• libro la deshonra de sarah ikker - Yasmina Khadra

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    El teniente Driss Ikker esta en el mejor momento de su vida. Disfruta de un feliz matrimonio con Sarah, la hija de un alto cargo de la policia marroqui; vive de forma mas que acomodada y le han dado un destino sin complicaciones en Tanger, a las ordenes de uno de los hombres de confianza de su suegro. Pero todo se le va a venir abajo cuando un dia regresa antes de tiempo a su chalet y se encuentra a Sarah en la cama, desnuda y maniatada. Cuando intenta socorrerla, recibe un fuerte golpe. Al recuperar la conciencia se va a enterar de que Sarah ha sido violada.
    La desesperacion se apodera del joven teniente. Su unica obsesion es averiguar quien cometio tal crimen. Aunque sus mandos intentan apartarle del caso, Driss Ikker va a hacer sus propias pesquisas al margen de la investigacion oficial. Sin imaginarse que el resultado de sus investigaciones puede llegar a ser peor que el dano ya cometido.
    Una nueva novela de intriga de Yasmina Khadra; un retrato de la sociedad magrebi en sus distintos niveles sociales; una reflexion sobre el honor y los prejuicios, sobre la condicion femenina en el mundo musulman.

  • La deshonra de Sarah Ikker - Alianza Editorial

    https://www.alianzaeditorial.es/libro/alianza-literaturas/la-deshonra-de-sarah-ikker-yasmina-khadra-9788491817994/

    Alianza Editorial, El teniente Driss Ikker está en el mejor momento de su vida ... en distintos momentos, "mejor libro del año": "El atentado", en Alemania; ...

  • LA DESHONRA DE SARAH IKKER | YASMINA KHADRA

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    El libro LA DESHONRA DE SARAH IKKER de YASMINA KHADRA en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • La deshonra de Sarah Ikker (Alianza Literaturas) Tapa blanda

    https://www.amazon.es/deshonra-Sarah-Ikker-Alianza-Literaturas/dp/8491817999

    La deshonra de Sarah Ikker (Alianza Literaturas) : Khadra, Yasmina, Lozano, Wenceslao-Carlos: Amazon.es: Libros.

  • La deshonra de Sarah Ikker (Alianza Literaturas) Versión Kindle

    https://www.amazon.es/deshonra-Sarah-Ikker-Alianza-Literaturas-ebook/dp/B081HHPBFT

    Mirar en el interior de este libro. La deshonra de Sarah Ikker (Alianza Literaturas) de [Yasmina Khadra, Wenceslao-. Sigue al autor. Yasmina Khadra.

  • La sucia verdad de Yasmina Khadra | Babelia | EL PAÍS

    https://elpais.com/cultura/2020/01/31/babelia/1580465970_995325.html

    11 feb 2020 — Con 'La deshonra de Sarah Ikker', el argelino vuelve a ofrecer un policíaco ... las últimas páginas del libro dotan al resto de un sentido ...

  • La deshonra de Sarah Ikker - Yasmina Khadra - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/100075/la-deshonra-de-sarah-ikker

    Escrito con suma sencillez, lejos de libros anteriores del autor. A pesar de que el argumento podría ser interesante, la solución buscada por el autor debiera ...

  • La deshonra de Sarah Ikker - Khadra, Yasmina - Marcial Pons

    https://www.marcialpons.es/libros/la-deshonra-de-sarah-ikker/9788491817994/

    La deshonra de Sarah Ikker.[ Khadra, Yasmina; ]. El teniente Driss Ikker está en el mejor momento de su vida. ... Otros libros de Khadra, Yasmina.

  • La deshonra de Sarah Ikker - Yasmina Khadra - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Khadra-La-deshonra-de-Sarah-Ikker/101025

    En cuanto al autor, este es mi primer contacto con él, aunque sí había escuchado hablar maravillas de su pluma. Cuando vi uno de sus libros en el listado de ...

  • LA DESHONRA DE SARAH IKKER | Traficantes de Sueños

    https://traficantes.net/libros/la-deshonra-de-sarah-ikker

    Publicó sus primeros libros en Argelia a mediados de los años 80, hasta que en 1989 una circular impuso la censura entre los miembros del Ejército.

  • «La deshonra de Sarah Ikker», de Yasmina Khadra ...

    https://laslecturasdeguillermo.wordpress.com/2020/06/08/la-deshonra-de-sarah-ikker-de-yasmina-khadra-seudonimo/

    8 jun 2020 — Simpático y encantador, me dedicó su último libro, que será el primero de la trilogía dedicada a Tánger y que guardo con gratitud y un cariño ...

  • Khalil de Yasmina Khadra

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    Khalil es un joven de origen marroqui que vive en Belgica. Alejado de la mayor parte de su familia, pasa el tiempo con los ” hermanos ” de la mezquita local y con sus dos amigos de la infancia, Rayan y Driss. Rayan se ha integrado con exito en la sociedad, pero no ha ocurrido lo mismo con Khalil y con Driss que, sintiendose rechazados por esa misma sociedad, van a terminar en una celula terrorista. Khalil y Driss han aceptado inmolarse en Paris, durante un partido internacional entre Francia y Alemania, junto a otros ” hermanos ” . Llegado el dia, tras oir tres deflagraciones, Khalil debe acudir a algun lugar donde haya una gran concentracion humana para inmolarse.

  • Sentenciar un amor de Manu Ponce

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    Todos los derechos reservados. Esta publicacion no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por, un sistema de recuperacion de informacion, en ninguna forma ni por ningun medio, sea mecanico, fotoquimico, electronico, magnetico, electrooptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito del autor. Agradecimientos Como siempre, agradecer a Las chicas de la Tribu. Cada dia a su lado se transforma en una revolucion de sonrisas. Sin duda, mis dias tienen mas color desde que las conozco. A cada una de mis lectoras, gracias por confiar en mis letras. Gracias por los consejos y el carino que me brindan. Y este libro en especial va dedicado a dos de mis companeros: Aitor y Jenny. Un gran cambio llego a sus vidas y solo puedo desearles lo mejor del mundo en esta nueva etapa. Que estos cambios, los llenen de felicidad y dicha. Merecen todo y mucho mas, por ser las grandes personas que son. <> Capitulo 1 Sentenciar un amor deberia estar prohibido. Hoy lo se, me sobran motivos para afirmarlo. No siempre fue asi, hubo un tiempo en el que me lo cuestione todo mas, ?deformacion profesional? Quizas si. Soy juez y mi nombre es Remy. Mi historia podria haber sido como la de cualquiera de mis companeros de juzgado; un matrimonio convencional, ninos, reconocimiento social y mirar para la galeria; antes muerto. Si os soy sincero, a mi lo de la erotica del poder como que me ha resbalado siempre. No asi otro tipo de erotica, pues creo firmemente que la sugerencia de unas curvas femeninas pueden ser la perdicion de cualquier hombre. Lo afirmo con conviccion y es que las cicatrices del pasado me avalan para ello. Todos llevamos nuestra propia mochila, no os descubro America si os digo que esto es asi, pero hay cicatrices mucho mas hondas que otras. Todo empezo una noche de sabado de un mes de invierno de hace dos anos... --Remy, ?existe alguna posibilidad por remota que sea de que lleguemos a tiempo? --La que hablaba asi era Amanda, mi mujer... --Existe, pero si insistes en mantener ese tono es muy posible que la cosa cambie. --Torci el gesto. El ambiente en casa no era precisamente el ideal y tampoco podia adjudicarle a ella la culpa, eso habria sido totalmente injusto. Y yo de impartir justicia si que entendia. Amanda y yo nos habiamos conocido dieciocho anos atras, cuando a mi me faltaban dos cursos para acabar la carrera de Derecho y ella era una estudiante de primer curso de Economicas. Desde el principio nos hicimos inseparables. Para mi, fue mi primera novia formal, dado que hasta entonces solo tuve un par de novietas que pasaron por mi vida sin pena de gloria. Por su parte, fui su primer novio a secas, porque antes no habia salido con nadie. A ojos de nuestros padres eramos la pareja ideal; estudiosos, formales, responsables y cuidadosos el uno con el otro. En unas familias como las nuestras, en las que las apariencias lo eran todo, lo nuestro cayo como agua de mayo. Por aquel entonces mi hermano mayor, Andres, habia dejado embarazada a su novia y abandonado los estudios. El disgusto supuso tal mazazo en casa que mi madre estuvo ingresada un par de veces en urgencias, del soponcio que le dio. Ante el cariz que tomaron los acontecimientos, Amanda supuso una bendicion para ellos y no les dolieron prendas en hacerme ver que trenes asi no pasaban dos veces en la vida, que cuando uno conocia a alguien con quien "casaba" tan bien no debia detenerse a pensar nada mas... Y justo eso fue lo que hicieron, encargarse de que nos casaramos en cuanto yo saque las oposiciones de juez, a los veintiocho anos. Si digo que por aquel entonces seguia enamorado de Amanda corro el riesgo de que me crezca la nariz, porque no fue asi. Me case con ella por costumbre y con el tiempo detecte en su actitud que a mi mujer le habia pasado tres cuartos de lo mismo. Eso si, vista desde fuera, nuestra vida bien podia parecer idilica; nuestra posicion social era digna de envidiar, ya que a mi plaza de juez sumabamos que Amanda paso a dirigir una importante empresa en un tiempo record. Asi las cosas, solo nosotros sabiamos que nos faltaba algo; y ese algo era la chispa que debe alumbrar la vida de cada pareja. Digamos que entre Amanda y yo no habia grandes problemas, porque tampoco estabamos por la labor de buscar grandes soluciones. Si uno tenia un dia una queja, el otro miraba para otra parte y esperaba a que pasara. En el terreno sexual, ?que quereis que os cuente? Pues que la cosa tampoco era para tirar cohetes, como ya estareis sospechando. No os equivocais; Amanda y yo nos limitabamos a echar uno o dos polvos semanales y pare usted de contar. La rutina se instalo en nuestra cama el mismo dia que el amor salto por la ventana y la cosa iba cuesta abajo y sin frenos. Fue Soraya, la mejor amiga de Amanda, quien detecto que nuestra vida marital no es que fuera el colmo de la pasion y le dio aquella idea que en principio me parecio tan rocambolesca. --?Ir a un club de intercambio de parejas? Venga ya, Amanda, solo faltaba que alguien nos reconociera--le dije cuando me lo propuso. --?Que sabras tu? La hermana de Soraya ha ido con su marido, el frances, y por lo visto estan encantados con el tema. --Yo no lo veo, te digo que no lo veo, ?y que me cuentas de lo del tema de la confidencialidad? --Como que te crees tu que los que estan alli tienen intencion de que su cara salga en primer plano en los periodicos, no te fastidia. Ademas, todo es de lo mas sofisticado, la gente va con unas mascaras que impiden que se les reconozca. --?Con unas mascaras? --me interese porque ese tipo de complementos siempre me habian chiflado.

  • Cuatro dias de enero de Jordi Sierra I Fabra

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    Primera entrega de la serie de novela policiaca ambientada en la Barcelona de postguerra <>, de Jordi Sierra i Fabra. Una conmovedora historia que habla del hambre, de la venganza y, por encima de todo, del amor.

  • Mas alla del hielo de Douglas Preston

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    El descubrimiento de un meteorito gigantesco que lleva millones de anos enterrado en una isla de la costa sur de Chile atrae la atencion de Palmer Lloyd, un coleccionista multimillonario que es capaz de pagar cualquier precio con tal de conseguir algo unico y valioso.

  • El orden del dia de Eric Vuillard

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    En febrero de 1933, en el Reichstag tuvo lugar una reunion secreta, que no estaba en el orden del dia, en la que los industriales alemanes -entre los que se contaban los duenos de Opel, Krupp, Siemens, IG Farben, Bayer, Telefunken, Agfa y Varta- donaron ingentes cantidades a Hitler para conseguir la estabilidad que el prometia. Desde ese ano, Hitler ideo una estrategia de cara a la comunidad internacional para anexionarse Austria <>; para ello, mientras se ganaba la aquiescencia o el silencio de primeros ministros europeos, mantuvo una guerra psicologica con Schuschnigg, el canciller austriaco, hasta que la invasion (un alarde del legendario ejercito aleman, que ocultaba graves problemas tecnicos) fue un hecho.
    Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del dia narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una leccion de literatura, historia y moral politica.

  • Herido – Veronica Valenzuela de Veronica Valenzuela

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    Esta es la revision editada, ampliada y corregida de la novela de Veronica Valenzuela. Nuevas escenas, mejor desarrollo y todo para hacer de esta una gran historia.

  • Lazos de Cristal de Kristel Ralston

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    Matthew Talley es un tipo con agallas y dispuesto a todo para conseguir sus propositos. Su mente agil lo ha encumbrado como uno de los publicistas mas importantes de San Francisco. La vida le ha ensenado, a las malas, que el amor esta sobrevalorado. En medio de una ambiciosa campana publicitaria, Matt se ve obligado a contratar a una mujer que puede resultar especialmente peligrosa, no solo para sus objetivos profesionales, sino tambien para su desconfiado corazon.

  • Cuando Lisboa temblo de Domingos Freitas Do Amaral

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    El 1 de noviembre de 1755 la tierra temblo en Lisboa,

  • Ya no creo en mi (Toc 1) de Karenina Mack

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    Tras una vida llena de frustraciones, Alena Gonzalez se enfrasca en una nueva aventura postulando a un proyecto en la ciudad de Birmingham, Inglaterra, en donde la cadena de television IBC busca reclutar escritores de todo el mundo.
    Oculta en su seno un extrano trastorno de ansiedad que la obliga a tener pensamientos intrusivos con respecto al sexo, hecho que provoca un quiebre en su destructiva y violenta relacion anterior.
    Cuando la vida de Alena parece estable, conocera a alguien que la hara superar sus miedos, aunque esta convencida de que en su condicion ella no merece amar.

  • Las manos de los maestros de J. M. Coetzee

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    Primer volumen de una magistral recopilacion de los ensayos mas brillantes del Premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee, algunos de ellos ineditos, en torno a los escritores esenciales de la literatura universal.

  • El universo en expansion de Mario Hamuy

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    El destacado astronomo chileno construye en este libro

  • Una peligrosa tentacion de Manu Ponce

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    --?Lorenzo podrias acercarte a mi despacho, por favor? --Seguir la cadencia de su voz y caminar tras ella, que parecia mecerse con el contoneo de sus caderas, era el mejor placer que la manana podia ofrecerme. --!A la orden, Nicolette! --No era su perrito faldero, ni nada que se le pareciera, pero me falto solo mover el rabo... Es una expresion hecha, no me entendais mal. --Que cosas tienes, eres el director de la empresa, pocas ordenes debo darte, te basta y te sobras solito--me recordo segun entramos en su increible despacho, ese desde cuya cristalera quedaba Barcelona entera a sus pies. Normal, a sus pies quedaria yo tambien con un solo chasquido de sus dedos. Y eso me traia de cabeza, ?era una atraccion fatal la que sentia hacia la duena de la empresa? Pues preferia pensar que no, que se trataba mas bien de que mi jefa ejercia sobre mi un efecto que me provocaba una cierta fijacion... Paparruchas, lo mirara por donde lo mirase, en los escasos tres meses que llevaba dirigiendo aquel monstruo dedicado a los suministros navales, me habia enamorado de ella de un modo que creia que unicamente estaba reservado para la gran pantalla. --Bueno, pero ya sabes eso que dicen, que cuatro ojos ven mas que dos... A todas luces, Nicolette era mi jefa, pero ella preferia dejarlo en tablas y siempre me comentaba que los dos formabamos un tandem perfecto, al ser los dos pilares sobre los que se sustentaba la empresa. Y en cuanto a lo de los cuatro ojos... Eso seria lo que me hubiese gustado, tener cuatro ojos para verla doble, porque todo lo que tuviera que ver con ella constituia para mi todo un espectaculo. --?Puedo interrumpirte un momento, Nicolette? Tienes a James por la linea uno. Paulina, la secretaria, se habia acercado a la puerta, toda vez que Nicolette hacia caso omiso a la llamada. ?Tendria algo que ver mi presencia en ello? Mis ganas, como suele decirse. Pero, sin embargo, de un tiempo a esa parte, juraria que la notaba mas proclive a hablar conmigo a solas, y mas distraida cuando estabamos juntos. --?A James? Muchas gracias, Paulina. --Atiende la llamada, por favor--le indique pensando que su prometido no tenia otra hora a la que llamar, !ni que tuviese un radar! Joder, siempre nos pillaba hablando y nos interrumpia. Resople para mis adentros, en el fondo no era tan extrano que eso ocurriera, porque al tal James le faltaban horas en el dia para llamarla. Tampoco podia reprocharle nada; si ella fuera mi pareja no querria ni que le diese el viento y tambien me gustaria recordarle que estaba por ella. --?No te importa? --Me sonrio y ahi fue cuando senti que salio el sol, porque nada en el planeta me resultaba mas caluroso que su sonrisa. --Para nada. --La gran mentira del dia, me daba tres patadas en la barriga que nos interrumpiera. Nicolette se dio la vuelta y tuve que apartar la vista de aquel cuerpo escultural que debian haber esculpido directamente los angeles; en cualquier momento podia volver a girar sobre sus talones y encontrarme mirandola embobado. Chungo... Desde su despacho se obtenian las mejores vistas de una ciudad a la que yo habia llegado dos anos antes desde Madrid. Una suculenta oferta de trabajo redactada por el departamento de Recursos Humanos de la empresa que pase a dirigir fue la que me llevo hasta alli. Y un tiempo despues, Nicolette me recluto para la suya, mucho mas grande que la anterior. --Hi, my darling. --La aludida cadencia de su voz, unida al modo en el que se dirigia a el, hicieron que por enesima vez maldijera mi suerte por no estar en su lugar. El resto de la breve conversacion me termino de revolver un estomago que ya de por si estaba trastocado cuando la tenia ante mi. --Perdona, son los preparativos de la boda, ya sabes... Bueno, no, no debes saberlo, ?Doris y tu habeis hablado alguna vez de casaros? Me cogio de sopeton que me hiciera una pregunta tan personal. Y mas cuando ignoraba que conociera el nombre de mi novia. --Ah, pues, a ver, ella lo ha insinuado alguna vez, pero nada en firme, tu sabes... Nicolette tenia fama de ser una jefa a la que no se le iba ni una. Clara, mi companera de trabajo, me habia "aclarado" en alguna ocasion que esa mujer tenia ojos y oidos en todas partes, que parecia que no estaba y que estaba en todo, que era una superdotada no solo para los negocios, sino tambien para el arte de crear equipo y saber sintonizar con el. En cambio, de ella sabiamos bastante menos, salvando el hecho de que su prometido era tambien un influyente hombre de negocios norteamericano que se movia mas que los precios, puesto que se pasaba media vida de viaje. --Ya, pues cuando os llegue la hora, ya os enterareis, no te imaginas la que hay que organizar, es mucho mas dificil que manejar los hilos de esta empresa, te lo garantizo. --Se echo a reir. --Lo imagino, sobre todo para un enlace tan multitudinario, debe ser una locura--repuse. --Si, si que lo es. --Se sento en ese instante, algo que no habia hecho todavia, y tuve la sensacion de que, en cierto modo, el de la boda le suponia un peso considerable. --Me hago el cargo--resople para mis adentros porque de su boda era de lo que menos me interesaba hablar en el mundo. --?Por donde ibamos? Ah, creo que ni habiamos empezado todavia. No, no habiamos empezado, el ceporro de su novio nos interrumpio. --Creo que tendrias intencion de hablarme del encargo del astillero y... Le solte el rollo, pues andabamos con un encargo un tanto complicado que nos traia de cabeza. Media hora despues, con el alma rebosante de felicidad, sali de su despacho, y mas cuando me despidio con un "las cosas marchan mucho mejor desde que estas por aqui" que me llego al alma. Entre en el mio, que sin tener exactamente la misma orientacion del de Nicolette, tambien era magnifico, !como para quejarme! Las vistas desde el eran igualmente de postal. A mis treinta y nueve anos, a punto de entrar en la cuarta decada de mi vida, sentia que lo habia conseguido todo. ?A quien queria enganar? Todo no... Meses antes si que estaba pletorico. Profesionalmente todo marchaba sobre ruedas. Y Doris y yo nos habiamos alquilado aquel atico de 300 metros cuadrados que vimos en la web de una prestigiosa inmobiliaria. Firmamos un contrato con opcion a compra. --Loren, primero vemos como nos adaptamos a la zona y demas. Y si todo marcha bien, entonces nos planteamos la compra--me dijo mi novia. Ella siempre tan previsora. Eramos la noche y el dia, porque yo me caracterizaba por ser muy impulsivo. Siempre me parecio que en nuestras diferencias radicaba el exito como pareja, pero desde que Nicolette entro en escena ese exito se vio empanado. Lo mismo era asi como queria verlo yo y tal exito no existia ya desde bastante antes. Lo cierto era que llevaba diez anos con Doris y los ultimos no habian sido lo mismo. Su negativa a tener ninos supuso un punto de inflexion en la pareja, tras lo cual igual seguimos juntos mas por costumbre que por otra cosa. O al menos yo, que dentro de su cabeza no estaba para saber que pasaba por ella. Llamada de recordatorio de mi hermana Lidia desde Houston, a esa si que no se le escapaba una. --Hola, hermanito, ?como va todo por Barna? --Ella era una enamorada de la ciudad condal. --Houston, Houston, tenemos un problema... una petarda al habla, ?como te va, hermanita? --Hasta la bandera de trabajo y con unas ganas increibles de verte, pero antes te recuerdo que el sabado es tu aniversario con Doris, no se te ocurra olvidarte. Habia sucedido el ano anterior, ella sabia lo que se decia. Aunque con Doris no habia mayores sobresaltos y no soliamos discutir, aquel si fue un motivo de enfado por su parte, y mi hermana me prometio tomar cartas en el asunto. --Eres una joya, carino, ?que haria yo sin ti?

