• libro la disculpa - Eve Ensler

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    Que extrano me resulta escribirte. ?Te estoy escribiendo desde la tumba, desde el pasado, desde el futuro? ?Escribo como si fuera tu, o como querrias que fuera, o como quien de verdad soy desde mi propia comprension limitada? ?Acaso importa? ?Estoy escribiendo en una lengua que nunca hable ni entendi, que has creado en el interior de nuestras mentes para salvar distancias y remediar nuestra falta de conexion? Quiza este escribiendo tal como soy de verdad, ahora que me has liberado con tu presencia. O puede que no este escribiendo nada y que sencillamente me estes utilizando como un medio para satisfacer tus propias necesidades y tu version de la historia. No recuerdo haberte escrito jamas. Raras veces escribia cartas. Escribir cartas, acudir a alguien, habria sido una senal de debilidad; eran los demas quienes me escribian a mi. Jamas habria permitido que nadie pensara que me importaba lo suficiente como para escribirle una carta. Hacerlo me habria rebajado, me habria puesto en inferioridad de condiciones. Incluso contarte esto me resulta extrano. No es algo que de ordinario sabria o diria, a menos que hubieses entrado en mi mente. Pero no lo discutire, pues se me antoja certero. Tu siempre me escribias cartas. Me parecia peculiar y extranamente conmovedor. Viviamos en la misma casa y aun asi me escribias, con tu caligrafia de nina pequena, tratando de formar renglones rectos, pero desviandote por toda la pagina. Era como si estuvieras tratando de establecer contacto con algun aspecto de mi, con una parte que no encontrabas en los momentos mas intensos de nuestro conflicto, como si mediante poesia trataras de apelar a un yo secreto que una vez te deje ver. Normalmente, escribias cartas de disculpa. Que apropiado que ahora quieras una carta de disculpa por mi parte. Siempre te estabas disculpando, suplicando perdon. Te habia reducido a un degradante mantra diario de <>. Un dia te mande a tu cuarto sin cenar y te obligue a quedarte alli hasta que comprendieras y reconocieras tu mal comportamiento. Al principio te mostraste terca, callada durante veinticuatro horas. Tu madre estaba preocupada. Pero puede que entonces te entrara hambre o te aburrieras, porque me escribiste una carta en un pedazo de carton que traian mis camisas de la tintoreria. La pasaste por debajo de la puerta de mi dormitorio. Era una suplica dramatica, una lista. Siempre te gustaron mucho las listas. Ahora veo que necesitabas catalogar las cosas, darles sentido con una especie de aritmetica literaria. Era una lista de todo lo que habias aprendido y todo lo que no volverias a hacer. Recuerdo que lo primero era mentir; no volverias a mentir. Y yo sabia, a pesar de perseguirte diariamente y de hacerte creer que eras una vil mentirosa, que eras la nina mas sincera que habia conocido jamas, aunque no conocia a muchas. Detestaba a los ninos. Hacian ruido y lo desordenaban todo y se portaban mal. Era demasiado viejo para tener hijos, solo los tuve para dejar mi legado. Pero estoy divagando. Aquella carta de carton con tu apresurada caligrafia en rotulador morado y las flores torcidas que habias dibujado en los margenes te saco de la habitacion, y ahora me pregunto si por eso seguiste escribiendo, como si se tratara de una especie de pasaporte hacia la libertad. Desde que abandone el mundo de los vivos he estado atrapado en un lugar de lo mas debilitante. Se parece mucho a lo que la gente suele decir del limbo: la nada, el olvido. El limbo no es un lugar externo, no exactamente. Al contrario, he estado basicamente en ningun sitio. Flotando, sin amarres, dando vueltas. Aqui no hay nada, nada que ver, no hay arboles, no hay oceano, no hay sonidos ni olores, no hay luz. No hay lugares tal como los concebimos, no hay arraigos, nada a lo que aferrarse. No, no hay nada, excepto el reflejo de lo que mora en mi interior. <> Eso es de Eliot. Tal vez no sepas que era mi poeta favorito. Sus palabras acuden a mi a menudo en este limbo. Llevo casi treinta y un anos de tu tiempo dando vueltas en este lugar, pero es extrano, porque aqui no hay tiempo, no hay mas que un vacio agonizante, un espacio infinito que me engulle y que es terrorificamente vasto y sumamente claustrofobico a la vez. Deje el mundo de los vivos cargado de resentimiento y rencor. Incluso en mi lecho de muerte, la virulencia de mi ira fue mas poderosa que el cancer que consumia mi cuerpo. Mi rabia era tan perniciosa que era capaz de luchar contra la morfina y el delirio, y darme energia para disenar y ejecutar mis ultimos castigos. Y tu pobre madre, ?que podia hacer? La habia amedrentado durante tantos anos, atizandola con mis gritos, mi condescendencia y mis amenazas, que para entonces se habia convertido en una complice apocada y fiel. Trato de seguirme la corriente, me decia que tal vez no fuera el mejor momento para tomar decisiones tan extremadas como aquellas. Lo hizo todo excepto decirme que habia perdido la cabeza. Mis ultimos pensamientos y alientos estuvieron tenidos por el deseo de hacer dano, el deseo de crear un sufrimiento que perdurara en el tiempo. Puede que no lo sepas, pero en ese momento final insisti en que te eliminaran de mi testamento. No heredarias nada, <>, dije con mucha fuerza. Incluso en mi fragilisimo estado, aquel acto de venganza me dio vida. Fue la ultima oportunidad que tuve de abolirte, de erradicarte, de castigarte. Y cuando tu madre me pidio que me lo replanteara, insisti en que tu te lo habias ganado. ?Por que iba a dejarle nada a una hija que habia sido tan obstinada y desleal? El cuestionamiento de tu madre avivo mi furia todavia mas y me volvi mas vengativo, tratando incluso de eliminar tu caracter. La obligue a prometerme que, dijeras lo que dijeras tras mi muerte, no te creeria jamas, ya que hacia muchos anos habia quedado plenamente demostrado que eras una mentirosa descarada. Mentirosa. Obligue a tu madre a que se comprometiera, en esencia, a desconfiar y dudar de ti para siempre. En ese sentido, la obligue a exterminarte igual que yo lo habia hecho. La obligue a escoger a su marido antes que a su hija, pero aquello no era nada nuevo, tu madre tenia mucha practica en hacer ese sacrificio. Se lo habia exigido durante la mayor parte de tu vida. Y yo sabia perfectamente lo mucho que se despreciaba por consentirlo. Veia como, con los anos, habia minado el respeto que se tenia como madre, eliminado su seguridad y su voz, y como la habia debilitado hasta el punto de no gustarse o no reconocerse siquiera y, aun asi, segui insistiendo. La primera etapa de mi tiempo en este reino de muerte, que senti como si hubiese durado anos, la pase inmerso en un bucle infinito compuesto de todas las traiciones y decepciones vividas, de todas las formas en que mis companeros, hijos y supuestos amigos habian puesto de manifiesto su estupidez o debilidad, reviviendo toda aversion justificable y ejecutando venganzas imaginadas. Naturalmente, tu estabas entre las primeras de la lista. Abandone el mundo tan furioso contigo, que para castigarte me negue incluso a avisarte de que me estaba muriendo. No te llame para despedirme. Queria que las esquirlas de mi rabia te cortaran y te hicieran sangrar para obligarte a llevarme contigo, para que arrastraras una hemorragia de culpa y desesperacion y te preguntaras durante el resto de tu vida por que nunca estuviste a la altura, por que nunca fuiste la hija que esperaba que fueras. Resuelto a dejarte sin cierre ni final, no planee ni permiti siquiera que se celebrara una ceremonia o un funeral. Me parecian demostraciones vulgares y pateticas de emociones absurdas e inutiles. Y, ademas, si me llorabas, era muy probable que terminaras desprendiendote de mi. Retenerte era el unico poder que me quedaba a esas alturas, la unica forma de agarrar tu ser, la unica forma de llamar y conservar tu atencion. Pocos dias despues de morir, antes de entrar en este plano, te vi sentada en el suelo de mi armario en Florida con la cara hundida en mi viejo jersey amarillo de cachemira. Al principio no entendi que estabas haciendo, pero luego, a medida que te observaba, comprendi que estabas oliendo lo que quedaba de mi, inhalando mi colonia y mi esencia, tratando de hallar un lugar en el que depositar tu dolor. Y, a mi pesar, aquello me conmovio. Me devolvio a un tiempo que habia sido docil entre los dos, un tiempo albergado por un carino casi insoportable. Verte en el suelo ante mi armario, tratando de hallarme, de hallar esa ternura, provoco en mi una oleada de tristeza y perdida; y entonces desapareci. Deje atras tu mundo, deje atras la belleza, deje atras la posibilidad de la salvacion. Y fui arrojado al interior de una desenfrenada repeticion de ofensas y agravios. Dicen que asi como vives, moriras. Y es cierto que con el tiempo mi furia se volvio letal. <>, solia advertirme mi madre, ya que siempre estaba inexplicablemente furioso. Y entonces mi rabia cambio de sentido y me pudrio el cuerpo inundandolo de un terror insufrible. Fue como si la ira se hubiese replegado sobre si misma, devorando y asfixiando mi angustiada psique en un callejon de lamentos, de una ansiedad insoportable, de dudas desgarradoras y de una torturadora autorrecriminacion. No podia avanzar. No podia retroceder. No habia salida. Paralizado en este lugar del limbo, carecia del lenguaje y de la voluntad, y de la comprension para liberarme. Se que fui un cinico que rechazaba con desden todas las sandeces relacionadas con el mas alla. Pero ?que sabia yo sobre nada? Y a esto ni siquiera lo llamaria el mas alla. No esta <> de nada, sino a continuacion. En este sentido, la muerte es atroz e infinita. O quiza solo lo sea esta muerte concreta que me ha tocado a mi. Imagino que habra otros a quienes su buen proposito los lleve en sus alas a lugares mas resplandecientes. Si he aprendido algo aqui -y no ha sido facil aprender gran cosa, pues mi cerebro esta ofuscado por la angustia-, lo que he descubierto es que es de suma importancia resolver los conflictos mientras vives, puesto que todos los asuntos pendientes te persiguen al siguiente plano y determinan el estado de tu ser. Todo agravio que hayas ocasionado en vida, todo dano cuya culpa no hayas asumido, se convierte en una especie de fango espiritual, una sustancia viscosa que construye tu encierro. Es una jaula, pero esta dentro de ti, y eso resulta todavia mas insufrible e inquietante. Estas atrapado en ti mismo, absorbido por el barro de la obsesion eterna. Gritarias, pero el lodo es tan denso que impide que te salga la voz. No hay alivio posible. Por eso te doy las gracias, Eve, por invocarme, por darme esta oportunidad de rendir cuentas por mis espantosas acciones. Se que no hay ninguna garantia de que vaya a ser liberado de este angustiante limbo, pero tu ofrecimiento de recibir esta disculpa ya ha modificado este paisaje de desesperacion. Soy consciente de que tu proposito es claro. La profundidad y la sinceridad y la necesidad de tu mision son evidentes y potentes. Se que me estas pidiendo que me disculpe, y debo decir que este terreno me resulta desconocido y antinatural. No recuerdo haberme disculpado jamas por nada. De hecho, se me inculco que al pedir perdon uno muestra debilidad, se vuelve vulnerable. Imagino que es mi vulnerabilidad precisamente lo que necesitas de mi, tal vez fue lo que siempre necesitaste. Hare todo lo posible por no justificar ni racionalizar mis acciones. Al contrario, tratare de dar cuenta de mis acciones e intenciones. Al contartelas, no pretendo obtener comprension ni perdon, se trata de una confesion en el sentido mas profundo. Ciertamente, es algo que preferiria que permaneciera oculto ante ti, ante Dios, ante mi mismo. Pero ha llegado el momento de someterme, sin reservas, sin justificaciones, a esta rendicion de cuentas. Me he preguntado: ?que es una disculpa? Es humildad; es la admision de las ofensas y una rendicion; es un acto de intimidad y conexion que exige un gran autoconocimiento y entendimiento. Estoy seguro de que no dare la talla.

  • La disculpa - Eve Ensler | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-la-disculpa/311700

    16 jun 2020 — Es revolucionario y exige coraje, honestidad y perdón de cada uno de nosotros. «Uno de los libros más desgarradoramente brillantes que he leído.

  • LA DISCULPA | EVE ENSLER | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-la-disculpa/9788449336928/11347325

    Junto a millones de mujeres, Eve Ensler lleva gran parte de su vida esperando una disculpa. La traición de su padre, quien abusó de ella física y ...

  • eve ensler - la disculpa (ebook) - Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/ebook-la-disculpa-ebook/9788449337116/11448791

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  • La disculpa (Contemporánea) : Ensler, Eve, Pedrero Verge, Ana

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  • La disculpa - Libro de Eve Ensler: reseña, resumen y opiniones

    https://www.lecturalia.com/libro/101832/la-disculpa

    Eve Ensler, autora del bestseller Monólogos de la vagina, da cuenta en este poderoso relato de aquello que habita tras los abusos sexuales y del tortuoso ...

  • LA DISCULPA. ENSLER, EVE. Comprar libro

    https://www.popularlibros.com/libro/la-disculpa_957839

    LA DISCULPA (Libro en papel) ; Año de edición: 2020 ; Materia: Psicología ; ISBN: 978-84-493-3692-8 ; Páginas: 152 ; Encuadernación: RUSTICA.

  • Libro La Disculpa, Eve Ensler, ISBN 9788449336928 ...

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  • La disculpa - -5% en libros | FNAC

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    La disculpa, libro o eBook de . Editorial: Paidos. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • 'La disculpa', el libro de Eve Ensler que revisa la masculinidad

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    23 jul 2020 — Probablemente 'La disculpa' de Eve Ensler es uno de los libros más duros que he leído en mi vida. Cuando cayó en mis manos pensé: «Ay, ...

  • Un episodio nacional de Carlos Mayoral

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    El conocido periodista cultural Carlos Mayoral, especialista en la literatura decimononica espanola, recupera en su primera novela un episodio poco conocido de nuestro pasado literario: los amores secretos entre dos de las principales figuras de nuestra narrativa, Benito Perez Galdos y Emilia Pardo Bazan.

  • Sonando con Molly de Lori Beasley Bradley

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    Cuando la exitosa autora Sherri Lambert regresa a su ciudad natal despues de 40 anos, no espera encontrarse con Dylan Roberts, el rompecorazones de la escuela secundaria, ni tampoco con las visiones que atormentaron su infancia.

