• libro las libelulas purpura - Salva Vercher Ibanez

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    Flanagan habitaba un cuchitril en los suburbios de Madrid. Las paredes llenas de mugre, las abundantes goteras en el techo y un silencio perpetuo eran sus unicos companeros. Cuando sono el timbre, le dio un vuelco el corazon y se quedo paralizado. Temia que fuesen unos matones para reclamarle el pago de la deuda. Tuvo que sonar una segunda vez para que su cuerpo y su mente reaccionaran. Con satisfaccion hubiera comprobado a traves de la mirilla quien diablos era, pero la lente estaba rota, como casi todo en su casa. Asi que pregunto, con una voz quebrada por el exceso de whisky y tabaco. Una vocecilla similar al maullido de una gata en celo le respondio. --Buenas noches, senor Flanagan --lo saludo el casero cuando le abrio la puerta. Era evidente que estaba molesto--. Me he tomado la libertad de venir a verlo a esta hora intempestiva, ya que usted nunca esta en casa durante el dia, para recordarle que me debe tres meses de alquiler. --Espero en silencio algun tipo de reaccion por parte de su interlocutor--. Lo siento, pero ya no puedo soportar los gastos y me vere obligado a invitarlo a que haga las maletas. --Lo siento, senor Perez, pero ultimamente he tenido ciertos pagos extraordinarios. Le prometo que al finalizar la semana usted habra cobrado ya los meses pendientes. ?Quiere pasar a tomar cafe y unas galletitas? --dijo Flanagan. --Muchas gracias, pero es tarde y manana he de madrugar. Buenas noches. --El casero, contrariado, dio media vuelta y se marcho. Flanagan le devolvio las buenas noches cuando ya habia desaparecido escaleras abajo. Entro en su apartamento, saco una botella, su balsamo predilecto, y se dispuso a tomar el ultimo trago antes de acostarse. Quizas medio vaso de whisky escoces sin hielo calmara su sed y lo ayudase a conciliar el sueno. Se quito la camiseta raida y los muelles de la cama chirriaron cuando se recosto. Tamizada por la persiana, la luz del cartel luminoso de la planta baja entraba en la habitacion. Pertenecia al bar de Manuel, el segundo hogar de Flanagan, a tenor de las horas que pasaba alli. Habia sido un dia mas, sin nada extraordinario que rememorar; igual que lo fue el anterior y, casi con total seguridad, lo seria el siguiente. Penso en los anos dulces y lejanos de su vida. En la cara de ternura que le ponia su mujer cuando la sorprendia con una caja de bombones, siempre de chocolate puro, como a ella le gustaban. O en el beso conmovedor que le regalaba su hija antes de acostarse. Con estos recuerdos, exasperadamente vividos por la anoranza, se quedo dormido. No era frecuente que lo hiciera con tanta facilidad. Desde hacia muchos anos, solo conseguia adormecerse unas pocas horas. Durante la vigilia nocturna, solia dejarse llevar por pensamientos mas ambiguos, mientras lo invadian la melancolia y la frustracion. En terminos maritimos, era un naufrago, vocablo que quizas la sociedad sustituiria por otro mas peyorativo. Alguien que lo habia tenido todo en sus manos y, a la larga, habia acabado perdiendolo. Estudio en una de las mejores academias de Policia del pais, con unos resultados excelentes. Fue el que obtuvo la nota mas alta en las oposiciones, no solamente de su promocion, sino de la ultima decada. Entro en la comisaria de la Policia Nacional del distrito de Tetuan, en Madrid, y en menos de un ano se convirtio en inspector. Todo indicaba que aquel muchacho raquitico de tez palida llegaria lejos. Anos mas tarde, y despues de resolver algunos de los casos mas dificiles, su creciente adiccion al alcohol le empezo a pasar factura: acentuo su mal caracter e hizo que en el cuerpo policial se le multiplicaran los enemigos. A partir de ahi, sus errores se fueron acumulando, pero solo uno le echo a Asuntos Internos encima: acabar con la vida de un pobre inocente. Aunque Flanagan le habia advertido que levantase las manos, el joven metio una en el bolsillo, posiblemente para sacar el carne de identidad y esclarecer que el no era el peligroso delincuente que estaba buscando. Aquello hubiese quedado en un disparo en defensa propia debido a una desgraciada confusion, pero dio positivo en alcohol en el analisis que le realizaron a posteriori, y Asuntos Internos, que desde hacia mucho tenia su expediente sobre la mesa, comenzo a vigilarlo las veinticuatro horas del dia. Despues se paso a la investigacion. Era un detective de poca monta, al que le encargaban casos esporadicamente, y apenas ganaba para sobrevivir. La luz del alba se asomo por las rendijas de la persiana. Flanagan ya llevaba unas cuantas horas despierto, demasiadas. La relatividad del tiempo se hacia mas patente cuando el tedio se apoderaba de el. Aunque intentaba ocuparse en quehaceres que lo ilusionaran, la verdad es que nada le despertaba el menor interes.

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  • Tu regalo soy yo de Jenny Del

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    Llevaba tan solo un mes trabajando en aquel hotel y una cosa tenia clara; en el pasado debi ser dominicano, porque fue llegar a el y sentir que yo pertenecia a aquel lugar, desde siempre. Por razones que no me apetece reproducir, al ser demasiado dolorosas, en Espana apenas me quedaba un reducido punado de parientes, ninguno de ellos demasiado cercanos, por lo que podria decirse que carecia de raices y que, por tanto, no sabia donde "poner el huevo". Un buen dia, mi amigo Borja, que ya intuireis que con ese nombre era mas pijo que hecho de encargo, me hablo de la posibilidad de irnos a trabajar a un hotel a Republica Dominicana. Bueno, creo que ante todo no estaria mal que me presentase. Me llamo Aitor y en ese momento contaba con veinticinco anos, sin rima, por favor. Borja y yo no hacia demasiado que acabamos la carrera de Turismo y, aunque a el le iba mejor porque entro a trabajar en una empresa del sector con su padre, le apetecia cambiar de aires y salir de debajo del ala paterna. En cuanto a mi, que compatibilizaba el trabajo que me iba saliendo por aqui y por alla con mi pasion, la de ser escritor de novela romantica, la suya me parecio, en principio, una idea un tanto extravagante. No obstante, con el paso de los dias, me lo comence a plantear como una posibilidad real y vine a decirme mas o menos eso de "?quien dijo miedo?". --?Tu lo ves viable? --le pregunte, asi como una semana despues. --?Tu crees que si no lo viera me meteria en semejante movida? Ya te he dicho que mi padre tiene amistad con Cristopher, el director del hotel al que iriamos. --Se me olvidaba que siempre has sido un enchufado y que siempre lo seras, jodido. --Y a mi se me olvidaba que tu eres un cagado, Aitorcito. --Mira, guaperas de playa, a mi no me toques la moral que a dia de hoy no ha nacido quien me de miedo. --Eso esta bien, porque tambien se viene con nosotros Samuel--me anuncio. --?Samuel? No puedes estar hablando en serio, que te gusta quedarte conmigo. --Si, si, me encanta, pero aparte Samuel se viene con nosotros. --?No es una trola? Venga ya, sabes que no es mal tio pero que tiene... --Una fijacion contigo, ?y? ?Que temes? El chaval no puede evitar haberse enamorado, Aitor, reconoce que estas en racha y has atraido tambien a Samuel. --Vaya, hombre, que suerte la mia. Pero solo me ire con vosotros si me prometes que te haras cargo de el. --Claro, hombre, ?quieres que le ponga tambien un bozal? Y a ver si luego vamos a comprarle la correa, del color que el senor Aitor quiera, no sea que haya mosqueo. Asi comenzo nuestra aventura dominicana, con la Navidad a la vuelta de la esquina. Una aventura que no abordariamos los tres solos, no, porque Borja tenia un corazon muy pijo, si, pero que no le cabia en el pecho y se llevo tambien a Mercedes, una amiga nuestra, super buena gente, pero pava como ella sola y a su antitesis, Elizabeth. Elizabeth, al contrario que Mercedes, era un torbellino que se jactaba de serlo, divertida al maximo y con la que no nos faltaria diversion. Ademas, bailaba salsa que era una locura y, desde el mismo momento en el que supo que nos marchabamos, no dejo de enviarnos videos con "tutoriales" grabados por ella para que nos fueramos poniendo al dia. --Para que no os tomen por tres pavisosos y tengais la oportunidad de ligar tambien--nos solia decir en la confianza de que ella lo haria tan pronto como aterrizara. Un mes, un solo mes y nuestras previsiones se habian cumplido y mejorado. --Aitor, un coctel de esos azul y rosa como el que me pusiste anoche--me pidio Sebas, un espanol que llevaba alli un par de dias y con el que ya me habia hartado de hablar la noche anterior. --Un momento, un momento, ?azul y rosa dices? Metele algun color mas y sera un unicornio con el cuerno de colores, ?no te habras equivocado? --Que va, si me lo pusiste asi anoche, tio. --?A que hora? Porque despues de la tercera copa, todos los gatos son pardos. --Chato, ?eso fue antes o despues de que me pegaras a mi el repaso? Porque lo mismo es que despues de eso ya viste la vida en colores--Le guino el ojo Elizabeth a Sebas. --Tia, tu no vas a dejar titere con cabeza--le dije negando porque no habia un tio que estuviera bien con el que ella no acabase en el catre. --Espera, espera, ?y me lo estas diciendo tu? Porque bien que nos vendiste que antes eras un tanto timidin y tal, pero eso debio ser en otra vida, no vea si te has desmelenado. --No te voy a negar que Punta Cana me ha sentado muy bien, guapa, tienes razon--Le di una palmada en el culo porque teniamos mucha confianza y al final es lo que pasa. --Oye, estoy pensando que, dado que tu y yo hemos catado a la mitad del personal que transita por aqui, podrias pasarte esta noche por mi habitacion para intercambiar impresiones--me propuso. No era la primera vez que la quimica saltaba entre nosotros, lo que ocurre es que hasta ese momento ninguno de los dos se lo habia propuesto abiertamente al otro. --Pues no te digo yo que no, luego tratamos de hacer el cambio. --No, si aqui el unico que no echa un polvo es Samuel, que ese pobre esta gafado--Hablo de el mismo en tercera persona y vimos que estaba peluson. --Pero esta noche te mandamos a Merceditas para que te de chachara--le propuse. --?A Merceditas? Esa mosquita muerta me pone de los nervios y lo sabes. --No seas malo, que ella es muy buena gente, solo que le falta... --Un hervor, eso es lo que le falta a la pan sin sal esa, y me pone de los nervios, ?por que no te quedas tu a darme palique, Aitor? --Porque eso no es lo que tu quieres que te de y lo sabes. No me hagas hablar. --Ay, nino, si supieras lo que te estas perdiendo, yo podria llevarte a universos que ni imaginas. --Mira, Samuel, algo si que me imagino, ?por que no vas a tirarle fichas a Rafael? Yo creo que con el tendrias mas posibilidades, pero que muchas mas. Rafael era otro companero nuestro, gay, dominicano, musculado, con una parla increible y una marcha en el cuerpo de no te menees. El era animador y bailaba de locura, por lo que era habitual el pillar a Samuel mirandolo embobado. --Claro, montones de posibilidades tendre con el, ?no ves que el tio no tiene con quien ligar? Dios mio, si se lo tirarian todas las mujeres de la sala y la mayoria de los maromos tambien. --Para el carro, Samuel, que yo no me lo tiraria--le comente. --Pero eso es porque tu has llegado a esta isla con prejuicios, nino, solo por eso. --?Yo con prejuicios? Venga ya. --Pues eso, que se te debe abrir la mente ya. --Como si fuera la mente lo que tu aspiras a abrirme. Mira, te mando luego a Merceditas y no se hable mas. --?Que le pasa a Merceditas? --Llego ella de servir mesas con cara de pocos amigos. --Que esta noche duermes con los chicos--le ordeno Elizabeth. --?Y eso por que? --Porque Aitor y yo tenemos jarana. Es eso o te unes, tu eliges--Ya sabia la bocachancla de Elizabeth que con ese comentario la estaba escandalizando. --?Unirme? Sois unos guarros, es que sois todos unos guarros. La teniamos frita, a que negarlo. La pobre tenia muy poquito animo, pese a ser una chica guapisima que llamaba la atencion; pelirroja, alta, con unos ojos claros de esos que parecen dos faros... --?Que te ha pasado ahora, corazon? --resoplo Samuel, sabiendola apurada. --Aquel grupo, ?lo ves? Pues que los tios esos se han pensado que todo el monte es oregano y uno de ellos me ha dado un pellizco en el culo. --?Y? Aitor acaba de darme una palmada en el mio y yo estoy encantada. --Elizabeth, no compares--le dije porque tenia cosas de bombero retirado. --?Y eso por que? A mi me has puesto to perra, te lo advierto desde ya. --Pues a mi me han puesto de un humor de perros, que es parecido, pero no igual. Yo voy a decir que me metan en oficinas y ya, paso de estar aqui con todos estos, que van mas salidos que el pico de una plancha. Ay, ya me esta dando el mareo... --Nina, ni se te ocurra darnos un susto, ?eh? Mercedes tenia esa peculiaridad, que cuando estaba demasiado agobiada, no podia respirar y terminaba en el suelo. --!Ayuda! --pedi y en esas que llegaba Borja. --Merceditas, ?otra vez llamando la atencion? Mira que me vas a obligar a hacerte el boca y boca y lo mismo lo graba alguien y se hace viral. --?Que dices? Quita, quita, que ya estoy mejor. --Oye, tio, tu si que la entiendes--le dije a Borja. --Es que, ahi donde la ves, la tengo en el bote. --?Si? Pero si no me habia dado cuenta, mira es que yo creo que veo a Merceditas como un ser asexual, como los angeles, vaya. --Chaval, todavia te falta recorrido, la tengo comiendo en la palma de mi mano, pero la estoy dejando a su aire porque a mi me gusta otra. --Joder, pues ni cuenta me habia dado, claro que con el ritmo que llevamos tampoco es para percatarse de nada. --Sobre todo tu, que no paras de triunfar. Esta noche, ?cual? --Esta noche Elizabeth, se me acaba de poner a tiro. --Venga ya, pero si yo lo he intentado un par de veces y no me ha seguido el rollo. --Pues a mi me ha bastado con darle una palmadita en el trasero, guaperas, lo mismo tus metodos no son tan efectivos como tu crees. --Ay, yo moriria por darle una palmada en el trasero a Rafael--suspiro Samuel mientras lo veia bailar. --Pues olvidate, que me han dicho que esta liado con Cristopher--le comento Merceditas. --?Que dices, nina? A ti te dan los mareos esos y ya estas inventando, ?como va a ser eso? --?Y por que no? Cristopher esta que cruje--intervino Elizabeth. --A lo mejor prefieres irte con el--le sugeri. --Aitor, no te pongas celoso que seria ya lo que me faltase por ver, hay que reconocer que el tio esta buenisimo. --Si, tiene cuarenta y cinco tacos, pero a mi me parece un galan de esos del tipo de George Clooney--suspiro Merceditas. --Un viejo, es un viejo, ?como va a estar con Rafael? --Samuel no daba credito, estaba indignado. --!Que no es ningun viejo! --le aclararon las dos chicas a la vez, porque Cristopher seguia teniendo una planta impresionante. --Que me dejeis, que me estais agobiando, eso te lo has inventado tu para hacerme sufrir, mosquita muerta--le solto a Merceditas. --?Como me has llamado? Mira, tu, no te vayas a creer que no se defenderme porque todavia te canto las cuarenta y de lo que te entra te... --Perdona, si es que tienes razon, el problema es que no me entra nada--Se echo las manos a la cabeza y yo tambien. --Mira que emprenderla con Merceditas, tio, ya te vale... --Si es que la abstinencia es muy mala, Aitor. Tu no lo sabes porque estas que te sales, pero que te digo que, de esta, palmo. --Ya sera menos, Samuel, ya sera menos. --?Y tu no podrias hacerme un favor, aunque fuera solo uno chiquitito? Una cosita rapida, lo que viene siendo de toda la vida de Dios, un alivio... --Samuel, estoy intentando tener paciencia, pero no se cuanto me durara. Mira, aqui viene Borja, pideselo a el. --?Que me tiene que pedir? --Borja era el unico de nosotros que no ponia copas porque el se encargaba de dar clases de surf durante el dia, mientras que el resto lo mismo las poniamos en cualquiera de los locales nocturnos que en el chiringuito de la piscina durante el dia. --Un favor chiquitito, que estoy muy falto. --Tio, ?me quieres dejar en paz? Buscate la vida, pues anda que no hay tios buenos aqui por metro cuadrado. Y, ademas, la costumbre es que le tires los trastos a Aitor, ?a que viene ahora esto? --Gracias por la parte que me toca, con colegas asi no me hacen falta enemigos--le dije mientras miraba a un monumento de orondas caderas que avanzaba hacia mi. Capitulo 2 Para caderas tambien las de Elizabeth. Yo ya me habia fijado en ellas muchas veces, pero no es lo mismo ver algo que tenerlo entre tus manos, como yo lo tenia en ese momento. --Que caderas, que caderas tienes... --Si es que a veces uno no se fija en lo que tiene al lado, atontado, que eres un atontado. --?Y quien te dice a ti que yo no me habia fijado? --Pues razon no te falta, pero como no te lanzabas... Aunque tambien es verdad que ni tiempo te ha dado, vas a una por noche. --Como que tu te las pasas rezando el rosario, venga ya... Estabamos desmadrados, lo cierto era que lo estabamos. Al menos nosotros dos y Borja, a quien tampoco le falaba compania. Lo de los otros dos era harina de otro costal... Terminamos de quitarnos la ropa y comenzamos a comernos la boca como si no hubiera un manana. Elizabeth era pura fogosidad y yo me habia imaginado mas de una vez que estar con ella debia ser poco menos que explosivo. --Alucinante, es que es alucinante. --Mi buen dinero que me costaron, no te vayas a creer que estas cayeron del cielo... Le miraba aquel par de buenas razones que tenia en la delantera y resoplaba. --Pues que trabajo mas bien hecho... Comence a lamerla mientras ella, completamente desnuda ya, cabalgaba sobre mi muslo, al que amenazaba con derretir. Sus jadeos no se hicieron esperar. Tan pronto yo saque a pasear mi lengua y su sexo se acoplo en ese muslo que nadie habia rozado asi hasta la fecha, jadeo incesantemente, con tal intensidad que temi que nos llamaran la atencion. --Eres una escandalosilla--Le puse mi mano en la boca y ella comenzo a mordisquearla.

