• libro la caverna - Jose Saramago

    https://gigalibros.com/la-caverna.html

    Con las dos novelas anteriores Ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres, este nuevo libro de Jose Saramago, forma un triptico en que el autor deja escrita su vision del mundo actual.

  • LA CAVERNA | JOSE SARAMAGO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-la-caverna/9788466369640/1145932

    Sinopsis de LA CAVERNA. Un libro que es también una advertencia sobre nuestras múltiples extinciones cotidianas. Una pequeña alfarería, regentada por una ...

  • LA CAVERNA - SARAMAGO JOSÉ

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    Un libro que es también una advertencia sobre nuestras múltiples extinciones cotidianas. Una pequeña alfarería, regentada por una familia consciente de que ...

  • La caverna (Biblioteca Saramago) - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/caverna-BIBLIOTECA-SARAMAGO-Jos%C3%A9-Saramago/dp/8420442283

    La caverna (Biblioteca Saramago) : Saramago, José: Amazon.es: Libros. ... este nuevo libro de José Saramago, forma un tríptico en que el autor deja escrita ...

  • La caverna (Contemporánea) Libro de bolsillo - Amazon.es

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  • La caverna - Libro de José Saramago - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/4242/la-caverna

    La caverna, una novela para cruzar el milenio. Con las dos novelas anteriores ¿Ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres¿este nuevo libro forma un ...

  • La caverna - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/La_caverna

    La caverna (título original en portugués: A caverna) es la duodécima novela del premio Nobel de literatura José Saramago, publicada en el año 2000 en ...

  • La caverna de Platón - Nigel Warburton | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-la-caverna-de-platon/17171

    Este libro, un inagotable best seller desde que apareció por primera vez en inglés, se compone de veinticuatro capítulos dedicados cada uno de ellos a una ...

  • Libros de la caverna

    https://librosdelacaverna.es/

    y libros que merecen la pena. ... emocionantes, mejor. Un sello editorial. SIN ÁNIMO DE LUCRO. Se trata de un proyecto cultural creado por y para los autores ...

  • La caverna - Saramago, José - Todos tus libros

    https://www.todostuslibros.com/libros/la-caverna_978-84-9062-874-4

    3 ene 2022 — Con las dos novelas anteriores Ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres, este nuevo libro de José Saramago, forma un tríptico en que el ...

  • La Caverna, novela de José Saramago - Revista de Libros

    https://www.revistadelibros.com/la-caverna-novela-de-jose-saramago/

    La irregular obra narrativa de José Saramago, que cuenta en su haber con hitos memorables, como Memorial del convento, y relatos mucho más febles y hasta ...

  • El cuaderno del ano del Nobel de Jose Saramago

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  • La Esencia del Silencio de David Diaz Rodriguez

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    En una sociedad abrumada por el ruido, el ego, las noticias, la division politica, las pretensiones y la trivialidad, propongo un enfoque distinto dirigido a las reconditeces de tu ser. No existe otro lugar mas hermoso en la tierra. Mi enfoque requiere un lenguaje, y yo le llamo el silencio. Este libro, sin embargo, no es sobre el silencio; es mas bien una invitacion para que en la quietud interior encuentres su esencia. Esto no puede ser ensenado; es el camino individual que todos necesitamos recorrer. En vez de darte una metodologia para aquietar tu mente, he decidido compartir estas luces cargadas de mis experiencias y visiones espirituales. En ellas yace la esperanza de que esta propuesta cumpla el objetivo de crear una chispa de curiosidad que nos impulse a evidenciar una dimension de vida maravillosa, y curiosamente ignorada, que siempre ha estado entre nosotros corriendo paralela con nuestros suenos y quimeras, con nuestras alegrias y tristezas. Soy un ermitano, pero no vivo en una casita solitaria en las montanas, ni tampoco en una cueva alejada donde las voces se apagan. Vivo en el mundo del ruido cotidiano que rodea a casi todos los mortales, navegando las aguas turbulentas de la vida, pero en lo mas hondo de mi ser recorro los caminos y el dia a dia en un oceano de silencio. Sera fruto de esta cercania que he reconocido en este mi verdadera naturaleza, mi esencia de ser. Ser ermitano es un estado interno; mas interno que externo. Para mi, es un reconocimiento, no un irse al monte. No creo que es un destino, ni un sacrificio como muchos piensan. Creo que es sabernos solos en el mar de la vida y sin temor alguno; es reconocer nuestro espacio, esa abrumadora soledad que nos acompana con su silencio de principio a fin, a pesar de estar tantas veces acompanados de gente y ruido, y abrazarla, celebrarla y descubrir sus senderos. Desde siempre, o mejor, desde que tengo uso de razon, el camino paralelo entre el ruido exterior y mi soledad inherente ha sido una fuente de inspiracion, un vivir en dos mundos dispares que me ha ayudado a reflexionar a nivel profundo lo que la quietud interna significa, su totalidad, y lo que el ruido significa. No solo el ruido exterior me ha intrigado y ha sido motivo de una busqueda interminable de respuestas, sino aquel que llevamos por dentro. Y la conclusion es esta: el silencio se parece mas a nosotros que el ruido. Mas aun: somos el silencio, y el ruido es la negacion de quienes somos. Tanto buscar en la vida sin considerar que probablemente lo que anhelabamos se encontraba en el lugar menos esperado: dentro de nosotros. 1 El hilo invisible En los espacios de silencio que tanto me han acompanado en mi caminar, he observado que la vida es circular, es decir, que existe una continuidad. Los ojos estan entrenados para ver un principio y un fin, pero a nivel esencial existen dinamicas que se perpetuan. Los atomos, por ejemplo, que manifiestan la vida visible de una flor, no mueren con ella, viven antes de ella y despues de ella. Siguen existiendo despues de que la fragancia de la flor desaparece. ?Que los une a la flor, que nos une a todo? Un principio unitario. Esto me ha sorprendido tanto, el saber que hay una unidad invisible en la creacion, una madeja de un hilo comun que va entretejiendo la vida y uniendo puntos que muchas veces parecen discordantes. Es por eso que puedo decir lo siguiente: nada existe por separado. Aunque resulte incomprensible para la mente, la multiplicidad del universo se relaciona y conecta entre si. Somos una cadena inmensa donde ningun eslabon esta suelto. Todos los eventos bajo el sol --gente, destinos, especies, celulas, moleculas, la vida con sus formas y magicos colores, con su relativo drama, con sus secuencias y transiciones-- apuntan hacia una fuente comun donde todo se encuentra y se enlaza. Esta, milenios antes de la aparicion de Jesus en la tierra, ya era referida en los "Upanishads" en la voz de Brahman: Lo que no puede expresarse mediante el lenguaje, pero por el cual la voz se expresa. Lo que no puede comprenderse con la mente, pero por el cual la mente es comprendida. Lo que no puede percibirse con la vista, pero por el cual el ojo percibe. Lo que no se puede escuchar a traves del oido, pero por el cual oir es posible. Lo que no puede olerse con el aliento, pero por el cual puede olerse un objeto. Reconoce que es Brahman. Creo tener la certeza de que este reconocimiento al que aluden los "Upanishads", entre lo visible y lo invisible, es un aliento trascendente y comun que es expresado con muchas variantes a traves de diversas culturas y creencias. Ese espacio es ese silencio innombrable al que nosotros decidimos nombrar en nuestras deidades. El nombrar las cosas, que es tan vital para el desarrollo de una civilizacion, es ademas lo que nos segrega en bandos y nos hace olvidar el hilo comun que nos une. Nos lleva a admitir que hay muchas razas, en vez de una humanidad, que hay miles de lenguajes, en vez de uno solo. Es de este modo que tambien olvidamos que somos parte de ese tejido misterioso labrado con la madeja de un hilo magico e invisible, la unidad primordial, que podria bien denominarse el silencio inherente a la vida. 2 Conoce tu silencio El ego no es mas que una idea equivocada de lo que somos, limitada, confusa, nebulosa; y es ademas la inconciencia que sostiene el engranaje de nuestra forma de ser y manifestarnos, la misma inconciencia que nos hace ser sombras en vez de luces, mediocres en vez de creativos y autenticos, imitadores compulsivos buscando desesperadamente la aprobacion de otros para sentirnos bien. Los seres humanos vivimos ante una disyuntiva apremiante, el ser o el no ser, siempre navegando en medio de dos corrientes, de dos alternativas basicas. Nuestra vida es por eso un pendulo inevitable a cada momento, a cada instante. Por un lado vemos nuestras alas listas para emprender el vuelo, y por el otro vemos la arcilla de donde partimos, siempre recordandonos la dualidad, siempre llamandonos a la realidad de la madre tierra y su gravedad. Lo cierto es que ante esta realidad del "yo" sentimos que evolucionamos hacia la independencia del uno, lo individual, lo mio. Y arrastrados por ese impulso volitivo llegamos a este punto del destino de nuestra civilizacion en el cual queremos ser mas de lo que somos desesperadamente y ocupar un lugar en el espacio que lleve nuestro nombre. Este es el impulso que nos hace ver separados, que nos impulsa a sobresalir, diferenciarnos, aunque a menudo compulsivamente. Anhelamos ser mas sin saber por que. El momento presente no es suficiente; nada nos llena, todo nos falta. A nivel colectivo este impulso es el desarrollo humano que va de la mano de la ignorancia, es el alma que arrastra las naciones a la violencia, a las atrocidades, al uso egoista de la ciencia y la tecnologia. A nivel individual es lo que llamamos perdida de balance o equilibrio, es el ego, y esto podriamos decir que es una forma de locura generalizada, aceptada socialmente y sin reservas. El ego es el estado actual de la humanidad. No obstante, mas alla de la experiencia del ego existe una realidad interior y exterior que el silencio revela. En ella eres el Ser que se reconoce mas alla de la mediocridad, de la mezquindad y la ignorancia, y de repente halla en su espacio de vida la esencia universal de la belleza y el bien. Alli no existe separacion; eres la ola y el mar a la vez. Recordemos la platica sobre el hilo invisible, la continuidad. A traves de ese hilo aprendemos a ver el planeta y a relacionarnos con el bajo una premisa de igualdad. En este estado asumimos roles existenciales, sean profesionales o de otra indole, sin perder nuestro ser, nuestra esencia, la esencia del silencio. No derivamos de ellos una identidad que consideramos importante, un motivo para sentirnos superiores a nuestro projimo. Asi, ermitanos en un entorno de ruidos, vivimos en el mundo y fuera de el, navegamos por las aguas de lo que hacemos para subsistir sin ahogarnos en sus turbulencias. Estamos en el drama sin que el drama nos posea. Somos de un pais y de todos a la vez; la nacionalidad no tiene fronteras, se expande por los horizontes. Surge el ser universal y muere la pequenez ridicula del yo. Y nunca volvemos a mirar al ser humano como un fin, sino como una extension de nosotros. Es oportuno resaltar que el esoterismo en cierta forma surgio con el proposito de llenar el vacio que la religiosidad nunca pudo llenar. Representaba la renovacion de la promesa de volver a la inocencia. No la inocencia otorgada por fuerzas externas o deidades piadosas, sino aquella que se conquista a traves de nuestros propios esfuerzos, cuando somos capaces de redimirnos del ruido interior, de las ambivalencias de la mente, del pensamiento compulsivo y sus mecanismos ilusorios, de la maquinacion del ego, de ese monologo intenso que llevamos a diario en la cabeza como maleta de viaje y que nos define de forma tan precaria. El camino era claro; implicaba un giro de 180 grados, un cambio de paradigma en el que cada persona debia cultivar el espacio de su silencio, profundizar en este durante las meditaciones y las reflexiones, bucear en ese oceano insondable que tan frecuentemente se subestima, y encontrar alli, justo alli, el fuego interior, la gema preciosa de nuestro verdadero ser. La promesa del esoterismo era fantastica.

  • SANGRE DE REYES (Alastir 2) de Miguel A. Fuentes

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    Muchos lo pintan como una leyenda. Otros como un vagabundo que recorre los caminos sin un lugar en el que caerse muerto. Pero si hay algo de cierto en todos los rumores e historias, es que nadie sabe quien es realmente el solitario encapuchado que deambula por el mundo con una espada oxidada cenida a la espalda a quien recurres cuando todas las demas opciones han resultado infructuosas. Muy pocos tientan a la suerte de contar con alguien que no reconoce ni a dioses ni a reyes, alguien capaz de burlar a la propia muerte.

