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  • Que tengo de malo de Maria Jose Caro

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    “Me quede en silencio asustada de lo que pudiera pensar. Pero ella introdujo la mano en su casaca de jean y me ofrecio un cigarro. Cuando lo acepte, entendi que ella podia convencerme de cualquier cosa”.

  • Tambien los Demonios Tiemblan de Arturo Fuentes De La Orden

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    <<... La accion se desarrolla con brillantes referencias a los paisajes, mentalidad y tradiciones de Escocia. El autor muestra una notable capacidad de recrear los ambientes de misterio y mantener el clima de tension hasta los capitulos finales...>>
    (Resena literaria de TROA Fundacion)

  • El regalo de Cassidy (Lobos de Cheyenne Ridge 2) de Kelly Dreams

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    Cassidy Felon no ha vuelto a ser el mismo desde el incidente ocurrido un ano atras a una de las hembras del clan felino de Pine River Mountain. Ni siquiera el haber podido cobrar venganza ha conseguido calmar su espiritu, pues en sus suenos sigue apareciendosele una mujer de pelo rubio blanquecino cuyos ojos parecen capaces de ver en su interior. Ella no podia ser real y sin embargo, la humana que encontro en uno de los refugios en su lado del valle si lo era, ante el tenia a la misma hembra por la que habia estado suspirando y a la que ahora se encuentra deseando como si no hubiese otra en el mundo para el.

  • El chico de las bobinas de Pere Cervantes

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    Barcelona, 1945. Nil Roig es un chiquillo que se pasa el dia en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de peliculas. El dia de su decimotercer cumpleanos es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye despues de haberlo amenazado de muerte en caso de no mantener la boca cerrada, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la epoca; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un policia sin escrupulos. El hecho de que el moribundo le de el cromo a Nil pronunciando el nombre de David, el padre desaparecido del muchacho, arrastrara a este a resolver un secreto del pasado por el que pagara un alto precio.

  • Einstein para perplejos de Andres Gomberoff , Jose Edelstein

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    Un absorbente y entretenido recorrido por la vida y obra de Albert Einstein.

  • Mi chica golosa de Ruben C. O

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    Mi pequeno mini Cooper del 2010 se veia realmente pequeno en la entrada de la casa de los Johnson's. Deteniendome por completo, exhale un suspiro de alivio. Lo habia logrado. Mi auto no se habia descompuesto (y eso si que era un logro). Mi auto era mi orgullo, junte dinero y cuando me gradue, mis padres me aportaron el resto, para mi pequeno auto usado, sin embargo, ya llevo tres anos con el y a estas alturas ya no me acompana como en un principio, y no es su culpa, simplemente ya esta viejo. Estaba juntando dinero para otro auto y esperaba poder salir a tiempo de la universidad para comenzar a ganar dinero en grande, bueno al menos para una vida tranquila con un auto decente. Aun asi, le daba las gracias a mi autito por haber resistido hasta aca, ya habia llegado a mi cita de trabajo y estaba justo a tiempo. Hace casi un ano que no era ninera en la casa de los Johnson's, y el dinero definitivamente seria util, ya en mi tercer ano de universidad costear los materiales y utiles se hacia un poco pesado para mi familia, y me hacia bien ahorrar para costear mis propias cosas. Pero mientras tomaba mi cartera del asiento de atras y me acomodaba para salir del auto, se me escapo otro suspiro porque probablemente el camino de entrada no era la palabra adecuada para describir el camino de ripio que debia seguir para llegar a la puerta principal. El sitio de los Johnson era hermoso y grande, tenian una gran rotonda circular, del tipo que se podria imaginar, un ejercito de caballos y carruajes tirando hacia arriba, con un mayordomo que responde a la puerta, con los labios rigidos y una bandeja de bebidas. Y ademas de la enorme mansion de piedra, habia un vasto jardin, ademas de una piscina infinita que se podia ver a la vuelta de la esquina, el agua tranquila y suave en la luz de invierno todo eso, antes de la puerta de la casa. Asi que si, los Johnson's vivian como reyes. Y a pesar de que tecnicamente eramos vecinos de la misma comunidad privada, mis padres estaban en la parte mas modesta, con casas medianas y patios pequenos, mientras que mis empleadores vivian en la colina en la extravagante seccion de millonarios. Pero eso no me importaba realmente, mi vida la estaba forjando recien, nada de lo que mis padres lograron es lo que marcaria mi futuro, sino que yo misma debia encontrar mi propio camino, asi que estaba aqui, por dos razones, por un trabajo que me diera dinero y tambien por la pequena Vania que era la cosa mas linda, una bola de entusiasmo con piernitas. Habia cuidado a Vania desde que era una recien nacida, sentia un carino especial por ella, este ultimo ano en la universidad me habia demandado mucho tiempo, y los Johnson's no habian solicitado mis servicios cuando yo estaba disponible, asi que ahora no podia esperar a verla otra vez, no podia imaginar cuanto habia crecido, y cuanta belleza habia ganado, ella era solo una bebita pero era encantadora, esos rizos color lino y sus redondos ojos azules de bebe que podrian derretir el corazon de cualquiera. Incluso cuando estaba en sus momentos de rabieta, la pequena rubia todavia era adorable, un pequeno torbellino de energia que podia hacer sonreir a cualquier adulto y suspirar con exasperacion a la vez. Asi que, apague el motor, arregle mis cosas por ultima vez y sali de mi automovil maltratado antes de subir con cuidado los infinitos escalones para tocar la puerta grande de entrada. Hace solo unos anos atras, habria subido los escalones de prisa, atletica y delgada como un latigo. Pero he cambiado en este ultimo tiempo, creo que mi desarrollo fue muy tardio, habia crecido en altura, pero mis senos y caderas eran casi inexistentes, sin embargo, despues de los dieciseis anos mi cuerpo comenzo una etapa distinta y donde solia ser larguirucha y delgada, fui formando curvas, mis senos y caderas tenian mas carne y ahora que soy una mujer adulta, el peso que he ganado me hace sentir mas pesada cuando se trata de ejercicios como este. No tenia como quejarme, no era gorda, solo era mas robusta de lo que estaba acostumbra a manejar, quizas muchas chicas deseaban un cuerpo delgado, pero ahora tenia lo mio, y me sentia a gusto con mi nueva version. Aunque cuando se trataba de escaleras habia demasiado rebote y carne que controlar, demasiado peso blando al que no estaba del todo acostumbrada. Asi que camine como una dama, moviendo las caderas, tratando de mantener las cosas en su lugar. Cuando por fin estuve arriba el silencio total me saludo despues de tocar el timbre. Raro, comunmente habia gente en la casa, personal de aseo, jardinero, o la senora Johnson ponia musica para pasearse por la casa. Despues de otro minuto, volvi a llamar al timbre. ?Tal vez estaban todos arriba y no podian oir? De pronto sonaron algunos ruidos, algunos baches, y finalmente se abrio la puerta, revelando al Sr. Johnson. Sonrei timidamente, tratando de no mostrar mi nerviosismo porque el Sr. Johnson siempre habia sido magnifico y esta vez no era una excepcion. El hombre no era viejo, pero era mayor que yo obviamente, era corpulento y misterioso, llenando la entrada, haciendome sentir positivamente pequena, del tamano de una taza de te. Por supuesto que siempre lo habia notado, pero verlo de nuevo solo confirmaba su esplendor, era realmente candente. Cabello color carbon y ojos azules tan intensos que me encendian con su mirada. Ademas, tenia un cuerpo para morirse, nada de cosas flacidas de papa cervecero. Los hombros anchos se estrechaban en una cintura fina, con piernas largas y poderosas vestidas con pantalones de tela. "Oh, hola Mai", retumbo. "Lo siento, estabamos un poco… !Vania, detente!" Grito hacia atras al oir un ruido. Y mientras estabamos alli, un estruendo sono en el piso de arriba como cuando cae algo al suelo, era un plastico, por el sonido podia imaginar a Vania sacando algo del mueble de los juguetes y sin querer boto algo mas, y el senor Johnson hizo una mueca con sus labios y cerro los ojos. "Entra, entra", dijo, exasperado, respiro profundamente y continuo "Ha sido un largo dia". Y a pesar de que mi corazon latia en su cercania, me obligue a sonreir y entre al vestibulo. Esto, definitivamente lo recordaba. El espacio era enorme, todos los pisos de marmol con una lampara de arana gigante colgando sobre nuestras cabezas. "?Donde esta Vania?", Le pregunte tentativamente, tratando de parecer indiferente. El Sr. Johnson suspiro profundamente. Ahora que lo podia ver con mas detencion, estaba mas viejo en sus facciones, habia corchetes alrededor de sus profundos ojos azules que no habian estado alli antes y sus lineas de risa eran un poco mas prominentes. Debe ser cansancio por su trabajo, sabia que trabajaba en algo relacionado con las finanzas, y muchas veces debia abordar aviones y hacer viajes tarde, y volver al siguiente dia para continuar con las cosas aqui. "Vania", grito de nuevo, con una mano en la barandilla. "Baja, por favor, tu persona favorita esta aqui". Y el sonido de unos pequenos pasos sono antes de que un pequeno bulto rubio se precipitara por las escaleras hacia mis brazos. "Mai, Mai", grito la nina de cinco anos. "!Estas aqui!" La nina era muy carinosa. A pesar de ser un dia regular y no un dia de fiesta, lucia un vestido de bailarina purpura, completo con un tutu rigido y una corona reluciente en la cabeza. Tan linda como siempre, y mas grande como lo pense. "Hola carino", dije alegremente. "Me gusta tu ropa. ?Estabas jugando a la princesa arriba?" Vania se echo hacia atras por un momento y vi que su cara regordeta estaba surcada de lagrimas y los ojos rojos por el llanto. "?Estas bien carino?", Le pregunte, esta vez con mas suavidad. "?Vino la malvada bruja?", asumi que por alguna razon habia estado llorando, verla hizo que se me apretara el estomago, no me gustaba ver llorar a los ninos. Ella asintio en silencio, sus ojos azules mirandome con ligeras manchas de chocolate alrededor de su boca. Pero eso estaba bien, los ninos se ensucian muy facilmente y podria arreglarse con un pano tibio, no habia problema. Pero habia algo diferente en el aspecto de Vania, que no era mi imaginacion. Al igual que su padre, parecia agotada, lo cual no estaba bien para una nina de cinco anos. Los ninos se cansan, claro, pero se duermen de inmediato y se despiertan completamente renovados, cada dia es un nuevo dia para ellos. Asi que me preocupe, aunque intente no mostrarlo. Murmurando de manera tranquila, dije, "Vania, te preparare la cena, te limpiare y luego nos prepararemos para ir a la cama ?de acuerdo?" Pero la pequena nina grito entonces, pateando y sacudiendo violentamente sus piernas contra mi. "Oof!" El aliento salio de mi estomago, sus zapatos de charol golpeando dolorosamente contra mis caderas. "!Ay!" Entonces, el Sr. Johnson intervino, sacando a su hija de mi cuerpo y apretandola contra su gran figura. "Lo siento, hemos estado teniendo problemas recientemente, ya sabes, con Romina mudandose y todo". Me detuve en seco antes de recuperarme e intentar parecer normal. ?La senora Johnson se habia mudado? ?Que? ?Cuando? ?Por que mis padres no me lo habian dicho? Y el Sr. Johnson asintio de nuevo, notando mi expresion de incertidumbre. "Romina se mudo hace un par de meses", dijo con voz ronca, "y ha sido duro para Vania. Ella no ha estado durmiendo bien, ha hecho berrinches por cualquier cosa, todo el dia. Entonces, si puedes manejarla esta noche, seria un milagro". Sonrei tentativamente. "Estoy segura de que estaremos bien", le dije de manera tranquilizadora mientras mi mente giraba en miles de pensamientos. "Quedese tranquilo Sr. Johnson, manejare de la mejor forma todo aqui. Y... lamento mucho lo que me comenta", Intente no ser grosera, ni inoportuna, pero en realidad sentia un pesar por lo que me dijo. Dios mio, la pobre pequena. Su madre se habia ido y ahora estaba respondiendo al cambio. Diablos, cualquier nino haria lo mismo, incluso si Romina Johnson apenas habia estado presente en la vida de su hija. La mayoria de los dias, por lo que pude ver cuando estuve aqui, la mujer no se levantaba antes del mediodia y habia dejado la mayor parte del cuidado de Vania a una ninera que hacia todo, la alimentaba, banaba y jugaba.

