• libro las aguas rebeldes - Sara Raasch

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    Una revolucionaria. Un pirata. Un principe.

  • LAS AGUAS REBELDES | SARA RAASCH | Casa del Libro

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  • Las aguas rebeldes (Puck) Tapa blanda - Libros - Amazon.es

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  • Las aguas rebeldes - Ediciones Urano España

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  • las aguas rebeldes 1 - Machado Libros.

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    LAS AGUAS REBELDES 1, RAASCH, SARA, 18,00€. Una revolucionaria. Un pirata. Un príncipe. Lucharán por sus países, por sus familias, por ellos mismos... o e.

  • Las aguas rebeldes - Puck

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    Comprar el libro 'Las aguas rebeldes'. ... Sara Raasch supo que estaba destinada a dedicarse a los libros desde los cinco años, cuando sus amigos tenían un ...

  • LAS AGUAS REBELDES - SARA RAASCH - 9788492918324

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  • Reseña de Las aguas rebeldes de Sara Raasch - Jardines de ...

    https://jardinesdepapel.es/resena-de-las-aguas-rebeldes-de-sara-raasch/

    4 abr 2019 — Seguimos la semana hablando de un libro sobre piratas, magia y aventuras. Espero que os guste la reseña y muchas gracias a la editorial por el ...

  • Reseña: Las Aguas Rebeldes - Sara Raasch - Sueños entre ...

    https://suenos-entre-paginas.blogspot.com/2020/06/resena-las-aguas-rebeldes-sara-raasch.html

    3 jun 2020 — Las aguas rebeldes, es un libro de fantasía juvenil muy entretenido. Con una narrativa adictiva que te atrapara desde el inicio. Y aunque tenga ...

  • LAS AGUAS REBELDES. RAASCH, SARA. Comprar libro

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    LAS AGUAS REBELDES (Libro en papel) ; ISBN: 978-84-92918-32-4 ; Páginas: 416 ; Encuadernación: RUSTICA ; Idioma: Castellano ...

  • Las aguas rebeldes (primera parte de la saga), Sara Raasch

    http://www.eltemplodelasmilpuertas.com/critica/aguas-rebeldes-primera-parte-saga/1660/

    Si al leerlo has notado cómo tiraba de ti la corriente, sumérgete en Las aguas rebeldes. En El Templo nos gustaría saber qué te pareció este libro. Nombre.

  • Lo que no sabia de mi, Sibila Freijo de Sibila Freijo

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    ?Que pasa cuando tu sexualidad explota de repente?
    ?Y si un dia descubres que tu cuerpo y tu vida estan llenos
    de secretos que no conocias?
    De dia, Carlota es una mujer culta y atractiva a punto de
    cumplir los cuarenta, recien divorciada tras un largo matrimonio,
    con dos hijos y un buen trabajo en una agencia
    de comunicacion gastronomica. Pero de noche, todo es
    distinto.
    Como un animal que muda de piel, la protagonista se
    abre a un mundo nuevo, lleno de placeres insospechados,
    y se lanza a una apasionante aventura que la llevara de una
    experiencia a otra, en busca de una excitacion que jamas
    penso que pudiera estar a su alcance.
    Sibila Freijo firma esta novela erotica de alto voltaje para
    las lectoras mas exigentes, que es a la vez una reflexion
    sobre el sexo, el amor, el desamor y las relaciones de pareja,
    con un trasfondo de humor e ironia.
    Y es que nuestro cuerpo puede ser el camino para descubrir
    todo lo que no sabiamos de nosotras mismas.

  • Conquistando a Tiago de Dylan Martins

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    Abigail es una chica independiente que vive en un pequeno apartamento en la ciudad de Vigo. Trabajadora de una de las mayores empresas de venta online, vive sin mayores complicaciones.
    Hasta que una noche sale con Emmy, su companera de trabajo. En un intento por sacar a su amiga de la tristeza tras la ruptura con su pareja, Abigail no puede imaginar que esa noche sera su vida la que cambie. Un pequeno incidente con un chico hara que su mundo quede patas arriba. Y no solo el suyo, tambien el de Emmy.
    Tiago, el misterioso hombre detallista e improvisador, sera el responsable del caos en el que se convertira la vida de Abigail, haciendola ver todo desde una perspectiva muy diferente.

  • Desde mi ventana, Maleja Arenas de Maleja Arenas

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  • Damas oscuras de Charlotte Bronte , Elizabeth Gaskell

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    Veintiun cuentos de fantasmas escritos por algunas de las maestras victorianas del relato escalofriante. Un regalo perfecto para Navidad y para leer al amor de la lumbre. ?Que hace que las historias victorianas de fantasmas sean tan perfectas para leer al calor de una chimenea en una noche oscura? Historias de mansiones abandonadas, de viajes en coches de caballos por paramos desolados, de castillos en acantilados, de bellas mujeres sepulcrales, de oscuras historias familiares en las que los antepasados no acaban de irse del todo... Un genero en el que algunas eminentes damas novelistas, especialistas en lo escalofriante, marcaron tendencia. Las veintiuna historias incluidas en este volumen abarcan el reinado de la reina Victoria y cuentan con aportaciones de autoras clasicas como Charlotte Bronte, Elizabeth Gaskell, Margaret Oliphant o Willa Cather, junto con otras no tan conocidas pero no por ello menos especialistas en lo tenebroso y lo sobrenatural. Ambientados en las montanas de Irlanda, en una villa mediterranea o en una tetrica mansion de Londres, estos relatos evidencian la fascinacion victoriana por la muerte y por lo que habia mas alla, con atmosferas sugerentes, ingenio y mucho, mucho humor.

  • Tu por mi de Raquel Moreno

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    Dos extranos, cada uno arrastrando las consecuencias de su propio pasado se encuentran una noche como resultado de un error fatal. Emma se recluye en lo mas profundo del bosque huyendo de todo contacto humano. Jacob solo puede pensar en la venganza de su familia. Pero la terrible historia de odio, traicion y muerte que les rodea les va a atrapar a los dos de tal manera que su unica opcion sera depositar su confianza en el otro.

  • El anillo del griego de Lynne Graham

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  • La sabiduria de lo incierto de Joan-carles Melich

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    Este ensayo explora la permanente necesidad que los seres humanos tenemos de vivir envueltos en historias y ficciones. Segun Melich, los grandes maestros de la literatura universal lo son no porque en sus obras nos expliquen como hay que vivir, sino porque desvelan sin ambages la precariedad, la ambiguedad y la inasible fragilidad de nuestra existencia. Lejos de los manuales de autoayuda, este apasionado y apasionante ensayo defiende la capacidad transformadora -para bien o para mal- que los grandes textos literarios pueden ejercer sobre nosotros. La lectura, entendida como una actividad de riesgo.

