• libro el guardian de las flores - Rober H.L. Cagiao

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    48 horas para la gran fiesta del Apostol. Colegiata de Iria Flavia. Un hombre aparece muerto y su hija ha desaparecido. Y solo es el principio.
    La Comisaria Paola Gomez se vera envuelta en una venganza mas alla de lo personal entre libros, flores y leyendas gallegas tenidas de sangre.

  • El Guardi�n de las Flores: Thriller, crimen, misterio e ...

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    Una historia de nuestra Historia. Mediante unos libros que Paola encuentra viajaremos en el tiempo para acompa�ar a republicanos y nacionales hasta la Guerra ...

  • El Guardi�n de las Flores Tapa blanda - Libros - Amazon.es

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    M�s art�culos por descubrir � La Virgen de la peregrina (SAGA EL GUARDI�N DE LAS FLORES) � El asesino del camino norte (SAGA EL GUARDI�N DE LAS FLORES) � La piedra ...

  • EL GUARDI�N DE LAS FLORES | ROBER HL CAGIAO

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  • Rese�a El guardi�n de las flores - Los Mejores Libros

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    �El guardi�n de las flores� es un thriller espa�ol ambientado en Galicia. Un libro que se lee en un suspiro, no solo por su extensi�n m�s bien corta, sino ...

  • El Guardi�n de las Flores - Web oficial de la saga de thrillers

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    �O quiz� s�? La comisaria Paola G�mez se reencuentra con sus fantasmas y su mayor miedo: la p�rdida. S�ptimo libro de la Saga de ...

  • Pack Saga El Guardi�n de las Flores

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    Roma, Madrid, Berl�n, la Guerra Civil, la Guerra Fr�a y el Pazo de Meir�s. El Pasatempo, la F�brica de Curtidos, los masones y unos libros misteriosos. �Qu� ...

  • El Guardi�n de las Flores - Libros.cc

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    Cuarenta y ocho horas para el gran d�a del Ap�stol. Colegiata de Iria Flavia. Un hombre aparece muerto y su hija ha sido secuestrada, y solo es el principio ...

  • saga el guardian de las flores 3: el asesino del camino norte

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    Otros libros del autor � SAGA EL GUARDI�N DE LAS FLORES 1. -5%. Titulo del libro � SAGA EL GUARDIAN DE LAS FLORES 2: LA PIEDRA DEL DESTINO. -5%. Titulo del libro ...

  • Virtual Life. Vision de Mario Escobar

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    El superdeportivo se movia a gran velocidad por las calles de San Francisco (Cupula 2204), mientras yo sentia la fuerza del motor en la yema de mis dedos aferrados al volante. Los viandantes se lanzaban a un lado y a otro, al tiempo que el Bugatti Veyron 26.9 derrapaba y se subia a una de las aceras de la empinada calle que llevaba hasta el puerto. El sol brillaba sobre la gran cupula, y yo no queria que aquel momento terminase nunca. Unas luces rojas salieron de un lateral, y cuando mire de reojo por el retrovisor vi que un coche mixto de la policia de la Cupula 2204 intentaba interceptarme. Pise el acelerador y sali de la acera de hormigon amarillento para regresar al asfalto apelmazado de fijacion inteligente. Los neumaticos parecian celebrar la vuelta a su elemento natural cuando di un volantazo y el Bugatti se puso sobre dos ruedas durante mas de cinco segundos. Entonces percibi el primer parpadeo. Fue rapido, como un fogonazo de oscuridad que absorbia la luz, pero enseguida mis ojos contemplaron de nuevo la ciudad. Mi cara sentia el aire calido y suave de California, al tiempo que la adrenalina parecia estallar en mi cerebro. Algunos llaman libertad a esta sensacion; para un chico de quince anos como yo es simplemente un juego. El coche de policia logro ponerse a mi lado. Sus puertas blancas brillaban al lado del chasis negro, y los tapacubos con el escudo de la Cupula 2204 soltaban destellos dorados. Desde la ventanilla me observo un policia de circulacion version 8.2. Aquel tipo de androide estaba unido al vehiculo, como los viejos cochecitos de metal de mi tatarabuelo, pero con sus dispositivos de frenado, disparo o bloqueo podia detener un vehiculo si lograba ponerse a un metro de distancia. Por eso acelere, y mi superdeportivo volo sobre el trafico que a esa hora llenaba las calles centrales de la cupula. Entonces se produjo la primera larga desconexion. Todo lo que habia a mi alrededor se convirtio en cuadriculas grandes, como si hubiera llegado al Game Over. Los fuertes colores de los edificios dejaron paso a un desolado paisaje de casas medio derruidas, construcciones agrietadas y repletas de grafitis de pigmentos quemados por el sol. Instintivamente mire hacia atras. Ya no estaba en mi increible superdeportivo de color negro y blanco, ni tampoco me perseguia una unidad especial de la policia de la Cupula 2204. Estaba sentado en una clase en la que se impartian nociones basicas de manejo de matrices para la fabricacion de aparatos de aire acondicionado, en una mesa mugrienta, cubierta por frases y nombres de los miles de alumnos que habian pasado por aquella escuela. Delante de mi, el androide de formacion Cum Laude tenia sus veinte senales wifi conectadas a nuestras terminales de recepcion de informacion. En el ano 2134 nadie tenia que memorizar ni aprender nada. La placa base de la zona posterior del craneo distribuia la informacion por nuestro cerebro de manera automatica, y un nino de cinco anos podia tener el mismo conocimiento que un abuelo centenario. Mire a mi alrededor, angustiado. Nunca habia visto esa aula antes. Que yo supiera, ya habia terminado mis estudios basicos y llevaba un ano en el Centro de Alta Tecnologia Biorrobotica (CATB) de la Cupula 2204. Aun vivia con mis padres, ya que las leyes de la corporacion Life System, duena de las cupulas de la costa oeste, no permitian a ningun menor de dieciocho anos vivir solo. Cuando me puse en pie y observe al resto de mis companeros, todos parecian hallarse en un estado catatonico. Note que mis piernas fallaban, como si llevara muchas horas sentado. Contemple mis musculosos brazos, pero, para mi sorpresa, lo unico que vi fueron unos rollizos antebrazos y unos hombros caidos, que se disimulaban en parte por mi camisa a cuadros de manga corta. El androide de formacion Cum Laude me miro con sus ojos rojos, y con voz metalica me pidio que me sentara. Me sentia tan aturdido que, en lugar de hacerle caso, abri la puerta de madera desvencijada y sali al sucio pasillo, cubierto de papeles y otros desperdicios. Camine durante mas de diez minutos, hasta que note que las fuerzas me fallaban. Me sentia mareado y angustiado por aquel deprimente lugar. Antes de llegar a las escaleras me desplome, y rode hasta el piso de abajo.

  • El sacrificio del Verdugo de Noelia Amarillo

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    Un mundo de fantasia donde nada es lo que parece, las princesas son salvajes driades; los plebeyos, principes encantadores, y el rey, el mas insaciable de los verdugos.

  • El fuego en tus ojos de Virginia Camacho

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    Altoona, Pensilvania. Samuel Slater salio de la vieja casa de su padre hacia el jardin delantero buscando a su hermana. Era una noche de verano, y se escuchaba el cantar de los grillos en los arboles; la brisa calida hacia desear meterse a un recinto con aire acondicionado, pero en su casa no habia, asi que, despues de todo, afuera estaba mas fresco. De todos modos, por esta zona no era recomendable ir por alli en la oscuridad, aunque eso Cassie ya lo sabia. La encontro sentada junto a los setos de la senora Wilson, tan bien cuidados como siempre, y se sento a su lado en el bordillo del anden. Cassie lucia un pantalon corto de jean y una simple blusa de tiras de colores. Su cabello castano oscuro estaba recogido, y gracias a la luz de las farolas, se veia el brillo de las lagrimas en sus ojos. Se estuvieron en silencio por varios minutos, mirando la niebla entre los anosos arboles de la calle, y de vez en cuando se escuchaban los sollozos de Cassie. --Lo siento --sollozo ella, y metio su cabeza entre sus rodillas, como si quisiera abrir un agujero en la tierra y meterse alli por una eternidad--. Lo siento tanto--. Samuel levanto su mano y la abrazo--. No queria fallarles asi... --No nos has fallado... --dijo con voz tierna y grave, pero eso no apaciguo a Cassie. --Esto echa a perder todos nuestros planes. --No es cierto... --Y no quiero abortar --siguio ella, moviendo su cabeza para mirarlo de frente--. Lo pense, lo pense muy bien, y me da mucho miedo... De hecho, me da mas miedo que tu y papa furiosos y decepcionados de mi. Tendre este bebe, Sam. --Esta bien. --No, no esta bien --volvio a sollozar ella--. Solo tengo veinte anos... y mi trabajo no es que me este pagando en oro... --No tengas miedo --le pidio el acercandola con su brazo y besando su cabello--. Cuando me gradue, sere un ejecutivo con una muy buena paga, y luego, un exitoso empresario. Mi sobrino, o sobrina, lo tendra todo, porque a pesar de que tu entres a la universidad luego de que yo haya salido, seras tambien una profesional. El bebe no altera nuestros planes. --Solo los hace mas dificiles de conseguir. --Por un tiempo --admitio el--. Pero no estas sola... En ningun momento, Cassie--. Los ojos de ella volvieron a inundarse de lagrimas, y lo abrazo con toda su fuerza. Ah, adoraba a este tonto de cabeza dura, sonrisa facil y convicciones firmes. Era, junto a su padre, su pilar en la vida, su ejemplo a seguir, casi su mitad, pues habian compartido utero y nacieron con una diferencia de solo minutos. La pobreza trae pobreza, decian por alli, y era muy comun que jovencitas sin estudios superiores como Cassie, venidas de ninguna parte, procrearan sin son ni ton. Ella habia cometido el error de acostarse con un hombre que luego se hizo el sordo cuando le notifico de su embarazo, y ahora tenia que apechugar. Afortunadamente, su hermano estaba alli; solo su apoyo moral ya le daba un gran alivio. --Siento poner esta carga sobre tus hombros--. Samuel solo suspiro. --Te apoyare en todo lo que este en mi mano --le prometio el--, pero al fin de cuentas, seras tu quien lleve la mayor parte de esa carga, Cassie. Yo me ire a la universidad, y aunque vendre para el nacimiento, y estare en las fiestas y las vacaciones todo lo que me sea posible, seras tu quien sufra las nauseas, los antojos, los dolores, los trasnochos... --Oh, no hables de eso, que me entran ganas de salir corriendo --Samuel sonrio. --Y papa te ayudara --dijo--. No lo viste, pero, luego de la primera impresion, creo que lo hace feliz ser abuelo. --?Tu crees? --Si, lo creo. Tal vez no vaya a aplaudirte, pero tampoco te dejara sola--. Cassie suspiro apoyando su cabeza contra la de el, sintiendose mucho mejor. --Ojala sea una nina --dijo de pronto. Ocho meses despues de aquella conversacion, nacio Harper; y tal como lo prometio, Samuel tomo un autobus desde el estado de Massachusetts, donde estaba su universidad, hasta Pensilvania. Solo pudo estar con ella unas pocas horas, pues tuvo que regresar el mismo dia debido a todas sus obligaciones, pero consiguio tener en sus brazos a su bella sobrina y besar a su hermana en la frente mientras al fin se daba un respiro luego de la dura labor de traer a su hija al mundo. --Bienvenida, Harper --le dijo a la pequena y preciosa carga que llevaba en sus brazos, arrullandola con suavidad, temiendo hacerle dano, y al mismo tiempo, deseando apretarla muy fuerte entre sus brazos--. Soy tu tio, el tio Sam. ?No es apropiado? Nada te va a faltar, te lo prometo. Ahora eres una razon mas para trabajar mucho y superarme--. En el momento, Harper arrugo su carita, asomo su lengua blanca y rosada y bostezo estirandose como una gatita, pero al tiempo volvio a relajarse y siguio dormida. El corazon de Samuel quedo totalmente cautivado. Desde ahora, hasta su muerte, ella era el amor de su vida. 1 Ciudad de Nueva York. --No puedes hacerme esto --protesto Catherine caminando tras su madre a traves de los pasillos del enorme apartamento en el que habia vivido la mayor parte de su vida. Laverne Brown simplemente ignoro a su hija y se sento tras un escritorio de alamo, elegante y enorme, que ocupaba casi toda la habitacion--. Mama, te lo advierto, no me hagas esto. --?Que es ese castigo tan grande que crees que te estoy infringiendo? --No voy a casarme con Oliver White. En primer lugar... !No siento nada por el! En segundo, !es un idiota!, y en tercero... Me gustaria, si algun dia me caso, elegir al hombre por mi misma. --?Como que no sientes nada por el? --replico Laverne, como si hubiese sido lo unico que Catherine dijera--. ?No has sido su novia desde hace...? --!Nunca he sido su novia! Solo amigos, amigos del club, de fiestas y paseos, eso no me hace su novia... Lo sabrias si escucharas algo de lo que te digo, pero... --Entonces son buenos amigos. Eso es suficiente. No necesitas sentir nada demasiado especial para casarte... --!No! --protesto Catherine en voz alta--. No, mama, !no! --Laverne respiro profundo al ver que su hija se alteraba y le lanzaba miradas acusatorias. --No puedo creer que a estas alturas de la vida todavia me salgas con tonterias como esa --dijo con voz suave, aunque no amable--. ?Acaso no te eduque para que fueras una mujer emocionalmente independiente? ?Ahora me sales con que quieres sentir cosas especiales por tu marido? --?Y que tiene de malo? --Tu deber como la heredera de Laverne Inc. no es tener esos suenos tontos de nina. !Despierta, ya estas en el mundo real! --Mama... --La familia White esta mas que dispuesta a pasar por alto nuestras diferencias en riqueza y aceptarte en su familia. Deberias darte por bien servida, ojala yo hubiese tenido tu suerte. Creeme, todo habria sido mas facil para mi. --Pero es... --Te estoy facilitando las cosas y no haces sino quejarte --siguio Laverne sin dejar hablar a su hija, algo muy comun en sus conversaciones y que siempre irritaba a la mas joven--. Cumplo con mi deber de madre al dejarte bien posicionada en la vida, !y solo lloras! Catherine miro a su madre con rencor. No era cierto. Nada de lo que acababa de decir provenia de sus sinceros sentimientos. En primer lugar, Laverne no queria que su hija heredara su preciosa compania, su marca de maquillaje que la habia llevado al exito internacional. Solo tenia cuarenta y siete anos, por lo tanto, aspiraba estar en la silla de presidencia muchos anos mas. Cuando, inocentemente, una vez le dijo que seria la mejor en la escuela y la universidad para algun dia dirigir la marca, ella solo se rio y le contesto que siguiera sonando. En ese momento penso que lo habia dicho porque dudaba de sus capacidades, asi que se esforzo muchisimo mas. Veia a su madre trabajar de sol a sol, llevarse documentos a casa y estudiarlos hasta altas horas de la noche, y ese se habia convertido en su ejemplo a seguir. Fue muchos anos despues, luego de que logro ingresar a la MIT, y que gracias a eso los socios empezaron a evaluarla como futura presidente, que le dijo que aprendiera todo lo que pudiera para que algun dia iniciara su propia empresa. No para heredar, no. Para iniciar la suya. Lo que indicaba claramente que Laverne Brown no veia en su hija a su heredera, sino una competencia. La estaba casando con un idiota hijo de una familia mas rica y poderosa solo para tener excelentes contactos y sacarla a ella de su camino. Dos pajaros de un tiro. Saber eso ardia y dolia al mismo tiempo. Para su madre, ella nunca estaria lista; nunca estaria a la altura. Pero lo comprendia solo ahora, que era adulta y se estaba acercando peligrosamente a sus objetivos. Como todavia dependia economicamente de ella, estaba jugando sucio. "Yo tambien se jugar sucio, mama", quiso decirle. "Aprendi de la mejor, tu". Toda la educacion de Catherine habia estado orientada a convertirla en una mujer dura, de acero; de las que pegan antes de ser golpeadas, de las que aplastan antes de sentirse siquiera amenazadas. Pero la que la estaba amenazando ahora era precisamente la mujer mas fuerte que ella conocia, asi que tendria que callarse sus pensamientos y ser mas astuta. Aunque, la verdad, era que por dentro estaba asustada y dolida. Habia hecho de todo para conseguir la aprobacion de Laverne, para estar a la altura de sus exigencias, y cada vez que creia que lo estaba consiguiendo, sucedian cosas como esta. ?Pero que se podia esperar de la mujer que acabo con su propio marido? Cuando estaba pequena, un dia simplemente su madre tomo sus cosas, a ella, y se fue lejos. Rento un apartamento en Manhattan, la puso en una nueva escuela, y a su padre solo lo veia muy de vez en cuando. Se estaban divorciando, comprendio. --No quiero que se divorcien --le habia dicho a su madre, llorando--. Quiero que esten juntos otra vez. --Tu padre es un perro infiel --exclamo Laverne entre dientes--. Como todos los hombres, perro infiel. Te prohibo que llores por el. No tiene derecho a que lo extranes. El nos cambio por una zorra. Al principio lo lloro, lo llamaba a escondidas exponiendose al castigo de su madre, y el le contestaba feliz, diciendole todas las cosas bonitas que necesitaba escuchar. Cuando le pregunto si era verdad que era un perro infiel, su padre se molesto, llamo a Laverne para reclamarle el estar hablandole mal de el a su hija, y entonces ella recibio un castigo por llamar a su papa sin autorizacion. El divorcio fue largo y ruidoso, pero Laverne le quito todo lo que pudo. Como la infidelidad de su padre pudo demostrarse, le quito el dinero, los bienes, y sobre todo, le quito a su hija, que era lo unico que el le pedia. --?Por que le fuiste infiel? --le reclamo ella a su padre en una de esas ocasiones en que podian verse. Unos cortos dias en verano, de ano en ano--. ?Por que destruiste la familia? --El solo la miro con tristeza. No podia decirle que era mentira, pero si le explicaba sus circunstancias, ella no las entenderia. Pero luego fallecio en un accidente, asi que nunca pudo explicarle nada. Cuando entro en la adolescencia, en su mente ya estaba acunado el pensamiento de que los hombres eran perros infieles, que ninguno servia para nada, que las mujeres podian estar muy bien sin ellos. Al fin y al cabo, su madre lo habia conseguido; era una exitosa empresaria, cada vez ganando mas dinero con su marca de maquillaje, haciendose cada vez mas famosa, mas fuerte. Si se enteraba de que tenia algun amigo, Laverne la alentaba a aprovecharse de el todo lo que pudiera, sacandole regalos costosos a cambio de muy poco. Si se enteraba de que alguna chica era amiga de su "novio", le aconsejaba que la destruyera, pues no se podia confiar en nadie. Era una filosofia de vida agotadora, y a Catherine a veces le faltaban tripas para ejecutarla. Sin embargo, en todas las relaciones que tuvo, ella nunca fue la perdedora. Excepto ahora que, al parecer, su madre la estaba considerando una amenaza, y la estaba "destruyendo". Estaba aplicando en ella sus metodos. --No me casare --insistio Catherine, tratando con todas sus fuerzas de parecer firme--. Si lo que quieres es tener buenos contactos, hay otras formas de conseguirlo. Si necesitas dinero... --?Me lo vas a conseguir tu? --se burlo Laverne elevando la comisura de sus labios y mirandola despectiva. El corazon de Catherine se acelero; su madre estaba cambiando el modo de batalla, lo veia en sus ojos gris palido, iguales que los suyos, en su sonrisa tenebrosa. Trago saliva y empuno su mano. --En este momento no --susurro--, pero... --Casandote es la unica forma en que podrias proporcionarme esos millones. Oliver esta obsesionado contigo, y es de agradecer. Recuerda que no eres tan bonita--. Al escuchar aquello, Catherine se quedo sin aire--. Atrapa marido ahora que eres joven. Si te parecieras mas a mi, te garantizaria tener a todos los hombres a tus pies aun cerca de los cincuenta, pero saliste a tu padre y aun a tus veinte, pareces un hombrecito. --No me... --!Eres la menos bonita entre tus amigas, y lo sabes! Que Oliver se fijara en ti, y no en la boba de Joyce, o la taimada de Jessica, !es un milagro! --Basta, mama... --Ah, ?no te gusta que te recuerde la realidad? Entonces no me provoques, y haz lo que te digo. Oliver es el mejor candidato que jamas tendras. Hazlo por las buenas... Conoces mis metodos a las malas, y no te gustan--. Los labios de Catherine temblaron, pero se los mordio obligandolos a estarse quietos, y sin poder anadir nada mas, dio la media vuelta y salio del despacho privado de su madre. Al llegar a su habitacion, no pudo evitar correr y sentarse frente a su espejo. Desde luego, no era la primera vez que Laverne atacaba a su hija de esa manera; desde nina siempre le senalo todos los defectos que tenia. Segun ella, Catherine tenia el rostro huesudo, igual que todo su cuerpo, sin curvas, como un hombre. Laverne odiaba su nariz, tanto, que incluso habia hecho las diligencias para una rinoplastia. Le molestaba que su cabello fuera castano y no rubio, como el de ella, y siempre criticaba sus cejas anchas y gruesas, tambien de hombre. --Seguro ibas a ser un macho --decia siempre--, y a mitad de camino la naturaleza se arrepintio, y naciste con vagina. Ni tetas tienes.

