• libro game boy - Victor Parkas

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    Victor Parkas dispara contra la hombria en Game Boy. Esta suma endiabladamente pop de sangrantes columnas de opinion y relatos tragicomicos es un dardo directo al ocaso de las masculinidades toxicas.

  • GAME BOY | VICTOR PARKAS | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-game-boy/9788417417031/8751033

    «Las nuevas masculinidades, para ser realmente nuevas, tienen que estar dispuestas a tomar posiciones que las lleven a sufrir el acoso, la suspicacia, la ...

  • Game Boy (Caballo de Troya 2019, 1): Un libro de ... - Amazon

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  • Game Boy (Caballo de Troya 2019, 1) - Tienda Kindle - Amazon

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  • GAME BOY - VICTOR PARKAS - 9788417417031 - Agapea

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  • GAME BOY. UN LIBRO DE FICCIÓN ... - La llar del llibre

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  • Game Boy (Caballo de Troya 2019, 1) | Penguin Libros

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    Game Boy, libro o eBook de Víctor Parkas. Editorial: Caballo de troya. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Crítica del libro "Game Boy" de Víctor Parkas (2019)

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    22 feb 2019 — Y tras leer Game Boy, el enormemente provocador y lúcido primer libro de Víctor Parkas, no cabe duda que es la de su autor.

  • GAME BOY. UN LIBRO DE FICCIÓN ... - Popular Libros

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  • Morder la manzana: La revolucion sera feminista o no sera de Leticia Dolera

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    Es este uno de esos libros esenciales que nacen de la necesidad y de la urgencia. Porque Leticia Dolera necesita contar por que es feminista y por que todas deberiamos serlo. Un camino vital en el que se ha encontrado con personas inspiradoras, lecturas reveladoras, anecdotas --de las buenas, de las malas y de las peores-- vividas muy de cerca o en primera persona.
    Este libro es tambien la historia de mujeres valientes que marcaron el camino y cuyo ejemplo nos ayuda a despertar nuestras conciencias y tambien a ensenar a las mas jovenes.
    Empezando por Eva, la primera que mordio la manzana, esta es una historia sobre todas las mujeres. Porque Leticia Dolera nos invita a abrazar una causa, que es la de todas las personas que sonamos con una sociedad justa.
    Por mucho que nos hayan repetido que Eva peco al morder la manzana, nosotras sabemos que aquello fue precisamente lo que la hizo sabia. Entonces ?que?, ?te apetece una? Una obra de empoderamiento feminista para todas las edades.

  • Antes beso a un hobbit de Carla Crespo

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  • Desafiame (eLit 3) de Stephanie Bond

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    La ejecutiva de marketing Gabrielle Flannery no era precisamente una aficionada al aire libre y la naturaleza. Pero despues de un vergonzoso incidente, decidio que habia llegado el momento de asegurar su posicion en la empresa. Aunque para ello tuviera que enfrentarse cara a cara con el chico de oro del departamento de marketing y bombon de la oficina, Dell Kingston, con quien tendria que disputarse una importante cuenta.

  • Al resguardo del tilo rojo de Alejandro Garcia Maldonado

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    A pesar de haber nacido en la misma ciudadela, Tiziano y Saifel no estaban destinados a encontrarse. Tiziano habia sido gobernador dentro de aquellas murallas y ansiaba por conocer que sucedia mas alla de ellas. Saifel solo era un joven con inquietud por aprender y jamas habria podido sospechar que lo que empezaria como una mera ensenanza sobre la vida, ocultaba una de las misiones mas inesperadas y extranas que pudiera imaginar. Ambos hallarian respuestas al resguardo del tilo rojo.

  • Respirando fuego de David Meseguer

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    La heroica resistencia kurda a los embates de Estado Islamico en Kobani puso a los kurdos de nuevo bajo el foco mediatico en 2014. Que un pueblo en su mayoria suni, como los yihadistas, se convirtiera en el dique que frenaba la expansion del califato --y ademas con un ejercito en el que las mujeres formaban una parte muy activa-- se vivio con asombro en Occidente, donde muchos descubrieron por aquel entonces la existencia en Oriente Medio de un pueblo con un proyecto politico y social sin precedentes en la region.

