• libro la luz prodigiosa - Fernando Marias

    https://gigalibros.com/la-luz-prodigiosa.html

    Guion cinematografico basado en la novela homonima (Premio Ciudad de Barbastro 1991) de Fernando Marias, autor tambien del guion. Dirigida por Miguel Hermoso, cuenta como principales protagonistas a Alfredo Landa, Nino Manfredi, Kiti Manver y Jose Luis Gomez. Contiene 16 paginas de fotografias a color de la pelicula.

  • LA LUZ PRODIGIOSA | FERNANDO MARIAS AMONDO

    https://www.casadellibro.com/libro-la-luz-prodigiosa/9788495157928/2978808

    Hace veinticinco años Fernando Marías publicó La luz prodigiosa, su primer libro, que acababa de ganar el premio de Novela Corta Ciudad de Barbastro y sería ...

  • La luz prodigiosa (Opera Prima) Tapa blanda - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Luz-Prodigiosa-Opera-Prima/dp/8495157926

    La luz prodigiosa (Opera Prima) : Marias Amondo, Fernando: Amazon.es: Libros.

  • Libro: La luz prodigiosa - Marías, Fernando - Marcial Pons

    https://www.marcialpons.es/libros/la-luz-prodigiosa/9788495157928/

    Hace veinticinco años Fernando Marías publicó La luz prodigiosa, su primer libro, que acababa de ganar el premio de Novela Corta Ciudad de Barbastro y sería ...

  • La luz prodigiosa - Libro de Fernando Marías - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/2304/la-luz-prodigiosa

    Murió García Lorca realmente en 1936? Lo único cierto es que jamás se encontraron sus restos, que sólo conocemos lo sucedido de forma fragmentaria y que aún ...

  • La luz prodigiosa - Fernando Marías | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-la-luz-prodigiosa/1044

    6 feb 2003 — La luz prodigiosa · Fernando Marías · Sinopsis de La luz prodigiosa: · Otros libros de Fernando Marías · Todas las opiniones de La luz prodigiosa.

  • LA LUZ PRODIGIOSA. MARIAS, FERNANDO ... - Popular Libros

    https://www.popularlibros.com/libro/la-luz-prodigiosa_274330

    LA LUZ PRODIGIOSA 15,20€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Guión cinematográfico basado en la novela homónima (Premio Ciudad de Barbastro 1991) de ...

  • la luz prodigiosa - marias, fernando - Letras a la taza

    https://www.letrasalataza.com/libro/la-luz-prodigiosa_15510

    Hace veinticinco años Fernando Marías publicó La luz prodigiosa, su primer libro, que acababa de ganar el premio de Novela Corta Ciudad de Barbastro y sería ...

  • LA LUZ PRODIGIOSA - MARÍAS FERNANDO

    http://quelibroleo.com/la-luz-prodigiosa

    Una de las historias más originales de la literaura española, una delicia de libro. Tan entretenido que el tiempo pasa volando. hace 5 años.

  • Libro La Luz Prodigiosa, Fernando Marías, ISBN ...

    https://www.buscalibre.es/libro-la-luz-prodigiosa/9788495839381/p/3008231

    Libro La Luz Prodigiosa, Fernando Marías, ISBN 9788495839381. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros importados, ...

  • Padre a la carrera de Noni Garcia

    https://gigalibros.com/padre-a-la-carrera.html

    P 1 aola nunca penso que la vida pudiera cambiar tanto de un dia para otro. Alli estaba, embarazada de seis meses y completamente sola. Tenia a su familia y amigos, pero el no estaba. Tan solo le dejo una nota diciendo que estaba enamorado de otra, que lo olvidara y que no queria volver a saber nada de ella ni de la hija que estaba por llegar. Cayo en tal estado de depresion que penso que su embarazo no saldria adelante, pero fue precisamente la vida que crecia en ella la que le dio la fuerza necesaria para hacerlo. Eso y saber que no habia sido la primera vez que lo habia hecho. Tres meses despues de aquel fatidico dia, sabia que su hija tenia dos hermanos mas. Y alli estaban Lorena y ella, sentadas en la terraza de un bar, tomandose un refresco despues de haber comprado la pintura para el dormitorio de Lucia. Tres meses atras, su vida era perfecta... O al menos eso creia, pero tambien lo era en aquel momento. El nunca habria sido un buen padre ni un buen companero de vida. Ni para ella ni para ninguna mujer que se cruzara en su camino. --!Paola, Paola! ?Donde tienes la cabeza? --Lorena la saco de sus pensamientos. --Perdona, Lorena. Estaba en mi mundo. --?Otra vez pensando en Ivan? --Si, pensaba en el, pero no de la forma que Lorena creia. En ese momento de su vida, Ivan habia pasado a ser una mala pesadilla que le habia regalado un gran sueno. --No como tu crees. Pensaba en lo mucho que me ha cambiado la vida en los ultimos tres meses. --Pues si, carino, pero piensa que ha sido para mejor. !Tremendo tunante te has quitado de encima! --Oye, aquel chico que viene por alli... --!Anda! Mi primo Andres. --Hace tanto que no lo veo que ni lo habia reconocido a primera vista. --Yo no lo veo desde que se separo de Gabriela hace unos meses. --No tenia ni idea de que se habia separado. ?Por que no me lo has contado? --Porque no estabas en tu mejor momento cuando solto la bomba. Andres era siete anos mayor que ellas y siempre las trato como si fuera su hermano mayor. Los recuerdos eran muchos, pero el que siempre le arrancaba una gran sonrisa era el del dia de su boda. Lorena y ella cogieron su primera borrachera y Andres estuvo casi dos meses sin hablarle a ninguna de las dos. Con el paso del tiempo lo recordaban entre risas, pero aquel dia solo le falto echarlas del salon de celebraciones. Cuanto mas cerca estaba, mas guapo lo veia; era ese tipo de hombres al que los anos le sentaban bien. Nada tenia que ver con aquel adolescente que las tiraba a la piscina, las hacia rabiar y les hacia cosquillas hasta perder la respiracion, pero tambien las cuidaba y protegia de todo lo que les pudiera hacer dano. Se habia convertido en un hombre de treinta y cinco anos alto, fuerte, guapo y muy atractivo. <>. Fue el pensamiento que lleno su cabeza al darse cuenta de las cosas que estaba pensando de el. Ese no era el sentimiento que siempre habia sentido hacia Andres. Llevaba un par de anos sin saber nada de su vida. Ivan nunca quiso que mantuvieran el contacto porque pensaba que Andres no la miraba con ojos de hermano. En los ultimos tres meses se habia arrepentido de acatar muchas de las decisiones que tuvo que tomar estando a su lado. --Siempre ha habido ricos y pobres. --Andres se giro al escuchar la voz de su prima Lorena y la alegria se dibujo en su rostro. Hacia mas de dos meses que no la veia, ya que sus vidas habian cambiado mucho en los ultimos tiempos. --!Lorena! ?Como estas, primita? --Se acerco a ella y la saludo como siempre habia hecho. --Muy bien, ?y tu? --Pues bien, mejor de lo que esperaba. --Desvio la mirada y sonrio al darse cuenta de quien estaba junto a Lorena--. ?Paola? !No me lo puedo creer! --Paola se levanto para saludarle, el la tomo en brazos y giro con ella varias veces como cuando eran ninos. --!Andres, para! Que voy a echar a la nina por la boca, loco. --?Estas embarazada? No lo sabia. Lorena no me he dicho nada. --De seis meses y siento que voy a explotar. --Pues todavia te queda lo peor. --Lo se y estoy temiendo. --Vamos a hacer una cosa. --Andres saco su cartera del bolsillo trasero del pantalon vaquero y, de ella, una tarjeta que le entrego a Paola--. Te espero el miercoles en mi consulta para ver como va esa pequena y te invito a comer... Si no va a suponer un problema para ti. --Sabia perfectamente que sus palabras hacian referencia a Ivan, la ultima vez que se vieron estuvieron a punto de llegar a las manos. --No hay problema. Tengo dos semanas de vacaciones y... Lucia y yo estamos solas en esto. --?Solas? No entiendo... --!Ay, primo! Eres un poquito lento pillando las cosas. Vamos, que no las cazas al vuelo. --El no tiene por que saberlo al igual que yo no sabia que se habia separado de Gabriela. Hace mucho tiempo que no nos vemos. --Desvio la mirada y vio en Andres esa cara que siempre ponia cuando Lorena y ella hablaban en clave--. Ivan me dejo cuando estaba embarazada de tres meses. --!Sera cabron! Por lo menos se preocupara de como va el embarazo y de su hija, ?no? --Penso que aquellas cosas estaban a la orden del dia, pero saber que le habia pasado a Paola, hizo que sintiera una rabia que no alcanzaba a comprender. --Pues no y, la verdad, es que lo prefiero. Para Lucia, yo soy su madre y su padre. --Sabes que no estas sola, ?verdad? --Acaricio su rostro con el carino que siempre le habia tenido y le arranco una sonrisa--. Ahora os tengo que dejar porque he quedado para comer con unos amigos. --Le dio un beso en la frente a cada una como cuando eran ninos--. A ti te veo el miercoles, y a ti el sabado de la semana que viene en la boda de tu hermano. --?A que hora quieres que vaya? --Vente sobre la una y despues salimos a comer. Andres se marcho dedicandoles una sonrisa y pensando en que la pequena Paola estaba preciosa con aquella barriga de seis meses, con aquel brillo especial que solo tienen las embarazadas; bien lo sabia el por su trabajo. Volvio a girar la cabeza para mirarlas cuando ya estaba a la suficiente distancia para que ellas no se dieran cuenta de que lo estaba haciendo y en su mente solo habia un pensamiento: <>. Por su parte, Paola se sorprendio a si misma al darse cuenta de que no podia apartar la vista de ese culito prieto que casi no se movia al andar. Se sintio una pervertida y una oleada de verguenza la inundo al darse cuenta de que Andres se habia convertido en su ginecologo. --?Que te pasa, Paola? --Nada, ?por que? --Intento disimular el cumulo de cosas que estaban rondando por su cabeza, pero Lorena la conocia demasiado bien. --Yo conozco esa cara, a ti te gusta Andres. --!No! ?Como puedes decir eso? Andres es como un hermano para nosotras. Es solo que... que me da verguenza que me mire... que me mire el chocho. --!Ay, Madre! No habia caido en eso. --No voy a ir, Lorena. --El hecho de pensar que estaria toqueteandola subida en el burro, hizo que un extrano calor se concentrara en su cara, y en otras partes mas bajas del cuerpo, hasta el punto de abanicarse con la carta del bar. --Pero piensa que no podeis estar en mejores manos. Andres es uno de los ginecologos mas importantes de Andalucia, su lista de espera es de mas de dos meses y te va a ver el miercoles en su tiempo libre. --Si, tienes razon. El miercoles ire, pero… !joder, que es Andres! --No lo pienses mas y ahora vamos a comprar ropita para mi ahijada. --?Mas? Eran las nueve de la noche cuando Paola cruzo la puerta de su casa despues de un largo dia de compras. Tenia previsto pintar la habitacion de Lucia al dia siguiente, pero penso que lo mejor seria dejarlo para un poco mas adelante. Los domingos se hicieron para descansar, y la habian invitado a comer los padres de Lorena, en su casa, para celebrar sus veinte anos de matrimonio. Todavia tenia por delante dos semanas de vacaciones en las que podria hacer muchas cosas. No tenia mucha hambre, por el agotamiento, y decidio que un par de mandarinas y un platano serian suficiente comida para una cena. Se tumbo en la cama. Tenia los pies hinchados de estar todo el dia de un lado para otro sin descanso alguno. Se le empezaron a cerrar los ojos y no tardo mas de quince minutos en caer en un profundo sueno que esperaba durara hasta la manana siguiente. A 2 ndres estaba cansado de andar con mujeres que no le hacian sentir nada. Si, cada noche podia tener a la que quisiera en su cama, y cuando la separacion fue un hecho un ano atras, le sirvio para pasar buenos ratos, pero pronto se canso. Hacia tres meses que se habia divorciado de Gabriela y se podian contar con los dedos de una mano las veces que habia salido de fiesta con los pocos amigos solteros que le quedaban. En ese momento, en el que ya no tenia que esconderse de nadie y podia vivir su vida de solteria completamente tranquilo, sin miedo al que diran, eso era lo que menos le apetecia. Con treinta y cinco anos, lo que menos le preocupaba en ese momento era si tenia relaciones sexuales con frecuencia o no. Lo unico que deseaba era encontrar a esa mujer que le hiciera sentir vivo de nuevo, que llenara su vida de ilusion y a quien pudiera dar todo ese amor que tenia dentro. Gabriela no dejo de ser una ilusion de adolescentes, un deslumbramiento, un acomodarse a lo que tenia, pero cuando todo se fue al garete, se dio cuenta de que no le dolia. No le dolia porque realmente nunca estuvo enamorado de ella. Muchas veces se reprocho el haberse casado tan joven con una mujer que conocia demasiado bien, exactamente desde que estaban juntos en la catequesis para la comunion. Eso debio servir para darse cuenta de que ella nunca cambiaria y de que aquella relacion estaba abocada al mas absoluto de los fracasos. Habia pasado un buen rato comiendo con sus amigos, pero tras una estupenda tarde de risas, cafe y gin-tonics, lo unico que le apetecia era llegar a casa, cenar algo ligero, sentarse tranquilo en el sofa, ver la tele o leer un libro. Se excuso alegando que al dia siguiente tenia compromisos familiares, aunque realmente no seria hasta las dos de la tarde cuando fuera a comer a casa de sus tios. Lo cierto es que no pensaba ir a ningun sitio al dia siguiente, pero despues de haber visto a Lorena, le apetecio pasar un rato con esa familia que nunca le habia dado la espalda, con la que se sentia tan comodo como si fuera la suya propia. Aunque cualquiera seria mejor que la de el. Una infancia marcada por unos padres que vivian en una eterna discusion, y casi lo ignoraban, hacia que su madre siempre lo mandara a pasar mas tiempo con ellos que en su propia casa. Su tia le habia invitado a esa comida en mas de una ocasion en las ultimas dos semanas y, sin entender muy bien por que, en ese momento sentia la necesidad de pasar con ellos aquel domingo, de celebrar la felicidad matrimonial que el nunca tuvo. Al recordar el encuentro con Lorena, no pudo evitar pensar en Paola. Estaba mas bonita que nunca con aquella perfecta curva que ya tenia un considerable tamano en su vientre. Los buenos momentos que los tres habian pasado juntos hicieron acto de presencia en sus pensamientos. A pesar de que Tomas tenia la misma edad que el, nunca tuvo la conexion que tenia con Lorena y con Paola... Aunque a Paola siempre la habia visto de una forma muy distinta a los ojos con los que miraba a Lorena. Siempre habia despertado en el un carino de hermanos, como mucho el de una amistad, pero nada mas.

  • Me entregue a ti (Por amor 4), Maria Beatobe de Maria Beatobe

    https://gigalibros.com/me-entregue-a-ti-por-amor-4-maria-beatobe.html

    Volver a encontrarse con Mora hace que Naira se desestabilice y que Gael empiece a desconfiar sobre la relacion que une a su novia con aquel desconocido. Pero eso no afectara a la gran celebracion que Gael le ha preparado a Naira por el primer mes juntos. Sera dificil que ambos la olviden.

  • Dulce e irresistible (Tal y como eres 1) de Andrea Munoz Majarrez

    https://gigalibros.com/dulce-e-irresistible-tal-y-como-eres-1.html

    La autora de Charlotte Beverly y Alguien especial nos presenta Dulce e irresistible, el primer libro de su bilogia romantica Tal y como eres.

  • Alianza de A.g. Keller

    https://gigalibros.com/alianza.html

    El dia que el principe Kadar regresa a palacio en compania de Kelly, su novia britanica, despues de pasarse siete anos viviendo en Londres, se entera que esa noche se celebrara en su nombre un banquete para anunciar al mundo entero, su compromiso. Un acuerdo pactado por sus padres hace quince anos, con la princesa Amira; una desconocida para el.

  • Donde se cumplen los suenos de Loren Mills

    https://gigalibros.com/donde-se-cumplen-los-suenos.html

  • Con un par de alas de Alba Saskia

    https://gigalibros.com/con-un-par-de-alas.html

    Lia, despues de vivir en Tarifa una estrepitosa historia de amor con Hugo, regresa a Barcelona hecha anicos. Su amiga Manu la acoge y le da treinta dias para rehacerse. Mientras, Perpetua, la madre de Lia, ajena al drama que vive su hija, continua enviandole cartas a Tarifa creyendo que sigue alli. La ayuda incondicional de Perpetua y de Manu sera crucial para que Lia pueda comenzar una nueva vida, sobre todo cuando Maria, una antigua amiga con quien compartio anos de estudio en una escuela de ballet, aparece y se convierte en el puente para construir un futuro profesional haciendo lo que ama: bailar. Y Marcelo, un guapo jugador de waterpolo, estara dispuesto a acompanarla en esa nueva danza que es su vida.

