• libro el arconte de pedro rosillo - Pedro Rosillo

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    "Existe un combate entre el bien y el mal tanto en el cielo como en la tierra. Y el combate del cielo se refleja aqui en la tierra muchas veces y de una forma inusual, en lo oculto. No es una guerra que podamos ver con los ojos del cuerpo y sus batallas se suceden en hechos aislados, oscuros y misteriosos". Asi es el inicio de la novela "El Arconte" que nos comienza a sumergir de lleno en el mundo que hay detras del telon, en la intrahistoria de la historia. Pablo Romero es un chico de doce anos del barrio madrileno de Coslada que por las noches recibe la visita de unos seres misteriosos que le proponen que se suicide, a cambio, le daran el poder absoluto del reino del mal.

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  • EL ARCONTE | PEDRO ROSILLO GARRIDO | Casa del Libro

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    El Arconte es el primer libro de una saga de novelas en donde seguiremos la vida de su protagonista, Pablo Romero, que nos llevará a conocer lo más profundo de ...

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  • El Arconte: Desde la Segunda Guerra Mundial el Reino del Mal

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    No recomiendo este libro no es interesante es poco realista los datos que expresa son en su mayoria imaginacion y muy de fantasia es hasta aburrido de leer.

  • Los violines del angel de Gema Alcala Recuero

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    Siglo XVII. Amadeo y Balbina, dos jovenes de diferente estrato social, viven su amor sin reparar en las diferencias insalvables que los separan. Cuando el padre de Balbina los descubre son desterrados y deben iniciar una nueva vida alejada de las comodidades palaciegas. Buscan refugio en Madrid, donde un barbero les da hospedaje en su casa de la Corredera Baja de San Pablo. Ano 1.965. Antonita y Pili son las unicas chicas de su clase en el primer curso de arquitectura de su universidad. Su vida en medio de una sociedad dominada por hombres no es facil y muy pronto surgen importantes problemas.

  • Chispa y humo de Sofia Navarro

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    Pidete una copa, elige tu asiento preferido y espera a que suene el jazz. En el barrio de Chueca, todos usan mascara, pero solo una mujer se disfraza de arana. Tarantula esta sola, terminando su ultimo cigarrillo antes de volver a casa. Deja de mirarla y de intentar adivinar quien es, que si la juzgas demasiado, acabara por saberlo todo de ti.

  • El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano

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    El libro de los abrazos es una sintesis perfecta del imaginario mas inspirado de su autor. Celebraciones, sucedidos, profecias, cronicas, suenos, memorias y desmemorias, deliciosos y extraordinarios relatos breves en los que hasta las paredes hablan.

  • Fernandez mata a Fernandez de Federico Jeanmaire

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    “Fernandez mata a Fernandez” es el titulo de la noticia que atrapa a un experiodista de policiales. Luego de leerla en la pagina de un diario sospecha que no se trata de un accidente e inicia una investigacion personal que lo lleva hasta el lugar de los hechos. Una anciana que alimenta a las palomas, un portero gay obsesionado con la limpieza de las veredas, un jubilado comunista, el director de un diario manipulador, una jueza corrupta y un periodista retirado corto de entendimiento, todos de apellido Fernandez, son los protagonistas que hacen oir sus voces en esta novela, en la que cada uno defiende su punto de vista como si en ello se les fuera la vida o, mejor, como si verdad y conveniencia constituyeran sinonimos. Federico Jeanmaire despliega una serie de personajes que configuran la particular trama social de la ciudad. Un policial entretenido e inteligente, en donde el lector no puede dejar de reir al tiempo que tampoco puede dejar de reflexionar acerca de aquello de lo que se esta riendo. Una historia de las que solo suceden en la Argentina, en la que los vicios parecen igualar a particulares y poderosos, revelando que, de algun modo, “todos somos Fernandez”.

  • ?Hasta donde estas dispuesta a llegar? de A. R. Cid

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    Si lo que buscas es algo divertido, sensual, y muy adictivo esta es tu novela.

  • Las virgenes suicidas de Jeffrey Eugenides

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    En menos de un ano y medio, cinco hermanas adolescentes hijas de una catolica ferviente que no las dejaba salir con chicos, se suicidaron. Veinte anos despues, varios hombres que fueron sus vecinos intentan desentranar el enigma de esas muertes relacionadas con los misterios de la feminidad y el deseo. Una esplendida primera novela que ha sido llevada al cine con gran exito por Sophia Coppola.

  • El dia que el cielo se caiga de Megan Maxwell

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    Alba y Nacho se conocen desde que eran ninos. La conexion entre ellos es muy especial y aumenta con el paso de los anos, hasta que ella se casa y, obligada por su marido, se distancia de el. Nacho se marcha a Londres. Alli encontrara al amor de su vida, a quien luego perdera a causa de una desconocida enfermedad. Alba, que no sabe lo mal que lo esta pasando su amigo, acude a el tras su fracaso matrimonial. Su reencuentro crea una union irrompible, pero al cabo de poco tiempo ella descubre que Nacho tambien esta enfermo. En su afan por ayudarlo a luchar contra lo que parece inevitable, Alba conocera a Victor. Y lo que en un principio no son mas que encuentros fortuitos, se acaba convirtiendo en un amor incondicional que le permitira superar sus miedos e inseguridades. Esta novela hara que te cuestiones varias cosas: ?por que el destino es capaz de hacernos encontrar a nuestra media naranja en el peor momento de nuestra vida? ?Por que siempre decimos que se mueren los buenos y los malos se quedan aqui para fastidiarnos? Si quieres conocer el desenlace de esta tierna, emotiva y dura historia de amor y amistad, no te pierdas El dia que el cielo se caiga.

  • Las sombras de Julia. Luz y sombra de Karla Ivalisse Perales Herrera

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    Julia habia vuelto a dormitar frente al televisor. Abrio los ojos, presa de la angustia. El corazon le latia al punto en que, creia, iba a salirsele por la boca. Apago el aparato y, luego, sentada, intento reflexionar, mas tranquila, sobre aquella pesadilla que tanto la asustaba en la infancia y que ahora venia a su mente una vez mas. La habia olvidado, como si aquello no hubiera pasado jamas. Se encamino a la cocina con la voz de su madre taladrandole la cabeza. Las horribles palabras seguian muy frescas en la memoria, pese a los anos, retumbando como rugidos de feroces tambores. Bebio una infusion de romero, acompasadamente, rebobinandolo todo como en una videocinta. La sucesion de imagenes comenzaba con una vision borrosa de si misma, a los 5 anos. Podia sentir, sobre su piel, la textura del terciopelo de su vestido carmesi. Sabia que estaba en la casa de sus padres, reconocia los pasillos angostos y los cuadros, con marcos dorados, que resguardaban las fotografias de sus ancestros, colgados en las paredes rojas, decoradas con la escarcha plateada y los focos navidenos que se encendian y se apagaban ritmicamente. Las sensaciones parecian volverse mas reales mientras avanzaba. En el sueno sus piernas no eran lo suficientemente largas como para alcanzar a tocar el suelo. Parecia que unas alas la llevaran de un lugar a otro sin que pudiese resistirse. Al final del pasillo se encontro con una escena familiar: sus primos, sentados todos en circulo sobre la alfombra mientras prestaban atencion al sonido del fuego en la chimenea, al consumirse las brasas. Era el Dia de los Santos Inocentes, que en la tradicion popular se usaba para hacer bromas a la gente, desde las mas ligeras hasta las mas pesadas, llamando a los que caian o creian en ellas "inocentes palomitas", por la facilidad con que se lograba enganarlos, tal como se haria con un nino. En la tradicion judeocristiana el significado era profundo; segun los relatos biblicos, fue en aquella fecha cuando el rey Herodes I, el Grande, dio la orden de acabar con todos los ninos menores de 2 anos nacidos en Belen, luego de la visita de los reyes magos de Oriente, quienes habian anunciado la llegada del Mesias, futuro rey de Israel, con el fin de que este fuera eliminado. Los chicos hablaban en voz baja sobre las travesuras o bromas que harian a las ninas para causar su espanto mientras ellas se entretenian jugando a la comidita, con sus juegos de te, o arrullando a sus munecos para que se durmieran, lideradas por Julia. Los hombres mayores, como hacian siempre, se ocupaban de los asuntos de importancia, conversando sobre economia o politica, y las mujeres se hacian cargo de los sagrados alimentos y del cuidado de los mas pequenos, como de costumbre. La pequena Julia siempre se mantenia expectante del momento en que la puerta de madera se abriera de a poco, causando ese tipico rechinido por lo vieja que era, y de los pasos imponentes de las botas de casquillo de su padre, quien llegaba a casa luego de las faenas laborales. Ella corrio hasta el umbral para recibirlo, como siempre, con los brazos abiertos y un tierno beso en la mejilla. El carino que la nina le profesaba dispersaba el cansancio del padre y en respuesta el le llamaba: "mi pequena munequita", provocando en la madre un poco de recelo porque podia notar que la nina lo preferia a el por encima de ella, quien era mas estricta y rigida en cuestiones de disciplina y limpieza. Si Julia ensuciaba el vestido, por andar trepandose a los arboles, o los zapatos de charol con el lodo, le valia un castigo como quedarse en el jardin a oscuras hasta que el padre llegara y la rescatase. Siempre que el hombre llegaba del trabajo se sentaba en el sofa, tambien de terciopelo rojo como el vestido de Julia, para fumarse un puro y descansar. Despues de un rato, Julia se acercaba a su padre como un cachorrito que busca una caricia muy lentamente y el la sentaba en sus piernas para contarle alguna historia, dispersando sus temores hacia la oscuridad. Asi hacia siempre, como esa tarde en que cayo aguanieve por primera vez en el pueblo. La nina comenzo a arrullar a su muneca favorita, a quien habia nombrado como ella misma, usando un tono armonico y melodioso, de modo que todos los que estaban en la morada, tanto los primos, los hombres en la sala y las mujeres en la cocina, podian escucharle. De un momento a otro, la casa quedo en fatidico silencio, primero violento y luego se torno incomoda incertidumbre. La madre dejo que las demas mujeres terminaran con los bunuelos para ir a ver lo que habia sucedido; encontro los rostros desencajados de hombres y ninos como estatuas de piedra, clavando la mirada en la pequena muneca, fragil y desgarbada, que miraba al vacio, rigidamente sentada en las piernas del padre, quien tenia la apariencia de un gran muneco de trapo. Se acerco para cargar a la nina diciendole que debia dejar que su padre descansara, creyendo que se habia quedado dormido, y pudo sentir que un escalofrio recorria todo su cuerpo. Su esposo tenia los labios y los parpados amoratados; el corazon se le habia detenido como las manecillas de un reloj descompuesto, arrancandole la vida de un suspiro. Julia lanzo un grito estridente entonces, un grito de verdadero terror que retumbo en los oidos de la madre por muchos, muchos anos... Desde ese momento se obsesiono por la fatalidad. No habia vuelto a tener aquel sueno desde que se caso con Rafael de la Garza. El inmenso amor que el le profesaba tuvo el poder de borrar el horror, aunque de vez en cuando alguna noticia desgraciada, evento tragico o accidente, recrudecia el trauma alimentando sus miedos irracionales. Rafael le devolvio la seguridad; su carrera y su exito profesional aseguraban el futuro de ella y del nuevo integrante de la familia que venia en camino. La vida no podria ser mas que perfecta en aquella casa residencial donde vivia entre el ensueno y las fantasias; no obstante, pese a las comodidades que representaba la vida con aquel hombre, sentia que habia una presencia que acechaba constantemente su porvenir. Lo peor que podia pasarle a una mujer que ha encontrado al hombre perfecto es que la madre de ese hombre la odie y la desprecie como si se tratara de una enemiga a vencer. Era muy dificil vivir asi, reconocia Julia, quien recordaba lo mucho que a su suegra le habia costado aparentar alegria por las buenas nuevas. Parecia que dona Elena de la Garza, lamentara el hecho en vez de alegrarse, pues cuando Rafael le anuncio la noticia, sus labios maduros enmarcaron una sonrisa que parecia mas bien una torcida mueca. La llegada de un bebe dificultaba sus planes, pues le obsesionaba la idea de cumplir con la promesa que le habia hecho a su marido en el lecho de muerte, quien no aprobaba a otra mujer para esposa de Rafael que no fuera Lorena Betancourt, amor de la infancia de su hijo; ademas, estaba de por medio aquel asunto de la herencia... La idea de cumplir cabalmente con la voluntad del muerto le obsesionaba porque estaba segura de que, si no cumplia al pie de la letra con sus especificaciones, el espectro de don Rafael no hallaria descanso eterno, y es que estaba segurisima porque se lo habia dicho Romula: que los ruidos de cadena arrastrandose, que alguna vez habia oido en su casa, eran la prueba fehaciente de que el marido no se encontraba muy contento... Julia recordaba bien la discusion que habia tenido con la suegra durante aquella cena en que se anuncio la noticia, una vez que su esposo, Rafael, las dejo a solas en el comedor con el pretexto de ir por las copas con las que se celebraba en las ocasiones especiales; este habia tardado mas de lo debido con intencion de que ambas mujeres pudieran conversar y limar algunas asperezas, pero dona Elena se habia mantenido en una actitud mustia, diciendole a Julia que el estofado que habia preparado tenia mucha sal, haciendola sentir mal, como era su costumbre, con sus comentarios desafortunados que siempre desvalorizaban los esfuerzos de ella. Era importante para Julia llevar una relacion cordial con dona Elena de la Garza, pero esta era una mujer fria, dura y amargada, de pocas pero letales palabras. --?No esta contenta por la llegada de su nieto? --la pregunta de la nuera la tomo por sorpresa. --No entiendo que me quieres decir --se hizo la desentendida, Julia era suspicaz y perceptiva. Notaba que la mujer no se sentia comoda ante su presencia y que la noticia del embarazo parecia no haberle caido muy bien, tal como su estofado. --?Que es lo que pretendes? --pregunto la mujer madura, mirandola con recelo. --No parece muy contenta con la noticia... --insistio. --Deberias andarte con cuidado, querida. Los terrenos en los que ahora andas pueden ser muy escabrosos --advirtio dona Elena mientras se limpiaba la boca con la servilleta, manteniendo las buenas maneras. --?Que quiere decir con eso exactamente? --Tu sabras... te recomiendo que no andes tentando al Demonio porque se te puede aparecer --advirtio la suegra con un sutil sarcasmo. --Ah, ya entiendo... --Mira, Julia, ahorremonos los rodeos. Yo nunca estuve de acuerdo en el matrimonio entre mi hijo y tu --dijo la suegra, finalmente, como si por fin hubiera logrado lanzar un eructo despues de haberse tragado el estofado, el cual le habia caido como bomba. --Por eso es incapaz de alegrarse... --murmuro Julia, acariciandose el vientre. Las palabras de la suegra, que hablaba con frialdad y dureza, le dolian tal como si fueran espinas que le enterrara en el corazon. --Las mujeres como tu --continuo la suegra--, con apariencia de no romper ni un plato ni de matar una mosca son de la peor calana. Te gusta hacerte la buena y santa ante los ojos de mi hijo, pero estoy segura que el nino que esperas no es de Rafael. No, si a mi no me enganas, chulita. A el lo podras hacer pendejo, pero yo conozco muy bien a las de tu clase --senalo con seguridad. "Pinche vieja fantasiosa", penso Julia, riendo para sus adentros. --?Como puede pensar esas cosas? --pregunto incredula--. Tiene usted una imaginacion desbordada. ?No sera que esta celosa? --indago con actitud temeraria. --?Que me quieres decir? --Usted me hace pensar cosas horribles... --admitio Julia. --!Oh, por Dios! La mujer adivino lo que su nuera queria decir entre lineas. Se levanto de la silla en senal de indignacion. En esos momentos queria arruinarle la carita de muneca con sus unas afiladas. No toleraba que quisiera hacerse "la muy digna", pero se contuvo porque estaba embarazada. El regreso oportuno de Rafael reestablecio el ambiente de cordialidad entre ambas, pero Julia habia comprobado lo que intuia desde tiempo atras: su suegra era una mujer con la que debia andarse con cuidado. No necesitaba estar cerca para generar tension; bastaba que se le metiera una idea en la cabeza y usara su poder de manipulacion para que Rafael le diera por su lado, asi sucederia unas semanas despues de aquella cena, convenceria a su hijo de no apoyar la decision de Julia de trabajar despues del nacimiento de Javier, ignorando sus deseos de realizacion profesional.

