• libro help me - Marianne Power

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    EL FENOMENO EDITORIAL DE LA TEMPORADA LLEGA POR FIN A NUESTRAS LIBRERIAS

  • HELP ME! (CASTELLANO) | MARIANNE POWER - Casa ...

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  • Help Me! | Penguin Libros

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    Help Me! Marianne Power · GRIJALBO , febrero 2019 ... Un libro al mes para ver si la autoayuda podía realmente cambiar mi vida. Doce libros en total.

  • Help me! de Marianne Power - La Pecera de Raquel

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    22 oct 2019 — Hace unos días una seguidora me comentó en mi canal de Youtube, que si no hacía reseñas de libros de autoayuda, le dije que no, salvo «la magia ...

  • HELP ME! - power, marianne - Librería Sinopsis

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    HELP ME! POWER, MARIANNE. 8,61 €. DISPONIBLE (de 10 a 12 días) ... Después de muchos años leyendo libros de autoayuda, Marianne ha comenzado a dudar de sus ...

  • Help me!, de Marianne Power - Estandarte

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    25 ago 2020 — Help me! y la eficacia de los libros de autoayuda ... un año de su vida dejándose guiar cada uno de los meses por un libro de autoayuda.

  • HELP ME! - MARIANNE POWER - 9788466350327 - Agapea

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  • Max (Juegos Salvajes 2) de Lena Wolf

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    Que Lena se alejara de su vida sin mirar atras, fue un golpe muy duro para Max, ademas de suponer la estocada final para los muchos anos de amistad con John y Heit. Consciente de que no puede permanecer en ese apartamento por mas tiempo, Max se ve forzado a tomar una dificil decision.

  • Desafio Max, Elsa Pataky y Fernando Sartorius de

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    Intensidad Max, ahora llega Desafio Max: un libro que te ensena una forma de vida que puedes seguir para convertirte en la mejor version de ti misma.

  • Los ninos desaparecidos (Lottie Parker 1) de Patricia Gibney

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    Creian que habian dejado atras el pasado, pero estaban equivocados

  • Oculto tras el cuadro de Conchi Aragon

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  • Efectos colaterales del amor de Krystal Sutherland

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    Henry cree en el amor para toda la vida. Y cuando conoce a Grace, excentrica y coja, se enamora perdidamente de ella contra todo pronostico. Pero el pasado de ella oculta secretos que aun esta intentando
    superar, y un nuevo amor no forma parte de sus planes futuros.
    Juntos, recorreran el emocionante y complicado camino del primer amor, con consecuencias imprevistas.
    Dos personajes con sentimientos a flor de piel y mentes brillantes esforzandose por comprender la eterna lucha entre corazon y cabeza, entre recuerdo y esperanza.

  • Maria quiere ser tu amiga de Laura Marshall

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    Cuando Louise Williams recibe un mensaje procedente de alguien de su pasado muy lejano, le da un vuelco el corazon.
    <>
    El problema es que Maria Weston desaparecio hace mas de veinticinco anos, tras la fiesta de fin de curso del instituto. Todo el mundo cree que esta muerta, especialmente Louise, que ha vivido durante este tiempo custodiando un terrible secreto.
    Sin embargo, los mensajes de Maria continuan, y cada vez son mas escalofriantes. ?Quien los envia?
    Al reconectar con los viejos companeros y tratar de averiguar que sucedio realmente aquella noche, Louise descubre que hay muchas cosas que desconocia.

  • Vienen por ti de Andrea Larrabe

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    La primera novela de romance paranormal adolescente escrita por la periodista Andrea Larrabe.

  • George Orwell fue amigo mio – Adam Johnson de Adam Johnson

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    Inteligentes e irreales, comicas y oscuras, hilarantes a la vez que desgarradoras: las seis historias magistrales que conforman el nuevo libro de Adam Johnson suponen un paso mas hacia su consolidacion como uno de los escritores mas originales de la actualidad. Yo fui amigo de George Orwell ofrece al lector puntos de vista inusuales sobre problemas universales y nuevas formas de asomarse al mundo: Johnson se vale de la ficcion para profundizar en temas como el amor y la perdida, los desastres naturales, la influencia de la tecnologia o como lo politico da forma a lo personal.

  • Sin arrepentimientos (Stage Dive 3) de Kylie Scott

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    Ella tiene muy claro que su relacion con el sera meramente profesional. Pero la quimica entre ambos le pide otra cosa…?Y si el fuera realmente el chico de sus suenos? Jimmy, el lider de los Stage Dive, esta acostumbrado a conseguir lo que quiere, cuando quiere, ya sean drogas, alcohol o chicas.

  • El abrazo del sauce de May Ferreira

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  • Herramientas para la gestion de calidad de Hector Santiago

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    Una de las tareas habituales de los equipos de trabajo en el ambito de la gestion de la calidad es la resolucion de problemas y planificacion de las acciones de mejora que seran necesarias para eliminar dichos problemas y sus causas.
    Por tanto, contar con un buen numero de herramientas de gestion y planificacion es un apoyo inestimable a departamentos de diseno y fabricacion en el proceso de analizar problemas, obtener y analizar datos, identificar oportunidades de mejora y poner en marcha planes y programas eficaces y eficientes.

  • Septiembre puede esperar de Susana Fortes

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    .El 8 de mayo de 1955 la escritora Emily J. Parker desaparece en Londres mientras la ciudad celebra el decimo aniversario del final de la II Guerra Mundial. Nunca mas vuelve a saberse nada de ella.

  • Espartero, el Pacificador de Adrian Shubert

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    Esta es una biografia totalmente innovadora y apasionante de la figura mas destacada de la historia de Espana del siglo XIX: Baldomero Espartero (1793-1879). No solo narra su vida, sino que procura tambien iluminar aspectos mas generales de la historia contemporanea de Espana y contribuir a una nueva forma de entender el siglo XIX.
    No hubo un solo Espartero, coherente y consistente. Era un hombre de guerra que entendia que la solucion militar no siempre es la mejor. El general que podia enfervorizar a sus hombres con sus arengas y cuya audacia era decisiva en el campo de batalla se quedaba casi sin palabras en el Parlamento y vacilaba en momentos de crisis politicas, pero se aproximo mas que nadie antes de 1870 a ser un jefe de Estado verdaderamente constitucional. Era un nacionalista espanol para quien la unidad nacional era el santo grial y el mismo su campeon. Era un monarquico ferviente que paso toda su vida publica sosteniendo un trono amenazado, pero que respaldo la Republica cuando esta llego. Valoraba la lealtad a los amigos por encima de todo y la cultivo en su vida politica, por lo que pago un alto precio. Fue un marido fiel y carinoso, emocionalmente dependiente de la mujer que tanto hizo a favor de su carrera, Jacinta, en parte la otra protagonista de esta historia.

  • Mar de fuego de Natalie C. Parker

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    Cuando su familia es asesinada por el tirano Aric Athair y su sanguinario ejercito de Balas, Caledonia Styx decide trazar su propio rumbo en los mares y capitanear el Mors Navis con un grupo de chicas que tambien ha perdido a sus familias. Tienen una mision: sobrevivir y derribar la flota armada y acorazada de su peor enemigo.
    Pero cuando la mejor amiga de Caledonia se salva de un ataque con la ayuda de un Bala desertor, Caledonia se cuestiona si debe permitirle formar parte de su tripulacion. Quiza el sea la clave para derrotar a Aric de una vez por todas.
    ?O SU PRESENCIA PONDRA EN PELIGRO TODO POR LO QUE TANTO HAN LUCHADO?

  • Las lagrimas de Hauwa Samuel de Javier Holmes

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    En un control rutinario, una patrulla de la Guardia Civil intercepta un camion y descubre en el interior de su remolque, ocultas, a veinte chicas subsaharianas. Todo se precipita en ese momento y el conductor cae abatido por una bala disparada por uno de los numeros de la patrulla.
    Unos meses mas tarde, Yaiza Cabrera tiene el encargo de investigar la muerte de Leocadio Huidobro, empresario dueno de la flota de camiones entre los que se encontraba el que se utilizo para el supuesto delito de trata de blancas. La autopsia ha dictaminado que se trato de muerte natural, pero una sustancia encontrada en el cuerpo del finado hace sospechar a los dos hijos que no fue tan natural.
    En la lectura del testamento, los dos hermanos se encuentran con que su padre, antes de morir, habia adoptado a una joven de veinte anos y a un adolescente de nacionalidad nigeriana. Por tanto, la asignacion esperada sera mucho menor. A esto se suma que el abogado de la empresa recibira una pequena parte del legado.
    Paralelamente, durante el curso de la investigacion, una muchacha es secuestrada de su pueblo, al norte de Nigeria, sufriendo todo tipo de vejaciones hasta que es instalada en Espana para ejercer la prostitucion. ?Tienen alguna relacion estos hechos con la investigacion de Yaiza Cabrera? Esta no dudara en meter su nariz en los entresijos de la empresa ya que todo apunta a que alguien la ha descapitalizado poco antes del tragico suceso.
    Jovenes capturadas en su pais para ejercer de esclavas sexuales y sometidas a un maltrato inhumano, personas sin escrupulos que no dudan en traficar con seres humanos amparados por el poder de las mafias, empresarios desaprensivos a los que solo les interesa su lucro personal. Estos son los ingredientes de una novela que no dejara indiferente al lector, por su crudeza, pero tambien por la sagacidad de una detective irreverente y desenfrenada que se enfrentara a su tercer caso.

  • ?Seria mi novia, senorita? (Mi senorita 1), Javiera Bielefeldt de Javiera Bielefeldt

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    Ashlee es una joven mujer, la cual al terminar sus estudios, debe hacerse cargo de la economia familiar, tras ser diagnosticada la leucemia que padece su hermana.
    Lleva dos anos trabajando para Christopher Adams, dueno de una emergente y prestigiosa empresa de marketing.
    Una movida inesperada de un cliente, hara que Christopher haga una mas inesperada propuesta a Ashlee.
    ?Seran capaces de diferenciar la ficcion de la realidad? ?O se rendiran a aquello que esta destinado a ser?

  • Metropolis de Philip Kerr

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    En 1928, Berlin vive sus ultimos dias de desenfreno antes de la caida de la Republica de Weimar. En medio de toda esa voragine, se encuentra Bernie Gunther, un joven policia que acaba de incorporarse al equipo de Homicidios. Su primer trabajo consiste en investigar las muertes de unas prostitutas a las que les han arrancado el cuero cabelludo.

