• libro hueles a lluvia - Dona Ter

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    Agotada. Felizmente agotada. Asi se sentia Chloe cuando salio del edificio donde habia pasado el dia trabajando. Reunion tras reunion. Era lo que menos le gustaba, ella preferia el trabajo de campo, de laboratorio para ser mas exactos; el resto era pura obligacion que siempre esperaba hasta el ultimo momento para hacerla. Lo suyo eran las esencias, la burocracia no le inspiraba nada. Saco el telefono y se puso a revisar los mensajes y llamadas, solo levanto la cabeza para fijarse en que habia un taxi parado frente a ella. Abrio la puerta y se subio en el. Estaba tan despistada, algo que su madre le recriminaba desde nina, que ni se dio cuenta que el taxista no espero a tener un destino para perderse entre las callejuelas de la ciudad. Otro problema que su progenitora le recordaba continuamente, dejarse llevar y no ser consciente de lo que pasaba a su alrededor. Cerca de ella, una melodia distorsionada, y bastante mal afinada, la hizo reaccionar. --Perdone, pero no recuerdo haberle dicho a donde quiero ir --advirtio Chloe al volver a la realidad pero sin despegar los ojos del telefono. Estaban parados en un semaforo, y a pesar de la llovizna, un ciclista estaba parado junto a ella apoyandose en el cristal y canturreando una cancion. Le parecio que era un villancico, un aviso en forma de cancion de la epoca en la que estaban. No habia mas hojas en el calendario, otro ano mas que pasaba, pero ese habia sido tan especial que aun le costaba reaccionar y asimilar todo lo ocurrido. --Lo se, pero se donde llevarla. Esa voz eclipso a Chloe, sin ser consciente, sus labios esbozaron una sonrisa, cerro los ojos y su mente se perdio en los recuerdos. Dos anos antes. Nervioso y loco. Sobre todo un "loco chiflado" es lo que se repetia una y otra vez Paul, sentado en su taxi esperando en la calle frente a un hotel. En lugar de aprovechar el mal tiempo que hacia aquel domingo por la tarde de mediados de marzo en Paris y hacer algo de dinero, sobre todo llevando a turistas que no querian mojarse, el habia decido esperar alli sentado. Creia en las casualidades, pero tambien que a veces hay que provocar la situacion para que ocurran. Por eso estaba alli, "esperando" su oportunidad. El amor incita a hacer locuras, eso todo el mundo lo sabia, fueran, o no, creyentes de Cupido; ademas estaba en la Ciudad del Amor, ?que se podia esperar? Que ocurriera, era solo cuestion de tiempo y parecia que habia llegado su momento. Tentado estuvo, pero aun no lo habia hecho, de llamar a su hermana Marion y contarselo. Ella, que con sus veinte anos era un romantica de libro, ella que creia ver amor, miradas dilatadas, almas de colores buscando su gemela en cada hombre que se cruzaba, estaria entusiasmada de que por fin el hubiera sucumbido. Refunfuno para si mismo, pero una sonrisa ladeada escapo de sus labios. Si hasta se habia puesto una camisa, que habia planchado instantes antes de salir de casa, lo nunca visto. El que era de camisetas con todo tipo de logos y colores, el de tejanos y zapatillas, el que lo de afeitarse era algo semanal y no ir a cortarse el pelo hasta que no le tapaba los ojos... se miro en el espejo del retrovisor como si con ese gesto pudiera ver algo que no hubiera visto en los ultimos veintiseis anos... Sabia que no era feo, pero tampoco un hombre irresistible. Era alto y delgado, pero no porque se privara ni machacara su cuerpo en gimnasio, habia nacido asi. Moreno, ojos verdes, nariz un poco aguilena, cara cuadrada, labios gruesos... nada resaltable, un conjunto de lo mas banal. Marion siempre le recordaba que no esperara que las chicas se le tiraran encima a la primera, "tu tienes "charme" ese encanto para seducirlas cuando te conocen, y esa es tu arma, porque luego no querran soltarte". <>, se repetia Paul, pero la sobrecarga adrenalina que llevaba desde el viernes le hacia sentir de algun modo mas vivo y con ganas de seguir esa aventura. Todo habia empezado el viernes noche cuando sobre las ocho habia acompanado a una chica desde la estacion de Montparnasse hasta su hotel en la zona de le Marais. La gente no presta atencion a lo que dice en un taxi, hablan por telefono como si estuvieran solos, detalles que frente a un desconocido nunca se les ocurriria hablar, alli dentro, parecian olvidarlo. Habia escuchado de todo, cerrar temas espinosos de contratos, citas clandestinas, peleas, palabras de amor, donde esconder las llaves o hasta la clave de ordenador de oficina... Todo ello era lo que habia llevado a escoger ese trabajo. Paul tenia una libreta siempre a mano, donde iba apuntando algunas frases, anecdotas. La inspiracion nunca sabia por donde podia aparecer. Y la chica de aquel viernes era todo un enigma. Habia algo en aquella mujer que cada vez que pensaba en ella le era imposible no suspirar como un adolescente. Desde que se subio al coche y la vio deshacerse el panuelo que llevaba en el cuello, sus ojos se habian quedado prendados por la sonrisa que ella le ofrecio al darle la direccion del hotel. El telefono de la pasajera sono y Paul se obligo a mirar hacia delante y hacer su trabajo. Con mas interes que otras veces, presto atencion a todo lo que ella decia mientras contestaba la llamada. Era una tal Annette, pronto entendio que era una amiga. En un viaje de media hora escasa, sabia que sus abuelos se habian ido a Benidorm en busca del sol y le habian dejado a ella a Coco, un loro parlanchin que tenia prediccion por Edith Piaff y desde entonces en casa solo se oia a la reina de la musette [1]francesa. Que esa misma manana se habia peleado con el que imaginaba era su novio, un tal Rene, el habia esperado hasta el ultimo momento para decirle que no la acompanaba en su viaje a Paris, y ella, harta de harta de tanta discusion, habia decidido poner fin y con palabras texturales "ir sin equipaje a la ciudad del amor". Y alli estaba el ahora, apurando el segundo cafe, ya frio de aquella tarde. Un paquete de galletas ya vacio tirado sin miramientos sobre el asiento del copiloto, junto a una libreta... y la musica de la radio sonando bajito para que no le impidiera pensar y afectara a sus frescos recuerdos. En la conversacion le recordo a Annette la hora exacta de llegada para que la fuera a buscar a la estacion, las nueve y treinta y seis minutos. Eso, junto el comentario "al pasar por Poitiers he saludado con la mano como me dijiste, aunque dudo que tu madre me viera" y algo sobre una patisserie [2] llamada David y sus famosos eclairs que no tenian nada que envidiar a las conocidas pastelerias parisinas eran las pistas que aquella noche utilizo Paul en su casa para descubrir de donde era la chica y a que hora salia su tren. "!Burdeos, te encontre!, Grito feliz." Cuando la vio salir, el corazon le empezo a bombear con rapidez, igual que un sabueso detras del maldito hueso de plastico, levanto los brazos en senal de victoria, ni que hubiera ganado la Champions. Se planteo hasta cambiar de oficio. No se le daba tan mal ser espia. Puso la luz en verde y se acerco a ella. Verla de nuevo fue una confirmacion que la espera habia valido la pena. No sabia como describirla, el era un hombre, solo llegaba a decir que llevaba el mismo chaqueton rojo y los zapatos de tacon del mismo color del viernes. Solo se le ocurrian palabras como elegante, sensual, preciosa. Siguio con precision cada paso de ella, el bamboleo sensual que hacia al caminar hacia el, completamente ignorante de los ojos hambrientos con los que Paul la observaba. Se bajo de un salto y abrio el maletero para guardar el pequeno equipaje que ella llevaba. --A la estacion de Montparnasse, por favor --dijo Chloe antes de resguardarse en el interior, se la quedo mirando absorto aun pensando en la suerte que habia tenido. Vale que el habia ayudado un poco a que se diera "esa" casualidad, ya que llevaba mas de dos horas frente a aquel hotel esperando que ella saliera, pero habia merecido la pena. Se sento y se dio cuenta de lo nervioso que estaba, hasta le temblaba una poco la mano cuando la puso en el cambio de marchas y emprendio el camino. --Maldita ciudad, estoy empapada --dijo buscando algo en el bolso. El sin anadir nada le entrego una caja de panuelos. No podia apartar los ojos de ella, estaba preciosa asi despeinada, mojada. No era la primera vez que alguna mujer aprovechaba el trayecto para maquillarse, pero para Paul, verla secarse la cara, peinarse un poco con los dedos y como remate sacar un pintalabios del bolso y pintarse los labios fue lo mas sensual que habia visto nunca, tanto como para sentarse mas erguido y recolocarse la camisa tirando de ella hacia abajo. Era preciosa, sexi. Media melena morena y algo ondulada que envolvia una cara pequena en forma de corazon, lo que mas resaltaba era sus ojos. Una mirada verde marina, grande, limpia, atrayente. El taxista no podia apartar los ojos de aquellos labios ahora rojos pasion, pasion que despertaba en el aquella boca de pinon. Sin hacer referencia a un cuerpo menudo pero con unas marcadas curvas que le hicieron hervir la sangre. Ella, ajena a los pensamientos de el, habia perdido la vista en la ciudad que un cristal cubierto de lluvia dejaba entrever. --Espero que no vaya con el tiempo justo, entre que es domingo por la noche y la lluvia esto es un caos. --No, lo imaginaba y voy con margen. Ademas el viaje ha resultado nefasto. --?No le ha gustado Paris? --pregunto el, feliz de poder empezar a hablar con ella, nada le apetecia mas. --La ciudad es preciosa pero me voy con las manos vacias. --?Venia con el o pensaba encontrarlo aqui? --No sabia porque le habia preguntado eso, pero queria saber todo de ella. --?El que? --inquirio ella sin entenderle. --El amor. --Era un tema de recurso para un taxista de Paris. --?Perdon? --dijo y antes de que pudiera contestarle le dejo claro que si que habia entendido-- No, se confunde. --?Y entonces a que ha venido? --insistio. Levanto un poco la vista, lo suficiente para verla a traves del retrovisor, parecia molesta y eso lo inquieto. --Por lo que se ve a darle conversacion a un taxista --contesto sin pensar. Una vez dicho se dio cuenta de lo mal que habia sonado y lo poco educado de la misma. Tanta espera tenia que valer para algo mas... aunque tenia que reconocer que le gustaba que no se lo pusiera facil. <> se dijo Paul. --Perdone, solo intentaba hacer mas ameno el viaje --se justifico... pensando en que decir para seguir pudiendo hablar con ella. Pero nada se le ocurria. --He venido buscando un olor --le informo Chloe al cabo de unos minutos. --Un olor... ?en la ciudad? --Estaba sorprendido. --Soy, o mejor dicho, quiero ser perfumista. Acabo de terminar Ciencias Quimicas y para entrar en Givaudan, la mejor escuela del mundo de perfumistas, tengo que dar con una excelente idea para la presentacion... --?Y que esperaba encontrar exactamente? Croissant, cafe, curry, especias, pis, y otros excrementos, humo, contaminacion... no veo yo donde esta esa inspiracion para un perfume... --Queria plasmar el olor del Paris nostalgico, el que todos los romanticos le venga a la memoria al pensar en la ciudad del amor. El Paris que inspiro a tantos artistas de la pluma como Hemingway, a los de pincel como Dali, a los de la alta costura... queria esa inspiracion... un perfume son emociones, son recuerdos...

  • Hueles a lluvia (relato) Versión Kindle - Dona Ter - Amazon.es

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    Una lectura perfecta para esos momentos del día en el que no puedes sumérgete en una libro más largo, pero con todas las ventajas de una buena historia.

  • Hueles a lluvia - Dona Ter - Babelio

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  • Hueles a lluvia - Libros De Mario

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  • HUELES A LLUVIA - DONA TER | Alibrate

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  • Hueles a lluvia by Dona Ter - Goodreads

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    Hueles a lluvia book. Read 50 reviews from the world's largest community for readers. RELATO CORTO. Chloé llega a París buscando algo muy concreto: una e...

  • Reseña: Hueles a lluvia - Dona Ter - A través de un libro

    https://atravesdunlibro.blogspot.com/2017/03/resena-hueles-lluvia-dona-ter.html

    Reseña: Hueles a lluvia - Dona Ter. by Anaramitra - miércoles, marzo 22, 2017. Buenos días! Hoy toca reseña de un pequeño relato que me acabo de leer.

  • Reseña relato de "Hueles a lluvia" de Dona Ter - Blog de Na ...

    http://namartaielsllibres.blogspot.com/2020/07/resena-relato-de-hueles-lluvia-de-dona.html

    6 jul 2020 — Hola. Este libro lo voy a dejar pasar, no me llama mucho y ademas tengo demasiados pendientes y quiero centrarme en ellos. Gracias por la reseña ...

  • "Hueles a lluvia" de Dona Ter - Libros que voy Leyendo

    https://www.librosquevoyleyendo.com/2016/05/hueles-lluvia-de-dona-ter.html

    29 may 2016 — "Hueles a lluvia" de Dona Ter. Sinopsis. Chloé llega a París buscando una esencia, algo muy concreto, pero la ciudad del amor, ...

  • Hueles a lluvia (relato) | Libros en mi biblioteca

    https://millibrosenmibiblioteca.blogspot.com/2016/03/hueles-lluvia-relato.html

    Hueles a lluvia, de Dona Ter ... En este libro conocerás aspectos de ti tan increíbles como ciertos, pero también descubrirás cómo se desvelan tus más ...

  • Invitaciones peligrosas (Nocturnos 1) de Anggie Villalobos

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    Acostumbrada a los lujos y envuelta en un drama familiar Levina Zhang ni siquiera tiene tiempo para los misterios que rodean a Aleksei Ivanovic, sin embargo, cuando el la rescata de una muerte segura la curiosidad en ella se activa adentrandola a un mundo que jamas penso conocer, se acercara al misterioso chico en busca de respuestas las que solo el y la familia de Levina saben. Pero conocer a Aleksei es un secreto mayor, un secreto que ella quisiera descubrir aun mas.
    Sin saberlo Liv esta rodeada de mentiras y mentirosos.

  • 10 anos y 10 dias de Poppy Garcia

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    <>.
    Bienvenidos a la saga de sierra Negra.

  • Sabes una cosa Te quiero, Moruena Estringana de Moruena Estringana

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    Hay que tener cuidado con los suenos, pues cuando llegan, te toca lidiar con ellos y no siempre son como esperabas...
    Bryan y Lusy tienen el mismo sueno, ambos desean ser chef y es por eso que ambos tratan de entrar en un concurso televisivo para lograr su meta.
    La mala suerte del destino hace que Bryan pase y Lusy se quede a las puertas del sueno.
    Las vidas de ambos van por caminos separados. Bryan se hace un cocinero famoso que vive por y para su trabajo. Lusy ha dejado de lado su sueno por falta de dinero, pues costearse buenos cursos no es tan facil y menos cuando tus padres no te apoyan y piensan que ser chef no es tan bonito como parece.
    Pero lo que ambos no esperaban era que la vida los juntara de nuevo, que sus caminos una vez mas tuvieran un punto de union. Donde uno esta quemado por la vida que lleva y ya no se reconoce a si mismo, otra tiene toda la ilusion por la vida que espera llevar un dia.
    Dos almas unidas por la pasion a la cocina y por ese deseo que les quema la piel cada vez que
    estan juntas.
    Un amor que nacera a fuego lento y una pasion que ardera entre fogones.

  • La nina que miraba los trenes partir de Ruperto Long

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  • Esta noche dime que me quieres de Federico Moccia

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    Tancredi es uno de los hombres mas ricos del mundo. Joven, apuesto y brillante, es incapaz de entregarse al amor por culpa de un terrible incidente ocurrido anos atras. Sofia era una joven promesa del piano, hasta que una estupida discusion con su novio Andrea cambio su vida para siempre. Alegre y sonadora, decidio aparcar su carrera y sus suenos para cuidar de Andrea, en silla de ruedas tras aquella fatidica noche. Tancredi y Sofia. Dos mundos diferentes, opuestos, como el dia y la noche, se veran unidos, al fin, por la lluvia y el destino.

