• libro dias de lluvia - Angeles Ibirika

    https://gigalibros.com/dias-de-lluvia.html

    Tras la muerte de su mujer, Kaiet decide regresar, junto a su pequeno hijo, a la casa de su padre en Bermeo, despues de diecisiete anos de ausencia. Desde el primer instante se siente extrano, en un lugar al que ya no pertenece. Pero si su futuro se le presenta oscuro, retomar el pasado que dejo a medias tampoco le sera facil. Debera resolver todo lo que quedo pendiente con su precipitada marcha, explicar muchos de sus actos, enfrentarse a sus dudas, sus temores y sus prejuicios. y perdonar. Aunque lo que no imagina es que durante ese proceso se reencontrara con la dulce Maddi y que junto a ella la vida tratara de darle una segunda oportunidad. ?La dejara escapar de nuevo?

  • DIAS DE LLUVIA | ANGELES IBIRIKA | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-dias-de-lluvia/9788408112297/2091010

    Sinopsis de DIAS DE LLUVIA ... Tras la muerte de su mujer, Kaiet decide regresar, junto a su pequeño hijo, a la casa de su padre en Bermeo, despues de diecisiete ...

  • Días de lluvia (Gran Formato) Versión Kindle - Amazon.es

    https://www.amazon.es/D%C3%ADas-lluvia-%C3%81ngeles-Ibirika-ebook/dp/B00BWALX3A

    Días de lluvia (Gran Formato) eBook : Ibirika, Ángeles: Amazon.es: Tienda ... Siempre ha trabajado rodeada de libros; en una editorial o regentando su ...

  • Días de lluvia - Libro de Ángeles Ibirika - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/79898/dias-de-lluvia

    Resumen y sinópsis de Días de lluvia de Ángeles Ibirika ... Tras la muerte de su mujer, Kaiet decide regresar, junto a su pequeño hijo, a la casa de su padre en ...

  • Días de lluvia - Ángeles Ibirika | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-dias-de-lluvia/91935

    9 abr 2013 — Siempre ha trabajado rodeada de libros; en una editorial o regentando su propia librería. Hace pocos años resurgió su inquietud por escribir ...

  • DÍAS DE LLUVIA - IBIRIKA ÁNGELES - Sinopsis del libro ...

    http://quelibroleo.com/dias-de-lluvia

    Tras la muerte de su mujer, Kaiet decide regresar, junto a su pequeño hijo, a la casa de su padre en Bermeo, después de diecisiete años de ausencia.

  • Días de lluvia - Abrecuentos

    https://www.abrecuentos.com/products/dias-de-lluvia

    Un libro alegre e inspirador que nos habla de los días de llueia a puro color.Para los que aman la lluvia... Un hermoso libro que nos muestra que los días ...

  • el libro de los dias de lluvia

    https://www.margenlibros.com/libro/el-libro-de-los-dias-de-lluvia_113220

    EL LIBRO DE LOS DIAS DE LLUVIA, BULL, JANE, 16,00€. Repleto de actividades para hacer en casa los días lluviosos. Construye casitas con cajas, ...

  • Crítica: Ángeles Ibirika - Días de lluvia - El Rincón de la ...

    https://www.rnovelaromantica.com/criticas/item/angeles-ibirika-dias-de-lluvia

    Crítica de la novela de Ángeles Ibirika, Días de lluvia. Me ha gustado pese a... ser un libro repetitivo pagina tras pagina. A mi modo de ver le sobran ...

  • Días de lluvia by Ángeles Ibirika - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/17611343-d-as-de-lluvia

    De nuevo Angeles Ibirika me asombra, me conmueve y me arrolla con una novela. En este libro tenemos un gran protagonista, Kaiet (Cayetano en euskera), que tiene ...

  • DÍAS DE LLUVIA - Calibroscopio

    https://calibroscopio.com.ar/libro/dias-de-lluvia/

    ¿Se escuchan los truenos? Hoy es uno de esos “Días de lluvia” para quedarse en casa leyendo un libro y para eso, esta belleza para los que aman la lluvia.

  • Belleza Natural de Victoria Moradell

    https://gigalibros.com/belleza-natural.html

    La forma en la que gestionamos nuestro dia a dia, como nos movemos, nos alimentamos y nos relacionamos se refleja directamente en nuestra fachada exterior: la piel. Por ello es muy importante saber leer las senales que nos envia, no solo para entender sus propias necesidades, sino tambien todo lo que necesita nuestro cuerpo y nuestra mente.

  • Estoy colada por mi insufrible de Elizabeth Betancourt

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    La temperatura en Copenhague invitaba a salir y montar en bici, su actividad favorita. No habia nada mejor que el viento fresquillo que removia su melena de color platino haciendola sentirse tan libre como los pajaros a los que solia observar su padre en sus ratos libres, yendo sin pereza alguna hasta De Sondermarken. Un hermoso parque que enorgullecia a los copenhaguenses. Lo mejor de todo, paseando con su bicicleta era el poder ver a diferentes personas, cada una con su propio estilo, con gestos divertidos o preocupados que motivaban a Annelise a reflexionar sobre el mundo que la rodeaba, a preguntarse si en ese preciso momento alguien en la otra punta del planeta divagaba sobre las mismas cuestiones que ella. Resoplo por enesima vez, mirando el sol brillar desde la ventana de su habitacion. --?Sigues asi? --La voz de su madre la asusto y la joven dio un respingo, mirando por encima de su hombro para ver a su progenitora con una sonrisa nerviosa, plantada en el rellano de la puerta como una flor. --Estoy harta de estar metida aqui. No comprendo porque hacer una buena accion me provoca tanto dolor de cabeza. !No debia haber dicho nada! --Respondio Annelise a su madre, volviendo su cara otra vez hacia delante, concentrandose en los ninos que jugaban a la pelota en la calle. !Que envidia les tenia! --!No puedo creer lo que me estas diciendo, jovencita! !Retira eso de inmediato! Tu padre y yo te ensenamos una buena educacion basada en el respeto, la sinceridad y el amor. --Le echo la bronca la mujer. Annelise se dio la vuelta otra vez, mirando a su madre con lamento. No queria decir eso, por supuesto que no lamentaba haber ayudado a la policia para que pudieran meter tras las rejas a ese hijo de puta cuyo hobbie era violar a cualquier mujer que pudiera alcanzar, pero desde el momento en que juzgaron a Harald Adamsen con sentencia de diez anos de prision, su mundo habia cambiado por completo. --Mama, no queria decir eso, es que... Esa buena accion solo me esta llevando a la locura. -- Se explico Annelise, pero su progenitora seguia mirandola con ese ceno arrugado, ese brillo de decepcion en sus ojos hermosos de color violeta que ella habia heredado. --No es la buena accion la que te lleva hacia la locura, mas bien, el encierro, lo cual es totalmente comprensible. Tu padre y yo hemos pensado en eso y tenemos la solucion. -- Respondio Inga Dahl con un tono pausado, como si temiera la reaccion de su hija. --?Solucion? ?Que solucion? --Pregunto la joven mirando con ojos abiertos como platos. Las novedades no le gustaban nada, preferia centrarse en la comodidad de una rutina y no llevarse sorpresas. A Annelise le gustaba tenerlo todo controlado y mas que el encierro, lo que le provocaba horribles dolores de cabeza, era el hecho de no tener el control desde hacia ya tres meses. Para colmo, su familia se encerraba junto con ella y el estres aumentaba por momentos. --No te me vuelvas loca, hemos hablado con el agente Bodilsen y el cree que nuestra idea es fantastica. --?Por que no me lo habeis consultado a mi ? --Pregunto Annelise atonita. Su ojo derecho empezaba a parpadear haciendola parecer un robot, cuyo hardware esta estropeado. Un tic que la muchacha no podia controlar en momentos de nervios a flor de piel. --Cielo, no creo que ahora mismo tengas la capacidad para tomar decisiones... --Empezo Inga y su hija jadeo ofendidisima. --Dejame terminar, cielo. Veras que te gustara lo que tenemos pensado. Somos tus padres y nunca hariamos algo que no fuera beneficioso para ti y para tu vida. No hay nada mas importante para un padre que el mundo de su hijo sea perfecto, si pudieramos, probablemente la mayoria optariamos por encerrar a nuestros pequenos en una burbuja de color rosa para que siempre esten a salvo, pero el mundo no funciona asi, la realidad que nos rodea nos obliga tomar decisiones que pueden ser tristes, pero son las mejores para educar y ensenar a nuestros hijos como enfrentarse a las situaciones que nos depara este mundo. --Mama empiezas a asustarme... --Murmuro Annelise entrecerrando sus ojazos adornados por unas pestanas bien definidas. --Has estado arropada siempre por nosotros... La nina de nuestros ojos, nuestra unica hija que recibio todo nuestro amor, un carino y apoyo que siempre tendras, pero es hora... --?Me estas diciendo con palabras bonitas que me largue de casa? --Pregunto Annelise estupefacta. --No exactamente, cielo. --Dijo Inga, mirando a su hija como si esta fuera una bomba de relojeria. --Tienes veinticinco anos y nunca has estado fuera de esta ciudad, lejos de todo lo que conoces. Apenas conoces a gente y eso no es normal. Hemos pensado con tu padre, que podrias aprovechar esta situacion e irte a Espana, donde Lucia, mi mejor amiga. Tiene una granja de sandias, su casa es hermosa y la ciudad donde vive, te robara el corazon. Sera una nueva experiencia y ademas, estaras a salvo. Ningun Adamsen podra encontrarte alli. Annelise miraba a su madre, incredula. No podia creer lo que estaba oyendo. --Dime que estas bromeando. ?Enserio me estas diciendo que encima que estoy encarcelada aqui, metida entre estas cuatro paredes, ahora debo alejarme de mi entorno? ?Ir a un pais que no conozco y con personas que nunca he visto en la vida? --Oh, cielo, Lucia es encantadora. Tiene dos hijos y uno es de tu misma edad casi, son un pan de dios. Podrias tomarte esto como unas vacaciones. Ademas, ?sabias que muchas de las playas de Almeria son de origen volcanico y que tienen el observatorio astronomico mas grande del mundo? Annelise volteo los ojos y respondio. --Mama estoy segura de que es un sitio hermoso y bla, bla, bla, pero yo quiero estar en mi casa, en mi ciudad. No voy a ningun lado que os quede claro. No pienso huir de estos matones cuando no he hecho nada malo. La policia esta obligada a cuidarme como su testigo de proteccion que soy y no mandarme a kilometros de distancia lejos de mi casa. Estallo la joven y se acerco a su madre. Le sacaba tres cabezas, Inga se veia a su lado diminuta y eso que no era bajita, media metro sesentaisiete. --Iras. --Hablo Inga Dahl, empleando ese tono que usaba tan pocas veces que se podia contar con los dedos de las manos, pero que no admitia discusiones. Su mirada era de fiera, tan iracunda que Annelise sintio que su aliento se detenia. --Mama... --Hizo un intento de protestar, pero fue callada en el instante y es que su dulce y carinosa madre, cuando deseaba podia intimidar mucho. --Eres una egoista Annelise. --Afirmo la mujer con una voz que indicaba reproche y su hija la miro estupefacta. Parecia que pronto se iba a echar a llorar, pero la situacion en la que estaban exigia decisiones radicales. Era hora de que Annelise creciera y se hiciera cargo de algunas cosas, empezando por probar cierta independencia que sus padres le habian negado, sin darse cuenta en que ese exceso de apoyo podria dificultar el futuro a su querida hija. --?Por que dices eso? --Pregunto la joven con voz tremula. Inga suspiro, dandose cuenta hasta que punto sensible era su nina. Aquello era horrible, el mundo se la iba a comer si seguia asi. Su esposo y ella nunca antes se habian planteado ese dilema, pero convivir tanto tiempo con su hija, pasar tantas horas juntos, les habia hecho darse cuenta de algunas cosas. --No te importamos. Estando aqui nos pones en peligro. El padre de Harald Adamsen fue pillado antes de ayer a unos kilometros de nuestra residencia. ?Coincidencia? No lo creo y el senor Bodilsen, tampoco. Es increible que con tal de sentirte a salvo, estes de acuerdo en arriesgar la vida de tu padre y la mia. Provocarnos ese dolor de cabeza constante, ese temor insoportable de que te maten, te danen y de paso a tu padre y a mi. Contesto la mujer que conocia bien a su hija y sabia que podia ser de todo menos egoista. Ese era el ultimo "As" que se sacaba de la manga. !Debia alejarla de Copenhague! !No, debia alejarla de Dinamarca! Si para ello se veia en la obligacion de tratarla con frialdad y de culparla por esa situacion, Inga estaba dispuesta. !Mas valia un hijo enfadado y triste que uno bajo tierra! --!Mama, no me puedo creer lo que estoy escuchando! !Jamas en la vida se me ocurriria poneros en peligro! --Exclamo su nina mientras lloraba sin siquiera percatarse de eso. --!Pues no demuestras eso, Annelise! Si realmente te importara y supieras la magnitud de lo que esta pasando, estarias de acuerdo en irte a Almeria donde Lucia. Eso calmaria el ambiente, los Adamsen se olvidarian un poco del asunto al darse cuenta de que no estas aqui y de paso conocerias un nuevo pais, nuevas personas, una nueva cultura. Dijo Inga gritando. Annelise se quedo sin habla. Lamentaba tanto haber vivido aquel maldito lunes… --Pero, si algun Adamsen os ataca en mi ausencia, me pesara en la conciencia el no haber estado aqui, junto a vosotros y ademas... ?Que pasara con mi trabajo? --Pregunto la joven cuando recupero el habla. --Su principal objetivo eres tu. A nosotros no se nos acercaran si no te ven por aqui y ademas, el agente Bodilsen estara protegiendonos a pesar de tu ausencia. En cuanto a tu trabajo como profesora de guarderia, siento decirtelo cielo, pero ya lo has perdido... No creo que te vuelvan a contratar. Los padres estarian en contra porque inconscientemente pensarian que sus hijos estan en peligro contigo. Si te vas a Espana igual hasta encuentras un trabajo, no como profesora, pero bueno, hay muchas variedades de empleos, asi pruebas cosas nuevas, carino. Annelise resoplo. Estaba claro que a sus padres se les habia metido la mosca en la cabeza de enviarla donde la tal Lucia. ?Que podia hacer? Nunca se habia alejado de los suyos por mucho tiempo... Aquello iba a ser dificil, pero pensar que les ponia en peligro con su presencia alli, la animaba a tomar esa resolucion tan drastica. --Bien, pero prometeme que me llamareis todos los dias, sin falta. Dijo finalmente la joven. Su madre podia apreciar el miedo en sus ojos y se le partia el corazon, pero una madre debia hacer lo mejor para su hijo e Inga no era muchas cosas, como: Buena deportista, buena en dibujo e inclusive la cocina se le daba de pena, pero si era una buena madre, capaz de parar la rotacion de la tierra, bajar la luna y cualquier barbaridad que se le pudiera ocurrir a uno, con tal de hacer feliz a su nina.