  • Corazon de Hielo de Angelica Hernandez

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    Habia una vez, cuatro hermanas que vieron que al mundo le hacia falta algo. Antes, segun la leyenda, el mundo se dividia en partes y en cada parte habia una estacion. Las cuatro hermanas vieron que estas estaciones, deberian ser compartidas, que todos merecian saber como se sentian las diferentes estaciones. Asi que la mas pequena, la mas hiperactiva y caprichosa de todas, escogio la primavera. Ella se encargaria de llevar a todas partes los olores y la armonia de dicha estacion. El verano seria la mas alegre, calida y risuena. Y La que fuera capaz de llevar el calor y la vitalidad a todos los lugares. Despues vino el otono, fue aquella hermana que penso que todos debian tener la capacidad de sonar, enmendarse y de mejorar… Ella lo llevo a todos los rincones. Y al final vino el invierno… el invierno era frio, cruel y despiadado. Cerrando los ojos ante el sufrimiento ajeno. Cuando el invierno llegaba, las demas hermanas se ocultaban. Asi sucedio. Asi lo dicta la leyenda.

  • Todas Las Heridas Sanan de P. Franciscana

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    A veces, una herida puede ser algo horrible, algo doloroso, y sin embargo, en mi caso fue la mejor cosa que me pudo haber pasado en la vida. Fue gracias a estar herida que lo conoci.
    Todas las heridas sanan, pero yo esperaba que esta jamas lo hiciera. Que permaneciera abierta, sin importar el dolor que pudiera ocasionarme, siempre y cuando no me separaran de su lado.

  • Una Historia Crepuscular de Stefan Zweig

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    ?Ha sido el viento lo que ha traido de nuevo la lluvia a la ciudad haciendo que nuestra habitacion se oscurezca de pronto? No. La atmosfera esta tranquila y tiene una claridad argentada, como raras veces ocurre en estos dias de verano, pero se ha hecho tarde y no nos hemos dado cuenta. Solo los tragaluces de enfrente sonrien todavia con un debil resplandor y por encima de los tejados el cielo se cubre ya de una bruma dorada. En una hora sera de noche. Una hora maravillosa, pues nada es mas bello que ese color que poco a poco se marchita y se ensombrece, y luego la oscuridad, que brotara del suelo, invadira la estancia, hasta que sus negras olas se replieguen en silencio sobre las paredes y nos arrastren a las tinieblas. Entonces, cuando en este momento nos sentemos uno frente al otro y nos miremos sin hablar, nos parecera que el rostro familiar que entra en las sombras se ha vuelto mas viejo, extrano y lejano, como si nunca lo hubieramos conocido y lo contemplaramos a distancia y a traves de muchos anos. Pero ahora quieres que hablemos, porque en el silencio oyes acongojado como el reloj rompe el tiempo en cien pequenas astillas y la respiracion se vuelve ruidosa como la de un enfermo. Quieres que te cuente algo. Con mucho gusto. Aunque no de mi, pues nuestra vida en estas ciudades inmensas es pobre en acontecimientos o asi nos lo parece, porque todavia no sabemos lo que en realidad nos pertenece. Pero voy a contarte una historia adecuada para esta hora que, a decir verdad, solo ama al silencio, y quisiera que tuviese un poco de esa luz crepuscular, calida, dulce y profusa que se extiende como un velo ante nuestras ventanas. No se cual es el origen de esta historia. Simplemente recuerdo que, desde primera hora de la tarde, he estado aqui sentado mucho rato, leyendo un libro, despues lo he dejado y me he sumido en una especie de ensueno letargico, tal vez incluso en un sueno ligero. De pronto he visto unas figuras que se deslizaban a lo largo de la pared, y podia oir sus voces y penetrar en sus vidas. Pero cuando he querido seguir con la mirada esas formas fugitivas, me he encontrado de nuevo despierto y solo. El libro habia caido a mis pies. Lo he recogido y le he preguntado acerca de las figuras: ya no he encontrado la historia en el, como si hubiera caido de sus paginas a mis manos o como si nunca hubiera estado alli. Quiza la habia sonado o la habia leido en una de aquellas nubes de colores que hoy habian llegado de tierras lejanas a nuestra ciudad transportando la lluvia que durante tanto tiempo nos ha importunado. Quiza la habia oido en una vieja e ingenua cancion que un organillo habia tocado entre melancolicos gemidos bajo mi ventana, o alguien me la habia contado anos atras... No lo se. A menudo me llega este tipo de historias, y me divierte dejar fluir entre mis dedos las cosas que cuentan, sin retenerlas, al igual que uno acaricia espigas y flores de tallo largo sin cogerlas. Solo las sueno a partir de una imagen repentina y coloreada que termina por difuminarse, pero no las retengo. Sin embargo, hoy quieres una historia, y te la voy a contar en esta hora del crepusculo en la que nos invade el deseo de ver algo multicolor agitandose y brillando ante nuestros ojos que los tonos grises entristecen. ?Como empezar? Tengo la sensacion de que debo hacer salir por un momento de las sombras una imagen y una figura, pues asi comienzan tambien en mi esos extranos suenos. Ya me acuerdo. Veo a un esbelto muchacho que desciende por los anchos peldanos de la escalera de un castillo. Es de noche, una noche con solo un palido claro de luna, pero, como si tuviera un poderoso faro, abarco el perfil entero de su cuerpo agil, distingo perfectamente sus rasgos. Son extraordinariamente bellos. Sus cabellos negros peinados a la moda infantil caen sobre su frente un poco demasiado ancha, y las manos, que el extiende hacia delante en la oscuridad para palpar el calor del aire caldeado por el sol, son muy finas y nobles. Su paso vacila. Desciende absorto hacia el gran jardin que murmura con sus numerosos arboles redondeados y entre los cuales reluce como un sendero blanco una unica y amplia avenida. No se cuando sucedio, si ayer o hace cincuenta anos, ni tampoco se donde, pero creo que debio de ser en Inglaterra o en Escocia, pues solo alli conozco castillos de piedra tallada tan altos y grandes que de lejos parecen fortalezas altivas y amenazadoras y que solo para el ojo familiarizado se inclinan sobre sus jardines luminosos y floridos. Si, ahora lo se seguro, esta alla arriba en Escocia, pues solo alli las noches de verano son tan luminosas que el cielo tiene el brillo lacteo del opalo y los campos nunca estan oscuros, todo parece tenuemente iluminado desde el interior y solo las sombras, semejantes a gigantescos pajaros negros, caen sobre esas capas de luz. Es Escocia, oh si, ahora lo se con seguridad y, si me esforzara, encontraria el nombre de aquel castillo condal y tambien el del muchacho, pues ahora la oscura corteza de mi sueno se desprende rapidamente y lo percibo todo con tanta claridad como si no fuera un recuerdo, sino una vivencia. Durante el verano, el muchacho se aloja en casa de su hermana casada y, siguiendo la afable costumbre de las familias inglesas distinguidas, no es el unico invitado; la cena reune a todo un grupo de cazadores y sus mujeres, asi como a algunas muchachas: personas bien parecidas y de categoria cuya juventud e hilaridad, sin ser ruidosas, juegan con el eco de los viejos muros. De dia los caballos galopan por doquier, acompanados de una jauria de perros; al otro lado, en el rio, centellean dos o tres barcas: una actividad sosegada confiere al dia un agradable ritmo rapido. Terminada la cena, se levanta la sobremesa. Los caballeros han ido al salon, fuman y juegan; hasta medianoche las ventanas proyectan en el parque conos de luz blanca y vibrante en los bordes, a veces tambien una risa franca y jovial. La mayoria de las damas se ha retirado a las habitaciones, tal vez dos o tres conversan todavia en el vestibulo. Asi que el muchacho esta solo. No tiene permiso para ir con los hombres, o solo por unos instantes, y se siente cohibido en presencia de las damas, porque a menudo, cuando abre la puerta, ellas bajan la voz, y comprende que hablan de cosas que el no debe oir. Por otra parte, no le gusta su compania, pues le interrogan como a un nino y no prestan demasiada atencion a sus respuestas; simplemente lo utilizan para mil pequenos favores y luego le dan las gracias como a un chico bueno y obediente. Asi que ha decidido irse a la cama y ya ha subido la escalera de caracol; pero la habitacion esta demasiado caldeada, con una atmosfera cargada y sofocante. Se han olvidado de cerrar las ventanas de dia y el sol ha campado por sus respetos: ha abrasado la mesa y la cama, se ha encarnizado con las paredes y los rincones, y las cortinas despiden todavia su halito ardiente e irritado. Y, despues de todo, es demasiado pronto, y fuera la noche estival resplandece como una vela blanca, tan tranquila, tan en calma, tan deliciosamente en calma. De modo que el muchacho baja de nuevo la gran escalinata del castillo hasta el jardin, sobre cuyo oscuro contorno circular el cielo derrama su luz mortecina como un nimbo y adonde lo atrae el aroma tremulo de mil flores invisibles. Tiene una extrana sensacion. En la confusion de sentimientos propia de sus quince anos, no sabe explicarlo, pero sus labios tiemblan como si tuviera que hablar a la noche, levantar las manos o cerrar los ojos mucho rato, como si hubiera algo misterioso y familiar entre el y aquella encalmada noche de verano que pide una palabra o un gesto de cortesia. El muchacho sale poco a poco de la amplia y despejada avenida para adentrarse en uno de los estrechos senderos laterales, donde los arboles parecen abrazarse en lo alto con sus copas iluminadas por destellos argentados, mientras que abajo impera la oscuridad prenada de noche. Todo esta absolutamente tranquilo. El paseante, perdido en una dulce y vaga melancolia, solo percibe el indescriptible ruido del silencio en el jardin, el vibrante zumbido como de una lluvia fina que cae en la hierba o de susurrantes briznas frotandose ligeramente unas a otras. A veces roza con un arbol o se detiene para escuchar ese ruido fugitivo: el sombrero le cae sobre la frente y se lo quita para sentir sobre sus sienes desnudas, donde golpea la sangre, la mano del viento aletargado. Y entonces, de golpe, a medida que se adentra en la oscuridad, ocurre algo inaudito. La grava cruje levemente detras de el. Cuando se vuelve, asustado, ve el brillo como de fuego fatuo de una gran figura blanca que avanza hacia el, ya esta cerca y siente con un escalofrio el abrazo fuerte, aunque sin violencia, de una mujer. Un cuerpo calido y suave se estrecha febrilmente contra el suyo, una mano le acaricia rapida y temblorosa el pelo y le inclina la cabeza hacia atras: tambaleante, el siente en la boca un fruto abierto, desconocido, unos labios estremecidos que sorben los suyos. Tan cerca esta este rostro del suyo que el no puede verle los rasgos. Y no se atreve a mirarlos, porque un doloroso escalofrio recorre su cuerpo y le obliga a cerrar los ojos y abandonarse sin resistencia como botin a esos labios ardientes; vacilante, inseguro como una pregunta, sus brazos acogen entonces a la desconocida figura y, ebrio de repente, estrecha el cuerpo extrano contra si. Sus manos se deslizan avidas a lo largo de las delicadas formas, se detienen y se retiran temblorosas, luego se vuelven mas febriles y atrevidas. Cada vez mas apremiante e inclinada, la feliz carga descansa ahora todo su peso sobre el complaciente pecho del muchacho. De alguna manera se siente engullido, arrastrado por este abrazo jadeante, y se le doblan las rodillas. No piensa en nada, no se pregunta por que aquella mujer ha acudido a el ni como se llama, se limita a sorber hasta embriagarse de la voluptuosidad de sus labios desconocidos, humedos y perfumados, sin voluntad, sin comprender lo que le impulsa a ese apasionamiento inaudito. Le parece como si de repente hubieran caido estrellas, tan intenso es el centelleo delante de sus ojos, y todo lo que toca chispea y quema. Y no sabe cuanto tiempo transcurre, si horas, tan blandas son las cadenas que lo atan, o si segundos: siente que todo se inflama y es arrastrado en el arrebato de una lucha voluptuosa, en un torbellino maravillosamente vertiginoso. Y bruscamente, de golpe, la ardiente cadena se rompe. De repente, casi con ira, el abrazo libera su pecho apresado; la figura desconocida se incorpora, una cinta de luz blanca se desliza veloz a lo largo de los arboles, ha desaparecido antes de que el pueda levantar las manos para retenerla. ?Quien habra sido? ?Y cuanto tiempo habra durado? Angustiado, aturdido, se levanta apoyandose en un arbol. Poco a poco el frio raciocinio vuelve a su cerebro calenturiento: le parece de repente que su vida ha avanzado mil horas. ?Acaso todos sus suenos confusos acerca de las mujeres y la pasion se han vuelto de pronto realidad? ?O todo ha sido un sueno en definitiva? Se palpa, se toca el pelo. Si, sus sienes palpitantes estan humedas, humedas y frescas del rocio de la hierba sobre la que se han revolcado. Ante sus ojos se repite la escena con la velocidad del rayo, siente de nuevo el ardor de los labios, aspira el perfume de voluptuosidad, extrano y penetrante, que desprendia la ropa de la mujer, y trata de recordar cada una de sus palabras. Pero no le viene ninguna a la memoria. Y entonces, subitamente, recuerda alarmado que ella no ha dicho nada, ni siquiera lo ha llamado por su nombre, que de ella no conoce sino los suspiros que rebosaban de su pecho como una amenaza, los sollozos de placer convulsivamente ahogados, el perfume de su pelo enmaranado, la calida presion de sus pechos, el esmalte pulido de su piel; sabe que su cuerpo, su respiracion, todos sus sentimientos le han pertenecido y, sin embargo, no sospecha quien es la mujer que lo ha sorprendido con su amor en la noche. Sabe que solo puede balbucear un nombre para designar su sorpresa, su felicidad. Y ahora esta experiencia fugaz e inaudita que acaba de vivir con una mujer le parece pobre, banal y completamente baladi al lado del fulgurante misterio de los ojos cautivadores que lo acechaban desde la oscuridad. ?Quien era esa mujer? Al vuelo estudia todas las posibilidades, pasa revista mentalmente a todas las mujeres que viven en el castillo; evoca todos los momentos singulares y todas las conversaciones que ha mantenido con ellas, las sonrisas de cinco o seis de ellas, las unicas que podrian estar envueltas en este enigma. ?Quiza la joven condesa E., que suele tratar con aspereza a su marido ya mayor, o la joven esposa de su tio, que tiene ojos de una dulzura extrana y, sin embargo, tan irisados, o bien--se estremecio al recordarla--una de las tres hermanas, primas suyas, que tanto se parecen en su porte altivo, orgulloso y estirado? No, porque todas ellas son personas frias y discretas. En los ultimos anos a menudo se habia considerado un desheredado, un enfermo, desde que secretos ardores agitaban su espiritu y se mezclaban flameantes en sus suenos. !Como habia envidiado a todos los que eran o parecian tan serenos, tan equilibrados y desprovistos de cualquier deseo! El habia tenido miedo de su pasion naciente como de una enfermedad. ?Y ahora...? Pero ?quien, cual de ellas era capaz de semejante engano? Poco a poco esta pregunta obsesiva disipa la embriaguez que enturbia sus sentidos. Se ha hecho tarde, las luces del comedor se han apagado, solo el esta despierto en el castillo, el... y quiza aquella otra. La desconocida. La fatiga empieza a hacer mella en el. ?Para que seguir dandole vueltas? Seguro que manana una mirada, una llama entre los parpados, un apreton de manos a hurtadillas, se lo revelara todo. Sube entre suenos las escaleras, tal como las habia bajado, pero ahora sus suenos son infinitamente diferentes. Tiene la sangre todavia un poco agitada, y la habitacion caldeada ahora le parece mas clara y fresca. Cuando al dia siguiente se despierta, los caballos ya piafan y escarban en el patio, oye pronunciar su nombre en medio de risas. Se levanta de un salto--ha pasado la hora del desayuno --, se viste con una rapidez febril y se precipita abajo, donde los demas lo reciben con alborozo. <>, le espeta la condesa E. riendo, y la risa brilla en sus ojos claros. El escruta su rostro con ansiosa curiosidad; no, no puede ser ella, su risa es demasiado despreocupada. <>, se burla la joven, pero a el su cuerpo delicado le parece demasiado delgado. La pregunta del muchacho vuela de un rostro a otro, pero en ninguno descubre el reflejo de una sonrisa. Da comienzo la excursion a caballo por el campo. El escucha todas las voces, con la mirada espia cada linea del cuerpo de las mujeres, las ondulaciones del pelo que el ritmo del trote les impone, observa los movimientos de sus espaldas al doblarse y el modo como levantan los brazos. Durante el almuerzo se inclina sobre ellas para percibir el perfume de sus labios o la tibieza de sus cabellos, pero nada, nada le proporciona el menor indicio, una fugaz pista que su imaginacion inflamada pueda seguir. El dia se alarga inacabable hasta el atardecer. Ahora que quiere leer un libro, las lineas saltan fuera de los margenes y lo conducen hasta el jardin, y vuelve a ser de noche, una noche extrana, y se siente de nuevo rodeado por los brazos de la desconocida. Deja caer el libro de sus manos temblorosas, quiere ir al estanque y, de repente, asustado, se encuentra en el camino de grava, en el mismo lugar. Durante la cena sus manos estan nerviosas, palpan sin descanso a diestro y siniestro, como perseguidas, sus ojos se esconden timidos bajo los parpados. Por fin, oh, por fin, cuando los demas retiran sus sillas, el se siente feliz, sale corriendo de la sala y se adentra en el parque, cien veces, mil, camina arriba y abajo de la blanca avenida, que bajo sus pies parece centellear como una niebla lactea. ?Estan ya encendidas las luces del salon? Si, por fin llamean, y por fin brillan tambien algunas ventanas del primer piso. Las damas se han retirado. Si ella va a venir, ya no puede tardar mas de unos minutos, pero cada minuto se hincha de rubea impaciencia hasta estallar. Y continua arriba y abajo con pasos convulsos, como tirado por hilos invisibles. Y entonces, de repente, la figura blanca se desliza escaleras abajo, rapida, demasiado rapida para poderla reconocer. Parece un rayo de luna o un velo perdido flotando entre los arboles que un viento impetuoso empuja hacia el, y ahora, ahora, esta en sus brazos, que se estrechan como garras avidas alrededor del cuerpo indomito, ardiente y palpitante, acalorado por la carrera. Como ayer, de nuevo es un unico instante en el que la calida oleada se rompe de improviso contra su pecho, con tanta fuerza que el cree desfallecer por el dulce golpe, y su unico deseo es dejarse llevar, arrastrado a un sombrio abismo de placer. Pero luego su embriaguez se extingue de golpe, y el reprime su ardor. !No, no se perdera en esta maravillosa voluptuosidad, no se abandonara a estos labios voraginosos antes de saber el nombre de este cuerpo que se aprieta tan estrechamente contra el que es como si un corazon extrano latiera fuerte en su propio pecho! Echa hacia atras la cabeza ante sus besos para verle la cara: pero caen unas sombras y, en la luz incierta, se confunden con los cabellos oscuros de la mujer. El follaje de los arboles es demasiado espeso y demasiado palido el claro de luna velado por las nubes. Solo ve los ojos de ella, que brillan fosforescentes como rubies encastados en marmol blanco. Entonces el quiere oir una palabra, solo una astilla arrancada a su voz:

  • ?Aun quieres saber que me hace reir? de M.c. Sark

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    ?Alguna vez os ha venido a la memoria un primer beso? ?La sonrisa de ese joven al que conocisteis una noche y no volvisteis a saber de el? ?Pensais con frecuencia en lo que pudo haber sido y no fue?
    Malditos recuerdos. Unas veces vuelven para endulzarte la vida, otras para amargarte la existencia.

  • Dulce desvelo 2 de Megan Marsell

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    Tanto Beth como Maddox tienen un pasado oscuro y traumatico, un pasado marcado que les causa horribles pesadillas, obligandolos a permanecer despiertos.
    Cuando Maddox y Beth se conocen, establecen una conexion que los unira cada vez mas en las largas horas de desvelo.

  • Kiss Me 3, Inmune a ti de Elle Kennedy

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    Seis mensajes me esperan cuando reviso mi telefono movil a la salida del gimnasio del campus la noche del viernes. Son todos de Sean, mi ex desde anoche. Y aunque su progresion emocional, de suplica a cabreo, no me pasa desapercibida, no puedo evitar fijarme en sus errores gramaticales. Merezco mas de esto. <>, en vez de <>. Y dudo que el culpable sea el autocorrector, porque Sean no es precisamente el mas listo de la clase. Bueno, eso no es del todo cierto. Es superinteligente para algunas cosas. Como por ejemplo... para el beisbol. En serio, podria recitar las estadisticas al reves, incluso las que se remontan a los anos sesenta. Pero todo lo que tenga que ver con los libros no es su fuerte. Ser un NOVIO MARAVILLOSO tampoco entra dentro de su lista de fortalezas, por lo menos, no en los ultimos dias. Nunca he querido ser una de esas chicas que corta y vuelve con el mismo chico una y otra vez. De verdad pensaba que yo era mas fuerte, pero Sean McCall me tiene atrapada desde mi primer ano en la Universidad Briar. Me conquisto con su look pijin y su sonrisa de nino pequeno. Esa bonita sonrisa, torcida, con sus hoyuelos... y llena de promesas. Miro mi telefono de nuevo y mi desconfianza crece como la yedra del edificio que tengo a mi espalda. !Argh! ?De que quiere hablar? Anoche ya nos dijimos todo lo que nos teniamos que decir. Cuando le asegure que habiamos terminado, antes de salir corriendo de su casa en la fraternidad, iba muy en serio. Hemos terminado de verdad. Esta es nuestra cuarta ruptura en tres anos. No puedo seguir haciendome esto a mi misma, no puedo seguir en este circulo retorcido de alegria y dolor, sobre todo cuando la persona con la que se supone que deberia estar construyendo un futuro esta decidida a lastrarme. Aun asi, me duele el corazon. Es dificil dejar marchar a alguien que ha sido una parte muy importante de tu vida durante tanto tiempo. Y es aun mas dificil cuando esa persona se niega rotundamente a dejarte marchar. Suspirando, bajo corriendo las escaleras y me dirijo al sendero empedrado que atraviesa serpenteando el campus. Por lo general, me tomo mi tiempo en admirar el paisaje: los magnificos edificios antiguos, los bancos de hierro forjado, los inmensos arboles. Pero esta noche solo quiero correr hasta mi residencia, taparme con el edredon hasta la cabeza y aislarme del mundo. Por suerte puedo hacerlo, porque mi companera de cuarto, Hannah, esta fuera este fin de semana, lo que significa que no podra darme lecciones sobre los peligros emocionales que tiene revolcarme en mi propia miseria. Aunque anoche no me dio ninguna leccion. No, en vez de eso, asumio la responsabilidad de mejor amiga y lo hizo fenomenal. Despues de salir de la casa de Sean, Hannah me esperaba en nuestra sala comun con un bote de helado, una caja de Kleenex y dos botellas de vino tinto, y se quedo despierta hasta la madrugada pasandome panuelos de papel y escuchando mi incoherente balbuceo. Las rupturas son una MIERDA. Siento que he fracasado totalmente. No, mejor dicho, me siento como una desertora. El ultimo consejo que mi madre me dio antes de morir fue que nunca me diese por vencida en el amor. En realidad, ya me habia inculcado eso mucho antes de ponerse enferma. No conozco todos los detalles, pero no era ningun secreto en casa que el matrimonio de mis padres estuvo a punto de desmoronarse mas de una vez durante los dieciocho anos que estuvieron juntos. Pero se esforzaron en seguir adelante. Trabajaron duro por la relacion. Cada vez que pienso en que ayer deje a Sean, se me revuelve el estomago. Tal vez deberia haber luchado mas por nosotros. A ver, yo se que el me quiere... Si te quisiera, no te habria dado un ultimatum. Has hecho lo que habia que hacer, me asegura una voz ronca. Mi garganta se contrae cuando reconozco la voz en mi cabeza. Pertenece a mi padre, que resulta ser mi mayor defensor y admirador. A sus ojos, nada de lo que hago es malo. Es una lastima que Sean no sea capaz de verme a traves de esa lente. Mi telefono vibra cuando estoy a cinco minutos de la Residencia Bristol, donde comparto una suite de dos dormitorios con Hannah. Mierda. Otro mensaje de Sean. Y doble mierda porque dice: Siento mucho habert insultado, amor. No lo decia en serio. Estaba enfadado. Significas todo xa mi. Espero q lo sepas. Un segundo mensaje aparece en la pantalla: Voy a tu habita despues de clase. Asi podremos hablar. Me detengo en seco, una sacudida de panico sube por mi espina dorsal. No tengo miedo de Sean, al menos no en el sentido fisico. Se que el nunca me pondria la mano encima o me montaria un pollo de los gordos. Pero me da miedo su capacidad de persuadirme con palabras bonitas. Es superbueno en eso. Todo lo que tiene que hacer es llamarme <> y sacar a relucir su adorable sonrisa, y estoy perdida. La ira, el miedo y el cabreo lidian una batalla para captar mi atencion mientras releo sus mensajes. Es un farol. No va a venir sin ser invitado, ?verdad? Joder, joder, joder. Con dedos temblorosos, busco el numero de Hannah. Dos tonos mas tarde, la voz tranquilizadora de mi mejor amiga resuena en la linea. --!Hola! ?Que tal? ?Estas bien? Puedo oir a alguien charlando en el fondo. Una voz femenina: Grace Ivers, la novia de Logan. Eso significa que Hannah y su novio, Garrett, ya han salido para pasar el fin de semana en Boston. Me invito a ir con ellos, pero lo rechace porque no me apetecia ir de sujetavelas por partida doble. ?Dos parejas enamoradas con locura y yo? No, gracias. Ahora desearia haber aceptado la invitacion porque me quedo sola este fin de semana y resulta que Sean quiere <>. --Sean va a venir a casa esta noche --suelto. Hannah grune. --?Que? !NO! ?Por que le has dicho que te parece bien que...? --!Yo no le he dicho nada! Ni siquiera me ha preguntado si me parecia bien. Solo me ha enviado un mensaje diciendo que se pasa luego. --Pero ?que cono dice? --suena tan indignada como yo me siento. --Muy fuerte, ?verdad? --Mi panico se desborda--. No puedo verle, Han. Todavia estoy demasiado sensible por la ruptura. Si se acerca a mi, podria terminar volviendo con el. --Allie... --?Crees que si apago todas las luces y cierro la puerta pensara que no estoy en casa y se ira? --?Conociendo a Sean? Se quedara esperando en la puerta toda la noche -- contesta Hannah--. ?Sabes que? No deberia haber aceptado ir al partido de los Bruins. Deberia estar en casa contigo. Espera, le digo a Garrett que de la vuelta... --Ni de cona --interrumpo--. NO vas a cancelar el viaje por mi. Esta es tu ultima oportunidad de hacer algo divertido juntos. El novio de Hannah es el capitan del equipo de hockey de Briar, lo que significa que su calendario de entrenamientos y partidos estara hasta arriba ahora que la temporada ha comenzado. Y eso quiere decir que Hannah no le podra ver mucho. Me niego a ser la persona que arruina un fin de semana de libertad para ellos. --Solo quiero consejo. --Trago saliva--. Asi que, por favor, dime que puedo hacer. ?Le pregunto a Tracy a ver si me puedo quedar en su habitacion? --No, es mejor que no estes en la resi si Sean va a estar vagando por los pasillos. Tal vez Megan... No, espera, su nuevo novio ha venido de visita este fin de semana. Probablemente querran estar solos. --Hannah parece reflexionar--. ?Y Stella? --Ella y Justin acaban de irse a vivir juntos. Justo la semana pasada. No creo que les apetezca una invitada de ultima hora. --Espera un segundo. --Hay otra larga pausa. Oigo la voz apagada de Garrett, pero no puedo entender lo que esta diciendo. Vuelvo a oir a Hannah--. Garrett dice que te puedes quedar en su casa este finde. Dean y Tucker estaran alli, asi que si Sean se entera de donde estas y se pasa por alli, le mandaran a la acera de una patada. --El murmullo de voces llena el fondo de nuevo--. Puedes dormir en el cuarto de Garrett --anade. La indecision me sacude a fogonazos. A ver, todo esto es ridiculo. No puedo creer que este pensando en permitirle a Sean que me eche de mi propia residencia... Pero mi mente se inunda con imagenes de el aporreando mi puerta. O peor aun, de el imitando a John Cusack en la peli Un gran amor fuera de mi ventana con unos altavoces. Uf, ?y si pone la cancion de Peter Gabriel? ODIO esa cancion. --?Seguro que les parece bien a todos? --pregunto. --Si. Totalmente bien. Logan esta escribiendo a Dean y a Tucker en este momento para informarles. Puedes ir en cualquier momento. Una oleada de alivio me inunda junto con una punzada de culpabilidad. --?Me pones en manos libres? Quiero hablar con Garrett. --Por supuesto. Un segundo. Un instante despues, la voz profunda de Garrett Graham aparece en la linea. --Las sabanas limpias estan en el armario de la ropa y es posible que quieras llevar tu propia almohada. Wellsy piensa que las mias son demasiado blandas. --Es que SON demasiado blandas --protesta Hannah--. Es como dormir en una nube de azucar. --Es como dormir sobre NUBES esponjosas --corrige Garrett--. Creeme, Allie, mis almohadas son lo mas. Pero aun asi, llevate la tuya, por si acaso. Me rio.