  • Prohibido Entrar: Una historia de amor (Una Propuesta casi Indecente 2) – Mia del Valle de Mia Del Valle

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    En Colonia del Sacramento, con su coche roto y hospedado en un hotel de mala muerte, Manuel Cortes estaba seguro que su suerte no podia ser peor. Incluso llego a pensar que las fuerzas de la naturaleza estaban en su contra, sin saber que el destino le tenia preparada una grata sorpresa… Sofia Castellano una hermosa y simpatica morena, tambien atraida por una serie de eventos desafortunados, seria vecina de hotel.
    Las casualidades continuaron en Montevideo, cuando ambos se enteraron que la joven seria la nueva psicologa de Recursos Humanos en la empresa Betner & Asociados de la que Manuel es vicepresidente. Finalmente se darian cuenta que las casualidades no existen, y que en el mapa de la vida, todo tiene su inicio y final. Juntos descubriran que el amor todo lo puede,. aun en contra de su voluntad.

  • Los Pecados de Olivier (Senor Brooks 1) de Andrea Adrich

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    Noah ha dejado su pueblo natal y su familia para perseguir su sueno: ser disenadora de moda. Con mucho trabajo y parte de los ahorros de sus padres abre una pequena tienda en Nueva York. Su sueno y todo su mundo se vienen abajo el dia que un desconocido entra en su tienda anunciando que es el nuevo propietario del local y que tiene que marcharse.
    Ese desconocido es Olivier Brooks, el chico malo de las finanzas. Un empresario despota, manipulador y adicto al control; dueno de un imperio que maneja con mano dura.
    Olivier siempre consigue lo que quiere. hasta que se encuentra con Noah. Ella no esta dispuesta a que le arrebate su sueno, y Olivier no esta dispuesto a que se salga con la suya: las cosas se hacen a su manera o no se hacen.
    ?Sera Noah lo suficientemente imprudente para caer en sus redes? ?Cedera Olivier, por una vez en su vida, el control?

  • Cretino Colosal de Blanca Moral

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    Tengo una p*lla tan enorme como mi cuenta bancaria.
    Ahi acaba mi biografia.

  • Todas las madres del mundo de Gustavo Martin Garzo

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    Edicion ilustrada de uno de los libros mas preciosos que jamas haya escrito Gustavo Martin Garzo.
    Con su habilidad y pasion para contarnos historias siempre distintas del mundo de la infancia, el de los recuerdos, el de la nostalgia, esta vez nos regala un viaje fantastico y unico a las mas de sesenta maternidades posibles que existen, vistas desde su imaginacion. A traves de brevisimas historias, recrea como si fueran fabulas, sesenta adjetivaciones que pueden aplicarse a la maternidad. Todas ellas forman un mundo que todos conocemos muy de cerca, ya sea por nuestra propia madre, por las madres que nos rodean, o por si somos madres, lo seremos algun dia o no lo seremos nunca.

  • La Dama con el Corazon de Acero (Las Damas 2) de Lily Cerda

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    La Dama del corazon de Acero:

  • Cuando el cielo se caiga de Francisco Galvan

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    1939. Madrid, ultimos dias de la guerra civil. Una joven es fusilada junto al cementerio del Este en extranas circunstancias.
    Claudio Ballesteros, policia de la brigada de investigacion criminal, indaga sobre ciertos crimenes sin conexion aparente, pero que le conduciran irremediablemente al misterioso ajusticiamiento. Un caso que debera ser resuelto antes de que las tropas del general Franco entren en la capital.
    Cuando el cielo se caiga es una intriga policiaca con el dramatico trasfondo de un Madrid a punto de derrumbarse.

  • Mama no me deja contarlo de Cathy Glass

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    Cuando Reece, un nino de siete anos, llega a casa de Cathy en regimen de acogida, ya ha pasado por otras cuatro familias. Ha sido expulsado de varios colegios por su comportamiento agresivo y alborotador.

  • La corsaria de Madeira de Karina Graciela Salazar

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    La mansion que Edward Chamberlain poseia en la ciudad de Londres prometia brillar nuevamente, como de costumbre, luego de las Navidades y demas fiestas de guardar. Una multitud de criados entraba y salia cargando canastos llenos de provisiones: frutas, hortalizas, flores frescas y de las otras, para desecar, e infinidad de arcones cerrados. El alboroto de la mudanza, sumado a los carruajes parados en fila en la calle, despertaban la atencion de los transeuntes; quienes se paraban atonitos, buscando informacion certera de alguna criada holgazana, tal vez, dispuesta mas a conversar que a trabajar: --?Quien se esta mudando? --!Nadie se muda! Es la casa del senor Chamberlain, quien llega en unos dias, junto a su hermosa hija, lady Elizabeth. --Ya veo --decian unas comadres, mientras se miraban la una a la otra. --!Dejate de chismorrear y vuelve a tus quehaceres! --grito una voz de mando desde lejos. La muchacha escucho el reto y obedecio ipso facto; sin saludar, partio raudamente hacia la casa. Primero paso por un largo pasillo, pues la servidumbre no usaba, bajo ningun concepto, la entrada principal de la casa. Luego camino en direccion al murmullo de voces, cuyo sonido se tornaba mas fuerte a medida que se iba acercando, asi que se paro frente a la puerta del salon para recibir visitas y vio como sus companeras se encontraban en plena tarea de quitar las sabanas blancas de los muebles. Sin pensarlo dos veces, se dirigio a ayudarlas y comenzo a doblarlas con cuidado, para no desparramar el polvo. Luego de muchas horas de trabajo, el sol yacia en el poniente. Fue en ese mismo momento cuando los lacayos subieron, con mucho esfuerzo, el imponente y majestuoso candelabro de cristal. Todos sabian que no habia otro ejemplar como ese en Londres: lord Chamberlain lo habia mandado a traer de Venecia el ano anterior para la presentacion en sociedad de su amada hija: que nadie dudara de que quien se llevara semejante perla se aseguraria tambien su cuantiosa dote. Asi, los dias pasaron y lord Chamberlain no defraudo con su promesa y llego a Londres; pero no llego solo, su hija Elizabeth lo acompanaba. Se aseguro de arribar a la hora de cena, para que las miradas de la chusma no pudieran descubrir cualquier rasgo de cansancio de el o de su hija, aunque esta, debido a su juventud, rara vez demostraba cualquier senal de agotamiento en su cuerpo y, mucho menos, en su espiritu. Descansaron toda la noche y, al siguiente dia, su padre se levanto temprano y espero a alguien para probar el primer bocado. Sin embargo, habia mandado a sus criados a llamar a su hija, con la advertencia de que pusieran especial esmero en su vestimenta y peinado, pues esperaban visitas. Fiel a su decoro y como buena hija obediente, momentos mas tarde, Elizabeth no se hizo esperar y se presento en el comedor, bajo la atenta y deslumbrada mirada de tres senores, uno de ellos, su padre, quienes abandonaron sus sillas ni bien vieron a la dama. --!Elizabeth, querida! --Su padre salio a recibirla con una alegria demasiado desbordante para su costumbre matinal. Elizabeth sintio una corazonada muy fuerte, pero prefirio callar y ver como se desencadenaban las cosas. --Padre... --saludo mientras hacia una reverencia, debido a la presencia de visitas en su casa.--Elizabeth, estos son el marques de Bloombery y su hijo, Robert. --Encantada --dijo con un leve asentimiento de cabeza, mientras espiaba por el rabillo del ojo al hombre mas joven. De pronto, Elizabeth se percibio insegura frente a esos extranos, se sintio torpe en su vestido y en sus maneras. Esa sensacion le era ajena, desconocida. Elizabeth era la joven mas segura de Londres. Su simpatia y belleza la tornaban inmediatamente popular por doquier. Sin embargo, Robert era el hombre mas apuesto que habia conocido hasta ahora. Empero, no lo habia visto en su baile de presentacion en sociedad. De eso estaba segura. Semejante ejemplar no hubiera pasado desapercibido para nadie... y menos para ella. --Querida, me gustaria que supieras que hemos mantenido diferentes conversaciones por varios meses... --interrumpio sus pensamientos su padre. --Perdon, padre --se excuso, perdida en sus cuitas. --Como te estabamos diciendo... --continuo Edward--, el marques de Bloombery y yo hemos determinado que una union entre nuestras familias seria una excelente oportunidad para afianzar ambas fortunas y, ademas, que obtuvieras al menos un titulo nobiliario, ya que, con la muerte de tu madre, poco hemos podido hacer. --Estoy mas que convencido de que Elizabeth es la mujer ideal para representar en sociedad a la perfeccion dos fortunas --dijo el marques, sin poder contener su alegria. Elizabeth miraba una vez mas, de reojo, a su prometido en silencio. Sabia cual era su lugar en este entuerto y que se esperaba de ella... o, mejor dicho, que no se esperaba. Asi que opto por lo primero: asentir y callar. Ya tendria tiempo para azotar a su padre con preguntas. O no tanto. Al menos, su progenitor habia tenido el decoro y la atencion de elegir a un candidato joven, rico, con titulo nobiliario y, ademas, apuesto. Seria una necia si le reclamara algo. Empero, algo la impulso a actuar en contra del recato, aunque en forma timida: --?Cuando les parece oportuno anunciar el compromiso? Los caballeros, al oir la pregunta, rieron de aprobacion mientras se miraban... Eran hombres y la fecha era solamente un tramite de algo que ya habian sellado entre caballeros. --?Cuando te parece apropiado? --pregunto Robert. Elizabeth se sonrojo y lo supo. Sus mejillas ardian... y sus otras partes tambien. Sin dejar de mirar el mantel de bordado primoroso, color blanco, pronuncio: --Creo que podriamos anunciar el compromiso con una fiesta... que sea la primera de la temporada, despues de Pascua, para que nadie se nos adelante,. --!Te dije que elegir a esta chica era beneficioso para nosotros! --exclamo el marques mirando a su hijo--. Te dije que... --Y con respecto al casamiento, hagamoslo justo antes de Glorious Twelfth [1] --continuo ella, sin percatarse de que acababa de interrumpir a su futuro suegro--. De esta manera, estaremos en boca de todos al comienzo y al final de la temporada. Su suegro espeto una carcajada mezclada con sorpresa; no parecio importarle que ella le hubiera quitado su derecho divino a hablar. --Con esta joven, nos aseguraremos de siempre estar bien representados ante la sociedad... --Y continuo--: Dios mio, Robert, desde la muerte de tu madre que no sentia la necesidad de tener a una criatura del sexo opuesto permanentemente a mi lado... Elizabeth rio de satisfaccion por lo bajo, pero oculto por completo su sorna. No necesitaba la aprobacion de ningun marques para saber que ella era muy buena en protocolo y ceremonial. Bueno, tal vez si fuera un duque, entonces, se hubiera sentido mas aliviada de saber que el legado materno y su ducado estaban bien representados. Aunque su titulo hubiera pasado, hacia muchos anos ya, de manos de su familia a un extrano que nada tenia que ver con ellos. --Edward, !tenemos mucho que hacer en America! --!Eso ni lo menciones! !No veo la hora de comenzar a hacer negocios prosperos con quien quiera comprar nuestros productos! --!Exactamente! --exclamo el marques--. Estaba pensando que... si quieres adelantarnos parte de la dote..., tenemos un navio que zarpa en exactamente una semana del puerto de Boston... Podriamos llenarlo de mercaderia. Inmediatamente, el marques se interrumpio, al darse cuenta de que Elizabeth estaba con ellos.--Por favor, adelante, hagan de cuenta que no estoy... --dijo la muchacha al sentirse un estorbo. --Robert, ?por que no recorren la casa un poco? --pregunto su padre. --Elizabeth, lleva a Robert al salon de tertulias y deleitalo con el clavicordio --acoto Edward. Sin pestanear, Elizabeth se puso de pie, mientras que, de forma automatica, los caballeros hacian lo mismo. Una vez en el salon de entretenimientos, Elizabeth se acerco al clavicordio y se dispuso a tocar los primeros acordes; sin embargo, su curiosidad pudo mas... Despues de todo, el caballero seria muy pronto su marido. --No lo habia visto anteriormente --comento con suavidad mientras tocaba los acordes de V'adoro pupille, de Handel. --Es verdad --reconocio, casi avergonzado, mirando al piso. Elizabeth seguia tocando la introduccion del aria y sabiendo que, muy pronto, tendria que cantar. Le pregunto, rompiendo el protocolo: --?Le ofende que le pregunte donde se encontraba? Robert rio y dijo: --En absoluto. Puedes preguntarme lo que quieras... y puedes tutearme tambien. Despues de todo, seremos marido y mujer muy pronto. Me encontraba en las Americas. Fue una pena haberme perdido tu baile de presentacion en sociedad. Mas me alegro el buen tino de tu padre al haberte preservado para el mejor candidato... --O sea, tu. --Rio con ganas Elizabeth, completando la frase. --O sea, yo --asintio el mientras se sonrojaba, sin darse cuenta. Dos dias despues del lunes de Pascua, desde distintos puntos de la ciudad donde los mas ricos vivian, aristocratas y acaudalados comerciantes --muchos de ellos, terratenientes--, se podia escuchar el trote de carruajes, que cesaba justo frente a la casona de Edward Chamberlain. La fiesta era un exito. El champan, el vino frances, los escargots, [2] tan en boga en Francia, ahora estarian a la moda en la alta sociedad londinense, pues Lizzie Chamberlain los habia servido en su fiesta. Elizabeth era una eximia bailarina y, junto a su prometido Robert, bailaba de una manera perfecta, como una gacela. Su padre conversaba con todos los aristocratas que podia. No siempre concurrian a sus fiestas. Pero ahora que el marques de Bloombery estaba involucrado, nadie se hubiera atrevido a rechazar el convite. Todo iba bien, bajo el escrutinio del senor Chamberlain, hasta que, de repente, quedo parado sin moverse, como petrificado, y con un gesto de cabeza ordeno a su mayordomo Antony seguirlo. Sin preambulos, ordeno: --Lleva a ese par de malnacidos que estan escondidos detras de la columna a mi despacho. Y cerciorate de que no se queden con las joyas de nadie. El sirviente vio a dos hombres que, a pesar de su esfuerzo por estar a la altura de la fiesta, a todas luces se notaba que no pertenecian a la clase que se encontraba bailando y disfrutando el agape. Uno era mas pequeno y otro le llevaba una cabeza en altura. A los pocos minutos, Edward hizo una entrada intempestiva en su escritorio. --?Como se atreven a entrar asi en este dia tan especial? El hombre de estatura menor, pero con apariencia mas malefica, giro su torso y esbozo la primera palabra: --Eddie, Eddie, Eddie --saludo con total parsimonia--. Estabamos preocupados por ti. Es que, desde que ese barco partio, no sabemos que le ha acaecido. --Por el barco no tienen que preocuparse --contesto con tono apurado--. De eso me ocupo yo mismo. Ahora salgan inmediatamente de mi casa. Cuando el barco llegue, los hare llamar para pagarles. Asi que... El hombre de mayor contextura no vacilo y lo tomo del cuello, dejandolo colgado en el aire. El pequeno se acerco y, desde abajo, comenzo a murmurar: --No me tomes por idiota. Podria estar en tu lugar, comprar un titulo nobiliario y que me besen el trasero, pero simplemente a mi, esta gente... no me cae bien. Asi que mi odio se calma prestando dinero a ti y a los tuyos, los de tu clase, y que no puedan devolverlo. Edward estaba ya blanco y sin poder respirar. --Sueltalo... --ordeno el hombre, mientras se dirigia a la salida. Se escucho el ruido de un peso muerto desplomado en el piso e, inmediatamente, arcadas en busca de bocanadas de aire. El pequeno malhechor se volvio y dijo: --Tienes dos meses... para pagarme. Como pudo, Edward se reincorporo y, por fin, balbuceo una mentira: --El barco no llegara hasta dentro de tres meses. --No me tomes por imbecil... Si el barco llega en dos o en tres meses, eso lo sabre antes que tu... Asi que preocupate por que llegue con mercancias que paguen mi prestamo. Dicho sea de paso, habia olvidado lo hermosas que pueden ser las fiestas cuando hay dinero contante y sonante, especialmente cuando es el mio... --Hizo una pausa, como pensativo--. Una pena que no halle placer en los agapes... --concluyo el malviviente antes de abrir la puerta e irse.