  • El ano sin verano, Carlos del Amor de Carlos Del Amor

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  • Tenias que ser tu el elegido de Olivia Saint

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    Amar. Enamorarse. ?Como se encuentra el amor verdadero? ?Que parte del cuerpo siente mas el amor?, ?Donde hay mas amor en el cerebro o en el corazon? ?Se ama hasta la traicion o ciertamente hasta morir?
    Las caricias siempre conmueven. El escalofrio del amor recorre la piel para llenarla de emocion. La sensacion de nunca apartarse de la persona que se ama es una condena. Nada mas atractivo que ser confidente de secretos apasionados. La locura de amar, es una ciencia y a la vez, un eterno misterio que el destino determina o es algo que cada uno de nosotros tiene que develar en el tiempo de la existencia. Esa es la pregunta del millon de dolares, la del premio mayor.
    Nadie se va de este mundo sin amar por lo menos una vez, quien ha amado en la vida, esta se le convierte en un antes y un despues. El riesgo de entregar lo mejor de lo que somos hace vulnerable a los amantes, pero la unica manera de volverse un solo ser para juntos recorrer un tiempo, un instante que para algunos puede ser toda una vida y para otros, es un fulguroso recuerdo que se aviva en la soledad o en el sufrimiento, es la entrega total.
    La respuesta ante la duda de amar, aunque eso implique que el mundo se deba acabar, seria, claro que si, siempre volveriamos a cabalgar en las ondulantes noches para sonar con un encuentro perfecto, con esa persona que esta predestinada para compartir una vida. Amar es una obstinada realidad que a todos nos toca confrontar. Es el pecado original. Es la busqueda primigenia que nos lleva a saber finalmente quienes somos. El ser humano viene al mundo para amar y ser amado.
    Olivia Saint es una escritora Inglesa-Espanola, autora y duena de numerosas novelas romanticas en donde la libertad femenina es lo primordial, la aventura, la sensacion de ser una mujer completa y libre esta presente en todas sus novelas.

  • El azul intenso de tu alma de Paola Sualvez

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    La blusa purpura, sublime y reveladora la hacia sentir excesiva. Sin embargo, queria impresionarlo. Esta seria la primera vez que se verian. Se ubico, a la espera, en la barra. La mesa que habia reservado estaba todavia vacia. No habian transcurrido cinco minutos cuando un angel humano aparecio de la nada. Se sento y empezo a dar vueltas con su mirada hasta que tropezo con los ojos grandes que lo asediaban. Supo de inmediato que se trataba de ella, la mujer con la que esperaba pasar la noche, la mujer que lucia desinhibida y enteramente dispuesta. Mientras que ella se decidio por una cerveza ligera, el opto por whiskey. El tono de su voz y su mirada relajaron los segundos y los minutos. Se sentia maravillado con la mujer. En realidad era mucho mas hermosa en persona. Su belleza era tan natural como sus rizos que bailaban con la brisa; impetuosos y volatiles. Para Ignacia, por otro lado, el escepticismo se agigantaba con cada gesto, con cada silaba. Se sentia incomoda, atosigada por sus preguntas. Cuando sintio la mano de el en su entrepierna, supo que hasta ahi llegaria la velada. Penso que tal vez la blusa habia sido muy sugestiva, que tal vez malinterpreto algo en sus palabras. Se dijo a si misma que era el momento de marcharse, pero para el la noche apenas empezaba. Trato de disuadirla y de retenerla sosteniendo firmemente su muneca. Aunque ella parecia inerme, algo en sus ojos lo dejo paralizado, frio, sin aliento. Ese mismo frio helo su mano hasta entumecerla, pero el no fue consciente de ello hasta mucho despues, y en medio de la excitacion lo unico que hizo fue reclamarle a gritos al verla abandonar la mesa. Por fortuna, no hubo golpes ni sillas rotas cuando algunos pretendieron defenderla y lo retuvieron mientras se marchaba. Ignacia lo observo, a traves del cristal denso azuloso que apenas dejaba filtrar la escena, recomponiendose, pellizcandose la mano, pidiendo mas licor, y se hizo consiente aun mas de lo facil que es mentir cuando no se ve directamente a los ojos. Aunque la esperaba un duro dia de trabajo, quiso hablar un rato con Marienne antes de llegar a casa. Su trabajo como coordinadora de una Fundacion-Escuela atrapaba todo su tiempo y su energia. Por ello, intento pensar en los preparativos para iniciar el ano escolar y, ademas, en que debia recibir al nuevo profesor de Lenguas que, al fin, habian asignado. Sin embargo, a su mente volvia, una y otra vez, la imagen del hombre que la habia decepcionado. Marienne era una de sus mejores amigas. Se habia dedicado a buscar la verdad que los otros no querian aceptar: espectros poco densos, mujeres pequenas aladas, enanillos de sombreros multicolores, habilidades poco corrientes como interpretar los silencios de los animales y de los hombres, en fin, toda una suerte de eventos y misterios que para muchos solo habitaban en su mente. Quiza por eso y lo poco agraciada que era no habia conquistado mas que a un gato gordo de color negro, con una mancha rojiza en el lomo, pero que era su unico aliciente en una soledad sempiterna que disfrazaba de logro vital delante de los demas, menos frente a Ignacia con quien compartia sin timidez su insufrible necesidad de ser amada. Marienne, que tenia por costumbre estar siempre lista por si alguien llegaba de visita, la esperaba con chocolate caliente y panecillos de queso. Ignacia los devoro con ansiedad mientras le narraba su desagradable cita. --A mi nunca me han gustado esas citas por chat. Debes estar agradecida que no trascendio a mayores ?Te imaginas? !Nosotras corriendo ahora para inventarnos una nueva vida! --dijo Marienne un tanto contrariada. --Tienes razon, pero pense que era alguien que valia la pena conocer. Las palabras naufragaron entre sorbos de chocolate y miradas al vacio hasta que Ignacia asumio una nueva postura: Le pregunto por sus logros recientes. Marienne le respondio con una negativa, senalandole el bonsai que destacaba sobre la repisa. Entonces, se acerco al pequeno arbol y al deslizar su mano sobre el; diminutos capullos rosados, que de inmediato florecian, desplegaron una fragancia indescriptible. --Eres maravillosa --le dijo mientras se acercaba al guayacan rosado para aspirar su aroma--. Mira todo lo que eres capaz de hacer. ?No le hiciste sufrir, aunque fuera un poquito? --No mucho --dijo sonriendo--. Tu sabes, tambien como yo, que no debemos transgredir las leyes naturales porque lo que nos esperaria seria insufrible. Pero debo confesarte que hizo falta poco para que le hiciera verdadero dano. Menos mal no lo voy a volver a ver jamas. --No estoy muy segura. Mientras hablabas, lo he sentido de nuevo en tu vida y mas pronto de lo que imaginas. --Por favor, no me digas eso. Apiadate de mi. --Esta bien. Olvidalo. Toma esto, guardala en tu bolso --le dijo Marienne entregandole una estrella de badiana--. Te ayudara a relajarte. --Gracias. Lo necesito. --Y a todas estas, ?de donde sacaste esa blusa? --le pregunto, entre risas. --Ocurrencias de Paloma --le dijo Ignacia que empezo sonriendo y se unio a la risotada de Marienne. Ignacia decidio irse caminando hasta su casa. El camino, que no era muy largo, lo aprovecho para distraerse detallando las calles adoquinadas, amparadas por tenues luces amarillas, y los balcones cargados de trinitarias purpuras, rosadas y malvas. Cantarega era una ciudad embrujadora. Una pequena peninsula amurallada por el mar Caribe, siempre llena de extranjeros que, como ella, decidian quedarse a vivir en el paraiso terrenal. Su casa de fachada blanca e interior igual con algunas paredes en azul tenue quedaba en el centro de la ciudad. Era algo antigua, pero acogedora, plagada de obras de arte que, cuando debia, mostraba como imitaciones. En el centro de la casa deslumbraba el patio interior con una fuente. Dos angeles cargaban unas vasijas a traves de las cuales el agua caia en un ciclo sin fin que contemplaba por horas: Anorando el pasado, deleitandose con los recuerdos felices, con las palabras ausentes, con los aromas ya lejanos. El cansancio la vencio de tal manera que no tuvo tiempo para nada mas y al contacto con la almohada mullida y perfumada; las agonias del dia se perdieron entre nubes y cantos de pajaros violetas. ... El cristal roto refleja mi rostro... al tiempo que siento su sombra cubriendome como una densa neblina... Mis latidos casi imperceptibles me recuerdan la razon de mi existencia... Volvi a fallar y nuevamente el ciclo empieza. Mil rostros y voces atraviesan mis pensamientos... se transfiguran... pero es una sola alma, una sola energia...

  • ?Que hay despues de ti?, Fanny Ramirez de Fanny Ramirez

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    Silvia deja su antigua vida de lujo para emprender una completamente distinta junto a Ernest, dueno de la hacienda Vidal y su gran amor. Hasta que una enfermedad le arrebata la vida y Silvia queda sola, con la odiosa compania de su cunado, a quien odia hasta el infinito.
    Fernando esconde un secreto y es que, desde que la vio, vive amandola en silencio. ?Como declararle sus sentimientos cuando se ha pasado todos estos anos forjando una relacion basada en el odio?
    Enamorate de Ernest, odia y ama a Fernando y vive en la piel de Silvia. Llora, rie, grita a viva voz… Pero esto… es solo el principio.

  • Paulina, cuerpo y alma (Cuidarte el alma 3), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-Vas a tener que aceptarlo -le dijo mientras su corazon se hacia pedazos y tambien destruia el de el.
    -?Aceptarlo? ?Aceptarlo, Paulina? -grito Nacho agarrandola por los brazos con tanta fuerza que ella hizo una mueca de dolor. No era agresivo; mas bien estaba desesperado. -En la puta vida voy a aceptar que te acuestes con otro. En la puta vida voy a aceptar que lo ames. Y en la puta vida voy a tolerar el perderte. Vos sos mia, cosa hermosa. Sos mia…”

  • Clamor de Sangre de Silvana G. Sanchez

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  • El dolor de la princesa Alice de Dylan Martins

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    Dolia tanto ese momento que, parecia que me estaban rajando con la hoja de un cuchillo bien afilado mientras miraba por la ventana y comprobaba como el jardin del palacio se vestia de gala para nuestro enlace y los invitados se dejaban ver mientras tomaban su primera copa de cava. Me casaba con Fernan Russ, el principe de Arsolla, lo hacia por el pacto que se habia llevado a cabo entre nuestras familias desde que yo era bien pequena. Hacia unos dias que habia cumplido los veinticinco anos, catorce anos menor que el, asi que me habia preparado toda mi vida para esa boda mientras el iba de flor en flor. Muchas veces fue pillado saliendo en los medios internacionales hasta que anunciaron nuestro compromiso, ese dia que yo tanto temia. Y ahora, despues de muchos dias de dolor contenido, rabia y decepcion, me iba a casar con el, sin amarlo, sin tan siquiera sentir lo mas minimo por aquel principe con el que a partir de ahora compartiria mi vida. No habiamos compartido ni un beso, ni una mirada de complicidad, ni nada que nos hiciera sentir ese dia como algo verdadero. Fernan buscaba dar a la sociedad lo que esperaban de el y yo cumplia con lo que mis padres habian decidido por mi, lo que a ellos les hacia feliz sin importar lo que yo sintiera o quisiera. Habia pasado mi primera noche antes del enlace en el palacio de Kilenia, ese que se convertiria en mi hogar a partir de hoy y donde pasaria a convertirme en la Princesa de Arsolla, adquiriendo ese nuevo titulo que tan poco deseaba. Mi padre aparecio por la habitacion con cara de orgullo por haber conseguido a traves de su hija, lo que tanto el como mi madre deseaban, yo sonrei con tristeza pues no me salia de otra forma. --Estas preciosa, hija mia. --Gracias, padre --me agarre de su brazo y bajamos hacia la capilla de palacio donde se iba a oficiar la ceremonia. Los asistentes me miraban sonrientes, Fernan se metio en su papel y me sonrio con un gesto de felicidad que no se lo creia ni el, pero como todo lo que hacia tenia que ser fingido, hasta lo que se suponia que iba a ser el dia mas importante de nuestras vidas. Yo iba a esa boda, como se solia decir, como si me llevaran directa al matadero, o al patibulo, que para el caso... Ahi estaba la madre de Fernan, la Reina Amelia de Arsolla. No era una mala mujer, conmigo siempre se porto muy bien, era carinosa y amable asi que al menos con ella podria tener una buena relacion. Lorenzo, padre por horas y rey a tiempo completo como solia decir mi madre, estaba sentado en primera fila, esperando que mi padre me entregara a su hijo y le acompanara en ese privilegiado lugar, junto a su esposa y mi madre. Mi madre, Eleanora, quien a pesar de mis peticiones de no acceder a que me casara con un hombre al que no conocia y que no habia tenido trato alguno, hizo oidos sordos. --Ya llegamos, hija --susurro mi padre sin perder esa sonrisa de hombre orgulloso al ver a su unica heredera acercase al altar donde la esperaba el principe de cuento que todas, alguna vez, hemos sonado con tener. Leandro, ese era mi padre, el que me llevaba obligada caminando por esa alfombra sin tener en cuenta mis suplicas. Otro como mi madre. Cientos de veces me plantee si me querian realmente, porque no creo que se le pueda obligar a un hijo a casarse con una persona a la que no ama ni desea. ?Lo unico que me gustaba de este maldito dia? El vestido de novia que llevaba. Al menos eso si me habian dejado escogerlo a mi. Entallado hasta los muslos donde la falda empezaba a ser mas suelta, con una cola de un tamano medio y con volantes, encaje que cubria todo el vestido, espalda al aire, escote en V y el borde del mismo, asi como los tirantes que acababan en la parte central de la espalda, donde tenia la cremallera, era de encaje gris. Me habian recogido el cabello en un mono bastante bonito y, como no podia ser de otra manera, me pusieron la tiara a modo de discreta corona con la que se caso la que desde ese dia seria mi suegra. --Mi princesa --dijo Fernan, bien alto para que todo el que estuviera lo suficientemente cerca le escuchara. Seguia sonriendo el muy canalla, fingiendo que todo era maravilloso, y yo igual, que me habia tenido que poner la sonrisa en los labios y dar a entender que estaba enamorada hasta la medula del hombre que tenia delante. Mi padre me miro feliz y me dejo alli, ante el altar, delante del cura que nos casaria, y fue a unirse con mi madre y sus consuegros. De verdad, si la gente supiera que esto no era mas que una farsa... Ganas me daban de hablar cuando el cura preguntara aquello de "Si alguien tiene algo que objetar, que hable ahora o calle para siempre", porque seria yo quien diria que me obligaban a casarme. Bueno, eso realmente seria muy capaz de soltarlo cuando nos preguntara a nosotros, como parte interesada en este enlace, si veniamos libremente. !JA! Libremente, las narices. Que no me habian traido arrastras por la alfombra, porque no seria bonito de ver, ni digno de una mujer de mi posicion social. Ya no digamos de la futura Princesa de Arsolla, vamos. En fin, que yo queria salir de alli por piernas y no podia. Llego el momento, ese tan esperado por todos, en el que el cura pregunta... --?Venis libremente a contraer matrimonio? ?Os podeis creer que Fernan, que me tenia la mano agarrada con la suya desde que me uni a el, me dio un apreton para que no dijera nada que no debiera? !Hombre, por favor! Pero, !que valor el suyo! ?Que se habria pensado que iba a hacer? ?Decir que no? Si me hubieran permitido hacer eso, no estaria ahora mismo contestando... --Si, venimos libremente. Ya estaba la mitad de mi aceptacion a este matrimonio, y grabado que habia quedado porque estaba viendonos casarnos medio mundo, si no el mundo entero, pues de todos es sabido que las bodas de principes y futuros reyes eran de lo mas televisadas. Mirara donde mirara, me encontraba una camara de television grabando. ?Sabeis lo que pense hacer? Escribir una nota pequena con el siguiente mensaje: "S.O.S. Vengo obligada a casarme, por favor !!!Salveme quien pueda!!!" Pero no lo hice, como es evidente, porque eso habria provocado infartos en masa, y cuando digo en masa es que los primeros en caer habrian sido mi suegro y mi padre, tenian altas posibilidades por sus edades y por ser hombres, y despues mi suegra y mi madre. --Por el poder que la Santa Madre Iglesia me otorga, yo os declaro marido y mujer. !Ole! !Viva los novios! Si, me quede con las ganas de gritar eso pues para algo era mi boda, pero no podia. Mi ya esposo, me dio un casto beso en la frente ante las camaras y los invitados que nos acompanaban en ese, nuestro gran dia. Colgada de su brazo camine sonriente y saludando con la mano hasta que llegamos a la salida de la iglesia, donde nos esperaban para lanzarnos arroz. Seguiamos los dos sonriendo, fingiendo que eramos la pareja de enamorados mas felices del mundo y que por fin afianzabamos nuestra relacion ante Dios, nuestro senor, aunque por dentro estaba llorando como una nina pequena porque no queria este matrimonio. Una pareja debe casarse enamorada, tienen que quererse, conocerse, ser complices el uno del otro, saber lo que es bueno para ambos y que el otro sepa en todo momento lo que puede necesitar la otra parte. Que tengan tal complicidad que se adelante en algun momento a lo que la otra parte de la pareja va a hacer o decir, que se conozcan de ese modo tan intimo. La mia habia sido la boda mas falsa de toda la historia, vamos, imagino que, a lo largo de los anos, o mas bien siglos, que llevaba existiendo lo de los matrimonios concertados entre la realeza, alguno habria sido como el mio, pero ahora que yo lo vivia en mis propias carnes, me sentia la mujer mas desgraciada. --Pues ya esta, ya somos matrimonio --susurro Fernan, cuando ibamos hacia la zona de palacio donde tendria lugar el banquete. Y si, comimos y bebimos, bailamos y los dos seguiamos aparentando que era el dia mas esperado por ambos, el mas feliz, debiamos fingir que estabamos de lo mas enamorados y las muestras de carino del uno hacia el otro fueron constantes cuando estabamos juntos para alguna foto o para charlar con los invitados, si mi querido marido no se quedaba junto a la barra donde servian las bebidas. No es que fuera completamente borracho, pero tenia suficiente alcohol en el cuerpo como para que se le notara contentillo.

