• libro la dalia negra - James Ellroy

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    Jamas le conoci en vida. Existe para mi a traves de los otros, mediante la evidencia de lo que su muerte les obligo a hacer. Trabajando con el pasado, busque solo hechos, y la reconstrui bajo la forma de una muchachita triste y una puta, en el mejor de los casos como alguien que-pudo-ser..., una etiqueta que podria serme aplicada tambien a mi. Desearia haber podido concederle un final anonimo, relegado a unas pocas palabras laconicas sobre el informe de un policia de Homicidios, la copia en papel carbon que se manda a la oficina del forense, mas papeleo necesario para llevarle al cementerio. Lo unico que habia de malo en mi idea es que ella no hubiera querido que las cosas ocurrieran de ese modo. Por brutales que fueran los hechos, ella hubiese querido que tales hechos llegaran a ser conocidos. Y dado que le debo mucho, y soy el unico conocedor de la historia, he empezado a escribir esto. Pero antes de la Dalia estuvo la relacion, y antes de eso, la guerra, los reglamentos militares y las maniobras en la Division Central, los cuales nos recordaban que tambien los polis eramos soldados, aunque fuesemos mucho menos populares que quienes estaban combatiendo contra los alemanes y los japoneses. Despues del trabajo de cada dia, los patrulleros tenian que participar en simulacros de ataque aereo, pruebas de oscurecimiento y entrenamientos para la evacuacion en caso de incendio, lo cual nos obligaba a ponernos firmes en la calle Los Angeles, a la espera de que el ataque de un Messerschmitt nos hiciera sentir un poco menos estupidos. La llamada para los servicios del dia seguia siempre un orden alfabetico, y poco despues de haberme graduado en la Academia, en agosto de 1942, conoci a Lee alli mismo. Ya habia oido hablar de el por su reputacion y estaba enterado de nuestros historiales respectivos: Lee Blanchard, peso pesado, 43 victorias, 4 derrotas y 2 nulos; con anterioridad, atraccion regular en el estadio de la Legion de Hollywood. Y yo: Bucky Bleichert, peso ligero, 36 victorias, ninguna derrota, y ningun nulo, colocado una vez en el puesto numero diez del ranking por la revista Ring, tal vez porque a Nat Fleisher le divertia la mueca desafiante con que solia contemplar a mis adversarios, en una exhibicion de mis dientes de caballo. Pero las estadisticas no contaban toda la historia. Blanchard pegaba duro, y recibia seis golpes para poder colocar uno, un clasico cazador de cabezas; yo bailaba, hacia fintas y buscaba el higado, siempre con mi guardia en alto, pues temia que si recibia demasiados punetazos en la cabeza mi aspecto se estropearia aun mas de lo que mis dientes lo estropeaban. En cuanto a los estilos de pelear, Lee y yo eramos como el aceite y el agua, y cada vez que nuestros hombros se rozaban cuando nos repartian las tareas a primera hora del dia, yo me preguntaba quien ganaria. Durante cerca de un ano nos estuvimos midiendo mutuamente. Jamas hablabamos del boxeo o del trabajo policial y limitabamos nuestra conversacion a unas cuantas palabras sobre el tiempo. En lo fisico, eramos tan distintos como pueden serlo dos hombres: Blanchard, rubio, de complexion sanguinea, media metro ochenta y dos y tenia los hombros y el torax enormes, con las piernas gruesas y arqueadas y el nacimiento de una tripa dura e hinchada; yo era de tez palida y cabello oscuro, un metro noventa de flaca musculatura. ?Quien ganaria? Finalmente, deje de intentar predecir quien seria el ganador. Pero otros policias habian adoptado la pregunta como suya y, durante ese primer ano en la Central, oi docenas de opiniones: Blanchard por un KO rapido; Bleichert por decision de los jueces; Blanchard parando el combate, siendo retirado de este por heridas... Todo, salvo Bleichert noqueando a su adversario. Cuando no me veian, les oia susurrar nuestras historias fuera del ring: el ingreso de Lee en el Departamento de Policia de Los Angeles; sus rapidos ascensos, conseguidos gracias a los combates privados a los cuales asistian los peces gordos de la policia y sus amigotes de la politica; como capturo a los atracadores del Boulevard-Citizens, alla por el 39, y se enamoro de una de las chicas de los ladrones, lo que le impidio engrosar las filas de los detectives cuando la chica se fue a vivir con el --en una completa violacion de las reglas del Departamento sobre no mezclar el trabajo y la vida privada-- y, por ultimo, la peticion de ella para que dejara de boxear. Los rumores sobre Blanchard me llegaban igual que los golpes y las fintas del ring, y yo me preguntaba hasta que punto serian ciertos. Los fragmentos de mi propia historia eran como punetazos en el estomago, por su veracidad al ciento por ciento: el ingreso de Dwight Bleichert en el Departamento para escapar de problemas bastante graves; la amenaza de expulsion de la academia cuando se descubrio que su padre pertenecia al Bund germano-estadounidense; las presiones sufridas para que denunciara ante el Departamento de Extranjeros a los chicos de ascendencia japonesa con los cuales habia crecido para asi asegurar su posicion dentro del Departamento de Policia de Los Angeles... No le habian pedido que celebrara combates privados porque no era un buen pegador, de los que dejan inconsciente a sus adversarios a las primeras de cambio. Blanchard y Bleichert: un heroe y un desgraciado. Acordarme de Sam Murakami y de Hideo Ashida, esposados y camino a Manzanar, hizo que las cosas quedaran bastante simplificadas entre nosotros dos..., al principio. Mas tarde entramos en accion, codo a codo, y mis primeras impresiones sobre Lee --y sobre mi mismo--, se fueron al garete. Era a principios de junio de 1943. La semana anterior, los marineros se habian peleado con unos cuantos mexicanos vestidos de cuero negro en el muelle Lick de Venice. Corrian rumores de que uno de los chicos habia perdido un ojo. Empezaron a producirse escaramuzas tierra adentro: personal de la marina procedente de la base naval de Barranco Chavez contra los pachucos de Alpine y Palo Verde. A los periodicos llegaron noticias de que los mexicanos llevaban insignias nazis, ademas de sus navajas de muelle, y centenares de soldados, infantes de marina y marineros de uniforme cayeron sobre las zonas bajas de Los Angeles, armados con bates de beisbol y garrotes de madera. Se suponia que en la Brew 102 Brewery, en Boyle Heights, los pachucos se agrupaban en numero similar y con armamento parecido. Cada patrullero de la Division Central fue llamado al cuartel y alli se le proporciono un casco de laton de la Primera Guerra Mundial y una tranca enorme conocida como sacudenegros. Al caer la noche, fuimos conducidos al campo de batalla en camiones que habian sido prestados por el ejercito y se nos dio una sola orden: restaurar la paz. Nos habian quitado los revolveres reglamentarios en la comisaria; los jefazos no querian que ningun 38 cayera en manos de esa asquerosa y jodida ralea mexicano-argentina, los gangsters morenos. Cuando saltamos del camion en Evergreen y Wabash, llevando en la mano solo un garrote de kilo y medio con el mango recubierto de cinta adhesiva para que no resbalara, me senti diez veces mas asustado de lo que jamas habia estado en el ring, y no porque el caos estuviera acercandose a nosotros desde todas las direcciones. Me sentia aterrado, porque, en realidad, los buenos eran los malos. Los marineros estaban reventando a patadas todas las ventanas de Evergreen; infantes de marina con sus uniformes azules destrozaban sistematicamente las farolas, lo cual producia cada vez mas y mas oscuridad en la que poder trabajar. Soldados y marineros de agua dulce habian dado de lado la rivalidad entre las distintas armas y volcaban los coches aparcados ante una bodega al tiempo que jovencitos de la marina vestidos con sus acampanados pantalones blancos molian a palos a un grupo de mexicanos, al que superaban con mucho en numero, en un portal de al lado. En la periferia de la accion pude ver como unos cuantos de mis companeros se lo pasaban en grande con gente de la Patrulla Costera y policias militares. No se cuanto tiempo permaneci alli, quieto y aturdido, mientras me preguntaba a mi mismo que debia hacer. Entonces, mire hacia la calle Primera, al final de Wabash, donde vi casitas y arboles; nada de pachucos, polis o infantes de marina sedientos de sangre. Antes de saber muy bien lo que hacia, corri en esa direccion a toda velocidad. Hubiera seguido asi hasta derrumbarme pero una aguda carcajada que broto de un porche me hizo frenar en seco. Fui hacia el lugar de donde me llegaba el sonido. --Eres el segundo de los polis jovenes que sale como si se le quemara el culo de la animacion --me dijo una voz bastante cascada--. No te culpo. Resulta bastante dificil saber a quien le has de poner las esposas, ?verdad que si? Me quede en el porche, sin moverme, y mire al viejo. --La radio dice que los taxistas han ido hasta los cuarteles de la parte alta de Hollywood para traer a los marineritos hasta aqui. Segun la KFI, esto es un asalto anfibio, han estado tocando Levando anclas cada media hora y he visto unos cuantos reflectores giratorios al final de la calle. ?Crees que esto es lo que llamais vosotros un asalto anfibio? --No tengo ni idea, pero yo me largo. --No eres el unico, ?sabes? Hace muy poco, un hombreton paso corriendo por aqui. El abuelo comenzaba a parecerme una version de mi padre, aunque algo mas correosa. --Hay unos cuantos pachucos que necesitan ver su orden restaurado. --?Y cree que eso es sencillo, amigo? --A mi me lo resultaria. El viejo lanzo una risita de placer. Baje del porche y volvi hacia donde debia estar, mientras me daba golpecitos en la pierna con el garrote. Ahora, todas las farolas estaban rotas; resultaba casi imposible distinguir a los mexicanos de los soldados. El observar aquello me proporciono un camino facil para salir de mi dilema, y me dispuse para lanzarme a la carga. Entonces, a mi espalda, oi gritar: <>, y supe quien era el otro tipo que tambien habia salido corriendo. Retrocedi. Alli tenia a Lee Blanchard. <>, enfrentandose a tres infantes de marina de uniforme azul y un pachuco con todos sus cueros de gala. Los tenia acorralados en el camino que cruzaba el patio de una cabana bastante maltrecha y los rechazaba con rapidos gestos de su sacudenegros. Los marineritos le lanzaban golpes con sus garrotes, y fallaban siempre porque Blanchard no paraba de moverse, atras y adelante, hacia un lado, sosteniendose con gran agilidad sobre las puntas de los pies. El pachuco no cesaba de acariciar las medallas religiosas que le colgaban del cuello y su expresion era la de no entender nada.

  • LA DALIA NEGRA | JAMES ELLROY | Casa del Libro

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    Elizabeth Short, de 22 años, llamada la Dalia Negra, llevará a los detectives a los bajos fondos de Hollywood, para así involucrar a ciertas personas ...

  • La Dalia Negra (Cuarteto de Los Ángeles 1) Versión Kindle

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  • La dalia negra - Libro de James Ellroy - Lecturalia

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  • LA DALIA NEGRA - ELLROY JAMES - Sinopsis del libro ...

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    Basada en un suceso real e inspirada en el asesinato de su propia madre, La Dalia Negra es la primera novela del «Cuarteto de Los Ángeles», ciclo novelístico ...

  • James Ellroy: La Dalia Negra - Un libro al día

    http://unlibroaldia.blogspot.com/2017/10/james-ellroy-la-dalia-negra.html

    5 oct 2017 — Más allá de la trama detectivesca, sin embargo, La Dalia Negra es, ... sea con el señor Ellroy o, al menos, con sus libros (casi mejor).

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  • La Dalia Negra (Cuarteto de Los Ángeles 1) | Penguin Libros

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  • LA DALIA NEGRA. CUARTETO DE LOS ÁNGELES I. ELLROY ...

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    LA DALIA NEGRA (Libro en papel). CUARTETO DE LOS ÁNGELES I. de ELLROY, JAMES. LA DALIA NEGRA.

  • Notas para Grace de Brittainy C. Cherry

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    “Por y para siempre.”

  • La buena lluvia sabe cuando caer de Anchee Min

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    Una joven consigue escapar de la China comunista de Mao con la ilusion de iniciar una nueva vida y cumplir el sueno de ser libre. Basada en una historia real.

  • Si te atreves, amame de Olga Salar

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    ?Se atreveran a arriesgar de nuevo o el temor a sufrir los separara?

  • K-pop Love Story de Ae-jung

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    Aliiiiiiiiice!!!!!! Ya se que me dijiste que no, pero mis amigas y yo hemos conseguido saltar por encima de un muro. Estamos frente a la puerta de atras Z1. Ven a abrirnos!!! Venga!!! Por favor!!! Alice se queda pasmada ante el mensaje. <> Es imposible que Zoe le haya hecho semejante jugarreta. Como Alice no llega, aparece un nuevo mensaje: Aliiiiiice! Rapido! Que van a llegar los de seguridad!!! Ven!!! <> Hara como que no ha leido nada y esperara a que Zoe vuelva por donde ha entrado. Va a cerrar la aplicacion y, hasta que termine su jornada, pretendera que no ha visto la botella que su prima ha lanzado a las aguas de internet. Es lo mas sensato. Los bastidores estan tranquilos, iluminados solo en determinados lugares por una luz amarillenta que baja del techo. No hagas como que no lo has leido, estoy viendo la burbuja con tu cara bajar hasta el final de la conversacion! <> Alice suspira y da media vuelta. Habia pensado tomarse un descanso, asi que tendra que pasarlo sermoneando a su prima en lugar de bebiendo un vaso de agua mientras se hace a la idea de la intensa noche que le espera. Lleva una hora corriendo de un lado para otro entregando papeles olvidados, microfonos, pilas para micros, cafes… Todo lo que necesita el equipo de produccion para estar listos en una hora. El ultimo ensayo termino hace cinco minutos y esta segura de que en muy poco tiempo su walkie-talkie empezara a hacer ruidos de nuevo. Zoe es muy poco oportuna. Alice esta ya bastante triste por no haber podido escabullirse cerca del escenario para ver a los 7X, su grupo de K-pop favorito, prepararse para el gran concierto que empieza dentro de nada. Solo ha podido ver algunas partes de lejos: brazos que se movian en el aire, pies, alguna pierna con los pantalones del espectaculo. Ha intentado adivinar quien era quien por el color de las mechas, pero las luces del escenario se lo impedian. Cuanto mas se acerca a la puerta Z1, mas se enfada Alice con su prima. Esta noche, Zoe le esta pidiendo demasiado. !Meterla en el concierto de los 7X por los bastidores del estadio! Si las pillasen, la despedirian sin contemplaciones, y necesita desesperadamente ese trabajo. Si quiere pagarse los estudios, no tiene eleccion: debe ahorrar. Zoe no la entiende porque sus padres le pagan la carrera de Derecho. A Alice ya le cuesta aceptar que su prima la aloje en su apartamento de estudiante, por eso quiere costearse ella sola la matricula del proximo curso. Mientras empuja la pesada puerta, ha recibido ya un centenar de mensajes y de desesperadas llamadas de ayuda. Su movil no deja de vibrar. --Zoe, !ya esta! !Para! !Ya estoy aqui! Pero te aviso: no vas a entrar. Alice conoce bien la cara de cachorrito que su prima sabe poner a su antojo, convencida de que sus mejillas rosadas y sus grandes ojos marrones, que todavia tienen cierto brillo infantil, son capaces de hacer ceder a cualquiera. --!Venga, Alice! !Deja de comportarte como una cria! --No me… !?Quieres que me echen del trabajo?! --!Que no se va a dar cuenta nadie! !Te lo juro! !Venga! !Dejanos entrar! Alice suspira. Es incapaz de resistirse a Zoe y ella lo sabe. Sobre todo cuando pone esos ojitos de cordero degollado. Algun dia tendra que preguntarse por que siempre se deja llevar por las historias de su prima. ?Se siente en deuda con ella porque forma parte de la poca familia que le queda? Desde la muerte de sus padres, en Zoe encontro a una confidente atenta: paciente durante su depresion y tolerante con su lado, aun hoy, un poco retraido. Una amiga que la ayudo a volver a ponerse en pie.

  • Inocente belleza de Clare Connelly

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  • Perros de presa de J.r. Escudero

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    Anthony Nolan, aventurero, contrabandista y buscavidas sin conciencia, es reclutado por el CNI como agente a sueldo. El secuestro de unos jovenes en el Sahel, perpetrado por el Estado Islamico, lleva a Nolan hasta Niamey, turbulenta encrucijada de espias, traficos ilicitos y conspiraciones, con el encargo de conseguir un acuerdo con su carismatico lider. Acostumbrado al peligro y a las situaciones limite, Nolan debera utilizar todo su ingenio y argucias para salir indemne y llevar la operacion a buen puerto.
    Tambien debera enfrentarse a los juegos de poder dentro del CNI, una realidad que se escribe a estocada limpia y en la que nada es lo que parece. Una realidad a la que el es ajeno, y a la que aplicara sus propios metodos.

  • Recuerdame, Aryam Shields de Aryam Shields

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    El 11 de septiembre de 2001, cambio la vida para mas de dos millones de neoyorquinos, entre ellos, la de Alexandra Jones. A pesar del tiempo trascurrido, Alexandra aun cierra los ojos y recuerda el ultimo beso que Evan Cooper le dio antes de entrar a la Torre Norte del World Trade Center y que este se desplomara, dividiendo su vida en dos.
    Diez anos despues, en la apertura al memorial del 9-11 para homenajear a las victimas de ese fatidico dia, tropieza con un hombre cuyo roce evocara en su cuerpo las sensaciones de una decada atras, un hombre que es muy parecido fisicamente a su novio. Sorprendida y confusa, Alexandra no descansara hasta descubrir quien es el realmente, que se esconde tras la desaparicion de Evan y recuperar lo que creia habia perdido.

  • Obelo de

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    Mi mundo se puso de cabeza al morir mi madre, meses despues debia entregarle a mi editor mi proxima novela, no lograba crear dos frases sencillas. Un bloqueo creativo le llaman, yo lo titule: Perdi la paz interior.Buscando aquello que no encontraba y tratando de conectarme con mi madre, viaje a Escocia y descubri que es cierto que los ojos son la ventana del alma. Una mirada de color gris me inspiro a llenar paginas en blanco, solo que en el proceso me fui enamorando del dueno.

  • Breve tratado de historia de las religiones de Frederic Lenoir

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    ?Cual fue la primera religion de la humanidad? ?Como surgieron las nociones de dios, sacrificio, salvacion, plegaria, clero…? ?Por que se paso de la adoracion a las deidades femeninas a las masculinas? ?De la creencia en muchos dioses a uno solo? ?Cuales

  • La libreria de monsieur Picquier de Marc Roger

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    Monsieur Picquier siempre dice que un dia sin haber leido es un dia perdido. Sin embargo, desde que tuvo que vender su querida libreria para instalarse en una residencia, los libros no se han movido de los estantes de su habitacion. Gregoire, un joven poco amante de los estudios que acaba de dejar el instituto para trabajar en la cocina de la residencia, no lo ha visto nunca leer. Entonces, ?a que viene esa obsesion con los libros? Con el paso de los dias, Gregoire descubrira que el librero se ha quedado ciego. No puede leer, asi que el joven empezara a hacerlo por el, y pronto un nuevo mundo se revelara ante sus ojos.