  • Speer de Martin Kitchen

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  • Si te traiciona el corazon (Los hijos de la infamia 1) de Eleanor Rigby

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar por amor…?

  • El arte de amarte de Josefa Cox

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    Emilia:
    A pesar de ser hija de un hombre millonario, eres una dentista destacada de tu ciudad.
    Te gusta hacer las cosas a tu manera sin recurrir al dinero de tu padre. Lo que hace de ti una joven solidaria, atenta, con inclinaciones filantropicas y un buen sentido de la moral.
    Eso te ha llevado a dedicarte al 100% a tu trabajo, porque te gusta y te hace feliz; aunque estes descuidando otros aspectos de tu vida personal.
    Eres muy inteligente, trabajas, te esfuerzas; eres una adulta decidida que, aun con tenerlo todo, no dejas de intentar ganarte la vida por ti misma. No como tu hermana.
    No la odias, pero sientes que podria hacer mas con su vida. Como tu.
    Disfrutas de la fortuna de tu padre, pero no te desvives por ella.
    Eres una mujer interesante ?Verdad?
    Pero el tiempo es inclemente y no escatima en danos; llevandose a tu padre, dejandote con un inmenso vacio en el corazon y abriendo paso a un momento delicado de tu vida.
    ?Que haras?

  • El cofre de mar de la doctora Margaret de Waheed Rabbani

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    El Cofre de Mar de la Doctora Margaret es el Libro I dentro de la trilogia de ficcion historica dentro del marco de la lucha de la India por la libertad-Azadi- libertad del Raj. Los libros tejen un relato de intriga internacional, conflicto y amor desgarrador entre personajes apasionantes de aquella epoca.

  • Hazlo de Liah Jones

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    Alex es un joven viudo, que guarda un secreto inconfesable. Su mujer lo dejo preparado para vivir la vida de una forma especial, al desaparecer esta, una gran amiga toma el testigo y se queda con el legado de Anna, quien seguira obteniendo discipulos, incluso mas alla de su muerte. Contiene escenas sexuales explicitas y alguna de ellas podria herir la sensibilidad del lector/a.

  • Esperare de Antonio Mora Diaz

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    Maria es una joven malaguena, de clase obrera, de principios del Siglo XX. A pesar de las desgracias que durante sus primeros anos de vida castigan a su familia, ella no pierde su interes por el mundo que le rodea.
    Aunque los recursos familiares no le permiten estudiar para dedicarse a la docencia, ella encuentra un camino alternativo para conseguirlo.
    Un buen dia aparece el amor en su vida.
    Maria se enamora de Alfred Stern, un fugitivo que le corresponde. Todo parece ir perfectamente hasta que los acontecimientos historicos de su tiempo los arrastran como una bola de nieve cayendo por una pendiente.
    Esta es la historia de Maria y de Alfred, pero tambien es la historia de Josefina, de Juan, de Nuria, de Carmen, de Jose y de muchas otras personas, en su mayoria normales y corrientes, que tuvieron que ir adaptandose a un mundo duro y cambiante y en el que las guerras y los conflictos pasaron a ser parte del paisaje.

  • La dama y el misterio de Stephanie Laurens

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    Montague ha dedicado su vida a gestionar el capital de la elite londinense, pero pagando un precio muy alto por ello: no poder disfrutar de una familia propia. Hasta que aparece en su vida la encantadora Violet Matchman, buscando su ayuda. Ante el enigma que le presenta, Montague encuentra un intrigante desafio tanto profesional como personal.

  • 115 de la calle del olvido de Lola Kabuki

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    Era un dia cualquiera de Septiembre. No hacia demasiado calor, pero la humedad era insoportable. Caminar por la ciudad bajo el sol se hacia cada vez mas insoportable. Me pare frente al portal 115, aqui era. La puerta de hierro forjado en color negro parecia realmente pesada, como si no quisiera ser abierta, y apoye la espalda en ella mientras llamaba al portero automatico. Tras identificarme, me abrieron la puerta sin decir una palabra y me adentre en la oscuridad del portal. Un portal viejo, oscuro y enorme. De techos altos y espacios infinitos, con las paredes de un color indefinido, entre gris y marron. Al fondo a la derecha se veia un ascensor viejo, con una reja que hacia juego con la puerta del portal, y a su derecha las escaleras, acompanadas de una barandilla metalica tambien. Al acercarme lei una nota sujeta con dos celos, uno arriba y otro abajo, que decia con un rotulador rojo, que el ascensor estaba averiado. Averiado. Que disculparamos las molestias. Tome aire y agarre con fuerza el maletin con una mano mientras apoyaba la otra sobre el pasamanos. Me iba a tocar subir quince pisos a pie. Respire hondo. Por lo menos dentro del portal hacia fresco, aunque por alguna razon, me seguia costando respirar y me sentia incomoda con la ropa que llevaba. Los dos primeros pisos los subi relativamente rapido, martilleando el marmol del suelo con mis tacones, elegante y con la cabeza erguida, pero en el tercero me parecio que de repente los escalones eran cada vez mas altos y que me costaba mas levantar las piernas cada vez mas, asi que me pare un rato en el descansillo del cuarto piso para coger aire. Habia muchas plantas en jardineras rectangulares de loza, eran plantas trepadoras que se habian apoderado de gran parte de la reja metalica que cubria el viejo ascensor a pesar de estar secas. Secas, como si nadie se hubiera ocupado de ellas en los ultimos meses. Con la respiracion agitada y gotas de sudor helado en mi espalda me agarre a la verja metalica y mire hacia abajo por el hueco del ascensor. Solo se veia oscuridad. Me acorde de la nota: que disculparamos las molestias. Me salio una carcajada sarcastica, que de forma inesperada se vio interrumpida por un fuerte ruido de hierros que parecia provenir del ascensor. Desde la planta baja. Me asuste y en un acto reflejo, solte el maletin para agarrarme mejor a la verja, haciendome un pequeno corte en la mano. Al parecer las plantas trepadoras tenian espinas, o la verja alguna arista de metal suelta. Busque en mi bolso algun panuelo de papel, pero no encontre nada y tuve que lamer suavemente la sangre para no manchar mi ropa. El sabor de la sangre me recordo al sabor del metal, y me pregunte si la verja metalica sabria igual. Recogi el maletin del suelo y segui subiendo las escaleras, lentamente. Con la cabeza erguida y presionando la herida con la otra mano. El corte era pequeno pero parecia profundo. Me sobresalte al escuchar ladridos de un perro desde detras de una puerta en el sexto piso. Se escuchaban tan cerca… !y tan alto! El perro, que debia ser de un tamano considerable a juzgar por el tipo de ladrido, aranaba la puerta para salir, la golpeaba, grunia, y respiraba de forma agitada. Se me cayo el maletin al suelo por segunda vez, al no tenerlo bien agarrado, y esta vez se abrio, desparramando todo su contenido. Cientos de hojas con informacion sobre seguros de vida se deslizaron en forma de abanico por las escaleras, quedando a menos de un metro de la puerta que ladraba. Resignada me agache y comence a bajar escaleras mientras recogia hojas. Cuanto mas me acercaba mas nervioso y violento parecia ponerse el perro. La ultima hoja de papel estaba muy cerca de la puerta. La recogi sin vacilar y el perro dejo de ladrar, pero seguia escuchando su respiracion. Agitada e irregular. Cerre el maletin y me aleje con rapidez, lami de nuevo mi mano y comence a subir y subir escaleras. Dos descansillos despues pare a respirar un poco en el rellano, mi cita de las cinco me estaba esperando. En el piso quince, tras la puerta C, y yo estaba tardando demasiado. No era culpa mia que el ascensor no funcionara. Levante la vista malhumorada hacia el ascensor y me fije en que no habia numero en esa escalera. No sabia en que piso estaba exactamente. Al subir al siguiente piso, vi que tampoco habia numero en el descansillo y escuche con horror, unos gritos de dolor que venian del interior de una vivienda. La B. Alguien gritaba al otro lado de la puerta como si le estuvieran torturando o algo parecido. Me quede mirando la puerta y decidi seguir subiendo escaleras sin saber muy bien que hacer. Saque mi telefono movil, por si necesitaba o debia llamar a alguien, pero no habia cobertura. En el siguiente rellano me pare y deje el maletin en el suelo. Todavia se escuchaban los gritos infernales del piso de abajo, cada vez mas terribles y una voz que suplicaba ayuda. No sabia que hacer, me tape los oidos con las palmas de las manos, manchandome la cara sin querer con la sangre de la herida. Mi falda y una de mis piernas tambien tenian gotas de sangre. Genial. Volvi a mirar el movil nerviosa sin saber muy bien que hacer, cuando un fuerte sonido como de hierros pesados y oxidados me hizo dar un respingo. El ascensor subia. El ascensor estaba estropeado, pero hacia un sonido como si estuviera en funcionamiento. Como si estuviera moviendose y subiendo hacia mi. Como si se estuviera quejando. Me volvi hacia la verja de hierro que lo cubria y mire hacia abajo. No se veia nada, estaba todo demasiado oscuro. Lo que si vi al levantar la vista, me dejo casi sin respiracion: en ese rellano tampoco habia ningun numero. El ascensor subia y yo no sabia en que piso estaba. Sin pararme a pensar, recogi el maletin con mi mano herida y con los gritos de horror del piso de bajo golpeandome en la conciencia, y subi rapidamente las escaleras. Tampoco habia numero en el siguiente piso, pero ya no me sorprendio y apoye la espalda en la pared para descansar un poco, cuando me di cuenta de que una de las puertas del rellano estaba entreabierta. Durante medio segundo me dio por pensar que a lo mejor era mi cita de las cinco. Aunque no podia ser… No sabia en que piso estaba pero no podia estar ya en el piso quince, no podia haber subido tan rapido, ?o si? El ascensor dejo de hacer ruido y se paro en el piso de abajo, o eso me parecio. Me aferre al maletin con mi mano ensangrentada, como si este fuera un escudo, mientras la puerta hasta ahora entreabierta, se abria poco a poco. En su interior, oscuridad y un largo pasillo del que no se veia el final. No se veia nada, pero me parecio escuchar unos debiles golpecitos en la pared, que se repetian, como secuencias de codigo morse. A lo mejor alguien trataba de establecer comunicacion de esa manera. Por golpes. Recorde los gritos y golpes tras la puerta de pisos mas abajo y se me acelero el pulso. Note mi respiracion agitada y sudor frio sobre mi espalda. Me sente en las escaleras a sopesar mentalmente mi inesperada situacion, y me angustie un poco mas, al pensar que ese dia tenia que haber sido un dia de trabajo como otro cualquiera. Un dia en el que tenia una cita concertada a las cinco, para contratar un seguro de vida…y punto. Estaba envuelta en una situacion que yo no habia buscado, y no sabia como salir de ella. Ensangrentada y sentada en las escaleras de quien sabe que piso, de un portal donde un ascensor que no funcionaba se movia, y donde los vecinos eran un poco… ?siniestros?, y de repente todo era muy… extrano. Y encima no tenia cobertura. Subi al siguiente piso en un intento por alejarme de todo. Piso 22. Deje caer mi maletin al suelo y esta vez ya no me moleste en recogerlo. Era imposible. En este edificio solo habia diecisiete pisos. No estaba totalmente segura al 100%, pero casi. Los numeros de la escalera debian estar equivocados. O tal vez se trataba de una broma. Decidi que tenia que salir de alli. Como fuera, porque la situacion me estaba superando poco a poco. Escuche ruidos de pasos en algun piso inferior y toses secas, y sin pensarlo subi un piso mas, sabiendo que cuanto mas subia, mas me alejaba de la salida. Me acelere y sin saber muy bien como, se me enredaron los pies y tuve que poner las manos para no caerme, dejando una huella perfecta de una mano abierta en color rojo en el suelo.

