• libro la ciudad de las mujeres desaparecidas - Megan Miranda

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    Han pasado diez anos desde que Nicolette abandono su ciudad natal despues de que Corinne, su mejor amiga, desapareciese sin dejar rastro. Nicolette regresa a casa para cuidar de su padre enfermo, pero pronto se ve inmersa en un terrible drama. Todas las personas relacionadas con la desaparicion de Corinee siguen con sus vidas en Cooley Ridge: el hermano de Nic, Daniel, a punto de ser padre; el antiguo novio de Corinne que trabaja en el bar del pueblo; y Tyler exnovio de Nic y pareja actual de Annaleise que fue la coartada que exculpo al grupo de amigos la noche de la primera desaparicion. Pero ahora es justo Annaleise la desaparecida. Durante las dos semanas que siguen -la historia se nos explica desde el dia 15 al dia 1, en una ciudad donde nadie es lo que parece, ni familiares y amigos.

  • LA CIUDAD DE LAS MUJERES DESAPARECIDAS - Casa del ...

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    30 oct 2017 — El libro LA CIUDAD DE LAS MUJERES DESAPARECIDAS de MEGAN MIRANDA en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • La ciudad de las mujeres desaparecidas (Sin colección) eBook

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    La ciudad de las mujeres desaparecidas (Sin colección) eBook : Miranda, Megan, Fernández Domínguez, ... Mirar en el interior de este libro. La ciudad de las ...

  • La ciudad de las mujeres desaparecidas (SIN COLECCION)

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  • La ciudad de las mujeres desaparecidas - Megan Miranda

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    Críticas (9), citas (6) extractos de La ciudad de las mujeres desaparecidas de Megan Miranda. Este es sin duda uno de los mejores libros de suspenso que he ...

  • LA CIUDAD DE LAS MUJERES DESAPARECIDAS - MEGAN ...

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    14 feb 2018 — La ciudad de las mujeres desaparecidas es una novela donde el peso del pasado, los rumores, los secretos, el miedo, los celos, la desconfianza, ...

  • la ciudad de las mujeres desaparecidas - Margen Libros.

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    LA CIUDAD DE LAS MUJERES DESAPARECIDAS, MEGAN MIRANDA, 19,90€. Han pasado diez años desde que Nicolette abandonó su ciudad natal después de que Corinne, ...

  • La ciudad de las mujeres desaparecidas, de Megan Miranda

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    5 feb 2018 — Mi opinión sobre el libro La ciudad de las mujeres desaparecidas de la autora Megan Miranda, un thriller que te enganchará desde la primera ...

  • La Ciudad de las Mujeres Desaparecidas - Buscalibre España

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    Libro La Ciudad de las Mujeres Desaparecidas, Megan Miranda, ISBN 9788494712692. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • La ciudad de las mujeres desaparecidas MIRANDA,MEGAN

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    La ciudad de las mujeres desaparecidas MIRANDA,MEGAN. Un thriller adictivo e inteligente al más puro estilo de Alfred Hitchcock. Editorial: LIBROS DEL LINCE.

  • la ciudad de las mujeres desaparecidas - Machado Libros.

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    LA CIUDAD DE LAS MUJERES DESAPARECIDAS, MIRANDA, MEGAN, 19,90€. Han pasado diez años desde que Nicolette abandonó su ciudad natal después de que Corinne, ...

  • Tambien los Demonios Tiemblan de Arturo Fuentes De La Orden

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    <<... La accion se desarrolla con brillantes referencias a los paisajes, mentalidad y tradiciones de Escocia. El autor muestra una notable capacidad de recrear los ambientes de misterio y mantener el clima de tension hasta los capitulos finales...>>
    (Resena literaria de TROA Fundacion)

  • Hinun de Christian Martins

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    Denahi y Magena son mas felices que nunca. Han comenzado una nueva vida en la reserva y la suerte parece sonreirles.
    ?Dejaran “Los Calaveras” que la chica apache continue con su vida y pueda formar su familia junto al rey de la tribu?
    Mas erotica, mas intensa y mas peligrosa.
    Descubre esta tercera y ultima parte de la trilogia.

  • DISTRITO 1011 de Mary Ferre

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    El peso de su cuerpo cae deliberadamente sobre mis hombros, su brazo afianzandose a mi como si pensara en huir premiando a mis instintos. Ondeo el alcohol de una copa sucia en un movimiento circular que me resulta relajante, podria permanecer en esta misma postura durante toda una vida; sentado en la barra de la taberna, ignorando la compania cercana, pensando en mi rubia... Trago saliva negando mientras recapacito discretamente en soledad. En este asqueroso y absurdo silencio aterrador. Mi familia sigue acompanandome en el Oeste, en casa, en mi verdadero hogar. Todos han desalojado el punto de encuentro para proseguir disfrutando de su fiesta y sus reuniones por los alrededores. El vaiven de la gente es abundante aunque no preste atencion a las sombras que se mueven cerca preguntandome, animandome o tocandome. Pero a excepcion de mi desinteres por cualquiera que no sea ella, trato de concentrarme en el apoyo que me brinda una mujer que no me ha abandonado desde que nos conocimos. Sadie es lo mas parecido que tengo a una hermana; es mi mejor amiga, mi alma gemela, mi companera de batalla y fue una princesa muy hermosa cuando salimos juntos. Ahora, incapaz de tocarla como un hombre sediento de sexo, de reganarla, gritarla o siquiera hacer un movimiento sin su aprobacion, consigo reunir lo mejor de mi para apartar su delgado brazo de mis hombros. Ella gimotea bebiendo de su copa, acariciandome el brazo por ultima vez antes de soltar y repetir nuevamente la charla del "ya te lo dije". Me volteo consciente de la bronca que me caera por no haberla escuchado cuando trataba de sugerirme que me anduviera con cuidado. Nadie, ni los mellizos ni ella consiguieron detenerme cuando me enamore de mi rubia. Era un hombre que ya se habia enamorado profundamente de una chica cuando ellos me advirtieron que abriera los ojos, que una chica procedente del Este nunca nos traeria nada bueno. Y no se equivocaban. Saboreo el liquido y escupo a su vez el pequeno cubito de hielo que Sadie siempre vierte en mi copa desde que tomo su primera ronda de alcohol. Recuerdo que tenia doce anos, yo unos dieciseis, y no podia parar de reir. Ella metio su mano en el vaso, saco el hielo, lo coloco en mi copa y entonces trago el whiskey rapidamente. Desde entonces espera a que se derrita y procede a deshacerse del cubito, si estoy cerca sere el unico que recibira la pieza congelada. Una especie de promesa que le hizo a mi madre. --Anoche hubo una reyerta. Owen se ha enterado que fueron los chinos, drogas. Los Law estuvieron alli. --Sadie, no te lo vuelvo a repetir, dejame solo. --La mayoria de los chinos murieron y la droga desaparecio. No dejaron rastro de la rina. --Sadie. --Intento enderezarte. Mantener tu mente ocupada. --Lo haces como el culo. Unete a la fiesta y desaparece. --Eres un antipatico. No se acaba el mundo porque ella te haya traicionado. Ademas, estoy esperando el cargamento de las piezas. Si Ewan consigue hacer funcionar ese trasto valdra una millonada en el mercado. Nos forraremos. --Los calentadores del valle van primero. --Yo quiero mi parte. Necesito viajar a Nueva York. --Tu idea de malgastar el dinero en ropa no nos beneficia, Sadie. Piensa en los demas. El Oeste se esta congelando de frio. --?Y porque pasemos frio no puedo ir a Nueva York para gastar mi dinero en mi? ?Quien piensa en mi? --Preston, deberias venir. --Owen es mi hermano mas alocado. Su voz seria me obliga a ponerme el disfraz de hombre de negocios, de lider del Oeste que mantiene a todos vivos. --?Visita? No esperamos a los holandeses hasta el viernes. ?Se han adelantado? --Visita. Pero no son los holandeses. Date prisa. Sadie pone un pie en las tablas de madera que pisamos en la taberna pero la detengo. Soy el que manda aqui y la quiero fuera de las reuniones, ella me ha refunfunado negandome con la cabeza. --Ve con las demas mujeres, --acaricio su rostro --y gracias por estar a mi lado. --Preston, no me apartes ahora. --Dame tiempo, ?vale? Estoy bien. Despues de besarla en la frente ella emprende el camino hacia la puerta delantera. Cuando la veo salir oigo a Owen cantando. Solemos recibir las visitas cerca del quemadero, aunque si no son los holandeses supongo que el interes en los gansteres que han venido a comprarnos los coches de lujo es negociable. Nos harian falta un par de millones para la instalacion del tanque de agua caliente en el valle. Paso por la cocina vacia que mantiene aun los olores de la carne asada y procuro no hacer un drama personal al mirar la puerta de madera donde aun esta la moto que le regale a mi ex... a Armony. Con el dolor retorciendose en mis entranas me acerco a la voz cantarina del Biker mas gracioso del Oeste y me preparo para reganarle por hacer el ridiculo delante de posibles clientes. El ridiculo lo hago yo al atravesar el porton de madera que da al cobertizo trasero. Siento que mi vida ha vuelto a cobrar sentido, que si andaba perdido en el abismo de la decepcion y el de la tristeza la presencia de dos hermosas ninas que se abrazan entre si ha tocado la fibra de mi corazon. Esa ligera capa que lo envuelve y de la que era duena la hermana mayor de este par de preciosidades. La mas pequena me reconoce pero se esconde detras de su hermana, ambas lucen como si hubieran salido de un pozo de cenizas. Aparto a Owen que trataba de captar la atencion de la mayor y ocupo su lugar temblando, arrodillandome, sincerandome con una mirada que no consiguen entender. --Ewan ha salido a revisar la zona con los chicos. Las he encontrado en el cementerio, y estaban recostadas cerca de una tumba. La mas alta ha preguntado por ti. --Hola. --!Soy un idiota! ?Hola? ?Podria haberlo hecho peor? !Joder, las asustare! Ellas no reaccionan como me hubiera gustado; brincando, sonrientes, felices, cotilleando sobre su hermana mayor... El dolor apuntala mis entranas, soy incapaz de vivir con ello. --?Te acuerdas de mi? --Increpo sutilmente a la nina ofreciendole lo mejor de mi. No se que he hecho mal. Se ha asustado. La conocia. Nos vimos una vez, era risuena y traviesa, ella se colgo de mi y fui el maldito hombre mas feliz del puto mundo. Pense que era la hija de mi chica, pero me equivoque. Las hermanas son tan hermosas como Armony. --No hablan. Les he ofrecido leche, agua, sal, galletas. --?Sal? --?Que mierda se lo que comen los putos crios? Imaginarme enterrando a mi mejor amigo por su estupido comentario me excitaria tanto como volver a ver a mi ex. Pero me centro en las ninas, extiendo mi brazo acariciando la mejilla de la mas pequena hasta que la mayor me lo impide escondiendola detras de ella. Me retiro poco a poco alzando las manos para demostrarles que jamas se me ocurriria tocarlas si no lo desean. Mi instinto paternal acaba de aparecer en este preciso instante y jamas me hubiera sentido tan completo como ahora. Sin embargo hinco la rodilla en el suelo ladeando la cabeza, memorizando sus rostros con toda la anoranza de mi corazon. Estoy perdido en esto. Muy perdido. Carraspeo la garganta buscando una solucion a mi voz, podrian tenerme miedo por culpa de la gravedad de esta. --Habeis preguntado por Preston. ?Cierto? --Bien, la mas alta ha asentido con la cabeza. La quiero abrazar tan fuerte que me odiara. --Yo soy Preston

  • Una historia casi verdadera de Mattias Edvardsson

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  • Historias de una becaria incorrecta de Becaria

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    El libro politicamente incorrecto de una becaria politicamente incorrecta.

  • Tempestades del destino de Pilar Lepe

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    En solo dos dias la vida de lady Violet Orchmond se vio trastocada por la fatalidad: su esposo fue acusado injustamente de traicion a la corona, y posteriormente ejecutado. Ahora, viuda y sin bienes decide huir de Inglaterra, para que la mala fortuna que llevo a lord Orchmond a la horca no los alcance tambien a ellos.
    Asi comienza un largo periplo para esta mujer y sus dos hijos, que tiene como finalidad llegar a Australia. Con mas temple que razonamiento, conseguira embarcarse entre personajes peculiares, o en otros casos indeseados. Sin saber si lograra cumplir su objetivo, pero un hombre que no monta un corcel blanco sino las olas del mar, se encargara de convertirse en su guardian.

  • Mi vida es sueno de Merche Diolch

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    Eres fuerte. No sufres. No lloras. Estas. rota.
    Mimi lucha cada dia por seguir adelante tras lo vivido hace un ano. Interpreta un papel por su familia a la que adora, porque puede soportar su dolor, pero no el de la gente que quiere. Es por eso que se levanta cada manana con el proposito de conseguir que sea un poco mejor que la anterior. Por ellos. Hasta que se reencuentra con el.
    Solo eran unas vacaciones familiares, nada complicado para mantener su imagen, pero con lo que Mimi no contaba era con Dante. Su amigo de la infancia, su confidente, su antiguo amor. Al que no ve desde hace mucho tiempo y que, por casualidades del destino, pasara las vacaciones junto a ellos.
    Le habia olvidado. Le odiaba. Se mentia.

