• libro la sombra de magui aun esta en el jardin - Sylvia Lagarda-Mata

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    Marc, historiador y profesor, empieza a interesarse por lo que el llama <>: la desaparicion de Magui Viladalba, la hermana de su bisabuela, en la casa familiar de Barcelona la verbena de San Juan de 1919. Ahora que todos los testigos de la tragedia estan muertos, solo los difusos recuerdos de su abuela Marga y el libro que su tatarabuelo escribio pueden acercar a Marc a la resolucion del caso.

  • La sombra de Magui aún está en el jardín - Sylvia Lagarda Mata

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    9 ene 2020 — Ahora que todos los testigos de la tragedia están muertos, solo los difusos recuerdos de su abuela Marga y el libro que su tatarabuelo escribió ...

  • LA SOMBRA DE MAGUI AÚN ESTÁ EN EL JARDÍN

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    El libro LA SOMBRA DE MAGUI AÚN ESTÁ EN EL JARDÍN de SYLVIA LAGARDA-MATA en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • La sombra de Magui aún está en el jardín (Áncora & Delfín)

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  • La sombra de Magui aún está en el jardín (Áncora & Delfín ...

    https://www.amazon.es/sombra-Magui-a%C3%BAn-est%C3%A1-jard%C3%ADn-ebook/dp/B0825DKQNJ

    Ha escrito varios libros sobre misterios y leyendas. En 2008 realizó la primera incursión en el género histórico con Mazapanes amargos, su primera novela. La ...

  • 'La sombra de Magui aún está en el jardín' rastros del pasado

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    19 feb 2020 — El pasado y el presente juegan de manera hipnótica en este libro. En primer lugar tenemos a Marc, un historiador en ciernes cuyo vida ...

  • La sombra de Magui aún está en el jardín - Babelio

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    Ahora que todos los testigos de la tragedia están muertos, solo los difusos recuerdos de su abuela Marga y el libro que su tatarabuelo escribió pueden acercar a ...

  • La sombra de Magui aún está en el jardín - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/99899/la-sombra-de-magui-aun-esta-en-el-jardin

    Ahora que todos los testigos de la tragedia están muertos, solo los difusos recuerdos de su abuela Marga y el libro que su tatarabuelo escribió pueden acercar a ...

  • la sombra de magui aún está en el jardín - Machado Libros.

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    LA SOMBRA DE MAGUI AÚN ESTÁ EN EL JARDÍN, LAGARDA-MATA SYLVIA, 18,50€. Marc, historiador y profesor, empieza a interesarse por lo que él llama «el enigma f.

  • La Sombra De Magui Aún Está En El Jardín - Agapea

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  • Azul Estocolmo de Carmen Sereno

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    “El y yo volveriamos a encontrarnos en cualquier otra vida.”
    Ana Luna ya no trabaja en Laboratorios Grau. Es hora de buscar un nuevo empleo y sacarse a Eric de la cabeza. Y del corazon. Pero, ?como se puede olvidar a alguien que se ha metido en lo mas profundo de tu ser? Cuando por fin empieza a ver la luz al final del tunel y a recuperar el control de su vida, la repentina aparicion de Eric y su inesperada propuesta pondran a prueba su voluntad.
    ?Aceptara Ana que su sindrome de Estocolmo nunca se ira?

  • Sed de Neal Shusterman

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    ?Hasta donde llegarias para conseguir la ultima gota de agua?

  • El ascenso de las dos serpiente de Max Gladstone

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    Una plaga de demonios han saboteado las reservas de agua de Dresediel Lex. Para averiguar quien esta detras y reparar el dano, el Rey de Rojo envia a Caleb Altemoc, hijo de Temoc, el ultimo de los sacerdotes de los antiguos dioses y protagonista de La primera y ultima nieve, un joven especializado en gestion de danos, que tambien se saca algo de dinero apostando. Una vez alli, Caleb se encuentra con Mal, una saltadora de tejados de la que queda inmediatamente prendado. Desde el principio, Caleb y Mal estan unidos por el deseo, la magia y el azar, atrapados en un juego peligroso donde dioses y humanos son meros peones. Ambos yacen en el agua y bailan sobre el fuego, mientras las dos serpientes que duermen bajo la tierra empiezan a despertarse. y estan hambrientas.

  • Lolita de

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    La historia de la obsesion de Humbert Humbert, un profesor cuarenton, por la doceanera Lolita es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atraccion <> por las ninfulas y el incesto. Un itinerario a traves de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizadisima violencia, narrado, a la vez con autoironia y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert. “Lolita” es tambien un retrato acido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plastico y del motel. En resumen, una exhibicion deslumbrante de talento y humor a cargo de un escritor que confeso que le hubiera encantado filmar los pic-nics de Lewis Carrol.

  • Todos los cuentos de Carmen Martin Gaite

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    Esta edicion de los CUENTOS COMPLETOS de CARMEN MARTIN GAITE no sigue criterios cronologicos, sino que se ordena en torno a los temas habituales de la autora: el desgaste de la cotidianidad y la rutina, la oposicion entre pueblo y ciudad, las primeras decepciones infantiles, la incomunicacion, el desacuerdo entre lo que se hace y lo que se suena, el miedo a la libertad. <<,Todos ellos senala la autora en el prefacio a esta edicion pertenecen a campos muy proximos y remiten, en definitiva, al eterno problema del sufrimiento humano, despedazado y perdido en el seno de una sociedad que le es hostil y en la que, por otra parte, se ve obligado a insertarse.>>, El universo femenino asume el protagonismo de ese malestar indefinible y profundo que crean la carencia de amor y la busqueda de la identidad.

  • Quedate conmigo de Marjorie Ortega

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    ?Hasta donde llegarias por amor?

  • Demonio de los mares de Susana Biset

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    El mar es un dios inclemente, decide sobre la vida de los que lo cruzan sin contemplaciones: naufragios, tormentas, arrecifes inesperados. El mar, a veces, tambien se encarina con sus hijos dilectos, con aquellos que han sorteado los obstaculos; entonces, decide, benevolente, darles una compania, alguien a quien anhelar.

  • Cambio mundo por universo de Beatriz M. De Lagos

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    YO
    Me llamo Eva, tengo treinta y seis anos, estoy casada y tengo dos hijas. La relacion con mis padres es buena y aunque soy hija unica, mi amiga Paula ha sido desde el colegio como una hermana para mi. Soy coordinadora en una empresa que organiza fiestas y eventos sociales. Me encanta mi trabajo, hace que me sienta activa y me da la oportunidad de conocer a mucha gente. Vivo en una ciudad comoda para vivir y pequena para esconderse.
    Soy infiel y estoy enamorada.

  • Algo de tres de Monica Benitez

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    Natalia es una joven con cierta tendencia a enamorarse siempre de la persona equivocada. En la actualidad, esta soltera y buscando empleo, pero dominar a la perfeccion cinco idiomas le ha valido para encontrar trabajo en una importante red de academias de idiomas cuya propietaria es una atractiva e intimidante mujer: Inma Farrell.

  • Borges A/Z de Antonio Fernandez Ferrer & Jorge Luis Borges

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    El hecho de que el genero literario que yo prefiera sea la enciclopedia se debe a varias razones. Una, que es honrosa: mi curiosidad; otra, que es menos honrosa: mi haraganeria. Pero la mas importante de todas, quiza sea esta: la cuota de sorpresa, de suspenso, como se dice ahora, que hay en las enciclopedias. En un libro se sabe con antelacion lo que se encontrara; es decir, que uno sabe que le espera tal o cual cosa de acuerdo al tipo de libro que se haya elegido. Esto no sucede en una enciclopedia, ya que esta regida por el orden alfabetico que sencillamente es un desorden, sobre todo si uno piensa en los temas. Jorge Luis Borges.

  • Te contare todos mis secretos de Alma Leiva

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    VOL. #1. SAGA SECRETOS. Puede que la vida de Alejandra no fuera un idilico cuento de hadas, pero mientras pudiera escoger quien ser y como actuar, era perfecta para ella. Sentirse libre era su unico mandamiento.
    La aparicion de Diego sacudira su mundo justo cuando ha decidido dar un cambio a su vida. Atraida por su promesa de sinceridad y una filosofia que despierta su curiosidad y la excita, confia en el y le permite que la guie por el abismo de las relaciones sin sentimientos.
    Por otro lado, la llegada de David a Valencia y la obligacion de relacionarse con el propiciara un acercamiento entre ambos que acabara por convertirse en un tira y afloja, sumergidos en esa especie de embriaguez que se provocan mutuamente.

  • Se armo Cupido, Maleja Arenas de Maleja Arenas

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    ?Cual es el peligro de entrar al bano de hombres?
    Bueno, tal vez que descubras a dos hombres midiendo quien tiene el mayor tamano, o tal vez que se burlen de ti por entrar donde no debes hacerlo.
    Lo que nunca imagine fue que entrar ese dia, a esa precisa hora, justo en ese bano; me llevara a este espiral que es ahora mi vida. Todo porque casi fui testigo de como asesinaban a un agente encubierto, el maldito callejon por el cual huimos tenia camaras de seguridad y justo tuve que mirar hacia atras cuando el, muy claramente me dijo “No lo hagas”.
    Y digo casi, gracias a que mi maldito ingenio y mi histeria le salvaron la vida al hombre, colocando en peligro la mia. Ahora, el departamento de policia y el gobierno me tienen escondida, en un horrible apartamento, en una horrible zona residencial, porque se supone que:
    ?Quien podria sospechar de una pareja de recien casados muertos de hambre y locos de amor?
    Jodidos banos de hombres y jodido cupido que me llevo a enamorarme del idiota que me puso en esta situacion en primer lugar.

  • La ciudad de las tres catedrales de Jordi Verdaguer

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    En Montpellier, a principios del s. XIII, Jaume I es engendrado mediante una argucia. El rey Pedro II de Aragon aborrece a su esposa Maria de Montpellier y esta oculta su identidad para yacer con el rey con los notables de la corte como testigos. Anos despues, en Barcelona confluyen los tres heroes de Navas de Tolosa -Dalmacio Creixell, Cabeza Brava y Jose de Azagra- y el joven Hernan, que lleva en sus munecas la marca del elegido. Aunque lo ignora, Hernan es hijo bastardo de Dalmacio Creixell. Entretanto, unos misteriosos crimenes siembran el terror, y una criatura, un Golem, se oculta en las entranas de la urbe. Amorios, intrigas y asesinatos se suceden en la Ciudad Condal mientras un rey enfermo que ha entregado a su propio hijo a los franceses debera tomar partido por la Iglesia, el reino de Francia o los rebeldes cataros. Las maquinaciones de clerigos y nobles y las luchas por el poder tras la muerte del rey Pedro marcaran las primeras decadas del siglo, hasta que una valerosa madre devuelva la corona a su legitimo heredero. Pero para ello los tres heroes de Navas, junto a Hernan, habran de liberar al rey del castillo de Monzon donde esta recluido, y reconquistar Barcelona con la ayuda del resto de reyes de la peninsula en base a un juramento y unas piras de fuego…

  • Todo arde excepto tu de Cristina Origone

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    Turin, 10 de noviembre de 1993 El periodista observa a las personas evacuadas del palacio en llamas que descansan del otro lado de la calle. Han formado pequenos grupos entre los automoviles estacionados, dos mujeres lloran y se abrazan. La mirada se desliza hacia una nina. Un hombre la tiene de la mano derecha y mira hacia lo alto. Es su primer servicio: la confusion y el sonido ensordecedor de la sirena lo hacen nervioso y agitado. --?Estamos listos? --pregunta al camarografo mientras piensa en cuan afortunado es por haber encontrado ese trabajo. La television comercial, en un Pais que ignora a los debiles, se ha vuelto un servicio publico que ofrece emociones, sonrisas y lagrimas gratuitas; si la conexion va bien, alguien derramara alguna lagrima mirando las noticias de television. Esta es la regla. Sonrie cinicamente mientras acomoda el auricular en su oido. El tecnico le responde con la senal de la mano que indica que todo esta bien; La voz chillante de la conductora le llega fuerte y clara. --Si, los bomberos todavia se encuentran en el lugar del incendio, ya han trabajado desde las diez. Una gran nube de humo se ha levantado desde hace alguna hora sobre una vivienda en la esquina de Rosselli y Cassini. Al momento se cuentan dos victimas, cuya identidad todavia no ha sido dada a conocer. Aun hay que verificarla, tambien la naturaleza del incendio: ?accidental o doloso? Habla con voz angustiada, consciente de que manana nadie recordara mas todo esto. Ni siquiera el, piensa mirando la senal del tecnico de dos dedos hacia arriba. Bravo. Estuvo bien. La conexion se cierra. PRIMERA PARTE MARTA CAPITULO I LA GRADUACION Genova, 10 de mayo 2011 El, presidente y ponente de la tesis, me proclama finalmente doctora con: --Un merecido 110--. Son estas las palabras que pronuncia apretandome la mano. Intercambio el apreton y bajo la mirada. Me sostiene la mano mas de lo debido y, cuando me la deja, la estrecho a todos y salgo del aula. Estoy perturbada. Pero no por la graduacion. Caterina me abraza antes que mis otros amigos y me susurra al oido: --?Todo bien? --Me suelto a llorar. Flores, foto, aplausos y abrazos. Estoy en la confusion total y con la mirada lo busco. Todavia no sale el aula. Algunos de mis amigos me piden una hoja de laurel de la corona que Caterina me preparo, parece que les propicia buena suerte a los que todavia estan por graduarse. Me distraigo por algun minuto y, cuando miro en direccion de las escaleras, veo que el esta descendiendo los peldanos a paso veloz. Caterina se da cuenta y murmura--: Finalmente se ha ido y … --sonrie y concluye--: No pienses mas en ello, doctora. Ella es mi mejor amiga. Mi madre tenia que haberse ocupado en este dia, en cambio es Caterina quien ha organizado la fiesta despues de la graduacion y me ha regalado un fin de semana para pasarlo juntas en un Spa. Lo unico que ha hecho mi madre fue telefonearme esta manana para desearme un frio "Buena suerte". Desde hace anos que necesito buena suerte, pero ella no lo sabe. --No la necesito-- respondi con mucho placer y termine con la conversacion. Caterina tiene los ojos pequenos y negros, y un fisico desproporcionado: hombros estrechos y caderas largas. Tiene una charla suelta, lleva los cabellos cortos y estudia Jurisprudencia, pero esta fuera de clases desde hace anos. De vez en cuando bromea y dice que por error ha caminado en el rombo blanco en el centro del claustro de la Universidad y que por ello no se graduara nunca. Para los estudiantes de la facultad de Legge de Genova aquel rombo trae fortuna, se puede pisar solo despues de haberse graduado.