  • Magia en tus brazos de Belen Urcelay

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    Elizabeth temia que su madre fuera a desmayarse en cualquier momento. Caroline Simmons estaba sofocada, tenia la cara roja, la vena de la frente muy visible y el peinado desarreglado de tanto llevarse las crispadas manos a la cabeza. <>, se dijo. Si ella misma no se hubiera sentido tan hundida, se habria echado a reir. Queria a su madre, pero siempre habia pensado que sus reacciones a casi todo eran exageradas, aunque jamas se lo habia siquiera insinuado. Elizabeth era, ante todo, una dama virtuosa, una esposa leal y una hija ejemplar. O, al menos, lo habia sido hasta hacia poco. --!Un nuevo escandalo! --exclamo Caroline al tiempo que dejaba la taza de te con tanta fuerza que se desbordo y creo un charquito marron sobre el platillo de porcelana--. Primero tu hermana y ahora tu... Pero ?como puedes hacerme esto, Elizabeth? !Vais a matarme entre las dos! Ella continuo sentada en el borde del sofa, con la espalda tan recta como siempre, con las manos placidamente cruzadas sobre el regazo, con los musculos de la cara inmoviles. Caroline habia regresado la noche anterior de un corto viaje para visitar a una prima viuda y se habia encontrado a su primogenita instalada de nuevo en su casa junto con una desagradable noticia... Mas que desagradable, en realidad. Se trataba de algo tan inaudito, tan espantoso, tan contrario a todas las normas del decoro y de la buena sociedad, que costaba creer que una cosa como esa pudiera estar ocurriendo de verdad. Y, sin embargo, asi era. Elizabeth Simmons, la docil, apacible y disciplinada lady Ashton, acababa de pedir el divorcio. --No te hago nada a ti, madre. --Y anadio en voz mas baja, como si le bastara con decirselo a si misma--: Solo quiero ser feliz. --?Como vas a ser feliz convirtiendote en una mujer divorciada? !Y de lord Ashton, nada menos! !No puedo ni imaginarlo! --Caroline agito la cabeza para demostrar su total incomprension--. ?Es que te has vuelto loca? Elizabeth se mordio los labios para evitar responder que, en todo caso, habia sido al aceptar la oferta de matrimonio de Robert cuando debio de volverse loca. Miro a su padre para averiguar si el pensaba lo mismo que su madre, y descubrio que ya la estaba mirando con una mezcla de lastima y desconcierto. --Caroline, querida --intervino Harold Simmons al fin--, es evidente que nuestra hija ya ha tomado su decision, y no nos queda mas remedio que aceptarla. Si, todo esto es muy desagradable y sumamente incomodo, pero... --?Desagradable e incomodo? --repitio Caroline, incredula. Parecia que los ojos se le iban a salir de las orbitas--. ?Como eres capaz de definir como <> que pretenda divorciarse de Robert? !Y sin ninguna razon en absoluto! Era cierto que, de puertas para fuera, su matrimonio con Robert no era ni mas ni menos infeliz que el de muchas otras mujeres de la alta sociedad. Elizabeth habia conocido a lord Ashton en un baile, durante su primera temporada social, cuando tenia dieciocho anos. Su madre y su institutriz la habian preparado a fondo para que su debut fuera un exito, y realmente lo fue: ese ano no hubo en Londres una joven mas bella, educada, elegante y encantadora, que supiera bailar mejor o que fascinara mas a todos los hombres de su alrededor. Elizabeth deslumbraba con su perfeccion, y Caroline no podia estar mas orgullosa de ella. O eso imaginaba, porque cuando descubrio que entre sus muchos pretendientes estaba lord Ashton, creyo volverse loca de contento. Lord Ashton era, de lejos, el mejor partido disponible ese ano, y Caroline se preparo para la batalla con mas paroxismo que un general, desplegando todas sus armas para que el cortejo no acabara malograndose por culpa de la apatia de su poco entusiasta hija. Despues de meses de insistencia (tanto por parte de su madre como de Robert), una Elizabeth aun adolescente, facil de manipular y bastante hastiada acepto la propuesta de matrimonio y se convirtio en lady Ashton. No era que lo amase, desde luego, y en realidad ni siquiera le gustaba como persona, pero desde los doce anos habia tenido muy presente cuales serian sus deberes como mujer de familia acomodada, y no parecia haber muchas mas opciones que casarse con un caballero de buena posicion como el, trasladarse a su mansion y darle un heredero, cosa que cumplio un par de anos despues de la boda, cuando dio a luz a Bobby. A partir de ahi, su vida se convirtio en una sucesion de dias en los que sus unicos momentos de verdadera felicidad consistian en estar con su hijo y tocar el piano. La casa de Mayfair en la que vivian era enorme y lujosa, y tenian todo lo que se pudiera comprar con dinero, pero Robert empezo a ignorarla en cuanto se percato de que su esposa, aunque de comportamiento intachable, no sentia ningun afecto --ni respeto-- por el, y muy pronto se hizo con una larga ristra de amantes que no se molestaba demasiado en ocultar. Poco a poco, Elizabeth fue cayendo en la cuenta de que, quiza, los valores y ensenanzas que habian grabado en su mente desde pequena, y que compartian todas las mujeres de su clase, podian no ser los correctos. El cambio fue tan paulatino que solo cuando su hermana menor, Lillian, se fugo con su enamorado, acepto el pozo de tristeza que escondia en su interior, asi como el hecho de que tal vez merecia algo mejor. Paso casi un ano hasta que se atrevio a decirse a si misma que lo que deseaba era divorciarse, y le costo varios meses mas reunir el valor suficiente para decirselo a Robert. Su marido primero se habia reido de ella, luego habia montado en colera y, finalmente, habia adoptado una actitud gelida que en la actualidad mantenia. Robert solo se mostraba preocupado por el escandalo que un divorcio podia acarrearle a el, e insistio mucho en que hicieran parecer que era el propio Robert quien lo habia solicitado, y no Elizabeth. --Admitiras que tienes un amante, Beth, y que yo lo he descubierto y por eso te pido el divorcio --le habia exigido una noche de la semana anterior, de pie frente a la chimenea y de espaldas a ella. --?Por que iba a decir que tengo un amante? !Eres tu el que las tiene! --repuso Elizabeth. Despues de casi una decada de matrimonio, solo entonces habia empezado a replicarle. --Querida, no seas ingenua. --El se habia reido, girandose para mirarla con desprecio--. Ya sabes que un hombre puede tener amantes sin que eso sea razon necesaria ni suficiente para que la esposa pida el divorcio. Y tampoco tienes pruebas de ello. Era cierto. Para que una mujer obtuviera el divorcio, ademas del adulterio por parte de su marido debia demostrar tambien que este era culpable de otros cargos, como desercion, crueldad, incesto o bigamia. En cambio, bastaba con que un hombre acusara a su mujer de adultera (sin necesidad de presentar ninguna prueba) para que se le concediera el divorcio casi al instante y se quedara con todos los bienes de ella, incluyendo, la mayoria de las veces, a sus hijos. Esto ultimo era lo que mas le preocupaba a Elizabeth: la posibilidad de que le arrebatara la custodia de Bobby. Por ello, de ninguna manera iba a admitir que tenia un amante cuando no era cierto, ni siquiera para agilizar los tramites. Elizabeth habia acudido a ver al abogado de sus padres, el senor Milton, y este habia asegurado hacer todo lo posible por ayudarla, aunque, como dijo alzando las cejas desde el otro lado de su gran mesa de despacho, no podia prometer nada. Al menos ya habia preparado para ella los primeros documentos legales, que Elizabeth guardaba en el secreter de su antiguo dormitorio de soltera en casa de los Simmons. --Madre, apenas he cumplido veintiocho anos, y he pasado los ultimos ocho siendo desgraciada -- trato de argumentar--. ?Eso es lo que quieres para mi? Caroline se disponia a replicar cuando Martha, la doncella, entro para recoger el servicio de te. --Martha, sera mejor que me traigas una copa de licor, a ver si con eso se tranquilizan mis nervios. Traeme aquel tan fuerte de hierbas que utilice despues de que Lillian se fugara como una vulgar... !Oh, ni siquiera se que nombre dar a lo que hizo! --Si, senora Simmons --respondio la criada, acostumbrada por completo a la rabia que Caroline llevaba expresando por su hija menor desde hacia tiempo. Miro de reojo a Elizabeth mientras recogia su servilleta--. ?Desea tambien una copa de licor, lady Ashton? Caroline respondio por ella: --No desea mas que dar problemas, Martha, exactamente igual que su hermana... --Caroline... --murmuro Harold con tono levemente amenazante. --Y sera mejor que dejes de llamarla <> --continuo, sin hacerle caso--. Ya no sera tratada de <> nunca mas. --Miro a su hija con frialdad--. Eso es lo que quieres, ?no? Elizabeth bajo los ojos. --En realidad, si. Caroline emitio un bufido exasperado y la doncella parecio confusa, pero recogio la pesada bandeja con la tetera de plata y las tazas, y salio en silencio. --?Cuando piensas volver a tu casa, querida? --pregunto Harold a Elizabeth. --Manana ire a entregar a Robert los documentos que me ha dado el senor Milton. Pero no se si permanecere alli. Quiza sea mejor recoger algunas cosas mas y volver aqui, con Bobby. --!Pobre pequeno! --exclamo Caroline--. Verse desde tan temprana edad envuelto en un escandalo semejante... ?Que familia lo recibira en su casa cuando sea mayor? --Cualquiera que lo aprecie por lo que es: un nino encantador e inteligente. --Eso ya lo veremos. !Y ya veremos tambien en que posicion quedare yo cuando esto se sepa! --?Tu? --!Si, yo, Elizabeth! --Caroline se levanto del sillon y se acerco a la ventana. Se asomo al exterior como si temiera encontrar una multitud enardecida a las puertas de su casa--. La gente dira: <>. ?Es que no tienes cabeza? De tu hermana casi me lo esperaba, !pero de ti...! --Lillian solo hizo lo que su corazon... --!Oh, por Dios, no me salgas con esas, nina! --Caroline volvio a sentarse, aunque mas bien dio la impresion de que se desplomaba entre un revuelo de tafetan y encajes--. Lillian ha sido una pesima influencia para ti. Como su hermana mayor, debiste haber enderezado a esa chica tozuda e insensible, y no solo no lo hiciste, sino que ahora te vuelves igual de loca... --!No hables asi de ella! La mencion de Lillian lleno de lagrimas de rabia y anoranza los ojos de Elizabeth. Echaba de menos a su hermana pequena, tan lista y voluntariosa, mas de lo que podia expresar, y sobre todo en momentos como aquellos, pero se alegraba de que fuera feliz. O al menos confiaba en que lo estuviera siendo, porque hacia casi un ano y medio que no la veia. Lillian habia huido de Londres con el hombre del que se habia enamorado, envueltos en el escandalo de un robo que todavia no se habia aclarado del todo. Su fuga habia conmocionado a su familia y a toda la alta sociedad londinense. Tambien a Elizabeth, pero de un modo positivo: la habia ayudado a descubrir que ella tambien merecia encontrar ese tipo de amor. Y por ello, estaria eternamente agradecida a su hermana, aunque nunca mas volviera a verla. --Creo que ya es suficiente, Caroline --intervino Harold. Habia permanecido sentado en actitud serena, sin alterarse en ningun momento, pero todos en la habitacion sabian que Lillian era su preferida y que oir hablar del tema de su fuga era muy doloroso para el--. Sera mejor que dejemos tranquila a Elizabeth. Martha entro de nuevo con la bandeja, portando en esta ocasion una botella de cristal tallado llena de licor y unas copitas diminutas. --Martha, tomare el licor en el jardin trasero --dijo Caroline--. Necesito que me de un poco el aire. Caroline salio de la sala seguida por la doncella, que solto un levisimo suspiro de cansancio por encima de la bandeja del licor. Harold se levanto tambien y puso una mano sobre el hombro de su hija. --Se fuerte, Elizabeth. Lo que te espera a partir de ahora sera duro --dijo con voz suave. --Lo se, papa. Pero no sera mas duro que mi vida hasta ahora. Harold se inclino para besar su cabeza y la dejo sola. Elizabeth se quedo sentada, aun muy erguida, aunque nadie la viera, con las manos todavia cruzadas sobre la falda y una lagrima deslizandose lentamente por su mejilla. Al dia siguiente, Elizabeth entro en la mansion de Mayfair en la que habia vivido durante su vida de casada. El mayordomo, Townsend, recogio su pequena maleta y la saludo con tanto respeto como siempre, pero su expresion le parecio algo mas lugubre que de costumbre. <>. Supuso que cada uno tendria su propia opinion al respecto, y que lo mas probable era que la de Townsend fuera negativa. Suspiro para si misma y se quito el sombrero para dejarlo a continuacion en manos de Jane, una de las doncellas. --Jane, ?esta lord Ashton en casa? --quiso saber. No sentia ningun deseo de ver a Robert, pero no le quedaba mas remedio; queria entregarle los documentos de su abogado y zanjar el asunto cuanto antes. Levanto la mirada hacia la doncella, extranada de su tardanza en responder. Ella tambien tenia una expresion rara en su cara redonda. --?Esta lord Ashton en casa? --repitio. --No, milady. Elizabeth se alegro. Asi dispondria de unos momentos a solas para prepararse. --Bien, avisame cuando llegue, por favor. Estare en mis habitaciones. Se dirigio a la ancha escalinata de marmol y comenzo a subir, pero se detuvo al oir la tosecilla nerviosa de Jane, que continuaba inmovil al pie de la escalera. --?Sucede algo? --pregunto. De pronto sentia su corazon latir con mas fuerza, como en prevision de una mala noticia. Las mejillas de la joven habian adquirido un tono rojo, y parecia cada vez mas nerviosa. --?No le ha dicho nada Townsend?

