• libro la isla de la memoria - Karen Viggers

    https://gigalibros.com/la-isla-de-la-memoria.html

    Mary, la mujer del farero de la Isla de Bruny durante cuarenta anos, solo quiere pasar sus ultimos dias en paz, lejos de un hospital. Pero la llegada de una inesperada carta trastocara todos sus planes.
    Con ella volveran los fantasmas del pasado, que llevaran a Mary a instalarse de nuevo en su adorada y salvaje isla. Alli, recordara y recorrera los escenarios de su juventud, y debera hacer frente a los secretos que tan bien habia sabido ocultar. Ahora, sin nada que perder, ha llegado el momento de saldar cuentas con el pasado y dejar que la verdad salga a la luz.

  • LA ISLA DE LA MEMORIA | KAREN VIGGERS | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-la-isla-de-la-memoria/9788467052480/6433883

    Sinopsis de LA ISLA DE LA MEMORIA ... Una mujer al final de su vida. Un hombre incapaz de retomar la suya. Mary, la mujer del farero de la Isla de Bruny durante ...

  • La isla de la memoria (Espasa Narrativa) Versión Kindle

    https://www.amazon.es/isla-memoria-Karen-Viggers-ebook/dp/B07CMKNRP3

    Mirar en el interior de este libro. La isla de la memoria (Espasa Narrativa) de [Karen Viggers, María José. La isla de la memoria (Espasa Narrativa) Versión ...

  • La isla de la memoria (Espasa Narrativa) Tapa dura - Amazon ...

    https://www.amazon.es/isla-memoria-Espasa-Narrativa/dp/8467052481

    La isla de la memoria (Espasa Narrativa) : Viggers, Karen, Díez Pérez, María José: Amazon.es: Libros.

  • Reseña: La isla de la memoria - Karen Viggers - A través de ...

    https://atravesdunlibro.blogspot.com/2018/09/resena-la-isla-de-la-memoria-karen.html

    11 sept 2018 — ¡Hola! Parece un libro bastante interesante y seguro que vale la pena así que no lo descarto. Un besote :) ResponderEliminar. Respuestas.

  • La isla de la memoria, de Karen Viggers - Blog de Juan Herranz

    https://www.juanherranz.com/libro-la-isla-de-la-memoria/

    Desde la isla de Bruny un viejo faro tiene todavía mucha luz que irradiar. ... Ya puedes comprar la novela La isla de la memoria, el nuevo libro de Karen ...

  • LA ISLA DE LA MEMORIA (Libro en papel) - Unebook.

    https://www.unebook.es/es/libro/la-isla-de-la-memoria_80149

    LA ISLA DE LA MEMORIA, KAREN VIGGERS, 20,90€. Mary, la mujer del farero de la Isla de Bruny durante cuarenta años, solo quiere pasar sus últimos días en paz ...

  • la isla de la memoria - Machado Libros.

    https://www.machadolibros.com/libro/la-isla-de-la-memoria_536925

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  • la isla de la memoria - Machado Libros.

    https://www.machadolibros.com/libro/la-isla-de-la-memoria_557627

    LA ISLA DE LA MEMORIA, VIGGERS, KAREN, 9,95€. Mary, la mujer del farero de la Isla de Bruny durante cuarenta años, solo quiere pasar sus últimos días en paz ...

  • LA ISLA DE LA MEMORIA - KAREN VIGGERS - Agapea

    https://www.agapea.com/Karen-Viggers/La-isla-de-la-memoria-9788467052480-i.htm

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  • LA ISLA DE LA MEMORIA - KAREN VIGGERS - Agapea

    https://www.agapea.com/Karen-Viggers/La-isla-de-la-memoria-9788467056358-i.htm

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  • El murmullo de los arboles de Karen Viggers

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    Leon siempre ha cuidado de la gente que tenia a su alrededor y de los arboles de su parque. Ahora, lejos de su isla de Bruny natal, al sur de Tasmania, el joven debera encontrar su lugar en el mundo, hacer amigos y descubrir su objetivo en la vida. Su nueva vida entre hombres duros que se dedican a la tala de arboles no sera facil. Leon crea nuevos lazos de amistad con Max, un nino acosado por sus companeros de colegio, y Miki, una chica que anhela ser libre y escapar del yugo de su hermano, que la condena a vivir recluida y sin poder moverse con libertad. Cuando los intereses de su nueva comunidad choquen con la conservacion de un eucalipto milenario, Leon debera decidir que significa ser un buen hombre.

  • Amor en V.O. (HQN), Carla Crespo de Carla Crespo

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  • Rosas al corazon de Amanda Seibiel

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    Mi hermana me tenia la cabeza hecha un bombo de tanto hablar. No hacia mas que quejarse del idiota de su exmarido. Yo estaba tan aburrida y tan agotada que me deje caer en la cama del hotel como una muneca de trapo. Acababa de aterrizar a Nueva York y solo pensaba en regresar a Valencia. Llevaba quince anos yendo y viniendo a esta ciudad y cada vez me gustaba menos. Solo habia sacado dos cosas en claro de todo esto: hablar un ingles perfecto y saber que es lo que no queria en la vida: un marido. --Patricia, ?puedes callarte un momento? --dije--. Ya se que James es un capullo en toda regla, pero dejame descansar un poco. Acabo de llegar y estoy molida. Mi hermana puso cara de ofendida y se echo a llorar. Mi cunado se la habia liado bien gorda con los ninos y ese era el motivo de mi repentina presencia en Nueva York. Patricia se habia casado con James quince anos atras. Se conocieron un verano en Valencia y el yanqui se trajo a mi hermana para los Estados Unidos, donde se casaron y tuvieron dos ninos: James Junior y Dakota. Todo iba genial hasta que el se canso de mi hermana y la vida juntos se hizo insoportable. James utilizaba a los ninos como moneda de cambio, hasta que a ella se le inflaron los ovarios. Su ultima ocurrencia fue durante las vacaciones de verano: se presento en la casa de mi hermana diciendo que iba a pasarlas alli, que no tenia donde quedarse y que los ninos debian estar en el hogar conyugal. Mi hermana me llamo histerica a Espana, con una voz totalmente desesperada: --Ese cabron quiere amargarme la existencia. Si pretende que comparta el mismo techo que el va listo. Antes me lo cargo. --Relajate --respondi--. Lo que pretende es sacarte de tus casillas y, por lo que veo, lo esta consiguiendo. --?Como voy a relajarme, Carla? No se que hacer. Mis ninos son lo primero, pero no soporto a James. Intenta desquiciarme. Ya me ha hecho mucho dano, tu lo sabes. James la habia enganado y luego se lo nego vilmente. Era un cabron de mucho cuidado. Me jodia escuchar a mi hermana en ese estado y mas estando sola en un pais desconocido.

  • La puerta de Abadon (The Expanse 3) de James S. A. Corey

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    La tercera parte de <>, la saga superventas de The New York Times en que se basa la exitosa serie de television homonima producida por Syfy y emitida en Netflix.

  • Sol y Sombras de Lourdes Tello

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    Cuando la vida te da una oportunidad.
    Julia es consciente de su vida rutinaria. Su marido y sus hijos son maravillosos, pero ya no puede mas. Sus amigas son las unicas que la alientan a continuar con sus ilusiones. Quiere vivir, desea algo diferente y necesita dedicarse a algo que la llene.
    Un dia conoce de forma casual a Emmanuel, director de una ONG, hombre comprometido con los mas desfavorecidos. El cielo se abre para Julia cuando Emmanuel le propone un puesto en su organizacion. Los suenos y las ilusiones parecen alentar otra vez la vida de Julia, pero sus deseos tambien van a tocar su corazon, llevandola a los reconditos paisajes de Africa, donde revivira una pasion que hacia anos que no sentia. Desde ese momento, Julia no volvera a ser la misma y debera preguntarse si el nuevo camino que ha decidido recorrer no sera un viaje sin retorno.

  • La teoria del todo de Stephen Hawking

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    Una manera clara y amena de acercarse a los misterios del universo.

  • Vienen por ti de Andrea Larrabe

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    La primera novela de romance paranormal adolescente escrita por la periodista Andrea Larrabe.

  • Si no fuera mi jefe de Daniela Briana Jones

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    Peter es un empresario de exito tozudo y con impetu ganador…
    Claudia es una abogada que esta dispuesta a todo para encontrar trabajo…
    Ellos se conoceran en un incidente y luego tendran que trabajar juntos…
    ?Que haria ella ante su fibroso y atletico cuerpo si no fuera su jefe?
    ?Que haria el si sus curvas no se interpusieran en su destino?

  • Yo (El Juego1) de Azminda Cangar

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    Erotismo + Amor = El Juego

  • Descubriendo los secretos del macho alfa de Alex Vera

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    Una novela romantica de lectura ligera donde el amor, el suspenso, el romance, la aventura, el erotismo y la intriga, se mezclan en cada capitulo.
    Una hermosa abogada, tierna, inteligente y comprometida con la vocacion de servicio termina por accidente en la propiedad de un millonario guapo pero de un pesimo caracter. El destino parece haber equivocado los caminos con estos dos.
    Ella tenia un proposito laboral de ayudar a un grupo de inquilinos.
    El tenia un pasado oscuro y un secreto que ocultar.
    Las cosas se salen de control y el misterio se apodera de la situacion, pero tambien el romance se comienza a desarrollar. Entre secuestros, decepciones, sentimientos y emociones, la verdad sale a la luz y cada protagonista tiene que tomar sus decisiones.
    ?Un misterioso secreto sera capaz de romper el amor verdadero?

  • Asunto pendiente de Carolina Vivas

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    Nathan Mitchel no ha podido recibir sus alas, tras sufrir una larga enfermedad su espiritu se desprende del cuerpo y llega a un lugar desconocido. Muchas personas piden para que su alma encuentre su camino, pero algo lo mantiene en un lugar que no es el Cielo.
    Su hermana Jo esta desesperada, la pena y las deudas han hecho que acepte un trabajo insolito, a ella le pagan por averiguar si los esposos de otras son infieles.
    Una noche, Jo ve una estrella fugaz y en su desesperacion desea estar muerta tambien. Todo puede cambiar para el que desea, por eso pronto se enfrenta a una situacion inexplicable. Cuando Jo se reune con Nathan, el se rehusa al deseo de su hermana y pide a la corte celestial que la ayude a volver, a los hermanos Mitchell se les informa que regresaran a la Tierra; el como angel de la guarda y ella como humana.
    Tendran varios dias para encontrar la solucion que los podria liberar del umbral que no es Cielo ni es Tierra.
    ?Podran descubrir cual es el asunto pendiente?
    Decisiones que nos llevan a una vida de esperanza o a una muerte inevitable.

  • El dia que me calle me salen subtitulos de Anabel Garcia

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    Mi vida era perfecta hasta que ese mendrugo con cara de seductor forajido irrumpio en ella. Todo empezo aquella maldita noche en la que el se colo en mi playa privada de Los Angeles. En ese momento comenzo mi fatal descenso hacia los abismos de la locura, pero hare cuanto este en mi mano para recuperar la perfeccion. !Como que me llamo Zoe O'Connor!

  • Desde mi ventana (Juntos y revueltos 2) de Eleanor Rigby

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    Cuando quieres estar cerca de alguien, ser solo su vecina puede no ser suficiente.

  • ?Es o no es? de Cristo Alcala

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  • Los hambrientos y los saciados de Timur Vermes

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    Alemania ha restringido el numero de solicitantes de asilo y Europa ha bloqueado su acceso a traves del norte de Africa. Mas alla del Sahara, se estan construyendo enormes campamentos donde millones de refugiados esperan, esperan y esperan.
    Cuando la presentadora estrella Nadeche Hackbusch visita el campamento mas grande, el joven Lionel reconoce que tienen ante si una oportunidad unica: con 150.000 refugiados, la atencion de la audiencia televisiva esta garantizada cuando empiezan a marchar en direccion a Europa. Pero si el publico esta hipnotizado enfrente de sus pantallas y los anunciantes encantados, no pasa lo mismo con la politica alemana que reacciona de manera tibia, intentando ignorar lo que se avecina. Cuanto mas avanzan, mas se requiere una reaccion del ministro del Interior, y se hace aun mas urgente que tanto el como el resto de alemanes se enfrenten a dos preguntas: ?Que se puede hacer? Y sobre todo ?en que tipo de paises queremos vivir?