  • Mas alla del invierno, Isabel Allende de Isabel Allende

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  • Hasta pronto Julieta (Julieta) de Helene June

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    Aqui estoy, aterrizando en el aeropuerto de Boston. Voy a cursar mi ultimo ano de instituto en Estados Unidos, en una de esas famosas high schools de las peliculas. Se me antojo porque queria mejorar mi ingles. Mis padres aceptaron encantados, seria bueno para mi futuro, pero ya me estoy arrepintiendo. El aeropuerto es grande, al menos en comparacion con el de Bilbao. Paso el control de seguridad. Me hacen un millon de preguntas sobre por que quiero entrar en el pais. ?Acaso nadie viene a estudiar ingles con diecisiete anos? ?Soy la unica loca del mundo mundial que hace esto? La gente va rapido a por sus maletas. Cuando diviso la mia, tengo que esquivar a varias personas para alcanzarla. Aun saldre con el ojo morado. Me cuesta sacarla de la cinta. Pesa veintidos kilos, pero a mi me parece una tonelada. Me dirijo a la salida. Se entreabre la puerta de la sala de espera de las llegadas y veo una cara familiar. Es Olivia, mi hermanita en la familia con la que me quedare. Corre hacia mi como si me fuera a escapar. No es que no lo este pensando: comprar un billete y volver ahora mismo; pero Olivia salta entre mis piernas, dando rienda suelta a sus tirabuzones rubios. Me tira del brazo y sus deditos se pierden en la palma de mi mano. --Oli, !deja a Lea! ?No ves que no puede descuidar su maleta? !Bienvenida! Teniamos ganas de verte en persona por fin --dice Karen, mi madre durante los proximos nueve meses, mientras me abraza con efusividad. Es una mujer de unos cuarenta anos, alta, con el pelo color avellana y una sonrisa llamativa. Olivia ha heredado su belleza. Su look es informal pero elegante: vaqueros negros, unas sandalias bajas y una camisa blanca con una lazada al cuello. Ya nos habiamos visto por Skype, hicimos un par de videoconferencias para conocernos. La primera fue caotica: a un lado, estabamos mis padres, mi hermano pequeno, Jon, y yo; y al otro, Karen, su marido y Olivia, que toqueteaba las teclas del ordenador y bloqueaba constantemente la camara. Si a eso le anadimos que el nivel de ingles de mis padres es bastante pobre, que mi madre colaba palabras en frances y que yo hacia de traductora con mi ingles intermedio, imaginate la situacion... acabamos colgando porque no habia forma de entendernos. La segunda fue mejor, tan solo Karen y yo. Hablamos de su familia, de la mia, de nuestras aficiones y de como seria mi vida en Willport. Ella me conto que habia estudiado en Europa cuando tenia mi edad, y ahora queria ser una familia anfitriona para recordar aquellos tiempos y ensenarle castellano a Olivia. Toda mi vida he convivido con las dos lenguas del Pais Vasco, el espanol y el euskera. Hablo fluidamente los dos y cambio de uno a otro sin problemas; por eso siempre he creido que los idiomas se me darian bien que solo haria falta practicarlos. Pronto lo comprobare. --Karen, me alegro de conocerte --le digo con timidez. Aunque ella me ha saludado como si nos conocieramos de toda la vida, es la primera vez que nos vemos en persona--. Gracias por venir a buscarme. --No digas tonterias. ?Como ibamos a dejar que cogieras el autobus, que tarda dos horas hasta Willport? Lo hacemos encantadas. ?Que tal tus vuelos? --Bien, gracias. --No digo mas porque, aunque mi ingles no es tan pobre como el de mis padres, se que mi pronunciacion es horrenda. No me apetece que se rian de mi desde ya. Tengo nueve meses para aprender. Espero que, si se da el caso de que es el peor ano de mi vida, al menos mi pronunciacion mejore. En el camino hacia Willport, en Rhode Island, Karen me cuenta que su marido es abogado y trabaja en Providence; suele regresar de noche. Es un camino largo, pero, por Olivia, decidieron vivir en el pueblo donde Karen se habia criado. Tambien me dice que trabaja como administrativa en el ayuntamiento. Ya se todo eso, pero prefiero escucharla, asi no tengo que hablar yo. Disfruto admirando el paisaje desde la ventanilla, pero estoy reventada despues de doce horas de viaje y me vence el sueno. Cuando estamos llegando, Karen me despierta para que vea el pueblo. Circulamos Main Street, como dice que se llama. A un lado, alcanzo a ver una libreria antigua, una cafeteria con unas tartas deliciosas en el escaparate y una ferreteria; al otro, un inmenso malecon que bordea parte de la playa. En el horizonte, la estampa es sensacional: un acantilado con un faro; debajo, un espigon de madera que se pierde en el mar, y en el agua, varios surfistas cogiendo las mejores olas. No es mal sitio para pasar un ano. --?Te gusta, darling? --me pregunta Karen--. Para mi, es un pueblo extraordinario. En verano se llena de turistas, sobre todo de Boston, pero en invierno es tranquilo. --Es maravilloso, Karen. Entiendo por que quieres vivir aqui y no en una gran ciudad. Estoy impresionada. La playa es infinita, con plantas que nacen en la arena y caminos vallados con estacas de madera. Al final del paseo, diviso casas en primera linea y, tras el espigon, una zona que parece mas tranquila. Me alegro de haber escogido este lugar, las fotos no le hacen justicia. El sueno me traiciona y bostezo. --Se que estas cansada, pero todavia es pronto. Si te duermes ahora, te despertaras a las cuatro de la madrugada, y manana empiezas en la escuela. ?Que tal si te enseno tu habitacion y vamos en un rato al restaurante de mi cunado? Cenamos muchos dias alli y los fines de semana hasta desayunamos. --Se rie--. ?Te parece bien que cenemos pronto y asi te metes en la cama en unas horas para que duermas del tiron? --Perfecto, Karen. Nos adentramos en un barrio precioso. Algunas casas son coloniales y otras de madera, como sacadas de una revista. Comparten el color blanco o gris, los grandes ventanales y los balcones orientados hacia la playa, pero cada una tiene su personalidad y todas son bonitas. Nos detenemos delante de una. En cuanto salgo del coche, Olivia me coge de la mano y me dice: --!Esta es nuestra casa! Me paro a admirar la vivienda, que ya habia visto en fotos. Una vez mas, supera mis expectativas. El jardin de la entrada esta lleno de flores de colores bien cuidadas, y unas escaleras dan a un porche con una mecedora. Al entrar, veo un salon grande, moderno y luminoso, decorado con tonos calidos que recuerdan al verano. Tras las escaleras, hay una cocina-comedor, con muebles de madera blancos, que da a un patio trasero, donde hay otro porche y un columpio. --!Vamos! Te ensenare tu cuarto y, ya de paso, el mio, para que vengas a jugar conmigo --me dice Olivia con una gran sonrisa de felicidad. Parece contenta de tener una nueva hermana. La sigo escaleras arriba. Pasa por delante de varias habitaciones y se para frente a una que esta entreabierta. Empujo la puerta y encuentro una cama individual con un edredon blanco, una mesa de estudio y un armario empotrado empapelado con rayas azules y blancas. Sencillo pero bonito. Tras las cortinas, hay un balcon, desde el que se ve la entrada de la casa. Me asomo. Pienso en lo lejos que estoy de mi familia, en lo mucho que voy a echar de menos a mis padres, a mi hermano pequeno y a mis amigas. Ha sido una locura venir aqui. Ni me doy cuenta de que estoy llorando hasta que las lagrimas me rozan los labios. --?No te gusta tu habitacion? Si quieres, te la cambio por la mia --dice Olivia. Dios, soy un desastre, esta familia es fantastica y aqui estoy yo, poniendo triste a la pequena de la casa. Me seco las lagrimas y me agacho a su lado. --Me encanta, Olivia, muchas gracias por ensenarmela. ?Sabes que eres una ninita preciosa? --Si, lo se. !Gracias! Me gusta que me llamen princesa, como las de Disney, ?sabes? -- Asiento con la cabeza y ella sigue hablando--. ?Quieres ver ahora mi habitacion y jugamos? --Vamos, princesa. Voy a tener que soltarme, esto de hablar con frases cortas no me va a valer todo el ano. Pero que no cunda el panico, que acabo de llegar. Al salir de mi cuarto, nos encontramos con Karen. --Oli, dejala tranquila. Ya jugaras con ella otro dia, ?verdad, Lea? --Si, claro --contesto, mirando a Olivia. Aunque se entristece, asiente y se va a su cuarto--. Gracias, Karen, voy a deshacer la maleta. --No hay problema, te aviso para ir a cenar. Si necesitas algo me dices. Entro de nuevo en el cuarto que sera mi hogar por los proximos meses, me tiro en la cama y cierro los ojos. Va a ser un curso muy largo.

  • Lo primero es no hacer dano de Sonia A. Kirchen

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    En la vida todo suma, lo bueno, lo malo y lo regular. Es una sucesion de desajustes que conseguimos falsear hasta enderezarlos, creyendo que cuanto nos ocurre conviene, animados por un falso eslogan de bienestar.
    Pero ?que pasa si no te sientes duena de tus decisiones?
    ?Si amas tu profesion, mas no ejerces como deseas?
    ?Si las mentiras comienzan a ser menu de plato fijo?
    ?Si piensas mas en Thor que en tu marido?
    ?Que sucede cuando ya no eres feliz?
    Yo vi mi tiempo tan <> que de nuevo me guie por la sabiduria de Coral, experta en como disfrutar bajo cualquier circunstancia y docta en exprimir el jugo a los segundos hasta la ultima gota.
    Siguiendo su consejo, me traslade a Albricias, y ni en mil anos habria sospechado lo que el destino tenia previsto para una estirada pediatra de ciudad, ni como cambiaria mi manera de enfrentarme al misterio, al panico, a la perversidad, a la perdida y al amor.
    Y asi, sin pretenderlo, me codee con la maldad. con la muerte, y escapando de su guadana, consegui que mis semanas fueran de siete vidas.

  • Morir no es tan facil de Belinda Bauer

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    El cuerpo que Patrick Fort esta examinando en clase de anatomia intenta decirle que ha sido victima de un asesinato. La vida ya es suficientemente extrana para el obsesivo Patrick, que padece el sindrome de Asperger, incluso antes de tratar de resolver un posible homicidio. Sin embargo, se vera obligado a unir las sutiles piezas de un rompecabezas a traves de pistas silenciosas que gritan por existir, en una sofisticada investigacion que le hara sentirse vivo mientras tiene la muerte muy cerca.
    Galardonada con el Premio Theakstons Old Peculier de Novela Negra 2014 por ser, segun los miembros del jurado, <>, Morir no es tan facil es tambien una novela original y unica, que inaugura una nueva manera de entender el thriller psicologico, y que llevara al lector hacia nuevos territorios: el de la perplejidad, la sonrisa extrana, el humor negro, el asombro y el miedo, con un final tan brillante como sorprendente.

  • Espera, Ponte Asi de Andreu Martin

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    Un director de teatro ensaya con un grupo de actores una obra de Ibsen; falta poco para el estreno, y todo iria sobre ruedas si el azar no le hubiera llevado, unos dias antes, a una habitacion de hotel en compania de la joven, atractiva e insolente actriz que, en la obra, interpreta a la Senora Linde. A partir de ese momento no puede quitarse de la cabeza lo que en principio parecia una simple aventura mas. De repente, el imborrable recuerdo de esa experiencia se convierte dia a dia en una mortificante obsesion. Una y otra vez reproducira, en la realidad o mentalmente, aquella inesperada pero intensa vivencia sexual. Esa obsesion modificara no solo su relacion con Laura, su mujer, sino tambien con actores y actrices que intervienen en la obra. En su huida hacia delante, mientras intenta sobreponerse a la cada vez mas cautivante obsesion. El protagonista toma caminos que lo llevaran, lenta pero inexorablemente, a trastornar su vida laboral, matrimonial y sexual hasta limites que poco podia sospechar.

  • ?No te lo habia dicho, carino? Los polos opuestos se atraen, Claire Phillips de Claire Phillips

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  • Mis pensamientos por tu silencio de Henar De Andres Miguelsanz

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    Perder a alguien puede significar perdernos a nosotros mismos, dejar de buscar cualquier cosa porque todo se esconde en el dolor y es tan dificil salir de alli. Todo se ve tan oscuro… Tenemos tanto miedo que nos abrazamos a la tristeza como si esta pudiera ser nuestra unica salvadora. Y nos equivocamos. Llevamos toda la vida cometiendo errores porque creemos que todos y cada uno de los dias hay examen. Nos sentimos culpables por no haber podido hacer mas cuando quizas deberiamos haber hecho otra cosa. Nunca se sabe. Nunca nadie sabe nada. Y por eso, seguimos sorprendiendonos. Un dia, de repente, estamos fuera de todo eso que hablamos al principio. Esa persona que amabamos sigue sin estar, pero nosotros hemos vuelto. Quiza con ayuda de alguien. Quiza estemos dispuestos a arriesgarnos de nuevo y correr el peligro de perder a otro a alguien. Quiza, entonces, nos queramos, el uno al otro y a nosotros mismos.

  • El Sueno de Nerea de Manuel Iglesias Hernandez

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    Nerea, una anciana vasca afincada en Abina (Vizcaya), cuenta la historia de su vida a su nieto. Le habla de como su amistad con Nicolasa, esposa del fundador del PNV, le permitio conocer y convertirse en fiel seguidora de este lider y, con ello, ser persona defensora de las creencias religiosas de sus antepasados, de las antiguas leyes nacidas siglos atras. Una convencida de que el pueblo vasco siempre fue un pueblo elegido por Dios, creencia de la que presumia. Mas, conforme paso el tiempo, dejo de ser seguidora del nacionalismo carlista que proclamaba el lema "Dios y Ley Vieja", tal como hiciera su maestro, en defensa de un "Dios-Nacion", transmutacion que haria del independentismo una nueva religion.

  • A la caza de la dama de Olivia Kiss

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    Lo ultimo que Alastair Miller espera cuando pasa la noche en una posada y descubre a un intruso merodeando en su carruaje, es que ese intruso no sea un ladron al uso, sino una mujer. Una mujer preciosa que dice dedicarse al oficio mas antiguo del mundo. Alastair no quiere problemas, pero es incapaz de dejarla abandonada a su suerte, asi que termina compartiendo parte del camino con la joven, pero ?es Diane quien dice ser o esconde mas secretos de los que Alastair puede siquiera empezar a imaginar? ?Y es posible que uno de los solteros mas famosos de la ciudad termine enamorandose de esa dama misteriosa que podria cambiarlo todo?

  • No soy un experimento de Melania Virues Morilla

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    Nos encontramos en un futuro no muy lejano en el que la ciencia crece dia a dia a pasos agigantados. Africa acaba de cumplir 19 anos y es un experimento. El doctor Flynn, es un cientifico que consiguio clonar a Alba; y Africa, es el resultado de aquello, de su experimento. Africa esta cansada de estar encerrada, cansada de ser una ‘rata de laboratorio’, por lo que decide escapar.?Que sera de Africa cuando consiga escapar sin una identidad ni sitio a donde ir? ?Y si ella no es el unico clon?