  • Herencia maldita (eLit), Leona Karr de Leona Karr

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    Un buen dia Carolyn Leigh se entero de que habia recibido una herencia de un abuelo al que ni siquiera habia conocido, pero tambien descubrio que quiza hubiera sido asesinado… y ella era la unica que podia ayudar a encontrar al asesino. Pero antes de empezar la investigacion, tenia que <> con Adam Lawrence, el sexy agente encargado del caso.

  • Por el amor de una bella viuda de Christina Mcknight

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    Una viuda marcada por el amor y por la perdida…

  • La bendicion de Nancy Mitford

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    Me parece que el caballero extranjero tiene muchisima prisa, querida. Y, efectivamente, en la casa de Queen Anne's Gate --que era bastante grande, lo que solia llamarse una casa familiar-- retumbaba la impaciencia. Alguien daba ruidosas pisadas, movia muebles, abria y cerraba de golpe las ventanas y carraspeaba de forma exagerada. --!Ejem!, !ejem! --Nanny, ?cuanto rato hace que esta aqui? --Yo diria que casi una hora. Se ha entretenido un rato tocando el piano rapida y estrepitosamente. En cuanto John ha ido a decirle que habias llegado y que le recibirias enseguida, ha empezado este escandalo. --Ve tu, querida, y dile que espere un momento mientras me quito estos pantalones --le pidio Grace mientras se limpiaba vigorosamente el cuello con un pedazo de algodon--. Cuanta mugre. Lo que necesito es un bano. La puerta del salon se abrio de golpe. --?Me va a recibir si o no? No habia duda de que era una voz extranjera. --Esta bien, de acuerdo. Ahora mismo bajo --miro a Nanny riendo y anadio--: Acabara hundiendo el suelo, como Rumpelstiltskin. Pero Nanny dijo: --Querida, ponte un vestido, no puedes bajar asi. --?Prefiere que suba yo? --pregunto la voz. --No, no, ya voy. Y Grace bajo corriendo, sin haber podido cambiarse los pantalones de la A.R.P., organizacion que se ocupaba de prevenir y ayudar en caso de bombardeos. El frances, alto, moreno y elegante, llevaba el uniforme de las fuerzas aereas francesas y estaba de pie en el rellano de la escalera, con las dos manos sobre la delicada barandilla de madera. Parecia a punto de arrancarla. Cuando vio a Grace, lanzo un suspiro, como si su apariencia fuese una agradable sorpresa, y pregunto: --?Es un uniforme? No esta mal. ?Recibio mi nota? --Hace un momento --dijo Grace--. He estado en la A. R.P todo el dia. Entraron en el salon. --Su letra es muy dificil de entender. Seguia intentando descifrarla cuando he oido todo ese jaleo… parecia la Revolucion francesa. Debe de ser usted un hombre muy impaciente. --No. Pero no me gusta que me hagan esperar, aunque tengo que confesar que este salon da mas satisfacciones que la mayoria. --No le hubiese hecho esperar de haber sabido un poco antes que… ?Por que no…? El habia dejado de escucharla, estaba mirando los cuadros colgados en la pared. --Me encanta este Oliver. ?Por que no me lo regala? --Porque es de papa. --Ah si, claro. Sir Conrad. Es muy conocido en Oriente Medio, pero supongo que eso usted ya lo sabe. La Comision Allingham, !ah, el muy astuto de sir Conrad! Despues de eso, esta en deuda con mi pais. Dio media vuelta, miro a Grace como si ella misma fuese un cuadro y dijo: --Natoire o Rosalba. A usted podria haberla pintado tanto el uno como la otra. Bueno, ya veremos, el tiempo lo dira. --Papa adora Francia. --Seguro. Los ingleses que adoran Francia son siempre los peores. --?Los peores? --Los hombres acaban matando lo que mas aman, ?sabe? Bueno, olvidelo. --?Viene de El Cairo? --se intereso ella--. Creo que en su carta ponia algo de El Cairo y de Hughie. ?Le ha visto? --He visto al prometido. --?Me trae noticias suyas? --Buenas noticias o, lo que es lo mismo, ninguna noticia. ?Por que pone Drouais en ese cuadro? --Porque sera de Drouais, supongo --respondio Grace con la mas absoluta indiferencia; habia crecido rodeada de objetos hermosos y apenas les prestaba atencion. --?Ah, si? ?Que le hace pensar eso? --?Es usted marchante de arte? --Coleccionista. --Dijo que traia novedades. Naturalmente, crei que esa era la razon de su visita, contarmelas. --?Tiene chocolate con leche? --No, estoy segura de que no. --Bueno, olvidelo. --?Le apetece un coctel o una copa de jerez? --Me encantaria un jerez. --?Le gusto El Cairo? Hughie dice que es divertidisimo. --El museo es maravilloso, pero no hay cuadros, claro. En cambio, los millonarios, pobrecillos, tienen cuadros increibles (realizados en estudios donde pintan Renoirs y Van Goghs ex profeso para millonarios) por los que han pagado precios increibles, pero que no logran saciar mi sed de arte. Algunos de sus Corots ni siquiera son obra de Trouillebert. Ya lo ve. Asi que esta tarde me he ido a la National Gallery. Cerrada. La guerra tiene estas cosas. Ahora entendera que el salon de sir Conrad me haya parecido un oasis, aunque en algun momento habre de tener unas palabras con el sobre ese Drouais, por llamarlo de algun modo. --Me temo que en este momento no encontrara muchos cuadros en Londres. Papa ha mandado sus mejores piezas al campo, y la mayoria de la gente ha cerrado sus casas, ya sabe. --No importa. Me encanta Londres, incluso sin cuadros, y me encantan las mujeres inglesas. --?De verdad? ?No le parecemos muy poco elegantes? --Claro. Eso es lo que las hace tan divertidas y misteriosas. ?Que pueden estar haciendo todo el dia? --?Haciendo? --Si. ?Como llenan ustedes esa eternidad de tiempo que las francesas dedican a que les laven el pelo, a probarse sombreros, a ver colecciones, a hablar con la lingere…? ?Como se dice lingere en ingles? --Lencera. --Pasan horas y horas con la lencera. Que palabra tan rara, ?esta segura de que se llama asi? En fin, las mujeres francesas siempre dan la impresion de que arreglarse es un trabajo de jornada completa. Pero ustedes, las inglesas, son como las flores en una cesta. No estan arregladas, lo cual resulta muy apropiado cuando se trata de flores silvestres. --Volvio a mirarla larga y apreciativamente--. Pero ?que hacen durante todo el dia? Ese es el gran misterio. --Me temo --admitio ella riendo-- que dedicabamos el tiempo (no ahora, claro, antes de la guerra) a comprar ropa y sombreros y hacernos lavar el pelo. Quiza el resultado no fuese el mismo, pero le aseguro que nos esforzabamos muchisimo. --No diga mas, por favor. Mantengame en la ignorancia, eso la hace mucho mas interesante. Le ruego que me deje seguir creyendo que las horas pasan para usted como en un sueno, que esos ciegos ojos azules que no ven nada de lo que les rodea, ni siquiera los cuadros de su padre, estan vueltos hacia su interior, hacia un pais de hadas anglosajon que le pertenece solo a usted. ?Tengo razon? Tenia bastante razon, aunque quiza ni ella misma lo supiese. Se quedo pensativa un momento y dijo:--Justo antes de la guerra solia tener un sueno terriblemente emocionante en el que huia de los alemanes. --Se ha de huir siempre de los alemanes. Son aburridisimos. --Pero mi vida ahora es lo mas soso del mundo, a duras penas puedo soportarlo. Casi prefiero que caigan bombas. --Lamento tener que decirselo, pero que la vida sea sosa es culpa de uno mismo. Para mi nunca lo es. --?Nunca se aburre? --A veces me aburro de la gente, pero nunca de la vida. --Que suerte. --Quiza la lleve a bailar. Pero ?adonde? Aqui las salas de fiestas deben de ser horribles. --Depende de con quien se vaya. --Ya veo. Como las salas de fiestas de todas partes. ?La recojo a las ocho, pues? Me encanta que dejen la ciudad a oscuras. Segui el adiestramiento de piloto de bombardero nocturno, vole tras las lineas alemanas dejando caer encantadoras octavillas, asi que puedo encontrar el camino guiandome por las estrellas. Eso me da seguridad, algunas veces demasiada, lo admito. Asi pues, cenaremos en el Hotel Connaught, donde me hospedo y donde sirven un delicioso plat sucre. ?Como se dice plat sucre en ingles? No me lo diga, ya lo se: postre. --?Como es que habla un ingles tan excepcional? --Mi madre era inglesa. Pero aun asi es excepcional, ?verdad? Puedo recitar <> entera, pero no ahora. A las ocho en punto, pues. --Le estare esperando --dijo Grace. El frances bajo las escaleras corriendo y salio de la casa, y ella, desde la ventana, le vio dirigirse a toda prisa hacia St. James's Park. Entonces subio a su habitacion, saco un monton de ropa de varios cajones y armarios, la dispuso sobre la cama, y empezo a ir de un lado a otro preguntandose que diablos iba a ponerse. Nada parecia lo bastante adecuado. Entro Nanny. --!Santo cielo! Esta habitacion parece un mercadillo. --Preparame el bano, querida. Voy a salir a cenar con ese frances. --?De verdad, querida? ?Y como se llama? --Caramba. No se lo he preguntado. --Vaya. Bueno, de todos modos, en mi opinion, todos los nombres franceses se parecen. 2 Se llamaba Charles-Edouard de Valhubert. Aproximadamente un mes despues, le dijo a Grace:--Puede que me case contigo. Grace, que nunca habia estado tan enamorada, intento no perder la cabeza y que no se notase que estaba a punto de desmayarse de felicidad. --?De verdad? --pregunto--. ?Por que? --Dentro de diez dias regreso a Oriente Medio. La guerra esta a punto de empezar, puede pasar cualquier cosa, y necesito un hijo. --Que practico eres. --Si. Soy frances. <> --canto. Siempre cantaba trocitos de canciones como este. --Pero, desgraciadamente, no tendras una belle-mere. Murio, la pobre, hace muchos anos. --Debo recordarte que estoy prometida a otra persona. --Debo recordarte que tu comportamiento de un tiempo a esta parte no ha sido el de una prometida fiel. --Un poco de coqueteo no significa nada en absoluto. Estoy prometida y no hay mas que hablar. --Prometida, si. Pero casada y enamorada, no. --Encarinada. --?Ah, si? --?De verdad viste a Hughie en El Cairo? --Le encontre muy soso. Dijo: <>. No parece muy inteligente por su parte. Asi que te visite. Es un tipo aburrido. --Muy guapo. --Si. ?Que te parece el miercoles? --?El miercoles que? --La boda. Ahora tengo que ir a hablar con tu padre, ?donde lo puedo encontrar? --A estas horas estara en la Camara de los Lores. --Nunca hubiese imaginado que iba a acabar como yerno de la Comision Allingham. Que rara es la vida. Despues volvere y te llevare a cenar. Al dia siguiente, sir Conrad Allingham fue a visitar a la senora O'Donovan, una viuda con la que hacia muchos anos que mantenia una tierna amistad. En realidad, sir Conrad preferia hacer el amor --pasatiempo al que dedicaba mucha energia-- con las profesionales, ya que le parecia embarazoso hacerlo con mujeres a las que habia conocido en otras circunstancias y con las cuales no lograba nunca relajarse del todo. Pero disfrutaba enormemente de la compania de las mujeres, algo poco habitual entre los caballeros ingleses, e iba con frecuencia a visitar a la senora Donovan a su soleada y luminosa casita con vistas al Chelsea Hospital, para charlar durante una hora o mas. Ella siempre estaba en casa y siempre se mostraba encantada de recibir visitas. Tenia numerosos amigos entre los politicos de derechas mas intelectuales. Pero le tenia una estima especial a sir Conrad; cuando hablaba de el le llamaba <>, y no estaba para nadie mas cuando el venia a visitarla. Se decia que el, por su parte, no daba un solo paso sin consultarla antes.--?Has visto a Charles-Edouard de Valhubert? --le pregunto, sin mas preambulo. --?El hijo de Priscilla? --Si. --?Esta en Londres?

