• libro feminismo para torpes - Nerea Perez de las Heras

    https://gigalibros.com/feminismo-para-torpes.html

    Partiendo de escenas cotidianas, planteadas desde el humor, y desde su propia experiencia, Nerea Perez de las Heras analiza de manera critica todos los aspectos relacionados con el feminismo: el patriarcado y la manera de estar en el mundo de los hombres, los hitos de la historia del feminismo, los cliches del negacionismo machista, los mensajes que la sociedad envia a las mujeres sobre como deben comportarse, cosas que parecen feministas pero no lo son. Todo ello desgajado en escenas cotidianas cargadas de humor que sirven como punto de partida y a la vez como toque de atencion de la presencia del machismo en el dia a dia.

  • Feminismo para torpes - Nerea Pérez de las Heras - Planeta ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-feminismo-para-torpes/283811

    26 feb 2019 — Apúntate y recibe cada mes todas las novedades de libros de ciencias sociales y humanidades. Cargando... Otros libros de Ciencias humanas y ...

  • Feminismo para torpes (Fuera de Colección) Tapa blanda

    https://www.amazon.es/Feminismo-para-torpes-Fuera-Colecci%C3%B3n/dp/8427045301

    Feminismo para torpes (Fuera de Colección) : Pérez de las Heras, Nerea: Amazon.es: Libros.

  • Feminismo para torpes (Fuera de Colección) Versión Kindle

    https://www.amazon.es/Feminismo-torpes-Nerea-P%C3%A9rez-Heras-ebook/dp/B07N3552F6

    Código QR para descargar la app de Kindle. Mirar en el interior de este libro. Feminismo para torpes (Fuera de Colección) de [Nerea Pérez de las Heras] ...

  • FEMINISMO PARA TORPES | | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-feminismo-para-torpes/9788427045309/9030466

    26 feb 2019 — El libro FEMINISMO PARA TORPES de en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Feminismo para torpes - Nerea Pérez de las Heras - Fnac

    https://www.fnac.es/a6487093/Nerea-Perez-de-las-Heras-Feminismo-para-torpes

    Feminismo para torpes, libro o eBook de Nerea Pérez de las Heras. Editorial: Martinez roca. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • FEMINISMO PARA TORPES - NEREA PEREZ DE LAS HERAS

    https://www.agapea.com/Nerea-Perez-de-las-Heras/Feminismo-para-torpes-9788427049741-i.htm

    2 mar 2022 — Comprar el libro Feminismo para torpes de Nerea Pérez de las Heras, Booket (9788427045309) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra librería ...

  • FEMINISMO PARA TORPES | Traficantes de Sueños

    https://traficantes.net/libros/feminismo-para-torpes

    Servicio de distribución de libros y materiales críticos a librerías y distribuidoras alternativas. 91 185 77 73. [email protected]. Editorial.

  • FEMINISMO PARA TORPES - MARTÍNEZ ROCA - Tipos Infames

    https://www.tiposinfames.com/libros/feminismo-para-torpes/60223/

    Medidas: 150 X 230 cm. Páginas: 224; Materias: ensayo. valoración (0 Comentarios) Comenta y valora este libro. Disponible ...

  • Lee un capítulo de 'Feminismo para torpes' de Nerea Pérez ...

    https://smoda.elpais.com/feminismo/feminismo-para-torpes-nerea-perez-de-las-heras/

    3 mar 2019 — Va a ser la palanca que lo transforme todo". Adéntrate en uno de los libros claves para entender el movimiento feminista en nuestro país. Nerea ...

  • Vacaciones al amor de Isabel Keats

    https://gigalibros.com/vacaciones-al-amor.html

    Pase, el senor Anglada la recibira enseguida --anuncio la desdenosa secretaria, al tiempo que abria la puerta de un amplio despacho de paredes de cristal. El contraste entre el antiguo edificio senorial, con sus grandes ventanales, y la decoracion vanguardista del interior llamaba la atencion. Detras de la mesa interminable un hombre de pelo castano claro, sentado de espaldas, hablaba por el movil. Cuando termino la conversacion giro el sillon de cuero hacia mi y pude verle la cara. Le reconoci de inmediato. Su rostro permanecio inexpresivo; sin embargo, sus ojos turquesa, que brillaban con regocijo al devolverme la mirada, le delataron. Era evidente que el tambien se acordaba de mi, y esos ojos burlones me obligaron a retroceder en el tiempo hasta la semana anterior… Como marcaba la tradicion, las antiguas alumnas de las Esperanzadas en la Fe --una especie de nucleo duro de las Ursulinas--, promocion de… (he olvidado la fecha), celebrabamos nuestro aquelarre anual navideno. Una cena en la que el vino fluia como el petroleo en el golfo de Mexico y donde las colillas parecian castellers intentando fugarse del cenicero, a pesar de los ingentes esfuerzos de los camareros que no daban abasto vaciandolos; mientras nosotras, inseparables desde el colegio, poniamos a caldo a los maridos que quedaban o a los ex que aumentaban de ano en ano. Yo seguia soltera y, tras cortar con mi ultimo novio --la lista de nombres comenzaba a ser dificil de recordar--, sin compromiso. Mis amigas me acusaban de inmadura, de tener una puntuacion de once --en una escala del uno al diez--, del sindrome de Peter Pan. Quiza fuera cierto, pero, como yo les decia a menudo, su ejemplo no invitaba a tirarse de cabeza al abismo del matrimonio y al averno de los hijos, precisamente. La verdad es que no estabamos sacando conclusiones provechosas sobre aquel tema recurrente. Las casadas hacian proselitismo de la familia y los ninos, a pesar de echar pestes de ellos, y las separadas exaltaban la libertad de volver a bailar la danza del apareo una vez cumplido el ciclo natural de la reproduccion y cuidado de las crias; pese a quejarse amargamente de que, a esas alturas, no quedaba ni un solo tio al que se le pudiera aplicar el calificativo de normal. En realidad, dudo mucho que ninguna de ellas estuviera capacitada para extender a nadie el certificado ISO de <>. Cualquier fulano que viera su actitud de perras en celo, siempre a la caza y captura, no entenderia que alguna de ellas hubiera pasado mas de cinco anos en el delicioso estado marital; es mas, incluso podria llegar a pensar que esos anos transcurrieron entre los muros inexpugnables de un convento de clausura, en el que el unico polvo que entro jamas fue el que se acumulaba en los reclinatorios. Yo hacia loas de la vida sin ataduras de ninguna clase. Por un lado, no tenia que aguantar por obligacion los ronquidos de un tipo a mi lado cada noche, conteniendo las ganas de tirarlo al suelo de una buena patada. Tampoco debia soportar la presencia de pequenas alimanas pululando a mi alrededor volviendome la cabeza del reves y sin posibilidad de mandarlas a jugar a la autopista. Pero, al mismo tiempo, renegaba de los donjuanes canis y, a veces, de la soledad. En ese momento de la noche, mi estado era bastante… como lo diria… quiza la palabra mas adecuada fuese <>. Hacia rato que las ganas de hacer pis no me permitian atender a la conversacion, asi que me levante -- estuve a punto de tirar la copa de vino y el platito del pan-- y, un poco tambaleante, me dirigi al lavabo. Aliviada como un hipopotamo en el zoo, me di un retoque de brillo en los labios, ahueque mi melena y sali. Justo en ese instante, se abrio la puerta del bano de caballeros y de el salio un hombre alto, de unos cuarenta anos, de pelo castano y unos impactantes ojos color turquesa. --Oiga! --exclamo y me agarro del brazo. Indignada, me desasi con brusquedad y grite: --No se le ocurra tocarme, baboso! --Solo queria decirle… --insistio el hombre a pesar de todo. No le deje terminar. Sintiendo una agresividad que se me escapaba hasta por las unas de los pies --puede que como consecuencia de la conversacion con mis amigas o, quiza, fuera el efecto de los dos gin-tonics que me habia tomado-- le espete: --?Pero es que no puede una mujer decente salir a cenar sin que cualquier viejo verde se vea en la obligacion de intentar ligar con ella? Los derechos de las mujeres, ?los enmarcamos y nos olvidamos de ellos? ?Acaso seguimos en la Edad Media, aquella deliciosa epoca en la que cualquier pelado barrigon tenia derecho de pernada? A medida que iba disparando una pregunta tras otra, implacable, sentia que de un momento a otro comenzaria a soltar espuma por la boca. El tipo parecio encogerse ante semejante retahila de cuestiones de dificil respuesta y se hizo a un lado asustado. Envalentonada con mi victoria, ergui la cabeza y me deslice triunfante hacia mi mesa, esquivando las de los demas comensales. Debian haberlo oido todo, pues, a medida que avanzaba, podia escuchar a mis espaldas risas disimuladas de apoyo, lo que me produjo una gran satisfaccion. Al llegar donde estaban mis amigas, Ana me dijo: --A ver, date la vuelta, oh, reina de la liberacion de la mujer! De manera teatral, di una vuelta sobre mi misma, sintiendome como una modelo de pasarela o, tal vez, la Bella bailando sin la Bestia; pero, de repente, repare en que las risas de mis amigas se habian convertido en carcajadas histericas. Ahi estaban todas ellas retorciendose en sus sillas, mientras se les saltaban las lagrimas. --?Que pasa? ?Que pasa? --masculle, al tiempo que mi sonrisa se convertia, poco a poco, en una mueca rigida. Por fin, Angela, que era el alma candida de la pandilla, me lo solto: --Hija, al ir al bano se te ha quedado la falda metida por la goma de las bragas y te las ha visto todo el restaurante; pero no te preocupes, que son bastante monas. --Y estan limpitas… --anadio la mala pecora de Isabel, que siempre disfrutaba con las desgracias ajenas. Con la rapidez del viento cuando no hay, coloque la falda en su sitio y me sente, agachando la cabeza hasta que mi larga melena me cubrio la cara. Ahora oia las carcajadas sin reservas de todos presentes; tenia la impresion de que incluso el cocinero habia abandonado sus fogones para venir a reirse de mi. Por un resquicio entre los mechones de mi pelo mire hacia la mesa de al lado… y alli estaba el hombre del bano, mirandome y sufriendo convulsiones. Incapaz de resistir aquella sonada humillacion por mas tiempo, me levante, tire unos cuantos billetes sobre la mesa, y me fui a casa corriendo, dispuesta a no salir de ella durante el tiempo que me quedara de vida. ?Alguien puede imaginarse mi sorpresa y mi consternacion cuando, pocos dias despues, al ir a realizar una entrevista de trabajo --para la que me habia preparado a conciencia durante semanas-- resulto que mi entrevistador era, nada mas y nada menos, que el tipo odioso del restaurante? --Bueno --exclamo aquel mismo hombre, cascando como una nuez el opresivo silencio que reinaba en el despacho--, quiza habria sido mejor que viniera usted hoy con pantalones… Completamente abochornada, senti que me ruborizaba hasta el blanco de los ojos. Entonces, eche mi silla hacia atras, aranando sin piedad el inmaculado parque, le lance mi mejor mirada de desprecio, agarre el bolso con fuerza y me largue de alli dando un portazo; aunque, si tenemos en cuenta que la puerta era de cristal, el efecto no resulto muy dramatico que digamos. Lo que mas rabia me daba de todo el asunto era que, durante un segundo de enajenacion letal, habia encontrado atractivo a ese aborrecible bicharraco. Taconeando con fuerza, sali al vestibulo y me dirigi a toda prisa --es decir, a la velocidad de crucero de una muneca de Famosa dirigiendose al portal que era lo maximo que me permitia mi estrecha falda de tubo-- hacia el ascensor. Las pesadas puertas de acero comenzaban a cerrarse cuando una mano, de dedos largos y fuertes y unas cortas e inmaculadas, aparecio de la nada y las obligo a abrirse de nuevo. --Senorita Poliakova, si fuera tan amable de volver a mi despacho. Todavia no ha terminado la entrevista --comento muy tranquilo. --Para mi si lo ha hecho, senor Anglada, no voy a permitir que nadie se ria de mi.

  • ?Donde Estan los Ninos? de Mary Higgins Clark

    https://gigalibros.com/donde-estan-los-ninos.html

    Nancy Harmon, joven casada y madre de dos hijos, es acusada injustamente del asesinato de los pequenos, pero el fiscal debe retirar los cargos tras la desaparicion del unico testigo. La pesadilla se vuelve mas aterradora cuando el marido de Nancy se suicida y ella, destrozada, se traslada a Cape Cod. En su nueva residencia, Nancy conoce a Ray Eldredge, con quien se casa. Nancy da a luz nuevamente a dos hijos, a quienes cuida con exagerada precaucion. Cierto dia los ninos desaparecen, y la culpabilidad recae, una vez mas, en Nancy. Ademas alguien envia al periodico local informacion sobre los terribles sucesos de su pasado, asi como fotografias recientes de Nancy.

  • Brazofuerte (Cienfuegos 5) de Alberto Vazquez-figueroa

    https://gigalibros.com/brazofuerte-cienfuegos-5.html

    Quinta entrega de esta apasionante saga, Brazofuerte narra las extraordinarias peripecias del canario Cienfuegos cuando una terrible palabra resuena en sus oidos: <>.

