• libro el codigo federer - Ana Ciurans , Stefano Semeraro

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  • EL CODIGO FEDERER | Diego Marín

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  • La vida es suero: Historias de una enfermera, Enfermera Saturada de Enfermera Saturada

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  • No sabes cuanto te odio..(Serie Sweet love 3) de Moruena Estringana

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    Thew y Nora nunca se han soportado. De hecho muchos creen que cuando se reencuentren en la universidad, saltaran chispas entre los dos y asi es.
    No pueden evitar odiarse…
    Thew ha cambiado en los siete anos que ha pasado lejos de todo. Lo que no entiende es por que, cada vez que esta cerca de Nora en vez de decirle lo que piensa, acaba por soltarle algo que sabra que la hara saltar y replicarle.
    Nora por su parte pretende pasar de Matty, como lo llama ella, pues se niega a llamarlo de la forma que a el le gustaria, aunque solo sea para fastidiarlo. Tiene un novio al que adora, por mucho que su mejor amiga Roni diga que es un idiota. Ella no lo ve asi.
    Thew y Nora se odian…el problema es que no saben como lo hacen, pero, al igual que les pasaba de ninos, no pueden evitar estar cerca el uno del otro siempre.

  • No te atrevas a dejarme de Kris O'coneill

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    Exigente, alocada y sumamente sensual, asi es Blanca. Una Sexologa con un pasado que ha hecho de ella lo que es, una mujer fuerte, que sabe lo que quiere y cuando lo quiere, principalmente en el ambito sexual.
    Una fotografia marco un antes y un despues entre ella y el guapo dueno de un Sex Shop, pero tambien hay algo mucho mas fuerte que siempre los ha unido, ?o no?
    Blanca no cree en el amor y por eso no esta dispuesta a decirle a nadie “No te atrevas a dejarme” porque ahora la que deja, exige y domina es ella y nadie mas.
    Adictiva, ardiente y divertida como ella misma, asi es esta historia

  • La realidad es peor que la ficcion de Maicol Rodriguez

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    SE A DICHO MUCHAS VECES QUE LA REALIDAD ES AUN PEOR QUE UN CUENTO DE FICCION. AHI MILES DE HISOTRIAS DE TERROR QUE RECORREN EL MUNDO Y AQUI LAS VAN A CONOCER ALGUNAS

  • Un buen tio de Arcadi Espada

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    Que pensamos cuando oimos el nombre de Francisco Camps? Sin ninguna duda, en un corrupto, en un condenado. Pero, ?que paso con este hombre, este politico, para convertirlo en un cadaver?

  • Aqui y Ahora de Paul Auster & J. M. Coetzee

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    Aunque llevaban anos leyendose mutuamente y estaban en contacto desde 2005, Paul Auster y J.M. Coetzee no se conocieron en persona hasta febrero de 2008, cuando Auster y su esposa, la novelista y ensayista Siri Hustvedt, asistieron al Adelaide Literary Festival, en Australia. Poco despues Auster recibio una carta de Coetzee proponiendole embarcarse en un proyecto comun en el que <>. Aqui y ahora es el resultado de esa propuesta: un dialogo epistolar entre dos grandes escritores que se convirtieron en grandes amigos. El deporte, la paternidad, la crisis economica, el arte, el incesto, las malas criticas, la infancia, el matrimonio, el amor... son solo algunos de los temas que tratan en los tres anos que cubren estas cartas. Llena de citas, anecdotas personales y referencias cinematograficas, esta correspondencia ofrece un retrato intimo de dos de los escritores contemporaneos mas interesantes. <> A lo cual Coetzee replico: <>

  • Mapamundi de Christophe Paul

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    Cuando Natalia le dice a su amiga Zi, que desde hace dos dias unos hombres estan vigilando su calle camuflados en un coche, los acontecimientos se precipitan. Escapan milagrosamente de un secuestro y huyen sin saber por que. Una huida hacia lo desconocido, en la que se mezclan un enigmatico mapamundi robado, la sombra del emperador Alejandro Magno y poderosos intereses…

  • Una vida robada de Gina Wilkins

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    Rachel Madison era una mujer tranquila que necesitaba desesperadamente alguien que cuidara de ella. Su trabajo como disenadora de interiores era su refugio y su nuevo cliente, el doctor Mark Thomas, un hombre sexy y solitario, hacia que deseara traspasar la linea de lo que era simplemente una relacion de negocios.

  • !Hasta luego cocodrilo! , Soledad Mora de Soledad Mora

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  • Si la vida te da limones, haz culebrones de Lara Smirnov

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  • El funeral de Lolita de Luna Miguel

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    La esperada primera novela de Luna Miguel, <> (Tua Blesa, El Cultural de El Mundo).

  • Cascabeles de Cristina Brocos

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    Un hombre llegado de muy lejos, de mirada perdida, serio y taciturno, un hombre muerto en vida llego a la Costa de la Muerte buscandole sentido a su vida, y alli se encontro con ella, con la muerte, habitando el cuerpo de una mujer que se despedia de la vida. El ya estaba muerto. Ella aun estaba viva. Pero las tornas se cambiaron porque. !asi es la vida!… Un gran laberinto que sabes donde y como empieza, pero no donde y como termina.

  • La busqueda del arcoiris (Herederos del mundo 3) de Mile P. D. Bluett

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    Desenlace de la Saga Herederos del mundo. Paz, Sebastian y Apolo, continuan adentrandose en Tierras Inhospitas. Los aliados crecen, su enemigo se fortalece. La capital los reclama. Nuevos personajes vendran y se volveran entranables. Sebastian y Paz estaran unidos por un hilo invisible y poderoso, que les hara experimentar el amor mas puro que existe. El corazon de Apolo volvera a ser tocado por una mujer. Una adolescente corre hacia su libertad. Un nino reclama los brazos de su madre. Dos seres que tienen todas las respuestas mas alla del arcoiris, pero que no son conscientes de su poder. El final esta muy cerca.

  • Sisu de Katja Pantzar

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  • Sin red (Serie Hacker 2) de Meredith Wild

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    A pesar de su caracter controlador, Blake Landon, el joven y rico hacker, ha conseguido por fin ganarse la confianza de la mujer que ama.
    Por su parte, Erica Hathaway, creadora de una red social de moda, ha accedido por fin a darle una oportunidad a Blake.
    Dispuestos a empezar juntos una nueva etapa, Erica esta decidida a no dejar que nada se interponga entre ellos, aunque para ello deba cederle el control a Blake dentro y fuera de su dormitorio.
    Pero cuando los demonios del pasado amenazan su futuro, Erica toma una decision que podria cambiar sus vidas para siempre.

  • Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos de Mary Ann Clark Bremer

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    Se reunen en este volumen todas las novelas cortas de Mary Ann Clark Bremer traducidas hasta la fecha al castellano y publicadas por nuestra editorial: Una biblioteca de verano, Cuando acabe el invierno, El librero de Paris y la princesa rusa y Una pasion parecida al miedo. A las que anadimos un breve relato, <>, coetaneo de los demas textos, y cuyo titulo fue tomado por la autora de un verso de William Shakespeare. Una oportunidad unica para adentrarse en el singular mundo de una escritora fundamental pero hasta hace poco secreta.

  • Crees en el amor a primera vista o !vuelvo a pasar! - Vanessa Lorrenz de

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    Vanessa es una chica, que de nina sonaba con ser igual que la princesa valiente, pero la vida es algo totalmente distinto a los cuentos de hadas, ahora con veintiocho anos, diez kilos de mas y un enamoramiento por el dueno del bufete juridico donde trabaja, tendra la oportunidad de convertirse en valiente y luchar por lo que mas quiere en la vida. Porque no hay nada mas delicioso que el chocolate, y no hay una chica con tallas de mas que no encuentre al amor de su vida, acompana a Vanessa a decirle al hombre que ama ?crees en el amor a primera vista? o !vuelvo a pasar! Capitulo 1 --Entonces la princesa, desperto de su largo sueno, por el beso que le dio el principe azul, la subio a su enorme caballo blanco y caminaron juntos persiguiendo el horizonte, para llegar al castillo. --Mama porque el principe beso a la bella durmiente--preguntaba Vanessa que con sus escasos seis anos estaba ansiosa por conocerlo todo. --Ummm supongo que porque le gustaba mucho la princesa. --Puaj que asco mama a mi me gusta mucho Carlitos pero ni loca le daria un beso--la nina fruncia su pequena y respingona nariz--aunque el dice que se casara conmigo cuando sea grande. --Ojala pensaras lo mismo cuando seas grande hija, y te de asco besar a los chicos, pero algo me dice que romperas muchos corazones. --Yo voy hacer como la princesa Valiente, no voy a tener un principe, ?me compras un arco mama? ?Me pintas el cabello de rojo? --Ya veremos mi amor, de momento es hora de que duermas, manana hay colegio y luego no te quieres levantar. --Pero mama la princesa valiente no le gusta estudiar, igual que a mi. Quiero disparar flechas como ella, anda comprame un arco. --No lo se, solo si prometes que te levantaras temprano e iras al colegio. --Esta bien mama pero promete que me pintaras el cabello de rojo, o de blanco como esa princesa de hielo, anda si. --Esta bien dejame buscar donde vendes tintes de esos colores y hablamos del asunto. Ahora descansa suena con los angelitos. Vanessa cerro los ojos, mientras su madre le acariciaba el cabello, y la cobijaba dentro de su suave cama, ella pudo sentir el dulce aroma a rosas frescas de su madre, era la fragancia que siempre usaba y que a ella tanto le encantaba. Ella queria ser cuando fuera grande como su mama, una pintora muy famosa, queria ser como valiente, y queria ser como su cocinera que le hacia ricos prostres. Pero ahora con veintiocho anos, no era mas que una mujer con generosas curvas, acompanadas de unas cuantas lonjillas, tenia potencial porque cualquiera sabia que las rubias tienen potencial aunque tuvieran sobrepeso, estaba escrito en algo asi como la biblia de las rubias. Era uno de los mandamientos sagrados, pero bueno se estaba desviando del tema, era una chica normalita, con una estatura que casi competia con un minions, es que su uno sesenta la hacia ver bajita. Cuando estaba en el colegio se sentia acomplejada, pues ver como tus companeras totalmente flacas que llevan un dieta a base de apio, salian con los chicos mas guapos del colegio y a ti te tocaba salir con el chico timido de gafas, desgarbado y la cara llena de acne, no era precisamente lo que ella tenia en mente. Pero en fin, que se le iba hacer, ese era el cuerpecito caribeno que le toco tener, y ella estaba muy a gusto con el, es mas adoraba su cuerpo, ya habia invertido mucho dinero en chocolatinas, como para bajar de peso solo por seguir modas, no eso !jamas! Se amaba tal como era. Si Bridget Jones pudo conquistar a Mark Darcy ella porque no. Ahora que lo pensaba tenia que comprase unas pantaletas de esas que usaban las abuelitas, que a Bridget tanto le funcionaron. Su madre siempre decia que tenia los ojos mas perfectos del mundo, que el color era especial, que no habia otro par de ojos como los de ella, pero bueno era su madre, que podia esperar en su infinito amor por ella, siempre la hacia sentir especial, aunque fuera tuerta. Y pues asi a juego con los especiales ojos azules, tenia una nariz respingona, y una boca que muchos definirian como bastante grande ?verdad?, pero eso solo era a la hora de decir cosas sin sentido, o de estar al tanto de los ultimos chismes, porque si de algo pecaba Vanessa era de ser un poquitin chismosa. !Pero es que a quien no le gusta un buen chisme! !Que tire la primera piedra quien no le guste el chisme!, hay creo que no era asi, pensaba mientras camina a paso lento a su lugar de trabajo.

  • No hay lugar para la poesia de Martin Garrido

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    Santiago es un abogado de asuntos menores: accidentes de trafico, juicios civiles, demandas inmobiliarias y poca cosa mas. Una noche es requerido para defender de oficio a un viejo marinero que ha regresado a la ciudad tras largos anos de ausencia. La vida insustancial de Morilla sufrira un giro de ciento ochenta grados cuando asalten su despacho, lo amenacen de muerte y descubra que su cliente no es quien dice ser.
    Morilla se desentendera de todos sus casos para investigar quien es este hombre, sumergiendose poco a poco en una trama de corrupcion, marginacion y violencia que estara a punto de costarle la vida.

  • Primeras personas de Juan Cruz Ruiz

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  • Carino, cuanto te odio de Sally Thorne

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    Lucy Hutton es la asistente de una editora de la vieja escuela, preocupada por la calidad de los titulos que publica. La editora se ve obligada a fusionar su pequena editorial con una gran editorial comercial, y Lucy se ve obligada a trabajar con Joshua Templeman, el asistente del editor en jefe de la otra editorial, preocupado unicamente por las ventas. Lucy y Joshua se convierten inmediatamente en enemigos, pero del odio al amor ya sabemos que hay solo un paso.