  • Sierva de su amor de Concepcion Marin Albesa

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    Eleonor debe saldar la deuda de su padre y entra al servicio del senor del castillo. Durante cinco anos sirve en las cocinas, hasta que el conde muere y regresa su hijo para convertirse en el nuevo senor. Sean se ha fijado en ella y la requiere para sus servicios. Ella esta dispuesta a salvaguardar su honor. Pero su voluntad nada puede contra el amor que siente por tan cruel Senor.

  • Moonlight de Taylor S

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    La luna jugo entre las nubes que intentaban ocultar la batuta de esa danza nocturna que ella dirigia entre las estrellas. Fue entre medio de esas batallas y la que mi ventana me ofrecia,-- ya que esta era lo suficientemente alta como para que no me permitiera subirme a ella, dejandome sin la opcion de poder admirar de mejor manera aquel espectaculo nocturno-- cuando aparecio la sonrisa mas bonita que habia visto. Una nina de cabellos negros se colo en mi habitacion con el ceno fruncido y un vestido rojo que hacia relucir a su piel palida. --?Que haces? --me pregunto cruzandose de brazos mientras yo intentaba con todas mis fuerzas que mis manos alcanzaran el borde de la ventana para poder observar con mayor cercania esa danza de la cual queria ser parte. --Quiero ver a la luna bailar con las estrellas --respondi sin darle mucha importancia a la forma que ella me miro ante mi respuesta. Ella me miro como si estuviera alucinando. --Estas loca --exclamo sorprendida mientras yo ignore su comentario y volvi a intentar que mis manos tocaran el borde de la ventana, sin embargo, mi pequeno cuerpo no estaba siendo de gran ayuda--. Te vas a lastimar -- sentencio haciendo que bufara por su falta de animo hacia mi mayor deseo. Desvie la mirada hacia esa nina que ni siquiera conocia y no tarde en fulminarla con la mirada por aquel comentario. Jamas la habia visto, pero no parecia mayor que yo por lo cual suspire y rode los ojos. Seguramente era la nina que mama habia mencionado que vendria a cenar. --Ver de cerca aquella danza valdria la pena --murmure suspirando en un intento fallido de pensar que podia hacer para alcanzar la ventana. La nina fruncio el ceno ante mi respuesta y no tardo en quitarse los zapatos para rapidamente acompanarme en la cama observando curiosa que habia detras de esa ventana, la cual aunque me esforzase no lograba alcanzar. --Soy Laia --confirmo sin dejar esa seriedad que se presentaba en todo su rostro. Yo solo asenti porque realmente no llamaba mi atencion su presencia, mas interesante era la luna y sus estrellas. --Helen Brooke --respondi para no parecer una maleducada ante su presentacion, debido a que mama seguramente me castigaria si llegaba a descubrir la forma hostil con la cual me estaba comportando con esa nina. Podia tener ocho anos, sin embargo, sabia a la perfeccion que enojar a mama no era una opcion. --Eres rara --comento casi en un susurro--. Pero tienes razon, la luna vale la pena --afirmo con una sonrisa que se mezclo con el cuarto menguante de la fiel gobernante de las noches oscuras. Mientras la luz de esta hizo que sus cabellos negros como la misma noche que se presentaba hoy, se iluminaran como si estuvieran hecho de estrellas. Tal vez aquel reflejo tan majestuoso existio, porque la luna sabia que estaba presenciando a quien era la unica heredera existente de su belleza. CAPITULO 2 Marzo, 1910 Laia resoplo aburrida mientras yo no dejaba de ver como las estrellas encendian aquel escenario nocturno que nacia a traves de la ventana de la habitacion de la pelinegra. --?Por que siempre miras la luna? --me pregunto frunciendo el ceno mientras yo no dejaba que mis ojos se apartaran de aquella danza tan genuina y unica que solia ocurrir por las noches cuando todo se silenciaba y se oscurecia para darle un mayor protagonismo a aquel espectaculo que el mundo no entendia y que Laia intentaba comprender, pero ella era un ano mayor que yo, por lo cual muchas veces simplemente fruncia el ceno ante mis explicaciones que ella tildaba de “cosas de ninos”. --Porque no hay nada mas bonito --respondi suspirando ante las estrellas que no dejaban de hacer magia con su brillo. La pelinegra bostezo antes de acercarse a mi y abrazarme como siempre hacia cuando dormiamos juntas en su casa o en la mia. Desde aquella cena donde ella habia entrado a mi habitacion, nos habiamos vuelto inseparables. Ella no entendia la magia de la noche, pero yo la disculpaba porque daba los mejores abrazos del mundo y porque sus ojos verdes eran mas bonitos que las nubes cuando amanecia. Laia era muy bonita pero no tan bonita como la luna, no obstante, a ella parecia no gustarle que le dijera eso, porque siempre se quedaba en silencio y sus mejillas se encendian como si fueran los petalos de las rosas que mama pone en la mesa cuando es primavera. --Tus ojos son muy bonitos --susurro encogiendose de hombros lo cual me hizo reir porque solo eran cafe. --Solo son cafe --asevere dejando de mirar la luna y notando como los ojos verdes de ella se iluminaban de una manera que jamas habia visto--. Los tuyos son esmeraldas --dije mordiendo mi labio antes de volver a sonreir --, son como la noche. Laia fruncio el ceno ante mi respuesta como si no entendiera lo que queria decir, pero eso era normal, ella no entendia mucho de lo que decia como yo tampoco lo hacia. Supongo que el ano que nos separaba no nos dejaba entendernos entre si por lo cual el silencio comenzo a aparecer aunque realmente no me importaba porque con Laia los silencios jamas eran tan incomodos como los que nacen entre los adultos, sus silencios son bonitos como todo su ser. --La noche es oscura --refuto frustrada y yo chasquee la lengua ante su respuesta porque eso era lo mas tonto que me habia dicho en lo que llevabamos siendo amigas.--Y mis ojos no son oscuros. --Pero no hay nada mas bonito que la noche --musite como si fuera un secreto debido a que no queria que ella frunciera el ceno por mi respuesta--. Y tu eres igual a la noche --concrete antes de observar como una sonrisa se instalaba en todo su rostro. Deje de admirar el cielo por unos minutos, para que mi mirada quedara en aquella pelinegra. Ya que la luna habia dejado de ser tan interesante, porque esa noche Laia era mas bonita que ella. CAPITULO 3 Julio, 1910 El verano era mi estacion favorita porque significaba que podia tener todo el tiempo del mundo para poder estar con Laia sin tener las tareas del colegio ni las presiones que ponen los adultos cuando existe cualquier otra estacion. Es como si el calor trajera libertad oculta entre los rayos de sol, ademas de ser quien ofrecia las noches mas bonitas de todas. Sin embargo, en los ultimos meses me habia dado cuenta que el dia podia ser bastante atractivo si lo pasaba con esa chica pelinegra que habia crecido varios centimetros desde la ultima vez que nos habiamos visto. --!No Helen! --grito entre medio de mi jardin al notar como mis cosquillas comenzaban a atacar su cuerpo. Yo solo rei por la forma tan bonita que tiene de sonreir. Me gustan sus sonrisas porque desprenden un brillo que nunca antes habia visto, aunque si tenia que aceptarlo, la verdad es que amaba todo lo que provenia de ella hasta el hecho de que Laia creyera que lo sabia todo solo porque tenia once anos y yo diez. --!Para! --sugirio mientras rodabamos por el cesped sintiendo como el rocio acariciaba nuestra piel y las flores sentian envidia de nuestra diversion. Segui con mi ataque de cosquillas sintiendo como nos juntabamos de tal manera que sus ojos verdes fueron el unico panorama que tuve, mientras ella suspiraba con una sonrisa por nuestra cercania. Intente ignorar las mariposas que nacieron al notar como ella comenzaba a mostrar ese color rojo que sus mejillas dejaban ir cuando estaba conmigo, por lo cual separe nuestras distancias porque a las personas no solia gustarle tener las mejillas calientes. --?Hoy te quedaras a dormir? --le pregunte mientras recostaba mi cabeza en su hombro y nuestros cuerpos caian en el pasto como si fueramos partes de los tintes verdes del dia de verano. Laia asintio emocionada ante eso antes de besar mi cabello lo cual no me sorprendio porque siempre lo hacia. De hecho, me encantaba que lo hiciera ya que me recordaba a los besos de buenas noches que mama me da antes de ir a la cama. --?Que quieres hacer esta noche? --pregunto tomando una pequena margarita que habia estado a solo unos centimetros de nosotras para ponerla sobre mi cabello haciendome cosquillas por ello. --Ver las estrellas --sugeri como si fuera lo mas obvio del mundo, sin embargo, Laia no fruncio el ceno como suele hacer cuando escucha esa opcion, sino que vuelve a sonreir como si le agradara la respuesta. Tal vez por fin estaba comprendiendo lo bonito que era el cielo. --?Has besado a alguien? --murmuro rapidamente como si sus palabras fueran rayos que se perdian entre su boca. Yo negue ante ello sin antes mirarla como si no entendiera lo que me decia. A veces no entendia ni la mitad de las cosas que ella decia, pero tampoco me molestaba no entenderlo, ya que ella tampoco solia comprender lo que le decia. --?Por que? --dije sin saber que decir. Ella se acerco a mi y acaricio segura mi mejilla haciendo que las mariposas volvieran a encontrarse solo con un simple gesto. --Porque eso hacen las personas cuando se aman, todo el mundo lo sabe --refuto segura como siempre, no obstante, yo aun no sabia que responder sobre ello porque yo la amaba y nunca la habia besado. --?Tu has besado a alguien? --pregunte sintiendo como mi corazon por alguna razon latia mas fuerte de lo comun y sonaba como si fuera un tambor que solo yo podia escuchar. --No --contesto en un suspiro y por alguna razon me senti feliz por ello. No queria que nadie mas fuera afortunado de tener su amor. Ese dia me di cuenta que la amaba porque mis labios solo querian besarla y que le dijeran todo el amor que sentia por ella.

  • Una ventana frente al mar de Vanessa Freiria

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    En su perfectamente estructurada vida como abogada de exito, Alicia no cuenta con el cambio que sufrira al conocer “accidentalmente” a Marco. El pondra su mundo patas arriba y la hara dudar de que lo que ella consideraba perfecto, como su matrimonio, tal vez no lo sea.
    Una novela de agil lectura y ritmo trepidante que no te dejara indiferente.

  • Entre dos bandos de Laura Nuno

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    A Lucia de Galan, la bella y jovencisima hija del marques de Luengo, le ha llegado el momento de conocer a su prometido, el duque de LaFontaine, con quien su cruel y malvado padre la obliga a casarse. El apuesto duque no solo es frances, enemigo de la Patria, sino tambien un feroz cazador de guerrilleros. La disyuntiva se presenta porque la dulce Lucia, siempre preocupada por hacer justicia y proteger a los mas debiles, ha estado ayudando a los guerrilleros de Velilla de San Antonio a luchar contra el bando enemigo. Sin embargo, el duque se presenta como un hombre justo y ecuanime, seductor y comprensivo, y ni siquiera pretende hacer uso de sus derechos de alcoba. ?Podra alguna vez confiar en el? ?Se dejara Lucia arrastrar por la pasion que prometen sus ojos? Sus primeros dias de casada la empujan a un torbellino de emociones y dudas que amenazan su lealtad y su oscuro secreto. Pero el duque tambien oculta algo a su joven y chispeante esposa…