  • Te esperaba a ti (Mejores amigas 4) de Alizee Duchamps

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    Buenos dias, puedes sentarte. Eres Teresa, ?verdad? --Si, Teresa Hernandez. --?Cuantos anos tienes, Teresa? --Cuarenta y nueve. --Ya... Sabes que con tu edad y sin estudios superiores lo tienes bastante dificil... --Lo se, pero la fabrica en la que he trabajado durante los ultimos quince anos cerro hace tres meses. --Veo en tu curriculum que abandonaste los estudios con veinte anos. ?Te importaria decirme por que? --Me quede embarazada en mitad de la carrera. Tuve que ponerme a trabajar. --?No tenias familia que pudiese ayudarte? Perdona por el tercer grado, pero tengo que crearte un perfil. --No pasa nada. Mi familia me echo de casa y tuve que buscarme un alquiler barato para poder criar a mi hija. Lo consegui gracias a la ayuda de mis vecinas, que se hacian cargo de mi pequena mientras yo estaba fuera. Trabaje de dependienta, camarera, en almacenes, fabricas y cadenas de montaje. La ultima empresa que me contrato, la que ha cerrado, fabricaba piezas para automocion. Yo estaba en la seccion de verificacion y control de calidad. Y, antes de que me preguntes por el padre de mi hija, te dire que no lo hay ni lo hubo. --Entiendo... En fin, en este momento, despues de repasar tus datos, lo unico que me aparece por aqui que no exijan personas mas jovenes, es una empresa de pasta alimenticia, donde precisan cubrir puestos en el empaquetado. Pero esta a cincuenta kilometros y el contrato seria de un mes. --?Solo un mes? ?Y a cincuenta kilometros? ?No hay nada mas cerca? --A ver, dejame mirar... Bueno, si no te importa trabajar como limpiadora, hay una vacante en la empresa que se encarga de la limpieza de edificios publicos, y que en este momento piden a alguien para la universidad. Se trata de una suplencia, pero es de larga duracion. La trabajadora a la que sustituirias estara de baja entre seis meses y un ano por una operacion de hernia discal. Y lo tienes aqui al lado... --Si, claro, acepto, antes de quedarme sin nada. Necesito trabajar para mantenerme. --Estupendo. Enviare ahora mismo la solicitud y en unos dias te diremos algo. Pero, perdona que me entrometa... Si tienes una hija de veintiocho anos que, por lo que me dice aqui, vive en Madrid y trabaja en una importante firma de publicidad... --No voy a vivir de mi hija. Si no tiene nada mas que decirme, espero su llamada. Buenos dias. --Buenos dias, Teresa. Empece a escribir novelas romanticas con cincuenta anos, y, aunque ciertos problemas de salud me impidan dedicarme un poco mas a ello, hay algo que la edad no va a ser capaz de borrar en mi: la ilusion. Porque las mujeres de cincuenta aun tenemos mucho por hacer, por decir, por conseguir. Alizee Duchamps CAPITULO 1 Sobre la mesa, una taza permanecia vacia y ya olvidada. Hacia rato que Teresa habia dado buena cuenta de su contenido, pero, como cada dia solia hacer despues de su jornada, continuaba sentada en la misma mesa de la cafeteria del campus universitario. Le gustaba aquel rincon apartado y tranquilo, donde permanecia ajena al bullicio estudiantil de primera hora de la manana. Acomodada en la silla, contemplaba a traves de la ventana el cielo gris de otono que ya habia dejado caer las primeras gotas de lluvia y que empezaban a salpicar el cristal. Observaba a los alumnos y profesores que corrian a traves de los jardines y arcadas de cemento en busca de sus aulas correspondientes. Ya habia trabajado en el turno de noche en otras ocasiones, asi que, ya contaba con el trastorno que suponia pensar en irse a dormir cuando todo el mundo despertaba. Solo hacia un par de semanas que habia aceptado aquel empleo de limpiadora en la universidad y ya se habia fabricado su rutina. Empezaba a trabajar a las doce de la noche y terminaba su jornada a las siete de la manana. Al acabar, despues de guardar el carrito con los utensilios de limpieza en el cuarto destinado a ello, cerraba con una de las docenas de llaves que colgaban del llavero con el escudo universitario, y se marchaba en busca de la cafeteria, para poder observar el mundo diurno antes de irse a dormir. La mayoria de las veces se encontraba tan a gusto y relajada que se olvidaba del tiempo y se quedaba hasta que estudiantes o profesores invadian aquel tranquilo espacio y decidia que habia llegado la hora de marcharse. Aquel dia en concreto, se hallaba tan sumida en sus pensamientos, que no fue consciente de que las mesas del local ya se habian llenado, algo que solia ocurrir mas temprano si la manana amanecia fria y lluviosa como aquella. Tampoco escucho la voz que se dirigio a ella y que tuvo que repetir en dos ocasiones una inusual peticion. --Perdone --dijo de nuevo aquella voz--, ?puedo sentarme? Teresa, que no se habia percatado de la insistencia, dejo por un instante la contemplacion del paisaje lluvioso y se giro hacia la voz para contemplar a un hombre de unos cincuenta anos, que llevaba una gruesa carpeta bajo el brazo, una cartera de piel colgada del hombro y un vaso de cafe en la mano. Vestia con un traje clasico, aunque sin corbata, y lucia una cuidada barba y gafas de montura oscura. Sin lugar a dudas, se trataba de algun profesor que demandaba un sitio donde poder sentarse. --Claro, sientese --le dijo Teresa--. Yo ya me iba. --No, no, por favor --le pidio el hombre mientras colgaba la cartera de la silla, se sentaba y colocaba la carpeta y el vaso sobre la mesa--, no era mi intencion hacerla levantarse. Disculpe que invada su espacio, pero no hay ninguna mesa libre y necesito echar un vistazo a algunos trabajos de mis alumnos antes de entrar en clase. A Teresa le parecio de mala educacion levantarse inmediatamente y decidio quedarse unos minutos mas. Volvio a girarse hacia la ventana y siguio mirando a los grupos de jovenes que charlaban entre si o permanecian embelesados en las pantallas de sus moviles. Percibio ligeramente los movimientos del hombre, que parecia concentrado en la vision de aquellos escritos mientras le iba dando sorbos al vaso de papel. Hasta ella llego el olor a la colonia del desconocido, que le parecio suave y fresca, mezclado con el aroma a cafe caliente. Estuvo tentada de pedirse otro, pero reconocio que todavia le costaria mas dormir si lo hacia y decidio levantarse de la mesa para volver a casa. --Oh, vaya --se lamento aquel profesor--, al final la he acabado molestando. --No me ha molestado en absoluto --le dijo ella, a pesar de que, si fuera sincera, le diria que, de cierta manera, habia invadido su pequeno refugio matutino--. Es solo que tengo que marcharme. Se me hace tarde. Buenos dias. El hombre correspondio a aquel saludo y continuo con su tarea. **** El sueno volvio a resistirse aquella manana, por lo que Teresa copio la rutina de los ultimos quince dias. Se levanto al mediodia, comio un resto de pasta del dia anterior, hizo las tareas de la casa y bajo al supermercado porque la nevera empezaba a pedir a gritos algun alimento en su interior. En medio de aquella monotonia, recibio una llamada de su hija y otra de Cati, una de sus amigas, con la que quedo en reunirse por la tarde junto al resto del grupo. Y, como venia ocurriendole desde que aceptara el turno nocturno, empezo a sentir el bajon justo cuando se sentaba en la terraza del bar. Algo que sus amigas senalaron nada mas hacerle compania. --Madre mia, Tere, ya te estas quedando dormida --le dijo Cati--. Deberias haberte quedado en casa y recuperar un poco de sueno. --Lo se --suspiro Teresa--, pero entonces mi vida se reduciria a trabajar, dormir y comer sobras recalentadas. Si ya no voy a poder salir un rato con vosotras, me pego un tiro directamente. --Tiene razon --la apoyo Montse--. Aunque ya sabemos que el turno de noche es una autentica mierda. --Lo que nos lleva de nuevo a la mas que repetida cuestion --intervino Rosa--: ?sigues sin querer irte a vivir con tu hija? --No empeceis, por favor... Teresa conocia a las tres mujeres desde hacia quince anos, cuando coincidieron en la fabrica que las habia dejado sin trabajo hacia unos meses. Durante todo ese tiempo habian compartido jornadas interminables, cansancio y broncas del jefe, pero tambien risas a escondidas en los lavabos, el nacimiento del segundo hijo de Montse y los divorcios de Cati y Rosa, vivencias que las habian unido y habian mantenido su amistad a pesar de que ya no coincidieran cada dia en el trabajo. Tras el despido, Cati habia conseguido un empleo de cajera en un supermercado, Rosa habia aceptado ayudar a su hermana en la panaderia que regentaba, y Montse seguia en el paro, porque, de esa forma, disfrutaba un poco mas de su marido y sus hijos.

  • Criminal de Paz Velasco De La Fuente

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    El crimen siempre nos ha generado una gran fascinacion, tal vez porque nos cuesta comprender como el ser humano puede ser capaz de atravesar segun que limites. La palabra <> arroja en Google mas de 36 millones de resultados, y <> supera los 3 millones. La criminologia esta mas vigente que nunca tanto por el impacto del cine, las series de television y las novelas como por los crimenes reales que nos impactan casi a diario.

  • El buscador 1 de Elora Norte

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    Una extrana plaga esta matando gente aleatoriamente en el pueblo de Ithil. Los lideres de los tres poderes principales del pueblo; el Consejo, el Templo y la Guardia; deberan dejar a un lado sus rencillas y olvidar los problemas del pasado. Tendran que unirse a los buscadores, mandados desde la capital, que han venido a ayudar y encontrar la causa de la enfermedad. Pero para Risha, su hermana Paro y el Capitan Tash la llegada del buscador Aryom supone una revolucion en sus vidas mas grande que la plaga.

  • Empotrada por amor de Fran Cazorla

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    ?Que puede pasar cuando se cruzan las vidas de una ex psicologa, pongamos que se llama Maripili, con la de un albanil, llamemosle Manolo? Dos personas tan normales como tu y como yo, un hombre y una mujer que intentan rehacer sus vidas ayudandose de sus amistades, y que en un momento dado, se encontraran y viviran intensas emociones. ?Te animas a conocer a esta pareja? “Una comedia romantica con un toque muy picante.”

  • Lo mucho que te ame de Eduardo Sacheri

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    Una historia de amor diferente que transcurre en los anos 50 en el barrio porteno de Palermo.

  • Incitame (Solo por ti 4) de Angy Skay

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    ?Te gusta el postre? --pregunto acercandome demasiado a ella. --Si...Ejem... --Disimula para separarse un poco de mi. El gesto me molesta, pero decido no darle importancia, hoy es mi noche. Es la gran noche. Agarro su silla y la arrastro hacia mi. El estridente ruido hace eco en el salon. La gente nos mira pero no me preocupa en absoluto. --Max...Nos esta mirando todo el mundo. --?Y que mas da? Pongo mi mano encima de su muslo, lo que hace que ella se sonroje de momento. --!Vamos Marian! ?Ahora te da verguenza? Aparta mi mano y me mira de malas formas por mi elevado tono de voz. --Max, no es el momento ni el lugar. !Por Dios comportate! Vuelvo a poner la mano encima de su muslo e igualmente se aparta disimuladamente. Es toda una actriz, y piensa que no me dado cuenta. Lo vuelvo a intentar. --!Para! --Me regana. --Eres una seca --digo amargamente. Coge su copa de champan y posa sus finos labios en ella. Bebe un pequeno sorbo sin apartar los ojos de mi. Me esta provocando, para nada... --Lo que se hace de rogar es lo mejor Max... --Y las cosas improvisadas algunas veces tambien. Cojo un poco de nata del postre y le doy un toquecito en la nariz manchandola. Se alarma, demasiado para mi gusto. --?!Pero que haces!? --Grita histerica dando un pequeno bote en la silla. Baja el tono y se sienta de nuevo al ver que todo el mundo la mira. --Tranquilizate Marian, que solo es nata...--Intento calmarla. --!Me has estropeado el maquillaje! !De verdad que no entiendo por que haces estas estupideces! Hace una mueca de disgusto con los labios y seguidamente fija sus ojos castanos en mi intensa-mente. --?Me compraste esa pulsera que vimos ayer? --pregunta coqueta. Suspiro y recuesto mi musculoso cuerpo en el respaldo de la silla. !La chaqueta me aprieta bastante! Tengo que dejar de hacer tanto ejercicio. !Mujeres! Siempre quieren regalos y de los caros. Saco la caja de terciopelo azul del bolsillo de mi chaqueta, en ella hay una fina pulsera de diamantes con forma ovalada, la pongo encima de la mesa, Marian la coge inmediata-mente y muestra su cara de satisfaccion. --Me ha costado una fortuna. --!Oh vamos Max! Tienes dinero de sobra --dice sin importancia y sin mirarme, esta completamente perdida en la pulsera. Se la pone encima de la mano y asiente alegre --, he visto unos pendientes a juego, manana pasaremos para que me los compres. --Claro carino --suspiro agotado. Llamo al camarero y le pido la cuenta. Cuando llega como siempre, Marian la coge y le echa un vistazo sin preocupacion. Me pasa la factura a mi y sonrie. --Toma --dice extendiendo la factura --, vas a gastarte un poquito mas de tu fortuna. --No me molesta gastarme dinero en ti, creo que eso ya te lo he demostrado en varias ocasiones. --Hombre, que minimo. Yo tambien tengo que aguantar lo mio con tus cosas --dice con desprecio. Niego con la cabeza, no tiene remedio. Pago y salimos del restaurante. Antes de cruzar la calle hacia el coche, me reajusto mi chaqueta y cojo sus manos. --Marian... Se gira en sus tacones de diez centimetros y me echa como de costumbre el humo de su cigarrillo en la cara. Me molesta, pero no le doy importancia. Como siempre. Nunca le doy importancia. Me quedo embelesado con su bonita figura, esta demasiado delgada pero aun asi, me tiene completamente hechizado. --?Que pasa? ?Vamos a ir al local de Eduard? --Sabes que no es santo de mi devocion, pero si quieres ir, iremos. El local esta lleno de gente podrida de dinero, son todos unos estirados. No me gusta nada estar en ese ambiente, se me hace pesado y aburrido a la misma vez. Solo se acercan a ti por interes. --Aunque si lo piensas, podemos ir a cualquier otro sitio de copas. Por ejemplo donde vamos Bryan y yo. Pone cara de asco de inmediato. --!Por favor! Eso si que es cutre. Me gustan los gin tonics que ponen en el local de Eduard. Asiento de mala gana. En fin, no se puede luchar contra un imposible. --De acuerdo, iremos entonces. Se gira para ir de nuevo al coche y le cojo de la mano. Me mira sin entender nada. No se porque me cuesta tanto hablar, estoy un poco incomodo, nervioso, no se, todo a la misma vez. --?Que pasa? --Pues... --!Max! Arranca de una vez, ?nos vamos o que? --dice exasperada. Remango un poco mi pantalon y pongo mi rodilla en el suelo. Ella me mira con cara de horror. No se mueve, solo me mira. --?Que haces? --pregunta arrogante. --Marian, creo que ya es hora de que demos el paso. Me tienes completamente enamorado y... --!Por favor Max! --Dramatiza --?No se te ocurrira pedirme matrimonio aqui? ?En medio de la calle? !No seas tan miserable! --Pero... No me deja terminar de hablar, me interrumpe. --Ni peros ni nada. Me lo tendras que pedir ante mi familia, mis amigos y mas gente !ya se! Organizaremos una fiesta por todo lo alto este fin de semana... Se da la vuelta en direccion al coche hablando como un loro de la fiesta. --Llamaremos a un catering !el mas caro de todo Londres! Haremos una fiesta por todo lo alto y entonces, solo entonces, podras pedirme matrimonio. Ahora si, espero que adquieras una buena joya para mi precioso dedo porque si no... !te dejare plantado delante de todos! --Parece que lo dice de broma, pero se de sobra que seria capaz si no le llevo un anillo que la encandile. Por un momento pienso en que estoy haciendo el gilipollas en medio de la calle. La gente me mira, creo que con cara de pena, no es para menos. Se para en la puerta del coche y me mira, aun viendome que sigo con una rodilla en el suelo. --?Se puede saber que haces? !Vamos abre Max! No tengo todo el dia--chilla desde lejos. Pulso el boton para que el coche se abra y me levanto. --Ahora te has manchado el traje, vas a poner el coche perdido !si es que no haces nada bien! No digo ni una palabra mas. Me subo en el coche y me mira. --?Te pasa algo? --?Me deberia pasar algo? --pregunto con sorna. --Pues no, creo que no te he hecho nada asi que, ya puedes ir cambiando la cara !pareces enfadado! Suspiro fuertemente. --Siempre con los suspiritos, arranca ya !quiero mi copa! Por cierto... ?Te ha quedado claro como lo haremos? Hago lo que me dice y me dirijo hacia el club. --Si me ha quedado muy claro Marian. Fiesta a lo grande, catering, champan y pedida delante de trescientas personas. Me ha quedado clarisi-mo--ironizo. --!Asi me gusta! Que hagas las cosas bien de una vez por todas. Seis meses despues... Llego el gran dia… Ato la corbata, pongo los zapatos negros de charol hechos a medida en mis pies, porque claro hoy en dia no hay muchos numeros del cuarenta y ocho tan exquisitos como a mi me gustan. Cojo la chaqueta negra de pinguino y me la paso por los brazos hasta que la ajusto a la perfeccion en mi moldeado cuerpazo. Si, pensareis que soy un creido pero es la realidad. Mi cuerpo desarma a las nenas. Aunque la unica que me importa es a la que voy a esperar en el altar, Marian. Llevamos tres anos juntos y creo que ya ha llegado el momento de dar un importante paso en nuestras vidas y que mejor manera de hacerlo que candandonos. Toc, toc. --?Se puede? Aqui esta, otro monumento andante como yo. Mi fiel y unico amigo, Bryan. Y cuando digo unico es porque verdaderamente, lo es. No he conocido a un tio en todos estos anos como el y dudo que a estas alturas vaya a hacerlo. Siempre esta cuando se le necesita y aunque tiene sus cosas, es un hermano para mi. --Claro, pasa. Me mira de los pies a la cabeza. --Esto... ?Estas seguro de lo que vas a hacer? Arqueo una ceja y niego con la cabeza mientras me termino de atar el ultimo boton de la chaqueta. --?Eres tu el que me lo pregunta? Porque te recuerdo que tu, te casaste hace poco con Dona porcelana. Bryan suelta una estridente carcajada. Si, la llamo Dona porcelana porque me da la gana. La mujer de mi mejor amigo, Abigail, es repelente, maleducada y consentida. Es pronunciar su nombre y la expresion de mi cara es de asco, inevitable. --No se como has podido casarte con esa mujer... --La tuya no se queda atras...--Contraataca. Lo observo durante un segundo. --Lo siento. No queria recordarte cosas indebidas el dia de tu boda. Pero eso te pasa por tirarme de la lengua. Niego con la cabeza. --No lo sientas, puede que el idiota aqui sea yo. Pero me consuela saber que tu estaras conmigo. Me rio y el hace una mueca graciosa. --Abigail esta embarazada. Ahora si que mi cara es un poema. --?Como? --Pues eso, que esta embarazada. Inspecciono a mi amigo e intento descifrar la cara que tiene. --?Cual es el problema? ?Ambos lo buscabais no? Se limita a asentir. --?Entonces? --No se, Creo que ella no es feliz. --Quieres decir que ella no quiere ninos. Estoy seguro. No querra estropear su figura de Barbie. --Sabes lo que me ha costado convencerla. Al principio estaba muy reacia pero luego parecio aceptarlo sin mas. No se... --Mira que me extrana que esa mujer quiera a alguien mas que a si misma. Bryan entrecierra los ojos un poco. --?Quieres ir con un ojo morado el dia de tu boda? Ahora el que suelta una estridente carcajada soy yo. --No me pegarias por ella, lo se --afirmo chulesca-mente. --Llevas razon, no lo haria. Pero echa el freno un rato, la estas avasallando siempre. Niego con la cabeza. No sabe a quien tiene por mujer todavia. --?Quieres que te maquille un poco? --pregunta con sorna. --No gracias, yo no uso esas mierdas. Le devuelvo una sonrisa ironica. --Vamos deja de mirarte Max. !Vas a llegar mas tarde tu que la novia! --Bueno estaria bien que por una vez en la vida el novio llegue mas tarde, ?no crees? --Mi madre moriria de un infarto y te mataria antes. Asi que, mejor llega el primero. Giselle. Es la madre de Bryan y la mia en cierto modo. La madre que nunca tuve. --Tu familia es la unica que tengo en la boda. --Mi familia es tu familia desde hace mucho tiempo, no lo olvides. Asientos y mis ojos se entristecen un poco. No se porque motivo, llevo toda la vida luchando solo, excepto cuando Anthony, el padre de Bryan, me encontro. Pero aun asi, el dia de tu boda parece que necesitas a la familia mas que nunca. Doy gracias por tenerlos a ellos. --!Max vamonos! --Ya no me los esta insinuando, me lo esta exigiendo.