  • Contigo me quedaria de Mercedes Alonso

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    Ruth lleva una vida dedicada a su trabajo con entrega y plena dedicacion. Veterinaria de profesion, su activismo en defensa de los animales la lleva a muchas situaciones donde las emociones y el riesgo estan a la orden del dia.

  • Un desconocido en apuros (eLit 1) de Gina Wilkins

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    Edstown, Arkansas. Ayer tarde, Serena Schaffer, la propietaria del periodico local, encontro a un hombre herido en una zanja cerca de su domicilio, en Edstown. El hombre mostraba signos de haber sido brutalmente golpeado y robado, y se encontraba al borde de la muerte. Schaffer lo condujo rapidamente al hospital de la ciudad, donde se recupera de sus heridas en la habitacion 205. Se rumorea que no va a pasar mucho tiempo antes de que los dos se rindan ante la poderosa atraccion que ha surgido entre ellos…

  • Fascinacion (La Profesional 2) de Kris Buendia

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  • El aroma del miedo de Armando Rodera

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    Meses despues de su ultimo gran operativo, el inspector Bermejo debera enfrentarse a una doble mision en Valencia: descubrir al causante de los misteriosos asesinatos de mujeres ocurridos en la region y acabar con una trama de corrupcion en la que se ven involucrados algunos miembros de la Policia.

  • La comunidad de la sangre de Anne Rice

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    Las Cronicas Vampiricas continuan con el relato del Principe Lestat y la fundacion de la Comunidad de la Sangre.

  • Y todos callaron de Toti Martinez De Lezea

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    Vitoria-Gasteiz, febrero de 2008. El testamento de Amelia Zabaleta desvela una desconcertante e inesperada revelacion, un secreto celosamente guardado, y cuyo origen se remonta al pasado de la fallecida e implica a sus familiares mas cercanos. Jon Martinez de Albeniz, un detective de poca monta, sera el encargado de hacer visible el misterio. Pero ?que razones puede haber para ocultar algo tan trascendental para una familia, en pleno siglo XXI? ?Que lleva a personas normales a tejer una tupida tela de arana con el silencio como argumento? En definitiva, ?que sucedio en esos escenarios setenta anos atras? Toti Martinez de Lezea se adentra en las interioridades de su ciudad recreando personajes que le resultan conocidos y dibujandonos una sociedad donde imperaba un incomodo silencio.

  • El gran circo de la economia de Peter T. Leeson

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    ?Sabia que, en la Inglaterra del siglo xix, habia subastas en las que se compraban y vendian mujeres para luego casarse con ellas? ?Que, durante 250 anos, Italia persiguio penalmente a las cucarachas y a los grillos? ?O que en Liberia, aun hoy, los acusados de un crimen beben a veces veneno para determinar su destino?

  • El dia que se perdio el amor de Javier Castillo

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    Adictiva, trepidante y absorbente, Javier Castillo, autor del exitoso thriller El dia que se perdio la cordura, nos introduce de nuevo en una historia frenetica cargada suspense y amor a partes iguales.

  • La cocinera de Castamar de Fernando J. Munez

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    Clara, una joven caida en desgracia, sufre de agorafobia desde que perdio a su padre de forma repentina. Gracias a su prodigiosa cocina logra acceder al ducado de Castamar como oficial, trastocando con su llegada el apatico mundo de don Diego, el duque. Este, desde que perdio a su esposa en un accidente, vive aislado en su gran mansion rodeado del servicio. Clara descubrira pronto que la calma que rodea la hacienda es el preludio de una tormenta devastadora cuyo centro sera Castamar, su senor y ella misma.
    Fernando J. Munez teje para el lector, con una prosa detallista y delicada, una urdimbre de personajes, intrigas, amores, envidias, secretos y mentiras que se entrecruzan en una impecable recreacion de la Espana de 1720.

  • Las 4 fuerzas que rigen el universo de Jordi Pereyra

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    Hoy sabemos que cualquier incognita que se nos ocurra, desde por que los planetas tienen la forma que tienen o como los distintos elementos interaccionan entre si, tiene su respuesta en una --o alguna-- combinacion de cuatro fuerzas fundamentales. En este libro echaremos un vistazo al descubrimiento de estas fuerzas para acercarnos a los avances que se estan realizando y plantear la posibilidad de si algun dia se podran unificar en una gran Teoria del Todo.

  • Los inmortales de Chloe Benjamin

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    En 1969, en un barrio de Nueva York, se rumora la llegada de una adivina que asegura conocer el dia de la muerte de las personas. Los hermanos Gold, a pesar de su corta edad, deciden ir y escuchar lo que les depara el futuro.

  • Los Tatuajes No Se Borran Con Laser, Carlos Montero de Carlos Montero

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  • Diluvia en Madrid de R. Freire

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    Una sola realidad. tres formas distintas de verla y sentirla.
    Entre tres, las posibilidades se multiplican, lo sencillo se complica y lo inimaginable puede suceder. Marta, Jara y Candela tendran que aprender que la vida no es el cuento de hadas que les contaron de ninas, que el principe azul no existe y que, a veces, la bruja termina convirtiendose en un personaje dulce y vulnerable capaz de hacer que se tambaleen nuestras mas firmes convicciones.
    “Mis insultos entre forcejeo y forcejeo no hacen sino avivar el deseo que nos sacude a ambas. Mis manos encuentran sus pechos, que me parecen tan duros y majestuosos como imaginaba. Si Newton levantara la cabeza, tendria que reformular su Ley de la Gravedad, que tal vez funcione con estupidas manazas, pero desde luego no sirve para explicar la firmeza de los senos de Jara”.
    “Si ninguna de ellas impide que la bola se haga mas grande. ?debo ser yo la que vele por la estabilidad de su matrimonio?”
    “De repente, las dos nos estamos mirando, y por un segundo tengo la lacerante seguridad de que ambas pensamos lo mismo: si ni siquiera podemos ponernos de acuerdo sobre como pasar un fin de semana juntas, puede que nuestra relacion este mucho mas deteriorada de lo que nos gustaria asumir.”
    “?Quien decide lo que esta bien y lo que esta mal? ?Como puede la sociedad establecer el modo en que las personas tienen que ser felices? ?Que es lo normal? ?Copiar lo que hace todo el mundo, aunque no te guste? ?Lo normal es ser heterosexual? ?Por que creemos que lo que hace la mayoria es siempre lo mas acertado?”

  • No volvere a tener miedo, Pablo Rivero de Pablo Rivero

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    El reconocido actor Pablo Rivero da el salto a la literatura con una opera prima perturbadora, hipnotica y genuina.

  • El color de la luz de Marta Quintin Maza

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    Una novela intimista, construida con maestria, que explora diversos tiempos y lugares (Espana, la Guerra Civil, el Paris de los anos veinte, Nueva York…) y plantea una historia de amor descarnado, imposible por la propia naturaleza humana, por la inseguridad, por el miedo…, por la incapacidad de reconocer que tal vez el error fue no amar.