  • Caballeros del suburbio de Daniel Santos

    https://gigalibros.com/caballeros-del-suburbio.html

    Escapar habia sido la unica medida que habia podido tomar para poder sobrevivir. El miedo habia tomado forma, se habia personificado en la presencia de cinco sujetos en su casa a medianoche. Sarah desconocia completamente cuales eran los negocios en los que estaba involucrado su padre, quien de alguna u otra forma, habia vendido el alma al diablo para poder llevar a la casa alimento suficiente y que no faltara absolutamente nada. Eran tiempos caoticos, de hambruna, de necesidad, por lo que, ganarse la vida de una forma honesta resultaba realmente dificil. Aquella noche, Sarah habia presenciado una de las escenas mas terrorificas que un ser humano puede evidenciar, pues ver como a su padre le quitaban la vida, sin hacer absolutamente nada, la habia obligado a salir huyendo de aquel lugar antes de que la proxima en ser degollada fuese ella. Siempre habia sospechado que las cosas no estaban bien, y que, si su padre seguia vinculandose con aquellos hombres peligrosos, terminaria metiendose en problemas. Asi que, las sospechas de aquella joven chica de 22 anos, finalmente habian llegado a cumplirse. Despertar en medio de la noche siendo tomada por el cabello mientras era arrastrada directamente al pasillo de la casa, parecia ser parte de una pesadilla muy realista. Pero al sentir el dolor en el cuero cabelludo, y los gritos de su padre de dolor mientras le quebraban algunos huesos, supo que era completamente real. Registraron completamente la casa en busca de dinero y armas, ya que, el padre de Sarah posiblemente habia ocultado algo de valor, y ante el miedo de quedarse sin nada, habia evitado pagar algunas deudas con unos hombres realmente peligroso. Muchas advertencias se habian llevado a cabo para que solventara sus deudas, pero ante su equivocacion, la vida seria el precio con el que tendria que pagar aquella noche. Aquellos sujetos enmascarados y con gafas oscuras, habian entrado de manera silenciosa, y aunque Frank siempre dormia con un revolver bajo la almohada, su capacidad de reaccion no habia sido lo suficientemente habil para poder reaccionar y poder neutralizar esta sorpresa. Habian colocado una bolsa de tela es su rostro, golpeandolo continuamente para despues llevarlo hasta la sala de la casa, alli comenzaron a patear sus costillas de forma continua. Se turnaban, se alternaban para descargar toda la violencia sobre el, ya que, habia roto el pacto que se habia establecido desde un principio, cuando se le aseguro que, si no pagaba las deudas, su vida y la de su hija estarian en peligro. Sabia que no eran hombres de juegos, que podrian tomar determinaciones realmente drasticas y lo ultimo que queria era hacerle dano a Sarah. Frank, tomo una ultima medida aquella noche, y sabia que su cabeza rodaria muy pronto, pudo darle la posibilidad a Sarah para vivir. -- Es la ultima vez que te lo preguntare Frank. Dime donde esta el dinero y nos iremos. -- Dijo un hombre que llevaba un cuchillo en su mano. -- Por favor, no le hagan dano. Solo es un hombre tratando de ayudar a su familia. -- Dijo Sarah. Una mujer se acerco a ella, ya que, su figura femenina era muy evidente. A pesar de que tenia su rostro cubierto, sus pantalones de cuero ajustado y sus tacones, hacian evidente que era una chica. -- ?Quien te ha dado autorizacion para que le abras la boca? !Callate ya! -- Dijo la mujer antes de propinar una bofetada a Sarah. De manera automatica, su boca comenzo a sangrar, dejando una chica en completo silencio mientras sus lagrimas corrian por sus mejillas. Ella no habia tenido ningun tipo de responsabilidad en toda esta situacion, pero se habia visto afectada por las malas decisiones de su padre. Una ultima medida desesperada por parte de Frank, lo llevo a tomar el arma de uno de los sujetos que se encontraba descuidado justo al lado de el. Disparo directamente al rostro del hombre que sujetaba a Sarah, dandole solo unos segundos para que esta escapara. -- !Corre, sal de aqui y no pares hasta que estes a salvo! -- Exclamo Frank. La chica, quien era muy habil y rapida, logro correr por el pasillo directamente hasta su habitacion, pero en el ultimo segundo puedo ver como su padre fue degollado, un castigo terrible para alguien que habia cometido una grave equivocacion. Con el corazon latiendo de una manera descomunal, la chica corrio directamente hacia su habitacion y cerro la puerta. Aquella mujer y un par de hombres, embestian la puerta con mucha fuerza decididos a abrirla. La chica habia tomado su pantalon de mezclilla favorito, una camiseta y unas botas. Esto le daria la posibilidad de estar un poco cubierta en medio de la noche. Salio corriendo por la ventana mientras aun se encontraba descalza, ya habria tiempo de vestirse, pero sabia que nunca mas podria volver a casa. Tardaron algunos segundos en derribar la puerta, algo que le habia dado la posibilidad de la chica de escapar de alli. Todo habia cambiado de manera drastica de un segundo a otro, era una vida de hambruna y crisis, pero estable gracias a su padre. Pero se habia transformado rapidamente el miedo, terror y sus obras, ya que, habia tenido que salir de alli huyendo para salvar su vida. Sarah sabia perfectamente que, si su padre no hubiese hecho esto, ella tambien habria sido a veces y nada aquella noche, ya que, no podrian quedar testigos de nada de lo que ocurriria aquella noche. Tras asesinar a Frank, aquel grupo de sujetos, simplemente incendiaron la casa, reduciendo todo a cenizas para eliminar todas las pruebas que pudieran vincularlos con el hecho. No recordaba la ultima vez que habia corrido tanto y con tanta velocidad, la chica tenia unas piernas privilegiadas, las cuales podrian llevarla tan lejos como quisiera, ya que, siempre habia sido la mas veloz, la mas agil y la mas inteligente en cualquier circulo donde se encontraba. Quizas Sarah no era muy estudiada, ya que, las condiciones del mundo en esta epoca habian obligado a todos a aprender un oficio especifico, lo que le daba la posibilidad de ganar algunas monedas para subsistir. La economia mundial se habia desplomado, convirtiendo a las grandes ciudades en colonias del crimen, el cual tenia el poder absoluto y podia manejar todas las operaciones, manteniendo a las personas bajo un miedo constante y un dominio total. Todos los gobiernos habian comenzado a desaparecer, grandes politicos eran asesinados, mientras otros eran perseguidos hasta ser atrapados, siendo torturados por grandes organizaciones criminales, las cuales eran casi imposibles ya de erradicar. Aquellos que hablaban sobre el infierno, asumiendo que era un lugar al que iban las almas despues de fallecer, simplemente no conocian el planeta en su totalidad, ya que, parecia que los propios demonios habian aflorado de lo mas profundo de las brasas del infierno y se habia banado de la tierra. Las calles habian vuelto peligrosas, y no habia garantia de absolutamente nada, cualquiera podria ser asesinado con una bala en la cabeza y no habia consecuencias o un juicio de por medio. Lo unico que imperaba en el mundo era las mujeres, las armas, el oro y las drogas, cuatro elementos que eran perseguidos con mucho fervor, ya que eran muy bien pagados por los grandes criminales. Aquella noche, Sarah habia corrido hasta una vieja estacion de servicio abandonada, donde se encontraba un coche reconstruido aun encendido. Se habia movido con mucho sigilo y en secreto para adentrarse en el compartimiento trasero de este coche. Abrio la compuerta y se introdujo alli, guardando silencio para finalmente comenzar la ultima fase de su escape hacia lo desconocido. No tenia la menor idea de con quienes estaba viajando, simplemente se encontraba alli, oculta, en silencio, y con lagrimas corriendo por sus mejillas al recordar el hecho de que su padre habia sido asesinado. La imagen se reproducia una t otra vez en su cabeza, algo que la habia llorar de una manera descontrolada. No podia entender como su vida simplemente habia cambiado de un segundo a otro, ahora estaba completamente sola y ya lo habia perdido todo. Lo material, el amor de su padre, su vida simplemente se habia derrumbado, por lo que, no valia la pena en lo absoluto seguir luchando. Pero tenia que honrar el sacrificio que habia hecho su padre por salvarle la vida, ya que este habia entregado la suya para darle una oportunidad escapar, por lo que, debia seguir esforzandose a pesar de no tener fuerzas para poder darle sentido al hecho de que este hubiese muerto a manos de los criminales. Sentia un fuerte deseo de acumular los recursos necesarios para volver en algun momento y vengarse, pero hasta el momento, simplemente era una chica fragil y sola, la cual debia organizar su vida y establecerse en otra region. Ya en otro momento pensaria en que medidas tomar para castigar a los culpables es una desgracia tan terrible. Viajar en aquel compartimento habia sido una de las experiencias mas terribles que habia tenido que experimentar Sarah, ya que, parecia que el compartimento habia llevado en algun otro momento carne descompuesta. Muchos, suelen encontrar animales muertos en el camino y los desollaban para tratar de extraer la carne aun fresca. La chica no podia contener las nauseas al estar atrapada con este olor en el interior de este vehiculo, pero era su unica forma de sobrevivir, ya que, si era descubierta, posiblemente estos hombres estarian vinculados a alguna otra organizacion criminal. Absolutamente todos habian aprendido a vivir con este estilo de vida, se vinculaban con hombres peligrosos y trataban de escalar posiciones, encontrando un punto de estabilidad ganandose la confianza de estos matones, que tarde o temprano terminaban por quitarlos del medio. Era una forma de comprar tiempo en la tierra, una forma de seguir subsistiendo, ya que, las oportunidades de evolucionar de una forma honesta, simplemente habian sido arrebatadas a la humanidad. Habia pocos lugares en el mundo, los cuales se habian convertido en una especie de mito, de los cuales se decia que alli las personas podian refugiarse y tener una vida normal, pero nadie que hubiese llegado a ese lugar habia salido otra vez para poder decir si era cierto o no. El mito acerca de los refugios se fue expandiendo cada vez mas, por lo que, habian surgido grupos de exploracion, los cuales se dedicaban unica y exclusivamente a la busqueda de estos lugares para poder asesinar a todos sus pobladores y tomar el poder. Ante la imposibilidad de encontrarlos, el misterio y la intriga se fue incrementando cada vez mas en torno a este tema, por lo que, parecia que simplemente eran leyendas que se habian inventado para darle esperanza a los ilusos. Por el momento, lo unico que le preocupa a Sarah es simplemente sobrevivir y abandonar a que el compartimento donde habia viajado algunas horas. La forma en que manejaba el conductor de este viejo vehiculo era completamente demente, atravesando caminos realmente deteriorados, cayendo en otros que hacian que la chica saltara en aquel compartimento golpeando su cabeza contra la superficie metalica. Este tiempo de encierro y le dio la posibilidad de cambiarse de ropa, colocando sus pantalones de mezclilla, una camiseta corta que deja ver su vientre, unas botas que comia gran parte de su pantorrilla y una gran cantidad de valor que debia acumular para poder salir adelante. No tenia adonde ir, habia perdido su casa, por lo que, las calles se convertirian muy pronto en su albergue. El vehiculo se habia movido durante un tiempo continuo sin detenerse, pero cuando Sarah logro percibir que este se habia detenido durante un tiempo importante, decidio arriesgarse, liberando la puerta para salir de alli tan pronto como pudo. Aun era de noche, la luz del dia no revelaria su posicion con facilidad, por lo que, era momento de abandonar a que el vehiculo que le habia dado la posibilidad de sobrevivir y buscar la forma de encontrar ayuda. Esta no seria una tarea facil, ya que, confiar en las personas no era algo que fuese natural en estos tiempos de guerra. No importaba cual es el aspecto, cuan atractivo, cuando sin ofender hable se vienen las personas, siempre habia una gran desconfianza, pues en cualquier momento podrian traicionar a quien los ayudaba. Es por esto, que las personas se habian vuelto frias y esquivas, tratando de mantenerse alejados y encerrados la mayor cantidad del tiempo, evitando la cercania de extranos, ya que, esto ponia en peligro las pocas cosas que habian logrado acumular con el tiempo. Abandonar aquel coche habia sido un gran alivio, ya que habia conseguido alejarse, pero habia entrado a una ciudad cuyo nombre desconocia y jamas habia estado alli. Usar habia llegado a Suburbia, un antiguo pueblo refugio, el cual habia sido tomado por una gran organizacion criminal, la cuna de la violencia, el trafico de armas, organos y drogas, y una localizacion importante para la trata de blancas. Sin saberlo, la pobre chica habia salido de un infierno para entrar directamente a otro peor, ya que, una mujer sola y vulnerable en un pueblo como este, simplemente era carne fresca, y muy pocos la ayudarian de forma sincera, ya que, sus intenciones siempre estarian enfocadas en encontrar algo de dinero a traves de la venta de una hermosa chica. El aspecto de Sarah siempre le habia traido inconvenientes en el pasado, por lo que, en muchas ocasiones solia cubrir su rostro con un sombrero de su padre. Lo utilizaba de manera que este cubriera gran parte de sus facciones, evitando asi llamar la atencion de otros caballeros, los cuales solian obsesionarse con la belleza de la chica. Sus ojos verdes eran tan grandes como dos lumbreras, resaltaban enormemente, y cautivaban a quien era objetivo de la vista de la chica. Sus cejas eran oscuras y muy gruesas, las cuales hacian un contraste perfecto, invitando a romper las reglas a cualquiera que quedaba atrapado en los encantos de Sarah. Fue por esto, que la chica tomo parte de la ropa que llevaba aquella noche y tras romper algunos retazos, habia amarrado parte en su cabeza y en su boca, cubriendo asi gran parte de su rostro para nada mas dejar descubiertos sus ojos. Esto era una practica muy comun ya que, muchos no soportaban la contaminacion en la polucion, por lo que, cubrian su nariz y boca para evitar asi respirar el ambiente toxico que se habia aduenado de la ciudad. El ambiente era caluroso, polvoriento, arido y seco, por lo que, la vida humana en estas condiciones era realmente retadoras. Sentia una sed tremenda, ya que, habian pasado muchas horas de calor desde que habia tomado una gota de agua. A pesar de que era de noche, las temperaturas continuaban voy a elevadas, por lo que, una persona se podria decir atar con mucha facilidad. La chica necesitaba beber algo de liquido, ya que, de lo contrario, muy pronto comenzaria a sentir los efectos de la deshidratacion. Se sentia debil, habia llorado continuamente y necesitaba descansar. Habia caminado un largo tramo, sin saber adonde ir o en donde estaba, pero utilizaba toda su inteligencia para mantenerse ocultas, ya que, los ojos equivocados podrian llevarla a meterse en grandes problemas. Sarah se encontraba en un pueblo que contaba con muy pocas reglas, el cual se habia vuelto mas hostil cada ano, pero, aunque existia una ley que trataba de contenerlo, lo que existia en Suburbia era una constante guerra entre el sheriff y Los clanes violentos que habian surgido en aquel lugar. Solo un hombre era capaz de enfrentar este nivel de violencia, y aunque muchos le habian prometido la muerte, nadie habia sido capaz de ponerle un dedo encima a Vittorio.

  • BRUJAS II (TESSA) de Sophie Saint Rose

    https://gigalibros.com/brujas-ii-tessa.html

    Segunda parte de la historia BRUJAS, donde se continua con la historia de Tessa, la hermana gemela de la Sacerdotisa.
    Desesperada porque Bob no le hace caso, inconscientemente realiza un conjuro para apartarlo de su mente para siempre, provocando una serie de reacciones que ella no se esperaba.

  • Solo recuerdo tu voz de Priscila Serrano

    https://gigalibros.com/solo-recuerdo-tu-voz.html

    Se suponia que iba a ser el dia mas feliz de mi vida. Se suponia que, tras cinco anos de estar juntos, ibamos a ser felices para siempre. Se suponia que nos conociamos hasta el punto de saber los secretos mas inconfesables. Supuse tantas cosas y se fueron al traste en menos de tres segundos. Los miseros segundos que Carlos eligio para decirme que no podia hacerlo. --Lo he intentado, de verdad. --Agacho la cabeza avergonzado--. Tu sabes que si, pero... --Pero no hay suficiente amor entre ambos como para poder superarlos, ?no? ?Es eso lo que me ibas a decir? No fue capaz de responderme, ni siquiera tuvo la decencia de hacerlo antes de ponernos frente al altar. Porque era ahi donde nos encontrabamos, delante de todos los invitados y a punto de darnos el <>. ?Se podia ser mas cobarde que el? No lo creia, estaba segura de ello. --Lo siento, Judith. Sin mas, sin darme un minuto para intentar convencerle de que lo que estaba haciendo era el peor error de su vida, porque se iba a arrepentir, se fue. Por unos largos minutos, estuve mirando al frente, creyendo que iba a volver, que se daria la vuelta y me abrazaria prometiendome que era una broma. No lo hizo, se fue sin mirar atras. Y solo cuando reaccione, corri tras el, tras el hombre que me hubo prometido hacia anos que ibamos a estar juntos para toda la vida. En cuanto sali de la iglesia, la luz del sol me dio de lleno, obligandome a cerrar los ojos unos instantes hasta acostumbrarme a su brillante luz. Aunque segui corriendo sin importar nada. Puse un pie en la carretera sin antes cerciorarme de que no viniese ningun vehiculo cuando... Senti el fuerte golpe en mi cuerpo desplazandome a su vez unos centimetros cayendo al suelo. Los gritos desgarradores de mi familia se escuchaban tan lejanos que no era capaz de distinguir a quien pertenecia. --!Judith! Capitulo 1 Judith Tiempo despues Que cansado era levantarse a las seis de la manana para estudiar. Estaba bastante agotada, pero solo me quedaban tres examenes y terminaria la carrera de Periodismo. En los momentos de aburrimiento era capaz de entender por que decidi estudiar eso. Mi cotilla interior siempre andaba leyendo las revistas, pendiente de cada lanzamiento para saber los secretos mas jugosos de las celebrities. Lo unico es que a mis veintiseis anos deberia haber terminado, pero estuve mucho tiempo incapacitada fisica y mentalmente como para ponerme a ello. Entre el intento fallido de boda y el accidente, mi vida se estropeo un poco. Cosas que pasan. Ahora intentaba ponerme al dia en todos los sentidos, los tres anos en los que ni siquiera queria ver a mis padres y mi hermano, habian sido del todo liberadores. Estuve todo ese tiempo curandome tanto en cuerpo como en alma y, aun asi, mi alma seguia destrozada; solo que la coraza que yo misma me habia puesto, no dejaba ver la angustia que aun vivia en mi interior y que creia que jamas se iria de mi lado. Tras terminar el estudio, sali de mi habitacion para desayunar algo. En la cocina me encontre a mi amiga y companera de piso, Fernanda. --Buenos dias, dormilona --dijo en cuanto me puse delante de ella. --?Dormilona yo? --Me senale con un dedo--. Llevo estudiando desde las seis de la manana. ?Acaso no ves las preciosas ojeras que ya llevo como maquillaje diario? Yo no se por que nos maquillamos, si esto --indique poniendo un dedo en mi ojo-- queda genial. Fernanda se acerco a mi y me metio el dedo en el ojo, haciendome dano por unos pequenos segundos. --Au, ?estas loca o que? Tienes la cabeza perdida del todo, eh. --Lo siento, pero es que pretendia quitarte el negro luto de tus ojos para cambiarlo por el rojo drogada. Creo que te va mejor. Intente no reirme y digo intente porque la carcajada que se me escapo de entre los labios fue tan fuerte que hasta mis padres me habrian escuchado, y eso que vivian a cinco calles de mi apartamento. No podia negar que Fernanda era capaz de hacerme reir con puras tonterias. --Asi esta mejor. Es que me agobias cuando te pones tan dramatica --refunfuno, sirviendose una taza de cafe--. Cono, ?tan dificil es levantarte con una sonrisa? Me quede en silencio de golpe, pero solo por no responderle, porque tenia razon. Pero aun me costaba despertar sintiendome en paz. Aun creia que estar viva, era pura suerte y nada mas. Habia dias en los que preferia estar dormida mas tiempo, asi como sucedio despues del accidente. Era tan relajante, me sentia tan bien. Claro que tambien ayudaba esa voz, la voz del hombre que me atropello. No sabia quien era, solo que era joven y guapo; palabras de mi madre. Vino a verme durante mas de una semana, hasta que dejo de hacerlo. Estuve en coma tres meses, descansando, y cuando desperte todos los recuerdos me vinieron como una rafaga de viento, haciendome mas dano que mis propias heridas. Y es que dolia recordar que me habian dejado plantada en el altar, solo por no ser lo suficientemente fuerte como para superar algo que aun hoy era incapaz de hacer. Era todo demasiado complicado y, Carlos, lo complico aun mas. Solo esperaba que donde quiera que estuviera, porque desde que salio de la iglesia no supimos nada mas de el, encontrase esa felicidad que tanto..., que ambos ansiabamos. --Judith, Judith. --Fernanda puso una mano en mi hombro, despertandome de mis pensamientos. --Eh, dime. --Te has quedado en Babia. ?Estas bien? --Si, tranquila. --?Segura? --insistio algo preocupada. Asenti dandole un bocado a la magdalena casera de su madre. Dora, la madre de Fernanda, siempre nos traia comida, dulces y todo lo que sabiamos que iba a las caderas. Aunque en eso yo no tenia queja, mis caderas eran bastante pronunciadas y la talla cuarenta y dos a veces me apretaba. Aunque tampoco ayudaba la estatura, mi metro sesenta y uno no era compatible con mi peso. Pero aun asi, yo me veia estupenda, nunca tuve complejos en ese sentido. Sin embargo, Fernanda era alta y delgada; demasiado, a decir verdad. Siempre me metia con ella llamandola jirafa, o esqueleto andante. Lo hacia de carino, todo hay que decirlo. Pero la adoraba con toda mi alma. Desde que la conoci en el instituto, cuando estabamos en la edad del pavo y teniamos la cara llena de acne, no nos separamos ni para ir al bano. Ella llego desde Venezuela, algo aterrada por ser la nueva y en un pais diferente, pero yo me propuse ser su angel de la guarda y nos hicimos casi hermanas. Hasta su madre y la mia ya lo eran y pasaban muchas tardes juntas, bebiendo, comiendo y poniendonos a caldo. Nos criticaban solo por no pasar tiempo con ellas, no podian entender que nosotras eramos personas muy ocupadas entre los estudios, el trabajo y las juergas a las que Fernanda me obligaba a ir. Sobre las once de la manana sali de mi apartamento junto con Fer. Ella se dirigio a su trabajo, era cocinera en uno de los restaurantes mas conocido de Madrid; y yo me dirigi a la universidad para hacer el dichoso examen que no llevaba preparado, aunque me hubiese levantado a las seis. Era un desastre. Al llegar a la universidad, me sente en la ultima fila y deje el tiempo pasar mientras me comia la cabeza buscando las respuestas correctas del examen. Las manos me sudaban tanto que el lapiz se me cayo al suelo dos veces. El profesor ya me miraba mal y con eso me demostraba que si por el fuera, estaba suspendida. --Joder --musite, tan bajito que solo yo debia escucharlo. Aunque siempre estaba el tipico que estaba pendiente a todo y el siseo tenia que darmelo. Mire a mi derecha y dos sillas mas alejadas de mi, estaba el susodicho que me callo. Lo mire con el ceno fruncido en cuanto se puso un dedo en los labios, insistiendome. --Callate tu, pesado --respondi supuestamente bajito, supuestamente, porque el profesor se acerco a mi y me quito el examen de entre las manos. --Creo que has terminado, ?verdad? --aseguro, mirandome con una ceja alzada. Trague saliva hecha un manojo de nervios. Nunca en mi vida me habia pasado esto. Negue, aferrandome al folio del examen, casi tirando de la hoja porque el tambien lo hacia. --Suelte el examen, Srta. Robles. --No es justo, el ha sido el culpable --me queje como si fuese una nina pequena. --No mienta, llevo observandola un buen rato y el Sr. Castillo no ha hecho mas que intentar callarla. Rode los ojos ofuscada y me levante para despues empezar a recoger mis pertenencias. Me di cuenta de que el estupido con apellido estupido no dejaba de mirarme con una sonrisa llena de suficiencia que le hubiera quitado de un punetazo. El profesor Navarro tampoco dejaba de mirarme y ambos me tenian hasta el mismo... Me di la vuelta tras terminar de recoger y me dirigi hacia la puerta para marcharme; porque, si no me iba a dejar de terminar el examen, ?para que quedarme en el aula? --Espere, Srta. Robles. Manana la quiero aqui a las nueve de la manana. Tendremos una tutoria --exigio el muy... <>. Asenti con una sonrisa fingida y sali de alli y, por consiguiente, de la universidad. El haber salido mas temprano me dejaba tiempo para aburrirme, asi que me subi a mi coche y conduje hasta la casa de mis padres para verles. Hacia ya una semana que no los veia, pero es que con los examenes estaba demasiado estresada como para lidiar con ellos por mas de media hora. No era que no los aguantara, pero mis padres se pasaban el dia quejandose por todo y eran agotadores. Cuando llegue, aparque en el aparcamiento de mis padres y me encamine al ascensor para despues marcar el numero tres. Ya frente la puerta, toque un par de veces y me abrio la puerta mi madre. --Hombre, pero si tengo una hija --se quejo, obligandome a desear irme sin llegar a pisar la casa. --Mama, no empieces, por favor --pedi en tono conciliador. --Es que no me negaras que parece que solo tengo a Jesus. Me dejo pasar tras darle un beso en la mejilla y fui hasta el salon para sentarme en el sillon de mi padre. Como no estaba, cosa rara, aproveche porque el sillon era tan comodo que hasta seria capaz de echarme una buena siesta. --?Donde esta papa? --me interese viendo como recogia la ropa que tenia sobre el sofa. --Ya sabes, a esta hora esta con los amigotes tomandose una cerveza en el bar de la esquina. A no, como lo vas a saber si no vienes a vernos --volvio a quejarse y yo puse los ojos en blanco. --Hace bien --respondi sin ser consciente de lo que mi respuesta iba a provocar en mi madre, ademas de evitar su chascarrillo. Que, de llegar a saber que se pondria asi, me hubiese callado. El problema estaba en que yo era igual que mi padre, no era capaz de cerrar la boca cuando habia que hacerlo. Era un defecto que teniamos ambos, segun mi madre.