  • Un extrano en la oscuridad (eLit) de Jill Shalvis

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    Solo por una noche la comandante Corrine Atkinson se permitio traspasar las barreras que habia construido a su alrededor para seducir a un sexy desconocido. Cuando llego la manana y recupero el control sobre si misma, Corrine salio de alli a escondidas y recupero la normalidad.

  • El lobo y la rosa (Destinos en la tormenta 1) de Zahara C. Ordonez

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    Malaga, agosto de 1845 Todo empezo con una tormenta. El cielo era una planidera llorando una muerte y los truenos eran gritos de su garganta anunciando desgracia. Aun no lo sabia, pero era la mia. La lluvia parecia clamar el fin del mundo y desde la seguridad de mi dormitorio la observaba, ajena a una realidad que pronto me encontraria y de la que no podria escapar. De pie junto al ventanal observaba los barcos alla en el puerto vapuleados por olas furiosas. Eran todo un simbolo de resistencia pues, aunque sus cascarones fueran embestidos una y otra vez, siempre se mantenian a flote. Me gustaba imaginarme tan fuerte, tan brava, tan resistente a las tempestades como ellos y fantaseaba a veces con que me subia a bordo de uno de esos fastuosos navios y lo comandaba hasta los confines de la Tierra. La culpa de tal fantasia, decia mi madre, la tenia Espronceda, y pronto me disuadia de mis ensonaciones contandome historias atroces de terribles y despiadados piratas. Ella de eso sabia mucho, pues sus antepasados levantaron su fortuna con barcos mercantes, asi que escuchaba sus relatos olvidando durante un tiempo mis pretensiones de darme a la pirateria hasta que mis ojos volvian a mirar el puerto y una sensacion de fuerza y libertad sin igual me embargaba. La voz de mi madre me saco de mis pensamientos. --Apartate de la ventana, Victoria. En su tono autoritario habia un deje tembloroso, pues temia a las tormentas mas que a la propia muerte. En aquel instante un relampago, que se me antojo que dibujaba la guadana de la Parca, cruzo el cielo y ella dio un respingo. El trueno pronto lo siguio con un bramido inmisericorde que retumbo en la estancia y que la hizo persignarse y advertirme de nuevo que me alejase de alli. Obedeci y mi madre llego al punto, corriendo los cortinajes de seda en color crema que habia estrenado unos meses atras con la llegada del verano. El fulgor de los quinques que habiamos tenido que encender desde primera hora en aquel dia gris ilumino la estancia oscura con sus tonos dorados. --?Todavia no estas vestida? --se quejo tras mirarme de arriba abajo y comprobar que seguia envuelta en mi comodo batin de organza. Mi madre fue hacia mi mesita de noche y agito la campanilla que reposaba sobre esta mientras yo fruncia el ceno, algo desconcertada. --?Vestida? ?Para que? --Hoy es el entierro de don Agustin de Herrera. Don Agustin era amigo de la familia desde que yo tenia memoria. Tanto el como mi padre eran propietarios de una ferreria y habian acabado trabando amistad mas alla del ambito comercial, pues compartian sus tribulaciones por las idas y venidas del comercio de hulla y otros asuntos del negocio. Pasaban los dias hablando de proyectos que habrian de encumbrarlos en lo mas alto de la sociedad industrial. Algunos llegaban a buen puerto y otros quedaban varados, pero nunca les falto ilusion. Don Agustin tenia familia en Bath, una ciudad inglesa, y a menudo expresaba su deseo de equiparar Espana a la isla en cuanto a avances industriales se referia, y ya hablaba de ferrocarriles y otras hazanas. Pronto se dio cuenta de que, aun habiendo dado algunos pasos hacia adelante, aqui las cosas iban a un ritmo distinto al del resto de Europa. Cuando a mi padre se lo llevaron las fiebres, Agustin se hizo todavia mas presente en nuestra familia. Ayudo a mi madre en los asuntos legales, acompano a mi hermano en sus primeros pasos en solitario al frente de la ferreria y pronto se hablo de que colmaba a mi madre de atenciones poco propias para una mera relacion de amistad. Las malas lenguas tuvieron trabajo de sobra con ellos, pues el estaba casado. Todo el mundo pensaba que su esposa, de mal caracter y peor salud, lo dejaria viudo y el se desposaria con mi madre; sin embargo, para sorpresa de todos, el pobre Agustin, de cabellos aun oscuros y rostro lozano, se fue antes que la macilenta senora de Herrera. Tras el velatorio, al que la viuda prohibio la entrada a mi madre, iban a enterrarlo en el Cementerio de San Miguel, en una tumba sobre la que algun dia se alzaria el panteon que habia ordenado construir. La muerte, asi de caprichosa, gusta de llevar la contraria llevandose a quien menos lo espera. Yo sabia lo mucho que don Agustin significaba para ella, pero si de por si acudir a un entierro era del todo inapropiado, ir al suyo transgredia todos los limites, y asi se lo hice saber. --No necesito el permiso de nadie para ir a despedir a un amigo -- respondio mi madre con gesto resuelto. --Madre… Ya sabe lo que dice la gente --insisti, recordandole las habladurias. --Ire a decirle adios a Agustin les guste o no --zanjo. --Como quiera --suspire--. Mas el tiempo tampoco acompana. Parece mentira que estemos en agosto. --Nunca llueve para siempre, Victoria. Y menos en Malaga. Si de algo sabemos aqui es de sol. Guillermina, mi doncella, a quien yo llamaba <> de forma carinosa, llego en ese instante y mi madre le dio ordenes de que preparase un vestido adecuado para las circunstancias. La muchacha, de apenas veinte anos, cabello dorado y rostro dulce, se quedo por unos segundos petrificada. Logro sobreponerse y hacer lo que le pedia. La observe mientras abria cajones y roperos y sacaba de ellos varias prendas que creyo convenientes, dejandolas estiradas sobre la cama, hasta que mi madre senalo al poco un vestido de raso negro con volantes de blonda y guarnecidos en azabache. Eligio tambien un echarpe de cachemira a rayas, un sombrero de capota a juego, cerrado con un lazo de raso violeta, y unos guantes de encaje. --Lastima que no haga dia para lucir sombrilla. La ultima que te regalo tu hermano habria sido perfecta para ese vestido --observo mi madre, que sentia pasion por los adornos--. Escogeremos un paraguas apropiado. Mina guardo el resto para despues ayudarme a vestirme. --?Que opina…? --Deje la pregunta a medias, pues me apreto con tanto brio el corse que me quede sin aliento. Era ingles, de raso, de los que todavia necesitaba ayuda para poder anudarlos por detras. Mi madre habia comprado algunos mas nuevos, con unos enganches delanteros que facilitaban la tarea de vestirlos, mas ese dia me puse aquel porque su tejido era muy fresco. --Afloja, Guillermina, que Victoria tiene la costumbre de respirar. --Perdon, senora --se disculpo, y me libero un poco de la presion. --Endiablados corses. Cada vez los hacen mas rigidos --me queje. --?Por que crees que Napoleon lo llamaba <>? --apunto mi madre. --Ni que hubiera tenido que llevar uno --le recorde. --Igual le habria ido mejor en Rusia de haber sido mujer --dijo ella--. Somos mas precavidas y siempre llevamos un chal por si refresca. --No creo que podamos llamar <> al frio de aquellos lares, madre. En medio del semblante enturbiado que lucia aquella manana, emergio una breve aunque animada sonrisa. Mina solto una disimulada risita por aquel comentario y termino de ponerme el vestido. Despues me sente en el tocador para que me peinase. --Un recogido sencillo bastara --le indico mi madre, observandome en el espejo. Me miraba con ternura y quise pensar que se sentia orgullosa de la hija que habia criado--. Es una pena que tu padre no este aqui para verte. Te habria dicho lo mucho que te pareces a mi cuando tenia tu edad: mi mismo pelo, mis mismos ojos negros… --Me gustaba mucho parecerme a ella, pues su belleza me resultaba ejemplar. La mire con carino, notando en su voz la nostalgia--. El siempre decia que terminariamos por casarte bien. Hacia tiempo que habia aprendido que la decision sobre cuando y con quien me desposaria estaba en sus manos, o en cualquier caso en las de mi hermano, y no en las mias. A ella le habia ocurrido lo mismo, a pesar de que habia quedado claro que sus sentimientos nunca habian pertenecido a mi padre y que si lo habia querido era a causa de la costumbre y no del corazon. Mi madre decia que el amor y el matrimonio eran cosas distintas, y que en contadas ocasiones confluian ambas, como si hablase de dos astros que se alinean y no de algo tan humano como los sentimientos. Por lo que de existir un enamoramiento por mi parte que no conviniese a sus prioridades, que eran su posicion social y economica, seria fuertemente reprobado. --?Y eso cuando sera? Usted se caso con dieciseis y yo ya tengo diecinueve. A su lado soy casi una solterona --dije, fingiendo un gesto amargo. --Sabes de sobra que no podria consentir que te casases con el primero que pasara a pedir tu mano. Hallar al esposo adecuado para ti lleva su tiempo. --Y supongo que vive en la luna, dado que no lo ha encontrado aun. --No digas tonterias --me regano--. Tu hermano y yo solo queremos lo mejor para ti. --Hablando de mi hermano --comence a decir con intencion de formular la pregunta que habia rondado antes por mi cabeza--, ?que opina el de que vayamos al entierro? --Rafael ha salido temprano para Sevilla a tratar asuntos de negocios. No tiene por que enterarse de nada --ordeno, dirigiendonos una mirada severa a Mina y a mi. Ella asintio de forma diligente y yo alce una ceja. --Pues tendra que sellar con cera los labios de media Malaga, porque como aparezcamos por el cementerio vamos a ir de murmuracion en murmuracion. --En ese caso ya me las sabre yo arreglar. --Se enfadara. --Victoria, puede que tu hermano, al ser hombre, sea el jefe de la familia por disposicion divina y humana, pero yo soy su madre, y sabe Dios que lo que una madre dice va a misa. Suspire, rezando porque, de darse conflicto, lo resolvieran entre ellos. Cuando Mina termino, pronto abandonamos la casa y llegamos en carruaje hasta la explanada previa al cementerio. Don Agustin era muy querido, asi que el lugar estaba abarrotado. Los carruajes se agolpaban unos junto a otros, con sus ocupantes en el interior esperando que la tormenta amainase. A resguardo de la lluvia, bajo algunos arboles cercanos, se agrupaban gentes de aspecto humilde. Supuse que serian sus trabajadores, o quiza solo curiosos que no perderian la oportunidad de asistir a un evento de tales caracteristicas. De entre la espesa lluvia, al final del paseo que conducia al cementerio, emergio un carruaje oscuro que parecio invocado de la nada. Era negro como la brea y estaba tirado por seis caballos de identico color, que en su testuz presumian de grandes plumas de igual tono. De entre las nubes grises surgio un repentino rayo de sol que ilumino el asombroso carruaje. Percibi entonces sus muchos detalles: angeles para guiar su alma, relojes de arena alados, flores de adormidera, letras griegas que simbolizaban el principio y el fin de los tiempos, asi como buhos y antorchas. Todo el estaba lleno de simbologia en referencia a la vida y la muerte. --Nunca he visto nada igual --murmure, estremecida. Era hermoso, aunque lugubre a la vez, dado su cometido. --Al parecer su viuda se opuso. No le parecia bien que a Agustin le llevasen el feretro animales en lugar de personas, como se ha hecho toda la vida --relato mi madre--. Aunque como ves ha prevalecido su voluntad, pues lo dejo todo por escrito. He oido que su sobrino lo ha hecho traer de Barcelona. --?Su sobrino? --pregunte extranada, pues desconocia de su existencia. --Julian Withmore --indico mi madre--. ?No lo recuerdas? Agustin no suele hablar mucho de el, quiero decir… solia --se corrigio--, pero estuvo en su casa por Pascua, hace unos diez anos. Tu padre vivia aun. A pesar de que intente rebuscar en mi memoria aquel recuerdo, no lo halle, asi que negue con la cabeza. --Es normal. Eras muy pequena. Fue antes de que sus padres lo mandaran a colegios de prestigio para… --se interrumpio, como si estuviera buscando las palabras concretas--, para suavizar su caracter. Estudio en Madrid, mas tuvieron que sacarlo de alli cuando tenia veintitres anos por asuntos de romances, contaba su tio. Volvio a Bath con sus padres hasta que murieron la primavera pasada --comento ella, sin dejar de atisbar el exterior. --?Los dos? --Los dos --afirmo--. Don Agustin era la unica familia que le quedaba. <>, pense. --Creo que ahora esta instalado otra vez en Madrid y he oido que va a hacerse cargo de buena parte de su fortuna, asi que tendremos que llevarnos bien con el. Las palabras de mi madre se perdieron bajo el sonido de los cascos de los seis ejemplares que tiraban del carruaje de don Agustin. Llego hasta las puertas del camposanto y, a pesar de la lluvia, bajaron el feretro entre varios hombres ataviados con elegante levita oscura y lo portaron sobre sus hombros, echando a andar solemnemente. La gente comenzo a abandonar su transporte, clavando los pies en el barro para seguirlo. Toda la burguesia malaguena se habia reunido alli para despedir a Agustin; grandes magnates del comercio, poseedores de navieras, fabricas o negocios en Ultramar. Ni uno solo faltaba, pues todos lo consideraban un gran amigo. La tormenta, que parecio apiadarse de nosotros, dio tregua, quedando apenas una llovizna que, aunque molesta, permitia estar al aire libre. Mi madre y yo descendimos de nuestro transporte, cuidando de no meter los pies en algun charco y resbalar; y aunque nos quedamos mas atras intentando no llamar en demasia la atencion, pronto todas las miradas se clavaron en nosotras. Al sentirme observada agache la cabeza, algo abrumada. Mi madre, sin embargo, alzo el menton y continuo caminando con paso decidido. Nadie le dijo nada, pero todos murmuraron. Y en sus ojos estaba el reproche que anidaba en sus labios. Algunos, muy pocos, los mas allegados a nuestra familia, se acercaron y nos saludaron de forma cortes, aunque parca. Por fin llegamos hasta una de las callejas del cementerio, entre las que comenzaban a perfilarse las parcelas que un dia ocuparian fastuosos panteones. La muchedumbre se agolpo frente a la que seria la tumba familiar de los Herrera y, mientras el feretro ocupaba su lugar, el sacerdote que asistia al entierro pronuncio su sermon con gran aplomo. Observe a mi madre y supe que estaba conteniendo las lagrimas, asi que la tome de la mano, buscando reconfortarla.