  • El club de las cincuenta palabras de Ana B. Nieto

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  • K-pop Love Story de Ae-jung

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    Aliiiiiiiiice!!!!!! Ya se que me dijiste que no, pero mis amigas y yo hemos conseguido saltar por encima de un muro. Estamos frente a la puerta de atras Z1. Ven a abrirnos!!! Venga!!! Por favor!!! Alice se queda pasmada ante el mensaje. <> Es imposible que Zoe le haya hecho semejante jugarreta. Como Alice no llega, aparece un nuevo mensaje: Aliiiiiice! Rapido! Que van a llegar los de seguridad!!! Ven!!! <> Hara como que no ha leido nada y esperara a que Zoe vuelva por donde ha entrado. Va a cerrar la aplicacion y, hasta que termine su jornada, pretendera que no ha visto la botella que su prima ha lanzado a las aguas de internet. Es lo mas sensato. Los bastidores estan tranquilos, iluminados solo en determinados lugares por una luz amarillenta que baja del techo. No hagas como que no lo has leido, estoy viendo la burbuja con tu cara bajar hasta el final de la conversacion! <> Alice suspira y da media vuelta. Habia pensado tomarse un descanso, asi que tendra que pasarlo sermoneando a su prima en lugar de bebiendo un vaso de agua mientras se hace a la idea de la intensa noche que le espera. Lleva una hora corriendo de un lado para otro entregando papeles olvidados, microfonos, pilas para micros, cafes… Todo lo que necesita el equipo de produccion para estar listos en una hora. El ultimo ensayo termino hace cinco minutos y esta segura de que en muy poco tiempo su walkie-talkie empezara a hacer ruidos de nuevo. Zoe es muy poco oportuna. Alice esta ya bastante triste por no haber podido escabullirse cerca del escenario para ver a los 7X, su grupo de K-pop favorito, prepararse para el gran concierto que empieza dentro de nada. Solo ha podido ver algunas partes de lejos: brazos que se movian en el aire, pies, alguna pierna con los pantalones del espectaculo. Ha intentado adivinar quien era quien por el color de las mechas, pero las luces del escenario se lo impedian. Cuanto mas se acerca a la puerta Z1, mas se enfada Alice con su prima. Esta noche, Zoe le esta pidiendo demasiado. !Meterla en el concierto de los 7X por los bastidores del estadio! Si las pillasen, la despedirian sin contemplaciones, y necesita desesperadamente ese trabajo. Si quiere pagarse los estudios, no tiene eleccion: debe ahorrar. Zoe no la entiende porque sus padres le pagan la carrera de Derecho. A Alice ya le cuesta aceptar que su prima la aloje en su apartamento de estudiante, por eso quiere costearse ella sola la matricula del proximo curso. Mientras empuja la pesada puerta, ha recibido ya un centenar de mensajes y de desesperadas llamadas de ayuda. Su movil no deja de vibrar. --Zoe, !ya esta! !Para! !Ya estoy aqui! Pero te aviso: no vas a entrar. Alice conoce bien la cara de cachorrito que su prima sabe poner a su antojo, convencida de que sus mejillas rosadas y sus grandes ojos marrones, que todavia tienen cierto brillo infantil, son capaces de hacer ceder a cualquiera. --!Venga, Alice! !Deja de comportarte como una cria! --No me… !?Quieres que me echen del trabajo?! --!Que no se va a dar cuenta nadie! !Te lo juro! !Venga! !Dejanos entrar! Alice suspira. Es incapaz de resistirse a Zoe y ella lo sabe. Sobre todo cuando pone esos ojitos de cordero degollado. Algun dia tendra que preguntarse por que siempre se deja llevar por las historias de su prima. ?Se siente en deuda con ella porque forma parte de la poca familia que le queda? Desde la muerte de sus padres, en Zoe encontro a una confidente atenta: paciente durante su depresion y tolerante con su lado, aun hoy, un poco retraido. Una amiga que la ayudo a volver a ponerse en pie.

  • Viaje a Norrkoping (Lunar de media luna 2) de Paula Perella

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    La busqueda de lo perdido, el deseo de lo olvidado. Me despierto agitada. Otra vez el sueno de Muriel y la gente ahorcada, morada y oscura, en el camino. Los gusanos recorrian su carne y vestimentas, la nariz de ellas cortada, y sangre goteando aun, casi coagulada, sin saber muy bien si arrastraban visceras, al suelo. --!Eyra! Tranquila. --Me termina de despertar Arn--. ?Que suenas? --Lo de siempre Arn, lo de siempre --le contesto casi gimoteando. Me dan ganas de llorar, pero no quiero hacerlo. Tengo que superarlo ya. --Creo que deberias buscar a alguien que te ayude a ampliar tus conocimientos para poderte sanar tu --me dice serio. --Yo estoy sana, Arn. Parece idiota a veces; no tengo fiebre, como bien, no me duele nada... !estoy sana! --No duermes bien, Eyra. Yo me despierto casi todas las noches oyendote sufrir en suenos, y luego te levantas de mal humor porque no te gusta que te vea asi, a punto de llorar. --!No estoy a punto de llorar! Si lo estoy, pero no me gusta que nadie se de cuenta. No me ha gustado nunca y ahora tampoco. Soy fuerte y no tengo que llorar, pero ultimamente lloro por todo; el otro dia asisti un parto y llore cuando nacio la nina, me llamaron a sacrificar una yegua y tambien llore... !Deja ya de llorar, estupida Eyra! --Eyra, vas a enfermar o me haras enfermar a mi porque no descansamos bien, ?buscaras a alguien? --Buscare. Calla y duerme --le digo para poder dormir otra vez. Pero ?donde busco? No se quien podria ayudarme. Ya tomo las plantas del sueno, la dormidera y otras, pero casi siempre vuelvo a sonar. A mi misma no me puedo cantar los aullidos apaciguadores ni sanadores, esto no funciona asi. Ha de ser otro aullador, y no conozco a ninguno. Aunque quizas en la aldea de madre... quizas alli alguien sepa algo. Me despierto y Arn todavia duerme. Es tan extrano tenerlo aqui, junto a mi, con los ojos cerrados y su nariz recta y terminada en punta hacia mi. Aunque por otra parte es como si siempre hubiesemos vivido juntos. Deja siempre una marca de saliva en la almohada y le gusta asomar uno de los pies por debajo de las mantas y sabanas, aunque sea invierno. Me levanto y me visto. Ojala pudiera usar pantalones como el; cada dia me resulta mas penoso, mas aburrido tener que ponerme todas estas capas y luego ajustarmelas. Para colmo, ultimamente no tengo fuerzas para ajustarme el jubon como antes. Quizas si sea cierto que ya no soy ninguna muchacha y mi cuerpo haya cambiado, de hecho cada dia me canso mas por los caminos y las laderas. --Arn, a desayunar. --le beso en un ojo y abro uno de las contraventanas para que entre la luz. Entra en el salon, que no se parece en nada a la cabana en la que pase el ultimo ano antes de casarme. Aqui tengo muchas comodidades que, aunque a veces me hacen sentir incomoda, como si yo ya no fuera la misma y fuera a convertirme en mi hermana la adinerada, por otro lado me facilita todo mucho mas. Por ejemplo, la chimenea no esta en el centro, sino que esta en un rincon y asi la casa apenas se ensucia con el humo, las ventanas son grandes y entra el sol durante el dia, la cuadra esta abajo y deja el suelo caliente y no entran tantas moscas ni tanto olor a caballo. --Eyra, acuerdate de que hoy no vuelvo hasta la noche, tengo que terminar de explicar el diseno de la torre nueva del reloj y luego pasare a cobrar... y habra bastante cola porque es sabado. --Bueno, no te preocupes. --Y pongo cara de asco por culpa de la leche. La leche me esta repugnando. --?Que pasa? --se sorprende el--. ?Esta agria? --Huelela, a mi me da ganas de... --Y salgo corriendo en busca de una palangana para vomitar. La cabana, en este sentido, era mas practica; solo tenia que salir por la puerta en busca de un rincon. --Has enfermado, Eyra, y te dije que pasaria --me regana, como si no tuviera suficiente con el mal rato que estoy pasando de intentar vomitar lo que no tengo en el estomago, !si acabo de levantarme! Cuando me siento mejor, bebo algo de agua y mastico una manzana, pero no la trago, me da miedo llenar el estomago y que vuelva a tener que vomitar. --Arn, voy a ir a la aldea de mi madre, alli quizas sepan algo sobre el Clan --le digo como si le pidiera permiso, pero no entiendo por que. --?A cuantos dias esta? --No lo se, primero tengo que preguntar a mi padre, igual querria acompanarme. --Bueno, no tardes mas de una semana, no quiero preocuparme --me dice con gesto serio. ?Antes era asi conmigo? No lo recuerdo, creo que era bastante mas confiado, mas despreocupado... ahora es como si fuera su hermana pequena. --Si te preocupas es porque te da la gana, ?cuantas veces te he de demostrar que sola me valgo muy bien? Si quisiera aun te tumbaria, ademas, sabes que con los aullidos puedo defenderme perfectamente. --Me da igual lo que digas, nina protestona --me dice serio--. Vas a tener cuidado y no vas a pensar solo en ti, vas a darte cuenta de que lo que tu haces me afecta, y ya vale de protestas... O le digo a tu padre que se venga a vivir con nosotros, y ya veremos a quien le da la razon. --!Eres un...! Eres... un gusano, por no decirte otras cosas --le digo entre dientes, enfadada, pero en realidad tengo que disimular la risa. !Padre en casa! No, por favor, !otra vez bajo el mismo techo no! Que aunque se ha calmado bastante sigue siendo un testarudo marimandon. --Antes del proximo domingo estare en casa de nuevo --acabo cediendo--, si fuera a tardar mas te lo hare saber. --Me voy ya, te dejo a Tyr. --Y me da un beso en la nariz. Baja las escaleras y sale por la cuadra. La ciudad no esta muy lejos, pero no obstante vivo en el campo. Me dio mucha pena dejar la nueva cabana, con el huerto arreglado, con todo el trabajo que dio adecentarlo y toda la gente que vino a ayudarnos. Le pedi a Padre que alguien lo usara, que no lo dejaran caerse de nuevo... pero no esta muy cerca de la aldea y a la gente no le gusta estar tan alejados. La gente es timorata y medrosa, demasiado para el escaso peligro que hay en esta zona. Recojo las cosas del desayuno y las limpio con el agua de la tinaja. Hoy no voy a ir al lavadero, hoy me voy de viaje a casa de Padre y luego a la antigua casa de Madre. Estoy nerviosa, ?como sera aquello? ?La gente sera amable? ?Todavia quedara algo de Madre alli? Me lavo la cara y me enjuago la boca; no quiero tener mal aliento por el vomito, asi que mastico hojas de menta. Ya no me queda regaliz, asi que tendre que recoger... !o comprar! Ultimamente abuso de gastarme el dinero comprando las hierbas, pero es que ya no tengo tanto tiempo para ir a buscarlas. Sabia que al final iba a tener que cambiar por Arn, ?el habra cambiado por mi? Me parece que no, que sigue haciendo exactamente lo mismo que dos anos antes de casarnos. No me parece justo, pensar en ello me hace hervir la sangre, ?habre hecho bien en casarme con el? ?Yo estoy hecha para esto, para estar casada? Me ato el mono y cojo mi morral, en el que meto fruta, queso y pan; suficiente para el camino hasta casa de Reidar. Bajo a la cuadra; --!Drakkar! Vamos --lo llamo. <> me parece mucho mas digno que <>, el pobre animal no se merece ese nombre. Acude con soltura, aunque el perro ya no es tan jugueton como antes, pero bueno, supongo que yo tampoco. Todos nos hacemos mayores. Ensillo el caballo que me regalo Paiva y le reviso las herraduras. Parece que todo esta correcto. Lo saco a la pradera, fuera de casa, y cierro la puerta con llave. Me aseguro de que todas las puertas y ventanas quedan cerradas. No viene mucha gente por aqui, pero nunca se sabe. Dejo la llave colgada en una de las ramas de un avellano que hace esquina con la casa, donde Arn y yo siempre la dejamos para que el otro la encuentre. Solo tenemos una, aunque Arn siempre dice que mandara copiarla

  • Mi madre sonaba en frances de Luis Hernan Castaneda

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    “Conocer lo mas proximo, lo que se ha despreciado por evidente, solo me seria dado si me alejaba de mi lengua. Asi llego el relato de mi madre, un mensaje intimo disfrazado de extranjero.”

  • Principe oscuro de Angelique Mut

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    Algunos principe son tan oscuro que cuesta creer que tiene un alma llena de luz…

  • El Gigante Enterrado, Kazuo Ishiguro de Kazuo Ishiguro

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    Inglaterra en la Edad Media. Del paso de los romanos por la isla solo quedan ruinas, y Arturo y Merlin ?amados por unos, odiados por otros? son leyendas del pasado. Entre la bruma todavia habitan ogros, y britanicos y sajones conviven en unas tierras yermas, distribuidos en pequenas aldeas. En una de ellas vive una pareja de ancianos ?Axl y Beatrice? que toma la decision de partir en busca de su hijo. Este se marcho hace mucho tiempo, aunque las circunstancias concretas de esa partida no las recuerdan, porque ellos, como el resto de habitantes de la region, han perdido buena parte de la memoria debido a lo que llaman <>. En su periplo se encontraran con un guerrero sajon llamado Wistan; un joven que lleva una herida que lo estigmatiza; y un anciano Sir Gawain, el ultimo caballero de Arturo vivo, que vaga con su caballo por esas tierras con el encargo, segun cuenta, de acabar con un dragon hembra que habita en las montanas.

  • A mi no me enganas de Kelly Link

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    Kelly Link ha sido definida por Michael Chabon como <>. Despues de la publicacion en Seix Barral de Magia para lectores, los ocho cuentos de este nuevo libro de Kelly Link sumergen al lector en un universo ficticio inolvidable y expanden los limites del genero del relato. Huracanes, astronautas, gemelos malvados, contrabandistas, el mago de Oz, superheroes, iguanas, piramides. estos son algunos de los talismanes de una imaginacion capaz de maravillarnos como pocos autores contemporaneos. Los cuentos de A mi no me enganas rebosan fantasia, pero tambien humor y generosidad hacia la fragilidad y las fuerzas ocultas que residen en todos nosotros.