  • Oportunidad prohibida, Eva Nieto de Eva Nieto

    https://gigalibros.com/oportunidad-prohibida-eva-nieto.html

    Eva es una prestigiosa periodista y presentadora de television, con suficiente cache como para que las cadenas y marcas se peleen por ella. Convertida en un icono mediatico con miles de fans, todo cambia cuando conoce a su nuevo jefe, Roberto. Roberto, un hombre astuto, seguro de si mismo, alto, atletico, dominante con sonrisa de diablo. y familiar. Su antiguo amor de instituto, separados al estudiar en universidades de ciudades diferentes, se acababa de convertir en su nuevo jefe. Desde entonces, todo comenzo a tambalearse. La seguridad, confianza y ego de Eva comenzaban a desinflarse. Todo su mundo comenzaba a temblar, rodeada por un antiguo amor al que creia olvidado, enterrado, pero que de repente estaba mas vivo que nunca. Roberto habia cambiado, y se habia convertido un hombre al que era muy dificil dificil decir que no. Advertencia: Una novela romantica y erotica con un hombre dominante y sexo explicito. Dirigida a un publico maduro.

  • La Sonrisa de Angelica de Andrea Camilleri

    https://gigalibros.com/la-sonrisa-de-angelica.html

    Una serie de robos ejecutados de forma extremadamente ingeniosa y audaz se extienden de la noche a la manana entre los habitantes mas adinerados de Vigata. Los cacos logran desvalijar simultaneamente la residencia principal y la de veraneo, y, en pocos dias, enormes sumas en efectivo, joyas y valiosisimas obras de arte pasan de las manos de sus duenos a las de estos expertos delincuentes que, en apariencia, lo tienen todo calculado. Con la llegada de una enigmatica misiva anonima en la que el cerebro de la organizacion reta a Salvo Montalbano a jugar una suerte de partida de ajedrez, el caso se convierte rapidamente en un desafio para nuestro comisario. Pero lo que de verdad complica las cosas es la aparicion en escena de Angelica Cosulich, una de las victimas de los robos. La belleza fulgurante de esta joven treintanera de sonrisa luminosa trastorna profundamente a Salvo, pues es la viva imagen de la Angelica del Orlando furioso, el ideal femenino que protagonizo las fantasias adolescentes del comisario. Como Orlando, Montalbano debera luchar simultaneamente en distintos flancos: por un lado, confuso y obstinado, contra los achaques de la edad --se esta acercando a los sesenta--, y por otro, contra la atraccion de una mujer a la que es incapaz de resistirse. Con las hilarantes aportaciones de Catarella y las dosis de genial improvisacion con las que el comisario elude los intentos disciplinarios de sus superiores, La sonrisa de Angelica es una de las aventuras mas emocionantes y divertidas de la serie.

  • Irina de Empar Fernandez

    https://gigalibros.com/irina.html

    Una nina que sobrevivio al silencio y a la distancia, una novela sobre la tragedia del exilio republicano en Rusia.

  • Un pequeno favor de Darcey Bell

    https://gigalibros.com/un-pequeno-favor.html

    Te pidio que cuidaras de su hijo.

  • El Camino De Gala de Edurne Cadelo

    https://gigalibros.com/el-camino-de-gala.html

    Gala acaba de volver a su ciudad, vive con su amiga Zoe, le repele la palabra “amor” y solo quiere volver a ser feliz, sin complicaciones.

  • En tierra de lobos de Luis Garcia Jambrina

    https://gigalibros.com/en-tierra-de-lobos.html

    <>

  • Flechazo y malentendido (Bay Village 1) de Tamara Balliana

    https://gigalibros.com/flechazo-y-malentendido-bay-village-1.html

    Amy regenta una cafeteria en el Bay Village de Boston y, aunque le encanta su trabajo, este no le deja tiempo para nada mas. En un intento de encontrarle pareja, su madre le presenta al encantador y atractivo teniente Tom McGarrett, con quien volvera a coincidir al dia siguiente, tras ser victima de un atraco. Sospechosamente, una de las empleadas de la cafeteria desaparece de forma misteriosa poco despues y Amy decide empezar a investigar por su cuenta. Esto la llevara a conocer los lugares mas turbios de la ciudad y tambien a Cole, el seductor y peligroso jefe de una banda criminal.

  • Camino a renacer de Anabella Franco

    https://gigalibros.com/camino-a-renacer.html

    Con Camino a renacer, Anabella Franco retoma la historia de amor de Julian y Natalia. La novela que las lectoras estaban esperando.

  • Sangre de fuego (Sangre de hielo 2) de Elly Blake

    https://gigalibros.com/sangre-de-fuego-sangre-de-hielo-2.html

    Descubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.

  • El caliz y la espada de Bernardo De Worms

    https://gigalibros.com/el-caliz-y-la-espada.html

    Corre el ano 797 y el reino de Carlomagno esta a punto de alcanzar su apogeo. La espada del monarca se ha convertido en garante de la estabilidad de la Iglesia en cuanto se refiere a su poder secular, pero tambien de su expansion a nivel de dominio espiritual en Europa. Pronto el Papa Leon III lo coronara Emperador de occidente. Sin embargo, en una abadia de Alemania, se conserva, protegido por el mayor secreto, un objeto fabuloso que, se dice, otorga un poder ilimitado al Rey; pero que, por esa misma razon, despierta un prurito inmoderado de posesion entre sus enemigos. A la muerte del nonagenario Ramiro, discipulo del monje que lo habia sacado de Espana para evitar que cayera en manos de los musulmanes y cuya reputacion de mago omnimodo lo habia convertido en su temible custodio, se desencadena en la abadia, entre los diferentes grupos de espias a sueldo de las grandes potencias de la epoca, una lucha cruel por apoderarse de el o, cuanto menos, de usarlo en beneficio propio. Para ello, no dudaran en asesinar y torturar. Sin embargo, cuando al fin consiguen hallarse ante el objeto de todos sus deseos, mueren sistematicamente, pues desconocen la clave que les hubiera permitido un uso eficaz. Bernardo, un joven novicio recien llegado al monasterio, acabara descubriendola.

  • Trigesimo cumpleanos de Jossy Loes

    https://gigalibros.com/trigesimo-cumpleanos.html

    Trigesimo cumpleanos es una novela escrita en el 2014 y reeditada incluyendo escenas y un extendido epilogo.
    Emma es una joven anglo-canaria, con una carrera exitosa y grandes amigos, aunque no todo en su vida es como esperaba, su parte sentimental es nula. El dia de fin de ano anunciaria su ascenso de directora creativa en una gran agencia de publicidad y su hermana menor decide opacar la noticia con otra: !se casa!
    Todas las miradas recaen en Emma, haciendole recordar un detalle importante. !Su edad! Emma cumpliria treinta anos en el recien comenzado ano 2013 y deberia asentar cabeza.

  • Lineas de Sangre (Canada 3) de Mariah Evans

    https://gigalibros.com/lineas-de-sangre-canada-3.html

    Nicholas, jefe de la division, y Melanie se conocen una noche en un bar. Entre ellos existe una gran atraccion que los llevara a iniciar una relacion amorosa. Pero al parecer es incompatible con los planes de La division. Deben detener como sea a la bruja Agnes que se halla en paradero desconocido. Para ello contaran con la ayuda de una nueva division: la espanola.

  • Hinun de Christian Martins

    https://gigalibros.com/hinun.html

    Denahi y Magena son mas felices que nunca. Han comenzado una nueva vida en la reserva y la suerte parece sonreirles.
    ?Dejaran “Los Calaveras” que la chica apache continue con su vida y pueda formar su familia junto al rey de la tribu?
    Mas erotica, mas intensa y mas peligrosa.
    Descubre esta tercera y ultima parte de la trilogia.

  • La lluvia en Sevilla es una maravilla de Erina Escala

    https://gigalibros.com/la-lluvia-en-sevilla-es-una-maravilla.html

    Sevilla es la ciudad mas bonita del mundo, claro, para nosotros los sevillanos. Siendo imparcial, lo es. Yo, siempre he sido una chica que aparte de nacer en Camas, a tres kilometros de Sevilla, soy muy sevillana. Me gustan todas las fiestas, hasta los carnavales de Cadiz. Mis fiestas empiezan en Navidades, me encanta cuando mi madre hace un Belen de exposicion en mi casa. Tiene la costumbre de ir todos los anos a la Avenida de la Constitucion, en Sevilla, medio mes antes de las Navidades y alli, hay un mercadillo de puestos navidenos, y cada ano, se trae algo y ya no le cabe en la mesa, el Belen. Tiene overbooking. Necesitamos una mesa mas grande y eso que es rectangular y grande. Hace campos de sembrados, puestos de telas, caminos de tierras diferentes... Vamos, !una pasada! Precioso. Luego hace el arbol de Navidad con imaginacion, barato y distinto cada ano y queda precioso, y luego esta la comida. Dos dias entre canapes, solomillo al wiski, patatas arrugadas pequenas, los postres, el caldo de gallina con picadillo, el coctel de mariscos, que ya los quisiera un catering. Bueno, mi madre es muy buena cocinera. Se llama Gracia y sabe hacer de todo, o casi de todo. Luego estan los regalos, en Reyes, es como una nina. Una vez que termina la Navidad y tengo en el arbol miles de regalos porque soy hija unica, despues, llegan los carnavales y me voy a Cadiz con mis amigas. A veces conseguimos entrar en el teatro Falla si logramos sacar entradas el dia que salen. Aqui en Camas, nuestros amigos tienen una chirigota tambien, y vamos con ellos a distintos pueblos y han ganado algunos premios. De ahi, pasamos a la Semana Santa, la Feria y el Rocio y tengo trajes para todo, hasta de mantilla negra de Semana Santa, porque me hice hermana de San Gonzalo, que sale el lunes santo. Y de gitana, al menos me compro uno cada dos anos. Sin embargo, no todo ha sido ni es fiesta en mi vida, soy una buena estudiante, inteligente sin vanidad. Y asi pase mi infancia, adolescencia, y juventud, estudiando y con mis amigos y fui una nina querida por mis padres y ellos siempre se llevaron bien. Siempre vi amor en mi casa. En mi casa nunca vi una palabra malsonante entre ellos y nunca me falto de nada, sin estridencias ni lujos caros. Todo era acorde con la situacion economica de mis padres, que eran de clase media baja. Y ahi tambien fui cumpliendo anos, termine la carrera y el master correspondiente. Me encontraba en plena busqueda de mi vida laboral. Aunque llevaba unos anos trabajando los fines de semana por las noches en un bar de copas de Camas para ahorrar un dinerillo y aprender ingles a la perfeccion La lluvia en Sevilla es una maravilla, o eso dice el dicho. Pero eso no me convenia ese dia precisamente. Nunca llueve en Sevilla, salvo ese maldito dia en que yo, no lo necesitaba. Habia acabado la Universidad y un Master en la misma Universidad de Sevilla en Marketing y Publicidad. Era una buena chica, estudiosa y habia sacado buenas notas. Habia hecho mis practicas en dos empresas distintas, en una para el Master y en otra para la carrera. Tenia mis trabajos de fin de carrera y Master con matricula de honor. Pero de lo que no tenia, ni idea, era de trabajar en una Empresa, exceptuando las practicas y de camarera los fines de semana sirviendo copas. Y eso es lo que necesitaba ya, porque iba a cumplir veinticuatro anos y aun no habia cotizado ni un mes. Llevaba ya dos meses mirando infojob y echando curriculums. Me apunte a cuantos portales de trabajo que habia en internet, al sae, hice una lista de empresas de publicidad y marketing importantes y menos importantes y envie mi curriculum y mi carta de presentacion. Salvo mis notas, mi master y hablar perfectamente ingles, ademas de las practicas en las empresas... Nada mas. No me achantaba ante nada, ni ante nadie. Si no habia trabajado en lo referente a mi carrera, no tenia experiencia y si no tenia experiencia... ?Como me iban a contratar para trabajar? Era la pescadilla que se mordia la cola. Y eso le pasaba a la mayoria de los jovenes de mi edad y a mis amigos. Si no tienes padrino, no te bautizas. Yo hablaba ingles perfectamente porque todos los anos en vacaciones de la Universidad, trabajaba como una loca en un bar de copas nocturno los fines de semana, sin asegurar. Guardaba el dinero y el ultimo mes antes de volver a la Universidad me gastaba el dinero en un curso de ingles en Londres. Hasta que aprendi el idioma perfectamente. No tenia coche, ni suerte en encontrar trabajo, por lo visto. Ya que llevaba dos meses buscando y nada, no recibia una llamada por telefono o no me seleccionaban o me eliminaban a la primera de cambio. Ya me estaba desesperando y me veia trabajando en cualquier cosa que en nada tenia que ver con mi carrera. Gracias a los fines de semana en que trabajaba en el bar de copas, en Camas, Sevilla, donde habia nacido y donde vivia, mis padres no tenian que darme una paga semanal para salir. De todas formas, salia poco porque el dinero lo guardaba para Londres. Tengo veinticuatro anos, me llamo Rocio, tengo el pelo algo ondulado y largo y castano oscuro, los ojos verdes y no paso del metro sesenta, si llego. Tengo la talla treinta y ocho. Claro que en el Berska, tengo casi la treinta y cuatro, pero eso, seria enganarme a mi misma. Mi madre me lo dice. No te enganes con las tallas. Los vaqueros elasticos siempre te quitan una talla. Pero lo que tienes es lo que tienes. Me gusta ir al Airesur, o a otros centros comerciales o al centro de Sevilla, como todas las chicas y comprarme alli la ropa, aunque he crecido un poco y ya me gusta menos ir, porque vas a cualquier lado y estamos cinco chicas vestidas iguales, que parece que estamos de uniforme en un colegio de monjas. Asi que rebusco en mercadillos y tiendas del pueblo que son baratas y tienen ropa mona tambien. En los chinos me da rabia entrar. No se por que. Tengo que buscarme la vida. No quiero pedirle dinero a mis padres, que me han pagado una carrera y un master, y aunque haya tenido beca, no ha dado para todo y se que han invertido en mi educacion. Amigas tengo, pero ya casi todas tienen novio. Si salia poco, ahora menos. Y las de la Universidad tengo que coincidir con ellas en Sevilla. Y los fines de semana trabajo... De hombres, ni hablo, mi suerte esta echada hasta que encuentre un hombre y digo hombre, no nino o ninato o tios que beben sin sentido hasta caerse en la calle y eso lo veo los fines de semana. No me gustan los tios que beben, ni con ese tipo de personas voy a tener relaciones sexuales. No se que es eso aun. Ni tampoco tengo ganas de echar un polvo asi de esa manera. No es mi estilo. No es culpa mia no haberlas tenido, o si, pero entre elegir en el instituto al mas feo o al amigo gay, en la Universidad a tu amigo el gordito y al que se pega como una lapa intelectualillo con gafas, elijo quedarme como estoy. Soltera y entera. Es que he tenido mala suerte en ese sentido. Ahora, me gustaria tener una parejita como la tienen algunas de mis amigas. Cierta envidia me dan, cuando van de la mano o se besuquean con sus parejas. Mi vida es maravillosa, si. Un dia que fui al Hipercord, me dio por comprar un par de libros de autoestima, como yo los llamo a ver si me queria un poco mas y me diera alegria para encontrar un trabajo. Compre uno de un escritor argentino, un psicologo, como todos los argentinos, pero este en concreto me gusto y costaban baratos los libros, porque los compro de bolsillo. Creo que se llamaba Stamateas o algo asi, y el libro que compre: gente toxica y me dio un subidon de energia vital y me dije que iba a conseguir lo que queria. Como habia echado tantos curriculums, al final, al cabo de dos meses, me llamaron para una entrevista. Hasta yo misma me asombre de ello. Sin tener experiencia y me llaman. Lo que tenia claro es que si me querian de becaria que buscaran a otra. Yo no iba a trabajar gratis ni por trescientos euros, ocho horas. Me negaba. Preferia ir a limpiar casas por diez euros la hora sin impuestos o servir copas los fines de semana. Se perfectamente que lo de los becarios se lo inventaron para que trabajaramos gratis y los master para que las universidades ganaran dinero. Nos quitaron un ano de estudios, pero para que pagaramos el cuarto al que llamaron master. Menuda cara tienen estos politicos. Bueno. Yo estaba ilusionada, pero mi caracter ariano, me llevo a pensar mas alla. Siempre he sido creativa, imaginativa, pero ya pensaba por adelantado y en mi cabeza me enfadaba hasta con el que me hacia la entrevista, antes de verlo incluso. Tenia conversaciones y enfados. Hasta dialogaba con el tio que me ofrecia ser becaria y lo mandaba al carajo. En fin, tenia que ser positiva. Mi mente corria como la polvora y debia pararla. Habia pasado la Semana Santa y en dos dias yo tendria mi primera entrevista de trabajo. Rebusque en mi armario y encontre una camisa negra y un traje de chaqueta y pantalon ajustado de color blanco, elegante. Unos tacones negros altos. Un bolso negro y me recogeria el pelo en una coleta alta como Angelina Jolie. Debia llevar algunos trabajos de diseno que yo habia hecho, asi que llevaba una carpeta con los trabajos fotocopiados. La empresa era americana, o eso pense por el nombre Cuth12.com. Cuando recibi la llamada telefonica para la entrevista, dos dias antes, desde Torre Triana, quinta planta a las doce de la manana, me fui corriendo, abri mi ordenador y me puse a buscar informacion de la Empresa. Era nueva. Aun no habia comenzado a implantarse en Sevilla, pero si tenia ya dos sucursales en Espana, una en Barcelona y otra en Madrid. Era una empresa joven y buscaba personal para Sevilla. La empresa en cuestion era relativamente nueva. Del 2015. Era una empresa con soluciones globales en marketing. Realizaban un servicio completo de optimizacion web para los motores de busqueda, en realidad un servicio completo de marketing digital. Un rollo para quien no lo entienda, pero a mi me encantaba el marketing y el diseno unido y tampoco me voy a poner a explicar aqui cuatro anos de carrera.

