• libro el rastro de su voz - Antonio J. Sanchez

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    Una fria tarde de 1945 Martin llega a San Nicolas, un hogar para ninos huerfanos con trazas de mansion embrujada donde permanecera hasta que su madre se cure de una tuberculosis. Antes de marcharse, ella le hace valedor del mayor de sus tesoros: El Rastro de su Voz, un pequeno disco de pizarra que cambiara su vida para siempre. Martin pronto descubre que la herencia de su madre es algo mas que un trozo de plastico, una cancion maldita que le arrastrara durante anos por un laberinto de secretos y mentiras, y por la que un misterioso coleccionista de objetos unicos esta dispuesto a pagar toda una fortuna.

  • EL RASTRO DE SU VOZ | ANTONIO J. SANCHEZ - Casa ...

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  • El Rastro de su Voz Versión Kindle - Sánchez, Antonio J.

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    El Rastro de su Voz eBook : Sánchez, Antonio J.: Amazon.es: Libros.

  • El Rastro de su Voz › Opiniones de clientes - Amazon

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    Un libro que me ha emocionado , una historia trepidante. Magnífico. Deseando leer de nuevo a Antonio J. Sanchez. Lo recomiendo. A 4 personas les ha parecido ...

  • 'El rastro de su voz', el parto literario tres años después del ...

    https://www.eldiario.es/andalucia/literario-periodista-onubense-antonio-sanchez_1_4400945.html

    17 mar 2015 — Antonio J. Sánchez posa con su libro en los estudios de Huelva TV. ... Así se resume la sinopsis de El rastro de su voz, una novela con la ...

  • rastro de su voz, el - La llar del llibre

    https://www.llardelllibre.cat/es/libro/rastro-de-su-voz-el_768067

    RASTRO DE SU VOZ, EL, SANCHEZ, ANTONIO J., 19,95€. ... ... Añadir a favoritos. Enviar a un amigo. Comentarios. Sé el primero en comentar este libro ...

  • 'El rastro de su voz', el debut literario de Antonio J ...

    http://unlibroyunavida.blogspot.com/2015/01/el-rastro-de-su-voz-el-debut-literario.html

    Ver en la portada de un libro una foto antigua siempre me despierta la imaginación y las ansias de meterme en una historia escondida en la memoria y que no ...

  • EL RASTRO DE LA VOZ. MATA,JUAN. Comprar libro

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    EL RASTRO DE LA VOZ 7,60€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Una idea ensarta el conjunto de textos que compone este libro: la necesidad de seguir ...

  • La novela 'El rastro de su voz', del onubense Antonio J ...

    https://huelvabuenasnoticias.com/2015/09/23/la-novela-el-rastro-de-su-voz-del-onubense-antonio-j-sanchez-cruza-el-charco/

    23 sept 2015 — El volumen, que puede adquirirse a través del portal de La Casa del Libro, está teniendo gran repercusión, y son muchas las personas que se ...

  • El rastro de su voz - Goodreads

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    El rastro de su voz book. ... ella le hace valedor del mayor de sus tesoros: El Rastro de su Voz, ... La invención de los libros en el mundo antiguo ...

  • El azul intenso de tu alma de Paola Sualvez

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    La blusa purpura, sublime y reveladora la hacia sentir excesiva. Sin embargo, queria impresionarlo. Esta seria la primera vez que se verian. Se ubico, a la espera, en la barra. La mesa que habia reservado estaba todavia vacia. No habian transcurrido cinco minutos cuando un angel humano aparecio de la nada. Se sento y empezo a dar vueltas con su mirada hasta que tropezo con los ojos grandes que lo asediaban. Supo de inmediato que se trataba de ella, la mujer con la que esperaba pasar la noche, la mujer que lucia desinhibida y enteramente dispuesta. Mientras que ella se decidio por una cerveza ligera, el opto por whiskey. El tono de su voz y su mirada relajaron los segundos y los minutos. Se sentia maravillado con la mujer. En realidad era mucho mas hermosa en persona. Su belleza era tan natural como sus rizos que bailaban con la brisa; impetuosos y volatiles. Para Ignacia, por otro lado, el escepticismo se agigantaba con cada gesto, con cada silaba. Se sentia incomoda, atosigada por sus preguntas. Cuando sintio la mano de el en su entrepierna, supo que hasta ahi llegaria la velada. Penso que tal vez la blusa habia sido muy sugestiva, que tal vez malinterpreto algo en sus palabras. Se dijo a si misma que era el momento de marcharse, pero para el la noche apenas empezaba. Trato de disuadirla y de retenerla sosteniendo firmemente su muneca. Aunque ella parecia inerme, algo en sus ojos lo dejo paralizado, frio, sin aliento. Ese mismo frio helo su mano hasta entumecerla, pero el no fue consciente de ello hasta mucho despues, y en medio de la excitacion lo unico que hizo fue reclamarle a gritos al verla abandonar la mesa. Por fortuna, no hubo golpes ni sillas rotas cuando algunos pretendieron defenderla y lo retuvieron mientras se marchaba. Ignacia lo observo, a traves del cristal denso azuloso que apenas dejaba filtrar la escena, recomponiendose, pellizcandose la mano, pidiendo mas licor, y se hizo consiente aun mas de lo facil que es mentir cuando no se ve directamente a los ojos. Aunque la esperaba un duro dia de trabajo, quiso hablar un rato con Marienne antes de llegar a casa. Su trabajo como coordinadora de una Fundacion-Escuela atrapaba todo su tiempo y su energia. Por ello, intento pensar en los preparativos para iniciar el ano escolar y, ademas, en que debia recibir al nuevo profesor de Lenguas que, al fin, habian asignado. Sin embargo, a su mente volvia, una y otra vez, la imagen del hombre que la habia decepcionado. Marienne era una de sus mejores amigas. Se habia dedicado a buscar la verdad que los otros no querian aceptar: espectros poco densos, mujeres pequenas aladas, enanillos de sombreros multicolores, habilidades poco corrientes como interpretar los silencios de los animales y de los hombres, en fin, toda una suerte de eventos y misterios que para muchos solo habitaban en su mente. Quiza por eso y lo poco agraciada que era no habia conquistado mas que a un gato gordo de color negro, con una mancha rojiza en el lomo, pero que era su unico aliciente en una soledad sempiterna que disfrazaba de logro vital delante de los demas, menos frente a Ignacia con quien compartia sin timidez su insufrible necesidad de ser amada. Marienne, que tenia por costumbre estar siempre lista por si alguien llegaba de visita, la esperaba con chocolate caliente y panecillos de queso. Ignacia los devoro con ansiedad mientras le narraba su desagradable cita. --A mi nunca me han gustado esas citas por chat. Debes estar agradecida que no trascendio a mayores ?Te imaginas? !Nosotras corriendo ahora para inventarnos una nueva vida! --dijo Marienne un tanto contrariada. --Tienes razon, pero pense que era alguien que valia la pena conocer. Las palabras naufragaron entre sorbos de chocolate y miradas al vacio hasta que Ignacia asumio una nueva postura: Le pregunto por sus logros recientes. Marienne le respondio con una negativa, senalandole el bonsai que destacaba sobre la repisa. Entonces, se acerco al pequeno arbol y al deslizar su mano sobre el; diminutos capullos rosados, que de inmediato florecian, desplegaron una fragancia indescriptible. --Eres maravillosa --le dijo mientras se acercaba al guayacan rosado para aspirar su aroma--. Mira todo lo que eres capaz de hacer. ?No le hiciste sufrir, aunque fuera un poquito? --No mucho --dijo sonriendo--. Tu sabes, tambien como yo, que no debemos transgredir las leyes naturales porque lo que nos esperaria seria insufrible. Pero debo confesarte que hizo falta poco para que le hiciera verdadero dano. Menos mal no lo voy a volver a ver jamas. --No estoy muy segura. Mientras hablabas, lo he sentido de nuevo en tu vida y mas pronto de lo que imaginas. --Por favor, no me digas eso. Apiadate de mi. --Esta bien. Olvidalo. Toma esto, guardala en tu bolso --le dijo Marienne entregandole una estrella de badiana--. Te ayudara a relajarte. --Gracias. Lo necesito. --Y a todas estas, ?de donde sacaste esa blusa? --le pregunto, entre risas. --Ocurrencias de Paloma --le dijo Ignacia que empezo sonriendo y se unio a la risotada de Marienne. Ignacia decidio irse caminando hasta su casa. El camino, que no era muy largo, lo aprovecho para distraerse detallando las calles adoquinadas, amparadas por tenues luces amarillas, y los balcones cargados de trinitarias purpuras, rosadas y malvas. Cantarega era una ciudad embrujadora. Una pequena peninsula amurallada por el mar Caribe, siempre llena de extranjeros que, como ella, decidian quedarse a vivir en el paraiso terrenal. Su casa de fachada blanca e interior igual con algunas paredes en azul tenue quedaba en el centro de la ciudad. Era algo antigua, pero acogedora, plagada de obras de arte que, cuando debia, mostraba como imitaciones. En el centro de la casa deslumbraba el patio interior con una fuente. Dos angeles cargaban unas vasijas a traves de las cuales el agua caia en un ciclo sin fin que contemplaba por horas: Anorando el pasado, deleitandose con los recuerdos felices, con las palabras ausentes, con los aromas ya lejanos. El cansancio la vencio de tal manera que no tuvo tiempo para nada mas y al contacto con la almohada mullida y perfumada; las agonias del dia se perdieron entre nubes y cantos de pajaros violetas. ... El cristal roto refleja mi rostro... al tiempo que siento su sombra cubriendome como una densa neblina... Mis latidos casi imperceptibles me recuerdan la razon de mi existencia... Volvi a fallar y nuevamente el ciclo empieza. Mil rostros y voces atraviesan mis pensamientos... se transfiguran... pero es una sola alma, una sola energia...

  • La Reina de las Brujas (Reinos divididos 2) de Kim Richardson

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    ELENA SOBREVIVIO LA GRAN CARRERA y las garras de los sumos sacerdotes, pero a un costo. El corazon de Arcania, la piedra magica mas poderosa en la tierra esta ahora en manos de los sacerdotes malos. Pero peor aun, Jon es capturado.

  • No me da la vida de Lucia Be

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    Tras un par de giros imprevistos en su familia y su trabajo, vuelve la mas divertida Lucia Be con un diario personal que refleja a la perfeccion el dia a dia de muchas mujeres de su tiempo. Maternidad, estilo y living la vida freelance; amigas, pareja y copas de vino; infusiones, bizcochos recien salidos del horno y dibujos a mano en una libreta. NO ME DA LA VIDA es a la vez un grito optimista que se empena en continuar celebrando todo lo que viene al tiempo que expresa el agobio de una generacion que debe estar siempre disponible y mostrando lo que hace a cada instante. El desenfreno de vivir on fire las 24 horas necesita un nuevo manual de instrucciones que, al menos, nos lleve a tomarnos con humor y positividad la locura cotidiana.

  • La Caceria de Alejandro Paternain

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    Esta es una novela singular, insolita en la literatura actual en lengua espanola. Relata las peripecias y combates de una goleta corsaria uruguaya entre 1819 y 1821, durante la campana naval que abarca el periodo de las invasiones portuguesas. Su autor, Alejandro Paternain, ha sido calificado como un clasico vivo, en quien se dan feliz cita la literatura, la historia y la aventura. Pero esta vez ha hecho algo mas que escribir una novela sobre el mar. Su gran logro es trasladar al lector a la cubierta de esas embarcaciones, con todo el trapo arriba, el viento en la jarcia, y en la boca el sabor de la sal y el aroma del peligro. Eso es lo que me hizo admirar sin reservas estas paginas desde el momento que cayeron en mis manos, en noviembre de 1996, en su primitiva edicion uruguaya. Digna de figurar junto a los mejores relatos navales de Patrick O'Brian y C. S. Forester, La caceria es una epopeya ruda e inolvidable. Nos devuelve al tiempo en que una raza especial de hombres aun surcaba los mares en busca de gloria, de fortuna y de libertad. ARTURO PEREZ-REVERTE.

  • Nos dejamos llevar por una mirada de Maria Beatobe

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    Lucia y Adri son dos jovenes que se conocen cubriendo un atraco en un Banco, ella: periodista inexperta, el: medico en practicas en el SUMMA.
    Desde la primera mirada saltan chispas. Poco a poco el destino les ira uniendo, su aficion al running hara que compartan mas momentos y la distancia entre ellos se vaya estrechando. Sus miradas hablan mucho mas que sus palabras y algo empieza a surgir entre ellos, un sentimiento que no podran controlar, a pesar de que ambos tienen ya pareja.
    Por otro lado, la vida de Adri esta en un momento tormentoso, la relacion con su madre enferma a causa de sus adicciones, le hara tomar una de las decisiones mas dificiles de su vida. Aunque gracias a sus amigas, que ponen siempre el punto de locura a su vida, no se derrumbara.
    Risas, llantos, diversion, amor, running, deseo, placer, amistad, celos. . . todo ello en una historia que nos invitara a dejarnos llevar y hacerle un huevo al verdadero amor.

  • Sellada (Hilos del Destino 1) de Nayeli Ceron

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    La vida de Aknei da un giro total cuando un dia su aldea es atacada por unas aves come humanos, y ella es rescatada por un joven misterioso, quien le revela su verdadera identidad y mision: Ella es la Ultima Guardiana de la Gotta y su deber es encontrar una joya de gran poder, para asi detener una guerra de mas de veinte anos. Con esto, Aknei iniciara un viaje para cumplir con un destino que le han sellado.

  • Paranoia, Franck Thilliez de Franck Thilliez

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    Ilan sigue sin recuperase de la perdida de sus padres, fallecidos en extranas circunstancias. Una manana reaparece en Paris Chloe, su expareja, quien le propone embarcarse en una aventura a la que no podra negarse. Nueve personas encerradas en un antiguo complejo psiquiatrico aislado en plena montana. De repente, una a una empiezan a desaparecer. Encuentran un primer cuerpo. Asesinado. Se desata la Paranoia.

  • No parare hasta conseguirte de Luca Castelli

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    Patricia no ha nacido ayer y sabe que la vida da muchas vueltas, pero ?tienen que ser precisamente en esa direccion? La joven pediatra no da credito al estrenar puesto de trabajo y comprobar que su jefe es, nada mas y nada menos... !que su ex!

  • Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio de Alice Munro

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    En los nueve relatos recogidos en este libro, la literatura se vuelve itinerante como la memoria misma, y crea personajes tan contradictorios como cualquier persona de carne y hueso.

  • Dias de Septimo de Jorge Sagrera

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    Es celeste todo, pero aun no ha salido el sol. Mejor: el entrecejo, leve, acusa el Tom Collins de la noche anterior, o de esta madrugada. Cierra los ojos. El balbuceo del Mediterraneo. Unas gaviotas madrugadoras. El sabor a sal en sus labios que, reconoce, no estan partidos.

  • Seguimos siendo tu y yo (Love Army 2) de Elsa M.r

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    Llega la segunda parte de Love Army con mas musica, mas pasion y una historia de amor ?imposible?

  • Siroco, Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Natalia lleva meses recorriendo el mundo junto con su amiga Agustina, sin tener un destino fijo, sin preocuparse por otra cosa que no sea disfrutar de los lugares a los que el viento las ha arrastrado. Cuando estan a punto de regresar a su pais, les ofrecen trabajar como camareras para la escuderia Bravio.

  • El Sonido de los Almendros de Alberto Munoz Duran

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    La aparicion de tres cadaveres esparcidos entre el pueblo de Teovin y el inmenso bosque de Tierra de Pinares, donde Moises sintio la verdadera naturaleza de la fe siendo solo un nino, desencadenara una serie de pistas reveladoras que relacionaran al asesino en serie mas buscado de Espana con los diez mandamientos de Dios.
    Desde ese preciso instante, el expolicia judicial tendra que volver a sus origenes mas primitivos e iniciar una carrera contrarreloj para salvar a la unica persona que le ha importado de verdad a lo largo de una vida marcada por la soledad.Esta es la historia del sonador que consiguio entender a su verdadero yo y se enfrento a los demonios que un dia se le aparecieron para hacerle dudar de un destino que ya tenia asignado bajo la inconfundible melodia de los almendros.
    Una leyenda magica que se hizo real despues de conocer el amor, oler la sangre de los inocentes y pelear consigo mismo mientras perseguia al monstruo que mantuvo a todo un pais en vilo durante dos largas, frias e interminables semanas invernales, en uno de los casos mas escabrosos de la cronica negra.

  • Educar sin perder los nervios de Tania Garcia

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    La guia emocional para transformar tu vida familiar con respeto y empatia.

