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  • CICATRIZ, ETERNAS CICATRICES - Juan Carlos Azkoitia

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  • Lick (Stage Dive 1) (Traduccion), Kylie Scott [PDF] de Kylie Scott

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    Despertar en Las Vegas nunca deberia haber sido asi.
    Los planes para la celebracion del vigesimo primer cumpleanos de Evelyn Thomas en Las Vegas eran grandes. Enormes. Pero jamas se hubiera imaginado despertar en el suelo de un bano, con una resaca que competia con la peste negra, un semidesnudo y muy atractivo hombre tatuado y un diamante en su dedo lo suficientemente grande como para asustar a King Kong. Si solo pudiese recordar como sucedio todo.
    Una cosa era cierta, estar casada con el hijo predilecto del Rock and Roll seguro sera un paseo salvaje.

  • Los que corren contra el viento de Maria Correa Luna

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    Un hombre que lo tiene todo, una mujer que se sabe capaz de todo corren contra el viento.?Que es eso a lo que se enfrentan?Un viento quiere arrasarlos, impedirles avanzar hacia lo que buscan: el pasado los desafia, un misterio de ese pasado que se extiende sobre ellosy sobre el mundo.

  • El final de nuestra historia de Meg Haston

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  • Los amantes de Hiroshima (Inspector Salgado 3) de Toni Hill

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    En una ciudad que se alza contra los poderosos, hay secretos que siguen bajo tierra.
    Cierre de la trilogia del inspector Salgado.

  • Salvese quien pueda de Andres Oppenheimer

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  • El viento en la cara de Saphia Azzedine

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  • Romance entre jefes (Los jefes 6) de Victoria Quinn

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    Se como es no tener padre.

  • Aquello que no se ve de Ana Fernandez Arruty

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    Todos los vecinos sentian panico en su presencia. Aquella joven huidiza y excentrica, como salida de un cuento gotico, parecia haber nacido en la epoca equivocada, en otro tiempo. Muchos eran los rumores que se contaban en el pueblo sobre esa mujer de mirada feroz, similar a la de un animal indomito, y es que, en cada lugar, existe alguien extrano, fascinante, insolito... Alguien que sea el centro de las habladurias y que protagonice las historias de fantasmas que hacen temblar a los ninos...
    Una historia con secretos del pasado, emociones desbocadas, paisajes sombrios, neblinosos, nocturnos... con amor y venganza, con odio y locura, en la que los personajes unen sus vidas mas alla de la muerte.

  • Un destino caprichoso de Angela Martinez

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    Diana estudio fisioterapia. Entre las aulas y los pasillos conocio a Ivan, quien se convirtio en si gran amigo y en una de las personas mas importantes de su vida. La amistad se fortalecio cuando Diana vio truncado de la noche a la manana, su sueno de ser una gran pianista. Y ahi estuvo Ivan para apoyarla, en las buenas y en las malas. Juntos han decidido montar una clinica de masajes y rehabilitacion.
    Miguel es neurocirujano, y tambien es un canalla y un seductor que esta envuelto en un peligroso lio que no le deja ejercer su profesion hasta que se ponga en claro su dudosa conducta en el pasado. A pesar de todos los problemas, su corazon aun tiene tiempo para quedarse deslumbrado por la belleza natural de Diana. Se ha propuesto conquistarla, pero por unica vez en su vida no sabe como.

  • As de corazones (Vegas Clandestina 3) de Renee Rose

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    P C A P I TULO U NO epper SABES que tu carrera llego a un limite aun mas bajo cuando te contratan por ocho semanas para trabajar en Las Vegas. Miro fijo a la gigante marquesina con mi nombre en luces de neon mientras la limusina estaciona frente al Casino Hotel Bellissimo. No me importa si el Bellissimo es el lugar mas lujoso y a la moda de La ciudad del pecado, sigue siendo Las Vegas. El antro donde caen los artistas por su bajo nivel de estres y dinero facil. Usualmente despues de que se termine su fama. ?Asi que por que carajo estoy aqui a veinte meses de lanzar un album y ni catorce horas despues de mi ultima presentacion en una gira agotadora? Por culpa de Hugh; el pendejo de mi representante que me vendio. Y ahora mis padres, Hugh y yo tenemos un millon de problemas que solo yo puedo solucionar. Anton, mi guardaespaldas, sale primero y luego me ofrece su mano para ayudarme. La ignoro porque, si, tengo veintitres anos, asi que soy del todo capaz de salir yo misma de un auto y no soy tan superficial como para querer ayuda, aunque aprecio el gesto. Me bajo y muevo hacia abajo la falda de mi vestido baby doll con tiras que combine con un par de Doc Martens destartalados color rojo ladrillo, y me quito los auriculares mientras todavia suena el album de RadioHead. Una mujer de cuarenta y pico en un vestido azul y tacos cruza la puerta y se dirige directo a Hugh. Detras de ella, un hombre enorme con hombros amplios mira, parado justo afuera de la puerta decorada con oro. Me mira a mi. Eso no es poco comun. Soy estrella de pop despues de todo, pero es la manera en la que me mira lo que envia senales de alerta disparadas por mis venas. Su manera de observar muestra poco asombro y es callada y su exquisito traje italiano lo delata. Es Tony Brando, el tipo que ahora es mi dueno. Lo reconozco. Estuvo en mi recital en Vancouver, y luego otra vez en Denver. Es la razon por la que estamos aqui aunque este a tres horas de un colapso total, cerca de perder la voz y realmente desesperada por estar a solas un rato. Por supuesto, aunque la mafia no me persiguiera por casi un millon de dolares, es probable que Hugh igual me tuviera reservada hasta el proximo siglo. Sus planes o los de mis padres nunca consideraron mi bienestar cuando se trata de mi carrera. Hace dos anos le dije a Hugh que necesitaba un descanso. Algo de tiempo para encontrar mi inspiracion de nuevo y componer la musica que me llevo directo a la fama en primer lugar. Queria refugiarme en un estudio para grabar mi proximo album, lo que solucionaria los problemas de dinero en los que se metieron mis padres el ano pasado por unas malas inversiones. Pero Hugh tenia un plan infalible. Un plan idiota y peligroso que mis padres y yo confiamos a ciegas en que ejecute. --Bienvenida, senorita Heart. Soy Angela Torrino, directora de eventos. El Bellissimo se entusiasma mucho por tenerla aqui, como puede ver. --Ella hace un gesto al cartel de neon de treinta metros que tiene mi nombre en luces y se ubica sobre la franja. Muevo la cabeza e intento forzar una sonrisa. Trato de no mirar el traje a rayas que acecha detras de ella. Hugh la rodea y se pone al mando, como siempre. --Gracias por hacer los arreglos, senorita Torrino. --Le aprieta la mano--. Ahora si pudiera darnos acceso al escenario, comenzaremos a descargar para que Pepper pueda ensayar antes de su presentacion esta noche. Claro. Ensayar. Ahora. Porque Dios sabe que en serio seria un sacrilegio tener un dia de descanso despues de viajar y antes de tener que actuar. O siquiera una hora. Sigo a Hugh y a la senorita Torrino hasta las puertas del casino/hotel con Anton detras de mi y un poco a la izquierda. La senorita Torrino se detiene y le presenta el hombre grande de la puerta a Hugh. Brando la ignora y da un paso al frente. Sus movimientos son elegantes para un hombre de por lo menos dos metros. Es claro que su mirada se enfoca en mi rostro y no en la forma guau-conocere-a-lafamosa-joven-estrella-de-rock-Pepper-Heart. No, es mas como un gran lobo malo que mide a su presa. Su mirada pasa por encima de mi boca, luego mas abajo, hacia mis senos sin sosten y hasta mis piernas descubiertas. Luego sube una vez mas a un ritmo mas placentero, y al final se queda en mis ojos. Estoy bastante segura de que le gusta lo que ve, pero no tiene una mirada lasciva. La sonrisa burlona sobre su boca es mas de satisfaccion, como si yo fuera un vino exquisito que le acaban de entregar y estuviera saboreando mi buque. Mi estomago se hace un nudo. --Senorita Heart, este es Antonio Brando, uno de los directores de funcionamiento aqui en el Bellissimo, --dice de forma alegre la senorita Torrino detras de el. Me gustaria decir que su rostro grande y tenebroso lo hace feo, pero seria una mentira. Incluso con las lineas de cicatrices que danan su mandibula robusta, su frente y su mejilla izquierda es hermoso. Como alguna especie de semidios romano que enviaron a la Tierra para destrozar a los hombres y conquistar a las mujeres hasta que todos los humanos inferiores estuvieran domesticados. No me ofrece su mano. Yo tampoco lo hago. De hecho, le dedico mi mejor mirada de vete a la mierda; la que suelo reservar para Hugh. --Estoy ansioso por ver tu presentacion esta noche. --Su baritono se mueve por mi interior; vibra justo entre mis muslos. En serio desearia que mi cuerpo no tuviera esta reaccion ante su cercania porque preferiria odiar a este hombre y que no me excitara. Pero es puro poder masculino; irradia seguridad y control silenciosos. Y amenaza. Si, hay un trasfondo de violencia en el que me da escalofrios. Junto los labios con fuerza porque no puedo pensar en algo que decirle que no haga que quiera romperme las rodillas. Y estoy bastante segura de que esas cosas suceden aqui. La familia del crimen Tacone es la duena y la que dirige el Bellissimo. Ademas, y lo que es incluso mas importante, no quiero que escuche el estado de mi voz. Casi no tengo. Llevo enferma varias semanas, y para ser honesta no se si pueda sobrevivir este ultimo tramo en Las Vegas. Hugh se acerca rapido a mi lado y me toma del codo de esa forma posesiva que tiene. --Vamos, te llevaremos al escenario para que puedas ensayar. Esta noche no quiero metidas de pata. Agacho la cabeza y lo sigo, no porque este de acuerdo con que necesite el tiempo de ensayo, sino porque quiero escaparme de la mirada ardiente de Brando. Tan pronto como pueda. Hugh me toma mas fuerte del codo mientras nos movemos por el casino. --?Quieres hacer que nos maten a todos? --me dice entre dientes en el oido; su aliento apesta a cafe amargo. --Crei que ya te habias encargado de eso, --digo de forma rasposa en mi tono mas seco y aburrido; el que hace que se vuelva loco. Luego dejo de escuchar el sermon mientras los invitados del Bellissimo gritan mi nombre y comienzan a tomarme fotografias. Sonrio y les hago el gesto de la paz mientras caminamos por el casino en un largo desfile desde la puerta principal hasta el auditorio donde el autobus de mi gira esta estacionado en la salida de atras. Claro que podriamos haber entrado por ahi desde un comienzo, pero esta es la estrategia de Hugh para asegurarse de que todos sepan que hay alguien famoso en el edificio, para publicitar el espectaculo. Los miembros de la banda y los encargados del equipo tienen el lujo de quedarse tranquilos en la parte de atras. Aunque para ser honesta no me molesta. Amo a mis seguidores. Son la razon por la que escribo musica. La razon por la que canto. Un revoltoso grupo de chicos de fraternidad empuja muy cerca y se mete en mi espacio para sacarse selfis conmigo. Anton les ladra para que se vayan hacia atras, protege mi cuerpo con el suyo, pero de repente la seguridad del casino nos envuelve y forma una burbuja protectora. --No lo se, solo tiene un guardaespaldas, --dice uno de ellos mientras habla por una unidad de comunicaciones, y luego--, entendido, Tony. Nos quedaremos con ella en todo momento. Tony. Me giro para mirar a mi gran protector. Camina de forma casual detras de nosotros; sus labios se mueven mientras le da ordenes al personal. Nuestras miradas se encuentran y se quedan asi; la suya es oscura, prometedora. Mi corazon se acelera. Quiero ir hacia atras y decirle las cosas que me contuve cuando estabamos afuera, pero es como si la Tierra se derrumbara bajo mis pies. Las placas tectonicas se desplazan y se mueven, se reacomodan. Puedo haber pensado que podia manejar Las Vegas. Manejar mis obligaciones en el Bellissimo. Entrar, salir; contener mi colapso nervioso hasta que todo acabara. Pero ahora que conoci a Tony Brando, se que esto es demasiado. Es dificil imaginar sobrevivir este trabajo con el alma intacta. TONY. MERDA. Pepper Heart no es para nada como lo que esperaba. Me imagine que seria una chica fiestera; una joven estrella de rock malcriada que habia tirado su dinero por la ventana. Eso o una nina que necesitaba madurar, quizas con padres o un representante que habian manejado muy mal su carrera y sus finanzas. Y todavia puede que la ultima opcion sea la correcta, pero Pepper no es una nina y tampoco una estrellita insulsa.

  • Trilogia de la guerra de Agustin Fernandez Mallo

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    Sobre estos tres escenarios se han librado batallas: la isla gallega de San Simon albergo un campo de concentracion durante la guerra civil espanola, Vietnam fue la gran herida de la Norteamerica de los sesenta, la costa de Normandia fue testigo del final de la Segunda Guerra Mundial. Como las estrellas, que nos alumbran aunque esten extinguidas, los caidos de estas contiendas estan unidos a los protagonistas de esta historia que, desde los mismos lugares pero hoy, entrelazan sus destinos mediante conexiones sorprendentes.
    Con una intensidad creativa que no da tregua al lector, Trilogia de la guerra despliega un caleidoscopio de narraciones que cristalizan en un insolito pero certero retrato del siglo xx y el desconcertante xxi. Como si W. G. Sebald y David Lynch se hubieran aliado para desvelarnos la cara B de nuestra realidad.
    Agustin Fernandez Mallo, uno de los grandes renovadores de nuestras letras, llega aqui a cotas no exploradas y escribe su proyecto mas ambicioso, con su estilo integrador de disciplinas como la ciencia, la cultura popular y la antropologia, en una novela atravesada por una poetica de enorme magnetismo que logra trazar un mapa concreto y trascendental de la contemporaneidad.

  • La primavera ausente (El Trastorno de Elaranne 1) de Ruben H. Ernand

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    Hace siete anos una devastadora epidemia, conocida como la Plaga, asolo los cinco reinos de Balaeron. Kirius, superviviente de la terrible enfermedad, vive en una prospera ciudad del reino de Merethia junto a su abuelo, bibliotecario de la ciudad. El joven arrastra unas extranas secuelas que perturban su mente y lo apartan de los demas. Un ser imaginario, al que el llama el Ausente, le habla haciendo que su cordura este siempre en peligro. Kirius intenta combatir su propia oscuridad interior confiando en que los suenos de seguir los pasos de su padre, a quien nunca conocio, se conviertan en realidad.