  • La bendicion de Nancy Mitford

    https://gigalibros.com/la-bendicion.html

    Me parece que el caballero extranjero tiene muchisima prisa, querida. Y, efectivamente, en la casa de Queen Anne's Gate --que era bastante grande, lo que solia llamarse una casa familiar-- retumbaba la impaciencia. Alguien daba ruidosas pisadas, movia muebles, abria y cerraba de golpe las ventanas y carraspeaba de forma exagerada. --!Ejem!, !ejem! --Nanny, ?cuanto rato hace que esta aqui? --Yo diria que casi una hora. Se ha entretenido un rato tocando el piano rapida y estrepitosamente. En cuanto John ha ido a decirle que habias llegado y que le recibirias enseguida, ha empezado este escandalo. --Ve tu, querida, y dile que espere un momento mientras me quito estos pantalones --le pidio Grace mientras se limpiaba vigorosamente el cuello con un pedazo de algodon--. Cuanta mugre. Lo que necesito es un bano. La puerta del salon se abrio de golpe. --?Me va a recibir si o no? No habia duda de que era una voz extranjera. --Esta bien, de acuerdo. Ahora mismo bajo --miro a Nanny riendo y anadio--: Acabara hundiendo el suelo, como Rumpelstiltskin. Pero Nanny dijo: --Querida, ponte un vestido, no puedes bajar asi. --?Prefiere que suba yo? --pregunto la voz. --No, no, ya voy. Y Grace bajo corriendo, sin haber podido cambiarse los pantalones de la A.R.P., organizacion que se ocupaba de prevenir y ayudar en caso de bombardeos. El frances, alto, moreno y elegante, llevaba el uniforme de las fuerzas aereas francesas y estaba de pie en el rellano de la escalera, con las dos manos sobre la delicada barandilla de madera. Parecia a punto de arrancarla. Cuando vio a Grace, lanzo un suspiro, como si su apariencia fuese una agradable sorpresa, y pregunto: --?Es un uniforme? No esta mal. ?Recibio mi nota? --Hace un momento --dijo Grace--. He estado en la A. R.P todo el dia. Entraron en el salon. --Su letra es muy dificil de entender. Seguia intentando descifrarla cuando he oido todo ese jaleo… parecia la Revolucion francesa. Debe de ser usted un hombre muy impaciente. --No. Pero no me gusta que me hagan esperar, aunque tengo que confesar que este salon da mas satisfacciones que la mayoria. --No le hubiese hecho esperar de haber sabido un poco antes que… ?Por que no…? El habia dejado de escucharla, estaba mirando los cuadros colgados en la pared. --Me encanta este Oliver. ?Por que no me lo regala? --Porque es de papa. --Ah si, claro. Sir Conrad. Es muy conocido en Oriente Medio, pero supongo que eso usted ya lo sabe. La Comision Allingham, !ah, el muy astuto de sir Conrad! Despues de eso, esta en deuda con mi pais. Dio media vuelta, miro a Grace como si ella misma fuese un cuadro y dijo: --Natoire o Rosalba. A usted podria haberla pintado tanto el uno como la otra. Bueno, ya veremos, el tiempo lo dira. --Papa adora Francia. --Seguro. Los ingleses que adoran Francia son siempre los peores. --?Los peores? --Los hombres acaban matando lo que mas aman, ?sabe? Bueno, olvidelo. --?Viene de El Cairo? --se intereso ella--. Creo que en su carta ponia algo de El Cairo y de Hughie. ?Le ha visto? --He visto al prometido. --?Me trae noticias suyas? --Buenas noticias o, lo que es lo mismo, ninguna noticia. ?Por que pone Drouais en ese cuadro? --Porque sera de Drouais, supongo --respondio Grace con la mas absoluta indiferencia; habia crecido rodeada de objetos hermosos y apenas les prestaba atencion. --?Ah, si? ?Que le hace pensar eso? --?Es usted marchante de arte? --Coleccionista. --Dijo que traia novedades. Naturalmente, crei que esa era la razon de su visita, contarmelas. --?Tiene chocolate con leche? --No, estoy segura de que no. --Bueno, olvidelo. --?Le apetece un coctel o una copa de jerez? --Me encantaria un jerez. --?Le gusto El Cairo? Hughie dice que es divertidisimo. --El museo es maravilloso, pero no hay cuadros, claro. En cambio, los millonarios, pobrecillos, tienen cuadros increibles (realizados en estudios donde pintan Renoirs y Van Goghs ex profeso para millonarios) por los que han pagado precios increibles, pero que no logran saciar mi sed de arte. Algunos de sus Corots ni siquiera son obra de Trouillebert. Ya lo ve. Asi que esta tarde me he ido a la National Gallery. Cerrada. La guerra tiene estas cosas. Ahora entendera que el salon de sir Conrad me haya parecido un oasis, aunque en algun momento habre de tener unas palabras con el sobre ese Drouais, por llamarlo de algun modo. --Me temo que en este momento no encontrara muchos cuadros en Londres. Papa ha mandado sus mejores piezas al campo, y la mayoria de la gente ha cerrado sus casas, ya sabe. --No importa. Me encanta Londres, incluso sin cuadros, y me encantan las mujeres inglesas. --?De verdad? ?No le parecemos muy poco elegantes? --Claro. Eso es lo que las hace tan divertidas y misteriosas. ?Que pueden estar haciendo todo el dia? --?Haciendo? --Si. ?Como llenan ustedes esa eternidad de tiempo que las francesas dedican a que les laven el pelo, a probarse sombreros, a ver colecciones, a hablar con la lingere…? ?Como se dice lingere en ingles? --Lencera. --Pasan horas y horas con la lencera. Que palabra tan rara, ?esta segura de que se llama asi? En fin, las mujeres francesas siempre dan la impresion de que arreglarse es un trabajo de jornada completa. Pero ustedes, las inglesas, son como las flores en una cesta. No estan arregladas, lo cual resulta muy apropiado cuando se trata de flores silvestres. --Volvio a mirarla larga y apreciativamente--. Pero ?que hacen durante todo el dia? Ese es el gran misterio. --Me temo --admitio ella riendo-- que dedicabamos el tiempo (no ahora, claro, antes de la guerra) a comprar ropa y sombreros y hacernos lavar el pelo. Quiza el resultado no fuese el mismo, pero le aseguro que nos esforzabamos muchisimo. --No diga mas, por favor. Mantengame en la ignorancia, eso la hace mucho mas interesante. Le ruego que me deje seguir creyendo que las horas pasan para usted como en un sueno, que esos ciegos ojos azules que no ven nada de lo que les rodea, ni siquiera los cuadros de su padre, estan vueltos hacia su interior, hacia un pais de hadas anglosajon que le pertenece solo a usted. ?Tengo razon? Tenia bastante razon, aunque quiza ni ella misma lo supiese. Se quedo pensativa un momento y dijo:--Justo antes de la guerra solia tener un sueno terriblemente emocionante en el que huia de los alemanes. --Se ha de huir siempre de los alemanes. Son aburridisimos. --Pero mi vida ahora es lo mas soso del mundo, a duras penas puedo soportarlo. Casi prefiero que caigan bombas. --Lamento tener que decirselo, pero que la vida sea sosa es culpa de uno mismo. Para mi nunca lo es. --?Nunca se aburre? --A veces me aburro de la gente, pero nunca de la vida. --Que suerte. --Quiza la lleve a bailar. Pero ?adonde? Aqui las salas de fiestas deben de ser horribles. --Depende de con quien se vaya. --Ya veo. Como las salas de fiestas de todas partes. ?La recojo a las ocho, pues? Me encanta que dejen la ciudad a oscuras. Segui el adiestramiento de piloto de bombardero nocturno, vole tras las lineas alemanas dejando caer encantadoras octavillas, asi que puedo encontrar el camino guiandome por las estrellas. Eso me da seguridad, algunas veces demasiada, lo admito. Asi pues, cenaremos en el Hotel Connaught, donde me hospedo y donde sirven un delicioso plat sucre. ?Como se dice plat sucre en ingles? No me lo diga, ya lo se: postre. --?Como es que habla un ingles tan excepcional? --Mi madre era inglesa. Pero aun asi es excepcional, ?verdad? Puedo recitar <> entera, pero no ahora. A las ocho en punto, pues. --Le estare esperando --dijo Grace. El frances bajo las escaleras corriendo y salio de la casa, y ella, desde la ventana, le vio dirigirse a toda prisa hacia St. James's Park. Entonces subio a su habitacion, saco un monton de ropa de varios cajones y armarios, la dispuso sobre la cama, y empezo a ir de un lado a otro preguntandose que diablos iba a ponerse. Nada parecia lo bastante adecuado. Entro Nanny. --!Santo cielo! Esta habitacion parece un mercadillo. --Preparame el bano, querida. Voy a salir a cenar con ese frances. --?De verdad, querida? ?Y como se llama? --Caramba. No se lo he preguntado. --Vaya. Bueno, de todos modos, en mi opinion, todos los nombres franceses se parecen. 2 Se llamaba Charles-Edouard de Valhubert. Aproximadamente un mes despues, le dijo a Grace:--Puede que me case contigo. Grace, que nunca habia estado tan enamorada, intento no perder la cabeza y que no se notase que estaba a punto de desmayarse de felicidad. --?De verdad? --pregunto--. ?Por que? --Dentro de diez dias regreso a Oriente Medio. La guerra esta a punto de empezar, puede pasar cualquier cosa, y necesito un hijo. --Que practico eres. --Si. Soy frances. <> --canto. Siempre cantaba trocitos de canciones como este. --Pero, desgraciadamente, no tendras una belle-mere. Murio, la pobre, hace muchos anos. --Debo recordarte que estoy prometida a otra persona. --Debo recordarte que tu comportamiento de un tiempo a esta parte no ha sido el de una prometida fiel. --Un poco de coqueteo no significa nada en absoluto. Estoy prometida y no hay mas que hablar. --Prometida, si. Pero casada y enamorada, no. --Encarinada. --?Ah, si? --?De verdad viste a Hughie en El Cairo? --Le encontre muy soso. Dijo: <>. No parece muy inteligente por su parte. Asi que te visite. Es un tipo aburrido. --Muy guapo. --Si. ?Que te parece el miercoles? --?El miercoles que? --La boda. Ahora tengo que ir a hablar con tu padre, ?donde lo puedo encontrar? --A estas horas estara en la Camara de los Lores. --Nunca hubiese imaginado que iba a acabar como yerno de la Comision Allingham. Que rara es la vida. Despues volvere y te llevare a cenar. Al dia siguiente, sir Conrad Allingham fue a visitar a la senora O'Donovan, una viuda con la que hacia muchos anos que mantenia una tierna amistad. En realidad, sir Conrad preferia hacer el amor --pasatiempo al que dedicaba mucha energia-- con las profesionales, ya que le parecia embarazoso hacerlo con mujeres a las que habia conocido en otras circunstancias y con las cuales no lograba nunca relajarse del todo. Pero disfrutaba enormemente de la compania de las mujeres, algo poco habitual entre los caballeros ingleses, e iba con frecuencia a visitar a la senora Donovan a su soleada y luminosa casita con vistas al Chelsea Hospital, para charlar durante una hora o mas. Ella siempre estaba en casa y siempre se mostraba encantada de recibir visitas. Tenia numerosos amigos entre los politicos de derechas mas intelectuales. Pero le tenia una estima especial a sir Conrad; cuando hablaba de el le llamaba <>, y no estaba para nadie mas cuando el venia a visitarla. Se decia que el, por su parte, no daba un solo paso sin consultarla antes.--?Has visto a Charles-Edouard de Valhubert? --le pregunto, sin mas preambulo. --?El hijo de Priscilla? --Si. --?Esta en Londres?

  • Nomeolvides (Coraje 1) de Kris L. Jordan

    https://gigalibros.com/nomeolvides-coraje-1.html

    Dos hombres diferentes e inmersos en mundos distintos se enfrentaran a sus miedos.
    Martin es un policia de Manhattan obsesionado con resolver un caso de asesinatos en serie. Aterrado con el parecido que tiene su hermana con las victimas, intenta sobreprotegerla. Pero no podra hacer nada frente a la pasion que ella sentira por una persona inadecuada.
    Las pistas que ha dejado el asesino son escasas, el tiempo corre y Martin sabe que habra otra victima. ?Conseguira atraparle a tiempo?
    A su vida estresada, se une la aparicion de un fantasma que parece necesitarle e intenta comunicarse con el de manera desesperada.
    Ivan ha luchado por vivir, por salir adelante en un mundo corrupto. Abandonado en un Hospicio, aprendio a ocuparse de si mismo sin importarle los demas. Anos despues le persigue el sueno visionario de sor Mari, que le previene de una mujer que de manera casual aparecera en su vida. Pero no podra resistirse a su pasion, porque su corazon sera quien tome las riendas.
    ?Que tienen en comun un policia y el dueno del mejor club de striptease y prostitucion de Manhattan?

  • La ciudad roja de Olga Ries

    https://gigalibros.com/la-ciudad-roja.html

    Los ultimos anos del siglo XVI. El Nuevo Mundo. La joven Anna Blome de Lubeck, Alemania, viaja, sola y vestida de hombre, por los paises recien descubiertos. Cuando llega a La Imperial, una de las ciudades mas australes del mundo conocido, encuentra el cadaver de la abadesa del monasterio local. Anna intentara resolver el asesinato y asi recomendarse al gobernador del Reino de Chile. Pero, ?puede su plan funcionar? ?O quedara atrapada en el conflicto entre los espanoles y los indigenas? ? En que se metio?

  • Anatomia de un segundo de E. Wolf

    https://gigalibros.com/anatomia-de-un-segundo.html

    Solo un segundo ha necesitado Catherine MacDonnell para saber que el hombre con el que va a casarse no es quien ella creia. Ese duque aparentemente arrogante y aburrido resulta ser tambien una inestimable ayuda para la Scotland Yard, en especial sus conocimientos medicos. En un instante, Huxley Hamilton se ha dado cuenta de que su matrimonio va a ser de todo menos inapetente y anodino. Y todo por los delirios de su futura mujer de encontrar un asesino con sus "artes adivinatorias". Un segundo es lo que tardan ambos en odiarse y quererse por igual. Pero hay algo que ambos desean, y es atrapar al asesino que esta llenando de cadaveres las calles de Londres, y parece que solo lo lograran si unen sus fuerzas.

  • Corazon Feliz de Sophie Kiss

    https://gigalibros.com/corazon-feliz.html

    Michelle espera a su amor Albern el cual hace dias que no veia, cuando por fin llega el le confiesa un secreto que lleva guardado hace anos, ella al principio no le cree pero las pruebas muestran lo contrario. Albern la lleva a vivir una nueva vida pero antes ella debe ser aceptada por un grupo muy especial y conocera a alguien muy especial.

