• libro laura y el misterio de la isla de las gaviotas - Javier Holgado

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    En los ocho anos que Susana llevaba viviendo en el faro era la primera vez que las gaviotas la despertaban con sus graznidos. Se levanto de la cama, un poco desorientada porque era temprano. Habia tenido un sueno muy profundo, debido sobre todo a las pastillas para dormir que habia tomado la noche anterior. Miro por la ventana. Desde alli podia distinguirse la Cala del Santo, uno de los lugares de la isla elegidos por las gaviotas para asentar su bandada. Algo estaba pasando: se las veia realmente alborotadas. Muchas de ellas extendian sus alas, gesto que ejecutaban cuando estaban a punto de atacar al verse en una situacion de peligro. Intrigada, comenzo a vestirse con la intencion de bajar a la cala y comprobar lo que ocurria. Cogio unos vaqueros, una camisa y un jersey grueso de algodon: a pesar del buen tiempo del que habian disfrutado durante las ultimas semanas, el cielo habia amanecido encapotado, y era mejor prevenir. Tenia treinta y cinco anos, era morena y muy atractiva. Vestida asi, con ropa de campana, costaba imaginarla viviendo en ningun otro sitio que no fuese aquella isla. Mucha gente opinaba que llevaba una vida demasiado solitaria, pero era lo que ella deseaba. A menudo la habian oido decir que las aves eran lo unico que le importaba, las unicas que seguian estando ahi, en los buenos y en los malos tiempos, estuviese sola o acompanada. Su pasion habia comenzado cuando, siendo una nina, su madre la habia llevado a ver Los pajaros, de Alfred Hitchcock. La pelicula le parecio aterradora, pero al salir del cine Susana habia descubierto que el lado oscuro de esos seres a los que no se prestaba atencion, a los que se daba por hecho, la fascinaba. Ademas, habia sentido cierta afinidad con las aves de la pelicula. En ella, las causas por las que los pajaros querian exterminar a la humanidad no estaban explicadas. Puede que fuese un simple mecanismo de defensa, ya que el hombre iba a terminar arrasando el planeta y habia que evitarlo de cualquier manera. O puede que estuviesen castigando a los humanos por alguna culpa atavica o milenaria de la que ellos eran absolutamente inconscientes. No lo sabia. Pero en su caso, si que tenia muy claro por que a veces sentia la necesidad de que todos los que la rodeaban desapareciesen. La causa era sencilla: no lo habia tenido nada facil en la vida. Un padre que se esfumo cuando se descubrio que era un estafador y que habia desplumado el negocio de telas que la familia de su madre tenia desde hacia varias generaciones, fue el primero de los hitos en un camino algo complicado. A este se anadieron las dificultades economicas derivadas de la bancarrota de la empresa, el acoso escolar que habia sufrido desde siempre debido a su caracter algo hurano y retraido, y unas cuantas decepciones amorosas y relaciones frustradas. No habia pensado en ninguna de estas cosas desde que vino a vivir al faro rehabilitado que habia en la isla. El estudio de las gaviotas y la correspondencia con ornitologos que vivian en cualquier parte del planeta ocupaban la mayor parte de sus pensamientos. Por eso, mientras se miraba en el espejo del bano, terminando de arreglarse, se reprochaba que quiza todo lo que habia estado ocurriendo durante las ultimas semanas habia sido en parte culpa suya. Si no hubiera estado tan absorbida por su trabajo de campo, podria haber percibido las senales. Y haberles prestado atencion. Entonces no habria sido demasiado tarde. Salio de su habitacion, situada en la base del faro, y se dirigio a la cocina. A menudo solia subir las escaleras de caracol que conducian a la linterna para ver como el sol de la manana hacia brillar el mar, pero ese dia no tenia ganas: el cielo parecia anunciar tormenta y ademas creia que esa manana, en vez de sentirse afortunada por vivir en la pequena isla y poder disfrutar del panorama que se divisaba desde arriba, no haria otra cosa que mirar la costa con nostalgia, deseando volver, deseando que los seis ultimos anos de su vida se borraran y desaparecieran, desde el mismo momento en que Celia le propuso ir a la Isla de las Gaviotas y vivir en el viejo faro deshabitado y en desuso. Habia roto la regla que se impuso como norma de vida: ocuparse unicamente de los pajaros, y ahora estaba a punto de pagar las consecuencias, como habia ido descubriendo asustada las ultimas semanas. Intentando animarse, comenzo a silbar mientras fregaba los platos de la cena a la vez que ponia en el fuego una cafetera. Un pensamiento cruzo su cabeza, tan rapido que fue incapaz de atraparlo. Se trataba de algo que alguien le habia dicho alguna vez acerca de los faros, pero en ese momento era incapaz de recordarlo. Cuando el cafe estuvo listo, puso comida en el cuenco de Trufa, la labrador de color crema que habia sido su compania desde que la rescato de una perrera. --!Trufa! !Trufa! --llamo, hasta que cayo en la cuenta de que lo que acababa de hacer era un gesto maquinal, impuesto por la costumbre. Su perra no iba a ir a por su comida, haciendole fiestas y cubriendola de lametones, como todas las mananas. Habia desaparecido hacia unas semanas, sin dejar rastro. Tras dias de busqueda, desesperada, Susana estaba convencida de algo: en una pequena isla de quince kilometros cuadrados no habia ningun lugar donde un perro pudiera esconderse. Y no creia que hubiese podido despenarse por ninguno de los acantilados. El animal tenia miedo de las alturas, sollozaba cada vez que Susana se asomaba a uno de ellos para observar a sus gaviotas. Se quedaba unos pasos atras, llorando y lanzando gemidos, aterrorizada, hasta que Susana se reunia con ella. Solo habia una manera por la que Trufa se hubiera arrimado a un acantilado: que alguien la hubiera obligado. Susana estaba convencida de que alguien la habia arrojado al vacio. Ademas, esa explicacion casaba perfectamente con la serie de pequenos atentados que habia sufrido durante las ultimas semanas. Un dia, al llegar a casa, encontro todos sus cuadernos de campo y los diarios con sus anotaciones sobre el comportamiento de las gaviotas tirados por el suelo, en completo desorden. Algunas de sus paginas habian sido arrancadas y quemadas en la chimenea. Otro dia, el objeto de la rabia del misterioso atacante fueron las fotos que tenia colgadas en el salon. Muchas eran instantaneas de algunos de los pajaros que habia observado y controlado anos anteriores. Tambien tenia retratos de Juan, un novio con quien mantuvo una relacion durante bastante tiempo, y que, de no haber muerto en un accidente de coche, estaria ahora mismo alli con ella compartiendo sus inquietudes. El caso es que alguien habia descolgado todos los retratos y los habia manchado con pintura roja, que asi, a primera vista, parecia sangre. En la misma incursion, el intruso habia destrozado tambien los delicados arreglos florales que poblaban los parterres que rodeaban el faro. Susana dio parte de los hechos a la policia y consiguio que se interrogara a las personas que residian en la isla en aquel momento, pero no sacaron nada en claro. Inquieta, mando poner una costosisima cerradura de seguridad en la puerta de roble que servia de entrada. Y los estrechos barrotes que protegian todas las ventanas del faro impedirian cualquier intrusion. Como consecuencia, los robos y los actos vandalicos cesaron. Pero Susana no podia comprender quien podia albergar semejante rabia contra su persona: era de natural pacifica y no creia haber hecho dano a nadie en su vida, al menos conscientemente. El atacante tenia que ser alguien cercano a ella, alguien de la isla, pero ?quien? Nunca hubiera sospechado que la solucion a ese misterio estaban a punto de proporcionarsela los seres que menos imaginaba: las gaviotas. Susana se acerco al borde del acantilado. El tiempo se estaba revolviendo despues de unas semanas de calor sofocante y el viento soplaba cada vez mas fuerte. No era el mejor dia para andar trepando entre penascos, pero eso no le importo. Queria saber por que las aves estaban tan alborotadas. Abajo, en las rocas, las gaviotas seguian moviendose inquietas. Algo habia pasado. Susana comenzo a bajar con cuidado por el sendero que conducia hasta la playa de piedra, mientras se preguntaba por primera vez en su vida, a la vista de lo ocurrido las ultimas semanas, si su pasion por los pajaros merecia la pena, teniendo en cuenta todo lo que habia sacrificado por ellos: retirarse a esa isla para poder estudiar a sus gaviotas en un entorno no demasiado contaminado por el hombre; pasarse gran parte del dia observandolas y haciendo anotaciones en su cuaderno, hiciese frio o calor, lloviese o nevase; renunciar a vacaciones; ausentarse de bodas y bautizos de amigos que ya hacia tiempo que habian dejado de llamarla, incapaces de creerla cuando decia que su calendario dependia de las costumbres de sus aves… ?Y que habia recibido a cambio? Nada. Se desvivia por unos seres para los que ella nada significaba. <>, se dijo a si misma. <> La mayoria consideraba las gaviotas como una especie de ratas voladoras, seres que se alimentan de carrona, agresivos y muy celosos de su entorno. Susana se reia del desconocimiento de la gente: no solo englobaban bajo el termino gaviota una gran cantidad de especies que no tenian nada que ver con ellas, sino que ademas se trataba de seres fascinantes: probablemente eran las aves mas inteligentes de todas, y su organizacion social resultaba tan compleja que parecia imposible que no hubiese sido disenada por una mente racional. La especie que poblaba esa isla era la Larus argentatus, el genero mas extendido en el hemisferio norte. A Susana no le importaba que sobre esa especie estuviese todo dicho. Consideraba que siempre se podia aprender algo nuevo. Y el tiempo le dio la razon: si el estudio que estaba llevando a cabo se revelaba verdadero podian cambiar muchas cosas. Cuando llego a la playa, Susana comprendio la razon de semejante alboroto. Las aguas estaban tenidas de rojo. Varias gaviotas estaban muertas sobre las rocas o flotando en el mar. Sus cuerpos presentaban infinidad de pequenas heridas por las que todavia manaba la sangre. De inmediato supo lo que habia ocurrido: otro ejemplar las habia atacado, matandolas a picotazos. Y solo conocia un ejemplar de esa bandada capaz de hacer algo asi, capaz de atacar con esa ferocidad. Le bastaron unos segundos para localizarlo. Era el unico que no se movia nervioso, el unico que permanecia quieto como una estatua sobre una de las rocas, mirandola fijamente, todavia con sangre seca en el pico y heridas humedas en su plumaje. Conforme Susana se le fue acercando, no intento asustarla extendiendo las alas o soltando graznidos enfurecidos. Permanecio inmovil. Los dos se quedaron frente a frente durante unos segundos: la ornitologa extendiendo sus brazos, dudando si coger el ejemplar; la gaviota mirandola desafiante, retandola a que lo hiciera.

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  • Lady V. no quiere casarse de Veronica Mengual

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    Lady V. ha resuelto ser una mujer sofisticada, sin ataduras, desdenosa de los compromisos. No le importan, incluso, las maledicencias y las murmuraciones que se hacen sobre su nombre. La libertad en su vida cotidiana, la liberalidad en el amor, la espontaneidad de sus decisiones la guian hasta que optar se le haga ineludible: hasta que su deseo la obligue a elegir.