  • El secreto de la Tritona de Manuel Pinomontano

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  • El Celibe de Inaki Bernaola

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    Dicen que de todos los pueblos europeos en los cuales la Iglesia Catolica tiene una influencia notoria, los irlandeses son los mas apasionados.
    Es por ello normal que a un joven cura irlandes, henchido de deseo de amar al projimo y mantener el casto celibato sacerdotal, le resulte poco menos que imposible. O que cuando quienes arden en deseo de amar al projimo sean mujeres, hayan tenido que enfrentarse tanto con la propia Iglesia como con una sociedad tradicional y patriarcal hasta la medula, y que a raiz de ello hayan sufrido multitud de penalidades como embarazos no deseados, bebes entregados forzosamente en adopcion a instituciones religiosas o internamientos forzosos de "jovenes descarriadas" en centros donde sufrian todo tipo de injusticias y opresion.
    Esta novela es la historia de un grupo de irlandeses, hombres y mujeres, religiosos y seglares, y de su lucha por lograr, por encima de condicionamientos de todo tipo, al fin ser duenos de su propio cuerpo, de su propia sexualidad y de su propia vida.
    Pero los irlandeses, a la par de apasionados, son tambien enormemente divertidos. Asi pues, es logico que una historia de irlandeses apasionados, si se les quiere hacer justicia, tenga que ser tambien por fuerza divertida.

  • Forjado a fuego (Hermanos Chance 1) de Lara Kinsey

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    Brighid Bell se sentia como un pez fuera del agua. Era mejor ladrona que dama, pero no tenia un gran talento para ninguna de las dos cosas. Su lugar estaba en los establos, no en las gradas. Brighid miro a las otras mujeres en el hipodromo con desagrado. No hacia ellas, ellas eran agradables, sonriendo y riendo. No tenia ningun problema con ellas, pero nunca podria ocupar su lugar. Sus manos delicadas cubiertas por guantes descansaban en el hueco de unos codos masculinos. No, lo que le desagradaba eran esos hombres engreidos de manos suaves y miradas crueles. No queria que le controlaran, no queria acostarse y pensar en Inglaterra. Que le dieran a Inglaterra. Levanto la vista cuando un jockey paso por delante, rapido como una flecha sobre su caballo, y alli es donde queria estar. Arriba. Habia estado abajo y no volveria nunca. Su estomago rugio de forma audible. Habia pasado un dia desde la ultima vez que probo bocado y ahora por fin tenia la oportunidad de poner las manos sobre algo de comida. Bajo las escaleras apresurada. Teniendo en cuenta el numero de baratijas robadas que habia metido entre sus faldas, era mejor que se fuera antes de que las carreras terminaran. Escucho una respiracion de asombro colectiva y, por un momento, penso que le habian descubierto. Pero no. Se escucho un chasquido que Brighid pudo sentir en los huesos. Habia oido a caballos gritar antes. Los cascos pasaban en estampida dejando atras al caballo herido y a su jinete desplomado como un bulto inmovil. El mayor peligro era que la gran bestia le cayese encima. No era tan pequeno ni de huesos tan finos como los jockeys habituales, pero una tonelada de animal nervioso le haria dano a cualquiera. Brighid salio corriendo a la pista, esquivando caballos y jinetes. Ya estaba moviendose, tranquilizando a la asustada yegua antes de examinar su pata. Los calcetines blancos de la yegua alazana estaban manchados de sangre y suciedad. No se habia roto la pata, gracias a Dios, pero se habia doblado un tendon. La yegua necesitaria ser estabulada y tratada con hielo, si, y quizas algo de laudano en la comida no le iria mal, pero esta yegua volveria a ser montada, aunque no fuese en las carreras. Sintio una pequena llaga bajo la montura. No era de extranar que el animal hubiera gritado. Esa herida tenia que ser terriblemente dolorosa. Levanto la vista, pero nadie estaba atendiendo al jockey todavia, aunque una multitud de hombres con abrigos estaba corriendo hacia la pista. Su ropa de montar de seda de color azul como el hielo estaba desgarrada y hecha jirones, pero no podia ver ninguna costilla asomando debajo. Paso las manos por sus lados y le encontro aparentemente entero. Le dio la vuelta con cuidado hasta que estuvo boca arriba y cuando la miro entre parpadeos, ella le puso una mano tranquilizadora en la frente. Sus ojos azules y labios gruesos la dejaron ensimismada. El centro la atencion brevemente en su rostro y se agarro a sus faldas de un modo suplicante. Podia prestar atencion, eso era bueno. --Shh --murmuro Brighid, posando un beso impulsivo sobre sus labios. El volvio a tumbarse con un suspiro y cerro los ojos. Sus pestanas oscuras se movieron sobre sus mejillas como si ya estuviera sonando. Palpo sus piernas y sus brazos al completo, presumiblemente buscando lesiones, pero no pudo evitar notar la firmeza de sus gemelos y su pecho bien definido. Queria pasar mas tiempo acariciando los tensos musculos. --!Esta bien! --grito a los hombres que corrian hacia ellos. Paso los dedos por los rizos negros que se posaban sin fuerza sobre la frente humeda. De repente, se encontro rodeada de cuerpos vociferantes--. Mantengalo despierto --le dijo a la mujer mayor que habia aparecido con un decantador de brandy lleno. Despues, sintiendose culpable, le robo la cadena de oro y se perdio entre la multitud. *** Isaiah Chance se desperto en una habitacion oscura, con un pano humedo sobre los ojos y la quemadura del whisky en los labios agrietados. ?Cuanto tiempo habia estado inconsciente? Recordaba unos rizos dorados y unos labios llenos y rosas descendiendo sobre su boca con dolorosa suavidad. Tenia una sensacion de paz profunda, como si un angel le hubiera visitado, pero el dolor en la sien le decia otra cosa. Su cadena no estaba. Nada de un angel, entonces. La picara debia habersela robado. Mags entro ajetreadamente. --No dejare que participes mas en las carreras, Isaiah. Un hombre como tu no deberia tentar a la suerte. --Voy a comprar oficinas --murmuro. Hubiera sido un grunido si hubiese algo de veneno tras las palabras, pero el tono ronco era suave--. Vamos a abrir un negocio. Capitulo 2 Invierno de 1925 Su pequeno imperio crecia dia a dia. La luz de la lampara titilo cuando Isaiah inclino de nuevo la cabeza sobre los libros. Sid no era bueno con los numeros, por lo que recaia en Isaiah no solo ser la cara del negocio, sino tambien el cerebro. De algun modo, la cadena que llevaba acabo en su boca mientras trabajaba. Necesitaba algo que calmara su inquietud para que su mente pudiera centrarse en las columnas de numeros que no tenian fin. Habia poca luz en la estancia y el papel cebolla era casi ilegible. Cerro los ojos con los parpados arrastrandose como si estuvieran llenos de arena. El ardor le hizo recordar que llevaba despierto dos dias y una noche. Su mesa estaba repleta de fotografias: familia, amigos y sus amados caballos. Habia una fotografia pequena en un lugar de honor, un Isaiah mas joven al lado de una yegua alazana con calcetines blancos. Se sentia como si estuviera a punto de explotar. En sus dias como jockey habia tenido muchisimas cosas con las que ocupar su cuerpo y sus manos y despejar la mente: ensillar y quitar la silla, inspeccionar los cascos de su montura. La emocion febril de los dias de carrera. Ahora se mantenia a si mismo profundamente atareado, inclinado sobre los libros por pura fuerza de voluntad. Nunca le habia contado a Sid el esfuerzo que le costaba concentrarse, dejarle a el las cosas fisicas. Necesitaba algo que hacer con las manos. Saco un cigarrillo y lo movio de un lado a otro de la boca antes de dejarlo colgar de sus labios. Podia permitirse un tabaco mejor estos dias, pero los cigarrillos baratos le recordaban de donde venia, le recordaban a donde podia volver si llegaba una racha de mala suerte. La luz de sus oficinas tenia una cualidad grasienta, probablemente por culpa de las ventanas. El ambiente tambien era grasiento. Las lamparas llevaban horas ardiendo y en su pequeno rincon practicamente no se movia ni una gota de aire. Se levanto y se alejo de sus papeles como si estuviera en un sueno y salio por las puertas dobles al aire fresco del patio y los establos. Nunca habia tomado azucar con el te pero siempre llevaba algunos terrones para los caballos. Isaiah respiro profundamente; heno y paja y caballo, tablas banadas en sol y cesped cortado. Esto era lo que le mantenia con vida. Habia poco aire fresco en Birmingham, ahora menos que nunca, con las fabricas funcionando gracias a los hombres que volvieron de la gran guerra. Bueno, algunos de los hombres. No estaba seguro de que el hubiera vuelto a casa del todo, pero descarto cualquier atisbo de miedo o vacilacion o incluso imprudencia. Sidney y Grace le necesitaban. Todo el maldito mundo le necesitaba. Una victoria, una gran victoria, y puedo dejar de mirar atras. Cada vez estaban regulando mas y mas las carreras. Un dia para toda la familia, si, pero ahora a la gente le preocupaban los linajes y los progenitores. Isaiah no conocia su propio linaje y deseaba infernalmente no haber conocido nunca a su progenitor. Suspiro cuando salio de los establos al ruido y el clamor de la calle. Gracie estaba en el mercado, probablemente contado el dinero a escondidas mientras la senora Kimball regateaba sobre telas. Isaiah no le iba a explicar a Gracie como se ganaba la vida, pero ella habia absorbido el cotilleo que flotaba en el vecindario. Enterrador. Corredor de apuestas. Contrabandista. Vandalo. Estos ultimos seguramente se los creia, pero era cosa de familia. Su hermana de ocho anos caminaba erguida, era una de los Chance. Chances Brothers Limited daba trabajo a la mitad de Birmingham. Las voces sonaban en los puestos del mercado de Cheapside. Sus productos y, lo que era mas importante, sus aliados leales inundaban las calles. Camino entre las chispas y el humo, intercambiando inclinaciones de cabeza con todo el que se cruzaba e ignorando los susurros. Gran hombre, Isaiah Chance. Bebe whisky solo. Paga los sueldos puntualmente. Se tiro a la hija de un marques. Mato a un hombre por dinero. Mato a un hombre porque si. He oido que tiene un Bugatti. Se suena la nariz con seda. Tiene dos bastardos en dos paises. El mismo es un bastardo, o un diablo. Pero es nuestro diablo.

  • Armas de titanes de Tim Ferriss

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    Durante dos anos Tim Ferriss realizo entrevistas en profundidad a mas de doscientos destacados personajes para su podcast The Tim Ferriss Show. Este libro recoge las rutinas, trucos, consejos, ejercicios y tacticas que estos triunfadores le contaron.