  • Tu tan cancer y yo tan virgo de Begona Oro

    https://gigalibros.com/tu-tan-cancer-y-yo-tan-virgo.html

    PREMIO JAEN 2018

  • Gamilia de Nuria Pariente Nogueras

    https://gigalibros.com/gamilia.html

    Se construyo Gamilia con la colaboracion de todos los paises del mundo, pero con suma cautela, sin alertar a la humanidad, con la antelacion suficiente a la catastrofe que era inevitable; un bunker flotante, de construccion similar a la de un submarino, pero no sumergible, preparado para albergar a 5.479 personas escogidas meticulosamente entre los gobiernos de entonces: lideres, medicos, ingenieros... No se atendio a etnias, razas o clases sociales, las mas de cinco mil personas fueron escogidas para preservar la raza humana con las mejores calidades posibles, Gamilia es un arca de Noe que solo ha salvado a una especie, la humana. Desde la capitania se hacen cumplir las leyes establecidas, aunque es el sabio Consejo quien las dicta. Para ejecutarlas no usan metodos convencionales, sino que anulan el libre albedrio de las personas de manera natural mediante severos traumas. Se trata de un sistema de control humanitario que se tuvo que implantar, y, ante la reduccion considerable de los recursos que mantienen con vida a lo que queda de la raza humana, dicho control se lleva a cabo mediante los ciclos de vida, cambiantes cada quinquenio. Cuando nacemos, nos dejan al cuidado de lo que antiguamente se denominaba progenitores, hoy los denominamos cuidadores en la primera fase. Se podria creer que, pese a las tecnicas de manipulacion mental, el crimen de quitarnos la vida con tan solo treinta anos y la anulacion casi total de nuestro poder y capacidad de decision a la corta edad de quince anos..., el Consejo muestra humanidad permitiendo que pasemos nuestros primeros anos de vida con quien nos ha concebido y traido a este mundo, quienes solo pueden tener un unico hijo o hija por pareja a sus veinticinco anos, y desde luego, no por la fusion del amor. Lejos de la realidad que pueda parecer..., todo tiene un porque, y debe quedar claro que el Consejo es de todo menos sentimental, asi que no, claro que no, en absoluto nos dejan esos primeros e importantes anos de nuestras vidas con ellos para estrechar o forjar lazos y que la transicion a la vida adulta, impuesta por Gamilia, se nos haga mas liviana. El primer cambio de ciclo para nosotros tiene lugar cuando la pareja que nos ha engendrado es llevada a la zona de sueno eterno. La criatura que habian traido al mundo cinco anos atras, entre ellos yo, es entregada a los cuidados y atenciones de otra pareja con veinticinco anos, quienes no tenian permiso para procrear entre si, porque las pruebas geneticas determinaban que un cruce entre ellos traeria un defectuoso al mundo. Asi pues, son meros cuidadores traumatizados porque no pueden tener su propia descendencia, con lo que la empatia de ellos hacia ti disminuye considerablemente, y la tuya hacia ellos otro tanto de lo mismo, ya que la tristeza estara presente en ti el resto de tus dias, pues nos inunda la perdida de lo mas parecido a un padre o madre que vayamos a conocer, y ese... es el principal objetivo enviandolos al sueno eterno. A nuestra corta edad de cinco anos, el trauma nos lo originan no solo obligandonos a presenciar la ejecucion, sino que nosotros mismos... pulsamos el boton que los convierte en polvo sin ningun tipo de anestesia, oimos sus voces, sentimos en las entranas su sufrimiento... Se aseguran de que nuestro pesar sea tan intenso que ni se nos ocurra creer que podemos... amar. Intentas no odiar a la pareja que ahora se ocupa de ti hasta tus diez anos, aunque tampoco pueden esperar que los quieras. Tan solo les agradeces sus cuidados, porque sabes que pasados los proximos cinco anos... volvera a suceder lo mismo... Los ejecutaras en el sueno eterno, asi es que, ?para que cogerle aprecio a nadie? Todos terminaremos en el mismo lugar, convertidos en polvo, y a la misma edad. Al llegar ese segundo ciclo, desprenderte de tus cuidadores no te supone lagrima alguna, pues ya llevas asumido lo que sucedera. Por ello..., tu sentimiento hacia ellos ni roza el carino, aprietas aquel boton que los convertira en ceniza sin expresion en el rostro, ya te has creado una coraza de hierro impenetrable para ese sentimiento danino que es el amor. No, los siguientes cinco anos no estas al cargo de nadie, sino de algo. Se denomina, o mas bien lo denominamos coloquialmente, el horno, un lugar en el que te pasas los proximos anos cociendo a fuego lento, de ahi su hombre coloquial, donde te preparas, entrenas, mentalizas... Ponen a prueba tu intelecto, sacan lo mejor y lo peor de nuestra personalidad, estrujan nuestras cualidades y nos hacen trabajar sobre ellas dia y noche sin descanso, porque necesitan tener claro para que sirves y donde estara tu lugar en la sociedad de Gamilia. En esta fase, la rivalidad se acentua. No sabes que sera de ti con quince anos, pero si tengo que elegir, preferiria no acabar dentro del diez por ciento de candidatos que recibiran clases sobre maternidad y cuidados de la infancia durante otro quinquenio, para luego emparejarme con un desconocido con el que engendrare un bebe o no..., segun lo que las pruebas geneticas determinen, y cuyo bebe terminara asesinandome en el sueno eterno. Es cierto que todos acabaremos alli con la misma edad, pero si solo tengo una vida y solo puedo vivirla durante treinta anos..., mejor si es con un poco mas de accion. Esta noche sera el cambio, pasare por mi tercer y ultimo cambio de ciclo, con lo que conocere mi lugar definitivo a bordo de este coloso. Gamilia se ha convertido en este largo siglo en un lugar hostil, competitivo, donde apremia la supervivencia y el interes personal de que esos cortos treinta anos que viviremos sean de la mejor manera posible, y, para mi, eso se logra luchando por un puesto en la capitania, ya que la otra alternativa seria formar parte de los vigilantes, destinados al control y represion del resto de la humanidad a bordo. Crean soldados sin sentimientos a los que no les tiembla el pulso a la hora de disolver a alguien con las armas de este futuro, las Hamlet: un disparo y eres polvo, tal y como si entraras en la capsula de sueno eterno. Los vigilantes de Gamilia tienen manga ancha para ejecutar sin dar explicaciones, son a la vez soldados, jueces y verdugos. Esta claro..., sobra gente. Me llamo Asia, en honor a uno de los continentes caidos en el holocausto arrasador que enterro a nuestro planeta. Todos los nacidos generacion tras generacion a bordo de este colosal navio tenemos nombres de territorios que antes representaban a la Tierra, que algun dia resucitaremos, y me he convertido en un ser geneticamente perfecto, primero por la seleccion que se realizo en mis progenitores y luego... por los experimentos que me han mejorado, de forma dolorosa e inhumana, y creo estar destinada a cambiarlo todo aqui, dentro de este acorazado flotante que llamamos Gamilia. CAPITULO 1 Mi habitaculo ha sido el mismo, desde que tengo recuerdo. Aqui me crie durante el primer y segundo ciclo, entre estas cuatro paredes he experimentado algun que otro buen momento con la primera pareja de cuidadores, en concreto con la cuidadora madre, pero mi mente no quiere que los recuerde; la estrategia que la capitania emplea para traumatizar a la poblacion... funciona, porque apenas me queda constancia mental de ellos. Cuando elimine a mis progenitores, la segunda pareja de cuidadores ocupo este cubiculo para hacerse cargo de mi. Yo los odiaba solo por el simple hecho de verlos usar las cosas de mis otros cuidadores; cuando presione el boton que los convirtio tambien a ellos en polvo..., este cubiculo me quedo otorgado a mi, y para mayor trauma, lo que les pertenecio a unos y otros... es ahora mio: ropa, enseres, mobiliario... Las paredes de mi departamento son de plomo, con un grosor de un metro, recubiertas en el interior por acero galvanizado. La ancestral humanidad no reparo en gastos cuando creo Gamilia ante el fin del mundo y protegio este gigantesco bunker con las mejores calidades para asegurar su durabilidad, ya no solo asegurando asi que ningun meteorito, por grande, pesado o veloz que fuera, podria traspasarla, sino cerciorandose de que la erosion, las sales marinas y la radioactividad no podrian con la gran barcaza. Este cuadrado grisaceo de escasos doce metros cuadrados es mi refugio, y en el exterior, tras la puerta de doble cierre con espesor de diez centimetros, el que se supone que es mi hogar... Tampoco he conocido otro con el que poder comparar. Mi puerta se abre a las 4:00 en punto y se cierra a las 18:00. Cinco minutos despues del cierre, mediante unos sensores-ventosas que situo en mis sienes, se controla mi sueno. Si no deseo recibir una descarga electrica me conviene darme prisa en relajar mi cuerpo y dejarme llevar por el descanso o, al menos, no mover ni un musculo: es una de las medidas de control de oxigeno. Todos debemos dormir un minimo de diez horas obligatorias, el ritmo cardiaco es menor y el consumo de nuestro bien mas preciado, ese O2 del que hablo, tambien se reduce considerablemente. Desde que mi puerta se abre a las 4:00 hasta el cierre, cada segundo de mi dia esta monitorizado y controlado por la capitania. Bee, bee, bee, bee... Ese sonido ensordecedor me hace saltar de mi catre como un resorte. Es la manana del dia en que mi tercer y ultimo ciclo de vida termina, me entrenare como un dia cualquiera en el horno con el resto de los candidatos y a las 18 horas, en lugar de regresar a mi cubiculo, ire a la zona de purificacion, la cual tan solo visitamos cada quinquenio. De ahi salimos purificados para acudir a la ceremonia de cambio de ciclo. Seria ilusa si creyera de verdad que hoy sera un dia de entrenamiento como otro cualquiera, ya que no es asi. Posiblemente este se convierta en el dia mas importante de toda mi existencia, porque precisamente sera determinante y decisivo para el resto de ella. +++ --Alguna se cree con poder de liderazgo --oigo a mi espalda. No me es preciso encararme al artifice del comentario, se que es Milan, quien intenta mermarme empleando tacticas tan pueriles como el uso de la palabra, cuando la realidad es que necesitaria estar armado con un machete de diez centimetros de hoja bien afilada para intimidarme, tan siquiera, un poco--, y se cree que es buena idea presentarse a las pruebas finales, nada mas y nada menos, que para un puesto en capitania. Ya son ganas de morir quince anos antes de tiempo --comenta usando el sarcasmo. Surgen las risas entre sus seguidores, un buen punado de conformistas que ya tienen claro que seran procreadores o cobardes soldados que ejecutan a inocentes resguardados tras el canon de una Hamlet. --?No dices nada en tu defensa? --inquiere, insistiendo de la forma mas absurda, pues sabe que continuare ignorando sus palabras. Continuo aporreando mi saco de boxeo. <>. Respiro hondo, <>, aquel dia su estrategia le salio a pedir de boca, mi actitud provoco rumores entre la capitania sobre mi posible problema de autocontrol. Nadie sabe con exactitud como tiene lugar la seleccion del candidato a capitania. Sabemos la teoria: que uno de los cinco que nos presentamos lo consigue y el resto no. En una ocasion, hara cuatro anos, vi y oi a uno de los vencedores de esta prueba, alardeaba de como solo el habia logrado sobrevivir y que el resto no. Ciertamente aquello fue una casualidad irrepetible, nunca mas volvi a verle, pues la capitania es hermetica, no se mezcla con el resto de a bordo. Ellos ocupan la planta mas proxima a la salida del gigantesco bunker y para nada necesitan visitar las plantas inferiores; su legion de soldados, cobardes y perfectamente adiestrados, los denominados vigilantes, son quienes realizan la tarea sucia por ellos. Que aquel joven, aquel dia, estuviera mezclado entre nosotros fue un sinsentido que no ha vuelto a repetirse, un hecho aislado que suscito en mi una gran curiosidad, pues entiendo que capitania no comete errores y aquello sin duda lo fue. Investigue entre la documentacion a la que nos permiten tener acceso y no logre sacar en claro a cuento de que aquel vencedor de su tanda se habia dejado ver por los alrededores del horno, mi unica conclusion fue creer que no habia sido el azar, sino que capitania nos lanzaba un mensaje: queria asegurarse de que comprendiamos que uno de los cinco que se presenten a capitania viviria, el resto no. Mas de lo mismo: anestesian nuestros sentimientos, elegir ser de capitania implica arriesgarse a morir este mismo dia, hay que ser muy valiente para ello. Con sus artimanas, se aseguran de que el candidato sea el mejor. Por ello, toda la informacion que poseemos sobre el proceso de seleccion para el cargo al que yo me presento... son meras suposiciones. Los rumores dicen que los no elegidos son llevados al sueno eterno y que el candidato apto presiona el boton que los ejecuta para mostrar su sangre fria ante el Consejo y capitania, pero... tengo mis dudas. Mi imaginacion va mas alla, y dado el perfil sadico de nuestros lideres, para mi gusto les pega mas enfrentarnos entre nosotros como se hacia antiguamente en la Tierra, como gladiadores que luchaban por su libertad en la epoca romana, donde el ultimo guerrero en quedar en pie era el elegido. Si, he leido mucho, me he formado e informado, no he dejado mi posible ascenso al azar, asi que si, me molestaria que nos arrojaran como a perros en una fosa a matarnos entre nosotros, considero que deberian valorar mucho mas que la fuerza fisica para elegir al que ocupara un puesto tan importante. Por tanto, como existe, aunque sea efimera, esta posibilidad de que tenga que librar una batalla brutal esta noche, me he ocupado de prepararme fisica y mentalmente para vencer a un candidato de la constitucion de Milan, un chico que me saca una cabeza y dos cuerpos de ancho, aunque es torpe en sus movimientos, ademas de lento. He estudiado al dedillo a cada uno de los cuatro oponentes que he observado que serian mas aptos para dicho puesto, con lo que creo tener recursos sobrados para acabar con todos ellos. --Que bien te ha sentado cumplir quince anos. --Detengo mis avidos punos cuando siento su voz aun mas cerca, permanezco inmovil y contengo mi ira, <>, respiro profundamente y trato de pensar en... No se en que pensar que no me produzca una rabia incontrolable, aqui nunca pasa nada bueno, no tengo buenos recuerdos a los que aferrarme, los que tenia estan apartados y protegidos por un muro de contencion dentro de mi cabeza que no pienso romper--. Tal vez pida clemencia por ti cuando me otorguen el puesto, para que me hagas compania en las aburridas y solitarias noches que estamos condenados a pasar dia tras dia durante toda nuestra corta existencia. Se ha pegado tanto a mi que siento su aliento sobre mi sudada nuca. Parece que en Milan se ha despertado ya esa necesidad de contacto fisico con el sexo opuesto, tal y como vaticinan en la capitania que ocurrira, tarde o temprano, en cada uno de nosotros. Pero esta estrictamente prohibido el contacto de tipo sentimental, personal, pasional, sexual... Para saciarte dichas necesidades hay lugares habilitados donde hacerlo de manera artificial, y aquel que ose desobedecer la orden de cero contactos fisicos sera ejecutado sin vacilar. Es por ello por lo que sus comentarios me enervan, el cuerpo me pide a gritos violencia, me imagino dandome la vuelta y reventandole de una buena patada sus partes intimas. --De veras, es una lastima que no podamos sobrevivir los dos. Situa su descarada mano sobre mi desnuda cintura. Llevo un desgastado y roido pantalon corto, asi como una camiseta que deja mi tonificado vientre al aire, no porque fuera confeccionada de ese modo, sino porque ha ido perdiendo su largura con mil remiendos y arreglos; aqui toda vestimenta da dolor y pena, comparado con los preciosos ropajes que se usaban antano y que he observado en todos esos libros que cuentan nuestra historia. <>. Logra que se me erice hasta el ultimo vello del cuerpo con su inesperado contacto. Abro la boca y dejo escapar el aire, de igual manera se me abren los ojos como platos, puesto que no doy credito a la sensacion que acaba de producirse en mi cuerpo. Nadie... jamas... me habia tocado hasta la fecha si no era con violencia. Doy un paso al frente con determinacion, no solo por la repulsa hacia mis propios sentimientos por el contacto de sus manos sobre mi piel, pues alguien como yo no debe sentir lo que creo haber sentido ante dicho tacto, sino que, reitero, el contacto fisico esta terminantemente prohibido y lo que Milan acaba de acometer es casi un suicidio, acaba de dictar a voces nuestra ejecucion. Miro a todos lados nerviosa, parece que ningun vigilante se ha percatado de los hechos, vuelvo mi mirada hacia la de el y le fulmino con un derechazo visual, antes de anadir: --?Pretendes morir antes de tiempo? --inquiero con dureza. Entiende mi advertencia a la perfeccion, pues sabe que lo que acaba de hacer es un acto prohibido y condenado a muerte. --Habra merecido la pena --dice en un susurro mirando de reojo a su alrededor, controlando que nadie oiga lo que dice, no como hace unos segundos cuando el muy chulo fanfarroneaba a gritos--. Los dos no sobreviviremos pasada esta noche. Siempre que te he tocado ha sido con agresividad, por la dureza del entrenamiento, y queria que al menos sintieras, una sola vez, mi contacto civilizado sobre tu cuerpo. Con las mismas, se da la vuelta y se aleja de mi, dejandome totalmente desconcertada con lo que acaba de suceder. <>. Disparo por mi boca un escupitajo nada femenino hacia el suelo, como repulsa. A buen entendedor... Ese grosero acto por mi parte le dejara claro lo que opino de su teatralidad. Vuelvo a situar ambos punos a la altura de mi menton, viro hacia mi saco y comienzo aporrearlo de nuevo con mayor rabia. Pum, pum, pum... <>. Pum, pum, pum... <>. Pum, pum, pum... <>.

  • Un angel vestido de escarlata de Paulina Maggi

    https://gigalibros.com/un-angel-vestido-de-escarlata.html

    Un angel vestido de escarlata narra la historia de superacion de una mujer que se creia una cascara vacia.