  • Belleza Embrujada de Rocio Verdejo

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    Desde siempre, Bridget Maxwell se habia caracterizado por tener un espiritu libre y muy aguerrido, siempre enfocada en la lucha por los inocentes, ayudar a los pobres, y que la justicia siempre se ejecutara de manera adecuada, beneficiando a quienes realmente lo merecian. Era posible que este pensar estuviese en su interior de manera genetica debido a la Fortaleza de su espiritu, pero no habia momento mas preciso para poner en practica todos sus pensamientos mas que en los anos 60's. Bridget tenia una vida feliz, era soltera, joven, guapa y muy deseable, por lo que, habia tenido algunas relaciones casuales con diferentes chicos, pero no habia sido sino hasta que habia conocido a Allen Black, cuando realmente habia entendido lo que era el amor. Se trataban de polos totalmente opuestos, Bridget, era una chica hippie de cabellos frondosos, claros, ojos cautivadores y unos labios provocativos que realmente invitaban a ser besados con locura. Allen era un joven empresario, emprendedor, lider y dominante, inspiraba respeto a pesar de sus 25 anos de edad, ya que, estaba involucrado en grandes negociaciones y aspiraba a alcanzar la cuspide del exito tarde o temprano. Bridget y Allen se habian conocido en condiciones totalmente extranas, ya que, esta, en medio de una protesta posterior a la muerte de Kennedy a mediados de los sesentas, esta, habia atacado a grupo de politicos en Londres, ya que, se decia que una conspiracion habia sido la que habia desatado la muerte del presidente norteamericano. Se hablaba de mucha inestabilidad politica y social, que la economia se desplomaria, y que de alguna u otra manera, la muerte de este mandatario, desataria un vacio de poder que desestabilizaria al mundo entero. Bridget se movilizaba con un grupo de hippies, los cuales, solo buscaban la paz, pero no eran ignorantes, no se dedicaban unicamente a fumar marihuana y a tocar la guitarra durante todo el dia. Buscaban una razon para luchar, defender sus convicciones, imponer sus ideales y tratar de hacer del mundo un lugar mejor. El movimiento hippie, comenzo a crecer de manera avasallante por todo el mundo, y Bridget se sentia conforme de haber sido una de las precursoras de este movimiento que tenia como unico objetivo la busqueda de la paz. Era una manera bastante particular de darle un poco de equilibrio a un mundo que estaba completamente en caos, asi que, la musica, la hierba, la paz y el amor carnal, se habian convertido en la principal forma de neutralizar toda la maldad que viajaba por el mundo, creando guerras, conflictos y luchas innecesarias que dejaban muertes de forma masiva. Quiza habia sido toda esta pasion, entrega y fortaleza la que habia enamorado a Allen, ya que, este habia recibido un ataque nada comun, pues saliendo de una conferencia en una sala de reuniones, este habia sido banado con una pintura roja, la cual, habia manchado por completo su traje. Habia sido acusado de asesino en conjunto con sus companeros, pero al ver como aquella chica de cabellos claros corria hacia una pequena minivan, en lugar de sentir desagrado o molestia, le habia causado un poco de curiosidad. Aquella belleza, anarquia, combinada con inocencia y conviccion, habian captado la atencion de Allen Black en ese preciso instante, asi que, se separo de sus companeros y se dedico a seguir a la minivan. Cuando conocio a Bridget, todo habia sido muy hostil, ya que, esta habia tratado de resistirse ante los intentos de este hombre por conquistarla, pero sin saber por que ni como, Bridget habia caido rapidamente en las redes de Allen. En tan solo una semana, ya se habia hecho con la chica, y salian a todas partes, compartian en diferentes lugares sofisticados de la ciudad, y parecia que Bridget comenzaba a dejar atras sus verdaderos ideales, aunque su corazon era hippie. Rapidamente comenzo a enamorarse a un ritmo muy acelerado de Allen, ya que, nunca antes habia sentido algo tan fogoso. Su corazon ardia de pasion por este sujeto, en su pecho, sentia esa emocion caracteristica del primer amor, a pesar de que no era la primera vez que Bridget Maxwell se enamoraba, pero si con una intensidad tan avasallante que era capaz de dejar todo atras por este nuevo amor. Dejo de asistir a las reuniones y a las protestas en conjunto con sus amigos, se dedico por completo a Allen, quien le prometia Villas y Castillas. El futuro que el habia estructurado juntos, parecia bastante atractivo, y aunque Bridget no era precisamente del tipo de chica que busca bienes materiales, tener una vida estable junto a un chico, comenzaba parecer una buena posibilidad. Allen es un hombre alto, casi 2 metros de altura, con una figura estilizada, alargada, con brazos muy fuertes, manos robustas, una piel blanca que deja ver sus venas claramente en sus antebrazos, su cuello es alargado, fuerte y ancho. Tiene el aspecto de un deportista, pero Allen le habia asegurado que nunca antes habia ido a un gimnasio o habia practicado alguna disciplina deportiva. Siempre habia tenido una buena genetica, y habia sido premiado con musculos grandes, un cuerpo ardiente, y muy bien dotado y complaciente, ya que, mas alla del misterio, lo enigmatico que podia ser, y lo tierno que resultaba con Bridget, este chico habia sido una maquina del placer para esta mujer. En muchas ocasiones, Allen la habia presionado para que se casara, apenas habian salido tres meses y este ya estaba insistiendo en que se embarazara y formaran una familia. Pero esto, de alguna manera, hacia entrar a Bridget en un estado de panico, ya que, no sabia si realmente estaba preparada para enfrentar una etapa como esta en su vida. Cuando Allen abordaba este tema, ella simplemente lo evadia con facilidad, tocaba otros puntos, o planificaba algun viaje, ya que, esta era una de las actividades favoritas de Bridget. Mientras estuviesen juntos, no habia nada que los perturbara, pero la curiosidad comienza afectar a la chica, ya que, durante algunos dias, Allen se ausentaba de manera misteriosa sin dar explicaciones, aseguraba que eran temas de trabajo. Pero ella tenia la conviccion de que este tenia vinculos peligrosos con algunas organizaciones misteriosas, ya que, era muy celoso con documentos, archivos, y en su despacho personal nunca recibia visitas. Bridget decidio irse a vivir junto a Allen cierto dia y sin pensarlo demasiado despues de una salida por el parque. Habia recibido la propuesta de manera inesperada, ya que, parecia que Allen estaba muy interesado en pasar mucho mas tiempo junto a ella. Tomo sus cosas, y se habia mudado a la gran residencia donde vivia este joven, el cual, no parecia tocar el suelo cuando caminaba de la alegria, ya que, al tener a Bridget Maxwell cerca de el, finalmente habian materializado uno de sus suenos mas fantasticos. Pero a pesar de que hacian el amor con mucha frecuencia y compartian momentos muy agradables, las ausencias repentinas de Allen sin dar ninguna explicacion, habian comenzado a incomodar a Bridget, la cual, habia abandonado su vida simplemente por entregarse a la compania de este atractivo sujeto. No recibia una retroalimentacion, no le proporcionaba ninguna explicacion, no parecia haber la confianza equivalente que esta chica habia depositado en el. Las reglas eran muy especificas, el estudio personal de Allen era completamente impenetrable, bajo ninguna circunstancia debia intentar entrar alli. Para evitar esto, generalmente siempre el lugar estaba completamente cerrado, con doble cerradura y con un candado en la parte superior. Cuando Bridget se encontraba sola en casa debido a estas ausencias repentinas de Allen, aquella puerta parecia palpitar de una forma fuerte, retumbaba en la cabeza de aquella chica. La curiosidad trataba de llevarla hasta la apertura de aquella puerta pero Bridget trataba de contenerse. Sabia que habia pocas reglas para ella, Allen la dejaba hacer todo lo que quisiera, podria gastar dinero, cosa que no hacia, podia salir de compras, salir con amigos, no habia ningun tipo de limitantes, ya que, este hombre no era posesivo ni celoso, algo que habia permitido que la relacion avanzara con bastante fluidez. Pero las reglas establecidas por este hombre, eran muy extranas, las pocas normativas establecidas en casa, no tenian sentido para Bridget, quien tarde o temprano, se dejaria influenciar por esa necesidad de ver que habia mas alla de aquella puerta negra. En ocasiones, bajaba a la cocina, tomaba algo de cenar, y regresaba a su habitacion, pasando justo enfrente de aquella puerta, siempre verificando que el candado estuviese puesto, ya que, sentia que habia algo extrano, paranormal, irregular con aquella puerta, sentia que alli en su interior habia algo que la superaba, que era mucho mas extrano de lo que ella podia manejar. Cuando Allen volvia a casa, las sesiones de sexo eran prolongadas, se follaban descomunalmente, pero el deseo, era algo desgarrador. Se encerraba durante al menos tres dias sin salir de la habitacion, comian lo que podian, ingerian el liquido necesario para hidratarse, y volvian de nuevo a la cama, a follar como bestias. La pasion que irradiaba Allen, despertaba en Bridget algo completamente anormal, ella no era asi, pero con este hombre, se habia despertado una lujuria que nunca en su vida habia experimentado, y esto le agradaba. Habia tenido relaciones muy romanticas en el pasado, la habian tratado como una princesa, pero nunca habia sentido algo tan intenso y demoledor como lo que habia despertado Allen, cuya naturaleza misteriosa, oscura e intensa, hacia que aquella chica se sintiera deseada y corrompida, como si entrara en su alma y se aduenara de cada molecula de su ser, dejaba de ser quien era para convertirse en un objeto de placer para Allen Black. Una caravana del grupo de protesta de Bridget, cierto dia habia llegado a la residencia mientras Allen no se encontraba, estos, habian sido insistentes en la necesidad de contar con ella para una protesta que se llevaria a cabo en el centro de la ciudad de Londres. Posteriormente, tendrian la oportunidad de viajar a Italia, ya que, en Roma se llevaria a cabo la mayor concentracion activista de la historia. Sin pensarlo demasiado, y llena de ilusiones ante la posibilidad de volver a sus andanzas, habia dejado una nota sobre la mesa, informando a Allen acerca de su viaje. Se ausentaria durante al menos una semana, ya que, entre viajes y traslados, estaria fuera de casa el tiempo suficiente como para darle un poco de espacio y tiempo libre a su amado. Sabia que este, a pesar de extranar la presencia de esta en casa, tambien buscaba su espacio personal, asi que, la chica simplemente tomo parte de su equipaje y se marcho con su grupo de protesta. Esa tarde, Allen llego a casa, y al ver la nota, simplemente sonrio, ya que, sabia que la chica tambien estaba en busca de distraccion, no tenia porque sentirse incomodo o amenazado, estaba muy seguro de lo que sentia ella por el. Estaba completamente convencido de que era suya, que le pertenecia, asi que, no habia nada que pudiese amenazar aquella relacion tan carnal e intensa que habia nacido entre ellos. Durante dos dias, Allen no supo absolutamente nada de Bridget, la cual, andaba de un lugar al otro, en compania de su grupo de amigos, los cuales, tenian los mismos ideales y la conviccion que esta chica. Pero esta, antes de viajar a Roma, habia sentido una ausencia tremenda de Allen, lo extranaba, y sentia que no podria estar demasiado tiempo alejada de el. Parecia que su corazon estaba dividido entre su pasion por liderar concentraciones de protesta, y el amor que habia despertado hacia Allen. Este, se habia convertido en la columna vertebral de aquella chica, en su oxigeno, en sus ganas de vivir, y desea disfrutar de lo que el universo le habia proporcionado, asi que, esta simplemente habia renunciado a la posibilidad de viajar a Italia, y se quedo en la ciudad de Londres.

  • Historias para sonar de Maika Sanchez

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    Era una noche fria y me movia inquieta por el salon de mi casa, estaba nerviosa, asustada, cansada, triste... Todos los sentimientos que podiamos experimentar una persona humana, los tenia yo en este instante, como si de un coctel molotov se tratara. Era fuerte para muchos, pero en realidad ahora mismo solo era una mujer vulnerable, desvalida por todos los sentimientos que tenia hacia el. <>. Yo que siempre habia sido fuerte, de las mujeres que no perdian las bragas por ningun hombre, de las que sabian darse su lugar. Pero todo habia cambiado en mi vida al conocer a Cristian, mi mundo se habia vuelto del reves, todas las personas que me conocian intimamente me decian: <>. Pero, ?que mas podia hacer si lo amaba con locura? No concebia mi vida, si mi chico no estaba en ella. Y ahora lo estaba esperando como una tonta enamorada, mientras mi marido estaba con la otra en los Goya, fingiendo algo que no eran, mientras yo su verdadera mujer me quedaba en casa esperando a que el llegara. <>, me repetia a mi misma una y otra vez. En ese momento se escucho un sonido de llaves al otro lado de la puerta, lo que hizo que mi cuerpo se congelara. Un escalofrio recorrio todo mi ser, poniendome mas nerviosa de lo que ya estaba, Cristian habia llegado y no sabia que hacer, no sabia como recibirle, si con un beso, un abrazo, un no puedo aguantar mas, o con un se acabo. Otra vez mi cabeza y mi corazon volvian a tener una lucha interna, que se estaba llevando a cabo desde hacia ya dos anos y medio. Todo comenzo en el verano del 2012. Yo triunfaba en las pasarelas de toda Espana y tambien estaba rodando "Deseos Cumplidos", la nueva serie que preparaba Telecinco, cadena con la que iba a hacer mi primera aparicion televisiva. La verdad que no me podia quejar, todo me iba muy bien profesionalmente, y emocionalmente me iba mucho mejor, porque mantenia una relacion desde hacia ya casi un ano con el actor por el que todas las chicas suspiraban, Cristian Rodriguez, al que conoci en la "Fashion Week" de Madrid, donde yo desfilaba, aunque era una relacion secreta, ya que para todos solo eramos buenos amigos, aunque yo ya me estaba cansando de esta situacion, ya que queria dar un paso mas en nuestra relacion. Queria gritar a los 4 vientos que estaba locamente enamorada de Cristian, que eramos novios y que eramos muy felices, no podia guardar mas esta confidencia que me estaba matando, necesitaba decirla. Asi que prepare una preciosa velada para convencer al amor de mi vida.

  • Venganza en Sevilla (Martin Ojo de Plata 2) de Matilde Asensi.

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    Sevilla, 1607. Catalina Solis – la protagonista de Tierra Firme- llevara a cabo su gran venganza en una de las ciudades mas ricas e importantes del mundo, la Sevilla imperial del siglo XVII. Cumplira asi el juramento hecho a su padre adoptivo de acabar con una importante familia de comerciantes a Indias, los Curvo, gracias a una espectacular venganza multiple basada en el engano, la seduccion, la fuerza, la sorpresa, el duelo, la medicina y el juego. La acompanan en esta arriesgada aventura amigos de Tierra Firme y unos picaros supervivientes, dispuestos a dar su vida por un personaje tan legendario.

  • Una dulce madrilena de Samuele Beni Abram

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    Una historia de amor intensa que pocas parejas pueden decir haberla vivido.Samuel, un italiano de 45 anos, un seductor nato, encuentra a Martina, una madrilena de 20 anos que ha llegado hace poco a Barcelona.Un destino que hara que luchen entre el corazon y la razon. Un amor pasional y perturbador, en el que el sexo y el erotismo se viven mas alla de los limites en una aventura unica y emocionante.En un Swinger en Barcelona - Dos chicos en Formentera - El lesbico con la holandesa y con su amiga intima - El travesti Armandino - Dos masajistas africanos en Cabo Verde - El castillo a Montenegro - El hidromasaje en Paris - Una fiesta privada - Un convento en Roma - Un desconocido...Y otros lugares y otra gente y otras aventuras de amor, de sexo, de erotismo que vale la pena leer. Porque el amor, el de verdad, no es el encuentro de dos cuerpos que banalmente se unen, sino de dos almas nacidas para estar juntas que van por el mundo buscandose para poder amarse. Y ninguna de las dos podra ser feliz sin el alma que le corresponde.

  • Anos de sequia de Jane Harper

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    Volver a Kiewarra, pequena comunidad al sureste de Australia, es lo ultimo que el investigador de delitos financieros Aaron Falk desea. Y no solo por el sol abrasador y la sequia pertinaz que han dejado al ganado famelico, a los granjeros desesperados y a la poblacion desquiciada, sino tambien por el temor a que su presencia reavive las heridas que su precipitada partida dejo abiertas veinte anos atras. Sin embargo, cuando le comunican que Luke Hadler, su amigo de la infancia, y su familia han muerto de forma violenta, presuntamente en un acto de parricidio y posterior suicidio, se siente obligado a regresar.
    Recibido con manifiesta hostilidad, Falk se propone no quedarse mas de un par de dias, pero las suplicas de los padres de Luke para que intente aclarar las circunstancias de la muerte de su hijo haran que reconsidere su decision. Asi, mientras colabora de forma extraoficial con el sargento Greg Raco, el jefe de policia local, Falk se vera obligado a encarar los fantasmas de su oscuro pasado y a enfrentarse al odio visceral que todavia le tienen algunos vecinos del pueblo.

  • Yo soy tu candidato 3; Silla presidencial de Miranda Wess

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    Enrollo distraidamente un mechon de mi cabello. Se siente bien, considerando lo corto que lo deje a raiz de una rabieta que agarre con Joseph. El idiota de Joseph. Me dijo--con esa mirada de bobo que me pone a veces--que le encantaba mi cabello castano y oso tocarmelo, !Que atrevido! Le meti un empujon que lo tiro al piso, saque mi navaja, estire mi cabello y lo corte. Luego se lo lance al imbecil. !Hey, si tanto te gusta quedatelo! Estoy verdaderamente aburrida de sus tontos intentos de ganarse mi interes. Para que, por Dios !Solo tengo doce anos! No quiero que me pase lo de Ana que teniendo mi misma edad ya esta embarazada. Eso le pasa por idiota. Recostada de la pared de la casa-hogar extrano mi melena hasta la cintura y centro mi atencion en el vejete que de vez en cuando corta los arbustos del jardin. No es su trabajo; lo hace para ayudar a los pobres huerfanos que nadie quiere. Ja. Que joda a su madre con esa pobre excusa, a leguas le veo comerse con los ojos el culo de Rosario a cada oportunidad que tiene. Asco de hombre. Ha dejado sus cigarrillos y encendedor y, con mucho cuidado de no ser vista por el, rapidamente me hago de un entretenimiento. Con el fastidio a un nivel insostenible me paseo por el patio central de la casa hogar. La pintura de las paredes esta desgastada de lo viejo--inicialmente era de color verde esmeralda pero ha adquirido con los anos una apariencia blanquecina-- y es un recuerdo perenne de lo miserable que somos sus ocupantes. A pesar de todo, es un sitio limpio y ordenado. Y mas con la dictadura de Rosario metomentodo. Son las tres de la tarde, algunos chicos van a la escuela cercana, otros, duermen la siesta, sobre todo los pequenos; otros cuchichean en el patio central. Yo, como termine mis deberes en tiempo record y sinceramente no se me da eso del arte de la conversacion con idiotas descerebrados, sufro de aburrimiento frecuente. Me recuesto de la pared afincando bien mi bota en ella para dejar la marca impresa. Menudo cabreo se llevara la Rosario al verla. !Que se jodan, ella y sus normas! Oh, no. Joseph viene hacia mi acompanado de su amiguita inseparable, Claudia. Solo el no se da cuenta de que ella esta babeada por el. Pero bueno, Jo no se destaca por su inteligencia. No tiene por que utilizar las neuronas para llamar la atencion al sexo opuesto, con su cabello castano liso que le cae en la frente, ojos avellanas, y cuerpo atletico es--como le dicen las lerdas-- <>. ?Que le hace pensar que me interesa enrollarme con el? ?Sera que es masoquista? ?O se certifica su idiotez? ?O una combinacion de ambas quiza? Lo veo factible. Veo con arrogancia mis unas pintadas de negro, a juego con mi ropa, mi maquillaje y mi alma. Y ya tengo al frente al <>. Hago como que no existen. Es una maravillosa tecnica perfeccionada con los anos. --Mira, esto te lo envia Jo. Quiere una respuesta--me tiende un sobre. Yo lo tomo mas que nada para quitarmelos de enfrente. Mientras mas rapido mejor. Leo solo la primera frase de la cartita de amor: ?Clarissa quieres ser mi novia? Se le volo la cabeza o que. La rompo y se la lanzo a la cara. Claudia se enfurece y me toma del brazo zarandeandome. --Estupida, Jo es el mejor chico de aqui. No deberian llamarte Clarissa sino <> porque estas de atar. No le digo nada. Saco mi navaja y de un movimiento centelleante y preciso corto las tiras de su blusa dejandola semidesnuda. Sonrio. Estoy encantada de verla irse con la verguenza reflejada en el rostro. !Estupida tu! Joseph me ve con ojos desorbitados y actitud cobarde. Era de esperarse. Es un idiota. Como todos los malditos estupidos que me rodean. Los odio a todos. --!Mi respuesta es NO! Apenas soy capaz de desperdiciar con ellos una que otra palabra de desprecio. Pero nada mas. Incitada por su mirada avellana--amedrentada--tomo mi navaja y deslizo mi lengua por el lateral de la misma con la mirada de odio mas pura y sincera de la que soy capaz. Esperanzada de--finalmente con ese gesto--disuadirlo de sus intenciones romanticas. Su rostro horrorizado me dice que he acertado. Finalmente. Apenas se me asoman los pechos y ya los chicos se vuelven locos. Son animales. Que asco me dan. De ninguna manera me dejare manosear por ninguno de ellos. Me alejo de la vista de todos. Segura de que Rosario no vera con buenos ojos mi forma de socializar con mis pares. Ja, para lo que me importa su opinion. Refugiada entre los matorrales saco un cigarrillo del bolsillo de mi vaquero y un gastado encendedor que hurte al jardinero. Le doy un jalon y me entretengo formando circulos y viendo como desaparecen en el aire. Que se sentira desaparecer. Estar y de pronto no estar mas. Veo la punta del cigarrillo enrojecida y ardiente. Que se sentira arder y volverse cenizas… La idea de desaparecer de la faz de la tierra me resulta tentadora. Lanzo la colilla por la reja que da a la calle y rebusco en el bolsillo la navaja. Detallo su filo y me pregunto si sera lo suficientemente afilada para abrir mi carne de par en par. La coloco sobre la palida piel de mi muneca y la sensacion fria de la navaja contra mi piel me resulta agradable, invitadora. Si tan solo… El ruido del motor de un auto interrumpe mis siniestras cavilaciones. Guardo la navaja de nuevo en el bolsillo y pego el rostro a la reja. !Menudo carrazo! Veo descender a un tipo bien elegante. !Joder, como me gusta ese coche! Si viene aqui buscando a un huerfano que adoptar seguramente no sere yo. No a mi no. Los de mi edad estamos todos bien fritos. Lo sabemos. Somos la mierda con la que nadie quiere lidiar. --!Hola! Me fastidia ver la cara de Catalina asomarse entre las ramas. Posee unos enormes ojos cafe siempre maravillados casi por cualquier pendejada donde se posen. Que pesadita. No le contesto el saludo, me tiene con el humor en rojo. En verdad esa carajita tiene un radar para conseguirme escondame donde me esconda. Por mas desplantes que le haga, insiste en ello. --Te estaba buscando… --me dice sin dejar de sonreir como si fuesemos las mejores amigas del mundo. Cosa que nunca pasara-- ?por que estas metida aqui solita, Issa? ?Viste lo que le paso a Clau? Pobrecita, paso llorando. Te gusta estar sola aqui ?verdad? Es un sitio silencioso ?cierto? A mi tambien me gusta. Da fresquito. Y es medio misterioso… --!Cono, te quieres callar! Catalina, que solo tiene nueve anos, se sorprende de mi reaccion. Pero solo le dura pocos segundos. Casi me siento culpable. Casi. --Oye, tratame con carino, Issa--menea su cabeza y sus largas trenzas se mecen--. Te perdono porque eres buena onda--sonrie y pongo los ojos en blanco considerando la idea de sacar mi navaja y meterle un susto a la fastidiosa cria-- ?Viste al tipo que acaba de llegar? A que no adivinas. Yo se quien es… Fijo mis ojos ambar en su rostro risueno--satisfecho como nunca de tener algo que decir--me desespero ante su ridiculo gesto. --?Que? --exclamo exasperada. --Es un loquero y te esta buscando. --?A mi? --estoy estupefacta. --Si, Rosario lo llamo. Le dice a todo el mundo que no sabe que hacer contigo. --!Maldita sea esa Rosario metomentodo! --Pronto vendra con el loquero. Yo le dije donde te escondias. Lo siento. --!Maldita seas tu y tu bocota Catalina! --grito furiosa. En efecto, no tarda en aparecer Rosario con su cara amargada como cada vez que me ve. Da la casualidad que ultimamente ando haciendo de las mias. Segun ella. Me lleva a rastras hasta el despacho donde se encuentra el misterioso sujeto. Me irrita que me halen del brazo, me jamaqueen y me pregunten si no me canso de causar problemas. Son los otros los que no se cansan de buscarme bronca... Y el que busca encuentra. Apenas entro al estudio quedo impresionada con el porte del tipo. Es tan grande y corpulento como un toro. Su mirada es profunda y da la sensacion de que puede ver hasta mis mas intimos pensamientos. --Hola, Clarissa, soy el Doctor Victor Spillman, he venido a hablar contigo. Por favor sientate. Algo en su voz y en su manera de verme me insta a obedecerle. Detallo su ropa. Tiene buena pinta. Zapatos lustrosos, pantalon de vestir con filo marcado, camisa manga larga, cabello bien cortado, bien afeitado. Se ve que tiene plata. Y mucha. --Usted es un hombre muy rico ?verdad? Lo digo por el coche y la ropa. --Asi es, Clarissa. ?Eso te llama la atencion? --Digamos que si. Eso de tener mucha pasta y finura me sentaria al dedillo. --Para ser como yo debes cambiar alguna que otra cosa. Dime, por que no les hablas a los otros chicos. Resoplo, repleta de fastidio. ?Por que siempre se trata de eso? ?Por que cono no me dejan tranquila y punto? Me recuesto en el asiento con desparpajo. --Son unos idiotas de mierda. Solo estan pendientes de follarse unos a otros y de echarse una fumada a escondidas. --Dicen que eres rara. --!A la mierda con ellos! --Parece que no les tienes nada de estima. Sin embargo, conmigo si conversas. ?Por que? Me encojo de hombros. --No lo se, parece alguien importante y me cae bien, creo. --Tu tambien me caes bien, Clarissa, pareces una chica inteligente. He escuchado que te gusta leer. ?Es eso cierto? --Supongo--digo encogiendome de hombros como si tal cosa. --Tengo unos libros que me sobran. Te los puedo regalar, si te apetece. Me enderezo en el asiento sorprendida por su oferta. ?Ese senor importante que no me conoce me va a regalar algo a mi? --Me apetece, senor. --murmuro. --Dime, Clarissa, ?te gustaria ser una dama? Eres una joven con mucha energia, seria cuestion de encausarla por el buen camino. Podria darte una mano en tu travesia, quiza. En tu busqueda personal del Santo Grial. En el caso de que eso te interese, por supuesto. Quedo alucinada por sus palabras con el corazon palpitandome al galope. ?Una oportunidad? Una oportunidad real de salir de la miseria donde mi alma muere dia a dia. --?Puedo serlo? digo ?en verdad? --pregunto incredula y emocionada.