  • La serpiente de Essex de Sarah Perry

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    Senalada como libro del ano por la cadena de librerias Waterstones y numero uno en la lista de libros mas vendidos del Sunday Times, La serpiente de Essex tambien fue finalista del Costa Award 2016 y seleccionada para los premios Wellcome Book y el Baileys 2017.

  • Heroes y villanos, espanoles olvidados por la historia de Javier Garcia Blanco

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    En no pocas ocasiones, la Historia -confabulada con aquellos que la escriben y con los caprichos del destino- es injusta y desagradecida. Solo asi se explica que, sin importar la epoca, civilizacion o lugar del globo al que miremos, encontremos siempre un buen punado de personajes a quienes el azar, los historiadores o el vencedor de turno -ya saben aquello de que "la Historia la escriben los vencedores..."- han decidido relegar a las mas reconditas y escondidas "notas al pie" de los libros en los que se glosan victorias, descubrimientos, conquistas y otras grandes hazanas. Y eso con suerte, pues muchas veces se pierden para siempre en el olvido y el silencio de los siglos. Son ya unos cuantos anos los que un servidor lleva escribiendo acerca de temas historicos y, sin importar la cuestion sobre la que me este documentando en cada momento, casi siempre me sucede algo similar. A veces es una mencion vaga en una cronica, otras una pequena pista descubierta por azar, ya sea en un libro o en un documento historico, incluso en un antiguo periodico digitalizado y disponible a traves de Internet. Pero siempre, de una u otra forma, surge un personaje hasta entonces desconocido cuya historia es capaz de atraer nuestra atencion por dos razones: en primer lugar por haber protagonizado algun hecho destacado, merecedor de ocupar un espacio de honor en los libros de Historia; la segunda, precisamente por todo lo contrario, haber sido ignorado casi por completo pese a sus sobrados y destacados meritos como guerrero, estratega, explorador o aventurero. He de confesar que siento una especial debilidad por estos heroes -o villanos- "olvidados", autenticos "grandes secundarios" o actores de reparto de la Historia. Sobre todo si se da la circunstancia de que son espanoles o sus aventuras estuvieron vinculadas de forma especial con Espana. De ahi que, con el paso de los anos, haya ido dando forma a una singular "coleccion" personal compuesta por una nutrida y variada galeria de personajes. Todos ellos con ese denominador comun de ser poco conocidos por el publico y, en algunos casos, incluso por los propios historiadores. Y este ha sido, precisamente, el criterio seguido a la hora de elaborar la seleccion de personajes historicos que dan forma al libro que tiene entre sus manos. He procurado que los protagonistas aqui reflejados cubrieran buena parte de los periodos historicos y, asi, encontramos narrados sucesos que abarcan desde los primeros siglos de nuestra era hasta el reciente siglo XX. En un primer momento habia decidido dar forma al libro presentando una sucesion de historias que intercalaran, de forma mas o menos equilibrada, las peripecias y aventuras de hombres y mujeres "olvidados" por la Historia. Sin embargo, finalmente decidi -excepcion hecha de la historia de la monja Egeria y del capitulo dedicado a Lucrecia de Leon, en ambos casos por razones de similitud tematica con otros personajes-, "excluir" a las damas y reservar, para ellas solas, un futuro trabajo. Ciertamente, material no falta, y sin duda el interes de los episodios protagonizados por estas espanolas de distintas epocas igualan, cuando no superan en muchas ocasiones, al de sus "colegas" masculinos. En cuanto a lo "tematico", he procurado tambien hacer una seleccion lo mas variada posible, presentando a personajes que destacaron en distintos ambitos, ya fueran exploradores, guerreros, pioneros de la arqueologia, cientificos, espias o incluso asesinos de grandes figuras de la Historia. Estoy seguro de que el lector encontrara aqui personajes que ya conocia, pues alguno de ellos ha servido de inspiracion para la realizacion de peliculas, novelas o comics. Sin embargo, incluso en esos casos, dichos heroes o villanos son escasamente conocidos por el gran publico. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el sanguinario Lope de Aguirre cuyas atrocidades, cometidas mientras perseguia las legendarias riquezas de El Dorado, han sido objeto de recreacion en dos peliculas - una dirigida por nuestro Carlos Saura, y otra por el aleman Werner Herzog-, novelas como la de Ramon J. Sender y un par de comics. Y a pesar de semejante "cobertura", Aguirre sigue siendo uno de esos grandes desconocidos. En otros casos, los protagonistas de algunos capitulos si han recibido una Mas sonrojante resulta que algunos de estos personajes -nacidos en la "piel de toro" aunque pasaran a la Historia por protagonizar sucesos ocurridos a miles de kilometros de su hogar-, sean mas conocidos en otros paises que en el nuestro, cuando muchas veces sus hazanas deberian llenarnos de orgullo y ocupar no pocas paginas en los libros de texto. Ese el caso, por ejemplo, de algunos exploradores y aventureros como los Anza, originarios de Hernani, cuyas peripecias se conocen al dedillo los estudiantes de secundaria en toda California, Nuevo Mexico y Arizona, y cuyos nombres y apellidos han bautizado no pocas calles, plazas u hospitales de distintas localidades estadounidenses. Cuentan, incluso, con un Parque Natural que lleva su nombre, y que coincide con la ruta que abrieron, atravesando el desierto mientras se enfrentaban a temibles apaches y comanches, desde el norte de Mexico hasta la region de la Alta California. Algo similar sucede con el conquistador Pedro Menendez de Aviles quien, a pesar de haber derrotado con valor y con inteligencia a media flota corsaria francesa del siglo XVI, y haber fundado la primera ciudad de los Estados Unidos de America -todavia hoy en pie, con un fuerte espanol y repleta de calles con nombres de ciudades peninsulares-, es apenas conocido en Espana, a excepcion de su ciudad natal, donde por suerte se recuerdan sus numerosos meritos. En los dos casos anteriores, basta con echar un vistazo a la bibliografia para descubrir con desanimo que la mayor parte de los textos dedicados a uno y otros personajes estan escritos en la lengua de Shakespeare, cuando deberia ser abrumadora la mayoria de los escritos en la de Cervantes. En otras ocasiones, la falta de documentacion es casi total, y solo la suerte o el azar nos permiten descubrir a quien, oculto bajo un nombre nuevo, esconde una figura tan fascinante como la del navarro Pedro Casenave, quien llego a ser alcalde de Georgetown -nucleo de la actual capital estadounidense-, amigo de George Washington y, ojo al dato, la persona que coloco la primera piedra de la Casa Blanca pues, no en vano, era el Gran Maestre mason que dirigio la ceremonia. Todas las historias que protagonizaron los hombres y mujeres que encontrara a continuacion consiguieron emocionarme cuando descubri por primera vez sus conquistas, descubrimientos, aventuras o incluso sus errores. Espero que al pasar pagina, disfrute usted tanto como hice yo al documentarme y al escribir sobre ellos... Zaragoza, a 22 de mayo de 2012 CAPITULO 1 En busca de las huellas de Dios Durante siglos, miles de personas de toda Europa dejaron atras sus lugares de origen con la intencion de iniciar un viaje hacia lo desconocido. Un periplo hasta los santos lugares de sus respectivas confesiones religiosas que, en algunos casos, dejaron recogidos en sus escritos. No fueron pocos los habitantes de la Peninsula Iberica que, ya desde tiempos remotos, se aventuraron en tan arriesgada travesia para conocer los lugares mas piadosos citados en los distintos textos sagrados. Tierra Santa en general y Jerusalen en particular han atraido desde hace siglos la atencion de miles de personas en todo el mundo. Siglos antes de que la peregrinacion hasta Santiago de Compostela cobrara fuerza y protagonismo, peregrinos de distintas nacionalidades, origenes y credos religiosos ya habian iniciado el viaje hasta los santos lugares del Proximo Oriente. En el caso de los viajeros cristianos, el suceso que marco la "explosion" de las peregrinaciones fue el descubrimiento de la supuesta tumba de Cristo (el lugar hoy conocido como Santo Sepulcro) a comienzos del siglo IV, por parte de Santa Helena, madre del emperador Constantino. A este suceso habria que anadir los escritos dejados por San Jeronimo -autor de la traduccion al latin de la Biblia hebrea y griega-, quien seguramente influyo en el afan viajero de muchos devotos con sus textos relativos a los santos lugares. Junto a los textos del santo, que vivio en Palestina entre finales del siglo IV y comienzos del V, se encuentran otros de vital importancia y que fueron escritos por algunos de los primeros peregrinos. Gracias a estos textos, aquellos que se aventuraban por los peligrosos caminos poseian una especie de guia repleta de consejos y descripciones para viajar hasta Tierra Santa. De este modo los arriesgados viajeros tenian en sus manos una ayuda con la que realizar una visita completa a los santos lugares y poder revivir asi los acontecimientos de la vida de Cristo narrados en los Evangelios. Este es el caso de los textos redactados por el anonimo Peregrino de Burdeos [1] y la monja Egeria, que serian usados durante mucho tiempo por los peregrinos siguientes. Y esta aventurera religiosa es, precisamente, la primera de las protagonistas de este libro. Egeria, la monja que desafio a su tiempo Son pocos los datos que poseemos de esta audaz y valiente monja nacida, muy probablemente, en la Peninsula Iberica. Al parecer, Egeria era la superiora de un convento o eremitorio gallego, que en el siglo IV de nuestra era tomo la decision de viajar hasta los santos lugares para visitar en persona los paisajes descritos en el Antiguo y el Nuevo Testamento y describir despues a sus hermanas todo lo que veia a traves de una serie de cartas abiertas que forman su diario. Aunque se desconoce el lugar exacto desde el que comenzo su viaje, parece claro que este se encontraba en Galicia [2] . La narracion de su diario comienza en diciembre del ano 383 y finaliza en junio del 384. Por tanto, en tan solo seis meses recorrio miles de kilometros, unas veces a pie, otras montada a caballo e incluso a lomos de un camello. Su diario de peregrinacion, Itinerarios, permanecio perdido durante mas de quince siglos, hasta que fue encontrado en la ciudad italiana de Arezzo a finales del siglo XIX. Segun se ha podido comprobar, este diario de viaje esta incompleto, ya que faltan las primeras paginas del mismo. Ademas, su autora solo recoge el segundo de los viajes de peregrinacion que realizo a Tierra Santa, ya que segun relata ella misma en el diario, hizo un primer viaje a Jerusalen del que desconocemos todos los detalles. Posiblemente la monja fue contemporanea del hereje Prisciliano y es probable que conociera sus doctrinas, ya que existen varios pasajes en sus escritos que coinciden en su concepcion religiosa con la de este singular personaje de la epoca. Durante su peregrinacion, la religiosa visito templos, eremitorios y los mas variados escenarios biblicos. En cuanto se encontraba en los lugares descritos por las escrituras, la monja gallega se detenia para leer y meditar los pasajes correspondientes a ese lugar. A lo largo de su peregrinaje, Egeria fue encontrandose con las pretendidas reliquias relacionadas con distintos pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento, y asi lo anota puntillosamente en su diario de viaje. Asi, la monja vio conmovida su alma al contemplar la piedra sobre la que Moises quebro las primeras Tablas de la Ley, el horno donde los israelitas fundieron el becerro de oro o la zarza ardiente a traves de la que Dios se manifesto, y que segun la monja aun seguia viva y continuaba echando brotes. En Jerusalen, por ejemplo, Egeria pudo visitar la columna en la que supuestamente habian azotado a Jesus y que <>.

  • Esperanza de Candis Benitez

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    En ocasiones, las personas tomamos las peores decisiones en nuestras vidas, las cuales muchas veces pueden ser irremediables, en caso de no enmendarnos a tiempo.
    William Carrington lo sabe bien, pues en su juventud -buscando escapar de las presiones familiares y ser libre-, eligio la puerta equivocada. Vivio una epoca de desenfreno total, y estuvo al borde de perderlo todo, incluso lo mas preciado que posee cada ser humano, dandose cuenta con ello de su manera errada de proceder, antes de caer en un abismo sin retorno.

  • La luz tras la ventana de Lucinda Riley

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  • !Hasta luego cocodrilo! , Soledad Mora de Soledad Mora

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  • Un highlander a la altura (Viaje por las Highlands 2) de Sonia Lopez Souto

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    Aileen se siente atrapada en un mundo donde las mujeres deben permanecer en casa mientras los hombres se juegan la vida en el campo de batalla. Su amor por las armas y su falta de interes en las labores del hogar hacen de su vida un desastre. Las continuas peleas con su padre parecen no afectarle ya, pero cuando descubre los planes que este tiene para ella, huye de su hogar segura de que asi podra ser libre al fin.Tres anos tardara en comprender que su familia es muy importante para ella. Pero cuando esta dispuesta a regresar, una ultima mision podria cambiar su futuro para siempre.