  • Todo empieza en ti de Vik Ria

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    Empezare explicando quien soy y porque he querido escribir este libro que ahora esta entre tus manos y estas a punto de leer. Mi nombre es Victoria, y escribi estas hojas con la intencion de poder ayudar a aquellas personas que, como yo en su dia, necesitan ese empujon para realizar un salto, un cambio vital y necesario hacia su propia felicidad o hacia aquello que pueda aportar luz a sus vidas. Aqui narro parte de mi historia, un relato que empieza en mi pasado para llegar hasta el mas presente de mis dias, contando todo lo que he tenido que vivir, sufrir y modificar, para que hoy pueda estar sonriendo y disfrutando de la vida como nunca, intentando ser feliz a cada instante. Este libro no es ningun manual de autoayuda donde poder encontrar soluciones o trucos para la vida, es mas una historia real, donde una persona de carne y hueso como podrias serlo tu, lucha por afrontar muchos de sus miedos e intenta perseguir algunos de sus suenos saliendo de un bucle de infelicidad en el que parecia haberse instalado eternamente. Entre las lineas de este libro cuento una bonita historia de amor, la mia. Un relato en el que intento explicar como vivia atrapada en una relacion que no me hacia feliz, un tiempo pasado donde a pesar de no sonreir los miedos no me dejaban escapar, manteniendome paralizada. Pero un dia todo empezaria a cambiar, un tiempo en el que lucharia por recuperar de nuevo mi sonrisa, una realidad en la que una persona lo desencadenaria todo… Poco a poco me ireis conociendo, partiendo de un pasado infeliz hasta el salto que decidi realizar, pasando por diferentes epocas de mi vida, en las que complejos, miedos, inseguridades, pequenos logros y hasta un gran amor que aparecio sin avisar, hilaron nuevos caminos que cambiarian por completo mi destino.... Esa luz y ese empujon que necesitaba llegaria un dia en forma de persona, un 9 de marzo del ano 2016, mas concretamente, a las puertas de mi oficina… Aqui comienza una historia basada en hechos reales, que trata de emociones, sentimientos, miedos, ilusiones y grandes cambios que tejeran el presente que siempre habia sonado.... *Todas las conversaciones que aparecen, son reales. Por ello, podreis encontrar faltas de ortografia o abreviaturas gramaticales ya que han sido sacadas de los historiales. El pasado "Al que juzgue mi camino, le presto mis zapatos"-Anonimo Muchas veces nos juzgan sin ni siquiera conocer el camino que nos ha tocado recorrer, a mi me ha sucedido en varias ocasiones como seguramente te haya podido ocurrir tambien a ti. Hubo un tiempo en el que pense que quizas lo que estaba viviendo era lo que me tocaba, sin importar si eso realmente me hacia feliz. Decidi incluso tirar la toalla, convenciendome de que todo aquello que no me aportaba nada era lo que realmente merecia, aunque tuviera tan solo veintitres anos. Pensar asi era realmente el unico error que cometia, pues aquellos momentos eran los mejores para comenzar a sentir la vida. El conformarse no era mi unico error, tambien lo era sentirse pequena o vencida cuando tienes toda la vida por delante o incluso pensar que se nos pasa el arroz y siendo igual las circunstancias en que puedas encontrarte, seria una memez sentirse minusculo o rendido, siempre hay opcion para encontrar la felicidad, lo unico que hay que saber es como hacer para que esta aparezca en nuestras vidas. Recuerdo cuando pude darme cuenta de ello, fue exactamente el momento en que mi cabeza solo me decia que debia conformarme con esa vida que estaba llevando, desde hacia anos. Algo dentro de mi me pedia a gritos que hiciera algo, que dejara de utilizar tanto la cabeza, que me diera cuenta de lo que mis ojos podian llegar a ver, si me empenaba en ello, fuera de aquella realidad. Siempre observaba gente feliz a mi alrededor, regalando sonrisas sin necesidad de forzarlas, momentos en que algo de envidia me invadia haciendome formular la misma pregunta, ?Por que yo nunca conseguia disfrutar de ese estado como lo hacian ellos? Tras cansarme de hacerme siempre esa pregunta, sin conseguir ninguna respuesta, decidi que llegaba el momento de realizar algun cambio, de dar ese "salto" que necesitaba para hacer que todo lo que un dia crei perdido, volviese a mi presente para siempre. Las cosas se aceptan, se cambian o se dejan Ese cambio que yo llamo tomar una decision o dar un salto, es esa accion que hace que te lances por cambiar y mejorar tu vida, cuando ya te has cansado de lamentarte o de seguir llorando buscando mejorar, luchando por hacerte mas fuerte de lo que pensabas y seguir adelante como deberiamos hacer siempre. Al principio tuve mucho miedo, sobre todo al llamado "que diran", y a poder ser juzgada por todo el mundo, algo inevitable cuando decidimos tomar una decision que afectara tambien a la vida de terceras personas. Ese miedo, ahora despues de haber pasado por todo aquello, puedo asegurar que desaparece de repente cuando llega el momento en que te decides a dar el salto, instante en el que te das cuenta de como realmente esos miedos los creamos nosotros mismos y son unicamente obstaculos que nos impiden llegar a nuestros objetivos o suenos. Limitaciones que solo existen en nuestra imaginacion, obstaculos que siempre dependieron de nosotros mismos y que siempre pudimos hacer desaparecer, simplemente, afrontandolos. Pude darme cuenta de que realmente lo unico que hacia que me conformara con la vida que tenia y tambien con el hecho de ser una infeliz, era yo misma. Sabia perfectamente muchos de los cambios que debia realizar y como tenia que hacerlo para poder sonreir de nuevo y empezar a vivir esa vida que tanto ansiaba. Pero a pesar de ser consciente de que estaba en mis manos conseguirlo, nunca era capaz de dar el mas minimo de los pasos que me ayudasen a volver a sonreir, por miedo. Siempre me sucedia lo mismo, barreras y obstaculos venian a mi como cubos de agua fria cada vez que me decidia a tomar una decision o dar un paso, y eran estos mismos los que hacian que me volviera para atras y regresara a esa zona que podria llamar “mi zona de confort”, donde seguia infeliz, pero tranquila porque todo era lineal, sin cambios y por ello tambien sin mas o distintos problemas. Es complicado salir de algo, y mas cuando llevas muchisimos anos metido en ello, pero una vez te decides a hacerlo y das un primer paso, te das cuenta de que jamas fue complicado. Antes de decidirme a cambiar mi forma de ver las cosas, de dar el paso, avanzar y seguir adelante, tuve miedo. Me cree una barrera en mi cabeza, obstaculos que no existian y temia realizar cambios radicales, debido al temor al "que diran" y a todos aquellos danos colaterales que aparecian despues o a todo cuanto dejaba atras... Una cosa que no tenia clara en esos momentos, pero que a dia de hoy puedo decir que es de lo primero que pude darme cuenta, es que no puedes ganar sin antes haber perdido. Y aunque me llevaria aun tiempo comenzar a caminar por esa nueva "yo" que parecia querer nacer, una frase me ayudaria a recordar que…. "Todo lo nuevo y bueno en la vida, nace de un salto al vacio" Alan Moore Comprendia que ese pensamiento en forma de remordimiento que nos corroe por dentro cuando pensamos en lo que podemos perder, no nos deja ver tampoco todo lo que podemos ganar despues, todo aquello que puede llegar a nuestras vidas sin tener que buscarlo y esa felicidad que al final nos invadira tras salir de algo que no nos aportaba nada. Muchas veces nos conformamos en una vida infeliz o sinsentido por ese tipo de educacion que hemos recibido o el estilo de vida que hemos llevado. Seguramente como a mi me ha sucedido, te has criado entre la sociedad que cree que cuando llevas toda la vida con alguien, seria un pecado mortal pensar en separarte por sentirte infeliz. Esta sociedad quiere que pienses que tener hijos, comprarte una casa o pasar por el altar sera lo que al final arregle esa infelicidad, un sistema que parece decirte y saber lo que se necesita en esta vida para sonreir. Pero, ?Por que hacerlo? ?Acaso no es mas importante luchar por nuestra propia felicidad, que por esa que parece dictarnos la sociedad? Por fortuna en mi realidad, contaba con unos padres que siempre valoraron mi libertad. Nunca me exigieron que estudiara una carrera, o que me casara o tuviera hijos, lo unico que siempre priorizaron fue que escogiera todo lo que me pudiera hacer feliz, y seguramente mucha de la historia que ahora os cuento les deba muchas cosas buenas a ellos. Y esa seria mi solucion precisamente, buscar todo aquello que me aportara felicidad o me hiciera sentir viva, comenzando por buscarlo en personas, trabajos, estudios o incluso aventuras en nuevos paises. El problema de ir probando, es que no encontraba la verdadera felicidad, ya que habia buscado por todas partes menos en un lugar, el mas importante de todos, en mi misma.

  • Geranios en el balcon de Carolina Pobla

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    Cuando la familia se convierte en fuente de inspiracion: una cautivadora novela basada en la historia de los abuelos de la autora.

  • El caliz y la espada de Bernardo De Worms

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    Corre el ano 797 y el reino de Carlomagno esta a punto de alcanzar su apogeo. La espada del monarca se ha convertido en garante de la estabilidad de la Iglesia en cuanto se refiere a su poder secular, pero tambien de su expansion a nivel de dominio espiritual en Europa. Pronto el Papa Leon III lo coronara Emperador de occidente. Sin embargo, en una abadia de Alemania, se conserva, protegido por el mayor secreto, un objeto fabuloso que, se dice, otorga un poder ilimitado al Rey; pero que, por esa misma razon, despierta un prurito inmoderado de posesion entre sus enemigos. A la muerte del nonagenario Ramiro, discipulo del monje que lo habia sacado de Espana para evitar que cayera en manos de los musulmanes y cuya reputacion de mago omnimodo lo habia convertido en su temible custodio, se desencadena en la abadia, entre los diferentes grupos de espias a sueldo de las grandes potencias de la epoca, una lucha cruel por apoderarse de el o, cuanto menos, de usarlo en beneficio propio. Para ello, no dudaran en asesinar y torturar. Sin embargo, cuando al fin consiguen hallarse ante el objeto de todos sus deseos, mueren sistematicamente, pues desconocen la clave que les hubiera permitido un uso eficaz. Bernardo, un joven novicio recien llegado al monasterio, acabara descubriendola.

  • La repeticion de Peter Handke

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    Relato y, al mismo tiempo, exploracion del relato, “La repeticion” (1986) narra el viaje a Eslovenia, desde la vecina Austria, de Filip Kobal en busca de las huellas de su hermano desaparecido. Rememorar el viaje semejante emprendido por el mismo veinticinco anos antes le sirve para constatar que el recuerdo no supone un mero retorno a algo ocurrido en el pasado, sino asignar finalmente el lugar adecuado a lo que se ha vivido. El nuevo viaje, el regreso (con la valiosa compania, ahora, de un antiguo cuaderno anotado por el hermano, de un diccionario aleman-esloveno del siglo XIX, y del omnipresente y evocador paisaje karstico), supone asi la recuperacion meticulosa de unas experiencias que al hilo de la narracion adquieren su definitivo sentido. Peter Handke (1942) es uno de los escritores actuales mas importantes, polemicos y populares en lengua alemana.

  • La forma de la oscuridad de Mirko Zilahy

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  • Leonardo da Vinci. La biografia de Walter Isaacson

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  • Mudbound de Hillary Jordan

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    En esta premiada novela de Hillary Jordan los prejuicios adquieren muchas formas, tanto sutiles como brutales. Es 1946, y Laura McAllan, una mujer de ciudad, trata de criar a sus hijos en la granja del Delta del Misisipi de su marido, lugar que encuentra extrano y aterrador, cuando dos jovenes regresan de la guerra para trabajar la tierra. El primero, Jamie McAllan, cunado de Laura, es todo lo que su marido no es; encantador, guapo y atormentado por sus recuerdos de combate. Por su parte, Ronsel Jackson, el hijo mayor de los aparceros negros que viven en la granja McAllan, ha vuelto a casa con el brillo de un heroe de guerra. Pero nada cuenta la valentia demostrada en defensa de su pais: es considerado menos que un ser humano en el Sur. Es la improbable amistad de estos companeros de armas la que conduce esta poderosa historia hasta su inexorable conclusion. Los hombres y mujeres de ambas familias protagonizaran una tragedia en su escala mas epica.

  • Cierra los ojos y entregate de Pilar Parralejo

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    TAN pronto como termino la reunion, Miranda Warhol, editora jefe de Stardust Miracle, cerro la libreta sobre sus rodillas, estirandose sobre el puf en el que habia estado sentada durante mas de dos horas. Se puso en pie elegantemente y se coloco bien la chaqueta del traje. --Bien, chicas. Nos vemos aqui el proximo martes con los articulos de los zapatos mas extravagantes del mundo, --senalo a un par de chicas-- el articulo sobre vestidos de epoca, -- miro a otro par de ellas-- y el de los peinados sencillos pero elegantes para citas de ensueno. -- ?Y el de los consejos para conquistar al hombre de tus suenos, del mes proximo? --respondio una de las redactoras a medida que se acercaban a la puerta. --Bueno, de ese articulo me encargo yo --sonrio--. De vez en cuando tambien me gusta colaborar, ya lo sabeis. Cuando todas salieron de la enorme sala de colores en la que se reunian siempre, Miranda indico a su asistente que las siguiera, y este no tardo en unirse a ellas. Las chicas se acercaron a la puerta del ascensor de cristal exterior, desde donde se veia gran parte de la ciudad en una imponente panoramica. --Parece que hara buen tiempo el resto de la semana. Las chicas y yo iremos el viernes a un sitio nuevo ?Querras venir? --pregunto Pauline, una de las redactoras y alguien con quien Miranda se llevaba especialmente bien desde hacia algo mas de tres anos. --Pues no lo se, ese viernes por la tarde vienen los de la mudanza y no se si tardaran mucho --explico--. De todas formas enviame la direccion en un mensaje, si terminan rapido me pasare por alli, no me gustaria perdermelo. --!Hecho! --exclamo--. ?Sabes? A ese sitio nuevo suele ir tu amado Sebastian Jefferson --canturreo con intencion de avergonzar a su jefa. --Por dios Pauli, !callate! --Miranda la regano con los dientes apretados mientras le daba un golpe con el codo en las costillas. -- Vamos Warhol, ya todo el mundo sabe que te gusta el jefazo --rio, entrando en el elevador y corriendo para esconderse detras de sus companeras, haciendo que la editora se sonrojase por ver su secreto al descubierto. --Es cierto… --confirmaron las otras chicas asintiendo efusivamente. Miranda se abrazo a su asistente y fingio que se ponia a llorar, haciendo reir a las muchachas y al secretario. No podian negar que lo pasaban genial en aquel trabajo. Casi como si de una broma se tratase, Bastian, el guapo y sexy director general de New York Paper Ind., la editorial a la que pertenecia la revista de las chicas, esperaba en la puerta del ascensor. Cuando este se detuvo, la mandamas del grupo salio caminando de espaldas y, sin haber visto al hombre, choco aparatosamente con el. Las chicas empezaron a reir y a pasar sobre los papeles para ir a sus puestos y dejarlos solos. --!Oh, madre mia! Lo siento tanto… Disculpa. Lo lamento muchisimo --murmuraba completamente avergonzada, mientras recogia el monton de papeles que el choque entre ellos habia dejado desperdigados por el suelo. --No importa. ?Estas bien? --Si, estoy bien. Tu… ?te he hecho dano? Lo lamento de verdad. --Si, tambien estoy bien --sonrio el, poniendose en pie y presionando el boton para que las puertas del ascensor volvieran a abrirse-- Ten un buen dia. --Gracias, tu… tu tambien --dijo la editora, sonriendo como una tonta antes de darse la vuelta y correr a su despacho hecha un manojo de nervios. A Miranda nunca le habia gustado un hombre como Sebastian. El no era mucho mas alto que ella, tenia el cabello semi-largo, de un castano casi rubio, y ojos azul grisaceo. Era un hombre que siempre llevaba barba sin afeitar de varios dias y mayor que ella por varios anos. Miranda siempre se habia enamorado de tipos como Maximilien, su asistente, chico atractivos, jovenes y seductores. Hombres jovenes con los que podia acostarse una noche y olvidarlos la noche siguiente. Tampoco es que lo hiciera asi, se habia acostado con al menos una decena de chicos desde su adolescencia, pero salio con todos ellos como minimo por un mes. Pauline la habia visto correr a su despacho y, abrio una ventana de chat con el resto de las chicas para burlarse de ella. --Realmente te quita el aliento, ?no? --No --la miro a traves del cristal de su despacho con la cara aun colorada--. ?Por que siempre exagerais tanto? Solamente lo encuentro atractivo. Una de las redactoras habia encontrado una foto del ejecutivo en internet y la compartio en el chat. Miranda se puso en pie para reganarlas por su falta de decoro, pero su expresion risuena cambio inmediatamente, palideciendo mas por momentos. Bastian se acercaba directo a su despacho, con su siempre recta y elegante postura. NYPaper tenia reuniones todas las semanas en la sala de juntas contigua a la que usaban las chicas. Esta, por el contrario, no era en tonos blancos, rosas, naranjas y violetas, ni tenia como asientos cojines, pufs y sillones acolchados. Era una sala fria, gris, con una gran mesa de cristal ahumado en el centro y rodeada de sillas de simil piel color negro. Bastian solto la pila de papeles sobre la mesa conteniendo una sonrisa por el choque con esa chica. --?Pasa algo? --pregunto uno de los editores de la revista masculina que su editorial llevaba. --No, no en realidad. Desvio la mirada al monton de documentos y se dio cuenta de que los suyos estaban mezclados con los de la editora. Por un momento penso en mandar a Sean, su secretario, pero le apetecia verla de nuevo asi que, despues de rebuscar y seleccionar los informes y recortes de Miranda, bajo a su despacho. Al salir del ascensor la vio reir dentro de su acristalada oficina. Su cara aun lucia llena de color y parecia interesada mirando algo en el monitor de su ordenador. Camino despacio, observandola mientras se acercaba, hasta que ella alzo la vista y le miro. Su expresion perdio todo color que pudiera tener. --Buenos dias de nuevo, Senorita Warhol. --Saludo, apoyandose en el marco de cristal de la puerta. --Buenos… dias --respondio ella, colocandose frente a la pantalla en la que aun estaba la imagen. Las chicas reian, mirandolos. Ellas tambien estaban sorprendidas por la visita del jefazo, pero la cara de su editora era un poema y era inevitable no reirse. --Supongo que te sorprende mi visita. --!No! Bueno si. Pero por favor, pasa, sientate. --No. En realidad vengo a por los papeles de mi reunion --ella lo miro sin saber a que se referia, pero Bastian senalo con la mirada el monton que habia en una mesita al lado de su escritorio. --Oh, !lo siento! De verdad que lo siento… --No te disculpes tanto, yo tambien me he llevado los tuyos --anadio, sacudiendo los que llevaba en la mano. Maximilien miraba desde fuera. Habia ido a por los cafes que la mandamas le habia pedido y dudaba si entrar o no. Las chicas le llamaron con gestos, como si le dijeran que se apartase de alli. Su jefa se veia tan emocionada que, obedeciendo a las redactoras se acerco al escritorio de Pauline para no interrumpirles. --?Que ha pasado? ?Por que esta el jefazo en su despacho? --pregunto soltando las bebidas calientes en la mesa de la pelirroja, pero ella no respondio, solo se encogio de hombros sin apartar la mirada de su amiga. Mientras ella rebuscaba entre los papeles para devolverle los que se habia llevado por error, el ojeo el despacho y con el, el reflejo en el espejo que habia detras de ella. Desde ahi pudo ver el monitor, donde habia una foto suya en primera plana. Sin intencion alguna de disimular dio la vuelta al escritorio para verla mejor. --?Y esto? --pregunto risueno. Miranda se giro horrorizada, sin poder articular palabra-- Esa no es de mis mejores fotos, la verdad… ?Son esos? --pregunto, cambiando de tema, restandole importancia a lo que habia estado mirando. --Si… estos son. --Vale. Gracias. Espero chocar mas veces contigo, me gusta sonreir antes de una reunion importante, ayuda a aliviar tensiones --Bastian tendio una mano como saludo y ella la estrecho timidamente. Nunca antes habia pasado esa verguenza. Habia chocado con el, tirando todo lo que llevaba en las manos, le habia hecho ir a por los documentos que se habia llevado y, ademas, le habia pillado con un retrato suyo en la pantalla. Cuando el ejecutivo se marcho Miranda se llevo las manos a la cara, percibiendo sin querer, el aroma que la mano de ese hombre habia dejado impregnado en la suya.