  • Tras el riesgo (eLit 3) de Tori Carrington

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    Nicole Bennett no solo era una chica mala, tambien era una ladrona. Y, aunque habia pasado malos momentos, nunca la habia seguido un tipo como Alex Cassavetes. El problema no era que la estuviera investigando, sino que ella tambien queria investigarlo a el… muy a fondo.Alex jamas habia conocido a una mujer como Nicole: era salvaje, desinhibida… y muy sexy. Pero tambien era su unica pista en un importante caso de robo. El peligro de intentar atrapar a un ladron con la ayuda de una ladrona era que podria ser el al que le robaran… ?el corazon?

  • Besos de Plebeya de Gema Perez

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    Arthur es el principe heredero del trono.
    Victoria es una plebeya sin titulo.
    El se prepara para heredar todo un imperio.
    Ella trabaja en una biblioteca del reino.

  • Los crimenes del abecedario (Diana Davila 2) de Esteban Navarro

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    Esteban Navarro se consagra como uno de los grandes nombres de la novela negra espanola.

  • Destilando fantasmas de Jose Paya

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    Bonn (Alemania), 1935. Durante una noche de miedo y de cristales rotos, el azar lleva a tres profesores universitarios a encontrar un legendario diamante.

  • Historia oculta de la musica de Luis Antonio Munoz

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    Mozart, Haydn, Carlos Gardel o Louis Armstrong eran masones. Satie compuso musica en su juventud para la Orden Rosacruz. Leonardo da Vinci escribio un tratado sobre musica que se encuentra perdido y diseno extravagantes instrumentos musicales. Hitler concibio su plan de invadir Europa despues de escuchar una opera de Wagner. Schumann frecuentaba sesiones espiritistas al tiempo que Chopin tuvo visiones de espectros en su retiro de Valldemosa.

  • Mision Exterminio de Stefania Gil

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    Madison se sentia mareada. No entendia nada de lo que estaba ocurriendo. Escuchaba voces que no reconocia; movimientos bruscos, sonidos metalicos como si estuviera en la parte trasera de un camion. Trato de levantar la cabeza, no lo consiguio. Queria hablar y no podia, algo se lo impedia. El resto del cuerpo parecia no responder en lo absoluto a las ordenes que le estaba dando. ?Que ocurria? ?En donde estaba? Las imagenes de los recuerdos en su cerebro pasaban tan deprisa y todo era tan confuso, que no lograba entender nada de lo que veia. Estaba dominada por un profundo letargo que no solo le impedia movilizarse, sino que tambien, le impedia retener los recuerdos aunque fuera por un momento para poder aclarar su situacion y comprender en donde se encontraba. El traqueteo de su cuerpo ocasionado por el movimiento del vehiculo en el que estaba, se detuvo. Ruidos fuertes y secos se produjeron. Un mecanismo que se accionaba. Parecia el engranaje mecanico de una puerta pesada. Percibio mas ruidos metalicos pero esta vez, muy cerca de ella. Y de pronto, una luz la cego. Entendio entonces que estuvo llevando la cabeza tapada y de ahi que no pudiera ver nada. La luz, ahora, tampoco ayudaba porque sus pupilas se sintieron traicionadas con el brusco cambio. La realidad se sumaba a la voragine de imagenes que pasaban en su mente haciendo que todo se balanceara en su interior. Su cuerpo parecia un barco, navegando a la deriva. Mantuvo los parpados cerrados. Tenia la boca seca. La lengua parecia pesarle una tonelada. Tal como sentia que pesaban sus extremidades. Sonaban cadenas y sentia movimiento de nuevo en el vehiculo pero no porque este se moviera, no, era ese vaiven que producen las personas de peso y tamano cuando se mueven dentro de un coche. Su cuerpo respondia asombrosamente a ese vaiven. Abrio los ojos de nuevo, parpadeo un par de veces antes de darse cuenta de que su cabeza colgaba. Las imagenes en su memoria seguian agobiandola, intentando llamar su atencion. Le era imposible fijarse al menos en una. No lo conseguia. No encontraba la forma de aferrarse a ellas. Un hormigueo empezo a recorrerle el cuerpo. Intento hablar dandose cuenta entonces de que no podia abrir los labios. Fue la primera vez que noto que dolia al intentarlo. No pudo levantar la cabeza de golpe porque tambien aquello le dolia un infierno pero si algo tenia Madison Sullivan era que no se daba por vencida tan facil; asi que, con mucha lentitud y con la precision que le permitia el lejano letargo que ahora tenia su cuerpo, fue levantando la cabeza. Parpadeo varias veces, seguia sin ver nada. La maldita luz cegadora estaba frente a ella imposibilitando la vision de las personas que estaban detras del foco. Volvio la cabeza a la izquierda y solo habia oscuridad. Lo mismo lo que pudo ver a la derecha. Su cuerpo, empezaba a despertar. El letargo desaparecia junto al hormigueo constante que la tenia dominada. Por instinto, movio la pierna derecha y fue cuando su corazon se detuvo intuyendo que todas las cosas que estaba descubriendo no estaban bien. El palpito se expandio en su pecho cuando fue consciente de que estaba colgada del techo por las munecas, dentro de un cubo cubierto de telas negras. ?Un contenedor? Mantuvo la calma intentando buscar una explicacion logica a su situacion. Aquello no podia tratarse de un simulacro porque la alarma por la que le sacaron de Quantico era real; lo vio, y Dakota converso con ella sobre lo que harian al llegar a Nueva York. Su mente aturdida, le regalo un recuerdo que le dejo en claro que, su situacion, no era un simulacro. Recordo el coche en el que ella y Nell Jenkins estaban siendo trasladadas al aeropuerto en donde les esperaba el jet de la Agencia Federal para viajar a Nueva York. Hiperventilo porque sintio el panico que se apoderaba de ella al empezar a ver, con claridad, las imagenes que se detenian, finalmente, en su cabeza; y deseo poder volver a su estado de letargo porque aquel instante le estaba sembrando un terror que desconocia. Cerro los ojos e hizo una fuerte inspiracion; queria, no, mas bien <> encontrar calma para poder pensar con claridad. La imagen de Nell, con el rostro banado en sangre, sin sentido, despues del volcamiento del coche que les trasladaba, le bloqueo la respiracion por completo. Sentia que se asfixiaba. --Es el momento, empieza a recordar lo que le ocurrio y va a transmitir el panico que quiero que los demas sientan con mi mensaje --Dominic Lane chasqueo los dedos y sus companeros asintieron encendiendo la camara y accionando el sistema para transmitir --en directo-- un mensaje a todo el pais. Capitulo 2 Mark estaba haciendo trabajo administrativo en la comisaria cuando los telefonos empezaron a sonar con desespero y sus companeros empezaron a correr para atender las llamadas. Confirmo sus sospechas de que algo grave ocurria en cuanto observo al capitan llevarse la mano a la frente mientras hablaba con alguien por telefono dentro de su oficina. Los ojos del hombre, con mucha mas experiencia en el campo que Mark, se apagaron y la preocupacion se hizo presente en ellos. Vio el reloj. 11. 00 a.m. Las pantallas de TV que tenian instaladas en puntos estrategicos dentro de la comisaria, empezaron a transmitir imagenes de varios centros educativos de la ciudad que estaban bajo amenazas de bombas unos; y tiroteos, otros. Mark fruncio el ceno. El capitan salio a toda marcha de la oficina. --?Terroristas? --No lo sabemos todavia pero creemos que son del grupo supremacista que ataco hace un ano en un centro comercial de Nueva Orleans. Mark nego con la cabeza sintiendo como su pecho se contraia al pensar en lo malvados que podian llegar a ser los seres humanos en aras de una supuesta mejora para el mundo; cuando, en realidad, era de ellos de quienes debia librarse el planeta. Para eso estaba el y el resto de las fuerzas de seguridad del estado que entrarian en accion y acabarian con todos esos idiotas llevandolos al lugar que les correspondia por naturaleza: la carcel. Megan. Corrio junto al telefono para llamar al centro educativo en el que se suponia que su nina debia estar recibiendo clases, por fortuna, no era de los que se encontraban bajo amenazas; sin embargo, dio ordenes a los directivos de enviar los ninos a casa de inmediato y cerrar el centro. Lo mismo se hizo con los demas centros educativos que estaban fuera del radar. Era mejor tomar previsiones. El capitan Henderson no podia disimular la rabia que lo consumia. Era un hombre afroamericano que a sus sesenta anos, de seguro habia recibido muchos maltratos por el color de su piel. Era la primera vez que Mark lo veia entristecido, mucho mas que cuando hablaba de la tragedia ocurrida en el gran atentado del centro financiero de la ciudad hacia varios anos en el que muchos de sus companeros murieron cumpliendo con su deber. --?Nos dejaran intervenir los del FBI? --Si. Acabo de recibir la llamada y asi como yo, otras comisarias tambien estan siendo llamados para servir de apoyo --Las tomas en TV mostraban un helicoptero que sobrevolaba los colegios en la mitad de la pantalla; mientras que, la otra mitad, se dividia en dos dejando ver al conductor del noticiero en el estudio conversando con los corresponsales en escena. Mark miro hacia el escritorio de Madison, ahora ocupado por Ross, su nuevo companero desde que Madison abandonara la comisaria y se trasladara a Quantico para recibir el entrenamiento adecuado y formar parte del FBI. Estaba tan orgulloso de ella. Le quedaban solo un par de semanas para salir de ahi y cuando lo hiciera, por fin empezarian a organizar todo para la boda. --Ross --Henderson se dirigio al joven--, te quedas a cargo del equipo que voy a dejar aqui para dar apoyo, los patrulleros iran a dar apoyo in situ y nosotros tenemos que trasladarnos a las oficinas del FBI. La Agente Especial Grant y el jefe de la division de antiterrorismo, nos esperan. --?Dakota? --Mark se sorprendio ante la mencion de la chica porque la division de ella nada tenia que ver con terroristas aunque si podia ayudar mucho en el caso.

  • En la cama de al lado de Conde De San Xoan

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    Primer relato, podriamos decir, romantico del autor Conde de San Xoan.