  • Cameron (Senoritas americanas 2) de Scarlett O'connor

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    Una serie que no defrauda, con personajes femeninos fuertes que luchan por su lugar, y hombres que estan a la altura.
    -Melanie Rogers.

  • Enoch Soames de Max Beerbohm

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    Enoch Soames es un poeta decadentista tan mediocre como pedante, autor de tres obras que, muy a su pesar, no le han procurado fama ni prestigio alguno. Convencido de ser un escritor de talento injustamente ignorado, suena con el reconocimiento que, quiza, reciba de manera postuma. Un dia, mientras cena en el Soho londinense con Beerbohm, el involuntario testigo de sus desgracias, un personaje con pinta de pendenciero que afirma ser el diablo le ofrece la oportunidad de viajar al futuro para comprobar que le depara la posteridad.

  • Nada que no sepas de Maria Tena

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    Mi padre dijo que ese dia no iriamos al colegio. Bajo a mi cuarto, se sento en mi cama, llamo a Tomas y nos conto que al dia siguiente teniamos que volver a Espana. Fue justo antes de aquel primer tiron de pelo. Porque yo de pequena habia tenido trenzas. Siempre estaban demasiado apretadas, tanto que al cambiar de gesto a veces me dolia la cabeza. Entonces, con trece anos, tenia el sindrome del miembro fantasma. Llevaba el pelo suelto pero las trenzas seguian haciendome dano. Cuando me ponia nerviosa no apretaba los dientes, ni movia las piernas, ni siquiera me mordia las unas. Pero la raiz del pelo empezaba a dolerme. Ese dia, cuando Papa volvio al piso de arriba, note algo. Un tiron digno del peine de Felisa. Y ella tambien se dio cuenta, porque, cuando entramos en la cocina, habia olvidado la leche hirviendo sobre el fuego, tiro mi taza sobre el mantel, y a cada paso parecia que iba a ponerse a llorar. Fue la primera vez que la vi distinta, rara, como si de repente se hubiera hecho vieja. Volvi a la epoca en la que era ella la que me peinaba. Aquella raya por detras, aquel flequillo estricto, la tirantez de las trenzas. En ese momento la cabeza me dolia sin que nada ni nadie la hubiera tocado. Por la manana no habiamos visto a Mama, pero no nos preocupo. Ya nos habia advertido que se iba de excursion. Tambien Papa habia pasado el dia anterior fuera de casa. Su vida, la de los dos, era un sinvivir de entradas y salidas. Juntos o separados, vestidos o de trapillo, contentos o mustios, todo servia de excusa para largarse a ver mundo. Y su mundo era grande en ese pais pequeno. Los amigos, con el tiempo, eran casi familia, mas que familia. Cuando por fin Papa bajo a la cocina, me percate de que tampoco el iria a la empresa. No llevaba corbata y la camisa se le salia del pantalon. Los pelos de la nuca mostraban que no se habia peinado. O que le habian despertado de repente. Debio de suceder unas horas antes, y mientras lo digo me doy cuenta de que nunca he sabido bien el dia exacto del aniversario de mi madre. Pero recuerdo con nitidez la cara de el, aquella confusion mientras sacaba nuestras maletas del altillo. Ese viaje inesperado, tan sin planear. Felisa intentando obedecerle mientras el pobre no daba pie con bola. Y enseguida, aquella sorpresa. Su irrupcion, la tia Blanca, que llego a las doce de la manana desde Madrid. Tambien despeinada, con vaqueros, una camiseta vieja y una bolsa de viaje diminuta. Empece a preocuparme cuando dijo: --Justo a tiempo para el proximo avion. Y luego ese abrazarnos tan fuerte cuando llego, y ese no abrazar a Papa. Aquella noche durmio en mi cuarto, pero ni siquiera deshizo el equipaje. Su boca quebrada, sus suspiros entrecortados cuando creyo que me habia dormido. El primer indicio de lo de Mama…, un accidente, un infarto, supimos luego. Pero eso fue mucho tiempo despues. Recuerdo que esa noche, unas horas antes, cuando el telefono empezo a sonar, era como si no se diesen cuenta de que mi hermano y yo estabamos delante. Cenabamos en la cocina, y los adultos, Papa y la tia Blanca, estaban sentados a nuestra mesa con un cafe, hablaban en voz baja, con largos silencios. Felisa no se acababa de sentar aunque Papa le insistia. Iba a ser una noche larga. Cada vez que sonaba el telefono los dos se estremecian. Entonces Papa corria hacia el principio de la escalera, donde habia un receptor, una pequena mesa y un sillon. Su tono, el que en ese momento intentaba usar, era el de un dia normal en que alguno de los amigos de siempre llamaba para salir. Como si en un rato fueran a venir a tomar un whisky y la tortilla de patata o las croquetas que en nuestra casa se improvisaban siempre con tanta facilidad. Como una noche mas. Luego volvia a la cocina, decia el nombre del que habia llamado y se quedaba quieto restregandose los ojos. Pero sin volver a decir una palabra. Porque a nosotros no acababan de contarnoslo. Era como si quisieran seguir creyendo que todavia nada irremediable habia sucedido, que podia retrasarse ese disgusto que estaban a punto de darnos y que nos cambiaria la vida. --No, no quiero verla --fue lo unico que entendi de lo que le dijo la tia Blanca a mi padre antes de sacarnos de alli. No lo vi entonces. Y vuelve de nuevo el tiron de pelo. Tampoco Tomas y yo volvimos a ver a Mama. Su ultima imagen, la que recuerdo o la que me he inventado, es la de la manana anterior, a la hora del desayuno. Ese dia tenia un examen de matematicas, que mal se me daban. Asi que, mientras tomaba la taza de leche, apenas levante la mirada del libro. Cuando oi el claxon del autobus sali corriendo, ni la mire. --!Eh! ?Adonde vais? --dijo, y nos dio a Tomas y a mi un par de besos apretujados con una sonrisa que brillo como cuando se abre una ventana. Eran las ocho y cuarto, justo la hora a la que siempre saliamos a la esquina para ir al colegio. --Es que… --Que te salga bien. --Y mientras me daba la vuelta anadio--: Papa se va dentro de un rato a Buenos Aires, y yo a Punta con Ulla. Manana nos vemos. Entonces, cuando ya corriamos hacia la puerta, se levanto de nuevo, se acerco y nos dio otro beso. Pero esta vez estaba casi seria. Me asombra recordarlo ahora, pero fue asi. Ese segundo abrazo produjo un leve cambio en su sonrisa. Fue lo ultimo que supe de ella. Al dia siguiente salimos hacia el aeropuerto a toda prisa, como si la casa ardiese. Fue al ver nuestras bicis cuando Tomas y yo nos pusimos a llorar. Pero tambien nos volvimos a mirar el sauce, el aguacate…, y vimos la cara de Felisa. Ya sabiamos lo de Mama. En casa el telefono no habia dejado de sonar toda la noche. Nadie nos lo conto, pero cada vez que llamaban, Tomas y yo nos ibamos concienciando de que no volveriamos a verla. Aunque no preguntaramos nada. --Vamos justos de tiempo --dijo Papa mientras encendia el motor--. En unos dias nos vemos. --Y, al anticipar la despedida, se emociono. Pero no miro a la tia Blanca. Tuve en ese momento el primer atisbo de que toda mi vida iba a cambiar. Nunca he acabado de entender por que mi padre no se dio cuenta de que no era el momento para enviarnos tan lejos ni dejarnos tan solos. No se lo perdone nunca, aunque el estuviese destrozado. Mire hacia atras, y volvi a ver el aguacate. Por primera vez tenia fruto. Como si las paltas, todavia pequenas y duras, hubieran crecido por la noche. Aquella larga noche en la que no dormimos. Que bien que Mama se quede aun unos dias, pense, con lo que le gustan. Me negaba a creer lo que habia pasado. Cuando ya en el aeropuerto, justo antes de subir al avion, volvimos la mirada por ultima vez, nuestro padre, con lo alto que era, parecia pequeno. Una silueta negra contra el blanco brillante detras de las enormes cristaleras. Me quede con la imagen de aquella sala enorme forrada de marmol que, ahora me doy cuenta, parecia mas un tanatorio que la zona de salidas del aeropuerto. Todavia me duele. Todo aquello sucedio hace mas de cuarenta anos. Mama era muy joven. Llevabamos casi cuatro anos en Montevideo. Nunca supimos bien como sucedio todo. Pero a los pequenos nos quitaron de en medio, y nos la robaron. La recuerdo dulce, a veces triste. Esos dias que se metia en la cama al mediodia y ya no la volviamos a ver. Las persianas eran la senal. Cuando no las subia muy temprano, la casa se quedaba en silencio. Como si se apagase todo lo demas. Como si la oscuridad la acompanase. --Esta leyendo --decia Papa. Pero no siempre fue asi. Recuerdo un dia, era un mes despues de la llegada al Uruguay, cuando empezamos a abrir las cajas de la mudanza. Su alegria al recuperar sus cosas. Como si las estrenara. La ilusion de colgar las cortinas de aquella casa tan grande. Con que energia se subia a la escalera. Las risas al llenar los armarios. La ropa que nos habia comprado antes de emprender el viaje. Los zapatos de cordones, que enseguida se me quedaron pequenos y me apretaban y, como eran nuevos, preferi no contarselo. Me los quitaba en cuanto volvia del colegio. Siempre andaba descalza por aquella casa. Felisa iba detras y ayudaba sin decir una palabra. Habia empezado a trabajar en casa cuando nacio mi hermano y no dudo en venirse con nosotros a Montevideo. --Quiero ver mundo --creo que dijo el dia que Mama le conto que nos ibamos al Uruguay. Era de un pequeno pueblo de Rioja. Siempre fue muy callada, aunque cuando mis padres salian y nos quedabamos a solas con ella, se ponia a hablar sin freno de su tierra. Nos contaba historias de la posguerra, los odios entre los hermanos, las denuncias que, en su pueblo, eran mas por envidia que por ideas politicas. La vez que el amo de los campos quemo la bodega de un vecino y como las llamas estuvieron a punto de acabar con la aldea. Todo seguia vivo en su memoria a pesar del paso de los anos. Y no dejaba de hablarnos de la suerte que teniamos nosotros comparada con el hambre que paso ella antes de venirse a Madrid, y el frio; en su casa no habia agua caliente. Aunque a veces no se notara, Felisa siempre estaba alli. Mi madre, esos primeros meses, parecia duena de la situacion. Recuerdo, tambien de aquel dia, su risa cuando abrimos la caja inmensa que rebosaba de papel de seda y que traia la vajilla de la abuela. Intacta. La luz de las ventanas de la casa de Carrasco sobre aquella porcelana blanca. Esa noche hasta los ninos comimos en el comedor y con mantel de hilo. Parecia Navidad. Ella salio con Felisa a comprar un pescado enorme y limones, esparragos, paltas, almendras, lechuga… Cuando llego Papa encendio las velas y empezamos a comer en esa vajilla impecable, aunque todavia no era noche cerrada. Que raro recordar esa felicidad, y con tantos detalles. Fue su pena de despues lo que la hizo diferente, porque ahora me doy cuenta de que Mama murio joven. No la vi envejecer. Pero en cambio aquella manana ultima, en el desayuno, su sonrisa cantaba de nuevo. En los anos que siguieron nunca regrese a Montevideo. Debi de preferir cerrar esa parte de mi vida, no volver a tocarla. La felicidad y el dolor de aquel tiempo se mezclan en mis recuerdos, es dificil ahora distinguir los extremos. Hoy he recibido un email. Los Brandi son los unicos uruguayos de aquella epoca que vienen a menudo a Espana y que, nada mas llegar, me llaman para que nos veamos. Son ricos y les encanta Madrid, les gustan los toros, los museos, las tiendas del barrio de Salamanca. Desde que volvimos a encontrarnos, cada vez que aparecen me invitan a cenar al Ritz. Pero tiene que ser a solas. Que nadie nos interrumpa. Lo de que yo tenga un marido les importa un bledo. Recuperan su juventud hablandome de aquellos tiempos. Pero jamas la mencionan. Es mi padre antes, durante y despues de Montevideo. Son sus aventuras lo que les llena la boca. Los escucho con gusto porque siempre anaden algun ladrillo de luz al edificio de lo que no recuerdo. Tambien yo he vivido fascinada por ese padre alto y risueno, carinoso, tan distinto de Mama. Hoy me da pereza volver a la terraza del Ritz. Aunque apenas se estrene el mes de junio, haga mucho calor y sea domingo. Preferiria quedarme en casa. Desde que tengo este trabajo agobiante en la agencia, me he vuelto solitaria y rara. Y a Alvaro le molesta que salga sola por las noches. No son celos, es que no le apetece cambiar su rutina. --Siempre he pensado en volver, pero nunca me he decidido. Me gustaria, si. Tal vez este julio o agosto… --les digo cuando empezamos a tomar el gazpacho. --En invierno no. Espera a la primavera --dice Clara. --Pero si alli nunca hace frio. --Hace viento, es inhospito. El rio trae esa humedad que te lame los huesos. --Me da igual, si me decidiera no seria para ir de veraneo. --Tu madre decia que duraba solo un mes, pero que ese viento humedo y frio la dejaba sola ante el mundo. No podia soportarlo. A Roberto se le ha escapado. Por fin la nombra. Nunca habiamos hablado de ella desde que vinieron a Madrid y me llamaron aquella primera vez. --Y murio en invierno. Que casualidad. --Tu pobre madre. Que lastima --anade Clara. --No pude despedirme de nadie. Ni siquiera de ella. Nunca habiamos sacado el tema, pero hoy les cuento como llego mi tia. Que aquel dia, tan lejano ya, nos despertamos con el tiempo justo y que mi padre fumaba un pitillo tras otro. Que sus amigas Ulla, Claudia e Isabel llamaron temprano porque querian ir al aeropuerto. Luego supe que el, la noche anterior, les habia prohibido aparecer por casa. Asi que debio de ser una excusa. Mas para verlo que para despedirse de nosotros. Ana, Ines, mis dos amigas intimas, no vinieron, pero nada mas llegar a Madrid les escribi. Aquel dia Felisa no conseguia cerrar las maletas por mucho que se sentase encima y saltase sobre ellas. Ni siquiera nos lavamos la cara. Mi padre conto anos despues que ibamos confundidos, la ropa sin abrochar, sin habernos peinado y muy serios. Incluso recuerdo que pense: <>. Tan perfeccionista como era y nosotros con toda la ropa arrugada, revuelta. Me habia puesto unos vaqueros de Tomas que se me caian. El se habia equivocado de sandalias. Pero no nos dejaron verla, ni despedirnos. Ni siquiera pudimos ir a su funeral. --?Ustedes la vieron? --les pregunto. --Tu padre estaba destrozado --dice Clara, sin contestarme--. Nunca lo habia visto asi. --Pero eso no provoca un infarto. Mientras lo digo soy consciente de que tendria que haberme callado. --Es igual, el se sentia culpable. --Mientras lo dice a Roberto se le cambia el gesto, y las manos se le van a la copa de vino. --?Culpable de que? --digo, y levanto la voz sin darme cuenta. Alrededor de las mesas cubiertas de manteles blancos del comedor noto cierta tension. Los hombres de corbata y sus mujeres enjoyadas y con un punto excesivo de maquillaje me miran molestos. Como si mi voz, tan alta, hubiera interrumpido una cena intima o esa conversacion importante que siempre les sucede a los demas. --De estar contento, parecia feliz. Yo que se… --dice Roberto, y por primera vez rehuye mis ojos. Y mientras lo escucho, veo la sonrisa de Papa. Esa impresion que daba de que le gustaba la vida. Su mirada siempre curiosa, divertida. Sus abrazos enormes. Pero no, no es esa manera de escaparse los dos de mis preguntas. Es la mirada siguiente, esa que intercambia con Clara. Un gesto que concentra la duda, el miedo, la sensacion de haber metido la pata. O quiza, pienso, es solo una muestra mas de esos comportamientos sutiles de los matrimonios que han pasado muchos anos juntos y que los demas sienten como un agravio. Intercambios que duran un segundo, pero que te dejan fuera de juego sin remedio. Pienso entonces que mi matrimonio todavia no ha durado lo suficiente. Ella reacciona enseguida. Aunque se quita el anillo y la servilleta se le cae al suelo, dice: --Che, ?y si te venis a Punta? Seguimos teniendo la casita en Pinares, ahora esta rodeada de casas enormes, hay millonarios de todas partes del mundo. Pero el jardin, la piscina, los pinos siguen ahi. Y todos los amigos. Cuando es verano aqui, alla te congelas.

  • Un romance real de Laura A. Lopez

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    Susan intentaba pasar desapercibida cuando se colo en una boda de la realeza… pero el duque de Coast no podra evitar sentir un irremediable flechazo que complicara mucho la situacion.