  • Enciclopedia Eslava de Juan Eslava Galan

    https://gigalibros.com/enciclopedia-eslava.html

    El prolifico divulgador y escritor Juan Eslava Galan reune en estas mas de 600 paginas un compendio de la sabiduria y cultura general que todos debemos y estamos obligados a conocer. Desde geografia, filosofia e historia de Espana hasta ciencias o literatura. Un amenisimo manual accesible para todo tipo de publico que se regodeara con el estilo claro y directo de Eslava Galan y, de paso, recordara cosas ya olvidadas y prendera muchas otras mas.

  • No volvere a tener miedo, Pablo Rivero de Pablo Rivero

    https://gigalibros.com/no-volvere-a-tener-miedo-pablo-rivero.html

    El reconocido actor Pablo Rivero da el salto a la literatura con una opera prima perturbadora, hipnotica y genuina.

  • Rosy & John de Pierre Lemaitre

    https://gigalibros.com/rosy-038-john.html

    Jean Garnier es un joven solitario que lo ha perdido todo: su trabajo, tras la muerte misteriosa de su jefe; su novia, en un extrano accidente, y Rosie, su madre y principal apoyo, que ha sido encarcelada. Para dar rienda suelta a su dolor, planea hacer explotar siete obuses, uno por dia, en distintos puntos de la geografia francesa. Despues del primer estallido se entrega a la policia. Su unica condicion para evitar la catastrofe es la liberacion de su madre. El comisario Verhoeven se encuentra ante un gran dilema: ?es Jean un lunatico con delirios de grandeza o una verdadera amenaza para todo el pais?

  • En la cama del siciliano de Sharon Kendrick

    https://gigalibros.com/en-la-cama-del-siciliano.html

    Cuando la esposa que lo habia abandonado le pidio el divorcio, el multimillonario siciliano Rocco Barberi decidio aprovechar la oportunidad. Nunca habian hablado de su doloroso pasado, pero aquella era la oportunidad perfecta para hacer suya a Nicole y olvidarse de ella para siempre.

  • ?Has visto como llueven las flores? de Ana Maria Draghia

    https://gigalibros.com/has-visto-como-llueven-las-flores.html

    Hay preguntas que solo se pueden contestar olvidando el pasado.

  • Los centenarios de Lore Segal

    https://gigalibros.com/los-centenarios.html

    Que todas las personas mayores que pisan cierto hospital “pierdan la chaveta” -y he alli el diagnostico mas preciso con el que han conseguido dar los medicos-, podria ser el resultado de una conspiracion, un plan terrorista para mantener a los ancianos occidentales con vida hasta el final de los tiempos, pero sin que puedan valerse. Mal de la chaveta. Al menos eso opina uno de los personajes de esta satira, el experto en textos apocalipticos y teorias de conspiracion. Y ya se sabe que un paranoico es el que acaba de darse cuenta de lo que en teorias de conspiracion esta pasando.

  • FEAST. El Juego de Rafael Alcolea

    https://gigalibros.com/feast-el-juego.html

    La especie humana ha sido doblegada a la esclavitud por otra especie superior que habia aguardado durante siglos en las sobras: los vampiros. Hartos de ver como el ser humano destruia el planeta, decidieron conquistarlo, y antes de que los hombres pudiesen reaccionar, los supervivientes se convirtieron en esclavos, con suerte, y los demas… en comida.
    Solo existe una forma de escapar de Isla Muerte, el lugar donde confinan a todos los humanos supervivientes:
    Ganar un juego diabolico durante una noche, en la que una treintena de humanos deben sobrevivir a las pruebas de los vampiros hasta el amanecer, aquellos que lo consiguen, obtienen su libertad.
    Mara, hija de dos ganadores del juego, ha crecido en libertad y es una adolescente feliz, hasta que al senor de los vampiros se le ocurre arrebatarle la libertad y hacerla que participe en el juego cuando alcance los 18 anos.
    La joven se muestra decidida a ganar ese juego mortal para reunirse con sus padres y volver a ser libre. Para ello tendra que escapar de los segadores, vampiros cazadores, entre los que se encuentra Caleb. Solo una cosa escapara al control de Mara y Caleb: la atraccion que sienten al verse.
    Victima y verdugo caen en las redes de un juego amoroso que se mezclara con las reglas de otro juego aun mas importante:
    la supervivencia.
    ?Que es mas valioso el amor o tu libertad?

  • Leon, Lorena Guerra Mendez de Lorena Guerra Mendez

    https://gigalibros.com/leon-lorena-guerra-mendez.html

    Dafne por fin regresa a casa, lleva anos deseandolo. Necesita a su familia y amigos cerca, los chicos no parecen tener cabida en su dia a dia. No parece que vaya a ser una chica afortunada en el amor. Compromiso? Eso que es? Hugo no sabe mirar mas alla de si mismo, la vida lo ha hecho egoista, pero el es feliz asi, con lo que tiene es suficiente. Quien necesita mas? El no, lo tiene claro. Sexo y punto, los sentimientos quedan fuera. Hugo y Dafne, dos jovenes que no buscan el amor porque no es para ellos, lo que no saben, es que uno nunca decide, sino que tu corazon es quien lo hace por ti.

  • Quiero romance de Carmina D

    https://gigalibros.com/quiero-romance.html

    Estaba decidida a vengarme.
    El dolor que sentia en mi corazon era profundo y me llevo a ser precipitada a la hora de llevar a cabo mi objetivo.
    Pero mi pase al desquite resulto ser mi perdicion. Su cuerpo alto, musculoso, de rostro perfecto y ojos llenos de confianza y sensualidad, harian giran mi mundo inesperadamente.
    Aun que el hombre de negocio, que ahora era mi nuevo jefe, estaba en sus cuarenta anos, su vitalidad, elegancia y postura, lo hacian verse mucho mejor que uno de veinte.
    Lo que no esperaba de todo este enredo era enamorarme. Y fue exactamente lo que ocurrio. Me enamore perdidamente de John.

  • Vuelve el Boss de Lexy Timms

    https://gigalibros.com/vuelve-el-boss.html

    Jamie Connors ha decidido que tener trabajo es mas importante que tener novio. Ha conseguido un puesto extraordinario como asistente personal del multimillonario Alex Reid. Todo deberia ser profesional, pero Jamie acaba en la cama de Alex. Ella es inteligente, guapa y esta ligeramente gordita; no piensa que sea lo suficientemente atractiva para un hombre como Alex. Intenta cumplir con su trabajo y sacar todo el tiempo posible para la boda de su hermana. Asi, Jamie acaba queriendo complacer a todo el mundo. Toda al atencion de la familia esta puesta en la boda de la hermana, algo que a Jamie no le importaria si su hermana no fuera tan mandona, si su madre no la molestara tanto y si su desagradable ex no estuviera a punto de convertirse en su cunado.

  • El Regreso de la Senora Jones de Jessica Gilmore

    https://gigalibros.com/el-regreso-de-la-senora-jones.html

    La mujer a la que nunca habia podido olvidar... De todos los sitios posibles, Lawrie nunca habia imaginado que celebraria su trigesimo cumpleanos en la ciudad costera en la que se habia criado. Y menos aun que lo celebraria con su exmarido, Jonas Jones. Pero la vida estaba llena de sorpresas. Su devastadora sonrisa y su atractivo todavia hacian que se le acelerara el pulso. Jonas se sintio intrigado al volver a ver a Lawrie. A pesar de que no la habia perdonado, tampoco habia podido olvidarla. Y aunque ya no fueran unos adolescentes, era imposible negar que entre ellos seguia habiendo quimica. Capitulo Uno -Puedes entrar si quieres. ?O es que ahora los de ciudad llevais parches de cafeina para no tener que beber cafe? Aquel comentario burlon sobresalto a Lawrie Bennett, ensimismada contemplando un nuevo edificio moderno construido en el puerto. Se volvio convencida de que aquella voz era fruto de su imaginacion y lo vio apoyado en una senal de madera, sonriendo con su mirada azul. -?Jonas? No, no era un fantasma. El paso del tiempo se evidenciaba sutilmente. Su pelo rubio de surfero estaba mas corto y tenia unas finas arrugas alrededor de los ojos, lo que le conferia un halo interesante a su rostro bronceado. Lawrie se sintio avergonzada, culpable y humillada. Merodear cerca del negocio de su exmarido como una adolescente enamorada era patetico y, mas aun, si era precisamente el quien la descubria. En un intento por mantener la calma, Lawrie esbozo su mejor sonrisa, aquella que lucia en las reuniones de trabajo y fiestas de beneficencia, pero fue incapaz de evitar que sus ojos recorrieran de arriba abajo aquel cuerpo musculoso que tenia delante. Los pantalones negros de vestir y la camisa de manga corta gris eran toda una novedad frente a los vaqueros desgastados y las camisetas que solia llevar, pero su cuerpo estaba tan en forma como siempre. Seguia siendo muy guapo. Lo peor era que, a la vista de aquella sonrisa de suficiencia, se habia percatado de su mirada aprobadora. -Bueno, ?vas a pasar? - pregunto Jonas arqueando una ceja. ?Como era posible que despues de tanto tiempo su voz le resultara tan familiar? Habia pasado mucho tiempo desde la ultima vez que oyera aquel tono grave y profundo con acento de Cornualles. -Me estaba preguntando si no me habria equivocado -dijo ella, senalando hacia el edificio de madera y vidrieras que habia detras de el-. Todo se ve diferente. -He hecho algunos cambios. ?Que te parece? -pregunto el, con una nota de orgullo en su voz. -Impresionante. ?Derribaste el cobertizo para botes? Echaba de menos aquel viejo y desvencijado edificio, aquel pintoresco rincon en el que habia tenido su primer trabajo, su primer beso, su primer amor. El pulso se le acelero a la espera de su respuesta. De repente le era muy importante. Hacia nueve anos que no ponia un pie en aquel pueblo de Cornualles, nueve anos sin ver a aquel hombre. A pesar del tiempo transcurrido, seguia sintiendo algo por el. -Lo hemos cambiado de ubicacion. Al fin y al cabo, era el principio de todo, no podia permitir que se demoliera esa preciosidad. Por supuesto que hemos mantenido el nombre y la marca. -?De todo? ?Se estaria refiriendo a ella? El paseo por las colinas y el puerto la habian hecho volver a atras en el tiempo, trayendole a la cabeza todos aquellos recuerdos. A la vista del edificio que tenia ante ella, Jonas hacia tiempo que se habia olvidado de todo. -Bueno, ?vas a pasar o no? - dijo el, ignorando su pregunta y apartandose de la senal-. El cafe es excelente y los bizcochos aun mejores. Por supuesto que siendo una exempleada, invita la casa.

  • El Principe Cautivo 1 de C. S. Pacat

    https://gigalibros.com/el-principe-cautivo-1.html

    Damen es un heroico guerrero y el legitimo heredero del trono de Akielos. Pero cuando su medio hermano se hace con el poder, Damen es capturado y vendido como esclavo de placer al principe de una nacion enemiga. Su nuevo amo, Laurent, es atractivo, manipulador y mortifero: es decir, encarna lo peor de Vere, su pais. Pero en la telarana letal de la politica de la corte, nada es lo que parece, y Damen se vera obligado a trabajar con su enemigo para sobrevivir y salvar a su pais, y descubrira que al hombre que mas necesita para conseguir su libertad es al que nunca debera revelar su identidad. por mucho que lo desee.

  • Golpes bajos de David Gistau

    https://gigalibros.com/golpes-bajos.html

    Un gimnasio de boxeo. Un entrenador de vuelta de casi todo. Una presentadora de television en horas bajas que busca volver a las portadas. Un ganster que controla todo y a todos. Bajos fondos. Altas esferas. Mundos que no se tocan salvo en el ring. Alfredo es el propietario de un modesto gimnasio de boxeo en el barrio del Lucero. Tiene entre sus pupilos a un pugil prometedor al que prepara para ser campeon. Un dia, sufre un encuentro fortuito con el jefe de una organizacion criminal que lucha para hacerse con todo el territorio de Madrid. Pinata, que asi se apoda, convencera a Alfredo para que participe en un montaje sentimental con Magda Lopez, una presentadora de television venida a menos que necesita publicidad. Junto a ella, Alfredo conocera los salones de la alta sociedad mundana y los palacios aristocraticos, a toreros, a disolutos herederos de negocios millonarios y a idolos del rock. Todos tienen algo en comun: estan en manos del ganster Pinata y, de una u otra forma, pueden ser destruidos por el.

  • Un piano para los masais de Miguel Angel Moreno

    https://gigalibros.com/un-piano-para-los-masais.html

    Una historia de redencion y de lucha contra un destino inevitable. Una gran novela epica enmarcada en el Africa colonial alemana.

