• libro forever you - Estelle Maskame

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    La gente cree que Tyler lo tiene todo… aunque el sabe que no tiene nada.
    Una novia alucinante, un coche imponente, una vida llena de fiestas y admiracion: parece que no le falta ni un detalle para una vida deslumbrante. Pero Tyler se siente roto, y solo el sabe el motivo. Una realidad dramatica que oculta a todo el mundo, aunque este destrozandole por dentro. Hasta que Eden aparece y todo estalla en mil pedazos. Ella es la unica capaz de ver mas alla de las apariencias, de atravesar la imagen de chico malo, de descubrir su vulnerabilidad. Y eso es algo que Tyler no se puede permitir…

  • Forever You - Estelle Maskame | PlanetadeLibros

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    15 ene 2019 — Forever You, de Estelle Maskame. ¡Por fin llega el esperado nuevo libro de la serie You! Toda historia de amor tiene dos caras: esta es la ...

  • Forever You (Ficción) Tapa blanda - Estelle Maskame - Amazon

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  • You 4. Forever you: Serie You 4 (Bestseller) - Libros - Amazon ...

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  • FOREVER YOU (YOU 4) | ESTELLE MASKAME | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-forever-you-you-4/9788408201281/8520714

    Sinopsis de FOREVER YOU (YOU 4). ¡Por fin llega el esperado nuevo libro de la serie You! Toda historia de amor tiene dos caras: esta es la versión de Tyler.

  • FOREVER YOU | ESTELLE MASKAME | Casa del Libro

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  • ▷ Forever You (libro) - de Estelle Maskame ¡Entra ahora!

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    Sinopsis del libro Forever You ... La gente cree que Tyler lo tiene todo... aunque él sabe que no tiene nada. Una novia alucinante, un coche imponente, una vida ...

  • Forever you (Tapa blanda) - El Corte Inglés

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  • FOREVER YOU - ESTELLE MASKAME - 9788417423612

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  • FOREVER YOU (YOU #4) - ESTELLE MASKAME | Alibrate

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  • Forever you you 4 (libro en Catalán) - Buscalibre España

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    Libro Forever you you 4 (libro en Catalán), Estelle Maskame, ISBN 9788417423612. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • Atrevete a enamorarte de Estelle Maskame

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    MacKenzie esta enamorada de Jaden. Pero, tras un tragico acontecimiento, ella no sabe como acercarse a el. Quiza ambos solo teman perder lo que mas les importa. O quiza valga la pena arriesgarse y saborear los detalles, descubrir el placer de las pequenas cosas juntos y enamorarse.

  • Pequenas mentiras de Grace Marie March

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    Thomas entro en su despacho con una idea clara, desea que su hija Genevieve vaya a Londres a la temporada social y encuentre un marido lo antes posible, con sus otras hijas no habia tenido el problema que ahora tenia frente a el, viendo como la menor de sus hijas se preparaba para viajar a Italia junto a sus tias. El ano pasado accedio a que viajara con ellas, pero nunca penso que por haber accedido una vez, ahora todos los anos tuviera que ausentarse lejos de alli.
    De modo que pensando en esta situacion en la que se encontraba, se dio cuenta de que su hija solo podria acceder a ir a Londres por un motivo, por una cuestion de honor, ella al fin y al cabo nunca romperia la palabra dada por su padre.
    ?Quien podria ser el candidato idoneo?, ?Como podria convencerle para que pensara que esta comprometido con su hija?

  • El eco de los disparos, Edurne Portela de Edurne Portela

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    ‘Somos complices de lo que nos deja indiferentes’, senalaba George Steiner. Cuando el testigo del abuso y la violencia mira hacia otro lado, cuando prefiere no ver ni saber, cuando esgrime el ‘algo habra hecho’, cuando una vez pasada la violencia exige el olvido, y cuando este testigo representa a una mayoria, nos encontramos ante una sociedad enferma. Lo hemos visto en nuestro pais con las heridas de la guerra civil, tambien en otros conflictos europeos, como la guerra de los Balcanes, o la Irlanda del IRA. Y la historia se repite. Han pasado cinco anos desde que ETA anunciara el cese definitivo de la lucha armada. Desde entonces, una buena parte de la sociedad espanola y vasca parece estar dispuesta a pasar pagina, como si las ultimas decadas de violencia hubieran sido tan solo una pesadilla, como si la violencia que afecto a tantas personas dentro y fuera de los territorios vascos se pudiera circunscribir a un pasado cerrado. Pero la historia, la responsabilidad frente al pasado, no desaparece por prescripcion, sobre todo cuando ampliamos la mirada y consideramos parte del conflicto no solo a victimas y perpetradores, sino a la sociedad que fue testigo de la misma -a veces testigo complice, a veces testigo amedrentado, a veces testigo indiferente-. Edurne Portela ofrece en este libro una serie de memorias intimas de la violencia y defiende, a traves de reflexiones sobre la literatura y el cine actuales, una cultura para el presente que ayude a afrontar las heridas del pasado.

  • Algun dia nuestros ojos veran de Marta Catala Vila

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    Algun dia nuestros ojos veran es una seleccion de veinticinco relatos cortos. Los personajes que dan vida a estas paginas experimentan autenticas revelaciones y abren los ojos a aspectos desconocidos de su entorno o de si mismos. A veces confrontados con su sombra, otras descubriendo su luz, protagonizan historias cotidianas en las qu tiene cabida la fantasia, lo onirico y lo poetico.
    En los limites entre el sueno y la realidad, alternando entre lo romantico y lo inquietante, fragmentos siempre cargados de asombro.

  • Si, Viviana Rivero de Viviana Rivero

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  • El otro Hollywood de Eve Babitz

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    <<Me parecia a Brigitte Bardot y era la ahijada de Stravinsky.>> Asi se definia Eve Babitz, musa del Los Angeles de los sesenta y setenta que con apenas treinta anos publico estas memorias dignas de una estrella de Hollywood.

  • El negociado del yin y el yang de Eduardo Mendoza

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    En la primavera de 1975 Franco tiene los dias contados. Inquieto y estimulado por los nuevos aires de cambio y esperanza que comienzan a respirarse en Espana, Rufo Batalla planea su regreso a Barcelona. Cuando esta a punto de abandonar Nueva York recibe una sugerente propuesta del principe Tadeusz Maria Clementij Tukuulo relacionada con su disparatado plan de reconquista del trono de Livonia, un pais hoy inexistente.

  • Me entregaras tu corazon de Sophie Saint Rose

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    Sondra Anderson es la hija del ranchero mas importante de la zona y desde su nacimiento sabe que va a ser quien dirija el negocio. La llegada de Kevin al rancho provoca mil cosas, sobre todo en su corazon, pero no le gustaba nada que metiera las narices en las decisiones que ella debia tomar con su padre. Vale que era muy bueno en su trabajo y los hombres le respetaban, pero ella era la duena. Aunque eso no era lo unico que le molestaba. Que la considerara una cria la ponia de los nervios y solo habia una manera de vengarse, fastidiarle todo lo que podia.

  • Incitacion (La Profesional 1) de Kris Buendia

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  • Hasta que el contrato nos separe de Marcela Moure

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    Tess Cartwright se habia marchado del pueblo dejando al pobrecillo de Tom Swanson con el corazon destrozado frente al altar. Ahora, doce anos mas tarde, ha regresado para heredar el rancho de su abuelo. Solo que para conseguirlo necesita, nada mas y nada menos, que pedirle matrimonio a Tom.

  • Volver a por ti de S.m. Afonso

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    Esplendor, lujo y decadencia desde las calles de Sicilia.

  • El Elixir de Jasmine (Flor 1) de Phavy Prieto

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  • Juicio a un alma atormentada de Ana Escudero

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    Lucas despierta en un lugar desconocido para el. Descubre que esta muerto y que su alma sera llevada a juicio para saber a donde debe ir. Sin embargo, sus buenas y malas acciones estan tan compensadas que debera llevar a cabo una mision en la Tierra: ayudar a una joven, cuya felicidad pende de un hilo. Pero ?quien es esa chica que le resulta tan familiar? ?Conseguira Lucas salvar la felicidad de la joven o estara
    condenada a sufrir mientras viva?

  • Sobre la naturaleza humana de Roger Scruton

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    Scruton lleva a cabo una defensa radical de la singularidad humana. Frente a pensadores utilitaristas y materialistas como Richard Dawkins y Daniel Dennett, defiende que el ser humano no puede entenderse solo como un objeto biologico.