  • Poseida 2 de Lisa Swann

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    Confortablemente instalada en mi asiento de primera clase, contemplaba pensativamente la pista de aterrizaje a traves de la ventanilla. !Cuantas cosas habian sucedido! Jamas me habria podido imaginar, ni siquiera hace unos dias, que me encontraria en ese avion con destino a Nueva York. Me hundi mas en mi asiento, sorprendida por su amplitud y comodidad. Nunca antes habia viajado en primera clase y no se podia negar que no tenia nada que ver con la clase turista. Me abroche el cinturon de seguridad y me prepare para el despegue, emocionada y ansiosa al mismo tiempo. No tenia miedo a volar, pero esta vez me aventuraba a lo desconocido. ?Estaba viviendo un sueno o una pesadilla? Mi encuentro con el senor Goodman (tan enigmatico, tan vigoroso e increible) lo habia puesto todo patas arriba. El encendia mi cuerpo hasta un punto que no habria creido posible. Su sola presencia en un minusculo ascensor habia bastado para poner a flor de piel todos mis sentidos: habia salido de alli con las braguitas humedas y, desde entonces, mis suenos eroticos eran cada vez mas intensos. Despues, el se habia abalanzado sobre mi en plena calle y me habia besado como nadie lo habia hecho jamas. Habia descubierto rincones de mi cuerpo que ni yo misma sabia que pudieran ser tan erogenos. Esas caricias habian dejado sobre mi piel huellas indelebles. Me sentia como marcada al fuego por sus habiles manos, por su lengua sedienta, por su cuerpo electrizante… Sacha Goodman, uno de los abogados mas importantes de Estados Unidos, me habia hecho gozar como ningun otro hombre (de hecho, nunca habia tenido un orgasmo antes de conocerle) y despues me habia humillado como nadie hasta ese dia (y eso que ya habia vivido unas cuantas humillaciones). Aun bajo el hechizo del calor de sus besos y la habilidad extraordinaria con la que me habia llevado al septimo cielo, no habia sido capaz de verlo venir: me habia largado como si fuera un par de calcetines usados en cuanto habia conseguido lo que queria, soltandome las mismas excusas de mierda que todos los hombres les cuentan a las chicas que ya no les interesan. !Que patetico! No vale nada, pense. Al final, ya no sabia si habia sido mas culpa suya o mia. Desde luego, yo habia sido una idiota integral por haberme entregado a el tan facilmente. Y, sobre todo, por haberme hecho ilusiones. Una dulce voz me saco de estos pensamientos, que me habian formado un nudo en el estomago. Ya hacia un rato que habiamos despegado. --?Champan, senorita? !Las burbujas frias me ayudaran a verlo todo con mas claridad!, me dije. La azafata poso la copa sobre una pequena bandeja, que me ofrecio junto con un platito de aceitunas. Cuantas atenciones... No me costaria nada acostumbrarme a esos lujos, pero por nada del mundo me acostaria con el patan de Sacha otra vez si ese era el precio. ?Por que habia pedido que fuera a Nueva York? No conseguia encontrar una respuesta satisfactoria. En cualquier caso, si se pensaba que yo iba a desnudarme al primer chasquido de sus dedos, !lo llevaba claro! Mis sentimientos oscilaban entre la ira, la humillacion y (tengo que admitirlo) unas ganas locas de volver a caer en sus brazos. Pero, si eso era lo que el tambien queria, ?por que me habia tratado asi? ?Que debia hacer: perdonarle u odiarle durante el resto de mi vida? Cansada de no encontrar respuesta a mis preguntas, me puse los auriculares para ver Magic Mike, una pelicula de strippers masculinos, asi me distraeria un poco y de paso me deleitaria durante hora y media viendo chicos guapos medio desnudos. De todos modos, fueran cuales fueran las intenciones de Sacha Goodman, yo por mi parte iba unicamente por motivos profesionales. Por lo menos, de eso trataba de convencerme desde que el senor Dufresne me habia ordenado que les acompanara a Nueva York para cerrar el acuerdo entre ambos bufetes. Sacha Goodman queria que yo formara parte del viaje. Pues vale. No tenia la mas minima intencion de entregar mi cuerpo ni mi corazon en la gran manzana. Me quede dormida. Cuando la azafata me desperto suavemente, ya estabamos sobrevolando Nueva York y tenia que abrocharme el cinturon. Ni siquiera me dio tiempo a refrescarme antes de aterrizar.

  • Como ver nevar al sol de Alexandra Roma

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    <> GABRIELLE Damien sabe que era un barco a la deriva hasta que el rap le acogio entre sus manos. Damien no tiene idea de como afrontar lo que ocurrira manana ni donde se ha escondido su capacidad de componer. Damien solo necesita una cosa. Que ella vuelva: Gabrielle. Que sus caminos se cruzaran parecia poco probable, pero sucedio en un autobus que llevaba a la carcel y con una grulla de papel volando. El universo del Bronx, las pistas de baloncesto y la violencia choco con el del Upper East Side, la fotografia y una familia que se hacia pedazos. Y llegaron las rimas en un karaoke, un grupo de amigos a los que llamaban juguetes rotos y su refugio en un viejo vagon de tren olvidado. Y ellos dos conociendose de fuera a dentro y quedandose mas alla de los huesos. Puede que alli este su inspiracion. En lo que un dia llamaron amor. Tal vez repasar los grandes exitos de su pasado sea la solucion… Aunque eso suponga regresar a su mayor pecado, cuando Damien era Damien y no el famoso Tiger Ocean.

  • Donde se cumplen los suenos de Loren Mills

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  • Solo tuyo (La fuerza de amar 1) de Barbara Crespo

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    Corrigiendo gracias por las observaciones.

  • En la Corte de Ronnie de John Le Carre

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    Ronnie Cornwell era el mas descarado timador con que uno podia encontrarse en la Gran Bretana de posguerra. Elegante y desenvuelto, brillante y temerario, no parecia haber nadie mas digno de confianza. Lo cierto, sin embargo, era que a causa de sus continuos fracasos y enormes deudas habia terminado en prision mas de una vez, aunque hasta el ultimo dia de su vida pareciera, a todas luces, un hombre respetable. Asi, al menos, lo recuerda su hijo John le Carre --cuyo nombre real es David Cornwell-- en este extraordinario relato autobiografico. Pero ?cual es la verdad? ?Y como la pueden transformar el afecto y la memoria? El gran escritor no dudo en plantearse estas importantes e ineludibles preguntas llegado el momento de sumergirse en los misterios de un padre al que siempre rehuyo. Sincero y desencantado, En la corte de Ronnie es una joya de la reconstruccion psicologica, un dificil y delicadisimo homenaje a una figura paterna que, con todas sus imperfecciones humanas, logra redimirse sobre el papel.

  • El fantasmocopio de Carlos Enrique Freyre

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    ?Que pasaria si, de pronto, descubriesemos que la muerte no es el final?, ?que no existe el cielo ni el infierno?, ?si comprobamos la existencia de Dios? ?Que pasaria si pudiesemos comunicarnos con los muertos?

  • Guerra y trementina de Stefan Hertmans

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    Poco antes de morir, un abuelo le entrega un par de cuadernos a su nieto. Sus paginas contienen la historia de una vida marcada por las tragedias del siglo XX en Europa, y en cuyo centro se esconde un secreto. Durante anos el nieto, el autor de este libro, guarda esos cuadernos sin leerlos, temeroso de dar el paso que abrira una caja de Pandora de recuerdos familiares. Cuando por fin se decide a hacerlo, se encuentra con anotaciones que hablan de una existencia intensa y dura, vivida con amor y empeno por superar las tragedias: la de su abuelo Urbain.

  • La Hija Maldita (Pueblos Perdidos 1) de Cristina Pujadas

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    Invisible. Su piel era dorada y sus ojos tenian el tono ambarino correcto de su raza, pero ningun dorado la miraria como a un igual si miraba su cuello. Maldita. La Diosa Aurum la habia condenado al nacer, al no marcar su piel con la runa de los dorados, quizas por un pecado cometido por su difunta madre, quizas por un mero capricho. Condenada a no ser una dorada en derecho pleno, habia vivido encerrada dentro del Oraculo del Desierto sirviendo a las Vidente, protegida del mundo que habia fuera. De los salvajes y de aquellos que podian despreciarla por no haber sido marcada.

  • Luz de gas de Llisbeth Cavey

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    Valentina, solitaria e introvertida, tiene su primera oportunidad laboral como psicologa en la clinica de salud mental “Las Golondrinas” Un nuevo horizonte se abre ante ella y la esperanza, que creia perdida, vuelve a anidar en su interior.
    Alli conoce a alguien muy especial, dotado de un carisma y atractivo unico: Adrian Cabano. Solo hay un inconveniente para entablar una relacion con el, y es que es un interno. El mas peligroso y temido del lugar.
    Desde el primer momento, ella ve algo que los demas no ven en el y pronto corrobora sus sospechas. Algo turbio planea sobre la institucion acechando a los pacientes, y Valentina se propone descubrirlo. ?Te atreves a acompanarla en esta aventura?

  • El retorno del cuervo de Alissa Bronte

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    Tras varios anos alejado del que fue su hogar, el laird Raven MacCormac regresa a Jaen por peticion de su amigo el duque de Castro. La rendicion de Granada esta cerca y el Rey Fernando el Catolico necesita toda la ayuda posible para que las capitulaciones se lleven a cabo de la forma mas pacifica posible.
    Silvia de Castro espera ansiosa el retorno del cuervo, ese hombre al que se prometio y al que sigue esperando despues de largos y duros anos, aferrada a la promesa de amor eterno que intercambiaron en su juventud.

  • Cuando el final se acerca de Kathryn Mannix

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    <>. Sunday Times <>. The Times <>. The Observer Cuando el final se acerca explora el gran tabu de nuestra sociedad y la unica certeza que todos compartimos: la muerte. Kathryn Mannix, doctora pionera y especialista en cuidados paliativos, nos ofrece respuestas a las preguntas mas intimas en torno al proceso de la muerte, y lo hace con una delicadeza y sinceridad que conmueven. A traves de una serie de relatos tomados de su experiencia clinica, en las cuatro decadas que lleva ejerciendo como medico, la autora expone que enfrentarse a la muerte de manera clara y abierta, con serenidad y conocimiento, encierra un gran poder terapeutico. Las historias que incluye esta obra nos muestran como los que van a morir se aferran a los que se quedan; no porque estos sean mas valientes, o personas fuera de lo comun, sino porque eso es lo que hacemos los seres humanos. Estos testimonios nos guian para saber como actuar en los momentos mas dificiles. Algunos son conmovedores, otros son tragicos, a veces son incluso divertidos, y siempre entranan sabiduria. Este es un libro necesario para todos: para los que estamos afligidos o pasando por un duelo, para los enfermos y tambien para los que estamos sanos. Al leerlo, estaremos todos mejor preparados para la vida, y tambien para la muerte.

  • El jardin de los ciervos de Patricio Sturlese

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    Una novela de aventuras e intrigas por el autor de la superventas El inquisidor.

  • Causas naturales de Barbara Ehrenreich

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    ?Para que sirve cuidarse si nuestros cuerpos no son de fiar?