  • Estado de miedo de Michael Crichton

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    blaba en ingles, tenia un acento exotico. A decir verdad, todo en ella era exotico, penso Jonathan. De piel oscura, pomulos prominentes y cabello negro, podria haber sido modelo. Y se contoneaba como una modelo, con su falda corta y sus zapatos de tacon de aguja. Era medio vietnamita y se llamaba Marisa. Mirando alrededor, anadio- : Pero ?no hay nadie aqui? – No, no -respondio el-. Es domingo. Hoy no viene nadie. Jonathan Marshall, de veinticuatro anos, era un londinense licenciado en fisica que, como parte de sus estudios de posgrado, trabajaba durante el verano en el ultramoderno Laboratoire Ondulatoire -Laboratorio de Mecanica Ondulatoria- del Instituto de la Marina frances en Vissy, al norte de Paris. Pero en el barrio residian sobre todo familias jovenes, y para Marshall habia sido un verano solitario. Por eso no podia dar credito a la buena suerte que habia tenido al conocer a aquella chica. Una chica muy guapa y sexy. – Explicame que hace esta maquina -dijo Marisa con una mirada radiante-, y que haces tu. – Con mucho gusto -contesto Marshall. Se acerco al gran panel de control y empezo a conectar las bombas y los sensores. Al otro extremo del deposito, los treinta paneles del generador de olas se activaron uno tras otro. Marshall miro a la chica, y ella le sonrio. – Es complicadisimo -comento Marisa. Se coloco junto a el frente al panel de control-. ?Hay camaras para grabar vuestra investigacion? – Si, en el techo y a los lados del deposito. Crean un registro visual de las olas generadas. En el deposito tambien hay sensores que recogen los parametros de presion de la ola al pasar. – ?Estan conectadas ahora esas camaras? – No, no -dijo el-. No las necesitamos; no estamos haciendo ningun experimento. – Quiza si -respondio ella, y apoyo la mano en el hombro de Marshall. Tenia unos dedos largos y delicados, unos dedos preciosos. Miro alrededor por un momento-. En esta sala todo es carisimo. Debe de haber grandes medidas de seguridad, ?no? – En realidad no. Simplemente hay que usar una tarjeta para entrar. Y solo hay una camara de seguridad. -Senalo por encima del hombro-. En aquel rincon. Marisa se volvio. – ?y esa esta encendida? – Si, claro -contesto el-, esa siempre. Marisa le acaricio suavemente el cuello. – ?Asi que ahora hay alguien vigilandonos? – Eso me temo. – Entonces debemos portarnos bien. – Probablemente. Por cierto, ?y tu novio? – Ese. -Dejo escapar un resoplido de desden-. Ya me he hartado de el. Unas horas antes aquel mismo dia Marshall habia salido de su pequeno apartamento para ir a la cafeteria de la rue Montaigne, que visitaba cada manana, llevandose como de costumbre un articulo especializado para leer. Al rato, aquella chica se sento en la mesa contigua con su novio. En breve la pareja empezo a discutir. A decir verdad, Marshall tuvo la impresion de que Marisa y el novio no estaban hechos el uno para el otro. El era un americano rubicundo y fornido, corpulento como un jugador de futbol, con el cabello largo y gafas de montura metalica poco acordes con sus toscas facciones. Tenia todo el aspecto de un cerdo que pretendia pasar por intelectual. Se llamaba Jim y estaba enfadado con Marisa porque esta, al parecer, no habia pasado la noche con el. – No se por que no me dices donde estuviste -repetia el una y otra vez. – Porque no es asunto tuyo, por eso. – Pero yo pensaba que ibamos a cenar juntos. – Jimmy, ya te dije que no. – No, me dijiste que si. Y yo te espere en el hotel. Toda la noche. – ?Y que? Nadie te obligo. Podias marcharte y pasartelo bien. – Pero te esperaba. – Jimmy, no eres mi dueno. -Exasperada, suspiraba, levantaba las manos o se daba palmadas en las rodillas desnudas. Tenia las piernas cruzadas y se le habia subido mucho la falda-. Yo hago lo que me da la gana. – Eso esta claro. – Si -dijo ella, y en ese momento se volvio hacia Marshall-. ?Que es eso que lees? Parece muy complicado. En un primer momento Marshall se alarmo. Saltaba a la vista que le habia dirigido la palabra para provocar al novio. No queria dejarse arrastrar a la pelea de la pareja. – Es fisica -contesto laconicamente, y se volvio un poco, procurando pasar por alto la belleza de la chica. – ?Que clase de fisica? -insistio ella. – Mecanica ondulatoria. Olas marinas. – ?Eres estudiante, pues? – Estudiante de posgrado. – Ah. E inteligente, por lo que se ve. ?Eres ingles? ?Que haces en Francia? Y casi sin darse cuenta Marshall entablo conversacion con la chica, y ella le presento al novio, que le dirigio a Marshall una sonrisa de suficiencia y le dio un desidioso apreton de manos. La situacion seguia siendo embarazosa, pero ella se comportaba como si no lo fuese. – ?Asi que trabajas por aqui? ?En que? ?Un deposito con una maquina? La verdad, no consigo imaginarmelo. ?Me lo ensenas? y alli estaban, en el Laboratorio de Mecanica Ondu1atoria. Jimmy, el novio, se habia quedado fuera, en el aparcamiento, malhumorado, fumando un pitillo. – ?Que hacemos con Jimmy? -pregunto Marisa, de pie junto a Marshall mientras el trabajaba en el panel de control. – Aqui dentro no puede fumar. – Yo me encargare de que no fume. Pero no quiero que se enfade mas. ?Crees que puedo dejarte entrar? A Marshall lo invadio un sentimiento de decepcion. – Claro. Supongo. Ella le apreto el hombro. – No te preocupes. Despues estara ocupado con otros asuntos suyos. Se alejo y abrio la puerta del fondo del laboratorio. Jimmy entro. Marshall echo un vistazo y vio que se quedaba rezagado, con las manos el1los bolsillos. Marisa regreso junto a el, que seguia frente al panel de control. – Jimmy ya se ha calmado -dijo-. Ahora ensenamelo. Los motores electricos del extremo opuesto del deposito ronronearon y las palas generaron la primera ola. Era pequena, y recorrio suavemente el deposito en toda su longitud hasta chocar, con un ligero chapoteo, en un panel inclinado en el lado donde ellos se hallaban. – ?Y esto es un maremoto? -pregunto Marisa. – Es la simulacion de un tsunami, si -contesto Marshall mientras pulsaba el teclado. En el panel de control, los monitores mostraron la temperatura y la presion, asi como imagenes en color falso de la ola. – Una simulacion -repitio ella-. ?Yeso que quiere decir? – En este deposito podemos crear olas de hasta un metro de altura -explico Marshall-. Pero los verdaderos tsunamis alcanzan cuatro, ocho o diez metros. A veces incluso mas. – ?Una ola de diez metros en el mar? -Marisa abrio los ojos desorbitadamente-. ?En serio? – Miro al techo intentando imaginarla. Marshall movio la cabeza en un gesto de asentimiento. Esa altura equivalia a un edificio de tres plantas. Y alcanzaba una velocidad de ochocientos kilometros por hora, avanzando atronadoramente hacia la costa. – ?y cuando llega a la costa? -pregunto ella- ?Eso representa el panel inclinado de este extremo? Tiene una textura de guijarros, parece. ?Eso es la costa? – Exactamente -contesto Marshall-. La distancia que recorre la ola tierra adentro depende del angulo de la pendiente. Podemos ajustar esa pendiente a cualquier angulo. El novio se acerco al deposito, pero siguio apartado de ellos, sin pronunciar una sola palabra. Marisa estaba entusiasmada. – ?Podeis ajustada? ?Como? – Esta motorizada. – ?A cualquier angulo? -Se rio-. Pon1a a vingt-sept grados. Veintisiete. – Alla va. -Marshall tecleo. Con un ligero chirrido, la pendiente de la costa aumento de angulo. El novio americano, atraido por la actividad, se aproximo mas al deposito para echar un vistazo. Era fascinante, penso Marshall. Cualquiera sentiria interes. Sin embargo aquel tipo continuo en silencio. Alli de pie, se limito a observar como crecia la inclinacion de la superficie enguijarrada. Esta no tardo en detenerse. – ?Esa es la pendiente, pues? -pregunto Marisa. – Si -dijo Marshall-. Aunque de hecho veintisiete grados es una inclinacion excesiva, por encima del promedio de las costas del mundo real. Quiza deberia ponerla... Marisa cerro su mano morena sobre la de el. – No, no -dijo. Tenia la piel suave-o Dejala asi. Ensename una ola. Quiero ver una ola. Cada treinta segundos se generaban pequenas olas que recorrian el deposito con un leve zumbido. _ – Bueno, primero tengo que conocer la forma de la costa. En este momento es una playa llana, pero si hubiese un entrante... – ?Cambiaria si hubiese un entrante? – Claro. – ?De verdad? Ensenamelo. – ?Que clase de entrante quieres? Un puerto, un rio, una bahia... – Ah -dijo ella, y se encogio de hombros-, que sea una bahia. Marshall sonrio. – Bien. ?De que tamano? Con un ronroneo de motores electricos, la costa empezo a curvarse y se formo una hendidura

  • El poder de las tinieblas, John Connolly de John Connolly

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    Una fria noche de invierno, la paz de Maine se ve perturbada por dos hechos en principio inconexos: un sangriento tiroteo durante el cobro de un rescate y el suicidio de una anciana en pleno bosque. Contra todo pronostico, todas las pistas apuntan a un mismo hombre. Y Charlie Parker, a quien ya conocimos en Todo lo que muere, debera actuar con rapidez porque los acontecimientos se suceden a un ritmo vertiginoso, los cadaveres se multiplican y la violencia se extiende como un rastro de sangre por los bosques nevados de Maine. Con esta segunda novela, John Connolly se consagra como un maestro del genero negro.

  • Venganza de amor de Vanessa Lorrenz

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    Londres 1845 Las manos comenzaban a dolerle de tanto tallar el piso, dejo de fregar las baldosas para levantarse y estirar el cuerpo. Casi lloro al ver que su vestido se habia mojado con el agua del cubo, estaba destrozado. No es que fuera un buen vestido, pero por lo menos cubria su cuerpo proporcionandole el calor que necesitaba. Maldijo al ver que se le estaban empezando a formar ampulas de tanto fregar. Esa era la tonica de todos los dias desde que habia llegado a ese orfanato. Bueno, tal vez no siempre, pero si desde que las demas ninas se encargaban de hacerle la vida imposible, siempre salia reganada y con un castigo tras otro. Suspiro pensando que aun le faltaba lavar las sabanas de las camas y, gimio pensando que las tenia que pasar por el agua caliente para que quedaran pulcramente limpias. Sophie no comprendia a sus once anos de edad como la vida daba tantas vueltas. Vivia en una pequena casita junto a sus padres, que eran campesinos. Mientras ambos vivieron, ella tuvo la mejor infancia que una nina puede tener, aunque no tenian muchas pertenecias, por lo menos si todo el amor de sus progenitores. Hasta que la desgracia toco a su puerta: las fuertes tormentas subieron la creciente del rio, sus padres, al percatarse de que su pequena parcela se destruiria, salieron para tratar de salvar lo poco que les permitiera el clima, sin saber que la corriente los arrastraria a los dos dejandola en el abandono. Esa fue la historia que le dijeron a ella cuando le dieron la amarga noticia. No tenia ningun familiar al cual le pudieran dar su custodia, realmente fue una suerte que alguien se preocupara por ella, y no la dejara desamparada. Claro que ahora que sufria todo ese maltrato por parte de las huerfanas del orfanato, deseaba que nadie la hubiera ayudado, aunque se quedara en la indigencia. Termino de fregar el suelo, y para cuando tiro el ultimo cubo de agua, sus manos estaban practicamente en carne viva. En cuanto llego a la habitacion que compartia con otras quince ninas, saco un saquito de tela que guardaba de debajo de la cama y contenia un unguento que le habia dado una senora en el mercado al ver el estado de sus manos. La buena mujer se habia quedado horrorizada al ver las llagas que habia en ella, y en un gesto de compasion le regalo el unguento para que se lo aplicara por las noches. Tal vez funcionaria con mayor eficacia si no tuviera que estar todo el dia fregando pisos y cacharros. Las demas companeras ya estaban en sus camas mientras ella lloraba curandose las manos. Sintio unos brazos rodeandola y se limpio las lagrimas antes de darse la vuelta y fundirse en un abrazo con Lidia, otra de las huerfanas que habian llegado tambien tras perder a sus padres. --Te duele mucho, Sophie. Te prometo que manana te ayudare a fregar los pisos. --No es necesario, Lidia. --Miro su amiga con sus ojos marrones; tenia una melena castana trenzada de manera que no se le soltara ningun cabello--. Ahora me pondre este unguento y se me calmara el dolor. --Dejame ayudarte a trenzarte el pelo. Dejo que su amiga la ayudara, mientras ella terminaba de curar sus heridas, despues se puso su bata de dormir de tela rigida que le habia dado la madre superiora, y se acostaron juntas en la misma cama. --?Sabes, Lidia? Algun dia saldremos de aqui, y haremos lo imposible por no tener ninguna carencia. Te lo prometo. Entraremos en sociedad y tendremos hermosos vestidos que seran la envidia de todas las debutantes-- dijo mientras acariciaba el cabello de su amiga. --Si, y nos casaremos con un conde, nos llevara a vivir a su castillo. --Si, nos llevara a vivir a un castillo. Sonrio pensando que esperaba encontrar la fuerza para cumplir con esa promesa, porque no pensaba seguir viviendo en la miseria. Eso lo juraba. Capitulo 1 Londres 1853 El corazon amenazaba con salirsele del pecho, solo tenia unas semanas para buscar un lugar donde irse a vivir junto con Lidia. La madre superiora habia sido muy clara: se tenian que ir de ahi porque ya pasaban de la edad aceptada dentro del orfanato. --Por suerte he pedido algunos favores para no dejarlas en la indigencia. Una modista las estara esperando para que la sirvan. Deben de ayudarla en todas las labores que ella les pida. A cambio tendran techo y comida. Pero ya se arreglaran con ella en cuanto lleguen. Tienen una semana para prepararlo todo, en cuanto llegue la carreta con las provisiones, se marcharan con ellos. Te dare una carta para Madame Rosset. Ahora toma esto. --La madre superiora le tendio un pequeno bolsito de tela mugriento--: eran las pocas cosas de valor que encontraron en tu choza. Al escuchar esas palabras, miles de sentimientos se agolparon en su pecho. Su infancia estaba atrapada en ese pequeno bolsillo. Lo tomo con las manos temblorosas, sabiendo que ahi estaba su vida. --?Sabe si aun esta disponible la casa donde vivian mis padres? --No, desafortunadamente la casa solo era arrendada; como todas las de la zona, le pertenece al conde de Kent. La dio en alquiler en cuanto saliste de ahi. Lo siento. Sabia que no le quedaba nada, pero por un segundo guardo la esperanza de darle una visita al que en algun momento fue su hogar. Acaricio el lacito con el que estaba amarrado el pequeno bolsito, ahi estaba todo lo que significaba su pasado. --Gracias, madre superiora. Estaremos preparadas para partir. Salio del despacho de la mujer que habia sido para ellas la unica figura materna en los anos que estuvieron ahi. Lidia estaba sentada en el banquillo donde se cepillaban el cabello. Su amiga miraba al vacio, sumida en sus pensamientos, ajena a la preocupacion que embargaba a Sophie. En cuanto las dos pusieran un pie fuera del orfanato, nada seria igual; unicamente se tendrian la una a la otra para protegerse. --?Que sucede Sophie? No me digas que se entero la madre superiora de que hemos metido otro gatito al orfanato. Debemos convencerla de que las ninas pequenas se han encarinado tanto con el que no podemos dejarlo en la calle. --No, de hecho, me mando llamar para decirme que tenemos que tener nuestras pertenencias listas, saldremos de aqui en cuanto llegue la carreta con las provisiones. Al parecer, una modista nos estara esperando para que comencemos a servir para ella. --!?Nos estan echando de aqui?! No pueden hacernos esto, ?como vamos a sobrevivir? Las demas huerfanas... ?Que pasara con ellas? ?Quien las cuidara ahora? --Tenemos que irnos, es hora de comenzar una nueva vida fuera de estas paredes, las hermanas de la caridad ya no pueden mantenernos. Tenernos aqui genera gastos. Y sabes que las donaciones de las damas de sociedad cada vez son menos. --?Y adonde vamos a ir? No conocemos nada mas alla de estas paredes. --Lidia parecia realmente afectada. --Ya veras como nos ira mejor --dijo tratando de infundirle algo de animo. --Tengo miedo de lo que vamos a encontrar alla afuera. Quiero seguir aqui. --Sabes que la unica forma de que te quedes aqui es tomando los habitos y consagrando tu vida a Dios. ?Tu has sentido el llamado del Senor? Porque yo definitivamente no lo he sentido. Necesito saber que nos depara la vida fuera de aqui. Por mucho que la nueva experiencia le diera miedo, tambien sentia un cierto nerviosismo por descubrir cosas venideras. --Tampoco lo he sentido, pero me aterra pensar que andaremos las dos solas por el mundo. Recuerda lo que le paso a Emily, no supimos nada de ella hasta que la encontraron tirada en un callejon oscuro del puerto. Solo Dios sabe lo que tuvo que pasar. Pero su muerte fue horrible. --Ay, Lidia, no debemos pensar que nos pasara algo asi. Ademas, nosotras trabajaremos para una modista. No creo que nos suceda nada malo, simplemente no debemos acercarnos al puerto. Sabes que esa zona es peligrosa. Trabajaremos todo lo que podamos para comenzar una vida. --Tengo miedo, Sophie, miedo de no saber como vivir. ?Acaso tu no tienes miedo? --Si, claro que tengo miedo, pero tambien una deuda pendiente que cobrar y, para eso necesito salir de estas paredes. --No entiendo de que estas hablando.