  • Kiss Me 3, Inmune a ti de Elle Kennedy

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    Seis mensajes me esperan cuando reviso mi telefono movil a la salida del gimnasio del campus la noche del viernes. Son todos de Sean, mi ex desde anoche. Y aunque su progresion emocional, de suplica a cabreo, no me pasa desapercibida, no puedo evitar fijarme en sus errores gramaticales. Merezco mas de esto. <>, en vez de <>. Y dudo que el culpable sea el autocorrector, porque Sean no es precisamente el mas listo de la clase. Bueno, eso no es del todo cierto. Es superinteligente para algunas cosas. Como por ejemplo... para el beisbol. En serio, podria recitar las estadisticas al reves, incluso las que se remontan a los anos sesenta. Pero todo lo que tenga que ver con los libros no es su fuerte. Ser un NOVIO MARAVILLOSO tampoco entra dentro de su lista de fortalezas, por lo menos, no en los ultimos dias. Nunca he querido ser una de esas chicas que corta y vuelve con el mismo chico una y otra vez. De verdad pensaba que yo era mas fuerte, pero Sean McCall me tiene atrapada desde mi primer ano en la Universidad Briar. Me conquisto con su look pijin y su sonrisa de nino pequeno. Esa bonita sonrisa, torcida, con sus hoyuelos... y llena de promesas. Miro mi telefono de nuevo y mi desconfianza crece como la yedra del edificio que tengo a mi espalda. !Argh! ?De que quiere hablar? Anoche ya nos dijimos todo lo que nos teniamos que decir. Cuando le asegure que habiamos terminado, antes de salir corriendo de su casa en la fraternidad, iba muy en serio. Hemos terminado de verdad. Esta es nuestra cuarta ruptura en tres anos. No puedo seguir haciendome esto a mi misma, no puedo seguir en este circulo retorcido de alegria y dolor, sobre todo cuando la persona con la que se supone que deberia estar construyendo un futuro esta decidida a lastrarme. Aun asi, me duele el corazon. Es dificil dejar marchar a alguien que ha sido una parte muy importante de tu vida durante tanto tiempo. Y es aun mas dificil cuando esa persona se niega rotundamente a dejarte marchar. Suspirando, bajo corriendo las escaleras y me dirijo al sendero empedrado que atraviesa serpenteando el campus. Por lo general, me tomo mi tiempo en admirar el paisaje: los magnificos edificios antiguos, los bancos de hierro forjado, los inmensos arboles. Pero esta noche solo quiero correr hasta mi residencia, taparme con el edredon hasta la cabeza y aislarme del mundo. Por suerte puedo hacerlo, porque mi companera de cuarto, Hannah, esta fuera este fin de semana, lo que significa que no podra darme lecciones sobre los peligros emocionales que tiene revolcarme en mi propia miseria. Aunque anoche no me dio ninguna leccion. No, en vez de eso, asumio la responsabilidad de mejor amiga y lo hizo fenomenal. Despues de salir de la casa de Sean, Hannah me esperaba en nuestra sala comun con un bote de helado, una caja de Kleenex y dos botellas de vino tinto, y se quedo despierta hasta la madrugada pasandome panuelos de papel y escuchando mi incoherente balbuceo. Las rupturas son una MIERDA. Siento que he fracasado totalmente. No, mejor dicho, me siento como una desertora. El ultimo consejo que mi madre me dio antes de morir fue que nunca me diese por vencida en el amor. En realidad, ya me habia inculcado eso mucho antes de ponerse enferma. No conozco todos los detalles, pero no era ningun secreto en casa que el matrimonio de mis padres estuvo a punto de desmoronarse mas de una vez durante los dieciocho anos que estuvieron juntos. Pero se esforzaron en seguir adelante. Trabajaron duro por la relacion. Cada vez que pienso en que ayer deje a Sean, se me revuelve el estomago. Tal vez deberia haber luchado mas por nosotros. A ver, yo se que el me quiere... Si te quisiera, no te habria dado un ultimatum. Has hecho lo que habia que hacer, me asegura una voz ronca. Mi garganta se contrae cuando reconozco la voz en mi cabeza. Pertenece a mi padre, que resulta ser mi mayor defensor y admirador. A sus ojos, nada de lo que hago es malo. Es una lastima que Sean no sea capaz de verme a traves de esa lente. Mi telefono vibra cuando estoy a cinco minutos de la Residencia Bristol, donde comparto una suite de dos dormitorios con Hannah. Mierda. Otro mensaje de Sean. Y doble mierda porque dice: Siento mucho habert insultado, amor. No lo decia en serio. Estaba enfadado. Significas todo xa mi. Espero q lo sepas. Un segundo mensaje aparece en la pantalla: Voy a tu habita despues de clase. Asi podremos hablar. Me detengo en seco, una sacudida de panico sube por mi espina dorsal. No tengo miedo de Sean, al menos no en el sentido fisico. Se que el nunca me pondria la mano encima o me montaria un pollo de los gordos. Pero me da miedo su capacidad de persuadirme con palabras bonitas. Es superbueno en eso. Todo lo que tiene que hacer es llamarme <> y sacar a relucir su adorable sonrisa, y estoy perdida. La ira, el miedo y el cabreo lidian una batalla para captar mi atencion mientras releo sus mensajes. Es un farol. No va a venir sin ser invitado, ?verdad? Joder, joder, joder. Con dedos temblorosos, busco el numero de Hannah. Dos tonos mas tarde, la voz tranquilizadora de mi mejor amiga resuena en la linea. --!Hola! ?Que tal? ?Estas bien? Puedo oir a alguien charlando en el fondo. Una voz femenina: Grace Ivers, la novia de Logan. Eso significa que Hannah y su novio, Garrett, ya han salido para pasar el fin de semana en Boston. Me invito a ir con ellos, pero lo rechace porque no me apetecia ir de sujetavelas por partida doble. ?Dos parejas enamoradas con locura y yo? No, gracias. Ahora desearia haber aceptado la invitacion porque me quedo sola este fin de semana y resulta que Sean quiere <>. --Sean va a venir a casa esta noche --suelto. Hannah grune. --?Que? !NO! ?Por que le has dicho que te parece bien que...? --!Yo no le he dicho nada! Ni siquiera me ha preguntado si me parecia bien. Solo me ha enviado un mensaje diciendo que se pasa luego. --Pero ?que cono dice? --suena tan indignada como yo me siento. --Muy fuerte, ?verdad? --Mi panico se desborda--. No puedo verle, Han. Todavia estoy demasiado sensible por la ruptura. Si se acerca a mi, podria terminar volviendo con el. --Allie... --?Crees que si apago todas las luces y cierro la puerta pensara que no estoy en casa y se ira? --?Conociendo a Sean? Se quedara esperando en la puerta toda la noche -- contesta Hannah--. ?Sabes que? No deberia haber aceptado ir al partido de los Bruins. Deberia estar en casa contigo. Espera, le digo a Garrett que de la vuelta... --Ni de cona --interrumpo--. NO vas a cancelar el viaje por mi. Esta es tu ultima oportunidad de hacer algo divertido juntos. El novio de Hannah es el capitan del equipo de hockey de Briar, lo que significa que su calendario de entrenamientos y partidos estara hasta arriba ahora que la temporada ha comenzado. Y eso quiere decir que Hannah no le podra ver mucho. Me niego a ser la persona que arruina un fin de semana de libertad para ellos. --Solo quiero consejo. --Trago saliva--. Asi que, por favor, dime que puedo hacer. ?Le pregunto a Tracy a ver si me puedo quedar en su habitacion? --No, es mejor que no estes en la resi si Sean va a estar vagando por los pasillos. Tal vez Megan... No, espera, su nuevo novio ha venido de visita este fin de semana. Probablemente querran estar solos. --Hannah parece reflexionar--. ?Y Stella? --Ella y Justin acaban de irse a vivir juntos. Justo la semana pasada. No creo que les apetezca una invitada de ultima hora. --Espera un segundo. --Hay otra larga pausa. Oigo la voz apagada de Garrett, pero no puedo entender lo que esta diciendo. Vuelvo a oir a Hannah--. Garrett dice que te puedes quedar en su casa este finde. Dean y Tucker estaran alli, asi que si Sean se entera de donde estas y se pasa por alli, le mandaran a la acera de una patada. --El murmullo de voces llena el fondo de nuevo--. Puedes dormir en el cuarto de Garrett --anade. La indecision me sacude a fogonazos. A ver, todo esto es ridiculo. No puedo creer que este pensando en permitirle a Sean que me eche de mi propia residencia... Pero mi mente se inunda con imagenes de el aporreando mi puerta. O peor aun, de el imitando a John Cusack en la peli Un gran amor fuera de mi ventana con unos altavoces. Uf, ?y si pone la cancion de Peter Gabriel? ODIO esa cancion. --?Seguro que les parece bien a todos? --pregunto. --Si. Totalmente bien. Logan esta escribiendo a Dean y a Tucker en este momento para informarles. Puedes ir en cualquier momento. Una oleada de alivio me inunda junto con una punzada de culpabilidad. --?Me pones en manos libres? Quiero hablar con Garrett. --Por supuesto. Un segundo. Un instante despues, la voz profunda de Garrett Graham aparece en la linea. --Las sabanas limpias estan en el armario de la ropa y es posible que quieras llevar tu propia almohada. Wellsy piensa que las mias son demasiado blandas. --Es que SON demasiado blandas --protesta Hannah--. Es como dormir en una nube de azucar. --Es como dormir sobre NUBES esponjosas --corrige Garrett--. Creeme, Allie, mis almohadas son lo mas. Pero aun asi, llevate la tuya, por si acaso. Me rio.

  • Deseos prohibidos de Eberth Solano

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  • Un duque para mi de Olga Salar

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    Marcus Middlethorpe, duque de Rothgar, esta decidido a evitar a las matronas que suenan con casarlo con sus aburridas hijas. Con ese fin, ha trazado un plan que esta seguro de que no puede fallar. Con lo que no ha contado es con el caracter de la dama que necesita como complice para que dicho plan tenga exito.

  • El violinista en el balcon de Ana Alvarez

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    ?Desde cuando estar encerrado es un obstaculo para celebrar tu cumpleanos… y encontrar el amor?

  • Ella si que estaba de Monica Benitez

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    ?Por que no os venis tu y Esteban a cenar el sabado a casa? Mario hara su famosa lasana... --me sugiere mi mejor amiga. De pronto me arrepiento de haber quedado con ella en esta cafeteria, sabia que tarde o temprano tendria que contarle la verdad a Isa, pero no me apetece, y tras esa pregunta que acaba de hacerme y por el rumbo que esta tomando nuestra conversacion, al final voy a tener que hacerlo. --Otro dia Isa, estoy muy liada con el trabajo este fin de semana--digo con un gesto agotado que no la convence. --Venga ya Vane, cuentale el rollo a otra, disenas paginas web, tu no tienes horarios-- responde molesta. --Es verdad, pero tengo mucho trabajo acumulado Isa, y habia pensado ponerme al dia este fin de semana. Siento cierta presion en el pecho cuando clava su mirada en mi y sus ojos se empequenecen, esa es la cara que Isa pone cuando sospecha algo, y ante su mirada acusadora soy incapaz de mentir, lo he intentado varias veces pero no funciona, Isa me conoce demasiado bien y siempre me acaba pillando. Le basta con poner ese gesto y hacerme la pregunta para la que desea una respuesta y yo me siento desarmada y traspasada por la profundidad de sus ojos negros. --?Va todo bien entre Esteban y tu? Y ahi esta la pregunta, la odio cuando hace eso, no solo porque no puedo ocultarle nada, sino porque ademas me toca aguantar sus sermones. --?Podemos hablar de eso en otro momento Isa? Me gustaria tomarme el cafe tranquila... -- le pido en tono conciliador. --!Por Dios Vane! Dime que no has dejado a Esteban--dice elevando la voz y haciendo aspavientos con las manos. Miro en todas direcciones, la cafeteria esta bastante llena y el enfado de mi amiga ha captado la atencion de varias personas. --?Por que no gritas un poco mas alto? --Pregunto con ironia--yo creo que los de aquella mesa todavia no se han enterado--contesto de mal humor. --Que les den--dice sin inmutarse--. No te entiendo, te juro que no te entiendo Vane... Esteban esta colado por ti y es un buen chico, haceis una pareja estupenda, creia que te gustaba, ?que mas necesitas? --pregunta tan sorprendida como cabreada. Durante un segundo me quedo en silencio pensando en su pregunta, tiene razon, Esteban es lo que cualquier chica querria tener a su lado, es guapo, atento, carinoso y ademas es cierto, esta colado por mi. Pero por lo visto yo no soy cualquier chica. --No lo se Isa--contesto decepcionada conmigo misma--tal vez haya confundido todas sus atenciones con el amor y me he dejado llevar, pero creo que no es amor lo que yo siento por el-- le confieso aturdida. --?Como cono vas a saber si sientes algo por el si no te das tiempo Vanesa? Siempre haces lo mismo, en cuestion de dos meses te los ventilas a todos. Su ultima frase me duele un poco, suena peor de lo que realmente es, pero no deja de ser cierta, no he conseguido aguantar con ningun chico mucho mas de ese tiempo. Mi amiga esta claramente molesta y parece que su enfado crece por segundos, se esta poniendo colorada y me mira como si se esforzara por entender mi comportamiento. --?Os habeis acostado? --pregunta de pronto. --?Como? --Respondo aturdida--?a que viene esa pregunta, Isa? Aunque Isa es mi mejor amiga nunca he hablado de estas cosas con ella, soy una persona bastante reservada, me cuesta abrirme, sobre todo en ciertos temas, y el sexo es uno de ellos. Siempre que saca temas de ese tipo suelo desviar las conversaciones porque me siento incomoda, cuando quiere chincharme hace algun comentario morboso y no para hasta que me pongo como un tomate, pero ahora no es el caso, su pregunta va en serio y me estoy poniendo muy nerviosa. --Es una pregunta muy simple Vane, ?habeis follado? --insiste elevando la voz. --!Joder Isa! ?Quieres hablar mas bajito? --le pido avergonzada. --Contesta Vanesa--insiste traspasandome con la mirada--?te lo has tirado o no? El pulso se me acelera y tengo ganas de tirarle algo a la cabeza, estoy segura de que si estuvieramos en su casa o en la mia es muy probable que le dijese cuatro cosas, pero estamos en una cafeteria a las cinco de la tarde, rodeadas de abuelas cotilla y estudiantes que oyen la palabra sexo y les saltan todas las alarmas, asi que respiro hondo intentando contener mi enfado y me rindo ante la insistencia de mi amiga. --No, no me lo he tirado--confieso sin mas. --!Yo alucino! --dice abriendo mucho los ojos. --Si vuelves a levantar la voz me levanto y me largo--la amenazo. --Vale, vale, perdona, ya me calmo--concede por fin--?con Ivan hiciste lo mismo? ?Lo dejaste sin haber mantenido relaciones? --me pregunta mas serena. Creo que todas las personas tenemos en nuestro circulo de amigos a un confesor para ciertos temas, con unos nos es mas facil hablar de unas cosas y con otros de otras, y ahora mismo me estoy dando cuenta de que el hecho de que no hable de sexo con Isa no se debe solo a mi timidez, es simplemente que con ella no me siento comoda hablando de esto y no entiendo por que, es uno de sus temas favoritos. Quiza se deba a que ella habla de sexo como algo que simplemente sirve para dar placer, como algo que se debe hacer siempre que se puede y yo no soy asi, no me van los lios de una noche, no soy de polvos ocasionales y si me acuesto con alguien es porque siento algo hacia esa persona, o por lo menos eso es lo que creo en ese momento y por eso no paro de cagarla. --Con Ivan me acoste una vez--contesto con desgana. --?Y? --pregunta alzando las cejas. --Le deje, ?recuerdas? --pregunto molesta. --?Tan mal os fue Vane? --pregunta en un tono mas carinoso que me tranquiliza un poco. --No es que fuera mal Isa, es que no me gusto, no senti lo que creo que deberia de sentir--le confieso angustiada. --?Y has dejado a Esteban porque crees que te va a pasar lo mismo? --pregunta sin entender. --No joder, lo he dejado porque me he dado cuenta de que no estoy enamorada de el, y ya esta Isa, no quiero hablar mas de esto--sentencio. --Esta bien, vale, ya hablaremos de tus problemas sexuales en otro momento. Suspiro aliviada, pero me dura poco. --Dime que todo esto no es por lo de tu madre Vane--dice de pronto. El pulso se me acelera en cuanto la nombra. --?Que cono pinta mi madre en todo esto Isa? --pregunto alterada. --Nada, pero se acerca tu cumpleanos y las dos sabemos como te pones en estas fechas. ?Has recibido ya la nota? --No, ya sabes que siempre la recibo el mismo dia, y ya basta Isa, no sigas con esto por favor --le suplico. --No, no basta, ya esta bien de esconderte como una nina, ya va siendo hora de que hablemos sobre el tema Vane, han pasado, ?cuantos? ?Catorce anos? --Quince--le aclaro. --Tu madre no esta, se que es muy duro pero tienes que aceptarlo de una vez y pasar pagina, no puedes seguir haciendo lo mismo todos los anos. Se que mi amiga tiene razon, pero ni estoy preparada ni quiero hablar sobre ese tema con ella ahora. Me duele que piense que lo que ha pasado con Esteban tiene que ver con mi madre, y siento como toda la tristeza que me ha provocado que la mencione, ahora se esta transformando en rabia

  • ?Un futuro sin sindicatos? – Unai Sordo de Unai Sordo

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    ?Son la digitalizacion y la globalizacion las causas de la perdida de puestos de trabajo? Aunque algunos gurus apuntan en esta direccion, las verdaderas razones no son tecnologicas ni meramente comerciales, sino politicas, derivadas de las medidas adoptadas desde los anos ochenta para debilitar a los sindicatos. Unai Sordo da respuesta en este libro a muchos de los retos del sindicalismo en el siglo XXI: la afiliacion y la negociacion colectiva; la implicacion de los jovenes en la defensa de sus derechos; los vinculos del sindicato con el feminismo; su relacion con los partidos politicos; sus fuentes de financiacion; la amenaza, real o ficticia, que suponen la robotizacion y la digitalizacion; la influencia de los mercados globales en el futuro del trabajo… Pero el desafio de los sindicatos no se limita a recuperar la capacidad de negociacion perdida, sino a afrontar una profunda modernizacion de las relaciones laborales que democratice las empresas y establezca marcos de negociacion colectiva internacionales. Porque, como muestra el epilogo de este libro, imaginar un futuro sin sindicatos es una de las mayores distopias con las que podria encontrarse la humanidad.

  • Blanca Navidad en las Highlands de Alma Fernandez

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    Y la afortunada ganadora del premio a la excelencia que ha resultado seleccionada para el programa de intercambio en la ciudad de Glasgow es Valentina de la Renta. Si, de la Renta, esa soy yo. Y no porque fuera sobrina del afamado disenador, sino porque ese era el apellido de mi padre, Gonzalo, un portento de los negocios, dueno del concesionario de lujo mas importante de nuestra ciudad. Como no podia ser de otra manera dada su trayectoria y posicion, su unico retono, es decir, yo, acudia a la universidad mas prestigiosa que jamas hubo por aquellos lares. "Los Nogales" se llamaba, un lugar donde los cachorros de lo mas granado a nivel social competiamos entre nosotros para ver quien podia llevarse el gato al agua, logrando un curriculum cum laude del que poder alardear. ?Me convertia todo esto en una pija redomada? Pues mas bien no. Mi corazon se identificaba mas con el de una chica sencilla a la que la vida habia situado en un lugar asi de selecto. --Valentina, hija, no te creas mas que los demas solo por la posicion que ostenta tu padre, que torres mas altas han caido. Mi madre solia decirme eso dia si y dia tambien. Lucrecia era su nombre y habia llegado en su momento a Espana con una mano delante y otra detras, procedente de Mexico. Eso si, lo que traia bajo el brazo era un titulo en Economia que avalaba su brillantez. A mi padre no le paso desapercibida una chica asi, culta, luchadora y guapa, arrolladoramente guapa. Todos decian que yo me parecia a ella y asi lo esperaba. Aunque fuera en el blanco de los ojos me fascinaba pensar en mis similitudes con la mujer que tuvo a bien traerme a este mundo de locos que se habia convertido en una jauria en la que la gente se mataba por llegar mas alto que el resto. Con los meses mi padre fue quedandose prendado de aquella mujer. Bueno, y ella se quedo prendada igualmente, y no solo prendada sino tambien prenada. No, no penseis mal, mi madre no era ninguna trepa y el hecho de quedarse embarazada no fue fruto de ninguna artimana por su parte, sino de la pasion que ambos rezumaban por la punta de las orejas. La noticia, sin embargo, si cayo como un jarro de agua fria a mis abuelos paternos, Vicente y Aurora. El fue quien puso en marcha el negocio que anos despues heredaria su padre y consideraron que mi madre era una enredadora de mucho cuidado que se habia valido de sus armas de mujer para meterse a mi padre en el bolsillo. Por no decir en otro lado... Y como el rosario de la aurora precisamente fue como salieron todos, por lo que mi padre y mi madre se distanciaron por completo de aquellos dos seres despotas y elitistas para iniciar una vida en comun en la que la felicidad fue la nota dominante. Eso de que detras de un gran hombre hay una gran mujer debio decirse al hilo de la existencia de mis progenitores; pues si mi padre heredo un negocio prospero, la vision empresarial de mi madre hizo que en pocos anos estuvieran quintuplicando beneficios. Con todo y con eso a mi madre no se le caian los anillos y a menudo, incluso en las reuniones sociales mas esnob y exclusivas, la buena de ella hablaba con orgullo de sus origenes humildes y de la importancia de hacerse a uno mismo. En momentos asi, teniamos que ir volando por un babero, pues a mi padre se le caia la baba ante una mujer que habia dado sobradas muestras de como podian escalarse peldanos en la vida sin necesidad de pisar a nadie. A la hora de educarme, yo siempre valore las dos caras de la moneda. Pese a acudir desde el minuto uno a la escuela mas prestigiosa y trilingue de la zona, tambien supe lo que era acudir de la mano de mi madre a los comedores sociales para dar de comer a aquellos a los que la vida no habia favorecido como a nosotros. --Tienes que saber que no todos los ninos tienen la misma suerte que tu, Valentina. --Esa era una de las frases que mi madre se encargo de que quedara grabada a fuego en mi memoria desde mi mas tierna infancia. --Pero si yo nunca te gano jugando al parchis...--me quejaba yo a mis cinco o seis anitos cuando no sabia interpretar todavia la magnitud de sus palabras. --No estoy hablando de juegos, sino de la vida, mi nina. Tienes mucho que aprender todavia... --Pues yo lo que quiero aprender es como ganarte al parchis--insistia. No obstante, no habia ensenanza por parte de aquella gran mujer que yo no terminara absorbiendo como si de una esponjita se tratase. Y eso incluia su increible sentido del humor, porque mi madre si no corria, volaba. Era una mujer unica. De hecho, uno de mis mejores recuerdos de la ninez lo constituyen aquellos cientos de ocasiones en los que el sonido de la risa de mi padre envolvia todas las estancias de nuestra lujosa casa, merced a las indudables gracias que tenia mi madre y que no dudaba en poner en marcha en cualquier momento. No he comentado todavia que mi nacimiento fue un poco complicado y que, tras el, mis padres recibieron el varapalo de que no podrian tener mas hijos. Enamorados como estaban y con ganas de formar una familia numerosa, lo asumieron con entereza, pese a la tristeza que la noticia les causo. Tal hecho propicio que ambos se volcaran al cien por cien con la que estaba llamada a convertirse en su unica hija, servidora, que ademas heredaria en su dia el negocio familiar. No, no es que la idea de vender cochazos de lujo me fascinara, pero tampoco iba a tirar por la borda la labor de mi padre durante tantos anos. Cuando llego la hora de elegir carrera universitaria yo no tuve ningun genero de duda; queria ser economista, como mi madre. A ella, que ya lo venia sospechando, la noticia le toco la fibra sensible y fueron no pocas las ensenanzas que recibi de primera mano de una mujer que donde ponia el ojo ponia la bala. Estudiaria en "Los Nogales" una universidad que aunaba un amplio ramillete de carreras y que me proporcionaria una vision moderna y global de los estudios, desde un prisma eminentemente practico. En ella tuve la suerte de compartir aquellos intensos anos universitarios, que dicen que son los mejores de la vida, con Alexander, un chico al que conoci al segundo dia de estar alli y que me acompano hasta el comienzo de ese ultimo curso que yo hacia ese ano. Fueron tres bonitos anos de relacion en los que yo crei conocer el amor en mayusculas y que se fueron al traste el dia en que mi novio, entre lagrimas, me vino a decir poco mas o menos que no era yo, que era el... Y que hasta ahi habiamos llegado. En el anterior curso Alexander habia cambiado de amistades, algo que me preocupo porque vi que las elegidas no eran trigo limpio. Asi se lo hice notar desde el principio, pero el se dedico a hacer oidos sordos o a decirme que siempre estaba con la misma cantinela y que le rayaba. --Esto no va a acabar bien, mi vida, te lo digo yo, que las mujeres tenemos mucho ojo para estas cosas. --Claro y los hombres estamos ciegos, lo mismo es de hacernos... bueno tu ya sabes, de darle a la zambomba, como decian antes. El dia que Alexander me dio aquella contestacion tome conciencia de que nuestra relacion habia dado un giro de ciento ochenta grados. Por favor, pero si el habia sido hasta entonces la correccion personificada, ?como demonios era posible aquello? De ahi para delante, como los de Alicante, llego un momento en el que conclui que no lo conocia. Alexander parecia necesitar un exorcista, de las burradas que comenzo a decir al lado de unos amigos de lo mas radicales que le metieron un punado de ideas en la cabeza incompatibles con la vida en comun. Una de esas ideas versaba sobre que las chicas eramos unas controladoras que habiamos nacido, poco mas o menos, que para joderles la vida. E, imbuido de aquel pensamiento, mi novio empezo a cuestionarse nuestra relacion hasta el punto de que senti que, de ser amantes, amigos y todo aquello que pueda sonarse en una pareja, pasamos a ser poco mas que follamigos. El dia que por fin lo vomito todo yo lo estaba esperando con la escopeta cargada (no literalmente, aunque ganas no me faltaban). Si no llega a dejarme el, lo hubiera hecho yo, pues ya estaba hasta el mismisimo mono de sus soplapolleces y de las de los memos de sus amigos. --Menudo marron te has quitado de encima--me comento Alba cuando, un rato despues, cai sobre sus hombros llorando.

