• libro el cerebro del futuro - Facundo Manes

    https://gigalibros.com/el-cerebro-del-futuro.html

    ?Tendra sentido preguntarse cuando fue que empezo el futuro? ?Cual sera la respuesta definitiva de este oximoron, en el que el verbo se conjuga en pasado cuando se habla de algo que esta por venir? Quizas en estas contradicciones se encuentre la clave, porque aquello que se esperaba ya esta entre nosotros: la hiperconexion, el presente continuo en donde se fusionan todos los tiempos, lo digital y lo biologico, la vida larga y a prisa, los avances tecnologicos que de tan asombrosos ya no asombran. Y ahora que llego, nos preguntamos que vamos a hacer con ese futuro y que va a hacer ese futuro con todos nosotros. Sea como sea, sabemos que deberemos atravesarlo con el mismo cuerpo y el mismo cerebro que hace miles de anos. Preguntarnos sobre la ocurrencia de esa relacion entre los seres humanos y los tiempos que corren como nunca han corrido es el objetivo principal de este libro.

  • EL CEREBRO DEL FUTURO | FACUNDO MANES - Casa del ...

    https://www.casadellibro.com/libro-el-cerebro-del-futuro/9788449335358/8517333

    Vuelve el internacionalmente reconocido neurocientífico Facundo Manes, junto con Mateo Niro, para presentarnos un revolucionario libro para responder a una ...

  • El cerebro del futuro: ¿Cambiará la vida moderna nuestra ...

    https://www.amazon.es/cerebro-del-futuro-%C2%BFCambiar%C3%A1-Contextos/dp/8449335353

    El cerebro del futuro: ¿Cambiará la vida moderna nuestra esencia? (Contextos) : Manes, Facundo, Niro, Mateo: Amazon.es: Libros.

  • El cerebro del futuro - Facundo Manes,Mateo Niro - Planeta ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-el-cerebro-del-futuro/283067

    15 ene 2019 — Tras el enorme éxito de Usar el cerebro, Manes y Niro nos invitan en su nuevo libro a dar un paso más allá en esta magnífica aventura que ...

  • El cerebro del futuro - Manes, Facundo; Niro, Mateo - Librería ...

    https://www.dykinson.com/libros/el-cerebro-del-futuro/9788449335358/

    Resumen del libro. Facundo Manes y Mateo Niro unen de nuevo sus fuerzas y nos presentan un sólido y minucioso trabajo en el que analizan los aspectos más ...

  • EL CEREBRO DEL FUTURO - MATEO NIRO: PAIDÓS - Tipos ...

    https://www.tiposinfames.com/libros/el-cerebro-del-futuro/46335/

    Tras el enorme éxito de Usar el cerebro, Manes y Niro nos invitan en su nuevo libro a dar un paso más allá en esta magnífica aventura que significa entender ...

  • El cerebro del futuro, por Facundo Manes y Mateo Niro - Ethic

    https://ethic.es/2019/10/el-cerebro-del-futuro/

    24 oct 2019 — Si hablamos del futuro en un libro sobre el cerebro es porque queremos dar cuenta de todo lo que los seres humanos somos capaces de hacer ...

  • El cerebro del futuro - Mateo Niro, Facundo Manes -5% en libros

    https://www.fnac.es/a6323172/Mateo-Niro-El-cerebro-del-futuro

    El cerebro del futuro, libro o eBook de Mateo Niro, Facundo Manes. Editorial: Paidos. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • el cerebro del futuro - manes, facundo / niro, mateo - Machado ...

    https://www.machadolibros.com/libro/el-cerebro-del-futuro_548469

    Tras el enorme éxito de Usar el cerebro, Manes y Niro nos invitan en su nuevo libro a dar un paso más allá en esta magnífica aventura que significa entender ...

  • El cerebro del futuro - Facundo Manes - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Manes-El-cerebro-del-futuro/61522

    Depende de su uso y este es el tema del libro: cómo podemos usar las nuevas tecnologías para incrementar nuestro bienestar.

  • EL CEREBRO DEL FUTURO (ebook) - Popular Libros

    https://www.popularlibros.com/ebook/el-cerebro-del-futuro_E0002715108

    Luego del enorme éxito de Usar el cerebro y El cerebro argentino, Manes y Niro nos invitan en su nuevo libro a dar un paso más allá en esta magnífica aventura ...

  • Descubriendo el cerebro de Facundo Manes

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    ?Por que un libro de neurociencia para ninos? Porque es el cerebro el que nos permite percibir, pensar y sentir. Este fascinante organo juega un papel clave en el modo de hacer las cosas que hacemos, en el aprendizaje de cosas nuevas y en la aceptacion de que habra ciertas cosas que nunca podremos hacer sin importar cuantas veces lo intentemos. Los seres humanos tenemos mayores posibilidades en nuestras vidas cuando sabemos mas y entendemos mejor.

  • Dejate llevar (Citas de amor 2) – Anna Dominich de Anna Dominich

    https://gigalibros.com/dejate-llevar-citas-de-amor-2-8211-anna-dominich.html

    Lisa es una timida profesora de primaria que siempre esta rodeada de ninos. Lleva una vida tranquila y sin sobresaltos, pero siente que le falta algo. Decepcionada consigo misma, con una vida amorosa inexistente y menospreciada por su madre y por su mascota, decide plantarse y buscar una solucion.
    Cuando ve el anuncio de una pagina de contactos llamada <>, se atreve a crear un perfil con la esperanza de conocer a alguien especial. Alli empieza a hablar con Toni, un profesor de secundaria culto y elegante con el que tiene muchas cosas en comun. Sin embargo, no todo es lo que parece. Las dudas surgen justo en el momento en que conoce a Raul, un hombre con pendientes y muchos tatuajes por el que siente una atraccion inmediata.
    Lisa debe elegir entre quedarse con lo seguro y apostar por una vida confortable al lado de Toni o arriesgarlo todo y lanzarse a la aventura con Raul, alguien que a todas luces es lo opuesto a ella y que sigue anclado en un pasado tormentoso.

  • !Aparta, que no me veo de Ana Belen Canete Jimenez

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    Pasiones, celos, infidelidades, divina juventud, oportunidades de trabajo, enamoramientos… Todo ello se da cita en !APARTA, QUE NO ME VEO!, la novela romantica a la cordobesa que nos hace viajar hasta las Islas Baleares y vivir la transformacion de Ines tras su ruptura sentimental.
    La autora de Cordoba nos hace sentir, vivir y amar como lo hace la protagonista de esta novela romantica: INES.
    Ines es una joven cordobesa que lleva una vida tranquila y estable hasta que un dia de Navidad recibe un regalo en forma de foto que hace que Inesastra, su alter ego, despierte de su letargo y presa de la rabia, el dolor y la gripe acompanada de fiebre toma una decision un tanto precipitada.

  • El orgullo del dragon (El dragon y el unicornio 1) de Iria G. Parente

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    Viria es la tierra de los hombres; Gineyka, la de las mujeres.

  • Hotel de las Musas de Ann Kidd Taylor

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    Entre palmeras y puestas de sol de postal, una maravillosa y fresca novela sobre un encantador hotel, amor, perdida y segundas oportunidades en la vida y en el mar.

  • La oscura cara del exito de Aurora Fuertes

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    La vida para Natascha no es facil en su ciudad natal. Corren los anos 70 en una pequena poblacion de la Union Sovietica; y la imposibilidad de prosperar y alcanzar sus suenos, junto a la mala relacion mantenida con sus padres, le obligara a tomar la decision de abandonar su hogar. Con muchas ilusiones, escaso equipaje e incertidumbre por un futuro incierto, viajara a Moscu buscando alojamiento en casa de su amiga de la infancia, que la acogera sin dudarlo.
    Pero en la capital, no todo sera facil; sentira como esos suenos, se desvaneceran en los diferentes empleos, a los que le tocara recurrir para subsistir. Lo que ella desconoce, es que esta situacion no sera por mucho tiempo. Jean, un atractivo y adinerado cazatalentos parisino, se fijara en ella. Fascinado por la joven, la ofrecera algo que ella no podra rechazar: conseguir lo que tanto desea.
    Pronto su vida cambiara radicalmente. ?Sera entonces, Natascha, capaz de asimilar el giro inesperado que el destino le tenia reservado? ?Sera lo suficientemente astuta, para ver mas alla de las apariencias que de pronto la rodean?

  • Mirame, nena (Tu y yo 1) de Ana Belen Martinez

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    Una novela conmovedora con mucho amor y risas. !No te la pierdas!
    Empece a trabajar hace seis meses en la editorial New York pages, en Seattle, la ciudad esmeralda, como ayudante de uno de sus editores: el senor Harris, pensando que tendria un gran futuro en esa empresa. Estar todos los dias rodeada de miles de libros maravillosos, era mi sueno mas anhelado. No obstante, la realidad muchas veces se impone a los suenos y algo que creia podia ser maravilloso, se volvio deprimente y aburrido.Odiaba mi trabajo. Me pasaba el dia atendiendo el telefono y haciendo recados personales para el senor Harris. Y, por si fuera poco, no tenia acceso a poder disfrutar o trabajar con futuras promesas editoriales ya que mi editor no confiaba en mi capacidad y eso que tengo un Master en Filosofia, Filologia y Humanidades.
    Segun Alex, mi amigo gay, un cerebro privilegiado, pero nada aprovechado.Tenia que tomar una decision: Conformarme y ser una infeliz o…

  • Los que corren contra el viento de Maria Correa Luna

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    Un hombre que lo tiene todo, una mujer que se sabe capaz de todo corren contra el viento.?Que es eso a lo que se enfrentan?Un viento quiere arrasarlos, impedirles avanzar hacia lo que buscan: el pasado los desafia, un misterio de ese pasado que se extiende sobre ellosy sobre el mundo.

  • Enlazados (Tecleame te quiero 2) de Isabel Jenner

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    En esta segunda entrega de la serie <>, Abigail quiere una aventura en el Salvaje Oeste. A Josh solo parece importarle su rancho.

  • La libreria de los corazones solitarios de Robert Hillman

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    La novela perfecta para quien haya tenido el corazon roto, para quien haya conseguido recomponerlo y para quien se lo haya dejado alguna vez en una libreria.

  • La ventana de la vida de Leonor Sanchez

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    El dia a dia de Gabi transcurre entre su taller de costura y la casa donde vive con sus padres. Su mayor preocupacion es proteger a su madre de un padre alcoholico.
    Sin apenas vida social, un dia se arma de valor y decide salir con sus dos unicas amigas; Alice y Rose. Esa noche su vida cambiara por completo. Descubrira la amistad, sentir que forma parte de algo y el sufrimiento. Descubrira el amor y los celos junto a Dani.
    Paralela a su historia de amor, transcurren las historias de las personas que les rodean.

  • Suenos de Luna de Leo Mazzola

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    ?Alguna vez has sonado con una persona desconocida? ?Has sentido la imperiosa necesidad de buscarla? Sergio, un hombre que ha sufrido un tragico suceso familiar, y Alba, una mujer cautiva de un doloroso desengano sentimental, se conocen surgiendo entre ellos una fuerte atraccion. Pero el aun no es libre; Luna, una mujer desconocida que aparece con insistencia en los suenos de Sergio, y la actitud de el de encontrarla a toda costa, impiden que Alba pueda entregarle todo su amor. Sera en Egipto, a orillas del Nilo, donde Alba y Sergio descubriran quien es y que se esconde tras la enigmatica mujer del sueno, una revelacion sorprendente que jamas habrian podido imaginar. Dejate seducir por este trepidante y apasionado thriller romantico que mantiene la intriga y el suspense hasta la ultima pagina.

  • Agujas de papel, Marta Gracia Pons de Marta Gracia Pons

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    Una novela que consigue trasladarnos a la Barcelona y al Paris del siglo XIX , llena de personajes ficticios y reales que cobran vida gracias a la habil pluma de su joven autora.Barcelona, finales del siglo xix . Amelia Rovira, hija de una de las familias mas prosperas de la burguesia catalana tradicional, quiere cumplir uno de sus suenos: convertirse en modelo de alta costura y trabajar para los modistos parisinos mas en boga del momento, que por aquel entonces comenzaban a hacer uso de las pasarelas. En su lucha por conseguir lo que desea, Amelia debera enfrentarse a la oposicion de su familia y empezar una nueva vida. En una epoca de grandes transformaciones sociales, su lucha por convertirse en una mujer independiente y duena de si misma pondra en evidencia la existencia de dos mundos antagonicos y enfrentados: los prejuicios y etiquetas de la sociedad mas conservadora y el deseo de libertad para elegir su propio destino.