  • El triunfo del hogar (Edentown 1) de Annabeth Berkley

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    ?Estas completamente segura? --Si --asintio decidida la bonita pelirroja mirando a sus dos amigas que la miraban preocupadas. La sonrisa que siguio a su afirmacion les dejaba clara su determinacion y firmeza. Llevaba mucho tiempo reflexionandolo, investigando, calculando las diferentes opciones, y por fin se habia decidido. --Escucha Megan --insistio la rubia de ojos claros mientras detenia su ritmo y recuperaba el aliento del footing que practicaban a diario--. Esto no es como cuando decidiste conocer hombres por internet. Estas hablando de tener hijos. Laurel tambien habia dejado de correr y la miraba preocupada mientras se retiraba el flequillo de la frente y sacudia sus bonitas piernas para relajarlas. El camino natural que bordeaba parte del lago Eden les servia de escenario para sus encuentros deportivos antes de que cada una empezara su jornada laboral. --Quiero tener hijos --insistio Megan deteniendose con los brazos en jarras--. Estoy decidida. --sus ojos castanos se iluminaban cada vez que lo pensaba--. No puedo pasarme la vida esperando a que llegue un hombre que no aparece o que ni siquiera existe. Esperar a que se enamore de mi y esperar a formar una familia. --Por favor, Megan. Las cosas suelen funcionar asi --insistio Jane empezando a caminar malhumorada--. Si ahora tienes un hijo todavia vas a dificultar mas la posibilidad de encontrar un hombre --resoplo consciente de que ella tenia la misma inquietud que su amiga. --Creo que Jane tiene razon --dijo Laurel caminando a la par que ellas mientras se alejaban del lago. --Para ti es facil decirlo. Tienes a Nick --le contesto Megan--. No me malinterpretes. Nick es un sueno de hombre con el que formar una familia, pero es tuyo. El mio no aparece y me he cansado de esperarle. Tengo treinta y cinco anos. Mi reloj biologico no puede esperar mucho mas. --Pues espero que el mio si --suspiro Jane--. Vamos, Megan, una fecundacion in vitro no es algo para tomarselo a broma. --?Quien se lo toma a broma?--refunfuno molesta--. Esperaba que me apoyarais. Sabeis que lo llevo pensando bastante tiempo. --Claro que te apoyamos --le aseguro Laurel--. Es solo que nos preocupas. Un bebe es algo muy serio. Va a cambiar totalmente tu vida. --No tengo humor para un cafe --les dijo con el ceno fruncido al llegar a la bonita casa de Laurel donde siempre se tomaban el primer cafe de la manana--. Hoy tengo que estar temprano en la oficina. Las dos amigas la vieron alejarse hacia la calle principal y se miraron negando con la cabeza. --?Se habra enfadado mucho? --pregunto Laurel preocupada. --No --respondio Jane seria--. Es Megan. Se le pasara enseguida. Pero alguien tiene que hacerle ver todas las posibilidades, no solo las suyas. Megan Saint James volvio a su casa pensativa. Estaba decidida. No podia esperar que el hombre de sus suenos apareciera montado en un caballo blanco y le regalara la familia que nunca habia tenido. En primer lugar, porque cada vez estaba mas convencida de que ese hombre no existia y en segundo lugar, porque no podia esperar que su vida girara en torno a el o a su busqueda. O tal vez si podia esperar... pero no queria hacerlo. No le habia quedado mas remedio que ser independiente toda la vida y estaba visto que tenia que seguir siendolo. Nunca habia conocido a su familia, y eso habia alimentado su ilusion de formar una. Despues de mucho buscar habia encontrado el lugar donde establecerse, Edentown, un bonito pueblo a orillas de un precioso lago. Habia conocido personas que le habian ensenado con su ejemplo lo que era la lealtad y el carino, y sabia que podia apoyarse en ellas en caso de necesidad. Ademas, tenia un negocio propio que no le iba mal. Podia permitirse el lujo de tener un hijo sola y estaba decidida a ello. Siempre habia sonado con una gran familia y ya era hora de que empezara a construirla. Con marido o sin el. Despues de ducharse, envuelta en el albornoz, desayuno de pie apoyada en la encimera de la cocina de su pequeno apartamento. Sus tres gatas, su unica familia por el momento, la miraban esperando que compartiera algo de su bizcocho casero. Ella las miro sonriente. Las habia sacado de la calle y les habia dado el hogar, la estabilidad y el cobijo que ella nunca habia tenido. --Vosotras ya habeis desayunado --les explico carinosa-- ?Que os parece si ampliamos la familia? Esta vez con un bebe... Es buena idea, ?a que si? Si, yo tambien lo creo. Sonriendo y llena de confianza, sintonizo una emisora de radio con musica alegre, para recargarse con energia positiva. Quito la humedad de su larga y rizada melena con el secador y se vistio con uno de sus comodos y anchos vestidos, dispuesta a disfrutar de otro caluroso dia del recien comenzado verano. Bajo al piso inferior donde estaba la inmobiliaria de su propiedad. Era la unica de Edentown y se encargaba de cuantos alquileres y compra-ventas surgieran en el bonito pueblo en el que llevaba afincada poco mas de cinco anos. Se sentia orgullosa de esa bonita oficina pintada de azul claro. Estaba en una de las calles principales del pueblo y nunca le faltaban clientes, curiosos o especuladores con los que trabajar. Ella sola habia conseguido todo lo que tenia y se sentia orgullosa por ello. Se habia esforzado muchisimo y ahora que todo parecia que iba sobre ruedas, era el momento perfecto para tener un hijo. Estaba convencida. Miro la hora en el reloj de pared. Era cerca del mediodia y la cita que tenia concertada se estaba retrasando. Se centro de nuevo en la pantalla del ordenador. Reviso su bandeja de correo. Llevaba una temporada tranquila, desde que se habia dado de baja de las paginas de contactos a las que habia recurrido en su afan de encontrar pareja. No habia nada nuevo. Sonrio triste pensando en las veces que habia pensado que la puerta de su negocio se abriria y el hombre de su vida entraria seguro de si mismo diciendo... --Creo que me esta esperando. Levanto la cabeza del ordenador sobresaltada sintiendo que el corazon iba a salirsele del pecho. Dirigio su mirada a la puerta y miro al hombre que acababa de hablar y que ya se habia acercado al mostrador. Era alto y corpulento. Tenia el cabello rubio, mas largo de lo considerado como normal y una desarreglada barba. Su expresion no era precisamente amable. Rozaria la cuarentena, calculo mientras se acercaba a el. Llevaba una vieja mochila al hombro sobre una camiseta blanca de manga corta que le marcaba unos musculosos brazos y miraba distraido hacia uno de los grandes ventanales por los que entraba el sol. --Creo que no --reconocio Megan mientras trataba de que su pulso recuperara el ritmo normal -- ?En que puedo ayudarle? El hombre la miro para responderle y se encontro frente a la bonita pelirroja de ojos castanos. Fruncio el ceno molesto. Era una tentacion para la vista y el hacia mucho tiempo que no estaba con una mujer... ni queria estarlo, se recordo. Megan mantuvo la mirada de sus oscuros ojos y levanto las finas cejas como respuesta al ceno fruncido. La mirada de aquel hombre, bordeada de ligeras arrugas, le indicaba que no estaba pasando por su mejor momento. Pero, vaya, su corazon estaba latiendo a un ritmo bastante acelerado y sentia un cosquilleo por la espalda que le llegaba hasta la nuca. Ese hombre, ademas de mal humor, irradiaba una fuerza masculina que la atraia sin poder evitarlo. --Habia quedado con la senorita Saint James... creo --busco un trozo de papel en el bolsillo trasero de su pantalon vaquero. --Ah, pues soy yo --reconocio Megan confundida revisando la agenda que tenia sobre el mostrador-- Perdone, pero no le esperaba --se sonrojo. --Habiamos quedado a las once --insistio malhumorado--, pero el coche me dejo tirado en el camino. Megan fingio una sonrisa que no sentia ante la incomodidad de la situacion. --Bueno, no hay problema... yo tenia apuntado a un sargento que se habia jubilado del cuerpo de marines... --?Y yo que soy? --pregunto molesto e impaciente. Megan lo miro boquiabierta ante el exabrupto y su propio error --?Sargento Keith Logan? disculpeme, no se por que crei que era mucho mayor... --Yo tampoco se porque creyo eso, pero no me importa --corto hurano-- ?Tiene las llaves de mi piso? --Si, si, claro --respondio Megan con su mejor sonrisa intentando suavizar la situacion mientras cogia las llaves--. Si no ha solucionado la averia del coche, Dexter Campbell, en la gasolinera de las afueras, tiene servicio de grua. Trato de serenarse para no pensar en lo desagradable que le estaba resultando aquel hombre y lo estupida que se estaba sintiendo ella. Keith observo el nerviosismo de la joven pelirroja, pero no le importo. Estaba mas que cansado. Solo queria llegar a su casa, tumbarse en una cama y a ser posible no despertar en una semana, cuando todo se hubiera arreglado... algo. --Sigame, el jefe de su departamento me insistio en que queria para usted la mejor casa de la zona --cerro la puerta de la inmobiliaria con llave haciendo que la siguiera--. Como ha dicho que no tiene coche podemos ir andando. No esta muy lejos. ?Conoce Edentown? Keith la seguia dos pasos por detras. Se distrajo admirando lo que intuia que eran unas largas piernas bajo ese vestido de color claro. Volvio a recordarse que no queria saber nada de ninguna mujer, ya habia tenido bastante con Bianca. Ella se giro esperando una respuesta, pero el no tenia ganas de hablar. Ese dia, no.

  • Amor que hiere de Ulises Novo

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    Una manana de otono, Michael, un atractivo profesor de Literatura, y Sheila, una joven universitaria de ultimo curso de Estudios Ingleses, se encuentran casualmente en una libreria.

  • Manual del aspirante a chef de Shine

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    ?Quieres convertirte en un autentico chef? ?Preparar menus y estar a la altura de un gran restaurante? ?Impresionar a tu familia y amigos con originales y sofisticadas recetas?

  • La Esencia – Mila Martinez de Mila Martinez

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    Durante la estancia de fin de semana en un complejo enologico, el grupo formado por cinco amigas muy dispares se ve envuelto en una peligrosa trama, que da comienzo cuando desaparece repentinamente una de ellas.

  • Cupido me ha dado fuerte de Carolina Vivas

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    !17 RELATOS QUE HABLAN DE AMOR!
    Dicen que los escritores romanticos y con buena imaginacion siempre aprovechan el 14 de febrero para contar una linda historia de amor. Es que a veces sacar tu lado cursi tiene su ventaja, aunque aqui, entre flores y corazones, tambien encontramos formas diferentes de amar. Asi que, !hay para todos los gustos!
    Eso de esperar demasiado de nuestras parejas un dia tan comercial no se los recomiendo, la verdad, pero aqui si se puede sonar, es mas: !te sorprenderas!
    !Lean los relatos y descubran su favorito!
    Asi conoceras a varios clientes dificiles de Cupido, veras estrellas con Eros. o, simplemente mantendras tu lado romantico a flote porque el amor es contagioso.
    !Disfruten!