  • Miss Manias, tus secretos de Olivia Kiss

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    Tricia esta harta de los reportajes poco serios que le mandan hacer en la cadena de television donde trabaja: desde ir vestida de animadora hasta terminar cubierta de tarta en las fiestas locales. Quiere sentirse valorada y comunicar noticias importantes. O al menos en eso piensa cuando conoce a Dexter en un bar, tras uno de los ultimos encargos de su jefa. Claro que, en ese momento, todavia no sabe que Dexter no es un hombre mas, sino el futuro protagonista de todos los informativos del pais.
    Cuando sale a la luz que la empresa dirigida por Dexter esta metida en un buen lio a causa de un desvio de fondos, a Tricia le ofrecen al fin la oportunidad que tanto estaba esperando: cubrir la noticia. El problema es que Dexter es irresistible y no parece en absoluto culpable y. a ella cada vez le gusta mas. Pero dejarse llevar por la tentacion es una locura cuando todo su trabajo esta en juego. Y aun mas importante, ?puede confiar en Dexter?
    <>.

  • Principe y Felino (Lover Tygrain Al de Kelly Dreams

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  • Poseidon (Elohim 1) de Mariah Evans

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    Una ciudad que cayo en el olvido. Una ciudad que, en nuestros dias, vuelve a nuestra memoria. Asi empieza todo, con una ciudad perdida durante milenios que ansia ser descubierta de nuevo, con sus luces y sombras.
    Laureano Molina es un reputado historiador e investigador de antiguas civilizaciones, cuyo descubrimiento podria cambiar la concepcion sobre los origenes de la humanidad. A su muerte, su legado queda incompleto por decision propia y sera su nieta Lucia Molina, una joven licenciada en Cultura Clasica, la que asumira voluntariamente la tarea de descubrir que es lo que su abuelo con tanto esmero se encargo de ocultar y por que motivo lo hizo.
    Gael, un joven informatico, es una de las ultimas personas que colaboro con Laureano, con el cual mantenia no solo una relacion profesional, sino una confianza absoluta.
    La tenacidad de Lucia obligara a Gael a ayudarla en su mision, si bien el guarda sus propios secretos. A la vez, debera protegerla frente a fuerzas inimaginables que escapan a la compresion del ser humano y que podrian traer de vuelta un mal ancestral.
    Juntos iniciaran la busqueda de la verdad visitando lugares tan emblematicos como Egipto y recordando emplazamientos donde Laureano habia viajado con Lucia, tales como Israel, Malta y muchos otros.
    Todo esta conectado. Ellos siempre han estado aqui, protegiendonos, aunque la humanidad no haya sido consciente de ello.

  • Te vere esta noche de Susana Rodriguez Lezaun

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    Una desaparicion. Una persecucion. En la guerra todos pierden.

  • El mundo que Jones creo de Philip K. Dick

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    Precognicion, un mundo gobernado por el relativismo y medusas alienigenas gigantes. El mundo que Jones creo es un clasico de Philip K. Dick que toma reflexiones filosoficas profundas y les infunde una accion trepidante.

  • El arte de romperlo todo de Monica Vazquez

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    El arte de romperlo todo es el estreno literario de @ElectricNana, seudonimo de Monica Vazquez, una novela descarada, caotica, atrevida y profundamente libre.

  • La Escala De Los Mapas de Belen Gopegui

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    La escala de los mapas es la historia del miedo a ser amado y su metafora, y una reflexion sobre la diferencia entre las cosas que ocurren en el espacio y aquellas que suceden en el tiempo.

  • Justicia criolla. El crimen del extranjero de Nacho Solorzano

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    Ni treinta anos de servicio en la Policia ayudaron al comisario Edgar Augusto Duarte Pereira a reprimir el espasmo de nausea ante la escena repugnante que quedo al descubierto cuando levanto la sabana blanca que disimulaba un bulto de forma alargada. La victima, de sexo femenino, yacia sobre una mancha negra que contrastaba con el arenoso suelo de tono mas claro de la orilla del rio, ligeramente oscurecido por la lluvia que habia caido durante toda la tarde, la misma que habia dado lugar a una noche apacible y llena de estrellas que desentonaba con el horror de la escena. La desnudez de la muchacha, la postura indecente y las heridas y hematomas en areas del cuerpo normalmente privadas atestiguaban que su agresor habia cometido un crimen vergonzoso, empeorado por la garganta rebanada de oreja a oreja, seguramente para acallar sus gritos. El lado derecho de la cara, que parecia dormir apaciblemente, contrastaba con el lado izquierdo, horriblemente hinchado y amoratado, a tal punto que el ojo se distinguia apenas como una rayita bordeada de finos vellos. Tenia la boca cubierta de sangre que habia brotado copiosamente de la nariz, a su vez doblada en un angulo humanamente imposible, claramente rota por un impacto con algun objeto contundente. A pesar de todos los vejamenes, el cadaver parecia delatar el cuerpo de una joven mujer; sin embargo, los gritos desgarradores de la madre --<>--, que llegaban desde detras de los arbustos que ocultaban la escena, mostraban que se trataba todavia de una nina. Asi lamentaba dona Celia la impensable perdida de su hija mayor, Marta, de dieciseis anos. Los vecinos hacian esfuerzos por contenerla mientras que los policias antimotines, que habian llegado al lugar para contener la ira y la indignacion popular, no quitaban los ojos de la muchedumbre. De pie, cortando la carretera, a unos doscientos metros de la escena del crimen, cubiertos con chalecos antibalas y cascos blindados, y armados con macanas de madera y escudos de plastico, estaban listos para atacar, y matar de ser necesario, a aquellos conciudadanos suyos, a los que el deber les exigia proteger. Enfrente tenian una muralla de habitantes del pueblo, armados con escopetas, armas de mano, palos y piedras, dispuestos a no dejarse pasar por encima. La tension entre ambos bandos se sentia en el aire, pesada, como una tormenta a punto de estallar. Policias y pobladores estaban concentrados sobre la carretera que corria paralela al rio, y que atravesaba la aldea, a unos quinientos metros de la entrada de la misma. Ya dentro del pueblo, se transformaba en calle principal y sobre ella, a unos cien metros de la subestacion de Policia, que todavia ardia luego de que los pobladores le prendieran fuego durante los disturbios de la tarde y que nadie se apresuraba a apagar, una segunda barrera de antimotines se encontraba frente a un grupo menor de habitantes. Los cadaveres de los dos policias vapuleados por la turba enardecida y los de los tres bochincheros que los agentes habian logrado abatir antes de ser ellos mismos asesinados yacian frente a la subestacion. Al lado de los agentes, una mancha de sangre y dos trazas largas proveniente de ella mostraban que alguien habia sido arrastrado en direccion a los policias. El herido, cuyo rescate habia sido el punto de partida de los disturbios, iba ya en camino al hospital de la cabecera del departamento en una ambulancia. A unos cincuenta metros calle arriba de la subestacion ardian los restos de un carro incendiado por la turba en su furia. Aquel herido rescatado por los policias era el hombre que la poblacion creia responsable del crimen. La turba lo habia linchado y lo habian dejado, dandolo por muerto, junto a los policias que lo custodiaban cuando habian sido obligados a retroceder por el contingente de antimotines completamente equipados que se habia abalanzado sobre ellos. Para sorpresa de los oficiales, a pesar de las graves heridas, el presunto asesino estaba todavia con vida, aunque inconsciente, y habian logrado sacarlo del pueblo para transferirlo a la ambulancia. Mientras tanto, al otro lado del pueblo, el comisario intentaba hacer sus constataciones o, mas bien, pretendia memorizar lo mejor posible la escena del crimen, pues los pobladores no habian permitido que llevara ni siquiera un lapiz y una libreta para tomar notas, ni pensar en una camara. El cadaver se encontraba a no mas de diez metros de la carretera, oculto por una hilera de espesos matorrales que crecian a lo largo de la via ocultando el rio de la vista de los pasantes. La barrera vegetal se detenia a unos tres o cuatro metros del agua, donde comenzaba una leve pendiente que marcaba el borde del rio cuando este estaba lleno. Era en esta especie de playa, cubierta de una fina mezcla de tierra y arena de color normalmente beis, pero que se oscurecia al estar mojada, donde el cadaver habia sido descubierto por los pobladores luego de haber constatado la desaparicion de la muchacha. El policia se agacho para ver mejor la escena del crimen mientras se ponia un par de guantes de latex. Miro sobre su hombro y saco un hisopo, cuya cabeza de algodon estaba cubierta con un pequeno tubo de plastico que se cerraba en un extremo para proteger las muestras asi tomadas. Abrio el tapon hermetico y empujo la barita dejando al descubierto la cabeza. Lo acerco a la intimidad de la muchacha para recoger una muestra, pero el clic de un arma que se amartillaba detras de el lo hizo detenerse en seco. --Chonte morboso. Ver y no tocar fue el trato en que quedamos, ?no? El comisario, que se habia detenido en seco en la maniobra, ni siquiera se digno en volver a ver al muchacho que le apuntaba con el arma. Mas que asustado estaba indignado, y no por que le apuntaran con un arma por la espalda, sino porque lo trataban de <>, el termino despectivo usado en la region para referirse a los policias. --Necesito muestras para que las analice el laboratorio. Ustedes dijeron que querian que metieramos en la carcel al que hizo esto, entonces dejenme trabajar. --La mama se opone a que le pongas una mano encima a su hija y, si ella lo hace, nosotros tambien. De todas formas, el hijueputa que hizo eso ya se quedo tieso. Asi que... --el comisario sintio el acero del arma en el cuello--. Ver y no tocar. Duarte suspiro porque a pesar de no estar en lo mas minimo impresionado con el tono amenazante de aquel muchacho, que seguramente no tenia ni idea de a quien se dirigia, sabia muy bien reconocer una partida perdida cuando veia una, en especial al encontrarse del lado equivocado de un arma de fuego en manos de un inexperto. A su interlocutor no le faltaba razon: una de las condiciones para que los enardecidos pobladores le dejaran entrar a ver el cadaver era que no llevara nada y otra era, efectivamente, <>. En lugar de poner el hisopo en el cuerpo de la muchacha, lo metio en la arena al lado del cadaver, lo saco, lo cerro y se lo metio de nuevo al bolsillo. --Podria ser mi hija --dijo el comisario mas para si mismo que para continuar la conversacion con el pistolero. En efecto, desde que habia levantado la sabana una imagen perturbadora se habia fijado en su mente: la cara de su hija de quince anos en aquel cuerpo martirizado. Sintio el arma despegarse de su cuello. --Podria haber sido mi hermana --replico la joven voz detras de el en un tono comprensivo. El comisario escucho el ruido del martillo que volvia a su lugar. --?Y estan seguros de que fue ese hombre el que le hizo eso? --Aqui todos nos conocemos y el es el unico que no es de aqui que andaba en el pueblo. No puedo creer que tus cuates se lo hayan llevado vivo, pero del hospital no sale ese hijueputa. Visto como lo dejamos. --Pues, si fue el, que bien que le hayan quebrado el culo. Yo lo que tengo que hacer aqui es asegurarme de que... --un ruido de pasos le indico que se habia quedado hablando solo-- las pruebas confirmen que fue el para que no los vengan a chingar a ustedes luego --pronuncio las ultimas palabras en un susurro, para si mismo. Durante toda la conversacion no habia logrado apartar la vista del cuerpo de la muchacha, en la que no dejaba de ver la cara de su hija. Tal era el clima en el cual el comisario Duarte Pereira debia conducir su indagacion. El era el unico investigador de la Policia Nacional al que la poblacion de Arretenango habia permitido llegar hasta la escena del crimen. La autorizacion habia llegado despues de casi seis horas de negociaciones conducidas por un representante de la Procuraduria de los Derechos Humanos llegado desde la capital por helicoptero. Varias flores habian sido depositadas sobre la mancha de sangre en la que el cuerpo yacia y algunas veladoras habian sido habian sido encendidas por parientes y amigos de la victima, lo cual mostraba que la escena del crimen habia sido tan violada como la pobre muchacha y que lo que se podia encontrar en los alrededores no solo podia venir del asesino, sino tambien de aquellas bienintencionadas personas o incluso de los chuchos que vagaban por alli. Un tufo a amoniaco, que se mezclaba con el olor a sangre y el hedor a descomposicion que comenzaba a emanar del cuerpo, delataba que hasta algun gato errante habia dejado ya su contribucion. --Una investigacion tecnica e imparcial --se repitio el comisario, en un susurro, la instruccion que le habia dado el representante de la Procuraduria, al tiempo que negaba con la cabeza--. Se me hace que nos la vamos a tener que echar como en los tiempos de la contrainsurgencia. La reflexion se referia a aquellos anos, los de la epoca mas dura de la guerra civil, cuando la forma de <> era elegir al culpable, plantar las pruebas y luego presentarlas en un simulacro de juicio, que no era mas que un intercambio interminable de expedientes entre funcionarios judiciales que, a veces intimidados pero la mayor parte del tiempo corruptos, terminaban por fallar en favor de la autoridad acusadora o de quien quiera que fuera que hubiera dado la mordida mas grande. La presuncion de inocencia habia sido en aquellos tiempos una utopia, ya que la funcion de los mal llamados jueces era simplemente justificar los abusos innombrables que en nombre de la lucha contrainsurgente cometian las fuerzas del orden, convertidas en el aparato opresor del Estado. No era raro en aquellos tiempos que los pobres miserables que tenian la desgracia de cruzarse en el camino de la temida maquinaria judicial fueran presentados como criminales degenerados en lugar de politicos, sindicalistas o simples ciudadanos perseguidos, a veces por sus ideologias y otras por el simple hecho de haber cruzado una mirada con la persona equivocada. A pesar de las evidentes dificultades, la <> era una de las condiciones que habian sido acordadas entre el representante de la Procuraduria de los Derechos Humanos y los lideres de la muchedumbre para detener los disturbios generados por la colera de los vecinos, que habia empeorado luego del rescate del pobre infeliz acusado del crimen, lo que habia frustrado sus intenciones de quemarlo en la calle principal del pueblo. La furia colectiva se habia enardecido aun mas al darse cuenta de que los policias no habian rescatado un cadaver, sino un herido de gravedad que habia sido puesto en una ambulancia en direccion al hospital de Chepiltenango, cabecera del departamento donde se encontraba Arretenango.