  • No, mama, no de Verity Bargate

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    Lo que mas me impresiono cuando me dieron a mi segundo hijo y lo cogi en brazos fue la total ausencia de sentimientos. Ni amor. Ni colera. Nada. Contemple las hinchadas facciones amoratadas, las manos achatadas, el escroto que le colgaba casi hasta los tobillos, y senti tan poco placer y afecto como si hubieran envuelto por equivocacion la placenta en una manta y me la hubieran puesto entre los brazos. La verdad, al principio pense que eso era lo que habian hecho. Luego nunca pude saber con certeza si se lo habia devuelto bruscamente pasandoselo por encima de mis piernas al doctor que me estaba cosiendo o si lo habia imaginado. El caso es que se lo llevaron. Una enfermera se acerco entonces a lavarme. Primero el pubis, luego la cara, con el mismo pano, que apenas enjuago entre una y otra operacion. Despues el te. Tibio y derramado sobre el plato. Me desagrada el te. No me permitieron fumar un cigarrillo… <> Mi marido, David, testigo indiferente de estas humillaciones, seguia llorando porque el nino no habia sido una nina. Alegue cansancio y le sugeri que se marchara, cosa que hizo con fingida reticencia. Tanto disimulo, ya tan pronto. De vuelta en la habitacion, encendi por fin un cigarrillo. Tenia el sabor dulzon que tienen a veces despues de hacer el amor. Cerre los ojos e intente imaginar un cuadrado negro sobre un cielo negro, cualquier cosa con tal de apartar el recuerdo de esa berenjena mas bien pasada que me habian arrojado a los brazos en nombre de la maternidad. Creo que me adormeci, pues de pronto oi: <>, y lo conectaron a mi pecho docil con una precipitacion que parecia innecesaria. Tardo una eternidad, agitando el hocico como un cerdo hozando en busca de trufas. Senti asco y no me avergonce, aunque cogi un libro para intentar distraer mis pensamientos de los jadeos y tirones y movimientos de succion en curso. Regreso la enfermera y me quito el libro con un energico <>. Si puedo, grite mudamente; tendre que hacerlas los proximos meses. Mas tarde, a la hora de visita, volvio David con los ojos todavia un poco llorosos. Le envidie el lujo de sentir algo, aunque sospeche que su sufrimiento respondia sobre todo a que habiamos leido en alguna parte que si se hace mucho el amor hay mas probabilidades de tener una nina; cuanto mas se folla, mas debil es la eyaculacion, y las hembras, mas fuertes que los machos, tienen mayores posibilidades de llegar primero hasta el ovulo y fecundarlo. En otras palabras, su pena parecia tener un fundamento bastante machista. Creo que fue entonces cuando nuestra incapacidad de comunicarnos se hizo irreversible. Nuestro dolor era tan distinto, los motivos tan divergentes; el mio todavia no articulado, el suyo ya casi superado. Transcurrieron algunos dias. No se muy bien como, pero pasaron. Mientras estaba despierta leia todo el tiempo -cualquier cosa con tal de no pensar- y pasaba muchos ratos sentada en la banera. Eran los unicos momentos en que no me parecia estar sentada sobre una alambrada de puas. Pero por fin me quitaron los puntos y ya casi habia llegado el momento de volver a casa. Aparte de leer y de contemplar imaginarios cuadrados negros habia un pensamiento que no lograba impedir por mas que lo intentara. Mi madre le conto a una solterona amiga suya que parirme a mi habia sido un viaje a las puertas del Infierno. La amiga, que habia dejado de ser solterona, me comunico la informacion en el funeral de mi madre mientras los demas comian sandwiches de pepino cortado en rodajas casi transparentes y bebian te en tazas de porcelana fina decorada con hojas de hiedra. Yo estaba en el dormitorio de mi madre y recorria con el dedo el polvo que cubria su espejo mientras me preguntaba como era posible que todas esas personas reunidas ahi abajo tuvieran tantas ganas de charlar, y entonces ella vino a buscarme. Por el tono en que me hablo, se diria que me estaba transmitiendo mi legado. Y en cierto modo asi era. Creo que fue la unica persona que nombro a mi madre en todo aquel largo, caluroso dia de agosto. Y el pensamiento que no lograba apartar de mi cabeza todos esos dias en el hospital era que el parto en si no habia sido en absoluto un viaje a las puertas del Infierno; ese viaje solo empezaba ahora. La manana del dia en que debiamos volver a casa, pedi hablar con la enfermera o con un medico. La enfermera de guardia me dijo que estaban ocupados, pero yo sali del pabellon, que olia a eter y fenol, a flores muertas y leche agria, y entre en el despacho, que olia a sudor rancio y cigarrillos, a ceniceros sucios y suficiencia. Estaban tomando cafe. Volvieron hacia mi sus caras escandalizadas al ver que habia infringido las normas entrando en el sanctasanctorum sin tan siquiera llamar a la puerta. Empece a balbucear que iban a mandarme a casa con un crio a quien no queria y que no podia hacerme responsable de mis actos y que vivia en un piso alto y que que ocurriria si tiraba el crio por la ventana porque no lo queria, no lo queria, no lo queria. La expresion de horror desaparecio de sus caras; se encontraban nuevamente en terreno conocido. Oi como la enfermera le recordaba a la doctora quien era yo, una vez que la enfermera de guardia se lo hubo recordado a ella. La oi exclamar que esta madre era tan buena madre que habia dado de mamar al nino e incluso se sacaba la leche sobrante para donarla a la unidad de prematuros y pense que quiza las ascendian si superaban la media nacional y conseguian tener mas de un determinado porcentaje de madres que amamantaban a sus hijos. Yo era un dato estadistico que podia serle util en su carrera. Entonces grite que cada vez que le daba el pecho al nino me entraban ganas de vomitar; que me daba asco; que me sentia como una vaca o una maquina ordenadora. La doctora me pregunto si era actriz o modelo y comprendi que pensaba que era una puta. Me dio palmaditas en el brazo, carraspeo y pronuncio su veredicto. Dijo que no debia preocuparme porque yo sabia lo que sentia y con eso ya tenia ganada la mitad de la batalla y que aguardara unos instantes y todo se arreglaria porque iba a darme unas pastillas estupendas que me harian sentir mejor y que pensara que podria haber sido mucho peor si me hubiera ido a casa pensando que no ocurria nada. En otras palabras, que era una mujer afortunada. David habia llegado en medio de este insignificante incidente pero yo no me habia dado cuenta. Cuando la doctora se alejaba taconeando en busca de mi ficha para recetarme los antidepresivos, le grite: -Y al bebe le lagrimea el ojo, ?podria recetarme tambien algo para el? Por favor. Fue como si hubiera conjurado a la Santisima Trinidad; la doctora se detuvo en mitad de la escalera y se volvio a mirarme con expresion de total felicidad. -?Lo ve? -chillo-, ?lo ve? Tiene que querer a su hija, si no, no se habria fijado en el ojo. -No es una nina, no es una nina, es un nino. -Y me eche a llorar de verdad; empezaba a sentir algo y eso era justo lo que no queria que ocurriera. Hasta ese momento no sabia con certeza por que habia irrumpido de ese modo en el despacho. Pensaba que quiza solo queria romper la indiferencia de esa gente, porque desde luego no se me habria ocurrido pedirles ayuda. Pero entonces comprendi que lo que queria era romper mi propia indiferencia, solo para averiguar si era posible, pero dejando a pesar de todo todas las opciones abiertas, para que, si me aventuraba demasiado, siempre me quedara la posibilidad de echarme atras. Y ahora ya era demasiado tarde, ahora sufria de verdad, pero tambien estaba furiosa porque esa mujer a quien tanto detestaba lo habia desencadenado todo. Ella habia llamado nina al nino y por su culpa yo ya no podia continuar fingiendo que los bebes tenian un solo sexo, ya no podia seguir negando la causa de mi angustia. David se acerco mientras miraba el reloj y dijo: -Por el amor de Dios, no armes tanto alboroto. Nunca saldremos de aqui y tengo que entrevistar a Fenella Fielding dentro de media hora. Y entonces empece a reir y a llorar al mismo tiempo y me trajeron rapidamente las pastillas y el unguento porque algunas otras pacientes habian salido del pabellon a ver que estaba pasando y ese era el peor pecado que yo podia cometer. Estaba alterando el orden establecido y dando un espectaculo. El taxi, el crio y los medicamentos llegaron al mismo tiempo y me sacaron del recinto con escasas ceremonias y un gran alivio. En el taxi intente recuperar mi insensibilidad, lo que no fue demasiado dificil con David disculpandose con enorme irritacion y el crio chillando. Cuando llegamos a la puerta, David dijo que me veria mas tarde y que Mary traeria a Matthew a las dos y que el regresaria tan pronto como pudiera y adios carino y levanta la barbilla y arriba esos animos y te vere luego. Baje del taxi y me quede en la acera con el crio y una maleta y una bolsa. Tenia que subir ochenta y tres escalones y pense que mas me valia empezar cuanto antes. El taxi no se movio. Entonces oi que el taxista decia: -?Piensa ayudarla, amigo, o tendre que hacerlo yo? Y David bajo del taxi y subio corriendo las escaleras con la maleta y la bolsa. Y yo me volvi y sonrei, dandole las gracias al taxista, que me saludo levantando el pulgar y me solto un <>. Me cruce con David en la escalera. No nos dijimos nada. II Cuando llego Mary con Matthew, me alegre sinceramente de verlo. Solo lo habia visto dos veces en el hospital porque Mary vivia en la otra punta de Londres y tenia dos hijos propios que cuidar. Estaba enfadado conmigo por haberlo abandonado y al principio no quiso hablarme ni acercarse a mi. Contemple su vulnerable espalda de nino de veinte meses mientras el buscaba sus cochecitos, ignorandome deliberadamente. Arrastro una silla hasta la ventana, se encaramo encima y alineo los cochecitos sobre el alfeizar, con fuertes ruidos de emergencia: coches de bomberos, ambulancias y coches patrulla. Era uno de sus juegos preferidos y uno en el que solia pedir mi participacion; pero no ese dia. Mary habia hecho cafe y nos permitimos una breve chachara superficial. Eso me entristecio; antes habiamos sido amigas intimas. Los maridos y los crios y la distancia fisica habian cambiado las cosas y ahora nuestros puntos de referencia eran tan distintos que pense que ya nunca recuperariamos la antigua intimidad. Los repentinos berridos furiosos, en la habitacion de al lado, me recordaron que tenia otro hijo. Por unos diez minutos habia olvidado por completo la existencia de… Orlando, y al diablo con David. Mary fue a buscarlo y me lo trajo, haciendole mimos y carantonas. Casi se interrumpio en mitad de un berrido; nunca habia oido esos tontos ruiditos que se les hacen a los bebes. A lo mejor imagine la expresion de sorpresa, quiza le estoy atribuyendo reacciones a una edad un poco demasiado tierna, pero desde luego respondio a los mimos de Mary. Terminadas todas las operaciones necesarias para desnudar mi pecho izquierdo -los botones de la chaqueta, la cremallera del vestido y Dios sabe que del artefacto Heath Robinson llamado sosten maternal-, empece a alimentar al desconocido huerfanito. Esto tuvo un efecto instantaneo sobre Matthew. Derribo todos los cochecitos del alfeizar, bajo de un salto de la silla, corrio hacia mi y aparto a Orlando de mi pecho, diciendo: -No, no, no, no, no, no, no, no… Luego me echo los brazos al cuello y lloro y lloro y lloro como si fuera a rompersele el corazon. Sorprendida y desconcertada, solo atine a estrecharlo con fuerza. Tampoco era una nina, pero no habia sido mi ultima oportunidad; significaba algo especial a mi pesar. Mientras Matthew se calmaba, consulte el libro del doctor Spock 1 , que tenia siempre a mano, por la letra C, de celos, subapartado <>. No aclare gran cosa. Spock se referia constantemente al nino mayor como <>; el nuevo bebe era <>. Comprendia la logica de esos terminos que facilitaban mucho la lectura, evitando confusiones, pero aquel dia, para esta madre, eso significo otra pequena muerte. Ademas, Orlando empezaba a ponerse frenetico, no tenia tiempo de leer que debia hacer, solo podia actuar. Le hable a Matthew, le explique lo que estaba haciendo y por que, mientras pedia ayuda a Dios, cuyo consultorio a todas luces estaba cerrado por vacaciones. No hubo respuesta. Matthew se echo a llorar de nuevo. Idea luminosa: -Muy bien, Matty, tu tambien puedes probarlo, tambien te he tenido asi en mis brazos, tu tambien tomabas leche de mi teta. Pruebalo, tomala si quieres, Matty. Silencio en mitad de un sollozo. Unos ojos muy grandes miran alternativamente mi cara y el pezon. Leve vacilacion y despues la boca se abre, se acerca, se acerca, ya lo tiene. Una chupada poco convencida, luego una expresion de total repulsion, escupe, arruga la nariz y -milagro- las manitas de Matthew orientan la cabeza de Orlando, que mueve freneticamente la boca como un cuclillo hambriento, ya esta de vuelta en la base. Silencio de Matthew, asombrado silencio de Matthew, y un silencio un poco mas ruidoso de Orlando. Mary y yo nos miramos, y en ese momento de mutuo alivio reaparecio brevemente nuestra antigua complicidad. -Brillante -dijo ella-, has estado brillante. -Suerte -replique-, solo ha sido suerte. Continuamos charlando, pausada, nostalgicamente, mientras ella preparaba algo de comer para Matthew y yo amamantaba y despues lavaba y cambiaba a Orlando y lo dejaba en el moises. Matthew se negaba a separarse de su hermano, lo seguia de un lado a otro, agarrandose a la parte que estuviera a su alcance, y Mary tuvo que perseguirlo con el plato y la cuchara, para ir dandole de comer como y cuando podia. Por fin, Matthew cayo dormido junto a Orlando, agarrado a su pie, estableciendo de manera definitiva la estrecha relacion que han tenido desde aquel dia. Mary, la paciente, atenta Mary, finalmente se marcho para relevar a su marido en la tarea de cuidar a sus dos chicos. Recuerdo que cuando se fue tenia unas ganas terribles de decirle: <>. Pero naturalmente no se lo dije y se marcho con la imagen emotiva y totalmente irreal de una radiante maternidad de categoria superior. Cuando se hubo ido me sente y contemple a mis dos criaturas y adverti que estaba llorando de nuevo, pero esta vez sin lagrimas. Me meti en el bano y, desde el lado de la banera, alargue la mano para coger la maletita de carton que tenia en el estante de arriba. Me la lleve al dormitorio y la abri. Extendi todo lo que guardaba encima de la cama en pilas ordenadas y el llanto ceso. Aqui, los vestiditos victorianos cosidos a mano, alli las suaves enaguitas de algodon, dos capitas de terciopelo muy antiguas, diminutas, mas alla una pulserita de plata, una muneca de porcelana resquebrajada y muy delicada, un chal que casi se caia en pedazos y, por ultimo, un par de minusculas tijeritas. Cogi las tijeritas, frotandolas muy suavemente entre el pulgar y el indice, y recorde el dia, hacia muchos anos, en que habia desobedecido todas las normas y habia bajado, medio rodando, medio cayendo, por el talud del tren hasta la via ferrea, con un punado de alfileres en la mano y apretandolos con tanta fuerza que cuando llegue abajo tenia la mano cubierta de sangre. Recorde como los habia depositado de dos en dos, cruzados, sobre la via, y como habia oido el silbato a lo lejos, y el autentico terror mientras me arrastraba hasta la mitad del talud y el ruido del tren y la velocidad y el olor y el humo y las chispas sobre la hierba seca. Y despues el tren se alejo y casi todos los alfileres habian desaparecido y dos habian quedado cruzados al reves y aun quedaba un perfecto par de pequenas tijeras, un verdadero regalo del cielo para mi. Y luego me volvi y vi el talud en llamas, y tuve que bordearlo un largo trecho hasta encontrar una zona que no estuviera ardiendo, y cuando subi no sabia donde estaba. La simultanea conjuncion del miedo y una profunda satisfaccion. Un legado para mi hija. El octavo trabajo de Hercules. Mi triunfo. Para nadie.