  • Cuidare de ti de R. M. De Loera

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    Mientras levantaba la mano, para despedirme de mi jefe, el gato de la senora Jones, una de las asistentes asiduas a la biblioteca, se froto contra mis piernas. El le ofrecia a su duena apoyo emocional. --Adios, senora Jones. --Bye, Emily. Le hablo como bebe al animal, lo tomo en brazos y se marcho. El reloj marcaba las cinco en punto, mi hora de salida. No regresaria al trabajo hasta dentro de dos semanas pues la ciudad decreto un toque de queda durante ese tiempo. Enfrentabamos una pandemia y, a pesar de las medidas previsoras en los dias previos, los casos continuaban en aumento. Baje los escalones de dos en dos, en tanto, pinchaba mis mejillas y alisaba la falda del traje sastre. Al llegar a la acera me detuve un instante y distraida jugue con el colgante, del arbol de la vida, que fue de mama. Alli estaba el, apoyado en el cofre de su vehiculo con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza baja. Una sonrisa tonta se adueno de mis labios al percatarme de las briznas de harina en su cabello negro. William era el dueno de la pequena cafeteria que se encontraba a dos cuadras y donde preparaban el mejor cafe de la zona. Nos conocimos durante la inauguracion hacia seis meses. Desde entonces entablamos una amistad y fue como descubri que amasaba pan cuando se sentia estresado. Me obligue a salir de mi ensonacion y me acerque con paso ligero. En ese mismo instante el levanto la cabeza y una sonrisa radiante curvo sus labios. --Gracias por llevarme a casa. Nego con la cabeza a la par que se giraba para abrir la puerta de pasajeros. --Ni en suenos te permitiria tomar el metro. Incapaz de contener una sonrisa subi y coloque el bolso sobre las piernas. Me guino un ojo, cerro la puerta y rodeo el vehiculo. En pocos minutos lo puso en marcha. Inhale profundo al percibir el tenue aroma del azucar mezclado con especies y cafe que lo caracterizaba. Nos incorporamos al trafico que ese dia era intenso. El presidente ofrecio una conferencia de prensa alrededor de las doce del mediodia con las directrices que debiamos seguir. Todos debiamos permanecer en casa, evitar el contacto con las superficies y estar a mas de metro y medio de distancia de los demas. Mordi mis labios al escucharlo pues el transporte publico quedo descartado. Me tardaria mas de una hora en caminar hasta la casa y el toque de queda comenzaba a las seis. La primera llamada que recibi fue la de mama quien insistia en que saliera despavorida a comprar mascarillas, guantes y papel higienico. Logre colgar con el pretexto de una reunion de ultimo minuto. Pocos minutos despues mi telefono vibro con un mensaje de William ofreciendome transportacion. --Este dia ha sido de locos. --Una gran cantidad de personas se acerco a la biblioteca y en lo unico que pensaba era en que a nadie se le escapara un estornudo. Me preocupaba que corrieran despavoridos y tumbaran los anaqueles. --Eso seria un desastre. --Dos semanas no alcanzarian para clasificarlos. Por un segundo desvio la mirada de la carretera y me observo. Diminutas patas de gallo se extendieron por sus ojos, como el cafe mas puro, senal inequivoca de que mis palabras le divertian. Regreso su atencion al trafico cuando el semaforo cambio a verde. Metio primera y llevo la mano a la garganta y la froto con el ceno fruncido. Contuve el aliento, mas, me distraje cuando pego un bocinazo por un inconsciente que cambio de carril y por poco nos choca. Cerca de cuarenta y cinco minutos despues se detuvo frente a mi casa. Desabroche el cinturon y me colgue el bolso en el hombro. --Gracias. Abri la puerta y un unico pensamiento me asalto de repente: No lo veria en todo ese tiempo. Un vacio se apodero de mi estomago a la vez que un estremecimiento me recorrio la piel. --Espera. Giro sobre su asiento y tomo una caja, la cual me extendio. Habia un par de botellas de desinfectantes y alcohol. Bajo, abrio la cajuela y saco una caja de agua y una con el logo de la cafeteria.--Se que estos te gustan. Asenti con una sonrisa. Entramos a la casa y llegamos a la cocina. Coloque los bollos en un plato y la greca sobre la hornilla. En lo que el agua se calentaba tome los desinfectantes para guardarlos debajo del fregadero. Escuche a William carraspear. Gire con los ojos muy abiertos, solo nos separaban unos centimetros pues el acomodaba el agua en la alacena. Entonces... estornudo. Mis dedos se movieron autonomos. Una nube de antiseptico lo cubrio y su olor caracteristico inundo el lugar mientras un gritito escapaba de mi garganta. Su camisa termino empapada. Sus manos en alto como si con eso lo hubiera podido evitar. --?Tienes gato? --Para ese momento los ojos le lagrimeaban. Negaria con firmeza cuando recorde al gato de la senora Jones. --No. --Mis labios en una mueca. Se comporto con frialdad a pesar de mis disculpas. Lo acompane hasta la puerta y, tras una bocanada de aire, se inclino para dejar un beso en mi mejilla. Con la respiracion contenida intente dominar el cosquilleo en mi garganta, cerre los punos, mas, el estornudo encontro la forma de escapar. El se alejo de inmediato con los hombros tensos. La verguenza no me permitio decir nada mas. A la manana siguiente camine hasta la puerta cuando el timbre sono. Apenas pude dormir en la noche, amaneci mocosa y con ojos llorosos. Al abrir cubri mis labios mientras un colibri revoloteaba en mi interior. William estaba frente a mi con un termo caliente y una caja de bollos. El calor se concentro en mis mejillas cuando me dedico una sonrisa timida. Mi aspecto daba mucho que desear y el estaba impoluto. --?Que haces aqui? --Mi voz nasal. Levanto la mano para acomodar un mechon de mi cabello. --Cuidare de ti. 2 Mis ojos se desmesuraron al escuchar lo que pretendia y di un paso atras. El presidente fue muy enfatico en que si se presentaban sintomas debiamos permanecer aislados. No estaba segura de cual podria ser mi diagnostico. Hacia dos semanas tuvimos un dia de ninos y algunos sufrian de un resfriado comun, pero la senora Jones regreso de un crucero en esas mismas fechas y desconocia los paises que visito. Ademas, ?acaso creia que lo expondria de esa forma? Debia pensar en su familia. Yo solo era la mujer que conocio unos meses atras. --No quiero exponerte. No pudo evitar la risita que retumbo en su pecho, acaricio la sien con la mano y ladeo la cabeza. --Estoy seguro de que quede inmunizado con el bano de desinfectante. Volvio a reir. Quede prendada de la jovialidad que su risa impregno en su rostro, sabia que debia estar cerca de los cincuenta, aunque su edad era un tema que no me afectaba. Baje la cabeza para inspeccionar mi indumentaria como si hubiera cambiado en los ultimos dos minutos. Pero seguia llevando la pijama de ositos que tanto me reconfortaba. Levante la vista para cerciorarme de que mi cabello continuaba amarrado en el mono desalinado que me hice en la madrugada. Un suspiro de resignacion se quedo atascado en mi garganta cuando al mismo tiempo escapo un estornudo. Por suerte alcance a levantar el panuelo que llevaba entre las manos a tiempo. Una mueca desfiguro su rostro por unos segundos, quizas ya comenzaba a entrar en razon sobre el ofrecimiento. Con lo que fuera que tuviera en su interior el termo caliente y los bollos yo era feliz.--Este clima no es bueno para ti. Acabamos de entrar en la primavera, pero los vientos aun son muy fuertes y frios. Asenti. --Sera mejor que me resguarde. --En eso estoy de acuerdo, Emily. Dio un paso hacia la puerta y lo bloquee como armador de futbol, aunque, pensandolo mejor esos eran los que agarraban el balon a distancia para lograr la puntuacion. Resople, mi cabeza comenzaba a desvariar. Me sentia cansada y estar de pie esos minutos comenzo a transformarse en un esfuerzo titanico. --Mi deber como ciudadana no me permite darte el paso. Mi casa es una incubadora de germenes y vaya a saber que mas. Bufo... ?Bufo? --Estoy seguro de que eres una ciudadana responsable, Emily. Apuesto a que jamas has entregado un libro tarde a la biblioteca. --No, jamas. Los cargos por la demora son astronomicos, pero el condado esta considerando eliminarlos. Algo asi como que las personas se sentirian menos culpables. Volvio a reir mientras acariciaba la sien con la mano. Mordi el interior de una mejilla. <> Extendi la mano hasta el barandal al sentir como si la brisa suave fuera capaz de tirarme. Lo ojee con disimulo pues tenia que sonarme la nariz y no lo haria frente a el. !Me faltaban solo unos meses para cumplir cuarenta y uno! --Emily... --Estare bien, William. Extendi la mano para agarrar el termo, mi cuerpo agradeceria el calor externo y no esa tibieza tan extrana que proporcionaba la enfermedad. Sin embargo, lo alejo y nego con la cabeza. Suspire con resignacion. ?Acaso se lo llevaria si no le permitia entrar? --Ya me contagiaste, Emily. Ayer estuvimos encerrados en mi automovil por alrededor de una hora. Desvie la boca a un lado, en eso tenia razon, aunque, si inhalo el desinfectante puede que cualquier virus o bacteria en su garganta muriera. Baje la cabeza y estruje mi rostro, jamas podria olvidar lo que hice. --?Y si lo que tengo es ese virus tan peligroso? Quizas aun estes a tiempo de dar la vuelta y mantenerte sano. --Solo perdemos el tiempo. Desde hace varios minutos que puedes estar acostada en la cama con un plato de mi sopa de tomate entre los dedos. Si no tuviera la certeza de que un ser humano no se derrite podria jurar que eso fue lo que hice. Su sopa de tomate era deliciosa y no era quien unico lo pensaba, cuando la preparaba se agotaba de inmediato. Tenia suerte de que el me guardaba una porcion cuando no podia salir a tiempo a la hora de la comida. --?Sopa de tomate? Asintio con una seriedad impenetrable. --Y bollos recien hechos. Suspire. Ese pedazo de pan tan esponjoso y suave con el sabor caracteristico de la levadura. Y que, cuando estaban recien horneados, se les derretia la mantequilla al instante. Intente inhalar profundo para ver si captaba su delicioso aroma, pero al parecer un tapon decidio instalarse en mi nariz. Y uno no muy efectivo pues goteaba profuso. --Me duele la cabeza. --Levante la mano para sostenerla. El viento continuaba su juego con mi balance. Dio los pasos que lo acercarian a mi y con el brazo me rodeo. Mi cabeza se apoyo en su pecho duro y estable. No podia ser diferente pues amasar pan requeria de un gran esfuerzo fisico. Coloque la mano muy cerca de su corazon, en mis dedos el golpeteo acelerado de sus latidos. Cerre los ojos por ese refugio seguro en el que me encontre al instante. La suavidad de la camisa blanca almidonada. --Creo que hoy es la premier de la nueva temporada de Outlander. Asenti mientras me sentia impulsada con delicadeza a un lugar tibio y lejos de la brisa fria. --

  • El eco de los disparos, Edurne Portela de Edurne Portela

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    ‘Somos complices de lo que nos deja indiferentes’, senalaba George Steiner. Cuando el testigo del abuso y la violencia mira hacia otro lado, cuando prefiere no ver ni saber, cuando esgrime el ‘algo habra hecho’, cuando una vez pasada la violencia exige el olvido, y cuando este testigo representa a una mayoria, nos encontramos ante una sociedad enferma. Lo hemos visto en nuestro pais con las heridas de la guerra civil, tambien en otros conflictos europeos, como la guerra de los Balcanes, o la Irlanda del IRA. Y la historia se repite. Han pasado cinco anos desde que ETA anunciara el cese definitivo de la lucha armada. Desde entonces, una buena parte de la sociedad espanola y vasca parece estar dispuesta a pasar pagina, como si las ultimas decadas de violencia hubieran sido tan solo una pesadilla, como si la violencia que afecto a tantas personas dentro y fuera de los territorios vascos se pudiera circunscribir a un pasado cerrado. Pero la historia, la responsabilidad frente al pasado, no desaparece por prescripcion, sobre todo cuando ampliamos la mirada y consideramos parte del conflicto no solo a victimas y perpetradores, sino a la sociedad que fue testigo de la misma -a veces testigo complice, a veces testigo amedrentado, a veces testigo indiferente-. Edurne Portela ofrece en este libro una serie de memorias intimas de la violencia y defiende, a traves de reflexiones sobre la literatura y el cine actuales, una cultura para el presente que ayude a afrontar las heridas del pasado.

  • Samantha de Maryam Anastasia

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    Samantha es una chica de veintiseis anos mitad musulmana mitad estadounidense. Reside en Las Vegas junto a su padre, Nathan O’connell, y Tay, Aaron, Dereck, Helena y Salvador, un grupo de personas que velan por la seguridad de ambos.
    En los ultimos cinco anos se ha estado preparando mental y fisicamente para llevar el negocio de su padre, aunque su deseo mas profundo no es este, sino el de vengarse de Sharaf, padrastro y marido de su madre, que murio a manos de este. Tanto es su empeno que ni siquiera Ian, un atractivo Adonis dispuesto a protegerla bajo cualquier circunstancia, podra hacer que olvide sus planes de venganza. La vida de Sam estara marcada por ser hija bastarda, y su padrastro se encargara de obstaculizar el camino para llegar a su felicidad plena.