  • El destino de las violetas de Gloria Martin

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    Tras su segunda novela, Cuando yo era Antonio Molina, Gloria Martin, fiel a su tematica y a su estilo, vuelve a regalarnos otra historia con el mundo del espectaculo de fondo; una historia amargamente comica: la de Casilda Garcia, alias “La Culo”.

  • Segun venga el juego de Joan Didion

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    ?Que hace malvado a Iago?, preguntan algunos. Yo nunca pregunto. Otro ejemplo, uno que me viene a la cabeza porque esta manana la senora Burstein ha visto una cascabel pigmea entre las alcachofas y desde entonces esta intratable: yo nunca pregunto por las serpientes. Por que deberia Shalimar atraer a los bungaros. Por que habria de necesitar una serpiente de coral dos glandulas de veneno neurotoxico para sobrevivir mientras que una serpiente rey, tan similar, no necesita ninguna. Donde queda la logica darwiniana. Podrias preguntarlo. Yo nunca lo hago, ya no. Recuerdo un incidente recogido no hace mucho en el Herald-Examiner de Los Angeles: cerca de Boca Raton encontraron muerta en su caravana a una pareja de luna de miel, oriunda de Detroit; una serpiente de coral seguia enroscada en la manta termica. ?Por que? A menos que estes dispuesto a pensar a largo plazo, no existe una <> satisfactoria para tales preguntas. Pues eso. Soy lo que soy. Buscar <> no tiene sentido. Pero como aqui se dedican a buscarlas, me preguntan. Maria, si o no: Veo una polla en esta mancha de tinta. Maria, si o no: Un gran numero de personas tienen malas conductas sexuales, creo que mis pecados son imperdonables, el amor me ha decepcionado. ?Como podria contestar? NADA VIENE AL CASO, escribo con el lapiz IBM imantado. Que viene al caso, preguntan despues, como si la palabra <> fuera ambigua, abierta a interpretaciones, un fragmento dudoso de una runa islandesa. Solo existen ciertos hechos, digo, intentando otra vez participar amablemente del juego. Ciertos hechos, ciertas cosas que ocurrieron. (Por que molestarse, podrias preguntar. Yo me molesto por Kate. Aqui juego por Kate. Carter ingreso a Kate y yo voy a sacarla.) Malinterpretaran los hechos, inventaran conexiones, extrapolaran razones de donde no las hay, pero ya te lo he dicho, es a lo que se dedican. Asi que me sugirieron que dejara sentados los hechos, y los hechos son los siguientes: Me llamo Maria Wyeth. Se pronuncia mar-ay-a, que quede claro desde el principio. Aqui hay gente que me llama <>, pero yo nunca lo he hecho. Edad, treinta y un anos. Casada. Divorciada. Una hija, de cuatro anos. (Aqui no hablo con nadie de Kate. Donde esta Kate le ponen electrodos en la cabeza y agujas en la columna e intentan averiguar que fallo. Es otra version mas de por que una serpiente de coral tiene dos glandulas de veneno neurotoxico. Kate tiene una debilidad en la columna y una sustancia quimica anomala en el cerebro. Kate es Kate. Carter no pudo acordarse de la debilidad de la columna o no habria permitido que la pincharan ahi.) De mi madre he heredado el fisico y la tendencia a las migranas. De mi padre he heredado un optimismo que no me abandono hasta fecha reciente. Detalles: naci en Reno, Nevada, y a los nueve anos me mude a Silver Wells, Nevada, poblacion entonces 28 habitantes, ahora 0. Nos trasladamos a Silver Wells porque mi padre perdio la casa de Reno en una partida privada y de casualidad se acordo de que era propietario de un pueblo, Silver Wells. Lo habia comprado o lo habia ganado o quiza se lo dejara su padre, no estoy segura y a ti no te importa. Teniamos muchas cosas y lugares que iban y venian, un rancho de ganado sin reses y una estacion de esqui pagada con la segunda hipoteca de alguien y un motel que habria estado convenientemente situado a la salida de la autopista si hubieran construido la autopista; me educaron para creer que la siguiente tirada siempre seria mejor que la anterior. Ya no lo creo, pero te cuento como era. Lo que teniamos en Silver Wells eran ciento veinte hectareas de mezquite y algunas casas y una gasolinera Flying A y una mina de cinc y un apartadero de los ferrocarriles Tonopah & Tidewater y una tienda de baratijas y luego, cuando a mi padre y a su socio Benny Austin se les ocurrio la idea de que Silver Wells era una atraccion turistica natural, un campo de minigolf y un museo de reptiles y un restaurante con algunas tragaperras y dos mesas para jugar a los dados. Las tragaperras no eran exactamente rentables porque la unica persona que jugaba era Paulette, con monedas de la caja registradora. Paulette regentaba el restaurante y (ahora lo veo) se tiraba a mi padre y a veces me dejaba fingir ser la cajera despues de clase. Digo <> porque no teniamos clientes. Paso que la autopista con la que contaba mi padre nunca llego y el dinero se agoto y mi madre enfermo y Benny Austin regreso a Las Vegas, me tope con el en el Flamingo hace unos anos. --El unico Waterloo de tu padre fue que siempre vivio veinte anos avanzado a su tiempo --me informo Benny la noche del Flamingo--. El plan de la ciudad fantasma, el minigolf, la idea del blackjack automatico, ?que ves hoy en dia? Hoy Harry Wyeth podria ser un Rockefeller en Silver Wells. --Hoy Silver Wells no existe --repuse--. Esta en pleno campo de lanzamiento de misiles. --Hablo de entonces, Maria. De como era. Benny pidio una ronda de cubalibres, una bebida que yo no habia visto pedir a nadie mas que a mi madre, mi padre y Benny Austin, y le di unas cuantas fichas para que jugara por mi y fui al servicio y nunca volvi. Me dije que porque no queria que Benny viera con que clase de hombre estaba, estaba con un hombre que jugaba al bacarra con billetes de cien del otro lado del cordon, pero no fue solo por eso. Ya puesta, no me andare con rodeos, me incomoda el <>

  • La sangre no miente de Walter Kirn

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    En el verano de 1988, Walter Kirn (entonces un aspirante a escritor que hacia frente a un padre complicado y un matrimonio en crisis) se disponia a realizar un encargo de lo mas peculiar que cambiaria su destino para siempre: llevar personalmente un perro tullido desde su casa en Montana hasta un apartamento en Nueva York propiedad de Clark Rockefeller, un misterioso joven, banquero y coleccionista de arte que acababa de adoptar el perro por internet. Este hecho dio paso a una amistad de quince anos que condujo a Kirn a lo mas profundo del privilegiado mundo de un nino rico y excentrico, finalmente desenmascarado como un impostor en serie que ocultaba otros delitos mucho mas graves: el secuestro de su propia hija y un brutal asesinato cometido anos antes, en 1985.
    Combinando sus propias memorias, el reportaje periodistico y las mejores tecnicas narrativas, La sangre no miente es el relato de una autoinvencion en busca de un ascenso social imparable que expone las capas de corrupcion y ambicion de uno de los grandes estafadores norteamericanos.

