior. El techo en cupula completaba una inusual sensacion de encontrarse en el interior de alguna construccion natural, mineral o incluso organica. Musica chillout empapaba la estancia de una onirica atmosfera que, sin embargo, no conseguia engullir por completo los excitados y altisonantes murmullos de la multitud, que iba acomodandose poco a poco en las sillas colocadas en circulos concentricos alrededor del pequeno escenario preparado para la ocasion. Como no parecia haber sillas suficientes para todos los asistentes, los mas rezagados comenzaban a quedarse de pie junto a la pared que circundaba la sala, estropeando en parte el impactante efecto de las proyecciones paisajisticas, que quedaban ahora reflejadas sobre sus cuerpos. Muy pocos espacios podian ser ya aprovechados por nuevos visitantes. La ubicacion de Echoes junto a uno de los bulevares mas transitados de Paris podria haber disparado el aforo, pero la entrada solo se permitia acreditando invitacion previa. Alejandro ocupaba ya su asiento en el escenario central con el director de la galeria a su derecha y a su izquierda el habitual maestro de ceremonias en este tipo de eventos, en esta ocasion Thierry Fourieur, archiconocido presentador del late night de moda en France 2. El artista miraba a su alrededor con serenidad, sin un minimo signo de sorpresa o admiracion ante una asistencia que sabia bien que abarrotaba la sala mas por la inauguracion de la galeria --coctel posterior debidamente anunciado-- que por su deseada presencia. Vestia de blanco inmaculado, camisa de cuello mao y amplios pantalones a juego. Solo un colgante de oro blanco en forma de sol con un enorme granate en su centro desequilibraba la neutra combinacion. El pelo, por una vez, bien peinado en una melena de cabellos lisos, brillantes, oscuros, enmarcando un rostro ancho de facciones amables, algo bronceado y rematado por una barba recortada con esmero. De manera un tanto abrupta, la musica ceso. Una de las esculturales modelos invitadas al acto trataba de acceder en ese momento al ultimo asiento que quedaba vacio en la fila mas cercana al escenario, frente a los ponentes. Sus esfuerzos por avanzar se convirtieron en el foco de atencion de todo el auditorio. En realidad, lo que muchos de los asistentes encontraron estimulante fue la vision de sus llamativas formas, ajustadas en un atuendo de seda negra, confeccionado con acierto y vestido con sensual elegancia. -- Muy buenas noches… Perdon, el micro parece desconectado. -- con unos ligeros golpeteos de su dedo indice en la cabeza del microfono, intento comprobar la resonancia emitida. Tras una breve manipulacion por parte de un asistente y ya con la voz amplificada, el director de la galeria retomo su introduccion. -- Disculpen, ahora si. Muy buenas noches senoras y senores. Mi nombre es Alan Mittard. Les agradezco a todos su presencia en esta inauguracion. Nos complace observar la generosa respuesta que ha merecido nuestra convocatoria. Echoes es un nuevo concepto de galeria y abre sus puertas con la intencion de convertirse en un enclave muy especial para todos los amantes del arte: del arte vivo. Esto no es un museo, y quiero dejarlo claro desde el principio. -- miraba a los presentes con unos ojos vivos y centelleantes, que reflejaban la pasion destilada por sus palabras -- No queremos colecciones de obras muertas. Buscaremos siempre exponer obras que requieran la complicidad del espectador de una manera especial. Toda obra de arte necesita un espectador, que duda cabe, pero hay artistas que se acomodan y tambien lo hacen los receptores de su obra, que solo ven lo que se les da ya masticado, listo para digerir, aburridamente descifrado. No nos interesan las explicaciones faciles. En realidad no nos interesan ningun tipo de explicaciones, sino las sensaciones. Queremos obras transgresoras que provoquen y trasciendan, que indignen, emocionen, enfurezcan, que provoquen la colera y el llanto, que nos llenen de deseo y de pasion. Y yo ya no quiero estropear mas esta inauguracion con mi verborrea descontrolada. Todo puede ir mucho mejor si le cedo el turno a Thierry, un profesional de la palabra que os presentara al artista que hoy nos honra con su presencia. Alan acerco el microfono a Thierry esbozando una sonrisa complice que el presentador correspondio con agrado. Con envidiable naturalidad y en un tono suave y