  • No todo vale en el amor de Ariadna Baker

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    Note como mi hermana pequena se metio en mi cama, como cada dia cuando se despertaba. --Buenos dias, princesa -- me gire para abrazarla. --Cris, faltan seis dias para mi cumpleanos -- sonrio mirandome. --Pues ya falta menos -- bese su frente echando su pelo hacia un lado. --?Me vas a comprar la casa de munecas para el jardin? --Eso debe ser una sorpresa -- le hice algo de cosquillas causandole una carcajada y la saque hacia el jardin. --Quiero mi vaso de leche con galletas. --Lo tuyo es no dejarme dormir -- resople bromeando y levantandome. Mi padre era arquitecto y mi madre doctora, ellos salian cada manana a trabajar y yo me quedaba con la pequena. Asi lo haciamos sobre todo en verano, como ahora, hasta que cogieran en agosto las vacaciones. Silvia, mi hermana, solo tenia seis anos. Nos llevabamos veinte de diferencia, vino por sorpresa, pero alegro la casa, nuestras vidas y se convirtio en nuestro tesoro. Una preciosa rubita de pelo rizado y ojos celestes, se parecia mucho a mi, era mi miniatura y me imitaba en todo. Habia salido tan pija como yo y admiraba mis videos y redes. Me explico, yo estudie Arquitectura como mi padre, aunque en mi caso, sin ejercer. El caso es que termine la carrera el ano anterior, pero como habia dado un pelotazo como influencer dos anos atras, segui dedicandome a ello y mis padres lo aceptaron. Le prepare el desayuno y me sente con ella en el jardin, era principios de julio y apetecia estar en esa zona, sobre todo temprano antes de que el sol comenzara a apretar. --Vamos a subir un video a Tik Tok luego... --Me estas robando mi protagonismo -- rei negando. --No, la estrella eres tu, pero a mi me gusta que me compartas. --?Compartir? En la vida, eres solo mia, pero bueno, volveremos a grabar otro video. --?Que vamos a hacer ahora? --Pues iremos a por Katy, hemos quedado en ir a hacernos las unas para estar perfectas para esta noche. --?Me las pueden pintar de rosa? --Claro, luego mama me matara, pero ya resucitare, no hay colegio y te van a dejar las manos monisimas para el video. --Papa dice que me va a regalar una bolsa de las princesas para la playa. --Uy, uy, uy -- me puse la mano en la frente haciendo el papel --. Te tienen muy consentida, si a ti te compran la bolsa, a mi me deben de comprar algo !Me niego a ser la oveja negra! --Siempre te compran cosas -- reia mientras mojaba las galletas en el vaso --. Y tu ganas mucho dinerito. --Bueno, pero a una le gusta que la sorprendan tambien -- voltee los ojos. Ella me miraba sonriendo, era la nina mas feliz del mundo y la mas coqueta. Tenia a quien salir, yo estaba obsesionada con estar siempre impecable, como el dicho de "antes muerta que sencilla", pero es que me encantaba la moda y todo lo que tuviera que ver con ella. Terminamos de desayunar y nos vestimos, iguales por supuesto. Parecia mi hija, ibamos con una minifalda en rosa pastel, una camiseta de tirantes, unas sandalias blancas, una coleta alta y los labios en rosa. Ella tambien, a mi madre le mataba eso, pero ?y lo monas que ibamos? Hasta las gafas de sol llevabamos iguales. Me monte en mi coche Mini blanco metalizado, con el techo descapotable, y lo retire; estaba el dia para ir al aire libre. La pequena atras en su sillita exigiendo un tema de Maluma, decia que era su novio virtual, que un dia lo conoceria y lo serian de verdad. En fin, cosas de ninos. --Hermana, recuerda conducir tranquila que me llevas de paquete y no quiero morir aqui -- reia. Yo era muy loca con el coche, para que mentir, pero cuando iba con mi hermana, como que tenia un cuidado especial. Pite en la puerta de Katy que salio quejandose. --No conozco en la vida nadie mas impuntual que tu, es increible -- se quejo montandose a mi lado y mirando hacia atras --. Hola, mi princesa favorita -- le dijo a Silvia. --Hola, Katy -- dijo feliz la pequena. --Deja de quejarte que solo fueron unos minutos -- proteste. --Veinte minutos, por Dios, veinte. --?Y perdiste la vida por ello? --Paso de contestarte, no lo vas a entender nunca. --Vives muy acelerada... --Y a ti se te cae eso que llevas entre las piernas. --Buenooo, anda que no eres exagerada, andaluza tenias que ser. --Pues lo mismo que tu -- negaba con la cabeza. --Bueno, tengamos la fiesta en paz que es viernes y nos espera esta noche trabajo. --Trabajar... Me tiro las fotos en el Photocall y luego me bebo hasta el agua de los floreros. !Que ganas de salir por Dios! --Mis padres hoy quieren hacer una paella cuando vuelvan del trabajo y me encargaron que pasara por el mercado, ?te apuntas? --Pues claro, no me voy a perder la paella de marisco con ese vino blanco que ponen como guinda del pastel. --!Borracha! --Callate, impuntual. Oimos la risa de Silvia que nos escuchaba con atencion desde el asiento trasero. Ella disfrutaba con las batallas que disputabamos mi amiga y yo. Llegamos al lugar donde nos hacian las unas gratis para que promocionaramos el negocio. Estaba en la Avenida Ricardo Soriano, la principal de Marbella y teniamos un acuerdo con ellos que nos contrataron para eso, asi que luego fotitos al resultado y para las redes. Aparque el coche como la que aparca un patin, mi amiga me miro con ganas de matarme, pero ya me conocia ?Para que tanta queja? En el fondo no podia vivir sin mi, eramos como las mellizas de la ciudad, donde iba la una, iba la otra. Nuestra aventura de influencers comenzo dos anos atras cuando nuestros padres nos regalaron un viaje a las Maldivas. Nosotras teniamos las redes y poniamos fotos muy cuidadas, pero en ese viaje hicimos maravillas, de carteles de peliculas, donde poniamos un monton de Hashtags... Y asi comenzaron a crecer los seguidores por dias hasta llegar en menos de dos meses a los tres millones, una barbaridad. A partir de ahi, empezaron a contratarnos las marcas, a pagarnos, a enviarnos ropa y como esta noche, a pagarnos por ir a fiestas y posar en el Photocall. Entramos al local de unas donde nos recibian como si hubieran aparecido las mismisimas Kardashian y eso a nosotras como que nos gustaba. A nadie le amarga un dulce y recibir tanto carino y atencion como que nos ponia de lo mas contentas. La pequena se pinto las unas con gel permanente en rosita, una moneria, ademas en el dedo pulgar de cada mano le pintaron una flor blanca que quedaba de lo mas cuqui. Luego nos toco a nosotras que, como siempre, nos la dejaron espectaculares y es que tanto las manos como el pelo son la imagen de las personas y hay que llevarlos perfectos para sentirnos bien. De alli nos fuimos a tomar un zumo natural fresquito a una cocteleria que nos gustaba mucho, en la playa, toda de madera en colores. De ahi sacabamos unas fotos impresionantes y por ende nunca nos cobraban, nos trataban con mucho carino y es que la vida de una socialite como nosotras era eso, contar con la suerte de que todo nos lo pusieran por delante. Una vez que tambien nos hicimos fotos, e igual que en el lugar de las unas, las subimos a las redes. Nos fuimos para mi casa y un rato despues llego mi padre que se puso en la cocina a preparar la paella mientras descorchaba una botella de vino y charlaba con nosotras. Mi padre era lo mas guapo de este mundo y no lo decia porque fuera su hija, es que parecia sacado de una novela de television, al igual que mi madre, que era espectacular. Todavia eran dos jovenes bombones, a mi me tuvieron con veinte anos, asi que ahora estaban a punto de cumplir los cuarenta y siete. Katy siempre decia que si mis padres se separaban se iba con el, cosa que a mi me ponia de mala leche solo con el hecho de que bromeara con esa posibilidad. Pero eran eso, bromas, ademas mis padres morian el uno por el otro y no tenian ojos mas alla que para ellos. Mi madre no tardo en llegar pidiendo su copa y sentandose como la que viene de la guerra. Decia que estaba de los pacientes hasta la coronilla, ya que muchos iban a la consulta por el simple y mero hecho de estar aburridos, hasta para un dolor leve de cabeza aparecian, asi de dramatica era. En cualquier caso, un sol de mujer, una de esas que todo lo veian de forma positiva, menos sus horarios de trabajo. Casi nos mata al ver las unas de la pequena, pero luego reconocio que le quedaban ideales. Lo cierto es que le gustaba ese tono de madre destinado a imponer orden y normas, aunque luego haciamos con ella lo que nos daba la gana, sobre todo la pequena. En su caso era abrir la boca y todos nos desviviamos por hacerla feliz. --Mama luego voy a hacer un Tik Tok con Silvia y Katy.

  • Naska. El Guardian de Joaquin Perez Ruiz-adame

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    ?Como reaccionarias si descubrieras que en otra vida... hace muchos siglos... fuisteis un rey/reina, o un general, un politico, o un chaman/una bruja o un sabio/sabia o incluso un dios o una diosa? Por que no, ?quien dice que no es posible?
    Alex no ha tenido una vida facil, pero a pesar de todo se ha hecho rico, en tiempo y dinero. Domina una de las profesiones (actividades) mas complicadas que existen en el mundo, el trading intradia en los mercados financieros. Pero algo no va bien. Aun habiendo conseguido su sueno se sigue sintiendo un nino raro e inadaptado. Todo ese malestar le llevara a hacer un viaje, a su pasado mas remoto; la antigua Grecia.
    Una historia de amor. Que te hara reir y reflexionar sobre los mismos temas de siempre. Los que eternamente han existido en cualquier epoca de la humanidad.

  • Sin pretenderlo (Bolonia 4) de Laimie Scott

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  • El tiempo regalado de Andrea Kohler

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    La vida esta tejida por un hilo continuo de acontecimientos y esperas. <> -reza la primera frase del libro-, pero esperar es inevitable; es algo que hacemos constantemente: esperamos a que cese el dolor, a que nos respondan, a que se cumpla una promesa o a que estalle la risa despues de un chiste; aguardamos en la consulta del medico, en la cola del supermercado o en la estacion de ferrocarril.

  • Un hombre de negocios de Christian Martins

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    Nicki vive con su madre, esta soltera y es profesora en el colegio municipal de su pueblo sureno; Hahnville. Y, por cierto, le encanta su trabajo.
    O al menos, le encantaba hasta el dia que el engreido y prepotente del senor Clifford se cruzo en su camino, provocando su inminente despido.
    !Maldito senor Clifford!
    Ahora, Nicole Grace tiene una cosa clara: ese extranjero ricachon no lograra salirse con la suya.

