libro la cancion de auschwitz
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libro la cancion de auschwitz - Francisco Javier Aspas
https://gigalibros.com/la-cancion-de-auschwitz.htmlUna estremecedora novela que revela la posibilidad del amor en el campo de concentracion en el que se exterminaron cientos de miles de vidas y de suenos.
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la cancion de auschwitz un amor prohibido en el peor lugar ...
https://www.casadellibro.com/libro-la-cancion-de-auschwitz-un-amor-prohibido-en-el-peor-lugar-de-la-tierra/9788417248062/64532308 may 2018 — El libro LA CANCION DE AUSCHWITZ UN AMOR PROHIBIDO EN EL PEOR LUGAR DE LA TIERRA de FRANCISCO JAVIER ASPAS en Casa del Libro: ¡descubre las ...
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La canción de Auschwitz: 36 (Kailas Ficción) - Libros - Amazon
https://www.amazon.es/canci%C3%B3n-Auschwitz-Kailas-Ficci%C3%B3n/dp/8417248064Helena y su amiga Rivka, dos chicas judías de Eslovaquia, viajan hacinadas en un tren a una fábrica en Alemania junto a cientos de mujeres. Pronto descubrirán ...
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La canción de Auschwitz (Kailas Ficción nº 36) Versión Kindle
https://www.amazon.es/canci%C3%B3n-Auschwitz-Kailas-Ficci%C3%B3n-ebook/dp/B07BHVZX9FMirar en el interior de este libro. La canción de Auschwitz (Kailas Ficción nº 36) de [Francisco Javier Aspas]. Play Muestra de Audible.
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La canción de Auschwitz - La Historia en mis Libros
https://www.lahistoriaenmislibros.com/la-cancion-de-auschwitz/24 abr 2019 — «La canción de Auschwitz», de Francisco Javier Aspas, es la novela de la que os voy a hablar hoy. Sólo por el título ya podéis saber mucho, ...
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LA CANCIÓN DE AUSCHWITZ (Libro en papel)
https://www.popularlibros.com/libro/la-cancion-de-auschwitz_901412LA CANCIÓN DE AUSCHWITZ 16,06€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Una estremecedora novela que revela la posibilidad del amor en el campo de concentración ...
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La canción de Auschwitz Aspas Traver, Francsico Javier
http://www.interleo.es/libro-la_canci%C3%B3n_de_auschwitz-0460110006Interleo distribuidora de libros. ... Datos del libro. Opciones ... La canción de Auschwitz muestra la cara más siniestra del ser humano y los sentimientos ...
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LA CANCIÓN DE AUSCHWITZ - ASPAS FRANCISCO JAVIER
http://quelibroleo.com/la-cancion-de-auschwitzLA CANCIÓN DE AUSCHWITZASPAS, FRANCISCO JAVIER ... Helena canta una «canción prohibida» que cambiará su destino. ... Información del libro.
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LA CANCION DE AUSCHWITZ - FRANCISCO JAVIER ASPAS ...
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La canción de Auschwitz - Francisco Javier Aspas -5% en libros
https://www.fnac.es/a1636609/Francisco-Javier-Aspas-La-cancion-de-Auschwitz8 may 2018 — Basada en personajes reales y documentada de manera exhaustiva, La canción de Auschwitz muestra la cara más siniestra del ser humano y los ...
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Libro La canción de Auschwitz, Francisco Javier Aspas Traver ...
https://www.buscalibre.es/libro-la-cancion-de-auschwitz-kailas-ficcion-spanish-edition/9788417248062/p/50147726Libro La canción de Auschwitz, Francisco Javier Aspas Traver, ISBN 9788417248062. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.
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La Rosa y la esvastica de Francisco Javier Aspas
https://gigalibros.com/la-rosa-y-la-esvastica.htmlEva Braun, amante de Hitler, fue una figura misteriosa e inquietante. Esta biografia novelada arroja luz sobre un personaje a medio camino entre la realidad y la leyenda. En La rosa y la esvastica, Francisco Javier Aspas desentrana la vida de una mujer misteriosa que no encajaba en el estandar femenino nacionalsocialista: bebedora y fumadora (vicios que Hitler detestaba), amante del jazz y del foxtrot, caprichosa, embaucadora, celosa. Acabada la guerra, Werner Muntz, <
> de Eva Braun, declara como prisionero nazi en manos de los sovieticos. Asi, Muntz se convierte en el narrador que desvela los aspectos mas intimos del circulo personal de Hitler: los anos de esplendor en la atmosfera viciada del Berghof y la degradacion posterior, personal y colectiva, hasta el derrumbe total en el bunker berlines donde Hitler y Eva Braun se suicidaron. -
Lucky Jim de Kingsley Amis
https://gigalibros.com/lucky-jim.htmlJim Dixon se encuentra en una situacion delicada. No sabe si va a poder conservar su puesto de profesor de Historia Medieval en la universidad, ya que para ello tendria que publicar un articulo que le granjeara la admiracion de la academia. Y no solo eso:tambien ha de mantener una buena relacion con el profesor Welch, el jefe de su departamento, un hombre pedante y despistado que probablemente no olvide con facilidad que Jim proviene de una familia de clase media baja y que las altas esferas academicas no son precisamente su fuerte. Y todo esto mientras intenta conquistar a Margaret, una de sus companeras de trabajo que se esta recuperando de un intento de suicidio a causa de la ruptura con su exnovio. ?Le acompanara a Jim la suerte para conseguir sus propositos? Una nueva traduccion de la primera y aclamada novela de Kingsley Amis, que le valio el prestigioso Premio Somerset Maugham. Una satira de la vida universitaria britanica que, aderezada con una deliciosa y mordiente misantropia, constituye una de las obras mas inolvidables de la literatura comica britanica.
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La envidia de los mediocres de Roberto Martinez Guzman
https://gigalibros.com/la-envidia-de-los-mediocres.htmlEl dia de Nochebuena de 2019 la senora Alicia casi no abandono la cocina en ningun momento de la tarde. Primero sazono un majestuoso capon de Vilalba, luego troceo un par de lomos de bacalao ya desalados y, por ultimo, lavo con esmero una docena y media de vieiras. Cuando tuvo todo listo, respiro hondo e hizo un repaso mental del momento exacto en que debia poner a cocinar cada plato. A las siete meteria el capon en el horno, a las ocho, el bacalao y, un poco mas tarde y en cuanto este estuviese en su punto, le tocaria el turno a las vieiras. Justo en orden inverso a como serviria el menu en la mesa sobre las nueve de la noche. Segura de no haberse olvidado de nada, se acerco, con su andar torpe y las manos temblorosas, hasta la despensa para tomar los ingredientes que necesitaba para cocinar las distintas guarniciones. Todavia estaba troceando un buen taco de jamon cuando el senor Sabino entro en la cocina, encendio el televisor y se sento en un banco a descansar. Regresaba de acomodar a los dos cerdos y siete gallinas que la pareja mantenia en los establos. Se quito la gorra que cubria de un modo casi perenne su cabeza y miro con orgullo a la mujer con la que habia compartido los ultimos sesenta anos de su vida. Mientras tomaba un poco de aliento, se dio cuenta de que hacia mucho tiempo que no la habia visto tan ilusionada. Con voz carinosa, le dijo que iba a ducharse y que, en cuanto acabase, prepararia la mesa y cortaria los turrones para el postre. Ella le respondio con una simple pero acogedora sonrisa. Poco mas tarde, llegarian su hijo y su nuera desde Vigo y los cuatro se sentarian a la mesa. Durante la cena, hablarian sobre las novedades del pueblo, les preguntarian si habia nieve en el camino y, un ano mas y de manera recurrente, animarian a la pareja para que les hiciesen abuelos, aunque la realidad era que ya habian perdido toda esperanza de que eso pasase. Una vez que hubiesen brindado con cava y con la noche casi agotada, el senor Sabino insistiria, sin exito, en que se quedasen a almorzar al dia siguiente, mientras la senora Alicia se iria a dar los ultimos retoques a la habitacion de invitados. Justo en ese momento, la anoranza por la proxima Nochebuena los invadiria de nuevo. Sin embargo, ese dia nunca llegaria para ellos. Apenas unos pocos meses despues, los dos estarian muertos. Capitulo 1 Tomas me habia llamado la noche anterior y recuerdo que la conversacion fue menos distendida que de costumbre. Aunque no deje de intentarlo todo el rato, el no entro en ninguna de mis bromas y, despues de interesarse por como me encontraba, se limito a preguntarme si podia ir a visitarle a la manana siguiente a su despacho. Por supuesto, le dije que si, pero en cuanto colgue el telefono me di cuenta de que aquella era la primera vez en mucho tiempo que el parecia necesitar algo de mi y no era yo quien reclamaba de manera desesperada unos minutos de su tiempo para que me sacase de algun embrollo judicial. Supongo que el hecho de que un amigo necesite algo de ti nunca puede considerarse una buena noticia, pero reconozco que en aquel momento me hizo cierta ilusion. Aquella noche me acoste temprano y, al dia siguiente, a primera hora de la manana del martes, 11 de junio de 2019, cogi mi viejo Toyota y me dirigi sin perder tiempo a su despacho. Deje el coche en el aparcamiento subterraneo del final de la Gran Via viguesa, ascendi por la calle unos metros a buen paso y me presente delante de Clara, su secretaria, con mi mejor sonrisa. --Te esta esperando --dijo nada mas verme, a la vez que me senalaba la puerta del despacho. Como solia ser costumbre en ella, tambien amenazo con dejar caer alguna indirecta sobre mi situacion sentimental con una leve sonrisa en la boca, pero mi decision a la hora de entrar en el despacho de Tomas no le dio opcion a hacerlo. --Clara me ha dicho que pase --dije, a modo de saludo en cuanto abri la puerta. --Si, sientate. Cuando lo hice, Tomas bajo la mirada un segundo y luego la subio de nuevo, de manera perezosa y con semblante serio, como si no quisiera afrontar aquella conversacion. O para ser mas exactos, como si le costase desvelar el tema por el que me habia llamado. --Veras, la semana pasada enterramos a mi madre --dijo. Yo me quede inmovil y sin saber muy bien que decir. No solo porque no me esperaba la noticia, sino porque sentia verdadero afecto por los padres de Tomas. --Dios, es increible --acerte a decir pasados unos segundos, sacudiendo la cabeza--. ?No hace poco que murio tu padre? --Si, hace un par de meses, de un ataque al corazon. --Hombre, pues lo siento mucho. Lamento no haber ido a su funeral y tambien lamento no haberme enterado de su muerte. Ya sabes que nunca me paro a leer las esquelas del periodico, ni se me ha dado bien dar pesames. Soy un desastre para estas cosas. --No te preocupes. Pense en llamarte, pero al final decidi que no tenia sentido. Tu nunca has sido religioso y yo tampoco tenia ningun interes en sumar gente al funeral solo por aparentar. Podia entender el razonamiento. En Galicia hay una ley no escrita que dice que, cuando un familiar directo del difunto te llama para informarte del fallecimiento, adquieres la implicita obligacion de asistir a el. Y Tomas nunca habia sido de ese tipo de personas. --Es dificil de entender --continuo Tomas--. Se les veia muy bien, pero de un ano y medio a esta parte, habian sufrido un bajon enorme. Mi padre parecia cansado a todas horas, habian dejado de trabajar las fincas y en pocos meses paso de ser una persona activa a un anciano al que todo le costaba un esfuerzo enorme. Y mi madre, no se si estaba preocupada por el o que, pero tampoco parecia ser la misma. Luego, poco despues de la semana santa, se lo encontro muerto en la finca y creo que nunca llego a superarlo. Sandra y yo la intentamos convencer para que se viniese a vivir con nosotros, pero resulto imposible. No quiso dejar la casa, ni deshacerse de los animales que habian conservado cuando dejaron las fincas. Ya ves, un punado de gallinas y un par de cerdos. Pero por mucho que insistimos, no conseguimos que se separase de ellos. Salia todos los dias por la manana temprano para darles de comer y limpiarlos, como si los necesitase para subsistir. Me imagino que le recordaban a mi padre, o que necesitaba tener algo que hacer para sentirse util. --Bueno, tus padres eran mayores. No se, creo que las personas que son activas intentan no parar nunca, pero acaba por llegar un dia en el que se sienten mayores. Y ese dia marca un punto de decadencia, mas acusada cuanto mas tarde se produzca. Quiza fue lo que les ocurrio a ellos. --Es posible, pero te confieso que no esperaba que su decadencia fuese asi de rapida. --?Como murio tu madre? --Se tropezo, o se resbalo en las escaleras, y se desnuco. Al menos, eso fue lo que me dijo la Guardia Civil. Sostienen que se cayo por ellas y se golpeo la cabeza con el final de la balaustrada. Estuvo tirada en el patio tres o cuatro dias. Con el sol y demas, cuando la encontraron, el cuerpo ya presentaba los primeros signos de descomposicion. --Vaya, lo siento, eso nunca es agradable de escuchar. --No te preocupes. --?Quien la encontro? --Spielberg. --?Spielberg? --Si. Spielberg. Hacia tiempo que no me acordaba de el. En nuestra adolescencia y cuando Tomas y yo estabamos en las categorias inferiores del Celta, algunas vacaciones de verano las pase con el en Fonsagrada. Las recuerdo con especial carino. En la salvaje y heterogenea pandilla que habiamos formado, podria decirse que a Spielberg le reservamos el papel de mascota. Era primo hermano de Tomas, hijo de una hermana menor de su padre, y se prestaba a ello como ninguno. Por entonces, era el mas pequeno de nosotros y tenia cuatro o cinco anos menos que yo, por lo que en la actualidad estaria en los treinta y ocho o treinta y nueve anos. Todos hemos conocido a un Spielberg durante nuestra juventud, ese nino pequeno, con la cara llena de granos e introvertido, incapaz de encajar en algun grupo. No le gustaba a nadie, pero no tanto como para llegar a odiarlo, por lo que lo asumiamos como una especie de molestia con la que cargar. Quiza por eso construyo una especie de fachada hacia el exterior consistente en un vestuario extravagante y una pose de intelectual de andar por casa, a la vez que proclamaba a los cuatro vientos que iba a dedicar su vida al septimo arte. Decia que algun dia seria un director famoso y por eso llevaba siempre consigo una antigua y rudimentaria camara con la que grabar cualquier instante interesante, aunque casi siempre escogia los momentos mas inoportunos para nosotros. Tal era su obsesion que acabamos por llamarle Spielberg, toda vez que por aquella epoca y despues de haber ganado un Oscar por E. T. , el bueno de Steven Spielberg hizo un nuevo intento con El ultimo emperador. En esa ocasion se habia quedado sin estatuilla, pero como en las dos habia un nino protagonista, en la pandilla sosteniamos que los responsables de la Academia debian de estar planeando crear un premio al mejor nino y, una vez instaurado, el se lo llevaria ano tras ano. La broma se arraigo en nosotros durante todo el verano y, cuando quisimos darnos cuenta, habiamos metido a nuestro molesto companero en ella para preguntarle su opinion por la decision o mandarle a descubrir un nuevo nino prodigio cuando nos cansaba mucho. Como era primo de Tomas, no podiamos excluirlo de nuestro grupo y sobrellevabamos la carga de la mejor manera posible. El verdadero nombre de Spielberg era Norberto, asi que el apodo le vino como caido del cielo y, de hecho, creo que el fue el mas feliz por el cambio. --?Por que la encontro Spielberg? --le pregunte a Tomas. --Pues porque estaba viviendo con mis padres desde hacia un par de anos. Mis tios viven en Madrid y a el no le gustan las grandes ciudades, dice que le agobian las prisas y el trafico intenso. Ademas, creo que ellos pensaban que necesitaba un cambio de aires, porque Spielberg no dejaba de matricularse en todos los cursos de cine que encontraba. Hizo uno en Lugo y despues incluso se marcho a Bilbao a estudiar otro y, cuando acabo, ya no quiso volver a Madrid. Dijo que preferia quedarse con mis padres y su madre tuvo que hablar con mi padre para que lo acogiese. Se suponia que solo seria una temporada, pero al final se instalo alli y ya no regreso a casa mas que en navidades. --?Y en el pueblo no se aburre? --Eso es lo que podria pensarse, pero lo cierto es que da la sensacion de que incluso le gusta. Aun sigue en la casa y ahora no se que hace, pero hasta que murio mi madre, se levantaba por las mananas temprano, desayunaba con ella y luego se iba a dar una vuelta por los alrededores con la camara. Otras veces cogia el coche y se marchaba unos dias a Lugo. Creo que a mis padres les gustaba su compania, aunque no sabria decir si era porque les caia bien o solo porque hacia que se sintiesen menos solos. Se llevo el dorso de la mano a la barbilla y se lo rasco en la barba. --Cuando murio mi madre --dijo luego--, Spielberg se habia ido al principio de semana a Lugo para arreglar unos asuntos. Al volver el sabado por la manana, se encontro con el cadaver tirado en medio del patio. La Guardia Civil me dijo que les parecia que la muerte habia sido instantanea, pero hay que esperar a ver que dice el informe del forense.