  • El paso de las Devotas, Carlos Calvera de Carlos Calvera

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    UN VIAJERO, UN MONASTERIO PERDIDO EN LAS MONTANAS, UNA MALDICION MILENARIA…

  • Citronela de Gema Samaro

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    Despues de su ultima decepcion amorosa, Pili decidio cambiarse el nombre y ponerse Citronela, como la planta que ahuyenta a los insectos.
    El ultimo bicho al que mantiene a raya es Guillermo, el trompetista de Los Flipados del Swing, la banda con la que canta desde hace unos meses y con la que hace bolos por todas partes.
    Guillermo tiene el perfil en el que Pili se prometio que jamas volveria a caer: guapo, culo inquieto, mujeriego y trompetista.
    Y por supuesto que va a ir con su promesa hasta el final.
    A pesar de que Guillermo asegure que se ha enamorado de ella.
    Y Pili puede que tambien de el.

  • Nueva York de un plumazo de Mateo Sancho

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    Una novela de auto ficcion marica. Un viaje de migracion de cama en cama.

  • La piel de Elisa Mayo

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    Cuando no eres capaz de mirarte en el espejo, evitas incluso que te toquen.
    ?Como es una vida sin caricias?
    Y, ?como se despierta una piel?

  • El vestido de novia de Mariana Garcia Luna

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    Son los anos cincuenta, Raquel y Alejo se aman a escondidas: los prejuicios del padre de Raquel les impiden verse libremente. Sin embargo, las precauciones para no ser encontrados fallan y una noche los protagonistas son sorprendidos. El castigo es la separacion, la que llevara a Raquel a Paris y a Alejo, a la Amazonia peruana.
    Carmina, Nana y Santiago entraran en sus vidas de maneras inesperadas, muchos anos despues.
    Estos cinco personajes se veran relacionados con el vestido de novia, y cada uno de ellos narrara la historia desde su propia perspectiva, aunque alguno tenga que hacerlo desde la mismisima muerte, convertido en un fantasma que vaga por el Amazonas.

  • ?Buscas al hombre perfecto? de Olivia Kiss

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    ?Estas harta de perder el tiempo con el chico equivocado?, ?te has cansado de no saber hacia donde se dirige tu relacion?, ?tienes mala suerte en el amor? En ese caso, bienvenida a “El hombre perfecto”, la empresa creada para ayudar a encontrar principes azules entre tantas ranas. Ahi es donde trabaja Abby, que esta especializada en el comportamiento de los hombres y puede detectar a un idiota mujeriego a varios kilometros de distancia.
    Y eso es justo lo que detecta cuando conoce a Mike, su nuevo companero de trabajo. Por desgracia, a su jefa se le ha ocurrido la innecesaria idea de ampliar el negocio y crear “La mujer perfecta”, asi que durante mes y medio el se convertira en su sombra durante el proceso de formacion para que aprenda como trabajan y cuales son los procedimientos que seguir. Parece sencillo, ?verdad? Pues no lo es. Porque Mike es justo todo lo que Abby no soporta de los hombres: sarcastico, demasiado atractivo para su propio bien y muy capaz de sacarla de quicio.
    Sin embargo, ?es posible que este equivocada? ?Y si el no es todo lo que parece? ?Y si ella ha perdido la fe en el amor y necesita que alguien la rescate de si misma?
    Una divertida comedia sobre las artimanas de Cupido.

  • 423 colores de Juan Gallardo

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    En la Siria de 2011 la vida se desarrolla con toda la intensidad, la pujanza y el colorido de unos ciudadanos esperanzados en su futuro. Ghada, la protagonista de esta historia, tiene apenas ocho anos y es ciega de nacimiento. Una noche, su padre la despierta con urgencia; tienen que ponerse a salvo porque un feroz dragon sobrevuela los tejados de la ciudad.

  • Todo es posible 1 Paris. Nueva York. Copenhague de Audrey Carlan

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  • Temor a la Verdad de Mary Higgins Clark

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    Cuando el negocio de muebles antiguos de imitacion que fundo su abuelo queda totalmente destruido a causa de una misteriosa explosion, Hannah Connelly se convierte en el pilar de la familia. Su hermana Kate sigue en coma tras haber logrado escapar de las llamas, y su padre parece todavia mas abatido, desconcertado y dependiente del alcohol de lo que lo ha estado en los ultimos tiempos. Pero la pregunta que urge contestar es: ?que hacia Kate en el lugar del accidente, de madrugada y acompanada de Gus Schmidt, un antiguo empleado <> contra su voluntad hace cinco anos? Las pesquisas de la policia apuntan claramente a un incendio provocado, el tipico siniestro en el que el propietario de un negocio en decadencia trata de sacar provecho a la desesperada. Mientras Kate se debate entre la vida y la muerte, Hannah, empenada en averiguar la verdad, no tardara en comprender que hay alguien decidido a que su hermana no recupere la consciencia.

  • Una venganza mortal de Victoria Schwab

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    Aliados. Enemigos. Villanos. Ellos son ExtraOrdinarios.

  • Adolescente en el Bosque de Aina Castillo

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    18 anos. Virgen. Sola el bosque.
    Y el.

  • Yo curare tus heridas (Corazone heridos 1) de Towanda Richardson

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    Jamie Parks lo tenia todo. Apenas habia cumplido los veinte cuando todos sus suenos se cumplieron. Era el hombre mas feliz del mundo. Hasta que un maldito accidente en una pista de esqui se lo llevo todo por delante. Su profesion, sus ilusiones y sus ganas de vivir.

  • Almas robadas de

    https://gigalibros.com/almas-robadas.html

  • Legado de cenizas de Tim Weiner

    https://gigalibros.com/legado-de-cenizas.html

    La primera historia completa de la CIA.

  • Los dias perdidos de Valentina, A.P. Hernandez de A.p. Hernandez

    https://gigalibros.com/los-dias-perdidos-de-valentina-a-p-hernandez.html

    Valentina: una adolescente que puso fin a su vida con un cuter.
    Marta: una madre que no admite el atroz acto de su hija.
    Ismael: un estudiante universitario que comienza a perder sus miedos.
    Lazaro del Rio: ex Inspector Jefe de Policia, expulsado e inhabilitado de por vida.

  • Los Smith, perfectos imperfectos (Serie completa) de Valeriam Emar

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    SI CECE LO DICE
    Cece amor es una famosa consejera sentimental, conocida por su don de emparejar a las personas que estan destinadas a estar juntas. Pero su mundo rosa empezara a desmoronarse con la aparicion del Camarada del deporte, un bloguero que intenta destruir su reputacion acusandola de fraude.
    Jerry Smith se propone encontrar a la famosa consejera sentimental que hizo que su prometida lo dejara plantado a pocas semanas de casarse y se ocuparia de que ella pagara bien caro lo que le hizo.
    A veces el enemigo esta mas cerca de lo que uno se imagina, y del odio al amor se puede pasar a un solo beso.

  • Cicatriz (Narrativas hispanicas) – Sara Mesa de Sara Mesa

    https://gigalibros.com/cicatriz-narrativas-hispanicas-8211-sara-mesa.html

    Sonia conoce a Knut en un foro literario de internet y, a pesar de los setecientos kilometros que los separan, establece con el una particular relacion marcada por la obsesion y la extraneza. Entre la atraccion y la repulsion, no puede evitar sentirse fascinada por este personaje insolito y perfeccionista, que vive fuera de toda norma social y que la corteja a traves de suntuosos regalos robados. <> Su necesidad de poner distancia cuando Knut se vuelve demasiado absorbente, pero tambien su irrefrenable curiosidad y el ansia de vivir experiencias mas alla de una existencia excesivamente reglada, llevaran a Sonia a una doble vida secreta en la que quedara atrapada durante anos sin posibilidad de exculparse. En esta inusitada historia, Sara Mesa recupera temas que ya aparecieron en sus primeras obras narrativas, dandoles forma a traves de un estilo conciso y electrico en un mundo ?frio, escasamente comunicativo? cuyas reglas establecen unicamente los propios personajes que lo habitan. Cicatriz no es solo una inquietante historia de amor descompensado protagonizada por dos seres muy distintos pero a la vez complementarios, es tambien una reflexion sobre la sociedad de consumo y los robos a gran escala en grandes almacenes, la sumision y el poder, la anulacion del deseo y la carnalidad, el refugio de la infancia, la fantasia como alternativa, la culpa y la expiacion, la escritura y la vocacion literaria. La autora de la celebrada Cuatro por cuatro (que fue finalista del Premio Herralde de Novela), en vias de publicacion al frances, se confirma con Cicatriz como una de las voces mas singulares e imprescindibles de su generacion.

  • Tres son multitud de Tricia Ross

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  • Goteando Historias de Montse Rd