  • Lissy de Luca D’andrea

    https://gigalibros.com/lissy.html

    Dos golpes ligeros y estas palabras: Crunch, crunch, crunch. ?Quien roe, roe? ?Quien mi casita me come? Marlene, veintidos anos, un metro sesenta, o algo mas, ojos color azul melancolia, un lunar al final de la sonrisa, indudablemente hermosa e indudablemente asustada, se miro reflejada en el acero de la caja fuerte y se dijo a si misma que era idiota. Era metal, no el mazapan del cuento. Y no habia ninguna bruja en las inmediaciones. Es el miedo, se dijo, solo es eso. Movio los hombros, dejo de respirar, como su padre antes de apretar el gatillo de la escopeta, vacio los pulmones y volvio a concentrarse. Las brujas no existian. Los cuentos mentian. Solo la vida importaba, y Marlene se preparaba para cambiar la suya definitivamente. La combinacion era facil de recordar. Uno. Tres. Dos. Luego un cuatro. Un giro de muneca, otra vez cuatro y ya estaba. Tan simple que las manos de Marlene lo hicieron todo por si solas. Aferro el tirador de acero, lo bajo y apreto los dientes. Un tesoro. Fajos de billetes de banco apilados como lena para la Stube . Una pistola, una caja de municiones y una bolsita de terciopelo. Por debajo de la caja asomaba una libreta que valia mas que todo ese dinero multiplicado por cien. Habia sangre y tal vez incluso un par de cadenas perpetuas guardadas entre sus paginas arrugadas: una interminable lista de acreedores y deudores, nombres de amigos y de amigos de amigos escritos con la caligrafia pequena, delgada e inclinada de Herr Wegener. Marlene no le dedico un segundo vistazo. No le interesaban la pistola, las balas ni los fajos de billetes. La bolsita de terciopelo, en cambio, hizo que le sudaran las palmas de las manos. Conocia su contenido, conocia su poder, y estaba aterrada. El suyo no era un simple robo. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo que la mujer joven estaba haciendo con el corazon en un puno era… traicion. Marlene Taufer in Wegener, legitima esposa de Robert Wegener. El hombre frente al que todo el mundo se quitaba el sombrero: cuarenta anos transcurridos en la construccion de una carrera hecha de intimidaciones, contrabando, emboscadas y asesinatos. Nadie bromeaba con un hombre como Wegener. Nadie se atrevia ni a utilizar siquiera su nombre de pila. Para todo el mundo Robert Wegener era Herr Wegener. Incluso para ella. Marlene. Su esposa. Espabila. El tiempo apremia. Sin embargo, tal vez precisamente debido al acoso de las agujas del reloj, durante un parentesis entre un tic y un tac, cuando Marlene abrio la bolsita de terciopelo, la fabula volvio a tomar la delantera sobre la realidad y la mirada de la mujer joven se cruzo con la azul, profunda y terrible, de criaturas minusculas y puntiagudas. Cobolds. Le parecio incluso obvio. A los cobolds les gustaba el metal, el frio y la muerte: caja fuerte, pistola, dinero y libreta. Un nido perfecto. Los cobolds reaccionaron con ferocidad ante ese allanamiento. Se apoderaron de la luz de la habitacion, la apresaron en sus ojitos crueles y la transformaron en un destilado de odio tan salvaje que por poco a Marlene no se le cayo la bolsita de los dedos. Eso la hizo volver al presente. A la caja fuerte completamente abierta. A la villa en el Passirio. Es decir, a la realidad. La bolsita de terciopelo estaba repleta de zafiros. Carbono condensado que, debido a una broma de la fisica, habia aprendido a brillar como una estrella. Toda, o casi toda, la fortuna de Herr Wegener apretada en su puno. Pero nada de brujas ni de cobolds. Porque, se dijo de nuevo Marlene, no existian las brujas, ni tampoco los cobolds; en cambio, esas piedras preciosas no solo eran reales, sino que tambien eran la llave para su nueva vida. Siempre y cuando dejara de perder el tiempo y se largara. Sin prestar mas atencion al mundo de los cuentos, y sin pensar en la cadena de consecuencias que acababa de poner en marcha, Marlene cerro la bolsita, la escondio en el bolsillo interior de su chaqueta acolchada, cerro la caja fuerte, la oculto detras del cuadro, enderezo la espalda, le dio un toquecito a un mechon que amenazaba con acabar dentro de los ojos y dejo atras el dormitorio. Recorrio el pasillo, un tramo de escaleras, el salon, el vestibulo con innumerables espejos, la escalinata exterior. La noche la acogio con una suave brisa que soplaba del norte. No se detuvo. Puso en marcha el Fiat 130 gris y se marcho. La villa que se desvanecia en el espejo retrovisor. El discurrir de las farolas. La alianza de oro tirada por la ventanilla sin volver a pensarselo. La ciudad dormida. El desguace. Una parada rapida y, gracias a un abultado sobre de dinero, el Fiat 130 se convirtio en un Mercedes W114 color crema, con matricula <>, la documentacion en regla, los neumaticos recien estrenados y el deposito lleno. Nada de gracias. Nada de saludos. Directa hacia el oeste. Aparte de los primeros copos de nieve, todo iba de acuerdo con los planes. Al menos hasta el puesto de control a pocos kilometros de Malles. Un autentico engorro. Al final de una serie de curvas que Marlene habia empezado a enfilar, vio una furgoneta con las luces de emergencia apagadas y un par de carabineros con el aspecto de alguien que se esta muriendo de frio. O de sueno. O de quien, furtivo, esta esperando a alguien o algo. Herr Wegener tenia ojos y oidos en todas partes. Tambien entre los uniformes. De manera que: ?tentar a la suerte o cambiar de itinerario? Si no fuera por la ansiedad y el miedo, Marlene habria podido mantener todavia su plan a salvo de los imprevistos. Sin embargo, la ansiedad, el miedo y la nieve cada vez mas densa la llevaron a pisar el freno, cambiar de sentido y enfilar una carretera secundaria, desencadenando una nueva serie de acontecimientos. La carretera secundaria la llevo a otra, aun mas estrecha y sinuosa, que atravesaba un pueblecito sumido en el sueno hasta un cruce (?derecha o izquierda?, ?cara o cruz?), y aun mas adelante, con la nieve que se acumulaba en capas. Y cuando el coche empezo a dar bandazos, la chica con el lunar al final de la sonrisa decidio continuar de todos modos, con un ojo puesto en la calzada cada vez mas empinada y otro en el mapa en el que, no hace falta decirlo, ese paso (malditos sean ellos y sus mapas llenos de errores) no aparecia marcado. No era cierto. El mapa era inexacto, tal vez, como todos los demas, ?pero erroneo? Era de 1974, y en 1974 el hombre ya habia dejado su huella en el polvo lunar: no era posible que un mapa se equivocara. Marlene simplemente tendria que haber estacionado, echar el freno de mano, encender la luz del interior, respirar profundamente un par de veces y verificar mejor. Las cosas habrian ido de otra manera. Pero Marlene no se detuvo. A la ansiedad se le habia anadido la incredulidad de quien descubre que se ha perdido. Dale gas, pero adagio , se dijo, y sigue adelante. Tarde o temprano la carretera conducira a alguna parte. Un pueblo, un refugio, una explanada. Se sentiria satisfecha incluso con un espacio abierto que fuera lo bastante ancho para consentirle maniobrar y volver atras, dispuesta a desafiar el puesto de control: cualquier cosa con tal de interrumpir esa nueva e inexorable secuencia de acontecimientos y retomar el control de su propio destino. No fue asi. Tal vez la nieve, tal vez los ojos que no podian despegarse del mapa; en cualquier caso, Marlene percibio de repente que el Mercedes perdia adherencia, derrapaba a la izquierda, hacia un trompo y volaba . Fue horroroso. La negrura barrida por los faros. La nieve oscura que remolinaba en enjambres. Las fauces del precipicio. Los troncos de los arboles, inmoviles y perfectamente perceptibles en todos sus detalles. La colision. Violenta. Un fogonazo de dolor sofocado por el ruido de chapas rasgadas. Un aullido infernal, esta vez si, demasiado parecido al chirrido de la puerta de la bruja. Marlene grito el nombre de Dios. Y mientras la montana, negra y sin nombre, se cernia sobre ella, su grito se convirtio en un jadeo. Pero fue el amor lo ultimo que invoco. El amor que la habia empujado a traicionar al hombre mas peligroso que habia conocido en su vida. Ese amor que tenia un nombre. --Klaus. La ultima palabra de Marlene antes de la oscuridad. 3 Casi al amanecer. De no haber sido por el reloj, nadie se habria dado cuenta. La nevada se habia convertido en una tormenta de nieve. No habia nada de luz en el exterior, tan solo una neblina blanca. Tampoco habia nada de luz dentro de la habitacion. La arana de cristal parecia incapaz de iluminar nada, limitandose a dibujar una masa informe en el suelo. Si uno la observaba largo rato, se arriesgaba a que le asaltaran malos pensamientos. Tanto el hombre como la mujer evitaban hacerlo. Se parecia demasiado a una mancha de sangre. Aparte del tictac del reloj de pendulo y de su respiracion, solo habia silencio. La mujer estaba sentada en una butaca, las manos entrelazadas sobre los muslos apretados. Rigida como un soldadito de plomo, los rasgos faciales cristalizados en una mueca que la envejecia una decada. Llevaba una especie de uniforme. La falda hasta la rodilla, un delantal muy blanco y el pelo recogido en una trenza. De no ser por la expresion cenuda (?o asustada?), habria sido hermosa. Se llamaba Helene, y desde hacia mas de cinco anos era el ama de llaves en la villa del Passirio. Hacia mas o menos el doble de tiempo que habia dejado de morderse las unas. Esa habia sido una de las primeras lecciones en la Escuela de Economia Domestica de Bresanona, donde aprendio los fundamentos del oficio. Las manos de una buena ama de llaves, le explicaron sus profesores, son su tarjeta de visita. Nunca sucias, siempre arregladas, bien cuidadas. Dejar de morderse las unas habia sido casi como dejar de fumar, pero luego se acostumbro a ello. Durante anos la idea de volver al viejo habito ni siquiera se le habia pasado por la cabeza. Hasta que empezaron los gritos. ?Que clase de hombre podia emitir semejantes sonidos? Basto solo un instante y volvio a caer. Mordisqueaba, roia, y cuando los dientes alcanzaban la carne viva, Helene, con un gesto irritado, dejaba caer sus manos sobre el regazo para martirizarse el delantal. Luego empezaba de nuevo. Manos. Boca. Unas. Dientes. Una pequena punzada de dolor. Delantal. Y otra vez mas, desde el principio. Helene habia intercambiado una unica mirada con el hombre alli de pie, apoyado en la gran chimenea que nadie usaba nunca. Una unica mirada. Mas que elocuente. El hombre se llamaba Moritz. Habia cumplido recientemente los treinta, tenia unas ojeras como hematomas y una pistola automatica en una funda, oculta bajo la americana de su traje oscuro. Por regla general, ese traje le sentaba de maravilla. Habia pagado por el una cantidad desorbitada, pero habia valido la pena. Se lo decia por las mananas, mientras se hacia el nudo de la corbata o le daba un ultimo retoque al pelo engominado, y se lo confirmaba el interes de las mujeres con las que se cruzaba por las calles del centro. En ese amanecer, en cambio, con o sin traje oscuro, Moritz se habria sentido en cualquier caso incorrecto y torpe como un espantapajaros. Porque cuando sus ojos se reflejaron en los de Helene, el hombre de la pistola vio algo que lo aterro. Una mirada de las que habia ya captado bastantes, desde que entrara a formar parte del circulo de Herr Wegener. La mirada de una victima. Y eso no estaba bien. No estaba bien, porque Moritz era un hombre sencillo que dividia el mundo con el lanzamiento de una monedita. ?Victima o verdugo? Facil: nada mejor que el sonido de una nariz al romperse. Con su metro noventa y sus noventa kilos de peso, y su propension natural a la violencia, Moritz nunca habia sentido el miedo de la victima. Hasta el momento en que, reflejandose en los ojos de Helene, se pregunto: <>. Pero tambien: <>. Por eso dejo de mirar al ama de llaves. Y la mancha en el suelo de la habitacion. Demasiadas, demasiadas preguntas. Moritz odiaba las preguntas. Porque a las preguntas uno no podia romperles la nariz. A las preguntas no les podia meter una bala en el corazon (y otra en la cabeza, por seguridad) y hacer que se callaran para siempre. Las preguntas eran como esos insectos repugnantes, todo boca y paciencia que, famelicos y canallas, eran capaces de derrumbar incluso el mas solido de los castillos. Silencio. Eso es lo que le habria gustado a Moritz. Pasar por completo de los gritos y desaparecer durante unos minutos. Los suficientes como para ahuyentar los malos pensamientos. Un cigarrillo en el jardin. O una copita de brandi. Pero las ordenes eran las ordenes. Las ordenes, para alguien como Moritz, le cortaban la cabeza a los signos de interrogacion. Marcaban la frontera entre lo que se podia hacer y lo que estaba prohibido. Las ordenes trazaban una linea recta, simple, y el era un hombre simple. Ademas, hacian que la desobediencia fuera mucho mas emocionante. Y era esto, si queremos ser sinceros hasta el fondo, lo que le habia provocado problemas. Asi que Moritz permanecia inmovil, erguido en su traje oscuro, apoyado en la chimenea apagada. Escuchando los gritos y sintiendo el peso de la automatica, que lo aplastaba contra el suelo. Sobre la mancha informe del suelo. Helene, sin embargo, tenia una vision mas compleja del mundo. No existian unicamente el blanco y el negro. La obediencia y la transgresion, las victimas y los verdugos. Habia todo un oceano de grises en los que navegar. Bastaba poco para transformar una orden en un consejo y los consejos no eran trampas, siempre ofrecian alguna escapatoria. Sus obligaciones, por ejemplo, guardaban relacion con la villa. No con su empleador. Villa y empleador eran dos cosas diferentes. Aqui habia una via de escape. Cuando decidio que ya habia tenido suficiente de aquellos gritos, Helene se levanto de golpe y salio de la habitacion. Silenciosa como un fantasma. 4 El amanecer. Mas que verla la sintio en los huesos. No habria podido hacer otra cosa. Las ventanas que daban al jardin estaban cerradas. Solo la pantalla de una lampara, rota pero aun en funcionamiento, iluminaba la habitacion sumida en el caos. Armarios completamente abiertos, cajones fuera de sitio, mantas y ropa hechas jirones, una infinidad de papeles, joyas, cuadros, libros (menos uno) por los suelos, victimas inocentes de su furia. En el centro de la sala, toda ella de estuco y con cortinas de terciopelo bordadas en oro, sentado en la cama sin hacer, Herr Wegener se dio cuenta de que si no dejaba de gritar y empezaba a razonar de manera lucida y racional todos los logros que lo habian llevado a ser lo que era se convertirian en una montana de estiercol y esfuerzo desperdiciado. El autocontrol habia sido durante anos su orgullo. Los nervios de acero y la sangre fria le habian permitido llevar la batuta de lo que, en secreto, habia bautizado como <>. Un imperio listo para dar el salto que, ese era el plan, le consentiria elevarse desde el rango del hombre ante el que uno se quita el sombrero al del hombre en cuya presencia es obligatoria una genuflexion . En ese gelido amanecer, por mucho que se esforzara en recuperarlo, el autocontrol seguia siendo una quimera. Lo era porque Wegener no queria creer lo que sus nervios de acero y su sangre fria le sugerian. Y la que era la unica y simple explicacion: Marlene. Imposible. Marlene nunca lo habria traicionado. Marlene era su esposa. Marlene era la mujer a la que amaba. Por encima de todo, Marlene era una mujer y nunca se habia visto que una mujer lograra joder a alguien como el. O tal vez si, tal vez en algunas partes del mundo habia mujeres capaces de atreverse a tanto, pero Wegener estaba seguro de que Marlene no pertenecia a esa categoria. Ni en broma. Nervios de acero y sangre fria no estaban de acuerdo. No hacian mas que repetirselo. Ha sido ella, ha sido ella, ella, ella.

  • Agatha Raisin y el mago de Evesham de M.c. Beaton

    https://gigalibros.com/agatha-raisin-y-el-mago-de-evesham.html

    Agatha Raisin parece haber encontrado a su hombre ideal en John, el peluquero de Evesham, al que acude cuando aparecen las primeras y alarmantes canas en su cabello. Pero todos sus planes se tuercen cuando alguien envenena al atractivo peluquero.

  • Los origenes de la ciencia moderna de Herbert Butterfield

    https://gigalibros.com/los-origenes-de-la-ciencia-moderna.html

    Un viaje a la Revolucion cientifica, uno de los momentos mas fascinantes de la historia de nuestra cultura.

  • El bidon de leche de Alex Divaro

    https://gigalibros.com/el-bidon-de-leche.html

    La leche se usa para acompanar el cafe, el te y el cereal. Podria decirse que es uno de los alimentos mas aburridos que existen, algo asi como la vida de Bel, monotona e invariable. Sin embargo, algo tan simple como este producto lacteo, en un dia de compra, termina siendo el hilo conductor entre ella y el senor Barba, un hombre atractivo que la ayuda a darle un vuelco a su existencia y a eso que le pasa en la cama…

  • Dibujando la tormenta de Pedro Sorela

    https://gigalibros.com/dibujando-la-tormenta.html

    “Dibujando la tormenta” es un paseo a traves de las vidas y obras de cinco <>: Faulkner, Borges, Stendhal, Shakespeare y Saint-Exupery. Un apasionado y estimulante canto a la lectura en el que Pedro Sorela, de forma amena y a la vez exhaustiva, nos descubre como Faulkner intuyo que toda novela es una forma de poesia, como Borges tuvo que sufrir una infeccion de la sangre para terminar aboliendo las fronteras internas de la literatura, como de Shakespeare no sabemos casi nada pero si lo que importa, como Stendhal escribio para revivir su juventud heroica en Italia e intuir que la condicion para escribir una obra maestra es haberla vivido antes, y como Saint-Exupery encarno un siglo despues esa profecia y fundio vida y escritura en una sola obra. Toda seleccion tiende a ser injusta, pero no si se trata, como es el caso, de la propuesta de una serie de escritores que no pretende armar ninguna etiqueta, ni esculpir un canon, ni ordenar una clasificacion o facil comodin cultural para la academia, la critica, el periodismo o cualquiera de las industrias de la posmodernidad. El unico criterio seguido por Pedro Sorela para proponer a Faulkner, Borges, Stendhal, Shakespeare y Saint-Exupery como algunos de los fundadores de la escritura moderna es una doble constatacion: la de que el placer de su lectura aumenta con el tiempo y la de que nada fue lo mismo despues de sus libros: la caligrafia de cada uno de ellos es reconocible en la escritura moderna. Todo ello es explicado a la luz de cinco intensas biografias, sin las cuales, en contra de lo que tiende a sostener la Academia, sus obras resultarian mucho mas enigmaticas de lo que siempre es inherente al gran arte.

  • Memorias de un primate de Robert Sapolsky

    https://gigalibros.com/memorias-de-un-primate.html

    En la tradicion de Jane Goodall y Dian Fossey, Robert Sapolsky, uno de los divulgadores cientificos mas reconocidos en la actualidad, cuenta la fascinante historia de como dejo las comodidades de la universidad para compartir durante mas de dos decadas su trabajo de campo con una tropa de traviesos babuinos en la sabana africana. Solo un joven idealista podia aterrizar en el corazon de Kenia esperando encontrar ahi una version animada de lo que habia visto y estudiado hasta entonces en el Museo de Ciencias Naturales de Nueva York.

  • El destino de los heroes de Chufo Llorens

    https://gigalibros.com/el-destino-de-los-heroes.html

    La novela mas ambiciosa de Chufo Llorens.