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Tiempos de Swing de Zadie Smith
https://gigalibros.com/tiempos-de-swing.htmlDesde su impactante y exitoso debut literario con Dientes blancos, la narrativa de Zadie Smith se ha caracterizado por afrontar de lleno y con gran calado las facetas mas relevantes que conforman las relaciones humanas. Surgidos de un mosaico de lenguas, costumbres y colores de piel, sus personajes desarrollan sus vidas entre la incierta busqueda de una identidad que les ofrezca un centro de gravedad reconocible y la fuerza vital que les otorga precisamente la heterogeneidad de su origen. En esta quinta novela --Finalista del National Book Critics Circle Award e incluida en la lista de bestsellers de The New York Times--, la escritora londinense vuelve a exhibir sus dotes para radiografiar el presente con asombrosas dosis de lucidez, humor y sensibilidad. Hijas de matrimonios mixtos, Tracey y la narradora se conocen desde la infancia, son amigas intimas y comparten el sueno de llegar a ser algun dia bailarinas. Sin embargo, su entorno familiar tiende a separarlas: el padre de Tracey esta en prision y su madre la colma de regalos y caprichos, mientras que en casa de la narradora se valoran el esfuerzo y la superacion personales, urgida por una madre estricta y solicita. Asi pues, a medida que las dos chicas emprenden sus propios caminos,las sutiles diferencias de clase y raza van minando todos los vinculos de confianza y lealtad forjados en la ninez. Con la vibrante efervescencia de una coreografia, Tiempos de swing es un retrato vivo de una amistad compleja y verdadera. La historia recorre los multiples desafios del mundo contemporaneo, a veces dramaticos y otras comicos, ilustrando el pulso permanente entre nuestras aspiraciones individuales y las normas que rigen la vida en comun.
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De la mano de Federico de Lluis Pasqual
https://gigalibros.com/de-la-mano-de-federico.htmlrevela un extraordinario narrador. Un ensayo delicioso, de una sensibilidad y una fuerza narrativa excepcionales.
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Sin arrepentimientos (Stage Dive 3) de Kylie Scott
https://gigalibros.com/sin-arrepentimientos-stage-dive-3.htmlElla tiene muy claro que su relacion con el sera meramente profesional. Pero la quimica entre ambos le pide otra cosa…?Y si el fuera realmente el chico de sus suenos? Jimmy, el lider de los Stage Dive, esta acostumbrado a conseguir lo que quiere, cuando quiere, ya sean drogas, alcohol o chicas.
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Confesiones a medianoche de Nora Roberts , Robyn Carr , Susan Wiggs
https://gigalibros.com/confesiones-a-medianoche.htmlDESEOS DE NAVIDAD Los gemelos Zeke y Zach habian pedido a Santa Claus un unico regalo: !una nueva mama! Y su profesora, la senorita Davis, era una mama perfecta. Pero el papa Mac Taylor no estaba dispuesto a arriesgar su corazon, hasta que Nell llevo amor y alegria a sus vidas. ?Conseguiran al final los chicos su regalo de Navidad?
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Noches de neon de Scarlett De Pablo
https://gigalibros.com/noches-de-neon.htmlCuando Butterfly conoce a Blake Novak, un luchador de artes marciales, instantaneamente se siente atraida hacia el. Lo que Blake no sabe de ella es que vive una doble vida, y que debajo de ese encanto infantil y las pelucas de colores, esta Mia Gabrielli, la hija de un jefe del crimen organizado.
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Calles de Edimburgo de Samantha Young
https://gigalibros.com/calles-de-edimburgo.htmlLos fans de Calle Dublin de Samantha Young reencontraran aqui a algunos de los personajes de esa estupenda novela, y los que aun lo la hayan leido sin duda querran hacerse con ella.
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Guardame las vacas de Albert Villaro
https://gigalibros.com/guardame-las-vacas.htmlNunca pasa nada en Llobarca, un minusculo pueblo de montana cercano a la frontera con Somorra. Tomas cuida de sus vacas, de su tio silencioso, de su novia formal, sorteando como puede el colapso de un microcosmos condenado a la desaparicion. Nunca pasa nada, hasta que pasa algo que perturba tanta placidez: hay movimientos raros en una vieja pista de contrabandistas. A partir de entonces, todo cambia.
Guardame las vacas constituyo un sonado exito cuando aparecio en 2003, cosechando excelentes criticas y ventas. Y fue traducido al frances. -
Mi vida querida de Alice Munro
https://gigalibros.com/mi-vida-querida.htmlUna hermosa coleccion de cuentos de la premio Nobel Alice Munro, donde el amor, que nos acecha desde el pasado o nos reclama desde el futuro, es el tema central.
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Desencuentros de Lorena Fuentes
https://gigalibros.com/desencuentros.htmlCuando te rompen el corazon, solo quedan las cenizas y los recuerdos que guardas en un cajon para siempre.
Miranda Evans decide dejar atras toda su vida en Seattle, despues de que Daniel Wimmer hiciera anicos su corazon. Viaja para unirse a Medicos sin Fronteras a Kenia, un lugar que se convertira en su segundo hogar, donde vivira experiencias unicas y en el que conocera a Aiden, el principe azul que siempre que siempre sono, con todo aquello que no le brindo su gran amor.
Tras vivir bajo la sombra de un legado, debera regresar a La Ciudad Esmeralda para intentar cumplir su sueno: ser la mejor cirujana pediatrica. Sin embargo, el destino pone de nuevo en su camino a Daniel, y eso unido a una serie de circunstancias supondra que su vida se convierta en un huracan.
Mientras su vida se tambalea, Miranda tendra que decidir entre el pasado y el presente para poder abordar su futuro. Sus decisiones marcaran el rumbo definitivo de su vida. -
El amor esta en la toalla de al lado de Christian Martins
https://gigalibros.com/el-amor-esta-en-la-toalla-de-al-lado.htmlLa vida de Beca se desmorona cuando Jorge, su marido, le pide el divorcio.
Beca no sabe como salir adelante, ni como enfrentarse a la realidad, ni que sera de ella si no consigue recuperar el amor de Jorge.
Pero entonces conoce a Marcos. Marcos es especial, diferente. Le gusta el mar, cree en el amor a primera vista y no cree en las casualidades.
Y ella. ella esta convencida de que el unico hombre capaz de proporcionarle estabilidad es el padre de su hija, Jorge.
?Recuperara el amor o lo volvera a encontrar -
Macbeth de Jo Nesbo
https://gigalibros.com/macbeth.html -
El rey del hampa de Marcia Cotlan
https://gigalibros.com/el-rey-del-hampa.htmlPaddy entro en El tuerto Joe, la taberna mas famosa del puerto, y se dirigio a la mesa del fondo, donde un hombre alto, vestido de negro y con gesto taciturno, fumaba un cigarro y bebia whisky. El local olia ligeramente a vinagre y la madera del suelo crujia con cada paso. --Acabamos de hablar con Robert Penrose, jefe. Dice que hay unas cuantas partidas de naipes importantes a la vista y que podra reunir el dinero. Pide un par de semanas mas y pagara los intereses por el retraso. --Paddy era un hombreton robusto, aunque no demasiado alto. Su poblada barba pelirroja ponia de manifiesto su origen irlandes. Cuando estaban en publico, siempre llamaba jefe a su amigo, pero en privado utilizaba su apellido: Raven. --?Le ensenaste a ese cabron estirado lo que ocurre cuando no me pagan a tiempo? --Los ojos del hombre eran dos brasas. Tan oscuro estaba el local que cada vez que daba una calada al cigarro, se le iluminaba brevemente el rostro haciendolo parecer un demonio. No prestaba demasiada atencion a Paddy. Estaba mirando a la tabernera que, a su vez, se lo estaba comiendo con los ojos. Su voz profunda y varonil habia hecho que la mujer se estremeciera. --Claro, jefe --respondio Paddy, frotandose un puno y sonriendo--. Le hemos dado lo suyo. --De acuerdo, entonces. Dale esas dos semanas de plazo. Si despues no paga… --No pagara, jefe --se atrevio a interrumpirlo Paddy--. Ese bastardo de Penrose cree que podra ganar haciendo trampas, pero lo que no sabe es que Malone jugara con el, y no hay tramposo que se le escape a Malone. --Raven miro a Paddy pensativo. --Tendremos que ayudarlo entonces. Hay que asustarlo lo suficiente como para que se concentre. Si se juega algo que le duela mas que su propia vida, tal vez se convierta en un mejor tramposo. Dicen que los aristocratas dan mucha importancia a eso del honor. --Dio una calada al cigarro y sus ojos relumbraron en la oscuridad de la taberna--. Debe de tener una esposa, quizas no la ame, pero hara lo que sea para que no se sepa que la secuestraron. Su honor quedaria manchado para siempre. Traela, eso le hara saber que vamos en serio. Paddy asintio. Raven se levanto, con el cigarro aun entre los labios, y se dirigio a la tabernera. Ella le sonreia con ojos lujuriosos. Casi de forma inconsciente, la mujer se atuso el cabello ligeramente despeinado y se paso la lengua por los labios. --?Como te llamas? --le pregunto el, que acaba de comprar la taberna y aun no conocia a sus empleados. --Millisent, mi rey --le dijo la joven, melosa, mientras contenia la respiracion para elevar su ya de por si abundante busto. --?Soy tu rey? --le pregunto con la voz fria, casi indiferente. --Por supuesto, Raven --respondio ella como si ya lo conociese--, sois mi rey y el rey de todos nosotros. El rey del hampa --le dijo; el torcio la boca en lo que podria haber sido considerado como una sonrisa, aunque no era mas que una mueca. --Ven --le dijo a la tabernera. Ella salio de detras de la barra. El le puso la mano al final de la espalda, casi en el trasero, y la empujo delicadamente escaleras arriba. Cuando habia llegado al primer piso y ya estaba fuera del alcance de la vista de Paddy, dijo en voz elevada, pero sin llegar a gritar--: Paddy, trata bien a la esposa de Penrose. Ella no es culpable de haberse casado con un maldito hijo de perra tramposo. El hombre vestido de negro era, efectivamente, el rey del hampa. Tenia veintiseis anos y la dureza de su gesto demostraba todo lo que habia tenido que pasar hasta llegar a su posicion actual. Nadie controla a los maleantes de Londres si no tiene mano de hierro. Lo apodaban El Cuervo. Si le preguntabas a alguien el motivo de tal apodo, te decia que se debia a que siempre vestia de negro o a que, cuando aparecia en persona para ver a alguien, nunca traia buenas noticias. Pero en realidad el mismo se habia hecho llamar El Cuervo debido a su apellido: Raven. William Raven, ese era su nombre, pero casi nadie lo sabia ni lo habia utilizado nunca. Solo su madre, cuando era nino, lo llamaba Billy. Margaret Raven, su madre, habia sido prostituta. William era hijo de alguno de sus clientes, ella nunca supo decir de cual, porque era una moza atractiva y bastante solicitada en el burdel en el que trabajaba. Recordaba de su madre las caricias y los besos, la sensacion de amparo que suponia dormirse entre sus brazos. Esas sensaciones habian durado poco, ya que ella comenzo a escupir sangre un invierno y habia muerto antes de llegar la primavera. Raven tenia ocho anos y tras su muerte empezo a vivir en la calle, a robar para poder comer, a imponerse al resto de muchachos para que ellos no se impusieran a el. Su constitucion fuerte y su altura le hicieron un gran favor: era facil infundir miedo con tal envergadura corporal. Media mas de un metro noventa, sus hombros eran anchos y los musculos de su cuerpo parecian esculpidos a cincel. Incluso vestido de negro y con el gesto constantemente tenso (ceno fruncido y boca apretada) era un hombre tan atractivo que cortaba la respiracion. <
>, solia decir cuando alguien le pedia mas tiempo para pagar una deuda o imploraba su perdon tras intentar traicionarlo. Y ciertamente no lo era. Habia hecho lo que habia tenido que hacer para llegar donde estaba: robar, golpear y asesinar. Solo por eso seguia vivo, porque cuando habian querido robarle, golpearlo o matarlo, el habia sido mas rapido. En eso consistia la supervivencia. Tambien seguia vivo porque habia sabido rodearse de amigos leales: Paddy y Alistair eran sus inseparables. Pero al igual que su dureza y crueldad eran legendarias en los bajos fondos londinenses, tambien era famosa su extrema amabilidad con las prostitutas, que tanto le recordaban a su madre. Nadie habia vuelto a golpear a una prostituta desde que el mandaba en los bajos fondos. Pero tampoco les permitia a ellas burlarse de el. Lo temian tanto como lo deseaban y jamas se hubiesen atrevido a traicionarlo. Todas, sin excepcion, esperaban ser las elegidas de Raven, que un dia entrase en uno de los burdeles y subiera con ellas a los cuartos. Pero Raven nunca se acostaba con prostitutas, precisamente porque le recordaban a su madre. Y como los hijos de ellas le recordaban a si mismo, no habia nadie mas generosos que el con aquellos chiquillos. Con todos los chiquillos de los bajos fondos, en realidad. < >, le decia Alistair lleno de orgullo. Alistair era la voz de la conciencia de Raven y aunque era un incordio soportar a veces sus sermones, el rey del hampa siempre lo escuchaba para no perder demasiado el contacto con la realidad. Raven era un hombre cruel, tenia que serlo, pero queria que alguien le marcase los limites de tal crueldad y no habia nadie como Alistair para ese cometido. *** Rosalind Penrose habia llegado puntual a la cita, como era su costumbre. El anciano senor Havisham la hizo pasar a su despacho. Era pequeno y oscuro, y los muebles tenian muchos anos y demasiado uso. --?Tiene algo para mi, senor? --le pregunto la joven, ansiosa. --Me temo que no, milady. La mayoria de las familias piden institutrices con experiencia y por muy buenas que sean mis palabras sobre vos, cuando se enteran de que nunca antes habeis trabajado, os desechan. Lo siento. --Y realmente lo sentia. Aquella joven dama le parecia muy agradable y necesitada de trabajo. Era una lastima que una muchacha asi se viese obligada a trabajar por culpa de un hermano calavera que habia dilapidado la fortuna familiar en las mesas de juego. Queria ayudarla de verdad. Fue entonces cuando penso en su cunado--. Aunque quizas haya algo… Si no os importa viajar, claro. --Expliquese, por favor --rogo ella con un brillo de esperanza en los ojos. --Mi cunado Arthur ha hecho una considerable fortuna con un negocio de maderas, pero como usted bien sabra, no todo en esta vida lo puede comprar el dinero. No compra, por ejemplo, la clase. Mi cunado quiere contratar a alguien que eduque a sus dos hijas y que les de a el y a mi hermana algunas lecciones de como comportarse, pero en Nueva York no encuentra a nadie dispuesto a ello. Las institutrices mas cualificadas consideran que trabajar para una familia como la de mi hermano es rebajarse. --?Nueva York? --pregunto ella decepcionada, a pesar de que deseaba desde hacia tiempo conocer la ciudad, pero no era el momento adecuado--. Me temo que no puedo irme tan lejos, senor Havisham. Mi hermano… --Perdonad que os interrumpa, milady, y perdonad por lo que voy a deciros, pero vuestro hermano no es digno de que sigais sufriendo por el. Si no os alejais, acabara arrastrandoos en su caida --le dijo con sinceridad el anciano. --Lo se, senor Havisham, pero, aun asi… --Ella habia bajado la mirada y la tenia fija ahora en la gastada alfombra del despacho. Parecia consternada. --Hagamos una cosa. Os lo pensais, y si no tengo noticias vuestras en una semana, eso me indicara que no aceptais la propuesta. Teneis siete dias para pensarlo. --De acuerdo --dijo ella, aun con el animo decaido. Se levanto de la silla raida y se dirigio a la puerta--. Buenas tardes y muchas gracias -
DRAG: ?Te atreves? de M. A. Petersen
https://gigalibros.com/drag-te-atreves.htmlTras algo mas de un ano desde su arrollador exito en un prestigioso reality show de dragqueens*, Roy no ha parado de trabajar como transformista. Su hilarante y algo perverso personaje “Bianca”, dotada de la mas irreverente boca, con su maquillaje recargado al maximo y orgullosa de ser siempre politicamente incorrecta, acepta una oferta de trabajo por seis meses con el holding Corona, una empresa dedicada en todo lo amplio al espectaculo y los clubes nocturnos.