  • Por encima de todo de Saint Rose Sophie

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    Hope suspiro mirando el techo y apreto con fuerza las sabanas cuando escucho un ligero ronquido. Lentamente volvio la cabeza para ver el perfil de su marido, que dormia placidamente a su lado sin tener ni idea de todo lo que se le pasaba por la cabeza. Dios, aquello era horrible. ?Como se le ocurria pensar que no le queria? Por supuesto que le queria. Martin era el hombre perfecto. Alto, moreno y el novio ideal durante sus seis meses de noviazgo. Atento, encantador y siempre estaba pendiente de ella. Los ojos verdes de Hope se llenaron de lagrimas y rapidamente se levanto de la cama para que no la escuchara llorar. Se puso su bata de seda beige sobre su camison y salio descalza sin hacer ruido por la moqueta que acababan de elegir. Camino por su enorme apartamento a oscuras y llego hasta el salon. Las luces de la noche de Nueva York iluminaban la estancia y ella miro por el enorme ventanal, abrazandose a si misma mientras pensaba en todos los acontecimientos que la habian llevado a ese estado. El sentimiento de culpa que tenia desde hacia dos meses, le oprimia el pecho y ya le estaba pasando factura fisicamente. Habia adelgazado y no dormia bien, porque cada vez que cerraba los ojos veia esos ojos azules que le remordian la conciencia. Todo habia empezado muy bien. Era la recien casada mas feliz de Nueva York y cuando volvieron de su idilico viaje de novios por Tailandia, su marido llego un dia a casa despues del trabajo para decirle, que quien ahora era su pesadilla, volvia a Nueva York. Hope, que estaba mirando un catalogo de cortinas para el salon, se levanto del sofa de un salto con el catalogo en la mano y Martin se echo a reir cuando le beso. Su marido la cogio por la cintura mirandola con amor y sin soltarla, acaricio su mejilla hasta apartar un mechon de su pelo rubio de su sien. --?Como te ha ido hoy el dia, senora Wolf? Hope le beso en la nariz. --Muy bien, en la agencia me han ofrecido una cuenta estupenda. --Pues yo tengo una noticia increible. --La llevo hasta el carisimo sofa de cuero beige y se sentaron en el. --?Increible? !Te han ascendido! El se rio negando con la cabeza al ver su emocion. --No, aunque me lo deben. --Ellos se lo pierden. ?Cual es la noticia? --Clay esta de camino. En unos dias estara de vuelva en Nueva York y esta vez para siempre. --?Clay? --Mi hermano. Te he hablado de el, ?recuerdas? --Si --dijo molesta volviendo a mirar el catalogo de cortinas--. Recuerdo que me comentaste, que estaba demasiado ocupado para venir a la boda de su unico hermano. --Hope, no te enfades con el. Estaba en medio de una fusion que no podia dejar. Su trabajo era importante. --Si, tan importante como para faltar a la boda. Hasta a tu madre le sento como una patada en el estomago que no viniera. --Giro la hoja y le mostro una fotografia. --?Que te parecen de este estilo? Su marido suspiro, cogio el catalogo de sus manos y la miro con sus preciosos ojos marrones. --Prometeme que intentaras llevarte bien con el. Solo hay tres personas que me importan de veras en esta vida y vosotros sois dos de ellas. Ella suspiro y miro a su marido a reganadientes. No puedo evitar sonreir maliciosa. --?Que me daras a cambio? Martin riendo la cogio por la cintura colocandola a horcajadas sobre el. -- Preciosa, todo lo mio es tuyo. ?No escuchaste al sacerdote? --La beso suavemente en los labios. --Quiero un bebe. A su marido se le corto el aliento y en sus ojos vio que le habia hecho el hombre mas feliz del mundo. Recordandolo, una lagrima cayo por su mejilla, porque despues de ese dia nada seria lo mismo. El ultimo dia en que fue realmente feliz. Una semana despues estaba en el trabajo cuando escucho el sonido de su movil dentro de su despacho y entro corriendo en el para cogerlo seguida de su ayudante. --Mary, esos bocetos no me gustan. Llama al departamento de arte y diles que los repitan. --Pulso el boton y se coloco el telefono al oido guinandole un ojo a la mujer, que sonrio ironica saliendo del despacho con las muestras en la mano. --!Y que se den prisa! ?Diga? --Eres una tirana. Se echo a reir al escuchar la voz de su marido. --Y a ti te encanta. --No lo dudes. Hope rodeo la mesa sentandose en su sillon y se desabrocho la chaqueta de su traje rosa palo. --?Que crisis tienes entre manos para que me llames a las once de la manana? --Preciosa, que bien me conoces. --Soy toda oidos. --Me vas a matar, pero tienes que ir a recoger a Clay al aeropuerto. Hope apreto los labios, pero aun asi intento ser suave. --Carino, tengo trabajo. --Lo se. Pero llega hoy de Dubai y tiene que haber alguien para recibirle. ?Esta lista la habitacion de invitados? --Sabes que si. He hablado con Cloe esta manana para asegurarme, pero... --Eres su anfitriona hasta que encuentre apartamento. Iria yo mismo, pero me ha llamado el juez Lower y no puedo decirle que no. Hope sabia que habia solicitado esa reunion desde hacia semanas y se dio por vencida. --Esta bien. Ire. --Te quiero, ?lo sabes? --Hope sonrio. --Cada dia mas. --Mas te vale. Ire a buscarle y le instalare en casa, pero despues me vuelvo al trabajo. Tendre que recuperar las horas perdidas, porque mi campana de cereales va a cambiar el mundo de la publicidad --dijo ironica. --Hecho. --Te quiero. --Recuerda, en el JFK dentro de dos horas. --Cloe dejara la cena en el horno. Si todavia no he llegado a la hora de la cena, empezar sin mi. --?No llegaras para cenar? --Manana tengo la presentacion de los panales y... --Vale. No protestare. --Te quiero. --Colgo el telefono y lo dejo lentamente sobre la mesa, sintiendo un mal presentimiento. Mirando las luces de la ciudad de Nueva York en el presente, penso si su subconsciente no la estaria advirtiendo de que su vida estaba a punto de cambiar. Si el no hubiera aparecido en sus vidas, todo habria seguido igual y seguiria siendo feliz. Porque era feliz. Hasta el momento en que entro en la terminal de llegadas del aeropuerto, era feliz. Sonriendo vio en el monitor que su avion llegaria a su hora y espero pacientemente a que se abrieran las puertas de cristal que daban a la zona de recogida de equipajes. Cuando empezaron a salir varias personas, sin darse cuenta se miro el traje queriendo tener buen aspecto para su grosero cunado, que ni se habia molestado en ir a la boda para conocerla. Habia que ser idiota. Coloco su melena rubia sobre su hombro y dio golpecitos con el pie en el suelo impaciente para despues mirar su reloj de pulsera. --Estupendo. Ya he perdido dos horas. --?Hope? Levanto la vista y miro hacia esa voz grave, quedandose tan sorprendida como horrorizada por lo que acababa de sentir simplemente con el sonido de su voz. Pero verle fue un impacto aun mayor. Vestido con un traje azul hecho a medida, irradiaba un aura de fuerza que era imposible no sentirse atraida. Pero fueron sus frios ojos azules los que le traspasaron el corazon, que en ese momento empezo a latir alocadamente. --?Tu eres Hope? --pregunto el acercandose con el carrito. --Si --susurro admirando su mandibula cuadrada hasta llegar a sus finos labios, que en ese momento estaban algo crispados--. Oh, perdona... pero tienes parecido con Martin, aunque ... --No nos parecemos en nada. Excepto en el color del cabello, claro. -- Miro a su alrededor dejandola de piedra con su groseria. --?Tienes el coche fuera? Tenia que haber llamado a un chofer. !Encima! Si pudiera salir de ese estado de idiotez en que la habia dejado, le soltaba cuatro cosas. --Si, tengo el coche fuera

  • Carpe diem (Tu me ves 2) de Gemma Herrero Virto

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    El tranquilo pueblo de Rockport se despierta con la noticia de la desaparicion de uno de sus habitantes mas ancianos. Varias patrullas ciudadanas rastrean el pueblo en su busca, pero no consiguen encontrar una sola pista. Al amanecer de la manana siguiente, el cadaver mutilado y desangrado de un joven desconocido aparece en la playa. Comienza a extenderse el rumor de que no existe ser humano ni animal conocido que sea capaz de un ataque tan brutal.
    Mes tras mes, las desapariciones y asesinatos se siguen sucediendo, sin que la policia consiga ningun avance en sus investigaciones. En el pueblo se habla de asesinos en serie, trafico de organos y rituales satanicos, mientras la paranoia va extendiendose entre sus habitantes.
    John Campbell, antiguo investigador psiquico del Grupo Alpha de Boston, empieza a sospechar que algo sobrenatural se esconde tras esos hechos, por lo que acude a Aleister McNeal y Eloise Carter, los jovenes investigadores que terminaron con la maldicion de la casa Cavendish.
    ?Conseguiran descubrir que peligro acecha a los habitantes de Rockport?

  • Enola Holmes 1. El caso del marques desaparecido de Nancy Springer

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    La unica luz en la calle lucha por llegar desde unas pocas farolas todavia integras y de los candiles sobre los adoquines, vigilados por los viejos que venden caracoles de mar hervidos a las puertas de las tabernas. La forastera, ataviada de negro de la cabeza a los pies, se desliza entre las sombras como si fuera una sombra mas, invisible a los transeuntes. Segun las costumbres del lugar del que procede, es impensable que una mujer salga por la noche sin que su marido, padre o hermano la acompane. Pero ella hara lo que sea necesario para ir en busca de quien se ha perdido. Bajo el velo negro, sus ojos estan atentos, y mientras camina, analiza, busca y observa. Ve los trozos de cristal sobre los adoquines agrietados. Ve las ratas que se pasean insolentes, arrastrando sus repugnantes colas sin pelo. Ve a ninos harapientos que corretean descalzos entre las ratas y los cristales rotos. Ve a parejas, hombres con chalecos de franela roja y mujeres con bonetes de paja baratos, bamboleandose cogidos del brazo. Ve a un individuo tirado contra una pared, ebrio o dormido entre las ratas, o tal vez muerto. Observa, pero tambien escucha. Desde algun lugar, un organillo entona una melodia que se eleva por el aire tiznado, y la buscadora con el velo negro oye la alegre cancion. Escucha a una ninita que, a las puertas de una taberna, llama: <>. Escucha los chillidos, las risas y los gritos de los borrachos y los vendedores ambulantes que anuncian su mercaderia. --!Ostras, ostras! !Con vinagre, para comerlas de un bocado! !Muy jugosas! !Cuatro por un penique! Huele el vinagre. Huele la ginebra, el repollo hervido y las salchichas, la sal en el aire procedente del muelle cercano y el hedor del rio Tamesis. Huele el pescado podrido. Huele el tufo que emana de las alcantarillas. La mujer acelera el paso. No debe detenerse: no solo busca a alguien; a ella tambien la acechan. La cazadora del velo negro tambien es la presa. Debe alejarse para que los hombres que la estan persiguiendo no la encuentren. En la siguiente farola, ve a una mujer con los labios pintados y los ojos emborronados que espera en el umbral de una puerta. Una calesa se detiene justo en frente, y de ella se apea un hombre ataviado con un frac y una brillante chistera de seda. Aunque la mujer en el umbral lleva un escotado vestido de noche que tal vez pertenecio en otro tiempo a una dama de la clase social del caballero, la observadora de negro no cree que el caballero haya venido hasta alli para recoger a su pareja de baile. Ve los ojos demacrados de la prostituta, el miedo que se esconde tras ellos pese a la sonrisa en sus labios embadurnados de carmin. No hace mucho, a unas pocas calles de alli, aparecio el cadaver de una de sus companeras, abierta en canal. La buscadora de negro aparta la mirada y continua su camino. Un hombre sin afeitar apoyado en una pared le guina un ojo. --Senora, ?que hace usted por aqui tan solita? ?No quiere compania? De tratarse de un autentico caballero, no se hubiera dirigido a ella sin haberse presentado previamente. Lo ignora y continua a paso acelerado. No debe hablar con nadie. No pertenece a este lugar. El hecho de reconocerlo no la incomoda, ya que jamas ha pertenecido a ninguna parte. Y, de algun modo, siempre ha estado sola. Pero su corazon se apena al inspeccionar las sombras, porque ahora no tiene hogar, porque ahora es una forastera en la ciudad mas grande del mundo y no sabe siquiera donde pasara la noche. Y si, Dios mediante, vive hasta la manana siguiente, solo puede tener esperanzas de encontrar al ser querido que esta buscando. Adentrandose mas y mas en las sombras del misero barrio cercano a los muelles del este de Londres, sigue adelante. Sola. CAPITULO PRIMERO Me encantaria saber por que mi madre me puso de nombre <>, el cual, leido del reves, en ingles, significa <>. A mi madre le gustaban, o tal vez aun le gusten, los mensajes en clave y los acertijos, asi que seguro que algo pretendia con el nombre, ya fuera una premonicion, algun tipo de bendicion enigmatica o incluso un plan, aunque mi padre todavia no habia fallecido. Sea lo que fuere, durante mi infancia casi cada dia ella me decia: <>. De hecho, esa era su habitual cantinela de despedida cada vez que salia hacia la campina cargada con su cuaderno de dibujo, sus pinceles y sus acuarelas. Y en verdad, sola es como me dejo cuando, una tarde de julio, la misma de mi decimocuarto cumpleanos, no volvio a Ferndell Hall, nuestro hogar. Al principio, como celebre mi fiesta de cumpleanos con Lane, el mayordomo, y su esposa, la cocinera, la ausencia de mi madre no me preocupo especialmente. Aunque nuestra relacion era cordial, mama y yo rara vez interferiamos en los asuntos de la otra. Supuse que la habria retenido algun asunto urgente, y mas cuando habia dado instrucciones a la senora Lane para me entregara varios paquetes a la hora del te. Los regalos de mama fueron: Un set de dibujo: papel, lapices de grafito, un cortaplumas para afilarlos y una goma de borrar de caucho de la India, todo ello organizado ingeniosamente en una caja plana de madera que, al abrirse, se convertia en un caballete. Un libro bastante grueso titulado El significado de las flores (con explicaciones sobre los mensajes en abanicos, panuelos, lacres y sellos de correos). Otro cuadernillo mucho mas pequeno lleno de mensajes en clave. Aunque sabia dibujar hasta cierto nivel, madre me animaba a mejorar la poca mano que tenia. Ella sabia que disfrutaba dibujando, al igual que disfrutaba leyendo cualquier tipo de libro, sobre cualquier tema. Sin embargo, en lo que se refiere a mensajes encriptados y acertijos, sabia que no me interesaban para nada. Pese a eso, y como podia apreciar con claridad, habia confeccionado con sus propias manos y especialmente para mi ese pequeno libro, doblando y cosiendo ella misma las paginas interiores, que estaban decoradas con algunas de sus refinadas acuarelas de flores. Resultaba obvio que habia estado trabajando en el regalo durante un tiempo considerable. <>, me dije con firmeza varias veces durante la tarde. Aunque no tenia ni idea de donde podia estar mama, suponia que regresaria mas tarde o enviaria un mensaje por la noche. Dormi placidamente y sin preocuparme. Sin embargo, a la manana siguiente, Lane nego con la cabeza. No, la senora de la casa no habia regresado. No, no habia llegado ningun mensaje. Afuera, una lluvia gris se compenetraba con mi estado de animo, que fue volviendose cada vez mas intranquilo. Despues de desayunar, subi de nuevo las escaleras hacia mi dormitorio, un refugio agradable en el que el armario, el lavamanos, el tocador y el resto de los muebles estaban pintados de blanco y decorados con unas cenefas de florecillas rosas y azules. La gente solia llamarlo <>: mobiliario barato propio de una criatura, pero a mi me gustaba. Casi siempre. En aquel preciso dia, no. No podia permanecer en el interior de la casa; de hecho, no podia sentarme, excepto para calzarme las botas de agua a toda prisa. Ataviada de forma comoda con una camisa y unos pantalones bombachos que habian pertenecido a mis hermanos, me puse un impermeable por encima. Y asi, vestida enteramente de goma, brinque escaleras abajo y cogi un paraguas del perchero. --Salgo a dar un vistazo --anuncie a la senora Lane mientras atravesaba la cocina. Que extrano. Eran las mismas palabras que pronunciaba casi cada dia cuando salia para… buscar cosas, por ejemplo, aunque generalmente no sabia que. Cualquier cosa. Trepaba a los arboles solo para ver que encontraba: conchas de caracol con franjas granates y amarillas, nueces, nidos de pajaros. Y si me topaba con el de una urraca, buscaba en su interior: botones, trozos de cinta brillante, un pendiente extraviado. Jugaba a que algo de mucho valor se habia perdido y yo lo estaba buscando… Solo que esta vez no era un juego. La senora Lane tambien sabia que esta vez era diferente. Como siempre hacia porque nunca lo llevaba, deberia haberme preguntado: <>. Pero no dijo nada cuando sali. Cuando sali a dar una vuelta para buscar a mi madre. Convencida de que podia encontrarla yo sola. En cuanto estuve lo suficientemente lejos de la cocina como para que no me vieran, empece a correr de un lado a otro como un perro beagle, olisqueando cualquier senal de mama. El dia anterior por la manana, como capricho de cumpleanos, me permitieron holgazanear en la cama hasta tarde, asi que no la habia visto marcharse. Pero supuse que, como era su costumbre, habria salido algunas horas para dibujar bocetos de flores y plantas, por lo que primero la busque en los terrenos de Ferndell. Mama administraba las tierras, y le gustaba que las cosas crecieran a su propio ritmo y sin interferir. Vague por los jardines de flores silvestres, por los pastos invadidos de aliagas y zarzas, por los bosques cubiertos de vides salvajes y hiedra. Y durante todo ese tiempo, el cielo gris siguio llorando lluvia sobre mi. Reginald, el viejo perro collie, troto a mi lado hasta que se canso de mojarse y fue a buscar cobijo. Que criatura tan sensata. Calada hasta los huesos, sabia que debia imitarlo, pero no pude. Mi ansiedad y mi paso se habian acelerado guiados por el azote del panico; panico de que mi madre estuviera ahi fuera, herida, enferma o --un recelo que no podia ahuyentar por completo puesto que madre no era precisamente joven-- de que hubiese tenido un ataque al corazon. Podia estar… pero no, no podia ni pensarlo; hay otras palabras. Fallecida. De viaje hacia el mas alla. Difunta. Se fue con mi padre. No, por favor. Se podria pensar que como madre y yo no estabamos muy <>, su desaparicion no iba a afectarme lo mas minimo. Sin embargo, fue mas bien al contrario. Me senti horrible. No dejaba de decirme que si algo le ocurria, seria culpa mia. Siempre me sentia culpable de… de todo. De respirar. De haber nacido indecentemente tarde en la vida de mi madre. Menudo escandalo, menuda carga. Y siempre habia contado con resolverlo cuando creciera. Tenia la esperanza de que un dia, de alguna manera, conseguiria hacer brillar una luz que sacaria mi vida de las sombras de la verguenza. Y entonces mi madre me querria. De modo que tenia que estar viva. Y yo estaba obligada a encontrarla. En mi busqueda, cruce y cruce los bosques en los que nuestros antepasados habian cazado liebres y urogallos. Subi y baje por la roca de la gruta, toda ella tapizada con los helechos que dan nombre a la propiedad,* un lugar que me encantaba pero en el que hoy no me entretuve. Continue hasta los limites de la finca, donde los bosques daban paso a las tierras de cultivo.