  • Un Legado Sorprendente de Cathy Williams

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    VIOLET DUDO durante un instante antes de enviar el correo. Habia empezado a sentir como el vacio de la perdida empezaba a clavarle los dientes. Respiro profundamente y trato de contener el panico al pensar en lo desconocido, que se abria ante ella como si fuera un abismo insondable. Ya no era una nina, sino una adulta de veintiseis anos. No resultaba apropiado tener miedo a lo que le esperaba a la vuelta de la esquina. Podia enfrentarse a ello. Apreto la tecla, cerro los ojos y trato de ignorar todos los ruidos de fondo, los que indicaban que la vida seguia desarrollandose con normalidad en el exterior de su lujosa casa a las siete y media de una preciosa tarde de domingo del verano londinense. Sabia exactamente como iba a reaccionar su jefe al recibir aquel correo. Para empezar, gracias a Dios, no lo leeria hasta la manana siguiente, cuando entrara en su despacho ridiculamente temprano, a las seis y media. Se prepararia una taza de cafe bien cargado, se sentaria a su escritorio, que siempre estaba cubierto de papeles, notas, informes y una impresionante coleccion de objetos de papeleria y empezaria su dia. Lo primero que haria seria leer sus correos y el de Violet estaria entre ellos. Lo abriria y entonces... enfureceria. Violet se puso de pie y se estiro para aliviar sus doloridas articulaciones. Decidio que, en aquel momento, habia un limite para las cosas en las que podia centrarse y, hacerlo en la reaccion de su jefe cuando supiera que ella habia dimitido tendria que esperar. No le quedaria mas remedio que enfrentarse a el cuando fuera al trabajo al dia siguiente. Habia decidido hacerlo a las nueve y media, que era una hora mucho mas segura. La oficina estaria llena de empleados y la posibilidad de que el perdiera el control delante del resto de todos ellos era menor. En realidad, a Matt Falconer parecia importarle un comino lo que pensara el resto de la gente. Se regia por sus propias leyes. En los dos anos https://www.facebook.com/novelasgratis 5 y medio que Violet habia estado trabajando para el, lo habia visto abandonar hecho una furia reuniones de alto nivel porque alguien le habia contrariado o porque no habia logrado seguir su directa y brillante logica. Ella habia impedido que rechazara informes redactados incorrectamente y habia trabajado con el hasta altas horas de la madrugada para completar un acuerdo simplemente porque no podia esperar. Violet tambien habia sabido evitarle su presencia cuando el se habia metido entre las cuatro paredes de su despacho, como en trance, porque la inspiracion le habia abandonado temporalmente. Antes, se habia preparado una ensalada, pero no le apetecia comer. Tenia la cabeza demasiado llena. En el espacio de solo una semana, su vida se habia puesto patas arriba y aun no habia conseguido serenarse. A Violet no le gustaban los cambios. Ni las sorpresas. Le gustaba el orden, la estabilidad... la rutina. Le encantaban todas las cosas que, normalmente, las chicas de su edad despreciaban. No queria aventuras. Nunca hubiera considerado dejar su trabajo, aunque, en lo mas profundo de su ser, sabia que habria tenido que hacerlo mas temprano que tarde porque... a lo largo del tiempo, los sentimientos por su inteligente, temperamental e imprevisible jefe se habian convertido en algo un poco incomodo. Sin embargo, verse obligada a dejarlo... Aparto el plato y miro a su alrededor. Se sintio como si lo estuviera viendo todo por primera vez, algo que, por supuesto, no tenia ningun sentido. Llevaba viviendo en aquella hermosa y exclusiva casa desde que tenia veinte anos. Sin embargo, la posibilidad de alquilarla a un perfecto desconocido le hacia considerar todo lo que tenia. Anos de recuerdos perfectamente organizados, las estanterias cargadas de sus tomos de trabajos musicales, de manuscritos con anotaciones realizadas a lo largo de muchos anos, de fotografias, de adornos... Las lagrimas amenazaron con aparecer. Una vez mas. Trago saliva y las contuvo. Se centro en recoger la cocina mientras la radio sonaba. Musica clasica, por supuesto. Su favorita. Solo se dio cuenta de que habia alguien en la puerta cuando resonaron unos fuertes golpes, incansables e innecesarios, porque, fuera quien fuera, no habia tenido la decencia de darle tiempo a reaccionar para poder llegar a la puerta. Se apresuro a abrir antes de que los vecinos empezaran a quejarse. Y alli estaba el. https://www.facebook.com/novelasgratis 6 Matt Falconer. Su jefe y la ultima persona que habia esperado ver alli en aquel momento. ?Como demonios sabia donde vivia? Ella ciertamente nunca se lo habia dicho. Habia convertido la reticencia de hablar sobre su vida privada en un arte. Sintio que se sonrojaba. Se sentia totalmente desprevenida, sin haber tenido tiempo para prepararse para el impacto que el ejercia sobre ella, por lo que solo pudo mirarlo y admirar los hermosos rasgos de su rostro. Dos anos y medio y el aun ejercia el mismo efecto sobre Violet. Era muy alto y su constitucion perfecta, con una estrecha cintura y unas largas y musculosas piernas. Llevaba el cabello algo largo y sus ojos azules estaban enmarcados por unas oscuras y espesas pestanas. Ademas, tenia un tono de piel muy exotico, ligeramente bronceado. Tenia sangre espanola por parte de su madre. A su lado, el resto de los mortales tenian un aspecto enfermizo y anemico. -?Como? Senor, ?que esta haciendo aqui? -tartamudeo Violet mientras se recogia unos mechones de su cabello castano detras de la oreja. -?Senor? ?Senor dices? ?Desde cuando me tratas de usted? Hazte a un lado. Quiero entrar. Violet dio automaticamente un paso atras, pero no retiro la mano del pomo de la puerta. Esta estaba ligeramente abierta, pero ella no podria impedirle el paso por muy suave que fuera el empujon que el le diera. Ademas, por el gesto airado que el tenia en el rostro, se veia que no iba a pensarselo mucho si tenia que forzar la entrada. -Es domingo -dijo Violet con voz muy tranquila, la voz que reservaba para el trabajo y, en especial, para su temperamental jefe-. Supongo que has venido por mi... carta... bueno, por mi correo. -?Carta? -rugio Matt-. De algun modo, una carta implica que el contenido de la misma va a ser cortes. -Vas a molestar a los vecinos -le espeto Violet. -En ese caso, dejame entrar y asi no los molestare. -Ha sido una carta de dimision muy educada. -?Quieres tener esta conversacion aqui fuera, Violet? A mi no me importa llamar a todas las puertas de tus acaudalados vecinos para invitarles a que salgan a escuchar. A todo el mundo le gusta estar al aire libre con este tiempo tan bueno y mucho mas si hay algo interesante que ver.

  • A lomos del destino de Constanza Chesnott

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  • Mientes tan bien de Audrey Ferrer

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    Matias, con su descaro, su sonrisa turbia y ese puntito canalla que lo delata, llega a una aldea casi deshabitada. Necesita alejarse de uno de sus desastres. Ya ha asumido que alli va a catapultarlo el aburrimiento, pero se equivoca: ese diminuto universo con habitantes singulares parece hecho a medida para sus calamidades. Entre los nuevos vecinos le espera ella…Tessa es dureza, vehemencia, desafio, irreverencia, pasion. La chica con gasolina en vena que uno desearia inflamar. Ella luchara para alejarlo. El batallara para conquistarla con sus versos teatrales y su ingenio. Pero no sera sencillo... Ambos deberan aceptar que las guerras contra las mentiras que uno se cuenta estan abocadas a rendirse en los labios ajenos. ?Que verdades y que mentiras les pertenecen?

  • Pasion (Apuesto y maldito) de Anisa Gjikdhima

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    Apuesto y maldito - Atraccion parecia una historia con feliz final. Sin embargo no es oro todo lo que reluce. De hecho, ser la compania de Erik Truston no es nada facil, sobre todo por su pasado turbulento y oculto. El dia de la boca ocurre algo impensable, la esposa no acude al altar. El pasado se asomara impetuosamente dando vuelta a la situacion. Un hombre frio y calculador como Erik esta acostumbrado a enfrentarse a todo, pero tambien el tiene un talon de Aquiles, y es Elisa. Inicia de este modo una carrera contra el tiempo, una sucesion de giros inesperados que llevan a los enamorados al limite.

  • El hermano del famoso Jack de Barbara Trapido

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    Como no tengo otro, escojo de prefacio el que escribio Jacob, y que lei a escondidas hace quince anos, cuando lo encontre sobre la mesa de desayuno de los Goldman, junto a los cereales: <>. Era un matrimonio que se caracterizaba, entre otras cosas, por el cambiante animo de Jacob, alternativamente enfurecido o encantado con Jane en el papel de tenaz esposa rural. No cabe duda de que eso influyo en los caminos que decidi recorrer yo. Conoci a Jacob Goldman cuando me entrevisto para una plaza universitaria en Londres, durante mi ultimo ano en un elegante colegio privado del norte de la ciudad al que mi madre me habia mandado. Mi madre, viuda de un verdulero local modestamente acomodado, lo habia hecho con cierto sacrificio y con la esperanza de que yo adquiriese el acento apropiado y estuviese en condiciones de participar en los circulos apropiados. Y dado que los padres estan destinados a que sus hijos les decepcionen, creo que a ella le decepciono que la consecuencia de su decision fuera, en cambio, que yo sacara siempre buenas notas y que Jacob se convirtiera en mi profesor. Jacob (un impresionante y corpulento filosofo de izquierdas procedente del East End) nos hablaba con maravillosa y convincente fluidez sobre la dialectica trascendental, en un tono de voz formidable y barriobajero plagado de oclusiones gloticas, como de ayudante de fontanero. Era el catedratico de filosofia en aquel laberintico edificio victoriano y enseguida se convirtio en mi figura paterna y mi referente cultural. Yo habia leido las alusiones de lord David Cecil a sus <> de Oxford, pero Jacob no me entrevisto en ningun lugar que pudiese dignificarse con esa palabra. Me entrevisto en lo que parecia ser apenas un recoveco ventilado. --Te sere sincero --dijo--. Te he hecho venir hasta aqui porque el informe del director de tu colegio es tan negativo que me induce a sospechar que quiza seas mas lista que el. Puede que no seas, claro, mas que una rebelde testaruda. ?Que crees tu que eres? Me traspaso desde debajo de unas cejas de negra crin con una mirada de indisimulada antipatia. Eso fue, claro esta, mucho antes del dia en que le vi mandar pasar a su cocina a un grupo de testigos de Jehova empapados por la lluvia y ofrecerles tazas de te, porque era la persona mas buena del mundo. Como si del relleno de un cojin se tratara, del cuello de su camisa abierta salia pelo a juego con las cejas. Yo debi de encogerme de hombros con algo de desden. ?Como podia transmitirle mi situacion? ?Hasta que punto estaba impulsada timoratamente por un deseo de complacer y en cambio me sentia obstinadamente incapaz de hacerlo obedeciendo a valores que no fuesen los mios? Dado que mis valores no eran compartidos por quienes me rodeaban, estaba destinada al fracaso. Creo que la falta de reconocimiento me hacia mostrarme presuntuosa, en un intento de forzar el interes de aquellos que ejercian sobre mi su autoridad. --A veces presumo --conteste. --Yo tambien --dijo Jacob. En el colegio era rebelde a un nivel modesto, siempre correcta, culpable de poco mas que de leer a James Joyce por debajo de la mesa en las clases de religion, de faltar a todos los acontecimientos deportivos y de no llevar el uniforme del colegio con la delicadeza con que otras lo hacian. De rechazar, en suma, aquellos aspectos del colegio que me parecian perifericos respecto al proceso educativo. La educacion, de acuerdo con lo que siempre habia esperado de ella, es lo que recibi de Jacob. Jacob tenia cierta afinidad con los mas inconformistas, entre otras cosas porque, segun supe mas tarde, en su rebelde juventud hubo de verselas con un bondadoso juez conservador. Y creo que el conservadurismo del juez le habia ensenado a Jacob (respecto al conservadurismo y a otras formas de villania) a odiar el pecado y no al pecador. Algo que se le daba muy bien. --Dices que te gusta leer. Encendio uno de sus repugnantes cigarrillos proletarios con una cerilla de cocina que saco de una caja enorme y me cedio la palabra. Recuerdo retrospectivamente con cierto rubor que le conte, entre otras cosas, que pensaba que Wordsworth tenia <>, que creia que Jesucristo habia sido un socialista utopico y que no me gustaba el sexo en D. H. Lawrence. Es una costumbre que tengo, ahora bajo control, la de compensar mi timidez natural con estrafalarios fogonazos de prepotencia. --A mi mujer tampoco le gusta --dijo el, lo que me sorprendio en gran medida--. Ella considera que mas que sexo es exhibicion impudica indecente. Pero ?no hay, y perdona, porque no es mi huerto de coles, no hay en eso algo del entusiasmo propio del pionero? ?No hay una cierta ingratitud en lo de trepar hasta los hombros del pasado y burlarse? --No lo se. Pero no me gusta tener que estar agradecida por algo. Jacob se tomo eso con una alentadora sonrisa contenida. --Por supuesto, a mi nunca han llegado a golpearme con jade chino --dijo--. Me han tirado a la cabeza una lata de rabo de buey Heinz y no han acertado, pero eso no tiene ni por asomo el mismo poder simbolico. Despues pase a complicarme la vida hablando del unico libro de filosofia que habia llegado a leer, una edicion de bolsillo de un libro de Bertrand Russell publicado por la Home University Library que habia comprado en el mercado de Camden Town, sospecho que para fastidiar a mi madre, que creia que me estaba convirtiendo en una marisabidilla que ahuyentaba a pretendientes estupendos. La que huia de los hombres era yo, claro, pero el asunto operaba en ambas direcciones. Como dice Robert Frost: <>. Luego le conte a Jacob que mi novela preferida era Emma. El comento con ironia que al menos en ella no habia nada de sexo. Yo aun lo ignoraba, pero el sexo era uno de los temas favoritos de Jacob. Me ruborice y dije con pasion para defenderme: <>. Jacob lanzo una sonora carcajada rabelesiana y propuso ir a tomar un cafe, que compramos en una maquina expendedora que habia al final del pasillo. --Mira, preciosa --me dijo cuando ya me marchaba--, la gente que viene aqui lo hace a costa del contribuyente britanico. Y yo lo que exijo es que esa gente se esfuerce. Si no se esfuerzan hago todo lo que esta en mi mano para que los echen. Durante las vacaciones de verano recibi la notificacion (el ultimo cumplido que me dirigiria Jacob) de que el departamento me admitiria sin importarles mis notas finales.