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La mirada de una bruja 2 de Antonia J. Corrales
https://gigalibros.com/la-mirada-de-una-bruja-2.htmlLa mirada de una bruja, segunda parte de la trilogia Historia de una bruja contemporanea.
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Un cientifico en el supermercado de Jose Manuel Lopez Nicolas
https://gigalibros.com/un-cientifico-en-el-supermercado.htmlPongamos una remolacha. Para muchos, poco mas que una hortaliza. Pero para el reconocido investigador Jose Manuel Lopez Nicolas, un universo que va desde la industria de la alimentacion, que la usa para vendernos atun de baja calidad, hasta los equipos de primera division, que la utilizan para que sus jugadores corran mas rapido.
Siguiendo con el estilo desenfadado y el tono divertido que le han convertido en uno de los referentes de la divulgacion, el profesor Lopez Nicolas nos acompana a lo largo de 12 capitulos por la ciencia de nuestra vida cotidiana, descubriendonos las matematicas ocultas de un cante jondo, la fisica presente en un memorable partido de tenis, la sorprendente estadistica de la Loteria del Nino o la quimica que se esconde tras las etiquetas de un supermercado. Un fascinante viaje por la ciencia de las pequenas cosas que nos ayudara a esclarecer cuales son las verdades y mentiras con las que topamos a diario. -
El pueblo soy yo de Enrique Krauze
https://gigalibros.com/el-pueblo-soy-yo.htmlUn manifiesto a favor de la libertad y la palabra.
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Desconecta de Marc Masip
https://gigalibros.com/desconecta.htmlMarc Masip nos invita a ponernos a prueba y descubrir en que nivel de adicion nos encontramos. A partir de ahi, y basandose en casos reales de sus pacientes y sus informes, presenta una gran variedad de situaciones de personas que estan haciendo un uso no adecuado de los moviles, y que han decidido dar el paso y pedir ayuda. El autor acaba cada uno de los capitulos con un consejo que, al final del libro, se convierte en su propuesta de dieta digital.
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Pisa mi corazon (Tapa Negra), Elisa Beni de Elisa Beni
https://gigalibros.com/pisa-mi-corazon-tapa-negra-elisa-beni.htmlLas sombras se tornan inquietantemente negras, cuando las mujeres dominan y los hombres resultan sometidos.
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De las cenizas, Molly Mcadams de Molly Mcadams
https://gigalibros.com/de-las-cenizas-molly-mcadams.html -
El espiritu creativo de Daniel Goleman
https://gigalibros.com/el-espiritu-creativo.htmlDaniel Goleman nos invita, con la colaboracion de Paul Kaufman y Michael Ray, a comprender el proceso creativo, librarnos de los pensamientos que nos bloquean y desatar nuestra imaginacion.
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Me robaste el corazon de Marta Flores
https://gigalibros.com/me-robaste-el-corazon.htmlDecidida, asi me habia levantado ese dia, decidida a empezar una nueva vida, sin tener que preocuparme de nada y poder dormir a pierna suelta. Me llamo Almudena, tengo veintidos anos, vivo en Torrente, un pueblo de Valencia. No se quien es mi familia, la verdad es que no se ni donde naci. Me dejaron con seis anos, en casa de una mujer, la abuela Pepa, que era como queria que la llamara. Ella me dio una educacion, me enseno a querer a las personas por lo que eran y no por lo que tuvieran. Siempre me repetia que todos eramos iguales ante los ojos de Dios, se tuviera mas, o se tuviera menos. Mi abuela tenia noventa anos y llevaba dos en cama, yo deje mis estudios para encargarme de ella. Tenia un hijo, mi tio Pedro, por llamarlo de alguna manera, un hombre bueno para nada y al que le tenia miedo cuando estaba en casa, pues ya habia intentado dos veces abusar de mi. Una noche, hace tres anos, le estaba leyendo a la abuela cuando mi mundo se me cayo a los pies.--Almudena, hija, deja de leer un momento. --Que te pasa abu, no me asustes. --Dejame hablar y no me interrumpas, mis dias en este mundo ya se estan acabando y quiero decirte algo. Prometeme que siempre seras una buena nina, que cumpliras todos tus suenos, esos que yo te quite desde que estoy en esta cama --yo estaba empezando a llorar--. Se que te sera dificil al principio, pero yo estare siempre cuidando de ti. --Abuela, tu no me puedes dejar y menos con el tio, sabes que no puedo estar con el, a solas --Hija, eso es lo que mas me preocupa, cuando yo no este, coge los ahorros, ya sabes donde estan, vende la casa que esta a tu nombre y vete lejos donde el, no pueda encontrarte --Abu, no me hagas esto por favor, no te vayas. --Almudena, ven, dame un abrazo, quiero que sepas que lo has sido todo para mi y te quiero muchisimo. Cuando no este llama a mi amiga Juana, ella te dira lo que tienes que hacer, se feliz mi nina, y no mires nunca hacia atras. Esa fue la ultima conversacion que tuve con ella, al dia siguiente ya no vio la luz del dia, pero yo, comence a vivir un infierno. A la semana de enterrar a mi abuela aparecio mi tio Pedro, para reclamar la herencia de su madre, cosa que no le habia dejado ni un centimo, aquello lo puso hecho un basilisco y lo pagaba conmigo. --Ninata ese dinero es mio y me lo vas a dar, era mi madre, tu solo eres la basura que recogio por lastima. ?Donde esta mi dinero? --Tu no tienes nada, no quisiste saber nada de ella, solo le diste una mala vida, igual que a mi.--Contigo tengo algo pendiente y lo sabes, ya no esta tu abuela para defenderte. --Ni se te ocurra ponerme tus sucias manos encima. Vete de mi casa, si no... --Si no, ?que, estupida? Crees que alguien va a venir a defenderte, voy a ensenarte como disfrutan un hombre y una mujer. Me empujo contra la pared y empezo a manosearme. Yo empece a llorar y a pedirle, por favor, que no me tocara, pero estaba claro que no me iba a dejar. Me agarro del pelo y me llevo a mi habitacion, me tiro en la cama y se puso encima de mi. Yo le pedia llorando a gritos que no lo hiciera, pero le dio igual, empezo a bajarme el pantalon y a toquetearme. Me puso bocabajo, arrastrando mis piernas fuera de la cama, yo no dejaba de llorar y gritar, pero no me sirvio de nada, rompio mi braga y abrio mis nalgas, para toquetearme. Yo me queria morir, solo pensaba que me soltara, pero no tenia intencion. --Pero que buena estas putita, te voy a desvirgar todos tus agujeritos y creo que voy a empezar por el de atras, me gusta mas, aunque como lo tienes todo apretadito, da igual por donde empiece. --Por favor Pedro, no lo hagas, te doy todo el dinero, te lo juro, pero no lo hagas --?Sabes?, el dinero me lo daras igual, pero antes voy a probar este culito que tienes, que me esta pidiendo que entre. Pense que me moria cuando me penetro por detras, jamas habia estado con un hombre, claro que sabia lo que era el sexo, pero nunca imagine que me iba a pasar lo que me estaba haciendo. Pense que no terminaria nunca, me dijo que gritara mas, que eso le ponia, ya ni gritar podia, creo que me desmaye porque cuando desperte estaba sola. No me podia mover, el dolor que sentia era inmenso. Poco a poco, me fui levantando de la cama y vi que estaba llena de sangre. ?Que me habia hecho ese desgraciado? Arruinarme la vida, eso hizo. Como pude, me meti en el bano a lavarme bien, no dejaba de llorar mientras me lavaba, pero hasta aqui habia llegado, no me pondria mas una mano encima. Me vesti y fui directa al hospital, el medico que me atendio, me dijo que me habia desgarrado, pero con el tratamiento que me habia recetado, se pasaria en unas semanas. Me aconsejo que fuera a poner una denuncia con el informe que me iba a dar. La verdad es que no tenia pensado hacerlo, no queria mas problemas con el, pero al final me convencio, me dijo que era la unica manera de que no me molestara mas. Le di las gracias y me fui para comisaria. Al llegar a comisaria me atendio un hombre un poco mayor, le dije a lo que iba, y llamo al comisario, el cual me hizo pasar a su despacho --Buenos dias, mi nombre es Hugo. ?En que puedo ayudarla? Madre del amor hermoso... Bueno, si os digo guapo, os mentiria, era mas que eso. Alto, moreno, con unos ojos marrones preciosos, y un cuerpo de escandalo con ese uniforme, no creo que llegara a los treinta y cinco, pero eso era lo de menos. --Buenos dias, me llamo Almudena, venia a ponerle una denuncia a mi tio-- se me quedo mirando y le extendi el informe del medico. Cogio el papel y segun iba leyendo, apretaba los dientes y su cara era de cabreo. Yo, me estaba poniendo cada vez mas nerviosa y con ganas de llorar. --Bien, esto lo vamos a solucionar ahora mismo. Dime el nombre de ese desgraciado. --Pedro Perez Gonzalez. Quiero denunciarlo y solicitar una orden de alejamiento. No quiero verlo ni en pintura, rompi a llorar --Hugo se levanto y me ofrecio un vaso de agua. --No te preocupes, este energumeno lo va a pagar bien caro, voy hacer todo lo posible para que no vea la luz del sol en una buena temporada. --Gracias, no sabe como se lo agradezco, no me imagino lo que pueda pasar la proxima vez --Almudena. ?Con quien vives? ?Vives con el? ?Con tus padres? --No senor, vivo sola desde hace seis meses que murio mi abuela, y la verdad es que ahora tengo mas miedo que antes. --?Acaso ya lo habia intentado antes? --Si senor, cuando vivia mi abuela ella lo evitaba amenazandolo, y solo me manoseaba, pero desde que ella murio, vivo con el miedo a que aparezca y lo siga haciendo-- empece a llorar. --Mira, vamos hacer una cosa. Lo primero es dejar de llorar, lo segundo, llamame Hugo, y lo tercero es que antes de que salgas de aqui ya estara detenido. ?Aun esta en la casa? --No senor, digo, Hugo --me sonrio--. Salio de casa y me dijo que volveria, es lo que hace desde que lo conozco, va y viene, asi ha sido siempre y ahora que no esta mi abuela, no se que hacer. Dio orden de que lo detuvieran, al saber que yo no tenia mas familia, pues al preguntarme si tenia donde ir, le conte toda mi historia. Me dijo que no me preocupara, que me llevaria a casa de su madre que vivia sola y cuidaria de mi. Eso hizo, me llevo a mi casa para que recogiera algo de ropa, y luego a casa de su madre, una casita unifamiliar con un pequeno jardin en la parte trasera, esa mujer ya estaba al tanto, pues mientras recogia mis cosas lo escuche hablando con alguien. --Hola carino. ?Como estas? Me llamo Clara y soy la mama de Hugo, pasa reina que yo cuidare de ti. --Gracias senora, se lo agradezco en el alma-- era guapisima a sus sesenta anos, no me extrana que el hijo fuera tan guapo. --No, no, nada de senora, llamame Clara, que, si no, me enfadare. Ven, te voy a acompanar a tu cuarto. Hugo, ?comes con nosotras? --le dijo a su hijo. --Claro mama, como siempre que vengo. Subimos las escaleras y me llevo al que seria mi cuarto, frente habia otro que era el de Hugo, por lo que su madre me conto y al fondo estaba el suyo. Al entrar en el que seria mi cuarto, me llamo la atencion que habia fotos de una chica rubia, guapisima, asi como el cuarto se veia muy femenino: las paredes en uno rosa palo precioso y la cama y muebles blancos, y con un bano en la habitacion. --?Quien es esa chica tan guapa, Clara? --Es mi hija, murio hace un ano de cancer. --Ohh, lo siento mucho... --No te preocupes mi nina. Anda, vamos a comer que mi hijo estara desmayado. Comimos, contandoles mi historia, como habia ido a parar a casa de la abuela, la enfermedad de ella, y el calvario que nos hizo pasar mi tio. Hugo se despidio de nosotras y me sorprendio cuando al hacerlo de mi, me dio un beso en la mejilla ante la mirada sonriente de su madre. Clara me trataba con tantisimo carino, que se habia convertido en la madre que nunca tuve, ibamos a todos los lados juntas, habia dias que nos ibamos a casa de Hugo a comer, despues ella se iba y nos dejaba solos. Cuando estabamos solos, charlabamos de la vida, o veiamos alguna peli, siempre le pedia romantica y al final el, acababa consolandome, abrazandome y dandome besos en la mejilla, nunca llego a mas conmigo Tres anos habian pasado de ese maldito dia, tres anos con pesadillas y con miedo sabiendo que estaba en la carcel. Entre Hugo y yo, fue creciendo una bonita amistad, me hacia salir con el y sus amigos, me cuidaba como si fuera de cristal y, poco a poco, me fui enamorando de el, sin decir nada. Su madre se daba cuenta y me decia que el, tambien lo estaba de mi, pero me costaba creerlo pues jamas paso de un abrazo o besarme en las mejillas. Un miercoles a la hora de comer, Hugo llego con muy mala cara, que no paso desapercibida, ni por su madre, ni por mi. --Hijo, ?que te ha pasado? Traes muy mala cara. ?No estaras enfermo? --No mama, no estoy enfermo, tranquila. Almudena, tengo que decirte algo y no se como hacerlo, sientate y escuchame bien. --Tu tio, salio ayer de la carcel-- menos mal que me dijo sientate, porque en ese momento empece a temblar--. No temas, que no permitire que te pase nada. ---Me tengo que ir lejos de aqui, no quiero ni cruzarmelo. --Almudena, tranquila, tiene una orden de alejamiento no puede acercarse a ti-- sali corriendo para mi cuarto
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Absolutamente unica de Elena Garcia
https://gigalibros.com/absolutamente-unica.htmlVanessa es una chica albina que sufre bullying en la universidad debido a su trastorno genetico. Aunque su mente es brillante, se ha visto obligada a cambiar de centro en varias ocasiones debido al acoso constante que recibe por parte de sus companeros.