  • Dulce Tortura de Jenifer Demichelis

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    Jessica se quedo de pie frente al salon de clases. Era su primer dia de universidad. Hacia apenas un par de minutos habia ingresado a un artistico, construido por uno de los arquitectos mas famosos del pais y que por muchos anos fue sede del Ateneo, hasta que las autoridades gubernamentales se habian hecho de el y ahora formaba parte de la Universidad de las Artes, el inmueble no se prestaba mucho para ser instituto educativo, pero sin duda se sentia la vibra de las artes en el lugar, ese aire bohemio, despreocupado, pero a su vez creativo. --!Pasa! --Le grito Alondra, su amiga, quien era su vecina y con la que habia decidido empezar esta aventura de estudiar artes. --Pareces una loca ahi parada mirando la nada. Entra. La universidad se jactaba de ser muy enfatica con la puntualidad, quien llegara tarde se quedaba afuera. Solo por esa razon ya el lugar estaba convirtiendose en uno de los mejores institutos del pais Se acomodo junto a Alondra, disimuladamente miraba el reloj, ligeramente ansiosa por la primera clase, quien seria el maestro o maestra, como serian las evaluaciones, los companeros. Por un momento dudo de su talento. Tenia el don innato de hacer arte con su pincel y lienzos, en casa tenia varios cuadros sin terminar o algunos listos que eran su pequena galeria intima. Aunque era consciente de que aun le faltaba mucho por aprender, por mas autodidacta que fuera, la guia de los maestros seria idonea para conectar y poder lograr las grandes obras que deseaba trazar en la tela en blanco. Abrio su libreta que tenia arriba la imagen de una mariposa azul con negro, bautizada con el feo nombre de Morpho Peleides, los cientificos tenian un don para darle nombres terribles a tan maravillosas creaciones de la naturaleza. Comenzo a pasar las paginas, buscando una que estuviera en blanco, en las primeras, las escritas, reposaban poemas que en momentos de inspiracion escribia, en casa, en su ordenado, reposaban un par de poemario que estaban en proceso de poda, correccion y busqueda de palabras mas idoneas para algunos de sus versos. Durante los ultimos anos habia pulido sus poemas dejando un trabajo mas hermoso... Ella, sin duda alguna era una artista, solo le faltaba ese empujon, alguien qe la encarrilara para que pudiera encontrarse y mostrar al mundo lo que por esa cabecita bullia. Finalmente consiguio la hoja en blanco, anoto la fecha del dia y miro a Alondra, quien estaba inmersa en su movil. Vio para los lados y ya habia mas estudiantes, todas caras desconocidas que estaban inmersas en sus mundos, futuros amigos y seguramente enemigos que se gestarian en esa comunidad que se formaba. Jessica se iba a rendir a su propia introspeccion metiendose en alguna red social de su movil, cuando recibio un codazo de Alondra, la miro y esta le senalo con la boca la puerta. Alli estaba de pie el hombre mas guapo que habia visto nunca. Alto, llegaba casi al quicio de la puerta. Sintio como si una suave brisa acariciara los vellos de su espalda. Su mandibula estaba bien marcada, su boca poseia una sensual curvatura, su ojos eran verde, un tono extrano, porque no eran claros como los muchos ojos que habia visto en su vida, sino de un verde oscuro, militar, el cabello negro, fino, seguramente rebelde, se contenia en una cola de caballo, que aunque a ella nunca le habian gustado, por alguna razon a ese hombre le quedaba bien. Ademas, su manera de vestir era despreocupada y elegante. Parecia que cada una de sus prendas estaba hecha a su medida y le quedaba bien. No era el profesor, era otro companero de clases. Pero vaya que era hermoso. Poco rato despues entro la maestra. Quien luego de las presentaciones pertinentes y hablar de su plan de evaluacion, fue al grano. --Jovenes, a mi me encanta trabajar en grupo. --A nosotros no... --Dijo uno de los estudiantes, algunos de los presentes rieron. Se veia que era el bromas del salon. --Pues les tocara acostumbrarse --dijo la maestra sonriendo-- desde hoy comenzaremos a formar grupos y seguramente repetiran en muchas ocasiones. Como se que ustedes no se conocen, esta vez los organizare yo. La maestra tomo la lista donde aparecian los nombres de los estudiantes y comenzo a nombrarlos. --A medida que vaya nombrando, ustedes se iran cambiando de puesto con el de al lado y asi cada quien quedara al lado del otro y armaremos el grupo para comenzar a trabajar. Asi fue, a medida que los nombraba todos se iban moviendo de sus puestos y cambiandose con otros para irse acomodando. El salon tenia bastantes puestos vacios, era facil ubicar otro asiento mientras la maestra citaba su nombre. --Ojala nos toque juntas --Dijo Alondra-- y casi como si hubiera dicho un maleficio, su nombre fue mentado por la profesora. Alondra abrio los ojos, esperando escuchar el de Jessica. Pero nombraron a Marcos, al girare a buscarlo, se consiguio con un hombre de lentes, un tanto nerd, nervioso en sus movimientos, quien se le ilumino la cara cuando vio la mujer que le habia tocado en suerte como companera. Alondra miro a Jessica, como pidiendole auxilio, ella solo sonrio con la comisura de los labios y se quedo apertrechada, esperando a ver quien le tocaba en suerte. --Alessandro Mccoy --Dijo la maestra. Jessica, disimuladamente giro la cabeza, buscando al protagonista de ese nombre. Era el, el guapo que habia robado su aliento un rato antes. La profesora paseaba el dedo por la lista, buscando el companero para el. Dio un respingo cuando escucho --Jessica Alvarez. Miro a la maestra con una interrogacion grabada en su rostro, y ella parecio leer su duda. --?Que paso? Tu y Alessandro son companeros. Jessica solo atino a asentir con la cabeza. El hombre, con un gesto serio, casi arrogante vino y se sento a su lado. Puso su bolso encima de la mesa, la miro, saludo con la cabeza con cortesia y no la miro mas, puso su vista en la maestra. Jessica se sintio incomoda como nunca lo habia estado en su vida. Poco rato despues la maestra habia formado grupos. --Bueno, estamos listos. Aqui no hemos venido a jugar, asi que vamos a la accion. La maestra salio hizo unas senas desde la puerta y dos jovenes entraron con una silla de esas de madera que se usaban antes en los bares de mala muerte y detras venia una mujer con poco mas de 40 anos, unas de esas que a todas luces es ama de casa, que tiene un poco de sobrepeso y un par de hijos con algun nieto en camino. Una mujer madura. Se veia que no habia tenido buenos tiempos, su figura la verdad no era la mejor. Venia envuelta en una toalla. La silla de madera fue colocada en el centro, donde todos pudieran verla desde sus angulos. La mujer se quito el pano y estaba totalmente desnuda, se sento en la silla y adopto una posicion donde una pierna tocaba el suelo, la otra estaba en el peldano de la silla, un brazo reposaba en el espaldar y el otro en la pierna. En su estomago se dibujaban pliegues de sobrepeso, sus senos caidos mostraban que en algun tiempo fueron unas buenas tetas, su rostro, toda ella, aunque no entraba en los estereotipos de belleza, tenian una extrana belleza, supongo era su alma de artista, que no tenia reparo en venir y posar alli, desnuda ante esos estudiantes que al verla quedarse desnuda, chiflaron a modo de piropo. --Se podran imaginar lo que vamos a hacer. Quiero que cada pareja comience a dibujar a la modelo, ustedes veran como se organizan, la idea es que entre los dos, dejen un solo dibujo. Pueden tomarse la hora de clase en eso. ?Vale? Alessandro miro a Jessica, levanto una ceja, como esperando que ella actuara. --Aqui tengo hojas --Dijo ella-- ?como nos organizamos? --Te prestare un lapiz de unos buenos que traigo aqui. Vas a usar esos. Su voz era aterciopelada y hermosa, gruesa, varonil. Hacia que el autoritarismo con el que hablaba sonara sexy. Le dio un lapiz, normal, similar a los que ella tenia en el bolso, pero igual lo acepto y comenzaron a dibujar. --Se me dan bien los rostros, vamos a hacer el boceto y ahi vamos uniendo a medida, pero empezare con su cara ?Vale? --Si --respondio Jessica. Le molesto que en el rato que estuvieron dibujando, ni una sola vez el la mirara ni un momento, estaba solo inmerso en rayar la hoja y formar la figura de la mujer desnuda frente a ellos. <> tan sobrado, tan crecido, se cree que porque es guapo, ya las tiene todas ganadas. Idiota. No soportaba a los hombres crecidos, que se creian superiores, que pensaban que la belleza fisica era lo unico, que no tenian nada mas. Alondra sabia que su amiga era medio rebelde, por eso le habia advertido que tenia que hacer amigos en el lugar y ser callada, no salir con cosas a los demas cuando estos le hicieran algo que no le gustara, por ella, se quedaria callada. Pero sin duda no dejaba de molestarle que el no le regalara ni una mirada. Estuvo tan concentrada, quejandose en su interior por Alessandro, que apenas si presto atencion a su dibujo, los resultados eran evidentes, los trazos de ella se veian un poco descuidados, en cambios los de el, habian esculpido un rostro que parecia una fotografia en blanco y negro, que iban transformandose en una cuasi caricatura del cuerpo, el contraste entre el trabajo de Alessandro y el de Jessica. --?No sabes dibujar? --dijo-- Es elemental saber para estudiar esto. --Si se dibujar --respondio Jessica mirandolo con los ojos brillantes. El miro el dibujo, la miro a ella y dijo. --Ya. Fue el unico momento en el que le dedico una mirada, siguio mirando a la maestra y a la modelo, como un muneco obediente. Como si estuviera en la escuela. <> se dijo para sus adentros. --?Ya terminaron? --pregunto la maestra que se acerco y los vio sin hacer nada. --?Quien hizo esta parte? --senalo el rostro y el trabajo de Alessandro. Al descubrir la parte de cada uno, miro con una sonrisa fingida a Jessica. --?Desde cuando dibujas? --Desde siempre. Es mi vida. --Debes practicar mas, tus trazos son muy duros. Igual es la primera clase, pero mira como la hizo tu companero y como aqui el trazo cambia bruscamente. La maestra le dio la espalda y se dirigio a la clase. --Muchachos, la idea con esto, es que ustedes aprendan a trabajar en equipo, que puedan formar un trabajo donde no se note que hubo cuatro manos, sino solo una, que trazo y formo el arte. Por eso los uno, porque quiero que todos se formen igual. Asimismo les digo, si sienten que esta no es su carrera, que no saben dibujar, estan a tiempo de salir por esa puerta e irse a estudiar Abogacia, alla no tienen que dibujar. Luego de decir esto le dio una rapida mirada a Jessica, ella se sintio terrible. Alessandro se dio cuenta de todo, tomo el lapiz y dijo. --Mira, si pones el lapiz asi, podras hacer mejor el trazo porque... --Joder, yo se dibujar. Dame eso --le quito el lapiz, tomo el borrador, y toda la parte que ella habia hecho la elimino en unos segundos, ahora tomo el lapiz y en pocos minutos habia trazado toda la figura de la mujer, con una calidad casi identica a la de Alessandro. Este por primera vez la miro con otros ojos, cambiando el punto de vista que tenia sobre ella. Jessica lo noto y una rafaga de calor recorrio su cuerpo, sus ojos de madreselva la estudiaban. ?Seria capaz de arder en ese momento, sintiendo que era taladrada por ese hombre? Alessandro la estudio, su piel canela clara, su cabello listo, hermoso que caia en cascada por su espalda, sus labios gruesos y delineados, hechos para besar, con unos ojos grandes, expresivos, que parecian sonreir y mostrar una ternura en el tono oscuro. Sus pomulos anchos, que daban la tentacion de morderlos y mojarse en la miel de la que parecian estar hechos. Tambien vio su cuerpo, esto sin reparo, sin disimular, se quedo mirando la figura de guitarra, sus pechos redondos, su cintura mediana y las piernas gruesas y contorneadas, por su sangre corria sangre africana, eso le regalaba un tono suave pero una figura gruesa y hermosa como las mejores negras. Era muy hermosa. --Dibujas muy bien. --Dijo--Eres buena ?Por que el primer dibujo fue tan horrible? Ella tenia la respuesta, pero no la dijo, al menos no en palabras, porque la mirada que el le dio, parecio comprender lo que pasaba y por un instante se quedaron mirando fijamente y para Jessica este fue un intercambio mucho mejor que muchos encuentros sexuales que hubiera tenido. Finalmente desconectaron y cada uno parecio ir a lo suyo. La clase finalmente termino y todos fueron saliendo. --?Como te fue? --Le pregunto Jessica a Alondra. --Pues el nerd que me toco dibuja como los dioses. Asi que bastante bien. ?Y a ti? Estabas bien acompanada. Que envidia. Seguro te lo miraste de arriba abajo. !Guarra! --Terrible, el primer dibujo me quedo fachas y la maestra me vio como si fuera una retrasada. --?Fue por ti que recomendo irse a estudiar abogacia? Ella dijo que si con la cabeza. Alondra solto una gran carcajada. --Calla. Todo fue por culpa de Alessandro. --Ajaaa. --Es que me dio su lapiz y me quiso decir como hacer las cosas. --Te has quedado prendada de el, que eres guarra. Bueno, no fuiste la unica, todas te envidiamos en la clase, queriamos que nos tocara el. Cuando Jessica iba saliendo de la universidad junto con Alondra, suena su movil. --?Senorita Alvarez? --Pregunto una voz masculina al otro lado. --?Si? --Le habla el agente Tucson de la Policia Central. Su pecho dio un vuelco. La policia no llama nunca a nada bueno. --?Que paso? --Lamento informarle que su piso se incendio. --?Como? --Los bomberos ya apagaron las llamas, pero lamento informarle que el siniestro consumio todo. --?Como consiguio mi numero? --Me lo dio el conserje. ?Donde se encuentra ahora? --Saliendo de la universidad, precisamente iba para alla. --Aun nos encontramos aqui, estamos investigando el origen y nos interesaria mucho hablar con usted ?puede venir de inmediato? Por la mente de Jessica pasaron muchas teorias, ella, la verdad no tenia problemas con nadie, era alguien muy juiciosa, entregada a su estudio y no tenia ni ex toxicos ni enemigos conocidos, todo tenia que ser producto de un accidente. A su vez paso por su mente el donde dormiria hoy, que se pondria, que seria de su vida de ahora en mas y lo mas importante, si ella tendria la culpa de este incendio. Mientras iba casi corriendo a casa, la cual quedaba a unas siete cuadras, por su mente cruzaba si habia dejado la hornilla encendida, o el cargado del movil conectado, la plancha enchufada, alguna cosa encendida que provocara el incendio, no era fumadora asi que tampoco podia ser que dejo algo encendido. No conseguia explicacion. Llego. Alli un hombre regordete, con una gran calva parecio reconocerla, vestia de traje, con una camisa que ya no era tan amarilla y una corbata barata, al verla se acaricio la calva como seguramente lo hizo cuando tenia una cabellera que su consciente e inconsciente extranaban. --Senorita Alvarez, lamento lo sucedido. --?Como ocurrio? --No parece provocado por ninguna otra persona, pero los expertos buscan el origen para ello. El movil mas solido es el de un cortocircuito, una cortina o una tela que no estaba en el lugar correcto. Lo curioso es que todo inicio muy rapido, segun testigos cuando fueron a llamar a los bomberos ya el incendio estaba en su maximo cenit y para cuando llegaron solo apagaron el carbon, no queda nada. --Solo soy una mujer con mala suerte entonces. --?Tiene algun enemigo? --?Como dice? --Que si tiene enemigos que hayan podido causar este incendio. --No... no que lo sepa.

  • Snap de Belinda Bauer

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    <>, dijo su madre antes de desaparecer carretera arriba en busca de ayuda. <>. Jack, de once anos, y sus dos hermanas pequenas se quedan dentro de un coche averiado y asfixiante, peleandose, lloriqueando y jugando a ‘Veo veo’ mientras esperan a su madre. Pero, aunque salen a buscarla, esta no vuelve. Y despues de ese dia de verano largo y caluroso, ya nada sera igual.
    Tres anos despues, al otro lado de la ciudad, una mujer llamada Catherine While se despierta y encuentra una navaja junto a su cama con una nota que dice: <>. Aunque la policia esta buscando a un misterioso ladron al que llaman Ricitos de Oro por su costumbre de dormir en las camas de las casas en las que roba, Catherine no le ve sentido a avisarla o a preocupar a su marido.
    Mientras tanto, a sus quince anos, Jack sigue a cargo de sus hermanas. Su padre ha desaparecido, y el se ocupa de alimentarlas y de que nadie sepa que estan solos en casa. Y, cuando accidentalmente descubre la misteriosa navaja, es posible que este a punto de averiguar quien mato a su madre.
    Pero la verdad puede ser peligrosa…

  • Historia de la criptografia de Manuel J. Prieto

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    Desde que el ser humano escribio la primera palabra, se han querido ocultar y codifican mensajes. Secretos de Estado, ordenes militares, asesinatos o la simple privacidad entre personas han servido para desarrollar complejos sistemas de encriptacion que han desempenado un rol fundamental en la guerra y la politica.

  • La doctora de Silvia Tarrago

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    El amor a la medicina y el apoyo incondicional que se dan entre ellas haran invencibles a estas cuatro mujeres ante los recelos de una sociedad que, gracias a ellas, empieza a cambiar.

  • Otono lluvioso de Claudio Hernandez

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    El sheriff Burt se ve mezclado de nuevo, en una serie de crimenes espantosos, que parecen ser obra de un imitador del asesino apodado Jack pies de pluma, quien dejo un reguero de chicas muertas en el frio invierno. Peter todavia distante de su amor platonico Ann, aunque recuperada la amista de su hermano Denny, se ve involucrado otra vez en una espiral de asesinatos de chicas jovenes de la escuela secundaria News Academy. Burt decide cerrar el centro, durante el otono lluvioso, pero los cadaveres aparecen en cualquier parte. Peter esta vez no esta solo. Ethan y Charlotte, pertenecientes al FBI, se unen a la investigacion, pero se producen serios enfrentamientos contra Burt y Peter.
    Peter ahora ve los recuerdos de las chicas muertas. Lo ultimo que quedo grabado en sus retinas. Pero ademas descubre que puede ver mas alla, con solo tocar un objeto, y lo que mas le desconcierta, puede ver a traves de los ojos del asesino, ayudado por las difuntas. Pero lejos de avanzar, ni uno ni otro consiguen dar un paso, al contrario, retroceden y se estacan.
    Sin embargo, la ultima victima y tras encontrar un boton que pertenece al asesino, toda la investigacion da un giro. Con una precision de relojeria, deben llegar al final en una trepidante carrera que les llevara a un final inesperado para todos.