  • El Encanto del principe azurro de M. A. Petersen

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    Un dia cualquiera en que la vida por fin comienza a darte un descanso al agobio de anos de problemas familiares, laborales y economicos, dejandote ver la luz al final del tunel, !no te descuides! Ese precisamente puede ser el dia en que aparezca tu mas temible competidor, el que puede definitivamente cerrarte la puerta a la felicidad.
    Al menos eso es lo que creyo Blake Ward de Jack Hauteville, el chef de comida italiana mas reconocido del pais, quien no dudo en armar un alboroto en su pequeno restaurante familiar, alegando el plagio y “destruccion”de sus recetas con la potente voz de un baritono.

  • El Gran Cuaderno de Podcasting de Francisco Izuzquiza

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    El Gran Cuaderno de Podcasting muestra todo lo necesario para aprender a crear un podcast, publicarlo y darlo a conocer para convertirse en un podcaster profesional.

  • Los tres nombres del lobo (Volumen independiente), Lola P. Nieva de Lola P. Nieva

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  • No exactamente una cita de Catherine Bybee

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    Llega la primera novela de la deliciosa serie No exactamente… de Catherine Bybee, autora de grandes exitos de venta reconocidos por las listas del New York Times, USA Today y el Wall Street Journal. Jessica Mann es una camarera y madre soltera practica hasta el exceso. Incluso si tuviera tiempo de salir con hombres, y no es el caso, buscaria decididamente darle a su hijo una infancia mas solida de la que tuvo ella, lo que significa un marido con mucho dinero.

  • Eternidad negra (Obsidiana 4) de Victoria Quinn

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    En el instante en que el latigo estuvo en mi mano, estalle.

  • Bombay express de Alfredo De Braganza

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    La organizacion secreta que dirige Julian Fernandez en Madrid recluta de nuevo a David Ribas para una importante mision: eliminar a un terrorista islamista que vive oculto en Occidente dispuesto a cometer su gran atentado.
    La India, Marruecos e Inglaterra son los escenarios en los que se desarrolla este thriller contemporaneo.

  • Mi pequeno mundo de Sonia Puente

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    Bienvenidos al mundo de Sophie y Jorge.

  • Dos tumbas (Inspector Pendergast 12) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    El agente especial Pendergast se enfrenta al desafio de un asesino en serie…

  • Maravilloso desastre (Beautiful 1) de Jamie Mcguire

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    LA CHICA BUENA
    Abby Abernathy no bebe, no se mete en lios y trabaja muy duro. Cree que ha enterrado su oscuro pasado, pero cuando llega a la universidad, un rompecorazones conocido por sus ligues de una noche pone en peligro su sueno de una nueva vida.

  • Batea mi corazon, Rose B. Loren de Rose B. Loren

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    Ryan es un exitoso jugador de beisbol cuya vida no ha sido un camino de rosas; viudo y con una hija de siete anos, tendra que enfrentarse a una gran lesion que puede acabar con su carrera deportiva. Frustrado y totalmente perdido despues de una operacion, conocera a Cristal, una fisioterapeuta que no le pondra las cosas faciles.

  • Dos hombres y el amor de Anne Mcallister , Lucy Gordon

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    Los primos Gabe McBride, vaquero de Montana, y Randall Stanton, aristocrata ingles, intercambiaron sus respectivos trabajos. Y eso supondria el desafio mas grande de sus vidas.

  • La escapista de Brad Meltzer

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    ?Quien es Nola Brown? Un misterio. Un problema. Y se supone que esta muerta.

  • La pasion de Heronimo de Cristo Alcala

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    Heronimo Mon.El senor oscuro.Dueno de una de las metalurgicas, mas grande del mundo. El rey del acero.El jefe de los jefes, segun la Mercantil Commers.Millonario.Egolatra.Dominante.Catalogado por tres anos consecutivos por la Forbes y la Time, como entre las cien personas mas influyentes y mas sexis del planeta.

  • La novia oscura de Laura Restrepo

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  • Su Amante Cautiva ( Los Hermanos Thorpe 1), Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • Los numeros nos hicieron como somos de Caleb Everett

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    Los numeros han formado la mayoria de las culturas. Transformaron los patrones humanos de subsistencia, dieron una posibilidad de expansion y de dominio sobre nuestro entorno a la vez que permitieron el impulso de otras tecnicas como la agricultura, la astronomia y posteriormente la arquitectura (babilonios, sumerios, egipcios…), esenciales del saber humano e inconcebibles sin la especulacion numerica. Por todo ello, Everett defiende que los numeros han cambiado directa o indirectamente las culturas y el saber humano, tanto en su vertiente social como espiritual.

  • Julia. el odio conduce a la destruccion de Manuel Perez

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    Un encontronazo casual hace que Carlos y Julia entablen amistad, dando inicio a una relacion que cada dia va a mas hasta convertirse en un amor apasionado. Pero el odio, los celos, haran que todo termine de una forma inesperada y dramatica…

  • Misterios del alma (Secretos del alma 1) de Victoria Magno

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    Primera entrega de la serie <>.

  • Carne Medieval de Gema Perez

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    Senorita Victoriana: Romance, Pasion y Erotica en el Londres Victoriano
    Delilah ha sido siempre una nina desfavorecida. Criada en las calles de Londres, huerfana y forzada a crecer a marchas forzadas. Una superviviente, ladrona, y paria.

  • La Destructora, ruinas y ceniza (La Creadora 2) de Haimi Snown

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    Los ergys la tienen y los wises la quieren.

  • Que alguien me saque de aqui de Iris T. Hernandez

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  • Mi ultimo recuerdo de Christian Martins

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    Sarah se recosto sobre el asiento mientras observaba la blanca pared que tenia delante. Llevaba tiempo preguntandose a si misma si de verdad tenia algun sentido continuar con aquellas citas, aunque... ?por que dejarlas? Incluso sabiendo que no servian para nada. ?Que mas daba? --?Me dijiste que querias escribir tus propias historias, verdad? ?No escribias un diario? La voz del doctor Clarkson era neutra, calmada, pacifica. Tenia el extrano poder de hacerte sentir bien en cada momento. -- Bueno, eso fue hace mucho tiempo, antes de casarme -- le conto, sin desviar la mirada del punto fijo de la pared en el que la habia clavado. -- Deberias retomarlo, creo que te ayudaraa recuperar... -- se tomo unossegundos para meditar -- , las ganas. Ella nego con conviccion. -- No creo que la soledad desaparezca por escribir un diario, Clarkson -- puntualizo de mala gana. El reloj digital de la muneca del hombre libero dos intensos y breves pitidos para indicar que la sesion habia alcanzado su fin. Ambos se levantaron de sus sillones y se colocaron la ropa antes de dirigirse a la puerta de salida. -- ?Por que no le dices a Robertque venga a la proxima sesion? -- pregunto, antes de dejarla marchar -- . Estoy convencido de que sera muy beneficioso para ambos. Sarah rio. -- ?Terapia en pareja? -- inquirio, carcajeandose -- . Lo intentare, pero dudo que se comprometa con algo semejante. Sarah estiro del picaporte para abandonar la sala y Clarkson coloco una mano, insegura, sobre su brazo. -- Sarah, estas aqui para que las cosas mejoren -- murmuro en voz baja. La puerta ya estaba abierta y las tres personas que aguardaban su turno en la pequena sala de estar habian dirigido su atencion a ellos. -- Intenta ser mas comprensiva y mas paciente -- anadio -- , si esperas un cambio, tu tambien debes cambiar. Ella no respondio. En cuanto libero el brazo del contacto con su piel, echo a caminar con apremio. Cruzo la sala de estar y se dirigio a las escaleras mientras el sonido de la lluvia golpeando el techo resonaba con fuerza sobre su cabeza. Escogio las escaleras y desecho la idea del ascensor; seguramente, el taxi ya estaria abajo esperandola para el trayecto de vuelta, lo que conllevaria mas de cuarenta minutos para estar sentada e inmovil. Nada mas alcanzar el vestibulo, corroboro que el aguacero del exterior estaba siendo intenso. Una muchedumbre de transeuntes en busca de cobijo se habia aglomerado bajo el portal del edificio impidiendola confirmar la llegada de su taxi, asi que cruzo la puerta y, con el fino sombrero de lana como unica defensa de la lluvia y la cabeza gacha, corrio hasta el taxi que esperaba al otro lado de la carretera. De improvisto, giro la cabeza y sus ojos chocaron con los faros de una motocicleta que se aproximaba hasta ella a gran velocidad. Sarah noto como el corazon se le paralizaba en aquel instante y como sus piernas, presas del miedo, se detenian y se resistian a cumplir una simple orden: !corred! El sonido del impacto llego antes que el del claxon de la motocicleta que, al chocar contra el suelo, se habia accionado y solapaba cualquier otro ruido que se produjese en la calzada. La muchedumbre que hasta entonces se habia mantenido cobijada, abandono el resguardo del edificio y se aglomero alrededor de la cuneta. -- !Llamad a unaambulancia! -- grito una mujer con la voz timbrada de espanto. Otra joven grito, asustada, cuando el anciano que se habia agachado junto al motorista para tomarle el pulso nego con un leve movimiento de cabeza. Sarah continuaba tumbada en el suelo, junto al hombre que habia tirado de su cuerpo inmovil para apartarla y que le habia salvado la vida. Otro grupo de ciudadanos tambien se habia detenido para rodearlos y acribillarlos a preguntas. -- ?Se encuentran bien? -- ?Esta usted bien? El hombre se levanto y les pidio, amablemente, que ayudasen al motorista que habia derrapado en la calzada al verles cruzar. "Seguramente necesitara mas ayuda que nosotros", anadio. Se levanto del suelo, conmocionada, y observo a su salvador. A pesar de encontrarse mojado y embarrado por la caida, el traje y el peinado delataban que era un hombre de bien. Seguramente, trabajaba en alguna de las grandes empresas que tenian oficina por aquella parte de la ciudad. -- ?Como se encuentra? -- le pregunto el, mientras Sarah fijaba la atencion en el motociclista caido. ?Estaria bien? -- Estoy bien -- respondio, distraida -- , gracias.

  • Lo que pasa en Elixyr, se queda en Elixyr de Rose Gate

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    “Donde tengas la olla no metas la polla”.Ese dicho tendria que haberlo conocido yo antes que a mi exmarido, tal vez asi las cosas me habrian ido mejor.Disculpad, me presento, me llamo Yanet, treinta y cinco anos, aliviadamente divorciada, con una hija adolescente que vive con su padre en mi pais, Cuba.?Que donde vivo yo?Pues a mas de siete mil kilometros, al otro lado del Atlantico; en Barcelona, hasta aqui tuve que venir cuando el cabron de mi ex me veto en la Habana y no me quedo mas remedio que emigrar para subsistir.Si algo tengo claro en esta vida es que nunca mas voy a acostarme con mi jefe y, mucho menos, casarme con el.Llevo dos anos en Barcelona y, pese a mis estudios, aqui solo soy una inmigrante sin papeles mas.

  • Fidelidad de Marco Missiroli

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    Carlo y Margherita son una pareja joven a la que se podria considerar feliz. Una pareja como muchas. Hasta <>. Asi es como empiezan a llamar a un atisbo de duda que poco a poco va erosionando su matrimonio. Alguien vio, alguien aviso, los colegas hablaron, y la supuesta traicion acaba por convertirse en una poderosa coartada que abre la puerta a las fantasias. ?Somos capaces de no caer en la tentacion de ser infieles a nuestros propios sentimientos? Marco Missiroli lo cuenta con un estilo punzante y envolvente, dirigiendose al corazon de sus personajes: el, ella, la otra, el otro. Nosotros mismos. Preparate para leer tu propia historia.

  • Golpeate el corazon de Amelie Nothomb

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    Marie, joven belleza de provincias, despierta admiracion, se sabe deseada, disfruta siendo el centro de atencion y se deja cortejar por el galan mas guapo de su entorno. Pero un embarazo imprevisto y una boda precipitada cortan en seco sus devaneos juveniles, y cuando nace su hija Diane vierte sobre ella toda su frialdad, envidia y celos. Diane crecera marcada por la carencia de afecto maternal e intentando comprender los motivos de la cruel actitud de su madre hacia ella.

  • ?Quien necesita un angel? de Maya Moon

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    Ella no necesitaba un guardaespaldas pero el debia cumplir con su trabajo.
    ?O quizas si que lo necesita?

  • La casa de los nombres de Colm Toibin

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    Una esplendida interpretacion de la Orestiada de Esquilo, por el autor de Brooklyn y Nora Webster.

  • La semana laboral de 4 horas de Timothy Ferriss

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    Sorprendente y sensacional, este libro cambiara tu vida. Olvidate de la jubilacion y deja de aplazar tu vida: no hay ninguna necesidad de esperar y si un monton de razones para no hacerlo, sobre todo en momentos economicamente imprevisibles. Si tu sueno es dejar de depender de un sueldo, viajar por el mundo a todo tren, ingresar mas de 10.000 euros al mes, o simplemente vivir mas y trabajar menos, este libro es la brujula que necesitas. Esta guia para disenar un estilo de vida de lujo te ensena como Tim Ferriss paso de ganar 40.000 dolares al ano trabajando 80 horas a la semana a ganar 40.000 dolares al mes trabajando 4 horas a la semana; tambien a como externalizar tu vida en el extranjero con ayudantes virtuales por 5 dolares la hora y hacer todo lo que te plazca. Te muestra como artistas de primera fila viajan por todo el mundo sin abandonar sus trabajos o como eliminar el 50 % de tu trabajo en 48 horas aplicando los principios de un olvidado economista italiano, asi como cambiar una carrera de largo recorrido por breves espacios de tiempo dedicados al trabajo y frecuentes minirretiros.

  • Sin censura de Miguel Angel Revilla

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  • Los destellos de Sara de Marie N. Vianco

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    En Puerto Nevado, un pequeno pueblo de Asturias, vive Sara Areces, una joven de envidiable inteligencia y belleza, pero con un gran vacio en su interior por haber sido siempre la sombra de su hermana Alba. Sara es fisicamente fuerte, Alba es debil, con un corazon delicado que le ha impedido llevar una vida normal y con el que ha acaparado todo el carino de su padre y de su esposa Clemencia.
    La monotona vida de las hermanas Areces cambiara cuando Samuel Falcon, un ingeniero civil, llegue a Puerto Nevado con la mision de construir una nueva carretera que les ayude a mejorar sus condiciones de vida durante el invierno.
    La vida continuara de forma armoniosa hasta que un hecho inesperado hara que el mundo de Sara se venga abajo por completo.
    En momentos de sombras, ?conseguira la luz de la verdad abrirse paso e iluminarlo todo de nuevo?