  • Ciudad berraca de Rodrigo Ramos Banados

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    <>. <>. <>. Las frases fueron escritas con pintura roja en las murallas, delante de la fila de extranjeros que culebreaba por las soleadas calles de Antofagasta hasta el edificio de la gobernacion, a un costado de la plaza Colon, la plaza principal de la ciudad y centro social antes de la construccion del mall. Tambien la llamaban la plaza de los gitanos, pues ellos se banaban en las dos fuentes de agua casi todo el ano, a excepcion del invierno, cuando el municipio secaba los platos. Era junio el unico mes cuando se sentia realmente el frio y los colombianos se abrigaban hasta el cogote. El resto del ano caminaban con camisetas, sueltos, extrovertidos, alegres, y esa alegria, esa verborrea y esa sensualidad de cuerpos libres contrastaban con ciertas personas de alli, de movimientos apretados como robots viejos y miradas punzantes, como si en sus ojos tuvieran dos porciones de fuego lanzadas por el canon de un averno intestino para incinerar lo que parecia malo. Eso, lo malo, era sin duda lo que no se conocia, lo distinto, como el raro entusiasmo que puede ser el carnaval de una nueva vida, la alegria de una nueva oportunidad de los extranjeros que semanas antes habian sido desahuciados por la guerrilla. Para esos muertos, llegar a Antofagasta era como alcanzar el cielo que dibujan los Testigos de Jehova en su tornasol revista Atalaya, aunque en este caso fuera un atosigante paisaje ocre sacado de las cronicas marcianas. Pocos en la provincia se esforzaban por conocer a los extranos, pues pertenecian a un mundo pequeno y aislado, lleno de divertidos prejuicios socarrones. Un mundo que era como un enorme cementerio de neumaticos de camiones mineros, de esos que parecen escarabajos fosilizandose a un costado de la Panamericana, porque las carreteras, en el norte de Chile, estan llenas de fosiles industriales. Y viajar por ellas hace sudar el culo, sobre todo en el momento en que el sol desvanece la sombra al punto de hervir la piel y aturdir la vista hasta partir el paisaje en minusculos granos rojos como los de la granada. A los colombianos sobrevivientes solo les quedaba disfrutar del nuevo mundo desertico al que en las revistas economicas comparaban con Bahrein, pero esto no era ni la periferia de Bahrein ni nada parecido y tocaba celebrar la vida en una tierra extrana, sin importar lo que dijera el resto; por eso la musica, la parranda, la soltura y el baile. Y claro que no les iban a asustar las miradas recelosas si venian de la guerra. Y por supuesto que las miradas eran punzantes si estos inmigrantes querian transformar esto en Antofalombia. A la plaza Colon tambien la llamaban la plaza de las palomas, la de los lustrabotas, la de los jubilados y la de los libreros, esto ultimo por dos hombres que recopilaban articulos del diario sobre las anejas salitreras transformandolos en libros, que vendian bien. Los pampinos habian adornado con tanta obsesion el pasado, ese pasado de chusca, sudor, sol y balas, que lo habian convertido en una suerte de eden, negando el presente, encuevados en sus villas. A la plaza le decian asimismo la de los colombianos, porque acampaban de madrugada en sus recovecos esperando turno para legalizar los papeles en la oficina de extranjeria que estaba al frente, y armaban alli pequenas rumbas de un hibrido entre cumbia, salsa y regueton. Hasta un platano habia brotado de la nada a un costado de la plaza, justo donde pernoctaban los colombianos, y ese perturbador arbol, de tallo laxo como el miembro de un caballo negro, horrorizaba a los nativos, pues de un dia para otro se habia transformado en el simbolo de eso que llamaban despectivamente una ciudad bananera, una ciudad del tropico. Pero esto era Chile, el frio Chile, el antartico Chile, el sureno Chile, el europeo Chile y el blanco Chile: un pais sin platanos. Cada tanto los rayados eran borrados con pintura por la municipalidad luego de las cartas tipo denuncia de xenofobia que aparecian en El Mercurio de Antofagasta, el diario que masificaba la manera de pensar de los poderosos, con un tiraje promedio de ocho mil ejemplares en una ciudad de al menos cuatrocientos mil habitantes. Cartas firmadas por una elite progre o de izquierda o influenciada por los jesuitas, que habia adoptado como forma de vida la defensa hacia los extranjeros, pues no soportaba el maltrato que le daban algunos de los antofagastinos, sus coterraneos. Los colombianos habian arribado en oleadas desde Buenaventura y Cali, aunque ellos decian que provenian del Valle del Cauca y algunos lo imaginaban como un valle de moscas y sangre en cuyo corazon podria estar la hacienda de Escobar en decadencia, con hipopotamos canibales, tesoros llenos de billetes y cocaina de la buena enterrada por alguna parte. Llegaron desplazados por la guerrilla interna, con la esperanza de vivir tranquilos en una ciudad que, segun habian escuchado, demandaba trabajo para la mineria, donde se pagaba bien y donde se podian hacer negocios de los buenos y de los otros, y enviar el dinero seguro, que se multiplicaba en Colombia, por Ria o Western Union. Pronto, en la noche, y a veces frente a la mirada indiferente de los madrugadores inmigrantes, los rayados xenofobos resurgian como un terco sarpullido ante los rostros a los que solo podia ahuyentar una rafaga de balas en la fogosa vegetacion del valle, del famoso Valle del Cauca. En esa sucesion de escritos y borrados se encontraba la ciudad cuando, en la primavera de 2012, arribo la familia Parrada Castillo. Entre esos afrodescendientes latinoamericanos, o negros latinos, o colombianos negros, o colombianos de Tumaco, o negros pobres, o grones, o simplemente negros, estaba Jean, un chico de dieciseis anos que llego con la mision de ayudar a su padre, asi se lo encomendo, en todo lo que le solicitara. Habia que sobrevivir. Pero el chico sabia que su padre era imprevisible y que, de un dia para otro, podia desaparecer del mapa, y por eso todo lo que le decia le entraba por una oreja y le salia por la otra como un eructo. El apoyo, le diria su padre, consistia en cargar sacos, tirar de un carreton, cuidar la fruta o, cuando tuvieron casa, quedarse protegiendo a sus dos hermanos menores mientras los padres vendian las papas rellenas que cocinaban afuera de la casa en una olla ennegrecida por la quema del fuego a lena; a su madre no le gustaba prepararlas de otra forma, o mas bien no habia gas para hacer funcionar la cocina. Eso fue en un principio, porque las cosas mejoraron con el paso de los dias y en esa ciudad berraca que vivia su esplendor economico --gracias al precio del cobre que estaba en las nubes de la bolsa de valores de Londres-- el billullo empezo a llegar a todos. Ni hablar de estudios, pues Jean habia cursado hasta lo que en Chile denominan el primero medio; le quedaban pendientes tres cursos o tres anos para alcanzar la posibilidad de hacer estudios superiores, algo que estaba por completo descartado por su padre. El problema para Don Parrada era que el adolescente Jean, de mirada esquiva cuando le hablaba, no tenia entre sus planes desarrollar una vida tan simple, ni menos ser lo mismo que su padre: un desplazado que se las arreglaba, en cada lugar adonde iba, trabajando en cualquier cosa aunque en nada fuera de la ley, aclaraba tocandose la barbilla como filosofo; y asi lo repetia como mantra cuando iba camino a Chile, nada fuera de la ley, aunque por experiencia sabia que la ley de la calle era mucho mas efectiva al momento de condenarte que la otra, esa ley que se podia comprar. El senor Parrada estaba condenado por la calle de Tumaco a la pena de muerte. Su hijo, mientras su padre le repetia con obsesion lo que tenia que hacer cuando la familia avanzaba por los serpenteantes caminos costeros del sur de Peru, se imaginaba en cambio conduciendo un tanque. Lo hacia para sentirse protegido. Le gustaba jugar a los militares, a la guerra. La madre, cuando Jean tenia cinco anos, le habia regalado una bolsa con soldaditos de plastico, a la cual se sumo otra y otra mas hasta juntar una cantidad considerable. Una de ellas venia con unos tanques similares a los vehiculos blindados del ejercito colombiano. Eran los dias en que los militares, paramilitares, las FARC y las AUC --y luego otras guerrillas y hasta la policia-- mantenian incendiada la selva cocalera y la propia ciudad de Tumaco, conocida como la perla del Pacifico, dejando un monton de muertos, heridos, viudas y huerfanos. Jean imaginaba a las tanquetas circulando por la ciudad y los bosques en llamas. Aunque era solo un juego, esos dias tambien le tocaba observar como llegaban a relajarse a Tumaco los milicianos, algunas veces sin el uniforme, cuando bebian como quien lo pasa bien entre amigos, y entonces nadie entendia nada. Sin la metralleta eran criaturas normales, a veces eran los mismos del barrio. Lo cierto es que cualquiera ahi podia llegar a ser un militar y tambien cualquiera podia sembrar una hectarea de coca bien plantada. Armas, en este Vietnam colombiano, se podian conseguir en todas partes. Pero Jean guardaba la esperanza. Incluso mas alla de las limitaciones que le imponian los chilenos, que lo tildaban de grone, colombiano y pobre; lo ultimo era lo que mas le molestaba, pues el queria prosperar. No era lo que pensaba el bando de los anticolombianos del Chascon Marcos, cuyos miembros rayaban las paredes de Antofagasta y argumentaban en favor de su espontaneo odio. Una de las razones mas comunes que daban en contra de los colombianos era que se habian tomado la calle Condell, aquella donde antes proliferaban con cierta modorra los locales nocturnos para trabajadores, unos borrachines que se deshacian en sudor viendo girar los pollos en una asadora gigante mientras picoteaban papas fritas en cambuchos de carton. Ahora cuanto habia cambiado la ciudad desde que llegaron los colombianos, cuyas mujeres habian destruido las familias y elevado las cifras de enfermedades de transmision sexual como la sifilis, segun habia dicho el intendente a la prensa, ante el escozor de los progres. Estos observaban la inmigracion como un proceso en el cual, en el futuro, de la misma forma como habia sucedido en Nueva York, los turistas podrian visitar la Little Colombia de Antofagasta, la Antofalombia y hasta la Antofalopa.

  • Y si dejamos que suceda de Ana Oshiro

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    ?Alguna vez te has preguntado como seria tener una relacion con un hombre al que tus amigas consideran mayor? ?Seria como aquella tipica telenovela, novela grafica, pelicula o serie, en la cual, la alumna se enamora perdidamente de su profesor? ?La tipica historia que ahora se ve, en donde, la joven tiene un sugar daddy o el joven una sugar mommy? Nunca me han llamado la atencion estas historias. Siempre considere que unos cinco anos era aceptable, porque si hemos de ser sinceras, me gustan mayores. No andar con los tipicos crios de nuestra edad que solo buscan remojar el nabo un rato, y si te he visto, no me acuerdo. Comenzando con la clasica frase de mi madre: “Nunca digas de esta agua no has de beber”, asi fue el principio de nuestra historia. Me presento, soy Maria, tengo el clasico nombre de mujer de todos los tiempos. Tengo veintiocho anos, vivo con un gato llamado Mike y no tengo pareja. No porque no la haya tenido, sino porque se acabo. Ademas, ?para que vivir comprometida? Cuando te pica, te rascas y ya esta. No tienes el problema de si hay que salir a cenar, pasear, o hacer esto y lo otro por la otra persona. Por el amor no me preocupo, ya que entre mi madre, un poco metomentodo y mis queridas amigas, tengo todo el que puedo desear. Me puedo considerar guapa, o eso me dice mi abuela. Nunca he tenido problemas para ligar, aunque podria considerar un inconveniente que solo me busquen para follar y no para una relacion de las que pueden llamarse serias. Quiza sea eso, pero en realidad nunca me ha afectado. No es que sea uno de esos pibones a las que todos los tios se les quedan babeando por la calle, no obstante, supongo que mi encanto he de tener. La vida me ha ensenado que puede llegar a ser muy perra, asi que si no sale una cosa, sale la otra. Con esto quiero decirles que no tengo ocupacion fija. Me dedico a lo que me da para pagar el piso, los gastos, la comida y los caprichos. Si hoy puedo trabajar como recepcionista, el verano siguiente puedo ser camarera y en el invierno dedicarme a la cocina. Asi es la vida, con tanto paro no estamos para rechazar. Pero, si os tengo que contar la verdad, de profesion soy administradora. El problema fue que, cuando sali de la universidad, ya habia paro. Para muchos fue un problema, para mi una oportunidad. No es que me encante estar sentada delante de un ordenador viendo numeros, pero es una carrera que lo demandaba para los puestos que habian en ese entonces. Me gusta trabajar directamente con la gente y estar activa, por lo que, al no encontrar un puesto que se acomode a eso, me busque la vida. Cuando hice las practicas en el banco me di cuenta que no era para mi, y despues de un ano, decidi reorganizar mi vida y ver que me podia ofrecer. Quiza pensareis: “esta tia esta pirada”, sin embargo, es la realidad de muchos cuando no sabes a que te quieres dedicar cuando cumples dieciocho y optas por lo general: Administracion de Empresas, Derecho, Literatura, alguna Ingenieria. Pero, ?por que tener que elegir a esa edad cuando lo unico que queremos es libertad y salir de fiesta? Dicho esto, pensareis que vivo muy mal y que no tengo el futuro claro. No me puedo quejar. Un piso pequeno de una habitacion, en una zona cercana a la playa de Barcelona. Todo lo que una chica de veintiocho puede pedir sin tener que matarse en el intento de llegar a fin de mes. Y sobre el futuro, solo os puedo decir que intento encontrarlo. No es facil ver como tus amigas se acomodan a la vida en pareja o consiguen sus objetivos. Te quedan dos opciones: tirarte piedras a ti mismo por ello o preguntarte ?que te hace feliz a ti? Asi que para que mirar a los demas, mejor ver que tienes delante tuyo y como conseguirlo. Nati y Lucia son mis dos mejores amigas. Con las dos comparti la carrera universitaria haciendonos inseparables. Supongo que nos llevamos de lujo debido a las diferencias entre nosotras. Natalia, o Nati para los amigos, es una persona muy calmada, le gusta salir pero no en exceso. Eso es porque justo antes de acabar la carrera, conocio a Fran. El tambien se graduaba, pero de Ciencias Ambientales. Congeniaron de una manera sobrehumana, o eso nos gusta creer, y desde entonces no se han separado. Son la tipica pareja de amigos a los que acudes cuando ya no sabes que hacer y esperas que actuen como la voz de la consciencia positiva. Siempre tienen un buen consejo. Lucia es otro cantar. Es la chica extrovertida, que durante la carrera, te induce a hacer todo tipo de locuras, y por la que muchas veces faltamos a clases. Sin embargo, luego llegaban los examenes y sus notas deslumbraban. Como, no lo se. No puedo decir que no haya tenido parejas y que me haya ilusionado con un futuro con ellos. Pero la realidad es muy diferente a lo que esperamos. Con el paso de los anos, te encuentras con todo tipo de hombres, o mejor dicho ninos, esta el que te miente y te engana, el que te agobia por todo, el que te cela por todo, el que quiere avanzar sin saber caminar y el que simplemente te quiere para que estes ahi cada vez que te necesita. Por eso, a lo largo de estos anos, decidi que miraria por mi. Aunque no niego que, a veces, me gustaria encontrar lo que tienen Nati y Fran. Estar seguros con ellos mismos como personas individuales y como pareja. Supongo que como dicen las novelas que leo, tenemos que besar muchos sapos antes de encontrar al principe o al lobo feroz como se piensa en la actualidad. Mi madre dice que me centre, y que despues aparecera un hombre bueno, que me entienda y que me quiera bien. Pero seamos realistas, ?ese ALIEN existe? Si lo piensan, nosotras ya no buscamos principes que vengan a salvarnos, sino simplemente un hombre. Si, HOMBRE con todas las letras, que nos quiera, que sepa follar, que nos entendamos, que disfrutemos del tiempo juntos y que nos complementemos para formar una unidad. Las mariposas estan bien, no niego que me encanta sentirlas, pero duran horas, dias, meses…son tan etereas, que cuando menos lo imaginamos, desaparecen. Os hablo desde la experiencia. ?Encontrar a tu media naranja es tan imposible? Bien puede ser el vecino o vivir en la quinta China. Mi madre piensa que todos nacemos con un hilo rojo que nos conduce hacia nuestra otra mitad. ?Romantica no? Para que preocuparse ahora, cuando la vida son dos dias. Si ha de aparecer, ya vendra.

  • Para tener casa hay que ganar la guerra de Joan Margarit

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    Despues de centenares de poemas publicados, Joan Margarit nos ofrece un broche narrativo, un recorrido vital que llega hasta la primera juventud. La intencion que lo acompana es comprender por que determinados recuerdos siguen presentes, duros y luminosos, sin necesidad de acudir a ningun diario o album de familia. ?Por que la vida se construye de una manera y no de otra? ?Por que Joan Margarit ha escrito los poemas que ha escrito?