  • Mi amigo invisible de Guillermo Fesser

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    Con la mezcla de cotidianeidad y surrealismo que le ha convertido en un referente del humor contemporaneo en Espana, Guillermo Fesser hace en esta novela una version 2.0 de La tesis de Nancy, la cara B de su best-seller A cien millas de Manhattan. Su protagonista, Ingelmo, es un autor en crisis, incapaz de enfrentarse al reto de escribir su segunda novela tras el moderado exito de la primera. A su crisis creativa se le suma un tsunami vital y matrimonial que el personaje va desgranando en primera persona. Por si esto no fuera ya lo suficientemente complicado, nuestro heroe tiene que soportar todo el dia los sermones que le suelta Agenjo, su amigo invisible. Cuando Ingelmo piensa que no podra soportar mas dosis de neurosis al cuadrado y de surrealismo al cubo, Agenjo le hara una propuesta que no podra rechazar.

  • Alas de confianza (Edentown 10) de Annabeth Berkley

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    Nora Reaves miraba orgullosa la fachada de la casa que habia comprado en Edentown. Tenia toda la confianza y la ilusion puesta en su nuevo hogar y en la reciente oportunidad que se habia dado a si misma para empezar de nuevo. Sus ojos azules brillaban iluminando aun mas su sonrisa Miro a su amiga que estaba junto a ella, como siempre que daba un paso adelante en la vida. Shelby Payne le cogio la mano en senal de apoyo. Su alegria y sonrisa eran sinceras. --Todo ira genial a partir de ahora, ya lo veras --le susurro Shelby--. Me alegro muchisimo de que estes aqui. Nora asintio con un suspiro de esperanza. Tomar la decision de salir de Nueva York no habia sido facil. Estaba acostumbrada a la seguridad que le daba su apartamento, a lo cerca que estaba la editorial que publicaba sus libros y a la proximidad del instituto de su hijo, pero nada de eso le habia proporcionado esa tranquilidad que tanto buscaba y que habia perdido desde que Doug comenzara las clases. Su complicada edad adolescente y los pesimos companeros que habia elegido como amigos le habian obligado a dar el paso de irse de la ciudad por miedo a que las cosas fueran peor de lo que ya estaban yendo. --Si --le respondio, reafirmando su decision--. Estoy segura de que todo ira bien aqui. --Esto es una mierda --exclamo un malhumorado adolescente rubio, de ojos tan azules como los de su madre, situandose a su lado. Las dos amigas miraron al chico que habia terminado de dar la vuelta a la casa seguido de Scott, el hijo de Shelby, de ocho anos y fiel escudero del que consideraba su primo. --?Como pudiste comprar esta casa? Es una casa de viejos --siguio refunfunando. Megan Saint James, la duena de la inmobiliaria a traves de la que habia hecho todas las gestiones, llegaba justo en ese momento con las llaves en la mano y uno de sus habituales vestidos largos y vaporosos que no disimulaba su avanzado estado de gestacion. --Tienes toda la razon --comento despreocupada por la queja del joven--, pero asi podras dejar la habitacion a tu gusto tras la reforma. Hola, chicas --le tendio las llaves a Nora--. Ahora si que es oficial, bienvenida a Edentown. Nora sonrio a Megan. La habia conocido en alguna de sus anteriores visitas a Shelby, y habia visto la casa con ella poco despues del fallecimiento de su anterior propietaria, madre de la administrativa del alcalde. Cogio las llaves y todos juntos fueron hacia la puerta. Ya sabia que a Doug no le habia gustado la idea de la mudanza. Se lo habia dejado claro muchas veces. Tambien suponia que no se lo iba a poner facil, aunque estuviera muy unido a Scott, pero queria pensar que solo duraria un tiempo y luego volveria a ser el nino carinoso y respetuoso que siempre habia sido. Doug tenia razon. El interior de la casa, aunque se veia limpio y cuidado, estaba muy pasado de moda y bastante abarrotado de muebles oscuros y voluminosos. --Todo esta sin tocar desde que Gertrud fallecio, ya te conte --les explico Megan abriendo las ventanas del salon para airearlo--. En menos de media hora vendra la empresa que Erin contrato para desocuparla totalmente. A primera hora de la tarde podras hacerte mejor una idea de como puede quedar. El agua y la luz no se dieron de baja, asi que no tendras problemas para instalarte cuando quieras. Nora asintio con una sonrisa. Habia seguido un impulso comprandola en cuanto Shelby le habia hablado de la posibilidad, sin dar opcion siquiera a que saliera a la venta y habia aprovechado para verla muy fugazmente en una anterior visita a su amiga. Pocas veces solia dejarse llevar por impulsos en las decisiones importantes, pero en ese momento lo habia visto como un regalo del cielo. El salon le parecia un poco pequeno, aunque junto a el habia una pequena habitacion que servia de trastero o de almacen y supuso que podria unirlos. Lo mismo haria con la cocina que pese a estar recogida y despejada, se veia tremendamente antigua. --?Quieres que avise a Cameron para que te haga la reforma? Supongo que querras hacer obras y Cameron trabaja muy bien. --Perfecto --acepto Nora, confiada y agradecida apoyando la mano en una de las paredes--. Si tiro esta pared podre comunicar la cocina y el salon --comento, ilusionada con la obra. --Cameron te resolvera cualquier duda --le aseguro Megan llevandose la mano a su abultado vientre. --?Te encuentras bien? --le pregunto Shelby. --Si, si --le respondio Megan--. Ha debido despertarse y se esta estirando. Las dos amigas sonrieron. Para ellas quedaban muy lejanos sus embarazos. Shelby se llevo la mano a su vientre y Nora la miro sorprendida, pero sin decirle nada. Subieron al piso superior donde habia solo un cuarto de bano y cinco dormitorios no muy grandes. Uno de ellos estaba lleno de posters antiguos, banderines de un equipo de beisbol y pompones de animadora. --Ya tengo ganas de empezar con las obras --les confeso Nora--. Quiza se pueda tirar alguna de estas paredes. Siempre he querido un vestidor con acceso desde mi dormitorio. --Pero si no tienes tanta ropa --le comento Shelby. Nora hizo una mueca. Llevaba tanto tiempo trabajando desde casa que su guardarropa dejaba mucho que desear. Mallas, leggins, camisetas, sudaderas y solo un par de vestidos que se habia comprado para salir con Stuart, el hermano de su editor, que habia sido su ultima y fracasada relacion. --Eso va a cambiar. Ahora los jueves acudire a las exposiciones esas que se hacen frente a la pizzeria o ire al Shamrock alguna vez. --?Cual sera mi habitacion? --le pregunto Doug entrando y saliendo de todas ellas con una mueca despectiva. --La que tu quieras, Doug, cuando el senor Cameron venga le puedes pedir que te haga lo que quieras en ella. --Con que me ponga conexion wifi me vale --le respondio--. Esto es una mierda. No se por que hemos venido aqui. Nora lo miro enarcando una ceja, amenazadora. --?Quieres que te repita las razones? Doug miro desafiante a su madre y luego bajo la mirada. No queria que Shelby las conociera, aunque sospechaba que las sabia pese a que no le habia dicho nada al respecto. --Vamonos abajo --le dijo a Scott. --Adolescentes --sonrio Megan justificando sus comentarios negativos. --Ya te tocara --suspiro Nora--. Sera mejor que nos vayamos y volvamos cuando este la casa vacia despues de comer. ?Puedes decirle al senor Cameron que venga a las cuatro? Megan sonrio. --Es solo Cameron, Cameron Lawrence --la corrigio mientras bajaban las escaleras--. Se lo dire y no creo que tenga ningun problema. Le dare tu telefono por si acaso. Nora se lo agradecio y siguio a las dos jovenes, satisfecha ante las nuevas perspectivas que la decision que habia tomado le ofrecia. Cuando Nora llego por la tarde a su nueva casa la encontro totalmente vacia y su aspecto le gusto todavia mas. Habia manchas en el papel de las paredes donde se habian apoyado los muebles, pero todo parecia mas amplio y limpio. Lamento que Doug se hubiera quedado en casa de Shelby, porque seguro que le hubiera gustado mas que antes verla asi. Volvio a recorrerla emocionada. Tenia muy buen presentimiento con respecto a esa mudanza. Confiaba en que todo cambiara para ellos. O por lo menos eso esperaba que sucediera. Queria volver a tener esa relacion de cordialidad que tenia con su hijo y que habia perdido desde que el empezo el instituto. Todo entre ellos se habia enfriado y tensado cada vez mas. Doug nunca habia sido muy influenciable, pero juntarse con los mas gamberros del instituto habia sido devastador, por lo menos para la relacion entre ambos. Ella lo achacaba a la falta de una figura paterna a la que imitar, y, por esa razon, se habia animado a salir con Stuart, despues de muchisimos anos sola, pero no habia funcionado. Ni siquiera habian pasado de la tercera cita. Nunca habia tenido suerte en el amor. Su novio en la universidad y padre de Doug se desentendio de ambos en cuanto supo del embarazo, y desde entonces ella no habia vuelto a abrir su corazon a nadie mas. Habia salido alguna vez con algun otro hombre, pero para ella lo unico que le importaba era su hijo, y que el estuviera bien atendido. Sus padres tambien le volvieron la espalda tras la noticia de su embarazo y habia tenido que dejar los estudios y ponerse a trabajar desde ese momento para que ni a su hijo ni a ella les faltara nada. Durante ese ultimo trimestre habia cursado la asignatura de literatura, algo que siempre le habia gustado, y en sus pocas horas libres habia empezado a escribir pequenos relatos. Con el apoyo incondicional de Shelby, companera de clase por entonces, se habia decidido a contactar con algunas editoriales y despues de un tiempo, mucho trabajo duro y bastantes noches en vela, habia conseguido vivir de sus novelas muy bien. Ahora solo rezaba para que su hijo se adaptara sin mayores problemas al instituto, aunque probablemente perdiera ese ano por sus bajas calificaciones. Sonrio al abrir uno de los dormitorios pequenos del piso superior. Quiza pudiera conseguir ese vestidor del que estaba decidida a disfrutar. Bajo al salon. Tenia muchas ganas de empezar con la obra. Vio junto a la puerta una esquina despegada del papel de la pared y no pudo evitar la tentacion de cogerla y tirar con fuerza para comenzar a quitarlo. La satisfaccion que sintio mientras lo hacia era indescriptible. Ilusion, satisfaccion, esperanza... dio un fuerte tiron. --Joder --exclamo malhumorado Cameron Lawrence, que entraba por la puerta en ese momento.

  • La Carpa y las Escrituras de los cuatro elegidos de Leonardo Ibarra

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    Dos mundos: el magico y el humano.El Guardian del Norte, mago sabio y enigmatico, tiene la importante mision de viajar al otro mundo para encontrar a los elegidos. Asi lo dicen las Escrituras.Se trata de cuatro humanos que deberan iniciarse en la magia y enfrentarse en una ineludible batalla contra la Legion del Oeste, liderada desde el mas alla por el poderoso y malevolo Lord Balfour, quien no se detendra hasta obtener el control total de los mundos.Es una carrera contra el tiempo y depende de Ostin, Emmy, Susan y Martin impedir que ocurra lo peor.