  • Fuego rojo de Carlos Gutierrez Diez

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    ?Que misterio se oculta en las verdes montanas del Principado de Asturias? Durante varios siglos se ha conseguido mantener oculta la verdad... hasta ahora. Antes de ser asesinado, Alex Martinez, uno de los ultimos miembros de una sociedad secreta, cuyos origenes se remontan a la fundacion del Templo de Salomon, transmite a su viejo amigo Roberto una misteriosa clave. Martinez y sus predecesores han conservado durante siglos un conocimiento que puede cambiar la historia de la humanidad. Roberto, con la inestimable ayuda del historiador y fotoperiodista Zoltan Raculjic, comenzara la busqueda de ese secreto en una trepidante carrera contrarreloj a traves de los valles mineros asturianos que les llevara de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos en los mas inhospitos y secretos lugares, olvidados tras el paso de los siglos..

  • La casualidad de coincidir 2 de Maria Buga

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    Davina
    <>.
    Ana
    <>.
    Luis
    <<--Estoy a tus pies, preciosa. ?No te das cuenta? ?Que mas tengo que hacer para que te enteres de lo mucho que ansio tu boca?>>.
    Emilio
    <>.
    Catalina
    <<--Las cosas no se hacen asi. No todo puede ser a sus tiempos, bajo sus estrictas directrices... Enterese: tampoco sus formas son siempre las mas correctas>>.
    Patricio
    <>.
    Varios contratos, una ciudad y otra serie de casualidades les siguen haciendo coincidir y, en efecto, ya nada es igual. !Resulta superior!
    Despues de todo han tenido... la casualidad de coincidir.

  • Diario de un seductor de Joaquin De Saint Aymour

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    Hoy la he visto por primera vez. No la conozco de nada, nunca me habia cruzado antes con ella en mi negligente deambular por esta ciudad en decadencia, como una vieja tramoya que se hunde inflamada en los confines del horizonte. No me ha mirado, nadie repara en mi. Bajo mi aspecto anonimo soy como la sombra de un fantasma, un hombre maduro que oculta su pasado bajo identidades inventadas, acorde con la maxima que proclamara Michel Montaigne: "deberiamos vivir la vida como si fuera la de un personaje ficticio". Antes de comenzar te advierto que aqui no vas a encontrar una topica novela romantica de velas encendidas y petalos de rosa flotando en la banera, con parejas que se aman hasta la eternidad mirandose a los ojos embelesados. Mas bien, esta es una historia sobre nuestro lado mas oscuro, de las pasiones ocultas, el fin de la inocencia y la caida en los abismos. La elegida es tan joven que la supongo inexperta en los avatares de la vida y de los hombres, el arquetipo perfecto para el fin que le aguarda entre mis manos de creador comprometido con el mundo del arte y de la belleza, una chica sin malear todavia. Pero yo nunca subestimo a una doncella, por joven que sea. Ella siempre sera mejor y mas fuerte que cualquier hombre. Por eso siento un gran respeto hacia las mujeres, nunca pienso en ellas como una victima o un objetivo, pues ante todo me considero un rendido admirador del universo femenino. Rendido y, sin embargo, peligroso. Soy un hombre poseido por los demonios de la literatura. Un escritor maldito. Un poeta urbano, que convierte la ficcion en realidad y la realidad en ficcion; la existencia cotidiana en un arte y las mujeres en poesia. Soy como un embalsamador de la belleza, un pintor de naturalezas muertas. Mi libro de cabecera es El arte de amar, escrito por el poeta romano Ovidio. Lo elegi porque ya no quedan seductores como los de antano, ahora solo hay hombres que disimulan su complejo ante las mujeres cayendo en los topicos que la sociedad propaga igual que nuevos mantras para el consumo, como esa tonteria que prodiga la sensibilidad masculina y el descubrir tu lado femenino. Por el contrario, al seductor le conviene una cierta indolencia para no mostrar su juego de perversidades, aunque debe comportarse con la intrepidez que toda mujer en el fondo desea. Tal como lo expresa Ovidio, "el amor, como la milicia, rechaza a los pusilanimes y a los timidos que no saben defender sus banderas". El amor es una milicia, si, pero la seduccion es un sacerdocio, exige una entrega mucho mas alla de lo fisico, para llegar a lo psicologico. Porque antes de penetrar en el cuerpo de una mujer, tendras que saber penetrar en su cabeza. Todo seductor ha de tener un acusado sentido de la estetica y saber elegir a la protagonista de su transformacion. Seducir a cualquiera revela escaso compromiso y poca exigencia con la mision. Seducir a varias para demostrar tu hombria solo evidencia una falta de autentica virilidad. Un seductor no es un conquistador, ni mucho menos lo que la literatura conoce como un Don Juan. El verdadero seductor es un creador que sublima la belleza y la feminidad, revela todo el potencial de una joven para convertirla en mujer, como la oruga termina transformada en mariposa, y luego muere feliz revestida de toda esa hermosura. Ayer estuve durante un rato largo en el mismo lugar y a la misma hora en que me cruce con ella en la Plaza de Cataluna, sentado en un banco dejando pasar el tiempo, aunque mi espera no diese los frutos deseados. No importa, seguire aguardandola, porque intuyo por su forma casi sonambula de caminar que quiza ese recorrido se trate de un trayecto frecuente o habitual. Cuando la vi el otro dia ella cruzaba la Plaza de Cataluna en diagonal, llegando, yo diria, que del Paseo de Gracia. Un albor de palomas levanto el vuelo a su paso, provocando un fugaz y repentino aleteo. Atraveso la calle por el cruce de peatones en direccion hacia la Rambla. Yo me quede observandola, evaluando su figura, su forma de caminar (elegante y tan escasamente convencional en las chicas de su edad), la media melena de color castano con reflejos dorados en el sol encarnado de la tarde que declina por detras de los edificios, anadido a ese aire de joven inteligente, todavia no enterada de su poder. En el momento en que fui a seguirla, el semaforo del paso peatonal ya estaba cerrado y un torrente de trafico me lo impidio. He de asegurarme, porque no me sirve una chica cualquiera; sin embargo, la primera impresion ha sido muy favorable. Por ejemplo, al atravesar la banda en vuelo de las palomas no dio muestras de sobresalto, continuo adelante como si fuera un espiritu inmarcesible, que solo las aves lograsen percibir y quisieran respetar. Cualquiera en semejante situacion se hubiese llevado las manos a la cabeza para protegerse o hubiera hecho un atolondrado requiebro, tal vez emitiendo un grito indecoroso. Deseo que la protagonista de mi experimento sea una persona de caracter, necesitara temple para soportar lo que le aguarda durante todo el proceso de modelado. La experiencia de la que hablo supone un intenso trauma, que una gran parte de las mujeres con parecida edad no lograrian soportar. Ella no lo sabe, pero la otra tarde, al cruzarse conmigo, lo hizo por primera vez con su destino. Por fin la he vuelto a ver. El mismo recorrido, la misma carpeta contra el pecho, el mismo caminar indolente y elegante a la vez. Una indumentaria clasica y discreta, que revela su buen gusto, sin estridencias, aunque con el toque sofisticado (quiza un rasgo de rebeldia) de la cazadora tejana sobre un vestido de corte formal, de senorita perteneciente a una destacada esfera social. Hoy si he podido seguirla, bajando por la Rambla, densa de paseantes, en direccion al Liceo, a cuyo edificio ha entrado por la estrecha calle Sant Pau, donde figuran los accesos para el personal del teatro. Creo adivinar el motivo: intuyo que la chica pertenece a la plantilla de la Joven Orquesta y Coro del Liceo, y en la carpeta lleva las partituras de la obra que tal vez se hallan ensayando para una futura interpretacion. De ser asi, me agrada; la prefiero sensible y con alma de artista, pues la caida en el abismo sera mucho mas dramatica. He aguardado hasta que saliera de nuevo (una hora mas tarde) sentado en una mesa del restaurante del Hotel Espana. Entonces la he seguido de regreso, seguramente hacia su casa, y no he tenido que aguardar mucho para comprobarlo. Ha entrado en un edificio palaciego del Paseo de Gracia, en aquel sobre cuya cupula de pizarra negra campa el emblema comercial cincelado en bronce, perteneciente a la conocida empresa de seguros La Union y el Fenix. En el recibidor al estilo neoclasico, decorado con marmoles, apliques y lamparas de laton, languidece aburrido un portero ya proximo a jubilarse, uniformado de gris y tan macilento como una figura de cera. Le pregunto por la chica que acaba de subir en el bello ascensor modernista y, tal como yo esperaba, me contesta muy severo que no puede ofrecer informacion a cualquiera que llegue consultando sobre los vecinos que habitan el edificio. Lo que todo portero desea es demostrar su autoridad sobre la pequena parcela que recae bajo su egida profesional. Pero hay algo mas fuerte que dicha demostracion de autoridad, y es el afan de protagonismo que distingue a cualquier ser humano. Asi lo dejo claro Andy Warhol cuando aludio a los "quince minutos de gloria" que toda persona desea disfrutar por lo menos una vez en la vida. Entonces le filtro que soy periodista de investigacion y el portero agranda los ojos, interesado. El hecho de que me halle indagando algun episodio escabroso que pueda salir al otro dia en los periodicos me garantiza su colaboracion. Quiere mostrarse como el hombre bien informado que a si mismo se considera. Y es entonces cuando accede a lo que deseo: –Esa chica se llama Elvira y es pariente de la senora Giralt, una dama de gran empaque. –?Giralt? -repito, brindandole la ocasion para que me demuestre su amplio conocimiento en el pequeno universo vecinal que domina. –?No la conoce usted? Pues Lluisa Giralt fue una cantante de opera muy conocida en su epoca, toda una celebridad -se me acerca en confidencia y huelo su aliento a conac barato–, dicen que incluso la cortejo Alfonso XIII, porque al rey le gustaban mucho las actrices y la cupletistas. –?En que piso vive? -inquiero atajando su chismorreo. –Arriba del todo, en los aticos, el mejor duplex del edificio. Elvira es una sobrina nieta que vive con ella desde nina. Oiga, ?esto cuando sale? -pregunta el portero, cada vez mas interesado. Como tengo previsto volver por alli, me conviene llevarmelo a mi terreno, asi que le digo, adoptando un tono confidencial: –Todavia no lo tengo claro, he de atar algunos cabos. –Bueno, yo no he comentado nada, ?eh? -subraya precavido–, que a la senora Giralt le gusta pasar lo mas desapercibida posible. Ya es bastante anciana la pobre, y esta muy achacosa. Me tiene dicho desde hace anos que no haga subir a nadie que venga preguntando sobre su pasado en el mundo de la opera. He seguido a Elvira varios dias a prudencial distancia, desde que sale hasta que regresa de nuevo. Asi he podido saber, por ejemplo, que asiste al prestigioso colegio Jesus y Maria de San Gervasio, y que varias tardes al mes acude al Liceo para recibir lecciones de ballet, lo cual explica su elegante caminar de gacela. Su piel tiene la palidez y consistencia del nacar, unos ojos azules e inocentes, que seguro no han visto nunca la fealdad de la vida, criada en una jaula de oro, como un animal precioso, en el formidable atico de su anciana tia, perteneciente a un mundo en el ocaso de su existencia, como la imagen en blanco y negro de una vieja enciclopedia ilustrada y fuera de uso. Elvira no habra escuchado todavia palabras de amor, como no sea en el cine o en la television. Por eso no percibe las miradas masculinas, no piensa que pueda ser el foco de interes para ningun hombre, porque aun es demasiado joven para ello. La veo detenerse frente al escaparate de una boutique especializada en ropa interior, de las multiples que hay abiertas en el Paseo de Gracia. Mira con cierto asombro las prendas que visten los maniquies, en particular un conjunto en color negro, de seda bordada, el mas caro, sensual y vistoso de Christian Dior. Posa los ojos interesada, preguntandose quiza por que las mujeres eligen ropa tan hermosa para cubrir las bellezas de su cuerpo sin nadie puede apreciarlas. Considero que por fin ha llegado el momento propicio para poder abordarla y me acerco. La miro desde su espalda y a traves del reflejo del cristal, absorta todavia en el valioso conjunto de ropa interior. –Te sentaria de maravilla -digo, susurrandole al oido. Ella se vuelve sobresaltada por la repentina intrusion, pero antes de darle tiempo a reaccionar, a que me demuestre que se trata de una chica educada y con el recato propio de su condicion, yo retrocedo un paso, esgrimo una leve sonrisa de disculpa, junto a una sutil inclinacion de cabeza como saludo, y continuo adelante con mi paseo, con las manos en los bolsillos, entre las hojas quebradizas que caen planeando de los madronos plantados en las aceras del bulevar. No me detengo, ni mucho menos me vuelvo, sigo caminando negligente, disfrutando de la calida tarde que nos ha deparado el otono. Por hoy basta con eso, no debo hacer nada mas. He implantado la peligrosa semilla en su mentalidad indefensa todavia. Y pronto crecera en su interior como una planta carnivora, devorando su placido sueno adolescente con imagenes tan turbias que despertara ruborizada y sin aliento, humeda de anhelo por primera vez. Ni siquiera me ha visto con la suficiente claridad para poder identificarme despues, en la siguiente ocasion, pero confio en que recordara mi voz cuando pase dentro de unos dias por el atico donde reside junto a su vieja tia. Entonces comenzara su proceso de aprendizaje y devastacion. Dias despues, acorde con lo previsto, acudo a mi cita concertada por telefono (cuyo numero me ha facilitado el portero del edificio) para entrevistarme con dona Lluisa Giralt. Le llevo una botella de brandy al portero con el fin de seguir manteniendo su complice colaboracion ante cualquier imprevisto. Y el hombre se deshace obsequioso considerandome un caballero en toda regla. He preparado la visita con todo detalle. No debo mostrar demasiado interes, ni mucho menos curiosidad. Finjo que soy un profesional acostumbrado a entrevistar celebridades. La vieja dama me recibe a la puerta del atico demostrando una encomiable voluntad en agradar, un retazo de su buena educacion, apoyado el brazo izquierdo en una muleta de aluminio y el derecho en su nieta Elvira, vestida tambien para la ocasion con un juvenil atuendo que acentua su inocencia, un tesoro que yo voy a robarle muy pronto, pero no antes de que lo suplique, de que pida ser la inmolada en el sacrificio de su propia virginidad. Pasamos a una salita iluminada desde un mirador acristalado, por donde penetra la luz filtrada de la tarde atravesando los cortinajes livianos, tendidos al aire como sudarios. Tal como suponia, Elvira, que se afana en servir el te, no me ha reconocido. Sin embargo, cuando comienzo a exponer frente a la dama el motivo de mi visita, la veo de reojo ruborizarse. Acaba de recordar mi voz. Lluisa Giralt es una mujer gruesa, vestida por completo de blanco, igual que una vieja novia victoriana. La cabellera canosa, larga y lacia dividida en dos mitades y recogida con esmero por atras en un apretado mono ensartado con horquillas y peinetas. Irradia la elegancia trasnochada de las grandes divas de antano. Pasa el tiempo impedida en una butaca o en su silla de ruedas, junto al ventanal por donde puede ver, a lo lejos, por encima de la ciudad, el mar sumido en la bruma del horizonte. Vive ignorando cuanto la rodea. La frivolidad ya no encaja dentro de su anacronico mundo, porque haber llegado a mas de los noventa es una cruel fatalidad, permite que veas como la muerte se va llevando a las personas que amas y conoces, mientras eres testigo de toda esa desdicha. Elvira permanece presente durante nuestra conversacion, preguntandose si de verdad soy yo el que le susurro aquello frente al escaparate de ropa interior. He podido saber que tiene 16 anos, aunque parece mayor. Es muy hermosa, tanto de rostro como de figura; me satisface haber acertado en mi eleccion, aunque no es hacerme con su cuerpo lo que yo deseo, sino con su alma. Porque la mayor posesion de todas no ambiciona la estetica carne sino la sublime del espiritu. Durante la conversacion mantenida con la respetable dama he sabido que los padres de su sobrina fallecieron a causa de un accidente de trafico cuando ella solo tenia un ano de vida, demasiado poco para recordarlos, y por tanto ni siquiera los echa de menos. Elvira, que no viajaba con ellos aquel fatidico dia, se quedo huerfana de golpe y fue acogida por Lluisa Giralt. La chica no tiene ninguna experiencia en las anagazas que oculta el confortable aunque traicionero mundo que le rodea. Puesto que no ha conocido nunca otra cosa, Elvira considera normal su peculiar modo de vida, del acreditado colegio religioso en regimen de internado en donde cursa sus estudios, al Liceo, donde se prepara para ser bailarina de ballet; una vida semejante a la del jilguero feliz, atrapado sin pena en la jaula donde ha nacido. Mientras tomamos el te y a la vez intento convencer a su tia sobre mi sincero interes hacia su pasado de diva, Elvira todo el tiempo se remueve nerviosa en el sillon tapizado de cretona donde ha tomado asiento, presente pero callada, segun dictan las normas impuestas por ese tipo de ambito social tan enfermo de apariencias, junto a los modales aprendidos en su colegio para senoritas distinguidas. Como la taza le tiembla en la mano, Elvira la deposita sobre la mesa para que no se percate su tia. No sabe hacia donde mirar, a cualquier parte menos a mi, lo cual evidencia que la carga de profundidad enviada frente al escaparate ha estallado en su interior avivando el fuego que arde, todavia oculto, bajo su virginal imaginacion de joven adolescente. Al final de mi propuesta para rememorar el pasado de la vieja soprano, formulada con todo el tacto del mundo, Lluisa Giralt accede a evocar para mi aquellos anos con destino a un supuesto libro sobre la historia del Liceo. La dama no ha podido resistirse a mi encanto mundano, soy un persuasor nato, nadie domina como yo las claves ocultas de la comunicacion subliminal. Decir algo como senuelo para que mi oponente baje la guardia y entonces clavar el mensaje que deseo igual que un fino estilete florentino en su corazon, de modo que le convenzo usando su negativa inicial, mientras yo quedo a salvo de mi propia ponzona. Mientras la dama me despide, acompanandome con esfuerzo hasta la puerta del amplio atico donde reside, me ha tomado de la mano, afectuosa, con los ojos anegados de lagrimas. Y asi es como, para sorpresa de su sobrina, que ha permanecido muda durante toda la entrevista, contemplandome con recelo, dona Lluisa y yo acordamos la siguiente visita para continuar nuestra conversacion sobre su pasado en el mundo de la opera. Hoy he seguido a Elvira, sin que lo note, cuando salia de casa en direccion al Liceo. Tras verla desaparecer por la puerta de acceso en el callejon lateral del edificio he aguardado media hora y luego he subido hasta donde, segun me ha dicho un bedel, tienen lugar los ensayos del ballet. En la parte mas alta existe una gran sala iluminada por grandes ventanales, desde donde se aprecia una extensa vista de Barcelona. Por el suelo entarimado y alrededor de un piano de cola, corretea un grupo de chicas entre los 15 y los 17 anos, las alumnas de ballet; mientras la profesora, una mujer de unos 35, que debio ser bailarina titular en algun teatro y ahora ejerce como directora, vestida de negro igual que una institutriz, impone rigurosa su autoridad. Me quedo en el umbral, espiando los graciles movimientos, los ejercicios en la barra y frente al espejo, de unas chicas tan jovenes y en apariencia fragiles que parecen munecas de trapo y porcelana. Ya se han cambiado para el ensayo y todas lucen un conjunto similar, el maillot negro, de manga corta, cenido al cuerpo; el tutu blanco y vaporoso, como una espuma de merengue, dejando las piernas a la vista; los pies como amortajados en las zapatillas de cintas anudandose a los tobillos, euforicas como las ocas correteando alegres en un corral. Todas ellas menudas, delgadas, cuyo pecho apenas despunta cenido por el maillot, acomodandose a los androginos canones de belleza exigidos por la danza. Elvira es la mas hermosa, un cisne mezclado entre las torpidas ocas; ella es la que goza de un cuerpo mas definido, porque las imposiciones del ballet son tales, con ensayos llegando hasta los limites de la resistencia fisica, una dieta draconiana y tortuosos ejercicios que modelan el cuerpo hasta convertirlo en materia ductil para conseguir el canon de belleza, el estereotipo estetico impuesto por la pieza musical a interpretar, que algunas chicas no pueden soportarlo y caen enfermas, con bastante frecuencia de anorexia, incluso en ocasiones hepatitis. Me mantengo a distancia, oculto en la oscuridad, observando las evoluciones del grupo de ballet, a Elvira en particular, ensayando la clasica obra Coppelia, con musica del compositor frances Leo Delibes. Cuando culmina la escenificacion, y antes de que se dispersen, mientras Elvira rie alborozada con sus companeras, evocando las peripecias del ensayo, cruzo el umbral y me hago de notar. La directora, como una gallina clueca protegiendo a los polluelos, viene hacia mi preguntandose quien es el intruso que osa molestar a sus alumnas con su presencia, y como es que me han dejado subir a la sala del ensayo. Pero yo enseguida la envuelvo con el influjo de mi oscuro magnetismo. No me resulta dificil neutralizarla, porque con toda seguridad es una mujer soltera cuyo unico amor en este mundo ha sido y es el ballet, por quien desde nina lo dio todo y ahora no le queda nada en su escualido pecho, sin duda reducido en una operacion quirurgica cuando todavia era casi una nina, como hacen muchas bailarinas en ciernes para parecer mas ligeras y volatiles, y ahora se arrepiente de la imagen que ofrece, tan poco adecuada para el aprecio de los hombres. Me identifico sonriendo con indolencia premeditada: he venido para recoger a Elvira, le miento, ya que se ha hecho un poco tarde, por encargo de su tia. Entonces Elvira me ve y enrojece tan de subito que sus companeras lo notan y giran los ojos en mi direccion. Pero la directora palmea con autoridad y todas corren a cambiarse de ropa, incluida Elvira, mientras yo me quedo a la espera junto a esa mujer de rictus amargado y pecho desecado, que hoy tal vez habra sentido latir de nuevo su entumecido corazon de solterona.