  • Alborada de Cristina Duran

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    Camila estaba acostada, pero no dormia, solo disimulaba que lo hacia. No se acordaba de cuando habia dejado de anorar un beso o una caricia de su marido. Solo ansiaba oir el sonido de la puerta de la calle cerrarse. Cuando por fin lo escucho, echo las sabanas hacia atras. Lucas por fin se habia marchado a trabajar. Era el momento de escapar de la carcel de su hogar. Se sento en su taburete delante del tocador, encendio las luces del espejo y mientras se maquillaba pensaba: <> Mientras ese pensamiento se reproducia en su cabeza una y otra vez, peinaba su larga melena negra azabache, maquillaba sus ojos verdes intentando tapar el desgaste de la vida y la rutina. Intento que el labial rojo tapara su falta de besos. Su escasez de suenos. Con un suspiro fue al armario y se vistio con su vestido rojo de polipiel, corto, por encima de las rodillas. Sus botas negras de tacon de aguja y una chaqueta de cuero negra para tapar el frio de la noche. Lista para salir. Preparada para olvidar su desgana entre musica, humo de cigarrillo y vaivenes de cadera. En el salon cogio su bolso, las llaves de su coche y su telefono movil. Ahi iba una noche mas dispuesta a espantar sus malos suenos, alejar la rutina de un matrimonio que habia empezado a asfixiarla. Llego al club y saludo a sus companeras, habia logrado una sintonia especial con ellas. Aexcepcion de una compa- nera que buscaba cualquier oportunidad para pelearse con ella. Aguanto estoicamente los piropos de su jefe, ese hombre que ponia su carne de gallina y le calentaba la sangre. No sabia como, pero llevaba todo un ano, resistiendose a los multiples encantos de Marc. No queria serle infiel a su marido, aunque la atraccion que sentia por aquel individuo, crecia cada dia mas. Se preparo para salir al escenario, ese escenario que la llamaba, que hacia que se entregara en cada nota de musica a un baile sensual y desenfrenado. Su cuerpo siendo invadido por cada nota musical, el vaiven de sus caderas animando al publico. La alborada rozaba en el cielo cuando llegaba a casa, pero ese dia algo le habia entretenido, haciendo que se le hiciera demasiado tarde. Lucas no tardaria en volver. Mientras conducia su viejo coche pensaba en el hecho que le habia retrasado. Marc la habia llamado para ordenarle que bailara para el, con una excusa que no lograba recordar. Podia haberse negado, pero algun diablo poseyo su alma, porque no supo decir que no. Su jefe puso una melodia que la incitaba a contonear sus caderas y bailo para el. Las prendas de ropa fueron cayendo. Pudo haberse negado, pero le apetecia tanto sentirse querida, el deseo que sentia por Marc sobrepasaba al que una vez sintiera por su marido. Se transporto a otra galaxia sin darse cuenta, solo estaba su cuerpo y la musica. Estaba en su propio mundo, cuando unos sentimientos que no deberia sentir, se abrieron paso por su alma y su corazon. Hasta que sintio unas manos fuertes y asperas posarse en sus pechos. Entonces volvio a la realidad y sintio que se ahogaba con la lujuria que empezaba a recorrerle todo el cuerpo. Deseo prohibido, anhelaba tanto lanzarse a esos brazos, dejarse llevar. Pero una vez mas huyo llenandose de insatisfaccion. Todo su ser clamando por entregarse y dejarse enamorar. Pero creia que no debia. Sentia que no era lo correcto. Aparco y subio corriendo, no le daba tiempo a ducharse, se desnudo escondiendo su ropa de trabajo y para tapar su desnudez se puso una bata de seda. Justo cuando ponia la cafetera al fuego y el pan en la tostadora la puerta de la calle se abria. Su marido entro con paso cansado al apartamento. --?Te has dormido? Normalmente a esta hora me tienes el desayuno -- protesto el, solo queria comer, una ducha caliente y dormir. --Ya voy Lucas, ya voy --contesto ella molesta, cansada de ser solo una criada para el. Hacia tiempo que no se sentia como una mujer, tampoco el la trataba como tal. De mala gana sirvio el desayuno como su marido esperaba, como siempre ni un beso. Ni un agradecimiento, ni darse cuenta que su corazon ya volaba muy lejos del que fue su hogar. Reprimiendo un bostezo fue al cuarto de bano para darse una ducha corta, unos minutos despues Lucas entro en el bano. No le dedico ni una sola mirada al cuerpo de su mujer. --!Joder! !Y ahora me quitas la ducha! --volvio a quejarse. --Ya voy a salir Lucas, ?por un dia podrias dejar de protestar? ?Que tal si te metes en la ducha conmigo y me haces el amor salvajemente? ?Cuanto hace que no me tocas Lucas? --Pregunto ella con amargura. --Estoy cansado Camila te prometo que en nuestras vacaciones sera todo fantastico --contesto el deseando irse a dormir. --Si como el ano pasado que las anulaste --ahora le llego el turno a Camila de quejarse. Salio de la ducha envuelta en una toalla y se marcho del bano rozandose con el cuerpo de su marido con la intencion de provocar una reaccion en el. Como siempre nada paso, entonces ella se sintio cansada y dolida. Cuando llego a la habitacion se sento en la cama y penso: <>. A Lucas solia molestarle cuando su mujer se ponia minifaldas o escotes, no le gustaba que nadie la mirara. Por eso Camila habia decidido vestirse como realmente le gustaba. Ya no le importaba su opinion, ya le daba igual lo que Lucas quisiera. Se vestiria como ella realmente queria hacerlo. Tal vez asi podria lograr algo de su atencion. Aunque ya dudaba que quisiera eso. Se perdio en el fondo del armario buscando sus antiguas minifaldas, las vaqueras nunca pasaban de moda. Despues de ponerse la ropa interior se coloco la corta prenda. Busco algo con que conjuntar y encontro un corse precioso. Sonrio malevolamente. Salio del vestidor calzandose unos zapatos de tacon de aguja rojos, Lucas aun no habia salido del bano. Se llevaria una sorpresa. O eso queria pensar. Cogio su rizador de pelo del cajon y procedio a rizarse su lisa melena. Se esmero en maquillarse, aunque no se maquillo tanto como cuando iba al club. Sonrio cuando sintio la presencia de su marido en la habitacion. Se levanto lentamente sin mirarle, se puso una cazadora vaquera. Y se acerco a el para darle un beso en la mejilla. --Querido, me voy a trabajar --dijo para despedirse. --?Desde cuando vas asi a trabajar? --pregunto el mirando su atuendo y sintiendose preocupado. --Desde que he decidido que no me importa lo que me digas. Chao mi amor --contesto ella saliendo de la habitacion. Cogio su bolso, las llaves del coche y salio en direccion al garaje. Era una tortura encontrar aparcamiento en aquella ciudad. Cuando por fin encontro un hueco aparco, corrio ave- nida abajo para poder abrir la tienda de bisuteria que tenia a medias con su mejor amiga. Se sorprendio de que Samanta aun no hubiese llegado, levanto el cierre y colgo el cartel de abierto. Dejo su bolso y la cazadora en la parte de atras para poder trabajar comodamente. La campanita sono, penso que seria demasiado temprano para que fuera un cliente, creyo que era su amiga. Por eso se agacho para ordenar los collares de la estanteria de abajo. Supo que no era Sami cuando sintio una mano grande y aspera pasearse por su pierna. Sabia que su marido no era. Sentia su sangre mas caliente y espesa. El tacto de la persona que le tocaba no era el mismo que el de su marido. Le falto el aliento, sentia que se ahogaba, Lucas jamas causo ese efecto en ella. Podia sentir un calor que le quemaba. --?Cuando te vas a rendir y ser mia? --pregunto Marc con esa voz ronca que le volvia loca. En ese momento todo el flujo sanguineo se le habia acu- mulado en la entrepierna. Quiso aullar de frustracion, de deseo incumplido. Deseo poder ser libre para poder entregarse sin miedos. Se le puso la carne de gallina cuando el paso su lengua por su cuello. --Llevas un ano resistiendote a mi. Me estas volviendo loco de deseo. Cuando te veo bailar en el club solo pienso en empotrarte contra la pared. --Estoy casada Marc. No me acostare contigo nunca --murmuro ella intentando no gemir. Con un movimiento rapido y experto la arrincono con- tra el mostrador, le levanto la pierna para poder conseguir una pose intima. Se restrego descaradamente. --?Me sientes? ?Sientes lo duro que me pones? --volvio a preguntar el incansable. --?A que has venido Marc? --pregunto ella intentando que su voz no sonara ronca. --A darte la noche libre. Esta noche se cierra el club por motivos personales. Pero manana por la noche a la hora de siempre. Siempre el mismo juego, el provocando e intentando seducirla, ella intentando resistirse. No queria convertirse en una mujer infiel. No oyeron la campanita de la puerta, concentrados como estaban en ganar terreno. --Vaya amiga si quieres vete a un hotel yo me encargo de la tienda --se escucho decir a Samanta con voz alegre. --Hagamos caso a tu socia, vamonos, dejame llevarte al paraiso --dijo con chuleria Marc. --Marc por favor vete. Tengo que trabajar --suplico Camila de repente sintiendose agotada por culpa de aquella situacion. Entonces el la solto y salio del lugar, dejandola temblorosa y triste. Sami quiso acercarse y abrazarla para darle consuelo, pero Camila no queria que se acercara aun. Necesitaba recomponerse. Su entrepierna latia furiosa y sentia las piernas como si fueran gelatina. Marc siempre arrasando, dejandola con ganas de mas y muerta de deseo por el. Cuando su cuerpo volvio a la tranquilidad suspiro, sus ojos se llenaron de lagrimas. Samanta se acerco preocupada y le dio un corto abrazo. Como amigas lo sabian todo sobre sus vidas, por eso Sami volvio a decirle lo de siempre. --Cam tienes que pedirle el divorcio a Lucas no puedes seguir asi. Te esta destruyendo, hermana no puedes seguir asi. Lo primero que hiciste fue irte a trabajar a ese club. No estas haciendo cosas logicas. --Necesitaba algo para escapar de la rutina, Lucas se dedica a ignorarme -- intento defenderse Camila. Aunque en el fondo sabia que Sami tenia razon. --Y llevas un ano bailando en ese club de striptease, no es que me parezca mal. ?Pero que pasara si Lucas te descubre? --pregunto preocupada Samy. --No lo hara, en este ultimo ano lo unico que ha hecho es trabajar en su taxi. Ni me sorprenderia que se quedara a dormir en el --contesto dolida ella. La campana le salvo de seguir hablando, llegaban clientes, empezaba el dia de trabajo. Jornada que Camila esperaba que fuera intensa para poder olvidar los problemas de su casa. Borrar de la memoria su soledad, dejar entre renglones ese infierno que se habia convertido su matrimonio. Cuando cerraron la tienda a las siete ella le dio una orden a su amiga. Tenia la noche libre y no estaba dispuesta a quedarse en casa. --Sami, reune al grupo. Saldremos esta noche. --Manana es dia laboral. No podremos trasnochar mucho --advirtio Samanta. --?Que te parece cena en el Ginos de Gran Via? Y luego una copichuela rapida en el Gin club --planeo Camila sabiendo que su amiga moveria cielo y tierra por una pizza marinera en el Ginos. --Quedamos en la boca del metro de tu barrio --dijo aceptando Sami. Camila subio la calle sonriendo, era tan facil convencer a su amiga. Ojala fuera tan facil de convencer su marido para tener una noche loca, o para hacerle ver que su matrimonio se iba a la basura. Sus ojos se posaron en el escaparate de una tienda y se enamoro de un vestido, espero que el semaforo cambiara para cruzar y poderselo comprar. Entro tambien en un establecimiento de lenceria para elegir ropa interior nueva. Se enamoro de los encajes, de las sedas, de los lazos y de los colores brillantes. Lastima que por mas dinero que gastara en lenceria Lucas no se fijara en ella. Feliz con sus compras fue a buscar su coche para dirigirse a casa, compro en el supermercado algo rapido para prepararle a su marido para cenar. Subio casi corriendo las escaleras, ese era su ejercicio diario, penso que quiza podria apuntarse a un gimnasio para ejercitarse en las horas del mediodia. Pero luego penso que no seria buena idea, esas horas eran las que aprovechaba para dormir.

  • Apagame de Una Fingal

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    Desenganada de su matrimonio y de su aburrida existencia, Suzanne Daniels se refugia en las novelas romanticas, viviendo sus fantasias de un modo tan real que muchas veces son causa de problemas o circunstancias hilarantes.

  • Catalanes y escoceses de John H. Elliott

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    La imponente historia comparada de Cataluna y Escocia de la mano del distinguido historiador John H. Elliott.

  • Monstruos rotos, Lauren Beukes de Lauren Beukes

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    <>. James Ellroy

  • Sombras 01 de Laura Lopez

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    No es verdad eso de que es mejor arrepentirse de lo que se hace. Cualquier escenario posible es mejor que este, lo que me lleva a pensar que no deberia haber hecho absolutamente nada. Claro que, por extension, no debi hacer demasiadas cosas. No tengo excusa. No puedo aferrarme a que tuve mala suerte, o que estaba deprimido, o mas loco que cuerdo. La autocompasion no nos lleva a ningun sitio, y menos donde estoy. No se cuanto tiempo voy a estar aqui. El que ellos quieran. Mi situacion esta lejos de ser tranquilizadora. Un necio podria relajarse creyendo que ahora estaria a salvo, pero yo se lo que hay de verdad tras estas paredes. Me tienen justo donde querian. Y no. No espero que nada cambie. No planeo escapar en un futuro. Ni siquiera me atrevo a sonar con la posibilidad de poder salir de aqui. Por desgracia, esto no es una pelicula. Me llamo Bruce. Tenia treinta y cinco anos cuando empezo todo. Perdi la nocion del tiempo hace demasiado, asi que no se ni en que dia vivo. 1 Cada vez me quedo mas convencido de que seria facil engancharse a esto. Entiendo perfectamente a los que lo hacen. Me encanta cuando cojo el colocon. Aunque me hayan rebajado la dosis, adulterandola, para evitar que sea un peligro. En cualquier caso, es indescriptible esa sensacion cuando empieza a actuar y el dolor desaparece lentamente. Al principio apenas se percibe, pero, poco a poco, como si dejara que me recreara, empiezo a flotar. A la par que dejo de sentir, la cabeza se expande y, al final, ya no pienso. Cuando quiero darme cuenta, estoy en un grado de relajacion tal que todo lo que pase de respirar hondo es irrealizable. No es que sea incapaz de moverme; es que echaria a perder el unico momento de paz al que puedo aspirar. Y es tan facil dejarse llevar por esa nube que no tardo en caer en un profundo sueno, sin suenos. Las consecuencias o efectos secundarios no se quedan solo en el colocon, el cual me cuesta cada vez mas conseguirlo. El organismo se termina acostumbrando a casi todo, y llega un momento en que exige mas para lograr lo mismo. Ocurre con cualquier droga. Aparte, es frecuente que me de por vomitar. A veces pienso que es la respuesta del cuerpo a algo que en el fondo se que no necesito. Desde que me lo recetaron, no he podido dejarlo. Consigo por la via legal, con receta medica, una minima parte. No puedo exponerme a dejar que el dolor empiece, y eso es lo que no entiende el sadico de mi medico. A veces tengo la seria tentacion de mezclarlo con la bebida adecuada, fantaseando con la idea de que acabe con toda esta mierda de una vez. Llego a planearlo, pero luego siempre me echo atras. Mi psiquiatra, reacio a que me dieran morfina para el dolor, insistio en que se me administrara cualquier paliativo, o un preparado que redujera los riesgos que conlleva una sobredosis de morfina, por lo que lo maximo que conseguiria es un pedo mas fuerte. Ademas, esta mas que comprobado. Asi que lo que me impide llevarlo a la practica no es solo la certeza de que perderia el tiempo. Es la cobardia, asi de simple. Es lo que no entiendo: por que quiero desaparecer y, sin embargo, me cuesta tanto hacerlo. Tomo la decision de intentarlo e, inmediatamente despues, surge el miedo a que haya algun fallo en la medicacion que me deje como un vegetal. No quiero quedar como un vegetal, ni que encuentren mi cadaver putrefacto tras semanas de peste que alerte a alguien que pase por delante de mi casa. No quiero acabar asi. Apenas recuerdo nada de los ultimos dos anos y pico. Tecnicamente no es tanto tiempo, pero comparando el antes y el presente, me parecen dos vidas distintas. La principal diferencia, que lo resume todo, es que antes tenia una vida en el mas amplio sentido de la expresion. Tenia un presente y, sobre todo un, futuro; con proyectos, planes, objetivos... Lo mande a la mierda en un segundo. Hay tantas tonterias que se oyen a las que no les damos importancia que luego resultan ser verdad que no se pueden enumerar, aunque quisiera. No se pueden hacer planes con certeza, porque no sabes lo que te vas a encontrar a la vuelta de una curva. La rutina es un asco que atonta la mente, convirtiendote en un ser a la misma altura que las ovejas. No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. A la vuelta de esa curva te puedes encontrar un coche que se empotra de morros contra ti. Si sales de esa, debes considerarte afortunado porque tienes una segunda oportunidad, aunque no la quieras. La rutina adormece, hasta que pierdes la tranquilidad y seguridad que te proporciona. Suena muy goloso eso de <> como senal de una vida menos aburrida, presumiendo que tiene que acabar bien. Nadie se imagina que eso que va a ocurrir es que pierdes aquello que le da sentido a tu vida. La unica certeza que tengo es que no deberia estar aqui. Tienen razon esos que salen en television o que escriben diciendo que deberia estar condenado a la perpetua como poco. He matado a tres personas. Y, aunque suene topico, fue un accidente; y, si hubiera muerto yo, tambien. Seria solo una tragedia mas de las que dan las carreteras. No me libraria de la etiqueta de irresponsable y asesino en potencia por la tasa que llevaba de alcohol en sangre, pero al menos todo habria quedado ahi. No puedo volver a conducir, esa fue mi condena oficial. La madre del estudiante que iba en el coche que me comi ha venido a gritarme varias veces, como si creyera que celebro haberme librado. Sigo vivo unicamente por inercia. Este nuevo estado de cosas ha derivado en un abandono fisico. Cualquiera aprecia a simple vista que hace mucho que mi aspecto o mi salud me importan poco. No es que le de importancia, pero nunca he descuidado hasta ahora una ducha, ni he llevado mas barba de la que he querido, ni he salido con ropa sucia o maloliente aunque fuera solo por el correo. Tengo que aclarar que el negro del pelo es natural, aunque suele estar sucio. Es frecuente que me caiga por los hombros una especie de escamas blancas. No es caspa, porque no pica, y, como digo, son escamas. Aunque no tengo una dieta variada, he perdido mucho peso, de tal forma que los ojos verdes parecen querer salirse de sus huecos. A veces, cuando me aburro de no ver mas que pelo por mi cara y me afeito, aprecio cierto tono amarillento. En otro momento me hubiera comido el coco, pensando que tengo algun problema de higado o algo asi. Veo imagenes mias en la television o internet anteriores a todo esto y ni siquiera me reconozco. Lo que digo: dos vidas distintas. Lo mas curioso es que los hijos de puta tenemos dos extremos: o nos apartan como a leprosos, o nos veneran. Tuve una vez la oportunidad de analizar ese comportamiento para la tercera novela que publique con una de los personajes principales. Es facil hablar de la veneracion que se siente por un idolo; todos tenemos los nuestros, por mas que nos cueste reconocerlo. Pero no tiene nada que ver cuando el sujeto que se idolatra es un asesino, un dictador, un mafioso o un banquero, por citar solo algunos ejemplos. Aunque Eve no era la protagonista, ni su amor platonico formaba parte de la trama principal, fue lo que mas trabajo me llevo de El buen alumno. Acabarla fue como quitarse un peso de encima. Lo hice de forma que ni a la editorial ni a los lectores se les ocurriera pedir una segunda parte. Detesto las sagas; estiran una historia hasta deformarla solo por dinero. Terminan creando comunidades de fans que solo conocen al autor por esa saga en concreto, teniendola como punto de referencia y esperando que todo lo que venga despues sea igual. Los mismos que se rien del seguidor de Regreso al Futuro o Indiana Jones, diciendo que despues de la primera el resto son copias baratas, luego hacen cola de varias horas para leer una nueva entrega de porno literario o sobre cargantes seres sobrenaturales. Quien hace sagas es que carece de imaginacion para hacer historias diferentes, con personajes y ambientes nuevos. Es asi de simple.