  • Prohibido desear a Lucky Royal de Ella Valentine, Emma Winter

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    --Lucky, tengo una buena noticia que darte: hemos encontrado una nueva casa de acogida para ti. Lucky alzo las cejas con curiosidad. Cuando Grace Turner, una de las trabajadoras sociales del centro de acogida en el que se encontraba, le habia pedido que le acompanara hasta su despacho, habia esperado una reprimenda por alguna de sus fechorias, no aquella noticia inesperada. Lucky acababa de cumplir los quince anos y sabia que a partir de cierta edad encontrar una casa de acogida era altamente improbable. Y mas en su caso. Lucky era un chico problematico. Su informe de Servicios Sociales tenia el tamano de la Biblia a causa de todos los expedientes que le habian abierto por su caracter rebelde e indisciplinado, cosa que lo habia llevado a internar en un reformatorio en dos ocasiones. Llevaba seis meses en aquel centro de acogida de Henderson, en el area metropolitana de Las Vegas, y desde el inicio todos los trabajadores con los que habia hablado le habian asegurado lo dificil que seria encontrar a alguien interesado en acogerle. No era algo que le preocupara demasiado, pues Lucky tenia un plan de futuro. Llevaba tiempo pensando en ello, desde que en su ultima casa de acogida el senor Cook decidiera amenazarlo con su rifle de caza cada vez que consideraba que el chico no se portaba de forma correcta. Lucky no confiaba en el sistema, no queria seguir entrando y saliendo de casas donde le trataban como si fuera escoria, y por ello habia tomado una decision. Decision que decidio compartir con Grace. --Quiero pedir la emancipacion --dijo alto y claro, fijando sus ojos azules en los ojos oscuros de la mujer rubia que tenia delante. --?Emanciparte? --Grace arqueo una ceja, sobresaltada--. ?Estas seguro? ?Ya sabes lo que significa eso? Lucky asintio despacio, sin apartar su mirada de ella. --Significa que el Estado de Nevada dejara de tener mi custodia y que sere libre para vivir mi vida como quiera. --Tambien significa que perderas la posibilidad de encontrar una familia que pueda adoptarte. --Ambos sabemos que hace anos que perdi esa posibilidad. --Eso no es cierto. Nunca es tarde para encontrar un hogar. --Gracias por esa frase de autoayuda, pero la verdad es la que es --dijo Lucky sonriendo con tristeza--. Hay personas que no estamos destinadas a encontrar un hogar. Lucky percibio la forma en la que los hombros de Grace se hundieron un poco ante sus palabras. Sabia que sentia compasion por el. Le caia bien Grace. Llevaba diez anos trabajando alli, tratando con chicos y chicas de vidas complicadas como la suya, y, a pesar de todos los quebraderos de cabeza que le daban, no habia perdido la capacidad de sonreir. Muchos otros, en menos tiempo que ella, acababan amargados y abandonaban el trabajo por otro menos exigente. Pocos eran los que llegaban para quedarse. --En todo caso, Lucky, no puedes pedir la emancipacion hasta los dieciseis --le recordo--. Aun falta un ano para eso. Lo sabes, ?no? --Lo se, pero preferiria quedarme en el centro hasta entonces. No veo necesidad de ir a una nueva casa de acogida con gente que, en realidad, solo quiere que me quede con ellos por la retribucion que reciben por ello. Todo el mundo sabia que el sistema de acogida del pais se sustentaba en familias con pocos recursos que, ante la pobreza, decidian ofrecer sus viviendas como casas de acogida para poder vivir del dinero que el Estado les daba a cambio. --Entiendo. Pero debes saber que la persona que va acogerte no responde para nada a ese perfil --La mujer golpeo la carpeta azul marino que tenia frente a ella en la mesa con el dedo indice repetidas veces. Tenia una etiqueta en la tapa con un nombre, pero Lucky no fue capaz de leer lo que ponia en la distancia--. De hecho, esta persona ni siquiera va a recibir ningun beneficio por tu manutencion. Los ojos de Lucky se abrieron de hito en hito. ?Quien en su sano juicio acogia a un chico como el sin pedir nada? --?Y eso por que? --pregunto Lucky, intrigado, arrugando un poco la nariz salpicada de pecas que le daba un aire travieso, a conjunto con un pelo moreno que siempre lucia despeinado. --Bueno, se trata de alguien muy sensibilizado con los chicos como tu. --Sonrio--. Es un viejo conocido de Servicios Sociales y tiene a su cargo a tres chicos mayores que tu. --?Tiene tres chicos acogidos? --No, adoptados. Dos de ellos ya estan en la universidad, pero se de buena tinta que eran igual de conflictivos a tu edad. Lucky miro a Grace con incredulidad. No entendia por que motivo un extrano que ya tenia tres hijos adoptados querria acoger a uno mas. Se le pasaron cosas por la cabeza. Cosas feas. Su vida estaba tan llena de sombras y monstruos que no se le ocurria ningun motivo honesto por el que nadie pudiera ser generoso con alguien como el sin esperar una compensacion. --?Donde esta esa casa? --indago Lucky. --En Las Vegas, muy cerca de aqui. A Lucky le encantaba Las Vegas. De hecho, el habia nacido alli y habia vivido en la ciudad hasta que su madre murio de una sobredosis y su padrastro, que le suministraba la droga, huyo de la casa dejandolo solo y desamparado con el cadaver. Le gustaba la idea de volver a vivir en Las Vegas. Puede que tuviera recuerdos amargos de aquella epoca, pero tambien tenia recuerdos buenos. Las ciudades tienen el poder de condensar todo lo bueno y lo malo que vivimos entre sus calles, y a Lucky le encantaba su ambiente festivo y colorido, las luces de neones de los edificios y lo rapido que parecia ir siempre todo. Henderson estaba a pocos kilometros, cierto, pero no tenia medios para viajar hasta alli. La idea de trasladarse a la ciudad, de pronto, le parecio atractiva. --Se que no has tenido mucha suerte en la vida, algo ironico teniendo en cuenta tu nombre, Lucky, afortunado, pero la suerte siempre puede cambiar --anadio Grace al percibir sus dudas --. Puedo asegurarte que, de todas las opciones posibles, esta --volvio a golpear la carpeta azul con el dedo indice, con avidez-- es una de las mejores, por no decir la mejor. Puede que hasta ahora el sistema no se haya portado muy bien contigo, pero dejame demostrarte que aun quedan buenas personas en este mundo, personas honestas con afan de ayudar. Lucky reflexiono sus palabras. Nada de lo que dijera Grace le haria cambiar su opinion sobre el sistema que llevaba anos sufriendo, pero confiaba en ella. Diablos, Grace era probablemente la unica persona en la que confiaba. Si ella le aseguraba que la persona que pretendia acogerlo era honrada, seguro que no mentia. Ademas, tal como ella le habia dicho no podia emanciparse hasta los dieciseis, le quedaba un ano mas de condena y ese centro no era tampoco santo de su devocion. La comida que servian era basura y tenia problemas con algunos de sus companeros cada dos por tres. No perdia nada por irse de alli un tiempo. Asi que, pese a que la idea seguia sin entusiasmarle, acepto la propuesta de Grace. Esta se alegro muchisimo y le aseguro que no se arrepentiria. Lucky no estaba seguro de ello, pero no dijo nada. Grace le explico los pormenores del traslado, que se efectuaria al dia siguiente, y Lucky se levanto de la silla para marcharse de alli. Al rebasar la mesa se fijo en lo que ponia en la etiqueta de la carpeta azul que Grace tenia frente a ella. Era un nombre: Max Royal. Lucky supuso que seria el nombre de la persona que pretendia acogerle. Horas mas tarde, en la habitacion que compartia con cuatro chicos mas, Lucky metio todas sus pertenencias en una mochila y se tumbo en la cama, con los brazos flexionados y las manos bajo la cabeza, sobre la almohada. En esa posicion, dejo que su imaginacion volara. ?Que clase de persona seria ese Max Royal? A lo mejor tenia una casa decente. O, a lo mejor, incluso, tendria una habitacion para el solo. Sonrio ante esa posibilidad, a pesar de saber que era improbable. Hacia anos que no tenia un dormitorio en exclusiva. Aquella noche Lucky se durmio muy tarde, dejando que un mundo de posibilidades revoloteara por su mente curiosa. Sin embargo, ninguna de ellas se ajustaba ni un poquito a la realidad que le esperaba a su llegada a Las Vegas el dia siguiente. En pocas horas, la vida de Lucky daria una vuelta de 180o. En pocas horas, Lucky conoceria a Max Royal, el hombre que, meses mas tarde, decidiria adoptarlo. En pocas horas, Lucky entraria en su nuevo hogar: uno de los hoteles mas importantes de Las Vegas. En pocas horas, Lucky conoceria a sus tres futuros hermanos, con quienes no tardaria en crear vinculos irrompibles. En pocas horas, Lucky aprenderia que, por primera vez en su vida, haria honor a su nombre: seria afortunado. Tremendamente afortunado. 1 Eve Lucky Royal. !Su jefe era Lucky Royal! De haber sabido que seria su jefe directo, Eve no habria aceptado aquel puesto. Diablos, ?a quien pretendia enganar? Lo cierto era que necesitaba el dinero y, cuando este escaseaba, la dignidad se hundia un poquito. Era dificil mantener segun que decisiones con la necesidad mordisqueandole la nuca. Lo cierto era que el alquiler de la caja de cerillas en la que vivia era elevado y la universidad se comia sus ahorros a un ritmo completamente frenetico. No habia obtenido nota suficiente para la beca y, por lo tanto, tampoco podia optar a quedarse en la residencia de estudiantes, puesto que no podia permitirse los gastos. Vivia en un apartamento compartido con un chico que se pasaba el dia jugando a los videojuegos y no sabia lo que era la limpieza. Su vida, en los ultimos tiempos, se habia vuelto un bucle insostenible: no podia estudiar en aquel lugar porque no conseguia concentrarse del todo y se pasaba las horas limpiando en casas ajenas para ganar lo justo para ir tirando, asi que sus notas habian decaido un poco. Nada preocupante salvo porque habia perdido la oportunidad de ganar una beca un tanto exclusiva. Sus estudios seguian en pie, pero necesitaba dinero. Todo habria sido mejor de haber tenido una familia convencional, pero no conocia a su padre y su madre trabajaba como ama de llaves de una mansion como interna. Se habia criado con ella, pero cuando fue lo bastante mayor los duenos dejaron claro que, si no trabajaba en la casa, no podia vivir en ella. Su madre intento convencerla de que lo hiciera, pero se nego. Detestaba a aquella familia. No podia sacar a su madre de alli, por el momento, pero podia marcharse ella, estudiar, intentar ser alguien y, con suerte, en un futuro, dar a su madre un retiro digno. Sacarla de alli y conseguir que no volviera a servir nunca a nadie. Era lo unico que queria: dar paz y tranquilidad a la unica persona que se lo habia jugado todo por ella una y otra vez. Inspiro aire y lo solto lentamente. Ese era el verdadero motivo por el que no podia negarse a los dos puestos de trabajo que acababa de conseguir como bailarina y organizadora de eventos, aunque su jefe fuera el miserable de Lucky Royal. ?Que por que era miserable? Bueno, no se le ocurria una palabra mejor para describir a alguien que dejaba en la estacada a una mujer embarazada. Eve trago saliva, aunque dudo que fuera bilis. Su padre habia abandonado a su suerte a su madre cuando esta se quedo embarazada, quizas por eso habia llevado tan mal aquella historia. Alyson Stewart era hija de Ryan y Denise Stewart, los jefes directo de su madre. Eve y Alyson tenian la misma edad. Su madre encontro trabajo como limpiadora en aquella casa embarazada de tres meses. Ella contaba que se sintio agradecida de que alguien quisiera darle trabajo estando embarazada asi que acepto sin pensarlo. Entro como interna y estuvo trabajando hasta el octavo mes de embarazo porque Denise, la duena, tambien estaba embarazada de dos meses mas, pero a diferencia de su madre, ella se habia pasado todo el embarazo reposando porque, al parecer, no era facil crear un pequeno y perfecto milagro. Se ve que Eve no tenia nada de milagro y por eso su madre podia limpiar sin descanso aun estando en estado avanzado de embarazo. Estuvo trabajando hasta el octavo mes de gestacion porque, cuando Alyson nacio, el mundo se volvio completamente loco, al parecer, y no importaba que la madre de Eve aun estuviera embarazada: tenia que trabajar para que todo fuera perfecto en el hogar de la pequena Alyson. Eve nacio dos semanas antes de lo previsto asi que su madre, realmente, solo descanso dos semanas embarazada y luego dos semanas cuando pario, porque en cuanto los puntos sanaron y empezo a moverse con cierta celeridad, Ryan y Denise consideraron que, dado que permitian que Eve viviera alli con ella, bien podia volver al trabajo. A consecuencia, Eve crecio en una casa con una nina que tenia su misma edad, pero con todos los privilegios mientras ella apenas rozaba los derechos basicos para vivir dignamente. Soporto durante toda su infancia estudiar en un cuartucho, mientras Alyson tenia una habitacion de estudios y otra de juegos. Alyson recibia una profesora diariamente, pero Eve no empezo el cole hasta que el estado obligo a Tala, su madre, porque los senores Stewart no querian que Alyson y Eve compartiesen estudios. Despues de todo, estaban destinadas a vidas muy distintas, o lo que era lo mismo: Eve jamas podria ser alguien importante. Eve apreto los dientes en la actualidad, aquellos recuerdos dolian demasiado, no tanto por el desprecio constante hacia ella siendo una nina, sino porque imaginaba lo duro que habria sido para su madre no poder darle todo lo que queria y deseaba. Saber que su hija sufria y no poder hacer nada, incluso sentirse inferior. Lo cierto era que Eve se sentia extremadamente orgullosa de su madre: hacia un trabajo durisimo, apenas era recompensada y aun asi aguantaba para darle a ella la mejor vida posible. Quizas por eso, en cuanto tuvo conocimiento decidio salir de aquella casa y dejar de ser una carga para su madre. Habia pasado penurias desde entonces, pero no se lo reconocia nunca a Tala, que vivia preocupada por ella. Habia sacrificado toda su vida por ella, era hora de que Eve estudiara y luchara por un futuro en el que Tala por fin descansara tranquila. ?Y que tenia que ver todo aquello con Lucky Royal? Muy facil, hacia algo mas de un ano que en Las Vegas estallo uno de tantos escandalos. Este, en concreto, Eve lo siguio de cerca porque estaba relacionado con Alyson. Esta y Lucky Royal salieron un tiempo, a juzgar por las fotos de revista en las que se les veia besandose en todos los clubs de lujo de Las Vegas. Segun Alyson, lo suyo era serio, aunque Lucky nunca dijera nada publicamente. Pero debia de serlo, porque Alyson quedo embarazada y Eve no pensaba que fuera tan estupida como para dejarse prenar una noche sin mas. Alyson no era la persona que mejor le caia del mundo, pero era inteligente. Lucky Royal se desentendio por completo de aquel embarazo. Segun le habia contado su madre, la mansion de los Stewart fue un completo caos durante dias. Ryan y Denise amenazaron publicamente a la familia Royal si Lucky no se hacia cargo y este, simplemente, no se pronuncio al respecto. Eso no era tan raro, Lucky Royal era conocido por generar escandalos y no pedir perdon nunca, pero si lo fue que nadie mas en su familia emitiera un comunicado al respecto. Max Royal era un empresario de renombre, admirado y respetado en Las Vegas por todo lo logrado con su cadena de hoteles. El caso fue muy sonado, sobre todo porque Alyson perdio al bebe y, segun Tala, se volvio practicamente loca. Gritaba al servicio mucho mas que de costumbre, tanto como para que se escondieran a su paso y solo salieran a la luz cuando no les quedaba mas remedio. La situacion en la mansion se habia vuelto un tanto insostenible incluso para sus padres, segun le contaba a Eve su madre. Eve pensaba que quizas podia parecer un tanto exagerado, pero tampoco podia imaginar el dolor de perder a un hijo... un hijo no reconocido. Un hijo que, de haber nacido, lo habria hecho como ella: repudiado por su padre. Trago saliva. No, en realidad, a ese bebe no le habria faltado de nada. No habria sabido de que modo se rompe un corazon al oir a su madre llorar cada noche por el deseo de tener un vida mejor. Ese bebe nunca habria pasado todo lo que Tala y ella habian pasado. Y, aun asi, se compadecia de Alyson, porque era caprichosa, egocentrica, mimada y, segun Eve habia comprobado durante su ninez, maliciosa en exceso, pero nadie merecia un desprecio semejante. Mientras miraba el contrato firmado, Eve intentaba controlar sus emociones, pero la sensacion de haberse librado de los Stewart para caer en manos aun peores amenazaba con no dejarla dormir en toda la noche.

  • Cuatro meses de

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    Sinopsis de “Cuatro Meses” Cuando Kevin Conor llega a Barcelona en Octubre de 2.015 como joven periodista enviado por la editorial Dreams de los Estados Unidos para trabajar en la biografia del centenario Thomas Levi, ni siquiera intuye lo importante que va a ser esta experiencia en su carrera profesional. De la mano de Levi, un escritor hispano-estadounidense de prestigio mundial, y durante cuatro meses, va a emprender un viaje por algunos hechos transcendentes en la historia del mundo durante el siglo XX, en los que se vio implicado el escritor, sus familiares y sus amigos. A Conor se le ofrece la oportunidad de conocer directamente de un superviviente muchos de los hechos historicos recientes que para las generaciones mas jovenes se va disolviendo en ese pasado abstracto con el que no se siente una vinculacion especial. Thomas Levi es uno de los ultimos de esa generacion que como si fuese agua se nos va escapando entre los dedos poco a poco, desapareciendo de nuestro mundo. Pero esta novela no es tan solo un relato de hechos historicos ya que estos son el paisaje en los que se desarrolla una historia de amor y amistad que marcara para siempre la vida de todos ellos. Thomas Levi, al compartir su vida con el joven escritor le introduce en la riqueza de las relaciones personales de todo tipo: romanticas, familiares y de amistad mostrandole el gran valor que en su caso particular, ha tenido para poder vivir una vida tan plena como la suya a pesar de guerras y exilios. Alex, Agnes o Ada le acompanan durante practicamente toda la vida. Ademas de la mano de Thomas, viajan desde el Cardedeu (pueblo de la provincia de Barcelona) del primer tercio del siglo XX al Paris de los anos 30 anterior a la invasion nazi, la Espana de postguerra, la Europa que ha sufrido el nazismo y la vida moderna en Boston y Los Angeles. Todo esto es contemporaneo con el enamoramiento entre el periodista americano y la doctora que rige el centro en el que se encuentra Thomas en sus ultimos dias y con las presiones que recibe desde la editorial para que no se salga de las lineas marcadas en la elaboracion de la biografia. Un final sorprendente e inesperado cierra la obra.