  • Tenebris de Monica Benitez

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    Eiver --!Zaiguer! --lee nuestro adalid en voz alta y fuerte tras sacar un papel de la urna. Sonrio, Zaiguer es un chico fuerte y muy capaz de defenderse, a su lado, quiza logre sobrevivir un par de dias. --!Y por ultimo...! --grita metiendo la mano en la urna de las chicas. --!Me presento voluntaria! Mi voz suena por encima del silencio y de la inquietud que produce siempre este momento. Todos se giran hacia mi con asombro, lo que aumenta mi ritmo cardiaco al sentirme el centro de todo. --?Que demonios haces? --susurra mi amigo Brano a mi lado--?te has vuelto loca? --Tengo que encontrar a mi padre y a mi hermano--murmuro notando como me late el corazon con fuerza. --?Quien ha hablado? --pregunta el adalid. --Yo, Eiver--contesto hecha un mar de nervios y tambien cagada de miedo. --Acercate--ordena bajando de lo que el llama el pedestal. Aunque no es mas que una enorme roca plana que sobresale de la tierra. Todos los aldeanos se hacen a un lado para abrirme camino hasta el, que me espera con una sonrisa de labios finos y rectos que no se descifrar, mirandome con sus profundos ojos negros y ese pelo grisaceo y brillante que tapa parte de su futura calva. --Pudiste presentarte voluntaria hace meses, ?por que ahora? ?Es que hay algo que nos ocultas? Como era de esperar, se muestra desconfiado, tipico del hombre que nos gobierna. --No, senor--respondo con el corazon encogido--antes no estaba preparada, ahora si. --Ya--se rie con ironia--?A que te dedicas? --Herborista, soy herborista. Me mira con el ceno fruncido mientras un silencio sepulcral nos rodea esperando su respuesta, ahora mismo siento panico, antes esto era voluntario, cada semana dos personas se ofrecian para salir al otro lado de nuestros muros en busca de algun lugar donde trasladar nuestro asentamiento, nuestros recursos de agua se agotan, tres de nuestros cinco pozos ya estan totalmente secos, si no encontramos ese lugar pronto, no solo pasaremos sed, tambien pasaremos hambre. Al principio era asi, gente voluntaria la que se ofrecia, pero tras varias semanas viendo que nadie regresaba, los voluntarios dejaron de aparecer. Despues de una corta reunion entre el adalid y los miembros del consejo, se tomo la decision de incluir los nombres de todas las personas a las que ellos consideran prescindibles en dos urnas, una con los hombres y otra con las mujeres, y cada semana dos nuevas personas son elegidas para lo que todos consideran una mision suicida. --Nos sobran herboristas, lo cual te hace prescindible, ve a descansar, saldreis al amanecer--ordena dando la seleccion por concluida. Brano me coge del brazo con fuerza y me arrastra por todo el campamento hasta llegar a nuestro arbol, ese en el que tantas veces hemos reido y llorado juntos, donde nos hemos consolado el uno al otro. El es mi mejor amigo, mejor dicho, mi unico amigo teniendo en cuenta que aqui la amistad es un lujo que muy pocos se permiten, lo primero es la supervivencia, y si para ello tienes que traicionar a un amigo, se hace. Brano y yo no pensamos asi. --!Estas loca, joder! --grita iracundo--?como se te ocurre? Eres herborista, no sabes cazar, no sabes defenderte, ni siquiera sabes utilizar el cuchillo. No duraras ni una noche ahi fuera. --Me las apanare. --?Te las apanaras? Dime una cosa, ?que haras si algun salvaje de los asentamientos vecinos te ataca? ?O los moradores y los canibales? ?Te defenderas con una planta? -- pregunta mordaz, lo que me deja sin respuesta a la espera de que se calme. Por fin se sienta junto al tronco, encoge las rodillas y se las abraza mientras me observa intentando descifrar lo que pasa por mi mente. --?Por que? --susurra. --Ya lo sabes--contesto sentandome a su lado--tengo que encontrar a mi padre y a mi hermano. Brano suspira derrotado, sabe que nada me hara cambiar de opinion, y aunque lo consiguiera ahora ya es tarde, nadie puede retractarse de una decision asi. --Nadie ha vuelto, Eiver, mas de setenta personas han salido ya ahi fuera y ni uno solo de ellos ha vuelto, sabes que mi padre tambien esta entre ellos, pero tenemos que aceptar que estan muertos. --Me niego a pensar eso, quiza un lugar habitable donde cavar pozos esta mucho mas lejos de lo que pensabamos... --Los primeros partieron hace nueve meses, nadie puede caminar tan lejos sin toparse antes con el bosque oscuro de Tenebris, por no hablar de que antes se habran tropezado con varias comunidades de salvajes, con moradores, canibales... Salir ahi fuera es un suicidio y lo sabes. La piel se me eriza y un nudo de panico aterriza en mi pecho para quedarse, pero siento que es lo que debo hacer. --?Y que mas da? Ya has oido al adalid, soy prescindible, mi nombre esta en esa urna y tarde o temprano hubiese salido, solo he adelantado los acontecimientos. --Eso no lo sabes, quiza entre tanto hubiesen encontrado una solucion. --?Que solucion? --le corto--el agua se acaba, la mitad de los cultivos estan secos, las raciones diarias son cada vez menores, si no nos matan ahi fuera, acabaremos muriendo de sed o matandonos entre nosotros por las ultimas gotas de agua aqui dentro. --Si me hubieses dicho tu mierda de plan te hubiese acompanado. --Lo se, por eso no tenias que saberlo, aqui estas a salvo, Brano, estudias medicina, tu nombre jamas entrara en esa urna--sonrio. --Ya, pero olvidas que el agua se acaba--sonrie tambien. --Alguien encontrara un nuevo asentamiento, estoy segura. Seria muy heroico afirmar que ese alguien sere yo, pero no sera asi, Brano tiene razon, mis posibilidades de sobrevivir ahi fuera son muy pocas, por no decir ninguna. --Toma, llevate esto--dice entregandome su brujula. --Ni hablar, no puedo aceptarla, era de tu abuelo y se lo que significa para ti. --Escuchame, la vas a aceptar--ordena colocandola en mi mano--aqui la mision siempre es la misma, todos los que salen ahi fuera son enviados al este o al oeste para seguir la linea paralela del resto de asentamientos. --?Como sabes eso? --Oi parte de una conversacion entre el adalid y los consejeros, ya sabes como es la zona donde nos encontramos, ?no? --Pues la verdad es que nunca me ha quedado muy claro. --Da igual--dice cogiendo un palo y comenzando a dibujar en el suelo--este es nuestro asentamiento, y esto de aqui, las enormes montanas que ves ahi--senala a nuestras espaldas. Siempre me han producido mucha impresion, por mas que las veo a diario no consigo acostumbrarme a ellas, son enormes paredes verticales de rocas escarpadas que escalan hacia el cielo sin limite. Jamas hemos visto la cima, a partir de cierta altura siempre estan cubiertas por una densa niebla grisacea, son algo infranqueable. Sabemos poco de lo que sucedio durante los seismos, solo que murio mas del noventa por ciento de la poblacion mundial y que el mundo, tal y como era antes, dejo de existir para dejar paso a otro nuevo. Los mapas antiguos no sirven de nada, la orografia cambio completamente, donde antes habia una ciudad, ahora perfectamente puede haber una montana escarpada como la que tenemos aqui, o simplemente estar hundida bajo el mar. Segun los contadores de historias, esta montana no deberia estar aqui, se formo porque dos placas tectonicas chocaron con tanta fuerza que elevaron la tierra, dejando como prueba del impacto la monstruosidad junto a la que vivimos. --Esa montana se extiende a lo largo de toda la zona norte, nuestros exploradores nunca han encontrado el final, tanto en un sentido como el otro. Nuestro asentamiento, como todos los demas, se encuentra al pie de esta montana, por lo tanto--dice trazando una linea por debajo de la montana que ha dibujado--solo hay tres direcciones posibles cuando sales de aqui, este, oeste o hacia el sur. --El sur esta prohibido--susurro mientras un escalofrio me recorre la espalda. --Exacto, en el sur esta el bosque oscuro de Tenebris y ya sabes lo que se dice de el. --Que esta maldito--vuelvo a susurrar. Mi mente vuelve atras en el tiempo para recordar la ultima vez que nos sentamos alrededor de Kolian, el contador de historias de nuestro poblado. Desde que tengo memoria, todas las noches de luna llena nos reunimos todos en la explanada principal, se enciende una gran fogata, y Kolian, uno de los ancianos del poblado y al que todos conocemos como el contador de historias, nos recuerda entre otras muchas cosas, porque no debemos adentrarnos en el bosque oscuro, o Tenebris, como le llamamos nosotros. "Nadie que se haya adentrado en el bosque oscuro mas de cien pasos ha logrado salir, segun cuentan quienes han tenido la astucia necesaria para dar media vuelta a tiempo, en cuanto pones un pie dentro de sus limites, los dias se vuelven como las noches, la densidad de su vegetacion no deja paso a la luz del sol, el frio alli es como el peor de los inviernos. Cuentan que se oyen susurros de las almas perdidas, lamentos de quienes han sufrido las mas agonicas de las muertes..." Respiro profundamente y me centro de nuevo. --Ya sabes que la aguja de la brujula siempre senala el norte--dice mirandome fijamente. --Si. --Bien, porque si alguna vez te encuentras en apuros serios, quiero que utilices la brujula y te dirijas al sur. --?Hacia el bosque oscuro? --pregunto atonita. --Si. --Nadie ha salido de alli con vida, Brano--comento sorprendida de que mi amigo quiera que me dirija hacia una muerte segura. --Eso no lo sabes, ni tu, ni yo, ni nadie--sentencia. --?Que quieres decir? --Desde pequenos siempre nos han contado la misma historia, que nadie ha salido, pero ?y si no es cierto? Puede que no hayan salido porque a lo mejor lo han atravesado, y lo que han encontrado al otro lado ha sido mucho mejor que lo que tenemos aqui y simplemente hayan decidido quedarse. Le observo con una mezcla de miedo e intriga, Brano siempre ha destacado por su inteligencia, pero tambien por ser prudente, y esto ultimo no encaja con lo que me esta aconsejando. --Recuerda que todos los que han tomado la decision de entrar eran proscritos, gente que habia cometido algun delito penado con la muerte, es normal que no saliesen, Eiver, aqui les esperaba una muerte segura, en el bosque tenian una oportunidad. --No sabia que pensabas asi...

  • Kierkegaard en 90 Minutos de Paul Strathern

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  • Banshee (Anam Celtic 4) de Angy Skay , Belen Cuadros

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    <>.
    Cathal O’Kennedy tiene muy claro que, despues del favor del jefe de Maureen, debera cumplir una condena impuesta por sus propios delitos. Sin embargo, un giro tan inesperado para el hara que su meta se centre unicamente en la persona que mas ama: Taragh.

  • Mirate con mis ojos de Rosario Rodilana

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    Siendo la hija pequena en una familia de cuatro hermanas, crecio como el patito feo del cuento y, lejos de protegerla, ellas se ocuparon de recodarselo cada dia de su vida. Pronto acato su lugar en el mundo y desarrollo una gran capacidad para expresar la vida a traves de su objetivo.
    Con sus veintidos anos, Alba es una de las mejores fotografas del panorama, muchos conocen su trabajo, pero no a ella, ya que apenas existen fotos suyas, sabe que su lugar esta detras de la camara.
    ?Que ocurrira si por una amistad comun se cruza con un hombre que la ve con otros ojos?
    Jorge, un empresario y modelo, vive por y para el negocio, rodeado de mujeres bellas que no le llenan el pecho, ?que pasara cuando conozca a una mujer que no encaja en las medidas de su mundo, pero si en las de su corazon?