  • Confesiones de mi Ninera de Bianca De Santis

    https://gigalibros.com/confesiones-de-mi-ninera.html

    Yo no tenia el talento que se necesitaba para redecorar un apartamento, asi que crei que necesitaria algo de ayuda… mas adelante. Debia prepararme para una cena de negocios que ya estaba cerca. Sabia que debia cambiar el ambiente de mi apartamento, porque era muy distinto al que mi esposa y yo habiamos habitado con Enrique. Me costaba mucho adaptarme a el. Era un lugar mucho mas pequeno y sencillo, con lo cual se me hacia mas facil cuidarlo, pero extranaba la calidez que Elena le daba. El tamano me parecia bien, pues debia prestarles atencion a todos los detalles, pero aun asi no parecia tener el encanto que Elena habia puesto en nuestro hogar. Jamas habia querido que buscaramos a un disenador, a pesar de mi fortuna. Consideraba que tenia la personalidad y el talento suficientes para lograr que la casa y sus alrededores fuesen lo suficientemente confortables para todos. Pero ese no era mi caso. Entre en mi oficina despues de sentirme feliz al ver jugar a Enrique, y revise mis notas para la cena. El estaba en su habitacion, con sus juguetes favoritos. Con sus cinco anos de edad, decidi que le compraria otros para favorecer su imaginacion, que ya estaba despertando mas que nunca. Me di cuenta de que debia hacer algunos cambios en las notas. Busque mi boligrafo entre mis bolsillos, pero fue inutil. Siempre perdia todos mis boligrafos, incluso aquellos hermosos que me regalaban con tanto carino. Habian pasado dos anos desde la muerte de mi esposa Elena, pero su recuerdo estaba intacto en mi mente. Me habia parecido una mujer hermosa desde que la conoci, con un fisico con el que cualquier hombre se volveria loco: larga cabellera rubia, ojos impactantes y hermoso corazon. Fui el primer hombre que se enamoro perdidamente de ella. Ella sintio lo mismo y al poco tiempo nos casamos. Recorde el amor que habia sentido por ella al encontrar un boligrafo, detras de una antigua foto de ella. Era el unico boligrafo que me quedaba. Lo supe al buscar en mi escritorio y ver que mis cajas de boligrafos eran historia. Veia a Elena cada vez que veia los ojos de Enrique. Y los boligrafos tambien me recordaban a ella, pues siempre estaba pendiente de poner uno en mi traje, ademas de recomendarme que tomara todas las previsiones, trazara planes en caso de algun imprevisto y me tomara las cosas con calma. Era parte de su personalidad. Pensaba en ella tambien cuando me acostaba y su espacio estaba vacio, y de ella solo quedaba el recuerdo de su cuerpo en la ropa de dormir. El recuerdo era tan fuerte que habia decidido no tener otra relacion desde su muerte. Me parecia lo mejor. Sentia que era una especie de traicion a ella, a su memoria y lo que vivimos juntos. Sentia que estaba mal llevar mujeres a nuestra casa y que Enrique las viera entrar y salir. Queria dar un buen ejemplo a Enrique, ensenarle como ser un caballero, como tratar bien a todas las mujeres y como comportarse en una relacion de pareja. Y lo haria con o sin su madre. Pero ahora que estaba sin ella, mi vida era sumamente dificil. Con el aniversario de su muerte los recuerdos me inquietaban. Como director ejecutivo de una de las empresas de desarrollo de software de ingenieria mas importantes del pais, necesitaba estar muy concentrado. Enrique corria en su cuarto mientras volaba uno de sus aviones de juguete y luego llego hacia mi, haciendo ruidos de disparos y agitando sus pies. Vi los papeles de nuevo cuando me sente otra vez en la silla de mi escritorio antes de sonreirle a Enrique. Trate de olvidar por un momento a Elena. Mi hijo me necesitaba y mi carrera tambien. “Hijo mio. Ya iba a tu cuarto para hablar contigo”, le dije. Lo abrace y bese su frente. “?Que ibas a decirme?”. “Que esta noche voy a trabajar”, le informe con desconsuelo. “Que triste… Cuando sales de noche a trabajar me siento muy mal”, dijo sonando desanimado “Si, te entiendo. Debo ir a una cena por negocios. No puedo faltar”, le dije. Puso su frente en alto. “Puedo ayudarte con esos negocios si quieres”, me dijo. “Volvere despues de la cena y te recogere. Es solo por esta noche. Te lo prometo. Podras ayudarme despues, cuando crezcas. Incluso podrias hacer mas cosas que solo ayudarme”, le respondi, “pero esta noche me gustaria que te quedaras en la casa de tu abuela”. “?Ire en el metro?”. Rei con su pregunta. “Si. Llegaras mas pronto que si te llevo en mi auto. Puedes ir de ida y de regreso tambien. ?Que opinas?”. “Bien”, dijo, mirando hacia el techo. “Me parece perfecto ir a su casa en el metro y pasar la noche alla, pero debo meter algo de comida en mi bolso, porque no me gusta la comida del tren, y llevar tambien mi osito de peluche. Me gusta compartir con la abuela, porque prepara galletas para mi y me cuenta historias para dormir, tan buenas, que siempre quiero esperar al final. Incluso me dejo quedarme despierto la ultima vez que fui para que terminar de ver una pelicula, como si fuese un nino mas grande”. “Veo que sabes negociar. Has aprendido de mi. Acepto tus condiciones”, le dije sonriendo. “No creo que necesites negociar conmigo si pasaras la noche negociando”. Mis ocupaciones recientes me impedian estar mas tiempo con el. Cerre la carpeta con mis notas y tome un largo respiro. La mirada de tristeza se asomaba en sus ojos. Estaba mal porque queria estar conmigo. “Podriamos comer un helado”. “Claro”, dijo con alegria. “De acuerdo”, le respondi. “Iremos a Los Pinos, a ese lugar que tanto te gusta. Ve a vestirte”. “Hagamoslo”, grito mientras corria y salia de mi oficina. Podria pasar un rato con mi hijo y luego ir a trabajar. Sonrei y movi mi cabeza, llevando mi mirada a la gaveta donde estaba la foto de mi esposa Elena. Me levante y contuve la respiracion, tratando de recuperar mis fuerzas. Apague la luz. A fin de cuentas, el trabajo no se iria de alli. Habia una hermosa chica afuera del apartamento. Era Sandra, la hija de los vecinos, estaba en el pasillo cuando salimos. Habia crecido y ya no lucia como una joven inmadura. Me parecio que era otra chica, por sus jeans ajustados y su camiseta universitaria, su largo cabello ondulado y sus sinuosas curvas. “Sandra”, le dije con alegria. “Regresaste de la universidad. ?Como has estado?”. “Hola, senor… Alonso”, dijo ella sonriendo. Aun estaba sorprendido por su buen cambio. “Puedes llamarme Andres”, le dije. “?Recuerdas a mi hijo Enrique?”. “Si,” dijo. Le sonrio a Enrique. “Vine a casa a pasar mis vacaciones. Pude haberme quedado alla, pero me hacia falta mi familia y El Trigal. Entonces decidi venir”. “?Que tal la universidad?”. “No muy bien, pero ya sabia que la Universidad Andina no seria facil en absoluto. Sin embargo, me gusta el reto, aunque me hacian falta unos dias de descanso como estos. Por cierto, planeaba pasar por tu casa mas tarde para que conversaramos”. Rio. “?Sobre que? ?Decidiste finalmente estudiar informatica para trabajar con nosotros despues de graduarte?”. “De hecho, no. Quiero seguir estudiando Educacion. Solo queria ofrecerme en caso de que te haga falta una persona que se encargue de Enrique durante los proximos dias. Puedo ser su ninera. Podria ganar algo de dinero mientras estoy aqui, ya que mientras estoy en la universidad me cuesta mucho. Asi mi padre no tendria que mantenerme y podre pagar mis cuantiosas deudas con mis tarjetas de credito”. Sandra rio. Rei con sus palabras. “Lo entiendo. Si fuese tu padre te lo agradeceria”. “El estara muy agradecido”. Sandra sonrio. “De hecho, tengo una cena de negocios. No puedo postergarla porque son clientes antiguos e importantes, que estan esperando esta cena hace mucho tiempo. Es muy importante y no puedo faltar. Mi ninera suele venir en ocasiones como estas, pero salio de la ciudad hace unos dias. Podria venir, pero esta un tanto lejos. Vive en un lindo sector de Pueblo Nuevo, pero tardaria dos horas para llegar y dos horas mas para retornar. Enrique tendria que dormir alli porque no me gustaria despertarlo cuando termine la cena. Tendria que tomar el metro para viajar dos horas a mitad de la noche para regresar a casa. Seria una locura. Bueno, ya sabes lo que sucede, asi que podrias cuidarlo esta noche”.

  • Heima es hogar en islandes, Laia Soler de Laia Soler

    https://gigalibros.com/heima-es-hogar-en-islandes-laia-soler.html

    ?Puede estar tu hogar a miles de kilometros de casa?
    Ver la vida en blanco y negro no es divertido.
    Laura padece una extrana enfermedad que le impide apreciar los colores, pero si ultimamente su vida es gris no es solo porque sufre acromatopsia. Acaba de romper con su novio y sus padres no dejan de pelearse tras el divorcio. Por eso, decide alejarse de todo y toma el primer avion que sale del aeropuerto.
    El destino la lleva hasta Reikiavik, Islandia. Alli conoce al simpatico Orri, quien le propone emprender un viaje para recorrer el pais con el y su no tan simpatico amigo Gudjon. Quiza no sea una idea sensata, pero no es que Islandia ofrezca muchas opciones a una chica que se ha escapado de casa.
    Lo que Laura nunca podria sospechar es que los dos islandeses esconden un secreto imposible de creer, incluso para alguien como ella, y que ese viaje la cambiara para siempre.

  • El regreso de Hisham Matar

    https://gigalibros.com/el-regreso.html

    En marzo de 2012, treinta y tres anos despues de haber pisado por ultima vez la tierra de sus origenes, el autor de este libro regreso a Libia junto a su madre y su mujer. El derrocamiento de Gadafi habia abierto un tiempo nuevo en el que cabia la esperanza de refundar una sociedad devastada por los abominables crimenes de la dictadura, recuperando un sistema de valores basado en la justicia y el respeto por la vida humana. Sin embargo, mas alla de sonar con un pais en libertad y progreso, en la mente de Hisham bullia el deseo de cerrar una herida profunda y dolorosa que habia marcado su vida y la de su familia. En 1990, su padre, Jaballa Matar, un prospero y culto empresario, amante de la poesia y lider de la disidencia en el exilio, habia sido secuestrado en El Cairo y confinado en una prision libia. Seis anos mas tarde, las escasas noticias que llegaban se interrumpieron: el rastro de Jaballa se perdio definitivamente.
    Asi pues, de esa infatigable busqueda de la verdad trata, entre otras cosas, esta conmovedora historia. La depurada prosa de Hisham Matar --que el publico lector pudo apreciar en Solo en el mundo e Historia de una desaparicion, sus dos novelas anteriores-- nos invita a compartir sus emociones mas intimas, desde las luminosas estampas de una infancia mediterranea en Tripoli y Bengasi hasta el aspero presente donde se mezclan la ilusion, la rabia y la impotencia. Transitando con maestria entre las convulsiones personales y los acontecimientos historicos, este sincero y poliedrico relato autobiografico no se limita a tratar de comprender las aflicciones del pasado, sino que senala una y otra vez el consuelo reparador que ofrecen el amor y la amistad, la literatura y el arte.

  • Cuando todo acabo de Anna Garcia

    https://gigalibros.com/cuando-todo-acabo.html

    Os voy a contar una historia de amor diferente. Una historia llena de lucha, derrotas, sacrificios, lagrimas, imperfecciones y cicatrices. Una historia de amor de dos personas que se encontraron cuando no tenian nada y se separaron cuando lo tenian todo. Os voy a contar que paso… cuando todo acabo”

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

    https://gigalibros.com/luciernagas-en-la-ciudad.html

    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • La burbuja terapeutica de Josep Darnes

    https://gigalibros.com/la-burbuja-terapeutica.html

    Como cai en las trampas del crecimiento personal y las terapias.

    ?Puede uno volverse adicto al crecimiento personal? ?Cuando la terapia deja de ser la solucion y se transforma en el problema?

  • Las hijas del Onix de Maria Benitez

    https://gigalibros.com/las-hijas-del-onix.html

    Edad Media. Una adolescente natal de una aldea francesa es acusada de herejia ante la Inquisicion. Sophie, incredula, pide ayuda a su abuela, que le confirma solemnemente las sospechas de la acusacion. Se ve obligada a huir, con una serie de objetos que le permitiran descubrir su verdadera naturaleza. Termina en la capital, donde es obligada a vivir como novicia en un monasterio, guardando bajo el habito un innombrable secreto.
    Durante su viaje conocera a personajes insolitos, asi como el amor, el dolor. Todo ello en busca de la verdad sobre quien es Sophie Botreau y cual es su destino.

  • Nuestra casa en el arbol – Lea Velez de Lea Velez

    https://gigalibros.com/nuestra-casa-en-el-arbol-8211-lea-velez.html

    Tras la muerte de su marido, Ana decide que la vida de ciudad, las mil extraescolares, los problemas educativos, los infinitos deberes repetitivos y la dislexia galopante de su hijo mayor son demasiado para ella. No puede mas. No tiene tiempo para vivir del modo que el sistema le impone y a la vez estar con sus ninos. Entendiendo que ella es la mejor <> para ellos, decide romper con todo. Escapa de un mundo derruido y lleno de dolor, vende todo lo que la ata a Madrid y se marcha al sur de Inglaterra, al hostal ingles que su marido le dejo en herencia.

  • Tu por mi, yo por ti de Emilia Hover

    https://gigalibros.com/tu-por-mi-yo-por-ti.html

    Alejandro Smith, trabajo desde que era un nino en la compania de su padre, y nunca llego a ser un adolescente normal por eso. Su padre habia enganado su madre, dando como resultado el nacimiento de un hijo fuera del matrimonio, en el anonimato. el era Marcos, un hermanastro astuto e interesado que aparecio cuando crecieron a reclamar lo que decia ser suyo.

  • Estaba en el aire de Sergio Vila-sanjuan

    https://gigalibros.com/estaba-en-el-aire.html

    Una mujer de la alta sociedad, muy bella y muy desgraciada. Un publicitario embarcado en un programa radiofonico que busca a personas desaparecidas. Un magnate con buenos contactos politicos dispuestos a consolidar su imperio. Un joven del Norte que rastrea sus origenes. Un la Barcelona de 1960, las trayectorias de todos ellos se cruzan iluminando ambientes contrapuestos.

  • Buena chica de Jana Aston

    https://gigalibros.com/buena-chica.html

    Romper las reglas nunca fue tan divertido

  • Infiernos de pasion (Los Kinsberly 3) de Evelin Mordan

    https://gigalibros.com/infiernos-de-pasion-los-kinsberly-3.html

    Una historia donde el perdon no existe, pero el amor si.