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El jardin de los sospechosos de Marina Sanmartin
https://gigalibros.com/el-jardin-de-los-sospechosos.htmlMartin Guidu tiene que asistir a la jornada de padres de su sobrino Lucas porque su hermano Anakin esta en el hospital. Todo deberia ser facil: los padres explican sus oficios a los ninos bajo la mirada benevolente de la profesora Natalia Holden. Parece un dia sencillo en Caivelan, hasta que descubren el cadaver de una nina muerta, companera de clase de Lucas. Reunidos en el jardin de la escuela, convertida en el escenario involuntario de un crimen, Martin, Natalia y el inspector de policia Lorenzo Barriuso, tres desconocidos que se veran obligados a resolver juntos el atroz asesinato, se sumergiran hasta las profundidades de la maldad.
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Bajo la misma luna de Adriana L. Wilkinson
https://gigalibros.com/bajo-la-misma-luna.htmlAlgunas personas, motivadas por el auge tecnologico, encuentran en otra parte del mundo a una “media naranja”. Otras, debido a la creciente exigencia profesional y academica deben separarse temporalmente de su pareja. En ambos casos la distancia se presenta como un factor decisivo para el mantenimiento del vinculo amoroso. Inevitablemente surgen las preguntas: ?se mantendran este tipo de relaciones?, ?son funcionales?Otros dos factores que deben tomarse en cuenta en las relaciones a distancia son la sexualidad y el contacto fisico. Y tu, ?alguna vez has tenido un amor lejano?
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El lobo y la rosa (Destinos en la tormenta 1) de Zahara C. Ordonez
https://gigalibros.com/el-lobo-y-la-rosa-destinos-en-la-tormenta-1.htmlMalaga, agosto de 1845 Todo empezo con una tormenta. El cielo era una planidera llorando una muerte y los truenos eran gritos de su garganta anunciando desgracia. Aun no lo sabia, pero era la mia. La lluvia parecia clamar el fin del mundo y desde la seguridad de mi dormitorio la observaba, ajena a una realidad que pronto me encontraria y de la que no podria escapar. De pie junto al ventanal observaba los barcos alla en el puerto vapuleados por olas furiosas. Eran todo un simbolo de resistencia pues, aunque sus cascarones fueran embestidos una y otra vez, siempre se mantenian a flote. Me gustaba imaginarme tan fuerte, tan brava, tan resistente a las tempestades como ellos y fantaseaba a veces con que me subia a bordo de uno de esos fastuosos navios y lo comandaba hasta los confines de la Tierra. La culpa de tal fantasia, decia mi madre, la tenia Espronceda, y pronto me disuadia de mis ensonaciones contandome historias atroces de terribles y despiadados piratas. Ella de eso sabia mucho, pues sus antepasados levantaron su fortuna con barcos mercantes, asi que escuchaba sus relatos olvidando durante un tiempo mis pretensiones de darme a la pirateria hasta que mis ojos volvian a mirar el puerto y una sensacion de fuerza y libertad sin igual me embargaba. La voz de mi madre me saco de mis pensamientos. --Apartate de la ventana, Victoria. En su tono autoritario habia un deje tembloroso, pues temia a las tormentas mas que a la propia muerte. En aquel instante un relampago, que se me antojo que dibujaba la guadana de la Parca, cruzo el cielo y ella dio un respingo. El trueno pronto lo siguio con un bramido inmisericorde que retumbo en la estancia y que la hizo persignarse y advertirme de nuevo que me alejase de alli. Obedeci y mi madre llego al punto, corriendo los cortinajes de seda en color crema que habia estrenado unos meses atras con la llegada del verano. El fulgor de los quinques que habiamos tenido que encender desde primera hora en aquel dia gris ilumino la estancia oscura con sus tonos dorados. --?Todavia no estas vestida? --se quejo tras mirarme de arriba abajo y comprobar que seguia envuelta en mi comodo batin de organza. Mi madre fue hacia mi mesita de noche y agito la campanilla que reposaba sobre esta mientras yo fruncia el ceno, algo desconcertada. --?Vestida? ?Para que? --Hoy es el entierro de don Agustin de Herrera. Don Agustin era amigo de la familia desde que yo tenia memoria. Tanto el como mi padre eran propietarios de una ferreria y habian acabado trabando amistad mas alla del ambito comercial, pues compartian sus tribulaciones por las idas y venidas del comercio de hulla y otros asuntos del negocio. Pasaban los dias hablando de proyectos que habrian de encumbrarlos en lo mas alto de la sociedad industrial. Algunos llegaban a buen puerto y otros quedaban varados, pero nunca les falto ilusion. Don Agustin tenia familia en Bath, una ciudad inglesa, y a menudo expresaba su deseo de equiparar Espana a la isla en cuanto a avances industriales se referia, y ya hablaba de ferrocarriles y otras hazanas. Pronto se dio cuenta de que, aun habiendo dado algunos pasos hacia adelante, aqui las cosas iban a un ritmo distinto al del resto de Europa. Cuando a mi padre se lo llevaron las fiebres, Agustin se hizo todavia mas presente en nuestra familia. Ayudo a mi madre en los asuntos legales, acompano a mi hermano en sus primeros pasos en solitario al frente de la ferreria y pronto se hablo de que colmaba a mi madre de atenciones poco propias para una mera relacion de amistad. Las malas lenguas tuvieron trabajo de sobra con ellos, pues el estaba casado. Todo el mundo pensaba que su esposa, de mal caracter y peor salud, lo dejaria viudo y el se desposaria con mi madre; sin embargo, para sorpresa de todos, el pobre Agustin, de cabellos aun oscuros y rostro lozano, se fue antes que la macilenta senora de Herrera. Tras el velatorio, al que la viuda prohibio la entrada a mi madre, iban a enterrarlo en el Cementerio de San Miguel, en una tumba sobre la que algun dia se alzaria el panteon que habia ordenado construir. La muerte, asi de caprichosa, gusta de llevar la contraria llevandose a quien menos lo espera. Yo sabia lo mucho que don Agustin significaba para ella, pero si de por si acudir a un entierro era del todo inapropiado, ir al suyo transgredia todos los limites, y asi se lo hice saber. --No necesito el permiso de nadie para ir a despedir a un amigo -- respondio mi madre con gesto resuelto. --Madre… Ya sabe lo que dice la gente --insisti, recordandole las habladurias. --Ire a decirle adios a Agustin les guste o no --zanjo. --Como quiera --suspire--. Mas el tiempo tampoco acompana. Parece mentira que estemos en agosto. --Nunca llueve para siempre, Victoria. Y menos en Malaga. Si de algo sabemos aqui es de sol. Guillermina, mi doncella, a quien yo llamaba <
> de forma carinosa, llego en ese instante y mi madre le dio ordenes de que preparase un vestido adecuado para las circunstancias. La muchacha, de apenas veinte anos, cabello dorado y rostro dulce, se quedo por unos segundos petrificada. Logro sobreponerse y hacer lo que le pedia. La observe mientras abria cajones y roperos y sacaba de ellos varias prendas que creyo convenientes, dejandolas estiradas sobre la cama, hasta que mi madre senalo al poco un vestido de raso negro con volantes de blonda y guarnecidos en azabache. Eligio tambien un echarpe de cachemira a rayas, un sombrero de capota a juego, cerrado con un lazo de raso violeta, y unos guantes de encaje. --Lastima que no haga dia para lucir sombrilla. La ultima que te regalo tu hermano habria sido perfecta para ese vestido --observo mi madre, que sentia pasion por los adornos--. Escogeremos un paraguas apropiado. Mina guardo el resto para despues ayudarme a vestirme. --?Que opina…? --Deje la pregunta a medias, pues me apreto con tanto brio el corse que me quede sin aliento. Era ingles, de raso, de los que todavia necesitaba ayuda para poder anudarlos por detras. Mi madre habia comprado algunos mas nuevos, con unos enganches delanteros que facilitaban la tarea de vestirlos, mas ese dia me puse aquel porque su tejido era muy fresco. --Afloja, Guillermina, que Victoria tiene la costumbre de respirar. --Perdon, senora --se disculpo, y me libero un poco de la presion. --Endiablados corses. Cada vez los hacen mas rigidos --me queje. --?Por que crees que Napoleon lo llamaba < >? --apunto mi madre. --Ni que hubiera tenido que llevar uno --le recorde. --Igual le habria ido mejor en Rusia de haber sido mujer --dijo ella--. Somos mas precavidas y siempre llevamos un chal por si refresca. --No creo que podamos llamar < > al frio de aquellos lares, madre. En medio del semblante enturbiado que lucia aquella manana, emergio una breve aunque animada sonrisa. Mina solto una disimulada risita por aquel comentario y termino de ponerme el vestido. Despues me sente en el tocador para que me peinase. --Un recogido sencillo bastara --le indico mi madre, observandome en el espejo. Me miraba con ternura y quise pensar que se sentia orgullosa de la hija que habia criado--. Es una pena que tu padre no este aqui para verte. Te habria dicho lo mucho que te pareces a mi cuando tenia tu edad: mi mismo pelo, mis mismos ojos negros… --Me gustaba mucho parecerme a ella, pues su belleza me resultaba ejemplar. La mire con carino, notando en su voz la nostalgia--. El siempre decia que terminariamos por casarte bien. Hacia tiempo que habia aprendido que la decision sobre cuando y con quien me desposaria estaba en sus manos, o en cualquier caso en las de mi hermano, y no en las mias. A ella le habia ocurrido lo mismo, a pesar de que habia quedado claro que sus sentimientos nunca habian pertenecido a mi padre y que si lo habia querido era a causa de la costumbre y no del corazon. Mi madre decia que el amor y el matrimonio eran cosas distintas, y que en contadas ocasiones confluian ambas, como si hablase de dos astros que se alinean y no de algo tan humano como los sentimientos. Por lo que de existir un enamoramiento por mi parte que no conviniese a sus prioridades, que eran su posicion social y economica, seria fuertemente reprobado. --?Y eso cuando sera? Usted se caso con dieciseis y yo ya tengo diecinueve. A su lado soy casi una solterona --dije, fingiendo un gesto amargo. --Sabes de sobra que no podria consentir que te casases con el primero que pasara a pedir tu mano. Hallar al esposo adecuado para ti lleva su tiempo. --Y supongo que vive en la luna, dado que no lo ha encontrado aun. --No digas tonterias --me regano--. Tu hermano y yo solo queremos lo mejor para ti. --Hablando de mi hermano --comence a decir con intencion de formular la pregunta que habia rondado antes por mi cabeza--, ?que opina el de que vayamos al entierro? --Rafael ha salido temprano para Sevilla a tratar asuntos de negocios. No tiene por que enterarse de nada --ordeno, dirigiendonos una mirada severa a Mina y a mi. Ella asintio de forma diligente y yo alce una ceja. --Pues tendra que sellar con cera los labios de media Malaga, porque como aparezcamos por el cementerio vamos a ir de murmuracion en murmuracion. --En ese caso ya me las sabre yo arreglar. --Se enfadara. --Victoria, puede que tu hermano, al ser hombre, sea el jefe de la familia por disposicion divina y humana, pero yo soy su madre, y sabe Dios que lo que una madre dice va a misa. Suspire, rezando porque, de darse conflicto, lo resolvieran entre ellos. Cuando Mina termino, pronto abandonamos la casa y llegamos en carruaje hasta la explanada previa al cementerio. Don Agustin era muy querido, asi que el lugar estaba abarrotado. Los carruajes se agolpaban unos junto a otros, con sus ocupantes en el interior esperando que la tormenta amainase. A resguardo de la lluvia, bajo algunos arboles cercanos, se agrupaban gentes de aspecto humilde. Supuse que serian sus trabajadores, o quiza solo curiosos que no perderian la oportunidad de asistir a un evento de tales caracteristicas. De entre la espesa lluvia, al final del paseo que conducia al cementerio, emergio un carruaje oscuro que parecio invocado de la nada. Era negro como la brea y estaba tirado por seis caballos de identico color, que en su testuz presumian de grandes plumas de igual tono. De entre las nubes grises surgio un repentino rayo de sol que ilumino el asombroso carruaje. Percibi entonces sus muchos detalles: angeles para guiar su alma, relojes de arena alados, flores de adormidera, letras griegas que simbolizaban el principio y el fin de los tiempos, asi como buhos y antorchas. Todo el estaba lleno de simbologia en referencia a la vida y la muerte. --Nunca he visto nada igual --murmure, estremecida. Era hermoso, aunque lugubre a la vez, dado su cometido. --Al parecer su viuda se opuso. No le parecia bien que a Agustin le llevasen el feretro animales en lugar de personas, como se ha hecho toda la vida --relato mi madre--. Aunque como ves ha prevalecido su voluntad, pues lo dejo todo por escrito. He oido que su sobrino lo ha hecho traer de Barcelona. --?Su sobrino? --pregunte extranada, pues desconocia de su existencia. --Julian Withmore --indico mi madre--. ?No lo recuerdas? Agustin no suele hablar mucho de el, quiero decir… solia --se corrigio--, pero estuvo en su casa por Pascua, hace unos diez anos. Tu padre vivia aun. A pesar de que intente rebuscar en mi memoria aquel recuerdo, no lo halle, asi que negue con la cabeza. --Es normal. Eras muy pequena. Fue antes de que sus padres lo mandaran a colegios de prestigio para… --se interrumpio, como si estuviera buscando las palabras concretas--, para suavizar su caracter. Estudio en Madrid, mas tuvieron que sacarlo de alli cuando tenia veintitres anos por asuntos de romances, contaba su tio. Volvio a Bath con sus padres hasta que murieron la primavera pasada --comento ella, sin dejar de atisbar el exterior. --?Los dos? --Los dos --afirmo--. Don Agustin era la unica familia que le quedaba. < >, pense. --Creo que ahora esta instalado otra vez en Madrid y he oido que va a hacerse cargo de buena parte de su fortuna, asi que tendremos que llevarnos bien con el. Las palabras de mi madre se perdieron bajo el sonido de los cascos de los seis ejemplares que tiraban del carruaje de don Agustin. Llego hasta las puertas del camposanto y, a pesar de la lluvia, bajaron el feretro entre varios hombres ataviados con elegante levita oscura y lo portaron sobre sus hombros, echando a andar solemnemente. La gente comenzo a abandonar su transporte, clavando los pies en el barro para seguirlo. Toda la burguesia malaguena se habia reunido alli para despedir a Agustin; grandes magnates del comercio, poseedores de navieras, fabricas o negocios en Ultramar. Ni uno solo faltaba, pues todos lo consideraban un gran amigo. La tormenta, que parecio apiadarse de nosotros, dio tregua, quedando apenas una llovizna que, aunque molesta, permitia estar al aire libre. Mi madre y yo descendimos de nuestro transporte, cuidando de no meter los pies en algun charco y resbalar; y aunque nos quedamos mas atras intentando no llamar en demasia la atencion, pronto todas las miradas se clavaron en nosotras. Al sentirme observada agache la cabeza, algo abrumada. Mi madre, sin embargo, alzo el menton y continuo caminando con paso decidido. Nadie le dijo nada, pero todos murmuraron. Y en sus ojos estaba el reproche que anidaba en sus labios. Algunos, muy pocos, los mas allegados a nuestra familia, se acercaron y nos saludaron de forma cortes, aunque parca. Por fin llegamos hasta una de las callejas del cementerio, entre las que comenzaban a perfilarse las parcelas que un dia ocuparian fastuosos panteones. La muchedumbre se agolpo frente a la que seria la tumba familiar de los Herrera y, mientras el feretro ocupaba su lugar, el sacerdote que asistia al entierro pronuncio su sermon con gran aplomo. Observe a mi madre y supe que estaba conteniendo las lagrimas, asi que la tome de la mano, buscando reconfortarla. -