  • El ritual de los muertos de Nagore Suarez

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    --Ahi fuera yo soy bueno. ?Entiendes? Soy una buena persona, alguien cualquiera. Pero cuando entro en este cuarto, entonces dejo de ser yo. Entro en otro mundo. Aqui ya no soy el mismo. Aquellas palabras le provocaron nauseas. O quiza fuera la vision del cuerpo de Lucia, que yacia con el craneo aplastado a menos de un metro de ella. El pelo rubio tenido ahora se habia convertido en una marana rojiza, y el suelo de cemento estaba encharcado de sangre. Sentia que la cabeza le daba vueltas. ?Que habia tomado antes? No lo recordaba. Las ultimas horas se confundian entre ellas, se hacian indistinguibles. Solo podia pensar en el martillo impactando en la cabeza de su amiga, destrozando el hueso, liberando trozos de masa encefalica, despues de que hubiera intentado pelear, escapar. Ella no tenia fuerzas para tanto. Intuia que ella era el verdadero objetivo, pero Lucia se habia negado a despegarse de su lado. Por eso habia acabado alli, en aquel infierno. El aire estaba viciado, el olor a putrefaccion y el humo inundaban el ambiente. Un aroma dulzon y repulsivo que se le pegaba a la piel y le hacia aun mas dificil respirar. La estancia era un museo de los horrores: mirara a donde mirase tan solo veia muerte. La luz de las velas iluminaba el rostro del hombre que estaba frente a ella. Tenia los ojos brillantes, la frente cubierta de sudor y la camiseta llena de salpicaduras de sangre. Parecia estar casi en trance, en extasis. Intento soltarse las munecas sin exito, sentia el cuerpo paralizado por el panico. Sabia que era lo que venia despues. No habia escapatoria posible. La puerta y las ventanas estaban cerradas, nadie oiria sus gritos a traves de las paredes de piedra. Rezo, lloro y suplico, pero nada surtio efecto. --Algun dia Dios te castigara… --susurro mientras el la agarraba del pelo y sostenia su cabeza hacia atras. El cuchillo atraveso piel, musculo y cartilago, mientras ella, aun consciente, observaba la sangre abandonar su cuerpo. --Gracias a ti, no me castigara nadie --respondio el. 1 Animas Dicen que todas las leyendas esconden algo de realidad. Aquella tarde de principios de febrero, mientras la lluvia caia suavemente sobre las lapidas del cementerio, me vino a la mente una de las mas populares de Becquer, que habia leido varias veces en el instituto: <>. Segun contaba, la Noche de Difuntos, templarios y nobles, muertos tiempo atras en una lucha inutil, se levantaban de sus tumbas y vagaban por el monte envueltos aun en los jirones de sus sudarios. Y entonces, doblaban solas las campanas de la capilla y el lugar se volvia intransitable para los humanos; cualquiera que pusiera un pie alli no regresaria a su casa con vida. Me pregunte cuantos curiosos se acercaban todavia en la noche del 1 de noviembre a aquel paraje, con la esperanza --y el temor-- de encontrarse con las animas de los muertos y quiza, quien sabe, con los mismisimos Beatriz y Alonso, los desdichados protagonistas de la historia del escritor romantico. No fue casualidad que me acordara en ese momento de Becquer y de su monte de las animas. Esa manana, cuando conducia por la autovia, habia pasado por Soria. No habia llegado a entrar en la ciudad, ya que mi camino se desviaba antes hacia la sierra de Cameros. Para llegar hasta el pueblo --sin pagar peaje-- hacia falta atravesar una estrecha carretera de doble sentido llena de curvas que discurria entre montanas rojizas dignas del lejano Oeste --buitres incluidos--, bosques ahora casi desnudos, un embalse y pequenos pueblos junto al rio Iregua. Era la primera vez que tomaba aquella ruta, y, como habia salido muy pronto de Madrid, habia aprovechado para hacer un par de paradas. Desayune un cafe y un cruasan de tamano considerable en un bar de Villanueva de Cameros, al lado de una pequena gasolinera y de una ermita escondida entre unos arboles, a la que se llegaba bajando unas escaleras. Mas tarde, pare a un lado de la carretera en una fuente de piedra llamada Los Eros, donde llene la botella de agua helada, saque a Dali a hacer pis y estuve a punto de pisar a unos agradables limacos, una especie de babosas negras gigantes, que se arrastraban placidamente cerca del pilon cubierto de verdin. En realidad, si hacia balance, aquella habia sido una manana bastante intensa. El dia anterior habia recibido una llamada de Paloma para contarme que el padre de Abel, despues de un par de meses luchando contra un repentino cancer de colon, habia fallecido. Asi que habia preparado mi habitual maleta llena de <> y habia partido en direccion al pueblo. No habia podido estar alli durante el tiempo en el que habia estado ingresado en el hospital y, justo por eso, no queria faltar a su funeral. --?Crees que queda mucho? --me susurro Paloma. A lo lejos se escuchaban las palabras del cura, amortiguadas por el sonido de la lluvia. Intente mover la mano con la que sujetaba el paraguas, pero hacia tanto frio que, aunque llevaba guantes, apenas sentia los dedos. Por lo visto, habia llegado una borrasca con nombre de senora, que amenazaba con equiparar las temperaturas de Navarra a las de Finlandia. --Espero que no --respondi yo en el mismo tono--. Me estoy congelando. Paloma saco un panuelo de papel usado del bolsillo para limpiarse la nariz. --?Estas segura de que vas a dormir en tu casa? Te vas a morir de frio. --Tranquila, Rogelio ha puesto la calefaccion esta manana, y encendere la chimenea del salon. --Entonces soy yo la que se va a dormir contigo…, no creo que aguante a mi hermana tanto tiempo --contesto bajando aun mas la voz. Mire hacia mi derecha. Pude ver a Irene, la hermana mayor de Paloma, junto a Carmen, su madre, a unos metros de nosotras. Por suerte, no parecia habernos oido. Las hermanas no podrian ser mas diferentes: mientras que Paloma habia heredado el pelo extremadamente rubio y la altura de su madre, Irene apenas rozaba el metro sesenta y tenia el pelo y los ojos castanos. Pero habia un rasgo que si compartian: la misma naricilla afilada de elfo. Segui recorriendo el cementerio con la mirada. Habia mucha gente reunida alli, medio pueblo habia acudido al entierro. El padre de Abel era toda una institucion --el dueno de las bodegas mas importantes de la zona-- y todo el mundo habia querido hacer acto de presencia. Busque entre la multitud alguna cara familiar, pero reconoci a pocos: el camarero de El Guacamayo, la panadera… Algunos me miraban con desconfianza o cuchicheaban entre ellos. El impacto de lo ocurrido el verano pasado aun no habia desaparecido, y eso que no conocian ni la mitad de la historia. --Esta alli --dijo Paloma senalando un punto a la izquierda, cerca de la puerta. --?Que? ?Quien? --pregunte desconcertada. --Gabriel Palacios. No disimules, estabas intentando localizarle. Mire fijamente al suelo. Paloma tenia razon, en el fondo tenia la esperanza de descubrirle entre la gente, aunque no sabia muy bien por que. --Mierda… No quiero que me vea. --Un poco tarde. Pero, tranquila, no creo que vaya a venir a saludarte. No podia contradecirla. De hecho, tal como habian acabado las cosas entre nosotros, lo mas probable era que Gabriel no fuera a saludarme en un tiempo. Y lo cierto era que me lo habia ganado a pulso. Habian pasado casi siete meses desde que volviera a la casa indiana de mi abuela con la intencion de pasar el verano y asistir a un festival de musica. Siete meses desde que aparecieran unos huesos en el jardin, que resultaron estar relacionados con mi madre y lo que ocurrio en el pueblo durante el verano de 1978, cuando ella aun era una adolescente. Desde entonces, las cosas habian cambiado mucho. Regrese a Madrid y, despues de pasar unas semanas en casa de mi madre, donde recibi mas cuidados --aunque quiza peor comida-- que en un hospital, volvi a mi microscopico apartamento en La Latina. Me acostumbre rapido a la rutina acelerada de la ciudad y, sin embargo, nada volvio a ser lo mismo. Y no por las pesadillas o las pastillas para calmar la ansiedad, que me ponia bajo la lengua cuando sentia que no podia respirar. Habia algo mas, algo que aun no conseguia identificar. Una sensacion de miedo y, a la vez, la necesidad de volver alli, al lugar donde empezo todo. Pero siempre ganaba el miedo. Habia pensado en ir de visita, claro. Varias veces, de hecho. Pero despues buscaba alguna excusa, algun plan que surgia el fin de semana o trabajo pendiente. Y, poco a poco, fui distanciandome de todo lo que tuviera que ver con el pueblo. Era mas comodo asi, aun no me sentia preparada. En Madrid todo parecia mas lejano, mas irreal… La casa, el verano, el festival… eran como un sueno, un escenario de una vida pasada. Al principio, hablaba con Gabriel casi a diario: mensajes, alguna llamada…, la promesa constante de que volveria pronto siempre flotaba entre nosotros. Y despues, poco a poco, deje de contestar. Las conversaciones se volvieron cada vez mas cortas, cada vez menos frecuentes, hasta que un dia: silencio. No hubo ninguna explicacion --ni el me la pidio--, ningun drama, ninguna discusion. Simplemente, igual de rapido que habia empezado todo, se termino. O, mejor dicho, lo termine. --Vamos, tenemos que ir a dar el pesame. Ya han acabado --me apremio Paloma, empujandome ligeramente por la espalda. La segui hacia la cola de gente que se acercaba a Abel y a su madre, intentando no sacarle un ojo a nadie con el paraguas. El cementerio no era muy grande: un rectangulo de muros de cemento rodeado por unos cipreses un tanto mustios. La pared del fondo estaba llena de nichos y el resto eran tumbas con lapidas de piedra, algunas de las cuales tenian fotos; otras, pequenas estatuas… Solo habia dos panteones modestos y, evidentemente, uno de ellos pertenecia a los Arbaiza. --Lo siento mucho --le susurre a Abel mientras le abrazaba cuando, por fin, llegamos hasta ellos. --No tenias que haber venido, esto esta muy lejos --respondio. --!No tiene nada mejor que hacer! Trabaja desde casa --intervino Paloma acercandose para abrazarle. Abel no pudo evitar sonreir por un momento. Paloma tenia ese don: su eterno buen humor era contagioso, hasta en situaciones como aquella. --Nos vemos antes de que me vaya, ?vale? --le dije a modo de despedida a Abel. El asintio antes de girarse para seguir atendiendo al resto de los familiares y amigos de su padre. La cola parecia interminable. --Lo tiene que estar pasando fatal. Perder a tu padre y ademas asi, en tan poco tiempo --le comente a Paloma mientras saliamos del cementerio. --Un cancer fulminante… Aunque Abel llevaba ya un tiempo raro, desde antes de lo de su padre. --?Que quieres decir? --pregunte extranada. Mi relacion con Abel no era tan estrecha como con Paloma. --No se… quiza me equivoque, pero no lo he visto mucho ultimamente. Hace ya un tiempo que ha empezado a frecuentar unas companias digamos… diferentes. --?Diferentes? ?A que te refieres? Paloma abrio la puerta de su Golf y cerro el paraguas. Practicamente habia dejado de llover. --?Por que no me invitas a un vino en esa mansion tuya y me ahorras tener que asfixiar a mi hermana con una almohada? --Me parece bien, no quiero mas muertes por hoy. Pero cuando lleguemos me sigues contando. Deje a Paloma para ir a mi coche, que estaba aparcado unos metros mas atras, en un camino de tierra. El cementerio estaba en las afueras del pueblo, rodeado de huertas y de algunos arboles que hacian compania a los cipreses. En ese momento vi a Gabriel, junto a la tapia, hablando con un matrimonio de unos sesenta anos que deduje serian sus padres. Desvie la mirada rapidamente, pero sabia que me habia visto. No me sentia capaz de acercarme, ni mucho menos de mirarle a los ojos. Quiza fuera mejor asi. Me sentia bastante avergonzada por como habia terminado mi relacion con el. Entre en el coche y, mientras me alejaba del cementerio, volvi a pensar en la leyenda de Becquer. En las animas que revivian en la Noche de Difuntos. ?Por que nos daban tanto miedo los muertos? ?Que era lo que nos asustaba tanto de los cementerios, lo que nos aterrorizaba cuando de ninos jugabamos a ver quien de nosotros conseguia acercarse mas a la puerta de entrada? ?Eran los difuntos o era, quiza, la posibilidad de unirnos a ellos bajo tierra? 2 Hogar Lo primero que hicimos al entrar en la casa --despues de rascarle las orejas a Dali-- fue encender la chimenea del salon. Rogelio habia puesto la calefaccion por la manana, pero calentar minimamente aquella mole requeria muchas mas horas. Ni Paloma ni yo teniamos mucha practica, asi que el proceso fue mas largo de lo esperado y estuvo a punto de costarle a mi amiga las pocas cejas que tenia. Cuando por fin conseguimos mantener un fuego decente, nos dejamos caer en el sofa lo mas juntas posible --como hacen los pinguinos emperador cuando hace frio--, nos tapamos las piernas con una manta de ganchillo y abrimos una botella de Baron de Ley que cogi del mueble de las bebidas. --Menos mal que no he tenido que bajar a la bodega --suspire aliviada. La bodega estaba en el sotano y era --obviamente-- el lugar mas frio y humedo de toda la mansion. En realidad, la Casa del Mexicano era mucho mas agradable en la epoca estival. Entonces se agradecia el frescor que proporcionaban los muros de mas de cien anos de antiguedad. --?Que sientes al estar otra vez aqui? --me pregunto Paloma mientras se llenaba la copa de vino. Me encogi de hombros. --No se. Por un lado, tengo la sensacion de que ha pasado mucho tiempo y, por otro… --Y por otro lado parece que todo pasara antes de ayer --dijo terminando mi frase. --Si, supongo que si --reconoci. --Pero te ha dado tiempo a cambiar de trabajo y hasta de novio --comento con una sonrisa que dejaba al descubierto sus dientecitos de vampiro. --Eso no es del todo verdad… --me defendi. Era cierto que a los dos meses de volver a Madrid --despues de mucho bucear en LinkedIn -- habia encontrado trabajo en una pequena revista digital de Lifestyle. Lo bueno era que trabajaba desde casa, por un sueldo precario pero aceptable. Lo malo, que el noventa y cinco por cierto de los articulos que escribia eran recopilaciones de consejos, curiosidades, recomendaciones de restaurantes, recetas o incluso contenido patrocinado por marcas. Cualquier cosa que fuera jugosa en las redes sociales y consiguiera atraer visitas a la pagina web de la revista. No obstante, teniendo en cuenta la situacion del mercado laboral para los jovenes, que incluia practicas apenas remuneradas que se extendian durante anos o trabajos de falsos autonomos, y a pesar de que aquel puesto estaba muy lejos de la idea que tenia cuando deje mi trabajo en la agencia de comunicacion, la verdad es que no podia quejarme… Respecto a lo del cambio de novio, Paloma estaba completamente equivocada. --?Asi que ahora me vas a decir que Oier y tu no estais juntos? --insistio. --Nos estamos conociendo --puntualice. --Pense que ya os conociais --sonrio.

  • Una mujer con pasado de Ryanne Corey

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    Desde su huida del mundo de la moda, Maxie Calhoon se habia apartado del punto de mira de la opinion publica. Hasta que un reportero se empeno en conseguir una exclusiva de la supermodelo y llego hasta ella, llevando la tormenta a su pacifica granja. Pero lo peor de todo fue que a Maxie le resulto imposible resistirse a los seductores besos de aquel hombre.

  • Tentacion y laberinto de Paola Rimieri

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    Luego de haberse encontrado frente a frente con la historia de amor mas apasionante de su vida, Valeria se esta acostumbrando a la vida despues de Nickie. En poco tiempo, muchas cosas cambiaron en su vida: desde su dieta hasta las condiciones en su trabajo. Ninguno de los que vivieron la tempestad son los mismos: ni Valeria, ni Martin, tampoco Nickie. Afortunadamente, Valeria tiene el mundo de los suenos. Sin embargo, a veces algunos suenos se convierten en pesadillas. Valeria quiere avanzar en los casilleros de su vida, pero se siente en un laberinto. Como Teseo, reconoce incluso que, de un lado no encuentra la salida, y del otro hay una bestia a la que teme. Se pregunta ?quien sera el heroe que mate a la bestia y la ayude a escapar del laberinto? Y siente, constantemente, que no encuentra salida, ni respuestas. Valeria se siente presionada y temerosa ante las decisiones que debe tomar, hasta que se siente iluminada nuevamente. Nickie aparece en su vida una vez mas. Y esta vez, ese amor viene por todo. Pero nada es para siempre. O al menos, esa palabra es tenebrosa para ella. Valeria cree que perdio todo, definitivamente. Y debera apresurarse a encontrar una salida del laberinto. ?Podra Valeria sobrevivir la tempestad? ?Podra salir del laberinto Valeria, una mujer comun, sin los dones del heroe? ?Cuantas veces te sentiste dentro del laberinto?