  • El espiritu de la imagen de Carlos Alberto Gonzalez Sanchez

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    La imagen, como objeto historiografico y fuente documental de suma utilidad, parece estar constituyendo en la actualidad un campo de investigacion interdisciplinar que algunos denominan ” historia de la cultura visual ” ; donde, sobre todo, confluyen la Historia y la Historia del Arte. Asi, el estudio de la iconografia, desde una perspectiva diferente a la tradicional, otorga una especial relevancia al contexto y el acervo ideologico-cultural en el que surge y cumple su funcion.

  • Construye tu SUPERMEMORIA volviendo a ser nino de Marcos Mugica

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    ?Quieres aprender y memorizar mas deprisa?

    No quiero prometer otro metodo mas para mejorar la memoria y aprendizaje en pocos dias. Pero lo que si puedo prometer, es que este libro por un coste ridiculo, tendra un efecto permanente en tu dia a dia personal y profesional durante toda tu vida. El metodo esta basado en rescatar la imaginacion y creatividad que teniamos cuando eramos ninos. Asi como aprender desde cero, sin juzgar. Esta es la principal razon de que los ninos aprendan tan deprisa y lo que emularemos en el libro. El contenido del mismo es suficiente para que tengas una extraordinaria memoria y gran capacidad de aprendizaje.

  • Cain. la sombra de un caido de Cristo Alcala

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    El carrusel gira. De pie y frente a el, lo observo maravillada. Miro a mi alrededor algo confusa. Porque no se, si es de dia o de noche. Pero el carrusel brilla con sus luces encendidas, por los pequenos focos que en hilera y uno al lado del otro, lo forman y rodean como si fuera esto ultimo. Decorando y sobre el, los caballitos en madera que solo de eso se componen y suben como bajan, desde su eje multicolor y al compas de la musica. Melodia que me recuerda a la cajita de joyas que tenia mi abuelita. Y cual, abriendo esta. Su cancion brotaba de forma suave y pausada mientras una pequena bailarina clasica giraba sobre ella. El carrusel es dorado con sus disenos alegres e infantiles. ?O de oro? Y sobre el medio de este, mientras rota de forma alegre. Un gran arbol de frutos. Un manzano. Muy dentro mio, presiento a verlo visto alguna vez. No lo se. Creo. Pero su grueso tronco con sus ramas y frutos rojos, me es familiar. Aliso mi vestido blanco que llevo puesto para luego con mis manitos entrelazadas por delante dar unos pasos hacia el carrusel, algo timida. Porque es hermoso y te invita a jugar con el. Te llena de paz… Extiendo mi brazo para montarlo, pero en ese momento un llanto llama mi atencion. Crei que estaba sola. Pero, no. Hay un nino y solo un poco mayor que yo. Que en un rincon sentado en el suelo, rodillas desnudas y contra su pecho abrazado a si mismo; llora. Aunque su rostro lo tiene oculto contra el, puedo sentir su dolor y sus lagrimas. Mucho. Como si fueran mios… No lleva ropa, mas que unos pantalones cortos del color de mi vestido. ?Sus lagrimas de dolor, sera por frio? --?Por que lloras, nino? --Pregunto de forma dulce, acercandome e inclinada a el. No me contesta como tampoco eleva su rostro para mirarme. Pero al sentir mi voz, deja de hacerlo. Y un rubor sube a mis mejillas, al sentir su rechazo y juego con un pie en el suelo a la espera. Pero, solo silencio. La melodia del carrusel me llama y me volteo a el sonriendo, mientras me saco el abrigo que me cubre tambien de tono blanco y se lo apoyo sobre sus hombros desnudos. El contacto suave. Calido. Y contra el frio por su textura. Lo hace estremecer y con asombro levanta su barbilla para mirarme, pero sin moverse de su postura. Y para sorpresa mia. Sus ojos son del mismo color de su pelo, algo largo como desordenado. Un plata ceniciento. Hermosos. --Gracias… --Murmura calido. Y extiendo mi mano hacia el. --Ven. --Digo y sin dudar, acepta. Y siento que las luces del carrusel brillan mas fuerte, al entrelazar nuestras manos. Su lindo rostro infantil, hace una mueca curiosa. --?A donde? --Pregunta, incorporandose y sin sacarse mi abrigo sobre sus hombros, mientras se deja llevar por mi y limpia sus lagrimas con el dorso de su otra mano. Le sonrio y senalo el carrusel. --!A montarnos! --Exclamo alegre y por notar que su llanto fueron reemplazado por una timida sonrisa--. Me llamo Sandra… --Me presento. --Septiembre… --Repite, el mes que nos encontramos. Rio con ganas y negando. --No, Septiembre… --Miro a sus ojos plata. --…Sandra… Ahora, el niega. --Para mi, Septiembre… --Dice dulce y timido. Pero decidido. Y mi carcajada infantil, se siente. --Esta bien… --Le murmuro sin soltar su mano--… Septiembre, entonces… --Acepto su forma de llamarme. Y algo golpea mi pecho al decirlo, por sentir mi nuevo sobrenombre en voz alta por mi. Y lo confirma su sonrisa de satisfaccion. Notando. Que esa presion en mi pecho. Es como un sello. Y su mirada sonriente. ?Al igual que el arbol frutal, familiar? Sacudo mi cabeza, porque no puede ser. Somos ninos y lo acabo de conocer. --?Cual es el tuyo? --Pregunto, caminando con el a mi lado. Siendo por la poca edad que parece llevarme, mucho mas alto que yo. Sus pies descalzos se detienen y se cubre mas con mi abrigo, borrando esa linda sonrisa que dibujaban sus labios. --Por eso lloraba… --Susurra triste. --…no recuerdo nada… Oh. Y mi abrazo de consuelo repentino, lo estremece. Porque lo necesita. Senti, la necesidad de hacerlo. --No importa… --Digo apartandome de el y tirando mi rubio pelo hacia atras, pero sin soltar su mano. --…voy ayudarte a que lo descubras… - Le digo convencida. Y sus ojos claros de color casi blanco y ceniciento como su pelo, se abren y un rubor en sus mejillas se iluminan, pese a su palidez. --Septiembre… --Solo repite ese sobrenombre que me puso, sorprendido ante ese contacto, mirandome a mi, para luego mis bracitos envueltos sobre el. Entre feliz. Asustado. ?Y agradecido? Pero no le doy tiempo a ninguna emocion, porque no deseo volver a verlo triste. Yo no quiero, verlo nunca mas asi. Y lo jalo, sonriendo con la musica invadiendo el lugar con nuestras risas y con ella, disfrutando sobre los caballitos multicolor de madera al montarnos al carrusel. Me giro del mio sobre mi hombro y riendo, para ver al nino de cabellos y ojos color plata detras mio sobre otro. El tambien, rie. Mucho. Ambos lo hacemos felices al ritmo bajando y subiendo de ellos. No se, si esto es un sueno o no. Elevo mi mirada al techo multicolor y con su dorado luminoso del carrusel, sobre nuestras risas de felicidad. Y le ruego. En realidad al cielo, sobre el. A Dios. Que yo, quiero. Le pido con mi alma. Que no lo sea. Y bajo mi pedido, por ese ruego. Y ambos nos miramos asombrados por eso. Que el carrusel con sus luces. Y cientos de plumas blancas, caen como si fueran delicados copos de nieve en suspension, bajando por su delicada suavidad. Brilla, mucho mas… Capitulo 1 El par de hielo, flota en miBourbonen un clasico vaso de whisky y con pequenas gotas de miel. Intenso y con cierto dejo dulce, pero sin quitarle su origen escoces como antonomasia de toda la vida de una unica cebada malteada y pura, sintiendo su choque y sostenido este, por mis dedos acoplandose al sonido del agua por estar sentado fuera de un pintoresco bar y a pocos metros de la costa, que por el movimiento con su suave oleaje chocando con ella, como gran y paradisiaco lugar turistico como veraniego que es. Que por su hora y sobre el ocaso. Como un pendulo en su color fuego en tonos naranjas, dorados y ocres, se oculta sobre el horizonte maritimo. Haciendo que pierda mi mirada plata, detras de mis lentes de sol que llevo puesto al paisaje nautico y playero, como gente disfrutando de este e interrumpa mi lectura del libro que sostengo en mi otra mano y apoyandolo, en una pierna cruzada sobre la otra con cierta postura como aire elegante y mi por demas, fino traje en tres piezas que llevo puesto en su negro oscuridad y de corte sastre europeo conforme a la temporada. Pero, muy acorde pese al lugar. No lo mal interpreten, por favor. Dejenme explicarles. Pese a estar en un sitio llamenlo playero. Vacacional. O de descanso y asueto, que por su clima tropical como paisajes y plazas, conformadas por prestigiosas cadenas hoteleras que superan las cuatro estrellas sin titubear. Y donde es eleccion, tanto de familias para distenderse de sus obligaciones rutinarias o puede laboral como social y hasta de ejercitos juveniles con sus hormonas a flor de piel en sus periodos de descanso para venir. Sonrio. Para disfrutar del dia a dia con sus playas y mujeres a la orden de estas, en sus sugerentes bikinis o del abuso excesivo que la noche con sus fiestas y juergas. Que otorgan. Sonrio mas. Y te llevan. A la tentacion. Puedo vestir armonico al lugar en que me encuentro, que bajo su musica calma como tranquila que rodea y envuelve el recinto a la ocasion incitando e invitando a ello. A la elegancia. Por ello, no se confundan damas. Ya que, puedo. Si notan mi presencia. ?Como, les explico? Suspiro dando un pequeno sorbo a mi etilica bebida, para luego apoyar mi brazo en la mesa que estoy y mi barbilla en mi puno de forma tranquila, pero sin perder mi postura refinada en la silla mientras pienso. Y mi media sonrisa vuelve, ante el ciento de sinonimos que me han puesto a lo largo de los tiempos, pero eligiendo uno de mis favoritos. Ser un camaleon. Si, como leyeron. Uno de muchos y que varias veces he sentido que me nombran asi. ?Por que, dicen? Simple. Porque, tengo la asombrosa facultad de cambiar. En el nombrado animal, su color. En mi. De acuerdo a las circunstancias que amerite. Su lengua es rapida. Sonrio mas, sobre otro trago a mi whisky. La mia, tambien. Sus ojos por esa gran capacidad de vision, fascinan y desconciertan. Mientras los mios y en su color unico. Mezcla de agua y el tono plata, al igual que el color natural de mi pelo, cual siempre llevo a medio recoger por su cierto largo. Confunden.