  • Trump, Vicente Valles de Vicente Valles

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    Donald Trump ha conseguido lo impensable: ganar la presidencia de Estados Unidos frente a Hillary Clinton. Ningun analista lo esperaba y todos buscan ahora explicaciones.

  • Secretos de belleza coreanos para una piel radiante de Charlotte Cho

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    !Los secretos de la piel mas bonita del mundo! En Corea, tener una piel sana y brillante es una prioridad. En este libro, Charlotte Cho te guia a traves de los pasos de la rutina coreana para cuidar la piel que te ayudaran a conseguir que tu rostro luzca un aspecto inmejorable. Con los tutoriales paso a paso de Charlotte, sus consejos y productos recomendados, aprenderas a mimar y cuidar tu piel en casa y a lograr el look de maquillaje natural que admiramos en las mujeres de las calles de Seul.

  • El Metodo Del Cocodrilo – Mauricio De Giovanni de Mauricio De Giovanni

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    La historia de un inspector, unos misteriosos asesinatos y la corrupcion de la policia y la mafia. Este es el planteamiento del primer caso en Napoles del inspector Lojacono, un personaje tenebroso y tremendamente humano que esta destinado a marcar el corazon de los lectores.

  • De Las Vegas a la luna de Miriam Meza

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    Cuando creimos haber dejado a Murphy atras, el regresa para burlarse de nosotros. Porque las visitas sorpresa de la suegra, la tension en el trabajo y el resto de cosas saliendo mal tienen que ser obra suya. O tal vez no.

  • La Lista de L. Moone

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    Tras casi cuatro anos con Jeff, todo se derrumba. Me encuentro soltera, asustada, pero tambien liberada de algun modo. En vez de enredarme en otra relacion enfermiza, mi mejor amiga Sally me ayudo a centrarme. Me pasaria los proximos meses “buscandome a mi misma” sexualmente. Asi es como nacio La Lista.

  • Para siempre Lara Jean de Jenny Han

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    Lara Jean esta disfrutando del su mejor ano. Va a graduarse. Esta completamente enamorada de su novio, Peter. Su padre esta a punto de volver a casarse. Y Margot regresara a casa en verano justo a tiempo para asistir a la boda.
    Pero en el horizonte se acercan cambios. Y mientras Lara Jean se divierte ayudando en los preparativos de la boda, no puede dejar de pensar que tendra que tomar decisiones muy pronto. Ha de escoger una universidad, y eso puede dar un vuelco en su relacion con Peter.

  • Una mujer insignificante de Marcia Cotlan

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    Penelope Murray acaba de quedarse huerfana y la escasa herencia de su padre pasa a manos de un familiar lejano, el coronel Burton-Jones. La joven carece de encantos para encontrar un marido y tampoco pone demasiado interes en ello. Como con su exigua renta casi nopuede vivir, acepta compartir la casita de campo en la que vive una prima de su padre, en el condado de Morningdale, al sur de Inglaterra. Lo que desconoce Penelope es que uno de sus vecinos sera el atractivo, malhumorado y cruel coronel Burton-Jones, un hombre amargado por un terrible secreto que lo destrozo. Ninguno de los dos espera que la vida los sorprenda y, sin embargo, una atracciondevastadora que ambos trataran de refrenar los arrastra sin remedio…

  • Grace y el duque (Los Bastardos Bareknuckle 3) de Sarah Maclean

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    Burghsey House, sede del ducado de Marwick, en el pasado. No existia nada en el mundo como la risa de el. No importaba que ella no estuviera cualificada para hablar del vasto mundo, porque nunca se habia alejado de aquella enorme casa solariega situada en la tranquila campina de Essex, a dos dias en carruaje desde Londres, donde las onduladas y verdes colinas se convertian en trigo a medida que el otono ganaba terreno. No importaba que no conociera los sonidos de la ciudad o el olor del mar. Ni que nunca hubiera oido hablar en otra lengua que no fuera el ingles, ni hubiera visto una obra de teatro, ni hubiera escuchado una orquesta. No importaba que su mundo se limitara a los tres mil acres de tierra fertil cubiertos de mullidas ovejas blancas y enormes fardos de heno, y a una comunidad de personas con las que no tenia permitido hablar, para las que era practicamente invisible; porque ella era un secreto que debia guardarse a toda costa. Era la nina que habian bautizado como el heredero del ducado de Marwick. La que habian envuelto en el arrullo de encaje reservado para una larga estirpe de duques, la que habian ungido con aceites esenciales destinados exclusivamente para los residentes de Burghsey House mas privilegiados. A la que habian otorgado nombre y titulo de varon ante Dios. El duque --un hombre que no era su padre-- habia pagado a sirvientes y a sacerdotes para que guardaran silencio, habia falsificado documentos y habia trazado planes para sustituir a la hija bastarda de su esposa por uno de sus propios hijos bastardos --nacido el mismo dia que ella, de mujeres que no eran la duquesa--; de esa manera, ofrecia a uno de sus hijos el unico camino hacia el legado ducal..., un legado robado. Con esta estratagema estaba abocando a esa nina inutil, el bebe que lloraba en los brazos de la enfermera, a una vida a medias, llena de una dolorosa soledad que emanaba de un mundo tan grande y, al mismo tiempo, tan pequeno. Y entonces habia llegado el, hacia ya un ano. Tenia doce anos y estaba lleno de fuego, poseia toda la fuerza del mundo que habia ahi afuera. Era alto y delgado, y tan inteligente como astuto. Le parecia el ser mas hermoso que jamas hubiera visto, con un flequillo rubio tan largo que caia sobre unos brillantes ojos de color ambar, unos ojos que guardaban mil secretos. Tenia una risa queda, apenas un susurro, tan poco frecuente que, cuando aparecia, era como un regalo. No, no habia nada en el vasto mundo como la risa de el. Ella lo sabia, aunque el vasto mundo estuviera tan lejos de su alcance que ni siquiera fuera capaz de imaginar donde empezaba. El si. Y le encantaba contarle cosas sobre ese mundo. Eso fue lo que hizo aquella tarde, en uno de los preciosos momentos robados a las maquinaciones y manipulaciones del duque, justo el dia antes de la noche en la que el hombre que manejaba su futuro regreso para deleitarse atormentando a sus tres hijos varones. Pero, en esos momentos, en aquella tranquila tarde, mientras el duque estaba fuera, en Londres, haciendo lo que fuera que hicieran los duques, los cuatro ninos aprovechaban la felicidad alla donde podian encontrarla: al aire libre, en el salvaje y serpenteante terreno de la finca. El lugar favorito de ella estaba en el limite occidental del terreno, lo suficientemente alejado de la casa solariega como para perderla de vista. Alli habia un magnifico bosquecillo de arboles que se elevaba hacia el cielo, bordeado por un pequeno y burbujeante riachuelo, o mas bien un arroyo, para ser precisos, pero que le habia proporcionado horas, dias y semanas de parlanchina compania cuando era mas nina y la conversacion con el agua era lo unico que cabia esperar. Pero alli, en aquel momento, no estaba sola. Reposo entre los arboles, donde los rayos de sol moteados inundaban el suelo en el que yacia de espaldas, exhausta despues de haber recorrido los campos, y aspirando grandes bocanadas de aire cargado del aroma del tomillo silvestre. --?Por que siempre venimos aqui? --El se sento a su lado, cadera con cadera, mientras su propio pecho subia y bajaba por la respiracion agitada mientras la miraba a la cara, con sus piernas, cada vez mas largas, estiradas mas alla de la cabeza de la chica. --Me gusta estar aqui --dijo ella con sencillez, y volvio la cara hacia la luz del sol, y el son de los latidos de su corazon se calmo al mirar a traves del dosel de ramas que jugaban al escondite en el cielo--. Y a ti tambien te gustaria si no estuvieras siempre tan serio. El aire tranquilo del lugar se transformo, se volvio mas pesado ante la certeza de que no eran ninos de trece anos corrientes y sin preocupaciones. Protegerse formaba parte de su supervivencia. La seriedad formaba parte de su supervivencia. Ella preferia no pensar en ello mientras las ultimas mariposas del verano danzaban bajo los rayos de luz, por encima de sus cabezas, llenando aquel lugar con una magia que mantenia a raya lo peor. Asi pues, cambio de tema. --Cuentame cosas del mundo. --?Otra vez? --Pero en realidad, el no estaba pidiendole explicaciones. No las necesitaba. Se giro, y ella movio las faldas para que el se tumbara a su lado, como habia hecho docenas de veces antes. Cientos. En cuanto se acomodo de espaldas, con las manos apoyadas en la nuca, el empezo a hablar al cielo--. Nunca hay tranquilidad. --Por el golpeteo de las ruedas de los carros contra los adoquines. --Las ruedas de madera hacen ruido, pero es mas que eso. --Ella asintio--. Son los gritos de las tabernas y de los vendedores ambulantes de la plaza del mercado. Los ladridos de los perros de los almacenes. Las peleas de las calles. Yo solia subir al tejado del lugar donde vivia y apostaba en las peleas. --Por eso eres tan buen luchador. --Siempre pense que seria la mejor manera de ayudar a mi madre. Hasta que... --Se encogio levemente de hombros. Interrumpio sus palabras, pero ella sabia el resto. <>. Se volvio para mirarlo; tenia una expresion tensa, la vista clavada en el cielo, los dientes apretados. --Hablame de los improperios --lo incito. --Hay mucho lenguaje soez. Eso te gusta, ?eh? --El solto una risilla de sorpresa. --Ni siquiera sabia que existian las palabrotas antes de conoceros a vosotros tres. --Los chicos que habian llegado a su vida eran puro alboroto: rudos, malhablados y maravillosos. --Antes de conocer a Diablo, querras decir. --Diablo, bautizado como Devon, era uno de sus otros dos hermanastros; habia sido criado en un orfanato para ninos abandonados, y para demostrarlo se expresaba con un lenguaje malsonante--. El te ha transmitido sus amplios conocimientos. Si. Los improperios. En especial los de los muelles. Nadie maldice como un marinero. --Dime cual es el mejor improperio que has oido. --No. --El le lanzo una mirada socarrona. --Hablame de la lluvia. --Le preguntaria a Diablo mas tarde. --Es Londres. Nunca para de llover. --Cuentame algo bueno. --Le dio un codazo en el hombro. --La lluvia hace que las piedras de la calle esten resbaladizas y brillantes. --Sonrio, y ella hizo lo mismo. Adoraba la forma en que le seguia la corriente. --Y, por la noche, las luces de las tabernas las vuelven doradas --termino ella. --No solo las de las tabernas, tambien las de los teatros de Drury Lane. Y las lamparas que cuelgan delante de las casas de alterne. --Las casas de mala muerte donde su madre habia aterrizado despues de que el duque se negara a mantenerla cuando eligio tener a su hijo. Donde habia nacido aquel hijo. --Para mantener la oscuridad a raya --susurro ella. --La oscuridad no es tan mala --adujo el--. Lo que ocurre es que la gente que vive en ella no tiene mas remedio que luchar por lo que necesita. --?Y consiguen lo que necesitan? --No. No tienen lo que necesitan, y tampoco lo que merecen. --Hizo una pausa y luego susurro al dosel de ramas, como si realmente fuera magico--. Pero vamos a cambiar todo eso. No le paso desapercibido que habia usado el plural. No solo ellos dos, sino todos. Aquel cuarteto que hizo un pacto para iniciar aquella loca competicion: quien ganara protegeria al resto. Y luego escaparian de aquel lugar en el que los habian forzado a luchar en una batalla de ingenio y armas que le daria a su padre lo que queria: un heredero digno de un ducado. --En cuanto seas duque... --empezo ella, en voz baja. --En cuanto uno de nosotros sea duque. --Se volvio para mirarla. Ella nego con la cabeza y busco su brillante mirada ambarina, tan parecida a la de sus hermanos. Tan parecida a la de su padre. --Vas a ganar tu. --?Como lo sabes? --dijo el, despues de observarla durante un buen rato. --Lo se, y punto. --Apreto los labios. Las maquinaciones del viejo duque se volvian mas desafiantes cada dia. Diablo era como su nombre, demasiado fuego y furia. Y Whit era demasiado pequeno y demasiado amable. --?Y si no quiero? --Por supuesto que quieres. --Cualquier otra cosa era una idea absurda. --El ducado deberia ser tuyo. --Las chicas no pueden ser duques. --Ella no pudo reprimir una risita exagerada. --Y, sin embargo, aqui estas: eres la heredera. Pero no lo era. No de verdad. Ella era el producto de una aventura extramatrimonial de su madre, una apuesta ideada para darle un heredero bastardo a un marido monstruoso, y manchar asi para siempre su preciado linaje, que era lo unico que realmente le importaba al duque. Pero, en lugar de un nino, la duquesa habia dado a luz a una nina, por lo que no podia heredar. Era la sustituta. Una simple nota al pie en el ancestral ejemplar del Libro de la nobleza de Gran Bretana e Irlanda. Y los cuatro lo sabian. --No importa --aseguro, ignorando sus palabras. Y no importaba. Ewan ganaria. Se convertiria en duque. Y lo cambiaria todo. El la observo en silencio durante un rato. --Cuando sea duque... --fantaseo en un susurro, como si las palabras fueran a convertirse en realidad al pronunciarlas en voz alta--. Cuando sea duque, yo cuidare de todos. De nosotros y de todo el Garden. Manejare su dinero. Su poder. Su nombre. Y me alejare de aqui y nunca mirare atras. --Las palabras volaron alrededor de ellos, reverberando en los troncos de los arboles antes de que el se corrigiera--. Su nombre no --susurro--. El tuyo. Robert Matthew Carrick, conde de Sumner, heredero del ducado de Marwick. Ignoro el ramalazo de emocion que la recorrio y suavizo el tono. --Te quedara bien ese nombre. Es nuevo. Yo nunca lo he usado. --Habia sido bautizada como el heredero, pero no podia hacer uso de su nombre. A lo largo de los anos, siempre se habian dirigido a ella como <>, <> o <>. Un dia, cuando tenia ocho anos, hubo una criada que la llamo <>, y eso le gusto mucho. Pero la criada se habia marchado al cabo de unos meses, y ella habia vuelto a ser invisible. Hasta que mas tarde llegaron tres chicos que si la veian, y el que estaba con ella no solo parecia verla, sino tambien entenderla. Y la llamaron de mil maneras: <>, por la forma en que atravesaba los campos a la carrera, <>, por las llamas de su cabello pelirrojo y <>, por la manera en que se enfadaba con su padre. Y ella respondia a todos aquellos apodos, sabiendo que ninguno era su nombre, sin importarle demasiado, porque ellos estaban alli. Porque tal vez estar con ellos fuera suficiente. Porque para ellos era alguien importante. --Lo siento --susurro el. Y lo decia en serio. Para el, ella si era alguien importante. Permanecieron asi durante unos instantes, con las miradas entrelazadas mientras la verdad pesaba a su alrededor, hasta que el carraspeo y aparto los ojos, rompiendo asi aquella conexion. Lo observo cuando giro su tronco para volver a prestar atencion a las copas de los arboles. --De todos modos, mi madre decia que le encantaba la lluvia, porque era el unico momento en que veia joyas en el barrio de Covent Garden. --Prometeme que me llevaras contigo cuando te vayas --susurro ella para romper el silencio. Los labios de Ewan se convirtieron en una linea firme, la promesa quedo escrita en las arrugas de su cara, mas vieja de lo que deberia ser. Mas joven de lo que iba a necesitar que fuera. --Y tendras muchas joyas. --Asintio con seguridad. Ella se giro, y sus faldas se desplegaron sobre la hierba. --Por supuesto --bromeo ella--. Y vestidos confeccionados con hilo de oro. --Viviras entre bobinas de hilo oro. --Si, por favor --dijo ella--, y una doncella que sepa hacerme preciosos peinados. --Para ser una chica de campo, eres muy exigente --se burlo. --He tenido toda la vida para elaborar una lista con mis necesidades. --Le dirigio una sonrisa. --?Crees que estas preparada para Londres, chica de campo? --Creo que se me dara bien, chico de ciudad. --La sonrisa se transformo en un ceno fruncido. El se rio, y el preciado (por infrecuente) sonido de su risa lleno el espacio que los rodeaba, reconfortandola. En ese momento, sucedio algo. Algo extrano e inquietante, maravilloso e inaudito. Ese sonido, que no se parecia a ningun otro del vasto mundo, la libero. De repente, lo sintio. No solo el calor de el a su lado, donde se tocaban de hombro a cadera. No solo el lugar donde su codo descansaba junto a su oreja. No solo el contacto de sus manos en los rizos cuando el extrajo una hoja de ellos. Sino en todas partes. En el ascenso y descenso uniforme de su respiracion. En su segura quietud. Y esa risa..., en su risa. --Pase lo que pase, prometeme que no me olvidaras --le pidio en voz baja. --No podre. Estaremos juntos. --La gente se va. --Yo no. No me ire. --Fruncio el ceno y nego con fuerza. --A veces no se elige. A veces, la gente, simplemente... --Asintio--. Pero aun asi... Su mirada se suavizo al comprender que se referia a su madre. Rodo hacia ella y quedaron frente a frente, con las mejillas apoyadas en las palmas de las manos, lo suficientemente cerca como para contarse mil secretos. --Ella se habria quedado de haber podido --dijo el con firmeza. --No lo sabes --susurro, y cuanto detesto el picor que le provocaban aquellas palabras en los ojos--. Naci y ella murio, y me dejo con un hombre que no era mi padre, que me dio un nombre que no es el mio, y nunca sabre que habria pasado si ella hubiera vivido. Nunca sabre si... --El espero. Siempre paciente, como si fuera a aguardar toda la vida--. Nunca sabre si me habria querido. --Claro que si. --La respuesta fue inmediata. --Ni siquiera me puso un nombre. --Sacudio la cabeza y cerro los ojos. Queria creerle. --Lo habria hecho. Te habria puesto un nombre, y habria sido precioso. La certeza de sus palabras hizo que ella buscara su mirada, segura e inflexible. --Entonces, ?no me llamo Robert? --Ella te habria puesto un nombre digno de ti. El nombre que te mereces. Te habria dado el titulo. --No sonrio. No se rio. La comprendia y, luego, anadio--: Como voy a hacer yo. Todo se detuvo: el susurro de las hojas en el dosel de ramas; los gritos de sus hermanos en el arroyo, un poco mas alla; el lento transcurrir de la tarde; y ella supo, en ese momento, que el estaba a punto de hacerle un regalo que nunca habia imaginado recibir. --Dime... --Le sonrio, con el corazon palpitando en el pecho. Queria ese regalo en los labios y en la voz de el, en los oidos de ella. Queria que se lo diera y sabia que le resultaria imposible olvidarlo, incluso despues de que se marchara y la dejara atras. Y el se lo dio. --Grace --la llamo.