  • Un escoces en la oscuridad (Escandalos y Canallas 2) de Sarah Maclean

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    La senorita Lillian Hargrove ha vivido casi toda su vida sola, en una jaula dorada, anhelando amor y compania. Cuando un famoso artista la tienta con hermosas promesas y le ruega que pose para un escandaloso retrato, Lily no vacila., hasta que ese mentiroso canalla la deja en evidencia. Cuando el cuadro se hace publico, a Lily no le queda mas remedio que recurrir al unico hombre que puede salvarla de la ruina.

  • Vihara. Anhelos del alma de C. M. Fournier

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    Viraha: Descubrir el amor por medio de la renuncia de uno mismo y la separacion consciente.
    Mia, una joven apasionada de los comics, historias y dibujos tipo "manga", se considera a si misma como una super fan de estas historias. El destino -aparte de colocarla en una grave encrucijada ya que en ella le va la vida y su tiempo para poder disfrutarla-, la cruza con Auchi, que tiene que elegir entre la vida o la muerte.
    La vida, mas alla de la vida, les lleva a unirse a traves de los tiempos. El choque entre una civilizacion en guerra muy antigua de origen japones y nuestra actual cultura occidental de pleno siglo XXI representan para Auchi no solo algo excepcional, dentro de lo singular de su existencia al tratarse de un usurpador de cuerpos, sino que le coloca frente a su gran decision final: seguir viviendo eternamente o vivir el gran amor de su vida.
    Mia no solo es su amiga y su fiel companera, sino que vive tambien, a su vez, su propia encrucijada de vivir mas tiempo o renunciar a el por su gran amor: Auchi.

  • Agatha Christie de Maria Romero

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    “Aprendi que no se puede dar marcha atras, que la esencia de la vida es ir hacia delante. La vida, en realidad, es una calle de sentido unico”, escribio Agatha Christie sobre ella. Nacida cuando la emancipacion de la mujer aun parecia lejana, la escritora inglesa fue un espiritu libre. Hecha a si misma, movida por su tenacidad y con una curiosidad sin limites, con las convenciones sociales para vivir experiencias solo reservadas a los hombres. Vivencias -algunas extraordinarias, pero tambien las dolorosas- que se convertirian en el motor de su obra y la llevarian a ser la escritora mas exitosa de todos los tiempos.

  • 23 de octubre de R. Freire

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    Laura es feliz: es joven y hermosa, esta a punto de firmar su primer contrato para una importante campana publicitaria y la vida le sonrie. Sin embargo, todo cambia en unos segundos. Un inesperado y absurdo accidente la aleja de todo aquello por lo que habia luchado y hace que descubra recodos dentro de si misma que jamas habia sospechado que existieran. Ahora tendra que empezar de cero, porque el mundo ha resultado ser un lugar mucho mas complicado de lo que ella pensaba.
    "Me siento como si tuviera que hacer borron y cuenta nueva, como si todo lo conseguido durante mis primeros veintidos anos de vida no sirviera para nada y tuviera que aprender a vivir de nuevo."
    "No puedo pasar por alto el hecho innegable de que, desde que llegue aqui, Javier ha desaparecido por completo de mis pensamientos y, en su lugar, se ha instalado una chica ni muy guapa ni muy fea que tiene un gusto horrible para vestir y que lleva unas enormes gafas de pasta."
    "Tengo que llegar al fondo porque no soporto ser un segundo plato, y no lo soporto porque quiza, solo quiza, una parte de mi empieza a preguntarse si esta aventura podria llegar a ser algo mas profundo de lo que me gustaria admitir."
    "Nuestro primer beso es suave y furtivo, apenas ha durado dos segundos. Separandose, mi amiga me mira atentamente. Nuestros ojos se cruzan, dan permiso, invitan a investigar mas este dulce caramelo que apenas hemos saboreado."
    "Es como si Sandra tuviera la llave, la clave secreta que da acceso directo a mi interior. Sin que pueda comprender lo que sucede, de pronto la noto en todas partes a la vez, en mi boca, en mi sexo... en mi mente."
    "Aqui, en este apartado lugar del mundo, no existen mis cicatrices ni el 23 de octubre. Aqui no puede pasarnos nada malo."

  • Quarabel 3 de Gabriel Nieto

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    Tercera y ultima parte de la trilogia Quarabel
    *Episodio final de una historia alucinante que en su ultima parte desborda todavia mas fantasia, mas suspense y muchas mas emociones.
    *La vida de Pablo da un giro inesperado, mientras la novela nos lleva de sorpresa en sorpresa, otra vez a un ritmo frenetico, compaginando el nuevo orden en Quarabel y la vida en un planeta Tierra sometido por el tirano.
    *Nuevos descubrimientos, reencuentros, enigmas desvelados y un secreto oculto que le hara ver a nuestro protagonista la vida desde una perspectiva que nunca antes imagino.
    *Una historia que supera incluso a las dos anteriores.

  • Amos y mazmorras II de Lena Valenti

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    .Cleo Connelly siempre quiso ser como su hermana Leslie. Por eso, cuando decidio trabajar para la Ley, Cleo la siguio y se esforzo siempre por llegar a su nivel. Pero solo Leslie fue aceptada en el FBI, mientras que Cleo tuvo que conformarse con patrullar su ciudad natal: Nueva Orleans.

  • Amor por destino 2 de Sophie Saint Rose

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    Jenny bajo de su ranchera y dio un portazo. Gimio cuando la manilla cayo al suelo y resignada se agacho para recogerla. --Estupendo --siseo intentando colocarla de nuevo, pero al parecer esa vez no habia suerte y algo se habia salido de su sitio. La tiro a traves de la ventanilla abierta y suspirando se paso el dorso de la mano por la frente apartando un mechon rubio platino. Hacia un calor espantoso--. Mierda de dia. --A traves de las ventanillas sus ojos azules vieron el rostro de Bob Bentley en la acera y se le corto el aliento agachandose de golpe. Gimio al ver sus zapatillas desgastadas. Estaba hecha una pena, asi que agachada fue hasta el final de la camioneta intentando que no la viera. Su risa le llamo la atencion y se incorporo poco a poco para ver como hablaba con una morena guapisima que reconocio enseguida porque habia ido con ella al instituto. Gruno porque Alison Reidy era muy simpatica y agradable. Ademas su padre era el dueno del concesionario y tenia dinero. Seria una buena novia para Bob, que era el hermano del dueno del rancho mas grande del condado. Desde alli vio como le guinaba un ojo antes de alejarse y como ella se le quedaba mirando antes de suspirar. Estaba loca por el y no era para menos porque no solo era guapo, era un buen hombre y siempre estaba dispuesto a echar una mano. Muchos le llamaban oso porque era enorme. Media uno noventa y gracias a su trabajo con el ganado tenia buenos musculos. Mas de uno se habia arrepentido de meterse con los Bentley despues de enfrentarse a Bob o a su hermano Marc. Eran los duenos de la zona y hasta que su hermano se habia casado hacia unos meses con su mejor amiga, eran los solteros mas cotizados por cualquier femina a cien kilometros a la redonda. Suspiro recordando sus ojos grises y su sonrisa socarrona cuando alguien carraspeo tras ella sobresaltandola. Se volvio de golpe para ver ante ella a su mejor amiga acariciando su voluminoso vientre de siete meses. Megan divertida levanto sus cejas pelirrojas sin quitarle sus preciosos ojos verdes de encima. --?Que haces? --Oh... Nada. --Se incorporo. --Es que le he hecho otro rayon a la camioneta. Su amiga vio su machacado vehiculo que tenia rayones por todos lados e incluso un abollon en la defensa. --Si quieres... --Ni se te ocurra decirlo, Megan. Ya has hecho bastante. --Puedo hacer mucho mas y lo sabes. --?Como esta Marc? --pregunto para que cambiara de tema. --Esta bien. Algo nervioso con la llegada de nuestro primer retono. Ya no me deja salir de casa sola por si tengo un frenazo y mi barriga choca contra el volante. Me ha traido Bob. --Sonrio maliciosa. --?Le has visto? --?Yo? No --dijo haciendose la tonta--. Bueno, me voy a comprar que necesito... -- Penso rapidamente. --Compresas. --Creo que he llegado en mal momento a esta conversacion. --Jenny gimio por lo bajo y se volvio para encontrarse a Bob tras ella con una sonrisa en el rostro. --Hola, Jenny... Su voz la estremecio de arriba abajo y sonrojada susurro --Hola, Bob. El se aparto el sombrero texano de la frente mostrando el principio de su cabello negro. -- ?Que tal? ?Como van las cosas por el rancho? --Muy bien, desde que Megan se encarga van muy bien, gracias. --Yo no me encargo. Solo te he prestado a cinco de mis chicos. Jenny chasqueo la lengua. --Miente como una bellaca. Esta todo el dia diciendome lo que tengo que hacer. Su amiga jadeo mientras Bob sonreia aun mas. --?Y que tal tu padre? Hablar de el la avergonzaba un poco. --Mucho mejor, gracias. Si todo va bien en un mes podra venir los fines de semana. --Eso es estupendo --dijo Megan alegrandose por ella. --Me han llamado esta manana, por eso no te lo habia dicho. --Sonrio mirando a su amiga. --Y se que te alegras. Gracias. --Mucho, me alegro mucho por ti. Jenny sonrio mirando de reojo a Bob y se hizo un silencio que le resulto muy incomodo. -- Bueno, debo irme. Tengo algo de prisa. --?Por que no vienes a cenar esta noche al rancho? --pregunto su amiga tan amable como siempre para que no se sintiera sola en su casa--. Asi te ensenare lo que me ha comprado Alice. Esta como loca con el nacimiento de su primera biznieta. --Oh, me encantaria, pero esta noche no puedo. Te llamo, ?vale? --dijo antes de salir casi corriendo. Megan confundida la vio alejarse. --Que raro. ?Que puede tener que hacer? --Desde que regreso de la universidad para cuidar a su padre esta muy rara. Y conmigo ni te cuento. Como si fuera tonta miro a su cunado interrogante. --?Y eso por que? --No tengo ni idea --dijo molesto--. Pero es verme y parece que le ha comido la lengua el gato. Debo caerle mal o algo. Ni idea --dijo como si le importara poco. La miro de arriba abajo--. ?No has comprado nada? --Esta en la camioneta. --Megan, como Marc se entere de que has cargado pesos, me rompe las piernas. --Por eso no se lo vas a contar. Sobre Jenny... --Bah, igual son imaginaciones mias. Cuando su padre se emborrachaba todos los dias se volvio rara con todo el mundo. ?Nos vamos? Tengo mil cosas que hacer en el rancho. Preocupada camino a su lado hasta su camioneta negra y su cunado le abrio la puerta como todo un caballero. --No es rara. Paso un mal momento --dijo subiendose y poniendose comoda. Bob chasqueo la lengua cerrando la puerta. Cuando se sento a su lado y arranco el motor ella pregunto --?Por que piensas que es rara? --Mira, antes de irse a Nueva York no es que la conociera mucho, era una cria. La veia contigo de vez en cuando y nunca fue de hablar demasiado, ?pero despues de que muriera su madre y tuviera que regresar de la universidad por el alcoholismo de su padre...? Ya no abria la boca. Y no es lo que opino yo. Mucha gente piensa que es algo rara. Megan jadeo llevandose la mano al pecho. --No puede ser. Pero si es un amor. Intento cuidar al senor Parker y abandono una carrera que le apasionaba... --Pues sera un amor contigo y con su padre, pero con los demas es hosca y muy seca. --?De veras? --La ultima vez que hable con ella fue poco despues de tu boda. Una manana me la encontre en el banco. Coincidi tras ella en la cola. Intente ser amable, pero solo me respondia con monosilabos y estuvimos alli media hora. Me miraba como si quisiera salir corriendo y te juro que hubo momentos en que me senti como un pesado de primera. Megan no salia de su asombro. --Marc dice que se avergonzaba por la situacion que estaba pasando. Se quedaron en la ruina y encima su padre no dejaba de beber... Para ella que era tan buena estudiante y que sonaba con ser el medico del pueblo, tuvo que ser un shock con todo lo que habia trabajado. Siempre odio el rancho. --Miro la carretera. --Me gustaria poder ayudarla mas. --Si no hubiera sido por ti lo hubieran perdido todo. Tu pagaste sus deudas y le prestas a tus vaqueros para que la ayuden en el rancho. Has hecho muchisimo mas que nadie. --Es lo que hacen los amigos. Bob la miro de reojo. --Pues solo a ti te considera su amiga. Asi que supongo que dio gracias a Dios porque regresaras con tu gente. --?Por que dices eso? --pregunto extranada. --Venga Megan, ?no te has dado cuenta? No tiene mas amigos que tu en la ciudad. No se relaciona con nadie. Cuando murio su madre muchos quisieron ayudarla al ser conscientes de su situacion y la situacion de su padre. Les rechazo a todos. Y debo decir que algunos de muy malas maneras. --No me lo puedo creer. Jenny siempre es muy agradable. --Marc y yo fuimos a verla un dia que tuvo que sacar a su padre del calabozo por una bronca en un bar. Tu marido le ofrecio nuestra ayuda, incluso con el rancho a pesar de que en ese momento teniamos muchisimo trabajo. ?Y que le dijo ella? Que se arreglaba muy bien sola y que no necesitaba la ayuda de los Bentley. Casi nos echa del rancho a patadas. Megan se sonrojo. --Eso debio ser porque yo me habia enfadado con Marc. Siempre ha sido una amiga fiel y eso que necesitaba vuestra ayuda. --Bob gruno entrando en el rancho y ella vio que estaba molesto. --Ahora todo mejorara. El rancho empezara a dar dinero de nuevo y cuando su padre se encargue del trabajo otra vez, podra volver a estudiar. De eso me encargo yo, vaya que si --dijo tozuda--. Con lo lista que es, no puede llevar el rancho.