  • Entrenar Contigo de Manuela Pigna

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    Son las dos de la madrugada, la lluvia golpea con fuerza los postigos de la ventana de mi habitacion y yo acabo de tomar una decision historica: tengo que perder peso, o mas bien quiero. No es que nunca lo haya intentado, no. Lo he intentado alguna vez a lo largo de mi vida. "Alguna vez" quizas sea demasiado limitado; digamos que lo he intentado varias veces. Vale, por lo menos unas cien veces sin haberlo conseguido nunca realmente, pero nunca habia tenido la iluminacion que he tenido esta noche. Hasta hoy, he pasado toda mi vida con sobrepeso y lo he intentado todo con tal de quitarme de encima estos malditos kilos de mas. No es que tenga el mito de las top model en la cabeza, no. No aspiro ni a sonar con llegar a tanto; me conformo con ser "normal". Si, normal. Me conformo con salir de casa vestida con algo que no parezca la tunica de un Tuareg o una bolsa de basura, con todo el respeto por los Tuareg. Me conformo con entrar en una tienda de ropa, elegir las prendas que me gusten, buscar entre las tallas y encontrar la que necesito, asi, sin mas, sin problemas, sin tener que preguntarle a la dependienta, por supuesto delgada como un junco, si por casualidad no tendrian una talla mas (en realidad dos) y luego tener que oir como dice que solo tienen hasta la 44. Me conformo con no tener escalofrios de miedo y terror cuando alguien me propone que vayamos a la piscina o a la playa, y no tener que devanarme los sesos despues para inventarme siempre excusas nuevas y creibles para no ir. Me conformo con no sentirme incomoda cuando la gente me mira. Me conformo con no sentirme, siempre y adondequiera que vaya, como el clasico elefante en una cristaleria. Pero esta noche he descubierto, o quizas solo lo he reconocido ante mi misma por primera vez, que hay algo mas que me gustaria ademas de comprar ropa e ir a la playa con una relativa serenidad. La famosa iluminacion de la que hablaba antes. Ha sido en casa de Marco y Nic. Marco es el novio de Linda, mi mejor amiga, y Nic es su hermano gemelo. Linda y yo somos amigas de toda la vida, somos vecinas y hemos crecido juntas; pero ella es guapisima, es rubia con los ojos azules, tiene una cara practicamente perfecta y nunca ha tenido problemas de peso. No es casualidad que salga con Marco, uno de los "celebres" gemelos, desde hace seis anos. En cambio Nic, diminutivo de Nicola, no quiere saber nada de sentar la cabeza, es mas, yo creo que en los ultimos anos esta batiendo el record de aventuras, por el y por su hermano juntos. Los gemelos han estudiado en diferentes institutos: Marco letras, como Linda y yo, y Nic ciencias. A pesar de eso, ambos eran conocidos en el instituto del otro como "los gemelos Bueno", o solo "los Bueno", por su apellido, pero entendido por las chicas como un diminutivo de "buenorro". Yo no los conoci hasta que Linda empezo a salir con Marco, que desde ese momento tambien ha tenido que soportar forzosamente mi perenne presencia. A fuerza de ir habitualmente a casa de los gemelos Bueno, algo que si alguien me hubiera dicho cuando estaba en el colegio no me hubiera creido jamas, he conocido a Nic un poco mas. Con el tiempo, Nic y yo hemos instaurado una amistad superficial, digamos unos cordiales conocidos. Creo que le caigo bien, pero seguro que no me ve como una potencial "aventura". Eso no me molesta en absoluto, porque aunque sea guapisimo, tiene la cara demasiado identica a la del novio de mi mejor amiga... De hecho no ha sido el el que ha desencadenado mi iluminacion de esta noche, aunque ha sido un chico igual de guapo. Si, porque no se trata solamente de ropa y de vacaciones, la "normalidad" tambien es tener un novio, un amante, un prometido; tener un rollete o una relacion seria, da igual, basta con aparentar que tienes una vida sentimental y sexual. No es normal que mi abuela, en las salas de baile, tenga mas movimiento en este campo que yo, joven de veinticinco anos recien licenciada. Asi que esta noche, cuando Nic ha llegado con Giancarlo, he sentido de verdad la necesidad imperiosa de tener una historia sentimental. Giancarlo es moreno, con los ojos de un azul tan intenso que parecen azul electrico. Pelo oscuro, ojos azules: mi combinacion preferida. Cuando ha llegado y nos han presentado, a pesar de haber hecho la broma que mas odio en este mundo, es decir: <> – y la odio porque Olivia la de Popeye es lo opuesto a mi y porque en primaria me tomaron el pelo hasta el infinito por su culpa y por culpa de mi corpulencia - lo he perdonado porque diciendolo ha mostrado una sonrisa de infarto. A lo largo de la noche me he enterado de que estudia ingenieria mecanica, pero que le queda mucho para licenciarse, que es un apasionado de snowboard y lo practica asiduamente, y que tiene un trabajillo de media jornada en un call center de lunes a viernes. A la hora de cenar, Nic y Giancarlo, alias "Gianca", han ido a por las pizzas y luego nos las hemos comido en casa: este fin de semana los padres de los gemelos no estan, de hecho Linda se ha quedado a dormir alli esta noche. Estabamos sentados al lado y hemos estado bromeando toda la noche, porque no solo es guapo, tambien es simpatico Gianca. La iluminacion me ha llegado despues de cenar, en cualquier caso. Una vez terminada la pizza, Marco y Linda han ido al salon a elegir una pelicula; yo me he quedado sola en la cocina con Nic y Gianca, y estabamos charlando los tres mientras yo recogia - no tenia por que hacerlo, los gemelos siempre me dicen que no lo haga, pero lo hago porque quiero y porque a veces me da un poco de verguenza estar siempre de jueves - hasta que ha sonado el telefono de Nic, y el con una sonrisita ha dicho: <>, y se ha ido a hablar a otra habitacion. Seguro que era uno de sus rolletes. Gianca y yo hemos intercambiado incluso una mirada de complicidad mientras Nic salia de la cocina y, bueno en fin, si no es una buena senal intercambiarse miradas de complicidad con un chico al que conoces desde hace menos de tres horas... Cuando he comenzado a lavar los platos en el fregadero y le he dado la espalda se ha hecho un extrano silencio. He empezado a reflexionar y a imaginar. Me he imaginado que se levantaba de la silla y venia hacia mi, abrazandome por la cintura con sus brazos, que me apartaba el pelo del cuello y me daba una tierna fila de besos, como creando un invisible collar de dulzura; me he imaginado que movia sus manos por mi cuerpo, que me tocaba de verdad. Y ha sido en ese instante cuando he tenido la iluminacion, porque imaginandomelo tan bien, tanto como si fuera a pasar de un momento a otro, casi he notado escalofrios por los brazos. Solo que en vez de sentir placer, he sentido miedo e incomodidad. Y he entendido que en realidad no queria que se levantara de la silla y me pusiera las manos encima, porque habria notado todos mis michelines, habria descubierto todos mis pliegues de carne de la espalda, la chicha que sobresale de los vaqueros demasiado estrechos escondida bajo una camiseta extragrande, los muslos que se tocan sin dejar espacio. Y he entendido que no queria sus manos sobre mi, a pesar de que me gustaba y de que queria sus manos sobre mi. Parece un contrasentido, el razonamiento de una loca, pero no lo es. Siempre pense que queria una historia de amor como todas las chicas de este mundo, pero la verdad, la verdad pura y dura, es que no quiero. No quiero ahora, no asi. La verdad es que no quiero que nadie me toque, y quizas por ese sea uno de los motivos por los que en efecto, nadie me ha tocado. Esta claro que no soy la unica persona con sobrepeso de este mundo, lo se, y he visto a chicas digamos abundantes que se echaban novio tranquilamente, y de hecho cuando veia a esas parejas desconocidas por la calle, siempre pensaba: <>. Ha sido bastante sobrecogedor darme cuenta esta noche de que yo, en realidad, no queria eso. ?Como diantres esta hecha la mente humana? Quiero decir, yo estoy dentro de mi cabeza, ?como ha podido pasar que pensara algo sin darme cuenta conscientemente de pensarlo? En cualquier caso, dejando aparte las elucubraciones filosofico-cientificas, despues de los platos y la iluminacion, hemos empezado a ver la pelicula. Si alguien me preguntara que hemos visto no sabria responder, porque no he hecho otra cosa que reflexionar y hacerme preguntas sobre mi misma y sobre la vida hasta ahora. Me he preguntado: ?que es lo que quiero realmente? Ser feliz. ?Que tengo que hacer para ser feliz? Tener una vida completa. ?Quiero un novio? Si, quiero un novio. La felicidad no es completa si no se comparte con alguien, dicen. Pero no la quiero ahora: no quiero que el chico que comparta conmigo mi felicidad, comparta tambien mis michelines. Y asi he llegado a la conclusion de que, si de verdad quiero cambiar mi vida a mejor, tengo que perder peso. Es imperativo que yo pierda peso. Y luego empezare mi vida en serio. Hare todo lo que no he hecho hasta ahora, y tendre todo lo que no he tenido. Y saldre con Gianca. Asi que esperame Gianca, no te enamores durante los proximos meses, por favor, esperame a mi, y luego enamorate de mi. 2. Al dia siguiente, el domingo, me levanto con paso energico. Vale, a mediodia, pero de verdad con paso energico y decidida a ponerme en marcha enseguida por el buen camino para alcanzar mis objetivos: por primera vez en mi vida pedire ayuda, visto que yo sola nunca he conseguido concluir nada. Entro en la cocina y me encuentro un plato de ensalada en mi sitio, mientras mi madre se esta terminando el suyo. Esta claro que no sera ella a quien pida ayuda. <>, empiezo con voz llana. <>. Me dan ganas de reirme en su cara, pero me controlo. Como de costumbre, cuando mi madre esta en casa, o sea los domingos, cocina las cosas mas dieteticas que se le pasan por la cabeza, con la esperanza de conseguir que adelgace con las dos comidas que prepara a la semana. Mi madre, que es la directora de una revista de moda de tirada semanal, se cree que ella misma es modelo, y lo peor que le podia pasar era tener una hija gorda. A lo largo de mi vida nunca ha escondido que le gustaria verme delgada, y si la decision que he tomado esta noche no fuera extremadamente fuerte e historica, en este momento, ante sus mejillas hundidas y a la ensalada sin alinar que me propina cada domingo, la habria lanzado al mar, solo por despecho, solo por molestarla. Pero el problema es que ya no tengo quince anos sino veinticinco, y no puedo dejar de vivir mi vida al maximo, o al menos como yo quiero, solo por molestar a mi madre. <>, me pregunta para hacerse la madre presente, cuando en realidad del lunes al sabado incluido no nos vemos practicamente nada. Como mucho nos cruzamos. <>, le contesto intentando mantener un tono indiferente, pero que evidencie mi total desinteres por iniciar una conversacion. <>. Volvi en cuanto acabo la pelicula porque me estaba comiendo mucho la cabeza y queria ocuparme enseguida de mi nuevo proyecto, organizando en el silencio de la noche y en la soledad de mi habitacion un plan de ataque. Me encojo de hombros, sin contribuir a la conversacion de ninguna manera util. <> Levanto la cabeza de golpe, sorprendida. Mi madre se encoje de hombros y, pinchando las ultimas hojas de ensalada, anade: <>. Fui a casa de los gemelos con Linda. Luego, tontamente y una vez que ya estabamos alli nos acordamos de que ella se quedaba a dormir alli; queriamos volver a coger mi coche, pero Marco me dijo que me traeria el sin problema. Luego llegaron Nic y Gianca y al final me acompano Gianca, por comodidad. No hace falta decir que no paso nada, pero estuvo muy simpatico y muy lindo durante todo el trayecto. <>, contesto un poco a la defensiva. No solo no quiero pedirle ningun tipo de ayuda, es que no quiero que sepa nada, ni de Gianca ni de mis intenciones: ya se pondra contenta cuando vea que adelgazo. Ella apoya el tenedor en el plato, se echa en el respaldo de la silla y levanta las cejas. <>. Me observa con frialdad. <>. Aprieto los dientes y miro mi plato. Cojo el aceite y la sal y empiezo a alinar la ensalada. No le contesto. <>. Dejo el tenedor y la miro mal. <>, ella continua como si estuvieramos manteniendo una conversacion agradable para ambas. <> No le contesto. <>. <>, le digo con indiferencia, pero estoy sangrando por dentro. En ese momento me dan ganas de comerme todo un buey, pero tengo que pensar en mi vida, en mi vida. Tengo que pensar en Gianca, en cuando haremos snowboard juntos. Tal vez nos vayamos a vivir juntos algun dia, asi no tendre que volver a soportar estas conversaciones los domingos por la manana. <>, responde ella con una calma total. Me levanto y voy hacia la puerta. <>. <>, me grita mientras me dirijo a mi habitacion. *** Sobre las seis de la tarde voy a casa de los gemelos. !Si, otra vez! Pero Linda sigue alli y necesito hablar con ella. Cuando llego, Marco me abre la puerta. <>. Yo lo miro intentando expresarle con los ojos lo mal que me siento por estar siempre en medio: <>. El se rie y me alborota el pelo: <>. Lo miro pasmada: <> El sonrie: <> <>, le contesto dudosa. A lo largo de los anos me he dado cuenta cada vez mas de lo amable y buen chico que es Marco, algo que nunca me habria imaginado cuando lo veia de lejos en el instituto, con ese aura tenebrosa y maldita; pero de verdad, yo creia que un poco le molestaba ver mi cara casi continuamente. Rie socarron: <>. <>, digo poco convencida, pero sonriendole. Espero que no lo dejen nunca: Linda se merece a un tio como el. Me dirijo hacia su habitacion y oigo como el va hacia el bano de abajo. La casa de los gemelos no tiene nada que envidiarle a una de las de MTV Cribs, por eso siempre estamos alli.

  • Amanecer (Sombra de vampiro 7) de Bella Forrest

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    !La tan esperada conclusion del viaje de Derek y Sofia!

  • Lo unico de Gary Keller , Jay Papasan

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    La sencilla y sorprendente verdad que hay detras del exito.

  • Hermanastra de Jennifer Donnelly

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    Isabelle no es la preciosa muchacha que ha enamorado al principe tras perder un zapato de cristal, sino la hermanastra fea que se ha cortado los dedos de los pies para lograr meterlos en el zapato de Cenicienta. Y ese zapato. se esta llenando de sangre.
    Cuando el principe descubre el engano, la rechaza y condena a su familia al desprecio del pueblo. Pero ella cree que se lo tiene merecido: queria ser como Cenicienta y solo ha conseguido ser mala y celosa. Ahora tiene la oportunidad de cambiar su destino y demostrar lo que las hermanastras feas siempre han sabido: ni siquiera un corazon roto basta para someter a una chica.
    NO TE CONFORMES CON ROMPER EL CUENTO DE HADAS. HAZLO ANICOS.

  • Mano grande, mano pequena de Basajaun

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    Tras la aparicion del cadaver de un cura, horriblemente mutilado, dos hombres se entregan a la justicia. Durante la investigacion llevada a cabo por la guardia civil, cada uno de ellos contara lo que sabe al teniente que les interroga, un hombre cruel que ve como, por momentos, las declaraciones de los detenidos van mas alla de lo que el mismo se hubiese podido imaginar jamas. . . llevandole a vivir el que sera el peor dia de su vida.Abusos de poder, sucesos paranormales, venganza y honor perdido, se dan cita en esta pequena historia. Una historia banada en sangre que emerge desde las entranas de la Espana mas negra, seca y polvorienta. Una pequena historia que transcurre en un recondito lugar, vivo reflejo de una Espana olvidada por muchos, y que solo pretende ser un homenaje a los hombres y mujeres de esa Espana que, azada en mano, arremetian contra sus propias penurias regando la tierra con el sudor de su frente, y tragaban sus miserias con vino y orujo. Un homenaje a los heroes de verdad.

  • Hale de Alberto Rueda

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    ?Que sentirias si hoy, nada mas llegar a casa, te enterases de que al mundo le queda apenas un ano de vida? ?Como crees que reaccionarian las personas a tu alrededor? ?Estara la Humanidad preparada para afrontar su extincion? Despues de una semana rodeada de extranos sucesos, el 20 de julio de 2019, la psicologa y violinista Daniela Palmer se tendra que enfrentar a esas preguntas justo antes de ser arrestada bajo la acusacion de espionaje.

  • Chico Malo de Jorge Borges

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    Soy un tipo peligroso.
    De los que no quieres cerca.
    De los que te enganaran.