  • Vilox II de Sophie Saint Rose

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    Semir se reia mientras veia a Jessica sentada en el sofa del enorme salon intentando controlar a los bebes, que con sus poderes movian los panales de un lado a otro en el aire para que su madre no pudiera agarrarlos. Incluso se levanto colocando la mano sobre el pequeno Olox de apenas tres meses para que no se moviera, pero los panales elevaron la altura haciendola grunir. Su jefe sentado a la cabecera de la mesa se levanto mostrando toda su estura intentando disimular la risa al ver la exasperacion de su esposa. Alon se acerco a ella y cogio uno de los panales en el aire agarrando de la cintura a su esposa y la beso en la sien acariciando sus rizos rubios-- Portaos bien, ninos. O mama no os contara un cuento antes dormir. Los panales cayeron sobre el sofa de inmediato y Semir miro a su mejor amigo levantando una ceja -- Deben ser unos cuentos estupendos. Taix observaba la escena con una sonrisa en los labios, pero Semir vio en sus ojos dorados algo que el mismo ultimamente sentia a menudo. Anhelo. Desde que se habia levantado la prohibicion de tener parejas humanas, los vilox que no la tenian, la buscaban casi con desesperacion, pero el resultado habia sido el mismo. La unica pareja de momento seguia siendo Alon y Jessica. Los vilox habian llegado a la tierra en el ano ochocientos treinta y dos. Se habian mantenido unidos como los unicos supervivientes de su mundo y sin inmiscuirse en la historia de los humanos habian pasado desapercibidos. Se les habia prohibido tener hijos con los humanos y durante los ultimos anos la tasa de natalidad entre los suyos habia descendido de manera alarmante. El Sahr, el consejo de ancianos, habia encargado a Alon ser el primero en unirse a una humana para tener descendencia y el resultado habia impresionado a todos, pues habia resultado que esa humana era su pareja realmente. Los vilox tenia una pareja desde su nacimiento y cuando se encontraban, los ojos de la hembra cambiaban a un color verde muy especial demostrando a todos que estaba emparejada. Que a una humana le hubiera pasado eso habia sido una sorpresa para todos. Jessica se echo a reir distrayendo sus pensamientos y cuando Semir miro a su jefe vio que tenia uno de los panales usados sobre su pelo moreno. -- !Joder! -- exclamo su jefe exasperado-- !Estais castigados! Jessica levanto una ceja cuando una toallita para limpiar el culito paso ante la cara de su marido mientras se quitaba el panal de la cabeza-- ?Que decias sobre controlar a los ninos? Algo asi como ... solo tenemos que decirles lo que esta bien y lo que esta mal, carino. Son muy listos. Alon cogio la toallita furioso, mientras Semir que ya no podia mas se echaba a reir a carcajadas. Taix por supuesto tampoco se corto y ambos recibieron una mirada fulminante de su jefe-- ?No teneis nada que hacer? Rohr llego en ese momento y cuando le vieron cerrar la puerta principal de un portazo todos le miraron mientras Alon iba hacia el fregadero-- ?Que pasa, Rohr? -- !No se por que cono tengo que encargarme yo de los puneteros registros de los vilox! Estoy hasta las pelotas de esos idiotas, que no hacen mas que preguntarme por Jessica como si fuera una estrella de cine. Jessica sonrio radiante-- ?De verdad? Rohr gruno yendo hacia la nevera y la abrio sacando de su interior una cerveza. Quitando la chapa de la boquilla miro a Taix y Semir-- Jefe... --Joder el trabajo que tengo. -- dijo Taix levantandose de inmediato. Semir se levanto tambien a toda prisa-- Si, voy a hacer una ronda por la casa. No hay que descuidar la seguridad. --!De eso nada! -- dijo Rohr fulminandolos con la mirada. -- Yo estoy ocupado con los entrenamientos de los xedarx y Rem tiene mucho trabajo con el nuevo sistema informatico para la nueva organizacion vilox. !Vosotros no teneis nada que hacer! --!Estamos protegiendo a Jessica! -- protesto Semir molesto. -- !Mientras Alon esta con ella, no os necesita! Todos miraron al jefe mientras Jessica levantaba a Olox para meterlo en la sillita balancin. Alon apreto los labios secandose la cabeza con un pano de cocina limpio-- Rohr tiene razon. -- !No fastidies! --Os repartireis el trabajo y hareis las visitas. Rohr no puede descuidar el entrenamiento de los otros xedarx. Aunque el peligro parece que ha pasado, no quiero que nadie se descuide. Todos miraron a Jessica que estaba cambiando a Trix. Hasta hacia muy pocos dias habia tenido su vida amenazada por un grupo de vilox que estaban en contra de la union de las especies. Semir se enderezo-- ?Quien se encargara de las llamadas? --Si algun vilox se mete en un lio, se encargara Rohr, pero debeis estar disponibles. Las visitas las hareis en vuestro tiempo libre. --Esto es estupendo. -- dijo Taix yendo hacia la puerta. Semir levanto una ceja y se volvio hacia Rohr estirando la mano-- ?La lista? Rohr sonrio metiendo la mano en el bolsillo trasero del pantalon. Le entrego unas hojas dobladas -- Zona de Brooklyn. --Estupendo... mi restaurante favorito esta alli. -- ?Nos vamos de una vez? -- pregunto Taix enfadado. Algo raro en el porque solia tener muy bien humor. Eso indicaba que todos estaban un poco alterados desde que Jessica habia aparecido en sus vidas. --Taix, las lentillas. -- dijo Jessica con su hija en brazos acariciando su pelito rubio. Taix apreto los labios antes de recorrer el hall para subir al ascensor, pues tenia su apartamento en la segunda planta. Alon entrecerro los ojos viendole pulsar el boton con mala leche. -- ?Esta bien? -- pregunto Jessica confundida. --Claro que si. -- respondio Semir mirando de reojo a Rohr y diciendole telepaticamente "Joder tio, podias haberlo dicho de otra manera" Su amigo le miro a los ojos levantando una ceja-- "Esto es la leche, estais aqui tocandoos los huevos y debo ser sensible" -- "!No nos estabamos escaqueando!" "Esta manana hemos hecho tres avisos" Rohr apreto los labios-- "Muy bien. Me disculpare con el cuando se le pase el cabreo." Taix salio del ascensor ahora con las lentillas de color castano con el arma en la mano. Vio como se la metia en la pistolera de detras de la espalda y se acerco a su amigo sonriendo-- Va a ser la leche, lo vamos a pasar de miedo contando como Jessica no puede dominar a los bebes. Jessica jadeo ofendida-- !Ni se os ocurra! !Mis ninos son muy buenos! -- en ese momento Tris le vomito en el hombro haciendolos reir a todos. Cuando se subieron al Hummer, Semir se puso tras el volante mirando de reojo a su amigo-- Rohr no queria ofenderte, sabes que no soporta relacionarse demasiado. Taix chasqueo la lengua-- !Joder! !No se que me pasa! --Lo mismo que a todos. Tanto amor en el aire nos esta poniendo nerviosos. --Me cae bien Jessica, de verdad. Es una tia estupenda y me alegro que Alon la haya encontrado, pero tengo algo dentro que me pone de una mala hostia... --Quizas deberiamos hablar con Alon sobre el programa informatico que el consejo de ancianos utilizo para encontrar a Jessica. -- cambio de marcha adelantando a un coche-- Puede que alli encontremos pareja. Taix nego con la cabeza-- Eso no va a funcionar. Lo de Jessica fue casi un milagro. --Por intentarlo no perdemos nada. --Pues intentalo tu. Yo paso. Semir apreto el volante entre sus manos-- Me estas cabreando. ?Por que no hablas con ella de una puta vez y terminas con esto? Taix le miro sorprendido-- ?De que hablas? --!Hablo de Melina! !De la hermana de Alon! ?Por que no hablas con ella de una vez? --!No es mi pareja! --!Ninguno de los dos teneis pareja y os gustais! ?Y que si sus ojos no cambiaron de color cuando la conociste? Podeis intentar estar juntos y si no funciona... --?Estas loco? ?Y Alon? --!Alon lo entendera! Antes de ver a su hermana sola el resto de su vida, preferiria que estuviera contigo. --?Y si encuentra a su pareja entre los humanos como le paso a su hermano? ?Que pasa conmigo? !Porque te aseguro que le quitaria del medio antes de que se diera cuenta! Semir le miro de reojo-- ?No te parece raro ese instinto de posesion por alguien que no es tu pareja? --?Que quieres decir? La conozco desde su presentacion y he tenido mucho roce con ella, eso es todo. --No, eso no es todo. Yo tambien la conozco desde hace anos y no siento nada por ella. Y eso que esta buenisima. Taix le miro como si quisiera matarlo-- Cierra el pico. --?Ves? Si dijera que otra esta buena, ni te inmutarias. Voy a darle un morreo a ver si reaccionas de una vez. --Tocale un pelo y te parto los brazos.

  • Te vi y te ame por el simple hecho de ser de Mina C. Hubeck

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    – Pero si eran felices.
    – Eran.
    – ?Que paso?
    – La felicidad es tortura cuando el amor es de tres.

  • El angelical rostro del mal de Eva Zamora

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    Yago Junquera Miller es un hombre atractivo, seductor y muy carismatico; el politico de moda. Lo tiene todo, o casi todo. Solo le falta una guapa y elegante esposa que lo convierta en un marido ejemplar y le ayude a alcanzar su objetivo: ser el presidente del pais.

  • Volvere cuando me encuentre de Tamara Sr

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    Esta es la historia de Irene, una chica normal y corriente.
    Nunca sabes que puedes llegar hacer o en quien te puedes llegar a convertir, cuando tu vida da un giro inesperado de 180o.
    Todo lo que conocia ya no volvera a existir, ahora la gente le tiene miedo, cruzan de calle, la senalan.
    Todo se complicara, porque ella guarda un gran secreto, que por ahora no debe ser descubierto.
    Todos su planes cambian, su vida vuelve a dar un giro, su corazon vuelve a latir, cuando menos se lo espera, aparece el, Brian.