  • La maldicion Silach de Antonio Martin Morales

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    Las almenaras recitaban en alto poemas de fuego, cuando Lord Veleron irrumpio en el palacio del Rey Tendon de Vestigia. Concluyeron las plegarias fabuladas a los dioses, despues de la gran cena en el salon de embajadores. Rilmor, capitan que ejercia como jefe de armas de la casa de los Veleron, acompanado de tres de sus mejores hombres, mostro sus credenciales a los custodios de la puerta del gran salon. Los acordes de las arpas y las gargantas finas de los juglares se apagaron cuando Rilmor entono la presentacion ostentosa de su senor. --!De las tierras del Este, de la region del gran Valle de Lavinia, el noble hijo de la casa Veleron, mi senor y mi protector: Rolento Veleron, hace acto de presencia! El noble cruzo en ese momento el gigantesco porton,_ a paso ligero, ruidoso, hasta arrimarse a la gran mesa. Se detuvo en la distancia prudente para que todos los comensales pudieran verlo. Ataviado con armadura de combate, levanto murmullos por doquier. Hablo el Rey y los demas guardaron silencio. --Amigo Rolento, tu visita es grata e inesperada... ?Que esconden tus ojos apenados? Ese rostro no corresponde a tu afamada tranquilidad -- pregunto directamente Tendon. Se detuvo el postre. Se paro el discurrir del vino y el paso de gargantas cuando Lord Veleron narro, sin tomar asiento, una historia terrible. A viva voz, sin la precaucion de pedir audiencia privada con el Rey Tendon, parecia al borde de la locura pronunciando estas palabras: --Traigo el corazon destrozado por los terribles acontecimientos que sucedieron en mi casa no hace ni cinco dias. En la noche mas apacible que los dioses nos han regalado, durmiendo placidamente resguardado en mi castillo, rumores picotearon la tranquilidad. Me desvele con la sensacion precipitada de abandonar la cordura. Asomado a la balconada de mis dependencias, vi a varios de mis hombres correr en el patio interior del palacio, sombras agitadas, escuche gritos, cristales rotos, metales cruzados en combate, sonidos que acompanan a la muerte rebotaban en los muros de mis dependencias, como si el pasado volviera para recordarme las manchas de sangre en mis propias manos. Corri por los pasillos tratando de averiguar por mi mismo lo que sucedia, alarmado ante aquellos estruendos. Jamas, ni en la peor de mis pesadillas imagine que... Rolento hizo una pausa, trago saliva como alfileres, mientras los invitados del Rey lo miraban con los ojos hinchados de sorpresa, sin mover un musculo, sustraidos por el encantamiento de aquella noche ominosa que el noble describia. Rolento ahora desgarro con sus manos el aire gritando... --!Despedazaron a los guardias! Yo luche a vuestro servicio en la Gran Guerra y jamas vi semejante destrozo. Las visceras de algunos de los moribundos... !las habian esparcido por el suelo, hasta amontonarlas como si fueran reses cuarteadas! Las puertas de mi castillo permanecieron cerradas. Sus muros son fuertes y altos y no sirvieron para contener la entrada de esos salvajes. No hay cuerdas ni escalas. No se si tuvieron tiempo de llevarselas o si encontraron otro medio para saltar dentro. No queda un solo hombre vivo que mantuviese combate con ellos. Los demas vieron muertos, escucharon ruidos y cuentan locuras... !locuras! No robaron nada, pero vinieron a por mi tesoro mas preciado. Se llevaron a mi hijo, Patrio, matando a cualquiera que se interpuso en su camino. De nuevo otra pausa en su discurso. Esta vez sombria y dolorosa como el luto de un heroe. --Agarre mi espada, mi peto metalico, convoque a mi guardia y sali en busca de fantasmas ensillando mis mejores caballos. Segui las pistas de la muerte pues, en las cercanias de mi palacio, cometieron los intrusos los mas abominables crimenes. Logre averiguar que eran diez o doce caballos y un carromato. Pero despues de perseguir el rio de muerte, todo rastro se perdio. En las estribaciones de mis tierras ya no podia estar seguro de cual fue la direccion que tomaron. Ocultaron bien sus huellas. Supieron escoger bien su retirada. Y mi pobre y bello hijo ahora esta a merced del capricho de esos asesinos... El llanto de un padre asolaba las oquedades del palacio real. Las llamas de las chimeneas eran el unico acompanamiento a sus lamentos. La voz del Rey se deslizo entre sus sollozos. --Destino funesto el vuestro, querido amigo. Manana en la madrugada trataremos ese asunto en reunion de gobierno... --Mi senor, mi sabio monarca. --Ahora Rolento Veleron se arrodillo y ese gesto provoco murmullos de condolencia--. Suplico varias informaciones inmediatas, si alguno de los presentes posee algun rumor, alguna presuncion sobre tan desdichado acontecimiento. --Lord Veleron espero y ninguno de los que alli habia invitados tuvo algo que decir--. Imploro que partan emisarios a los pasos fronterizos con Nuralia, que recaben informacion sobre cierto contingente de hombres, a caballo y a pie, y sobre todas las cosas, ruego permiso de su majestad para enviar un grupo de rescate a la vasta Nuralia y traer de vuelta a mi divino hijo Patrio. Entre los comensales se instalo un rumor de comentarios a media voz. El Rey, en ese momento, cambio su semblante apacible y trepo en su asiento hasta la postura erguida de quien atiende asuntos serios, abandonando la placidez del agotamiento del final de una cena copiosa. Su esposa, la reina Itera asistida por tres damas de compania, se retiro a sus aposentos despues de dar sus condolencias al recien llegado. --Seria una imprudencia absurda enviar hombres armados a Nuralia -- intervino Rosellon, quien fuera General de los ejercitos y a quien ahora el Rey habia empleado como consejero personal--. Comprendo la horrible pena y la incertidumbre que lo han animado a venir aqui, pero le recuerdo a nuestro querido amigo Rolento Veleron que, en los tratados de paz firmados tras la Gran Guerra, se prohibe expresamente la incursion de contingentes armados, mas alla de la escolta minima de los diplomaticos con salvoconducto real. El capitan de la guardia de Lord Veleron se ayudo de sus hombres y arrojo al suelo un brazalete metalico y un punal que, al estrellarse en la pulida piedra oscura desprotegida de tapices, produjo un escandaloso estruendo. --!Encontramos pruebas de que nos atacaron hombres armados de Nuralia! !Ellos han roto el tratado! --grito Rilmor. --Senores --ahora fue el Rey quien tomo la palabra--, permitid que despida a mis invitados para que podamos tratar este asunto. El desfile de graciosos vestidos y capas elegantes parecia interminable para besar la mano del Rey antes de enfilar la gran puerta y salir silenciosamente. La mayoria comentaban cosas como <>, cuando pasaban junto a Rolento. A el no lo besaban suponiendo que no estaba ahora para rituales afectuosos... Los esclavos y esclavas de palacio se afanaban en desmontar las mesas y retirar la abundancia de desperdicios. Provocaban cierta aversion al contemplarse en los platos, frente a las sillas vacias. Mas tarde, en privado, el Rey abrazo al noble y le dio muestras de comprender su dolor. Rosellon, implacable en sus consejos, seguia argumentando que jamas se deberian romper los tratados por muy lamentable que fuese el suceso; que debia llamarse a consultas al embajador de Nuralia y exigirle que su Rey persiguiese a los culpables. Antes de marcharse, el Rey sosego la inquietud de Lord Veleron, a solas, sin consejeros ni escolta, de hombre a hombre. Rolento Veleron financiaba con su fortuna los intereses de la corona, pagando abultados impuestos comerciales por su exportacion de aceite a Plubea, y albergaba en sus tierras un gran contingente armado sumiso a la orden real de los Caballeros Rojos de Vestigia. El Rey y el noble se arrimaron a la enorme chimenea del salon. Hipnotizado por las llamas, Tendon hablo asi. --Rosellon expone bien las razones Rolento, pero comprendo el dolor que debes sentir. Jamas podre respaldarte publicamente; sin embargo, te preparare un salvoconducto especial, asi la entrada de tus hombres en Nuralia sera posible. Si alguna vez fuesen apresados esos hombres, si acaso se pidieran responsabilidades argumentare que es falso ese documento y que, dejandote llevar por la pasion de padre, infringiste la Ley. Seras multado en Vestigia y en Nuralia y habras de responder con un porcentaje de tus negocios a la multa, asi que ten cuidado de actuar con discrecion en Nuralia, no queremos mas guerras, no sirven mas que para matar hombres. Las voces, copiando la tiritera de las llamas, rebotaron en las piedras oscuras del salon, y llegaron a oidos de un hombre que escuchaba en la oscuridad...

  • EL MISTERIO DEL A-380 de Margotte Channing

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    espues de acceder a la sala de embarque y de ver la cantidad de gente que habia en la cola esperando para entrar en el avion, decidieron sentarse en unos asientos que habia junto a un gran ventanal. --Voy a aprovechar para decirle a Bob que estamos embarcando--Natalia miro con las cejas enarcadas a Isabel, en una pregunta sin palabras que esta contesto, --Es su amigo del F.B.I.--suspiro al ver que Natalia no se conformaba con una explicacion tan parca. Queria saber mas, como siempre, y eso muchas veces chocaba con la forma de ser de German, que casi nunca contaba lo que le pasaba por la cabeza--nos ha buscado un hotel al lado del rio, al parecer es de un primo suyo que nos va a hacer un buen precio. Ademas, Bob va a ir a recogernos al aeropuerto para llevarnos alli y presentarnos a su primo. Pero en cuanto estemos instalados alquilaremos un coche--Roberto y Natalia asintieron, y todos se giraron hacia German que leia en voz alta un mensaje de su amigo, --Me pide que le disculpemos, pero que nos va a llevar al hotel un companero porque el tiene que salir de Washington, --?Un companero? --German asintio y se puso de pie mirando a su alrededor, luego, volvio a mirar la pantalla de su movil durante unos segundos, y levanto la vista para observar de nuevo a las personas que esperaban en la fila de embarque. --Esperad un momento--se dirigio al final de la fila, deteniendose ante un chico alto y rubio. Le dijo algo que hizo que el otro lo mirara asombrado y que sacara el movil del bolsillo de su chaqueta; leyo algo en la pantalla y, sorprendido, sonrio a German y le dio la mano; un momento despues, los dos se dirigian hacia ellos charlando amigablemente, --Pero bueno ?y ese quien es? --Isabel queria mucho a su amiga, pero a veces era muy pesada. --No tengo ni idea--ella tambien estaba extranada de verlos hablar en ingles como si se conocieran de toda la vida. Cuando llegaron junto a ellos, German les presento, --Este es Fred, el amigo de Bob--todos se levantaron para saludarle--el tampoco lo sabia, pero tenia un mensaje de Bob pidiendole que nos lleve al hotel --el americano parecia totalmente desconcertado, pero tambien que intentaba asumir lo ocurrido con la mayor naturalidad posible--ya le he dicho que podemos coger un taxi, que no se preocupe. --Bob me ha mandado el mensaje hace bastante rato, pero estaba despidiendome de mi novia y no lo he visto--Isabel sonrio al contemplar sus sonrientes ojos azules-- no me importa llevaros, me pilla de camino a casa, ademas, el hotel esta bastante lejos del aeropuerto. Pero la razon mas importante por la que teneis que venir conmigo es que, si no lo haceis, Bob me mata, segun sus propias palabras--todos rieron, y Natalia dijo: --?Que os parece si nos colocamos en la fila?, ya no hay tanta gente-- todos se movieron hacia el mostrador, y Natalia no desperdicio la oportunidad. --?Tu novia es inglesa? --Isabel la miro intencionadamente para que no siguiera cotilleando, pero al americano no parecio molestarle. Afortunadamente la cola se movia rapidamente, por lo que Fred no estaria a su disposicion mucho tiempo. --Si, trabaja en la biblioteca britanica en Londres, y como ella habia venido dos veranos a mi casa durante las vacaciones, ahora me tocaba a mi viajar aqui. --Mirad, un mostrador solo para los de primera--senalo Isabel --no me extrana, con lo que cuesta el billete--miro a Natalia que asintio, porque habian mirado los precios para ver si se los podian permitir, aunque fuera por esta vez. Lamentablemente no era asi, y despues de recuperarse del ataque de ansiedad que habian sufrido al ver lo que costaban, decidieron que para ellos viajar en business era mas que suficiente. Ya casi estaban en el mostrador y justo en ese momento pudieron ver por primera vez el avion, --Pero !este bicho es enorme! ?cuantos pasajeros caben ahi? -- German sonrio al escuchar la pregunta de Isabel, mientras aceptaba un chicle de Natalia, que los repartia entre el grupo incluyendo a Fred, para aliviar la presion de los oidos en el despegue. --Unos 600, se puede montar con diferentes configuraciones desde fabrica, segun las especificaciones de la compania que lo compre--Roberto se habia puesto en plan enciclopedia; con sus gafas nuevas y la mirada tan seria parecia mas empollon que nunca, incluso mas que en el colegio cuando ya le llamaban asi. German recordaba la de veces que se habia peleado con algun companero porque le llamaban cuatro ojos. Isabel echo a German una mirada divertida como si supiera lo que estaba pensando, mientras Roberto seguia hablando sobre las caracteristicas del avion--en el que vamos a viajar nosotros no esta al maximo de su capacidad, porque han dejado bastante espacio para primera y para business. Aunque no lo creais, hay alguna configuracion con la que pueden viajar mas de 800 personas. --?Y eso, como lo sabes? --ante la pregunta de Isabel, Natalia puso los ojos en blanco, porque ya estaba harta del avion y todavia no habian subido. Ella habia tenido que escuchar a Roberto toda la retahila en casa desde hacia dias, incluso lo habia amenazado con dejarlo dormir solo con el folleto del avion y ella irse a otra habitacion, de lo plasta que se habia puesto. --Internet --afortunadamente tuvo que callarse porque le pidieron su tarjeta, entonces, Natalia e Isabel senalaron a una pareja que paso ante ellos con gafas de sol, y que se dirigia al mostrador de primera. La azafata muy sonriente, despues de comprobar sus tarjetas de embarque, les dejo pasar. Todos los miraron fijamente especialmente Natalia ya que, si su novio era un friki con todos los inventos y aparatos que creaba el hombre, ella lo era con los famosos. --!Arlena Star, y Mad Brake! --Roberto la miro de reojo, porque por su tono de voz era como si de golpe hubiera vuelto a ser una adolescente. Miro luego a German, pero este estaba observando sonriente a las dos mujeres que cuchicheaban sobre la pareja. Roberto decidio pinchar un poco a Natalia, al fin y al cabo, hacia horas que no lo hacia. --?Quienes son? --Isabel y Natalia se volvieron indignadas, como si el que no los hubiera reconocido fuera una afrenta personal. --!Roberto!, no me creo que no los hayas reconocido--inspiro profundamente para poder seguir hablando, porque la indignacion hace que consumas mas oxigeno--!son dos actores famosisimos! --Bueno...tampoco te pases Natalia, ella puede, el...lo fue hace muchos anos. Pero tambien hace mucho que no sale en los medios por su trabajo, precisamente--German echo un capote a su amigo porque era muy consciente de la fuerza que tenian Isabel y Natalia juntas. Y los hombres se tenian que ayudar para poder sobrevivir en determinadas circunstancias. --Pues yo creo que es un logro que haya conseguido mantenerse en la industria y que no terminara siendo un alcoholico o drogadicto, despues de la infancia que tuvo siempre entre camaras y alejado de su familia--Natalia justificaba a aquel desconocido como si fuera algun pariente suyo, pero Isabel lo miro con los ojos entrecerrados porque sabia lo que estaba haciendo, y German le devolvio la mirada sonriente,

  • Repensar la probreza de Abhijit V. Banerjee

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    Esther Duflo y Abhijit Banerjee, ganadores del Premio Nobel de Economia 2019.