  • el amor que me dejas de Patrick Norton

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    A las lectoras que me siguen, que me amparan cuando escribo. A Norah, a su impetu y generosidad. A Monika. "Tu risa es una hoja sobre un rio que no vuelve". Carina Sedevich "Dime lo que he de hacer. Llevame a donde me digan lo que he de hacer. Sus ojos. Tus ojos". Chantal Maillard Amar es fragil "Como arena seca se fue, o la sombra del viento al sol en una playa, (...)" Derek Walcott RECORDARTE Recordarte, vivir en esa quietud, aunque todo pase sin mas. Que no sea amor ni siquiera un recuerdo, nada de lo que quede. Nada de lo que hayamos compartido en este tiempo. Te entregas a mi, o a nosotros, no importa, sin que puedas evitarlo. Y es fragil, tan fragilque no se olvida. NO ESTAS SOLA No estas sola. Aunque los objetos no te permitan recuperarlo. Cada recuerdo es un rasgo de ese hombre y de lo que sucedio entre vosotros. Nada se ama sin el cuerpo, sin otro cuerpo. Lo que mencionas en tus cartas, lo que extranas, una vez que el ha desaparecido, no es mas que un recuerdo. Y hay recuerdos que saben a olvido por desgracia. Demasiadas veces. Todas las veces. Las fotografias, las tuyas junto a el, comentan detalles de un fracaso, que no se parece a lo que viviste. Pero a veces es necesario recordar y mentir en ese recuerdo para no estar sola, para sobrevivir a la ausencia, para convencerte de que hubo una vez que lo amaste, ?verdad? Y con todas tus fuerzas. OTROS ANOS No estas conmigo. Las puertas se cierran a mi paso. Las flores silvestres son empujadas por una fuerza parecida al viento, pero no es quiza el viento. Las nubes descienden a la tierra y demasiado tardan los pajaros en llegar. Otros anos lo hicieron antes, cuando cogias mi mano y callabas para mirarme. Estoy aqui, ante el horizonte desnudo, atraido por una sola palabra. "Quiza". TU NOMBRE Duele que tu nombre se parezca al de la mujer que duerme a mi lado. Las palabras trazan un armonico circulo. Tu cuerpo, lo que era y se fue, importa mucho en algunos recuerdos donde no me reconozco. Acabas de desvanecerte. Entre las olas de luz ha sido, olas que se pliegan al llegar a la orilla. Inutil intencion de alcanzarte. De morir. De repetir una y otra vez esa estupida accion. Nos banabamos y nada era tan importante como dejarnos solos. CADA VEZ Sentir que me hieren. Sentirte. Dejar que el fuego, tuyo y mio, consienta cada encuentro. Tus manos me inspiran. Y esa boca que pronuncia un nombre distinto para mi. Con cada vez. EL HIELO Te deseo desde ese silencio que evocas. Eres la apariencia, no el cuerpo, todavia no. Y, sin embargo, presiento que necesito la soledad a tu lado, el hielo, un roce apenas, la luz intermitente, nuestro cuarto. Siempre. UN MOVIMIENTO Lo que queda de mi no es nada mas que un movimiento, tuyo quiza, cerca de mi, descuidado, una sombra de tu mano que nace de mi pecho, una mirada repetida y hacia la luz. No puedo besarte por alguna ley que quieres que cumpla. LENGUAJE Tu cuerpo es mi lenguaje, eco de una vida anterior donde quiza, alguna vez, ame a quien me recuerdas. Si llega la noche, has de mentirme para no volver a aquella vez que ame a quien me recuerdas. No tengo memoria cuando me atrevo a querer en la oscuridad, a buscar. Un cuerpo. Un tema. Una tarde para leer. Como tu, me conmueve todas las veces. Contemplar tu sombra, su cuerpo "Asi se esta despierto en medio del silencio, una respiracion dormida al lado y las horas de la noche." Miguel Casado ASI ES VIVIR Contemplarte. Algo asi es vivir. Observar tu fragilidad, tu limpieza en los ojos. O ese sincero abrazo de las espigas tras mi sombra. LO QUE TEMES Temes hacerme aquello que tanto deseo. Porque el deseo es el verdadero placer. La ausencia de ti escribe estas lineas. Las orillas me borran. Un fragmento: "No eres tu ni las olitas que mojan tus pies al atardecer, antes de la ultima nevada". Se disipa la primera ave. Luces descargan en la oscuridad que deja. Mueres por mi. O eso dices. TU FRAGILIDAD Tu fragilidad es lo que abandono y que a veces susurres a escondidas: “Dame el placer de los olvidados”. Dejo de escribirte por ahora. Pero ahora tambien es una eternidad para ti, mi soledad, una mujer y otra. UNA ESTRATEGIA Te quiero cerca. Y lejos que queden las visiones del fuego. Tu cuerpo, mi oracion en la oscura resonancia de un sueno. ESTRATEGIA II Deseo sentir que, en tu interior, todo se agita, todo es distinto, ausencia del mundo. Brevemente me esperas como otro cuerpo. Nos queda toda la vida para arrepentirnos de lo que hemos hecho a escondidas: cerre los ojos y me arrastro tu mano y las sombras de ti. Brevemente te tengo. ESTRATEGIA III Ven conmigo. Elevate de mi cuerpo hasta que el placer y un dano sean la misma luz. No olvides cada tarde de invierno. Mi nombre y el tuyo, el nombre de todas las cosas. Trazo oscuro sobre tu cuerpo a punto de desaparecer. Lo miento y sobrevives. UN SOPLO Un beso, soplo de vida. Me miras y camino sobre el fuego. Ganas de desaparecer en un recuerdo tuyo. Azul oscuro. Cafe en una terraza de Montmartre. A veces eramos felices. ESTRATEGIA IV Cuidar de tu gesto bajo el hielo. Quedarme. Querer. No dejes de besarme. Dime que fue de mi y de ti. La realidad, una falsa promesa, los dos, a solas, somos un cuerpo, confuso, que olvida. A ti, no. Ni ese dormitorio, ni su incendio breve. COMO EL CANSANCIO Tus manos, sombra que muere en mi, vibracion de una noche que no repetiremos. Beber entre tus piernas, sentir la luz como el cansancio. Me desvistes y el viento, o tu, o esa leve sucesion de nubes me recuerdan que no existe nada mas parecido a la vida que la ceniza. OCULTOS Plantamos arboles para ocultarnos. La juventud no es esta edad ni la luz. El deseo a veces regresa y luchamos para que lo que quede de vida parezca eterna. Nos mentimos cuando nuestros cuerpos se hieren sin motivo alguno, en ese abrazo, quiza, que tantas veces interrumpe la lluvia. Afuera. O dentro de nosotros. LA CARNE Como te necesito, te imagino. Tras las puertas, no hay otro hombre, sino la mujer que desnudo en la luz. Despoblados lugares son tus ojos y lo que miento es tan bello que piensas que es cierto, como unos versos de Maillard: "Ademas, tambien esta el ahogo. La carne incandescente, la estrechez y el aire que se aspira como se sorbe, a cortas bocanadas, (...)". VENECIA No importa si sucedio en Venecia. En un cafe, los dos nos miramos como dos desconocidos. Casualmente. Eramos dos seres distintos a otros anos, a los arboles que rodeaban nuestra casa e incendiaba la luz, o su transito de la manana a la noche. Eran tus manos, tus labios frunciendose, a punto de rozar los mios, lo que me excitaba, como agua que corre fugaz, sin rumor apenas hasta ese lugar tan familiar donde el placer se parecia tanto al dano. Juntos. Casi nos ahogamos. No importa si sucedio en Venecia. Alrededor, como la niebla "La beso entonces con ternura. Es tan blanca que apenas puedo saber cuando se ausenta". Chantal Maillard TU MANO ES UN PAJARO Te escribo para que no mueras. En ti no hay nada que sea mar o ligero fulgor sobre el mar. Me deseas, pero nada significa eso, cuando estamos desnudos ante la proeza. "?Que proeza?", preguntas sin aliento ya. Que el mar nos sumerja, que algo asi pase, que nada respire a nuestro alrededor salvo nosotros, quienes no hemos heredado nada, quienes olvidaremos pronto este instante. Dos locos. Y tu mano es un pajaro que se guarece en la mia. HABITACION GRIS A lo mejor me basta solo con mirarte. Porque no eres tu, sino lo que queda despues de esa claridad que anega la habitacion gris. Siempre estuvo vacia. No quieres saber mi nombre. Yo se el tuyo. Acabo de inventarlo a la sombra, desnudo tambien, porque no queda otra verdad para mi que mirarte, como quien es tentado, como quien ha de aquietarte, mudo tambien, sin nada que me impida recordarte cuando dejemos este lugar, el polvo, su horma de sombra. AUNQUE TODO PASE Que tu cuerpo suceda a otro. Que nos falte el aire a veces y el movimiento sea nuestro, porque el mundo, como el tiempo, se ha detenido por primera vez. La saliva penetra en la hendidura y cierras los ojos, porque has alcanzado las aguas que te prometi. Aunque todo pase. UN CAFE Deja de mirarme. Deja que termine este cafe. Deja que improvisemos. Estas tan ansiosa como yo. Presientes que no sere como los otros, aquellos que te dejaron sin voluntad de amar nuevamente. Sabes que no soy aquellos. Deja de preguntarte. Deja que nos arrase esta luz. La merecida y fluvial. Un hombre solo no es amor "Vendra la muerte y tendra tus ojos". Cesare Pavese

  • Un misterio en Italia de Santa Montefiore

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    Despues de su divorcio, Gianluca abandona Londres y se traslada al palazzo Montelimone en Amalfi, nueva residencia de sus padres. Pero la antigua mansion encierra un profundo misterio entre sus muros. Varias decadas atras, un marques que vivia alli mato su amante al descubrir que le era infiel, lo que inicio una guerra entre familias. Al parecer los fantasmas de los muertos siguen merodeando por los aposentos. En el pueblo Gianluca conoce a una inquietante mujer de mirada triste que siempre viste de negro a la que continuamente acompana un nino. Fascinado por aquella dama, siente que sus problemas se esfuman al tiempo que descubre que el tambien posee un poderoso y misterioso don. Mientras su sumerge cada vez mas hondo en los antiguos misterios del palazzo, corre el riesgo de enfrentarse a su temor mas profundo: volver a caer en las redes del amor.

  • Romance Inolvidable de Stefania Gil

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    Emerick y Alexandra Eldridge se incorporaron al grupo que se convertiria, durante los proximos treinta dias, en lo mas cercano a una familia. No era la primera vez que salian de casa para divertirse en algun campamento de verano, pero si era la primera vez que estarian lejos de sus padres durante tanto tiempo. Era normal para los Eldridge tomar un descanso familiar durante el verano que les permitiera compartir momentos que dejarian gratos recuerdos en la vida de todos. Por ello siempre buscaban campamentos que fuesen aptos para padres e hijos, si bien les separaban en algunas actividades para que cada grupo pudiera tener un poco de libertad y vivir experiencias acordes a sus respectivas edades. Ese verano seria diferente para todos. Abie y Baltashar Eldridge decidieron enviar a sus hijos lejos de casa para poder hablar con mayor libertad sobre el divorcio. Las peleas constantes entre ellos y la falta de armonia en el hogar que alguna vez fue <>, estaba haciendo la vida de los chicos un infierno y ellos no querian hacerles sufrir mas. Para nadie era un secreto que Baltashar fue el culpable de que las cosas llegaran al punto de no retorno gracias a que mezclo placer y trabajo con una de sus pasantes. Baltashar nunca habia enganado a su mujer, ni siquiera con la excusa de lo mal que estaba su matrimonio y que apenas si se hablaban. Pero aquella vez, se dejo llevar por sus instintos viscerales y cuando quiso deshacer lo ocurrido, la pasante ya tenia las piernas abiertas y el tenia una ereccion que dificilmente cederia ante su <>, sobre todo despues de haber estado un buen tiempo sin tener sexo ni con su mujer ni con nadie mas. Y ese error de momento, le llevo a ponerle punto y fin a casi veintidos anos de matrimonio. Por esa razon, mientras ellos se comian vivos a reclamos y gritos en casa, Emerick y Alexandra disfrutarian de treinta dias al aire libre con chicos de su edad; y Calvin, el primogenito de los Eldridge, a pesar de haber hecho hasta lo imposible por quedarse en casa para hacer el papel de mediador entre sus padres, estos se negaron y lo subieron obligado al avion que le llevaria junto con sus companeros de clase al tan esperado viaje de fin de curso en Los Angeles. Los chicos salieron de casa cabizbajos, sabiendo que al regresar, la casa, todo dentro de ella y hasta sus propias vidas, estarian divididas. Incluso alcanzando la mayoria de edad, seguirian divididos entre padre y madre. Alexandra lo tenia mas que claro, su padre, la persona que mas admiraba en la vida; su heroe, la habia decepcionado. Mas alla de la infidelidad, Alexandra sentia que Baltashar los defraudo a todos actuando como siempre dijo que no se debia actuar la vida. Era el quien siempre decia que los enganos, las mentiras y las trampas solo dejaban malas experiencias. Sabia que su madre no era una mujer de facil caracter, tambien tendria parte de culpa en todo lo ocurrido y le parecio justo que ella misma se lo confirmara en la conversacion <> que tuvieron antes de que ella y Emerick partieran al campamento. Su madre le pidio que, por favor, le diera la oportunidad a Baltashar de explicarle lo ocurrido porque a fin de cuentas, lo que llego a su final fue el matrimonio de ellos y que el seguiria siendo su padre y le debia un minimo de respeto y consideracion. Sin embargo, Alexandra pensaba lo contrario. No podia tener un minimo de respeto y consideracion por alguien que no le respetaba a ella. ?Acaso no fue su padre quien le enseno que lo mas importante que siempre tendra un ser humano seran sus principios? ?Y que la tranquilidad depende solo de la consciencia? Crecer y convertirse en adulto era detestable. Su hermano la abrazo. --La vamos a pasar genial, ya veras. Quita esa cara y deja de pensar en papa y mama. --Deben estar cruzados de brazos, negandose a cederle al otro la casa. Emerick respiro profundo. No podia evitar sentir compasion por su hermana. Su padre lo era todo para ella y la noticia de la traicion la lastimo mucho. Emerick le hacia honor a las teorias sobre el hijo del medio. Era un ano mayor que su hermana y un ano menor que Calvin, recibia la atencion de ambos padres por igual mas no con la misma devocion con la que la recibian Alexandra por parte de su padre y Calvin por parte de su madre. No se sentia mal por ello, a pesar de que se daba cuenta de que sus padres tenian preferencias por sus hermanos, el sabia muy bien que ellos le amaban tanto como a los otros dos. Solo que cada quien tiene sus personas preferidas en la vida, como le ocurria a el con Alex. Guardaba recuerdos en su memoria de la primera vez que cargo a Alex, aun cuando el era tan pequeno que ni siquiera hablaba bien. Ese recuerdo lo tenia grabado en su memoria como el mejor del mundo porque su madre le permitio cargar a su pequena hermanita y desde que la colocaron en sus brazos, tan calentita y blandita, Emerick supo que serian inseparables el resto de la vida. Era tan hermosa que quiso protegerla desde entonces y se ponia como un demonio si alguien, daba igual si era su padre o su madre, la lastimaba. --Escucha, Alex --la vio a los ojos--. Nada va a cambiar lo que ocurra entre ellos. Papa nos fallo a todos, y algun dia deberas hablar de eso con el porque no puedes pasarte toda la vida molesta por lo que hizo. Todos cometemos errores y tal como te lo dijo mama, el siempre sera nuestro padre --Sabia que Alex no iba a ceder con tanta facilidad pero debia encontrar la forma de que ella dejara de pensar en lo que ocurria en casa en ese momento y por los siguientes treinta dias. Odiaba saber que estaba triste--. Ahora es nuestro momento de divertirnos porque podremos culpar a nuestros padres de nuestro mal comportamiento. Ella sonrio a medias. --No me voy a comportar como una delincuente porque mis padres se esten divorciando. Emerick levanto los hombros al tiempo que la veia con picardia. --No exageremos, no voy a permitir que te conviertas en una delincuente, quiero que te diviertas y dejes de pensar en ellos. --?Que te parece si me voy de fiesta con un chico? Emerick hizo una mueca de disgusto. --Me parece que entonces yo me convertiria en un asesino porque le arrancaria la cabeza si intenta tocarte. Ya tuvimos esta conversacion en casa, con respecto a los chicos y el campamento y creo que lo dejamos claro. Ella le sonrio divertida. --Me escapare por las noches cuando ya estes dormido. Emerick vio a su alrededor. --A ver, pequena Alex, no hay ningun chico que valga semejante esfuerzo. Ademas, yo no duermo. Soy un vampiro y te protejo de los monstruos a los que les temes, ya te lo he dicho antes. --Me lo estas repitiendo desde que tenia cinco anos y le tenia miedo a los monstruos que podian salir del armario. Lo que aun no alcanzo a entender es ?como sobrevives sin sangre? --Es que soy un vampiro bueno y me alimento de animalitos para que la gente no sospeche de mi. --En ese caso, espero que mi pequena Sasi no aparezca muerta en medio del bosque porque voy a tener que dejarte al sol o clavarte una estaca, lo que sea que resulte contigo --dijo un chico que estaba junto a ellos y que inevitablemente escucho toda la conversacion--. Soy Blake, por cierto. Y ella es Sasi --levanto la jaula para dejar ver a una linda conejilla de indias. Emerick lo vio de arriba a abajo con cara de pocos amigos. Debia admitir que sentia un poco de respeto hacia el chico por atreverse a interrumpir una conversacion privada con un chiste. Lo vio con los ojos entrecerrados. El chico tambien lo inspeccionaba pero no podia evitar que sus ojos se desviaran hacia Alex que le mostraba una gran sonrisa. De no haber sido por esa mirada que clavo en Alex y que Emerick reconocia porque el tambien veia asi a algunas chicas, hubiese pensado que el tal Blake preferia a los chicos. ?Quien diablos a esa edad tenia una conejilla de indias por mascota y ademas, la llamaba Sasi? ?Que clase de nombre era ese? --Es hermosa --respondio Alex con interes. Su hermana tenia interes por cualquier animal. Levanto la vista y sus ojos se clavaron en los de Blake. Emerick tuvo el presentimiento de que ese chico se quedaria sin cabeza al finalizar el verano. Y su modo de hermano protector se activo de inmediato. --Vamos, que el guia nos esta llamando --tomo a su hermana de un brazo y la fue alejando del intruso. --Nos veremos luego. Yo me encargare de que mi mascota no se coma a la tuya --dijo Alex a Blake en tono divertido. --Te lo agradezco, me alivia saber que tendre una aliada en la lucha contra mal.

  • El rey recibe de Eduardo Mendoza

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    Barcelona, 1968. Rufo Batalla recibe su primer encargo como plumilla en un periodico: cubrir la boda de un principe en el exilio con una bella senorita de la alta sociedad. Coincidencias y malentendidos le llevan a trabar amistad con el principe, que le encomienda, entre otras cosas, escribir la cronica de su peculiar historia. El opresivo ambiente de la gris Espana franquista pronto se quedara pequeno para Rufo, que viajara a Nueva York con poco dinero, grandes esperanzas y el difuso objetivo de hacer algo emocionante con su vida.
    Rufo Batalla sera testigo de los fenomenos sociales de los anos setenta, como la igualdad racial, el feminismo, el movimiento gay o el desplazamiento de los grandes centros culturales y la deriva de la cultura hacia nuevas formas de expresion, fenomenos que en buena parte hicieron del presente lo que es hoy. Y dejara constancia, no tanto de los hechos como de la forma en que lo vivieron quienes los presenciaron.
    Con la conocida union de maestria narrativa y refinamiento estilistico del autor, personajes reales e imaginarios, tipicos del universo de Eduardo Mendoza, se dan la mano en esta novela, brillante inicio de la trilogia Las Tres Leyes del Movimiento, que recorrera los principales acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX.