  • Un oceano entre los dos, Mariah Evans de Mariah Evans

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    Beatriz Ibanez cursa el Doctorado en Historia de Espana del siglo XVIII en Las Bahamas. En una de sus travesias con su tutor se ven sorprendidos por una extrana tormenta. Beatriz logra sobrevivir y llega a una isla. Alli, encuentra a un grupo de hombres dirigido por Duncan, a los que pide ayuda. Tras pensar que son traficantes intenta huir siendo finalmente apresada. Su sorpresa es mayuscula al ser consciente de que ha viajado al pasado y de que es prisionera de los piratas ingleses, enemigos del Imperio espanol. Tras ser rescatada por los franceses, aliados del Imperio, Bastian la acoge en su barco, el cual no solo transporta telas y manufacturas, sino tambien esclavos. Mientras Beatriz los ayuda e intenta buscar una tormenta para regresar a su epoca, Bastian se enamora de ella. Esta placida calma se ve turbada cuando los piratas ingleses, los mismos que la apresaron en la isla, la hacen de nuevo su cautiva.
    Vive una romantica historia y descubre un secreto que te transportara hasta el siglo XVIII, donde la lucha por la conquista de Las Bahamas sera el detonante de un amor que perdurara mas alla de los tiempos.

  • El encuentro de Jesus Ruiz Mantilla

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    A principios del siglo XVII, dos paises se reparten la hegemonia mundial: Espana e Inglaterra. Enfrentadas sus monarquias durante decadas, sus nuevos reyes, Felipe III y Jacobo I, acuerdan firmar un tratado que ponga fin a las constantes luchas por ampliar territorios y por el dominio del mar. En la primavera de 1605, una delegacion inglesa con mas de 700 personas se desplaza a Valladolid, capital entonces del reino espanol, para firmar la paz. Una de las personas designadas para esa delegacion fue William Shakespeare, aunque no sabemos si llego a viajar.

  • Pongamonos para el Doctor de Jan Springer

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    El aliento de Roxie le sacudio los pulmones por dentro y cada terminal nerviosa cobro vida mientras veia a Evan Johnston acercarse a ella. Estaba desnudo; total y absolutamente desnudo, excepto el sombrero roji-blanco de Santa Claus y el estetoscopio de medico colgando de su cuello. El le sonrio traviesamente y la felicidad burbujeaba en ella. ?Como es que ella logro seducir al hombre mas apuesto de la fabrica de vehiculos recreativos donde ambos trabajaban? Dios mio, esto debe ser un sueno picaro y cachondo. Evan no querria a una nina simplona como ella, ?o si? ?Por que no? Le animo una voz interior. No seras una reina de belleza pero no eres para nada un patito feo. Su cuerpo se veia tenso al momento de examinarla; la ereccion plena y gruesa y bastante larga. La entera musculatura en su extenso torax, y su brazo derecho se agitaban maravillosamente mientras sacudia su colmado miembro. El se tocaba con firmes meneos y la estudiaba con los ojos cafes mas penetrantes que habia visto en su vida. "He esperado un largo tiempo para esto Roxie," le susurro, mientras se inclinaba hacia la cama a lado suyo. Su calor corporal irradiaba pasion en torno a ella en forma de marea caliente y el aroma de sus secreciones demolia sus sensaciones. El colchon brincaba debajo de Roxie mientras Evan se estiraba para girarse y estar frente ella; su mano agitando y tocando. Le estaba haciendo a su pene lo que ella deseaba que hiciera. Pero no podia tocarlo pues sus munecas estaban atadas: sus bazos estirados sobre su cabeza, amarrados a la cabecera con medias de seda rojas. Sus piernas permanecian estiradas, los tobillos sujetos. Ella adoraba esa sensacion de estar indefensa. Amaba la forma traviesa en que la miraba. Sabiendo que estaba totalmente a su merced. "Yo tambien te deseaba tanto", decia con un suspiro severo. "Entonces, ?por que nunca me dijiste, dulzura? ?No podias adivinar lo tanto que deseaba estar contigo?" El la miro al tiempo que ella seguia su mirada hasta que siguio tocandose a si mismo. "!Ten piedad!" dijo. Pero el continuo creciendo en su ereccion, ?o no? Una red de venas palpitantes acordonaba su flacido miembro; y su orgulloso prepucio en forma de ciruela cobraba un furioso tono morado. Sus gonadas estaban tan inflamadas que a ella no le sorprenderia que su galan actuara como un loco. Su vagina se obturo de vacio deseando ser penetrada tanto. "Se que quieres que te haga el amor. Que te coja rapido y te tome con violencia. De darte lo que ambos nos negamos por tanto tiempo. Pero primero, un beso." El se desvio hacia ella; con su mano libre, grande y callosa, testigo del trabajo de un hombre cuyo oficio es el de mantenimiento, se extendio hacia su bajo abdomen como si fuera una marca de fuego. Su cabeza se inclino y su boca calida le cubrio la suya. Sus labios acariciaron los de ella; su lengua entro a la cavidad con un ligero empujon que la hizo maullar por su contundencia. Ella estaba indefensa debajo de esa arremetida de emociones y sensaciones al tiempo que la lengua de el la asaltaba como un falo. La mano que estaba en el vientre se movio hacia sus entrepiernas abiertas. Ella emitio un gemido dentro de la boca de el, mientras un dedo ingresaba entre sus labios accediendo a su nido de amor. "Eres un aluvion alla abajo, carino," grunendo con su voz, en un tono bajo y ronco. Roxie sintio que Evan sacaba su dedo y, aprovechando su humedad pegajosa, rodeo el clitoris; lentamente, tortuosamente. Rabia y tension la cruzaron. El volvio a meter el dedo en ella otra vez, reuniendo a mas nectar para masajear su sensible vulva; de un lado al otro, hasta que ella se encorvo haca el. Sus caderas bruscamente se arqueaban, exponiendo su vagina. Ella lo deseaba, lo necesitaba. Ella queria apretar las piernas, pero los lazos lo evitaban. Queria tomar su pene y llevarlo hacia ella, pero no podia. La frustracion y excitacion se confundian al tiempo que daba un fuerte gemido, el pulso desesperado que la vadeaba mientras sus deseos llegaban rapido a la frontera de perder el control. El lindero que dificilmente cruzaba a menos que conociera muy bien a alguien. Confiara en alguien. ?Podria hacerlo con Evan, quien era casi un desconocido? "Ven a mi, dulzura," ronroneo sobre su boca mientras rompia el beso. Su aliento cachondo sobre su cara. Su cuerpo convulsionaba para el. Lo anhelaba. Su sangre corrio dentro de sus venas como un rayo blanco y calido, y su vagina apreto el dedo mientras se aproximaba por mas lubricante. El puso mas presion sobre su vulva mientras se agitaba con movimientos rapidos. Su respiracion se tornaba desigual e irregular. Lamiendole su labio inferior el besaba el borde de su boca. Tan dulcemente. Ella se estremecio contra el. Amaba los besos elegantes. Disfrutaba la base de su dedo mientras acariciaba el clitoris, bombeandolo en su vagina. "Me estoy excitando mucho por ti, Roxie. Estoy realmente caliente. Pero primero quiero que te vengas para mi. !Ten tu orgasmo!" Su voz sonaba inquieta. El corazon de ella relampagueo en el pecho. En su frente comenzo a brotar el sudor. Peleo con las cuerdas queriendo tocarlo. Queria controlar su miembro; de tomarlo hacia ella, pero estaba indefensa. "?Evan? ?Por favor? !Sueltame!," susurro. La desesperacion la apunalaba. Deseaba que la desataran. Queria tomar el control. Estaba tan excitada. Ahora su cuerpo ardia cuando se zambullian dos dedos en la vagina. Ahora tres. Ella podia escuchar la resonancia de la succion mientras su remojo lo acogia con cada embate. Podia sentir a su cuerpo respingando, apretandose. En tension. Y ahora si, ella explotaba. Llorando mientras el desistio con sus dedos para ir por ella. Su pene grueso y duro, empalandola con un brutal, pero bello empujon que la apartaba jadeando. Su boca cubrio la de ella de nuevo, sus labios resbalandose desesperadamente mientras la lanzaba adentro y afuera, aceptando esta, la feroz oleada mientras se la cogian. Encabronadamente fuerte. !Si! !Oh, Dios… Si! "!Roxie!, !vamos! Esta por comenzar la subasta de Fetiche Medico en cualquier momento. !Tenemos que dejarte lista para tu examen intimo!" Gina, la amiga de Roxie, de treinta anos logro gritar por encima de la estridente musica navidena de rock mientras la sacaba de la pista de baile. De hecho; Gina era la que venia tarde, por culpa de Pete. Roxie la habia estado esperando; sus entranas eran un manojo de nervios, mientras esperaba como alheli navideno en la pared en la orilla de la pista de baile. Habia estado viendo a Gina retorcerse como loca en medio de los cuerpos enfundada en un ajustado y cortisimo uniforme de enfermera negro, medias caladas que hacian juego y tacones de cinco pulgadas. Sus nervios la delataban hacia como se habian vuelto sus fantasias. De Evan. !Dios! Se habia metido tanto a su fantasia que estaba literalmente empapada de su entrepierna, sintiendose un poco ruborizada. !Oh!, ?por que no podia ser un poco como Gina? Ella hubiera podido tener a Evan en su cama antes de tiempo. Gina, su companera de departamento, colega en la fabrica y buena amiga. Bonita, popular, aventurera. Sin miedo de bailar. Pero Roxie era todo lo contrario. Eso es lo que le atrajo de Gina en el primer momento. La mujer no le tenia miedo a nada. Antes de que Roxie pudiera confrontar a su amiga sobre quien estaba esperando a la otra, Gina la jalo de la mano hacia el hervidero de swingers y luego, hacia la puerta, escalera arriba, por un corredor angosto decorado con flores noche buena y guirnaldas hacia el segundo nivel donde se encontraban los vestidores. "Te va a encantar lo que elegi para ti." Gina sonrio, con sus ojos cafes oscuro centelleantes de malicia mientras abria el casillero con una llave. Una enorme oleada de nerviosismo se aferro a Roxie y de pronto lo que en un momento parecia una idea excitante en permitir que Gina la visitera para la fiesta swinger con el tema medico, previo a la navidad, ya no parecia ser una buena idea. De repente parecia intimidante el poner la confianza en alguien tan atrevido y audaz como Gina. "Esto es lo que te he traido, carino. Vas a distinguirte por encima de toda la gente; captaras la atencion de Evan y este va a bufar sobre ti deseando llevarte a la cama cuando te lo vea puesto." Si, otra razon por apreciar a Gina. No se andaba con rodeos. Gina saco del casillero un traje de latex en color rojo sangre acompanado de un cinturon negro con hebillas y unas sandalias de tacon de cuatro pulgadas. Roxie se quedo con la boca abierta y en shock. En primer lugar, la fiesta era de fetiche medico, y no de latex de hule; y en segundo lugar y por ultimo, ?este traje le entallaria bien? Pareciera que fue confeccionado para una flaca y la chavala no era delgada para nada. “Sabia que te gustaria”, con un guino del ojo, Gina se lo extendio a Roxie. “Toma, sostenlo”. Te veras super sexy; Evan se va arder. Toma este sombrero de Santa Claus que combina y ponte estos pequenos aretes de muerdago”. Gina dejo caer en la banca que tenian cerca la joyeria verde que realmente parecian bolas cortas de muerdago que colgaban de pequenas argollas de oro, un sombrero rojo de fieltro con un monton de plumas alrededor del borde y un enorme pon-pon blanco en la coronilla del sombrero. “Alcanzame abajo cuando estes lista.” Antes de que Roxie le pudiera preguntar algo a Gina, especialmente porque era super timida y le daba panico que la vieran vestida con algo asi, Gina se escapo del vestidor como si su trasero estuviera en llamas. !Carajo! maldijo Roxie mientras miraba con atencion el terso traje rojo y su latido cardiaco palpitaba como si un nino tocara el tambor. ?En que se habia metido? * * * * * Desde el momento en que Evan Johnston, de treinta y cinco anos de edad cruzo la puerta del club swinger, comenzo a buscar a la mujer adecuada para sus fantasias sexuales. Le habian llegado rumores de que Roxie estaria ahi en la noche, y Evan queria asegurarse que el cuchicheo fuera real, pues si ella no se presentaba, el simplemente huiria a su granja solitaria, pues se pronosticaba que una tormenta de nieve azotaria la zona y mejor era iniciar sus vacaciones navidenas acurrucado, acompanado de sus tres aliados felinos y dos perros Golden Retreivers. A pesar de la inclemencia del tiempo proxima, el club swinger estaba atascado. Los duenos se habian excedido con la decoracion navidena. Originales luces en miniatura formadas en bateria destellaban encordadas en movimiento de zigzag por el techo de la pista de baile. Habia grandes hojuelas heladas de color azul elaboradas en poliestireno que colgaban en serie dandole a la boveda un efecto de tormenta invernal. Muy oportuno para lo que estaba por venir mas tarde. El no podia creer que se encontraba aqui esta noche. Habitualmente estaria de regreso en su pueblo natal de Oshawa, Ontario cercano a su familia para pasar las fiestas, pero este ano opto por matar el tiempo aqui; el pequeno pueblo de Solitary, Alberta. A unas cuantas millas afuera de Calgary, con el fin de alcanzar a Roxie. El seguia recordando la primera vez que la vio en el trabajo. Lo habian flechado durisimo y sabia que tenia la maldicion de la familia. Su padre le advirtio que ocurriria. Papa sabria; la condenacion lo habia alcanzado igual que a su hermano y a su hermana tambien. Ahora era su turno. Trataba de negarlo desde hace algunas semanas, pero cada vez que pensaba en Roxie, su corazon se aceleraba; le sudaban las manos y escasamente podia armar un pensamiento, a no ser que tuviera que ver con ella. En las escasas veces que el se topaba con el repentino objeto de su capricho, ellos se encontraban en el trabajo. El comenzo a trabajar en la planta de vehiculos recreativos hacia algunas semanas atras cuando percibio su timidez y nerviosismo, flechandolo con miradas coquetas pero sin ser descarada para mostrarle que le gustaba. El adoraba su retraimiento. Ella representaba un cambio fresco comparado a algunas de las aventuras amorosas con las que solia frecuentar en el pasado. Algo que le habia tomado por sorpresa era que Roxie era swinger y frecuentaba el club. No estaba seguro si esta golosina era algo bueno o no. Bueno en su mundo de fantasia, porque cada vez que se duchaba y cada noche que se metia a la cama, se masturbaba imaginandosela. Sin embargo, en la realidad dudo si ella podria estar interesada en el. ?Un chavo con poca pericia en la escena swinger? Justo en ese momento, vio a su buen amigo y colega Brody Cohen, abriendose paso entre el gentio que estaba entre Evan y el. "Oye, hombre, me alegra que hayas podido llegar". Brody le extendio su palma a Evan, echando los cinco dedos tomando camino los dos hacia la sala donde se llevaria a cabo la subasta. "Alimentar a los animales me tomo mas tiempo del que creia," Evan admitio mientras que el y su amigo ponian su nombre en la lista de personas que jugarian "al doctor" para subastar a su paciente. "Necesitas una esposa que te ayude con ese viejo pasatiempo de granja que compraste." Brody sonrio, mostrando un agradable juego de dientes blancos que contrastaba con su rostro bien bronceado. Evan sospechaba que su amigo se habia metido a la cama de bronceado para lograr esa tonalidad de piel, pues era un hecho que cuando llegaban a trabajar estaba oscuro, pero tambien cuando se retiraban.