Algun dia te dire que si (Los Dybron 1) de Nadia Petru
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Cazadora de hadas, Jennifer L. Armentrout de Jennifer L. Armentrout
https://gigalibros.com/cazadora-de-hadas-jennifer-l-armentrout.html -
Decisiones arriesgada de Mar Carrion
https://gigalibros.com/decisiones-arriesgada.htmlMegan Lewis es una joven periodista que trabaja en un periodico importante de Pittsburgh y que escribe sobre asesinatos violentos. Cuando una noche acude a la casa de su vecina de enfrente y descubre accidentalmente su cuerpo apunalado y sin vida, decide investigar el brutal asesinato. La victima trabajaba como chica de compania en La Orquidea Azul, una agencia cuyos clientes son hombres influyentes y adinerados. Para asegurarse el puesto de redactora jefe del periodico, Megan decide infiltrarse en la agencia, pero pronto se encontrara con los obstaculos que el policia encargado de la investigacion, el atractivo detective de homicidios Derek Taylor, pone en su camino. Megan tendra que debatirse entre la atraccion que siente hacia el policia, que es mutua y evidente, y el deber profesional que la reclama.
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Miss Manias, tus secretos de Olivia Kiss
https://gigalibros.com/miss-manias-tus-secretos.htmlTricia esta harta de los reportajes poco serios que le mandan hacer en la cadena de television donde trabaja: desde ir vestida de animadora hasta terminar cubierta de tarta en las fiestas locales. Quiere sentirse valorada y comunicar noticias importantes. O al menos en eso piensa cuando conoce a Dexter en un bar, tras uno de los ultimos encargos de su jefa. Claro que, en ese momento, todavia no sabe que Dexter no es un hombre mas, sino el futuro protagonista de todos los informativos del pais.
Cuando sale a la luz que la empresa dirigida por Dexter esta metida en un buen lio a causa de un desvio de fondos, a Tricia le ofrecen al fin la oportunidad que tanto estaba esperando: cubrir la noticia. El problema es que Dexter es irresistible y no parece en absoluto culpable y. a ella cada vez le gusta mas. Pero dejarse llevar por la tentacion es una locura cuando todo su trabajo esta en juego. Y aun mas importante, ?puede confiar en Dexter?
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Brillaras de Anna K. Franco
https://gigalibros.com/brillaras.html?Quien dice que dos hermanas tienen que ser parecidas?
Hilary y Valery son el agua y el aceite.
Hilary es popular, exitosa y divertida. Val, en cambio, se define a si misma como "un
desastre".
La vida parece llevar un curso normal, sin embargo, todo se derrumba cuando Hilary muere. La familia queda al borde del abismo. Con una madre devastada y un padre que se refugia en el trabajo... Val se
siente sola.
La tristeza la domina, y justo cuando parece que nada tiene remedio, encuentra una lista de su hermana. Hilary dejo bien claro que queria hacer antes de irse, pero no tuvo tiempo. Val decide entonces cumplir con los
suenos que su hermana dejo inconclusos, aunque implique sumergirse en mundos donde jamas habria entrado.
No sabe que, en realidad, esta emprendiendo su propio camino. Un viaje de redescubrimiento
en el que comprendera que las
personas no suelen ser lo que parecen. Que el "desastre" que ella creia ser no tiene nada
que ver con lo que en realidad es. -
El regalo de Cassidy (Lobos de Cheyenne Ridge 2) de Kelly Dreams
https://gigalibros.com/el-regalo-de-cassidy-lobos-de-cheyenne-ridge-2.htmlCassidy Felon no ha vuelto a ser el mismo desde el incidente ocurrido un ano atras a una de las hembras del clan felino de Pine River Mountain. Ni siquiera el haber podido cobrar venganza ha conseguido calmar su espiritu, pues en sus suenos sigue apareciendosele una mujer de pelo rubio blanquecino cuyos ojos parecen capaces de ver en su interior. Ella no podia ser real y sin embargo, la humana que encontro en uno de los refugios en su lado del valle si lo era, ante el tenia a la misma hembra por la que habia estado suspirando y a la que ahora se encuentra deseando como si no hubiese otra en el mundo para el.
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La desaparicion de Josef Mengele de Olivier Guez
https://gigalibros.com/la-desaparicion-de-josef-mengele.htmlEl North King surca el agua cenagosa del rio. Los pasajeros, que han subido a cubierta, escrutan el horizonte desde el amanecer, y ahora que las gruas de los astilleros y la linea roja de los tinglados perforan la bruma, unos alemanes entonan un canto militar, unos italianos se persignan y unos judios rezan, pese a la llovizna, unas parejas se besan, el transatlantico arriba a Buenos Aires tras una travesia de tres semanas. Solo en la borda, Helmut Gregor cavila. Esperaba que acudiera a buscarlo una lancha de la policia y asi evitar los incordios de la aduana. En Genova, donde ha embarcado, Gregor ha suplicado a Kurt que le haga ese favor, se ha presentado como un cientifico, un genetista de altos vuelos, y le ha ofrecido dinero (Gregor tiene mucho dinero), pero el intermediario se ha zafado sonriendo: los favores de esa indole se reservan para los peces gordos, para los dignatarios del antiguo regimen, raramente para un capitan de las SS. Aun asi, enviara un cable a Buenos Aires, Gregor puede contar con el. Kurt se embolso los marcos pero la lancha no ha aparecido. De modo que Gregor aguarda en el gigantesco vestibulo de la aduana argentina con los demas emigrantes. Sostiene con firmeza dos maletas, una grande y otra pequena, y observa a su alrededor a la Europa del exilio, las largas filas de personas anonimas, elegantes o desalinadas, de las que se ha mantenido apartado durante la travesia. Gregor ha preferido contemplar el oceano y las estrellas o leer poesia alemana en su camarote; ha pasado revista a los ultimos cuatro anos de su vida, desde que abandono Polonia a la desesperada en enero de 1945 y se diluyo en la Wehrmacht para escapar de las garras del Ejercito Rojo: su internamiento durante unas semanas en un campo norteamericano de prisioneros, su liberacion gracias a su documentacion falsa a nombre de Fritz Ullmann, su escondite en una florida granja de Baviera, no lejos de Gunzburg, su ciudad natal, donde corto heno y selecciono patatas durante tres anos haciendose llamar Fritz Hollmann, despues su huida en Semana Santa, dos meses atras, la travesia de las Dolomitas por caminos sembrados de contrabandistas, la llegada a Italia, a Tirol del Sur, o Alto Adigio, donde paso a ser Helmut Gregor, a Genova por fin, donde el bribon de Kurt le facilito las gestiones ante las autoridades italianas y la emigracion argentina. 2 El fugitivo tiende al funcionario de aduanas un documento de viaje de la Cruz Roja Internacional, una autorizacion de desembarco y un visado de entrada: Helmut Gregor, 1,74 metros de altura, ojos castano verdoso, nacido el 16 de agosto de 1911 en Termeno, o Tramin en aleman, municipio de Tirol del Sur, ciudadano aleman de nacionalidad italiana, catolico, mecanico de profesion. Direccion de Buenos Aires: calle Arenales 2460, barrio de Florida, c/o Gerard Malbranc. El aduanero inspecciona su equipaje, la ropa meticulosamente doblada, el retrato de una mujer rubia de rasgos delicados, libros y algunos discos de opera, y hace una mueca al descubrir el contenido de la maleta pequena: jeringuillas hipodermicas, cuadernos de anotaciones y dibujos anatomicos, muestras de sangre y de celulas: un poco extrano para un mecanico. Llama al medico del puerto. Gregor se estremece. Ha corrido riesgos descabellados para conservar el maletin comprometedor, fruto inestimable de anos y anos de investigaciones, toda su vida, que se llevo consigo cuando abandono precipitadamente su puesto en Polonia. Si los sovieticos lo hubieran capturado en posesion de aquello, lo habrian ejecutado sin mediar juicio alguno. De camino hacia el oeste, en la primavera de 1945 de la gran debacle alemana, se lo confio a una enfermera comprensiva, con la que se reunio posteriormente en el este de Alemania, en zona sovietica, un periplo demencial tras su liberacion del campo estadounidense y tres semanas de viaje. Despues se la traspaso a Hans Sedlmeier, su amigo de la infancia y hombre de confianza de su padre, industrial de profesion; Sedlmeier, con quien se vio regularmente en los bosques que rodeaban la granja donde se enterro durante tres anos. Gregor no habria abandonado Europa sin su maletin: Sedlmeier se lo devolvio antes de su marcha a Italia con un grueso sobre lleno de dinero, y ahora un estupido de unas mugrientas lo esta echando todo por la borda, piensa Gregor, mientras el medico del puerto inspecciona las muestras y las anotaciones hechas con apretada letra gotica. Como el medico no entiende nada, interroga a Gregor en espanol y este le contesta en aleman; el mecanico le habla de su vocacion de biologo aficionado. Los dos se miden con la mirada y el medico, que tiene ganas de irse a comer, con un gesto le indica al aduanero que puede dejarlo pasar. Aquel 22 de junio de 1949, Helmut Gregor ha alcanzado el santuario argentino. 3 En Genova, Kurt le habia prometido que en el puerto lo esperaria un medico aleman que lo conduciria a casa de Malbranc, pero el intermediario ha vuelto a enganarlo. Gregor da mil vueltas bajo la lluvia, tal vez su contacto ha pillado un atasco. Escruta los muelles, el trajin de los estibadores, las familias reunidas que se eclipsan sonriendo, las pilas de cuero y los fardos de lana de las zonas de los cargueros. Ningun medico aleman a la vista. Gregor consulta su reloj, gime la sirena de un barco frigorifico, Gregor, angustiado, duda en correr a casa de Malbranc, pero decide esperar, es mas prudente. Pronto es uno de los ultimos pasajeros del North King, que sigue en el muelle. Dos calabreses cargados como mulas le proponen compartir un taxi. Gregor se sorprende yendose con los piojosos; ese primer dia en tierra sudamericana no le apetece quedarse solo, y, ademas, no tiene adonde ir. 4 En el hotel Palermo, comparte una habitacion sin lavabo ni servicios con sus acompanantes, que se burlan de el: Gregor, el tiroles del sur, no sabe ni una palabra de italiano. Maldice su eleccion, pero asume la situacion en que se halla, acepta unas lonchas de salchichon con ajo y se duerme exhausto, con el maletin fuertemente encajado entre la pared y el, a salvo de la codicia de los dos hombres. A la manana siguiente, esta al pie del canon. En casa de Malbranc, nadie contesta al telefono: sube a un taxi, deja el maletin en la consigna de la estacion de tren y se dirige a una calle tranquila del barrio de Florida. Gregor llama a la puerta de una espaciosa villa de estilo neocolonial. Regresa al cabo de una hora, llama de nuevo a la puerta, despues telefonea tres veces, en vano, desde el cafe en que ha buscado refugio. Antes de abandonar Genova, Kurt le ha facilitado un segundo contacto en Buenos Aires: Friedrich Schlottmann, un hombre de negocios aleman, dueno de una floreciente empresa textil. En 1947, Schlottmann financio la exfiltracion de aviadores e ingenieros del ejercito del aire aleman, via los paises escandinavos. <