  • Tiempo para amar de Awilda Castillo

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    En su primera novela romantica Awilda Castillo, escritora venezolana, nos invita a leer una historia de amor con sobresaltos y cambios entre dos protagonistas

  • La Mujer Loca de Juan Jose Millas

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    Julia trabaja en una pescaderia y de noche estudia gramatica porque esta enamorada de su jefe, que en realidad es filologo. En sus ratos libres, la joven ayuda en el cuidado de una enferma terminal, Emerita, en cuya casa coincide con Millas, que esta haciendo un reportaje sobre la eutanasia. Durante sus visitas, el escritor se siente atraido por la idea de novelar la vida de Julia, aunque para lograrlo debera enfrentarse a su bloqueo creativo con la ayuda de una psicoterapeuta. La realidad trastoca los planes del escritor cuando Emerita revela un secreto que ha guardado celosamente toda su vida. Lo que habia comenzado como una cronica periodistica se convierte entonces en una suerte de novela en la que el se vera involucrado como personaje. El mejor Juan Jose Millas regresa a la novela con La mujer loca, una historia en la que el lector habra de decidir que es verdadero y que es falso, una investigacion sobre los limites de la realidad y la ficcion en una obra que condensa la esencia del maestro de la extraneza: humor inteligente, dialogos excepcionales y una escritura provocativa. Un ejercicio de honestidad con el que afronta sus cuitas como autor desde la verosimilitud de la pura ficcion.

  • Normal de Warren Ellis

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    Normal es un centro para el tratamiento de trastornos psiquicos de cientificos, economistas, estrategas mentales… Todos tienen en comun el haberse dedicado a analizar que pasara en el futuro. Bajo una estricta vigilancia y sometidos a una medicacion intensa, estan divididos en dos grupos que no se comunican entre si: el de los que se dedican a la ” prevision estrategica ” , que dependen de instituciones sin animo de lucro y que buscan como evitar los desastres que se avecinan (cambio climatico, guerras devastadoras, rapaces gobiernos disfuncionales…); y los de ” prediccion estrategica ” , a sueldo de empresas y ” think tanks ” de seguridad, que dan por hecho tales desastres y buscan metodos para sobrevivir a los mismos. Adam Dearden, un especialista en ” prevision estrategica ” , tras sufrir una crisis nerviosa, es internado en Normal.

  • Un asunto del diablo de Paolo Maurensig

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    La literatura es un asunto muy serio en el pueblo suizo en el que transcurre esta novela: todos sus habitantes, desde el cura anciano que lleva anos redactando sus memorias hasta la muchacha ingenua que fabula cuentos infantiles infantiles, escriben y ambicionan, sin exito, ser publicados. Pero todo cambia cuando el diablo entra en escena disfrazado de editor. ?Quien no estara dispuesto a hacer un pacto con el con tal de ver publicado su libro? Solo el rubio padre Cornelius, enviado por la diocesis en ayuda del parroco local, advertira del peligro de la situacion.

  • Seguire sin ti de Noe Casado

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    Cuando hacen rellenar el absurdo test de orientacion profesional en el instituto, todo el mundo elige profesiones elegantes, bien remuneradas y con reconocimiento social. Yo deje la casilla en blanco, pues
    todavia no habia decidido que carrera universitaria queria cursar.

  • Amarte de Olivia Saint

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  • Sidi de Arturo Perez Reverte

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    La nueva novela de Arturo Perez-Reverte

  • Bandidos de Eric Hobsbawm

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    Un buen dia Eric J. Hobsbawm se sintio intrigado por el hecho de que las mismas historias sobre bandidos justicieros y redistribuidores de riqueza se repetian en el mundo entero. De ahi nacio esta fascinante exploracion por la vida y el mito de unos personajes que abarcan desde Robin Hood hasta Salvatore Giuliano, pasando por Pancho Villa, por los haiduks balcanicos, los dacoits de la India, los cangaceiros brasilenos o los guerrilleros urbanos del anarquismo espanol. Su libro se habia convertido ya en un clasico de la historia social, pero en esta nueva edicion Hobsbawm no se ha limitado a actualizarlo, sino que le ha anadido nuevos materiales, ha situado el fenomeno del bandidaje en el contexto politico en que actua y ha adecuado la obra a un tiempo como el nuestro, en que los estados son cada vez menos capaces de mantener la ley y el orden. Su libro ha ganado con ello vigencia y sigue siendo, como ha dicho el Times Literary Supplement: <>.

  • Un chantaje arriesgado (Escandalos de temporada 2) de Eneida Wolf

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  • En esto del amor. La primera escoba, la segunda senora de Cristina Serrano

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    Una chica llena de ilusiones con gran talento para el dibujo.
    Un hombre enamorado que se propondra conquistarla.
    Nada volvera a ser igual para la joven madrilena, porque es muy sencillo confundir amor con dependencia. Cuando se percata del error ya es tarde, no encuentra el modo de romper esa relacion obsesiva que la esta consumiendo. Solo el amor verdadero la mantendra viva. Un amor secreto que aparecera por sorpresa, que guardara consigo y no querra mostrar ni siquiera al implicado de sus suenos.
    Una historia distinta, emotiva. No te dejara indiferente.

  • Una esposa para Navidad de Carolyn Connor

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    Como cada dia, Hope estaba en la cocina preparando todo lo necesario para hacer la comida. Bajo la luz de la manana, cortaba verduras mientras tarareaba y revisaba el pollo en el horno para que quedara perfecto. Le gustaba su vida sencilla y tranquila, aunque no fuera la habitual para una muchacha de su edad. La familia poseia una pequena, pero comoda casa, en un barrio situado no muy lejos del centro del pueblo. Su ubicacion les permitia tener cierta intimidad y a la vez estar cerca de las tiendas, la iglesia y el mercado. Pero Providence no era su ciudad natal. La familia Dobbs se habia mudado de Boston hacia ya casi tres anos, cuando a su padre Edward Dobbs le ofrecieron un trabajo como encargado del mantenimiento de la presa de esa ciudad. Un trabajo que les permitio empezar de nuevo y dejar atras todo el dolor que habian sufrido. A Hope no le gustaba recordar sus dos ultimos anos en Boston, le traia el recuerdo de la muerte de su madre Madelene. Una mujer dulce y buena que fallecio por culpa de unas fiebres, y que la dejo al cuidado de su padre y del pequeno de la casa: Harry, de tan solo dos anos. Desde esa tragica muerte, Hope se habia convertido en la hermana y en la madre de Harry, a pesar de que ella, por aquel entonces, solo contaba con quince anos. Ahora, cinco anos despues, Harry ya era un nino de siete anos y ella una mujer de veinte primaveras. Sabia que pronto tendria que casarse, pero estaba en una encrucijada de la que no encontraba salida. Por una parte, no podria permanecer soltera por mucho tiempo, si queria formar su propia familia; pero tampoco podia abandonar a su padre y a Harry cuando estaban tan unidos y tanto la necesitaban. Tampoco podia imponer a su futuro esposo que vivieran los cuatro juntos, al no ofrecerles la intimidad necesaria en un matrimonio. Por ese motivo, el tiempo pasaba y Hope seguia soltera. Pero ante una manana tan esplendida como esa, ningun problema parecia importante. El sol estaba en lo alto del cielo y todo indicaba que el buen tiempo del verano se negaba a marcharse. --Bueno, esto ya esta --declaro satisfecha al haber terminado de preparar las verduras. Ahora solo le quedaba esperar a que el asado estuviera y cocer las verduras que lo acompanarian. Decidida se aparto del mostrador para coger una olla cuando la puerta de la cocina, que comunicaba al patio trasero, se abrio de golpe. --?Ya esta la comida? Como si se tratara de un huracan, Harry entro en la cocina, completamente despeinado y con las ropas sucias y arrugadas. Al verlo Hope suspiro, pues era una tarea imposible mantener a su hermano limpio. --Harry, ?cuantas veces te he dicho que te limpies el barro de los zapatos antes de entrar en casa? --No lo se, han sido tantas que ya ni las cuento. A Hope le encantaba el espiritu inquieto y travieso de su hermano, aunque en ocasiones como esta lo que de verdad deseaba era estrangularle. Queriendo asustarle, Hope cogio la cuchara de palo y la oscilo delante de su cara. --Pues sera mejor que te acuerdes o la proxima vez te voy a dar con esto en el trasero. Harry la miro a la cara con ojos apesadumbrados y Hope supo que estaba perdida. Harry podia hacer todas las travesuras del mundo, pero cuando le ponia esos ojillos lastimeros estaba perdida. Y por como la observaba el granuja, este lo sabia. --?Que voy a hacer contigo? --dijo exasperada mientras dejaba la cuchara de palo sobre el mostrador. --No me has contestado. ?Esta la comida? --No, le falta media hora. Asi que aprovecha este tiempo para lavarte y recoger tu cuarto. Harry no parecio haber escuchado esto ultimo, pues se acerco a ella con una brillante sonrisa. --?Que tienes en las manos? --pregunto Hope cuando vio que su hermano mantenia las manos unidas, una sobre la otra, como haciendo una pequena prision entre sus dedos. Ensanchando la sonrisa, Harry se le acerco otro paso y alzo las manos hasta dejarlas frente a la cara de Hope. Luego, orgulloso, abrio las manos revelando un gran sapo sentado entre sus palmas, con la piel nudosa y verrugosa, ojos de color ambar brillante y pequenos dedos palmeados. --!Puaj! !Harry! --grito, alejandose de el--. ?Por que tienes eso? --Voy a hacerle una broma a papa --declaro convencido--. Tengo que buscar un buen escondite donde dejar al sapo hasta la hora de comer. --Ni se te ocurra tener esa cosa dentro de la casa. Y menos aun en mi cocina. --?Por que no? Es solo un sapo. --Por eso mismo. No puedes... --Te hace falta ese molde que esta sobre la mesa --le interrumpio Harry, pues no prestaba atencion a sus palabras. --Claro que me hace falta. --Entonces lo guardare dentro de una cacerola. --!De eso nada! La pequena criatura trato de escapar de las manos de Harry que se esforzo por mantenerlo bien sujeto. Desesperada, Hope se puso firme al no estar dispuesta a consentir que ese animal siguiera sufriendo. Por no mencionar que le daba asco. Aunque, por supuesto, no podria demostrar su animadversion por el sapo, o todos los dias se encontraria uno escondido en algun lugar de la casa. De eso estaba segura, pues solo hacia un dia que su padre, mientras comian, le confeso a Harry su miedo a estas criaturas y Harry ya habia encontrado uno para asustarle. Y solo Dios sabia de donde lo habria conseguido. --!Harry! !Saca a ese pobre sapo de la cocina! --indico Hope. Harry la observo sonriendo y haciendo que sus mejillas, normalmente rojas, se enrojecieran aun mas. Con su cabello rojo rizado, sus pecas, sus ojos verdes y sus hoyuelos, Harry parecia la viva imagen de un duendecillo irlandes. El cabello de Hope, sin embargo, era una mezcla entre el de su padre rubio y su madre pelirroja, y sus pecas ya no se le notaban tanto. Algo que ella agradecia pues, aunque eran encantadoras en su hermano, en su cara no le resultaban tan interesantes. Lo que si compartia con su hermano era su mirada de color verde jade. --?Por que no puedo tener un sapo en la cocina? --inquirio el pequeno--. Tu traes muchos animales y yo no te digo nada. Hope suspiro, luego tomo aire y conto hasta tres para tranquilizarse. --Los pollos, los peces, las perdices y los conejos son para comer, no para tenerlos de mascota en la cocina. Harry miro con asco al pobre sapo que lo observaba con ojos inexpresivos. --Entonces, ?si quiero tener al sapo en la cocina hasta que venga papa, luego tendre que comermelo? Hope estuvo a punto de soltar una carcajada, pero se contuvo y continuo mirandolo seria. --!Eso es algo asqueroso! !No pienso comermelo! --solto Harry enfurrunado. --Entonces, ya sabes lo que tienes que hac... El sonido estridente de la puerta al abrirse de golpe y chocar con la pared hizo que se callara. --Coge todo lo que puedas de valor y salir corriendo al bosque. --La voz alterada de su padre estremecio a Hope y a su hermano. --?Que pasa, papa? Edward estaba visiblemente alterado, asi como sudoroso. Parecia que habia llegado corriendo, y por la expresion de espanto de su rostro, no parecia traer buenas noticias. --Ahora no hay tiempo para que te lo explique. Solo coge lo que te he dicho y marchaos al bosque. Cuando Edward, aun en la puerta de la cocina vio que ninguno de sus hijos se movia, les grito: --!Quereis hacerme caso! Edward odio los rostros asustados de sus hijos, pero no habia tiempo para explicaciones. Si queria salvarlos debian darse prisa o seria demasiado tarde. --Por favor. --Cambio su tono de voz y se mostro mas dulce--. Tengo que seguir avisando a la gente. Vosotros solo hacerme caso. Hope asintio mientras se acercaba a su hermano. No sabia por que, pero algo en la expresion de la cara de su padre le indicaba que tenia que protegerlo. --Os quiero --senalo su padre con ojos vidriosos. Y mirando a Hope le dijo--: Cuida bien de tu hermano. Despues la sirena del pueblo comenzo a sonar y su padre se marcho dejandolos solos en la cocina. --?Que sucede? --se pregunto. Hope trepidaba a causa del miedo. Algo muy grave debia de estar pasando. Con las piernas temblando se asomo por la ventana y vio a gente apurada que salia de sus casas. Tambien observo a su padre corriendo calle arriba mientras gritaba que se pusieran a salvo en el bosque. Pero el no huia desesperado en esa direccion, sino todo lo contrario. Corria hacia la presa. --!La presa! Sin perder ni un segundo mas Hope fue hacia la habitacion de sus padres y con manos temblorosas abrio el pequeno joyero de su madre. En su interior habia un par de pendientes, un broche y un collar de perlas. Sin detenerse a pensar, metio todo en su bolsillo y regreso a la cocina donde Harry permanecia en el mismo sitio, llorando y con el rostro palido y asustado. --?A donde ha ido papa? --pregunto el pequeno. --Creo que a la presa --le contesto. Sin mas, lo cogio de la mano y tiro de el hacia el exterior de la casa. Mas personas habian salido de sus hogares y miraban freneticas a su alrededor, como si esperaran que en cualquier momento algo espantoso llegara al pueblo. Otras, sin embargo, habian decidido huir tras escuchar la sirena de aviso de la presa y corrian hacia el bosque lo mas rapido posible. El caos entre los que se quedaban parados sin saber que hacer, los que escapaban asustados y los que cargaban carros con sus pertenencias llego a ser tan grande, que resultaba dificil andar por la calle sin chocar con alguien. Hope penso si debia detenerse e informar a los menos osados para que se marcharan, pero al mirar a su hermano supo que lo unico que podia hacer era ponerlo a salvo. --Harry --llamo a su hermano para que le prestara atencion--. Ahora tienes que agarrarte fuerte a mi mano y correr lo mas rapido que puedas. Y si por algun motivo nos separamos.... --!No! --la interrumpio Harry llorando. --Escuchame con atencion, si nos separamos, corre lo mas rapido que puedas hacia el bosque y subete a un arbol. ?Lo entiendes? Harry asintio y se seco las lagrimas de su cara con la manga. --Te juro que si nos separamos te encontrare --le prometio Hope para que Harry no estuviera tan asustado. Y sin mas, Hope comenzo a correr por la calle en direccion al bosque. Mientras lo hacia, no queria pensar en la gente que se quedaba atras, ni en su padre; solo podia pensar en apresurarse y en sujetar fuerte la mano de Harry. <>, pensaba. Apretaba la mano de su hermano tan fuerte, que sabia que le estaba haciendo dano. Aun asi, no la aflojo y agradecio en silencio a Harry que no protestara ni se parara. Apenas les quedaban unos metros para salir del pueblo, cuando escucharon un fuerte y atronador crujido que resono por todo el valle. Hope estaba sin aliento, pero no se detuvo para mirar hacia atras. Ese sonido indicaba que algo horrible habia sucedido y que el tiempo para ponerse a salvo, se les acababa. De pronto, Harry tropezo y cayo al suelo. Delante de ellos estaba el bosque, y a sus espaldas, un sonido estridente que cada vez sonaba mas cerca. --Vamos Harry --le animo a que se levantara y continuara. Cuando miro los ojos de su hermano vio tanto horror y tristeza que su corazon se partio. Harry era muy pequeno, pero entendia lo que estaba pasando. Incluso, si lo pensaba con claridad, estaba segura de que todas las personas del valle ya lo sabian, pero solo unas pocas se atrevian a admitirlo y corrian hacia el bosque. --Se ha roto la presa --alguien grito tras ellos confirmando sus peores temores. El agua llegaria hasta ellos en cuestion de segundos y los ahogaria. Pero Hope no estaba dispuesta a parar, no cuando tenia que salvar a su hermano como su padre le habia pedido. Miro hacia atras y vio como una enorme ola de agua se precipitaba ladera abajo escapando de su confinamiento. Resultaba impactante observar esa enorme cantidad de agua fluyendo a toda velocidad montana abajo, sin que pudiera hacerse algo para impedirlo. A Hope le hubiera gustado gritar y que su padre la abrazara, pero no podia aflojar su determinacion. Ella era lo unico que tenia su hermano para salvarse, y aunque le costara su propia vida, estaba dispuesta a hacerlo. Con esfuerzo, consiguio mover sus pies, los cuales parecian pegados al suelo, y temblorosa cogio en brazos a su hermano y continuo corriendo. Notaba como la tierra temblaba cada vez mas y supo que la ola gigantesca estaba cerca. Ya habian conseguido llegar al bosque, pero necesitaban encontrar un terreno mas elevado. Sus fuerzas la estaban abandonando y no creia que pudiera seguir aguantando. De pronto, escucho gritos tras ella, asi como crujidos, y supo que la ola habia llegado al pueblo. Penso en todas esas personas que habia visto paradas en sus porches, con la mirada perdida. Sintio como su cuerpo se estremecia. El estruendo tras ella fue tan fuerte, que supo que la ola estaba arrasando todo a su alrededor. Casas, tiendas, personas, todo lo que conocia estaba siendo engullido por el agua. <>, se recordo. Tambien habria sido destruida y con ella... su padre. --Papa --susurro entre lagrimas al necesitarle. Temia no ser lo suficientemente fuerte para poner a su hermano a salvo. Entre sollozos escucho a Harry llorando y noto como este se aferraba a ella con todas sus fuerzas. Y lo supo. Tenia que ser fuerte y protegerlo, costara lo que costara. Su hermano solo la tenia a ella y no pensaba defraudarle. --Lo vamos a conseguir, Harry. Papa y mama nos ayudaran. Resoplando por el esfuerzo, comenzo a subir con mas brio la pendiente, hasta que vio como una pareja que corria delante de ellos se subia a un arbol. A su alrededor, otras personas optaban por seguir corriendo para alejarse lo maximo posible, pero Hope comprendio que apenas le quedaban fuerzas para continuar. Si decidia seguir corriendo, podia acabar demasiado cansada para trepar o para resistir el envite del agua cuando les alcanzara. Tenia que tomar una decision en un segundo y asi lo hizo. Se paro en un arbol robusto y alto y se dejo caer de rodillas al suelo. --Tienes que subir al arbol --le dijo a su hermano. Hope sabia que Harry treparia sin esfuerzos, pues era algo que le encantaba hacer. Sin embargo, ella con sus faldas y su cansancio, no lo tendria tan facil. --Vamos Harry --le insto, apartandole los brazos de su cuello. Tembloroso, Harry la miro y asintio sin decir nada. A Hope le hubiera gustado abrazarlo y consolarlo con palabras tiernas, pero no habia tiempo. Ahora, lo importante era salvarse, despues vendrian los abrazos. Para ganar tiempo, alzo a Harry por la cintura y lo observo subir. El rugido del agua estaba cada vez mas cerca y sabia que le faltaba poco para que los alcanzara. Los gritos ya apenas se escuchaban en la lejania, asi como tampoco se oia el canto de los pajaros o cualquier otro sonido que no fuera el del agua. Darse cuenta de que el cese de los gritos solo podia significar que la gente del pueblo ya estaba muerta, la estremecio, y le hizo desear estar en otro lugar donde la muerte no la acechara. Sin saber por que, miro hacia atras, y lo que contemplo la dejo paralizada por el horror. Providence habia sido sepultada por la gigantesca ola y solo podia verse el campanario de la iglesia. Pero eso no fue lo peor, lo que de verdad la asusto, fue ver como la ola estaba mucho mas proxima a ella de lo que esperaba. Desesperada, comenzo a subir el mismo arbol donde se encontraba Harry. Notaba como la aspera corteza danaba sus manos y como se desgarraba su ropa. Pero no le importo y continuo subiendo. Harry estaba trepando justo delante de ella, con mas agilidad. --Sube todo lo que puedas --insistio Hope, con el fin de darle animos. Sentia las manos pegajosas, pero no ceso. Continuo sin descanso cuando escucho mas gritos cerca de ella. Subio con determinacion y rezo a Dios para que los salvara, no solo a ella, sino a toda la gente que estaba a su alrededor. A los que se quedaron atras y a los que iban mas adelantados. De pronto, noto como el arbol se tambaleaba y desesperada aferro el cuerpo de su hermano. Habian llegado lo mas alto que podian y solo esperaba que fuera suficiente. --Agarrate con fuerza. --Habia conseguido su proposito. Estaban en la parte mas elevada y solo les quedaba esperar. Rezo cuando sintio el agua fria mojando su ropa y supo que el tiempo se les habia acabado. Ahora estaban en manos de Dios y solo el podia salvarlos. Cerca de ellos, vio el cuerpo inmovil de un hombre flotando en el agua y sintio deseos de gritar. Necesitando consuelo busco a la pareja que se habia subido a un arbol, y se quedo horrorizada. El agua lo habia sacudido con mas fuerza y estaba mas inclinado. Tal vez fuera, porque soportaba mas peso al tener dos personas adultas aferradas a su tronco, o porque el arbol era mas estrecho. Lo unico que Hope sabia, era que la mujer permanecia agarrada al tronco con una mano, y con la otra trataba de sujetar al hombre para que la corriente no se lo llevara. Y un segundo despues, las manos se separaron y el hombre fue brutalmente apartado de una desconsolada mujer, que tuvo que observar mientras gritaba, como su companero era empujado por las aguas contra el tronco de otro arbol. La fuerza con que fue empujado fue tan brutal, que se pudo escuchar con total claridad el crujido de su espalda al romperse. Despues, el cuerpo se alejo inmovil y laxo siguiendo la corriente. Desesperada por un poco de esperanza continuo rezando, sin perder de vista a su hermano. Si eso le sucediera a Harry, si la corriente se lo llevara, ella se lanzaria a por el sin pensarselo. No porque fuera muy valiente, sino todo lo contrario, era demasiado cobarde para enfrentarse a la vida sola. Como la mujer del otro arbol. Despues de lo que parecio una eternidad, el agua comenzo a bajar y su fuerza descendio de intensidad. El peligro parecia que habia pasado. Ahora solo quedaria descubrir quien habia sobrevivido y quien habia muerto. Hope no tenia muchas esperanzas de encontrar a su padre con vida.