  • A un corazon del cielo de Diego Rivera

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    Si hay algo que aprendi, es que la vida puede cambiar de rumbo de un dia para el otro sin aviso, y que el destino, tal y como lo teniamos planeado, de pronto puede desaparecer. Fue al comienzo del verano que lo conoci a el, a Gerard, el chico que se convirtio en el hombre de mi vida sin esperarlo. Fuimos amigos al comienzo, pero con el pasar del tiempo nos fuimos enamorando profundamente y gracias a el, pude vivir la mejor epoca de mi vida luego de que los medicos me diagnosticaran una MCD (Miocardiopatia Dilatada) en el corazon, enfermedad que iria acabando conmigo en pocos meses a no ser que apareciera un donante compatible conmigo a tiempo.
    Angustia, miedo, risas, amigos, llanto, amor e incertidumbre, son algunas de las palabras que mas resaltaron aquel caluroso verano que marco mi vida para siempre.
    Mi nombre es Domiana Rey, y esta es mi historia.

  • Una tienda en Paris de Maxim Huerta

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    ?Alguna vez has pensado empezar de cero en otra ciudad? Fue entonces cuando todo cambio. Justo al acercarme a aquel viejo cartel de madera escrito en frances que vendian en un anticuario improvisado de Madrid. Aux tissus des Vosges, Alice HUMBERT, nouveautes.

  • La estrella del bosque de Roberto Mendaza Acedo

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    Salir del fuego para caer en las brasas. Elisa, una nina natural de Sartaguda (Navarra) es enviada fuera de su pueblo con objeto de evitar que sufra los desmanes del bando vencedor en el conflicto civil espanol. El destino la vapuleara sumergiendola en el horror de la segunda guerra mundial y de los campos de concentracion alemanes. Tendra que luchar por su propia supervivencia y encontrar un motivo por el que seguir viviendo. Cuando todo finalice, se habra convertido en otra persona al haber quedado despojada de una parte de si misma, de su adolescencia.

  • Extrana Obsesion, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh

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  • La novia de Ivy Green (Historias de Ivy Hill 3) de Julie Klassen

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    Varias historias que parecen una cosa y seran otra... Y una novia inesperada que sorprendera a todos.

  • Besame y Quedate de Sophie Kiss

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    Sabrina es una mujer como ninguna otra, vive de lo que ama, y ama lo que le permite tener una vida relajada, llena de varios logros que la catalogan como una mujer exitosa dentro de su area. Sabrina es periodista, pero antes que nada es escritora. Trabaja en el periodico El Temple, cuyo editor en jefe es uno de sus mejores amigos de la universidad, el senor Martin, quien es apenas un poco mayor que ella pero que se ve casi como un anciano cuando ella realmente luce muy joven para tener 40 anos. Sabrina tiene 40 anos, pero cualquiera que la vea podria pensar que ella es apenas una mujer de 30 o quizas menos. Esta manana, ella esta viendose frente al espejo y no piensa en eso, no piensa en que sus senos se ven bastante firmes para una mujer de su edad, de hecho, mientras se ve y recoge el cabello con ambas manos, solo piensa en su rostro de una manera distinta a como tal vez lo haria casi cualquier otra mujer. Sabrina se mira en el espejo que esta en la sala de su casa, ubicado justo al lado de la puerta. Ha sido colocado alli de manera estrategica para ella poder echarse un vistazo a si misma antes de salir, pero no por razones de estetica o por que le preocupe demasiado como luce antes de salir, sino porque verse en ese espejo antes de abandonar la casa, la invita a pensar y recordar cualquier cosa que necesite llevar, y haya olvidado. Verse en ese espejo antes de salir es una ritual que Sabrina cumple desde hace mas de 10 anos, desde epocas en las que tuvo varios novios, entre ellos Kenneth, su mas reciente ex y del que hoy en dia no desea saber nada, porque los problemas con el podrian haberle hecho perder su trabajo, y hoy en dia, por cosas que escapan tanto de sus manos con de las manos de su propio amigo Martin, ella podria perder su actual trabajo si algo pasara, si se involucrara en algun escandalo, porque los principales inversores, los que financia el periodico, son personas muy conservadoras que no desean ningun tipo de escandalo entre los reporteros que trabajan para ese periodico. Hoy, mientras ella se ve en el espejo, no piensa en nada de eso, sino que piensa en que debe ir al trabajo y no deberia olvidar su camara fotografica, asi como tampoco su grabadora de audios. --Te espero cuanto antes puedas llegar a la oficina, porque hay una encomienda especial para ti. --Le decia Martin a traves de un mensaje de texto que la invitaba a apresurarse un poco para ir hasta lo oficina donde por lo visto algo especial esperaba por ella. Sabrina leyo el mensaje de texto y decidio no responder sino actuar, por lo que tomo sus llaves, su bolso, y un par de lentes de sol que coloco sobre su cabeza antes de cruzar la puerta de la sala y abandonar la casa para abordar su escarabajo, un auto sincronico que heredo de su difunto padre. Una vez dentro del rosado auto, que ella misma habia pintado con ayuda de un amigo que trabaja en un concesionario de autos, encendio el radio reproductor y coloco musica instrumental, su favorita para conducir. Sabrina siempre ha sido una mujer muy decidida y al mismo tiempo independiente con caprichos muy poco comunes y que por lo general siempre logra cumplir, como ese detalle de pintar ella misma su auto. Mientras conduce rumbo a la oficina, la brisa mueve sus rubios cabellos y le da un aire de mujer independiente, pareciendo una postal de una revista feminista. La sola escena de ella conduciendo un auto rosado, con lentes oscuros a una velocidad que solo ella decide cual es, hacen de Sabrina una mujer digna de imitar por otras mujeres o por lo menos de fotografiar. Al entrar al edificio de apenas dos pisos, Sabrina es una mujer que capta la mirada de todos, y no precisamente por sr la tipica mujer coqueta que se viste para eso. Sabrina es mas una mujer de belleza natural y espontanea. Ella baja de su auto, camina despacio si nada le urge, pero siempre con pasos firmes, como quien sabe muy bien a donde va y a que se enfrentara. En esta oportunidad, Sabrina lleva unos jeans bastante desgastados, no de esos que tienen huecos en las rodillas, pero si de los que alguna vez fueron azules muy tupidos y ya muestran un color mas parecido al blanco con algunos destellos de celeste, en lo que sin duda es una prenda ya destenida por el tiempo y por las veces que ha ido a la lavadora. Ya dentro, cruza el lobby, se quita sus gafas oscuras, y suelta su cabello, que estaba recogido con una cola alta. Ahora ya con el cabello derramado sobre los hombros y sin los lentes que cubrian su mirada, se ve todavia mas genuina de lo que ya proyectaba su estampa antes de entrar. Luego de cruzar la recepcion, Sabrina llega hasta donde esta su oficina, que es apenas un escritorio rodeado por 4 laminas de fibra de vidrio que delimitan su espacio pero no necesariamente le dan la privacidad que ella siempre ha pensado que merece. --Algun dia mi oficina dejara de ser cuatro paredes transparentes que supuestamente indican cual es mi espacio pero que en realidad, en vez de protegerme, me expone. Esto no es una oficina, esto es una vitrina. --Dijo Sabrina en voz alta para que Martin, quien estaba en la oficina contigua, escuchara. -- !Mira, nina! ?Serias tan amable de dejar de quejarte y venir a mi despacho inmediatamente? .--Exclamo Martin desde la oficina de al lado que si tenia paredes de yeso y donde la puerta totalmente abierta dejaba ver un escritorio revuelto de papeles, lleno de cosas hasta mas no poder, y frente a el un hombre gordo, calvo, un tanto mayor, que fumaba un tabaco mientras leia algo al mismo tiempo que hacia magia para evitar que sus lentes resbalaran por su rostro y cayeran al piso, en lo que deberia ser tal vez el rostro mas asimetrico con todas las facciones de un gigante y una nariz contrastante del tamano que la tendria un bebe de apenas meses. Sabrina solo sonrio luego de lograr su cometido, esa era su manera de saludar a su amigo y jefe, quejandose para hacerse notar, y luego de captar su atencion, dirigirse hasta su oficina a gastarle alguna broma para despues finalmente hablar de trabajo entre algunas cosas personales tambien. -- ?Que dice mi calvo favorito? --Pregunta Sabrina desde la puerta, asomando solo parte de su cuerpo, especificamente la parte superior, como quien oculta la otra mitad del cuerpo por algun motivo de picardia. --Nada, aqui esperando que me digas cuando vas a ganar un premio que haga que este periodico se convierta en algo que acapara las miradas internacionales y yo comience a ganar millones de dolares. --Bueno, querido. Tu sabes que eso no pasa porque no me dejas escribir sobre lo que yo quiero y se que es importante, sino que siempre te inventas unos reportajes muy raros y a veces hasta tontos, pero que yo igual cubro porque te tengo mucho aprecio y eres mi mejor amigo. --Y el unico que realmente te da la oportunidad de escribir sobre lo que siempre has querido, aunque te cueste admitirlo o te empenes en decir cosas contrarias a la verdad. Para ser una periodista, eso esta muy mal de tu parte. Deberias ser mas profesional y apuntar mas a la verdad. Sabrina termino de entrar a la oficina, se sento en la silla frente al escritorio de Martin y mientras ambos sonreian, ella se puso lo mas comoda que pudo hasta colocar sus pies sobre el escritorio mientras Martin la veia con ganas de llamarle la atencion al mismo tiempo que contenia la risa. --Vamos Sabrina, Tu sabes que jamas tendras un jefe como yo. Tu lo sabes y yo lo se. ?Es tan dificil decirlo? Sabrina creo un silencio de mas de tres segundos para luego estallar en una carcajada. --Claro que si, algun dia lo dire. Pero por lo pronto, cuentame. ?De que se trata esta extrana y nueva mision especial? ?Voy al espacio exterior? ?Entrevistare a una tribu canibal en Suramerica? ?Entrare a lo mas profundo de un volcan en Australia? --No, nada de eso. Aunque si guarda mucha relacion con temas polemicos y la naturaleza, que de por si ya bastante que lo es en estos tiempos. --Respondio Martin mientras colocaba sobre el escritorio los papeles que tenia en las manos, los mismos que leia antes de que Sabrina llegara, para luego abrir una gaveta y extraer otros documentos que dejo caer sobre la tabla de escritorio, justo al lado de los pies de Sabrina. --Alli lo tienes, alli esta todo. Sabrina bajo los pies del escritorio, tomo los papeles con sus manos mientras Martin la observaba como estudiandola, como tratando de traducir sus gestos mientras ella leia de que se trataba este nuevo trabajo. Sabrina leia con calma, muy concentrada, con el ceno fruncido. Martin por su parte solo la miraba, esperando alguna reaccion, al mismo tiempo que parecia ocultar una ligera sonrisa. -- ?En serio voy a cubrir la noticia de dos tipos muy millonarios peleando por un bosque? --Bueno, mirale el lado positivo. Lo mas importante es que no vas a gastar un centavo, te hospedaras en un hotel de mala muerte pero por lo que no tendras que pagar nada. Tambien tendras tres comidas diarias gratis en el mismo hotel, y ademas no gastaras tampoco un solo centavo en pasajes. ?No te parece maravilloso? La respuesta de Martin le hizo cambiar totalmente el rostro a Sabrina, por lo que Martin debio apresurarse a agregar algo en su comentario: --Mira, creo que no lo has leido bien --Dijo Martin quitandole los papeles de la mano para senalarle un apartado especial en los archivos-- Si te fijas, parece ser una disputa que involucra corrupcion, al mismo tiempo de que tengo la sospecha de que uno de los dos millonarios no es tan malo como crees, de hecho, si revisas su perfil podras notar que el sujeto en cuestion es u hombre totalmente altruista, filantropo, que ayuda a la humanidad... En fin, parece una suerte de superheroe sin capa luchando contra un villano, ambos en el terreno del dinero dentro de un pueblo que no es pobre ni rico, sino mas bien un lugar muy tranquilo en el que seguramente te sentiras comoda, relajada y... -- !Aburrida! Eso es lo que me voy a sentir, aburrida. Pero bueno, no importa. Estas son las cosas que uno hace por los amigos. ?Cuando salgo? ?La proxima semana? Ante la pregunta, Martin abrio otra gaveta del escritorio para sacar de ella unos boletos de autobus que le entrego en sus manos a Sabrina. -- ?En serio voy a ir por tierra de nuevo? ?Algun dia dejaras de ser tan tacano y me pagaras, aunque sea un pasaje de clase turista en alguna aerolinea de esas extranas que sabemos que son mas lavado de dinero que otra cosa? Puede ser, pero mientras te sigas quejando, lo seguire pensando. Ambos soltaron una carcajada para luego dejarse de juegos, de bromas, y ponerse un poco serios los dos. -- ?De cuanto tiempo estamos hablando? --Pregunto Sabrina. --Bueno, sales hoy en la tarde noche, y si duras una semana por alla seria demasiado, lo ideal es que lo hagas en tres o cuatro dias, pero si por alguna razon tu trabajo se extiende, pues no hay de otra, se hace. Pero eso, yo preferiria que cuando mucho te tomaras una semana, no mas de eso. --Bueno, esta bien. Voy a casa a terminar de arreglar mis cosas y de ahi me marcho directamente hasta el terminal. Te diria que me voy en mi carrito, pero prefiero gastar tu dinero. Martin no hizo mas que reir y se despidio de ella lanzandole un beso. --Guarda eso para tu secretaria, a mi no me des ese tipo de mala suerte. -- Dijo Sabrina antes de abandonar la oficina de Martin y el edificio, no sin antes hacer una pequena parada en su oficina, recoger algunos articulos como un pen drive, un block de botas y un panuelo que segun ella le da buena surte cuando viaja. Un par de horas despues ya Sabrina se encontraba leyendo un ejemplas de un periodico local, que en parte significaba la competencia para El Temple, el periodico donde ella trabajaba para su amigo Martin. Mientras Sabrina leia noticias locales de poca relevancia, sonreia imaginando que pensaria su amigo si supiera que ella preferia leer a aun periodico como La Pared de La Verdad al que el tanto odiaba. El viaje hasta el Bosque Foresty, ubicado en la localidad de Tozark, un pequeno pueblo de clima muy agradable y donde todo parecia ser muy calmado, fue de aproximadamente cuatro horas. En esas cuatro Horas Sabrina tuvo tiempo para pensar en todo, para recordar a sus difuntos padres, para preguntarse una vez mas, por enesima vez, como seria su vida si ella estuviese casada y si ello le permitiria tener ese trabajo que tanto le apasiona. Pero entre tantas otras cosas, a Sabrina tambien le dio tiempo de imaginar como seria volver a hacer el amor despues de tanto tiempo. La ultima vez que tuvo pareja fue hace ya varios anos, y desde entonces solo ha tenido relaciones inestables y sexo casual, cosas de apenas una noche. Este viaje le hizo recordar la vez que fue a las montanas a cubrir un reportaje sobre unas plantas y fue acompanada de un guia experto con el que termino teniendo un sexo desenfrenado en las rocas, a muchisimos metros de altura, en diferentes posiciones, entre ellas de perrito, la que sin duda era su favorita porque a Sabrina le gusta mucho sentir ser dominada y en esa posicion generalmente suele pedir que la tomen del cabello y la presionen fuerte para sentir el choque entre ambas carnes al ritmo del placer. Sabrina ya ni recuerda el nombre de aquel sujeto, de hecho, solo recuerda que su pene no era muy grande, pero al menos era muy bueno en lo que hacia, especialmente con el sexo oral. En esa oportunidad, el sujeto no solo la coloco de perrito, sino que tambien la volteo dejandola ver el cielo mientras la tuvo abierta de piernas devorando lo que ella tenia para el. Ya ha pasado mucho, ya no recuerda casi nada de aquello salvo que el sexo fue muy bueno. El viaje por fin parece acercarse a su fin y ella ya esta llegando a donde debe ir ahora a cumplir otro reportaje y no evita preguntarse si en esta oportunidad tambien conocera a alguien. Sabrina tiene la certeza de que, si sus padres estuviesen vivos, estarian muy orgullosos de ella. Tambien sabe que una vida de casada en cierta medida le entorpeceria poder cumplir sus funciones como periodista y corresponsal. Todos esos son temas que siempre estan dando vueltas en la cabeza de Sabrina. Finalmente, luego de cuatro horas en un viaje que le permitio pensar en muchas cosas, ya se encontraba en la localidad de Tozark. Alli, Sabrina se dirigio de inmediato al primer puesto de comida apenas puso sus pies en el terminal. Pidio un sandwich en una especie de cafetin para transeuntes, y luego de devorarlo se dirigio caminando hasta donde estaba ubicado el hotel aparentemente muy economico que Martin le habia conseguido. Sabrina tenia consigo un mapa de los lugares que debia visitar, en su mayoria podian recorrerse a pie, excepto por el propio bosque Foresty cuyas dimensiones eran tan gigantescas como enigmaticas. Luego de una corta caminata, finalmente llego hasta el hotel mientras durante el breve recorrido pudo observar lo espeso de un bosque que lucia como magico, como lleno de vida, de buenas energias, de cosas positivas tanto para los habitantes del lugar como para cualquier visitante que se deleitara con la imponente estampa de un lugar natural, exotico, y al mismo tiempo aparentemente tan maravilloso al que Sabrina solo habia visto por unos segundos y desde muy lejos pero por el cual ya se sentia muy atraida. --Buenos dias, senor. Mi nombre es Sabrina Lutens, y debo tener una reservacion bajo mi nombre. --Buenos dias, senorita --Le respondio el recepcionista del hotel La Alameda en lo que seguramente fue todo un cumplido para una mujer de 40 anos-- En efecto su nombre esta en la lista de espera para ubicarle una habitacion apenas haya vacante, pero la verdad es que aun ninguno de nuestros huespedes se ha marchado. Hemos tenido una semana muy convulsa, llena de mucho movimiento en el pueblo, especialmente por las disputas por el bosque, y por lo tanto hemos estado muy llenos y aun nos mantenemos asi. Si gusta puede dejar su numero telefonico, y con gusto podremos llamarle apenas tengamos alguna habitacion disponible. Los comentarios del joven recepcionista habian comenzado muy bien, llamandola senorita y utilizando un lenguaje muy educado y a la vez considerado, pero la verdad fue que esa ultima noticia de que no habia realmente una reservacion concreta para ella, fue caso un insulto. Por un momento tuvo ganas de realizar un reclamo inmediato, luego penso en querer conversar con algun gerente, pero despues todas esas ideas se disiparon cuando tambien considero la posibilidad de llamar a Martin para reclamarle, hasta que al final penso que no debia ser culpa de nadie, que no solo habia tenido muy mala suerte. --Esta bien. Ya vere que resuelvo. ?Podrias darme mejor los datos de algun otro hotel que este cerca? Necesito estar ubicada lo mas cerca del bosque posible, porque tengo asuntos pendientes con el. Necesito entrevistarlo. -- Dijo con una sonrisa envolviendo el buen humor que suele caracterizarla. --Seguro --Respondio el empleado del hotel-- Tome esta pequena lista donde estan los datos de todos los demas hoteles del pueblo. Puede usar nuestro telefono si gusta, y le ruego una vez mas que nos disculpe por no poder ofrecerle una habitacion en este momento. De verdad lo lamentamos mucho. Sabrina paso de estar un poco disgustada a quedar realmente impresionada con la amabilidad del recepcionista, y sin mediar mas palabra, haciendo apenas un gesto con su cabeza, tomo los datos que el joven le paso y se dedico a llamar uno por uno a los diferentes hoteles que aparecian en aquella lista, hasta que oyo una conversacion de dos personas que iban saliendo del hotel y que antes de cruzar la puerta hacia las afueras de la propiedad, pasaron por un lado de ella citando el bosque y la problematica que ella habia ido a cubrir para el periodico de su amigo Martin. -- !Vamos rapido que alla estan los dos hombres esos peleando! --Le dice un sujeto rubio alto y delgado a otro un tanto moreno que caminaba a su lado. -- !Bueno, vamos! !No me quiero perder ese show!