  • No mires atras de Celine Bonnet

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    Despues de anos intentando olvidar el pasado y con una nueva relacion, Jairo parece que, por fin, puede ser feliz junto a Sara.
    Sin embargo, esa historia que tanto le costo olvidar y que tiene nombre de mujer, regresara a su vida para desestabilizarlo, demostrandole que Elba, su primer amor, sigue siendo mas que un recuerdo para el.
    Y es ahi donde Jairo tendra que elegir que camino tomar. ?Hay algo correcto en una situacion como esta?

  • Las Hijas de Tara de Laura Gallego

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  • El dux del fin del mundo (Las cenizas de Hispania 3) de Jose Zoilo Hernandez

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    Acompana a Attax en su hazana final por una Hispania a la deriva.

  • Belleza Animal de C. M. Rose

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    No podia creer lo que mis ojos estaban viendo era una casa gigantesca de dos plantas, habia espacio para mas de seis automoviles, parecia una mansion; me dio algo de nostalgia al ver esa casa y recordar mi hogar; parecia mas bien una casa de una familia muy adinerada que de seis personas como me habia comentado la senora Montes, revise varias veces las direccion que me anoto en un pedazo de papel, si era exactamente la misma pero no podia creer que en ese lugar solo vivieran seis personas y todos hombres, debia existir algun error para ello; estaba reconsiderando la idea de buscar otro lugar, pero no tenia mucho dinero para seguir viviendo en un hotel o en cualquier parte necesitaba estar en un lugar fijo; solo era unos dias que podia probar si me gustaria quedarme o si me queria marchar, lo peor que podia perder era mi tiempo. Agarre muy fuerte la llave contra mi pecho, odiaba que la senora Montes no me haya dado mucha informacion de mis companeros, iba ser un poco extrano compartir vivienda con seis hombres, pero la propuesta que ella me dio era tentadora y no me queria rehusar, era algo que me beneficiaba demasiado. Tome una gran bocanada de aire y segui adelante, abri la pequena reja; todo se veia muy limpio en la parte de afuera, el pasto estaba tan verde y parecia recien cortado, arrastrando mi gran maleta me acerque a la puerta y la toque varias veces, nadie abrio la puerta me enoje un poco. No me sentia muy comoda entrando a una casa sin que las personas que vivian alli no supieran que alguien iba a estar cuando regresaran, pero me encontraba muy cansada y lo que mas deseaba en ese momento era poder sentarme, tomar un vaso de agua y dormir un buen rato; no pude soportarlo y entre. – !Buenas tardes! – Grite muy fuerte esperando que alguien me escuchara. – !Buenas tardes soy el nuevo huesped la senora Montes me envio! – Segui gritando tal vez a la nada, pero igual continue esperando que alguien me escuchara. – Perdon la intromision y por haber entrado de esa manera… – Conclui que la casa estaba vacia se encontraba en silencio absoluto; era algo incomodo, era mejor dar media vuelta y marcharme; tal vez esperar en el pequeno portico a que alguien llegara, podria estar allanando una propiedad privada y en vez de estar en la casa podria terminar presa. Me senti aterrorizada y un escalofrio recorrio mi espalda en tan solo pensar en que llegaria estar en prision y la unica llamada tendria que hacerla a mi madre y me mataria por todo esto. Estaba algo perturbada, estar en un lugar que no conocia y que nadie me podria recibir y mucho menos sin saber con quien iba a vivir; ya habia entrado y debia afrontar que estaba en una casa que no era mia, sin permiso. Deje mis cosas en la entrada, pude notar que toda la casa estaba pintada con un tono blanco, el color de los muebles contrastaba de una manera muy estetica; tal vez tendrian a alguien que les limpiara todo estaba impecable, me daba mucha verguenza ensuciarla o arruinarla. No podia ser que seis hombres fueran tan limpios, podrian ser gais y parejas todos; y yo podria incomodarlos, o todos podrian ser hermanos, muchas ideas comenzaron a rondar mi cabeza de que serian estos seis chicos, o que relacion tendrian entre ellos. Me quite los zapatos y me adentre mas a la casa. – ?Hola? – Dije asomandome a la cocina, me sorprendio muchisimo al verla, era muy hermosa, la decoracion era muy sencilla, pero me gustaba; estaba segura que en esa cocina cabian mas de diez personas sin ningun problema; me acerque al frigorifico, se que no estaria bien pero no pude evitar abrirlo, para ver que comian estos hombres. Al verlo de arriba abajo me sorprendio muchisimo que tuvieran carne cruda congelada como para alimentar a un batallon. Menos mal no era vegetariana sino seria un karma para mi vivir con seis carnivoros; toda la estanteria de la cocina estaba de comida enlatada, frituras y caramelos. Parecia que estos chicos comian como animales, nunca habia visto tanta comida y estaba acostumbrada a ver mucha comida al tener una familia tan grande, pero ellos me estaban sorprendiendo sin ni siquiera conocerlos. Sali de la cocina, pero la curiosidad pudo conmigo, revise cada rincon de la casa, el primer piso tenia una habitacion muy grande, pero parecia que nadie la estaba usando, la cama estaba solo con el colchon, y parecia que hace mucho tiempo nadie entraba en ese gran lugar. Me sente en la cama, el colchon parecia comodo no me recoste; si lo hacia me quedaria dormida y eso seria el peor problema porque el que pudiera suceder en este lugar; pase mi dedo por la pequena mesita de noche, la linea por donde pase mi dedo quedo marcada demostrando que habia una gran gruesa capa de polvo e. Si esa llegase a ser mi habitacion tendria mucho que limpiar antes de poder dormir, tenia su propio bano, que tambien se notaba que estaba sin usar desde hace un buen tiempo. Termine de revisar el primer piso y no habia muchas cosas interesantes, sabia que no debia subir, pero no pude residirteme; para mi mala suerte todas las habitaciones estaban cerradas con llave, habia seis habitaciones cerradas y un bano. Baje desanimada las escaleras por no saber ni siquiera como eran, camine hasta el gran salon, habia un sofa de color blanco; me sente un rato mientras me imaginaba como serian mis companeros, a que se dedicarian o que harian de sus vidas, el sofa era demasiado como, me recoste un momento, estaba demasiado agotada para luchar con el cansancio, por mi cabeza comenzaron a pasar imagenes de leones tigres, lobos y zorros, no entendia muy bien el porque; cerre un momento los ojos y me quede profundamente dormida. Capitulo 1 Buscando donde vivir Me comenzaba a arrepentir de haber dejado mi casa, la comodidad de la que estaba acostumbrada, arrastrando la maleta por la calle y muy desanimada, no sabia que iba hacer, o para donde debia irme; aun no tenia amigos y no conocia a nadie, pero aunque estuviera mal por todo lo que habia pasado aun pensaba en iniciar mis clases en la universidad y me lograba animar un poco, habia trabajado tanto para lograrlo y no podia rendirme; pero las cosas no estaban marchando muy bien, pero no podia vivir en una casa compartida donde a todas horas hay personas gritandose groserias o cosas muy obscenas; la ropa sucia de cualquiera terminaba dentro del frigorifico, o alguien dormido encima de la mesa de la cocina desnudo pero creo que lo peor que todas las cosas que sucedian en esa casa eran las cucarachas, creo que hubiera pasado los gritos, la ropa sucia o una que otra vez a alguien dormido completamente desnudo, pero ese animalito no lo tolero, me habia quedado literal en la calle, pero ahora era mi responsabilidad y mi problema ver que hacia para salir de esta horrible situacion. Mi paciencia tenia su limite y estaba por acabarse me comenzaba a desesperar, mis clases estaban por comenzar, necesitaba un lugar lo antes posible para instalarme. Una parte de mi pensaba y se replanteaba en dejar todo botado y regresar al pueblo, despues de la lucha que tuve con mis padres esa idea no me entraba en la cabeza, al dejar la casa estaba segura que mi habitacion, debia estar transformada por uno de mis hermanos. – Hola – Dije atendiendo mi celular. – ?Como que hola no sabes quien soy? – Mama lo siento, estoy caminando y no pude ver quien era. – ?Que estas haciendo tan temprano un sabado en la calle? La ciudad es peligrosa ?No quieres regresar? – No mama – <> pense mientras se me ocurria que inventarle a mi progenitora. – Estoy conociendo la ruta que debo tomar todos los dias para ir a la universidad. – Menti. – Bueno tu sabras como hacer las cosas, no me hagas caso mas bien dame el numero del telefono de donde estas viviendo. – !?Que?! – Me exalte – ?Para que lo necesitas? – Si no atiendes ese aparato puedo llamar a esa casa para que me digan que estas haciendo. – Era increible por lo que estaba pasando. – Mama no tienen telefono ahi. – no se si estaba mintiendo o siendo honesta. – !?Como que no?! – mi mama estaba histerica, comenzo a gritar y no se por cuanto tiempo lo estuvo haciendo, segui caminando con mi maleta y mi celular alejado de mi oido, estaba segura que no queria quedarme sorda por los gritos de ella. – Mama no lo se, la verdad no he pregunte. – Pregunta de una buena vez – Necesitaba decirle algo para tranquilizarla. – Esta noche te llamare y te dire si hay o no hay telefono ?Te parece? – No muy convencida acepto; se que no estaba de muy buen genio, pero necesitaba que se tranquilizara, entre en panico. – !Dios iluminame! – Grite de la desesperacion que ese momento me consumio. Las personas me miraron como si estuvieran viendo a una loca. No estaba tan lejos de enloquecerme entonces no me molestaba que miraran de esa manera. Los dias pasaron y mi primer de clase llego, odiaba tener que dormir en hostales, era muy incomodo, teniendo una maleta gigante. Llegue a la facultad con una mi fiel compania que era la maleta morada que mis padres me habian regalado, los demas estudiantes me observaban de una manera extrana, no los puedo culpar nadie va a una universidad con una maleta llena de cosas y tan grande; estaba segura que este dia iba a ser demasiado largo. No podian seguir asi, esa semana debia pagar un hotel por lo menos para poder dejar mis cosas en un lugar seguro. Ojala ese fuera mi unico problema, todos los dias tenia a mi madre llamandome a preguntarme como eran mis companeros y que se los pasara para poder hablar con ellos. Todo se empezaba a complicar cada dia mas, el dinero que mis padres me enviaban, mas el que habia ahorrado desde la secundaria se estaba agotando con los dias. Necesitaba encontrar un trabajo de medio tiempo al igual que un lugar bueno, bonito y no muy costoso para vivir. Despues de la tormenta por fin llego la calma y las cosas comenzaron a mejorar, aunque no tuviera un lugar donde vivir, encontre un trabajo de medio tiempo, lo cual me venia como anillo al dedo, teniendo ya una entrada economica, me sentia un poco mas tranquila. Pero me gustaria encontrar un lugar donde pudiera vivir mas tranquila y sentirme mas comoda, aunque el hotel era bueno no era lo mismo que estar viviendo en una casa con companeros, o en un departamento sola. Un dia escuche a unos companeros hablando de que en la cartelera de nuestra facultad publicaban, lugares que alquilaban desde habitaciones, casas compartidas hasta departamentos para uno solo. Las cosas estaban mejorando y era algo que me alegraba muchisimo. Estaba muy enojada, llame a cada lugar de los que habia visto en la cartelera, ya estaban alquilados o pedian demasiado dinero y era el momento que no tenia tanto como para pagar, cada dia iba a revisar la cartelera, para ver si habia algo nuevo, o quizas disponible. Posiblemente fue cosa del destino o suerte no estaba segura, pero era la direccion de una mujer Emma Montes duena de una empresa de bienes raices; ya habia desgastado todas mis ideas asi que no perdia nada en intentar hablar con ella. En mi ultima clase de ese dia estaba demasiado ansiosa, queria ir a ver a la senora Montes, queria salir de la situacion tan horrenda en la que me encontraba; estaba contenta de que ese dia no trabajara, fue un alivio poder estar tranquila en mi busqueda; no fui al hotel aun tenia un par de horas para la guardar mis cosas, antes de que me cobraran otra noche. Tome el metro, con cada estacion menos sentia que estaba mas cerca de una solucion que me beneficiaria, me puse a ver por la ventana pensando en que conseguiria algo muy bueno. Por fin despues de unos minutos por fin llegue a mi destino, sali del vagon como si me estuvieran persiguiendo, segui la ruta que habia encontrado; camine un par de calles hasta que por fin encontre el lugar que tanto ansiaba, un letrero gigante con el nombre de Emma Montes me hizo sentir la persona mas dichosa del mundo. – !Buenas tardes! – entre saludando, esperando que alguien apareciera. – Bienvenida buenas tardes. – A los pocos segundos aparecio una mujer vestida con un perfecto vestido blanco y una chaqueta roja; con una pequena placa dorada con su nombre. – Busco a la senora Montes. – Dije, mirando a la mujer que me sonreia, parecia una modelo de pasarela, aunque ya pasara los cuarenta se veia demasiado bien; tenia unos tacones negros que eran bastante altos; su cabello tan negro como el carbon le llegaba un poco mas abajo de los hombros, detras de esas curiosas gafas amarillas escondia unos espectaculares ojos azules. – ?Que necesitas linda? – Me pregunto mirando sobre las gafas. – Es que … necesito un lugar donde vivir… – Titubee por un momento – ?Usted me puede ayudar? – La mire esperando respuesta ella se limito a sonreir. – Claro que te puedo ayudar, acompaname a mi oficina. – Ella camino por un pasillo, donde habia mas personas, algunas hablando por telefono, otros mirando una especie de folletos y otros escribiendo sin darse cuenta de la presencia de la senora Montes o mia, se encontraban muy concentrados en sus trabajos, todos los cubiculos estaban ocupados, se escuchaba el bullicio de todos hablando. – Sigue por favor. – Antes de que la puerta se abriera pude leer la inscripcion “Emma Montes Gerente General” – ?Como te llamas? – Me pregunto rodeando el escritorio que ocupaba gran espacio de la oficina. – Jessica. – Me sente en una de las sillas de cuero blanco frente a la Senora Montes, por la decoracion de su oficina pude notar que ella amaba el blanco, todas las paredes tenian el mismo color, al igual que la alfombra peluda. Tambien parecia que le gustaba muchos los gatos, tenia cuadros con gatos pintados al igual que una pequena estatua y otras cosas con la tierna forma. – Bueno Jess. – <> La senora Montes era un poco confianzuda conmigo. – Yo soy Emma Montes, por favor dime Emma. – Me miro fijamente con una sonrisa de oreja a oreja. – Cuentame que es exactamente lo que deseas. – Llegue a la ciudad hace un mes y estaba en una casa compartida con mas personas, pero las cosas se descontrolaban, fue terrible, despues de eso he vivido en hostales y ahora me encuentro en hotel. – ?Estas en un hotel ahora? – asenti. – Un hotel en esta ciudad es muy costoso, necesitamos encontrar algo para ti y pronto. – ella comenzo a buscar algo en su computadora que no podia faltar que fuera de un blanco mate muy hermoso.