  • Lagrimas del corazon de Lee Wilkinson

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    Blaze Rawdon esta convencido de que Francesca guarda un oscuro secreto, y cuando su nueva novia desaparece en visperas de su fiesta de compromiso, obliga a Fran de forma implacable a convertirse en una sustituta temporal.

  • La memoria donde ardia de Socorro Venegas

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    Imaginemos una nina que debe hacer un camino en busca de un padre que bebe sin coartadas. Imaginemos tambien una madre cuyo embarazo es ensimismamiento y hueco despues del alumbramiento. Imaginemos finalmente una mujer que se diluye en una memoria entregada al amor que nunca mas volvera.

  • Irresistible 1 de Robyn Hill

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    Aunque siempre me he sentido un privilegiado en la vida, el dia que aterrice en Las Vegas maldije mi mala suerte. Despues de dos meses en Nueva York, en un centro de desintoxicacion por consumo de cocaina, habia decidido trasladarme a la ciudad del pecado. Alli me aguardaba un productor musical con un contrato para cantar en un casino y publicar un disco. Estaba entusiasmado, deseando empezar cuanto antes. Por desgracia, todo eso se habia evaporado de repente, pero empezare por el principio. Para quienes no me conozcais, mi nombre es Eric Cassel, naci en Paris, tengo treinta anos y fui un jugador de futbol muy reconocido durante ocho anos, e incluso llegue a ser internacional en cien partidos. El futbol para mi no fue mas que un medio para lograr mi independencia economica, si, me gustaba, sin embargo, no era mi autentica pasion. Aquello que siempre me ha hecho sentir vivo es cantar. Desde pequeno me gustaba coger el mando a distancia del televisor e imaginar que cantaba como Frank Sinatra, mi idolo, frente a miles de personas. Pero casi sin darme cuenta, el futbol se cruzo en mi camino y devoro todo mi tiempo libre, aunque yo sabia dentro de mi que, tarde o temprano, acabaria cumpliendo mi destino. Cuando festejabamos en cualquier discoteca la consecucion de algun titulo con mi equipo, el Paris Saint Germain, me encantaba apoderarme del microfono y cantar <>. !Que bien lo pasaba! Magnifique! Aun asi, en aquellos tiempos cantar lo hacia solo de vez en cuando, por diversion. Una lesion me obligo a retirarme del futbol hace dos anos y, sin la necesidad de trabajar en la vida, el cine me pico la curiosidad, ya que siempre me habian ofrecido papeles para protagonizar peliculas debido a mi agraciado fisico y a mi fama. Fue una etapa muy divertida, pero cuando me llamaron de un festival de cine de Nueva York para ser jurado a ultima hora sustituyendo a un importante director frances, entendi que era una senal del destino. En cuanto pise la ciudad, me deje contagiar por la electrizante energia que desprende cada rincon y supe que habia llegado el momento de probar un nuevo desafio empezando de cero. La suerte quiso que despues de cantar, por casualidad, en un bar de moda de Manhattan, un productor se acercase para ofrecerme cantar en Las Vegas en un casino de su propiedad y, si triunfaba, publicar un disco. No me sorprendio que esto ocurriera en Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, asi que le dije que si inmediatamente. Por desgracia, una noche loca que disfrutaba de la compania de dos amigas, me arrestaron en plena calle con dos gramos de cocaina. Despues de arduas negociaciones con la fiscalia, mis abogados lograron un excelente trato: una fuerte multa economica de cuatro ceros, dos meses en una clinica de desintoxicacion y continuar en posesion de mi visado de turista. Asi pues, en junio aterrizaba por primera vez en Las Vegas. Despues de registrarme en una suite en el MGM, alquile un Ferrari para acudir a la oficina del productor, en el centro comercial Fashion Show. Me encontraba entusiasmado, con mariposas en el estomago, imaginandome en un gran escenario ante miles de personas. En cuanto sali de las escaleras mecanicas, me quede con la boca abierta. Se habia formado un tumulto de gente, y de ahi, de repente, salieron dos policias escoltando a un hombre corpulento y calvo: el productor que habia conocido en Nueva York. Merde! Pregunte a una mujer y me comento que, al parecer, lo habian detenido por estafa. Toda mi ilusion se vino de abajo de pronto. Sintiendo una profunda decepcion, decidi pensar en mi siguiente paso mientras regresaba conduciendo por El Strip, la avenida principal de Las Vegas. Podia regresar a Paris, pero alli los medios me verian como el exfutbolista millonario que canta por capricho. Tambien podia permanecer en Las Vegas y encontrar un sitio donde cantar, si, seria divertido seguir los pasos de Frank Sinatra. Ademas, a cada paso me cruzaba con bellisimas mujeres buscando amour. Me resultaba imposible vivir tiempos prolongados sin la calidez y el aroma femenino. Conquistar a una mujer es un manantial de fuertes sensaciones, y algo a lo que nunca podria renunciar. Necesitaba el placer suculento de su piel, por eso queria estrenar cuanto antes la cama matrimonial con una noche eterna de lujuria y desenfreno. En cuanto llegue a la suite, encendi el televisor. Odio el silencio y siempre necesito bullicio a mi alrededor. Ordene que el servicio de habitaciones me trajera una botella de Dom Perignon, mi champana favorito, y la puse a enfriar en la nevera. En ese momento llamo mi madre al telefono del dormitorio. --?Cuando te vas a casar, Eric? --fue lo primero que dijo--. Quiero que me des nietos de una vez. Estoy cansada de esperar, no quiero morirme sin nietos. Suspire. Mi madre siempre con la misma cancion. Esposa, hijos, hogar... --Mama, acabo de llegar a Las Vegas. Aun no he encontrado a la mujer ideal, ya te lo he dicho --dije mientras me sentaba sobre la cama y me quitaba los zapatos. --!Ya no quiero que me presentes mas a tus novias! --dijo con enfado--. La proxima mujer que conozca sera mi futura nuera, que ya me queda poco para pasar a mejor vida. --Mama, que solo tienes sesenta anos... --dije negando con la cabeza. A mi madre le encantaba el drama. --Hijo, nunca se sabe. --Mama, te quiero muchisimo y te echo mucho de menos, pero primero he de encontrar a esa mujer que haga sonar mi corazon. Ahora tu eres la mujer mas importante de mi vida --dije con una sonrisa, sabiendo como agradarla. --Oh, callate --dijo mi madre riendo--. Siempre consigues que se pase mi enfado. --?Cuando vendras a visitarme? --En cuanto me tome unas vacaciones... --Deja el trabajo de una vez, yo te mantendre. Sabes que el dinero no es problema, mama. En ese momento llamaron a la puerta. Sin duda, seria room service con mi Dom Perignon. --Me gusta mi trabajo, Eric. En casa me aburriria, echaria de menos a mis pacientes. Ser enfermera es mi vocacion. --Esta bien, como quieras --dije sabiendo que seria imposible convencerla--. Te dejo, que llaman a la puerta. Luego hablamos. Un beso. --Un beso, hijo. Cuidate. *** Despues de almorzar en el hotel, decidi pasear por el casino del MGM. Mi plan era hablar con la gente y descubrir un bar donde pudiera cantar, aunque fuese en modo karaoke. Me era indiferente si me pagaban un salario o no, con acudir todas las noches y disponer de un publico entregado, me daba por satisfecho. Yo solo queria hacer aquello que de verdad me complacia. Muy cerca de la entrada me llamo la atencion la jaula de cristal habitada por leones reales. Los turistas se fotografiaban sin cesar; a todos les parecia divertido encontrarse animales salvajes al lado de las slot machines. Enfrente se situaba una pared con decenas de televisores y, en cada uno, se retransmitia un acontecimiento deportivo distinto. Los empleados atendian a los jugadores que formaban una fila india esperando con resignacion su turno para apostar. Rios de gente iban y venian en medio de luces y sonidos hipnoticos. Las mujeres me miraban sin disimulo, y yo les saludaba con un guino o un movimiento educado de cabeza. Oh, femmes... Estableci contacto visual con una bella camarera de ojos verdes, que se acerco cimbreando las caderas y bandeja en mano. --Hola, guapo, ?quieres algo para beber? --me pregunto con una sonrisa seductora. --Si, un kamikaze, por favor. Era mi coctel favorito para empezar las fiestas. Se trataba de una racion generosa de vodka, zumo de limon, jarabe natural y escarchado con azucar. Mmm... sensationnel. Pero no solo habia llamado a la atractiva para ordenar una bebida, si trabajaba en Las Vegas debia conocer bien la ciudad del pecado. --Me encantan tus ojos, ?como te llamas? --pregunte cogiendola de la mano y mirandola fijamente. Observe como sus pupilas se dilataban, lo que solo podia significar que le atraia. --Pamela --dijo inclinandose hacia mi. --Pamela --repeti lentamente su nombre--. Dime un bar donde pueda cantar y pasarlo bien. La camarera se quedo pensativa durante unos segundos mientras yo la desnudaba con la mirada. De su preciosa boca salio finalmente una direccion. --En Town Square hay un bar que se llama Yesterday. Una vez fui con mis amigos y pasamos una noche muy divertida con la musica de los noventa --dijo apoyando su mano sobre mi pecho. --Genial. Gracias, Pamela --dije mostrando mi mejor sonrisa. --No te vayas muy lejos, ahora te traigo tu bebida... Pamela me dio la espalda y observe de nuevo su sexy contoneo. Sus gluteos eran firmes y se movian con una gracia que embrujaba. Suspire de amor. Mi interes en Las Vegas no era precisamente el juego, pero pisar la ciudad y no apostar, era como ir a Paris y no visitar la Torre Eiffel. Me acerque a una mesa donde un grupo de gente enfervorizada jugaba a la ruleta. Pedi cambiar cien dolares en fichas, y fui dejando montoncitos sobre el tapete, algunos en la frontera entre dos numeros. Lo ideal hubiese sido entablar conversacion solo con mujeres, pero en ese momento me parecio que una pareja se lo estaba pasando de maravilla. Decidi acercarme primero a hablar con el hombre, ya que si abordaba primero a la mujer, como es logico, se hubiese creado una tension innecesaria. --?De donde sois? --pregunte al joven, cuya edad rondaria los veinticinco anos. --De California. ?Y tu? --De Paris. ?Has estado alguna vez? --No, pero a mi y a mi mujer nos encantaria --dijo y despues se giro hacia ella--. Carino, te presento a un frances. Ella me saludo con una bonita sonrisa. --Ella es Michelle, y yo soy Sam. --Yo me llamo Eric Cassel. Michelle era un bellezon con un cuerpo escultural. Me incline a Sam y le susurre: <>. Sam me tendio la mano para que chocara las palmas, lo que los americanos llaman high five. En ese momento regreso Pamela con mi coctel kamikaze. --?Donde estabas? Pense que te habia perdido --dijo poniendo una mano sobre su cadera, como si estuviera enfadada. Sin pensarmelo dos veces, le di un beso en la mejilla, lo que le causo extraneza al principio, pero despues le parecio un gesto divertido. --En Francia solemos dar un beso en la mejilla cuando acabamos de conocer a una mujer --dije para excusarme. --Me gusta el estilo frances --dijo Pamela sin dejar de mirarme mientras me deslizaba una nota en mi chaqueta. Seguramente su numero de telefono. --?Que bebida es esa? --pregunto Michelle. --Kamizake. Pamela, por favor, trae una ronda de kamikazes para mis nuevos amigos. Yo invito --dije. Sam y Michelle vitorearon mi generosidad. Ya habia empezado a granjear amistades a las pocas horas de llegar. La decepcion por el arresto del productor estaba mas que olvidaba. La vida sigue. --?Que os parece si despues nos vamos a un bar que me ha recomendado Pamela para cantar? --pregunte rodeando por los hombros al matrimonio. --!Si! !Me apetece cantar! !Sera genial! --exclamo Michelle pegando saltitos de ilusion. Al cabo de un rato, con el alcohol de los kamikazes fluyendo por nuestras venas nos apeamos del Ferrari en frente del Yesterday. Senti un cosquilleo en el estomago, como el que sufren los artistas antes de salir al escenario. Entre el primero y me quede unos segundos mirando el bar, procurando que todos reparasen en mi presencia. Era tambien otro truco del manual del seductor: hacerse notar, por eso habia decidido acudir con gente, para no entrar solo, lo cual me hubiera ocasionado la perdida de valor. El Yesterday era un bar no demasiado grande, con paredes decoradas con fotografias de los muchos clientes que lo habian visitado. La luz era calida y acogedora, y todos parecian disfrutar de un rato formidable. La barra se disponia en forma de u, y varios camareros se afanaban en preparar cocteles y servir nachos con queso. Al fondo, un pequeno y simple escenario para debutar en Las Vegas. No estaba mal. Michelle, Sam y yo nos sentamos en una mesa, y ordenamos las bebidas. Ellos, cervezas; yo, un Dirty Monkey, que consiste en vodka, licor de cafe, un poco de crema de whiskey, leche y platano. Enseguida pedi mi cancion: <>, del maestro Frank Sinatra. Michelle se decanto por <> de Natalie Imbruglia, y Sam decidio tomarselo con calma. Mientras llegaba nuestro turno les pregunte cuanto tiempo llevaban casados. --Un ano --dijo Sam mirando a su esposa. Michelle asintio con la cabeza. --Nos conocimos a traves de unos amigos. Fue un flechazo, en cuanto lo vi supe que era el hombre de mi vida. --Y yo la mujer de mi vida --dijo cogiendola de la mano. Se dieron un beso rapido y carinoso en los labios. De repente, me llamaron al escenario, me sentia pletorico de energia, como un nino el dia de Navidad. Sabia que los dejaria a todos asombrados con mi voz. Los primeros compases de la cancion empezaron a sonar mientras disfrutaba del escenario. Yo era el centro de atencion en ese momento y eso me encantaba. Ahora empezaba lo mas bonito, seducir al publico, amarlos y llevarlos a la cama... Mi voz empezo a llenar el bar a la vez que observaba la reaccion entusiasmada de todo el bar. A mitad de la cancion, salte del escenario a las mesas, me arrodille delante de un grupo de mujeres... Asi debia sentirse Frank Sinatra en sus inicios. Pero esto no fue lo mas increible, cuando termine la actuacion me despedi entre apasionados aplausos. En cuanto regrese a la mesa, un hombre bajito y rechoncho se me acerco y me dijo: --Me llamo Lou Wagner. Acabo de abrir un nuevo restaurante espectaculo, y quiero contrarte. ?Que me dices? Sonrei de oreja a oreja. Esto solo podia suceder en America.