  • Besame Diez Veces – Karo Leiva Arriaza de Karo Leiva Arriaza

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    ?Se puede borrar el pasado aun cuando te persiga al presente? ?Sera posible amar nuevamente a quien un dia te hizo tanto dano?
    Matilde Altamirano es directora creativa; una mujer con un caracter fuerte y una gran coraza en su corazon. Su vida es, sin lugar a dudas, su trabajo y disfrutar, pero sin enamorarse. Agustin Miller, por su parte, dedico su vida a su carrera para lograr ser el mejor en ella. Los anos lo traen de regreso a su pais natal, donde el pasado lo alcanzara irremediablemente. Porque los amores de juventud siempre dejan una marca en cada corazon y son tan fuertes que parecen inquebrantables. Pero basta un solo error para derribarlos y hacer de cuenta que gracias a ello no volveras a amar con la misma intensidad que un dia lo hiciste.
    Matilde y Agustin tienen una deuda pendiente con el pasado y ahora sera el momento de pagarla, ?con creces? Dicen que diez anos no son suficientes para olvidar el dano y menos a quien lo causo.
    Dejate enamorar por esta bella historia, en la cual encontraras amor juvenil, reencuentros y donde las trampas del destino y los viejos fantasmas aparecen de una despiadada manera.
    Porque nunca es tarde para volver a creer. Porque nunca es tarde para amar de nuevo.
    ”Besame por todo el tiempo que no lo hiciste, Besame Diez veces”

  • Una vieja que leia novelas de amor de Luis Sepulveda

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    El cielo era una inflada panza de burro colgando amenazante a escasos palmos de las cabezas. El viento tibio y pegajoso barria algunas hojas sueltas y sacudia con violencia los bananos raquiticos que adornaban el frontis de la alcaldia. Los pocos habitantes de El Idilio mas un punado de aventureros llegados de las cercanias se congregaban en el muelle, esperando turno para sentarse en el sillon portatil del doctor Rubicundo Loachamin, el dentista, que mitigaba los dolores de sus pacientes mediante una curiosa suerte de anestesia oral. --?Te duele? --preguntaba. Los pacientes, aferrandose a los costados del sillon, respondian abriendo desmesuradamente los ojos y sudando a mares. Algunos pretendian retirar de sus bocas las manos insolentes del dentista y responderle con la justa puteada, pero sus intenciones chocaban con los brazos fuertes y con la voz autoritaria del odontologo. --!Quieto, carajo! !Quita las manos! Ya se que duele. ?Y de quien es la culpa? ?A ver? ?Mia? !Del Gobierno! Metetelo bien en la mollera. El Gobierno tiene la culpa de que tengas los dientes podridos. El Gobierno es culpable de que te duela. Los afligidos asentian entonces cerrando los ojos o con leves movimientos de cabeza. El doctor Loachamin odiaba al Gobierno. A todos y a cualquier Gobierno. Hijo ilegitimo de un emigrante iberico, heredo de el una tremenda bronca a todo cuanto sonara a autoridad, pero los motivos de aquel odio se le extraviaron en alguna juerga de juventud, de tal manera que sus monsergas de acrata se transformaron en una especie de verruga moral que lo hacia simpatico. Vociferaba contra los Gobiernos de turno de la misma manera como lo hacia contra los gringos llegados a veces desde las instalaciones petroleras del Coca, impudicos extranos que fotografiaban sin permiso las bocas abiertas de sus pacientes. Muy cerca, la breve tripulacion del Sucre cargaba racimos de banano verde y costales de cafe en grano. A un costado del muelle se amontonaban las cajas de cerveza, de aguardiente Frontera, de sal, y las bombonas de gas que temprano habian desembarcado. El Sucre zarparia en cuanto el dentista terminase de arreglar quijadas, navegaria remontando las aguas del rio Nangaritza para desembocar mas tarde en el Zamora, y luego de cuatro dias de lenta navegacion arribaria al puerto fluvial de El Dorado. El barco, antigua caja flotante movida por la decision de su patron mecanico, por el esfuerzo de dos hombres fornidos que componian la tripulacion y por la voluntad tisica de un viejo motor diesel, no regresaria hasta pasada la estacion de las lluvias que se anunciaba en el cielo encapotado. El doctor Rubicundo Loachamin visitaba El Idilio dos veces al ano, tal como lo hacia el empleado de Correos, que raramente llevo correspondencia para algun habitante. De su maletin gastado solo aparecian papeles oficiales destinados al alcalde, o los retratos graves y descoloridos por la humedad de los gobernantes de turno. Las gentes esperaban la llegada del barco sin otras esperanzas que ver renovadas sus provisiones de sal, gas, cerveza y aguardiente, pero al dentista lo recibian con alivio, sobre todo los sobrevivientes de la malaria cansados de escupir restos de dentadura y deseosos de tener la boca limpia de astillas, para probarse una de las protesis ordenadas sobre un tapete morado de indiscutible aire cardenalicio. Despotricando contra el Gobierno, el dentista les limpiaba las encias de los ultimos restos de dientes y enseguida les ordenaba hacer un buche con aguardiente. --Bueno, veamos. ?Como te va esta? --Me aprieta. No puedo cerrar la boca. --!Joder! Que tipos tan delicados. A ver, pruebate otra. --Me viene suelta. Se me va a caer si estornudo. --Y para que te resfrias, pendejo. Abre la boca. Y le obedecian. Luego de probarse diferentes dentaduras encontraban la mas comoda y discutian el precio, mientras el dentista desinfectaba las restantes sumergiendolas en una marmita con cloro hervido. El sillon portatil del doctor Rubicundo Loachamin era toda una institucion para los habitantes de las riberas de los rios Zamora, Yacuambi y Nangaritza. En realidad, se trataba de un antiguo sillon de barbero con el pedestal y los bordes esmaltados de blanco. El sillon portatil precisaba de la fortaleza del patron y de los tripulantes del Sucre para alzarlo, y se asentaba apernado sobre una tarima de un metro cuadrado que el dentista llamaba <>. --En la consulta mando yo, carajo. Aqui se hace lo que yo digo. Cuando baje pueden llamarme sacamuelas, hurgahocicos, palpalenguas, o como se les antoje, y hasta es posible que les acepte un trago. Quienes esperaban turno mostraban caras de padecimiento extremo, y los que pasaban por las pinzas extractoras tampoco tenian mejor semblante. Los unicos personajes sonrientes en las cercanias de la consulta eran los jibaros mirando acuclillados. Los jibaros. Indigenas rechazados por su propio pueblo, el shuar, por considerarlos envilecidos y degenerados con las costumbres de los <>, de los blancos. Los jibaros, vestidos con harapos de blanco, aceptaban sin protestas el mote-nombre endilgado por los conquistadores espanoles. Habia una enorme diferencia entre un shuar altivo y orgulloso, conocedor de las secretas regiones amazonicas, y un jibaro, como los que se reunian en el muelle de El Idilio esperando por un resto de alcohol. Los jibaros sonreian mostrando sus dientes puntudos, afilados con piedras de rio. --?Y ustedes? ?Que diablos miran? Algun dia van a caer en mis manos, macacos --los amenazaba el dentista. Al sentirse aludidos los jibaros respondian dichosos. --Jibaro buenos dientes teniendo. Jibaro mucha carne de mono comiendo. A veces, un paciente lanzaba un alarido que espantaba los pajaros, y alejaba las pinzas de un manotazo llevando la mano libre hasta la empunadura del machete. --Comportate como hombre, cojudo. Ya se que duele y te he dicho de quien es la culpa. !Que me vienes a mi con bravatas! Sientate tranquilo y demuestra que tienes bien puestos los huevos. --Es que me esta sacando el alma, doctor. Dejeme echar un trago primero. El dentista suspiro luego de atender al ultimo sufriente. Envolvio las protesis que no encontraron interesados en el tapete cardenalicio, y mientras desinfectaba los instrumentos vio pasar la canoa de un shuar. El indigena remaba parejo, de pie, en la popa de la delgada embarcacion. Al llegar junto al Sucre dio un par de paletadas que lo pegaron al barco. Por la borda asomo la figura aburrida del patron. El shuar le explicaba algo gesticulando con todo el cuerpo y escupiendo constantemente. El dentista termino de secar los instrumentos y los acomodo en un estuche de cuero. Enseguida tomo el recipiente con los dientes sacados y los arrojo al agua. El patron y el shuar pasaron por su lado rumbo a la alcaldia. --Tenemos que esperar, doctor. Traen a un gringo muerto. No le agrado la nueva. El Sucre era un armatoste incomodo, sobre todo durante los viajes de regreso, recargado de banano verde y cafe tardio, semipodrido, en los costales. Si se largaba a llover antes de tiempo, cosa que al parecer ocurriria ya que el barco navegaba con una semana de retraso a causa de diversas averias, entonces debian cobijar carga, pasajeros y tripulacion bajo una lona, sin espacio para colgar las hamacas, y si a todo ello se sumaba un muerto el viaje seria doblemente incomodo. El dentista ayudo a subir a bordo el sillon portatil y enseguida camino hasta un extremo del muelle. Ahi lo esperaba Antonio Jose Bolivar Proano, un viejo de cuerpo correoso al que parecia no importarle el cargar con tanto nombre de procer. --?Todavia no te mueres, Antonio Jose Bolivar? Antes de responder, el viejo se olio los sobacos. --Parece que no. Todavia no apesto. ?Y usted? --?Como van tus dientes? --Aqui los tengo --respondio el viejo, llevandose una mano al bolsillo. Desenvolvio un panuelo descolorido y le enseno la protesis. --?Y por que no los usas, viejo necio? --Ahorita me los pongo. No estaba ni comiendo ni hablando. ?Para que gastarlos entonces? El viejo se acomodo la dentadura, chasqueo la lengua, escupio generosamente y le ofrecio la botella de Frontera. --Venga. Creo que me gane un trago. --Vaya que si. Hoy dia saco veintisiete dientes enteros y un monton de pedazos, pero no supero la marca. --?Siempre me llevas la cuenta? --Para eso son los amigos. Para celebrar las gracias del otro. Antes era mejor, ?no le parece?, cuando todavia llegaban colonos jovenes. ?Se acuerda del montuvio aquel, ese que se dejo sacar todos los dientes para ganar una apuesta? El doctor Rubicundo Loachamin ladeo la cabeza para ordenar los recuerdos, y asi llego la imagen del hombre, no muy joven y vestido a la manera montuvia. Todo de blanco, descalzo, pero con espuelas de plata. El montuvio llego hasta la consulta acompanado de una veintena de individuos, todos muy borrachos. Eran buscadores de oro sin recodo fijo. Peregrinos, los llamaban las gentes, y no les importaba si el oro lo encontraban en los rios o en las alforjas del projimo. El montuvio se dejo caer en el sillon y lo miro con expresion estupida. --Tu diras. --Me los saca toditos. De uno en uno, y me los va poniendo aqui, sobre la mesa. --Abre la boca. El hombre obedecio, y el dentista comprobo que junto a las ruinas molares le quedaban muchos dientes, algunos picados y otros enteros. --Te queda un buen punado. ?Tienes dinero para tantas extracciones? El hombre abandono la expresion estupida. --El caso es, doctor, que los amigos aqui presentes no me creen cuando les digo que soy muy macho. El caso es que les he dicho que me dejo sacar todos los dientes, uno por uno y sin quejarme. El caso es que apostamos, y usted y yo nos iremos a medias con las ganancias. --Al segundo que te saquen vas a estar cagado y llamando a tu mamacita --grito uno del grupo y los demas lo apoyaron con sonoras carcajadas. --Mejor te vas a echar otros tragos y te lo piensas. Yo no me presto para cojudeces --dijo el dentista. --El caso es, doctor, que, si usted no me permite ganar la apuesta, le corto la cabeza con esto que me acompana. Al montuvio le brillaron los ojos mientras acariciaba la empunadura del machete. De tal manera que corrio la apuesta. El hombre abrio la boca y el dentista hizo un nuevo recuento. Eran quince dientes, y, al decirselo, el desafiante formo una hilera de quince pepitas de oro sobre el tapete cardenalicio de las protesis. Una por cada diente, y los apostadores, a favor o en contra, cubrieron las apuestas con otras pepitas doradas. El numero aumentaba considerablemente a partir de la quinta. El montuvio se dejo sacar los primeros siete dientes sin mover un musculo. No se oia volar una mosca, y al retirar el octavo lo acometio una hemorragia que en segundos le lleno la boca de sangre. El hombre no conseguia hablar, pero le hizo una senal de pausa. Escupio varias veces formando cuajarones sobre la tarima y se echo un largo trago que le hizo revolverse de dolor en el sillon, pero no se quejo, y tras escupir de nuevo, con otra senal le ordeno que continuase. Al final de la carniceria, desdentado y con la cara hinchada hasta las orejas, el montuvio mostro una expresion de triunfo horripilante al dividir las ganancias con el dentista. --Si. Esos eran tiempos --murmuro el doctor Loachamin, echandose un largo trago. El aguardiente de cana le quemo la garganta y devolvio la botella con una mueca. --No se me ponga feo, doctor. Esto mata los bichos de las tripas --dijo Antonio Jose Bolivar, pero no pudo seguir hablando. Dos canoas se acercaban, y de una de ellas asomaba la cabeza yaciente de un hombre rubio.