  • El papa multimillonario y la ninera de Mia Ford

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    Aparque en el garaje, me di cuenta de que mi marido Sean estaba en casa y sonrei. Ultimamente trabajaba tanto en su empresa de arquitectura que parecia que no nos veiamos nunca, pero me decia a mi misma que eso nos ayudaba a vivir en esta preciosa casa en la mejor zona de Boston y lo dejaba pasar. Me mire en el espejo y me humedeci el brillo de labios tras retirar mis rizos negros con una mano. De un salto, entre en la espaciosa cocina y grite su nombre. --?Sean? --No hubo respuesta, y mire un momento a mi alrededor, preguntandome si estaria en su despacho. Yo trabajaba en la guarderia de un hospital, atendiendo a los ninos que estaban ingresados, y ese dia me habian dejado irme antes de tiempo como agradecimiento por haber trabajado horas extra. Todavia no tenia hijos, asi que intentaba ayudar a los que si los tenian, ya que disfrutaba cada momento de mi trabajo. Me moria de ganas por empezar a intentar tener un bebe a los veintitres anos, pero Sean parecia querer esperar. Deje caer mi bolso sobre la encimera y me dirigi hacia las escaleras que llevaban a mi habitacion. Iba a ver si estaba Sean, y si estaba ocupado, siempre me quedaba la enorme banera del bano del dormitorio principal para relajarme un rato. Estaba subiendo las escaleras y me dirigia a mi habitacion cuando escuche algo procedente del despacho situado en el extremo opuesto del pasillo. Me lami el brillo de mis labios carnosos con nerviosismo mientras giraba a la izquierda para caminar hacia la intimidante puerta cerrada. Gire el pomo lentamente, abri la puerta de un empujon y vi a Sean mientras se follaba a una mujer rubia que parecia al menos cinco anos mas joven que yo en el futon que el habia querido tener alli. Se suponia que era para descansar de estar tanto tiempo sentado en su escritorio mientras trabajaba, aunque ahora sabia la verdad. --Supongo que deberia alegrarme porque no esteis en nuestra cama. --Mi voz era extranamente calmada, aunque sentia que mi vida se desmoronaba ante mis ojos. Sean dio un salto, apartandose de la chica mientras me miraba con ojos sorprendidos, revelando que esa chica era efectivamente joven. No adolescente, pero quizas en los primeros anos de la universidad. Sean tenia treinta y cinco anos, una edad en la que uno pensaria que ya habia superado esta etapa de su vida. Llevabamos dos anos casados y yo creia que eramos felices. Estaba muy equivocada, y senti la rabia dentro de mis venas mientras me di la vuelta para salir de la habitacion. Sabia que Sean y yo habiamos terminado, ya que no habia manera de que pudiera perdonarle por esto, y mucho menos de que actuara como una esposa para el. Mi mente divagaba mientras me preguntaba que iba a hacer. Sean me mantenia bien, y la guarderia era simplemente un trabajo voluntario para mi, ya que me dijo que no queria que trabajara cuando nos casaramos. No termine el colegio porque era joven y tonta, y en cambio elegi empezar una relacion tumultuosa con un chico malo porque era atractivo y excitante. Era una pena que lo interesante a menudo significara criminal y abusivo, por lo que me tranquilizo el hecho de haber salido viva de la relacion y sin ser arrestada por nada de lo que hizo Brad. Entonces tenia diecisiete anos y me contuve hasta que conoci a Sean, que estaba asentado y estable. Lo consideraba aburrido en algunos aspectos, pero, sin embargo, Sean me trataba bien y me prometio un buen futuro. Nos casamos cuando yo acababa de cumplir veintiun anos. Estaba feliz y muy ilusionada con mi futuro, que seria diferente al que habria vivido con Brad. Mis padres estaban encantados y vinieron desde Mendocino para asistir a la boda, seguros de que habia encontrado al hombre perfecto para mi. Que equivocados estabamos todos. Entre en la cocina y saque el vino de la nevera, mirando el vicio que utilizaba para relajarme por la noche antes de acostarme. Justo entonces, lo abri y di un gran trago para intentar calmar mi mente y ordenar mis aceleradas emociones. Imbecil. Sean estaba con esa perra estas noches cuando yo creia que estaba trabajando. Estos pensamientos me hicieron beber otro gran trago. --Celia, no crei que estuvieras en casa --dijo Sean mientras yo respiraba lenta y controladamente. --Obviamente. ?Cuanto tiempo lleva esto? --pregunte mientras me giraba para mirarlo, observando su pelo castano oscuro y sus preciosos ojos azules. Ahora parecian arrepentidos, y entrecerre los mios marrones. --Seis meses. La conoci en un hotel cuando tenia una reunion con un cliente para un nuevo proyecto, y las cosas simplemente sucedieron --dijo Sean mientras miraba al suelo--. Se mudo aqui hace unos tres meses. --?Se mudo aqui? Vaya… ?cuando pensabas contarme esta nueva parte de tu vida? --pregunte mientras me miraba fijamente durante un momento. --Pronto. Celia, estoy enamorado de ella. Queremos estar juntos. --Habia bebido mas vino antes de dejar la botella sobre la encimera de granito--. Quiero la casa. --Puedes vivir en cualquier parte, Sean. Tienes un trabajo. ?Recuerdas cuando me dijiste que no querias que trabajara? -- pregunte mientras las lagrimas de rabia resbalaban por mis mejillas. --A Brittany le encanta la casa --me dijo mientras yo cogia el vino y lo lanzaba hacia el, encontrando gracioso el hecho de que se estrellara contra la pared color mostaza que habia a su lado--. Jesus, Celia. --Me vas a pagar un hotel hasta que se me ocurra algo --le dije mientras pasaba junto a el para ir al dormitorio a recoger algunas cosas.

  • No te dejaria escapar de Sophie Saint Rose

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    Lori vive en un pueblo muy pequeno y fue inevitable que se enamorara de uno de los hermanos Taylor. Desgraciadamente desde que eran adolescentes habian dicho que se casarian con dos hermanas y Lori era hija unica… Pero tenia una prima

  • A la caza de un seductor de Alexia Mars

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    Con paso decidido, Sara cruzo el verdoso parquecito que adornaba la entrada de la Ciudad de la Justicia. Traspuso las grandes puertas de cristal y se dirigio al puesto de control. Armando, el guardia civil que controlaba las entradas y salidas, la saludo con una brillante sonrisa. --?Otra vez por aqui, letrada? --Me temo que si, Armando --le respondio ella con tono apagado. --Vaya, no parece usted muy alegre hoy. ?Un dia duro? --apunto observando el aura de tristeza que la rodeaba. --Peor, me siento como si fuese la primera vez que vengo al juzgado. --Y sin que el la oyese senalo--: Bueno, y en cierto modo asi es. --Tranquila, eso nos ha pasado a todos. Vera como manana ve las cosas de otro color. No hay nada que no se arregle con un sueno reparador. --Sara penso en su problema y deseo que pudiese desaparecer tan facilmente. No, lo suyo no se solucionaba durmiendo. --Eso espero --le contesto, mientras pasaba por su lado--. Que tenga un buen dia, Armando. --Lo mismo le digo, abogada. -- Inclino la cabeza a modo de despedida y observo el contoneo de las caderas de la atractiva joven. Suspiro. <> Las puertas del ascensor se abrieron y Sara emprendio el camino hacia el mostrador. Un recorrido que habia hecho cientos de veces, pero que ahora se le antojaba diferente, quiza porque esta vez le atania directamente... Miro el reloj. Nueve menos diez. Bien, tendria que aguardar hasta que llegase su turno. Se dirigio a la zona de espera y tomo asiento. De reojo observo a la mujer que hablaba con la auxiliar y un extrano nerviosismo invadio cada poro de su piel. Cerro los ojos e inspiro. ?!Que le pasaba!? Esto era lo que tanto habia deseado, ?no? Taconeo con sus stilettos negros y entrelazo las manos, masajeando inconscientemente la preciosa alianza que todavia decoraba su dedo anular. Su corazon, ya de por si agitado, sufrio una sacudida cuando un estruendo seguido de un poderoso <> sono tras ella. Observo la escena con el ceno fruncido; una joven habia arrollado a un hombre y ahora se encontraba encima de el, rodeados por un monton de papeles. La rubia del abrigo fucsia se puso en pie con dificultad y se deshizo en disculpas con su victima, quien farfullo algo acerca de <>, recogio sus documentos y desaparecio entre maldiciones.

  • Eva y Juan de Cynthia Wila

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    "En los primeros tiempos de relacion, a ella le costaba pensar. Su presencia la llenaba de extasis; no podia, no queria, otra cosa mas que tocarlo y que el la tocara tambien, que la abrazara fuerte, la oliera, que sus manos fueran imprudentes y le llenaran el cuerpo de caricias. Que su pasion borrara las marcas de una vida de dolor."

  • El maestro y las magas de Alejandro Jodorowsky

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    En este libro que completa su autobiografia La danza de la realidad (Siruela, 2001), Alejandro Jodorowsky cuenta como conocio al maestro japones Ejo Takata, que lo inicio en la meditacion, en el budismo zen y en la ensenanza que transmiten los koans. Sin embargo, la aplicacion de estos conocimientos en la vida lo aprendio de un reducido grupo de mujeres (<>) que nada tenian que ver con el budismo. Aunque era el propio Takata quien le mostraba la esencia del zen y de los koans, la experiencia de dichas ensenanzas solo la aprendia a traves de estas mujeres. En este libro nos habla de la escritora y pintora surrealista Leonora Carrington; de Dona Magdalena, que le enseno el masaje iniciatico; de la poderosa actriz mexicana la Tigresa; y de Reyna D'Assia, hija del ocultista G. I. Gurdjieff. Pero en la vida del autor hubo otras magas: la sacerdotisa de los hongos Maria Sabina, la curandera Pachita o la cantante chilena Violeta Parra, de quienes ya escribio en La danza de la realidad y Psicomagia (Siruela, 2004).

  • Tu regalo soy yo de Jenny Del

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    Llevaba tan solo un mes trabajando en aquel hotel y una cosa tenia clara; en el pasado debi ser dominicano, porque fue llegar a el y sentir que yo pertenecia a aquel lugar, desde siempre. Por razones que no me apetece reproducir, al ser demasiado dolorosas, en Espana apenas me quedaba un reducido punado de parientes, ninguno de ellos demasiado cercanos, por lo que podria decirse que carecia de raices y que, por tanto, no sabia donde "poner el huevo". Un buen dia, mi amigo Borja, que ya intuireis que con ese nombre era mas pijo que hecho de encargo, me hablo de la posibilidad de irnos a trabajar a un hotel a Republica Dominicana. Bueno, creo que ante todo no estaria mal que me presentase. Me llamo Aitor y en ese momento contaba con veinticinco anos, sin rima, por favor. Borja y yo no hacia demasiado que acabamos la carrera de Turismo y, aunque a el le iba mejor porque entro a trabajar en una empresa del sector con su padre, le apetecia cambiar de aires y salir de debajo del ala paterna. En cuanto a mi, que compatibilizaba el trabajo que me iba saliendo por aqui y por alla con mi pasion, la de ser escritor de novela romantica, la suya me parecio, en principio, una idea un tanto extravagante. No obstante, con el paso de los dias, me lo comence a plantear como una posibilidad real y vine a decirme mas o menos eso de "?quien dijo miedo?". --?Tu lo ves viable? --le pregunte, asi como una semana despues. --?Tu crees que si no lo viera me meteria en semejante movida? Ya te he dicho que mi padre tiene amistad con Cristopher, el director del hotel al que iriamos. --Se me olvidaba que siempre has sido un enchufado y que siempre lo seras, jodido. --Y a mi se me olvidaba que tu eres un cagado, Aitorcito. --Mira, guaperas de playa, a mi no me toques la moral que a dia de hoy no ha nacido quien me de miedo. --Eso esta bien, porque tambien se viene con nosotros Samuel--me anuncio. --?Samuel? No puedes estar hablando en serio, que te gusta quedarte conmigo. --Si, si, me encanta, pero aparte Samuel se viene con nosotros. --?No es una trola? Venga ya, sabes que no es mal tio pero que tiene... --Una fijacion contigo, ?y? ?Que temes? El chaval no puede evitar haberse enamorado, Aitor, reconoce que estas en racha y has atraido tambien a Samuel. --Vaya, hombre, que suerte la mia. Pero solo me ire con vosotros si me prometes que te haras cargo de el. --Claro, hombre, ?quieres que le ponga tambien un bozal? Y a ver si luego vamos a comprarle la correa, del color que el senor Aitor quiera, no sea que haya mosqueo. Asi comenzo nuestra aventura dominicana, con la Navidad a la vuelta de la esquina. Una aventura que no abordariamos los tres solos, no, porque Borja tenia un corazon muy pijo, si, pero que no le cabia en el pecho y se llevo tambien a Mercedes, una amiga nuestra, super buena gente, pero pava como ella sola y a su antitesis, Elizabeth. Elizabeth, al contrario que Mercedes, era un torbellino que se jactaba de serlo, divertida al maximo y con la que no nos faltaria diversion. Ademas, bailaba salsa que era una locura y, desde el mismo momento en el que supo que nos marchabamos, no dejo de enviarnos videos con "tutoriales" grabados por ella para que nos fueramos poniendo al dia. --Para que no os tomen por tres pavisosos y tengais la oportunidad de ligar tambien--nos solia decir en la confianza de que ella lo haria tan pronto como aterrizara. Un mes, un solo mes y nuestras previsiones se habian cumplido y mejorado. --Aitor, un coctel de esos azul y rosa como el que me pusiste anoche--me pidio Sebas, un espanol que llevaba alli un par de dias y con el que ya me habia hartado de hablar la noche anterior. --Un momento, un momento, ?azul y rosa dices? Metele algun color mas y sera un unicornio con el cuerno de colores, ?no te habras equivocado? --Que va, si me lo pusiste asi anoche, tio. --?A que hora? Porque despues de la tercera copa, todos los gatos son pardos. --Chato, ?eso fue antes o despues de que me pegaras a mi el repaso? Porque lo mismo es que despues de eso ya viste la vida en colores--Le guino el ojo Elizabeth a Sebas. --Tia, tu no vas a dejar titere con cabeza--le dije negando porque no habia un tio que estuviera bien con el que ella no acabase en el catre. --Espera, espera, ?y me lo estas diciendo tu? Porque bien que nos vendiste que antes eras un tanto timidin y tal, pero eso debio ser en otra vida, no vea si te has desmelenado. --No te voy a negar que Punta Cana me ha sentado muy bien, guapa, tienes razon--Le di una palmada en el culo porque teniamos mucha confianza y al final es lo que pasa. --Oye, estoy pensando que, dado que tu y yo hemos catado a la mitad del personal que transita por aqui, podrias pasarte esta noche por mi habitacion para intercambiar impresiones--me propuso. No era la primera vez que la quimica saltaba entre nosotros, lo que ocurre es que hasta ese momento ninguno de los dos se lo habia propuesto abiertamente al otro. --Pues no te digo yo que no, luego tratamos de hacer el cambio. --No, si aqui el unico que no echa un polvo es Samuel, que ese pobre esta gafado--Hablo de el mismo en tercera persona y vimos que estaba peluson. --Pero esta noche te mandamos a Merceditas para que te de chachara--le propuse. --?A Merceditas? Esa mosquita muerta me pone de los nervios y lo sabes. --No seas malo, que ella es muy buena gente, solo que le falta... --Un hervor, eso es lo que le falta a la pan sin sal esa, y me pone de los nervios, ?por que no te quedas tu a darme palique, Aitor? --Porque eso no es lo que tu quieres que te de y lo sabes. No me hagas hablar. --Ay, nino, si supieras lo que te estas perdiendo, yo podria llevarte a universos que ni imaginas. --Mira, Samuel, algo si que me imagino, ?por que no vas a tirarle fichas a Rafael? Yo creo que con el tendrias mas posibilidades, pero que muchas mas. Rafael era otro companero nuestro, gay, dominicano, musculado, con una parla increible y una marcha en el cuerpo de no te menees. El era animador y bailaba de locura, por lo que era habitual el pillar a Samuel mirandolo embobado. --Claro, montones de posibilidades tendre con el, ?no ves que el tio no tiene con quien ligar? Dios mio, si se lo tirarian todas las mujeres de la sala y la mayoria de los maromos tambien. --Para el carro, Samuel, que yo no me lo tiraria--le comente. --Pero eso es porque tu has llegado a esta isla con prejuicios, nino, solo por eso. --?Yo con prejuicios? Venga ya. --Pues eso, que se te debe abrir la mente ya. --Como si fuera la mente lo que tu aspiras a abrirme. Mira, te mando luego a Merceditas y no se hable mas. --?Que le pasa a Merceditas? --Llego ella de servir mesas con cara de pocos amigos. --Que esta noche duermes con los chicos--le ordeno Elizabeth. --?Y eso por que? --Porque Aitor y yo tenemos jarana. Es eso o te unes, tu eliges--Ya sabia la bocachancla de Elizabeth que con ese comentario la estaba escandalizando. --?Unirme? Sois unos guarros, es que sois todos unos guarros. La teniamos frita, a que negarlo. La pobre tenia muy poquito animo, pese a ser una chica guapisima que llamaba la atencion; pelirroja, alta, con unos ojos claros de esos que parecen dos faros... --?Que te ha pasado ahora, corazon? --resoplo Samuel, sabiendola apurada. --Aquel grupo, ?lo ves? Pues que los tios esos se han pensado que todo el monte es oregano y uno de ellos me ha dado un pellizco en el culo. --?Y? Aitor acaba de darme una palmada en el mio y yo estoy encantada. --Elizabeth, no compares--le dije porque tenia cosas de bombero retirado. --?Y eso por que? A mi me has puesto to perra, te lo advierto desde ya. --Pues a mi me han puesto de un humor de perros, que es parecido, pero no igual. Yo voy a decir que me metan en oficinas y ya, paso de estar aqui con todos estos, que van mas salidos que el pico de una plancha. Ay, ya me esta dando el mareo... --Nina, ni se te ocurra darnos un susto, ?eh? Mercedes tenia esa peculiaridad, que cuando estaba demasiado agobiada, no podia respirar y terminaba en el suelo. --!Ayuda! --pedi y en esas que llegaba Borja. --Merceditas, ?otra vez llamando la atencion? Mira que me vas a obligar a hacerte el boca y boca y lo mismo lo graba alguien y se hace viral. --?Que dices? Quita, quita, que ya estoy mejor. --Oye, tio, tu si que la entiendes--le dije a Borja. --Es que, ahi donde la ves, la tengo en el bote. --?Si? Pero si no me habia dado cuenta, mira es que yo creo que veo a Merceditas como un ser asexual, como los angeles, vaya. --Chaval, todavia te falta recorrido, la tengo comiendo en la palma de mi mano, pero la estoy dejando a su aire porque a mi me gusta otra. --Joder, pues ni cuenta me habia dado, claro que con el ritmo que llevamos tampoco es para percatarse de nada. --Sobre todo tu, que no paras de triunfar. Esta noche, ?cual? --Esta noche Elizabeth, se me acaba de poner a tiro. --Venga ya, pero si yo lo he intentado un par de veces y no me ha seguido el rollo. --Pues a mi me ha bastado con darle una palmadita en el trasero, guaperas, lo mismo tus metodos no son tan efectivos como tu crees. --Ay, yo moriria por darle una palmada en el trasero a Rafael--suspiro Samuel mientras lo veia bailar. --Pues olvidate, que me han dicho que esta liado con Cristopher--le comento Merceditas. --?Que dices, nina? A ti te dan los mareos esos y ya estas inventando, ?como va a ser eso? --?Y por que no? Cristopher esta que cruje--intervino Elizabeth. --A lo mejor prefieres irte con el--le sugeri. --Aitor, no te pongas celoso que seria ya lo que me faltase por ver, hay que reconocer que el tio esta buenisimo. --Si, tiene cuarenta y cinco tacos, pero a mi me parece un galan de esos del tipo de George Clooney--suspiro Merceditas. --Un viejo, es un viejo, ?como va a estar con Rafael? --Samuel no daba credito, estaba indignado. --!Que no es ningun viejo! --le aclararon las dos chicas a la vez, porque Cristopher seguia teniendo una planta impresionante. --Que me dejeis, que me estais agobiando, eso te lo has inventado tu para hacerme sufrir, mosquita muerta--le solto a Merceditas. --?Como me has llamado? Mira, tu, no te vayas a creer que no se defenderme porque todavia te canto las cuarenta y de lo que te entra te... --Perdona, si es que tienes razon, el problema es que no me entra nada--Se echo las manos a la cabeza y yo tambien. --Mira que emprenderla con Merceditas, tio, ya te vale... --Si es que la abstinencia es muy mala, Aitor. Tu no lo sabes porque estas que te sales, pero que te digo que, de esta, palmo. --Ya sera menos, Samuel, ya sera menos. --?Y tu no podrias hacerme un favor, aunque fuera solo uno chiquitito? Una cosita rapida, lo que viene siendo de toda la vida de Dios, un alivio... --Samuel, estoy intentando tener paciencia, pero no se cuanto me durara. Mira, aqui viene Borja, pideselo a el. --?Que me tiene que pedir? --Borja era el unico de nosotros que no ponia copas porque el se encargaba de dar clases de surf durante el dia, mientras que el resto lo mismo las poniamos en cualquiera de los locales nocturnos que en el chiringuito de la piscina durante el dia. --Un favor chiquitito, que estoy muy falto. --Tio, ?me quieres dejar en paz? Buscate la vida, pues anda que no hay tios buenos aqui por metro cuadrado. Y, ademas, la costumbre es que le tires los trastos a Aitor, ?a que viene ahora esto? --Gracias por la parte que me toca, con colegas asi no me hacen falta enemigos--le dije mientras miraba a un monumento de orondas caderas que avanzaba hacia mi. Capitulo 2 Para caderas tambien las de Elizabeth. Yo ya me habia fijado en ellas muchas veces, pero no es lo mismo ver algo que tenerlo entre tus manos, como yo lo tenia en ese momento. --Que caderas, que caderas tienes... --Si es que a veces uno no se fija en lo que tiene al lado, atontado, que eres un atontado. --?Y quien te dice a ti que yo no me habia fijado? --Pues razon no te falta, pero como no te lanzabas... Aunque tambien es verdad que ni tiempo te ha dado, vas a una por noche. --Como que tu te las pasas rezando el rosario, venga ya... Estabamos desmadrados, lo cierto era que lo estabamos. Al menos nosotros dos y Borja, a quien tampoco le falaba compania. Lo de los otros dos era harina de otro costal... Terminamos de quitarnos la ropa y comenzamos a comernos la boca como si no hubiera un manana. Elizabeth era pura fogosidad y yo me habia imaginado mas de una vez que estar con ella debia ser poco menos que explosivo. --Alucinante, es que es alucinante. --Mi buen dinero que me costaron, no te vayas a creer que estas cayeron del cielo... Le miraba aquel par de buenas razones que tenia en la delantera y resoplaba. --Pues que trabajo mas bien hecho... Comence a lamerla mientras ella, completamente desnuda ya, cabalgaba sobre mi muslo, al que amenazaba con derretir. Sus jadeos no se hicieron esperar. Tan pronto yo saque a pasear mi lengua y su sexo se acoplo en ese muslo que nadie habia rozado asi hasta la fecha, jadeo incesantemente, con tal intensidad que temi que nos llamaran la atencion. --Eres una escandalosilla--Le puse mi mano en la boca y ella comenzo a mordisquearla.