  • El Senor de la Obscuridad (Cronicas del Horizonte 4) de Kim Richardson

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    A LEXA ASERRO la bisagra de la puerta superior de su celda con a pedazo de roca irregular que habia logrado soltar de la pared hacia varias semanas. El fragmento se resbalo entre sus dedos mojados y gimio al sentir el dolor punzante de los bordes afilados cortandole la piel. Se limpio los dedos pegajosos en sus pantalones y resumio el trabajo. Se las arreglo para cortar tres milimetros a traves de la bisagra de acero despues de trabajar casi cada minuto de cada hora, tomando descansos cortos unicamente para dejar que sus manos se repararan a si mismas antes de volver al trabajo. Su piel se volvia a unir, dejando desagradables cicatrices blancas que ahora se habian abierto de nuevo despues de solo un par de horas de trabajo. A este ritmo, seguramente terminare en diez anos , penso. No tenia diez anos. Milo no tenia diez anos . Alexa maldijo. Sus oidos retumbaban y podia sentir el sabor del terror en su boca como metal amargo. "Sigue adelante, Alexa “, insto, tratando de calmarse. “Nunca te detengas. Tu siempre sigues adelante, esa es tu actitud siempre. No puedes detenerte". Suave luz blanca emanaba de un globo flotante, iluminando la piedra negra en calidos tonos dorados. Habia brillado mas cuando Alexa llego por primera vez a su celda, dentro de la prision para angeles el Tartaro, pero ahora parecia que su unica fuente de luz se estaba volviendo mas debil cada dia, reflejando sus esperanzas de salir. El globo parpadeaba, su luz se atenuaba. Pronto se quemaria, dejandola en una oscuridad impenetrable. Alexa aparto la idea. Aunque el tiempo tenia un significado totalmente diferente en Horizonte, continuo marcando el suelo con una linea delgada cada vez que sentia que habia pasado un dia. Si sus calculos eran exactos, habia estado en su celda por un mes, pero se sentia como si hubiesen sido varios anos. No habia tenido visitas. Ni una sola alma vino a verla. Ni siquiera los propios guardias de la prision, las aguilas gigantes, se molestaron en comprobar si estaba aun ahi. Durante la primera semana de su confinamiento, Alexa se levantaba cada vez que oia un rasguno o el sonido de las unas raspando en una superficie dura, con la esperanza de ver a un pastor aleman blanco irrumpiendo en la puerta. Pero Lance nunca llego. Nadie llego. Estaba completamente sola . Los gemidos y lamentos de los otros prisioneros eran sus unicos companeros, y la mayoria de las veces tarareaba y cantaba solo para evitar que sus gritos desesperados interfirieran con su trabajo. Sabia que, si se detenia, si no se mantenia ocupada, caeria en la desesperacion, sucumbiendo a sus gritos como los miles de angeles encerrados con ella. “Maldita sea”. Un dolor intenso repercutio en su brazo. El pedazo de roca rota, cubierto de liquido blanco, cayo al suelo junto a los pies de Alexa. Examino su palma derecha. La esencia blanca se vertia de un corte grande y goteaba por su muneca hacia el suelo. El olor citrico se elevo hasta su nariz, muy diferente del olor metalico de la sangre de su vida mortal. “?Cual es el punto de ser sobrenatural si nuestras manos son completamente inutiles? ” Alexa volvio a maldecir mientras recogia la roca con su mano izquierda y cortaba dos largas tiras de tela de su chaqueta. Luego los envolvio firmemente alrededor de ambas munecas. “No tengo tiempo para esperar a que estas estupidas manos sanen”, susurro y comenzo a cortar la bisagra de nuevo. “Milo no tiene tiempo.” Milo era todo en lo que podia pensar desde su encarcelamiento, especialmente su beso. Habia sido un beso tan apasionado y desesperado y la habia tomado por sorpresa, llenandola de calidez y una abrumadora sensacion de alegria . Alegria. Era extrano sentir una sensacion de este tipo cuando estas encerrado en una celda verde. Pero cada vez que pensaba en sus labios, su cercania, la mirada de nostalgia en sus ojos, las mariposas revoloteaban dentro de ella. Milo se preocupaba por ella. Eso era obvio. Ella nunca se habia dado cuenta de lo mucho que se preocupaba por el hasta que lo vio desaparecer a traves de la niebla negra. Era un dolor terrible, un dolor abrasador que se sentia como ser apunalado por una espada de la muerte en el intestino. La unica manera que podia describirlo era como un vinculo inquebrantable, un vinculo que iba mas alla del reino de la muerte y de los angeles. Al principio de su entrenamiento, Alexa habia aprendido que el amor estaba prohibido en Horizonte. Las relaciones que iban mas alla de la amistad eran motivo de una visita a Tartaro. Los angeles eran soldados, y los soldados no tenian sentimientos intimos. Ellos obedecian ordenes. Obedecian el codigo del angel. “Al diablo con el codigo”, silbo Alexa mientras cavaba mas fuerte. “No soy un robot sin sentido. Tengo sentimientos, me importan las cosas”. Milo era su companero, y ella no lo abandonaria. Ella lo volveria a ver. Ella cavo mas fuerte. Pero el aleteo del miedo se quedo en ella, justo debajo de su caja toracica, junto con una inesperada punzada de dolor. ?Y si ella nunca salia? No. Ella derribaria la puerta de alguna manera. Sin importar como fuera, un dia seria libre . Estaba sola, y ahora en la oscuridad completa. Alexa tambien estaba en la oscuridad sobre los acontecimientos en Horizonte y el mundo mortal. Lo unico que sabia lo que habia dicho la Legion. Lucifer estaba libre. En su estupidez, ella lo habia liberado. No era la primera vez que Alexa habia metido la pata, pero esta era la peor metida de pata de todos los tiempos. Habia liberado al mal, al Senor de las Tinieblas, a la Estrella de la Manana--Satanas. La habia enganado, y como una tonta, ella habia caido en su trampa. Esa noche en Londres, en la Victoria Gate de Hyde Park, Alexa habia sido testigo de primera mano de lo que Lucifer era capaz de hacer. Habia visto arcangeles y angeles en el suelo, azotados por el dolor mientras sus entranas se quemaban. Lo recordaba bien porque ella tambien habia sentido su poder, su mente tragada por la oscuridad. Milo los habia salvado a todos con un acto desinteresado, noble, uno que no creia que hubiera podido lograr. El dolor que Milo sentia al dejarla era evidente en sus ojos, pero ella tambien reconocio otro dolor. Estaba a punto de unirse a su padre querido, el diablo. Alexa no sabia mucho sobre Lucifer, aparte de lo que habia leido y estudiado en Demonologia 101. Era cruel con los mortales y los angeles, pero ?que pasaba con sus hijos? ?Haria dano a su hijo favorito? Ella habia conocido brevemente a los hermanos de Milo en otra realidad en el purgatorio, y solo por esa experiencia, habia reconocido el amor de Lucifer por sus hijos. Pero ?y si el purgatorio lo cambiaba? ?Y si su odio a la Legion iba mas alla del amor paternal? Milo se habia unido a la Legion de angeles, la misma organizacion que Lucifer despreciaba y odiaba por encima de todo. Si Lucifer mataba a Milo por rencor, seria su culpa. Peor incluso era la idea de que ella nunca podria saberlo. Podria vivir sus dias en este agujero humedo y nunca saber lo que le habia sucedido a Milo, su guerrero, su angel de oro. Luego estaba el caos y el apocalipsis que pronto seguirian a Lucifer. Alexa estaba segura de que Lucifer no solo seguiria su camino y viviria su vida inmortal en algun lugar alejado de la Legion. Ella habia visto la furia en sus ojos, la ira a la Legion por ser encarcelado en el purgatorio. Habia dicho que dejaria vivir a los angeles, por ahora. Y eso significaba que su venganza seguiria pronto. Alexa estaba segura de ello. Aun peor, Alexa no sabia si Lucifer y su ejercito de angeles caidos ya habian atacado a la Legion. No habia forma de saber lo que estaba pasando fuera de las paredes de su celda. ?Y si la Legion habia caido y ella y el resto de los prisioneros se podrian en Tartaro por toda la eternidad? Si Lucifer aun no se habia vengado de la Legion, se acercaba. Con la desercion de tantos angeles, la Legion necesitaria todas las almas restantes para luchar. Pero la habian encarcelado, y con razon. Si no fuera por ella, Lucifer seguiria en el purgatorio . Todavia podia ver la cara del arcangel Sabrielle mientras les mentia sobre la llamada espada de hueso. Si hubiera escuchado a Milo cuando el habia intentado advertirle, nada de esto habria pasado. Alexa golpeo la roca contra la bisagra, fingiendo que era la cara de Sabrielle. “Soy una idiota.” Rechinando sus dientes, ella golpeo en la bisagra con toda su fuerza, creando una abolladura minuscula, apenas perceptible. Era demasiado tarde y completamente inutil para revolcarse en la autocompasion. Lo peor habia pasado. Todo lo que necesitaba ahora era hacer las cosas bien de nuevo, rectificar su colosal error. Alexa tambien habia recuperado sus recuerdos mientras estaba encarcelada. Las imagenes se alzaron repentinamente en el ojo de su mente, como fuentes de agua que derramaban visiones de su vida mortal. Recordo a una chica normal y sin perspectivas reales, que tenia un padre ausente y una madre borracha. Al principio, cuando el panico comenzo a apoderarse de ella, trato de medir sus respiraciones, pero luego se dio cuenta de que su cuerpo de angel no tenia necesidad de ellas. Una vez que dejo de medirse, el llanto comenzo. Cuando dejo de llorar, el dolor se asento profundamente en su alma. Kilos de dolor. Hasta que se derrumbo sobre el suelo de piedra fria, tiritando. Por muy loco que sonara, incluso para ella, extranaba a su madre. Y lo que es mas importante, temia que su madre no comiera bien y no se cuidara sola . Alexa se habia ido mucho tiempo. Y una vez que los recuerdos volvieron a su mente, tuvo un deseo abrumador de ver a su madre, aunque solo fuera para asegurarse de que estaba bien. La Alexa mortal no habia sido mucho en la vida. Habia sido ordinaria. Pero en la muerte, seria extraordinaria. Con la muerte de Hades, la conexion entre ellos tambien habia muerto, al igual que sus habilidades de canalizacion de almas. Despues de que su rafaga de emociones paso, Alexa habia sentido que su don especial se habia borrado. Era como si hubiera botado una capa de si misma, una capa de piel, como tirar un viejo abrigo para ponerse uno nuevo. Ella se habia levantado en shock al principio, tratando de volver a casa, a esa luz familiar, el pulso del poder escondido dentro de su alma, pero no encontro nada. No pudo evitar sentirse enojada porque habia perdido la parte de ella que la hacia diferente. La habia hecho especial, mas fuerte que los otros angeles. Por mucho que la hubiera asustado al principio, habia llegado a entender su don y habia llegado a admirarlo e incluso disfrutarlo un poco. La habia hecho sentir unica en un mar gigante de angeles. Pero ahora se habia ido. Una parte de ella tambien habia pensado que su regalo podria haber sido la unica manera de salir de su celda. Ella no lo habia descubierto todavia, ya que no habia almas aqui mas que la suya, pero todavia habia sido una falsa sensacion de seguridad. Sin sus habilidades ni la ayuda de nadie mas, Alexa tenia que depender unicamente de su ingenio. Fue entonces cuando decidio que la unica salida era a traves de esa puerta. Si podia quitar las bisagras, podria abandonar su celda. Pero ?como iba a salir de Tartaro? Era un cubo negro flotante gigante en medio del cielo. La unica salida era saltar y morir o dar un paseo en las garras de un aguila, que habia jurado que era una experiencia que nunca mas queria experimentar. “?Como diablos voy a salir de este cubo?” Un sonido partio el aire, y la mano de Alexa se congelo en el aire. Era un grito agudo, un sonido de pura emocion, no como los gritos y lamentos de terror a los que se habia acostumbrado. Era un grito feliz, casi demasiado feliz. Polvo y guijarros cayeron sobre Alexa. Miro a la puerta de su celda mientras el suelo temblaba por debajo de sus pies. “Vaya, esto nunca ha pasado.” Y justo cuando quiso echar un vistazo a traves de la pequena ventana por encima de la puerta de su celda, hubo un boom ensordecedor … y luego la puerta volo de sus bisagras.