  • metamorfosis de Pilar Parralejo

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    Estaba realmente cansada. Habia tenido un dia agotador en el hospital, habia tenido que soportar el volumen estridente del pub en el que habia pasado las dos ultimas horas con los chicos y ahora, por si fuera poco, tenia que volver a presenciar el numerito que Dawson y su nueva amiguita estaban dandole en el asiento trasero de su coche. No es que quisiera mirar o estar pendiente de lo que hacian o dejaban de hacer, pero lejos de ser silenciosos, esa desconocida hacia gemidos exagerados cada vez que Dawson le metia las manos debajo de la ropa, o cada vez que le mordia en el cuello, y por mucho que se esforzase en ignorarlos, llamaban su atencion, aunque mirase un solo segundo y devolviera la vista a la carretera nuevamente. No le importaba hacerlo una o mil veces por el, no por nada era su mejor amigo, pero odiaba tener que llevar a las ligues de Dawson a sus casas teniendo que ser testigo de lo que hacian en el trayecto. Por suerte, esa vez solo habia tenido que presenciar manoseos varios, lenguas de ida y vuelta y sonrisas juguetonas. Pero la pelirroja no vivia muy lejos del local en el que habian pasado las dos ultimas horas, y terminaron de besarse en el portal. Y lo mas importante, fuera de su coche, algo que agradecia enormemente. Dawson volvio a subirse un par de minutos despues, ajustandose la camisa, con la enorme marca de un chupeton en el cuello y el labio inferior hinchado (probablemente por las succiones de ese pulpo con minifalda al que acababan de dejar atras). --No vuelvas a pedirme que te lleve, Dawson. Yo no tengo un Love Hotel en el asiento trasero, ni llevo un servicio… --…de taxis. Ya lo se. Me lo dices siempre. --Y siempre cedo. Pero un dia dejare de hacerlo. Me da igual lo que hagas, con quien lo hagas o las veces que lo hagas, pero no en mi coche. --Sentencio--. Dawson, hace dos dias el marido de tu hermana penso que las bragas de encaje rojo que habia en el asiento trasero eran mias. Yo ni siquiera sabia que se las habias quitado a una de tus chicas y las habiais dejado ahi. Casi me muero de la verguenza, ?sabes? Dawson no pudo contenerse y estallo en risas. Adoraba verla enfadada. Adoraba las caras que ponia o la forma en la que le reganaba, pero lo mejor era ver como poco a poco volvia a ser la de siempre. Y, escasos minutos mas tarde, el enfado de Brooke habia desaparecido. Detuvo el coche frente un edificio de enormes puertas de cristal ahumado y Dawson se aflojo el cinturon de seguridad. --?Vendras al club manana? --No lo se… --encogio los hombros y nego con la cabeza mientras doblaba, hacia abajo, la comisura de los labios en una expresion de duda. --Tienes que venir. Ya sabes que eres mi talisman. --Declaro antes de besar su mejilla. Brooke sintio como se le encogia el estomago. --Ya veremos. Depende de mi enfado. --Yo se que no estas enfadada conmigo. Sonrio antes de acercarse para darle un segundo beso. Pero Brooke le detuvo, poniendo una mano en su boca antes de que tocase su piel. --Antes de tocarme lavate los dientes. Esa tia fumaba como un carretero y su aliento seguro que olia peor que un cenicero. En realidad solo la habia visto fumar un cigarrillo desde que Dawson la hizo ir hasta su mesa, y ademas se lo habia ofrecido TJ. Y tampoco habia estado tan cerca como para respirar su aliento. --Olia a su pintalabios y sabia a fresa. Pero no trates de dar la vuelta a lo que te he dicho. No me importa cuando termines. Quiero verte en el club. --Ire, ?de acuerdo? ?Cuando no he ido? --Esa es mi chica. Buenas noches, carino. --Buenas noches, idiota. Despues de una sonrisa, Dawson bajo del coche y, tan pronto como cerro la puerta, Brooke resoplo mientras arrancaba el motor. Estaba realmente cansada y no veia el momento de llegar a casa y meterse en la cama. Cerca del mostrador de recepcion estaba Jay, su vecino de al lado, un famosisimo actor negro de talla mundial que parecia estar escondiendose en su edificio mientras tomaba un descanso. Le saludo cortesmente y camino hacia su piso. --Al fin en casa. --Suspiro aliviada, dejando las llaves sobre la mesa y dirigiendose a su habitacion. Por fin podria darse su ansiada ducha y aun mejor, podria tomar su merecido descanso. Capitulo 2 Lo prometido es deuda Eran mas de las once de la noche, y el salon del club de striptease masculino, Olimpvs, estaba a oscuras. El perfume femenino flotaba en el ambiente, mezclandose con el humo de tabaco y con la excitacion de ver a la estrella de la noche bailar para ellas. De pronto, una tenue luz anaranjada ilumino el escenario, y todas las mujeres empezaron a gritar cuando, el adonis de cuerpo esculpido, se situo bajo esta, cubierto con una bata de saten con capucha de color cava que, refulgia como el oro bajo aquella bombilla. Segundos mas tarde empezo la musica, y Dawson procedio, desnudandose lentamente y de forma sensual, al ritmo de los acordes. Sus movimientos eran de lo mas provocativos, y las expresiones de su cara hacian que todas deseasen tocarle. Movia las caderas hacia adelante y hacia atras, haciendo brillar su piel, quitandose una prenda, otra y otra, y otra mas. Las mujeres de las primeras filas se empujaban las unas a las otras para estar lo mas cerca posible del dios del erotismo. Estiraban los brazos para llegar a el, para dejar billetes en el elastico de su ropa interior, o simplemente para acariciar su piel. El se mordia el labio inferior, sonreia o guinaba un ojo de vez en cuando. Brooke no quiso mirar el espectaculo, de hecho nunca lo habia hecho. Cuando su mejor amigo salio a escena, ella se giro y se apalanco en el sofa del salon. --Exhibicionista… --murmuro graciosa al escuchar a las mujeres chillar aun mas escandalosamente. Cerro los ojos y apoyo la cabeza en el respaldo con una sonrisa dibujada en el rostro. --Hay que admitir que no por nada es el mejor. Randy se dejo caer a su lado, haciendola botar en su asiento. Brooke abrio los ojos para mirarle, pero se cubrio la cara con las manos, fingiendo estar, completamente avergonzada, al darse cuenta de que solo llevaba un diminuto y cenidisimo tanga de cuero rojo con cremallera que cubria lo minimo. --Randy, por favor, !tapate! --Oh, vamos, pequena… --decia el, levantandose con una expresion simpatica mientras sujetaba sus munecas, le apartaba las manos de la cara y movia las caderas de lado a lado frente a ella. Los chicos se sentian a gusto en su presencia. A tal punto que, a veces, incluso le preguntaban como les quedaba el traje de la actuacion o le pedian que les ayudase a untarse el cuerpo con pinturas, aceites o autobronceadores. Y, al contrario que otras mujeres, ella no se sentia incomoda al verlos paseando por ahi, medio desnudos, o saber que hacian cuando se metian con chicas en la que llamaron <>. Brooke habia estado desde la adolescencia con esos chicos y se sentia <> mas del grupo. La actuacion de Dawson termino unos minutos despues. Al volver al saloncito tenia la piel brillante, llena de perlas de sudor y respiraba pesadamente. Gary, el dueno del local, sabia que era el mejor, y siempre se encargaba de sacar a la estrella de la noche en los momentos clave, sobre todo cuando habia clientas VIP, por lo que, esa noche iba a ser agotadora. --Estoy molido… --se quejo. Brooke se levanto, cubrio sus hombros con una toalla y se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla. --Pues descansa un rato. Yo me voy. Manana no trabajo y quiero aprovechar para dormir hasta el mediodia, que luego tenemos la fiesta de tu hermana y quiero estar descansada. --Quedate un rato mas… Despues podemos ir a tomar algo. --Si, eso, Brookie. Quedate. Luego te llevamos a casa. --Querras decir que os llevare a casa --dijo empezando a alejarse de ellos. Antes de llegar a la puerta se dio la vuelta. Se echo a reir al ver la estampa del salon: tres chicos, practicamente desnudos, suplicandole con la mirada que no se fuera. --Esta bien. Pero esta vez me llevais vosotros. --Advirtio, senalandoles con el dedo--. Estoy agotada del hospital y no me apetece tener que conducir tarde de camino a casa… --!Hecho! Las botellas de cerveza se acumulaban, vacias, a un lado de la mesa, junto a los vasos de tequila que habian ido bebiendo. TJ, Randy y Axel daban cabezadas en los asientos de cuero negro mientras Brooke y Dawson se miraban fijamente y en silencio, llevandose a los labios, un chupito tras otro. --Te apuesto cien dolares a que no puedes aguantar mi ritmo. --Cien… ?Crees que aun soy una ninita? !Que sean doscientos! --reto ella, levantando la mano con otro vasito. Dawson sonrio con autosuficiencia. Ella no solia tolerar demasiado bien el alcohol y si con lo que habian bebido, tres de sus amigos ya estaban K.O., daba por sentado de que ella no podria con un solo trago mas. Perdio, como era evidente. Despues del primer sorbo tuvo que parar. Se apoyo en las piernas de Axel, completamente mareada, y cerro los ojos, balbuceando algo como que no se relajase demasiado porque estaba a punto de ganar, lo que, por supuesto, habia estado lejos de pasar. --Eres una floja, carino. El camarero ya los conocia de otras veces y supo que no conducirian en ese estado, asi que llamo a un conductor sustituto para evitar que tuvieran un accidente. Este no tardo demasiado en llegar, algo que el stripper tambien agradecio, dada la cantidad de alcohol que habia consumido. Al llegar al apartamento de Brooke, Dawson la llevaba en brazos. Ya era casi una costumbre llegar juntos al piso de uno o del otro. Cuando bebian mas de la cuenta siempre era ella la que les acompanaba a casa, y la que peleaba con ellos hasta poderlos dejar en sus camas. Pero ahora era el turno de Brooke ser cuidada por sus amigos, o al menos por uno de ellos. Dawson la llevo al dormitorio y la dejo caer, sin tacto alguno, contra el colchon, pero ella ni se inmuto, solo se acomodo sobre las sabanas y siguio durmiendo. --Eres un desastre --rio. Le quito el calzado y los calcetines, la arropo y le dio un beso en la mejilla antes de tumbarse a su lado en la cama. Como siempre que se hacia tarde, tambien esa noche dormirian juntos. Tenia trece anos cuando sus padres murieron, el padre por una infeccion de oido y la madre por culpa del alcohol, con una horrible depresion por verse sin el amor de su vida. Brooke se quedo completamente sola ya que, ni sus tios ni sus abuelos quisieron hacerse cargo de una adolescente. Pero los Holden no iban a dejarla desamparada, era la mejor amiga de Lara y bastante mal lo habia pasado durante todo un ano como para que ellos tambien le dieran la espalda. Pero por mas que tratasen de convencerla, Brooke se nego en redondo a mudarse con ellos. Ella estaba bien aun sin sus padres, sabia cuidar de si misma y queria seguir viviendo donde lo habia hecho desde que nacio. Durante un tiempo fueron a asegurarse de que no le faltaba de nada, pero Brooke era realmente madura para su edad y no requeria demasiadas atenciones, todo lo contrario que Dawson y Lara, que siempre peleaban, que siempre tenian caprichos nuevos o que siempre tenian con lo que darles quebraderos de cabeza. Un par de anos despues Lara estaba empenada en mudarse a Miami con sus tios y, a pesar de que Brooke se quedaba sola, se nego a ir con ella sin importar lo mucho que le insistiese, de manera que, cuando esta se marcho volvio a quedarse sola. Fue entonces cuando Dawson decidio pegarse a ella como una lapa y no dejarla sola ni a sol ni a sombra. Dondequiera que fuera, Brooke debia ir con el, y dondequiera que fuera ella, el iba detras. Y asi fue como termino por ser un miembro mas de su pandilla de locos y la inseparable mejor amiga de Dawson. Pasaban de las once de la manana cuando Dawson se dio cuenta de que habian llegado tan borrachos como para acostarse sin siquiera ponerse un pijama. Brooke tenia la cara pegada a la almohada y la boca entreabierta en una expresion tan adorable como graciosa. Se agacho a su lado y le aparto el pelo de la cara. --Si te dijera que duermes asi no me creerias --dijo sacando el movil para hacerle una foto. Luego le dio un beso en la frente y salio de la habitacion. A parte del genero y el oficio, la unica diferencia resenable que habia entre ella y los chicos era su obsesion por la puntualidad, lo en serio que se tomaba el llegar a tiempo a los sitios, asi que se le ocurrio algo con lo que molestarla. Hacia poco que su hermana habia vuelto a Los Angeles. Y menos aun que ella y su recien estrenado marido se habian enterado de que, en pocos meses, serian padres, asi que habian estado organizando una pequena fiesta de celebracion a la que, evidentemente, todos estaban invitados. Esa fiesta empezaria a la una, y para ello faltaban solo dos horas. Con todo el cuidado que pudo bajo las persianas para dejar el dormitorio completamente a oscuras, la cubrio con la suave sabana para que estuviera aun mas comoda y puso su movil en silencio para que nada la despertase. --Que tengas un feliz descanso… --sonrio travieso, cerrando la puerta del apartamento sin hacer el menor ruido. Eran mas de las tres cuando un enorme estruendo la desperto de un sobresalto. Se sento en la cama de un brinco, y sin entender lo que estaba pasando miro a su alrededor completamente desubicada. Brooke nunca bajaba las persianas del dormitorio, le gustaba enterarse de cuando era de dia y de cuando no. De nuevo los golpes que la habian despertado volvieron a sonar, pero esta vez si pudo saber de donde venian. No comprobo la hora, pero supo, por la iluminacion de su apartamento que habia amanecido, !y hacia mucho! Corrio a la puerta sin mirarse a un espejo antes de abrir y se encontro de frente a Dawson. --Vaya, ya era hora --le dijo apoyado en el marco de la puerta--. Llevamos esperandote desde hace al menos dos horas. --?Dos…? --Brooke levanto la mano para ver la hora en su reloj de muneca y lo miro con espanto--. Esto es cosa tuya, ?verdad? --senalo hacia el interior de su apartamento. --El sonrio maliciosamente en respuesta--. Voy a matarte, Dawson. No sabes cuanto te odio --mascullo entre dientes. Iba vestida con la ropa del dia anterior, asi que no era necesario perder mas tiempo en cambiarse. Estiro el brazo para coger las llaves del apartamento y empujo a Dawson para salir. Al entrar en el deportivo del stripper bajo la visera para mirarse e hizo una mueca de desagrado al comprobar la palidez gris verdosa de su cara. Ademas, tenia los parpados hinchados, la mejilla derecha llena de marcas de las arrugas de las sabanas y para colmo, sin peinar. <>, penso Brooke con disgusto mirando a su amigo. En su cara no habia el menor rastro de la noche anterior. Sus ojos castanos no estaban turbios, sino relucientes de malvado humor. Su pelo oscuro y su brillante sonrisa podrian lucir, en la marquesina de cualquier anuncio de cosmeticos, en el sitio mas vistoso de la ciudad. En realidad, tenia el aspecto de haber pasado una velada tranquila y renovadora, quizas con un relajante bano de espuma y aromaterapia, o un libro entre las manos, pero nada parecido a como habia sido en realidad esa noche. --?Te gusto? Antes de que ella pudiera articular palabra en respuesta se detuvieron en un semaforo y Dawson fijo su atencion en una rubia con minifalda que cruzaba, contorneandose provocativamente, al saberse observada por los conductores de aquellos coches que esperaban su turno para retomar la marcha. Brooke nego al ver a su amigo babear por aquella mujer, pero hundio la cabeza entre los hombros cuando Dawson toco el claxon para llamar su atencion. El ruido resono en su cabeza como si la hubiera tenido hueca y, llevandose las manos a las sienes se quejo. --!Auch! ?Podrias comportarte como una persona normal y no como un animal en celo? Siento que la cabeza fuera a reventarme. --Vaya, vaya, vaya --dijo Dawson mirandola a los ojos y acercandose a ella para darle un beso en la mejilla--, ?asi que tenemos resaca? Esa pregunta y el tono gracioso con el que lo habia dicho, le hicieron pensar en las intenciones que tenia Dawson cuando le invito a quedarse con ellos: !Seguro que habia apostado con ella con la certeza de que perderia y sabiendo que su aspecto resultaria ser, con diferencia, el mas impresentable de aquella fiesta! --Callate, ?quieres? Estoy asi por culpa tuya --dijo Brooke, apartandolo con fuerza para que volviera a su asiento--. ?Puedo saber por que demonios os empenasteis en que saliera con vosotros a tomar algo? Era para esto, ?no? ?Estas satisfecho? --?Acaso tenias otros planes? Que habrias hecho hasta irte a dormir, ?buscar que ponerte de entre todas las prendas horribles que tienes en el armario? ?Ver una pelicula infumable en alguno de los canales de cable que nadie ve? --Rio Dawson--. Si lo miras desde este otro punto de vista, en lugar de haber estado sola y aburrida… lo pasaste con todos nosotros. Tampoco es tan malo, ?no? Brooke sabia que Dawson tenia toda la razon. --Ya… Asi que pensaste que la mejor manera de ayudar a la pobre Brooke para que no se aburriera era… !Claro! Llevarla a beber un tequila tras otro, hasta que muriera de coma etilico. --Oh si… Lo que mas me importaba en el mundo era, meterte una cantidad indecente de alcohol en el cuerpo, para que perdieras el norte, y asi poder arrastrarte a casa y acostarme contigo --se burlo Dawson con una sonrisa. --Vale. Supongamos que soy estupida y creo en tu benevolencia… --El alzo una ceja mientras retomaba la marcha--. Pero resulta que las persianas de mi habitacion estaban abajo, y yo nunca las bajo… ?La apuesta incluia hacerme dormir creyendo que aun era de noche para llegar tarde a la fiesta de tu hermana? Dawson contuvo la risa al ver la expresion seria que trataba de poner Brooke, pero tan pronto como sus ojos se encontraron ambos estallaron en risas. --?Te has enfadado? --?A ti que te parece? --Oh, vamos, carino. Solo queria gastarte una broma. --Callate --murmuro ella poniendose verde de repente y torciendo el gesto en una mueca de asco--. Callate o acabare vomitando los veinte litros de cerveza y tequila de anoche encima tuyo para que te veas tan horrible como yo. Se llevo las manos a las sienes, masajeandolas en circulos, mientras Dawson conducia en silencio hasta la casa de su hermana. Pero lo peor estaba por llegar: la fiesta. Gente, ruidos, musica a toda voz y mas alcohol.

  • Muneca de trapo de Magenta Perales

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    Julia era una chica normal.
    18 anos. Virgen.
    Estudiante de magisterio.
    Lectora empedernida.