  • No podre olvidarte de Clara Ann Simons

    https://gigalibros.com/no-podre-olvidarte.html

    Seco el sudor que recorre mi frente, apartando de un soplido un mechon de pelo rebelde que tapa mi ojo derecho. Llenando los pulmones, inspiro una gran cantidad de aire y lo voy soltando poco a poco, dejandome envolver en la tranquilidad de los majestuosos valles Pasiegos y el calor de los rayos de sol sobre mi rostro. Tenemos pocos dias tan buenos como este a lo largo del ano, supongo que un pequeno precio a pagar por vivir en el norte de Espana, aunque recrearse en estas vistas desde mi lugar de trabajo, bien merecen la pena; preciosos valles, verdes pastizales que se pierden en la lejania hasta las lomas de las montanas, gente noble y reservada. Tampoco es que me hayan molestado nunca el mal tiempo o la lluvia. De no ser por ella no disfrutariamos del maravilloso color verde que nos rodea y siempre he sido feliz trabajando la tierra, preparando los semilleros o cuidando de los plantones. Perezosamente, estiro la espalda como si fuese un gato y sacudo la tierra de mis pantalones, observando el invernadero de fresas ecologicas en el que he estado trabajando en las ultimas cinco horas. Ya tengo listos los bancales profundos, cubiertos con un plastico para evitar las malas hierbas antes de colocar uno a uno los plantones, lo que me ha dejado la parte baja de la espalda para el arrastre. La bruja que dirige la empresa de productos ecologicos para la que trabajo sigue con su recorte de gastos de personal y el tiempo apremia. La climatologia nos permite tener fresas en unos meses en los que los productores de otras zonas del pais ya no las tienen, pero su cultivo no puede esperar. Al salir del invernadero, coloco la mano derecha a modo de visera sobre mis ojos, cerrandolos ligeramente para acomodarlos a la luz del sol mientras una rafaga de brisa veraniega ayuda a secar la capa de sudor sobre mi piel bronceada por las horas de trabajo a la intemperie. Casi sin pretenderlo, mis pensamientos regresan a mi abuelo. Ha sido el quien me infundio el amor por la naturaleza y el cuidado del medio ambiente. Los recuerdos mas felices de mi infancia se remontan a su lado, a aquellos dias en los que me ensenaba los nombres de las diferentes plantas y su cuidado. Gran parte de lo que se sobre agricultura ecologica se lo debo a el y ahora se ha convertido en mi trabajo. Son jornadas duras y no estan bien pagadas, pero disfruto cada dia. ?Que mas se puede pedir? "Patricia", su nombre regresa a mi cabeza cada vez que bajo las barreras y me relajo. Dejo escapar un suspiro y sacudo la cabeza como queriendo borrar ese pensamiento de mi memoria, como si eso fuese posible. Poco a poco voy consiguiendo olvidarla, ya ha dejado de ser el pensamiento recurrente que me atormentaba dia y noche. No consigo borrarla por completo, quiza nunca pueda, pero al menos, cuando estoy ocupada, no pienso constantemente en ella. Algo muy diferente es volver a casa y encontrarla vacia, sin su presencia. Es entonces cuando me llena un vacio dificil de manejar. Joder, Patri era increible. Piernas largas, culo maravilloso y pechos perfectos. Una piel inmaculada, vientre imposiblemente plano y un cabello tan fino que me hacia enloquecer cada vez que lo peinaba entre mis dedos. Han pasado varios meses y no logro olvidar esos profundos ojos azules observandome a traves de las pestanas mas largas que haya visto en una mujer. Patricia era hermosa sin esfuerzo. Ni siquiera necesitaba maquillaje, aunque en ocasiones lo llevaba a fuerza de costumbre. No importaba lo que se pusiese encima, siempre estaba tan guapa que podria desfilar en una pasarela. Pero, mucho mas importante que su fisico era su personalidad; una mezcla entre timidez y dulzura, aderezados a veces con justas dosis de arrogancia y cabezoneria que la hacian irresistible. Y su sonrisa... joder, !que sonrisa! Cuando nos presentaron, esa sonrisa fue lo primero que llamo mi atencion. Me cautivo y, a partir de ese momento, ame cada minuto que pasamos juntas. Eran dias sencillos, de sofa y manta mientras haciamos maratones de series en Netflix. Dias de reir, de bailar desnudas al son del ritmo de su ultimo descubrimiento musical; las persianas bajadas, las luces apagadas, nuestros cuerpos iluminados por velas o lamparas de lava. Patricia era mi alma gemela, la mujer que me hacia feliz, la que me llenaba por completo, aquella junto a la que queria envejecer. Y, de repente...desaparecio. Si, justo asi. Un dia, al volver del trabajo, ya no estaba. Se esfumo con todas sus cosas, dejando un vacio en mi vida tan doloroso que apenas conseguia respirar. Ni una llamada de telefono, ni un mensaje, ni una conversacion previa. Nada. El primer mes apenas pude soportarlo. Ser consciente de que Patri habia desaparecido de mi vida me rompia por dentro. Trate de llamarla mil veces, pero anulo el numero de telefono y no tenia ni la menor idea de por donde empezar a buscarla. Celosa de su intimidad, siempre mantuvo su pasado envuelto en misterio, alegando que era mucho mejor para ambas. Su falta de comunicacion al desaparecer de mi vida mientras trabajaba fue como un punal que me atraveso el corazon. La madre de todas las traiciones. No sabia que pensar, aun no lo se. Desconozco si algo la ha molestado, si he hecho algo mal. Cada dia, repasaba mentalmente la ultima semana junto a ella, intentando recordar en que habia podido ofenderla, pero fueron dias perfectos, al igual que todos los anteriores mientras estuvimos juntas. La primera semana llore noche y dia. Llore abrazada a la almohada hasta que no me quedaron mas lagrimas, primero en mi casa y mas tarde en la de mi abuelo. No podia soportar la actitud de mi madre tratandome como si fuese una nina de quince anos a la que han roto el corazon por primera vez. Tampoco el comportamiento de mi padre, que nunca supo como reaccionar cada vez que he tenido problemas, paralizado al verme llorar. Mi abuelo nunca me juzgo, se convirtio en la roca a la que me agarraba cada vez que lo pasaba realmente mal. Solamente se sentaba a mi lado y me ofrecia un te, o galletas, o un sandwich. Siempre acompanados de un post-it diciendome lo mucho que me queria y que podia contar con el cuando estuviese lista para hablar. Fueron esos mensajes en los post-it los que consiguieron, poco a poco, sacarme adelante. Como casi todo en casa de mi abuelo, estaban relacionados con la agricultura o la jardineria. De hecho, yo misma se los habia regalado en las anteriores Navidades. Cada uno tenia el nombre de una planta, con su ilustracion, una pequena descripcion y un chiste relacionado con la jardineria, normalmente tan malo que te hacia sonreir. --!Ana! ?Como van les coses, guaja?--La voz ronca de Manu con su fuerte acento asturiano me saca de mis pensamientos, devolviendome de golpe a la realidad. Casi se lo agradezco, porque no me hace ningun bien coger un tren al pasado y recordar aquellos maravillosos dias junto a Patricia. A mis veintisiete anos, para Manu sigo siendo "la guaja", el sobrenombre que me puso el primer dia que pise estas instalaciones hace ya seis anos. --Todo bien, Manu--respondo secando con el reverso de mi mano una solitaria lagrima que rueda por mi mejilla--el invernadero ya esta terminado. --Esa ye la mi nena--responde jovial mientras sube, a paso lento, la cuesta que lleva hasta la hilera de invernaderos donde me encuentro. Me duele ver su declive en estos dos ultimos anos. Manu ha pasado toda su vida dedicado a la agricultura y es una autentica enciclopedia sobre produccion ecologica. Sin embargo, los anos de esfuerzo y los largos horarios han pasado factura a su cuerpo. Sus rodillas ya no son lo que eran y hay dias en los que el dolor de espalda se hace insoportable. Lo malo es que aun le quedan dos anos para retirarse y su deterioro es palpable. --No hay cura para la vieyera, no cumplas anos, Ana--exclama nada mas acercarse a mi, sonriendo a pesar del esfuerzo y el evidente dolor. Le devuelvo la sonrisa perdiendome en la profundidad de sus ojos negros, llenos de sabiduria y rodeados de marcadas arrugas a causa de las innumerables horas al sol. Acercandome a el con paso decidido, le sujeto por el codo y le ayudo a dar las ultimas zancadas hasta el invernadero, sabiendo que querra comprobar si he colocado bien los plantones de fresa en los bancales. Lo he hecho en un millon de ocasiones y podria repetirlo con los ojos cerrados y una mano a la espalda, pero sigue queriendo comprobarlo todo. --!Esta todo perfecto, nena!--asevera con varias palmadas sobre mi hombro derecho que me hacen perder el equilibrio. Tras agradecerle el cumplido y preguntarle por los tomates que estamos plantando en tres de los invernaderos, Manu se pone serio y vuelve a tomar la palabra. --Hay una moza con la jefa que dicen que ye la que se va a encargar del negocio, o algo asi, no preste mucha atencion--interrumpe Manu haciendo un gesto de desprecio al hablar. Manu nunca ha tenido ningun respeto por Julia, nuestra jefa. No tiene ni idea de agricultura, y mucho menos de una explotacion ecologica y eso ya es motivo suficiente para que Manu considere que no es digna de respirar el mismo aire que el. Sin embargo, a la hora de llevar un negocio y de buscar compradores, esa mujer es un lince. No se le puede negar su valia, eso es lo que nos mantiene a flote contra las producciones no ecologicas, aunque para alguien como Manu sean labores inferiores. En cualquier caso, Julia nunca ha escondido que este trabajo era algo temporal para ella y que le gustaria irse de aqui cuanto antes. Se ve que lo ha conseguido. --?Y que tiene que ver esa moza, como tu dices, conmigo?--pregunto confusa con los brazos en jarra y elevando las cejas--. Sera cosa de la jefa. --Necesita alguien que le de una vuelta por las instalaciones--responde Manu encogiendose de hombros--la jefa diz que debo encargarme yo como capataz, pero ya le he dicho que mejor que lo haga la guaja que ye mas agil. --Gracias por buscarme mas trabajo con lo poco que tengo que hacer, Manu--me quejo medio en broma medio en serio, pensando que aun tengo que llenar de plantones de fresa los bancales de otro de los invernaderos. --Ya le he dicho a la muy cabrona que el dia que me compre un carrito de esos de golf para moverme por las instalaciones puedo ser su chico de los recados, pero no me hace caso--bromea Manu sonriendo mientras pega una patada a una piedra que rueda ladera abajo. Meneando la cabeza, pongo los ojos en blanco mientras recojo mis cosas y dejo escapar un suspiro ante su comentario. Seria todo un espectaculo ver a Manu con un carrito de golf moviendose entre los invernaderos. Capitulo 2 Covadonga Cada una de sus palabras taladra mi cabeza y creo que me puede estallar en cualquier momento. Esta Julia es horrible, jamas habia estado con una persona tan cansina. Cada explicacion es un suplicio de monotonia y cuando no soy capaz de entender a la primera alguno de los conceptos me rine como si fuese una nina pequena en vez de su sucesora en el cargo. Me parece increible, menos mal que no la tendre que aguantar mas de quince dias. --Creo que eso es todo por hoy. Si hay alguna otra cosa que quieras preguntarme... --anade en su tono monotono capaz de dormir a las ovejas. --No, gracias, Julia. Pienso que eso es todo, estas siendo muy amable con tus explicaciones-- contesto de manera educada suplicando en mi interior que deje de hablar de una maldita vez. El trabajo en si no parece complicado, al menos la parte administrativa, de la parte tecnica se encarga un tal Manu, que al parecer tiene mucha experiencia. En cualquier caso, no me he enterado ni de la mitad de las cosas que me ha dicho. No es solamente su tono de voz, es su actitud, el desprecio que muestra por los operarios que se encargan de los invernaderos que al fin y al cabo son la clave del negocio. No lo entiendo, y hago nota mental de no convertirme nunca en una mujer asi. --Ah, ahi esta Manu y tambien Ana. Manu te dara una vuelta por los invernaderos para que al menos te suenen, aunque tampoco es necesario que aprendas gran cosa sobre la parte de los cultivos salvo como venderlos a las grandes cuentas--establece Julia con desden causando un claro gesto de desprecio del tal Manu. Apenas soy capaz de escuchar sus palabras porque mis ojos se han detenido en la preciosa morena que se encuentra al lado del capataz. Lleva el pelo recogido en una cola de caballo y tiene una boca por la que se podria morir. Sin querer, mi mente trata de imaginarla vestida con otra ropa que resalte mas su cuerpo, o sin ropa. --Buenos dias--saluda apretando mi mano con energia el encargado de los invernaderos, ignorando a Julia. --Hola, me llamo Covadonga y espero aprender mucho de usted, es toda una leyenda en agricultura ecologica--respondo asintiendo con la cabeza y dibujando una sonrisa de orgullo en su boca. --!Una jefa simpatica! Esto si que va a ser nuevo--exclama Manu con desparpajo sin importarle que Julia este todavia presente. Sin poder evitarlo, desvio la mirada hacia su rostro que se ha puesto rojo de rabia de repente. Si las miradas pudiesen matar, creo que el tal Manu estaria ya moribundo en el suelo. --La guaja te ensenara los invernaderos. Yo estoy ya un poco viejo para moverme con agilidad. A mi ritmo nos llevaria un par de dias--bromea el capataz dirigiendo la mirada a la chica que le acompana y que supongo que es a quien llama la "guaja". Mi corazon se salta varios latidos al observar la sonrisa de la preciosa morena. Se le forman dos hoyuelos a ambos lados de la boca y sus ojos se encienden. Su piel esta bronceada, seguramente de las horas de exposicion al sol, y unas simpaticas pecas cubren la piel bajo sus ojos y parte de su nariz. La camiseta de tirantes deja ver unos fuertes hombros y, a pesar del sudor y la ropa de trabajo, esta radiante. --Encantada de conocerte, soy Ana--interviene avanzando unos pasos y ofreciendome su mano en forma de saludo. Una corriente electrica traspasa mi cuerpo nada mas tocar su piel y me quedo petrificada mirando sus ojos, con el corazon desbocado sin saber si ella ha sentido lo mismo que yo. --Espero que no te importe que sea yo quien te ensene los invernaderos en vez de este vejestorio--bromea colocando una mano sobre el hombro izquierdo del capataz y apretandolo con suavidad.

  • Contradireccion, sin frenos y sin ti de Pat Casala

    https://gigalibros.com/contradireccion-sin-frenos-y-sin-ti.html

    Kristie sigue sin tener las cosas claras. No quiere volver a confiar en Luke ni perdonarle otro desliz y tampoco es capaz de olvidar sus sentimientos por Dennis. Necesita poner distancia, pensar, dejarse mecer por las olas y aprender a hacer surf mientras consigue hallar la forma de centrarse, pero el verano en California no es suficiente para encontrar la respuesta a sus dudas.. Luke intenta recuperarla, va en su busca, quiere convencerla con palabras, como siempre, pero la ha herido demasiadas veces con su actitud y sus actos. Quizas ya es tarde para reconducir la situacion. O puede que se merezca una ultima oportunidad.
    Los recuerdos de su relacion con Dennis la bombardean. El fue el amor de su vida, la persona que estuvo a su lado durante los dificiles anos de su infancia a cargo del sistema estatal de tutela de menores y, aunque no sabe si podra perdonarle algun dia como acabaron, tampoco puede quitarselo de la cabeza.
    Tras enfrentarse a un giro inesperado y descubrir que Dennis guarda demasiados secretos peligrosos acerca de su pasado, Kristie debera decidir a quien pertenece su corazon.

  • Sin destino de Fanny Ramirez

    https://gigalibros.com/sin-destino.html

    Dante Coronado, con una estirpe de pilotos a
    sus espaldas, se ve en la obligacion de seguir
    la profesion que generacion tras generacion
    ha marcado a su familia. Posponiendo asi el
    sueno de toda su vida: Casarse, formar una
    familia, a la cual dedicarle todo su tiempo.
    Dejando atras a su amada isla, Puerto Rico,
    y volviendo a Espana para hacer frente
    a su deber como piloto comercial. Lo que
    no sabe es que el destino le brindara la
    oportunidad definitiva. Cruzando en su camino
    a la mujer que es capaz de romperle todos los
    esquemas con un par de frases ingeniosas.

  • Al sur de Andalucia de Katy Molina

    https://gigalibros.com/al-sur-de-andalucia.html

    Todo empezo una noche, me encontraba tumbada en el sofa de casa. De pronto, el movil sono con un mensaje en el Messenger de Facebook. Fueron unas simples palabras, "Hola, buenas noches" , escribio. A partir de ese inocente saludo comenzo la historia eterna entre un aleman y una andaluza. Dia a dia, fuimos hablando y conociendonos, sin prisas. Sin darnos cuenta surgio una bonita historia de amistad, una muy sincera y profunda, una que sin pretenderlo fui enamorandome cada dia de sus palabras, de su voz y ternura. Alexander, era un hombre complicado, tenia muchos problemas en la vida. Llegue como un remedio para su malestar, fui su luz en la oscuridad. Durante casi un ano estuvimos forjando una amistad especial, a pesar de la distancia, fuimos muy dependientes el uno del otro. Mi pareja, era un buen hombre pero muy distinto a mi. En cambio, Alexander me daba todo lo que siempre desee en un hombre. Se habia convertido en mi secreto mas personal e intimo. Nos llamabamos a todas horas, nos escribiamos e incluso chateabamos por Facebook, era un no parar. Nos convertimos en una obsesion. Mi vida no me la imaginaba sin el, lo necesitaba y cuando por trabajo hablabamos menos me daba ansiedad de no poder escuchar su voz. Muchas veces miraba a mi pareja queriendo que fuese tan atento como Alexander. Dicen que nuestra media naranja ronda en algun lugar del mundo queriendo encontrarnos. La encontre pero demasiado tarde. Santiago, asi se llamaba mi pareja, no tenia ni idea de mi relacion con el aleman. Sufria cada dia sintiendome una mala persona, estaba mal lo que estaba haciendo. El no se merecia que le fuera infiel de pensamientos, pues no lo podia ser de otra manera, la distancia era un inconveniente. Dia a dia fui enganandome, me decia a mi misma que mi pareja era buena para mi vida y que lo que sentia por Alexander era simplemente atencion. La relacion con Santiago estaba muerta de amor desde hacia mucho tiempo y yo no queria verlo pero el problema no era el aleman sino mi ceguera. Sin darnos cuenta, la pasion se habia acabado. Si tengo que ser sincera, creo que nunca la hubo, solo nos acostumbramos a estar juntos. Llevabamos saliendo desde el instituto, el habia sido mi primer todo y nunca tuve otra opcion. Alexander era distinto, se preocupaba por mi bienestar, me dedicaba palabras dulces y tiernas. Era mi todo y mi nada, pues no lo tenia a mi lado. Cuando lo conoci, su vida era un desastre y no confiaba en las personas. Por mi caracter andaluz desinhibido, supe sacarle del pozo. A distancia, con un simple telefono, consegui darle esperanza y luz a su vida. Le aporte felicidad y que sonriera a la vida. La mia se complico muchisimo, pase las horas pensando en Alexander, sonaba con abrazarlo. Un dia, mi pequeno, asi me gustaba llamarlo carinosamente, me confeso que se habia enamorado de su mejor amiga, esa era yo. Me quede muda, llorando, sin saber que contestar. Le hubiese dicho que yo tambien lo amaba pero no podia. Querer es facil, lo dificil es expresarlo. No pude decirle la verdad, no quise hacerle dano. Hable con el para convencerlo de que estaba confuso. Tuve que decirle que habia confundido los sentimientos, que la soledad hacia que nos sintiesemos confusos a la hora de recibir un poco de carino. Se me encogio el corazon al recordar como negaba e insistia. Al final, tuve que decirle que no olvidara que tenia pareja y que no complicara mas las cosas. Recuerdo con anhelo el ultimo mensaje de buenas noches que le escribi y que en el ultimo momento borre "En la proxima vida, buscame con mas ganas". Ese dia fue definitivo para que mi corazon lo reconociese como mi mitad perfecta. La amistad siguio y Alexander se contuvo en sus sentimientos. Hasta que llego el dia que una mujer cambiaria nuestros destinos, ella seria el detonante para desatar la tormenta del sufrimiento. Alexander se obligo amar, era un hombre consumido por la soledad, con una familia egoista y una vida dura. Necesitaba tener a alguien a quien abrazar, besar y sobre todo que lo quisiese con libertad. Crei que animarlo a conocer mujeres, traeria un equilibrio a lo nuestro pero me equivoque. Ahi empezaron los problemas. Ella se llamaba Lorena, una mujer tres anos mayor que el, divorciada con dos ninas y buena persona. Esa era la unica informacion que tenia acerca de aquella mujer misteriosa

  • Una verdad oculta de Ann Cleeves

    https://gigalibros.com/una-verdad-oculta.html

    Un asesino crea bellas tumbas de flores y agua. ?Como sera su proxima obra maestra?