  • Mala Coincidencia de Miki Russo

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    Termine de redactar el mensaje, adjunte el archivo con el presupuesto y le di enviar al correo electronico. Acto seguido cerre mi laptop y cogi el abrigo tan rapido como pude; el reloj marcaba las seis y treinta de la tarde y la reunion de padres era a las siete en punto. Corri al metro y, de pura buena suerte, llegue a la escuela cuando los apoderados ingresaban al salon. Me apresure porque no queria ser la ultima en entrar, pero accidentalmente choque contra un hombre de traje gris que iba hablando por celular. --Perdon --me disculpe. --Fijese por donde camina, senora --me gruno. Me dio una mirada de desprecio, se sacudio el saco donde lo habia tocado y continuo hablando. Era extrano: jamas lo habia visto en las reuniones anteriores, en los cuatro anos de secundaria, y eso que Melisa, mi hija, habia estado siempre con los mismos companeros. Tome asiento y puse atencion porque en el ultimo ano habia muchas cosas de las que hablar; la graduacion, el viaje final, los test vocacionales que ayudarian a los chicos a decidir que hacer con su futuro y un monton de asuntos mas. Al terminar la sesion, Franco, el profesor, alzo la voz. --Necesito que se quede un momento, senor FitzGerald --anuncio. El hombre del traje gris, aquel desagradable sujeto con quien me tropece en la entrada, puso una expresion de ira y se detuvo. Bingo, el era el padre cuyo hijo seguramente seria un problema y por eso debia quedarse tras la junta. Cuando pase junto al maestro no dudo en alabar a mi pequena. --Maya, digale a Melisa que le fue muy bien en el examen de geometria --sonrio. --Claro que se lo dire --le devolvi la sonrisa. Me despedi de las demas madres y sali triunfante, porque Melisa era una de las mejores estudiantes y tenia una conducta intachable, asi que jamas recibia quejas por ella, solo felicitaciones. 2 Llegue a casa cerca de las nueve de la noche. Me encontre a Melisa sentada en el sofa frente al televisor; apenas me vio entrar se levanto y corrio a la cocina a encender el microondas. Dos minutos mas tarde me servia un suculento trozo de pizza napolitana, mi favorita. --?Como estuvo todo, mama? --pregunto, bajandole un poco el volumen al televisor. --De maravillas --respondi, tragando mi pizza. --?El profesor Franco se quejo de mi? --Muchisimo --bromee, arqueando una ceja--. Dijo que tu examen de geometria esta excelente. --Y eso que casi no estudie --alardeo. --Engreida --resople, dandole un pellizco en la mejilla. Charlamos un rato, mientras limpiabamos la casa, y a eso de las diez Melisa me dio un beso en la mejilla y se fue a su cuarto. Le gusta leer un rato antes de dormir, asi que cogio su Kindle que se cargaba sobre la mesita lateral y se la llevo a su cuarto. Melisa y yo somos solamente las dos, ella es mi razon de vivir y por eso me gaste un dineral en comprarle el Kindle, una buena laptop y su movil, cosas que jamas me pidio pero que yo crei que de sobra merecia. Es una excelente hija, carinosa y atenta, ademas de una estudiante de primera ?Que mas puede pedir una madre? Ella es perfecta para mi. La que ha cometido los errores he sido yo. A los quince anos me enamore de un chico y el dijo sentir lo mismo por mi. A los dieciseis nos hicimos novios y a los dieciocho, poco antes de graduarme, supe que estaba embarazada. Mi novio fue aceptado en una universidad al otro lado del pais, a donde se marcho con sus padres. Me prometio que me ayudaria, que estariamos juntos para siempre y que se pondria en contacto conmigo apenas se instalara en su nuevo hogar, pero... no volvi a saber de el. Al principio puse mis esfuerzos en buscarlo, pero al cuarto mes mis padres supieron de mi estado y se volvieron locos de ira. Me echaron de la casa, unicamente con un bolso con ropa y un par de libros bajo el brazo. Habia arruinado mi vida, dijeron, ya no podria ser una profesional ni viajar por el mundo como era mi sueno. Mis notas en la escuela eran excelentes, pero no pudieron ayudarme cuando me vi sola en el mundo. A duras penas llegue donde mi abuela paterna, que vivia a cien kilometros de mi antigua casa. La veiamos poco porque no se llevaba bien con mi madre, pero apenas estuve de pie en su puerta, asustada y con una criatura creciendo en mi interior, me sonrio y me hizo pasar. Claro, una vez que mis padres supieron que ella me recibio dejaron de hablarle y no volvieron a hacerlo nunca mas. Yo era la verguenza de la familia y ella la traidora que le tendia la mano. Trabaje limpiando casas en un condominio hasta que estuve muy gorda para continuar, entonces tuvimos que vivir de mis escasos ahorros, de la pension de mi abuela y de la venta de algunos muebles y electrodomesticos, que ambas fingiamos no necesitar. Cada noche lloraba pensado en mi novio, que seguia sin volver, hasta que una madrugada en medio del llanto comenzaron las contracciones. Mi abuela pidio ayuda a algunos vecinos y me llevaron hasta el hospital, donde una manana de primavera nacio mi pequena Melisa, una preciosa criatura de piel clara y ojos verdes, quien me devolvio la alegria y, de paso, me ayudo a resignarme y asumir que su padre no regresaria jamas. Durante los primeros dos anos de Mel continue trabajando aseando casas, hasta que mi abuela aparecio un dia con una inscripcion para el examen de seleccion universitaria. --Ya has perdido mucho tiempo --suspiro--. Tienes que estudiar una carrera. --Pero Abue, no podemos pagar una universidad --dije triste. --Lo solucionaremos --sonrio. --Pero Melisa esta muy bebe y... --!Basta de peros, Maya! --exclamo--. Yo cuidare a la nina, tu preocupate de estudiar para el examen. Y lo hice; en cada rato libre que tuve, por las noches y temprano antes de ir a trabajar, estudie duro para el examen, y al publicarse los resultados supe que habia quedado aceptada en la universidad nacional, tenia una beca de gratuidad de carrera y, como si fuera poco, me daban un trabajo en el campus, en labores administrativas. El sueldo era escualido pero en mi caso era una ayuda celestial. Despues de ocho semestres de sacrificio, donde estaba todo el dia en la universidad mientras mi abuela cuidaba a mi hija, obtuve mi titulo de disenadora de interiores y ambientes. En aquella epoca Melisa ya tenia casi siete anos y mi abuela rondaba los ochenta, pero seguia manteniendo intacta su energia, esa que le permitia cargar a su bisnieta a caballo sin mayores inconvenientes, a pesar de mi oposicion ante esos juegos para los que claramente ya no estaba en condiciones. Consegui empleo en una oficina de decoracion de departamentos y, por primera vez, comence a recibir un sueldo digno, lo que nos permitio darnos pequenos lujos, como reponer los muebles que habiamos vendido en aquellos dificiles anos. La vida comenzo a sonreirnos, ya que por fin tenia un trabajo fijo. Tambien por primera vez pude celebrarle un cumpleanos a mi hija, el numero nueve: invito a sus amiguitos del colegio, comimos pasteles y dulces y recibio muchos regalos. Incluso contrate un servicio de juegos inflables y un malabarista. Fue el cumpleanos perfecto, el que ella siempre recordaria. Por la noche, al marcharse los invitados, mi abuela me pidio que terminara de ordenar sola, porque se encontraba cansada. Me parecio rarisimo, pues jamas antes se quejo de cansancio. Dos dias despues, un frio lunes, el autobus recogio a Melisa para llevarsela a la escuela y yo fui al cuarto de mi abuela. Ahi estaba ella, metida en la cama, demacrada. De inmediato tuve un mal presentimiento y llame a la oficina avisando que no podria ir. Volvi a su habitacion, me sonrio y me pidio que me acostara a su lado. --Abue, deberiamos ir al doctor... --sugeri. --No, Maya, no estoy enferma --contesto--. Simplemente llego mi hora. Nos cogimos de la mano y durante horas charlamos, recordamos esos anos de vida en comun, nos reimos de algunas anecdotas y llore cuando note que comenzaba a despedirse de mi. --No llores, May, la muerte es parte de la vida --me consolo. --No quiero que te mueras... --Estaran bien --tosio--. Ahora abre el armario y trae la caja que esta al fondo. Obedeci; del closet cogi una caja de carton roida por la humedad y la puse en la cama. A una sena suya la abri y vi que su interior estaba lleno de fotos: de ella, de otros familiares, mias y de Melisa. --Tu y Mel le han dado luz a la existencia de esta pobre vieja, asi que esta es tu herencia -- hablo firme--. No son solo las fotos. Busca abajo. Debajo de las fotografias habia una carpeta verde y en su interior estaba su testamento, donde me nombraba unica heredera y, por tanto, duena de la casa. --Vende la casa y mudate a un barrio mejor. No te daran mucho dinero, pero de algo te servira. No estuvo muchos minutos mas conmigo. Ya nos habiamos dicho todo lo que necesitabamos, nos habiamos despedido de la forma mas tranquila y carinosa posible. No queria que Melisa la viera muriendose, por eso dejo de respirar antes de que la nina volviera de la escuela. La agitacion de los dias siguientes a la muerte de mi abuela fue enorme. Tanto el velorio como el funeral fueron muy concurridos, por vecinos y otras personas que apreciaban a mi Abue, pero ningun familiar asistio. Sus hijos la habian abandonado por completo, sus hermanos estaban muertos y su unica familia eramos mi hija y yo. Durante algunas semanas pense en sus palabras sobre vender la casa, lo que me causaba una pena enorme; esa no era solamente una casa, habia sido nuestro hogar en aquellos anos que fueron los mejores y los peores de mi vida. Pero ella, siempre tan sabia, tenia razon, el barrio ya no era el mismo de antano y lentamente se habia contaminado con delincuencia y drogas. No era el mejor lugar para una madre soltera y su hija pequena. Puse un anuncio y rapidamente logre vender la casa de mi abuela. Fue triste, pero eran sus deseos. Con la mayor parte del dinero pague el pie para una casa mas bonita y moderna, en un vecindario seguro, cuyo dividendo, pactado a treinta anos, pagaba mes a mes sagradamente. No era lujosa, pero si muy acogedora. En la oficina donde trabajaba conoci a Claudia, una chica casi de mi misma edad y de la misma profesion y nos hicimos buenas amigas. Durante mucho tiempo hicimos planes, medio en broma medio en serio, de abrir nuestra propia agencia de decoracion de ambientes... hasta que lo hicimos. Nos lanzamos a la piscina, pedimos un credito de emprendedores en el banco y nos asociamos. No nos podemos quejar, porque las cosas resultaron bastante bien, aunque en base a muchisimo esfuerzo. Con treinta y seis anos habia conseguido vivir en completa paz junto a mi hija, que gracias al cielo era una buena chica. Y, sobre el estante junto a la escalera, nos observa la fotografia de la mujer que lo hizo posible... mi amada Abuela.

  • No sabes nada de mi de Pilar Cernuda

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    No sabes nada de mi es un apasionante recorrido por las vidas de las espias espanolas. Mujeres con un sexto sentido que han conocido desde dentro la lucha contra el terrorismo de ETA y el yihadismo, que han participado en operaciones de riesgo y de contraespionaje, entrenadas para preservar el anonimato en un mundo de hombres. Mujeres a las que el amor a su pais les hizo afrontar innumerables peligros.

  • Amor entre lagrimas (Club del Crimen 2) de B. Amann

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    Tras una vida desgraciada buscando el carino de una familia que siempre le dio la espalda, Julia Brears descubrio que el amor no se busca sino que este te encuentra.
    Criado en la pobreza y obligado a pelear en los bajos fondos, Doyle Brandon era un hombre hecho a si mismo. Un hombre leal y testarudo que disfrutaba con sus discusiones, que la sacaba de sus casillas y al que no ahuyentaba con sus manias de solterona. Un hombre que jamas conocio lo que era el amor hasta que descubrio a la mujer de su vida, terca, vulnerable y con un sorprendente sentido del humor.

  • El jardin de lavanda de Noelia Senas Polo

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    Claudia ha descubierto, en un curioso cambio del destino, que no existen las casualidades.Sin saber como, descubre que es atraida por una fuerza inexplicable hasta un lugar que parece de ensueno, pero que puede que llegue a ser parte de sus pesadillas.Por otra parte, en otra epoca, Julia es una sirvienta que empieza una nueva vida en una casa, lejos de su hogar, y comienza a darse cuenta que la vida es mas complicada de lo que nunca penso.Dos mujeres, dos epocas y una union sobrenatural.

  • La Amante Contratada Del Jeque de Ella Brooke

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    Los ojos de Laine se redujeron a lineas delgadas y se fijaron sobre el trabajador temporal. Sus ojos se abrieron como platos. El reloj hizo tictac. Podia haber pasado una planta rodadora del desierto. Puso su bloc de notas en el escritorio de Laine y contesto el telefono. --Brandt Interiors -- medio canto --Jacob al telefono. ?Como puedo ayudarle? Laine sonrio victoriosa y miro hacia atras a la pantalla de su ordenador. Tenia mucho trabajo que completar en esta cuenta antes de irse a casa. Convencer a los Madison de que necesitaban rehacer su apartamento igual que todos sus banos, y que ella era la unica decoradora en el estado (y sobre todo la unica en Brandt Interiors) que debian incluso tener en cuenta habia retrasado su planificacion unos dias, pero valdria la pena. La comision en esta cuenta iba a ser astronomica. El senor Brandt tenia la tendencia de no hacer caso a su trabajo o dar los trabajos a los empleados mas mayores (y masculinos), pero en cuanto viera lo que habia hecho, convirtiendo una remodelacion de un bano en un proyecto completo de una vivienda, tendria que llamar su atencion. Un aumento y recibir clientes preferentes no podian tardar. Jacob intento darle el telefono, pero ella le corto haciendo un signo de negacion con un dedo. --Es tu hermana. Ella lo miro, tomo aire y volvio a su trabajo. --Ya te llamara --dijo Jacob. Parpadeo despues de recibir el mensaje y despues recupero su bloc de notas antes de volver a sus ocupaciones. Si Laine hubiera tenia un segundo para respirar, se habria sentido culpable por no atender a su hermanita Emma. Pero la ya bulliciosa carrera de actriz de Emma habia despegado el ultimo ano, y rara vez tenia tiempo para Laine y su padre. Sin duda Emma estaba entre tomas o sesiones de fotos o fabulosas comidas con gente hermosa. Tendria que esperar unas horas a que Laine se tomara un descanso. Laine habia sido contratada en Brandt Interiors directamente despues de graduarse en Parsons hacia cuatro anos. Desde entonces, su vida habia sido patrones, muestras y regateos con los proveedores. Era simplemente como le gustaba, aparte de tener que buscar reconocimiento entre asociados menos talentosos. Eso no le dejaba demasiado tiempo para esas raras criaturas conocidas como fines de semana y vacaciones. Laine solo sacaba tiempo para ir a visitar a su padre, que vivia solo al norte del estado. Laine lo llamaba casi todos los dias. Era casi tan bueno en la creacion de lazos sociales como Laine. Emma habia intentado jugar a casamentera para el mientras estaba en secundaria, pero no habia conseguido nada. Greg McConnell habia sido siempre un hombre de una sola mujer. --!Hiii-eee! Emma canto desde la puerta, golpeando sus nudillos hacia arriba y abajo del marco. Laine casi escupe su cafe. --?Em? ?Que estas haciendo aqui? ?No deberias estar en algun plato en algun lugar en Hollywood? --!Si respondieras a mis llamadas, sabrias que estamos filmando alguna escena aqui en Nueva York! Emma se coloco detras de la silla giratoria de Laine y desordeno su cabello cuidadosamente dispuesto. --!Tomate un descanso! ?Con que frecuencia ves a su hermanita? --Tal vez mas a menudo, si vinieras a casa por vacaciones --dijo Laine , girandose hacia su ordenador. --Me alegro de que estes en la ciudad. Acabo de recibir un sofa bastante decente… Emma se echo a reir. --Oh, no. Me quedo en un hotel, amorcito. --Laine resoplo. Emma se apoyo en el respaldo de la silla de Laine. --!Sal conmigo esta noche! Todo el reparto va a ir a esta fiesta increible. !Va a ser una locura! --?Que parte de <> dice Laine McConnell para ti? Laine acabo de escribir un correo electronico a un distribuidor. --Yo me debo estrictamente a los negocios. Si tienes alguna funcion donde puedo tomar vino y cenar con algunos posibles clientes, llamame. Emma sacudio los hombros de Laine y se apoyo en el borde de su escritorio. --!Ten cuidado con esos papeles! --!Tienes que empezar a vivir tu vida, Lainey! Emma lanzo sus manos hacia delante. --Hay mucho mas ahi fuera que tu trabajo. --Me gusta el trabajo --argumento Laine. --No subes si no le echas horas. A ti te gusta tu trabajo. --Soy una actriz. Actuo por dinero. Emma, salto sobre el escritorio y cruzo sus piernas. --En serio. Ven conmigo. Te presentare a mis companeros de reparto atractivos. --Mmm. Deliciosos hombres bobos. ?Que mas podria pedir? Emma bajo bloqueando la pantalla de Laine. --!Dale una oportunidad a esos bobos! O por lo menos, baila con ellos y disfruta de unos de los mejores aperitivos y champan. Laine se sento nuevamente en su silla y miro a su hermosa hermana destellando la sonrisa que la habia hecho ganar tanto dinero desde su primer anuncio nacional vendiendo chicles. Emma podia ser exasperante. Cada movimiento tenia una inyeccion de gracia bien practicada. Laine todavia podia ver a Emma desfilando de nina con los zapatos de tacon de su madre. Laine, por el contrario, no habia ni nacido con gracia ni se habia sentido obligada a practicarla. Su estilo era el de una mujer de negocios elegante, con tacones altos pero con estilo, de los que rara vez se olvidaba en publico. Solo se podia imaginar a ella misma vestida al estilo de Emma entre todas las celebridades en esta fiesta. Se sentiria como una ciguena desfilando por ahi en un vestido de fulana. Sin embargo, era muy duro decirle a su hermanita que no. --?Que tengo que hacer para convencerte de que me dejes terminar mi trabajo? --pregunto. --Prometer dejarme vestirte y llevarte a esta fiesta. Al menos, unas dos horas. --Una hora. Me metes en tu mundo durante una hora, y entonces tienes que venir a casa conmigo y comer comida tailandesa y beber algo mientras diseno un nuevo patron de papel de parez en mi portatil. --Tu vida es un cadaver, Lainey. Emma se echo a reir. Apreto el hombro de Laine. --Te enviare mi numero de habitacion. --No puedo esperar. Laine se centro en su pantalla. Iba a tener que tener listas esos pedidos en la siguiente hora. Paso una mano por su cabello. Emma querria hacer algo ridiculo con eso, tambien. Laine tendria que evitar que le pusiera brillantina o que se lo tinera. Su pelo era castano oscuro, como el de su madre, aparte del mechon blanco que crecia desde el nacimiento de su pelo, habia estado alli desde que tenia doce. Lo dejaba caer sobre su frente, como siempre. Le ayudaba a cubrir la cicatriz. Laine murmuraba mientras corregia los codigos de color para las paletas de bano --He dejado de trabajar por ti por esta fiesta, hermana. Preferiria rellenar formularios de compras… *** Como Laine esperaba, Emma estaba esperandola en su apartamento con una pared llena de vestidos de noche escotados y una vestidora personal para pintarla y peinarla hasta que estuviera tan molesta que a pesar de sus inclinaciones naturales, le dijera a su hermana que la dejara en paz. Pero al final de todo, alli estaba parada Laine, en todo su esplendor con su metro ochenta con tacones de diez centimetros (habia perdido la batalla sobre eso, a pesar de su queja de que a los hombres no les gusta una mujer por encima de ellos), en un vestido suelto azul y purpura que parecia que alguien lo hubiera tejido de una pila de panuelos suaves. El dobladillo estaba un poco alto, y el corte resaltaba cada curva de la que ella podia presumir, pero Laine paso un mal rato quejandose sobre su aspecto. Sin duda nunca habia llevado antes nada tan sensual. --Hicieron este para mi coprotagonista en Magnifique. Emma toco el pelo de Laine con cuidado, para no perjudicar la obra de arte en que se habia convertido transformar su recogido diario. Habian dejado mechones alrededor de su cara junto con su mechon de pelo blanco, con todo el efecto suavizando el aspecto habitual de encargada de Laine. --?Magnifique? Laine se giro para mirar a Emma. --?Tu coprotagonista no era una drag queen? Emma sonrio y tomo el brazo de Laine mientras caminaban hacia el edificio donde se celebraba la fiesta. --Recuerda que es un Nihayat Alhaya --dijo Emma. --?Un que? --Ese es el disenador de tu vestido. La gente preguntara. Laine cerro sus ojos. Era poco probable que algun paparazzi tomara alguna foto de ella. No con Emma llamando su atencion. La fiesta tenia lugar tantas plantas arriba que Laine perdio la cuenta de cuantas habia pasado el ascensor. Era como si fueran para arriba al mismo cielo. Brevemente, se pregunto si llegaban tarde, ya que no habia nadie en el ascensor, aunque Emma parecia despreocupada. Solo saco su neceser y comprobo su maquillaje. Laine respiro profundamente varias veces y trato de ser paciente. Si solo fuera una situacion de negocios. Ella se podria desenvolver alli, en su mejor Ralph Lauren y un bonito panuelo, amaba los panuelos y un cuarto lleno de marcas. Laine nunca se iba de un evento sin conseguir por lo menos dos o tres clientes. --No pienses en todas las personas importantes en esta fiesta --se dijo a si misma. No pienses en todas las personas que quieren ver las estrellas, no a los decoradores de las estrellas. Llegaras a casa a las diez con comida para llevar y una pinta de helado con algun tipo de aderezo. Caramelo, dulce tal vez. Emma lanzo a Laine una sonrisa cuando el ascensor paro y se abrio camino en el vestibulo. La gente estaba parada en grupos dispersos, llevando copas de champan y tomando de vez en cuando algun pequeno bocado de las bandejas que pasaban alrededor de los camareros vestidos de blanco. Laine exploro la multitud y pillo una brocheta de gambas envuelta en bacon mientras el camarero pasaba. --?A donde, al Golden Globe? --pregunto. Emma tiro de Laine a lo largo del atico, que realmente era mas como un hangar de avion que como un apartamento. Solo habia algunos muebles dispersos; en cambio los televisores de pantalla plana montados en las paredes reproducian musica y representaban figuras amorfas bailando. No habia nadie bailando en la fiesta, pero las pantallas reflejaban la idea de movimiento. Parecia un desperdicio para Laine. Sin embargo, suponia que las personas estaban realmente ahi para ser vistas. Mientras Emma iba de persona en persona, Laine levantaba sus ojos de la gente hacia la estructura de techo abovedado y las obras de arte que colgaban de las paredes. Tomaba notas mentalmente. Evaluo las conversaciones a su alrededor de ella para cambiar el tema hacia el diseno, o al menos al arte. Ella miro hacia abajo al suelo de madera (madera dura, pero no de una calidad que perduraria mucho a un pesado desgaste). Una persona normal estaria buscando a sus actores y actrices favoritas entre la multitud, pero Laine no pasaba demasiado tiempo pensando en las peliculas que ponia de fondo mientras trabajaba por la noche. Despues de asomarse a los bordes de conversaciones durante lo que le parecio una eternidad, Laine se desvio de su hermana hacia una escultura extrana y alta de plata. No podia decir si se suponia que era alguien volando o algo mas atrevido. Laine se dio la vuelta de repente, al notar a alguien detras de ella. Sus ojos se encendieron inmediatamente ante una cabeza gruesa, exuberante de pelo negro. El hombre al que pertenecia el pelo se levanto en toda su altura imponente de dos metros, si no mas, y sonrio. Una sonrisa rapida, amplia y facil que se plasmaba en sus mejillas bronceadas banadas por el sol y aspiraba el aire de los pulmones de Laine e hizo que ella sintiera un hormigueo en su piel. --Me estas llevando a mi, creo --dijo el hombre. Capitulo Dos --Yo, ummm, ?que? --Laine se espanto ante el increiblemente apuesto hombre de pie ante ella. --?Su vestido? --anadio. Laine miro hacia abajo y paso sus manos por sus muslos. --Oh, es un Ni… Niya… --Nihayat Alhaya. Soy el propietario de la empresa. Conozco al artista que creo este. Aunque acortaron el dobladillo un poco. El levanto una ceja significativamente. --Bueno, creo que tengo que agradecerle por hacer algo bonito para nosotras las chicas altas. Hizo un gesto con una mano. --Le queda muy bien. Es como si Niha se lo hubiera hecho a medida. --Yo… Gracias. Ahora que ella estaba mirandolo mas de cerca, el era un poco una obra de arte por si mismo. Su mandibula era amplia y cincelada, y estaba alineada con una fina barba perfectamente recortada. Pero sus ojos fueron lo que la atrajo, De un calido, verde avellana, que parecian reirse de su asombro, y estaban enmarcados por dos cejas oscuras. --Perdoname. No me he presentado Soy Aziz bin Mohammad bin Ali al Amirmoez. Hizo una leve reverencia. --Oh. Laine asintio lentamente. --Yo soy Laine McConnell. Las cejas de Aziz se levantaron y sus ojos se ensancharon. El tomo su mano y la beso. --Es un placer. Cuando te he visto aqui con un vestido de Niha, no pude evitar venir a examinar tu belleza. Laine parpadeo. ?Hablaba en serio? --?Estabas examinando esta escultura? Aziz la miro y se puso junto a ella. --?Te gusta? Laine inclino la cabeza. --Para decir la verdad, no lo se. Definitivamente podria venderlo a un cliente como una pieza de la sala de estar, pero no me podria sentir bien acerca de ello. --Es sugerente. El punto mismo del arte. Aziz giro su mirada de la escultura para mirarla a ella una vez mas. --Como una hermosa mujer. Provoca. --Laine se echo a reir. Su voz era calida y cadenciosa, con acento pronunciado pero inteligible. Era reconfortante. Pero ella no podia creer que el creyera lo que estaba diciendo. Tenia la facilidad de un hombre que podia conseguir decenas de mujeres solo levantando el brazo. --Eres tan encantadora… dijo casi en un susurro cerca y levanto su mano hacia el pelo que caia sobre sus ojos. --Eres como una rosa que ha florecido en rojo y blanco. ?Las que llaman tigres? Laine se alejo. --Debo volver con mi hermana. --Deberias pasar la noche conmigo. Laine miro boquiabierta a su sonrisa y balbuceo. --Ah, me he expresado mal. Me refiero a que debes mantener mi compania en esta fiesta. Es un poco aburrida, ?no? Creo que piensas lo mismo, o no estarias observando esta escultura. El se acerco mas, lo que la hizo mirar hacia arriba y tragar saliva. --Dejame hacer que tu noche sea interesante. Dejame que te provoque, Laine. Laine vacilo. Aun podia sentir su presencia. Era como si el calor de su piel dorada se proyectara de el como otro ser que presionara aun mas en el espacio personal de ella. Normalmente, ella querria dar un paso atras de el, para mantener su espacio propio, pero al sentirle, casi se sentia poseida por el. El ya se habia declarado. Todo lo que ella tenia que hacer era aceptar. Pero eso era una tonteria, por supuesto. El era solo un hombre. Un hombre guapo sin paliativos y uno claramente acostumbrado a conseguir lo que se proponia con las mujeres. Daria igual que ella tercamente rechazara dicha peticion. --No se si la fiesta es aburrida, o yo soy demasiado aburrida para apreciar a todas las celebridades que hay aqui. Laine se giro y senalo a su hermana. --Es mi hermana pequena. Es la estrella de la familia. Ha sacado tres peliculas este ano. --Ah. Aziz asintio con la cabeza. --Los miembros de mi familia tambien tienen bastante exito, o la mayoria de ellos. Aziz entonces procedio a regalarle en gran detalle acerca de los logros de todos los miembros de su familia, que eran, por cierto, obscenamente ricos y poderosos. Lo que significa que el, tambien era obscenamente rico y poderoso. Un jeque. Laine intento evitar imaginarselo con un panuelo blanco sobre su cabeza mientras continuaba con las propiedades fisicas y empresariales que estaban bajo su propiedad. --?Que estas haciendo aqui? --pregunto Laine.