  • Ladronas de Nueva York 4 de Estefania Yepes

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    Me moria de sed. Como si no me hubiera pasado la noche entera bebiendo. Mandaba narices. Encendi la lucecita de la mesilla que habia junto a mi cama y busque la botella de agua, pero esta estaba completamente vacia. Fantastico. Me puse en pie y antes de salir, me acerque a la puerta tambaleandome, con el objetivo de comprobar que ya no quedara nadie en casa. Me habia metido en la cama en ropa interior y una camiseta de tirantes y no tenia ningun tipo de intencion de cambiarme por un simple botellin de agua. ?Como demonios habiamos llegado a beber tanto? Sali y anduve haciendo eses hasta la cocina. Todo el apartamento estaba a oscuras. No obstante, con el tiempo habia desarrollado la virtuosa habilidad de recorrerlo a tientas, sin magullarme los dedos de los pies contra ningun mueble. Me frote la cara y abri la puerta del frigorifico de donde saque un botellin. Fui a cerrarla y entonces, al girarme para regresar, el pulso se me acelero de golpe, alcanzando limites peligrosos. Muy peligrosos. No pude gritar ni moverme; ni siquiera sabia como podia no haberle visto antes. Apoyado contra la mesa del salon estaba Olly. Tenia la respiracion agitada y la vista perdida en algun punto de la mesa. La estampa era... Estaba segura de que si despegaba los labios para preguntarle que hacia ahi se me escaparian las pocas fuerzas que permitian que todavia me mantuviera en pie. Me fije mejor en su aspecto y descubri que llevaba la camisa abierta y su pecho oscilaba arriba y abajo, visiblemente alterado. Mis ojos comenzaron a acostumbrarse a la penumbra y al final, aunque temerosa, di un paso al frente. Como si se percatara por primera vez de mi presencia, elevo el menton y su mirada, turbia y enajenada, me busco. Crei que iba a morir en ese mismo instante. Literalmente. Y juro por Dios que lo hubiera hecho si a cambio hubiera podido seguir siendo observada de ese modo durante el resto de mi eterea eternidad. Pero ese sencillo pensamiento lo unico que logro fue colapsarme las arterias, mientras que sus ojos desfilaban inclementes por mi cuerpo, recorriendolo por completo. No estaba bien, no hacia falta ser adivina para darse cuenta de ello, pero yo tampoco me hallaba en plenas facultades y quiza eso lo volvia todo mucho mas facil todavia... o tal vez menos real. Mis dedos se aferraron con fuerza a la botella de plastico cuando sus ojos se detuvieron sobre mis piernas desnudas. Tal vez me hubiera desmayado a lo largo de la noche y eso no fuera mas que un sueno. Al fin y al cabo, no veia a Elle por ninguna parte, tendria sentido que asi fuera... ?no? Trago saliva a camara lenta y el movimiento de su garganta se perfilo en la penumbra, a traves de la poca luz que se colaba impetuosa a traves de las ventanas. Aparto las manos de la mesa y se irguio por completo, con la camisa completamente abierta y el pecho descubierto. Si antes de salir del dormitorio me moria por un trago de agua es que no tenia ni la mas remota idea de lo que era sentirse asfixiado y deshidratado. Ahora era consciente y a pesar de ello, no hubiera cambiado esa sensacion por todos los botellines de agua del mundo. Preferiria morir en sus ojos que vivir en su invisible presencia. Mi mente se nublo cuando dio un paso al frente, todavia jadeante, sin dejar de mirarme fijamente. Tenia la mirada completamente ida y su aliento destilaba un fuerte aroma a alcohol. Estaba ebrio. Y a mi no me hacia falta tener que dar otro paso para demostrar que tampoco me encontraba precisamente en uno de mis momentos mas lucidos. Me hubiera gustado suplicarle que parara de mirarme asi, que me contara que le pasaba y de ese modo, poder ayudarle. En cambio, no podia dejar de observarlo y de excitarme cada vez que sus ojos volvian a pasearse indecorosos por mi cuerpo, semidesnudo. Dio otro paso mas en mi direccion y supe que perderia el equilibrio si me movia un solo centimetro. Sin pretenderlo, mis ojos se desviaron hacia su torso, cubierto por una fina capa de vello, y senti un intenso cosquilleo en la columna que se esparcio por todo mi cuerpo. Su respiracion seguia igual de agitada, como si aquel estado en el que se hallaba sumido no remitiera. Le veia sufrir y al mismo tiempo veia en sus ojos el deseo. Y yo no era tan fuerte. Nunca lo habia sido. Se acerco todavia mas y nuestros cuerpos quedaron apenas a unos centimetros de distancia. Su aliento me rozo las mejillas y senti vertigo, del de verdad, del que crees que no podras combatir jamas, ni siquiera con el farmaco mas potente del mercado. Olia a vino y cerveza, y en sus labios resultaba una mezcla demasiado tentadora. Me observaba con el fuego crepitando en sus ojos, que incluso en la oscuridad se intuian claros y llameantes. Alzo una mano y la llevo hacia mi rostro. La mantuvo durante unos instantes en el aire, sin moverse, sin dejar de mirarme. No se si pedia permiso o perdon pero, en ambos casos, me lo pedia a mi, solo a mi, y estaba dispuesta a concederle ambas cosas. La yema de sus dedos entro en contacto con mi piel y crei que no iba a poder soportarlo. Era injusto, seguramente ni siquiera sabia lo que estaba haciendo, a juzgar por la turbia intensidad de su mirada. En sus ojos tal vez yo era Elle y a pesar de ello, no me aparte. Sus dedos recorrieron mi mejilla y descendieron muy lentamente por mi cuello. Se deslizaron por mi clavicula y entonces, con una parsimonia que amenazaba con romperme en millones de micropedacitos de mi misma, se detuvo sobre mi pecho y lo contorneo con una delicadeza que podria servir para someter incluso al mas incredulo e insensible. Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano por contener un par de lagrimas. La lucha que se estaba librando en mi interior bajo su intensa mirada era algo para lo que nadie me habia preparado jamas. Por un lado queria sentirme libre, sonreir y disfrutar, provocarle y sentirme viva. Sin embargo, a pesar de ello, no podia dejar de pensar en que estaba traicionando a mi mejor amiga. Aunque ella hubiera dicho que no queria estar con el... que no tenian nada serio. Pero, a pesar de eso, el seguiria siendo suyo... Siempre seria suyo. --Olly... --murmure entonces, incapaz de acabar con lo que en realidad habria querido decirle. Su mano ascendio y entonces, con suavidad, su dedo pulgar se poso sobre mi labio mientras que con la palma envolvia mi mandibula. Jugueteo con el dedo y dibujo su contorno, obligandome a levantar un poco la cabeza, gesto al que cedi. No podia dejar de mirarlo, no podia dejar de sentirme viva mientras el siguiera contemplandome de ese modo. No podia dejar de pensar que era la peor amiga del mundo y al mismo tiempo, suplicarle que acabara de una vez por todas con la soga que habia anudado a mi cuello y de la que el estaba tirando demasiado sin ser consciente. --Olly... --intente de nuevo, buscando algun resquicio de razon que pudiera quedar en mi interior. Pero esta vez no me dio tiempo a mas. Sus labios se posaron sobre los mios con una fuerza tan protectora como desconsiderada y entonces, cuando crei que iba a morir, a alcanzar el nirvana o cualquier otra de esas cosas que siempre habia imaginado, paso todo lo contrario. Lo unico que no esperaba; lo unico para lo que no estaba preparada. Deje de pensar. Deje de pensar en el, en mi y en todo lo demas. Nada; no habia absolutamente nada mas en mi interior que no fuera el deseo que sus besos encendieron. No habia remordimientos, miedo ni reproches. No habia inseguridades ni menosprecios. Sus besos me devoraban con pasion, enajenados pero hambrientos, y me entregue a ellos sin poder pensar en nada que no fuera lo bien que sabian despues de haberlos sonado durante tanto tiempo. Una de sus manos se acoplo a la curva de mi espalda y la otra bajo hacia mis nalgas, donde se aferro con una fuerza casi animal. No tarde en reaccionar. No podia creer lo que estaba sucediendo pero no podia detenerme para tratar de comprenderlo. Ni siquiera se como llegamos a mi dormitorio. Lo hicimos sin mas y de repente, sus manos levantaban mi camiseta sin necesidad de pedir permiso. Mis brazos obedecieron y se alzaron, mientras sus besos seguian torturandome con el sabor del mismisimo eden. Asi con fuerza su camisa y tire de ella, dejandola caer al suelo. Todo sucedio demasiado deprisa a partir de ese momento. Tenia un hambre feroz, su necesidad de un cuerpo en el que desahogarse era aniquiladora y el mio estaba preparado y predispuesto, mientras en mi cabeza tenia lugar una contienda muy distinta. Razon y corazon luchaban a muerte, con todas sus armas, con todas sus fuerzas. Ahora sin ejercitos de por medio, tan solo ellos dos. Y mientras tanto, mi cuerpo se liberaba encajado bajo el suyo, sintiendole tan adentro que ni siquiera la gran cantidad de alcohol evito que una lagrima resbalara por mi sien cuando me arquee despues de vibrar con el orgasmo mas puro, intenso y vivo que hubiera experimentado jamas. Lo senti en mi cuerpo, en mi cabeza, en todo mi ser... CAPITULO 2 Sarah. Ahora. --Lorie por favor, deja de llorar... deja de culparte. El llanto silencioso es el mas doloroso de todos. Lo aprendi de jovencita, cuando Mike desaparecio de mi vida sin mas. Lorie tenia razon, por mucho que me negara a aceptarlo --todavia--, siempre fue mi primer amor y aunque lo supere con el tiempo, hay lecciones que jamas puedes volver a olvidar. Y esa era una de ellas. Las lagrimas de Lorie me mojaron el hombro pero su silencio era todavia peor. Sabia que estaba colada por Olly pero jamas llegue a imaginar que lo estaba hasta ese punto. Y eso complicaba muchisimo mas la situacion. --Lorie... --dije, sin dejar de acariciarle la espalda. Lo peor de todo era que el seguia en su dormitorio y tendria que enfrentarse a la realidad, por mucho que esta amenazara con destruirla. ?Como habian podido permitir que eso pasara? Cuando crei que iba a tener que emplear un tono mas severo con tal de hacerla reaccionar de una vez por todas, lo hizo ella por sus propios medios. Aparto lentamente la cabeza y cogio una servilleta que habia sobre la mesa para pasarla por sus mejillas y luego sonarse. Me dolia en el alma verla tan abatida. --?Que he hecho, Sarah? --sollozo, con un sufrimiento contenido que te rompia por dentro. --No te castigues, Lorie. Lo hecho, hecho esta. Pero ahora tenemos que pensar rapido. Elle saldra hecha un basilisco de un momento a otro y Olly todavia esta durmiendo en tu cama... --Oh... mierda --musito, al borde del llanto una vez mas--. !?Que hago?! --Tienes que despertarlo y decirle que se vaya. --No... no puedo, Sarah. No puedo. Cuando su labio inferior comenzo a temblar supe que lo decia de verdad. No tenia fuerzas para enfrentarse a Olly, lo cual no hacia mas que confirmar todas mis sospechas. Lo que sentia por el era mucho mas fuerte de lo que deberia. --Vale, hagamos una cosa --la apremie--. Metete en el cuarto de bano. Yo me encargo de Olly. --?Harias eso...? Escuchamos un ruido al fondo y no supimos identificar de que dormitorio venia, lo que solo confirmo que se nos agotaba el tiempo de verdad. --Ve, corre. Se puso en pie y desaparecio a toda prisa por el pasillo hasta llegar al cuarto de bano, donde se encerro sin hacer ruido. Suspire, me pase las manos por el pelo mientras mi cabeza trabajaba a toda velocidad y al final, tambien me puse en pie. No me importaba que el me viera en pijama, que llevara el pelo revuelo o el maquillaje corrido. Abri la puerta sin llamar siquiera y un fuerte e intenso olor a alcohol me recibio. Cerre y anduve hacia la cama de Lorie, en la que Olly seguia dormido. Estaba tumbado boca abajo con los brazos sobre la almohada y el rostro de lado. Parecia estar teniendo un sueno apacible. Le observe y me senti mal por el y por ellas, por los tres, porque lo que iba a suceder a partir de ese momento les acabaria pasando factura a todos. Me incline y puse la mano sobre su hombro, suave y fuerte. No se inmuto. --Olliver... --murmure flojito. Volvi a zarandearlo--. Olliver... Despierta, Olly. Pero no habia manera. Pase de su hombro y busque directamente su rostro. Primero le acaricie la mejilla y luego le revolvi el pelo. Estaba profundamente dormido y nada le hacia reaccionar. Que dificil iba a resultarme aquello. Eche un vistazo a mi alrededor y vi que todo era un amasijo de ropa, zapatos y almohadones. Exhale un suspiro. A continuacion, cogi sus pantalones, la camisa y lo deje todo sobre los pies de la cama. Desde fuera escuche otro ruido, seguramente era Elle. Volvi a poner la mano sobre su espalda y esta vez trate de moverlo, con mas impetu. Al tercer o cuarto intento comenzo a reaccionar. Le escuchaba murmurar de forma ininteligible mientras escondia la cabeza en la almohada. --Olliver, demonios, !despierta! --?Olliver...? --musito todavia con el rostro encajado en la almohada. De repente, se quedo en silencio y entonces, pasados unos segundos en los que crei que se habia quedado dormido de nuevo, levanto la cabeza con tal brusquedad que di un saltito hacia atras, sobresaltada--. !?Sarah?! --exclamo sin comprender. Lo mire tratando de descubrir hasta que punto estaba despierto o si seguia sumido en un estado de semiinconsciencia todavia

  • Etimologicon de Javier Del Hoyo

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    Etimologicon no es un diccionario, ni un tratado tecnico, ni entra en disquisiciones linguisticas o filologicas. En lugar de un listado frio de palabras, una detras de otra, trata de explicar los origenes y la evolucion -muchas veces curiosa, inesperada o hasta divertida- de una serie de palabras del espanol, hiladas en torno a un tema determinado y con estilo narrativo.

  • No me dejes ahora de Rosa Cortes

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    Lucas intento volver a ser feliz y olvidar el pasado junto a Laura. Pero el pasado volvio a su vida, desestabilizandolo nuevamente. En forma de mujer, Carla, podra poner su nueva relacion en peligro y lo obligara a tomar una importante decision, la cual no tiene nada clara.

  • El destino de una bruja de Antonia J. Corrales

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    El destino de una bruja, tercera parte de la trilogia Historia de una bruja contemporanea.

  • Animal de nieve de Dara Scully

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    Llego con el galope de los caballos. Los animales habian comido de su mano, habian lamido aquellas palmas blancas, hermosas: palmas hechas para la caricia. Las alumnas lo vieron desde los dormitorios. Desde las ventanas: los ojos calientes de la casa. De pie, algunas ya vestidas, otras todavia en camison, los pies desnudos, frios sobre el suelo de madera. Tenian la vista clavada en el hombre desconocido. Quien seria, se preguntaron. Quien seria aquel hombre que tocaba a los caballos con sus manos delicadas, que se quitaba luego el sombrero en un saludo correctisimo. Tal vez un ministro, se dijeron, o un predicador; sin duda alguien de importancia, pues ahi estaba Miss Bell, erguida, rigida como su baston: una mujer de negro. La expectacion ascendia en los dormitorios. Pronto lo perderian de vista, entraria en la casa, su casa, su colegio. Seguiria a Miss Bell por los pasillos, por los rellanos silenciosos, entraria tal vez en su despacho. ?Para que?, se preguntaban. Una de las maestras va a casarse. Tal vez nos deje Miss Stone, que tiene el rostro blanco de las novias. Las alumnas especulaban. Un hombre habia penetrado en sus dominios, en su colegio de paredes de piedra, de entramados de flores en los jardines. ?Acaso se aventuraban a decirlo? ?Era tal vez un maestro? ?Se atreveria Miss Bell a dejar que un hombre ensenara a las muchachas? Frederic permanecia en silencio. Habia dejado atras un hilo de pisadas suaves, un rumor en la gravilla. No habia visto a las muchachas en las ventanas. Podria haber alzado la cabeza, mirarlas: rostros pequenos como flores tras los cristales. Pero seguia con la vista a la mujer que cojeaba. Su baston acompasaba el movimiento de su cuerpo. Le recordo a un fantasma que habia conocido una vez, en un tiempo apenas perceptible. Ella tampoco hablaba. Se habia presentado con educacion; habia en sus gestos una elegancia solapada, cierta nobleza en los rasgos afilados, en sus manos. Alguien habria dicho: no es solo una profesora. Una directora de un colegio para ninas. Un animal dormido la poseia. Habitaba en su cojera, acentuada en las escaleras que llevaban al ultimo piso. Quiso preguntarle su edad. Quiso saber, aquella primera vez, ante la mirada ciega de las muchachas, cuando se habia quedado coja. Si se habia caido de un caballo. Si habia sido la enfermedad o una rotura mal curada. Pero el silencio se habia vuelto movedizo. No hubiera podido hablar, aunque lo deseara. Estaba alli, denso, caliente, un silencio que ascendia por la casa. Una palpitacion muda de las voces de las ninas, de las maestras, todo detenido ante el paso irregular de quien guiaba la vida del colegio. Era un lugar sobrio. Los pasillos estrechos se abrian a las aulas. Dijo que se las ensenaria luego, cuando se hubiera acomodado. ?Llegaria su equipaje al mediodia? Algunas de las maestras ya se habian instalado. Le senalo las escaleras, el tercer piso: los dormitorios. Alli las alumnas cuchicheaban. Una de ellas, alta, de gesto altivo, observaba desde la balaustrada. Luego les relataria como Miss Bell habia guiado al hombre por el colegio. Imaginaria el paso desigual, la voz grave, el gesto amplio de la mano ante las cosas. Imitaria con perfeccion sus movimientos. Era sin duda un maestro, de geografia tal vez, quizas un refuerzo para las matematicas. Un maestro joven, de mirada diafana. <> Las ninas sonaban con los amantes. Sonaban con las novias, con Miss Stone, que llevaba un anillo dorado. Pero la muchacha se conducia con misterio. Habia visto mas de lo que contaba, y lo que decia se alteraba a traves de sus palabras. Podia ser todo lo que ellas imaginaran. Un caballero, un religioso, un hombre del mal. Lo que ella dijera seria aceptado por las muchachas aun descalzas, aun vestidas de blanco nocturno. Tenia el poder de la que ha visto, dominaba la ceguera de las otras. <>, les dijo. Y ellas empezaron a vestirse. Lo dejaron con la promesa de la comida. El cuarto era pequeno, desnudo; la luz aniquilaba su misterio. Veia el jardin desde la ventana. Un parterre de flores se acomodaba ante sus ojos. Al fondo, los sauces cercaban la casa, la hierba todavia humeda de rocio, fresca. Imagino sus paseos por aquel jardin cuidado, la lectura entre los sauces. De nino disfrutaba leyendo en los jardines. Aspiraba el aroma de las flores, la tibieza de la hierba; sus manos acariciaban la tierra con el cuidado de quien toca a un animal pequeno. Supo que aquel jardin lo acogeria. A diferencia de la casa, de las alumnas todavia invisibles, aquel jardin le resultaba conocido. Lo habia habitado antes, en otra vida, en otro tiempo feliz y escurridizo. Comio en su cuarto, en el escritorio que daba a la ventana. Una mujer joven le trajo una bandeja. Le dijo que pronto subirian su maleta, el baul pequeno y anticuado. El se habia quitado la chaqueta, se habia desatado los zapatos. El viaje habia sido largo. <>, le pregunto. Un cierto bullicio se habia apoderado de la casa. Las muchachas, uniformadas, calzadas ya con sus botas relucientes, cruzaban las estancias, se reconocian de nuevo, volvian a la vida del colegio. Habian pasado alejadas un verano entero. Habian aprendido palabras nuevas, tenian cosas que contarse. A el le daban jaqueca. Aquella voz caliente, unisona, trepaba por las paredes de la casa. Tomaria la cena en su cuarto. Comeria en la quietud de aquel reducto pequeno, aquel espacio blanco, limpio. Se enfrentaria a ellas a la manana siguiente. Desperto temprano, antes que la casa. En el jardin se intuia el otono; los sauces ondulaban sus ramas con el viento. El dia seria fresco. Atras quedaban el verano, las fresas maduras sobre la mesa, los largos banos en el rio. El colegio se plegaba sobre el frio, comenzaban a encenderse las chimeneas, las estufas. Pronto pasearian con mitones. Las capas largas de las ninas rozarian las hojas, la hierba a punto de escarcharse. Un invierno prematuro se intuia en los parterres. O tal vez era su propia debilidad. Su miedo creciente a haberse equivocado. Estaba en un colegio. A los treinta y seis anos ensenaria musica por primera vez. Dejaria atras las ensenanzas basicas, la botanica, el algebra, el estudio meticuloso de la ciencia. Aquello que le habian ensenado se disipaba. Tocaria como cuando era nino, ensenaria escalas, tal vez no ensenara nada en absoluto. ?Que sabrian las alumnas de musica? ?Habria alguna virtuosa entre ellas? En realidad no le importaba. Las ninas se mantenian alejadas, su voz habia enmudecido. Estaba alli como podia estar en cualquier parte, atento solo al trazado de las nubes en el cielo. Un ultimo lugar al que aferrarse, aquel colegio, aquella musica que le habia sido devuelta tras anos en la sombra. Habria preferido desayunar en su cuarto, pero aquella mujer joven de la vispera le pidio que la siguiera. Las maestras desayunaban en el comedor pequeno. Eran de edades variadas, de rostros serenos, agrietados algunos, lisos como el de las muchachas los mas jovenes. Habia un solo hombre entre ellas, anciano, ajeno sin duda a la ensenanza. No pregunto por el. Tampoco por Miss Bell, que se encontraba ausente. Las maestras mas mayores le tendieron la mano, saludaron con una educacion uniforme, aprendida tras largos anos en el colegio. Tambien su voz resultaba similar, de inflexion clara; la voz de quien gobierna multitudes. Las imagino ante las alumnas, algunas severas, otras sumisas, domadas por sus criaturas. No reconocio ningun rostro de la calle en ellas. Aquellas mujeres crecian en las escuelas, en los hospicios; caian luego en manos del colegio y alli acababan de formarse. Poseian una mirada comun; los muros de la casa las aislaban. Quizas habian sonado con viajar, con amar a hombres o a mujeres; tal vez lo hicieran todavia, tendidas sobre el lecho blanco, virginal, abiertos sus ojos a la noche. Imagenes de playas amplias o reuniones jubilosas, cualquier cosa que no fueran ninas malcriadas. --Asi que sera usted nuestro profesor de musica --le dijo una de ellas.

  • El joven Arquimedes de Aldous Huxley

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    Aldous Huxley (1894-1963) no es solo el singularisimo autor de Viejo muere el cisne, creador de una nueva formula novelesca; es tambien, en cuanto narrador, y aparte de sus ensayos, biografias y libros de viaje, un admirable cuentista. Ducho en todas las dimensiones de la ficcion, se mueve con pareja maestria tanto en los espacios abiertos de la gran novela como en los mas exiguos de la nouvelle. Acierta del mismo modo al presentar una accion fraccionada, vista en cortes transversales, yendo y viniendo a traves del tiempo, como en <>, y otros tres apasionantes relatos, de ritmo seguido y progresion continua.