  • Ya no se quien eres de Ali Knight

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    La noche en que su marido llega a casa, borracho y cubierto de sangre, la vida perfecta de Kate Forman cambiara para siempre.

  • Sin aliento de Kimberly Raye

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    Tack Brandon se marcho de su pueblo dejando atras familia, amigos… y a Annie, la chica a la que habia hecho mujer. Pero ahora habia vuelto a casa. Y Annie se habia convertido en la criatura mas espectacular que habia visto… una mujer de la que Tack no podia alejarse por segunda vez.

  • Perfectamente imperfecta (Unidos por el amor 1) de Fernanda Suarez

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    Primera entrega de la serie <>.

  • A menudo. te quiero de Laura Molina Romero

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    Un accidente de moto lleva a Marcos a la vida de Cristina, su nueva fisioterapeuta.Cristina, no tiene ni idea de que ha iniciado un tornado de emociones del que se ve envuelta en un triangulo amoroso, en el que debe elegir entre el amor que le promete Marcos y la pasion arrebatadora que siente por Javi, EL CHICO MALO. un antiguo novio que justo ahora regresa de nuevo a su vida, removiendo sentimientos que ella creia aguados.

  • La mensajera de Elphame de Jane Hormuth

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    Escocia, siglo XV.

  • Perfect de Alison G. Bailey

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  • Entre letras y amor de Mary Kate Williams

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    Ser escritora es transitar por un camino de constante esfuerzo y dedicacion. Lograr un espacio en la industria no es algo facil.
    Al llegar a esta prometedora entrevista estaba preparada para cualquier cosa menos para encontrarme con mi viejo amor de secundaria. Alto, guapo y millonario hubiera sido suficiente para caer a sus pies, pero mi antiguo amor de juventud fue quien me dejo mi corazon sin animos de volver a amar.

  • El sabor de tus besos de Lorraine Murray

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    Margot es duena de un restaurante en el barrio parisino de Montmartre. Pero la jubilacion de su actual jefe de cocina la obligara a tomar una decision tan arriesgada como inesperada.

  • Traicion y furia de Caitlin Crews

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    Maui, la isla de Hawai, era tan tropical y exuberante como la anunciaban, algo que irrito a Dario di Sione en cuanto se bajo de su avion privado. Esa humedad era como un abrazo intimo y no le gustaba la intimidad. Ese aire espeso se le pegaba a la piel y los vaqueros destenidos y la chaqueta hecha a medida que habia llevado desde Nueva York lo envolvian como un guinapo mientras recorria la diminuta pista de aterrizaje hacia el Range Rover que lo esperaba, como habia ordenado. La ligera brisa le llevo todos los olores de la isla, desde el verdor exultante hasta el mas intenso de la cana de azucar, como besos que no habia solicitado. Solo queria mantener una conversacion de negocios, no dejarse llevar por una sobredosis sensorial en una maldita pista de aterrizaje. -?Esta esperandole el coche, como habian prometido? -le pregunto Marnie, su secretaria, por el telefono de ultima generacion que el se habia llevado a la oreja. Era un usuario entusiasta de los codiciados productos de su empresa-. Quedo claro que necesitabamos un vehiculo todoterreno. Al parecer, el camino hasta Fuginawa es abrupto y... -No me importa que sea abrupto -le interrumpio Dario intentando contener la impaciencia. No queria estar alli tan poco tiempo despues de que, el fin de semana anterior, su empresa hubiese lanzado al mercado el ultimo producto, pero eso no era culpa de su secretaria. El no deberia haber permitido que el sentimentalismo de un anciano se impusiera a su racionalidad, que tanto le habia costado adquirir. Esa era la consecuencia. Estaba en la otra punta del mundo, cuando deberia estar en su despacho, rodeado de palmeras y olores exoticos para satisfacer el capricho de un anciano. -El Range Rover es mas que suficiente y esta aqui, como habiamos pedido. Marnie paso a la interminable lista de llamadas y mensajes que habia acumulado durante la primera ausencia de el del despacho en el que, literalmente, habia dormido durante los ultimos meses. Fue como volver atras, al estres que habia sufrido hacia seis anos, cuando empezo con ICE. El fruncio el ceno al recibir otra rafaga de brisa sofocante. No le gustaba volver atras ni esa brisa. Era fragante y sensual, le acariciaba el pelo y se le metia por la camisa como los dedos de una mujer sugerente y desvergonzada. Puso los ojos en blanco por lo fantasioso que era y se paso una mano por la barba incipiente. Sabia que no parecia el consejero delegado de una empresa informatica que era la nina mimada del sector y del publico. Ademas, estar alli le apetecia tanto como que le acariciara la brisa hawaiana, ni lo mas minimo. Ese viaje era un desperdicio absoluto de su tiempo, penso mientras Marnie seguia comentandole los mensajes y llamadas que exigian su atencion inmediata. Deberia estar en su despacho de Manhattan ocupandose de todo eso. En cambio, habia volado diez horas por los recuerdos de su abuelo para satisfacer el peor de los sentimentalismos. Hacia muchos anos, Giovanni habia vendido su coleccion de joyas, que adoraba, y habia hablado de ellas sin parar durante toda su juventud, la de Dario. En ese momento, cuando tenia noventa y ocho anos y afrontaba su muerte inminente con su habitual teatralidad y dignidad, queria recuperarlas. Cuando le pidio que comprara esos pendientes, en persona, su abuelo le habia dicho que le recordaban al amor de su vida. Los tenia un arisco multimillonario japones en su aislada hacienda de Hawai. Solto un bufido al recordarlo mientras tiraba la bolsa en la parte trasera del Range Rover y se quitaba la chaqueta. Todavia no sabia por que le habia hecho caso a su abuelo cuando lo llamo, a principios de ese mes, y le habia pedido algo tan disparatado. Sin embargo, ?quien le negaba a un anciano lo que, segun el, era su ultimo deseo antes de morir? -Mandame por correo electronico esos datos, Marnie -le pidio a su secretaria antes de que ella pudiera preguntarle que era ese ruido. Bendita mujer. Era mucho fiable que cualquier otra persona que el conociera, incluidas las que formaban parte de su melodramatica y agobiante familia. Se recordo para sus adentros que tenia que darle otra generosa y merecida bonificacion, aunque solo fuese por no ser una de las pesadillas Di Sione que tenian la misma sangre que el. -Dame un minuto para conectar el manos libres y empieza a pasarme las llamadas. No espero a que Marnie dijera algo y se remango con la esperanza de aliviar un poco la humedad tropical. Conecto el auricular, se sento detras el volante del impecable Range Rover, lo puso en marcha, metio la direccion en el GPS y salio del aerodromo mientras recibia la primera llamada. Sin embargo, seguia pensando en su abuelo y en el amor de su larga vida mientras escuchaba a uno de sus directores exponerle una situacion que podia ser enganosa sobre el telefono que habian presentado el fin de semana anterior. Los amores perdidos, segun su propia experiencia, se perdian por un buen motivo. Normalmente, y para empezar, porque no habian sido dignos de tanto amor. Si no, y esa era su teoria preferida, porque el amor era una mentira descomunal que la gente se contaba a si misma, y a los demas, para justificar que su comportamiento era espantoso y, normalmente, teatral y digno de lastima. Ademas, los amores perdidos no habia que encontrarlos otra vez cuando la verdad que llevaban dentro salia a la luz como siempre salia. Era preferible dejar el pasado donde estaba y que se pudriese sin contagiar al presente, o eso era lo que el siempre habia creido. Le habia costado no decirselo a su abuelo cuando le conto esa historia tan sentimental sobre amores, secretos y todas esas cosas. La habia contado, de una forma u otra, durante toda su vida. Luego, le habia mandado a que hiciese ese absurdo recado que cualquiera, hasta esos recien licenciados afanosos que trabajaban ocupandose de su correo, podria haber hecho. Sin embargo, estaba acostumbrado a morderse la lengua en lo referente a esos ridiculos sentimientos que los demas fingian que eran mas que razonables. Razonables, racionales y, sobre todo, necesarios. No obstante, el sabia que decirlo no servia de nada. Aparte de que no iba a discutir con su anciano abuelo, quien se habia ocupado de sus hermanos y el despues de que sus padres murieran. Tambien se habia dado cuenta de que cuanto mas daba su opinion sobre asuntos como ese mas gente le decia lo esceptico que era, como si eso fuese una critica a su forma de ser o les permitiera desdenar su opinion sin mas, o como si esa mania que tenia de ser realista debiera preocuparle. Hacia anos que habia dejado de preocuparle. Seis anos para ser exactos. Ademas, la verdad era que le importaba tan poco que lo mas facil era hacer lo que le habian pedido, en ese caso, volar hasta la otra punta del mundo para recuperar unos pendientes que podrian haber mandado por servicio de mensajeria si, al parecer, no tuvieran esa carga sentimental. Tambien sabia, vagamente, que su abuelo habia mandado a todos los hermanos Di Sione para que recuperaran alguna de las que el llamaba sus amantes perdidas, pero el habia estado tan ocupado con el lanzamiento de su ultimo producto que no habia prestado gran atencion a los melodramas de la familia Di Sione. Ya llevaba toda la vida con eso y ya le hartaron cuando tenia ocho anos, cuando sus imprudentes padres habian muerto en un accidente de coche espantoso, y que podian haber evitado perfectamente, y los paparazzi habian caido sobre ellos como un enjambre. Sus sentimientos sobre ese asunto no habian mejorado desde entonces. Habia una parte de el, una parte que no disimulaba mucho, que habria sido feliz si no hubiese vuelto a saber nada de sus familiares. Una parte que esperaba que eso sucediese de una forma natural cuando el anciano falleciera. Estaba impaciente. Estaria encantado de refugiarse en su trabajo como hacia siempre. Tenia bastante con dirigir ICE, la empresa informatica mas importante del mundo. Era un puesto que habia alcanzado con decision y mucho trabajo, como habia conseguido todo lo demas que era suyo, todo lo que habia perdurado. Ademas, el unico integrante de su familia al que habia querido de verdad habia sido Dante, su gemelo identico. Hasta que Dante tambien lo habia hecho pedazos. No podia negar que la traicion de su hermano le habia dolido, pero tambien habia aprendido que era preferible rodearse de personas a las que pagaba por su lealtad, no de personas que podian darsela o no segun les conviniera. No queria pensar en su hermano. Ese era el inconveniente de participar en algo con su familia, le llevaba a pensar en cosas que intentaba evitar por todos los medios. Habia dado por supuesto que, si cumplia el cometido que le habia encomendado su abuelo, como se suponia que hacian el resto de sus hermanos, podrian dejar de comportarse como si lo que sucedio hacia seis anos, y despues, fuera culpa suya, o como si el tuviese parte de la culpa de lo que habia sucedido porque habia sido quien habia roto su matrimonio y su relacion con Dante. El no le habia pedido a su hermano que se acostara con su esposa durante una de las epocas mas tensas de su vida. Ademas, se negaba a aceptar que hubiese hecho algo mal por no haber perdonado nunca ni a su esposa ni a su hermano, ni les perdonaria jamas. Los dos lo habian abandonado a su suerte, le habian hecho creer que la tension entre ellos era porque intentaban resolver que podian hacer con la empresa que habian creado Dante y el y si debian fusionarse o no con ICE, algo que a el le parecia una buena idea y a la que se oponia Dante. Toda esa tension y desvelo para acabar descubriendo que los dos lo habian traicionado desde el principio... En ese momento y alli, precisamente en Hawai, penso que lo unico que le pasaba era que todavia le prestaba atencion a lo que decia, hacia o pensaba alguien de la familia Di Sione. Eso tenia que acabar. -Eso se va a acabar -se prometio a si mismo con la voz ronca en el silencioso interior del Range Rover-. Se acabara en cuanto le hayas entregado esos malditos pendientes al anciano.

  • Mujeres de invierno de Luis Carranza Torres

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    Una madre y una hija se admiran con distancia, sin decirselo. Una madre y una hija compiten, discuten, pelean, se recelan una a la otra. Estan, en apariencia, en veredas opuestas, en la Alemania nazi, con la guerra en ciernes. Ambas son rebeldes, adaptadas, contradictorias, hermosas, amantes. Ambas estan presas de la soledad, alejadas del calor, como mujeres de invierno.

  • El heroe del Caribe de Juan Perez-foncea

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    El brillante historial del marino guipuzcoano Blas de Lezo, quien les habia derrotado en anteriores ocasiones, debio haber prevenido a los ingleses. Pero tanta era su superioridad numerica y tan segura veian su victoria que antes de la batalla acunaron una medalla conmemorativa de la toma de Cartagena de Indias. Penoso error. Ese puerto era la llave que abriria a la corona britanica el dominio de toda America y la expulsion de los espanoles. El ataque, llevado a cabo en 1741, se topo sin embargo con una defensa valiente, inteligente y eficaz, que humillo a Inglaterra y prolongo un siglo la potencia naval y territorial de Espana en el Atlantico.