  • Corazon perdido de Lindsay Mckenna

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    El agente especial Shep Hunter estaba acostumbrado al peligro y ahora debia enfrentarse a su ultima mision, a ser posible, sin la molesta intromision de la doctora Maggie Harper, la mujer que lo habia abandonado hacia ya muchos anos. Pero Maggie tenia ideas muy claras sobre como abordar su cometido y, gracias a su apasionado comportamiento, Shep se dio cuenta de que tambien sabia como manejarlo a el.

  • Nunca en la escalera de Maureen Johnson

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    ?Donde buscas a alguien que en realidad nunca esta?

  • Al resguardo del tilo rojo de Alejandro Garcia Maldonado

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    A pesar de haber nacido en la misma ciudadela, Tiziano y Saifel no estaban destinados a encontrarse. Tiziano habia sido gobernador dentro de aquellas murallas y ansiaba por conocer que sucedia mas alla de ellas. Saifel solo era un joven con inquietud por aprender y jamas habria podido sospechar que lo que empezaria como una mera ensenanza sobre la vida, ocultaba una de las misiones mas inesperadas y extranas que pudiera imaginar. Ambos hallarian respuestas al resguardo del tilo rojo.

  • Dos novelitas poco edificantes de Eloy Urroz , Jorge Volpi

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    “Dos “libros espejo” que parodian la literatura sentimental y pornografica”

  • Pepita de Pablo Carbonell

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    A la sombra de un castillo templario, a traves de los tuneles de una excavacion minera, de una cueva maravillosa y recorriendo las amplias dehesas donde se cria el cerdo iberico, un hombre con el agua al
    cuello, junto a su hijo, intentaran crear una fiebre del oro para atraer huespedes a su pension.
    Pepita, la primera novela en solitario de Pablo Carbonell, propone un viaje entre el humor surrealista y la dignidad humana.

  • Asiento 7A de Sebastian Fitzek

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    Del autor de Terapia y El pasajero 23, llega un nuevo psicothriller a mas de 40.000 pies de altura.

  • Me matan! Me matan! de A. R. Cid

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    !Hola! No, no os estais volviendo locos. Si, soy un perro y si, estoy viendo a mi amo pasar de mi y saltar sobre una mujer de forma bastante divertida.
    Hace pocos dias que la conoce y ya le hace mas caso que a mi, pero !si creeis que voy a dejar que me gane vais buenos! Ella es bonita y ha tratado de comprarme con un chuleton de domingos, eso que tienen su grasilla. !que rico! Pero me mantuve firme y me tire un pedete a discrecion.
    Mi amo se ha vuelto loco con esta mujer. No deja de mirarle las mamas y solo tiene dos. ?Como se supone que va a criar a una buena camada? Este tio no aprende, si es que tengo que hacerlo todo yo.

  • La buena cosecha de Sheila Maldonado

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    El padre McGrath ha sido destinado recientemente a Kilkenny para ocupar el puesto de reverendo en la Iglesia de Santa Maria.
    Sus ideas renuevan el panorama social , cosa que no agrada a determinadas personas que ejercen cierto poder en la localidad y que quieren controlarlo todo.