  • Rosy & John de Pierre Lemaitre

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    Jean Garnier es un joven solitario que lo ha perdido todo: su trabajo, tras la muerte misteriosa de su jefe; su novia, en un extrano accidente, y Rosie, su madre y principal apoyo, que ha sido encarcelada. Para dar rienda suelta a su dolor, planea hacer explotar siete obuses, uno por dia, en distintos puntos de la geografia francesa. Despues del primer estallido se entrega a la policia. Su unica condicion para evitar la catastrofe es la liberacion de su madre. El comisario Verhoeven se encuentra ante un gran dilema: ?es Jean un lunatico con delirios de grandeza o una verdadera amenaza para todo el pais?

  • Seduciendo a un salvaje de Becka M. Frey

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    Desde hace dos anos, Bruno acude cada jueves al The Cage Boxing Club de Miami. A pesar de que nunca falta, no se relaciona con nadie, no sonrie, ni siquiera saluda; solo practica boxeo y se marcha.
    Lorene es masajista en el gimnasio. Intrigada por averiguar los verdaderos motivos que lo llevan a comportarse asi, decide comentarlo con su mejor amigo, companero y tambien monitor, y este le advierte con rudeza que no se acerque a el bajo ningun concepto. Lejos de amedrentarla, esa respuesta hace que aumente su curiosidad, aunque ve muy improbable que haya algun tipo de acercamiento entre ellos.

  • Desaparecido de Pablo Poveda

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    Una extrana mujer le encarga que encuentre a su marido. El acepta, a cambio de una generosa suma.
    Lo que parece un asunto facil de resolver, se convierte en un turbio caso que pondra en peligro su vida.

  • El Sendero Del Dragon de K. Spencer

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    La tarde presentaba un aire plomizo que se pegaba a las nubes, convirtiendolas en masas gigantescas que caerian de un momento a otro sobre la faz de la Tierra aplastando todo vestigio de vida de un plumazo. La ciudad convivia con la agitacion propia de cada tarde: vehiculos que desfilaban en una y otra direccion, llevando y trayendo gente sin parar por las principales avenidas que parecian un circuito infinito de carreras. Manipulados por alguna voluntad que jugase con un mando a distancia, a la que le gustara jugar con los humanos y ver hasta donde son capaces de soportar entre tanto estres e insufrible rutina. En los suburbios se respiraba, sin embargo, el esperpentico lado trasero de ese espejo donde todo parecia brillar y resultar consumible, apetecible. Alli, en construcciones extremadamente humildes y pesimas en habitabilidad, se ve a quienes no pueden acceder a la voragine empresarial, financiera, y glamurosa de Detroit. Y es en esas condiciones --muchas veces miserables-- donde se encuentran, entre quienes acaban como carne de canon de la delincuencia, las verdaderas perlas de la ciudad, pues han sabido apartarse de ese margen de vertigo en medio de la adversidad conservando un minimo de dignidad humana. En algunos centros educativos, como el que tiene a Pamela como profesora, parece que se producen milagros, que se intenta llevar a cabo una nueva integracion de jovenes de esos suburbios para ofrecerles algo mejor que no sea delinquir, drogarse, o entrar en negocios clandestinos. Pero puede que algo oscuro se este fraguando en esas altruistas intenciones. Algunos de esos jovenes estan empezando a demostrar un nivel de vida demasiado alto para lo que se pueden permitir. Estamos hablando de chicos con 16 anos que, aunque a duras penas pueden sus familias pagar el suministro de luz en sus casas, ellos llevan al instituto demasiado dinero en sus bolsillos... y eso esta empezando a ser demasiado sospechoso. Pues ni sus padres estan al corriente de donde viene esa fuente de ingresos. Y aqui comienza esta historia, en esa tarde en la que nuestra profesora va a tener una extrana visita... Pamela seguia en su despacho, rodeada de dossiers por corregir. Todos en el instituto habian marchado ya, pero ella se quedo para estudiar un caso especialmente particular: el de su alumno mas problematico, tratando de comprobar si la ayuda recibida por parte del equipo psicopedagogico habia surtido efecto, o no, en sus avances academicos. Tampoco queria que ese muchacho cayera --como los otros-- en esa red que seguramente estaria poniendole el cebo hasta que picara. Tenia obsesion por conseguir mejoras en todos sus alumnos, hasta el punto de sacrificar su vida privada, entregandose por completo a su labor como tutora. Y aun mas ahora que sentia que podria desenmascarar toda una mafia que quizas se aprovechaba de algunos de sus alumnos. Despues, seria ya demasiado tarde, todo se desvaneceria como la niebla al amanecer. El instituto cerraria sus puertas el curso siguiente. La arquidiocesis tenia problemas financieros y decidio vender colegios para salir a flote. Solo los seleccionados profesores pasarian --desde su entonces central ubicacion-- al nuevo edificio: en el ala superior oeste de la ciudad. Por ello, se dejaba el alma en su particular investigacion, ademas de ser una perfecta educadora. En el dossier de ese muchacho, llamado Oliver, figuraban los ejercicios de la semana, todos ellos llenos de garabatos y tachaduras, haciendo que la frustracion se apoderara cada vez mas de Pamela, agotada tras una jornada intensa de valoraciones del segundo trimestre. Se echo las manos a la cara, intentando apaciguar la sensacion de impotencia que la estaba invadiendo. ?Como podia hacer para que ese atormentado estudiante se tomara en serio las clases? Sabia de sus problemas personales. Practicamente, se habia criado solo, en ausencia de los grandes pilares paternales, que desaparecian continuamente de su atormentada vida. Abrio el cajon de la derecha y saco una caja de aspirinas. Le dolia mucho la cabeza y no le hacia gracia tener que conducir hasta su casa con un nuevo episodio de migrana que le impidiera siquiera manejar su vehiculo. Dio un sorbo del cafe que le quedaba ya frio en la taza para tragar la pastilla, cerrando los ojos, como de costumbre. Permanecio asi unos instantes, entrando en un estado de relajacion que le hacia falta para olvidar todos sus problemas, todos sus pesares. Para concentrarse en algo mas placentero, cogio entre sus manos el colgante que llevaba puesto: una cadena de plata con un espejito enmarcado. Se miro a traves de el buscando el reflejo de todo lo que ese objeto representaba. Aparto unos mechones del flequillo para ver mejor sus ojos…tal y como le habian indicado en un extrano grupo de amistades que hacia muy poco habia conocido en internet. De repente, sintio como si alguien estuviese detras de su espalda. Una corriente de panico atraveso su cuerpo, dejandola inmovil, quizas para congelar ese momento y que no avanzase, tratando de considerarlo una alucinacion. Pero no lo era. Alguien, con extranas intenciones, habia entrado en su despacho. En silencio, sin que ella se diera cuenta. Iba vestido de negro, con una capucha que ocultaba su cabeza; y su rostro, tras una mascara. Acto seguido, unas manos frias rodearon su cuello. Una voz masculina, llena de tension, pronuncio: --No te des la vuelta o te mato. Quedate quieta y escuchame bien --un tipo le ordenaba mientras pasaba la hoja de un cuchillo por delante de su cara a la vez que con el otro brazo la sujetaba contra su cuerpo. Pamela, desde su asiento, sin poder moverse apenas, con el corazon a todo galope, queria girarse para ver su rostro, pero sus ojos no pudieron ver mas que una masa oscura, una capucha y la mascara blanca, que sonreia igual que un nino ante su tarta de cumpleanos, y que cubria toda la cara del misterioso intruso. --He dicho que no te gires --insistio el asaltante, con la voz amortiguada por la careta, y siguio--: Y ahora quiero que grabes esto en tu puta cabeza: !Deja en paz a Oliver, o tendras que lamentarlo! --?Oliver? Yo solo quiero ayudarle --dijo temblorosa Pamela, a punto de darle un infarto. --Se lo que estas haciendo. Te lo advierto. Deja de meterte en su vida --ordeno el tipo--. No juegues a salvar vidas. ?Te ha quedado claro? --No se a que se refiere. Soy su tutora, nada mas --intento justificarse Pamela. --la hoja del cuchillo iba dando vueltas, como si el agresor quisiera deslumbrarla con el brillo de su acero. --Si que lo sabes, senorita Pamela, lo sabes perfectamente. Y como sigas metiendo tus narices en todo lo que haga o diga Oliver, te puede ocurrir una verdadera desgracia. Y seria una pena. Tanto trabajar para acabar pasto de las ratas --sentencio el cinico extrano, con un tono realmente siniestro. Las manos de ese individuo rozaron las mejillas de la tutora, estremecida al maximo, la cual esparcio una lagrima que recorria su cara como si fuera puro acido. Despues, bajaron por su cuello y presionaron un poco. Ella intento tragar saliva, notando sus gruesos dedos, que le parecian mortalmente repudiables. El intruso enmascarado retiro sus manos del cuello de Pamela, bajando aun mas hacia sus pechos, pero se detuvo. Pamela emitio un quejido, queria desembarazarse de esas manos, apartandolas con las suyas, y eso provoco que el atacante se exasperara y continuara con su advertencia. --Dejeme, por favor. Hare lo que me dice. Pero dejeme. --suplicaba Pamela, viendo que podria acabar agredida en su intimidad, en manos de ese hombre que, por su voz, estaba deseando hacer dano y disfrutar con ello. --Espero que todo se solucione por las buenas. A ver, ?te ha quedado suficientemente claro lo que no debes hacer? --exigio el, alzando el cuchillo para indicar que se levantara. Ella tenia casi inmovilizadas las piernas. Era como si el cerebro la ordenase quedarse asi, quieta, esperando que --de alguna manera-- esa orden fuera enseguida anulada, y, mientras, las neuronas trabajasen en inteligentes sinapsis para convencer al agresor de que lo que queria hacer con ella no podia ser, que eso no estaba bien. Que el minimo resquicio de conciencia y humanidad que le quedara en su cabeza le hicieran desistir en su empeno por dejarle una marca de espanto de por vida. --Ya le he dicho que lo he entendido, y que no intervendre mas en cuanto a Oliver. Ahora dejeme ya, por favor. Vendra enseguida el conserje. --concluyo Pamela, mintiendo, ya que no quedaba nadie en todo el instituto. Solo estaba ella. Y el asaltante, claro. --Mentirosa. ?Te crees que soy idiota? Se muchas cosas de este instituto. Y tambien sobre ti -- dejo bien claro ese tipo que estaba al corriente de los movimientos del centro, y que no se andaba con rodeos. Iba en serio. --Esta bien. No le miento. Puede que haya salido, pero el conserje suele quedarse hasta tarde supervisando el trabajo de las limpiadoras --se excuso Pamela. Su mente no paraba de buscar pruebas para no sentirse desamparada. Pero la realidad era que asi lo estaba. Estaba completamente a merced de ese hombre, cuya mascara le producia, ahora que se habia levantado y podia verle de soslayo, verdadero terror. --Date la vuelta --le exigio mirandola, como si estuviera mordiendola con sus ojos afilados. --No hagas algo de lo que te puedas arrepentir. --?Arrepentirme? Eso se lo dejo para las santurronas como tu, que van de Madres Teresa de Calcuta por la vida. Pero no te preocupes, haga lo que haga, iras derechita al cielo. Te lo has ganado --la asusto al limite. Pamela se iba acercando a la pared con gran nerviosismo. Solo la idea de sentir el filo de ese cuchillo por su fina piel, la dejaba en estado de shock… Porque, aunque saliera viva de alli, ya no seria lo mismo. Habia caido en un pozo del que no se puede salir mas que cuando en este se deja caer una cuerda por la que subir. Y alli no habia ni Dios ni cuerda alguna. El hombre seguia mirandola, y a la vez iba haciendo saltar el cuchillo para sujetar su mango en cada vuelta al aire que lo lanzaba, a escasos centimetros de su mano, pero de vez en cuando la apuntaba como si se lo fuera a lanzar de un momento a otro. --No me mate, por Dios. Hare todo lo que me diga, sin decirselo a nadie. Y deje de apuntarme con el cuchillo. Me esta dando algo. No me haga sufrir, por favor. Yo no he hecho nada, y si le molesta que me preocupe por Oliver, desde ahora dejare de hacerlo. Se lo juro --confesaba presa del panico, espantada de pies a cabeza. --Venga, dejate de suplicas. No te voy a matar, solo quiero que sepas de lo que soy capaz -- volvia a recordarle su falta de escrupulos. --Perfecto, senorita --murmuro el, con un tono de conformidad--. Tiene un cuello precioso. Fragil, delicado... --?Le gusta asustar a las mujeres? Pues que sepa que lo esta consiguiendo. Asi que dese por satisfecho. --Ella se oponia por dentro a atacarle verbalmente. Pero tenia delante al mismisimo diablo, con la intencion de pasar el filo de la hoja de ese cuchillo por su delicada piel si es que le incitaba a ello, y aunque lo intentara, sabia que no podia huir de esa situacion. --Esta bien, senorita. Date la vuelta y quedate ahi hasta que me haya ido, ?entendido? Ella vio salir el sol en ese momento. Se giro y se puso contra la pared, apretando su cuerpo con sus manos, como si se abrazara recuperando su vuelta a la vida, dejando atras, literalmente, al terror y a la muerte. Y ese individuo, tal como habia entrado por la ventana, desaparecio subitamente, en silencio y el aire de la calle entro y lleno los pulmones de Pamela, como si acabara de nacer. Ella se dirigio, tras unos segundos, hacia la ventana que, en un primer piso, era facilmente accesible, al poder ser escalada la pared de ladrillos de la fachada con la soltura propia de una persona atletica. Juraria que tenia la ventana cerrada antes de que ese tipo entrara, pero quizas una de las hojas de la ventana quedara sin ajustar. Se asomo pero no vio a nadie, era evidente que ese hombre habia torcido a la derecha. Justamente, su despacho estaba ubicado hacia la esquina del edificio. Cogio sus cosas: su bolso, su abrigo y se tapo por delante con una mano. Abrio la puerta del despacho y se dirigio por el pasillo hacia la salida del centro, pasando por las clases en las que retumbaban sus tacones al estar con las puertas abiertas en medio de aquel vacio que hacia eco. Ya en la puerta, metio la llave que no acababa de centrar y salio apresuradamente del instituto, dirigiendose a su coche, que estaba estacionado en el aparcamiento, a unos diez metros. Busco sus llaves en el bolso, y se le iban cayendo cosas con los nervios, como recibos de los supermercados y algun que otro pintalabios, se agacho a recogerlas mientras maldecia por no haberse ido, como todos, a la hora del cierre del centro. Encontro por fin el llavero con la inicial P, apreto el boton del mando y, antes de sentir el clic de apertura de puertas, acciono la maneta de la puerta, lo que bloqueo el sistema y hubo de esperar para volver a activar el sistema de apertura: cosa que acabo por desquiciarla en su intento por escapar de alli lo antes posible. Mientras tanto, uno de sus pechos se habia salido con los movimientos. Al verse asi, expuesta a las miradas de quienes en ese momento pasaban por alli, y darle igual si habian visto o no su semi desnudez, no escucho o no lo quiso hacer, los comentarios de esas personas que la miraban: <>. Eso si, ganas le dieron de decirles lo que le acababa de pasar. <>, penso. Se sento, cerro las puertas, bloqueandolas, puso la llave en la toma de contacto y la giro para arrancar. Nada, no arrancaba. Siguio intentandolo, una y otra vez pero lo que en realidad estaba haciendo era ahogar el motor. Ya no pudo mas, se estiro sobre el volante, apoyando los brazos contra su frente, descargando en el llanto toda la tension, todo el miedo que se habia aduenado de su cuerpo dejandola incapaz ni siquiera a reaccionar. Un golpe seco en la ventanilla de alguien que se habria acercado a su coche, hizo que cesara el llanto y se preparara para lo peor, abriendo de golpe los ojos --ya desorbitados de tanta angustia --, echandose hacia el asiento del copiloto, tratando de evitar ser de nuevo violentada por el misterioso agresor. Con las manos protegiendo su cara, a traves de los dedos trato de ver, muerta de panico, lo que le esperaba; cuando una voz amable resono como las campanas de un despertador de pesadillas, pues no parecia ser el agresor que en su despacho la violento, y algo le decia en su interior que podria confiar en quien estuviera ahi fuera picando a la ventana de su coche. Una cara amable de un hombre de mediana edad se asomaba para ofrecerle ayuda. --!Hola! !Tranquila, solo queria ayudarla! He visto que tenia dificultades para arrancar su vehiculo. ?Esta usted bien? -le dijo, mostrando su mejor voluntad para sacarla del apuro. --!Ah!…Si, gracias, es que me asuste pensando que se trataba de otra persona. !Por favor, ayudeme! !Alguien ha intentado matarme! --le respondio, soltando el lastre de desconfianza del que estaba poseida. Desbloqueo las puertas para poder salir, pues veia por la cara de incertidumbre que ese hombre no escuchaba nada a traves del cristal de la ventana, aunque ella si pudo escucharle, dado que su tono era lo suficientemente alto para conocer su bienintencionado proposito. El hombre acompano la puerta hasta abrirla del todo, facilitando que Pamela fuera socorrida. --!Dios mio! !Gracias que ha aparecido usted! !Casi me matan ahora mismo en el instituto! Y siguio desahogandose: --!El coche no arrancaba, y ...! Entonces, un mar de lagrimas inundo sus ojos, ahogando sus palabras. --!No se altere, tranquila! Llamaremos a la policia. Ahora respire y deje que ellos se ocupen. --!No! !La policia no! --interrumpio Pamela horrorizada ante la idea de "molestar" con su declaracion al misterioso asaltante, que seguro no tendria escrupulos en acabar con ella en cualquier momento, en el instante mas inesperado. --Bueno, esta bien, pero al menos deje que la lleve a tomar una tila, ahi mismo --propuso, senalando el bar que se veia al otro lado de la carretera. --!Esta bien! !Gracias! Sera lo mejor --reconocio Pamela mirando hacia los lados intentando identificar a su agresor en toda persona que deambulaba por esas calles. Se fijo, algo mas detenidamente, en su "angel de la guardia". Era todo un gentleman: por su exquisita forma de vestir y ademanes corteses, propios de un ejecutivo que esta acostumbrado a llevar su imagen siempre impecable, asi como la actitud: inspiraba confianza, la que requiere alguien que debe defender la representacion de una gran firma empresarial. Su cabello estaba cortado en un estilo jovial, con esa graciosa caida de flequillo que invitaba a desordenarlo, como cuando tocamos la cabeza de un nino mostrando afecto revolviendo su pelo. El corte y la calidad de su traje bien podrian ser de los mejores modistos italianos, a la vanguardia de la elegancia y la comodidad. Pamela cerro el coche cogiendose del brazo de ese amable desconocido, pues le faltaban las fuerzas con todas las angustias que acababa de sufrir. --Me llamo Alexander Stone, he venido a Detroit unos dias para firmar un acuerdo con una sucursal de nuestra compania. La Central esta en Paris, donde resido habitualmente, aunque mi origen es britanico. --Su presentacion no podia ser mas "glamurosa". Solo oir "Paris" parece que las neuronas aplican una transmision de sensualidad y elegancia en todo aquel que pronuncia esa palabra..."Paris", esa ciudad que representa la esencia del romanticismo y la exquisitez. --!Vaya! !Alli me querria ir ahora mismo, para olvidarme de todo lo que me ha pasado! --!Nunca se sabe!… dijo el galante ejecutivo, que, mirandola a los ojos, arqueo una ceja como si del Arco del Triunfo se tratara... Caminaron hasta la cafeteria "Chance" donde una pareja solitaria, al fondo, se confesaba en un cuchicheo divertido. --?Que deseas tomar? --le pregunto el empresario a la tutora, que no cesaba de mirar a la pareja para ver si se daba la vuelta el chico y poder comprobar si se trataba del "sospechoso". --!No temas! --la calmo Alexander--. No estara aqui... ese individuo debe estar bien lejos ya. Cuentame, ?que te ocurrio? Pamela conto con todo detalle el suceso ocurrido en su despacho: el asalto, la amenaza (que quedo grabada en la memoria de los miedos que jamas se olvidan), las sensaciones de impotencia injustas que devoraron esos interminables segundos... haciendo que Alexander cada vez expresara mas preocupacion en su rostro. La apariencia amable de Alexander se fue convirtiendo en rabia contenida. Hasta sus manos, antes acogedoras, ahora se cerraban en vengativos punos dispuestos a hacer justicia. El ceno fruncido y los labios apretados siguieron a un golpe seco en la mesa con su mano, haciendo sonar uno de los gemelos de su camisa. --!Ese malnacido no deberia seguir asustando asi a ninguna mujer y menos a usted, que se ha preocupado tanto por todo alumno conflictivo! La tarde se iba cerrando en una oscura noche, que invadio de repente la atmosfera con voluminosas nubes de un gris cercano al negro, en su avance al centro de Detroit. Una mujer y su hijo corrian por la calle tratando de huir de la tormenta que se avecinaba. No se esperaba este cambio de tiempo tan brusco en un dia de lo mas soleado, propio de mediados de abril, en plena primavera. --Deberia ir ya hacia el vehiculo, pronto se desatara la tormenta y no se podra conducir --dijo Pamela algo asustada, comenzando a poner los pies en el suelo y seguir dirigiendose a su rutina diaria. --No utilizo aqui el coche, me desplazo en taxi, es mas comodo. ?No le importaria llevarme unas calles mas alla? No tengo ninguna prisa en llegar al hotel --dijo Alexander, intentando estar mas tiempo con ella. Pamela le miro y por su mente se cruzaron pensamientos enfrentados: por una parte, se sentia halagada de tal peticion; por otra, aparecian miedos ante los numerosos crimenes que habia visto en las series policiacas. No se consideraba una rompecorazones ni una Dulcinea para nadie, pero siempre guardaba un aspecto delicadamente femenino que, sin saberlo, causaba una especial atraccion a algun que otro companero del centro. Podria contemplar la posibilidad de que ese hombre quisiera tener un affaire con ella, pues es lo que muchos hombres de negocios hacen cuando salen de su guarida y prueban a soltar una cana al aire. Pero, en cuanto penso en todas sus responsabilidades, dio carpetazo a cualquier tentacion al respecto: en cuando llegara a casa tendria que dar de comer al gato, o este daria la serenata a todo el vecindario; poner la lavadora, darse una ducha, cenar algo y preparar la comida del dia siguiente. Siempre se llevaba un tapper al centro para comer alli, pues seguia una dieta estricta para mantener la figura. Ensaladas, tofu o seitan, hamburguesas vegetales y sobre todo fruta para ir calmando el apetito entre horas.