  • Hijas del Norte de Sarah Hall

    https://gigalibros.com/hijas-del-norte.html

    Me llamo Hermana. Ese es el nombre que me pusieron hace tres anos. Es como me llamaban las demas. Es como me llamo a mi misma. Antes de eso mi nombre no tenia importancia. No recuerdo que se usara. Ya no respondere a ese nombre ni me oire decirlo en voz alta. No dare muestras de reconocerlo. No existe. Me llamareis Hermana. Fui la ultima mujer que salio en busca de Carhullan. Fue un mes de octubre de lluvias torrenciales cuando me puse en camino. En la ciudad, las hojas habian empezado a caer de los arboles y el suelo estaba cubierto de su pulpa amarilla. Los ultimos frentes tormentosos atravesaban la region del norte descargando aguaceros. El verano se retiraba. Daba la sensacion de que la atmosfera habia estallado por fin, y las mananas y las noches empezaban a ser mas frescas. Era un alivio no despertarme empapada en sudor en nuestra habitacion del barrio de adosados, salir de una pesadilla con esa humedad lechosa en el pecho. Siempre he dormido mejor en invierno, como si la frecuencia del pulso disminuyera. El frescor parecia limpiar tambien la ciudad. El olor a bacterias de la refineria y las plantas de fuel se dispersaba por la noche cuando las nubes se disipaban y aflojaba el calor. Los ultimos anos, desde la Reorganizacion Civil, el bochorno habia durado mas de lo normal; los meses frios se concentraban en una franja mas estrecha del calendario, y viviamos envueltos continuamente en una nube toxica de colza y arenas bituminosas, hacinados como peces en un ahumadero. El cambio de la temperatura trajo consigo una sensacion de euforia, un estado de alerta que iba mas alla de los nervios o la creciente conciencia de los peligros que sabia que estaba afrontando. Era reparador. El frescor me recordaba los tiempos de mi infancia. Las estaciones estaban entonces mas definidas, mas separadas. La gente mayor de la fabrica en la que trabajaba decia que de todas las tradiciones inglesas que estaban amenazadas el tiempo era la mas triste. Como si hubieramos tenido la posibilidad de elegir en referendum aquel clima semitropical. Todavia recuerdo las cosquillas frescas del granizo en la cara en el mes de marzo, cuando esperaba el autobus para ir al colegio. Y el rugido del viento que en otono lo zarandeaba todo, las cosas grandes y las pequenas. El frio en las venas en enero; las manos y los pies entumecidos a pesar de la lana y el vellon. Cuando eres joven no tienes miedo de las posibilidades. No crees que el mundo pueda destruirse o que vaya a ocurrirte una desgracia a lo largo de la vida. Incluso la lluvia es diferente ahora: imprevisible, violenta, no como la constante llovizna gris de las postales antiguas, de los chistes y las cronicas televisivas. Es una lluvia que parece herida. Rara vez se ve nieve en los montes, aunque la gente de la ciudad sigue buscandola por pura costumbre. Me dirigia a una zona alta y remota, y tenia la esperanza de volver a ver esas ventiscas blancas, si es que podia quedarme alli algun tiempo. Sali al amanecer, con la idea de alejarme de Rith sin que nadie me viera. Prepare una mochila ligera para resistir el largo camino hasta las montanas. Llevaba pocas cosas: ropa, botas, unas cuantas latas de comida, galletas, una cantimplora con agua y un botiquin, para el caso de que pudiera quitarme el dispositivo, aunque no sabia si era posible. Y llevaba un fusil de la Segunda Guerra Mundial, entre las sudaderas y los impermeables. La punta roma del canon rozaba la solapa de la mochila. Con el me proponia negociar en Carhullan. La noche anterior escondi la mochila en un callejon, detras de nuestro edificio, para salir sin peso, sin chocar contra las paredes y aranarlas al bajar las escaleras. Lo deje en un hueco oscuro y seco, detras de la camara principal del deposito de lluvia. Lo puse alli mientras las familias de las otras casas estaban cenando y antes de que mi marido volviera del trabajo, tanteando primero en el vacio con un palo para asegurarme de que no habia nidos de ratas. De madrugada sali de la cama sin despertar a Andrew y me vesti sigilosamente en el cuarto de bano comun. Me habia guardado una bolsa de plastico en un bolsillo de los pantalones para meter las cosas que necesitaba. En un estante habia una pastilla de jabon nueva, de la familia con la que compartiamos la casa, y decidi llevarmela. La eche a la bolsa con la pasta de dientes, el desodorante y una cuchilla de afeitar con varias hojas de repuesto. Dude un momento antes de abrir el botiquin de los vecinos. Encontre aspirinas, un paquete de compresas y una bolsita de polvos para la cistitis, caducados. Lo cogi todo. Despues cruce el pasillo y baje las escaleras. En la puerta principal espere unos minutos para asegurarme de que Andrew no me habia oido salir y procure tranquilizarme. El corazon me bombeaba la sangre a chorros. Notaba la corriente de ida y vuelta en las puntas de los dedos. Me dije que todo saldria bien. Llevaba meses entrenandome, levantandome temprano, y habia ensayado la huida. Siempre lograba salir en silencio y sin peligro y recorrer la ciudad a oscuras, evitando las zonas por las que merodeaban los perros asilvestrados, antes de volver a casa. Pero esta vez no era un simulacro. Respire hondo, solte el aire y espere. Lo ultimo que queria era que Andrew me siguiera, que me dijera que estaba loca, que armara un escandalo y despertara a todo el mundo. Jamas me dejaria marcharme con una mochila, salir de las zonas oficiales, a pesar de que estabamos enfrentados, nos odiabamos y no nos dirigiamos la palabra. Yo estaba atada a aquella casa. Los dos lo sabiamos. No teniamos ninguna otra alternativa. Si me hubiera descubierto, me habria llevado a rastras escaleras arriba, o me habria inmovilizado en la calle, a pesar de mis forcejeos, hasta que apareciese un supervisor de la Autoridad, y entonces habria puesto alguna excusa para explicar mi comportamiento, como que estaba colocada o habia tenido una pesadilla. Me habria dicho que esperara un poco, que por muy mal que estuvieran las cosas en ese momento conseguiriamos salir adelante, y despues nos separariamos, cuando el ambiente estuviera menos tenso, cuando fuera menos peligroso. Me apoye en la fachada, atenta al ruido de sus pasos por ultima vez. Lo unico que se oia en el piso de arriba era el zumbido del contador electrico en modo de espera, como una avispa. Levante la mirada. El cielo tenia el color oscuro del asfalto, como el esquisto que trituraban en los tanques de la refineria donde trabajaba Andrew. La mancha blanca de la luna asomaba como una ulcera hinchada y opaca por detras del forro de las nubes. Aun no se habian encendido las luces en Rith y nadie saldria a la calle hasta que se reanudara el suministro electrico, a las seis de la manana, para que la gente pudiera calentar el agua, cocinar y ver el primer parte informativo de alguno de los frentes meteorologicos o el sorteo de la loteria. Para entonces esperaba estar muy lejos. Por fin me acerque al callejon a recoger mi mochila. Sabia que tenia que darme prisa y no pensar mas de lo necesario. Normalmente la ciudad estaba muerta a esa hora, pero siempre era posible encontrarse con una patrulla de la Autoridad. Me ponia mala solo de pensarlo. No tendria ninguna posibilidad de explicarme. Y no queria enfrentarme a lo que estaba haciendo, y flaquear, aunque estaba segura de que no me pasaria. Despues de las ultimas semanas no podia pasarme. Cruce la ciudad, alejandome de las viviendas compartidas, y pase por delante del antiguo centro comercial, con las ventanas cubiertas con tablones, y por delante del almacen de las turbinas, donde las carcasas de metal esperaban apiladas desde hacia anos el momento del reparto. Las calles estaban desiertas y tranquilas. Unicamente los ladrillos rojos, la pizarra y el asfalto reflejaban cierto resplandor, presentando una version de la ciudad que parecia antigua y fantasmagorica. Costaba imaginar que hubiera tanta gente detras de las fachadas, durmiendo dos o tres en la misma habitacion, o despierta, hablando en voz baja para no molestar a las otras familias. Algunos estarian llorando y alguien quiza los consolaria, o nadie les haria caso. A otros les traeria sin cuidado que pudieran oirlos a traves de las paredes, arrastrando el cuerpo dolorido cuando el efecto del chute de efedrina barata empezara a esfumarse. Cada vez que me habia atrevido a ensayar la fuga, el ambiente de las madrugadas me parecia disminuido, como si en lugar de concentrar a la gente hubieran practicado un sacrificio selectivo. Al final de cada hilera de adosados se veian las siluetas de los contadores, como quistes pequenos y ruidosos disenados para leer el flujo de la energia de las tejas fotovoltaicas. Ahora los empleaban para regular el consumo de la antigua red de suministro domestico. Habia habido muy pocas mejoras despues de la Reorganizacion. El plan de recuperacion de diez anos empezaba a convertirse en un mito imposible. Me costaba no volver la cabeza para ver si alguien me seguia o me veia pasar. Me obligue a no mirar. Me dije que la mejor manera de seguir andando era poner la vista en un solo punto: adelante. Se oyo un leve chasquido en el cielo, y un trueno retumbo al oeste. Sabia que pronto empezaria a llover, que tendria que parar a ponerme el impermeable. Pero no podia permitirme el lujo de detenerme mientras siguiera dentro del perimetro. Quiza mas tarde, cuando estuviera lejos de alli y hubiera entrado en calor con el ejercicio, podria desnudarme. Me secaria antes que la ropa. Llevaba anos sin salir de Rith. Ningun civil habia salido de la ciudad, salvo para que lo trasladaran a un centro de detencion. No se permitia el transito de una zona a otra. La gente quedo atrapada en el sector en el que se encontraba cuando se hizo el primer censo despues del colapso. Solamente la Autoridad y los agentes del gobierno tenian necesidad de viajar o medios de transporte, y en esos casos solian ir en tren. Yo habia nacido en Rith y conocia bien el entorno: las calles empinadas y el maremagnum de los tejados, el cerro de Beacon y el castillo enfrente, en la cima de dos penas gemelas. Continue por el antiguo paso elevado de la carretera. Abajo habia montones de basura y escombros, y se oian susurros animales. Mas alla de las fronteras de la ciudad, en las llanuras, las carreteras se habian deteriorado. Estaban mucho peor de lo que me esperaba, hundidas y agrietadas tras anos de desuso. Las riadas se habian llevado tramos enteros. Al plantar el pie tenia la sensacion de estar atravesando un pedregal. En algunas partes habia crateres llenos de agua de lluvia. Metia las botas sin verlos y me empapaba los pantalones hasta las rodillas. Comprendi que era verdad lo que la gente decia en la fabrica y en las reuniones del distrito. Que solo estaban reparando las principales arterias, las que utilizaba la Autoridad. Al principio fui corriendo siempre que podia, muy atenta para no resbalar o torcerme un tobillo, y luego afloje el paso para afrontar el largo dia que tenia por delante. En media hora habia llegado al promontorio donde se encontraba la caseta blanca del puesto de peaje. No tenia ventanas, y una parte del tejado se habia hundido. Recordaba que en una clase de historia local nos contaron que tuvieron que reconstruirla en dos ocasiones, despues de que los escoceses le prendieran fuego. Ahora volvia a estar casi en ruinas. Los duenos debian de haberse marchado a Rith hacia mucho tiempo, con los demas vecinos de la periferia. A los pies del monte, un poco mas adelante, el antiguo puente de Yanwath seguia intacto. Lo habia cruzado muchas veces en coche antes de que se prohibiera el trafico. El semaforo que regulaba la circulacion estaba muerto, con los focos negros de mugre y el poste inclinado en los cimientos de hormigon. En la hondonada de la carretera, antes del punto en que empezaba a subir hacia los contrafuertes del puente, se habia formado un charco de agua arremolinada. Habia residuos flotando, casi imposibles de identificar; tal vez trastos superfluos de las casas de la parte alta del rio. Vadee el charco, llegue hasta el centro del arco y me asome a mirar por el parapeto. El rio Eden corria a mis pies, encrespado y turbio, a una velocidad aterradora. Vi en la penumbra el brillo del agua en movimiento en las orillas, la estela de los remolinos y las crestas blancas. Las lluvias habian reventado la ribera, y el caudal anegaba las acequias y los huertos a ambos lados. Se oian crujidos en las ramas mas bajas ahora que los arboles de la orilla habian perdido sus hojas. Las casas de campo mas cercanas al puente estaban sumergidas en el agua hasta las ventanas. Notaba un olor fuerte, a cemento, a tela mojada y a cieno: el olor familiar de las viviendas inundadas. La corriente se deslizaba por las paredes de las casas, pudriendo alfombras y cortinas. Diez anos antes me habia despertado con el mismo olor, cuando al bajar las escaleras me encontre la casa inundada por las aguas residuales. Sabia que, al otro lado del puente, la carretera pasaba por un pueblo desierto y se adentraba mas adelante en los abandonados parajes del antiguo parque nacional: en la zona que la generacion de mi padre conocia como el Distrito de los Lagos. Era mediodia cuando vi aparecer el coche, y estaba lloviendo a cantaros. Al principio pense que era el ruido del agua que arrastraba el viento o corria por los acuiferos por debajo del asfalto. Despues oi el cambio de marcha. Me aparte de un salto a la cuneta y di media vuelta, casi esperando ver la forma azul oscura de un coche patrulla y dispuesta a esconderme detras de una cerca de piedra. Una furgoneta civil, de color blanco, se acercaba despacio por la carretera destrozada. Parecia que tenia la suspension en mal estado y eso amplificaba el ruido, como si la carroceria se levantara del chasis, y vi que se zarandeaba al pasar por encima de un monticulo o un bache. Llevaba las ventanillas cubiertas de residuos, de vainas y de hojas arrancadas de los arboles por el ultimo diluvio. Desprendia un olor a grasa quemada y negra. Paso a mi lado y freno despues. Me acerque a la puerta del conductor y la ventanilla chirrio al bajarse. --?Adonde vas, chica? --Era un hombre con la cara roja como un trozo de cristal sacado de un horno. Me miro de arriba abajo con sus ojos claros. Estaba hecha una pena. Tenia el pelo chorreando y el chubasquero viejo y blanco empapado y pegado a la piel. Doble los hombros hacia delante y me cubri el pecho con los brazos. Se echo a reir. Tenia los dientes picados en los bordes, deslucidos y cubiertos por una capa amarillenta, y en la linea de las encias se veia una reveladora sutura de plata--. Bueno, parece un buen sitio para ir de excursion. ?Eres de los ultimos de los Wainwright? O a lo mejor quieres ser la primera que vuelve a subir a las cumbres y plantar tu bandera. Eso significa que las cosas han mejorado en la ciudad. Vamos. Sera mejor que subas al coche. Dude. No queria hablar con nadie en el camino y sabia que si me hacia preguntas podia tener problemas, pero me dolian los hombros y los pies y no tarde en decidirme. Di la vuelta por detras de la furgoneta hasta la puerta del pasajero. Me quite el chubasquero empapado y lo escurri. El conductor se inclino para abrirme la puerta, como hacia mi padre cuando me llevaba al colegio. Puso un trapo sucio encima del asiento, para que no lo mojara al sentarme. Deje la mochila a los pies del asiento y subi al coche. --Bueno --dijo--. Que encuentro tan oportuno, ?verdad? Metio la marcha y arranco. Tuve una sensacion extrana. Hacia anos que no subia a un coche. Me obligaron a entregar las llaves y la documentacion, como a todo el mundo, y se me habia olvidado lo que era llevar el control de un vehiculo, estar encerrada en el y al mismo tiempo libre de ir adonde una quiera. Ver como pisaba el embrague o movia la palanca del limpiaparabrisas me parecio un sueno o un recuerdo perdido. Habia un olor muy fuerte en la cabina, acido, como a ropa vieja o a vinagre mezclado con orina, o quiza fuera el olor corporal del conductor, que no se lavaba. Pero no me queje ni hice ademan de bajar la ventanilla. Me alegraba de librarme de la lluvia. Empezaban a dolerme las plantas de los pies, y eso que me habia puesto dos pares de calcetines gruesos. Empezaba a notar como si me clavaran alfileres y agujas en las puntas de los dedos y me puse a encogerlos y a estirarlos. No esperaba volver a viajar en coche. Llevaba meses entrenandome para la caminata en mi tiempo libre, al principio sin rumbo, solamente por pasar el rato, luego con un objetivo, rodeando la periferia de Rith, subiendo hasta la cima del Beacon y bajando otra vez. Andar no era un delito, aunque a Andrew le parecia absurdo que me arriesgara a ser atacada por los perros que buscaban comida en la ciudad y removian la basura en los vertederos. Decia que estaban sucios y desquiciados, y que andar por alli era como pedir a gritos que me mordieran. Atacaban a la gente de vez en cuando, aunque nunca con consecuencias fatales. En esas excursiones no podia llevar la mochila, para no levantar sospechas, y me sorprendio que pesara tanto. Me habia asegurado de comer bien la ultima semana: dos raciones de arroz en vez de una y sardinas para desayunar; incluso pense que estaba acabando con las provisiones y que Andrew lo pasaria mal el resto del mes. Estaba todo lo en forma y bien alimentada que podia. Pero rodear la ciudadela de madrugada y comer una lata de sardinas de mas era muy distinto de atravesar el parque nacional abandonado, con mis bartulos a cuestas. Habia recorrido unos veinte kilometros y estaba reventada. Tenia la espalda agarrotada por el peso de la mochila. Llevaba horas soportando chaparrones intermitentes y me rozaba el dobladillo de la ropa mojada. Cada paso me alejaba de la ciudad y me acercaba a mis propios limites. Que pudiera aparecer un vehiculo era improbable, casi milagroso, y di las gracias.

  • Mientras duermen los murcielagos de Emilio Aragon Bermudez

    https://gigalibros.com/mientras-duermen-los-murcielagos.html

    Berlin, 1945. Un bombardeo aliado destruye la Casa del Artista en la que viven grandes figuras del espectaculo ya retiradas. Juan Carlos Barrachina, considerado el mejor trapecista del mundo, es el unico joven que se encuentra alli durante la catastrofe, y toma la decision de huir rumbo a Espana junto con los diecisiete ancianos supervivientes. Se inicia asi un inquietante viaje en autobus por la Alemania nazi, la Francia ocupada y la Espana de posguerra. Ademas, la Gestapo los persigue por la desaparicion de un misterioso sobre perteneciente al mismisimo Fuhrer.

  • Te estoy viendo, Clare Mackintosh de Clare Mackintosh

    https://gigalibros.com/te-estoy-viendo-clare-mackintosh.html

  • Como llegue a conocer a los peces de Ota Pavel

    https://gigalibros.com/como-llegue-a-conocer-a-los-peces.html

    Lo mejor para cualquier pescador es empezar con los peces siendo aun crio. Que lo inicie en los misterios de la pesca su padre, su tio o un balsero. En nuestro caso fue el balsero Karel Prosek, de la aldea de Luh, en la municipalidad de Branov, que con el tiempo se convirtio en nuestro tio. Fue el quien enseno a pescar no solo a mis hermanos Hugo y Jirka y a mi, sino tambien a nuestro astuto padre. El tio Prosek seguramente nacio en el rio Berounka como genio de las aguas y llego a Luh con una crecida. Tenia un hermoso mostacho, como el de un dragon, una voz sonora y una buena planta. Era capaz de cualquier cosa: arar y sembrar, ordenar las vacas, cocinar patatas revueltas, encontrar setas fuera de temporada, barquear durante una crecida, trenzar cestos, cazar corzos, rescatar a gente y a animales transidos de frio, romperle los morros a los idiotas, reir. Durante las crecidas barqueo un par de veces a la comadrona Flybertova con su indispensable maletin. Y tambien sabia de peces. Los ensartaba desde la barca en las noches de luna con un tridente llamado <>, interponia nasas en su camino, echaba el palangre y, en publico, los pescaba con cana, como un senorito. Todo esto sucedia aun en tiempos del Imperio Austrohungaro, cuando en el castillo de Krivoklat todavia senoreaba el principe Max Egon Furstenberg, comiendo gulash al estilo del cazador y sorbiendo cerveza de Rakovnik. A Prosek, puesto que era el mejor pescador de la region, le estaba permitido capturar presas con cualquiera de las artes posibles a lo largo de todo el rio. Tan solo debia llevar a palacio las anguilas, con su carne semejante a las flores de loto. Disponia para ellas de un morral que su esposa Karolina le habia tejido de canamazo. Las transportaba vivas por la orilla del Berounka hasta el castillo. Sus puertas se abrian solas ante el, como ante un paladin. Vertia las anguilas en una tina de madera embreada llena de agua y de cuando en cuando recibia una pieza de oro con la imagen del emperador. La pieza entera se asemejaba al sol. Despues de que el principe se marchara en carruaje tras cuatro colinas lejanas y tras cuatro rios lejanos, prohibieron a Prosek capturar presas con cualquiera de las artes posibles, asegurandole que le bastaba con una sola, a saber: la cana. Prosek tenia una cana de bambu larga, ambarina. Un rebenque sin carrete. Avanzaba a contracorriente para que los peces no lo advirtieran, chasqueando de cuando en cuando el rebenque y sus bigotes de dragon, razon por la que a esa arte se la denominaba <>. [1] Por aquella epoca llegamos nosotros en nuestro vehiculo: nuestro padre Leo, nuestra madre Herma, mis hermanos Hugo y Jiri y yo. Esta era toda nuestra familia. Atisbamos a Prosek desde los chopos de la orilla opuesta del rio. Se movia por las resbaladizas rocas como una nutria pescadora. La veleta de la cana volaba con precision hasta los lugares senalados. ?Y los peces? Era como si saltaran fuera del agua por si mismos. Plateados bagres con el rojo timon de la aleta en el trasero y elegantes comizas con bigote. Panzudos cachuelos de los remansos y leuciscos de los torrentes. Se deslizaban hacia el interior de la red: se acabo la libertad, habia llegado su amo y senor, el rey de los furtivos. Mi padre exclamo entusiasta: --!Herma! !Menudo concierto! !Como Kubelik! [2] Y, de golpe, crecieron como setas en mi cabeza, a lo largo de toda la orilla, filas de butacas en las que se aposentaban caballeros con bombachos ingleses a cuadros y damas vestidas con crinolinas rosas, suspirando y aplaudiendo con cada pez: --Messieurs, mesdames, esto es autentico arte. Prosek apreso en su red al ultimo de los peces, encendio un pitillo e hizo una reverencia. La platea desaparecio y el vadeo el rio, poco profundo, hasta mi padre. Se cayeron en gracia al instante, porque papa era tambien una buena pieza. Sabia partirle los morros a los idiotas igual de bien que Prosek. Y todo lo que no sabia se lo enseno Prosek. A papa le caia bien el patan de Prosek, ya que de toda la vida habia asegurado que los finolis no valian una mierda. Acordo con Prosek que iriamos con el de veraneo a la cabana del balsero, a ninguna otra parte. El lucio negro Tendria yo unos seis anos. Mis hermanos no me admitian demasiado en su compania. No era digno de ellos. Observaba sus diversiones desde la distancia. La mayor parte del tiempo lo unico que hacia era chuparme el dedo a orillas del rio Berounka. Lo que mas les gustaba a Hugo y Jirka era ir hasta un islote a atrapar con las manos peces ocultos entre las algas verdes. Hugo era apuesto y delicado. Jirka era un forzudo y un bribon dispuesto a medirse con quien se le pusiera delante. En el islote crecian unas largas algas verdes, fascinantes, parecidas a los cabellos del genio de las aguas del rio, Oskar. Los cabellos ondeaban en la corriente, como si yaciera ahogado en la arena dorada. De vez en cuando en las algas crecian florecillas, ya no recuerdo de que color, quiza de un blanco rosado, como las de las novias. Habia poca profundidad y en las algas pastaban, como en un prado, los copepodos y las cochinillas. Las comizas y el resto de los peces solian acudir a chapotear en busca de bichos, mascando como gorrinos. Era entonces cuando mis hermanos se metian en calzoncillos para, hundiendo las manos entre las algas, palpar a tientas hasta echar mano al frio cuerpo de un pez. El pez se quedaba pasmado, despues salia pitando, mi hermano reaccionaba y saltaba en su busca, erraba el blanco, salpicaba el agua, mi hermano chillaba. Como un rodeo. En una ocasion se toparon entre las algas con un pez gigantesco; al principio pensaron que era un tronco flotante. Se trataba, en cambio, de un lucio negro: se habia adentrado hasta alli tras los pececillos y no podia salir. Cuando arranco como un torpedo, el agua volo en todas direcciones. Hugo vociferaba: --!No te quedes ahi mirando y ven a ayudarnos! De golpe les parecia bueno. Pero no tenia ni la mas minima gana de meterme alli. Avance despacio entre las algas. El lucio giro, se dirigio hacia mi y se detuvo. Vi como boqueaba mientras me observaba con ojos despiadados, las fauces entreabiertas, llenas de dientes. Queria devorarme. Empece a alargar los brazos. Se puso en marcha. Salto. Salvo sin esfuerzo el tablazo y desaparecio en las profundidades. Jirka me dijo: --!Idiota! !Lo tenias al alcance de la mano! !No tenias mas que estrujarlo por el pescuezo! En realidad todos suspiramos aliviados de que se hubiera largado. Mis hermanos tampoco habrian intentado agarrarlo. Y esta anecdota fue una especie de predestinacion, como si aquel enorme lucio fuera nuestra parca. ?Pescaria alguno de nosotros alguna vez en su vida un pez grande de verdad? Tal vez no nos hubiera sido concedido, al no haber sido valientes entonces. Mi primer pez Prosek regresaba de la taberna Anamo algo achispado y canturreando cancioncillas castrenses. Conocia una infinidad de ellas, ya que durante la guerra habia librado mil batallas en Serbia. En el costado le quedo de recuerdo metralla sin extraer que, sin embargo, dejaba de fastidiarlo tan pronto como se echaba para el coleto un par de copazos. Al llegar a casa en la barca, le dio un beso en el hocico a nuestro pastor alsaciano, Holan, y se sento al pie de una fragante acacia. Yo estaba entonces en la balsadera: mis hermanos, de nuevo, me habian dejado atras; preferian llevar consigo a Dasa, la hija de Beda Peroutka, que pasaba de mi olimpicamente. Tio Prosek me miro con sus ojos verdes: --!Ven aca, mequetrefe! Arrastre de mala gana los pies hasta el; no es que me tuviera en gran estima. Al que mas queria era a Jirka, que era un granuja muy de su gusto. Yo era el menor, el nino de mama. Prosek, escudrinandome inquisitivo, se saco del bolsillo, mugriento, un pepinillo: --Toma. Sustitui el dedo de la boca por el pepinillo. Prosek me seguia observando. Despues saco una botella plana y me ordeno: --Pega un lingotazo. No quedaba ni gota en su interior, pero fingi la mayor de las felicidades. El inexistente alcohol nos amisto. Se puso en pie y me hizo senas para que lo siguiera hasta el granero. Saco una larga vara de avellano y dijo: --Te tallare una cana. La tengo preparada para ti hace ya tiempo. Saco del bolsillo un cuchillo afilado e hizo tris por aqui y tras por alla. Yo contemplaba sus manos callosas, a las que les faltaba un dedo que el mismo se habia sajado al cortar mimbre para los cestos. Contemplaba su rostro, crispado en una mueca por el dolor: de nuevo lo mortificaba la metralla en el costado, pero el alcohol para aliviarlo se le habia acabado. Termino la cana. Entonces yo aun no sabia que aquella seria mi mas preciada cana. Hoy lo se. Era la cana de mi infancia, a la que no se podrian equiparar productos posteriores de fabricacion americana o japonesa. Amarro a ella el sedal, del que prendio un canon de ganso y un anzuelo. Despues anadio: --Junto a la isla suele haber percas solitarias. Ve alli, mequetrefe, y despeinales las grenas. Yo te espero aqui. Se acocho en un ovillo y Holan le puso la cabeza en el regazo. Alcance la isla por la vereda. Era algo antes del mediodia, el sol arreciaba. Enganche una lombriz y eche la cana. No picaba nada, tan solo las azuladas libelulas se posaban en los nenufares y en algun lugar remoto del recodo se daban un banquete, mascando, los bagres. El canon blanquecino flotaba sobre la superficie, inmovil como un barco blanco en calma chicha. Para mis adentros, le ice las velas y ordene al capitan que navegara, que lo remolcara por la superficie un pez multicolor. Pero el canon ni se inmuto, a mi se me cerraban los ojos y, solamente de vez en cuando, entreabria uno de ellos para comprobar si mi barquichuela blanca ya habia zarpado. De repente la veleta se sacudio, generandose a su alrededor un circulo. Una y otra vez, como si fueran senales procedentes de las insondables profundidades de las aguas. Alguien jugueteaba y hacia travesuras con el barquito, como si arrancaran el motor tirando de la correa. De modo que no era un velero, sino una lancha motora blanca. Entonces la veleta comenzo a encabritarse, haciendo el pino, patas arriba, como un ganso medio zambullido en el agua. Para entonces ya me habia aferrado a la cana con las manos crispadas. Seguro que era una de esas percas con melena que habitaban aquellos andurriales en soledad. Entretanto la veleta hizo !chof! y se esfumo. Sin embargo, se podia ver, bajo la superficie, que habia tomado rumbo a los nenufares. Frene. La cana se arqueo y yo senti por primera vez en mi vida el delicioso tironeo del pez. Tras un tira y afloja por ambas partes, emergio una hirsuta bocaza: se trataba de una perca, grande como un gorro rojo a cuadros pero de color aceitunado y con franjas transversales oscuras. Alzaba sus aletas rojizas como estandartes en la batalla y, por su joroba, se parecia a un toro. En vez de ojos tenia monedas doradas y sobre su dorso se erguia una lanza erizada. Aquello no era un pez, era un dragon, un paladin armado hasta los dientes con plumaje rojo en el casco. La arrastre hasta la hierba y me tendi sobre ella para que no huyera. Ambos eramos dos chavales peleones. Luego, victorioso, lo lleve hasta la balsadera. Me habia pinchado con su lanza, por lo que del dedo me manaba un reguerillo de sangre. Se me ocurrio que a partir de aquel dia el tio Prosek me querria tanto como a Jirka. Prosek, sentado en una banqueta, bebia vermut de cabra, leche, para depurar el alcohol. Me elogio: --Eres un hacha. Desollo la perca y clavo la cabeza en el porton del granero. Para que todos vieran que en Luh junto a Branov habia nacido otro pescador. Cogi un taburete para ordenar y me sente bajo el trofeo durante dias. Cuando pasaba alguien por la balsadera, yo carraspeaba y moqueaba para que se fijaran en la perca. Coseche una buena dosis de gloria. Vino hasta Dasa, la hija de Beda Peroutka. Me dio un beso en la mejilla y declaro: --Eres un verdadero machote. Una noche, sin embargo, mi trofeo desaparecio sin saber como. Es posible que se lo zampara la gata Andelka. Pero es mas probable que lo quitara del porton mi amado tio Prosek, quien, hasta el gorro de mi pavoneo, volvia a aborrecerme.