  • Hue 1968: El punto de inflexion en la guerra del Vietnam de Mark Bowden

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    Gracias a un acceso sin precedentes a archivos de la guerra en EEUU y en Vietnam, asi como a entrevistas con participantes de ambos bandos, Bowden narra cada fase de esta crucial batalla a traves de multiples puntos de vista.

  • Los vigilantes del faro (Los crimenes de Fjallbacka 7), Camilla Lackberg de Camilla Lackberg

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    Una historia de antiguas leyendas y tragedias familiares entre la decada de 1870 y la epoca actual. La novela mas espectral de la serie Los crimenes de Fjallbacka (Novela negra)

  • Ultimo alegato al corazon, Jessica Galera Andreu de Jessica Galera Andreu

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    Marian es una mujer de 32 anos a la que la vida no ha tratado especialmente bien. Divorciandose, sin trabajo y con una hija de 16 anos, fruto de un abuso acontecido cuando tenia la misma edad y a la que no logro aceptar hasta que las circunstancias la obligaron de algun modo a ello. Decidida y sonadora, a pesar de todo lo vivido, Marian acabara trabajando en un prestigioso bufete juridico como mujer de la limpieza.
    Alli conocera a Daniel, un brillante abogado, famoso por haber ganado casos imposibles con el que dara inicio a una tensa relacion, que ira suavizandose a medida que el empiece a adentrarse en el hermetico mundo de Marian. Un acercamiento con el trasfondo de una muda atraccion.
    Sin embargo, eso que empieza a unirlos, amenaza tambien con separarlos de forma irremediable, pues a veces la obligacion esta enfrentada con la moral y genera elecciones imposibles.

  • Resurreccion de Alberto Garcia Briz

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    En 2029, un grupo de investigacion trabaja para recuperar un cerebro que ha permanecido congelado durante los ultimos once anos.

  • El jefe supremo (Los jefes 5) de Victoria Quinn

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    Tatum Titan ahora es mia.

  • La voz del Faquir de Harkaitz Cano

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    Un joven militante de la cancion utiliza su don para intentar cambiar el mundo. Imanol Lurgain abraza su guitarra y pone su enorme chorro de voz al servicio de la lucha de una ETA embrionaria que nace para combatir la dictadura. Apodado el Faquir, Imanol fue un hombre significado politicamente, amado y odiado a partes iguales cuando su conciencia y un hecho atroz le hicieron tomar partido por la vida y contra la violencia de la organizacion en la que una vez milito.
    Esta es la novela de una revolucion sonada; la historia de un artista que quiso dar voz a su epoca y a sus ideales, de las mujeres que conocio y los musicos que le fueron fieles; de las canciones que creo y del publico que acabo dandole la espalda. Y es, ante todo, una novela sobre la libertad y el compromiso con uno mismo.

  • La monarquia del miedo de Martha C. Nussbaum

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    La globalizacion ha producido sensaciones de impotencia en millones de personas en Occidente. Ese sentimiento de indefension genera resentimiento y un afan por buscar culpables. Se culpa a los inmigrantes. Se culpa a los musulmanes. Se culpa a otras razas. Se culpa a la elite cultural.

  • El secreto de tu sonrisa (Secretos 1) de Raquelita Gomez

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    Kyle es uno de esos chicos que se enamoran de verdad y aman con todas sus fuerzas. Llega nuevo a la ciudad con su amigo Steve para empezar una nueva vida: la universidad. Lo que el no tenia en mente era encontrarse con ella.
    Ella es una camarera de las que te animan a volver al lugar solo para verla de nuevo. Siempre con una sonrisa en el rostro, esa que le regala todos los dias, esa que se ha vuelto imprescindible para el.
    Lo que el no sabe es todo lo que guarda detras de esa sonrisa. Guarda una vida, una vida que la ha convertido en lo que es, a sonreir al mundo solo porque si. La realidad es muy distinta a lo que ven sus ojos. Y el va a descubrirlo.
    El es un chico curioso. Y ella una chica llena de misterios.

  • El encanto, Susana Lopez de Susana Lopez

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    En el puerto de La Habana desembarca una manana de principios de los anos 50 un joven asturiano, Patricio, sin otro patrimonio que sus ganas de comerse el mundo y sin otro afan que dejar atras una aldea aun envuelta en las sombras de una posguerra interminable.
    A su encuentro sale una ciudad luminosa y hospitalaria en la que pronto hace amigos y donde enseguida encuentra trabajo en El Encanto, los grandes almacenes que son un simbolo y el orgullo la ciudad. Patricio empieza a ascender y a ocupar puestos de mas responsabilidad que le abren un mundo nuevo, pero que tambien atraen hacia el muchas envidias.
    El Encanto sera tambien el lugar que propicie su encuentro con Gloria, una de las mujeres mas hermosas y, sin duda, la mas prohibida de toda la isla, ya que su marido es un ganster implacable de los bajos fondos habaneros.

  • La revolucion transhumanista de Luc Ferry

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    Ha surgido una nueva ideologia con sus sabios y sus profetas, sus eminencias y sus intelectuales, que lleva el nombre de <>: una corriente cada vez mas poderosa, que, con el apoyo de medios cientificos y materiales considerables, milita a favor del uso intensivo de las celulas madre, la clonacion reproductiva, la hibridacion hombre/maquina, la ingenieria genetica y las manipulaciones germinales, que podrian modificar nuestra especie de forma irreversible, todo ello con el fin de mejorar la condicion humana. El progreso de las tecnociencias en estos ambitos es de una amplitud y una rapidez inimaginables, es silencioso, no llama la atencion de los politicos y apenas la de los medios de comunicacion, de modo que se produce a espaldas de la mayor parte de la poblacion y practicamente no esta regulado. Esta nueva situacion nos obliga a reflexionar, a anticiparnos a las abisales cuestiones que estos nuevos poderes del hombre sobre el hombre plantearan inevitablemente en los proximos anos, en los planos etico, politico, economico, pero tambien espiritual.

  • Conquista plena (Dive Bar 3) de Kylie Scott

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    ?Puede un mujeriego llegar a ser el mejor padre para tu hija? El amor lo puede todo…
    Eric Collins es un chico malo y se ha ganado esa reputacion a pulso. Por eso, no esta teniendo mucha suerte en el amor ultimamente... Cuando Jean llega a la ciudad, cree que los dioses del sexo la han enviado justo para el... El problema es que, primero, ella no quiere saber nada de el y, segundo, esta embarazada.
    Jean esta cansada del estilo de vida que ha llevado hasta ahora. Una ciudad pequena se le antoja el mejor sitio para empezar de nuevo y ser para su futuro bebe la madre buena y carinosa que ella nunca tuvo. Al saber que ella esta embarazada, el dueno del bar de la localidad, Eric, se olvida de ella. Sin embargo, Jean se pone de parto durante una ventisca, su vehiculo se sale de la carretera y no sera otro que Eric quien acuda para ayudarla. ?Acaso el podra dejar de ser un mujeriego para convertirse en el hombre de su vida?

  • La conquista de esmeralda (Joyas de la nobleza 4) de Catherine Brook

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    Llega la cuarta entrega de la serie <> con la historia de Esmeralda.

  • Extranjeros, bienvenidos de Barbara Pym

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    Cuando Barbara Pym murio en 1980, dejo una cantidad considerable de material inedito. Entre este, una novela temprana, EXTRANJEROS, BIENVENIDOS, de 1936, y <>, el unico documento escrito en el que Pym habla acerca de su carrera como escritora y de los origenes de su personalidad literaria. En EXTRANJEROS, BIENVENIDOS una joven pareja, formada por Cassandra Marsh-Gibbon y su egocentrico marido escritor, Adam, se ve sacudida por la llegada de un misterioso hungaro a su pueblo. Cassandra, una de las primeras <> que tan bien supo retratar Pym, buscara en la huida de su monotona vida y en la figura del extranjero la realizacion de las hipocritas palabras de su marido: <>.

  • Atrevete a ser tu maestro de Suzanne Powell

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    Este libro recuerda al lector que la mente es solo una parte de nosotros, le invita a dejarla atras y a que abandone la ilusion de lo inalcanzable. Todo siempre se resuelve si dejamos que las leyes universales fluyan con naturalidad. Volver a ser un nino, tomarse la vida con humor, y confiar en la sabiduria interna son las claves para alcanzar el estado de paz y calma donde solo hay que vivir y despreocuparse de todo.

  • Spinoza en 90 Minutos de Paul Strathern

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    La coleccion Filosofos en 90 minutos incluye interpretaciones breves, pero autorizadas, de los mas grandes pensadores de la humanidad y descifra sus filosofias en una forma amena y accesible que las hace interesantes y comprensibles a casi cualquiera. El brillante sistema metafisico de Spinoza no se deriva de la realidad ni de la experiencia. Partiendo de unos supuestos basicos, y a traves de una serie de pruebas presentadas al estilo de la geometria, construye un universo que es tambien Dios, una sola cosa en el, constituyendo asi el ejemplo clasico de panteismo. Aunque su sistema parece extrano hoy, las conclusiones de Spinoza estan en profundo acuerdo con el pensamiento moderno, desde la ciencia (la etica holistica de los ecologistas actuales) hasta la politica (la idea de que el Estado existe para proteger al individuo). El sistema de Spinoza y sus conclusiones poseen una belleza cautivadora, sin igual en la historia de la filosofia. En Spinoza en 90 minutos, Paul Strathern presenta un recuento conciso y experto de la vida e ideas de Spinoza, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Spinoza, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento y cronologias que situan a Spinoza en su epoca y en una sinopsis mas amplia de la filosofia.

  • A Orillas del rio Piedra me Sente y Lllore de Paulo Coelho

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    En toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en si todos los secretos del mundo. Pero ?que ocurre cuando la timidez sacrifica un amor adolescente? ?Y que sucede cuando, al cabo de los anos, el destino hace que una mujer reencuentre a su amado? A ella, la vida le ha ensenado a ser fuerte y a dominar sus sentimientos. A el, que posee el don de la curacion, la religion le ha servido como refugio de sus conflictos interiores. Pero a ambos les une un solo deseo: el de cumplir sus suenos. El camino que habran de recorrer es escabroso, y el sentimiento de culpa un obstaculo casi insalvable. Pero sera a orillas del rio Piedra, en un pueblecito del Pirineo, donde ambos descubriran su propia verdad. A orillas del rio Piedra me sente y llore es una novela fascinante y tierna que, con una prosa poetica y transparente, nos sumerge de lleno en los misterios ultimos de la vida y el amor. Como dijo Kenzaburo Oe (premio Nobel de Literatura 1994), Paulo Coelho conoce los secretos de la alquimia literaria.

  • Manzanas Verdes de Aida Del Pozo

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    Hay personas que no son para cualquier paladar y lenguas que no son para cualquier boca.
    Hay deseos en el corazon y secretos en el alma que solo confesarias a unas cuantas.
    Hay mentiras que pesan mucho y verdades que duelen demasiado.
    Hay fuego entre las piernas que no podria ser apagado por cualquiera.
    Todo tiene su momento…

  • La pasion de Dylan de Dina Reed

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    Dylan Hayes es un exitoso hombre de negocios, implacable y duro, que cree tenerlo todo bajo control hasta que conoce a una chica misteriosa en la fiesta en la que le entregan el Premio al Empresario del Ano.
    Despues de un encuentro de alto voltaje con ella, la joven desaparece de su vida hasta que unos meses despues, descubre que trabaja como dependienta en una de las tiendas de la cadena Hayes en Nueva York.
    Cuando Lucy Walsh se encuentra cara a cara con su superjefazo, lo primero que piensa es que va a ponerla de patitas en la calle, pues no solo se colo en la fiesta, sino que cometio el error de liarse con el.
    Ella, la chica responsable y seria, la pifio de semejante manera. Pero una y no mas.
    O eso pensaba hasta que el senor Hayes aparece en la tienda, en una de las muchas que tiene por el mundo y, para su sorpresa, le pide una cita.
    Lucy se queda perpleja, porque aunque siente una tremenda atraccion hacia el y le admire, sabe que esas historias en la vida real nunca funcionan.
    ?Como un hombre poderoso, rico y atractivo que tiene a todo el planeta suspirando por el va a fijarse en una chica normalita como ella, que es una joven disenadora que de momento trabaja como dependienta, que tiene la cuenta en numeros rojos, y que a pesar de que es talentosa lo tiene todo por demostrar?
    La vida no es un cuento de hadas.
    ?O a veces si?