  • Nessie bendita maldicion de Dalia B Rodriguez Chavez

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    Natalia, una talentosa estudiante de arte madrilena cansada de cumplir con los estereotipos clasistas de sus estrictos padres, vuelca su vida en la inconsciencia de rebelarse constantemente contra ellos. Hasta que su ultima locura la lleva a un pais extrano, lejos de todo lo que conoce y con el unico cobijo de una abuela que jamas vio hasta entonces.
    Logan, exitoso, pragmatico, y un tanto insoportable, segun Natalia; posee todo aquello que cualquiera puede desear, pero sus carencias van mas alla de las riquezas materiales y esta dispuesto a todo con tal de cazar a una fierecilla un tanto indomable.
    ?Lograran estos dos seres totalmente inflamables, cohabitar entre las llamas del amor, o descubriran que tal sentimiento no es mas que un concepto trillado con ganas de ser reescrito?
    El amor es una guerra contra uno mismo, el reflejo de nuestro yo mas interno. Si quieres fortalecerle, empieza por mejorarte a ti mismo.
    No te pierdas esta historia epica; llena de ensenanzas, humor, amistad, pasion, y todo lo que permitas entrar a tu corazon desde el minuto cero en el que abres la historia y dejas escapar la magia que hay en sus letras.
    Pero, cuidado, aviso importante:
    Este libro te marcara por siempre...

  • El regreso de !Y tenia que ser – Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter

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    La felicidad cuesta y no es eterna. Eso lo descubre Davinia tres anos despues de su idilica vida junto a Peter.
    Un e-mail para el hace que las alarmas de ella salten y, aunque al principio no cree soportarlo, decide jugar. Vengarse de el…
    Una ex-mujer que reaparece cuando otra desconocida tambalea su relacion. Unos mosqueteros, sus amigos, quienes, mas que nunca, la apoyaran y un cumulo de erroneas decisiones llevaran al limite a la pareja perfecta.
    ?Un amor real? Eso solo lo descubriras con la reaparicion de El Jefe.

  • A la sombra del arbol violeta de Sahar Delijani

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    Azar iba sentada en el suelo de chapa ondulada de la furgoneta, acurrucada contra la pared. El vehiculo daba bandazos por la sinuosa calle, zarandeando a Azar de aqui para alla. Con la mano libre se aferraba a lo que, al tacto, parecia un asidero. La otra mano sujetaba su vientre tenso y abultado, que se contraia obligandola a respirar de forma entrecortada, irregular. Una ardiente punzada de dolor surgio en un punto indeterminado de su columna y se extendio a todo el cuerpo como un estallido. Reprimiendo un grito, Azar cerro los dedos en torno al chador que la envolvia y lo estrujo con tanta fuerza que se le blanquearon los nudillos. Cada vez que la furgoneta doblaba una esquina, se veia lanzada contra los costados del vehiculo. Con cada sacudida y cada bache, su cuerpo rebotaba hacia el techo y la criatura que llevaba en el vientre se tensaba y se encogia. La venda que le tapaba los ojos estaba empapada de sudor. Se llevo una mano a los ojos para secarselos. Aunque iba sola en la parte trasera de la furgoneta, no se atrevio a quitarse la venda, pero sabia que habia una ventanilla a su espalda. Habia tocado el cristal al subirse. Si la Hermana en el asiento delantero se volvia, podria verla, o tal vez se detuvieran de repente y no le diera tiempo a ponerse de nuevo la venda. No sabia que sucederia si la sorprendieran con los ojos descubiertos, pero preferia no saberlo. A veces intentaba convencerse de que el miedo que habia anidado en su interior, que la seguia alla donde fuera, no estaba justificado; nadie le habia levantado la mano jamas, ni la habia empujado, ni siquiera amenazado. No tenia ningun motivo para temer a las Hermanas y los Hermanos, ninguna razon tangible. Pero habia oido los gritos que hacian vibrar los muros de la carcel y resonaban en los pasillos desiertos, despertando a las reclusas por la noche, interrumpiendo la conversacion de las que compartian almuerzo, sumiendolas en un silencio de dientes apretados y extremidades agarrotadas que se prolongaba hasta la noche. Nadie sabia de donde venian aquellos gritos. Nadie se atrevia a preguntarlo. Pero eran gritos de dolor, eso si lo sabian. Nadie habria podido confundir aquellos alaridos con un lamento de otra clase; eran aullidos de un cuerpo privado de su identidad, abandonado, aplastado hasta acabar convertido en una masa informe cuya unica manifestacion vital era la fuerza con que rasgaba el silencio entre los muros de la prision. Y nadie sabia cuando le llegaria el turno, cuando desapareceria por el pasillo sin dejar mas rastro que sus gritos. Asi que seguian viviendo, esperando y acatando ordenes a la sombra de una amenaza que -- bien lo sabian-- no podrian esquivar para siempre. Por una rendija situada por encima de su cabeza se colaba en la furgoneta, amortiguado, el clamor de la ciudad, que a esa hora se desperezaba: el enrollar de las persianas, los bocinazos, las risas infantiles, los pregones de los vendedores ambulantes. Por la ventanilla oia tambien los sonidos intermitentes del parloteo y las risas en la cabina, aunque no alcanzaba a distinguir lo que decian. Solo oia las carcajadas de la Hermana en respuesta a lo que uno de los Hermanos acababa de contar. Azar trato de acallar las voces que resonaban en la furgoneta concentrandose en el rumor de las calles de Teheran, su querida ciudad, que llevaba meses sin ver ni oir. Se pregunto hasta que punto habria cambiado, despues de tres anos de guerra con Irak. ?Habrian llegado los combates a la capital? ?Se habrian visto sus habitantes obligados a abandonar la ciudad? A juzgar por el ruido que procedia de las calles, todo parecia igual que siempre, el mismo caos, el mismo bullicio de lucha, de supervivencia. Se pregunto que estarian haciendo sus padres en ese momento.

  • Ciega traicion. Donde nace tu vuelo, libelula de Genne L. Paris

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    Armando Sanfield es un hombre de personalidad fuerte, con una trayectoria politica intachable y una gran carga emocional en su alma… Dedicarse a su carrera diplomatica era su prioridad, por lo que dejo de lado cualquier relacion personal que lo desviara de ese proposito. Distante, callado e intransigente, es como lo describen quienes se relacionan con el. Sin embargo, en la vida se tejen senderos que son imposibles de evadir…, porque escapar nunca fue una opcion. Asi, lejos de su tierra natal, una eslava de ojos azulados y piel perlada le robara el corazon, convirtiendose en su bendicion y... ?en su condena? Pero ?acaso puede sobrevivir un gran amor a la sospecha de haber sido traicionado? ?Que se es capaz de hacer por despecho? ?Conseguira un alma atormentada y herida encarcelar el dolor con tal de no perder lo que mas ama? Odiar y amar a la vez, ?es eso posible?… ?Donde esta la frontera entre la razon y la locura? El destino, imprevisible, lanza sus redes al viento como hojas marchitas de otono que se tejen entre si, enlazandonos a nosotros y, a veces, marcando el futuro de aquellos a los que tanto amamos… Descubre en este relato los detalles de un pasado que pueden resquebrajar la historia de Armando e Ivanna… Un gran amor, una ardiente pasion. Dos culturas diferentes y una dolorosa duda que te llevara con ellos a descubrir… Donde nace el vuelo de una libelula…

  • Circe de Madeline Miller

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  • Cada vez que te beso (Serie Extrarradio, #3), Juani Hernandez de Juani Hernandez

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  • Alas para volar de Miriam Prados

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    Volver a Madrid fue un sueno en si: perderme en sus calles, entre la multitud, sentarme en una cafeteria a leer un guion y vivir sus noches llenas de vida, tambien de recuerdos. Habia cosas a las que todavia no conseguia acostumbrarme, como llamar a ese estudio en el que vivia hogar o el sentimiento de soledad que a veces me invadia; no obstante, al final del dia siempre sentia que era el lugar en el que queria estar, y aunque aun se me escapase el trabajo, estaba recuperando aquella parte de mi en una ciudad que, sin saberlo, guardaba promesas. El tiempo que paso fue... revelador. Echaba en falta a los mios, especialmente a Lucas, quien casi todos los dias que llamaba me preguntaba cuando iba a volver y siempre le contestaba que pronto. Se me rompia un poco el corazon cada vez que lo escuchaba, pero el cambiaba de tema al momento y me contaba cualquier cosa a la que yo prestaba total atencion. Oscar y Nuria se las apanaron bastante bien, mi cunada pidio una reduccion de jornada que le permitia pasar mas tiempo con el nino y, a su vez, invertir en lo que una vez dejo aparcado: su trabajo como maquilladora profesional. Candela me echaba de menos como la que mas, habia venido a visitarme unas tres veces desde que me fui. Cada vez estaba mas cansada de su trabajo, era algo que hacia por inercia, pero aun le daba miedo apostar por algo diferente, algo que ella realmente quisiera hacer. Por otra parte, estaba aprendiendo a respetarse y quererse un poco mas, a dedicarse tiempo y crecer, era algo que admiraba de ella. En cuanto a Hugo, sabia que estaba bien, me lo dijo en algun mensaje que intercambiamos y Candela, que se refugio mucho en el cuando me fui, me aseguraba que asi era. La boda seguia hacia delante y con ello sus planes de futuro. ?Que si lo echaba de menos? Mentiria si dijese que no, sin embargo, es como si sintiera que ambos lo estabamos haciendo bien, quiza porque estabamos creando una calma ficticia, imaginaria, antes de volverla a romper. Capitulo 1 <> Me desperece y remolonee un rato en la cama mientras me llegaba el olor a cafe recien hecho. Matias era una de esas personas que preferian la cafetera italiana y que el olor a cafe tostado inundase la casa antes que someterse a un cafe de capsula. Por si os lo estais preguntando, no, Matias y yo no teniamos una relacion seria, simplemente intentabamos fluir, haciamos cosas juntos de vez en cuando y lo pasabamos bien. Yo diria que nos entendiamos en muchos aspectos, y aunque nunca me presiono ni saco el tema de conversacion mas que algun comentario al aire, se que a el le gustaria que siguiesemos fluyendo mas... a menudo. Algo como dejar mi cepillo de dientes en su casa y viceversa para no cargar con una bolsa cada vez que haciamos planes, pero yo lo tomaba como un paso mas, me asustaba y tiraba balones fuera. A veces, cuando la conversacion se acercaba, maniobraba con un beso y conseguia que nos olvidasemos de ello. Decidi levantarme de la cama y me fui directa al bano a poner en orden mi pelo y lavarme los dientes. Cuando estuve, volvi a mi habitacion, agarre la camisa de Matias para cubrir parte de mi desnudez y me la puse. Sali al salon, lo encontre con un pantalon liviano de pijama, apoyado en la barra de la cocina mientras consultaba su movil. Dejo de mirarlo en cuanto noto mi presencia y esbozo una de esas sonrisas descaradas con las que lograba que me sonrojase. --Buenos dias, Bella Durmiente --dijo apartando su cafe a un lado y colocandome entre sus piernas. Me saludo con un beso casto en los labios y me apoye en el hueco de su cuello--. Vaya, ?te has levantado retozona? Ronronee acariciando su piel con la punta de mi nariz y me estrecho aun mas contra si. --Matias... ?Que haces aqui conmigo? Todavia me lo sigo preguntando. Lo hacia porque el era un hombre pragmatico, profesional, detallista y un amante de categoria mientras yo... Yo era un desastre que vivia de ahorros y pequenos trabajos a la espera de que ocurriese un milagro. --Alejandra... --Levanto mi cara y me miro con esos ojos de un profundo azul--. Me siento bien contigo, ya te lo he dicho mil veces. --Mirate y despues mirame a mi. Por favor, es como si yo fuera la Sirenita macarra y tu el principe Eric con un palacete convertido en atico. Matias se rio y nego con la cabeza, divertido. --Olvidate de los mil motivos que te alejan de mi y piensa en los que te acercan. --?A parte del sexo? --A parte del sexo. Me quede pensativa y me mordi el labio. El sabia que yo era de las que cocinaban los sentimientos a fuego lento, muy, muy lento, especialmente cuando aun no habia olvidado a quien ya sabemos. Eso de que un clavo saca a otro clavo es mentira, ni lo saca ni lo sustituye, solo hace de ese vacio algo mas llevadero. --Tengo que entrar a trabajar en un rato, ?me devuelves mi camisa? --Ni hablar, me queda mejor que a ti. --Nos reimos y le rodee el cuello con mis brazos para acercarlo y juntar mis labios con los suyos en un beso que, segundos despues, dejo de ser inocente. --?Me vas a hacer quitartela? --Me miro con lascivia y mordio mi labio inferior. --Te espero en la ducha. --Me fui tras guinarle un ojo y lo deje terminando aquella taza de cafe. Las mananas de lunes eran, como decirlo, un asco. Olivia, mi amiga y agente, decidia que era dia de vernos para hacer cosas de provecho y asi poder localizar los castines que estaban abiertos. Llegue tarde a aquel Starbucks, tarde y atontada, para que negarlo, el agua y los orgasmos de buena manana eran un somnifero mas que un chute de energia y una patada en el culo. Cuando entre la localice en una de las mesitas con dos comodos sillones, ya que soliamos hablar largo y tendido. Olivia y yo nos conocimos cuando ambas estabamos terminando nuestras carreras, vino al musical que se estreno en mi promocion y se ofrecio desde un primer momento a ser mi agente. Recuerdo que me dijo que iba a parecerme algo de locos, pero que sin conocerme ya creia en mi. Poco despues comenzamos a trabajar juntas y no tardamos en depositar la confianza de la una en la otra, el problema fue que un tiempo despues... Bueno, ya sabeis lo que paso. Por eso, en cuanto volvi a Madrid no dude en llamarla. Me sorprendi cuando me conto que durante varios anos ella tampoco trabajo de agente, se habia dedicado a hacer varios cursos, le encantaban los idiomas, y acabo trabajando como profesora en una academia hasta que se quedo embarazada. Le propuse que volviesemos a trabajar juntas, yo necesitaba una agente y ella vio la oportunidad de volver a retomar todo aquello que una vez dejo y que echaba de menos, asi que volvimos a conectar en una especie de tandem que se extendia mas alla de lo profesional. --Buenos dias, Oli. ?Como esta mi pequenaja? --pregunte acariciando su ya abultada barriga. --Me ha dado una noche horrible, no pienso comer mas chocolate despues de las doce, le gusta demasiado, y lo peor es que me lo hace saber en forma de patadas --se lamento--. No aprendo. --Dile a Ivan que te lo esconda. Eso si, luego no lo amenaces de muerte si no te lo da. Nos reimos, me escape a la barra a pedir nuestros cafes y volvi minutos despues sentandome frente a ella y tendiendole su descafeinado. --?A que se debe hoy tu retraso? --Matias..., ya sabes. Olivia dibujo una sonrisa comprensiva. --Lo intenta. --Y lo aprecio. De verdad, lo hago, aunque aun me cuesta... --Me frote la sien y mire a Olivia --. Es como si sintiera que no es el mejor momento, pero cuando estamos juntos todo va bien. --Piensas demasiado, Ale, tanto que parece que no eres consciente de que no solo Matias lo esta intentando, sino que tu tambien. --Acaricio mi mano en un gesto carinoso y saco su agenda en la que tenia apuntadas mil fechas en un monton de colores a cual mas fluorescente. Estuvimos hablando de ese anuncio en el que participe, de la campana de publicidad que hice con una marca de zapatos y, en especial, de las audiciones fallidas a las que me presente desde que volvi. Le exprese un poco ese desaliento que me agitaba cuando algo se me resistia hasta que, finalmente, ambas nos recordamos que este mundo era asi de incierto, parecia que no cabian las seguridades en el. --Ayer publicaron una nota de prensa. Al parecer van a hacer una adaptacion de la pelicula Por primera vez. No se si sabes cual es, yo la vi hace anos y la verdad es que me gusto. --?Cuando es la audicion? --El dieciocho de mayo --contesto mientras subrayaba la fecha. --En poco mas de un mes... --Di un sorbo a mi cafe y rasque nerviosa ese carton que lo rodeaba. --Tienes que intentarlo, Ale. Yo confio en ti, si no ?que iba a hacer aqui con un bombo de cinco meses? Me hizo sonreir y asenti. Olivia se habia convertido en ese apoyo que necesitaba alli, ella me rescataba cuando me invadian sensaciones poco amables que me hacian dudar de lo que era capaz. Habian pasado muchos anos desde que nos vimos por ultima vez, pero decia que nada de lo que yo era habia cambiado, que seguia teniendo esa luz por la que desde que nos conocimos sintio que tenia que acompanarme ya que, segun ella, iba a llegar alto y lo queria ver. Cuando salimos de la cafeteria dimos un paseo por la Gran Via, me obligo a entrar en una de esas tiendas que tenia cositas en miniatura y a la que no se podia resistir. Cada vez que ibamos salia con algo para Alma, aquella vez fue un conjunto playero de lo mas mono. --Ay, Alma, tu madre no tiene remedio. --No puedo esperar a verla con estas cositas. Voy a esconder la bolsa, como Ivan vea que le compre algo mas me echa de casa. --Tienes muy poca fuerza de voluntad. --Ni te lo imaginas. Tan poca que mira como acabe aquella noche. --Miro hacia su barriga y me rei. Anduvimos hasta la estacion de metro y nos despedimos alli, prometiendole que la llamaria para comer un dia de esa semana. Al llegar a casa recogi todo lo que no me dio tiempo por la manana y me sente en el sofa mientras esperaba a que el suelo se secara. Mi telefono comenzo a sonar apoyado en la barra de la cocina, tuve que saltar del sofa a la silla, apoyar las rodillas en la pequena mesa y estirar uno de mis brazos hasta que lo alcance. --?Si? --respondi con la respiracion agitada. --?Te he chafado un polvo? No me digas que te he chafado un polvo. --No, mas bien ha sido un intento de <>. --Un dia de estos me llaman diciendo que te has roto la crisma por ahi. --Hoy no ha sido el dia, sali victoriosa. --Nos reimos y volvi al sofa--. ?Ya es tu hora del almuerzo? --Podria decirse que si. Mire el reloj y agite la cabeza.