  • La mordida del guerrero de Maria Jose Tirado

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    Una mortal conquisto su corazon,
    Una vampira llego para arrasarlo.

  • Sin llegar nunca a la cumbre de Paolo Cognetti

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    El nuevo libro del autor de Las ocho montanas.

  • 14 razones para pasar de ti (Mujeres unicas 2) de Begona Gambin

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  • En la piel del lobo de Sonia A. Kirchen

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    De nina, cuando todas sonaban con ser princesas, a mi me encantaba el disfraz de Caperucita, y cubierta con su capucha roja me creia idonea para desafiar al lobo.
    Sin embargo, ese inconformismo se apagaria, cuando con dieciocho anos y exceso de ego. mi madre fallecio.
    Aquel dia nefasto, sentada en las escaleras de emergencia del hospital, conoci a Evelyn, quien tras a dar a luz a mellizos abordaba la maternidad sola.

  • Mar de fuego de Natalie C. Parker

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    Cuando su familia es asesinada por el tirano Aric Athair y su sanguinario ejercito de Balas, Caledonia Styx decide trazar su propio rumbo en los mares y capitanear el Mors Navis con un grupo de chicas que tambien ha perdido a sus familias. Tienen una mision: sobrevivir y derribar la flota armada y acorazada de su peor enemigo.
    Pero cuando la mejor amiga de Caledonia se salva de un ataque con la ayuda de un Bala desertor, Caledonia se cuestiona si debe permitirle formar parte de su tripulacion. Quiza el sea la clave para derrotar a Aric de una vez por todas.
    ?O SU PRESENCIA PONDRA EN PELIGRO TODO POR LO QUE TANTO HAN LUCHADO?

  • Una noche y nada mas, Whitney G de Whitney G

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  • Cazados de Meagan Spooner

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    Bella conoce el bosque de la Bestia como nadie. A pesar de haberse criado lejos de la cabana de su padre, con la elite aristocratica de la ciudad, Bella sabe que el bosque guarda muchos secretos, y que su padre es el unico que ha estado cerca de descubrirlos. Asi que cuando este pierde su fortuna, y Bella y sus hermanas se mudan a las afueras del pueblo, ella se alegra. Alli no tiene la presion de quedar bien con los nobles, ni de casarse con un hombre rico. Sin embargo, cuando su padre desaparece en el bosque, Bella toma la determinacion de encontrar a la criatura con la que el estaba obsesionado y se adentra en el territorio de la Bestia: un valle maldito, un castillo en ruinas y un mundo de criaturas que solo perviven en los cuentos de hadas. Un universo que le puede traer tanto la ruina como la salvacion. ?Quien sobrevivira: la Bella o la Bestia?

  • Nunca te olvide de Mar Fernandez Martinez

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    Linette Montgomery descansaba despues del almuerzo comodamente sentada en el columpio del porche. Observaba con deleite a su familia, la unica que le quedaba tras la muerte de su marido. Durante los treinta anos que estuvieron casados fueron una pareja feliz como ninguna, pero una mala enfermedad se lo llevo de su lado. Ahora solo le quedaba su hijo, Jacob, que cada domingo como un reloj, la visitaba para comer en familia. Para su desgracia su Jacob se habia casado con la mas insufrible de las mujeres de la zona. Ambas eran muy distintas, ya que Mery era recta en sus costumbres, seca y poco considerada. Para colmo era una de las mayores cotillas del pueblo, como habia sido su difunta madre. A pesar de todo, Linette nunca dijo nada a su hijo porque el era libre de enamorarse de quien le placiera. Pero sus nietos eran algo bien diferente, ya que, gracias al cielo, no se parecian demasiado a su madre. En ese momento se sento a su lado la mas pequena de los tres, su dulce Jane, de diez anos y cuyos ojos azules iluminaban su cara al sonreir contagiando su alegria e inocencia. --Jane, ?te gusto la tarta de chocolate que te prepare? --Si, gracias abuelita Linette, sabes que me encanta. --?Donde esta tu hermano Derek? --Creo que esta en el viejo establo. --!Ese demonio de chico! Le he dicho mil veces que no vaya alli, esta a punto de derrumbarse... --Le gusta ir con su amigo Daniel Sullivan. --Supongo que es normal que los muchachos quieran tener su propio espacio, pero no deja de ser peligroso que anden por ahi. Hablare con el. --No te enfades abuela. Es normal --hizo un gesto con su pequena mano como si fuera mayor. Su abuela sonrio. --?Por que? --Seguro que hablan de cosas de chicos --le explico Jane muy seria --. Cuando mama esta hablando con la de Tory, que es mi mejor amiga, nos dicen que nos vayamos a jugar porque estan hablando de cosas de chicas. --Lo que hacen es chismorrear --dijo Linette entre dientes para que la pequena no la escuchara. --?Es malo hablar de cosas de chicas? --pregunto sin comprender el ceno fruncido de Linette. --No mi cielo --contesto plantando un beso en la coronilla de la pequena mientras la abrazaba con carino--. No me hagas caso Jane. La abuela, que ya esta mayor. --!Mira abuela! --exclamo senalando con un dedo el camino--. Viene la senora Rider. --su abuela la vio a lo lejos y se levanto. --Carino, sera mejor que vayas a jugar con tu hermana, tengo que hablar con Rose. Cuando se encontro con la mujer en el umbral del porche le dio un emotivo abrazo. Linette la apreciaba mucho, era la hija de su mejor amiga Greta que habia fallecido un par de anos antes. Rose la preocupaba mucho ultimamente. Era evidente que ese cerdo de Lee Rider le hacia la vida insoportable. Se caso demasiado joven con ese bueno para nada, cuando se quedo embarazada, y de eso hacia ya dieciseis anos. Al observar su rostro se percato de que tenia el ojo morado y algun que otro aranazo en su suave piel. Aquel hijo de mala madre la habia vuelto a pegar ?Por que no le denunciaba de una vez por todas??Por que no se divorciaba? Suspiro levemente ya que conocia la respuesta aun sin preguntar. Le amaba y nada podria hacerla cambiar de opinion a pesar de hacerse dano a si misma y a sus hijos. No era consciente de su error. --Sera mejor que entremos para hablar. --No, Linette, gracias. Tienes visita y no quiero molestar. --No te preocupes. --La puerta ya estaba abierta y la insto a entrar al salon. --Linette, de verdad que no quiero molestar. --Miro por la ventana deseando no encontrarse con nadie. --Jacob esta echandose una siesta y mi nuera esta leyendo en el jardin de la parte trasera. ?Que pasa? --Yo... --balbuceo algo avergonzada--. Solo venia a agradecerte que me encontraras el empleo en el restaurante de Ben. Pero creo que sera mejor que lo deje. --?Por que? --pregunto la anciana conociendo ya la respuesta de antemano. Lo veia en ese ojo morado. --Tengo que cuidar de los ninos. Ademas... --dudo antes de confesar--. Estoy embarazada, debo tener cuidado. --Rose, !Dios santo! --exclamo alarmada. Era el colmo, ese cabeza hueca la habia vuelto a liar como si la pobre Rose no tuviera ya bastante . Asi nunca lograria huir de aquel hombre. La tristeza en su rostro la desarmo--. No pasa nada cielo. Sabes que puedes contar conmigo, ?verdad? --Gracias. Si no fuera por tu apoyo estaria completamente sola. Desde que murio mi madre solo te tengo a ti. --su voz sonaba entrecortada y no pudo evitar abrazarse a la anciana en busca de consuelo. Cuando se separaron, Linette se acerco hasta el perchero en el que estaba colgado su bolso y saco su cartera. --Toma --dijo mientras ponia unos billetes en la palma de su mano. Rose fue a rehusar el gesto, pero Linette no se lo permitio--. No lo rechaces, mi nina. Sabes que eres como una hija para mi y puedes contar conmigo siempre. Esos ninos necesitan comer. --Linette. Mi vida se me esta yendo de las manos y no se que hacer. A mi Jack no se que le pasa ultimamente, pero no hace otra cosa que meterse en lios. Sus estudios cada vez van peor y lo ultimo fue... --Que ha discutido con su padre por ti. --Si. Fue cuando Lee y yo discutiamos por lo del trabajo, Jack se quiso meter en medio y le levanto la mano a mi pequeno... --Y tu se lo impediste. --?Que puedo hacer? --pregunto herida. --Lo coherente seria que te separaras de ese tipo. Rose fue a protestar, pero Linette la acallo con un gesto--. Ya se que no lo vas a hacer. Habla con el chico y dile que si quiere ser un hombre de verdad no cometa los mismos errores que su padre. Creo que es listo y lo entendera a la primera. --Espero que tengas razon. --Es un buen muchacho. Me recuerda mucho a tu padre y no a ese mulo que tienes por marido. --No seas mala. --Miro su reloj de pulsera con nerviosismo--. Ahora tengo que irme. Gracias por todo, no sabes como necesitaba hablar contigo. --Siempre que lo necesites puedes venir. Esta es tu casa si quieres. --Gracias. --Cuidate, por favor.

  • Angeles Custodios de Almudena De Arteaga

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    Al orfanato que Isabel Cendal regenta en La Coruna llega un dia Francisco Javier Balmis, reputado medico que ha sido designado por Carlos IV para llevar a cabo la expedicion que erradicara la viruela en America del Sur. Balmis lleva consigo varios ninos para portar la vacuna y le propone a Isabel que le acompane en el viaje, al que tambien se suma Jose Salvany, un joven cirujano. Juntos emprenderan un largo recorrido repleto de aventuras, logros y tambien sinsabores, que cambiaran la vida de todos para siempre y les descubrira nuevos territorios geograficos y emocionales.

  • El maestro de las sombras de Donato Carrisi

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    Ano 1521.
    Nueve dias antes de morir,
    el papa Leon X emite una bula
    que contiene un mandato solemne:
    < nunca quedarse a oscuras.>>

  • Donde Pertenecemos de Brenda Novak

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    Savanna Gray necesitaba otra oportunidad. Su vida se habia desmoronado cuando su esposo fue detenido por violar a tres mujeres. Tras divorciarse, se llevo a sus dos hijos a Silver Springs, buscando refugio en la granja que su difunto padre siempre habia querido rehabilitar.

  • Ciencia Ficcion de Seleccion 4 – Aa. Vv

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    Estas antologias son una seleccion de los relatos publicados en la revista estadounidense The Magazine of Fantasy and Science Fiction, considerada la mas importante del mundo en los generos de anticipacion y fantasia cientifica.

  • La llamada de la noche (Nocturnos 1) de Antiliados

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    En las salvajes tierras de Alaska, vive una familia que crecio aislada de la civilizacion.
    Billy Lowell, su mujer Ely y sus cinco hijos, cuatro chicos y una chica, han pasado los ultimos anos sin ningun tipo de contacto con el mundo exterior, a excepcion de unas cuantas ocasiones en las que se han tenido que trasladar a los pueblos cercanos para obtener herramientas o enseres que el bosque no les proporciona.
    Los Lowell se veran alterados con la llegada a sus vidas de una chica que precisa de su ayuda, Amanda. Ella aparecera de la nada trastornando su rutina y exponiendo su secreto.
    Ante esta circunstancia, el segundo de los Lowell, James, no comprende el sentimiento que ha despertado en su interior esa muchacha ni los instintos primitivos que han emergido a la superficie por su culpa.
    La cuenta atras ha dado comienzo y James conocera a la mujer que lo cambiara todo; esa persona por la que vale la pena parar, respirar y valorar lo que realmente importa: el amor.
    Pero, ?y si eso no es suficiente para alcanzar la paz y felicidad que tanto ansian? La guerra esta a punto de dar comienzo, y puede que lo que sienten el uno por el otro no sea suficiente para ganarla.

  • El angel de Dryfield Hall de Claudia Cardozo

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    El angel de Dryfield Hall, una novela que cautivara al lector hasta la ultima pagina.

  • Tantas razones para decirte que no de Sara Tessa

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    Una historia de amor adictiva y tormentosa, autentico fenomeno editorial en Italia gracias al boca a boca.

  • El misterioso anillo de Claddagh de Virginia Sainz-rasines

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    TE queda tan solo una hora y media para terminar tu columna. Imagino que ya estara lista ?no es asi? --De eso puedes estar segura, Amanda, pero ya sabes que me gusta repasar mi trabajo hasta ultimo momento para corroborar que este todo a la perfeccion. En su pequena oficina de metro y medio cuadrado, simulando que leia en su ordenador y agradeciendo a Dios que su jefa no pudiera ver la pantalla, sintio que realmente no tenia escapatoria: el fin de su carrera se aproximaba. Nunca lograria llegar a tiempo con su articulo semanal. A tan pocas horas del cierre, solo lograba ver la cara de desesperacion de Amanda, quien no contaba aun con su columna sobre noticias reales e inusuales de la bellisima ciudad de Nueva York. Mirando la pantalla en blanco, y luego a Arthur en la oficina contigua --su companero de trabajo, un joven descendiente de inmigrantes irlandeses--, se le ocurrio una idea: "Eso es, puedo utilizar internet para investigar su historia y averiguar realmente como inmigraron sus antepasados. Eso me ayudara a inventar algo jugoso". Fue asi como rapidamente y sin perder siquiera un segundo mas de su cuenta regresiva, se dispuso a escribir una historia ficticia. Tal vez lograria cautivar a sus lectores y dejar contenta a su jefa. Lo unico que necesitaba era que nunca se supiera que su articulo trataba sobre una mentira. De ser asi, perderia la poca reputacion que habia logrado como periodista y su incipiente carrera se veria destruida, exactamente como su vida personal desde el dia anterior. Y todo seria aun peor si no le entregaba a su jefa lo que habia prometido tener terminado minutos atras. Sumida en sus pensamientos, tratando desesperadamente de encontrar una buena historia que deslumbrara a las lectoras de Gorgeous Woman Magazine --la revista para la cual trabajaba -- escucho el sonido de su telefono. La llamaba Sophie, su unica amiga en toda la empresa, ya que con Arthur tenia una buena relacion que no llegaba a ser de amistad. --Piper, necesito por favor que vengas urgente a mi oficina. Amanda esta en ataques. Teme que tu articulo no este listo para editar. Imagino que no sera cierto, ?no es asi? --Ya mismo voy para alli --dijo con la intencion de tranquilizarla, aunque solo consiguio ponerla aun mas nerviosa. Sophie ocupaba un puesto preferencial en la empresa. Con tan solo veintisiete anos ya era reconocida dentro del estrato mas alto y mas deseado del periodismo neoyorkino. Hacia dos anos que vivia con su novio en una magnifica y moderna mansion del Upper East Side. Ambas estudiaron juntas en la Universidad de Columbia y se convirtieron en amigas inseparables desde que se conocieron alli. Piper proviene de Ogunquit, Maine; y Sophie, de Boston. Despues de recibirse no tuvieron la misma suerte, a pesar de que Piper habia egresado con honores e incluso habia ayudado a Sophie en sus estudios hasta su ultimo examen. Lo cierto es que Sophie logro obtener su ansiado titulo universitario en periodismo gracias al apoyo continuo e incondicional de Piper. Al poco tiempo, comenzo a trabajar en esta prestigiosa revista femenina de tendencias luego de que su novio, un bohemio y adinerado pintor, la contactara con la mujer mas despreciable e influyente del ambiente periodistico: Amanda Horton.