  • Amor divino, amor profano de Sandra Ferrer Valero

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    La campana de San Damian, vieja y oxidada, resono en la fria manana. Cuando sor Felipa, la monja tornera, se acerco a la puerta que separaba su mundo del exterior se sorprendio al oir aquella voz dulce. No era una de las muchas gentes de la comarca que venian a dejar sus donativos a cambio de algun milagro. La muchacha queria hablar con sor Clara, la madre superiora. ?Por que debia molestar a la Madre? Pregunto con dulzura sor Felipa, demasiado acostumbrada a escuchar aquella suplica desde el otro lado del muro. Preparada como estaba para dar la misma respuesta de siempre, nuestra Madre se encuentra en retiro o descansando o demasiado exhausta para recibir a nadie (no se preocupe que rezara por todos ustedes), la joven respondio con decision, cambiando de repente el tono de voz. Tenia un mensaje urgente, importante, para sor Clara y no podia esperar. No se iria de alli hasta haberselo dado en persona. No supo como pero sor Felipa se encontro, por primera vez en mucho tiempo, sin argumentos para frenar la voluntad de la muchacha que permanecia al otro lado con tono decidido. -- Me estoy helando, hermana, tenga piedad de una pobre alma que necesita transmitir una ultima voluntad a sor Clara. Habia dicho la muchacha. Y, a pesar de que sor Felipa sabia a ciencia cierta que dentro de San Damian no apaciguaria los temblores del cuerpo, abrio la pesada puerta que se encontraba junto al torno. Mientras abria aquella ruda lamina de madera carcomida miro de reojo a la joven. ?Cuanto tiempo habia pasado desde que ella misma habia vestido como una mujer, como aquella que la miraba con impaciencia? ?Cuanto habia pasado desde que Felipa se habia alejado del mundo siguiendo la luz de Clara? Demasiado. O quiza no tanto… Segundos antes de que el mundo de sor Clara y sus hermanas abriera por unos momentos su puerta al siglo, la joven se giro y miro al final del camino. Alli esperaba un hombre cuya silueta parecia la de alguien cansado y agotado. No sabia si podria verla, pero aun asi, ella le dedico una sonrisa que se perdio en la bruma de la manana. Y entro en San Damian. -- Disculpe Madre.-- Con susurrante voz, casi inaudible, sor Ines intento llamar la atencion de la Madre Clara. Algo que no era tarea facil cuando la abadesa del convento de San Damian, a la que todas llamaban madre, y no abadesa, pues nunca quiso ostentar cargo mundano alguno, se encontraba sumergida en sus oraciones. Como si se encontrara bajo del agua, la Madre Clara sentia las voces del mundo ahogadas y huecas. Parecia una estatua imperturbable si no fuera por el ligero y debil movimiento en su pecho al respirar. Sor Ines levanto la vista de la Madre Clara y miro con cierto nerviosismo hacia la puerta de la pequena y destartalada capilla pensando en aquella joven que acababa de llegar desde Asis con la firme intencion de hablar con la Madre Clara. No he podido persuadirla para que se marchara, se habia justificado sor Felipa, quien tenia la consigna, como hermana tornera, de limitar las visitas del exterior a San Damian. Todo el mundo sabia en la pequena ciudad de Umbria que Clara, aquella mujer tenaz y decidida, habia abandonado el siglo para no volver nunca mas a el y sin la mas minima intencion de conocer ninguna noticia del mismo. Y aun asi, la muchacha que se habia plantado en la puerta del convento tenia la determinante intencion de no marchar sin hablar antes con la madre de las Damas Pobres. ?No sabian que a Clara no le importaba nada el mundo? ?Por que venian a molestarla? Constante era el peregrinar de hombres y mujeres que depositaban en el torno de sor Felipa regalos para las hermanas, comida, ropa, utensilios, a cambio de alguna ayuda milagrosa. La Madre Clara se conocia en Asis por haber realizado algun milagro, desde aquellos que aseguraban que sanaba a los enfermos hasta su gran gesta al expulsar a los sarracenos de los muros de la ciudad alzando con su mano el Santisimo Sacramento ante los ojos del infiel. Por eso todos querian acercarse a ella, aunque fuera con presentes que sabian de antemano que volverian al mundo, pues en San Damian la pobreza era la maxima que regia su dia a dia. Solamente se quedaban con lo estrictamente necesario para sobrevivir y la Madre Clara hacia lo que podia con sus sinceros y constantes rezos poniendo a prueba su cansado cuerpo, que ya habia vivido mas de cuatro decadas de sufrimiento involuntario e infligido por su propia fe. Sor Ines seguia esperando junto a la que fuera en otro tiempo su hermana mayor en el hogar en el que nacio en Asis. Ahora era su Madre espiritual, quien la habia guiado por los senderos de la fe y la habia ayudado a alejar de su persona todo atisbo de actitud mundana. Algo dificil para sor Ines, quien habia seguido a su hermana a San Damian mas por amor a su persona que por una profunda devocion, a pesar de rezar dia a dia para hacerse digna de formar parte de las Damas Pobres. Lo que no habia podido dejar tras los muros de San Damian era aquella curiosidad que impregnaba su rostro de ratoncito husmeando en la existencia de los demas. Poco habia que descubrir en el monasterio, mucho menos de lo que observaba en las puertas medio cerradas de su palacio en Asis, cuando era una hermosa muchacha avida de comerse el mundo. Aun asi, siempre la curiosidad hacia que sor Ines encontrara algo que la mantuviera ansiosa y vigilante. En aquel momento, la misteriosa identidad de la joven que esperaba en el locutorio era mas de lo que podia pedir en sus monotonos dias de rezos, trabajos en el reseco huerto o alimentando a las escualidas gallinas. Sor Ines miraba a su hermana y a la puerta de la capilla con aquellos ojos oscuros, penetrantes, llenos de vida que siempre habian iluminado su bello rostro, incluso ahora que lo enmarcaba un velo aspero e hirsuto al que mucho tiempo, demasiado, tardo en acostumbrarse. -- Madre, perdonad pero…-- Sor Ines intento modificar la formula de la peticion y elevar levemente el tono de su voz, pero tampoco surtio efecto alguno en la Madre Clara. Sabia que hasta que no terminara su profundo dialogo con Dios, ni un terremoto la perturbaria. Silencio. Seguia el silencio de la oracion de la Madre Clara y seguian las miradas hacia un lado y otro de sor Ines. Silencio. Un silencio roto tan solo por las gotas que caian en un ritmico orden del techo lleno de humedad y que formaban charcos imperterritos en la capilla, contribuyendo al gelido frio de invierno y el sofocante calor del verano. ?Cuando vendria messer Mateo a arreglar por fin aquel maltrecho tejado? Desde que el pueblo campesino, los labriegos, los artesanos, se habian rebelado ya nada habia ido bien. Y de eso hacian ya unos cuantos anos. El orgullo aristocratico de la que un dia fue bautizada como Catalina, pero resucito como sor Ines, no habia desaparecido al vestirse la toca de religiosa. Era un pecado de orgullo que no podria desterrar de su corazon. El linaje de su familia, los Favarone, se hundia en las profundidades de la historia y nunca habia perdonado ni posiblemente perdonaria a aquellos estamentos inferiores que habian querido para ellos lo mismo que los grandes nobles de las ciudades. Y habian sacrificado a su padre en el camino… Luchaba a menudo contra el pecado de la soberbia mirandose en el espejo de quien un dia fue su hermana mayor, quien no albergaba en su corazon ningun odio ni rencor posibles. Pero sor Ines sabia que, a pesar de que su entrada en religion habia sido milagrosa, tenia que trabajar mucho sus rezos y penitencias para conseguir estar a la altura de muchas de las hermanas pobres de San Damian. Curiosidad, soberbia, y algun que otro defectillo hacian de aquella graciosa jovencita una monja dificil de corregir.