  • El camino hacia ti (Creek Canyon 1) de Catherine Bybee

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    Parker se miro al espejo, cerro un ojo y trazo una linea perfecta sobre el borde del parpado para darse un aire felino de ojos rasgados. Se seco el delineador liquido dandose aire con la mano antes de abrir el ojo por completo. Dio un paso hacia atras y movio la cabeza de un lado a otro para comprobar su pericia con el maquillaje. Su companera de piso, Suzzie, estaba a su lado, compitiendo por el espacio en el bano minusculo de su apartamento. --Ojala no tuvieras que trabajar esta noche; Marcus me ha dicho que la fiesta va a ser apoteosica: el momento mas memorable del verano. Era finales de agosto y ya habian completado la primera semana de clases del primer semestre. A sus veinticuatro anos, Parker habia pasado mas tiempo con gente como Marcus haciendo fogatas en la playa que en las clases, y sus padres se habian puesto firmes. Tenia un ano para terminar la carrera y conseguir un titulo universitario, dos objetivos perfectamente asequibles si pasaba de las puestas de sol rodeada de botellas de tequila y se mataba a estudiar. Solo trabajaba los sabados y los domingos, y como los fines de semana era cuando recibia las mejores propinas, eso era lo que iba a hacer. --Ya va siendo hora de que madures un poco, Parker. Tu padre y yo hemos tenido mucha paciencia contigo, pero ya se nos ha agotado. --Su madre y su padre estaban sentados frente a ella, al otro lado de la mesa del comedor, haciendo que se sintiera como el objeto de una intervencion. Sus padres tenian cincuenta y pocos anos y eran personas de mentalidad abierta --. Cuando dijiste que te tomarias un par de anos para decidir que hacer, nos parecio bien. Cuando empezaste la universidad a los veinte, estuvimos encantados de ayudarte y hacerlo posible, pero es que han pasado ya cuatro anos y vemos que no te lo estas tomando en serio. --Eso es porque todavia no se lo que quiero hacer --les habia dicho. Su padre sonrio y le dio una palmadita en la mano desde el otro extremo de la mesa. --Ya nos dimos cuenta de eso cuando cambiaste de especialidad por tercera vez. Tambien sabemos que en la Universidad Estatal de San Diego se hacen muchas fiestas, y nosotros tambien fuimos jovenes... Le dieron ganas de responder que muchos universitarios cambiaban de especialidad, y que ella no salia de fiesta tanto como ellos insinuaban, pero se callo. Su madre solto un prolongado suspiro de sufrimiento y la miro directamente a los ojos. --A Mallory la han aceptado en cuatro universidades, y la verdad es que no podemos permitirnos pagaros mas de un ano de la carrera a las dos al mismo tiempo. Pensabamos que, para cuando ella empezara el primer curso, tu ya habrias acabado, y a Austin solo le quedan tres anos para terminar el instituto e ir a la universidad el tambien. Y ya sabes cuanto dinero tuvimos que gastar el ano pasado, antes de que muriera Nana... Su abuela habia vivido con ellos en la casa de invitados antes de sufrir un derrame cerebral y de que atenderla se convirtiera en una carga demasiado pesada para su madre. La residencia y los cuidados que habia necesitado a partir de entonces no habian sido baratos, precisamente. Parker miro a su alrededor, a la casa familiar, un amplio rancho que se extendia unas dos hectareas en una zona residencial de clase alta en el valle de Santa Clarita. Era lo mas parecido a vivir en el campo que se podia conseguir estando a menos de cuarenta minutos en coche de Los Angeles. Se habia criado rodeada de todo cuanto necesitaba y de muchas de las cosas que queria, pero eso no significaba que sus padres nadasen en la abundancia. Cuando eran pequenos, su padre siempre les decia a gritos a ella y a sus hermanos que apagaran las luces, y no les dejaban desperdiciar la comida cuando habia sobras. Al final, Parker opto por no llevarles la contraria. Sus padres tenian razon: ya iba siendo hora de que se comportara como una mujer adulta, y eso empezaba por terminar la universidad y conseguir un trabajo de verdad. Parker retiro la funda del pintalabios y se lo puso dandose tres toques suaves. --Dile a Marcus que, si salgo pronto, me pasare por alli un rato. Se deslizo por detras de Suzzie y salio del bano. Despues de coger su delantal y una goma para el pelo, se guardo el movil en el bolso y salio a toda prisa del apartamento. En San Diego hacia un calor exagerado, incluso para ser el mes de agosto, y en su fuero interno esperaba que no le asignaran el patio para el turno de noche. Enchufo el cable auxiliar al telefono y se deslizo por su lista de reproduccion para escuchar algo de musica durante el breve trayecto al trabajo. En ese momento, sono el movil y el nombre de su hermana aparecio en la pantalla. Parker lo silencio y continuo rebuscando en su lista de reproduccion. Maniobro con la palanca de cambios y salio marcha atras de su plaza de aparcamiento. Su hermana la llamo de nuevo. En lugar de ignorarla por segunda vez, Parker respondio la llamada y mantuvo el pie en el freno. --Voy conduciendo, camino del trabajo, ?puedo llamarte mas tarde? --!Parker! --Mallory grito su nombre, histerica. A Parker se le paralizo todo el cuerpo. --?Que pasa? --Se trata de mama y papa. Ven a casa ahora mismo. --?Que pasa, Mallory? Su hermana empezo a llorar y el panico se apodero de Parker. --Dios... Dime que pasa... ?Que ha pasado? Se oyo movimiento y una voz desconocida hablo por la linea de telefono. --Hola, ?hablo con Parker? Las lagrimas ya amenazaban con salir. Era como si todo estuviera ocurriendo a camara lenta y Parker no pudiese detener lo que estaba a punto de suceder. --?Que pasa? --Soy una de las enfermeras del hospital Henry Mayo. Ha habido un accidente. DOS ANOS DESPUES Capitulo 1 --Vamos a llegar tarde. --Confia en mi. Es la tercera vez que hago esto. --Parker espero pacientemente a que la puerta del rancho se abriera para dejarlos salir--. Da igual a la hora que llegues, entraremos en una salita enana con un monton de chavales de tu escuela, anotaran tu nombre en una lista y tendras que esperar. Tener cita previa no sirve de nada. Atravesaron la puerta y enfilaron con el coche hacia la carretera privada que compartian con setenta de sus vecinos. Parker puso el aire acondicionado a tope, con la esperanza de combatir el calor infernal que irradiaban las ventanillas. --Es que no soporto llegar tarde. Parker miro a su hermano de diecisiete anos, que tenia la mirada fija al otro lado de la ventanilla. Cada dia se parecia mas a su padre. --Podrias haber ido tu solo --le recordo. El chico se encogio de hombros. El mes siguiente iba a empezar su ultimo ano de instituto, y ese dia iban a hacerles a los alumnos las fotografias de la orla, de ahi las prisas por llegar a la pequena sala abarrotada de chavales con la cara llena de granos y a punto de inaugurar su nuevo futuro. Si, claro, Austin podria haber ido el solo con el coche, pero la verdad es que queria que ella estuviera alli, acompanandolo. No podia ser una sustituta para la madre de ambos, eso no, pero si la mejor alternativa. De los tres, Austin era quien lo habia pasado peor tras el accidente de sus padres. Exteriorizo su dolor en forma de una rebeldia que se prolongo seis meses y que casi acaba obligando a los jueces del tribunal de menores a encerrarlo. Parker ahuyento los malos recuerdos y se concentro en lo que tenia delante. --Cuando mama me llevo a mi, la obligue a llegar casi una hora antes --dijo Parker mientras abandonaban el camino privado y se incorporaban a la calle principal que atravesaba su vecindario--. Al final acabamos teniendo que esperar una hora y media. --Espero que hoy no tardemos tanto. Les dije a mis amigos que quedaria con ellos en el In-NOut a las dos. Pasaron por delante de la hamburgueseria en cuestion y entraron en la autopista. --Pues es muy posible que llegues tarde. --No soporto llegar tarde --murmuro por segunda vez. Parker miro por el retrovisor mientras se incorporaba a la autopista y vio una columna de humo remontando hacia el cielo. --Oh, no... Austin se volvio en el asiento. Para entonces, Parker ya se habia incorporado al carril y estaba examinando el horizonte que acababan de dejar atras.

  • Chantaje 1: Mi peor opcion – Mia del Valle de Mia Del Valle

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    Permitanme advertirles, que esta no es una clasica y autentica historia de amor, ni yo el principe azul de los cuentos de hadas.
    Soy un hombre vengativo, herido, y con sed de justicia. Somos dos clanes enfrentados por el odio de las inmoralidades desde hace anos, pero ya no mas. El destino armo el plan perfecto, puso en bandeja de plata frente a mi, una inocente alma que pagara los danos causados por su sangre. En este caso la venganza es practicamente una obligacion, una forma de sanar dolores y fantasmas que llegan desde el pasado. Solo que, lo que comenzo como un plan perfectamente calculado desde el principio, se desmorona frente a mis ojos, como un castillo de arena a merced del viento.
    ?Cuando sucedio? !?Como?!
    No lo se con exactitud, solamente puedo asegurar que paso y todo lo planeado va a tener que cambiar. aun no se como, porque se compra lo que tiene precio, lo que tiene valor. se conquista.
    Al menos por una noche tendra que ser mia.

  • Un rincon del corazon que nadie pisa de Nuria Espert

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    Esta novela se abre paso, desde el corazon, a un lugar donde las historias se entretejen entre las sombras de los recuerdos y la necesidad de reinventarse.

  • El Libro de Las Palabras Perdidas de Daniel Caet

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    Londres, 1880. Anna Parr es una joven viuda con un don muy especial, la habilidad para ver a los muertos. Intentando ignorar su peculiaridad, Anna se esfuerza por encontrar medios para mantener la vida independiente que siempre ha deseado. Pero sus planes se ven trastocados cuando recibe la inesperada visita de un detective de Scotland Yard que solicita su ayuda para intentar solventar el caso de la sangrienta muerte de una mujer.
    Llevada por un impulso, Anna decide aceptar y la busqueda de una forma de parar al terrible asesino antes de que acabe con la vida de nuevas victimas, le hara recorrer los rincones mas oscuros de Londres y poner su propia existencia y muchas otras en peligro.
    A medida que se adentre mas y mas en el misterio que la rodea, Anna se vera obligada viajar hasta la antigua India con la unica finalidad de enfrentarse a un mal tan antiguo como el mundo y a un misterio que tiene su raiz en el mismo origen del hombre.

  • Amanecer sin ti de Patricia Geller

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    En teoria ya es catorce de febrero, pues son justo las doce y veinte de la noche. Este ano me encuentro sola, el ano anterior fue... ?como describirlo? Si, muy doloroso. La ocasion es diferente, mucho, aunque esta noche la habia imaginado de otra forma… Mas segura, menos intranquila. Estoy con los nervios a flor de piel, el momento se acerca y Rodrigo no esta aqui. A veces, el querer estar o las ganas de estarlo no son suficientes, pero el tiempo me ha ensenado a resignarme. Como diria la cancion de Vanesa Martin y Alex: ya no puedo cambiar lo que siento... Mas agotada que de costumbre me asomo a la ventana y contemplo desde la altura los rascacielos de Manhattan... Mi sueno era regresar aqui y lo estoy, pero el no se halla conmigo. Me cubro con una manta y frente a este paisaje tan necesitado, recuerdo los tres momentos cruciales de nuestra vida todavia siendo pareja... Y me vengo abajo a pesar de haber prometido lo contrario. Aquel dia senti unos timidos besos por la nuca e instintivamente me encogi, con la piel de gallina y emitiendo un discreto gemido. No me acostumbraba a la sensacion, cada dia era un nuevo despertar, si; pero mis sentimientos tan intensos como el primero en el que nos besamos, nos rozamos y sentimos en la intimidad. Con los ojos cerrados aun, me coloque bocarriba y sonrei. Ahi estaba el, sin saber disimular lo mucho que le gustaba que lo recibiera asi. No lo imaginaba de otro modo. --Buenos dias, dormilona. --Hundi los dedos en su cabello, mimosa--. Disfruta de este paron como mereces. No sabes lo que odio tener que irme antes que tu. --Te estare esperando con mas ganas. Mucha suerte en el casting de hoy. --Gracias, carino, y no olvides que te compensare. Esta noche cenaremos fuera de casa. Nos espera una maravillosa habitacion de hotel para una velada inolvidable. Ilusionada con los planes que llevabamos dias planificando, lo empuje hacia mi. Ya estaba vestido, siempre elegante para la ocasion. En cuanto nuestros labios se rozaron senti esas cosquillas en el estomago. Era cursi, si, pero estaba tan enamorada... --Te quiero --susurre sobre su boca. --Yo mas. Me termino de besar y seguidamente recorrio con sus labios el resto de mi rostro. Haciendome disfrutar con la sensacion. Rodrigo era carinoso, responsable... atento. Y, sobre todo, mio. Entregado a lo nuestro. --Nos vemos a la vuelta --se despidio burlon, acariciandome la cintura--. Todavia no he salido y ya me muero de ganas por volver. --Aqui estare, ojazos. Risuena, lo vi marcharse y me debati si seguir en la cama aprovechando mi tiempo libre para descansar o, por el contrario, levantarme y organizar el viaje que teniamos pendiente. !Por fin de vacaciones a Manhattan! Cuantas ganas de volver a casa, aunque solo fuera para un par de semanas. Pero me daba vida, regresaria con las energias necesarias para continuar tan lejos. Sobre todo, para intentar amoldarme a otro trabajo que no era de lo mio. Uno mas... Desde mi llegada aqui habia probado en muchos empleos. Daba el cien por cien a pesar de no llenarme profesionalmente. Como camarera, relaciones publicas, secretaria, !incluso cuidando ninos! ?Cual seria el proximo? Una vez regresara de Manhattan me pondria a la busqueda, sin estancarme. Estabamos ahorrando para volver a montar una agencia de viajes, la echaba de menos, en esa ocasion seria en Madrid, donde residiamos Rodrigo y yo en la actualidad. La de Manhattan, al marcharme de alli, me vi obligada a cerrarla. No me lo pense mas, di un salto y entre en el bano que teniamos a la izquierda del dormitorio. Sin pausa, pero sin prisa, disfrute de una relajante ducha. En albornoz, cogi el telefono y baje a la primera planta. En el ultimo escalon solte una pequena risita. Michelle: Gracias por el desayuno un dia mas, ojazos. ?Te he dicho que me encanta lo detallista que eres? Rodrigo: Alguna que otra, si. No mereces menos. Relajate y aprovecha para desconectar. Te amo. Antes de sentarme en el sofa cogi el ordenador y lo puse junto al variado desayuno. El dia tenia pinta de ser bastante largo, por lo que me propuse adelantar tramites y todo lo relacionado con nuestro proximo viaje. !Los nervios ya me abordaban! A las diez de la noche de ese dia mire por enesima vez por la ventana. Nada, ni rastro de Rodri. Su coche aun no alumbraba el oscuro campo que nos rodeaba en la sierra. De modo que termine tumbandome de lado en el ya famoso sofa, a la espera. Estaba mas que preparada; con un vestido rojo, corto y precioso. Una pequena maleta equipada con lo necesario para disfrutar de nuestra noche. !Que ansiedad! Aburrida, decidi llamar a Cristina, una antigua companera de trabajo y amiga. --Pero bueno, la desaparecida, ?donde andas metida? --respondio simpatica. --En casa. Ayer termino mi contrato en el bar en el que estaba trabajando. Creo que han sido los seis meses mas largos de mi vida. Odio los turnos partidos. --Ya te digo, asi ando yo en el supermercado, aburrida. Si necesitas algo mientras encuentras otro trabajo, avisame. Hace falta personal. --Vale... Suspire agobiada. --?Que pasa, Michelle? Me daba miedo confesarlo en voz alta. Sin embargo, necesitaba desahogarme. --Echo de menos muchas cosas, Cris. Siento que el tiempo se esta yendo y no lo estoy aprovechando como me gustaria. Pero se que para Rodrigo es importante conseguir su sueno. --Tome aire, no era facil--. Si no fuera por el, diria que no soy feliz. --Es decir, que no lo eres, pero te aferras al amor que le tienes para disfrazar... --No, no... Yo... A ver, Cristina, no se como explicarlo. --No hace falta, Michelle, ya lo has hecho. Oi un ruido detras por lo que me incorpore sobresaltada. Rodrigo se encontraba en la puerta de casa. Quieto, con la mirada perdida en mi, aunque al mismo tiempo como si no estuviera alli. Absorto en sus propios pensamientos, lo conocia lo suficiente. --Manana te llamo, Cris. Lance el telefono y corri hacia sus brazos, era mi unico apoyo cerca. Su recibimiento fue lejos del esperado. Me dio un beso rapido, alejandome para volver a tener espacio. --?Todo bien? --Me preocupe--. ?Te han cogido? --Ya me llamaran... --Y observandome a los ojos anadio con un duro tono de voz--: He acabado pronto, pero he estado con unos amigos por ahi. --No entiendo. Llevo esperando horas, tenemos planes, ?no te acuerdas? Me observo de arriba abajo y asintio. Luego camino hacia la cocina, ignorandome. Me parecio ver que tragaba el nudo que se le habia formado en la garganta. ?Que estaba sucediendo? --Rodri, ?a donde vas? --le reproche siguiendolo--. Tenemos una reserva. --Estoy cansado, lo dejamos para otro dia. --?Como?

  • Conquista plena (Dive Bar 3) de Kylie Scott

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    ?Puede un mujeriego llegar a ser el mejor padre para tu hija? El amor lo puede todo…
    Eric Collins es un chico malo y se ha ganado esa reputacion a pulso. Por eso, no esta teniendo mucha suerte en el amor ultimamente... Cuando Jean llega a la ciudad, cree que los dioses del sexo la han enviado justo para el... El problema es que, primero, ella no quiere saber nada de el y, segundo, esta embarazada.
    Jean esta cansada del estilo de vida que ha llevado hasta ahora. Una ciudad pequena se le antoja el mejor sitio para empezar de nuevo y ser para su futuro bebe la madre buena y carinosa que ella nunca tuvo. Al saber que ella esta embarazada, el dueno del bar de la localidad, Eric, se olvida de ella. Sin embargo, Jean se pone de parto durante una ventisca, su vehiculo se sale de la carretera y no sera otro que Eric quien acuda para ayudarla. ?Acaso el podra dejar de ser un mujeriego para convertirse en el hombre de su vida?