  • Mas dulce que el cafe 2 de Miki Russo

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    La verdad finalmente ha quedado al descubierto y Kari esta destrozada. Ya no quiere saber nada de Roberto. Se siente tonta y utilizada. Su unico deseo es dejar el dolor atras, retomar su vida y olvidarse de el... o al menos intentarlo, ya que parece ser imposible. Roberto esta arrepentido de sus errores y no quiere perder a Kari, pero su pasado no le deja muchas opciones para recuperarla. Resignarse parece ser el unico camino, pues los problemas llegan uno tras otro y las dudas y temores no dan tregua. Kari y Roberto vuelven a encontrarse, pero las cosas ya no son como antes. El dano ya esta hecho y no existen muchas posibilidades de repararlo. ?Pueden dos corazones rotos curarse el uno al otro? ?Donde esta el limite del perdon? ?Que sacrificio estas dispuesto a hacer por amor? El cafe, aunque sea por naturaleza amargo, esta lleno de matices, igual que el amor. Sin embargo, de nosotros depende que tan dulce pueda ser.

  • Cuando todo acabo de Anna Garcia

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    Os voy a contar una historia de amor diferente. Una historia llena de lucha, derrotas, sacrificios, lagrimas, imperfecciones y cicatrices. Una historia de amor de dos personas que se encontraron cuando no tenian nada y se separaron cuando lo tenian todo. Os voy a contar que paso… cuando todo acabo”

  • No podre olvidarte de Clara Ann Simons

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    Seco el sudor que recorre mi frente, apartando de un soplido un mechon de pelo rebelde que tapa mi ojo derecho. Llenando los pulmones, inspiro una gran cantidad de aire y lo voy soltando poco a poco, dejandome envolver en la tranquilidad de los majestuosos valles Pasiegos y el calor de los rayos de sol sobre mi rostro. Tenemos pocos dias tan buenos como este a lo largo del ano, supongo que un pequeno precio a pagar por vivir en el norte de Espana, aunque recrearse en estas vistas desde mi lugar de trabajo, bien merecen la pena; preciosos valles, verdes pastizales que se pierden en la lejania hasta las lomas de las montanas, gente noble y reservada. Tampoco es que me hayan molestado nunca el mal tiempo o la lluvia. De no ser por ella no disfrutariamos del maravilloso color verde que nos rodea y siempre he sido feliz trabajando la tierra, preparando los semilleros o cuidando de los plantones. Perezosamente, estiro la espalda como si fuese un gato y sacudo la tierra de mis pantalones, observando el invernadero de fresas ecologicas en el que he estado trabajando en las ultimas cinco horas. Ya tengo listos los bancales profundos, cubiertos con un plastico para evitar las malas hierbas antes de colocar uno a uno los plantones, lo que me ha dejado la parte baja de la espalda para el arrastre. La bruja que dirige la empresa de productos ecologicos para la que trabajo sigue con su recorte de gastos de personal y el tiempo apremia. La climatologia nos permite tener fresas en unos meses en los que los productores de otras zonas del pais ya no las tienen, pero su cultivo no puede esperar. Al salir del invernadero, coloco la mano derecha a modo de visera sobre mis ojos, cerrandolos ligeramente para acomodarlos a la luz del sol mientras una rafaga de brisa veraniega ayuda a secar la capa de sudor sobre mi piel bronceada por las horas de trabajo a la intemperie. Casi sin pretenderlo, mis pensamientos regresan a mi abuelo. Ha sido el quien me infundio el amor por la naturaleza y el cuidado del medio ambiente. Los recuerdos mas felices de mi infancia se remontan a su lado, a aquellos dias en los que me ensenaba los nombres de las diferentes plantas y su cuidado. Gran parte de lo que se sobre agricultura ecologica se lo debo a el y ahora se ha convertido en mi trabajo. Son jornadas duras y no estan bien pagadas, pero disfruto cada dia. ?Que mas se puede pedir? "Patricia", su nombre regresa a mi cabeza cada vez que bajo las barreras y me relajo. Dejo escapar un suspiro y sacudo la cabeza como queriendo borrar ese pensamiento de mi memoria, como si eso fuese posible. Poco a poco voy consiguiendo olvidarla, ya ha dejado de ser el pensamiento recurrente que me atormentaba dia y noche. No consigo borrarla por completo, quiza nunca pueda, pero al menos, cuando estoy ocupada, no pienso constantemente en ella. Algo muy diferente es volver a casa y encontrarla vacia, sin su presencia. Es entonces cuando me llena un vacio dificil de manejar. Joder, Patri era increible. Piernas largas, culo maravilloso y pechos perfectos. Una piel inmaculada, vientre imposiblemente plano y un cabello tan fino que me hacia enloquecer cada vez que lo peinaba entre mis dedos. Han pasado varios meses y no logro olvidar esos profundos ojos azules observandome a traves de las pestanas mas largas que haya visto en una mujer. Patricia era hermosa sin esfuerzo. Ni siquiera necesitaba maquillaje, aunque en ocasiones lo llevaba a fuerza de costumbre. No importaba lo que se pusiese encima, siempre estaba tan guapa que podria desfilar en una pasarela. Pero, mucho mas importante que su fisico era su personalidad; una mezcla entre timidez y dulzura, aderezados a veces con justas dosis de arrogancia y cabezoneria que la hacian irresistible. Y su sonrisa... joder, !que sonrisa! Cuando nos presentaron, esa sonrisa fue lo primero que llamo mi atencion. Me cautivo y, a partir de ese momento, ame cada minuto que pasamos juntas. Eran dias sencillos, de sofa y manta mientras haciamos maratones de series en Netflix. Dias de reir, de bailar desnudas al son del ritmo de su ultimo descubrimiento musical; las persianas bajadas, las luces apagadas, nuestros cuerpos iluminados por velas o lamparas de lava. Patricia era mi alma gemela, la mujer que me hacia feliz, la que me llenaba por completo, aquella junto a la que queria envejecer. Y, de repente...desaparecio. Si, justo asi. Un dia, al volver del trabajo, ya no estaba. Se esfumo con todas sus cosas, dejando un vacio en mi vida tan doloroso que apenas conseguia respirar. Ni una llamada de telefono, ni un mensaje, ni una conversacion previa. Nada. El primer mes apenas pude soportarlo. Ser consciente de que Patri habia desaparecido de mi vida me rompia por dentro. Trate de llamarla mil veces, pero anulo el numero de telefono y no tenia ni la menor idea de por donde empezar a buscarla. Celosa de su intimidad, siempre mantuvo su pasado envuelto en misterio, alegando que era mucho mejor para ambas. Su falta de comunicacion al desaparecer de mi vida mientras trabajaba fue como un punal que me atraveso el corazon. La madre de todas las traiciones. No sabia que pensar, aun no lo se. Desconozco si algo la ha molestado, si he hecho algo mal. Cada dia, repasaba mentalmente la ultima semana junto a ella, intentando recordar en que habia podido ofenderla, pero fueron dias perfectos, al igual que todos los anteriores mientras estuvimos juntas. La primera semana llore noche y dia. Llore abrazada a la almohada hasta que no me quedaron mas lagrimas, primero en mi casa y mas tarde en la de mi abuelo. No podia soportar la actitud de mi madre tratandome como si fuese una nina de quince anos a la que han roto el corazon por primera vez. Tampoco el comportamiento de mi padre, que nunca supo como reaccionar cada vez que he tenido problemas, paralizado al verme llorar. Mi abuelo nunca me juzgo, se convirtio en la roca a la que me agarraba cada vez que lo pasaba realmente mal. Solamente se sentaba a mi lado y me ofrecia un te, o galletas, o un sandwich. Siempre acompanados de un post-it diciendome lo mucho que me queria y que podia contar con el cuando estuviese lista para hablar. Fueron esos mensajes en los post-it los que consiguieron, poco a poco, sacarme adelante. Como casi todo en casa de mi abuelo, estaban relacionados con la agricultura o la jardineria. De hecho, yo misma se los habia regalado en las anteriores Navidades. Cada uno tenia el nombre de una planta, con su ilustracion, una pequena descripcion y un chiste relacionado con la jardineria, normalmente tan malo que te hacia sonreir. --!Ana! ?Como van les coses, guaja?--La voz ronca de Manu con su fuerte acento asturiano me saca de mis pensamientos, devolviendome de golpe a la realidad. Casi se lo agradezco, porque no me hace ningun bien coger un tren al pasado y recordar aquellos maravillosos dias junto a Patricia. A mis veintisiete anos, para Manu sigo siendo "la guaja", el sobrenombre que me puso el primer dia que pise estas instalaciones hace ya seis anos. --Todo bien, Manu--respondo secando con el reverso de mi mano una solitaria lagrima que rueda por mi mejilla--el invernadero ya esta terminado. --Esa ye la mi nena--responde jovial mientras sube, a paso lento, la cuesta que lleva hasta la hilera de invernaderos donde me encuentro. Me duele ver su declive en estos dos ultimos anos. Manu ha pasado toda su vida dedicado a la agricultura y es una autentica enciclopedia sobre produccion ecologica. Sin embargo, los anos de esfuerzo y los largos horarios han pasado factura a su cuerpo. Sus rodillas ya no son lo que eran y hay dias en los que el dolor de espalda se hace insoportable. Lo malo es que aun le quedan dos anos para retirarse y su deterioro es palpable. --No hay cura para la vieyera, no cumplas anos, Ana--exclama nada mas acercarse a mi, sonriendo a pesar del esfuerzo y el evidente dolor. Le devuelvo la sonrisa perdiendome en la profundidad de sus ojos negros, llenos de sabiduria y rodeados de marcadas arrugas a causa de las innumerables horas al sol. Acercandome a el con paso decidido, le sujeto por el codo y le ayudo a dar las ultimas zancadas hasta el invernadero, sabiendo que querra comprobar si he colocado bien los plantones de fresa en los bancales. Lo he hecho en un millon de ocasiones y podria repetirlo con los ojos cerrados y una mano a la espalda, pero sigue queriendo comprobarlo todo. --!Esta todo perfecto, nena!--asevera con varias palmadas sobre mi hombro derecho que me hacen perder el equilibrio. Tras agradecerle el cumplido y preguntarle por los tomates que estamos plantando en tres de los invernaderos, Manu se pone serio y vuelve a tomar la palabra. --Hay una moza con la jefa que dicen que ye la que se va a encargar del negocio, o algo asi, no preste mucha atencion--interrumpe Manu haciendo un gesto de desprecio al hablar. Manu nunca ha tenido ningun respeto por Julia, nuestra jefa. No tiene ni idea de agricultura, y mucho menos de una explotacion ecologica y eso ya es motivo suficiente para que Manu considere que no es digna de respirar el mismo aire que el. Sin embargo, a la hora de llevar un negocio y de buscar compradores, esa mujer es un lince. No se le puede negar su valia, eso es lo que nos mantiene a flote contra las producciones no ecologicas, aunque para alguien como Manu sean labores inferiores. En cualquier caso, Julia nunca ha escondido que este trabajo era algo temporal para ella y que le gustaria irse de aqui cuanto antes. Se ve que lo ha conseguido. --?Y que tiene que ver esa moza, como tu dices, conmigo?--pregunto confusa con los brazos en jarra y elevando las cejas--. Sera cosa de la jefa. --Necesita alguien que le de una vuelta por las instalaciones--responde Manu encogiendose de hombros--la jefa diz que debo encargarme yo como capataz, pero ya le he dicho que mejor que lo haga la guaja que ye mas agil. --Gracias por buscarme mas trabajo con lo poco que tengo que hacer, Manu--me quejo medio en broma medio en serio, pensando que aun tengo que llenar de plantones de fresa los bancales de otro de los invernaderos. --Ya le he dicho a la muy cabrona que el dia que me compre un carrito de esos de golf para moverme por las instalaciones puedo ser su chico de los recados, pero no me hace caso--bromea Manu sonriendo mientras pega una patada a una piedra que rueda ladera abajo. Meneando la cabeza, pongo los ojos en blanco mientras recojo mis cosas y dejo escapar un suspiro ante su comentario. Seria todo un espectaculo ver a Manu con un carrito de golf moviendose entre los invernaderos. Capitulo 2 Covadonga Cada una de sus palabras taladra mi cabeza y creo que me puede estallar en cualquier momento. Esta Julia es horrible, jamas habia estado con una persona tan cansina. Cada explicacion es un suplicio de monotonia y cuando no soy capaz de entender a la primera alguno de los conceptos me rine como si fuese una nina pequena en vez de su sucesora en el cargo. Me parece increible, menos mal que no la tendre que aguantar mas de quince dias. --Creo que eso es todo por hoy. Si hay alguna otra cosa que quieras preguntarme... --anade en su tono monotono capaz de dormir a las ovejas. --No, gracias, Julia. Pienso que eso es todo, estas siendo muy amable con tus explicaciones-- contesto de manera educada suplicando en mi interior que deje de hablar de una maldita vez. El trabajo en si no parece complicado, al menos la parte administrativa, de la parte tecnica se encarga un tal Manu, que al parecer tiene mucha experiencia. En cualquier caso, no me he enterado ni de la mitad de las cosas que me ha dicho. No es solamente su tono de voz, es su actitud, el desprecio que muestra por los operarios que se encargan de los invernaderos que al fin y al cabo son la clave del negocio. No lo entiendo, y hago nota mental de no convertirme nunca en una mujer asi. --Ah, ahi esta Manu y tambien Ana. Manu te dara una vuelta por los invernaderos para que al menos te suenen, aunque tampoco es necesario que aprendas gran cosa sobre la parte de los cultivos salvo como venderlos a las grandes cuentas--establece Julia con desden causando un claro gesto de desprecio del tal Manu. Apenas soy capaz de escuchar sus palabras porque mis ojos se han detenido en la preciosa morena que se encuentra al lado del capataz. Lleva el pelo recogido en una cola de caballo y tiene una boca por la que se podria morir. Sin querer, mi mente trata de imaginarla vestida con otra ropa que resalte mas su cuerpo, o sin ropa. --Buenos dias--saluda apretando mi mano con energia el encargado de los invernaderos, ignorando a Julia. --Hola, me llamo Covadonga y espero aprender mucho de usted, es toda una leyenda en agricultura ecologica--respondo asintiendo con la cabeza y dibujando una sonrisa de orgullo en su boca. --!Una jefa simpatica! Esto si que va a ser nuevo--exclama Manu con desparpajo sin importarle que Julia este todavia presente. Sin poder evitarlo, desvio la mirada hacia su rostro que se ha puesto rojo de rabia de repente. Si las miradas pudiesen matar, creo que el tal Manu estaria ya moribundo en el suelo. --La guaja te ensenara los invernaderos. Yo estoy ya un poco viejo para moverme con agilidad. A mi ritmo nos llevaria un par de dias--bromea el capataz dirigiendo la mirada a la chica que le acompana y que supongo que es a quien llama la "guaja". Mi corazon se salta varios latidos al observar la sonrisa de la preciosa morena. Se le forman dos hoyuelos a ambos lados de la boca y sus ojos se encienden. Su piel esta bronceada, seguramente de las horas de exposicion al sol, y unas simpaticas pecas cubren la piel bajo sus ojos y parte de su nariz. La camiseta de tirantes deja ver unos fuertes hombros y, a pesar del sudor y la ropa de trabajo, esta radiante. --Encantada de conocerte, soy Ana--interviene avanzando unos pasos y ofreciendome su mano en forma de saludo. Una corriente electrica traspasa mi cuerpo nada mas tocar su piel y me quedo petrificada mirando sus ojos, con el corazon desbocado sin saber si ella ha sentido lo mismo que yo. --Espero que no te importe que sea yo quien te ensene los invernaderos en vez de este vejestorio--bromea colocando una mano sobre el hombro izquierdo del capataz y apretandolo con suavidad.