  • El rey de las hormigas de Zbigniew Herbert

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    Zbigniew Herbert trabajo durante veinte anos en El rey de las hormigas y, no obstante, la obra quedo inconclusa hasta que su editor polaco recopilo los materiales, fragmentos y esbozos para darle la forma que hoy presentamos. En todos los textos, el poeta parece decidido a concederse la libertad de celebrar su amor por la civilizacion de la Antiguedad dando nueva vida a los mitos. El resultado es una recreacion personalisima, colorida y luminosa de un buen numero de personajes de la mitologia clasica, algunos conocidos por los lectores y otros injustamente olvidados: en las habiles manos de Herbert, gracias a la sutileza e ingenio del poeta, Cleomedes, Atlas, Ares, Cerbero, Endimion o Ayax parecen convertirse en nuestros contemporaneos, y sus peripecias, sus destinos y el fabuloso mundo en el que vivieron nos invitan a reflexionar sobre el presente y, muy a menudo, a reir.

  • Por fin juntos de Cristina Segarra

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    Justo cuando comenzaba el otono en Santa Pola, Maya paseaba felizmente cogida de la mano con Saul, los acompanaba la luna llena y escuchaban las olas del mar rompiendo en la orilla mientras se sentaban en la arena. No necesitaban nada mas, querian estar solos en su rincon favorito respirando prosperidad. Se abrazaron carinosamente durante un buen rato, la atraccion se notaba a milimetros y las ganas podian con todo, porque habian pasado por muchos obstaculos y Maya habia roto con su pasado toxico para poder estar por fin juntos. --Besas igual que la primera vez que te bese y me sigues hechizando. Han pasado seis anos desde que lo dejamos, sin embargo, aqui estamos, juntos de nuevo en el mismo lugar donde nos conocimos --susurro Maya esplendida, cogiendo la mano de el con fuerza y sin dejar de mirarle. --No te imaginas cuanto he esperado este momento. El resplandor de tus ojos, tu sonrisa, tu rostro angelical... me deslumbran por completo, nunca has dejado de hacerlo --respondio Saul con brillo en los ojos mientras la acariciaba con deseo. --Te quiero solo a ti, te he visto en cada sueno que he tenido durante todo este tiempo. --No dejaba de observar su boca. De pronto, Saul, con unas ganas interminables, se derritio en los labios de ella con un eterno y deseado beso sin dejar de acariciarla en todo momento. De pronto, cogio su mano, se la puso encima del corazon y le pregunto mirandola tiernamente: --?Sientes mis latidos?… Esto es lo que me haces sentir cuando te tengo tan cerca y cuando te beso. Necesito tenerte para siempre. No me dejes nunca mas, por favor. Me quita el sueno pensar en perderte de nuevo. Quiero cuidarte sin condicion, verte llegar al altar y ser el papa de tus futuros hijos. *** Todo empezo seis anos antes, Maya tenia diecisiete anos, acababa de terminar el instituto para pasar a bachiller. Tenia el rostro dulce, era tremendamente carinosa y siempre tenia una sonrisa especial en su preciosa cara. Tenia el pelo castano por la cintura y los ojos azul cielo. Le encantaba escuchar musica, dibujar, escribia poemas de amor y, sobre todo, le encantaba disfrutar en familia. A diario, estaba con su mejor amiga Lila. Era su mayor confidente, se conocian desde que eran unas ninas y hacian infinidad de cosas juntas. Una tarde de verano estando las dos en la playa banandose y tomando el sol, conocieron a tres chicos refrescandose en el agua. Estaban cerca de ellas, dos de ellos eran guapos, las miraban picaramente y les dijeron con la mano que fueran. Ellas sonrieron timidamente y no hicieron caso a su saludo. No obstante, ellos no las dejaron en paz y se acercaron nadando a conocerlas. Uno de ellos era Saul. Tenia una sonrisa cautivadora detras de su timidez y a Maya le llamo bastante la atencion cuando se acerco a darle dos besos. Era el tipico chico que pasaba un poco desapercibido, pero que, si tratabas con el y lo conocias de verdad, te podia enamorar en poco tiempo. Solian quedar muy a menudo durante ese verano, salian a cenar, iban a bailar y volvian a la playa cada dia. Hicieran lo que hicieran, se divertian mucho con ellos. A Saul le gustaba mucho Maya, pero no se atrevia a decirselo. Maya lo notaba y tambien le gustaba, pero dejaba que el diera el primer paso. Llevaban un mes viendose en grupo y, una noche despues de cenar en el centro, Saul no se lo penso dos veces y le pregunto a Maya por lo bajini un poco nervioso: --?Quieres que manana despues de cenar nos veamos tu y yo a solas? --!Claro! --Con una sonrisa timida, respondio dulcemente y siguio la noche ilusionada compartiendo miraditas y sonrisitas complices con el. Al dia siguiente, quedaron solos en una heladeria. Saul estaba un poco cortado, pero Maya transmitia una esencia que hacia que perdiera la timidez de inmediato. Fueron a pasear hasta llegar a la playa de Levante, descansaron cerca de la orilla viendo brillar el reflejo de la luna en el agua mientras oian la tranquilidad del mar. El paisaje era precioso, pero la compania aun mas. Estaban comodos en solitario y no paraban de reir a carcajadas de las aventuras que se contaban mientras se iban conociendo en aumento. El, al rato, se solto y no podia contener las ganas de besarla. Miro sus labios, pero se ponia tenso y no se atrevia a hacerlo. Mientras tanto, ella le contaba anecdotas divertidas sobre las aventuras vividas con su amiga Lila. El sonreia escuchando, pero seguia pensando en besarla. Estaba dudoso y no veia el momento, pero, despues de dudarlo tantas veces, se atrevio, al fin, y la beso. El corazon de ella, cuando sintio ese apasionado beso, se engrandecio latiendo deprisa sin poder evitarlo. El hormigueo que sentia por el cuerpo al notar sus labios, era considerablemente adictivo. Le gustaba la sensacion que estaba teniendo por primera vez con tan solo besar a un chico. Esa sensacion era tan especial que se le quedo grabada en el corazon inconscientemente. Se abrazaron carinosamente por unos segundos dandose a entender que los sentimientos y la ilusion nacian entre ellos. --Gracias por esta noche, he estado muy a gusto contigo y ojala repitamos algun dia mas -- comento satisfecha despidiendose con una bella sonrisa. --Tienes algo especial que hace que cuando estoy contigo no pare de sonreir, no existan las horas del reloj y no quiera irme de tu lado --respondio el con cara de <>. --Tu tambien eres especial para mi. Me di cuenta cuando nos presentamos en la playa, justo cuando me diste dos besos, me dejaste fascinada con tu sonrisa --respondio carinosa abrazandolo mientras le daba un beso tierno en los labios. De pronto, sin esperarlo, empezo a chispear cada vez mas rapido formandose una tormenta de verano que les obligo a ambos a salir corriendo. Iban cogidos de la mano mientras reian a carcajadas por la situacion de haberse empapado en tan solo unos segundos. Cuando Maya llego fresquita a su casa, se puso el pijama y se acomodo en su cama pensando en la noche que habia pasado con Saul. Comenzaba a gustarle bastante y habia algo que llamaba su atencion: su sonrisa. Le encantaba que le hiciera reir con sus tonterias y, cuando la besaba, se derretia ante el dejandolo sin palabras, pasaba noches placidamente con el sin ver su timidez. Cada vez que se veian, volvian a su rincon en la playa. Parecia que hubiera magia en sus ojos cuando estaban los dos solos. Se absorbian el uno al otro dejando a un lado el mundo real para vivir un sueno fantasioso, cubriendo las noches de verano juntos con mucha ilusion de conocerse. Una noche, volvieron a la playa tan ricamente, hablaban y reian como si se conociesen de toda la vida. Despues de un buen rato, sin esperarlo Maya, Saul la acaricio con decision. Su mano recorria suavemente cada rincon de su espalda dibujando un corazon con sus dedos. A Maya se le erizaba la piel por completo, le encantaba que lo hiciera mientras la besaba, la llevaba a otro planeta encadenada a sus huesos mientras pasaba la noche cautivada por como la trataba. Asi de bien estuvieron los dos meses de verano. Parecian inseparables, estaban en un universo especial llamado <>, era tan bonito lo que sentian en tan poco tiempo que parecia irreal. Una noche, Saul estaba mas serio de lo normal y no hacia reir a Maya. Estaba un poco distante y faltaban sus caricias constantes y sus besos lentos. Despues de hablar un poco observando el horizonte del mar, Maya le pregunto preocupada: --?Te sucede algo? --No, Maya, ?por que lo preguntas? --respondio sin mirarla. --Te noto distante conmigo, no estas como estas noches --dijo mirandolo mientras estaban cogidos de la mano. --No se que me pasa, solo se que no quiero hacerte dano. --?Dano por que? ?Asi, de repente, me dices esto? --pregunto confusa. --Nunca he sentido por una chica lo que estoy sintiendo por ti en tan poco tiempo. --Bueno, eso es bueno, ?porque te preocupas? --pregunto desconcertada acariciandole el pelo mientras lo miraba. --Tengo miedo de sentir y de que tu no sientas lo mismo. --A mi me gustas mucho, me haces sentir bien, me encanta como eres, no quisiera que me dejaras por algun miedo. --No es miedo es... Entrecortando lo que decia Saul, Maya, inmediatamente, se acerco a sus labios quitandole de golpe la tonteria que llevaba encima esa noche. Saul termino de acercarse a los labios de Maya y la beso, hechizado por su esencia. Luego la cogio para sentarla encima de el y continuar besandola con pasion. No sabia por que aparecian en su cabeza miedos confusos, pero no queria perderla en realidad. Como si nada, extendieron su ilusion un buen rato hasta que Saul acompano a Maya a su casa.

  • El poeta que rugio a la luna y se convirtio en tigre de Atsushi Nakajima

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    En esta primera traduccion al espanol de uno de sus libros, los lectores tendran la oportunidad de familiarizarse con la obra de Atsushi Nakajima, uno de los grandes autores japoneses del siglo xx. El cuento La luna sobre la montana, incluido en esta recopilacion, se estudia en los manuales de los institutos de ensenanza secundaria en Japon.

  • Una Decision de riesgo de Ricardo Hansen

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    Despues de algo mas de una decada de convivir, Gaston le propone matrimonio a Lucia. Ambos son profesionales; ella es medica y el abogado. Corre el mes de Diciembre y el verano esta en ciernes, aunque el calor en Buenos Aires ya es agobiante. Ambos anhelan sus vacaciones estivales y una oportunidad para adelantarlas se presenta cuando un fallo de la justicia a favor de Gaston permitio cambios sustanciales en las leyes de la minoridad de Espana y por este motivo el bufete en donde el ejerce recibira un premio de manos del mismisimo Rey de Espana en Madrid. Pero Lucia no lo acompanara porque su idea de vacaciones de verano nada tiene que ver con el frio helado que en esta epoca reina por alli. Lucia, en ausencia de su futuro esposo, recibe un regalo de compromiso, que por sus caracteristicas, luce muy tentador pero su aceptacion pondria en riesgo todos sus codigos de honorabilidad. Pero su solteria, como interpretacion de su real estado civil, y la intimidad del lugar donde se encuentra, atentan contra esos pensamientos espurios. Pero en medio de todo, algo sucede que la hace dudar. Ella debe tomar una decision, aunque esta sea una decision de riesgo.

  • Tu piel de azucar de Encarna Magin

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    Varek Farrow y Mady Wilson no lo van a tener facil para salir adelante. El se enfrentara a una acusacion de asesinato; ella, al odio visceral de Rebeca, cuyas intrigas provocaran dolor, no solo a la pareja, sino a las personas que los rodean. Su amor debera superar duras pruebas, provocadas por los enganos y las manipulaciones de los Holden y los Hernandez, que convertiran sus vidas en un infierno tenido de sangre.

  • Hunter de Akara Wind

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    El mundo se ha convertido en un campo de batalla entre las diferentes facciones de vampiros. Ya no hay lugar para los humanos, solo son simple alimento. La noche pertenece a los inmortales.
    Hunter es un Alas Negras, una raza superior de vampiros, creado y entrenado para ser un asesino implacable, siempre leal, sin preguntas, sin remordimientos. Un arma infalible hasta que el ser mas insignificante se cruza en su camino.