  • El viaje de Cilka de Heather Morris

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    Con solo dieciseis anos, la prisionera judia Cilka Klein fue convertida en la concubina de uno de los comandantes de Auschwitz-Birkenau. Se salvo de morir de hambre, enfermedad o en las camaras de gas, pero, tras la liberacion, fue acusada de colaboradora y espia ante la NKVD, la brutal policia secreta sovietica. Y asi, por segunda vez en tres anos, Cilka se encuentra de nuevo hacinada en un tren de ganado que la transportara a Vorkuta, el gulag de Siberia situado a noventa y nueve millas del Circulo en el que debera cumplir con mas de diez anos de condena de trabajos forzados.

  • Lo que pasa en Elixyr, se queda en Elixyr de Rose Gate

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    “Donde tengas la olla no metas la polla”.Ese dicho tendria que haberlo conocido yo antes que a mi exmarido, tal vez asi las cosas me habrian ido mejor.Disculpad, me presento, me llamo Yanet, treinta y cinco anos, aliviadamente divorciada, con una hija adolescente que vive con su padre en mi pais, Cuba.?Que donde vivo yo?Pues a mas de siete mil kilometros, al otro lado del Atlantico; en Barcelona, hasta aqui tuve que venir cuando el cabron de mi ex me veto en la Habana y no me quedo mas remedio que emigrar para subsistir.Si algo tengo claro en esta vida es que nunca mas voy a acostarme con mi jefe y, mucho menos, casarme con el.Llevo dos anos en Barcelona y, pese a mis estudios, aqui solo soy una inmigrante sin papeles mas.

  • El asesinato de los marqueses de Urbina de Mariano Sanchez Soler

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    Como escribio Balzac, detras de cada gran fortuna siempre aparece un crimen.

  • Adelgaza para siempre: De forma facil, saludable y definitiva – Angela Quintas de Angela Quintas

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    Despues de dietas efectivas pero con consecuencias nefastas para la salud (y ajenas a la tradicion alimenticia mediterranea), el publico demanda mas que nunca una dieta definitiva, realista a medio y a largo plazo y, ante todo, saludable.

  • Nubes y lluvia (Nubes y lluvia 1) de Zahra Owens

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    Un libro de la saga Nubes y lluvia

  • Persiguiendo la verdad de B.j. Daniels

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    Aquella mujer entro en la ciudad a lomos de una moto demasiado potente incluso para muchos hombres, con diez dolares en el bolsillo y una herida de bala en el hombro. Maggie Randolf estaba buscando a alguien y huyendo de alguien. Y no habia previsto encontrarse con un hombre en el que podia confiar… el ayudante del sheriff de Timber Falls. Jesse Tanner iba a tener que convencer a la valiente belleza de que podia protegerla. Pero tendria que atraparla antes de que fuera demasiado tarde.

  • Puerto escondido (Volumen independiente), Maria Oruna de Maria Oruna

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  • Codigo criminal de Alfredo De Braganza

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    Una esfera estroboscopica de estilo de los anos setenta giraba sobre la pista de baile. La discoteca estaba llena de gente. Parapetado tras su cristal, el disc jockey pinchaba una mezcla de canciones de peliculas clasicas de Bollywood con modernas de musica electronica. Jaime Herrero escruto el ambiente. Habia un grupo de chicas jovenes altas, flexibles, parecian modelos. De hecho, estaba seguro de que lo eran, tenian cuerpos de infarto. Como estrategia de marketing, los hoteles de cinco estrellas de Nueva Delhi promovian a agencias de modelos femeninas a invitar a sus representadas a sus piscinas, pero tambien a las discotecas, para llenar el ambiente con guapas y atractivas mujeres. Desde que habia llegado a Nueva Delhi para ocupar el cargo de agregado cultural en la embajada espanola no habia visto mujeres de ese tipo. <>, se dijo apoyandose en la barra. Aquel era el nuevo orden en la India. Un pais moderno en el que se fundia lo occidental con lo oriental. Fuera del hotel de cinco estrellas, podria encontrar la miseria mas putrefacta, y en el interior, el lujo mas fatuo. <>. Pidio una cerveza Kingfisher. <>, dijo al barman, alzando la voz debido al volumen altisimo de la musica que hacia que incluso en algunos momentos le vibrase el pecho. Aquel sabado habia participado en un pesado y somnifero simposio sobre la historia de la literatura india. Nada mas llegar a su apartamento, se encontro con la necesidad de salir, de despejarse. Al dia siguiente comenzaban sus vacaciones y el vuelo a Espana lo tenia reservado para la tarde. Se ducho, se cambio de ropa, cambiando el traje y la corbata por ropa mas juvenil y moderna, se hizo un sandwich, que devoro conforme bajaba al parking, y condujo con su coche oficial a la conocida discoteca Privee Club del hotel Shangri-La's Eros. Degustando su cerveza, Jaime Herrero disfrutaba observando el ambiente alegre y juvenil. Al ritmo de parpadeantes luces de colores, en la pista de baile la multitud de cuerpos se contoneaba al son de la musica electronica y disco. La gente cantaba a grito pelado estribillos de una cancion en hindi, al tiempo que reian. Un grupo de sijs salto a la pista. La escena le parecio jocosa al espanol, que saco su telefono movil y grabo a los jovenes con turbante moviendose como si fueran modernos John Travolta en Fiebre del sabado noche. El siempre quiso aprender a bailar. Desde muy joven disfrutaba viendo las peliculas de Gene Kelly que ponian los fines de semana durante la sobremesa en el canal publico de la television espanola. Una joven india se acerco a el y le pregunto si queria bailar. No era muy guapa, pero iba vestida de modo atractivo; un top rojo y unos pantalones estampados de flores. Jaime acepto con una sonrisa y un <>. <>, se dijo a si mismo mientras ella le cogia de la mano y se iban a la pista de baile. Jaime comenzo a moverse torpemente. Nadie parecia fijarse en el. <>. La chica le sonreia y le animo a adentrarse un poco mas en la masa giratoria de gente bailando. Jaime se encogio de hombros, haciendo saber que le parecia bien. <>. Se atrevio a mover con mas desenfado brazos y piernas. <>. El consumo de cerveza le habia hecho estragos en los rinones. Tenia ganas de vaciar la vejiga. Por encima de la cabeza de varias personas vio el simbolo de los servicios. --Ahora vuelvo --dijo a la joven senalando el lateral semioscuro donde se veia el signo en neon de los servicios de caballeros. La chica asintio alegremente sin dejar un momento de contonearse. Jaime maniobro hasta salir de la pista, camino entre las mesas y fue directo al pasillo que indicaba la senal. Bajo unas escaleras y camino por otro pasillo revestido de madera. Una puerta indicaba con un vector de hombre que era el servicio de caballeros. Jaime entro. Orino y fue a lavarse las manos. Frente al espejo, mientras se enjuagaba, vio que el hombre que tenia a su lado sacaba una jeringuilla e hizo amago de clavarsela en el cuello. Jaime hizo una finta esquivando su mano. El hombre blandio la jeringuilla como si se tratase de un cuchillo. Un joven sij entro en el servicio, quedandose estremecido por la escena. Entonces el atacante echo una mano a la espalda y saco una pistola, momento que aprovecho Jaime para situarse detras del sij, abrir la puerta y salir corriendo. Cuando cruzaba el pasillo escucho una detonacion producida dentro de los servicios. Se estremecio. Una expresion de horror aparecio en su rostro. Se tropezo con el primer escalon de las escaleras. --!No! !No! --exclamo en voz alta, levantandose de un salto. Corrio hacia el interior de la discoteca. El horror se transformo en desesperacion, abriendose paso a empujones. Iba a alcanzar la salida situada al otro extremo del local cuando sintio un fuerte impacto en la cabeza. Un disparo habia acabado con su vida. 2 Aquella misma noche, a esa misma hora, Agustin Cortazar se encontraba con un empleado indio de la embajada espanola en Nueva Delhi, en el local Dabaang Delux, en el limite entre el estado de Delhi y Uttar Pradesh. La musica estridente parecia que saliese de un radiocasete. Todo parecia casero. Aquel sabado por la noche Sudeep Agarwal habia llevado al joven espanol a conocer un espectaculo donde los hombres echaban billetes a las bailarinas. Repantingado en su silla, Agustin no dejaba de reirse de la absurdidad de aquel espectaculo. El espanol se lo habia pedido desde hacia tiempo, pero Sudeep argumentaba que esos espectaculos eran ilegales, y que mejor se fuera al Mall y se tomase una cerveza tranquilamente en un lugar limpio y con buena gente, como el bar habitual al que iban los becarios espanoles de la embajada, como el Ruby Tuesday en Connaught Place. Agustin Cortazar llevaba cinco meses trabajando como becario en la seccion consular y estaba convencido de que en la Camara de Comercio de su comunidad autonoma no le renovarian por otros seis meses. Por este motivo Sudeep accedio, pero con la promesa de que no se lo dijera a ningun espanol de la embajada. De este modo, Agustin les dijo a sus companeros de apartamento que se iba al cine y que mas tarde cenaria en Old Delhi en un puesto callejero: comida tipica india y deliciosa hecha en barbacoas o tandoor. Habian quedado en un punto de encuentro y, desde alli, con Sudeep conduciendo su moto, habian llegado al local que ocupaba tres plantas de un edificio cubierto de cables y anuncios de todo tiempo de productos a la venta. Era una edificacion dentro de una zona llena de comercios. Habia tanto ruido en la calle que el volumen de la musica que hubiera en el interior pasaba desapercibido. --Tu no hables. No digas nada. Ya de por si tienes aspecto de musulman --le dijo aparcando la moto. --?Me tomas el pelo? --pregunto Agustin sin evitar reirse. --Si se enteran de que eres extranjero esperaran de ti que gastes todo el dinero que llevas contigo. --Bueno, no llevo mucho. --Pues entonces, mejor no abras la boca --termino de advertirle mientras subian las escaleras --. Y ni se te ocurra sacar el movil y grabar como si fueras un turista en un local de estriptis de Las Vegas. El interior del local era cochambroso. Habia cables electricos pelados que colgaban de todas partes. El suelo estaba levantado en algunas zonas, y el joven becario habia visto ya dos ratas corriendo de un lugar a otro. Una vez que se sentaron en una mesa, Sudeep pidio unas cervezas y contemplaron el espectaculo. Para el espanol, las jovenes bailarinas le parecieron de las indias mas feas que habia visto, pero no vulgares; vestian con trajes elegantes. Podrian pasar incluso por bailarinas de una pelicula de Bollywood de bajo presupuesto. La verdad es que no era lo que se habia imaginado: ver a jovenes indias con cuerpos perfectos contoneandose en posturas que le despertarian la imaginacion, como hizo la primera vez que vio un libro ilustrado sobre las posturas del Kamasutra. En la mesa de al lado, un indio con una barriga enorme y con pinta de comerciante silbaba estruendosamente mientras que su companero tiraba billetes al aire en direccion a una bailarina cargada de peso que movia sus caderas al son de la musica hindi. El espanol se tapaba la cara riendose a mas no poder de lo cutre que le parecia todo aquello. --?Y ya esta? --pregunto Agustin a Sudeep en voz baja. --?Como que si ya esta? --Hombre, ?luego no hay…? --Y se rio--. Ya me entiendes. --Agustin --contesto frunciendo el ceno--, te dije que esto no es un burdel. Aqui, en el norte, no tienen mucho glamur, pero en Bombay estos espectaculos son mas sofisticados. Aun asi, siguen siendo ilegales. --?Por que? --Porque la mayoria de estas chicas estan forzadas a hacer esto. Las traen de los interiores de la india para bailar delante de hombres. A muchas incluso las fuerzan a prostituirse. --Venga ya, hombre. Lo que tengo ganas es de emborracharme, quitarme la camiseta y salir a bailar. --Ni se te ocurra, que nos echan a palos. Ya sabia yo que habia sido mala idea traerte. Como se entere el senor Federico Villa… --Calla, calla, el agregado comercial esta de viaje en Calcuta. Conociendole, a esta hora estara en algun lugar con los pantalones bajados. Dos hombres se situaron frente a ellos, tapandoles la vista de la pista de baile. Llevaban pantalones vaqueros y chaquetas de cuero. Sudeep penso que eran policias de paisano, y que habia llegado el momento de soltar el argumento plausible que tenia preparado para la ocasion: <>. Agustin ni se inmuto, pensaba que si llegara el caso tendria que ensenar su tarjeta de visita con el escudo de Espana encima de la frase Embassy of Spain. --Os lo pasais bien, ?eh? --dijo uno de ellos mientras un tercer hombre, por la espalda, levantaba el menton de Sudeep y le rebanaba el cuello con rapidez y adiestramiento, como lo hacian los vendedores de pollos matando al animal, al estilo halal. La conmocion sacudio a Agustin Cortazar con tal violencia que lo dejo sin aliento. El fue el siguiente. 3 En Madrid, como inspector general de Servicios del Ministerio de Asuntos Exteriores, a Santiago Gonzalez no le habia costado renunciar a la cerveza y al vino. El itinerario entre su residencia al trabajo y su rutina diaria llena de reuniones y eventos sociales, le habian hecho perder las ganas de beber por si solas. En cambio, ocupando el puesto de embajador de Espana en la India, esas ansias habian reaparecido con contundencia. Nueva Delhi es considerada la ciudad con mas sedes diplomaticas del mundo. Cada semana se suceden fiestas oficiales de celebracion del dia nacional de un pais extranjero, recepciones y cualquier otro motivo plausible que implique el contacto entre extranjeros e indios y fortalecer lazos politicos y comerciales. En esos eventos se come y se bebe, y Santiago se habia excedido en el consumo de alcohol y comida, especialmente de dulces, durante los pasados meses. Ademas, el clima sofocante de Nueva Delhi, y el letargo de su rutina diaria en la embajada, le habia incitado a ingerir grandes cantidades de cerveza fria. Incluso no parecia que hubiera ningun problema en beberse diariamente una botella entera de vino. Le habia prometido a Carmen Losada, su mujer desde los ultimos treinta y cuatro anos, que se jubilaria tras su puesto como embajador en la India. A ella le repetia que sus ganas de ascender en el escalafon de la diplomacia fuera una buena prueba de su narcisismo y que a la hora de la verdad no habia lugar para ella. ?Por que, si no, habia aceptado su puesto en la India? En Estepona, en Malaga, tenian un apartamento cerca de la playa. Desde que el invierno habia tocado su fin en Nueva Delhi y habia comenzado el caluroso verano, no habia dia que rememorasen los paseos en el cercano Puerto Banus de Marbella, las cenas en las terrazas, los banos en la playa y las partidas de cartas de la tarde. <>, le habia dicho para animarla. <>. Aquel domingo al mediodia, sentado en su lujosa residencia, Santiago leia los periodicos digitales en su ordenador portatil mientras degustaba un sabroso aperitivo y una cerveza fria antes de comer. Aun no habia trascendido a la prensa las noticias sobre la muerte de los espanoles empleados en la embajada. La policia habia puesto en la morgue los cuerpos de los fallecidos a la espera de los miembros del departamento de criminologia, a quienes se les esperaba el lunes. Al ser domingo, se acentuaba aun mas la lentitud burocratica. No habian avisado a nadie. Mas tarde, el gobierno de Espana exigiria explicaciones por este flagrante modo de actuar. Por su parte, el gobierno indio se escudaria en que los asesinatos habian sido tan crueles que merecian ser investigados de manera profesional antes de informar a la embajada de Espana. En el salon de la residencia del embajador, el aire acondicionado estaba puesto a dieciseis grados y los ventiladores de techo estaban a una velocidad media. En las noticias nacionales indias se comentaba que aquel verano iba a ser el mas caluroso de los ultimos cincuenta anos. --Traeme otra --pidio a su mujer, levantando la mirada de la pantalla de su ordenador.