  • Belleza Animal de C. M. Rose

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    No podia creer lo que mis ojos estaban viendo era una casa gigantesca de dos plantas, habia espacio para mas de seis automoviles, parecia una mansion; me dio algo de nostalgia al ver esa casa y recordar mi hogar; parecia mas bien una casa de una familia muy adinerada que de seis personas como me habia comentado la senora Montes, revise varias veces las direccion que me anoto en un pedazo de papel, si era exactamente la misma pero no podia creer que en ese lugar solo vivieran seis personas y todos hombres, debia existir algun error para ello; estaba reconsiderando la idea de buscar otro lugar, pero no tenia mucho dinero para seguir viviendo en un hotel o en cualquier parte necesitaba estar en un lugar fijo; solo era unos dias que podia probar si me gustaria quedarme o si me queria marchar, lo peor que podia perder era mi tiempo. Agarre muy fuerte la llave contra mi pecho, odiaba que la senora Montes no me haya dado mucha informacion de mis companeros, iba ser un poco extrano compartir vivienda con seis hombres, pero la propuesta que ella me dio era tentadora y no me queria rehusar, era algo que me beneficiaba demasiado. Tome una gran bocanada de aire y segui adelante, abri la pequena reja; todo se veia muy limpio en la parte de afuera, el pasto estaba tan verde y parecia recien cortado, arrastrando mi gran maleta me acerque a la puerta y la toque varias veces, nadie abrio la puerta me enoje un poco. No me sentia muy comoda entrando a una casa sin que las personas que vivian alli no supieran que alguien iba a estar cuando regresaran, pero me encontraba muy cansada y lo que mas deseaba en ese momento era poder sentarme, tomar un vaso de agua y dormir un buen rato; no pude soportarlo y entre. – !Buenas tardes! – Grite muy fuerte esperando que alguien me escuchara. – !Buenas tardes soy el nuevo huesped la senora Montes me envio! – Segui gritando tal vez a la nada, pero igual continue esperando que alguien me escuchara. – Perdon la intromision y por haber entrado de esa manera… – Conclui que la casa estaba vacia se encontraba en silencio absoluto; era algo incomodo, era mejor dar media vuelta y marcharme; tal vez esperar en el pequeno portico a que alguien llegara, podria estar allanando una propiedad privada y en vez de estar en la casa podria terminar presa. Me senti aterrorizada y un escalofrio recorrio mi espalda en tan solo pensar en que llegaria estar en prision y la unica llamada tendria que hacerla a mi madre y me mataria por todo esto. Estaba algo perturbada, estar en un lugar que no conocia y que nadie me podria recibir y mucho menos sin saber con quien iba a vivir; ya habia entrado y debia afrontar que estaba en una casa que no era mia, sin permiso. Deje mis cosas en la entrada, pude notar que toda la casa estaba pintada con un tono blanco, el color de los muebles contrastaba de una manera muy estetica; tal vez tendrian a alguien que les limpiara todo estaba impecable, me daba mucha verguenza ensuciarla o arruinarla. No podia ser que seis hombres fueran tan limpios, podrian ser gais y parejas todos; y yo podria incomodarlos, o todos podrian ser hermanos, muchas ideas comenzaron a rondar mi cabeza de que serian estos seis chicos, o que relacion tendrian entre ellos. Me quite los zapatos y me adentre mas a la casa. – ?Hola? – Dije asomandome a la cocina, me sorprendio muchisimo al verla, era muy hermosa, la decoracion era muy sencilla, pero me gustaba; estaba segura que en esa cocina cabian mas de diez personas sin ningun problema; me acerque al frigorifico, se que no estaria bien pero no pude evitar abrirlo, para ver que comian estos hombres. Al verlo de arriba abajo me sorprendio muchisimo que tuvieran carne cruda congelada como para alimentar a un batallon. Menos mal no era vegetariana sino seria un karma para mi vivir con seis carnivoros; toda la estanteria de la cocina estaba de comida enlatada, frituras y caramelos. Parecia que estos chicos comian como animales, nunca habia visto tanta comida y estaba acostumbrada a ver mucha comida al tener una familia tan grande, pero ellos me estaban sorprendiendo sin ni siquiera conocerlos. Sali de la cocina, pero la curiosidad pudo conmigo, revise cada rincon de la casa, el primer piso tenia una habitacion muy grande, pero parecia que nadie la estaba usando, la cama estaba solo con el colchon, y parecia que hace mucho tiempo nadie entraba en ese gran lugar. Me sente en la cama, el colchon parecia comodo no me recoste; si lo hacia me quedaria dormida y eso seria el peor problema porque el que pudiera suceder en este lugar; pase mi dedo por la pequena mesita de noche, la linea por donde pase mi dedo quedo marcada demostrando que habia una gran gruesa capa de polvo e. Si esa llegase a ser mi habitacion tendria mucho que limpiar antes de poder dormir, tenia su propio bano, que tambien se notaba que estaba sin usar desde hace un buen tiempo. Termine de revisar el primer piso y no habia muchas cosas interesantes, sabia que no debia subir, pero no pude residirteme; para mi mala suerte todas las habitaciones estaban cerradas con llave, habia seis habitaciones cerradas y un bano. Baje desanimada las escaleras por no saber ni siquiera como eran, camine hasta el gran salon, habia un sofa de color blanco; me sente un rato mientras me imaginaba como serian mis companeros, a que se dedicarian o que harian de sus vidas, el sofa era demasiado como, me recoste un momento, estaba demasiado agotada para luchar con el cansancio, por mi cabeza comenzaron a pasar imagenes de leones tigres, lobos y zorros, no entendia muy bien el porque; cerre un momento los ojos y me quede profundamente dormida. Capitulo 1 Buscando donde vivir Me comenzaba a arrepentir de haber dejado mi casa, la comodidad de la que estaba acostumbrada, arrastrando la maleta por la calle y muy desanimada, no sabia que iba hacer, o para donde debia irme; aun no tenia amigos y no conocia a nadie, pero aunque estuviera mal por todo lo que habia pasado aun pensaba en iniciar mis clases en la universidad y me lograba animar un poco, habia trabajado tanto para lograrlo y no podia rendirme; pero las cosas no estaban marchando muy bien, pero no podia vivir en una casa compartida donde a todas horas hay personas gritandose groserias o cosas muy obscenas; la ropa sucia de cualquiera terminaba dentro del frigorifico, o alguien dormido encima de la mesa de la cocina desnudo pero creo que lo peor que todas las cosas que sucedian en esa casa eran las cucarachas, creo que hubiera pasado los gritos, la ropa sucia o una que otra vez a alguien dormido completamente desnudo, pero ese animalito no lo tolero, me habia quedado literal en la calle, pero ahora era mi responsabilidad y mi problema ver que hacia para salir de esta horrible situacion. Mi paciencia tenia su limite y estaba por acabarse me comenzaba a desesperar, mis clases estaban por comenzar, necesitaba un lugar lo antes posible para instalarme. Una parte de mi pensaba y se replanteaba en dejar todo botado y regresar al pueblo, despues de la lucha que tuve con mis padres esa idea no me entraba en la cabeza, al dejar la casa estaba segura que mi habitacion, debia estar transformada por uno de mis hermanos. – Hola – Dije atendiendo mi celular. – ?Como que hola no sabes quien soy? – Mama lo siento, estoy caminando y no pude ver quien era. – ?Que estas haciendo tan temprano un sabado en la calle? La ciudad es peligrosa ?No quieres regresar? – No mama – <> pense mientras se me ocurria que inventarle a mi progenitora. – Estoy conociendo la ruta que debo tomar todos los dias para ir a la universidad. – Menti. – Bueno tu sabras como hacer las cosas, no me hagas caso mas bien dame el numero del telefono de donde estas viviendo. – !?Que?! – Me exalte – ?Para que lo necesitas? – Si no atiendes ese aparato puedo llamar a esa casa para que me digan que estas haciendo. – Era increible por lo que estaba pasando. – Mama no tienen telefono ahi. – no se si estaba mintiendo o siendo honesta. – !?Como que no?! – mi mama estaba histerica, comenzo a gritar y no se por cuanto tiempo lo estuvo haciendo, segui caminando con mi maleta y mi celular alejado de mi oido, estaba segura que no queria quedarme sorda por los gritos de ella. – Mama no lo se, la verdad no he pregunte. – Pregunta de una buena vez – Necesitaba decirle algo para tranquilizarla. – Esta noche te llamare y te dire si hay o no hay telefono ?Te parece? – No muy convencida acepto; se que no estaba de muy buen genio, pero necesitaba que se tranquilizara, entre en panico. – !Dios iluminame! – Grite de la desesperacion que ese momento me consumio. Las personas me miraron como si estuvieran viendo a una loca. No estaba tan lejos de enloquecerme entonces no me molestaba que miraran de esa manera. Los dias pasaron y mi primer de clase llego, odiaba tener que dormir en hostales, era muy incomodo, teniendo una maleta gigante. Llegue a la facultad con una mi fiel compania que era la maleta morada que mis padres me habian regalado, los demas estudiantes me observaban de una manera extrana, no los puedo culpar nadie va a una universidad con una maleta llena de cosas y tan grande; estaba segura que este dia iba a ser demasiado largo. No podian seguir asi, esa semana debia pagar un hotel por lo menos para poder dejar mis cosas en un lugar seguro. Ojala ese fuera mi unico problema, todos los dias tenia a mi madre llamandome a preguntarme como eran mis companeros y que se los pasara para poder hablar con ellos. Todo se empezaba a complicar cada dia mas, el dinero que mis padres me enviaban, mas el que habia ahorrado desde la secundaria se estaba agotando con los dias. Necesitaba encontrar un trabajo de medio tiempo al igual que un lugar bueno, bonito y no muy costoso para vivir. Despues de la tormenta por fin llego la calma y las cosas comenzaron a mejorar, aunque no tuviera un lugar donde vivir, encontre un trabajo de medio tiempo, lo cual me venia como anillo al dedo, teniendo ya una entrada economica, me sentia un poco mas tranquila. Pero me gustaria encontrar un lugar donde pudiera vivir mas tranquila y sentirme mas comoda, aunque el hotel era bueno no era lo mismo que estar viviendo en una casa con companeros, o en un departamento sola. Un dia escuche a unos companeros hablando de que en la cartelera de nuestra facultad publicaban, lugares que alquilaban desde habitaciones, casas compartidas hasta departamentos para uno solo. Las cosas estaban mejorando y era algo que me alegraba muchisimo. Estaba muy enojada, llame a cada lugar de los que habia visto en la cartelera, ya estaban alquilados o pedian demasiado dinero y era el momento que no tenia tanto como para pagar, cada dia iba a revisar la cartelera, para ver si habia algo nuevo, o quizas disponible. Posiblemente fue cosa del destino o suerte no estaba segura, pero era la direccion de una mujer Emma Montes duena de una empresa de bienes raices; ya habia desgastado todas mis ideas asi que no perdia nada en intentar hablar con ella. En mi ultima clase de ese dia estaba demasiado ansiosa, queria ir a ver a la senora Montes, queria salir de la situacion tan horrenda en la que me encontraba; estaba contenta de que ese dia no trabajara, fue un alivio poder estar tranquila en mi busqueda; no fui al hotel aun tenia un par de horas para la guardar mis cosas, antes de que me cobraran otra noche. Tome el metro, con cada estacion menos sentia que estaba mas cerca de una solucion que me beneficiaria, me puse a ver por la ventana pensando en que conseguiria algo muy bueno. Por fin despues de unos minutos por fin llegue a mi destino, sali del vagon como si me estuvieran persiguiendo, segui la ruta que habia encontrado; camine un par de calles hasta que por fin encontre el lugar que tanto ansiaba, un letrero gigante con el nombre de Emma Montes me hizo sentir la persona mas dichosa del mundo. – !Buenas tardes! – entre saludando, esperando que alguien apareciera. – Bienvenida buenas tardes. – A los pocos segundos aparecio una mujer vestida con un perfecto vestido blanco y una chaqueta roja; con una pequena placa dorada con su nombre. – Busco a la senora Montes. – Dije, mirando a la mujer que me sonreia, parecia una modelo de pasarela, aunque ya pasara los cuarenta se veia demasiado bien; tenia unos tacones negros que eran bastante altos; su cabello tan negro como el carbon le llegaba un poco mas abajo de los hombros, detras de esas curiosas gafas amarillas escondia unos espectaculares ojos azules. – ?Que necesitas linda? – Me pregunto mirando sobre las gafas. – Es que … necesito un lugar donde vivir… – Titubee por un momento – ?Usted me puede ayudar? – La mire esperando respuesta ella se limito a sonreir. – Claro que te puedo ayudar, acompaname a mi oficina. – Ella camino por un pasillo, donde habia mas personas, algunas hablando por telefono, otros mirando una especie de folletos y otros escribiendo sin darse cuenta de la presencia de la senora Montes o mia, se encontraban muy concentrados en sus trabajos, todos los cubiculos estaban ocupados, se escuchaba el bullicio de todos hablando. – Sigue por favor. – Antes de que la puerta se abriera pude leer la inscripcion “Emma Montes Gerente General” – ?Como te llamas? – Me pregunto rodeando el escritorio que ocupaba gran espacio de la oficina. – Jessica. – Me sente en una de las sillas de cuero blanco frente a la Senora Montes, por la decoracion de su oficina pude notar que ella amaba el blanco, todas las paredes tenian el mismo color, al igual que la alfombra peluda. Tambien parecia que le gustaba muchos los gatos, tenia cuadros con gatos pintados al igual que una pequena estatua y otras cosas con la tierna forma. – Bueno Jess. – <> La senora Montes era un poco confianzuda conmigo. – Yo soy Emma Montes, por favor dime Emma. – Me miro fijamente con una sonrisa de oreja a oreja. – Cuentame que es exactamente lo que deseas. – Llegue a la ciudad hace un mes y estaba en una casa compartida con mas personas, pero las cosas se descontrolaban, fue terrible, despues de eso he vivido en hostales y ahora me encuentro en hotel. – ?Estas en un hotel ahora? – asenti. – Un hotel en esta ciudad es muy costoso, necesitamos encontrar algo para ti y pronto. – ella comenzo a buscar algo en su computadora que no podia faltar que fuera de un blanco mate muy hermoso.

  • Corazones desbocados de Jessica Bird

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    A. J. Sutherland se conoce a si misma. Y tambien sabe reconocer a un campeon cuando lo ve. A veces la recompensa merece el riesgo. Todo el mundo piensa que la joven A. J. Sutherland se ha vuelto loca por gastar una pequena fortuna en un caballo que se ha ganado a pulso la fama de indomable. Pero si alguien tiene el coraje necesario para lograrlo es A. J. Para ello necesitara la ayuda de Devlin McCloud, una autentica leyenda de los circuitos hipicos con una pierna lesionada y un caracter endemoniado. Su ascendente carrera se vio truncada por un terrible accidente, pero Devlin reconoce a un luchador cuando lo ve y ese caballo es casi tan salvaje como el. Antes de darse cuenta tendra a un semental intratable en su establo y a una impetuosa amazona con un cuerpo maravilloso durmiendo en su sofa. Lo que comenzo como una simple relacion de negocios poco a poco se ira transformando en algo mucho mas profundo. Ahora, A. J. y Devlin deberan aprender que en el deporte, igual que en la vida, hace falta entregar el corazon para alzarse con el triunfo.

  • El fatal paso entre los arboles de Jose Valero

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    Hector Valdes, un juerguista y tarambana empedernido, decide sentar la cabeza cuando su vida disoluta empieza a pasar factura a su salud. El cambio se consolida inexorablemente al conocer a una brillante estudiante de ingenieria que se convierte en su novia.
    Sin embargo, todo se tuerce cuando, al pasear con su novia por el bosque, de repente, esta desaparece. El tiempo ha cambiado, el ciclo de la luna ha cambiado, nada es lo que parece.
    A partir de ese momento comienza para el una inquietante pesadilla en la que lo ha perdido todo: su novia, la familia, el trabajo, el dinero, la autoestima, incluso la libertad. ?Que ha ocurrido? ?Ha perdido Hector la cabeza? ?Es un asesino? ?O es todo un engano?
    Hector vive una asfixiante pesadilla policiaca que le conduce a una cruel verdad de ciencia ficcion.

  • Bajo tu hechizo de Sofia Arias

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    Una historia de amor entre el jefe mas temido de las provincias barbaras y una poderosa hechicera que hara las delicias de los lectores.