  • Burbujas de Gema Samaro

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    Orosia aparece una noche en la casa de Carmen con una botella de champan, para que se la entregue a su nieto Santiago convencida de que, aunque el sea raro y ella no lo soporte, las burbujas haran el resto. Carmen no solo detesta a ese tio, alias Santinfierno, un amigo de la infancia al que hace un tiempo que no ve, sino que esa misma noche descubre que Orosia es una abuela fantasma que puede complicarle demasiado la existencia. Y esta en lo cierto, pues a partir de ese momento Orosia no parara de sabotear la apacible vida de Carmen, apareciendo una y otra vez en los momentos mas inoportunos para recordarle que como su nieto no hay nadie mas. Y se pone tan pesada que a Carmen no le queda mas remedio que idear un plan para que Santinfierno sea feliz de una vez por todas, y por supuesto: sin ella. O eso cree. Porque a veces piensas que quieres una cosa, pero realmente necesitas la que menos imaginas. Y es que la vida se parece demasiado a las burbujas de champan, siempre impredecibles, que suben y que bajan, que vienen y que van...

  • Conversacion de Gonzalo Hidalgo Bayal

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    Un joven licenciado es contratado como profesor particular de griego por un ama de casa abnegada y docil; unos viajeros se pierden en el bosque cuando buscan la casa y las tierras que han heredado de un pariente lejano; dos companeros de colegio mantienen a lo largo de su vida una rivalidad sin limites; el heredero de una empresa familiar se entrega a la filosofia presocratica; un hombre anonimo de rutinas imperturbables despierta la sospecha y la imaginacion de quien lo espia en secreto. Asi son las historias que encierra este libro de Gonzalo Hidalgo Bayal: vidas y experiencias extranamente seductoras en la voz de sus protagonistas o en la version de los sucesivos testigos del relato. Porque, como se dice en sus paginas, <>.

  • El Hombre Perfecto de Marta Escudero

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    Carlos es el hombre perfecto. Mi hombre perfecto. Fuerte. Trabajador. Prohibido. Trabajaba para mi padre. Como mecanico. Me saca diez anos. Y vivia al lado. Le he visto mirandome por la ventana. Mientras me cambio de ropa. Y me sonrio cuando me di cuenta. No tiene verguenza. Podria perderlo todo. Pero esta dispuesto a ello. Por mi. Me resultaba imposible no ceder. Asi que lo hice. Y entonces me enamore de el. Perdidamente. Ya no era solo una universitaria. Era su chica. Y el era el mejor hombre que podia desear. Fuerte. Trabajador. Prohibido. Y con gran corazon, pese a ser un sinverguenza.

  • Rey de los Diamantes de Aidee Jaimes

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    Nadie me domina. No las supermodelos con las que me he acostado, ni las mujeres ricas cuyos cuellos he vestido con diamantes.

  • Cuando vengas a buscarme de Antonio Reyes

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    Ismael llega al hospital en el ultimo momento para despedirse de su hermana. La estampa es desoladora, con unos padres destrozados por el inminente adios de su hija. Las palabras de Paula a su hermano parecen no tener sentido para el: “Buscame, Israel, buscame”.
    Un ano despues de su muerte cree haber descubierto lo que su hermana quiso decirle en aquella fria cama de hospital. Decidido a hallar su verdadero significado, se embarca en un viaje para encontrar a la persona que posee el legado que Paula dejo.
    En un pueblo del sur de Espana, encontrara un grupo de personas que intenta cerrar sus propios circulos personales. Una mujer con un turbio pasado conyugal y que buscar sacar adelante su pequena familia de dos junto a su hija, un viejo vasco que escapo del recuerdo de su esposa fallecida y un sacerdote con dudas de fe y acosado por los arrebatos de una joven.
    ?Hasta donde serias capaz de llegar para mantener vivo el recuerdo de un ser querido?
    Una historia de personas que buscan a personas y de otras que ni siquiera saben que desean ser encontradas.

  • El oscuro camino hacia la misericordia de Wiley Cash

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    Una historia de sangre, venganza, amor y expiacion. Una vibrante y cautivadora road novel a medio camino entre Matar a un ruisenor y las paginas mas negras de Cormac McCarthy. Wade Quillby es un perdedor, un tipo sin blanca y sin futuro que abandono a sus dos hijas unos anos atras. Wade es ademas un forajido, un ladron implicado en el robo a mano armada de un furgon blindado que transportaba mas de catorce millones de dolares. Sin embargo, la noche en que irrumpe en la casa de acogida donde viven las pequenas y huye con ellas a traves de las infinitas carreteras de Carolina del Norte, solo es un hombre desesperado que no pretende mas que recuperar el tiempo perdido y tener una nueva oportunidad como padre. Pero Wade sabe bien que nunca en su vida ha logrado escapar a sus errores. Y tanto el tutor legal de las ninas como un erratico personaje que lleva anos fraguando su venganza y quiere verlo muerto a toda costa, son tambien conscientes de ello. Por eso no esperan que Wade pueda ganar la carrera a un pasado que siempre parece sacarle demasiada ventaja…

  • El espejismo de Dios de Richard Dawkins

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    Desde su posicion de declarado ateismo, Dawkins disecciona en este libro la irracionalidad de la creencia en Dios y el dano que la religion, desde sus numerosas perspectivas, ha causado en la sociedad a traves de los siglos. Mediante un exhaustivo analisis de todos los argumentos que sustentan la religion, demuestra la improbabilidad de la existencia de un ser supremo y ofrece las multiples ventajas que, segun su criterio, ofrece el ateismo para el individuo y la sociedad.

  • Morderas el polvo de Roberto Osa Lopez

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    Agueda ronda la treintena, esta embarazada de ocho meses y vive sola en un piso amueblado con cajas de carton. En su cara hace anos que falta el ojo izquierdo. Tiene un novio casi perfecto y un padre al que no ve hace muchos anos. Su vida es bastante monotona: trabaja de noche, duerme poco, habla menos y contiene su rabia como puede. Pero la rutina va a estallar por una llamada telefonica. La mujer decide, y asi lo proclama desde la primera frase de la novela, que va a matar a su padre. No esperara a dar a luz ni piensa pedir ayuda, lo va a hacer sola y lo va a hacer ya.

  • Confesiones de una mujer (eLit 5) de Jen Safrey

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    En la universidad, Cassidy Maxwell lo habia tenido todo: inteligencia, belleza y la atencion de todos los hombres del campus, incluyendo la del profesor del que se habia enamorado. Ahora vivia en Inglaterra y era la mano derecha del embajador de Estados Unidos. Pero, ?por que habia desaparecido al final del ultimo curso?

  • Fuego de Judit Da Silva

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    Clea Freeman siempre habia sido la mas alocada y despreocupada de las hermanas Freeman. Le importaba poco o nada lo que la gente pudiera decir o pensar de ella. Por eso, cuando se le presento la oportunidad, ?como iba a negarse a la posibilidad de viajar a solas con Jack Mardling, el gran amor de su adolescencia? Incluso aunque ello significara ganarse la ira de su hermana mayor.
    Por su parte, Jack Mardling llevaba anos deseando dibujar a la joven Clea Freeman. Algo en ella siempre habia despertado su deseo de plasmarla sobre un lienzo. Y, cuando ella por fin habia cedido, parecio que su mundo se volvia mas brillante. Sin embargo, no estaba preparado para todo lo que significaria viajar y pintar a aquella joven y alocada mujer.

  • Los ninos de la estrella amarilla, Mario Escobar de Mario Escobar

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    Jacob y Moises Stein viven con su tia Judit en Paris hasta que en agosto de 1942 se desata la gran redada contra los judios extranjeros. Sus padres, una conocidos dramaturgos alemanes se han escondido en la Francia Libre, pero antes de que su tia logre enviarles al sur, los gendarmes los detienen y los llevan al Velodromo de Invierno, donde mas de 4 mil ninos, 5 mil mujeres y 3 mil hombres tuvieron que subsistir sin comida ni agua durante cinco dias. Jacob y Moises logran huir antes de ser enviados en trenes hasta el campo Drancy. Cuando acuden a su casa en Paris su tia ha desaparecido. Deciden viajar en solitario a Valence para buscar a sus padres, pero el camino no sera nada seguro ni facil.

  • Coffee Sugar. Un lugar para empezar de Ariadna Baker

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    La vida de Valeria transcurre de lo mas tranquila, dedicada en cuerpo y alma a regentar la pasteleria que acaba de inaugurar junto con su novio, Edu. De la noche a la manana, el toma de la decision de marcharse con otra mujer, dejando a la joven con el corazon roto y al frente del pago de numerosas deudas.

  • Lo que somos de Veronica A. Fleitas Solich

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    Paris siempre ha sido el destino preferido de Antonia. Sin embargo, en esta ocasion, la ciudad de las luces la sorprende haciendose complice de su marido en una demanda de divorcio poco ortodoxa.

  • Los relatos de Fata Morgana de Jonathan Littell

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    Abajo del todo se alzan las dos torres. Destacan sobre un cielo gris, delicado, de luz contenida. Unos arboles ocultan parte de la segunda, la que esta quemada de abajo hacia arriba. Se yerguen silenciosas como centinelas, indiferentes a lo que sucede a sus pies. El viento agita las hojas de los arboles. Estelas de nubes cruzan perezosamente el cielo. Es un domingo de verano. Al rato el sol pasa por el balcon y calienta el rostro y las piernas. Asi que durante unas horas toca refugiarse en el interior oscuro y fresco del apartamento. Enfrente, hacia la izquierda, al bies sobre la colina, estan las pequenas manchas blancas de las tumbas, un reguero disperso entre las casas. Por encima del cementerio se alza una bonita vivienda, un gran edificio del siglo XIX con alas imponentes y columnas de un lado al otro de la puerta principal. Puede que ese fuese el acceso al cementerio. Es dificil saberlo, porque alli arriba no se puede llegar. Por la noche, cerca de esa casa, hay una luz que es un agujero de fuego en la oscuridad. Quien la ha puesto ahi, tampoco se sabe. Hay gente que debe de saberlo, pero yo a esa gente no la conozco. Una vez visite una casa no muy lejos de ese cementerio. Tambien era domingo, hacia el mediodia. B. me habia llevado para entregarle un paquete a la gente que vivia en ella. Nos quedamos en la terraza una media hora, bebiendo cerveza con el padre mientras la hija, en el jardin, cortaba rosas para B. Estabamos sentados un poco apartados, porque el extremo de la terraza quedaba expuesto. La ciudad se extendia a nuestros pies, con las dos torres de frente por una vez, bajo un cielo azul de verano que viraba a blanco. En el lado de la Residencia del general cayeron algunos obuses. El padre me dijo que no estabamos mas que a ciento cincuenta metros del cementerio; esa informacion me parecio sorprendente. Ayer, prosiguio, una mujer fue asesinada por un obus justo debajo de esta casa. La vispera habia sido en efecto un dia muy malo, mataron a muchas personas. Pero ese domingo yo todavia no sabia hasta que punto el dia anterior habia sido malo. Fue un fin de semana tan hermoso. El sabado, cuando atacaron por primera vez la Residencia del general, yo estaba almorzando en una taberna. Delante de mi mesa reboto una esquirla de obus con un pequeno tintineo, corri a recogerla; volvi a entrar en el cafe riendo, pasandome la esquirla aun ardiente de una mano a la otra, como cuando sacas del horno una patata asada. Mas tarde, ya de cara a la noche, fui a casa de unos amigos a tomar un coctel. Bebiamos en el jardin mientras por encima de nosotros bramaban los cohetes. Varios de mis amigos se asustaron y se acurrucaron al pie de los rosales. Fue muy divertido, nos reimos mucho. A la manana siguiente, otro obus exploto en el jardin de al lado, a unos cincuenta metros de donde habiamos estado bebiendo. Asi que ese domingo, despues de la cerveza cerca del cementerio, me fui con B. a recoger a nuestro amigo A. para ir a almorzar a un restaurante precioso, un poco aislado, con una terraza cerrada solo en parte en la que podias estar al aire libre sin violar demasiado las prohibiciones de la policia. Comimos lentamente durante toda la tarde, chuletas de cordero con una ensalada de cebolla, y nos bebimos una botella de vino tinto. Despues, B. y yo compartimos un puro, estaba demasiado seco pero igual fue un gran placer. Luego compramos pasteles y fuimos a beber alcohol a mi balcon, frente al cementerio, con las dos torres a nuestros pies. No fue hasta el dia siguiente, al leer los periodicos, cuando nos dimos cuenta de lo malo que habia sido el fin de semana. Pero el verano ya llevaba asi seis semanas, y todo apuntaba a que iba a seguir igual. La ciudad estaba completamente cerrada desde finales de mayo. De hecho, todavia quedaba una carretera para entrar y salir, pero era peligrosa. Habia a quien esa sensacion de encierro le ponia de los nervios, pero a mi me alegraba. Me encantaba la idea de estar aqui atrapado para el resto del verano, con el calor y la luz, perseguido a un lado y al otro de la ciudad por los silbidos agudos de los obuses y el ruido obsceno de sus detonaciones. Eso me hacia sentir enormemente vulnerable y me ligaba como un suplicio a esa otra cosa de la que no deberia hablar. Esa otra cosa, me resulta imposible hablar de ella pero tambien me resulta imposible no hablar de ella. Me devastaba el corazon y consumia mis noches: por la manana, al despertarme, colmaba mi cuerpo y lo retorcia de felicidad. Luego me levantaba, me vestia, me dirigia a mi despacho y reanudaba mi trabajo con una atencion y un estado tan febril que, por un tiempo, la dejaba de lado. Pero a veces los bombardeos eran demasiado fatigosos, imposible trabajar, y entonces, entre el miedo y esa cosa, me invadia una enorme pereza que volvia inutil cualquier esfuerzo. Entonces quedaba el balcon, el sol, los libros, el alcohol y los puritos que tanto me costaba procurarme, y a veces tambien el telefono, horas y horas de telefono, un medio odioso y falso pero que en ausencia de su rostro y de su cuerpo alimentaba mi angustia y mi futilidad. Y aqui estoy, hablando de ello, cuando no deberia hacerlo. Deberia hablar de otra cosa. Hacer descripciones, como al principio de este relato, describir el purito palido que me fumo en este momento, el mechero de estano barnizado que tengo delante, un poco rayado por las monedas que llevaba en el bolsillo, el cielo que vira a gris. A modo de proteccion de posibles fragmentos de vidrio, las ventanas de mi despacho estan cubiertas por unas laminas autoadhesivas de plastico translucido; a traves de esas laminas, punteadas por burbujas de aire, todo se ve turbio. Es una lastima, pero por otro lado, delante de mi despacho no hay nada que ver, solo otro edificio gris, sucio, con muy pocas ventanas intactas y estrias de impactos que atraviesan su fachada. Ah, aqui vuelve el sol, a iluminar graciosamente esa horrible fachada. No hay discusion, el sol demuestra una inmensa bondad por las pobres cosas de este mundo. Un poco mas arriba, en este mismo cuaderno en el que ahora tomo notas, hace unas semanas escribi una o dos frases sobre la luz del sol en el cuello de B. Tambien, como por azar, fue un domingo (aunque en realidad no se deba al azar, sino a que trabajo para justificar mi presencia aqui, y a estas historias no les quedan mas que los domingos). Fue uno de los momentos mas aterradores y dolorosos en que me he visto inmerso en los ultimos anos. ?Que me impidio besarla, en ese momento? Todo mi cuerpo y todo mi pensamiento, tan debiles, no tendian mas que a una sola cosa, posar mis labios sobre ese cuello resplandeciente de luz y blancura. Que horror. No me movi, me quede apoyado en la barandilla, luego nos fuimos. Podria echarle la culpa a mi natural timidez, pero algo me dice que eso seria falso, una patetica escapatoria. Mas bien me parece que aquello fue miedo, lo cual no es lo mismo. Bajo esa luz pavorosa, tan cerca de su piel, me quede descolocado, crucificado de miedo y deseo, y ni siquiera llame Elohim, Elohim, estuvimos charlando, luego nos fuimos, le cogi una flor, otra para la tumba de mi deseo, y la lleve a su casa. En verdad no deberia hablar de estas cosas. El verano continua, esta lejos de terminar. No habria que hablar de eso sino despues, mucho tiempo despues. Lo mejor seria no hablar de eso nunca, morir en silencio y que asi desapareciese, esas dislocaciones y esas luces de las que al final veremos que esta hecha la vida, si es que no lo vemos ya, y si es que alguna vez podemos decir de una vida que esta hecha, pero si no logramos callarnos, por lo menos que sea mas tarde, y que haya sido debidamente digerida antes de regurgitarla. El verano ni siquiera ha terminado, las sirenas acaban de ponerse a sonar, habria que aprender a hacerse crecer una piel antes de jugar a despellejarse con navajas de tan pobre calidad. Tanta impaciencia me desconsuela.