  • Desde mi piel de Maria Moreno

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    Cuando me desperte me dolia terriblemente la cabeza y quise llevarme las manos a las sienes. Entonces me di cuenta de que estaba atada a la cama. Abri los ojos y mire a mi alrededor prestando toda la atencion que era capaz de prestar. Estaba aturdida y no veia con claridad, mi alrededor se presentaba borroso ante mi. Todo parecia muy blanco, muy limpio, y percibi el olor aseptico de los hospitales. No sabia que habia pasado o que estaba haciendo en este lugar. Entre imagenes que mi memoria se empenaba en traer a mi mente, olores que no podia identificar y un miedo atroz que no sabia de donde procedia, mi nombre aparecio de repente: "Miriam. Soy Miriam", me repeti mentalmente como si el mero hecho de recordar como me llamo fuera un triunfo Me llamo Miriam Santa Cruz y hoy he recibido un regalo que he estado pidiendo desde el mismo dia en que abri los ojos en este lugar: un cuaderno y un boligrafo. Parece ser que la doctora C ya no considera un peligro un simple boligrafo. En realidad nunca lo ha sido. Lo unico que queria era ordenar todo lo que va apareciendo en mi mente. Al principio eran imagenes sueltas que no significaban nada para mi, pero ahora son piezas del puzle que es mi vida que me quieren contar la historia de como he llegado hasta aqui. Cuando abri los ojos en un entorno tan blanco y tan limpio senti el inmenso alivio de haber conseguido lo que queria: por fin habia muerto. Eso era lo que pretendia aquella tarde en que me corte las venas y me meti en la banera para entregarme lentamente a mi destino. Y fue tan dulce el vaiven del agua carmesi contra mi fragil cuerpo, proporcionandome la paz que tanto habia ansiado, que este lugar inmaculado no podia ser otra cosa sino el final del camino. Por unos instantes pense que mis hijos aparecerian en algun rincon y los busque...los busque con los ojos y con el corazon, pero no estaban. Y me invadio una tristeza de otro mundo al recordar que ya habia despertado en lugares similares en otras muchas ocasiones, entumecida, dolorida, sedienta, con los ojos cerrados por la hinchazon de tal forma que no podia ver con claridad donde estaba y presa de un dolor fisico que se me antoja ahora mas leve que este sentimiento tan profundo que se ha aduenado de mi. El dolor fisico puede paliarse. El dolor del alma no. Me volvi a dormir sin querer. No podia mantenerme despierta, casi no podia ni fijar la vista. Ademas, durmiendo recuperaba la fantasia de que estaba muerta porque era un sueno sin suenos, un sueno en paz provocado por la medicacion, la misma medicacion que callaba las voces de mi cabeza que me decian que mis hijos me esperaban en algun lugar. La siguiente vez que recuerdo haber despertado vi a una mujer vestida con una bata blanca que me miraba. No la distinguia muy bien porque no podia enfocarla, pero recuerdo que me dijo: -No te preocupes. La vision borrosa y la somnolencia son efectos secundarios de la medicacion que iran desapareciendo poco a poco. Su voz tambien desaparecio lentamente en mis oidos, como en tantas ocasiones en que no pude despertar del todo. Hasta que un dia o una noche, por fin logre mantenerme despierta. Recuerdo que entro una mujer con una bata blanca que no reconoci como la que habia hablado conmigo en otras ocasiones hasta que oi su voz al preguntarme: -?Como te encuentras? Entonces me di cuenta de que jamas olvidaria esa voz porque me recordaba a la de mi madre. Hay voces que son eternas, que sobreviven mas alla del tiempo y la muerte y en aquel momento llegue a pensar que era a mi madre a la que estaba escuchando. La mire fijamente unos instantes. Era alta, de complexion media y con el pelo rizado por encima del hombro. Debia tener unos cincuenta. Esta vez se acerco a mi y me toco suavemente el brazo donde tenia las vias para el suero y la medicacion, en un intento de transmitirme su apoyo. Por fin me volvio a hablar y yo pude comprobar que esta voz que me era tan familiar iba acompanada de un rostro que no recordaba haber visto en mi vida. -?Como te encuentras? ?Puedes verme bien? ?Sabes donde estas? Y juro por lo mas sagrado que queria hablar aunque solo fuera para decirle que la razon por la que estoy aqui es porque fui lo bastante idiota como para no cerrar con pestillo la puerta del cuarto de bano cuando decidi que no podia aguantar tanto dolor. Sin embargo, las palabras se perdian en el camino a mis labios, agolpandose en mi garganta luchando por salir. Aquella vez no lo consiguieron. Lo que si salio fueron mis lagrimas a borbotones, que quemaban al recorrer mi rostro. Me dolian los ojos y cuando el liquido salado alcanzo mis labios, me escocieron terriblemente. Pasado un tiempo descubri que llevaba sedada dos semanas seguidas desde el dia en que, antes de que me ataran a la cama, intente saltar por la ventana una vez y acabar con mi vida a golpes contra la pared en otra ocasion, llegando incluso a mancharla de sangre. No fue mi unico intento de acabar lo que habia empezado aquella tarde en mi banera, al parecer tenia una gran habilidad para darme cabezazos con las paredes o usar cualquier instrumento que las enfermeras trajeran a mi habitacion para autolesionarme, nunca a los demas, solo a mi. Yo solo queria morir... y no me dejaban. Y por eso seguia atada. La doctora C creia que habia que esperar a que dejara de autolesionarme antes de pensar en soltarme las manos. Tambien los pies los tenia atados por seguridad. Una enfermera salio al pasillo a avisar al medico mientras yo descubria que en esta habitacion no habia ventanas. Por eso habia perdido por completo la nocion del tiempo. Por eso este cuarto era tan horriblemente blanco y brillante de dia y tan descorazonadoramente negro por la noche. Por eso y por los sedantes, supongo. Por desgracia, a partir de aquel momento empece a pasar mas tiempo despierta que dormida. No me gustaba la habitacion. Me recordaba a una despensa o al temido cuarto de las ratas donde las monjas del colegio amenazaban con encerrarnos si nos portabamos mal. A lo mejor era el infierno... o el purgatorio. Mire a mi alrededor. Nada. Ni cuadros, ni sillas. Nada. Solo la cama en que permanecia postrada y el suero que me mantenia con vida. En algun momento, supongo que por la manana o a medio dia, aparecio una enfermera en la habitacion y me dijo que me iba a liberar de algunas cosas entre las que no se encontraban mis ataduras. Era una mujer ya mayor, muy delgada, pequena y arrugada como una pasa. Recuerdo que tenia los ojos y los dientes pequenos. Nunca me gustaron las personas con ojos y dientes pequenos. De pequena se me antojaban duendes malos y supongo que nunca lo supere. Me quito la aguja que llevaba el suero a mis venas y luego la sonda. Casi me regano cuando me dijo: -Ya esta bien, bella durmiente. Si quieres hacer pis tendras que levantarte. Tuve la impresion de que estaba enfadada conmigo, pero no se me ocurria por que pues no recordaba ni haberla visto antes. -Quiero que quede clara una cosa- me dijo mientras enredaba alrededor de la cama- Te vamos a dar manzanilla y yogur para ver como toleras las alimentacion. ?Puedes negarte? Puedes. Entonces volvere con una sonda naso-gastrica y a eso si que no te podras negar. ?Esta claro? La presencia de esta mujer pequena y chillona me intimidaba enormemente. Salio de la habitacion y unos minutos despues aparecio la doctora que me era familiar. Traia consigo una silla plegable que abrio y coloco junto a mi cama antes de sentarse. -Hola - me dijo intentando aparentar indiferencia - Me alegra verte despierta. Quiero hablar contigo sobre algo muy importante. Quiero quitarte las ligaduras que te tienen sujeta a la cama, pero para eso necesito tu colaboracion. Mi mirada bajo instintivamente hasta las ligaduras de mis manos y subio para volver a encontrarse con los ojos de la doctora: -Necesito saber que no te vas a intentar hacer dano. ?Puedo confiar en ti? Parpadee. No sabia que decir. No sabia que queria decir con aquello. Imagine que debia haber hecho algo terrible para que todos en este lugar estuvieran enfadados conmigo y no confiaran en mi, pero no lo recordaba. -Fijate en tus munecas. Baje de nuevo los ojos hasta ellas. -Despues de tres semanas aun estan vendadas. ?Te digo por que? Porque la primera vez que te libere las manos, apenas sali por la puerta, te quitaste las vendas y te arrancaste los puntos a bocados. Una vaga imagen de sangre corriendo por mis brazos parecia querer confirmar que lo que esta mujer estaba diciendo era cierto. No dije nada. Simplemente segui mirandola a los ojos esperando mas instrucciones, o algun otro comentario. La doctora se acerco a mi y empezo a desatarme la mano derecha, que era la que le quedaba mas cerca. No parecia tener miedo de que la atacara, porque en lugar de rodear la cama para soltarme la otra mano, lo hizo desde donde estaba, colocando su cuerpo muy cerca del mio. Se retiro un poco, pero no volvio a sentarse. Supongo que queria observar mi reaccion. No hice nada extraordinario, con una mano me cogi una muneca y luego repeti el mismo gesto con la otra. Hice el ademan de apartarme el pelo del hombro, por pura costumbre y descubri que mi melena rojiza no caia sobre mis hombros. Mi mirada interrogante se clavo en los ojos de mi interlocutora: -Lo siento. No nos quedo mas remedio que cortarte el pelo. Has estado demasiado tiempo en la cama. Es una medida puramente higienica. Volvi a mirarme las manos, esta vez los dedos y las unas. Estaban inmaculadas, blancas y aterciopeladas. Mientras tanto, la doctora liberaba tambien mis pies. -Ya esta. Si todo sigue bien hoy tomaras algo suave y te sentaras un rato en la cama. No quiero que te marees cuando te levantes. Yo seguia mirandome las manos. Tenia la extrana sensacion de que eran de otra persona, como si no las recordara asi.

  • El granero, tu y yo (Bdb) de Antonella De Quevedo

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    Eloisa, aparentando calma y normalidad, inspiro con intensidad y extendio sobre la gran mesa el mantel de los domingos. Apoyo las manos a ambos lados y agacho la cabeza para intentar tranquilizarse. Cuando termino de preparar la mesa, se sento sin dudar un instante de que Julian, su hijo, regresaria pronto y se sentaria con ella. Confiaba en que el berrinche cesara pronto si le dejaba su espacio. Despues de largo rato, escucho el chirrido de la puerta al abrirse y unos pasos cansados que se dirigian hacia el comedor. Eloisa dejo escapar un suspiro de alivio cuando vio que su hijo estaba de vuelta. Venia bastante sudado y con sintomas de haber estado llorando, pero aun asi se sintio menos angustiada. Julian, antes de tomar asiento, miro a su madre con frialdad, con escrutinio, se sento agachando la cabeza y comenzo a comer. Queria evitar cualquier tipo de conversacion. --Espero que te guste, hijo. --Eloisa esbozo una sonrisa. --?De verdad te importa? --le solto disgustado sin apartar la mirada de su plato. --Claro que si, he guisado la carne como te gusta. --Estaba equivocado si pensaba que ella se iba a rendir. Tenia toda la paciencia y el amor del mundo para el. --Asi es como la odia papa --protesto Julian clavando sus ojos castanos en los de su madre, que brillaban y amenazaban con inundarse de lagrimas. --Papa ya no esta, no tiene sentido que cocine a su gusto --aclaro decidida pero sin alterarse. Golpeando la mesa con los punos cerrados, Julian retiro la silla de un empujon y se marcho a su habitacion ante la mirada triste de su madre. Los malos modos cada vez eran mas frecuentes en Julian, un chico que siempre habia sabido comportarse. Una vez que estuvo en su habitacion, cerro la puerta con pestillo y se tumbo en el puf gigante que tenia en el suelo. No tenia herramientas para apaciguar su frustracion, pero si era consciente de que no queria herir de manera gratuita a su madre. No se sentia orgulloso por su comportamiento, pero de alguna manera necesitaba rebelarse contra alguien, y se daba la circunstancia de que solo estaba ella. No soltaba por su boca todo lo que pensaba y no por falta de ganas, un rescoldo de sensatez lo frenaba, porque, despues de todo, no conocia al cien por ciento todo lo ocurrido entre sus padres. Era joven pero no imprudente, asi que antes de odiar a su propia madre con todas sus fuerzas, sentia la necesidad de saber quien habia sido el verdadero culpable de que su vida se tambaleara de esta manera tan asquerosa. Los adoraba a ambos, y su madre siempre estaba ahi, pero el apoyo y la seguridad que le transmitia su padre eran cuanto creia que necesitaba para terminar de convertirse en un hombre. Sabia que su padre habia tocado fondo por algun motivo que se le escapaba, pero para eso estaban ellos alli, para apoyarlo y ayudarlo. No compartia en absoluto con su madre la decision de echarlo a la calle como a un perro sarnoso. No, Julian sabia que de haberse tratado de un perro sarnoso, Eloisa le hubiese dado atencion veterinaria y cobijo. Gritos, reproches y una maleta. Esa maldita imagen lo acompanaria por siempre. Solo habia podido entender, desde la planta de arriba, parte de la discusion. Eloisa habia echado a Fernando de la casa para siempre. El le habia pedido que lo dejara al menos despedirse de Julian, pero no se lo permitio alegando que eso complicaria aun mas las cosas, que ya lo haria en otro momento. Lanzando la pelota una y otra vez contra la puerta, sentado en el puf, desistio de su intento de contener las lagrimas. Necesitaba alguna via fisica de escape, y llorar por segunda vez tal vez lo ayudaria. Pero tras un rato durante el cual el derroche de lagrimas no habia sido capaz de apaciguar su malestar y su dolor, decidio ir en busca de la unica persona con la que no debia guardar las formas ni las apariencias. Era su mejor amigo, solo que se trataba de una chica. Estela descansaba en el granero leyendo uno de sus libros. Como cada tarde, incluso en domingo, se refugiaba en el granero de los padres de Julian huyendo del ruido de la maquina de coser de su madre, una mujer incansable que cosia de sol a sol para sacar adelante a su familia y ayudar a su marido. Julian acudia en busca de Estela cada vez que tenia ocasion. Vivian muy cerca y sus familias se apreciaban y ayudaban de forma mutua desde hacia muchos anos, de ese modo habian crecido juntos. Cuando ninos, su relacion habia sido natural, fluida y divertida. Sus preocupaciones se habian basado en quien recogia mas huevos o quien cruzaba mas rapido el cercado. Pero desde que la adolescencia habia hecho acto de presencia, ambos tenian la sensacion de tener que medir sus palabras. Julian era algo arisco, y ella, bastante susceptible. A pesar de eso, sobrellevaban bien el descontrol hormonal, y la necesidad mutua los mantenia unidos. Cada vez eran mas los vecinos que se rendian y vendian sus tierras, sus animales o sus casas en la zona para ir a vivir a la ciudad, asi que eran casi los unicos adolescentes que habitaban aquel lugar tan hermoso de la sierra. La situacion era muy dificil. Durante los ultimos meses, la inestabilidad en el hogar de Julian lo habia trastocado a el y de paso a su caracter ya de por si complicado. Pero Estela, como buena amiga, se aguantaba las ganas de patearle el culo y pasaba por alto sus malas contestaciones. Comprendia lo dificil de la situacion y no queria ni imaginar que sus padres llegaran a separarse. La puerta del granero se abrio con su caracteristico chirrido por el oxido en las bisagras, y Estela supo que Julian venia en su busca. Habia visto a Fernando salir de la casa con cara de pocos amigos, asi que supo que Julian necesitaba hablar.

  • Todos los dias que tuvimos juntos de Anne Zoer

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    Jude Summers es una mujer fuerte, capaz y vulnerable en algunas ocasiones.Ben Randall es un hombre que no solo oculta un secreto, sino que su propio pais trato de matar en cuanto se presento la ocasion.Luego de un aparatoso incidente Jude queda con la duda acerca de quien le salvo la vida y por cuestion del destino su encuentro se vuelve un poco “vergonzoso”

  • Buscando a Zaida de Dylan Martins

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    Cuando Sergio cruza la mirada, por primera vez, con Zaida, mientras la atiende en urgencias, sabe que la atraccion ha surgido entre ellos.
    Ella solo esta en la ciudad por unos dias, tiene que volver a Marruecos.
    El no puede olvidarla y se convierte en una obsesion.
    En sus vacaciones, y con los pocos datos que tiene de Zaida, decide viajar a Marrakech con la esperanza de encontrarla.
    ?Conseguira hacerlo?
    Y si es asi, ?que les depara el destino a los dos, aun siendo conscientes de la diferencia cultural que los separa?