  • El maestro y las magas de Alejandro Jodorowsky

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    En este libro que completa su autobiografia La danza de la realidad (Siruela, 2001), Alejandro Jodorowsky cuenta como conocio al maestro japones Ejo Takata, que lo inicio en la meditacion, en el budismo zen y en la ensenanza que transmiten los koans. Sin embargo, la aplicacion de estos conocimientos en la vida lo aprendio de un reducido grupo de mujeres (<>) que nada tenian que ver con el budismo. Aunque era el propio Takata quien le mostraba la esencia del zen y de los koans, la experiencia de dichas ensenanzas solo la aprendia a traves de estas mujeres. En este libro nos habla de la escritora y pintora surrealista Leonora Carrington; de Dona Magdalena, que le enseno el masaje iniciatico; de la poderosa actriz mexicana la Tigresa; y de Reyna D'Assia, hija del ocultista G. I. Gurdjieff. Pero en la vida del autor hubo otras magas: la sacerdotisa de los hongos Maria Sabina, la curandera Pachita o la cantante chilena Violeta Parra, de quienes ya escribio en La danza de la realidad y Psicomagia (Siruela, 2004).

  • La molecula de Dios (Natalie Davis 4) de Annabel Navarro

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    La agente Natalie Davis sospecha que alguien de su equipo se ha cambiado de bando, sin embargo, su intencion de iniciar una investigacion paralela junto a su companera Olivia va a tener que esperar; ahora tiene otros problemas mas importantes de los que ocuparse. Tras un tiroteo en el que Natalie sale ilesa, la agente ha sido reducida con una pistola electrica e introducida en una furgoneta; alguien se esta tomando demasiadas molestias para hacer desaparecer a la federal.

  • La persona normal de Marijke Schermer

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  • El tren de Ivano Ferrari

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    Son horas que nieva sin parar, el tren esta parado enfrente a la estacion, esperando la senal de salida para este largo viaje, en una silenciosa noche de Navidad, donde parece que hasta el tiempo se ha parado. Mirando el cielo ves una luna blanca redonda y sola, sin miedo y sin prisa, como tu, que la miras queriendo que te hable, que te diga que falta poco, brilla tanto que parece el sol, alargas una mano para tocarla, casi lo consigues, te pones de puntillas y haces otro pequeno esfuerzo, pero todavia sigue demasiado lejos, te ries pensando en el juego de poderla rozar con los dedos, lo habias visto hacer a un nino con su madre, hace tiempo, durante una noche de luna llena. A traves de la densa nieve ves unas figuras acercandose, faltan pocos minutos para el inicio de esta aventura, los motores ya estan calientes y los pasajeros estan llegando. Te masajeas las piernas, sabiendo que te espera una dolorosa noche, sacas el termo de cafe del bolso de piel que llevas colgado al hombro y bebes la mitad, te pones la gorra y abres la puerta del tren, llamando a las pocas personas que en esta noche de fiesta estan obligadas a estar aqui, empezando un aburrido y frio viaje, que termina al amanecer con una sola parada, la ultima. Bajo la luz de esta inalcanzable luna, que tiene la misma sonrisa arrugada y dulce de una abuela. Donde nadie se conoce, pero todos tienen una cosa en comun, la llegada. Donde tu sabes los secretos de todos, antes de verles las caras. Donde tu decides si les llevaran regalos o carbon, si se han portado bien o mal este ano. Donde tu controlas los billetes de solo ida, de un duro viaje en un viejo tren que solamente tiene un vagon. --Senores, pueden subir, salimos-- CAPITULO 1 EL REVISOR "Pesado, enorme y cansado, comiendo carbon y escupiendo fuego, ahora descansa, esperando un largo viaje entre el blanco de la nieve y el negro de las tinieblas. Paciente, mirando a la cara al frio metal de los railes, que lo guiaran al final de una vida y al inicio de otra" Te obstinas en mirar a traves de las pequenas ventanas del tren, son anos que lo haces, en cada viaje buscas algo diferente, un particular que se te haya escapado el dia anterior, te esfuerzas por alcanzar con la mirada aquel impalpable horizonte que no tiene comienzo y no tiene fin, sabiendo que lo que ves es siempre lo mismo. En esta noche de Navidad donde todo es blanco por la nieve, donde las personas felices estan cenando con sus propias familias, donde los ninos que han sido buenos esperan a Papa Noel, y tu, ?te has portado bien este ano? Tienes las piernas hinchadas, te duelen, pero tu sigues estando de pie frente a la ventana, mirando un paisaje inexpresivo y silencioso, esperando que hoy cambie, con la ilusion de que suceda. Sabes que te estas enganando, asi despues de un largo suspiro te masajeas suavemente las rodillas, y empiezas tu viaje en este pequeno tren que hace solo una parada. Tu, frente a la puerta del vagon de pasajeros, antes de desplazarla y entrar, te paras a pensar que rara es la vida, gente que no se conocen viajando hacia una unica estacion de llegada, pero cada uno de ellos buscando algo diferente, hay quien se escapa, quien va por amor, por dinero, o para vengarse de alguien, pero todos van al mismo sitio, que ofrece solo una cosa, nada. Tu los conoces, sabes las verdades de todos ellos, ya nada te sorprende, ninguna historia te hace sentir feliz o triste, ya no hay mas relatos que te dan miedo, te has acostumbrado, para ti es solo un trabajo, y con una sonrisa estampada en la cara entras solicitando... --!Billetes! !Billetes por favor! -- CAPITULO 2 ANTONIO RODRIGUEZ "El vagon tenia el mismo olor a viejo y moho de su casa, por eso le gustaba, le hacia pensar en su madre" Te acercas y lo ves, un hombre acabado, cansado de una vida que nunca le ha dado nada a cambio. Ojos amarillos, enfermos y tristes, sentado con las manos en las rodillas, agarrandolas con todas sus fuerzas, como si alguien se las quisiera quitar, mirandote fijo sin ninguna expresion, ?te estara escuchando? --Billete por favor-- Lo coge del bolsillo izquierdo de la chaqueta y casi te lo tira en la cara. !Si! Te habia escuchado. Tu sigues mirandolo con una mascara de falsa sonrisa y eterna paciencia, y con educacion y calma le das las gracias y te vas. Lo conoces, conoces a todos, sabes que su vida no ha sido facil, portero de un edificio de una pequena ciudad, donde todos se conocen, donde nacer, sobrevivir y morir son las unicas cosas que se pueden hacer. Toda una vida pasada en aquel sitio entre trabajo, casa y hermano. Hacia anos que cuidaba de el, condenado para toda la vida en una silla de ruedas, sin piernas y sin ganas de hacer nada. Haciendo de padre y madre, el primero casi desconocido y la segunda muerta asesinada, tambien le hacia de enfermero y de cuidador, lavandolo, medicandolo y ayudandolo en todas las cosas que el no podia y no queria hacer. A pesar que le hacia de esclavo todo el dia, el hermano menor lo odiaba, le echaba en cara a cada momento su situacion de minusvalido, haciendole sentir responsable por la perdida de sus piernas. Los dias pasaban, todos iguales, pequenos trabajos de mantenimiento, limpieza de las escaleras y de la entrada al edificio, el correo, y todas aquellas cosas que hace un portero, y el lo hacia bien. Con el tiempo habia aprendido a detestar aquel trabajo, no tanto, como a la gente que vivia en el bloque, descuidando a veces, por despecho, detalles que molestaban a los residentes, como meter los folletos publicitario en los buzones, o regar demasiado las plantas, haciendo que el agua sobresaliera, inundando el suelo para luego pisarlo y volver a su casa, escondiendose detras de la puerta y espiando a la gente enfadandose. Eran cosas infantiles, de nino, como su cabeza, que se habia parado hacia mas de cuarenta anos. Buenos dias y buenas tardes, las unicas palabras que decia, era muy reservado y asocial, no le interesaban los cotilleos y se ponia nervioso cerca de desconocidos o en grupos superiores a tres personas, intentaba evitar a los vecinos, no le gustaba ver sus caras siempre educadas y sonrientes. Para todos era el senor Rodriguez. Envejeciendo al lado del hermano, sin haber conocido nunca el amor, un poco por falta de tiempo y un poco porque no queria enamorarse, pero sabia lo que era, lo veia en los demas, los veia atormentarse, pelearse y llorar, y a el no le gustaba sufrir, nunca mas. Se acercaba el dia para jubilarse y abandonar todo. Coger el coche y viajar, conocer todo aquello que no habia podido visitar, pero no podia hacerlo, no con su hermano enfermo. La Navidad estaba al caer y los inquilinos estaban haciendo una recolecta para regalarle algo especial, no el clasico sobre con dinero o una caja de puros, algo diferente, pero, ?se habra portado bien este ano? Te alejabas sin pensar en nada, no estas alli para juzgarlo, solo quieres hacer tu trabajo, quieres terminar pronto para poder sentarte y dar descanso a tus piernas, pero todavia es temprano, asi sigues con tu deber, pensando en toda la nieve que esta cayendo en esta fria noche que acaba de empezar.