magnetico, Thierry comenzo su introduccion como si compartiera confidencias con su grupo de amigos en la acogedora intimidad de algun pub irlandes. -- Tenemos suerte; muchisima suerte. No hablo del coctel que disfrutaremos en una hora, aunque incluya barra libre con todo tipo de bebidas espirituosas --unas risas generalizadas rebotaron con optimismo por toda la sala-- Somos unos pocos elegidos para disfrutar de una nueva experiencia artistica y no vamos a hacerlo de la mano de cualquier aspirante, sino de un genio extraordinario llamado Alejandro Damasco. Como coleccionista de arte, ademas de presentador en mis ratos libres -- anadio en tono humoristico -- sus cuadros me parecen un fabuloso enigma aun por desvelar. El pintor se reincorporo en su silla, sonriendo con nerviosa satisfaccion " Thierry empieza fuerte", penso . El popular presentador retomo la palabra. -- La galeria Echoes hoy no es conocida. Tampoco lo es Alejandro Damasco. Es seguro que lo van a ser y mas pronto que tarde. El mundo artistico -- hizo una medida y significativa pausa -- el mundo esta hambriento de ideas y de talento y a la vez, hastiado de mediocridad y oportunismo. Esta noche se dan cita y se conjugan en esta sala dos formas similares de entender lo artistico: crear lanzandose al vacio de la exploracion, sin mas red que el instinto y con el impulso que solo da la seguridad del propio convencimiento. Con cada palabra anadida a su apasionado discurso, la bronceada piel del presentador parecia brillar con mas intensidad. Thierry era un hombre atractivo. Un alquimista de la palabra que sabia adornar cualquier frase solo con sus calidas modulaciones, seduciendo con cada mirada y con cada gesto. Continuo hablando durante muchos minutos y Alejandro se convencio pronto de que daba igual lo que dijera porque la audiencia le seguiria escuchando embelesada. Tenia sin duda un poder de atraccion similar, aunque de otra naturaleza, al de la espectacular modelo que ya acomodada en su silla, disfrutaba de la presentacion. Al verla recordo a Selene, que no estaba en la sala. Y recordo, sin quererlo, su plan. Decidio olvidar sus detalles y concentrarse en lo que podia lograr. Sintio que tras muchos anos de esfuerzo, su momento habia llegado. Nunca antes una sala de exposiciones con ninguna de sus colecciones habia merecido tanta atencion del publico y de los medios. Camaras de los principales canales de Francia cubrian el evento a nivel local y nacional. Incluso se percato de la presencia de varios periodistas extranjeros, uno de la RAI, otro de RTVE y un tercero de la television suiza que seguian el acto desde la primera fila. Poco importaba que fuera su presencia la que provocara tanta expectacion o que esta se debiera a la ampliamente anunciada inauguracion de Echoes. Lo importante era que la presentacion se habia convertido en el escaparate ideal para darse por fin a conocer. Entre los asistentes encontro los rostros conocidos de algunos de sus alumnos en la escuela asi como de algunos artistas con los que habia tenido relacion en los ultimos tiempos, sobre todo por coincidir en exposiciones y conferencias. Cruzo su mirada con Anja Bock, una estudiante alemana de musica con gran talento y con una belleza de pureza deslumbrante, que semanas atras le habia revelado opiniones muy interesantes sobre creacion artistica e inspiracion. Estaba acompanada del prometedor director de cine Mirko Hanaka. Tambien le parecio reconocer a Marco Baldini, el reputado escultor y representante. No lejos de donde creyo situarle, se encontraba Gabriel, gran fotografo y como el mismo se habia definido en no pocas ocasiones, “cazador de arco iris”. Aparte de ellos, mas y mas conocidos pero ningun amigo cercano ni tampoco familiares -- demasiados kilometros -- . Lo preferia asi. -- La obra de Alejandro Damasco -- continuaba Thierry Fourieur -- es enganosa y es fascinante. Crees verla y en realidad no has empezado a mirarla. La entiendes y al instante se fragmenta en mil pedazos que no logras aprehender ni ensamblar. ?Surrealismo? ?Cubismo? ?Impresionismo? ?Arte abstracto, figurativo? Dejemonos de etiquetas, por favor. Creo que si su obra pudiera definirse con palabras, se estaria diciendo muy poco de ella. Si lo hicieramos la estariamos empobreciendo y ni siquiera creo que se hayan inventado todavia las palabras para esta maravilla que ilumina ya las paredes de Echoes.