  • Amor y dolor (Rosa blanca 3) de Laura A. Lopez

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    Tercera entrega de la serie de romance historico <>.

  • El submarino del narco (El Albatros 4) de Federico Supervielle Berges

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    Walter dejo la carretilla en el suelo y cogio un trapo para secarse el sudor de la cabeza rasurada. A sus cuarenta y cinco anos, mantenia un fisico que le permitia mover aquellas cargas con cierta facilidad, pero el peso del artilugio era considerable y sus musculosos brazos y espalda brillaban con una fina capa de sudor. --Te dije que me dejaras ayudarte --dijo David al entrar por la puerta, senalando el pesado cilindro que descansaba en la carretilla. --No pesa tanto --contesto Walter--. Me viene bien hacer algo de ejercicio; al final, me paso todo el dia encerrado aqui en el taller. --Bueno, hoy ha sido una manana divertida --sonrio David. --No ha estado mal --dijo Walter, mesandose la fina perilla blanca que le rodeaba la boca. Habian salido temprano, aun de noche, hacia la pequena cala que llevaban anos usando como campo de pruebas. La vieja camioneta los llevo sin problemas, cargando en la parte de atras con dos de los prototipos de Walter. Guyana no era un pais en el que las fuerzas de seguridad supusieran un problema importante para negocios como el suyo, pero a Walter Darke no le gustaba correr riesgos. Ademas de tener a sueldo a algunos de los policias que ocupaban puestos clave en la zona, se molestaba en esconder sus actividades todo lo bien que podia. Sin embargo, no era la policia lo unico que le preocupaba; de hecho, le inquietaban bastante mas otras organizaciones. La cala que utilizaba, recluida y oculta a la vista desde otras playas, tenia la ventaja de que solo se podia acceder por un sinuoso camino. Su ultima defensa era Pluto, el viejo pointer ingles que habia bautizado su hermano pequeno poco antes de morir. El perro, obediente y leal hasta decir basta, se quedaba montando guardia en el camino y bajaba ladrando a la playa, si sus finos oidos o su poderoso olfato detectaban a alguien acercandose. El guyanes se permitio retroceder unos anos a sus tiempos en Colombia. Vasili habia sido un maestro rudo, pero sus ensenanzas estaban resultando impagables. Incluso, una vez el viejo ruso se encarino con el, los trabajos mas duros fueron recayendo en los otros mozos, mientras que el viejo submarinista sovietico dedicaba el tiempo que pasaba con Walter a ensenarle todo lo que sabia sobre el diseno de submarinos, que no era poco. Hasta el mas basico sumergible requeria de unos conocimientos avanzados y una cuidadosa construccion. --El otro cabron nos ha tenido entretenidos un rato --rio David, senalando el artilugio que aun descansaba sobre la carretilla. --Si --sonrio Walter. Vasili habia sido un maestro inigualable; su experiencia como submarinista y como ingeniero en la poderosa Rubin sovietica ofreciendo unos conocimientos que estaban al alcance de muy pocos. Pero el viejo ruso se habia limitado a construir un punado de lanchas de perfil bajo para los colombianos. La insistencia y entusiasmo del joven Walter le animaron a terminar el proyecto que siempre parecia aplazar: un verdadero submarino que fuera totalmente invisible para la policia y los guardacostas. Durante los anos que el guyanes paso alli, llegaron a botar tres minisubmarinos, que hicieron el viaje hasta Mejico docenas de veces y, algunas, hasta la mismisima California. Pero el alumno estaba obcecado en superar al maestro. Walter habia aprendido por las malas que, en Guyana y en su negocio, contentarse era peligroso. Siempre habia que ir un paso mas alla, buscar una nueva oportunidad y explotar cualquier ventaja que apareciese. Sus lanchas semisumergibles llevaban un par de anos haciendo la ruta a Cabo Verde, con un exito casi rotundo. Las escasas perdidas eran mas que compensadas por el volumen de mercancia que era capaz de transportar. Sin embargo, como en todo juego del gato y el raton, el otro bando empezaba a reaccionar. Los caboverdianos no tenian demasiados medios, pero ya comenzaban a ponerle empeno y, aunque Walter sabia que tenia las de ganar, no tenia ninguna intencion de dejar que el enemigo llevase la iniciativa. Si la policia o la marina de Cabo Verde subian las apuestas, el guyanes queria seguir teniendo las mejores cartas. Y ahi es donde entraban las pruebas de aquella manana. Walter llevo a la playa dos prototipos distintos. La diferencia fundamental era la propulsion: uno se movia mediante un motor de aire comprimido y el otro por baterias. A priori, el primero debia dar mas velocidad y alcance, con la desventaja de que dejaba una estela de burbujas muy visibles. Pero, en tan bisono torpedo, aquello no le preocupaba; el objetivo era comprobar cual de los dos funcionaba mejor. O, siendo mas rigurosos, ver si alguno funcionaba. La prueba del torpedo a pilas fue decepcionante, pero definitiva. El artilugio salio disparado en la direccion elegida, pero no habia recorrido ni la decima parte del camino previsto cuando se paro y se fue al fondo. Walter y David, debidamente preparados con equipos de buceo autonomo, habian bajado a recuperarlo, aunque el primero ya diagnostico el problema nada mas ver detenerse al torpedo. Las baterias con las que contaba no eran suficientemente potentes, y seria dificil encontrar unas que le valieran, teniendo en cuenta las enormes restricciones de espacio con las que tenia que jugar. Sus torpedos tenian que ser mucho mas pequenos que los que usaban las marinas de guerra. Walter aprovecho para mirar de reojo a David. Era unos anos mas joven que el, aproximadamente de la misma edad que hubiera tenido ahora Desmond. Walter habia vuelto de Colombia para descubrir la muerte de sus padres y su hermano pequeno. Los esfuerzos trabajando para el cartel no tuvieron ningun resultado: su familia acabo muerta mientras el se dejaba la piel para mandarles unos dolares todos los meses. Al volver, solo David, un nino mocoso con la cara picada por la viruela, fue capaz de decirle algo sobre su familia. El amigo de Desmond, que habia perdido a sus propios padres anos atras, vivia en la calle, dependiendo de la caridad de otros. Aun asi, no cejo hasta conseguir que los vecinos dieran una sepultura digna a los Darke. Walter se lo agradecio, acogiendolo, y el joven le correspondio con una lealtad comparable tan solo a la de Pluto. El guyanes devolvio sus recuerdos a las pruebas de aquella manana; al segundo prototipo, que habia resultado tan <>. El torpedo salio disparado desde el costado de la embarcacion y les habia costado seguirlo. Las pruebas las hacian desde una semirrigida que bajaban en un remolque hasta la cala. La lancha era muy rapida, pero apenas pudo seguir al torpedo. El ingenio siguio la trayectoria rectilinea prevista durante varios cientos de yardas; pero, de repente, se descontrolo por completo. El torpedo salio del agua dibujando una curva, con la mala suerte de que, al volver a impactar con la superficie, parecia haberse roto algo. Desde ese momento, su trayectoria fue completamente erratica, hasta detenerse e irse al fondo. Walter creia saber que habia pasado y sabia que recuperar suficientes piezas iba a ser dificil. El artilugio habia llegado a una zona mas profunda y estaba casi seguro de que algunas piezas se habrian desprendido al golpear con la superficie del mar. En cualquier caso, demostrar su teoria iba a ser relativamente sencillo: el pendulo con resortes que debia controlar la profundidad se habia quedado fuera de limites por la variacion de peso que suponia el consumo del aire comprimido. Nada que unas pocas pruebas en el taller no pudieran solucionar. Los rayos de sol incidian con fuerza sobre las aguas de la darsena, dandoles su paradisiaco color turquesa. Un barco de casco gris perturbaba la idilica imagen, su proa recta levantando pequenas ondulaciones que iban a parar contra los muelles y los demas barcos que llenaban el puerto de Mindelo. El Guardiao era el orgullo de la marina caboverdiana y Henrique Almeida se consideraba un afortunado por poder mandarlo. Habia conocido la mar de pequenito, de la mano de su abuelo, uno de los viejos pescadores de la isla. El entusiasmo por los barcos le llevo a la pequena marina local, donde destaco por su buen hacer y dedicacion, y un golpe de suerte hizo que tuviera la oportunidad de formarse en Lisboa, en la escuela naval portuguesa. --Segundo, todo tuyo --dijo Almeida, al librar el rompeolas. El comandante se sento en su sillon y observo como sus oficiales establecian la condicion normal de navegacion y dirigian al Guardiao a su zona de patrulla. Tras la formacion recibida en Portugal, la carrera del joven marino habia sido meteorica. Lo aprendido en Lisboa, unido a una habilidad marinera casi innata y a la pasion por su trabajo, le impulsaron hasta el puesto de mayor responsabilidad en la marina de Cabo Verde. El Guardiao era el barco de mayor porte de las fuerzas caboverdianas y, desde hacia unos anos, el unico con verdadera capacidad oceanica. Desde la retirada del viejo Vigilante, un dragaminas aleman del ano 70, reconvertido, los caboverdianos solo contaban con el Guardiao y una miriada de embarcaciones menores. Almeida era perfectamente consciente de que su pais no podia permitirse mucho mas y de que la marina se limitaba a un modesto servicio de guardacostas, pero eventos recientes estaban demandando mucho de las fuerzas navales caboverdianas. Un pais archipelagico, con poca o ninguna trascendencia en la geopolitica internacional y sin grandes incertidumbres de seguridad y defensa, no debia tener mayores problemas en proteger sus intereses maritimos; y todo habia sido asi hasta la reciente aparicion de una amenaza con la que nadie contaba. Como era logico, el trafico de droga desde Sudamerica a Europa, tradicionalmente, se hacia por barco; pero los grandes mercantes, entre cuya carga se escondia la mercancia, no tenian motivo para detenerse en Cabo Verde, y el archipielago habia vivido inmune a los peligros que este particular comercio suponia. Sin embargo, todo cambio hacia cosa de un par de anos. Almeida no sabia si fruto de la presion ejercida en las aduanas de los puertos, de un nuevo modelo de negocio o, simplemente, de la busca de nuevas oportunidades, pero los narcos evolucionaron: imitando la reciente eclosion de los narcosubmarinos en las rutas por la costa del Pacifico, los traficantes que llevaban la droga a Europa empezaron a usar estas pequenas embarcaciones. Inicialmente, todo el mundo descarto la posibilidad de que los ingeniosos, pero precarios, semisumergibles fuesen capaces de hacer la travesia transatlantica; pero los hechos demostraron que infravaloraban a los traficantes. El termino <> podia llevar a error, ya que la mayoria de las embarcaciones no eran completamente sumergibles, sino que navegaban semihundidas, con solo una pequena parte del casco sobresaliendo del agua. Cuando el fenomeno comenzo a tomar fuerza, Almeida, por curiosidad profesional, leyo un poco sobre el tema. En el Pacifico, era evidente que existian distintos modelos, lo que parecia indicar varios constructores diferentes; probablemente, cada uno asociado a un cartel. Sin embargo, el marino estaba convencido que todos los arribados a Cabo Verde habian salido del mismo <>. En Sudamerica, habia modelos derivados de embarcaciones de recreo, y otros fabricados expresamente. Los que estaban cruzando el Atlantico parecian de este segundo tipo. Hasta el momento, se habian encontrado dos narcosubmarinos abandonados en las costas del archipielago. Parecia que usaban las islas como nodo, usando otras embarcaciones para hacer el trayecto final hasta el continente. La policia les intentaba seguir la pista y los rumores apuntaban hacia una rama de la mafia rusa, pero hasta el momento no habian tenido ningun exito. Ambas embarcaciones encontradas compartian la forma de una lancha de carreras, aunque estaban disenadas para navegar casi hundidas, con solo un minusculo puente y las aspiraciones y exhaustaciones por encima del agua. Almeida sabia que se trataba de un enemigo a tener en cuenta; dificiles de detectar y, aunque no se habia dado el caso, un hombre con un arma automatica dentro podia hacerlos una presa dificil. Pero le preocupaban mas todavia los narcosubmarinos que no veia. No solo las lanchas semihundidas que se colaban sin ser vistas, sino que ya se habian encontrado varios ingenios verdaderamente sumergibles; la mayoria, en aguas del Pacifico o, incluso, siendo construidos en las selvas de Colombia. Sabiendo que ya habia aparecido un semisumergible nada menos que en el norte de Espana, Almeida estaba seguro de que habria verdaderos submarinos capaces de hacer la travesia transoceanica. Al marino caboverdiano no le cabia duda de que, si no estaba ocurriendo ya, pronto, toneladas de cocaina se escaparian de su control bajo las aguas del archipielago. El problema era que no tenia los medios para hacer nada al respecto. --Comandante, la primera guardia esta en sus puestos y hemos establecido la vigilancia de superficie.

  • Un Amor en los Hamptons (Hamptons 1) de Angela Bennett

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    Alan Lewis busca un cambio en su vida y el comienzo para lograrlo es adquirir una mansion en los Hamptons.
    Maggie Evans es decoradora y se enfrenta al proyecto mas importante de su carrera: la renovacion de una casa en una zona muy exclusiva.
    La atraccion entre ellos es inmediata, pero el esta comprometido y ella no parece estar abierta a una relacion.
    Las cosas se complican cuando extranos sucesos comienzan a ocurrir a su alrededor poniendo en peligro el proyecto y sus vidas. ?Descubriran quien es el responsable de los incidentes? ?Podran vivir un amor en los Hamptons?

  • Asesinato para principiantes de Holly Jackson

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    Hace cinco anos, la estudiante Andie Bell fue asesinada por Sal Singh. La policia sabe que fue el. Sus com- paneros tambien. Todo el mundo lo sabe.