  • Simplemente Sara (Sara Summers 4) de Susanna Herrero

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    Sara ya tiene veinticuatro anos. Y tanto sus saltos, como sus caidas y sus decisiones la han llevado a ser lo que es: simplemente Sara.

  • Oscuras Realidades de Jose Herrera Arcos

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    Oscuras Realidades, es una novela de suspense, terror, enigmas y misterios ancestrales, donde las luces y las sombras de sus protagonistas son, o no, los causantes de los fenomenos paranormales que afectan tanto a sus vidas como al entorno que los rodea.
    Ambientada en la mas absoluta actualidad, el autor no pasa por alto algunos de los aspectos mas intimos de la psicologia e incluso psiquiatria, para mostrar las posibles conexiones entre la realidad y el abstracto mundo de los espiritus que nos rodean.

  • El infierno en tu piel de Camucha Escobar

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    Magia negra. Un pueblo sembrado de cadaveres de mujeres con el corazon arrancado. Un hombre al que todos senalan. Odios politicos que enfrentan a vecinos, amigos y hermanos. La enfermedad endemica del miedo. Y un amor que arde al borde de los convencionalismos.

  • Encuentros en una agencia matrimonial de Sonsoles Fuentes

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    Doce relatos de amor basados en historias reales.

  • Irene (Un caso del comandante Camille Verhoeven 1) de Pierre Lemaitre

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    La novela negra mas original y poderosa de los ultimos anos.

  • La Serpiente Y El Baculo de Barbara Wood

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    Recuerdo dos cosas de la noche en que cayo Jerico. Recuerdo que tenia dieciseis anos y que estaba enamorada. Daba vueltas en la cama, escuchando los sonidos de la ciudad mas alla de mi balcon --Jerico, junto al rio Jordan, nunca dormia--, y en lo ultimo en lo que pensaba era en la guerra. No podia quitarme de la cabeza el hermoso rostro de Benjamin. Aquella noche escuche truenos lejanos. Una tormenta primaveral procedente del Mar Grande, pense. Nubes negras se cernian sobre las poblaciones costeras, sobre Jerusalen, para saciar la sed de Jerico. Demos gracias al Senor, rece para mis adentros. Las palmeras de datiles de mi padre necesitaban la lluvia. En aquel momento mi padre estaba en el templo, sacrificando un cordero joven y pidiendole al Todopoderoso que nos librara de la sequia. Su hermano, mi tio, que era un prestigioso medico, estaba en el barrio pobre, donde la sequia habia causado mas estragos. Todos los pobres lo conocian y lo llamaban <>. Pero aquella fatidica noche de primavera yo no podia pensar en las acciones caritativas de los hombres piadosos. Cerre los ojos, vi la imagen de Benjamin y me deleite en su sonrisa, en sus anchos hombros y en su manera de andar. Sonaba con casarme con el. Benjamin era hijo de una rica familia que controlaba el prospero comercio textil de Jerico. Su padre era un buen amigo del rey. Estabamos prometidos. Aquella noche, mi padre me habia dado un beso de buenas noches y me habia prometido hablar con el padre de Benjamin sobre la fecha de la boda. Se celebraria en verano, porque no hay epoca mas feliz para casarse. Mi vida era perfecta. Mi padre era uno de los ciudadanos mas ricos de Jerico, y mi madre era descendiente de un rey de Siria, en el norte. Viviamos en una casa palaciega con columnas de marmol, dentro de las altas murallas de una ciudad fortificada. Jerico era la ciudad mas segura del mundo, y nuestra casa --la mas elegante despues del palacio del rey-- estaba bajo la sombra protectora de la formidable torre del sudoeste de Jerico, desde la que los soldados defendian la ciudad desde hacia siglos. Teniamos criados y muebles elegantes. Mis hermanas y yo nos vestiamos con ropa de la lana mas delicada, llevabamos joyas de oro y comiamos en platos de plata. Veia ante mi, como un festin servido en una mesa, una vida prospera, feliz y llena de posibilidades. Era la chica mas feliz del mundo. Aquella noche, los truenos se acercaron rodeando las montanas del oeste. Por el balcon me llegaron gritos procedentes de las calles y me pregunte por que podia alguien temer la lluvia primaveral. Y entonces oi un chillido en el piso de abajo. Un estrepito. Pasos recorriendo el brillante suelo de piedra. Salte de la cama y corri hacia la galeria interior que rodeaba el segundo piso de nuestra casa. Mire hacia abajo, hacia la sala central, donde recibiamos a los invitados y celebrabamos fantasticos banquetes. Cuando vi a soldados entrando a grandes zancadas, se me salieron los ojos de las orbitas. No llevaban las tunicas verdes de las tropas cananeas, sino faldas blancas, corazas de piel y cascos cenidos en la cabeza. Al oirlos gritar ordenes a los aterrorizados criados me di cuenta de que eran egipcios. Me di cuenta tambien de que los truenos que habia oido no eran el sonido de la lluvia acercandose a Jerico, sino el ruido de carros de guerra avanzando por las llanuras que rodeaban la ciudad. Me quede paralizada al ver a un soldado agarrando del pelo y arrastrando por el suelo a una de nuestras criadas, que pataleaba y gritaba. Aparecio una ninera con un bebe en brazos: mi hermana menor, que todavia no tenia nombre. Un soldado arranco a la criatura de los brazos de la ninera, la agarro por el pie con su poderosa mano y la lanzo contra la pared. Vi los sesos y la sangre brotando de su blando craneo. Oi pasos detras de mi y me gire rapidamente. Era mi tia Raquel, con un quinque en las manos. Oi el sonido sordo de sus sandalias pisando el suelo de marmol. Su tunica blanca flotaba en el aire como una nube. Estaba palida. --Corre, Abigail --me dijo--. Vistete. Tenemos que ponernos a salvo. Me vesti a toda prisa y bajamos a la planta baja por una escalera de la parte de atras. Encontre a mi familia reunida ante la puerta de un pasadizo secreto. Mi madre abrazaba a mis dos hermanas menores con ojos aterrorizados. Al verla me asuste. Mi madre era una belleza de sangre real, con un aplomo que maravillaba a todo el mundo, pero en aquel momento era la viva imagen del panico. Oiamos los gritos que invadian la casa, el ruido de objetos rompiendose, y temblabamos. Aquellos hombres gritaban en egipcio. Seguro que estaba sonando. Aquello era una pesadilla de la que no tardaria en despertarme. El rey nos habia asegurado la paz entre Jerico y Egipto; habian firmado un tratado. Aparecio el mayordomo, con su larga tunica negra desalinada y el fajin rojo colgando. Se llamaba Abraham y llevaba dos generaciones con nuestra familia. --La casa no es segura, senora --le dijo a mi madre--. Los egipcios estan invadiendo todas las casas. Estaremos mas seguros al otro lado de las murallas. Las llevare a las montanas. --Pero mi marido… --Deprisa, senora. Mi tia Raquel me cogio de la mano. --Vamos, Abigail, tenemos que ponernos a salvo. Mi tia estaba palida. El miedo invadia sus ojos. Su marido --mi tio-- estaba en el barrio pobre, y mi padre estaba en el templo. ?Los protegeria el Todopoderoso? Seguimos a Abraham por un estrecho pasadizo que habian construido entre las paredes hacia mucho tiempo para salir huyendo, porque Jerico habia sido saqueada muchas veces a lo largo de los siglos. Corrimos asustados, con el corazon latiendonos a toda velocidad y los gritos de nuestros criados golpeandonos los oidos. De pronto salimos al caos y al tumulto de la noche. La gente corria por las calles, perseguida por soldados extranjeros a caballo. Nos apinamos y esperamos a que Abraham encontrara la manera de trasladarnos a los campos del otro lado de las murallas. Junto a las puertas abiertas de la ciudad vimos escenas terribles: antorchas encendidas, soldados luchando cuerpo a cuerpo, generales en carros dorados, gritos fantasmales y sangre, mucha sangre. Corrimos. Los habitantes de Jerico huian por todas partes, por las calles y por los campos de cultivo, cargando con sus hijos y algunas posesiones, algunos medio desnudos. Los soldados egipcios los perseguian con espadas y lanzas. Nuestro grupo cruzaba un campo de cebollas a la luz de la luna llena cuando un egipcio montado en un inmenso caballo aparecio de pronto de la nada galopando hacia nosotros. Gire bruscamente para escapar de las tremendas pezunas del animal. Mi madre salio corriendo en sentido contrario y se libro tambien de las pezunas, pero el soldado levanto la espada y trazo un espantoso arco. La hoja rebano el cuello de mi madre tan limpiamente como una guadana segando una gavilla de trigo. Vi su cabeza volando por los aires, con una mirada de estupefaccion en el rostro. El caballo paso de largo y vi el cuerpo de mi madre, con su tunica blanca, derrumbandose como una estatua derribada. Me detuve con la boca abierta. En aquellos momentos no entendia lo que estaba viendo, lo que habia pasado. Busque la cabeza de mi madre con la mirada. No se por que lo hice, pero en aquel momento me parecio importante encontrarla. Despues, lo unico que recuerdo es que unos fuertes brazos me sujetaron y que todo se volvio negro. Cuando recupere la conciencia estaba con un grupo de refugiados en las montanas del oeste de Jerico. Todavia no habia amanecido. Muchos se habian puesto a salvo en las cuevas y en las densas arboledas. Se apoyaban unos en otros y observaban horrorizados como Jerico caia en manos del poderoso ejercito del faraon. Una figura alta y delgada surgio de la oscuridad. Alabado sea el Todopoderoso, era el hijo de Raquel, mi primo Yacov. Me contaron que habia sido el quien me habia trasladado a las montanas y luego habia vuelto a la ciudad para enterarse de lo que estaba pasando. --Rezad una oracion --dijo Yacov--. Los hombres han muerto. Los han acorralado, los han llevado al Templo de la Luna y los han asesinado. Lo he visto con mis propios ojos. --?Mi padre? --le pregunte. --Y el mio --me contesto Yacov con ojos sombrios--. Lo han arrastrado desde la cama de un paciente y lo han matado de forma salvaje. Pero ahora estan con el Todopoderoso. Alabado sea. --Senor Todopoderoso, que sus almas esten contigo --murmuro mi tia Raquel cubriendose la cara con las manos. Se le resbalo el velo, que dejo al descubierto su abundante melena caoba. El pelo y la barba de Yacov eran del mismo color. --!Es el fin de Jerico! --gritaron los demas--. El fin del mundo. --El faraon no destruira la ciudad --intervino Yacov--. No es eso lo que pretende. Lo que quiere es ocupar Jerico, una rica ciudad por la que pasan gran cantidad de lucrativas rutas comerciales, pero no podemos volver a nuestras casas, porque se las daran a ciudadanos egipcios. --Y anadio amargamente--: Asi es como el faraon expande su imperio, conquistando las ciudades y los pueblos de Canaan y convirtiendolos en vasallos de Egipto. Mis hermanas, de nueve y once anos, se estremecieron y gimieron llevandose las manos a la cara. --?Que vamos a hacer? ?Adonde vamos a ir? --Yacov, ?podemos esperar? --pregunto mi tia Raquel--. ?Podemos quedarnos aqui hasta que concluyan las hostilidades y negociar para recuperar nuestra casa? Mi tia se retorcia las manos con fuerza intentando no perder el control. Mis padres muertos. Su marido asesinado. De Raquel y de su joven hijo dependia que los demas nos salvaramos. Yacov nego con la cabeza. --Los egipcios estan violando a las mujeres. Lo hacen para esparcir la semilla egipcia, y asi, con sus bastardos mestizos, asegurarse la futura lealtad al faraon. Madre, ni tu ni las ninas podeis volver. --Pero ?por que, hijo mio? --grito Raquel, que necesitaba entender aquella calamidad. --Dicen que el faraon necesita trabajadores para construir su nueva ciudad. Sus tropas estan asaltando las tierras del sur para capturar prisioneros y llevarselos por la fuerza a Egipto. En su mayoria son habiru, porque los habiru son pastores nomadas indefensos a los que pueden capturar facilmente, pero se han llevado tambien a algunos cananeos.