  • Imperio (Las Guerras Del Loto 2) de Jay Kristoff

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    Tras la muerte del Shogun, en el Imperio de Shima se desata una terrible lucha entre los clanes para hacerse con el poder. Con el fin de evitar la guerra civil, el Gremio del Loto conspira para restaurar la dinastia Kazumitsu. El proximo Shogun es alguien que conoce muy bien a Yukiko. Alguien que no descansara hasta verla muerta. Mientras las habilidades de Yukiko aumentan mas alla de su control, se acentuan tambien las pesadillas de Kin, el rebelde del Gremio del Loto que ayudo al tigre del trueno. Muestran visiones de un futuro perturbador e inconcebible. Ni siquiera el miedo a la muerte frenaran a Kin cuando trate de evitar que esas pesadillas premonitorias se hagan realidad. Los rebeldes planean asaltar el palacio del Shogun antes de que pueda dar inicio la nueva dinastia, pero, desde lejos, un inesperado enemigo aprovechara la debilidad del Imperio para asestarle un golpe mortal a el y a todos sus habitantes. Yukiko y Buruu deberan volar a traves de los oceanos tempestuosos, hasta las islas del cristal negro, donde aguardan rivales que no temen a las garras del tigre del trueno y que no caeran ante ninguna katana.

  • Efectos colaterales del amor de Krystal Sutherland

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    Henry cree en el amor para toda la vida. Y cuando conoce a Grace, excentrica y coja, se enamora perdidamente de ella contra todo pronostico. Pero el pasado de ella oculta secretos que aun esta intentando
    superar, y un nuevo amor no forma parte de sus planes futuros.
    Juntos, recorreran el emocionante y complicado camino del primer amor, con consecuencias imprevistas.
    Dos personajes con sentimientos a flor de piel y mentes brillantes esforzandose por comprender la eterna lucha entre corazon y cabeza, entre recuerdo y esperanza.

  • Gabinete ?de crisis? de Yanira Garcia

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    !Hola! Permitanme que me presente. Mi nombre es Vega y mi vida ha sido una completa locura los ultimos meses. Sali huyendo de Madrid --por razones que prefiero no contar--, y me vine a Barcelona donde mi amiga Melissa lleva viviendo un tiempo. Me he instalado en un edificio muy chulo. ?Lo malo? Mi vecino. Es un perfecto Adonis hecho realidad. !Vamos! Que yo se lo pediria a los Reyes Magos, Papa Noel y a mi padre por mi cumpleanos, peeerooooo, tiene un cartel en la frente colgado que pone: <>. ?Que como lo se? Pues porque soy psicologa y entiendo de esas cosas...
    ?Que? !Si! Soy psicologa, y encima, !me encanta serlo! Puede que suene a tipico topico pero me desenvuelvo bien rodeada de problemas y situaciones diferentes.

  • Los crimenes del abecedario (Diana Davila 2) de Esteban Navarro

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    Esteban Navarro se consagra como uno de los grandes nombres de la novela negra espanola.

  • Penitencia de Ruben Gozalo

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    Mav es un perdedor. Tiene una vida de mierda, va saltando de un empleo precario a otro y hace tiempo que su novia le abandono. Su existencia es tan patetica que hasta su ex se quedo con la unica cosa que le importaba: Sid, su perro.
    Un dia, uno de sus amigos le recomienda una aplicacion movil para flirtear y ligar con desconocidas. La app le abre un nuevo mundo de posibilidades. Sin embargo, su peor pesadilla esta a punto de hacerse realidad.

  • Conta conmigo. La historia de Belen de Carol Besada

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    Estructurada, evasiva y procrastinadora, Belen evita las malas palabras y abusa de los refranes.
    Que su presente esta marcado por su pasado no es una manera de decir, sus cicatrices estan de testigo.

  • Cosas que pasan cuando te enamoras por internet de Belen Peralta

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    “Cosas que pasan cuando te enamoras” es una comedia romantica fresca y divertida, historias comicas sobre las citas a traves de internet y redes sociales. Una reflexion acida en uno de los mejores libros divertidos para adultos.

  • El latigo del Cowboy de Jorge Borges

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    Mark era un hombre sencillo.
    Desde que fallecio su esposa.
    Un rancho en la montana.
    Y una vida en solitario.

  • El reino de Goncalo M. Tavares

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    El reino reune las cuatro novelas cortas Un hombre: Klaus Klump, La maquina de Joseph Walser, Jerusalen y Aprender a rezar en la era de la tecnica, escritas por Tavares entre 2003 y 2007. Estamos ante una de las obras fundamentales de uno de los mejores autores europeos contemporaneos, que invita a reflexionar sobre un contexto politico de enorme actualidad: la libertad del individuo en sociedad, la violencia y el poder del Estado o las relaciones sociales. El Tavares de El reino es <>, como recuerda Vila-Matas, <>.

  • Mi hombre. Devocion de Jodi Ellen Malpas

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    La vida le sonrie a Jesse Ward. Sigue teniendo su carisma, esta estupendo y aun funde a su mujer de deseo con una sola mirada. Tiene el control absoluto, que es lo que le gusta.
    Pero el perfecto mundo de Jesse se rompe en mil pedazos cuando Ava sufre un terrible accidente que la deja en coma.
    Desesperado y enfadado, siente que la vida se le escapa de las manos, no puede sobrevivir sin el amor de su mujer. Cuando Ava empieza a recuperarse cree que por fin todo volvera a ser como antes, pero la pesadilla no ha hecho mas que empezar. Ava no puede recordar nada de los ultimos dieciseis anos de su vida, todo el tiempo que han pasado juntos, asi que ahora es un extrano para ella. Jesse debera hacer todo lo que este en sus manos para que ella recupere su memoria y conseguir que se enamore perdidamente de el de nuevo.
    Si estas destinada a una persona, no importa cuantas trabas te ponga el destino porque volveras a ella.

  • El arte de la fuga de Vicente Valero

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    En verdad ninguno de los frailes apinados en aquella celdilla fria y oscura consiguio ver que el alma saliera de su boca, solo puntos amarillos de saliva expulsados de la lengua llagada, cuando el estertor se transformo en un suspiro ultimo, negro como el crujido de un alamo en la noche de invierno. Asi pues, pensaron todos entonces, el alma de los santos enamorados tambien era invisible; es decir, que se escurria como cualquier otra entre los labios resecos, casi azules, sin ser vista ni oida, para buscar inmediatamente despues, ansiosa, la frente ungida con los oleos y poder de esta manera tomar impulso hacia lo mas alto, deslizarse por fin hacia una paz definitiva. Hubieran dado todo cuanto poseian --aunque esto es, por supuesto, solo un decir, pues nada poseian aquellos pobres rezadores-- por contemplar el cuerpo moreno y entregado de la Amada, incluso sospechando que aquel deseo pudiera ser impuro, como tantos otros deseos del hombre, si bien las sagradas escrituras nada decian sobre aquel asunto. Pero Juan acababa de morir, se trataba ya de un hecho indiscutible, y en aquella covacha desnuda ni los descalzos de Ubeda ni aquellos otros llegados de Baeza y La Penuela habian conseguido vislumbrar el vuelo ultimo del alma, aunque Dios ya andaba por todas partes en aquella hora nocturna, nadie podia dudarlo, Dios era un olor bendito que emanaba de la carne podrida y de sus vapores todavia calidos, una luz humeda, casi irrespirable. Hacinados e inquietos, aquellos hombres flacos y devotos de la Virgen del Carmen se habian asomado a la boca del moribundo con la esperanza de ver. Alli buscaron, con los ojos bien abiertos, emocionados, unidos en el mirar, un ultimo rescoldo, una sombra palpitante, la mariposa de la fe. El poeta, el santo, el mistico, aquel fraile distraido y un poco loco --?cual de todos ellos era entonces o a cual se le esperaba mas alla de la vida y la muerte?-- se habia consumido entre estertores, despues de haber escuchado una vez mas las preciosas margaritas de Salomon, el canto perfecto del amor perfecto, y sus ojos empezaban a divisar una oscuridad nueva, todas las llagas de su cuerpo ardian como antorchas en la noche --?a que esperaba entonces el Amado?--, mientras los frailes besaban sus manos y sus pies, esperaban la salida fulgurante de la esposa. Dejaremos dicho aqui para empezar que durante aquel largo otono andaluz del ano 1591 hubo sol y hubo tormentas, despues de los ultimos sudores empezaron a caer las hojas de los arboles, llego por fin un dia la nieve a las cimas serranas, el cielo se lleno de nubes grises. Nadie sabe como seran sus ultimos dias, si hara frio o calor, si llovera y los rios inundaran calles y sembrados, si habra sequia y enfermaran los animales, o si la luz del sol, como una mano de madre imperecedera, acariciara una a una todas las palabras de la despedida. Puede que Juan supiera, sin embargo, cuando escogio Ubeda y no quiso ir a Baeza ni a Linares, como le suplicaron los frailes campesinos de La Penuela --aquel lugar silvestre donde comenzaron sus heridas--, que en su morir habria cielos de otono cada vez mas frios y solitarios, como los que su alma deseaba, pero el abrazo tambien de los hermanos descalzos y la fe no menos calida de los vecinos que nada sabian de el, que nunca habian oido hablar de sus canciones, y que su cuerpo imploraba tal vez como el de un nino desamparado. Durante aquellos casi ochenta dias ultimos que paso Juan en el convento ubetense, las noches fueron haciendose cada vez mas largas y oscuras, como el dolor de la carne y la soledad del sacrificio, pero no por ello la dulzura del otono estuvo ausente en aquella celdilla con su plenitud de estacion profunda y generosa. Asi, durante aquellos dias, hubo pajaros tambien en la ciudad, estorninos y petirrojos, grullas de paso, zorzales y codornices. Hubo un repetido runrun de aguas sobre las piedras de las murallas y de las iglesias, que Juan podia oir tendido en su camastro, tal vez con cierto placer, o al menos con el alivio que la lluvia concede siempre a los sedientos, y un viento que soplaba y batia las ramas de chopos y naranjos. Pudo beber el zumo rojo de la granada, morder la carne amarga del membrillo. Y por el estrecho ventanuco es posible que entraran alguna vez tambien el aroma de los limoneros y la rafaga candente del relampago. Que al padre Crisostomo, prior del convento, no le viniera nadie con monsergas de milagros ni de versos, el era un hombre de pulpito y de tratados gruesos. No habia visto nunca a un santo, pero si a muchos extraviados que se decian poetas, incluso a algunos herejes alumbrados que habian merecido el castigo riguroso pero justo de Roma. Lo mejor era hablar poco con el enfermo y, a ser posible, que nadie supiera que estaba alli con ellos. No era este prior, a decir verdad, un hombre envidioso, pero si un fraile asustadizo, cumplidor y obediente, que maldecia la hora en la que a Juan se le habia ocurrido ir a morirse a su convento. Cuando lo vio llegar, aquel anochecer caluroso de septiembre, a lomos de un burro fatigado, ya se temio lo peor. Y lo peor era entonces solamente que aquel hombre a quien su propia orden habia perseguido, encarcelado y ahora tambien desterrado, cuyas cartas habian sembrado las clausuras de palabras dudosas y de sofocos misticos, llegara ahora a Ubeda para repartir rimas y milagros. Se prometio entonces a si mismo, mientras Juan se bajaba con dificultad del pollino, que no se lo permitiria y, sobre todo, que no se dejaria enganar por el, por su habito raido y sucio, por su ya celebre jerigonza de nadas y desiertos, y menos aun por sus jaculatorias contra incendios y tormentas. Que habia venido a buscar exactamente el perseguido, sin embargo, lo sabria el prior muy pronto, cuando Juan cayo desmayado en la puerta del convento, con sus llagas y sus calenturas, porque aquella debilidad tan cierta --con aquel rostro suplicante y famelico, con aquel temblor de piernas-- le dio a entender que el enfermo lo habia elegido precisamente a el para que guiara su alma por el sendero ultimo de la noche y se compadeciera de su cuerpo en los dolores terribles, y con ello tal vez para ser seducido tambien, oh Virgen piadosa, por aquellas metricas italianas del demonio. Para los hermanos aquellas heridas inmensas y aquel morir en la celda mas oscura del convento pronto se transformaron en pura alegria, una gracia especial del Amado, la musica presentida y tantas veces solicitada. Se lloraba por los pasillos y, a hurtadillas del prior, cantaban las canciones de Juan, se abrazaban y se besaban; la felicidad era entonces aquello, un ir y venir entre lagrimas incontenibles, traer las vendas limpias y dar a lavar las sucias, lamer las sucias por el camino, llevarse a la boca el pus, la sangre negra, la saliva del poeta, agradecerle a Dios aquellos liquidos, aquel enfermo unico. Una y otra vez por los pasillos se oian las canciones del alma y el esposo, que tan bien se sabian todos, aprendidas en otros conventos lugubres --tan oscuros y frios como aquella mazmorra toledana donde habian sido compuestas casi quince anos atras--, dichas y repetidas muchas veces, calladas tambien otras muchas, segun soplara el viento de la regla o del prior, favorable u hostil a la musica amatoria y al cantor de Avila, pero siempre luminosas en el corazon secreto de los humildes. Ah, el coro de descalzos, voces olvidadas por el mundo, rezadores de la vieja ciudad de Ubeda: Bartolome de San Basilio, dulce y generoso, antiguo discipulo de Juan; Alonso de la Madre de Dios, inteligente y agradecido, lector de salmos y profecias; Bernardo de la Virgen, hermano lego, de dia y de noche a los pies del moribundo, siempre el perro mas fiel; Diego Pablo de Jesus, modesto y pequeno como un jilguero de la vega, bondadoso; Pedro de San Jose, mundano y alegre como un vino nuevo de aldea. Coro insospechado de servidores, adoradores de llagas putrefactas, moscas benditas. Todo empezo en aquel solitario retiro de La Penuela, lleno de olivos y de vinas, entre ermitanos labradores, adonde Juan habia llegado a principios de agosto, en plena canicula, para cumplir nuevo destierro, sin oficio, solo como un descalzo mas. La brisa de Sierra Morena invadia todas las mananas aquellas celdillas blancas con su olor a tomillo y a encinar humedo, con su musica de currucas tempraneras. Una docena de hermanos barbudos y penitentes regaban las coles en silencio, sembraban el ajo y la cebolla, o recogian la aceituna. Habia en aquel lugar tan puro una alegria de uva andaluza y de amor a la Virgen, unos cielos azules sobre los roquedales altos, una fe felicisima. Por fin el poeta que amaba las soledades y la luz podia tambien gozar de ellas, despues de tantos anos de disputas capitulares y de vicarias nomadas, despues de interminables andaduras. Por fin el fraile que amaba la obediencia podia tambien gozar de ella como un imberbe novicio castellano. Se dijo despues que, en aquellos dias soleados, iba a rezar todas las tardes junto a una vieja fuente de montana, rodeada de laureles y lentiscos, por donde saltaban las liebres, susurraban las tortolas y vigilaban los cernicalos. De rodillas y con las manos unidas en el pecho, como era habitual en el, aspirando siempre a lo mas alto, a veces levitaba, esto tambien se dijo despues. De su boca brotaba entonces la palabra como el agua de la fuente, fresca y natural, transparente y solitaria. Era Juan en La Penuela, a solas con la esposa que llevaba dentro, en coloquio verdadero, con ella y con su Dios enamorado. No habia amargura en su corazon ni recuerdo alguno de sus perseguidores que, sin embargo, no cejaban y aun dilataban sus discursos difamatorios por las extensas comarcas del carmelo. O tal vez si, puede que hubiera cierta amargura todavia, esto lo decimos nosotros ahora, algun resentimiento, pues fue aqui mismo tambien donde escribio que mejor se estaba en compania de piedras y garbanzos que de apostoles locuaces, de criaturas mudas que de hombres envidiosos. Comia entonces pan de habas con hierbas cocidas y era feliz. Ya de noche, dormia sobre unos manojos de romero tejidos y de sarmientos a modo de zarzo y era feliz. Encendia la llama de amor viva, una y otra vez, reescribiendo pasajes inconclusos, penetrando en honduras incandescentes, dejandose iluminar por ella. Hasta que un dia de aquellos de verano llegaron tambien las fiebres, y con ellas el cansancio y el sueno, la mirada vidriosa, aquella sed.