  • La leyenda del Holandes de Antonio Pascual-garcia

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    Marc es un famoso escritor londinense, que harto del estres de la ciudad, decide seguir el consejo de su agente y viaja a un hotel situado en la costa de Dover. Desde la llegada, el autor queda prendido de la belleza y de la amabilidad de los propietarios. Pero no todo es lo que parece, un misterio por resolver altera la tranquilidad de Marc. Un enigma que rodea una vieja leyenda es el engranaje que utiliza el autor en este nuevo relato. Una obra de misterio recomendada para todos los publicos.

  • Como poner a un duque a tus pies (La comitiva del cortejo 1) de Eleanor Rigby

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    La venganza es un plato que se sirve bien frio… Pero con el hielo uno tambien puede quemarse.

  • Te juro que me amaras de Fabiola Arellano

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    Otra fantastica novela romantica de Fabiola Arellano que hara las delicias de las lectoras.

  • Recuperar a Ari de Marta Frances

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    Ultimo dia de clases antes de Navidad. Ultimo dia de suplicio. Ir a clase y verla todos los dias era como sufrir un jodido infierno. Verla sonreir mientras hablaba con sus amigas, escuchar su risa provocada por algo que yo no habia dicho, observar su gesto de concentracion durante las clases... No mas de eso durante un par de semanas. Benditas vacaciones. Cogi los libros de mi casillero y fui hacia el aparcamiento. Caminaba mirando al frente sin prestar atencion a mi alrededor, como hacia siempre, como llevaba haciendo desde hacia unos meses. Escuchaba los gritos de alegria, las risas provocadas por el fin de las clases, las voces de los grupos reunidos en el pasillo probablemente quedando para ir a alguna fiesta ese fin de semana. Yo no iba a fiestas. Ahora ya no. --Hey, Diego. Me gire a la derecha y vi a mi hermana Sara. Se acerco a mi cargada de libros y carpetas. --Trae, anda, te ayudare a llevar todo eso -me ofreci cogiendo parte de sus libros. --Gracias -sonrio--, tengo que hacer varios trabajos durante estos dias. Los dos juntos caminamos hacia la salida. Ella hablaba acerca de todas las cosas que pensaba hacer en las vacaciones, las fiestas a las que iba a ir, el tiempo que iba a pasar con su novio al que echaba tantisimo de menos desde que empezo en la universidad, los regalos que queria comprar a nuestra madre. La escuche durante todo el camino hasta mi coche, pero cuando llegamos alli mi mirada se desvio hacia su coche. Ahi estaba ella, apoyada en el capo rodeada de todas esas que decian ser sus amigas. Conversando animadamente acerca de algo que no me incluia, entonces ya no. Justo entonces Carlos se acerco hasta ellas y se coloco a su lado, paso un brazo por sus hombros y ella se dejo hacer. Sonrio. Sonrio como antes. Sonrio como me sonreia a mi. El infierno se intensifico. Justo en ese instante sus ojos se movieron por el aparcamiento y se encontraron con los mios. La sonrisa desaparecio de su rostro y me miro fijamente. No aparte la mirada, no se por que, normalmente lo hacia, pero esa vez no. Nos quedamos mirando el uno al otro durante unos segundos. No habia nada ni nadie mas en aquel aparcamiento, todos habian desaparecido. Me dieron ganas de echar a correr hacia ella, abrazarla y pedir su perdon. --Diego. La voz de mi hermana me devolvio los pies a la tierra, rompi el contacto visual con ella y mire a Sara. Ella miro hacia donde yo habia estado mirando y volvio a mirarme con desaprobacion. --No deberias seguir con todo eso. --Lo se, Sara -abri la puerta del conductor--. Creeme que lo intento. --Pero sigues queriendola. No conteste a su afirmacion. Mi hermana me conocia tan bien que sabia perfectamente todo que pasaba por mi mente. Ella era la unica persona que sabia lo que habia pasado. Arranque el coche y di marcha atras para salir de alli de una maldita vez. Pasamos al lado de donde ella estaba y no pude evitar volver a mirarla. Seguia bajo el abrazo de Carlos. Observo mi coche conforme pasaba a su lado y casi pude distinguir el odio en su mirada cuando nuestros ojos volvieron a conectarse por un segundo. Conduje hasta casa en silencio. Sara no volvio a abrir la boca en todo el trayecto pero sentia su mirada escrutadora en mi. Sabia que queria decirme algo, que se moria por abrir esa bocaza que tenia y soltar una de las suyas. Esperaba fervientemente que no lo hiciera. -- ?Has pensado en contarle la verdad alguna vez? Rode los ojos. Por supuesto que no iba a quedarse callada durante tanto tiempo. --Sara... no empieces. --Pero, Diego... ?no te das cuenta? La mire un instante y volvi a centrarme en la carretera. Sus ojos verdes tan parecidos a los mios me miraban como si fuera idiota. Probablemente asi era. -- ?No puedes dejar de meterte en mis asuntos y centrarte en los tuyos? - Solte mas rudo de lo que deberia. --Perdona por preocuparme por ti -espeto cruzandose de brazos y mirando al frente. Perfecto. Ya la habia vuelto a cagar. Otra vez. Seguimos sin hablar hasta llegar a casa. Aparque al lado del BMW rojo de Pilar y antes de que pudiera parar el coche Sara ya habia salido dando un portazo tremendo. -- !Creo que no has cerrado bien, Sara! -Grite mientras abria mi puerta. -- !Vete a la mierda! -Me grito mientras subia las escaleras del porche. Respire hondo y cerre mi puerta con otro portazo. Sentia el enfado carcomerme por dentro. ?Dejaria algun dia de ser tan gilipollas? ?Dejaria de comportarme como un ninato que lo unico que hace es hacer dano a la gente que le rodea? Me pase la mano por el pelo con frustracion. Con lo sencillas que serian las cosas si el estuviera aqui... Cerre los ojos y me permiti recordarle unos segundos. Solo unos segundos, nada mas. Sus ojos color avellana mirandome desenfocados, sus manos agrietadas que raspaban la piel de mis mejillas cada vez que las acariciaba. Como me gustaban esas caricias pese a todo. Abri los ojos de nuevo. No mas recuerdos. Cerre el coche y fui hacia casa. Subi las escaleras y entre en el calor de mi hogar. Durante un tiempo senti que ese no era mi hogar, que no era el lugar que yo deberia ocupar en ese jodido mundo. Pero por suerte, tuve gente que me ayudo a centrarme y a reconocerlo de nuevo. Deje los libros en la entrada junto con mi cartera de piel negra que habia heredado de el. Fui hacia la cocina siguiendo el olor a comida. Sara estaba alli sentada en la encimera y susurrando algo con Pilar. Las dos se giraron a mirarme cuando me escucharon entrar. Sara me fulmino con la mirada. Decidi ignorarla. --Hola, carino -me dijo Pilar con dulzura--. ?Que tal ha ido el ultimo dia de clase? Me sente en una silla y me deje caer lentamente mientras cruzaba los brazos en mi pecho y cruzaba las piernas a la altura de los tobillos, totalmente espatarrado en la silla.

  • Traidores que cambiaron la Historia de Jose Manuel Lechado

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    Traidores que cambiaron la Historia es el relato de algunas de las traiciones mas celebres de todos los tiempos. Sucesos que, con su comision, cambiaron el curso de los acontecimientos historicos en un pais, un imperio y, a veces, en toda la Tierra.

  • Un noruego valiente para una bailaora ardiente (Adonis tours 3) de Ana E. Guevara