  • Siempre Julieta (Julieta 3) de Helene June

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    Paso a buscarte a las siete, ?vale? --me dice mi novio, Ander, al salir de clase. --Genial. --Sonrio y le doy un beso para despedirme, ya que la proxima asignatura no la damos juntos. Hoy es mi cumpleanos y tengo comida en casa con mis padres y mi hermano. Como es martes, lo celebrare con mis amigos el sabado, que, casualmente son las fiestas del barrio de Deusto. Esta noche, Ander y yo iremos a cenar. Llevamos juntos tres meses, y me gusta mucho. Nos conociamos de vista de alguna clase, pero en una de tantas fiestas universitarias se acerco a hablar conmigo. Me encanto lo amable que era. Charlamos de todo, bailamos y me acompano a casa. Estuvimos unas semanas mandandonos mensajes, sentandonos en la misma mesa y estudiando en la biblioteca. Tenemos caracteres similares y se toma en serio la carrera. Congeniabamos. Era tan facil estar con el que, cuando un dia me beso en otra fiesta, me deje llevar. Y asi, lentamente, hasta hoy. Nunca hemos discutido. Todo fluye con Ander. Salgo de la universidad y veo un coche familiar. Miren. Corro hacia ella porque lo tiene mal aparcado, y me monto: --!Felicidades, cumpleanera! --Me abraza con efusividad--. Madre mia, que ya tenemos veintiun anos. !Somos unas viejas! Fijate, en Estados Unidos por fin podrias beber. --Y se parte de risa. La verdad es que es ironico que te permitan llevar armas con dieciocho, pero te prohiban el alcohol hasta cumplir veintiuno. Al menos, eso marca la ley, no es que yo no bebiera con muchos menos anos cuando estaba alli. --Gracias, Mirentxu. --Le doy un beso y me abrocho el cinturon. Habiamos quedado en que venia a buscarme para llevarme a casa y asi nos vemos un ratito hoy. Soy una romantica de los cumpleanos, me gusta festejarlos en el dia que son. Si se hace mas tarde, pierden el encanto. Aun asi, entiendo que para juntarnos todos los amigos es mejor el sabado, pero hoy lo celebro tambien. --?Que tal con tu muermo? --pregunta Miren, refiriendose a Ander. No es que no le guste, pero dice que es un aburrido porque no sigue su ritmo de fiestas, como si cualquiera lo siguiese. --No lo llames asi. ?Que tal tu con el cabra loca? --pregunto yo. Ella esta con una persona opuesta a Ander. Telmo, su amigo con derecho a roce, es el relaciones publicas de la discoteca mas conocida de la ciudad, donde solemos acabar siempre. Y digo <> porque un dia esta con Miren y, al siguiente, con otras, pero a ella no parece importarle. --Bien, anoche quede con el. El tio tiene un polvazo de muerte. Madre mia, Miren. Como ha cambiado. Antes, os juro que pasaba por timida, pero, oye, que ha encontrado su hueco en la universidad y se siente feliz. Asi que todos contentos por ella. --Me alegro por ti. Yo, con Ander, bien, gracias. --?Ya te lo has tirado? --suelta, como quien pregunta si he comprado naranjas, mientras cambia la cancion. --Eh, no --digo con timidez. Se lo que esta pensando: que por que no me lanzo, si no soy virgen. Ander y yo no hemos ido mas alla de besarnos y proporcionarnos placer el uno al otro con nuestras manos. Siempre en el coche, claro, porque los dos vivimos con nuestros padres. No hemos hecho el amor porque no ha habido oportunidad. ?O si? Ya no se si es asi o pongo excusas. Con James nunca me paso esto. Siempre era yo la que pedia mas o buscaba alternativas para estar solos. James... Un ano que no lo veo. El comienzo fue durisimo, terrible, me costo mucho levantar cabeza, pero, gracias a Miren y a todos los trabajos que tenia que hacer, consegui reponerme unos meses despues y continuar con mi vida. No hablamos nunca. Lo hicimos la primera semana hasta que yo le pedi que por favor dejara de llamarme porque estaba sufriendo demasiado. Y nunca mas volvio a hacerlo. Ahora nos mandamos mensajes en fechas senaladas como cumpleanos o navidades. De momento, hoy no me ha escrito, pero se que tenian un concierto benefico. Soy un poco masoquista y sigo por redes sociales el perfil del grupo The Bourbons. No suelo acordarme mucho de James, entre otras cosas, porque no me dejo a mi misma pensar en el, pero en dias como hoy, que se que es probable que me escriba, no puedo evitarlo. --Pues no entiendo a que estas esperando a tirartelo --dice Miren mientras conduce por el camino que bordea la ria. --No hemos tenido la oportunidad. --Amiga, si quieres mentirte a ti misma, vale, pero a mi no me enganas. No lo has hecho porque no quieres. Lo que no entiendo es por que. --Me mira fijamente, aprovechando que se ha parado en un semaforo. --No se, Miren. No lo se, te lo juro. No me sale --me sincero con ella. --Porque es un muermo, ya te lo digo yo. Buscate a otro como Telmo, y ya veras como te sale --contesta, riendose. --Gracias por el consejo, pero me quedo con Ander, nos va bien y disfruto mucho en todos los sentidos. Tienes razon, igual me lanzo esta noche. Ya que es mi cumpleanos, ese puede ser mi regalo. --El regalo se supone que te lo tiene que dar el, pero, mira, si lo quieres ver asi, adelante. Tu me llamas manana y me cuentas que tal --me dice al aparcar frente a mi casa, y subo a celebrar el cumpleanos con mi familia. A las siete en punto, estoy en el portal, esperando a Ander porque se que no va a llegar tarde, nunca lo hace. --Hola, princesa --dice en cuanto abro la puerta del coche y veo un ramo de margaritas en mi asiento. Son mis favoritas. ?Como una flor tan sencilla y abundante en el mundo puede ser tan bonita y delicada a la vez? --Que bonitas, Ander, me encantan. --Las huelo, las poso en mis piernas y le doy un beso a mi novio--. ?Que tienes preparado para hoy? --Es una sorpresa. Pone el coche en marcha, coge la autopista en direccion a la costa y toma la salida de Getxo. Nos metemos por unos caminos de cabras y, al llegar a una garita, nos para una persona. Miro a mi alrededor, intentando adivinar donde estamos. Veo varios coches aparcados en filas y una pantalla gigante. Es un autocine. Que guay, no habia estado nunca en uno. --!Me encanta, Ander! --Sonrio y me acerco a el para darle un abrazo. --Es noche noventera, ponen cine de aquella decada. Creo que la de hoy te gustara. --!Es genial, de verdad! ?Que peli vamos a ver? --pregunto, emocionada. --Romeo y Julieta --contesta, sonriendo. Mierda. El titulo ya me pone los pelos de punta. No voy a parar de oir <> durante la proxima hora y media. Que mala pata, Ander. El pobre no se da cuenta de lo que eso significa para mi. Decido disimular, no creo que sea conveniente decirle a mi novio que ha escogido una pelicula en la que el nombre de la protagonista es el apodo que utilizaba mi ex para llamarme. --Es perfecta para hoy, gracias, Ander. --Dios, soy una mentirosa. Sintonizamos la radio para oir la pelicula en el coche, y Ander va a por unas palomitas. No puedo negar que esto es un planazo, mucho mas original que ir a un restaurante a cenar. Cuando vuelve, empieza la sesion y no me dejo pensar en James. Ander no se lo merece. Me meto en la historia de amor tan tragica que tienen. Leonardo DiCaprio esta muy joven y guapisimo. Recuerdo que una vez me contaron que Claire Danes y el se llevaban fatal fuera de las camaras, parece mentira, ya que la complicidad entre ellos es grandiosa. Disfruto al maximo de la pelicula tan bonita que estamos viendo. Me corren las lagrimas por las mejillas. Que final mas triste. Ander mira como me seco los ojos. --Es solo una pelicula, Lea, no es real. --Y se acerca para besarme. Nuestros besos son siempre calidos y lentos. Como una cancion de musica clasica en la que me imagino pajaritos bailando sobre la orquesta. Como una mousse de chocolate que degusto despacio para que no se acabe. Pero hay dias que me gustaria que esos pajaritos se alejasen tras un sonido rompedor de una trompeta o encontrarme una capa de galleta que le de un toque al sabor de la mousse. Ander se desengancha de mis labios. --?Te llevo a casa? ?O quieres ir a algun otro lado? Pienso un momento que contestarle. --Mejor a casa, que manana tengo la primera clase a las ocho. Miren se va a quedar sin los detalles escabrosos que tanto le gustan, porque hoy no es el dia tampoco. Al entrar en mi habitacion, y como si de una senal se tratase, me suena un mensaje en el movil. Sin ni siquiera mirarlo, se de quien es. De la persona en la que llevo pensando inconscientemente todo el dia y que aun no me ha felicitado. Miro la pantalla y ahi esta una simple frase, sin mas importancia de la que tiene, pero que me faltaba en este cumpleanos para que fuese completo: <>. El corazon me da un vuelco. Un vuelco mucho mayor que el que he sentido en el coche besando a Ander. Enciendo mi tablet para meterme en el perfil de The Bourbons y comprobar si ya han actuado o es esta noche. Hay un video colgado de hace una hora desde Washington, y lo veo. Es un macro concierto con miles de personas. Las primeras notas me hacen sonreir y me dan ganas de bailar. La voz familiar me atraviesa el corazon. Escucho el tema pegadizo tumbada en mi cama boca abajo, balanceando los pies al ritmo de la musica. Al tatarear la letra, me doy cuenta de que habla de como ha conocido a una chica en un bar, que esta loco por ella, por su cuerpo, y que estuvieron la ultima noche juntos. Supongo que todos pasamos pagina, y el, el cantante de un grupo famoso en Estados Unidos, no iba a ser menos. Dejo de seguir su perfil y apago la tablet. No contesto a su mensaje. El sigue con su vida, yo con la mia. Tengo que olvidarme para siempre. Por Ander y por mi. >CANCION: Shape Of You - Ed Sheeran James Washington, mismo dia Que empiece la fiesta. Nos tomamos un chupito de bourbon los cuatro, como suele ser habitual antes de las actuaciones. Hoy tenemos un concierto benefico en Washington. No solemos tocar un martes, pero esta era una gran oportunidad porque actuan artistas de renombre y el escenario no es comparable a ninguno en los que hayamos tocado antes: el National Mall. Hoy hacen una recaudacion para enfermedades raras, por eso es un dia de fiesta en el que hay conciertos todo el dia. La mayoria de artistas conocidos tocan a partir de las seis de la tarde. Nosotros a las once de la manana, que el publico sera mucho menos mayoritario, pero el simple hecho de que nos hayan llamado para disfrutar de nuestras canciones ya es un logro del que estar agradecidos. Hemos seleccionado cinco temas, y yo tambien canto a duo con Alize, una artista adolescente que ha despuntado estos ultimos meses. Segun tengo entendido, va a venir mucha gente a ver en directo su ultimo exito, Non Stop, que es el que cantara conmigo. Compartimos discografica, y han aprovechado la oportunidad para que nos publicitemos mutuamente. Aunque la cancion es pegadiza, no es mi estilo de musica y necesitare mas de un bourbon para bailar y entregarme al publico como pide la discografica. --He conocido a Ray White, que toca esta tarde. Me ha dicho si nos juntamos despues del concierto para conocernos. Le va muy bien en el country, pero esta intentando sonar mas roquero ultimamente y nos quiere proponer que toquemos con el --nos informa Grey tras dejar el chupito en la mesa y servirse otro--. El tio tiene otro nivel, le han puesto su propio camerino en una caravana. --Vamos, ?no? --pregunta Nate, mirandonos. --Por mi, sin problema, ya sabeis que llevo el country en la sangre, no me importaria componer una cancion con Ray White. Tom, ?tu que dices? --pregunto. Suele mantenerse al margen de casi todo, pero nos gusta animarlo a participar. --Si, sin pegas. Quedamos con el y componemos algo entre su estilo y el nuestro --contesta con la mirada puesta en el videojuego al que esta enganchado. Se abre la puerta y entra Jason, nuestro nuevo manager. Cuando empezamos con la ultima gira nacional, los de la agencia lo escogieron porque es mas agresivo y efectivo en este mundillo. El Tiburon, lo llaman. Desde que estamos con el conseguimos conciertos y entrevistas importantes, pero el tio es bastante gilipollas, lo unico que le importa es que salgamos en prensa. --?Que pasa, Tibu? --saluda Nate

  • El ultimo coyote de Michael Connelly

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    Connelly desvela un episodio oscuro en la vida de Harry Bosch.
    La vida de Harry Bosh es un desastre. Su novia le ha abandonado, su casa se halla en un estado ruinoso tras haber sufrido los efectos de un terremoto, y el esta bebiendo demasiado. Bosch se resiste a ver al medico asignado por la policia de Los Angeles, pero finalmente acaba reconociendo que un hecho tragico del pasado continua interfiriendo en su presente. En 1961, cuando tenia once anos, su madre, una prostituta, fue brutalmente asesinada. El caso fue repentinamente cerrado y nadie fue inculpado por el crimen. Bosch decide reabrirlo buscando, si no justicia, al menos respuestas que apaciguen la inquietud que le ha embargado durante anos.

  • Hermana de Sue Fortin

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    Muchas familias tienen secretos y estan dispuestas a lo que sea por mantenerlos, pero ?donde esta el limite?

  • Origenes secretos de David Galan Galindo

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    Al Doctor Emmet Brown se le ocurrio la idea del Condensador de Fluzo (Flux Capacitor) tras golpearse la cabeza con el lavabo intentando colgar un reloj subido al vater. A mi se me ocurrio la idea de Origenes secretos tras golpearme con algo mas duro que un lavabo: la cruda realidad. Y la cruda realidad es que los espanoles no demandan historias de superheroes hechas en Espana. Ojala leas esto mucho mas tarde de cuando yo lo estoy escribiendo y estas palabras sean caducas. Ojala no sepas de que cono estoy hablando. Ojala incluso este libro haya tenido algo que ver en ese cambio de mentalidad. Pero lo cierto es que en 2014, cuando escribi esta historia, yo tenia esa conviccion. Maldita sea, es hoy, en 2020, y sigo estando mas seguro de eso que de que el sol saldra manana. Sin embargo, en Espana nos encantan los superheroes americanos. Los comics mas vendidos son de superheroes. Muchos videojuegos tambien. Las series ni te cuento. Y abarrotamos las salas de cine para ver las pelis Marvel, DC o de cualquier menda con capa y/o superpoderes. Es decir, no tenemos ningun problema con el genero en si, sino con su pedigri. Si los superheroes los hacemos nosotros, necesitamos (ne-ce-si-ta-mos) que sean parodias. Si es con la distancia de la comedia, si es para reirnos de ellos, entonces si. Bienvenidos sean Superlopez, el Tio la Vara y quien haga falta para dejar claro que un tio que se pone un traje chillon y sale a combatir el crimen, nos parece ridiculo. Si es de aqui. Lo curioso es que esto sucede a la vez que Espana es respetada internacionalmente tanto por su cine de terror como por sus novelas negras. Somos una potencia mundial en historias de miedo y en idear tramas criminales. ?Una historia llena de sangre y asesinatos que deje clara nuestra vision cinica del mundo? Eso si nos creemos que pase en Hispania. Y cuando llegue a esa conclusion, fue cuando resbale de la taza, me golpee contra el lavabo y tuve una vision. Mi Condensador de Fluzo seria un thriller, una historia con un asesino en serie y performances macabras, y en el volcaria mi verdad, todas mis inquietudes sobre los superheroes y reflexionaria sobre por que nuestro caracter nos impide creer en ellos aqui. No me preocupaba el exito, pero si llegar a cuantos mas lectores desprevenidos posibles. En este caso, para mi, pillar por sorpresa a los lectores de novela negra tradicional era mas importante que llegar a un gran publico. Es mas valioso convencer que vencer. Asi idee un caballo de Troya en el que el equino de madera seria la novela negra, y los aqueos escondidos dentro con intenciones homicidas, serian la teoria superheroica. Todas las reflexiones sobre el genero y todas las referencias al noveno arte (y otros artes adyacentes) que maneja Jorge Elias serian las picas con las que cargan esos griegos furiosos amantes del camuflaje. Por eso, para que disfruteis bien de la <>, os pido un favor. Olvidad todo lo que he dicho. Esto es una novela negra como todas las demas. Nada de especial. Misterio. Sangre. Muerte. Miedo. Asesinos. Esto es Espana, asi que relajaos, que aqui no hay trajes chillones. O si. 2. (Super Saiyajin) Escribiendo este libro quise encontrar algo parecido a un estilo. Creo que durante el proceso iba buscando timidamente mi voz y en algun momento, a la altura del capitulo tres, me quite los ruedines y empece a hacer virguerias con la bici. O a intentarlo patosamente, vaya. Me senti como cuando sales a un escenario a dar un discurso, a cantar o lo que sea. Subes cagado de miedo, temiendo balbucear o que se te quede la boca seca, pero si aguantas sin derrumbarte ahi arriba los primeros cinco minutos, de golpe todo va bien y controlas la situacion. Jorge Elias diria que en ese momento <>. El caso es que a lo largo de la escritura de esta historia hice algunos hallazgos de forma que acabaron conformando algo parecido a <>. Del que mas orgulloso estoy es de cierta prosopopeya cuando hablo de Madrid. Lo cierto es que una de las frases mas repetidas cuando alguien analiza una novela noir es: <>. Ya sea Nueva York en los setenta o Barcelona en los anos veinte, si la novela es buena, no falla, la critica incluira la sentencia <>. Pero despues de leer varias novelas negras, me dio la sensacion de que aquella era una frase manida, muy socorrida para rellenar una resena pero que era bien extrano leer una historia en la que la ciudad fuera realmente <>. Ahora bien, la idea era cojonuda. Decidi tomarmelo literalmente. Por eso en Origenes secretos Madrid es el sujeto de muchas frases. Madrid despierta, rie, suena. Madrid tiene ojos, pulmones y manos con dedos. Fue una apuesta arriesgada, pero me consta que <> son la parte mas celebrada de esta narracion. Con el tiempo lamente que la novela no empezara con uno de esos textos que jugaban con Madrid personificada. Igual que el que sube al escenario desearia haber tenido la destreza con la que acabo la cancion, cuando solto aquel gallo nervioso en la primera estrofa. Por suerte, yo tengo una nueva oportunidad para empezar. Si quereis leer esta novela tal y como fue publicada en su dia, pasad al capitulo uno sin mas dilacion. No os vais a perder nada. Pero si me dejais enmendar mi error, aqui esta el capitulo cero de Origenes secretos. Y como habla de una ciudad de verdad, se titula como una ciudad ficticia: <>. 0 Arkham No es facil saber quien eres, si eres Madrid. Lo extraordinario podria sucederle a cualquier otra ciudad y, sin embargo, le sucede a ella. Por que sera. Quiza porque es la mejor ciudad del mundo. O porque es la peor. Es la que expulso a los neonazis de Tetuan y tambien la que expulsa a las familias de Lavapies si no pueden pagar el alquiler. La del Banco de Espana y la del Pozo del Tio Raimundo. La del Club de los Poetas Violentos de Ascao y la de los Hombres G de La Guindalera. La de la Carrera de Tacones de Chueca y las corridas de toros de Las Ventas. La del Museo del Prado y tambien la de Telecinco. En ingles <>, significa <> y <> significa <>. O sea que un britanico amante de los juegos de palabras podria pensar que MadRid es el lugar en el que nos libramos de los locos. Un asilo o un manicomio quiza. Pero a Madrid la bautizaron los musulmanes, no los anglos. Y la llamaron Mayrit, que significa <>, <>. Agua. <> fue su primer tatuaje en el culo, si podemos considerar asi al lema de sus blasones. Por eso Madrid fluye y se cuela por las rendijas. Madrid te llueve encima. Se condensa. Se evapora. El Madrid de hoy se parece tanto al de manana como el agua de un rio se parece al agua del rio de ayer. Todo y nada. Imaginad cada dia en el espejo un mismo rostro siempre distinto. Intenta librarte de esa locura. Por eso, no es facil saber quien eres, si eres Madrid. Pero si andas por sus calles, Madrid si sabe quien eres tu.