  • La herida de Jorge Fernandez Diaz

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    Una monja desaparece, dejando un enigmatico mensaje, y un colaborador del papa Francisco les encarga a dos agentes de Inteligencia buscarla por cielo y tierra. En paralelo, una operadora politica despedida por la Casa Rosada es contratada por el gobernador de un feudo patagonico para mejorar su imagen y evitarle una catastrofe electoral. Con la ayuda de Remil [?]un perturbador agente que trabaja desde las sombras[?], ella se vale de todo: espionaje politico, compra y amenaza de jueces, soborno de dirigentes y manipulacion de la historia. Hasta que juntos se topan con un crimen de Estado y una organizacion siniestra.
    La herida es un thriller politico dentro de una gran novela policial cruzada por cuatro misteriosas historias de amor, que empieza en el Vaticano y deriva en la Patagonia, que se devora con suspenso y que retrata el lado oscuro del poder real. Una combinacion que solo la pericia de Jorge Fernandez Diaz, uno de los escritores y periodistas mas importantes y reconocidos de la lengua espanola, es capaz de llevar adelante con el pulso y el rigor de una investigacion y demoledor ritmo cinematografico.

  • Atentado de Mariano Gambin

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    Atentado. La Novela. Thriller. Un desgraciado incidente provoca la contratacion de dos peligrosos asesinos para atentar contra los reyes de Espana en una visita a la ciudad con motivo de la inauguracion del templo masonico rehabilitado como museo. Ambos decidiran que el lugar adecuado es la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Los asesinos actuan por separado y cada uno ideara un sistema de atentado contra los monarcas el 15 de febrero a las dos de la tarde. La policia tendra noticia de su existencia bastante tarde, tal vez demasiado... Un tubo volcanico aparece debajo del subsuelo de la calle del Pilar, en pleno centro de Santa Cruz. Dentro de la galeria se descubre un pasadizo subterraneo que lleva a una inquietante camara donde se desarrollaron rituales profanos hace mas de doscientos anos. Dos cadaveres centenarios anaden muchas incognitas a un enigmatico y amenazador secreto. Para ello la arqueologa Marta Herrero debera enfrentarse a sus propios miedos.

  • La estrategia del Diablo de Armando Cuevas Calderon

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    El robo de un objeto legendario, un extrano asesinato, un misterioso experto en antiguedades y una policia de homicidios atormentada por su pasado se entremezclaran en este perturbador thriller policiaco.
    Enfrentada a una investigacion repleta de mitos y secretos, la inspectora Elena Valdeon debera sumergirse en el oscuro mundo de las sectas satanicas, y seguir las pistas dejadas por un crimen atroz cometido hace casi dos mil anos, si desea resolver el caso mas inquietante y peligroso de toda su carrera.

  • Un dia casi perfecto de Mareike Krugel

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  • Melodia para un forense de Mercedes Pinto Maldonado

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    ?Cual es la experiencia mas brutal que un ser humano es capaz de soportar?

  • Atreverse a Amar de Nora Roberts

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    Jared tenia que elegir entre una mujer ardiente y su frio orgullo. Estaba acostumbrado a salirse con la suya, sobre todo con las mujeres, pero con Savannah Morningstar no llegaba a ninguna parte. Aquella mujer, de una esplendida belleza, mantenia una actitud testaruda que estaba haciendo estragos en el ego masculino. Y, cuando alguien pisoteaba el orgullo de los MacKade, siempre se desataba un infierno...

  • Siempre Nosotros de Anna Olsson

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    Charlie: Gracias. Yo: Cuentame que haces en Barcelona ?Por que te has venido a vivir aqui? Charlie: No vivo aqui, cambie mi ubicacion para encontrar personas y te encontre a ti Yo: !Ya veo! Charlie: Tengo problemas con mi ordenador, te dejo mi numero de Whatsapp. Yo: Ok, te agrego. Mi corazon se acelero, que rapido mostro interes por mi. Aparece su foto de perfil en Whatsapp, con su misma foto de perfil de la red social, es tan atractivo y misterioso, ese porte de hombre que tiene, ojala pueda conversar con el, lastima que esta tan lejos, pero me dejo fantasear que pudiera estar con el hasta tener un encuentro sexual, una nunca sabe, quiero conocerlo mas para saber si es el adecuado, es el primer hombre de otro pais que le doy mi numero de Whatsapp para conversar, me siento nerviosa, aun no intercambio palabras con el, lo saludo. Yo: !Hola, soy Laura! Charlie: Hola estoy aqui. Yo: Ya te vi Que foto de perfil tiene, en su camiseta se marcan todos sus musculos, pareciera que estuviese desnudo y su pelo suelto, pero no largo, tiene cierto aire de libertad Charlie: Estaba ocupado en mi nueva empresa. Yo: Muy bien ?Empresa de que? Charlie: !Te lo dire cuando nos veamos cara a cara! Yo: ?Vienes a Espana? Yo: Hola Yo: Hi Yo: ?Estas? Charlie: No, estoy ocupado, es todo, en mi nueva empresa, te lo dije. Charlie: Viajo a veces a Espana, me encanta el pais, el clima, el ambiente, caminar por la ciudad, me gusta hacerme fotos y en verano ir a la playa. Yo: A mi tambien me gusta el verano. Charlie: Estoy haciendo mi nueva empresa. He trabajado arduamente en tener mi propia empresa, no quiero que nadie me de ordenes, me harte de jefes autoritarios y largas horas en el trabajo. Yo: Tienes razon tiene Charlie, un poco de libertad no viene nada de mal. Charlie: Me has caido bien, dame tu Facebook. Laura: Laura Garcia, ?Y tu? Charlie: Charlie Hawks. Yo: Cuentame ?cual es tu nueva empresa? Acepte su solicitud de amistad, por mientras hablaba con el por Whatsapp Charlie no volvio a contestar, esta vez se desconecto, seguramente debe estar ocupado en su trabajo, con lo guapo que esta, o quizas me dejo de hablar porque no le guste, que ganas de hablar con el tengo. Me desanime un poco, algo tiene Charlie de especial, me fui a dormir sin saber nada de el. Aunque de todas formas sino le hubiese gustado no me habria pedido mi Facebook. En mi trabajo no podia dejar de verlo, miro mi Facebook para ver su perfil, tiene albumes de fotos, me he puesto a ver un album de un viaje que hizo a Barcelona. Ya estuvo aqui, en la rambla, en la torre Agbar, en el paseo maritimo, en la estatua de Cristobal Colon, en la plaza de Cataluna, en Montjuic de noche mirando el espectaculo de la fuente con luces, aparece en las fotos con mujeres; rubias, morenas, casi todas altas, parecen modelos, va vestido con esa chaqueta de cuero que usa, en casi todas sale asi, se nota que le gusta la ciudad y la disfruta. Le apasiona viajar, tiene fotos en Paris, Dublin, Varsovia, Roma y siempre con la misma chaqueta negra. Aparece en linea en el Whatsapp, lo saludo, pero no contesta, lo mismo en Facebook, aparece en linea, tambien le hablo y tampoco contesta, se sale de linea de ambos y otra vez desaparece. Mi amigo Francisco me invita a comer a un restaurant, me quedo con la sensacion de donde estara Charlie. Mientras comiamos con Francisco salio el tema de los amores a distancia, me dice que es muy peligroso, porque no sabes quien esta detras de las personas, que a veces no son ellas, o a veces simplemente mienten, por supuesto en ese momento pensaba en Charlie y de momento es real, sus fotos muestran que existe, un perfil falso no tiene tantas fotos como el, esa chaqueta y esos viajes que hace lo hacen mas atractivo. Me gustaria verlo en persona para no escuchar mas cosas malas sobre los amores a la distancia. La situacion me hacia pensar, que ganas de conocerlo en persona, para conocer su caracter y forma de pensar, seguramente tiene mucho que aportar, ha viajado mucho, cuantas experiencias tiene para contar. Le pregunte a Francisco que opina si yo tuvieses un amor a distancia, con gracia me contesta que eso no tiene ningun futuro y que no existe tal cosas, que todo ese mundo de amores a distancia son una mentira y que no sirve para nada, me recomendo que me busque a alguien de aqui, alguien a quien pueda tocar, yo le contesto que todos los hombres aqui solo piensan en sexo y que me molestan mucho, que aun no encuentro a alguien que me guste, asi que de momento prefiero estar soltera. Francisco me sale con que el no es como el resto de los hombres que solo piensan en sexo, que hay algo mas que eso, existe la conexion, el amor o ver las estrellas desde un mirador, me miraba a los ojos mientras yo escuchaba sus palabras. Sali del trabajo, rumbo a casa en el bus, estaba pendiente de el en el chat, aparece y se va y su foto se mantiene, no la cambia, ojala pueda hablar con el mas tarde. Llego a casa y hago la misma rutina de siempre, me voy a la ducha, mientras me bano y cae el agua sobre mi, me viene un intenso deseo por Charlie, cada gota de agua me estimula a pensar en el, me gustaria tenerlo aqui y que se banara conmigo, sentir su cuerpo en el agua y que abrace con todo su cuerpo, hacer el amor en la ducha y luego quedar abrazada entre sus brazos. Mientras me seco despues de disfrutar de la ducha, le mando un mando un mensaje por Whatsapp, lo saludo. Charlie: Estaba ocupado. Charlie, voz de audio: Hola Laura, he estado muy ocupado haciendo mis proyectos. !Uf! Que voz tiene, una voz grave de hombre de verdad, ahora me gusta mas, si hubiese estado en mi cama me hubieses tocado mientras lo escucho, pero aun estaba levantada y con mucha hambre, mientras hago mi cena intente hablar con el, ojala este disponible, no quiero perder contacto con el. Yo: Hola ?Estas? Charlie: Si, Aqui estoy. Yo: Si quieres hablamos manana, me has dicho que estas muy ocupado. Charlie: Hablemos ahora, estoy descansando, he tenido un dia muy duro. Yo: ?Como has estado? Charlie: Trabajando mucho, todo el dia, ahora abrazo la independencia economica, como te conte cada dia quiero tener mas libertad y ya quiero viajar. Me mando una foto trabajando en su ordenador, puedo verlo, sonriente mientras teclea, en quien sabe que cosas, sus asuntos, sus creaciones, en todas las cosas que hace resalta mucho sus musculos y su virilidad, aun no me dice de que se trata su empresa. Para no ser menos le mande una foto mia en mi oficina trabajando, aun no quiero que me vea de cuerpo entero, soy un poco timida y de momento quiero que sea asi. Charlie: !Eres increible! Me pregunto como seras en vivo. Yo respondi que no lo se, mientras estaba sonrojada, aunque me siento un poco gorda, pero tengo grandes pechos y anchas caderas, aunque solo vio mi cara y ya me daba un poco de verguenza el solo hecho de pensar que llegara el dia que me viera desnuda. Nuevamente Charlie no me responde mas, sale en linea, no me contesta, luego aparece como fuera de linea, supongo que mientras estaba en linea hablaba con otras personas o con otras mujeres, a veces la gente no habla por Whatsapp, pero aun asi aparece como conectada, ojala sea este el caso. De nuevo estoy en el trabajo, otra vez miro su perfil, aparece conectado y desconectado, no se que esta haciendo y tampoco me escribe o me llama. Cuando ya por fin estoy concentrada en mi trabajo, me manda una foto, de fondo sale el Big Beng y me dice: El Big Beng esta bien para caminar por la ciudad y luego compartir una cerveza. Que felicidad, pense que se habia olvidado de mi, que bien se ve ahi, en ese sito, en ese lugar, ya me imaginaba caminando con el en Londres, juntos, de la mano, como en aquel sueno. Me puse a ver sus fotos en Facebook, en sus viajes, esa barba mal cuidada que tiene mientras esta su viaje en algun bosque de Mexico, o andando en bicicleta en algun camino rural de no se donde, o tirandose en paracaidas desde un avion, practicando deportes extremos o andando en moto. Asi estuve todo el dia en la oficina, mirandolo cada vez que pude. Y otra vez estoy en casa, teniendo la misma rutina de siempre, que ganas de salir por ahi a divertirme, pero no puedo, a veces el trabajo me consume mucho y parece que todos los dias son iguales, cuando estoy cenando la comida que me parece que ceno todos los dias lo mismo. Me llama Charlie por telefono, pero la llamada se corta y la conversacion sigue por Whatsapp, sentia mi corazon latir inmediatamente y me puse muy nerviosa, era el, no sabia que hablar con el, como si tuviese la mente vacia. Charlie: Hola ?Estas por ahi? Yo: Si, aqui estoy. Charlie: Veras, tengo ganas de relajarme un rato, de pasarla bien. Yo: Que bien, yo tambien tengo ganas de pasarla bien. Charlie: Genial. Yo: ?Que tienes pensado hacer? Charlie: Estoy pensando en ir a Barcelona, me gusta mucho esa ciudad es muy intensa y se pasa muy bien. Charlie: Juntemonos, la pasaremos muy bien. Yo: Si, juntemonos. Charlie: Yo llegare el viernes. Viene a Espana, mi corazon se acelera, este hombre que estoy viendo en fotos y hablo con el por chat por fin viene a Espana !Que bien! No tendre que esperar tanto tiempo o anos como he escuchado por ahi de gente que se conoce por internet, creo que he tenido un poco de suerte y ha sido poco tiempo de espera, ademas vive en un pais que esta al lado y viene muy seguido, es como que todo se cruza para que nos conozcamos, y el chat continua: Charlie: He visto tus fotos en Facebook, eres muy atractiva. Yo: Gracias, mientras me sonrojaba en mi interior, que bueno que no me vio, pero no se porque se fija en mi, no tengo nada atractivo. Charlie: Eres muy hogarena, seguro seras una buena esposa, con muchos hijos. Yo: La verdad me quiero casar y tener hijos, tener mi familia, creo que ya es hora de hacerlo, es un proceso natural y tenerla con el hombre adecuado y al que amo. Charlie: Yo no, quiero pasarla bien y disfrutar de la vida. En ese momento fue como una pequena desilusion, el hombre que tanto me gusta no quiere casarse ni tener hijos, quizas sea un defecto que tiene el, aun asi, esta muy bueno y lo quiero conocer, me dan ganas de tocarme pensando en el, pero en vivo creo que es mejor, aunque tocarme pensando en el no me vendria nada de mal, hace un ano que no tengo sexo y no aguanto la espera. Tengo en mi mente sus fotos que es lo unico que tengo de el, y me estoy empezando a humedecer y la conversacion continua mientras pienso todas estas cosas. Charlie: Insisto que eres muy hermosa, me haces fantasear. Yo: !Que! Charlie: Tu sabes, fantasear, imaginarte desnuda o en vestida con hermosa lenceria muy fina. Yo: Parece que solo quieres sexo. Charlie: Claro que me gusta el sexo, soy hombre y lo disfruto mucho, mientras mas mujeres mejor, me gustas mucho de verdad y fantaseo contigo, yo quiero pronto ir a Barcelona a caminar, disfrutar y hacerme fotos por la ciudad. Yo: Bueno, ya llegara el viernes para que nos juntemos, yo tambien quiero conocerte. Charlie: Si no fueses tan timido te pediria una foto sexy. Yo: ?Como una foto sexy? No te entiendo. Charlie: Una foto tuya mostrando tu belleza de mujer. Yo: Si piensas que te voy a mandar una foto desnuda te equivocas, yo no soy de esas mujeres.