  • Requiem por la bailarina de una caja de musica de Jose Ramon Gomez Cabezas

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    Angel Buendia desesperaba por vaciar sus intestinos. Llevaba ocho anos como guardagujas en la estacion de ferrocarril y nunca le habian entrado esas irreversibles ganas de evacuar estando de servicio. Saco el reloj del bolsillo de su chaleco para comprobar que restaba algo de tiempo antes de que el mercancias pasase por su posicion camino de otra que se le antojaba muy lejana. Con gesto nervioso volvio a depositar el reloj en su pequena prision a la vez que en su cabeza y estomago revoloteaban los ingredientes de la copiosa comida que se habia metido esa misma manana entre pecho y espalda. Habria sido el jodido bacalao del atascaburras o la carne lo que estuviera en mal estado; el caso es que los retortijones se le clavaban en el espinazo, y sus rinones no aguantarian otro envite. Tomo una decision. Disponia de algunos minutos antes de que llegara "La paloma". Con una mano agarro el farolillo y con la otra empezo a desabrocharse el cinturon del raido pantalon azul al salir de la garita. Se encamino a un rincon oscuro. El murete que delimitaba el entorno de la via y la frondosidad de un par de arbustos le proporcionaban, a pesar del frio y la humedad de la noche, una letrina de lujo. Apenas habia acomodado el cuerpo a la ocasion, un ruido no muy lejano le puso en alerta. Se subia los pantalones a toda prisa, cuando distinguio las siluetas de dos o tres personas moviendose por entre las vias. Encendio su farol y se dirigio hacia donde creia haberlos visto, maldiciendo en su camino por igual a esas figuras, los retortijones y el barro. Entre todos prometian fastidiarle lo que hubiera podido ser una noche tranquila. Avanzo unos metros e ilumino la zona. A lo lejos los vio correr por entre las traviesas. No parecian chavales. Algo no encajaba en aquel paisaje tantas veces pateado a lo largo de dias y noches de servicio. A la derecha de los railes, distinguio multitud de pisadas y rastros de matorrales destrozados. Esto no era normal. La luz roja del farolillo se iba proyectando, uno a uno, sobre cada recoveco, cada mata, cada pedrusco. De pronto, choco con lo inesperado. Angel Buendia habia asistido a multitud de entierros, pero todos aquellos difuntos que habia visto no se parecian en nada al bulto tenido de barro purpura que yacia en el suelo. Definitivamente, no iba a ser una noche tranquila. Primera parte Verbo temer, presente de indicativo, primera persona del singular Capitulo 1 Arpegio desafinado 22 de Noviembre de 1925 Al despertar, noto que no va a ser una manana como otra cualquiera. Un incesante martilleo golpea mis sienes mientras intento incorporarme. Oigo un respirar profundo y vuelvo la cabeza con dificultad. Mi tio Domingo dormita en una vieja mecedora, cerca de mi. --Agua... Un poco de agua, por favor --mi voz suena ronca y profunda. --Sera mejor que no hables durante un rato --dice mi tio, desperezandose--. Esta vez ha sido mas fuerte que las anteriores. Su afable imagen contrasta con un timbre de voz tembloroso y un pulso renqueante; al servir el agua derrama un poco por entre la colcha y el suelo. --?Cuanto tiempo llevo asi, tio? Se echa la mano al bolsillo del chaleco y consulta su pequeno reloj. --Aproximadamente, unas… cincuenta y cuatro horas. Nos has tenido muy preocupados muchacho; muy, pero que muy preocupados. --No recuerdo gran cosa. ?Que me ha pasado? En lugar de responder, se lleva la mano a la frente y comienza a pasar los huesudos dedos por el escaso cabello lacio. Su mirada vaga por una de las paredes del cuarto, incluso mientras responde: --Ya hablaremos luego, mas tranquilos. El doctor Messia te recomendo reposo, asi que cuando te recuperes nos iremos una temporada al Viso: alli te pondras bueno. ?Que te deciamos de pequeno? <> no seria la palabra adecuada. Queda con Dios, que yo voy a verlo ahora a misa de ocho y llego tarde. Cruzo lo que me resta de camino desconcertado por las palabras del medico. ?Que es <>...? Paco Carrion aun no ha terminado de limpiar; barre el suelo arenoso del local con un cepillo de ramas. Las pocas sillas de madera reposan encima de las mesas. Aturdido aun, traspaso el umbral. La mirada del viejo mesero se hunde en la mia como un punal de circo, y con un par de zancadas se planta frente a mi. Recibo un empujon que me arroja afuera de la taberna. El gesto del que hasta ahora consideraba casi un amigo me duele probablemente mas que el golpe que recibo en la frente contra una columna. --Aqui no quiero gente como tu, por muy hijo de tu padre que seas --y un sonoro portazo pone punto final a sus palabras. Las pocas personas que pasan por la plaza me miran como a un delincuente al que deberian ajusticiar. No entiendo nada. Esta pesadilla no tiene sentido alguno. Sin saber como, me he convertido en un autentico paria en mi propia ciudad. ?Que carajo ha sucedido durante mi convalecencia? Me apoyo en la pared de la posada "El Sol" para recomponer mi maltrecha figura. Al pasarme la mano por la frente se mancha de sangre: una pequena brecha marcara durante algun tiempo mi desafortunado encuentro con el tabernero. Paso hasta el recibidor de la pension esperando que dona Josefa tenga algo de yodo y un panuelo. Mis ojos se posan como perros cazadores en la pequena mesa de la entrada. Un par de ejemplares de La Gaceta son ahora muy valiosos para mi. Un muchacho de no mas de quince anos casi me sorprende guardandomelos en la chaqueta. --?Desea una habitacion, senor?

  • Posesion agradecida de Jorge Borges

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    ?Que quiere un hombre que lo tiene todo?
    Dinero, fama, mujeres.
    Salud, un cuerpo de infarto.
    El poder corrompe. Demanda excesos.

  • Corazon de perro de Mijail Bulgakov

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    Situada en el Moscu de 1924, Corazon de perro relata la transformacion de un bondadoso perro callejero en un hombre insufrible, brutal y soez que acaba militando en el Partido Comunista. El talento de Bulgakov para la satira queda patente una vez mas en esta narracion en la que critica los intentos comunistas para crear el Nuevo Hombre Sovietico, fiel a la patria como un perro a su amo, y transformar radicalmente la humanidad. Su publicacion fue prohibida en la Union Sovietica y solo pudo ser publicada en 1987, mas de sesenta anos despues de haber sido escrita.

  • Boabdil, Un hombre contra el destino de Antonio Soler

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    En Un hombre contra el destino, Antonio Soler pone en juego su indiscutible talento para la narracion para contar la historia de dos personajes formidables: Boabdil, el ultimo rey nazari de Granada, encarnacion de un sino tragico, y Gonzalo Fernandez de Cordoba, el Gran Capitan, ejemplo de las virtudes guerreras. Estos dos hombres, obligados a enfrentarse aunque en otras circunstancias hubieran estado destinados a entenderse, simbolizan el final de una epoca apasionante que Soler recrea con destreza, conocimiento y nervio.

  • Un encantamiento de cuervos de Margaret Rogerson

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    Todo el mundo sabe que los elfos son tan arrogantes como inmortales y por eso les gusta que se los retrate. Ademas, ansian el arte de los humanos porque ellos son incapaces de crear algo que transmita vida. Isobel los conoce bien, pues se gana la vida pintando sus rostros.

  • Nos vemos en el cosmos de Jack Cheng

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    Si sumamos un nino de once anos, un perro llamado Carl Sagan, un viaje por Estados Unidos y un iPod lleno de sonidos, el resultado es una aventura llena de descubrimientos y autoconocimiento.

  • Nunca mas sere tu puta de Rosana Ample

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    Llego a la productora sin ningun sentido del ridiculo, con la intencion de convertirse en directora de arte, con una formacion unicamente teorica y algo obsoleta, ademas de unas maneras un tanto pueriles. Pero hubo algo en Manuela Murillo que cautivo a Lupita. Su fuerza, escondida entre su fragilidad, su caracter sonador, su inocencia. Lupita precisaba de una asistente bilingue; observaba el curriculumde Manuela: Manuela nacio en Alemania, curso estudios de audiovisuales finalizados en el ano 2004. Justo hacia unos diez anos. Nada mas y nada menos que en la Escuela Superior para Television y Cine de Munich . Su unica experiencia, la de trabajar en una ferreteria de un pueblo de Asturias. Lupita levanto la cabeza y la observo con detenimiento. Manuela era una joven esbelta, elegante, fotogenica, con un excelente gusto vistiendo. Tenia trazas de haber trabajado como modelo, sabia marcar sus pasos, mover las caderas, conocia el significado de la seduccion. --Senorita Manuela Murillo. ?Como es que nacio en Munich, se traslado a Asturias y ahora esta de nuevo de vuelta en su ciudad natal? --Mis padres se trasladaron aqui de recien casados ; cuando cumpli la mayoria de edad y termine de estudiar Audiovisuales, deseaban volver a Asturias. Mis abuelos llevaban la ferreteria del pueblo, mi abuela tenia alzheimer y mi abuelo reuma; querian cerrar la tienda. Mi padre sintio el impulso de hacerse cargo de la ferreteria y disfrutar de los pocos anos de vida que les quedaban a mis abuelos. Yo no queria vivir en Asturias, pero tampoco me resultaba atractivo quedarme sola en Munich. Ellos prometieron que, con los anos, podria volver, si lo quisiera, que ellos me ayudarian economicamente. Era una mas de tantas chicas guapas y superficiales que aparecian por la productora. Pero esta ultima hablaba perfectamente espanol y aleman. Su inocencia le daba mucha ventaja. Carecia de maldad, de picardia. Lupita sentia que era la candidata perfecta, un diamante bilingue por pulir. Le solventaria la papeleta de redactar, revisar y negociar contratos, facturas, presupuestos y defenderse de algun que otro tiburon germano --aunque esto ultimo solia ser tarea de su marido y socio, Adam Ziegler, pero este no estaba siempre enganchado a sus faldas, por suerte--. Apesar de que acababa de alquilar un piso en pleno centro de Munich, Manuela no puso objecion a incorporarse con motivo del viaje a Los Angeles. !Viajar a Los Angeles para rodar La siguiente Top Model alemana! !Ser la asistente de una conocida productora de cine! No estaba mal para empezar. Sentia que comenzaba a vivir. !Por fin! El trayecto en el interior de un avion con destino a Los Angeles, California, iba a ser el mas emocionante , tierno y conmovedor para Lupita Valenzuela. Habia observado a su nueva asistenta comportarse en las tiendas del aeropuerto. Como siempre, presumia de una imagen impecable y un gusto exquisito por las marcas de lujo. Mientras se dejaban arrastrar por los pasillos sobre una cinta mecanica, habia sometido a un tercer grado con esos anchos ojos grises de gato a cualquier ser que vistiera desastroso o poco a la moda. Esa muchacha de veintiocho anos la tenia desconcertada. Vestia un pantalon cenido, le encantaba presumir de un buen trasero respingon y de su delantera, como no, marcada con un top de licra que dibujaba su cintura de avispa con marcas de abdominales --a pesar de no saber siquiera como se hacen, bendita genetica, a veces--. Tan pronto como el avion despego, Lupita olvido sus maneras coquetas tan infiltradas en sus celulas; con una toallita humeda se retiro el maquillaje y unto su rostro de crema hidratante. Se quito los tacones de aguja y coloco los calcetines que se encontraban en el neceser que la compania aerea les habia entregado. Dejo sus pesados pendientes en un compartimento del bolso y rescato dos paquetes delgados y transparentes con una mascara que coloco en su boca. --Toma, pontela: en un avion es donde mas bacterias compactas hay y menos defensas tenemos. Manuela la miraba con vehemencia; esa increible mujer le estaba dando una nueva vida. Sentia admiracion por su nueva jefa. Con cuarenta y tres anos, todavia se podian detectar sus maneras y costumbres adquiridas el dia de su coronacion como Miss Mexico. Era una de esas bellezas mexicanas de ojos negros profundos y pestanas interminables, oscura y poblada melena y andares garbosos, que dejaba a la gente igual de traspuesta que el paso efimero de un huracan ante sus ojos. Lupita tenia curiosidad por saber que pasado escondia esa muchacha. En ocasiones la observaba y era como si acabara de salir del interior de una flor, con su frescura, con su vitalidad. En otras, parecia que acabara de liberarse del mismo Satanas. --Cuentame, Manuelita. ?Que diablos hiciste metida en una ferreteria por tantos anos? --pregunto Lupita. --Fue un secuestro voluntario, Lupita, una historia muy triste. Si padeces insomnio en el avion, te la contare. --Si lo deseas... Tenemos diecisiete horas y veintinueve minutos, no mas -- dijo Lupita, con su dulce acento y sonriendo. Capitulo 2 Habia contemplado su nueva silueta. Se habia sentido segura de volver a estar con otro hombre. Los implantes mamarios le habian dado la armonia fisica que su cuerpo necesitaba. !Con que rapidez se habia dado cuenta! Justo la misma semana que habia roto con Cristobal. Liberada de su dueno, por primera vez, con veintisiete anos se habia mirado en el espejo y se habia sentido, por fin, mujer. Habia notado como nacia una parte salvaje de su interior, una parte que desconocia de su existencia, que le pedia convertirse en la mujer mas sexy del planeta. Fue cuando se pregunto a si misma: --Manuela, ?que necesitas para sentirte mas completa por fuera? Se respondio tocandose los diminutos pechos que no hacian juego con su atletica espalda, anchos brazos y prominentes caderas. Esa misma semana, sin importarle demasiado la opinion de sus tradicionales y dictadores padres, habia visitado una de las mejores clinicas de cirugia estetica de Oviedo. Habia tardado nueve anos en romper con la vida que le unia a Cristobal; sin embargo, la decision de operarse los pechos la habia tomado en menos de dos horas. Ese iba a ser, a partir de entonces, su nuevo ritmo en tomar decisiones. No le iba a importar dejar a la gente atras y seguir caminando sola. El tren pasa mas de una vez, solo habia que ser agil y subirse. Durante nueve anos, con la sencillez con la que un ser humano enciende un televisor desde el sofa y cambia de canales, un energumeno le habia dado al boton pausa del control remoto de su ser, paralizando su futuro. Miraba atras: no recordaba que fue de sus veintiuno, veintidos, veintitres anos, por mucho que se esforzaba en pensar. No existian hitos en su vida, no habia alcanzado ninguna cima, ningun proposito. Habia entrado al quirofano con la misma sensacion que una mujer tendria si le abrieran una noche las puertas de Harrods y la hubiesen conminado a llevarse todo lo que quisiera, gratis. No sintio miedo a no despertar de la anestesia, no tenia una pizca de respeto por la vida que le quedaba por vivir. Nunca temio a la muerte. La operacion fue todo un exito y el postoperatorio, semejante a una dura gripe. Tres dias despues de la intervencion, le quitaban los sueros y vendajes y descubria su nuevo torso. La reaccion, al ver en el espejo esas dos nuevas y perfectas formas, no fue tan positiva como esperaba, a pesar de los elogios de las enfermeras por el bello y armonioso resultado. Sintio rechazo de su nueva yo. Era algo comun, segun la doctora: el paciente no se reconoce y se abruma. La primera tarea tras salir de la consulta del medico, fue visitar las tiendas de lenceria del centro comercial mas proximo. Su habitacion se convirtio en una pequena intima pasarela --que bautizo como Manuela's Secret--. Ahora que sus ojos ya se habian familiarizado con su nuevo aspecto, se sentia tremendamente orgullosa de ellas. Solo faltaba usar esa valiosa y nueva herramienta. Ensenarlas, disfrutarlas, coquetear... No podia esperar mas, no veia el momento de no tener miedo escenico por su desnudez, poder retozar con algun chico y, por primera vez en muchos anos --o quiza no sucedio nunca--, sentirse deseada. --Si Cristobal me viera ahora, seguro que me llamaria puta --le dijo a su mejor amiga, Laura, con la que volvia a llevarse bien. --Si, pero ya no te doleria, ?verdad? --No, porque sabria que no lo soy, que en el fondo se moriria de envidia de no estar conmigo. En fin, afortunadamente, eso no va a suceder. La distancia entre Asturias y Madrid nos sostiene bien lejos el uno del otro y por mi parte, espero no pisar Madrid en lo que me queda de vida. Por cierto, ?no me notas nada hoy?, !mirame bien! --Que has adelgazado, ya te lo dije la semana pasada. Si, estas mas delgada, Manuela, y mas guapa. --Nooooo, !no es eso! !Mirame bien! De arriba abajo. --!Ah, ya se! Se te ha curado la psoriasis --contesto Laura con mente esclarecedora. --Tampoco, jooo --protesto. --Pues no se, chica, me pillas despistada. !Dimelo tu! --Laura, llevo minifalda. !Es la primera vez en nueve anos que me pongo minifalda!

  • Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson

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    Harriet Vanger desaparecio hace treinta y seis anos en una isla sueca propiedad de su poderosa familia. A pesar del despliegue policial, no se encontro ni rastro de la muchacha. ?Se escapo? ?Fue secuestrada? ?Asesinada? El caso esta cerrado y los detalles olvidados. Pero su tio Henrik Vanger, un empresario retirado, vive obsesionado con resolver el misterio antes de morir. En las paredes de su estudio cuelgan cuarenta y tres flores secas y enmarcadas. Las primeras siete fueron regalos de su sobrina; las otras llegaron puntualmente para su cumpleanos, de forma anonima, desde que Harriet desaparecio. Mikael Blomkvist acepta el extrano encargo de Vanger de retomar la busqueda de su sobrina. Periodista de investigacion y alma de la revista Millennium, dedicada a sacar a la luz los trapos sucios de la politica y las finanzas, Blomkvist esta vigilado y encausado por una querella por difamacion y calumnia presentada por un gran grupo industrial que amenaza con arruinar su carrera y su reputacion. Contara con la colaboracion inesperada de Lisbeth Salander, una peculiar investigadora privada, socialmente inadaptada, tatuada y llena de piercings, y con extraordinarias e insolitas cualidades.

  • Motero Sucio de Jorge Borges

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    El estaba fuera de los limites.
    Era el vicepresidente.
    La mano derecha de mi padre.
    Y la hija del jefe intocable.

  • Mas vale nunca de Daniel A. Tortora

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    Supe que definitivamente era el final. Solo me entristecia que no fuese mas tragico, que se marchase asi nomas, como el otono, con alguna lluvia, con apenas un poco mas de frio. La parejita trepo los escalones de la estacion escoltada por los familiares y algunos vecinos. Se dirigieron hacia el unico banco que se mantenia en pie y apoyaron los bolsos y la valija en el piso. Don Anselmo destapo el termo y comenzo la ronda de mate con Elvirita. Simularon sonrisas y algunas bromas, los amigos apartaron del grupo a Alberto, seguramente para darle consejos. Elena tomo a Elvirita con las manos y la repaso de arriba abajo, negandose a aceptar que quien se iria a vivir a la ciudad, --y ya no regresaria--, era su hija. El mate paso de Juan a Elena, de Elena a Ramon, de Ramon al Chuno y asi hasta acabar nuevamente la ronda en Don Anselmo. Esta vez el tren no se hizo esperar como cuando se marcharon las hijas de Clara. Aquella tarde si que debieron aguardar, sin embargo hoy llego en hora. Juan tuvo que arrancar a Elvirita de los brazos de Elena y Don Anselmo intervino tomando a su esposa por los hombros. Los domingos no son buenos para las despedidas, mucho menos por la tarde. Cuando el tren arranco, cerre la ventana y me fui a acostar. Unos fuertes golpes en la puerta me despertaron, pero tarde en reaccionar hasta que se repitieron acompanados por los gritos del Negro. --Abra maestro, somos nosotros, los pecadores, vamos abra. --Va, va. Ya va. --Les abri la puerta mirando hacia abajo y refregandome los ojos. El Negro traia un paquete en la mano. Detras de el entro Raul con las manos en los bolsillos y mirando hacia todas partes. --Hola profesor. ?Dormia? --Un poco. Pasa Raul, pasa y cerra la puerta. El Negro ya se habia sentado y mientras desenvolvia el paquete con tortafritas me senalo el mate que habia quedado alli desde la noche anterior. Fui hasta la cocina a calentar agua. Me quede esperando que se me pasara la modorra, ademas no tenia muchas ganas de hablar. --?Y maestro, falta mucho con eso? --Ya va Negro, esta calentandose. --Regrese a la pieza y apoye la pava sobre la silla, despues me sente en la cama. El Negro fue el encargado de preparar el mate. --?Vio que se las tomo Elvirita y Juan? --dijo, guinandome un ojo. --Si, los vi desde la ventana. --Por eso el poeta anda medio triston, vio, le tenia unas ganas a Elvirita. Nos reimos. --?Es verdad lo que dice el amigo, Raul? --pregunte. --No le haga caso, son inventos del Negro --contesto Raul. --Dale, que no, las punetas que te habras hecho con Elvirita, guacho, a mi me vas a decir --se defendio el Negro. Nos reimos un buen rato con eso. El Negro siguio hostigandolo y yo haciendo de partenaire. Raul se abandono al papel de victima y opto por escuchar las barbaridades que decia su amigo. Casi no tuvimos otro tema de que hablar. Alrededor de las dos de la manana, el Negro se paro de repente, se sacudio los restos de tortafritas que le habian quedado sobre la barba y la camisa y mirando a Raul le dijo --vamos poeta, manana tengo que laburar. --Vamos --respondio su amigo. Los acompane hasta la calle, pense que habia dormido demasiado para acostarme tan temprano. El Negro cruzo la calle y fue a orinar contra un arbol, de espaldas a nosotros. Raul encendio un pucho y le pego una chupada interminable. El Negro seguia de espalda, de pronto nos miro y grito. --Disculpen, eh. --Y se tiro un pedo. Me rei mirandolo a Raul que negaba con la cabeza, pensaria que ese no podia ser amigo nuestro. --?Te vas a acostar Raul? --pregunte todavia riendome. --No, todavia no. --?Lo acompanamos al Negro y vamos a dar una vuelta por ahi? -- ofreci. --Vamos, pero primero pasemos por casa. CAPITULO II Cuando el tren se detuvo, me apresure a descender. Busque algun punto de referencia para guiarme, pero lo unico que encontre sobre los arboles fueron los techos, la antena de un radioaficionado y la cruz de la iglesia. Camine hasta el borde de la escalerita que estaba rodeada por macetones repletos de flores que ya empezaban a marchitarse. Me quede un instante observando el panorama, despues mire el reloj, eran la seis y cuarto, entonces cruce la plaza desierta y opte por caminar hasta la escuela. La escuela estaba a unas cuadras, imposible perderse. Desde la plaza podia versele, era un edificio prolijamente pintado, moderno, que no encajaba con las casas que lo rodeaban. Subi los seis escalones que separaban la puerta de la vereda y lei el cartel que estaba pegado en el vidrio “atencion al publico de 9hs. a 12hs.” --Que bien-- pense. Deberia buscar un hotel, ya que presagiaba que a esa hora seria imposible encontrar a alguien. Una hora mas tarde pude ubicarme en el unico hotel que tenia el pueblo, comer algo, banarme y acostarme, aun restaba una semana para que comenzasen las clases y tendria tiempo para escribirle a mi familia. Me desperte temprano, me duche sin apuro y baje a desayunar en el hall del hotel. Una mujer vieja me sirvio un cafe con leche con tres facturas. Le di las gracias pero no me respondio. Me apresure a desayunar y sali para el colegio. Las pocas personas que me cruzaba se quedaban mirandome como si yo fuese un dibujito animado, algunos no me quitaban los ojos hasta que me perdian de vista, yo miraba para adelante con aire de personaje importante, me sentia Charles Bronson. Camine sin apuro, mostrandome. El colegio estaba a solo tres cuadras del hotel. Al llegar a la esquina donde debia doblar procure recordar las palabras que me habian dicho en el Consejo. “Cuando llega, se presenta en el colegio y les comunica que usted es el profesor de historia y geografia que pidieron, pero los papeles no los entrega, me entendio.” Subi las escaleritas, atravese el corredor y camine hasta otra puerta, cuando la abri me encontre, a la derecha, con un aula. Mire hacia todos lados buscando a alguien que pudiera atenderme, pero como no habia nadie golpee con los nudillos. Una voz de mujer grito "adelante". Abri con cuidado y meti solamente la cabeza. Era una mujer de alrededor de cuarenta anos o tal vez algunos mas, me miraba sorprendida, como si Charles Bronson realmente hubiese entrado, despues se puso de pie. --Pase, pase, adelante. --Buen dia, soy el profesor de historia y geografia --me presente. --Ah si, si, sientese. Por aca tengo sus datos. --Leyo una carpeta que tenia sobre la mesa y dijo --Alejandro Roboni. El senor Alejandro Roboni --repitio recalcando el “senor”. --Ragoni --dije. --?Como? --pregunto. --Alejandro Ragoni. --?Ragoni? --repitio. --Si, Ragoni, como se pronuncia. --Entonces aca lo pusieron mal --se excuso y comenzo a borrarlo--. ?Sabe que el lunes comienzan las clases? --Si, ya me lo comunicaron. --Bueno, si desea saber algo mas o alguna otra preguntita --comenzo a decir. --Quisiera conocer mis horarios, saber quien me va a entregar los programas y si se puede visitar la escuela. De repente la mujer me echo una mirada de furia, como si le hubiese pedido vaya a saber que cosa y me respondio pausada pero marcialmente. -- El lunes debe venir a las ocho de la manana y ahi va a conocer sus horarios. Los programas debera retirarlos en la municipalidad de lunes a viernes de ocho a trece horas y al colegio no va a poder visitarlo porque solo esta abier ta la secretaria, que es esta aula, y ya la conoce. Sin responderle comence a ponerme de pie, le iba a dar las gracias de mala gana y a marcharme cuando se abrio la puerta y entro una adolescente que se quedo clavada cuando me vio. --Perdon --dijo. --Pasa Susana, pasa. --Hola mama --saludo la chica. La mujer me senalo con el dedo y le dijo a su hija con voz socarrona --el joven es el nuevo profesor de historia y geografia que vas a tener desde el lunes. El senor Raboni, ?asi era, no? --Ragoni --le conteste, mirando a su hija y pensando que si esta era la secretaria como seria la directora. Mas tarde me enteraria que ella tambien era la directora. --Disculpe que no me presente -- me dijo con una voz mucho mas amigable--, me llamo Clara Prieto, pero todos me llaman Clara, solamente. --A mi llameme Alejandro, es mas facil.

  • Luna perdida de Ayla Soriano Gomez

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    Todavia faltaba un rato para que el sol desapareciera en el horizonte, cuando en el refugio de Marinaterra retumbo la sirena de emergencia. Los mas jovenes del refugio acababan de empezar la jornada asistiendo a las diferentes clases de supervivencia, pero aquel sonido los lleno de excitacion. -Pero que significa esto… -musito el supervisor que se encargaba de explicar el procedimiento de depuracion y carga de agua. -Atencion a todos los habitantes del refugio -comenzo a hablar una voz a traves de los altavoces-. Un vehiculo no identificado se esta aproximando. Parece que nos envia senales para establecer comunicacion. Todos los responsables del refugio acudan inmediatamente a la Sala de Mando. Al resto, les ruego mantengan la calma. El nerviosismo y la expectacion se extendio con rapidez entre los jovenes. Estaban ansiosos de cualquier novedad que les distrajera de la monotonia del dia a dia. -Bueno chicos vamos a mantener la calma y quedarnos aqui esperando instrucciones. Esto no va con nosotros -dijo la supervisora del grupo de los mas pequenos. Un muchacho del grupo de los mayores se levanto y salio tranquilamente caminando por la puerta haciendo caso omiso de la llamada de su supervisor. -!Anibal!!vuelve aqui ahora mismo!. El resto contemplaron desaparecer por la puerta a su companero en silencio para despues observar por unos instantes a sus supervisores que les observaban con gesto severo. Pero el rictus estricto de sus superiores no tuvo el efecto esperado y acto seguido la clase entera decidio salir corriendo en tropel tras Anibal. -!Chicos! !ni se os ocurra! -les llamo la supervisora tratando de sostener por el brazo a uno de los mas pequenos. El nino consiguio desasirse y seguir a los demas a la carrera-. !Volved aqui inmediatamente, o vais a tener problemas! !Maldita sea! -Dejalo - le dijo su companero resignado-. A esos monstruos no hay manera de impedirles nada. Corrieron por los pasillos riendose y chillando en direccion a la Sala de Mando como si fueran a asaltar una fortaleza. Pero conforme doblaron la ultima esquina que les separaba de su ansiada meta, se encontraron con que habia seguridad. Un hombre que no llegaba a la treintena, de mandibula cuadrada y torso musculoso les escucho llegar desde lejos y al verlos cruzo los brazos y esbozo una sonrisa de desden. -?A donde creeis que vais vosotros mocosos? -les pregunto en tono burlon. -Axel quitate de en medio. Queremos enterarnos de quien ha venido -le espeto Anibal enfrentandose a el. El muchacho tenia el pelo corto, recortado con prisas y de un denso color negro. Sus ojos eran castanos y expresivos, enmarcados por largas pestanas. Su ojo derecho estaba salpicado por unas pinceladas de color grisaceo que le proporcionaban una mirada algo ausente. Vestia siempre con ropa ancha que heredaba de su hermano, al que ahora mismo tenia frente a el. Pero solo se quedaba la que fuera de color mas oscuro. -Vosotros no teneis permiso para subir. Id a jugar a otro sitio si no quereis que os de una patada en el culo a cada uno. -Intentalo si quieres -le desafio Anibal cerrando fuerte los punos. -Venga anda, no seas asi… -le dijo Dana con voz aterciopelada dando un paso adelante y acariciando el brazo de Axel-. Te prometo que nos vamos a portar bien. -A ti te dejo si quieres -le contesto con una sonrisa-. Pero estos crios se tienen que quedar aqui. -?Quieres ver lo que estos crios son capaces de hacer contigo? -le amenazo Teo. Todos, incluso los mas pequenos se pusieron en guardia y miraron con gesto amenazante a Axel. Se prepararon para saltar sobre el a la menor senal. El tambien se preparo para quitarse de encima a manotazos la montana de golpes y mordiscos que se le venia encima cuando la puerta que vigilaba se abrio tras de si. Aparecio un hombre robusto, en su cincuentena, con una poblada barba y gesto de preocupacion. -?Que haces aqui aun? -le pregunto a Axel con una voz calida-. Tu padre me ha pedido que vaya a buscarte-. El hombre dirigio entonces sus profundos ojos castanos a la turba de jovenes que estaban plantados frente a la puerta-. Vosotros desapareced de mi vista e id a seguir con lo vuestro. Esto no va con vosotros. Si me entero de que habeis desobedecido sereis castigados. Ninguno de ellos se atrevio a rechistarle a aquel hombre que resultaba una maxima autoridad en el refugio. Agarro con firmeza del brazo a Axel y lo metio en la habitacion cerrando de golpe la puerta en sus narices. -!Tu hermano es un capullo! -exclamo Teo en cuanto hubieron desaparecido. -Y tu padre un pesado -replico Anibal-. Estoy hasta las narices de que nunca nos dejen enterarnos de nada. -Jo pero yo queria ver el vehiculo que se acercaba, no es justo… -se lamento Dana. La mayoria de los chicos empezaron a dispersarse cabizbajos de vuelta a la sala de entrenamiento. -!Esperad! -susurro Teo al pequeno grupo que todavia no se habia marchado-. Si de verdad quereis salir, tengo la contrasena de la otra puerta. -?En serio? -le pregunto sorprendido Bruno-. ?Como la has conseguido? -Escuche cuando mi padre se la dijo a mi madre en el ultimo cambio de contrasena - contesto orgulloso. -Como nos pillen saliendo por alli nos cortan el cuello -apunto Oliver-. Ademas de que no estamos preparados. Tendriamos que coger agua, el sol no se ha ido del todo. Tiene que ser un horno estar ahi fuera... -Pues quedate aqui esperando, yo voy -respondio Anibal y los otros confirmaron con la cabeza para indicar que tambien se apuntaban. -Yo tambien quiero ir -dijo una voz aguda tras ellos y los chicos se giraron para ver quien habia hablado. Se trataba de una nina de 13 anos delgada y paliducha que tenia fama en el refugio de ser la alumna preferida de Orion. -?Tu quieres venirte enana? -le pregunto Anibal como si le pareciera absurdo. -Eres exactamente igual que tu hermano -le reprocho Teo-. Venga vamonos de una vez que nos lo vamos a perder. Los chicos reemprendieron la carrera. El refugio de Marinaterra estaba excavado varios metros bajo tierra. Era un bunker de 9.000 metros cuadrados en el que vivian 198 personas en el ultimo recuento. Constaba de 3 pisos de 3.000 metros cuadrados cada uno repartidos en diferentes zonas y ambientes. Disponian de pequenas casas particulares, salas para ejercitarse, e incluso huerto y granja propios. El auto abastecimiento era clave para la supervivencia de un refugio, ya que la vida animal y vegetal fuera de el era imposible. La mayor parte del refugio estaba decorado con motivos marinos y superficies de color azul que recordaban al mar. No porque el refugio estuviera cerca de una zona costera, eso nunca. El mar era demasiado peligroso para la vida humana. Pero a sus miembros les gustaba acercarse en algunas epocas del ano a las aguas del Mediterraneo que estaban a un punado de kilometros de distancia. Sobre la tierra, encima del refugio, estaba construida la parte externa de Marinaterra. Una fortaleza flexible y aislante capaz de resistir la mayor parte de impactos de la naturaleza. A pesar de la firmeza de la construccion, los seres humanos habian aprendido durante decadas de forma dolorosa, que en estos tiempos el lugar mas seguro donde vivir era bajo tierra. Asi que la parte superficial del refugio era usado sobre todo para el abastecimiento de energia y agua. Habia dos maneras de salir de aquel bunker subterraneo. La puerta mas usada era la de la Sala de Mando a la que solo los adultos seleccionados tenian permiso para acceder. Habia una segunda puerta situada en el nivel mas superficial que estaba pensada para usarse en caso de emergencia. Ambas puertas estaban custodiadas por gigantescos portones blindados que solo podian abrirse con contrasena. Por suerte para ellos, esta vez Teo la tenia y la introdujo en el panel que habia junto a la puerta. Escribio los numeros que se habia aprendido de memoria y cruzo los dedos para que funcionara. El chirrido que produjo el pestillo al abrirse les hizo saltar de alegria. A todos menos a Oliver, que se quedo atras y no accedio al pasillo junto al resto. -Tio, ?no te vienes? -le pregunto Teo cuando se dio cuenta de que su amigo no los seguia. -No, paso. No quiero deshidratarme ni cargarmela.