  • La bruja de near de Victoria Schwab

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    SI EL VIENTO TE LLAMA POR LA NOCHE, NO DEBES ESCUCHARLO.

  • Las cenizas del exito de Maxi Campo

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    Nadie imagina hasta donde es capaz de llegar el ser humano en la busqueda de opciones para sobrevivir.
    Mario es un ejemplo, la vida le cambio de pronto y perdio el rumbo.
    Tambien lo es Anna. O John.
    Formas poco habituales de ganarse la vida. Formas poco habituales de morir.
    Donde la ley siempre va por detras de la trampa.
    Donde la trampa es la verdadera eleccion.
    Linda sabe que, en el contexto que le toca vivir, lo moral y lo digno depende de cada cual. Y cada cual es libre de equivocarse. Para eso se hizo policia.

  • El simbolo perdido de Dan Brown

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    Washington. El experto en simbologia Robert Langdon es convocado inesperadamente por Peter Solomon, mason, filantropo y su antiguo mentor, para dar una conferencia en el Capitolio. Pero el secuestro de Peter y el hallazgo de una mano tatuada con cinco enigmaticos simbolos cambian drasticamente el curso de los acontecimientos. Atrapado entre las exigencias de una mente perturbada y la investigacion oficial, Langdon se ve inmerso en un mundo clandestino de secretos masonicos, historia oculta y escenarios nunca antes vistos, que parecen arrastrarlo hacia una sencilla pero inconcebible verdad.

  • Ni lena ni leches de Sweet Melibea

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    --No puedes pedirme eso, Hannah --le dije a mi hermana en una suplica. No, es que ni de cona lo haria. --Puedo, y de hecho lo estoy haciendo --me contesto Hannah de forma seria. Ni en sus suenos. No podia creerme lo que mi hermana me estaba pidiendo. ?En que cabeza cabia que accediera a aquello? !Mi hermana estaba loca! Si era cierto que en lo ultimos meses estaba tomando varias pastillas recetadas por un profesional, ya que habia entrado en un estado animico nada favorable, ademas de algunos tranquilizantes, pues la tension la tenia por las nubes. Si, Hannah estaba sufriendo bastante desde que su marido la abandono y la dejo sola con sus dos hijos, pero de ahi a que yo accediera a su peticion, pues... No, no podia. Mi hermana se recuperaria, no podia dejarlo todo sin mirar atras. --?Mama lo sabe? --le pregunte arrugando el ceno. Si mi madre estaba al tanto de aquello y todavia no habia ardido Troya, es que estaba de acuerdo, de lo contrario, no estaba enterada. --Si --me contesto mirandome a los ojos. --?Y? --Esta de acuerdo, claro. Puse los ojos en blanco. --?Que pasa con los ninos? --insisti. Quemaria todos los cartuchos que me hiciera falta con tal de poner todas las pegas posibles, a ver si asi a mi hermana se le quitaba aquella idea absurda de la cabeza. --Bueno, eso... --titubeo Hannah y arquee una ceja. <>, pense escandalizada. No es que mis sobrinos fuesen santos de mi devocion, ya que nunca me habia llevado demasiado bien con ellos, eso de tener una estrecha relacion tia/sobrino/a conmigo como que no, pero de ahi a verlos internos en uno de esos colegios horribles con monjas que pellizcan los brazos, pues... --No consentire que los internes --le dije de pronto a Hannah. <>. Hannah dejo escapar una pequena carcajada. --?Quien ha hablado de internarlos? Algo que si habia dejado en casa el marido de Hannah al marcharse eran deudas, por lo que la muchacha tenia el dinero justo para poder vivir. --Es verdad --dije asintiendo con la cabeza--. ?Entonces? --Ese es el favor que me tienes que hacer. --Hannah se mordio el labio inferior, nerviosa, pues no sabia como reaccionaria. Yo la queria mucho y todo eso, pero lo que Hannah iba a pedirme, sabia que me iba a dar mucho miedo, pero tambien que era importante. --?Favor? --parpadee un par de veces--. Pero creia que el favor que tenia que hacerte era darte el visto bueno para marcharte a ese sitio, Hannah. --Tambien. --Venga, sueltalo entonces --le pedi poniendome nerviosa. --Los ninos se quedan contigo. --?Como? --Mis ojos se tornaron redondos por la sorpresa. <>. --Mama es mayor para lidiar con ellos --intento convencerme Hannah. --Y yo soy nula. !Los ninos se me dan fatal! --me queje haciendo aspavientos con las manos, estaba a punto de petarme la patata. --!Ya no son ninos! Billy es adolescente y Emily preadolescente. --Hannah se encogio de hombros y yo la mire condescendiente. Como si aquello me consolara, no te fastidia. --?Me estas vacilando? --le pregunte con altaneria--. Hannah, por nuestra madre, por el bien de esas criaturas, yo... --Lottie, por favor --suplico mi hermana. Negue con la cabeza fervientemente, como cuando de pequena no me queria comer las lentejas y mi madre me amenazaba con ponerme el plato de legumbres a modo de sombrero, a ver si asi me entraba el apetito. --No puedo, Hannah, no soy capaz. !Ni siquiera se cuidar de mi misma! Soy un paquete y lo sabes --lloriquee--. Ademas, no querran venir conmigo. --!Eres su tia favorita! --exclamo Hannah con fingida emocion. Rode los ojos. --Deja de vacilarme, te lo suplico --le pedi poniendo las manos con las palmas hacia delante --. No tienen otra tia. --!Por eso! --siguio insistiendo Hannah. Resople, me cruce de brazos y mire hacia otro lado. --Lo haras, Lottie, porque me quieres y yo a ti. Necesito ponerme bien y quiero hacer ese viaje, estar en ese lugar para hacerlo. Al decir aquello, volvi a fijar la vista en mi hermana. Sabia que Hannah tenia razon y que realmente necesitaba volver a ser la misma de antes, sonreir y tener ganas de vivir sin el efecto quimico de ninguna pildora. Hizo una mueca y Hannah me tendio su mano. --De pequenas prometimos hacer todo lo que estuviera en nuestra mano para hacer feliz a la otra. Asenti despacio. En aquello Hannah tambien tenia razon. Nos llevabamos cinco anos de diferencia, siendo Hannah mayor que yo, que en aquel momento tenia veintiocho anos y Hannah treinta y tres. Pero la edad nunca se inmiscuyo entre nosotras, pues fuimos inseparables desde el primer momento y nos dedicamos todo el cuidado y carino del mundo la una a la otra. Eramos totalmente distintas, tanto fisica como psiquicamente, y habiamos elegido vidas muy diferentes. Yo me dedicaba a la traduccion literaria y, la verdad, ese momento del que muchas personas hablan en el que sienten que ya han sentado la cabeza, pues oye, que yo ni lo conocia todavia. Hannah, por su parte, tuvo a Billy muy jovencita, a sus diecisiete anos y se conformo con un puesto de cajera en un supermercado que encontro un ano despues. En aquel momento estaba fija en ese puesto de trabajo, otro punto a favor por el que me parecia una completa locura que lo dejara todo para hacer aquel retiro espiritual, a ver si asi se le alegraba el alma y el corazon. La estoy citando, por supuesto. Y estuvo durante muchos anos con el mismo hombre, el primero del que se enamoro, el padre de Billy y Emily, el mismo que la habia abandonado desde hacia un tiempo a esta parte y por el que estaba deprimida. Y, bueno, si me preguntasen a mi por mi vida amorosa, diria que soy otro paquete. Nunca me habia enamorado. No, porque tenia la sensacion de que era posible que no encajara con nadie, asi que no sabria en ese momento describirte las sensaciones que el amor despierta en el cuerpo. Ni tampoco los sentimientos. Ni nada. Basicamente, no sabia nada del amor. Pero, volviendo al tema de mi hermana, quiza aquello era lo especial de nuestra relacion. A pesar de nuestras diferencias, eramos una y carne, siempre lo habiamos sido y aquello no cambiaria nunca, estaba segura. Pero el problema no era que no me entendiese con Hannah, ya que con quien no lo hacia era con mis sobrinos. Siempre estabamos como el perro y el gato, nunca se me dieron bien los ninos. ?Lo he dicho ya? No lo se, por si acaso lo repito. --?Lo haras? --insistio Hannah. Bufe. --?Que tengo que hacer exactamente? --A ver... esta casa es de alquiler y como yo voy a irme a mi retiro... Volvi a bufar. --Sigue, quiero saber a que tengo que atenerme para hacerme a la idea. --Con el dinero que me ahorrare del alquiler pagare las tasas. Parpadee varias veces. --?Pretendes que viva con tus hijos en mi casa? ?En mi mini casa? Lo decia muy en serio, en la casa en la que vivia casi no cabia ni yo muchas veces cuando tenia mucho desorden. --Pues... --Repito, ?en mi mini casa? --insisti. Hannah se rasco la barbilla, despues me miro. --Bueno, no tendrias demasiado problema en mudarte, ?no? Digo... como tu eres una hoja movida por el viento. Hizo una mueca muy graciosa que me hizo sonreir. --?Mudarme? --pregunte. --Si, a un sitio mas grande. Quiza, en las afueras de la ciudad, al aire libre, en el campo... Los ninos han sufrido estos meses, puede que les venga bien. Ademas, tu te acabas adaptando a todo.--?Me estas convenciendo? --le pregunte torciendo el gesto. <>. --?Yo? Para nada, pero... solo digo que tu siempre has tenido mucho espiritu aventurero, mucha capacidad de adaptacion y yo te lo agradeceria tanto. --El chantaje emocional no esta permitido --le dije poniendo morritos. Ella me hizo una caida de pestanas. --Lottie, por favor... Me mordi el labio inferior. --Asi, yo que se, al igual que yo, cambias de aires. Siempre te estas quejando de lo pequena que es tu casa, del bullicio de la ciudad... Y, para que veas, he encontrado una casa de campo que es perfecta para los tres. Arrugue el ceno. --?Has buscado una casa antes de decirte yo que si? --le pregunte perpleja. Hannah solto una risita nerviosa y tecleo en su telefono movil hasta dar con la foto de mi supuesto nuevo hogar. Bueno, mio y de Billy y Emily. <>, pense ironizando. --Mira. Y eso hice, mirar, y la verdad es que me gusto lo que vi. --Esta a una hora en coche del pueblo mas proximo, su alquiler es barato y --paso a la foto siguiente y volvio a mostrarme la pantalla de su telefono --, mira que vistas. Lo cierto es que las vistas eran espectaculares y seguramente se respirase mucha paz viviendo en aquel entorno, rodeada la casa de naturaleza. --Es mas barato que lo que pagas aqui, ademas, te dare manutencion de los ninos. Ya me han dado la excedencia en el trabajo. --?Que? ?Ya tienes la excedencia, bueno, pensabas pedirla y no me has dicho nada? --Lottie, crees que esto es una decision precipitada, pero la he meditado bastante --me explico, como excusandose de su decision, cosa que yo no le habia pedido en ningun momento. --Hannah, no tienes obligacion de darme tantas explicaciones... --Pero tampoco quiero que te sientas obligada a ayudarme sin saber realmente por lo que estoy pasando. --Se encogio de hombros. --Se por lo que estas pasando --pose una de mis manos sobre las suyas, que las tenia entrelazadas sobre el regazo --, de verdad, Hannah. Asi que... no se... --?Eso es un si? Sopese un momento mi respuesta, aunque en mi interior ya la habia decidido desde el minuto uno en el que Hannah me habia pedido ayuda. Era mi hermana, nunca me negaria a ayudarla, aunque eso significara cuidar de mis sobrinos, asi que obviemos el principio de este capitulo y, por ende, de esta historia. --Debo de haberme vuelto loca... --musite y ella casi grito de jubilo para despues esbozar una sonrisa. Me alegre de verla sonreir de nuevo de manera sincera, sin duda, parecia desear bastante ese tiempo para ella. --?Te he convencido? --No hacia falta, tampoco... <>. Capitulo 2 --?Cuanto queda? ?Cuanto queda? ?!Cuanto quedaaaaaaaa!? --Emily alargo ese ultimo "queda" y termino de romperme los nervios, de por si crispados por el viajecito que me estaban dando mis queridos sobrinitos. Habia pasado una semana desde que tuve aquella conversacion con mi hermana Hannah, y durante aquellos dias nos habiamos ocupado de alquilar la casa, hacer las maletas, hablar con mi antiguo casero... ya sabes, puros papeleos y formalismos. Fue Hannah quien se encargo de hablar con mi nuevo casero, recoger la llave de mi nuevo hogar de sus manos y tenderla en las mias, como tambien de preparar todas las pertenencias de sus hijos para que las trajeran con ellos. Todo aquello lo hizo en un intento de hacerme a mi las cosas mas faciles, lo sabia. Y, de alguna manera, tambien me sabia mal que lidiara con todas esas cosas que me parecian, personalmente, lo mas mierder de gestionar. --Solo sera un mes, Lottie, pasara rapido --me dijo para que cambiara mi semblante nervioso e inseguro el dia en el que nos despedimos de ella, en su antigua casa, esa que habia dejado por marcharse a su retiro espiritual. Me salio una mueca, muy mal disimulada, por cierto. --?Que haras dentro de un mes? ?Donde viviras? --le pregunte no sin cierta preocupacion por el futuro de Hannah. Hizo un gesto con la mano, como quitandole importancia a mis palabras. --Me ire a casa de mama. Asenti, aunque no estaba nada convencida de esa inestabilidad que de pronto se habia aduenado de ella. --Mama... --Emily se asomo por la ventanilla del asiento trasero de la vieja camioneta de mi padre, la cual mi madre me habia dicho que cogiera para mudarnos porque, total, nadie la utilizaba. Mi pobre padre murio anos atras y mi madre se habia apropiado de mi Vespa. Si, joder, de mi jodida Vespa. Arrggg, era imposible. Hannah estuvo durante aquella ultima semana advirtiendome sobre mi vulgar forma de hablar, pero, cono, ?si sabe como me pongo para que me llama? No, mejor, ?para que me mete en ese marron?

  • Bajotierra de Robert Macfarlane

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    Robert Macfarlane nos invita a bajar la mi

  • La noche del cazador de R. A. Salvatore

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    Los Companeros de Mithril Hall se han reunido de nuevo. El elfo oscuro Drizzt Do'Urden regresa a Gauntlgrym con sus viejos amigos con el objetivo de rescatar a Thibbledorf Pwent, el viejo escolta de Bruenor ahora convertido en vampiro. Pero Drizzt y sus aliados no se enfrentaran tan solo a un peligroso viaje a traves de la oscuridad y de los no muertos que alli habitan, sino que deberan cruzar una colonia de drows, a quienes nada gustaria mas que ver al elfo oscuro muerto.