  • El fin de los escribas (La biblioteca de los muertos 3), Glenn Cooper de Glenn Cooper

    https://gigalibros.com/el-fin-de-los-escribas-la-biblioteca-de-los-muertos-3-glenn-cooper.html

    La fecha del fin del mundo se acerca. La poblacion teme ver cumplida la profecia de la abadia de Vectis. Algunos, sin embargo, conservan la esperanza.

  • De repente, la libertad de Evelyne Pisier

    https://gigalibros.com/de-repente-la-libertad.html

    La historia de dos mujeres en busca de la libertad a traves del siglo XX. Un poderoso homenaje a mayo del 68 en su quincuagesimo aniversario.

  • Un amor contra el viento de Susanna Kearsley

    https://gigalibros.com/un-amor-contra-el-viento.html

    Una historia de amor plagada de aventuras entre una viajera en el tiempo y un contrabandista del siglo XVIII.

  • Cuando la muerte tiene cita de Arturo Prenafeta

    https://gigalibros.com/cuando-la-muerte-tiene-cita.html

    Era un restaurante no muy grande en un barrio de clase media. No era un lugar lujoso, pero si bonito. La entrada llevaba a un pasillo alargado que pasaba por al lado de unos ventanales de un comedor secundario del lugar. Antiguamente habia sido de esas casas grandes de familia de los anos 40 con varios dormitorios en el segundo piso. Ahora, todas esas habitaciones tambien han sido convertidas en comedores. El comedor principal estaba en el patio trasero, donde habia construida una terraza con unos cobertizos de lona habilitados para fumadores. El restaurante, salvo algunos comedores del segundo piso, no era oscuro ni romantico. Era un lugar frecuentado tanto por parejas como grupos de amigos. Son casi las 8 de la noche de un dia de principio de otono. Oscurecio hace poco y en las calles los arboles cambian su verde por un tono amarillento, aunque aun no pierden mucho sus hojas. Juan entra por el pasillo hasta la entrada principal. Lo recibe una mesera vestida completamente de negro con pantalones y una polera con el nombre del local. Le hace las preguntas de rutina, mesa para cuantos, fumadores o no fumadores, primer o segundo piso. Lo ubica en el comedor secundario con los ventanales que esta al lado de la entrada. Los ventanales, ademas de dar al pasillo se proyectan hacia la calle, donde se observa una plaza linda, bien cuidada e iluminada, con los arboles mostrando distintos tonos de verde y amarillo propios del otono. El comedor tiene cerca de ocho mesas. Hay un grupo de cuatro personas en una y una pareja en otra. El resto estan vacias. La mesera lo ubica en una mesa para dos pegada al ventanal que da a la calle. Las mesas son relativamente pequenas con una sola base circular. Las sillas de madera son color caoba, al igual que el resto del mobiliario. La mesera le pregunta si desea pedir algo mientras espera. Juan le pide una botella de agua mineral. La mesera se retira. Juan saca su telefono del bolsillo del pantalon. Revisa si tiene algun mensaje nuevo. Ninguno. Le escribe un mensaje a Daniela, la persona con que se iba a juntar. Le pregunta si le falta poco por llegar y si quiere tomar vino, para pedir una botella. Mientras aguarda que le conteste el mensaje observa a la gente despreocupada pasar por fuera del restaurante. Espera poder verla por si pasa por ahi para hacerle una sena indicandole donde esta. En eso llega la mesera con la botella de agua mineral y un vaso con dos hielos. Abre la botella y le sirve agua en el vaso hasta la mitad. El le agradece a la mesera y vuelve a revisar su celular. Daniela le responde que esta a diez minutos, que pida una botella de vino, pero que no se la tome entera antes de que ella llegue, junto al emoticon de una cara risuena. Juan se da media vuelta para ver a la mesera y pedirle el vino. En eso ve entrar un par de personas mas al comedor. La mesera le toma el pedido del vino y vuelve al poco rato con la botella y dos copas. Destapa la botella y le sirve una copa. El ambiente en el lugar es tranquilo. Esta a medio llenar y nadie habla a un volumen muy alto. La musica del lugar, en ese momento, es rock de los 90. En el rato que lleva ahi han sonado canciones de Nirvana, Stone Temple Pilots, R.E.M... La banda sonora ahi alternaba entre rock y pop de los 90 y 2000. Juan ya lleva la mitad de su copa y aun no ve pasar a Daniela por afuera del restaurante, cuando ella le toca el hombro con la mano. El se da vuela y se saludan con un ligero beso en los labios. Daniela es profesora de ingles y trabaja en un horario bastante flexible para un instituto de idiomas. Aprovecha esa facilidad para mantenerse muy en forma, es muy deportista y le gusta la vida al aire libre. Su ninez la paso junto a su familia en un pueblo pequeno y muy tranquilo. Se vino a vivir a la ciudad cuando entro a estudiar a la universidad hace ya quince anos. De baja estatura y poseedora de una gran personalidad, se hace notar en cualquier lugar. Es la mayor de cuatro hermanos y la unica mujer. Sabe muy bien lo que quiere en la vida y es muy decidida e impetuosa. Viste con jeans negros, una blusa verde y una chaqueta de mezclilla celeste. Su pelo es negro y liso. Lo usa partido al medio y le llega hasta la mitad de la espalda. Se sienta delante de el y le pregunta si ya pidio algo para comer. Juan le dice que no, pero que esta pensando en ordenar los ravioles con bolonesa. Daniela se decide por el salmon con pure de arvejas. Daniela y Juan han estado saliendo por casi cinco meses. Juan fue muy deportista de joven, pero los ultimos anos se ha dejado estar, perdiendo mucho la condicion fisica. Ahora que sale con Daniela ha comenzado a preocuparse mas y a tratar de ponerse en forma, ella lo ha motivado. Muchos fines de semana hacen senderismo en los cerros cercanos a la ciudad para aprovechar el buen clima del verano y de principios del otono. Se conocieron por una aplicacion de citas y se llevaron muy bien desde el comienzo. Tienen gustos en comun que ambos valoran, como el estilo de musica y el tipo de peliculas. Juan es metalero y a ella le gusta mucho el grunge, aunque de repente tambien les da por ir a bailar estilos mas tropicales. Respecto a las peliculas, a ambos les encantan las comedias. Hablan de superficialidades como que tal habia estado el dia y curiosidades de las noticias, cuando la mesera les trae sus platos. Les llena las copas de vino, les pregunta si necesitan algo mas, les desea buen provecho y se retira. Entonces Juan le pregunta a ella acerca de que le quiere hablar. Ella, un poco incomoda, da algunos rodeos sobre que ha estado pensando mucho sobre su vida ultimamente y le relata como se siente. Le cuenta que ha hablado harto con sus padres y con su mejor amiga. Le dice que ella siempre tuvo claro que queria formar una familia y ahora se habia dado cuenta de que necesitaba que fuera pronto, por su edad. Juan la escucha atento practicamente sin interrumpirla. Luego de un rato contandole, le informa que ha tomado una decision. --He llegado a la conclusion de que tu no eres el adecuado para mi y creo que lo mejor seria que dejaramos la relacion hasta aqui. Juan la mira con poco asombro y calmadamente le pregunta cual es el problema. --A pesar de que todavia te quiero y considero que eres una gran persona, noto que no te va bien en lo economico y no veo que tengas posibilidades de mejorar --le responde Daniela--. El toca el tema de los sentimientos y ella le reconoce que si hay, pero que es necesario tomar otros aspectos en cuenta. --No es lo unico importante, lo de contigo pan y cebolla es de adolescentes. Yo necesito un hombre al que le vaya lo suficientemente bien para que yo no necesite trabajar. Yo quiero tener hijos y dedicarme a ellos cien por ciento por lo menos los primeros tres anos --dice Daniela, luego hace una pausa y continua -. Ademas, contigo veo que estaria repitiendo la historia de mi papa. A el nunca le fue bien en lo economico y de nina eso me hizo sufrir mucho. --Lo estoy intentando. Estoy constantemente buscando un mejor trabajo, todas las semanas postulo a varios anuncios --le responde el. Juan lleva anos buscando una oferta mas rentable y ha probado muchas formulas distintas. A veces envia curriculos muy completos; otras, mas bien resumidos. A veces pide mucho mas que su sueldo actual y a veces solo un poco mas. Tambien trata de estar constantemente en contacto con sus amigos y conocidos por si aparece alguna oportunidad. Ella esta consciente de que Juan realmente se esta esforzando. Sin embargo, le hace ver que, segun lo que el mismo le conto, lleva mas de cinco anos en lo mismo y no logra mejorar. Si no ha progresado su situacion en ese tiempo, no cree que lo vaya a lograr pronto. --?Y que si pasan cinco anos mas? Yo no puedo esperar tanto tiempo --le reprocha ella. Juan insiste que su situacion no es tan mala, que lleva tiempo ahorrando para el pie de un departamento y que ya tiene suficiente como para hacerlo. Ella le rebate que con lo que tiene ahorrado el dividendo sera alto, entonces su situacion no va a cambiar. Finalmente, el acepta su decision, le agradece la honestidad y el lindo tiempo que pasaron juntos. Terminan la cena, la acompana a tomar un taxi y se despiden amigablemente. Luego, Juan se dirige a su casa, camina cerca de diez cuadras para finalmente toma un taxi. En el intertanto piensa en muchas cosas, siente algo de dolor por la ruptura, pero no es la primera vez que terminan con el y tampoco es la mujer que mas ha amado. El sentimiento que mas lo abrumaba en ese momento era la frustracion. Sabia que Daniela tenia mucha razon y desde un inicio le dijo que su sueno era formar una familia.

  • Ahora llega el silencio de Alvaro Colomer

    https://gigalibros.com/ahora-llega-el-silencio.html

    Solo hay dos opciones: rendirse o luchar.