  • Una propuesta peligrosa. La historia de David de Vega Manhattan

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    Valeria necesitaba casarse.
    David huiria siempre del matrimonio, el era hombre de una noche y su regla principal: no repetir nunca con ninguna mujer.
    Una propuesta de Valeria, la hija de su socio, podria hacerlos ganar a los dos. Ella se libraria del futuro que su padre le tenia preparado y podria luchar por sus suenos. La recompensa para el tambien era bastante suculenta. Y el tiempo de sacrificio minimo.
    Pero ninguno de los dos imagino que el precio a pagar podria destruirlos a ambos.

  • A la caza de un impostor (Bdb), Alexia Mars de Alexia Mars

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    Libro 2 de la serie Cazadoras

  • Patito feo (Geminis 1) de Lui Jim

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    Erase una vez un patito feo al que nadie queria, fue tanta su frustracion que se encerro en si mismo, un dia quisieron poseer su cuerpo, lo que hizo que no soportara que lo tocaran. Y eso que ahora es un bello cisne.
    Elizabeth decide cumplir por fin su sueno, se apunta para el casting de un musical. Solamente queda ella a todos deja fascinados por su baile harmonioso, por su belleza y erotismo.
    Menos a David que es parte del jurado, pero mientras todos ven un cisne, el ve aquel patito feo y asustado, que ella esconde cuando baila.
    Puede la pasion cambiar un corazon, David no puede resistirse al deseo que siente por ella, pero ella se resistira a el, luchara por no sucumbir a la pasion, seduccion, erotismo, misterio, amor y sexo.
    Pero ambos ocultan secretos, el final te sorprendera.
    Primera parte de la trilogia Geminis.
    Novela Romantica-Erotica
    Para mayores de 18 anos se asimila a historias como “50 sombras de Grey” y “El infierno de Gabriel”, salvando las distancias de estos autores.
    Tambien es mi primera triologia

  • Acero y miel de Ana R. Vivo

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    Karen Preston se ve obligada a viajar a Funchal, Madeira, para tratar de convencer al despiadado J. W. Bernades de que ella y su hermano, Robert, son buena gente. Sin embargo, nada mas llegar a la isla, Karen sentira que los problemas crecen en proporcion a sus miedos y fobias. El susodicho no aparece, todo el mundo se pone en su contra y, por si fuera poco, conoce a un atractivo isleno que la seduce nada mas aterrizar en la capital provocando que olvide a menudo el motivo de su visita, y haciendola vivir situaciones de los mas descabelladas en su, hasta ahora, ordenada y pulcra vida.
    Poco a poco, Karen, se vera involucrada en la vida de los Bernades y su propio pasado le pasara cuenta, obligandola a tomar decisiones muy drasticas.
    ?Conseguira Karen su proposito? ?O se vera envuelta sin remedio, en los lios que le depara esta increible isla del atlantico?

  • Llamame jueves, Ava Cleyton de Ava Cleyton

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    Una manana del mes de abril Alex Kupert se despierta totalmente aterrada porque no puede dejar de pensar en el ni un solo instante. Pero ?quien es el y que ha sucedido para que ella, esposa ejemplar y enamorada de Emilio, su marido de toda la vida y padre de sus tres hijos, tiemble cada vez que recibe un WhatsApp suyo? Se llama Leonardo Peces y, hasta la fecha, era tan solo un amigo. Alex, incapaz de comprender sus propios sentimientos, encuentra en la reposteria una valvula de escape. Y en el afan de luchar contra lo que parece inevitable, el hecho mismo de no poder frenar la avalancha que presiente con la fuerza brutal de la madre naturaleza en la cumbre del Everest, el blog de la Kupert's Cook resulta ser un gran exito en las redes sociales.

  • Suenos de verano de Susan Wiggs

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    La vida de Sonnet Romano era casi perfecta. Tenia una magnifica carrera profesional y un novio perfecto, y acababan de ofrecerle una beca muy prestigiosa. No habia nada mas que pudiera desear, salvo tal vez. ?un hermanito?

  • Aguilas Y Cuervos, Pauline Gedge de Pauline Gedge

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    Tras la conquista del emperador Claudio en el siglo I, las tribus celtas de Albion ven como la pax romana los despoja de sus tierras e intenta acabar con una antigua cultura cuyos rituales y ofrendas desagradan al invasor.
    Los britanos, pueblo de artesanos y guerreros donde las mujeres combaten igual que los hombres y el honor representa el maximo valor, comprenden que solo la unidad les permitira oponerse a la todopoderosa aguila romana. Liderados por Caradoc, jefe de los catuvelaunos, y con el apoyo de los druidas, custodios de la sabiduria secreta, los cuervos celtas se repliegan al oeste para iniciar la resistencia. Pero el orgullo y la pasion de los individuos inciden, una vez mas, en el curso de la Historia.
    La lucha de Caradoc se perpetuara en la persona de Boudica, reina de los icenos, que se enfrentara al brillante general romano Suetonio Paulino.
    En esta saga, que abarca tres generaciones, la escritora canadiense Pauline Gedge, autora, entre otras, de La dama del Nilo, ha plasmado con su habitual rigor una pagina apasionante de la historia de la dominacion romana.

  • Seis historias con pasion de Lory Talbot

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    En este libro podras encontrar reunido los relatos:
    Un dia maravilloso.
    Por ti y para ti.
    Una y mil noches.
    Vuelve a mi.
    3…2…1.
    Llamame Javi.
    Todos y cada uno de ellos te enamoraran y te haran creer que todo es posible.

  • Fantasmas de luz de Agustin Fernandez Paz

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    Desde hai trinta e cinco anos, Damian traballa como operador de cabina no mellor cine da cidade. Cando recibe a noticia de que a sala vai desaparecer e que todos os empregados seran despedidos, a sua vida experimenta un cambio extraordinario que tamen afecta a Marga, a sua dona. Dun xeito progresivo, os seus corpos comezan a se volver transparentes, invisibles aos ollos das persoas que viven ao seu redor.Empregando recursos da novela fantastica e combinando o suspense cunha delicada melancolia, Fantasmas de luz falanos dun dos grandes dramas contemporaneos: o da exclusion e a invisibilidade a que se ve sometida unha parte da sociedade.Fantasmas de luz tamen quere ser unha homenaxe ao cine, tanto as vellas salas que foron esmorecendo como as grandes peliculas que, sen ser a vida mesma, <>.

  • Deja que nieve de Nisa Arce

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    Este relato se situa 6 meses despues del final de la trilogia Las reglas del juego. Sinopsis: Dani decide marcharse a Londres en compania de Sergio, Valentina y la hija de ambos para pasar con Mateo su primera Navidad juntos despues de que se hiciera publica su relacion. Alli se dejara llevar por la improvisacion, pero tambien hara lo que ha estado planeando durante las ultimas semanas…

  • El que faltaba, Mayte Pascual de Mayte Pascual

    https://gigalibros.com/el-que-faltaba-mayte-pascual.html

    <>.

  • Ninos feroces de Lorenzo Silva

    https://gigalibros.com/ninos-feroces.html

    Lazaro es un joven aprendiz de escritor que, en opinion de su maestro, es incapaz de escribir historias largas, a pesar de su talento, porque pertenece a la generacion de lo fragmentario, del post bloguero, el mensaje de Facebook o Twitter y el video de YouTube. Para Lazaro, el problema estriba en que no tiene argumentos, en que le falta una historia que contar. Su maestro le regala la de Jorge, un joven madrileno, como el, que setenta anos atras, el 13 de julio de 1941, salio con la primera expedicion de la Division Azul.

  • La corona maldita de Mari Pau Dominguez

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    Mari Pau Dominguez vuelve a desvelarnos los secretos mas intimos de los protagonistas de nuestra Historia en esta novela sobre Felipe V, el primer Borbon que reino en Espana, y la mujer que estuvo a su lado en el lecho y en el trono.