  • Hombres elegantes y otros articulos de Milena Busquets

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    El lector que se asome a estas paginas se encontrara con textos que hablan del mejor bano del verano; los besos perfectos; una loca expedicion a la isla de Faro emprendida a los dieciocho anos con una amiga para conocer al admirado Ingmar Bergman (al que no lograron ver ni de lejos); Ana Maria Moix comprando en una carniceria; los gestos que nos indican que ha llegado el otono y los pequenos detalles que anuncian que esta a punto de asomar la primavera; la perdida de seres queridos y los hijos que se convierten en adolescentes; las pompas de jabon; los cuentos de Chejov y de Isak Dinesen; el inagotable mundo de Proust y la gente que se siente obligada a asegurar que lo ha leido cuando en realidad no lo ha hecho, como pasa tambien con el Quijote y tantos otros clasicos de relumbron; Umberto Eco, con toda su oronda humanidad, sentado en el sofa de casa de la madre de la autora; Barcelona y Cadaques como escenarios de una vida; la politica que nos irrita y algunos gestos de los politicos que nos recuerdan que tambien ellos son humanos; Ana Maria Matute y la novela con la que renacio; el aburrimiento; los perros; los amigos y las amigas; los profesores del Liceo Frances; la muerte de Leonard Cohen; las peliculas de Woody Allen; el personaje preferido de Mary Poppins, una definicion acaso poco ortodoxa de la elegancia masculina y un breve listado de hombres elegantes.

  • Tu, mi salvacion de Aeryn Anders

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    El dia desperto encapotado, ni un resquicio de sol se oteaba en el horizonte. Sofia miro por la ventana y suspiro. Lo que menos deseaba era asistir a la reunion que cada ano por aquellas fechas se celebraba. Su unica ambicion del dia era sentarse frente al ordenador e intentar avanzar en la novela que estaba sumergida mas de siete meses, y todavia no conseguia la conexion deseada. Las idas y venidas del hospital consiguieron que perdiese el hilo de ella, y meses despues, ahi seguia, con la mente en blanco. Miro el reloj y despues volvio a avistar el cielo, seguia igual de gris que su estado de animo. Llevaba encerrada en casa mucho tiempo, no era problema para ella, se habia acostumbrado a su soledad y en cierto modo, le encantaba pasar las horas sentada en el sofa leyendo mientras la musa no hacia acto de presencia. El pitido del movil hizo que dejase de mirar el torrente de agua que la avisaba de que tenia que buscar una excusa para quedarse en casa, llevaba meses sin ver a sus amigas, pero la desazon que sentia tampoco la animaban a dar el paso de meterse en la ducha para prepararse. Leyo el WhatsApp de Carol: [?] Hoy no salgo de casa con la que esta cayendo. Pasarlo bien. Suspiro al verlo. Tenia la razon que andaba buscando casi una hora para dar un nuevo planton al grupo. Pero, sin saber bien el porque, algo en ella se activo. Por primera vez, aquella manana algo la insto a que debia pasar por la ducha, ponerse su ropa favorita e ir a la comida que hacia mas de un mes estaba prevista. Con determinacion marco el numero de Carol. Se llevo el telefono a la oreja canturreando la cancion que sonaba por los altavoces. Tuvo que insistir, Carol era impredecible, podria tener el telefono en las manos y no contestar. Al final, su amiga descolgo. --?Has visto como llueve? --Ni buenos dias ni un hola precedieron la frase. Entre ellas no hacia falta. Sofia se acerco a una de las ventanas de su despacho, se estremecio al ver que era imposible ver mas alla de un metro, la cortina de agua lo opacaba todo a su alrededor. --Si, no hace dia para salir de casa, y mucho menos para comer en una terraza. --?De quien fue la idea? Sonrio al recordarlo--. Mia. --Tu y tus manias. Se miro la cicatriz, desde aquella manana de verano todo en ella habia cambiado, incluso su forma de ser. --Ya sabes que paso mas tiempo entre cuatro paredes que al aire libre, para una vez que me decido a salir no quiero encerrarme en otro sitio --aclaro, aunque era algo que todas ellas sabian--. Anda, animate. Llevamos planeandolo mas de un mes. --A ver si te aclaras, nena. Has sido la primera en preguntar si quedariamos al final. --Se lo que he dicho, pero quizas sea el dia perfecto para vernos. Piensa que no habra mucha gente por el centro ya que la mayoria no estaran tan locos como nosotras para salir con estas lluvias. --El restaurante que teniamos contratado nos ha cancelado la reserva, dice que no puede montar las carpas con la lluvia. Inspiro profundo, algo dentro de ella le gritaba que era el dia perfecto para salir, debia dejarse llevar como ocurria antano. --Buscamos otro. Venga, lo pasaremos bien. ?Cuanto tiempo hace que no nos pegamos una fiesta juntas? --Es que hay que echar instancia para verte --dijo riendo alto--. Joder, nena, que a los americanos les costo mucho menos encontrar a Bin Laden que intentar dar con tu paradero. Sofia sabia que llevaba razon, desde lo sucedido se habia recluido en casa, en ocasiones, hasta pensaba que se estaba volviendo mas ermitana de lo que de por si ya era. Aquello marco un antes y un despues en su vida, fue como un salto en el tiempo que deseaba con todas sus fuerzas olvidar, aunque el dia a dia se empenaba en recodarselo a cada segundo que transcurria. --No seas exagerada, estoy donde siempre. --Si, aislada en tu cueva. --Bueno que, nos vemos a las dos en Las Salinas. Carol sopeso la idea, Sofia la conocia tan bien que sabia que solo necesitaba un empujoncito para cometer la mayor locura del ano. Dio un pequeno salto al escuchar el estruendo del trueno, no quiso mirar por la ventana, sabia que no iba a gustarle lo que veria y seria un nuevo impedimento para terminar de convencerla. --Esta remitiendo. --Oyo decir a su amiga. Cerro la boca para no decir que en su zona, proxima a la del restaurante, estaba apretando de nuevo y las calles parecian rios del agua que transportaban. --Si, parece que quiere terminar de llover. --Mintio, necesitaba salirse con la suya. --Estas como una cabra. --Solto de repente--. Estamos como cabras, estaremos solas en el centro. --Deja de quejarte y vete a la ducha. Ah, ponlo en el grupo. --Sofia recordo algo importante y maldijo--. Puede que me retrase unos minutos. Dejo el telefono sobre el escritorio, realmente no estaban muy cuerdas, pero ya se habia decidido a no quedarse, otro dia mas, encerrada entre sus cuatro paredes, aquellas que le conferian su seguridad, donde nada se salia de lo comun y no habia imprevistos. Fue directa al bano, necesitaba comprobar si sus sospechas eran o no acertadas. Abrio el grifo del agua caliente, cinco minutos despues injurio por lo bajo, su casa no era de esa epoca, se habia quedado anclada en la Edad Medieval. Preparo la mochila con lo necesario. No lo penso mucho, se hizo con sus vaqueros favoritos, aquellos que no aceptaban un roto mas. La camisa blanca y negra que tambien combinaba con el intenso azul del tejano. La chaqueta, tenia mas que claro la que se pondria, mitad vaquera mitad piel. Jugueteo con las decenas de collares que pendian de los ganchos y encontro el que andaba buscando, lo miro con recelo, seria la primera vez que lo utilizaria, solo lo compro por los recuerdos que le ocasionaban. Sin pensarlo lo introdujo en la mochila. Salio a la cocina topandose con sus padres, habia regresado hacia justo un ano, los motivos fueron varios y en aquel momento no quiso parar a pensar en su futuro y en todo lo que se vio obligada a renunciar, solo tenia una cosa en mente; pasar el mejor sabado de su vida o, por lo menos, el mejor del ultimo ano. --No perdonas ni la lluvia. Escucho el quejido de su padre. Lo ignoro, por fin, se encontraba de buen humor, los dias grises se estaban disipando, aunque no alcanzaba a lograr cual era el motivo para sentirse tan viva, tan llena de vitalidad que la estaban obligando a salir un dia tan feo. --Me marcho a ducharme, otra vez estamos en la prehistoria. Si viene Claudia antes que yo, que me espere. Claudia era otro miembro del grupo de amigas. Entre las dos se habia instalado cierto distanciamiento, Sofia era consciente de que ella tenia gran parte de culpa, pero tambien era verdad que el sentimiento seguia tan latente como siempre, las amistades no se pierden por un simple bache en el camino, no las de verdad.