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    Me llamo Erik Jakobsen y soy oriundo de Hjelset, una ciudad noruega que no llega a los mil habitantes, anclada en la provincia de Molde. Creci entre fiordos, montanas, islas y cascadas, y creo que parte de esa naturaleza salvaje la llevo dentro de mi. De pequeno me acompanaron las historias de trols, de espiritus de la montana y de hadas del bosque. Hasta que, en mi adolescencia, descubri la biblioteca del pueblo y devore uno tras otro todos los libros que se pusieron a mi alcance. Ernest Hemingway es mi autor favorito, y desde que lei Por quien doblan las campanas supe que algun dia visitaria el pais que, de forma tan desgarradora, describia en sus paginas. Aprendi espanol, y aunque mi acento es bastante marcado, mi gramatica es impecable. Me hice un amante de toda la cultura espanola: en verano servia gazpacho a mis amigos, sabia bailar La Macarena, y en cada festival de Eurovision le daba los twelve points a Espana. El problema es que mis suenos ibericos chocaban con los de mis padres y mis amigos. Para ellos estaba claro que yo heredaria la serreria de mi padre y que me acabaria casando con alguna de las muchachas del pueblo de mas o menos mi edad --os recuerdo que no somos ni mil en Hjelset, con lo que mis posibilidades no son gran cosa--, con la que tendria tres o cuatro robustos hijos. Decidi estudiar Filologia Hispanica en la universidad a distancia, lo hacia por las noches, en secreto, como si fuera algo de lo que sentirse avergonzado. Un hombreton como yo escondido siempre entre libros era una aberracion para mi familia. Entre libros del Siglo de Oro, coplas de Manolo Caracol y videos de Massiel pasaba mis ratos libres acercandome un poco mas a esa cultura que me habia entusiasmado. Por eso, cuando vi el anuncio de una empresa espanola que buscaba extranjeros para guiar tours turisticos, no me lo pense. Cumplia con las exigencias que pedian: medir mas de un metro ochenta y hablar castellano fluido. Ademas, gracias a mi casi obsesiva lectura de los clasicos espanoles me sabia muchisimas expresiones tipicas del pais como pardiez, tunante o vuecencia. Ese trabajo iba a ser mi gran oportunidad. Meti mis exiguas pertenencias en una mochila de acampada y me fui dejando una nota para mis padres: <>. Ya sabia que no iba a ser torero, pero queria dar un toque dramatico a mi despedida, ademas de que supondria que en el pueblo los rumores serian mucho mas suculentos asi. Me sentia como Hemingway, a punto de lanzarme a una aventura en Espana de la que no sabia si saldria vivo. Tengo cierta tendencia natural al dramatismo, por si no os habiais dado cuenta. Desembarque en Madrid, una ciudad que cuenta ella sola con mas de la mitad de los habitantes de toda Noruega, y con un invierno mas calido que el mejor de los veranos que yo habia conocido nunca. Pero yo me sentia feliz, liberado y preparado para cualquier tipo de aventura. Capitulo 1 Adonis Tours, asi se llamaba la empresa para la que iba a trabajar en el mejor lugar sobre la tierra, o asi me lo parecia a mi. Nos ofrecian alojamiento, venir a buscarnos al aeropuerto, y todo eso <>, como rezaba el e-mail de confirmacion que habia recibido una vez que aceptaron mi candidatura. Asi que meti mis pantalones de pana, mis camisetas termicas, mi plumifero, todos mis gorros de lana y unas cuantas camisas de franela en una maleta y me embarque en un vuelo rumbo a Madrid. Os dire una cosa por si no lo sabeis: en Madrid hace mucho calor. Mucho mucho calor. O eso me parecio a mi cuando aterrice en abril y el termometro marcaba veintidos grados. Cuando yo me subi al avion en Noruega habia cuatro grados, asi que la diferencia de temperatura fue lo primero que me llamo la atencion. Empece a sudar como un pollo y tuve que quitarme capas de ropa en medio del aeropuerto. Lo segundo que me sorprendio fue el ruido. Estoy acostumbrado a vivir en plena naturaleza y la jungla de asfalto de Madrid fue toda una sorpresa para mi. El aeropuerto en el que aterrice seguramente contenia mas personas que todas las que habia en mi provincia, y la mayoria hablando muy alto. Eso hizo que mi primera interaccion con una espanola fuera un desastre tirando a catastrofica. Nada mas bajar del avion, vi a una chica hablando a voces con un joven, yo supuse que se estaban peleando y fui a defender el honor de la muchacha, como haria en mi pueblo. --!Dejala en paz, tunante! --le dije al que yo pensaba que era el presunto agresor, usando una de mis palabras favoritas desde que la lei en un libro de Francisco de Quevedo. --?Este de que va? --le pregunto el a la chica mientras la cogia del brazo. En Noruega no somos especialmente tocones, nos gusta mantener las distancias y ni con la familia nos mostramos abiertos a tocarnos el brazo o dar muestras de carino en publico. Por eso, ese simple gesto, tan comun para los espanoles, a mi me parecio una agresion y, cogiendo al chaval por las solapas de la camisa, lo levante dos palmos del suelo. --Dejala, bellaco. --Esta la saque de El capitan Alatriste. --Pero ?que le haces a mi novio? --pregunto la muchacha con gesto de terror. Lo que vino a continuacion paso muy deprisa: la chica se puso a gritar, vino gente a rodearnos, oi que alguien hablaba de llamar a seguridad, y algo de <>. Deje al joven en el suelo tras pedirle disculpas y sali de ahi por patas para reunirme con mis companeros, que esperaba hubieran tenido una llegada al pais mas tranquila que la mia. Una vez que estuvimos todos, algo que se demoro una barbaridad porque el escoces al que esperabamos estaba en otro sitio tocando la gaita, nos pusimos rumbo al lujoso alojamiento prometido en la publicidad. Ahi ibamos en la furgoneta un maori mas grande que un armario, un italiano de ademanes refinados, un etiope que debia ser hijo de un principe africano por el traje que llevaba, el escoces de la gaita y yo. Parecian majos, me dije mientras veia como nos alejabamos del aeropuerto para acercarnos al centro de la ciudad. Yo iba con la nariz pegada al cristal como un perro al que sacaban de paseo en coche. Ni la nube de contaminacion que flotaba sobre la capital pudo empanar el buen humor que yo traia por cumplir al fin mi sueno. *** Yo sonaba con llegar a nuestra nueva casa, echarme un rato en la mullida cama y luego tomarme una fabada acompanada de un Ribera del Duero. No sabia lo que eran ninguna de esas dos cosas pero, por lo que habia leido, tenian pinta de ser trocitos de cielo. Llevaba sonando con degustar los platos tipicos espanoles desde que sali de Oslo en una especie de lata con alas. El alojamiento no era exactamente como nos lo habian pintado, la chica de recepcion no era nada amable, el solarium con piscina en verdad era una piscina de plastico puesta en la terraza y se me salian los pies de la cama, pues era de uno noventa y yo mido uno noventa y tres, asi que empezabamos mal. La recepcionista nos recordo una docena de veces que ella acababa su turno a las seis y que se estaba quedando mas tiempo del necesario por nosotros. No parecia muy amistosa, ni ardiente, como supuse que serian todas las mujeres espanolas. Tambien me sorprendio no verla vestida con el traje de volantes rojo con puntos blancos, pero supuse que solo se lo pondrian para ocasiones especiales como bodas o entierros. Lo bueno de haberme criado en los fiordos es que estoy acostumbrado a sobrevivir con poco, me gustaba la acampada, pescar o cazar mi propia comida y no me importaba dormir al raso. Asi que no lo lleve tan mal como alguno de mis companeros. Parecia que Stefano y Dase se iban a desmayar en cualquier momento mientras este ultimo pasaba un dedo por las superficies para comprobar el estado de limpieza del sitio. Al unico que no parecio importarle la situacion fue a Tane, que estaba encantado con todo lo que veia. Nuestro maori particular habia viajado mucho a lo largo de su vida y se adaptaba facilmente a cualquier circunstancia. No le importaba dormir en el suelo o llevar la ropa algo desgastada, al contrario que Dase, que parecia a punto de darle una apoplejia. Esa primera noche salimos a cenar fuera, a festejar que habiamos llegado por fin al pais donde todos nuestros suenos se iban a hacer realidad. Aunque no de la forma en la que teniamos previsto. Capitulo 2 Desde aquel lejano momento en el que los cinco nos encontramos en el aeropuerto habian pasado ya varios meses y, poco a poco, habiamos encontrado nuestro ritmo. No siempre estabamos los cinco juntos, pues Stefano y Dase hacian tours guiados por sus respectivos paises. Tane ensenaba surf a los clientes en el complejo Ola y Adios, mientras que Sean les ensenaba cultura escocesa y nos martirizaba cada manana con su gaita. Yo, por mi parte, preparaba talleres de supervivencia, primero de forma teorica en Madrid y luego llevandome a los clientes varios dias a la sierra de Guadarrama. Ya llevaba suficiente tiempo en el pais como para entender que las mujeres no se ponian casi nunca el traje de volantes, que no todos los hombres son toreros y que si dices <> la gente te mira raro. A veces me sentia un poco como Alonso de Entrerrios de El Ministerio del Tiempo, serie de television a la que me aficione nada mas llegar. Tambien habia visto Fortunata y Jacinta, El Quijote y Curro Jimenez, que estaban disponibles en internet de forma gratuita. !No me iba a la cama sin verme algun capitulo! El problema es que a mis amigos les gustaban mas cosas como La casa de papel o Aqui no hay quien viva, y muy a menudo teniamos disputas por el control del mando de la tele. Aunque se solucionaron cuando decidimos imponer un horario que debia ser respetado por todos. El verano fue para mi como pasar una temporada en el mismisimo infierno, llegamos a temperaturas de cuarenta y cinco grados y yo pasaba todo el tiempo que podia a remojo en la piscina del edificio. Stefano, Dase y Tane parecian llevar el calor mejor que Sean y yo, que no sabiamos donde meternos para ocultarnos de tan infernal fuente de calor. Me compre dos ventiladores y me los puse en el cuarto, lo sentia por Antonio, nuestro jefe, porque la factura de la luz se iba a disparar en esos meses infernales. Por eso, cuando llego septiembre y comenzo a refrescar un poco por las tardes, recupere algo de la vitalidad que habia perdido durante el torrido estio. La resistencia de los espanoles al calor era algo que envidiaba, cuando los veia me recordaban a los camellos que cruzan el desierto del Sahara y parece que son inmunes al calor. Decidi que septiembre era el momento perfecto para aprender alguna habilidad nueva, estuve dudando entre varias opciones pero, al final, la respuesta aparecio ante mi clara como la luz de esa bola ardiente que aqui en Espana brillaba mas que en Noruega: me apuntaria a clases de flamenco. Ademas, estaba de suerte, habia una academia no muy lejos de nuestro piso, en el barrio de La Latina, y en cuanto abrieron las inscripciones fui para alla sin dudarlo. Era una oportunidad unica que no podia dejar escapar. *** Rocio llego a la academia de baile de la que era profesora quince minutos antes de que se abrieran las puertas. Le gustaba estar alli y disfrutar del silencio de la sala de baile. Vio su esbelta silueta reflejada en los espejos que cubrian toda una pared y se recoloco un mechon de pelo detras de la oreja. Daba igual lo que hiciera, sus rizos acababan siempre escapandose. Tenia una larga melena morena, una nariz respingona y unos bonitos ojos verdes. Su madre, de pequena, le decia que se parecia a Esmeralda, la de El Jorobado de Notre Dame, y ella se ponia a menear las caderas como hacia la gitana en la famosa pelicula de Disney. No se habia leido la obra de Victor Hugo, y todo su referente en cuanto al personaje era por la pelicula de la factoria de Mickey Mouse. Le encantaba como se movia al compas de la pandereta mientras las simpaticas gargolas cantaban con ella. Porque esa era su pasion: el baile. En su Sevilla natal habia empezado desde pequena en la escuela de baile del barrio, para pasar despues a la escuela municipal y terminar en la Academia de Flamenco Manuel Betanzos, donde solo los mejores hacian carrera. Su sueno se habia hecho realidad, pero no duro demasiado tiempo. Un accidente esquiando en Sierra Nevada trunco sus aspiraciones de ser bailarina profesional. Varias semanas de escayola y casi un ano de rehabilitacion de la pierna que se habia roto hicieron que no fuera capaz de recuperar el nivel que tenia antes del accidente. Sabia que, quedandose en Sevilla, le costaria encontrar trabajo bailando, pues solo seria una mas entre todas las grandes artistas que proporcionaba cada ano la ciudad, y decidio partir a Madrid donde supuso que habria menos competencia y mas oportunidades. Tenia un curriculo impecable, y su nivel seguia siendo excelente, aunque no lo suficiente como para integrar una compania de baile. Por eso se dedico a la ensenanza, a transmitir la pasion que por este arte sentia a sus alumnos, que eran grupos de lo mas variopintos. Tenia varios grupos infantiles, con ninas, sobre todo, que querian aprender a bailar. Gracias a Rosalia la pasion de las mas jovenes por el flamenco se habia disparado y tenia ahora mas trabajo que antes. Pero tambien daba clases a adultos. Estos grupos se componian, sobre todo, de divorciados que pensaban encontrar pareja bailando y para los que este tipo de actividades eran como una version analogica de Tinder; de gente que dio alguna clase de ninos y queria retomarlas; o de personas a las que siempre les habia gustado el flamenco, pero que no tuvieron la oportunidad cuando eran mas jovenes. El estudio habia sufrido una reforma importante durante el verano y estaba ahora casi irreconocible. Habian cambiado los espejos, pintado las paredes y puesto un parque de mejor calidad en todas las salas. Los vestuarios tambien habian sido renovados y hasta la recepcion lucia ahora un aspecto impecable. La reforma costo un dineral, pero habia merecido la pena. Suspiro y se dirigio a la puerta, hoy tenian una clase de prueba gratis, la mitad de los que venian no solian repetir, pero eso significaba que la otra mitad seguiria y su amor por el baile podria pasar a ellos.

  • No soy yo, eres tu (Tal para cual 2) de Ebony Clark

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    Un ano antes… -Por favor, senora, deje de aporrear la puerta. Ya le he dicho que hay aire suficiente y que no le va a pasar nada. Estuve a punto de mandarle a la mierda y anadirle que no cogiera ningun atajo y disfrutara del paseo. ?Es que aquel imbecil se creia que estaba hablando con una histerica? Ya sabia que no iba a pasarme nada y que aquello de asfixiarse en el ascensor era una leyenda urbana, que venian con reserva de aire suficiente como para no agobiarme. Pero aquel no era el problema. El problema era que tenia una vista en media hora y no llegaria a tiempo a menos que aquel idiota hiciera algo rapido. Pegue la boca a la ranura entreabierta de la puerta del ascensor. -Mira, como te llames… Es la cuarta vez este ano que alguien se queda encerrado en el ascensor. Para mi, la segunda, por si te interesa. -A lo mejor es que no hacen buen uso. Apenas acerte a entender lo que decia aquel heroe de pacotilla. No estaba segura, pero haciendo buen uso de mi racionalidad profesional, me hice la sueca a su comentario. Ya le diria yo en cuanto saliera lo que pensaba de sus opiniones y en el punto exacto de su anatomia donde podia guardarselas. Fingi ser una dulce damisela en apuros, cosa que solia funcionar la mayoria de las veces. -Oye… Ya se que no voy a morir, no estoy sufriendo ningun ataque de histeria ni nada parecido. La cuestion es que tengo que estar en el juzgado en media hora. Asi que, si pudieras darte un poco de prisa, te lo agradeceria muchisimo… Y cuando digo muchisimo, no estoy hablando en sentido figurado, ?vale? No se si los de tu gremio aceptan propinas o no, pero llevo en el bolso un billete de cincuenta euros que esta deseando encontrar nuevo dueno. Silencio al otro lado. Vaya, quiza la oferta no fuera de su agrado. Podia ser que me considerase una ronosa por el importe de la propina ofrecida. Bueno, cincuenta euros no estaban nada mal, ?no? Escuche un golpe seco en la puerta y me aparte enseguida. Al otro lado, pude ver un unico ojo de un color azul intenso, asomando por la ranura. El bombero que atendia la emergencia desde el otro extremo de la puerta del ascensor debia ser el dueno de aquel ojo. Y seguramente de otras partes del cuerpo humano que yo no podia distinguir, porque estaba atrapada en el maldito ascensor y aquel pequeno detalle lo impedia. -Ensenemelo. ?Que? Sacudi la cabeza, creyendo que habia escuchado mal. -?Como dices? -pregunte con desconfianza. -Que me lo ensene -ordeno el con tono seco-. Su billete de cincuenta euros. -?En serio? ?Puedes acelerar mi rescate con la ayuda de una propinita? Claro, yo no podia ver que la cara del bombero ya habia cambiado a varios colores, mientras continuaba con mi absurdo y repugnante intento de extorsion que, por otro lado, iba a jurar sobre la Biblia no haber cometido si se daba la ocasion. -Pues claro, senora. Para eso estamos. Hum, no se por que, pero algo en su voz me decia que intentaba tomarme el pelo. De todas formas, estaba desesperada. Lucas me esperaba al otro lado, impaciente. Nuestra clienta era un miembro muy influyente de la comunidad nordica del sur de la isla. Lucas era un gran orador, pero yo tenia todos los documentos del caso en mi maletin, conmigo dentro del ascensor. Y nuestros jefes ya nos habian advertido: como no le sacaramos hasta el ultimo euro al marido de Greta, un rico empresario madrileno dueno de varias salas de fiesta, ya podiamos buscarnos otro trabajo. Sin pensarlo, extraje el billete de mi cartera y lo deslice hacia arriba y hacia abajo por la ranura de la puerta, como si fuera la sexy y seductora pierna de una stripper en un bar de carretera. -Vaya, pues era verdad. Parece autentico. Solte una palabrota al escucharle. -!Pues claro que es autentico! Pero ?que te has creido? -le grite, furiosa. -No se… Mi padre siempre decia que no me fiara de los abogados, que son unas ratas mentirosas… Pero no, oiga, parece que usted es de fiar. Y no tiene pinta de rata… Bueno, al menos desde esta distancia no, ?por que no se acerca un poco mas para que pueda verla mejor? -Me encantaria acercarme mas, senor No Estoy Haciendo Una Mierda Para Rescatar A Una Buena Ciudadana… !Pero estoy sudando como si esto fuera el horno donde el diablo cuece a sus pecadores! Y si me muevo, la cosa va a peor… -A lo mejor es que lleva demasiada ropa. ?Por que no se quita esa bonita chaqueta de Bimba y Lola? Le queda muy elegante, eso si… Pero ahi dentro debe de haber unos treinta y cinco grados. -?Me estas sugiriendo que me desnude? Ay, Dios, esto es la pera… -De pronto cai en su sorprendente dominio de la moda femenina y le pinche en un arrebato infantil-: A ver, ?como sabes que mi chaqueta es de Bimba y Lola, eres un disenador frustrado o que? -Que va. Es que le regale una igual a mi madre por su cumpleanos, solo eso. Mire con disimulo mi chaqueta de punto gris con los punos y cuellos ribeteados en negro. Combinada con mis vaqueros y mocasines, me parecia una excelente eleccion para llevar al juzgado; arreglada pero informal, como diria la madre de mi mejor amiga. Sin embargo, ahora que el agente de emergencias mencionaba el regalo de su madre, me hizo sentir mayor y poco atractiva. Seguro que lo noto, porque al segundo siguiente quiso arreglarlo… sin exito, claro. -Oiga, no se enfade… Le queda bastante bien, en serio… Se parece un poco a esa abogada de una serie de hace un millon de anos… ?como se llamaba? Tiene que acordarse, mas o menos es de su epoca, ?no? <>, grite mentalmente, furiosa porque el tio, no contento con meterse con mi ropa, ahora me llamaba carroza en la cara. -Si, lo que tu digas… -corte bruscamente. -?O era Remington Steel? -se pregunto el en voz alta, hablando consigo mismo al principio-: Ahora no lo tengo muy claro, pero usted debe tener mas o menos la edad de mi madre, ?a que si? Seguro que se acuerda. -No soy cinefila -menti. – ?No? Pues deberia… ?No ha visto Ben-Hur, la version original? Me golpee la frente con una sonora palmada. ?De verdad? ?De verdad me habia tocado el bombero humorista? Estaba a punto de darme un ataque, pero no de risa precisamente. Iba a gritarle a pleno pulmon que se dejara de hablarme de series y peliculas, que se estaba pasando y mucho al insinuar que yo tenia edad para haberlas visto en algun cine el dia de su estreno. Me detuve al instante. Ya veia por donde iba… Mi instinto me decia que solo pretendia, muy mal, todo fuera dicho de paso, entretenerme mientras me sacaban de alli. Debia ser el psicologo del grupo. O el chistoso, no estaba segura. -Pero ?que dices? Mira, ?vas a sacarme de aqui o no? -apremie. -Ya le dije antes que si, senora. -Si, ya se que lo dijiste… Pero tambien dijiste que tenias que esperar que tu companero encontrase no se que llave maestra… Y yo no tengo tiempo que perder. Conque, ?quieres o no quieres los cincuenta euros? Otro silencio. -No se… ?Es que le sobran o que? La pregunta me dejo perpleja. Seguro que el intentaba darme conversacion, tal y como le habian ensenado en sus cursos sobre como enfrentarse a situaciones limite. Pero no era mi caso. Mire el reloj de pulsera y se me acelero el corazon. -Pero ?que cono importa si me sobran o no, no te estoy diciendo que te los quiero dar? -casi le grite, tratando de no perder el control. -Es que quiero que quede bien claro que me los quiere regalar. Aprete los dientes. -!Pues claro que te los quiero regalar! Toma, hombre, cogelo ya… Y te compras la edicion Oro de coleccionista de Ben-Hur y unas palomitas a mi salud… !Pero sacame de aqui! -Lo deje caer por la ranura y senti como unos dedos recogian el billete al otro lado de la puerta. Despues, un sonido que recordaba al crujido del papel de cebolla junto a un telefono. Una emisora de radio. <>. No pude contenerme por mas tiempo. Aporree el ascensor con los punos, con el maletin y hasta con un par de patadas al estilo Bruce Lee que habia visto en alguna pelicula. -!Oye, que me estoy enterando de todo! -chille. --… Vale, lo intentare… No te prometo nada… Esta como una regadera, en serio… Es que la oyes hablar y parece la abogada corrupta de una pelicula de la Mafia, tio… Bueno, una mezcla de eso y un palo de fregona desmelenado… Date prisa, tio, da un poco de miedo…