  • Fue una suerte Amarte de Olivia Saint

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    ?Estaremos preparados para seguir nuestro instinto o dejaremos que el miedo nos paralice y se pierda la oportunidad de amar?
    Que tan dispuestos estamos de ir mas alla de los miedos. Que tan separados estamos de nuestros sentimientos y pensamientos fundamentados en lo que mas nos conviene hacer. En una linea del tiempo en nuestras vidas, a una edad especifica, el amor verdadero toca nuestras puertas.

  • Nosotras. Historias de mujeres y algo mas de Rosa Montero

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  • Leah a destiempo de Becky Albertalli

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    Cuando se trata de tocar la bateria, Leah Burke suele tener buen ritmo, el tiempo es como su especialidad. Pero en su vida personal las cosas suelen ir a destiempo. Leah, una anomalia en su grupo de amigos, es la hija unica de una joven madre soltera, y su vida es sin dudas la menos privilegiada. Le encanta dibujar, pero se siente demasiado cohibida para mostrar sus creaciones. Y a pesar de que su madre sabe que es bisexual, ella aun no ha podido reunir el coraje para contarselo a sus amigos, ni siquiera a Simon, su mejor amigo abiertamente gay.

  • El Club del Domino de Scarlett Pastor

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    Cuando Celia Armando la vio entrar en su consulta por primera vez, no imagino lo que su vida cambiaria. Todo su mundo se veria trastocado por los acontecimientos, que se suceden uno tras otro en rapida sucesion sin que pueda hacer nada por cambiarlos. Acontecimientos que, de mano de su paciente, la llevaran a descubrir un mundo totalmente desconocido para ella. Un mundo de excesos, mentiras y secretos, en los que nadie es quien dice ser y que la llevaran a desconfiar de todos.

  • Con la fuerza del oleaje (Boreal Rois 2) de

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    Durante la ansiada reforma del Boreal Rois, el hallazgo de una misteriosa carpeta oculta en la biblioteca saca a la luz otro secreto de la familia Merritt que animara a Claire para esclarecerlo con la ayuda de Sean Drake. Sin embargo, conforme avanzan solo logran mas incognitas, un humo para enmaranar el pasado y desmentir la vida de un hombre hasta ese momento con una reputacion intachable. Mientras tanto, Claire seguira persiguiendo su sueno de ser fotografa, Gabriel se enfrentara a una realidad que no esperaba para el futuro que tiene previsto y el afortunado Jack Drake, al que todo parece sonreirle, no podra escapar de un destino que lo pondra a prueba y cambiara su vida.

  • Y entonces apareciste tu de Grace Marie March

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    Dicen que la vida te puede cambiar en un instante y ese instante llego, pero no solo a mi vida, sino a la vida de todos, un dia pasamos de hablar de un virus que estaba muy lejos, en otros paises y de pronto nos decretaron el estado de alarma. Mis companeras de piso y yo estabamos viendo la television sorprendidas, y hubieron reacciones de todo tipo. – Yo ya habia quedado en la capi para ver una "mascleta". - exclamo Luisa un tanto enfadada por que le fastidiaran sus planes. – Por un fin de semana que te quedes en casa, tampoco creo que pase nada. – Bueno, uno no, dos, que el estado de alarma son 15 dias. – Por los rumores que he escuchado en el hospital, esto no es cuestion de quince dias, – les dije a mis companeras de piso. – Mira hablo la experta - dijo Isabel en tono de burla, – ?que va a saber una fregona? – !Oye! - le dije un poco molesta. – Perdona, no se ni lo que me digo, – pero veo la mueca en su cara y me doy cuenta de que su disculpa no es del todo sincera. Mis companeras de piso, bueno podria llamarlas amigas, tienen unos trabajos muy diferentes al mio, no por ello quiero decir que sean mejores, ya que cuando llega el momento de pagar los gastos mensuales del piso, todas ponemos la misma cantidad de dinero, y mi dinero es igual de bueno que el de ellas. Luisa trabaja en una agencia de seguros, la agencia de seguros es de su hermano y ella, bueno ella se limita a pasar alli las horas. Isabel trabaja como secretaria en un colegio. La unica diferencia entre los trabajos de ellas y el mio, es que yo pase a ser trabajadora esencial y ellas en cambio se quedaron en casa, Luisa se supone que trabaja desde casa, pero bueno si no lo hacia en la oficina como podia esperar su hermano que en casa hiciera algo, e Isabel haciendo teletrabajo. !Que despiste!, no me he presentado, mi nombre es Clara, como ya os he comentado trabajo limpiando en el hospital por las mananas y, de esto no os habia dicho nada, estudio por las tardes un grado medio de farmacia, es mi primer ano, me anime por mis companeras de trabajo, la idea es que el proximo ano haga las practicas en el hospital donde trabajo, lo cierto es que no podre quedarme alli a trabajar, pero me facilitaran mucho las cosas, incluyendo el tema de los horarios, entre a trabajar en el hospital, gracias a mi tia, si tengo que confesarlo, entre por enchufe, pero muchas personas entrar del mismo modo, y se que pensareis como puedo entrar por enchufe en un hospital publico, pues porque de la limpieza se encarga una subcontrata, de modo que mi tia me enchufo y cuando me puse a estudiar, decidi que lo mejor era que me mudara lo mas cerca posible del trabajo y del instituto. Mi idea era irme a vivir a la capital, pero... una de mis actuales companeras de piso, es amiga de la infancia, y vivir en los pueblos es lo que tiene, mi madre vio a la suya, le comento que queria mudarme, su madre le dijo que se acababa de ir una muchacha del piso de su hija, y que vivian en una pedania de Valencia, de modo que era como vivir en la capital, con la ventaja de un pueblo, vamos que le vendio la moto a mi madre, y claro la mujer se quedaba tranquila sabiendo que donde me iba estaria bien cuidada, porque al fin y al cabo, Isabel y yo nos conociamos desde los tres anos. Los dias fueron pasando y la tension fue en aumento, mas que nada porque nos pedian quedarnos en casa y muchas personas del centro de Espana, entendian que quedarse en casa era irse de vacaciones a la costa. Ademas no contabamos con los equipos de proteccion necesarios para que todos pudieramos hacer correctamente nuestros trabajos, lo cierto es que muchas personas se portaron bien con nosotros. Pero... Esa noche cuando llegue a mi piso compartido, vi que mi llave no entraba en la cerradura, me fije y vi que la habian cambiado, estaba extranada, ?habria alguna perdido la llave?, ?y como? Al fin y al cabo ahora no se puede salir de casa y ayer traje la compra del supermercado, ?donde iban a ir? – Alejate de la puerta - escuche sorprendida a Luisa. – ?Sucede algo? – Tu alejate - repitio ante mi asombro, estaba tan cansada que solo tenia ganas de ducharme y acostarme, pero debia entregar unos trabajos, ya que el instituto seguia de forma online. El tener que hacer mas horas en el hospital al final me acabaria pasando factura, pero lo estabamos haciendo todas, y tengo que reconocer que habian personas con trabajos con mucha mas responsabilidad que el mio. Cuando abrieron la puerta, sacaron mi maleta y cerraron rapidamente la puerta poniendo la cadena y volviendola a abrir. - Hemos pensado que estas muy expuesta al virus y podrias contagiarnos. – ?Que? - lo cierto es que no salia de mi asombro. – Lo hemos hablado esta manana, en la maleta tienes todas tus cosas, una vez pase todo esto si quieres puedes volver, pero ahora mismo tienes que irte del piso. – ?Isabel piensa igual? – Si, lo pienso - vi como se asomaba detras de Luisa, – tenemos miedo de que nos contagies, mejor quedate en otro sitio, puedes ir a casa de tu tia. - y para mi asombro cerraron la puerta, dejandome alli boquiabierta y sin entender nada. Lucas. Acababa de llegar al edificio donde vivo, lo cierto es que me habian hecho ir a la empresa, ya que habia fallado uno de los ordenadores que prestaba servicio a los trabajadores, y el unico que podia ir era yo, eso es lo que me dijeron, yo lo entendi entre lineas, al fin y al cabo yo no tengo hijos y mis otros dos companeros si. Bueno me presentare, mi nombre es Lucas y soy informatico, de normal ese tipo de problemas lo podria solucionar en casa, pero claro esta vez no era posible, mi jefe me envio por e-mail una autorizacion de trabajo por si me paraba la policia y me dijo que fuera si o si. Por suerte, ya estaba de nuevo en casa. Subi las escaleras para coger el ascensor cuando escuche unos sollozos en la escalera, me extrano tanto, que pense que igual alguien necesitaba ayuda, estamos en un momento tan complicado que creo que si todos nos ayudamos entre si, el confinamiento se nos hara mas llevadero, de modo que subi las escaleras de dos en dos, para encontrarme a una de mis tres vecinas que viven en el segundo piso, sentada sobre una maleta llorando. – ?Estas bien?, ?Puedo ayudarte en algo? - la joven miro hacia mi, no podia ni hablar, de modo que pase a su lado y pulse el boton del ascensor, – ven, vamos, – le dije mientras la ayudaba a levantarse y cogia su maleta, – veras como despues de tomarte algo, lo ves todo de forma diferente. - y pense que iba a irse a ver a algun familiar, que seguramente habia fallecido por la enfermedad, pero lo que no entendia era porque se llevaba esa maleta, total seria ir, estar un par de dias y volver, ?no? Como mi casa es un puto desastre, hice que dejara la maleta junto a la puerta de entrada y la guie hacia el balcon que tengo, haciendo que se sentara y fui hasta la cocina a por dos cervezas, es lo unico que tenia para ofrecerle, bueno agua tambien le hubiera podido haber ofrecido o un cafe, pero bueno en ese momento lo unico que pense fue en coger de la nevera cerveza. Y me sente frente a ella, esperando que se calmara un poco para poder hablar. – Hemos subido los dos en el ascensor y solo podia subir uno. - si soy sincero, lo ultimo que esperaba es que sus primeras palabras fueran una rina hacia lo que habia hecho. – Si tu no se lo dices a nadie, yo tampoco. - dije tratando de que se riera, pero no lo hizo. – Trabajo en un hospital, estoy expuesta al virus todo el dia, – dijo hipando y sonandose la nariz, – lo cierto es que nunca he podido ver llorar a nadie, creo que es por culpa de mi hermana, siempre lloraba para conseguir lo que queria, le funcionaba siempre, pero yo tenia que soportar sus lloros diarios, vamos que tenia claro que cuando me fuera de casa, viviria solo, aunque no pudiera pagar un piso en el centro, de modo que me tuve que ir a una pedania, el piso estaba muy bien, tenia que coger el metro para ir a trabajar, pero eso era algo que no me molestaba en absoluto. – ?Y?, yo hoy tambien he tenido que ir a la empresa y tambien me he expuesto.