  • Dos besos de mas de Minerva Ros

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    Habia sido uno de los turnos mas horribles en los que habia trabajado. Todo habia salido mal, y Lucia era consciente de que si habian conseguido llegar al final del dia sin hojas de reclamaciones o la policia incordiandoles en la entrada habia sido exclusivamente porque Diego habia desplegado todo su encanto. Estaba cabreado porque le habia tocado a el supervisar aquel turno del demonio, porque Lucas se habia puesto a vomitar en la cocina y habian tenido que tirar una tanda de hamburguesas que se encontraba peligrosamente cerca del asqueroso cerco de jugos gastricos del camarero. Todos estaban cansados, porque, aunque se alegraban de que el restaurante fuera bien, los fines de semana eran agotadores y los jefes recortaban todo lo que podian en personal, y no les importaba la tremenda carga de trabajo que tenian que asumir. Les salia mas barato darles un pequeno plus a fin de mes que contratar a mas camareros. Cuando salia el tema, Diego siempre se ponia a blasfemar en argentino por todo el office, sin cortarse. Luego tomaba aire y volvia a salir a sala con la sonrisa de siempre. Aquella noche habian tenido que aguantar un turno especialmente intenso y sin poder suplir a Lucas cuando se marcho a casa con una gastroenteritis de caballo. Uno de los jefes del local, al que hacia poco le habia dado un aire y decia que queria involucrarse en el negocio y no ser solamente socio capitalista, habia hecho mal un pedido, por no tener ni idea y carecer de un minimo de humildad para reconocerlo, basicamente, y al poco de empezar se habian quedado sin la salsa de las patatas fritas estrella de la carta y habian tenido que mandar a uno de los pinches corriendo al supermercado de la esquina a por tomates, y habia sido Diego, y no el jefecillo de los cojones, el que habia tenido que lidiar con las infulas del cocinero porque esos no eran los tomates roma que habia pedido, sino que ponia en el envoltorio que eran tomates pera. --Son lo mismo, Carlo. --No lo son, Diego, !la receta no va a quedar igual! !Este nino es un inutil! --!Son lo puto mismo, Carlo! --insistio Diego con aparente calma, mirandole fijamente e intentando hacerle entender por las buenas que no anadiera lena a aquel infierno. Al rato, un grupo de amigos que estaban en la primera parada de su parranda nocturna, con varias cervezas de mas entre pecho y espalda, se pusieron a gritarle obscenidades a Ana y a tirarle pellizcos al culo cuando les traia los pedidos. Ana, por supuesto, le propino a uno de ellos tal bofetada que le puso a llorar del susto. Gritos, amenazas con llamar a la policia, exigencias de hojas de reclamaciones, Diego que sale, pone orden, manda a Ana a otro lado, se encara con los tipos, los tipos que al final se marchan por no pelearse con ese encargado de mas de metro noventa que esta en mejor forma fisica que todos ellos juntos. Los de la mesa once, una pareja tan acaramelada que estaban empezando a dar un poco de asco, se intentaron marchar sin pagar sobre las diez de la noche. Estallo una copa de vino en uno de los lavavajillas, y hasta que alguien pudo tomarse un rato para deshacerse de los cristales anduvieron corriendo de un lado a otro con los platos sucios e incluso lavando cosas a mano para salir del paso. Cuando por fin echaron abajo la persiana, con todo aun por recoger y fregar, Diego decidio tomarse un momento junto a la salida de atras. Y alla se lo encontro Lucia cuando sacaba una de las primeras tandas de bolsas de basura. Diego fumaba, con los ojos entornados, masajeandose el cuello, y a ella le parecia que no podia existir en el mundo, objetivamente hablando, nadie mas sexy. Ninguna estrella de Hollywood, ningun modelo de ropa interior, con mas atractivo que aquel hombre cansado y sudoroso, y aun asi divino bajo la luz de las farolas. Diego le ofrecio el cigarrillo. --No fumo --dijo Lucia. --Yo lo estoy dejando --comento Diego. Y Lucia cogio el cigarro y le dio una calada porque, basicamente, en ese instante le apetecia mucho tener en los labios algo que hubiera pasado por la boca de Diego. Fumaron un par de minutos en silencio, con cierta complicidad. --Despues de esto necesito librar como tres anos --bromeo Diego restregandose la barba y provocandole a Lucia un pequeno brote de placer. Fue entonces cuando a ella se le paso algo por la cabeza, muy fugazmente. Estaba segura de que aquel arrebato se debia al cansancio y a la tension acumulada del dia, y quiza a que, como todo ser humano que lo tuviera cerca, habia tenido algun que otro sueno erotico con el. Sabia como era Diego, y sabia como era ella. Conocia a la clase de chicas que le gustaban a el, con las que coqueteaba y que solian acompanarlo, incluida aquella ocasion en que lo pillo alli mismo, hacia unos meses, en la parte sin luz del callejon, mientras la rubia de la mesa ocho que no habia dejado de lanzarle miradas coquetas toda la noche estaba de rodillas frente a el. Lucia se acordaba de la verguenza, de la curiosidad y de la irresistible cara de placer de Diego, antes de escabullirse de vuelta al office intentando no ser vista. Diego era de los que dejaba que una clienta le hiciera una mamada en el callejon de atras en pleno turno y despues volvia al trabajo como si nada. Ella no se acercaba siquiera a tener un minimo de aquella osadia, pero en ese momento, como si estuviera borracha, andaba con todos los cables cruzados. --?Tienes algo que hacer despues? --le pregunto, aparentemente indiferente, pero tambien intentando dejar caer que le gustaria llevarselo a casa, o a cualquier otro lugar, y quiza hacerle lo de la rubia de la mesa ocho. --Me ire a intentar dormir todo lo que me deje el cuerpo --dijo Diego con un suspiro de cansancio, mirando el vacio. Lucia aun lo observo un poco mas sin entender si se trataba de una indirecta o no se habia dado cuenta. Fuera lo que fuese, se alegro, porque en el momento en que la supuesta invitacion a acostarse con ella salio de su boca, se le derrumbaron las ganas. ?En que estaria pensando? No iba a ser la primera camarera que se pillaba por Diego y despues de que el se lo pasara bien un par de dias se tenia que acabar marchando destrozada, porque Diego era incapaz de mantener ninguna clase de relacion mas alla de la cama. O de los callejones traseros. Y, lo peor, ella ni siquiera estaba pillada por el. Le gustaba porque tenia ojos en la cara y era imposible no fijarse en sus pectorales, o en su espalda tensa y musculada cuando se agachaba a recoger una caja o a colocar el genero en las baldas, o cuando se desvestia sin disimulo delante de quien fuera en los vestuarios y dejaba al aire los tatuajes y el cuerpo fibroso por todo el deporte que practicaba. Y era un companero agradable y divertido. Pero, mas alla de eso, ni siquiera era su tipo. Mas alla del sexo, nunca tendrian ningun tema de conversacion interesante. Y Lucia no se sentia capaz de estar con alguien solo por el sexo. Ni siquiera con Diego. Se lo habia propuesto muchas veces, pero no le funcionaba. Lucia era de las que sin pensarlo se enamoraba con el primer golpe de viento, y normalmente esperaba que las relaciones fueran mucho mejores de lo que eran en realidad. Ella no sabia estar sin la ternura ni las palabras bonitas, y se le iba toda excitacion de pensar en terminar de follar y levantarse de la cama como si nada. Lucia le devolvio el cigarrillo y estiro los brazos. --Hale, Lucita, nos toca pringar. Lucia volvio a la realidad. Diego se habia liado con muchas, y se acostaria con muchas mas, sin duda. Pero Lucia nunca seria una de ellas, y todo estaba bien asi. Capitulo 1 Dos anos despues No supo bien por que se fijo, porque ella nunca levantaba la cabeza cuando iba de camino a la boca del metro, y menos cuando iba tan embebida en su propio mundo y se acercaba peligrosamente la hora de la comida. Sin embargo, ahi estaba; acababa de pasar por su lado y era el. No la habia reconocido. Ella se giro y le busco con la mirada hasta localizarle entre el gentio, un poco antes de llegar al paso de cebra de la avenida. --!Diego! --le llamo para que no desapareciera--. !Diego! Y el se giro. No pudo evitar sonreir al ver a su viejo companero de trabajo, tan alto, tan rubio, de ojos de color avellana y un atractivo natural como pocos habia conocido en su vida, con el pelo un poco mas largo de como lo recordaba recogido en un pequeno mono desalinado, una camiseta de manga corta que habia conocido tiempos mejores y unos enormes pantalones de payaso de color verde botella bailando en la cintura solo sujetos por unos tirantes a sus hombros. Parecia que estuviera dentro de una piscina portatil. Al principio, cuando el se giro y la reconocio, ella solo sonrio, pero al verle asi vestido no pudo evitar echarse a reir. El la reconocio a lo lejos y tambien sonrio, senalandose los pantalones. Y de repente eran dos viejos amigos partidos de risa en mitad de la calle un dia cualquiera. Quiza fue la impresion de la indumentaria, o que realmente en aquel dia gris se alegraba mucho de encontrarse con alguien que, en su tiempo, llego a ser un buen companero, e incluso un poco amigo a ratos, con quien compartio muchas horas de su vida. El hecho es que, en vez de saludarle de manera normal (llevaban unos dos o tres anos sin verse, desde que ella dejo el restaurante), se acerco a el y le dio un verdadero abrazo de oso, muerta de la risa. Y en ese momento el se quedo bastante impresionado por lo que estaba pasando. No se esperaba el abrazo, ni la risa. Tampoco es que esperase recibir indiferencia al pasearse vestido de payaso por media ciudad, pero el calor de aquel abrazo (la cercania de ella, la risa, y el sol que le hacia desprender un aroma dulzon a su pelo, la mano de ella acariciandole el hombro y dandole una palmadita), los dos o tres segundos que duro, le hizo sentir bienvenido por primera vez en mucho tiempo.

  • El dominio mundial de Pedro Banos Bajo

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    Si en su primer libro, Asi se domina el mundo, Pedro Banos exponia como, para que y con cuales estrategias los poderosos intentaban, en dura pugna entre ellos, controlar a paises y personas, en esta nueva obra da un paso mas hacia la plena democratizacion de la geoestrategia y detalla cuales son los instrumentos que se emplean para lograr ese predominio planetario.