  • 14/7. El descubrimiento de Pamela Stupia

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    Cielo, Mara, Guillermina y Bianca son nuevas en la escuela; como si fuese facil iniciar el secundario, ellas ademas tienen que hacerlo en un nuevo colegio y una nueva ciudad.
    Las cuatro chicas se haran amigas y se enfrentaran al desafio de ser aceptadas. Pero cuando algunos sucesos extranos suceden, empezaran a pensar que tal vez su encuentro no fue una casualidad y que el destino quiere revelarles algo.

  • Con R de Rock de Judith Romero Baeza

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  • Seduciendo su Corazon (Manhattan Dinner Club 2), Jean Joachim de Jean Joachim

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    Dentro de una moderna casa en el noreste de Manhattan, saltan chispas cuando la arrendataria Bess Cooper, tan exquisita como los postres que prepara en su programa de reposteria en la TV, choca con su guapo nuevo vecino Whit Bass, un reconocido periodista de radio intimamente relacionado con una modelo bien sofisticada, de esas que complementan cada uno de sus trajes y vestidores.
    Al igual que su famoso y dulce pastel de manzana, Bess tiene un guapo novio policia -y su pijamada del viernes- quien alega que sus asuntos secretos de la policia le impiden arrastrarse bajo sus sabanas con mas frecuencia- y un companero de por vida, su pug, Dumpling.
    El Sr. Whit, tambien conocido como Sr. Sin Compromiso, es un mujeriego de voz suave y persuasiva. Bess es el tipo de chica que haces madre de tus hijos y que cree en los “vivieron felices para siempre”. Aun asi, contra su voluntad, ella y este hombre se atraen mutuamente con la fuerza de los polos de un magneto. ?Tendra Bess la fortaleza para sobrevivir a un corazon destrozado – de nuevo? ?Estara Whit persiguiendo un sueno de exito a medio mundo de distancia, o corriendo asustado? Desesperada, Bess se va a su “club de cenas de los lunes” – sus fieles cuatro amigas, todas duenas de pugs. Combinando aventuras empresariales de alto nivel y el impresionante climax de un crimen altamente confidencial, de esos que explotan en los periodicos, !este cuento torrido te dejara sin aliento!

  • Miedo a amar de Concepcion Marin Albesa

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    Laura es una mujer que lo tiene todo. Descubrir que si marido la engana, desmorona su mundo perfecto. En su huida, encontrara a un joven que despertara en ella una pasion dormida y el temor al escandalo.

  • Reclusa de Debra Jo Immergut

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    Miranda Greene planeaba morir en mayo de 1998 en el correccional de Milford Basin; New York. Le quedaban 52 anos de carcel por asesinato en segundo grado y sin libertad bajo fianza por un estupido accidente que ni tan siquiera provoco. Pero le toco un juez duro y era la hija de un excongresista. Tenia planeado ir a la consulta del psiquiatra y guardar pastillas durante semanas hasta tener la cantidad necesaria.

  • Hegel en 90 minutos de Paul Strathern

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    La coleccion Filosofos en 90 minutos incluye interpretaciones breves, pero autorizadas, de los mas grandes pensadores de la humanidad y descifra sus filosofias en una forma amena y accesible que las hace interesantes y comprensibles a casi cualquiera. La filosofia se puso realmente dificil con Hegel. Su metodo dialectico produjo el mas grandioso sistema metafisico que ha conocido el hombre. El propio Hegel admitio que <>. El sistema de Hegel abarca absolutamente todo, pero su elemento mas vital es la dialectica de tesis, antitesis y sintesis. El metodo se origino en la ambicion de Hegel de superar las deficiencias de la logica y ascendio hasta el Espiritu como realidad ultima. Su vision de la Historia como un proceso de autodesarrollo de la humanidad inspiro a Marx en su sintesis de la filosofia del materialismo dialectico. En Hegel en 90 minutos, Paul Strathern presenta un recuento conciso y experto de la vida e ideas de Hegel, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Hegel, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento y cronologia que situan a Hegel en su epoca y en una sinopsis mas amplia de la filosofia.

  • Amos y Mazmorras III de Lena Valenti

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    Desde que el agente de la SVR Markus Lebedev y la agente del FBI Leslie Connelly se encontraron en las Islas Virgenes en la mision de Amos y Mazmorras, una cosa quedo patente: la tension sexual y el deseo les iba a matar. Ahora deberan trabajar juntos para llegar hasta la raiz de las bandas rusas de trata de blancas. Su nue va mision en los Reinos Olvidados pondra en riesgo su profesionalidad, su conciencia y los valores de cada uno, en un caso, dividido en dos partes, en el que arriesgar el corazon puede suponer perderlo para siempre.

  • El caso Rosso (Comisario Tempesti 1) de Javier Vazquez Aponte

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    Bruno Barone ha cerrado la puerta de la adolescencia con exito, dejando su pasado empaquetado y sellado en su pueblo natal con la esperanza de mantener a los fantasmas de aquella epoca a raya. Se adentra en la edad adulta sin cicatrices visibles. Ahora es agente de policia, tiene un futuro y un proposito en la vida. Pero, en los rincones mas oscuros de su conciencia sabe que tan solo es un yonqui mas, uno con un poco mas de suerte, uno que ha salido del abismo y que se diferencia muy poco de los otros zombies, esos que deambulan por la gran urbe cargados de miseria.

  • ?Dormimos juntos? de Andrea Hoyos

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    Andrea es escritora, aunque no vive de los libros. Quiza por eso sucumbe a la propuesta de Borja y se encierra para escribir con el un relato erotico que la haga millonaria y la libere. Pero el placer es gratis y la libertad es cara: a los dos les gusta el sexo y les da miedo el amor. ?Llegaran a dormir juntos o haran solo todo lo demas?

  • Alas de confianza (Edentown 10) de Annabeth Berkley

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    Nora Reaves miraba orgullosa la fachada de la casa que habia comprado en Edentown. Tenia toda la confianza y la ilusion puesta en su nuevo hogar y en la reciente oportunidad que se habia dado a si misma para empezar de nuevo. Sus ojos azules brillaban iluminando aun mas su sonrisa Miro a su amiga que estaba junto a ella, como siempre que daba un paso adelante en la vida. Shelby Payne le cogio la mano en senal de apoyo. Su alegria y sonrisa eran sinceras. --Todo ira genial a partir de ahora, ya lo veras --le susurro Shelby--. Me alegro muchisimo de que estes aqui. Nora asintio con un suspiro de esperanza. Tomar la decision de salir de Nueva York no habia sido facil. Estaba acostumbrada a la seguridad que le daba su apartamento, a lo cerca que estaba la editorial que publicaba sus libros y a la proximidad del instituto de su hijo, pero nada de eso le habia proporcionado esa tranquilidad que tanto buscaba y que habia perdido desde que Doug comenzara las clases. Su complicada edad adolescente y los pesimos companeros que habia elegido como amigos le habian obligado a dar el paso de irse de la ciudad por miedo a que las cosas fueran peor de lo que ya estaban yendo. --Si --le respondio, reafirmando su decision--. Estoy segura de que todo ira bien aqui. --Esto es una mierda --exclamo un malhumorado adolescente rubio, de ojos tan azules como los de su madre, situandose a su lado. Las dos amigas miraron al chico que habia terminado de dar la vuelta a la casa seguido de Scott, el hijo de Shelby, de ocho anos y fiel escudero del que consideraba su primo. --?Como pudiste comprar esta casa? Es una casa de viejos --siguio refunfunando. Megan Saint James, la duena de la inmobiliaria a traves de la que habia hecho todas las gestiones, llegaba justo en ese momento con las llaves en la mano y uno de sus habituales vestidos largos y vaporosos que no disimulaba su avanzado estado de gestacion. --Tienes toda la razon --comento despreocupada por la queja del joven--, pero asi podras dejar la habitacion a tu gusto tras la reforma. Hola, chicas --le tendio las llaves a Nora--. Ahora si que es oficial, bienvenida a Edentown. Nora sonrio a Megan. La habia conocido en alguna de sus anteriores visitas a Shelby, y habia visto la casa con ella poco despues del fallecimiento de su anterior propietaria, madre de la administrativa del alcalde. Cogio las llaves y todos juntos fueron hacia la puerta. Ya sabia que a Doug no le habia gustado la idea de la mudanza. Se lo habia dejado claro muchas veces. Tambien suponia que no se lo iba a poner facil, aunque estuviera muy unido a Scott, pero queria pensar que solo duraria un tiempo y luego volveria a ser el nino carinoso y respetuoso que siempre habia sido. Doug tenia razon. El interior de la casa, aunque se veia limpio y cuidado, estaba muy pasado de moda y bastante abarrotado de muebles oscuros y voluminosos. --Todo esta sin tocar desde que Gertrud fallecio, ya te conte --les explico Megan abriendo las ventanas del salon para airearlo--. En menos de media hora vendra la empresa que Erin contrato para desocuparla totalmente. A primera hora de la tarde podras hacerte mejor una idea de como puede quedar. El agua y la luz no se dieron de baja, asi que no tendras problemas para instalarte cuando quieras. Nora asintio con una sonrisa. Habia seguido un impulso comprandola en cuanto Shelby le habia hablado de la posibilidad, sin dar opcion siquiera a que saliera a la venta y habia aprovechado para verla muy fugazmente en una anterior visita a su amiga. Pocas veces solia dejarse llevar por impulsos en las decisiones importantes, pero en ese momento lo habia visto como un regalo del cielo. El salon le parecia un poco pequeno, aunque junto a el habia una pequena habitacion que servia de trastero o de almacen y supuso que podria unirlos. Lo mismo haria con la cocina que pese a estar recogida y despejada, se veia tremendamente antigua. --?Quieres que avise a Cameron para que te haga la reforma? Supongo que querras hacer obras y Cameron trabaja muy bien. --Perfecto --acepto Nora, confiada y agradecida apoyando la mano en una de las paredes--. Si tiro esta pared podre comunicar la cocina y el salon --comento, ilusionada con la obra. --Cameron te resolvera cualquier duda --le aseguro Megan llevandose la mano a su abultado vientre. --?Te encuentras bien? --le pregunto Shelby. --Si, si --le respondio Megan--. Ha debido despertarse y se esta estirando. Las dos amigas sonrieron. Para ellas quedaban muy lejanos sus embarazos. Shelby se llevo la mano a su vientre y Nora la miro sorprendida, pero sin decirle nada. Subieron al piso superior donde habia solo un cuarto de bano y cinco dormitorios no muy grandes. Uno de ellos estaba lleno de posters antiguos, banderines de un equipo de beisbol y pompones de animadora. --Ya tengo ganas de empezar con las obras --les confeso Nora--. Quiza se pueda tirar alguna de estas paredes. Siempre he querido un vestidor con acceso desde mi dormitorio. --Pero si no tienes tanta ropa --le comento Shelby. Nora hizo una mueca. Llevaba tanto tiempo trabajando desde casa que su guardarropa dejaba mucho que desear. Mallas, leggins, camisetas, sudaderas y solo un par de vestidos que se habia comprado para salir con Stuart, el hermano de su editor, que habia sido su ultima y fracasada relacion. --Eso va a cambiar. Ahora los jueves acudire a las exposiciones esas que se hacen frente a la pizzeria o ire al Shamrock alguna vez. --?Cual sera mi habitacion? --le pregunto Doug entrando y saliendo de todas ellas con una mueca despectiva. --La que tu quieras, Doug, cuando el senor Cameron venga le puedes pedir que te haga lo que quieras en ella. --Con que me ponga conexion wifi me vale --le respondio--. Esto es una mierda. No se por que hemos venido aqui. Nora lo miro enarcando una ceja, amenazadora. --?Quieres que te repita las razones? Doug miro desafiante a su madre y luego bajo la mirada. No queria que Shelby las conociera, aunque sospechaba que las sabia pese a que no le habia dicho nada al respecto. --Vamonos abajo --le dijo a Scott. --Adolescentes --sonrio Megan justificando sus comentarios negativos. --Ya te tocara --suspiro Nora--. Sera mejor que nos vayamos y volvamos cuando este la casa vacia despues de comer. ?Puedes decirle al senor Cameron que venga a las cuatro? Megan sonrio. --Es solo Cameron, Cameron Lawrence --la corrigio mientras bajaban las escaleras--. Se lo dire y no creo que tenga ningun problema. Le dare tu telefono por si acaso. Nora se lo agradecio y siguio a las dos jovenes, satisfecha ante las nuevas perspectivas que la decision que habia tomado le ofrecia. Cuando Nora llego por la tarde a su nueva casa la encontro totalmente vacia y su aspecto le gusto todavia mas. Habia manchas en el papel de las paredes donde se habian apoyado los muebles, pero todo parecia mas amplio y limpio. Lamento que Doug se hubiera quedado en casa de Shelby, porque seguro que le hubiera gustado mas que antes verla asi. Volvio a recorrerla emocionada. Tenia muy buen presentimiento con respecto a esa mudanza. Confiaba en que todo cambiara para ellos. O por lo menos eso esperaba que sucediera. Queria volver a tener esa relacion de cordialidad que tenia con su hijo y que habia perdido desde que el empezo el instituto. Todo entre ellos se habia enfriado y tensado cada vez mas. Doug nunca habia sido muy influenciable, pero juntarse con los mas gamberros del instituto habia sido devastador, por lo menos para la relacion entre ambos. Ella lo achacaba a la falta de una figura paterna a la que imitar, y, por esa razon, se habia animado a salir con Stuart, despues de muchisimos anos sola, pero no habia funcionado. Ni siquiera habian pasado de la tercera cita. Nunca habia tenido suerte en el amor. Su novio en la universidad y padre de Doug se desentendio de ambos en cuanto supo del embarazo, y desde entonces ella no habia vuelto a abrir su corazon a nadie mas. Habia salido alguna vez con algun otro hombre, pero para ella lo unico que le importaba era su hijo, y que el estuviera bien atendido. Sus padres tambien le volvieron la espalda tras la noticia de su embarazo y habia tenido que dejar los estudios y ponerse a trabajar desde ese momento para que ni a su hijo ni a ella les faltara nada. Durante ese ultimo trimestre habia cursado la asignatura de literatura, algo que siempre le habia gustado, y en sus pocas horas libres habia empezado a escribir pequenos relatos. Con el apoyo incondicional de Shelby, companera de clase por entonces, se habia decidido a contactar con algunas editoriales y despues de un tiempo, mucho trabajo duro y bastantes noches en vela, habia conseguido vivir de sus novelas muy bien. Ahora solo rezaba para que su hijo se adaptara sin mayores problemas al instituto, aunque probablemente perdiera ese ano por sus bajas calificaciones. Sonrio al abrir uno de los dormitorios pequenos del piso superior. Quiza pudiera conseguir ese vestidor del que estaba decidida a disfrutar. Bajo al salon. Tenia muchas ganas de empezar con la obra. Vio junto a la puerta una esquina despegada del papel de la pared y no pudo evitar la tentacion de cogerla y tirar con fuerza para comenzar a quitarlo. La satisfaccion que sintio mientras lo hacia era indescriptible. Ilusion, satisfaccion, esperanza... dio un fuerte tiron. --Joder --exclamo malhumorado Cameron Lawrence, que entraba por la puerta en ese momento.