  • Un dia de estos de Robyn Carr

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    Sullivan’s Crossing es un camping en el cruce de los senderos del Colorado y de la Gran Divisoria, donde todo el mundo es bienvenido, ya sea para una escapada de fin de semana o para un cambio de vida. Es un lugar maravilloso, donde muchas personas afrontan sus retos con humor, fuerza y amor.

  • Espia de Dios, Juan Gomez de Juan Gomez Jurado

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    Roma, 2 de abril de 2005. El Papa Juan Pablo II acaba de morir y la plaza de San Pedro se llena de fieles dispuestos a darle el ultimo adios. Al mismo tiempo, se inician los preparativos para el conclave del que ha de salir el nombre del nuevo Sumo Pontifice. Justo entonces dos cardenales aparecen asesinados siguiendo un macabro ritual que incluye la mutilacion de miembros y mensajes escritos con simbologia religiosa. Un asesino en serie anda suelto por las calles de Roma, y la encargada de perseguirlo sera la inspectora y psiquiatra criminalista Paola Dicanti. A la cruel astucia del psicopata se unen las trabas que los servicios de seguridad del Vaticano ponen a la investigacion: oficialmente las muertes de los cardenales no estan ocurriendo y el conclave debe celebrarse a toda costa. La aparicion del padre Fowler, un ex militar norteamericano, supondra un nuevo desafio para Dicanti, reacia a confiar en el misterioso sacerdote. Pero Fowler conoce el nombre del asesino y guarda un secreto aun mas temible: su propio pasado.

  • Los trillizos Bradley, Noelle Stephanie de Noelle Stephanie

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    Cuando Naly decide apuntarse al programa de familias de acogida en la universidad, lo ultimo que espera es que el desorden ocupe su nueva vivienda. Los Bradley son de lo mas peculiar. Con unos padres empresarios que pasan sus dias de viaje, los tres hermanos identicos han tirado la casa por la ventana. No solo por su edad, sino tambien por su personalidad; Hal, Edward y Welsey, son de lo mas opuestos. Mientras Hal es totalmente coqueto, estupido, mujeriego y engreido; su hermano Edward es la persona mas misteriosa, callada y malhumorada que Naly ha podido conocer. Pero, en toda familia hay uno bueno: Welsey, el mayor de los trillizos es simpatico, confidencial y buen amigo. El chico perfecto, ?no? No obstante, su aspecto hace pensar que se acaba de escapar de una pelicula de los anos cuarenta. Naly, lejos de la oportunidad de irse, solo puede optar por solucionar la relacion. ?Podra ayudar a lo hermanos a solucionar sus diferencias? Y, si no es asi, ?se dejara arrastrar? Una historia de amor en la que todas las direcciones pareceran igual de correctas. La perfecta descripcion de la lucha de un amor dividido en tres partes. Porque, ?que hay mejor que vivir con un chico guapo? Vivir con tres.

  • Mentiras de hielo de Marta Andres

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    Un sorprendente thriller romantico protagonizado por Elsa Maqueda, una joven psicologa que se vera atrapada en un misterioso asesinato.

  • Trent de Amelia Gates

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    Un caballero con una brillante armadura.