  • Comimos y bebimos de Ignacio Peyro

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  • La chica invisible de Blue Jeans

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  • Temporal de Tomas Gonzalez

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    Mario y Javier salen de madrugada a pescar con su padre. Y desde las primeras lineas de esta novela con tintes de thriller psicologico es claro que la tormenta y el odio que sienten los hijos por el padre amenazaran a los tres personajes, hora tras hora de la travesia, con sumergirlos en la desgracia. No importa que tan abundante sea la pesca ni que tan imponentes sean las imagenes de la naturaleza que los rodea, pues las arremetidas del rencor nunca dejaran de sorprenderlos, y los hermanos se quedaran perplejos ante las ansias de acabar con el padre.

  • Coffee, Sex and Law. Enemigos o amantes de Avril Rose

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    ?Enemigos o amantes?

  • Siempre seras mi heroe de Natalia Roman

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    ?Hasta donde es capaz de llegar una madre por su hijo?
    Laura lleva una vida perfecta, pero de la noche a la manana, ese hombre con el que ha compartido los mejores anos de su vida sera el responsable de que todo su mundo se derrumbe como un castillo de naipes.
    El doctor Roman recibe la visita inesperada de una mujer que volvera su mundo patas arriba. ?Como reaccionarias si una loca entra en tu despacho, a punta de pistola, pidiendote tu medula osea?
    ?Sera capaz el doctor Roman de donar algo tan personal a un desconocido, que a la vez es parte de el sin saberlo?

  • Amame ahora y siempre de Priscila Serrano

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  • El desconocido (Solo una noche 1), Kyra Davis de Kyra Davis

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    Primera parte de <>, la trilogia erotica superventas que te sumergira en una pasion irresistible.

  • Dejale Crecer de Javier Urra

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    Sobreproteger NO es educar.De esta premisa han de partir los padres que quieren que su hijo crezca como un arbol fuerte y no como un bonsai. Padres que buscan prepararlo para afrontar la vida real con exito, no para encerrarlos en una campana de cristal; que le brindan las herramientas que necesita para ser una persona autonoma, con sus riesgos y decisiones, tolerante a la frustracion y, en el futuro, un adulto consistente.

  • El nino escondido de Rhys Bowen

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    Una carta. Una revelacion. Un viaje de descubrimiento.

  • Cuentos de brujas de escritoras de Varios Autores

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    En Gran Bretana, en la epoca victoriana, las mujeres de las clases mas acomodadas se reunian en <> en los que se dedicaban a diferentes actividades. El interes por la brujeria aglutino muchas de esas reuniones, donde se contaban noticias, cuentos, tradiciones, y se inspiraban nuevas obras de creacion. En Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920) Peter Haining ha querido reflejar esa variedad: la antologia incluye cronicas historicas y legendarias tanto como ficciones escritas por mujeres que en su dia no gozaron de mucho prestigio y que hoy en su mayoria han sido bastante olvidadas pero que sin duda ha valido la pena recuperar.