  • Un secreto de Alejandro Palomas

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    Es que como Nazia es mi amiga y desde Navidad vive con papa y conmigo porque es mejor, ahora es mi hermana de acogida, que es como si fuera una hermana de verdad pero sin transfusion y eso quiere decir que nos lo tenemos que contar todo, hasta los secretos mas secretos. Aunque el secreto mas gordo de todos Nazia no se lo ha contado a nadie porque su madre le dijo que si lo hacia, ella se moriria de pena.

  • Amores pasados (Quedate conmigo 1) de Nari Springfield

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    La vida de Mimi nunca ha sido apasionante, pero todo cambia cuando decide mudarse de Nueva York a Los Angeles para estar al lado de su hermano. Tras conseguir un empleo en la prestigiosa y conocidisima multinacional Laksmi, Mimi se reencontrara con su pasado, con las tardes en Central Park mirando el cielo, las risas hablando sobre ovnis y los timidos besos adolescentes. Pero Mimi ya no tiene quince anos, y hace media vida que perdio contacto con la unica persona con la que habia conseguido conectar a todos los niveles.

  • Donde se cumplen los suenos de Loren Mills

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  • Lo di todo por amarte de Pat Casala

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    Aiden y Zofia son dos corazones rotos que luchan por recomponerse. Lo suyo es un imposible. Pero el amor no entiende de deseos, solo de sentimientos.

  • Las Supervivientes de Riley Sager

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  • Amor intempestivo de Rafael Reig