  • Sananda 1 de Lena Valenti

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    Hay cosas a las que con solo echarles un vistazo uno percibe que no son nada ordinarias. Hay lugares marcados por una extrana energia a la que los humanos no sabemos ponerle nombre, por mucho que sintamos en nuestro fuero interno que algo especial sucede ahi. Nos encanta observarlos y gozar de ellos sin pagar entrada ni pedir permiso, porque consideramos que no estan regidos ni por estatutos comunitarios ni son propiedad de nadie en especial. Estan ahi para la contemplacion y el goce, vengan del mundo que vengan. Son Patrimonio de la Humanidad. Eso sucede con es Vedra. Es Vedra formaba parte de Eivissa en la antiguedad; pero un dia, por alguna extrana razon, decidio independizarse de ella y nadar a traves del mar hasta quedarse flotando como una roca, parecida a una espectacular catedral gotica, que flanqueaba a los ibicencos, guardandoles, protegiendoles y amandoles desde la distancia, pero fuera de ellos y de su nucleo. La atrevida fechoria de es Vedra para con Ibiza fue el acto de independencia mas pacifico y natural de la historia, en el que ni los intereses ni los prejuicios humanos podian delimitar si uno podia liberarse o no. Y es que... ?quien se puede oponer a las fuerzas de la Naturaleza? Las Antiguas, llamadas mujeres de Iboshim, aquelarres de sabias y ancestrales brujas que poblaban las islas desde epoca fenicia, ocultas solo para aquellos que no las quisieran ver, contaban en petit comite que es Vedra necesitaba el aislamiento para mantenerse pura y acumular energia, puesto que era y seria un importantisimo punto de equilibrio telurico y magnetico para la Tierra. No sabian decir por que era asi, pero asi era. Por tanto, aquella gigantesca roca, fuente de leyendas, mitos, magia y todo tipo de sucesos paranormales, emergia de las profundidades del mar Mediterraneo, desde sus entranas, para hacer de vigia de la gente de Eivissa y banarlos con su poder. Ofreciendose para ellos siempre que lo necesitaran y siempre que la respetaran. Y alli estaba Amanda Balanzat, descendiente de las mujeres de Iboshim. A sus treinta y cinco anos, tenia unos dolores de parto tan fuertes que parecia que la estaban matando. Cada contraccion le arrancaba un ano de vida, y suponia que, una vez diera a luz, su larguisimo pelo rojo estaria entrecano y las comisuras de sus ojos verdes lucirian arrugas marchitas; lamentablemente, ninguna de ellas seria causada por sonreir. Los medicos le habian recomendado que no tuviera esos bebes. Su embarazo habia sido declarado de alto riesgo y por eso decidio no continuar visitando a su equipo medico, pues ya no confiaban en el exito del alumbramiento. Amanda no queria dar marcha atras; sus ginecologos decian que lo mejor para preservar su salud era abortar, y aquella diatriba habia generado un serio conflicto entre ellos, mas aun, sabiendo que su madre, Pietat, habia sido una doctora muy respetada en las islas. No obstante, los medicos no creian en aquello que las Balanzat, temidas por algunos, tenian por ciencia cierta, como eran los conocimientos, tan antiguos como la mismisima vida de sus maravillosas islas, que atesoraban con celo y que habian sido transmitidos de generacion en generacion desde la Antiguedad. Es Vedra era magica y tan real como que el sol salia cada manana y la luna se alzaba por las noches, tan magica como habia sido su caso de embarazo. Amanda habia sido declarada rematadamente esteril. Con solo un ovario, <> como decia ella, se habia quedado embarazada en contra de los diagnosticos aplastantes de sus medicos. Y no solo de un bebe. Ni de dos. Tres. Tres eran las bebes que esperaban nacer de su vientre abultado, estriado y varicoso. Una cuna de carne que las habia resguardado el tiempo necesario como para que se formaran, pero no el suficiente y recomendado para que las pequenas, que no serian trillizas identicas, pudieran sobrevivir a la vida fuera de su protector interior. Amanda acaricio la parte baja de su barriga y tomo aire por la nariz para sacarlo por la boca. Aquello debia salir bien. El linaje de las Balanzat no podia acabar solo con ella; ellas eran las guardianas de Eivissa y su linea de sangre debia persistir. Mama Pietat, su madre, y su amado y descuidado marido, Angel, la acompanaban para la ocasion. Una le secaba el sudor de la frente con un pano blanco remojado en el agua fria de la orilla del islote mientras recitaba una oracion a es Vedra. Tenia el pelo blanco trenzado, y sus ojos azules y conmovedoramente claros, a diferencia de su hija, si tenian arrugas de felicidad a su alrededor. La mujer no dejaba de sonreir, alegre por saber que las Balanzat proseguirian su camino en la vida de la mano de esas tres ninas que verian la luz de la luna llena esa misma noche. Pietat se negaba a creer otra cosa que no fuera un exito rotundo en el parto. --Tu, que eres madre y sostienes a tus hijos; tu, que nos vigilas y no juzgas; tu, que nos ayudas y nos purgas. Sobre tus faldas yace mi hija, la tuya; ayudala a dar vida y ayudala a sanar despues. La vida con muerte no es vida, la vida con vida lo es. --Remojo su rostro de nuevo y acuno su mejilla roja en su mano--. Vas a estar bien, carino. Ya lo veras. --Me matan los dolores. Cada contraccion es peor que la anterior --susurro ella dejandose mimar por su madre, abatida y y ya muy cansada. --Lo se, amor --dijo Angel encendiendo la ultima vela pequena y de tallo grueso a su alrededor. Se incorporo y con el indice recoloco sus gafas de pasta negra, que se habian deslizado debido al sudor sobre el puente de su gran nariz. Amanda observo a Angel y se sorprendio de lo mucho que lo seguia amando. A muchas parejas el tiempo les desgastaba, aniquilando todo el amor que un dia habian sentido el uno por el otro, como si fuera un recuerdo de un sueno; pero ese no era su caso. Basaron su relacion en el respeto y en la admiracion mutua que se profesaban como personas. Su amor no habia sido nada fulgurante, se habia forjado a fuego lento, y de ello habia resultado un inmejorable cocido del que todavia paladeaban su sabor. ?Que futuro podrian haber tenido una curandera y el disenador de la planta desalinizadora de Formentera? Probablemente no mucho. Angel era un hombre de negocios, muy rico y de ideas muy vanguardistas. Ella era solo una chica sonadora de un pueblo ibicenco, en es Cubells. Pero una noche de San Juan entre hogueras, alcohol y ritos naturistas podia dar mucho de si. Y vaya si lo habia dado. Desde entonces, la pareja se habia vuelto inseparable y se habian querido tanto o mas que el primer dia. Por eso Amanda no queria fallar. Necesitaba sobrevivir al suplicio de sacar a tres personitas adelante, sufriera los dolores que sufriera. Y si ella no seguia adelante, al menos, que sus hijas conocieran al maravilloso padre que tenian y a su esplendida abuela. Que vieran la vida con los ojos vivos con los que ella la veia. La vida era un regalo que todos merecian sin distincion. Y su deseo mas profundo era que sus hijas la experimentaran. --De acuerdo, preciosa --le dijo Angel colocandose tras su espalda para que ella se apoyara en el. Habian intentado facilitar todas las comodidades posibles a la parturienta pero, al final, no habia nada mas seguro y tranquilizador que el sosten que conferian el cuerpo y los brazos de la persona que te queria y que no permitiria que hicieras ese viaje sola. Los hombres no sufrian dolores de parto, pero si sufrian el temor y el dolor de ver a su mujer gritando entre lagrimas, sangrando y desfalleciendo, y Angel no era inmune al hecho de no poder apaciguar siquiera un poco de su tormento. Pero, al menos, estaria ahi para ella. Le ofrecio la mano derecha a su mujer, y ella se la cogio, amarrandose a el como si fuera un salvavidas. --Rompeme todos los huesos si quieres --le susurro el al oido, con ternura infinita--. No me voy a ir. Amanda sonrio y apoyo la cabeza en su pecho. Su respiracion se habia disparado y ahora ya no llevaba ritmo ni control. Mama Pietat se arrodillo entre sus piernas y arremango las mangas de su camisa roja de estilo ibicenco. --Muy bien, hija. Ya estas muy dilatada --La inspecciono con los dedos entre las piernas--. Madre mia... Ya toco la cabeza de una de ellas --sonrio con ojos brillantes--. Cuando diga tres, empujas con fuerza. --Mama... --susurro llorosa-- la ultima ecografia que me hice reflejaba que una de ellas estaba atravesada... --sorbio por la nariz--. No se si podre... No se si ha sido buena idea... --Las dudas, inevitablemente, la acecharon en el ultimo momento. --Chis, nina --la corto la madre--. Las mujeres llevan pariendo desde hace milenios... No te va a pasar nada, carino. Estamos en lugar sagrado y no podemos ofender a es Vedra. Mis nietas estaban mal colocadas antes. --Alzo los ojos claros al cielo y a la luna llena. El pico lleno de acantilados de es Vedra recortaba el color nocturno y lleno de luces titilantes de la boveda celeste--. Pero ahora, el espiritu de Mama Vedra hara lo propio --dijo refiriendose a la magica roca--. Empuja --le ordeno seria y llena de determinacion, sin perder de vista la expresion asustada de su hija--. !Empuja, Amanda! Amanda no tardo ni un segundo en reaccionar y obedecerla. Impulso su cuerpo hacia adelante con toda el alma y contemplo a su madre, que con ojos abiertos y estupefactos, llenos de maravilla y fascinacion, recibian al primer bebe en un pano rosa y caliente. Actuo con diligencia y corto el cordon umbilical con unas tijeras nuevas que habian comprado ese mismo dia. Todo era nuevo y a estrenar: las mantitas, la cuna triple que pondrian sobre la lancha para salir del islote, las gasas, los hilos... Todo seria casero para salir del paso. Despues, cuando Amanda acabara de dar a luz a su tercera hija, se la llevarian al hospital municipal de Ibiza. La bebe ni siquiera lloro. Pietat la observo con detenimiento cuando la pequena abrio los ojos y, medio prematura como era, fijo la mirada en ella. Unos ojos tan verdes como los de Amanda. Tenia los punitos apretados contra su pecho desnudo y resbaladizo y hacia pucheros con su boquita en forma de pinon. --Por todos mis antepasados... --susurro Pietat, estremecida--. Esta nina tiene ojos de vieja. --Se llamara Nicole --sentencio Amanda. --Todos los bebes son viejos enanos al nacer --dijo Angel, con una sonrisa estupefacta en sus labios--. Viene otra mas, Pietat. Dejala en la cuna--la urgio nervioso, animando a Amanda y besandola en la coronilla. --!La quiero coger! --clamo Amanda. --No, aun no --le prohibio Pietat--. Despues cogeras a las tres. Ahora centrate, esto aun no ha acabado. --Vamos, cielo. Ya hay una parte del camino hecho --la espoleo Angel. Amanda lloraba con fuerza; los dolores se hacian insoportables. Una vez habia salido la primera, empujaba la segunda. Sin embargo, esta segunda no tuvo nada que ver con la de antes. Amanda sintio una paz increible al empujar; tanto que, incluso, pudo sentir como parte de su cuerpo, internamente magullado y desgarrado, se regeneraba y sanaba milagrosamente.

  • Black Rose (Traicion 1) de B. Castillo , S. Pugliese

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    Una gala de mascaras cruzara los destinos de un cantante y una modelo con la lider de Black Rose, una antigua organizacion secreta que ha dominado el mundo desde tiempos inmemoriales. Ahora sus vidas se convertiran en una persecusion a muerte en la que seres inmortales haran lo necesario por mantener su identidad oculta.

  • Cero se repite siempre de G. S. Prendergast

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    OCTAVO es un soldado de bajo rango del ejercito Nahx carente de voz propia, pero sabe cual es su deber: proteger a su companera, y dejar que sea ella quien dispare, quien mate a los humanos. RAVEN es una chica de dieciseis anos de edad que se encuentra en un campamento de verano cuando ocurre la terrible invasion de los Nahx. Aislada en el bosque, Raven solo puede esperar el rescate, pero un alienigena asesina a su novio y ella se oculta para evitar sufrir su mismo destino. Arrojados en un mundo violento y desconocido, Octavo y Raven son presas del odio y el miedo. Pero cuando Raven es gravemente herida, y Octavo abandona su unidad de asalto, su supervivencia dependera de la confianza que puedan depositar el uno en el otro.

  • Una visita al pasado (eLit 1) de Joan Elliot Pickart

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    Habian pasado los anos, pero no habia podido olvidar a David Westport. Su habilidad en el campo y sus dotes de estrella eran legendarias. Sin embargo, su corazon pertenecia a una chica llamada Sandra. Fue una lastima que hubieran dejado el instituto antes de graduarse para ser padres, aunque parecian tener una buena vida. ?Lamentaria David las decisiones que habia tomado? A juzgar por las ojeras de Sandra, parecia que si, aunque David deberia darse cuenta de todo lo que tenia.

  • El destino de una dama de Trixie George

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    El destino de Charlotte Berkeley esta escrito desde su nacimiento. Como hija mayor del conde de Pinecrest se espera de ella que brille en sociedad, que lleve una vida ociosa y que encuentre un buen partido. El problema es que a ella no le interesan ninguna de esas cosas y ni siquiera le preocupa que la pillen en una situacion de lo mas comprometida con Benjamin Thomson, duque de Bainbridge; situacion que, por otra parte, ella misma se ha buscado.

  • Connor (Mia 3) de A.g. Keller

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    Connor Blair siempre ha estado rodeado de lujos, excentricidades y un aparente carino. Hace ocho anos necesito del apoyo y comprension de sus padres, los duenos de la cadena de supermercados Bronty, que al saber de lo que se trataba no dudaron ni un segundo en darle la espalda. Despues de todo Connor ha vuelto a Nueva York con un solo proposito, terminar de conquistar el corazon de Mia, una relacion que apenas comienza cuando ella lo acepto como su novio. Hay muchas cosas que Mia desconoce y que Connor no se atreve a confesarle por temor a perderla y, cuando cree que nada puede salir mal, aparecera en sus vidas la unica persona que tendra el poder de estropearlo todo. Sembrando la duda en su corazon, empujandola a tomar una decision que podria cambiar el destino de los dos. ?Quieres saber lo que Connor no se atrevio a contarle?

  • Azul de Prusia de Philip Kerr

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    1956. El general Erich Mielke, un alto mando de la Stasi al que no le gustan las negativas como respuesta, ha viajado hasta la Riviera francesa para obligar a Bernie Gunther a asesinar a una mujer. Es una mision suicida y Gunther lo sabe, asi que huir es su unica opcion. Mientras escapa de los agentes de la Stasi, el antiguo detective rememora otro caso: en 1939 fue enviado a Baviera a resolver un asesinato cometido en la segunda residencia de Hitler. Diecisiete anos separan ambas historias, pero los vinculos entre pasado y presente nunca se acaban de romper.