  • La Puerta de atras de A. J. Raven

    https://gigalibros.com/la-puerta-de-atras.html

    Thomas Fooreman se estaba volviendo loco. Sentado ante el escritorio de una habitacion, en una cabana, en algun lugar perdido; su mente enloquecia a un ritmo desorbitado. Antes de que aquella locura le hiciera perder por completo el juicio, aunque a decir verdad; nunca lo habia tenido, decidio escribir una confesion acerca de una vida en la organizacion mas misteriosa y macabra creada por el hombre. Una organizacion de la que todo el mundo ha oido hablar pero a la que, por otro lado, tal vez pocos conocen en realidad; o puede que todo el mundo haya oido hablar de ella pero nadie se atreve a mencionarla. Quien sabe. Era mas tarde de la media noche en aquel lugar alejado del mundanal ruido. Unas hojas de papel en blanco, la vieja pluma Montblanc de su padre con el cartucho de tinta por la mitad, y esa botella de licor barato de gasolinera en la que no quedaba mas de un cuarto, era lo unico que tenia encima de la mesa; eso y aquellos imborrables recuerdos de una vida pasada. Aquella vida --si se podia llamar asi-- tuvo tanta demencia que la mayoria de las veces, se mezclaron la realidad con la ficcion, la verdad y la mentira. Su conviccion de que aquella mujer vestida de negro a quien el llamaba con carino <> estaba cerca, acechandolo en cada esquina, en cada lugar al que el fuese, se hizo cada vez mas notable. Por la mente indecisa de Thomas volaron las dos unicas opciones que el considero que podrian ocurrir: acabar suicidado victima de la demencia, o asesinado por los miembros de la organizacion. Sin duda esta ultima fue, la que mas aterro a Thomas Fooreman. El reloj colgante de la pared de aquella fria cabana, semejante a las casetas que posee la guardia forestal repartida por el bosque (aunque de dos plantas y con lujo) marcaba la una menos cuarto, momento en el cual, aquellas hojas de papel empezaron a reflejar un par de simples frases . <> El alto grado que ejercio Thomas Fooreman dentro de la orden , lo habia hecho perpetrar las acciones mas brutales, sadicas y despiadadas que nadie pudiera imaginar. Provenia de una familia de descendencia judia. Su arbol genealogico estaba lleno de inmigrantes que se habian instalado en Norteamerica alrededor de 1600 o 1700 --no habia una fecha exacta en los archivos del censo--, siendo los Fooreman, una de las primeras familias en ejercer de prestamistas. Abrieron una tienda de monedas en el gueto judio en Nueva York en donde, timando a la gente, amasaron una poderosa fortuna para mas tarde fundar uno de los primeros bancos que se conocerian. Sus padres, al igual que sus abuelos y tatarabuelos, dedicaron toda su vida a ser la mano derecha de una de las familias mas importantes e influyentes del planeta. La luna se hallaba en esa posicion en la cual, solo dejaba ver una porcion insignificante de su belleza. Lo acompanaba un cielo iluminado por unas estrellas tan relucientes que irradiaban mas luz que la propia luna, permitiendo distinguir las constelaciones. Los aullidos de los lobos se escuchaban con debilidad tras los gruesos cristales de las ventanas. En el horizonte, en las montanas, todavia se podian divisar rayos de una pequena tormenta cayendo sin cesar. Hacia mas de media hora que la lluvia habia caido en el inmundo tejado del lugar en el que se hallaba Thomas. Cerro los ojos y escucho el agua corretear por los canalones del tejado y bajar por la tuberia, hasta desembocar en un riachuelo de agua estancada en la parte trasera. Lo habia dejado todo empantanado, semejante a una cienaga. A causa de aquella lluvia, se formo una gotera en el techo que descendia desde la pared del piso de arriba hasta el comedor, agrietando mas la deformada madera. El viento habia descargado con tanto nervio que llego a partir varias ramas de los arboles. Algunas llegaron a impactar contra la puerta sin causar dano alguno, pero con un golpe estruendoso que lo hizo estremecer. Aquel frio intenso proveniente de las montanas, habia calado en sus huesos. Ni la media botella ingerida (o engullida) en menos de dos minutos, lo hizo entrar en calor. Penso en encender la vieja chimenea de carbon sin embargo, prefirio cubrirse con una sucia manta impregnada con meados y mierda de rata, cuya pestilencia le recordaba los rituales en los subterraneos donde fue participe. Estiro el exhausto brazo derecho y con aquellos ligeros dedos, comparables a los de un concertista de piano, apago la bombilla que caia del techo sujetada por un cable a medio pelar. Encendio una vela y permanecio escribiendo bajo la calida llama. <>. Hizo un paron para levantarse, estirar la espalda, las piernas, descansar una mano temblorosa y una vista que comenzaba a estar fatigada. Sin zapatos, arrastrando los pies desnudos y encallecidos por la gelida madera, se acerco hasta la ventana. A causa del alcohol barato, intentaba mantener el equilibrio; se ladeaba, volvia a mantenerse recto, volvia a ladearse...Unido tambien a sus pocas fuerzas a causa de no haber probado bocado en dias, nadie sabe como aguanto tanto tiempo. Emitiendo unos grunidos, apoyo la mano en el cristal y aprecio la oscuridad del frondoso bosque mientras recordaba la programacion a la cual fue sometido de nino. La frente, el cuello y las manos comenzaron a emanar un sudor nervioso. Deslizo la ma no hacia abajo dejando un surco mientras sollozaba. **** La infancia de Thomas Fooreman, segun lo poco que recordaria el, fue feliz. Su familia fue duena de innumerables empresas repartidas por medio mundo. Amasaron bastante riqueza, tesoros con los que se podria acabar con el hambre en el mundo, pero eso en palabras de Robert Fooreman, no interesaba. Solian alardear entre las altas esferas, entre la creme de la creme de la aristocracia, ser una de las familias mas ricas que haya pisado la Tierra y razon no les faltaba, aun sabiendo que toda esa riqueza, se debia a la muerte de otros. Sus recuerdos, era estar siempre rodeado de toda clase de lujo. Al ser hijo unico, sus padres le dieron todo cuanto quiso; --cualquier capricho que al nino se le antojase, era concedido por su progenitor--. Los Fooreman se codeaban con las familias mas importantes de Norteamerica; siempre vistieron la ropa mas cara y disfrutaron de las mejores casas. Sin embargo, todo fue una mera fachada . Una noche, todo cambio. 1 25 de octubre de 1952. Antes del anochecer y despues de que el senor Harold Murray terminara el noticiario con la frase: <<Recuerden, Harold estara manana en sus hogares>>, en la residencia Fooreman, un pequeno Thomas de diez anos, regordete, grandes mejillas, nariz puntiaguda, pelo rubio y una mirada dulce e inocente de ojos marrones, caminaba agarrado de la delicada y calida mano de su madre, Martha Fooreman. Martha, cuyo apellido de soltera era Quinn, tenia cuarenta anos. La naturaleza la habia obsequiado con una belleza descomunal. Su pelo caia como una hermosa cascada dorada mas alla de sus hombros (en aquel momento recogido en una coleta). La cara reflejaba unos ojos verdes, una nariz chata y unos labios carnosos. Venia de una familia bastante acomodada. Era hija de Lauren Quinn, un exgeneral que lucho en la guerra de secesion y que mas tarde, se convertiria en empresario y socio de uno de los bancos mas importantes de Norteamerica; la J.P Morgan & Co. Martha se fijo en Robert en una conferencia en Portland, Maine, otorgada por un insider conocido como: el senor X, sobrenombre dado porque nadie habia visto nunca su verdadero rostro. Las charlas las daba enmascarado, portando una peluca falsa a menudo morena, un bigote postizo y unas gafas de pasta negras que le agraciaba con un aire a lo Buddy Holly. Al contrario que a su marido, Robert Fooreman, la naturaleza no fue tan generosa con el. Era un senor que sacaba diez anos mas a su mujer. De mediana estatura, su cara evidenciaba unos ojos caidos de color marron, severas marcas de acne brotado en su juventud (antes de entrar a la secundaria, su cara parecia la de un leproso) que le dejo unas marcas como el crater de un volcan. Una nariz picuda y un menton que parecia un caballo. Portaba la llamada <> debido a su grata aficion por grandes jarras de cerveza fria, tibia o caliente; la comida y el sedentarismo. En la cabeza manifestaba unas entradas y el empobrecido pelo que quedaba, era como nieve en una montana. Los conducia por el pasillo del ala este de la mansion de estilo colonial, ubicada a las afueras de Richmond, Virginia. Por un largo corredor iluminado por lamparas de pared antiguas, el pequeno observo cuadros con caras familiares; --algun dia, tu estaras en la pared--espeto su padre. Sus ojos comenzaron a humedecerse, a cristalizarse como un vidrio ardiendo a maxima temperatura. Aquella expresion de felicidad que reposaba en su angelical rostro, se convirtio en profunda tristeza. Aunque no entendio nada de lo que sucedia, ni lo que estaba por suceder, el horror de contemplar a esas personas montando a caballo, portando una capa de reyes y sujetando una lanza afilada en cuya punta atravesaba una cabeza de nino, lo hizo pensar que el, podia llegar a ser uno de aquellos ninos. Continuaron hasta llegar al final del corredor, giraron a la izquierda y bajaron tres peldanos, en donde se hallaba una instancia con un letrero que rezaba en latin: Ne intraveris (no entrar). Robert agarro el pomo con los dedos anular, indice y pulgar, dejando el pequeno levantado para no rozar su anillo de oro y diamantes de gran maestre , --queria mas al anillo que a nada en el mundo--. Segun sus propias palabras: <>. Un anillo que destellaba como los rayos de sol y que mas adelante, acabo en los dedos de otro. Dos bustos de los abuelos de Thomas decoraban la solitaria y algida sala. Desprovista de ninguna ventana y con un olor intenso a lacrado que, para el pequeno, no fue nada agradable. Entre aquellos dos bustos, una puerta que lo llevo a su primer descenso hacia el abismo. Robert presiono el interruptor que se hallaba detras del busto de su padre, Charles Fooreman II. El mecanismo rudimentario hizo girar unos engranajes. Un chirrido igual al producido por rozar un cuchillo contra una botella, resono en la desolada sala. La puerta de madera se deslizo hacia la derecha. Un humo denso, grisaceo, asfixiante; un olor a mierda y algo mas, surgieron del subterraneo. Ese algo mas, era el olor de los cadaveres putrefactos de las personas asesinadas que flotaban por un riachuelo de agua fecal, engendrando en Thomas una sensacion de condenacion eterna con tan solo diez anos. Robert con voz aguda pero vigorosa, dio la orden de bajar las escaleras de piedra. Encendio una antorcha con un viejo zippo que saco del bolsillo derecho del pantalon; la brea que impregnaba la antorcha se hallaba humeda y pegajosa, significado de que los rituales en la mansion de los Fooreman, nunca cesan. Entre ratas y gusanos, descendieron los treinta peldanos que encaminaron a su castigo la noche del 25 de octubre del 52. A mitad del descenso, un asustadizo Thomas escucho unas voces familiares profiriendo un cantico inusual, un cantico que jamas habia escuchado, un cantico que erizo la fina capa de vello que se estaba formando en sus brazos. In nomine dei nostri Baal excelsi … Segun iban descendiendo, aquellas voces se fueron haciendo cada vez mas intensas y escalofriantes, poniendo la piel como la de una gallina con tan solo escuchar la entonacion de la melodia. Thomas no quiso adentrase, ni dar un paso mas en ese odioso lugar. Preferiria estar con alguno de sus amigos jugando a la pelota en el Olaf Palm, un parque situado a medio kilometro al norte de su casa, al lado de la taberna del viejo Biff, o leyendo tumbado en el borde de su cama, con los pies colgando, un comic de su heroe favorito; el senor orejas puntiagudas, como el lo llamaba. Sintio como una de aquellas sucias y peludas ratas de las cientos o tal vez miles que merodeaban por las cloacas, intentaba meterse por debajo de su pantalon, royendo con sus dientes puntiagudos mientras lo miraba con aquellos ojos diminutos de un color rojo fuego. --No te asustes, solo es una rata, tienes que ser un hombre, vendran cosas peores-- pronuncio su madre con una sonrisa. --?Que ocurre? --interrumpio Robert enfadado. --Se asusta de las ratas. --No hay problema, lo soluciono ahora mismo --anadio--. Estupido crio, siempre haces que pierda mi tiempo.

  • Un millon de pasos de Daniel Zaragoza

    https://gigalibros.com/un-millon-de-pasos.html

    El Camino de Santiago ha sido recorrido durante siglos por millones de peregrinos venidos de todo el mundo, algunos atraidos por su espiritualidad, otros por conocer media Espana al ritmo de sus pasos, y la mayoria buscando que la peregrinacion sea el preludio de un cambio de vida.Son los mismos paisajes, senderos y piedras pisadas una y otra vez, pero los peregrinos son diferentes. Cada uno con su historia, con sus miedos y anhelos, con sus ilusiones y con un motivo personal por el que recorrer un millon de pasos por el Camino de las Estrellas.
    “El Camino es la gente que lo recorre”.
    Cuatro peregrinos y dos peregrinas de distintos paises, con sus problemas, traumas, suenos y esperanzas, nos muestran desde su mirada el Camino de Santiago frances. Conoceremos los beneficios de caminar cada dia cargando con lo necesario, en contacto con la naturaleza, hablando con desconocidos, con tiempo para pensar y conocerse a si mismo, llevando una vida sencilla, asombrandote con cada descubrimiento y con un sueno que cumplir. Pero como en la vida, en el Camino no todo es maravilloso. Tambien hay que lidiar con el sufrimiento, el cansancio, personas toxicas, abusos sexuales, e incluso, la muerte.
    No estamos ante una guia de viajes. Puedes disfrutar de este libro tanto si eres amante del Camino, como si no, pues posee todos los elementos que debe tener una buena novela.
    Basada en hechos reales, ya sea vividos directamente por el autor al recorrer el Camino o contados por los muchos peregrinos y hospitaleros conocidos.

  • Mujercitas de Louisa May Alcott

    https://gigalibros.com/mujercitas.html

    La Navidad se acerca y cuatro hermanas adolescentes, Meg, Jo, Beth y Amy, se disponen a celebrarla junto con su madre, Marmee, con la inquietud que conlleva la precariedad de dinero. Meg trabaja y aporta lo que puede; Jo ayuda cuidando a la tia March en su mansion de Plumfield y suena con ser una escritora famosa; Beth se ocupa junto con su madre del cuidado de la casa y siempre esta presta a apagar cualquier conato de disputa; Amy en fin, pese a ser la mas pequena, parece ser muy consciente de lo que quiere y de lo que le importa. Todas ellas inician, sin saberlo, un ano que marcara su desarrollo y su personalidad, pues a lo largo de el habran de buscar o encontrar su lugar en la sociedad y en el mundo, satisfaciendo cada una a su manera las expectativas sociales que les vienen impuestas o, como en el caso de Jo, impulsiva y viva de genio, resistiendose a ellas.

  • La aldea olvidada de Cleiomar Queiroz

    https://gigalibros.com/la-aldea-olvidada.html

    Una novela que aborda el mal que existe en cada uno de nosotros. Si, nadie es santo, pero todos merecen una segunda oportunidad, que solo es posible en el “pueblo olvido”.