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    ?Q ue es amor? Esas fueron tus ultimas palabras antes de marcharte de mi casa. Ni siquiera me diste tiempo para contestarte, te fuiste y ya no he vuelto a verte. Como me gustaria ahora que estuvieras a mi lado para poder responderte. Amor… Amor es mirar los ojos de la otra persona y saber lo que esta pensando. Es decir un te quiero cuando no se lo espera. Es desear estar a su lado cada segundo de tu vida. Es necesitar oir su voz antes de dormir y al despertar. Es intentar regalarle el cielo y las estrellas aunque sepas que es imposible. Amor es un todo que forman dos personas. ?Y sabes que? Que eso era lo que sentia y siento por ti. Te quise toda la vida y nunca fui capaz de decirtelo, y ahora… ahora ya es tarde, y mi alma llora en silencio. Como desearia saber si puedes verme, si sabes lo que pienso y lo que siento. Si sabes que me arrepiento de no haber corrido detras de ti aquel dia, cuando saliste de mi casa. Porque quiza, si lo hubiera hecho, aun estarias aqui, a mi lado, preguntandome cada dia: <>. Pero no lo hice, y te he perdido para siempre. Nos conociamos desde pequenos, porque nuestras madres eran amigas de la escuela, y nosotros seguimos sus pasos y nos hicimos inseparables. Fuimos a la misma guarderia, al mismo colegio, al mismo instituto, hasta a la misma universidad, aunque hicimos carreras distintas. Compartimos resfriados, partidos de futbol, borracheras y hasta horas de estudio, porque en lo que yo fallaba eras bueno tu, y al reves. Incluso a veces compartimos algo mas, pero eso siempre fue nuestro secreto, porque no quisimos que nadie creyera cosas que no eran, que nos tacharan de algo que no eramos… ?O si? Pasamos tantas cosas juntos que me es dificil decidirme solo por una, porque cada momento a tu lado tenia algo especial. Tu eras la juerga personificada. Contigo podia pasarme horas riendo y perder la nocion del tiempo. Admiraba tu forma de ser, tu alegria, tu inteligencia, tu exito con la gente, pero, sobre todo, admiraba tu fuerza para afrontar las cosas. Perdiste a tu madre cuando solo eras un nino, y tuviste que aprender a vivir por tu cuenta, porque tu padre nunca se preocupo lo suficiente por ti. El, cuando no estaba jugandose vuestro dinero en apuestas, estaba borracho tirado en el sofa. De nino sufriste su ira y sus malos tratos, pero cuando creciste ya no se atrevio a enfrentarse a ti. Tenias tanta rabia acumulada que si te hubiera tocado, creo que hubieras acabado con el. Y podias, porque tu cuerpo era puro musculo, gracias a las horas pasadas en el gimnasio o en el trabajo cargando cajas para pagar tus estudios. Tu vida era muy diferente a la mia. Yo no tenia problemas economicos como tu, porque mi padre era dueno de una empresa muy importante y siempre he tenido lo que queria. El siempre ha querido que yo siguiera sus pasos en la empresa, y yo siempre he hecho lo que el deseaba. Bueno, siempre hasta ahora. Porque tu perdida me ha hecho ver que debo hacer aquello que yo quiera y no lo que quieran los demas. Porque nadie puede juzgarme por mis actos o mi forma de ser. Quien me quiera debera aceptarme, igual que hacias tu. No sabes cuanto te echo de menos. Siempre estuviste a mi lado cuando te necesite. Me escuchaste cada vez que tenia una discusion con mi padre. Ahora se lo egoista que fui, contandote mis tonterias cuando tu tenias que convivir con el tuyo dia tras dia. Cuantas veces nos escapamos y dormimos en la playa, bajo las estrellas. Cuantos secretos nos guardan ellas. Y esas estrellas fueron testigos de nuestra unica pelea. La que ha sido el principio del final de nuestra amistad. La que ha sido culpable de que ya no estes a mi lado, de que ya no pueda contar contigo. Recuerdo aquella noche en la que viniste a mi casa porque no soportabas estar con tu padre. Decias que si pasabas un segundo mas oyendo sus quejas, lo matarias. Por eso viniste a mi, para quedarte en mi casa a pasar la noche. Pero yo sabia que a mi padre no le haria gracia verte en casa, porque el creia que eras una mala influencia para mi, que era culpa tuya que yo no quisiera hacerme cargo de la empresa. Asi que te dije que mejor nos fueramos a la playa para estar mas tranquilos. Y asi lo hicimos. Compramos unas cervezas y nos fuimos a una cala apartada rodeada de rocas. Era un lugar precioso y mas por la noche. Hicimos un pequeno fuego y estuvimos casi toda la noche hablando. Por primera vez, te desahogaste, echaste fuera toda tu rabia acumulada, gritando y llorando como nunca te lo habia visto hacer antes. Quiza fue el alcohol el que te hizo reaccionar asi, no lo se. Recuerdo cuando te levantaste gritando y corriste hacia el agua. Querias poner fin a tu vida, a todo tu dolor, acabar con todo el sufrimiento. Pero yo fui hacia ti para retenerte. Te sujete y, aunque tu fuerza era mayor que la mia, consegui tirarte al suelo. Estuvimos asi, abrazados, bastante tiempo, y luego, al mirarnos, nuestras bocas se fueron acercando y nos besamos durante largo rato, hasta que los besos fueron a mas, y compartimos una noche de placer bajo las estrellas. Al despertarme al dia siguiente tu aun dormias, y cuando recorde lo que habia pasado senti miedo, y verguenza, asi que me fui sin despedirme. Estuviste llamandome varios dias pero no cogi el telefono. No queria hablar contigo, no queria enfrentarme a lo que habia pasado. Pero un dia apareciste en mi casa y no pude evitarte. Mi madre te abrio la puerta y subiste a mi habitacion. Al verte entrar, mi corazon latio con fuerza. No sabia que decirte, asi que fuiste tu quien hablo. Y aun guardo tus palabras clavadas en mi mente y en mi corazon: <>. No supe que decirte, me quede en silencio, con mis ojos cubiertos de lagrimas. Mire hacia abajo y creo que aquello te hizo ver lo que pensaba. Asi que seguiste hablando: <>. No te conteste, no pude ni mirarte a la cara. Asi que sonreiste, te acercaste a mi y me besaste. <>, dijiste, y te marchaste. Quise correr hacia ti, pero no pude, no fui capaz de moverme. Pasaron los dias y una tarde llego la noticia. Vino la policia a darme tus cosas y decirme que habias muerto en el mar. Dijeron que en una carta habias dicho que querias que todo lo tuyo fuera para mi. Todas tus pertenencias ahora eran mias. Habia fotos nuestras de todos aquellos anos. Y tambien habia un diario escrito por ti. Lei todos tus sentimientos callados tanto tiempo, guardados en secreto en aquellas hojas. Vi cuanto me habias querido en silencio y rompi a llorar. Se que ya es tarde, porque tu ya descansas en el fondo del mar, pero, aun asi, te escribo esta carta para decirte que yo tambien te amo, y que siento no habertelo dicho aquel dia. Quiero que sepas que he decidido afrontar la realidad y hacer todo lo posible para que a nadie le pase como a nosotros. Voy a ayudar a cualquiera que necesite un apoyo para aceptar sus sentimientos, porque yo, aunque tarde, lo he hecho y, a partir de este momento, no voy a encerrarme en mi mismo y voy a afrontar quien soy. Voy a aceptar mi condicion y a enamorarme si algun dia llega una persona como tu, porque a ti voy a quererte toda mi vida. Y voy a hacerlo porque tu me has ensenado a valorarme y aceptarme. Gracias por todo, gracias por amarme, y perdoname por haberme dado cuenta tarde de cuanto te amo. Nunca te olvidare. Hasta siempre. Frente al mar, nuestras manos enlazadas, observando el horizonte, perdidos en la nada. Compartiendo un mismo sueno, contemplando un mismo cielo, sonriendo al mismo tiempo, dos almas en dos cuerpos. Deseo de fin de ano El sonido de las campanas se oia de manera lejana en la orilla del mar donde se encontraban. Ambos se miraban siendo conscientes de que seria la ultima vez. Los dias que habian pasado juntos habian sido como un huracan de sentimientos, que llega y barre todo a su paso sin esperarlo. Y ahora todo iba a llegar a su fin. La luna llena habia empezado a menguar, y Ayla debia volver a su lugar, en el fondo del oceano. Todo habia ocurrido demasiado deprisa. Pero, sin esperarlo, ambos sentian que ya nada seria igual sin tener al otro en su vida, y es que se habian dado cuenta de que, aunque parezca imposible, a veces el amor nos cambia la vida en apenas unos dias, o unas horas. Ambos recordaban perfectamente como habia comenzado todo, el momento exacto en el que, al mirarse, se habian dado cuenta de que algo especial crecia entre ellos. Recordaron cuando de ninos, el habia estado a punto de ahogarse, y, como en los cuentos de fantasia, ella se habia sumergido hasta encontrarle. Y ninguno de los dos pudo olvidar al otro, aunque a el lo tacharan de loco durante anos. Pero ahi estaban, veinte anos despues, juntos de nuevo y sin querer separarse. Y todos los anos en los que el habia sido un bicho raro por decirle a la gente que habia estado con una sirena, desaparecieron de un plumazo. No importo el sufrimiento, ni las burlas, ni el acoso; no importo nada mas que tenerla a ella delante, junto a el. Ella, por su parte, podia entender lo que podia estar pensando el resto de su familia. Nadie comprenderia que quisiera renunciar a lo que era por un chico. Pero no lo queria por eso. Lo queria porque sentia que debia estar con el, que queria compartir con el el resto de su vida, y si para eso tenia que renunciar a su aleta, lo haria. Pero no solo por amor era capaz de hacerlo, tambien por el deseo de descubrir un mundo que desconocia por completo. Un mundo que tenia mucho que aportarle. No, no renunciaria a lo que era por un chico, renunciaria a lo que era por todo lo que le estaba prohibido, por todo lo que no podia tener, ni vivir, ni sentir. Porque ya habia vivido como sirena durante decadas, y su deseo ahora era vivir como humana. Con o sin el, pero si era con el, su deseo seria aun mas completo. -Ojala no tuvieras que volver -dijo el, pensando en que jamas habia sentido nada parecido por nadie, a pesar de las relaciones anteriores que habia tenido. -Ojala no tuviera que hacerlo -dijo ella, teniendo muy presente todo lo que perderia de ser asi, y sin importarle. Estiraron sus manos y entrelazaron con fuerza sus dedos, antes de besarse bajo el sonido de la primera de las campanadas. Unicamente faltaban unos segundos para que diera comienzo el nuevo ano, y ellos se negaban a separarse. En el pensamiento de ambos existia el mismo deseo: mas tiempo para conocerse, mas tiempo para enamorarse, mas tiempo para amarse… Y de esa manera, el sonido de la ultima campanada dio lugar a los gritos de la gente de la aldea, felicitandose el nuevo ano. La pareja habia ido metiendose en el agua poco a poco, para que, al transformarse, ella no se hiciera dano, sin embargo, algo extrano estaba ocurriendo. Ambos abrieron los ojos para comprobar que Ayla seguia alli, junto a el. Con aquellas dos hermosas piernas que suplian su cola de sirena. -No lo entiendo… -susurro ella, sin poder creerse que siguiera alli. El la miraba sin parpadear, pensando que en cualquier instante cambiaria, que unicamente era cuestion de segundos. Pero pasaron los minutos y nada ocurrio, por lo que ambos se miraron, sonrientes, y se abrazaron con fuerza. No desaprovecharian aquella oportunidad, durara el tiempo que durase. Cogidos de la mano se alejaron del agua y, al echar la vista atras, a ella le parecio distinguir algo en el agua, pero estaba tan oscuro que no pudo asegurarse. Aun asi, sonrio y murmuro un gracias con sus labios. Y juntos, volvieron a la aldea a celebrar la llegada de un nuevo ano, dispuestos a disfrutar de cada segundo extra que pasaran juntos. A lo lejos, el padre de Ayla, aquel que ella habia creido ver y, en efecto, alli se encontraba, se dio la vuelta y se sumergio para volver a su hogar, mientras un pensamiento dejaba paso a una debil sonrisa: <>. Y es que, a veces, los deseos que se piden con los primeros segundos del nuevo ano, y bajo el sonido de las campanadas, pueden hacerse realidad. Bajo las sabanas, con tus besos, mis abrazos, los te quiero. Bajo las sabanas,

  • Los combatientes de Cristina Morales

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    Esto va de una juventud rabiosa que flota entre los restos del naufragio; de un grupo de actores teatrales que se convierten en actores politicos y deciden que la realidad solo se puede retratar a traves de la ridiculizacion, y que esta, para ser creible y eficaz, debe empezar por uno mismo y alcanzar a nuestros maestros literarios.
    Quienes son los combatientes: los que saltan a la comba (como los boxeadores en sus entrenamientos), los integrantes de una compania de teatro universitario, los jovenes que en la Espana del s. XXI sobreviven hartandose de amor ya que no pueden hartarse de pan, en palabras de la sociologa Layla Martinez.
    Este es un libro -acaso una novela, acaso una obra de teatro- que cuenta a traves de la ficcion una historia verdadera, que habla de representacion y realidad, de radicalismos impostados y transgresion autentica, del arte como provocacion y de la provocacion como arte, y lo hace retando a la lectora (y tambien al lector) en un juego nada inocente que incorpora, a veces citando y a veces sin citar, textos ajenos.
    Cristina Morales debuto como novelista con esta obra -galardonada con el Premio INJUVE 2012- que acota ya con contundencia el camino literario que la ha convertido en una de las voces mas innovadoras, radicales y necesarias de la actual narrativa espanola.

  • La irlandesa de Miranda Bouzo

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    En toda guerra hay un momento para el amor y el perdon si nace de dos almas destinadas a encontrarse.

  • Allegra ma non troppo, Lara Smirnov de Lara Smirnov

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    Tras el chasco de su relacion con Koldo, Allegra se refugia en el trabajo y en la musica. Cuando consiguio el puesto de representante de los Sauryn penso que le habia tocado la loteria. El problema es que los chicos no tienen muy claras las funciones de una representante, y una tarde Allegra acaba en la fiesta de cumpleanos del primo del vocalista.

  • La ciudad que no descansa de Douglas Preston

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    La hija de un millonario aparece muerta. Y sin cabeza.

  • Llamalo amor de Chloe Santana

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    Llamalo amor incluye dos novelas anteriormente publicadas por separado: Todos los veranos contigo y Nosotros… ?para siempre?