  • El hombre enmascarado de B.j. Daniels

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    Llevaba el rostro cubierto con una mascara… pero unos impresionantes ojos azules hipnotizaron a Jill Lawson y la arrastraron hasta el. Un malentendido la estaba metiendo en mas de un problema; ahora la acusaban de asesinato. Por no mencionar que habia hecho el amor apasionadamente con un completo desconocido.

  • !Se busca novia! Para mi ex de Kris Buendia

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    Gabriel Wylde: Rico, filantropo, guapo y encantador. para su mala suerte, soltero. Ahora que se ha divorciado no podra tomar el mando de la empresa de construccion de su padre.
    La unica solucion es casarse de nuevo.

  • Siempre ella de Mero Loor

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    A veces el amor no es lo que parece, a veces necesitamos conocer por muchos anos a una persona para saber que es la indicada, a veces basta una mirada, si, aunque suene a locura, basta una mirada, pero ?Que, cuando esa mirada crea lazos con el tiempo? ?Cuando el misterio es mas grande que el simple hecho del amor a primera vista?
    Preparate para describir un amor no solo a primera vista, un amor que trascendio y transcendera en el misterio del tiempo. Descubriras que quizas ya amabas a esa persona antes de conocerla, quizas ya la conocias, pero no lo recuerdas, sin embargo, existe ese presentimiento, ese “siento que te conozco de toda la vida” aun cuando apenas se han presentado. Descubre las posibilidades de que tu amor sea el amor de tu vida, el amor de todas tus vidas.

  • Por ti respiro de Poppy Garcia

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    Segundo jueves de mes Me estaba costando mantener el ritmo de la respiracion. Tan prieta, tan deseable y salvaje. Su espalda se movia como las olas siguiendo el ritmo de mis caderas. -!No pares, caramelo! !Por favor, no pares! Acelere solo para darle gusto a la vez que estiraba el brazo para jugar con sus pezones y, ya de paso, dejarme llevar. -!Aaahhh! -grito. Senti la presion desde todos los angulos y explote en ella ya sin aire en los pulmones. La fuerza de gravedad hizo el resto derramandonos los dos en aquella cama de suaves sabanas negras. Como en un baile sincronizado. De A a B, siguiendo una coreografia en la que cada vez teniamos mas practica, mas eficiencia y menos alma. Pero aquello era lo que era y no valian eufemismos. Ese era siempre el momento de la verguenza. Cuando me daba excusas a mi mismo de porque estaba alli, o mas bien, para que estaba alli. Estaba alli precisamente para disfrutar, aunque fuese a costa de pretender durante un rato. Una tarde cada varios meses. Pagando. Anos atras, Cuqui habia sido mi regalo de cumpleanos. Aquella noche no lo supe, pero pocas dudas tuve cuando encontre en mi billetera dias despues una tarjeta con su nombre y un corto mensaje adosado a un <>. Me cabree, mucho, pero he de admitir que duro poco. Una vez que asumi que ese seria el unico contacto que tendria con una mujer creo que hasta senti alivio. Primero, Cuqui era guapisima y, segundo, me gustaba el sexo con ella. Desde aquella primera noche nos habiamos visto de forma mas o menos regular; ella recibia su recompensa y yo la mia. La verguenza, aunque persistente, quedo algo mitigada cuando gire la cabeza para mirar a mi escort -tenia prohibido llamarla <>- tumbada de espaldas mirando al techo satisfecha de si misma. Cuqui era muy especial para ciertas cosas, aunque su naturalidad era reconfortante. Al igual que siempre, no tardo ni dos segundos en encenderse un cigarrillo. Una costumbre que yo personalmente odiaba y que ella parecia disfrutar. Cuqui era puro estereotipo, supongo que por su profesion, y el cigarrillo de despues del coito era imprescindible. En ningun otro momento la habia visto con un pitillo entre los dedos. -?Por que me llamas siempre caramelo? -pregunte. Normalmente no hablabamos demasiado; siempre hubo un silencio comodo entre nosotros. Ella no husmeaba en mi vida y yo no pedia explicaciones. Como debia ser. Con todo y eso, soliamos cruzar unas palabras mientras nos recuperabamos y con el tiempo esos momentos habian pasado de un par de minutos, antes de que yo recogiera mis cosas y pagara, hasta llegar a la media hora si no teniamos nada que hacer despues. Hoy parecia no importarle que zanganearamos un rato, asi que pregunte aquello porque realmente me intrigaba que me hubiese puesto un mote tan empalagoso. -No se. Me recuerdas a uno. Apoyo la cabeza sobre mi brazo estirado, mirando a la nada mientras intentaba hacer anillos con el humo. Anos practicando sin resultado. -Eres como uno de esos caramelos con envoltura de colores chillones con el logotipo de la empresa. -Paro un segundo para echar el humo por la nariz-. Cuando vas a abrirlo, te das cuenta de que el papel se ha quedado pegado al caramelo y ves venir que los dedos van a quedar pegajosos. Pero como es un caramelo, pues haces el esfuerzo. Al llevartelo a la boca tus papilas gustativas se corren de gusto de repente y cierras los ojos mientras disfrutas de la experiencia. Una vez comienzas a mover el caramelo en la boca, te acuerdas de que tienes pegado el envoltorio entre los dedos, asi que te deshaces de el y te chupas las yemas porque el regustillo es casi mejor que el caramelo en si. Tu eres igual. Un caramelo… Vaya analogia. Si estaba alli con ella era porque yo no era del gusto de nadie. No queria recordar la cantidad de motes que me habian puesto a lo largo de los anos; ninguno cercano a nada dulce, eso seguro. De hecho, desde bien pequeno a cada nuevo apodo la cosa empeoraba a la par que mi aspecto. Quien sabe cuando empece a parecer un engendro. Primero fueron los pies planos y el empeno del medico en ponerme botas ortopedicas; despues fueron las gafas de pasta de color marron mierda que mis padres debieron encontrar en oferta en la optica; con la pubertad aterrizo el maldito acne que me dejo desagradables marcas de por vida por toda la cara y lo peor, esos perpetuos carrillos rojos que decian a gritos <>. Por suerte mi cara no era redonda como la de un pan. Eso me hubiese dado la puntilla en el instituto. Basicamente era mas feo que un culo y para colmo, mis padres tuvieron que recurrir al maldito santoral para ponerme el peor nombre de la historia. Llamarme Artemio era algo que todavia llevaba fatal, tanto que no dejaba que nadie me llamara asi. Gracias a Dios, las botas ortopedicas dejaron de ponerse de moda; el genio mas genio de todos los tiempos invento las lentillas y el bigote y la perilla atraian ahora las miradas mas que los boquetes dejados por las espinillas llenas de pus y grasa que los miles de tratamientos dermatologicos no consiguieron disimular. Lo que no habia cambiado en absoluto con los anos era el asco, el desprecio o la pura y dura indiferencia del genero femenino hacia mi persona, sexualmente hablando se entiende. Jamas habia estado con una mujer porque le atrajera. Jamas. Siempre tuve amigas, eso si. Rodeado de feminas que decian lo encantador que era, no hacia mas que afianzarme en la idea de que ademas de feo, no conseguia hacerles llegar las sobredosis de testosterona que me hacian producir. Siempre pase inadvertido; al menos ningun otro chaval penso en mi como oponente lo que me evito algun que otro encontronazo con los malutos en el recreo, aunque no siempre. Lo dicho, mi testosterona pasaba desapercibida a todos los niveles. Pero debia agradecerle a Cuqui que, aunque solo fuese por agradar a un pobre cliente, me dijera que no era tan repelente. Quiza la profesion le daba un sexto sentido para reconocer y utilizar sobreproducciones de hormonas. Quien sabe. -?Me estas piropeando? -me salio con una media sonrisa. El hecho en si era realmente comico. -No. Solo digo la verdad. Estas riquisimo. Apago el cigarrillo en el cenicero de la mesilla y comenzo a besarme en el pecho. Mi respiracion empezo a acelerar e inconscientemente entrelace los dedos en su pelo. -No se si estoy preparado para una segunda ronda y ademas se esta haciendo tarde. -Por mucho que me gustase las cosas que me hacia, lo nuestro era un encuentro con unas reglas estipuladas y queria que siguiese siendo asi. Ademas, no queria forzar nada. Pero ella ni caso. -No te hagas el modesto, caramelo. Tu siempre estas preparado. Saco la lengua para empezar hacer dibujos sobre mi piel y luego soplo para mirar triunfante como todo se ponia de punta. Empezo a chupetear mientras bajaba restregandose con abandono y yo mire el reloj para asegurarme. Estabamos en tiempo de descuento asi que esta ronda iria por parte de la casa. Si a ella le daba igual… Mis dudas quedaron resueltas cuando se incorporo para ir a sacar un condon del cajon de la mesilla. Lleve las dos manos a su cabeza, cerre los ojos y deje gustoso que Cuqui me tratase como un dulce.

  • Trieste de Dasa Drndic

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    Haya Tedeschi espera junto a un cesto repleto de cartas, fotografias, recortes, versos, testimonios, listados… A los ochenta y tres anos, su historia, reflejo de un pasado turbulento, se ha quebrado ya en mil pedazos que Haya repasa uno a uno: la infancia en Gorizia, en el seno de una familia judia multilingue, Trieste y el ascenso del totalitarismo, los anos de juventud, el cine y el primer amor. Pero tambien estan la guerra, los trenes cerrados y los campos de exterminio, como la antigua arrocera de San Sabba, de la que dia y noche salian humo y ceniza que se transformaban en un barro negro en el que jugaban los ninos. El mismo barro donde hubiese jugado su hijo de no haber sido secuestrado para formar parte del siniestro proyecto Lebensborn de Heinrich Himmler.
    Haya Tedeschi espera el reencuentro con su hijo y, mientras lo hace, desmenuza la compleja marana de su vida revelando la fragilidad de la memoria y las limitaciones de la Historia, que nunca pueden agotar la realidad. Asi, poco a poco, se va componiendo el rompecabezas de esta obra, en la que la autora entremezcla magistralmente realidad y ficcion para, con un impactante manejo del lenguaje, ofrecernos una cruda cronica de las profundas heridas que la Segunda Guerra Mundial ha dejado en Europa.

  • Perfect de Alison G. Bailey

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  • Shinobi enamorada de Laura Cruz

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    Xaina habia sido entrenada como Samurai.
    Iba a ser la obra de su vida. Su mision.
    Hasta que se enamoro. Y lo perdio todo.
    Ahora era una Shinobi. Una paria.

  • La locura de la senora Bale de Edmundo Diaz Conde

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    Los suplicios del amor son tan reales como distintas son las clases de amor; pero de una cosa hay total seguridad: habian nacido el uno para el otro.