  • Tu eres tierra firme de Maira Varea

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    El mundo se habia vuelto oscuro. Negro. Sus parpados, tercos, se afanaban por permanecer cerrados. El dolor se expandia por su cuerpo como el fuego en una mecha. Tenia sed y mas frio del que hubiese tenido que soportar jamas. No lucho. Habia agotado sus fuerzas en el ataque, y habian quedado desparramadas sobre la cubierta del barco, resquebrajado por la tormenta y por las pisadas de los asaltantes. Sin vapor, sin velas y sin ancla. Se rindio y se dejo mecer al ritmo del mar, resacoso tras la tempestad. Supuso que la muerte llegaria en cualquier momento y lamento, con su escasa consciencia, no recordar si la criatura de carne brillante y humeda que lo habia arrojado al agua era humana o no; si era una sirena, una serpiente mitologica o el mismisimo kraken. Quizas habia tenido muy cerca a un monstruo marino, despues de tantos anos de busqueda pertinaz. Se maldijo varias veces, por mil motivos: por no haber salvado a sus companeros, por no haber luchado mas; por no haber podido acabar tampoco aquella expedicion, ni dibujado el mapa con James o escrito su propio libro de leyendas; por no haber garabateado una carta para su familia desde hacia mas de seis meses. Por no haber logrado ni una triste empresa mas alla de haber intentado escapar de su destino. Por no ser nadie. Solo un hombre que tiritaba en una balsa a la deriva. Perdio el sentido y llego la nada. No iba a despertar, ?para que? Pero oyo una voz y regreso, a bocanadas, al oxigeno y a la vida. Abrio los ojos y vio a la sirena, que lo atraveso con sus ojos grises como el Mediterraneo en invierno y lo cubrio con un manto de pelo dorado. Ella acerco su rostro, palido, translucido, y le canto. A el. Y, en un instante, la inmensidad del mundo que habia recorrido durante anos quedo reducida al regazo en el que lo acunaba. Quedo preso. Encadenado. Hechizado. Cuando volvio a cerrar los ojos, se dio cuenta de que el Arthur que habia sido hasta entonces se habia quebrado en mil astillas contra el acantilado. Capitulo 1 LA MUJER DE SAL Formentera, 1862 Lena habia vivido tres abandonos, y habia aprendido que el mejor modo de superar el dolor que provocaban era saborearlos. Despacio y sin descanso, hasta volverlos insipidos. El primero, casi de nina, habia sido amargo. El segundo, acido. El tercero habia resultado muy salado. Sal de lagrimas. El ultimo todavia le escocia en la lengua, a pesar de que su corazon habia comenzado a limpiarse por fin. A veces, el graznido de una gaviota, el tacto de la arena en los tobillos o la primera estrella de la tarde le recordaban que en ese instante podria haber sido una mujer muy diferente. Cogio aire, y el frio de enero le quemo la garganta. --Este cielo me recuerda al dia en que se marcharon. El pensamiento se le escapo en voz alta, y ni el fuerte viento de llebeig que soplaba aquella manana evito que su amiga Marina, que caminaba a su lado, se volviera con una sonrisa y le preguntara: --?Quienes? Lena no contesto, pero Marina, que sabia leer sus silencios mejor que nadie, no tardo en comprender. Se puso seria, se cambio de mano el cesto que transportaba y enlazo su brazo al de ella, a la espera de una respuesta. --Todos --dijo Lena al fin--. ?Que mas da quienes si todos se marchan? Siempre es igual: sopla el viento, el cielo se vuelve gris, casi blanco, llega la bruma y… huele a perdida. --Las perdidas no huelen, Lena. Y no ha sido asi todas las veces; cuando Joan se fue, era verano. --Pero el cielo estaba blanco --insistio. Marina sacudio la cabeza, confusa. Lena se sintio culpable por rememorar momentos tristes; su amiga irradiaba felicidad desde su reciente compromiso y no se merecia que ella enturbiara su alegria recordando sus miserias. Una fuerte rafaga le descoloco el panuelo con el que se cubria el pelo. Se lo sujeto con la mano libre y aprovecho para mirar hacia arriba. --Es el cielo de la perdida. La despedida de los que se van para no volver. --Contuvo el aire un momento para que la emocion no dominara su voz--. De los que me dejan atras. Marina le estrecho el brazo con carino. --Un dia vendra alguien y se quedara contigo. Ya lo veras. --A esta isla no viene nadie, Marina; de aqui solo se puede salir, y no siempre, por mas que lo desees. --Lena… --Mira --la interrumpio incomoda--, ahi esta Toniet. El muchacho se les acerco corriendo, casi a saltos. Vestia su ropa de domingo, muy distinta a su habitual traje de payes, y se habia limpiado los zapatos y la cara. A Lena le llamo la atencion la sombra oscura que cubria su rostro, ya de por si moreno; se habia hecho un hombre, y no estaba segura de que eso le agradara. --?A donde van las dos mujeres mas hermosas de la isla? --pregunto con su perpetua sonrisa. Marina rio con escandalo y fingio estar avergonzada. Lena, en cambio, se acerco a el y le dio un beso en la mejilla, como hacia desde que era pequeno. --?Tu no vas a darme uno? --le pregunto Toniet a Marina con picardia. --Lo siento, pero yo ya tengo novio --le recordo Marina con orgullo. --Es verdad. Una lastima. Pero me queda mi Lena; ella si me querra. Ella le saco la lengua con una mueca jocosa, pues sabia que Toniet estaba bromeando. Sus familias eran vecinas, por lo que habian crecido juntos, y, aunque la diferencia de edad entre ambos no era muy grande, Lena habia visto como le cambiaban muchos panales. A sus ojos, Toniet seria siempre un nino. --?Por que te has puesto tan guapo? --le pregunto curiosa. El se miro de arriba abajo. --Porque acaba de llegar el nuevo farero --respondio avergonzado, con tono inocente--, y voy a presentarle mis respetos; con suerte, me dara trabajo. --?Un nuevo farero? Lena se volvio hacia Marina de inmediato, inquisitiva. Su amiga solo asintio y echo a caminar de nuevo, con Toniet a su lado. Los siguio con el animo abatido y con un nudo apretado en la boca del estomago, como cada vez que se acercaba al faro. Recorrieron aprisa los escasos metros que restaban hasta la torre, que fue creciendo frente a ellos, fuerte, blanca, ruda y poderosa. Imponente en medio de la desolacion del paisaje rocoso, apenas vestido con algun pino diseminado y ariscas chumberas. Desde que lo habian terminado de construir y habian culminado su altura con la cupula de cristal, Lena lo observaba fascinada todas las noches desde la ventana de su habitacion. Hasta entonces, su casa habia sido el ultimo vestigio de vida humana de la meseta de la Mola, antes de que esta se truncara en el abismo de un acantilado que parecia no tener fin. Por las noches, mas alla de las velas que descansaban en el alfeizar, solo se habia extendido la oscuridad, el fin del mundo o el vacio, iluminado apenas por la luna timida. En ese momento, en cambio, le parecia que su corazon palpitaba al ritmo de la luz del faro. Como si fueran dos extremos de un mismo ser. Porque ambos pasaban las horas buscando vida en la penumbra, la sombra de algun barco que regresaba al hogar. Cuando llegaron al edificio, salieron a su encuentro dos hombres. Rafael, el novio de Marina, se acerco a la joven e hizo amago de darle un beso en la mejilla, pero ella se lo impidio con una risita y fingio que recolocaba en la trenza sus preciosos rizos oscuros. Se sonrieron como bobos. Acababan de prometerse y vivian presos el uno en el otro. Marina no hablaba de otra cosa mas que de su enamorado, y contaba los dias que le quedaban para casarse y trasladarse a vivir al faro con el. Lena la escuchaba con carino sincero, pero a la vez la envidiaba hasta el dolor; porque era feliz y libre, amaba el mar y tenia un companero. Y porque pronto podria recorrer aquel impresionante torreon y asomarse a curiosear el infinito. Por suerte, el otro hombre hablo y la saco de su ensimismamiento. --Soy Quim. Y tambien me siento un poco ignorado por ese par. Lena no pudo contener la risa. Tenia un acento peculiar, exotico, e imagino que debia de haber llegado desde muy lejos. Si de algo estaba segura era de que, en aquella isla, no nacian fareros. --Yo soy Lena. --Lena… --Lo repitio en voz baja, despacio, como si paladeara una cucharada de miel. --De Magdalena --aclaro. Se mordio la lengua antes de decirle que sus lagrimas frias en las noches de tormenta hacian honor a su nombre. --?Vienes a menudo por aqui? Porque, mientras recorria ese camino infernal hasta este lugar apartado de todo, ha empezado a asustarme la posibilidad de no volver a hablar con ningun otro ser humano. --Con Rafael… --apunto ella. --?Tu crees? Miralo. Lena le hizo caso y descubrio a los novios mirandose sin decir nada, embelesados. La envidia la golpeo de nuevo, y fijo su atencion en el rostro de Quim. Le sorprendio que fuera guapo, porque Rafael no lo era en absoluto; y Lena, que no entendia de fareros y que apenas conocia a nadie de fuera de la isla, habia dado por hecho que todos eran feos, como si fuera un requisito de la profesion. Aquel, en cambio, tenia unos bonitos ojos marron oscuro y el pelo negro y ensortijado. --Yo soy Toniet. --El muchacho habia permanecido callado hasta entonces, pero aprovecho el momentaneo silencio para colarse entre ambos y tenderle la mano al nuevo farero--. Si tiene algun trabajo o lo puedo ayudar en algo, estoy a sus ordenes. Quim hizo una mueca a Lena que le parecio de fastidio. Luego, le sonrio. Ella tambien. El tenia una sonrisa bonita. --?Que tal si vacias aquella carreta mientras yo acompano a Lena a ver el faro? Al principio, se asusto. La idea de entrar en aquel coloso la abrumo. Pero antes de que la Lena prudente, recatada y responsable que llevaba siendo desde nina se hiciera con el control, acepto la invitacion y se dispuso a otear el horizonte junto a aquel hombre, que parecia haber llegado como una senal del destino. Porque los fareros no se marchaban. Los fareros no se echaban al mar. Los fareros se quedaban en tierra. *** Conto cien escalones y llego a lo alto con las piernas temblorosas. No por el cansancio, pues estaba acostumbrada a caminar cuesta arriba, cargada de sacos de trigo y carbon o tirando de la mula, sino por la expectacion. Mientras seguia a Quim, imagino lo que iba a ver, y el corazon le trono con fuerza en el pecho. No se habia atrevido a preguntarle a su guia por que motivo la estaba conduciendo hasta alli, y no tuvo fuerzas para pararse a pensar si era apropiado quedarse a solas con un desconocido. Ni siquiera Marina habia subido, y eso que llevaba tiempo cortejando con Rafael y visitaba la zona del faro con frecuencia. Contuvo la respiracion cuando abandonaron el corredor de las escaleras y salieron a la luz del dia. Sobre sus cabezas, una enorme cupula de cristal proyectaba destellos, de un extremo de la estancia circular a otro, y protegia de la intemperie la inmensa lampara que, apagada a aquellas horas, ocupaba la parte central. Quim se aproximo hipnotizado hasta el artilugio y empezo a explicarle algo sobre su funcionamiento con su extrana forma de pronunciar las palabras. Lena no le presto atencion, aunque su voz sonaba agradable. Se acerco mucho hasta el cristal, puso las manos con cautela sobre el y se asomo al mar. Y no vio nada. Solo agua. Mar. Olas grises coronadas de espuma. El lugar donde no se atreveria nunca a poner un pie. Entorno los ojos y forzo la vista, sin resultado. Percibio como Quim se acercaba y se detenia a su lado. No le veia la cara, pero Lena estaba segura de que sonreia. --No se ve America --musito decepcionada. --?America? Eso esta muy lejos. --?Tanto? La tristeza la abatio. Porque, si desde el punto mas alto de la isla, desde donde parecia que podria dominarse el mundo y su inmensidad, no se veia America ni se veia nada, entonces no podria seguir conservando ninguna esperanza de recuperar lo que habia perdido. Jamas obtendria lo que habia ahi fuera. Salvo, quizas, a un hombre dispuesto a quedarse encerrado en el mismo minusculo punto del universo en el que ella vivia. --?Querias ver America? Lena percibio burla en su voz, pero no le dio importancia. El venia de lejos, el tenia un trabajo importante. Habria estudiado y sabria miles de cosas mas que ella. --Una tonteria. --Reunio valor para iniciar una conversacion y disimular su ingenuidad--. ?De donde eres, Quim? --Naci y creci en Tarragona, pero llevo varios anos viviendo en diferentes faros del pais. --Se volvio y la miro a los ojos, y Lena se puso nerviosa--. Como aprendiz, ya sabes. Estaba buscando un lugar en el que establecerme. --?Vas a ayudar a Rafael? --Si. Nos encargaremos los dos de esto. ?Vienes a menudo por aqui? --Solo cuando Rafael no puede ir a ver a Marina a su casa y esta no soporta mas su ausencia. --Le parecio ver decepcion en su rostro, y eso la alento--. Pero vivo muy cerca; mi casa es la ultima de la Mola, esta justo antes de llegar a los acantilados. El abrio los ojos con admiracion y sorpresa. --Me parece increible que alguien quiera vivir en un sitio asi. --A mi tambien --confeso. Quim rio, pero ella no encontro cual era la gracia. Le habria gustado ver si seguiria riendo despues de haber pasado toda su vida cercado por el agua, tan terrorifica y tirana, sin atreverse a poner un dedo en ella. --?Tienes novio? Estuvo a punto de mentirle, pero vio un brillo de ilusion en sus pupilas y decidio ser sincera. --Tengo tres, pero no se donde estan. Se lo dijo porque era su verdad, porque dolia como un golpe en el vientre cada vez que lo recordaba. Y porque, si iba a quedarse en la isla, tarde o temprano alguien del pueblo se lo contaria. Tal vez, incluso le hablarian de la maldicion; eran todos muy ridiculos. El volvio a romper en carcajadas. --Eres muy graciosa, Lenita, ?sabes? --Es verdad --insistio--. Queria subir aqui para averiguar si podia ver a alguno. O a mi padre. Le dio la impresion de que iba a preguntarle algo, pero ella se pego mas al cristal y volvio a buscar en la lejania. Nada. Ni America, ni Denia, ni algun islote en el que pudiera haberse perdido la barca de un pescador. Le parecio todo mucho mas inmenso, y su isla, mas pequena. Se sintio mas encerrada. Aunque habria deseado echar a caminar, a correr, a nadar, se quedo inmovil y se lamento en silencio mientras era consciente de la inmensidad que tenia frente a si; pero tambien de la carga que le pesaba detras, en tierra, a la espalda. Se quedo sin fuerzas, petrificada; sacudida por un anhelo danino que la llamaba a escapar, por una curiosidad infinita por averiguar que podria esperarla mas alla, adonde nunca podria llegar; blanca y quieta, contemplando lo prohibido, la tentacion. Como una estatua de sal. Y entonces, entre la bruma, percibio una sombra, diminuta y solida. --Alli hay algo --dijo. Quim siguio la direccion de su dedo y entorno los ojos. --Son las olas --aseguro. --No, mira. Esperaron unos segundos, y lo que parecia un espejismo fue tomando forma conforme la marejada lo empujaba hacia la costa. Su contorno se definio y sus colores se dibujaron. Entonces, Quim se aparto de su lado y corrio hacia la salida con un grito que retumbo de un lado a otro de la cupula. --!Un hombre! !Se acerca un hombre! !Un naufrago! *** Lena siguio a Quim escaleras abajo, tan rapido que se quedo sin aliento; pero el saltaba los peldanos de dos en dos, y lo perdio de vista de inmediato. Cuando llego a la sala de la planta baja, se detuvo un instante, indecisa y desorientada. Entonces oyo gritar a los hombres y salio al exterior. Los vio alejarse del faro y de las pequenas viviendas colindantes, y correr a lo largo del acantilado. Marina, asustada, se aproximo hasta ella. --?Que ocurre? --pregunto. --Un naufrago. Hay un hombre en una balsa, a punto de estrellarse. Su amiga se tapo la boca para contener una exclamacion. Ambas se quedaron paralizadas, sin saber que hacer. Vieron como los dos fareros corrian hacia el unico punto por el que se podia descender, y Toniet entro al edificio despues de que estos le dieran alguna orden que ellas no habian alcanzado a oir. Una fuerte rafaga de viento les trajo el olor y rugido del mar contra las rocas, y Lena le puso al desconocido que habia avistado en la distancia el rostro de todos los hombres a los que ella habia perdido. El de su padre, que habia partido rumbo a America; el de Guiem, su amor de sonrisa dulce que la habia dejado con el corazon roto; el de Sebastia, su futuro sereno, que habia desaparecido una manana de otono en la que habia salido a pescar; tambien, el de Joan, su anhelado companero, aunque a el todavia le guardaba un poco de rencor. Y, sin pensarlo, echo a correr en direccion al lugar por donde habian desaparecido Quim y Rafael. Marina la llamo a voces y la siguio. Cuando, muchos metros mas alla, llego hasta el inicio de la escalinata tallada en la roca que descendia hasta el mar, oyo que le preguntaba si se habia vuelto loca. Lena se agarro la falda y bajo la pendiente con pasos seguros, a pesar de la inclinacion y la humedad que volvia la piedra resbaladiza. Era la primera vez que se atrevia a hacerlo, pero no dudo. En unos minutos, se encontro, sofocada, sobre el pequeno varadero que remataba una cala minuscula. El temporal mojaba sin descanso los tablones de madera y le salpicaban la ropa, los zapatos y la cara. Se le habian caido el panuelo y el lazo de la trenza, pero no se habia detenido a recuperarlos. Su peinado se deshizo y el fuerte viento le metio el pelo en los ojos y en la boca. Cuando consiguio apartarselo, los dos fareros se habian subido a una barca y remaban en direccion a la balsa, que se dirigia implacable hacia las rocas cercanas. Gritaban para alertar a su ocupante, pero este parecia inconsciente. Uno de ellos se lanzo al agua, Lena no pudo distinguir quien. Si vio como se agarraba a la barca y el otro le tiraba un remo y un cabo, con el que rodeo su propio cuerpo de inmediato. Le costaba nadar y se hundia en las olas de forma intermitente. Logro subir sobre la balsa del naufrago y empezo a remar desde alli. Su companero, unido a el por la cuerda, hizo lo mismo. Tardaron una eternidad en llegar hasta el pequeno muelle. Otra mas en amarrar las barcas. Lena se acerco a ayudarlos, pero la ignoraron. Solo queria ver al hombre al que acababan de rescatar. Se le habia pasado por la cabeza la idea absurda de que pudiera tratarse de uno de los suyos, e intento distinguir su cara. Lo sacaron inconsciente de la balsa; uno lo agarro de los hombros y el otro, por los pies. Lo soltaron sin miramientos sobre un pequeno reducto de arena y posidonia; cayo a plomo, con un sonido hueco al golpearse y con un gemido que les dejo claro, al fin, que estaba vivo. --Necesitamos algo para subirlo --dijo Rafael--. A peso es imposible, ni siquiera entre los dos. --Unas tablas --respondio Quim con seguridad--. Vayamos a por unas tablas y unas cuerdas. Se fueron a toda prisa y Lena se quedo alli abajo, con el mar que la amenazaba a escasos centimetros y con un hombre inerte sobre la arena. Lo observo de lejos, temerosa, y le parecio enorme. Fragil. Su ropa era ligera y estaba hecha harapos. Se acerco un poco y vio que se movia. La sacudio la compasion; estaria helado y dolorido. Se aproximo mas y estudio su rostro. Era joven, y su frente y sus mejillas estaban cubiertas de sangre seca que apenas la dejaba adivinar sus rasgos. Se agacho y se arrodillo a su lado. Quiso hacer algo, decir algo, pero ella no entendia de naufragos. Se pregunto que se sentiria al creer que ibas a morir ahogado, que nunca mas verias a tus seres queridos. Contuvo un sollozo al pensar que, en algun lugar del mundo, habria alguien que lo esperaria por siempre. Deseo hacer que volviera, que viviera por si quien lo aguardaba era tal vez una mujer, una muchacha ilusa que, como ella, sonaba con un futuro mejor. Le temblaban las manos cuando se arrastro hacia el sobre la arena mojada; tomo su cabeza con suavidad y la poso sobre sus piernas, sobre su delantal. El volvio a gemir. Y Lena, que de verdad no entendia de naufragos aunque lo deseara, simplemente le canto. Porque no sabia que otra cosa hacer. Le canto suave, lento, desde el nudo asfixiante de su garganta. Una cancion de cuna. Y luego, una tonada de amor. Canto y canto y lo consolo, como querria que alguien hubiera hecho con los suyos. El, entre suenos, murmuro algo, pero Lena no se asusto. Le aparto el pelo, oscuro y demasiado largo, del rostro. Le acaricio las mejillas heladas. Rozo sus labios agrietados con los nudillos y, aunque estaban amoratados y frios, su tacto le hizo recordar el sabor de su primer beso. Y el abrio los ojos. De golpe y oscurecidos por la sorpresa, confusos. Su expresion se suavizo en cuanto la miro a la cara. Lena enrojecio y quiso salir corriendo. Pero el sonrio, complacido, y volvio a cerrar los parpados con un suspiro de placer. Lena siguio cantando. Lo acuno con ternura. Y penso, como una ilusa, que no siempre era malo que azotara el temporal.