  • Perdona. te conozco de Olga Salar

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    Su mundo se acababa de desmoronar frente a ella y la seguridad de la que siempre habia disfrutado se esfumaba ante sus ojos sin que pudiera hacer nada por evitarlo. Desde ese momento ya nada podria volver a ser igual a como lo habia sido antes del cataclismo en el que se habia visto envuelta. La peor parte era que Sienna era consciente de que lo mejor que podia hacer, por su propio bien, implicaba alejarse de todo y de todos. Marcharse sin mirar atras y buscar su propio camino, ya que el que el futuro que imaginaba para si misma se habia desmoronado unas horas atras. Quedarse donde estaba era demasiado doloroso, demasiado sofocante, demasiado todo. Por una vez tenia que dejar de pensar en los demas y centrarse en lo mejor para ella. En cualquier caso, todos iban a estar bien sin su presencia. Su madre estaba conociendo a un hombre y a Melinda le estaba yendo genial en el bar de sus padres, del que habia comenzado a hacerse cargo. Lo habia transformado en un bar cafeteria, por lo que abria durante practicamente todo el dia. Por otro lado, estaba segura de que su amiga la visitaria donde quiera que fuera. Estaba tan segura de ello como sabia que su madre no lo haria. Los demas, ni le preocupaban ni les preocupaba, ese habia sido su mayor error, uno que deberia de haber asumido mucho antes. El problema era que jamas imagino que algo asi fuera a sucederle nunca. Y, aun asi, una parte de ella no podia evitar sentirse culpable por haberse dejado enganar, por no haberse dado cuenta antes de lo que estaba pasando justo frente a sus propias narices. ?Cuantas personas a su alrededor estaban enteradas de todo y se lo habian ocultado? ?Cuanta gente se encontraria en esos instantes sintiendo lastima por ella o simplemente hablando de lo que habia ocurrido...? La respuesta a sus preguntas era uno de los motivos por los que debia alejarse de Rockport. Para empezar, debia poner distancia cuanto antes, por ello lo mejor era mudarse de casa de su madre y buscar un trabajo a media jornada que pudiera cubrir los gastos de alquiler y alimentacion. Quizas Melinda podia hacerle un hueco entre su plantilla mientras terminaba el semestre en la universidad. Gracias a dios, el precio de la facultad quedaba cubierto por la beca. Despues buscaria trabajo apartada de todos ellos. Desapareceria de Rockport y, para ello Boston, era la mejor opcion. Quedaba lejos, pero lo bastante cerca como para tener un ojo sobre su madre. Que volviera a la ciudad en algun momento o no ya era otra cosa, en la que no iba a pensar en esos momentos. Las personas mas importantes de su vida la habian traicionado y eso era algo que no sabia si podria superar alguna vez. Y era mas que evidente que nunca lo olvidaria si se quedaba alli, donde en solo unos dias todo aquel que todavia no se habia enterado del chisme, estaria ya al tanto de lo sucedido. Capitulo 1 Seis anos despues... El dia comenzo como cualquier otro desde que habia empezado a trabajar en el bufete cinco anos atras. Llego diez minutos antes de las nueve y saludo a los companeros, madrugadores como ella, que se encontro de camino a su despacho, y agradecio a Faith el cafe con leche de soja y caramelo que la esperaba sobre su mesa. Una vez sentada frente a su escritorio se dedico a organizar sus tareas pendientes para ese dia. Tenia documentacion que revisar y, por suerte, no le tocaba ir al juzgado. De hecho, hasta las doce no tenia prevista ninguna reunion con clientes, lo que le otorgaba tiempo para preparar los tres casos de divorcio que tenia sobre la mesa y revisar un par de contratos para uno de sus clientes. El sonido de su movil personal la sobresalto, tan concentrada como estaba con el trabajo; lo saco del cajon donde lo guardaba normalmente para concentrarse en las largas jornadas que le esperaban habitualmente. Contesto sin dudas al ver que la llamada era desde el telefono de su madre, por lo que no esperaba que al otro lado de la linea estuviera otra persona. Una con la que no deseaba hablar bajo ningun concepto: --Te llamo por dos razones --anuncio Savannah a toda prisa, consciente de que si no se apresuraba le iban a colgar sin tener tiempo de exponer los motivos de su llamada. --No quiero escuchar ninguna de ellas. No me vuelvas a molestar o me vere obligada a cambiar de numero y no darselo a mama --pidio a punto de colgar. --Es precisamente de ella de quien quiero hablar. --?Ahora vas a usarla de excusa? --Mama tiene cancer --Savannah solto la bomba antes de que su hermana finalizara la llamada. Durante unos segundos Sienna Hale se quedo quieta y en silencio, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar. --?Como dices? Si esto es tu idea de una broma es de muy mal gusto --la rabia que destilaba su voz no paso desapercibida para su hermana. Era consciente de que esa ira era mas por el golpe de la noticia que porque realmente creyera que mentiria con algo asi. --No es una broma, mama tiene cancer. Se lo diagnosticaron la semana pasada. Creia que te lo habia contado hasta que la escuche hablando con Ryan y supe que no lo habia hecho. --?Por que me lo ha ocultado? Hable con ella hace un par de dias y ni siquiera me dijo que se encontraba mal. --Es evidente que te lo ha ocultado porque vives lejos y no quiere preocuparte. La rubia suspiro sonoramente antes de anunciar sus intenciones de ir a verla. --?De veras vas a regresar, por fin? --Lo dices como si te importara --ironizo Sienna. --Eres mi hermana menor, por supuesto que me importa. No te he visto desde la boda de mama y entonces ni siquiera me permitiste acercarme a ti. --Eso no va a cambiar. No te quiero cerca. --!Somos hermanas! --insistio Savannah. --Permite que me ria. Al parecer soy tu hermana cuando te conviene y cuando no, lo olvidas. El silencio se alargo unos segundos antes de que Savannah volviera a hablar. --?No quieres saber cual es la otra razon por la que te llamo? --?Sinceramente? No. Si es igual que la primera no creo que pueda soportarlo. --No es tan mala y, en cualquier caso, te la voy a decir igualmente. --Tipico de ti, hacer lo que te venga en gana sin preocuparte por los sentimientos de los demas. Savannah no replico. Sabia que era cierto y en esos momentos lo importante era que su hermana le estaba hablando, aunque la conversacion estuviera cargada de desden y de sarcasmo, el caso era que le hablaba. Se habia pasado casi seis anos sin verla, sin poder descolgar el telefono y mantener una agradable conversacion con Sienna, y lo peor era que no podia enganarse a si misma condenandola, porque la unica que debia de cargar con la culpa por el distanciamiento era ella misma. --Necesito que seas mi abogada. Voy a divorciarme. --?Me estas tomando el pelo? ?No has tenido bastante con darme la noticia sobre el estado de salud de mama? ?Tambien quieres burlarte de mi? --No, no lo es. Es la verdad. Voy a divorciarme de Dave. Sienna suspiro. --En primer lugar, vete a la mierda, y en segundo lugar no creo que puedas pagar mis honorarios. --No te preocupes. Puedo hacerlo. --No sabia que el trabajo de constructor de Dave daba para tanto. --No voy a pagarte con su dinero, te pagare con el mio. --No me digas que no eres una ama de casa al uso. Me sorprendes, jamas crei que fueras capaz de trabajar en algo mas que en ti misma --dijo con una risa llena de burla. --No tienes ni idea, ?verdad? --?Sobre que? --inquirio un poco a la defensiva--. ?No me digas que despues de casarte incluso fuiste a la universidad? --!Lo hice! Pero eso tampoco importa. Supongo que, si regresas, lo sabras, despues de todo hay tiempo. --Sea como fuese no voy a llevar tu divorcio. Si en algun momento creiste que lo haria es que eres mas tonta de lo que creia. --Soy tu hermana. --Puedes seguir repitiendolo las veces que quieras, las cosas no van a cambiar solo porque de repente te acuerdes de nuestro parentesco. --Nunca lo he olvidado. --?De veras? ?Me estas diciendo que lo recordabas mientras te metias en la cama con mi novio? --espeto antes de colgar en telefono. A la mierda los casos pendientes de los que tenia que ocuparse, penso Sienna mientras buscaba en favoritos el numero de su mejor amiga. Melinda contesto antes del tercer tono: --?Por que eres tan madrugadora? --se quejo con la voz completamente despejada, lo que implicaba que ella tambien se habia levantado temprano. --Buenos dias para ti tambien. ?Tienes algo que quieras decirme o empiezo yo? La voz de su amiga sono completamente seria. --?Que sabes? --La pregunta seria que sabes tu y por que no me has dicho nada. --No me correspondia a mi contarte nada. --?Ni siquiera que mi madre tiene cancer? ?De veras no...? --?Que has dicho? --la corto Melinda--. !Oh, dios mio! El enfado de Sienna bajo unos puntos al comprender que no lo sabia, lo que significaba que si debia de estar la tanto del divorcio de su hermana. Durante los siguientes minutos ambas se olvidaron de todo excepto de la noticia sobre la salud de Susan. --Seguramente no te lo ha dicho porque sabia que me lo ibas a contar. --?Crees que mi madre lo sabe y se lo ha callado? --inquirio Melinda. La madre de Sienna y la suya se habian hecho amigas estando en el instituto y ambas seguian con la misma relacion cercana desde entonces. De hecho, era gracias a ellas que sus hijas se habian hecho inseparables. --Estoy segura. Mi madre jamas se lo ocultaria. --Suspiro agotada antes de volver a hablar --. Voy a regresar a Rockport y necesito tu ayuda. --Lo que sea. --Necesitare un lugar para vivir. No voy a quedarme en casa de mi madre. --Puedes quedarte conmigo. --Te lo agradezco, pero no. ?Grace Miles todavia tiene la inmobiliaria? --Si, ?quieres que hable con ella? --Si, por favor. Voy a estar liada aqui tratando de organizar mis casos y convenciendo a mi jefe de que necesito una excedencia. ?Podrias conseguirme un apartamento lo bastante grande como para que Hermione pueda pasearse por alli sin querer fugarse cada vez que alguien abra la puerta? --Carino, siento decirte esto, pero tu gata es una chica mala. Le gusta escaparse de casa, no tiene nada que ver con el tamano de esta. --A pesar de la situacion, Sienna pudo reir por el comentario de su amiga--. Yo me ocupare de todo. No te preocupes --y anadio con una sonrisa en la voz--: estoy segura de que Grace te va a encontrar la casa perfecta. --No le digas a nadie que voy a regresar. --No se lo dire a nadie mas que a Grace. --!Gracias! Por favor, pidele que guarde el secreto. --Nada de gracias y no te preocupes, Grace es discreta. ?Cuanto tiempo vas a quedarte? --El que sea necesario. --Vamos a aprovechar el tiempo perdido y vamos a cuidar mucho de tu madre. --Gracias, Mel --dijo, consciente de como su amiga trataba de subirle el animo. --Lo que necesites.

  • Un ano de amor contigo. 365 historias de amor de David Alfaro

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    Este es un libro lleno de amor. Literalmente. Contiene 365 historias de amor. Algunas son de una frase, otras tienen mas de dos mil palabras, las hay de ficcion y tambien reales; las hay comicas, dramaticas, emotivas, absurdas, cotidianas y excepcionales. Pero todas tienen un denominador comun: el amor. A la pareja, a los hijos, a los animales, a uno mismo… Amor, a fin de cuentas. En su vertiente mas amable y tambien en su cara mas oscura, la del desamor. Este libro deberia durar exactamente un ano desde el momento en que empieces a leerlo; cada dia tendras una nueva historia que echarte a los ojos, debidamente fechada. Si lees cada una en su dia correspondiente, llegara a durarte 365 dias. Siempre que seas capaz de dosificar el amor.

  • Tu reflejo – Claudia Cardozo de Claudia Cardozo

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    Lorraine es una joven que suena con convertirse en una afamada disenadora de modas. Alegre, vivaz y un tanto alocada, solo piensa en el ahora y en la vida que tendra una vez que consiga cumplir sus metas. Tiene buenos amigos y un novio que esta a punto de sumarse a su lista de fracasos amorosos; el unico hombre que le ha llamado realmente la atencion y por quien lleva anos suspirando es Eric, pero ellos no tienen nada en comun, y con su historial de miedo al compromiso seguro que el intentar algo con el seria una mala idea.

  • Medianoche (Medianoche 1) de Claudia Gray

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    Un internado donde nada es lo que parece. Dos jovenes atraidos por una fuerza magnetica. Un secreto oscuro y peligroso. Y una unica certeza: entregarse al amor es jugar con fuego.

  • Sigueme de Nisa Arce

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    Mientras avanzaba por la zona VIP de aquella discoteca que habia frecuentado durante los ultimos cuatro meses, Joan se dijo que si bien su vida habia cambiado bastante desde que se marchase a Italia con apenas dieciocho anos, habia algo que permanecia exactamente igual a como lo recordaba de por aquel entonces: el ambiente artificial, sordido y adictivo de los locales nocturnos. Daba igual que el garito se encontrase en Milan o en Madrid, o que estuviera ahi en ese mismo momento en lugar de una decada y media atras, pues la atmosfera era la misma: musica sonando con estruendo por los altavoces; la pista repleta de gente que se giraba para mirarle en cuanto se percataban de su identidad; la llamada de atencion que le enviaba la voz de su conciencia cuando esta le recordo que tenia entrenamiento a la manana siguiente. La acallo y siguio avanzando. Al fondo, hablando con alguien a quien ya le habia presentado y cuyo nombre no recordaba --ni le importaba--, estaba Oscar. Hacia dos semanas que no se veian, exactamente el tiempo que le habia llevado a la plantilla del Juventud cumplir la pretemporada en Estados Unidos. Cinco encuentros amistosos con los principales equipos del futbol estadounidense, cuyo nivel distaba del europeo lo justo como para que las estrellas del balompie, al alcanzar cierta edad, lo contemplasen como opcion para extender un par de anos sus carreras, a fin de seguir compitiendo a un ritmo mucho mas tranquilo del acostumbrado. Joan habia descartado tal opcion, pues lo consideraba prolongar innecesariamente la agonia. El habia decidido retirarse, y punto. Esa seria su ultima temporada en activo, y no habia dia, hora ni minuto en que no se lo recordase. Una marana de pensamientos que solo era capaz de aparcar precisamente cuando estaba con el. O, mejor dicho, cuando se desfogaba con el. --Pero mira quien esta por aqui... --lo saludo Oscar nada mas se le hubo acercado. Joan sello el reencuentro buscando su boca. Y sin embargo, no tardo en apartarse. --?No te dije que iba a venir? --Si. ?Por? --Y aun asi, te pones a fumar --espeto el catalan de mal humor. Oscar se encogio de hombros, como si la cosa no fuera con el. --Dejame compensarte. Joan acepto que lo tomase de la mano para conducirlo entre la marea de cuerpos que se contorsionaban al compas de lo que pinchaba el DJ de turno. Desde un principio, de Oscar le habia atraido la manera en que se movia como pez en el agua por aquel submundo, como se enorgullecia, en una forma que rozaba lo arrogante, de ser una criatura nocturna; tambien le gustaba que pese a llevar tantos dias sin saber el uno del otro, pues poco mas que algun mensaje habian intercambiado, Oscar no hiciera ademan de preguntarle como le habia ido, que tal la experiencia, como se encontraba; supuso que los titulares en la prensa deportiva ya lo tendrian al tanto. Tampoco Joan mostraba intenciones de hacerle esas mismas preguntas. Y es que lo que mas le gustaba de su actual novio era que siempre le daba, precisamente, lo que de el estaba buscando. Aquella discoteca no contaba con cuarto oscuro, como las otras de ambiente en las que Oscar ejercia de relaciones publicas ademas de organizar eventos. Asi que en su lugar, este lo llevo al pequeno despacho que el dueno le dejaba emplear para cerrar negocios, y que el, en ocasiones como esa, aprovechaba para darle un uso mas bien de indole privada. Joan cerro la puerta una vez ambos dentro, y reprimiendo el impulso de impedirselo cuando Oscar se abalanzo sobre el a fin de comerselo a besos, pues detestaba con toda el alma el sabor y el olor del tabaco, le correspondio. El habitaculo no era lo que se decia amplio, y apenas tardo en arrinconarlo contra un escritorio. --Ya veo que me has echado de menos... --dijo aquel, apoyado sobre la superficie de madera mientras observaba como Joan le bajaba la cremallera de los cenidos vaqueros que llevaba puestos. El delantero, de rodillas y tras haberle liberado, lo miro a los ojos mientras acercaba los labios a la ereccion que sujetaba entre los dedos. --Un poco --respondio justo antes de lamerla con la punta de la lengua. Oscar jadeo y echo la cabeza hacia atras al sentir que Joan le engullia. El hambre de sexo que este siempre mostraba le parecia tan conveniente como fascinante, hasta el punto de que en realidad si que habia estado al tanto del calendario, asi como de las noticias en Internet, con tal de tenerlo pronto de vuelta. A el y a su apetito insaciable. Le dejo hacer, hasta que el grado de excitacion lo llevo a depositar ambas manos detras de la nuca del futbolista. Lo que en un principio fue un simple indicativo con el que lo alentaba a seguir, se convirtio primero en una guia del ritmo que queria que imprimiese, luego el motor con el que el mismo marco la velocidad a la que se introducia en la calidez de su boca; cada vez mas profundo, mas rapido, mas fuerte. A Joan no le disgustaba aquella rudeza, pero una cosa era dejarse llevar por el momento y otra que, al hacer ademan de aflojar la presion que Oscar ejercia sobre su cabeza, este no cediera. Trato de forcejear, pero el movia la pelvis con furia mientras seguia inmovilizandole. Sabiendo que no iba a parar, Joan no ofrecio resistencia. Poco despues, de un ultimo empellon y acompanado de un gutural gemido, Oscar descargo directamente en su garganta. Inmerso en los ultimos aleteos de placer, se relajo, y el catalan aprovecho para zafarse, reprimiendo una arcada y tosiendo. --Joder, tio... --se quejo; la furia asomando a sus llamativos ojos verdes--. ?Cuantas veces te he dicho que no me gusta tragarmelo? --Es que me pones demasiado --replico Oscar mientras le deslizaba el pulgar por los enrojecidos labios; una sonrisa satisfecha pintada en los suyos. Haciendo ademan de abrocharse la cremallera con cuidado, anadio--: Tengo que pasarme por el Black&Noise. ?Vienes? Joan, sintiendose humillado, pero tambien presa de un calenton que no habia tenido oportunidad de apagar, asintio. La voz de su conciencia volvio a manifestarse durante el desplazamiento hacia la otra discoteca, y de nuevo cuando, una vez alli, el reloj marco las dos de la madrugada. Le dio un ultimo toque de atencion cuando acepto la copa que le ofrecieron, y la mando al cuerno tras recalar, por fin, en el cuarto oscuro donde se habian conocido no tanto tiempo atras. La penumbra, unicamente rota por la iluminacion tenue de unas bombillas rojas, conferia a las siluetas de los presentes un halo de falsa privacidad mientras observaban, sin descaro, las actividades a las que se entregaban los demas. Sin demasiados preambulos, Joan se puso el condon lubricado que habian cogido antes de entrar a la sala y le penetro. Oscar gimio, de cara a la pared como estaba, mientras el delantero volcaba la urgencia del deseo en cada golpe de cadera. --?Quieres? --le dijo tras girar el rostro. Joan, a punto de volver a adentrarse en el de un movimiento energico, se quedo mirando lo que Oscar estaba mostrandole. Como no obtenia respuesta, este ultimo insistio: --Te dara un subidon bestial, el mejor polvo que hayas echado... --jadeo, en referencia a la dosis de popper que se habia agenciado gracias a un contacto. Joan, apretando los dientes, atino a responder: --No... Sin perder ni un segundo, Oscar se llevo el pequeno recipiente a la nariz e inhalo la sustancia, la cual hizo que le invadiera una sensacion instantanea de euforia. Joan siguio entrando y saliendo de su cuerpo, notando que las miradas lascivas de los que los rodeaban le acariciaban como lo hacia el sudor que le bajaba por la espalda.