  • Julia. el odio conduce a la destruccion de Manuel Perez

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    Un encontronazo casual hace que Carlos y Julia entablen amistad, dando inicio a una relacion que cada dia va a mas hasta convertirse en un amor apasionado. Pero el odio, los celos, haran que todo termine de una forma inesperada y dramatica…

  • Gold and Diamonds 2 de Eli Jane Foster

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    Glory les observaba sentada en su trono de terciopelo rojo, convenientemente alejada de la pareja. El hombre desnudo ante la mujer y totalmente excitado, la cogia por el cabello rubio metiendole el miembro en la boca casi hasta ahogarla. La chica, que era una de las habituales, estaba atada a una x de madera con unas correas e intentaba apartar la cabeza, pero el no se lo permitia. Glory suspiro cuando ella con lagrimas en los ojos la miro de reojo intentando respirar desesperadamente. Se levanto lentamente cogiendo su latigo de la mesa y camino sobre sus tacones de aguja hasta ellos. --!Sueltala! El tipo la miro sonriendo y tapo la nariz de la chica haciendola gritar de miedo quedandose sin aire. --Si le gusta. ?No ves como disfruta esta zorra? --Se aparto lo suficiente para que la chica aspirara una bocanada de aire y tosiera antes de que el volviera a metersela en la boca. --No estas siguiendo las reglas, guapo. Nada de poner en peligro a las chicas. --Dejo caer la cola de su latigo observando aquel culo caido del tipo que debia tener unos cincuenta anos. --No te lo repito mas. Es nuestra primera sesion y no me conoces, pero hablo muy en serio. !Si yo digo basta, es que basta! --!Callate, puta! !Pago para esto! --Se alejo de la chica pegandole un tortazo. --!Solo estas aqui para observar porque eres una mirona! Esas palabras la enfurecieron, pero aun asi no movio el gesto mirandole friamente. --Como vuelvas a ponerla en peligro, te voy a meter el latigo por el culo. --Sonrio maliciosa. --Seguro que te gusta. Tienes toda la pinta. El tipo se acerco a ella con la mano levantada para pegarla, pero antes de que llegara a ella, levanto el latigo dandole en la cara. El se aparto cubriendose la mejilla con la mano. --!Hija de puta! --Se iba a tirar sobre ella de nuevo y Glory no se reprimio mas. Le dio dos latigazos y uno le dio en su miembro retorciendole de dolor hasta caer al suelo. Lentamente Glory se acerco a el y puso el tacon de acero sobre su pecho. --Como vuelvas a intentar joderme, te voy a dar tal manta de hostias que te dejare lisiado. --Levantando una ceja por debajo de la mascara de latex miro su miembro ahora flacido. Sonrio ironica y clavo el tacon en su pezon haciendolo chillar de dolor. --Se ha terminado la sesion. --Si, ama --siseo mirandola con odio antes de que se apartara de el dandole la espalda. --Desatala y largate. Informare al jefe. --!He pagado una fortuna por ser miembro de esta mierda de club! --El club tiene reglas. Sadomasoquismo consentido. Si ella quiere parar, se detiene la sesion. Punto. --Miro a la chica que no habia disfrutado en absoluto de todo aquello y lloraba del alivio. --?Quieres parar? --Si, Glory. Sueltame, por favor... Este cabron es un sadico, que no tiene ni idea de lo que hace. Glory hizo una mueca al mirar al tipo que estaba furioso sin poder levantarse todavia. --!Tu consentiste! --!Para tener sexo, no para que molieras a hostias, cabron! Glory se echo a reir al ver la confusion en la mirada del viejo y se acerco a la chica abriendo con una mano una de las correas. La chica se desato el resto y salio corriendo desnuda como estaba. --Vaya... --Divertida miro al tipo. --No se la ve muy contenta. --!No tiene que irse contenta, zorra! Yo mando. Glory chasqueo la lengua acercandose con el latigo en la mano. --Estas sesiones se basan en dos cosas muy simples, carino. El placer de ella unido al dolor y tu placer al provocarla hasta el limite. --Le fulmino con sus preciosos ojos verdes. --Nunca rebases el limite porque no tendre piedad. Eso te lo juro. --Esta me la vas a pagar. Glory se echo a reir a carcajadas. --Si me dieran diez pavos cada vez que me dicen eso, seria rica. --Se volvio yendo hacia el ascensor. --Te aconsejo que te vayas. Voy a avisar al jefe de que has sido un chico muy malo. Se subio en el ascensor y sonrio maliciosa mirando a aquel cerdo. Llevaba en ese trabajo seis anos. Cuando tenia diecinueve vivia en la calle y Lucius la recogio dandole un lugar donde vivir en el atico del club. Sabia perfectamente lo que sucedia alli, pero Lucius nunca le pidio que trabajara alli. El anciano la trato como una hija e incluso insistio en que siguiera estudiando, pero ella no quiso sabiendo que al menos le debia trabajar para colaborar en su manutencion. Pidio trabajar en el guardarropa donde alli estaria segura de varios pervertidos del club y el estuvo de acuerdo. Estaba sentada leyendo un libro cuando escucho los gritos del piso de abajo. Miro hacia la puerta, pero el de seguridad debia estar fumandose un cigarrillo y no estaba en su puesto. Glory no se lo penso, porque la que estaba abajo era Shine y era una chica fantastica. Bajo por las escaleras y al ver que un hombre desnudo la tenia encadenada a la pared de espaldas golpeandola con una vara, se acerco furiosa a la pared y cogio el latigo. El tipo ni vio llegar el primer latigazo tan concentrado que estaba en infringir dolor y ya no pudo detener ni el segundo, ni el tercero. Glory perdio el control y le dio una paliza que el tipo no olvidaria nunca. Cuando Lucius bajo y vio la situacion, pidio a sus gorilas que sacaran al tipo de alli y antes de que se lo llevaran a rastras, le cogio por el cabello levantando su cabeza y siseo --Como abras la boca, te la vuelvo a enviar. No se destroza la mercancia, hijo de puta. Solo se disfruta. Mi nina ha hecho lo que hubiera hecho yo. No vuelvas por aqui si quieres seguir conservando la piel en el cuerpo. Unas chicas se acercaron a Shine que estaba inconsciente en ese momento y la desencadenaron llevandosela entre todas para atenderla. Con la respiracion agitada, Glory aun con el latigo en la mano miro a Lucius algo preocupada. Su jefe sonrio. --Nina, has hecho bien. --Metio la mano en el interior de la chaqueta y saco un puro mordiendo el extremo y escupiendo en el suelo de piedra. Saco el mechero y encendiendolo, ilumino su rostro y su pelo blanco mientras aspiraba una y otra vez hasta encenderlo. Lucius sonrio cogiendo el puro entre sus dedos y apartandolo de la boca para expulsar el humo. --?Como te has sentido? Le miro con desconfianza. --?A que te refieres? --pregunto agresiva. --?Crees que no se tu secreto? Eres tan transparente para mi. --Lucius sonrio mirando a su alrededor. --Se lo que opinas de nosotros. Que somos enfermos. --No opino eso de ti. --?Crees que a mi no me gusta dominar a una mujer cuando le hago el amor? --Se que te gusta, pero nunca harias algo asi. --No. --Miro con desprecio los grilletes de la pared. --A mi no me gusta torturarla provocandole dolor. --Sonrio malicioso. --Aunque un poco no viene mal para alargar el extasis, algo continuado me parece excesivo. Glory le observaba sin decir nada. Su porte y su traje demostraban que era un hombre que siempre lo habia tenido todo. Le vio caminar haciendo ruido con sus zapatos italianos sobre el suelo de piedra. --No has contestado a mi pregunta, pequena ?Como te has sentido? --?Golpeando a ese cabron? --?Cuantas veces te he dicho que no digas tacos? Sonrio sin poder evitarlo por la reganina y Lucius movio la cabeza de un lado a otro como si no pudiera con ella. --Me he sentido bien. --?Como de bien? Glory entrecerro los ojos. --No me he excitado, si es lo que preguntas. Lucius suspiro de alivio. --Pero te ha gustado. --Me encantaria pegar a todos esos cabrones, que se creen con derecho a golpear a una mujer --dijo con rabia. --No podras hacerlo si ella disfruta. Esa es la regla. Solo si el se pasa de la raya. Los ojos de Glory brillaron. --?Me dejaras? --Me acabo de dar cuenta que lo que ha sucedido hoy no puede volver a pasar. Tu evitaras que ocurra de nuevo. ?Podras soportarlo? Veras cosas que puede que te escandalicen. Glory levanto una ceja. --?No te has dado cuenta que ya no me escandaliza nada? Lucius la miro con pena. --Siento que siendo tan joven hayas visto tanto. Se encogio de hombros tirando el latigo al suelo. --Me voy con los abrigos o esos ricachones me lo revolveran todo.

  • Me enamore de mi mejor amigo de Valeriam Emar

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    CLAVO los ojos en la botella mientras giraba en el suelo. Rogo que se detuviera en Frank. Su mejor amigo no la delataria si su primer beso apestaba. Apreto los punos como signo de victoria cuando el cuello de la botella desvio al tonto Mike. Era un juego estupido, ?pero de que otro modo una nina de doce anos aprenderia a besar? El pecho se le inflo. La botella se detuvo en Frank. Deby, la anfitriona de la fiesta, los hizo pasar al armario. La puerta se cerro cuando ellos ingresaron al pequeno ambiente oscuro. --Por suerte me toco contigo, Alex --dijo el--. No queria besar a ninguna nina --susurro. Frank ademas de ser su amigo, era su vecino. Supo que serian amigos desde el dia que lo vio bajar del camion de mudanza con sus padres. Parecia un nino introvertido y ella se le acerco con su bicicleta y lo invito a la fiesta que daria ese fin de semana, y desde ese entonces, no se habian vuelto a separar. --Tendras que besarme... No podia ver el rostro de Frank, pero sabia que acababa de poner los ojos en blanco. --No lo hare --se nego--. Y no puedes obligarme. --Si no lo haces, les dire a todos que tienes mal aliento --lo amenazo --. Y de ahora en adelante, seras conocido como Frank el apestoso. --Y yo les dire que todavia sigues jugando a las munecas --replico. Ella se quedo boquiabierta. --No es cierto, ya estoy grande para esos juegos de nina. --?Soy tu vecino, recuerdas? Te veo por la ventana cuando le das el te a tus Barbys. Apreto los labios y le dio un pisoton. --No vuelvas a espiarme. Frank solto un chillido y la empujo. --No vuelvas a pisarme. --?Esta todo bien ahi adentro? --pregunto Deby del otro lado. Sabia que todos estaban pendientes de ellos y que esperaban a que salieran del armario con un resultado. Y entre los invitados estaba Sam, su companero de clases. Queria besar a Sam, pero primero debia practicar para hacerlo bien. --?No sientes curiosidad, Frank? --?De que? Solto un bufido. --De lo que se siente dar un beso. --No. --?No prefieres que nuestro primer beso sea con alguien que conoces bien? El se quedo en silencio. --Algun dia tendras que besar Frank, y no sabras como hacerlo y quedaras como un tonto. --Tu ganas --accedio finalmente--. Pero si me llenas de saliva, te pateare el trasero y no me importara si eres nina. Ella sonrio ampliamente. --No lo hare... El se aclaro la garganta. --?Y... como hacemos? --Cierra los ojos, inclina la cabeza... --le fue indicando. Sus bocas se encontraron por varios segundos y se alejaron de golpe. --?Sentiste algo? --le pregunto despacio. --No --respondio el--. ?Y tu? --Tampoco --mintio. En realidad, habia sido asombroso. Ahora estaba preparada para besar a Sam. --Deberiamos salir --dijo Frank, abriendo las puertas del armario. --Frank... --?Si? --Gracias --expreso--. Gracias por ser mi mejor amigo. 1. ENTREVISTA Quince anos despues... APOYO las manos sobre las rodillas para que las piernas dejaran de temblarle. No era la unica que esperaba en la sala para ser entrevistada por Jason Harbor. El elegiria a su nueva asistente. Ella queria el puesto. El era el dueno de una revista de moda y para una disenadora de indumentaria recien recibida, era un paso importante para estudiar de mas cerca el mercado. Tal vez hasta algun dia sus vestidos saldrian en la portada de la revista Harbor. Sus suenos fueron interrumpidos cuando una de las postulantes la codeo y le susurro: --?Conoces a Jason? Estudio a su competidora a traves de los ojos entornado. Si ella queria ser la asistente de Jason Harbor, debia poner manos a la obra para ganarselo. --!Oh, si! --Gimio--. ?Tu no? La postulante nego con la cabeza. --Es mi primera entrevista --le hizo saber--. Tengo miedo de que el sea uno de esos jefes grunones que trata mal a sus empleados. Ella apoyo una mano en su brazo. --Entonces has venido al sitio equivocado --dijo--. Su asistente anterior dejo su puesto porque el la enloquecio... y las malas lenguas dicen que el hasta la golpeo --anadio en un tono de confidencia. La postulante abrio grande los ojos. --?Enserio? --Oh, carino, no quiero que te asustes --murmuro--. Pero deberias pensarlo dos veces si quieres que este sea tu primer empleo. --?Como te llamas? --Alex. --No sabes cuanto te agradezco que me hayas dicho todo esto, Alex. --?Y... que haras? --Seguire buscando en otro sitio --respondio--. ?Y tu porque estas aqui si sabes que el es un asco? --Tengo hijos pequenos que mantener --mintio. --Oh, lo entiendo --levanto los pulgares y agrego--: Mucha suerte, Alex --le deseo antes de salir de la sala. Y acababa de despachar a su primera contrincante. Echo una ojeada a la espaciosa y elegante sala y estudio su competencia. Todavia le faltaban seis mas. Cogio el maletin y se levanto de la butaca para sentarse al lado de la postulante que tenia mas actitud para llevarse el puesto. Saco una goma de mascar y se la ofrecio. --No gracias --continuo--. Una buena asistente no mastica goma de mascar --le dijo la estirada con cara de amargada. Ella le sonrio para mostrarse mas amigable. --?Vienes por el puesto de asistente, verdad? --No, vengo a calentar la silla. --Noto que te gustan las bromas... Aparto la vista hacia la ventana y blasfemo por lo bajo. No seria sencillo deshacerse de ella. Carraspeo y agrego: --?Sabes? Te dire esto porque me caes bien --empezo diciendo--. Trabajo para la revista Harbor y me enviaron para que evaluara a las postulantes. Su contrincante comenzo a prestarle mas atencion. --Y tu pareces tener todas las cualidades para ser contratada --y lo decia enserio. La postulante enarco una ceja. --?Ah, si? --Felicidades, pasaste a la segunda ronda. --?Segunda ronda? Ella abrio el maletin y saco una birome y anoto una direccion en un papel. --Debes ir a este edificio para culminar con la entrevista. La postulante sujeto el papel y leyo la direccion. --Pero queda a una hora de aqui --protesto. Ella le quito el papel de la mano. --No te preocupes, elegire a otra. --No he dicho que no pueda ir --volvio a apoderarse de la direccion. Sus labios se curvaron en una amplia sonrisa. --Bienvenida a la familia Harvor. --?Debo entregarte a ti todos mis datos? --?Tus datos? !Oh, si! La postulante le entrego su curriculo antes de abandonar el edificio Harvor. Abrio la carpeta y leyo sus datos. Menuda experiencia. No tenia duda, habia hecho bien en sacarla del medio. Tambien lo hizo con las otras postulantes, hasta que finalmente quedo sola en la sala. El famosisimo Jason Harvor salio de su despacho. En persona se veia mas apuesto que en las revistas. Su rostro tenia facciones duras, pero eran condenadamente atractivas. Todo el decia seguridad, masculinidad y poder. Se paso una mano por el pelo y sonrio. Jason era soltero, tenia treinta y nueve anos y le gustaba jugar al tenis. Eso le habia dicho a una periodista en una entrevista que habia leido en la manana mientras desayunaba. --?Y las demas postulantes? --pregunto el, cenudo. Ella se encogio de hombro. --No lo se, parece que he sido la unica a la que le ha interesado el empleo. --Bien, no importa, pasa a mi despacho. Sujeto el maletin y paso por delante de el para ingresar a la oficina. Su perfume importado era exquisito. No pudo evitar ver su precioso trasero cuando rodeo el escritorio y se sento. Ella tomo asiento cuando el se lo pidio y le entrego su curriculo. Jason se puso sus gafas de lectura, abrio la carpeta y empezo a leer sus datos. --?Alex, verdad? --Si. --Hablame sobre ti, Alex. Odiaba cuando las entrevistas comenzaban de ese modo. ?Que mas podia decir de lo que ya estaba escrito en su curriculo? Respiro hondo y sonrio. Un empleado positivo siempre tenia mas chance para ser contratado. --Soy Alex Bloom, y acabo de recibirme como disenadora de indumentaria. El se cruzo de brazos y la miro con sus intensos ojos oscuros. --?Y por que una disenadora quiere ser mi asistente? --Porque seria un honor trabajar para la revista Harvor y creo que... --Bla, bla, bla... no dices nada nuevo --la interrumpio el capullo. Habia hecho un gran esfuerzo para deshacerse de las demas postulante y no dejaria que un gilipollas como el, por mas guapo que fuese, no le diera el empleo. --Si tuvieras que definirte, ?como lo harias, Alex? Como alguien que todavia seguia buscando sus suenos, aunque eso significaba haber comenzado varias carreras y dejado a mitad de semestre porque sentia que no eran para ella, o que el empleo que mas tiempo le duro fue de tres meses. Vale, ella a veces era una persona inestable. ?Pero quien no lo era?