  • Una musica prodigiosa de Mitch Albom

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    Mitch Albom da vida al que quiza sea su personaje mas inolvidable, Frankie Presto, el mejor guitarrista que jamas haya existido sobre la faz de la Tierra, inspirado en el compositor de Recuerdos de la Alhambra, Francisco Tarrega, natural de Villarreal.

  • Los lios de Almudena de Cristin Ferro

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    Alvaro, el jefe serio y mandon, es un hombre guapo, sexy y seguro de si mismo que intentara cambiar por hacer feliz a la mujer que tiene a su lado. Empezara dejando atras su caracter hurano y se descubrira a si mismo sonriendo cada vez mas.
    Almudena es una mujer de fuerte caracter y personalidad muy definida, es la unica duena de su vida y de sus decisiones. Debido a su pesima situacion familiar, luchara por mantener siempre el control, le pese a quien le pese. Esa es la razon por la que en sus planes nunca entro acabar con un hombre que la controle, que la domine y le de ordenes.
    Alguien empezara a amenazar la tranquila vida de la pareja. Al principio de forma anonima y sin importancia, para derivar en un acoso sin precedentes. Almudena no se dejara acobardar y eso desembocara en una tension irrespirable entre la pareja. Situacion que acabara provocando encontronazos continuos y miles de peleas que, poco a poco, iran desgastando la relacion.

  • Las 48 leyes del poder de Robert Greene

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    Como llegar a lo mas alto y quedarse alli…

  • La retornada de Donatella Di Pietrantonio

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    Con la maleta en una mano y una bolsa con zapatos en la otra, una muchacha de trece anos llama a una puerta tras la que hay un mundo desconocido, extrano. Empieza asi esta historia vehemente y cautivadora, con una adolescente que de un dia para otro es devuelta a su familia biologica y lo pierde todo: una casa confortable, a sus mejores amigas, el carino incondicional de sus padres, o de quienes creia que eran sus padres. Su nuevo hogar es pequeno, oscuro, hay hermanos por todas partes y poca comida en la mesa. Pero esta Adriana, la hermana pequena que le abre mucho mas que la puerta de su nueva casa.

  • En el huracan catalan de Sandrine Morel

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    A lo largo del convulso otono politico de 2017, los corresponsales en Espana han gozado de una privilegiada mirada sobre los acontecimientos que se produjeron antes, durante y despues del referendum catalan del 1 de octubre. En primer lugar, porque el propio
    Ejecutivo catalan les dio un protagonismo importante de cara a internacionalizar el conflicto. Y, en segundo lugar, porque contemplaban los hechos desde la perspectiva unica que da la falta de vinculacion emocional.
    Sandrine Morel, corresponsal de Le Monde en Espana, nos cuenta en este libro su version de lo acontecido con informacion de primera mano y con un resultado sorprendente. En la obra se reproducen declaraciones de los protagonistas desconocidas hasta ahora. Aunque no es este un analisis aseptico. La vision de Sandrine es critica y mordaz, y pone en evidencia las estrategias de manipulacion y movilizacion llevadas a cabo por las partes, a la vez que da su propia version de los hechos sobre los verdaderos motivos -historicos, politicos y economicos- que confluyeron en el proces.
    Un relato que pone luz a unos acontecimientos que forman ya parte de la historia de este pais y que siguen muy abiertos en nuestras propias vidas cotidianas.

  • El dios de las pequenas cosas de Arundhati Roy

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    Esta es la historia de tres generaciones de una familia de la region de Kerala, en el sur de la India, que se desperdiga por el mundo y se reencuentra en su tierra natal. Una historia que es muchas historias. La de la nina inglesa Sophie Moll que se ahogo en un rio y cuya muerte accidental marco para siempre las vidas de quienes se vieron implicados. La de dos gemelos Estha y Rahel que vivieron veintitres anos separados. La de Ammu, la madre de los gemelos, y sus furtivos amores adulteros. La del hermano de Ammu, marxista educado en Oxford y divorciado de una mujer inglesa. La de los abuelos, que en su juventud cultivaron la entomologia y las pasiones prohibidas. Esta es la historia de una familia que vive en unos tiempos convulsos en los que todo puede cambiar en un dia y en un pais cuyas esencias parecen eternas. Esta apasionante saga familiar es un gozoso festin literario en el que se entremezclan el amor y la muerte, las pasiones que rompen tabues y los deseos inalcanzables, la lucha por la justicia y el dolor causado por la perdida de la inocencia, el peso del pasado y las aristas del presente. Arundhati Roy ha sido comparada por esta novela prodigiosa con Gabriel Garcia Marquez y con Salman Rushdie por sus destellos de realismo magico y su exquisito pulso narrativo.

  • La bibliotecaria de Ileana Fernandez

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    Se escucha un disparo y cuando llega la policia encuentra a su esposo junto a ella con el revolver todavia humeante en sus manos.

  • La isla de las mujeres de Laura Perez Caballero

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    Un brujo, un Emperador, cientos de mujeres confinadas en una isla desierta y una muchacha misteriosa que llevara a cabo una ingeniosa y deseada venganza.
    Fantasia mezclada con brujeria, con supersticiones, con ambicion y con venganza.

  • Radiografia de chica con tatuaje de Jordi Sierra I Fabra

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    Una noche de pasion finaliza con un crimen. El principal sospechoso niega los hechos pero todas las pruebas lo condenan. Un caso cerrado para todo el mundo menos para la novia del acusado, que se siente responsable porque aquella noche fatidica no estaba con el. Carla cree que hay piezas que no encajan. Mientras todo a su alrededor parece desmoronarse, ella iniciara una investigacion para descubrir el verdadero rostro del asesino.

  • La Puerta de atras de A. J. Raven

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    Thomas Fooreman se estaba volviendo loco. Sentado ante el escritorio de una habitacion, en una cabana, en algun lugar perdido; su mente enloquecia a un ritmo desorbitado. Antes de que aquella locura le hiciera perder por completo el juicio, aunque a decir verdad; nunca lo habia tenido, decidio escribir una confesion acerca de una vida en la organizacion mas misteriosa y macabra creada por el hombre. Una organizacion de la que todo el mundo ha oido hablar pero a la que, por otro lado, tal vez pocos conocen en realidad; o puede que todo el mundo haya oido hablar de ella pero nadie se atreve a mencionarla. Quien sabe. Era mas tarde de la media noche en aquel lugar alejado del mundanal ruido. Unas hojas de papel en blanco, la vieja pluma Montblanc de su padre con el cartucho de tinta por la mitad, y esa botella de licor barato de gasolinera en la que no quedaba mas de un cuarto, era lo unico que tenia encima de la mesa; eso y aquellos imborrables recuerdos de una vida pasada. Aquella vida --si se podia llamar asi-- tuvo tanta demencia que la mayoria de las veces, se mezclaron la realidad con la ficcion, la verdad y la mentira. Su conviccion de que aquella mujer vestida de negro a quien el llamaba con carino <> estaba cerca, acechandolo en cada esquina, en cada lugar al que el fuese, se hizo cada vez mas notable. Por la mente indecisa de Thomas volaron las dos unicas opciones que el considero que podrian ocurrir: acabar suicidado victima de la demencia, o asesinado por los miembros de la organizacion. Sin duda esta ultima fue, la que mas aterro a Thomas Fooreman. El reloj colgante de la pared de aquella fria cabana, semejante a las casetas que posee la guardia forestal repartida por el bosque (aunque de dos plantas y con lujo) marcaba la una menos cuarto, momento en el cual, aquellas hojas de papel empezaron a reflejar un par de simples frases . <> El alto grado que ejercio Thomas Fooreman dentro de la orden , lo habia hecho perpetrar las acciones mas brutales, sadicas y despiadadas que nadie pudiera imaginar. Provenia de una familia de descendencia judia. Su arbol genealogico estaba lleno de inmigrantes que se habian instalado en Norteamerica alrededor de 1600 o 1700 --no habia una fecha exacta en los archivos del censo--, siendo los Fooreman, una de las primeras familias en ejercer de prestamistas. Abrieron una tienda de monedas en el gueto judio en Nueva York en donde, timando a la gente, amasaron una poderosa fortuna para mas tarde fundar uno de los primeros bancos que se conocerian. Sus padres, al igual que sus abuelos y tatarabuelos, dedicaron toda su vida a ser la mano derecha de una de las familias mas importantes e influyentes del planeta. La luna se hallaba en esa posicion en la cual, solo dejaba ver una porcion insignificante de su belleza. Lo acompanaba un cielo iluminado por unas estrellas tan relucientes que irradiaban mas luz que la propia luna, permitiendo distinguir las constelaciones. Los aullidos de los lobos se escuchaban con debilidad tras los gruesos cristales de las ventanas. En el horizonte, en las montanas, todavia se podian divisar rayos de una pequena tormenta cayendo sin cesar. Hacia mas de media hora que la lluvia habia caido en el inmundo tejado del lugar en el que se hallaba Thomas. Cerro los ojos y escucho el agua corretear por los canalones del tejado y bajar por la tuberia, hasta desembocar en un riachuelo de agua estancada en la parte trasera. Lo habia dejado todo empantanado, semejante a una cienaga. A causa de aquella lluvia, se formo una gotera en el techo que descendia desde la pared del piso de arriba hasta el comedor, agrietando mas la deformada madera. El viento habia descargado con tanto nervio que llego a partir varias ramas de los arboles. Algunas llegaron a impactar contra la puerta sin causar dano alguno, pero con un golpe estruendoso que lo hizo estremecer. Aquel frio intenso proveniente de las montanas, habia calado en sus huesos. Ni la media botella ingerida (o engullida) en menos de dos minutos, lo hizo entrar en calor. Penso en encender la vieja chimenea de carbon sin embargo, prefirio cubrirse con una sucia manta impregnada con meados y mierda de rata, cuya pestilencia le recordaba los rituales en los subterraneos donde fue participe. Estiro el exhausto brazo derecho y con aquellos ligeros dedos, comparables a los de un concertista de piano, apago la bombilla que caia del techo sujetada por un cable a medio pelar. Encendio una vela y permanecio escribiendo bajo la calida llama. <>. Hizo un paron para levantarse, estirar la espalda, las piernas, descansar una mano temblorosa y una vista que comenzaba a estar fatigada. Sin zapatos, arrastrando los pies desnudos y encallecidos por la gelida madera, se acerco hasta la ventana. A causa del alcohol barato, intentaba mantener el equilibrio; se ladeaba, volvia a mantenerse recto, volvia a ladearse...Unido tambien a sus pocas fuerzas a causa de no haber probado bocado en dias, nadie sabe como aguanto tanto tiempo. Emitiendo unos grunidos, apoyo la mano en el cristal y aprecio la oscuridad del frondoso bosque mientras recordaba la programacion a la cual fue sometido de nino. La frente, el cuello y las manos comenzaron a emanar un sudor nervioso. Deslizo la ma no hacia abajo dejando un surco mientras sollozaba. **** La infancia de Thomas Fooreman, segun lo poco que recordaria el, fue feliz. Su familia fue duena de innumerables empresas repartidas por medio mundo. Amasaron bastante riqueza, tesoros con los que se podria acabar con el hambre en el mundo, pero eso en palabras de Robert Fooreman, no interesaba. Solian alardear entre las altas esferas, entre la creme de la creme de la aristocracia, ser una de las familias mas ricas que haya pisado la Tierra y razon no les faltaba, aun sabiendo que toda esa riqueza, se debia a la muerte de otros. Sus recuerdos, era estar siempre rodeado de toda clase de lujo. Al ser hijo unico, sus padres le dieron todo cuanto quiso; --cualquier capricho que al nino se le antojase, era concedido por su progenitor--. Los Fooreman se codeaban con las familias mas importantes de Norteamerica; siempre vistieron la ropa mas cara y disfrutaron de las mejores casas. Sin embargo, todo fue una mera fachada . Una noche, todo cambio. 1 25 de octubre de 1952. Antes del anochecer y despues de que el senor Harold Murray terminara el noticiario con la frase: <<Recuerden, Harold estara manana en sus hogares>>, en la residencia Fooreman, un pequeno Thomas de diez anos, regordete, grandes mejillas, nariz puntiaguda, pelo rubio y una mirada dulce e inocente de ojos marrones, caminaba agarrado de la delicada y calida mano de su madre, Martha Fooreman. Martha, cuyo apellido de soltera era Quinn, tenia cuarenta anos. La naturaleza la habia obsequiado con una belleza descomunal. Su pelo caia como una hermosa cascada dorada mas alla de sus hombros (en aquel momento recogido en una coleta). La cara reflejaba unos ojos verdes, una nariz chata y unos labios carnosos. Venia de una familia bastante acomodada. Era hija de Lauren Quinn, un exgeneral que lucho en la guerra de secesion y que mas tarde, se convertiria en empresario y socio de uno de los bancos mas importantes de Norteamerica; la J.P Morgan & Co. Martha se fijo en Robert en una conferencia en Portland, Maine, otorgada por un insider conocido como: el senor X, sobrenombre dado porque nadie habia visto nunca su verdadero rostro. Las charlas las daba enmascarado, portando una peluca falsa a menudo morena, un bigote postizo y unas gafas de pasta negras que le agraciaba con un aire a lo Buddy Holly. Al contrario que a su marido, Robert Fooreman, la naturaleza no fue tan generosa con el. Era un senor que sacaba diez anos mas a su mujer. De mediana estatura, su cara evidenciaba unos ojos caidos de color marron, severas marcas de acne brotado en su juventud (antes de entrar a la secundaria, su cara parecia la de un leproso) que le dejo unas marcas como el crater de un volcan. Una nariz picuda y un menton que parecia un caballo. Portaba la llamada <> debido a su grata aficion por grandes jarras de cerveza fria, tibia o caliente; la comida y el sedentarismo. En la cabeza manifestaba unas entradas y el empobrecido pelo que quedaba, era como nieve en una montana. Los conducia por el pasillo del ala este de la mansion de estilo colonial, ubicada a las afueras de Richmond, Virginia. Por un largo corredor iluminado por lamparas de pared antiguas, el pequeno observo cuadros con caras familiares; --algun dia, tu estaras en la pared--espeto su padre. Sus ojos comenzaron a humedecerse, a cristalizarse como un vidrio ardiendo a maxima temperatura. Aquella expresion de felicidad que reposaba en su angelical rostro, se convirtio en profunda tristeza. Aunque no entendio nada de lo que sucedia, ni lo que estaba por suceder, el horror de contemplar a esas personas montando a caballo, portando una capa de reyes y sujetando una lanza afilada en cuya punta atravesaba una cabeza de nino, lo hizo pensar que el, podia llegar a ser uno de aquellos ninos. Continuaron hasta llegar al final del corredor, giraron a la izquierda y bajaron tres peldanos, en donde se hallaba una instancia con un letrero que rezaba en latin: Ne intraveris (no entrar). Robert agarro el pomo con los dedos anular, indice y pulgar, dejando el pequeno levantado para no rozar su anillo de oro y diamantes de gran maestre , --queria mas al anillo que a nada en el mundo--. Segun sus propias palabras: <>. Un anillo que destellaba como los rayos de sol y que mas adelante, acabo en los dedos de otro. Dos bustos de los abuelos de Thomas decoraban la solitaria y algida sala. Desprovista de ninguna ventana y con un olor intenso a lacrado que, para el pequeno, no fue nada agradable. Entre aquellos dos bustos, una puerta que lo llevo a su primer descenso hacia el abismo. Robert presiono el interruptor que se hallaba detras del busto de su padre, Charles Fooreman II. El mecanismo rudimentario hizo girar unos engranajes. Un chirrido igual al producido por rozar un cuchillo contra una botella, resono en la desolada sala. La puerta de madera se deslizo hacia la derecha. Un humo denso, grisaceo, asfixiante; un olor a mierda y algo mas, surgieron del subterraneo. Ese algo mas, era el olor de los cadaveres putrefactos de las personas asesinadas que flotaban por un riachuelo de agua fecal, engendrando en Thomas una sensacion de condenacion eterna con tan solo diez anos. Robert con voz aguda pero vigorosa, dio la orden de bajar las escaleras de piedra. Encendio una antorcha con un viejo zippo que saco del bolsillo derecho del pantalon; la brea que impregnaba la antorcha se hallaba humeda y pegajosa, significado de que los rituales en la mansion de los Fooreman, nunca cesan. Entre ratas y gusanos, descendieron los treinta peldanos que encaminaron a su castigo la noche del 25 de octubre del 52. A mitad del descenso, un asustadizo Thomas escucho unas voces familiares profiriendo un cantico inusual, un cantico que jamas habia escuchado, un cantico que erizo la fina capa de vello que se estaba formando en sus brazos. In nomine dei nostri Baal excelsi … Segun iban descendiendo, aquellas voces se fueron haciendo cada vez mas intensas y escalofriantes, poniendo la piel como la de una gallina con tan solo escuchar la entonacion de la melodia. Thomas no quiso adentrase, ni dar un paso mas en ese odioso lugar. Preferiria estar con alguno de sus amigos jugando a la pelota en el Olaf Palm, un parque situado a medio kilometro al norte de su casa, al lado de la taberna del viejo Biff, o leyendo tumbado en el borde de su cama, con los pies colgando, un comic de su heroe favorito; el senor orejas puntiagudas, como el lo llamaba. Sintio como una de aquellas sucias y peludas ratas de las cientos o tal vez miles que merodeaban por las cloacas, intentaba meterse por debajo de su pantalon, royendo con sus dientes puntiagudos mientras lo miraba con aquellos ojos diminutos de un color rojo fuego. --No te asustes, solo es una rata, tienes que ser un hombre, vendran cosas peores-- pronuncio su madre con una sonrisa. --?Que ocurre? --interrumpio Robert enfadado. --Se asusta de las ratas. --No hay problema, lo soluciono ahora mismo --anadio--. Estupido crio, siempre haces que pierda mi tiempo.