  • Amadore de Laura Cruz

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    Eran tiempos dificiles en las tierras frias de Lacronan, las cuales, se habian convertido en un lugar inhospito en el cual, los ladrones, bandidos y oportunistas, hacen de las suyas para tratar de ganar un poco de dinero a costa de los inocentes. Secuestros, robos, torturas, eran suficientes para poder sacar un poco de dinero de aquellos que trataban de hacer todo lo posible por mantener sus vidas a salvo. No habia reglas, no habia leyes, y los reyes, parecian haberse olvidado de sus pueblos, donde se desarrollaban eventos lamentables que nunca eran llevados ante la justicia. Muchos de estos ladrones y asesinos, eran perseguidos con absoluta devocion, ya que, algunos eran mas importantes que otros. Mientras unos se dedicaban a actividades delictivas tontas de robar alimentos o joyas, otros se dedicaban a asesinar sin piedad, para posteriormente quitarle todas sus pertenencias y abandonar los cuerpos sin ningun tipo de empatia o remordimiento. Esto habia creado una especie de comunidad de cazadores de recompensas que se dedicaban a la busqueda de estos criminales, ya que, de esta forma podian entregarlos ante la justicia y realizar dos trabajos de forma simultanea. Uno de ellos, restar a la sociedad de uno de estos bandidos que representaba un peligro para todas las personas, y adicionalmente, conseguir un poco de dinero, ya que, las recompensas variaban en monedas de oro en funcion al criminal que era atrapado. Era una tarea bastante dificil, ya que, un criminal no se dejaria atrapar simplemente como si se tratara de una liebre escapando de unos zorros. Lucharia hasta el final, pelearia a muerte antes de terminar encerrado en los calabozos del reino. Pero sin saber ni siquiera como habia terminado alli, Amadore habia despertado en la parte trasera de una carreta en movimiento, comienza a forcejear, haciendo el menor ruido posible, pero sus munecas y sus tobillos estan atados con amarras de cuero. Este, ha abierto los ojos y rapidamente se ha ubicado en una carreta, puede ver unos rayos de luz entrando por algunos pequenos orificios, y el sonido de las ruedas girando es caracteristico. Puede escuchar las pisadas del caballo, y el movimiento constante de su cuerpo, no le permite poder realizar movimientos controlados y coordinados que le generen una estabilidad para poder zafarse de estas amarras que lo mantienen inmovilizado. Sobre la carreta, se encuentra un gran cobertor de color marron, es una especie de lona pesada, la cual, evita que cualquiera de las personas que en cualquier momento pudiesen haber visto la carreta, identifiquen que llevan a un hombre alli en su poder. Amadore trata de recordar el momento en que habia sido atrapado, pero es imposible para el, sufre un fuerte dolor de cabeza, y sabe que posiblemente lo tomaron desprevenido. Todo en su memoria a corto plazo ha sido borrada, esta muy confundido y aturdido, por lo que, sabe que debe liberarse antes de llegar a su destino. En su tobillo, en su bota izquierda especificamente, siempre guardaba una pequena daga, la cual, utiliza en emergencias cuando lo creian desarmado. Amadore, hace un esfuerzo tremendo para inclinarse y llegar hasta el lugar, ya que, esta muy adolorido. La posicion en la que estado tendido en aquella carreta durante las ultimas horas, lo ha dejado totalmente entumecido, asi que, a pesar del dolor y el esfuerzo, finalmente logra hacerse con la pequena navaja. Pero debe tener cuidado, ya que, no sabe en poder de quien esta. Corre el riesgo de que sean matones de alto calibre, posiblemente, sean algunos aldeanos, no sabe cuantos son, asi que, debe tratar de mantener la calma y no precipitarse para no arruinar la unica oportunidad que tiene de escapar. Sus manos sujetan la daga, y corto las amarras de sus tobillos, posteriormente, haciendo uso de la destreza en sus manos, una destreza habitual y obligatoria en cualquier ladron, finalmente logra cortar el cuero que limita sus munecas. En ladron finalmente esta libre, pero se queda tendido en el interior de aquella carreta, mientras espera silenciosamente un momento ideal para poder salir de alli. Se asomo por alguno de los orificios tratando de no llamarla atencion, necesita ubicar su entorno, saber si reconoce el espacio para poder escapar, o si esta en un lugar desconocido alejado de sus tierras. Por suerte, puede reconocer un lago en la distancia, el sol, esta en su punto mas alto, por lo que, son las horas del mediodia. El calor es infernal, el sudor corre por sus sienes, y la adrenalina recorre todo su cuerpo. Sabe que debe tomar una decision rapida y certera, ya que, no tendra una segunda oportunidad para poder evadir lo que esta ocurriendo. Quien lleva a Amadore en su poder, sabe que pronto habra un pago muy jugoso por entregar a este sujeto, el nombre de este ladron, ha recorrido las tierras de Lacronan una y otra vez, y no por razones buenas. Amadore no es un asesino, no es uno de esos mercenarios despiadados que me arranca la vida a inocentes, pero antes su gran cantidad de participacion en robos, secuestros y actos indecorosos, ha sido vinculado con una gran cantidad de eventos en los cuales no tiene ningun tipo de credito. Mientras otros disfrutan de la muerte y la sangre, este simplemente roba para vivir. Algunos elementos de valor a algunos principes, asaltos en algunas casas, eventos que no dejan consecuencias mas que la frustracion y la molestia de aquellas victimas. Pero el verdadero problema de Amadore es que siempre terminaba involucrandose con mujeres de todo tipo incluyendo princesas y reinas, ante las cuales, se mostraba como un hombre sofisticado y muy elegante, terminando acostandose con ellas. Las deja absolutamente enamoradas y complacidas, con ganas demas, y ante la imposibilidad de quedarse atado a una sola mujer, siempre desataba la ira y la furia de estas mujeres. Despues de haber poseido sus cuerpos, de haberse desplazado por las pieles desnudas de estas mujeres, luego de que las habia saboreado, las habia dejado tendidas en sus camas empapadas en fluidos y barnizadas en sudor de ambos cuerpos, simplemente se marchaba para continuar su camino hacia una aventura desconocida que lo llevaria hacia una libertad plena. Amadore sentia que tarde o temprano tendria la posibilidad de ser absolutamente independiente y no tendria que robar nunca mas. Buscaba ese premio gordo, el gran tesoro que lo dejaria anonadado por unos segundos y finalmente abriria la puerta hacia la libertad total. Pero muchos ya conocian su nombre, y mientras estuviese en la lista de profugos, tarde o temprano alguien pondria sus manos encima. Esto era lo mas cercano que habia afrontado Amadore a una captura, ya que, siempre habia sido muy habil y con una destreza tremenda para escapar de los soldados del rey cuando trataban de atraparlo. Se movia como una sombra, trataba de estar siempre de incognito, evitando asi que su presencia llamar a demasiado la atencion. Quien fuese esa persona que lo habia atrapado, debia ser muy habil, y debia tener un conocimiento tremendo acerca de los movimientos de Amadore. Posiblemente, lo habia seguido durante dias, era muy probable que lo hubiesen estudiado minuciosamente durante mucho tiempo antes de ponerle las manos encima, algo que era habitual, pues un golpe de suerte como ese, no podian disfrutarlo dos personas con la misma condicion. Entregar a Amadore, representaba acceder a un pago muy atractivo, ya que, la monarquia habia ofrecido una recompensa de 25 monedas de oro por la entrega de este hombre muerto. Si se entregaba vivo, solo recibirian 15 monedas de oro, asi que, este atrevido campesino, no habia tenido el valor para hacerle mas dano simplemente por el hecho de poder cobrar 10 monedas de oro adicionales. Borislav maneja la carreta acompanado de su esposa, un par de campesinos que no tiene ningun vinculo con el crimen o las actividades maliciosas. Se han mantenido como nomadas desplazandose de pueblos a otros, dedicandose a actividades comerciales que van mas alla de lo que anteriormente realizaban. Sus dias comenzaron trabajando en los cultivos, tenian siembras de maiz que gozaban de una ternura tremenda. Era el maiz mas dulce y suave que podia probarse en el reino de Lacronan, pero los constantes robos y asaltos por parte de los ladrones y la falta de ley por parte de la monarquia, los habia dejado completamente arruinados. Borislav y Athanasi, habian hecho todo el esfuerzo posible por mantenerse dentro del negocio, tratando de enfrentar a todos los ladrones que ingresaban a sus tierras para robar el maiz. Pero no era posible mantener a raya a tantos hambrientos, ya que, el rey se habia olvidado por completo de todos, asi que, era un reino sin ley en el cual, todos simplemente hacian lo posible por tratar de subsistir. Amadore era uno de ellos, Borislav tambien era otra victima, su esposa, simplemente era la acompanante de un hombre arriesgado, y no habia estado de acuerdo con ese plan de atrapar aun vivo tan peligroso como Amadore. Se decian mas cosas de las que eran reales, ya que, Amadore no era capaz de asesinar absolutamente a nadie. No tenia el corazon para ello, era un hombre que a pesar de que habia tenido que incurrir en el robo para poder subsistir, no tenia un alma oscura, solo era un amante empedernido, un ladron sin condicion, y un secuestrador de corazones. Simplemente mantenia a las mujeres encerradas durante algunas horas mientras las enamoraba, disfrutaba de ellas, y desaparecia para siempre, sin dejar rastro o alguna senal de donde encontrarlo. No era una vida sencilla para vivirla, aunque a veces la adrenalina era bastante interesante, Amadore no podia estar en paz consigo mismo desarrollando una rutina como esta. Tarde o temprano sabia que lo atraparian, se habia acostado con princesas, y duquesas, plebeyas, campesinas. Cualquier tipo de mujer que le resultar atractiva, no era un impedimento para el, y su aspecto, siempre lo ayudaba enormemente a conseguir sus objetivos. Este hombre alto, fuerte, atletico, imponente y muy seguro de si mismo, era la oferta perfecta para cualquier mujer, y mucho mas para estas princesas que simplemente estaban acostumbradas a hombres muy bien portados y con modales excepcionales. Eran tan perfectos que resultaban aburridos, necesitaban un poco de adrenalina y accion, romper las reglas, y Amadore era el candidato perfecto para dejar que toda su curiosidad se desatara en torno a un hombre que estaba dispuesto a llevarlas hasta la cuspide del placer. Pero en medio de esta situacion, Amadore parecia haber perdido cualquier oportunidad de continuar con esta vida desordenada, ya que, estando en el interior de aquella carreta, simplemente es un objeto que va a ser cambiado por unas monedas de oro. Si es entregado al principe o rey, esto se encargaran de hacerlo pagar por todas sus fechorias, y posiblemente, tenga que enfrentar la horca, ya que, se ha vinculado con el asesinato reciente de un grupo de diplomaticos que se desplazaban hacia el reino y habian sido degollados en el bosque. La muerte de una reina tambien le habia sido atribuida, asi que no era sencillo mantenerse libre. Al parecer, habia uno de estos ladrones muy parecido fisicamente a Amadore, lo habian confundido con el, asi que, le habian atribuido a la muerte de algunas personas, y esto, jugaba totalmente en contra del parcialmente inocente ladron medieval. Amadore habia encontrado un momento crucial para saltar de la carreta, pero antes de que pudiese organizar sus ideas y la forma en que caeria, aquella carreta se habia desbocado. De pronto, Borislav habia perdido el control de su caballo, el cual, habia tomado un camino totalmente diferente al que habia sido planificado. Parecia haberse asustado con algun animal, quiza algun escorpion o algun a serpiente, nunca lo sabria, pero lo cierto, es que la carreta se mueve a una velocidad estrepitosa descendiendo por la colina. Athanasi se aferra a Borislav, y este se aferra a las riendas tratando de detener ambos animales que mueven el vehiculo. Se desplazan un par de kilometros bajo estas condiciones, y han perdido totalmente la ubicacion, ya que, se han salido del sendero, y aunque se han desplazado colina abajo, por suerte, han logrado sobrevivir. No ha sido mas que un susto, pero es momento de calmarse, el corazon de Athanasi esta a punto de reventar, y Borislav trata de mantener la calma para no excederse en sus emociones.

  • Me van a matar en agosto de Luis Andres-vazquez

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    La odisea del espia ingles que fotografio el asesinato de Federico Garcia Lorca.

  • La ira de Zygmunt Miloszewski

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  • Mariela de Yolanda Guerrero

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    Esta historia apasionada, epica e inolvidable nos habla de como la vida y el amor se abren paso incluso en la oscuridad de la mayor de las tragedias.