  • La soberbia de Catherine Brook

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    Necesitaba un hombro. No para llorar, que ella nunca lo hacia, sino para dormir. !Que misa tan aburrida! Harriet Broome parpadeo con rapidez con la esperanza de mantenerse despierta y, sin disimulo, se cubrio la boca con la mano enguantada para tapar un bostezo. El quinto desde que habia comenzado el sermon. !Y solo habian pasado quince minutos! No estaba segura de poder soportar las dos horas restantes. Solo de pensarlo le daban verdaderas ganas de llorar. Entrecerro los ojos para mirar con rabia a la causante de esa tortura, pero esta estaba de espaldas y no pudo recibir todo su odio. Zelda, su hermana, estaba sentada al lado de su prometido, Archibald Cobyn, y no parecia tener intencion de prestar atencion a Harriet, a quien habian obligado a ir al servicio porque se haria la primera amonestacion del compromiso. Harriet penso que al menos podria haber tenido la cortesia de sentarse a su lado para poder utilizar su hombro como almohada. Sin embargo, prefirio ocupar asiento al lado de su prometido, la senora Corbyn y su padre, el senor Broome. Ella habia quedado relegada una fila atras junto a la hermana menor de su proxima familia politica, Bernadette Corbyn, quien no parecia lo suficientemente amable para prestarle su hombro y, a decir verdad, tampoco se veia mas despierta que ella. --Tus bostezos me estan provocando sueno --dijo la joven con voz ahogada, mientras tapaba su boca con una mano. --?Tambien te han obligado a venir? --le pregunto, observandola. No debia tener mas de catorce anos. --Gideon no nos habria perdonado si algun integrante de la familia no hubiera asistido a este emblematico momento --respondio sin sarcasmo. Harriet casi habia olvidado que el hombre que estaba a punto de dormirla por aburrimiento era hermano del novio y, por ende, seria parte de su familia politica. Por suerte, era un parentesco muy lejano, porque Harriet no lo soportaba en ninguna de sus facetas. Como vicario y como persona en general tenia muy buena reputacion, no habia nadie en ese dichoso pueblo que no lo quisiera, pero ella tenia otra perspectiva del reverendo Corbyn. Hacia un tiempo, el intachable vicario habia participado en un engano que Archibald Corbyn habia hecho a su hermana Zelda, y si a eso le sumaba que creia que aspirar a lo mejor era malo, no le causaba ni un poco de simpatia. A decir verdad, a excepcion de la joven a su lado, a quien no conocia lo suficiente para emitir un juicio, los miembros de esa familia no le simpatizaban en absoluto. Nunca dejaria de pensar que, si Zelda iba a abandonar su ferrea decision de no casarse, al menos podria hacerlo con un lord. No importaba que fuera un baron o un vizconde, pero que fuera alguien que pudiera presentarle a ella un noble importante con el que se pudiera casar. Lamentablemente, el corazon no era sensato. Harriet toleraba la situacion solo porque su hermana estaba enamorada. Por eso y porque todavia tenia la esperanza de que los Corbyn tuvieran algun conocido con un titulo nobiliario de renombre. --Si no llego a venir, Gideon me habria dado un sermon mas largo que este --continuo la joven a su lado. Harriet agradecio tener otra cosa en la que fijar su atencion--. Supongo que imaginaras lo catastrofico que eso seria. He venido solo por eso, no porque nadie me pueda obligar. --Por algun motivo, a la joven le parecio importante hacer esa aclaracion--. Esa es mi excusa. ?Cual es la tuya? --Impulso momentaneo de amabilidad que no se volvera a repetir. ?No consideras pecado aburrir de esta manera a la gente? La joven solto una risa disimulada que resono en el lugar porque, justo en ese momento, el reverendo hizo una pausa. Algunas caras se giraron para buscar el origen de la interrupcion, pero solo la del vicario logro localizarlas. Bernadette se hizo la desentendida, pero Harriet no tuvo ningun reparo en responder a la mirada de reproche con una de desden. El suspiro, como si ella fuera un alma perdida, y continuo con el sermon. A Harriet no le importo. Era mejor ser una oveja descarriada que el hijo perdido de Hipnos. --Es probable que de todas maneras nos toque otro sermon en la casa. !Que mala suerte! Harriet estuvo de acuerdo, pero no respondio. Opto por colocar su brazo encima del respaldo del asiento y recostar su cabeza en la mano. Despues de unos minutos, no supo nada mas. *** --!Harriet! Harriet se enderezo y parpadeo con rapidez, no muy segura de quien habia interrumpido su sueno. Pronto descubrio que era su hermana. Zelda no la miraba con reproche ni con molestia, mas bien con resignacion. Despues de todo, no era tampoco una devota cristiana. ?Por que, entonces, habia interrumpido su sueno? --La misa esta a punto de terminar. <>, penso Harriet. Inclino la cabeza en agradecimiento a su hermana por el aviso y se froto los ojos. --Gideon no ha dejado de mirarte en todo el servicio --le informo Bernadette--. Creo que te espera un sermon particular. Pues se lo daria a la brisa, porque ella no pensaba escuchar ni una palabra mas de ese hombre en lo que le quedaba de vida. La misa finalizo con la ratificacion del compromiso de Archibald Corbyn y Grizelda Broome. Entonces, como ya no estaba prohibido hablar, empezaron las murmuraciones. Aunque a Harriet solia gustarle el chisme, no se detuvo a escuchar que decian del compromiso. Le hizo un gesto a Zelda para indicarle que esperaba fuera y salio de la iglesia de tres naves que, a pesar de ser relativamente amplia, la estaba sofocando. Cada vez habia mas gente en ese pueblo, y la misa de los domingos solia quedarse escasa de asientos. Cuando estuvo fuera agradecio la brisa invernal que le calaba los huesos. Se apreto un poco el abrigo y respiro hondo. Esperaba que Zelda no tardara, o se iria sola. --Harriet Broome. ?Has disfrutado de la siesta? --pregunto una voz femenina con humor tras ella. Harriet se giro. Una joven de abundantes cabellos negros, sostenidos de forma precaria pero sin perder la elegancia del peinado, la miraba con diversion y una sonrisa amable. La reconocio de inmediato, pero no le devolvio la sonrisa. No porque le desagradase, pues dificilmente Tess Witherow le caeria mal a alguien, sino porque Harriet reservaba sus sonrisas para los caballeros con titulo. --Ha sido bastante reconfortante --respondio, altiva. No se avergonzaba de nada. La joven se rio. Harriet admitia que tenia una sonrisa bonita. Bien, era bonita en general. Quizas, despues de ella, era la joven mas bonita con la que contaba ese pueblo. Tenia la tez palida, cabellos de ebano y unos ojos verdes muy brillantes. Tambien era muy elegante. Como no, si era la sobrina del duque de Alridge, posiblemente el personaje mas importante que tenia ese pueblo. Habia llegado hacia unos dias de Londres y lady Marjorie se la habia presentado. La joven desprendia simpatia inmediata y parecia imposible que a alguien le desagradara. Exudaba una energia contagiosa. Harriet habia decidido que podia mantener contacto con ella de vez en cuando, por si lo necesitaba. Segun recordaba, su hermano era marques. --Tendrias que haber visto como te miraba el reverendo. Lo siento, pero me ha causado demasiada gracia su expresion. Harriet la observo y evaluo mentalmente cuanta confianza podria depositar en la joven. Estaba claro que ella no era tan recelosa y veia en Harriet a algo mas que una recien conocida. Decidio darle un voto de confianza. Tal vez por fin alguien en ese pueblo pudiera comprenderla. --No tiene ningun derecho a reclamarme nada --espeto con altaneria. Al ver que la joven no mostraba oposicion a su afirmacion, continuo--: Me parece sorprendente que no este acostumbrado, si todos sus sermones son tan aburridos. --Tess, que habia estado sonriendo ante el despotrique de Harriet, dejo de hacerlo de pronto, pero Harriet no lo noto, concentrada en su queja--. Parecen disenados para curar el insomnio. --Harriet… --Lo peor es la forma en que los dice --continuo, sin percatarse de que su companera empezaba a hacer gestos raros con la mano--. Habla como si tuviera la verdad absoluta, como si el fuera perfecto, cuando, en realidad, es solo un mortal que peca mas que nosotros. Y hablo con base. --Harriet… --No tiene ningun derecho a aburrir asi a la gente. Deberia ser pecado. --Tess habia dejado de intentar atraer su atencion. Parecia resignada, esperando con paciencia algo inevitable--. !Y tres horas! ?Como alguien puede hablar tanto? --Eso podria respondermelo usted --replico una voz masculina a sus espaldas, con un deje de humor en su tono. Harriet dio un respingo porque reconocio la voz, pero antes de girarse compuso su semblante para que expresara indiferencia, como si no hubiese estado haciendo nada malo. --?No era pecado escuchar conversaciones ajenas, pater? Gideon contrajo el ceno, como hizo la ultima vez que la escucho llamarlo con el tratamiento que se les daba a los eclesiasticos catolicos. No quiso discutir el tema de momento. Ya sabia el que la joven tenia un caracter y una forma de pensar que no sabia si llegaria a comprender. --No es pecado, es mala educacion. Catalogaria mas como pecado hablar a las espaldas de alguien --respondio con suavidad. En su tono no habia reproche, mas bien cierta consideracion. Los que lo conocian sabian que preferia convencer con el dialogo a utilizar amenazas. Harriet se tomo su tiempo para responder, aunque en ningun momento demostro verguenza o arrepentimiento. Tess, al intuir que nadie le prestaria atencion, fue a buscar con quien hablar. No se molesto en despedirse porque parecian muy concentrados el uno en el otro para notarlo. --?Desde cuando es pecado decir la verdad? Que yo sepa, es una obligacion. ?Acaso han cambiado los mandamientos? --Los mandamientos son los mismos, pero creo que usted le esta dando una interpretacion erronea. --Desde mi punto de vista, es muy valida. ?Como es que dice? <>. --<> --puntualizo el--. Lo que usted ha dicho puede considerarse falso testimonio. --!Claro que no! Su sermon daba sueno. --Usted ha sido la unica que se ha dormido. --Porque los demas no tienen el valor. Se retaron con la mirada. Si la intencion del reverendo era que Harriet se arrepintiera de su accion, estaba perdiendo el tiempo. Ella estaba firme en su posicion y no pensaba ceder ante ese hombre que, desde su perspectiva, no tenia autoridad para reprender. Lo observo de arriba abajo con superioridad, y por primera vez se fijo en los detalles de su apariencia. Tenia los ojos verdes y los cabellos rubios cenizos, mas claros que los de ella, y algunos mechones enmarcaban su rostro porque no estaban bien peinados. A decir verdad, toda su apariencia era algo desalinada. La sotana estaba arrugada, a sus zapatos les faltaba lustre. Estaba claro que nadie se preocupaba por su apariencia, y a el no le importaba. De seguro se vestia a prisa para poder llegar a tiempo y aburrir a sus feligreses. Harriet, que apreciaba mucho la apariencia, no soportaba mirarlo por mucho tiempo. --Harriet, es hora de marcharnos --le dijo Zelda, acercandose. Acababa de despedirse de su prometido con un beso en un rincon oscuro de la iglesia--. Gideon, gracias por la misa. Cumplio las expectativas. --?Cuales eran? ?Dormir a la gente? --intervino Harriet, con tono de burla. Zelda la miro con reproche, pero ella no se inmuto. Gideon asintio ante el cumplido de su futura cunada y miro a Harriet, respondiendola con su silencio. Una de las cosas de el que mas disgustaba a la joven era que nunca parecia alterarse demasiado, ni siquiera mostrar absoluta molestia. Siempre lo trataba todo como un debate. Harriet habia escuchado que no reprendia como solian hacerlo los vicarios, con firmeza y severidad; mas bien hablaba y hablaba con calma hasta dejar clara su postura. Quizas fuera esa una tecnica mas efectiva. Las personas debian de portarse bien solo para no tener que escuchar un sermon similar al de la iglesia. Despues de echarle una ultima mirada, se reunio con su hermana, que ya habia empezado a marcharse. Esperaba volver pronto a Londres y conseguirse su propia familia, porque la posibilidad de quedarse en ese pueblo y tener que convivir con frecuencia con ese hombre le provocaba escalofrios. Dios no quisiera para ella un destino tan cruel. *** Gideon las observo marcharse y se limito a negar con la cabeza ante la actitud de la joven. Con regularidad, no le gustaba juzgar a nadie, y siempre creia que tras una actitud hostil o inmoral habia un antecedente que, si se resolvia, podria devolver a esa persona al buen camino. Por ejemplo, su hermano Archie era muy avaricioso, pero todo se explicaba con que su padre se habia muerto y la carga de una familia en la ruina le supuso un trabajo que no queria volver a pasar bajo ninguna circunstancia. Archie suponia que el no lo sabia, pero para Gideon era obvio. Si bien no aprobaba la actitud tomada por su hermano, si podia comprenderlo, y esperaba que, ahora que se iba a casar, pudiera mejorar esa actitud tan poco cristiana. La joven, en cambio, era un enigma. A Gideon le causaba mucha curiosidad saber que habia detras de tanta soberbia, si es que, por supuesto, habia algo, pues no era tan iluso como para creer que no hubiera personas realmente malas e incorregibles. Analizo lo que conocia de la joven hasta el momento. Una vez habian discutido sobre la novela Elogio a la locura, y dejo clara su postura de que aspirar a lo mejor no era malo. En otro momento, cuando el engano que su hermano Archie le habia hecho a las hermanas salio a la luz, la joven, furiosa, lo acuso de complice y le dio una bofetada que aun escocia si la recordaba. A decir verdad, cualquier otro la hubiera catalogado de alma perdida, pero Gideon se negaba. Al contrario: tenia una necesidad de saber mas de ella y saber si podria ayudarla que se incrementaba en cada encuentro. Si tan solo pudiera hacer que bajase la guardia… --?A que oveja descarriada estas pensando perseguir para que regrese al buen camino? -- pregunto a su lado la voz que reconocio como la de su hermano. --A Harriet Broome --respondio con sinceridad, todavia pensativo. Escucho la carcajada de su hermano y lo miro con severidad--. Estoy hablando en serio. --Lo se. Eso es lo que me hace gracia. No pierdas el tiempo, hermano, esa joven no tiene salvacion. Es una malcriada incorregible. ?Acaso has olvidado la bofetada que te dio? Gideon decidio ignorar ese detalle. --No, pero todos pueden salvarse. Tengo que pensar en como ayudarla. --Te dire en que tienes que pensar --le dijo Archie, colocandole una mano en el hombro en un gesto de camaraderia. Echo un vistazo hacia atras, donde estaban unas senoras hablando, y anadio--: Madre quiere hablar contigo. Yo estoy comprometido. Tu eres el siguiente hermano. ?Sabes lo que eso significa? Gideon miro hacia atras, donde estaba su madre conversando, y trago saliva. Por supuesto que sabia que significaba. Su madre tenia una obsesion por que todos sus hijos se casaran y llevaba bastante tiempo insistiendole a Archie y a el, que eran los que estaban en edad, para que lo hicieran. Si Archie estaba comprometido, todos sus esfuerzos irian a el. --Tengo que preparar el sermon de manana. Dile que pronto pasare a visitarla. Hasta luego. Mientras se apresuraba a rodear la iglesia para entrar por la puerta de atras, escucho la carcajada de Archie y la advertencia de que no podria escapar por mucho tiempo. Gideon no le presto atencion. Sabia que era verdad. Tambien era consciente de que su madre tenia razon, y, como buen reverendo, deberia buscar una esposa, pero hasta el momento no le habia llamado la atencion ninguna joven y Gideon era demasiado honesto para casarse por puros fines sociales. El matrimonio tendria que esperar hasta que apareciera la indicada. Una vez en la sacristia, se sento frente a la pequena mesa donde solia escribir sus sermones e intento elaborar el del dia siguiente, pero no logro concentrarse. Su cabeza se iba una y otra vez a Harriet Broome y a lo mucho que necesitaba esa joven que alguien le hiciera comprender que esa actitud seria su perdicion. Gideon sabia que no podia ser el salvador de todos, ni mucho menos, pero sentia una necesidad insistente con ella. Estaba claro que los sermones no harian mas que aburrirla, y tal vez no funcionase ninguna tecnica en general, pero Gideon tenia que intentarlo. Solo tenia que pensar en como. Si Dios lo queria, ella podria mejorar su actitud. Si no, pues seria una lastima, porque a Gideon le parecia una joven muy bonita, con sus rizos rubios, su perfil delicado y sus ojos azules como el del cielo. La belleza no era una virtud, pero le parecia que la vida le habia dado un regalo y que por dentro tuviera tanta soberbia solo era una forma de desaprovecharlo. Ojala pudiera ayudarla. Ojala que se dejara ayudar. Eso seria, sin duda, el mayor reto, pero el estaba dispuesto a enfrentarlo y rezar por salir victorioso. Capitulo 2 Harriet se miro por ultima vez en el espejo, se sonrio, y, con los hombros rectos, salio de la habitacion con su vestido verde esmeralda cubierto por un abrigo de lana. En la sala que habia antes del vestibulo encontro a su hermana y a su padre. Ambos estaban echados en un sillon en posiciones muy poco elegantes. Se enderezaron en cuanto la vieron entrar. --!Al fin! --exclamo Zelda. Se levanto y se aliso la falda del vestido como si no tuviese mucha importancia que se hubiera arrugado--. Llevamos media hora esperandote. Vamos a llegar tarde. --Hacerse desear es una tecnica infalible para generar interes --respondio Harriet de buen humor. --Vamonos --le dijo Zelda a su padre, sabiendo que era inutil discutir con Harriet. Una vez en el carruaje que los llevaria a la mansion de los Corbyn, donde se celebraria la fiesta de compromiso de su hermana, Harriet decidio tocar el tema que le interesaba. --La tia Helen me ha escrito. Dice que no vendra estas Navidades ni podra estar en la boda de Zelda, pero que estaria encantada de recibirme en su casa para la proxima temporada. Solo seria cuestion de que cubrieras todos mis gastos. Ni siquiera tendrias que ir. La mueca de disgusto del senor Broome no fue muy alentadora. Aunque su padre le habia asegurado que regresarian a Londres para la temporada, cada vez se mostraba mas cercano a ese pueblucho y menos dispuesto a abandonarlo. --No entiendo por que quieres ir a Londres. Si Zelda ha podido conseguir marido aqui, tu tambien puedes. En Londres fuisteis un fracaso y otra temporada podria ser un gasto innecesario. --No fuimos un fracaso. Al menos, yo no lo fui --protesto Harriet, muy ofendida. --No recuerdo tener la casa llena de pretendientes tuyos. --Porque yo no alente a nadie, ya que ninguno era digno de mi --respondio como si fuera obvio--. Ademas, no nos colamos con lo mas exquisito de Londres. La tia Helen me prometio que esta temporada conseguiria invitaciones de las fiestas mas codiciadas, aquellas donde van los lores. Ahi si conseguire un esposo digno. Zelda puso los ojos en blanco, pero Harriet la ignoro, convencida de que su prediccion era cierta. --Aqui la nobleza es escasa. La unica forma de que me case con alguien que haya conocido en este pueblo es que sea un lord que llegue de visita --continuo--. Zelda, ?no conocen los Corbyn a algun lord importante? ?No habran invitado a alguno a la boda? --No lo se y no me importa --respondio su hermana sin mucho interes. Miraba por la ventana, ansiosa por llegar. --Deberia de importarte --mascullo Harriet. Despues se giro hacia su padre--. ?Me pagaras la temporada? --Esta bien, esta bien --dijo el senor Broome, harto de la conversacion. Harriet, contenta, no dijo mas en el corto trayecto. Llegaron a la fiesta de compromiso. Despues de saludar al senor Corbyn y a su madre, Zelda se quedo junto a su prometido, su padre se fue hacia la mesa de los aperitivos y Harriet se quedo haciendo una rapida exploracion del panorama. Miro con aburrimiento de un lado a otro. Estaba el duque de Alridge hablando con otro invitado. A Harriet le parecia una lastima que los pocos lores que habia en ese pueblo fueran tan mayores. Que fueran feos hubiera podido pasarlo, pero la edad ya era un detalle, a su parecer, mas relevante. Siguio buscando. Esperaba encontrar a lady Marjorie, la hermana del conde Royston, que, dicho fuera de paso, era extrano que estuviera en esa fiesta. A pesar de que los Cavendish eran familia de su madre, tenian una fuerte enemistad con los Corbyn por una rencilla pasada que Harriet no conocia. Lady Marjorie debia haber asistido a la fiesta solo por respeto a la invitacion que Zelda le extendio. A Harriet no le importaba. Queria encontrarla porque esta le habia prometido conseguirle un buen partido y tenia la esperanza de que tuviera alguna buena noticia para ella. En el pueblo todos la conocian como la mejor casamentera del lugar. Con algo de suerte, encontraria un caballero digno de Harriet, y asi no tendria que enfrentarse a la competencia en Londres. Mientras intentaba localizar a lady Marjorie, su vista se detuvo en el conde de Bollinger, acompanado de su abuela. Era un caballero joven, el mejor partido de ese pueblo, al que Harriet habia sonreido dos o tres veces sin exito. Ante su evidente desinteres, lo descarto. Si no era lo suficientemente listo para apreciar su gran belleza, no merecia sus esfuerzos. Ademas, decian que estaba interesado en la mayor de las Cavendish, lady Hailey. Harriet no pensaba rebajarse a luchar asi por un conde. Si fuera un marques o un duque, se lo pensaria. --Hola, Harriet. Reconocio la voz, pues ya la encontraba familiar, y esta vez decidio corresponder a su sonrisa. La joven Tess llevaba un vestido blanco perla muy elegante, de seguro confeccionado por la mejor modista de Londres. Harriet tenia que preguntarle cual era. Si iba a participar en una nueva temporada, tendria que asegurarse de que todo confabulara para hacerla mas irresistible de lo que ya era. --Buenas noches, Tess --dijo con amabilidad, observandola con discrecion de arriba abajo. Ya habia notado que siempre iba muy elegante y arreglada. Cada cabello estaba en su lugar, el vestido perfectamente planchado. Verla inspiraba una calma que contrarrestaba con toda la energia de la dama. --?Buscabas a alguien? He notado que hacias un recorrido visual del salon. --A lady Marjorie. ?La has visto? Tess sonrio y sus ojos brillaron de picardia. --La vi cuando llegue, pero no se donde esta ahora. Aunque supongo que muy ocupada. -- Eso ultimo lo dejo caer como quien lanza un panuelo seguro de que el otro lo recogera. Harriet lo recogio. --?Que quieres decir? Tess se inclino hacia ella y miro a ambos lados para anadirle suspenso a la situacion. Despues, susurro: --Estaba con lord Ridgeway. Es un caballero que lleva largo tiempo mostrando interes en lady Marjorie. Un interes correspondido. Segun he oido, esta noche se anunciara oficialmente su compromiso. Ademas, es un conde muy guapo, y dicen que bastante rico. --Se encogio de hombros, como si eso ultimo fuera lo menos importante de toda la historia. Para Harriet era lo mas importante.