  • Mi ultimo recuerdo de Christian Martins

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    Sarah se recosto sobre el asiento mientras observaba la blanca pared que tenia delante. Llevaba tiempo preguntandose a si misma si de verdad tenia algun sentido continuar con aquellas citas, aunque... ?por que dejarlas? Incluso sabiendo que no servian para nada. ?Que mas daba? --?Me dijiste que querias escribir tus propias historias, verdad? ?No escribias un diario? La voz del doctor Clarkson era neutra, calmada, pacifica. Tenia el extrano poder de hacerte sentir bien en cada momento. -- Bueno, eso fue hace mucho tiempo, antes de casarme -- le conto, sin desviar la mirada del punto fijo de la pared en el que la habia clavado. -- Deberias retomarlo, creo que te ayudaraa recuperar... -- se tomo unossegundos para meditar -- , las ganas. Ella nego con conviccion. -- No creo que la soledad desaparezca por escribir un diario, Clarkson -- puntualizo de mala gana. El reloj digital de la muneca del hombre libero dos intensos y breves pitidos para indicar que la sesion habia alcanzado su fin. Ambos se levantaron de sus sillones y se colocaron la ropa antes de dirigirse a la puerta de salida. -- ?Por que no le dices a Robertque venga a la proxima sesion? -- pregunto, antes de dejarla marchar -- . Estoy convencido de que sera muy beneficioso para ambos. Sarah rio. -- ?Terapia en pareja? -- inquirio, carcajeandose -- . Lo intentare, pero dudo que se comprometa con algo semejante. Sarah estiro del picaporte para abandonar la sala y Clarkson coloco una mano, insegura, sobre su brazo. -- Sarah, estas aqui para que las cosas mejoren -- murmuro en voz baja. La puerta ya estaba abierta y las tres personas que aguardaban su turno en la pequena sala de estar habian dirigido su atencion a ellos. -- Intenta ser mas comprensiva y mas paciente -- anadio -- , si esperas un cambio, tu tambien debes cambiar. Ella no respondio. En cuanto libero el brazo del contacto con su piel, echo a caminar con apremio. Cruzo la sala de estar y se dirigio a las escaleras mientras el sonido de la lluvia golpeando el techo resonaba con fuerza sobre su cabeza. Escogio las escaleras y desecho la idea del ascensor; seguramente, el taxi ya estaria abajo esperandola para el trayecto de vuelta, lo que conllevaria mas de cuarenta minutos para estar sentada e inmovil. Nada mas alcanzar el vestibulo, corroboro que el aguacero del exterior estaba siendo intenso. Una muchedumbre de transeuntes en busca de cobijo se habia aglomerado bajo el portal del edificio impidiendola confirmar la llegada de su taxi, asi que cruzo la puerta y, con el fino sombrero de lana como unica defensa de la lluvia y la cabeza gacha, corrio hasta el taxi que esperaba al otro lado de la carretera. De improvisto, giro la cabeza y sus ojos chocaron con los faros de una motocicleta que se aproximaba hasta ella a gran velocidad. Sarah noto como el corazon se le paralizaba en aquel instante y como sus piernas, presas del miedo, se detenian y se resistian a cumplir una simple orden: !corred! El sonido del impacto llego antes que el del claxon de la motocicleta que, al chocar contra el suelo, se habia accionado y solapaba cualquier otro ruido que se produjese en la calzada. La muchedumbre que hasta entonces se habia mantenido cobijada, abandono el resguardo del edificio y se aglomero alrededor de la cuneta. -- !Llamad a unaambulancia! -- grito una mujer con la voz timbrada de espanto. Otra joven grito, asustada, cuando el anciano que se habia agachado junto al motorista para tomarle el pulso nego con un leve movimiento de cabeza. Sarah continuaba tumbada en el suelo, junto al hombre que habia tirado de su cuerpo inmovil para apartarla y que le habia salvado la vida. Otro grupo de ciudadanos tambien se habia detenido para rodearlos y acribillarlos a preguntas. -- ?Se encuentran bien? -- ?Esta usted bien? El hombre se levanto y les pidio, amablemente, que ayudasen al motorista que habia derrapado en la calzada al verles cruzar. "Seguramente necesitara mas ayuda que nosotros", anadio. Se levanto del suelo, conmocionada, y observo a su salvador. A pesar de encontrarse mojado y embarrado por la caida, el traje y el peinado delataban que era un hombre de bien. Seguramente, trabajaba en alguna de las grandes empresas que tenian oficina por aquella parte de la ciudad. -- ?Como se encuentra? -- le pregunto el, mientras Sarah fijaba la atencion en el motociclista caido. ?Estaria bien? -- Estoy bien -- respondio, distraida -- , gracias.

  • Alguien inesperado de Eva P. Valencia

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    <>, Colin Wilde.

  • No me ames 3 de Norah Carter

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    Habian pasado diez dias desde que Lucia se habia plantado en mi casa para contarme lo que habia sucedido. Las lagrimas arrasaban mi cara y vi tambien como Lucia se estremecia al relatarme con todo lujo de detalles aquella historia terrible que me dejaba a mi como una mierda. Eso es. Yo me sentia como una mierda. No se puede definir mejor. Lucia me abrazo y yo cai al suelo como una marioneta a la que le han cortado los hijos. Ahora era un pelele en manos de todos. Mis sentimientos parecian no importar a nadie. Jamas me habia sentido asi. Ni siquiera cuando Jordi me dejo despues de unos dias de ensueno. No se podia caer mas bajo. No se podia. ?Que clase de vida me esperaba ahora? Lucia no sabia que decir. Por primera vez en mi vida, habia visto que Lucia era incapaz de animarme. Queria abrazarme, pero no podia levantarme del suelo. No entendia sus frases entrecortadas porque el dolor le impedia hablar con claridad. ?Que me importaba vivir ahora? ?Que importaba? Ella tambien se puso a llorar al verme asi. El destino volvia a cebarse conmigo. Y lo peor de todo es que yo tenia razon cuando dije que me daba miedo tanta felicidad. Jordi me prometio que aquello era parte de mi pesimismo y que yo merecia todo, que, a partir de ahora, todos los dias iban a ser tan dichosos y maravillosos como los del crucero junto a Alex y mis amigas de toda la vida. Necesitaba el calor de mis padres. No queria quedarme sola. No queria quedarme sola en esa cama, en esa cocina, que tantos recuerdos me evocaba. Lucia se quedo aquel dia conmigo. No queria dejarme sola y esa euforia y alegria que siempre me transmitia se volvio en una tristeza y en un silencio que no eran propios de ella. --No se que decir en estos momentos, Erika. No puedo bromear sobre esta situacion porque se lo que sientes por este hombre. Ha sido una putada, pero sabes que yo no voy a separarme de ti -- dijo Lucia con una leve sonrisa en los labios. --El mal ya esta hecho, Lucia, y siento que estoy atrapada en una telarana. Cualquier movimiento solamente empeorara las cosas -- anadi yo sin dejar de llorar, recordando cada una de las promesas que aquel cabron me hizo. --Nunca he pasado por algo asi. He roto con chicos, pero, salvo con Yosuf, nunca he tenido un compromiso serio con nadie. Mas de una vez te he dicho que me daba miedo vivir en pareja o casarme. Te admiro en el fondo. --?Por que me admiras, Lucia? --Porque has arriesgado. Has sido una mujer que siempre has arriesgado y, pese a los reveses que te ha dado la vida, siempre te has levantado y eso es vivir, Erika. Vivir es eso -- dijo ella con inteligencia, mirandome fijamente mientras intentaba abrazarme de nuevo para que yo me refugiara en sus brazos. --No sabes lo que te agradezco lo que me dices. Siempre tienes palabras para aliviarme, Lucia. --Pero no puedo animarte como acostumbro. Esta situacion me supera como superaria a cualquiera. --Pero estas aqui conmigo. La soledad me va a matar. --Vente a vivir conmigo, Erika. No te lo pienses -- dijo ella con decision. --Te lo agradezco, pero ahora quiero alejarme de aqui, Lucia. No te ofendas, pero necesito otro tipo de carino. --Como quieras, pero no pierdas el contacto con nosotras, por favor, y no preocupes demasiado a tus padres. Debes levantarte y lo haras porque siempre lo haces -- dijo Lucia besandome en una de mis mejillas mientras las lagrimas cesaban al fin de derramarse. Despues de aquel dia fatidico, yo me habia instalado en casa de mis padres para encontrar en ellos el consuelo que solo unos padres saben dar. Me apetecia volver a ser la nina mimada que con tanto carino habian protegido durante la infancia y la adolescencia. Siempre vi en la casa de mis padres un refugio en el que nada ni nadie me haria dano. Era como volver al vientre materno. Me sincere con ellos y les conte toda la historia completa. Les dolio mucho que estuviese atravesando por esos momentos y se volcaron de una manera sorprendente en intentar ayudarme. Estaban pendientes de mi en todo momento. Me preocupaba, como me habia advertido Lucia, esa actitud de mis padres. Realmente estaban muy preocupados y quiza yo no estaba haciendo lo correcto refugiandome alli. Cualquier decision que tomara en ese momento tenia consecuencias negativas para mi y para los que me rodearan. Lucia y Carmen estaban tambien muy pendientes de mi por telefono, pero evitaban hablar del tema. La verdad es que era lo mejor, pues yo no queria saber absolutamente nada de el.

  • Soy sospechosa de Monica Benitez

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    Alba, aproximadamente seis semanas antes. --Aprovecha Alba, que esta semana te quedas sin follar--solto Lola sin compasion en cuanto cruzo la puerta. Arquee las cejas y la segui con la mirada mientras se acercaba al balcon. --?Que significa eso de que me quedo sin follar? --pregunte extranada y algo preocupada, por no decir: muy preocupada. --?Recuerdas la semana de vacaciones que me queda? Nuestro querido jefe me obliga a cogermelas ahora, asi que Sergio y yo hemos decido marcharnos unos dias. Eran las siete de la tarde, me acababa de despertar despues de haberme quedado dormida en el sofa mientras leia y todavia estaba algo aturdida. No consegui contestar a mi amiga, todavia estaba procesando lo que acababa de decirme cuando vino hacia mi y me empujo, cai de nuevo al sofa del que acababa de levantarme tras la insistencia de su llamada al timbre. --Te follaria en el balcon, pero hace mucho frio--aseguro en un susurro, mientras su mano se colaba por debajo de mis bragas. Tras unos cuantos orgasmos, Lola y yo nos despedimos con un abrazo y me quede sin mi mejor amiga durante una semana. Capitulo 2, las preguntas. Llevo siete anos trabajando en esta empresa y sin duda lo que me sucedio aquella manana fue lo mas extrano que me habia pasado nunca. Lola y yo siempre nos quejamos de lo aburrido y monotono que es nuestro trabajo, por cierto, Lola es mi mejor amiga, pero tambien mi companera de trabajo, mi vecina y la mujer con la que en varias ocasiones me acuesto. Cuando Lola vuelva de su semana de vacaciones obligatorias porque a la empresa le viene bien, seguro que se queda alucinada con lo que me ha pasado. Trabajamos en un almacen de distribucion logistica, es decir, los choferes recogen cargas en varios destinos, las traen aqui y nosotros nos encargamos de agrupar las mercancias segun su destino para despues cargarla en el camion que las transportara a su destino final. Lola y otros doce trabajadores son los encargados de hacer esas agrupaciones dentro del que nosotros llamamos almacen uno, y yo soy la que lleva la carretilla elevadora y se encarga de descargar y cargar camiones en el almacen dos. Mi amiga siempre dice que prefiere su puesto antes que el mio, que en invierno esta calentita, ya que en mi almacen solo hay sitio para las mercancias, asi que los camiones los cargo en plena calle, que en verano esta fresca, y que ademas puede socializar con el resto de los companeros. Tiene mucha razon, sobre todo en lo del clima, pero por lo demas, yo prefiero el mio. Tanto su almacen como el mio estan juntos, separados tan solo por una pared enorme de hormigon y unidos por una puerta que utilizamos para entrar o sacar las cargas. Conozco a todos mis companeros porque ellos son los que me traen las mercancias una vez estan listas para cargar y porque, ademas, la hora del desayuno es la misma para todos. A mi me parece una ventaja estar en mi puesto porque no tengo que aguantar a nadie, los veo a todos un rato cada dia, pero no lo suficiente como para que se me hagan pesados o llevarme mal con alguien, que seamos sinceros, eso es lo que acaba pasando cuando te pasas ocho horas junto a otras personas, con unas estableces amistad, otras te resultan indiferentes y con otras te llevas mal. No es mi caso, me llevo bien con todo el mundo y ademas cada dia me distraigo con las tonterias de los choferes, que puedo garantizar que son muchas. Creo que es justo decir que no me acaba de disgustar del todo mi trabajo. Como digo, mi amiga y yo siempre hablamos de lo monotono que es trabajar alli, tanto en su puesto como en el mio porque, aunque sean diferentes siempre pasan las mismas cosas; la cagada de uno, el cotilleo de la otra, la carga que se me cae, el jefe que grita por gritar, el chofer que se enfada porque tiene que esperar o los companeros que se acaban liando. En fin, en contextos diferentes siempre es mas de lo mismo, menos hoy, al menos para mi. Empezaba a hacerse de dia y estaba cargando un camion con mi chaqueta reflectante, una braga que me tapaba la boca, la nariz y las orejas, y los guantes de forro polar, aun asi, estaba muerta de frio. --Tan tapada estas irreconocible Alba--se carcajeo el chofer al que iba a cargarle. La verdad es que para ser finales de noviembre estaba haciendo mas frio que otros anos. Entre en el almacen a coger una caja y cuando sali para cargarla en el camion, vi como un coche aparcaba justo al lado de la puerta por la que yo salia, la verdad es que me da mucha rabia que la gente haga eso, se ponen justo ahi porque creen que mientras no obstaculicen la puerta no pasa nada, pero nunca se plantean la posibilidad de que a veces las cargas no son estables y pueden volcar mientras voy en marcha, y si eso pasa al lado de la puerta y hay un coche aparcado, al dueno no creo que le haga gracia que le caiga encima. En fin, observe el coche mientras cargaba el camion, lo cierto es que no me sonaba de nada, asi que pense que seria algun comercial nuevo que venia a venderle algo a mi jefe. Me resulto extrano que dentro hubiera dos ocupantes, eso no era habitual, siempre venia uno solo. De pronto se abrio la puerta del conductor y se bajo una mujer con un aire de superioridad tan elevado como su atractivo y una expresion tan gelida como el frio que sentia en los pies. Tenia el pelo negro y largo recogido en una cola alta perfecta. Iba vestida con unos vaqueros ajustados y una chaqueta tipo plumon del mismo color de su pelo. Nos miramos durante unos instantes, o mas bien nos escaneamos, fue un momento muy extrano porque senti como si aquella mujer me estuviera analizando y en cierto modo yo la analizaba a ella, como si ambas valoraramos el nivel de amenaza que suponia la otra, esta claro que yo no calibre nada bien. Salimos de aquella especie de paralisis visual a la vez y justo cuando iba a decirle que hiciera el favor de quitar el coche de alli, ella me hizo un gesto con la mano pidiendome que me acercara. Fue tan sexy y autoritario a la vez, que obedeci de inmediato y durante los dos segundos que tarde en ponerme cerca de ella con la carretilla, empece a pensar que tal vez era alguien que buscaba alguna empresa, no era la primera vez que la gente se paraba alli para preguntarme donde estaban otras empresas del poligono, pero me equivoque. Me detuve a unos tres metros de ella, como hacia con todo el mundo. Era una distancia suficiente para que pudiera decirme lo que fuera que queria, pero en lugar de eso empezo a caminar en mi direccion con paso rapido, firme y seguro, por un momento pense que iba a subirse a la carretilla conmigo y me senti algo incomoda ante la seguridad que mostraba aquella mujer, entonces se detuvo justo a mi lado izquierdo, y sin apartar sus ojos de un increible color miel de mi, se metio la mano en el bolsillo, saco una especie de cartera y la abrio unos instantes para dejarme ver su placa. Mientras lo hacia me dijo algo, supongo que se identifico como policia o algo asi, pero aquello me pillo tan de sorpresa que no entendi una palabra de lo que me dijo. Ni siquiera sabia si la placa era de verdad o falsa porque casi no me dejo verla, pero mi instinto en aquel momento me decia que tenia ante mi a una agente de la policia vestida de paisano con su companero esperando en el coche, asi que no pensaba pedirle que me la ensenara de nuevo. --Buenos dias, ?puedo hacerle unas preguntas? Sera un momento--aseguro sin retirarse ni un centimetro. Se me hizo muy raro que me tratase de usted, a mis treinta y dos anos ya me habia encontrado con algun crio que me habia hablado asi, pero ella parecia de mi edad o tal vez un poco mas grande, y aunque sabia que eran gajes de su oficio, no dejaba de ser chocante. Deduje que se habia pegado tanto a mi para que los choferes que habia por alli esperando su turno no vieran su placa, ante todo discrecion, ?no? --Buenos dias, no, claro que no. --?Le importa apagar el motor? Por la expresion ferrea de su rostro deduje que mas que una pregunta era una orden. --Perdon--dije tras apagarlo de inmediato. --?Puede bajarse eso? --me pidio senalando la braga que cubria mi cara. ?Pensaba pedirme algo mas? Lo hice de inmediato, pero no me gusto nada su gesto, se comporto como si fuera superior a mi y fuera una obligacion hacerlo, una especie de exigencia para hablar con ella y su inteligencia superior. --?Siempre trabaja aqui fuera, con los camiones? --pregunto mientras observaba a nuestro alrededor. --Si. --Entonces estara habituada a ver los mismos vehiculos aparcados y mas o menos las mismas caras siempre, ?no? --Supongo que si--conteste con indiferencia. --?Ha visto algo diferente en los ultimos dias? ?Algun vehiculo nuevo? ?Alguien que no le resulte familiar? --Pues no sabria decirle, creo que no, aparte de usted--sentencie, ella alzo una ceja y algo que no supe identificar me vibro por dentro. --?Nada ha llamado su atencion? --insistio. --No. --?Sabe si hay alguna nave vacia en este poligono? --Me parece que estan todas ocupadas, pero tampoco sabria decirle con seguridad, al otro lado de ese puente hay dos o tres naves mas, creo, tal vez alguna de esas. --Ya hemos estado alli, no encaja con lo que andamos buscando. ?Y alguna empresa nueva? --Ni idea--conteste con algo de impaciencia. Tal vez el unico encanto de aquella mujer fuese su atractivo, porque se comportaba como un autentico robot, era fria y soberbia, no dejaba de mirarme y tenia la sensacion de que cada vez que le respondia intentaba descubrir si le mentia o no. Era de esas personas que hacen que te sientas tonta a su lado y eso me molestaba mucho, pero joder, era muy guapa y tenia un tono de voz seco, pero a la vez muy calido. Tengo que reconocer que me molestaba su actitud, pero a la vez me intrigaba. --?Cuanto tiempo lleva usted trabajando aqui? --quiso saber. --Unos siete anos. --?Conoce bien a sus companeros? --pregunto soplandose un mechon de flequillo. --Bueno, tanto como bien no--conteste algo aturdida por el efecto que me provocaban ese tipo de gestos--yo estoy aqui fuera siempre, pero mas o menos tengo trato con todos. --?Ha visto algo extrano dentro de su empresa? ?Alguna situacion que le haya parecido diferente a lo habitual? --No que yo sepa. --?Y algun comentario de algun companero? Joder, que pesada, menos mal que era un momento. Me estaba empezando a sentir incomoda, solo me faltaba que llegase mi jefe y al verme hablar con ella se pensase que me estaba escaqueando con una amiga que habia venido a verme. --Oiga, no se muy bien de que habla ni lo que busca, en todas las empresas hay comentarios entre los companeros, pero si quiere saberlos tal vez deberia preguntarle a alguien de dentro, como le digo, yo siempre estoy aqui fuera. Me sorprendio lo tranquila que estaba dada la situacion, supongo que porque sabia que yo no habia hecho nada malo y que fuera lo que fuera lo que estaban buscando no iba conmigo. --No es necesario, ?siempre hace usted el mismo horario? --siguio ignorando mi impaciencia. --Si, de seis a dos. --?No hay actividad en la empresa por la tarde? --Si, se preparan pedidos, pero lo que son las cargas se hacen casi todas por la manana. --Pero tambien se hacen por la tarde--afirmo. --Menos, pero si. --?Conoce a sus companeros de la tarde? Y dale, que reconozco que habia algo en ella ademas de su atractivo evidente que me atrapaba, y que en cualquier otro lugar me hubiese encantado mantener una conversacion con ella, preferiblemente de otra cosa, pero estaba trabajando joder. --A algunos--conteste con desgana. --Muy bien, gracias por su colaboracion, no le robo mas tiempo, que tenga un buen dia. --Igualmente. --Por cierto, el cinturon esta ahi para que usted se lo abroche, no es una decoracion-- dijo senalandolo con un dedo indice fino y largo. Rodeo la carretilla sin mirarme, se subio en el coche y se marcho como si fuera un fantasma. Menuda gilipollas. Me quede un rato mirando la calle por la que se habia marchado y pensando en todas las preguntas que esa mujer me habia hecho y en el poco sentido que tenian para mi. --?En que lio te has metido Alba? --grito burlon el chofer al que habia dejado a medias para atender a la poli. --?Lio? --pregunte sorprendida mientras ponia la carretilla en marcha de nuevo. --Policia secreta, fiiu--silbo otro mientras los demas se reian. --?Habeis visto la placa? --pregunte sorprendida, yo apenas la vi de refilon. --Desde luego todo lo que tienes de guapa lo tienes de ingenua Alba, no hace falta ver la placa, se veia a una legua que esos dos eran de la secreta. ?Que te ha preguntado? --Nada, queria saber si habia visto a un tio muy feo por aqui, yo le he dicho que vosotros me pareceis todos igual de feos y la pobre se ha marchado asustada--bromee encogiendome de hombros. Pase el resto de la manana distraida con los camiones, los choferes y sus gilipolleces, no tuve mucho tiempo de darle vueltas a todo aquello, pero cuando termine mi turno y me sente en el coche para irme a casa, empece a pensar en todas las preguntas de aquella mujer. Primero pense en acudir al despacho de mi jefe al dia siguiente para contarselo, para que tuviera en cuenta que la policia buscaba algo por alli y que me habian hecho muchas preguntas sobre la empresa. La verdad es que el desconocimiento en algunos temas a veces es inquietante, porque de pronto empece a pensar que a lo mejor mi jefe se enfadaba conmigo y me decia que no tenia por que haber contestado a todas esas preguntas, que eso era ilegal o algo asi, pero luego recordaba que aquella policia me habia preguntado si podia responder unas preguntas y yo le habia dicho que si, en fin, estaba hecha un puto lio. Me seguia debatiendo entre contarselo o no a mi jefe, cuando senti una incomoda sensacion al caer en la cuenta de que una manana si que habia visto algo sospechoso en mi empresa, o como poco raro, pero tampoco le habia dado importancia.