  • La suerte de haberte conocido de Ciara Giannetti

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    Mia es una chica de veinticuatro anos con muchisimos objetivos por alcanzar. Desde hace ano y medio sufre un trastorno generalizado de ansiedad que le ha hecho perder su esencia e incluso las ganas de seguir viviendo. Sin embargo, en una de sus visitas al psiquiatra conoce a un medico un tanto peculiar que le hara ver la vida desde otra perspectiva… Si quieres saber mas sobre esta historia, !solo tienes que leerla!

  • El sentido del rumor de Marc Argemi

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    Las redes sociales son el habitat que estaba esperando el rumor para recuperar su hegemonia en el competitivo mundo de la informacion. Datos sin contrastar, fotografias manipuladas, afirmaciones fuera de contexto o simples y llanas mentiras se mezclan con estadisticas oficiales, mensajes institucionales, declaraciones de famosos, comentarios de sesudos expertos y la produccion informativa de los principales medios de comunicacion.

  • Cuando es real de Erin Watt

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    Fiestas, riqueza, fama y una historia de amor digna de Hollywood

  • Random de Kiara Espinales

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    “Yo era un chico bueno, pero ellas prefiero chicos malos.”
    London acepta una apuesta inocente que la ayudara a ganar cien dolares solo por ilusionar a un hombre con irse a la cama con ella. Lo que es un juego, termina con una deuda de un millon de dolares a una red de prostitucion elite.
    Si no paga, muere.
    Es vendida al mejor postor para saldar la deuda. Uno que hara con ella lo que se le plazca hasta que la venta sea culminada, sometiendola a cosas que la haran desear no haber aceptado apuesta alguna.
    Pero ?quien es el benefactor?
    Su nombre es Random, y si quieres saber mas, el mismo te lo dira.
    Preparate para sumergirte en una red de mentiras y apariencias.

  • Traicion en el Norte de Pedro Urvi

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    La Campana en el Continente Helado ha fracasado. La guerra retorna a Norghana y con ella la muerte y destruccion.

  • Cautivada por el vizconde de Emily Windsor

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    Lucy recupero la conciencia con un sollozo y trato de abrir los ojos. Los pesados parpados no se levantaron, sometidos por la palpitante cabeza. No percibio luz en la alcoba y trato de alzar las manos para frotar el dolor. Pero estas no se movieron. Una punzada le apunalo las munecas. Entonces se dio cuenta de que las tenia atadas a la espalda, no con demasiada fuerza, sino de tal manera que no podia girarlas. Esa rigida posicion habia conseguido que se le entumecieran los dedos. Se lamio los labios resecos y lucho de nuevo por abrir los ojos. El panico, que le surgio desde dentro, la ayudo a elevar los perezosos parpados. Basto una oscura y suave penumbra, filtrada por una ventana, para que Lucy pudiera discernir que se hallaba en un gran dormitorio; un fuego brillaba suavemente en una esquina. Era a mediados de mayo, pero habia vuelto a ser un amargo invierno y el frio aun persistia en primavera. Las llamas ayudaban a calentar aquel lugar de aspecto bastante decrepito, aunque no conseguian reducir la humedad de la atmosfera. Las desnudas paredes, llenas de manchas, hacian que la habitacion fuese opresiva. Unos grandes muebles oscuros se alineaban en los laterales. Parecia estar acostada en una recargada cama con dosel, que, a pesar de la impresion general de abandono y humedad, vestia unas sabanas de lino que olian frescas y lucian secas. Viendo que no habia ninguna amenaza inmediata, Lucy intento sentarse; dando a las pobres manos un poco de la libertad, que tanto necesitaban. Cerro los ojos nuevamente para evocar lo que podia recordar. Lluvia. Habia estado lloviendo. Dejo a la modista y el lacayo se apresuro, mas que ella, hacia el carruaje para que no se mojasen los paquetes. Colette de Montmarron, la duena francesa, comento algo respecto a como, en ocasiones, sus grandes creaciones se empapaban. Decidio no esperar a que el sirviente volviera con el paraguas y salio corriendo de la tienda, cuando, de repente, unos brazos la agarraron por un costado. En el momento en el que se encontraba a punto de gritar, una palma grande y carnosa le cubrio la boca y se sintio lanzada al interior de otro coche. Tan pronto como se sento en el solido asiento trato de huir por la puerta opuesta, pero una mano robusta la sujeto con fuerza por el hombro arrojandola lejos de su objetivo. Golpeo con la cabeza el panel lateral del carruaje. Sintio un gran dolor y malestar, y, por un momento, el mundo quedo en blanco antes de caer envuelta en la oscuridad. Se batio en contra de esa sensacion, y abrio la boca para chillar, mientras golpeaba el aire y rasgaba con las unas afiladas todo aquello que encontraba. Escucho un debil grunido como unica respuesta, antes de ser empujada hacia atras en el asiento, y, una vez mas, se golpeo la parte trasera de la cabeza. Le colocaron una tela aspera y maloliente sobre los labios para detenerle los alaridos, y el cuerpo de la muchacha finalmente cedio en aquel combate contra las tinieblas. No recordaba mas... Lucy no estaba completamente segura de que debia hacer entonces, considerando que nunca antes habia sido secuestrada. Los pensamientos le daban vueltas y la mente le vagaba a la deriva. Se sugirio a si misma la idea irracional de que quizas sonaba. Especialmente, porque acababa de leer una novela espeluznante de Mrs Whittaker, en la cual una deslucida heroina se veia involucrada en un secuestro pirata. Esa heroina, sin embargo, recupero la conciencia en un barco decadente rumbo a Jamaica y no en un cuarto, viejo y desnudo, que olia a moho y hollin humedo. Ademas, tampoco habia senales de un heroe de tez y pelo moreno. Incluso uno palido y rubio hubiese sido suficiente. Se imagino al vizconde de Danbury, el caballero que la estuvo cortejando el mes anterior, ya que con certeza seria un apuesto adalid. Aunque, para ser sinceros, con el cabello negro como el carbon y los ojos tan profundos como la misma oscuridad, correspondia mejor en el papel de pirata. Era facil imaginarselo con el machete en alto, la camisa abierta por el cuello, la garganta desnuda y... El relincho de un caballo sobresalto a Lucy y le hizo abrir los ojos de par en par. No era un sueno, se dio cuenta, y eso no era una novela. Las paredes de la pieza se encogieron. ?Quien la habia secuestrado y por que? ?Querrian hacerle dano? El terror se apodero de ella y la respiracion se le torno superficial. ?Querrian asesinarla? -Tranquilizate, Lucy -susurro, tratando de calmar la rapida respiracion. Pero la vision se le expandio de manera incontrolada, causandole el efecto contrario en el aliento. El pecho la oprimia. Necesitaba pensar en otra cosa para serenar la mente. <>, se ordeno a si misma. Lord Danbury... Dejo escapar un largo y lento suspiro. Lord Danbury -o Jasper, como a ella le gustaba llamarle en privado, solo para ella- probablemente se estaba preparando para asistir al baile de etiqueta de Thornwood. Indudablemente, alli hallaria a muchas jovenes guapas para acompanarlo y flirtear con el. No, ella nego abruptamente. Era injusto etiquetarlo como un casanova ya que el habia estado muy atento en los ultimos meses. La respiracion comenzo a equilibrarse y obligo a sus pensamientos a continuar fluyendo, por mas triviales que fuesen. Jasper habia sido tan amable, de hecho, que ella a veces no podia creer en la suerte que tenia. Esa percepcion le provocaba una timidez no deseada ante la presencia del vizconde. Despues de todo era simplemente la hija de un baronet, un titulo que poseia ahora su hermano. Ademas, Lucy solo se creia hermosa de forma aceptable. Ella, ciertamente, no era una gran belleza; pero si tenia unos enormes ojos azules. Sus otras caracteristicas las consideraba normales, incluso aburridas. En el estado de animo mas optimista describiria el tono de su melena como castano claro en vez de pardo, un color mas preciso. No era toda de una misma tonalidad, mas bien una mezcla de rubio y marron que se aclaraba u oscurecia en funcion de la estacion. Ni rolliza ni delgada, tenia, eso si, un pecho bastante abundante para la moda corriente; la mirada de Jasper siempre parecia detenerse alli placenteramente, causando en ella un escalofrio que le recorria hacia abajo la espina dorsal. Quizas, la tendencia del momento no afectaba las inclinaciones personales de ese hombre. Mientras se retorcia, para sentarse aun mejor en la cama, Lucy se dio cuenta de que la distraccion la estaba ayudando. La nerviosa respiracion habia disminuido y los latidos del corazon eran mas o menos normales, es decir, normales para una persona recien secuestrada. Pronto veria a Jasper de nuevo. En ese momento solo la ira la invadia. En realidad, ella no era una pusilanime como para acobardarse en una esquina ante sus captores. Debia haber una salida. A juzgar por la triste luz de la tarde, penso que deberian ser alrededor de las siete. Feliz de no tener las piernas atadas, se deslizo hacia un lado de la cama y dejo caer los pies al suelo. Se dio cuenta de que el secuestrador le habia quitado los botines, que extrano. Lucy odiaba el calzado. No importaba cuanto tiempo tardase el zapatero en confeccionarlo, siempre se sentia incomoda. Para ella, caminar con medias, o, mejor aun, con los pies descalzos, era un placer incuestionable. Los botines, los podia ver, se hallaban en el otro extremo de la camara cuidadosamente colocados debajo de un divan descolorido. -Mmm, un secuestrador al que no le gusta el calzado sobre las sabanas limpias. Entonces no es, ni un ser descuidado, ni un villano cualquiera -murmuro, levantandose de la cama. Deambular alrededor del aposento resulto ser una perdida de tiempo: tan solo le produjo algun estornudo, provocado por el polvo, y el conocimiento de que al dueno de todo aquello le gustaba leer sobre extranas razas de cerdo. Descubrio un espejo mugriento, aunque, con las manos sujetas, no podia hacer nada con los cabellos; que, en ese momento, soltados de las horquillas, le caian en cascada por la espalda en un torrente de bucles bastante lacios. Una mancha oscura le cubria la frente y el vestido de paseo, color limon, se encontraba arrugado y sucio. -Realmente no deberias preocuparte por tu apariencia -le reprendio su reflejo-. El peinado es ahora el menor de tus problemas. De repente, unas voces masculinas sonaron desde fuera, cada vez mas cerca. Si esa alcoba era el destino previsto de quienesquiera que fuesen, posiblemente podria enterarse de lo que estaba sucediendo si ellos la creian dormida; por lo que corrio hacia la cama y se lanzo sobre ella. El colchon se hundio bajo la apresurada llegada y levanto una nube de polvo. El pelo le cubrio el rostro y lo unico que pudo hacer fue escupir aquellos que se le introdujeron en la boca, mantener inmoviles los miembros y esperar. La llave giro y la puerta se abrio con un crujido. Lucy sintio como si los latidos acelerados de su corazon hiciesen eco en toda la habitacion. Se materializaron la luz tras sus parpados, asi como unos pasos viniendo hacia ella. Trato de mantener la respiracion profunda y lenta, aunque el mundo se le evaporaba sabiendo que unos extranos la observaban desde arriba. Una mano le aparto suavemente el cabello hacia atras. Casi se estremecio. Habria esperado un fuerte pellizco, o una bofetada para despertarla, pero los dedos eran afectuosos mientras le acariciaban parte de la cara, retirandole mas mechones de las mejillas ardientes. La mano siguio el flujo de los cabellos, cuello abajo, hacia el hombro, y los dedos se deslizaron perezosamente sobre los tirabuzones, suaves y enredados, antes de posarse en el pecho. Lucy, desesperadamente, mantuvo el aliento. No es que ya no tuviese miedo. Sencillamente sintio una expectacion, casi placentera, sobre a donde irian a parar aquellos delicados dedos merodeadores. Escucho la fuerte exhalacion de otro individuo y percibio la retirada brusca de las manos. -?Era necesario golpearla? -pregunto una voz profunda y fuerte-. Esta sonrojada y respira con rapidez. -!Uf! Era igual que un gato en el infierno, casi me arana los ojos. Y no es que yo la golpeara exactamente, solo le di un empujon y quedo sin conciencia. Dejala hasta manana, estara bien - contesto el otro varon, mostrando bastante indiferencia hacia Lucy. -!Por el amor de Dios! ?Y que pasaria si ella enfermase mientras esta inconsciente? !Maldita sea, aqui tampoco hay agua! -?Para que? -respondio-. Las manos de la nina estan atadas. Siguio un comentario muy grosero, algo que ella habia escuchado en palabras de su hermano cuando estaba de mal humor... o con unas copas de mas. Suavemente se sintio girada hacia un lado y se esforzo por mantener el cuerpo flacido. Pero no pudo detener un leve quejido de dolor, que se le escapo, mientras le liberaba las manos rigidas. Otra maldicion salio de la boca del hombre mientras la colocaba en una posicion mas comoda. Debia estar preparada para patearlo y huir. Aunque entonces tendria que lidiar tambien con el otro majadero, que habia demostrado menor interes por su bienestar. Lucy tampoco podria contener demasiado tiempo esa apariencia agradable, ni la falsa inconsciencia, mientras ese personaje la atendia. Este le frotaba las manos heladas. Persistia en la zona dolorida, alli donde la cuerda le habia rodeado las munecas. Despues le asento dulcemente las manos sobre la cama. -Bill, ve a por un poco de agua -ordeno la voz profunda. El patan llamado Bill gruno, y luego escucho unos pasos que se alejaban. Era la oportunidad de escapar. Repentinamente sintio como el otro hombre se inclinaba y le posaba una calida y callosa mano en el cuello. !Oh, Dios! El solo pretendia ser amable y, ahora que el despreocupado Bill se habia ido, la iba a estrangular. Pero no. La mano se movio buscandole el pulso en la garganta, presionando suavemente con los dedos. El corazon se le acelero y los ojos le parpadearon imperceptiblemente. Seguramente el ya debia saber que ella estaba despierta, sin embargo, los dedos siguieron vagando. Se movieron hacia arriba, pasando por la oreja, la mejilla y deteniendose al final sobre la frente, donde el hombre oprimio la palma buscando cualquier signo de fiebre. Finalmente, ella lo sintio escorarse aun mas cerca; la camisa de lino crujio y otra vez aquella sensacion horrible, aunque innegablemente placentera, la envolvio. Podia oir la ruda respiracion, y notar el calido aliento y el perfume de sandalo impregnandole los sentidos. La familiaridad se apodero de Lucy. Ese perfume. Ella conocia ese perfume. Incluso la voz le parecia ahora familiar. Sintio que la persona se le acercaba mas y el cuerpo se le tenso involuntariamente. <>, se repitio para si misma.