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    Una nina con la boca manchada de tinta. Unas llaves perdidas sistematicamente. Un piano que debe afinarse despues de cada bombardeo. Unos zapatos de tacon italiano que levantan recelos en Varsovia. Un pais libre y un pais que siempre pierde. La protagonista de Zapatos de tacon italiano, medio polaca, medio italiana, se descubrira a si misma. Vuelve a casa para cuidar de su madre por un alzheimer que avanza hacia recuerdos cada vez mas distantes. Asi, combinara la dureza del cuidado de su madre con los recuerdos de su infancia y los secretos que la enfermedad ya no puede esconder. Esta historia intima y conmovedora, basada en elementos autobiograficos, gano el Premio Gdynia y el Premio Gryfice. Tulli es una de las escritoras europeas de mas prestigio de la literatura actual. En 2013, ademas, gano un premio a la trayectoria, el Premio Julian Tuwim.

  • Enamorados sin querer de Bianca De Santis

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    Una dama olvidada por todos…

  • Cuando el abecedario empieza por la Z de Laura Cardenas

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    La primera vez que se vieron fue una fria tarde de otono. Alex salia del cafe Berlin hablando por telefono. Gesticulaba de manera exagerada, caminaba nervioso con pasos cortos de un lado a otro de la puerta del local, por lo que se intuia una conversacion tensa. Vestia ropa informal. Su cabello castano desalinado, loco, entre rizado y grenudo. Sus ojos verdes y su barba de nino rebelde la hicieron perder la vista en un todo que solo el formaba. No le importo el descaro, y sin respeto lo miro, lo analizo y le gusto. Cuando Alex sintio su presencia, clavo su mirada apartando levemente el auricular de su oreja. --?No te han dicho nunca que es de mala educacion escuchar una conversacion ajena? Ella no hizo la mas breve mueca por contestar, pero tampoco aparto la mirada. Mientras tanto, el volvia a su conversacion: --Disculpa, ?te importa si te llamo mas tarde? --Volvio a mirarla a los ojos .--Soy Alex -- dijo extendiendo su mano amigablemente. Ella, tan solo contesto: <>. --!Vaya! Voy a hacer un nuevo intento. ?Me permite la senorita cotilla que la invite a un cafe? --No escuchaba la conversacion. --?Ah, no? Dejo caer el peso de una pierna a otra. --Tan solo te miraba a ti y no creo que tras esta respuesta deba aceptar tu cafe. --No entiendo el por que, ?que tiene de malo tu respuesta? --No lo se. !Pidele al destino que nos volvamos a ver y entonces lo aceptare! Con media sonrisa pintada en la cara camino calle abajo, segura y tranquila. --!!Zoe!! --grito Alex--. ?Que significa esto? --!!!No lo se!!! !!!Pero tu no dejes de jugar!!! --???A que??? --!!!!A esto!!! ... En la madrugada de una noche cualquiera, entre el gentio de un humeante y centrico local diviso su sonrisa. Se acerco y con el cuidado de no ser descubierto, se hizo un hueco entre la muchedumbre, le sonrio y le susurro al oido. --?Me permite la senorita chismosa que la invite a un cafe? --?Perdona? !Son las tres de la madrugada! --?Hay un horario estipulado para tomarse un cafe contigo? --?Hay cafeterias abiertas a las tres de la manana? --Si ese es el problema... confia en mi instinto cafetero. --No voy a ir contigo a tu casa, si es eso en lo que estas pensando. --Te prometo que no iremos a mi casa, que no cogeremos el coche, que estaremos separados por una distancia minima de medio metro y que sera un lugar suficientemente iluminado. ?Me das la oportunidad? --?Deberia? --No lo se. ?Deberias? Debia hacerlo. Fue ella quien insistio en que prosiguiera ese juego y, como aliciente, el caprichoso destino los habia llevado al mismo rincon de Madrid. No queria salir. Bastante tenia ya con ver las mismas caras durante ocho horas al dia, pero la obligacion laboral y la conciencia la llevaron a lucir la mejor de sus sonrisas en una aburridisima cena y posterior copa. Necesitaba una excusa para salir de alli y el se la ofrecio. Pero de vuelta a la realidad y aun deseando saber mas de su desconocido, recordo que en el fondo no sabia de el mas que su nombre y el modelo de su telefono movil. Alguien le dijo una vez que para ganar primero hay que arriesgar. Se marcho con el. Concurrido, iluminado, abierto 24 horas y el cafe... autocalentable. Todo disponible en la gasolinera mas cercana. --?Te han dicho alguna vez que tienes un gusto pesimo para elegir cafe? --No me has dado opcion a mucho mas. Prometo que el proximo no tendra nada que ver. --!Ah! ?Pero habra proximo? --Si sobrevivimos a este te garantizo que hare todo lo posible para que haya muchos mas. Se sorprendia a si misma viendose en esa situacion. Le hablaba con tal sinceridad que asustaba, incluso pareciendo cortante e ironica, sin apartar la mirada de sus ojos. Como acto reflejo, se comportaba asi cuando tenia la suficiente confianza. Y este no era el caso. Con Alex dejo de lado el protocolo del <> y, simplemente, fue ella. ?Por que? No tenia la menor idea, pero tampoco le importaba. --?Que hacia una chica como tu parada a las puertas del Berlin? --Buscaba historias. Historias para fotografiar. --Y te intereso la mia. --Te repito que no escuche la conversacion. Me interesaste tu. --!Vaya! Pues creo que no valgo la pena como modelo. --No te veia como modelo. Eras... una historia. Formabas parte de la ciudad. El viento, tu estado nervioso y gesticulando en exceso. Caminando sin cuidado. Inestable y a la vez confiado. Pendiente de no llamar la atencion y de que tu conversacion no fuera algo publico. La tarde arrugada, los tonos anaranjados y como complemento, estabas tu. --Pero, no me fotografiaste. --!Fui descubierta! --Fuiste poco sutil. --Tal vez. --Te propongo un trato: otro cafe y dejo que me fotografies. Ella nego con la cabeza. --Te fotografiare cuando menos te lo esperes. ... --?Y tu? ?Eres chica de ciudad o un complemento? --Soy una chica <>. --?De que zona? --Tengo un estudio en el centro. El cual para no decir que es pequeno digo que es minimalista. --?No tienes familia? --?Quien es ahora el chismoso? --Mujer, se llama conversacion. --Tengo. !Claro que tengo! Mi padre vive en las afueras con su mujer y sus dos rebeldes hijos adolescentes. Mi madre vive en la otra punta de la ciudad, con su marido. Y yo... fui el error en un matrimonio malavenido. Curioso, ?verdad? --!Vaya! Toda una mujer con historia. --?Y tu? --Trabajo aqui. Me vine hara dos anos el mes que viene. Y mi familia es feliz y bien avenida. Tengo un hermano y un perro. --?A que te dedicas? --?Ademas de a discutir al telefono? Trabajo en ingenieria. --?Y procedes? --De la Ciudad Condal --respondio con un perfecto acento catalan. El sarcasmo de una chica perdida en su ignorancia respecto a la persona que tenia frente a si se convirtio en una conversacion normal y distendida, sincera, e incluso a ratos, interesante. Su nerviosismo de quinceanera adolescente escondida en el cuerpo de una chica de casi treinta anos desaparecio tras el primer trago de aquel horrible cafe. Eran casi las seis de la manana, se encontraban caminando por el centro de la ciudad con las manos perdidas en los bolsillos y la vista clavada en la puntera de sus zapatos aprovechando los descuidos para mirarse a los ojos. Siendo conscientes de lo poco que iban a dormir y lo duro que les iba a resultar ir a trabajar. Un portal rojo de madera, antiguo, pero reformado, daba pie al estudio minimalista en el que Zoe vivia. --Bueno, hemos llegado. --!Que pena! --!Son las seis de la manana! Voy a tener un dia muy productivo, no se por que, pero lo preveo. Durante unos segundos que parecieron eternos permanecieron mirandose a los ojos sin decir nada. El queria besarla. Ella queria que la besara. --Espero que pases bien lo que queda de noche --dijo al tiempo que le regalaba una sonrisa inocente y se daba media vuelta para volver calle abajo. --Igual. Cuando lo vio alejarse, subio las escaleras de la entreplanta refunfunando entre dientes: -- Eres idiota. !Bocazas! La senorita marisabidilla. !Vas de lista y te pierdes las mejores! ?Pero que te pasa, Zoe? !Asi te va! Que todos te huyen... !Das miedo!. <>, !que gran frase de despedida!… <>. Apuntatela, que esta hara historia. Los minutos pasaban mientras daba vueltas en la cama sin suerte, en el intento de poner en orden las ideas aun a sabiendas de que lo esperado era mucho mas y no fue conseguido. La sensacion que tenia era mas que buena. Volviendo a la misma situacion una y otra vez. No lo conocia, al menos hasta hacia unas horas no era mas que un desconocido, con cara y telefono, que le gusto mas de lo pensado en una tarde de otono y en esa fria noche, en la soledad de su casa solo tenia una cosa clara: deseaba volver a verlo, volver a pasar los minutos con el, saber cada detalle de su vida, volver a ver como le salia una pequena arruga en la comisura de los labios cada vez que sonreia, volver a ver como se acariciaba el pelo de forma nerviosa en los momentos de inseguridad, su manera absurda de mover las manos al hablar y todo lo que en ese momento de soledad se maldecia por no haber descubierto y por ello, no poder recordarlo. Notaba su olor como si lo tuviera cerca y lo mas increible es que no lograba entender como alguien como el se habia fijado en alguien como ella. Quedaba menos de una hora para que amaneciera y no sabia si dormia o sonaba despierta. ... En la redaccion, el sueno era su fiel aliado. Su mejor amiga, Marta, era una de esas chicas estandar del departamento de deportes. Con pinta de modelo de alta costura, cabello largo, castano claro, y ropa a la moda. Zoe era distinta. No solia ni ir muy arreglada ni muy maquillada. En cambio, tenia ese tipo de belleza natural, y fuese como fuese y se pusiera lo que se pusiera, siempre conseguia estar perfecta. Tenia una elegancia natural y una sonrisa sincera que no solia desaparecer de su cara. No se veia guapa, odiaba su manera de vestir, sus cabellos indomitos, su cara de buena manana, y se reia de si misma cuando analizaba como habia sido capaz de salir asi de casa. En definitiva, era una chica feliz con su vida y eso la hacia radiante a ojos de los demas. Marta no acudio a la cena, asi que era ajena a todo. Aunque conocia la historia del Berlin y el berlines, a quien apodaron asi en un alarde de originalidad. De como se quedo petrificada y como el la descubrio teniendo que ejercer de borde y sarcastica. --!Zoe! --grito desde la entrada --?Que tal anoche? --No te perdiste nada. --?Seguro? Deja que te vea --Se acerco con cuidado realizando un completo analisis de arriba abajo y de abajo arriba.-- Cansancio, ojeras, maquillaje para disimularlas, tu ropa grunge sustituida por ropa normal, apatia con tu mejor amiga, ojos brillosos. !Tu has follado, carino! --!Marta! --?Que? ?Dime que no? --!Pues no! Pero... tampoco he dormido. --?El berlines? --!!Si!! Encima es un encanto. Me llevo a tomar el peor cafe de mi vida a las tres de la manana y resulto ser... !perfecto! Tras ellas aparecio una de las companeras de cena y copa, que en un absurdo intento de simpatia intento saber cual fue su destino. --Zoe, !desapareciste muy rapido! ?Donde te metiste? --Me fui a casa, me dolia un poco la cabeza. --Mentirosa --chirrio Marta entre dientes y recibiendo como respuesta un codazo--. !Me debes un desayuno y un monton de detalles! ... A la vuelta del trabajo lo vio sentado en el portal de su casa, mirandose fijamente a los pies, como si analizara cada surco de desgaste, cada costura o cada resquicio de insignificancia que el uso y el tiempo hubieran dejado alli, inapreciables para el resto y con tanto sentido para el en ese preciso momento. Sintio nervios en el estomago al acercarse, y aun a sabiendas de que el no la habia visto miraba de un lado a otro intentando pasar desapercibida. Dejo caer a su lado una moneda de cinco centimos sonriendo inquieta. --Pareces un indigente.