  • Un angel de cristal de Dawn Brower

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    Esta es una obra de ficcion. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son productos de la imaginacion del autor o se usan de manera ficticia y no deben interpretarse como reales. Cualquier parecido con lugares, organizaciones o personas reales, vivos o muertos, es completamente fortuito.

  • Esperando la ciguena (Los Smith, perfectos imperfectos 2) de Valeriam Emar

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    Alegra Hamilton habia pasado los treinta, seguia soltera y deseaba convertirse en madre a cualquier precio, aunque eso significara aceptar la propuesta que el matrimonio Smith le habia ofrecido: casarse con su holgazan hijo y ayudarlo a asentar cabeza a sus cuarenta anos. Su reloj biologico corria y la idea no le parecio tan descabellada.
    ?Quien era Lennon Smith? El donante que venia con una alianza en el dedo anular..

  • Una mujer infiel de Miguel Saez Carral

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    Una noche de verano, Be sufre una brutal agresion. Mientras un equipo medico lucha por salvarle la vida, el inspector Jorge Driza se hace cargo del caso. Los primeros pasos de la investigacion apuntan como autor del crimen al marido de la joven. Sin embargo el lo niega. A lo largo de unas horas, el policia, acosado por el fantasma de la infidelidad en su propia vida, y la pareja de la victima, que esconde un secreto, entablaran un tour de force que sacara a la luz el pasado de la pareja.
    Un pasado que cuenta una turbulenta historia de amor entre dos personas que tienen una original interpretacion del deseo y una particular vision del sexo y la fidelidad.
    Una relacion poco comun que alcanzara un conmovedor climax cuando se descubra el cuerpo casi sin vida de Be.

  • Sigo siendo yo (Antes de ti 3) de Jojo Moyes

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  • Ciencia ficcion. Seleccion 26 de Aa. Vv

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    Estas antologias son una seleccion de los relatos publicados en la revista estadounidense The Magazine of Fantasy and Science Fiction, considerada la mas importante del mundo en los generos de anticipacion y fantasia cientifica.