  • Mama no me deja contarlo de Cathy Glass

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    Cuando Reece, un nino de siete anos, llega a casa de Cathy en regimen de acogida, ya ha pasado por otras cuatro familias. Ha sido expulsado de varios colegios por su comportamiento agresivo y alborotador.

  • Mi pequena tentacion (Amor en cadena 6) de Lorraine Coco

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    Robert salio del restaurante japones con paso ligero y cruzo la cuarta avenida sorteando los coches que esperaban impacientes que el semaforo volviese a ponerse en verde. Habia bastante movimiento aquella noche de sabado. Rozaban casi las once, pero las calles del centro de Manhattan eran un hervidero de gente que iba y venia en todas direcciones. La ciudad que nunca duerme seguia con la misma energia que a las once de la manana, pero el llevaba en su cuerpo un turno de mas de doce horas y, de no ser porque tenia que recoger la bolsa de comida para su companero de piso, estaria metido ya en la cama, dejando descansar sus cansados huesos. Llego hasta su Camaro negro del sesenta y nueve y se metio en el tras abrir la puerta. Su companero le esperaba en el asiento del copiloto riendo mientras contestaba mensajes con su iPhone. --Esta chica me va a volver loco --le dijo Edie sin apartar la mirada de la pantalla. Por su rostro se paseo una sonrisa socarrona y con dedos agiles tecleo la respuesta. --A ti te vuelven todas loco, Garcia --le contesto, colocando la bolsa de plastico con la comida para llevar en el asiento trasero y arrancando el coche. Eduardo Garcia era su companero desde hacia tres anos, y durante ese tiempo le habia conocido una chica nueva por semana. Igual que se enamoraba, se desenamoraba, con lo que era imposible tomarselo en serio. --Esta es diferente --continuo su amigo--, ?has visto que piernas? -- anadio colocandole frente a los ojos la imagen en su movil de una chica en minifalda y ropa demasiado ajustada en actitud provocadora. Robert aparto el aparato de su vista de un manotazo y pregunto a su companero: --?Pero esa no es Gloria, la de la semana pasada? --!Que va! Esta es Marisol. Hermano, no me escuchas cuando te hablo. Gloria era la dependienta de la pasteleria, esta trabaja en el taller de mi primo, lleva la contabilidad. --A mi me parecen las dos iguales --le contesto Robert encogiendose de hombros. --Hermano, no sabes nada de mujeres. Mirate, tu plan para un sabado por la noche es llevarle comida japonesa a tu perro. --!Ey, no te metas con Calibre! Le pierde el pollo teriyaki, ?que le vamos a hacer si es de gustos exquisitos? --le dijo riendo con ganas. --Si, igual que su dueno. Parece que ninguna mujer es demasiado buena para ti. ?Cuanto hace que no tienes una cita? ?Desde que saliste con Abbie? Robert torcio el gesto. Salir con Abbie habia sido un error. Eran companeros de trabajo, ambos detectives de homicidios en la misma comisaria. Ahora tenian que verse a diario y evitar miradas cada vez que se cruzaban. --!De eso hace mas de cuatro meses! --prosiguio su companero con tono exagerado. --?Llevas la cuenta de mis citas? --contesto el riendo--. Empiezas a preocuparme... Te pareces a mi madre --anadio volviendo a reirse. --Riete cuanto quieras, pero hermano... No soy yo el que lleva cuatro meses sin estar con una mujer, y eso no es sano, tio. Voy a pensar que no te gustan las mujeres... --le dijo Garcia con la intencion de provocarlo. De veras pensaba que su companero necesitaba un poco mas de diversion. --Me gustan las mujeres, pero no todas las mujeres --replico, deteniendo el coche frente a otro semaforo y resoplando. Normalmente la conversacion con su companero era bastante mas interesante. Robert era un hombre al que le gustaba disfrutar de los silencios. No era hablador en exceso, y sin duda preferia estar solo en su coche. Pero Garcia era todo lo contrario; hablaba y hablaba. Parecia que siempre tenia algo que decir. Por suerte pasaba gran parte del turno mensajeandose con el movil con mujeres y eso le daba tiempo a el para escuchar sus propios pensamientos. El resto de las ocasiones, las conversaciones versaban sobre temas mas interesantes; cine, deportes y, por supuesto, los casos. Cosas llevaderas. Pero no lo podia soportar cuando se ponia en plan casamentero. El semaforo volvio a ponerse en verde y prosiguio con la esperanza de que el trayecto que restaba hasta la casa de Garcia lo pasasen en silencio. Pero no tuvo tanta suerte. --Marisol tiene una hermana... --!Joder, Garcia! ?En serio? ?Estas intentando prepararme una cita? -- resoplo de nuevo y se removio incomodo en el asiento. --!Ey, hermano! Es una chica guapa... No tiene las piernas de Marisol, pero he visto una foto de ella. Es bastante pechugona... --Edie puso las manos sobre sus pectorales, indicandole el tamano de los pechos de la joven--. Apuesto a que sabe hacer una buena... Robert le echo una mirada de "estas llegando al limite" y Garcia cerro la boca riendo. Giro en la calle y detuvo el coche frente a la puerta de la casa de su companero. Una vivienda baja, pintada en verde lechoso, en uno de los barrios latinos mas populares de la ciudad. En el porche, su madre, su hermana y dos mujeres mas lo esperaban sentadas en sillas de plastico y abrigadas hasta los dientes en torno a un brasero de carbon. En cuanto los vieron los saludaron con la mano sonriendo. --?Quieres quedarte a cenar, Robert? --lo invito la hermana acercandose al coche. Garcia resoplo. --Gracias, Jen, pero estoy cansado, tal vez otro dia --declino la invitacion. --Cuando quieras... --le dijo ella con una sonrisa coqueta. Edie vio como su hermanita permanecia alli mirando a su companero con sonrisa embobada, como un perro frente al escaparate de una carniceria, y volvio a resoplar de mala gana. Bajo del coche con el ceno fruncido. --Jen, ?quieres entrar y dejar a Robert tranquilo? --le dijo tomandola del codo para girarla en direccion a la casa. --!No seas tonto, Edie, solo estaba siendo amable! --protesto ella mientras se alejaba, no sin antes volver a girarse y regalarle otra seductora sonrisa a Robert. --Es cierto, no seas tonto, Edie, solo estaba siendo amable... --se burlo Robert de su companero. Garcia era tremendamente celoso y protector con su hermana pequena, que ya no era tan pequena. Acababa de cumplir veinte anos y era una mujer bastante guapa y llamativa que sacaba a su hermano un palmo de altura. Edie lo miro con expresion cenuda. --?Que pasa, tio? ?No querias que hablase con mujeres? Jen esta cada dia mas guapa... --continuo enojandolo. En realidad no tenia ningun interes en la hermana de su companero, era demasiado joven para el, que rozaba los treinta y dos, pero le apetecia devolverle un poco del dolor de cabeza que este se habia empenado en provocarle. --!A mi hermanita ni la mires! Es muy joven aun para andar saliendo con hombres --le dijo levantando el dedo a modo de advertencia. Robert rio cansado. --Nos vemos manana, tio --se despidio arrancando de nuevo el motor. --Hasta manana, hermano --contesto Edie dando un golpecito en el techo del Camaro. Robert subio la ventanilla del coche y condujo en su ansiado y relajante silencio. Tardo casi tres cuartos de hora en atravesar la ciudad hasta llegar a su casa. Vivia en la zona del Village. En un acogedor apartamento situado en uno de los bonitos edificios bajos de ladrillo rojo que abundaban en la zona. El piso habia sido ocupado por su hermana Andy durante los anos que estudio en la universidad y hasta que se fue a vivir con su marido Daniel. Cuando ella dejo el apartamento hacia un par de anos, Pierce, el casero, le propuso quedarse en el. Robert no lo penso dos veces. Tanto Pierce como su pareja, Paul, eran como de la familia, y era de los pocos caseros que le habrian permitido tener un perro como Calibre en casa. Aparco frente al edificio y apago el motor. Resoplo aliviado al verse por fin en casa. Estaba realmente agotado. Necesitaba al menos ocho horas de sueno que pensaba aprovechar minuto a minuto. Se bajo del coche e inmediatamente el aire frio de la noche le inundo los pulmones. Se cerro la cremallera de la cazadora de cuero hasta arriba y cerro el coche con apremio. La calle estaba tranquila, tan solo el sonido de un saxo, proveniente de alguno de los clubes de jazz cercanos, se paseaba por la calle dejando una estela de notas languidas. Cruzo la calle con paso rapido y entro en el edificio. Al abrir la puerta de su apartamento lo primero que vio fue a su braco hungaro echado en el sofa. Calibre se limito a levantar la cabeza, movio un par de veces la cola y volvio a dirigir la mirada a la television encendida. --!Vaya! !Que recibimiento! --le dijo al perro, que volvio a mirarlo. El sonido de un par de disparos y una persecucion salio del televisor--. Tienes que dejar de ver series de polis, companero. Calibre se limito a resoplar con gesto aburrido ante el comentario, y continuo viendo el programa, donde un par de detectives daban caza a un tipo en una trepidante escena de accion. Robert jugo la ultima baza para reclamar la atencion de su companero. --Esta bien, parece que tendre que comerme yo todo el pollo teriyaki -- abrio la bolsa y tomo de unos de los paquetes, un trozo de la comida preparada, se la llevo a la boca y gimio de placer. Al instante Calibre salto del sofa y comenzo a rodearlo dando pequenos toques con su morro en la bolsa de la comida. Robert rio cansado. Fue hasta la cocina y saco un plato y el recipiente metalico en el que comia su perro y repartio la comida de la bolsa en partes iguales. Deposito la de Calibre en el suelo y se llevo su plato hasta el salon. Dejo la comida sobre la mesa baja frente al televisor y se dejo caer en el sofa. Estaba molido y no sabia por que. Habia sido un turno largo y duro, como todos. No tenia una profesion sencilla, tenia que ver cada dia cosas que a otros les helaria la sangre en las venas. Pero el era policia no solo de profesion, sino por vocacion. Era lo unico que habia querido ser desde nino, desde que viese a su padre salir cada manana con destino a la comisaria

