• libro hombres que caminan solos - Jose Ignacio Carnero

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    Caminan solos alrededor de los contenedores y los barcos de los puertos de Africa. Hombres jovenes que cubren sus rostros para protegerse de la humedad del mar y que recorren el muelle cuando el sol cae. Son hombres sin dinero y eso les hace parecer menos hombres. Han perdido todo lo que tenian. Tambien el dinero de la familia; ni tan siquiera era suyo. Lo habian recaudado entre parientes y vecinos para que lo emplearan en llegar a Europa. Eran sus representantes, los elegidos, los mas sanos y valiosos del clan; eran ellos los que recibian ese fajo de billetes atado con una goma. Y, en fin, ya se sabe que quien recibe dinero ha de entregar algo a cambio; para eso se invento, para eso sirve el dinero. Pero esos hombres no pueden traer nada de vuelta a sus aldeas. Han sido enganados por alguna mafia local que les prometio llegar hasta las islas Canarias, y ahora, de vuelta al mismo lugar del que partieron, lo unico que pueden hacer es vagar, caminar sin rumbo, sobrevivir entre la chatarra, los contenedores, y el pescado podrido que se apila en el muelle. Viaje a Thiaroye-sur-Mer, una ciudad de la periferia de Dakar, en busca de una historia que contar; una historia que llevase por titulo Hombres que caminan solos, y que narrase la vida de los deportados que no regresan a sus casas por el estigma del fracaso. O la vida de aquellos hombres que entregaron su dinero a otros que les prometieron llegar a Europa, y que, sin embargo, lo que hicieron fue enganarles. Les dejaron en una playa cualquiera de Senegal, o de Mauritania, y les dijeron que eso era Espana. Alli, en Thiaroye-sur-Mer, me contaron el relato de uno de esos hombres. Un hombre que, cuando la embarcacion llego a su destino, camino largo tiempo junto al resto, y que, al alcanzar la cima de una duna, grito: <>. Al oir ese grito, los otros hombres se detuvieron, se miraron entre ellos, y confirmaron algo que llevaban horas sospechando: que, efectivamente, aquella tierra que pisaban no era la de Europa. Despues, muy lentamente, intercambiaron algunas palabras, mas bien murmullos, y comenzaron a caminar. Pero alguien advirtio que aquel hombre que dio el aviso seguia detenido en lo alto de la duna. --!Vamos! --le gritaron. --No puedo ir. Ese es mi pueblo --contesto aquel hombre senalando unas luces lejanas. Entonces todos siguieron descendiendo el arenal, porque sabian que aquel hombre no podia volver al lugar del que habia partido. Podia avanzar o detenerse, pero nunca volver atras. Tenia sed y hambre, y los pies llenos de heridas, pero no sentia nada de eso. Sentia la verguenza del fracaso. Asi que se dio la vuelta y comenzo a caminar hacia ese puerto lleno de chatarra, y contenedores, y pescado podrido que se apila en el muelle. Escuche esa historia justo antes del viaje en coche que haria por Marruecos con mis amigos. Yo les contaba una y otra vez el relato del hombre que caminaba de regreso al puerto. Le iba anadiendo detalles que lo hacian mas interesante, y mis amigos me decian: <>; o bien, <>. <> --?Y cual es la historia? --me dijo Aitor tras unos minutos de silencio. --La historia es --le conteste tras pensarlo-- que la autentica fuerza que mueve el mundo es el miedo al fracaso. Mi frase parecia reveladora, pero no causo ningun efecto en mis amigos. Se mostraron indiferentes mientras miraban por la ventanilla. Y, bueno, algo de razon tenian, porque me di cuenta de que, ciertamente, no era esa la historia que tenia que contar, ya que ninguna buena historia se puede narrar si uno, al comenzar a escribirla, sabe de que va. Las historias se descubren a medida que se escriben, o no son buenas historias. Lo se porque las formas de narrar tambien se heredan. Yo herede de mi madre una especifica forma de contar las cosas. Esa que aprendi de ella y de las mujeres de mi barrio. Las mujeres se reunian en el salon y pasaban horas hablando. Entonces los ninos poniamos la oreja y escuchabamos esas narraciones que iban y venian, narraciones aparentemente improvisadas que describian sucesos, uno tras otro, episodios que parecian desconectados entre si, que se acumulaban, avanzaban, retrocedian y hacian perder el hilo de la conversacion, pero que esas mujeres, cuando llegaban al final de su relato, encajaban y daban sentido como solo el mejor de los novelistas seria capaz de hacer. Parecia entonces que toda la narracion cobraba sentido. Era una ultima pirueta, un triple salto mortal, que repetian una y otra vez y que siempre ejecutaban con destreza. Por ejemplo, mi madre podia estar hablando de los estragos que causan las drogas en algunos vecinos y, de pronto, interrumpiendo el hilo de su relato, decia: <>. Entonces yo, que todavia no habia aprendido los trucos de ese estilo de narracion, intervenia con cierto desden: <>. <> Asi acababa la historia, se cerraba el circulo y no se podia decir mucho mas. Existia, por tanto, una arquitectura en esa forma torrencial de narrar que todavia hoy, muchos anos despues, me sigue influyendo mas que todos los libros que pueda leer. Tiene que ver con el asombro del descubrimiento. Ese que siente el narrador al ir contando una historia que desconoce, pero que ira comprendiendo a medida que es desenterrada. Bien, lo hare asi: al modo de aquellas mujeres de mi barrio y, por tanto, lo que aqui contare no sera aquello que fui a buscar a Thiaroye-sur-Mer, o no exactamente al menos, sino otro relato que comienza en ese coche que acelera por las polvorientas carreteras de Marruecos. Mis amigos miran por la ventanilla, y yo conduzco mientras suena una cancion de Johnny Cash. Una cancion que me salvo la vida, pero que tambien me arrastro hacia la oscuridad. Este podria ser un buen inicio para esta historia. Todo sucedio hace aproximadamente dos anos. Lo se porque fue en aquel tiempo cuando publique un libro acerca de mi madre. Recuerdo con precision que fue entonces, porque en aquel viaje llevaba en la mochila unos folios con las ultimas correcciones de la novela. A veces, incorporaba alguna frase a boligrafo, pero eran ya pocas las palabras que podian brotar. A pesar de eso, yo seguia intentando escribir mas. Necesitaba recordar a mi madre, y escribir era la forma de hacerlo, pero ahora, pasado ya un tiempo desde entonces, creo que he logrado el efecto contrario, es decir, olvidarla. Cuando escribes acerca de una persona que ya no esta aqui lo que en realidad estas haciendo no es retratarla, sino desdibujarla, abandonarla, sepultarla en un libro para siempre. Eso es lo que, en realidad, estas haciendo, y eso era lo que yo, sin saberlo, estaba llevando a cabo en aquel viaje a Marruecos. Escribia y pasaba el duelo. Sobre todo, escribia. Marruecos no es un buen lugar para pasar ningun duelo, porque se hace complicado conseguir alcohol en ese pais. El alcohol, por mucho que digan los medicos y los psicologos, es un buen remedio para los problemas. El alcohol y el Orfidal son la misma cosa. De hecho, el prospecto del medicamento dice que, si los tomas juntos, potencian sus efectos. Es decir, que tan diferentes no seran. Dicen del alcohol que es un remedio temporal. ?Y que hay del Orfidal y de los antidepresivos? Probad a dejar de tomarlos y os caereis por un precipicio. El alcohol, al menos, enlaza con cierta tradicion artistica. Yo, al menos, escribo mejor borracho que atiborrado de pastillas. Cuando me tomo dos o tres Orfidales solo puedo dormir, y dormir es como estar muerto, pero sin estarlo. Cuando me emborracho, a veces me pasan cosas buenas: conozco a extranos, me imagino en otros lugares, y, a menudo, me pongo a escribir. Habitualmente, lo que escribo en ese estado, al dia siguiente, cuando lo leo, me parece una basura, pero, en cualquier caso, todo lo que ha pasado mientras tanto es mucho mejor que estar muerto, que es como estar dormido, pero sin estarlo.

  • HOMBRES QUE CAMINAN SOLOS | JOSE IGNACIO CARNERO

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  • Hombres que caminan solos | Penguin Libros

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    Nos habla de un enamoramiento transatlántico, de una misteriosa mujer que calla su dolor, de madrugadas en Buenos Aires y días circulando por carreteras ...

  • Hombres que caminan solos (Literatura Random House)

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    Ama (Caballo de Troya). José Ignacio Carnero · El verano que volvimos a Alegranza (Éxitos) · Los días perfectos (5ªED): 255 (LIBROS DEL ASTEROIDE). Los días ...

  • Reseña de Hombres que caminan solos de José Ignacio ...

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    5 jun 2021 — Un querer y no poder de libro La literatura permite que brillen los callejones más oscuros del alma humana. No siempre, pero es una de las ...

  • Hombres que caminan solos - Todos tus libros

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    14 ene 2021 — Sinopsis de: "Hombres que caminan solos" ... Vuelve el autor de ama con una luminosa novela sobre la depresión y la fragilidad masculina. «Carnero ...

  • “Hombres que caminan solos”, de José Ignacio Carnero

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    5 mar 2021 — Como veis, Hombres que caminan solos es un libro que es capaz de evocar lo bello en medio de lo más negro, y ahí precisamente es donde ...

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  • Hombres que caminan solos - José Ignacio Carnero - Fnac

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    14 ene 2021 — Hombres que caminan solos, libro o eBook de José Ignacio Carnero. Editorial: Literatura random house. Los mejores precios en libros y ...

  • Hombres que caminan solos

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    14 ene 2021 — Hombres que caminan solos es una magnífica historia, honesta, valiente y luminosa sobre la exploración y el viaje de un hombre hacia las ...

  • HOMBRES QUE CAMINAN SOLOS (Libro en papel)

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    HOMBRES QUE CAMINAN SOLOS, CARNERO, JOSÉ IGNACIO, 17,90€. Vuelve el autor de ama con una luminosa novela sobre la depresión y la fragilidad masculina.

  • La promesa de Ruth de Luis David Perez

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a resistir por cumplir una promesa?

  • La flor de hierro de Laurie Forest

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    La fortaleza de Elloren Gardner marcara el destino de un reino. Una historia en un entorno escolar a la Harry Potter y con un contexto politico a lo Juego de Tronos.

  • El Ultimo Baile de Mary Higgins Clark

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  • Tazas de caldo de Vicente Verdu

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    Cada vez es mas amplio el consenso acerca de que el aforismo es el genero mas ajustado y representativo de nuestra epoca. Ajustado por su brevedad aprendida de la comunicacion en las redes, por su necesidad de condensar incisivamente el pensamiento al modo del lenguaje publicitario, y representativo del momento en que la lectura debe copiar los tiempos breves que impone el imperio de la imagen.
    Todo en la forma y proposito del aforismo parece coincidente con esta nueva naturaleza de la comunicacion. Pero hay un factor mas. Y es que, a pesar de todo, no es corriente que los jovenes cultiven el aforismo y si que lo hagan los autores en los que se han acumulado la vida y sus peripecias.
    En el caso de estos ultimos, cada sentencia aforistica condensaria la esencia fundamental del pensamiento y caeria sobre el papel, o la pantalla, como gotas depuradas por la experiencia. De hecho el aforismo recibio su primera influencia de la tradicion gnostica que reflejaron escritores como Esquilo o Pindaro, aparte del presocratico Heraclito de Efeso. De modo que, curiosamente, en aparente paradoja, el aforismo o el proverbio vienen de muy lejos y son hoy, a todas luces, lo que mas se aproxima a la manera expresiva de la epoca. Vicente Verdu, uno de los mejores ensayistas europeos a la hora de senalar las tendencias sociales y explorar El estilo del mundo (Anagrama, 2003), viene a ser con este libro el testimonio directo de lo que se lleva y adonde nos llevan las nuevas tendencias de la literatura.
    Con su lucidez proverbial y la belleza de su estilo, Tazas de caldo es, asi, de una parte, la obra mas personal de su autor, y, de otra, una muestra de pensamiento filosofico y sociologico propagado mediante pildoras. O, en el mejor de los casos, mediante balas de plata. ?Balas de plata que dan en el blanco y sosiegan como un caldo? ?Tazas de caldo para consumir el texto a sorbos y no ya de un grosero tiron, como los bestsellers baratos? Efectivamente, cualquier acierto en la diana de la verdad, la emocion o el deseo procuran paz y compania de espiritu. Pero tambien, como sin humor no se llega a ninguna parte, la <> evoca la <>. Marx regresa asi desde el capital ardiente y pesado de una vieja siderurgia a la irradiacion correspondiente al presente <>, que seduce con el artero fulgor de una chispa.

  • Yo, Farinelli, el capon de Jesus Ruiz Mantilla

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    En el invierno de 1780, Farinelli, el castrato mas famoso de su tiempo, decide dejar constancia con la pluma y sobre el papel de todo cuanto ha aprendido, de todo cuanto ha vivido, de todo cuanto ha amado. A sus 75 anos, retirado en su villa de Bolonia, rememora sus inicios, sus maestros, sus amores y desamores, y sobre todo sus horas de gloria en los teatros de Europa entera, cuando la gente desfallecia de emocion ante el simple sonido de su voz. Pero donde colmo todos sus suenos fue en Espana, donde llego de la mano de la reina Isabel de Farnesio para curar la melancolia que habia anulado la voluntad del rey Felipe V.

  • Mi definicion perfecta de Lorena Perez Nolasco

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    Zenda tiene veintisiete anos y trabaja como camarera en una cafeteria.
    Milo tiene treinta y cinco y es asesor en una agencia de viajes.
    Un dia, ambos deciden que es buena idea empezar a vivir bajo el mismo techo.
    Pero ellos no son pareja.
    Solo son dos amigos.
    Sin embargo…
    La vida de Zenda se complica.
    Y Milo…
    ?Quien decide cuanto hay que estar dispuesto a dar, por esa persona que completa el puzle que es tu vida?