  • Siete Llaves de Noel Romero

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    EL hombre del traje oscuro, marco un numero, mientras caminaba de un lado para otro, en el salon de aquel apartamento. --Dime que lo encontraste, -dijo la voz del otro lado. --Negativo, -respondio-. He registrado en todos lados y no he encontrado nada. ?Estas seguro de que es el? --!Absolutamente!, -chillo la voz-. ?Crees que soy tonto? Tiene que ser. Quedate por ahi cerca y cuando aparezca lo coges y ya sabes lo que tienes que hacer con el. Acto seguido, se oyo el caracteristico bip, bip, bip, indicando que, el que hablaba por el otro extremo, habia colgado. El tipo se arreglo el nudo de su corbata, salio al parqueo y se sento a esperar, pacientemente, el regreso de su victima. Al rato, lo vio entrar al edificio. Era un hombre de unos 50 anos, con el pelo bastante canoso, lo cual coincidia con la descripcion que le habian proporcionado. Espero un poco mas, dando tiempo a que subiera y llegara a su apartamento. Alli lo agarraria facilmente y sin llamar la atencion. Comenzo a subir por las escaleras, cuando, de pronto, la estridencia de la alarma de incendios, estremecio todo el edificio. Al llegar al pasillo, habia gente por todas partes. Se dio cuenta, inmediatamente, que el hombre habia sospechado al encontrar su casa desordenada y habia activado la alarma contra incendios para poder escapar aprovechando la confusion. <>, -penso-. Al final del pasillo habia una ventana y su instinto lo impulso a asomarse por ella alcanzando a ver al hombre, que usando la escalera de emergencia, habia llegado abajo y se alejaba corriendo por el callejon. Uno de sus compinches, se dio cuenta y se lanzo tras de el en una feroz caceria. El perseguido entro en otro callejon, se escondio unos instantes en una cabina telefonica. Vio pasar de largo a su perseguidor y penso que podia tener alguna posibilidad. Salio de su estrecho escondite y echo a correr desesperadamente por el callejon. Vio un auto que venia hacia el a toda velocidad. Se volteo hacia el lugar por donde habia entrado y otro auto venia por ahi. Estaba atrapado. No habia escapatoria posible. El hombre del traje oscuro, salio de uno de los autos y fue hacia el. Otro venia por detras. Un golpe en la nuca y sobrevino la oscuridad. Cuando recobro el conocimiento, estaba atado a una silla en medio de una habitacion mal alumbrada, sin ventanas y sin pintar. Frente a el en el otro extremo de la estancia solo una puerta de la cual colgaba, al parecer para dar suerte, una herradura. Miro a su interrogador, pero su cara no le era conocida. No habia una parte del cuerpo que no le doliera. Le habian propinado una paliza tal que sangraba por varios lugares y tenia un ojo y el labio inferior, hinchados. Entonces recordo los golpes, las preguntas. Tambien recordaba haberse despertado en una furgoneta y luego ese olor a cloroformo en la cara. Al parecer habia perdido el conocimiento y vuelto en si, varias veces. Su torturador se desesperaba porque no estaba obteniendo el resultado esperado. Las instrucciones que tenia el hombre del traje oscuro, eran precisas: conseguir las respuestas, al precio que fuera necesario. Asi que busco una pinza y con mucha sangre fria y sin remordimiento alguno, le saco la una del dedo menique de la mano izquierda. El trapo que amordazaba la boca del torturado, sirvio de amortiguador de los gritos de dolor, que sus pulmones lanzaban desesperados. Aun, asi, no hubo respuesta. Una macabra caja con dos cables terminados en pinzas de cocodrilo hizo su aparicion. Era, segun su inventor, el "extractor de la verdad". Le pregunto a su victima por ultima vez, siendo ignorado, una vez mas. Entonces, aprisiono las tetillas del desdichado con las pinzas, conecto la caja a un tomacorriente y le dio al interruptor. Con calma diabolica, dejo pasar varios largos segundos. En medio de terribles convulsiones, aquel pobre hombre atado a la silla, emitio varios gritos ahogados y entro en un estado semiconsciente. La segunda sesion estaba por comenzar, cuando se oyo una voz fuerte. --!Alto! Ya es suficiente, -dijo el recien llegado, en un tono que denotaba un indiscutible liderazgo. --Pero..., tu mismo me dijiste que... --Shhh, -dijo el jefe llevandose el dedo indice a los labios--. Echo un poco de agua en un jarro y se la tiro a la cara al cautivo, provocando que este despertara y lo mirara. --Nunca pensaste que este momento llegaria, ?verdad?, --le dijo, mientras sostenia la mandibula de su prisionero para que sus ojos quedaran frente a frente. --!Tu!, -apenas pudo pronunciar el torturado. Su mirada demostraba asombro. --Pero... ?como? !Entonces fuiste tu, quien mato a...! -No pudo continuar, pues le sobrevino un ataque de tos, que expelia saliva y sangre por todos lados. --No tienes idea de como di contigo, ?eh? Pues, te lo voy a contar, -dijo el recien llegado y acerco una pequena banqueta, en la que se sento quedando frente al hombre secuestrado-, para que veas que las casualidades no estan escritas y que el amor es la tonteria mas grande que se ha inventado. --Todo comenzo antenoche, -comenzo su narracion el captor-, durante una velada intima, en casa, con unos amigos. Una amiga de mi esposa, que se llama Sofia, relato una historia de amor, como esas tontas, que suceden en las novelas y que conmovio a todos los invitados, pero para mi, fue como una bocanada de aire fresco, al salir de un lugar cerrado y falto de oxigeno. --Resulta que esa tal Sofia, -prosiguio-, visita la tumba de su madre con frecuencia y cerca de alli esta enterrada una senora que ella conocio. Entonces, noto que, desde hace poco, un hombre misterioso, le llevaba flores todos los dias, estaba un rato con ella, llorando desconsoladamente y luego se iba. Y asi todos los dias. Una manana, Sofia y el amante anonimo, tropezaron, accidentalmente, en el cementerio y cuando este se agacho para ayudarla a recoger las cosas que se le habian caido, ella noto un tatuaje que el tenia en el brazo con el nombre de la difunta, pero con una pequena falta de ortografia. El se puso nervioso, se bajo, enseguida, las mangas de su chaqueta y se alejo rapidamente, mientras ella le agradecia. La mujer sintio no haber tenido tiempo para preguntarle acerca de su relacion con la senora enterrada alli. --Al enterarme de lo que decia el tatuaje, -siguio el desalmado-, supe, al instante, que te habia encontrado. Con un poco de mana, logre que mi esposa me dijera el lugar donde estaba enterrada la madre de su amiga. Ayer por la manana fui a esa tumba, pretendiendo ser un doliente, para espiar desde una distancia prudencial y no habian pasado ni 15 minutos, cuando apareciste. Yo no podia dar credito a mis ojos, pero alli estabas, "desolado", junto a la tumba de "tu amor", con un ramo de rosas rojas, llorando como un estupido adolescente enamorado. --Sabes, la vida recompensa a los que saben esperar. Solo tuve que seguirte y averiguar donde vivias. Por cierto que eso de que "todo el mundo tiene su precio", es mucha verdad. Lo que pasa es que el tipo de tu edificio, que nos dio el codigo de acceso y el numero de tu apartamento, puso su precio muy alto y ahora no va a poder disfrutarlo. El resto ya lo sabes, – concluyo. El jefe se volvio hacia el hombre del traje oscuro. --No creo que este vaya a hablar. Por lo pronto, vamos a poner vigilancia sobre el apartamento, porque es posible que alguien aparezca por alli. Pero, esta vez, -advirtio-, a quien quiera que entre alli, vamos a dejarlo hacer. Este error no podemos cometerlo mas. No podemos espantar al objetivo, ?entiendes?, asi que vamos a dejar actuar al proximo y asi nos llevara hasta su madriguera. --Es mas, -agrego-, en la medida de nuestras posibilidades, le vamos a facilitar las cosas. Recuerda que no queremos resultados intermedios, nuestro objetivo es el final y hacia alli debemos enfocar todos nuestros esfuerzos. No lo echemos a perder, ?si? --?Que hacemos con esta cosa, -pregunto el hombre del traje oscuro, senalando para el prisionero-. ?Lo liquidamos? --No, no, -contesto el jefe esbozando una macabra sonrisa-, creo que se me acaba de ocurrir una genial idea. Este se va a morir, el solito, no habra necesidad de matarlo. Me va a resultar mas util muerto que vivo, asi que, su mejor manera de ayudarnos, sera... "morir". Al otro lado de la ciudad, en el Asilo La Esperanza, la enfermera Susana Esquivel habia salido de la enfermeria y caminaba por el pasillo recto que llevaba, directamente, hacia el parqueo de las ambulancias. A su derecha se abria un estrecho corredor que daba acceso a otras dependencias de la Institucion como la sala de Rayos X, de Estomatologia y otras. Se disponia a entrar por alli, cuando la conocida sirena de una ambulancia que llegaba, la hizo detenerse. Los paramedicos pasaron de prisa por su lado en direccion a la enfermeria y la chica, por instinto, los siguio. Se acerco a la camilla y vio a un hombre todo magullado. En realidad se veia bastante mal. Entonces ocurrio algo imprevisto. El hombre se aferro al bolsillo de su bata de enfermera, mientras la miraba con unos ojos negros muy intensos y llenos de desesperacion que la pusieron incomoda. Con un poco de trabajo, logro soltar la mano del hombre de su bolsillo y trato de calmarlo, diciendole que todo iba a estar bien. Susana se dispuso a ayudar, pero Lidia, la Jefa de Enfermeras, le dijo que no hacia falta y que podia continuar con sus labores. Susana salio de alli con una extrana sensacion. No sabia por que, pero aquel hombre le transmitia algo familiar. Era como si tuviera que ayudarlo o algo asi. Cuando llego a su casa ese dia, por la tarde, se sintio en el paraiso. Habia sido un dia largo y agitado y se sentia muerta de cansancio. Se quito la bata, entro al comedor y la tiro sobre el espaldar de una silla. Se dirigio al refrigerador y se sirvio un gran vaso de leche fria. Fue a la sala y casi se tiro sobre el sofa. Conecto el televisor mientras se quitaba los zapatos y estiraba los pies adoloridos por estar de aqui para alla todo el dia. Se sonrio, porque los programas de la television parecian los mismos del dia anterior, igual que las noticias. Era viernes y penso que era bueno que le hubieran dado el fin de semana completo para descansar. No estaba segura de querer ir a ver a sus padres, pues ellos nunca habian aprobado su decision de ser enfermera y entonces, simplemente, decidio emanciparse y venir para la ciudad, donde alquilaba este apartamento. Se tomo la leche y llevo el vaso al fregadero. Recogio la bata para llevarla al cesto de la ropa sucia y la reviso. No seria la primera vez que lavaba ropa con cosas en los bolsillos. Entre varias recetas que saco de alli, encontro algo raro. Era una nota arrugada que no sabia de donde habia salido. La extrana nota decia que habia que ir a la terminal de trenes, buscar la taquilla No7 y abrirla con el codigo que incluia. Mas abajo, con una letra atropellada y escrita, al parecer, sobre algo blando y agregada a ultima hora, habia una direccion, un numero y una frase: toca el timbre. Al final se leia: para Alex. Susana reflexiono un instante, tratando de adivinar quien pudo ponerle aquella nota en su bata y entonces recordo aquellos ojos negros intensos y la mano del hombre aferrada a al bolsillo de su bata. <> -penso-. Entonces, volvio aquella sensacion de conexion con esa persona y como no tenia nada que hacer, porque no era muy de salir por ahi y menos sola, decidio ir al dia siguiente al Asilo, a ver como seguia el hombre y de paso, si estaba en condiciones de hablar, preguntarle por la nota. Por la manana, Susana llego a su trabajo como a las nueve y fue, directamente, a la enfermeria. Cuando pregunto, recibio una respuesta que la dejo en shock: el hombre habia muerto. Lidia le dijo que habia salido un momento y cuando regreso lo encontro inmovil, sin signos vitales, asi que llamo al doctor Montes de Oca, quien era la maxima autoridad para estas cosas, y el determino que ese senor habia muerto y se encargo de su traslado a la morgue, para la autopsia. Como el occiso no tenia identificacion, ni nadie lo habia reclamado, pues, se procedio a incinerarlo. A Susana le parecio muy extrano que se hubiera cremado a una persona, sin saber su identidad o por lo menos tratar de averiguarla o esperar a que apareciera un familiar. Salio del Asilo muy afligida y con ganas de llorar. ?Quien era aquel hombre y por que le habia dejado aquella nota? ?Por que, precisamente, a ella? Quizas no tuvo a quien mas darsela. Todas esas interrogantes, se agolpaban en la mente de la chica. Fue a la terminal de trenes y con la combinacion de la nota, abrio la taquilla 7. Alli habia una caja pequena, sellada con cinta adhesiva. Por fuera de la caja habia una direccion y de nuevo: para Alex. 2 Capitulo EL pequeno taller de mecanica de Alexander Martell, en el patio de la casa donde vivia, estaba tan sucio como siempre. Segun los viejos mecanicos, eso era una buena senal. Un cliente entrado en anos, que regularmente hacia aqui los cambios de aceite, siempre decia: "yo vengo a este lugar, porque no confio en los mecanicos bien vestidos y con las manos limpias." Con este taller, Alex, se ganaba la vida, desde que lo abrio a principios de enero. Era un joven atletico, bien parecido, le gustaba el deporte y montar su moto. Se habia graduado de mecanico a mediados del 2013. Justo un mes antes de graduarse, habia perdido a su madre, quien habia sucumbido en una batalla contra el cancer. Sabia que no se iba a hacer rico con este taller, pero lo llenaba profesionalmente y ademas, le alcanzaba para pagar las facturas y mantener en optimas condiciones a la nina de sus ojos: una moto roja y blanca. Le apasionaba la Geologia y tenia en su casa algunas muestras de minerales y rocas recogidos en el campo, durante varias excursiones. Esa manana, estaba trabajando debajo de una camioneta, cuando el sonajero del porton, le aviso de un posible cliente. Una chica de unos 22 anos, bellisima, mas bien delgada, esbelta, de pelo castano, largas piernas y una gracia natural para caer bien, entro preguntando por el. --Aqui abajo, -dijo el chico, asomando la cabeza y agitando una mano negra de grasa. Susana llego hasta la camioneta. Unos ojos vivarachos la miraban desde el suelo. --?Eres Alex?, -le pregunto, teniendo que levantar la voz para poder ser escuchada por encima de la musica altisima que "amenizaba" el taller. --El mismo que viste y calza, -respondio el joven, tambien gritando-. Sus ojos escanearon sin ningun pudor, como buen mecanico, a su interlocutora y llego a la conclusion de que hoy iba a ser su dia de suerte. --Alguien ha dejado esta cajita para ti, -grito la muchacha mientras caminaba hasta el equipo de audio que emitia la estridente cancion y lo ponia en pausa. --?Pudieras colocarla encima de esa mesa?, le pidio Alex, mostrandole sus manos llenas de grasa-. Ella puso la caja sobre una mesa de trabajo, en la que no cabia ni un alfiler y tuvo que hacer espacio para colocarla. --Menos mal que no se demoro tanto esta vez, -dijo el, pero la mirada de la chica le dio a entender que no sabia de lo que estaba hablando-. Entonces, el chico, senalando para la cajita le pregunto: --Esa es la pieza que encargue, ?verdad? Un encogimiento de hombros fue la respuesta.

  • Un amor de pelicula de Rachel Winters

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    Tras siete anos como asistente, Evie Summers esta lista para obtener la promocion que se merece. Pero la agencia de cine donde trabaja esta en la cuerda floja y Evie perdera su trabajo si no consigue convencer a su cliente mas importante y arrogante para que termine de escribir el guion de una comedia romantica de Hollywood.
    Cuando el guionista confiesa que no hay nada escrito, Evie le propone un pacto: si ella puede probarle en tan solo tres meses que es posible enamorarse en la vida real como en una pelicula, el escribira el guion. Evie se embarca en una mision a contrarreloj: recrear todos los primeros encuentros de las peliculas romanticas para conocer a un hombre de la misma manera que Sally conocio a Harry o Hugh Grant se enamoro de Julia Roberts en Notting Hill.

  • Always lo mejor de mi de Beatriz Saiz

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    Rebeca Donovan es una excelente doctora que va a casarse con el hombre de sus suenos y que tiene una vida absolutamente perfecta... ?o no?
    Ethan Hawks es uno de los mejores DJ del mundo, al que le gusta su vida tal y como esta y que, no solo no cree en el amor, sino que tampoco quiere ningun tipo de compromiso.
    Las vidas de Ethan y Rebeca se cruzan por culpa del destino, aunque ellos no crean en esas cosas, y entonces todo cambia... ?para bien?
    Si crees tanto en el destino como en el amor, no debes de perderte esta preciosa historia que te removera por dentro. Y es que: "A veces hace falta un ramalazo de locura para construir un destino." Marguerite Yourcenar.

  • Mar de fuego de Natalie C. Parker

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    Cuando su familia es asesinada por el tirano Aric Athair y su sanguinario ejercito de Balas, Caledonia Styx decide trazar su propio rumbo en los mares y capitanear el Mors Navis con un grupo de chicas que tambien ha perdido a sus familias. Tienen una mision: sobrevivir y derribar la flota armada y acorazada de su peor enemigo.
    Pero cuando la mejor amiga de Caledonia se salva de un ataque con la ayuda de un Bala desertor, Caledonia se cuestiona si debe permitirle formar parte de su tripulacion. Quiza el sea la clave para derrotar a Aric de una vez por todas.
    ?O SU PRESENCIA PONDRA EN PELIGRO TODO POR LO QUE TANTO HAN LUCHADO?

  • Memorias de Escipion Emiliano de Jose Enrique Lopez Jimenez

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    El general Escipion Emiliano, el mas insigne ciudadano de la Roma de la segunda mitad del siglo II a. C., recoge en estas memorias sus cincuenta y seis anos de una vida dedicada a la busqueda del bien comun por encima del beneficio personal.