  • Dicen que la luna se dejo atrapar de Alexandra Trece

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    William no entiende como ha podido dejar pasar el tiempo entre su querida Eve Jane y el. Pasaron de compartirlo todo de ninos a mirarse como extranos, como si en sus vidas no representaran mas que recuerdos o ilusiones pasadas. Por eso, la decision insistida por ambas familias de que se unan en matrimonio le imposibilita dormir por las noches. Eso, y las terribles pesadillas en las que muere ahogado por unas manos que el tanto anhela y conoce. Pesadillas tan reales como la amenaza que se cierne sobre Vant Konur y sobre Jane. El primogenito de los Montybell no cree en las leyendas sobre las damas de agua que acechan en el bosque, hasta que la verdad toma forma y amenaza con llevarsela a ella, y a todo aquel que se interponga en el camino de la luna. Porque luna siempre consigue lo que quiere.

  • Mi Highlander infame de Esmeralda Lynn

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    Debes mantenerte alejada de tu hermano bastardo, Beth....--. Mi padre dijo antes de tomar un sorbo de vino. Por su tono de voz sombrio, y el hecho de que estaba bebiendo a esa hora de la manana, supe que estaba preocupado. El Senor del clan McCulloch rara vez bebia, o hacia algo que rompiese las leyes de la decencia. Excepto cuando tuvo sexo con una mujer que no era mi madre y concibio un bastardo--. Rob Dalry es peligroso. --Empiezas a sonar como Madre. --sonrei. Mi madre odiaba a Rob, pues el era un constante recordatorio de la traicion de mi padre. Pero mi sonrisa se desvanecio cuando vi a mi padre fruncir el ceno. Realmente estaba preocupado, y yo comenzaba a preguntarme cual era el verdadero motivo por el cual me habia convocado a su estudio esa manana. --Solo prometeme que mantendras tu distancia...--puso una mano sobre mi hombro--. Siempre has sido una muchacha impulsiva, tal vez demasiado para tu propio bien, pero hazme caso en esto, por favor. --Lo prometo...--asenti. Tampoco seria una tarea muy dificil: por algun motivo que yo desconocia, mi hermanastro Rob me odiaba con todas sus fuerzas. Desde el primer dia que llego a nuestras tierras, sus ojos verdes solo han mostrado desprecio hacia mi. --Seras una buena esposa algun dia...un Lord sera muy afortunado de tenerte a su lado, como yo tengo la suerte de tener a tu madre --Mi padre sonrio antes de tomar otro sorbo de vino. Yo me encogi de hombros. ?Y tu forma de demostrarle lo agradecido que te sientes es traicionandola con una mujerzuela y concibiendo un bastardo? quise decir, pero me mordi la lengua. Ese tipo de respuestas eran las que mellaban mi reputacion, y sentia deseos de mas problemas. No esa manana. Tampoco sentia deseos de repetir con mi padre nuestra discusion sobre el matrimonio. No queria decirle de nuevo que me negaba a ser la esposa calma y sumisa que tolera las injusticias con una sonrisa, que aceptaba en su lecho a un hombre que no amaba y le daba herederos como una yegua de cria. Esa vida no era para mi. Pero yo tambien sabia que jamas me permitirian gobernar el reino de McCulloch como lo habian hecho mi padre y mi abuelo antes que yo. Observe nuestras tierras por el gran ventanal de mi padre; los tonos ocres se esparcian entre los arboles y las montanas lejanas, anunciando que el otono que habia llegado. Incluso el cielo matinal tenia tonos anaranjados. Justo debajo nuestro, en las cercanias del castillo, los sirvientes, herreros y artesanos estaban inmersos son sus tareas, ajenos a las intrigas que preocupaban a mi padre y a mi. Intrigas que rodeaban a mi hermano bastardo. --?Necesitas algo mas de mi, Padre? --pregunte, volviendo a la realidad. --No...--mi padre sonrio, acostumbrado a mis ensonaciones diurnas--. Pero no pierdas mucho tiempo cabalgando hoy, ni jugando con espadas o libros. Me han informado que has faltado a tus ultimas clases de costura. --La costura es aburrida --Asenti de nuevo antes de retirarme. Baje por las escaleras de piedra y cruce el patio principal. Era una manana demasiado hermosa para preocuparme por mi hermanastro, y ordene que prepararan mi caballo para un paseo. Pronto el otono daria lugar al invierno y seria imposible disfrutar un libro en la soledad del bosque. Actividad que disfrutaba mucho mas que las clases destinadas para senoritas como yo. Mientras esperaba en la caballeriza con mi libro bajo el brazo, Rob Dalry se aproximo a mi, silencioso como un depredador. --?Salimos de paseo de nuevo, princesita? --me hizo una reverencia exagerada y burlona. Siempre hacia eso, ponerme en ridiculo, era obvio que lo disfrutaba. Cuando levanto la cabeza de nuevo, sus cabellos rojos cayeron sobre su rostro, desordenados como de costumbre. Bajo esos rizos yacian su sonrisa lobuna y sus ojos verdes. Tan verdes como los mios, y a la vez, tan diferentes. --Supongo que la realeza hace lo que quiere. --Voy a dar un paseo y disfrutar de un libro --respondi, de manera seca. La verdad era que Rob Dalry me intimidaba; su presencia hacia que una extrana cosquilla irradiara desde mi pecho hacia el resto de mi cuerpo. --Tu y tus libros...--refunfuno. --Si, ya se lo que vas a decirme --puse mis ojos en blanco y repeti la misma pregunta que tanto nobles como criadas me repitieron desde que tenia memoria--, ?por que pierdes tanto tiempo leyendo si eres mujer? --No iba a decir eso --me sorprendio Rob-- Iba a decirte que hay toda una vida fuera de esas paginas, ?lo sabes? Deberias vivirla. Y dio un pequeno paso hacia mi. De nuevo, pude apreciar sus ojos verdes observandome, y el calor en mi pecho bajo inmediatamente hacia mis muslos mientras Rob me sonria. Tenia un par de anos menos que yo, pero mucho mas alto y fuerte. Si yo hubiese tenido la mitad de la malicia que Rob, hubiese hecho hincapie en que el jamas disfrutaria de un buen libro pues los bastardos no saben leer. En su lugar, dije: --Pues... ?Que haces tu aqui? !Deberias estar en la leccion de esgrima! --note como mi voz temblo un poco. Gire mi rostro a ver cuando llegaba el mozo de escuadra con mi caballo. Parecia tardar una eternidad. Las rodillas me temblaban en la presencia de mi hermanastro. --No necesito lecciones de esgrima....soy diez veces mejor con la espada que cualquiera de este clan --Rob me respondio entre dientes --Si la gente valorase mas el talento que los apellidos, el juego seria otro....Muchos Lord serian mis escuderos. --!Que creido eres! --Lance una carcajada, y al oirla, Rob dibujo una media sonrisita que me tomo por sorpresa. --Soy mejor que tu con la espada --me dijo, confiado. Volvi a mirar a Rob, lanzandole una maldicion por lo bajo que a el le parecio graciosa. Era cierto que era mejor espadachin que yo; de hecho, era el mejor que habia visto. No poseia mi tecnica elegante, pero poseia la fuerza y la agresividad tipica del bastardo. Supongo que era consecuencia de una crianza mucho mas pobre y violenta que la mia; en el pueblito de Dalry tenias que ser fuerte para sobrevivir. Los rumores decian que Rob habia asesinado a su primer hombre a los nueve anos, cuando este intento robarle lo que habia ganado mendigando en el dia. Ahora mi hermanastro estaba frente a mi, usando las mismas ropas que yo, con el kilt de mi familia colgando de su espalda y sujetado con un broche de plata. Pero con una simple mirada a sus cabellos rojos y salvajes, o su mueca cruel, era obvio que el no pertenecia alli, que era un bastardo. Yo deberia ser la unica persona que lo veia como un igual, como a un hermano. Ironicamente, yo tambien era la persona que recibia mas rechazo de su parte. El mozo de escuadra llego con mi caballo favorito; una yegua joven de color negro como la noche. Tome sus riendas y acaricie su hocico. --Rob... ?no quieres dar un paseo conmigo? --le pregunte, vacilante. No se que diablos se me habia metido para hacerle tal invitacion. Rob no amaba los caballos como yo, de hecho, ni siquiera le gustaban las personas. Era mas afin con los perros. --Hace meses que llegaste aqui y todavia somos como dos extranos. Los segundos que espere su respuesta me falto el aire. No se que impulso mi invitacion, pero de pronto me parecio injusto que este muchacho, tal vez un tanto bocon e insoportable, pero un muchacho al fin, recibiera tanto desprecio por algo de lo cual no era culpable. No tenia la culpa de lo que habia ocurrido antes de nacer, ni merecia el desprecio de mi madre ni el mio. Sin embargo, lo que Rob leyo de mi propuesta fue lastima. --No tengo nada que hablar contigo --Rob refunfuno. Era obvio que el no tenia tantas ganas de tener una hermana como yo. --Disfruta el paseo, princesita. Y me ofrecio otra de sus sonrisas desconcertantes. Una sonrisa que me acompano durante todo mi viaje, y que me hizo imposible concentrarme en mi lectura. Esa manana cabalgue lejos de las proximidades del castillo, y me adentre en los bosques de McCulloch. Estas tierras tambien le pertenecian a mi padre, sin embargo, aun conservaban esa belleza salvaje de lo inexplorado. Alli me sentia lejos del mundo, rodeada por las altas copas de los arboles que cubrian la luz de sol y los sonidos de los pajaros y bestias distantes. Descendi de mi caballo al llegar a un claro, y me arroje en la hierba a disfrutar de mi libro. Pero el rostro de Rob seguia rondando en mi mente, despertando preguntas y sensaciones perturbadoras en mi. Deje caer el libro sobre mi pecho y suspire, frustrada. No iba a ser posible leer nada hoy. No con Rob Dalry en mi cabeza. Recorde el dia que el llego a nosotros; su madre natural habia muerto de fiebre y el muchacho estaba solo en el mundo. Era un secreto a voces que mi padre habia engendrado un bastardo en el pueblo de Dalry hacia casi veinte anos atras. Pero no fue hasta que Rob aparecio en nuestro castillo con sus ropas derruidas y su cuchillo en el cinturon que tuvimos la certeza. Mi madre lo odio al momento de posar sus ojos en el, poco le importaba si el chico moria de hambre. Pero mi padre decidio que Rob viviria con nosotros. Aunque le concedio el derecho de usar el nombre de nuestro clan, detras de sus espaldas todos continuaban refiriendose a el como Rob Dalry, el nombre de su pueblo natal. Yo se muy bien que no fue piedad lo que motivo a mi padre a aceptar a Rob; si no el hecho de que necesitaba un heredero varon. Mi hermanastro seria un bastardo, pero tenia ciertas caracteristicas que a mi me faltaban, como fuerza en combate, resistencia y agresion. Caracteristicas que yo como mujer tenia prohibidas, pero que eran deseadas para el heredero de una casa noble. Y lo que mas me enfurecia era que, desde nina, siempre supe que mi padre estaba decepcionado de que yo sea mujer, y trate de compensarlo siendo una excelente espadachina, rechazando las actitudes sumisas de las damas nobles, y educandose para gobernar las amadas tierra de los McCulloch con honor y justicia, Peor a el no le importo. Solo le importaba que yo era mujer, y por ello mi destino era casarme con algun Lord que yo no amase.

  • Mi vida querida de Alice Munro

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    Una hermosa coleccion de cuentos de la premio Nobel Alice Munro, donde el amor, que nos acecha desde el pasado o nos reclama desde el futuro, es el tema central.

  • Por los aires de Stephen King

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    Stephen King odia volar. Para saber por que, solo tienes que abrir este libro.

  • Mandragora de Camilo Pino

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    Realismo gotico, horror tropical, tragicomedia, texto maldito, ciencia ficcion; Mandragora es una novela imposible de clasificar, un esplendido objeto literario que sorprende y atrapa en cada pagina. M, impregnado con una misteriosa enfermedad, se pasea entre consultorios medicos clandestinos de la ciudad de Miami, mientras lucha por mantener el fragil balance entre sus oscuros apetitos, su vida familiar y su empleo en una gran trasnacional. Un enigma oculto en un video pornografico lo embarca en un viaje delirante, llamado a marcar su destino.

  • Diez de S. B. R.

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  • El calentamiento global de Daniel Ruiz

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    Federico Castilla es director de Responsabilidad Corporativa y Desarrollo Sostenible de Oilgas International, multinacional del sector petroquimico con implantacion en Europa, Africa y Oriente Medio. Una manana recibe una llamada desde Oilgas Iberica, su planta de distribucion de refino en Espana, y le comunican que se acaba de producir un accidente laboral en dicha planta; un empleado, que ha caido desde varios metros de altura mientras realizaba trabajos de reposicion de luminarias, se encuentra en estado critico. Inmediatamente, se activan todos los protocolos y Federico toma un avion para viajar hasta Pico Paloma, la poblacion donde esta la factoria. Se trata de un municipio enclavado en pleno parque natural de El Roqueo, en una zona del litoral donde convive la industria petroquimica, la actividad turistica y el paisanaje local.

  • ?Un futuro sin sindicatos? – Unai Sordo de Unai Sordo

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    ?Son la digitalizacion y la globalizacion las causas de la perdida de puestos de trabajo? Aunque algunos gurus apuntan en esta direccion, las verdaderas razones no son tecnologicas ni meramente comerciales, sino politicas, derivadas de las medidas adoptadas desde los anos ochenta para debilitar a los sindicatos. Unai Sordo da respuesta en este libro a muchos de los retos del sindicalismo en el siglo XXI: la afiliacion y la negociacion colectiva; la implicacion de los jovenes en la defensa de sus derechos; los vinculos del sindicato con el feminismo; su relacion con los partidos politicos; sus fuentes de financiacion; la amenaza, real o ficticia, que suponen la robotizacion y la digitalizacion; la influencia de los mercados globales en el futuro del trabajo… Pero el desafio de los sindicatos no se limita a recuperar la capacidad de negociacion perdida, sino a afrontar una profunda modernizacion de las relaciones laborales que democratice las empresas y establezca marcos de negociacion colectiva internacionales. Porque, como muestra el epilogo de este libro, imaginar un futuro sin sindicatos es una de las mayores distopias con las que podria encontrarse la humanidad.

  • Viaje al fin del oceano de Karina Luz

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    ?Alguna vez te has enamorado del mar? Viaje al fin del oceano es un canto a la belleza de los suenos imposibles haciendose posibles, a ese amor entre seres afines y al mismo tiempo opuestos, que encontraran el amor verdadero mientras libran infinitas batallas de supervivencia en un realidad paralela, junto a Dioses, reinas, corceles alados y criaturas monstruosas. Hulsh es una joven nomada que dejo su tragico pasado atras; quedara embelesada con la luz azul inmarcesible y esplendorosa, que terminara por transportarla a otro mundo, mas maravilloso, mas real. Alli conocera al oceano en persona, conocera la poesia y luchara por descifrar un poema misterioso que encierra la clave de su destino.

  • Fruto del escandalo de Heidi Rice

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    !El es el multimillonario al que debe resistirse... y al que esta irremediablemente unida!

  • Culpa tuya (Culpa mia 2) de Mercedes Ron

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    Mas romance, traicion y misterio en Culpa tuya, segunda parte de <>, la saga romantica protagonizada por un chico malo con un gran corazon y una chica buena con muchas agallas.

  • Demasiado Tarde (Amores Imposibles 3) de Amaya Evans

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    Bienvenido a Heaven Manor
    Una casa para senoritas, muy conocida por gente de sociedad, a la que llegan jovenes pertenecientes a las mejores familias del pais cuya reputacion ha sido danada o destruida debido a algun escandalo. Por este motivo, y gracias a la verguenza que le han hecho pasar a sus familias, son enviadas a este centro de rehabilitacion de comportamiento para que cuando esten listas salgan de alli, a hacer una vida digna de su status social.
    1868: Elsy Wakefield, es la directora del centro de rehabilitacion de comportamiento para senoritas. Un sitio que desde que se fundo ha sido su orgullo y una bendicion para muchas familias. Ella tambien tiene un pasado parecido al de muchas jovenes a las que ayuda, y jamas penso que ese pasado regresaria a ella.
    Oswald Miller es el amor de juventud de Elsy, y viene a recuperar todo lo que habia perdido hace anos por culpa de personas malintencionadas que no querian verlos juntos. Ahora tendra que luchar contra muchos obstaculos para poder derrumbar las barreras que los separan, empezando por las del corazon de la misma Elsy.