  • Nada es Igual (Sobrevivire 2) de Gianna Gabriela

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    ?OYE, MAMA, QUE ES ESTO? --PREGUNTO, SOSTENIENDO UNA PEQUENA BOLSA DE PLASTICO. LA encontre dentro de uno de sus zapatos en el armario cuando estaba jugando a las escondidas con Ethan--. ?Azucar? Tal vez ella olvido que estaba alli. Se que planea hacer limonada hoy. --?Donde encontraste eso, Aron? --pregunta. Parece que esta enojada, pero no entiendo por que; ella suele ponerse feliz cuando encuentro cosas. --Estaba... Ella corre hacia mi, apartando la bolsa de mi mano. --?Donde lo encontraste? --grita y mi labio inferior comienza a temblar. Miro hacia abajo para ver que hay un poco de sangre en mi mano. Creo que me aruno cuando me arrebato la bolsa. Las lagrimas comienzan a correr por mi cara. --Estaba en tu... --murmuro, sin entender lo que hice para que mi madre se enojara tanto. --?Donde? --grita y yo me estremezco. --En el armario --respondo. Ethan se quedo en la habitacion. Se esconde hasta que voy y lo encuentro. Me alegra que no este aqui para verme llorar. --!No te metas ahi otra vez! --Estabamos jugando a las escondidas --le digo. Ella me da una mirada que me dice que estoy en problemas. --No vuelvas a hacerlo --dice cada palabra lentamente y yo asiento en respuesta, mis labios siguen temblando mientras gruesas lagrimas caen por mis mejillas. No se que hice para hacerla enojar. No suele molestarse asi conmigo. Desearia que mi papa estuviera aqui. Ella nunca se enojaba cuando el estaba aqui. 1 NO DEBERIA SER YO QUIEN TERMINA DE CRIAR A SU HIJO. Cinco anos despues ENTRO EN MI CASA, ENOJADO Y LISTO PARA ENFRENTAR A MI MADRE POR DEJAR A ETHAN EN LA escuela por dos horas despues de su salida. Se supone que debe recogerlo cuando yo tengo entrenamiento de futbol. Ese es su unico trabajo, la unica cosa que le he pedido que haga, pero incluso falla en eso. Cuando me presente, el director me miro con los ojos llenos de lastima y mi hermano menor me dio un abrazo. Ethan estaba asustado. Habia estado llorando y solo podia imaginar cuantos escenarios pasaron por su cabecita, ninguno de ellos cercano a la realidad con la que me encuentro. Tal como lo sospeche, y la razon por la que le dije a Ethan que me esperara en su habitacion, mi madre esta sentada en la mesa de la cocina con el polvo blanco extendido en la superficie frente a ella. --?Que estas haciendo? --pregunto con disgusto. La he pillado haciendo esto suficientes veces para saber exactamente que es, pero le pregunto de todos modos, esperando que la respuesta sea diferente esta vez. --?Que estas haciendo tu aqui? Pense que tenias practica --pregunta, cambiando de tema. Dejo caer mi bolsa de gimnasio en el suelo. La decepcion que siento deberia ser obvia para ella, pero creo que ya no se da cuenta o quizas ya esta acostumbrada. La veo tratar de recoger el resto de su porqueria blanca. La evidencia de su fechoria, nuevamente en la bolsa. --Yo tenia entrenamiento. --?Entonces, por que no estas alli ahora? --Su tono es acusatorio. Solo mi madre se atreveria a cuestionar mis acciones cuando las que ella hace se alejan bastante de lo que esta bien. Pone la pequena bolsa dentro del bolsillo de sus jeans. --La escuela llamo --le digo, contando los segundos hasta que se de cuenta de lo que hizo esta vez. Diez segundos. !Diez segundos! --!Mierda, Ethan! --dice, acordandose finalmente. La ira corre por mi sangre. --Se suponia que debias recogerlo hace dos horas. Mira por encima de mi hombro. --?Donde esta? --Arriba haciendo la tarea, no es que realmente te importe. --!Me importa! --grune en respuesta. La miro fijamente. --?De verdad te importa? ?Desde cuando? --escupo. No deberia ser yo quien crie a mi madre. Se suponia que este no era mi trabajo. --Soy tu madre --argumenta debilmente. Bufo. No ha sido una madre para nosotros en anos. Tuve que criarme y a Ethan tambien. --?Es asi como te quieres llamar ahora? Porque parece que estas olvidando cual es tu papel. De repente contrita, ella se acerca a mi, enmarcando mi cara con sus palmas. --Lo olvide, ?de acuerdo? --dice suavemente. Coloco mis manos sobre las de ella, separandolas de mi cara. No le dare la absolucion que busca. --Si, asi fue. --Olvido que es madre, que tiene hijos, que no debe consumir drogas. No puedes olvidar a tu hijo en la escuela durante dos horas porque estas demasiado ocupada drogandote. Estas son todas las cosas que quiero decirle, pero no. Porque ya lo dije todo en vano. Supongo que ella tambien ha olvidado como escuchar. --!AMIGO, NO PUEDES DEJAR EL EQUIPO! --GEORGE DICE MIENTRAS EMPACO MIS COSAS DEL vestidor de hombres. Suelto un suspiro. Mi madre se ha olvidado de recoger a Ethan no una vez, sino todos los dias de esta semana. No puedo seguir saliendome del entrenamiento temprano para ir a buscarlo. --No tengo otra opcion. Se que el entrenador entiende, ya que el es el unico que tiene una idea vaga de como es mi vida en casa, pero no puedo seguir haciendole esto al equipo. Un mariscal de campo es una de las piezas realmente importantes en el tablero, una pieza que debe permanecer constante. --Eres el mariscal de campo --dice Tyler. No entiende mi situacion, probablemente porque no he dicho nada. A nadie. Estoy muy avergonzado. Sacudo la cabeza --Ya no. --?Que pasa con la beca para la universidad? --pregunta George--. Tendre que apuntar a una por merito. La verdad es que una beca universitaria no importara porque de ninguna manera se me permitira llevar a Ethan a los dormitorios conmigo. Y no puedo vivir con el en el campus mientras voy a la escuela. Lo mejor que puedo hacer es graduarme del bachillerato y conseguir un trabajo para poder alquilar un lugarcito para nosotros. Quizas cuando Ethan termine el bachillerato y vaya a la universidad, pueda yo pensar en la universidad para mi. --?De verdad, una beca de merito? --Tyler dice, riendo. Lo golpeo en el hombro--. Tengo puras... --Amigo, cuidado con el brazo. Puede que hayas terminado con el futbol, pero yo no puedo lastimarme si vamos a intentarlo y no nos maten esta temporada debido a que jugaremos con el segundo mariscal de campo con el que nos dejas. --No es tan malo --les digo. Tyler y George abren sus casilleros al unisono, mirandome incredulos. --?No tan malo? --dice George--. !El tipo no puede completar un pase! --El tipo se asusta cuando ve a los jugadores corriendo hacia el --agrega Tyler. --Ningun mariscal de campo quiere que lo agarren --le digo. Es verdad. Ni tampoco quieren recibir un golpe. Miro mi uniforme, mi numero y mi apellido en la parte de atras. Voy a extranar hacer esto. Jugar al futbol fue mi refugio del caos que es mi vida, pero es hora de crecer. Tengo a alguien mas que tengo que proteger. Aunque amo el futbol, amo a mi hermano mucho mas. --Solo digo que estamos a punto de empezar un periodo de sequia --dice George y todos nos reimos. No es que hayamos ganado todos los juegos; somos un oponente digno, pero lejos de tener una temporada perfecta. --Esperemos que sea corto --dice Tyler, levantando su bolso del banco y tirandolo en su casillero. --?Entonces, no te quedas a entrenar hoy con nosotros? --pregunta George. Cierro mi casillero. --Amigo, ya no voy a jugar. ?Por que razon me quedaria? --Miro mi reloj. Tengo que estar en la escuela de Ethan en unos minutos. Tyler empuja a George y le da una mirada de ?es en serio? --Me tengo que ir --les digo. --Echaremos de menos jugar contigo --dice Tyler, sin miedo a expresar sus pensamientos. --Todavia somos amigos --les aseguro. --Como somos amigos, hare una fiesta el proximo fin de semana. Mis padres estaran fuera. Podemos celebrar o compadecernos del hecho que dejas el equipo. !Mas te vale que estes alli! -- George dice. --Intentare ir por un par de horas --le digo, sabiendo que no sucedera. No hay forma de que deje a Ethan solo con mama para poder irme de fiesta. 2 ELLA NO PREGUNTA COMO ESTOY YO. HA PASADO UNA SEMANA DESDE QUE DEJE EL FUTBOL Y LO EXTRANO MUCHO. ERA MI UNICA SALIDA y ahora se ha ido. En cambio, tengo que mitigar el impacto que el habito de las drogas de mi madre tiene en la vida de mi hermano menor. Cuando llego a casa, puedo escuchar el sonido de los muebles que se mueven o son tirados al piso. --?Que hiciste? --Richard me ladra en el mismo momento que abro la puerta. Lo miro con desden. --?De que estas hablando? --pregunto, pretendiendo no tener ni idea. El cierra la distancia entre nosotros un paso a la vez. --Tu sabes de que estoy hablando. Lo desafio porque si no fuera por el, probablemente no estariamos en este lugar en este momento, mi madre no estaria asi como esta. Me encojo de hombros casualmente. --No, no tengo idea. --Me doy la vuelta y me dirijo a mi habitacion, pero no doy dos pasos antes de que me golpeen contra la pared. Richard se inclina cerca de mi oreja, su antebrazo en la parte posterior de mi cuello me sujeta en su lugar. --?Donde las pusiste? --Exige en un tono lento. Cuando me quedo en silencio, me agarra del hombro y me da la vuelta. Atrapado entre el y la pared, siento la furia golpeando mi sangre. Y quiero romperle la cara a punos. Pero me contengo. --?Donde? --grita. Richard me mira con los ojos enrojecidos. Aun asi, no digo nada. Con un grunido frustrado, lleva sus dos manos a mi garganta, envolviendo sus dedos con fuerza hasta que corta el aire. Jadeo fuertemente, mi respiracion apenas un susurro mientras digo--: En la basura. --?Las tiraste a la maldita basura? El me suelta y se dirige hacia la cocina. Lo escucho volcar la bolsa de basura, buscando las drogas responsables de destruir a mi familia. Jodida mierda. Me acerco a donde esta, observando mientras busca algo que no encontrara. --?Donde estan? --grita, volviendose brevemente hacia mi antes de regresar a su busqueda. Miro hacia el patio a traves de la ventana de la cocina. Richard sigue mi mirada. --Maldita sea --grune. No se por que sigo parado aqui, mirandolo mientras escarba. Puede que esto no termine bien para mi, pero no me importa.

  • K-pop Love Story de Ae-jung

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    Aliiiiiiiiice!!!!!! Ya se que me dijiste que no, pero mis amigas y yo hemos conseguido saltar por encima de un muro. Estamos frente a la puerta de atras Z1. Ven a abrirnos!!! Venga!!! Por favor!!! Alice se queda pasmada ante el mensaje. <> Es imposible que Zoe le haya hecho semejante jugarreta. Como Alice no llega, aparece un nuevo mensaje: Aliiiiiice! Rapido! Que van a llegar los de seguridad!!! Ven!!! <> Hara como que no ha leido nada y esperara a que Zoe vuelva por donde ha entrado. Va a cerrar la aplicacion y, hasta que termine su jornada, pretendera que no ha visto la botella que su prima ha lanzado a las aguas de internet. Es lo mas sensato. Los bastidores estan tranquilos, iluminados solo en determinados lugares por una luz amarillenta que baja del techo. No hagas como que no lo has leido, estoy viendo la burbuja con tu cara bajar hasta el final de la conversacion! <> Alice suspira y da media vuelta. Habia pensado tomarse un descanso, asi que tendra que pasarlo sermoneando a su prima en lugar de bebiendo un vaso de agua mientras se hace a la idea de la intensa noche que le espera. Lleva una hora corriendo de un lado para otro entregando papeles olvidados, microfonos, pilas para micros, cafes… Todo lo que necesita el equipo de produccion para estar listos en una hora. El ultimo ensayo termino hace cinco minutos y esta segura de que en muy poco tiempo su walkie-talkie empezara a hacer ruidos de nuevo. Zoe es muy poco oportuna. Alice esta ya bastante triste por no haber podido escabullirse cerca del escenario para ver a los 7X, su grupo de K-pop favorito, prepararse para el gran concierto que empieza dentro de nada. Solo ha podido ver algunas partes de lejos: brazos que se movian en el aire, pies, alguna pierna con los pantalones del espectaculo. Ha intentado adivinar quien era quien por el color de las mechas, pero las luces del escenario se lo impedian. Cuanto mas se acerca a la puerta Z1, mas se enfada Alice con su prima. Esta noche, Zoe le esta pidiendo demasiado. !Meterla en el concierto de los 7X por los bastidores del estadio! Si las pillasen, la despedirian sin contemplaciones, y necesita desesperadamente ese trabajo. Si quiere pagarse los estudios, no tiene eleccion: debe ahorrar. Zoe no la entiende porque sus padres le pagan la carrera de Derecho. A Alice ya le cuesta aceptar que su prima la aloje en su apartamento de estudiante, por eso quiere costearse ella sola la matricula del proximo curso. Mientras empuja la pesada puerta, ha recibido ya un centenar de mensajes y de desesperadas llamadas de ayuda. Su movil no deja de vibrar. --Zoe, !ya esta! !Para! !Ya estoy aqui! Pero te aviso: no vas a entrar. Alice conoce bien la cara de cachorrito que su prima sabe poner a su antojo, convencida de que sus mejillas rosadas y sus grandes ojos marrones, que todavia tienen cierto brillo infantil, son capaces de hacer ceder a cualquiera. --!Venga, Alice! !Deja de comportarte como una cria! --No me… !?Quieres que me echen del trabajo?! --!Que no se va a dar cuenta nadie! !Te lo juro! !Venga! !Dejanos entrar! Alice suspira. Es incapaz de resistirse a Zoe y ella lo sabe. Sobre todo cuando pone esos ojitos de cordero degollado. Algun dia tendra que preguntarse por que siempre se deja llevar por las historias de su prima. ?Se siente en deuda con ella porque forma parte de la poca familia que le queda? Desde la muerte de sus padres, en Zoe encontro a una confidente atenta: paciente durante su depresion y tolerante con su lado, aun hoy, un poco retraido. Una amiga que la ayudo a volver a ponerse en pie.

  • Historia de un duelo de Carol Schaefer

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    Narracion reflexiva y de autoayuda que parte del instante en que Sophie, personaje ficticio, da un vuelco a su existencia. Renuncia a una vida aparentemente hecha. Necesita soledad para encontrar la verdad sobre si misma. Se siente incompleta, asi que emprende la busqueda de la hija que murio hace mas de dos decadas.

  • El ultimo samurai de Helen Dewitt

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    Una de las novelas mas memorables de los ultimos anos, destinada a convertirse en un clasico de culto.

  • La leyenda de la Peregrina de Carmen Posadas

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    Hasta ahora, en los cerca de cuarenta anos que llevo dedicada al viejo oficio de juntar palabras, no habia encontrado material literario mas fascinante que el ser humano, sus pasiones e intrigas, sus luces y sobre todo sus sombras. Sigo pensando lo mismo, pero sera porque me estoy haciendo vieja, que de un tiempo a esta parte he empezado a recuperar un modo de ver la realidad que se parece mucho al que tenia de nina. Entonces, pongamos que con tres, cuatro o cinco anos, el mundo lo habitaban tanto personas como objetos y los segundos estaban para mi tan vivos como las primeras, tenian su personalidad y sus particularidades; podia, por tanto, odiarlos, temerlos, relacionarme con ellos. Descuiden. No es que me haya dado por hablar con muebles o abrazar estatuas. Pero debe de ser verdad eso de que con la vejez vuelve uno a recuperar la infancia, porque noto que empiezo a prestar mas atencion a esos silenciosos espias de nuestras vidas, mudos centinelas que ya estaban ahi antes de que nacieramos y seguiran estandolo cuando nos hayamos ido. Todo empezo con cierta joya familiar olvidada y reaparecida tras la muerte de mi madre, un anillo con una gran piedra azul. Ella la habia heredado de mi abuela en forma de colgante, que a su vez la recibio de la suya siendo entonces un broche y que aqui sigue, cuatro o cinco generaciones mas tarde, distinta en cada una de sus reencarnaciones, pero eternamente joven despues de ser testigo de vidas y pasiones, de tantos suenos cumplidos o plegarias no atendidas. Andaba dandole vueltas a esta idea, preguntandome que historias podria contar aquel zafiro de sus distintos duenos y si habria alli una posible novela cuando, buscando en internet informacion para uno de los articulos que escribo para el XL Semanal, fui a dar con un cuadro que conocia pero que nunca me habia llamado especialmente la atencion. ?Por que habia de hacerlo? Al fin y al cabo, el retrato que Antonio Moro hizo de Maria Tudor no es de los mas interesantes de su autor y la modelo dista mucho de ser una belleza. Aun asi, esta desafortunada mujer, que fue reina de Inglaterra y segunda esposa de Felipe II, y a la que la historia recuerda como Maria la Sanguinaria, luce en el cuadro una esplendida y solitaria perla. ?Seria la famosa perla Peregrina?, me pregunte. Tenia que serlo. En alguna parte habia oido comentar que Felipe II se la regalo el dia en que se casaron. La Peregrina. La perla mas codiciada de todos los tiempos. En aquel momento solo sabia que, casi medio milenio mas tarde, acabo en el joyero de Elizabeth Taylor. Pero ?como llego de Felipe II a Hollywood? ?Por cuantas manos hubo de pasar, en cuantas historias de amor, de desamor, de traicion, de abnegacion, de codicia y de sangre se habria visto involucrada? Si los objetos hablasen. Si fueran capaces de contarnos sus secretos mas inconfesables. Tambien los mas alegres, divertidos y hasta chuscos porque de todo debe de haber visto esta <> --asi es como se la describe en la testamentaria de Felipe II antes de anadir--: <>. Yo no se hacer hablar a los objetos, pero La Peregrina habla por si sola. Lo hace desde los cuadros de los grandes maestros que a lo largo de su existencia la pintaron: Antonio Moro, Pantoja de la Cruz, Van der Hamen, Rubens, Velazquez... Y habla ademas desde los libros de historia y desde las memorias de ilustres viajeros como la controvertida condesa D'Aulnoy, quien al verla un caluroso dia del Corpus prendida en el sombrero de Carlos II el Hechizado la describio como <>. O el duque de Saint-Simon, que la admiro en tiempos de Felipe V y tambien la menciona en sus memorias. Con estos mimbres he ido trenzando su historia. Lo mas dificil ha sido resistir los cantos de sirena que intentaban arrastrarme hacia las muchas y falsas leyendas que se han tejido alrededor de la Peregrina, cuyo nombre, por cierto, no se debe al hecho de haber peregrinado de mano en mano a lo largo de tantos siglos, sino que tiene que ver con la quinta acepcion de la palabra, la que sirve para describir aquello que se considera raro, extraordinariamente bello o unico. La Unica, la Sola, la Solitaria... con estos nombres se la conocio tambien en alguna de sus muchas vidas, pero ?por cual de todas ellas empezar? ?Por la primera, cuando un esclavo la encontro en el Archipielago de las Perlas alla en Panama? ?Por el momento en que llego a manos de Felipe II? ?O deberia tal vez empezar por la (pen)ultima de ellas, cuando Richard Burton se la regala a Elizabeth Taylor un dia de San Valentin? Si, creo que empezare por ahi. He aqui lo que la propia Elizabeth Taylor cuenta de ella en su autobiografia[1]: [...] Me encontraba rodando una pelicula en Las Vegas. Cuando Richard no estaba trabajando se ponia siempre de un humor negro e irascible. Acababa de regalarme la Peregrina y Ward Landrigan, de la casa de subastas, nos la habia hecho llegar desde Nueva York. Pendia de un finisimo collar en forma de cadeneta de platino rematado de diminutas perlas, y me encantaba sentirla colgando de mi cuello. La perla era tan tactil que no podia dejar de acariciarla. La historia de esta perla es muy fuera de lo comun. Al comprar la Peregrina, nos entregaron un librillo con su historia y su arbol familiar, asi como un listado de las personas que la habian poseido. Era simplemente increible. Sin embargo, antes de hablar de sus duenos, sucedio algo que debo contar: No hacia mucho que me habian traido la Peregrina desde Nueva York. La perla colgaba, como digo, de una delicada cadenita que yo apretaba en mi mano como un talisman, mientras caminaba de aca para alla en nuestra habitacion del Caesar’s Palace --teniamos reservada la planta superior entera para nosotros, y el equipo de rodaje ocupaba casi la otra mitad--. Me sentia resplandeciente, como en un sueno, y queria gritar de alegria, pero Richard tenia uno de sus dias <>... Bueno, el es gales, por lo que a veces su alegria era perversa y se volvia oscuro. Pero cuando yo me siento feliz, necesito demostrarlo y lo grito y lo aullo. Solo queria lanzarme sobre el y besarlo por todas partes. Pero conocia bien a Richard, y sabia que no era el momento de mostrarse demasiado efusiva. En cualquier caso, no habia nadie mas con quien hablar, nadie a quien ensenarle la joya, y !yo estaba a punto de volverme loca! En un momento dado fui a tocar la perla... Y !ya no estaba! Mire a Richard y, gracias a Dios, el no me estaba mirando. Me fui al dormitorio y me tire encima de la cama. Con la cabeza enterrada en las almohadas me puse a gritar. Lentamente, y con mucho cuidado, reconstrui en mi cabeza cada paso que habia dado en el dormitorio. Me quite los zapatos, las medias y a cuatro patas me puse a tantear y buscar la perla por todas partes... y nada. Pense: tiene que estar en el salon, delante de Richard. ?Que voy a hacer? !Me va a matar! Porque el adoraba esa pieza. Todo lo que fuera historico era importante para el, y esta perla es unica en el mundo. Es una de las piezas mas extraordinarias que jamas han existido. Yo sabia que en el fondo se sentia orgulloso, y que eso era lo que, de vez en cuando, le hacia andar por ahi como un personaje de comic con una nube negra tronando sobre su cabeza. De modo que sali y, tarareando tralala tralala, me puse a andar de aqui para alla por toda la habitacion, buscando sentir la perla con mis pies descalzos. Intentaba parecer tranquila y como si tuviera algun objetivo, pero por dentro me sentia a punto de vomitar. Levante la vista para mirar a mi pequines blanco, y al otro pequines, color caramelo, que era de Richard. Dios mio, !como adoraba a ese perro! Era su hora de comer, y los cachorritos devoraban felices sus cuencos de comida. Mientras los miraba, diciendo: <>, de pronto note que uno masticaba un hueso. Tarde una eternidad en caer en la cuenta. <>. Tuve que morderme la lengua para no gritar de nuevo. Con mucha naturalidad abri la boca del cachorrillo y dentro estaba la perla mas perfecta del mundo. Y gracias a Dios no estaba aranada. Al final, acabe contandoselo a Richard. Pero !tuve que esperar por lo menos una semana!