  • Ella,el y el danes de Ana Alvarez

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    Necesito otro trabajo --dijo Cristina mientras introducia el tenedor en el enorme plato de pasta carbonara que tenia delante y se llevaba una generosa porcion a la boca. Amanda, su amiga intima, que estaba sentada enfrente con una simple ensalada delante, movio la cabeza dubitativa. --?Otro? ?Y cuando piensas realizarlo? --Tengo algunos ratos libres y me vendria bien un poco mas de dinero. Si queremos ir a Escocia en un par de anos, necesito ahorrar. --Y yo tambien, pero tu no tienes tiempo, no paras de la manana a la noche. Era cierto. Cristina Duran se levantaba todos los dias a las cinco y media de la manana para salir a correr, actividad que jamas, salvo enfermedad muy grave, dejaba de realizar, fueran cuales fuesen las condiciones meteorologicas reinantes o las circunstancias de la jornada. Despues de una ducha rapida y tras un suculento desayuno se marchaba al trabajo, andando, por supuesto, y recorria los mas de dos kilometros que distaban desde su casa hasta la inmobiliaria donde trabajaba. Desde alli comenzaba un largo periplo ensenando casas por toda la ciudad. A mediodia, o media tarde, segun se diera el trabajo, sacaba del enorme bolso que siempre la acompanaba un tupper con comida o un bocadillo que tomaba sentada en cualquier parque antes de continuar su recorrido. Mientras, habia ido sobreviviendo a base de fruta, caramelos, chocolate o cualquier cosa comestible entre visita y visita. Solia llegar a casa alrededor de las nueve de la noche y se dedicaba a las tareas domesticas y a cocinar para el dia siguiente. Los fines de semana oficiaba bodas y recorria los supermercados de la ciudad buscando ofertas, cargada con la propaganda que habia ido recogiendo de los buzones de las casas que ensenaba a lo largo de la semana, amen del suyo propio. Amanda comio un poco de ensalada sin dejar de observar a su amiga, que continuaba dando cuenta de su cena con un apetito rayano en la obsesion. --Si yo comiera todo eso antes de dormir, moriria de indigestion --comento. --Yo no tengo ningun problema. --Ya lo se. Tampoco de sobrepeso. Algun dia me gustaria que, aunque fuera solo por un mes, te engordara todo lo que tragas, para que supieras lo que sentimos el resto de los mortales al tener que dejar de lado las comidas que mas nos gustan. O al menos dosificarlas. Estaban cenando en casa de Cristina, como tantas veces, porque era imposible coincidir a otra hora, debido al apretado horario de esta. Amanda trabajaba en una cadena de zapaterias como administrativa y salia mas temprano que su amiga. --?Y en que has pensado trabajar? Porque no me cabe la menor duda de que ya tienes alguna idea al respecto. --Se me ha ocurrido aprovechar mis ratos libres. --Ah… ?pero tu tienes eso? --Algunos domingos por la manana y horas sueltas entre una visita y otra a pisos de la inmobiliaria. --?Y por que no aprovechas esas horas libres para meterte en un cine a ver una pelicula, leer un libro o simplemente descansar? --Ya descansare cuando sea vieja. Ahora tengo treinta anos y me falta vida para todo lo que quiero hacer. Amanda sacudio la cabeza. No iba a convencerla, tratar de hacerlo era mision imposible. Conocia a Cristina desde hacia quince anos y jamas la habia visto quieta mas de diez minutos. --Tambien podrias aprovechar ese rato para echar un buen polvo, ya que no para descansar. --A eso no le diria que no, pero no hay ningun candidato a la vista. --Pues emplea tus energias en buscarlo; seguro que sera mas productivo y te dara mas satisfacciones que otro trabajo. Cristina nego con la cabeza y se levanto para dirigirse a la cocina a buscar el postre. Coloco una fuente con fruta y una lata de gallegas caseras sobre la mesa. --!Seras arpia! ?Como me pones una caja de mis galletas favoritas delante a estas horas de la noche? --Por eso, porque son tus favoritas. --Son casi las once, me voy a ir a la cama en poco rato y todo el azucar y la mantequilla se van a posar en mi tripa y mis caderas mientras duermo. --!No sera para tanto! --?Que no? Cogi tres kilos el verano pasado y no consigo soltarlos por mucha dieta que haga. Sin fuerza de voluntad, Amanda alargo la mano y cogio una galleta, mientras su amiga colocaba un punado en su plato y se llevaba la caja de vuelta a la cocina. --?Vas a decirme en que otra cosa piensas trabajar? --pregunto mordisqueando despacio la galleta para que le durase mas. --Voy a registrarme en una pagina web como acompanante turistico. --?Y concretamente eso es…? --Pues mas o menos guia turistico a pequena escala. Se trata de acompanar a grupos reducidos, a veces una pareja o una familia, a recorrer la ciudad, recomendarles donde comer o algunas actividades y resolverles problemas si surgen. --?Y para eso no es necesario cursar estudios de turismo? --No, basta con hablar con fluidez un segundo idioma y conocer la ciudad. Yo domino el frances y un poco de danes que me enseno mi abuela paterna, asi que cumplo el perfil. --Y la ciudad te la conoces de un extremo a otro, de eso no tengo ninguna duda. ?Y lo de buscar pareja? ?No lo consideras? --Es complicado, Amanda. --Que hayas tenido una mala experiencia en el pasado no significa que vuelva a suceder. --No es eso. --?Entonces? Cristina se encogio de hombros. --No tengo tiempo para un hombre, ni para buscarlo ni para mantenerlo a mi lado. --Pero prometeme que no saldras corriendo si aparece. --No lo hare. --Entonces me voy ya para que puedas descansar. --Todavia tengo que planchar una lavadora. --Cris, son las once y media… ?De verdad vas a ponerte a planchar ahora? --No tengo otro momento. Amanda se levanto y cogio platos y cubiertos para llevarlos a la cocina y empezo a colocarlos en el lavavajillas. Despues de dejarlo todo recogido, contemplo como su amiga desplegaba la tabla de la plancha en el salon. Se acerco a ella y atisbo en la cesta de ropa. --Prometeme que plancharas solo lo imprescindible y vas a pasar de las bragas. --Siempre las plancho. --Pero es muy tarde ya. Y Cris… son de licra, no se arrugan. Cuando las extiendes sobre tu bonito y delgado trasero quedan perfectas. Ademas… no hay nadie que las vaya a ver. Cristina no respondio y Amanda miro al techo, impotente. --Esta bien, haz lo que quieras. Dame un beso. Ambas amigas se abrazaron, y mientras acompanaba a Amanda hasta la puerta alargo la mano y encendio el ordenador. --?Que haces? --Mientras se calienta el deposito de vapor voy a registrarme en la pagina de acompanantes. --Me marcho ya, que me estas estresando. La puerta se cerro detras de Amanda y, mientras bajaba hasta la calle, se dijo una vez mas que lo que Cris necesitaba era un tio que la tuviera anclada a la cama durante dos dias seguidos a base de polvos. Que le hiciera quemar esa energia desbordante que dedicaba al trabajo. Cuando llego a su casa, situada varios numeros mas abajo en la misma calle, se dijo que, si su amiga no hacia nada por buscar pareja, ella iba a darle el empujon que necesitaba. Se sento ante el ordenador y busco entre las paginas de contacto una que le parecio seria y abrio un perfil a nombre de Cris. Estatura: 1,78 cm. Peso: 67 kg. Edad: 30 anos. Color de pelo: Pelirroja natural. Color de ojos: Verdes. Complexion: Delgada. Estudios: Medios. Profesion: Agente inmobiliario. Aficiones: Aqui Amanda se quedo pensativa. Para hacer honor a la verdad deberia poner <>, porque en realidad no habia nada de lo que Cris no disfrutara con la excepcion de estar sentada, pero no podia poner eso. Se decidio por: <> Hubiera podido anadir <>, pero eso solo asustaria a los posibles candidatos. Luego busco una foto sexi de Cris y la anadio al perfil. A proposito, dejo en blanco las casillas sobre el tipo de hombre que buscaba, para no reducir las posibilidades, y relleno solo la referente a la edad. Entre treinta y treinta y cinco anos. Y le dio a aceptar.

  • Las posibilidades de enamorarse de Dawn Brower

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    Katherine y Bennett continuan cruzando caminos y palabras entre ellos. Las chispas vuelan y en poco tiempo la pasion comienza a gestarse entre ellos. Esto podria llevarlos a encontrar el amor o podria terminar siendo su ruina.

  • La Emperatriz 1 de Itxa Bustillo

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    Perseguir y capturar a “El Fantasma del Galeon” un barco pirata con posesiones inglesas y espanolas robadas que iba rumbo a Tortuga era la mision que llevaria a cabo como corsario el capitan Charles Walker, mas conocido como “el lobo marino Walker” pero el curso los llevo por otro rumbo trastocandole la mision y los planes.
    Cuando “El Emperador” su barco y uno de los navios mas veloces y con la tripulacion mas temible y sanguinaria llego a “Puerto de la Cruz” en “La Espanola” jamas se imagino que con la ciudad saqueada y el botin, tuviera tambien que llevarse algo mas y la casualidad por haber estado en el lugar equivocado le costaria caro.
    Con los anos su legado y el peso de su nombre continuaria y “La Emperatriz” surcaria los mares de manera temible haciendo su voluntad y posicionando su lugar en la historia de la pirateria con el mismo peso con el que lo han hecho todos aquellos que por siglos han enarbolado con orgullo y fervor amenazante su insignia; esa del craneo y las tibias o espadas cruzadas, la bandera negra de la calavera.
    Ambicion, odio, venganza.
    Cuando los hombres pierden su voluntad, cuando solo una mujer es la unica perdicion.
    ?Quieres conocerla?
    Esa fue su herencia, esa fue su libertad, esta es su historia.

  • Piso compartido de Charlotte Wallace

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    PERO, ?por que tengo que ser yo? --Porque eres el mas indicado para hacerlo. --Que se encargue Nico. O mejor aun, Salvador. A Nicolai se le da muy bien ese tipo de trabajitos. --He dicho que lo haras tu y no hay nada mas que discutir. --Pero padre, yo…--dejo inconclusa la frase en cuanto vio que su padre se levantaba rapido del sillon. --!Enrico!--su fuerte voz infundia respeto cada vez que pronunciaba un nombre--Iras tu, te comportaras como una persona normal, compartiras el piso con ellos y conseguiras lo que necesito. Y cuando llegue el momento ya te dire yo lo que tendras que hacer. ?Entendido? --Entendido, padre. Enrico asintio a la vez con la cabeza y se giro para dirigirse a la puerta del salon. Mientras avanzaba escucho como el sillon de piel recibia de nuevo a su dueno. Era consciente de que solo el podia extralimitarse algo con el senor Vaccarezza, pero un poco nada mas. De haber sido otro el que le hubiera contestado de aquella manera, el asunto no habria terminado tan bien. En el hall de entrada le esperaba Nico, apoyado en una de las columnas de marmol y con las piernas cruzadas. --Te dije que perdias el tiempo, cuando tu padre decide algo, de nada sirve que digas nada--dijo con una media sonrisa cuando Enrico estaba a un par de metros de el. --Lo se, pero debia intentarlo. --Tampoco es el fin del mundo. Un trabajo sencillo, seran como unas vacaciones para ti. --?Vacaciones?--Enrico miro fijamente a Nico--tengo que irme a vivir de alquiler en un barrio de clase media, y encima compartirlo con tres personas mas... ?Eso son vacaciones para ti? --Vamos, Rico, tampoco te vendra mal que vivas una temporada con la gente normal. Seguro que aprenderas muchas cosas. Ademas, recuerda que tu tienes parte de culpa en todo esto, asi que ahora no te quejes. --!No me jodas, Nico! --Sera mejor que te lo tomes con filosofia, de todos modos tendras que hacerlo--dijo con ironia--Tu padre lo tiene todo preparado. Las cosas estan en el coche. Cambiate de ropa y por el camino te explico los detalles. * * * --!Nico!--grito desde la planta superior. El reclamado cerro los ojos y suspiro profundo antes de subir a ver que le pasaba al chico.--?En serio tengo que ir con esta pinta? Cuando Nico entro en la habitacion vio a Rico sosteniendo en cada mano una percha con ropa, unos vaqueros y una camisa de cuadros. --Tienes que entender que no puedes ser un tio que se va a compartir piso y que vista con trajes de Armani todos los dias. --?Y por que no? --Porque no tiene sentido, tienes que hacerte pasar por una persona de a pie de calle. Lo sabes, asi que deja de comportarte como un nino pequeno y vamonos ya, al final se nos hara tarde. --!Dios! Esta bien, me pongo estos harapos y nos largamos. --Te espero abajo, no tardes. --Vale, vale, que ya voy. Veinte minutos despues Nico vio como aparecia Enrico por la parte de arriba de las escaleras. <>, mascullo en voz baja mientras bajaba. --Estoy listo--dijo dando una vuelta sobre si mismo para mostrarle a Nico el resultado de su transformacion. --Estas muy guapo, Rico--contesto a la vez que soltaba una gran risotada. --Lo se. Fuera esperaba el coche de Nico, un cuidado Opel Calibra en color negro metalizado al que trataba como si fuese parte de su familia. --?En tu coche?--pregunto Enrico--?Por que no vamos en el mio? --Porque...--Nico suspiro de nuevo--. Asi vestido no pega nada en absoluto que salgas de un Ferrari. --Muy gracioso, hoy estas muy gracioso. A los diez minutos de viaje en silencio y con la unica compania de un disco de Neil Diamond, Nico tomo de nuevo la palabra. --Compartiras piso con esas tres personas, consigue la informacion cuanto antes. Ponte las pilas y no te duermas en los laureles. Se profesional, ?entendido? --Tranquilo, tio. Sabes que lo hago todo bien. --Eso espero, o tu padre se mosqueara mucho. --No te preocupes, de verdad--hizo una pausa para sacar pecho--Ya me conoces con las mujeres, ninguna se me resiste. --Mas te vale--dijo Nico moviendo la cabeza levemente--Trabajas como programador de aplicaciones para moviles en la empresa Tecno-Six, y llevas trabajando ahi desde hace tres meses, ?de acuerdo? --Bueno, preferiria otra tapadera, algo con mas glamur, pero en fin, tu mandas. --Intenta hablar lo justo acerca del trabajo. Evita el tema y cambia de conversacion en cuanto puedas. --Evadir tema. Tomo nota. --Intenta ser educado y comportarte como una persona normal. --?Que? ?Que insinuas? --No insinuo nada, solo digo que no te comportes como siempre. --Ah, y segun tu, ?como me comporto siempre? --Como un capullo, Rico, como un capullo. --Un dia de estos me voy a hartar de tus desconsideraciones, y entonces... --Y entonces nada--dijo Nico poniendose serio y lanzando su mirada "atraviesa almas", como solia decir Enrico. --?Has pensado ya a que vas a dedicar esas horas en las que tienes que estar fuera? --?Que quieres decir?--pregunto extranado. --Hablo de las cuatro horas en las que se supone que estaras trabajando. --Ah, pues habia pensado buscar algun gimnasio por alli y al menos aprovecho el tiempo. --Pero que sea alejado del barrio, no te arriesgues a que te descubran, ?vale? --No te preocupes. Enrico iba mirando por la ventanilla del coche durante buena parte del trayecto que le llevaria a su nuevo barrio, a su nuevo "hogar". Nunca le agrado demasiado aquella ciudad, de hecho, no le gustaba ninguna. Preferia vivir en la gran casa familiar, apartada de todo, o en su defecto, en la bonita casa de la playa. Por fin llegaron al que seria su nuevo vecindario. Parecia tranquilo, demasiado, y Enrico lo achaco a que no estaba en pleno centro sino en la periferia. Era un barrio de clase media, ocupado en su mayoria por trabajadores no cualificados y estudiantes. Nico giro hacia una calle en la que rezaba un cartel de "sin salida". Supuso que habian llegado. Detuvo el auto frente a un viejo edificio de ladrillo visto pero pintado de blanco, o mas bien en un tono grisaceo por el paso del tiempo. --?Es aqui?--pregunto Enrico. --Aqui es--le respondio Nico--Es ese edifico blanco, el del porton color burdeos. --Esto es deprimente, de verdad. --No sigas quejandote. Por mas que lo hagas la situacion no va a cambiar. Adaptate cuanto antes y todo sera mas facil. Enrico suspiro y abrio la puerta del coche. Nico hizo lo propio y se dirigio a la parte trasera del vehiculo para abrir el maletero. Saco una maleta de gran tamano y algo raido y la dejo en la acera. --Esa no es mi maleta. --Ya empezamos de nuevo--le rino Nico--.Ya lo hemos hablado antes, acostumbrate a tu nuevo papel, y hazlo rapido. Tus maletas de Gucci no son bienvenidas en este barrio. --!Esta bien!--refunfuno Enrico--Lo habia olvidado. Esto va a ser un infierno, tio. --Si, pero tu eres un machote--Nico le dio un golpecito en el brazo con el puno y le entrego un manojo de llaves--. Aqui tienes, es el 5oB. Y lo que necesites, ya sabes mi numero. --Vale, colega--le devolvio el golpe a Nico y echo a caminar hacia la puerta tirando de la maleta--. Nos vemos. Nico se despidio con un leve movimiento de su mano y subio a su coche. En cuanto Enrico desaparecio tras la puerta, arranco el motor y se marcho de alli. El porton se cerro tras el. La entrada era mas pequena de lo que habia imaginado, habia varias puertas metalicas donde ponia mantenimiento y unas estrechas escaleras. --!Vamos! !No me jodas!--se dijo a si mismo en voz alta--. !Maldita sea! Miraba fijamente hacia las escaleras. No habia nada mas en aquella especie de habitaculo claustrofobico. Era un viejo edificio sin ascensor, y Nico se lo habia callado, y dijo 5oB. Cinco plantas le separaban de su destino. A el y a su maleta. Peldano a peldano se fue acercando a su planta. Mas de una vez se congratulo de ser un fanatico del ejercicio, el estar en forma y las innumerables horas de gimnasio le venian muy bien ahora. Al llegar frente a la puerta cogio el llavero, advirtio que le quedaban tres llaves que aun no habia usado. <>, penso. <>.

  • El otro lado de Carlos Navas Martinez-marquez

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    En Lost Signal, el pueblo mas aislado del condado de Maryland, oscurece antes que en cualquier otra zona de Norteamerica.
    Las leyendas de los lugarenos aseguran que muchos de sus habitantes perdieron la cordura en los ultimos anos, hastiados por la soledad, las largas distancias y la dificultad para las comunicaciones, aunque todavia quedan atisbos de lucidez entre los 23 habitantes que actualmente viven alli.
    Corinna Sanders y Jeffrey Logan establecen un extrano lazo de amistad que les lleva hasta una recondita casa en lo mas profundo del bosque, una construccion forestal con un pasado realmente perturbador.
    El interior de la casa parece albergar un juego psicologico que ambos quieren llevar demasiado lejos. Pero Corinna ha descubierto que salir de las oscuras dependencias de Fairmont Creek no va a ser el unico de sus problemas.
    El cuerpo de River Ville, un hombre fallecido en extranas circunstancias, completa un puzzle sobrecogedor en el que ninguna de las piezas encaja, aunque todo parece estar inquietantemente relacionado.
    ?Quien es River Ville? ?Que secretos esconde su cuerpo? ?Quienes son y que pretenden Corinna y Logan?
    ?Encontraran la ansiada verdad antes de que sea demasiado tarde para todos?
    Las extranas y desconcertantes revelaciones que van encontrando vaticinan que algo mucho mas escalofriante esta a punto de suceder…

  • B de bestias (Alfabeto del crimen 1) de Sue Grafton

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    La investigadora privada Kinsey Millhone tiene problemas para llegar a fin de mes el dia en que no tiene mas remedio que aceptar el rutinario encargo de buscar a la hermana de Mrs. Danziger, Elaine. Ahora bien, cuando llega al apartamento de esta y se encuentra con que lo ocupa otra enigmatica mujer, cuando Mrs. Danziger le pide de pronto que abandone el caso, cuando se entera de que, pocos dias antes de la desaparicion de Elaine, su vecina y companera de bridge ha sido brutalmente asesinada y su casa ha desaparecido bajo las llamas, cuando el sobrino drogadicto de esta sabe mas de lo que dice, cuando se producen misteriosos registros, extranas injerencias y, finalmente, otro asesinato, a la obstinada y meticulosa Kinsey Millhone el asunto le va pareciendo todo menos rutinario.