  • La inquietud de los muertos de Simon Beckett

    https://gigalibros.com/la-inquietud-de-los-muertos.html

    David Hunter vive semi retirado en Londres cuando la policia vuelve a llamarle para un caso especialmente dificil. En un pequeno pueblo rodeado de marismas ha aparecido un cadaver en avanzado estado de descomposicion. Solo el mejor antropologo forense del pais puede hacer que los muertos revelen sus secretos… lo que parece un sencillo caso pronto se mostrara lleno de sorpresas y peligros.

  • La identidad oculta de Dylan (Amar a un multimillonario 2) de Towanda Richardson

    https://gigalibros.com/la-identidad-oculta-de-dylan-amar-a-un-multimillonario-2.html

    Dylan lleva demasiado tiempo siendo alguien que no quiere ser. Que no merece ser. Lleva demasiado tiempo con el peso de la culpabilidad sobre sus hombros, y ya no sabe que mas hacer para solucionarlo. Hasta que decide romper con todo e iniciar una nueva vida en la que ni sus errores del pasado, ni el dolor que provoco ni su fortuna familiar sean un lastre para ser feliz.

  • El oro del depredador (Maquinas mortales 2) de Philip Reeve

    https://gigalibros.com/el-oro-del-depredador-maquinas-mortales-2.html

    Segunda entrega de la tetralogia <>, una trepidante y original historia llena de misterio, con una ambientacion unica en un mundo futurista y postapocaliptico.

  • La mujer del camarote 10, Ruth Ware de Ruth Ware

    https://gigalibros.com/la-mujer-del-camarote-10-ruth-ware.html

    has sido testigo de un asesinato…
    y nadie te cree

  • Dejaria todo por ti de Alison Mingot

    https://gigalibros.com/dejaria-todo-por-ti.html

  • Mentiras y enganos de Jose Ismael Ospina Vergara

    https://gigalibros.com/mentiras-y-enganos.html

    Despues de un pasado tormentoso Andrea esta lista para emprender una nueva etapa de su vida junto a su nuevo esposo, joven y atractivo. Sin embargo las cosas no son como uno las suena, un viaje a Espana que termina de forma repentina es el inicio de una serie de eventos que la empujan a regresar a Colombia sola, sin trabajo y sin otra opcion que volver a empezar.

  • Que No Panda El Cunico de Patricia Hervias

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    Angela tiene una vida tan perfectamente organizada como mortalmente aburrida, asi que, a pesar de las protestas de sus atribulados padres, le cuesta muy poco aceptar la propuesta de su novio (perdon: prometido) y mudarse a Barcelona en busca de nuevos aires.

  • No sin mi bicicleta de Anna Brones

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    Esta es una guia inspiradora sobre el mundo de las bicicletas y el ciclismo, con informacion practica sobre como comprar una bicicleta, como utilizarla, su reparacion y mantenimiento, su personalizacion y otras tantas sugerencias para disfrutar del placer de ir sobre dos ruedas. No sin mi bicicleta anima a disfrutar de nuevo de un placer simple, saludable y sostenible para el planeta. Las divertidas ilustraciones y los consejos de la guia son el complemento perfecto para quien sienta la curiosidad de redescubrir o saber mas sobre el arte de ir en bicicleta.

  • Una corte de rosas y espinas (Crossbooks), Sarah J. Maas de Sarah J. Maas

    https://gigalibros.com/una-corte-de-rosas-y-espinas-crossbooks-sarah-j-maas.html

  • Dias sin final de Sebastian Barry

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    Despues de alistarse con apenas diecisiete anos en el ejercito de los Estados Unidos en la decada de 1850, Thomas McNulty y John Cole, su companero de armas, luchan en las guerras indias y, posteriormente, en la guerra de Secesion. Tras huir de terribles penalidades, estos seran para ellos dias llenos de vida y asombro, a pesar de los horrores de los que son testigos y complices a la vez. Sus existencias cobraran una mayor plenitud que peligrara cuando una joven india se cruce en su camino y surja la posibilidad de una felicidad duradera… siempre y cuando logren sobrevivir. La ultima obra de Sebastian Barry nos lleva por las llanuras del Oeste hasta Tennessee y es una autentica obra maestra, tanto por la atmosfera que recrea como por su lenguaje. Estamos al mismo tiempo ante una intensa y conmovedora historia de dos hombres y la vida que les toca vivir, y una nueva mirada sobre algunos de los anos mas fatidicos en la historia de los Estados Unidos. ” Dias sin final ” es una novela inolvidable.

  • Conexion de Julian Gough

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  • Las doce balas de Samuel Hawley de Hannah Tinti

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    Samuel Hawley no es como los demas padres. Es un tipo solitario acostumbrado a vivir huyendo de un sitio a otro y que ha educado a su hija Loo en el camino, de motel en motel, siempre vigilando sus espaldas. Conforme Loo se hace mayor, su curiosidad respecto a una madre que nunca conocio tambien va creciendo. Descubre un pasado oscuro que es tangible todavia en el cuerpo de su padre, marcado por las cicatrices de doce balas que recibio durante su carrera criminal. Los demonios del pasado de su padre irrumpiran en el presente, y entonces padre e hija deberan enfrentarse juntos.