  • Un encuentro casual de Ana Agudo

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    E 1 l fuerte dolor de cabeza hizo que Nuria cerrara los ojos tan solo una decima de segundo despues de abrirlos. Intento incorporarse a la vez que se echaba las manos a la cabeza. O al menos lo intento, pues algo las sujetaba firmemente. Abrio nuevamente los ojos ignorando el pinchazo en su frente y no vio nada. Todo estaba oscuro. Intento forzar la vista, que sus ojos se acostumbraran a esa negrura e intentar atisbar algo. Nada. Todo seguia oculto a sus sentidos. Empezo a notar un hormigueo en los dedos, cada vez le costaba mas llevar aire a sus pulmones, una gran presion se lo impedia. A cada inspiracion sentia como sus oidos empezaban a pitar tenuemente, ganando intensidad segun la ansiedad iba creciendo en su interior. Una semana antes. --Julia, me dice mama que no vas a poder venir estas navidades. Lo cual no me extrana nada. Y es que desde que mi hermana se marcho a Estados Unidos con 18 anos recien cumplidos siguiendo a su novio, el Crapula, la relacion entre ellas empezo a resentirse. Ademas, cuando a los dos meses la dejo porque iba a ser padre con otra, mama creyo que recuperaria a su pequena. Pero no, ella decidio continuar alli. Al poco, mientras estudiaba un curso de informatica y trabajaba en una tienda de cupcakes, conocio al Profident, un corredor de bolsa que tenia los dientes mas blancos del mundo gracias a las carillas que se ponia cada dos meses, ya que se le estropeaban a una velocidad de vertigo de tanto frotarselos con coca, cosa de la que nos enteramos cuando la exigua cuenta corriente de Julia iba haciendose mas y mas delgada, ademas de la sospechosa desaparicion de los pocos objetos de valor que tenia en casa. En ese momento mama penso que regresaria asustada y escarmentada. Mas volvio a equivocarse. Julia se hizo mas desconfiada. Decidio que nunca mas la manipularia nadie. Queria convertirse en el karma. Y vaya si lo consiguio. Se hizo una experta de la informatica en su acepcion mas oscura. Se hizo un hueco en ese submundo donde la informacion es poder, donde por unos miles de dolares podias saber, por ejemplo, las horas que un tio anodino de la ciudad de Probo en Utah se pasaba delante del ordenador viendo porno, si se la cascaba con la izquierda o si se fumaba despues un piti (en su caso, Marlboro). Era capaz de encontrar los trapos mas sucios de cualquiera, siguiendo la pista del dinero usado para comprar droga, manipulando camaras de seguridad, en fin, controlaba todo aquello que estuviera conectado a una red. Era la mejor. Logicamente a mama le horrorizo saber a lo que se dedicaba su hija pequena, no era algo de lo que pudiera pavonearse delante de sus amigas en sus partidas de bridge dominicales, y por ello el hilo que las conectaba practicamente se rompio. Sin embargo, y para cierto alivio de nuestra madre, pues parecia una olla expres a punto de reventar, hace dos anos que mi hermana decidio dar un nuevo giro en su vida. Tomo el macuto, apago el telefono tan solo despues de una escueta llamada en la que me dijo "hermanita, necesito desconectar. Ya te volvere a llamar", y tres semanas despues en una nueva llamada aseguro estar "limpia" y comenzo a trabajar en una pequena empresa de publicidad llevandoles todo el tema de redes sociales. --No Nuri. --Solo a ella le permito que utilice ese diminutivo--. Creeme que querria ir para verte, pero ahora mismo no puedo pedir dias libres. Estamos a tope con la campana de publicidad de los Hoteles Hyatt, tenemos que entregarla en enero y nos estamos pillando los dedos con los plazos. --Lo comprendo, no obstante, te echo terriblemente de menos. ?Cuanto hace que no nos vemos? --Dos anos, cuatro meses y... --Julia guarda silencio momentaneamente mientras yo sonrio. --Y 5 horas exactas --termino diciendo yo provocandola una carcajada. --?Tanto hace que mama se caso con el Viudo? --pregunta sorprendida Julia. --Si, y quiza deberiamos empezar a cambiarle el nombre a Tomas, ?no crees? --Tal vez, podriamos llamarle Job. --?Por su paciencia infinita con mama? --Y por su abultada cartera. No te olvides que el santo era un tipo rico. Posiblemente de esta salga siendolo aun mas, pues la Dramas --nuestra senora madre-- es la tentacion enviada por el demonio para hacerle caer. Me empieza a doler la tripa de la risa y las lagrimas asoman en mis ojos. Julia siempre consigue hacerme reir y sorprenderme por partes iguales. ?De donde saca tantos datos de temas tan dispares? --En tal caso creo que no me queda mas remedio que acercarte un poco de la magia navidena espanola, que ahi se os terminan las fiestas muy pronto. --Oh, Nuri, !me encantaria que vinieras! ?Pero puedes escaparte del trabajo unos dias? --Unos dias, unos meses y los anos que me vengan en gana. --?Que ha pasado? --me pregunta preocupada. --!Pues que me han echado! --Eres la jefa --me replica con el tipico tono de paciencia contenida mas propia de una madre con su hijo pequeno que entre hermanas adultas. --Un motin. --Nuriaaa... --Solo me llama asi (y alargando las aes) cuando pierde la paciencia. --Vaale, he decidido vender mi parte del negocio a Alfonso. Ya no me sentia realizada alli y bueno, he decidido dar un cambio a mi vida profesional. --?Y que nuevo enfoque le puede dar una fotografa? --me pregunta Julia con cierta guasa en la voz.--Pues que me he cansado de fotografiar siempre caras felices, miradas complices, sonrisas impostadas y ninos repelentes. --Es lo que hace una fotografa de bodas… ?que es lo que no me estas contando Nuri? Mierda, mi hermana me conoce mejor que nadie y es imposible omitir ningun tipo de informacion, aunque nos separe un oceano entre medias. --Se casa. --Finalmente claudico. --!No me jodas que ha sido capaz de pedirte que le hagas tu el reportaje de su maldita boda! --replica enojada mi hermana. --Preboda y postboda incluidas --afirmo de repente muy cansada--. Segun el soy la mejor y la que mejor los conoce... --Como para no conoceros. !Era tu novio y tu mejor amiga! --replica acalorada Julia. Ha pasado cinco meses desde que pille al cabronazo de Raul con Silvia, en nuestra cama. Se supone que tenia un reportaje con una pareja de novios en Toledo, por lo que iba a pasar gran parte del dia y hasta bien entrada la noche fuera de casa. Sin embargo, por un problema de salud del padrino habian tenido que posponer el enlace. Por tanto, apareci por el apartamento, en el madrileno barrio de Malasana, a las calurosas cuatro de la tarde de un 24 de junio. Mientras iba subiendo las estrechas escaleras empece a oir los jadeos y gritos. Por un momento me detuve en el descansillo del tercero antes de subir al ultimo piso. La mayoria de los vecinos eran ancianitas de pelo blanco o azulado, con puntillas en todas las superficies de sus pequenos pisos (si, tambien envolviendo el papel higienico). Llegue a pensar que alguna pudiera estar siendo objeto de un robo con agresion, por lo que me pare a escuchar y a dejarme guiar por los sonidos. Cuando estos me llevaron a la puerta de mi casa mis neuronas dejaron de conectar entre si. No podia (o mas bien, no queria) asociar esos sonidos a nada en concreto, pero mi corazon se salto varios latidos por la angustiosa anticipacion de lo que me iba a encontrar al abrir la puerta. Restos de comida en la mesita frente al televisor. Una botella de vino vacia. Dos copas. Una de ellas con la marca de un pintalabios rojo. Rojo puton verbenero. Ropa esparcida por el suelo, sofa, muebles. Con el Fly me to the moon de Frank Sinatra como banda sonora. Note una gota de sudor recorrerme la espalda, mientras retorciendo las manos me fui acercando a la habitacion que habia frente a mi, con la puerta abierta invitandome a pasar. Y ahi estaban, ella encima de el. Como si fuera una pelicula a camara lenta observe como el pelo de ella, rubio y largo e increiblemente liso se agitaba en cada acometida, sus manos sobre el pecho de mi novio, las manos de el acompasando el movimiento de las caderas femeninas, los ojos velados de placer en su cara. Tan concentrados estaban uno en el otro que no se percataron de mi presencia, y como una intrusa decidi salir despacio y sin hacer ruido de mi casa. --Ya bueno...digamos que este era el empujoncito para dar un giro a mi vida. Voy a utilizar el dinero ahorrado y viajar con mis camaras y objetivos, y vender mis imagenes como freelance. --Me parece genial Nuri, ya sabes que siempre me ha parecido que desaprovechabas tu capacidad de hablar con imagenes. --Y es cierto, cada dos por tres me picaba con su aguijon de avispa cojonera. --Si, mama. --Me burlo. --!Eh, un respeto a tus mayores! --Pero, pero... --Shhh, emocionalmente soy mayor, y punto en boca. --Y no le falta razon, quiza los golpes sentimentales que le ha dado la vida la han hecho madurar mas rapido--. Bueno, y dime, ?cuando vienes?

  • Crimenes a la francesa de

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    Una completa y apasionante panoramica de la rica tradicion negro-criminal de la literatura francesa a traves de sus mas destacados representantes. Los relatos de esta excepcional antologia, cuidadosamente elegidos y prologados por Mauro Armino, proponen un recorrido de aproximadamente cien anos ;desde principios del siglo XIX hasta la decada de 1920; por las mas oscuras variantes de la literatura francesa: la detectivesca, la criminal, la policiaca, la judicial, el suspense, el enigma o el misterio. Junto a algunos de los grandes nombres de las letras galas ;Merimee, Balzac, Dumas o Gaston Leroux; aparecen tambien los de Richepin, Lermina o Allais, menos traducidos entre nosotros pero que sin duda aportan al genero una fresca vision del mundo del hampa y la vida cotidiana durante el fin de siecle y la Belle Epoque. Paul-Louis Courier, Prosper Merimee, Honore de Balzac, Alexandre Dumas, Emile Gaboriau, Jean Richepin, Guy de Maupassant, Leon Bloy, Jules Lermina, Alphonse Allais, Octave Mirbeau, Guillaume Apollinaire, Gaston Leroux, Charles-Louis Philippe y Maurice Leblanc

  • Hola, Soledad de Olivier G. Duran

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    Ezra es un ejemplo del exito a sus veintitantos.
    Con trabajo estable, su propio piso de soltero y siendo bueno en su profesion, tiene la vida en sus manos. Nada podria hacerle infeliz.
    ?Que mas podria pedir?
    Tras la mascara de joven exitoso se esconde un corazon atormentado que convive dia tras dia con la soledad, a la cual escribe para desahogarse, sin obtener respuesta...
    ?Y si, de pronto, si fuera respondido?
    Acompana a Ezra en este viaje de huida del mundo y busqueda del bienestar, lleno de decisiones que pueden afectar a su presente y su futuro de manera determinante.
    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar por alcanzar la felicidad?

  • deja que el amor te encuentre de Vanessa Lorrenz

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    Era la noche mas obscura y fria de todo el mes de octubre, las calles de la ciudad dormian bajo el cielo completamente obscuro. Solo la luz de las farolas daba un tenue resplandor, bajo el poste donde Emma espera tiritando bajo su abrigo de lana vieja y desgastada. Debajo de este solo llevaba un vestido entallado rojo a juego con sus tacones altos, la cara completamente maquillada y bolso con todo lo que necesitaba para salir a trabajar esa noche. Aunque no sabia si a eso se le podria llamar trabajo, porque trabajar como "dama de compania" era un trabajo del que no se podia sentir orgullosa. Se acerco a su companera de esquina llamada Nuria que estaba fumando un cigarrillo y se acercaba a su lugar. --Hola Nuria ?Porque te has retrasado?--la miro acercandose a ella tiritando por la fria noche --Tranquila es solo que el tuerto me entretuvo explicandome que tendria un cliente muy especial esta noche--dijo poniendo cara de asco. Emma comprendia perfectamente esa sensacion, ese horrible sabor amargo que te recorre la garganta cuando hombres que son desconocidos te tocan y utilizan tu cuerpo a fin satisfacerse ellos mismos. --Tranquila esperemos que por lo menos te trate bien-- dijo ella con cara de preocupacion. No era un secreto que hacia solo dos semanas, una companera habia sido brutalmente asesinada en un hotel de mala muerte por uno de sus clientes, lo peor era que ella solo tenia dieciocho anos. El maldito desgraciado la utilizo para actos de violencia extrema ocasionando su muerte --No te preocupes el tuerto me dio algo para defenderme y me aseguro que no me pasaria nada con este cliente, asi por lo menos tendre para el desayuno de manana, sabes que mi hijo necesita comer-- hiso una mueca de dolor al recordar al pequeno con asma, todos los gastos medicos y sacar adelante a su hijo producto de una violacion la orillaron a llevar la vida que llevaba. Interiormente Emma se identificada con ella, si bien no tenia hijos pero tenia a su cargo a sus hermanitos de cinco y siete anos los cuales quedaron huerfanos cuando nacio su hermanita pequena. Su madre no pudo soportar todo un embarazo de alto riesgo, una fuerte desnutricion fue la causa que provoco una hemorragia interna a la hora del alumbramiento , llevandola asi a su fatal muerte dejando a una adolecente de diecisiete anos un menor de dos anos y un bebe recien nacido. A Emma se le llenaron los ojos de lagrimas pensando que si no encontraba un cliente pronto al dia siguiente les tocaria comer poco, y eso que a veces ella pasaba dias sin comer con tal de que Susan y Harry tuvieran que llevarse al boca. --Amiga aguas ahi viene el tuerto y si nos ve perdiendo el tiempo nos va armar una grande-- las dos mujeres caminaron a cada esquina. El tuerto era un hombre de cuerpo robusto, moreno, mal encarado, usaba un parche en el ojo derecho, nadie sabia lo que habia debajo de el. Era el encargado de conseguirles clientes, cobrando los servicios de las chicas a su cargo, les pagaba un minimo porcentaje, tambien les conseguia clientes especiales que pagaban muy bien por acceder a sus cuerpo, no sabian como obtenia los contactos, solo sabian que esos clientes daban muy buenas propinas a las chicas en turno, de vez en cuando les daban un regalo o un detalle pero estaba estrictamente prohibido entablar una relacion con ellos. --Ok alla vamos Nury suerte con tu cliente--dijo con una falsa sonrisa, puesto que desde que su mama murio no tenia mucho porque sonreir. Llevaba demasiadas responsabilidades para con ella, la manuntesion de sus hermanitos, los gastos medicos y escolares no se pagaban solos, tal vez las personas la criticarian y la repudiarian si sabian a que se dedicaba, pero si tan solo vivieran una decima parte del asco y la repulsion que sentia cada que estaba con un cliente por dinero, pensarian de manera diferente, con un suspiro de cansancio llego a su esquina, aferrandose a su abrigo, se dispuso a pasar la noche mas fria del mes en busca del sustento para sus hermanos que lo eran todo para ella, por ellos bien valia la pena la vida que habia llevado hasta ahora. El tuerto paso frente a ella como inspeccionando la zona de pronto vi un coche lujoso que se acercaba a la acera, vio que su amiga atendia amablemente al senor que conducia el coche para despues ponerse en marcha perdiendose en la obscuridad que cubria la calle, dos horas mas tarde cuando penso que no tendria ningun cliente el tuerto se acerco a su lugar --Emma esta noche te recogera un cliente muy especial dentro de una hora--dicho esto se marcho y se escondio entre las sombras de la noche.