  • Seirs (Guardianes Del Alma 5) de Kim Richardson

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    Una tibia briza acariciaba su rostro mientras Kara corria a traves de la multitud de mortales que atiborraban el elaborado laberinto de calles. Ella intento seguir al bulldog ingles que corria a su lado manteniendose cerca de los edificios y fuera de la parte mas concurrida de la conmocion. Los olores iban de lo fragante hasta lo apestoso, habia un debil olor de gases de escape mezclada con un toque de flores. Se deslizo entre unos hombres con trajes que discutian en voz alta por sus telefonos celulares, mujeres equilibrando grandes bolsas mientras intentaban aferrarse a sus ninos, y adolescentes agrupados riendose animadamente sobre alguna cosa de sus telefonos inteligentes. Kara ignoro el hermoso parque exuberante y el dulce aroma de las flores de verano. Ni si quiera le echo un vistazo a los cachorros Golden Retriever colocados en la ventana de la tienda de mascotas. No tenia tiempo para detenerse. "?Cuanto mas hasta que lleguemos?" susurro Kara, deslizandose alrededor de una gran mujer que bebia una gaseosa. "Los mortales me estan viendo". Thor se zambullo debajo de las piernas de un anciano con un baston y mantuvo sus ojos en la calle. "No muy lejos, justo despues de la proxima cuadra". Kara golpeo accidentalmente a un hombre con su hombro, el se la comio con la mirada. "Perdon, perdon. No lo vi, dije que lo siento". Viro alrededor de el y corrio para alcanzar a Thor. "?Vas a decirme que esta pasando?", pregunto en voz alta al perro, ignorando el aspecto confuso con el que los mortales le veian. Le parecia justo saber que era lo que estaba pasando. Thor se detuvo y dio la vuelta, su lengua gris colgaba al lado de su mandibula y rozaba la acera formando un charco caldoso. "Lo veras cuando lleguemos alli, entonces vas a entender. Simplemente no puedo hablar de ello ahora, especialmente aqui". Sus grandes ojos marrones observaron los alrededores inquietamente, levanto su hocico y olfateo el aire. Con un rebote en su paso se volvio, y continuo su camino por la calle. Kara sintio un peso en el pecho y acelero su paso. Estaba en una excursion sin autorizacion en una cafeteria de Boston con Jenny cuando Thor aparecio de repente. Los Sensibles habian sufrido un ataque. Thor habia sabido donde estaba, y eso significaba que la Legion tambien lo sabia. Dejando a Jenny librada a sus propios recursos, Kara siguio a Thor fuera de la tienda. No lamentaba haber mentido acerca de una posible Grieta a la Division Contadora de Demonios. De hecho, lo haria otra vez con tal de ver esa sonrisa en la cara de Jenny cuando se encontro con ese guapo adolescente. Jenny casi habia muerto en el inframundo, y merecia un descanso y un poco de diversion. Tal vez los angeles guardianes eran buenos para esconder sus sentimientos, pero eso no significa que no los tuvieran. Kara queria hacer algo significativo para su amiga, aunque sin duda sabia que estaba infringiendo una ley sagrada. Estaba consciente de que sus acciones probablemente le costarian un descenso en la Legion o algo peor: un viaje al Tartaro, la prision de angeles, su lugar favorito. Pero parecia que los recientes ataques a los Sensibles le habian ahorrado el viaje. Y ahora, parecia que Tartaro era el menor de sus problemas. Las rodillas de Kara se doblaron al pensar en esos malvados Seirs descuartizando a los Sensibles en un ataque sin piedad. Un escalofrio le rodo por la espalda mientras recordaba las malvadas muecas pintadas en los horribles rostros de los Seirs. Los terribles ojos tatuados en la parte posterior de sus cabezas parecian seguirla dondequiera que iba, sus abrigos de piel negra y espadas de muerte la espantaban. Aunque una vez habian sido Sensibles, dotados con la capacidad de ver lo sobrenatural, los Seirs se habian vuelto malvados y habian jurado lealtad al inframundo. Ahora se habian convertido en enemigos contra los que los angeles de la guarda no podian luchar ni matar. Como todos los angeles guardianes, Kara habia hecho un juramento para proteger a todos los mortales, y aunque los Seirs eran los mas siniestros de todos, todavia eran mortales y no debian ser tocados. Los Seirs estaban fuera de sus limites. Kara adopto una mirada furibunda y apreto su mandibula decidiendo que de alguna manera encontraria como detenerlos. Alguien debia hacerlo, y ella bien podria ser ese alguien. Recordaba las caras amables y la expresion de confianza en los ojos de los Sensibles que la habian salvado a ella y a sus amigos de los Seirs en el almacen hacia una semana. Se veian tan elegantes con sus trajes y sombreros fedora, como los gansteres de las viejas peliculas que amaba ver con su abuela. Pero si los Sensibles a habian sido tan habiles con sus brillantes espadas y tan bien entrenados en las artes marciales, ?como los habian vencido los Seirs en estos recientes ataques? ?Estaba Lilith detras de esto? De alguna manera, Kara tenia la desagradable sensacion de lo estaba. Los Seirs seguian las ordenes de Lilith como perros obedientes. Se les habia prometido poder e inmortalidad, y a cambio obedecian los mandatos de Lilith. Cuando Kara habia rescatado a Jenny de sus garras, Lilith habia prometido que iba a vengar la muerte de su padre. Parecia como si la venganza de Lilith ya hubiese comenzado. La ultima visita de Kara al inframundo la habia dejado preocupada. No habia compartido las conversaciones que habia tenido con Morthdu, el guardian del inframundo, con nadie; ni siquiera con David. Ya era bastante malo haber sido marcada como para ahora resultar ser un engendro del demonio. Ella no podia culpar a la Legion por sospechar de ella, deben haber sabido que tenian traidores entre ellos. Kara no solo era hija de Asmodeus, sino que tambien compartia un enlace con Morthdu. Seria un error decirle a alguien algo sobre eso. La entidad verde habia dicho: La oscuridad vive dentro de ti… Kara se estremecio ante la idea. Ella sabia que era parte del inframundo y tenia una conexion inequivoca a otro nivel consciente. Lo que le habia dicho el sol verde era verdad, Kara tenia la oscuridad dentro de ella. Pero ?como llego alli? Desde su viaje al inframundo habia estado obsesionada por lo que Morthdu le habia dicho. Repetia las conversaciones en su cabeza una y otra vez. ?Se habia perdido de algo? ?No habia escuchado bien a Morthdu? Kara trato de negarlo en repetidas ocasiones, pero al final supo que tenia una oscuridad en ella, podia sentirlo. Pero queria desesperadamente compartirlo con alguien, de esa forma podrian decirle que no era cierto. La idea la corroia, como una bacteria comedora de carne, como un par de manos frias envueltas alrededor de su cuello asfixiando su vida angel. Y sin embargo, ella no podia sacudirse la emocion por ese poder y mas… Kara se estremecio. ?Era esa la oscuridad? Lo que es peor, cuanto mas usaba sus poderes elementales, mas se sentia atraida por el inframundo. Ella trato de negarlo, pero la sensacion era embriagadora. Parte de ella queria explorar estos sentimientos, y la otra parte estaba absolutamente aterrorizada de lo que eso significaba. Ella no era como su padre o su hermanastra Lilith, era una de los buenos. Los edificios de ladrillo alrededor de ellos proyectaban largas sombras, y Kara se apresuro para alcanzar a Thor. Dio vuelta en la esquina proxima al final del bloque. Una pared de edificios de piedra rojiza se asomo ante ellos. Thor corrio a traves de la calle. Kara ignoro los fuertes comentarios respecto a tener a su perro sin correa provenientes de una pareja de mediana edad y galopo detras de el. El se lanzo por un conjunto de escaleras de concreto que conducia a una gran puerta de madera negra. A Kara le sorprendio la agilidad de las mugrosas patitas del bulldog. El edificio de piedra tenia un calido color marron, y Kara imagino que el ladrillo estaba hecho de chocolate. !Como echaba de menos el sabor del chocolate derritiendose en su lengua! Sus dias mortales parecian estar realmente lejanos. Vibrantes cajas de flores con una variedad de pensamientos purpuras y geranios rojo sangre colgaban por debajo de las altas ventanas de los edificios vecinos, pero las flores que colgaban de las ventanas del edificio marron chocolate estaban muertas. Habia una sola vela prendida en una de las ventanas mas bajas. Thor se escurrio entre la barandilla de metal lateral y presiono una pata sobre el timbre de bronce en forma de daga. Despues de unos segundos hubo un zumbido, un clic y la puerta se abrio. Thor salto al balcon y abrio la puerta empujandola con su cara. Kara cerro la puerta detras de ella. El suelo crujio cuando ella piso el recibidor de la entrada y siguio a Thor por un pasillo. Intrincadas molduras decoraban las paredes como pastillaje en un pastel de fantasia. Era como un gran hotel, pero en menor escala. El sonido de las botas de Kara fue sofocado por exuberantes alfombras persas que corrian a lo largo del pasillo, la tenue iluminacion de un gran candelabro proyectaba una lugubre luz y Kara podia oir voces murmurando en el fondo. El aire olia a sangre y a desinfectante. Thor desaparecio por una puerta al final del pasillo, Kara camino detras de el a traves del umbral. David, Peter y algunos Sensibles ya estaban dentro. Frente a ellos, los cuerpos de hombres y mujeres yacian enredados uno sobre el otro con sus extremidades horriblemente retorcidas. Tenian heridas abiertas a traves de sus cuellos y sus manos vacias se aferraban a sus gargantas en un ultimo intento para evitar que la sangre abandonara sus cuerpos. La espeluznante escena le horrorizaba, y sin embargo se sintio obligada a investigar mas. Era como una escena del crimen de una de las series policiales de la television que amaba a ver con su madre. La sangre cubria las paredes como si hubieran lanzado cubos de pintura roja contra ellas. Kara busco pero no pudo encontrar ninguna arma. Una mujer joven con los ojos rojos e hinchados habia comenzado a limpiar la sangre de los pisos. Limpio las gotas que salian de la nariz con la manga y tallo un pano rosa sobre el piso. Su largo cabello rubio caia sobre su rostro. Ella lo empujo hacia atras murmurando incomprensiblemente mientras trabajaba tallando vigorosamente las manchas color marron oscuro que se colaban entre las tablas del piso de madera.

  • Todas mis estrellas de Diana Boswell

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    Cuando Aden y Darya cruzaron sus miradas, ninguno de los dos pudo imaginar que un lazo invisible uniria sus corazones para siempre en una historia de amor inolvidable.
    Aden es un hombre hecho a si mismo, atormentado por todos los secretos que guarda. Ha sacrificado tanto de si mismo que esta convencido que sonar con un futuro que escoja es sonar un imposible.
    Darya es una muchacha que puede ver el interior del alma de las personas, y la de Aden esta marcada por las cicatrices. Su unico impulso es entenderle, arreglarlo. Sobrepasar sus barreras para ayudarle. Para salvarlo.
    Asi es como le demuestra que si tiene un futuro, una luz: ella.

  • Un viernes cualquiera de Luis A. Santamaria

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    --!Vaya dia de mierda! En un pequeno estudio de alquiler situado en el centro de Madrid, una muchacha se acababa de quemar las manos en su intento fallido de sacar un bizcocho del horno. Si el bizcocho quedo como para que se lo comiera Rafiki --un simpatico conejo domestico--, las manos de la joven no salieron mejor paradas. Corrio hacia el cuarto de bano y coloco las palmas enrojecidas bajo el chorro de agua fria. No era una solucion, seguian en carne viva. <>, procuro adivinar mientras se retorcia de dolor. Desecho la idea de la crema dental por parecerle estupida, y termino untandose crema para la piel. Las manos aun le temblaban del dolor, pero el alivio fue el suficiente como para que dejase de llorar. De pronto, algo sucedio en el estudio. La muchacha detecto con el rabillo del ojo como algo se deslizaba a traves del parque del pasillo. ?Una carta? Con el ceno arrugado, salto a ver que era. Fue al agacharse cuando descubrio que no se trataba de una carta, sino de una sencilla hoja de libreta. Sin comprender, dirigio su mirada hacia la puerta principal. Permanecia cerrada. <> Subitamente le vinieron algunas historias de atracadores nocturnos que en los ultimos meses habian estado sembrando el panico en la capital. Con una cautela algo impropia en ella, desplego el papel con dificultad (las manos le temblaban ahora incluso mas que antes). Venia escrito a lapiz, con una caligrafia torcida y alocada. Acuclillada contra la pared del pasillo, comenzo a leer: <> ?Asi que se trataba de una broma? Sus ojos enfurecieron. Lo que menos necesitaba ahora era a un adolescente enamorado que se plantara frente a su casa como un personaje salido del cerebro de Shakespeare. Restandole importancia al asunto, se incorporo y se dirigio a la cocina, donde el Rafiki habia empezado su particular banquete a base de bizcocho chamuscado. La muchacha casi estrujo el papel con sus manos hasta convertirlo en una bola, pero cambio de opinion en el ultimo momento. En su lugar, abrio el cajon destinado a la propaganda de comida basura y lo guardo en su interior. <>, penso. <> Segundo viernes Lo normal hubiera sido que se sintiera relajada, que era el estado que adoptaba cada vez que se tumbaba en el sofa con uno de sus libros de aventuras. Sin embargo, ese viernes, algo le estaba obligando a ladear su cabeza cada pocos segundos para comprobar que todo seguia en orden en la zona del pasillo. Habia transcurrido justo una semana desde que recibiera aquella extrana declaracion por la rendija de la puerta. No es que en verdad pensara que el acosador anonimo regresaria como habia prometido en su escrito, pero esa noche no saldria de casa, por si acaso. Se le helo la sangre cuando, en uno de sus fugaces vistazos, descubrio un nuevo trozo de papel, de igual aspecto que el anterior, resbalando por el suelo. Trago saliva y examino su propia puerta con recelo, como si alguien estuviera forzando la cerradura y pudiera entrar en ese preciso momento con un machete. Conto hasta cinco y se calmo un poco. Dudo. ?Deberia leer el contenido del papel? Estaba segura de que, dijera lo que dijera la dichosa nota, rondaria su cabeza durante el resto de la semana. Y eso no era sano. Finalmente, se aproximo a la hoja y la leyo con el miedo de quien saca una bandeja de bizcochos sobrequemados del horno. <> Completamente fuera de si, la muchacha corrio hacia el salon, donde cogio un papel y un lapiz y escribio algo entre jadeos. Despues regreso hacia el pasillo y deslizo su papel hacia el descansillo. <> Detras de su apariencia enclenque, se escondia una mujer de armas tomar que no estaba dispuesta a que un chiflado le amargara con sus jueguecitos cada tarde de viernes. Justamente su dia preferido de la semana. !No lo iba a tolerar! Contra todo pronostico, su amenaza recibio respuesta, como no, en forma de papel. <> ?A que demonios estaria jugando aquel hombre? Tercer viernes Viernes otra vez. Dichoso viernes. Lo unico que se escuchaba por encima del opresivo silencio era el segundero del reloj de la cocina martilleandole el cerebro. El tiempo parecia transcurrir increiblemente despacio mientras Angie esperaba la nueva nota de su admirador. ?Que podia hacer, dadas las circunstancias? Una opcion era salir a dar un paseo y no volver hasta la noche. De esa forma, no se enteraria de nada. El admirador vendria, ella no estaria en casa, y el mundo seguiria girando como si nada. Sin embargo, al regresar, veria el papel en el suelo, de modo que su plan no habria servido de nada. No hubo dia en la semana en que no pensara en llamar a la policia. Pero, ?que iba a decirles? ?Que un chico habia venido, se habia parado en el descansillo y habia dejado una carta? ?Quien habria sido la loca entonces? Ademas, a decir verdad, aquel chico --hombre, o lo que fuera-- no parecia peligroso. Y en el caso que lo fuera, como medida desesperada, siempre podria utilizar a Rafiki como perro guardian... Angie se encontraba en medio de este dilema emocional cuando, !voila!, aparecio la nueva carta: <> La muchacha se quedo petrificada con el papel en las manos. <> ?Que se suponia que debia hacer? Se disgusto consigo misma por pensar siquiera en seguir el juego del misterioso individuo, y se alejo de la puerta. Luego, en un ataque de insensatez, y guiada por un impulso surgido de un punto recondito de su cerebro, se giro y corrio para abrir la puerta de golpe. El descansillo estaba desierto. Seguramente habia transcurrido mas de un minuto desde que leyera la carta, por lo que el tiempo establecido por el se habia agotado. Angie suspiro. --Esto es ridiculo --farfullo. Despues cerro la puerta con rabia. Una cosa era clara: aquel hombre seguia las reglas del juego, sus propias reglas, al pie de la letra. Un juego en cuya partida ella acababa de entrar. Cuarto viernes Angie estaba de pie, frente a la puerta, ansiosa como una nina el dia de reyes. Tenia un plan. Despues de sopesar diferentes opciones, habia decidido que lo mas sensato era obtener cierta informacion antes de actuar precipitadamente. El plan era sencillo. Habia escrito, en letras grandes, una pregunta en un folio. ?DE QUE ME CONOCES? Cuando el visitante misterioso apareciera, la filtraria por debajo de la puerta. La primera parte del plan, que consistia obviamente en que el desconocido hiciera acto de presencia, no se hizo esperar. La carta del especimen anonimo enseguida surgio por la rendija. Puntual como un reloj, a las ocho en punto de la tarde, como siempre. Angie se agacho para leerla haciendo el menor ruido posible, y supo por primera vez que el sabia que ella estaba alli y, mas aun, el sabia que ella sabia que el estaba alli. Un embrollo de narices que le hizo sentirse especial por un momento. Leyo la nueva carta: <> Angie se mordio el labio inferior y rapidamente envio su nota hacia el otro lado. Espero en silencio. Decidio pegar la oreja a la madera de la puerta con la intencion de escuchar algo, como si el sonido que pudiera hacer una persona con un lapiz y un papel sirviera para determinar si es buena persona o, quiza, un psicopata. No se apreciaba el mas minimo sonido. Casi se le escapo un gemido al comprobar que su nota habia recibido contestacion. Aun mas excitada, la desplego: <>