  • Entre damas anda el juego de Ester Gonzalez Escobar

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    Diana, detective privada, debe investigar a Christine, una supuesta cazafortunas que quiere casarse con Angel por su dinero, mientras lidia con sus problemas de pareja.
    Ayudaran a Diana en su cruzada para desenmascarar a Christine sus amigas: Alex, una madre y esposa trabajadora con una vida aparentemente perfecta que, sin embargo, no es del todo feliz, y Noa, una eficiente y malhablada abogada de empresas, que no es tan eficiente escogiendo a los hombres con los que sale.
    Pero sera Christine quien las descubra a ellas y comenzara una guerra para hacerles la vida imposible, poniendo en peligro lo que mas quieren y convirtiendose en un verdadero grano en... bueno, ya sabeis donde.
    ?Lograran las tres amigas desenmascarar a Christine, sin perder aquello que mas aman por el camino?

  • Te quiero, baby (HQN), Isabel Keats de Isabel Keats

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  • Lo que descubri de ti de Sibila Freijo

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    Continua la historia de Carlota, la protagonista de Lo que no sabia de mi.

  • La sombra dorada de Luis M. Nunez

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    Tiempo atras, en el momento mas oscuro de la humanidad, el dios de la luz de oro fue derrotado y su nombre quedo en el olvido para todos, excepto para aquellos que siguieron siendole fieles.
    Pero ahora ha regresado y se cierne sobre un mundo que no es capaz de imaginar la marea de muerte que esta a punto de desatar, pues es el enemigo de todo lo vivo y desea reinar sobre huesos blanqueados.
    Esta es la historia de la batalla desesperada contra Abaven.
    Esta es la historia de quienes se alzaron contra el.

  • Que se pare el mundo que me bajo (Que la ley no nos separe 2) de Olga Salar

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    Que la practica hace al maestro es el mantra que guia a Susana, y que la lleva a buscarse un novio de pega con el que aprender a ser sexy e interesante.
    El problema es que toda practica conlleva sus riesgos; y mas cuando el sujeto en cuestion es un abogado inteligente, atractivo y acostumbrado a deslumbrar a las damas.
    ?Que puede hacer ante eso una jueza acostumbrada a lidiar con toda clase de abogados? ?Ceder a la tentacion o admitir a tramite la propuesta?

  • La ciencia en la sombra de J.m. Mulet

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    En esta ultima decada la ficcion policiaca y criminal se ha instalado en nuestras vidas, poniendo el foco de atencion en algo que hasta ahora habia quedado oculto y restringido a un gremio muy especializado: el de los cientificos forenses. La historia de como la ciencia se aplica a la investigacion criminal, la realidad actual de la ciencia forense y como consigue descifrar crimenes y dar con los culpables, se ha convertido en un tema central de interes para el gran publico.

  • Una apuesta atractiva de Carolina Gattini

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    Descubre la loca historia de Ethan, Julia y sus tres amigas en una oficina de Nueva York, donde los lios y las situaciones mas comicas cambiaran la aburrida vida del protagonista:
    Cuando Ethan conoce a Julia, la nueva directora de marketing, duda de su profesionalidad al acceder al puesto por su fisico arrollador, empezando con mal pie su relacion en la empresa. Meses despues Ethan le asegura a Julia que estuvieron juntos el sabado noche, ella no recuerda nada, pero las pruebas son irrefutables. Una comica historia de amor y sexo en Nueva York, donde cada personaje aportara su granito de arena para hacer las tediosas horas en los despachos de Julia, Anne, Karen, Jane, Ethan y William, mas divertidas.

  • Sinfin de Martin Caparros

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    Sinfin es una distopia hiperbolica que orbita alrededor de la gran obsesion humana: la inmortalidad. Una novela en la que el escritor y periodista argentino Martin Caparros combina lo mejor de la escritura periodistica y la ficcion.

  • La batalla de Teruel de David Alegre Lorenz

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    La batalla de Teruel, por su magnitud y virulencia, constituyo un punto de inflexion en la Guerra Civil espanola. Esta obra ofrece, a traves de la experiencia de civiles y combatientes, testimonios orales y documentacion de archivo, una vision inedita y novedosa sobre uno de los acontecimientos belicos clave de la guerra en Espana.