  • Vilox (Recopilatorio) de Sophie Saint Rose

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    VILOX I

  • La hora muerta. Tomo 1 de Vicente Silvestre Marco

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    Cuando Antonio extrajo un cigarrillo del paquete de tabaco y prendio el extremo no imaginaba que seria el ultimo que se fumaria en la vida. Eran la tres y media de la madrugada del veinte de mayo y habia terminado la ronda por su zona de patrulla, la circunscrita entre la valla interior y la exterior de la instalacion, aquella que todavia se consideraba territorio espanol. Las noches todavia eran demasiado frescas y lo unico que deseaba era quedarse en la garita de guardia hasta las cinco o cinco y cuarto, momento en que tendria que hacer la segunda y ultima ronda. Durante ese tiempo se tomaria un par de tragos de vodka y seguiria viendo la serie de television que tenia preparada en el ordenador portatil. Las patrullas eran, a su parecer, una tarea inutil, pero no es que se quejara por ello ya que eran parte del trabajo y, en resumidas cuentas, le gustaba su trabajo. En los ocho anos que llevaba como vigilante de seguridad, durante el turno de noche, jamas habia tenido ningun problema. Ninguno en absoluto. Ni el mas minimo suceso que mereciera ser anotado como tal, mas alla de las averias o desperfectos tipicos debidos al tiempo o al uso: una camara estropeada, un foco que perdia potencia, o cuando el aire acondicionado dejaba de funcionar correctamente. Esta ausencia de incidentes serios no era casual, sino que se debia como consecuencia directa al aislamiento que proporcionaba aquel emplazamiento agreste, recogido entre colinas plagadas de pinos silvestres, tejos y robles, y al que tan solo se podia acceder por una anodina y serpenteante carretera secundaria de montana que zigzagueaba sobre el escarpado terreno. Sin embargo, aquella noche habia sido una excepcion, por partida doble. Por una parte, se habia encontrado con la puerta de la valla interior entreabierta y, por otro lado, Javier, el companero del turno previo al suyo habia abandonado su puesto antes de que el llegara para recibir el relevo. Al menos eso es lo que Antonio supuso al no encontrar ni a Javier en la garita ni a su vehiculo aparcado como de costumbre. Lo cierto es que si Antonio se hubiera asomado por el pronunciado terraplen que quedaba muy cercano al aparcamiento habria distinguido el Suzuki todoterreno de Javier atravesando con el morro un tramo de la verja interior. Y si no hubiera cerrado la puerta metalica con una total ausencia de interes, habria distinguido el parpadeo tenue, semioculto entre la floresta, anaranjado y ritmico como un sol moribundo, procedente del edificio de los americanos. Pero no hizo ninguna de estas dos cosas. En su lugar, despotrico para si mismo sobre la falta de profesionalidad de su companero, anoto la ausencia en el registro de su turno, y se preparo para continuar viendo la ultima temporada de "The walking dead". A mitad de un capitulo, durante una de aquellas escenas en que Rick y Negan se enfrentaban otra vez --en aquella ocasion el enfrentamiento se produjo en las entranas de un edificio en ruinas-- le surgio la idea fugaz de que Javier, su companero del turno anterior, debia haber abandonado el puesto mucho antes de que el mismo llegara al complejo militar, ya que no se cruzaron durante la estrecha carretera de acceso, y esta se prolongaba solitaria durante casi una hora. Pero esta idea no prevalecio, solo fue el eco de un pensamiento que pronto quedo anegado por los vapores del alcohol y el agradable ensimismamiento de perderse en la serie de los muertos vivientes. A lo largo de todos aquellos anos trabajando como vigilante de seguridad habia reflexionado sobre el lugar en que trabajaba. Tanto el como el resto de los companeros de la empresa de seguridad, eran el primer y mas inofensivo obstaculo para acceder a aquella instalacion militar sin nombre. Su funcion principal consistia en controlar el acceso, dar paso a los trabajadores de la instalacion (en su mayor parte estadounidenses, al menos a sus ojos) y, en caso de necesidad, ponerse en contacto con su enlace de la Guardia Civil. No estaban armados ni tenian autoridad para usar la fuerza como medida disuasoria. A efectos practicos eran poco mas que espantapajaros con un comunicador. Con los anos se habia enterado de que el puesto estuvo antes ocupado por miembros de la Benemerita, pero tras alguna clase de acuerdo interno la tarea de vigilancia habia recaido en una empresa privada de la que se rumoreaba que el propietario era un alto cargo del ejercito. La unica diferencia con otros puestos en los que habia trabajado con anterioridad consistia en una clausula al final de su contrato laboral. Una clausula de confidencialidad que le prohibia filtrar informacion del lugar o el trabajo que realizaba. Otra soberana estupidez, ya que ellos apenas mantenian contacto con los trabajadores de la instalacion y no estaban al tanto de lo que sucedia entre sus muros, pero tampoco se quejaba por aquello ya que debido a esa clausula cobraba bastante mas de lo que cobraria en cualquier otro puesto de condiciones similares. Donde uno podia encontrarse en serias dificultades era a partir de la segunda verja, cuando pasaba a ser territorio estadounidense. Hacia tres anos, un companero veterano al que solo le quedaban unos dias para jubilarse, le habia confesado con aire conspirativo que el origen de aquella instalacion se debia a una concesion del gobierno de Espana a Estados Unidos, fruto de las simpatias y el acuerdo del Trio de las Azores, cuando los presidentes Aznar, Blair, y Bush hicieron causa comun para invadir Irak. Antonio no tenia motivos para dudar de aquella afirmacion. Alli tenian sus propios guardias. Y no eran vigilantes de una empresa armados con comunicadores, sino soldados profesionales. Rara vez los veia o se cruzaba con ellos, pero no creia que nadie en su sano juicio se le ocurriera atacar a militares pertrechados con fusiles de asalto. Se rumoreaba que en el interior del recio edificio, aparte de soldados, tambien podia encontrarse un importante numero de trabajadores a los que se suponian cientificos. Rara vez salian y, a principio de cada mes, llegaban camiones cargados con suministros, lo que les hacia pensar que la instalacion estaba preparada para una reclusion prolongada. El edificio, a pesar de tener diez pisos de altura, se hallaba construido en una cuenca natural, de forma que las montanas y los arboles se elevaban mas de una veintena de metros por encima del helipuerto que coronaba la parte superior, aprovechando la orografia del lugar para camuflarlo. Sin embargo, la cuestion mas interesante, la pregunta del millon, seguia sin respuesta. ?Que es lo que hacian alli? ?Que era lo que investigaban con tal secretismo hasta el punto de hacerlo en un lugar tan recondito? El companero veterano que se habia jubilado hacia unos anos afirmaba convencido --con el convencimiento de quien no necesita argumentos ni pruebas, solo su experiencia-- de que alli dentro hacian ensayos de armas que los militares estadounidenses no estaban dispuestos a probar en su propio pais. Javier, por otro lado, defendia que se trataba de una especie de Guantanamo; una prision fuera del radar, donde nadie pusiera en duda los metodos que empleaban para conseguir informacion.

  • El roce de tu piel de Mita Marco

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    Logan MacLean, el hijo del laird de un poderoso clan escoces, recibe el encargo de llevar personalmente una importante misiva a uno de sus aliados. No obstante, por el camino es sorprendido por un grupo de salteadores y acaba malherido e inconsciente en medio del bosque. Entre la bruma del dolor, y sus escasas fuerzas, solo llega a escuchar la risa malvada de una mujer, que le roba mientras no puede defenderse, y de la que jura vengarse en cuanto se recupere, del mismo modo que hara con los demas malhechores.

  • Solo tuya 1 de Anabel Garcia

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    El la define como un Mustang salvaje, imposible de domar. Ella le denomina Neanderthal insufrible. Pero cuando estos dos titanes dan rienda suelta a la pasion, nada ni nadie conseguira interponerse en su camino.La historia transcurre en la bulliciosa ciudad de Manhattan. Elizabeth Hudson es una joven mujer de exito, mundialmente reconocida por su prestigiosa empresa, a la que se dedica en cuerpo y alma. Nunca ha tenido una relacion estable porque no cree en los hombres, por eso los utiliza para su propio beneficio, sin remordimientos. Sammuel Roc es un empresario, multimillonario desde la cuna, irresistiblemente guapo, con una peculiaridad, debido a una curiosa enfermedad, tiene los ojos violetas.

  • Guerreros de Dios de Andrzej Sapkowski

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    Y a esto, direis, ?que pasaba con los guerreros de Dios? ?Que pasaba con Praga?Praga…Praga apestaba a sangre.Corre el ano de 1427 y los herejes husitas asentados en Praga libran batalla tras batalla contra las tropas de la Iglesia de Roma, venciendo una y otra vez. La rebelion husita es tambien una revolucion social contra el clero y la nobleza, de ahi que los nobles de Silesia, Lausacia y Bohemia intenten destruirlos por todos los medios. La Inquisicion tiene sus espias por doquier, como tambien los tienen el obispo de Wroclaw y sus misteriosos asesinos negros. Para preparar la invasion de Silesia, los lideres husitas resucitan una oscura red de espionaje que saboteara y asesinara en nombre de la causa. La guerra extiende sus alas por el corazon de Europa.Reinmar de Bielau, llamado Reynevan, joven medico y alquimista que se ha unido a los husitas para vengar a su hermano, contacta en Praga con un circulo oculto de magos y hechiceros que pueden ayudar a salvar a su amigo Sanson Mieles. Al mismo tiempo es reclamado por los lideres husitas para convertirse en el jefe de la red clandestina de sabotaje, por lo que habra de pasar calamidades sin cuento. Reynevan busca tambien por toda la region a su perdido amor, Nicoletta, quien, puede ser, ha sido recluida por su padre.La violencia de la guerra golpeara a Reynevan una y otra vez, destruyendo poco a poco sus suenos y sus convicciones. En un peligroso juego de espias, Reynevan cumplira su venganza, ayudara a sus amigos y combatira a brujos y malvadas criaturas hasta que la vida le imponga una dolorosa eleccion entre la causa a la que sirve y el amor que le impulsa.

  • Tierras de niebla y miel de Marta Abello

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    Oceano Atlantico, marzo de 1899 Decidio marcharse el dia del eclipse, bajo el influjo de la luna roja. Compro un nombre falso, fingio su muerte y con el miedo en las entranas huyo de Nueva Orleans. A sus veintitres anos y quebrando su destino, Martina de Icaza regresaba a Cadiz. La bocina del vapor Montevideo atrono sobre las aguas del Atlantico, tintadas de purpura al atardecer. La joven, vestida de seda negra y tafetan, aferro con sus manos enguantadas la barandilla de popa. Se sintio observada, sin mas certeza que su instinto. Solo estaban ella y aquel mar de duelo dibujando una fragil linea entre el pasado y el futuro. --Senorita… !Si esta lloviendo! ?Que hace aqui? --Erlinda, su doncella mulata, surgio de entre las sombras y luces de la cubierta de botes--. Ya le he planchado el vestido para la cena. !Llevo horas buscandola! La cotidianeidad ahuyento su desazon. Toda la audacia mostrada en la huida desaparecia al recordar los dedos frios de Conrado sobre su cuello, la traicion, el infierno. Sujeto las cintas de su capota de crespon que el viento pretendia arrebatar y se apresuro hacia las escotillas que conducian a los camarotes de segunda clase. --!Ay, senorita! !Digame que no estoy beoda! --El buque escoraba a estribor haciendoles perder pie. Huerfana y criada en uno de los hospicios catolicos de Nueva Orleans, Erlinda solia contar que las monjitas la encontraron hacia dieciocho anos junto a un tonel de miel de cana del muelle y que por eso su piel tomo el color del mar Caribe. Martina siempre prefirio su compania a la de otras sirvientas y ahora era su ancla para no desfallecer ante el humillante regreso a la casa familiar. La osadia de abandonar a Conrado traeria consecuencias: quizas su padre quisiera obligarla a volver o internarla en un convento; quizas su madre intercediera para evitarlo. El final de la alfombra de arabescos del pasillo de camarotes les anuncio que habian llegado al 201, uno interior de cuatro literas situado en popa que compartiria durante los dieciseis dias de travesia con las hermanas Williams, dos viajeras neozelandesas que habian embarcado en La Habana. Las vibraciones de los motores y los gemidos del buque, mas perceptibles en la madrugada, le daban noches insomnes, pero era lo que habia podido pagar. Su partida a America fue en una lujosa suite de primera, con vientos a favor durante la travesia y cenas con aristocratas y estrellas del canto; su vuelta, en un oscuro camarote de segunda y el mar enfurecido. Aun asi, contaba con un colchon confortable, lavamanos con agua fria y caliente y un timbre electrico para llamar al servicio. La libertad no necesitaba ostentacion ni toallas de algodon egipcio. Palpo la limosnera que llevaba a la cintura, alli donde guardaba la cedula de identidad falsa que la identificaba como Catalina Valdivia, viuda, residente en Sevilla. Una mascara para protegerse ante preguntas incomodas. Quisiera Dios que su esposo no descubriera su treta, pero, si lo hacia, aquella cedula despistaria sus pesquisas. Apenas le quedaban unos dolares de plata tras el pago de los pasajes y volvio a contarlos uno a uno, como quien custodia un tesoro. Descorrio la cortina de su litera y se sento en ella sujetando entre sus manos la novela que habia tomado prestada de la biblioteca del barco, Juana Eyre. Acaricio la portada color sepia y la abrio por una de las paginas doblada en la esquina superior: <>. Suspiro. Ya no creia en hados ni predestinaciones. Solo en causas y efectos. --!Hoy ha caido un hombre por la borda, senorita! --Erlinda se santiguo descolgando del armario un vestido de crepe y muselina negra mientras le daba su parte del dia--: Y dos soldados de Cuba estan en la enfermeria de infecciosos y… Con el rizador de pelo en la mano, Erlinda parloteaba apremiandola a asearse y vestirse. Senalo con desden el desorden en las camas de sus companeras de camarote. --Son de la mala vida, que se lo digo yo --dijo enrollando un mechon en el tubo caliente--. Dos mujeres que andan mas cerca de los cuarenta que de los treinta, que viajan solas y no usan corse… Y huelen a jazmin, !como las prostitutas de Nueva Orleans! Martina cabeceo riendo: --Son intelectuales, Erlinda. Mujeres listas que viajan por el mundo. Indiferente a las vidas y cuitas de sus pasajeros, el veloz vapor de la Compania Trasatlantica surcaba el oceano a catorce nudos. Bajo los truenos que rugian impasibles, enfrento la intensa lluvia que comenzo a azotar sus tres cubiertas. Erlinda salio hacia el comedor de tercera con los emigrantes y sirvientes. Martina hacia el de segunda, donde compartia mesa con las Williams y una familia de Barcelona. Los zapatos le apretaban como si quisieran detener sus pasos; mas aun cuando creyo oir la risa de Conrado dentro de un camarote y ver su rostro en un camarero de piso que la saludo al pasar. Se dio prisa en las escaleras que conducian al comedor y se detuvo ante las puertas batientes, tras el trajin de platos y voces confusas. Rebusco en su bolso de mano un botecito de sales y aspiro para recuperar el valor, el mismo que la habia sacado del vacio. El buque chirrio, inclinandose a babor, y se sujeto a la barandilla metalica, paralizada por el vertigo en su estomago al imaginar la furia de Conrado exigiendo que buscaran su cuerpo en el Misisipi, blasfemando ante la escueta nota en la que Martina anunciaba su decision de terminar con todo. El lamento del Montevideo atravesando la tormenta la llevo de regreso a su huida por las calles heladas de Nueva Orleans, aterrada porque habia llegado la hora. Tuvo que retrasar sus primeros planes a causa de la extraordinaria ventisca helada que azoto la ciudad: en sesenta anos no se habia visto temporal igual. El dia de San Valentin se alcanzaron los catorce grados bajo cero y ocho centimetros de nieve cubrieron las calles en un atipico Mardi Gras. La flota quedo amarrada a puerto y su evasion quedo truncada: los vapores corrian el riesgo de sufrir averias en su maquinaria por los pequenos icebergs desprendidos de un Misisipi congelado desde su cabecera hasta el golfo de Mexico. Todos los estados de la Union sufrieron lo que las cronicas llamaron la Gran Ola de Frio, que llevo a Minnesota a alcanzar los cincuenta y nueve grados bajo cero. Todo se helo, como su propia vida. Su exultante llegada a aquella hermosa casa de la calle Bourbon, un edificio de ladrillo espanol, altos techos y grandes ventanales como bocas de fiera, pronto quedo eclipsada por el caracter voluble y colerico de Conrado Lefebvre, por sus escapadas a los antros de Baton Rouge. La paz en el hogar se mantenia con regalos y promesas, con arrepentimientos que para Martina eran falsas monedas. Tal vez se hubiera resignado con alguna migaja de amor; tal vez hubiera acatado el consejo del padre Francois de no reprender sus faltas, de asumir las propias, de olvidar la posibilidad de un divorcio que la condenaria por siempre. Pero cuando aparecio aquel hombre en sus vidas, cuando resquebrajo la vida de Martina como un espejo, de parte a parte, decidio abandonar aquel infierno, asi se congelara como Nueva Orleans. Y huyo para esconder la pena y la humillacion, para liberarse de un secreto que a nadie podria revelar jamas. El padre de Martina, que tras la boda aun andaba por los cafes de Cadiz pavoneandose del buen matrimonio de su hija, que emparentaba a los de Icaza con los Lefebvre de Jerez, le habia asegurado una vida facil, prestigio, riqueza y buenas amistades con lo mas granado de la sociedad espanola y francesa en Nueva Orleans. Demetrio de Icaza no conto con que su buena fortuna, leida en sus manos por una gitana en el parque Genoves, se desmontaria como un castillo de naipes. Y ante el fuego de la sala, con el frio rodeando aquella casa que sentia prision, espero librando la batalla entre lo correcto y lo osado hasta que la aguja pincho su indice manchando su labor con una pequena perla carmesi. Se la entrego a Mammy Dorothea para que la limpiara y conto con los dedos los diez dias que ya habian pasado desde la partida de Erlinda. La doncella, que se habia despedido para seguir a Martina en su huida, la esperaba en una pension cercana al puerto donde trabajaba una de sus antiguas companeras del hospicio. Sus contactos con buscavidas le permitieron vender su sortija de esponsales, disponer un baul con ropa y enseres para el viaje y conseguir una nueva cedula de identidad que eliminara piedras de su camino. Conrado apenas reparo en la ausencia de Erlinda. Cuando Mammy Dorothea le informo, esputo en la fina escupidera de porcelana de la sala y penso que la servidumbre era desagradecida por naturaleza. Aquella mulata seguro que se habia encaprichado de algun marinero de su tierra. <>

  • 21 lecciones para el siglo XXI de Yuval Noah Harari

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    Vuelve Harari

  • Rendicion (Premio Alfaguara de novela 2017), Ray Loriga de Ray Loriga

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  • Cuando vengas a buscarme de Antonio Reyes

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    Ismael llega al hospital en el ultimo momento para despedirse de su hermana. La estampa es desoladora, con unos padres destrozados por el inminente adios de su hija. Las palabras de Paula a su hermano parecen no tener sentido para el: “Buscame, Israel, buscame”.
    Un ano despues de su muerte cree haber descubierto lo que su hermana quiso decirle en aquella fria cama de hospital. Decidido a hallar su verdadero significado, se embarca en un viaje para encontrar a la persona que posee el legado que Paula dejo.
    En un pueblo del sur de Espana, encontrara un grupo de personas que intenta cerrar sus propios circulos personales. Una mujer con un turbio pasado conyugal y que buscar sacar adelante su pequena familia de dos junto a su hija, un viejo vasco que escapo del recuerdo de su esposa fallecida y un sacerdote con dudas de fe y acosado por los arrebatos de una joven.
    ?Hasta donde serias capaz de llegar para mantener vivo el recuerdo de un ser querido?
    Una historia de personas que buscan a personas y de otras que ni siquiera saben que desean ser encontradas.