  • Papeles falsos de Valeria Luiselli

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    A diferencia de muchos cementerios en Europa, San Micheleno es un destino tan frecuente para el turismo necrologico intelectual y por eso no existen guias ni mapas precisos, ni mucho menos una lista con las coordenadas de sus muertos celebres, como los que hay a la entrada de cementerios como Montparnasse o el Pere Lachaise. En San Michele se encuentran otros personajes conocidos --Ezra Pound, Luchino Visconti, Igor Stravinsky, Sergei Diaghilev-- y sus tumbas estan senaladas, pero en un letrero apenas visible, frente a la pequena seccion apartada donde reposan sus restos. Si uno no sabe que los extranjeros notables estan separados de los venecianos comunes --como si en una necropolis tambien fueran inevitables los ghettosartisticos--, puede pasar horas deambulando entre los Antoninos, Marcelinos y Francescos, sin saber que nunca encontrara ahi ecos de Los cantos ni reverberaciones de La consagracion de la primavera. San Michele es una isla rectangular, aislada de Venecia por un brazo de agua y una muralla. Vista desde un avion, la isla del cementerio podria parecer un enorme libro de tapa dura: uno de esos diccionarios robustos, pesados, donde descansan eternamente las palabras como esqueletos en descomposicion. Hay algo de ironico en el hecho de que Joseph Brodsky este enterrado ahi, frente a la ciudad en la que siempre estuvo y siempre quiso estar solo de paso. Tal vez el poeta hubiera preferido una sepultura lejos de Venecia. A fin de cuentas, la ciudad era para el como un <> o, si se quiere una metafora mas literaria, una Itaca cuya fuerza atractiva consistia en estar siempre lejana, en ser siempre un lugar efimero, imaginado. Se suma a esto que Brodsky declaro durante una entrevista que queria ser sepultado en los bosques de Massachusetts, o que quizas hubiese sido correcto que el cadaver regresara a su natal San Petersburgo. Pero supongo que no tiene sentido especular sobre los deseos postumos de una persona. Si la voluntad y la vida son dos cosas imposibles de separar, la muerte y el azar lo son tambien. SERGEI DIAGHILEV (1877-1979) Despues de buscar la tumba de Brodsky durante varias horas y no haber encontrado siquiera la de Ezra Pound, estuve a punto de tirar la toalla. En lo que reunia fuerzas para encaminarme a la salida del cementerio, me sente a la sombra de un arbol y me fume un cigarro. En su ensayo Correr tras el propio sombrero, Chesterton decia que de encontrarse frente a una vaca en una caminata por el campo, solo un verdadero artista podria pintarla; mientras que el, no sabiendo copiar las piernas traseras de los cuadrupedos, preferia pintar el alma misma de la vaca. Yo, que ni soy artista ni soy Chesterton, no sabria como hacer ninguna de las dos cosas. Nunca he sido como esa clase de personas --a las que envidio profundamente-- que son capaces de perderse en la meditabunda contemplacion del vuelo de un pajaro, en el trabajoso ir y venir de las hormigas, en la suspension beatifica de una arana que cuelga en sus propias viscosidades. Soy, desafortunadamente, demasiado impaciente para encontrar poesia en los ritmos suaves de la naturaleza. Pero en un cementerio no hace falta tener una sensibilidad especial hacia los reinos animal y vegetal: basta permanecer sentado en silencio lo que dura un cigarro prendido, para dejarse poseer por la vitalidad que florece entre las tumbas. Bajo los cipreses, como manecillas de gigantescos relojes de sol, el tiempo se ensancha y fluye. Quiza sea el silencio mismo el que magnifique los aleteos freneticos de los insectos; tanta calma, la que trastorne el languido reptar de los lagartos; tanta muerte, la responsable de animar las hojas morbidas de los chopos. Bien dice un sabio desconocido: <>. Estaba por apagar mi cigarro cuando estallo una algarabia de graznidos. Primero unos pocos, y luego decenas, tal vez centenares --como si el graznido, al igual que la risa, fuera algo contagioso entre las aves. Henri Bergson aseguraba que la risa solo puede surgir si su objeto es, o se asemeja, a lo propiamente humano; que un gato o un sombrero no pueden provocarnos risa, al menos que veamos en ellos una expresion, una forma, o una actitud humana. Puede ser. Puede que, al menos de lejos, esos graznidos de pajaro fueran como las carcajadas de viejos tuberculosos, y que solo por eso yo estallara tambien en una carcajada en medio del silencio. En todo caso, si no me di por vencida en el empeno de encontrar la tumba de Brodsky, fue por el buen humor que me provoco de subito esa tertulia de gaviotas broncas. Si no encontraba al poeta, podia al menos averiguar si si eran graznidos o mas bien viejos venezianos al borde de la muerte. Ademas, ?por que no correr tras una tumba o tras unos pajaros si Chesterton, tan gordo, tan digno y tan inteligente, era capaz de correr tras un sombrero? EZRA POUND (1885-1977) Las tumbas de los extranjeros celebres del cementerio no solo se encuentran en un recinto apartado de los venecianos comunes (no vaya a ser que un gondolero se acueste junto a la mujer de Stravinsky), sino que incluso entre los extranjeros hay divisiones. Los rusos que frecuentaban Venecia, por un lado; los demas, por otro. Lo extrano e ironico es que Joseph Brodsky no descansa con la intelligentsia moscovita ni leningradense, sino en un recinto diferente, a un lado de su gran enemigo Ezra Pound. La tumba del ruso, a diferencia de las demas, no esta senalada en un cartel oficial del cementerio a la entrada del recinto, sino que algun alma benevolente escribio su nombre con liquid paper entre el nombre del poeta de Los cantos y la flecha que indica la direccion de ambas tumbas: RecintoEvangelicoEzraPound(IosifBrodskji) Imagine que encontraria al menos un punado de groupies afanados en dejar un amuleto o un beso sobre la tumba de Brodsky. Pero quizas Brodsky sea menos celebre que Julio Cortazar o que Jim Morrison, y yo simplemente guardaba el mal sabor de boca que me habian dejado tiempo atras los cementerios franceses. Pero en el Recinto Evangelico no habia nadie. Nadie, salvo una anciana, cargada con todo tipo de bolsas de mercado llenas de bartulos, parada frente a la tumba de Ezra Pound. No preste mucha atencion y me encamine directamente hacia el ruso, como si marcara mi bando: tu con Pound, pues yo con Brodsky. JOSEPH BRODSKY (1940-1996) Sobre la tumba de Brodsky, inscrita con las fechas 1940-1996 y su nombre en cirilico, habia chocolates, plumas y flores. Pero sobre todo, chocolates. No habia, como suele haber en casitodas las tumbas de los cementerios italianos, un retrato del difunto incrustado en la lapida. Habia esperado con ansiedad ver el ultimo rostro de Joseph Brodsky. En su libro sobre Venecia, Marca de agua, Brodsky escribe: <>. De una forma laxamente paradojica, el anonimato es una caracteristica de la ausencia: es la ausencia de caracteristicas. Un rostro joven es anonimo; esta vacio de expresiones y de rasgos que lo identifican y nombran. A medida que envejece, adquiere las huellas que lo distinguen de los demas. Una cara que se va arrugando es cada vez menos anonima. Pero mientras un rostro envejece y adquiere mayor definicion, se expone, al mismo tiempo, a mas y mas miradas de desconocidos --o, para seguir con la imagen de Brodsky, a mas espejos de cuartos de hotel por donde han pasado tantos reflejos que todos devuelven el mismo semblante, deshecho como sus camas deshechas. Asi, un rostro tambien va perdiendo la definicion que ha ido tomando con los anos, como si a fuerza de ser visto tantas veces a traves de ojos ajenos, tendiera a volver a su principio informe. De esta manera, el exceso de definicion que adquiere un semblante con el tiempo, y que culminaria tal vez en un monstruoso exceso de identidad --en una mueca--, se contrarresta con la simultanea perdida de esa identidad. Es quiza por ese motivo que todos los bebes y todos los ancianos se parecen entre si sin parecerse a nadie en particular. En el principio y en el trecho final los rostros son anonimos. Es logico, entonces, que un muerto ya no tenga rostro alguno. Las caras de los muertos deben ser, en todo caso, como las que vislumbro Ezra Pound en el metro de Paris: <>. Sobre la lapida de Brodsky no habia ningun retrato. Era justo que no existiera ese sello definitivo de identidad; era mas honesto el gris liso y opaco de la piedra --reflejo del anonimato de un hotelmensch por excelencia, hombre de muchos cuartos de hotel, muchos espejos, muchas caras. Mejor detenerse frente a la tumba y tratar de recordar alguna fotografia deBrodsky sentado en una banca de Brooklyn, o traer a la memoria una de esas grabaciones de su voz, al mismo tiempo poderosa y quebradiza, como de quien ha pasado muchas horas en soledad y ha adquirido contundencia a base de dudar: Un arbol. Su sombra, y la tierra; las raices que la penetran y se aferran. Monogramas entretejidos. Barro y piedras firmes. Las raices se entretejen y mezclan. Las piedras tienen una masa propia que las libra de la atadura de un arraigo normal. Esta piedra se sujeta firmemente. Uno no puede moverla ni desenterrarla. Las sombras de un arbol atrapan al hombre, como las redes a los peces. El resultado de un encuentro largamente esperado con un desconocido suele ser decepcionante. Lo mismo con un difunto, solo que en este ultimo caso no hace falta disimular nuestra decepcion: un muerto, en ese sentido, es siempre mas agradable que un vivo. Si al llegar frente a el nos damos cuenta de que en realidad no teniamos nada que hacer ahi, que lo entretenido era buscar su tumba y lo de menos era encontrarla --?que cosa dirian las piedras de Venecia que no le hayan dicho ya a Ruskin hace mas de un siglo y medio?--, podemos darnos la media vuelta a los pocos minutos y el muerto no nos lo reprochara. Con los muertos no hace falta ser bien educados, aunque la religion haya intentado inculcarnos siempre un comportamiento absurdamente decoroso en las misas y en los cementerios. Guardar silencio, rezar y caminar despacio con la cabeza gacha, las manos dobladas a la altura del vientre, son costumbres que poco le importan a quien reposa bajo tierra. Por eso resulto tan oportuna la anciana que habia estado parada junto a la tumba de Pound -- segun me parecia hasta ese momento, en una meditacion profunda. La mujer se arrimo a la sombra del arbol donde estabamos Brodsky y yo en un silencio ya incomodo, y se empezo a rascar las piernas como si tuviera pulgas o lepra. Despues de rascarse se acerco un poco mas y se detuvo frente a la sepultura de Brodsky. Con toda tranquilidad, como quien efectua labores domesticas de rutina, empezo a guardarse los chocolates que le habian dejado al poeta. Cuando habia terminado con estos, se guardo tambien las plumas y los lapices. Despues, como para no quedar mal, le dejo una flor que, supongo, se habia robado de la tumba de Pound. Imagine, por la familiaridad con la que se movia entre las dos tumbas, que era una vieja amiga de los poetas, o quiza la duena de la pension donde Brodsky se hospedo en algunos de sus viajes a Venecia. Le pregunte, timida y balbettando en mi italiano fracturado, si habia conocido a Joseph Brodsky, y si lo habia venido a visitar. <>. La anciana suspiro y se agacho para rascarse otra vez las piernas; recogio las bolsas pesadas, llenas de souvenirs necrologicos, y salio del Recinto Evangelico, como los venados del poema de W. H. Auden que Brodsky siempre citaba: silently and very fast.

  • Escandalo en primavera (Las Wallflowers 4) de Lisa Kleypas

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    Cuatro bellas jovenes forman las <>, un grupo unido por un mismo objetivo: conseguir marido.

  • Una curiosidad insaciable de Richard Dawkins

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    En Una curiosidad insaciable, Dawkins nos muestra un inusual recorrido por sus primeros anos, su despertar intelectual en Oxford y el camino hasta la publicacion de El gen egoista. El autor pinta un vivido cuadro de su idilica ninez en el Africa colonial, sazonado con apuntes acerca de su familia y de las peculiaridades de la vida colonial tras la segunda guerra mundial. Salvo algunas ensenanzas inspiradoras en la escuela primaria y secundaria, su curiosidad intelectual no alzo plenamente el vuelo hasta su ingreso en Oxford. Tras entrar a Oxford en 1959, Dawkins comenzo a estudiar zoologia y conocio a algunos de los legendarios mentores de la universidad, asi como su sistema de tutorias.

  • Rhys (Detras de la musica 1) de Yunnuen Gonzalez

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    Primero fueron The Beatles y The Rolling Stones, despues Oasis y Blur. Ahora la rivalidad es entre The Border y The Radicals, dos grupos lideres en el mundo del Indie Rock.

  • El silencio de Lobo de Kris L. Jordan

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    Un bonito hotel sobre un acantilado, un hombre que quiere ser libre, dos mujeres que huyen del amor, el mar…A Lobo le gusta banarse en agua helada y dormir al raso bajo las estrellas.Carol adora cocinar, es sensible, carinosa. Pero la vida no la ha tratado nada bien.Katy fue una modelo cotizada. Dolida tras un desengano, decide dejarlo todo y junto a Carol, hacer realidad el sueno de su abuelo Colin. Un viaje que las llevara a Kirkwall, una bonita villa de las islas Orcadas. ?Que papel jugara Lobo en esta ecuacion? Descubrelo en El silencio de Lobo

  • Sin final (Sin compasion 4) de W. Winters

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    ARIA unca he visto a Tyler, solo se como es por fotos. Pero incluso antes de eso, cuando tuve el sueno por primera vez, supe que el chico era alguien relacionado con Carter. Todos los hermanos Cross se parecen. El me miro en el sueno, sus ojos oscuros me atravesaron incluso desde el otro lado del jardin sembrado de azul y blanco. Deberia haberme asustado porque sabia que no pertenecia a esta tierra ficticia evocada por mi sueno, pero una suave sonrisa permanecio en sus labios. Acogedor y entranable. El fue muy amable conmigo. Un alma buena entre las flores, aunque sus palabras fueron todo lo contrario. --Ella te mintio --dijo casualmente. Palabras que grabaron confusion en mi rostro, pero enviaron una punzada de miedo que me helo la sangre. Entonces escuche a mi madre. En un instante reconoci su voz, sonamos tan parecidas. Un susurro vino de algun lugar a mi derecha mientras caminaba por el hermoso jardin. Su nombre suplicaba salir de mis labios, raspando desde lo profundo de mi garganta, pero mi voz estaba en silencio. Mi cuerpo anhelaba moverse a su lado, mas cerca de donde ella estaba mientras se alejaba lentamente de mi. Pero mis extremidades nunca se movieron. Quede atrapada en el lugar mientras se acercaban el uno al otro, pero seguian hablandome, mirandome. Como si supieran que yo estaba alli a pesar de que estaba prisionera de lo que me mantenia inmovil y en silencio. Las lagrimas se filtraron por las comisuras de mis ojos y calentaron mi piel mientras rodaban por mis mejillas. Mi padre siempre hablaba de la belleza de mi madre y yo sabia que era verdad, pero ella era mayor en los suenos de lo que yo recordaba. Sin embargo, habia envejecido bien. Trate de llamarla de nuevo, ignorando al chico, el hermano Cross que habia fallecido hacia mucho tiempo. --Nunca menti --me dijo mi madre, todo lo que pude sentir fue la forma en que sus palabras calmaron mi alma. Habia pasado tanto tiempo desde que escuche su voz. Demasiado tiempo. Mis dedos ansiaban moverse, extender la mano hacia ella y sentir su abrazo una vez mas. Yo necesitaba tanto que me abrazaran y mi respiracion se detuvo, imaginando que ella vendria a mi ya que yo no podia ir a ella, pero ella no lo hizo. Sus ojos color avellana estaban empapados de dolor mientras susurraba--: Nunca le menti. -- El viento cortante llevo su voz por el campo. Como si sus palabras fueran una senal, el cielo se oscurecio y un rayo seco lo partio en dos. --?La amabas acaso? --pregunto el chico, mirandola--. En todo esto... ?siquiera la amabas? El insistia en preguntarle a mi madre y la ira que senti fue inmediata, empujando las palabras hasta mi garganta, aunque todavia colgaban silenciosas en el aire. Por supuesto que ella me amaba. Una madre siempre ama a sus hijos. A pesar de que las palabras habian pasado desapercibidas, ambos me escucharon y me miraron, juzgando mi comentario silencioso, pero ninguno me respondio. Lo que les digo en silencio cambia cada vez que vuelve el sueno, pero la falta de respuesta nunca lo hace. --Por supuesto que si, la sigo queriendo hasta el dia de hoy --ella dijo y la voz de mi madre se arrastro con pesar--. Mori por ella. Sus palabras eran claras, aunque el dolor acribillo sus palabras y la expresion de Tyler solo mostro mas agonia cuando nego con la cabeza. Con la cabeza gacha, mi madre se aparto el pelo de la cara y se enjugo delicadamente las lagrimas de debajo de los ojos. El brillo de sus lagrimas hizo que sus ojos fueran mas vividos y me llamaron para que aliviara su dolor. Grite llena de desdicha una y otra vez, rezando para que pudiera entender mis palabras diciendole lo mucho que la amo. Que la extrano. Pero eso no hizo nada por cambiar lo que sucedio a continuacion. Con el cielo gris oscuro abriendose y el granizo cayendo sobre nosotros sin piedad, fragmentos de la vision caen como una pintura empapada en agua. Los colores se vuelven manchas borrosas y corren juntos antes de desvanecerse hasta convertirse en un lienzo en blanco, y me quedo sin nada. Nada mas que el sonido de ellos discutiendo sobre su odio contra su amor y lo que realmente importaba la noche en que ella murio. Y otra noche... la noche en que cambio el curso del destino. Ella grita que murio por mi. Su confesion esta llena de una nota de ira que me duele hasta el tuetano. Pero lo ultimo que siempre escucho antes de despertarme gritando es su murmullo--: Hacemos cosas estupidas por los que amamos. No importa cuantos anos pasen, la pesadilla nunca me abandona. La primera vez que sucedio, estaba en la celda. Hace todos esos anos cuando Carter, mi amor, me tomo por primera vez. Pero las visiones me han perseguido a lo largo de los anos, me han manchado el alma. --N C A P I T U L O 1 ARIA o grites. Con el aliento atascado en mi garganta, mi cuerpo paralizado por la oleada de miedo forzada en cada centimetro de mi cuerpo, escucho la voz, pero no obedezco. Mi grito es amortiguado por su gran mano y me abraza con mas fuerza, acercandome a su duro pecho, sus fuertes dedos clavandose en mi piel. El sonido de su voz silenciandome mientras pateo, golpeando mi cabeza inutilmente contra la pared de musculo contra la que estoy apoyada, ese sonido es lo que me calma. Lo he escuchado antes. Daniel. Mi cuerpo se relaja lentamente, apenas sostenida por mis piernas debiles. La adrenalina todavia corre por mis venas, pero soy consciente de que es el. El hombre que me agarro y me abrazo con fuerza, es Daniel. --No grites --repite, sus labios cerca de la curva de mi oreja. Tan cerca que su calido aliento me hace cosquillas en el cuello y me pone la piel de gallina en el hombro. Demasiado cerca. No solo me asusto; casi me mata de un infarto. Tardo en quitar mis dedos de su antebrazo, uno por uno, sabiendo que mis afiladas unas se clavan en sus brazos. La sangre esta por todas partes y tantas punzadas de dolor recorren mi cuerpo, prefiero estar entumecida. Entumecida despues de todo lo que acaba de pasar. Solo entonces el afloja su agarre y se mueve lentamente frente a mi, una mano aun agarrando mi muneca. --?Que estas haciendo? --Las palabras salen de mi en un suspiro, pero Daniel no responde. Mientras mi corazon late con mas fuerza, el solo me observa de cerca, evaluando mi expresion. El aire de la noche se siente mas frio, y que esta mucho mas oscuro ahora que el esta aqui que hace un momento. El mira detras de mi antes de encontrar mi mirada y preguntarme--: ?Ibas a huir? De todo lo que podria haberme preguntado en este momento, esta pregunta me produce mas culpa de la que jamas admitiria. Con Eli muerto en el suelo detras de nosotros, Addison arriba en alguna parte, escondiendose de todo lo que acaba de suceder, el hecho de que incluso haya pensado en huir me revuelve el estomago. Yo podria haberlo hecho. Podria haber huido y dejar todo esto atras como una horrible pesadilla. Y tambien lo considere seriamente. --No --susurro la palabra, sin saber si es verdad o mentira. El aire de la tarde lame a lo largo de mi piel expuesta mientras me paro en la puerta abierta de la casa de seguridad. La noche es oscura e implacable, muy parecida a la mirada de Daniel. No puedo aguantar, sabiendo que las emociones que siento estan escritas en mi rostro. Dando medio paso hacia atras, siento el dolor de un pequeno corte en mi talon dispararse hacia mi pierna, pero no es nada. Nada comparado con el dolor de saber lo que paso. Todos los pequenos rasgunos que obtuve de la ventana rota, destrozada por las balas, no significan nada. La guerra esta aqui. Los sonidos ensordecedores de disparos han ido y venido. Pero la muerte acaba de empezar. --?Que paso? Expreso la pregunta con dolor crudo presente en cada palabra. --?Carter? --le pregunto y abro los ojos para encontrarme con los suyos mientras se suavizan, luego agrego--: ?Mi padre? --Tu padre no vino. Nikolai tampoco. --Su respuesta es clara y no tiene ninguna pretension de lo que son sus pensamientos mientras sus ojos vagan por mi rostro. Antes de que pueda pronunciar el nombre de Carter de nuevo, sintiendo el familiar dolor de la perdida que ya adormece mi corazon, dice--: Carter esta bien. Los hombres de Talvery recibieron un golpe al venir aqui. Deberian haberlo sabido mejor. Hombres de Talvery. Hombres, a los que se supone que debo ser leal y aliada con ellos. Ya no se que sentir o quien es el verdadero enemigo. Solo quiero que todo se detenga. El aliento que no sabia que estaba conteniendo finalmente se escapa, deslizandose a traves de mis labios entreabiertos mientras me apoyo en la puerta, dejando que el aire frio se deslice por mi cara acalorada. Pero mi garganta esta apretada, las palabras y las emociones se entrelazan y tratan de escapar de mi al mismo tiempo. --?Cuantos...? --Empiezo a preguntar, pero no puedo terminar mi pregunta con el nudo en la garganta. ?Cuantos murieron esta noche? --Muchos --me responde Daniel y mis ojos se dirigen a los suyos, exigiendo mas--. Docenas, Aria. Agarro la parte superior de la blusa de mi pijama, juntando la tela justo en mi pecho, retorciendola y deseando poder borrar el dolor, pero permanece, creciendo con cada latido de mi corazon.