  • Morbo de Jordi Sierra I Fabra

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  • Lo que esta y no se usa nos fulminara de Patricio Pron

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    Patricio Pron regresa al relato breve para dar otra leccion de sobriedad, ironia, originalidad y elegancia. Lo que esta y no se usa nos fulminara hace lo que todo libro deberia hacer (pero casi nunca logra): llevarte a un lugar del que desearias no tener que regresar nunca.

  • Los Revolucionarios de R.g. Grimaldi

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    Novela romantica y erotica, basada en el historico y fugaz romance en el Mexico posrevolucionario de Tina Modotti, una de las fotografas mas relevantes de la historia, con Julio Antonio Mella, un joven revolucionario cubano al cual la historia se ha encargado de eliminar, por lo peligrosos que aun son sus ideales para el statu quo. Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Jose Clemente Orozco, Jose Vasconcelos, Edward Stieglitz, Georgia O’Keeffe, Edward Weston, Frida Kahlo y las mas grandes figuras intelectuales de los inicios de los 1900 en America se tergiversan en este apasionante relato revolucionario.

  • Por que fracasan los paises de Daron Acemoglu

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    ?Que determina que un pais sea rico o pobre? ?Como se explica que, en condiciones similares, en algunos paises haya hambrunas y en otros no? ?Que papel tiene la politica en estas cuestiones? Que algunas naciones sean mas prosperas que otras, ?se debe a cuestiones culturales?, ?a los efectos de la climatologia?, ?a su ubicacion geografica? No, en absoluto. Ninguna cuestion relativa a la prosperidad de un pais esta relacionada con estos factores, sino que proviene de otro mucho mas tangible: la politica economica que dictaminan sus dirigentes. Son los lideres de cada pais, afirman los reconocidos profesores Daron Acemoglu y James A. Robinson en este libro, quienes determinan con sus politicas la prosperidad de su territorio, y asi ha ocurrido en todos los periodos de la historia, como demuestran en este apasionante estudio.

  • La mascara del traidor de Amber Lake

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    Novela ganadora del VI Premio Internacional HQN

  • El hombre de blanco de Johnny Cash

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  • Tu, como el viento sur de Elena Bargues

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    Valvanuz, despues de anos de maltrato, por fin reune el valor para divorciarse de su marido y regresar a Santander donde consigue trabajo en un reputado restaurante.
    Teofilo Van der Voost pertenece a una conocida familia de renombre en el sector hotelero. Aunque es un enamorado de su profesion, la neurocirugia, comparte la direccion del negocio familiar con sus hermanos hasta que una fuerte discusion hace que se replantee su estilo de vida.
    Un dia de viento sur, Teofilo coincide con Valvanuz, que ha regresado cargada de problemas: un ex marido rencoroso y sucesos inexplicables que, con la fuerza del vendaval, arrastraran la tranquilidad y su vida rutinaria de Teo.
    Tu, como viento sur, es un himno a la esperanza, al afan de superacion y a la busqueda del amor para sanar profundas heridas.
    Una novela maravillosa que no puede dejar indiferente a nadie.