  • De Vuelta Al Inicio de Dani Capdevila

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    Pese a que ya habia estado buscando alguna vez por el despacho del papa, tal y como le ordenaron, Hugo aun no habia sido capaz de hallar ningun indicio de ese plan del que le hablaban sus superiores. La puerta se abrio. --?Ya esta todo dispuesto? --pregunto el papa. --Si, su santidad. Todo listo. --Entonces ha llegado el momento. Me puede gustar mas o menos, pero no queda otra alternativa. Al escuchar aquellas palabras, el cuerpo de Hugo se estremecio. Un hormigueo le subio por la columna vertebral. <>, pensaba mientras tragaba saliva para contestar. --Si usted lo estima preciso, seguro que es el deseo de Nuestro Senor. --Asi es, hijo mio. Asi es. --?Quiere cambiarse? --No hay tiempo --contesto el papa--. Lo hare en el aeropuerto. A traves de las amplias vidrieras de su despacho, contemplaba la plaza de San Pedro. Siempre le invadia la tristeza cuando, caida la noche, la veia vacia. El bullicio de la muchedumbre que habitualmente se formaba en ese lugar le reconfortaba. Le hacia sentir que su mision en la tierra tenia sentido, que todas las almas que se apinaban alli esperaban que la cumpliera. Acababa de celebrar una de las nuevas misas que habia instaurado. Quince feligreses eran elegidos al azar entre los millones de solicitudes que llegaban a traves de la pagina web del Vaticano. Los agraciados asistian a una misa privada celebrada por el mismo. Hugo le ayudo a ponerse el abrigo, que cubria por completo la sotana papal. Cogio un paraguas negro --pues amenazaba tormenta--, las llaves de un coche y espero. --Cuando usted quiera --dijo tras ver que el papa no se movia. Dando un profundo suspiro, el pontifice se acerco a la libreria donde tenia una de las colecciones mas valiosas del mundo y tiro de los Evangelios de Enrique el Leon hacia el. Detras de la gran mesa de roble negro, la pared giro para descubrir un pasillo oscuro en el que no se veia el final. --Vamos. Empezaron a caminar. Hugo acciono una palanca que habia justo en la entrada y la pared volvio a recuperar su posicion inicial. Unos focos halogenos se encendian y apagaban a su paso, iluminando el pasillo unicamente por el trecho que recorrian. Cada vez que entraba en ese pasadizo temia que fuera la ultima. Llevaba ya bastante tiempo trabajando como secretario papal y ya lo habia utilizado mas de veinte veces. Don Santiago le coloco en ese puesto tras convencer al nuevo papa de que era el candidato perfecto. Caminaron unos diez minutos hasta que se toparon con el muro de salida. A la derecha otra palanca y en el centro un pequeno agujero que hacia las veces de mirilla. Hugo observo a traves de ella. --Podemos continuar. No se ve a nadie. El pasaje llevaba al bano de discapacitados de un restaurante que estaba a unas cinco manzanas del palacio. --Nunca me ha terminado de parecer correcto que el representante de Dios en la tierra tenga que salir de su casa a hurtadillas. Creo que nunca me acostumbrare. --Es por su seguridad. --Lo se, hijo mio. Lo se. Hugo acciono la palanca y la pared giro. El santo padre encajo un sombrero negro en su cabeza pelada y se abrocho todos los botones del abrigo para que no se viera la sotana. Los dos salieron del servicio con la mayor naturalidad del mundo, como si lo hicieran todos los dias. Con un movimiento leve de cabeza, el secretario saludo al camarero que estaba en la barra del bar y este le correspondio con el mismo gesto. Siempre se preguntaba que favores recibiria el dueno del restaurante a cambio de no haber desvelado esa puerta oculta a nadie. Se marcharon por la puerta trasera, que les llevo a una calle llena de cubos de basura, donde iban a parar los desperdicios del restaurante. Al fondo, un Hummer negro con las lunas tintadas. El agua caia muy intensamente. Llevaba lloviendo un par de dias, pero ahora diluviaba con mucha fuerza. Los relampagos iluminaban el callejon. Hugo saco el mando del bolsillo y apunto al coche. Desplego su paraguas para que el papa no se mojara y abrio la puerta trasera del vehiculo con gesto servil, pero el santo padre le cedio el paso. Cogio el mando y el paraguas. Hugo lo miro con cara de extraneza y levanto los hombros en senal de aceptacion. Los ojos negros y profundos del papa lo observaban fijamente. Con un movimiento de sus pobladas cejas le indico que subiera al coche. Obedecio. <>, se dijo. Llegaron al aeropuerto de Roma-Fiumicino y aparcaron dentro del garaje privado, situado en las mismas pistas de aterrizaje. --No bajes del coche, tengo algo que contarte. Se sento junto al secretario en la parte de atras. <>. El papa comenzo a hacerle preguntas sobre religion y sobre Dios. Hasta que senalo al fondo del garaje. --Entonces, hijo mio, estas listo. ?Ves la caja que esta al lado de la mesa, alli al fondo? --Si. <>. Se giro para mirarla y de repente empezo a notar una presion en el cuello. Se estaba quedando sin oxigeno. Trato de liberarse. Noto un cordel, pero no lograba quitarselo. Cuanta mas fuerza hacia para soltarse mas presion notaba en la garganta. Desesperado, decidio hacerse el muerto. No tenia nada que perder, ni ninguna otra alternativa. Tomo el aire que pudo y poco a poco fue dejando caer su cuerpo, como si ya no tuviera vida. El papa siguio tirando del cordel pero cada vez con menos fuerza. Hugo no respiraba. Contaba con, al menos, un minuto de oxigeno en sus pulmones. <>. Tenia que quedarse totalmente quieto para intentar que el santo padre no se diera cuenta del engano. Era la unica forma de salvar su vida. Paso medio minuto y Hugo no se movia, se habia desplomado sobre el asiento. Noto como su agresor bajaba del coche, pero por precaucion siguio sin moverse. La puerta se volvio a abrir y sintio que le tapaba con una manta y lo empujaba para que cayera a la zona de los pies. Escucho la puerta del aparcamiento cerrarse de golpe. El papa, ahora vestido con unos vaqueros y una sudadera con capucha, subio a su avion, que le esperaba cerca. Con esa ropa tenia un aspecto aun mas juvenil del que aparentaba. Los cuarenta y dos anos que acababa de cumplir lo convertian en uno de los papas mas jovenes de la historia. Dentro del coche, el secretario dejo pasar un tiempo prudencial antes de volver a moverse. <>. Poco a poco fue incorporandose para asomar por la ventana. Estaba todo a oscuras. Tras volver a pensarlo se animo a bajar del coche. Saco el movil del bolsillo mientras pensaba en cuanta prisa debia de tener el papa. Ni siquiera le habia tomado el pulso para confirmar su muerte. Hizo una llamada. --?Don Santiago? --Si, dime. --Tenian razon. Ha intentado matarme. --Te lo dijimos. ?Donde estas? --En su garaje privado del aeropuerto. --Vale. Envio ahora mismo a alguien para que te saque de alli. Ten en cuenta que habra muchas camaras grabando, asi que intenta ser todo lo discreto que puedas. --No creo que tenga ningun problema --decia mientras abria la bolsa que habia en el maletero del coche--. Tengo su sotana y su sombrero. Creo que pasare por el perfectamente. --Mejor. --Por cierto, ?sabe donde estaba guardada la famosa caja que recibio el mes pasado desde Kufstein? --!No me lo puedo creer! --Si, voy a ver que es lo que hay dentro. Se acerco a la caja de carton y rompio el embalaje. --!Informa! --Efectivamente, no se lo va a creer. Le mando una foto al telefono para que lo vea usted mismo. Al recibirla, don Santiago abrio los ojos como si estuviera viendo un fantasma. Se trataba de una cruz de madera de tamano natural y estaba casi seguro de que era la misma que robaron del Museo Egipcio de El Cairo hacia un par de meses. Decian que esa era la cruz donde murio Cristo y que habia estado oculta hasta que una banda de criminales asalto un chale de las afueras de Berlin y, por casualidad, la encontraron alli. La habian intentado vender en el mercado negro a un coleccionista, pero un chivatazo puso a la policia en alerta y consiguieron recuperarla. --Van a ir a buscarte con una furgoneta. Cargad la caja y sacadla de alli. Luego ya veremos como procedemos. Tu, de momento, haz caso a la persona que mandemos a recogerte y estaras seguro. --Muy bien, don Santiago. Estare preparado. Hugo se puso la ropa papal, se ajusto el sombrero y siguio registrando el garaje por si encontraba algo interesante. Pasada media hora sono un claxon fuera. Dos horas mas tarde, el avion del papa aterrizaba en Madrid-Barajas. Alli le esperaba otro Hummer, esta vez blanco impoluto. --Su santidad --empezo a hablar el conductor sin mirar por el espejo--, me han pedido que le dijera que todo esta dispuesto, tal y como solicito. El senor Torres y el senor Ortega le estan esperando. <>, penso mientras miraba por la ventana. Tras mas de una hora y media por los atascos habituales de la capital, llegaron a un hotel. El coche bajo una rampa cercana, donde habia plazas de aparcamiento individuales y cerradas. Entraron en una de ellas y una persiana metalica bajo tras ellos. El chofer salio del coche y abrio la puerta trasera, echandose a un lado y bajando la mirada para no encontrarse con los ojos del pontifice. --Le voy a hacer una pregunta y espero que sea totalmente sincero, porque conozco la respuesta. ?Que piensa el mundo de los cristianos? --?Eh? --Trago saliva--. No... No lo se. --?Usted cree en Dios, nuestro senor todopoderoso? --suspiro. --Por supuesto. Acompana mis acciones y me guia en mi camino. --Asi es, hijo mio --contesto el santo padre mientras ponia su gran mano en su colleja--. Asi debe ser. El chofer se relajo. Se habia quitado un peso de encima porque sabia del caracter del nuevo papa. Miro como se encaminaba al ascensor que habia dentro del aparcamiento. El pontifice pulso el unico boton que habia en la cabina. Las puertas se cerraron y comenzo a subir. Cuando se abrieron vio una gran sala con tres sillones, una mesita perfectamente encuadrada entre ellos y una cristalera enorme desde la que se veia toda la ciudad. A su derecha, un mueble bar en el que estaban tomando una copa dos hombres, que dejaron los vasos para acercarse a recibirle. <>, penso. Primera Parte Capitulo 1 --Me gusta estar tan alto. Es como estar mas cerca de Dios. Si se afina el oido, incluso se le puede escuchar --decia el papa mientras miraba por la inmensa cristalera--, ?no creen? --Por eso mismo compre este edificio, su santidad. ?Sabe que en este momento esta en el lugar mas alto de Madrid? --se pavoneaba Ortega con aires de prepotencia. --La cercania a Dios no es suficiente para que nos ame, hijo mio. Usted puede creer que esta muy cerca de El y El, quiza, ni siquiera le mire. No tengo mucho tiempo. Quiero ver todos los detalles antes de proceder. Tengo asuntos que tratar en el Vaticano y cuanto mas rato estoy aqui, mas quedo al descubierto --dijo sin quitar los ojos de la panoramica que le ofrecia la ventana--. Contadme. Ortega se acerco al mueble bar para recoger su copa. Quito el tapon a la botella mas robusta y oliendolo le pregunto al santo padre: --?Querra probarlo, su santidad? --Le enseno la botella de Yamazaki, uno de los mejores wiskis del mundo. --Por lo que veo siguen siendo de gustos caros... No, prefiero un poco de vino. Se acomodo en el sillon mientras Ortega descorchaba una botella de Vega Sicilia que saco de la vinoteca y le sirvio una copa. El papa olio el caldo y lo cato. Una ligera sonrisa se dibujo en su cara. Ortega se sento en el sillon de la izquierda. Torres tambien recogio su copa y abrio un ordenador portatil junto a las bebidas. Con un mando a distancia oscurecio los cristales y desplego una pantalla que ocupaba toda la pared de la puerta por la que se entraba al atico. Apunto al techo y bajo un proyector. Dejo el mando en la mesa y tomo el control del portatil. Varias imagenes de una chica se veian a la derecha de la gran pantalla. --Tras varios meses buscando creemos que ella se ajusta perfectamente al perfil. Se llama Maria Jesus, tiene veintiun anos, es huerfana desde los dos y no tiene familia conocida. Ha vivido entre casas de acogida y conventos toda su vida y el ano pasado decidio independizarse. --Muy bien --asintio el papa. --Empezo a trabajar de cajera en un supermercado y a los seis meses la echaron. Vive alquilada en San Pablo, un barrio de Zaragoza --continuo Torres--. Ahora no tiene empleo. Se costea el alquiler trabajando para el dueno del edificio en la limpieza de las zonas comunes y como su asistenta durante cuatro horas al dia. --Pero no recibe ni un euro --anadio Ortega--. Todo es para pagar el alquiler. Yo creo que mantienen una relacion. Las fotos de la chica pelirroja iban pasando en el proyector. --Le gusta salir por las noches a ligarse a hombres mayores con el animo de que le inviten a cenar y asi llevarse algo de alimento a la boca. Su unica posesion material, aparte de la ropa, que sepamos, es un movil que robo hace un par de meses de la mesa de un restaurante. No puede llamar porque no tiene saldo, pero lo utiliza para buscar trabajo en Internet segun sus registros de navegacion. --Gracias a la red wifi de su vecino --volvio a matizar Ortega. --Exacto. No depende de nadie, ni nadie depende de ella. Entiendo que deberia ser muy facil. Se produjo un silencio. --Para ser sinceros, tras encontrarla no hemos buscado mas porque a nuestro entender es perfecta. ?Que opina? --le pregunto al santo padre, deteniendo el proyector. --Es una mujer muy bella, puede que demasiado. Eso nos puede ocasionar problemas. Pero su entorno y su pasado son los adecuados. --Eso pensamos. --?Y el hombre? --Ayer por la manana, el ordenador nos aviso de una alta nueva en la web Life, otra de las redes que vigilamos. El perfil se acercaba al que nos pidio --dijo Torres cambiando las diapositivas--. De momento no sabemos el nombre real. Se hace llamar <>, tiene veinticuatro anos y en el formulario de acceso dice que es de Barcelona, pero que ha vivido casi toda su vida en Argentina. Es de prever que aqui no tenga mucha familia. Habria que investigar mas. --Esta misma manana le hemos seguido. --Ortega se levanto del sillon y se sirvio otra copa antes de continuar la explicacion--. Hemos preguntando por los lugares que frecuenta y nos han dicho que trabaja media jornada repartiendo publicidad de una tienda de compraventa de oro por las Ramblas. --No consta en ningun registro que haya terminado los estudios basicos. Al parecer tiene alquilada una habitacion en un piso de inmigrantes. Torres dejo de hablar para mirar la cara del papa. Esperaba aprobacion, pero este permanecia absorto en la imagen de la pantalla. Parecia que no habia escuchado nada de lo que le habian estado contando. --Es atractivo --dijo al fin, levantandose del sillon--. No tiene cara de ser muy inteligente. Quiero saber si tiene algun familiar en Espana. Si no lo tuviera, activen el protocolo tres inmediatamente. Quiero el informe diario de como transcurre todo antes de las nueve de la noche. --Asi sera. --Regreso al Vaticano. Tengo otros asuntos importantes que he dejado sin terminar. Alzo la mano y ambos besaron el anillo papal con gesto de sometimiento. La pantalla se replego sobre el techo y el papa salio por la puerta sin despedirse. Abajo estaba esperando el chofer. Le abrio la puerta con la cabeza gacha y lo llevo de nuevo al aeropuerto. Ortega y Torres se miraban con cara de satisfaccion. Sabian que si el santo padre estaba contento su camino iba a ser mucho mas sencillo. Tenian la sensacion de que la reunion, pese a ser una de las mas cortas que habian tenido con el, fue tambien de las mas productivas. Ortega tenia multiples negocios por todo el mundo en los que su principal y practicamente unico cliente era la Iglesia catolica. Desde comedores sociales hasta empresas de reciclaje de ropa, pasando por los terrenos en los que se levantaban los nuevos templos o las empresas que los construian. El papa se puso en contacto con el directamente para encargarle un proyecto unico, y obviamente acepto. Por otro lado, era la primera vez que Torres trabajaba para el Vaticano. Esperaba que este trabajo fuera el mas importante de su vida pese a contar ya con innumerables exitos profesionales a sus espaldas. La envergadura de lo que tenian entre manos era tal que incluso se habia separado de su familia. Su mujer se habia tenido que ir a Alemania por motivos de trabajo llevandose a su hijo con ella, pero el decidio quedarse en Madrid para atender la peticion del Vaticano. Ortega le pidio, como favor personal, que trabajara en cuerpo y alma en este encargo y no dudo ni un segundo en dejarlo todo por su nuevo cliente. Su mujer no lo entendio. No le pudo dar ningun detalle de la peticion papal y, debido a que en tema de ambiciones eran iguales, hizo las maletas y se marcho. Torres sabia que cuando todo terminara su mujer lo comprenderia y volverian a estar juntos.

  • El secreto de la duquesa de Alexia Mars

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    Un viaje trepidante por el Londres victoriano donde el suspense y el amor se unen para desentranar un misterio en el que nada es lo que parece.

  • ?Murio Hitler en el bunker? de Eric Frattini

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    El 30 de abril de 2015 se celebran 70 anos del suicidio de Hitler. Pero, ?murio Hitler realmente en el bunker? Sus restos jamas se encontraron.

  • Dios te salve Georgina de Noelia Garcia-munoz

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    Georgina esta dispuesta a pasar un fin de semana con sus amigas, ellas pertenecen a un clan de brujas. Georgina fue echada del clan al no querer colaborar en sus dichosas acciones. Despues de unos anos se reencuentran en la cabana de Martina, la clan superior. La inocencia de Georgina no asume el peligro que conllevaria ir con ellas a esa cabana. Pero deja a un lado sus miedos y lo afronta con seguridad.

  • El alma de mi musica de Priscila Serrano

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    ?Puede haber amor entre notas musicales? Estos relatos demuestran que la musica y el amor van de la mano. Y es que cuando el sentimiento es experimentado entre roces, miradas y una bonita cancion de fondo, todo fluye con mas intensidad. Cuatro historias llenas de amor. Cuatro parejas amandose al compas de la musica. Cuatro amores inesperados. Ven y adentrate entre estas lineas y enamorate.

  • El pecado y la carne de Rafael Salcedo Ramirez

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    ?Un psicopata nace o se hace? La respuesta tal vez no este entre las lineas de esta obra, aunque si una propuesta que pudiese conducir a ella. Sirve a esta cuestion la descripcion tanto de la ninez como la adolescencia y juventud de Nathaniel Waterhouse, que ocupa buena parte de la historia ambientada en Ludlow -un pintoresco pueblo al norte del Estado norteamericano de Maine- en la que se ponen de manifiesto su precocidad, su instinto depredador, asi como sus actos presididos por una insana tendencia a la crueldad; los cuales ejecuta con una frialdad que hiela la sangre de cuantos forman su circulo intimo y ante los que se vanagloria de su capacidad de persuasion, que constituye su letal arma manipuladora de la realidad a la que retuerce hasta adaptarla a sus espurios intereses.

  • La piel de Mica de Paloma Bravo

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    Esta es la historia de Micaela, veinte anos de su vida, de intentar trabajar y querer en un mundo que a veces no la quiere. Sus amores, sus jefes y, sobre todo, su ex. Una vida en la que se mezcla el amor y el trabajo, y en la que a veces todo falla al mismo tiempo.

  • Oblivion, Jennifer L. Armentrout de Jennifer L. Armentrout

    https://gigalibros.com/oblivion-jennifer-l-armentrout.html

    En el preciso momento en que Katy Swartz se instalo en la casa de al lado, supe que iba a traerme problemas. Muchos problemas. Y problemas es lo ultimo que necesito, sobre todo teniendo en cuenta que no soy exactamente de por aqui. Mi gente llego a la Tierra desde Lux, un planeta a trece billones de anos luz. Si algo he aprendido en este tiempo, es que no se puede confiar en los humanos. Los asustamos. Podemos hacer cosas que ellos ni siquiera pueden sonar, y la verdad es que a nuestro lado parecen muy debiles. Y lo son. Pero Kat esta acercandose a mi de una manera que nadie lo ha hecho antes, y no puedo evitar querer estar cerca de ella y usar mis poderes para protegerla. Ella me vuelve debil, y no puedo permitirmelo. Mi obligacion es ser fuerte y defender a los mios. Una simple chica... puede significar el fin para nosotros. Porque los Luxen tenemos otro gran enemigo, los Arum, y debo estar muy atento. Enamorarme de Katy, una humana, no solo la pone a ella en peligro. Pone en riesgo la vida de todos a los que quiero, y eso es algo que no puedo dejar que ocurra... Empieza a leer la saga Lux desde el punto de vista de Daemon Black.

  • !Danado! (Los hermanos Walker 5) de J. S. Scott

    https://gigalibros.com/danado-los-hermanos-walker-5.html

    Me llamo Dane Walker y estoy total e irremediablemente roto. Perdi toda mi vida en el accidente de avion que mato a mi padre y me dejo marcado, tanto fisica como emocionalmente, con mi vida pendiendo de un hilo en un hospital, unico superviviente del accidente. No estaba en condiciones de funcionar en la ciudad, asi que me mude a mi propia isla privada en las Bahamas para lamerme las heridas en soledad.

  • Lo nuestro es unico de Sophie Saint Rose

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    Karina ha decidido trasladarse a la casa de su abuela en Texas para alejarse todo lo posible de su familia, con la que mantiene una relacion poco saludable. Pero verse forzada por la situacion a vivir con su vecino y con su hermana, no era lo que tenia pensado. Mucho menos sentir esa atraccion por Jason, que la estaba volviendo loca…