  • El secreto de las hermanas Blackwood de Ellen Marie Wiseman

    https://gigalibros.com/el-secreto-de-las-hermanas-blackwood.html

    L CAPITULO 1 LILLY Julio de 1931 Blackwood Manor Horse Farm Debbin's Comer, Nueva York ILLY BLACKWOOD, DE NUEVE ANOS, SE PLANTO EN LA buhardilla del atico de Blackwood Manor por milesima vez, deseando que la ventana se abriera y poder asi oler el aire fresco. Al dia siguiente seria su cumpleanos y no podia pensar en un regalo mejor que aquel. Seguramente, papa le traeria un vestido nuevo y otro libro cuando volviera de Pensilvania, pero habia estado lloviendo y queria saber si afuera se estaba igual que adentro. Se pregunto si las gotas de lluvia habrian impregnado el ambiente de suavidad y frescura, como le pasaba al agua cuando se daba un bano de esponja. ?O afuera tambien estaria el aire caliente y pegajoso como el de su cuarto? Le habia pedido cientos de veces a mama que cambiara la ventana por otra que pudiera abrir, y quitar aquella reja enroscada para poder ver mejor, pero mama, como de costumbre, nunca la escuchaba. Si mama supiera que papa la dejaba jugar en la otra parte del atico cuando ella se iba a misa, papa estaria en apuros. Mas que cuando la enseno a leer; mas incluso que cuando le regalo una gata en su tercer cumpleanos. Lilly suspiro, saco el telescopio por el alfeizar, y arrimo el ojo. Por lo menos era verano y no tenia que rascar el hielo del cristal. Papa llamaba a aquella hora del dia <>, cuando el paisaje parecia pintado unicamente con dos colores, verde y azul. La hilera de pinos al otro lado del establo, pasando por los prados donde jugaban los caballos, parecia hecha del mismo fieltro que Lilly usaba como mantas para las munecas. Las sombras, cada vez mas oscuras, estaban por todas partes. Fue deslizandose por el borde del bosque buscando al ciervo que habia visto el dia anterior. Ahi estaba el sauce torcido; la roca junto al arbusto que el invierno pasado se puso roja; el tronco quebrado junto a la valla de piedra; y ahi estaba la... Paro y volvio con el telescopio a la valla. Habia algo diferente al otro lado del bosque, cerca de las vias del tren que atravesaban el lejano prado. Aparto el telescopio del ojo, parpadeo, miro nuevamente y jadeo. Le silbo el pecho, como cada vez que se ponia nerviosa. Habia una serie de luces azules, rojas, amarillas y verdes, como las que papa colgaba en su cama en Navidades, colgando sobre una gigantesca casa de tela. Habia otras luces rodeando mas casas con forma de fantasmillas regordetes. Lilly no pudo distinguir las palabras, pero tambien habia senales con letras iluminadas por bombillas de colores. Las banderas ondeaban desde lo alto de sus postes, y una linea de luces amarillas flotaba a lo largo de las vias del ferrocarril. Parecian las ventanas de un tren que estuviera detenido. Uno de los largos. Lilly dejo el telescopio, espero a que sus pulmones dejaran de silbar, fue a la estanteria y cogio su libro ilustrado favorito. Paso las paginas hasta encontrar lo que estaba buscando --un colorido dibujo de una tienda a rayas rodeada de vagones, caballos, elefantes y payasos--. Se apresuro de vuelta a la ventana para comparar la forma de la tienda del libro con la casa brillante del otro lado del bosque. Estaba en lo cierto. Era un circo. Y podia verlo. Normalmente, las unicas cosas que podia ver a traves de su ventana eran caballos y pastizales, y a papa trabajando junto a su ayudante junto a las vallas blancas, o el establo amarillo de los caballos. A veces, mama paseaba cruzando los pastos hasta el establo, con su larga melena rubia arrastrandose tras ella como un velo. Otras veces, los camiones paraban a la entrada del establo y el ayudante de papa subia y bajaba los caballos de los remolques o descargaba sacos y balas de heno. Una vez, dos hombres vestidos con ropas anchas --papa los llamo gandules-- se encaminaron hacia la entrada, donde el ayudante de papa salio a recibirlos con la escopeta. Cuando Lilly tenia suerte, podia ver a los ciervos asomando por el bosque, o a los mapaches corriendo a lo largo de la valla en direccion al cobertizo, o el tren acercandose por las vias. Y si pegaba la oreja a la ventana, el ruido de la maquinaria del tren o el pitido del silbido llegaban hasta ella atravesando el cristal. Pero ahora habia un circo ahi fuera, al otro lado de la ventana. !Un circo de verdad, en ese mismo instante! Por primera vez en su vida, estaba viendo algo diferente y lo estaba viendo en vivo, no en un libro ilustrado. Se puso muy contenta, pero al mismo tiempo, tambien se puso triste. Si no se hubiera pasado la tarde leyendo, habria podido ver como descargaban las cosas del circo en la parada del tren; podria haber visto como traian las tiendas; podria haber visto los elefantes, las cebras y los payasos. Ahora estaba demasiado oscuro para ver nada salvo las luces. Dejo el libro y conto los travesanos de la ventana. A veces contar la hacia sentirse mejor. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Nada. No funcionaba. No podia dejar de pensar en lo que se habia perdido. Apreto la oreja contra el cristal. A lo mejor podia oir los gritos del director o la musica del circo. Pero lo unico que oyo fue el pitido de su pecho y los latidos acelerados del corazon. En el alfeizar de la ventana, su gata, Abby, se desperto y parpadeo con somnolencia. Rodeo con el brazo al atigrado felino anaranjado, atrayendola hacia si, y hundiendo su nariz en el suave pelaje del animal. Abby era su mejor amiga y la gata mas lista del mundo. Podia apoyarse en sus patitas traseras para dar besitos y levantar la zarpita para tocarla y llamar su atencion. Incluso podia saltar a la cama de Lilly o bajarse de ella cuando se lo pedias. --Apuesto a que mama ira al circo --dijo Lilly-- porque la gente no le tiene miedo, asi que ella no tiene por que preocuparse de eso. La gata ronroneo. ?Como sera el hombre elefante?, se pregunto Lilly. ?Que se sentira al tocarle la piel arrugada y quedarte mirando esos ojos marrones y grandotes? ?Y montar en el caballo rosa y blanco de un carrusel? ?Como sera? ?O caminar entre la gente, comer cacahuetes y algodon de azucar? ?Y ver un espectaculo de leones autentico, en vivo y en directo? Habia noches en las que, tras apagar las luces y acurrucarse en la cama, los pensamientos salian de su mente abandonando la habitacion, corriendo escaleras abajo. Habia leido bastantes libros como para saber que la casa tenia mas de una planta, y se imaginaba a si misma escabullendose por el atico, encontrando una escalera, abriendose paso por las plantas inferiores de Blackwood Manor, y saliendo por la puerta principal. Se imagino alli fuera, con los pies sobre la tierra, respirando profundamente, oliendo a algo mas que madera vieja, telaranas y polvo caliente, para variar. Durante las visitas semanales de papa, uno de sus juegos favoritos consistia en adivinar a que olia su ropa. A veces olia a caballos y heno; otras veces a betun o humo, pan horneado o... ?Como se llamaba esa cosa que se suponia que era una mezcla de limones y cedro? ?Colonia? Bueno, fuera lo que fuese, olia bien. Papa le habia hablado mucho del mundo exterior. Tambien sabia como era por lo que habia leido en los libros, pero no tenia ni idea de lo que era sentir la hierba entre los dedos, ni como era el tacto de una corteza. Sabia que las flores eran aromaticas porque su padre le traia un ramillete cada primavera, pero se moria por pasear a traves de un campo de margaritas y dientes de leon y poder sentir la tierra y el rocio en los pies descalzos. Queria oir a los pajaros cantando y escuchar el viento. Queria sentir la brisa y el sol sobre su piel. Habia leido todo lo que se podia leer sobre plantas y animales, podia recitar el nombre de cada uno de ellos si era necesario, pero al margen de Abby y el raton que habia visto correr por el zocalo aquel invierno, jamas habia visto ningun otro animal de cerca. Su otro juego favorito era escoger un lugar en el atlas y leer todo lo que pudiera sobre el para, seguidamente, planear un viaje hasta quedarse dormida, decidiendo que hacer y donde ir cuando estuviera alli. Su lugar favorito era Africa, donde se imaginaba corriendo con los leones, los elefantes y las jirafas. A veces imaginaba que rompia la ventana de la buhardilla, se arrastraba hasta el tejado y se deslizaba hacia abajo por un lateral de la casa, escapando furtivamente hasta el establo para ver los caballos. Y es que por todo lo que habia visto y leido, eran sus animales favoritos, aparte de los gatos, por supuesto. No es solo porque fueran fuertes y hermosos, sino porque podian tirar de remolques, trineos y arados. Dejaban que la gente los montase y podian encontrar el camino de regreso a casa si se perdian. Papa decia que los caballos de Blackwood Manor estaban demasiado alejados de la ventana del atico, asi que Lilly los bautizo con nombres de su propia invencion: Gypsy, Eagle, Cinnamon, Magic, Chester, Samantha, Molly y Candy. Como le habria gustado acercarse a ellos, acariciarles las crines y cabalgar sobre sus lomos por los prados. Si esos estupidos barrotes de la ventana que mama decia que eran por su propio bien no estuvieran ahi... Entonces recordo la advertencia maternal, y sus suenos se convirtieron en pesadillas. --Esos barrotes son para protegerte --le habia dicho su madre en mas de una ocasion--. Si alguien se atreviera a entrar y te viera se asustaria, y trataria de hacerte dano. Cuando Lilly le pregunto por que tendrian que tener miedo de ella, mama le dijo que era porque era un monstruo, una abominacion. Lilly no sabia lo que era una abominacion, pero sonaba mal. Bajo los hombros y suspiro en mitad de la quietud de su habitacion. No habria circo para ella. Ni ahora ni nunca. Jamas podria salir del atico. El unico modo en el que podria ver el mundo seria a traves de los libros. Papa decia que afuera el mundo tampoco es que fuera una maravilla, como ella creia, y que debia estar agradecida y feliz por tener una cama caliente y comida que echarse a la boca. Habia mucha gente que no tenia casa ni trabajo, y tenian que hacer cola para que les dieran un trozo de pan y algo de sopa. Le conto algo sobre bancos y dinero, y no se que crisis financiera, pero ella no entendio ni jota. Y tampoco la hizo sentir mejor, la verdad. Rodeo a Abby entre sus brazos y se sento en la cama de hierro que habia medio escondida debajo de un rincon de papel pintado de un cielo azul redondeado. La lampara de su mesilla de noche proyectaba sombras alargadas sobre el suelo de madera, lo cual significaba que pronto oscureceria y seria hora de apagar la luz. No queria olvidarse de apagarla. De lo contrario, tendria que aguantar las monsergas de mama, siempre con la misma cantinela. Le habia dicho mas de cien veces que si alguien veia luz en su habitacion y la descubria alli se la llevarian lejos y nunca mas volveria a verlos. Pero la semana anterior hubo una noche que se olvido de hacerlo porque habia empezado a leer un libro nuevo y se habia quedado durmiendo. Dejo a la gata en la cama y examino las cicatrices de sus dedos. Papa tenia razon, la locion estaba surtiendo efecto. !Pero hay que ver como quemaba la llama de la lampara de mama! --La letra con sangre entra --habia dicho mama. Lilly estuvo a punto de preguntarle si la Biblia decia algo sobre aquello de la letra con sangre entra, pero al final no se atrevio. Se suponia que debia saber lo que decia la Biblia. --Me pregunto que haria mama si supiera que me paso el dia leyendo los libros de papa en lugar de esa vieja Biblia --le dijo a Abby. La gata restrego el hocico contra el brazo de Lilly. Despues se hizo un ovillo y se volvio a dormir. Cogio la Biblia de la mesilla de noche --no se habria atrevido a ponerla en ningun otro lugar --, movio el punto de lectura hasta situarlo unas cuantas paginas mas adelante, y volvio a dejarla en el mismo sitio. Mama solia revisar cuanto avanzaba la lectura, y si el marcapaginas no se movia, empezaban los problemas. De acuerdo a su madre, la Sagrada Biblia y el crucifijo que habia colgado en la pared sobre su cama eran las dos unicas cosas que necesitaba para ser feliz. El resto de cosas que habia en la habitacion eran cosa de papa: la mesa de mimbre para las fiestas de te, con tapete de encaje, su bandeja de plata y sus tazas de porcelana, la mecedora a juego y el osito de peluche que habia sentado en el taburete acolchado de color azul junto al armario; la casa de munecas con los muebles en miniatura y sus munequitas; la maqueta de la granja de animales asomando desde la balda superior de la biblioteca, con aquellas caras que parecia que se iban a poner a cantar de un momento a otro; tres munecas de porcelana con vestidos de encaje en un cochecito de bebes, de esas que tenian ojos que se abrian y se cerraban. Y, por supuesto, la biblioteca llena de libros. Hubo un tiempo en que parecia que no habia cosa en el mundo que papa no fuera capaz de darle, hasta que leyo Blancanieves y le pidio un espejo. A veces, en mitad de la noche, cuando estaba segura de que todo el mundo estaba durmiendo y no habia mas que una oscura negrura al otro lado de la ventana, encendia la luz y estudiaba su reflejo en el cristal. Lo unico que veia era una mascara fantasmagorica y borrosa devolviendole la mirada, con los barrotes rizados serpenteando sobre su piel. Observaba aquel reflejo blanco detenidamente, se tocaba la frente, la nariz y las mejillas, intentando hallar lo grotesco, o el trozo que faltaba, pero todo parecia encajar a la perfeccion. Cuando le preguntaba a papa que habia de malo en ella, le decia que para el era muy hermosa y eso era lo unico que importaba. Pero ponia ojos comicos cuando lo decia, asi que no creia que dijera la verdad. Pobre de el si mama llegaba a enterarse alguna vez, porque su madre siempre decia que mentir era pecado. Por suerte para el, ella nunca le delataria. Papa le habia ensenado a leer y escribir, a hacer sumas y restas. Fue el quien decoro las paredes de su habitacion con el papel pintado rosa, y era el quien le traia vestidos y zapatos cuando los que tenia se le quedaban pequenos. Traia comida para Abby y dejaba que Lilly fuera a la otra parte del atico para que pudiera estirar las piernas. Una vez, hasta trajo un fonografo para ensenarle a bailar el charleston y el tango, pero ella se ahogo de cansancio y tuvieron que parar. Le encantaba la musica. Le suplico que dejara el fonografo en su habitacion pero tuvo que llevarselo de vuelta abajo, y es que si mama se hubiera llegado a enterar de que lo habia cogido, se habria puesto hecha una furia.

  • La creacion de Eva de Federico Jeanmaire

    https://gigalibros.com/la-creacion-de-eva.html

    Maruja acude a una iglesia porque necesita confesarse con el parroco del pueblo, el padre Jorge. Esta desesperada y se siente sola. Su pareja, el doctor Milbergen, ha muerto y teme que su cunado se quede con la casa. La confesion de Maruja se remonta a los anos en que su nombre era Jose Maria, los inicios de su relacion con el doctor, la operacion de cambio de sexo y los veinte anos de convivencia y amor que mantuvieron. Pero Maruja ve y describe el mundo en clave femenina, y de esa manera se apropia de la lengua como contrapeso de la mirada masculina que no solo impone el lenguaje. Tambien esta la mirada inquisitoria de los otros y de la propia Iglesia. Con esa particular manera de expresarse y en su dialogo confesional con el parroco, Maruja cuestiona temas como la transexualidad, la religion, la mentira, el deseo, la moral y el uso de la lengua.
    Al igual que en Mas liviano que el aire, Federico Jeanmaire devela, con humor y agudeza, la confrontacion que existe sobre las formas de ver, de vivir y de nombrar el amor.

  • Ojo de dragon de Andy Oakes

    https://gigalibros.com/ojo-de-dragon.html

    Ocho cuerpos terriblemente mutilados hasta ser irreconocibles aparecen encadenados en los lodos del rio Huangpu, en la moderna Shanghai, enfebrecida de ambicion, dinero y desarrollo. Por la precision de las heridas y la brutalidad de los crimenes, todo parece indicar que los asesinos no son delincuentes comunes. A la hora de investigar el caso, el investigador jefe Sun Piao no cesa de hallar obstaculos administrativos, no exentos de intimidaciones. Piao sabe que deberia abandonar el caso, pero no es la clase de policia que este dispuesto a hacerlo. “Ojo de dragon” es una inquietante y arrolladora novela de intriga situada en la pujante pero siempre reservada China moderna. Andy Oakes (Londres, 1952) fue distinguido con el Premio Europeo de Crimen y Misterio 2004 por esta novela. Es un gran conocedor de la Republica Popular China, donde ha trabajado y cuyo territorio ha recorrido en numerosas ocasiones.

  • Los lazos de Argel de Myriam Millan

    https://gigalibros.com/los-lazos-de-argel.html

    Zahara de los Atunes, 1577.
    Una galera de piratas bereber asalta un tranquilo pueblo pesquero en mitad de la noche.
    Maria, una humilde cabrera y su pequeno hijo Julio, son secuestrados en su propia cama, encadenados y embarcados hacia lejanas tierras musulmanas.
    Nada mas pisar tierras musulmanas y aun sin ser conscientes de sus nuevas vidas, son llevados a un mercado de esclavos, donde Maria presencia como venden a su hijo, delante de sus propios ojos, por un punado de monedas.