  • En la frontera del tiempo de Lina Galan

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    El caballero, sobre su caballo blanco y al frente de sus leales soldados, por fin siente que el hogar esta cerca. Los bosques de pinos o las suaves montanas daban fe de ello, dejando atras las vastas llanuras. Rodearon la aldea y su muralla y, sobre la elevacion mas alta, aparecio la gran fortaleza rodeada por la mas robusta muralla, como una madre que abre los brazos para proteger a sus hijos. Cruzaron el foso sobre el puente levadizo para entrar en el patio de armas, donde escuderos y pajes se apresuraron a atender a sus exhaustos y polvorientos senores y a sus igualmente fatigadas monturas. El senor de Montsolis, tras bajar de su caballo, alzo la mirada hacia las almenas, como siempre que volvia a casa. Pero, como siempre, nunca encontraba a nadie esperandole. Siempre que regresaba de alguna de las revueltas sarracenas o, como en esta ocasion, de una reunion en Las Cortes, imaginaba, fugazmente, que su dama le esperaba impaciente en alguna de las almenas o sobre el adarve de la muralla. Incluso en ese mismo instante le parecia estar divisando una oscura silueta femenina recortada sobre el rosado cielo del ocaso, con sus ropas y sus cabellos ondulando al viento. Sacudio la cabeza para salir de su ensonacion y volver a la realidad. Se quito el yelmo y se dejo ayudar por Nuno, su escudero, ofreciendole sus armas para su limpieza. Todavia con la cota de malla, aunque sacandose el mismo el almofar y la crespina por la cabeza, subio las escaleras de la torre del homenaje para encaminarse a sus estancias privadas. Primero, como tenia por costumbre, saludaria a su esposa, aunque ya sabia de antemano que ella apenas le devolveria el saludo. Ni siquiera le miraria a los ojos. En realidad, penso, no sabia de que color eran esos ojos que siempre miraban hacia el suelo. Ademas, apostaria su vida a que se encontraria flanqueada por sus inseparables guardianas, sus propias hermanas, que, como hermanas mayores del senor y en su calidad de viudas de sendos senores ciertamente notables, se encargaban de la organizacion domestica. Algo que a la propia senora del castillo parecia agradarle sobremanera, ya que era mas feliz bordando o tejiendo algun tapiz mientras sus cunadas revoloteaban a su alrededor como si quisieran protegerla hasta de su propio marido. Despues de pedir permiso, flanqueo la puerta de la estancia mas soleada del castillo, donde un grupo de mujeres bordaban y tejian y suaves murmullos femeninos llenaban el aire, aunque cesaran de repente al advertir la presencia del senor. Sus hermanas, Elvira y Mencia, tan frias como siempre, fueron las primeras en dirigirle algo parecido a una bienvenida. --Hermano --saludaron con un movimiento leve de sus cabezas. --Hermanas --correspondio el. Y seguidamente dirigio su mirada a su esposa--, esposa --y se Inclino levemente. Amicia parecio mover ligeramente los labios, aunque su marido no estaba seguro si como saludo o como plegaria por su poca deseada presencia. Asi que, volviendose a inclinar, pidio permiso para retirarse y salio para encaminarse a sus propios aposentos. Si, siempre habia deseado volver al hogar, despues de batallas o reuniones con nobles o con el rey. Pero cada dia que pasaba sentia mas un vacio interior y un hueco en su corazon que necesitaba llenar pero que cada vez se hacia mas y mas grande. Siempre tuvo claro que, como heredero de la baronia, tendria que casarse con la mujer elegida para el. Y asi fue. El mismisimo rey Jaime I le habia concertado el matrimonio con Amicia de Bearn, para evitar una guerra promovida por el rey frances que llevaba acechando al monarca desde hacia varios anos. De esta manera, el rey Jaime seguia dominando el sur de Francia y se aseguraba la fidelidad de su caballero al convertirlo por herencia y por matrimonio en Guillem I de Montsolis y vizconde de Bearn. Guillem recordaba ahora el dia de su enlace con Amicia. Nunca se habian visto antes, pero era algo que ocurria muy a menudo y no le importaba especialmente. Pero en el fondo habia esperado algo mas. Sus propios padres se habian entendido bastante bien. Incluso sus desapegadas hermanas habian tenido unos matrimonios aceptables. El habia imaginado al menos una companera que esperase su regreso, o para conversar sobre temas cotidianos, como compania en la mesa y, por supuesto, en su cama. Pero habian sido deseos vanos. Tras un ano de casados, no sabia como era la voz de su esposa, ni tan siquiera el color de su cabello, que siempre llevaba tapado por un virginal velo blanco, casi tan virginal como ella misma. Ese era otro tema que si le preocupaba. Ese matrimonio necesitaba descendencia, ya que la falta de hijos podria acarrear un serio problema incluso a nivel politico, puesto que el rey Luis intentaria reconquistar las tierras a falta de herederos. Pero hacia ya demasiado tiempo que no visitaba la cama de su esposa. Un rictus amargo se le formo en la boca al recordar la noche de bodas. Su experiencia con mujeres nobles podia ser exigua, pero esa noche intento comportarse como el caballero que era. Mientras recorria el angosto pasillo envuelto en su propia sombra proyectada por la luz de las antorchas, recordo. Recordo la camara nupcial, en la mas completa oscuridad, con solo un pequeno atisbo de la silueta de su esposa metida en la cama y tapada hasta la barbilla. A el, colocandose encima, mientras ella, rigida como una tabla, recitaba una letania de oraciones. Despues de esa noche vinieron varias mas, en las mismas condiciones y sin resultado de embarazo tras varios meses. No era de extranar. Pensaba que un acto realizado con tanto miedo y aversion no podria dar nunca como fruto un hijo. Guillem entro en sus aposentos privados y suspiro cansado. Se sintio viejo, aunque a sus veintiseis anos deberia sentirse en la flor de la vida, una mezcla de juventud y experiencia. Miro a su alrededor y se sintio relativamente satisfecho. La estancia, disponia de una antesala, con una mesa, silla y documentos para revisar, y del dormitorio, donde el mueble que mas resaltaba era la gran cama. Podia no importarle que la decoracion y el resto de mobiliario fuesen escasos y austeros, como indicaba la sencilla presencia de un baul, un arcon y una pequena comoda. Pero despues de anos ayudando a su rey en multitud de batallas, sobre todo la conquista de Valencia, viviendo en las mas atroces condiciones, para Guillem eran muy importantes el descanso y la comida. Por eso no encontraba nada frivolo poseer una gran y comoda cama y una mesa donde nunca faltara la buena comida. Mientras le preparaban una tina de agua para el bano, se asomo a la ventana y observo el paisaje. Al menos la vision del entorno familiar que lo rodeaba le daba la seguridad y la fuerza necesarias para pensar en el futuro. Por lo demas, Dios proveeria. Habia vuelto al hogar. CAPITULO 1 Barcelona, mayo de 2014 Correr calle Muntaner abajo para poder coger el tren, sin tropezar y sin que la atropellaran en el intento, era un riesgo al que cada dia se enfrentaba Beatriz, o Bea, como preferia que la llamaran. Bea trabajaba en un hospital de esa zona como enfermera y se consideraba afortunada de tener una profesion que le encantaba y por haber conseguido un puesto para los tiempos que corrian. Pero ese dia deseaba cuanto antes poner tierra de por medio. Hay dias en los que es mejor no levantarse de la cama, le oia decir muchas veces a su madre, y ese, especialmente, habia sido uno de ellos. Al levantarse por la manana, no le habia sonado la alarma del movil, ya que se le habia apagado sin bateria. Sin tiempo para desayunar, habia corrido hasta la boca del metro para descubrir que solo habia servicios minimos por la huelga de transportes, por lo que tuvo que coger un taxi, donde el pobre taxista se habia visto obligado a sortear velozmente el trafico de esa hora de la manana, debido a la orden imperiosa de una usuaria con los nervios de punta. Al llegar, habia tenido que aguantar la mala cara de la companera a la que relevaba y, para colmo, Oscar habia vuelto al hospital tras su excedencia. Ahora, volviendo para casa, y por fin en el interior del vagon, Bea se agarro a la barra, apoyo su frente en ella y cerro los ojos. ?Que mas podia haberle salido mal ese dia? ?Por que habia tenido que volver a verle a el?

  • Las mujeres muertas no lloran de Danilo Luna

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    Las mujeres muertas no lloran es una historia de venganza, un frenetico trhiller enmarcado en la Ciudad de Mexico que transcurre en poco mas de 12 horas.

  • Manual del terror de Paul Van Loon

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    ?Como saber si alguien es un vampiro?
    ?Existen los zombis de verdad… Y las brujas?
    ?Como se convierte alguien en hombre lobo?
    ?Donde estan las casas encantadas mas famosas del mundo?

  • Peligros y verdades (Perfectos mentirosos 2) de Alex Mirez

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    ?En donde nos habiamos quedado? Ah, si, en esa noche de la feria en honor a los fundadores, despues de que mi plan contra Aegan fracasara y dejara su alma en un bano publico por culpa de una diarrea, y Adrik se fuera con Artie a nuestro apartamento. Ahi, en un banco, yo. Junto a mi, Regan Cash. Y la pregunta: <>. Bueno, es momento de contartelo. Es momento de contartelo todo: no me llamo Jude Derry, y definitivamente no habia ido a Tagus solo a estudiar. Habia ido porque solo queria una cosa: venganza. Lo se, lo se, debes de estar hecho un lio. Estaras pensando: <>. Tambien se que se supone que debes confiar en mi. !Todos confian en las protagonistas! Las protas nunca mienten y nunca son malas. Jamas cambian la historia, de ninguna forma alteran los hechos y mucho menos omiten secretos, y si yo hice eso… Entonces supongo que esta siempre fue la historia de una villana. Para que entiendas este lio y el porque de mis mentiras, hay que volver seis anos atras. Debemos irnos muy pero que muy lejos de Tagus, a Miami, la ciudad a la que llegan la mayoria de los inmigrantes. Tenemos que detenernos en un dia en el que un muchacho de dieciocho anos llamado Henrik Damalet recibio una llamada para decirle que habia sido contratado como jardinero en la casa de una familia muy importante. Ese chico, Henrik, era mi hermano. Tras colgar el telefono, le quedo estampada en la cara una sonrisa enorme. Todo acababa de cambiar para el y nuestra familia gracias a ese empleo. Por esa razon, mama lloro, emocionada. Era una mujer muy delgada con la piel palida, los ojos cansados, el cabello opaco, las unas rotas y la existencia exhausta y adolorida. Llevaba cinco anos enferma de algo incurable y nosotros no teniamos mucho dinero para pagar los medicamentos en un pais en el que no tener un seguro medico significaba exclusion. Pero con el nuevo trabajo de Henrik en la casa de esa familia importante, todo seria diferente. Eso lo sabia muy bien la chica de trece anos sentada en la mesa, es decir, yo. Me alegraba la idea, la posibilidad de un futuro mejor, pero me entristecia que mi hermano se fuera tan lejos, aunque tambien sabia que en su nuevo trabajo le pagarian bastante solo por ser jardinero y cuidar el enorme jardin de una mansion; ademas, tendria la posibilidad de seguir estudiando por la noche en un sitio mejor. Y eso era bueno para nosotros. --?Cuando vendras a visitarnos? --le habia preguntado yo con el corazon encogido. --Pedire vacaciones y seguro que podre venir los dias de fiesta --me respondio, animado--. Pero llamare todos los dias al mediodia y por la noche, y te enviare un movil para que podamos enviarnos mensajes. Lo tengo todo planeado. --?Y como se llama el tipo para el que vas a trabajar? --pregunte. --Adrien Cash --contesto Henrik con mucho orgullo. Se fue al dia siguiente, y cuando volvio de nuevo a casa, lo hizo dentro de un ataud. Si, Henrik murio en la mansion de los Cash. Le practicaron una autopsia pero su muerte fue calificada como accidente: estaba limpiando las tejas, se cayo y fallecio al instante. Ahi debio de haber acabado esa historia: luto, dolor y olvido. Pero no, yo nunca olvide. Yo nunca crei que su muerte hubiera sido un accidente. Y no lo crei porque, antes de morir, Henrik me dio pistas de que algo asi podia sucederle, solo que no las supe interpretar hasta muy tarde. Rebobinemos. Como el prometio el dia antes de irse, a los dos meses me envio un movil para que hablaramos constantemente por mensajes. Todos los dias me lo contaba todo: lo que hacia, lo que no, lo que comia, lo que ahorraba y lo que veia al salir a algun lado. No omitio ningun detalle. Me conto desde como era la mansion hasta como eran las personas que vivian en ella. Adrien Cash era tan rico por herencia familiar e inversiones que meaba en un retrete de oro y se limpiaba el culo con billetes de dolar. Bueno, no; pero nos gustaba hacer ese chiste. Era senador y no tenia esposa porque ella habia muerto en un accidente. El enorme jardin que Henrik cuidaba habia sido el sitio mas querido de su mujer; por esa razon querian mantenerlo y lo trataban como si fuese una especie de altar en su memoria. Ese hombre, Adrien, tenia cuatro hijos: tres de la mujer fallecida y uno fuera del matrimonio, todos varones. Eran chicos malcriados y consentidos, que hacian y deshacian a su antojo. Solo uno de ellos le dirigia la palabra a mi hermano, y unicamente lo hacia porque disfrutaba dificultandole las cosas y molestandolo, porque molestar era lo que mas le motivaba en la vida. Se llamaba Aegan. Aegan hacia cualquier cosa para hacerle la vida imposible a Henrik. Al principio, no resulto muy ingenioso: danaba los arbustos para que culparan a mi hermano de haberlos podado mal; pisaba las flores; echaba basura en lugares limpios y se burlaba de el llamandole <> o <>, entre otros apodos denigrantes. Henrik siempre me decia que tenia la suficiente paciencia para soportarlo, que asi era el mundo, que Aegan solo era demasiado joven y con una vida demasiado facil para entender la magnitud de lo que hacia y decia. Pero yo no lo veia del mismo modo, y comence a odiarlo. Todavia sin conocerlo, detestaba lo que mi hermano me contaba de ese chico cruel. Me sentia impotente la mayoria del tiempo, pero Henrik intentaba tranquilizarme asegurandome que en algun momento se cansaria. Aegan no se canso. Peor aun, aumento el nivel y la gravedad de sus jugarretas. Henrik me llamo una noche a reventar de furia porque Adrien le habia ordenado mantener bien limpia la piscina para un evento especial que tendria lugar esa misma noche. Para asegurarse de ello, se levanto muy temprano y estuvo todo el dia trabajando para dejar el area de la piscina impecable. A las seis de la tarde, se fue a su casa a descansar. A las seis treinta, cuando Adrien llego, la piscina estaba llena de hojas, ramas y tierra, y tenia una tonalidad verdosa semejante al moho. Casi despiden a Henrik. Al final no lo hicieron porque, de alguna manera que no quiso contarme, se descubrio que el responsable de aquel desastre habia sido Aegan, que habia ensuciado la piscina a proposito. El hecho de que no hubieran despedido a Henrik enfurecio a Aegan a unos niveles inimaginables, por lo que desde entonces se dedico a meter a mi hermano en mas problemas constantemente. Cuando Henrik me contaba las humillaciones que los hijos de Adrien Cash le hacian pasar, me llenaba de una rabia apoteosica. Y me enfurecia mucho mas que Henrik dijera que debia aguantarlo porque el dinero que ganaba nos ayudaba de una forma dificil de conseguir con cualquier otro trabajo. Y en verdad nos habia ayudado. Habiamos alquilado una casita en un sitio mejor y logramos empezar a pagar el tratamiento de mama, e incluso se hicieron planes para que yo asistiera a una escuela privada. Pero yo no queria ir a ninguna estupida escuela privada. Lo que yo queria era ir a visitar a Henrik, ver con mis propios ojos a ese tal Aegan, plantarme frente a el y darle un punetazo en la cara para que dejara de ser tan imbecil. Pise la casa Cash un mes antes de que Henrik muriera. Fui sola con un billete de autobus que pague yo misma. Era sabado y mi hermano no se esperaba mi visita. Cuando llegue, me quede parada frente a la enorme verja blanca que marcaba el inicio de los terrenos. Desde alli se veia la gigantesca estructura, erguida con arrogancia bajo un moderno diseno arquitectonico. Debia de tener mas de tres plantas y muchisimas habitaciones, y estaba pintada de blanco con un tejado azul. Era hermosa, pero senti cierto rechazo hacia ella. Ya adentro, resulto que Adrien se habia ido de viaje y se habia llevado a Aegan con el. Aleixandre, Adrik y Regan no estaban, asi que no tuve la oportunidad de enfrentarme a ellos. Henrik me mostro la pequena casita donde vivia, que estaba dentro del terreno de la mansion, pero no muy cerca del edificio principal para que no olvidara que era un simple empleado. Recuerdo que mi primer pensamiento fue: <>, pero a pesar de todo la casita era compacta, simple, muy bonita e incluso acogedora.