  • El sindrome de Wendy, Lucy Morton de Lucy Morton

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  • La casa que ame de Tatiana De Rosnay

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    Querido: Puedo oir como suben por nuestra calle. Es un rugido extrano, amenazante; sacudidas y golpes. El suelo tiembla bajo mis pies. Tambien oigo los gritos, unas voces masculinas, altas, excitadas, el relincho de los caballos y el martilleo de sus casas. El rumor de una batalla, como aquel terrible mes de julio tan caluroso en el que nacio nuestra hija, aquella hora sangrienta en la que la ciudad se erizo de barricadas. Hay nubes de polvo sofocantes, un humo agrio, tierra y escombros. Le escribo estas letras sentada en la cocina vacia. La semana pasada embalaron los muebles y los enviaron a Tours, a casa de Violette. Dejaron la mesa, era demasiado voluminosa, tambien la cocina de esmalte, muy pesada. Tenian mucha prisa y yo no pude soportar el espectaculo. Aborreci cada minuto. La casa despojada de todos sus enseres en un brevisimo instante. Su casa, la que usted pensaba que se salvaria. !Ay, amor mio! No tema, yo no me marchare jamas. Por las mananas, el sol se cuela en la cocina, eso siempre me ha gustado. Pero hoy, esta cocina, sin Mariette apresurada, con la cara enrojecida por el calor de la estufa, y sin Germaine refunfunando mientras se recompone los rizos que se le escapan del mono prieto, es un lugar muy lugubre. Con un ligero esfuerzo, casi puedo oler las bocanadas de humo del ragu de Mariette, que tejian lentamente una apetitosa redecilla por la casa. Nuestra cocina, antano llena de alegria, esta triste y desnuda, le faltan las cazuelas y las ollas resplandecientes, las hierbas, las especias en sus tarritos de cristal, las verduras frescas del mercado y el pan caliente en la panera. Recuerdo el dia que llego la carta, el ano pasado, un viernes por la manana. Yo leia Le Petit Journal junto a la ventana del salon, mientras tomaba un te. Siempre me ha gustado ese momento apacible, antes de que comience el ajetreo diario. No era nuestro cartero habitual. A ese, no lo habia visto nunca. Un hombreton grande y huesudo, con una gorra de plato verde que le cubria el pelo de lino. Llevaba una bata de color azul con el cuello rojo que parecia demasiado ancha para el. Vi como se llevaba una mano agil a la gorra y entregaba el correo a Germaine. Luego desaparecio y lo oi silbar bajito mientras seguia su ruta por la calle. Despues de dar un sorbo al te, volvi al periodico. Aquellos ultimos meses, la Exposicion Universal estaba en boca de todos. Siete mil extranjeros invadian los bulevares todos los dias. Una voragine de invitados de prestigio: Alejandro II de Rusia, Bismarck, el vicerrey de Egipto. !Que triunfo para nuestro emperador! Distingui los pasos de Germaine en la escalera y el frufru de su vestido. Es raro que yo reciba correo. Generalmente, una carta de mi hija, cuando considera que tiene que mostrarse atenta, o de mi yerno por la misma razon. A veces, una postal de mi hermano Emile o de la baronesa de Vresse, desde Biarritz, junto al mar, donde pasa los veranos. Eso sin contar los recibos e impuestos esporadicos. Aquella manana, me fije en el sobre blanco y largo. Le di la vuelta: <> y mi nombre en grandes letras negras. Lo abri. Las palabras se distinguian claramente, pero no pude comprenderlas. No obstante, tenia las gafas bien sujetas en la punta de la nariz. Me temblaban tanto las manos que tuve que dejar la hoja en las rodillas y respirar profundamente. Cogi de nuevo la carta y me obligue a leerla. --?Que ocurre, senora Rose? --gimio Germaine. Debia de haber visto mi expresion. Meti la carta en el sobre, me levante y me alise la falda con las palmas de las manos. Un bonito vestido de color azul oscuro, con el numero justo de volantes para una senora mayor como yo. Usted lo habria aprobado. Tambien recuerdo el calzado que llevaba puesto, unas simples zapatillas, suaves y femeninas, y recuerdo el grito que solto Germaine cuando le explique lo que decia la carta. Mas tarde, mucho mas tarde, sola en nuestra habitacion, me derrumbe encima de la cama. Por mas que supiera que aquello podia suceder en cualquier momento, la impresion fue terrible. Entonces, mientras todos los de la casa dormian, cogi una vela y el plano de la ciudad que le gustaba observar. Lo desplegue encima de la mesa del comedor y tuve cuidado de no verter cera caliente encima. Si, veia la progresion inexorable de la calle Rennes, que surgia derecha hacia nosotros desde la estacion del ferrocarril de Montparnasse, y del bulevar Saint-Germain, ese monstruo hambriento, reptando hacia el oeste desde el rio. Con dos dedos temblorosos, segui el rastro hasta donde se unen. Exactamente en nuestra calle. Si, nuestra calle. En la cocina reina un frio glacial, tengo que bajar a buscar un chal y tambien unos guantes, pero solo para la mano izquierda, porque con la derecha quiero seguir escribiendole. Hace unos quince anos, cuando nombraron al prefecto, usted se mofaba: <>. Luego supimos lo que iba a ocurrir con la casa de mi hermano Emile, pero usted seguia sin tener miedo: <>. A menudo voy a sentarme a la iglesia, tranquila y apacible, para pensar en usted. Ahora hace diez anos que murio, pero para mi es como si hubiera pasado un siglo. Contemplo los pilares y los frescos, recien restaurados, y rezo. El padre Levasque se acerca a mi y cuchicheamos en la penumbra. --!Senora Rose, hara falta mas que un prefecto o un emperador para amenazar nuestro barrio! Childeberto, rey merovingio y fundador de esta iglesia, vela por su creacion como una madre por su hijo. Al padre Levasque le gusta recordarme cuantas veces se ha saqueado, destrozado, quemado y arrasado la iglesia desde la epoca de los normandos, en el siglo IX. En tres ocasiones, creo. Amor mio, que equivocado estaba. La iglesia se salvara, pero nuestra casa no. La casa que tanto amaba usted. Capitulo 2 El dia que recibi la carta, el senor Zamaretti, el librero, y Alexandrine, la florista, que habian recibido el mismo correo de la prefectura, subieron a visitarme. No se atrevian a mirarme a los ojos. Sabian que a ellos no les resultaria tan terrible; siempre habria un hueco en la ciudad para un librero y una florista. Pero sin la renta de los locales comerciales, ?como llegaria yo a fin de mes? Soy su viuda y sigo alquilando los dos locales que me pertenecen, uno a Alexandrine y el otro al senor Zamaretti; como lo hacia usted, como lo hizo su padre antes que usted, y el padre de su padre. Un panico frenetico se apodero de nuestra callejuela, que no tardo en llenarse del bullicio de todos los vecinos, carta en mano. !Que espectaculo! Todo el mundo parecia haber salido de sus casas y todos vociferaban, hasta la calle Sainte-Marguerite: el senor Jubert, el de la imprenta, con el delantal manchado de tinta, y la senora Godfin, de pie en el umbral de su herboristeria. Tambien estaba el senor Bougrelle, el encuadernador, fumando en pipa. La picaruela senorita Vazembert, la de la merceria (usted no la conocio, alabado sea el Senor), iba y venia por la acera, como pavoneandose, con un mirinaque nuevo. Nuestra encantadora vecina, la senora Barou, me dedico una gran sonrisa cuando me vio, pero me di cuenta de lo desesperada que se sentia. El chocolatero, el senor Monthier, era un mar de lagrimas. El senor Helder, el propietario de ese restaurante que tanto le gustaba a usted, Chez Paulette, se mordia nervioso el labio, lo que le agitaba el poblado bigote. Yo llevaba puesto un sombrero, nunca salgo sin el, pero, con las prisas, muchos olvidaron el suyo. El mono de la senora Paccard amenazaba con desmoronarse cuando meneaba con furia la cabeza. El doctor Nonant, tambien con la cabeza descubierta, agitaba el dedo indice rabioso. El senor Horace, el tabernero, consiguio que se le oyera entre el tumulto. Desde que usted nos dejo, el sigue siendo el mismo. Quiza tenga el pelo rizado algo mas gris y su panza haya adquirido una pizca de volumen; sin embargo, sus maneras estridentes y la risa sonora no se han debilitado. Sus ojos, negros como el carbon, echan chispas. --Senoras y senores, ?que hacen chismorreando a voz en grito? ?De que nos servira eso? Les invito a una ronda a todos, !tambien a los que no frecuentan mi antro! Por supuesto, se referia a Alexandrine, la florista, a quien le repugna la bebida. Un dia me conto que su padre habia muerto alcoholico.

  • Entre telas y jazmines de Delfina Farias

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    Canuelas es uno de los 135 partidos de la provincia de Buenos Aires, limita con los partidos de General Las Heras, Marco Paz y la Matanza, al noroeste con el partido de Ezeiza, al este con el partido de San Vicente y General Paz, al sur con el partido de Montes y Lobos. Su nombre proviene de unas totoras que los primeros agrimensores encontraron en la zona. Los tecnicos eran espanoles, por esa razon llamaron a las plantas con el nombre que reciben en su pais, Canuelas. En 1836 el estanciero John Miller introdujo el primer toro de pedigri y en 1889 comenzo a funcionar La Martona, Canuela fue declarada cuna de la industria lechera Nacional. Su vida economica comprende la agricultura, la ganaderia y el turismo rural. Las estancias de la zona son muy requeridas por gente extranjera o de muy alto nivel economico buscando la paz y tranquilidad que ellas ofrecen en un marco de vegetacion y comodidad. En un barrio de casas bajas, de clase media y trabajadora, desde su mas temprana edad y hasta dos meses atras, Alma vivio con su abuela, que era profesora de varios idiomas, una mujer luchadora, mitad sangre alemana mitad criolla, quien, con su marido, fallecido diez anos atras, la criaron con sacrificio y mucho teson, inculcandole las buenas costumbres y buenos modales. Ella fallecio de muerte natural por su avanzada edad dejandola sumida en una profunda tristeza. Hija de padre abandonico y madre ausente, a quien jamas termino de conocer, porque cada vez que aparecia, solo era para pedir dinero a sus padres y desaparecer tan rapido como habia llegado, muchas veces sin dirigirle la palabra; ya hacia diez anos que no sabia nada de ella. La abuela la habia instruido en todo lo que ella sabia, preparandola para el momento de su partida. Hablaba y escribia a la perfeccion ingles, frances y aleman, como su lengua madre, todo el trabajo que la abuela tenia al dia de su partida paso a sus manos. Tres empresas importadoras contrataban su servicio, traduciendo documentos de vital importancia provenientes del extranjero. La anciana, le habia puesto la casa a su nombre y le habia comprado un auto, para que se movilizara, su nieta era su debilidad, la luz de sus ojos, con tan solo dieciocho anos, se ganaba la vida sin necesidad de salir de su casa, pues siempre le enviaban el trabajo y pasaban a retirarlo, al ser documentacion importante no deseaban que pasase por muchas manos, solo en contadas oportunidades ella se acercaba al centro de Buenos Aires. Alma era delgada, apenas media metro sesenta, su cabello era del color del trigo y ojos de un increible color turquesa, iguales a los de sus abuelos y aunque era muy bonita, vestia siempre con ropas sueltas, para pasar inadvertida, pues era muy timida. Su deporte favorito era la acrobacia en tela, aunque se relacionaba en el gimnasio con mucha gente de su edad, su unico y verdadero amigo era Ivan, un vecino mayor que ella, que era gay, a quien la abuela siempre pedia que la cuidara, cuando que salian. Los abuelos de ambos habian sido grandes amigos. Otra actividad que la relajaba era cuidar el invernadero de la estancia situada a unas pocas calles de su casa, por lo que le pagaban una fortuna por hacerlo; iba una vez al dia, a remover su tierra, regarlas y trasplantarlas. La duena de la estancia, Ines, era una mujer de unos cuarenta anos, alta, con un fisico que no representaba la edad que tenia, era, ademas su madrina ya que habia sido amiga de su madre. Los sabados y domingos la contrataban de un Club nocturno, del centro de la ciudad de Buenos Aires para que realizara acrobacia en tela, cuando se vestia para realizar su trabajo, se ponia una peluca negra para esconder su llamativo pelo y se enojaba con su amigo que se mataba de risa por ello. El siempre la acompanaba y aprovechaba para deleitarse los ojos con famosos y ricos empresarios, puesto que el lugar era exclusivo, solo frecuentado por gente muy importante y de alto nivel economico. Sebastian era amigo de ellos, o ansiaba serlo, Ivan le tenia desconfianza, su intuicion le decia que lo unico que queria era conquistar a Alma, por supuesto ella opinaba todo lo contrario, cuando ocurria eso se armaba una discusion padre. Sebastian tenia una agencia de viaje e inmobiliaria, alquilaba estancias o casas para fines de semana, entre ellas estaba la estancia de Ines, quien tampoco veia con buenos ojos, que el se cercara demasiado a Alma, y una tarde asi se lo dejo ver. --Escuchame Almita, no me gusta que esten solos, es mas no me gusta Sebastian, tiene algo, no se que, pero no me agrada la forma en que te mira --ella la miro con una sonrisa picara, que era para comersela. --!Vamos Ines!, solo es un amigo, como lo es Ivan --la madrina la miro mal, levantando los ojos al cielo. --Mira nena, ese no quiere ser tu amigo, ese es un vivo, no lo compares con Ivan, el es --justo en ese momento entraba el, se paro frente a ellas y tomandose la cintura con las dos manos, exclamo. --Sigue hablando de mi, que tengo la espalda ancha y aguanto -- Alma se tiro a sus brazos y el la abrazo muy fuerte, ante la atenta mirada de Ines que no paraba de reir. --Pero no he terminado de hablar --afirmo, tratando de contener la risa --le estaba diciendo que no me gusta Sebastian, no me gusta como la mira--el amigo la aparto de sus brazos observandola. --?Viste que yo tengo razon? ese quiere algo mas, quiere sexo, conozco bien a los de su clase --concluyo serio. --Ustedes estan locos, el es bueno, no es como ustedes dicen, aparte dijo sentandose --ya soy una mujer -- los dos la miraron y sonrieron. --Vos sos una nina aun, una nina que no sabe nada de la vida, ni de los hombres, por favor cree en nosotros, sabes que los tres sin serlo somos una familia, siempre estaremos a tu lado, siempre, ?entiendes eso? --afirmo el, levantandola de los hombros y estrechandola otra vez en sus brazos. Alma amaba a esos dos locos, era lo unico que tenia en la vida, a ella tampoco le agradaba Sebastian, solo lo hacia para hacerlos enfadar, aunque jamas habia estado con un hombre sabia que el no era el indicado. El destino ya habia trazado planes para ella y estaba muy cerca de conocer al hombre de su vida, al hombre mas romantico y fiel que toda mujer quisiera a su lado, ese que, con solo mirarte te llena el alma, el que le robara una sonrisa o tal vez llorara a mares, las cartas del destino estaban echadas y todos los astros se complotaban a su favor, el ya estaba, sin que ella lo supiera, muy cerca. --Bueno, ?vamos a la estancia? Manana llegan dos hombres que la alquilaron por un mes, dice que vienen a descansar --expreso Ines, acomodando todo y agarrandolos de los brazos, prontos para salir. --Yo me tengo que ir al gimnasio, hoy me traen una maquina nueva y quiero estar ahi cuando llegue, vayan las dos, a la noche cenamos los tres juntos, despues tengo una cita -- hizo un movimiento con sus manos y los tres se largaron a reir. Ivan tenia dos gimnasios, que se localizaban en puntos estrategicos de la ciudad y a pesar de ser una gran persona y un buen amigo, no tenia suerte en el amor. --Portate bien y ten cuidado -- aunque el ya tenia veintinueve anos Ines siempre se preocupaba por los dos, al ser soltera y sin hijos, ellos eran sus hijos de corazon, las abrazo a las dos, les hizo cosquillas y se marcho.

  • Libertin de Olivier Moon

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    No lo vi venir. No se si sucedio en el acto o fue poco a poco, imperceptiblemente. El hecho es que llego y arraso con todo: pasado y presente. Cambio mi forma de ser, mi forma de actuar, mi forma de ver y sentir la vida. Lo conocido hasta entonces quedo inservible; insignificante. Entraron en juego otro tipo de emociones y sensaciones desconocidas. Mis mascaras fueron arrancadas, una por una, hasta dejarme completamente desnudo en cuerpo, pero sobre todo en alma. No lo vi venir y no estaba preparado. A lo mejor por eso llego con tanta fuerza e intensidad, porque estaba desprevenido. Y no es que no creyera. Solo, no entendia. Lo trajo la persona que menos pensaba. Pero me consuela saber que fue reciproco; que mi tormenta se equiparo a la suya; que ninguno de los dos saldriamos ilesos cuando todo acabara. Porque acabo, ?verdad?

  • Siempre te encontrare (Las guerreras Maxwell 3) de Megan Maxwell

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    El laird Kieran O'Hara y sus guerreros son atacados por unos villanos mientras pernoctan en el bosque cercano al castillo de Caerlaveroch, pero una misteriosa banda de encapuchados, liderados por una mujer a la que los aldeanos llaman <>, consigue salvarlos.