  • La razon que me llevo hasta Paris de Martina Leiva

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    !Penelope! --exclamo mi madre agitando el brazo. --Dime mama, ?que quieres? --?Te has puesto el protector solar, hija? --Si, si, mama, gracias. Mostre mi mejor sonrisa camino de la orilla, aunque un poco podrida por dentro si que estaba. Y es que, de no verlo no creerlo. Veintiocho anitos, un par de desafortunados tientos amorosos que no habian llegado a ninguna parte, y los ultimos cinco anos de mi vida con Manu. Ahora llevaba seis meses sola, pues habiamos roto principalmente porque el tenia una relacion casi enfermiza con su familia. No, no es que yo sea una acaparadora ni una celosa, es que su idea de tomarnos un dia para nosotros tenia mas de ir a ver a su madre, a sus cinco hermanos y a sus veinte sobrinos, que de ninguna otra cosa. Un par de anos me llevo tomar una decision que estaba cantada y que mas me hubiera valido tomar antes. Pero por aquello de que "nunca es tarde, si la dicha es buena", yo me puse el mundo por montera y me decidi a afrontar un nuevo y emocionante capitulo de mi vida sin pareja. Mentiria si dijera que los comienzos fueron faciles, aunque unas cuantas semanas despues de que Manu se hubiera marchado, empece a apreciar las muchas virtudes que tambien tiene la libertad y corrobore que no me habia equivocado. Los nuevos derroteros de mi vida sentimental, al estar mas sola que la una, me habian servido tambien para centrarme en mi faceta profesional. A resultas de aquella, abandone mi puesto de toda la vida en una de las secciones de moda de El Corte Ingles y me lance a la aventura empresarial en Internet. Por suerte y, de manera totalmente improvisada para mi, di el campanazo y mi tienda online de ropa y complementos comenzo a experimentar una proyeccion meteorica. Consciente de que me quitaban el genero de las manos, inverti mis primeras ganancias y estas me fueron devueltas multiplicadas por diez. Asi las cosas, en tan breve espacio de tiempo habia ganado mas dinero que en los ultimos cinco anos, por lo que decidi que era hora de darme un caprichito. El calendario marcaba el mes de julio e Ibiza era un destino que me llamaba y que ademas yo desconocia. En esa nueva etapa de crecimiento personal y profesional tome una decision inedita en mi; me iria de viaje sola. Mis mejores amigas, Paula y Lucia, antiguas companeras de trabajo, me animaron a ello. El dia que puse el pie en aquella maravilla componente de Las Pitiusas, con la unica compania de mi maleta, supe que habia acertado de pleno. Llegue al hotel y, tras soltar el equipaje, me dirigi hacia una paradisiaca cala con idea de repanchingarme en una hamaca. Justo la estaba tocando con la yema de los dedos cuando todo dio un giro inesperado en forma de llamada telefonica de mi madre. --Pe, ?donde estas? --Mi madre a veces me llamaba por ese diminutivo porque por razones obvias el de Pene estaba descartado. --Mama, en Ibiza, !ya sabias que llegaba aqui hoy! --Si, si, y nosotros tambien. --Vosotros tambien, ?que? --Que hemos llegado a Ibiza, hija, y con tu hermano. Mi cabeza en ese momento se convirtio en una especie de olla expres de la que salia vapor y mas vapor. Vale, vale, igual era una trola, que mi madre a veces tenia un humor que habia que pillarlo. --Mama, como broma ha estado bien, anda. Dejame que me relaje un poquillo en la playa. --Huy, Miguel, dice la nina que es broma, dile tu lo que hay delante del hotel para que se convenza de que estamos aqui --le dijo a mi padre. --?Va en serio, mama? --Totalmente, hija, ?no te hace ilusion? Nos alojamos en tu mismo hotel, me quede con la copla cuando me lo ensenaste. Vuelvete de donde sea que estes y ven a darnos un abrazo, que hace mucho que no nos vemos. Si, exactamente hacia dos dias. Ese fue el momento en el que yo maldije mi falta de sensatez al no haber previsto aquella posibilidad. Cierto que mi madre era una buena persona y que yo la adoraba, pero metomentodo era un rato largo. Por lo que yo oteaba en el ambiente, la mujer debia haber pensado que era muy triste lo de viajar sola, cuando constituia una de mis metas y yo estaba lampando por ello. Mi padre era bastante mas cauto en todo lo concerniente a mi vida, pero dado que "donde hay capitan no manda marinero", el solia ponerse a las ordenes de mi madre cuando a ella se le metia algo entre ceja y ceja. Claro que durante los anos que estuve con Manu ella debio pensar que yo le pondria los puntos sobre las ies si se colaba demasiado en nuestra vida; pero ahora se veia con potestad para hacer y deshacer a su antojo, sin encomendarse ni a Roma ni a Santiago. De vuelta al hotel, sin apenas haber podido disfrutar ni de un misero rayo de sol, comprobe con pavor que no se trataba de ninguna broma de mal gusto, sino que alli estaban mis padres con mi hermano Santi. Ver alli a mi hermano no es que supusiera ningun alivio a tan extrana situacion porque, a pesar de tener ocho anos menos que yo, Santi no es que pudiera calificarse precisamente como un chorro de alegria. Obsesionado con los estudios, yo ponia la mano en el fuego porque ningun otro joven habia aterrizado en Ibiza con animo de divertirse menos que el. --?Que llevas ahi, hermanito? --le pregunte despues de darnos los preceptivos besos al encontrarnos en el hall del hotel. --Mis libros, Penelope, ?que van a ser? --Por Dios, Santi, ?los tuyos o la coleccion completa de la Biblioteca Nacional? --No digas tonterias anda, es solo por ir adelantando materia para el curso que viene --Santi estudiaba Ingenieria de Telecomunicaciones, vamos lo que viene siendo un cerebrito. --Si acabas de terminar el curso con un punado de matriculas de honor, no me seas agonia... --Pues eso, hay que ir pensando en el siguiente... Por Dios bendito, el pertenecia a una rama de jovenes condenada a la extincion por exceso de responsabilidad, y caracterizada por tener la cabeza dura como el marmol. Por esa razon yo sabia que cualquier intento de convencerle caeria en saco roto. --Hija, ?te hemos sorprendido? --me pregunto mi madre emocionada. --No sabes tu cuanto. Una y no mas, Santo Tomas. Aquello no volvia a pasarme. La proxima vez que me fuera de viaje, se enteraban del destino a mi vuelta. Pero en esta ocasion el mal ya estaba hecho y ahora se trataba de minimizar los danos colaterales. --Pues nada, nos ponemos los banadores y ya estamos en la playa, que por fin estas tu acompanadita. Ni a sonar que te hubieras echado podrias haber imaginado algo asi, ?o me equivoco? --No, no te equivocas ni un apice, mama. --Pense que iba a necesitar un buen punado de resignacion cristiana para sobrellevar la situacion. --Pues nada, nos quedamos todos juntitos una semana, y luego de vuelta en el mismo vuelo para Madrid; lo hemos cuadrado a la perfeccion. Bien se notaba que estaban jubilados, porque se habian empleado a fondo en desgraciarme las vacaciones. Interiormente me tiraba de los pelos, pero por fuera aun me daba pena de fastidiarselas a ellos. --Mama, yo a la playa no voy que quiero echarles un vistazo a los libros nuevos. --Lo de mi hermano era digno de un buen psicologo. --Santi, tu te vienes a darte un bano ahora mismo, que estas mas blanco que una pescadilla. Y como te pongas tonto, no te dejo estudiar en todo el verano. --Lo de mi familia era surrealista, el mundo al reves. --Pero mama... --Por mucho que se quejara, no le iba a servir para nada. --No me repliques, Santi. --A ella solo le falto decirle que cogiera los manguitos y que hasta dos horas despues de comer no se banaba. Pues nada, el cuadro ya estaba completo. Mi madre, con una pamela que superaba en diametro a algunas plazas de toros; mi padre, que se pasaba el dia pidiendole a mi hermano que le explicara no se que teoria de cuando las ondas rebotaban en los arboles; y el sapientin y retono de la familia, con cara de limon por tener que estar perdiendo el tiempo en la playa. Ante semejante panorama, siempre me quedaba la posibilidad de meterme en el agua a hacer el muerto y comprobar hasta donde tenia a bien el mar llevarme; cuanto mas lejos, mejor. No obstante, por aquello del instinto de supervivencia, decidi darme un bano de una forma un tanto mas tradicional y dejar el riesgo por si la cosa se ponia todavia peor. Entregandome al relax de las aguas ibicencas, pense que nada mas podia pasar. Pero visto lo visto, pronto llegue a la conclusion de que todo era susceptible de empeorar. --!Ains! --pegue un grito cuando note aquel picotazo en el gemelo. Menos mal que dicen que las medusas tienen la visibilidad reducida y que tienes que ser tu quien te acerques a ella, porque yo no tenia ninguna intencion y aquella me habia dado un calambrazo de campeonato. --?Estas bien? --Debian haberse puestos todos de acuerdo, porque de campeonato era tambien el maromo que me pregunto. --Mas o menos, creo que me ha picado una medusa, me cuesta apoyar el pie. --!Que verguenza, no podia parar de dar saltitos! --Te ayudo. --Se ofrecio y me apoye en su brazo, que tenia la anchura de mi muslo. --Gracias, no te voy a decir que no. --Hubiera sido una pena, porque entre el dolor que tenia, y lo bueno que estaba el muchacho, me venia de perilla. --?Mejor? --Me ayudo a sentarme en la orilla. --Mejor, mejor, es que no veas si tienen mala leche los bichillos esos... --Tu no eres de aqui --dijo y causo mi risa. --Vaya hombre, algo de razon tienes, soy de Madrid. Pero mira quien fue a hablar, ?de donde eres?--Soy frances. --Se echo a reir, es que su ocurrencia habia sido de traca. --Pero no me vayas a decir que has aprendido a hablar asi en vacaciones --Le imite y rei tambien. --No, mujer, seria la bomba eso. Es que mi madre es espanola, pero se instalo hace muchos anos en Paris, donde conocio a mi padre. --!Que romantico! --exclame sin pensar. --?Has estado en Paris? --me pregunto. --No, lo tengo como asignatura pendiente --suspire. --Pues esa la tienes que aprobar, te lo recomiendo. --En una de estas me animo. Si lo hago, te llamo --bromee. Yo solia ser abierta y me encantaba conocer gente nueva, pero con ese chico como que senti una sintonia especial. --Claro, no dejes de hacerlo. Si quieres, te doy mi telefono, es muy facil de recordar. --?Me vas a dar tu telefono sin saber siquiera como te llamas? --Tienes razon, Noel, me llamo Noel. --?Como Papa Noel? --bromee llevandome la mano al gemelo por el dolor. --Si, pero con menos barriga. --Eso no hacia falta que lo jurara, parecia recien salido del taller de un escultor de primera. --?Y tu? --me pregunto mientras el azul de sus ojos rivalizaba con el del mar. --Yo espero no competir tampoco con el en barriga. --Que para eso me cuidaba. --No, claro, que no, estas estupenda. Digo tu nombre. --Ah eso, Penelope, soy Penelope. --Anda, como la Cruz --respondio. --Bueno, con algo de menos glamur, pero si. --Rei. --?Menos glamur? Creo que estas muy equivocada. Yo te veo hasta un poco parecida, fijate. Ni en el blanco de los ojos me veia yo el parecido, mas alla de que ambas fueramos morenas y con los ojos marrones; pero no me iba a quejar por la comparacion hecha por aquella belleza andante. --Pues nada, si tu lo dices...

  • En la Corte de Ronnie de John Le Carre

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    Ronnie Cornwell era el mas descarado timador con que uno podia encontrarse en la Gran Bretana de posguerra. Elegante y desenvuelto, brillante y temerario, no parecia haber nadie mas digno de confianza. Lo cierto, sin embargo, era que a causa de sus continuos fracasos y enormes deudas habia terminado en prision mas de una vez, aunque hasta el ultimo dia de su vida pareciera, a todas luces, un hombre respetable. Asi, al menos, lo recuerda su hijo John le Carre --cuyo nombre real es David Cornwell-- en este extraordinario relato autobiografico. Pero ?cual es la verdad? ?Y como la pueden transformar el afecto y la memoria? El gran escritor no dudo en plantearse estas importantes e ineludibles preguntas llegado el momento de sumergirse en los misterios de un padre al que siempre rehuyo. Sincero y desencantado, En la corte de Ronnie es una joya de la reconstruccion psicologica, un dificil y delicadisimo homenaje a una figura paterna que, con todas sus imperfecciones humanas, logra redimirse sobre el papel.

  • Hija de la guerra de Baltasar Perez Gimeno

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    Noviembre de 1998. Claudia, una espanola residente en Nueva York, tras la muerte de su marido John, tendra que darle explicaciones a su hija Adriana, cuando esta descubra un diario oculto en un viejo escritorio durante casi sesenta anos. Claudia, arrebatada por su pasado, luchadora y tenaz, le contara todo lo ocurrido en la Espana de los anos 1933 a 1939, desde que empezo a estudiar en la universidad para ser dama enfermera, su compromiso con Salvador, al que no amaba, hasta los horrores que presencio y vivio en la Guerra Civil. ?Por que callo, misteriosamente, tanto tiempo? ?Que acontecimientos vivio durante los crueles y tenebrosos anos de la Guerra Civil para esconderlos por completo?

  • Herencias colaterales de Lluis Llort Carceller

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    El abogado Ernest Claramunt ha llegado a un acuerdo con la anciana Francesca Puigmajor: a cambio de pagarle una pension mensual vitalicia, el magnifico piso de la mujer en el centro de Barcelona pasara a ser de su propiedad. Francesca tiene casi ochenta anos. El negocio es seguro; rentable lo dira el tiempo. Lo malo es que no todo el mundo respeta las leyes, ni siquiera las relativas a la esperanza de vida, y que el pasado nos puede explotar en la cara en forma de herencia colateral. Una obra de ritmo agil, dialogos fluidos, humor negro, giros argumentales imprevisibles y una protagonista principal que deja huella.

  • No me quieras 1 de Raquel R. Gallagher

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    ?Que sucede cuando tu peor enemigo duerme cada dia a tu lado y en tu misma cama? Clara Balboa es una universitaria de diecinueve anos atrapada en una relacion monstruosa. Alex, su novio, es un chico guapisimo, con un cuerpo de infarto y la apariencia de un actor de Hollywood. Pero tanta perfeccion no es mas que fachada, una bajo la que se esconde un monstruo despiadado, controlador y egoista que disfruta convirtiendo la vida de Clara en un infierno. Para ella no hay escapatoria. No hay forma humana de escapar de ese infierno. O eso pensaba hasta que Hugo aparecio en su vida para proporcionarle un halo de esperanza y mostrarle una cara del amor que hasta el momento desconocia.

  • El umbral de la eternidad de Ken Follett

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  • Esto que aqui ves de Monica Carrillo

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    Si alguien me hubiera preguntado, le habria dicho que naci cerca de La Sepultura, donde los dias y las noches eran tristes, igual que hoy, donde la neblina lo cubria todo hasta llegar al pensamiento. Meciendose en las entranas como un canto lugubre y lastimero. Impregnando a cada paso los recuerdos de por si ya confusos. Esa neblina dolorosa que con solo respirar iba humedeciendo cada poro por donde pasaba con una melancolia infinita. Si alguien me hubiera preguntado, le habria dicho que ese constante frio se me fue clavando desde que tengo memoria y ahora regresa todo, de golpe, como un punetazo en la cara que el destino hubiera deseado asentarme desde hace muchos anos. Tu estas ahi, a un paso de la sepultura, pero decidiste consumir tu cuerpo para que nadie te detenga, para volverte parte del aire. Yo me quedo pensando con detenimiento en las esperas, en todo lo que vendra despues, cuando ya nada tenga la huella de tu mano y cada resquicio de ti se encuentre suspendido entre las cenizas. Este que soy, espera ansioso a saber cuando podra decirte de nuevo que eres el otro Uno que le complementa, que le da sentido. Este que soy ahora, resquebrajado y taciturno por el paso de los anos que no se portaron igual con ninguno de los dos. Porque cada golpe de ausencia me recordara que tu te fuiste antes, y yo no se que hacer con tanto tiempo por venir y que no percibo. Porque el cosmos, las palabras, el espacio, se han quedado suspendidos sin una boca perfecta y virtuosa que les pronuncie. Porque recuerdo bien, a cada gota de silaba, que por tu voz fue que yo vi nacer el mundo. Si alguien me hubiera preguntado, si alguien me preguntara ahora, le diria que con gusto volveria a La Sepultura con tal de irme contigo. Estoy cansado. Agrietado y solo. Vuelvo a ser un Uno sin proposito. UNO Hubiera sido mas facil zafarse de este asunto. Digo, pero el siempre estuvo ahi, claro. No habia necesidad de que esto se prolongara tanto. Ya vas a empezar a quejarte, Lilith... me diria ella. Su palido semblante dentro del feretro rosado luce tranquilo ahora, al menos eso alcanzo. Mama lleva en las manos el collar de cuentas del Tibet, que el le trajo, en alguna de sus multiples desapariciones, su cadena con dijes al cuello y los aretes que yo le regale. No puedo comprender lo absurdo que es el amor, la costumbre o lo que sea. Porque ni siquiera se si eso fue amor alguna vez. No, no lo entiendo. Tampoco se si valio la pena su esfuerzo. Acabar asi en esta vida sin sentido le quita a uno las ganas de seguir viviendo. Tuvo muchas oportunidades y las dejo ir. Todos estamos atados a algo. Paseo la vista por este sitio. Paredes frias y grises, muebles burdos. Candelabros, iconografias religiosas, sobrios floreros llenos de plastico. Y la gente. !Ay, la gente! Es algo que no soporto. El olor a velas me produce jaqueca. Los otros floreros, los que estan junto al feretro, unicos con flores naturales, despiden su olor dulzon y agrio a la vez, tan desagradable. Y lo peor es que seguiran llegando las malditas flores. Manana olera peor. No, esta de mas, no lo soporto. Me se de memoria todos y cada uno de los detalles de la vida de Katy porque lo que no vivi me lo platico. El resto lo lei en sus diarios. No se si haya algo que deba aprender o solo terminar de saludar a tanta gente y esperar a que se marchen para cerrar este capitulo y regresar a mi vida. Sigo dandole la mano a cuanto anciano se acerca: Si senora Equis, gracias senora Ye, no senora Zeta, mama se fue tranquila senor Eme, muy amable senor Pe. Esto esta llenisimo, me falta el aire. Salgo. Me veo afuera mirando a lo lejos y encendiendo un cigarro. Maldicion, se me hacen bolas los nombres y ya me dolio la cabeza. !Si al menos se hubiera alejado! No me gustan los sepelios, madre, pero hay que estar aqui y seguir saludando gente, recibiendo el pesame, atendiendo personas o como se diga. Si por lo menos me hubieras dado hermanos, con alguien compartiria esto. ?Que se supone que haga? ?Llorar? Claro, es lo que todos esperan. Pero yo aguardare hasta estar sola, de lo contrario no podria seguir con esto, de pie, con tantas almas en torno mio. Ellos ya lloran bastante, algunos como si de siempre te hubieran conocido. Para mi no son mas que extranos. Tal vez no se me da llorar porque estoy demasiado incomoda, muy molesta. Fumo. Miro tu ataud desde aca. !Cielos, cuanta gente en verdad! Donde estuvieron todos esos cuando la pasaste tan mal. Cuando estuviste sola y con problemas. Donde estuvieron tu madre y tu hermana cuando todo paso, como aquello de que te cambiaste de ciudad y de trabajo, no se por que. No, Katy, no, no y no. Esa no fue forma de vivir ni de morir. Y ese hombre, por Dios, que avejentado esta. Y haciendo guardia en la puerta como si no supiera que no tolero ni verlo. !Ese tipo insoportable ya esta aqui! --Necesitas ayuda... Le dijo el joven a Katy que, con sus veintitantos anos, bajaba un mueble del pequeno coche compacto que le prestaron para la mudanza. En la radio del auto se escuchaba Billy Jean, lo mas sonado del ano, pero lo tuvo que apagar sin ganas para atender al recien llegado. Se sacudio los pantalones relavados y rotos que ahora estaban llenos de tierra al igual que sus choclos converse, los ultimos que compro en El Paso. Se le dificultaba oirlo porque de pronto hablaba muy bajo. El clasico ?perdon ? lo hizo repetir la frase. Ya lo conocia, lo habia visto en la oficina, ella llevaba tres meses ahi. Era habil para hablar y diestro en convencer a las personas por telefono, como si todo lo supiera de memoria, pero retraido y serio en el trato cuando alguien le abordaba de frente. Es trabajo, a fin de cuentas, penso. Tenia ese extrano movimiento, ella ya lo habia notado, una mania rara de inclinar la cabeza hacia su hombro derecho con frecuencia y entornar los ojos como si alguien lo estuviera observando. Un tic, una actitud, una extrana manera de ser que le distinguia de los aguerridos vendedores que eran sus companeros, aquellos con una soltura desparpajada a la hora de hacer su funcion, y capaces de decir cualquier clase de ocurrencia con tal de concretar una venta telefonica. Le dijo que no, pero eso no impidio que el delgado --y algo desarrapado-- individuo tomara un extremo del mueble. No habia sido un ofrecimiento, no habia sido una pregunta. El dijo necesitas ayuda, fue una afirmacion. Un juicio concreto que ejecuto mentalmente y procedio en seguida a ayudarle. No se percato del asombro de la muchacha ni de su mohin de descontento, enfrascado en la tarea de transportar de la manera mas eficiente el voluminoso objeto. Ni siquiera espero a que ella respondiera cuando dijo: ?Puedo?, antes de meterse a la casa con todo y carga. A la chica no le quedo mas que sostener la puerta de malla porque el ya estaba casi dentro. Lo llevo, lo acomodo, lo situo donde le parecio que la joven le indicara con la vista y evaluo, con una precision milimetrica, la ubicacion con el resto del mobiliario. Ella permanecio de pie a una distancia prudente intentando negarse al favor con frases cordiales que, al margen de serle chocantes, para el no parecian tener significado. A la media tarde de ese sabado le sentaba bien el brillo armonioso del sol de primavera. Un cielo celeste definido y limpio se extendia alimentandose del amarillo refulgente de la luz. Esa sensacion de infinitud esparcida en el horizonte era lo que mas le habia gustado a la hora de tomar la decision. En la casa usada que Katy recien habia comprado, a las afueras de la gran ciudad, aun faltandole todo, se respiraba un aire de frescura. Pisos y paredes lavados, cocina pasada por lejia, banos al cloro y aceite de pino para meter sus escasas cosas. La hierba descuidada del jardin emitia su olor humedo emanado del verde tierno. Plantas ajadas a falta de una mano prolija, pintura descolorida cubriendo las paredes.

  • Las normas del avion de papel (Ruido 1) de Altea Morgan

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    Nico tiene un gran amor en su vida: la musica.
    Julia tiene un gran proposito en la vida: quererse a si misma.
    Ni Nico ni Julia buscan encontrarse, pero, un dia cualquiera en un apartamento a las afueras de Madrid, una melodia desubicada hara que se conozcan y que ya no puedan separarse el uno del otro.
    Un chico desencantado con las relaciones y una chica que preferiria no volver a ser parte de ninguna tendran que ponerse de acuerdo para convivir con todos los sentimientos que despiertan el uno en el otro. ?Como lo haran? Plasmando sus normas en un avion de papel.

  • Desayuno sin diamantes de Merche Diolch

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    Dicen que de una boda sale otra boda.
    Dicen. pero del dicho al hecho hay mucho trecho y lo que menos necesita Pepi es verse inmersa en una nueva relacion. El trabajo la ahoga y todavia no ha olvidado al que fue su gran amor. No, no, no. No puede comenzar nada con nadie, y menos con el, el padre de su mejor amiga.
    La diferencia de edad, distinto estatus social, la discrepancia de ideas y opiniones. son claros indicios de que estan ante una relacion abocada al fracaso. No existiria nada entre ellos, si no fuera por la atraccion que sienten el uno por el otro.
    Solo con la atraccion fisica, el sexo, pero del bueno, no se puede sustentar una relacion. ?No?

  • El trono de jade ( Temerario 2), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • Asesinato para principiantes de Holly Jackson

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    Hace cinco anos, la estudiante Andie Bell fue asesinada por Sal Singh. La policia sabe que fue el. Sus com- paneros tambien. Todo el mundo lo sabe.

  • Los colores de una vida gris de Pilar Munoz Alamo

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    Cinco amigas. Un juego. Cinco razones ocultas para participar. Y un destino truncado.
    ?O tal vez no?