  • Quedate (La chica del servicio ) de Patricia Geller de

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    BAJO del coche en el que hoy, y como viene siendo habitual desde hace dias, soy el copiloto. Casi no me sostengo en pie, mis musculos han perdido fuerza, el agotamiento se ha vuelto mi gran amigo. Miro a mi derecha, la entrada de mi casa, nuestra casa. El refugio de Gisele y mio. Un intenso nudo se me forma en la garganta. Es muy dificil asimilar que cruzare las puertas y ella no estara… Siento una mano en mi hombro, dandome el empujon que necesito. Es Scott Stone, el hermano de mi mujer, que conoce lo dura que esta siendo esta nueva etapa, pues desde que ella se fue, la semana anterior, es mi gran apoyo. Ya estamos en la provincia de Malaga. Volvemos del psicoterapeuta, al que hemos ido para asegurarnos de que el tratamiento sea el correcto, tras haberlo retomado en Madrid y ahora seguir haciendolo, frente a esta enfermedad que esta a punto de acabar con lo que mas quiero en la vida: Gisele Stone. --Tranquilo, todo va a salir bien --me dice mi cunado, colocandose delante de mi--. Anoche su voz era mas alegre, ?no te lo parecio? --Le gusta que yo este aqui… --reconozco compungido--. Sabe que no podia seguir en Madrid, tampoco en casa de mis padres y el Refugio es lo mas nuestro que tenemos. Entonces me vengo abajo. --?Que voy a hacer sin ella, Scott? --Va a volver pronto --me recuerda, tan triste como yo--. Aprovechad este tiempo, recomponeos. -- Me da el llavero, que cojo con manos temblorosas--. ?Necesitas algo…? Juego con las llaves, con la mirada perdida en ninguna parte, sin el valor suficiente para dar el paso y entrar en casa. Hoy la noche de bodas es el recuerdo que mas me duele, aquella noche nos amamos locamente y ahora el vacio frente a esas imagenes es demoledor. --Dejame unos minutos a solas, por favor --le pido, caminando. --Estare aqui. Abro la puerta exterior y cruzo la zona del jardin. El suelo esta humedo, ha llovido bastante estos dias, recordandome lo fria y triste que es esta epoca del ano. El invierno, en pleno mes de enero. No quiero ni mirar a mi alrededor, no puedo soportar tantos recuerdos compartidos. --Joder, joder. --Me sobresalte ante sus quejidos. Al mirarla, vi que se estaba riendo; tenia el cabello alborotado, apenas se le veia la cara. De un manotazo se lo aparto. Sus ojos grises casi cerrados. Hermosa y atrevida--. ?!Te ries!? !Hemos perdido el vuelo! La mire cenudo, sonoliento. --!Es la una, Matt, la una! --Puta mierda. Me deje caer de nuevo hacia atras--. !Levantate! Desnuda, con aspecto salvaje; mi perdicion. Me imagine deslizandome entre sus muslos… --Anda, acurrucate aqui conmigo --le pedi, alzando la mano--. Mas tarde cogeremos otro. --?Otro? !Yo me quiero ir ya! --Me incorpore para verla mejor, con sus brazos en jarras--. Tanto jugar anoche… y mira ahora. Solte una carcajada. --Ven conmigo --le pedi de nuevo--. Un poco mas. Con osadia, se recogio el cabello en un mono alto y corrio hacia mi, haciendonos caer bruscamente hacia atras. Su emocion por viajar era evidente. La haria disfrutar como nunca. --?Como has amanecido, esposo? Pero no disfruto como me lo propuse, la jodi tambien en nuestra luna de miel. Hoy tengo miedo, miedo de no saber recuperarla, de que no vuelva nunca. A pesar de las llamadas diarias desde su marcha, su voz suena muy apagada. Se que no es feliz estando lejos de mi, pero tampoco conmigo. Las constantes y absurdas peleas, mi negativa a tratarme, mintiendole… y mi comportamiento enloquecido la han agotado. No se quererla como merece. Temo que pierda las fuerzas, la ilusion y las ganas de luchar. Inspiro al llegar a casa, son las cinco de la tarde, pero no se si donde ella esta es de dia… o de noche… No ha querido decirme su paradero, sabe que la buscare, pese a haberle prometido lo contrario. No soy tan fuerte como piensa. Justo antes de abrir, suena mi telefono. Nervioso, rebusco en el bolsillo del pantalon oscuro que llevo puesto. Un grunido escapa de lo mas profundo de mi ser. Mi garganta se abre de nuevo. La energia y el aire que necesito me llegan inmediatamente. Es ella, Gisele. --?Carino? --pregunto con agonia. --Hola, Matt. --Hola, preciosa. --?Que tal…? La noto cansada, habla en un tono poco audible. Me siento en la entrada, en los escalones. No puedo mas, desconocer tantos detalles de su vida es un sinvivir. Me duele demasiado esta distancia. --?Como estas, nena? --susurro. --?Y tu? --La oigo suspirar--. Recuerda que si tu estas bien, yo tambien lo estare. He hablado con Carlos… Me gusta ese doctor. --Es amable, si --digo sin ganas, de lo que menos me apetece hablar es de el--. Estoy en la puerta de casa, me falta valor, Gisele. Hay un precario silencio, crudo. --Te quiero mucho, mi vida. Estoy muy orgullosa de ti --musita--. ?Entramos juntos? Una de sus ocurrencias. Sonrio, negando con la cabeza. --Solo no puedo. --No lo estas… Estoy contigo, venga, abreme la puerta. Con mas animo, me levanto y me encamino hacia la puerta. La llave entra a la primera y no dudo en cruzar la sala, su voz es el empujon que necesito. Ahi, fotos de Gisele rodean la estancia. Tambien nuestras, dandole luz a este rincon tan especial. Hay muchas imagenes, sobre todo las de nuestra luna de miel. Una que me hace sonreir es en la que ella esta con su brazo alrededor de mi cuello, sentada en mis rodillas y haciendo burla. Mi cara varia entre la diversion y la sorpresa. Jugueton. --Matt --me llama preocupada--. Dime algo, cuentame cosas. Carraspeo. --Estoy haciendo todos los tramites necesarios y cuando regreses… --Nos quedaremos en Malaga --acaba enseguida, consciente de que me altero si no habla de una pronta vuelta--. ?Has comido? --Algo… En casa de mis padres. Tengo algun que otro mareo, nauseas… Esto es muy dificil, carino. Otro largo suspiro, esta contenida, cambiada. --Carlos me ha contado que, aunque las pastillas son imprescindibles para el estado de animo, la depresion y los episodios… tienen sus reacciones. --Camino por la sala, rozando su imagen con los nudillos--. Se que al principio cuesta, me acuerdo de cuando empezaste la otra vez… --murmura incomoda--, pero ahora cuentas con el apoyo de todos. Y el que mas necesito esta lejos y ni siquiera se por cuanto tiempo. --Te extrano, nena, a veces siento que me voy a volver loco si no te acaricio, si no vuelves pronto. Me haces falta --confieso, mal--. ?Podre enmendar alguna vez tantos errores? --Lo estas haciendo ya… --No se vivir sin ti, Gisele. Me gustaria decirle que no volvere a dejar el tratamiento, que no volveremos a pelearnos por tonterias y que no controlare cada paso que de. Pero se que es pronto y que pensara que sera otra promesa rota. He de ser prudente. --?!Nena!? --Dime… --?No tienes la misma necesidad de abrazarme?

  • La noche no entiende de luces de David Navarrete Utrera

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    Tom es un chofer descontento con su insulsa vida y apesadumbrado por la gran trayectoria de sus padres en comparacion con el.
    Sin embargo, la aparicion de dos distinguidas y atractivas mujeres a las que debe conducir al congreso de los diputados cambiara su existencia. Seducido por la posibilidad de cambiar de estatus y de tener todo lo que habia sonado decide aceptar el misterioso encargo que estas le realizan.
    Dicho encargo le llevara a trabajar en Londres al servicio de uno de los hombres mas poderosos del mundo: Jamie Rowling.
    De lo que no es consciente, es de ser tan solo un peon mas de un juego del que ni siquiera conoce las reglas.

  • La muerte de Cristine de Sharlin Jimenez

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    Cristine Wilson era una chica alegre, no era muy social y se pasaba su vida en los libros; ajena al mundo real. Su vida cambio a los quince anos cuando sufrio de una violacion bastante precipitada y luego fue degollada.
    Cristine Zamora viene junto a su familia y su novio a vivir a la antigua hacienda de su tia y su madre.
    Ella encontrara varios acontecimientos extranos en dicho lugar y sera testigo de cosas que cambiaran el mundo que conoce. Pero tiene a alguien que jamas le fallara: su novio. ?Acaso Cristine oculta mas de lo que aparenta? ?El amor podra ganarle a la maldad?
    Recuerda: todos tenemos un villano en nuestras vidas.

  • Mis poderes y tus polvos magico de Garcia De Saura

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  • El origen del mal de Jose Carlos Somoza

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  • Hasta que decidas regresar de Maria Laura Gambero

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    Manuel Rauch era ante todo un hombre distante y serio; un hombre aferrado a sus responsabilidades y a sus obligaciones; un hombre que desde su primer dia de vida fue tratado como el heredero de un imperio y el custodio de una gran fortuna. El accidente de su padre y el divorcio de su esposa Ana, fueron dos hechos que lo marcaron y provocaron en el profundas heridas, tornandolo mas rigido, hermetico e inflexible. Con la sola intencion de exponer las miserias de su familia para cumplir con una vieja venganza, una amenaza emerge desde un pasado que desconoce. En medio de un torbellino que pone en duda todo lo que defiende, Manuel necesitara de todo su temple para enfrentar lo que esta por descubrir sobre los origenes de su linaje y recuperar el amor de Ana sera un pilar fundamental para mantenerse entero y no dejarse doblegar.

  • La llama de la pasion de Javier Pina Cruz

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    Un pequeno homenaje a todos esos padres y madres, que tienen que criar solos a sus hijos.

  • La cancion de los caballos de Ricarda Jordan

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    Las andanzas de la romantica y aventurera Aenlin en la Espana del Cid Campeador.

  • Mi sombra, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

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