  • Estocolmo de Rodolfo Alpizar Castillo

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    Estocolmo: una novela que no dejara impasible a ningun lector. Presentes en esta magnifica narracion estan el asesinato y la busqueda de un asesino en serie. En algun momento, escenas de maltrato fisico, muerte violenta de un personaje ante los ojos del lector: elementos basicos de una novela policial. Pero Estocolmo no es una novela policial; antes del crimen y la indagacion, se ha asistido a otra muerte, callada, en vida: la anulacion paulatina de una mujer por el hombre que eligio como marido. Una mujer que, como muchas, intenta mantener ante si misma la fachada de un "hogar perfecto". La violencia fisica, pues, no es la tonica de la obra, sino el maltrato cotidiano, moral, que borra la personalidad, al cual, sin embargo, la propia victima se acomoda poco a poco, hasta crear una "zona de confort" donde se siente segura, hasta convencerse de que, fuera de ese espacio, ya no podra vivir. Despues de leer la novela Estocolmo seria bueno preguntarse "amigo lector" cuantas mujeres que conocen padecen el sindrome Estocolmo, cuantas estan conscientes de padecerlo y sobre que preceptos descansa la satisfaccion personal de muchas feminas, la vida holgada y la paz hogarena.

  • No exactamente una cita de Catherine Bybee

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    Llega la primera novela de la deliciosa serie No exactamente… de Catherine Bybee, autora de grandes exitos de venta reconocidos por las listas del New York Times, USA Today y el Wall Street Journal. Jessica Mann es una camarera y madre soltera practica hasta el exceso. Incluso si tuviera tiempo de salir con hombres, y no es el caso, buscaria decididamente darle a su hijo una infancia mas solida de la que tuvo ella, lo que significa un marido con mucho dinero.

  • Lo unico que importa de Agnes Ledig

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    La emotiva historia de una enfermera entregada a los demas.

  • Narcisista, Sociopata e Irresistible de Jorge Borges

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    Arthur Robbins era un gigante.
    Metro noventa, musculado.
    Tatuado, sexy, descarado.
    Y un narcisista patologico.

  • Poker de ases I. El azar de Taylor de Jessica A. Gomez

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    Broker de profesion, Taylor Carter solo tiene un objetivo en la vida: ser afortunado y tener una gran fortuna. Para lograrlo hace lo que mejor sabe: jugar con el dinero. Sin embargo, sus juegos van mas alla de Wall Street.
    El poker es su pasion. Demostrar que es una gran jugador y un ganador nato es lo que mas lo enorgullece. Arriesgando en mesas de juego, entre vicios y sexo, se siente un hombre completo. Su ambicion no tiene limite. Su vanidad, menos. Taylor ama el dinero y el juego, por encima de todo. Pero controlar los pasos que da para alcanzar su sueno lo empuja a obviar lo unico que no se puede controlar: las emociones. Sus sentimientos.
    En el momento en el que Mei Ling se cruza por su camino, una poderosa mujer de negocios, ella se convierte en su fetiche. La admira. La desea. Mei se convierte en su nuevo capricho a satisfacer. Por ella, Taylor esta dispuesto a todo. Y caer en su mayor tentacion sera lo mas facil para el. No obstante, las consecuencias que conlleva actuar por impulso lo empujaran a enfrentarse incluso a si mismo. Lo arriesgara todo, con tal de conseguir su proposito. Y hacerlo provocara danos colaterales, que afectaran directamente a sus hermanos. A partir de ese momento, la encrucijada en la que Taylor se encuentra sera el punto de partida para un reencuentro, sin duda, inesperado.

  • La piramide de fango de Andrea Camilleri

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    Profundamente afectado por la muerte del joven Francois, y mientras intenta asimilar lo que esta perdida significa para Livia y para el, Salvo Montalbano tiene que sobreponerse al cansancio y al desanimo antes de enfrentarse a un caso ligado a esa lacra que, por desgracia, tanto abunda en el mundo de hoy: la corrupcion politica en las adjudicaciones de obra publica.

  • Besos rojos (Chasing Red 2) de Isabelle Ronin

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  • Almas de luna, Mara Oliver de Mara Oliver

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    En Fronda, los ninos duermen en los tejados y toman la luna para convertirse en lobos; las ninas suenan con el cambio, pero ninguna lo ha conseguido en los ultimos cincuenta anos… hasta ahora.
    Todo esta a punto de cambiar, los hijos del alfa cortejan a la nieta de los omega y hasta los mestizos olvidan la pena de muerte y se atreven a regresar, pero la unica hembra fertil de la manada no desea cumplir con las tradiciones y desposarse en un triple enlace, ella luchara por su primer amor, su libertad y la vida de los que mas quiere.
    Una hembra para tres machos alfa, dos hermanos destinados a enfrentarse y el fantasma de un gran amor entretejen los multiples hilos de este romance de lobos, pasiones, profecias y venganzas.
    Bienvenidos a Fronda, bosque de sombras y corazones robados.

  • Un lugar llamado amor de Graciela Suarez

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    El amor tiene su lado bueno y malo, pero luchar por el es la unica manera de poder triunfar. ?Lograran la felicidad los protagonistas de estas historias?

  • Seduciendo al duque de Olivia Kiss

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    Serie Seduciendo #2

  • La hija de la indiana de Maria Teresa Alvarez

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    En todas las familias hay secretos que es mejor no conocerMarina y Silverio viven juntos y enamorados en su pueblo asturiano de Candas a mediados de los anos veinte. Con ellos, Rosita, la nina que Marina adopto en Cuba. Su existencia transcurre de forma apacible hasta que deciden regresar a La Habana para que la joven se reencuentre con sus raices.

  • Las ultimas palabras de Carme Riera

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  • Virtualmente perfecto (Amor virtual 1) de Azaroa Sanchez

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    Elisa vive por y para su trabajo. Por casualidad, lee uno de los articulos del reconocido periodista Edward Parker, convirtiendolo en su obsesion. Daniel tiene todo lo que puede desear: es el periodista mas importante de un reconocido periodico ingles, y ademas disfruta del anonimato que le proporciona su seudonimo: Edward Parker. Ella se enamora de el leyendo sus escritos; El de ella leyendo sus palabras. El destino se encargara de unir sus caminos. ?Es posible amar a alguien leyendo lo que escribe?

  • Los sorrentinos de Virginia Higa

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    Hace poco mas de un siglo, una familia partio de Sorrento y se instalo en Mar del Plata para abrir un hotel y luego una trattoria cerca de la playa. Podria tratarse de una familia cualquiera de las tantas que inmigraron por esos anos, pero esta tuvo una participacion especial en la cultura argentina: invento los sorrentinos, una pasta que hoy se come en todo el pais.

  • Jamas Digas Mentiras de Lexy Timms

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    !La autora de Best Sellers del USA Today, Lexy Timms te trae una sexy y dulce novela romantica que te tendra apoyando a la mas debil todo el tiempo!

  • El juego de la verdad de Mireia Gimenez Higon

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    Aurora es una adolescente con una terrible historia que contar. Pero, para ello, debe empezar narrando la historia de su mejor amiga Cristina, y descubrir como una mala eleccion en un juego cambio su vida. Juntas descubriran que todo el mundo tiene un pasado, que nadie es quien dice ser y que su mundo nunca fue el que creyeron que era. El juego de la verdad, una regla simple que los jugadores deben seguir sea cuales sean las consecuencias. Es tu turno, que opcion escoges: ?verdad o atrevimiento?
    Una historia de amor y muerte, envuelta de traiciones y mentiras donde nada ni nadie es quien parece ser…
    ?Te atreves a jugar?

  • Kilometro 93 de Patricia Moreno Raya

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    Ya lo dijeron dos maestras, las grandes senoras del crimen, Agatha Christie y Patricia Highsmith: todo escritor debe individualizarse, aportar algo diferente, hacerse a si mismo. Y Patricia Moreno Raya no imita a nadie. Su estilo fresco y desenvuelto es unico. Quienes han leido su primera novela, La tercera planta, y sus relatos negros lo saben; Patricia es una despiadada fabricante de homicidios, como en su dia lo fueron las creadoras de Poirot y de Ripley. Con ambas coincide en sus tempranos inicios en la escritura, de adolescente; curiosamente con Agatha Christie tambien en su trabajo como farmaceutica (durante la primera y la segunda guerra mundial Agatha aprendio todo sobre el arsenico y la estric nina, y en la farmacia de la Cruz Roja nacieron sus primeras historias). Decia la autora de La ratonera y Asesinato en el Orient Express que hay tres tipos de historias <>: la pasional, la intrincada y la desenfadada. Siguiendo su particular definicion podriamos califi car Kilometro 93 como una novela negra <>, si bien dentro de la tradicion literaria del enigma por descubrir, de la hipotesis que debe cons truirse para descifrar la identidad del culpable. Algo que se remonta a Edipo rey de Sofocles y al Libro de Daniel en el Antiguo Testamento. Sin embargo, como toda novela de genero negro, mas que de la resolucion del crimen en si, Kilometro 93 trata de ahondar en nuestras sombras, en nuestra cara oculta, en el mal que albergamos dentro: somos capaces de matar. Lo revela la cita liminar de Patricia Highsmith: <>. Todo comienza un primero de agosto de 2017 a las seis de la tarde. Cinco desconocidos en el kilo metro 93 de la A44: el propietario de un vehiculo, un juez jubilado, una chica de veintipocos anos, un hombre, una mujer. Uno debe morir. En torno a ellos gravitan hijos, padres, abuelos, parejas, perros. El inspector jefe de la policia judicial sera el encargado de investigar si la muerte se produce accidental mente o es un homicidio. La historia comienza... Las primeras palabras de una novela siempre son las mas dificiles; por eso decia Agatha Christie que no habia dolor semejante: <>. Al leer el co mienzo de Kilometro 93 quien pensara que su autora ha sufrido, mordido boligrafos ni contemplando con desesperacion la pantalla de un portatil, porque la novela arranca con un inquietante flashforward que parece brotar facilmente de la mente de Patricia: <>. Como Patricia Highsmith, Moreno Raya hace gi rar la historia en torno a la culpa, la mentira y el cri men, aderezados con un sabroso ingrediente, la am nesia, y con el telon de fondo de una Granada her mosa pero imperfecta. Kilometro 93 es un vivido re trato moral, social, colectivo y critico de nuestra ciu dad, pero tambien una novela fresca y actual. Humor y autenticidad. Vida y crimen. Eso es Patricia. Como Mary Higgins Clark, Moreno Raya se ca racteriza por sus protagonistas femeninas. Sus muje res se encuentran en medio de un dilema, enfrenta das a sus miedos, a sus angustias, a sus fantasmas. Susi, Amelia, Carolina, Cristina, Eva y Fernanda to man las riendas, deciden resolver sus problemas. Y los resuelven con contundencia. Borges y Bioy Casares, padres del escritor apo crifo de relatos detectivescos Bustos Domecq, decian que los criticos negaban al genero policial la jerar quia que le corresponde solamente porque le falta el prestigio del tedio. Y aventuraban una teoria: <>. Critica y publico se dan la es palda; si los primeros buscan lo soporifero, los se gundos lo ameno. Highsmith lo corrobora:<>. Pues bien, Kilometro 93de Patricia Moreno Raya cumple esos requisitos: huye del tedio, es una histo ria entretenida, inusual, que estremece (si, usted tambien adquirira la conciencia de que en cualquier momento puede matar) y hace reir (el particular sen tido del humor de la autora es uno de sus grandes meritos), es algo sobre lo que podra conversar y hasta podra, como hago yo, recomendarla a sus ami gos. Ana Morilla Palacios 1 de Agosto de 2017 El coche en el que se produciria la muerte de uno de sus pasajeros minutos mas tarde se encontraba dete nido en la parte mas alejada de la rotonda. El sol asfixiante de las seis de la tarde del mes de agosto derretia Granada sin ningun tipo de conside racion. El asfalto se adheria a los neumaticos de los coches que sin remedio necesitaban transitar por aquella circunferencia eterna siempre con trafico, sin que algun tipo de sombra se apiadara de los cortos segundos en los que se tardaba en cambiar de sen tido. El propietario del vehiculo esperaba dentro, con el aire acondicionado a maxima potencia, consu miendo la gasolina que le quedaba en el deposito mientras escuchaba a los perros quejarse del insufri ble calor en el diminuto remolque que llevaba en ganchado a su coche. El primer pasajero en llegar fue un anciano, de unos setenta y cinco anos de edad, algo desorientado por ser la primera vez que reservaba un coche com partido para viajar a Madrid, su ciudad natal, donde vivia desde siempre y de la que salia unicamente en ocasiones puntuales. El coche que estaba a punto de coger era el viaje de vuelta, y a pesar de haber lle gado a Granada sano y salvo el dia anterior, seguia sin confiar demasiado en esa forma de viajar. El conductor salio del habitaculo y saludo amablemente a su primer acompanante ofreciendole el asiento del copiloto. Acto seguido llego una chica de poco mas de veinte anos. Tenia una corta melena castana y un rostro salpicado de las pecas que se dejaban ver con mayor intensidad en verano como consecuencia de la exposicion al sol. Llevaba poca ropa y mucho ma quillaje. Finalmente llegaron los dos companeros del tra yecto que faltaban, aparentemente desconocidos, que coincidieron en el paso de peatones que necesitaban cruzar para llegar hasta el coche. El iba vestido de deporte, de aspecto descuidado, con el oscuro cabello enmaranado y demasiado largo para el corte de pelo que llevaba. La mujer que lo acompanaba iba muy arreglada para un viaje de unas cinco horas en un espacio tan pequeno, con el aliciente de ir con otras cuatro personas mas. Llevaba un ajustado vestido veraniego de color mostaza y unas altisimas sandalias. Desentonaba su aspecto junto al del hombre que caminaba al lado de ella, ambos en silencio, pese a saber que tendrian que compartir conversaciones incomodas y prefabricadas y que llevaban preparadas cada uno en su cabeza para que el tiempo que iban a pasar juntos fuera lo mas ameno posible. Se saludaron los cinco, algunos sonriendo, otros avergonzados. Acomodaron los equipajes en el ma letero, y todos miraron el remolque preguntandose que habria dentro. Julian, el conductor, arranco una vez que estuvieron todas las puertas cerradas y em prendio la marcha. --Y bueno..., contadme, ?a que os dedicais? Los pasajeros de la parte de atras del coche se miraron entre ellos esperando que fuera otro el que respondiera a la pregunta, pero fue el copiloto el que tras carraspear para aclararse la voz comenzo a rela tar una parte de su vida. --Como imaginareis, yo estoy jubilado ya, aun que todavia ando metido en algunos negocios... He sido juez durante mas de treinta anos, ?sabeis? Y ademas de los buenos... --?Juez? !Que interesante! --dijo Julian, para in tentar darle un poco de vida a la conversacion y animar al resto a participar en ella. --Si si, mucho. Os podria contar tantas historias, pero claro, no debo..., ademas no os conozco de nada... Es la primera vez que uso una cosa de estas tan modernas para viajar, me ha convencido mi hija, me ha dicho que es lo mas comodo, aunque no os voy a enganar, voy un poco asustado..., ?no seras un violador ni nada de eso? --pregunto dirigiendose a Julian. --!Ja ja ja! !No, hombre! !Claro que no! Se oyo entonces una risa timida de la chica joven que iba sentada en medio en la parte de atras. --Y tu no te rias, jovencita, que peores cosas se han visto... Estamos confiando nuestra vida a un desconocido del que no sabemos nada, ni sabremos con certeza nada despues de este trayecto... En serio, espero que no nos hagas nada... Oye, por cierto, pararas a mitad de camino, ?verdad? Que no es legal conducir mas de dos horas seguidas... La chica joven fruncio el ceno al oir estas pala bras, y el hombre sentado a su derecha resoplo, pen sando que el viaje seria mas largo de lo que esperaba. --Pues yo me dedico a criar pastores alemanes --dijo Julian, retomando una conversacion que pare cia interesarle unicamente a el--, de hecho llevo en el remolque cuatro. --?Como? --dijo la chica impresionada--, !que guapo! ?Podemos verlos despues? --Si claro, luego os los enseno. Son preciosos. Llevo dos cachorros y dos adultos. --?Y para que los llevas a Madrid? ?Para algun concurso o algo asi? --dijo la mujer, hablando por primera vez. --!No! Voy a visitar a mi novia, y los llevo con migo. --?A los cuatro? --dijo la chica semivestida, con los ojos como platos. --Si, ?por que no? Mi pareja vive en una casa grande con jardin, y alli se lo pasan genial; ademas, estan acostumbrados a viajar. --Pero tio, que agobio ahi dentro, con el calor que hace y todo... --No les pasa nada... --?Y te ganas la vida con eso? --pregunto Zaca rias, el anciano. --!Claro que no! Es solo un hobbie..., soy fun cionario, trabajo en el ayuntamiento. El hombre sentado detras de Zacarias volvio a resoplar; parecia estar incomodo con aquella situa cion que podria haber evitado sencillamente via jando en autobus. Observaba en silencio el paisaje, no le gustaba demasiado hablar con gente descono cida, y maldecia la baja velocidad a la que iban por culpa del remolque con los perros. --Si no os importa voy a parar unos segundos a echar gasolina.