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    Con mas de cincuenta anos, seguia echandome de menos a mi mismo, y empece a escribir en un cuaderno de doscientas cuarenta paginas tamano cuartilla, de pie, en un barril del bar de Lucia, con un whisky y frente a la piedra de La Maliciosa coronada de nieve. Tarde meses en llenarlo y cuatro anos en llegar hasta el final, desde el que ahora escribo. Las novelas --como la vida-- se leen desde el primer capitulo hasta al ultimo, pero se escriben siempre desde el final --tambien como la vida, que solo adquiere sentido una vez vivida--. Intente apartarlo de mi, escribi otras cosas (las novelas Senales de humo y Para morir iguales), pero el cuaderno de tapas negras seguia esperandome sobre la mesa con sus ciento veinte paginas escritas a lapiz por una sola cara; y otras tantas en blanco, al dorso. Quedaba una cara de mi que no me atrevia a descubrir. Como si hubiera hecho la cama al contrario, con la almohada a los pies, oia el ruido amenazador de mis pasos acercandose. Por eso decidi terminar la otra cara de las paginas: para salir a mi encuentro. Todo empezo con una reunion de viejos amigos, fantasmas del pasado. El Festival Ene se celebra en el Circulo de Bellas Artes de Madrid y cada ano lo organiza una persona distinta, a la que llaman comisario. En 2016 la comisaria fue Marta Sanz y --como es costumbre-- lo lleno todo de amigos de su edad, escritores nacidos en los anos sesenta. Marta me invito a lo que la prensa llama <> --como llama a las elecciones <>-- para que participara en una mesa redonda. Acepte por ver a los amigos y porque no puedo resistirme a nada que me proponga Marta, menos aun con su placa de sheriff. Tambien necesitaba que me diera el aire. Llevaba mas de un ano sin escribir, porque me habia convencido de que mis novelas eran como los inventos del profesor Bacterio: o no funcionaban o, si lo hacian, era siempre en contra del lector. La mesa redonda, que tuvo lugar el viernes 4 de noviembre a las 21:30, se titulaba <>, y el programa (que conservo) la presentaba asi: Hace veinte o treinta anos coincidieron en las aulas y en el bar de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Autonoma de Madrid cuatro muchachos que se han convertido en figuras centrales de las letras espanolas por su labor docente y literaria. Javier Azpeitia, Eduardo Becerra, Antonio Orejudo y Rafael Reig reviviran viejas conversaciones y sus temas de interes de ayer y de hoy. Me recordo a los dibujos de mi infancia, las Merrie Melodies, que se anunciaban como <>. Quiza fuera intencionado y Marta Sanz queria insinuar que nuestros <> son propios de los dibujos animados. Baje temprano a Madrid en el autobus de linea, el 684 de Larrea, decidido a administrarme en el oportuno bar la anestesia necesaria para afrontar la intervencion. Contra todo pronostico, la charla sobre el exito y el fracaso, sobre la lealtad y la traicion, no solo me parecio entretenida, sino que me devolvio las ganas de escribir. Esa noche dormi en Madrid y volvi a casa a mediodia, y al dia siguiente me levante, como siempre, a las cinco de la manana. Desayune y me di una ducha que termine con agua fria, hasta que empezo a salir el agua de <>, como se dice en el pueblo con tono solemne e intimidatorio. Aqui el agua siempre sale del grifo muy fria, te deja los dedos morados, pero llega un momento en el que aparece de pronto un agua heladora que viene de la remota tuberia profunda, soterrada bajo el nevero perpetuo de la montana, y que puede hacer que se te pare el corazon de golpe. Eso dicen en Cercedilla. Llevaba tanto tiempo resistiendome a escribir, que el ordenador se nego a arrancar. Por eso me fui a escribir a mano en el barril. David, el amigo informatico que todos tenemos, probo el <>, que no funciono, y me dijo que iba a buscar un <>. Segun me explico, el ordenador almacenaba el estado del sistema en varias fechas a las que podia retroceder para ponerse en marcha tal y como se encontraba entonces. Lo que hubiera sucedido a partir de ese momento, desapareceria --programas, archivos, documentos-- y volveriamos atras (sin memoria ni deseo) para empezar de nuevo. La idea me parecio sugerente. Igual que los ordenadores, quiza nosotros tambien establezcamos hitos en el tiempo, a los que volver cuando ya no seamos capaces de seguir adelante: antes de la primera novia, de la primera claudicacion, del nacimiento de un hijo, de la muerte de un ser querido. Como era previsible, la mesa redonda me transporto a uno de esos instantes: antes de terminar la carrera, cuando todos eramos genios y todavia inmortales. En mi caso, ese estado se prolongo un ano mas, porque obtuve una beca como lector en la Tufts University, en Boston, donde pude seguir siendo inmortal y un genio, mientras mis companeros preparaban la oposicion a secundaria y daban clases particulares o repartian pizzas en motocicleta para poder hacer el doctorado. Treinta anos despues, ya calvos, mediocres y mortales, con barrigas, canas y ojeras, arrastrando los pies y llevando a cuestas divorcios, hipotecas, deudas y sinsabores, nos fuimos encontrando en la famosa Pecera del Circulo, junto a la mujer desnuda esculpida por Moises Huerta y bajo los lienzos del techo pintados por Jose Ramon Zaragoza. Era dificil no mirar aquel cuerpo de marmol, tendido a nuestros pies en una postura muy poco natural, y con los ojos cerrados. No esta dormida, nos dijo Chavi Azpeitia: esta muerta. En mi familia todos tenemos dibujos de Zaragoza, que era de Cangas de Onis y debio de ser buen amigo de mi abuelo Benito. Sus pinturas, demasiado clasicas, sin duda se parecen al modelo y son --como tantos matrimonios-- fieles pero aburridas. De los dibujos lo que llama la atencion es que todos los que tenemos son de hombres desnudos. Alli, mirando con timidez el hermoso cadaver y las acartonadas pinturas, estabamos la presunta generacion de los sesenta, que casi nunca ibamos al Circulo de jovenes. En los ochenta aquello era poco mas que un casino de provincias, cuando decidieron resucitarlo con una primera medida decisiva: cobrar la entrada. A veinte duros. Y por supuesto funciono, aunque nosotros siguieramos yendo al Deportes (que estaba al lado de la editorial Cambalache), al Casa Riera, al Galdos o a tabernas como La Dolores. Si existiera una <> (pero no es mas que una conjetura), su caracteristica mas sobresaliente tendria que ser nuestra inoportunidad. ?Que clase de jovenes sonarian con ser novelistas cuando la literatura ya habia perdido toda relevancia social? Los ultimos que llegaron a tiempo fueron los que tenian diez o quince anos mas que nosotros: Javier Marias, Munoz Molina, Millas, Mendoza, Llamazares... Con veinte anos, en los ochenta, les vimos triunfar, pero no nos dimos cuenta de que eso nunca iba a volver a suceder. Debiamos de ser los tontos de la clase, el peloton de los torpes, porque el resto de los jovenes de nuestra edad no querian ser escritores, sino cantantes, directores de cine, arquitectos o simplemente ricos. Si existiera esa generacion (pero insisto, se trata de una idea de bombero), habria que llamarla <>, siempre estuvimos, como dice el diccionario, <>. Asi nos va. Nuestros predecesores aguantan el tipo como pueden, a sabiendas de que son un anacronismo. Miralos: uno escribe a maquina y se comunica por fax, otro se hace pasar por neoyorquino de Brooklyn con acento andaluz, otro se mete en armarios empotrados que dan a su otro yo... En fin, se comportan como cunados con una copa de mas en la boda de su hermana, o como filatelicos obsesos y empecinados. ?Y nosotros? No somos mas que un hatajo de acreedores, se nos debe la gloria y vamos reclamandola por los rincones. Nuestras novelas pertenecen todas al mismo genero literario que los cartones que ponen los mendigos al lado de su manta: pedimos una limosna de gloria contando nuestra triste vida, y lo llamamos autoficcion. Eso somos las <> que escupiamos en corro <>. Salvo por la ausencia de torres de vigilancia, aquella Universidad Autonoma de Madrid era identica a una prision provincial de grises muros de hormigon, aislada y laberintica, con patios interiores y escaleras supernumerarias que dificultaban la huida. La blanda hierba que decoraba el campus tambien le daba --combinada con la arquitectura penitenciaria-- ese aspecto de inocencia simulada que caracteriza a los laboratorios farmaceuticos y a los emplazamientos militares secretos. Lo mas acogedor era el bar de la Facultad. !El inolvidable bar de Juanjo! Con la no menos inolvidable tortilla de patatas en olla que hacia Mercedes, la mujer de Juanjo. Aquellos eran los tiempos, primera mitad de los ochenta, y en el bar de Juanjo habia parejas de literatos discutidores: Gerena y Echevarria, al que llamabamos Echabarriga, Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra, Pepe Ridao y Juan Blazquez, y Orejudo y yo. Ninguno esperabamos cumplir los treinta: moririamos jovenes, como los heroes, fulminados por nuestro propio talento, igual que el olmo viejo hendido por el rayo (y en su mitad podrido). Juan era el mas ambicioso de todos: bebia ginebra por las mananas y ni siquiera confiaba en cumplir los veinticinco. El bar tenia una barra en forma de ele; el lado corto acababa junto a una ventana que daba a la entrada principal; el largo recorria la sala hasta una pared, tras la que estaba la estacion de tren. En las otras dos paredes habia repisas para dejar las copas, los cafes o los botellines, y para apoyar el codo con displicencia y la cadera dibujando esa curva caracteristica de Praxiteles. El pequeno espacio de barra junto a la ventana era el lugar privilegiado, que ocupaban siempre los modernos, palidos, ojerosos, recien exhumados de sus tenebrosas sepulturas en el Penta, la Morasol, el Morgenstern o el Rock-Ola. Los plumiferos nos repartiamos el resto: Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra en el otro extremo de la barra, Echabarriga y Gerena en la repisa mas cercana a la puerta; Orejudo y yo en el angulo de la ele; Blazquez y Ridao, al lado de la entrada: todos incansables en nuestra liturgia de bendiciones y maldiciones. !Tolstoi es Dios! Mejor Dostoievski: !es el Demonio! !Clarin es un estrenido! !Las novelas de Galdos huelen a repollo, como un descansillo de escalera! !Neruda es mas plomo que el catastro! !Pues anda que Vallejo: un indio deslumbrado por las baratijas del simbolismo frances! Y asi cada manana. ?De que hablabamos? De nosotros mismos, todo el tiempo, de la identidad que intentabamos construirnos. Por eso eramos tan categoricos --estabamos dando palos de ciego-- y por eso estabamos tan impacientes: !teniamos los dias contados! Y sin embargo Azpeitia y Becerra siguen vivos (uno es un escritor bastante reconocido y el otro es catedratico), y viven tambien Echabarriga (alto cargo en una multinacional de fabricacion y distribucion textil) y Gerena (que fue actor y periodista, y ahora arregla el pais en las tertulias de la tele); y vive y publica libros Pepe Ridao (aunque ahora se llame Jose Maria y sea embajador, ademas de un ensayista importante), por no hablar de Orejudo y de mi, que insistimos en publicar novelas, pero cada vez mas cansados, porque ya solo hablamos de nosotros mismos, incapaces de encontrar nada de mayor interes. El unico que murio --pero no antes de los veinticinco-- fue Juan Blazquez, que tantas ambiciones tenia, el primero que publico una novela, aunque ya no volvio a escribir jamas hasta su muerte, de una cirrosis devastadora, a la edad de Garcilaso y sin ninguna gloria, salvo la de ser recordado por sus amigos treinta anos despues en la barra de un bar, a partir de la tercera copa. Alli los que queriamos ser escritores nos vigilabamos unos a otros. ?Y si alguno de pronto iba y escribia la gran novela de nuestro siglo? Esa era la amenaza, y a mi entonces lo que mas me aterrorizaba era que la escribiera Antonio Orejudo. Durante varios anos fuimos inseparables. Mas que amistad, se trataba de una folie a deux que ambos alimentamos, no tanto por espiritu de cooperacion, sino sobre todo porque ninguno estabamos lo bastante locos como para mantener el delirio por nuestra cuenta. Convertirse en novelista es como atracar un banco o cometer un crimen: se necesitan complices. Asi sucedia con Gerena y Echabarriga, con Chavi y Eduardo, con Ridao y Juan, y con Orejudo y conmigo. Solo he conocido a alguien lo bastante chiflado y con tanto ego como para intentarlo en solitario: Benavides. Una vez, seria por el 86, tras el referendum de la OTAN, en el semaforo de la calle Sagasta, a punto de cruzar hacia la taberna de Araceli, Jose Carlos Benavides nos revelo a Orejudo y a mi que el iba a ser <>. Tal cual. Casi nos atropellan, porque nos quedamos paralizados, mudos de admiracion, e intercambiamos esas miradas que indican que uno se halla por fin en presencia de un autentico orate. Benavides compaginaba Derecho y Filologia, asi que poco despues afirmo que Tomas y Valiente queria que, en su momento, le sustituyera en el Tribunal Constitucional, y luego que Lazaro Carreter le estaba tanteando para la Academia Espanola. Todo lo decia con el aplomo de los lunaticos: era fascinante. Y siempre actuaba solo, como un agente secreto o un francotirador. Durante un tiempo fue secretario de Estado de Cultura y ya no se por donde andara ahora: quiza haya remplazado a Lola Flores, a Tina Turner o a la madre Teresa de Calcuta --nada estaba fuera de su alcance-- o quiza este dando alaridos encerrado en una gavia. Orejudo y yo colaboramos para convencernos el uno al otro de algo no menos disparatado que las salidas de pata de banco de Benavides: que ambos ibamos a cambiar el curso de la literatura universal. Juan Blazquez en cambio no representaba una amenaza para nadie por una razon obvia: follaba demasiado. Gustaba a las chicas, las volvia locas, como si acabara de despertarlas de un profundo sueno en pleno dia, o tal vez de rescatarlas de una pesadilla. Tenia ojos azules, labios grandes y abultados, un flequillo rebelde que atravesaba la frente buscando un atajo, y cara de nino bueno, interrumpida de pronto por una sonrisa esquinada y provocativa que parecia decir: se lo que quieres, aunque tu todavia no lo sepas, y te lo voy a dar. Esa sensacion de peligro inminente --?quien no prefiere seguir ignorando su deseo oculto?-- debia de ser lo que les gustaba de el: el fondo pantanoso de sus labios bajo el agua diafana de su mirada. ?Que necesidad tenia de escribir novelas, si ya era tan atractivo? Ademas, para tener exito en los ochenta, bastaba con declararse cantante, actor, pintor o disenador; ya no era necesario ni aconsejable encerrarse a escribir cientos de folios que nadie iba a leer de todas formas. Los plumiferos nos habiamos convertido en mamarrachos, nos dabamos mucha importancia, pero actuabamos como exploradores polares cuando los polos --y la misma Antartida-- ya estaban repletos de McDonald's y cajeros automaticos. Mis unicos amigos no plumiferos eran los del club de ajedrez que formamos algunos de la Facultad, el club Al Paso, con el gran Ostolaza de presidente, el gordo Tomas, Macarena, Escalona y Carmen Avellan (a la que quise tanto y me dejo sin mas por Jaime Escalona). A Juan Blazquez mis amigos ajedrecistas le causaban bastante asombro: se negaba a creer que quisieran --tal y como afirmaban-- llevar vidas normales y corrientes. Estaba convencido de que esas vidas siempre desembocan en diverticulos en el colon, en la ominosa tos improductiva o en una inflamacion cronica de los tobillos. No eran mas que una perdida de tiempo, del buen humor y de la circulacion de retorno, eso decia, con su vaso de ginebra en la mano. Nosotros creiamos que solo se hacia escritor el que no tenia mas remedio. Si no tienes cuentas pendientes con el mundo, no te pones a escribir novelas. Eso es lo que les faltaba tanto a Juan como a Benavides: la inagotable energia del rencor. A final de cuarto Blazquez ya empezo a dejar de tener encanto. Cuando volvia del bano no era raro que trajera el pantalon manchado de pis, vomitaba en las fiestas o se quedaba dormido; y sus comentarios puede que siguieran siendo agudos, pero apenas se entendian tras la segunda ginebra. Nada mas terminar la carrera, se caso con Ines Baraona, una chica de provincias bastante pavisosa, y dejo de escribir. ?Por que dejo de escribir? Frente a una pregunta como esa hay varias respuestas posibles. La mas natural y razonable es otra pregunta: eso depende de para que escribiera. Otras opciones son: porque tenia otras cosas que hacer. Porque se aburria. Porque no recibio la recompensa que esperaba. Porque le parecia un esfuerzo excesivo. Porque prefirio la ginebra. Porque no se le ocurria nada. Ademas, ?que tiene de misterioso que alguien deje de escribir? Escribir no es tan importante. Todo el mundo deja muchas cosas: una carrera universitaria, a su pareja, de comer carne, una ciudad, de fumar, de llevar corbata o de ponerse vaqueros; pero nadie se preocupa, intrigado, de por que Fulano habra dejado de jugar al parchis, a las damas o a la petanca. En la Pecera le preguntamos a Azpeitia como sabia que la mujer de la escultura estaba muerta. Lo se, aseguro: y todos la conoceis. Creo que no fui el unico que se sintio acusado, tambien quiza culpable. ?Quien es?, pregunto Becerra, y en ese momento la comisaria Sanz nos aviso de que teniamos que empezar la tertulia. Al salir de alli ninguno pudo evitar mirar hacia el suelo, a la mujer desnuda, pero a mi me dio verguenza o quiza preferi despedirme, mirando al techo, de los tres tristes lienzos del amigo de mi abuelo: El Amanecer, El Dia y La Noche.