  • Una familia para Elena de Galder Izarzugaza

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    Elena es una joven colombiana de 24 anos, estudiante de enfermeria, con un pasado un tanto convulso y ciertas carencias emocionales. A la vez que intenta sacar adelante la carrera universitaria trabaja en dos sitios para intentar ayudar en la economia familiar: por las tardes trabaja en una tienda de ropa y por las noches da un giro a su vida trabajando de modelo webcam.

  • Cuentaselo a otra (Volumen independiente), Isabel Keats de Isabel Keats

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  • La invencion de la naturaleza de Andrea Wulf

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    La esplendida biografia de Alexander von Humboldt, el heroe perdido de la ciencia y padre de la ecologia.

  • Mas fria que la guerra de Fabian Plaza Miranda

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    Paz, amor y menudo cuelgue. Los pies del Listo chapotearon por el barro con la gracilidad de un borracho. O para ser exactos, con la de alguien que llevaba varios dias consumiendo mas cosas de las que su cuerpo podia tolerar. Habia perdido la cuenta. Alcohol, si, de muchos tipos. Un poco de acido. Y porros. Alguna pastilla. Ahora que lo pensaba, era un milagro que siguiera de pie. Un milagro. Dios estaba con el. La carcajada que solto fue tan fuerte que varios hippies dejaron de prestar atencion a la musica y lo miraron con cierta desgana. Tampoco era que un colgado en mitad de un viaje fuera tan raro por ahi. Dejo de reirse de su propio chiste, recupero el aliento y siguio avanzando hacia el escenario, donde las sensaciones serian mas intensas. Podria dejarse llevar hasta con aquellos tipos, los noseque Dead; unos que hacian una mezcla de rock y folk. Al Listo le parecian tan malos como el escenario, que daba la sensacion de estar a punto de hundirse por el peso del equipo, pero tampoco podia quejarse. !Estaban en una granja, joder! !Una granja! Era normal estar rodeado de animales. Animales. Reprimio el impulso de volver a reirse y se centro en la musica. Al menos, el gordo barbudo de la guitarra no lo hacia mal. Habia estado bien lo del espontaneo, cuando un fulano habia subido al escenario y habia soltado un rollo sobre algo de la costa. Ni el mismo se entendia. Los de la banda se habian mirado en plan <>, hasta que uno le habia ofrecido un canuto y lo habia sacado de en medio. Luego habian vuelto a sus conazos de canciones. En la oscuridad de la noche casi golpeo una roca con sus pies desnudos. El Listo llevaba las deportivas colgando al cuello, atadas por los cordones, como un atrapasuenos de pesadilla, o como los pendientes de una diosa vuelta del reves, o... Uououooo... El mareo le hizo parar hasta asegurarse de que la Tierra habia dejado de bailar. Asi. Mejor. Respirar hondo. Lo llamaban Festival de Woodstock y el Listo no tenia ni puta idea de por que. El pueblo no se llamaba asi. Tampoco la granja. Pero oia el nombre por todas partes, entre los corrillos de melenudos tirados en la hierba. La hostia de gente habia ido a ver el espectaculo. Tantos que las carreteras estaban colapsadas y todas aquellas tiendas de campana parecian una... a saber... una invasion marciana. Una invasion apestosa. Los organizadores no habian contado con tanta gente, asi que no habia suficiente sitio para mear y cagar. Pero eso para los hippies no era problema, claro. Pagar entradas tampoco. El aforo extra se debia a todos los que se habian colado, y colarse en mitad de un campo no era muy dificil, la verdad. El Listo habia entrado asi, dando un rodeo y saltando una valla que no habria podido frenar ni a una vaca. Por supuesto, habia sido por hacer la puneta. De haber querido, solo habria tenido que sacar el talonario de su padre. Pero eso le quitaba la chispa al asunto. La idea era romper todos los limites, hacer lo que se suponia que no debia, incluso hundir en el fango su apellido y --en especial-- avergonzar al cabeza de familia. Por desgracia, le daba la sensacion de que el riguroso don Faustino ya no se escandalizaba como antano con las tropelias de su heredero el bala perdida. La prueba estaba en que el viaje a Estados Unidos habia corrido de su cuenta. Quiza se habia percatado de que el Listo tambien podia gastarse el dinero y hacer el crapula estando en Madrid. Tal vez hubiera decidido que al menos podia ser util que su primogenito aprendiera algo de ingles mientras dilapidaba la fortuna familiar con algunas frescas americanas. Seguro que en las reuniones sociales hasta presumia de que el Listo estuviera <>. Visto asi, la fiesta se aguaba. No tenia la misma gracia si a padre le parecia bien. Joder con don Faustino. Era capaz de causarle bajones incluso cuando no estaba presente. Resoplo unas cuantas veces y volvio a caminar. Necesitaba encontrar un grupo de gente con la que mezclarse, como habia estado haciendo todo ese tiempo. Al Listo se le daba muy bien congeniar, y su exotico aire de espanol le abria muchas puertas ante los multiculturales hippies. Aunque igual lo que necesitaba era tumbarse y dormir un rato. Estaba cansado, aun no se habia secado del todo del chaparron del dia anterior, y con aquellas ropas de lino se sentia como si estuviera en una chirigota de los carnavales de Cadiz. Joder. Ya era oficial. El bajon don Faustino le dominaba. Mejor buscar un sitio para echarse a roncar. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero la musica de los pesados del escenario sonaba mas y mas entrecortada. Estaban perdiendo el ritmo. A veces era el bajo, a veces uno de los guitarristas, pero iban descoordinados. Que malos eran, por favor. Se fijo en que el gordo de la guitarra sacudia la mano y fruncio el ceno. Le habia parecido ver una descarga electrica. Si. El gordo se frotaba la mano como si le doliera. Y los otros igual. Por eso se saltaban compases. Su equipo de tres al cuarto les daba calambres. Je. Como se escapara una chispa en mitad de aquel escenario medio empapado lleno de aparatos, se podia armar una buena. El Listo recupero parte de sobriedad al mirar las caras del grupo. Todos parecian preocupados. Todos pensaban lo mismo que acababa de pensar el: <>. Pero no tuvieron tiempo. Fue con el otro guitarrista, el delgado. En uno de los punteados se oyo un petardazo y, de repente, todo se apago. Luces, sonido, todo. El estrellado cielo nocturno de la campina yanqui volvio a reinar sobre aquellos cientos de miles de cabezas, incluso a traves de las nubes. Quienes no abuchearon a los musicos se deleitaron con el acojonante espectaculo de la Via Lactea. Un cuadro impresionista que, ahora que el hombre habia llegado a la Luna, parecia al alcance de la mano. Hasta que empezo el otro brillo: un resplandor anaranjado que ilumino todo de improviso. Primero pensaron que el fuego al fin habia prendido; luego, el Listo se percato de que la luz venia de varios metros por encima del escenario. Y los incendios no suelen provocarse en mitad del aire. Cayo en la cuenta de que aquel fulgor poco tenia que ver con una combustion; era mas bien una mancha amorfa, como una gigantesca ameba fosforescente varada frente a el. Y tambien estaba el ruido, una especie de zumbido ritmico, un vaiven sonoro que se oia cada vez con mas claridad. Entonces aparecieron las criaturas. Surgieron atravesando la luz naranja, como si fuera una delgada membrana que hasta entonces las habia contenido. El Listo no tuvo tiempo de preguntarse donde, porque la imagen de los seres centraba toda su atencion. Cada uno media un par de palmos y tenia el aspecto de un negro insecto, con largas antenas en la cabeza, elitros negros y alas transparentes que provocaban el zumbido. Sin embargo, en vez de seis patas tenian ocho, y en sus mandibulas se agitaban gruesos queliceros peludos. En la cabeza, varios ojos de diferentes tamanos, algunos facetados y otros no, reflejaban los destellos azafranados del lugar. El Listo apenas noto una vaharada de olor a alcanfor antes de darse cuenta del alcance de lo que tenia ante si. Habia decenas, cientos de aquellos animales. Y a cada segundo que pasaba mas de ellos cruzaban la luminosa barrera. Revoloteaban por doquier, con el pausado zigzag de las moscas domesticas, tan lentos que cualquiera habria podido atraparlos... si es que alguien hubiera querido llevar a cabo tan incomprensible tarea. Paseaban entre la gente o por encima de ella. Algunos se habian posado en el suelo y lo exploraban erraticamente. Nada de aquello parecia autentico, asi que lo primero que penso el Listo fue que se lo estaba imaginando. El abuso de narcoticos le pasaba factura y le hacia alucinar con la pesadilla mas repulsiva que su mente habia podido crear. No obstante, un rapido vistazo alrededor echo por tierra esa hipotesis. Los demas asistentes al festival tenian la boca tan abierta como la del Listo, estaban tan aturdidos como el y tambien seguian con la mirada a los extranos seres. No eran capaces de hablar siquiera, dado que sus cerebros trataban de asimilar tanta irrealidad. El unico sonido que los envolvia era aquel zumbido colectivo. Hasta que alguien junto al Listo atino a silbar, un melenudo tirado en el suelo que tenia a una de las criaturas subiendo por su brazo. --!Tio! --dijo, con los ojos desenfocados--. !Menudo mal viaje! Eso parecia, desde luego. Un mal viaje psicotropico que los hubiera golpeado a todos a la vez. Algo tan irracional que deberia haberlos hecho chillar, encenderlos en un arrebato de unanime pavor, pero que, en vez de eso, los habia dejado estupefactos. Uno de los insectos-arana paso volando justo por delante del Listo, como pavoneandose y dejandose contemplar. Algo tan grande no deberia haber volado, no con aquellas alas en apariencia fragiles, pero ahi estaba. Un inflado cuerpo con torax y abdomen diferenciados, y vellosidades por toda su oscura figura. Los queliceros estaban serrados y parecian capaces de arrancar un dedo de un mordisco. Sus ojos multiples daban la impresion de contemplarlo todo. El Listo se vio reflejado en ellos. La imagen le parecio incluso hermosa. Extendio la mano para tocarlo, para acariciarlo como una exotica mascota. Todos los seres enloquecieron al unisono, igual que si se hubiera dado una senal silenciosa. Su vuelo dejo de ser parsimonioso para convertirse en espasmodico. Sus patas convulsionaron como si trataran de aferrarse a un asidero invisible. Sus mandibulas se abrieron y cerraron, hambrientas. Las criaturas aletearon con furia. Un enjambre caotico cuyo zumbido habia aumentado en intensidad, tan agudo que ponia los pelos de punta. El Listo retiro la mano, asustado, pero el monstruo que tenia frente a el no le hizo nada. Otros no tuvieron tanta suerte. Los bichos comenzaron a arrojarse como bestias salvajes contra la gente. Clavaron sus patas en vientres descubiertos, en brazos, incluso en caras; cualquier trozo de piel en el que pudieran hincar sus unas. Y lo hicieron a fondo, a juzgar por los regueros de sangre que abrian. El silencio se convirtio al fin en un estallido de panico. Gritos de dolor, de terror, gente tratando de escapar del surreal avispero, incluso pisoteando a quienes estaban tendidos en el suelo. Casi nadie ayudaba a los heridos; la respuesta instintiva estaba siendo la huida, una primaria busqueda de la supervivencia. El Listo no. Estaba petrificado, ojos abiertos de par en par, casi sin respirar y congelado por el terror. Por la pavorosa certeza de que no se podia escapar de aquello. Asi que fue un mudo e inmovil testigo de todo. Vio aguijones salir de los abdomenes y clavarse en sus victimas. A una joven que estaba junto a el y que luchaba por arrancarse el monstruo que tenia sobre su cabeza, la pua le perforo el ojo y quiza llego hasta el cerebro, dado que la chica se desplomo inerte. Otros dardos desgarraron cuellos, oidos o mejillas. Vio como los engendros arrancaban pedazos de carne y los devoraban. Los queliceros cortaron piel y musculo siempre que pudieron, las cabezas de las criaturas incluso se sumergieron en las tripas de algunos para cebarse tambien con sus organos internos. Cuando el Listo creia que aquella escena no podia ser mas dantesca, vino lo peor. Los seres que habian hecho presa en alguna persona comenzaron a iluminarse con el mismo tono anaranjado de la puerta por la que habian llegado. Su fulgor cada vez fue mas fuerte y el Listo noto tambien un aumento de la temperatura. Las monstruosas luciernagas se encendieron mas y mas... y sus victimas dejaron escapar desesperados berridos casi animales. En cuestion de segundos, todo aquel lugar quedo salpicado de teas insectoides. Los engendros se mezclaron con la piel de sus presas, extendiendose y deshaciendose como una mancha de cera hirviente. Apenas unos instantes despues, otro tanto ocurrio con las personas que habian sufrido el ataque. El fulgor las consumio por completo, fundiendolas como mantequilla. Unos charcos viscosos en el suelo fueron los unicos restos que quedaron tras las deflagraciones. Ante eso, el panico alcanzo su nivel maximo. Alrededor del Listo, todo eran gritos, llantos, frenesi, miles de personas tratando de alejarse en todas direcciones, de huir de aquel infierno que no entendian. Y junto a ellos, decenas de monstruos eligiendo a sus victimas casi al azar. Muchos zumbaron junto al Listo, aturdido e inmovil, pero ninguno se lanzo contra el. El resplandor anaranjado se estaba apagando. El Listo quedo mesmerizado mirandolo y todo el caos que le rodeaba dejo de parecerle importante. Solo aquel brillo merecia su atencion y solo a el se la dedico. La muerte, las combustiones y los abominables depredadores se le antojaron irrelevantes. Apenas una mota de polvo en el ciclopeo tapiz cosmico. La luz en cambio... la luz lo contenia todo. El Listo abrio su mente, ansioso por beber de aquel manantial. Recibio todo lo que deseaba y mas. Sintio su cabeza a punto de estallar. Chillando de dolor y de impotencia, aferrandose las sienes como si aquello pudiera aplacar su agonia, el Listo cayo de rodillas. Luego enloquecio por completo y se sumio en la inconsciencia.