  • Por ti respiro de Poppy Garcia

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    Segundo jueves de mes Me estaba costando mantener el ritmo de la respiracion. Tan prieta, tan deseable y salvaje. Su espalda se movia como las olas siguiendo el ritmo de mis caderas. -!No pares, caramelo! !Por favor, no pares! Acelere solo para darle gusto a la vez que estiraba el brazo para jugar con sus pezones y, ya de paso, dejarme llevar. -!Aaahhh! -grito. Senti la presion desde todos los angulos y explote en ella ya sin aire en los pulmones. La fuerza de gravedad hizo el resto derramandonos los dos en aquella cama de suaves sabanas negras. Como en un baile sincronizado. De A a B, siguiendo una coreografia en la que cada vez teniamos mas practica, mas eficiencia y menos alma. Pero aquello era lo que era y no valian eufemismos. Ese era siempre el momento de la verguenza. Cuando me daba excusas a mi mismo de porque estaba alli, o mas bien, para que estaba alli. Estaba alli precisamente para disfrutar, aunque fuese a costa de pretender durante un rato. Una tarde cada varios meses. Pagando. Anos atras, Cuqui habia sido mi regalo de cumpleanos. Aquella noche no lo supe, pero pocas dudas tuve cuando encontre en mi billetera dias despues una tarjeta con su nombre y un corto mensaje adosado a un <>. Me cabree, mucho, pero he de admitir que duro poco. Una vez que asumi que ese seria el unico contacto que tendria con una mujer creo que hasta senti alivio. Primero, Cuqui era guapisima y, segundo, me gustaba el sexo con ella. Desde aquella primera noche nos habiamos visto de forma mas o menos regular; ella recibia su recompensa y yo la mia. La verguenza, aunque persistente, quedo algo mitigada cuando gire la cabeza para mirar a mi escort -tenia prohibido llamarla <>- tumbada de espaldas mirando al techo satisfecha de si misma. Cuqui era muy especial para ciertas cosas, aunque su naturalidad era reconfortante. Al igual que siempre, no tardo ni dos segundos en encenderse un cigarrillo. Una costumbre que yo personalmente odiaba y que ella parecia disfrutar. Cuqui era puro estereotipo, supongo que por su profesion, y el cigarrillo de despues del coito era imprescindible. En ningun otro momento la habia visto con un pitillo entre los dedos. -?Por que me llamas siempre caramelo? -pregunte. Normalmente no hablabamos demasiado; siempre hubo un silencio comodo entre nosotros. Ella no husmeaba en mi vida y yo no pedia explicaciones. Como debia ser. Con todo y eso, soliamos cruzar unas palabras mientras nos recuperabamos y con el tiempo esos momentos habian pasado de un par de minutos, antes de que yo recogiera mis cosas y pagara, hasta llegar a la media hora si no teniamos nada que hacer despues. Hoy parecia no importarle que zanganearamos un rato, asi que pregunte aquello porque realmente me intrigaba que me hubiese puesto un mote tan empalagoso. -No se. Me recuerdas a uno. Apoyo la cabeza sobre mi brazo estirado, mirando a la nada mientras intentaba hacer anillos con el humo. Anos practicando sin resultado. -Eres como uno de esos caramelos con envoltura de colores chillones con el logotipo de la empresa. -Paro un segundo para echar el humo por la nariz-. Cuando vas a abrirlo, te das cuenta de que el papel se ha quedado pegado al caramelo y ves venir que los dedos van a quedar pegajosos. Pero como es un caramelo, pues haces el esfuerzo. Al llevartelo a la boca tus papilas gustativas se corren de gusto de repente y cierras los ojos mientras disfrutas de la experiencia. Una vez comienzas a mover el caramelo en la boca, te acuerdas de que tienes pegado el envoltorio entre los dedos, asi que te deshaces de el y te chupas las yemas porque el regustillo es casi mejor que el caramelo en si. Tu eres igual. Un caramelo… Vaya analogia. Si estaba alli con ella era porque yo no era del gusto de nadie. No queria recordar la cantidad de motes que me habian puesto a lo largo de los anos; ninguno cercano a nada dulce, eso seguro. De hecho, desde bien pequeno a cada nuevo apodo la cosa empeoraba a la par que mi aspecto. Quien sabe cuando empece a parecer un engendro. Primero fueron los pies planos y el empeno del medico en ponerme botas ortopedicas; despues fueron las gafas de pasta de color marron mierda que mis padres debieron encontrar en oferta en la optica; con la pubertad aterrizo el maldito acne que me dejo desagradables marcas de por vida por toda la cara y lo peor, esos perpetuos carrillos rojos que decian a gritos <>. Por suerte mi cara no era redonda como la de un pan. Eso me hubiese dado la puntilla en el instituto. Basicamente era mas feo que un culo y para colmo, mis padres tuvieron que recurrir al maldito santoral para ponerme el peor nombre de la historia. Llamarme Artemio era algo que todavia llevaba fatal, tanto que no dejaba que nadie me llamara asi. Gracias a Dios, las botas ortopedicas dejaron de ponerse de moda; el genio mas genio de todos los tiempos invento las lentillas y el bigote y la perilla atraian ahora las miradas mas que los boquetes dejados por las espinillas llenas de pus y grasa que los miles de tratamientos dermatologicos no consiguieron disimular. Lo que no habia cambiado en absoluto con los anos era el asco, el desprecio o la pura y dura indiferencia del genero femenino hacia mi persona, sexualmente hablando se entiende. Jamas habia estado con una mujer porque le atrajera. Jamas. Siempre tuve amigas, eso si. Rodeado de feminas que decian lo encantador que era, no hacia mas que afianzarme en la idea de que ademas de feo, no conseguia hacerles llegar las sobredosis de testosterona que me hacian producir. Siempre pase inadvertido; al menos ningun otro chaval penso en mi como oponente lo que me evito algun que otro encontronazo con los malutos en el recreo, aunque no siempre. Lo dicho, mi testosterona pasaba desapercibida a todos los niveles. Pero debia agradecerle a Cuqui que, aunque solo fuese por agradar a un pobre cliente, me dijera que no era tan repelente. Quiza la profesion le daba un sexto sentido para reconocer y utilizar sobreproducciones de hormonas. Quien sabe. -?Me estas piropeando? -me salio con una media sonrisa. El hecho en si era realmente comico. -No. Solo digo la verdad. Estas riquisimo. Apago el cigarrillo en el cenicero de la mesilla y comenzo a besarme en el pecho. Mi respiracion empezo a acelerar e inconscientemente entrelace los dedos en su pelo. -No se si estoy preparado para una segunda ronda y ademas se esta haciendo tarde. -Por mucho que me gustase las cosas que me hacia, lo nuestro era un encuentro con unas reglas estipuladas y queria que siguiese siendo asi. Ademas, no queria forzar nada. Pero ella ni caso. -No te hagas el modesto, caramelo. Tu siempre estas preparado. Saco la lengua para empezar hacer dibujos sobre mi piel y luego soplo para mirar triunfante como todo se ponia de punta. Empezo a chupetear mientras bajaba restregandose con abandono y yo mire el reloj para asegurarme. Estabamos en tiempo de descuento asi que esta ronda iria por parte de la casa. Si a ella le daba igual… Mis dudas quedaron resueltas cuando se incorporo para ir a sacar un condon del cajon de la mesilla. Lleve las dos manos a su cabeza, cerre los ojos y deje gustoso que Cuqui me tratase como un dulce.

  • Las largas sombras de Elia Barcelo

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  • La huida de Bella de Elsa Tablac

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    DUNCAN Estaba convencido de que ese no era su nombre real, pero yo ya no podria llamarla de otra forma. Bella. Observe como se deslizaba alrededor de la barra, sobre el escenario, vestida solo con un bikini minimo y brillante. Nuestras miradas se cruzaron y creo que en ese instante baje los ojos. Era complicado asimilar tanta belleza y ponerla en el contexto en el que me hallaba. El sitio no era otro que el club de striptease de Roscoe. Era la tercera vez en menos de diez dias que acudia alli para tomar una copa con mi socio y amigo Justin. Esa era la version que el tenia. Una excusa debil que dudaba que pudiese sostener durante mucho mas tiempo. En realidad solo queria volver una y otra vez para verla a ella. A Bella. Todas las noches que hiciesen falta. Pero ya habia decidido que la proxima vez acudiria solo. --No te creas que no me he dado cuenta, Dun --me dijo Justin. Empezaba a arrastrar un poco algunas silabas. Aquella noche conducia yo de regreso al motel donde nos alojabamos, y el ya iba por su tercera copa. Desvie la mirada. En ese momento el local de Roscoe estaba en uno de sus momentos algidos de la semana. Eran las doce de la noche del jueves y el bullicio era casi atronador. --?Que es lo que no se te ha escapado esta vez? --le pregunte. Justin senalo a la stripper con el dedo. A mi Bella. --He visto como la miras. --?Acaso hay alguien en este antro que no la este mirando? --No. No no no. Ya sabes a lo que me refiero. Jamas has querido acompanarme a un club de striptease, Duncan. Nunca te ha dado la gana. Y esta noche estamos aqui por tu propia iniciativa. Por tercera vez. ?Y piensas que voy a creerme que solo te apetecia tomar una copa? Si ni siquiera quieres beberte una cerveza. Sonrei. Era muy dificil enganar a aquel cabron. Demasiados anos juntos. --Eh, amigo. Que yo no te estoy juzgando --continuo--. Pero si te interesa esa chica deberias… no se, acercarte a ella. Intentar hablarle. No siempre va a estar subida ahi arriba. O al menos ponerle uno de estos entre ese par de tetas. Justin me extendio un billete de veinte dolares sobre la barra. La sola idea de plantarme delante de Bella y ofrecerle dinero a cambio de unos segundos de su atencion me resultaba casi ofensiva. Le devolvi el billete. --Nah. Veinte dolares no llega para pagar ni uno de sus pestaneos. Justin solto una carcajada. --?Una stripper, Duncan? ?Estas seguro? Podrias tener a la mujer que quisieras y te encaprichas de una de las chicas de Roscoe. Me encogi de hombros. Tampoco me apetecia seguir negando la evidencia. Mi socio saco la cartera del bolsillo. Una de las razones por las que estaba tan euforico ese dia era que habia ganado una mano importante de poker justo antes de nuestro viaje. --?Que haces? --le pregunte. --Tengo una idea mejor --dijo, sacando un fajo de billetes--. Un lap dance. Te vas con ella a uno de esos apartados. Y que te haga un striptease privado detras de la cortina. Y cuando termine le dices que te encantaria llevarla a cenar y al cine, y regalarle joyas. --Tu ves demasiadas peliculas --respondi, riendome--. Guarda eso, anda. Justin levanto el dedo para llamar la atencion de Mindy, la camarera. Una veterana del Roscoe que no habia dejado de mascar chicle desde que habiamos entrado y a la que ya nada podia sorprender. --Dime, guapo. --?Cuanto dirias que cuesta un show privado de aquella senorita? --le pregunto. Le propine una patada por debajo de la barra, pero no se dio por aludido. --?Quien? ?Bella? --Si, aquella. La rubia flexible con cara de buena chica. Mindy se rio abriendo mucho la boca y exhibiendo varias caries. --Sigue sonando, guapo. Bella no hace privados. No los necesita. Es la chica de Roscoe que mas dinero gana. La numero uno. Con diferencia. --Todos tenemos un precio --dijo Justin. Mindy se encogio de hombros. --Todos excepto Bella. Yo puedo hacerte ese show privado, si quieres --contesto la camarera. No habia podido evitar echar un goloso vistazo al fajo de billetes que Justin habia sacado de paseo por encima de la barra hacia unos segundos. Me acerque a su oido y le susurre que parase de una vez. A veces era un ordinario y un fanfarron. Justin disfrutaba dejandome en evidencia solo para satisfacer su morbo personal. Mientras el se ponia a charlar con Mindy, le di la espalda y la contemple de nuevo. La idea de que Bella supiese que se habia insertado a fuego en mi pensamiento me provocaba vertigo. Era ridiculo. No estabamos en el instituto. Soy un tipo con exito y tengo mi propio negocio. Y ella es una stripper. Como minimo. Quien sabe si va mas alla. La cancion que sonaba en ese instante era Poison, de Alice Cooper. Bella se contorsionaba alrededor de la barra como si esta fuese una extension de su cuerpo, una mas de sus perfectas extremidades. Cada uno de sus movimientos se amoldaba a la musica y a todas y cada una de mis expectativas. Observe el coro de babosos que tenia alrededor y que lanzaban billetes a sus pies. Ella les sonreia como si fuese de otro planeta. Era una autentica diosa y no podia dejar de pensar en ella desde hacia casi diez dias, los mas extranos de mi vida. Una stripper, Duncan Murphy. Nada menos. Diez dias tratando de asimilar la realidad. Que me habia colgado de una mujer que bailaba mientras se quitaba la ropa y de la que no sabia absolutamente nada. Ni siquiera su nombre real. Un nombre que ni ella misma me diria. Y sin embargo, tal vez yo no era muy diferente de los tipos que la jaleaban a sus pies. Simplemente la observaba desde la distancia, desde la seguridad de la barra del bar. No me atrevia a acercarme, y si Justin se enteraba de todo lo que pasaba por mi cabeza se reiria de mi hasta el dia del juicio final. Mi proceso mental durante aquellos dias habia sido…curioso. Al principio, negue la evidencia. Trate de olvidarla, aniquilar mi obsesion todo lo rapido posible. Llame a Julia, una antigua amiga con la que tenia citas esporadicas. Conduje hasta la ciudad; la invite a cenar y me sorprendi a mi mismo pensando en Bella mientras esperabamos el postre. Despues, la lleve a su casa y esa misma noche trate de buscar algo de informacion sobre ella en internet. Menudo idiota. Como si estas chicas dejasen algun tipo de rastro en la red. Bella era menuda, atletica y tenia una melena rubia y sedosa que le caia sobre los hombros. Los labios en forma de corazon, y las curvas mas mareantes que recuerdo. Me gustaba fijarme en su mirada, en ver hacia donde dirigia aquellos enormes ojos claros, y debo reconocer que me estremeci cada una de las ocasiones en las que crei que me estaba observando desde su pequeno escenario. Me gire y vi que Justin seguia con la distendida conversacion con Mindy. --Vuelvo enseguida --murmure, aunque mi amigo no me prestaba ninguna atencion. Me dirigi al bano del Roscoe y al salir me quede plantado en medio de la sala. Bella seguia moviendose por el escenario, y justo en aquel momento se desprendia de su sujetador. Inmediatamente cubria sus grandes pechos, rosados y perfectos, con su antebrazo. Era magnetica. No podia apartar la mirada de ella, a pesar de que habia otras chicas haciendo cosas muy parecidas en aquella sala. Me encamine hacia el borde de su escenario. En aquel momento no pensaba, solo respondia a mis impulsos. A pesar de la contundencia de sus curvas yo no podia apartar la mirada de sus ojos, convertidos en un ancla que ya nos habia unido.