  • Tienes que entenderlo de Sophie Saint Rose

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    Lama se va a vivir a los Estados Unidos siguiendo un impulso. Pensaba que iba a ayudar a su amiga Ninette, que iba a traer al mundo a sus trillizas, pero se llevo una sorpresa al conocer al hombre de su vida. Al fin le habia encontrado. Aunque se resistia un poco, le conseguiria. Era el destino y cierto destino es imposible de cambiar. ?O no?

  • No a mucha gente le gusta esta tranquilidad de Maria Teresa Andruetto

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    El estridente silencio, las cosas que nunca se dijeron ni se diran, los reencuentros siempre imposibles, los miedos que nos acompanan hasta el final, el inmodificable pasado, el recuerdo en el que todo se revela son algunos de los temas que, con extraordinaria belleza, la autora transita en estos cuentos.

  • Asuntos Internos de Pablo Ramirez Perona

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    En el paramo, una geografia cerrada, Dona Olga domina su negocio con mano de hierro. Cualquier esparcimiento cabe, cualquier asunto nutre el negocio.

  • Tras la pista que me llevo a ti de Caridad Bernal

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    El cree que todo esta perdido. Ella, que siempre hay esperanza.

  • Los dias de Jesus en la escuela de J. M. Coetzee

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    La nueva novela del Premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee, secuela de La infancia de Jesus, es una hermosa historia sobre la identidad, la amistad y la fuerza de los lazos familiares.

  • Las cuatro estaciones del amor de Gregoire Delacourt

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    Cuatro parejas, cuatro etapas distintas de la vida. La misma cancion de amor.

  • El ultimo cruzado de Louis De Wohl

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    Apasionante novela historica sobre la vida trepidante de Don Juan de Austria, el vencedor de Lepanto, hijo del emperador Carlos V, hermanastro del rey Felipe II.

  • La prometida y el duque de Kate L. Morgan

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    Charles Evans Beaufort, sexto duque de Goldfinch, es uno de los hombres mas ricos y poderosos de Inglaterra. Tambien es el hombre que ha perdido a su hermano menor por culpa del marques de Tilney, lo que le ha convertido en un hombre severo y vengativo que nada quiere saber de la sociedad, y mucho menos de un matrimonio. Sin embargo, su padrino y la Corona se han confabulado contra el y han decidido que debe casarse con lady Elizabeth Mortimer, la hija del hombre que ha jurado destruir.

  • Antologia de relatos romanticos de

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  • Tentacion al amanecer de Kristel Ralston

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    Despues de seis anos, el efecto que Rohan Carter ejerce en Mitsy Hammonds continua siendo devastador. No se trata solo de la innegable quimica que electrifica el aire cuando ambos estan en el mismo espacio fisico, sino de las cicatrices del pasado que comparten.

  • Torquemada en la hoguera de Benito Perez Galdos

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    Torquemada en la hoguera. Benito Perez Galdos

  • Amor entre jefes (Los jefes 3) de Victoria Quinn

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    Esta postrada de rodillas.

  • El alma de la radio de Angeles Donate

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    Querida Senorita Leo, Me llamo Elisa y es la primera vez que escribo una carta. !Ojala no hubiera tenido que hacerlo nunca! Se la envio a usted, pero en realidad va dirigida a mis padres. A ellos no tengo el valor de mandarsela. Espero que puedan perdonarme algun dia por lo que estoy a punto de hacer. Estoy cansada y solo tengo diecisiete anos. Pero es que cada dia he vivido por dos y lo que es peor... se que asi sera el resto de mi vida. ?Se imagina usted lo que es eso? Mis padres tuvieron gemelos, pero mi hermano murio con cinco anos. Habia nacido muy debil, con problemas de corazon. Desde entonces, me converti en la superviviente. No soy mas que eso. Haga lo que haga, el siempre esta presente. Por muchos anos que pasen, hay personas muertas que ocupan mas espacio y hacen mas ruido que las vivas. Cuando me miran, no pueden evitar pensar en el y reviven el dolor de su ausencia. Marco es la sombra pegada a mis talones y yo soy la sal que cae en la herida abierta de mis padres, que no les deja cicatrizarla. Cada oportunidad que pierdo la pierdo para mi, pero tambien para el. Si desaprovecho una habilidad, la desaprovecho tambien para el. Cada sueno que no cumplo, cada error que cometo, cada... Y lo peor de todo es que yo tambien echo de menos a Marcos. A veces creo que me estoy volviendo loca. Siento que lo voy a traicionar, porque yo tuve la suerte de quedarme con la vida, la de los dos. Preferiria no haber llegado hasta aqui. Necesito descansar, senorita Leo, espero que pueda entenderme. Todo pesa mucho para mi. Quiero descansar, papa y mama. No lloreis por mi. Por eso digo adios y os pido perdon. Elisa German cerro los ojos. Tumbado en su cama, trato de imaginar a la chica mientras escribia aquella carta tan triste. ?Habria cumplido su amenaza? Tal vez, mientras el escuchaba sus palabras por la radio, Elisa ya no existia, como una estrella lejana que vemos, pero ya se ha extinguido. La voz de la locutora lo habia transportado a una pequena habitacion con las paredes de color celeste. Por algun motivo la imaginaba asi. Alli, una chica de diecisiete anos con mirada de cincuenta se inclinaba sobre una hoja de cuadritos, aferrada a su pluma con el mismo desespero que un naufrago se agarra a lo que queda de su barca. Desde su oscuro cuarto en la pension, German podia incluso ver las palabras de tinta emborronadas por las lagrimas Unos golpes en la puerta le sobresaltaron. --Abra inmediatamente --dijo una voz chillona al otro lado--. ?Como se lo tengo que decir? No es la primera vez que se duerme con el pitillo en la mano... !Un dia se quemara vivo! Y de paso a todos nosotros. German contuvo la respiracion y trato de no mover un solo musculo de su cuerpo. Habia visto en los documentales que algunos animales del Amazonas, para escapar de sus depredadores, se pasaban horas en la misma postura. Si podia hacerlo un bicho cualquiera... ?por que no lo iba a conseguir el, un representante de la especie superior? --No me tome por tonta, senor Gomez. Se que esta usted ahi --insistio la mujer--. ?No me quiere abrir la puerta? !Pues abra el cajon de la mesita! El solitario viajante siguio sin moverse. No le hacia falta obedecer la orden para saber que encontraria ahi dentro: una biblia de bolsillo y un papel plastificado que contenia los Diez Mandamientos de la pension La Perla. El quinto era: <>. German abrio los ojos solo para confirmar que el humo del ultimo cigarro enturbiaba aun la habitacion. Sonrio con satisfaccion. Desafiar a dona Concepcion y a su regimen tiranico en aquel piso de huespedes de la Barceloneta le provocaba cierto placer. Al otro lado de la madera, oyo la respiracion entrecortada de su patrona. Se la imagino olisqueando su puerta como un perro sabueso. --Un dia tendremos un disgusto --murmuro la mujer mientras se alejaba cojeando por el pasillo--. Y todo sera rechinar de dientes y lamentaciones... Solo entonces German se atrevio a revolverse en su cama, dando la espalda a aquella voz agria. Luego se puso en pie. Se dio cuenta de que, al colgar el traje en el armario, se habia quedado abierto. El espejo interior le devolvia ahora su propia imagen: un varon de treinta y muchos, alto para los de su generacion, hombros anchos y una promesa de tripa a corto plazo. Un hombre sin mujer y sin hijos, pero con siete maletas descansando a sus pies. <>, solia decir cuando pedia cama en las pensiones y hostales. De mas joven, cada semana habia buscado clientes en una ciudad distinta. Y, por las noches, los companeros de bar eran todos nuevos. En aquellos primeros anos solo era fiel a Cherie, aunque supiera que su relacion se sustentaba en una mentira. La marca que representaba en exclusiva para el litoral mediterraneo presumia de ser <>. Asi lo explicaba el en las pequenas mercerias que visitaba a lomos de su Seat 1400. --Estos sujetadores vienen de Paris, como los ninos. Solo que a ellos los traen las ciguenas y a esta maravilla de saten la traigo yo --repetia una y otra vez para embaucarlas. Los primeros anos, de tanto decirlo, casi llego a creerselo, aunque los viajes a primeros de mes a la fabrica de Mataro le devolvian a la realidad. Aquello le habia resultado divertido hasta que dejo de serlo. Quince anos despues, ya tenia sus puntos de venta fijos y a las dependientas les daba igual de donde venian los productos. Eran vistosos, salian bien de precio y a las clientas les gustaban, tres motivos suficientes para hacer pedidos generosos. Sus primeros companeros de barra, viajantes como el, se acabaron casando y fueron sustituidos por otros con menos arrugas y una conversacion que le sonaba a repetida. Hacia tiempo que German preferia pasar las noches con su vaso de whisky Dyc en el cuarto, a solas con la voz y las historias que narraba su unica posesion de valor: la radio. Sintonizaba el dial con pericia y, mientras aguardaba el sueno, descubria vida y milagros de otros oyentes a traves de sus cartas al consultorio radiofonico. Lo habia descubierto por casualidad y, al principio, el morbo y el aburrimiento le llevaron a engancharse. Sin embargo, ni uno ni otro tenian ya importancia. Era con ella, fuera quien fuera, con quien se citaba cada noche. Con la presentadora del programa. O mejor dicho, con su voz, dulce pero con un punto seco que impedia que se hiciera empalagosa. <>, suspiro mientras se encendia el ultimo cigarrillo de la jornada. Mil y una noches habia tratado de imaginarse como seria su amiga y cada vez el resultado era distinto. <>, penso. Sin saber muy bien por que, se la imaginaba con una melena castana, no muy alta, y con una talla noventa de sujetador. En su fantasia, la voz de la senorita Leo vivia en el centro de Barcelona. Habia enviudado prematuramente y tenia dos hijos que iban a la escuela, tal vez a la Salle Condal, como su padre. Aunque era mujer, tenia que trabajar para llevar el pan a la mesa. --Hoy te quiero asi --le hablo a la radio, exhalando circulos de humo. Justo en ese momento, la voz repitio el nombre de Elisa, que desplazo a la locutora en los pensamientos de German. --No lo hagas, chiquilla, no lo hagas... Espera un poco. ?No sabes que en menos de veinticuatro horas todo puede cambiar? Aguanta, Elisa, te lo ruego. Solo unos dias. !Espera! No tienes nada que perder. -- Fueron las ultimas palabras que el viajante lanzo a la noche anonima antes de quedarse dormido, sin saber si aquella chica aun podia escucharle.