  • Entrega certificada de Sophie Saint Rose

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    Symone cruzo la calle a toda prisa cargando con su pesada bolsa de cartera y esquivando un taxi que hizo sonar el claxon. Al llegar a la acera suspiro abriendo la bolsa para hacer el reparto y sonrio al ver el sobre rojo -- Claro, hoy es jueves. -- dijo para si subiendo las escaleras del numero cuarenta y siete. El portal estaba abierto y no veia al portero por ningun sitio. El senor Patterson bajaba en ese momento, asi que encantada se acerco con los sobres en la mano-- Le ha llegado carta, senor Patterson. Como todos los jueves. -- miro en el monton del edificio y saco dos cartas para el. --Gracias, ?Sybil? --Symone. Symone Murray. El hombre ya debia tener sesenta y tantos, pero era tan atractivo como un actor de cine. Incluso con su pelo moreno cubierto de canas, se conservaba muy bien para su edad. -- ?Eres nueva en este trabajo? Creo que antes repartia las cartas un hombre, ?verdad? --Phill, pero se jubilo hace un ano. Ahora esta zona es mia. --lo miro maliciosa-- Usted es mio. El hombre se echo a reir y Jack, el portero, se acerco poniendose la chaqueta. Estaba claro que habia ido al bano-- Buenos dias, Symone. --Buenos dias, Jack. ?Como va ese intestino? --Mucho mejor, gracias. --Ya sabes, come mucha fibra. Hasta manana. -- se volvio y le guino un ojo al senor Patterson, que sonrio agradablemente. Hizo su ruta saludando a todo el mundo y charlando un rato con ellos, pero se puso a llover, algo que no era extrano en Nueva York a finales de septiembre. Su pelo castano, que habia tardado una hora en dejar impecable con la plancha la noche anterior, ahora era una masa de rizos desgrenados -- Mierda de tiempo. -- era lo que mas odiaba de su trabajo. El tiempo. En invierno era una pesadilla repartir el correo porque siempre llegaba empapada y muerta de frio cuando nevaba. Desde el ano anterior, que era cuando habia empezado a trabajar en correos, habia pillado cinco resfriados. Habia tenido la nariz roja durante todo el invierno y eso que habia probado de todo. Su amiga Tavie decia que parecia una payasita. Y no solo eso. En verano se asaba con aquellos pantalones ridiculos y los zapatones con cordones. Ademas, la camisa azul le quedaba enorme. Era el uniforme menos sexy del mundo. Asi no se comia ni un rosco y llevaba sin sexo... bueno ahi su trabajo tenia poco que ver, porque hacia dos anos que no echaba un polvo. Cuando por fin llego a casa, se quito la chaqueta de punto azul y puso los ojos en blanco al oir los jadeos de su companera de piso en su habitacion. -Esto es estupendo. -- siseo viendo que el piso estaba hecho un asco mientras iba hacia la nevera y cuando la abrio, pudo comprobar que Tavie no habia ido a comprar esa manana como habia dicho que haria. --Espaguetis otra vez. -- dijo resignada abriendo la alacena. Se puso a cocer los espaguetis sacando una lata de salsa bolonesa ya preparada y cuando tenia la comida ya a punto, escucho el grito de satisfaccion de Tavie terminando la faena. Su novio salio de la habitacion con unos gayumbos rojos sonriendo como un bobalicon mientras se apartaba el cabello rubio de la cara -- Ehh. Ese era el saludo de Cris. Siempre decia Ehh. Estaria bueno, pero era el tio con menos cerebro del mundo. Todavia no entendia como Tavie estaba con el. Por los orgasmos que le proporcionaba seguramente. Cuando su amiga salio de la habitacion atandose la bata de seda rosa que su madre le habia regalado a Symone por Navidad, se dijo que ya tenia bastante-- Esto no puede seguir asi. --Vamos, ?estas enfadada? --No trabajas, tengo que encargarme yo hasta de hacer la comida. !No has ido a la compra! -- dijo enfadada-- !Y hasta coges mis cosas sin mi permiso! -- !Somos amigas! -- exclamo Tavie recogiendo su cabello rubio en una coleta alta mientras la miraba como si dijera disparates. -- !Precisamente por eso! !Si queremos seguir siendo amigas, esto tiene que cambiar! Tavie la miro con sus ojos azules mientras que los verdes de Symone brillaban de rabia por no pegarle cuatro gritos -- Esta bien. Veo que igual me he pasado, pero no me he dado cuenta, te lo juro. -- !Solo faltaria que hubieras sido tan egoista a proposito! --Necesita un polvo. -- dijo Cris cogiendo de la olla unos espaguetis con la mano y metiendoselos en la boca. -- !Cierra la boca, Cris! -- dijeron las dos a la vez. --Esta bien. A partir de ahora colaborare mas. -- su amiga se acerco a los espaguetis y saco un plato de la alacena sirviendose. Cogio un tenedor y se sento sobre la encimera comiendo tranquilamente -- Ire a la compra por la tarde. --dijo sin darle importancia. Cuando un espagueti cayo como a camara lenta sobre la bata que ni ella habia estrenado, lo vio todo rojo-- !Largo! Tavie mastico lentamente dejando el plato sobre la encimera-- Cris, corre. -- ?Que? -- pregunto su novio con la boca llena. -- !Corre! !Tiene esa mirada de loca! Cris la miro y ella indignada grito -- !No tiene gracia! Tavie solto una risita-- Lo siento. Prometo ser buena. Siempre le decia lo mismo y por muy amigas que fueran, aquello ya era el colmo. Nego con la cabeza y Tavie perdio la sonrisa poco a poco-- Hablas en serio. --Mira el apartamento, Tavie. !Tienes veinticinco anos y no limpias, no colaboras, te comes todo lo que compro y este gorron tambien! !No aportas dinero a la renta porque no trabajas y encima tienes el descaro de reirte de mi! !Y me has estropeado una bata que me ha regalado mi madre! --Tavie se sonrojo-- Nos conocemos desde hace anos y cuando te dije que podias vivir aqui, se suponia que era algo temporal. !Llevo un ano manteniendote y estoy harta! --Entiendo. -- dijo muy digna bajando de la encimera-- Hare las maletas. -- ?Y a donde vas a ir? -- pregunto Cris con la boca llena. --A tu casa. Cris abrio los ojos como platos-- !No puedes venir a mi casa! !No entro ni yo! Tavie jadeo indignada-- ?No me quieres en tu casa? --No es eso palomita...-- siguio a su furiosa novia y Symone se mordio el labio inferior sintiendo remordimientos. --No cedas, no cedas. -- se dijo a si misma en voz baja. Saco un plato del armario y cuando llego a la olla vio que estaba casi vacia. Eso la decidio. Furiosa fue hasta la habitacion y cerro de un portazo. Se quito el horrible uniforme y salio con su albornoz rosa hacia el bano. Alli se encontro con Tavie, que estaba recogiendo sus cosas. Symone se sintio fatal sobre todo porque se conocian desde los diez anos y Tavie abrio los ojos como platos cogiendola de la muneca y metiendola en el cuarto de bano a toda prisa-- !No lo digas! -- ?El que? --Cris me acaba de decir que esta bien que me quede en su casa y si te echas atras, nunca querra que viva con el. Symone entrecerro los ojos-- !Lo has hecho a proposito! --Tecnica de supervivencia. -- hizo una mueca--Siento lo de la bata. Ahi me he pasado. --se volvio y siguio recogiendo sus innumerables potingues-- Vamos, parece que no me conoces. Tampoco soy tan desordenada. --Increible. -- siseo-- Tu no estas bien de la cabeza. --En el amor y la guerra todo vale. -- se volvio y le dio un beso en la mejilla-- Te llamo manana. Atonita la vio irse del bano como si nada. Miro el estante casi vacio, pensando que ese pringado no tenia ninguna oportunidad con su amiga. Se lo iba a comer vivo. Se paso lo que quedo del dia recogiendo el apartamento y yendo a la compra. Cuando al fin se tumbo en la cama hizo una mueca porque echaba de menos a Tavie. Siempre hablaban antes de irse a dormir y era un habito que echaria de menos. -- Bueno, Symone... es hora de buscarte un novio. Una semana despues estaba en la central de correos recogiendo la correspondencia de su zona, cuando repasando que todas las cartas estuvieran colocadas por calles, se dio cuenta que faltaba algo. Sin saber que era, las reviso dos veces, pero tenia las cartas de todos los portales y de todas sus calles--Que raro. -- susurro metiendolas por orden de entrega, para ir sacandolas segun las iba necesitando. Esa vez llevaba un carrito porque tenia demasiado volumen y no le cabian en la bolsa. Odiaba el dichoso carrito. Sonrio porque afortunadamente no llovia. Cuando llego al numero cuarenta y siete de la cincuenta y ocho, sonrio cogiendo las cartas para entregarlas-- Buenos dias, Jack. --Buenos dias, Symone. -- de repente se puso palido y salio corriendo. --Vaya. -- subio las escaleras --Pobre hombre. --iba a dejar las cartas sobre la mesa, pero se decidio a meterlas en los buzones para que no tuviera que hacerlo el. Estaba echando las cartas en el buzon de Patterson cuando se detuvo en seco. Paso una carta tras otra -- !Mierda! !La carta roja! Seguro que la habia dejado en la central porque nunca faltaba. Hizo sus entregas en tiempo record corriendo por su zona sin detenerse con nadie. Cuando llego a la central, dejo el carrito en su sitio y fue a la zona de reparto para revisar su cajetin. Al verlo vacio, se llevo la mano a la frente pensando en ello--Mierda, mierda. -- ?Que ocurre? -- pregunto su supervisora mirandola fijamente a traves de sus gafas de pasta negras. --Oh, nada. Creo. Es que un usuario esperaba una carta y me he pasado a mirar por si estaba alli. --No habra llegado. Si se hubiera enviado, la habrias repartido. -- entrecerro los ojos--A no ser que la hayas perdido. Symone abrio los ojos como platos-- Por supuesto que no, senora Liles. Yo no he perdido nada. La mujer sonrio asintiendo-- Nunca hemos tenido una queja de ti y seguro que esta vez sera igual. Esa carta no ha llegado. Punto. --Si, senora Liles. --Bien. ?Has terminado? --Si, senora. Miro su reloj y sonrio encantada-- Muy bien. Un tiempo excelente. Puedes irte a casa. Cuando la mujer se volvio a echarle la bronca a otro, gimio mirando su cajetin-- !Mierda! Despues de darle vueltas durante una hora, se acerco al portal del senor Patterson para disculparse. Estaba convencida que la carta habia desaparecido en algun punto porque las recibia todos los jueves y se sentia culpable porque era mas que evidente que eran cartas de amor. Symone se imaginaba que seria un amor imposible y que solo les era posible comunicarse asi, como en los romances del siglo diecisiete. La posibilidad de que por culpa de ella no hubiera recibido la carta de la semana, le provocaba una desazon que no se iba. Asi que como decia su madre, cuando habia que disculparse, cuanto antes mejor. Entro en el portal y saludo a Jack-- ?Como estas? El hombre que debia tener unos treinta anos sonrio como si estuviera encantado con la pregunta y Symone incomoda porque pensara que tenia interes en el, miro a su alrededor disimulando. -- Mucho mejor. Es que tengo el colon irritable, ?sabes? Y si me pongo nervioso...-- de repente palidecio y salio corriendo. Symone se quedo mirando su espalda con la boca abierta y entonces comprendio que se ponia nervioso al verla. Hizo una mueca esperando que se le pasara, porque le iba a ver casi todos los dias a no ser que la cambiaran de ruta. Algo poco probable. Sujetandose la correa del bolso que cruzaba su pecho fue hasta el ascensor y pulso el octavo. Se miro al espejo y se aparto un rizo castano de la frente. Se paso el dedo por debajo de sus ojos verdes para quitar algo del rimel que se le habia corrido y tomo aire dandose valor porque no sabia como iba a reaccionar el pobre hombre. Esperaba que estuviera en casa. Salio del ascensor y admiro un precioso cuadro que estaba en el pasillo. Era una preciosidad que representaba un puente sobre un rio lleno de flores acuaticas. En su barrio ese cuadro duraria alli tres minutos. Fue hasta la puerta A y toco el timbre. Miro a su alrededor y se sobresalto cuando abrieron la puerta. Una mujer de la edad del senor Patterson le sonrio dulcemente y Symone fruncio el ceno mirando la letra de su puerta. Se suponia que ese hombre no tenia esposa. Nunca habia enviado una carta a la mujer de Patterson, pero temio meter la pata, asi que pregunto-- ?Es la senora Patterson? --Oh no, querida. Soy su asistenta. ?Traes una carta certificada para Richard? Suspiro de alivio-- No, pero necesito hablar con el de un asunto importante. La mujer asintio con una agradable sonrisa mirandola con sus ojos azules --Por supuesto. Pasa, que le aviso. La llevo a un salon que estaba elegantemente decorado. Era masculino en tonos marrones y el gran sofa de cuero le recordo a los que se veian en las peliculas inglesas. Todo estaba puesto con mucho gusto. Habia un cuadro que le llamo la atencion porque no pegaba con la decoracion clasica de ese hombre. Era el retrato de una mujer en tonos pastel. Era preciosa, con su pelo rubio y sus ojos verdes brillando de alegria mientras se reia. Seguro que era alguien importante para el. --Enseguida le aviso. ?Quieres tomar algo? --No, gracias. --se sento en el sofa sacando la correa del bolso por la cabeza para colocarlo a su lado en el sofa-- Acabo de tomarme un cafe. La mujer asintio girandose y yendo hacia una puerta que habia a su izquierda. Llamo a la puerta -Adelante. La senora entro en lo que parecia un despacho. Desde el sofa vio que el senor Patterson estaba sentado detras de un escritorio muy fino. La mujer le dijo algo que ella no llego a entender desde alli y el hombre se levanto rodeando el escritorio. Cuando salio, Symone sonrio levantandose del sofa. Al verla sonrio agradablemente --Pero si es nuestra repartidora de noticias. --Que manera mas delicada de decir repartidora de facturas. El hombre divertido le indico el sofa -- Por favor, sientate. Tienes que estar cansada despues de recorrer las calles toda la manana. Symone se sento mientras la mujer recorria el salon para entrar en otra puerta a su derecha. --Bueno, Symone... ?ha ocurrido algo? -- se sento en la butaca al lado del sofa y ella pudo ver en sus ojos que tenia la esperanza que hubiera sido asi. --Queria disculparme por no haberle traido el sobre rojo hoy. -- dijo preocupada-- En realidad no se que ha pasado y temo haberlo perdido. --Tuteame, por favor. -- la miro con sus ojos grises y apreto los labios-- ?Por que te disculpas si no sabes que ha ocurrido? --Me he imaginado que la culpa ha sido mia, porque ella no falla ni una semana. -- se sonrojo intensamente-- Perdon. Supuse que era una mujer quien... --Tienes razon. -- la interrumpio con una triste sonrisa-- En treinta y dos anos no ha fallado nunca. --eso la hizo sentirse peor aun. Que hubiera pasado en su turno, era tener mala suerte --Desgraciadamente creo que a ella puede haberle pasado algo y por eso no ha escrito la carta de esta semana. --Pero puede enterarse, ?verdad? --pregunto ansiosa. Richard nego con la cabeza --No puedo llamar a su casa. --Entiendo. -- susurro mirando la tristeza en sus ojos -- Si esta casada, puedo ... --No esta casada. Es viuda. Symone le miro confundida-- ?Y si es viuda por que razon no pueden mantener contacto? -- al darse cuenta que habia preguntado algo demasiado personal, se puso como un tomate y susurro --Lo siento, no es asunto mio. El hombre suspiro y miro el cuadro --Cuando conoci a Valeria si que estaba casada. --a Symone se le corto el aliento-- Llevaba casada cinco anos y tenia una hija con su marido. -- ?Como se conocieron? Richard sonrio con nostalgia-- En el cine. Habia ido sola porque su marido no soportaba el cine europeo. Estabamos en la cola de las palomitas y tropece con ella. Fue amor a primera vista. --Oh, que bonito. --Intentamos separarnos, de verdad. Pero era superior a nuestras fuerzas. --miro a Symone a los ojos-- Le pedi mil veces que le dejara y cuando lo iba a hacer, su marido tuvo un problema de salud que le impidio hacerlo. --Algo de corazon, seguro. -- dijo haciendole reir-- En las grandes historias de amor siempre pasa algo asi. --No paso solo eso. Yo me enfade y... --Se separaron. --No queria hacerle dano a su marido, ni a su hija, asi que cuando se entero de que estaba embarazada de mi, no me dijo nada. -- Symone se llevo una mano al pecho sintiendo mucha pena por el -- Yo me case con otra, pero el matrimonio no duro ni dos anos. Me estaba divorciando cuando vi a Valeria en Central Park con el nino en el carricoche. Cuando nos encontramos, volvimos a sentir lo mismo que cuando estabamos juntos, asi que fue inevitable. Pero cuando un dia el nino me llamo papa en uno de nuestros encuentros, ella me miro con horror y ya no quiso volver a verme, sintiendose muy culpable por todo lo que habiamos provocado. --Asi que tu hijo vive en la ignorancia. Richard asintio. -- ?Y su marido? --Murio hace siete anos. -- ?Y por que no estan juntos, si se puede saber? El senalo una foto que habia sobre una estanteria y Symone abrio los ojos como platos al ver a un hombre guapisimo, riendo con la mujer rubia al lado. Tenia los ojos grises y miraba a la camara, pero Symone sintio que la miraba a ella --Esta buenisimo. Richard se echo a reir a carcajadas-- Segun su madre, tiene un exito terrible con las mujeres. No le extranaba nada-- Seguramente usted tambien lo tendria porque son igualitos. -- Symone miro la foto y a su anfitrion varias veces. --Ese es el problema. Que cuando me vea, sabra todo lo que ha pasado y su madre no puede soportar que sepa que le ha enganado. Que ha enganado a toda la familia. Seria demasiado para ella. -- !Por Dios, llevan asi treinta anos! -- dijo ella indignada-- Tienen derecho a ser felices de una vez. El se cabreara, pero tendra que aceptarlo. !No es un nino! Richard la miro con admiracion --Eso mismo le he dicho a Valeria, pero... --Se niega. --Sus hijos son el amor de su vida. --Symone suspiro mirando la foto-- Ademas, no se lo que ha pasado, asi que hasta que no se ponga en contacto conmigo tengo las manos atadas. --Pues me voy a enterar. -- dijo levantandose del sofa decidida-- ?La direccion? Richard abrio los ojos como platos-- ?Que? -- !No puedes pasarte con esta incertidumbre varios dias! Me das la direccion y voy a preguntar por ella. !Soy cartera! De algo tiene que servir mi profesion. El hombre parecio pensarlo-- No es mala idea. --Tu no puedes ir, pero yo si. -- sonrio radiante-- Y si tengo suerte puede que vea a tu hijo. --No le contaras nada, ?verdad? --Soy cartera. -dijo ofendida-- Soy discreta por naturaleza. Si supieras las cosas que se. -- ?Como que? --Soy una tumba. Richard se echo a reir y sus ojos brillaron. Se levanto y fue hasta su despacho donde escribio en un post-it lo que suponia que era la direccion. Cuando volvio, parecio pensarselo mejor con el post- it en la mano-- No dudes mas. Por mi no se enterara de nada. Preguntare por ella. !Incluso puede que no pase nada y yo haya perdido la carta! Richard apreto los labios y le entrego la nota-- Valeria Thorton. --Muy bien. Volvere. -- dijo yendo hacia la puerta con paso firme --Tardare un par de horas. Tengo que pasar por la central. --De acuerdo. Estare aqui esperando. Saliendo del piso apreto los labios. Pobre hombre. Llevaba esperando toda su vida. Su unico nexo de union con su familia eran esas cartas y ella iba a descubrir que estaba pasando. Capitulo 2 A toda prisa fue hasta la central con la esperanza de que hubiera en el cajetin de su calle alguna carta a nombre de Valeria Thorton. Sonrio porque tuvo suerte y discretamente cogio la carta, que era de un banco. Hizo una mueca porque le vendria mejor una certificada, pero le serviria para tener una excusa. Cuando