  • Noiva secreta del Dragon (Secretos de los Dragones 2) de Jasmine Wylder

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    Bryant Chandler, el ardiente shifter dragon, conoce su determinacion. Su companera se ha ido hace tiempo y no tiene planes de encontrar otra. Ahora ha jurado proteger al bebe que un dia los gobernara a todos. Sin hacer preguntas. Pero el dia que la deliciosa Esther puso sus generosas curvas virgenes muy cerca de el, todas las apuestas se acabaron.

  • Carlota y el cactus de color rojo de Andrea Longarela , Neira

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    Carlota lleva una vida tranquila. Esta terminando sus estudios de Periodismo, vive con su madre y pasa el rato con su amigo Basil. Tambien fantasea de vez en cuando con su profesor favorito y evita pensar en unos ojos azules con los que se cruzo hace ya muchos anos, en un pasado que prefiere olvidar, aunque lo recuerde cada dia cuando despierta.

  • Otra oportunidad para el amor de Robyn Grady

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    Jack Prescott salio de la habitacion del hospital con una desagradable sensacion de aturdimiento. Habia recibido la llamada a las diez de la manana. De inmediato se habia subido a su bimotor y habia volado a Sydney con el corazon en la garganta. Hacia anos que Dahlia y el no hablaban y ahora ya no tendria oportunidad de decirle adios. Ni de pedirle perdon. Echo a caminar por el pasillo. Le escocian los ojos. El aire olia a detergente y a muerte. A partir de aquel dia, era el unico superviviente de los Prescott y no habia nadie a quien culpar excepto a si mismo. En ese momento se cruzo con un medico que iba tan absorto en la conversacion que se choco contra el sin darse cuenta. Jack se tambaleo un instante, luego se miro las manos y se pregunto cuanto tiempo tardaria en venirse abajo, en asimilar la verdadera dimension de aquella pesadilla y maldecir aquel mundo despiadado. Dahlia solo tenia veintitres anos. Una mujer que habia sentada en la abarrotada sala de espera atrajo su atencion por algun motivo. El cabello claro le caia por los hombros. Llevaba un nino entre los brazos. Jack se froto los ojos y volvio a mirarla. Tenia los ojos llenos de lagrimas y estaba mirandolo. Jack se pregunto si se conocian y, cuando la vio esbozar una sonrisa de condolencia, se le encogio el estomago. Era amiga de Dahlia. No estaba seguro de poder hablar aun. No se sentia con fuerzas para darle las gracias por estar alli o por darle el pesame y luego excusarse lo mas rapido posible. La mujer siguio esperando mientras le sujetaba la cabecita al pequeno y Jack se dio cuenta de que no podia huir. Dio un paso, luego otro y finalmente acabo frente a ella. --Eres el hermano de Dahlia, ?verdad? --le pregunto ella--. Eres Jack --tenia las mejillas sonrojadas y manchadas de lagrimas, las unas mordidas y los ojos... Sus ojos eran de un azul intenso. Jack se sorprendio a si mismo. Hacia siglos que no se fijaba en los ojos de una mujer. Ni siquiera estaba seguro de saber de que color tenia los ojos Tara. Quiza deberia fijarse cuando volviera. Claro que el suyo no iba a ser esa clase de matrimonio, al menos para el. Tras la muerte de su esposa hacia tres anos, Tara Anderson habia pasado cada vez mas tiempo en Leadeebrook, la explotacion ganadera de Queensland en la que vivia Jack. Habia tardado en apreciar la compania de Tara; seguramente porque en los ultimos tiempos, a Jack no le gustaba mucho hablar. Pero poco a poco Tara y el se habian hecho casi tan amigos como lo habian sido su mujer y ella. Y entonces, la semana anterior, Tara le habia ofrecido algo mas. Jack habia sido muy claro con ella. Jamas se enamoraria de otra mujer. Llevaba la alianza de boda colgada de una cadenita que jamas se quitaba del cuello, mientras que la de su mujer descansaba junto a una foto suya que tenia en el dormitorio. Sin embargo Tara le habia explicado que creia que necesitaba una relacion estable, y que ella necesitaba alguien que le ayudara a dirigir su propiedad. Aquello habia dado que pensar a Jack. Veinte anos antes su padre se habia visto obligado a vender la mitad de sus tierras a un vecino, el tio abuelo de Tara. Despues habia intentado volver a comprar la tierra, pero a Dwight Anderson no le habia interesado vendersela. Despues de la muerte de Sue, Jack habia tenido la sensacion de que su vida no tenia sentido. Ya no disfrutaba de actividades que en otro tiempo le habian apasionado, como montar a caballo por las extensas llanuras de Leadeebrook. Sin embargo la idea de cumplir el sueno de su padre de recuperar aquellas tierras le habia hecho albergar una nueva ilusion. Tara era una buena persona y cualquier hombre la consideraria atractiva. Quiza si que pudiesen ayudarse mutuamente. Pero antes de casarse con ella, debia resolver algo. La raza humana dependia en gran parte del poder del instinto maternal; las mujeres deseaban tener hijos y sin duda Tara seria una madre estupenda. Pero el no tenia el menor deseo de ser padre. Ya habia cometido suficientes errores, uno de ellos imperdonable. Pensaba en ello a menudo y no solo cuando visitaba la tumba diminuta que habia junto a la de su esposa en Leadeebrook. Ningun hombre podria soportar que le desgarrasen el corazon una segunda vez. No pensaba tentar al destino engendrando otro hijo. Si Tara queria un matrimonio de conveniencia, tendria que renunciar a la idea de tener familia. Habia asentido cuando Jack se lo habia explicado, pero el brillo de sus ojos hacia pensar que esperaba que algun dia el cambiara de opinion. Pero eso no ocurriria. Jack estaba completamente convencido de ello. Jack tenia la mirada clavada en el pequeno cuando la mujer del vestido rojo volvio a hablar. --Dahlia y yo eramos amigas --murmuro con voz debil--. Muy buenas amigas. El respiro hondo, se paso la mano por el pelo y trato de ordenar sus pensamientos. --El medico dice que el que la atropello se dio a la fuga. La habian atropellado en un paso de peatones y habia muerto solo unos minutos despues de ingresar en el hospital. Jack le habia tocado la mano, aun caliente, y se habia acordado de cuando la habia ensenado a montar a Jasper, su primer caballo, y de cuando la habia consolado tras la muerte de su corderito. Cuando ella le habia suplicado que lo comprendiera... cuando mas lo habia necesitado... --Recobro el conocimiento solo un momento. Aquellas palabras agarraron desprevenido a Jack. Sintio tal debilidad en las rodillas que tuvo que sentarse, pero enseguida se arrepintio de haberlo hecho porque eso implicaba que queria hablar, cuando lo que queria era quitarse las botas, beberse un whisky y... Levanto la mirada y sintio que se le nublaba la vista. ?Que le esperaba ahora? ?Documentacion, la funeraria, elegir el ataud? --Hablo conmigo antes... antes de irse --a la mujer le temblaba el labio inferior al hablar--. Me llamo Madison Tyler --se coloco al bebe en el regazo y se sento junto a Jack--. Mis amigos me llaman Maddy. Jack trago saliva. --Ha dicho que recobro el conocimiento... que hablo con usted. Pero seguramente no habria sido sobre el. Dahlia se habia quedado destrozada tras la muerte de sus padres. Ni siquiera la paciencia y el apoyo de su mujer habian servido para anidarla. Aquella ultima noche Dahlia habia dicho gritando que no queria tener nada que ver con su hermano, con sus estupidas reglas ni con Leadeebrook. Despues habia acudido al funeral de Sue, pero Jack habia estado demasiado aturdido como para hablar con ella. En los siguientes anos, habia recibido sus felicitaciones de Navidad, pero todas ellas habian llegado sin direccion del remitente. Apreto los punos con rabia. Dios, deberia haber dejado a un lado su orgullo y haber tratado de encontrarla. Deberia haber cuidado de ella y haberla llevado de vuelta a casa. Un movimiento del bebe hizo que Jack se fijara en su carita, en sus mejillas regordetas. Un rostro lleno de salud y de promesas. Lleno de vida. Respiro hondo, se puso en pie y trato de recuperar el control. --Podremos hablar en el funeral, senorita... --Maddy. Jack se saco una tarjeta de visita de la cartera. --Si necesita cualquier cosa, puede ponerse en contacto conmigo en este numero. Ella tambien se puso en pie y lo miro a los ojos. --Jack, necesito hablar contigo ahora --miro un segundo al bebe--. Yo no sabia... Dahlia nunca me habia hablado de ti. Cuando volvio a mirarlo, lo hizo con los ojos suplicantes, como si buscase una explicacion. Parecia amable y estaba comprensiblemente afectada por la muerte de su hermana, pero no importaba lo que Dahlia le hubiese dicho, Jack no iba a justificarse ante una completa desconocida. Ni ante nadie. --La verdad es que tengo que irme. --Me dijo que te queria mucho --solto ella, acercandose un poco mas--. Y que te perdonaba. Jack se detuvo en seco despues de dejar la tarjeta sobre la silla. Cerro los ojos con fuerza y trato de acallar el zumbido que sentia en los oidos. Queria que pasase el tiempo. Queria volver a casa, a lo que conocia, a aquello que no podian arrebatarle. El bebe estaba moviendose, parecia inquieto. Jack sintio la tentacion de mirarlo, pero por otra parte solo deseaba taparse los oidos y salir corriendo. Lo ultimo que le faltaba era oir el llanto de un nino. --Aqui no puede hacer nada --dijo por fin--. Deberia llevar a ese nino a su casa. --Eso intento --respondio ella y lo miro fijamente. --Lo siento, pero no comprendo. La mujer se limito a morderse el labio inferior, tenia los ojos abiertos de par en par. ?Estaba asustada? Jack la observo detenidamente. Tenia la piel del color de la porcelana, unos rasgos perfectos y, a pesar de todo, Jack sintio una ligera excitacion. ?Estaba tratandole de decir que el hijo era suyo? Un tiempo despues de la muerte de su mujer, muchos amigos suyos habian intentado sacarlo de su encierro, lo habian convencido para que fuera a verlos a Sydney y conociera a algunas mujeres de su circulo social y, aunque tenia un muro de acero alrededor del corazon, en un par de ocasiones habia pasado la noche con alguna de esas mujeres. ?Seria por eso por lo que le resultaba familiar el rostro de aquella mujer? La miro de nuevo. No. Habria recordado aquellos labios. --Escuche, senorita... --Maddy. Jack esbozo una tensa sonrisa. --Maddy. Creo que ninguno de los dos estamos de humor para juegos. Sea lo que sea lo que quieres decirme, te agradeceria que lo soltases cuanto antes. Ella no se inmuto ante tal brusquedad, mas bien adopto un aire mas firme. --Este bebe no es hijo mio --dijo por fin--. Dahlia me lo ha dejado hoy. Es tu sobrino. Pasaron varios segundos antes de que Jack asimilara el significado de aquellas palabras, y entonces fue como un golpe en la cabeza. Parpadeo varias veces. Debia de haber oido mal. --No... no es posible. De los ojos de Maddy cayo una lagrima. --El ultimo deseo de tu hermana ha sido que os presentara el uno al otro. Jack, Dahlia queria que te quedases con su hijo. Que lo llevases contigo a Leadeebrook. Capitulo 2 Quince minutos despues, sentada frente a Jack Prescott, Maddy se llevo la taza a los labios, convencida de que nunca habia visto a nadie tan demacrado. Ni tan guapo. Con una mirada cada vez mas oscura, tanto como su gesto, el movia su cafe con la cucharilla. La megafonia reclamo la presencia del doctor Grant en la sala diez. Una anciana que habia sentada en una mesa cercana sonrio al bebe antes de tomar un bocado. Junto a la caja, a una enfermera se le cayo un plato; el estruendo retumbo en toda la cafeteria y sin embargo Jack parecia ajeno a todo. Su mirada parecia centrada en su propio interior. Maddy analizo con discrecion su rostro de estrella de cine; la mandibula marcada, la nariz recta y orgullosa. Era curioso, pero resultaba apasionado y distante al mismo tiempo. Percibia en el, bajo su mascara, una intensa energia que casi daba miedo. Era el tipo de hombre que podria enfrentarse a un incendio el solo y evitar que aquello y aquellos que le importaban sufrieran el menor dano. La pregunta del millon era: ?que era lo que le importaba a Jack Prescott? Apenas habia mirado al bebe, su sobrino huerfano al que acababa de conocer. Parecia de piedra, todo un enigma. Quiza Maddy nunca se enterase del motivo por el que Dahlia habia apartado de su vida a su hermano. Y si no fuera por el pequeno Beau, tampoco habria querido saberlo. Jack dejo la taza sobre el plato y miro al bebe, que habia vuelto a quedarse dormido en el cochecito. Habia sido Jack el que habia sugerido que tomaran un cafe, pero despues de un silencio tan largo, Maddy ya no aguantaba mas aquella fria calma. Tenia una mision, una promesa que debia cumplir... y un tiempo limitado para hacerlo. --Dahlia era una madre magnifica --le dijo ella--. Termino la carrera de Marketing despues de que naciera el nino. Ahora se habia tomado un ano libre antes de ponerse a buscar un buen trabajo --Maddy bajo la mirada mientras algo se le rompia por dentro. Era el momento de decirlo. El momento de confesar--. Dahlia apenas habia salido de su casa desde que llego con el pequeno --continuo--. Yo la convenci para que fuera a la peluqueria, que se hiciera la manicura... Maddy sintio que se le encogia el estomago y se le hundian los hombros bajo el peso de la culpa

  • El arte de no desesperar cuando no estas esperando de Belle Boggs

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    En El arte de no desesperar cuando no estas esperando, Boggs desmenuza con destreza su tiempo de espera en una extensa contemplacion de la fertilidad, las elecciones y los multiples caminos que puedes tomar para construir tu vida y formar una familia. Y narra, con gran empatia, historias complicadas de parejas que deciden adoptar, o consideraron la reproduccion asistida o los vientres de alquiler, frente a otras historias de hombres y mujeres que escogen tener una vida sin hijos.
    Esta brillante y personal exploracion narra de forma elocuente las diferentes facetas de la fertilidad a traves de ejemplos de ambitos muy diversos, como el reino animal, la literatura, el cine, la medicina, la ciencia o la cultura popular. Belle Boggs ha recibido el elogio de la critica (<>, The New York Times) con este ensayo cuyo origen fue un articulo de la autora en la revista Orion que tuvo una increible repercusion y se publico en otros medios como Harper’s Bazaar.

  • Vientos de Escocia de Miranda Bouzo

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  • Tu eres mi primavera eterna de Alexis Rain

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    ?Alguna vez te has sentido perdido? ?Sientes que alguien mas tira de las riendas de tu vida?
    Una ciudad. Dos culturas.
    Durante un trayecto en tren dos personas de mundos opuestos, Sakura, una japonesa
    dedicada a la veterinaria, de familia adinerada y con un padre arraigado a sus tradiciones, y
    Liam, un australiano perdido en la vida y atrapado en un pais en el que le es dificil encajar y en
    un trabajo que ama pero en el que no le toman en serio, tienen un primer encuentro fugaz que
    los marcara a ambos y les hara cuestionarse el rumbo de sus vidas y lo que quieren hacer con
    ellas.
    ?Conseguira Sakura escapar del futuro que planea su padre? ?Liam encontrara su
    sitio en un pais tan distante como Japon?