  • Una Virgen Para El Jeque de Kate Simmons

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    El dia de calor sofocante acabo en tormenta, una tormenta de polvo sulfuroso que oculto el sol y rugio toda la noche hasta el amanecer, dejando una estela de naranjos y datileros devastados. Las persianas de la casa de la plantacion se habian roto, las lamparas y floreros se habian estrellado al caer y el agua de la torre de irrigacion habia inundado el suelo. Agnes se detuvo en la galeria y sintio un desamparo mas alla de las lagrimas. Estas le habrian servido de consuelo al comprobar como el agua anegaba tambien el pasillo y al oir el intermitente ulular del viento rompiendo la quietud que habia seguido a la frenetica noche del siroco. Los dias precedentes habian sido de calor bajo un cielo plomizo, que habia trocado el desierto en un paisaje siniestro. Todavia en aquel momento el bochornoso calor parecia resecar las paredes de la maltrecha vivienda y Agnes podia sentir el sudor bajando por su espalda. Con su valor casi tan abatido como la casa se apoyo en la barandilla con la boca seca, los ojos chispeantes, y su espiritu destrozado. Una persiana suelta seguia golpeando; era como si algo extrano tratara de llegar a ella, atacando sus nervios. Se encontraba sin energias para acercarse a sujetar la persiana. Tensa como un gato, sin ningun sitio donde esconderse, trato en vano de no pensar en la silenciosa figura que yacia en la cama del dormitorio principal. Agnes se estremecio, a pesar del calor; el azul sorprendente de sus ojos estaba velado por los sucesos de la noche. Se trataba de un azul semejante al de las vidrieras de una capilla. Recordo la capilla anexa al colegio del convento donde ella habia pasado su ninez. Alla, los instintos de Agnes Lacroix se habian rebelado frecuentemente en contra de la disciplina; de los dormitorios, donde la intimidad era un factor desconocido; de la comida, que era sencilla y sin sabor. Las buenas hermanas habian decretado que la carne debia someterse al espiritu. Apenas cumplidos los diecisiete anos la llamaron al despacho de la Madre Superiora y le dijeron que tenia que irse a vivir con su abuelo. Hasta aquel momento, Agnes Lacroix habia ignorado su existencia, pero desde el dia en que Agnes llego a El Oasis, se sintio como si hubiera entrado en el hogar que siempre habia deseado. Un fascinante hogar en la umbria de una posesion de arboles frutales, donde el continuo rumor del agua en las acequias hacia que incluso el dia mas torrido pareciera fresco. Resulto cautivada por el desierto y salir a montar al amanecer o cuando las estrellas brillaban en el cielo, fue un placer del que nunca antes habia disfrutado ni sonado. En aquel instante estaba sola y temerosa, detenida en la amplia galeria de madera que dominaba el pasillo. Sola, porque el dia anterior los criados habian huido asustados, tanto por la tormenta de arena como por el anciano que yacia muerto dentro de la casa del Viejo Leon. Sadik habia sido el ultimo en marcharse, conmovido por la presencia de Agnes al lado de la cama del gigante sin vida; del hombre al que la joven habia llegado a amar en los dos anos que vivio en El Oasis. Se habia acostumbrado a su aspera arrogancia y habia aprendido a aceptar su implacable actitud hacia su madre, a quien nunca llego a perdonarle haberse casado con un ingles. De repente, en el dormitorio con altas puertas de palo de rosa, algo se estrello contra el suelo y el poco control que aun tenia sobre si misma desaparecio. Hubiera querido correr a los establos y saltar a los lomos de Firefly, pero parecia cruel huir cabalgando y dejar a su abuelo solo en la casa destruida por la tormenta. La habia cuidado, a su manera tratandola mas como a un muchacho que como a una mujer. Sus labios se movieron y se encontro murmurando una de las oraciones que las hermanas habian hecho que sus alumnas rezaran manana y tarde. Pero la oracion no borraba de su mente la convulsa cara de su abuelo ni la forma en que el se habia arrastrado hasta su aposento, gritando algo, pero no se habia recobrado del ataque y finalmente, le cubrio el distorsionado rostro con la sabana. Con frialdad, Agnes clavo la mirada en el pasillo. Su cabello denso rubio claro, se aparto de su pomulo cuando se inclino sobre la barandilla tratando de identificar un sonido ajeno al viento. El golpeteo de cascos sobre la piedra, la hizo preguntarse si algun criado habia regresado. Aun cuando era lo que esperaba, un instintivo temor la hizo retirarse de la escalera. Una figura alta, encapuchada, se movio abajo, poniendose deliberadamente ante su vista. El manto la cubria desde los hombros hasta los pies. Agnes clavo sus ojos en los del visitante, en tanto que este ponia su bota en el primer peldano de la escalera. --?Que quiere? ?Como se atreve a venir aqui? --sus palabras surgieron con prisa y, en su agitacion, hablo en ingles--. No tiene derecho a entrar en esta casa. --Se sorprenderia si conociera todos mis derechos --su voz era profunda, la pronunciacion de las vocales en ingles sonaba extrana en sus oidos. Y entonces lo reconocio… Aquel hombre habia estado alli una noche. Acababa de regresar de montar y estaba a punto de entrar en el estudio de su abuelo, cuando sorprendio voces iracundas que hicieron que se retirara por el pasillo, desde donde le vio salir a grandes zancadas, con visible rabia en sus facciones. Despues, durante la cena, Guillaume Lacroix le habia dicho que no hiciera preguntas. Sus asuntos con Razul al Kebir Bey no tenian nada que ver con ella. --No regresara aqui otra vez --aseguro--. Es muy orgulloso y le indigna que mi plantacion este en su territorio, como el lo llama. Tengo permiso por escrito del viejo cadi. El todopoderoso Razul Bey es solo un sobrino que se apodero del poder cuando surgio la ocasion. --Se dice en Bar Soudi que su abuelo ha muerto. La imperiosa voz resono en los ya destrozados nervios de Agnes y cuando el individuo empezo a subir la escalera, ella retrocedio hacia el dormitorio donde yacia Guillaume Lacroix. Lo unico en que podia pensar era en la enemistad existente entre ambos hombres y en que habia una pistola en la alcoba del anciano. Con rapidez, abrio de un tiron las puertas y cruzo la habitacion a la carrera; sus sentidos estaban puestos en la sombra con manto rojizo que la perseguia. Por alguna razon irrefrenable, tenia la idea de que aquel manto le seria arrojado sobre la cabeza por lo que, con manos temblorosas, abrio un cajon y empuno firmemente la pistola. Se volvio y vio a Razul Bey en la puerta. --Deje ese arma --habia rudeza y un dejo de mofa en su voz--. He venido a El Oasis a ayudarla. --?Ayudarme? --desdenosamente, siguio apuntandole--. Se como eran las relaciones entre usted y mi abuelo. Soy una Lacroix y estoy enterada de que cuando uno de ustedes odia a alguien, incluye a todos los miembros de la familia. --La justicia del bey --al pronunciar tales palabras, Razul dio un paso hacia ella--. Puede estar segura que tengo mis razones para estar aqui. --?Para regocijarse con la muerte de Lion? -- Agnes le miro fijamente--. Ya me hablo de lo mucho que lo odiaba porque El Oasis esta en tierras que usted afirma que son de su propiedad. !Si ha venido para arrojarme de la finca de mi abuelo, puede pensar en otra cosa! Los ojos de Agnes se tornaron azul oscuro, mientras se quitaba de la cara el alborotado cabello. Si tenia que disparar, queria hacerlo con tino, de la forma en que Lion le habia ensenado. Nunca antes habia sentido aquella tension animal; su cuerpo se estremecio al enfrentarse a Razul Bey, un extrano para ella, casi un barbaro en su apariencia y actitud. En los dos anos transcurridos en El Oasis, habia aprendido algo sobre la gente. Sabia que los odios familiares pasaban de generacion en generacion. --No voy a discutir los detalles de propiedad de la tierra con una muchacha --su misma postura parecia significar un reto, en tanto la miraba de arriba abajo--. Le advierto que, si no deja el arma, me vere obligado a quitarsela. Su imperiosa mirada y el tono amenazante la enfurecieron de tal modo, que Agnes olvido su vulnerabilidad. --Salga de esta casa --espero que algo del aspero orgullo de Lion se notara en su voz--. !Vayase, fuera! --?Puedo hablarle sobre su abuelo, ese hombre que usted veneraba y cuyo cuerpo ha velado durante toda la tormenta? --?Que hay que decir? --Tal vez lo suficiente para que lo odie. --Nunca podria hacer tal cosa --el solo pensamiento la hizo estremecerse y la pistola se movio en su mano. Lion estaba muerto y ya no existia nadie que pudiera cuidar de ella. --!No oire sus mentiras! --No acostumbro a mentir --refuto--. Si Guillaume Lacroix la hizo creer que la trajo a El Oasis por amor e interes hacia usted, el si era el mentiroso. --Me queria --reto al hombre--. ?Como puede usted decir lo contrario? --Porque lo se. Agnes no podia separar los ojos de su impenetrable interlocutor. --Y creo que usted deberia saberlo --dijo el deliberadamente--. Lacroix estaba tan determinado a permanecer en El Oasis que, cuando el arrendamiento vencio hace dos anos, me ofrecio a su virginal nieta a cambio. <>. Intocada, pura como la nieve de las montanas del Atlas, la clase de joven que valdria una buena bolsa de oro en los mercados en los que aun existen subastas de mujeres. Lugares prohibidos del corazon del desierto, donde su reverenciado Lion la hubiera puesto en exhibicion para no ser despojado de la unica cosa en la vida que significaba algo para el: esta casa y cuanto la rodea, y que el viento ha convertido en ruinas. Hizo una pausa, para dejar que las palabras penetraran en el cerebro de la joven, quien sostuvo su penetrante mirada que parecia querer grabar tan increibles palabras. --!Que increiblemente malvado es usted! ?Como puede decir tales falsedades? --La maldad no es mia, senorita --Razul Bey hablo curvando sus labios. Inesperadamente, tan peligrosamente agil como cualquier felino, le agarro la muneca forzandola a soltar la pistola. Resono contra el piso y el le dio una patada, alejandola de su alcance. Un grito involuntario escapo de los labios de Agnes, cuando se encontro entre sus garras. --!Maldito bruto! --peleo con furia, pero no era contrincante para un hombre tan fuerte como aquel--. !Mentiroso! !Quiteme sus sucias manos de encima! El la arrastro fuera del aposento de Lion hasta la galeria. --Deje de resistirse o le dare unos azotes. Necesita botas y una capa. ?Cual es su habitacion? --!Dejeme en paz! Agnes nunca se habia encontrado en tal situacion, sin nadie que pudiera ayudarla. Aunque gritara hasta tirar la casa abajo, no habria quien la oyera. Aun asi, un grito se le escapo de su garganta, mientras el trataba de reducirla. --Las mujeres histericas colman mi paciencia. Recupere la razon o me vere obligado a infundirle algo de cordura. El Oasis ha sido devastado por la cola de la tormenta, pero esta aun no ha terminado. Se revolvera y entonces regresara. ?No ha sido suficiente esta prueba para usted? ?Acaso desea mas de lo mismo, sola en esta casa, con el cadaver de su abuelo? --Dira y hara cualquier cosa para sacarme de aqui. Le lanzo una mirada venenosa y odio el temor que se anidaba dentro de ella, cuando encontro sus ojos. Ojos de color ambar bajo un par de cejas intensamente negras. --?Cual es su habitacion? --insistio. Reacia y con resentimiento, le indico una puerta mas alla en la misma galeria en que se hallaban. Fueron hasta el lugar y Razul Bey la observo mientras se calzaba sus botas de montar y se ajustaba la capa que utilizaba por el desierto. --?Me lleva a Bar-Soudi? --?Es donde quiere ir? Agnes asintio y lo vio reaccionar con un leve encogimiento de hombros. Ella se volvio hacia la mesa donde la lampara de petroleo aun lanzaba sus llamas. Mientras recogia el latigo, recordo el pasaje de un libro que habia leido sobre un funeral pagano que dos jovenes soldados habian preparado para su hermano muerto en la batalla. Agito el latigo y la lampara fue barrida de la mesa, derramando su contenido por el suelo de madera, que se inflamo inmediatamente. Las llamas saltaron al instante, tratando de alcanzarla, pero un brazo la rodeo por la cintura y tiro de ella hacia la galeria. --!Lo ha hecho a proposito! --los ojos la miraban tan ardientemente como el fuego que se habia apoderado de la habitacion. --Si, Lion apreciara este funeral pagano y el hecho de que todo lo que obtenga de El Oasis sea un monton de cenizas. Solo falta una cosa y es un perro a sus pies. !Deberia ser usted! Durante un buen rato, en tanto que las llamas se avivaban y consumian las cortinas de muselina alrededor de la cama, Razul Bey tenia una vaga mirada en los ojos. No habia senales de ira; sin embargo, Agnes estaba segura de que su comentario lo habia herido. --!Venga! --la llevo apresuradamente por la escalera, ya que pronto el fuego se extenderia. La casa de la plantacion era de madera y no tardaria mucho tiempo en desaparecer bajo el voraz incendio. La joven no sentia el menor remordimiento por lo que habia hecho. Lo que contaba era que habia asestado un golpe a las crueles y despiadadas mentiras que aquel hombre habia manifestado. A la incierta luz del dia, el viento azotaba las palmeras frente a la casa, doblandolas hacia atras y hacia adelante como si fuera a arrancarlas. Agnes se puso la capucha de su manto sobre la cabeza, doblando el cuerpo para vencer la fuerza del viento cargado de arena, mientras seguia a Razul Bey, el cual se dirigia a un grupo de hombres que estaban resguardados tras las protectoras jorobas de sus camellos. Cuando comprendio que se esperaba que cabalgara uno de aquellos animales, que durante una tormenta de arena podian cerrar los orificios de la nariz para evitar la entrada del polvo, grito que queria montar a caballo para ir a Bar-Soudi. Se dirigia hacia los establos cuando una mano cayo sobre su hombro. --Sus caballos se desbocaron anoche. --?Se ha escapado Firefly? --lagrimas ardientes rodaron por sus mejillas, pues a duras penas podia soportar aquella nueva perdida. Acalorada, se enfrento al bey--. ?Me esta diciendo mas mentiras? ?Ha dejado sueltos los caballos en su desierto abandonado de Dios? !Oh, eso si que no se lo tolero! --En su miedo a la tormenta, rompieron las puertas y salieron de los establos --replico--. No correran sueltos mucho tiempo, pronto encontraran un amo. De alguna manera aquellas palabras la hicieron vacilar. <>, penso. <>. Una repentina llamarada, surgida de una de las ventanas del piso superior de la casa, hizo que Razul Bey, con una corta palabra de mando, ordenara a su sequito que se pusiera en pie. Agnes fue conducida a uno de los camellos rojizos, aun arrodillado para que pudiera subir a la silla; cada centimetro de su cuerpo temblo contra el arzon, cuando el bey monto detras de ella. Una vez el animal se puso en pie y echo a andar, los demas lo siguieron con largas zancadas, a traves de las puertas de El Oasis, hacia el desierto. --Ahora vamos rapidos --la voz de Razul Bey resono a traves del gemido del viento. Hablo en ingles, pero cuando volvio la cabeza para dar una nueva orden a sus hombres, hablo en su propio idioma. Era una lengua que Agnes no habia podido dominar durante su estancia en la casa de su abuelo. El no habia alentado el uso de aquellas palabras de sonidos barbaros, sino que se habia aplicado a corregirle su frances hasta que fue casi tan correcto como el suyo. Entonces le dijo: <>. Con el tiempo, la joven la habia perdonado el desprecio hacia su padre. Como Razul Bey, Lion habia sido duro y tirano, creyendo en su propia invulnerabilidad, y mostrandose egoista en lo que respecta a los demas. Tales hombres rara vez desean piedad para ellos o se la conceden a sus semejantes. Con la cabeza protegida por la capucha, observo la casa en llamas, que pronto seria la pira de su abuelo. Queria llorar, pero estaba demasiado pendiente de la proximidad del hombre. El vaiven del camello hacia que sus cuerpos entraran en contacto y cuando esto sucedia ella se encogia pensando en las cosas horribles que el habia dicho y ansiando que el viaje hubiera terminado ya. <>, se dijo, <>. No dudaba de que la dejaria en el Hotel Ramis. No tenia dinero, pero sabia que la cuenta del viejo Lacroix estaba en el banco local. Esperaba tener acceso a ella, como la unica beneficiaria de Lion. Aquel pensamiento la esperanzo e inyecto nuevos animos. Aquellos individuos eran tan enigmaticos como el desierto mismo y apenas podia tolerar la insufrible cercania del que iba junto a ella, pero nada podia hacer para evitarlo, tendria que soportarlo hasta que llegara a Bar-Soudi. Capitulo 2 Agnes desperto de repente; medio ofuscada aun, se dio cuenta de que el vaiven del animal la habia adormecido en la silla. No sabia durante cuanto tiempo. ?Tal vez solo un momento, o habian transcurrido horas? La fila de camellos avanzaba a lo largo de un camino empedrado que gradualmente ascendia por una colina hasta desembocar en unas altas murallas frente a una puerta almenada, que fue abierta por hombres uniformados. Agnes espio a traves de la niebla causada por el polvo, que aun giraba en el aire y se pregunto si serian guardias. Pero, que ella recordase, no habia guardias en Bar-Soudi. Entonces, ?en donde se encontraba? Su ahogado grito debio de transmitirse al hombre, cuyos brazos, mientras conducian el camello, se mantenian alrededor de su cuerpo como un lazo. --Es El Karah --explico--. Estamos entrando en el patio de mi palacio. --?Su… que? --exclamo. Estaba aun un poco adormilada y se sentia inclinada a imaginarse que todo aquello era un mal sueno--. ?No puede dejar de bromear? --Le aseguro que tiene siempre mejor aspecto a la luz del dia --la voz, sobre su cabeza, era impersonal, como si se tratara de un guia y ella una turista--. Su arquitectura es algo confusa en este momento, pero, en mi opinion, se trata de uno de los mejores ejemplos de artesania de la region. Fue construido por uno de mis antepasados, sobre las ruinas donde varios ejercitos lucharon y murieron, cada uno de ellos tan convencido como los otros de que su bandera y su fe eran las verdaderas. Existen camaras aun intactas debajo, donde los prisioneros eran… alentados a cambiar su forma de pensar. --No me importa lo que haya dentro, alrededor o debajo de su palacio --dijo Agnes furiosa; su cuerpo se retorcio en la silla para poder lanzarle las palabras a la cara--. Usted me hizo creer que ibamos a Bar-Soudi. !Es infame que me haya traido aqui! Este es el ultimo lugar de la tierra donde deseo estar. ?Me oye? --Con claridad, mon enfant. --Yo no soy su pequena --estallo--. !No soy nada de usted, ni nunca he querido serlo! !Exijo que me lleven al Hotel Ramis! --?Exige? --una sonrisa entreabrio sus labios, pero no precisamente una sonrisa divertida--. Es usted, sin duda, una costilla del viejo Lacroix. El tambien era un saco lleno de exigencias. --Callese y dele la vuelta al camello --replico furiosa. El entrecerro los parpados ante el tono de voz de la joven, pero esta capto un extrano brillo en aquellos ojos color ambar y sintio la fuerza del hombre que gobernaba El Karah. Un hombre para quien una mujer podia significar menos que un semental entrenado para todos sus caprichos. La autoridad de su alta posicion estaba estampada en sus facciones y Agnes se percato de los grandes peligros que podian acecharla, unos peligros sobre los cuales apenas habia pensado ni siquiera cuando cabalgaba sola por el desierto. --Hay otra cosa historica notable en El Karah --manifesto arrastrando suavemente las palabras--. El viejo mercado de esclavos, con una plataforma de piedra asperamente labrada sobre la cual se realizaba la venta. Acudian de todos los puntos cardinales para contemplar la mercancia y quienes alcanzaban los mas altos precios eran los jovenes vigorosos y las muchachas virgenes. Los camellos se habian detenido y los hombres de la tribu del bey esperaban su orden para desmontar. La joven sintio el latir de su corazon cuando Razul se inclino, acercandose a ella, y descubrio su aturdimiento. Ella habia oido decir que el tiempo se detenia en el desierto, y que, en cierta forma, su gente y sus costumbres permanecian iguales a como habian sido durante incontables anos. Pudo creerlo cuando miro al bey de Karah. Intuyo, con un enorme sobresalto, que, si se hubiera acogido a su oferta original de ayuda, podria ahora estar a salvo en el hotel en Bar-Soudi. Su cultura occidental lo habia mantenido controlado hasta que ella, impetuosamente, habia prendido fuego a la casa de la plantacion. Ahora, el lado barbaro de su naturaleza se habia apoderado de el, por lo que Agnes se dijo que era preciso hallar una formula razonablemente aceptable para convencerle. Las palabras suplicantes la mortificarian no podia rogarle que la llevara a Bar-Soudi y como era mucho mas rico que ella, resultaria absurdo ofrecerle dinero, en especial cuando este dinero deberia salir del legado de Guillaume Lacroix. --La gente de Bar-Soudi se preguntara que me ha pasado --comento--. Las autoridades le acusaran de secuestro, si me retiene contra mi voluntad. --Las autoridades probablemente pensaran que perecio usted en el incendio, junto con el viejo. Usted encendio la llama, pero supondran que la lampara se cayo de la mesa a causa de una rafaga de viento. --Sus hombres saben que me ha traido aqui --Agnes se esforzo por ocultar su panico. --Mis hombres estan atados por una lealtad tal que no puede imaginarla --ahora sus ojos se mostraban burlones--. Ellos nacieron en el desierto; usted no es mas que un terron de azucar en la boca del Kismet. Cuando Razul Bey ordeno a su camello que se arrodillara, la joven contuvo el aliento, abrumada por un sentimiento de angustia, y en el momento en que, una vez en el suelo, intento agarrarla, ella se sujeto fuertemente al arzon, sin lograr otra cosa que la risa de su antagonista a la que hizo coro la de sus hombres. Sintio sus mejillas enrojecer. Un terron de azucar, habia dicho el, como si en El Karah pudiera esconderla, tratarla como se le antojara y pisotear sus derechos. --Es… esto ha ido demasiado lejos --dijo--. Ya esta bien de bromas. Ya se ha desquitado de lo que hice… --?De verdad cree que se trata de una broma? --la arranco energicamente de la silla--. Nadie, senorita, me llama perro, sin pagar por el insulto. Ninguna mujer me llama mentiroso sin aprender algunas dolorosas verdades. Nadie en la ciudad de El Karah movera un dedo si traigo una mujer a mi serrallo, aunque su pelo sea de oro fino. Agnes lo miro fijamente a traves del polvo que el viento habia esparcido por el cielo. Existia algo fatal y como prohibido en el aire, algo que parecia inclinar una parte de su ser a pensar que lo que estaba sucediendo se hallaba escrito en las ardientes arenas. !Pero no! !Aquello solo eran supersticiones tontas! Lo arranco de su mente y se echo atras la capucha.