  • Cual es tu historia de Ana Paula Benitez

    https://gigalibros.com/cual-es-tu-historia.html

    Al desnudo, esta historia comenzo asi. Desperte aquella manana con casi la mitad del cuerpo sobre el escritorio. Me habia quedado escribiendo hasta muy tarde y, como siempre, me habia dormido frente a la laptop. Mire la pantalla por un momento y note que al menos no habia arruinado la escritura. Si habia babeado el escritorio de manera descomunal… Buen trabajo. Mire hacia la ventana y la luz del sol me cego por unos segundos. Me cubri los ojos con una mano y me apoye en el escritorio con la otra. Me levante y camine lentamente hacia la ventana. Sin antes bostezar y estirarme, corri las cortinas blancas y abri un poco la ventana para que el viento de la manana refrescara la habitacion. Me voltee y camine hacia la cocina con la idea de prepararme un cafe, pero no pude ni siquiera completar medio trayecto cuando fui atacada por una pieza de Lego. Si, leyeron bien. --!Ah! !Tony! !Deja de robar las cosas de los vecinos! --Con furia me dirigi hacia la cuna del gato y como de costumbre me encontre con nadie--. Desagradecido, te compro una cuna hermosa y sigues durmiendo en cualquier otro lado. !?Sabes cuanto cuesta una cuna como esa?! Calle al darme cuenta de lo inutil que era quejarme. Aun asi, se sentia muy bien. Escuche un estruendo en el patio trasero del edificio y al fin supe hacia donde debia gritar. Corri hacia la ventana y sali al balcon cargada de colera y autoridad. Asi es, soy duena de un gato y lo trato como tal... o algo asi. --!Tony! !Te voy a matar! Mire hacia el patio y note que el causante de tal estrepito no habia sido Tony. Despegue los labios para hablar, pero lo unico que salio fue un balbuceo bastante incoherente. --Hola. Al desnudo, asi comenzo. Un hombre de tez palida y ojos azules y profundos estaba parado detras de una reposera. Se veia muy nervioso y apresurado. Y lo unico que traia puesto era un reloj de oro. ?Quien era el? ?Por que estaba desnudo? ?Donde estaba Tony? Frunci el ceno y abri la boca de nuevo, pero segui sin hablar. --Tuve una mala noche --bromeo el--. ?Podrias ayudarme? --Am... --!Vivo en el noveno piso! --aclaro repentinamente--. No soy un extrano. Tu eres la duena del gato cleptomano, ?verdad? --S-Si. Mi Tony es popular entre los vecinos. --Entonces... ?me ayudas? --!E-Espera alli! Me voltee y corri hacia el dormitorio. Resbale con un calcetin y cai de espalda. Oh, bendita habitacion la cual no habia ordenado desde la ultima visita de mi madre... Tome una toalla y corri hacia el balcon de nuevo procurando no pisar otro calcetin asesino. Arroje la toalla por el balcon y le indique a mi desvestido vecino del noveno piso que esperara en la puerta. Me coloque las pantuflas y baje por el ascensor hasta la planta baja. Estaba nerviosa, avergonzada, como siempre cuando tenia que socializar con alguien. Abri la puerta y mi vecino entro con una sonrisa y una expresion de alivio en el rostro. --Gracias. --De nada. Hice una mueca nervuda con los labios y me mire los pies. --Necesitaria otro favor --mi vecino se rasco la nuca al hablar. Luego bufo, pero no dejo de sonreir ni por un segundo. --Claro. --?Me prestarias tu telefono? Necesito llamar al cerrajero para que abra la puerta, no tengo las llaves encima y, bueno... Hizo un ademan y al fin deje escapar una risilla. --No hay problema. Subimos por el ascensor en silencio, ni siquiera me atrevi a verlo. Escuche alguna que otra risa suelta en el aire por parte de el, pero no me atrevi a mirar ni una sola vez. !Adios, manana cuasi tranquila! --Soy Benjamin. --Cara. --?Cara? --Si. --Ya veo. Benjamin apreto los labios y contuvo la risa. Lo ignore por completo. Habia sido el centro de bromas en la escuela primaria y secundaria, ya estaba acostumbrada. Entramos al departamento y me dirigi a la mesa del comedor en busca del telefono celular. Escuche que la puerta de la entrada se cerro con suma delicadeza y supuse que aquel hombre envuelto en la toalla era bien educado. --Ten. --Le entregue el telefono y me aleje mientras el marcaba el numero--. Tony --murmure --. Tony, ?donde te metiste? Me incline un poco para mirar debajo de la mesa, pero no encontre nada. Junte el bloque y lo sacudi de arriba abajo por unos segundos, en silencio trate de especular donde podria estar husmeando mi felino amigo. --?Tony? --la voz de Benjamin me hizo voltear. --Mi gato --respondi mientras me sumergia en aquellos orbes llenos de curiosidad--. Sientate... donde quieras. Lo siento. Educacion Cara. Se educada tambien. --Estoy bien --contesto sin dejar de mirar los cuadros--. Bonita decoracion. --Gracias... --En especial las tazas sucias y los paquetes vacios en el escritorio --menciono y apunto el escritorio con el dedo indice. --Es mi zona de trabajo --trate de defender injustificable. --Oh, claro, necesitas ese paquete para... ?En que trabajas? --Con una ceja arqueada hacia arriba me miro. --Soy... escritora. --!?Escribes?! !Eso es fantastico! --?Eso es ironia? --pregunte con desconfianza. --?Que? !No! ?Por que haria algo como eso? Am... ?Porque la mayoria del tiempo las personas que conozco piensan que no es un trabajo real? ?Porque ni siquiera mi madre esta conforme con lo que hago? --No lo se --bufe y oculte la verdad en tres palabras. Note un brillo especial en los ojos de Benjamin. Aquel hombre con clase paso a comportarse como un nino en cuestion de segundos. --?En serio crees que es fantastico? --!Por supuesto! --Benjamin alzo las manos en el aire y me miro como si fuera una ingenua--. Me encantan los libros --comento--. Quiero decir, los buenos libros --esclarecio--. Cuando era pequeno no tenia muchos amigos. --?En serio? Con esa increible apariencia era dificil de creer. Lindos ojos, lindos labios, lindos modales... --Oye --Benjamin murmuro ofendido--. Me enfermaba mucho, tenia un sistema inmunologico deplorable. --Alli iba el y sus complejas y elegantes palabras. Benjamin se rasco la nuca por unos segundos, suficientes como para permitirme memorizar los detalles de su sonrisa--. Leia muchos libros --conto el--, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Mark Twain, ?los conoces? --No personalmente --bromee--. Pero si, los he leido. --Lo que hacen con las palabras --hablo inmerso en su mundo--. !Son artistas! ?No crees? -- Asenti con la cabeza y el me senalo--. Los escritores son artistas, nobles artistas que viven haciendo lo que aman y que no son tan valorados como deberian. --Supongo --murmure. No supe que decir, senti las mejillas calidas y me rasque la nariz para tratar de ocultar el notorio rubor que probablemente tenia en el rostro. --!Claro que si! --reafirmo--. Crean mundos, personas, historias... --Benjamin miro el escritorio--. Pero tu casa es un desastre, si me permites decir. Benjamin tenia un modo bonito de insultar a las personas. Te ofendia, pero con cierto respeto que te provocaba mas frustracion que enojo. Benjamin se coloco las manos en la cintura, pero segundos despues cambio de postura y se puso en accion. Mi vecino tomo algunas tazas de sopa instantanea sin esperar un segundo mas y las tiro en el tacho de basura. Luego camino hacia el escritorio, arrugo los paquetes vacios e hizo lo mismo que antes. Yo solo admire la espalda de Benjamin en silencio por unos segundos. --Oye, no hagas eso. Excelente reaccion, Cara, verdaderamente apresurada y certera. --?Acaso los necesitabas? --pregunto con ironia. --N-No, pero... --?Pero...? --Es mi casa. --Y se nota --bromeo Benjamin. --!Oye! --No creo que sea una buena idea tener tantas cosas tiradas, al menos que estes construyendo una granja de cucarachas en tu propia sala. --Tal vez lo este haciendo. --?Si? --Son populares en los paises asiaticos. Benjamin dejo escapar una risilla y miro el polvo de los estantes con cierto pudor. --Oh, ya entiendo --susurre. --?Que tienes un gran problema? --No --respondi--, eres un obsesivo compulsivo por la limpieza. Benjamin me miro con la boca abierta y sonrojado, aun mas sonrojado que yo. !Touche! --!El cerrajero! --cante con felicidad al oir el timbre del departamento. Ignore los reproches de Benjamin y atendi al cerrajero con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando al fin el cerrajero pudo abrir la puerta, Benjamin me agradecio una vez mas y se despidio. Y asi, la tortura comenzo. 1 Drama innecesario ?Por que tortura? Porque al dia siguiente de aquel encuentro no tan maravilloso decidi salir al mundo por uno de los objetos mas preciados por el ser humano y al volver a mi dulce hogar me encontre con que Benjamin estaba esperando frente a la puerta. --Es un chiste --dije con la bolsa de arena para gato aun en brazos. --No --respondio con seguridad--. No puedo dejar que esa cosa nos consuma a todos. --?Cosa? --Solo abre. --De acuerdo. --?Y tu gato? --Todavia no volvio. --Tal vez este muerto debajo de toda esa basura. --!No bromees con eso! --No era una broma. Tony no estaba muerto. Volvio horas despues con la ropa interior de la vecina del quinto piso. Un gato cleptomano y un vecino obsesivo compulsivo, fantastico. --Tu casa no se ve tan mal cuando esta limpia. --Benjamin dejo la escoba por un momento y suspiro cansado. --Tienes razon. Mire a Benjamin y comence a reir sin poder evitarlo. El me miro con cierta incredulidad y curiosidad. --Esperaba un agradecimiento. --!Lo siento! Me cubri el rostro para que no me viera reir. Benjamin se veia muy gracioso con el delantal puesto, y los guantes, y el panuelo en la cabeza, y las mejillas rosadas de tanto trapear. Eso si, conste que yo no lo habia obligado a nada. El se ofrecio solo. Bueno, “ofrecer”, mas bien, se metio en mi departamento y lo considero parte de su habitad natural, pulcro y refinado. --Grosera. Me compuse segundos despues y lo mire con cierta pena, pero me di cuenta que el solo estaba bromeando. Benjamin sonrio un poco y se saco el panuelo de la cabeza. Se sento en el sofa y Tony se acerco a el. --?Tienes agua al menos? --Si. Fui a la heladera a buscar la botella y el aprovecho la oportunidad para mirar mi trabajo en la laptop. Ignoro el interrogatorio realizado por los maullidos extranos de Tony, se saco los guantes y enseno el reloj de oro. Se sento en la silla del escritorio y en silencio leyo algunas oraciones. Observe como los labios de Bejamin se movian mientras el pronunciaba de manera inaudible cada palabra. Note que reaccionaba con cada palabra, que las sentia, y que sus ojos brillaban con cada uno de esos sentimientos. Trague saliva al ver que estaba sucediendo. Me estaba enamorando. --Escribes muy bien. --Supongo. --Algo detallista. --?Lo crees? --Si, es como si observaras demasiado las cosas. --Mi madre siempre dice eso --comente mientras dejaba un vaso de agua fresca en el escritorio--. Que observo mucho, que pienso mucho. --?Lo haces? --Eso creo. --?Tienes portavaso? Tome un papel lleno de garabatos y se lo di. Benjamin tomo el papel y bufo por la nariz. Mi vecino del noveno piso bebio un poco de agua y dejo el vaso encima del papel. --Di algo de mi. --?Sobre ti? Aquella pregunta me tomo por sorpresa. --Si, algo. Note que los labios de Benjamin estaban humedecidos por el agua y sonrei un poco. Entrecerre los ojos y mire hacia la ventana, luego volvi a mirar a Benjamin y deje escapar aire por la boca. --Cuanta concentracion --bromeo el. Benjamin sonrio un poco y el foco imaginario se encendio encima de mi. --?Que tal tu sonrisa? --?Mi sonrisa? Benjamin amplio mas aquella mueca de felicidad cuando escucho mis palabras. --Si... por ejemplo, cuando te ries, tus labios se estiran junto con tus fosas nasales --le explique. El se toco la nariz, curioso--. Tienen una perfecta armonia, y se hacen unas pequenas muecas en los costados, como unos hoyuelos casi perfectos... casi. --Arrugas, malo para mi edad. Rei un poco y negue con la cabeza. --Pero cuando sonries con tranquilidad no se notan las muecas y los labios se vuelven mas finos y delicados, como si supieran que era el momento perfecto para moverse de aquella manera. --Por algun motivo habia bajado el tono de voz al hablar. Note que me habia inclinado para verlo mejor y que estaba demasiado cerca de el--. !Sin mencionar que parecen bien cuidados! --Me separe casi un metro de el. Lo se, a veces exagero demasiado--. ?Usas manteca de cacao? --Solo en invierno --dijo con una sonrisa burlona. --Y esa sonrisa burlona de costado es muy diferente a la ganadora o a la nerviosa. --?Existen mas sonrisas? --Si --respondi. Hice un ademan para que se moviera. Benjamin se levanto de la silla y se paro al lado del escritorio. Yo me sente en la silla y respire hondo para tratar de concentrarme y volver al trabajo. --Eres muy buena --murmuro Benjamin--. Pero no sabes nada de los detalles del hogar. Puse los ojos en blanco y deje escapar un quejido. Quise enojarme, quise sentirme ofendida. Pero no pude hacerlo ni un poquito. Tampoco pude evitar enamorarme de el. Aprendi cada detalle de el como si fuesen parte de una pintura. Desde el lunar debajo de su barbilla hasta la profundidad de su voz. El dia que nos conocimos, el habia salido con una chica por segunda vez. Una chica a la que jamas habia llamado de nuevo, a la que creyo jamas haberla visto o invitado a una cena y con la que aprendio una gran leccion. La dulce venganza de una mujer resentida. La mujer lo dejo en un cuarto de hotel, desnudo, atado a la cama y solo con el reloj para que se preparara cuando la mucama entrara y lo viera alli con una camara a un lado, una nota, y una foto de el desnudo. Rei lo suficiente como para que el tambien se riera de la desgracia que le habia pasado. Odie eso, odie caerle tan bien. Odie aquella sonrisa y aquellos gestos. Y los ame, ame todo de el. Odie que me abrazara cada vez que queria y que se parara tan cerca para leer la pantalla. Odie que me ayudara a escribir porque me resultaba cada vez mas dificil ser independiente. Depender de alguien de aquella manera... pateticamente romantico. Y ame los abrazos, calidos y llenos de afecto. Ame los juegos y las palabras aburridas que salian de su boca. Ame el orgullo que le salia por los poros cada vez que hablaba del trabajo, de alguna mujer o de un buen dia. Ame cuando bromeaba con sinonimos absurdos e inexistentes. Ame aquella sonrisa variante, aquellos ojos brillantes y aquella actitud deslumbrante. Amar y odiar al mismo tiempo las mismas cosas solo me hacian sentir confundida y nerviosa. Era una tortura eterna. Una tortura que yo misma cree.

  • El vigilante del fiordo de Fernando Aramburu

    https://gigalibros.com/el-vigilante-del-fiordo.html

    El <> es un hombre de mediana edad destinado a una inhospita cabana solitaria, en las orillas de un fiordo noruego, con la mision de alertar de la presencia de terroristas en la zona, por lo que debe permanecer dia y noche ojo avizor. Esa situacion de pesadilla, intimamente relacionada con el enloquecedor sentimiento de culpa que asedia a un funcionario de prisiones, conforma la atmosfera claustrofobica del relato que da titulo a este excepcional libro de cuentos. Y algo de esa angustia provocada por el terrorismo se reconoce tambien en <>, donde el miedo empuja a un matrimonio a huir de ciudad en ciudad, o, ya en su maxima expresion, en <>, un mosaico impactante a partir de las vivencias de varios personajes en la tragedia del 11-M. Otras conmociones mas intimas se recrean en la historia del adolescente que descubre la catadura moral de su padre durante unas vacaciones; en el personaje que se encuentra cada dia con el dolor de una mujer que llora en una estacion de metro, o en el que asiste a su propia muerte.

  • Amar de Paz Iribarne

    https://gigalibros.com/amar.html

  • El expediente Vaterland de Volker Kutscher

    https://gigalibros.com/el-expediente-vaterland.html

    Una nueva entrega de Babylon Berlin, la saga del detective Gereon Rath ambientada en el Berlin de los anos treinta.

  • A tu lado puedo ser feliz de Sophie Saint Rose

    https://gigalibros.com/a-tu-lado-puedo-ser-feliz.html

    Un portazo en la planta baja indicaba que su hija habia llegado a casa. - ?Selina? -!Estoy aqui, mama! -respondio subiendo las escaleras. Agotada aparto su melena rubio platino de su hombro para sujetar la correa de su bolso y evitar que se le cayera.- ?Ocurre algo? Porque he quedado con Stayce para ir a una fiesta y todavia tengo que cambiarme- dijo yendo hacia su habitacion. Su madre la intercepto al salir de la habitacion de sus padres. La miro con sus ojos marrones como si quisiera matarla y por el vestido negro de lentejuelas que llevaba se dio cuenta de que querria que se quedara en casa. -Me dijiste que hoy te quedarias con Rebeca. Bufo enfadada al oirla - ?Por que tengo que quedarme cuidandola cada vez que salis? !Contratar una ninera, como todo el mundo! Paso ante su madre que parecia a punto de estrangularla - !Sera porque no haces nada en todo el dia, salvo ir de compras! Miro asombrada a su madre - ?Que no hago otra cosa? !Solo gasto mi asignacion! -!Que es muy generosa para mi gusto!- grito de los nervios- Ni estudias, ni trabajas. Solo te pedimos que cuides de tu hermana cuando no estoy en casa !Tampoco es para tanto! Entro en su habitacion furiosa - !Estoy harta! !Aqui no tengo intimidad, por no decir que siempre te tengo detras para decirme lo que tengo que hacer! !Tengo veinticinco anos, por el amor de Dios! -!Pues consigue un trabajo y vete de casa! Eso si que no se lo esperaba. Habian sido ellos los que le habian dicho que no se fuera cuando termino la universidad. Que ahora se lo echaran en cara, era el colmo. Habia sido ella, la que dijo que la echaria de menos y su padre, el que le dio la asignacion para que se sintiera independiente.- ?Que consiga un trabajo? Su madre desvio la mirada y Selina vio el pasador de diamantes de su abuela en su recogido.-Mama - dio un paso hacia ella asombrada- ?Ese es mi pasador? Su madre se sonrojo llevando la mano hasta su pelo tenido de rubio- ?No te importa, verdad? Me quedaba bien con este vestido. Selina entrecerro los ojos. No le hacia mucha gracia que su madre lo hubiera sacado del banco pues era muy valioso, pero ese no era el tema que estaban discutiendo.- Da igual- dijo poniendo los brazos en jarras ensenando el vestido de seda rosa que llevaba- Ese no es el tema. Me dijisteis... Su madre hizo un gesto con la mano sin darle importancia- ?Te quedas con tu hermana? Se miraron a los ojos. Los verdes de Selina refulgieron de furia- !No! Su madre, Regina Corrington la miro furiosa- !Muy bien, llamare a la ninera!- salio de la habitacion dando un portazo y durante un segundo se sintio culpable. Durante un segundo - Que contraten una ninera. -dijo entre dientes recogiendo sus bolsas. Al dia siguiente estaba recostada en la tumbona de la piscina leyendo una revista cuando aparecio su madre. Todavia estaba enfadada y Rebeca le dijo en voz bajaAhi viene... Miro a su hermana de siete anos que era un reflejo de ella misma y sonrio guinandole un ojo. Su hermana con su bikini rosa salio corriendo hacia su piscina infantil pegada a la de adultos- !Selina!- los tacones de su madre resonaron en el terrazo de la piscina. -?Si, mama?- pregunto sin levantar la vista. -?Te dije que dentro de una semana me voy a Paris y que te tienes que hacer cargo de tu hermana? No se lo habia dicho y lo sabia de sobra. Se lo decia ahora porque despues de lo del dia anterior esperaba que se sintiera culpable.-No, no me lo habias dicho- la miro sonriendo- ?Por que no te la llevas? Esta de vacaciones de verano. Su madre entrecerro los ojos- Tu padre estara muy ocupado... -Pero tu no- se levanto de la tumbona poniendose a su altura -Puedes ensenarle Paris mientras os vais de compras. -Tu no tienes que hacer nada y cuando vayamos a las cenas de negocios no tendremos que dejarla sola en el hotel. Se miraron evaluandose durante unos segundos - Muy bien, entonces me voy con vosotros a Paris. -!Ni hablar! Te quedaras aqui con tu hermana. Punto- dijo furiosa.- !Se te va a acabar toda esta tonteria! -No me importa quedarme con ella -dijo senalandola- !Pero no voy a dejar que me utiliceis a vuestro antojo! -!Haras lo que yo diga mientras vivas aqui! !Se te acabo esta vida de lujo sin hacer nada! -?Que ocurre aqui?- la voz de su padre resono en toda la piscina. Alto y moreno, todavia se conservaba bien para los cincuenta y dos anos que tenia. Las miro con sus ojos verdes a las dos - ?A que vienen esos gritos? -Tu hija no quiere hacer nada que no sea tomar el sol e ir de compras a Rodeo Drive- dijo su madre con desprecio dejandola atonita. -!Te recuerdo que fuiste tu la que me dijiste que no buscara trabajo cuando termine la universidad! -!No tienes necesidad de trabajar pero no significa que hagas el vago todo el dia! -!No, tengo que hacerte de ninera! -!Silencio!- su padre las miraba como sino las conociera- Regina- le dijo a su madre- ?le dijimos a Selina que no se buscara trabajo y ahora se lo echas en cara?- Selina sonrio ironica mirando a su madre con los brazos cruzados. Su hermana paso tras ella y le dio un azote en el trasero con su manita mojada. Su padre la miro a ella- y tu... !porque ayudes en el cuidado de tu hermana no creo que te vayas a agotar! Se sonrojo ligeramente -No es eso, papa. No me importa cuidarla pero siempre me avisa en el ultimo momento. Ayer me lo dijo cuando iba a salir y pretendia que anulara mi cita. -Pues del viaje a Paris te aviso con tiempo -dijo sonriendo ligeramente- Asi que ya sabes... No soportaba que la trataran como a una nina y la fastidiaba que le echaran en cara que no trabajaba- Esta bien. Me quedo con Rebeca. Su madre asintio satisfecha y se giro para mirar triunfante a su marido que todavia seguia muy serio. – Selina... -?Si, papa?- pregunto entre dientes. -Quiero que revises unos disenos que tengo que llevar a Paris.-dijo indicandole con la cabeza que lo acompanara. Se puso el caftan sobre su bikini azul electrico y le siguio por el camino que llevaba a la casa. No hablaron hasta llegar al despacho -Pasa -dijo dejandola pasar al enorme despacho donde trabajaba por las tardes. Cerro la puerta tras ella y suspiro- No te enfades. -No me enfado. -Tu madre no nacio en esta vida y todavia le sorprenden ciertas cosas.- dijo llegando a su escritorio

  • Hambrienta de Alissa Bronte

    https://gigalibros.com/hambrienta.html

  • La terapia de Dara Meier

    https://gigalibros.com/la-terapia.html

    ?Cuanto poder ejerce nuestro pasado, nuestra infancia, en nuestro presente? Los protagonistas de esta novela se veran obligados a echar la vista atras para poder comprender su presente, para ser capaces de tener un futuro sin cargas. Marena y Nico deberan, bajo la supervision de un psicologo algo (muy) especial, someterse a una terapia experimental. En ella aprenderan, sobre todo Marena, que no todo lo que tenemos como certeza lo es. Nico, por su parte, debera aprender una leccion que todos los padres tarde o temprano afrontan. Una guerrera con armadura de cristal, un mecanico con fijacion por las luciernagas, un psicologo con alma de duendecillo irlandes, unos futuros padres adorables… Una dura historia que emociona pero que no deja de lado el humor, porque…. por muy mal que estemos, siempre debe haber sitio para la sonrisa.