  • Hannah de Christian Galvez

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    El Diario de Anna Frank
    El Angel de Varsovia
    La Lista de Schindler
    Ahora conoceras al Guardian del Ponte Vecchio

  • Todas hemos perdido algo de Liliana Blum

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    Todas hemos perdido algo reune los libros de cuentos No me pases de largo (2013) y El libro perdido de Heinrich Boll (2008), asi como la novela breve Residuos de espanto (2008). Las mujeres que los protagonizan son sobrevivientes, personajes que han tenido que afrontar el abandono, la condicion que les fue impuesta, los suenos rotos y el pasado como una herencia que no se ha pedido, pero se lleva a cuestas. Con un estilo sordido y como solo en la literatura es posible, la autora revela un descarnado retrato de la feminidad tocada por la soledad en sus diferentes aristas.

  • Peligroso amor de Sophie Saint Rose

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    Steffani se levanta con el pie izquierdo en su primer dia de trabajo en Nueva York. No funciona la calefaccion, se le estropea la cafetera y para su sorpresa, la secuestran metiendola en una persecucion policial. El culpable es el tarado del teniente Ralf Richardson que se empena en meterla en lios cuando lo que Steffani quiere es vivir tranquila y perderlo de vista.

  • Palabras enredadas de Monica Garcia

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    Derek Foster es el dueno de una prestigiosa empresa relacionada con el mundo editorial. El es un hombre reservado y distante al que no se le conoce relacion con ninguna mujer. Apodado El Indomable entre sus empleados, las mujeres aspiran a seducirlo sin exito. ?Acaso no hay ninguna mujer capaz de reblandecer su corazon?
    Elliana Jones es una mujer que ha llegado a su puesto por meritos propios. Nadie le ha regalado nada en la vida. Todo lo ha conseguido a base de esfuerzo y sudor. Su sueno es publicar algun dia una de las tantas novelas que tiene guardadas en el cajon. Trabaja en la misma empresa que Derek al que no conoce mas que por un encuentro fortuito en el ascensor.
    Cuando recibe una misteriosa invitacion de Derek Foster su primera reaccion es rechazarla. Todo lo que gira en torno a el es demasiado inalcanzable para ella. No quiere ser una conquista mas para un hombre sin escrupulos. Ella es una mujer de principios que cree en el amor verdadero.
    ?Pero estara Derek dispuesto a rendirse ante el rechazo de la bella Elliana? ?Cuales son sus verdaderas intenciones? ?Que tiene ella de especial para el?

  • Aromas de cafe y especias de Juan Carlos Hervas

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    El amor verdadero es capaz de superar todas las adversidades.

  • Atrapados por el deseo de Mireia Hernandez Bellavista

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    Martina es una pastelera algo desorganizada. Lo unico dulce en su vida es lo que toca con sus manos. Ella no cree en el amor, y menos en el que nace <>.

  • Jeannesville de Antonio Cesar Moreno Cantano

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    Era un miercoles cualquiera en el pequeno y tedioso pueblo de Jeannesville, en lo mas profundo del estado de Washington. El deteriorado cine del centro -por darle algun nombre-, vestigio de epocas mas gloriosas, era practicamente la unica diversion para los jovenes que aun no se habian atrevido a emigrar hacia las grandes ciudades en busca de una oportunidad en el futuro. Johny Bonesvegas era uno de los que se resistia a marchar. Era el prototipo de adolescente antisocial, enfrentado con el mundo y hastiado de todo, en especial de su familia. Tanto le daba Jeannesville o cualquier otro lado para desplomarse en la cama y pasarse las horas sin saber que hacer. Esa tarde, de un miercoles cualquiera, proyectaban una cinta sobre el ya manido tema de un virus que se propagaba entre la humanidad y convertia a la poblacion en zombies hambrientos que acababan con todo ser viviente sobre la faz de la Tierra. Johny aprovecho los trailers previos para hace una rapida, y necesaria, escapada a los aseos antes del inicio de la pelicula. Mientras se aproximaba a la puerta iba pensando que seria <> que sus vecinos de Jeannesville se transformasen en muertos vivientes y acabasen con sus <> (era una manera carinosa de referirse a ellos) companeros de instituto. Aunque nada de ello ocurrio, por supuesto, le llamo la atencion coincidir en el interior de los banos con cuatro hombres que no habia visto jamas -lo que era dificil en Jeannesville- y que discutian acaloradamente sobre un asunto que no fue capaz de discernir. Pese a todo, no le dio mas importancia al asunto y regreso a la sala. Estaba de nuevo sentado en su butaca cuando de repente oyo una voz en su cabeza que decia: -Si escuchas la palabra AMATISTA eres una persona excepcional, levantate y acude a la salida-. Al instante, Bonesvegas observo como la gente que se congregaba esa tarde en el cine -unas quince- se levantaban de manera automata y se dirigian rapidamente al destino senalado. No era un heroe ni pretendia serlo, pero no pudo reprimir gritarles con todas sus fuerzas que se parasen. La presencia en los banos de esos desconocidos y lo que estaba ocurriendo no era muy normal, incluso para alguien tan <> como Bonesvegas. Salio corriendo tras sus paisanos y, tras pisar la calle, comprendio que su destino y el de Jeannesville nunca volveria a ser el mismo…. Un dia antes en el Instituto Hoover El profesor Shellman, responsable esa semana de la sala de castigo, miraba con desprecio al grupo de alumnos que estaban alli <>. Para no variar, los pupitres eran ocupados por los tres mosqueteros del Hoover. El <> de Bonesvegas, la <> Peggy Rowling y el <> Roland Sox. Como en anteriores ocasiones, la trasgresion de las normas basicas de convivencia en el Aula de Laboratorio les habia llevado alli. Su ultima ocurrencia habia sido soltar una musarana en pleno examen. La idea habia sido del ingenioso Johny, que los dias que no estaba encerrado en su cuarto escuchando a plena potencia Pearl Jam o Nirvana, los pasaba explorando el bosque que rodeaba su destartalada casa. Otra cosa no, pero a la hora de capturar bichos raros nadie lo ganaba. En su ultima excursion, cerca del rio Willows, le habian acompanado las dos unicas personas que le producian cierta simpatia, la siempre colocada Peggy y el cerebrito del instituto, Roland. Aprovechando la salida del aula del profesor Shellman, los tres se miraron y pudieron intercambiar unas breves palabras. Tios -dijo Peggy en voz baja-, mi madre vio ayer una furgoneta flipante cerca de la Iglesia. Dice que, por fin, han mandado desde Seattle a los jefazos de la Mineria para cerrar el acuerdo. Bonesvegas se rio y nego con la cabeza. Seguidamente respondio con una frase que en el futuro se rebelaria demoledora: -?Y tu crees que alguien vendria a Jeannesville aunque fuese para eso?. Joder Peggy, cada dia se te va mas la cabeza con esa mierda que te fumas de tu padre-. Roland asintio con la cabeza y parco en palabras, como siempre, concluyo la conversacion: -Ni los muertos se quedan en Jeannesville, van a venir los vivos-. Se hizo de nuevo el silencio cuando oyeron los pasos del profesor Shellman que regresaba. Matisse El chirrido de la rueda oxidada de la silla en la que se encontraba postrada Matisse era el primer recuerdo que tenia de su infancia. Nacida con una deformidad en las piernas nunca habia conocido lo que era correr en libertad o poder realizar las mas simples de las acciones sin ayuda de nadie. Algunos familiares achacaban su minusvalia a las constantes intoxicaciones que su padre, el Sr. Keris, habia sufrido durante anos en la mina de cuarzo del condado. Esta adversidad habia forjado en Matisse un caracter luchador y duro, incapaz de doblegarse ante ningun obstaculo. Su vitalidad y energia contrastaban con la actitud melancolica y depresiva de su madre, sumida en la mas profunda de las tristezas desde el fallecimiento en extranas circunstancias de su marido en el sector n.o 21 de la mina Coldwood. Desde ese dia habia litigado con la empresa <> por lograr una pension digna con la que alimentar a su hija y asegurarle un futuro esperanzador. Dicen que los polos contrarios se atraen y la extrana relacion que desde muy temprana edad mantenian Matisse y Johny Bonesvegas eran un claro ejemplo de ello. No eran pareja, ni mucho menos, eran algo mas profundo, mas trascendental, compartian una amistad que estaba por encima de todo y de todos. Por esa razon, cuando recibio un mensaje de movil de Johny proponiendole una cita a solas, en plan intimo, para ir al cine del centro se quedo muy sorprendida. Ahora una duda rondaba su cabeza de manera incesante, ?seria correcto acudir a ese encuentro? Un miercoles cualquiera a la salida del cine Johny Bonesvegas nunca pudo imaginar que ese miercoles de abril iba a finalizar tal y como habia comenzado, totalmente vacio, en el mas completo sentido de la palabra. Matisse habia declinado su invitacion de acompanarlo al cine y ahora se encontraba con un panorama totalmente surrealista e incomprensible. Apenas veinte segundos despues de que el Sr. Ferrowson abandonase la sala, Johny llego a la calle Madison y lo que alli vio le sorprendio -lo que era dificil para alguien como el, adicto a la literatura y cine de ciencia-ficcion y terror -enormemente. Lo que una vez habia sido una via concurrida -si como tal se consideraba a juntar al mismo tiempo a mas de cinco personas- se encontraba totalmente desierta, como si nunca hubiese estado habitada. Rompia esta monotonia de soledad una furgoneta negra metalizada que se divisaba junto a la esquina del Parque Rogerson, donde una vez estuvo instalada la pequena tienda de deportes del equipo de baseball del pueblo. Sus ojos eran incapaces de abarcar un espacio tan enorme sin nada en lo que concentrar su atencion, pero un detalle le obligo a abrirlos aun mas. ?Que hacia la silla de Matisse tirada en medio de la calzada? Y aun mas importante, ?donde se habia metido la gente que minutos antes estaba con el en el cine? El comunicado. Quince anos antes un miercoles cualquiera <>. Stanley Keris leyo el comunicado y se puso mas nervioso de lo que ya estaba. Costaba imaginar que esas malditas rocas, de las que tanto polvo inhalaba cada dia en las entranas del suelo, pudiesen provocarle tantos problemas. A la denuncia del encargado -el cabron de Morrispor haber sustraido mas de 20 kg de Amatista en el ultimo mes, habia que anadirle las extranas manchas que le habia salido alrededor de la cintura. Tan solo pretendia conseguir unos ingresos extras para hacer frente a los constantes cuidados que requeria su pequena Matisse… La cita que nunca fue Tras meditarlo un largo rato, Matisse lo tuvo claro. No podia aceptar la invitacion de Johny. Eso supondria que el fuerte lazo que anudaba sus vidas se rompiese por un imposible, como era la pretension de dar un paso mas en su amistad. Intento contestarle de una manera diplomatica: – Johny, no podre ir, no te enfades. Aun estoy un poco flipada con lo que me dijiste. A la salida de la peli hablamos y lo aclaramos en la Cafeteria de Sally, ok?-. Pasaron las horas pero no recibio contestacion. Bonesvegas leyo el mensaje y arrojo el movil al suelo en un gesto de rabia. ?A que tantas precauciones? -Asco de tias-, penso. Cogio su chupa de cuero gastada y salio de casa cabreado camino al centro. Matisse no podia aguantar mas la espera y -contra su parecer- se decidio a llamarlo. Nada. No hubo manera de que cogiese el telefono. En ese caso tomaria otro camino. Cogio el periodico del pueblo que habia sobre su escritorio y miro el horario de la pelicula. Para bien o para mal daria con el, lo pillaria a la salida. El camino hasta el parque Rogerson se hizo especialmente largo ese dia. Se notaba mas fatigada de lo normal. Al principio no se percato, pero tras atravesar las calles Rider y Scott cayo en la cuenta de que habia un gran silencio. Los jardines, los parques, las tiendas, la carretera... estaban vacios. A medida que se aproximaba a su destino su mente parecio bloquearse y a sonar dentro de ella, una y otra vez, la palabra AMATISTA, AMATISTA. Se dirigia de manera irrefrenable hacia lo que parecia el foco de esa voz en off. Decenas y decenas de furgonetas negras, con un extrano aparato sobre el capo, se iban llenado con hileras de vecinos de Jeannesville. Al igual que ella, parecian estar en trance, con la mirada perdida, formando disciplinadas hileras que rapidamente ocupaban dichos vehiculos. Lo ultimo que fue capaz de divisar antes de que el automovil cerrase sus relucientes puertas fue otra cola de gente que procedia del cine y su silla de ruedas tirada al borde de la acera... El director de Amatiste Corporation El Sr. Michael Oldman miraba distraido desde el asiento de su despacho los continuos movimientos de los camiones de carga. Habia sido un camino muy largo, pero todos los esfuerzos (sin matices de ningun tipo) realizados compensaban con creces su nuevo puesto en la empresa: Director Ejecutivo de Amatiste Corporation. Sin embargo, la paz de su cargo se habia interrumpido en las ultimas semanas con la enfermedad de decenas de mineros. Pese a las investigaciones y pruebas realizadas por su Departamento de Sanidad no se sabia la causa de tal mal. Algunos apuntaban, como el "tocapelotas" del doctor Monsbill, que la infeccion se habia originado en el sector n.o 21. Tal vez fuese asi, medito para sus adentros Oldman, pero por nada del mundo renunciaria a los beneficios que aportaba a la empresa, y por ende a su propio bolsillo, un cuarzo tan especial, de un color y pureza extraordinaria. Sus aplicaciones en el mercado mundial eran enormes, mas aun cuando desde el Instituto de Psicologia Avanzada de la Universidad de Yale lo utilizaban como "catalizador" de un novedoso artefacto para la manipulacion mental. Lo que desconocian desde Amatiste Corporation era que detras de esa institucion se encontraba una Seccion Reservada de Investigacion del Ejercito de EE. UU., sumamente interesada en las posibles aplicaciones militares de un mecanismo de tal naturaleza. Los pensamientos de Oldman se interrumpieron de manera brusca cuando sono el telefono. En cuanto se acerco el auricular supo de quien se trataba. Era la dulce y venenosa voz de la Srta. Rene Rosenberg, del Laboratorio de Yale. -Dime preciosa, ?que quieres?-, pregunto Michael. – Guardate los cumplidos viejo verde, ya sabes por que te llamo- le replico Rene. -?Por que habeis disminuido el envio de cuarzo rosa, precisamente ahora que estamos en la fase final del proyecto? – prosiguio. -Lo se, lo se. Pero tenemos complicaciones. El Sindicato me esta tocando los cojones. Algunos de los trabajadores estan cayendo como moscas por culpa de (con un tono muy pausado) "vuestro querido cuarzo"-, le contesto Michael. -No me vengas con historias. Las clausulas de nuestro acuerdo eran claras: un millon de dolares por entrega. Y si cumples con las plazos establecidos el "regalito" que tu ya sabes-, replico Rene. -De acuerdo, de acuerdo, ya me las arreglare. Sabes que siempre lo hago. Te llamare en breve. Cuidate guapa-, finalizo Oldman. Al momento descolgo de nuevo el telefono y llamo a su secretaria, Lonnie Rogers: -Necesito que cites para manana a primera hora a los empleados enfermos. Comentales que les hare una oferta que no podran rechazar....- Recuerdos imborrables ?Os imaginais poder recordar todos los detalles de vuestra vida, hasta la mas intrascendente de vuestras experiencias? La gran mayoria pensaria que es un don extraordinario, propio de mentes privilegiadas. Es lo que opinaban los companeros de Johny Bonesvegas cuando tocaba escribir alguna redaccion en el colegio sobre la infancia o las vacaciones de verano. La exactitud de sus descripciones dejaba maravillados a todo el profesorado. Lo que no podian sospechar era que las humillaciones que recibia su madre de un marido depresivo; los lamentos de dolor de una abuela postrada en una cama o la tristeza de una casa que apenas tenia que llevarse a la boca... se repetian una y otra vez en su cabeza, torturandole sin descanso. Por suerte, o desgracia para opinion de otros, la hipertimesia -como habian diagnosticado los especialistas a esta extrana "habilidad"- desaparecio de manera espontanea cuando tenia 13 anos. Ocurrio una gelida manana del mes de diciembre, cuando Johny prefirio adentrarse en lo mas profundo del bosque y saltarse nuevamente las clases. Ese dia la niebla era mas intensa que de costumbre y pese a las bajas temperaturas sentia el deseo irrefrenable de caminar sin descanso. Cuando sus pies no pudieron mas y paro, se dio cuenta de que se encontraba cerca de las vallas que rodeaban las enormes instalaciones de la empresa minera del pueblo. Nunca antes habia estado alli y sentia una gran curiosidad por ver como serian esos oscuros y largos tuneles de los que todo el mundo hablaba. Sin embargo, y por mucho que le apeteciese, tendria que intentar bajar en otro momento. El continuo trasiego de trabajadores y maquinas impedia cualquier aproximacion. Resignado dio media vuelta y reemprendio la larga marcha a su "animado" hogar. Despistado y asqueado de su tediosa vida se adentro por un sendero poco transitado, como se deducia de la intensa maleza que lo poblaba. Casi una hora despues de seguir lo que parecia ser un pequeno camino se encontro de golpe con la entrada a una pequena cueva de la que resplandecia una potente luz rosada. Al acercarse mas ella se quedo atonito ante lo que vio. Sus ojos estaban abiertos como platos... hasta que se cerraron bruscamente y todo se tino de negro. Cuando los abrio de nuevo se encontraba en la cama del Hospital Jefferson y el dolor de su sien era tan intenso que creia que iba a estallarle. Por primera vez en su vida no era capaz de recordar lo que habia sucedido.