la habia guardado en el bolso, paso su supervisora ante ella. --Symone, ?que haces todavia aqui? --Se me olvido algo en la taquilla y me he pasado a ver como iba el trabajo para manana. La senora Liles la miro asombrada-- No deberias pensar tanto en el trabajo. Eres joven. Sal a divertirte. --Es que me gusta que todo este en orden. --Esta entrega en tu trabajo, me hace pensar que puede que te recomiende para un ascenso a clasificacion. !Dios mio, que horror! Estar todo el dia sentada clasificando cartas por codigo postal. Preferia helarse de frio. --No se moleste. Ya conozco a los vecinos y estoy muy a gusto en la ruta. --Estupendo. Ahora vete y disfruta de lo que queda del dia. --Lo hare. Hasta manana. Salio de alli a toda prisa y corrio a la parada de metro para ir a la calle sesenta y cuatro este. Estaba claro que tenian mucho dinero y Symone esperaba que eso no hubiera tenido nada que ver a la hora de no separarse de su marido. Cuando llego a la casa de tres pisos, miro la fachada de ladrillo rojo y se paso las manos sudorosas por su chaqueta antes de sacar la carta de su bolso. Con la carta en la mano cruzo la calle y subio los cinco escalones que llevaban a la puerta, decorada con un llamador de cobre en forma de leon. --Vamos alla. -- toco el timbre y puso una sonrisa en la cara. -- !Ya voy yo! -- escucho desde dentro de la casa y cuando abrieron la puerta Symone sintio que se le detenia el corazon. El hijo del senor Patterson estaba ante ella con una camisa blanca y unos pantalones negros. Las mangas de la camisa estaban enrolladas hasta los codos mostrando su vello negro y Symone trago saliva al ver el color dorado de su piel. Estaba para comerselo -- ?Si? La voz grave del macizo le hizo levantar la vista a sus ojos grises, igualitos a los de su padre. -- ?Queria algo? --Oh. -miro la carta como si leyera el nombre que se sabia de memoria-- ?Valeria Thorton? --Es mi madre. -- extendio la mano, pero ella la aparto de el sorprendiendolo. -- ?Y eso como lo se? -- ?Perdon? -- ?Esta en casa? --Mi madre esta en el hospital. -- respondio molesto-- ?Me da la carta? -- ?En el hospital? -- pregunto alarmada-- Estara bien, ?no? Richard la miro asombrado y respondio entre dientes-- ?Es asunto suyo? -- !Me gusta saber que mis asignados estan bien! Es de buen cartero. --Querra decir de buena cartera cotilla. Symone jadeo ofendida-- ?Esta bien o no? --Ha tenido una infeccion de vesicula y han tenido que operarla de urgencia. Iba a entregarle la carta cuando la volvio a apartar-- ?Pero esta bien? --Los medicos dicen que si. Tardara unas semanas en recuperarse, pero se pondra bien. Le tendio la carta y Richard iba a cogerla cuando volvio a separarla-- ?En que hospital esta? --Oiga, senora... -- !Senorita! --exclamo ofendida-- Senorita Murray. -- ?Me da la carta de una buena vez? -- !Es por si algun vecino quiere enviarle flores! --En el Lenox Hill. -- respondio entre dientes. -- ?Habitacion? --Trescientos dieciseis. Ella sonrio radiante-- Gracias. -- le entrego la carta, pero cuando el la cogio Symone no la solto-- Por cierto. ?Esta soltero? La miro asombrado-- ?Y eso que tiene que ver con mi madre? --No, si esa pregunta es para mi informacion personal. --No es asunto suyo. --Pues veras… ?te importa que te tutee? No, ?verdad? Pues veras... si de algo me he dado cuenta en el dia de hoy, es que no hay que desaprovechar las oportunidades, porque luego vienen los arrepentimientos. --?No me diga? -- tiro de la carta, pero ella no la solto cogiendola con la otra mano--!Esto es ridiculo! -- ?Esta soltero o no? -- !Si! Y si todas las mujeres son como usted, lo estare muchos anos. Ella se echo a reir dejandolo de piedra-- ?Novia? Se dio por vencido -No. --No eres gay, ?verdad? -- !No! --Tengo un trabajo estable y no estoy mal. ?Quieres casarte conmigo? La miro como si le hubieran salido dos cabezas antes de cerrarle la puerta en las narices. Symone parpadeo mirando el llamador. Parecia que el dichoso leon se reia de ella. -- ?Eso es que no? -- pregunto en alto para que la oyera --Vale, te meto la carta por debajo de la puerta. -- metio la mitad de la carta por la ranura y cuando la carta desaparecio sonrio sin poder evitarlo-- !Por cierto, me llamo Symone! Espero su respuesta, pero al no escuchar nada bajo los escalones lentamente sonriendo como una tonta. !Que hombre! Caminaba por la acera y volvio la vista a la ventana. !La estaba mirando! Ella le saludo con la mano y el cerro la cortina a toda prisa. --Le has gustado. Sino no se hubiera quedado mirando. -- dijo para si loca de contenta. Cuando llego a casa de Richard padre, entro en el portal donde Jack en cuanto la vio se sonrojo intensamente. -- Hola. --Hola, Symone. Sobre lo de antes... --Hablamos luego, tengo prisa. -- dijo entrando rapidamente en el ascensor dejandolo con la palabra en la boca. Cuando llego al octavo, Richard abrio la puerta el mismo, lo que demostraba el estado de nervios en el que se encontraba-- Sabes que estamos en el siglo veintiuno y que existen los moviles, ?verdad? -- ?Esta bien? Entro en el piso sonriendo de oreja a oreja-- Esta bien. La han operado de la vesicula de urgencia, pero esta bien. Richard suspiro de alivio pasandose una mano por la frente -- ?Por que no vas a verla? Esta en el Lenox Hill. Habitacion trescientos dieciseis. -- ?Como te has enterado de eso? --Sonsaque a tu hijo. -- le guino un ojo-- Se me resistia, pero al final hablo. Por cierto, ?como es que no os llamais por telefono? Richard se sento en la butaca --Empezamos con lo de las cartas. En aquella epoca no habia moviles y cuando Richard le regalo uno hace diez anos, no me quiso dar el numero porque su marido pagaba las facturas. --Entiendo. --Despues Richard se encargaba de esas cosas y seguimos como estabamos. --Pero os veis, ?verdad? En algun momento teneis que veros. --Una vez a la semana nos vemos aqui. Suele venir el lunes porque es el dia que tiene mas desocupado. Su hija tiene dos hijos y le quitan mucho tiempo. Ademas, tiene que seguir yendo a sus causas beneficas porque si no sus hijos se extranarian. --Asi que esta muy ocupada con la familia y eso. --Viene cuando puede. A veces me sorprende cuando tiene una tarde libre. Le parecia terrible tener que esperar siempre a que ella pudiera hacerle un hueco. Ese hombre tenia la paciencia del santo Job. Symone se sento en el sofa-- ?Vas a ir a verla? --Por mi iria ahora mismo, pero si Steffani esta alli, se sabra enseguida la verdad. --Por tu parecido con el. --Exacto. --Steffani es su hija mayor, supongo. Richard asintio preocupado-- Ya no lo soporto mas. Todo esto es... --Has tenido mucha paciencia. ?Como lo has soportado? La miro a los ojos-- Si hubieras conocido al amor de tu vida, harias lo que fuera por estar con el, aunque sea un minuto al mes. -el corazon salto en su pecho al oirle hablar -- Se que ella sufre tanto como yo, pero el amor que siente por sus hijos la retiene. Y a mi tambien. No quiero hacerles sufrir. Despues de tantos anos le tengo tanto carino a Steffani como a mi hijo. --senalo una foto donde estaba toda la familia junta. Una chica rubia rodeaba con el brazo al que debia ser su marido, un hombre moreno con cara de buena gente. Al lado del marido estaba Valeria y al otro lado Richard que miraba a sus dos sobrinos sentados en el suelo ante ellos. El gran arbol de Navidad indicaba que estaban en fiestas. El unico que faltaba era el y miro a Richard con pena. --Lo siento. Richard sonrio intentando disimular su estado de nerviosismo-- Nunca nos habia pasado algo asi y estoy preocupado. -- ?Quieres que manana vaya a verla? Si no hay nadie, le dare mi telefono para que hable contigo. Sus ojos grises brillaron-- ?Haras eso por mi? --Claro. -le miro maliciosa-- Ademas, tengo la intencion de ligarme a tu retono. Richard se echo a reir a carcajadas --No te rias. -- dijo indignada-- Lo conseguire. Me gusta. -- ?Te gusta, eh? -- dijo hinchando el pecho --Es un partido estupendo. --Eso ya lo he visto. --Y lleva su empresa con mano de hierro. -- se notaba que estaba muy orgulloso de el. --Eso a mi no me importa. -- dijo levantandose del sofa-- Yo me mantengo sola. Richard la miro pensativo-- ?Sabes que eres una persona estupenda? Nada me gustaria mas que se uniera a una mujer como tu. Symone se sonrojo por el piropo-- Hare lo que pueda. -- fue hasta la puerta y Richard la siguio-- ?Quieres que le diga algo si no puede llamarte? --Que la amo mas que a mi vida. Esa respuesta le corto el aliento y espero que alguien la amara asi algun dia --Lo hare. -- susurro. Forzo una sonrisa y salio del piso. --Gracias, Symone. Gracias por todo. --No es nada. Estamos para servir. -- le guino un ojo haciendole reir y Symone se sintio mucho mejor. Al dia siguiente hizo su reparto como todos los dias, deseando que llegara el fin de semana porque estaba agotada. Antes de ir al hospital, decidio cambiarse de ropa y se puso unos vaqueros ajustados negros y un jersey verde que resaltaba el color de sus ojos. Se maquillo ligeramente y como no le daba tiempo a plancharselo dejo sus rizos castanos sueltos, llegandole la melena a mitad de la espalda. Como no podia presentarse con las manos vacias a visitar a una enferma, decidio comprarle algo de parte de Richard. Entro en la floristeria del barrio y miro a su alrededor. -- ?Puedo ayudarla en algo? Se volvio hacia un chico que por su camisa supo inmediatamente que era gay. Un heterosexual no se pondria ese tono de rosa--Quiero el ramo de flores mas bonito del mundo. Quiero que cuando lo vea, se quede con la boca abierta y sepa que la persona que se lo regala la quiere con locura. --Tu novio es muy afortunado. -- dijo mirandole las piernas. Pues no, no era gay. --No es mi novio. Es un amor imposible que perdura a lo largo de los anos. -- comento distraida mirando un pequeno ramillete de violetas. -- ?Cual es su flor favorita? --No tengo ni idea. -le miro a los ojos que eran de un increible color azul. Llevaba lentillas, era gay -- ?Alguna sugerencia? --Oh carino, tengo miles. -- se volvio hacia los jarrones de cristal llenos de flores que tenia metidos en un expositor refrigerado -- Las rosas son tan tipicas en estos casos. No, tiene que ser algo especial. Gladiolos. -- ?Esas no son para los funerales? --Que va. Los que te vendo son un hibrido con colvillei. -- a ella le sonaba a chino --Mira, estos blancos enormes son magnificos. Eran bonitos. Sus grandes petalos blancos que se curvaban hacia abajo eran delicados y con clase. Perfectos para Valeria. -- ?Son muy caros? --Te hare precio y te saldran mas baratos que las rosas. --Muy bien. Hora de demostrar lo que vales. --Eso es todo un reto. Cogio todo el jarron y lo puso sobre la mesa de trabajo. En menos de cinco minutos habia hecho un enorme ramo envuelto con un precioso celofan y un gran lazo de seda rojo. Era perfecto. -- Eres un artista. --Gracias. -dijo cogiendo la tarjeta de credito que le tendia. --Te recomendare por ahi. El sonrio divertido --Te iba a hacer descuento igual. --Ahora te recomendare mas. El florista se echo a reir y cuando le entrego el recibo, lo firmo pensando que ese mes tendria que hacer algun ajuste por los setenta pavos que se acababa de gastar. Pero si le gustaba, mereceria la pena. Cogio el ramo de flores que casi la cubria y se lo coloco en el costado-- Hasta la proxima... --Alan. --Symone. -- le tendio la mano-- Hasta la proxima, Alan. El se la estrecho divertido y la acompano hasta la puerta. Cuando se la abrio para que saliera, la sorprendio tendiendole una rosa azul. Symone abrio los ojos como platos-- !Es azul! --Preciosa y fuera de lo normal. Como tu. -- ?Es de verdad? -- toco los petalos suavemente y si que era de verdad. Le miro a los ojos-- Gracias es muy bonita. --Ya me contaras si le ha gustado. Symone sonriendo casi se choca con un hombre que entraba y que le dio un beso a Alan en los labios. --Claro que te lo contare. Adios Alan. Cuando llego a la tercera planta del Lenox, salio del ascensor y busco la habitacion trescientos dieciseis. La puerta estaba cerrada, asi que llamo. Cuando se abrio la puerta y vio frente a ella a su Richard sonrio radiante-- !Hola! --Dios, ?que haces aqui? -- pregunto exasperado. --He venido a ver a tu madre. Richard la miro atonito y ella se lo comio con los ojos. Iba con un traje gris que resaltaba el color de sus ojos y la camisa blanca con la corbata azul le sentaban de miedo. -- ?Quien es, hijo? --Tu cartera. Symone le puso una mano en el pecho para empujarlo y que la dejara pasar. La mujer rubia que habia visto en las fotos estaba sentada en la cama algo despeinada y con cara de cansancio. Symone se quedo de piedra al ver la habitacion repleta de flores y algunos ramos eran impresionantes. --Hola, no se si se acuerda de mi, pero soy la sobrina de Patt-- la miro a los ojos mientras se acercaba a la cama y Valeria sonrio sonrojandose -- ?La recuerda? --Si, por supuesto. -- ?La sobrina de Patt? ?Que Patt? -- Richard se cruzo de brazos mirandola como si fuera un peligro. --Va, tu no la conoces. --se volvio hacia Richard y le sonriendole le tendio las flores -Para ti. -- ?Para mi? --Si, ella ya tiene muchas. Valeria se echo a reir---Eso es cierto. ---a miro a los ojos-- Asi que eres la sobrina de Patt. ?Como se encuentra? --Se asusto un poco al enterarse de que estabas en el hospital, pero ahora esta mucho mejor. Esta deseando que le hagas una llamadita para tranquilizarse. --Llama a esa amiga tuya, mama. -- dijo Richard mirando el enorme ramo de gladiolos --Si esta preocupada... Valeria la miro a los ojos emocionada-- No tengo aqui el movil y no se me el numero. --Tranquila. -- ella saco el telefono que tenia preparado y busco al padre de Richard en la agenda. Ahora tenia que entretener a Richard para que no escuchara la conversacion y lo haria encantada. Pulso el boton verde tendiendole el telefono y se giro hacia Richard, que miraba a su alrededor sin saber que hacer con el ramo. -- ?Como estas, guapo? --el la miro como si quisiera salir corriendo-- ?Me has echado de menos, cielito? -- ?Cielito? -- ?Te gusta mas carinito? -- dio un paso hacia el y Richard dio un paso atras con el ramo en la mano -- ?Te gustan mis flores? Son gladiolos. -- ?Esto no se usa en los funerales? Ella se echo a reir porque habia preguntado lo mismo que ella-- Pues no. Pero en las bodas si. ?Te has pensado mi proposicion? Richard buscando una salida miro a su madre, que hablaba con Patt sonriendo radiante. -- Te aseguro que soy un buen partido. -- dijo llamando su atencion. La fulmino con sus preciosos ojos grises rodeados por unas pestanas oscuras y muy largas. Symone suspiro sin poder evitarlo-- Se cocinar muy bien. --Tengo asistenta. --Y hago unos masajes estupendos. Soy fisioterapeuta, ?sabes? -- ?No eras cartera? --La crisis economica. -- dio otro paso hacia el. --Tengo un masajista increible. --Pero no serian como los mios. --Richard puso los ojos en blanco e impaciente volvio a mirar a su madre -- ?Que tal si vamos a comernos una hamburguesa? --Tengo una cena de negocios. -- dijo mirando su reloj de pulsera --Y creo que tengo que irme. -- !No fastidies! !Lo estoy haciendo yo todo! -- puso las manos en las caderas mirandole con el ceno fruncido-- ?Lo de la cena es cierto o es una manera de decirme que no quieres nada conmigo? --Lo primero y lo segundo. Le miro decepcionada-- No te gusto. En sus ojos leyo que creia que estaba chiflada y Symone se echo a reir-- Vamos, dimelo. Si no te gusto, no hay nada que hacer. -- ?Siempre haces esto con los tios? -- pregunto interesado. -- !Ja! !No has dicho que no! -- le senalo con el dedo-- Vamos carinito, si quieres vamos al cine. --Me gusta llevar a mi la iniciativa. -- dijo molesto. -- ?Es eso? Pero si hubiera sido por ti, hubieras cogido la carta sin preguntarme nada... --Sigo sin preguntarte nada. ?Eso no te dice algo? -- dejo el ramo sobre el alfeizar de la ventana. Con lo grande que era se cayo al suelo. Symone entrecerro los ojos. --Ese ramo me ha costado una pasta. Lo menos que podias hacer, es meterlo en un jarron y aparentar que te gusta. --No era para mi. -- !Te lo he regalado yo! !Si tu me regalaras algo, lo cuidaria! Richard se agacho a cogerlo enfadado-- No quiero que me regales nada. -- le puso el ramo en el pecho soltandolo y ella lo agarro antes de que cayera al suelo --De hecho, no quiero saber nada de ti. No me interesas. ?Lo entiendes? -- !Richard! -- exclamo su madre mirandolo asombrada-- ?Y tus modales? --su hijo se sonrojo por la reganina --!Disculpate ahora mismo! --Mama, si me disculpo, no me librare de ella. -exasperado se acerco a su madre y la beso en la mejilla-- Me tengo que ir. Symone se coloco ante la puerta y sonrio --Vale, puede que haya ido demasiado deprisa, pero estoy segura que te volveras loco por mi. --Richard no salia de su asombro -- Eres mi media naranja y no me voy a dar por vencida facilmente. ?Ahora me das un besito de despedida? Richard se volvio hacia su madre-- ?Ves lo que queria decir? Valeria solto una risita-- Dale el besito para que te deje salir. -- !Ni hablar! No pienso dejar que me chantajee. --Symone puso morritos y cerro los ojos esperando su beso. Richard gruno-- Esto es increible. --Me van a doler los mofletes. -- dijo sin apenas mover los labios. -- ?No tenias prisa? -- pregunto Valeria divertida. --?Sabes lo que es el acoso? Symone no se movio de su sitio. Esperaria lo que hiciera falta. Cuando se abrio la puerta empujandola hacia delante, Richard se escabullo antes de darse cuenta. La enfermera que llevaba una bandeja en la mano les miro asombrada. -- !Ya te pillare! -- !Que mas quisieras! Bufo mirando a Valeria que sonreia con su telefono en la mano-- ?Que tal todo con Patt? --Fantastico. ?Que tal todo con Richard? --Se resiste, pero todavia no he utilizado todas mis artimanas. --Estoy impaciente por enterarme de ellas. Sonriendo se acerco a la cama-- ?Como te encuentras? Patt esta algo nervioso. --Me duele un poco, pero no se lo digas. -la miro a los ojos-- ?Como os habeis conocido? --Soy su cartera. --Valeria abrio la boca entendiendo-- Falto tu carta. Se pasaron hablando una hora de como habia logrado enterarse de donde estaba y charlando de todo un poco. -- ?Como puedes vivir asi? -- pregunto sentada a su lado sin recriminarla. --No lo se. -- susurro con la mirada perdida-- Todo empezo sin buscarlo y era tan inevitable...A veces me pregunto como seria mi vida sino hubiera entrado en ese cine hace treinta y dos anos. -- ?Y el verdadero amor? -- ?Que clase de amor es este? Richard no conoce a su hijo y he mentido a todo el mundo. -- sus ojos se llenaban de lagrimas-- Me da tanto miedo hacerles dano. Que me odien por lo que hice... No sabia que decir a eso. Ella no tenia hijos, pero suponia que el amor a un hijo era superior a todo lo que se puede sentir. --Bueno, espero que lo arregleis. -dijo levantandose de su silla--Ahora tengo que irme. --Gracias por venir y por todo lo demas. --No me lo agradezca. He conocido a su hijo. -- le guino un ojo mientras ella se reia -- Por cierto, ?donde trabaja? --En el edificio Thorton de Beekman Street. -- !No! -- exclamo asombrada. !Tenia su propio edificio! --Si. Le encontraras en la ultima planta, querida. Symone hizo una mueca-- Algo se me ocurrira. --Seguro que si. -- sonrio divertida-- No tengo ninguna duda.