  • Deseo salvaje (Gargolas 1) de Eva Mcberry

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    El dia empezo como cualquier otro: me levante poco antes del amanecer, tome un desayuno rapido con los demas sirvientes del castillo y nos preparamos para empezar nuestro trabajo. Me tocaba subir a atender a lady Siena, asi que antes de entrar me mire al espejo para comprobar que estuviera impecable, como a ella le gustaba. Lady Siena siempre criticaba a todo el mundo; para ella, nada es perfecto. No se cansaba de decirme lo horrible que me quedaba el uniforme. Parecia que le encantaba hacer que los demas se sintieran inferiores en su presencia. Aun asi, me arregle un poco para que no pudiera molestarme tanto. Mis ojos verdes parecian cansados, ya que la noche anterior habia estado despierta hasta tarde. Me recogi mi cabello castano en un mono alto y estire un poco el mandil de mi uniforme. Llego la hora de subir. --Llegas tarde --me dijo Alexa, otra criada como yo--. Lady Siena ya se esta vistiendo. --No es tan tarde, se ha levantado mas temprano. ?Pasa algo? Ella puso los ojos en blanco. Parecia fastidiada. --?No lo recuerdas? Hoy se va todo el dia al castillo de Lady Davina. --Oh... Es verdad. --Lady Davina era la mejor amiga de mi senora. Habia olvidado que hoy era su cumpleanos. --Lo bueno es que se va hasta manana. Hasta entonces no veremos a la bruja esa. --Sonrio y yo le correspondi. --Al menos sera un descanso, ya me tiene... No pude continuar; la puerta de la habitacion de Lady Siena se abrio de golpe y ella aparecio ya arreglada para su fiesta. Alexa y yo hicimos una reverencia de respeto. Ella nos miro y fruncio el ceno. Avanzo para pasar justo entre nosotras. --Quitate de mi camino, Williams --me espeto con desprecio--. No quiero pisar basura. --Me mordi la lengua. Aunque ya estaba acostumbrada a esos insultos, siempre dolian. Me movi a un lado y, aun asi, Lady Siena piso la parte baja de mi vestido--. !He dicho que te quites, inutil! --grito molesta. --Lo lamento, milady --dije sumisa, ya que sabia que le gustaba que le hablaran asi. --Callate, no te he dado permiso de que me dirijas la palabra. --Ni siquiera en un dia de fiesta cambiaba de humor. Dios, no tenia ni veinte anos y ya parecia una vieja amargada. No la entendia. --Milady, ?alguna indicacion durante su ausencia? --pregunto Moira. Ella era el ama de llaves, apenas la habia visto llegar. --Solo aseguraos de que todo este en orden. Me imagino que ya esta listo mi carruaje. --Por supuesto, milady. No se preocupe. --Perfecto. Y vosotras, trabajad. No quiero parasitos en mi castillo. Permaneci inclinada y agache la cabeza con sumision mientras ella avanzaba. Cuando salio de la habitacion, al fin Alexa y yo suspiramos tranquilas. Todos en el castillo McCord odiabamos a lady Siena, pero solo nos tocaba aguantar. Y como dice la gente, cuando el gato se va, los ratones hacen fiesta. Apenas escuchamos el carruaje de lady Siena alejarse, todos nos relajamos. Fuimos libres para arreglar las cosas a nuestra manera, conversar y reir. Solo nos conteniamos cuando Moira pasaba cerca, esa mujer amargada. Me parecia que el dia seria normal como cualquier otro, excepto por la ausencia de la senora del castillo. Llevaba un ano trabajando aqui y, aunque es vivir en tension constante, no podia quejarme de mi suerte. Lady Siena era un monstruo a veces, pero al menos tenia una cama, comida y ropa limpia. El resto de aldeanos de Abercrombie no tenian la misma suerte. Odiaba como me trataba, y aun asi estaba agradecida. El castillo McCord quedaba en lo alto de una colina, desde la que se podia ver todo el valle. No sabia cuantos anos tenia este lugar, pero si que era muy antiguo. Habia escuchado que estaba en pie desde hacia quinientos anos, tal vez mas. Lady Siena era la heredera, pero le rendia cuentas a alguien mas, alguien que le daba el dinero para mantenerla. Nunca lo habia conocido, pero imaginaba que debia ser su padre. Al llegar la noche todos cenamos tranquilos. Es increible como se relajaba la servidumbre sin la presencia de esa odiosa mujer. Se creia mucho solo porque era hermosa y rica, pero sin todo eso no era nadie. Creia que tenia derecho a pisotearnos a todos, y no teniamos mas opcion que aguantarnos y acatarlo. Lo malo era que, al amanecer, empezaria otra vez la aburrida rutina. !Que rapido se iba el dia! Fui a la habitacion que compartia con Alexa y charlamos sobre la fiesta del pueblo de la proxima semana. Teniamos planeado ir con nuestras mejores galas, que no eran gran cosa y ni siquiera parecian nuevas. Alexa tenia un novio llamado Ewen, un chico que trabajaba en la mina. A mi me pretendia Scott, el capataz. A veces me parecia guapo, pero la gente decia que era un patan. Quiza lo fuera; a mi no me gustaba de verdad. Mama insistia en que debia aceptarlo porque era el mejor partido que tendria. Puede que fuera cierto, pero yo no queria eso para mi vida. Queria amar al hombre con el que me casara. Queria amor, pasion, locura. Y si, estaba sonando mucho. Nos dormimos, ya agotadas. Pero entonces ocurrio algo extrano. Me desperte de madrugada y estaba lloviendo. Una tormenta. Era extrano, porque el cielo habia estado despejado todo el dia. Serian poco mas de las tres de la madrugada, o eso creia. Intente dormir, pero un rayo impacto cerca del castillo. Alexa parecia imperturbable; ella ni se dio cuenta. Las tormentas nunca habian de mi agrado. Ahora me incomodaban, pero cuando era nina me daban miedo. No iba a poder dormir esa noche. Cerre los ojos, esperando conciliar el sueno, pero de pronto la cosa empeoro. Algo cayo en el techo. Algo duro como una piedra. <>, pense. Lo peor fue que hasta me parecio escuchar pasos, pero no eran normales. Duros, pesados. Bien... esto era muy extrano. Tenia dos opciones en ese momento: quedarme en cama o ir a ver que rayos pasaba. Dude bastante rato y, como no podia dormir, finalmente sali a ver que pasaba. Cogi un candelabro y encendi las velas. Camine por los pasillos del castillo. Todo estaba oscuro y no habia ni un alma fuera. Empece a asustarme. Que tonta era; no tenia que haber salido. Ya no escuchaba los pasos pesados, asi que quiza fue solo mi imaginacion. Me di la vuelta, dispuesta a volver a mi cuarto, cuando de pronto vislumbre uno de los balcones del castillo. Por poco se me cayo el candelabro; no podia creer lo que estaba viendo. Ahi fuera habia algo que jamas en la vida habia visto. Enorme, grueso, con grandes alas. Era una especie de hombre de piedra, o eso me parecio de espaldas. Sabia que tenia que huir, por lo que retrocedi un paso. Y en ese preciso instante, aquel ser se giro. Yo lance un grito y me eche a correr despavorida, justo en el momento en que mis ojos se cruzaron con los suyos. Eran azules y brillantes. Nunca habia sentido una mirada tan intensa. No pude dormir, me quede en cama temblando, pensando que esa criatura vendria a por mi. Fui la primera en levantarse. El castillo dormia y la lluvia habia parado, apenas estaba aclarando el cielo. Camine a la despensa para buscar huevos que freir, pero ya no quedaba ninguno. Tendria que salir al almacen un momento. Abri la puerta y solte un grito de sorpresa. No estaba sola: habia un hombre recostado en el suelo y al parecer estaba herido. Me quede pasmada viendolo y por un instante no supe que hacer. Entonces el abrio los ojos y me devolvio una mirada azul intensa que se me hizo muy familiar. Mi cuerpo estaba temblando... Capitulo 2 Keitan La noche habia sido terrible. Aunque volver a mi hogar en Abercrombie estaba dentro de mis planes, no imagine que seria de esta manera. Las cosas entre nuestra comunidad se habian puesto tensas, muy peligrosas en realidad. Por eso tenia que volver, ahora proteger a Siena debia ser una de mis prioridades. Todo se precipito cuando me atacaron. No los conocia, pero de lejos me parecieron dos mequetrefes debiles que alguien de mi categoria podria vencer con facilidad. Error mio, no debi confiarme. Acabe a duras penas con uno de ellos, pero el otro me persiguio por los cielos. Me amenazo, dijo que iria por Siena y la destrozaria. Entre en panico y por eso me adelante para llegar al castillo y vigilar que ese miserable no la tocara. Para mi alivio, Siena no estaba en el castillo, asi que solo quedaba esperar a ese miserable para hacerle frente y acabar con el. Lo vi llegar a lo lejos, a pesar de la lluvia su silueta era inconfundible. Enormes alas, rostro fiero. Esa gargola iba pagar la osadia de amenazarme. Vole hasta el y luchamos. Admito ahora que despues de siglos de sentirme invencible, senti una especie de emocion de que me tocara un rival a mi altura. Lo derrote, pero no sali ileso de aquello. Ni siquiera tuve la fuerza suficiente para esconder su cadaver. Mi cuerpo tampoco mantuvo la forma de gargola, era demasiada energia. Volvi a mi cuerpo humano, que aunque era mas blando y debil, al menos se recuperaba mas rapido. Solo tendria que aguantar un poco el dolor, pero era mejor asi. Era preferible que algun aldeano viera a un hombre herido, no a una bestia sangrando. Mis heridas se iban regenerando poco a poco mientras trataba de llegar a mi castillo para descansar alli. Subi la colina a paso lento mientras intentaba cubrir la herida de mi vientre. Podia sentir como se iba cerrando, aunque aun faltaba para eso. No moriria desangrado, por suerte. Camine hasta la parte trasera; queria entrar con discrecion y no armar alboroto. Crei que lo lograria, pero el cansancio me vencio y cai rendido justo antes de pasar a la cocina. Maldita sea mi suerte. Quiza era mejor que me quedara ahi un momento, el hormigueo de mis heridas regenerandose era cada vez mas intenso, solo tendria que dejar que mi cuerpo hiciera su trabajo. Cerre los ojos, pero poco despues senti algo, un grito quiza. Habia alguien ahi, frente a mi. Pude sentir su presencia y su aroma. Era un aroma dulce que se me hizo familiar por alguna razon. Olia delicioso. Aquello era pureza, dulzura, feminidad. A pesar de lo cansado que estaba, abri los ojos y la mire. Oh... era ella. La mujer que vi anoche en el castillo mientras esperaba a mi rival. Anoche estaba oscuro, pero aun asi percibi sus hermosos ojos. En ese momento senti deseos de ir hasta ella, pero el deber de proteger mi raza fue mas fuerte. Ahora al fin la tenia al frente. Una muchacha, al parecer una sierva de mi castillo. La mire sin parpadear. Su aroma de mujer me fascino. Oculta tras ese traje de criada habia una muchacha exquisita que encendio mis sentidos. Estaba herido, era cierto, pero me sentia duro. Ella tambien me miraba impactada. Sonrei. A pesar del dolor que sentia, verla era un placer. Al fin, aunque timida, la muchacha se acerco a mi. --Dios mio… ?Se encuentra bien? ?Necesita ayuda? --Estoy herido --conteste al fin. Ella asintio y se agacho a mi lado. Vio mi herida y abrio los ojos como platos. --?Puedo? --me pregunto. Queria ayudarme, asi que yo asenti. --Puedes tocarme. --No pretendi sonar atrevido, pero ella lo interpreto asi y enrojecio. Despues de unos segundos, la muchacha aparto la tela de la camisa que use para cubrir la herida. Rasgo un pedazo de su pulcro mandil blanco y lo puso ahi. Sentia sus manos temblorosas, la estaba poniendo nerviosa. --Tengo que limpiar la herida. --Y yo necesito recuperarme. Tengo que entrar al castillo. --?Que? No... es que no puedo hacer eso. Trabajo aqui, pero no puedo meter gente. Lady Siena me echaria a patadas. --Ella no tiene que enterarse, ?verdad? --Le guine un ojo. No quise contarle en ese momento que yo era el conde del castillo. Su nuevo senor. Se enteraria luego; la prioridad era curarme y descansar. --No lo se, yo no lo conozco. ?Y si es un ladron? --Me conoceras bien luego, te aseguro que jamas le haria dano a una mujer. Mucho menos a una tan bella. --Enrojecio otra vez y me percate de que asi se veia mas hermosa. Su arrebatadora inocencia me maravillo. --Lo ayudare, pero en cuanto se recupere tiene que irse del castillo. No puedo arriesgarme a perder mi empleo. --No lo haras, te lo aseguro. Conozco a lady Siena, soy un pariente muy cercano. --Ella abrio la boca, sorprendida. Esperaba haberla convencido. --Bien, venga conmigo. Trate de no hacer ruido. --Por cierto, preciosa, ?cual es tu nombre? --Aurora. --Aurora... --repeti, y ella sonrio. Que delicia de nombre. Me ayudo a ponerme de pie. Hice un esfuerzo por sostenerme y di gracias por sentirme ya mejor. Ese pequeno descanso me habia servido de mucho. La rodee con un brazo, ella me sostuvo mientras me conducia al interior del castillo. Miraba todo con discrecion y curiosidad, las cosas no habian cambiado mucho desde la ultima vez que estuve aqui. Aurora me llevo hasta la zona donde solia dormir la servidumbre. Abrio la puerta y entre a la que debia ser su habitacion. Al pasar, otra muchacha nos vio. Estuvo a punto de gritar de sorpresa, pero logro contenerse. --Aurora, ?quien es este hombre? --Ayudame y luego te cuento --contesto ella. La otra muchacha parecia confundida, pero al verme herido simplemente decidio apoyar a su companera. Me acomodaron en la que distingui como la cama de Aurora, gracias a que todo estaba impregnado de su delicioso olor. --Gracias --murmure yo. La chica asintio despacio y Aurora tiro de ella para llevarla a un lado. --Ahora mismo vuelvo --me dijo Aurora, y arrastro a la otra chica fuera de la habitacion. --?De donde has sacado a ese hombre? --le pregunto la otra criada. Hablaba en voz baja, suponiendo que no las escucharia. Claro, si yo fuera un hombre comun y corriente eso seria posible. Pero yo no soy humano. Puedo escuchar mas de lo que se imaginan. --Lo encontre herido fuera, necesita ayuda. Dice que es amigo de lady Siena, asi que... --?Y tu te lo has creido? Seras estupida. Van a echarte de aqui por dar cobijo a extranos. --Eso no pasara. Lady Siena aun tardara en llegar, asi que solo tienes que guardarme el secreto. ?Cuento contigo, Alexa? Por favor... Despues de unos segundos de duda, la chica contesto: --Solo por esta vez, nadie puede darse cuenta o nos echaran a las dos. --Gracias. Necesito agua tibia, tambien algo para curar esa herida. ?Puedes ayudarme con eso? --Esta bien. Tu quedate con el, enseguida vuelvo. --No tardes --le pidio Aurora a su amiga. Luego escuche los pasos de esa Alexa alejandose de la habitacion. Sonrei ante la idea de quedarme a solas con Aurora en su cama. Vaya, vaya. Apenas la conocia y ya estaba en una situacion comprometedora con una criada. Aurora volvio a la habitacion, cerro la puerta con cerrojo y avanzo hasta quedar a mi lado. La herida seguia cicatrizando, pero tenia la piel cubierta de sangre seca. Cuando ella la limpiara, se daria cuenta de que la herida que tenia ya no existia. ?Que iba a decirle? No me quedaba mas remedio que improvisar. --Eh... Bueno..., Alexa guardara el secreto --dijo algo nerviosa--. Voy a limpiarle la herida, pero le advierto que si necesita otro tratamiento no podre hacerlo. No se nada de medicina. --No creo que sea necesario --conteste sin dejar de mirarla. --Tengo que... --?Quitarme la camisa? --Ella asintio, enrojeciendo otra vez--. Hazlo, no pasa nada. No voy a comerte. --Sonrei. Deberia calificar eso como mentira piadosa. Queria comermela, pero en un sentido delicioso. Con sus finas y temblorosas manos, Aurora se acerco para quitarme la camisa. Pronto quede desnudo de la cintura para arriba. Mi sonrisa se amplio cuando me di cuenta de que le estaba ofreciendo un espectaculo que estaba disfrutando. Cuando llamaron a la puerta, Aurora fue a abrir rapidamente y dejo pasar a una apresurada Alexa. Ella tambien me miro y enrojecio. ?Que podia hacer? Normalmente causaba este efecto en las mujeres, no podia evitarlo. --Aqui tienes, ?lo haras tu? --le pregunto Alexa. --Si, yo me encargo. --Aurora puso el recipiente con el agua a un lado de la cama, en una pequena mesa. Cogio un pano limpio, lo humedecio, y empezo a limpiar la sangre seca de mi herida. Para ese momento yo ya no tenia heridas visibles, mi cuerpo las habia regenerado. Aun estaba agotado y necesitaba recuperar las energias, pero ya nada era de gravedad. Tal como imagine, Aurora se sorprendio al no ver ninguna herida. --?Que ha pasado con...? --pregunto confundida. --Magia --le dije, bromeando, aunque hablaba muy en serio. --Que raro... --dijo extranada--. Por cierto, ?como te llamas?

  • La casa del almendro, Laura Mcveigh de Laura Mcveigh

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  • La isla del poeta de Jordi Sierra I Fabra

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    Isa tiene diecinueve anos y un deseo: conocer al poeta cuyos libros salvaron su vida en la adolescencia, ver al hombre cuyos versos la animaron a luchar cuando estuvo frente a la muerte. Pero ese poeta, Isaac Estruch, lleva veinte anos retirado en una pequena isla de las caribenas aguas de Cartagena de Indias, en Colombia. Encerrado alli, sin querer ver a nadie, Isaac es un ermitano con fama de irascible. Pese a todo, Isa cruza el Atlantico y se planta frente a su cabana.

  • Las probabilidades de enamorarse de Grover Cleveland de Rebekah Crane

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    Zander y Grover, un campamento de verano y una amistad que les unira para siempre.

  • Leo quiere a Aries (Signos de amor 1) de Anyta Sunday

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    Alguien nuevo entrara en tu vida a principios de ano, Leo. Puede que te sientas frustrado, pero tendras que ser positivo y reirte, porque este podria ser el comienzo de una bonita amistad.