  • Vestida de corto de Marie Gauthier

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    Cuando llego, la casa estaba vacia. Felix entro rapido, con la bolsa al hombro. A partir de entonces, tendria que comer, dormir y vivir ahi, a pesar de que no conocia a nadie en la casa. Subio sus cosas al piso de arriba, tal como el hombre le habia indicado, y al bajar se detuvo en mitad de la escalera. Las paredes, los ruidos, le resultaban extranos. Pero aun se oia el motor del coche en el patio. Su madre, antes de marcharse, se habia puesto a hablar con el hombre. Pero nada importante estaba en juego ahi fuera. Solo un par de manos que se estrechaban. Lo importante era que el coche iba a arrancar de nuevo. A decir verdad, Felix y su madre no se habian despedido. Ella ya nunca lo perseguia para darle un beso. Ya no hacian esas cosas. Ni siquiera lo buscaba con la mirada. Habian llegado a buen puerto y todo estaba bien. Ella se habia entretenido hablando un poco y luego Felix habia oido el portazo al salir. Se sentia un poco perdido porque nunca habia estado en ese pueblo. Pero si lo habian dejado alli, ya vendria alguien a buscarlo. Unos dias antes, le habian pedido que rellenara unos formularios y le habian dado esperanzas sobre su futuro. En todo caso, las compras con su madre, los dias de lluvia y los largos ratos de espera dentro del coche en el aparcamiento de los grandes almacenes habian terminado. Seguro que esa especie de desazon acabaria desapareciendo. Nunca mas tendria que avergonzarse de ella. La precipitada huida de su madre habia barrido de golpe la casa familiar llena de ninos. Al fin podria respirar. Una vez hubo aplastado la colilla con el pie, el hombre del patio le dijo que regresaria mas tarde para ocuparse de el. Vio como una chica alta de cabello claro y despeinado pasaba por delante sin decir palabra. Poco despues, volvio donde estaba el y le enseno la cocina; el salon, con el sombrio aparador; la mesa rustica; el sofa de terciopelo raido. En el piso de arriba solo habia habitaciones contiguas, un bano y un aseo. Antes de escabullirse, en el pasillo de arriba, le dijo: --Me llamo Gil. --Felix penso que podria vivir bajo el nuevo techo, sentirse a gusto en aquella casa extrana, olvidar la suya, olvidar a sus padres. Seria una visita sin identidad, procedente de ninguna parte y con una bolsa y un papel en el bolsillo como unico equipaje. Aprovecharia el hecho de no tener ya pasado alguno. Su vida comenzaria a partir de ahora. Queria salir de la infancia, alejarse de aquellos a quienes habia conocido hasta entonces, deshacer los vinculos. El hombre, que apenas habia intercambiado unas palabras con su madre, no le habia preguntado gran cosa, ni siquiera con el paso de los dias. Tenia la cara redonda, el cabello abundante y los ojos claros. De pie en la cocina, el ancho cinturon de cuero le cenia el polo al vientre. Llevaba un pantalon marron y una chaqueta de tela gruesa color tabaco. Era musculoso, un poco recio y tenia la mirada dulce y brumosa. Sonreia de buena gana. Despues de comer, se fumaba un Gitanes Mais y la colilla se le iba moviendo de un lado a otro del labio inferior mientras farfullaba trozos de frases entre calada y calada. Se servia a voluntad en una copa vino blanco que bebia de dos tragos, antes de enjuagarla con el dorso del dedo y colocarla en el escurridor. Felix se quedaba mirando fijamente la colilla porque esperaba alguna indicacion sobre el trabajo que tenia que hacer. Quiza deberia intuir alguna instruccion en aquellos balbuceos. Apoyado en la pared, el senor de la colilla exhalaba el humo haciendo anillos hasta que, por fin, aplastaba el cigarrillo en el cenicero de cristal que habia en un rincon del aparador. En la cabeza de Felix, todo estaba un poco confuso. Lo habian metido alli porque no sabian muy bien que hacer con ese cuerpo torpe de adolescente. Todo el mundo opinaba que estaba hecho para el exterior. La orientadora le habia sugerido que hiciera unas practicas como aprendiz. Por eso Felix se encontraba en casa de esa gente. Iba a descubrir el trabajo al aire libre. Se suponia que el tipo de la colilla le iba a ensenar un oficio. Al principio, lo que mas le ensenaba era el bar. Por la manana se pasaban un rato, y ya entrada la tarde, se quedaban mas tiempo. Habia momentos divertidos con algo de emocion: los parroquianos, las copas, la alegria de estar juntos. Dentro hacia un calor sofocante. El alcohol que iba llegando cambiaria las cosas, traeria algo nuevo. Los hombres del mostrador no dejaban de bromear, siempre estaban abrazandose y diciendo cosas que solo ellos comprendian. Borborigmos. Imposible saber si se trataba de algo verdaderamente importante. Si versaba sobre la vida o el pueblo, si concernia al aprendiz. Felix se preguntaba si realmente estaba alli para aprender algo. Esas misas en voz baja en la barra del bar lo sumian en la duda. Quiza, simplemente, lo estaban poniendo a prueba. No parecia nada serio. Los hombres se reian de el porque aun parecia un nino. Pero el tambien se reia, incluso de las bromas mas inciertas. Como sabia que el vino lo tumbaba, fingia. Apenas mojaba los labios al llevarse el vaso a la boca. Le gustaba. Quiza su futuro consistia en eso, en beber vino blanco en el bar. Al subir a la camioneta, el senor de la colilla le pedia que se sentara a su derecha y le repetia que deseaba ensenarle el oficio. De hecho, le ordenaba que quitara las flores marchitas del monumento a los caidos, que barriera los escalones del ayuntamiento, que llevara de aqui para alla unos bidones grasientos que olian a gasolina. Despues de dar las instrucciones, el senor de la colilla se dormia en un banco. Pero eso, con la gorra puesta, no se veia. Felix ignoraba cuanto tiempo iba a permanecer lejos de sus padres. No habia nada previsto para su regreso. Habia aterrizado en esa casa solo parcialmente ocupada, al fondo de cuyo pasillo habia una puerta, y detras, un gran vacio. Y esa gente no hacia nada al respecto. Quiza una antigua granja se abria hacia el patio. Las casas viejas suelen conservar trazas algo dudosas, como esas manchas de aceite en las paredes, que dejan entrever vidas pasadas y mas bien inquietantes. Senales de peleas, cosas vagamente siniestras. En el techo habia una marca de sangre de un color desvaido por el tiempo, justo encima de la cabeza de Felix. Ahi es donde viven los fantasmas, donde luchan cada noche a lamparazos de petroleo. Felix dormia contra ese vacio, sin saber lo que habia dentro. De madrugada, las vigas crujian, la piedra rechinaba. Pero de algun modo, la casa, vasta, maciza e inmensa, se enfrentaba a todo eso. Felix nunca habia dormido en un sitio tan grande. No sabia muy bien donde estaba. Una manana temprano, mientras esperaba al senor de la colilla sin saber por cuanto tiempo, abrio la nevera para ver lo que habia dentro. Se sintio tentado por las natillas, pero supo resistir. Frente a la ventana pasaban camiones volquete cargados de gravilla. --De la empresa del Emilio --habia dicho el senor de la colilla. Hacian un ruido terrible durante todo el dia. A Felix le entraron ganas de volver a su habitacion. Como estaba en calcetines, resbalo en el suelo de madera barnizado, erro el escalon y la escalera se puso a gemir. Acto seguido aparecio el perro. La chica se lo habia presentado como una mezcla de no se sabia muy bien que. Felix se entendia bien con los perros, uno siempre puede entenderse bien con un perro. Dodo lo miraba con unos ojos negros y humedos. Habria agradecido que alguien lo sacara. Pero Felix no tenia ninguna intencion de pasearlo, de enfrentarse a la luz que ya a esa hora resultaba asfixiante, asi que lo puso a correr por el interior de la casa. Lo pico, lo excito, le metio un calcetin hecho una bola en la garganta, luego lo retiro, se lo lanzo. Intentaba que se pusiera agresivo, pero el perro retomaba su aire sumiso con una gran rapidez. Al bostezar, mostraba unos dientes blancos y desprendia un olor a croquetas. Era un pedazo de pan. Felix podia lanzarle cualquier cosa. Despues de jugar, se tumbaron en la cama. El perro se enrosco como si fuera un gato. Felix, tambien. Gil era un poco mayor que el. No paraba ni un instante. Salia, volvia a entrar dando portazos. Podia desplazarse con los ojos cerrados. Se ocupaba de todos los quehaceres de la casa, pero no hablaba mucho. Se apartaba el cabello de la cara y se lo ponia detras de la oreja con un pequeno mohin. Tenia los ojos azules, las piernas finas. Felix nunca habia visto unas piernas tan bonitas. Tenia una manera muy suya de moverse, recta y agil a un tiempo, pero con algo mas que latia ahi, enmaranado. Felix imaginaba su cuerpo bajo la ropa y, mientras ella ponia agua a hervir para la pasta, se preguntaba que aspecto tendria en la banera. El cuarto de bano era humedo, caluroso, olia bien despues de que ella saliera. Por la noche oia como ella subia la escalera, acariciaba al perro, se acostaba. No era el vino blanco del bar, ni la tierra en los zapatos, ni el monumento a los caidos que limpiaba una y otra vez lo que le gustaba a Felix. Era otra cosa. Le gustaba escuchar las idas y venidas de la chica con el perro detras, resoplando con la boca abierta. Felix se preguntaba si regresaria pronto, despeinada, si lo aceptaria en la casa. Hoy hacia fresco, a pesar del calor que hacia fuera. La aguja pequena y la grande estaban a punto de moverse, ya se acercaba la hora de la comida. Al volver, Gil solia descalzarse para ponerse unas alpargatas de un rojo descolorido. Tambien le gustaba ir descalza. A Felix le encantaba el susurro de sus pasos sobre la madera, sobre las baldosas. La contemplaba desde un peldano de la escalera, sentado con los brazos cruzados. De repente, la tenia delante. Con los ojos clavados en los suyos. Felix se sentia desamparado. La mirada de esa chica tenia algo. Nunca sabia que estaba mirando exactamente: la ropa de trabajo, las botas, las manos. Ella nunca preguntaba nada, no decia nada. Al parecer, con su actitud le otorgaba un lugar en la casa. Luego, con gran rapidez, subia a su habitacion para volver a bajar al cabo de un momento. Esa agitacion demostraba que estaba enredada en cosas mas importantes. Al principio, como Gil se ponia una blusa clara, Felix creyo que aun iba a la escuela. Pero no llevaba cartera ni se dirigia hacia la parada del autobus. Caminaba con seguridad por mitad de la calle. Tenia, sin duda, una vida fuera de la casa. Le debian de ocurrir un monton de cosas durante el dia porque por la tarde el atuendo de colegiala ya no tenia la frescura que Felix advertia por las mananas. La blusa, ligeramente arrugada, nada tenia ya de uniforme. Y cuando Gil volvia a bajar de su habitacion, aparecia emperifollada con baratijas, brazaletes y lazos de colores, sombra de ojos y pintalabios. Felix se preguntaba si iba a salir, si regresaria tarde. La presencia del sofa, de aspecto macizo, lo tranquilizaba. En realidad, trabajaba en el super que habia al final de la calle de los comercios. Por la manana, entraba temprano. El jefe le habia pedido que llevara zapatos blancos para trabajar, asi que se habia comprado unos Scholl en la farmacia. El modelo de zueco playero le habia encantado. Le dijeron que eran buenos para el calor y para la gente que pasaba muchas horas de pie. El encargado le exigia que los llevara siempre muy limpios. Con aquella blusa del super, demasiado grande para ella, Gil estaba muy guapa. Hacia bien su trabajo, la limpieza, todo lo que le pedian. Pasaba la fregona por el suelo de la tienda, ordenaba los pasillos, mantenia muy limpia la caja registradora. Sabia teclear y dar el cambio, pero era el encargado quien se ocupaba de cobrar. En cuanto a ella, con tal de que fuera guapa y pulida, con tal de que limpiara bien y llegara puntual, ya era suficiente. El tiempo pasaba rapido ordenando. Solo cuando llegaba la afluencia de clientes del mediodia se daba cuenta de la hora que era ya. Antes de cerrar, el jefe la hacia pasar primero y despues echaba la llave. Le decia: --Hasta luego. --Alli no se quitaba la blusa, en la que llevaba cosida la etiqueta de la tienda. Lo hacia despues, para ponerse el delantal antes de meterse en la cocina, puesto que era la unica mujer de la casa. Regresaba a preparar la comida, siempre cocinaba ella. No reparaba en las largas jornadas. No conocia el cansancio. Ahora Felix ya sabia adonde iba. La veia marcharse por la manana, volver a mediodia, marcharse de nuevo y regresar por la tarde. Siempre era lo mismo, para aquellos que se fijaban. El encargado lleva una camisa blanca de manga corta, tiene brazos gruesos de hombre, manos de hombre. Un cuello esbelto. Un cinturon de cuero negro le cine el pantalon de pinzas, bien planchado, de color beis claro, que moldea unas nalgas lisas como tablas y se abre en unos zapatos de punta lustrados a la perfeccion. Bellos y elegantes zapatos que rechinan sobre las baldosas del suelo de la tienda. Los pelos de las manos le llegan hasta las munecas. En la mano izquierda, lleva un reloj; en la derecha, una pulsera de plata grabada con la inscripcion <>. Cuando levanta un poco el brazo, se le ve la piel blanca y carnosa de las axilas. Cuando va a alcanzar algo de un estante de los de arriba, por la camisa entreabierta se adivina una mata de pelo que forma una especie de agujero negro. De cerca huele a desodorante, y mas de cerca, a sudor. El encargado tiene el cabello brillante, el cuerpo nervudo, solido. Nada sobresale. Los musculos pectorales, un poco marcados, revisten importancia a la camisa. En el cuello lleva una cadena a juego con la pulsera. Los dos botones desabrochados de la camisa confirman una actitud desenvuelta. Siempre adopta la misma postura, con las manos en las caderas, para supervisar la tienda, vigilar los pasillos, hablar con los clientes, con su empleada. Pero cuando se siente observado, baja los brazos. Su despacho esta encima de la carniceria, protegido por un cristal que da al supermercado. Alli se mira a menudo. Tambien en la vitrina del aparador de las pilas, o en el pequeno espejo resquebrajado que cuelga de la pared del almacen. Por si hay que alisar un mechon, asegurarse del brillo de los ojos negros, de la linea del bigote. Quiere que todo este ordenado, sin falta. Hay que mantener ese cuerpo, esa tienda. Tiene cuadernos, registros, un ordenador. La boca fina y larga se le humedece cuando habla con los clientes, los proveedores, los repartidores. Almacena la mercancia, organiza las promociones, procura que todo resulte atractivo, fresco. Un vistazo de reojo a la vitrina y ya esta disponible, concentrado. La cantidad de articulos, el tintineo de la pulsera, el suelo fregado con lejia, el ventanal, el pantalon, la camisa de manga corta son, para Gil, algo magico. Poseen algo inmutable, reconfortante. Aunque Gil seguia viendo el autobus escolar en la parada, lleno de chicas con falda, ya no se montaba en el. Habia empezado a trabajar y descubierto cierta realidad al mirar unas revistas que habia birlado en un cobertizo. La ausencia de ropa la habia llevado a conocer la libertad de los cuerpos. De noche, muy tarde, habia puesto la television para observar a los animales en la naturaleza. Queria saber como era y lo habia visto. Las escenas mas brutales no la habian amedrentado. Un perro y una perra habian pasado por delante de sus narices enganchados, como perdidos, aullando lo mucho que les dolia el vientre. Caminaban aturdidos, de lado, sin saber adonde ir. Gil queria comprender que era eso, estar preparada, sumergirse en ese dolor, experimentarlo. A pesar de la paciencia que empleo en espiar, lo unico que alcanzo a oir fueron gritos y gemidos. La gente no se deja ver. A ella no le habria importado que la vieran. Le habria gustado tanto sorprender a una pareja al fondo de un granero lleno de heno... Desde luego, podia imaginar facilmente el vaiven de las nalgas. Las revistas y las peliculas, con sus mujeres desnudas, sus excentricos atuendos, sus posturas eroticas, le habian dado informacion, habian cambiado un poco el semblante de su propio mundo. Esas imagenes, en realidad, eran mucho mas violentas que la vision de los animales copulando. Sin embargo, en aquellas fotos no habia sufrimiento. Cuerpos desnudos que llenaban paginas y paginas de revistas, se agitaban en la television, pero, a fin de cuentas, todo quedaba interrumpido. Las revistas se cerraban, la pelicula terminaba, alguien entraba en la habitacion. Se instauraba entonces un tiempo muerto, algo insaciable, inalcanzable. Pero Gil habia podido ver como era. A ella no la enganaban ni los animales, ni las revistas, ni la television.