>, le dijo Kurt. Al llegar a la oficina central de la Sedalana, Gregor exige ver a Schlottmann, pero este va a estar toda la semana de vacaciones. Ante su insistencia, una secretaria lo conduce ante un responsable de recursos humanos, un germano argentino con traje cruzado cuya pinta le desagrada de inmediato. Gregor es candidato a un puesto de gerente, pero, en vez de eso, el joven de pelo aceitoso le ofrece un trabajo de obrero < >: cepillar la lana que llega a diario de Patagonia; es lo que suele darseles a los camaradas recien llegados. Gregor tuerce el gesto, podria saltar a la garganta de aquel mequetrefe. ?El, un hijo de buena familia, con dos doctorados, uno en antropologia y otro en medicina, ponerse a frotar, a friccionar tonsuras de corderos en compania de indios y extranjeros, inmerso en los efluvios de productos toxicos, diez horas al dia, en un suburbio de Buenos Aires? Gregor sale dando un portazo del despacho del empleado y jura retorcerle el pescuezo a Kurt cuando regrese a Europa. 5 Gregor analiza la situacion mientras se toma a sorbos una naranjada. Encontrar un trabajo, aprender cien palabras de espanol cada dia, echarle el guante a Malbranc, un exagente de la red Bolivar de la Abwehr, los servicios de inteligencia nazis; sobrellevar la situacion con paciencia permaneciendo con los dos calabreses aunque podria permitirse un buen hotel. No entiende el dialecto de los meridionales, solo que son veteranos fascistas de la conquista de Abisinia. Unos soldados no lo traicionaran, asi que mejor mantener un perfil bajo y sus preciadas divisas, el futuro es incierto, Gregor nunca ha sido temerario. Avellaneda, La Boca, Monserrat, Congreso…, ante un mapa desplegado, se familiariza con la topografia de Buenos Aires y se siente diminuto ante el damero, insignificante como una pulga, el, que hasta hace poco tenia aterrorizado a todo un Reich. Gregor piensa en otro damero, barracones, camaras de gas, crematorios, vias ferreas, donde paso sus mejores anos como ingeniero de la raza, una ciudad prohibida sumida en el olor acre de carne y pelo socarrados y rodeada de torretas y alambre de espino. En moto, en bicicleta y en coche, circulaba entre las sombras sin rostro, infatigable dandi canibal, botas, guantes y uniforme deslumbrantes, gorra levemente inclinada. Cruzar su mirada y dirigirle la palabra estaba prohibido; sus propios camaradas de la Orden Negra le temian. En la rampa donde se clasificaba a los judios de Europa, ellos estaban borrachos, pero el permanecia sobrio y silbaba entre dientes compases de Tosca con una sonrisa. No abandonarse nunca a un sentimiento humano. La piedad es una debilidad: con un movimiento del fino baston, el omnipotente sellaba la suerte de sus victimas, a la izquierda la muerte inmediata, las camaras de gas, a la derecha la muerte lenta, los trabajos forzados o su laboratorio, el mayor del mundo, que el alimentaba con < > (enanos, gigantes, tullidos, gemelos) con la llegada diaria de los convoyes. Inyectar, medir, sangrar; descuartizar, asesinar, practicar autopsias: a su disposicion, un zoo de ninos cobayas con el fin de desvelar los secretos de la gemelaridad, de producir superhombres y de acrecentar la fecundidad de las alemanas para poblar algun dia con campesinos soldados los territorios del Este arrancados a los eslavos y defender la raza nordica. Guardian de la pureza de la raza y alquimista del hombre nuevo: despues de la guerra le esperaban una formidable carrera universitaria y el reconocimiento del Reich victorioso. Sangre para el suelo, su demencial ambicion, el gran proyecto de Heinrich Himmler, su jefe supremo. Auschwitz, mayo de 1943-enero de 1945. Gregor es el Angel de la Muerte, el doctor Josef Mengele. 6 Bruma, lluvias violentas, el invierno austral se apodera de Buenos Aires y Gregor, tumbado en la cama, se deprime, esta resfriado. Observa la carrera de una cucaracha surgida de un conducto de ventilacion y se estremece bajo las mantas. No se habia sentido tan indispuesto desde el otono de 1944. Los sovieticos se lanzaban al asalto de Europa Central: el sabia que la guerra estaba perdida y no lograba conciliar el sueno, agotado por los nervios. Logro levantar cabeza gracias a su mujer, Irene. Durante el verano ella se presento en Auschwitz y le mostro las primeras fotos de su hijo, Rolf, nacido unos meses antes, y pasaron unas semanas idilicas. Pese a su ingente tarea tras la llegada de cuatrocientos cuarenta mil judios hungaros, vivieron una segunda luna de miel. Las camaras de gas funcionaban a pleno rendimiento; Irene y Josef se banaban en el Sola. Los SS quemaban a hombres, mujeres y ninos en los fosos; Irene y Josef recogian arandanos con los que ella preparaba confituras. Las llamas brotaban de los crematorios; Irene le chupaba el pene a Josef y Josef poseia a Irene. En menos de ocho semanas fueron exterminados mas de trescientos veinte mil judios hungaros. Cuando a comienzos de otono Josef habia amenazado con venirse abajo, Irene permanecio a su lado. Se habian mudado a un nuevo barracon equipado con banera y cocina, y tenian testigos de Jehova a su servicio. Gregor mira el retrato de Irene colocado en la mesita de noche, una foto de 1936, el ano en que se conocieron, en Leipzig. El trabajaba en el hospital universitario, ella estaba de paso, estudiaba historia del arte en Florencia. Un flechazo: la joven tenia diecinueve anos, el cabello rubio y el cuerpo delgado, el porte de una Venus de Cranach, su ideal femenino. Gregor tose y se acuerda de Irene, con un vestido de verano, colgada de su brazo en el Jardin Ingles de Munich; de Irene embobada en el cupe Opel corriendo por las autopistas del Reich el dia de su boda, en visperas de la guerra. Y Gregor se subleva al contemplar por milesima vez los labios finos de su esposa en la fotografia. Se nego a acompanarlo a Argentina con su hijito, a llevar una vida de fugitiva allende el oceano. Mengele figura en la lista estadounidense de criminales de guerra y su nombre ha salido a relucir en varios juicios. -
Duncan (Escoceses 2) de Emma Madden
https://gigalibros.com/duncan-escoceses-2.htmlLe encantaba estar en San Sebastian, en casa de la familia Aramburu, mas aun para ejercer de madrina del primer hijo de su mejor amiga, el pequeno James, que era un bebe precioso. Levanto la vista de su plato y observo a la orgullosa mama, Andrea, sentada a la cabecera de la gran mesa junto a su marido, mientras no perdia de vista a su bebe, que a esas horas de la tarde ya estaba agotado de la atencion excesiva, y los mimos y los carinos de parte de todos sus familiares y amigos. Vio como al fin se levantaba y lo cogia en brazos para llevarselo dentro de la casa y respiro mas tranquila, porque se estaba agobiando de verlo de brazo en brazo como si fuera un trofeo o un peluche. Le sonrio a la abuela materna, que le indico la tarta para que se la comiera, y asintio pensando en escurrirse discretamente tambien porque necesitaba descansar y echar, a ser posible, un suenecito. Hizo amago de levantarse, miro al frente y se encontro de pleno con los ojos oscuros y enormes de ese tio, Duncan Harris, mirandola como si fuera algo suyo. Sin querer fruncio el ceno y el le sonrio con su talante habitual. Tiro la servilleta encima de la mesa, se giro y desaparecio de alli antes de acabar rompiendole un vaso de champagne en la cabeza. -?Ines?, ?va todo bien? -?Que? -se giro para mirar a Andrea y ella la observo en silencio con su bebe en brazos-. Estoy bien, ?que tal tu? -Bien, voy a subir a mi cuarto para darle el pecho. ?Seguro que estas bien?, no has abierto la boca en todo el dia. -?No? -No. ?Quieres contarme algo? Con todo el lio de gente y... ?Ines? -?Que? Dio un paso atras y se la quedo mirando sin hablar, porque hacia semanas que queria contarle algo, pero en ese preciso momento ya no le apetecia nada. Respiro hondo y observo al bebe, que era rubito y tenia unos ojazos azules muy inteligentes. Era igual que su padre, y por un segundo penso en lo feliz que haria a Andrea esa circunstancia, es decir, que su precioso hijito fuera identico al amor de su vida. Trago saliva decidiendo que era idiota por pensar eso, hizo amago de abrir la boca para decir algo, pero su amiga la interrumpio, ahorrandole un monton de explicaciones. -Sube conmigo, me acompanas mientras come y asi charlamos, ?quieres? -No, Andy, mejor hablamos luego. Estoy super cansada, solo necesito una siesta y estare como nueva. ?Vale? -Vale, pero... -Amor, subo contigo. Yo tambien necesito un respiro -Andrew aparecio por su espalda, se adelanto, le quito al nino y se lo comio a besos subiendo las escaleras-. ?Andy? -Si, ya voy -volvio a mirarla a ella y le acaricio el brazo-. Cuando se vaya la gente nos tomamos algo tranquilas y charlamos, ?ok? Hasta ahora. -Hasta ahora. Le sonrio y los observo subir hacia su cuarto con un poco de alivio, porque no queria abrir la caja de los truenos, al menos no ese dia, y giro hacia la parte trasera de la casa donde le habian dejado una habitacion para ella sola. Entro y cerro con pestillo antes de tirarse encima de la cama y cerrar los ojos pensado en todo lo que le venia ocultando a Andrea, la unica persona a la que jamas habia mentido o escondido algo en toda su vida, desde hacia ya demasiado tiempo. Desde todo punto de vista era inadmisible, pero no habia podido evitarlo, porque en el fondo le daba mucha verguenza. Verguenza contarle lo que estaba pasando y verguenza porque no eran unas crias y ya no estaban en edad de andar enredando con tios y amorios absurdos que no iban a ninguna parte. 1 -Anularemos todos los conciertos hasta nueva orden, esto ya es una pandemia y no podemos oponer resistencia... ?Duncan? -?Como? -Miro a su manager a traves de Skype y se dio cuenta de que estaba mas disperso de lo normal-. Disculpa, ?como dices? -Que anularemos todos los conciertos. -Ok, era lo previsible ?no? -Pues si. ?Que piensas hacer tu?, ?donde te vas a quedar?, porque seguramente habra que pasar un confinamiento y sera largo, al menos eso dicen. -Me quedo en Edimburgo, alli tengo el estudio y estoy cerca de mis padres por cualquier cosa. Tu no te preocupes. -Vale, estaremos en contacto. -Por supuesto, Billy, y relajate, ya recuperaremos los conciertos. -Vivien... -Vivien se queda en Londres, en su casa. Nos organizaremos perfectamente. -Muy bien, buen viaje. -Gracias, adios. Billy Ripley, su manager, uno de los mejores y mas famosos del mundo de la musica, le colgo con cara de preocupacion, por supuesto, porque anular veinte conciertos hasta nueva orden era una putada y una perdida de dinero considerable, pero para eso estaban los seguros y su capacidad infalible para rehacer la agenda llegado el momento. Ademas, todo lo que estaba pasando escapaba de su control, asi que no podian hacer nada. Nada salvo tranquilizarse. Todo el planeta estaba alertado por una alerta sanitaria de dimensiones biblicas y ellos no podian resolverlo, esa era la unica realidad, por lo tanto, mas les valia mantener la calma y meterse en sus casas, que era lo que tocaba. Ya volverian a hablar de conciertos y grabaciones de discos, entrevistas y posados de revistas. Ya regresarian a la normalidad, esa normalidad que lo tenia medio loco viajando constantemente y trabajando como un condenado. Si en el fondo hasta le venia bien un paron obligatorio, decidio, estirando las piernas y cerrando los ojos, oyendo a lo lejos como su ahijado, el pequeno James, se ponia a llorar un poquito. Se incorporo y miro hacia el final del jet, donde el unico dormitorio disponible del aparato continuaba con la puerta cerrada. Se lo habia cedido a Andrew, a Andrea y al bebe para que viajaran mas comodos de vuelta a Edimburgo, y la idea de tenerlos tan cerca lo reconforto, porque le encantaba esa familia que habia formado su mejor amigo y a la que consideraba practicamente suya. Se repantigo en su asiento y penso en el bautizo que acababan de celebrar en Espana y en los dos dias estupendos que habian pasado alli. Le encantaba ir a San Sebastian donde la familia de Andrea, de soltera Aramburu, tenia un caserio muy bonito. Le encantaba el ambiente del Pais Vasco, de Donostia, porque en el fondo le recordaba a Escocia, y le encantaba, sobre todo, estar con la familia y los amigos en un marco seguro y acogedor donde a nadie le importaba que fuese famoso, a nadie se le ocurria pedirle selfies o autografos, y donde era uno mas. Solo uno mas de los dos mejores amigos de Andrew McAllen, el afortunado escoces que se habia casado con la preciosa hija pequena de la familia hacia justo ocho anos. La feliz parejita, que habia superado no hacia mucho tiempo un bache enorme en su matrimonio, eran para el el ejemplo a seguir, el matrimonio mas unido que conocia, su pareja favorita, y ahora encima lo acababan de convertir en el padrino de su primer hijo, asi que no podia estar mas contento, ni mas orgulloso. Por eso les habia organizado una fiesta estupenda para su bebe y habia procurado que todo fuera perfecto, maravilloso e inolvidable, y creia, sinceramente, que lo habia conseguido. Salvo por algun detalle que otro, todo habia salido rodado, y eso lo hacia sentir muy satisfecho. Lastima que ese detalle que no habia acabado de encajar le arruinara una parte importante de la diversion. Un escalofrio le recorrio la espalda y se sento mejor pensando en los ojazos verdes de Ines Allard, la mejor amiga de Andrea. Esa tia espectacularmente guapa que en publico no le dirigia la palabra, aunque llevaran tiempo teniendo algun que otro escarceo sexual que a el solia afectar mucho mas de lo conveniente. Se conocian desde hacia anos, porque era la amiga inseparable de la mujer de su colega inseparable, asi que se venian tratando desde hacia una decada, y siempre le habia gustado, aunque ella lo mirara a el como a una especie de cucaracha con Sindrome de Peter Pan, o eso le habia soltado una vez, cuando habia intentado entrarle a saco en una fiesta. Ines Collette Allard Quintana, hija de padre frances y madre espanola, era de Madrid como Andrea, habian estudiado juntas desde la primaria y se querian como hermanas, pero eran muy diferentes. Mientras Andrea era una chica con mucho caracter, pero esencialmente muy dulce, Ines se mostraba al mundo como una depredadora sin alma que triunfaba lo mismo en el trabajo que en su vida personal. Era muy segura de si misma, acababa de cumplir los treinta y tenia un puesto muy importante en una cadena de hoteles. Hablaba como seis idiomas y tenia carrera y master y un curriculo impecable. Es decir, era diametralmente opuesta a las mujeres que el conocia, a las que estaba acostumbrado a conquistar con un chasquear de dedos, y ese hecho lo ponia a cien, para que lo iba a negar. Le sacaba diez anos, asi que cuando la habia conocido le habia parecido una cria con infulas, pero el tiempo habia demostrado que tenia talento y era muy lista. Era una luchadora nata, una guerrera y una malhablada, y eso le encantaba. Desde el minuto uno, no habian tenido demasiada sintonia, porque ella los miraba a todos, desde Andrew pasando por Ewan hasta el, como una panda de asaltacunas. El tenia treinta y tres anos cuando Andrew se habia casado con Andrea, una alumna suya de la universidad, de solo veintitres anos, que lo habia vuelto loco de amor en cuestion de semanas, asi que Ines los observaba con distancia, pero pasado los anos las edades empezaron a dar igual y comenzaron a alternar mas y a reirse juntos, y a charlar, hasta que el le habia tirado los tejos y ella se habia puesto hecha una furia. Desde ese mismo momento la cosa empezo a ponerse tensa y cuando, hacia unos tres anos, una crisis tremenda entre Andrew y Andrea los habia pillado juntos en Edimburgo, tristes y frustrados por sus amigos, y habian pasado de consolarse a darse un beso e inmediatamente a echar un polvo desaforado en su casa, el asunto se habia vuelto muy inestable, explosivo, y su relacion, otrora cordial, se habia convertido en un pequeno infierno. Desde entonces los Andys (Andrew y Andrea) se