  • El hijo del jefe 1 de Sierra Rose

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    Britt Collier estaba, peligrosamente, a punto de volverse loca. Ella era la unica contable contratada actualmente, y aunque no le importaba contestar preguntas relevantes, no necesitaba a su adulador jefe apoyado sobre su escritorio. Obviamente estaba estirando el cuello para conseguir ver algo debajo de la blusa. Como esta tactica le era familiar, ella llevaba la blusa abrochada hasta arriba y un chaleco de punto sobre ella, para que incluso en caso de un catastrofico accidente con los botones, ella estuviera aun protegida de sus ojos fisgones. Si la pequena empresa tuviera un departamento de Recursos Humanos, habria presentado una queja por acoso sexual. Tal y como estaba, la gerente de contratacion era tambien la asistente del COO, asi que tampoco seria novedad para ella. El COO, tambien llamado director general de operaciones, es un puesto en lo mas alto del ranquin de puestos ejecutivos en una organizacion. Quiza algun dia ella tambien alcanzaria lo mas alto de la escalera corporativa. Una chica siempre puede alcanzar el cielo, ?no? De hecho, Britt estaba bastante convencida de que la asistente habia conseguido ese doble titulo gracias a una entrevista horizontal con el Senor Freeman en persona. A Britt le habria gustado imaginarse a si misma como una mujer sensata, una feminista que no era prisionera de nadie. Sin embargo, se desplomo sobre su escritorio sin decir nada mientras el senor Freeman se acercaba a ella senalando a su monitor. El no podia dejar de mirarle el pecho. Ella se aparto del escritorio deslizandose con su silla de oficina con ruedas. -Es suficiente -dijo. - ?Disculpe, senorita Collier? -dijo el alzando las cejas. -Explique todo esto en mi correo electronico. Asi que si no le importa, tengo cuentas de gastos que actualizar. -Por supuesto. Se lo ocupada que esta. -Si me disculpa. El sonrio. Ella salio de su pequeno cubiculo y fue al bano de chicas, simplemente para estar lejos de el. Desearia poder haberle dicho algo mas astuto e inteligente, algo que humillara sus intentos de rozarse con sus pechos igual que eso la humillaba a ella. Para sentirse mejor, miro la fecha en su telefono. Seis dias mas, se dijo a si misma asintiendo. Britt consiguio acabar la ultima hora de trabajo rapidamente comprobando hojas de calculos y tachando tareas de su lista de cosas por hacer. Acabo todo diez minutos antes de las cinco, con tiempo suficiente para ordenar su escritorio y hacer su lista de tareas para el dia de trabajo de manana. En cuanto la manecilla de los minutos llego al doce, se levanto, bolso en mano. Bajo en el ascensor desde el undecimo piso, donde se encontraba la Consultoria Creativa, y llego al vestibulo justo cuando Marjorie, su mejor amiga, salia de las escaleras. Marj estaba entrenando para una media maraton y opinaba que los ascensores la debilitarian. Se dirigieron por acuerdo mutuo hacia Joe's Java la cafeteria a la vuelta de la esquina de la oficina. Tuvieron su habitual quedada de los jueves para el cafe de despues del trabajo. Sentadas en un reservado al lado de la ventana, Britt dio un sorbo a su cafe con caramelo y suspiro aliviada. Se estaba tranquilo alli, pero no el tipo de tranquilidad que tenia ella en la oficina, con ese molesto zumbido de las luces fluorescentes sobre su cabeza y ese expectante silencio como el de un tiburon en el agua mientras ella se esforzaba por escuchar si Freeman se acercaba. En realidad, no era un tiburon, razono ella, era mas bien como un pulpo con todos esos brazos y manos. Marjorie se pidio algo con soja y proteina en polvo que tenia un aspecto verdoso. -Eso parece pintura. Pintura fea. Como la de la sala de espera del medico. -Gracias. Pero esta bueno. Agua de coco y repollo con polvo de proteina… -Suena como al paraiso -gimio Britt. -No, el paraiso seria tres semanas en Bali con Ryan Gosling. - ?Aun con Ryan Gosling? ?Podemos pasar pagina, por favor? -Jamas. Yo soy muy fiel. - ?Con cuantos chicos has quedado este mes, senorita Fiel? - dijo Britt de broma. -Eso es quedar. Ryan Gosling y yo, eso es amor verdadero. - ?Sabe el algo de todo esto? -No, es mejor asi. No quiero quitarle la ilusion. -Oh, que generoso por tu parte. Freeman estuvo en mi oficina esta tarde senalando a mi monitor. -Uh. ?Tiro algun boli para asi echarle un vistazo a tu falda? -Llevo pantalones por algo. -Asi que se fue directamente a por las tetas. Te escucho… -dijo Marj con arrepentimiento. -En una semana estara jubilado y haciendose un hueco entre jugadores de bingo sin suerte en la residencia de ancianos. - ?Tiene pinta de que le guste el bingo? -No, tiene pinta de que pasara el rato en clubs de strippers e insistira en cambiar los tangas. -Eh, si. Pero bueno, al menos no le tendremos respirando detras de nuestros cuellos. -Querras decir respirando profundamente detras de nuestros cuellos. Es tan pervertido. -Creeme que no pienso echar una sola lagrima cuando se vaya, pero, ?y si el que viene es incluso mas mamon? - ?Pero eso es posible? Quiero decir, Hitler esta muerto, ?no? -Si, pero hay un monton de cerdos machistas en el mundo en puestos de altos directivos. Les gustan los puestos de autoridad cuando no estan tomando el sol en una comoda roca. -Cierto. Bueno, dejame ver las casas. -Apartamentos. He encontrado propiedades de entre las que elegir. Estoy deseando ensenarselos a Kevin esta noche. -Seis meses es mucho tiempo. ?Donde lo vais a celebrar? -Acaban de reabrir Tamarind despues de remodelarlo. Nos morimos de ganas de probarlo. -Britt dijo emocionada -Me he comprado un vestido y todo. - ?Has ido de compras? Debes de estar emocionadisima. -Bueno, nos mudamos juntos despues de todos estos meses. Estoy deseandolo. Ya no vere mas capitulos de Esta Casa es una Ruina porque estoy sola y aburrida. Estaremos juntos y realmente empezaremos nuestra vida. Yo queria coger algun sitio que pudieramos arreglar juntos, hacerlo nuestro, pero a Kevin no le va mucho lo de hacerlo nosotros mismos. - ?Hacerlo vosotros mismos? A ti eso tampoco te va. -Seamos justos, no, no tengo muchas habilidades para arreglar cosas en casa, pero me gustaria aprender. He visto algun tutorial de como lijar y pintar un banco del mercadillo y me gustaria probar. - ?Ves videos de bancos? Cielo, necesitas hacer algo mejor. - ?Que me sugieres que haga? -Encuentra algun video chulo en el que salga Ryan Gosling. -Estas imposible -dijo Britt moviendo la cabeza mientras se acababa el cafe. -Me gusta este primero. -A mi tambien pero creo que la cocina es demasiado pequena. ?Y si tengo que preparar una lasana o algo? No hay espacio suficiente en la encimera.

  • Silencio sepulcral de Varios Autores

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    En Battle Hollow nunca sucedia nada interesante… hasta que comenzaron las desapariciones. En una comunidad tan pequena y apartada de todo, la lucha por el poder puede convertir en culpable a cualquiera, incluso a una joven bibliotecaria que dedica todo su tiempo a cuidar de sus amados libros..
    A traves de las lecturas de este particular personaje, nos adentramos en un mundo de suspense y asesinatos donde la maldad humana es la verdadera protagonista. Cuatro relatos llenos de sombras se insertan en un hilo principal que, a medida que avanzan las paginas, va tomando forma y desvelando sus propios misterios.
    Un futuro distopico tan cruel como practico, una investigacion criminal con sorprendentes tintes paranormales, un plan perverso con un final inesperado y una fe que va mas alla de toda comprension y logica.
    ?Te atreves a sumergirte en este mundo repleto de sangre, susurros, manipulacion y posesion, de la mano de la excentrica Penelope Cartwright?