  • Un hogar a tu lado (Creek Canyon 2) de Catherine Bybee

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    Erin siguio con suma atencion la trayectoria del blanco de arcilla, desde el momento en que salio disparado del lanzador y se desplazo surcando el aire, hasta que se rompio en pedazos cuando Parker apreto el gatillo de la escopeta. --Le has dado todas las veces. ?Como lo haces? --Erin estaba impresionada. Ella solo habia conseguido acertar un plato de cada diez, mientras que Parker se habia ganado su apodo, el de <>, a pulso. --Es cuestion de practica. Tu acabas de empezar, date tiempo. Estaban en un rincon escondido del bosque del Angeles National Forest, en un campo de tiro, un lugar dominado por la testosterona en el que de vez en cuando se veia a alguna que otra esposa o novia. Erin y Parker eran las unicas mujeres que no iban acompanadas de un hombre. --Seguimos con el tiro al plato unas cuantas veces mas y luego pasamos a la galeria de tiro con pistola, ?de acuerdo? Los blancos moviles son mas dificiles, pero es que quiero que te acostumbres al retroceso de la escopeta para que puedas controlarla. --Parker le estaba dando lecciones sin avasallarla con la bateria de preguntas que le haria cualquier otra persona. A finales del verano anterior, Erin se habia ido a vivir a la propiedad de Parker, quien estaba desesperada por alquilar la casa de invitados del rancho familiar tras haber sobrevivido a un incendio que por poco destruye todas las posesiones de su familia. Erin estaba igual de ansiosa por instalarse alli y empezar una nueva vida lejos de las carreteras principales y los barrios de cualquier gran ciudad, donde todo el mundo se conocia. En una localidad del tamano de Santa Clarita, en cambio, no llamaria la atencion ni estaria rodeada de los turistas y los empresarios que invadian las grandes ciudades del sur de California. Erin esperaba encontrar soledad y, en vez de eso, lo que encontro fue una amiga fabulosa, una amiga que se dio cuenta de que Erin estaba escondiendose de su ex, pero que no la presiono ni una sola vez para que le contara los detalles de la historia. No, Parker no hurgo en su vida, sino que simplemente le dijo que, cuando estuviera lista para hablar, alli estaria ella para escucharla. Incluso ahora, mientras disparaba a los blancos --errando casi siempre el tiro, en el caso de Erin, que tenia una punteria terrible--, habria tenido toda su logica que Parker le hubiese preguntado por que tenia tantas ganas de aprender a disparar. Sin embargo, no lo habia hecho. Ni una sola vez. Parker le dio el arma a Erin con el canon abierto, preparado para que llenara el cargador. Eso ya sabia como hacerlo. Ahora bien, darle al blanco con ella... eso ya no era tan facil. Aunque, a cualquiera que le hubiese preguntado, le habria dicho que el mero hecho de cargar el arma ya le infundia un valor que ni siquiera sabia que tenia en su interior. Con las gafas de seguridad y los oidos tapados con tapones de color naranja --<>, como los llamaba Parker--, Erin apoyo la culata del arma en el hombro. --?No te olvidas de algo? --le pregunto Parker. Erin se detuvo un segundo, con aire confuso. Luego sonrio y amartillo el arma. El sonido le resulto inquietantemente satisfactorio. Era como decir <> con dos solidos chasquidos. Parker sonrio. --Esta vez quiero que te inclines hacia el arma y que mires fijamente por el canon hasta que sientas que es una extension de tu brazo. Sabes que el plato va a salir disparado hacia la izquierda, asi que no apuntes a la derecha en ningun momento. --Se situo detras de la maquina lanzaplatos--. Cuando tu me digas. Erin respiro profundamente y puso el dedo en el gatillo. --Ya. Parker solto el resorte. Un plato de color naranja salio disparado hacia el cielo. Erin lo vio volar y supo que iba a fallar antes de apretar el gatillo. El estruendo del arma le resono en el oido y le sacudio el hombro, empujandolo hacia atras con un solo movimiento. El plato de arcilla volo intacto hasta alcanzar la parte posterior de la colina y reunirse con todos sus companeros. Solo entonces se hizo pedazos. Parker se acerco a ella por detras. --Traslada el peso de tu cuerpo al pie izquierdo. --Puso una mano en el hombro de Erin y la empujo levemente hacia el arma--. Apoyate en ella. De nuevo en posicion, respiro hondo varias veces mas. <>, se dijo. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Le dio... Joder, !le habia dado! Erin se sintio como si acabara de ganar la loteria, y una enorme sonrisa afloro a sus labios. Bajo el arma y choco los cinco con Parker. --?Quieres dejarlo ahora que vas ganando? --pregunto Parker--. ?O quieres seguir disparando un poco mas? Erin bajo la escopeta. --Probemos con algo mas pequeno. Una hora mas tarde iban conduciendo por la larga carretera del canon, orgullosas de su punteria. Parker tenia razon: disparar con pistola era mucho mas facil que hacerlo con la escopeta. Cada tintineo de los blancos metalicos habia sido como un signo de exclamacion. Erin no podia dejar de sonreir. --Ha sido mucho mas divertido de lo que pensaba. Parker mantuvo ambas manos en el volante mientras doblaba las curvas del canon. --Mi padre me llevaba al campo de tiro cada dos por tres. Siempre decia que, como teniamos armas en casa, era imprescindible que aprendiera a disparar. --?Y Mallory y Austin? Mallory y Austin eran, respectivamente, la hermana y el hermano pequeno de Parker, de quienes esta se habia hecho cargo tras el fallecimiento de sus padres, tres anos antes. --Mallory fue un par de veces, pero no le gusto. Aun asi, se defiende bastante bien con las armas. Austin disparaba la pistola del calibre .22 de mi padre cuando era pequeno. Ahora intentamos venir aqui un par de veces al ano para practicar. --?Saliais a cazar alguna vez? Parker nego con la cabeza. --No. Una cosa es pegarle un tiro a una serpiente de cascabel y otra muy distinta dispararle a Bambi. Supongo que si tuviera mucha hambre si podria hacerlo. Mi padre iba de caza con su hermano cuando eran jovenes. Erin lanzo un suspiro. --Yo creo que seria incapaz de dispararle a nada. --Pero informarse sobre el manejo de un arma y saber utilizarla no es algo malo en si: la informacion es poder y todo eso. Para mi, tener algo mas que un bate de beisbol en casa tras la muerte de mis padres fue un consuelo. A veces el mundo es una selva. No hay mas que ver las noticias para darse cuenta de eso. Erin se froto el lado de la mandibula donde todos los dias de su vida utilizaba maquillaje para ocultar una cicatriz. Ella sabia muy bien hasta que punto el mundo estaba lleno de seres salvajes. --?Crees que eso te convierte en una persona paranoica? --?El que me convierte en una persona paranoica? --Tener un arma en casa. --Cargada y lista para dar la bienvenida a cualquiera que se plante en tu casa mientras duermes, armado con su propia arma, para llevarte de vuelta a una vida de malos tratos y sufrimiento... Erin ahuyento la imagen de su cabeza. --Echo siempre el cerrojo de las puertas por si alguien intenta entrar; tengo un extintor por si hay un incendio; tengo un seguro por si se hunde el mundo... ?Significa eso que estoy paranoica? --Eso es un poco distinto. --?De verdad? Estoy hablando de tomar precauciones y tener un seguro. De momento no ha entrado nunca ningun ladron a robar en casa. El extintor no habria servido de nada en un incendio forestal, y el seguro ha sido mi salvacion. Tener un arma de fuego para proteger a mi familia es solo una precaucion. --Parker hizo una pausa--. Y para protegerte a ti tambien, si no me equivoco. Por eso hemos venido hoy aqui. --La observacion de Parker habia dado justo en el clavo. La persona de la que debia protegerse tenia un rostro y un nombre que Erin estaba tratando desesperadamente de enterrar en su pasado. --Y ahora es cuando cambio de tema. Parker se rio. --No esperaba menos. Media hora mas tarde, entraron en la propiedad vallada y pasaron por delante de un equipo de fontaneros que estaba cavando una larga zanja a traves del terreno. Una de las numerosas inundaciones relampago que habian sufrido en el invierno posterior al incendio se habia llevado por delante la tuberia principal de la entrada de agua a la casa. Ahora que el tiempo primaveral por fin estaba dando paso al sol abrasador tipico del sur de California, Parker habia contratado al equipo de operarios para que arreglara las tuberias de forma permanente. Una larga manguera de bomberos que conectaba el suministro de agua de la ciudad con la casa les habia ahorrado tener que trasladarse a vivir a otro sitio mientras esperaban que el tiempo cooperara. Para Erin, los inconvenientes eran minimos; solo habian estado unos pocos dias sin agua corriente. Teniendo en cuenta la magnitud de los danos que habia sufrido la finca, podia darse con un canto en los dientes. Colin, el novio de Parker, las saludo mientras pasaban por delante de los operarios y se dirigian cuesta arriba a la casa principal. Parker sonrio. --?Cuando te va a hacer la gran pregunta? --dijo Erin. --Nos vamos a Cabo San Lucas dentro de dos semanas. Supongo que podria volver de alli con un pedrusco en el dedo... Eso mismo pensaba Erin. Parker y Colin llevaban planeando su viaje a Mexico desde Navidad. Aguas cristalinas, playas de arena blanca... Sonaba paradisiaco. Parker aparco el coche y abrio la puerta. --Voy a guardar mis cosas y luego te ayudo a limpiar las armas, ?vale? --le propuso Erin. --No te preocupes. Pensaba hacerlo esta noche. Quiero estar un rato con los operarios y asegurarme de que no estropean las canerias nuevas. Erin meneo la cabeza con admiracion: Parker era la propietaria mas involucrada personalmente en las reparaciones domesticas que habia conocido en su vida. Colin subio andando la empinada cuesta del camino de entrada y saludo a Parker con un beso. --?Como ha ido? --Le he dado a dos platos con la escopeta. --Erin levanto el puno en el aire. --Pues ya se te da mucho mejor a que a mi --comento Colin. Parker se apoyo en el. --Lo que no te ha dicho Erin es que ha dejado secos a todos los blancos metalicos con la Glock. Erin sonrio al oir los elogios de su amiga. --Yo no diria tanto, pero no me ha ido mal, no. --Es muy modesta --dijo Parker. --Yo no soy la experta, pero tu si. ?Tu la has visto en accion? --le pregunto Erin a Colin. --No con una pistola --bromeo. Las mejillas de Parker se tineron de rojo. Erin nego con la cabeza. --Bueno, y despues de eso, yo creo que me voy corriendo a comprar y a la oficina de correos. ?Necesitais algo del supermercado? --No, gracias. --Parker abrio el maletero del coche y saco la funda de su escopeta. Como Erin no tenia que ayudar a descargar el coche, cruzo el camino de entrada hasta el sendero que llevaba a la casa de invitados. Aunque la propiedad estaba vallada y estaba prohibido el acceso, no cerrar la puerta con llave no era una opcion. Ademas, la semana siguiente iban a instalar el sistema de alarma. Una precaucion mas que Erin iba a anadir a su arsenal de proteccion. La casita de un solo dormitorio era perfecta para ella. El salon y la cocina formaban un solo espacio muy amplio que venia amueblado, algo ideal para Erin, teniendo en cuenta que habia abandonado su vida anterior practicamente con lo puesto: dos maletas de ropa y la tarjeta SD de fotos de un movil. Habia dejado atras todo lo demas. Todo y a todos. Entro en el bano y se lavo la suciedad de la cara y la polvora de las manos. La idea de que sus manos no pasaran el control de seguridad de un aeropuerto la hizo sonreir. Se miro en el espejo y se dio un prolongado repaso en el. --Pasito a pasito --dijo, hablandole al aire. Se quito la goma con que se habia sujetado su espesa melena en una cola y se peino el pelo antes de recogerselo en un mono en lo alto de la cabeza. El rojo se estaba desvaneciendo rapidamente y el rubio natural amenazaba con asomar debajo. Casi no se reconocia a si misma. Pero de eso se trataba, ?no? Un nuevo aspecto, un nombre distinto, un nuevo hogar... Todo nuevo. Se habia cambiado legalmente el nombre, el numero de la seguridad social... Nada era como antes. Oyo sonar el timbre del telefono en la cocina, donde habia dejado su bolso. El sonido la sorprendio. Muy poca gente tenia su numero y hasta el momento los teleoperadores no la habian descubierto todavia. El identificador de llamadas senalaba un numero oculto, asi que, en lugar de contestar, dejo que saltara el buzon de voz. Al cabo de un minuto, pulso el boton de reproduccion para oir el mensaje. Una voz femenina y familiar le puso la piel de gallina. --Soy yo. Tengo noticias. De repente, se le erizo todo el vello del cuerpo y empezo a hiperventilar. Erin se dirigio a la pequena mesa de comedor, retiro una silla y se sento antes de que el mareo la hiciera caer redonda al suelo. Renee contesto al primer timbre. --Hola, Renee. --No sabes cuanto me alegro de oirte. ?Como estas? ?Has probado ya el agua de coco? --Renee, su defensora, su abogada y su salvadora, le formulo su pregunta en clave. --Estoy bien, y si. El agua de coco estaba deliciosa. No habia ninguna agua de coco. Ni zumo de remolacha, ni cualquier otro alimento ecologico que a Renee se le ocurriera mencionar. Daba lo mismo, la respuesta era siempre afirmativa si Erin se sentia lo bastante comoda y segura para hablar sin miedo a que alguien la escuchara. Hasta ahora, no habia necesitado responder con un no. Con un poco de suerte, nunca seria necesario hacerlo. --Por la voz, pareces estar bien. --Estoy un poco mejor cada dia. --?Estas comiendo bien? Erin penso en su dieta y opto por conservar el tono positivo de la conversacion. --Creo que ya me sobran un par de kilos. Renee lanzo un resoplido. --Menuda mentirosa estas hecha... Ambas se echaron a reir. --Estoy bien, de verdad. --Queria decirle que la luz del sol de California estaba obrando maravillas con ella, pero eso no podia decirselo. Renee no sabia donde estaba Erin, ni siquiera sabia el nombre que estaba utilizando en vez del suyo--. Dime cuales son las noticias. Renee suspiro. --No te van a gustar nada. Erin trago saliva. --?Mi hermana y su familia estan bien? --Si, estan bien. Si no lo estuvieran, seria lo primero que te habria dicho. Erin apreto los ojos y sintio la opresion en el pecho, que tan bien conocia, el dolor de los recuerdos de todas las personas a las que habia dejado atras. --Sueltalo. --Todavia no te han concedido el divorcio --le dijo--. Y el cabron ha pedido una nueva vista judicial para impugnar la orden de alejamiento. Erin apoyo la cabeza en la mano. --Esto no va a acabar nunca. Capitulo 2 Matt metio dos lechugas romanas en una bolsa mientras Jessie escogia los tomates. --Tio, metelos en una bolsa y vamonos. --Pero querras que tengan algo de sabor, ?no? --A Jessie le gustaba hacer las cosas bien, mientras que a Matt le gustaba hacer las cosas rapido. --Quiero acabar de hacer la compra antes de que nos llamen y tengamos que salir corriendo --dijo Matt. Los miembros de su unidad se habian separado al entrar en el supermercado. Vestidos con sus uniformes azules, los cuatro llamaban la atencion alla donde iban. En la seccion de alimentacion del super, a ultima hora de la manana, eran el objetivo de un monton de amas de casa sonrientes y de mujeres con ganas de ligar... A veces eran solteras, pero muchas otras veces no. No hay nada que atraiga mas a las mujeres que un hombre vestido de uniforme haciendo la compra. Como los companeros de la brigada de Matt trabajaban en turnos de veinticuatro horas, les tocaba pensar en lo que iban a comer y, por lo tanto, tenian que ir a comprar provisiones. En el parque de bomberos siempre habia algo para preparar el desayuno y el almuerzo, comidas comunitarias a las que contribuian todos y cuyos ingredientes compraban entre todos, pero las cenas dependian de cada unidad de guardia en concreto. Esa noche iban a preparar costillas de cerdo, patatas al horno, ensalada y cualquier otra cosa que se les ocurriera y que pudieran asar a la parrilla. Matt se acerco a las patatas y cogio una bolsa entera, en lugar de seleccionarlas una a una. Miro a Jessie, que era el novato del equipo, y dio unos golpecitos en su reloj. Jessie acelero sus movimientos y deposito los productos en el carro. Al doblar la esquina, vieron que el capitan Arwin --se llamaba Anton, pero nadie se dirigia a el por su nombre de pila-- y Tom, el ingeniero de su unidad, iban cargados de costillas. Iban a hacer muchas y a rezar para que les diera tiempo de comerselas antes de que se enfriasen. El capitan dejo la carne en el carro y Tom anadio un bote grande de salsa barbacoa. --Todavia tenemos sazonador para carne en la estacion, ?verdad? --pregunto. --Si, lo he comprobado antes de salir --le contesto Matt. Cogieron una barra de pan de ajo precocido que podian meter en el horno en el ultimo momento y anadieron leche y galletas antes de dirigirse a la caja registradora. A Matt no se le escapo la sonrisa de una morena de unos veintipocos anos que empujaba un carrito en la fila de al lado. Le devolvio la sonrisa con el piloto automatico antes de apartar la mirada. --No se te puede llevar a ninguna parte, Romeo --se burlo Tom. Matt era el unico soltero de su unidad. Incluso Jessie, que solo tenia veintitres anos, estaba casado y con un hijo en camino. --Creo que Julieta era rubia. Tom se rio y ayudo a colocar la comida en la cinta. --?Como estais hoy, chicos? --La cajera debia de tener mas de sesenta anos, pero incluso ella esbozaba una sonrisa que expresaba algo mas de lo que decia su boca. El capitan sonrio a la dependienta y siguio dandole conversacion mientras apilaban la compra. Cuando Matt le dijo a su familia que queria ser bombero, le dieron mucha cana. Bueno, una cana simpatica, pero cana al fin y al cabo. <>, le habia dicho Grace, la pequena de la familia, para chincharle. <>. <>, habia abundado su padre. Como policia retirado, Emmitt sabia muy bien de lo que hablaba. Y luego estaba Colin, el hermano mayor: <>. Su hermano era mas alto, pero Matt era el que se machacaba en el gimnasio. La verdad es que los dos eran muy atractivos. Sus padres les habian transmitido unos buenos genes, capaces de darles cierta ventaja en la vida. Salieron del supermercado con un suspiro de alivio. Habian conseguido comprar lo que necesitaban sin haber recibido ninguna llamada de emergencia, y el parque de bomberos estaba a solo ocho kilometros de distancia. En la calle, el camion ocupaba el espacio de la zona senalizada de color rojo, un sitio especificamente reservado para ellos alla donde tuvieran que desplazarse. Tom se dirigio al lado del conductor mientras Matt y Jessie metian las bolsas dentro del camion. --?Hola? Matt se volvio y vio a la sonriente morena de la tienda dirigiendose hacia el. --?Si? --Se te ha caido esto ahi atras. --Extendio la mano, deshaciendose en sonrisas, y le entrego un papel del tamano de una tarjeta de visita. --Me parece que no... La chica le aplasto la tarjeta en la mano. --He visto como se te caia del bolsillo trasero de los pantalones cuando te sacabas la cartera. Matt no habia pagado la compra. Miro la tarjeta y vio un nombre y un numero de telefono con el dibujo de una carita sonriente. Jessie dijo algo en voz baja con una risita y se subio al camion de un salto. --Ah, vale... gracias. Ella llego incluso a echarse la melena por encima del hombro con un ademan exagerado. Matt no habia visto a una chica hacer semejante movimiento desde el instituto. --Tened cuidado ahi fuera.

  • El pequeno libro que genera riqueza de Pat Dorsey

    https://gigalibros.com/el-pequeno-libro-que-genera-riqueza.html

    Para ganar dinero en un contexto como el actual, en el que los mercados son tan dinamicos, hay que invertir en empresas que puedan soportar bien la presion constante de la competencia. Pero ?como identificar aquellas empresas que no solo estan bien hoy, sino que lo estaran tambien dentro de unos anos?

  • Un primer amor, para siempre – Rosita Castro de Rosita Castro

    https://gigalibros.com/un-primer-amor-para-siempre-8211-rosita-castro.html

    En la vida de toda persona siempre se tiene la ilusion de encontrar esa pareja con la que se cumplan las fantasias que albergamos, ese complice, companero, amigo del cual enamorarse y que se enamore de nosotros, con el cual recorrer la vida y tratar en lo posible de tener plena felicidad. Miguel es ese chico del que las ninas se enamoran porque es autentico, arriesgado y un romantico poeta de los que ya no hay. Lisa es la nina que ha sufrido cambiando de hogar constantemente, pero que al fin ha encontrado ese complemento que hacia falta a su vida, a su estabilidad, los dos hacen que esta aventura de un para siempre valga la pena.

  • Tu corazon te lo dira pronto de Olivia Saint

    https://gigalibros.com/tu-corazon-te-lo-dira-pronto.html

  • Como acabar con la escritura de las mujeres de Joanna Russ

    https://gigalibros.com/como-acabar-con-la-escritura-de-las-mujeres.html

    En ‘Como acabar con la escritura de las mujeres’, coeditado entre Editorial Barrett y Editorial Dos Bigotes, la galardonada novelista y ensayista Joanna Russ expone las estrategias sutiles, y no tan sutiles, que la sociedad usa para ignorar, condenar o menospreciar a las mujeres que producen literatura. Publicada originalmente en 1983 y nunca traducida al espanol, esta obra, tan relevante hoy como entonces, ha motivado a generaciones de lectores con su poderosa critica feminista. Con un tono sarcastico e irreverente, Russ examina las fuerzas que sistematicamente impiden un amplio reconocimiento del trabajo creativo de las mujeres.
    La autora se centra en la literatura escrita en ingles a la hora de analizar los once patrones que se repiten para acabar con la escritura de las mujeres, y es por eso que encontramos nombres de escritoras clasicas y contemporaneas, como las hermanas Bronte, Sylvia Plath, Emily Dickinson, George Eliot, Tillie Olsen, Katherine Mansfield, Rebecca Harding Davis, Anais Nin, Sara Teasdale, Anne Sexton, Adrienne Rich, Margaret Cavendish, Mary Shelley, Mary Hogarth, Mary McCarthy, Ursula K. Le Guin, Elizabeth Barrett Browning, Kate Millet, Charlotte Mew, Joan Didion, Susan Sontag, Dorothy Richardson, Alice Sheldon, Christina Rossetti, Amy Lowell, Aphra Behn, Anne Finch, Virginia Woolf, Hilda Doolittle, Marianne Moore, Jane Austen o Jane Anger, entre muchas otras. Si algunas ni siquiera os suenan, Russ os explica por que.
    Exhaustiva sin ser aburrida y seria sin carecer de sentido del humor, esta edicion cuenta con un nuevo prologo de Jessa Crispin, autora de ‘Por que no soy feminista: un manifiesto feminista’.

  • Momentos magicos de Chip Heath

    https://gigalibros.com/momentos-magicos.html

    ?Como es posible que dos desconocidos entren en una sala y 45 minutos despues ya sean amigos intimos? ?Por que tenemos algunos recuerdos imborrables de nuestra infancia o adolescencia? ?A que se debe que recordemos perfectamente eventos ocurridos hace anos?

  • Los cielos de Curumo de Juan Carlos Chirinos

    https://gigalibros.com/los-cielos-de-curumo.html

    Los cieLos de curumo es una narracion dispuesta a modo de castillo de naipes en la que se mezclan y ensamblan las vidas de cinco amigas, el perfil urbano de Caracas, la lluvia incesante, la urgencia de los animales carroneros, el mal que corroe y los signos de la decadencia de un pais que no supo ver lo que se le venia encima. Chirinos es un cuentista despiadado. Su escritura se muestra aqui en todo su esplendor: cruda, poco compasiva y no por ello menos luminosa. Su analisis del poder es certero porque no rehuye su sordidez, nada le concede a la mesura. Su maestria en el uso del lenguaje y de las tecnicas narrativas apabulla. El que lea a Chirinos no se sorprendera recordando a Jose Balza, al primer Vargas Llosa, a Celine, a Faulkner o al Cepeda de La casa Grande. Son los maestros que parecen alumbrar esta prosa.

  • #Sexy, #Yogi, #Sandwich (Terciopelo), Coco Duval de Coco Duval

    https://gigalibros.com/sexy-yogi-sandwich-terciopelo-coco-duval.html