habian separado, se habian reconciliado, se habian quedado embarazados y habian tenido a James, a la par que ellos se veian, se lanzaban pullas, discutian y acababan en la cama. En ese orden. Orden que se volvia a repetir si el lograba coincidir con ella en alguna parte del mundo porque, obviamente, nunca respondia a sus llamadas y rechazaba todas sus invitaciones. Ella se resistia, el insistia y terminaban echando unos polvos memorables, porque tenian una quimica excepcional, eso si, en el mas absoluto secreto, porque nadie sabia, ni imaginaba, que eran amantes ocasionales. Asi llevaban unos tres anos y calculaba que se habian acostado solo una treintena de veces, y acostar era mucho decir, porque normalmente era un "aqui te pillo, aqui te mato", sin cortejos, ni preliminares, ni siquiera una cama, y luego si te he visto no me acuerdo, porque ella solia acabar enfadada y jurandole que eso no volveria a pasar. Le hacia mucha gracia esa actitud suya, porque sabia que, si se cruzaban, fuera donde fuera, no podrian evitar lanzarse el uno en los brazos del otro. Estaba predestinado y era una gozada, porque estaba buenisima y era una fiera. Ines era una mujer espectacular y a veces insoportable, pero a el le gustaba, y llevaba ya mucho tiempo resignado a que lo ignorara en publico o lo tratara fatal, eso era parte del juego, y lo ponia hasta cachondo. Lastima que la cosa se hubiese desmadrado bastante mas de lo necesario durante el bautizo de James. Ambos eran los padrinos del bebe, todo apuntaba a que seria un fin de semana estupendo, pero ella habia aparecido la noche previa al evento en su hotel de San Sebastian para ponerlo de vuelta y media porque se habia enterado de que se estaba acostando con una colega suya de Nueva York. -Me parece perfecto que te tires a medio planeta, pero no te acerques a mis companeras de trabajo y mucho menos les cuentes que te has acostado conmigo. ?Sabes lo cotillas que son en mi empresa? -le habia soltado en el hall del hotel, un minuto antes de salir hacia un restaurante donde habia organizado una cena prebautizo con los mas allegados. -No se de que me hablas. -?Brittany Strong?, ?rubia, alta y con unas tetas enormes?. Te la presente yo, Duncan, no te hagas el ingenuo conmigo. -Si, la veo cada vez que paso por Nueva York, pero nunca le he hablado de ti. No le hablo a nadie de ti, lo tengo prohibido, ?recuerdas? -Pues ella dice que le contaste nuestro "rollo", cuando yo no tengo ningun rollo contigo, asi que, por favor, no andes soltando sandeces por ahi, porque me pueden perjudicar. -?Perjudicar?, ?por que? -No quiero que la gente cotillee sobre mi vida privada. -?Que vida privada?, ?tienes vida privada? -!Vete a la mierda, tio! Le habia soltado antes de girarse para dejarlo plantado en medio de la recepcion del hotel, aunque si se habia presentado en la cena para cumplir con la familia, y luego se habian ido de juerga, pero no le habia permitido ni acercarse. Y al dia siguiente, antes del bautizo, cuando intento dialogar y templar los animos, habia sido aun peor y habian acabado la fiesta sin mirarse, ella seria y callada, con la escopeta cargada, cuando en realidad lo que seguro le apetecia, el lo sabia bien, era echar un buen polvo contra el capo de un coche. -Hola, capullo. -Andy, tio, ?que tal? -salto y observo como su amigo se le sentaba enfrente. -Ya vamos a aterrizar. -Si, ?Jamie y Andrea? -Ahora vienen. -Lo he oido llorar. -Desperto con hambre, como siempre, es un gloton impaciente. -Se nota que es escoces -Andrew asintio sonriendo y luego lo miro a los ojos. -?Asi que tendras que cancelar todos los conciertos?, lo he leido en Internet. Es fantastico que el avion tenga WiFi, ?no? -Casi todos los aviones van incorporando el WiFi, hermano. Tu es que vives en el siglo XIX. -Afortunadamente -le sonrio- ?Es verdad lo de las cancelaciones? -Si, por la pandemia, pero en realidad no me importa. Necesito un descanso. Tengo que componer y este tiempo de reclusion me vendra de perlas. -Estupendo entonces, aunque no para tus fans. -Los aplazaremos y pronto les daremos otras fechas. No hay de que preocuparse. -Vale y ?que paso con Ines? -?Ines?, ?por que? -levanto las cejas con cara de inocente y Andrew se encogio de hombros. -No se, Andy esta preocupada, dice que os estabais peleando justo antes de la ceremonia y como Ines termino yendose sin despedirse, pues... -Lo que le hace falta a esa amiguita vuestra es un buen polvo -sonrio y oyo como el comandante anunciaba que estaban a punto de aterrizar. -Siempre tan politicamente correcto, chaval. -Politicamente correcto o no, tengo razon, creeme.
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Estocolmo de noche de Caridad Bernal Perez
https://gigalibros.com/estocolmo-de-noche.htmlElla no buscaba historias con final feliz, sino ser feliz en su propia historia.
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AMOS Y MAZMORRAS XI de Lena Valenti
https://gigalibros.com/amos-y-mazmorras-xi.htmlEL REINO DE LOS CALAVERA YA ESTA EN MARCHA.
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Yeruldelgger 2, tiempos salvajes de Ian Manook
https://gigalibros.com/yeruldelgger-2-tiempos-salvajes.htmlEn medio de las gelidas estepas mongolas, la inspectora Oyun, ayudante del comisario Yeruldelgger, se topa con una escena dificil de interpretar: un jinete y su caballo yacen aplastados bajo el lomo de una hembra de yak que parece haber caido del cielo. La misma sorpresa experimenta su jefe cuando, en un desfiladero del macizo del Otgontenger, se descubre el cadaver de un hombre que solo puede haber acabado ahi… precipitandose desde las alturas. Y para cerrar el circulo de hechos insolitos, el mismo comisario es detenido como sospechoso del asesinato de Colette, una amiga prostituta a la que habia ayudado a rehacer su vida. Sumido en la perplejidad y temiendo ser victima de una trampa, Yeruldelgger acomete una investigacion clandestina que generara tensiones con su equipo, reabrira viejas heridas con su hija Saraa y provocara la intervencion de los maestros shaolin del septimo monasterio en el que fue criado. Pero la situacion da un vuelco completo con el hallazgo de los cuerpos sin vida de un grupo de ninos dentro de un contenedor en el puerto de El Havre. Pese a los miles de kilometros que separan Mongolia de Francia, las pistas acabaran por cruzarse para destapar un caso de corrupcion y abusos a todos los niveles que afecta a las mas altas esferas de diversos paises, desde Europa hasta Asia.
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Que se Levanten los Muertos de Fred Vargas
https://gigalibros.com/que-se-levanten-los-muertos.htmlDespues de El hombre de los circulos azules, en esta nueva intriga policiaca nos encontramos a <
>: Mathias, Lucien y Marc, tres jovenes historiadores en paro y sin un centimo, que intentaran resolver un caso muy complicado. Mathias es duro, casi de piedra, como la edad prehistorica de la que se ocupa; Lucien es un estudioso de la Primera Guerra Mundial, y Marc, un medievalista muy nervioso. No parecen el equipo idoneo para resolver un caso de homicidio que hunde sus raices en un pasado lejano, lleno de rencor y celos. Pero, a veces, la intuicion y la capacidad de analisis consiguen mas de lo que se pueda imaginar. El escenario: una calle del centro de Paris, donde todo el mundo se conoce y nada pasa desapercibido. En esta nueva entrega, Fred Vargas, con mucha ironia y un enorme talento, elige como protagonistas gente comun, con sus milagros y desastres cotidianos. -
Lissy de Luca D’andrea
https://gigalibros.com/lissy.htmlDos golpes ligeros y estas palabras: Crunch, crunch, crunch. ?Quien roe, roe? ?Quien mi casita me come? Marlene, veintidos anos, un metro sesenta, o algo mas, ojos color azul melancolia, un lunar al final de la sonrisa, indudablemente hermosa e indudablemente asustada, se miro reflejada en el acero de la caja fuerte y se dijo a si misma que era idiota. Era metal, no el mazapan del cuento. Y no habia ninguna bruja en las inmediaciones. Es el miedo, se dijo, solo es eso. Movio los hombros, dejo de respirar, como su padre antes de apretar el gatillo de la escopeta, vacio los pulmones y volvio a concentrarse. Las brujas no existian. Los cuentos mentian. Solo la vida importaba, y Marlene se preparaba para cambiar la suya definitivamente. La combinacion era facil de recordar. Uno. Tres. Dos. Luego un cuatro. Un giro de muneca, otra vez cuatro y ya estaba. Tan simple que las manos de Marlene lo hicieron todo por si solas. Aferro el tirador de acero, lo bajo y apreto los dientes. Un tesoro. Fajos de billetes de banco apilados como lena para la Stube . Una pistola, una caja de municiones y una bolsita de terciopelo. Por debajo de la caja asomaba una libreta que valia mas que todo ese dinero multiplicado por cien. Habia sangre y tal vez incluso un par de cadenas perpetuas guardadas entre sus paginas arrugadas: una interminable lista de acreedores y deudores, nombres de amigos y de amigos de amigos escritos con la caligrafia pequena, delgada e inclinada de Herr Wegener. Marlene no le dedico un segundo vistazo. No le interesaban la pistola, las balas ni los fajos de billetes. La bolsita de terciopelo, en cambio, hizo que le sudaran las palmas de las manos. Conocia su contenido, conocia su poder, y estaba aterrada. El suyo no era un simple robo. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo que la mujer joven estaba haciendo con el corazon en un puno era… traicion. Marlene Taufer in Wegener, legitima esposa de Robert Wegener. El hombre frente al que todo el mundo se quitaba el sombrero: cuarenta anos transcurridos en la construccion de una carrera hecha de intimidaciones, contrabando, emboscadas y asesinatos. Nadie bromeaba con un hombre como Wegener. Nadie se atrevia ni a utilizar siquiera su nombre de pila. Para todo el mundo Robert Wegener era Herr Wegener. Incluso para ella. Marlene. Su esposa. Espabila. El tiempo apremia. Sin embargo, tal vez precisamente debido al acoso de las agujas del reloj, durante un parentesis entre un tic y un tac, cuando Marlene abrio la bolsita de terciopelo, la fabula volvio a tomar la delantera sobre la realidad y la mirada de la mujer joven se cruzo con la azul, profunda y terrible, de criaturas minusculas y puntiagudas. Cobolds. Le parecio incluso obvio. A los cobolds les gustaba el metal, el frio y la muerte: caja fuerte, pistola, dinero y libreta. Un nido perfecto. Los cobolds reaccionaron con ferocidad ante ese allanamiento. Se apoderaron de la luz de la habitacion, la apresaron en sus ojitos crueles y la transformaron en un destilado de odio tan salvaje que por poco a Marlene no se le cayo la bolsita de los dedos. Eso la hizo volver al presente. A la caja fuerte completamente abierta. A la villa en el Passirio. Es decir, a la realidad. La bolsita de terciopelo estaba repleta de zafiros. Carbono condensado que, debido a una broma de la fisica, habia aprendido a brillar como una estrella. Toda, o casi toda, la fortuna de Herr Wegener apretada en su puno. Pero nada de brujas ni de cobolds. Porque, se dijo de nuevo Marlene, no existian las brujas, ni tampoco los cobolds; en cambio, esas piedras preciosas no solo eran reales, sino que tambien eran la llave para su nueva vida. Siempre y cuando dejara de perder el tiempo y se largara. Sin prestar mas atencion al mundo de los cuentos, y sin pensar en la cadena de consecuencias que acababa de poner en marcha, Marlene cerro la bolsita, la escondio en el bolsillo interior de su chaqueta acolchada, cerro la caja fuerte, la oculto detras del cuadro, enderezo la espalda, le dio un toquecito a un mechon que amenazaba con acabar dentro de los ojos y dejo atras el dormitorio. Recorrio el pasillo, un tramo de escaleras, el salon, el vestibulo con innumerables espejos, la escalinata exterior. La noche la acogio con una suave brisa que soplaba del norte. No se detuvo. Puso en marcha el Fiat 130 gris y se marcho. La villa que se desvanecia en el espejo retrovisor. El discurrir de las farolas. La alianza de oro tirada por la ventanilla sin volver a pensarselo. La ciudad dormida. El desguace. Una parada rapida y, gracias a un abultado sobre de dinero, el Fiat 130 se convirtio en un Mercedes W114 color crema, con matricula <