  • Los que cambiaron y los que murieron de Barbara Comyns

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    Los patos atravesaron nadando las ventanas del salon. El peso del agua las habia abierto a la fuerza, de modo que los animales entraron en el interior. Circunnavegaron la estancia entre graznidos de aprobacion, despues partieron otra vez hacia al exterior para explorar el maravilloso nuevo mundo que habia llegado durante la noche. En los escalones del porche, el viejo Ives los llamaba aporreando su cubo rojo con un palo, pero aquel dia los anades desoyeron sus instrucciones y se alejaron remando, blancos y resplandecientes, hacia la cancha de tenis. Alli estaban los cisnes, sondeando el agua parduzca y turbia con sus largos cuellos. Por todas partes se oia el chasquido sibilante del agua al penetrar en lugares insolitos, resonaba un bramido lejano y por encima el griterio de los hombres que trataban de rescatar al ganado de los pastos cercanos al nivel del rio. Un cerdo paso chillando, sus patitas chapoteaban freneticamente y se agarraban al pescuezo, rojo y ensangrentado, y una barcaza de casco plano con varios hombres a bordo le iba a la zaga. La embarcacion daba vueltas y vueltas sobre los fieros remolinos de la corriente; con todo, al final salvaron al cerdo, que grito aun mas fuerte. Los ninos, Hattie y Dennis, contemplaban el rescate desde la ventana de un dormitorio, y de pronto salio el sol radiante y cegador y lo bano todo de plata. Desde abajo, el viejo Ives dijo: --Mala cosa que brille el sol con una riada, se lleva la humedad de vuelta al cielo. La abuela salio a su encuentro, e intercambiaron unas palabras en el porche. Olia intensamente a barro y era el primer dia de junio. En las cocinas, las criadas se habian arremangado las faldas prendiendolas con alfileres e intentaban preparar el desayuno entre chapoteos. Sus piernas desnudas estaban muy enrojecidas. En los fogones ardia una lumbre esplendorosa, y las llamas se reflejaban en el agua, pero el ambiente estaba impregnado de un olor a humedad y a bodega. Las muchachas --dos hermanas llamadas Norah y Eunice-- reian mientras perseguian una cesta flotante llena de huevos. Sus risas se transformaron en aullidos cuando una enorme sombra vocinglera paso volando por la ventana; pero no era mas que el ultimo de los pavos reales que aleteaba de un arbol al tejadillo de la carbonera. Los otros tres se habian ahogado durante la noche, y sus cuerpos flotaban tristemente por el jardin, aunque nadie estaba aun al corriente, como tampoco lo estaban de lo que les habia ocurrido a las gallinas. A lo largo del dia, encerradas en su corral penumbroso, sucumbieron a la depresion y al hambre y se precipitaron de una en una desde sus perchas para suicidarse en el agua gelida, dejando unicamente a los gallos con vida. Sus afligidas comadres cluecas, todas empollando, se hallaban en otro corral oscuro y pestilente y corrieron la misma suerte. Se colocaron sobre sus huevos en una especie de sueno negro y melancolico hasta que el agua las cubrio por entero. Cacarearon un poco; pero eso fue todo. Durante unos instantes tan solo sobresalieron del agua sus crestas rojas, y despues desaparecieron. Ebin Willoweed estaba dando un paseo en barca con sus hijas por el jardin sumergido. Remaba con brazadas suaves y poco efectivas, pues era un hombre perezoso, aunque gracias a una marcada vena curiosa, no era del todo indolente. Remaba bajo un sol ardiente; la luz refulgia con fuerza y el agua brillaba. De vez en cuando el bote se daba un golpe o un rasponazo cuando pasaba sobre una silla de jardin, un tronco o un objeto ligeramente cubierto por el agua. Desfilaban extranos objetos flotantes de aspecto deplorable: el cuerpo hinchado de una oveja ahogada, la lana mustia en el agua, una colmena blanca con las abejas, perplejas, revoloteando a su alrededor; un lechon recien nacido, rosado, y muerto; y los restos atroces de los pavos reales. Que sorprendente resultaba ver aquellas imagenes tan desoladoras bajo un sol radiante y un cielo azul; una llovizna brumosa habria sido mucho mas adecuada. Ahora pasaba un gato atigrado con la panza abotargada, las pequenas garras en la superficie y la cabecita hundida en el agua. Ebin Willoweed lo miro con interes con sus redondos ojos azules y le dio un toque suave con el remo. Pese a la profunda tristeza de sus hijas y sus ruegos por regresar a casa, puso rumbo al rio. Entonces la corriente se embravecio y el impacto de los remolinos contra arboles y postes se hizo audible, asi que no le quedo mas remedio que ceder un remo a una de las ninas para reconducir la barca hacia la seguridad del jardin. Despues de semejante esfuerzo se mostro ya mas dispuesto a volver. Cuando entraron en la casa, la abuela bajo apresurada de su dormitorio para recibirlos. Chapoteaba por el vestibulo inundado, y con su voz grave, mas bien nasal, grito: --Contadmelo todo acerca de la riada. ?Ha destrozado el puente? ?La presa ha aguantado? ?Sabeis si se ha ahogado alguien? Los bombardeaba a preguntas. Con una mano se arremangaba el largo faldon negro; con la otra sostenia la trompetilla larga y curvada. Emma, la nieta mayor, se acerco a la corneta y grito por ella unos instantes. El artilugio se cubrio de vaho, Emma se lo devolvio a su abuela y se limpio los labios con la falda de algodon. La abuela ordeno a voz en grito: --Pero no os marcheis todavia, contadme mas. ?Que ha sido de mis parterres de rosales? El hijo agarro la trompetilla que su madre sacudia freneticamente sobre la cabeza y voceo hacia sus negras profundidades: --Hay animales muertos flotando por todas partes. Tus rosales estan completamente cubiertos, tendras suerte si se salva un ramillete. --?Mollete? ?Que mollete? ?Ya esta la comida? La anciana se abrio paso por el agua hacia el comedor, donde Dennis se entretenia con una flota de barquitos de juguete. --!Hallo, marinero de agua dulce! --saludo su padre. El muchacho no respondio y se acuclillo para deslizar el barco que tenia en las manos. Los colores se le subieron a las orejas--. ?Te gustaria salir conmigo a rescatar alguna oveja? --le pregunto con fingido entusiasmo. --No, gracias, papa. Creo que hoy no me encuentro demasiado bien. Su padre lo miro con una mezcla de fastidio e impaciencia. --!Por Dios! Pero ?es que nunca te apetece hacer nada, blandengue? Bueno, subire a mi habitacion; es el unico sitio donde se puede estar hoy. No habra prensa, supongo. Se marcho del comedor sin dejar de refunfunar y subio las escaleras hacia su guarida en lo mas alto de la casa. --Cualquiera podria encontrarse mal --se dijo el muchacho para sus adentros, y siguio jugando con sus barquitos. Los habia construido el mismo y eran su mayor orgullo. --No le hagas caso a papa --lo animo Hattie--. ?Te has dado cuenta de que esta riada mantendra nuestras lecciones alejadas de su mente durante varios dias, o puede incluso que una semana? Rompio a reir de felicidad y empezo a chapotear por el agua con sus oscuros pies descalzos. La abuela reparo en que no habia indicios de los molletes y en que la estaban salpicando innecesariamente, asi que le propino un capon a Hattie en la lanosa cabeza y espeto: --Para ya, nina. Ve a la cocina a ver que andan tramando ese par de fulanas perezosas. Y Hattie se alejo berreando por el pasillo. En la planta superior, Emma estaba sentada en el alfeizar de la ventana de su dormitorio, que estaba abierta de par en par y se deleitaba al sol mientras se peinaba la melena cobriza como la mermelada de naranja. Cerro los ojos y olvido las aciagas escenas sumergidas de la manana. Un profundo sentimiento de satisfaccion se apodero de ella al sentir el calor del sol y al cepillarse el pelo, sonadora. Despues abrio los ojos, se examino las manos y se pellizco la punta de las unas, esperando que algun dia fueran largas y puntiagudas. <> Mas arriba en su guarida, arrellanado en su desvencijado sillon de cuero, su padre se preguntaba si habria sido demasiado duro con Dennis. <> Encendio la pipa. <> Volvio a encenderla. <>

  • Pasion en Norfolk de Camila Winter

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    Ambos temian padecer ese amor enfermizo que se habia cobrado muchas vidas en el pais y en el continente: un amor atormentado sin esperanzas que arrojaba a sus victimas al suicidio.
    Kenth Derrigham era un joven heredero del condado de Norfolk: guapo, orgulloso y reacio al matrimonio. Victoria Winston, una joven mimada que habia vivido recluida en su mansion de Hampshire hasta ese momento. El destino y los planes casamenteros de la tia del joven los unieron una tarde frente al lago de la mansion Richmond. Un cuento sobre el amor y el miedo a amar en los tiempos del romanticismo.
    Ellos temian padecer “la locura amorosa”, una plaga entre los mas jovenes y la causa de muchos suicidios, pero descubrieron que era demasiado tarde para poder escapar.

  • En mi casa no entra un gato de Elvira Lindo

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    Pedro pertenecia hasta hace poco al grupo de la Resistencia Gatuna, formado por todas aquellas personas que sin pudor decian <>. Hasta que un dia conocio a Mia, una gatita blanca y parda que se instala en su piso y no solo se aduena del espacio, sino que tambien conquista su corazon. Pedro no podia imaginar hasta que punto Mia iba a cambiar su vida. Divertidas, desenfadadas y emotivas, estas memorias gatunas desvelan todos los entresijos del mundo de los gatos. Y mucho mas. Porque, en realidad, ?quien no ha sido primerizo alguna vez?

  • Te deseo para mi (Rosa blanca 6) de Laura A. Lopez

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    Llega la sexta entrega de la serie de romance historico <> de Laura A. Lopez con la historia de Lucy y Dylan.