  • No confies en el Devorador de Lighling Tucker

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    La periodista Chloe Chapman suena con ascender en la redaccion en la que trabaja. Harta de reportajes absurdos, la oportunidad surge ante ella con una entrevista, poco esperanzadora, en la base militar de Alice Springs; la mas remota del pais. El mundo elucubra sobre ellos, dicen que son seres perversos y oscuros, aunque no son mas que simples personas aburridas viviendo en un lugar lejano.
    Con pesar, se embarca en un viaje de avion, tren y coche para llegar a ese sitio nada divertido. Su contacto a encontrar es Nick, el segundo al mando.
    Y justo cuando el aparece tras las puertas de aquella amurallada base, todo parece cambiar. No es un hombre aburrido, es diferente a todo lo conocido y, a su vez, peligroso.
    Nick Carson tiene una vida perfecta o casi. Todo gira entorno a sus obligaciones laborales y placeres nocturnos, ha encontrado la mezcla idonea para que su vida fluya perfectamente. Aunque todo sufre un vuelco cuando una nueva periodista llama a su puerta. Chloe no es una historia mas, ella decide acabar con su zona de confort para sacudir su vida de golpe.
    Ambos, sin saberlo, sellaran su destino con un articulo.
    Son como nosotros, respiran y hablan como los humanos, pero son Devoradores de pecados. Perversos, peligrosos y con ansias de saciarse del lado oscuro de las personas. Mienteles y satisface su hambre.

  • Espartero, el Pacificador de Adrian Shubert

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    Esta es una biografia totalmente innovadora y apasionante de la figura mas destacada de la historia de Espana del siglo XIX: Baldomero Espartero (1793-1879). No solo narra su vida, sino que procura tambien iluminar aspectos mas generales de la historia contemporanea de Espana y contribuir a una nueva forma de entender el siglo XIX.
    No hubo un solo Espartero, coherente y consistente. Era un hombre de guerra que entendia que la solucion militar no siempre es la mejor. El general que podia enfervorizar a sus hombres con sus arengas y cuya audacia era decisiva en el campo de batalla se quedaba casi sin palabras en el Parlamento y vacilaba en momentos de crisis politicas, pero se aproximo mas que nadie antes de 1870 a ser un jefe de Estado verdaderamente constitucional. Era un nacionalista espanol para quien la unidad nacional era el santo grial y el mismo su campeon. Era un monarquico ferviente que paso toda su vida publica sosteniendo un trono amenazado, pero que respaldo la Republica cuando esta llego. Valoraba la lealtad a los amigos por encima de todo y la cultivo en su vida politica, por lo que pago un alto precio. Fue un marido fiel y carinoso, emocionalmente dependiente de la mujer que tanto hizo a favor de su carrera, Jacinta, en parte la otra protagonista de esta historia.

  • Al fin del camino de Guillermo Arroniz

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    Si yo tuviera que describir a Guillermo Arroniz en una palabra, diria que es POETA, con mayusculas, uno de verdad. Lo conoci en un taller de escritura creativa en la Casa de Aragon de Madrid, organizado por Susana Diez de la Cortina Montemayor. Yo pasaba entonces por un trance complicado y habia escapado a Madrid para huir de mis problemas, al menos por una semana. Llegue a la Casa de Aragon cansada, ensimismada, sin poder librarme de mis ansiedades, de mis miedos. Comentabamos las variaciones de estilo literario. La conversacion era muy interesante y enriquecedora como suelen ser todos los eventos organizados por Susana, pero me costaba concentrarme, dejar de pensar en lo mio… Y entonces Guillermo nos enseno una imagen de El Calvario de Jose de Ribera y declamo su soneto dedicado a ese cuadro. 1 El soneto fue magnifico: profundo, apasionado, muy poetico y escrito en un bellisimo castellano. Sonaba <>, como habia escrito Ruben Dario en su <>. No tenia demasiados adornos que tuvieran por objeto acentuar la maestria del idioma por el autor, ni alusiones alambicadas que mostraran su alto nivel cultural. Sin embargo, el poema revelo todo eso y mucho mas: la pasion, la sensibilidad y la capacidad innata para percibir --y ensenar-- la belleza. Y muy buen gusto. El soneto resulto una revelacion para mi. Me sereno y me devolvio la capacidad de pensar en algo mas alla de mis angustias, en algo hermoso, eterno y verdadero, lo que siempre esta a nuestro alcance, y que no nos abandona nunca. Hacer precisamente eso, en mi opinion, es el objetivo de la literatura, su raison d'etre, sea cual sea el genero. A primera vista Al fin del camino. En busca de Pepa la Pipera tiene poco en comun con los sonetos sublimes y edificantes sobre arte, personajes historicos, o la fe, distintivos de Guillermo Arroniz. Es una comedia de costumbres: ligera, irreverente y burlesca. Recuerda al Decameron --por los temas que trata: el amor, el destino y la magnifica imperfeccion humana--, asi como por el estilo en que los aborda: las bromas chispeantes como burbujas de champan, las escenas absurdas, eroticas y romanticas, una ironia fina y una satira mordaz. Sin embargo, la novela tiene la misma impronta inconfundible del autor que tienen sus sonetos. Es poetica y esta escrita con oficio y talento, por alguien que escribe, como reflexiona uno de sus personajes sobre los novelistas de casta, <>. Guillermo Arroniz es un hombre culto (y estoy hablando de las dos culturas: la que se escribe con mayuscula y la que se escribe con minuscula), y eso se nota. En sus alusiones --inesperadas y divertidisimas todas-- los personajes historicos, como el marques de Santillana, --los pragmaticos cambistas holandeses del siglo XVI-- y Napoleon, conviven con toda naturalidad con Mecano, Alaska, Rocio Jurado y Lady Gaga. Solo un hombre culto de verdad, el que se siente en el mundo de la literatura como pez en el agua, se atreveria a poner en una estanteria de su protagonista --uno al lado de otro-- los libros de Terenci Moix, de Pablo Perez y Las aventuras de Camilla, la peluquera que todo se lo cepilla, una novela sobre <>. Un peluquero perplejo, buscando el sentido de la vida, un grupo de (muy gais) amigos suyos, los colegas, los padres, los vecinos (este imprescindible coro griego de una obra espanola): asi son los personajes de esta novela; todos diferentes y cada uno con sus propios problemas y anhelos o incluso con una crisis existencial. Y la enigmatica Pepa la Pipera, a quien nadie conoce… o casi nadie, y quien, sin embargo, lo enlaza todo, pero no hasta el final. !Ah! Y tambien la ciudad pequena donde se desenvuelve todo, fluidamente y con precision de cirujano, un pueblo tan real y tan vivo que se pueden oler sus olivos y su hierba seca, escuchar sus gallos y pajaros, mirar sus casas blancas y <>. Y Espana, magnifica y frustrante, que sigue luchando contra sus demonios, <>, a la que el autor tiene muchisimo carino, tanto como a todos sus personajes. Nos enganchan las obras que nos hablan de nosotros mismos, sean cuales sean los generos, los estilos y los guiones. Un buen escritor siempre tiene una gran calidad humana y, al cerrar la ultima pagina de una novela buena, el lector se ha vuelto mas sabio, se siente enriquecido, con una mejor comprension de la vida y de si mismo. Asi es Al fin del camino. En busca de Pepa la Pipera. Es muy entretenida, frivola y repleta de ocurrencias dignas de Oscar Wilde, de enredos, equivocos y dialogos picantes (incluidas varias digresiones divertidas del autor y una <> preciosa sobre el sexo gay). Con todo eso, la novela no hace caso omiso a los problemas graves de nuestro mundo: la homofobia, el esnobismo, la intolerancia, los prejuicios, la superficialidad. Guillermo Arroniz trata estos temas con una suave ironia, sensibilidad y comprension, pero sin perder por ello nada de la seriedad de su mensaje. Es luchador pero sus armas preferidas son compasion y empatia, humor y educacion, y las usa con un extraordinario dominio del lenguaje. Nos coge dulcemente de la mano y nos lleva de una pagina a otra, no solamente haciendo que nos enamoremos de sus personajes, que libran sus batallas respectivas, sino tambien poniendonos ante unos espejos, animandonos a reflexionar, profundizar y compadecer. La novela es profundamente humana. Nos ofrece lecciones vitales y no seria precisamente un destripe decir que una de ellas es, en las palabras de una sabia protagonista, <>. Nunca mejor dicho. Y ahora, !a disfrutar! OLGA BOGDANOV Capitulo 1 Pancho. ?Y quien cono sera Pepa la Pipera? Se desperto con un desasosiego especial, con un frio que se le filtraba, ambicioso y directo, por varias partes de su cuerpo. Era un frio material, real. No sabia donde estaba, le costaba abrir los ojos y se sentia torpe y pesado. ?Dormia la ciudad la siesta o era aquel un sopor matutino? Tampoco recordaba que habia hecho la noche anterior ni como habia llegado a aquel lugar en el que supuestamente acababa de dormir. La sensacion de extraneza lo envolvia y se acumulaba al agarrotamiento de sus musculos. ?Que lugar era aquel tan estrecho en el que le resultaba casi imposible moverse? No era su cama, de eso podia estar seguro, aunque su pensamiento fuera lento, y agarrotado tambien. A pesar de tener una jungla de espesores en la cabeza, pudo ver que una sombra se acercaba… La sombra grito: <>. Asi, sin respirar y a mil decibelios por silaba. Efectivamente, Pancho, peluquero de profesion y de vocacion; treintanero por la gracia de haber nacido al principio de los ochenta, con la decada y el despiporrio; y grande y carinoso, se habia pasado mas de la cuenta con las copas la noche anterior y, dado el inexorable color blanco de la banera, habia confundido la ceramica con las sabanas de la cama. Bien es verdad que el frio de la ceramica le habia extranado un poco, pero lo habia atribuido a unas sabanas invernales… aunque estaban en julio, asados de calor en aquel pueblo a ocho kilometros de la costa. Ya se sabe que, mediando el alcohol, el razonamiento logico no pinta nada. El grito de su madre se le habia metido en la cabeza como un clavo potente que no dejaba de retumbar y saber a hierro, tambien frio. Por supuesto era incapaz de responder, pero empezo a moverse, al menos, para hacer saber a la sena Sole que la habia entendido. Sin embargo no debio de ser muy convincente su movimiento porque… la sena Sole abrio sin mucha delicadeza el grifo del agua fria para escarnio --y despierte-- de Pancho, que de pancho tenia poco en aquellos momentos. El grito de nuestro protagonista fue algo notable. Tanto que la vecina de enfrente penso: <>. Y es que no era un secreto que Pancho tenia preferencia por los hombres… o que para el sexo no le interesaban las mujeres, como uno quiera decirlo. Ni el se habia preocupado de pregonarlo, ni tomado las molestias de ocultarlo. Pero no se le conocia novio ni lio. Se sabia en cambio que habia sido un nino amable y carinoso a quien, apenas un ano atras, se le habian pegado, cual lapas, una pequena banda de amigotes muy fiesteros que no tenian mucho control, pero a los que no se les conocia escandalo grave. Pancho, empapado y aun torpe, se incorporo lo suficiente como para cerrar el grifo y volvio a caer en la banera, llevandose las manos a la cara para intentar despertar definitivamente restregandose un poco. La madre, conforme al fin, anadio: --Voy a prepararte un cafe bien cargado. Te espero en la cocina. Tenemos que hablar. Eso de <> era la primera vez que salia de los labios de su madre, al menos que el recordara. Y la preocupacion sobre aquello que tenian que discutir empezo a despertarle de forma mucho mas efectiva que el grito o el agua. ?Hablar de que? Tres cuartos de hora despues, duchado y cambiado, con un pantalon corto y una sencilla camiseta blanca, aparecia Pancho en la cocina donde esperaba, paciente, su madre. --Sientate, anda. Conociendote, te acabo de hacer el cafe. Los dos sabian que ese <> hacia referencia al proverbial y legendario ritmo lento de Pancho. Pero a ninguno de los dos le molestaba. Ellos no sufrian de las prisas de la gran ciudad, aunque a la sena Sole no le habian faltado nunca ni el brio ni la sangre para enfrentarse a todo, desde la muerte del marido a las huertas, cuando las tenian, que ahora vivia de las rentas de las tierras y la peluqueria del hijo, que, quien lo habria dicho, daba dinero. --Mira, hijo, eso de que vayas asustando a tu madre representando escenas de Saw no me parece bien.

  • El juego del multimillonario de J. S. Scott

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    Kade Harrison siempre le habia gustado juegos. Incluso podria tener que decir que vivio y respiro solo para participar en casi cualquier tipo de evento deportivo. Era la unica cosa que era bueno en la unica cosa en la que el sobresalio, y que no le gustaba perder. Por desgracia, habia ido perdiendo en los ultimos dos meses, y estaba realmente empezando a molestarlo. ?Donde diablos esta? La localizacion de Asha Paritala casi se habia convertido en un deporte de competicion. Kade habia estado trabajando en arrinconar a Asha durante dos meses, viajando de un lado del pais al otro, solo para volver con las manos vacias cada vez. Estaba perdiendo este concurso en particular, y no le gusta. La mujer era inteligente, abandonandolo antes de que pudiera ponerse al dia con ella. Kade no tenia ninguna duda de que el y Asha estaban jugando un juego del gato y el raton, y ella estaba evitandolo. Dios sabia que habia dejado suficientes mensajes en varios lugares y ella debe haber obtenido al menos uno de ellos. Ella lo estaba evadiendo por alguna razon desconocida, pero el gato iba a atacar. Tan pronto como pudo atrapar el pequeno raton astuto. Entrando en su habitacion del hotel de Nashville, Kade se quito la gorra de beisbol y se desplomo en la cama tamano King con un suspiro. Tendria que llamar a su hermano de ley, Max, y le hizo saber que habia fallado… otra vez. Asha acababa de salir del refugio para desamparados unos pocos minutos antes de que el llegara, y nadie habia tenido idea de a donde se dirigia. Ella habia dejado sus escasas pertenencias detras, por lo que Kade tenia alguna esperanza de que volveria, pero nadie en el refugio la conocia bien a ella, y nadie parecia bastante seguro de donde estaba o si ella iba a volver. Todo vale en el seguimiento y ganar este juego. Noticia de ultima hora, pequeno raton: Puedo pelear sucio. Sabe donde estan sus pertenencias… que venga a por ellas. Sonriendo, Kade se dio la vuelta en la cama y cogio la bolsa con las pertenencias de Asha, solo lucha con su conciencia por un momento acerca de tomar sus cosas y salir, dejando un mensaje de donde podrian ser recogidas. Se las daria de nuevo siempre y cuando se presente. Mientras tanto, usaria cualquier pista que pudiera encontrar para averiguar exactamente quien era y si habia alguna posibilidad de que ella era una hermana perdida de Max. Habia desperdiciado dos meses tratar de hacer este favor. La localizacion de una mujer que no conocia, una mujer que posiblemente podria estar relacionada con Max, e iba a llevarlo a su fin. A pesar de su gemelo, Travis, hizo la mayor parte de la obra en Tampa para la Harris Corporation, Kade tenia algunas responsabilidades que el habia insistido en tomar mas de una vez, su carrera en el futbol habia terminado, y finalmente tenia que volver a Tampa. Hizo una mueca mientras estiraba su cuerpo sobre la cama. Su pierna coja, la derecha, le dolia a partir de dos meses de busqueda sin parar de una mujer que estaba empezando a pensar que no era mas que un fantasma, una ilusion. Pero sabia que existia Asha Paritala, que ella era real, y estaba decidido a encontrarla. Maddie y Max merecen saber si esta mujer era su hermana. No importa que ni siquiera hubiera conseguido una pequena vision de Asha. Lo haria. Pronto. En cierto modo, casi no queria que la busqueda finalice. Se habia sentido mas vivo en los ultimos dos meses de lo que habia sentido desde su accidente. Coincidir con el ingenio de la mujer desconocida fue un reto, y no habia nada Kade quisiera mas que ganar un juego dificil. El instinto le dijo que ella sabia que el la estaba buscando. La pregunta era… ?por que estaba huyendo? No era como si quisiera nada excepto informacion de ella, y que podria ganar dos hermanos que nunca habia sabido que existia. No habia muchas personas que no quisieran estar relacionado con Max y Maddie, ya que eran dos de las personas mas ricas del mundo- ademas de ser dos de las personas mas amables que Kade conocia. “No estoy seguro de por que estoy tan impaciente. No es como si tuviera otra cosa que hacer hasta que Travis me necesite”, se dijo con gravedad, admitiendo que su gemelo rara vez lo llamo para nada, y Travis nunca necesito a nadie. Y habia dejado a Kade sentirse inutil, inquieto. Sus dias como un jugador de futbol profesional se habian acabado. Su paso como un quarterback estrella de los pumas de Florida no era mas que un recuerdo, lo unico que amaba le habia sido arrancado hace casi dos anos, cuando un conductor borracho no habia visto su motocicleta. Su pierna habia sido destrozada cuando el idiota embriagado se habia instalado en su carril y atrapo la pierna de Kade entre su camion y la moto de Kade. No recordaba mucho del accidente. Pero una de las primeras cosas que recordaba con claridad cristalina era el despertar en la UCI, su novia, Amy, el ceno fruncido, como si la hubiera decepcionado. Y, obviamente… lo hacia. Ella lo habia dejado en ese mismo momento, dejandole claro a Kade que se negaba a estar con un lisiado y no con una celebridad. Tratando de cerrar de golpe su mente por los recuerdos desagradables y dolorosos de su accidente, se centro en las pertenencias que habia dejado en la cama: algunos articulos de ropa desgastada, un cepillo para el pelo, un cepillo de dientes que habia visto dias mejores, una gran bloc de papel y algunos blocs y lapices de carbon bien utilizado. Empujo los otros articulos a un lado, abrio la libreta de papel, hipnotizado mientras lentamente paso las paginas, estudio cada dibujo antes de ir al siguiente. Cada imagen casi salio de la pagina, tan real que casi parecia como si pudieran saltar del papel y volver a la vida frente a el. Los dibujos eran de fantasia – muchos de ellos como criaturas o animales mitologicos- en la primera parte de la coleccion. Ella es una artista. Una maldita artista increible. -“Maldita sea” susurro con voz impresionada cuando se salto algunas paginas en blanco y llego a otra seccion, dejando al descubierto sus retratos. No reconocio ninguna de las personas que habia dibujado. Obviamente, ellos fueron personas comunes en sus actividades diarias, pero podia sentir todas las emociones en un dibujo de la cara de una mujer de edad, una mujer que se parecia a ella estaba sentada en un banco en una parada de autobus, y casi se podian compartir la alegria de un grupo de ninos jugando en un parque infantil. Al hojear el resto de los cuadros de la gente, estaba estupefacto por el talento de Asha. No era un artista, pero los dibujos podian tocar sus emociones, y no era un tipo particularmente emocional. Kade sintio que se le secaba la boca y el estomago se sacudio cuando revelo la ultima imagen, un hombre y una mujer a punto de participar en un apasionado abrazo. El rostro del varon fue sombreado, con la cabeza vuelta hacia un lado, pero el deseo de la mujer estaba tan potentemente dibujado que podia sentir su anhelo desnudo, su desesperacion mientras esperaba a que el hombre que estaba abrazando fuera a besarla. El pelo largo, sedoso en cascada por su espalda, con la cabeza inclinada durante su beso, su rostro revela necesidad. Las palabras escritas debajo del dibujo golpearon Kade con una reaccion visceral: !Alguien! !Algun dia! !En algun lugar

  • No quiero amarte de Sophie Saint Rose

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    Britannia es la pirata mas temida de los mares del sur y lleva un ano buscando al hombre que mato a su padre. La venganza es su unico objetivo. Pero no se imaginaba que la mismisima Reina de Inglaterra se iba a interponer en sus planes y que para conseguir llegar a el, su vida se alteraria hasta ser irreconocible para ella. Pero regresaria a su adorado barco costara lo que costara. Solo el amor podria hacerla cambiar de parecer.