>, la documentacion en regla, los neumaticos recien estrenados y el deposito lleno. Nada de gracias. Nada de saludos. Directa hacia el oeste. Aparte de los primeros copos de nieve, todo iba de acuerdo con los planes. Al menos hasta el puesto de control a pocos kilometros de Malles. Un autentico engorro. Al final de una serie de curvas que Marlene habia empezado a enfilar, vio una furgoneta con las luces de emergencia apagadas y un par de carabineros con el aspecto de alguien que se esta muriendo de frio. O de sueno. O de quien, furtivo, esta esperando a alguien o algo. Herr Wegener tenia ojos y oidos en todas partes. Tambien entre los uniformes. De manera que: ?tentar a la suerte o cambiar de itinerario? Si no fuera por la ansiedad y el miedo, Marlene habria podido mantener todavia su plan a salvo de los imprevistos. Sin embargo, la ansiedad, el miedo y la nieve cada vez mas densa la llevaron a pisar el freno, cambiar de sentido y enfilar una carretera secundaria, desencadenando una nueva serie de acontecimientos. La carretera secundaria la llevo a otra, aun mas estrecha y sinuosa, que atravesaba un pueblecito sumido en el sueno hasta un cruce (?derecha o izquierda?, ?cara o cruz?), y aun mas adelante, con la nieve que se acumulaba en capas. Y cuando el coche empezo a dar bandazos, la chica con el lunar al final de la sonrisa decidio continuar de todos modos, con un ojo puesto en la calzada cada vez mas empinada y otro en el mapa en el que, no hace falta decirlo, ese paso (malditos sean ellos y sus mapas llenos de errores) no aparecia marcado. No era cierto. El mapa era inexacto, tal vez, como todos los demas, ?pero erroneo? Era de 1974, y en 1974 el hombre ya habia dejado su huella en el polvo lunar: no era posible que un mapa se equivocara. Marlene simplemente tendria que haber estacionado, echar el freno de mano, encender la luz del interior, respirar profundamente un par de veces y verificar mejor. Las cosas habrian ido de otra manera. Pero Marlene no se detuvo. A la ansiedad se le habia anadido la incredulidad de quien descubre que se ha perdido. Dale gas, pero adagio , se dijo, y sigue adelante. Tarde o temprano la carretera conducira a alguna parte. Un pueblo, un refugio, una explanada. Se sentiria satisfecha incluso con un espacio abierto que fuera lo bastante ancho para consentirle maniobrar y volver atras, dispuesta a desafiar el puesto de control: cualquier cosa con tal de interrumpir esa nueva e inexorable secuencia de acontecimientos y retomar el control de su propio destino. No fue asi. Tal vez la nieve, tal vez los ojos que no podian despegarse del mapa; en cualquier caso, Marlene percibio de repente que el Mercedes perdia adherencia, derrapaba a la izquierda, hacia un trompo y volaba . Fue horroroso. La negrura barrida por los faros. La nieve oscura que remolinaba en enjambres. Las fauces del precipicio. Los troncos de los arboles, inmoviles y perfectamente perceptibles en todos sus detalles. La colision. Violenta. Un fogonazo de dolor sofocado por el ruido de chapas rasgadas. Un aullido infernal, esta vez si, demasiado parecido al chirrido de la puerta de la bruja. Marlene grito el nombre de Dios. Y mientras la montana, negra y sin nombre, se cernia sobre ella, su grito se convirtio en un jadeo. Pero fue el amor lo ultimo que invoco. El amor que la habia empujado a traicionar al hombre mas peligroso que habia conocido en su vida. Ese amor que tenia un nombre. --Klaus. La ultima palabra de Marlene antes de la oscuridad. 3 Casi al amanecer. De no haber sido por el reloj, nadie se habria dado cuenta. La nevada se habia convertido en una tormenta de nieve. No habia nada de luz en el exterior, tan solo una neblina blanca. Tampoco habia nada de luz dentro de la habitacion. La arana de cristal parecia incapaz de iluminar nada, limitandose a dibujar una masa informe en el suelo. Si uno la observaba largo rato, se arriesgaba a que le asaltaran malos pensamientos. Tanto el hombre como la mujer evitaban hacerlo. Se parecia demasiado a una mancha de sangre. Aparte del tictac del reloj de pendulo y de su respiracion, solo habia silencio. La mujer estaba sentada en una butaca, las manos entrelazadas sobre los muslos apretados. Rigida como un soldadito de plomo, los rasgos faciales cristalizados en una mueca que la envejecia una decada. Llevaba una especie de uniforme. La falda hasta la rodilla, un delantal muy blanco y el pelo recogido en una trenza. De no ser por la expresion cenuda (?o asustada?), habria sido hermosa. Se llamaba Helene, y desde hacia mas de cinco anos era el ama de llaves en la villa del Passirio. Hacia mas o menos el doble de tiempo que habia dejado de morderse las unas. Esa habia sido una de las primeras lecciones en la Escuela de Economia Domestica de Bresanona, donde aprendio los fundamentos del oficio. Las manos de una buena ama de llaves, le explicaron sus profesores, son su tarjeta de visita. Nunca sucias, siempre arregladas, bien cuidadas. Dejar de morderse las unas habia sido casi como dejar de fumar, pero luego se acostumbro a ello. Durante anos la idea de volver al viejo habito ni siquiera se le habia pasado por la cabeza. Hasta que empezaron los gritos. ?Que clase de hombre podia emitir semejantes sonidos? Basto solo un instante y volvio a caer. Mordisqueaba, roia, y cuando los dientes alcanzaban la carne viva, Helene, con un gesto irritado, dejaba caer sus manos sobre el regazo para martirizarse el delantal. Luego empezaba de nuevo. Manos. Boca. Unas. Dientes. Una pequena punzada de dolor. Delantal. Y otra vez mas, desde el principio. Helene habia intercambiado una unica mirada con el hombre alli de pie, apoyado en la gran chimenea que nadie usaba nunca. Una unica mirada. Mas que elocuente. El hombre se llamaba Moritz. Habia cumplido recientemente los treinta, tenia unas ojeras como hematomas y una pistola automatica en una funda, oculta bajo la americana de su traje oscuro. Por regla general, ese traje le sentaba de maravilla. Habia pagado por el una cantidad desorbitada, pero habia valido la pena. Se lo decia por las mananas, mientras se hacia el nudo de la corbata o le daba un ultimo retoque al pelo engominado, y se lo confirmaba el interes de las mujeres con las que se cruzaba por las calles del centro. En ese amanecer, en cambio, con o sin traje oscuro, Moritz se habria sentido en cualquier caso incorrecto y torpe como un espantapajaros. Porque cuando sus ojos se reflejaron en los de Helene, el hombre de la pistola vio algo que lo aterro. Una mirada de las que habia ya captado bastantes, desde que entrara a formar parte del circulo de Herr Wegener. La mirada de una victima. Y eso no estaba bien. No estaba bien, porque Moritz era un hombre sencillo que dividia el mundo con el lanzamiento de una monedita. ?Victima o verdugo? Facil: nada mejor que el sonido de una nariz al romperse. Con su metro noventa y sus noventa kilos de peso, y su propension natural a la violencia, Moritz nunca habia sentido el miedo de la victima. Hasta el momento en que, reflejandose en los ojos de Helene, se pregunto: <>. Pero tambien: <>. Por eso dejo de mirar al ama de llaves. Y la mancha en el suelo de la habitacion. Demasiadas, demasiadas preguntas. Moritz odiaba las preguntas. Porque a las preguntas uno no podia romperles la nariz. A las preguntas no les podia meter una bala en el corazon (y otra en la cabeza, por seguridad) y hacer que se callaran para siempre. Las preguntas eran como esos insectos repugnantes, todo boca y paciencia que, famelicos y canallas, eran capaces de derrumbar incluso el mas solido de los castillos. Silencio. Eso es lo que le habria gustado a Moritz. Pasar por completo de los gritos y desaparecer durante unos minutos. Los suficientes como para ahuyentar los malos pensamientos. Un cigarrillo en el jardin. O una copita de brandi. Pero las ordenes eran las ordenes. Las ordenes, para alguien como Moritz, le cortaban la cabeza a los signos de interrogacion. Marcaban la frontera entre lo que se podia hacer y lo que estaba prohibido. Las ordenes trazaban una linea recta, simple, y el era un hombre simple. Ademas, hacian que la desobediencia fuera mucho mas emocionante. Y era esto, si queremos ser sinceros hasta el fondo, lo que le habia provocado problemas. Asi que Moritz permanecia inmovil, erguido en su traje oscuro, apoyado en la chimenea apagada. Escuchando los gritos y sintiendo el peso de la automatica, que lo aplastaba contra el suelo. Sobre la mancha informe del suelo. Helene, sin embargo, tenia una vision mas compleja del mundo. No existian unicamente el blanco y el negro. La obediencia y la transgresion, las victimas y los verdugos. Habia todo un oceano de grises en los que navegar. Bastaba poco para transformar una orden en un consejo y los consejos no eran trampas, siempre ofrecian alguna escapatoria. Sus obligaciones, por ejemplo, guardaban relacion con la villa. No con su empleador. Villa y empleador eran dos cosas diferentes. Aqui habia una via de escape. Cuando decidio que ya habia tenido suficiente de aquellos gritos, Helene se levanto de golpe y salio de la habitacion. Silenciosa como un fantasma. 4 El amanecer. Mas que verla la sintio en los huesos. No habria podido hacer otra cosa. Las ventanas que daban al jardin estaban cerradas. Solo la pantalla de una lampara, rota pero aun en funcionamiento, iluminaba la habitacion sumida en el caos. Armarios completamente abiertos, cajones fuera de sitio, mantas y ropa hechas jirones, una infinidad de papeles, joyas, cuadros, libros (menos uno) por los suelos, victimas inocentes de su furia. En el centro de la sala, toda ella de estuco y con cortinas de terciopelo bordadas en oro, sentado en la cama sin hacer, Herr Wegener se dio cuenta de que si no dejaba de gritar y empezaba a razonar de manera lucida y racional todos los logros que lo habian llevado a ser lo que era se convertirian en una montana de estiercol y esfuerzo desperdiciado. El autocontrol habia sido durante anos su orgullo. Los nervios de acero y la sangre fria le habian permitido llevar la batuta de lo que, en secreto, habia bautizado como < >. Un imperio listo para dar el salto que, ese era el plan, le consentiria elevarse desde el rango del hombre ante el que uno se quita el sombrero al del hombre en cuya presencia es obligatoria una genuflexion . En ese gelido amanecer, por mucho que se esforzara en recuperarlo, el autocontrol seguia siendo una quimera. Lo era porque Wegener no queria creer lo que sus nervios de acero y su sangre fria le sugerian. Y la que era la unica y simple explicacion: Marlene. Imposible. Marlene nunca lo habria traicionado. Marlene era su esposa. Marlene era la mujer a la que amaba. Por encima de todo, Marlene era una mujer y nunca se habia visto que una mujer lograra joder a alguien como el. O tal vez si, tal vez en algunas partes del mundo habia mujeres capaces de atreverse a tanto, pero Wegener estaba seguro de que Marlene no pertenecia a esa categoria. Ni en broma. Nervios de acero y sangre fria no estaban de acuerdo. No hacian mas que repetirselo. Ha sido ella, ha sido ella, ella, ella. -
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Marina tendra que pagar el precio que el Laird de Ruthvencastle le imponga. -
Quizas me quede manana de Lorenzo Marone
https://gigalibros.com/quizas-me-quede-manana.htmlTodos intentamos emprender el vuelo, para luego, por la noche, resguardarnos bajo la pergola de nuestros pequenos gestos cotidianos. Ser rutinario no quiere decir ser un fracasado. Los ninos son rutinarios. Y los perros. Y son lo mejor que hay en el mundo.
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Te encontre en la marea de Paula Rivers
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El Plan C de Anna Polux
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Una lista de propositos y treinta noches de verano de Yanira Garcia
https://gigalibros.com/una-lista-de-propositos-y-treinta-noches-de-verano.htmlPodria empezar mi historia presentandome y, quiza, hablando de mi; mi nombre, apellido, edad, de donde soy o contaros que tengo una hermana gemela, claro, podria; pero creo que es mejor hablar de el, pues es el culpable de esta historia. El, Axel, que ya su nombre suena exactamente a eso, a pecado, justamente a lo que es. Podria decir que es un hombre sencillo y que no es capaz de trastocar tu mundo y el de todo el que se cruza por su camino, sobre todo, si hablamos de feminas; pero, no, el caso es que el unico mundo que decidio poner patas arriba fue el mio y yo, yo me sentia una veleta con el cerca. Puede que si deba deciros que todo empezo con un cambio de vida y tachando de mi lista uno de esos propositos que tanto me definen, pero creo que seria mas sencillo aceptar que la vida te tiene preparado un camino y que siempre terminaras cogiendolo, aunque te empenes en dar un rodeo. Axel llego a mi vida como el verano llega tras la primavera. Ponte unas chanclas, un pantalon corto y deja que lo que hay dentro de estas paginas te cuente mi verano, el verano que cambio nuestras vidas.
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Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enriquez
https://gigalibros.com/las-cosas-que-perdimos-en-el-fuego.htmlEl mundo de Mariana Enriquez no tiene por que ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo. Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insolita. Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imagenes que jamas conseguira sacarse de la cabeza. Las autodenominadas <
>, que protestan contra una forma extrema de violencia domestica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las unas y las pestanas, y otra que intenta ayudarla; los anos de apagones dictados por el gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo seran hasta que la muerte las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que solo tenia nueve anos; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios abandonados o encantados… En estos once cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de si mismo para seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen en el momento menos esperado. Ya sea una trabajadora social, una policia o un guia turistico, los protagonistas luchan por apadrinar a seres socialmente invisibles, indagando asi en el peso de la culpa, la compasion, la crueldad, las dificultades de la convivencia, y en un terror tan hondo como verosimil. Mariana Enriquez es una de las narradoras mas valientes y sorprendentes del siglo XXI, no solo de la nueva literatura argentina a cargo de escritores nacidos durante la dictadura sino de la literatura de cualquier pais o lengua. Mariana Enriquez transforma generos literarios en recursos narrativos, desde la novela negra hasta el realismo sucio, pasando por el terror, la cronica y el humor, y ahonda con dolor y belleza en las raices, las llamas y las tinieblas de toda existencia. -
Con aroma a madera de Luz Barreras
https://gigalibros.com/con-aroma-a-madera.htmlUna historia que nos recuerda que cada dia tiene mil cuatrocientos cuarenta minutos para vivirlos, que las cosas sencillas de la vida pueden obrar magia y que hay muchos caminos para llegar al hogar.
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La marca de Sara de Elena Garcia
https://gigalibros.com/la-marca-de-sara.htmlSara es una estudiante de 20 anos que, tras la repentina muerte de su padre por culpa de los problemas economicos que acechan a su familia, se ve forzada a abandonar la carrera universitaria que cursa.
Estos graves problemas economicos por los que estan pasando le obligan a buscar un empleo para evitar que una orden judicial se aduene de lo unico que tienen: su hogar. Ahi vive junto a su madre, enferma, y sus hermanos, de 14 y 9 anos. Su inexperiencia en el mundo laboral la lleva directamente a una trampa, y cuando se da cuenta de ello ya parece demasiado tarde.
?Quien es ese hombre que parece querer ayudarla? ?Podra confiar en el? ?Tiene otra opcion? -
Somos lo que hablamos de Luis Rojas Marcos
https://gigalibros.com/somos-lo-que-hablamos.htmlDescubre el inmenso poder terapeutico del habla. Un texto interesante, emotivo e imprescindible sobre la importancia y los beneficios de hablar para comunicarnos asi como de hablarnos a nosotros.