  • Cafe contigo al despertar de

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    Maria Lopez, Abogada Dominicana de Veintisiete anos, decide que no esta lista para casarse, su pareja Reed se llena de venganza y odio hacia ella y comienza a crear rumores sobre supuestos sobornos aceptados por Maria, sobornos de los cuales siquiera eran por parte del defendido por ella. Despues de una discusion con los directivos del Buffet, Maria decide tomarse unas vacaciones a su tierra natal en vispera de Noche Buena.
    En el avion conoce a Julio Medina, un hombre de piel canela, ojos color Miel y mirada cautivadora, que recientemente habia encontrado a su mujer siendole infiel. Julio se interesa por Maria y le propone a una noche de sexo sin compromisos. Ella despues de todo, ya no esta prometida con nadie y decide aceptar la propuesta indecente.
    Julio es el cambio que ella necesita en su vida, un hombre tierno, atento, romantico y lo mas importante…AMA EL CAFE!
    ?Sera que es muy tarde cuando Maria se da cuenta que el amor a primer cafe si existe?
    ?Aguantara Julio a que Maria se de cuenta que lo ama?

  • Sin igual, Alyson Noel de Alyson Noel

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    Todo el mundo aspiraba a ser alguien.

  • Me llamo Fina y estoy gorda de Antonio Sanchez

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    Historia de superacion de una mujer que se encuentra a si misma en el lugar mas insospechado y a la que le sucederan acontecimientos que nunca se esperaria.

  • Muneca de Ebano de Cristina Validakis

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  • Domicilio desconocido. una novela y cinco piezas breves de Gerardo V.c

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    Que hermoso fue vivir asi, recien paridos, aprisionados en un anillo de humo. El presente esta infravalorado; incluso hay quien niega su existencia: un movimiento de los parpados y ya es pasado. El presente se consume sin darse uno cuenta, dicen, moviendo la cabeza, mientras lamentan lo que no hicieron y suspiran por lo que haran. Pero durante aquel fin de semana con Nieves aprendi a disfrutar del momento, porque dentro de mi nueva identidad no habia pasado, ni se podia imaginar futuro alguno: era solo instante. Un pasado de horas y minutos. Como nacer adulto, ya sabiendo, con un bagaje y empezar desde ahi, en ese punto que nos hace afirmar: si fuera otra vez joven y supiera lo que se...

  • Dos gotas de agua de Anabella Bartok

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    Veronica llevaba una vida tranquila y tenia un gran trabajo. Doriana estaba recien casada con un hombre rico, pero al que no amaba. Aparentemente no habia nada en comun entre ellas, pero el dia que sus vidas se cruzaron, descubrieron que eran identicas, como dos gotas de agua. Aunque solo exteriormente…A partir de aquel encuentro, Doriana intento utilizar a su nueva amiga, pero esta no lo permitio. La venganza ocupo a partir de ese momento las horas de Doriana, quien veia que su mundo se derrumbaba bajo sus pies a pasos agigantados. Veronica, mientras tanto, habia descubierto el amor. Pero su igual y rival no se lo pondra nada facil.

  • Divinas semillas de Javier Comas Carrasco

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    Divinas semillas, son cinco relatos cortos que funcionan como una novela al estar unidos todos ellos por unas semillas misteriosas. Cinco historias de amor, muerte, aventuras y un toque de erotismo marcaran la vida de los protagonistas desde el siglo III a.c. hasta nuestros dias.
    “Apenas puedo terminar estas lineas. Mi nombre nunca tuvo tanto sentido para mi como en esta noche. Mis progenitores me explicaron que era una palabra proveniente de las montanas mas altas de Iberia, el pueblo de los Jacetanos. Mi nombre lleva conmigo una profecia. He sido el ser marcado por los dioses para traer la oscuridad y la noche en la llama apagada de Chelemare, una tierra amada y que me hizo feliz.
    Nunca la isla habia estado sumida en semejantes tinieblas, y si lo estuvo, no esta escrito ni en tablillas, ni en pieles curtidas, ni papel. La brillante luz del solsticio de verano, fue la detonacion del episodio mas triste jamas escrito. No puedo recordar las caras de mis padres, ni la de mi adorado Theodorus, ni casi la mia…”

  • Poseida 4, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Liz continua trabajando en Goodman & Brown donde florecio profesional y personalmente junto al encantador multimillonario Sacha Goodman. Pero las sombras del pasado tumultuoso de Sacha contaminan la relacion de la joven pareja. Liz trata de mantener el rumbo a pesar de la presencia amenazante de Natalia y Allisson. Sacha, mientras tanto, intenta tranquilizar a su joven amante sobre sus sentimientos hacia ella, que nunca han sido tan fuertes. Pero ?sera suficiente? Un drama que Liz ni nadie podria imaginar esta jugando a…
    !Finalmente encuentra el volumen 4e de Poseida, la serie exitosa de Lisa Swann!

  • Amor en la Frontera (Western 1) de Lee Vincent

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    Ano 1870 en el Oeste Americano. Hace cinco anos que culmino la Guerra Civil entre el norte y el sur, y el territorio en el oeste de los Estados Unidos comienza su pleno desarrollo, en lo que se denomina la nueva Frontera, un lugar tan excitante como peligroso. Dos hermanas se ven forzadas a huir del Territorio de Wyoming ante la inminente muerte de su padre, victima de la tisis. A su llegada al pueblo de Monroe Park, en el reciente instituido estado de Colorado, se veran obligadas a luchar por su sobrevivencia en una comunidad, cuya unica ley es el revolver. Alli, Heather Harrison, la mayor de las hermanas, se topara con el temible vaquero Luke Montana, un hombre cuyo pasado esta plagado de misterios y que se empenara en conquistarla. En medio de sus luchas por abrirse paso en Monroe Park, las hermanas tendran que sortear diversos peligros, desde bandoleros hasta indios enfurecidos, pero su peor pesadilla se hara realidad cuando el despiadado cuatrero Richard Perkins reaparezca en la vida de Heather y la reclame como su mujer. ?Se saldra con la suya este bandido o tendra que enfrentarse a la inclemencia del mejor pistolero de la Frontera, Luke Montana? Al estilo unico de las novelas del Viejo Oeste llega la primera entrega de la bilogia Serie Western, Amor en la Frontera, una historia de amor, pasion y aventuras.

  • El amor viste bata blanca de Erina Alcala

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    Laura, era una enfermera simpatica y extrovertida. Terminaba su carrera haciendo las practicas en el Hospital Virgen del Rocio, de Sevilla. Fue asignada a un quirofano de cardiologia. El cardiologo con el que hacia las practicas, se jubilo al poco tiempo y fue sustituido por un joven prodigio venido desde Nueva York. Era joven y era un perfeccionista y era todo lo que una mujer suena. Su tiempo en Espana era limitado. Un ano.
    A pesar del encontronazo que tuvieron al principio, la quimica entre Triana y su cardiologo Norman Martin, fue especial y poderosa. Pero el tiempo paso rapido y al ano, Norman se fue a la gran manzana de nuevo muy a pesar de ambos.
    unos anos despues, los acontecimientos y la casualidad llevarian a Triana a trabajar en el mismo hospital en el que lo hacia Norman.
    ?Volverian a vivir lo que tuvieron en Sevilla? ?Seguirian enamorados como anos atras? Y sobre todo… ?Tendrian un futuro juntos?

  • Quiero escribirte esta noche una carta de amor de Angeles Caso

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    La asombrosa correspondencia pasional de quince grandes escritoras
    y las historias amorosas que las inspiraron,
    por la ganadora del Premio Planeta.

  • La joven durmiente y el huso de Neil Gaiman

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    <> Stephen King

  • Sangre de cuervo de Eliu Solis

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    La joven Lynveil Olander es obligada a visitar la antigua villa de Wolgarn para salvar de la ruina al negocio de su familia. Cumpliendo con su encargo, tendra que obtener la ayuda de la misteriosa Blair, una olvidada tia abuela rodeada de oscuros y dolorosos secretos, y sobrevivir a la Noche de las Almas, un festejo en honor a la muerte de las legendarias Nigromantes, un trio de brujas que llevaron el terror y la perdicion a la villa en el pasado. Durante su viaje, Lynveil descubrira que las Nigromantes no se encuentran del todo olvidadas y son mas peligrosas que nunca. Con la ayuda de la belicosa Ronna y del timido Dirk, Lynveil intentara cumplir su cometido y poner un alto a la amenaza que se cierne sobre Wolgarn, su familia y sobre si misma.

  • La casa de York de Charlotte Byrd

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    El mundo es mio… entonces ella lo rompe todo.?