  • La Cadena del Profeta (Los buscadores 2), Luis Montero Manglano de Luis Montero Manglano

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  • Mi vida querida de Alice Munro

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    Una hermosa coleccion de cuentos de la premio Nobel Alice Munro, donde el amor, que nos acecha desde el pasado o nos reclama desde el futuro, es el tema central.

  • Una Historia Crepuscular de Stefan Zweig

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    ?Ha sido el viento lo que ha traido de nuevo la lluvia a la ciudad haciendo que nuestra habitacion se oscurezca de pronto? No. La atmosfera esta tranquila y tiene una claridad argentada, como raras veces ocurre en estos dias de verano, pero se ha hecho tarde y no nos hemos dado cuenta. Solo los tragaluces de enfrente sonrien todavia con un debil resplandor y por encima de los tejados el cielo se cubre ya de una bruma dorada. En una hora sera de noche. Una hora maravillosa, pues nada es mas bello que ese color que poco a poco se marchita y se ensombrece, y luego la oscuridad, que brotara del suelo, invadira la estancia, hasta que sus negras olas se replieguen en silencio sobre las paredes y nos arrastren a las tinieblas. Entonces, cuando en este momento nos sentemos uno frente al otro y nos miremos sin hablar, nos parecera que el rostro familiar que entra en las sombras se ha vuelto mas viejo, extrano y lejano, como si nunca lo hubieramos conocido y lo contemplaramos a distancia y a traves de muchos anos. Pero ahora quieres que hablemos, porque en el silencio oyes acongojado como el reloj rompe el tiempo en cien pequenas astillas y la respiracion se vuelve ruidosa como la de un enfermo. Quieres que te cuente algo. Con mucho gusto. Aunque no de mi, pues nuestra vida en estas ciudades inmensas es pobre en acontecimientos o asi nos lo parece, porque todavia no sabemos lo que en realidad nos pertenece. Pero voy a contarte una historia adecuada para esta hora que, a decir verdad, solo ama al silencio, y quisiera que tuviese un poco de esa luz crepuscular, calida, dulce y profusa que se extiende como un velo ante nuestras ventanas. No se cual es el origen de esta historia. Simplemente recuerdo que, desde primera hora de la tarde, he estado aqui sentado mucho rato, leyendo un libro, despues lo he dejado y me he sumido en una especie de ensueno letargico, tal vez incluso en un sueno ligero. De pronto he visto unas figuras que se deslizaban a lo largo de la pared, y podia oir sus voces y penetrar en sus vidas. Pero cuando he querido seguir con la mirada esas formas fugitivas, me he encontrado de nuevo despierto y solo. El libro habia caido a mis pies. Lo he recogido y le he preguntado acerca de las figuras: ya no he encontrado la historia en el, como si hubiera caido de sus paginas a mis manos o como si nunca hubiera estado alli. Quiza la habia sonado o la habia leido en una de aquellas nubes de colores que hoy habian llegado de tierras lejanas a nuestra ciudad transportando la lluvia que durante tanto tiempo nos ha importunado. Quiza la habia oido en una vieja e ingenua cancion que un organillo habia tocado entre melancolicos gemidos bajo mi ventana, o alguien me la habia contado anos atras... No lo se. A menudo me llega este tipo de historias, y me divierte dejar fluir entre mis dedos las cosas que cuentan, sin retenerlas, al igual que uno acaricia espigas y flores de tallo largo sin cogerlas. Solo las sueno a partir de una imagen repentina y coloreada que termina por difuminarse, pero no las retengo. Sin embargo, hoy quieres una historia, y te la voy a contar en esta hora del crepusculo en la que nos invade el deseo de ver algo multicolor agitandose y brillando ante nuestros ojos que los tonos grises entristecen. ?Como empezar? Tengo la sensacion de que debo hacer salir por un momento de las sombras una imagen y una figura, pues asi comienzan tambien en mi esos extranos suenos. Ya me acuerdo. Veo a un esbelto muchacho que desciende por los anchos peldanos de la escalera de un castillo. Es de noche, una noche con solo un palido claro de luna, pero, como si tuviera un poderoso faro, abarco el perfil entero de su cuerpo agil, distingo perfectamente sus rasgos. Son extraordinariamente bellos. Sus cabellos negros peinados a la moda infantil caen sobre su frente un poco demasiado ancha, y las manos, que el extiende hacia delante en la oscuridad para palpar el calor del aire caldeado por el sol, son muy finas y nobles. Su paso vacila. Desciende absorto hacia el gran jardin que murmura con sus numerosos arboles redondeados y entre los cuales reluce como un sendero blanco una unica y amplia avenida. No se cuando sucedio, si ayer o hace cincuenta anos, ni tampoco se donde, pero creo que debio de ser en Inglaterra o en Escocia, pues solo alli conozco castillos de piedra tallada tan altos y grandes que de lejos parecen fortalezas altivas y amenazadoras y que solo para el ojo familiarizado se inclinan sobre sus jardines luminosos y floridos. Si, ahora lo se seguro, esta alla arriba en Escocia, pues solo alli las noches de verano son tan luminosas que el cielo tiene el brillo lacteo del opalo y los campos nunca estan oscuros, todo parece tenuemente iluminado desde el interior y solo las sombras, semejantes a gigantescos pajaros negros, caen sobre esas capas de luz. Es Escocia, oh si, ahora lo se con seguridad y, si me esforzara, encontraria el nombre de aquel castillo condal y tambien el del muchacho, pues ahora la oscura corteza de mi sueno se desprende rapidamente y lo percibo todo con tanta claridad como si no fuera un recuerdo, sino una vivencia. Durante el verano, el muchacho se aloja en casa de su hermana casada y, siguiendo la afable costumbre de las familias inglesas distinguidas, no es el unico invitado; la cena reune a todo un grupo de cazadores y sus mujeres, asi como a algunas muchachas: personas bien parecidas y de categoria cuya juventud e hilaridad, sin ser ruidosas, juegan con el eco de los viejos muros. De dia los caballos galopan por doquier, acompanados de una jauria de perros; al otro lado, en el rio, centellean dos o tres barcas: una actividad sosegada confiere al dia un agradable ritmo rapido. Terminada la cena, se levanta la sobremesa. Los caballeros han ido al salon, fuman y juegan; hasta medianoche las ventanas proyectan en el parque conos de luz blanca y vibrante en los bordes, a veces tambien una risa franca y jovial. La mayoria de las damas se ha retirado a las habitaciones, tal vez dos o tres conversan todavia en el vestibulo. Asi que el muchacho esta solo. No tiene permiso para ir con los hombres, o solo por unos instantes, y se siente cohibido en presencia de las damas, porque a menudo, cuando abre la puerta, ellas bajan la voz, y comprende que hablan de cosas que el no debe oir. Por otra parte, no le gusta su compania, pues le interrogan como a un nino y no prestan demasiada atencion a sus respuestas; simplemente lo utilizan para mil pequenos favores y luego le dan las gracias como a un chico bueno y obediente. Asi que ha decidido irse a la cama y ya ha subido la escalera de caracol; pero la habitacion esta demasiado caldeada, con una atmosfera cargada y sofocante. Se han olvidado de cerrar las ventanas de dia y el sol ha campado por sus respetos: ha abrasado la mesa y la cama, se ha encarnizado con las paredes y los rincones, y las cortinas despiden todavia su halito ardiente e irritado. Y, despues de todo, es demasiado pronto, y fuera la noche estival resplandece como una vela blanca, tan tranquila, tan en calma, tan deliciosamente en calma. De modo que el muchacho baja de nuevo la gran escalinata del castillo hasta el jardin, sobre cuyo oscuro contorno circular el cielo derrama su luz mortecina como un nimbo y adonde lo atrae el aroma tremulo de mil flores invisibles. Tiene una extrana sensacion. En la confusion de sentimientos propia de sus quince anos, no sabe explicarlo, pero sus labios tiemblan como si tuviera que hablar a la noche, levantar las manos o cerrar los ojos mucho rato, como si hubiera algo misterioso y familiar entre el y aquella encalmada noche de verano que pide una palabra o un gesto de cortesia. El muchacho sale poco a poco de la amplia y despejada avenida para adentrarse en uno de los estrechos senderos laterales, donde los arboles parecen abrazarse en lo alto con sus copas iluminadas por destellos argentados, mientras que abajo impera la oscuridad prenada de noche. Todo esta absolutamente tranquilo. El paseante, perdido en una dulce y vaga melancolia, solo percibe el indescriptible ruido del silencio en el jardin, el vibrante zumbido como de una lluvia fina que cae en la hierba o de susurrantes briznas frotandose ligeramente unas a otras. A veces roza con un arbol o se detiene para escuchar ese ruido fugitivo: el sombrero le cae sobre la frente y se lo quita para sentir sobre sus sienes desnudas, donde golpea la sangre, la mano del viento aletargado. Y entonces, de golpe, a medida que se adentra en la oscuridad, ocurre algo inaudito. La grava cruje levemente detras de el. Cuando se vuelve, asustado, ve el brillo como de fuego fatuo de una gran figura blanca que avanza hacia el, ya esta cerca y siente con un escalofrio el abrazo fuerte, aunque sin violencia, de una mujer. Un cuerpo calido y suave se estrecha febrilmente contra el suyo, una mano le acaricia rapida y temblorosa el pelo y le inclina la cabeza hacia atras: tambaleante, el siente en la boca un fruto abierto, desconocido, unos labios estremecidos que sorben los suyos. Tan cerca esta este rostro del suyo que el no puede verle los rasgos. Y no se atreve a mirarlos, porque un doloroso escalofrio recorre su cuerpo y le obliga a cerrar los ojos y abandonarse sin resistencia como botin a esos labios ardientes; vacilante, inseguro como una pregunta, sus brazos acogen entonces a la desconocida figura y, ebrio de repente, estrecha el cuerpo extrano contra si. Sus manos se deslizan avidas a lo largo de las delicadas formas, se detienen y se retiran temblorosas, luego se vuelven mas febriles y atrevidas. Cada vez mas apremiante e inclinada, la feliz carga descansa ahora todo su peso sobre el complaciente pecho del muchacho. De alguna manera se siente engullido, arrastrado por este abrazo jadeante, y se le doblan las rodillas. No piensa en nada, no se pregunta por que aquella mujer ha acudido a el ni como se llama, se limita a sorber hasta embriagarse de la voluptuosidad de sus labios desconocidos, humedos y perfumados, sin voluntad, sin comprender lo que le impulsa a ese apasionamiento inaudito. Le parece como si de repente hubieran caido estrellas, tan intenso es el centelleo delante de sus ojos, y todo lo que toca chispea y quema. Y no sabe cuanto tiempo transcurre, si horas, tan blandas son las cadenas que lo atan, o si segundos: siente que todo se inflama y es arrastrado en el arrebato de una lucha voluptuosa, en un torbellino maravillosamente vertiginoso. Y bruscamente, de golpe, la ardiente cadena se rompe. De repente, casi con ira, el abrazo libera su pecho apresado; la figura desconocida se incorpora, una cinta de luz blanca se desliza veloz a lo largo de los arboles, ha desaparecido antes de que el pueda levantar las manos para retenerla. ?Quien habra sido? ?Y cuanto tiempo habra durado? Angustiado, aturdido, se levanta apoyandose en un arbol. Poco a poco el frio raciocinio vuelve a su cerebro calenturiento: le parece de repente que su vida ha avanzado mil horas. ?Acaso todos sus suenos confusos acerca de las mujeres y la pasion se han vuelto de pronto realidad? ?O todo ha sido un sueno en definitiva? Se palpa, se toca el pelo. Si, sus sienes palpitantes estan humedas, humedas y frescas del rocio de la hierba sobre la que se han revolcado. Ante sus ojos se repite la escena con la velocidad del rayo, siente de nuevo el ardor de los labios, aspira el perfume de voluptuosidad, extrano y penetrante, que desprendia la ropa de la mujer, y trata de recordar cada una de sus palabras. Pero no le viene ninguna a la memoria. Y entonces, subitamente, recuerda alarmado que ella no ha dicho nada, ni siquiera lo ha llamado por su nombre, que de ella no conoce sino los suspiros que rebosaban de su pecho como una amenaza, los sollozos de placer convulsivamente ahogados, el perfume de su pelo enmaranado, la calida presion de sus pechos, el esmalte pulido de su piel; sabe que su cuerpo, su respiracion, todos sus sentimientos le han pertenecido y, sin embargo, no sospecha quien es la mujer que lo ha sorprendido con su amor en la noche. Sabe que solo puede balbucear un nombre para designar su sorpresa, su felicidad. Y ahora esta experiencia fugaz e inaudita que acaba de vivir con una mujer le parece pobre, banal y completamente baladi al lado del fulgurante misterio de los ojos cautivadores que lo acechaban desde la oscuridad. ?Quien era esa mujer? Al vuelo estudia todas las posibilidades, pasa revista mentalmente a todas las mujeres que viven en el castillo; evoca todos los momentos singulares y todas las conversaciones que ha mantenido con ellas, las sonrisas de cinco o seis de ellas, las unicas que podrian estar envueltas en este enigma. ?Quiza la joven condesa E., que suele tratar con aspereza a su marido ya mayor, o la joven esposa de su tio, que tiene ojos de una dulzura extrana y, sin embargo, tan irisados, o bien--se estremecio al recordarla--una de las tres hermanas, primas suyas, que tanto se parecen en su porte altivo, orgulloso y estirado? No, porque todas ellas son personas frias y discretas. En los ultimos anos a menudo se habia considerado un desheredado, un enfermo, desde que secretos ardores agitaban su espiritu y se mezclaban flameantes en sus suenos. !Como habia envidiado a todos los que eran o parecian tan serenos, tan equilibrados y desprovistos de cualquier deseo! El habia tenido miedo de su pasion naciente como de una enfermedad. ?Y ahora...? Pero ?quien, cual de ellas era capaz de semejante engano? Poco a poco esta pregunta obsesiva disipa la embriaguez que enturbia sus sentidos. Se ha hecho tarde, las luces del comedor se han apagado, solo el esta despierto en el castillo, el... y quiza aquella otra. La desconocida. La fatiga empieza a hacer mella en el. ?Para que seguir dandole vueltas? Seguro que manana una mirada, una llama entre los parpados, un apreton de manos a hurtadillas, se lo revelara todo. Sube entre suenos las escaleras, tal como las habia bajado, pero ahora sus suenos son infinitamente diferentes. Tiene la sangre todavia un poco agitada, y la habitacion caldeada ahora le parece mas clara y fresca. Cuando al dia siguiente se despierta, los caballos ya piafan y escarban en el patio, oye pronunciar su nombre en medio de risas. Se levanta de un salto--ha pasado la hora del desayuno --, se viste con una rapidez febril y se precipita abajo, donde los demas lo reciben con alborozo. <>, le espeta la condesa E. riendo, y la risa brilla en sus ojos claros. El escruta su rostro con ansiosa curiosidad; no, no puede ser ella, su risa es demasiado despreocupada. <>, se burla la joven, pero a el su cuerpo delicado le parece demasiado delgado. La pregunta del muchacho vuela de un rostro a otro, pero en ninguno descubre el reflejo de una sonrisa. Da comienzo la excursion a caballo por el campo. El escucha todas las voces, con la mirada espia cada linea del cuerpo de las mujeres, las ondulaciones del pelo que el ritmo del trote les impone, observa los movimientos de sus espaldas al doblarse y el modo como levantan los brazos. Durante el almuerzo se inclina sobre ellas para percibir el perfume de sus labios o la tibieza de sus cabellos, pero nada, nada le proporciona el menor indicio, una fugaz pista que su imaginacion inflamada pueda seguir. El dia se alarga inacabable hasta el atardecer. Ahora que quiere leer un libro, las lineas saltan fuera de los margenes y lo conducen hasta el jardin, y vuelve a ser de noche, una noche extrana, y se siente de nuevo rodeado por los brazos de la desconocida. Deja caer el libro de sus manos temblorosas, quiere ir al estanque y, de repente, asustado, se encuentra en el camino de grava, en el mismo lugar. Durante la cena sus manos estan nerviosas, palpan sin descanso a diestro y siniestro, como perseguidas, sus ojos se esconden timidos bajo los parpados. Por fin, oh, por fin, cuando los demas retiran sus sillas, el se siente feliz, sale corriendo de la sala y se adentra en el parque, cien veces, mil, camina arriba y abajo de la blanca avenida, que bajo sus pies parece centellear como una niebla lactea. ?Estan ya encendidas las luces del salon? Si, por fin llamean, y por fin brillan tambien algunas ventanas del primer piso. Las damas se han retirado. Si ella va a venir, ya no puede tardar mas de unos minutos, pero cada minuto se hincha de rubea impaciencia hasta estallar. Y continua arriba y abajo con pasos convulsos, como tirado por hilos invisibles. Y entonces, de repente, la figura blanca se desliza escaleras abajo, rapida, demasiado rapida para poderla reconocer. Parece un rayo de luna o un velo perdido flotando entre los arboles que un viento impetuoso empuja hacia el, y ahora, ahora, esta en sus brazos, que se estrechan como garras avidas alrededor del cuerpo indomito, ardiente y palpitante, acalorado por la carrera. Como ayer, de nuevo es un unico instante en el que la calida oleada se rompe de improviso contra su pecho, con tanta fuerza que el cree desfallecer por el dulce golpe, y su unico deseo es dejarse llevar, arrastrado a un sombrio abismo de placer. Pero luego su embriaguez se extingue de golpe, y el reprime su ardor. !No, no se perdera en esta maravillosa voluptuosidad, no se abandonara a estos labios voraginosos antes de saber el nombre de este cuerpo que se aprieta tan estrechamente contra el que es como si un corazon extrano latiera fuerte en su propio pecho! Echa hacia atras la cabeza ante sus besos para verle la cara: pero caen unas sombras y, en la luz incierta, se confunden con los cabellos oscuros de la mujer. El follaje de los arboles es demasiado espeso y demasiado palido el claro de luna velado por las nubes. Solo ve los ojos de ella, que brillan fosforescentes como rubies encastados en marmol blanco. Entonces el quiere oir una palabra, solo una astilla arrancada a su voz:

  • Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende

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    Cuentos de Eva Luna transcribe las historias inventadas por Eva Luna en la novela homonima, por lo que aunque no es una segunda parte, es recomendable leer primero la novela. Cuentos de Eva Luna es un ejemplo de la fantasia creativa de Isabel Allende. En este libro esta representado principalmente la mirada femenina, sea desde un punto de vista social, psicologico, cultural o historico. La intencion de la autora es presentar la protagonista como Scheherezade, que mantiene el orden de los sucesos a que esta sometida. Es el arquetipo matriarcal que impulsa la vida, es la mujer narradora que tiene siempre listo un cuento para su rey. El amor es como un hilo conductor entre todos los cuentos, y que tiene la fuerza para vencer las miserias impuestas por la naturaleza o por la maldad de los hombres. El amor en la narrativa de Isabel Allende es el sentimiento mas fuerte que el odio, la rabia, el miedo o la venganza. El amor es la salvacion del hombre y de su humanidad. Sus personajes representan la lucha entre el bien y el mal, entre explotados y explotadores, pero todos al final son vencidos por el amor.