  • Morire por ti (Descubriendo a Seytton 3) de Anne Garber

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    Aqui concluye el final de esta historia... una historia en la que el destino unio a dos corazones que lamentablemente volvieron a sufrir la crueldad de aquellos que no lo poseen.
    Por fin Alec va a compartir con ella esa parte de su pasado... la mas desgarradora y espeluznante; un pasado como bien dijo el, nunca olvidara. ?Podra Chloe soportarlo? Y... ?Su amor sera tan fuerte, para acabar de una vez con todo lo que le atormenta? Nada es lo que parece, imaginad a descubrir lo inimaginable y nunca olvideis que... nada sucede como se espera.

  • No te enamores del profesor de Karol Miller

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    Natalie Taylor es una joven que ha tenido que superar las malas artes del destino. Se enfrenta junto a su hermana a una nueva etapa tras la perdida de su padre. Por fin, parece que vera cumplida una promesa: Graduarse. Pero no sera un camino de rosas el que le queda por delante. Antes de convertirse en una Licenciada debera aprobar todas las asignaturas, incluida la que imparte James McLean.
    El es un profesor arrogante, prepotente, exigente, experimentado, guapo y tremendamente sexy. Es un pecado para todas las mujeres. Cuando Natalie conoce a su profesor solo hay una palabra que le asalta constantemente: Peligro. Pero James parece no estar interesado en algo mas cuando ve a Natalie. Solo busca sexo sin compromiso, sin complicaciones. Pero ambos no pueden luchar contra su atraccion.
    La vida da muchas vueltas y el paso del tiempo cambia a las personas. ?Que ocurrira cuando vuelvan a encontrarse? ?Sera capaz Natalie de conquistar el corazon de James? ?O se rendira a los encantos de otro?

  • El secreto de Gadiro (Kepler 3) de B. E. Raya

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    A Gadiro siempre le ha gustado la adrenalina y los retos, siempre tuvo inquietudes por vivir lo que estaba fuera de los estandares de lo que se esperaba de el por ser hijo del rey. Desafeaba a su padre, aunque el jamas se entero, nunca tuvo tanta valentia para hacerlo cara a cara. Tal vez no era tan valiente despues de todo, y no fue consciente de ello hasta que se dio cuenta de sus propios errores, habia ocultado parte de su vida de sus hermanos, de sus padres, de su pueblo por peticion de una persona, y Gadiro penso que le importaba, que no significaba nada mas que una pura aventura. Que equivocado habia estado. Nunca antes le importo ser un sucio secreto para su amante. Pero ahora que veia la felicidad de su hermano mayor al lado de su consorte, de su hermanita con sus dos companeros, Gadiro se dio cuenta que el deseaba lo mismo para el. Deseaba mucho mas que simplemente sexo. Y era triste darse cuenta que Adelphos no podia darle mas que eso.

  • Cada pequeno beso (Besos junto a la Bahia 1), Susan Hatler de Susan Hatler

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    Cuando Wendy Watts dejo la bahia de la Luna Azul juro que nunca mas volveria a la pequena ciudad costera donde sus padres la habian abandonado junto a su hermano. Ahora era una agente inmobiliaria de gran exito y una adicta al trabajo, algo que la mantuvo alejada de complicadas emociones hasta que su abuela murio, dejando a Wendy la posada en la bahia de la Luna Azul y ordenando que la vendiera, siendo la misma Wendy “en persona” la que la pusiera en el mercado.

  • La novena hora de Alice Mcdermott

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    En una oscura tarde de invierno, en el Brooklyn de principios del siglo xx, un joven inmigrante irlandes que acaba de ser despedido convence a su mujer, que esta a punto de dar a luz, para que salga a hacer la compra. Una vez solo en el apartamento, abre el gas y se suicida. La hermana St. Saviour, una monja de un convento cercano, sera quien ayude a Annie, la pobre viuda, a rehacer su vida.

  • Mecida por el viento de Laura Toves

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    En Madrid, una tarde de primeros de diciembre Olivia y Sean se conocen en un concierto de musica clasica, de forma absolutamente inesperada. En ese momento el siente un flechazo. Sin embargo, Olivia, que esta atravesando una etapa personal de mucho dolor y oscuridad, no mirara a Sean de la misma forma. Pese a ello, ambos recorreran un camino nada facil, lleno de incertidumbres y de terceras personas que se entremezclaran por el camino; un laberinto de emociones y de situaciones inesperadas que les pondran a prueba.

  • Me entregue a ti (Por amor 4) de Maria Beatobe

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    Cuando al darme la vuelta vi a Mora pense que me moria. Las piernas me empezaron a temblar y por un momento crei que me iba a desmayar. Esa sonrisa de autosuficiencia todavia me revolvio mas el estomago. ?Realmente pensaba que iba a atenderle despues de lo que me hizo? ?El muy cabron todavia tenia ganas de seguir jodiendome la vida? No debia de estar bien de la cabeza, porque nadie en su sano juicio podria ser tan cruel con otra persona. Me quede paralizada mientras le miraba fijamente presa del panico. ?Que cojones estaba haciendo alli? ?Sabia que trabajaba en esa tienda o habia sido una casualidad? No se por que, pero algo me decia que no habia sido una mera coincidencia. --?No me vas a saludar? --me reto. A mi no me salian ni las palabras. Bastante que aun las piernas me sostenian. Mi cuerpo no era capaz de reaccionar ante su cruel visita. En mi cabeza empezaron a arremolinarse un monton de imagenes horribles de aquella noche, y ahora todavia me entumecia mas mientras Mora me sonreia cinicamente, acompanado de su amigo Rafa. Oi como Gael salia del despacho y se ponia a mi lado. --Buenas tardes --saludo dirigiendose a ellos. --Buenas tardes, jefe --respondio Mora. Ante mi pasividad, Gael se dio la vuelta para mirarme. Y por como lo hizo me di cuenta de que mi cara no debia de tener buen aspecto. --Naira, ?estas bien? Evidentemente, no lo estaba. Pero no podia decirle <>. En ese momento, empece a notar unos sudores frios que me subian desde la punta de los pies hasta la coronilla. Mi respiracion empezo a acelerarse y mi pulso tambien. Intente mantener la compostura, pero comence a sentir una presion y un mareo horrible en la cabeza y, por instinto, me agarre al hombro de Gael mientras me ponia la otra mano en la frente y cerraba los ojos. --Naira, ?que pasa? --volvio a insistir. --Creo que necesito sentarme un momento. Solo sera un segundo. Lo peor de todo era que Mora seguia de pie frente a mi, sin dejar a un lado esa mueca de superioridad, con las manos en los bolsillos y una malefica media sonrisa. Que asco senti. Me hubiera encantado poder abalanzarme sobre el y pegarle hasta perder todas las fuerzas. Descargar toda mi rabia como si fuera un saco de boxeo. Jamas habia experimentado esa sensacion en mi cuerpo, incapaz de moverlo ni controlarlo. La tension me tenia totalmente agarrotada. Gael me acerco con rapidez un taburete que teniamos tras el mostrador y lo coloco a mi lado. --Ven, sientate. Y eso hice. Di dos pasos hacia atras y me deje caer en el asiento mientras Gael me sostenia. --Vaya... Parece que la dependienta no se encuentra muy bien --dijo Mora con sorna. Vi como Gael alzaba la vista para mirarle y juraria que no lo hizo de buenas maneras. --Pues no. Pero no se preocupe, porque puedo atenderles yo --dijo incorporandose. --Fijate que queriamos que fuera ella la que nos atendiera. ?Verdad, Rafa? --Verdad, verdad --se burlo el poniendo la mano sobre el hombro de su amigo. --Es evidente que ella no lo va a hacer, asi que si os sirvo yo..., bien, si no... --Espera, Gael, yo les atendere --me apresure a decir. Enseguida me puso la mano en el hombro para evitar que me levantara. Gael no solamente habia cambiado el tono de voz, que era cada vez mas desafiante, sino que fui consciente de que estaba perdiendo los papeles cuando dejo de tratarlos de usted y paso a tutearles. En su trabajo era extremadamente perfeccionista y jamas le faltaban las buenas formas, pero ahora todo eso estaba desapareciendo ante la actitud retadora de Mora y su amigo. --No --dijo rotundo--, no vas a atenderles. Lo voy a hacer yo -- respondio sin dejar de mirarles. --Lo cierto es que poco favor te hace tener esta dependienta, que a la minima esta por los suelos --increpo Mora sin dejar de sonreir. En ese instante vi que Gael cogia aire y se acercaba a ellos con gesto provocador. Eso no pintaba nada bien. Y yo me encontraba tan mal que no estaba para ponerme a mediar en una pelea. --Mira, chico... --comenzo. --Mora, me llamo Mora --respondio altivo. --No me importa como te llames, no te lo he preguntado. Para empezar, ya decidire yo si ella es buena o no; tu opinion me importa realmente poco. Y segundo, creo que en esta tienda no hay nada para vosotros. Mora sonrio con suficiencia, puso los ojos en blanco y luego miro hacia otro lado. Hasta que volvio a encararse. --?Nos estas echando? --No queria decirlo asi, pero si. Sera lo mejor. --Eso no dice nada bueno de tu tienda. --Gente como tu, sinceramente, me da lo mismo lo que piense. Los dos idiotas se miraron alzando las cejas y, al volverse hacia Gael, Mora fijo su mirada en mi. --Bueno, Naira, pues ya nos veremos, ?no? ?No le has contado a tu jefecillo que tu y yo pasamos muy buenos ratos juntos? Le asesine con la mirada. Y a Gael no le paso desapercibido mi gesto. Ese tio definitivamente era un gilipollas desalmado. Me tenia cogida por el trabajo de mi padre, porque si no... ya habria hablado mas de la cuenta. --Buenas tardes --dijo Gael extendiendo el brazo hacia la salida e indicandoles que abandonaran el local. --Nos vamos, pero que sepas que la ropa de tu tienda es una mierda de pijos. La verdad es que tampoco pensabamos comprar nada, ?verdad, Rafa? Solo veniamos a ver a la dependienta, que esta para hacerle un favor, aunque ella no se deje. Y ambos chocaron las manos y empezaron a carcajearse. Gael dio un paso adelante con decision, hasta que le cogi la mano para detenerle. Pasaron unos segundos que a mi se me hicieron eternos. El cruce de miradas brutal entre Mora y Gael hizo que se me encogiera el estomago. Se estaban perforando el uno al otro solo con los pensamientos que cruzaban por sus cabezas. --He dicho que adios --dijo Gael asertivo, sin cambiar un apice su expresion. Oi un <> que susurro Mora antes de darse la vuelta para irse de la tienda. Segun salieron, Gael cerro con pestillo, se acerco hasta mi y se puso de rodillas para quedar a mi altura. --?Estas bien? --Si, lo siento... No se que me ha pasado. --Naira, ?de que los conoces? --Iban a mi instituto. --Lo que tengo claro es que algo te ha pasado con ellos, Naira, porque te has quedado bloqueada. --?A mi? No... Me habra sentado algo mal; no te preocupes, Gael. --He visto como le mirabas. --?A quien? --Al chico que estaba delante. Al tal Mora. Que no se de que, pero su cara me suena de algo. !Mierda! Espero que no se acuerde de que cuando le vio estaba conmigo el dia de la fiesta. Nos cruzamos cuando Hugo y el volvian de comprar y yo estaba en la puerta con Mora y con mis amigas. Por favor, que no lo recuerde; si no, si que ya me vengo abajo. --No, de verdad, Gael. Esta todo bien. Y me levante para ir al bano y poder volver a respirar. Porque desde que el impresentable de Mora habia entrado, yo habia dejado de hacerlo inconscientemente. 58 El resto de la tarde lo pasamos casi sin hablar. Yo me dedique a atender a la gente que entraba mientras el hacia numeros y llamadas desde el mostrador. No habia ido al despacho en ningun momento y por un instante llegue a pensar que no lo habia hecho porque no queria dejarme sola en la tienda por si Mora y Rafa volvian. Aunque apenas hablamos (lo hicimos unicamente por temas de la tienda), si que nos miramos... y muchas veces. Me sentia tan mal por no contarle lo que habia pasado entre Mora y yo que no era capaz ni de sostenerle la mirada. A la hora de cerrar entre a cambiarme al despacho mientras el bajaba la persiana, como todos los dias. Aun me temblaba algo el pulso despues de haberme reencontrado con Mora, con el chico que me habia dejado una huella imborrable en el corazon para siempre, y no precisamente por algo bueno. Estaba en sujetador colocandome la camiseta cuando Gael entro en el despacho sin llamar. Por inercia, me tape el pecho con ella y le mire sorprendida. Pero el prosiguio sin inmutarse y cerro la puerta despacio tras el. Yo trague saliva y espere para descubrir cuales eran sus intenciones. Se acerco poco a poco hacia mi sin dejar de mirarme. Yo solamente llevaba puesta una faldita plisada estampada, mientras el sujetador asomaba ligeramente a traves de la camiseta con la que intentaba taparme. En decimas de segundo lo tenia pegado a mi. Me puso las manos en la cintura y me dio un suave beso en el cuello, que recibi con los ojos cerrados. --?Estas mejor? --susurro. --Si. --?Por que te fuiste asi esta manana? Me he vuelto loco al no encontrarte en mi cama cuando me he despertado. Continuaba besandome y eso hacia que me resultara bastante dificil concentrarme en una respuesta medianamente decente. --Lo siento. Me asuste. Dejo de regalarme caricias en el cuello para pasar a mirarme mientras apoyaba suavemente su frente en la mia. --No tengas miedo, Naira. ?Que es lo que te asusta? --susurro. --No es facil, Gael. --Confia en mi, por favor. Dime todo lo que sientes. Necesito saber a que atenerme. --Me da terror lo que estoy empezando a sentir por ti. Al tenerle tan cerca y notar como sus manos me rozaban el vientre, conteste sin pensar. En ningun caso queria ser tan explicita en mi respuesta, pero es que mi corazon deseaba gritar a los cuatro vientos que el me hacia sentir cosas que no habia sentido antes por nadie. Me moria por abrazarle y entregarme a el en cuerpo y alma, pero eso suponia tener que soltar la camiseta y que me viera en sujetador. Vale que el ya me habia visto en ropa interior de cintura para arriba, pero seguia siendo vergonzosa, que le ibamos a hacer, y la verguenza no desaparecia de un dia para otro. Ademas, para que nos ibamos a enganar: no era uno de mis mejores sujetadores; si lo hubiera sabido, habria elegido el que me compre en La Perla no hacia mucho tiempo.

  • !Como puedes comer eso! de Christophe Brusset

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    Carne de caballo vendida como carne de buey, te verde chino rico en pesticidas, azafran espanol que en realidad es irani, mermelada de fresa sin fresas, guindilla india aderezada con excrementos de raton, leche infantil al toque de melamina... Bienvenidos al lado oscuro de la industria alimentaria, en el que las regulaciones se estiran hasta el limite para ampliar el margen de beneficio, incluso a cambio de poner en riesgo la salud de los consumidores.

  • Trilogia Oli de Luis A. Santamaria

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    EL SECRETO DE OLI:
    OS CONTARE LA HISTORIA DE COMO FUI ENGANADO POR LA HISTORIA QUE MAS QUERIA.
    Asi comienza Alfonso Morales el relato sobre como, hace 23 anos, se vio sumergido en una atipica historia con una joven ambarena que le cambio la vida.
    En la actualidad, Oli, un entrometido nino de diez anos, descubre que una enfermedad letal amenaza la vida de su madre. Inmediatamente construye en su peculiar imaginacion un plan para salvar a su familia. Para ello cuenta con la ayuda del ‘Yayo’, sarcastico cirujano retirado, conocido por los inmorales tratos utilizados con sus discipulos y que tiene buenas razones para no preocuparse por las consecuencias del manana. Juntos se adentraran en los oscuros misterios de la familia y en una trama en la que saldran a la luz algunos turbulentos sucesos ocurridos en el pueblo pesquero de Ambar: venganzas, corrupciones, traiciones... y un secreto que cambiara el destino de todos para siempre.