  • Las Perlas de las Reinas de Rosa Alcantara Menendez

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    ?Somos realmente duenos de nuestras decisiones?
    Alix Mesniel, conservadora de Patrimonio Nacional, vive entregada a su trabajo y no se plantea mantener una relacion estable con ningun hombre. Esta preparando el traslado de varias obras de arte al nuevo Museo de las Colecciones Reales de Madrid cuando, de forma sorpresiva, aparece enterrado en una finca de Medina Sidonia (Cadiz) un cofre del siglo XVIII con la primera prueba creible del paradero de una joya legendaria de la Corona Espanola que desaparecio sin dejar rastro: Las Perlas de las Reinas. Durante la investigacion, Alix conoce a Beltran Gonzalez. El es experto en Historia, aventurero por naturaleza y el hombre que hara anicos su soledad. ?Existe logica ante lo inexplicable? Inician una relacion a pesar de sus diferencias y esclareceran turbios asuntos de la realeza mientras se acercan al destino final de la joya, pero un suceso inesperado dara un vuelco a la investigacion y provocara una debacle en sus emociones.

  • Amor en la fila 27 de Eithne Shorthall

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    ?Que pasa cuando Cupido juega a ser copiloto? Todavia recuperandose de una ruptura, Cora Hendricks ha renunciado a encontrar el amor. Para ella, en realidad. Para pasar el tiempo, mientras trabaja en el mostrador de check-in de Aer Lingus en Heathrow, Cora empieza a jugar a ser cupido con parejas solteras durante el vuelo. Utilizando solo su intuicion, Internet y la afable asistente complice, Nancy, la fila 27 se convierte en el laboratorio del amor de Cora. En lugar de sentarse al azar, dos pasajeros, de forma involuntaria, se sentaran junto a la persona de sus suenos, o no. Cora asegura que la fila 27 es solo algo de diversion, pero mientras ella esta ocupada haciendo que salte la chispa a gran altura, el amor que habia abandonado para si misma podria haber aterrizado justo en frente.

  • El ladron de virgenes de David De Juan Marcos

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  • Reverenciada por su Lobo de T.n. Hawke

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    He esperado anos para poder conocerla.

  • Estamos hechos de gotas de lluvia de Saray Garcia

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    Para algunos, las heridas que sangran no son mas que un balsamo para sobrellevar las que estan bajo la piel y nunca cicatrizan.

  • Cien canciones para Amelia de Maruja Moyano

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    El dia que Amelia desaparecio parecia un dia normal, como cualquier otro. El otono hacia semanas que arrancaba hojas de los arboles plantados a la entrada de aquel pequeno patio de vecinos y el viento las arremolinaba obcecadamente junto al pozo situado a la derecha de la entrada de mi casa, justo enfrente de la de Amelia Apenas habia comenzado la tarde y corri, como cada jornada, con mi pedazo de pan con chocolate, a pasar unas horas con ella, a contarle los pormenores de mi manana escolar y, mientras me rehacia las coletas con aquellas manos finas y habiles, escucharla cantar las canciones de aquella epoca en la que las heridas de la contienda continuaban sangrando y el Madrid de principios de los anos sesenta se llenaba de gentes de otras partes de Espana, que escapaban de la miseria de sus pueblos y se encontraban de bruces con mas miseria. La puerta estaba cerrada, extranamente cerrada, porque en aquel tiempo las puertas se cerraban solo de noche y la casa de mi vecina siempre estaba abierta y mas a aquella hora en la que yo solia visitarla. Aplique la oreja a la madera despues de llamarla varias veces sin obtener respuesta, y volvi sobre mis pasos mordisqueando con desgana el chocolate, defraudada por el inesperado planton de mi vecina. Nadie habia echado en falta a Amelia aquella manana. Los hombres partian muy temprano hacia el trabajo, aquellos que lo tenian, los demas salian tambien temprano a buscarlo por las obras y los talleres. Habia que caminar un cuarto de hora hasta llegar a una parada de autobus que comunicaba aquel barrio marginal y apartado con el centro de la capital y otros barrios colindantes y mas afortunados. Excepto Pedro, un joven al que una bomba en el ano 44, siendo un nino pequeno, le habia amputado una pierna y le habia dejado privado de la vision de un ojo cuando jugaba con otro nino en el campo. El vivia con su madre, ya anciana, que recogia chatarra y la revendia para abastecerse de lo mas basico; los ninos y ninas, que en aquella epoca abundabamos, acudiamos a la escuela muy pronto, aliviando la carga de trabajo de nuestras madres durante unas horas; las mujeres trabajaban sin descanso desde el amanecer: despues de preparar el almuerzo de sus maridos y el bocadillo que los hijos que ya iban a la escuela comerian en el recreo, calentaban la leche para todos --en el caso de que tuvieran--, despues salian con los orinales repletos de porqueria a volcarlos en el descampado anexo a aquel conjunto de casitas en las que habitabamos, y que crecia con el paso de los meses sin permiso ni control. Aquel era un barrio colonizado por la miseria, sin agua corriente ni alcantarillado, con luz electrica enganchada quien sabe como, rodeada de campo con escasos arboles y un buen monton de basura. Sus habitantes, en su mayoria inmigrantes andaluces, luchaban a diario por sacar la cabeza de los barrizales de los dias de lluvia y las colas de leche en polvo para sus hijos, como resultado de una parte del acuerdo del regimen franquista con EEUU, a cambio de la instalacion de bases militares en territorio espanol. Pero como decia, nadie echo en falta a Amelia. Yo insistia en preguntarle a mi madre donde estaba Amelia, y ella, molesta y un poco celosa por mi interes, me daba razones vagas que no acababan de convencerme: <>, <>, <>. Nadie atendia a mi preocupacion, ni mi madre ni las vecinas del patio. Nadie. En realidad, nunca se hace mucho caso a los ninos, y en aquellos anos menos aun. Nadie parecia percatarse de que mi angustia, la angustia de una nina de cinco anos, era algo lo suficientemente importante como para pararse un momento y escuchar. Fue la senora Josefa la que dio la voz de alarma avanzada la tarde, cuando al sacar agua del pozo encontro las gafas de Amelia con un cristal roto enganchadas en el cubo. Recuerdo que, a pesar de mi escasa edad y de que no entendia muy bien la situacion, el hecho de que todas las vecinas acudieran curiosas y alertadas a contemplar aquella pesca fortuita, evidencia de que algo andaba mal en el vecindario, me produjo cierto alivio. !Por fin se habian dado cuenta de que Amelia habia desaparecido! Padecia una miopia lo suficientemente importante como para impedirle marchar sin sus gafas. Entonces comenzaron los golpes en la puerta, los gritos de llamada, los corrillos y los comentarios morbosos sospechando que ella, mi querida Amelia, pudiera estar en el fondo del pozo de cuyas aguas bebiamos los habitantes de aquel patio; o tal vez un ataque repentino la hubiera dejado muerta o postrada, incapaz de moverse y abrir la puerta. Unas vecinas jaleaban para tirar la puerta abajo, otras, mas prudentes, preferian llamar a las autoridades y que se hicieran cargo de una posible desgracia. Tardaron mucho en decidir que hacer, hasta que dos vecinos en moto marcharon hacia el puesto de policia mas cercano --y bastante lejano-- para alertar del incidente. Era ya de noche y me encontraba acostada en mi cama, a punto de sumergirme de lleno en el sueno, cuando los vecinos volvieron acompanados de varios policias. Escuche las voces de los adultos y el ruido del motor del coche patrulla. Me asome a la ventana: todo el mundo estaba reunido en el patio frente a la casa de Amelia. Sonaron varios golpes en su puerta y la llamada potente de una voz masculina que achaque con acierto a los uniformados. Por fin, el estruendoso golpe de una patada en la puerta de Amelia resono en la noche en medio del sepulcral silencio de los vecinos expectantes. La casa de Amelia estaba vacia. Digo vacia porque ella no estaba; en cambio, su humilde pero primorosamente decorado hogar se presentaba ante los circunstanciales invasores pulcro y acogedor. Yo lo conocia bien, no era necesario entrar para visualizar cada detalle de aquella casa. Empece a llorar al pensar en que aquellos hombres revolverian sus delicadas pertenencias, aquellas que yo no volveria a tocar jamas. Supe, porque me lo decia el corazon desde un lugar no identificado dentro de mi, que no volveria a ver a Amelia, que los dias de dicha en los que me cantaba sus canciones mientras trenzaba mi pelo; que me ensenaba fotos de los anos en que actuaba en los teatros; que me permitia disfrazarme con sus zapatos y sus complementos de coloridas plumas… aquellos dias en los que con dulzura me llamaba <> habian desaparecido para siempre con ella. Al dia siguiente sondearon el pozo, cuyas aguas abastecian a un buen numero de familias, y comprobaron que no albergaba cadaver alguno, calmando asi los peores temores de los vecinos preocupados por su salud. Yo tambien me alegre, pero no porque temiera contaminarme con los fluidos de un cuerpo muerto, sino porque al menos estaba segura de que Amelia no se habia ahogado en aquel oscuro y profundo hueco al que a los ninos y ninas del patio se nos tenia prohibido asomarnos. Una vez lo hice bien agarrada al cuello de mi padre y me dio pavor mirar hacia aquellas profundidades negras como el mismisimo infierno; al menos eso es lo que me sugirio aquel abismo interminable y oscuro, y tambien fue esa la intencion de mi padre: provocarme un sentimiento de miedo hacia el pozo y mantenerme alejada de el. No recuerdo con claridad que paso despues. Las idas y venidas de gente a aquella casa, posiblemente la policia y algunos familiares que fueron localizados, se mantuvieron durante algunas semanas. Lo que si recuerdo es un profundo sentimiento de tristeza, un vacio que permanecio dentro de mi durante mucho tiempo. Llore la ausencia de Amelia como si hubiera sido la de mi propia madre. Creo que escuche la palabra <> por primera vez durante los dias que siguieron a la desaparicion de Amelia. Aquella palabra me produjo una sensacion de desazon inexplicable. No sabia muy bien que pasaba con la gente que moria. Decian los mayores que tras la muerte las personas subian al cielo si habian sido buenas, o caian a las llamas de un infierno aterrador si habian sido malas. Amelia debia estar sin duda en el cielo, no podia imaginarmela en ningun otro lugar si no estaba a mi lado, asi que dirigia mis ojos hacia lo alto, escudrinaba con los ojos semicerrados entre las nubes; trataba de mirar directamente al sol con mis manos por visera; buscaba verla, una senal, un saludo, sus rasgos dibujados en el aire… cualquier cosa que me indicara que no la habia perdido para siempre. No era posible que se hubiera marchado, ni siquiera al cielo, sin despedirse de mi, eso no era propio de ella. A veces escuchaba hablar a mi madre con otras vecinas, y al acercarme curiosa callaban o decian bajando la voz: <>. Y aunque era muy pequena, me producia enfado, me sentia absolutamente sola ante una pena que no me permitian compartir con nadie. Eran mi pena y mi soledad mucho mas grandes que el pecho que las albergaba. Ni siquiera mi madre conseguia calmar los llantos nocturnos que ella atribuia a pesadillas y terrores infantiles. En realidad, cada noche creia que al despertar todo seria como antes, pero nunca fue asi, la verdad se me mostraba implacable cada amanecer. * * * Tan solo hacia tres anos que Amelia ocupaba aquella casita con patio. Tres anos desde el milagro, o eso decia mi madre al recordar lo que pudo haber sido un drama en mi casa y que, gracias a la vecina recien llegada, no llego a pasar. Unas pocas semanas desde que aquella mujer joven, sola y peculiar se instalo en su casa frente a la mia, ocurrio algo inesperado. Era invierno y anochecia pronto, mi madre planchaba y mi padre aun no habia vuelto del trabajo. Yo era muy pequena y lloriqueaba aburrida y sonolienta despues de tomarme un vaso de leche con galletas. No habia mucho mas. Mama decidio acostarme, mas que nada por quitarme de en medio para que la dejara trabajar tranquila en sus quehaceres. Al poco de acostarme, deje de lloriquear y mama continuo con su plancha creyendome dormida. El viento silbaba frio en el exterior. Ella acabo pronto con la plancha y entro en el pequeno cuarto para asegurarse de que estaba bien arropada en mi mantita, pero lo que encontro le hizo gritar de horror: yo estaba boca arriba, fria y con los ojos abiertos, inmovil y segregando una espesa espuma blanca por la boca. Abrio la puerta de la calle gritando desesperada y pidiendo ayuda; los vecinos abrieron sus puertas. Tambien Amelia. Ella fue la primera en entrar, me cogio en brazos y me tumbo en el suelo de la cocina mientras todo el mundo se arremolinaba impotente a nuestro alrededor. Con su propio panuelo limpio mi boca por dentro y por fuera y comenzo a presionar ritmicamente mi pecho, soplando aire en mis pulmones de tanto en tanto. Aquel masaje cardiaco duro unos minutos que a todos les parecieron interminables; eso es lo que me contaron anos despues. De pronto comence a llorar con todas mis fuerzas, despertandome de no se sabe que triste sueno. Mi corazon latia y mis pulmones se llenaban de aire y lo exhalaban de nuevo.

  • Posesion agradecida de Jorge Borges

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    ?Que quiere un hombre que lo tiene todo?
    Dinero, fama, mujeres.
    Salud, un cuerpo de infarto.
    El poder corrompe. Demanda excesos.

  • Comida de verdad de Miguel Jara

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    Comer es mucho mas que un placer y una necesidad: la dieta y los habitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud publica que mas puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cancer hasta la diabetes. Pero comemos mal. Ingerimos, por lo general, mucha mas cantidad de lo que necesita nuestro organismo para funcionar bien, y la calidad tiende a ser cada vez peor. Hace tiempo que la industrializacion llego a la alimentacion y ello ha provocado problemas de salud publica.

  • Ocultos de Jordi Sierra I Fabra

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    ?Quien no ha oido hablar alguna vez de los libros prohibidos?

  • Dejale Crecer de Javier Urra

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    Sobreproteger NO es educar.De esta premisa han de partir los padres que quieren que su hijo crezca como un arbol fuerte y no como un bonsai. Padres que buscan prepararlo para afrontar la vida real con exito, no para encerrarlos en una campana de cristal; que le brindan las herramientas que necesita para ser una persona autonoma, con sus riesgos y decisiones, tolerante a la frustracion y, en el futuro, un adulto consistente.

  • El secreto de la orquidea de Lucinda Riley

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  • El amor de mi vida de Veronica C. Herrero

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    Han pasado mas de cinco anos desde que Eva tuvo que tomar la decision mas complicada de su vida, y quedarse con Mario, fue lo que en ese momento le pidio su corazon.
    Despues de tanto tiempo, ese mismo corazon no ha podido olvidar lo que llego a sentir por Sergio, de quien tambien se enamoro y al que echa mucho de menos.
    Tras ese periodo sin saber nada de el, las ganas de volver a verle se hacen cada vez mas fuertes, al tiempo que el amor que sentia por Mario va desapareciendo, convirtiendose tan solo en la costumbre de estar juntos.
    Todo eso la lleva a buscar de nuevo a Sergio, del que espera que no haya terminado odiandola por lo que ocurrio y acepte al menos mantener una buena amistad.

  • Con C de cretino, Liah S. Queipo de Liah S. Queipo

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  • Lo que tu digas, corazon de Mercedes Barreiro

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    Un paseo por el corazon Monica, una mujer de casi 50 anos, felizmente casada con un hombre maravilloso y madre de dos hijos, se sorprende a si misma sintiendo atraccion por las mujeres. Un paseo con alas y sin anclajes. Cargado de miedo, pasion y dolor. Pero sobretodo de amor.
    “!Era por ella por quien sentia atraccion! La mire muchas veces e intente razonar, pero cuanto mas la miraba, mas intenso se hacia ese pensamiento”.

  • La cuarta alianza de Gonzalo Giner

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  • Cuando el destino nos encuentre de Pat Casala

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    Cuando nuestro corazon esta roto buscamos formas de recomponerlo o no hallaremos el rumbo de regreso a la felicidad perdida. Quizas a veces el destino solo es caprichoso, pero siempre acaba encontrandonos.