  • Vacaciones en el Caucaso de Maria Iordanidu

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    En julio de 1914, cuando Ana partio de Constantinopla con destino a Rusia, dejo atras la digna Constantinopla del siglo pasado. La Constantinopla de su abuela y de su madre. La Constantinopla de los movimientos lentos de los cocheros y de los estibadores, y tambien del barrio europeo donde la sombra de las abuelas aun planeaba por encima de las cocinas con los braseros y las hachuelas de destazar. Aquella era la epoca en que la Virgen extendia su mano y paraba la lluvia cuando Loxandra hacia la colada. <>, decia Loxandra, y en Constantinopla ese dia no caia ni una gota de lluvia. En agosto de 1920, cuando Ana volvio de Rusia, paso del medievo al siglo XX de un solo salto. La plaza de Karakoy estaba abarrotada de militares ingleses y franceses, de soldados griegos, de refugiados rusos, de judios, levantinos[1] y griegos que habian amasado su fortuna recientemente. Los estibadores y los arabadzides habian desaparecido... Ahora circulaban... !automoviles! En las angostas callejuelas de Galata, los camiones del ejercito frances bocineaban hasta dejarte sordo y eran capaces de matar a la gente con tal de rebasar a los vehiculos ingleses que corrian como omnipotentes angeles del cielo... !Ay de los derrotados! Nous avons gagne la guerre..., cantaba la Madelon de la victoire[2] invitando a cervezas en los bares y en los grill rooms que habian proliferado por todos lados como champinones. Ya ni en la confiteria de Retzepis se podia entrar porque frente a su puerta habia apilados un monton de barriles de cerveza vacios. Uno que se parecia al gobernador general de la provincia de Astracan deambulaba por el puente de Galata con una bandeja en las manos vendiendo pirozhki. Tres Johnnies ebrios, frente a la panaderia de Karakoy, querian golpear al bugatsero porque no vendia whisky. Los organillos, con banderitas griegas clavadas entre las flores de papel que enmarcaban el retrato de Pulu, tocaban melodias patrioticas como <>.[3] !Fotografias de Elefterios Venizelos en los cafes![4] Y por doquier, la gente entonaba al unisono el largo camino a Tipperary...[5] En Pera,[6] ahi donde esta el hotel Londres, era imposible pasar, porque una decena de soldaditos jovenes se habia puesto a media calle a bailar un kalamatianos. Y en la avenida principal el transito estaba detenido porque los escoceses, ataviados con pieles de leopardo, desfilaban tocando sus gaitas y golpeando sus tambores. El hotel Tokatlian daba la impresion de un cadaver hinchado que acabo por reventar. Frente a sus puertas pululaba un hervidero de gusanos: empresarios, agentes extranjeros, traficantes de droga, proxenetas y prostitutas de todos tipos. Un lujo desvergonzado, una juerga enloquecida, !un carnaval! La gran ramera de Babilonia, vestida de purpura y escarlata y adornada de oro, se paseaba por las calles de Pera y de Galata. Ochi chiorniye...[7] sonaba una y otra vez en los cafe-chantant. <>, cantaban las aristocratas rusas vendiendo sus ultimos diamantes para pagar el espumoso vino. Levantinas y judias de Avanos y Tahtakale llevaban velo y se hacian pasar por turcas, porque habia demanda de colorido local y las turcas de verdad se habian escondido. Un negro senegales del regimiento de Mac Mahon se comio la teta de una gran duquesa rusa. Y dos bailarinas del Bolshoi, de puro miedo, sufrieron convulsiones frente al Galatasaray.[8] A Ana le daba vueltas la cabeza. Arrastrando los pies, intentaba subir la cuesta de Akartsa preguntandose: <>. En lo que llegaba a Tatavla, cayo la noche. Las ventanas de las casas comenzaron a encenderse paulatinamente. Habia muchas puertas abiertas y gente sentada afuera, tomando el fresco. Algunos eran conocidos, pero nadie la reconocio. Como una sombra venida de otro mundo, Ana fue pasando frente a ellos, hasta que llego a la iglesia de San Demetrio y dio vuelta a la izquierda. Al cabo de muy poco fue a dar frente a la casa de la tia Agatho, donde estaba segura de encontrar a su mama. Miro hacia arriba, todo estaba oscuro. Se detuvo un momento, los dientes apretados, la frente perlada de sudor, <>. <>. Un gato se froto contra su pierna. Un gato gris. Un gato peludo como el Aslan que tenian. Como el As... !Aslan! --!Aslan! !Aslan!--exclamo Ana llorando--. Aslan querido, ?donde esta Dick? ?Donde esta nuestro perrito? ?Se murio? Una ventana del primer piso se abrio y se oyo un <>. Cuantos anos hacia que Ana no habia oido ese <> de la tia Agatho. Y segundos mas tarde la voz histerica de su mama: --!Me voy a volver loca! !Sostenedme! !La nina! Dos ventanas se iluminaron. Una puerta rechino. La escalera de arriba crujio. Porque asi era esa escalera, crujia. <>, penso Ana, y sabia que en cuanto alcanzaran el pie de la escalera, tropezarian con la mesita en la que esta el jarron chino y comenzarian a discutir. Lo dicho, ya empezaron. --Pero mujer, !que mania la tuya de poner esta mesita aqui! !Un dia nos vamos a matar! Y la tia Agatho: --Pero si su lugar es este, ?donde quieres que la ponga, Klio? El lugar de la mesita era ese, cerca de la escalera. El lugar del taburete pequeno, frente al sillon de terciopelo. Y cuando te sentabas en el canape, no tenias taburetito para los pies. Y es que en las casas, cada objeto tiene su lugar, porque cuando Dios hizo las mesitas y los taburetes y todo lo habido y por haber, lo coloco, en su inmensa sabiduria, tal y como luego lo encontraron las amas de casa en sus hogares. Y las amas de casa, todas, son iguales. Los zares pueden ser derrocados en Rusia, la faz de la tierra puede cambiar, pero a Varvara Vasilievna le sigue mortificando que caiga agua en su sillon de raso--ese sillon que unos dias despues seria lanzado por la ventana junto con sus otros muebles y acabaria, cojo, en la acera--. Y Praskovia Afanasievna, con tal de no perder ninguno de sus enseres domesticos, decidio quedarse en su casa, que estaba en la zona del fuego, y acabo quemandose viva. Lo mismo podria haberle ocurrido a la tia Agatho, y a su mama... Pero no, ahi estaban, tal como las dejo. --!Que no te me adelantes, te digo! Detras de la puerta discutian por quien cogeria primero la llave, quien levantaria primero la tranca. <>. <>. Algunas palabras resuenan como un semantron en el oido,[10] como una voz venida de otro mundo. De un mundo que ya no existe, y runrunean nostalgicas en el mundo que empieza. 2 El primer mundo de Ana habia sido el entorno festivo y hogareno de su casa constantinopolitana. Personas ahitas, de buen corazon, sencillas. Una fiesta ininterrumpida habia sido aquella primera vida suya, siempre pegada al delantal de su abuela Loxandra, y dentro de su cocina. ?Que necesidad tenia de los juguetes de pacotilla del Bon Marche si todo lo habido y por haber en su casa estaba a su disposicion? <>. !Que no harian! ?Abrir los atadijos de las telas y encontrar un trapito para coger las ollas calientes, o limpiar las rosas para hacer mermelada, o tenir los huevos y amasar la harina para los tsurekis de Pascua, o ir a Therapia[11] a felicitar al tio Kotsos que hoy celebra su santo? Cada ano en verano iban al campo, a Halki. Mas tarde, cuando la familia se instalo por un tiempo en el Pireo, ya no tenian necesidad de ir al campo porque su casa estaba sobre el mar, en Kastella. !Ah, que bonitos anos aquellos que Ana vivio en el Pireo! Aunque... ?y que me dices de los anos del colegio, cuando regresaron a vivir a Constantinopla? ?Eh? Esos anos fueron felices entre los mas felices. Tan felices que uno lamenta que hayan pasado. Otros tres anos asi de dichosos le quedaban a Ana por delante hasta terminar el colegio. Y luego se habria ido a estudiar a la universidad si no hubiera llegado aquella fatidica carta desde Batumi. La carta que partio su vida en dos. Por lo general, en su casa, una carta de Batumi era sinonimo de pelea, porque Ana estaba obligada a contestar. Y es que en Batumi vivia el hermano de su madre, el que las mantenia. --Que escribas, te digo--ordenaba Klio. Ana se sentaba con la pluma en la mano y dibujaba un gallito en el papel secante. --Ana, he dicho que escribas. --?Y que le digo? --Dile que le pides a Dios que nos reste dias de vida a nosotras para darselos a el. --!Y un cuerno! Y acto seguido comenzaba la pelea. Ana no era desagradecida y sabia muy bien que el tio Alekos, el que vivia en la Santa Rusia, era quien pagaba un monton de liras para que ella pudiera estudiar en el colegio; era quien antano --es decir, antes de que se casara con la tia Claude, que lo manejaba a su antojo--mandaba caviar y tambien iconos recubiertos de oro, y aquellas cucharitas y vasitos rusos banados en oro y con el aguila bicefala del zar estampada. <>, aprendio a decir Ana de su abuela, y al Paraiso se lo imaginaba ahi, en Rusia, donde todo era grande y abundante, donde todo era interminable, todo, incluso las horas. <>, le decia Loxandra al verdulero cuando este se demoraba. Ana veia al tio Alekos en aquel Paraiso ruso como a un dios. El dios terrible de Abraham y de Isaac, al que habia que cantar himnos con panderos y danzas, con laudes y flautas para ganarselo, porque aunque por un lado ofrecia la Tierra Prometida, por el otro no se lo pensaba mucho para pedir un sacrificio de sangre. Cada ano, cuando se acercaba septiembre, Ana lo pasaba fatal hasta que llegaba la noticia de que la matricula del colegio habia sido cubierta. En cuanto a la universidad, que le habian prometido para despues, Ana estaba dispuesta a hacer por ella todos los sacrificios del mundo. Si hubiera tenido el arpa de David o los cimbalos de Jerusalen, quiza habria podido producir el ruido necesario para expresar su agradecimiento, pero teniendo unicamente la pluma le era imposible. Y, por eso, siempre habia pleito. ?Que le podias escribir o que le podias decir a una persona a la que no habias visto mas de tres veces en tu vida y de la que corrias a esconderte debajo de alguna mesa o detras de algun ropero cada vez que aparecia? La ultima vez que ese tio habia ido a su casa habia traido con el a su mujer para que besara la mano de la abuela, es decir, de su madre, Loxandra. La mujer que el tio Alekos habia tomado por esposa se llamaba Claude y era francesa, una francesa muy delgada que entro en la casa como un huracan y la recorrio completita, por dentro y por fuera. Queria verlo todo, queria saberlo todo. Cuanto aceite se usaba para la comida, cuanto dinero se le pagaba a la sirvienta, por que vivian en esa casa situada en la calle principal de Pera y no se iban a vivir a una casa mas economica. Por que tenian animales. Los animales son portadores de microbios. Habia que deshacerse de ellos. A Aslan, el gato, que por aquel entonces tendria un ano, no le vieron el pelo durante todos los dias que duro la visita de la tia Claude. Se iba muy temprano por la manana y volvia muy tarde por la noche para guardarse bien guardadito en la cocina. A Dick, el perro de Ana, hubo que amarrarlo porque cada vez que veia a la tia Claude grunia. La abuela, que ya no salia de su recamara y que apenas oia, no se percato de nada de todo aquello. A sus noventa anos, ?que sentido tenia decirselo y mortificarla? En cuanto aquellos huespedes se fueron de la casa, el mundo entero respiro aliviado. <>, dijo la madre de Ana apenas cerrar la puerta detras de ellos. Y desde entonces el nombre de la nuera fue <>. El tio Alekos era <> y la culpa de todo la tenia <>. --Estas son maquinaciones de aquella--volvio a decir Klio en cuanto termino de leer la fatidica carta, y estaba a punto de romperla cuando Ana se la arrebato de las manos. Da vertigo pensar de que cosas tan pequenas depende la vida del hombre. Si Klio hubiese roto la carta aquel dia, !que distinta habria sido la vida de Ana! Pero ?quien iba a saber? <>, dicen. Y asi es. La carta era una invitacion a Ana para que hiciera un viajecito de placer a Rusia, un viajecito de un mes. Es decir, hasta que la escuela abriera sus puertas a principios de septiembre. Ana podria tomar rapidamente el Sicilia de la Lloyd Triestino, cuyo capitan era amigo de su tio Alekos. Su madre la embarcaria en Constantinopla y el capitan, personalmente, se la entregaria a la tia Claude en Batumi. La tia Claude, decia la carta, la estaba esperando para recorrer juntas el Caucaso y visitar a una pariente que vivia en el norte, en una ciudad llamada Stavropol.