  • La agente Carter y el director Wilson de Paola Noguera Franco

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    Luke Wilson, el poderoso y manipulador director de la Agencia de Seguridad, es un hombre que se ha ganado su puesto a base de entender la justicia de forma extrema.
    Para el no existen grises en lo que refiere a la aplicacion de sus ideales.
    Y jamas le ha temblado la mano para hacerlas cumplir.
    Jin Carter es una agente subordinada a el.
    Es una joven inocente y mordaz, que idealizaba a Luke Wilson, al punto de amarlo en secreto.
    Pero sus sentimientos se tambalean por causa de las terribles acciones de Wilson en cumplimiento de su deber.
    Con el fin de mantenerla bajo control y de asegurarse su lealtad, Wilson decide utilizar un eficaz metodo, a sabiendas
    de la profunda admiracion que ella le tenia.
    Un juego peligroso que pondra a prueba los sentimientos de la agente Carter.
    Y quiza los suyos.
    ?Seria capaz la valiente Jin Carter,de entregar su libertad incondicionalmente, a un hombre acostumbrado
    a exigir y arrebatar al destino?
    Cuando el precio de la vida es tan dificil de pagar.
    Cuando el amor es una debilidad que puede ser explotada.

  • Cambio de rumbo de Nora Roberts

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    Las altas montanas y las llanuras barridas por el viento la llamaban. Pero no pensaba quedarse para siempre… hasta que Jake Tanner agito sus emociones como un vendaval de verano y le hizo imposible partir. Ningun hombre, sin embargo, iba a persuadir a Samantha Evans para que renunciara a sus suenos. Ni siquiera un presuntuoso vaquero que hacia arder su sangre…

  • Ante el dolor de los demas de Susan Sontag

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    En junio de 1938 Virginia Woolf publico Tres guineas, sus reflexiones valientes e importunas sobre las raices de la guerra. Escrito durante los dos anos precedentes, cuando ella y casi todos sus amigos intimos y colegas estaban absortos en el avance de la insurreccion fascista en Espana, el libro se encuadro como una muy tardia respuesta a la carta de un eminente abogado de Londres que le habia preguntado <>. Woolf comienza advirtiendo con aspereza que acaso un dialogo verdadero entre ellos sea imposible. Pues si bien pertenecen a la misma clase, <>, una amplia brecha los separa: el abogado es hombre y ella mujer. Los hombres emprenden la guerra. A los hombres (a la mayoria) les gusta la guerra, pues para ellos hay <> que las mujeres (la mayoria) no siente ni disfruta. ?Que sabe una mujer instruida --lease privilegiada, acomodada-- de la guerra? Cuando ella rehuye su encanto ?sus actitudes son acaso iguales? Pongamos a prueba esta <>, propone Woolf, mirando juntos imagenes de la guerra. Las imagenes son algunas de las fotografias que el asediado Gobierno espanol ha estado enviando dos veces por semana; anota al pie: <>. Veamos, escribe Woolf, <>. Y anade: En el monton de esta manana, hay una fotografia de lo que puede ser el cuerpo de un hombre, o de una mujer: esta tan mutilado que tambien pudiera ser el cuerpo de un cerdo. Pero estos son ciertamente ninos muertos, y esto otro, sin duda, la seccion vertical de una casa. Una bomba ha derribado un lado; todavia hay una jaula de pajaro colgando en lo que probablemente fue la sala de estar... La manera mas resuelta y escueta de transmitir la conmocion interior que producen estas fotografias consiste en senalar que no siempre es posible distinguir el tema: asi de absoluta es la ruina de la carne y la piedra representadas. Y de alli Woolf se apresura a concluir: respondemos de igual modo, <>, senala al abogado. La prueba: tanto nosotras --y aqui <> somos las mujeres-- como usted bien podriamos responder con identicas palabras. Usted, senor, dice que producen <>. Tambien nosotras decimos horror y repulsion... La guerra, dice usted, es una abominacion, una barbaridad, la guerra ha de evitarse a toda costa. Yrepetimos sus palabras. La guerra es abominable, una barbaridad, la guerra ha de evitarse. ?Quien cree en la actualidad que se puede abolir la guerra? Nadie, ni siquiera los pacifistas. Solo aspiramos (en vano hasta ahora) a impedir el genocidio, a presentar ante la justicia a los que violan gravemente las leyes de la guerra (pues la guerra tiene sus leyes, y los combatientes deberian atenerse a ellas), y a ser capaces de impedir guerras especificas imponiendo alternativas negociadas al conflicto armado. Acaso sea dificil dar credito a la determinacion desesperada que produjo la convulsion de la Primera Guerra Mundial, cuando se comprendio del todo que Europa se habia arruinado a si misma. La condena general a la guerra no parecio tan futil e irrelevante a causa de las fantasias de papel del Pacto Kellogg y Briand de 1928, en el que quince naciones importantes, entre ellas Estados Unidos, Francia, Gran Bretana, Alemania, Italia y Japon, renunciaron solemnemente a la guerra como instrumento de su politica nacional; incluso Freud y Einstein fueron atraidos al debate en 1932 con un intercambio publico de cartas titulado <>. Tres guineas de Woolf, publicado hacia el final de casi dos decenios de planideras denuncias de la guerra, propuso un original enfoque (lo cual lo convirtio en el menos bien recibido de todos sus libros) sobre algo que se tenia por demasiado evidente o inoportuno para ser mencionado y mucho menos cavilado: que la guerra es un juego de hombres; que la maquina de matar tiene sexo, y es masculino. Sin embargo, la temeraria version de Woolf de <> no hace que su rechazo sea menos convencional en su retorica, en sus recapitulaciones, plenas de frases reiterativas. Y las fotografias de las victimas de la guerra son en si mismas una suerte de retorica. Reiteran. Simplifican. Agitan. Crean la ilusion de consenso. Cuando invoca esta hipotetica vivencia compartida (<>), Woolf profesa la creencia de que la conmocion creada por semejantes fotos no puede sino unir a la gente de buena voluntad. ?Es cierto? Desde luego, Woolf y el anonimo destinatario de esta extensa carta-libro no son dos personas cualesquiera. Si bien los separan las anejas afinidades sentimentales y practicas de sus respectivos sexos, como Woolf le ha recordado, el abogado no es en absoluto el estereotipo del macho belicista. No estan mas en entredicho sus opiniones contra la guerra que las de ella. Pues en definitiva la pregunta no fue ?Que reflexion le merece a usted evitar la guerra?, sino, ?como hemos de impedir la guerra en su opinion? Este <> es lo que Woolf recusa al comienzo de su libro: se niega a conceder que su interlocutor lo de por supuesto. Pero acaba sumiendose, tras las paginas dedicadas a la cuestion feminista, en este <>. No deberia suponerse un <> cuando el tema es la mirada al dolor de los demas. * ?Quienes son el <> al que se dirigen esas fotos conmocionantes? Ese <> incluiria no unicamente a los simpatizantes de una nacion mas bien pequena o a un pueblo apatrida que lucha por su vida, sino a quienes estan solo en apariencia preocupados --un colectivo mucho mayor-- por alguna guerra execrable que tiene lugar en otro pais. Las fotografias son un medio que dota de <> (o de <>) a asuntos que los privilegiados o los meramente indemnes acaso prefieren ignorar. <>, escribe Woolf del experimento mental que le propone al lector y al espectral abogado, el cual es ya bastante eminente, como senala, para ostentar tras su nombre las iniciales J. R., Jurisconsulto Real, y podria o no tratarse de una persona verdadera. Imaginese entonces extendidas las fotografias sueltas sacadas de un sobre que llego en el correo matutino. Muestran los cuerpos mutilados de ninos y adultos. Muestran como la guerra expulsa, destruye, rompe y allana el mundo construido. <>, escribe Woolf de la casa en una de las fotos. El paisaje urbano, sin duda, no esta hecho de carne. Con todo, los edificios cercenados son casi tan elocuentes como los cuerpos en la calle. (Kabul, Sarajevo, Mostar Oriental, Grozny, seis hectareas del sur de Manhattan despues del 11 de septiembre de 2001, el campo de refugiados de Yenin...). Mira, dicen las fotografias, asi es. Esto es lo que hace la guerra. Y aquello es lo que hace, tambien. La guerra rasga, desgarra. La guerra rompe, destripa. La guerra abrasa. La guerra desmembra. La guerra arruina. No condolerse con estas fotos, no retraerse ante ellas, no afanarse en abolir lo que causa semejante estrago, carniceria semejante: para Woolf esas serian las reacciones de un monstruo moral. Y afirma: no somos monstruos, somos integrantes de la clase instruida. Nuestro fallo es de imaginacion, de empatia: no hemos sido capaces de tener presente esa realidad. Pero ?es cierto que estas fotografias, las cuales documentan mas la matanza de los que permanecieron ajenos al combate que el choque de los ejercitos, no podrian sino fomentar el repudio a la guerra? Sin duda tambien podrian impulsar un mayor activismo en pro de la Republica. ?No era ese su proposito? El acuerdo entre Woolf y el abogado parece solo una mera presuncion, pues las espeluznantes fotografias confirman una opinion ya compartida. Si la pregunta hubiese sido ?Como podemos contribuir del mejor modo a la defensa de la Republica espanola frente a las fuerzas del fascismo militarista y clerical?, las fotografias acaso habrian fortalecido, en cambio, la conviccion de que aquella lucha era justa. Las imagenes que Woolf ha evocado no muestran de hecho lo que hace la guerra, la guerra propiamente dicha. Muestran un modo especifico de emprenderla, un modo que en esa epoca se calificaba rutinariamente de <>, y en la cual el blanco son los ciudadanos. El general Franco estaba usando en los bombardeos, masacres y torturas, y en el asesinato y mutilacion de prisioneros, tacticas identicas a las que habia perfeccionado como comandante en Marruecos en los anos veinte. En aquel entonces sus victimas habian sido los subditos coloniales de Espana de piel mas morena e infieles por anadidura, lo cual fue mas grato para los poderes imperantes; ahora las victimas eran sus compatriotas. Atribuir a las imagenes, como hace Woolf, solo lo que confirma la general repugnancia a la guerra es apartarse de un vinculo con Espana en cuanto pais con historia. Es descartar la politica

  • Cuando una mujer perdona (Gillander’s Whisky 2) de Eleanor Rigby

    https://gigalibros.com/cuando-una-mujer-perdona-gillander-8217-s-whisky-2.html

    Llega la segunda entrega de la trilogia <> de Eleanor Rigby.
    Una nueva serie que tiene de todo: amor, intriga y mucha mucha pasion, ambientada en la regencia inglesa.

  • Juicio a Satan de Ray Russell

    https://gigalibros.com/juicio-a-satan.html

    El padre Gregory Sargent, despues de administrar borracho una extremauncion, es trasladado a la pequena parroquia de San Miguel. Acostumbrado a la brillante vida social e intelectual de San Francisco, recibe su nuevo destino como un castigo. Nada mas llegar, sin embargo, tendra que enfrentarse a un caso de <>: Susan Garth, una muchacha de dieciseis anos <>, con una subita aversion a la iglesia, ha empezado a decir obscenidades, y un dia se desnudo frente al antiguo parroco e intento estrangularlo; ademas, el contacto de un crucifijo en el brazo le quema la piel. El obispo Crimmings tiene claro que esta poseida y ordena un exorcismo. El padre Sargent, en cambio, racionalista y metodico, duda... pero ?no sera cierto, como decia Baudelaire, que <>? Mientras tanto, la gente se pregunta si los aullidos de mujer que se oyen en la casa parroquial se deben a una orgia o a una misa negra...

  • Dulce como la miel de Susan Wiggs

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    Isabel Johansen, una reputada chef criada en la apacible poblacion de Archangel, habia decidido transformar su hogar en una exclusiva escuela de cocina, un lugar unico al que otros sonadores, como ella, pudieran acudir para aprender el arte culinario. La hacienda de Bella Vista, salpicada de huertos de manzanos, frondosos jardines y colmenas, era el lugar ideal para el proyecto de Isabel. y tambien el lugar perfecto para olvidar su pasado.

  • Caballero Veinticuatro de Jesus Delgado

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    Ano 1649. La peste arrasa Sevilla en plena primavera. Cada manana, dos mil cadaveres cargados en carromatos cruzan sus calles camino de grandes fosas comunes situadas extramuros. Perdida toda esperanza, la salvacion se encomienda al Santo Cristo de San Agustin, la gran devocion de la Ciudad, organizando una procesion para rogar el fin de la epidemia. Sin embargo, unos dias antes, tres hombres embozados penetran en el Convento y roban la imagen. El Cabildo confia la recuperacion del Cristo a uno de los Caballeros Veinticuatro: don Fernando Nunez de Medina, que emprende la busqueda de la venerada imagen mientras contempla el ocaso de una Ciudad otrora rica y exuberante, y trata de desentranar una vieja historia familiar.

  • Arrastrado por el Viento de Janwillem Van De Wetering

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    Grijpstra y De Gier investigan la muerte de una joven. Entre los sospechosos se encuentran un diplomatico belga, un oficial norteamericano y un empresario holandes que habian mantenido relaciones con ella, pero las claves del caso estan enterradas en el misterioso pasado de la victima. De nuevo los singulares protagonistas de las novelas de Van de Wetering deberan recurrir a su enorme capacidad de deduccion para seguir las pistas que en esta ocasion se hallan diseminadas por todo el mundo.

  • Vuelve el Boss de Lexy Timms

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    Jamie Connors ha decidido que tener trabajo es mas importante que tener novio. Ha conseguido un puesto extraordinario como asistente personal del multimillonario Alex Reid. Todo deberia ser profesional, pero Jamie acaba en la cama de Alex. Ella es inteligente, guapa y esta ligeramente gordita; no piensa que sea lo suficientemente atractiva para un hombre como Alex. Intenta cumplir con su trabajo y sacar todo el tiempo posible para la boda de su hermana. Asi, Jamie acaba queriendo complacer a todo el mundo. Toda al atencion de la familia esta puesta en la boda de la hermana, algo que a Jamie no le importaria si su hermana no fuera tan mandona, si su madre no la molestara tanto y si su desagradable ex no estuviera a punto de convertirse en su cunado.

  • Companeros y amantes de Tara Taylor Quinn

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    Desde que su madre los habia dejado, Kelsey Shepherd vivia con su padre, Mark, que ademas era el director de su colegio. Kelsey queria a su padre y echaba mucho de menos a su madre, pero no le gustaba el secreto que su madre le habia pedido que guardara.

  • El fantasma de Anil de Michael Ondaatje

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    Una novela tan desgarradora como hermosa, un canto a la dignidad del ser humano. Por el autor de El paciente ingles.

  • El viaje de Katerina de Gabrielle Niamh

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    --A ver, Sophie, John, imaginad que vais por la calle, que un vendaval os hace caer al suelo y os desmayais…

  • La casa chica de Monica Lavin

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    Ocultas de la vida publica y, si acaso, ligeramente turbadas por los murmullos de los enterados, algunas de las pasiones amorosas mas emblematicas del agitado siglo xx en Mexico vivieron alejadas de las miradas inquisitorias. Artistas, intelectuales y politicos cuya obra y decisiones aun perduran componen este retablo de relatos que van del blanco y negro del celuloide a los vibrantes colores de la fotografia y la pintura, de los pasillos de una secretaria de Estado a los del Toreo de la Condesa, de los viajes por barco a Europa a los aviones privados, de las residencias campestres en el naciente barrio de Polanco a los edificios de Nueva York.

  • Contra la simpleza de Daniel Roberto Altschuler

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    “Este libro me divierte y me instruye a partes iguales. Y muchas veces ha conseguido provocarme. Pero no quiero quitarles la emocion de sentirse llevados de la mano de una mente muy sagaz hasta el fondo de muchos asuntos: temas que nos ocupan quiza desde que somos humanos en mas de una ocasion y otras veces nuevos desafios. Quiza antes de tirar la toalla y concluir que para la humanidad no hay futuro posible, que la simpleza generalizada ha calado ya demasiado hondo, conviene empezar el viaje con el "loco" Altschuler, y entrar en un universo que esta esperando de nuestra razon y nuestra ciencia para ser leido mas alla de las afirmaciones de moda. Comiencen ya este viaje de la razon.”

  • Lugar equivocado, momento justo (Bourbon Street Boys 2) de Elle Casey

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