  • Las incorrectas de Paloma Bravo

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    Eva, Cristina, Candela e Inma no tienen nada en comun (ni el estado civil, ni la profesion, ni la actitud ante la vida) pero se encuentran en el club de futbol de sus hijos. Alli, inmersas cada una en su propia crisis vital, descubriran que la amistad lo puede todo.

  • La desaparicion de Josef Mengele de Olivier Guez

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    El North King surca el agua cenagosa del rio. Los pasajeros, que han subido a cubierta, escrutan el horizonte desde el amanecer, y ahora que las gruas de los astilleros y la linea roja de los tinglados perforan la bruma, unos alemanes entonan un canto militar, unos italianos se persignan y unos judios rezan, pese a la llovizna, unas parejas se besan, el transatlantico arriba a Buenos Aires tras una travesia de tres semanas. Solo en la borda, Helmut Gregor cavila. Esperaba que acudiera a buscarlo una lancha de la policia y asi evitar los incordios de la aduana. En Genova, donde ha embarcado, Gregor ha suplicado a Kurt que le haga ese favor, se ha presentado como un cientifico, un genetista de altos vuelos, y le ha ofrecido dinero (Gregor tiene mucho dinero), pero el intermediario se ha zafado sonriendo: los favores de esa indole se reservan para los peces gordos, para los dignatarios del antiguo regimen, raramente para un capitan de las SS. Aun asi, enviara un cable a Buenos Aires, Gregor puede contar con el. Kurt se embolso los marcos pero la lancha no ha aparecido. De modo que Gregor aguarda en el gigantesco vestibulo de la aduana argentina con los demas emigrantes. Sostiene con firmeza dos maletas, una grande y otra pequena, y observa a su alrededor a la Europa del exilio, las largas filas de personas anonimas, elegantes o desalinadas, de las que se ha mantenido apartado durante la travesia. Gregor ha preferido contemplar el oceano y las estrellas o leer poesia alemana en su camarote; ha pasado revista a los ultimos cuatro anos de su vida, desde que abandono Polonia a la desesperada en enero de 1945 y se diluyo en la Wehrmacht para escapar de las garras del Ejercito Rojo: su internamiento durante unas semanas en un campo norteamericano de prisioneros, su liberacion gracias a su documentacion falsa a nombre de Fritz Ullmann, su escondite en una florida granja de Baviera, no lejos de Gunzburg, su ciudad natal, donde corto heno y selecciono patatas durante tres anos haciendose llamar Fritz Hollmann, despues su huida en Semana Santa, dos meses atras, la travesia de las Dolomitas por caminos sembrados de contrabandistas, la llegada a Italia, a Tirol del Sur, o Alto Adigio, donde paso a ser Helmut Gregor, a Genova por fin, donde el bribon de Kurt le facilito las gestiones ante las autoridades italianas y la emigracion argentina. 2 El fugitivo tiende al funcionario de aduanas un documento de viaje de la Cruz Roja Internacional, una autorizacion de desembarco y un visado de entrada: Helmut Gregor, 1,74 metros de altura, ojos castano verdoso, nacido el 16 de agosto de 1911 en Termeno, o Tramin en aleman, municipio de Tirol del Sur, ciudadano aleman de nacionalidad italiana, catolico, mecanico de profesion. Direccion de Buenos Aires: calle Arenales 2460, barrio de Florida, c/o Gerard Malbranc. El aduanero inspecciona su equipaje, la ropa meticulosamente doblada, el retrato de una mujer rubia de rasgos delicados, libros y algunos discos de opera, y hace una mueca al descubrir el contenido de la maleta pequena: jeringuillas hipodermicas, cuadernos de anotaciones y dibujos anatomicos, muestras de sangre y de celulas: un poco extrano para un mecanico. Llama al medico del puerto. Gregor se estremece. Ha corrido riesgos descabellados para conservar el maletin comprometedor, fruto inestimable de anos y anos de investigaciones, toda su vida, que se llevo consigo cuando abandono precipitadamente su puesto en Polonia. Si los sovieticos lo hubieran capturado en posesion de aquello, lo habrian ejecutado sin mediar juicio alguno. De camino hacia el oeste, en la primavera de 1945 de la gran debacle alemana, se lo confio a una enfermera comprensiva, con la que se reunio posteriormente en el este de Alemania, en zona sovietica, un periplo demencial tras su liberacion del campo estadounidense y tres semanas de viaje. Despues se la traspaso a Hans Sedlmeier, su amigo de la infancia y hombre de confianza de su padre, industrial de profesion; Sedlmeier, con quien se vio regularmente en los bosques que rodeaban la granja donde se enterro durante tres anos. Gregor no habria abandonado Europa sin su maletin: Sedlmeier se lo devolvio antes de su marcha a Italia con un grueso sobre lleno de dinero, y ahora un estupido de unas mugrientas lo esta echando todo por la borda, piensa Gregor, mientras el medico del puerto inspecciona las muestras y las anotaciones hechas con apretada letra gotica. Como el medico no entiende nada, interroga a Gregor en espanol y este le contesta en aleman; el mecanico le habla de su vocacion de biologo aficionado. Los dos se miden con la mirada y el medico, que tiene ganas de irse a comer, con un gesto le indica al aduanero que puede dejarlo pasar. Aquel 22 de junio de 1949, Helmut Gregor ha alcanzado el santuario argentino. 3 En Genova, Kurt le habia prometido que en el puerto lo esperaria un medico aleman que lo conduciria a casa de Malbranc, pero el intermediario ha vuelto a enganarlo. Gregor da mil vueltas bajo la lluvia, tal vez su contacto ha pillado un atasco. Escruta los muelles, el trajin de los estibadores, las familias reunidas que se eclipsan sonriendo, las pilas de cuero y los fardos de lana de las zonas de los cargueros. Ningun medico aleman a la vista. Gregor consulta su reloj, gime la sirena de un barco frigorifico, Gregor, angustiado, duda en correr a casa de Malbranc, pero decide esperar, es mas prudente. Pronto es uno de los ultimos pasajeros del North King, que sigue en el muelle. Dos calabreses cargados como mulas le proponen compartir un taxi. Gregor se sorprende yendose con los piojosos; ese primer dia en tierra sudamericana no le apetece quedarse solo, y, ademas, no tiene adonde ir. 4 En el hotel Palermo, comparte una habitacion sin lavabo ni servicios con sus acompanantes, que se burlan de el: Gregor, el tiroles del sur, no sabe ni una palabra de italiano. Maldice su eleccion, pero asume la situacion en que se halla, acepta unas lonchas de salchichon con ajo y se duerme exhausto, con el maletin fuertemente encajado entre la pared y el, a salvo de la codicia de los dos hombres. A la manana siguiente, esta al pie del canon. En casa de Malbranc, nadie contesta al telefono: sube a un taxi, deja el maletin en la consigna de la estacion de tren y se dirige a una calle tranquila del barrio de Florida. Gregor llama a la puerta de una espaciosa villa de estilo neocolonial. Regresa al cabo de una hora, llama de nuevo a la puerta, despues telefonea tres veces, en vano, desde el cafe en que ha buscado refugio. Antes de abandonar Genova, Kurt le ha facilitado un segundo contacto en Buenos Aires: Friedrich Schlottmann, un hombre de negocios aleman, dueno de una floreciente empresa textil. En 1947, Schlottmann financio la exfiltracion de aviadores e ingenieros del ejercito del aire aleman, via los paises escandinavos. <>, le dijo Kurt. Al llegar a la oficina central de la Sedalana, Gregor exige ver a Schlottmann, pero este va a estar toda la semana de vacaciones. Ante su insistencia, una secretaria lo conduce ante un responsable de recursos humanos, un germano argentino con traje cruzado cuya pinta le desagrada de inmediato. Gregor es candidato a un puesto de gerente, pero, en vez de eso, el joven de pelo aceitoso le ofrece un trabajo de obrero <>: cepillar la lana que llega a diario de Patagonia; es lo que suele darseles a los camaradas recien llegados. Gregor tuerce el gesto, podria saltar a la garganta de aquel mequetrefe. ?El, un hijo de buena familia, con dos doctorados, uno en antropologia y otro en medicina, ponerse a frotar, a friccionar tonsuras de corderos en compania de indios y extranjeros, inmerso en los efluvios de productos toxicos, diez horas al dia, en un suburbio de Buenos Aires? Gregor sale dando un portazo del despacho del empleado y jura retorcerle el pescuezo a Kurt cuando regrese a Europa. 5 Gregor analiza la situacion mientras se toma a sorbos una naranjada. Encontrar un trabajo, aprender cien palabras de espanol cada dia, echarle el guante a Malbranc, un exagente de la red Bolivar de la Abwehr, los servicios de inteligencia nazis; sobrellevar la situacion con paciencia permaneciendo con los dos calabreses aunque podria permitirse un buen hotel. No entiende el dialecto de los meridionales, solo que son veteranos fascistas de la conquista de Abisinia. Unos soldados no lo traicionaran, asi que mejor mantener un perfil bajo y sus preciadas divisas, el futuro es incierto, Gregor nunca ha sido temerario. Avellaneda, La Boca, Monserrat, Congreso…, ante un mapa desplegado, se familiariza con la topografia de Buenos Aires y se siente diminuto ante el damero, insignificante como una pulga, el, que hasta hace poco tenia aterrorizado a todo un Reich. Gregor piensa en otro damero, barracones, camaras de gas, crematorios, vias ferreas, donde paso sus mejores anos como ingeniero de la raza, una ciudad prohibida sumida en el olor acre de carne y pelo socarrados y rodeada de torretas y alambre de espino. En moto, en bicicleta y en coche, circulaba entre las sombras sin rostro, infatigable dandi canibal, botas, guantes y uniforme deslumbrantes, gorra levemente inclinada. Cruzar su mirada y dirigirle la palabra estaba prohibido; sus propios camaradas de la Orden Negra le temian. En la rampa donde se clasificaba a los judios de Europa, ellos estaban borrachos, pero el permanecia sobrio y silbaba entre dientes compases de Tosca con una sonrisa. No abandonarse nunca a un sentimiento humano. La piedad es una debilidad: con un movimiento del fino baston, el omnipotente sellaba la suerte de sus victimas, a la izquierda la muerte inmediata, las camaras de gas, a la derecha la muerte lenta, los trabajos forzados o su laboratorio, el mayor del mundo, que el alimentaba con <> (enanos, gigantes, tullidos, gemelos) con la llegada diaria de los convoyes. Inyectar, medir, sangrar; descuartizar, asesinar, practicar autopsias: a su disposicion, un zoo de ninos cobayas con el fin de desvelar los secretos de la gemelaridad, de producir superhombres y de acrecentar la fecundidad de las alemanas para poblar algun dia con campesinos soldados los territorios del Este arrancados a los eslavos y defender la raza nordica. Guardian de la pureza de la raza y alquimista del hombre nuevo: despues de la guerra le esperaban una formidable carrera universitaria y el reconocimiento del Reich victorioso. Sangre para el suelo, su demencial ambicion, el gran proyecto de Heinrich Himmler, su jefe supremo. Auschwitz, mayo de 1943-enero de 1945. Gregor es el Angel de la Muerte, el doctor Josef Mengele. 6 Bruma, lluvias violentas, el invierno austral se apodera de Buenos Aires y Gregor, tumbado en la cama, se deprime, esta resfriado. Observa la carrera de una cucaracha surgida de un conducto de ventilacion y se estremece bajo las mantas. No se habia sentido tan indispuesto desde el otono de 1944. Los sovieticos se lanzaban al asalto de Europa Central: el sabia que la guerra estaba perdida y no lograba conciliar el sueno, agotado por los nervios. Logro levantar cabeza gracias a su mujer, Irene. Durante el verano ella se presento en Auschwitz y le mostro las primeras fotos de su hijo, Rolf, nacido unos meses antes, y pasaron unas semanas idilicas. Pese a su ingente tarea tras la llegada de cuatrocientos cuarenta mil judios hungaros, vivieron una segunda luna de miel. Las camaras de gas funcionaban a pleno rendimiento; Irene y Josef se banaban en el Sola. Los SS quemaban a hombres, mujeres y ninos en los fosos; Irene y Josef recogian arandanos con los que ella preparaba confituras. Las llamas brotaban de los crematorios; Irene le chupaba el pene a Josef y Josef poseia a Irene. En menos de ocho semanas fueron exterminados mas de trescientos veinte mil judios hungaros. Cuando a comienzos de otono Josef habia amenazado con venirse abajo, Irene permanecio a su lado. Se habian mudado a un nuevo barracon equipado con banera y cocina, y tenian testigos de Jehova a su servicio. Gregor mira el retrato de Irene colocado en la mesita de noche, una foto de 1936, el ano en que se conocieron, en Leipzig. El trabajaba en el hospital universitario, ella estaba de paso, estudiaba historia del arte en Florencia. Un flechazo: la joven tenia diecinueve anos, el cabello rubio y el cuerpo delgado, el porte de una Venus de Cranach, su ideal femenino. Gregor tose y se acuerda de Irene, con un vestido de verano, colgada de su brazo en el Jardin Ingles de Munich; de Irene embobada en el cupe Opel corriendo por las autopistas del Reich el dia de su boda, en visperas de la guerra. Y Gregor se subleva al contemplar por milesima vez los labios finos de su esposa en la fotografia. Se nego a acompanarlo a Argentina con su hijito, a llevar una vida de fugitiva allende el oceano. Mengele figura en la lista estadounidense de criminales de guerra y su nombre ha salido a relucir en varios juicios.

  • Un beso arriesgado de Olga Salar

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    Trabajar en un periodico se suponia que era una experiencia interesante, cargada de desafios y de momentos de tension, de noticias que cubrir y ruedas de prensa a las que asistir. Momentos historicos en los que participar y escandalos que destapar. No obstante, trabajar de becaria limitaba esos momentos a la minima expresion. Tanto que los convertia en inexistentes. Las tareas que le asignaban a Veronica Campos, en el periodico en el que realizaba sus practicas, eran mortalmente aburridas: contestar al telefono, ayudar a los redactores con las correcciones y, de vez en cuando, Luis, el director del periodico, le concedia algun articulo para que se sintiera parte de la plantilla. Una entrevista con un escritor novato o una nota sobre algun tema local. Sin embargo, y a pesar de los momentos de tedio, ella estaba encantada con trabajar alli. Habia aprendido mas esos meses en la redaccion que en los ultimos cinco anos en la universidad. Puede que no tanto en terminos tecnicos: aun no sabia como redactar un buen texto, como citar correctamente. No obstante, si que habia asimilado cuales eran las mejores preguntas para romper el hielo en una entrevista, como determinar si una fuente era de fiar o no... Pequenos detalles que marcaban la diferencia en un momento dado. Desde el momento en que llego, toda nervios e inseguridades, los companeros la habian acogido con amabilidad. Incluso habia llegado a trabar amistad con varios de ellos. Pese a todo, si tenia que ser sincera consigo misma, la mejor parte del dia era cuando el novio de Elba llamaba por telefono para hablar con su chica. Era entonces cuando Veronica le encontraba utilidad a hacerse cargo de las llamadas que llegaban a la redaccion, porque se encargaba de filtrarlas, y eso le permitia hablar unos minutos con el. Sus primeras interacciones habian sido muy formales, a pesar de ser la que tomaba las notas de sus mensajes para Elba y de que algunos eran realmente curiosos. Se limitaban a los saludos de rigor seguidos de los mensajes, estramboticos y originales. En una ocasion le habia hecho escribir un fragmento de una cancion de Alejandro Sanz que la habia hecho suspirar durante dias. Ni siquiera lo habia visto en persona y Veronica ya sabia que queria tener una pareja como el: atenta, romantica y con una voz que la hiciera estremecer. Despues de asumir que era el hombre perfecto, se habia dado de bruces con el en las escaleras del periodico y habia descubierto que, ademas, era muy atractivo, detalle que termino desencadenando que se sintiera culpable por pensar en el de un modo tan personal. De hecho ni siquiera se lo habia contado a su mejor amiga, preocupada porque Carla pensara lo peor de ella. Y es que Elba era una persona maravillosa, y no se merecia que Veronica fantaseara de ese modo con su novio. Quien, por cierto, hacia dias que no daba senales de vida. ?Se habria peleado la feliz pareja?, se pregunto, volviendo a sufrir un ataque de culpabilidad por el pensamiento. Como si hubiera leido su mente, el telefono comenzo a sonar y, al descolgarlo, escucho la voz que tanto habia recordado en los ultimos dias.

  • Lo que quedo de ti de Sarah Everett

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    Adictiva, encantadora y llena de sorpresas. Perfecta para fans de Jandy Nelson y Jenny Han. Una novela inteligente escrita con un gran sentimiento. De la noche a la manana, la vida de Addison Sullivan ha dado un vuelco de lo mas extrano. Mientras viajaba en autocar de vuelta a casa, charlando tranquilamente con un pasajero de su edad, el vehiculo ha patinado en el suelo helado y se ha estrellado. Addie ha salido ilesa del accidente, salvo por los olvidos que sufre de vez en cuando y algo mas. De repente, el desconocido del autobus parece estar en todas partes. En el centro comercial. En el instituto. En la puerta de su casa. Addie ni siquiera sabe su nombre, pero no puede dejar de pensar en el. En su sonrisa. En su desparpajo.

  • Efectos colaterales del amor de Krystal Sutherland

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    Henry cree en el amor para toda la vida. Y cuando conoce a Grace, excentrica y coja, se enamora perdidamente de ella contra todo pronostico. Pero el pasado de ella oculta secretos que aun esta intentando
    superar, y un nuevo amor no forma parte de sus planes futuros.
    Juntos, recorreran el emocionante y complicado camino del primer amor, con consecuencias imprevistas.
    Dos personajes con sentimientos a flor de piel y mentes brillantes esforzandose por comprender la eterna lucha entre corazon y cabeza, entre recuerdo y esperanza.

  • Las invitadas secretas de Benjamin Black

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    A causa de los constantes bombardeos que sufre Londres durante la Segunda Guerra Mundial, los reyes de Inglaterra han decidido alejar a las dos princesas de la capital. En una mision de alto secreto, las chicas de diez y catorce anos viajan hasta la destartalada mansion de un familiar en un remoto pueblecito irlandes, donde deben vivir de incognito hasta nueva orden. Solo conocen su verdadera identidad el propietario de la casa, la agente de los servicios de inteligencia britanicos que las acompana y el subinspector irlandes Strafford, que no acaba de sentirse comodo en su papel. Se diria que Irlanda es un refugio seguro, a buen recaudo de los nazis, pero nadie parece haber reflexionado sobre la hostilidad que despiertan los ingleses entre muchos de los lugarenos.