  • Fuera de su tiempo de Rangel M. Bellerose

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    1 CAPITULO 1 El libro 877 en las cuevas de Altamira, Espana. -!Fred!, !Fred!-, grito, -!han encontrado algo muy extrano, raro..., ven por favor! Fred era su companero, un arqueologo con bastante mala reputacion en las relaciones sociales, pero un gran profesional en su campo, habian avisado a quien grita para que entrasen en la cueva, y de inmediato, esta supo de lo extraordinario que tenian ante sus ojos. -?Que sucede senorita Storm?-, le pregunto Fred. Ese hombre siempre pensativo con su sombrero beige y bigote. -Creo que no se va a creer lo que hemos hallado en la cueva-, le dijo la mujer arqueologa. Al igual que su companero, esta era una joven de unos veintisiete anos, entusiasta por descubrir cosas del pasado, de la historia, pero a diferencia de Fred Smith, ella ni tenia su prestigio en ese mundo, ni la valia de la que tanto presumia su companero. No en vano, Fred era portada por tantos nuevos hallazgos, como por su desleal comportamiento ante la sociedad mas de elite. -Esta segura... son pocas las cosas que me sorprenden a estas alturas de la vida-, le respondio, -vaya a llamar a Victor, el no querra perderse su fabuloso descubrimiento. -Victor ya esta en la cueva, senor Smith-, le dijo ella. La mujer siempre correcta y amable en sus palabras, era una joven educada en la alta sociedad britanica, pero su pasion por lo desconocido le llevo a escoger una profesion, donde no era muy bien recibida. -Estupendo..., pues vamos a la cueva a ver eso tan fascinante. Ambos entraron a ese maravilloso lugar, en donde el tiempo quedo paralizado, donde nuestros ancestros dejaron sus huellas en forma de pinturas, como si aquel recondito lugar perteneciera al pasado. En una de las grutas, en donde se habian centrado los esfuerzos de los tres arqueologos, y el de los seis acompanantes o peones, asomaba bajo la dura piedra, una especie de paquete, atado con hilos de hebras y envuelto en multiples hojas de una especie de higuera, pero hojas de mayor tamano. -?Que es lo fabuloso?-, pregunto Fred. Victor le miro incredulo, este era otro joven, de unos treinta anos, sin mucha experiencia o reconocimiento, pero mucho mas entregado que Fred en sus labores, de origen hispano, a diferencia de Fred Smith y Camila Storm, los cuales eran ingleses, -ese paquete ha sido conservado a conciencia..., debe ser incluso mas antiguo que las pinturas. -Yo solo veo un trozo de hojas podridas-, respondio el ingles. -No podemos apreciar su tamano hasta que no lo desenterremos, pero queria que fuese usted quien lo describiese, creo que puede ser algo significativo-, le dijo Camila alumbrando con el candil. -Esta bien..., no deberia perder el tiempo, pero si es usted quien me lo propone, lo hare-, le contesto. Se sabia que Fred era un hombre muy admirado entre las senoritas, un verdadero seductor con estas y tambien con alguna que otra senora. -?Quiere que lo extraiga yo?-, le pregunto Victor. -No..., prefiero que lo hagan mis hombres, ellos tienen mas experiencia, si os apartais podremos comenzar. Tras un largo y laborioso trabajo, bajo la tenue luz de las antorchas, los arqueologos prestaban su paciencia al convencimiento de que estaban ante algo digno de ser estudiado, muy poca atencion habia sobre las cuevas de Altamira, tenian todos los permisos en regla para trabajar alli, y estos podian hacer cuanto les diese la gana en aquella magica y espectacular cueva. La noche se les vino, no era facil desenterrar en la piedra un objeto tan fragil como las alas de una mariposa, danadas con el paso de los siglos, y utilizando tan solo unas escobillas de puntas metalicas. -Creo que hoy va a ser dificil que lo podamos extraer-, decia Fred, -tal vez debieramos descansar hasta manana. -Usted es quien decide senor-, le respondio la joven emocionada con todo lo que se hallaba en las cuevas. -!Vamos a recoger todo y manana se proseguira donde lo hemos dejado!-, exclamo a sus operarios. Todos abandonaron el trabajo, la voz de Fred retumbaba en las paredes y se podian escuchar caer gotas de humedad al fondo en la oscuridad de la agonica cueva, de hecho, ese bulto estaba en el rincon ultimo, donde se supone que los antepasados usaban para dormir debido a la poca altura del techo de la cueva en esa zona. -?Le apetece cenar esta noche conmigo?-, pregunto el ingles a la joven, -en mi tienda dispongo de todo para su comodidad. Camila miro timidamente al hombre, luego un poco nerviosa miro a Victor, el cual estaba cerca de ellos, -no creo que sea apropiado para una mujer soltera. -Unicamente se trata de mantener una conversacion... no veo nada mal intencionado en ello, me gustaria conocerla un poco mas-, le hablo en tono seductor. -Entonces podriamos cenar los tres juntos-, respondio sujetando del brazo al hispano. Eso no gusto a Fred, de hecho, se le pudo notar en sus gestos, pero como iba a poder decir ahora que no, -claro…, cuantos mas seamos mejor-, dijo. Se alejo de ellos direccion a su tienda, los otros dos arqueologos se quedaron rezagados, -no debiste decirle eso, no creo que le guste que entre en su tienda-, solto Victor. -Pues que se enfade, somos un equipo y no veo razon para que no pueda cenar con nosotros. -Yo pienso que para el si que la hay…, no soy mas que un incordio entre vosotros. Ella se sonrojo, no porque tuviera nada con Fred, sino por el simple hecho de escuchar a Victor hablar de posibilidad de encuentro sexual con un hombre. -No hable asi, nada hay entre Fred y yo..., es un magnifico arqueologo, pero al igual que lo sera usted. -La conozco desde hace poco tiempo, pero es usted muy amable y me gustaria... que si fuese posible nos tutearamos-, le dijo. -?Como voy a hacer eso?…, en mi familia siempre se ha hablado con respeto, no puedo tutearle-, respondio sonriente y un poco menos sonrojada. Durante la noche, en la tienda de Fred, cenaban los tres con una vacia conversacion, podia notarse la tension entre quien no queria estar alli, quien no deseaba que alguno estuviera alli y el poco tiempo que hacia que se conocian, a veces era el silencio quien gritaba. -?Y pertenece usted a la familia de los Storm de Londres?-, le pregunto el ingles. -Mi padre es Alva Storm, hijo del dueno del mayor banco de Inglaterra, pero no me gusta nada que se me relacione con eso-, respondio. -No la entiendo, con una de las familias mas reputadas del pais, no comprendo que esta haciendo usted aqui, manchandose las ropas y las manos con tierra. -Hay pasiones que no entienden de logica..., usted deberia entenderme. -?Yo?, mi padre era herrero, muchas veces use el martillo, pero deseaba salir de ese trabajo tan duro y monotono..., esta fue mi unica alternativa y ahora me alegro por haberlo hecho. -Pensaba que lo suyo era mas vocacional-, le dijo Victor. -Al principio si, pero cuando has encontrado tantos tesoros y tantos reconocimientos, ya no es lo mismo. -Pero si es usted muy joven-, le dijo Camila. -Tengo ya treinta y seis anos…, ?joven?, llevo treinta trabajando, no en la arqueologia, pero trabajando…, solo quiero parar y disfrutar de lo que he conseguido-, decia. Miro a la joven, -y sin duda disfrutar de la compania de una senorita… tal vez se refiera usted a eso cuando dice que hay pasiones que no entienden de logica. Ella se sonrojo y le desvio la mirada, -es tarde..., creo que me voy a retirar. -Es cierto, muchas gracias por la cena y el vino-, dijo tambien Victor, -yo la acompano a su tienda senorita. -Buenas noches-, les dijo el ingles sin levantarse del asiento, algo poco habitual en un hombre al retirarse una mujer de la mesa. Victor y Camila salieron bajo un manto de estrellas, la noche era silenciosa, junto a la tienda de Fred, se encontraba la de Victor y un poco mas alla, la de la arqueologa en una extension pequena de terreno que mantenia la horizontalidad en el terreno, detras estaban las de los operarios. -?Cree usted que se ha molestado el senor Smith por no responderle?-, le pregunto la joven a Victor. -Creo que se ha molestado por otros motivos... es usted una joven muy bella y Fred es un hombre... como decirlo. -?Lanzado? -Bueno mas o menos... a mi no me gusta interferir en la vida de nadie, pero tenga cuidado con el. -No se preocupe por nada, soy una mujer con las ideas claras. -Me gusta que sea asi, pero el amor ciega... creame. -Buenas noches, gracias por acompanarme y por sus palabras. -Buenas noches... que descanse-, le dijo. Ella entro en su tienda y el joven se retiro a la suya, el dia habia concluido. La luz que entraba a traves de la tela beige de la tienda, dibujaba sus formas en el cuerpo bien vestido, con las prendas del sueno, de Camila. Esa claridad molesto en sus cerrados ojos, era la hora de levantarse y seguir con el trabajo, no sin antes tomar una buena taza de te caliente, era finales de otono y ya refrescaba bastante. Nada mas salir de su tienda, la mujer se dejo llevar por el fresco de la soleada manana en un enclave tan maravilloso, Camila sonaba desde pequena con la historia, con encontrar ese eslabon perdido que nos une a los mas primitivos. -Buenos dias-, le dijo Fred sentado junto a los demas, tomando el te y rodeando un pequeno fuego donde calentaban el agua, antes de comenzar con las labores. -Buenos dias, senor Smith…, tengo muchas ganas de ver que contiene ese bulto, apenas he podido dormir. El arqueologo la miro con prepotencia, -no creo que pueda mostrar nada mas maravilloso que esas pinturas de los techos, cada dia estoy mas fascinado con ellas. -Es algo que no le pongo en duda, pero ?no tiene interes por saber que contiene ese objeto? -Hay una gran controversia en si esas pinturas son antiguas o falsas..., debemos acabar con esa idea de inmediato, esto se debe mostrar al mundo como lo que es, y sinceramente no veo nada en particular con ese envoltorio. -Pero usted mismo ha visto con el esmero en que se ha tratado de conservar…, no puede contener algo banal. -Ya hemos recogido muestras de puntas, herramientas e incluso cenizas, lo que a mi realmente me fascina son esas pinturas, mi obligacion es datarlas lo antes posible para que se maraville el mundo. Ella mostro en su rostro la decepcion con la que la habia despertado, no comprendia que le habia hecho cambiar de opinion en la noche, -entonces., ?no va a reanudar los trabajos para desenterrarlo? -Por supuesto que no, ese trabajo lo podeis hacer vos y su buen amigo Victor-, le contesto. Seguramente no le habia caido bien que invitara al joven arqueologo a cenar y mucho menos que le rechazara su proposicion de conversar con ella a solas. -Muy bien senor Smith... puede que luego de que lo hallamos desenterrado no se nos reconozca ni el lugar, ni la fecha, nosotros no tenemos su prestigio y veracidad ante los medios.

  • El ajedrecista de Esteban Navarro

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    Una nueva novela de uno de los autores espanoles mas leidos en todo el mundo. Esteban Navarro Soriano fue policia durante 24 anos y en la actualidad se dedica a tiempo completo a escribir, su gran pasion. Ha sido premio Saramago y finalista en el Premio Nadal, ademas de una treintena de diversos premios de novela y relato. Amazon lo ha reconocido como el fundador de la denominada ‘Generacion Kindle’ y Random House lo considero en su momento como uno de los grandes nombres de la novela negra. Es superventas internacional con obras como El apagon, La casa de enfrente, Los crimenes del abecedario, El consul infiltrado, Los fresones rojos, El buen padre o la controvertida Una historia de policias.

  • Me dueles Tanto de Zoe Robinson

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  • Solo busco tu piel de Priscila Serrano

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    INTRODUCCION Ser el primo de la chica que me gustaba no entraba en mis planes, como tampoco sentir como mi corazon se desbocaba cuando la veia salir de la piscina con ese bikini que tapaba poco mas que... Era mejor para mi no recordarlo. Y todo fue por culpa de Mikel, mi mejor amigo, en aquella fiesta, la misma fiesta que se suponia solo seria una reunion de amigos para celebrar mi cumpleanos; ninguna chica de por medio, segun el. Todo fue al reves, lo que mas habia eran chicas y, entre ellas, Luna, mi primita de tan solo dieciseis anos. No era que yo fuera mucho mayor, solo nos llevabamos dos anos, pero ya era mayor de edad y eso hacia que cambiasen algunas cosas. Cuando mis ojos se clavaron en los suyos, en ese mismo instante, supe lo que sentia por ella, era un amor de los que te quitaban hasta el aire. En algun momento de mi vida lo pense, mas no quise hacerle caso. Aquellas senales no podian ser ciertas, nosotros no podiamos ser nada mas de lo que ya eramos: familia, primos, casi hermanos, y nuestros padres jamas estarian de acuerdo en esto. Sin embargo, era verla y se me aceleraba el corazon. Una noche, antes de aquella fiesta, me vi caminando descalzo hasta su habitacion; era de las que mi tio Hugo y mi padre cogian para pasar tiempo juntos, la noche de futbol la habian llamado. Esa noche decidieron que yo me podria unir a su banda de hombres, ya me creia uno de ellos, aunque no fuese lo suficientemente mayor como para entender algunas actitudes, sobre todo de mi tio; era un crio. Cuando se acabo la noche, cada uno se fue a su habitacion, no obstante, mi intencion no fue mas que ir a la suya y verla dormir, observar lo hermosa que era. Luna era la chica mas bonita que mis ojos habian visto jamas, su piel canela y ojos verdes hicieron que mi alma se viese alterada y creo que, desde que tenia memoria, fue asi. Nos llevabamos muy bien, demasiado para ser solo primos, casi inseparables. Aunque ambos tuvieramos nuestros amigos, siempre intentabamos buscar un momento para pasarlo nosotros y juro por Dios, que no cambiaba ninguna de esas horas de mi vida por nada en este mundo. CAPITULO 1 Luna Un ano antes. Miraba por la ventana, la noche era tan bonita, era de esas noches en las que quedarte despierta para ver las estrellas era lo mejor. Sali al balcon con una mantita fina rodeando mis hombros, apenas estabamos entrando en primavera, pero aun por la noche refrescaba. Me sente en una de las sillas que mi padre habia comprado para dejar mi lugar favorito perfecto; mi habitacion era la unica que tenia balcon en toda la casa y, al ser la estancia mas pequena de nuestro hogar, era mia y solo mia... Bueno, la compartia con Eloy, mi primo y mejor amigo, la unica persona con la que podia contar y en la que confiaba ciegamente. Tenia amigas, claro que las tenia, pero con ellas no tenia la misma complicidad que con el. Mi mejor amiga era Eva, la conocia desde primaria y, de todas las chicas con las que hablaba, era la que mejor me caia. Sin embargo, estaba enamorada de Eloy y eso me molestaba, por estupido que pareciera. Eloy era mayor que yo por solo dos anos, pero no era impedimento para llevarnos como nos llevabamos y era eso por lo que no me gustaba que saliera con ninguna otra chica. Si llegaba a suceder, ?que ocurriria conmigo? Ya no pasaria tiempo a mi lado y eso no podia permitirlo. Podria decirse que era una nina a mis quince anos, pero era muy madura, ?no? A veces lo dudada. Escuche unos pasos acercarse y me gire para comprobar quien era; mi padre salio al balcon conmigo y se sento a mi lado. --?Que haces aqui tan sola, princesa? --se intereso, mirando el cielo. --Nada, solo miraba las estrellas --respondi. --?Sola? Que raro, tu primo parece que vive aqui --inquirio, molesto, lo que hizo que lo mirase fijamente. --?Te pasa algo con Eloy? No respondio y eso me preocupo, parecia enfadado y, que yo supiera, mi primo no habia hecho ninguna de sus tantas trastadas, las mismas que nos metian en lios de vez en cuando. --No, nada. --Se levanto--. Vamos, la cena ya esta lista y ya sabes como se pone mama cuando no bajas a tiempo. Sonrei asintiendo, tenia razon. Mi madre, todo lo que tenia de buena y amorosa, lo tenia de diabla cuando se enfadaba. Me quede unos minutos sola antes de bajar. Me levante y cogi mi movil para enviarle un wasap a Eloy. Luna: Primito de mi alma y mi corazon, ?que has hecho ya? Mi papa esta cabreado contigo y no se por que. Espere su respuesta, pero, al no llegar, deje el movil en la mesilla y sali de mi habitacion para bajar a cenar. Mi abuela estaba con nosotros unos dias y eso me encantaba, la adoraba, sobre todo sus mimos. Al entrar, ya estaban todos sentados, incluso mi tio Hector, lo cual me extrano. --Hola, tio. ?Donde estan mi tia y Eloy? --Le di un beso y me sente a su lado. --Estan en la casa, yo solo habia venido para arreglar unas cosas con tu padre. Ya sabes, trabajo. --Me guino un ojo. --Claro y mi abuela te ha embaucado con su comida, ?a que si? --Solto una carcajada, asintiendo. --Ya sabes que su comida me encanta, pero no le digas a tu tia o me matara --eso ultimo me lo dijo al oido. --Cuidado con la pequena Robles, se las gasta --menciono mi padre, como siempre, metiendose con mi tia Judith. --No empieces, Hugo --lo regano mi madre. Aun no sabia el motivo por el que no se llevaban demasiado bien, yo sabia que lo intentaban, procuraban no pelearse cada vez que estaban juntos, pero a veces les era imposible y eran muy comicos, al menos las cosas que se decian. Algun dia le preguntaria a mi mama el motivo de esas peleas entre ellos, algun dia, cuando fuera mayor..., no creia que me lo contase ahora. Cenamos en familia, aunque faltaran dos personas en la mesa, siempre era asi; estabamos muy unidos. Aunque tambien faltaba mi tio Jesus, una de las personas mas importantes de mi vida. Era mi tio perfecto, el padre que habria tenido si los mios no hubiesen hecho las paces a tiempo; esa historia si que me la contaron, como se separaron y mi madre se entero de que estaba embarazada de mi. Esa historia tenia sus partes dolorosas, pero tambien, un final feliz. Cuando acabe de cenar y ayude a mi abuela Dora a recoger todo, deje a mis padres en el salon, solos, les gustaba ver peliculas antes de ir a dormir, era el tiempo que utilizaban para estar juntos, dado que ambos tenian demasiado trabajo. Intentaron que yo me quedara con ellos tiempo atras, pero no consiguieron nada, no me gustaba el cine, yo era mas de series sangrientas, fantasia pura y dura. Ya en mi habitacion, cogi el movil para comprobar que mi primo me hubiese respondido, pero no fue asi. Me sente, pensativa, era raro que Eloy no me contestase a los mensajes, normalmente, cuando le hablaba, lo hacia de inmediato con una llamada. ?Habria pasado algo? De pronto unas manos taparon mis ojos y me tense asustada. --?Quien soy? --En cuanto escuche su voz me relaje, mi primito y sus bromas. --!Eloy! --grite, quitando sus manos de mis ojos. Me levante y me gire para asesinarlo con la mirada por el susto. Su sonrisa fue tan grande y reluciente que solo con eso me quito cualquier estado de animo negativo que me provocara antes. --Shhh --chisto, cogiendome de la mano para tirar de mi y llevarme al balcon. Nos sentamos en las sillas, uno al lado del otro, y paso su brazo por encima de mis hombros para abrazarme. --?Por que no puedo gritar? --pregunte. --Porque no quiero que tu padre sepa que he venido. Su respuesta me recordo el comentario que mi padre me solto hacia rato e, inmediatamente, me levante, cruzandome de brazos y alzando una ceja mientras lo miraba para que me contase todo. Estaba segura de que habia hecho algo para que mi padre se hubiera enfadado con el. --?Que? --Arrugo la frente--. No he hecho nada, esta vez no. --?Entonces por que no quieres que mi padre sepa que estas aqui? --Por nada, solo es tarde y no quiero que te reganen. No quiero que despues me echen la culpa porque te quedes dormida por la manana y faltes al instituto. ?Te imaginas la cara de tu padre? Seguro que me mataria --aseguro, mas yo no le crei ni una palabra. Aunque no le podia quitar una parte de razon, si llegaba a faltar un solo dia al instituto por culpa de que mi primo no me habia dejado dormirme temprano, nos mataba a los dos. Mi padre, en ese sentido, era muy estricto; los estudios eran algo muy importante para el y que yo sacase buenas notas, lo que mas. Volvi a sentarme soltando un suspiro que no le paso desapercibido, pues me abrazo de nuevo, pero esta vez mas apretadamente, cosa que provoco que suspirase otra vez. Aspire su aroma, cerrando los ojos; me encantaba su olor, me tranquilizaba. Me gustaba el tacto de sus manos, su piel era muy suave. Por unos instantes, me deje llevar por el silencio, el momento, las estrellas alumbraban de manera magica y me relaje tanto que me quede dormida. Por la manana, el despertador sono con tanta fuerza que por poco me cai de bruces contra el suelo. Abri los ojos de par en par y mire mi alrededor, recordando como habia llegado a mi cama, pero me fue imposible, pues no llegue por mi propio pie. Habia sido Eloy quien me dejo en la cama cuando se percato de que me habia quedado dormida y una estupida sonrisa seguida de un suspiro se me escapo de entre los labios. ?Que me estaba pasando? Ultimamente, me sentia demasiado bien a su lado, mas de lo normal. Mi primo y yo estabamos muy unidos, tanto que lo haciamos todo juntos, pero ibamos creciendo y habia cosas que teniamos que evitar, y nos costaba demasiado.