  • Deudas del frio, Susana Rodriguez Lezaun de Susana Rodriguez Lezaun

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  • Opus 77 de Alexis Ragougneau

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    Pero los minutos de silencio, como bien saben ustedes, nunca duran sesenta segundos enteros, ni siquiera en el recogimiento de una basilica ginebrina un dia de funeral. La impaciencia no tarda en despuntar, por mucho que el grueso de los asistentes sean musicos de la OSR que, por definicion, respetan el tempo que les impone su director. Esta vez, Claessens no esta en el podio. Esta tumbado en el ataud, delante del altar, bajo la afanosa mirada de un cura imbuido de su mision. Ensalzar al artista. Dejar caer un par de palabras sobre una posible inspiracion divina; nunca se sabe, tampoco cuesta nada y, al difunto, un poco de proselitismo dano no le va a hacer. Y lo que es su hija, sentada al piano unos metros mas alla, seguramente no dira nada, de lo ensimismada que parece. Por encima del teclado, anidada en la piedra, hay una Virgen con el Nino. En su rostro, vuelto hacia la vidriera, se queda prendida la luz del dia. Jesus, un angelote mofletudo de pelo rizado, me mira fijamente con sus ojos de alabastro. No hay forma de saber lo que esta pensando; debajo de la Madre y el Hijo, con el vestido de seda negro demasiado escotado para la ocasion y la melena cobriza colgando sobre las teclas de marfil, debo de quedar fatal, como una autentica Maria Magdalena. He venido a tocar una pieza en el entierro de mi padre. No se me ha ocurrido nada mejor para ponerme que el primer vestido de concierto que he encontrado en el fondo de un armario. Alli, en la segunda fila, hay alguien sorbiendo por la nariz y llorando que empieza a sacarme de quicio. Me siento rarisima, casi extranjera, como si estuviera dando un concierto al otro lado del mundo, en Sidney o en Tokio, aun atontada por el desfase horario. Esta manana temprano, cuando la iglesia aun estaba vacia de espectadores, vino un afinador para poner a punto el Bosendorfer (o, al menos, eso me ha asegurado el sacerdote). Me hubiese gustado cruzar unas palabras con el, charlar de ajustes y de mecanica (me encanta hablar con los artifices de instrumentos, tecnicos, afinadores...). No pude: me estaban esperando en el tanatorio. Que arrugado estaba Claessens. Que viejo, metido en el ataud. Ya era una momia. Como si todos los esfuerzos que se habia consentido para preservar la juventud, las cremas, los implantes capilares y el bisturi se hubiesen quedado en nada por la muerte y la enfermedad. Justo antes de que cerraran el feretro, meti dentro la batuta, pensando que se quedaria mas tranquilo teniendola, para poder marcar el compas alla donde va, a dos metros bajo tierra y a ningun otro lugar. En la nave, los musicos de la orquesta se han sentado espontaneamente en formacion de concierto. <>, asi los llamaba Claessens: <>. No lo olvido, papa. Noche tras noche, cuando tengo que tocar un concierto de Rajmaninov, de Beethoven o de Mozart, jamas lo olvido. La cuerda en las primeras filas. Violines a la izquierda y violas en el centro; a la derecha, los de mayor cilindrada, violonchelos y contrabajos. Mas alla, la <>, clarinetes y fagots, flautas y oboes, trompas, trompetas, trombones y tubas. Y por ultimo, al fondo del todo, los que pasan inadvertidos o casi, los percusionistas, que son mi picoteo favorito para despues del concierto y los autografos, para despues de los actos mundanos, en Nueva York, Milan o Berlin, cuando llega la hora de volver al hotel. Entre los lobos que aullan siempre escojo al mas sumiso, al mas insignificante, y lo invito a tomar la ultima, para que los machos alfa se vuelvan locos, de celos y de ira. Aqui, en esta basilica, veo que varios musicos de la Orquesta de la Suisse Romande, sobre quienes reinaba mi padre, se han puesto el frac de las noches importantes. El minuto de silencio aun no ha concluido, pero ya quieren acelerar el tempo, pasar a la ceremonia religiosa propiamente dicha. Los veo desde el teclado, veo como rebullen en la silla, cruzan y descruzan la piernas; oigo como carraspean, se chascan las articulaciones y se suenan de forma mas o menos discreta (hay que decir que estamos en invierno: fria, fria y humeda Ginebra). No saben que hacer sin un instrumento entre las manos. El silencio les resulta insoportable. Pero antes, todavia les queda escucharme. Anoche me dejaron claro (quien, ya no lo se, un tio con traje oscuro de raya diplomatica, ?el administrador de la OSR, tal vez?) que estaria bien que yo interpretase una obra en la iglesia, en memoria de mi padre. Me pillo desprevenida. Yo, Ariane Claessens, no sabia que tocar. Estos ultimos dias, en el centro de cuidados paliativos, me habia convertido en la espectadora de su muerte inminente. Ni me acordaba de los conciertos. Intentaba alimentarlo con cucharilla, darle de beber, pero siempre se negaba. Me quedaba observando a las auxiliares de enfermeria cambiarle los panales y arreglarle la cama, y una en concreto, tambien pelirroja, pero de mentira, no paraba de decir: <> (cito sus palabras), y yo: <>. Solo que no me movia del rincon. Primero, me van a tener que escuchar, queridos espectadores vestidos de negro. Cuando llegue aqui, tenia pensado tocar Funerailles, de Liszt. Un programa de circunstancia. Y ademas me gusta tocar los pasajes forte, ensanandome con el teclado hasta la extenuacion. Algo para desfogarme con el instrumento en un dia y un ambiente como estos. Pero antes de la ceremonia tuve que recibir los pesames en la escalinata de la iglesia, delante de un punado de periodistas aferrados al paraguas (fuera esta lloviendo a cantaros; fria, fria y lluviosa Ginebra). Estaba predestinada, ?comprenden?, a recibir las sentidas condolencias de la profesion. Yo, la ultima superviviente, o casi; la ultima mohicana o, mas bien, la ultima Claessens. Ariane, un cuarto de siglo bien colmado. Detras del cutis de melocoton y el pelo de fuego, debo de tener por lo menos cien anos. El primer apreton de manos me lo dio un percusionista. Uno de esos tios del fondo, junto al radiador: <>. Este, por muy percusionista que sea, obviamente nunca me ha tocado. La OSR es familia. No te llevas a tu madrina de copas a las dos de la madrugada pasadas, tendria algo de incestuoso; mas tarde les contare el asunto ese del amadrinamiento. Desfilaron todos delante de mi, en la escalinata de Nuestra Senora de Ginebra, a unos cientos de metros de la estacion; todos me dieron un apreton de manos siguiendo, por asi decirlo, el orden protocolario o, mejor aun, siguiendo la formacion de una orquesta sinfonica. Hasta el violin al que mi padre degradara muchos anos antes (de primero a segundo) se acerco con todos los dientes fuera, sin que me quedara muy claro si era para sonreir o para hincarmelos en las carnes. <> Y luego hace ademan de entrar en la basilica, donde el organo se mantiene mudo porque soy yo quien, dentro de un rato, va a aporrear el Bosendorfer a modo de marcha funebre; pero, en el ultimo momento, parece que se lo piensa mejor; ahora solo quedamos fuera el y yo, mientras sigue lloviendo a mas y mejor (fria, fria y siniestra Ginebra), y el segundo violin me susurra al oido, pianissimo : <>. Entonces le digo: <>. Y el dice: <>. Yo me quede imperterrita, que es algo que se me da muy bien, mientras por dentro me inundaban la tristeza y la ira. Entonces supe que no iba a tocar las Funerailles de Liszt, sino una obra mucho mas larga, de cuatro movimientos, sin contar la cadencia del solista. Una composicion para violin y orquesta, cuya transcripcion para piano me sabia de memoria por haberla ensayado mil veces con mi hermano. El Opus 77. Ya ha pasado el minuto de silencio, mas o menos, y me llega el turno de tocar. Me desnudan con la mirada, me clavan en el ataud de madera negra que lleva el marchamo de Bosendorfer. <> Como veran, dicho sea de paso, siempre hay alguien esperandome a la vuelta de la esquina; incluso cuando levanto la tapa de un teclado en el entierro de mi padre, los criticos presentes en la sala tienen que sacar el boligrafo y la libreta. Oigo silbar desde aqui su lengua viperina. <> De todas formas, para esa gente solo soy un fenomeno de feria. Inspiro hondo antes de empezar. Es como zambullirse en las profundidades a pulmon libre. Cierro los parpados y echo la melena hacia atras para darles a todos la oportunidad de verme brevemente el hermoso rostro salpicado de pecas. Mis dedos acarician las teclas (la fa mi la, la bemol sol fa do, si mi do la, sol la fa sostenido re). Tardan cinco segundos en reconocer el opus ruso. <> Si, senoras. Si, senores. Exactamente eso. Yo solita sere una orquesta al servicio del etereo de mi hermano. Ha habido que esperar a que David se quedara en silencio para que yo volviera a tomar la palabra al fin. Les ruego que se comporten con un minimo de dignidad delante de los despojos de mi padre. Creanme si les digo que ser pacientes tiene su recompensa. Ahora, escuchen atentamente, escuchen nuestra historia; la de mi madre, la de mi hermano y la de Ariane Claessens, que toca para ustedes de memoria; esta vez, se lo garantizo, me veran desnuda como el dia en que naci. * * * Uno de mis recuerdos mas lejanos es un recuerdo que no me pertenece. Debo de tener cuatro anos y David, seis. Desde hace dos o tres meses, en cualquier caso, desde que llegamos a Ginebra, todas las mananas mi hermano toquetea el Steinway del salon, despues de comerse el cuenco de cereales y antes de irse al colegio, ante los ojos arrobados de Claessens. Mi madre, por su parte, ya ha empezado a encerrarse en su habitacion en cuanto alguien abre la tapa del instrumento.

  • Como la luz del agua de R. Tovar

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  • Los secretos del viento de Angeles Fernandez Marti

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    Klara, una mujer de treinta y nueve anos, seria y organizada, recibe tres noticias que haran que su mundo se tambalee. Su exmarido la invita a su enlace matrimonial, a su madre le diagnostican Alzheimer y su abuelo fue un espia nazi en Fuerteventura.
    A traves de los diarios que le entrega su madre, Klara conocera la infancia y adolescencia de su abuela durante la guerra civil espanola, el gran amor que sintio por Klaus durante la segunda guerra mundial y como eso marco su vida.
    El conocimiento del secreto familiar que siempre le habian ocultado provocara que Klara crezca como persona y se replantee sus creencias y vision de las relaciones familiares.