  • Todos estamos hechos de estrellas de Rowan Coleman

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    ?Que pasaria si tuvieras la oportunidad de escribirle una carta de despedida a la persona que amas??Que le dirias?
    Stella Carey tiene buenos motivos para aceptar el turno de noche en el hospital donde trabaja. Casada con un veterano de guerra que ha regresado de Afganistan brutalmente herido, Stella se refugia cada noche en su trabajo, mientras su esposo Vincent se encierra en casa, incapaz de dormir debido al estres postraumatico que padece.Stella Carey escribe las cartas que le dictan sus pacientes para sus seres queridos (algunas llenas de humor, de carino y consejos practicos; otras, impregnadas de arrepentimiento), con la promesa de echarlas al correo despues de su muerte. Hasta que una noche escribe una carta que podria dar a su paciente una ultima oportunidad de redencion, si la entrega a tiempo.

  • Amor en la Frontera (Western 1) de Lee Vincent

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    Ano 1870 en el Oeste Americano. Hace cinco anos que culmino la Guerra Civil entre el norte y el sur, y el territorio en el oeste de los Estados Unidos comienza su pleno desarrollo, en lo que se denomina la nueva Frontera, un lugar tan excitante como peligroso. Dos hermanas se ven forzadas a huir del Territorio de Wyoming ante la inminente muerte de su padre, victima de la tisis. A su llegada al pueblo de Monroe Park, en el reciente instituido estado de Colorado, se veran obligadas a luchar por su sobrevivencia en una comunidad, cuya unica ley es el revolver. Alli, Heather Harrison, la mayor de las hermanas, se topara con el temible vaquero Luke Montana, un hombre cuyo pasado esta plagado de misterios y que se empenara en conquistarla. En medio de sus luchas por abrirse paso en Monroe Park, las hermanas tendran que sortear diversos peligros, desde bandoleros hasta indios enfurecidos, pero su peor pesadilla se hara realidad cuando el despiadado cuatrero Richard Perkins reaparezca en la vida de Heather y la reclame como su mujer. ?Se saldra con la suya este bandido o tendra que enfrentarse a la inclemencia del mejor pistolero de la Frontera, Luke Montana? Al estilo unico de las novelas del Viejo Oeste llega la primera entrega de la bilogia Serie Western, Amor en la Frontera, una historia de amor, pasion y aventuras.

  • Sombras en el bosque de Phoebe Locke

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    Un asesinato sin sentido. Una leyenda terrorifica. Una familia poseida.

  • No puedo pedir mas de Sophie Saint Rose

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    Cindy estaba encantada de trabajar para Malcom Halifax. Era su mano derecha y se compenetraban muy bien, aunque el tenia un caracter reservado. Algunos dirian que era malhumorado y un ser sin sentimientos, pero Cindy estaba segura de esos estupidos estaban equivocados. Hasta que un dia se dio cuenta de que su maldita empresa era lo primero y que no la apreciaba en absoluto. ?Como podia haberse equivocado tanto?

  • Liquidacion Final de Petros Markaris

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    Mientras los griegos ricos se las ingenian para no pagar impuestos, los griegos empobrecidos por la crisis solo pueden indignarse ante el escandaloso fraude fiscal o desesperarse ante el empeoramiento de la situacion. Sin embargo, un hombre ha decidido pasar a la accion y tomarse la justicia por su mano. Con cartas de amenaza y armas anticuadas, se dispone a ajustar cuentas. Entretanto, en la Atenas al borde de la quiebra, todo esta patas arriba, excepto el Departamento de Homicidios. No hay crimenes, solo rutina y burocracia. Cuando encuentran el cadaver de la primera victima que se cobra ese peculiar justiciero, el comisario Kostas Jaritos casi siente alivio. Su jefe le ha hablado de un posible ascenso, pero de momento le han recortado el sueldo y su hija Katerina piensa en emigrar porque no encuentra trabajo. Y el tiene que atrapar a un asesino que realiza una obra <>, aplaudida por muchos ciudadanos.

  • Manual de exilio de Velibor Colic

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    <> Como aprobar su exilio en treinta y cinco lecciones. Asi se subtitula esta extraordinaria novela autobiografica que destila humor, ternura y tambien una ironia y una amargura feroces. Escrita con una crudeza inmisericorde, Colic nos hace pensar a cada momento en nuestros privilegios como habitantes del Primer Mundo. Y el, el exiliado de una guerra cercana, de un pais hermoso pero en ruinas, que podria escupirnos a la cara nuestra desidia respecto a aquella guerra, comparte sin embargo con nosotros, sus lectores, la pasion por un mundo hecho tambien de belleza. Late en cada pagina una pregunta: ?donde esta el Paraiso que un dia se nos prometio?

  • Construyendo Millones 1 de

    https://gigalibros.com/construyendo-millones-1.html

    Una aventura amorosa de una noche

  • La conquista de Mexico de Ivan Velez

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    En el V Centenario de la llegada de Cortes a Mexico es imprescindible volver sobre aquellos hechos que las cronicas antiguas nos han legado. Lo ocurrido desde 1519 hasta la caida del Imperio mexica constituye el primer avance continental hispano en el Nuevo Mundo. Estos acontecimientos se han prestado a diversas mitificaciones que presentan a los espanoles como una suerte de superhombres de relucientes corazas, pero tambien como a una banda depredadora que acabo con un mundo arcadico. Ivan Velez, con gran agudeza y sentido critico, analiza los complejos aspectos belicos, juridicos, economicos y religiosos que acompanaron a la conquista, pero tambien al orden politico que la sucedio. Una historia cruda, emocionante y extraordinaria sobre una las mas grandes aventuras que el mundo ha visto.

  • La Absolucion de Olivier (Bilogia Senor Brooks 2) de Andrea Adrich

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    Dolida y decepcionada, Noah esta dispuesta a alejarse de Olivier, asi le cueste la vida. Ha descubierto su parte mas oscura y es consciente de que es un hombre que no conviene tener cerca. En su vida y en su futuro no encaja una persona como el.
    Pero el caprichoso destino tiene otros planes para ellos. Un acontecimiento inesperado que les obligara a replantearse todo, incluida su relacion, y que dejara al descubierto la verdadera cara del despota y frio Olivier Brooks.

  • Dejame cuidarte de Maria Beatobe

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    “Dejame cuidarte” Marta es un chica bohemia, dedicada al arte de la pintura, con un pasado que le atormenta y es incapaz de contar. Por casualidades de la vida tiene que compartir piso temporalmente con Lucas, un fotografo reconocido fuera de Espana, bastante vacilon y sexy que va a hacer que su vida y su corazon den un vuelco. Pero su secreto del pasado no la dejan avanzar. ?Conseguira Lucas enamorarla y que supere esa mala experiencia?

  • Un futuro hogar para el dios viviente de Louise Erdrich

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    <>.

  • Historia de Espana de Joseph Perez

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    El debate sobre Espana -un proyecto de convivencia civica para muchos, un ideal sagrado segun otros, la madre de todas las desgracias para no pocos-- ha cobrado una intensidad que nadie sospechaba hace unos anos. Hoy mas que nunca es obligado el conocimiento del pasado, no solo para lograr una mayor comprension del presente, sino para decidir con criterio sobre nuestro futuro.