  • Comandante (La Casa Blanca 2) de Katy Evans

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    La pasion de Matt y Charlotte llega a la Casa Blanca
    Nos enamoramos en la campana electoral.
    Y eso solo fue el principio.
    Ahora el es el presidente de Estados Unidos.
    Y me desea. Desea mi cuerpo.
    Mi corazon. Mi alma.
    Y me quiere a su lado.
    En la Casa Blanca.

  • El camino de Miguel Delibes

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    LAS cosas podian haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron asi. Daniel, el Mochuelo, desde el fondo de sus once anos, lamentaba el curso de los acontecimientos, aunque lo acatara como una realidad inevitable y fatal. Despues de todo, que su padre aspirara a hacer de el algo mas que un quesero era un hecho que honraba a su padre. Pero por lo que a el afectaba... Su padre entendia que esto era progresar; Daniel, el Mochuelo, no lo sabia exactamente. El que el estudiase el Bachillerato en la ciudad podia ser, a la larga, efectivamente, un progreso. Ramon, el hijo del boticario, estudiaba ya para abogado en la ciudad, y cuando les visitaba, durante las vacaciones, venia empingorotado como un pavo real y les miraba a todos por encima del hombro; incluso al salir de misa los domingos y fiestas de guardar, se permitia corregir las palabras que don Jose, el cura, que era un gran santo, pronunciara desde el pulpito. Si esto era progresar, el marcharse a la ciudad a iniciar el Bachillerato, constituia, sin duda, la base de este progreso. Pero a Daniel, el Mochuelo, le bullian muchas dudas en la cabeza a este respecto. El creia saber cuanto puede saber un hombre. Leia de corrido, escribia para entenderse y conocia y sabia aplicar las cuatro reglas. Bien mirado, pocas cosas mas cabian en un cerebro normalmente desarrollado. No obstante, en la ciudad, los estudios de Bachillerato constaban, segun decian, de siete anos y, despues, los estudios superiores, en la Universidad, de otros tantos anos, por lo menos. ?Podria existir algo en el mundo cuyo conocimiento exigiera catorce anos de esfuerzo, tres mas de los que ahora contaba Daniel? Seguramente, en la ciudad se pierde mucho el tiempo --pensaba el Mochuelo-- y, a fin de cuentas, habra quien, al cabo de catorce anos de estudio, no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boniga de un cagajon. La vida era asi de rara, absurda y caprichosa. El caso era trabajar y afanarse en las cosas inutiles o poco practicas. Daniel, el Mochuelo, se revolvio en el lecho y los muelles de su camastro de hierro chirriaron desagradablemente. Que el recordase, era esta la primera vez que no se dormia tan pronto caia en la cama. Pero esta noche tenia muchas cosas en que pensar. Manana, tal vez, no fuese ya tiempo. Por la manana, a las nueve en punto, tomaria el rapido ascendente y se despediria del pueblo hasta las Navidades. Tres meses encerrado en un colegio. A Daniel, el Mochuelo, le parecio que le faltaba aire y respiro con ansia dos o tres veces. Presintio la escena de la partida y penso que no sabria contener las lagrimas, por mas que su amigo Roque, el Monigo, le dijese que un hombre bien hombre no debe llorar aunque se le muera el padre. Y el Monigo tampoco era cualquier cosa, aunque contase dos anos mas que el y aun no hubiera empezado el Bachillerato. Ni lo empezaria nunca, tampoco. Paco, el herrero, no aspiraba a que su hijo progresase; se conformaba con que fuera herrero como el y tuviese suficiente habilidad para someter el hierro a su capricho. !Ese si que era un oficio bonito! Y para ser herrero no hacia falta estudiar catorce anos, ni trece, ni doce, ni diez, ni nueve, ni ninguno. Y se podia ser un hombre membrudo y gigantesco, como lo era el padre del Monigo. Daniel, el Mochuelo, no se cansaba nunca de ver a Paco, el herrero, dominando el hierro en la fragua. Le embelesaban aquellos antebrazos gruesos como troncos de arboles, cubiertos de un vello espeso y rojizo, erizados de musculos y de nervios. Seguramente Paco, el herrero, levantaria la comoda de su habitacion con uno solo de sus imponentes brazos y sin resentirse. Y de su torax, ?que? Con frecuencia el herrero trabajaba en camiseta y su pecho herculeo subia y bajaba, al respirar, como si fuera el de un elefante herido. Esto era un hombre. Y no Ramon, el hijo del boticario, emperejilado y tieso y palido como una muchacha morbida y presumida. Si esto era progreso, el, decididamente, no queria progresar. Por su parte, se conformaba con tener una pareja de vacas, una pequena queseria y el insignificante huerto de la trasera de su casa. No pedia mas. Los dias laborables fabricaria quesos, como su padre, y los domingos se entretendria con la escopeta, o se iria al rio a pescar truchas o a echar una partida al corro de bolos. La idea de la marcha desazonaba a Daniel, el Mochuelo. Por la grieta del suelo se filtraba la luz de la planta baja y el haz luminoso se posaba en el techo con una fijeza obsesiva. Habrian de pasar tres meses sin ver aquel hilo fosforescente y sin oir los movimientos quedos de su madre en las faenas domesticas; o los grunidos asperos y secos de su padre, siempre malhumorado; o sin respirar aquella atmosfera densa, que se adentraba ahora por la ventana abierta, hecha de aromas de heno recien segado y de resecas bonigas. Dios mio, !que largos eran tres meses! Pudo haberse rebelado contra la idea de la marcha, pero ahora era ya tarde. Su madre lloriqueaba unas horas antes al hacer, junto a el, el inventario de sus ropas. --Mira, Danielin, hijo, estas son las sabanas tuyas. Van marcadas con tus iniciales. Y estas tus camisetas. Y estos tus calzoncillos. Y tus calcetines. Todo va marcado con tus letras. En el colegio sereis muchos chicos y de otro modo es posible que se extraviaran. Daniel, el Mochuelo, notaba en la garganta un volumen inusitado, como si se tratara de un cuerpo extrano. Su madre se paso el enves de la mano por la punta de la nariz remangada y sorbio una moquita. <>, penso el Mochuelo. Y sintio unos sinceros y apremiantes deseos de llorar. La madre prosiguio: --Cuidate y cuida la ropa, hijo. Bien sabes lo que a tu padre le ha costado todo esto. Somos pobres. Pero tu padre quiere que seas algo en la vida. No quiere que trabajes y padezcas como el. Tu --le miro un momento como enajenada-- puedes ser algo grande, algo muy grande en la vida, Danielin; tu padre y yo hemos querido que por nosotros no quede. Volvio a sorber la moquita y quedo en silencio. El Mochuelo se repitio: <>, y movio convulsivamente la cabeza. No acertaba a comprender como podria llegar a ser algo muy grande en la vida. Y se esforzaba, tesoneramente, en comprenderlo. Para el, algo muy grande era Paco, el herrero, con su torax inabarcable, con sus espaldas macizas y su pelo hispido y rojo; con su aspecto salvaje y duro de dios primitivo. Y algo grande era tambien su padre, que tres veranos atras abatio un milano de dos metros de envergadura... Pero su madre no se referia a esta clase de grandeza cuando le hablaba. Quiza su madre deseaba una grandeza al estilo de la de don Moises, el maestro, o tal vez como la de don Ramon, el boticario, a quien hacia unos meses habian hecho alcalde. Seguramente a algo de esto aspiraban sus padres para el. Mas, a Daniel, el Mochuelo, no le fascinaban estas grandezas. En todo caso, preferia no ser grande, ni progresar. Dio vuelta en el lecho y se coloco boca abajo, tratando de amortiguar la sensacion de ansiedad que desde hacia un rato le mordia en el estomago. Asi se hallaba mejor; dominaba, en cierto modo, su desazon. De todas formas, boca arriba o boca abajo, resultaba inevitable que a las nueve de la manana tomase el rapido para la ciudad. Y adios todo, entonces. Si es caso... Pero ya era tarde, hacia muchos anos que su padre acariciaba aquel proyecto y el no podia arriesgarse a destruirlo todo en un momento, de un caprichoso papirotazo. Lo que su padre no logro haber sido, queria ahora serlo en el. Cuestion de capricho. Los mayores tenian, a veces, caprichos mas tozudos y absurdos que los de los ninos. Ocurria que a Daniel, el Mochuelo, le habia agradado, meses atras, la idea de cambiar de vida. Y sin embargo, ahora, esta idea le atormentaba. Hacia casi seis anos que conocio las aspiraciones de su padre respecto a el. Don Jose, el cura, que era un gran santo, decia, a menudo, que era un pecado sorprender las conversaciones de los demas. No obstante, Daniel, el Mochuelo, escuchaba con frecuencia las conversaciones de sus padres en la planta baja, durante la noche, cuando el se acostaba. Por la grieta del entarimado divisaba el hogar, la mesa de pino, las banquetas, el entremijo y todos los utiles de la queseria. Daniel, el Mochuelo, agazapado contra el suelo, espiaba las conversaciones desde alli. Era en el una costumbre. Con el murmullo de las conversaciones, ascendia del piso bajo el agrio olor de la cuajada y las esterillas sucias. Le placia aquel olor a leche fermentada, punzante y casi humano. Su padre se recostaba en el entremijo aquella noche, mientras su madre recogia los restos de la cena. Hacia ya casi seis anos que Daniel, el Mochuelo, sorprendiera esta escena, pero estaba tan solidamente vinculada a su vida que la recordaba ahora con todos los pormenores. --No, el chico sera otra cosa. No lo dudes --decia su padre--. No pasara la vida amarrado a este banco como un esclavo. Bueno, como un esclavo y como yo. Y, al decir esto, solto una palabrota y golpeo en el entremijo con el puno crispado. Aparentaba estar enfadado con alguien, aunque Daniel, el Mochuelo, no acertaba a discernir con quien. Entonces Daniel no sabia que los hombres se enfurecen a veces con la vida y contra un orden de cosas que consideran irritante y desigual. A Daniel, el Mochuelo, le gustaba ver airado a su padre porque sus ojos echaban chiribitas y los musculos del rostro se le endurecian y, entonces, detentaba una cierta similitud con Paco, el herrero. --Pero no podemos separarnos de el --dijo la madre--. Es nuestro unico hijo. Si siquiera tuvieramos una nina. Pero mi vientre esta seco, tu lo sabes. No podremos tener una hija ya. Don Ricardo dijo, la ultima vez, que he quedado esteril despues del aborto. Su padre juro otra vez, entre dientes. Luego, sin moverse de su postura, anadio: --Dejalo; eso ya no tiene remedio. No escarbes en las cosas que ya no tienen remedio. La madre gimoteo, mientras recogia en un bote oxidado las migas de pan abandonadas encima de la mesa. Aun insistio debilmente: --A lo mejor el chico no vale para estudiar. Todo esto es prematuro. Y un chico en la ciudad es muy costoso. Eso puede hacerlo Ramon, el boticario, o el senor juez. Nosotros no podemos hacerlo. No tenemos dinero. Su padre empezo a dar vueltas nerviosas a una adobadera entre las manos. Daniel, el Mochuelo, comprendio que su padre se dominaba para no exacerbar el dolor de su mujer. Al cabo de un rato anadio: --Eso quedalo de mi cuenta. En cuanto a si el chico vale o no vale para estudiar depende de si tiene cuartos o si no los tiene. Tu me comprendes. Se puso en pie y con el gancho de la lumbre desparramo las ascuas que aun relucian en el hogar. Su madre se habia sentado, con las bastas manos desmayadas en el regazo. Repentinamente se sentia extenuada y nula, absurdamente vacua e indefensa. El padre se dirigia de nuevo a ella: --Es cosa decidida. No me hagas hablar mas de esto. En cuanto el chico cumpla once anos marchara a la ciudad a empezar el grado. La madre suspiro, rendida. No dijo nada. Daniel, el Mochuelo, se acosto y se durmio haciendo conjeturas sobre lo que querria decir su madre, con aquello de que tenia el vientre seco y que se habia quedado esteril despues del aborto.