  • Cuando deje de llover de Maria Solino Barcia

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    “Comenzo a llorar mordiendose el dorso de la mano intentando contener los hipidos que brotaban de su garganta.
    Recordaba a Lorenzo clavandole los dedos en la piel, besandola, mordiendola, arrasandola.
    Estuvo un buen rato bajo el agua, intentando borrar todo rastro de otro hombre en su cuerpo.”

  • La venganza del ciego y otros cuentos de Victor Garcia Barquero

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    “La venganza del ciego y otros cuentos” es un libro de relatos de intriga, misterio e investigacion policial. Algunos de estos relatos son continuacion de los casos de los detectives Mark y Marcus (“Una llamada en mitad de la noche”, Editorial Planeta).

  • Yo fumo para olvidar que tu bebes de Martin Casariego

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    La conoci en Madrid, un fin de semana libre, en el bar de copas en el que por entonces ella trabajaba de camarera. Estabamos en primavera, detalle intranscendente, pues a las historias de amor cualquier estacion les sienta bien. En cierto modo todo comenzo alli. La piel, las canciones, los tiros. El mundo, mi vida. Todo. Fue en 1988. Lo que cuento aqui sucedio, pues, hace ya muchos anos, en una epoca mas libre y salvaje, como el jinete de la pelicula de Jane Fonda. En algunos aspectos mejor; en otros, peor. Los de piel fina deberian tenerlo en cuenta. Eran los tiempos del fin de la Movida, y todavia se oian en los bares y en las radios canciones en las que el estribillo era, por ejemplo, Ayatollah, no me toques la pirola, y titulos como Los chochos voladores o Me gusta ser una zorra. ?Y que decir de una letra como la de Si, si, de los Ronaldos? Hoy seria un escandalo. Yo iba solo, como de costumbre. Al abrir la puerta me llegaron los primeros acordes de Good vibrations, de los Beach Boys. Ahhh... I love the colorful clothes she wears... Y la vi. Fue verla y que me hiriera un rayo que todavia no ha cesado. El bar estaba bastante concurrido, pero para mi fue como si solo estuviesemos nosotros dos. Elsa tenia veinte anos y yo, veinticinco. A esas edades, ella se creia que tenia derecho a ser feliz y yo empezaba a dudarlo. Y sin embargo fue entonces cuando encontre la felicidad. Me duro dos anos. No esta nada mal. Hay felicidades que duran segundos. Si la hubiera visto Ariosto, habria dicho eso de que la naturaleza la hizo y despues rompio el molde. Tenia una bonita melena rubia y vestia falda escocesa, blusa blanca y unos zapatos rojos con tacon, mas apropiados para atraer las miradas de los varones que para trabajar tras una barra. Mi primer impulso fue huir. Los cinco siguientes, acercarme. Probe un recurso desesperado: imaginarla con cincuenta anos. Con sesenta. Con setenta. No surtio efecto. Hasta entonces me habia enamorado dos veces, una en el colegio y otra en la universidad. Pero aquello que sentia ahora era nuevo y sospeche que, en realidad, nunca me habia enamorado. Desvie la mirada. No queria enfrentarme a sus ojos. No queria saber su nombre. Queria huir. Queria saber su nombre. Queria llevarla a mi pension. Se acerco para atenderme. Soy un iman para las mujeres, y mas si son camareras. Era delgada y tenia los ojos verdes, de ese verde que a veces se vuelve azul o gris, de ese verde que te hace dudar si es azul o gris, y entonces la chica saca la erronea conclusion de que no te fijas de verdad en ella. Su cara resplandecia, alegre, pero, me parecio, dejaba traslucir que habia sufrido. Segun Oscar Wilde, en el amor comienza uno por enganarse a si mismo y a veces logra enganar al otro. Tenia que enganarla. --Hola. Me quede callado, mirandola. No por aplomo, sino por deslumbramiento. Mirando su mirar ardiente, honesto. De todas las sentencias que he escuchado acerca del amor, una de las pocas que salvaria es la de que existen los flechazos. ?Han visto alguna vez, en camara lenta, como una bala traspasa tejido animal? Es algo asi. --Hola --repitio, sin saber disimular del todo su impaciencia ante mi silencio--. ?Quieres algo? --Supongo que no te descubro America, pero tengo que decirlo: estas barbara. --Es que me llamo Barbara La Marr --me vacilo. Tenia un aire a Ava Gardner, aunque en rubia. La cara alargada, la expresion de los ojos algo burlona, la boca grande y los labios finos, los pomulos marcados. Delante de mi, nunca nadie saco ese parecido. Igual solo yo se lo encontraba. --?Tu segundo apellido es Debuena? Era una broma de la epoca, en la linea de Almodovar y Patty Diphusa. Se le escapo una sonrisa. --Imbecil. Me llamo Elsa. Que accediera a decirme su nombre era un buen augurio. Compensaba lo de <>. Aunque quiza incluso lo de <> fuese un buen augurio. --Yo, Max. --Bueno, Max, ?vas a tomar algo? A ese lado de la barra os divertis, y a este trabajamos. --Un ron con Coca-Cola, Elsa. Selecciono la botella. Ahora sonaba Always on my mind, de Pet Shop Boys. Me gustaba, aunque soy de los que prefieren la version original. La de Elvis. --If I made you feel second best, girl I'm sorry I was blind --canto para si misma. O quiza para mi. --?Por que me miras asi? ?Tienes algun problema con mi voz? --Claro que tengo un problema con tu voz. --?Ah, si? ?Y cual es? --Que me gusta. Si a esa musica se le sumaba la banda del tintineo de los hielos, el sonido del ron cayendo sobre ellos, las burbujas del refresco estallando, el efecto era fantastico. Bueno: lo era, sobre todo, por ella. --?Que nombre es ese de Max? ?Maxwell? Se mezclaban en su pregunta la intencion y la ingenuidad, de modo semejante a como ocurria con su forma de vestir. --Maximo. Maximo Lomas, para servirte. --?Me tomas el pelo? ?Maximo Lomas, Maximo Lo Mas? --Me miraba sonriendo con los ojos--. !Venga ya! Es un chiste, ?verdad? --Si lo es, es de mis padres. Me limito a intentar hacerle honor. Conoci a una chica que se llamaba Dolores Mento, y la llamaban Lola, claro... Me dejo con la palabra en la boca. Lo lamente, aunque tambien la disculpe. Tenia que atender un monton de gargantas sedientas. Tenia que seguir poniendo copas a un ritmo infernal. 2 Asi que continue escuchando la musica, bebiendo e imaginando como era aquella desconocida a la que acababa de conocer. Entre copa aqui y copa alla, maquillate, maquillate, intentaba no perder el tiempo cuando me concedia algunos segundos. --No tengo novia. --Pena, penita, pena --se burlo--. La musica, alegre, que la tristeza ya la pone el mundo. Y ya estaba dandose la vuelta para irse y dejarme abandonado. No tenia corazon. --Ponme una margarita, por favor. Ya sabes, bien de sal en los bordes. ?Y quien ha dicho que no tener novia sea triste? No consegui retenerla ni un instante. Pero al menos tenia un motivo para volver. Lo hizo al cabo de unos minutos, con el coctel. Di un trago, tras chupar un poco la sal del borde de la copa. --?Como esta? Antes de contestar, di unos sorbos. --La estoy deshojando. Me gusta, no me gusta. Me gusta... Me miro molesta. Aun tenia el corazon blindado. --?Te han dado planton, con lo resalao que eres? Me cuesta creerlo. Se fue al otro lado de la barra, donde la reclamaban dos chicas. Y asi iba pasando la noche, trago a trago, yo cada vez mas bebido y mas enamorado. --Voy a darte un consejo --le dije, la siguiente vez en que tuve ocasion de hablarle--: casate con alguien que te quiera mucho. Es el tipo de consejo que uno da cuando esta borracho. Ella, rapida, me puso la mano delante de la cara, mostrandome un anillo abrazado a su anular. --Ya lo he encontrado. Yo tambien he venido sola, pero estoy casada. ?Y tu? ?Poligamo? Lo decia por los anillos que adornaban mis manos. Dos en la izquierda y tres en la derecha. O las reforzaban, cuando habia que repartir estopa. --Creo que acabo de hacerme monogamo. Llego un quinqui algo mas joven que yo, vestido a todo lo que daba. Fue a la barra y llamo a Elsa, que se acerco. El le cogia de la mano, del brazo, y ella se lo quitaba de encima como podia. Parecieron discutir. La cosa no paso a mayores y el pretendiente, enfadado, se marcho. Moscones revoloteando alrededor de Elsa habia muchos. Pero ese habia sido el unico en transformarse en pulpo. Confiaba en que a mi no se me pudiera catalogar de moscon.

  • Ni todas las mujeres quieren flores ni todos los heroes llevan capa de Irene Hall

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    Existe un piso en Madrid donde conviven tres inquilinos: Maravillas, Arantxa y Eloy. Maravillas trabaja en los multicines del centro comercial y desde su taquilla suena con un buen desenlace para el largometraje de su vida. Arantxa se esta volviendo imprevisible. Ahora resulta que busca emociones fuertes y no se le ocurre otra cosa que lanzarse a seducir a una hetero. Eloy se encuentra perdido. Su novia esta lejos y el futuro de ambos es incierto.

  • El poder del perro de Don Winslow

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  • El universo de lo sencillo de Pablo Arribas

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    Planteate esta pregunta con sinceridad: ?vives como sonabas o has dejado parte de tu vida en manos del miedo, la dificultad o la opinion de los demas? Si eres de las personas que aspiran a una vida a pleno corazon, solo existe un camino: la valentia.

  • Largo petalo de mar de Isabel Allende

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    La fascinante nueva novela de Isabel Allende.

  • Pequenos fuegos por todas partes de Celeste Ng

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    En Shaker Heights, una tranquila y prospera zona residencial de Cleveland, todo esta planeado, desde el trazado de las carreteras hasta los colores de las casas, incluso el triunfal futuro de sus vecinos. Nadie encarna mejor este espiritu que Elena Richardson, cuya vida se rige por un principio fundamental: jugar siempre dentro de las reglas sociales. La historia comienza cuando Mia Warren, artista enigmatica y madre soltera, llega a esta idilica burbuja con Pearl, su hija adolescente. Mia lleva consigo un pasado misterioso y un desprecio por las reglas que acabaran amenazando esta comunidad tan cuidadosamente ordenada.

  • La Isla de las Flores de Nora Roberts

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    Laine Simmons estaba, por fin, preparada para enfrentarse al pasado, y viajo hasta Hawai para reconciliarse con un padre al que apenas recordaba. Sin embargo, no habia atravesado medio mundo para que Dillon O’Brian, el atractivo socio de su padre, la acusara de tener motivos ocultos. ?Como se atrevia a meterse en sus asuntos familiares y, ademas, tener la audacia de encender su corazon siempre que estaba cerca?

  • Toledo, amor y muerte (El librero de Toledo 3) de Manuel Peitado

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    La muerte del mas artero y taimado de los hombres que conoci me condujo a una catarsis. Fue una orgia de dolor para familiares y amigos reunidos alrededor del tumulo de Salvatore. Asi comienza Manuel Peiteado su tercera novela. Como en las anteriores, el autor ha querido continuar su trabajo en la misteriosa ciudad milenaria de Toledo.
    La accion se desarrolla en los albores de 1.981, ano en el que dos fuerzas antagonicas luchan por destruir al incipiente Estado democratico espanol: ETA y grupos de extrema derecha, dentro de los cuales pervive un enemigo comun: La Hermandad del Alcazar de Toledo.
    Conocedor como nadie de los entresijos de La Hermandad, el servicio secreto tratara de convencer a Domenico para desempenar el papel de agente doble. Su juramento de venganza, contra aquellos que mataron a su padre, le empujara hacia caminos ignotos.
    El descubrimiento de los progenitores de Manuel cambiara para siempre el temperamento de Domenico. Al mismo tiempo, detras de los muros frios y sombrios del convento de santa Clara de Toledo, se vive con amargura el secuestro de recien nacidos.
    Novela del genero negro con tintes historicos; el autor, con una sutil y desbordante imaginacion conducira al lector por las tortuosas cavidades de las entranas del ser humano. Nos describira con sensibilidad el amor entre personas sin importar ni la edad ni el sexo. Novela trepidante que seduce y enamora por su ritmo, escrita sin artificios y que hara que el lector no se sienta ajeno a las revelaciones que en ella se manifiestan.

  • Vacaciones en los Hamptons de Sarah Morgan

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    ?La escapada veraniega perfecta?

  • Al otro lado del infierno de Jordi Sierra I Fabra

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    Sangre, cinismo, pecado y perdon. El nuevo caso del investigador Soler, la oveja negra de la comisaria durante los anos mas turbios del franquismo, hara tambalear uno de los pilares del regimen: la Iglesia.

  • Guerra de imperios de Ben Kane

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    <> es la nueva saga del autor de la trilogia <>, el maestro de la novela historica.

  • Un guardaespaldas de sangre azul de Joyce Sullivan

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    Rory Kenilworth se quedo de piedra al descubrir quien era realmente, pero con tantos “accidentes” y tantas balas volando por los aires, no tenia tiempo para lamentarse. Tenia que reclamar lo que le pertenecia… y tratar de resistirse a la ardiente mirada de su tutor y guardaespaldas, el misterioso y guapisimo Sebastian Guimond.

  • Mi dama de compania de Natalia Giron Ferrer

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    Un suceso hace que Nivill Darcy, la hija mayor de una familia muy importante de la sociedad britanica, y Edward Wingfield se separen, con la intencion de que sea para siempre.
    Siete anos no son suficientes para olvidar el pasado, mas cuando el dolor y el rencor han alimentado a Edward, el actual duque de Richmond, todo ese tiempo. Para su desgracia, conoce a Jane Fairfax, la dama de compania de la baronesa Delacroix, y su parecido con cierta mujer que le hirio en lo mas profundo es asombroso.
    Desde ese momento, solo pensara en destruirla, aunque el camino le lleve directo al infierno.
    ?Conseguira Edward olvidar el pasado sin arruinar sus vidas? ?Podra el amor ganar el poder a la venganza?

  • Conexion de Julian Gough

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