  • Desaparecida. La historia de Hugo de Dylan Martins Y Janis Sandgrouse

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    --Hola, Hugo. --Hola, Andrew, te necesito --murmure agobiado echandome el pelo hacia atras. --?Que paso? --La pequena Laia ha desaparecido... Seis meses habian pasado desde la boda de Andrew con Laia, de ahi a que Alicia le pusiera el nombre a su hija, ya nuestra hija, porque la amaba como si fuera mia. A Alicia la conoci gracias a Andrew, cuando intervenimos en liberar en Marruecos a Laia, en aquel entonces una espanola que se caso con un marroqui que la sometio a una cautividad por dos anos, de ahi que la escritora Ariadna Baker, contara su historia y por ende el principio de la mia en una trilogia llamada Laia, ademas de Cautiva. Hoy en dia Andrew y Laia, vivian felices en las Highlands de donde era el, ademas habia pedido una excedencia para disfrutar de ella y los hijos que ya tenian, tres, Dylan, Hugo y Janis. La nina fruto del amor entre ellos y los ninos frutos del corazon tan grande que poseian, ya que eran adoptados. A Andrew lo conoci en varias cooperaciones conjuntas, ya que el era inspector en Escocia y yo en Espana, asi que nos vimos siguiendo a las mismas bandas de narcotraficantes que intervenian, tanto en su pais como en el mio, pero lo que realmente nos unio fue su historia con Laia, hoy su mujer y amiga de mi pareja Alicia. A Alicia la conoci y poco despues la dejo el marido, renunciando a la pequena Laia por irse con una mujer a algun lugar de Europa, donde se quedo con ella. poco despues supimos que esta lo dejo y el no regreso a Espana, pero, consciente de todo lo que dejo aqui, comenzo a amenazar a Alicia hasta que yo me puse serio. Fue en las Navidades antes de la boda de Andrew, cuando Alicia y yo nos comenzamos a dejar llevar por eso que nos dimos cuenta que sentiamos el uno por el otro, hace un ano, pero no lo confirmamos hasta el enlace de estos, Fue en las Navidades antes de la boda de Andrew, cuando Alicia y yo nos comenzamos a dejar llevar por eso que ahi donde sellamos nuestro amor con un beso. La verdad es que esa boda fue la confirmacion de un amor que se habia ido engrandeciendo en medio de un cautiverio y problemas que se sucedieron por un largo tiempo y en el que nos vimos en una espiral de acontecimientos. Al final ese caso se convirtio en mucho mas que algo laboral, Andrew se enamoro de ella y yo la ame como a una hermana, esa que se que tiene los mismos sentimientos hacia mi. Y a pocos dias de hacer un ano con Alicia y esa preciosa nina a la que amo como si fuera mia, desaparece... Ni veinticuatro horas de la llamada y ya tenia a Andrew y su familia en Huelva, en el piso que estos tenian alli de Laia y de donde era Alicia, la mujer de mi vida. Ademas, yo estaba con ella y la nina afincado en mi tierra, Cadiz, en donde ejercia mi profesion de policia en cubierto y donde escribia mis novelas, ya que publicaba en una plataforma enorme y que, para sorpresa mia, tenia muchas lectoras. Pero un dia antes de esa llamada a Andrew, nuestra pequena Laia desaparecio, si, por arte de magia. Estaba en el salon jugando con sus munecas en una manta en el suelo y Alicia preparando la comida, solo se despisto unos minutos para ir a mover la pasta y cuando regreso al salon, ni rastro de la pequena, eso si, la puerta de la terraza estaba abierta, alguien habia entrado... En mi trabajo cambie todo el rumbo y dije que ahora la prioridad era encontrar a mi nina sana y a salva, no podia soportar el dolor de saber que le podria estar pasando y no podia mirar a la cara a Alicia, que estaba desgarrada de dolor, sin dejar de llorar y gritando de impotencia. Laia y Andrew iban a dejar en Huelva a sus hijos con los padres de ella, asi que lo hicieron todo rapido y se vinieron a Cadiz, ella para arropar a su mejor amiga y el, para ayudarme a encontrar a la pequena Laia… Andrew se acerco a mi mientras Laia, corria a los brazos de Alicia. --La vamos a encontrar, lo vamos a hacer --dijo dandome un abrazo. --Te necesito, aunque se que ahora no tienes competencia, te quiero a mi lado, tu cabeza es una de las mejores para desenredar los casos. --Aqui me tienes, no me hace falta tenerla, solo la lealtad que siento por ti, Hugo ?Crees al igual que yo quien es? --Si, Pedro, el padre biologico de la nina, seguro que se la llevo a algun lugar de Europa. acontecimientos. Al final ese caso se convirtio en mucho mas que algo laboral, Andrew se enamoro de ella y yo la soportar el dolor de saber que le podria estar pasando y no podia mirar a la cara a Alicia, que estaba desgarrada de --Le tuvo mucha inquina a Alicia cuando le salio mal la otra relacion y se dio cuenta de que lo habia perdido todo, actuo con mal sentimiento contra ella pagando toda su ira, asi que hay que abrir la linea por esa parte, sin dejar otras abiertas, nunca se sabe. --En eso estamos, hemos pedido las camaras de seguridad de todo el perimetro de nuestra casa, para ver los coches que se movieron en esas horas antes de su desaparicion y a los minutos despues, queremos ver todas las coincidencias. --Eso esta perfecto. Alicia estaba derrumbada, daba pena mirarla y eso me estaba poniendo mucho peor. Nos metimos en mi despacho, ahi podiamos hablar tranquilos, lo bueno es que Laia estaba con ella, eran como hermanas y cuando paso lo de ella en Marruecos, Alicia hizo todo lo habido y por haber por recuperarla, asi que ahora contaba con ella, esa mujer que estaria dispuesta a estar ahi para todo... --Amo a esa nina mas que a su madre y eso que Alicia es el amor mas grande que senti por una mujer, pero esa nina... --Se me saltaron las lagrimas. --Lo se, habia mucha quimica entre ustedes... --Solo tiene cuatro anos y me miraba como si fuera Dios, se le iluminaba la cara con solo sacarle la lengua o hacerle una gracia. --Hugo, la vamos a encontrar --me apreto el hombro. --?Sabes? --Dime. --Las cosas no estaban marchando bien el ultimo mes con Alicia. --?Y eso? --pregunto cambiando el gesto de su cara. --Se que me ama como yo a ella, pero algo pasaba que nunca consegui averiguar, se que algo habia, no te digo que estuviera con otro hombre ni mucho menos, eso jamas se me paso por la cabeza, pero habia algo, le pregunte muchas veces y siempre me decia que no le pasaba nada o que estaba cansada. Quiero recuperar a nuestra hija y a ella, necesito a las dos en mi vida, no podria vivir sin ellas, me volveria loco. --?Ella dijo en algun momento que la desaparicion iba por parte de Pedro? --No, es mas dice que no, que el no vendria a por ella. --Esto me esta oliendo raro. --?Por que dices eso? --Sabes que tenemos un sexto sentido, pero siempre me dijiste que yo tengo un septimo, ese que no lo tiene cualquier policia. --?Y que piensas? --Aqui esta pasando algo mas, dejame avanzar un poco mas y te digo, pero creo que aqui hay algo que se nos esta escapando de las manos. --Vamos a hacer lo que quieras, tiramos por donde digas, tengo toda la fe puesta en ti, pero tenemos que traer de vuelta a Laia, de lo contrario... --La traeremos. --?Ella dijo en algun momento que la desaparicion iba por parte de Pedro? --No, es mas dice que no, que el no vendria a por ella. --Esto me esta oliendo raro. --?Por que dices eso? --Sabes que tenemos un sexto sentido, pero siempre me dijiste que yo tengo un septimo, ese que no lo tiene cualquier policia. --?Y que piensas? --Aqui esta pasando algo mas, dejame avanzar un poco mas y te digo, pero creo que aqui hay algo que se nos esta escapando de las manos. --Vamos a hacer lo que quieras, tiramos por donde digas, tengo toda la fe puesta en ti, pero tenemos que traer de vuelta a Laia, de lo contrario... --La traeremos. Capitulo 2: Alicia Me la habia quitado, Pedro me la habia quitado... No podia ni nombrarlo, llevaba un mes recibiendo amenazas que no le pude contar a Hugo, si lo hacia, la iba a matar, me lo habia advertido mil veces desde unas semanas atras y es que cuando mi pareja se metio por medio y le contesto a los mensajes, lo enfurecio mucho mas y desde ahi me lo tuve que tragar todo sola. Sabia que ropa llevaba mi hija, si habiamos ido a una farmacia, al colegio, a comprar pan, lo sabia todo y me lo advirtio, iba a matarla si le contaba algo a el. Solo queria una cosa... recuperarnos a las dos. Estaba en Irlanda, pero esa informacion solo la sabia yo, asi que, si era el artifice y lo era de la desaparicion de Laia, ya se la habia llevado alli y yo, yo tenia que ir a por ella, no podia ponerla en riesgo, no podia contarselo a Hugo. Lo tenia todo preparado, solo tenia que buscar la excusa perfecta, ya tenia en el maletero de mi coche una bolsa con ropas, solo tenia que salir sola de aquella casa e irme al aeropuerto de Jerez, coger un vuelo y luego hacer una escala para Irlanda, no podia ir directa, sabia que, si lo hacia, Hugo daria con mi rastro. --Laia ?Confias en mi? --Le dije a mi amiga, cogiendole las manos. --A estas alturas de mi vida y me preguntas eso --dijo ella, negando. --Se donde esta mi hija, pero si esta la policia por medio, la va a matar, el lo tiene todo perdido y la nina le importa una mierda. Por favor no puedes hablar de esto con ellos. --No Alicia, no me pidas eso --se le saltaron las lagrimas --. Sabes que ellos me liberaron, y eran mas peligrosos, era una banda. Por Dios Alicia, tenemos que contarselo. --Si le cuentas algo, o si le llega a suceder cualquier cosa a mi hija por haberle dicho algo, te juro que no te lo perdonare jamas --le dije, apretando los dientes --. Sacame de aqui, vamos a inventar una excusa, pero sacame de aqui sin que sospechen nada, si no lo haces, vas a salir de esta casa y de mi vida por poner a mi hija en riesgo con ropas, solo tenia que salir sola de aquella casa e irme al aeropuerto de Jerez, coger un vuelo y luego hacer una --la mire en tono amenazante, me dolia, pero tenia que conseguir que me ayudara a salir --Demuestrame que quieres a mi hija y confia en mi. --Lo hare, a pesar de saber que me estoy equivocando, pero lo hare. Ella se fue al despacho a buscar a los chicos y les dijo que me iba a llevar a dar una vuelta en el coche para que me diera el aire y queria hablar conmigo fuera de esas cuatro paredes, que luego volveriamos. Y asi fue, salimos de alli, ni pase a despedirme de Hugo, no queria que me viera, no queria que notara algo en mi rostro. Nos dirigimos al aeropuerto de Jerez, a cuarenta minutos, con la suerte que aborde un vuelo que compre de ultima hora y al que me subi, despues de dejar a Laia llorando y temblando. Ella se pensaba que mi destino estaba en Londres y eso era lo que queria, despistarlos a todos. Si algo tenia claro es que no iba a poner en riesgo la vida de la persona que mas amaba en este mundo junto a Hugo, a mi pequena Laia, el motor de mi vida. El vuelo lo pase entre nervios, llorando, apague el movil para siempre, habia comprado una tarjeta de prepago en el aeropuerto y yo tenia el numero nuevo de Pedro, ese que no tenia Hugo, asi que me pondria en contacto nada mas llegar. Y eso hice, aterrice en Londres y llame a Pedro. --Ya estoy en Londres, en dos horas vuelo a Irlanda. --Te espero en el aeropuerto. --Vale. --No le hagas nada a Laia, por favor, no le hagas nada, estoy dispuesta a quedarme contigo. --Bien, asi me gusta, recuperar lo que me pertenece --murmuro y colgo. En ese momento senti que el mundo se me terminaba de caer encima y por completo. Jamas imagine que Pedro fuera capaz de tener tanta maldad y sangre fria para abandonarnos renunciando a su hija, luego secuestrarla y ahora querer formar junto a nosotros esa familia que el destruyo, lo peor de todo, sin importarle nada, a costa de todo y todos. Nos dirigimos al aeropuerto de Jerez, a cuarenta minutos, con la suerte que aborde un vuelo que compre de ultima Durante el siguiente vuelo lo pase llorando, hasta tal punto que una de las azafatas vino dos veces a preguntarme si estaba bien o necesitaba algo.

  • Ecos del destino de Miranda Kellaway

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    Una nueva y talentosa autora romantica debuta con una apasionante novela historica de la Regencia.

  • Dejate enganar (Citas de Amor 3) de Anna Dominich

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    Vicky es una mujer fuerte y decidida que siempre lucha por lo que desea y nunca se rinde ante nada. Tras unos anos dificiles, vive la clase de vida que siempre ha sonado. Rodeada de amigas que la quieren, independiente, propietaria de un negocio y sin preocupaciones, por fin es feliz. Ademas, tiene a Alexei, un hombre misterioso, con muchos secretos, que ha acabado convirtiendose en su confidente y mejor amigo.
    Sin embargo, el tiempo pasa y siente que le falta algo. Cuando conoce por casualidad a Daniela, una nina que ha perdido a sus padres y se ha quedado sin hogar, se da cuenta de que lo que siempre ha deseado es formar una familia, asi que no duda en acogerla, quererla y cuidarla como hubiera querido que hicieran con ella.
    Todo parece perfecto en la apacible vida de Vicky, hasta que un dia el pasado regresa y el unico hombre al que ha amado llama a su puerta.
    Ivan no entiende el motivo por el que Vicky le dejo sin darle ninguna explicacion y ahora, al reencontrarla, esta dispuesto a obtener respuestas y cobrarse la venganza. Las cosas se complican para ambos, hay muchas preguntas sin respuesta y surgen las dudas. ?Se puede desear y odiar a una persona al mismo tiempo y con la misma intensidad?

  • Deudas del frio, Susana Rodriguez Lezaun de Susana Rodriguez Lezaun

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  • Los secretos del multimillonario (Los Sinclair 6) de J. S. Scott

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    Xander Sinclair, una estrella del rock en horas bajas, ha abandonado el centro de rehabilitacion, pero no ha dejado atras todos sus problemas. Vive encerrado en su mansion de Amesport, torturado por el recuerdo del asesinato de sus padres y aislado de sus hermanos.