  • Bajo la luna de Siena de Laimie Scott

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    ?No ha llegado el representante de McTavish? --Alessio se quedo de pie con las manos apoyadas en las caderas y el ceno fruncido mientras permanecia atento a la respuesta de Monica, la asesora juridica de Modas Rimbalzi. Alessio esperaba que, si no habia llegado todavia, al menos le informara de que estaba de camino a las oficinas en ese momento. --No --fue la escueta respuesta de ella al tiempo que contemplaba a Alessio y percibia como la sorpresa inicial reflejada en su rostro dejaba paso al enojo. Monica dedujo que su sorpresa se debia a que pasaban algunos minutos de la hora acordada, lo cual lo habia irritado. A ella no le gustaria estar en la piel del representante de McTavish en esos momentos. Alessio permanecio indeciso por unos segundos. Se limito a lanzar una mirada a su reloj e inspiro de manera profunda en un claro sintoma de que se estaba controlando, de que si aquella situacion se prolongaba por mas tiempo, seria capaz de ser el quien rompiera el acuerdo con la casa de modas britanica. Le fastidiaba aquel retraso. Se suponia que ya debia estar en las oficinas de su compania para la reunion programada. ?Que sucedia? ?Se habria echado atras ese viejo zorro de McTavish y ahora decidia darle planton? Que el supiera, no habian recibido ningun comunicado por parte de el o de algun representante de la firma diciendo lo contrario. -- ?Ha habido algun comunicado o llamada en referencia a esta cita? --Que sepamos, no ha habido nada. Nadie ha llamado o enviado un correo electronico para cancelarla --le respondio, con total seguridad, ella mientras cruzaba los brazos bajo su pecho y entornaba su mirada hacia Alessio--. ?Temes que nos den planton? Alessio sacudio la cabeza desechando cualquier conjetura sobre lo que podria haber sucedido para que se produjera ese retraso. Seria mejor no dejarse llevar por banas especulaciones. Esperaba que existiera una explicacion logica para tal situacion. --No. Pero espero que se presenten cuanto antes para acabar con esta incertidumbre --le aseguro con una sonrisa, consciente de que Monica tenia la misma impresion que el. --Yo tambien. La colaboracion con McTavish es necesaria para el futuro de Modas Rimbalzi -- murmuro ella con una mirada de temor por la reaccion que pudiera tener Alessio ante aquella inesperada situacion. Y mientras, Alessio, con las manos en los bolsillos, miraba a Monica con gesto turbado. *** La chica daba vueltas sin sentido por la habitacion del hotel mientras miraba por todas partes, incluso debajo de la cama, como si estuviera buscando algo. --Llegamos tarde, Claire --exclamo alterada por este hecho mientras recogia sus zapatos negros de tacon de casi diez centimetros y dejaba escapar un grito de triunfo. A continuacion, se sento en la cama para ponerselos, con una pierna cruzada sobre la otra. -- ?No me digas? ?Y a quien se debe este retraso? --Habia un toque mordaz en la pregunta de Claire, la representante de McTavish--. Tal vez, si no te hubieras empenado en salir anoche a conocer Siena... --le recordo con sus labios fruncidos en un mohin de desagrado y cogio la chaqueta de su traje para ponersela en el pasillo del hotel en el que se hospedaban. --No fue para tanto. Ademas, debes reconocer que nos lo estabamos pasando bien con aquel par de italianos --le recordo mientras hacia que sus cejas formaran un arco perfecto sobre su frente en clara alusion a ellos y a su atractivo. Claire se limito a poner los ojos en blanco ante este comentario y trato de dejarlo pasar e incluso de olvidarse de ello. --Oh, si, claro, por supuesto. Si tenemos en cuenta que fuiste tu la que les dio cuerda para que no se despegaran de nosotras en toda la noche --comento con una mirada acusadora dirigida hacia su amiga, como si ella fuera la unica responsable de aquello--. Por favor, Shae, no hemos volado hasta Italia en busca de un romance con un par de apuestos italianos. Ni a hacer turismo por la Toscana, sino, mas bien, a cerrar el trato que mi padre dejo a medias y regresar a Londres de inmediato --le recordo, furiosa consigo misma por haber dado pie a aquella situacion. Por haberse permitido aquel pequeno capricho. Lo cierto es que lo estaban pasando bien y que la compania era agradable, pero no era lo que habian ido a hacer a Siena. Claire hubo de mostrarse fria y algo borde entrada la madrugada para quitarselos de encima, ya que las atenciones e intenciones de ellos no iban por el mismo camino que el de ellas. --Venga, subamos a ese taxi. ?Tienes la direccion? --pregunto mientras abria la puerta del coche y se metia dentro, con Shae poco menos que a la carrera. --Si, no te preocupes --le aseguro acomodandose en el taxi a empujones y chapurreando italiano para indicarle la direccion al taxista. *** Alessio y Monica regresaron al interior del despacho donde los aguardaba Fabio, amigo y socio del primero. Fabio permanecia sentado detras de la impresionante e impoluta mesa de madera maciza mientras tecleaba en el portatil. Lanzo una mirada por encima de la pantalla a los recien llegados. Al comprobar el semblante de Alessio, dedujo que no estaba contento con la manera en la que se estaban desarrollando los acontecimientos. --Sospecho por la expresion de tu rostro que el representante de McTavish se retrasa. Y desde que nos conocemos, soy consciente de que odias la impuntualidad en las personas. Sobre todo cuando se trata de reuniones de negocios. ?Me equivoco? --pregunto, arqueando sus cejas en clara senal de escepticismo y expectacion. Alessio emitio una especie de grunido mientras daba vueltas cual fiera enjaulada por el amplio despacho con vistas a la hermosisima Torre del Mangia, en la Piazza del Campo. Con el ceno fruncido, la americana de su traje abierta y las manos en el interior de los bolsillos, su semblante reflejaba una mezcla de preocupacion, crispacion e incluso temor. -- ?Donde cono ha quedado ese dicho que habla de la puntualidad britanica? --estallo con una pregunta cargada de ironia, mirando a Fabio por primera vez desde que regresara al despacho. --Bueno... Ya sabes que las reuniones de negocios siempre cuestan al principio --le comento su colega. Se levanto de la mesa, abrocho su chaqueta y miro a su amigo con escepticismo antes de centrarse en su ayudante Monica. --Esta cabreado por la impuntualidad de McTavish, y en parte no se lo niego. Teme que al final no se presente. --Aquella aclaracion por parte de Monica disparo las alarmas en la mente de Alessio. Este se habia planteado la remota posibilidad de que eso llegara a suceder. Pero no se lo confesaria a su socio y amigo. No cuando necesitaban ese contrato de asociacion para sacar adelante Modas Rimbalzi, su empresa de modas en la Toscana. --No me gusta que me hagan esperar, como bien sabes. Es uno de mis principios en los negocios --le respondio con firmeza--. Aunque se trate del gran magnate de la moda britanica --puntualizo alzando su mano para recalcarlo y empleando un tono jocoso y rimbombante para referirse a el. --Ya, pero debes comprender que en esta operacion McTavish es quien manda --le recordo un Fabio lleno de sarcasmo mientras sonreia divertido e intercambiaba una mirada de complicidad con la ayudante de Alessio. --Dejadme que os te refresque la memoria. Es el quien quiere abrirse camino en Italia, no os confundais --matizo Alessio agitando su mano delante de los dos para dejar clara cual era la situacion real--. Roger McTavish pretende empezar a expandir su firma de moda en Italia. Y para ser mas exactos, aqui, en Siena. Luego es el quien tiene mas interes que nosotros en esta transaccion. ?No creeis? --les pregunto alzando una ceja en clara senal de suspicacia. --Si te soy sincero, Alessio, creo que a ambas firmas nos conviene. No olvides que un acuerdo con McTavish significara un buen impulso a nuestra propia marca de ropa, algo tocada ultimamente en lo referente a las ventas. Formar parte de su gran imperio textil es una oportunidad que muchos cogerian a ojos cerrados --le recordo Monica, frunciendo sus labios en un mohin que no gusto nada a Alessio, quien le lanzo una mirada nada amistosa mientras el emitia una especie de grunido de desaprobacion, aunque en el fondo era consciente de que llevaba toda la razon. Cuando recibieron la propuesta de MacTavish, hacia ya algunos meses, para abrirse camino en Italia, Alessio lo concibio como una gran oportunidad para afianzar su propia firma de trajes para el hombre y la mujer del siglo actual. Una colaboracion que sin duda beneficiaria a ambos. --Pero ello no quita que se este retrasando en su primera reunion despues de haber concretado el acuerdo --matizo Alessio esgrimiendo un dedo frente a su amigo para recalcar aquella informacion. --Dime, ?crees que el viejo oso saldra de su caverna y vendra en persona a supervisar la operacion? --No. No creo que sea el quien venga --respondio Alessio sacudiendo la cabeza muy convencido de ello y restando importancia a este hecho--. Mandara a alguno de sus principales socios. Alguien de plena confianza para cerrar el acuerdo. --Pues no se a quien enviara porque Adrian, su primogenito, renuncio a dirigir la compania, como sabras --le recordo Monica desde la ventana por la que observaba el paso de la gente --Lo se. Vive en Verona con la duena de una trattoria. --Hay que tenerlos cuadrados para enfrentarte al viejo McTavish y renunciar a dirigir su gran imperio de la moda, que tiene distribuido por todo el Reino Unido y una gran parte de Europa. Eso y acabar en un trattoria en Verona sirviendo mesas --senalo Fabio emitiendo un silbido--. Apuesto a que al gran McTavish no le hizo nada de gracia. --Esas son cuestiones familiares que a nosotros no nos atanen. Cada uno es libre de elegir su destino --le comento de pasada, sin demasiado interes en este asunto. Lanzo una nueva mirada a su reloj y sacudio la cabeza.

  • El secreto del solsticio de verano, Christine Kabus de Christine Kabus

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  • Traicion en el Norte de Pedro Urvi

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    La Campana en el Continente Helado ha fracasado. La guerra retorna a Norghana y con ella la muerte y destruccion.

  • Laila Winter y el corazon de las sombras de Barbara G. Rivero

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    Las sombras se extienden y amenazan con invadir cada rincon de Ialanthilian. Los tenebrii revelaran sus intenciones y sera necesaria la union de todos para hacerles frente. Laila tendra que dar lo mejor de si ante las adversidades que se interpondran en su camino para intentar salvar el mundo del mayor peligro de su historia. Ella y sus amigas conoceran traiciones, amistades rotas y amores imposibles, que pondran en riesgo todo aquello por lo que luchan. ?Dejara Maeve a un lado sus ambiciones por el bien comun? ?Recordara Jack el amor que sentia? ?Que ocurrira con Nia? Este libro cierra, con broche de oro, la mejor y mas exitosa saga de fantasia en espanol de los ultimos anos. Lo acontecido en los volumenes anteriores confluye, gracias a una fabulosa narrativa, en un desenlace trepidante que nos revelara al fin todos los secretos que aun permanecian ocultos.

  • El chico de la ultima fila (Cabana 2) de Susanna Herrero

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    ?Quien es Dylan Carbonell?
    ?Ese chico indescifrable, de sonrisas invisibles y miradas impactantes, que copa las revistas y los medios de comunicacion?
    ?Un genio de la musica?
    ?La nueva promesa del rock and roll espanol?