  • Orgullo y dolor de Sandra Gabriel

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    Una historia de amor, orgullo y dolor que se desarrolla en una pequena isla del Caribe en los albores del siglo XX.

  • Es facil dejar de fumar, si sabes como de Allen Carr

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    Reconocido mundialmente como el sistema mas eficaz para dejar de fumar, quien sigue el metodo EASYWAY no solo dejara de fumar de inmediato, sino que lo encontrara facil y disfrutara del proceso.
    Funciona para todos, incluso para el fumador empedernido. Cualquiera que siga sus instrucciones se mantendra como no fumador y estara feliz de serlo durante el resto de su vida.

  • Leccion de amor de Ebony Clark

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    Muchas personas en Juanita Fun creian que Lane McCrane era una mujer sin sentido del humor. Su palido rostro enmarcado por aquella espesa mata de cabello castano oscuro, sus ojos azules y los generosos labios que sonreian escasamente, podrian haber hecho de ella mujer hermosa si lo hubiese permitido. De hecho, lo era aun cuando ella pretendiera todo lo contrario, esforzandose lo minimo en destacar sus encantos. La forma en que rehuia la coqueteria confirmaba que no estaba interesada en destacar entre una multitud. Lane solia vestir de manera informal, con ropa comoda que le permitiera moverse con agilidad entre sus pequenos alumnos y con la que no tenia que preocuparse del peligro de las manchas de chocolate y otras sustancias que hacian gritar de pavor a las demas maestras. Mejor unos tejanos que una falda corta. Mejor una camiseta de algodon que unos inutiles volantitos. Mejor zapatillas planas que arriesgados zapatos de tacon. Mejor convenientemente vestida que sugerentemente medio desnuda. Ninguno de sus companeros de trabajo habia podido averiguar si aquel empeno de la joven en esconder cada centimetro de su cuerpo respondia a un alarde de puritanismo o por el contrario, ella deseaba ocultar alguna espantosa cicatriz. O sencillamente, y aquella era la opinion mas extendida, a Lane McCrane no le importaba si los demas la consideraban o no atractiva. De cualquier modo, nadie se habia interesado lo bastante como para tratar de descubrirlo. Nadie sabia nada de ella mas que lo que ponia en las excelentes referencias que habia aportado en su curriculo. Por supuesto, aquellas referencias habian sido comprobadas con meticulosidad como era costumbre en la escuela. Veintiocho anos, de madre norteamericana, se habia criado en un orfanato despues de que su padre las dejara y su madre fuera internada en un sanatorio. Por desgracia, la madre de Lane se habia abandonado al alcohol y los medicos la habian desahuciado cuando Lane solo contaba con cinco anos. Y asi, del orfanato a unos cuantos hogares de acogida, era un milagro que hubiera sobrevivido y sacado su titulo de maestra con excelentes notas. Sus antiguos profesores se sentian orgullosos de poder hablar bien de la senorita McCrane, aunque no ocultaron su sorpresa cuando la senora Andrew les habia llamado desde aquel pequeno pueblo perdido en la geografia del arido paisaje de Nuevo Mexico, la Tierra de Encanto. Habian creido que Lane estaria ya casada y seria madre de uno o dos crios. Pero no. Por alguna razon, ella estaba alli. En Juanita Fun, el lugar donde la gente se levantaba a las dos de la madrugada con el unico objetivo de ver cruzar una estrella fugaz. Fuera como fuera, Lane McCrane habia elegido aquel sitio para echar raices. Era cuanto sabian de ella. Nada de novios ni amigos ni familia. Por lo mismo, no era extrano que fuera algo hurana en sus relaciones personales. Los demas profesores la saludaban cada manana mientras servian el cafe en sus tazas, pero evitaban cualquier contacto. <>, la llamaban a sus espaldas, aludiendo a su agrio caracter y en mas de una ocasion, la misma Lane habia escuchado aquel comentario por los pasillos, aunque fingia que no le dolia. Incluso por el pueblo la llamaban ya asi y la senora Andrew creia que no era justo para ella. Una mujer tan joven y bonita... Merecia algo mas que la compania de Patty Sims, otra profesora y quiza su mejor y unica amiga, y de unos cuantos mocosos, por mas que ella siempre dijera que su trabajo era lo mas importante en su vida. Lane era una joven agradable con sus pequenos alumnos, no cabia duda. Les escuchaba, se preocupaba por ellos y les dedicaba toda su atencion. Siempre tenia una palabra amable a pesar de que eran unos diablillos incansables. Y durante las clases, Lane se transformaba y dejaba de ser la mujer seria e inaccesible a cuyos pensamientos nadie podia llegar. Los chicos de su clase la adoraban en realidad. Pero con los adultos era otra historia. Es lo que pensaba todavia la directora de la Escuela Clarence cuando Lane se sento y la miro con expresion preocupada. La senora Andrew sonrio para tranquilizarla. En los dos meses que Lane McCrane llevaba trabajando alli, nunca habian recibido una sola queja sobre su comportamiento con los ninos. De hecho, muchos padres habian elogiado el trabajo que realizaba con ellos. Decian que sus hijos se mostraban mas receptivos, creativos y educados y lo achacaban al buen hacer de su maestra. Sin embargo... Echo una breve ojeada a la nota enviada por Clyde Bransow. La habia dejado sobre la mesa intencionadamente. Queria ver la reaccion de Lane cuando la descubriera porque, a pesar del aprecio que sentia por la nueva maestra, necesitaba estar segura de que no se equivocaba con ella. Hasta el momento, solo disponia de la version de Clyde, no muy fiable por cierto, dado su mal caracter y escasa paciencia. AmeliaAndrew conocia a Clyde desde que era un mocoso y sabia distinguir por el contenido de su nota cuando estaba realmente enfadado. Mientras la leia le venia a la mente una clara imagen del hombre: la mandibula apretada, escupiendole las palabras al papel, contrariado por el atrevimiento de la maestra, quien, por otro lado y como el mismo seguramente habria deseado anadir, <>. Era el estilo de Clyde. Ruidoso como un toro en una cristaleria, preparado para ponerse sus pinturas de guerra siempre que la batalla mereciera la pena. Por otro lado, y aqui es donde empezaba a preocuparse, estaba complemente segura de que el temperamental Clyde estaba a punto de conocer a un adversario de su talla. Lo peor de todo es que sospechaba que ninguno de los dos cederia un milimetro, por lo que su papel de mediadora se presentaba bastante dificil. --Senorita McCrane, ?sabe por que la he hecho venir a mi despacho? --pregunto con tono amable; era importante romper la tension en el ambiente. Lane le devolvio la mirada, sin poder evitar que sus ojos volaran con cierto disimulo hasta la nota firmada con el apellido Bransow. --Creo que si, senora Andrew --contesto y su voz era firme--. Es por el chico Bransow, ?no es asi? --En efecto. Parece que el pequeno Ben ha tenido problemas ultimamente --observo, aguardando la reaccion de la joven. Lane no dijo nada--. ?No va a contarmelo, Lane? --No es importante --mintio, pensando que era lo mejor para el chico. Lane se mordio los labios con una mezcla de rabia y remordimientos. ?Por que habia tenido que dirigirse a la senora Andrew precisamente? Clyde Bransow podia haber contestado a alguna de las diez notas que le habia enviado para citarle en la escuela. Sinceramente, habria querido solucionar aquello sin que las cosas fueran a mayores, pero aquel incidente el dia anterior... El terrible comportamiento de Ben lo habia acelerado todo. Y ahora, debia justificar ante la senora Andrew su silencio y se sentia fatal por haberselo ocultado. --?En serio? Entonces, ?puede decirme por que su padre me envia esta acalorada nota en la que me pide que le explique por que no somos capaces de controlar a su hijo? --El senor Bransow debio preguntarme primero, antes de enviar esa nota. Quiza debio preguntar tambien a su hijo y asi por lo menos conoceria el sonido de su voz --replico, tratando de mantener la calma. En realidad, le apetecia, y mucho, expresar abiertamente la opinion que le merecia el tal Clyde Bransow. Se contenia como podia. La sangre le hervia en las venas al imaginarse al insociable senor Bransow, dueno del mayor rancho del pueblo y tambien de la mayor cabeza dura por lo que sabia, desoyendo sus peticiones y derivando su responsabilidad como padre, una vez mas. Lane tenia la teoria, y si, aceptaba que estaba siendo prejuiciosa, de que Clyde Bransow habia perdido todo interes por la educacion de su hijo desde la muerte de su esposa, cinco anos antes. Pero sus prejuicios no eran del todo gratuitos. Aunque no solia prestar atencion a los chismes, no podia evitar escuchar algunos. Parecia que el senor Bransow habia sabido rodearse de gente amable y eficiente que le hiciera aquel trabajo. Personas que, como ella, suplian con su carino las atenciones que Clyde seguramente negaba a su hijo. Y aunque solo le habia visto en una ocasion, durante el baile de inauguracion del nuevo aserradero, habia bastado para que la mala imagen que tenia de el se confirmara.