  • Atrapados de Harlan Coben

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    Haley McWaid es la hija adolescente de la que cualquier padre sesentiria orgulloso: una chica responsable, una estudiante aplicada ybuena deportista. Por eso, cuando una manana su madre descubre consorpresa que no ha dormido en casa, la primera reaccion es de extraneza y la segunda de panico. El paso del tiempo provoca que la familia se tema lo peor.
    Casos como el de Haley llaman la atencion de la periodista Wendy Tynes, que trabaja en un programa de television centrado en localizar por internet a pedofilos, enganarlos y atraparlos con las manos en la masa.El proximo objetivo de Wendy es Dan Mercer, un trabajador social queayuda a adolescentes con problemas. La rapida emision del programa que acusa a Dan de pedofilo arruina su vida, a pesar de que el proclama desde un principio su inocencia. Pero tal vez en esta ocasion Wendy se haya precipitado a la hora de actuar, porque los indicios que apuntan a la culpabilidad de Dan son realmente debiles.

  • La catedratica de Maria Lopez Villarquide

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    Esta es la apasionante e ignorada historia de Luisa de Medrano, la primera mujer que fue catedratica, nada menos que en el siglo XVI y en la Universidad de Salamanca, el centro del saber mas prestigioso del
    mundo hispano. Todo en la vida de Luisa fue extraordinario: hija de aristocratas, enseguida llamo la atencion de la reina Isabel la Catolica, quien la reclamo a su lado para que se educara en la corte con sus hijas Juana y Catalina y quien, a la vista de sus dotes, favorecio que fuera la primera mujer admitida en Salamanca. En estos tiempos en los que tanto se habla de empoderamiento femenino, el ejemplo de la tenaz Luisa Medrano merece el reconocimiento que se le ha negado durante cinco siglos.

  • El cisne de papel (Chic) de Leylah Attar

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    ?Podrias enamorarte de tu secuestrador? Skye Sedgewick es la hija de un magnate hotelero. Su vida cambia cuando un desconocido la secuestra a punta de pistola. Tras pasar unos dias en el barco donde la mantienen cautiva, Skye empieza a sentirse atraida por Damian, su secuestrador, un hombre que le resulta vagamente familiar.

  • Con la fuerza del oleaje (Boreal Rois 2) de

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    Durante la ansiada reforma del Boreal Rois, el hallazgo de una misteriosa carpeta oculta en la biblioteca saca a la luz otro secreto de la familia Merritt que animara a Claire para esclarecerlo con la ayuda de Sean Drake. Sin embargo, conforme avanzan solo logran mas incognitas, un humo para enmaranar el pasado y desmentir la vida de un hombre hasta ese momento con una reputacion intachable. Mientras tanto, Claire seguira persiguiendo su sueno de ser fotografa, Gabriel se enfrentara a una realidad que no esperaba para el futuro que tiene previsto y el afortunado Jack Drake, al que todo parece sonreirle, no podra escapar de un destino que lo pondra a prueba y cambiara su vida.

  • Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende

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    Cuentos de Eva Luna transcribe las historias inventadas por Eva Luna en la novela homonima, por lo que aunque no es una segunda parte, es recomendable leer primero la novela. Cuentos de Eva Luna es un ejemplo de la fantasia creativa de Isabel Allende. En este libro esta representado principalmente la mirada femenina, sea desde un punto de vista social, psicologico, cultural o historico. La intencion de la autora es presentar la protagonista como Scheherezade, que mantiene el orden de los sucesos a que esta sometida. Es el arquetipo matriarcal que impulsa la vida, es la mujer narradora que tiene siempre listo un cuento para su rey. El amor es como un hilo conductor entre todos los cuentos, y que tiene la fuerza para vencer las miserias impuestas por la naturaleza o por la maldad de los hombres. El amor en la narrativa de Isabel Allende es el sentimiento mas fuerte que el odio, la rabia, el miedo o la venganza. El amor es la salvacion del hombre y de su humanidad. Sus personajes representan la lucha entre el bien y el mal, entre explotados y explotadores, pero todos al final son vencidos por el amor.

  • Con la espada de mi boca de Ines Garland

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    Relatos de iniciacion sexual, amorosa y emocional de adolescentes, jovenes y adultos en una sociedad en pleno cambio, que conforman el universo personal de la autora.

  • El ateniense de Pedro Santamaria

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    Grecia se precipita hacia una guerra como nunca ha visto ni vera el mundo. La Atenas de Pericles domina los mares, Esparta es invencible en tierra. Y ambas ciudades pugnan por convertirse en la lider indiscutible de la Helade en un conflicto completamente asimetrico que durara cerca de treinta anos y despues del cual la Grecia luminosa no sera mas que un lejano recuerdo. Esta es la historia de uno de los personajes mas controvertidos de la antiguedad: Alcibiades, el ateniense. Familiar y protegido de Pericles, discipulo y amigo de Socrates, omnipresente en la obra de Platon, rival de Nicias, amante de la reina de Esparta. Estratega y demagogo, politico y guerrero, traidor y patriota. El mas bello de los griegos y el mas acaudalado de los atenienses. Cruel en el amor, valiente y decidido en la guerra. Implacable y calculador... Fiel reflejo de una Atenas y de una epoca que sento las bases de la sociedad occidental.

  • Los suenos se cumplen de Rachel Galsan

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    Eran las seis de la tarde, llegue a casa. Me acomode en mi habitacion y lo primero que hice fue encender el ordenador. Habia sido un dia agotador, examenes y mas examenes. Para colmo, mi amiga se habia enfadado conmigo sin razon alguna. Intente despejarme un poco y entre en YouTube, buscando nuevos videos de los canales a los que estoy suscrita: <> habia subido un nuevo video. --Wiiiii, genial --pense. Pinche en el video y empece a verlo. Era un Chatroulette. El rato que duraba el video me lo pase riendo como nunca y mis pensamientos desaparecieron. Termino mi <>. Sono mi movil, pegandome un gran susto. --?Diga? --pregunte de mala gana. --Hola --dijo una voz seca y sin animos. --?Quien eres? Despues se escucharon carcajadas al otro lado de la linea. --?Oiga...? --Es increible que no reconozcas la voz de tu novio. --Sonrei levemente. --Dani... --suspire--. ?Te has cambiado el numero? No me salia tu nombre en la pantalla. --Pues si --rio. --?Como van tus vacaciones? Hubo una pausa. --... Te echo de menos, Sender. No van bien las vacaciones sin... ti. El corazon se me acelero mucho. Dani y yo empezamos a salir hace menos de un mes. Estabamos en la epoca de examenes, pero Dani y su padre se habian ido por trabajo a Portugal durante una temporada indefinida. Antes de ser pareja, Dani era mi mejor amigo, siempre habia estado conmigo, desde que tenia consciencia. --Yo tambien te echo de menos, pero disfruta, aunque sea sin mi. En serio, yo quiero que te lo pases muy bien. --Te quiero mucho... --solto. Me sonroje. --Y yo a ti. --Note que sonrio--. Debo colgar, tengo trabajo. --Esta bien, ya te llamare. Adios. --Adios, amor --colgue. Estuve unas dos horas haciendo deberes. !Suerte que ya no tenia examenes! --Sender, !a cenaaaaaaaar! --grito mi madre. --Voooooooooooy. Recogi toda mi habitacion y entre en el comedor. Las clases empezaban como cualquier dia. Hoy me encontraba sola. Se podria decir que no soy muy sociable, solo tengo dos amigos: Dani y Jennifer. Siempre he sido el hazmerreir del colegio, nadie me queria por mi aspecto: era la tipica nerd. Pero este ano, el ultimo, di un cambio, al lucir ropa mas femenina para intentar hacer mas amigos. Solo algunos chicos al principio de curso se acercaron a mi para ligar, hasta que me preguntaron mi nombre: Sender. Parecia que mi nombre los espantaba y, bueno, aqui estoy, en el ultimo trimestre, con una amiga enfadada conmigo y mi novio fuera del pais. El timbre sono y los alumnos se levantaron contentos de sus asientos para irse a sus casas. Yo, como era habitual, recogi mis cosas cuando la clase estaba vacia. Suspire y tome el camino hacia mi casa. Me sentia demasiado sola, queria arreglar las cosas con Jenni, pero ella se habia enfadado sin motivo, solo porque no le hice los deberes. Lo se, se que suena a que se aprovecha de mi, pero no es asi. Solo me lo pidio ese dia y, como le dije que no, se cabreo y no me habla. --?Que pasa? --pregunte mientras dejaba la mochila al lado del sofa para sentarme. Mi padre dio un gran salto y se levanto, aunque se limito a desviar la mirada. --Sender, tenemos una noticia que darte --murmuro, como si estuviera apenado. Ladee la cabeza sin entender a que venia aquello y espere a que alguno de los dos me aclarara las cosas. Entonces, fue mi madre la que tomo las riendas de la breve conversacion que estaba por venir. --Nos mudamos a Madrid. <<625>>. Lo unico que me paso por la cabeza fueron los kilometros de distancia entre Barcelona y Madrid: 625. Me quede blanca, incapaz de articular palabra alguna. --?Sender...? --Mi madre se acerco para acariciarme el brazo y sacarme de ese trance. --?Como? O sea... ?Por que justo ahora? --Bueno... Tu nos explicaste que estas muy sola aqui y pensamos en... Rapidamente movi mi cabeza para negar lo que mi padre me estaba diciendo. --No, no... --interrumpi--, yo tengo a Dani y a Jennifer... --Solamente --termino mi padre seriamente. La verdad es que asi era. Solo los tenia a ellos dos, aunque uno estaba fuera del pais y mi mejor amiga ni me hablaba. Agache la cabeza y reprimi unas enormes ganas de llorar. No queria irme, Barcelona era mi ciudad, la que amaba con todo mi ser. ?Que haria con Dani cuando volviera? ?Cortar con el? ?Se enfadaria mucho? ?Y Jenni? ?Que pensaria ella? Ella tenia mas amigas, podria vivir sin mi. Esas eran mis preocupaciones: no pensaba en mi misma, sino en mis dos unicos amigos. Despues de aquel discurso mental, mire a mis padres, que tenian una expresion bastante preocupada. --?Cuando nos vamos? --pregunte cerrando los ojos durante unos segundos. Cuando los abri, en sus rostros pude ver una enorme sonrisa, y casi les falto tiempo para abrazarme--. Que sepais que la idea no me gusta, lo hago por vosotros e intentare no rechistar. Cuando nos separamos, asintieron energicamente con la cabeza. Les hacia felices que hubiera aceptado. Alli empezarian desde cero y su querida hija podria olvidarse para siempre de todos los abusos que habia recibido en el colegio. --Nos iremos en un mes, el mismo dia que termines el bachillerato. --?Y la universidad? --cuestione, pues aun no habia hecho ningun examen de acceso. --Sender, no te preocupes por eso. Solicitamos plaza con tus notas y hace dos meses la aprobaron. Ademas, tenemos un contacto alli que favorecio las cosas. -- Mi madre me guino el ojo. --?Carrera...? --Diseno Grafico, carino. Ya sabes que nosotros no te obligaremos a escoger Derecho. Pude mostrarles una sonrisa ladina, pues en el fondo estaba contenta. Mis padres siempre velaban por mi bienestar, a pesar de que querian que siguiera el oficio de la familia. Les di un beso en la mejilla como aprobacion a esos planes y me fui a mi cuarto, donde me tumbe en la cama con un largo suspiro. Alli si que me puse a pensar en todo... <>. Sali del cuarto y les conte a mis padres esa alocada idea. Ellos me miraban confusos, pero aceptaron, asi que me dieron dinero para ir a apuntarme a un gimnasio y quitarme de encima esos <> de los que tanta gente se burlaba. A partir de ahora, las burlas hacia mi cuerpo habian terminado. Claro que sabia que el fisico no lo es todo, pero en ese momento, y debido a mi personalidad, para mi era importante: era timida, tenia caracter y mucho orgullo. Por eso queria destacar en algo, queria verme guapa, aunque fuera solo por una vez. Despues de apuntarme, con el dinero que me sobro fui a comprar ropa mas femenina. Mucho mas femenina y atrevida. Tampoco queria parecer demasiado atrevida, pero las unicas camisetas que tenia eran de cuello muy cerrado y pantalones siempre largos. Habia decidido que ya no me avergonzaria de mi cuerpo, y por eso opte por comprar tirantes, faldas, shorts y cosas de esas que nunca me habia atrevido a llevar. Como no compre nada de ropa de marca, me costo menos de cien euros. Aun me sobraba algo de dinero y, como si fuera cosa del destino, me pare delante de un centro de belleza con peluqueria. Un cambio de peinado seria lo mas basico para el nuevo look. Asi seguro que me sentiria distinta. --?Que te quieres hacer con este hermoso pelo rubio? --pregunto la peluquera acariciando mi pelo. Era bastante rubio y largo, pero siempre lo llevaba recogido porque cuando lo llevaba suelto las chicas de clase se metian conmigo, preguntandome si me creia una princesa. --Pues... lo que sea, quiero un gran cambio, asi que, por favor, sorprendeme.

  • INFIDELIDAD de Nath Lor

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    Alexandra creia que tenia todo lo que deseaba en la vida. Hasta que un dia lo conocio a el…
    Vivira intensamente desde aquel dia debatiendose entre la culpa y sus miedos. Sumergiendose en el pasado y en los recuerdos.
    ?Podras juzgarla por sus acciones?
    ?O tambien caeras a los pies de ese apuesto germano rudo y sensual?

  • Cuentos con mecanismo de relojeria de Faruk Sehic

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    Faruk Sehic ha ido escribiendo estos relatos durante anos para ponerse a salvo de la guerra y de la vida. “?Por que alguien inventaria historias de terror cuando las vivio durante los anos de la guerra? --escribe el autor-- ?De que fantasia hablamos cuando todo lo que vivimos fue fantastico? En nuestro pais, la literatura es a menudo mas que la vida misma, porque es una combinacion de maquinacion y hechos irrefutables“.

  • Sal con alguien que no lea de Charles Warnke

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    Para todos los amantes de la lectura… y del amor.
    Si dudas, regalale este libro.

  • Amor y asco de @srtabebi

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    No necesitas ser seguidor o seguidora de @srtabebi para que te hagas con este libro siempre y cuando te guste que te hablen sin pelos en la lengua, con un lenguaje directo, librepensador y un marcado sarcasmo. Asi es Bebi que con su lenguaje particular ha revolucionado las redes, y ahora tambien las librerias, convirtiendo a este libro en un bestseller. Asi es este libro, un discurso activista en defensa de los derechos sociales, la ira con la que la autora se enfrenta a hechos injustamente cotidianos, pero sin dejar de lado sus devenires amorosos. De eso va el libro, como la vida misma: de amor y asco.