  • El pacto. Un amor prohibido de Martina Bell

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    Tras su ruptura amorosa, Alba conoce a Paul en la redaccion de la revista donde trabaja.

  • 180 segundos de Jessica Park

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    Algunas personas se pasan toda la vida sin cambiar de perspectiva. Para Allison solo bastaran 180 segundos…

  • Las rosas de mayo de Dot Hutchison

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    En una antigua iglesia ha aparecido una joven con el cuello cercenado y el cuerpo rodeado de hermosas flores. Un retorcido ritual de violencia, belleza y castidad que el asesino cumple cada invierno con escalofriante puntualidad.
    La hermana de Priya fue una de esas victimas y, desde entonces, ella y su madre viven condenadas a cambiar de ciudad constantemente: cuando se mudan a un nuevo lugar con la esperanza de poder empezar de cero, la llegada de un misterioso arreglo floral aparece como un mal presagio, recordandoles que la muerte las acecha y que Priya podria ser la siguiente victima.
    Tras resolver el caso de El Jardin de las Mariposas, los detectives del FBI saben que deben emprender una desesperada carrera contra reloj para descubrir al asesino antes de que sea demasiado tarde y, aunque en ello Priya arriesgue su propia vida, es la unica oportunidad para conseguirlo.

  • Todos los dias son nuestros de Catalina Aguilar Mastretta

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    Maria y Emiliano parecian una pareja indestructible, de esas que se conocenen el instituto, nunca pierden la pasion y terminan siendo dos adorables ancianos cogidos de la mano. Por eso, cuando llegan a la treintena y una noche, al volver de la fiesta de unos amigos, Maria empieza una discusion, nadie hubiese imaginado que la pelea terminaria con Emiliano haciendo las maletas y volviendo a casa de sus padres.

  • La decision de Elaine de Mar Fernandez

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    La vida de Elaine no es facil tras la truculenta guerra que le ha robado a su esposo y dejado huerfana a Faith, una nina de apenas seis anos que no ha conocido a su padre. Mantener la esperanza o la ilusion era todo un reto. El rancho que posee esta al borde de ruina y apenas puede hacerse cargo del lugar.

  • El juego del amor de Sophie Saint Rose

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    Diana estaba tan contenta. Habia ganado un premio estupendo para toda su familia. Un viaje a las Vegas de una semana completa. Y la cosa habia empezado pero que muy bien y mas aun cuando vio a un morenazo que estaba para comerselo. Lo malo es que iba con su familia y se empenaban en amargarle la vida. ?Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas? No siempre es asi.

  • Miss Nicholls de J.f. Morgan

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    Cloe Nicholls venera el amor verdadero, ese sentimiento puro de novela victoriana, inexistente en la realidad; una utopia que, asume, jamas conocera. Asi discurre su aburrida relacion con el hombre que su padre ha elegido para ella. Este posee todas las cualidades para enamorar a Cloe, pero no logra alojar ese turbador sentimiento en su corazon.

  • El secreto de Elisa Lecrerc de Toni Aparicio

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    Elisa Lecrerc murio la noche del 14 de agosto de 1985 en Isla Malva. Todo el mundo coincidio entonces en que la causa de su muerte fue el suicidio.

  • El fuste torcido de la humanidad de Isaiah Berlin

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    El fuste torcido de la humanidad explora las conexiones entre las ideas del pasado y los cambios radicales que se vivieron en Occidente en el siglo xx: por un lado, la fe en la verdad absoluta de Platon, la ideologia reaccionaria de Joseph de Maistre y el romanticismo de Schiller y Byron; por el otro, los autoritarismos, el fascismo y el nacionalismo, que gana cada vez mas adeptos alrededor del mundo.

  • La mascara sagrada de Klara Delgado

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    Este no es un libro convencional, es un librojuego, y tu eliges el desarrollo de la historia. ?Llegaras con exito al final?
    Por fin se acabaron las clases y comienzas tus vacaciones de navidad. Un mensaje de WhatsApp te despierta y su inquietante contenido da lugar al comienzo de la historia.
    Tu mejor amigo te avisa de que ambos estais en peligro de muerte. En una nota anonima os piden que devolvais una mascara que no teneis. ?Que podeis hacer?
    Ahora tu te conviertes en el protagonista, tomas las riendas de esta historia y eliges lo que quieres hacer. ?Tus elecciones te llevaran a conseguir el exito de la mision o, por el contrario, el final sera un autentico desastre?
    Sumergete en tu propia aventura.

  • No me quiero enamorar de Brianne Miller

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    Brooke Evans esta demasiado ocupada como para pensar en enamorarse. Su trabajo la absorbe por completo, y mas ahora que su ayudante acaba de darse de baja por maternidad.
    En plena campana navidena lo que menos necesita es pensar en los hombres, pero no tendra mas remedio que hacerlo cuando su jefe se encarga de contratar un nuevo ayudante para ella: Nick.

  • Pais de destino (Bilogia Viajame 2) – Laura Giron de Laura Giron

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    Helena sabia, antes incluso de conocerlo, que el se acabaria marchando, aun asi, se enamoro y lo dio todo sin importarle las consecuencias. Ahora, sola de nuevo, tiene que volver a empezar de cero, tabula rasa. Pero esta vez es distinto, el recuerdo de Alejandro es mas fuerte de lo que ella podria haber imaginado y continuar hacia delante sera mas complicado de lo esperado.
    Acompana a Helena en su etapa mas intensa, en la que tendra que tomar decisiones que seran decisivas para el resto de su vida.
    Viaja de nuevo de la mano de Alejandro. Relajate y dejate llevar por los lugares mas maravillosos del mundo. Vuelve a VIVIR a traves de sus experiencias y recuerdos.
    !El esperado desenlace de la Bilogia Viajame!

  • Curcuma Azul de Halo Summer

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    --!Pues si que eres rara! --dice mi hada madrina--. Cualquier muchacha en tu situacion estaria contentisima de poder ir a un baile. Y mas aun si tiene la oportunidad de enamorarse y huir de su miseria.

  • Dinero sucio de Cristina Alger

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    La aparentemente perfecta vida de Annabel en Ginebra se rompe cuando el avion de Matthew, su esposo banquero, se estrella en los Alpes. Cuando empieza a encontrar pistas de lo que puede ocultar su muerte, Annabel se pone en la mira de enemigos poderosos y comienza a preguntarse si realmente conocio a su esposo. Mientras tanto, la periodista Marina esta investigando a Swiss United, el banco donde trabajaba Matthew. Pero cuando descubre evidencia de un escandalo financiero global impactante que implica a alguien cercano a su hogar, se vera obligada a tomar una decision imposible