  • La aventura de tu cerebro de Maria Jose Mas Salguero

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    Ya conoces el final de esta historia: el final eres tu. Un resultado unico e irrepetible entre los millones de variantes posibles, una casualidad extraordinaria. Desde aquella celula inicial formada por los gametos de tus padres, son muchos los acontecimientos biologicos y biograficos que te han convertido en el adulto que eres ahora. Este largo proceso se
    conoce como “neurodesarrollo”, y en este libro se desgranan sus claves.
    Dirigido a todos los publicos, se explican los conocimientos actuales de esta ciencia, ilustrados con historias reales que nos permiten entender los procesos por los que pasa el cerebro desde que se forma durante la gestacion hasta que adquiere su plena madurez.
    Descubriremos como crece y se capacita para regular el movimiento corporal, dominar el lenguaje, aprender su entorno, y concretar con su progreso la identidad personal de cada uno de nosotros. Un libro que nos ayuda a conocer mejor el desarrollo del nino, y facilita a los padres, docentes y profesionales dela salud su acompanamiento a traves de este maravilloso recorrido que lo convertira en un adulto independiente.

  • Cuando acabe el invierno de Angela Drei

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    Alex bajo del taxi frente al portal de la casa de Marie. Volvio a mirar el ramo de flores que habia comprado. Siete rosas rojas, una por cada mes. Recordaba el primer dia en que ella aparecio en su cafeteria con su gran bolso azul y sus gafas de sol. Habia cambiado mucho desde entonces. Ya no se escondia tras unos cristales oscuros, no tenia ojeras y su vestuario se habia llenado de color. Hasta su pelo era diferente. Sonrio como el bobo enamorado que era y toco el boton del videoportero mientras escondia las flores a su espalda. Marie le esperaba en la puerta, y el la siguio al interior con una sonrisa traviesa. En cuanto estuvieron dentro, Alex le entrego el ramo de flores. Ella las observo sorprendida. Siete rosas de un vivaz color rojo. Fruncio el ceno sin entender y lo miro en espera de una explicacion. --Hoy hace siete meses que apareciste en mi cafeteria. ?No te acuerdas? Alex disfruto al ver como ella se ruborizaba. No, estaba claro que no se acordaba. Pero el no se enfado, al contrario. Se sintio orgulloso y feliz de haberla sorprendido. --Vaya, asi que te has olvidado. --Lo siento, de verdad. No recordaba la fecha. --Pues algo tendras que hacer para que te perdone. Marie sonrio con coqueteria al ver como el le guinaba un ojo ladeando su sonrisa. Habia vuelto a ser el hombre sexi y atrevido de siempre. No quedaba ni rastro de aquella mirada triste, la que aparecia cuando los recuerdos del pasado llegaban si avisar. --No se que puedo hacer. Podemos salir y comer algo fuera..., o tal vez podemos quedarnos... El no la dejo continuar. Con un beso interrumpio lo que fuera que iba a decir y las rosas acabaron aplastadas entre ellos. --Las flores, deja que las coloque. Marie trato de apartarse un poco, pero el la tenia sujeta por la cintura con firmeza. --Te comprare mas. Te comprare flores cada dia --dijo sin separarse de ella--. Celebraremos el primer dia que te hice el desayuno, nuestra primera cita, la primera vez que te lleve en mi moto. Mientras hablaba, iba dejando besos desde su cuello hasta su hombro, y desabrocho el primer boton de su camisa para poder tener mas piel cerca de sus labios. Ella rio cuando sintio sus dedos cosquillear en su cintura subiendo la tela y entonces Alex se aparto lo suficiente para mirarla. --Me encanta escucharte reir. Adoro tu risa. --Y era cierto, la habia visto llorar incluso antes de saber su nombre y habia odiado cada lagrima que oscurecia su preciosa mirada de chocolate. Ahora tenia entre sus brazos a una Marie muy distinta, ligera y sonriente, vibrante como esas zapatillas con rayas doradas que se habia comprado el fin de semana anterior. Marie aprovecho ese momento para escabullirse y fue a la cocina. Antes de que las rosas estuvieran en un jarron con agua, Alex ya habia llegado y la envolvia entre sus brazos. --No te escapes --le rino mientras se colocaba tras ella. --Deja que las ponga en agua. --Solo si me prometes hoy no salimos de casa. --Esta bien, no salimos --acepto ella mientras colocaba las flores en un sencillo jarron de plastico junto a la ventana de la cocina--. ?Que quieres comer? ?Comida china, pizza, sushi? ?Que pedimos? --Tengo delante lo que quiero comer. Marie abrio mucho los ojos y fue a decir algo mas, pero el la cogio en brazos y cargo con ella hasta el dormitorio. --Vamos, galletita, me muero de hambre. --?Galletita? --Si, galletita. Estoy pensando que quiza con un poco de chocolate... ?Tienes sirope? ?Nata? Marie sintio como sus mejillas ardian y oculto el rostro con las manos. --No tengo de nada. Intento hacer dieta. --?Dieta? ?Para que? Mientras esperaba una respuesta, Alex no se quedo quieto. Fue desabrochando el resto de los botones de la camisa que ella llevaba y bajando por la linea de su esternon hasta descubrir su ombligo. --Pues veras, por culpa de alguien que conoces, los pantalones me quedan tan estrechos que no puedo casi abrocharmelos. --?Que pantalones? ?Estos? Alex se puso de rodillas entre sus piernas y desabrocho el boton de los vaqueros que ella llevaba puestos. --Tengo una solucion mejor: tira estos pantalones a la basura. Se inclino hasta dejar un beso en su estomago y ella intento incorporarse. --No es gracioso --dijo fingiendo mas enfado del que sentia. --No. No es gracioso. --Alex, deja de hacer el tonto y escucha. --Esta bien, te escucho --acepto y volvio a sentarse en la cama, aunque en lugar de mirarla a los ojos se quedo prendado del sujetador gris oscuro que resaltaba sobre su piel, tan palida como el azucar. --!Mirame a los ojos! --No puedo --dijo echandose a reir. Marie cogio la almohada y le golpeo, pero el era mucho mas grande y con un solo movimiento la tuvo inmovilizada bajo su cuerpo. --Estas preciosa. A mi me gustas. --?Te gusto gorda? --No estas gorda, Marie. Pero es que aunque lo estuvieras me daria igual. --Ya, seguro. --No estas gorda --repitio muy serio--. Y quitate los vaqueros. --?Que me quite los vaqueros? --?No te quedan estrechos? Pues quitatelos. O mejor, te los quito yo. Alex la sujeto de los tobillos y bajo los pantalones hasta conseguir deshacerse de ellos. Cogio uno de sus pies y beso con cuidado sus dedos. Llevaba las unas pintadas de rojo oscuro. Le encantaba que fuera tan coqueta: a Marie le gustaba llevar las unas de colores, aunque no llevara sandalias y nadie las viera. Eso era perfecto, porque sabia que ahora ella se ponia guapa para sentirse bien, no para agradar a los demas. --Eres tan suave… --susurro pasando los labios por su tobillo. Marie sintio un escalofrio cuando el aliento de el le hizo cosquillas. Su boca iba subiendo muy despacio dejando un camino de besos por el interior de su pierna. --?Sabes? Conozco una forma de quemar calorias. Alex dio un pequeno mordisco en su muslo antes de mirarla. --?Si? ?Cual? --pregunto Marie con un jadeo. --Primero tienes que quitarte toda la ropa. Mientras ella se dejaba desnudar, el no dejaba ni un trozo por besar. Era su plato preferido, su dulce Marie, la que habia conseguido atraparle y llenar su corazon. Siete meses. Todavia le costaba pensar que no estaba solo. Como su hermano le habia dicho, ella habia llegado para dinamitar los muros que habia construido, y ahora tenia que volver a aprender a vivir sin miedo a sentir. Podia ser feliz. Era como lanzarse del trampolin a diez metros. Daba miedo, pero sabia que merecia la pena esa sensacion de zambullirse y sentir cada musculo del cuerpo cargado de energia. Marie sintio sus manos, sus besos, que recorrian su piel hasta que todo fue calor. Su corazon latia cada vez mas rapido. No solo era sexo. Con Alex se convertia en una experiencia divertida donde ella podia devolverle cada caricia. El nunca ponia mala cara, nunca fruncia el ceno, ni siquiera cuando ella se echaba a reir de forma escandalosa porque le hacia cosquillas al besar su cadera. El sexo era genial con Alex. Vivir a su lado era genial. Se sentia segura y querida. No se avergonzaba si no llevaba la ropa interior conjuntada, si habia escogido un sujetador demasiado sexi o si ese dia estaba cansada y queria pasar la tarde viendo la tele con una vieja camiseta. Con el podia ser libre. --!Alex! --se le escapo un grito y rodeo sus caderas con las piernas para atraerle mas cerca, tanto que no habia ni un centimetro entre sus cuerpos. El tenia el cabello revuelto, respiraba agitado y en cada movimiento mezclaba sus jadeos. La beso largo y despacio. Su ritmo era lento, saboreaba cada gemido de ella. Terminaron temblando y sin aliento. --Dios, Marie, creo que no deberia haber ido a la piscina hoy. Si muevo cualquier musculo, voy a terminar desmayado. --Ha sido culpa tuya. Yo solo queria quedar a comer --repuso Marie. Alex habia terminado tumbado boca arriba en la cama, sin preocuparse por cubrirse con las sabanas, y su abdomen todavia subia y bajaba muy rapido. --?No te ha gustado? --pregunto mientras se ponia de lado para poder atraparla y volver a tenerla cerca. --No he dicho eso. El unico que te has quejado eres tu. --Llevas razon. Me quejo --dijo y la beso--. Me quejo de que eres tan suave que no puedo quitarte las manos de encima. Me quejo de que desde que te veo tengo ganas de desnudarte y hacer mil flexiones contigo. Y sobre todo me quejo --anadio mientras golpeaba con el dedo indice su nariz--, de que eres una cabezota que no quiere vivir conmigo y me hace ir todo el dia de aca para alla perdiendo un tiempo precioso que podriamos gastar en otras cosas, cosas interesantes como estar en la cama, en la ducha o sobre la alfombra del salon

  • Carreteras, amor y rock & roll de Annie Fischer

    https://gigalibros.com/carreteras-amor-y-rock-038-roll.html

    Debia de estar cometiendo un error, porque los aciertos no sabian tan bien.

  • Lo que significas para mi de Mile Palma

    https://gigalibros.com/lo-que-significas-para-mi.html

    Ella pensaba que los amores de la infancia eran eternos y Harry, ese amor que tenia desde pequena, quizas le de la razon a sus pensamientos. Alexia lo dara todo, pensando que el final sera feliz, pero en la vida, todo tiene un final. ?Lo tendra tambien este amor?

  • Siempre tuya (Secuestrada 3) de Anna Zaires

    https://gigalibros.com/siempre-tuya-secuestrada-3.html

    Tercer libro de la trilogia de romance oscuro Secuestrada, exito de ventas por el New York Timesy USA Today

  • Silencio, Thomas Raab de Thomas Raab

    https://gigalibros.com/silencio-thomas-raab.html

  • La vecina del tercero derecha de Eugenia Dalmau

    https://gigalibros.com/la-vecina-del-tercero-derecha.html

    La aparente tranquilidad que se respira en el edificio de un elegante barrio de Valencia se vera perturbada por el inesperado fallecimiento de Enrique Giner, uno de sus vecinos.La desaparicion de un talonario de recetas medicas que Ignacio, psiquiatra y vecino del atico, echa de menos la noche de la muerte de Enrique alertara a Violeta, quien comenzara a fisgar en la vida de cada uno de los residentes: una viuda empenada en conseguir todo lo que se propone y su hijo soltero de cuarenta y cuatro anos; un atractivo y solitario vecino; una mujer dominada y anulada por su retorcido marido, convencida de que va a ser asesinada; un matrimonio idilico, padres de cuatro perfectos retonos; y una estirada vecina, esposa del fallecido.Con la ayuda de Ignacio y de la avispada portera, Violeta ira descubriendo que nada es lo que parece y poco a poco se sumergira en una peligrosa marana de mentiras que la llevara a temer por su propia vida.

  • El corazon de Joe Byers 2 de Christian Martins

    https://gigalibros.com/el-corazon-de-joe-byers-2.html

    EL CORAZON DE JOE BYERS