  • Stoner de John Williams

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    John Williams ha construido un personaje solidamente humano, tan humano que cualquiera podria contemplarse en su reflejo. Stoner es una novela sobre la integridad y la renuncia; una historia que consigue que te impliques, que comprendas, que disculpes y admires en la misma medida el estoicismo y las debilidades de este profesor al que es muy probable que ya me sienta vinculada para siempre. Stoner es, sin duda, un ejemplo de para que sirve la literatura. Stoner se presenta como un canto a la dignidad de la vida, pese a sus miserias y a sus decepciones; como un himno a la belleza de los pequenos gestos; como una loa a los instantes de quietud y de paz. Su lectura reconforta tanto que obligara a los hombres y mujeres a retomar las paginas del libro en cuanto se les presente la menor ocasion. No lo tengan a mano cuando cojan el coche, o se eternizaran en los semaforos...Stoner de John Williams es algo mas que una gran novela, es una novela perfecta, bien contada y muy bien escrita, de manera conmovedora, que quita el aliento.

  • La psiquiatra de Wulf Dorn

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    El caso de una paciente maltratada y aterrorizada se convierte en la pesadilla de la psiquiatra Ellen Roth. La mujer teme ser raptadas por el hombre del saco. Se lo susurra a Ellen y luego desaparece sin dejar rastro. Nadie la ha visto ni sabe nada de ella. Ellen quiere encontrarla. Pero cuando lo intenta, se ve involucrada en un macabro juego del que no sabe como salir para salvar a la paciente y a si misma. Solo puede intentar encajar las piezas de un rompecabezas diabolico. Mientras se precipita a un abismo de violencia, paranoia y terror, descubre que los problemas nunca no se arreglan solos…

  • Las brujas de hoy no necesitan escoba para volar de Elisa Mayo

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    Estrella es una mujer que pasa de los cuarenta, divorciada y madre de dos mellizos adolescentes que la traen de cabeza. Trabaja en un hotel de playa organizando eventos para los clientes.
    Un cambio en la direccion del hotel hace que conozca a Javier, el nuevo director general, por el que pronto siente una conexion mas intensa de lo que ella misma esta dispuesta a admitir.
    Esta incorporacion no solo altera el estado de Estrella. Junto a ella, Deva y Lourdes, sus companeras y mejores amigas, se ven envueltas en una voragine de circunstancias que les van a dar la oportunidad de demostrar de lo que son capaces cuando se les presentan varios conflictos que resolver. Entre ellos, la historia personal que Javier trae consigo y por la que Estrella se engancha mas a el.

  • La judia de Toledo de Lion Feuchtwanger

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    Esta novela de Lion Feuchtwanger, autor ya consagrado entre los lectores de habla espanola, es una apasionada historia de amor y violencia, ocurrida en el siglo XII, y que, a traves de siglos, ha ocupado la imaginacion de los espanoles. Narra la pasion que el rey Alfonso VIII de Castilla sintio por la judia Raquel, hecho que registran las cronicas de su biznieto, el rey Alfonso X el Sabio. La accion transcurre en una epoca todavia en parte sumida en la barbarie, en la que el arrojo de aquellos nobles castellanos, fruto de una fe sin fisuras, y el ansia de matar, junto con su ilimitado orgullo, destruyeron sin remordimiento las maravillosas ciudades y reinos que otros habias creado. Solo aquel que perciba la irresistible atraccion de ese mundo de aventuras podra entender la historia de Raquel y el rey.

  • 1775 Calles de Jose A. Gomez Iglesias

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    Imagina que toda la inmensidad de tus suenos y anhelos, tus sentimientos y emociones, buenos o malos, pudieran ponerse en fila ante tus ojos. Imagina pasarles revista, ponerles nombre y descubrir que cada nombre tiene un lugar y cada lugar una calle. 1775 son las calles de Vigo, 1775 formas de ponerle un nombre al amor.

  • Con otra mirada de Anabel Saiz Ripoll

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    Raul es un joven adolescente que vive en una gran ciudad y al que, de repente, la vida se lo pone del reves. Su padre sufre un infarto y, para recuperarse con calma, han de ir al pueblo de la familia materna. El pueblo es pequeno, parece que no ofrezca ningun atractivo, pero alla estan los abuelos de Raul y otros personajes entranables, como Veva, la maestra o Ursula, la contadora de cuentos o Beatriz. Poco a poco Raul se sentira captado por el embrujo del pueblo, por la emocion de las historias que aprende acerca de la familia y otros personajes y por la magia del lugar. Al fin, aprendera a observarlo todo con otra mirada y valorara lo que tiene de una forma muy especial. Raul crecera, sin duda, en las paginas de la novela.

  • Rubricatus de Isabel Garcia Trocoli

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    LA FUNDACION DE BARCINO
    Ano 13 a.C. Gayo Celio, veterano centurion de las guerras cantabras, y sus companeros de la Cuarta Macedonica reciben a Octavio Augusto en el puerto de la iberica Barkeno, alla donde el Rubricatus vierte sus enrojecidas aguas. El motivo: la fundacion de la colonia Barcino.
    El viejo centurion, magistrado de la ciudad, ha contraido matrimonio en extranas circunstancias con la hija de un poderoso patricio de Tarraco. Lucio Celio, su hijo, es su gran esperanza para obtener gloria y riquezas en Roma.

  • Destinados a encontrarnos (Destino 1) de Raquel Diaz

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    Hay veces en la vida, que crees que ya no hay forma de recuperar lo perdido, y asusta; sobre todo, cuando te das cuenta de que te has perdido a ti mismo.

  • Un perfecto caballero de Pilar Eyre

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    En enero de 1939, las tropas de Franco entran triunfantes en Barcelona. Con ellas va Mauricio Casasnovas, guapo como un artista de cine. Es el heredero de una empresa textil, al que espera una mujer sumisa y un futuro dorado de noches en el Liceo, los mejores sastres y fulanas de lujo. Pero la brutalidad de la guerra ha abierto una grieta en su corazon que no deja de agrandarse. Mauricio, a pesar de estar casado, conoce por primera vez el amor y la pasion con una obrera de su fabrica, cuyo marido esta encarcelado. Atormentado al no poder poseer a esta mujer por completo, Mauricio comete un hecho terrible cuya culpa lo perseguira para siempre. Ademas, su vida conyugal esconde un enigma tan devastador y sorprendente que ni el ni nadie ha podido sospecharlo jamas.

  • Retrato de mi doble de Georgi Markov

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    Aunque ilegales, las partidas de poquer siguen siendo uno de los entretenimientos preferidos en las madrugadas de la Bulgaria de 1960. El narrador --un descreido y cinico periodista-- ha disenado junto a su companero un intrincado sistema para desplumar a sus rivales durante la timba, una estrategia no muy diferente a la de escribir para la prensa deslumbrantes perfiles de los epicos trabajadores socialistas. Ambas son un producto de la hiperbole y la ilusion, un juego de manos sin escrupulos ni concesiones, con la victoria como objetivo incuestionable.
    El conflicto entre la libertad individual y la garra de acero del sistema produjo en el bloque sovietico una tension que, en palabras del nobel Czeslaw Milosz, solo era posible sobrellevar mediante el ketman: esa habilidad psicologica para representar con fervor una identidad en publico mientras se mantiene otra radicalmente opuesta en privado. Nunca el distanciamiento de Markov respecto a la corrupcion y los absurdos del regimen comunista bulgaro alcanzo mejor expresion que en esta atmosferica obra maestra de la novela breve.

  • Sangre de una estrella violeta (The Zuccarelli 2) de Mar B. Prat

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    No sigas leyendo si no has leido “Los Zuccarelli”.

  • Solo tu me besas (Amor en Nueva York 3) de Lola Cooper

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    A Hannah no le gustan los gatos. Ni su casero. Ni los ruidos de las obras del piso de arriba. Tampoco le gusta ese tipo, Steve, el encargado de la obra que no hace mas que interrumpirla a todas horas, aunque no tiene mas remedio que reconocer que es guapisimo.
    Steve es un hombre sencillo con una vida normal. Entonces, ?por que le gusta tanto esa extrana pelirroja, enganchada a los videojuegos, a la comida basura, adicta a hackear paginas web y a meterse en los ordenadores y las vidas ajenas?

  • Canciones de amor a quemarropa de Nickolas Butler

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    Henry, Lee, Kip y Ronny crecieron juntos en el mismo pueblo de Winsconsin, Little Wing. Amigos desde ninos, sus vidas comenzaron de manera similar, pero han tomado caminos distintos. Henry se quedo en el pueblo y se caso con su primera novia, mientras que el resto lo abandono en busca de algo mas: Ronny se convirtio en un famoso cowboy de rodeo, Kip en exitoso agente de bolsa y Lee en una estrella de rock de fama mundial.

  • Cuidarte el alma (Cuidarte el alma 1), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-?No te gusta el sexo, Andres? -Si, me gusta el sexo, Gabriela. El tema es que me gusta mas hacer el amor. Descubri que me excita el sentir cosas por mi companera de cama, y saber que ella siente lo mismo por mi. Despues de hacerlo de esa forma, el sexo por calentura pierde un poco la gracia. Llamame anticuado si queres, pero asi soy yo.” En el momento mas triste de su vida, el duende de las casualidades pone en el camino de Gabriela, al enigmatico e increible Andres Otero. Para una mujer de cuarenta y cuatro anos con dos divorcios a cuestas y con fobia al compromiso, este hombre tiene todas las desventajas: es demasiado atrayente, es demasiado querible, y ni siquiera es casado. Peligro, peligro. Alerta roja. ?Como hacer para llevar a la cama a un hombre que pondera los sentimientos por encima de las ganas? ?Como evitar desear enamorarlo? ?Como lograr no enamorarse? El deseo de disfrutarlo, es el anzuelo. Descubrir la pena que lo tortura, es la carnada. Y lo que tira del sedal es esa dulce forma de demostrarle que mas que para adorar su cuerpo, el fue creado para cuidarle el alma.

  • Una cancion de amor de Mercedes Alonso

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    --No importa lo que te pongas. Los tios son muy basicos y van a lo que van, asi que elige cualquier cosa y no te compliques mas --le digo a Paola mientras saca un vestido tras otro del armario. --Tus comentarios no me ayudan en absoluto --me regana ella. --Te estoy ayudando, solo digo que escojas un vestido al azar y te lo pongas. --A veces creo que eres mi peor enemiga en lugar de mi mejor amiga. He conseguido que Paola se enfade, aunque, para ser sincera, no entiendo el porque. Si no fuese su mejor amiga, algo que ella acaba de poner en duda, no estaria aqui tras una llamada desesperada pidiendome que viniera inmediatamente a su casa. Yo tambien tengo una cita esta noche y, en lugar de estar preparandome para ella, estoy ayudandola a elegir algo que ponerse para su cita. --Solo he dicho algo que es evidente, Daniel estara mas interesado en lo que hay debajo de la ropa que en lo que lleves puesto encima --repito--. Ademas, eres guapisima, no necesitas ningun artificio para parecer lo que ya eres. El rostro de Paola se relaja, pero solo un poco. Mis palabras parecen haber funcionado, pero si quiero que deje de estar enfadada tendre que esforzarme un poco mas. Sin embargo, no he mentido, Paola es una de las mujeres mas guapas que he conocido, de esas pocas afortunadas que no necesitan nada para lucir espectaculares y cuya belleza, las malas lenguas, atribuyen a la cirugia estetica. No es demasiado alta, pero tiene una bonita figura sobre la que un saco de patatas luce como un modelo del mejor de los disenadores. Ojos azules, pelo largo, sedoso y rubio, labios carnosos y, para rematar, una bonita y pequena nariz. Una autentica munequita con cara de angel a cuyo paso nadie se resiste a volver la cabeza. --Esta bien, el verde --digo cogiendo un vestido del monton que ha sacado del armario--. Es sexy y el verde es tu color. --?De verdad lo crees? --Estoy segura --afirmo--. Ademas, no parece dificil de quitar --digo cogiendolo por los tirantes y mirandolo desde todos los angulos. --!Trae aqui! --me ordena arrancandome el vestido de las manos. --?Que pasa ahora? --Lo que pasa es que no te tomas esto en serio y es importante para mi. Daniel me gusta, me gusta mucho, es nuestra decima cita y aun no ha habido sexo. Me respeta y eso me gusta aun mas, porque no busco una relacion de una noche. --Vale, creo que lo he entendido. Daniel te gusta y tu le gustas a el. No quieres una relacion de una noche, pero ya habeis salido unas diez veces, asi que, ?que me he perdido? --No te has perdido nada, no te hagas la tonta. Se que no crees en las relaciones duraderas desde que tu y... --No quiero que pronuncies ese nombre --la interrumpo--. En cuanto a que no te tomo en serio, eso no es cierto, estoy aqui contigo, ayudandote a elegir un vestido para tu cita. --Sera mejor que te vayas --dice comenzando a guardar la ropa en el armario. --?Por que? Sinceramente, no entiendo por que me pides que me vaya si hace tan solo un rato me has pedido que viniera. --No quiero que me ayudes. Me parece perfecto que no creas en el amor, pero deberias entender que yo si, al igual que millones de personas en el mundo. --De acuerdo, si eso es lo que quieres, me voy --le digo poniendome en pie y cogiendo el bolso que he dejado sobre la cama. --Rebeca --me llama Paola cuando estoy saliendo por la puerta de su habitacion. --?Que quieres ahora? --pregunto mirandola con cara de pocos amigos. Estoy molesta con ella por sus comentarios y empieza a cansarme que achaque todo lo que me pasa a una mala experiencia sentimental del pasado. --No puedes seguir viviendo asi --responde. --?Ahora tambien vas a meterte con mi forma de vida? --Te estas convirtiendo en una persona frivola y vacia. Se lo mal que lo pasaste cuando Lucas te dejo y lo mucho que te esta costando olvidarle, pero deberias intentarlo. Tu media naranja existe, esta en alguna parte y solo tienes que encontrarla. --Si, claro. La buscare manana si tengo un rato libre, pero ahora voy a prepararme para mi cita. No necesito amor, pero ya sabes que no he renunciado al sexo --le digo a Paola guinandole un ojo, y veo como ella pone los ojos en blanco. En cuanto salgo de la casa de mi amiga borro la sonrisa de mi rostro y bajo corriendo las escaleras de los dos pisos que me separan de la calle. Cuando llego abajo me falta el aire y apenas puedo respirar. Aspiro profundamente varias veces, hasta que mi respiracion se normaliza y empiezo a sentirme un poco mejor. Cruzo la calle para ir en busca del coche que he dejado aparcado en la acera de enfrente. Paola vive en la zona nueva de Segovia, en un edificio de dos plantas de reciente construccion, y el aparcamiento no supone ningun problema, al contrario de lo que sucede en el centro de la ciudad, que es donde yo vivo. Me subo al coche y busco la botella de agua que siempre llevo en el bolso. Bebo despacio, tengo la boca y la garganta secas, y me cuesta tragar. Siempre me sucede lo mismo cuando el pasado regresa y el dolor que senti hace anos vuelve a golpearme con fuerza. Pero soy incapaz de evitarlo. Arranco el coche y pongo la musica a tope. La cancion Stereo Hearts de Gym Class Heroes comienza a sonar y yo canto. Canto cada vez mas alto, hasta que la musica invade mi mente por completo y no hay sitio para nada mas. Una nueva cita, otra noche de sexo, otro dia lejos de sus brazos. Capitulo 2 Luciernagas en nuestras manos --Estas estupenda esta noche --dice Alex mientras me toma por la cintura y me besa. En cuanto nuestros labios se rozan abro la boca y noto como su lengua busca con avidez la mia. Acabamos de salir del restaurante en el que hemos cenado y ya en el exterior, lejos de las miradas curiosas y tras pasar la mayor parte de la velada intercambiando caricias por debajo de la mesa, solo puedo pensar en una noche de sexo de esas que consiguen transportarme hasta un lugar donde los unicos protagonistas somos mi amante de turno y yo misma. Alex me da la mano y tira de mi. Le sigo expectante hasta su coche, el me abre la puerta con galanteria y subo despacio, aprovechando nuestra cercania para rozar su cuerpo con el mio. Le oigo respirar profundamente y me vuelvo hacia el para guinarle un ojo con picardia. Nada mas poner el coche en marcha y sacarlo del aparcamiento, coloca su mano derecha sobre mi muslo izquierdo. Me acaricia con suavidad para despues deslizar la mano hacia arriba, hasta rozar el encaje de mis bragas. De mi garganta se escapa un gemido ronco y profundo, cierro los ojos y echo hacia atras la cabeza disfrutando de ese contacto que consigue excitarme. --Me vuelves loco --susurra Alex mientras sus dedos se cuelan por debajo de mis bragas alcanzando mi sexo--. Si vuelves a gemir de ese modo no tendre mas remedio que parar el coche y hacerte mia. --Y si tu sigues acariciandome asi, sere yo quien te pida que detengas el coche y me hagas tuya. Alex suelta una sonora carcajada que resuena en el reducido espacio interior del vehiculo y me giro hacia el para mirarle. Su perfil se recorta contra la luz de la luna llena y es simplemente perfecto. Su pelo, espeso y negro, luce algo despeinado a estas horas de la noche y la incipiente barba le da un aire canalla que le sienta de maravilla. Tiene los ojos tan oscuros como la noche y tan profundos que te atrapan en ellos con solo mirarle. Es alto, algo desgarbado y extremadamente atractivo. --?Por que te ries? --le pregunto. --Tu siempre consigues hacerme reir --dice mirandome a los ojos al mismo tiempo que sus dedos se abren paso hacia mi interior. No lo esperaba y grito por la sorpresa, el dolor y el placer que ese movimiento me proporciona. --Antes era una amenaza, ahora es un hecho --dice girando repentinamente a la derecha, por un camino de tierra que conduce al interior de un pinar. Conduce durante un par de minutos y despues detiene el coche abruptamente, se quita el cinturon de seguridad y hace lo mismo con el mio. --Ven aqui --me pide, y me ayuda a colocarme a horcajadas sobre el--. Me encanta tu olor, tu sabor y tu tacto. Eres como una droga para cada uno de mis sentidos. Desliza los tirantes de mi vestido por los brazos y tira de la tela hacia abajo, dejando el sujetador a la vista. Sus manos y su lengua se cuelan bajo el delicado encaje haciendome suspirar, y me aprieto contra su cuerpo deseando sentirle dentro de mi.

  • Finca negra de Eduard Freundlinger

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    Ya hace anos que la hermana de Joana desaparecio sin dejar rastro. Entretanto Joana dejo su pais y construyo una nueva vida en Alemania. De pronto recibe un mensaje comunicando que Carmen aun podria estar viva y Joana vuelve a Andalucia. La certeza sobre el destino de Carmen esta al alcance de su mano, pero bajo el sol de la costa Tropical le esperan otras oscuras verdades…