  • Jonas, el marido que no podia volver a desposarse de Veronica Mengual

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    Jonas Maximilian Lacrose se habia levantado satisfecho esta manana. Hoy cumplia cuarenta anos y el dia estaba a su gusto. Ni demasiado caluroso, ni demasiado frio, con una brisa que permitia a los arboles mover sus ramas sin alterar el paisaje que contemplaba por la gran cristalera del comedor sentado al frente de la gran mesa de madera maciza. Miro su reloj para ver que efectivamente iban a dar las nueve de la manana. Faltaba un minuto exacto para que se terminase el plazo que tenia su hija Loren para presentarse a desayunar. Las normas estaban para cumplirlas y el, el duque de Mildre, y su familia estaban obligados por nacimiento a ser los mas respetables y un modelo de rectitud. Habian pasado cinco anos desde que su esposa lo abandono dejandole con sus dos hijos. Una nota fue lo que encontro en la habitacion de ella cuando tras tres dias de no presentarse a comer ni a cenar se intereso por su localizacion. Habia sido un matrimonio de conveniencia desavenido. Ella no lo satisfacia a el y el tampoco a ella. Se largo con algun hombre, de eso Jonas estaba seguro. Pero le daba exactamente igual, habia dejado a sus hijos, lo malo era que el duque no tenia ni idea de como criarlos o que hacer con ellos. Con su heredero, Gabriel, conde de Malzard, la cosa fue facil porque lo envio al mejor internado que el buen dinero pudo pagar. Lo veia en vacaciones y evaluaba satisfecho los progresos de su heredero. El problema era lady Loren Lacrose. Su hija, que fue traida al mundo con el unico fin de asegurar el titulo con un nuevo reemplazo, resulto ser inutil para el cometido que se le habia asignado antes de nacer. Lady Loren era una nina que jamas habia contrariado a su padre. Si el decia salta, la pequena preguntaba ?a que altura padre? No era a causa de que su progenitor fuese un duque, al que todos mostraban respeto y temor porque en la escala social estaba en la cuspide, no. Loren, al igual que el resto de quienes eran participes de la vida de Jonas, sabia, tanto como lo sabia el mismo, que era un hombre que estaba en posesion de la verdad y su palabra era la ley. El pedia; el resto sabia que era lo correcto hacer su voluntad. Desde la cuna habia intentado que sus vastagos comprendiesen que su titulo debia ser respetado y que sus actos eran el reflejo de la esencia de su familia. Ni los mocos se habian sonado ambos hijos en presencia del criado mas humilde, cuando ya no les tocaba a otros limpiarlos. Su refinamiento, su educacion, sus maneras eran dignas de la realeza. Nadie diria que Loren no era hija de un rey y que su hijo no pareceria un principe. Ademas, desde que Megan, su esposa, se marcho por problemas de salud --segun la version oficial porque nadie sabia que lo habia abandonado y el no iba a armar un escandalo--, era importante hacer desaparecer de su hija ciertos comportamientos que le recordaban a aquella perdida. Loren se convertiria en una gran duquesa como minimo, y en su mano estaba erradicar los comportamientos inapropiados que podian aflorar por el mero hecho de ser hija de Megan. La senorita Miles, la institutriz que habia decidido que se haria cargo de su hija de nueve anos fue una de las veinticinco aspirantes al puesto. La mujer tenia unas referencias excelentes, las mejores de todas las candidatas a las que habia tenido intencion de entrevistar. En su decision de asalariarla no habia influido que la senorita Miles fuese bonita y todo lo contrario a lo que representaba la madre de sus dos hijos, dado que era morena, alta, algo entrada en carnes y con los ojos casi negros. Eso fue un plus anadido que era mas que bien recibido. Cierto que anulo las diez citas que tenia concertadas con el resto de posibles empleadas tras verla, pero eso fue porque, si ella presentaba las mejores referencias, y el era un hombre que se consideraba practico, habria sido un desperdicio seguir buscando cuando ya tenia a la mejor. Ademas que tener que tratar con la senorita Miles era un suplicio. Si le preguntasen diria que ella no le gustaba... cosa que tampoco le impedia llamarla para consultarle cualquier cosa sobre la educacion de su hija, por minucia que fuese y a cualquier hora del dia o la noche. Loren necesitaba mucha mano dura. Mildre se vanagloriaba de ser un buen padre, un excelente padre, el mejor que hubiese en el mundo. Se vigilaba bien lo que la joven debia o no comer para estar saludable y mantener una figura acorde con la moda. El duque tambien esperaba de Loren que fuese alta, por lo que habia dado instrucciones para que cada manana ella permaneciera durante diez minutos delante de la puerta donde era medida estirando la cabeza a fin de alcanzar una medida justa que no la hiciera ni tan alta como la senorita Miles, ni tan baja como lo era su madre. Estos ejercicios finalizarian cuando su excelencia asi lo dispusiera, ni antes ni despues. No unicamente se ocupaba y supervisaba todo lo concerniente a lady Loren, sino que habia dispuesto una dote mas que suculenta que habia sido prevista en el mayor de los secretismos, porque el duque de Mildre no estaba dispuesto a atraer la atencion de los cazafortunas. --Buenos dias, excelencia. --La nina hizo una perfecta reverencia que fue juzgada por el padre como de mejorable. --Hija mia, ?has realizado los ejercicios de esta manana? --He comenzado con los estiramientos de cuello como cada dia, luego he aclarado la voz con zumo de limon como recomendo la senorita Mails. --Muy bien. ?Que mas? --Me han cepillado el pelo las cien veces que la institutriz ordeno. --Estupendo. ?Y...? --la animo a seguir. --Me he puesto el unguento para evitar la aparicion de mas pecas, y ahora, tras el desayuno comenzare con las pautas para que el tono de mi voz sea ni muy agudo ni muy grave. --Entonces desayuna rapido, hija, porque la lista de tareas de hoy es larga. --El hombre se habia esmerado mucho en conseguir traer al campo al mejor escritor para que su pequena tuviese una caligrafia exquisita, al mas valorado instructor de baile y canto para seguir dotandola de gracia artistica. --?Puedo probar hoy un bollito, padre? --?Que marca el menu que confecciono el galeno que vino a determinar sobre tu futura figura? --Gachas --explico con repugnancia pero sin dar a entender su disgusto, porque su padre no consentia que nada fuese salido de todo. La voz debia tener el volumen exacto para no trasmitir ni felicidad ni congoja. Los sentimientos estaban sobrevalorados y desde que su madre se marcho, Loren no sabia muy bien donde, dejandolos a ella, a su hermano mayor y a su progenitor, las muestras de afecto habian sido anuladas. --Entonces no debes. --Por supuesto. --La nina miro el bollito y salivo mas de lo debido en su boca, y pese a que el duque no podia advertir la cantidad de saliva que se estaba formando en el interior de la cavidad, Loren temio que el lo adivinase y la reprendiera por ser excesiva. Se apresuro a tragarla por si el se daba cuenta. --Loren, dispones de cinco minutos para que comience la clase pintura. Te aconsejo que no te demores. La puntualidad es indispensable para una persona bien educada y de tu posicion. --Si, padre. --La pequena comenzo a llevar la cuchara de sus gachas algo mas ligera hacia su boca. --Ah, ah, ah. No lo estas haciendo bien. --Lo siento, padre. --Coge la cuchara asi, como yo. --Puso los dedos que eran los correctos para sostenerla a fin de ilustrar a su hija. Ella lo imito. --Muy bien. Ahora come, pero no lo hagas ni muy despacio ni muy rapido. Hazlo correctamente como la hija de un duque, lady Loren. --?Mama lo hacia correctamente, padre? --Mal Loren, muy mal. --Ademas de que hacia el mismo ruido que su madre al tragar, ella sabia que estaba prohibido hablar de ese tema. Su hija no estaba centrada. Deberia hablar con la institutriz de nuevo. Esa manana, a las siete, nada mas levantarse y sin cambiarse, habia solicitado al personal que le advirtieran a la senorita Miles que deseaba hablarle por un asunto urgente. Habia visto toser a su hija la noche anterior y el modo en el que lo habia hecho no era correcto, y tras la cena olvido por completo solicitar una reunion con la senorita Miles y este era un tema fundamental que tratar con ella. Mas importante incluso que revisar el contrato sobre sus inversiones en un proyecto industrial que habia decidido llevar a cabo con el duque de Trade. A las ocho se presento la mujer ante el y acordaron que la tos y estornudos de lady Loren serian mejorados a la mayor brevedad posible. Esa mujer, que no le gustaba demasiado porque... bien no sabia el motivo de este hecho, pero al menos ella parecia entender completamente la gravedad de todo lo que el exponia. Sonrio satisfecho al pensar que habia realizado la mejor eleccion en cuanto a una institutriz se referia porque la institutriz era eficiente. Su hija seria la mejor de las futuras duquesas. Jonas no dudaba ni por instante de que asi sucediese. --Lo siento de nuevo. --Bien. Suelta la chuchara, milady. Es hora de comenzar con tus deberes. --Que tenga un buen dia, padre. --Mildre evaluo la frase, era correcta en cuanto a su entonacion, diccion y oportunidad. --Lo mismo digo, milady. La nina se levanto de su silla y repitio una nueva reverencia antes de salir de la habitacion. --No lo estas haciendo bien. Esa reverencia no es excelente. Volvere a hablar con tu institutriz --dijo molesto. Esperaba no tener que hacer llamar a la institutriz tan pronto, pero esto ya era demasiado grave como para dejarlo correr. Era de vital importancia entrevistarse con la senorita Miles para... para... tratar con ella sobre su hija, por supuesto. Asi que ordeno al servicio que la mujer se personase ante el de inmediato. --Buenos dias, excelencia. --Senorita Miles, ?ha desayunado? --Si, milord.

  • Nosotros en la noche de Kent Haruf

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  • Ladronas de Nueva York 3 de Estefania Yepes

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    La historia que encontraras a continuacion no es distinta a la tuya, a la mia o a la de cualquier mujer que se encuentre en un momento decisivo de su vida. Aqui no hallaras la respuesta a un gran interrogante, ni tampoco misterios que resolver o una trama enrevesada. Si buscas algo asi, esta no es tu novela.

  • La Esencia – Mila Martinez de Mila Martinez

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    Durante la estancia de fin de semana en un complejo enologico, el grupo formado por cinco amigas muy dispares se ve envuelto en una peligrosa trama, que da comienzo cuando desaparece repentinamente una de ellas.

  • Herencia maldita (eLit), Leona Karr de Leona Karr

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    Un buen dia Carolyn Leigh se entero de que habia recibido una herencia de un abuelo al que ni siquiera habia conocido, pero tambien descubrio que quiza hubiera sido asesinado… y ella era la unica que podia ayudar a encontrar al asesino. Pero antes de empezar la investigacion, tenia que <> con Adam Lawrence, el sexy agente encargado del caso.

  • Escrito en tu destino de Myrian Silva

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    Eva sale del edificio donde reside en Bruselas, Belgica. Apurada, pensativa y con muchas ansias de comenzar el dia. Un mensaje de su tio, que lo vea con urgencia apenas llegue a la Union Europea, donde trabaja desde hace unos meses, se dirija a su oficina. Su trabajo trae aparejado el viajar y conocer importantisimas personalidades de otros paises. Estar disponible en horarios mas alla de las ocho horas diarias, pero la satisface a pleno. Esta vez lo acompanara para recibir unas personas sobresalientes de un pais arabe y su comitiva. El comienzo de una serie de reuniones de negocios, festejos y homenaje hacia la figura del jeque Malik Bin Al Thani y su esposa. Con la mente en las nubes y subida a tacones de diez centimetros, con un vestido azul pegado a sus curvas generosas, dobladillo arriba de sus rodillas no ve a la figura alta que cruza la calle y es sacudida por el. Un cuerpo que se siente de piedra, piensa ella viendo el piso cerca de su rostro, y antes de caer la sostiene entre sus brazos fuertes y musculosos, la envuelve su perfume, a caro jabon masculino y especias. Unos pectorales apretados contra ella, siente sus pezones endurecidos. Sube lentamente su mirada hacia el y ve una sonrisa socarrona en el rostro mas bello y perfecto que sono en su vida. Enmarcado en cabellos negros , lacios que superan la nuca, sabiamente despeinados. Muerta de la verguenza, descubre que una de sus manos sujeta unos mechones de el. Pura seda, se le escapa un grunido de placer al escurrirse las sedosas hebras entre sus dedos. --Shh, disfruta el momento --afirma el. --Bestia, retireme las manos de encima --ordena ella. El despacio, desliza una de sus manos y con suavidad pasa sus dedos por el costado inferior de su seno izquierdo. Produciendo unos estremecimientos en Eva. La recorre una punzada de deseo desde los senos hasta el centro que palpita entre sus piernas. Ella se encuentra sonrojada, excitada y trastornada en medio de la acera y rodeada de peatones apresurados, los cuales no la golpean porque la espalda de el la protege. El le acaricia entre el pulgar y el dedo indice la mandibula, acerca sus labios y los besa suavemente saboreandolos desde la comisura hasta el centro. Se escurre su lengua en la apertura y comienza a conocer todos sus suaves rincones. Tibiamente ella toca con su lengua la de el, se enredan en un baile de deseo, sabores y una llamarada que los enciende. Nunca sintio en un beso tantas emociones. El despega su boca de ella, le coloca entre los dedos una tarjeta de visita y con una suave caricia en su nalga, le dice. --Mi nombre es Amir ?cenamos juntos? ?El tuyo es...? --Eva -- su voz enronquecida por la pasion. Le saca de sus manos el celular y se llama al propio de el. Ella atontada, enojada levanta una mano para pegarle un cachetazo; el la detiene y le besa el dorso de la misma. Se da vuelta y la deja en mitad de la acera. Siente que la azoto un tornado y que este la arrollo a su paso. Emociones intensas la recorren, su piel estremecida por el momento de intensa y explosiva pasion. No logra entender, ella siempre tan fria en su controlada vida, en un minuto se fueron todas sus reglas y directrices en su vida. Oh la la... Vida hay una sola, vivira el momento. Es hora que en su vida estalle la pasion y el romance. Si ella no lo conoce de nada, vaya con el bravucon apasionado. Que se espere sentado que lo acompanara esta noche. Habrase visto semejante burrada. Aunque esos ojos oscuros con larguisimas pestanas que sombrean sus mejillas la han dado vuelta, mas ese hoyuelo conspirador la ha atontado y le ha introducido un sofocon en el cuerpo de padre y senor nuestro. Esto le hace recordar que su vida triste y marchita luego del desplante de su novio Esteban, puede cambiar ahora y quizas ser feliz. Despues de la triste y dura experiencia que vivio con Esteban al descubrir al vil de su novio en la cama con su amiga Nora, en el departamento donde iban a vivir juntos despues de casarse. No quiere que su corazon vuelva a sufrir, por lo tanto se va a asegurar que nadie la vuelva a hacer sentirse una fracasada. Simple, pero de solo recordar se le estremece el vello de sus brazos y su corazon se hace un nudo. La mas tonta de las tontas, fue a acomodar unas cortinas con Maria su madre. Al entrar siente unos ruidos extranos, se acerca al balcon y alli los ve, a pleno sexo, gemidos y jadeos como animales en celo, sobre un sillon de madera de jardin blanco entre mullidos almohadones, a el de espaldas penetrando salvajemente a la mujer enloquecida de pasion, gritando:-- !!Mas, mas...!! Su amiga Nora, con sus redondeces al aire agitandose a la pasion del hombre, poco hombre, de su prometido Esteban. Un grito desgarrador escucha Eva. Es de sus labios que ha escapado. Maldito malnacido, le tira con las cortinas, despertandolo de su enajenacion sexual y su gesto demudado de asombro y de no va mas, si no fuera por el momento tan drastico hasta se reiria en su cara. --Eva, noo... vuelve, no es lo que parece, te amo reinita mia--sale del sillon y desnudo se desliza hasta el pasillo donde encuentra a Maria, la madre de Eva.-- Escuchame, no te vayas ahora. Por favor, nena--suspira el desalentado. Mientras, Nora se tapa con un cojin sus partes pudendas, que le ha arrojado Eva al aire, y se hace un post-it contra la pared. --!Maldita desagradecida! !Reventada y arrastrada prostituta!-- le grita Eva. Sobran hombres en esta ciudad que tuviste que entrometerte con mi prometido. --Evi... Nooo... Disculpa, eh...--tartamudea Nora. --Vete maldita, fuera de mi vista--le tira la ropa que encontro en el suelo del pasillo. Los ojos de Eva se salen de las orbitas ante tamano desman de su prima. Pensar que se han criado juntas, como hermanas, estudios y miles de salidas. No puede creer su traicion. Duele dentro de su corazon, este se hace anicos, se rompe ante tanta maldad. Ella y el juntos, jamas lo hubiera pensado. Siente que esto la sobrepasa y se da vuelta para alejarse de ese lugar, que hace pocas horas era su futura casa. El proyecto de hogar junto a Esteban. Sus suenos rotos. El desprecio en la cara de Maria dice todo lo que siente. Se acerca a el y con su mano derecha le ata un sonoro cachetazo al bonito y embaucador prometido de su nina. Abraza a una Eva torturada por el llanto desgarrador de ver tan deleznable acto. Su Esteban tiene los pies de barro. Ha cometido la peor de las fechorias. ?Por que? Ella no recuerda que sucedio despues, lo unico que sabe es que su padre Marcel la envuelve en sus brazos y la lleva con el a un sillon y la reconforta hasta que el tiempo silencia sus lagrimas. Llego el sabado, fecha de su casamiento, se devolvieron los regalos y se aviso por redes sociales que no habia casorio en Buenos Aires. La prometida abandonada, tirada sobre su cama de soltera, con su pijama de duendecitos azules, seca lagrimas churreteadas con rimel de sus mejillas blancas y opacas. Hoy hubiera sido el gran dia. Maldito bastardo, jamas volvera a creer en los hombres. Su amiga Amalia, es su fiel companera. La despierta en las mananas, le corre las cortinas, la impulsa a vestirse y salen juntas a desayunar. La tiene al tanto de las noticias de las familias amigas. Es una rubia, bajita de hermosas curvas, con un sentido del humor mordaz y sarcastico. Es una medica que atiende a sus pacientes con una sonrisa que le sale del alma. Esta haciendo residencia de pediatria. Sus peques la adoran, ella es la luz entre ellos y el dolor. Un dia, Eva le pregunta: --?Que sabes de Esteban? --Esta de viaje, en el Caribe--le responde Amalia. --?Solo? --!No! Con otra mujerzuela--sisea su prima. Llegan unos amigos, charlan entre todos. Amalia mira a Eva y la encuentra mas tranquila y que poco a poco vuelve a disfrutar de la vida. Asi pasan los dias, recibe un llamado de su tio, Jorge Alcenada Larion. Este le hace una propuesta de trabajo en Bruselas. Es un excelente avance en su carrera trabajar como traductora para la Union Europea, bajo las ordenes de su tio, con un excelente sueldo y podra escalar posiciones que le permitiran concretar su futuro. Su tio Jorge ha sido un ejemplo, modelo a seguir. Con una carrera de diplomatico envidiable, solida y sobria, cabal, honesto y marido ejemplar. Siempre ha estado en contacto con ella en vacaciones, ademas viajo con ellos a Roma, Italia, hace dos anos atras. La paso genial, se hizo de amigos y conocio lugares idilicos. Su tia Irene siempre la ha apoyado y la ha conducido por el mundillo de la moda. La introdujo en su peor y divina perdicion, los zapatos. Ella piensa en que se sentira comoda, cerca de sus tios, pero quiere vivir independiente de ellos. Afianzara su carrera, ya que habla cinco idiomas aparte del espanol: ingles, frances, aleman, holandes y arabe. Hace un ano que salio de la facultad y ha trabajado como interprete en varias comisiones, pero sin un trabajo efectivo. Argentina, ano dos mil dieciseis, crisis tras crisis no abunda el trabajo, y esta es una oportunidad de oro. Acepta la propuesta y en quince dias arribara a Bruselas Tanto su madre como su padre la apoyan en esta nueva propuesta, sentiran que su nina mimada se encuentre lejos, pero saben que ella necesita cambar de aires. La miran y ven que sus ojos marrones se ven mas luminosos, la tristeza comienza a irse. Ese es un gran paso. Eva es una mujer luchadora y desenvuelta, que ha recibido un doloroso reves en su vida amorosa, pero la vida sigue y el tiempo todo lo cura. Su madre le ayuda a empacar y en unos pocos dias arman todo el periplo de viaje y llega el dia de las despedidas. La acompanan al aeropuerto de Ezeiza, el dia es soleado, pero muy frio. Mayo gelido. Sus rayos le entibian el corazon marchito. Deja tras de si a unos padres amorosos y un grupo de amigas incondicional, que la han apoyado en tan mal trance. Amalia ira pronto a visitarla. Ella necesita respirar aires nuevos, nada mejor que una nueva expectativa de vida. Algunos llantos, todas las recomendaciones de una madre atribulada, pero feliz de ver a su hija a por un camino nuevo pleno de exitos profesionales y quizas, ?un nuevo amor? Abraza a sus padres, pasa por el control, y sube al avion que la conducira a su nuevo destino. Bruselas, alla vamos.