  • Al mal tiempo, mejor cara de Barbara Constantine

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    Con la tripa pegada al volante, y la nariz al parabrisas, Ferdinand conduce muy concentrado. La aguja del velocimetro no se despega del cincuenta, la velocidad ideal. No solo ahorra combustible sino que ademas le da tiempo a ver desfilar el paisaje por la ventanilla, a disfrutar del panorama. Y, sobre todo, a detenerse a la mas minima alerta, sin exponerse a sufrir un accidente. Hablando de accidentes, justo ahora ve un perro corriendo delante de el por la carretera. Por puro reflejo, Ferdinand pisa el freno. Los neumaticos chirrian, y la grava sale despedida. Los amortiguadores dejan escapar un quejido. El coche da un bandazo y por fin se detiene en mitad de la calzada. Ferdinand se asoma por la ventanilla. – ?Adonde vas, chaval? Por ahi de juerga, ?eh? El perro se aparta, pasa de largo a toda velocidad y se tumba algo mas lejos en la hierba de la cuneta. Ferdinand sale del coche con dificultad. – Anda, pero si eres el perro de la vecina. ?Y que haces aqui tu solo? Se acerca, alarga la mano muy despacito y le acaricia la cabeza. El perro tiembla. Al cabo de un rato, cuando ya se ha ganado su confianza, el animal se decide a seguirlo. Ferdinand le abre la puerta del asiento trasero y vuelve a arrancar el motor. Al llegar a un camino de tierra, abre la puerta del coche. El perro baja, pero se le arrima a las piernas gimiendo, como si tuviera miedo. Ferdinand abre la cerca y lo anima a entrar. El perro repta a sus pies, sin dejar de gemir. Ferdinand recorre el sendero entre dos setos de maleza y llega a la puerta de una casita. Esta entornada. Llama en voz alta... Eh... ?Hay alguien?... No recibe respuesta. Mira a su alrededor, pero no ve a nadie. Empuja la puerta. Al fondo de la habitacion alcanza a distinguir en la penumbra una silueta tendida en una cama. Vuelve a llamar. La silueta no se mueve. Ferdinand olfatea el aire. Ahi dentro apesta... Olfatea otra vez. !Buf, pero si huele a gas! Corre hacia la cocina, cierra la bombona de butano y se acerca a la cama. !Senora, senora! Le da palmaditas en las mejillas. Al principio flojito pero, al ver que la mujer no reacciona, cada vez mas fuerte. El perro ladra, dando saltos alrededor de la cama. Ferdinand tambien se asusta, y ya no son palmaditas sino bofetadas lo que le da a su vecina. Le grita que se despierte. Los gritos se mezclan con los ladridos. !Senora Marceline! !Guau, guau! !Abra los ojos, maldita guau! !Despierte, por guau, por favor, guau! La mujer deja escapar por fin un pequeno gemido. Ferdinand y el perro suspiran de alivio a la vez. 2 CINCO MINUTOS MAS TARDE, MARCELINE SE ENCUENTRA MEJOR Marceline ha recuperado un poco de color en las mejillas e insiste en servirle una copita. No recibe visitas todos los dias. Son vecinos, pero nunca habia puesto un pie en su casa, hay que celebrarlo. Por mas que Ferdinand le dice y le repite que no tiene sed, que solo se ha acercado a traerle a su perro, ella se levanta de todas maneras, avanza tambaleandose hasta el aparador y saca una botella de licor de ciruela que quiere a toda costa que pruebe para saber que opinion le merece. Es la primera vez que lo prepara. Digame a ver que le parece, a ver si esta bueno. De acuerdo, Ferdinand asiente con la cabeza. Ella empieza a servirle y, de pronto, se detiene y pregunta, preocupada, si luego tiene que conducir. El le dice que ya se va para casa, esta solo a quinientos metros, !podria recorrer el trecho con los ojos vendados! Mas tranquila, termina de servirle la copita. Apenas le da tiempo a mojarse los labios cuando Marceline siente un mareo. Se deja caer pesadamente sobre una silla, con la cabeza entre las manos. Incomodo, Ferdinand se concentra en el mantel de hule, en deslizar el vaso sobre las lineas y los cuadros. Ya no se atreve a beber ni a decir nada. Al cabo de un largo silencio le pregunta, casi en un susurro, si quiere que la lleve al hospital. – ?Al hospital? ?Para que? – Pues para que la examinen. – Pero si solo me duele un poco la cabeza. – Ya, pero... con lo del gas... – Ya... – No es bueno... – No, claro. – Puede haber efectos secundarios. – ?Ah, si? – Vomitos, me parece. – Ah. No lo sabia. Otro largo silencio. Marceline tiene los ojos cerrados. Ferdinand aprovecha para mirar a su alrededor. La habitacion, pequena y oscura, esta repleta de cachivaches. Enseguida piensa que en su casa ocurre exactamente al reves, casi hay eco de vacia que esta. Esa idea le deprime, asi que vuelve a concentrarse en el mantel de hule. Por fin se anima a decir: – Por lo general no me suelo meter en la vida de los demas, Marceline, bien lo sabe usted. Pero ?no sera porque tiene usted muchas preocupaciones por lo que ha... por lo que ha...? – Por lo que he ?que? – ?El gas? – ?Que pasa con el gas? – Pues eso... A Ferdinand le cuesta hablar. Es un tema personal. No se le da bien hablar de temas personales. Sabe que tiene que decir algo, pero es incapaz de ir al grano, asi que se pone a hablar y hablar para no decir nada, intentando hacerse entender con medias palabras. (Tambien le gusta mucho la expresion <>.) Esta tan convencido de que las palabras traicionan el pensamiento que preferiria funcionar por instinto y dejar que este se encargara de todo. !Aunque no le falta lucidez para reconocer que mas de una vez se la ha jugado, el muy sinverguenza del instinto! Pero, sin querer, una cosa lleva a la otra, y teme provocar un exceso de emocion, le da miedo que la mujer se eche a llorar para desahogarse o le desvele algun secreto, y esas cosas a el no le gustan nada. !Cuanto mas facil seria la vida si la gente se las apanase siempre sola! Con su mujer tenia un truco para evitar la trampa de las conversaciones demasiado intimas: en cuanto notaba que ella iba a ir por ese camino, Ferdinand evocaba el pasado. Una palabra nada mas, como quien no quiere la cosa, y listo, ya podia escucharla sin prestarle atencion, como quien oye llover. Como le gustaba hablar a su pobre difunta... De cualquier cosa, de tonterias. Era una autentica cotorra. Pero lo que mas le gustaba, por encima de todo, era hablar del pasado, de su juventud. Solia decir que todo era mejor antes, que todo era mucho mas bonito. !Sobre todo antes de conocerlo a el! Siempre terminaba enumerando con rabia todo lo que habria podido vivir en otra parte, en America, en Australia o en Canada, quiza. !Pues si, por que no, claro que habria podido ser asi! Si no la hubiera sacado a bailar, si no le hubiera susurrado palabras tiernas, si no se hubiera arrimado tanto a ella, en ese dichoso baile del 14 de julio. Que lastima. Ferdinand no le guardaba rencor por hablar asi. El tambien habia tenido suenos. El tambien habia sonado con cosas bonitas. Pero no habia tardado en comprender que los suenos y el amor no iban de la mano. A lo mejor porque el no estaba hecho para esas cosas. O quiza seria en otra ocasion. !O en otra vida, como los gatos! Bueno, toca volver al presente. Esta en casa de su vecina. La mujer tiene un problema pero no parece querer hablar de ello, pese a las preguntas que el le hace discretamente. No sabe gran cosa de ella excepto que se llama Marceline, que vende miel, fruta y verdura en el mercado, y que es un poco extranjera. ?Rusa o hungara, quiza? Del Este en todo caso. No hace mucho tiempo que se instalo aqui. Bueno, unos anitos ya si que hace. ?Seis o siete? Si, por lo menos seis o siete ya... Ferdinand vuelve a mirar a su alrededor. Esta vez repara en que no hay calentador encima del fregadero, ni tampoco hay nevera, ni lavadora ni televisor. Ninguna comodidad moderna. Como cuando era nino, tan solo la radio para enterarse de las noticias, y agua fria en la pila para lavarse. Recuerda que en invierno siempre buscaba la manera de escaquearse. Y tambien intentaba librarse de hacer la colada, la ropa salia tiesa y helada del lavadero, y el tenia que ayudar a escurrirla, con las yemas de los dedos moradas de frio y arrugadas como garbanzos. !Anda que no era dificil todo en aquellos tiempos, me caguen diez! Se dice a si mismo que tal vez la pobre senora Marceline se haya cansado de esa vida tan dura y tan llena de incomodidades. Se habra desanimado. Y tambien se habra deprimido por estar lejos de su pais y de su familia, ?no? Lo mismo es ese el motivo por el que... Siente que no se va a poder librar, que no va a tener mas remedio que hablar. Y no de tonterias, de si va a llover o si va a hacer bueno. O incluso de su perro. !Que chucho mas listo, oiga! Que suerte tener uno asi. Yo el ultimo que tuve era tonto perdido, pero muy carinoso. Este... Ah, ?que es una perra? ?Esta usted segura? No me habia fijado. Inspira hondo y se lanza a hablar. De un tiron le dice que lo entiende, que a el tambien le han dado ganas un par de veces en su vida. Tres, en realidad. Bueno, venga, para ser del todo sinceros, cuatro. Si, pero... el se tomo el tiempo de pensarlo bien antes, y encontro muy buenas razones para no hacerlo. Como por ejemplo... Asi de sopeton no se le ocurre ninguna. !Ah, si, claro, sera tonto: sus nietos! Los nietos son maravillosos. Apasionantes. Nada que ver con los hijos. Si, si, de verdad. Son mas guapos, mas vivos y mucho mas listos. A lo mejor tiene que ver con la epoca en que vivimos, los tiempos han cambiado. A no ser que seamos nosotros, tal vez al hacernos mas viejos nos volvamos mas pacientes. Puede ser... ?Usted no tiene nietos? ?Ninguno? Vaya. Que pena. Pero hay otras cosas por las que vale la pena vivir. Espere, dejeme pensar... Marceline levanta los ojos para mirar al techo. Ferdinand se rasca la cabeza. Tiene prisa por encontrar algo. – Mire usted, de vez en cuando tambien es bueno acordarse de que hay gente que esta peor que uno. Asi uno pone los pies en la tierra. O, si prefiere, pone las cosas en perspectiva. A veces es necesario, ?no cree? Marceline parece estar en otra parte. Ferdinand busca algo gracioso que decir. – Bueno, y como nadie ha vuelto nunca para decir si al otro lado estan mejor las cosas, lo mismo no merece la pena adelantarse, ?eh, senora Marceline? Puede que sea mejor esperar a que llegue tu hora, y ya esta. Suelta una risita. Espera su reaccion. No hay reaccion. Entonces ya si que se preocupa. Se inclina hacia ella. ?Me entiende cuando le hablo? A lo mejor hay alguna palabra que no... Marceline tiende la mano hacia la tuberia de la cocina y, temblandole la voz, dice que ya esta, que llevaba un rato pensandolo pero que ya se acuerda, que todo ha sido por su viejo gato. Hace ya varios dias que ha desaparecido. ?Se habra muerto? Espera que no. Seria dolorosisimo para ella... Y, mientras tanto, su casa es un caos. Los ratones hacen lo que les da la gana. No paran de bailar, todo el dia y toda la noche. En los armarios, debajo de la cama, en la despensa... Roen, roen y roen sin parar. !La estan volviendo loca! Si siguen asi, al final se subiran a la mesa y comeran de su plato, los muy descarados. Ferdinand ha desconectado, ya casi no la escucha. Divaga por completo la pobre mujer. Debe de ser por el gas. Eso que cuenta del gato muerto y los ratones que bailan no tiene ni pies ni cabeza. La mira hablar y luego le observa las manos. Bonitas y estropeadas. Piensa que es por trabajar la tierra, deberia cuidarse, ponerse crema, lo necesita. Pero el caso es que parece mas joven de lo que el pensaba. Tendra unos sesenta, calcula... De pronto, la mujer se pone de pie. Sorprendido, Ferdinand da un respingo y se levanta a su vez. Ella le dice que es muy frustrante hablar y que nadie te escuche. Pero bueno, ya se encuentra mejor. Gracias por todo, ya puede irse, ahora se va a tumbar a descansar un poco. El gas la ha dejado aturdida. Ferdinand mira el reloj: las cuatro y media, es pronto para acostarse, le extrana. Ella le dice que no lo acompana hasta la puerta, que ya se las apanara el solito. El le dice que si, escondiendo una sonrisa. !No hay mucho peligro de perderse en una casa que solo tiene una habitacion! Le acaricia la cabeza a la perra. Bueno, pues nada, adios, senora Marceline. Si necesita algo, lo que sea, no dude en llamarme. Si, gracias, asi lo hare. Se encoge de hombros y masculla en voz baja: en cuanto me instalen el telefono, no te digo...

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    Ana tiene diecisiete anos y no le gusta el mundo que la rodea. Rechaza a una madre que se cree que puede salvar el planeta vendiendo bolsos fabricados con materiales reciclados y a un padre que se resigna a la progresiva degradacion de sus condiciones de trabajo en la radio. Por eso se va del hogar que supuestamente debe protegerla y entra en una casa okupada. Alli, al calor de companeros que han buscado refugio de la ferocidad de los salarios precarios y del desalojo paulatino de los habitantes de los barrios por franquicias, hoteles y apartamentos turisticos, se entrega a la unica vida que para ella tiene sentido: la de vivir en una comunidad de resistencia, en la que no se descarta la violencia.

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  • Antes de que decidas dejarme de Victoria Vilchez

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    A veces, lo dificil no es creer en el amor, sino darte cuenta de que lo has encontrado. Una maravillosa historia de amor que te atrapara de principio a fin.