  • Filthy Coach (Chicos malos 6) de Amy Brent

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    ?Que es lo mejor de ser famoso?, me pregunta la gente a menudo. Suponen que tener toneladas de dinero en el banco o una flota de coches exoticos en la entrada de tu mansion de cincuenta habitaciones, o la adoracion de millones de fans, que hace que a una estrella le tiemblen los dedos de los pies. Mentira. Lo que mas me gusta de ser famoso, si es que se me puede seguir llamando asi, son las seguidoras: esas senoras, algo ligeras de cascos, que te chupan la polla por debajo de la mesa en un club nocturno, o que te follan hasta la saciedad en una caseta del bano de un estadio de futbol durante el descanso. Hay groupies de todas las edades y colores, de todas las formas y tamanos, todas dispuestas a aceptar lo que quieras darles. En la boca, en el cono, en el culo; lo que sea. Para ellas siempre es lo mismo y para mi tambien. Hay una cosa que se debe comprender de ellas, que no tienen nada que ver contigo; al menos no con tu verdadero yo. Todo se relaciona con tu <> famoso, el personaje publico que creen conocer, el que ven en la television o en las revistas. No se tiran o se la chupan al famoso por satisfaccion sexual, sino para presumir ante sus amigas groupies. <>, seria su conversacion. Piensalo, ?cuantas mujeres pueden decir con sinceridad que se han follado a un quarterback de la Liga de Futbol Americano, en el vestuario del equipo durante el descanso de un partido de los playoffs del campeonato nacional? Solo una que yo sepa. Y lo se porque fui yo el que se la follo. No recuerdo su nombre, pero se llevara esos derechos de jactancia a la tumba. Nadie la creera cuando cuente la historia, pero no importa porque ella sabe en su corazon que es verdad. Cuando se es famoso, independientemente del motivo, las seguidoras forman parte del juego. Mick Jagger tiene una fila de ocho kilometros de veinteaneras excitadas, dispuestas a follar con el, aunque sea mas viejo que el Guardian de la Cripta y parezca que se esta descomponiendo ante nuestros ojos. Los cantantes, los actores, los deportistas, los multimillonarios, todos tienen sus fans. Incluso los asesinos psicopatas tienen mujeres preparadas para tener sexo con ellos. Charles Manson sigue recibiendo cartas de amor de mujeres que quieren tener un hijo suyo, a pesar de que lleva cuarenta y cuatro anos encerrado en la carcel por asesino en serie. Los dos hermanos Menendez se casaron despues de ir a la carcel por matar a tiros a sus padres. El puto OJ Simpson consiguio mas conos despues de matar a su mujer y a su amiga. Las groupies no pueden controlarse, hay que comprender que eso forma parte del encanto y del peligro. Son como sabuesos. Te olfatean alla donde vayas, siempre al acecho de un nombre conocido al que poder tirarse, chupar o follar, para luego colgarlo en Facebook o presumir ante sus amigas de a que famoso tuvieron en algun agujero de su cuerpo. Diablos, en realidad no hace falta ser una gran estrella para que se sientan atraidas como las abejas por la miel. O las moscas a la mierda. Solo hay que mirarme. Soy un tipo guapo, pero no soy millonario; al menos, ya no. Soy mas popular por lo que solia ser que por lo que soy ahora. Con los anos, he notado una degradacion de la sensualidad de las fans que se me acercan. Tal vez sea eso. La calidad de la seguidora disminuye en proporcion directa a la disminucion del nivel de fama. Cuando eres Sammy Carson, el quarterback titular de un equipo de futbol universitario clasificado a nivel nacional, o Sam Carson, el quarterback franquicia de un equipo de la AFL, que juega en la television cada dos domingos por la noche, la calidad de la admiradora es increiblemente alta. Pero cuando eres Sam Carson, el ex quarterback cuyo brazo de lanzar se destrozo en un accidente de coche, lo que practicamente puso fin a tu carrera como jugador de la noche a la manana, y tienes que dedicarte a ser entrenador solo para mantener un pie en el juego, las seguidoras bajan a la mitad. No me quejo. Incluso las pocas que me admiran estan mucho mas buenas que las que siguen a la mayoria de los chicos del monton. Se dan revolcones con cuatro o cinco conos y son felices de conseguirlos. En los deportes profesionales, las groupies estan por todas partes y juegan en todos los niveles del futbol. Cuando yo era el pasador titular de los Nassau College Buccaneers, las animadoras solian hacer cola fuera del vestuario para ver con cual pasaba la noche. Algunos dias, me llevaba a dos o tres a casa, lo que cabreaba al resto del equipo porque se quedaban con mis sobras. Lo siento, amigos. Tal vez podais conseguir que una de ellas os la chupe en el autobus de vuelta a casa. Si no, podeis abriros camino en el grupo de ex alumnos que estarian encantados de llevarse a un jovencito a la cama. Yo soy la estrella y escojo primero. !Si no os gusta, que os den por culo! Cuando me reclutaron en los New York Thunder, las mujeres comenzaron a surgir de la nada para estar conmigo. Al convertirme en el quarterback titular del equipo, salia con una mujer diferente cada noche y tenia que tomarme un dia libre, de vez en cuando, para dar un descanso a mi pobre polla. Incluso ahora, como entrenador de los Troyanos de Atlanta, con cuarenta y dos anos de edad, todavia me admiran. <>, me preguntan con los ojos muy abiertos y riendose. <>, respondo con amabilidad. <>. Asi fue, mas o menos, la conversacion que mantuve cuando sali de Atlanta por la Interestatal 16 para orinar. Tambien eche gasolina a mi Land Rover, de camino a la casa de playa de mi jefe en Hilton Head, Carolina del Sur. La chica que estaba detras del mostrador tendria unos treinta y cinco anos, llevaba el pelo tenido de rojo y tenia un buen par de tetas. Me miro y me reconocio enseguida. --Hola, ?no eres Sam Carson? Sonrei y movi la cabeza. --Lo soy. --Soy Janine --dijo con un marcado acento sureno. Paso la lengua por sus carnosos labios--. Me encantan los Troyanos de Atlanta. Apuesto a que estaras muy guapo ahi abajo, en la banda, con los auriculares puestos. --Esperemos que si. --Suspire, senalando con la cabeza hacia los surtidores de gasolina y anadi--: He puesto treinta y cinco de gasolina. Puse los dos paquetes de seis cervezas en el mostrador y le mostre mi tarjeta de credito para que me cobrara. Ella la ignoro, me miro con ojos sonadores y fruncio los labios. Bingo. Alerta de una groupie. Volvi a meter la tarjeta de credito en la cartera y sonrei. --Entonces, ?quieres que te firme las tetas o algo asi? Eso fue todo lo que necesite. Ella se acerco al mostrador sin decir nada mas. Paso por delante de mi para cerrar la puerta principal y luego me llevo a la habitacion trasera. La incline sobre una pila de cajas de cerveza y me la tire por detras. El suyo no era el cono mas estrecho en el que la habia metido, pero funciono. Diez minutos mas tarde, estaba de vuelta en la carretera con un tanque lleno de gasolina y dos paquetes de seis de cervezas; todo por cuenta de la casa. Ya lo dije. Las fans son jodidamente increibles. Capitulo 2 Allie Winston Tarde casi cinco horas en mitad de un intenso trafico en la interestatal. Iba desde mi loft, en el centro de Atlanta, hasta la casa de playa de mi padre en Hilton Head Island, justo en la costa de Carolina del Sur. Fue un viaje lento, pero disfrute de la paz y la tranquilidad del largo trayecto. Estaba deseando disfrutar de la soledad de un largo fin de semana en la playa. Era viernes por la tarde y no tenia que volver a la oficina hasta el martes. Pensaba pasar todos los dias con la unica compania de varias botellas del mejor Chardonnay de mi padre y la ultima novela de John Grisham. Ni siquiera me iba a llevar un ordenador. Iba a ser la primera vez que me desconectara en anos. De acuerdo, no estaria totalmente alejada de las redes. Tenia mi iPhone, pero no se podia esperar que una chica se desconectara de golpe. Me prometi a mi misma que no navegaria por Internet ni responderia a ninguna llamada que no fuera de mi padre o de Darcy, mi asistente en Atlanta. Ella enviaria un mensaje de texto al 911 si se incendiaba la oficina y solo me avisaria si se convertia en un infierno que no podia apagar. Mi padre, que era el dueno del equipo de futbol profesional de los Troyanos de Atlanta, estaba en Los Angeles en una reunion, asi que no esperaba saber nada de el hasta la semana siguiente. Sinceramente, si no viera, hablara o tuviera noticias de otro ser humano en los proximos tres dias, me pareceria bien. Una vez que sali del horror que es el trafico de Atlanta y llegue a la Interestatal 16 este, acelere mi Audi, puse el ultimo CD de Bruno Mars y cante a todo pulmon. Me sentia muy bien, como si dejara atras el mundo y todos sus problemas, al menos durante unos dias. Conduje sin zapatos y con las ventanillas bajadas. Me encantaba la sensacion del viento acariciando mi cara y azotando mi larga melena rubia. Era primavera en Georgia. El aire era calido y humedo, pero la brisa era fresca y refrescante cuanto mas me acercaba al oceano. Mire por las ventanillas laterales y di un suspiro de felicidad. El mundo habia vuelto a ser verde, despues de un invierno aburrido que me dejo muy necesitada de un descanso. Lo llamo descanso en lugar de vacaciones porque si no me alejo de vez en cuando para descomprimirme, soy capaz de romper cosas en la cabeza de la gente. Llevo bastante bien el estres, pero de vez en cuando me afecta. Soy asesora de imagen y relaciones publicas para una de las principales empresas de marketing deportivo del pais, con sede en Atlanta. Trabajo sobre todo con deportistas profesionales que juegan en el sureste, incluidos los que juegan en el equipo de mi padre, los Troyanos de Atlanta. Es un oficio estresante, pero me encanta y no puedo imaginarme haciendo otra cosa. Trabajo con mi padre sin tener que rendirle cuentas porque es mi cliente, no mi jefe. No me gustaria que fuera de otra manera. Le quiero mucho, pero nunca podria estar a sus ordenes. Puede ser un poco abusivo, como dice que hay que serlo si se quiere triunfar en el despiadado mundo del deporte profesional. Papa no me estresa, al menos, desde que soy una adulta que ha demostrado que puedo cuidar de mi misma. Mi ansiedad la produce mi vida personal; sobre todo, la larga lista de gilipollas que se cuelan en mi cama y en mi corazon. Suelen ser autenticos idiotas que tienen miedo al compromiso, o que ya estan liados con alguien y se han olvidado de decirmelo, o son delincuentes convictos que huyen de la policia, o son homosexuales que quieren experimentar con mujeres. Incluso pueden ser todo lo anterior. No bromeo, es tal y como lo cuento. El ultimo imbecil que ha pasado por mi vida ha sido Brett, el hermano pequeno de un ex amigo --antes era un amigo-- que estaba deseando conocerme, follar conmigo, robarme la tarjeta de debito y vaciar mi cuenta corriente. Al final, la broma fue para el. Mi banco retiene, en el acto, el dinero que sobrepasa una cantidad determinada; de modo que el bueno de Brett solo escapo con cien dolares y mi eterno desprecio. No me habria importado tanto el robo si el sexo hubiera sido bueno, pero los recien nacidos podian mantener la ereccion mas tiempo que Brett. La cocaina provoca ese problema y le llaman <>. ?Quien lo diria? Aparte aquellos pensamientos sobre el despreciable culo de Brett y gire por la interestatal 278. Estaba a menos de treinta minutos de la casa con vistas a una playa privada, en el lado del oceano de Hilton Head Island. Me moria de ganas de descorchar una botella de vino y hundir los pies en la arena. Un fin de semana a solas era exactamente lo que necesitaba para recuperar la cabeza.

  • Monteperdido, Agustin Martinez de Agustin Martinez

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    Y tu, ?seguro que quieres conocer toda la verdad sobre lo que sucedio en Monteperdido?