  • Toda una vida para recordar de Nuria Pradas Andreu

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    Con solo dieciseis anos, Sophie Simmons deja a su familia para ir a Los Angeles durante la Gran Depresion persiguiendo un sueno: trabajar como dibujante en Disney Studios. Pronto descubrira, sin embargo, que no es un mundo para mujeres. Y asi, entre amores y desamores, encajando los golpes que le da la vida, Sophie luchara hasta el final en medio de una epoca convulsa que marcara un antes y un despues entre los profesionales de la animacion de principios del siglo xx.
    Toda una vida para recordar es una novela con una protagonista femenina decidida, un entorno historico fascinante y una lograda mezcla de personajes de ficcion y de la vida real.

  • El lobo y la rosa (Destinos en la tormenta 1) de Zahara C. Ordonez

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    Malaga, agosto de 1845 Todo empezo con una tormenta. El cielo era una planidera llorando una muerte y los truenos eran gritos de su garganta anunciando desgracia. Aun no lo sabia, pero era la mia. La lluvia parecia clamar el fin del mundo y desde la seguridad de mi dormitorio la observaba, ajena a una realidad que pronto me encontraria y de la que no podria escapar. De pie junto al ventanal observaba los barcos alla en el puerto vapuleados por olas furiosas. Eran todo un simbolo de resistencia pues, aunque sus cascarones fueran embestidos una y otra vez, siempre se mantenian a flote. Me gustaba imaginarme tan fuerte, tan brava, tan resistente a las tempestades como ellos y fantaseaba a veces con que me subia a bordo de uno de esos fastuosos navios y lo comandaba hasta los confines de la Tierra. La culpa de tal fantasia, decia mi madre, la tenia Espronceda, y pronto me disuadia de mis ensonaciones contandome historias atroces de terribles y despiadados piratas. Ella de eso sabia mucho, pues sus antepasados levantaron su fortuna con barcos mercantes, asi que escuchaba sus relatos olvidando durante un tiempo mis pretensiones de darme a la pirateria hasta que mis ojos volvian a mirar el puerto y una sensacion de fuerza y libertad sin igual me embargaba. La voz de mi madre me saco de mis pensamientos. --Apartate de la ventana, Victoria. En su tono autoritario habia un deje tembloroso, pues temia a las tormentas mas que a la propia muerte. En aquel instante un relampago, que se me antojo que dibujaba la guadana de la Parca, cruzo el cielo y ella dio un respingo. El trueno pronto lo siguio con un bramido inmisericorde que retumbo en la estancia y que la hizo persignarse y advertirme de nuevo que me alejase de alli. Obedeci y mi madre llego al punto, corriendo los cortinajes de seda en color crema que habia estrenado unos meses atras con la llegada del verano. El fulgor de los quinques que habiamos tenido que encender desde primera hora en aquel dia gris ilumino la estancia oscura con sus tonos dorados. --?Todavia no estas vestida? --se quejo tras mirarme de arriba abajo y comprobar que seguia envuelta en mi comodo batin de organza. Mi madre fue hacia mi mesita de noche y agito la campanilla que reposaba sobre esta mientras yo fruncia el ceno, algo desconcertada. --?Vestida? ?Para que? --Hoy es el entierro de don Agustin de Herrera. Don Agustin era amigo de la familia desde que yo tenia memoria. Tanto el como mi padre eran propietarios de una ferreria y habian acabado trabando amistad mas alla del ambito comercial, pues compartian sus tribulaciones por las idas y venidas del comercio de hulla y otros asuntos del negocio. Pasaban los dias hablando de proyectos que habrian de encumbrarlos en lo mas alto de la sociedad industrial. Algunos llegaban a buen puerto y otros quedaban varados, pero nunca les falto ilusion. Don Agustin tenia familia en Bath, una ciudad inglesa, y a menudo expresaba su deseo de equiparar Espana a la isla en cuanto a avances industriales se referia, y ya hablaba de ferrocarriles y otras hazanas. Pronto se dio cuenta de que, aun habiendo dado algunos pasos hacia adelante, aqui las cosas iban a un ritmo distinto al del resto de Europa. Cuando a mi padre se lo llevaron las fiebres, Agustin se hizo todavia mas presente en nuestra familia. Ayudo a mi madre en los asuntos legales, acompano a mi hermano en sus primeros pasos en solitario al frente de la ferreria y pronto se hablo de que colmaba a mi madre de atenciones poco propias para una mera relacion de amistad. Las malas lenguas tuvieron trabajo de sobra con ellos, pues el estaba casado. Todo el mundo pensaba que su esposa, de mal caracter y peor salud, lo dejaria viudo y el se desposaria con mi madre; sin embargo, para sorpresa de todos, el pobre Agustin, de cabellos aun oscuros y rostro lozano, se fue antes que la macilenta senora de Herrera. Tras el velatorio, al que la viuda prohibio la entrada a mi madre, iban a enterrarlo en el Cementerio de San Miguel, en una tumba sobre la que algun dia se alzaria el panteon que habia ordenado construir. La muerte, asi de caprichosa, gusta de llevar la contraria llevandose a quien menos lo espera. Yo sabia lo mucho que don Agustin significaba para ella, pero si de por si acudir a un entierro era del todo inapropiado, ir al suyo transgredia todos los limites, y asi se lo hice saber. --No necesito el permiso de nadie para ir a despedir a un amigo -- respondio mi madre con gesto resuelto. --Madre… Ya sabe lo que dice la gente --insisti, recordandole las habladurias. --Ire a decirle adios a Agustin les guste o no --zanjo. --Como quiera --suspire--. Mas el tiempo tampoco acompana. Parece mentira que estemos en agosto. --Nunca llueve para siempre, Victoria. Y menos en Malaga. Si de algo sabemos aqui es de sol. Guillermina, mi doncella, a quien yo llamaba <> de forma carinosa, llego en ese instante y mi madre le dio ordenes de que preparase un vestido adecuado para las circunstancias. La muchacha, de apenas veinte anos, cabello dorado y rostro dulce, se quedo por unos segundos petrificada. Logro sobreponerse y hacer lo que le pedia. La observe mientras abria cajones y roperos y sacaba de ellos varias prendas que creyo convenientes, dejandolas estiradas sobre la cama, hasta que mi madre senalo al poco un vestido de raso negro con volantes de blonda y guarnecidos en azabache. Eligio tambien un echarpe de cachemira a rayas, un sombrero de capota a juego, cerrado con un lazo de raso violeta, y unos guantes de encaje. --Lastima que no haga dia para lucir sombrilla. La ultima que te regalo tu hermano habria sido perfecta para ese vestido --observo mi madre, que sentia pasion por los adornos--. Escogeremos un paraguas apropiado. Mina guardo el resto para despues ayudarme a vestirme. --?Que opina…? --Deje la pregunta a medias, pues me apreto con tanto brio el corse que me quede sin aliento. Era ingles, de raso, de los que todavia necesitaba ayuda para poder anudarlos por detras. Mi madre habia comprado algunos mas nuevos, con unos enganches delanteros que facilitaban la tarea de vestirlos, mas ese dia me puse aquel porque su tejido era muy fresco. --Afloja, Guillermina, que Victoria tiene la costumbre de respirar. --Perdon, senora --se disculpo, y me libero un poco de la presion. --Endiablados corses. Cada vez los hacen mas rigidos --me queje. --?Por que crees que Napoleon lo llamaba <>? --apunto mi madre. --Ni que hubiera tenido que llevar uno --le recorde. --Igual le habria ido mejor en Rusia de haber sido mujer --dijo ella--. Somos mas precavidas y siempre llevamos un chal por si refresca. --No creo que podamos llamar <> al frio de aquellos lares, madre. En medio del semblante enturbiado que lucia aquella manana, emergio una breve aunque animada sonrisa. Mina solto una disimulada risita por aquel comentario y termino de ponerme el vestido. Despues me sente en el tocador para que me peinase. --Un recogido sencillo bastara --le indico mi madre, observandome en el espejo. Me miraba con ternura y quise pensar que se sentia orgullosa de la hija que habia criado--. Es una pena que tu padre no este aqui para verte. Te habria dicho lo mucho que te pareces a mi cuando tenia tu edad: mi mismo pelo, mis mismos ojos negros… --Me gustaba mucho parecerme a ella, pues su belleza me resultaba ejemplar. La mire con carino, notando en su voz la nostalgia--. El siempre decia que terminariamos por casarte bien. Hacia tiempo que habia aprendido que la decision sobre cuando y con quien me desposaria estaba en sus manos, o en cualquier caso en las de mi hermano, y no en las mias. A ella le habia ocurrido lo mismo, a pesar de que habia quedado claro que sus sentimientos nunca habian pertenecido a mi padre y que si lo habia querido era a causa de la costumbre y no del corazon. Mi madre decia que el amor y el matrimonio eran cosas distintas, y que en contadas ocasiones confluian ambas, como si hablase de dos astros que se alinean y no de algo tan humano como los sentimientos. Por lo que de existir un enamoramiento por mi parte que no conviniese a sus prioridades, que eran su posicion social y economica, seria fuertemente reprobado. --?Y eso cuando sera? Usted se caso con dieciseis y yo ya tengo diecinueve. A su lado soy casi una solterona --dije, fingiendo un gesto amargo. --Sabes de sobra que no podria consentir que te casases con el primero que pasara a pedir tu mano. Hallar al esposo adecuado para ti lleva su tiempo. --Y supongo que vive en la luna, dado que no lo ha encontrado aun. --No digas tonterias --me regano--. Tu hermano y yo solo queremos lo mejor para ti. --Hablando de mi hermano --comence a decir con intencion de formular la pregunta que habia rondado antes por mi cabeza--, ?que opina el de que vayamos al entierro? --Rafael ha salido temprano para Sevilla a tratar asuntos de negocios. No tiene por que enterarse de nada --ordeno, dirigiendonos una mirada severa a Mina y a mi. Ella asintio de forma diligente y yo alce una ceja. --Pues tendra que sellar con cera los labios de media Malaga, porque como aparezcamos por el cementerio vamos a ir de murmuracion en murmuracion. --En ese caso ya me las sabre yo arreglar. --Se enfadara. --Victoria, puede que tu hermano, al ser hombre, sea el jefe de la familia por disposicion divina y humana, pero yo soy su madre, y sabe Dios que lo que una madre dice va a misa. Suspire, rezando porque, de darse conflicto, lo resolvieran entre ellos. Cuando Mina termino, pronto abandonamos la casa y llegamos en carruaje hasta la explanada previa al cementerio. Don Agustin era muy querido, asi que el lugar estaba abarrotado. Los carruajes se agolpaban unos junto a otros, con sus ocupantes en el interior esperando que la tormenta amainase. A resguardo de la lluvia, bajo algunos arboles cercanos, se agrupaban gentes de aspecto humilde. Supuse que serian sus trabajadores, o quiza solo curiosos que no perderian la oportunidad de asistir a un evento de tales caracteristicas. De entre la espesa lluvia, al final del paseo que conducia al cementerio, emergio un carruaje oscuro que parecio invocado de la nada. Era negro como la brea y estaba tirado por seis caballos de identico color, que en su testuz presumian de grandes plumas de igual tono. De entre las nubes grises surgio un repentino rayo de sol que ilumino el asombroso carruaje. Percibi entonces sus muchos detalles: angeles para guiar su alma, relojes de arena alados, flores de adormidera, letras griegas que simbolizaban el principio y el fin de los tiempos, asi como buhos y antorchas. Todo el estaba lleno de simbologia en referencia a la vida y la muerte. --Nunca he visto nada igual --murmure, estremecida. Era hermoso, aunque lugubre a la vez, dado su cometido. --Al parecer su viuda se opuso. No le parecia bien que a Agustin le llevasen el feretro animales en lugar de personas, como se ha hecho toda la vida --relato mi madre--. Aunque como ves ha prevalecido su voluntad, pues lo dejo todo por escrito. He oido que su sobrino lo ha hecho traer de Barcelona. --?Su sobrino? --pregunte extranada, pues desconocia de su existencia. --Julian Withmore --indico mi madre--. ?No lo recuerdas? Agustin no suele hablar mucho de el, quiero decir… solia --se corrigio--, pero estuvo en su casa por Pascua, hace unos diez anos. Tu padre vivia aun. A pesar de que intente rebuscar en mi memoria aquel recuerdo, no lo halle, asi que negue con la cabeza. --Es normal. Eras muy pequena. Fue antes de que sus padres lo mandaran a colegios de prestigio para… --se interrumpio, como si estuviera buscando las palabras concretas--, para suavizar su caracter. Estudio en Madrid, mas tuvieron que sacarlo de alli cuando tenia veintitres anos por asuntos de romances, contaba su tio. Volvio a Bath con sus padres hasta que murieron la primavera pasada --comento ella, sin dejar de atisbar el exterior. --?Los dos? --Los dos --afirmo--. Don Agustin era la unica familia que le quedaba. <>, pense. --Creo que ahora esta instalado otra vez en Madrid y he oido que va a hacerse cargo de buena parte de su fortuna, asi que tendremos que llevarnos bien con el. Las palabras de mi madre se perdieron bajo el sonido de los cascos de los seis ejemplares que tiraban del carruaje de don Agustin. Llego hasta las puertas del camposanto y, a pesar de la lluvia, bajaron el feretro entre varios hombres ataviados con elegante levita oscura y lo portaron sobre sus hombros, echando a andar solemnemente. La gente comenzo a abandonar su transporte, clavando los pies en el barro para seguirlo. Toda la burguesia malaguena se habia reunido alli para despedir a Agustin; grandes magnates del comercio, poseedores de navieras, fabricas o negocios en Ultramar. Ni uno solo faltaba, pues todos lo consideraban un gran amigo. La tormenta, que parecio apiadarse de nosotros, dio tregua, quedando apenas una llovizna que, aunque molesta, permitia estar al aire libre. Mi madre y yo descendimos de nuestro transporte, cuidando de no meter los pies en algun charco y resbalar; y aunque nos quedamos mas atras intentando no llamar en demasia la atencion, pronto todas las miradas se clavaron en nosotras. Al sentirme observada agache la cabeza, algo abrumada. Mi madre, sin embargo, alzo el menton y continuo caminando con paso decidido. Nadie le dijo nada, pero todos murmuraron. Y en sus ojos estaba el reproche que anidaba en sus labios. Algunos, muy pocos, los mas allegados a nuestra familia, se acercaron y nos saludaron de forma cortes, aunque parca. Por fin llegamos hasta una de las callejas del cementerio, entre las que comenzaban a perfilarse las parcelas que un dia ocuparian fastuosos panteones. La muchedumbre se agolpo frente a la que seria la tumba familiar de los Herrera y, mientras el feretro ocupaba su lugar, el sacerdote que asistia al entierro pronuncio su sermon con gran aplomo. Observe a mi madre y supe que estaba conteniendo las lagrimas, asi que la tome de la mano, buscando reconfortarla.

  • Parece mentira de Juan Del Val

    https://gigalibros.com/parece-mentira.html

    Esta es la historia de un chico de barrio que, desde la distancia de sus 46 anos, sale al encuentro del adolescente problematico, el joven perdido y el hombre en busca de destino que fue. A partir de capitulos muy cortos e intensos, que demuestran una capacidad de autoanalisis y de observacion muy poco comunes
    y un sentido del humor sobresaliente, Juan del Val nos va contando como ha sido <>, nos relata sin tapujos las veces que se ha perdido, y compartimos su alegria y su asombro cada vez que siente que ha aprendido una leccion.

  • Napalpi Atrapada en el viento de Gabriela Exilart

    https://gigalibros.com/napalpi-atrapada-en-el-viento.html

  • Una furtiva lagrima de Nelida Pinon

    https://gigalibros.com/una-furtiva-lagrima.html

    Una furtiva lagrima es el diario luminoso, intimo y singular de una de las escritoras mas importantes de la literatura latinoamericana. En este collage impresionista, formado por las reflexiones y los retazos mas lucidos de una inteligencia imparable, Nelida Pinon compone un autorretrato de su historia personal, de su familia y de sus raices.