  • Seremos recuerdos (Canciones y recuerdos 2) de Elisabet Benavent

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  • Recuerdame quien soy de Gisela Moon

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    a su vida y acaba de sufrir un divorcio complicado que la ha marcado de una manera dificil de digerir. Guiada por su pilar mas fuerte, su abuela Marina, decide mudarse por un tiempo a la casa en la que se crio su abuela en plena montana, en la Pontevedra mas profunda.Ella, junto con su amado companero Lor, un pastor aleman imponente de pelo largo, viviran ambos una de las experiencias mas enriquecedoras de sus vidas.Con lo que ella no cuenta al hacer este viaje para alejarse de todo y de todos, es con la reaparicion de un viejo amigo de su mas pequena infancia, el que en un primer momento no consigue recordar.Y es que, a veces, es necesario desaparecer para asi poder resurgir y reconectarse nuevamente con uno mismo, con una raiz fuerte e imperecedera.Gisela Menendez nace en Asturias hace treinta y cinco anos. Cantante y violinista de profesion se muda ya hace unos anos a Galicia. Se enamora de ella en todos los sentidos: aqui conoce a su actual marido y, recientemente abren un restaurante juntos en un paraje montanoso impresionante. Publica ahora su primera novela inspirada en este precioso lugar que ha tenido el placer de conocer.

  • Magena de Christian Martins

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    Despues de muchos anos fuera de su pueblo, Magena decide regresar al caluroso lugar en el que se crio; el desierto de Arizona. Espera pasar desapercibida durante su breve estancia en Cave Creek, pero todo se complicara cuando un guapo indio apache se cruce con ella en su camino. La seduccion, la pasion y el peligro haran de esta historia un fascinante coctel para el lector.

  • Mala compania (Dime con quien andas 1) de Luz A. Pinzon

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    Antonia Nieto tiene un lema en la vida: Ser diferente a los demas. No le gusta ser dominada, ni seguir los estandares que la sociedad quiere aplicarle a los jovenes. Sus amistades son singulares; uno drogadicto, otra demasiado chismosa, uno al que le gusta vivir en la ilegalidad y la ultima le teme a hablar en publico. Su vida se ve afectada por el deseo de cambio de uno de ellos, su mejor amigo, Michael Rivera. Despues de confesarle que quiere erradicar su conducta danina, ella enloquece y todo da un giro inesperado.

  • Villa Varea de Monica Benitez

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    El timbre suena cinco minutos antes de la hora prevista, me permito demorarme un minuto en abrir, no quiero dar la impresion de estar ansiosa por conseguir otro caso, pero lo cierto es que realmente necesito el dinero. Mientras me levanto de la silla vuelve a sonar, parece que tiene prisa, lo que me hace sonreir porque suelen ser los clientes mas desesperados. Al abrir la puerta me encuentro con los ojos grises de una mujer que me observa con tanta atencion como yo a ella, ?no soy como se esperaba? Yo no se que esperaba encontrar al otro lado de la puerta, pero he de reconocer que me ha impresionado, no se si ha sido por su forma de mirarme tan descaradamente o porque su atractivo me ha descolocado por completo. --?Alejandra Varea? --Si, buenas tardes--saluda algo inquieta. --Buenas tardes, sigame, por favor. He notado la misma impaciencia que ha utilizado al llamar tambien en su voz, parece que lo que sea que necesita le urge. Cierro la puerta de entrada a mi apartamento y abro la de mi despacho invitandola a sentarse, se que ser detective privada y tener el despacho en casa no parece muy profesional, pero desde que chafe el coche y me quede pagando un prestamo de algo que no tengo y necesito, he tenido que reducir costes. --Bueno, cuenteme, ?que necesita? --le pregunto mientras tomo asiento al otro lado de la mesa. Alejandra Varea lanza un profundo suspiro al aire y se muerde ambos labios en un gesto obvio de estar buscando en su cabeza la mejor manera de empezar a hablar, la verdad es que me esta volviendo loca de curiosidad. --Vera--dice por fin--lo que necesito es algo un tanto peculiar y que quiza le haga pensar que estoy loca, puede que ese sea el motivo real de mi visita aqui, necesito que usted me ayude a demostrarme a mi misma que no me estoy volviendo completamente majareta. Alzo las cejas claramente sorprendida y Alejandra sonrie con cansancio. --Se lo que parece... --No he dicho nada--me apresuro a aclarar--quiza si me cuenta por que cree que se esta volviendo loca me ayude a entender mejor su caso, porque le confieso que estoy muy perdida. --He decidido separarme de mi marido, y mientras arreglamos los papeles me he ido de casa. Hace un par de anos herede Villa Varea, una masia que pertenecio a mis abuelos, mi marido insistio en venderla porque era demasiado grande para nosotros dos solos, pero por algun motivo decidi no hacerlo, ni siquiera di de baja los suministros y no sabe cuanto me alegro de no haberlo hecho--suspira. --Entiendo. --El caso es que me traslade hace un par de semanas y despues de recorrerla entera un par de veces, decidi que puedo convertir la planta baja en un hostal y yo vivir en la planta de arriba, que tiene acceso propio por uno de los laterales. Lo siento, me estoy yendo por las ramas--se disculpa nerviosa. --No se preocupe, no tengo prisa--afirmo en un intento de que se relaje. --De acuerdo, pues ahora viene la parte interesante--dice clavando sus ojos grises en mi--desde que estoy alli, digamos que pasan cosas... --?Pasan cosas? --pregunto sin comprender. --Si, ruidos, cosas que cambian de lugar, grifos que se abren solos en mitad de la noche, ya sabe, ese tipo de cosas--comenta sofocada. Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para disimular el tremendo escalofrio que me ha producido lo que acaba de contarme, quiza en otra situacion pensaria que me estan tomando el pelo, pero esta mujer se ha tomado las molestias de venir hasta aqui y realmente parece afectada. --?Se refiere a presencias? --pregunto adoptando el tono mas neutro posible. --Bueno, no se si presencias es la palabra adecuada, pero esta claro que alli pasa algo. --Podrian ser ruidos provocados por las tuberias o la propia madera de las puertas, segun me cuenta, esa masia parece tener bastantes anos. --?Cree que no lo he pensado? Pero ?que me dice de los grifos abriendose solos? O el televisor... --?Que ocurre con el televisor? --pregunto con los ojos abiertos de par en par. --A veces se enciende tambien, esta manana precisamente, estaba en el bano acabando de arreglarme y de pronto he escuchado voces en el salon, por poco me da un infarto. Cuando he salido el televisor estaba encendido--asegura muy seria. --?Y no cabe la posibilidad de que usted se lo dejara encendido? Esas cosas pasan, yo misma soy la representacion absoluta del despiste. --No--niega de forma categorica--yo nunca pongo la television por la manana, de hecho, apenas la pongo, estoy segura de no haberla encendido, ni esta manana ni ayer por la noche. Oiga, detective Noriega, soy consciente de que lo que cuento es una locura, le aseguro que yo misma no creo en estos fenomenos, siempre he sido muy esceptica, pero son demasiadas cosas las que he notado desde que estoy alli y no voy a ignorarlas, no puedo pretender abrir un hostal y que la primera noche los clientes se marchen cagados de miedo. Necesito descubrir lo que sucede en mi casa. --No la estoy juzgando, senora Varea, usted dice que no cree, y yo personalmente no es que lo haga, pero si que tengo mucho respeto ante estas cosas. En mi opinion, que yo no haya visto o notado nada nunca, no significa que la gente que afirma haberlo hecho este mintiendo. --Pues siento decirle que en ese caso usted si que cree--asegura relajando la expresion por primera vez. Su afirmacion me coge tan desprevenida que enmudezco y me quedo pensativa, ?creo realmente en los fantasmas? --Lo siento, no pretendia acusarla de nada, es solo que estoy muy nerviosa, no es facil ir a ver a alguien a quien no conoces de nada y tener que explicarle algo tan delicado sin parecer una pirada. --No se preocupe, no me ha molestado para nada. Permitame solo un inciso, y por favor, no se ofenda por lo que le voy a decir, es solo una pregunta sin mas. --Adelante. --Dice usted que se esta separando de su marido. --Asi es. --?Puedo saber el motivo? Alejandra Varea duda unos instantes, pero finalmente asiente mientras se humedece los labios. --Sospechaba que me enganaba con otra, asi que contrate a un detective privado y no tardo ni dos dias en traerme una fotografia de mi marido con una pelirroja. --Lo siento--digo con sinceridad, mientras intento evitar que note que lo que acaba de confesarme me afecta mucho mas de lo que ella podria imaginar. --Gracias. --Bien, ahora viene mi verdadera pregunta. ?No cabe la posibilidad de que este usted algo estresada? El estres puede provocar que... --Ni hablar--me corta--se lo que va a decir, que debido a que mi situacion personal ahora mismo es un jodido caos, quiza he imaginado todo lo que le cuento, pero le aseguro que no es asi. Si que me esta afectando el divorcio, no se lo voy a negar, pero no me lo estoy tomando a la catastrofica, no voy llorando por las esquinas ni me paso el dia en la cama pensando en lo que he perdido. Si no soy suficiente para el, esta claro que no estoy perdiendo tanto--afirma rotunda. --Esta bien, entonces digame que es exactamente lo que necesita de mi, porque sinceramente, no veo como puedo ayudarla con ese problema. --Claro que puede, es muy sencillo, quiero que venga a mi casa y me ayude a encontrar una explicacion logica para todo lo que sucede alli, solo asi podre eliminar el problema de raiz. --?Una explicacion logica? --pregunto alzando las cejas. --Claro, tiene que haberla, para los ruidos puedo aceptar que la casa es antigua y todo eso, pero necesito saber que es lo que provoca que el televisor se encienda solo, lo de los grifos, o que a veces... Alejandra baja la mirada y duda. --A veces, ?que? --pregunto muerta de curiosidad. --Bueno, a veces tengo la sensacion de que hay alguien, se oyen pasos, susurros, y noto presencias, es algo que no puedo explicar de un modo logico, solo lo percibo. --Joder--murmuro con los pelos de punta--?no ha pensado en llamar a la policia? ?Y si realmente hay alguien alli? Dios, solo de pensarlo se me encoge el pecho, que miedo. --Ya lo he hecho, mandaron una patrulla y registraron toda la vivienda sin encontrar nada. Los agentes me aseguraron que alli no habia nadie mas que yo, y teniendo en cuenta que la historia que cuento es un poco inverosimil, pues supongo que tampoco me tomaron muy en serio. --Entiendo. De acuerdo, si le parece, manana por la manana puedo ir a primera hora y dar una vuelta por la casa para ver si veo algo que explique todo lo que dice, pero me sabe mal, porque se va usted a gastar el dinero para nada porque como comprendera, este no es el tipo de caso al que estoy acostumbrada, yo investigo otras cosas mas... --?Reales? --pregunta torciendo el gesto. --Si, digamos que si. --Ya imagino, pero no me ha entendido, detective Noriega, no quiero que venga usted a dar una vuelta por la casa, eso ya lo hizo la policia y yo misma cien veces. Lo que quiero es que se instale usted alli conmigo, que pase varios dias entre esas paredes y vea y escuche usted misma todo lo que cuento. Eso me ayudara a asegurarme de que no me estoy volviendo loca, y despues, una vez compruebe que no miento, puede empezar a investigar el motivo de todos esos sucesos, porque estoy segura de que hay una explicacion razonable para todo lo que pasa, solo que yo sola no soy capaz de encontrarla. --Es una broma, ?no? --pregunto con los ojos muy abiertos. --No estoy para bromas precisamente--asegura cruzandose de brazos. --?Pretende de verdad que me encierre en su casa para averiguar si hay espiritus? -- pregunto alucinada. --Llamelo como usted quiera, pero si, eso es justo lo que quiero. --Digame una cosa, senora Varea, antes me ha contado que contrato a un detective para destapar la infidelidad de su marido, y al parecer fue muy eficaz, segun me cuenta-- digo sin poder evitar cierta molestia porque lo contratara a el y no a mi, ese si que es un caso normal, y facil. --En efecto. --?Y por que en esta ocasion acude a mi y no a el? --Porque ya que tengo que meter a un desconocido en casa, no se ofenda, creo que me sentire mas comoda si es una mujer--dice encogiendose de hombros. --Tiene sentido--pienso en voz alta. --Digame que acepta, por favor, el dinero no es un problema, se lo aseguro, no solo herede la masia, tambien una cantidad importante de efectivo. Me pongo en pie y camino hasta la ventana, donde me detengo dandole la espalda a mi extrana posible clienta y me relajo mirando las nubes mientras sopeso lo que me propone. La idea de encerrarme en una casa con ella no me preocupa, aunque lo que cuenta es una locura, parece inofensiva. Ademas, los dos casos en los que trabajo ahora no requieren que salga a la calle a investigar, solo necesito conexion a internet y el telefono, pero la posibilidad de que sea cierto lo que cuenta me aterra, si presencio de verdad todo lo que dice, estoy segura de que me cagare encima. Desde que vi la pelicula del Exorcista, todas estas cosas me dan panico. --?De cuantos dias hablamos? --pregunto girandome hacia ella. --De los que hagan falta hasta esclarecer los hechos. --Le saldra caro--aseguro alzando una ceja. --Ya le he dicho que el dinero no es un problema, puedo extenderle un cheque con un adelanto ahora mismo, solo diga la cifra. Suspiro, la verdad es que necesito el dinero. --Esta bien, ?le parece bien que me instale manana? --La verdad es que me gustaria que empezara hoy mismo, soy esceptica con esto, pero lo cierto es que hay momentos en los que paso bastante miedo. Joder, creo que voy a arrepentirme mucho de aceptar este caso. --Vale--concedo--deme esta tarde para preparar mis cosas y esta noche sobre las nueve estare alli. ?Le parece bien? --Perfecto, no sabe cuanto se lo agradezco, de verdad--dice en tono sincero--si me presta un papel y un boligrafo le anoto la direccion. --Claro. Tras anotarme la direccion de la casa del terror y su numero de telefono, Alejandra Varea se pone en pie dispuesta a irse. --Espere--le pido nerviosa. --Digame. --?Se ha planteado usted la posibilidad de que sea real? Quiero decir, que haya un espiritu o algo asi en su casa. --He contemplado todas las opciones--asegura. --Ya veo, pero en ese caso yo no podria ayudarla. --No se preocupe, una vez tuve que documentarme sobre un tema parecido a este para un trabajo y alguien en quien confio me puso en contacto con una medium que al parecer es muy buena, si realmente hay espiritus en mi casa la llamare para que se ocupe de ellos, pero tal y como me dijo en su dia, lo primero que hay que descubrir es quien es ese espiritu y lo que quiere, y para eso la tengo a usted--asegura con una sonrisa maliciosa. Alejandra abandona mi casa y yo me dejo caer en la silla negando con la cabeza, todavia no me puedo creer lo que acabo de hacer. Hora de llamar a mi hermana y contarle mi nueva hazana.