  • Gimpel, el tonto de Isaac Bashevis Singer

    https://gigalibros.com/gimpel-el-tonto.html

    El primer libro de relatos de Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura.

  • Un Angel Enamorado de Daniel Santos

    https://gigalibros.com/un-angel-enamorado.html

    Sara no sabe quien es en realidad.
    Pero siempre supo que era distinta.
    Y hoy ha llegado su momento.
    La hora de ser un angel.

  • ?Puede Pensar una Maquina? de Alan M. Turing

    https://gigalibros.com/puede-pensar-una-maquina.html

    En 1947 Alan M. Turing pronuncio una conferencia ante un auditorio compuesto en su mayor parte por miembros del National Physical Laboratory de Londres en la que intentaba responder a la vieja y controvertida pregunta ?Puede pensar una maquina? Lo expuesto en ese acto aparecio publicado tres anos mas tarde en Mind -- una importante revista de filosofia britanica-- y es lo que ofrecemos aqui al lector en su traduccion castellana. Este texto se convirtio enseguida en uno de los escritos fundacionales de la logica informatica y la inteligencia artificial, al presentar las lineas generales por las que deberia discurrir una respuesta precisa y manejable (aunque no indiscutible) a la pregunta formulada. Se trata del famoso Test de Turing, una prueba para decidir si una maquina es inteligente (o <>). Para ello Turing diseno un juego de imitacion en el que participan una maquina y seres humanos; podemos decir que una maquina piensa si un ser humano que se comunica con la maquina y con otros seres humanos no logra distinguir cuando su interlocutor es una maquina y cuando un humano. Una <> como la que participa en el juego, es un dispositivo ideal de calculo, capaz de resolver una funcion computable --una funcion cuya solucion es susceptible de ser obtenida por un procedimiento mecanico--. Pero lo mas significativo es que Turing demostro que hay una maquina peculiar --la maquina universal de Turing-- en la que se puede representar cualquier maquina que sea capaz de computar una funcion particular. De acuerdo con esto, una maquina universal de Turing seria una especie de sistema operativo en el que se implementan diferentes programas (maquinas de Turing especiales), un poco a la manera en que nos es familiar en los ordenadores personales. La denominada <> como modelo capaz de simular la mente humana y, por ende, el pensar, tiene aqui su fuente.

  • Bajo el arbol de los toraya de Philippe Claudel

    https://gigalibros.com/bajo-el-arbol-de-los-toraya.html

    Los toraya viven en la isla Celebes. Son un pueblo cuya existencia esta obsesivamente marcada por la muerte. Cuando fallece un toraya, la organizacion de su funeral se prolonga durante semanas, meses, a veces anos. Lo deseable es que asistan a la ceremonia todos los parientes del difunto, lo que puede suponer miles de personas desperdigadas por el archipielago indonesio, o incluso fuera de el. El viaje, el alojamiento y la alimentacion corren a cargo de sus familiares, que con frecuencia deben contraer fuertes deudas para poder respetar la tradicion. Para hospedar a los invitados se construyen casas de madera finas y graciles como barcas. En prevision de los banquetes se compra ganado. Se sacrificaran cerdos y bufalos para acompanar al difunto. Durante todo ese tiempo se conserva el cuerpo de quien aun no es considerado un muerto, sino un enfermo, un to masaki, en la lengua de los toraya. La tumba en la que sera inhumado se excava directamente en la roca de ciertos acantilados sagrados. En esos sepulcros en forma de nicho descansan los restos de los miembros de una misma familia, custodiados por idolos de madera. Al cabo de un tiempo, los ataudes se pudren y se abren. Los huesos quedan esparcidos por el suelo, mezclados con la tierra y las hojas. En la primavera de 2012 recorri la tierra de los toraya. En su isla, que aun no conocia, volvi a encontrar lo que siempre me ha gustado de Indonesia: sus gentes tranquilas y risuenas; sus paisajes ondulantes, a veces escarpados, con su muestrario infinito de verdes, desde el mas claro hasta el mas mate; su cielo, que puede ser amplio y azul y volverse vertical al dia siguiente, un collage de altas nubes de plomo que revientan de pronto para dejar caer una lluvia calida sobre bosques, caminos y arrozales; sus noches, que llegan temprano, repentinamente, y desencadenan un aquelarre de insectos y lagartos; el placer de tomarse una cerveza helada mientras saboreas un nasi goreng o unos sates de cabra en una acera, sentado en una silla de plastico pensada para un gnomo, o el de fumarse un kretek con aroma a nuez moscada y canela. Cerca de un pueblo toraya situado en un claro, me mostraron un arbol peculiar. Imponente y majestuoso, se alza en una pendiente del bosque, a unos cientos de metros de las casas. Es una sepultura reservada a los ninos de muy corta edad, fallecidos durante los primeros meses de vida. En el tronco del arbol se excava un hoyo. En su interior se deposita el pequeno cadaver envuelto en una sabana. El sepulcro lenoso se cierra con un entramado de ramas y tela. Lentamente, con el paso de los anos, la madera del arbol vuelve a cerrarse y guarda el cuerpo del nino en su propio y enorme cuerpo, bajo su corteza soldada de nuevo. Comienza entonces el viaje que lo elevara poco a poco al cielo, segun el pausado ritmo del crecimiento del arbol. Nosotros enterramos a nuestros muertos. O los quemamos. Nunca se nos habria ocurrido confiarselos a los arboles, aunque no nos faltan bosques ni imaginacion. Pero nuestras creencias se han vuelto vacias, carentes de eco. Perpetuamos rituales que a la mayoria nos costaria mucho explicar. Nuestro mundo vive de espaldas a la muerte. Los toraya la han convertido en el centro del suyo. ?Quien tiene razon? Esa misma noche, mientras bebia cervezas y fumaba kreteks en el balconcito de mi habitacion del hotel, volvi a pensar en el arbol, en su madera, alimentada por huesos fragiles y carne desaparecida. Abajo, unas ancianas estadounidenses reian a carcajadas mientras acababan de cenar en la terraza del restaurante. Me habia cruzado con ellas al regresar al hotel. Iban calzadas con deportivas rosa y vestian pantalones caqui de explorador llenos de bolsillos, camisas de algodon y chalecos de reportero de guerra. Sus cabezas estaban coronadas por cabellos blancos, malva y, en algun caso, violeta. Todas tenian la misma nariz rehecha, los mismos ojos estirados, los mismos labios rellenados. Habian alcanzado el tramo final de sus vidas, pero sus rostros exhibian los rasgos abstractos y esquematicos caracteristicos de las jovenes artificiales, todas identicas. Parecian munecas escapadas de una tienda que vendiera articulos monstruosos a no se sabe que clientela. Pense en todas las estrategias inutiles que aplicamos a nuestros cuerpos para enganar al tiempo y a nuestros miedos. Frente a mi, en la noche indonesia, mientras disfrutaba del aroma de los cigarrillos, adivinaba las siluetas mas claras de los bufalos que, de pie en medio de los arrozales, dormitaban con la cabeza inclinada hacia el barro. La llovizna y una tenue bruma caian sobre sus cuerpos inmoviles. Parecian de otra epoca. Los sentia medio borrados. Pense en la desaparicion. En la llegada al mundo. En esa danza incoherente, unas veces hermosa y otras grotesca, que es nuestra vida. Tambien en nuestro fin. Los sapos parloteaban. Unos murcielagos enormes libraban un duelo silencioso por encima de mi cabeza. Habia cumplido cincuenta anos tres meses antes. ?Significaba eso algo? Como de costumbre, tenia un libro al lado. Esa noche era El viaje nupcial, de Ismail Kadare, que releo al menos cada dos anos. Es una historia muy hermosa de promesas, muerte, fantasmas y cabalgadas. Y de invierno, la estacion del ano en la que siempre he sentido que me convierto en quien soy realmente. Tenia un cuaderno y una pluma --comprada mas de diez anos atras en un mercado de Saigon-- que hace honor a su nombre, porque es muy ligera. Ya no recuerdo si tome notas mientras pensaba en el arbol y su corteza cerrada sobre los cuerpecillos invisibles. No estoy seguro: a veces, donde mejor se escribe es en la propia cabeza. Estaba entre dos peliculas, en ese dificil momento en que uno se cuestiona lo que hace y se pregunta si merece la pena hacerlo, si tiene algun sentido. Cuando uno esta aun menos seguro de si debe continuar. Mi ultimo largometraje habia obtenido una tibia acogida. El publico no habia abarrotado las salas. Habia corrido mejor suerte en el extranjero, en la decena de paises en los que se habia estrenado y a los que yo lo habia acompanado para responder una y otra vez las mismas preguntas, exhibir la misma sonrisa para los fotografos y encontrarme solo por la noche en la habitacion del hotel, contemplando las botellitas del minibar como si fueran companeras de infortunio. Tras la gira, habia decidido olvidarme de esa pelicula que se habia tragado dos anos de mi vida, pasar pagina en mi interior y marcharme a la isla Celebes con un renovado deseo de imagenes que empezaba a apuntar, todavia vago y borroso, a la espera de una concrecion que pensaba perfilar sin ninguna prisa. Hace mucho tiempo ya que comprendi que no <> las peliculas, sino que son ellas las que nacen de nosotros y toman forma como y cuando les parece. Las ancianas estadounidenses se habian callado. Debian de haber vuelto a sus habitaciones. Me las imagine solas ante el espejo del cuarto de bano, contemplando sus rostros falsos y leyendo su verdadera edad en el fondo de sus ojos tristes. Toda mentira conlleva su amarga caida. Tres dias despues volvi a Francia. En cuanto entre en casa, deje la maleta en el suelo y me bebi un vaso de agua del grifo mirando a mi alrededor. Tenia la sensacion de haber llegado a un pais extranjero. Por supuesto, los olores eran conocidos, pero pertenecian a una estacion y una ciudad de las que me habia ausentado y en las que aun no habia vuelto a encontrar mi sitio. El parquet crujia bajo mis pies. En los alfeizares de las ventanas, las moscas muertas terminaban de apergaminarse colectivamente, con las patas estiradas hacia el techo. Seguia considerandome alguien corriente y a la vez exotico. Seguia teniendo en la boca el peculiar sabor de los kreteks. Sin embargo, oia en lo alto sonidos familiares, en especial el piano desafinado del senor Bellagar, el vecino del octavo, un anciano medio ciego cuyo rostro y encorbatada elegancia me recuerdan un poco a Jorge Luis Borges y que se pasa horas tocando melancolicas melodias de la Europa central. Di una vuelta por las habitaciones, lo que se hace pronto, porque solo son tres, y escuche los mensajes acumulados en el contestador, que parpadeaba en una mesita del salon, al lado de la fotografia de Florence, mi ex mujer, que me sonreia. Entre ellos descubri el

  • El caballero que cayo al mar de H.c. Lewis

    https://gigalibros.com/el-caballero-que-cayo-al-mar.html

    Desde Robinson Crusoe hasta el naufrago de Garcia Marquez, la literatura esta poblada de personajes que deben sobreponerse a la zozobra de un barco. Pero es probable que no haya otro como Henry Preston Standish -el inolvidable caballero de esta novela-, quien cae al agua por obra y gracia de un paso desafortunado. Mientras el Arabella se pierde en el horizonte, y sin balsa ni isla a la vista, este hombre tiene que afrontar una situacion inesperada: esta solo contra el mar. Con magistral sencillez, Herbert Clyde Lewis lleva el relato a una dimension filosofica: ?que salvar de una vida? El caballero que cayo al mar es una obra maestra que el exceso de oferta del mundo editorial (no el exceso de obras maestras) mantuvo hasta hoy en el olvido. Con esta primera traduccion al castellano, celebramos su rescate.

  • Por ti, por mi, por ellos…, Freya Asgard de Freya Asgard

    https://gigalibros.com/por-ti-por-mi-por-ellos-8230-freya-asgard.html

    ?Que pasa cuando un policia es obligado a quitarle los hijos a una mujer acusada de maltrato por su propio esposo? ?Que pasara si este policia se da cuenta que fue enganado y que todo fue una trampa? ?Que pasara si este policia se percata que esa situacion no fue mas que la punta del iceberg de corrupcion en su tan querida Institucion? ?Que posibilidades hay de que, huyendo de la justicia, se encuentre de nuevo con la mujer a la que tanto dano le hizo?
    Esto es lo que le ocurre a Camilo Espinoza. Despues de tres anos, sin querer, llega a refugiarse a la casa de Paola Donoso, acusada por su violento y poderoso marido de maltrato a sus hijos y la que habia escapado de el.
    Rolando Meneses, amigo y companero de Camilo, trabaja para Bernardo Echeverria, el ex esposo de Paola, que la reconoce como la mujer de su jefe, por lo que Camilo y Paola deciden huir juntos, pues saben que el la delatara.
    De aqui en adelante, todo se torna confuso. Por una parte, Camilo debe seguir reuniendo las pruebas en torno a la corrupcion y a los oficiales vendidos a empresarios y politicos; y solo entonces se da cuenta que no solo existe corrupcion, tambien trata de blancas, trafico de drogas y otras situaciones que el ni siquiera imagina. Toda una telarana que no solo implica a su Institucion o a su pais, es una red de varios anos y que abarca mas lugares de los que se imaginan.
    Una historia donde el amor, la familia y la justicia son puestos en jaque por hombres sin escrupulos, cuya unica motivacion es el dinero y el poder.

  • Traicion en Lancaster Gate de Anne Perry

    https://gigalibros.com/traicion-en-lancaster-gate.html

    La ultima novela de intriga de Anne Perry, protagonizada por Thomas y Charlotte Pitt, arroja una mirada implacable sobre la corrupcion en la sociedad victoriana a finales del siglo XIX.

  • La mujer del camarote 10, Ruth Ware de Ruth Ware

    https://gigalibros.com/la-mujer-del-camarote-10-ruth-ware.html

    has sido testigo de un asesinato…
    y nadie te cree